La Ultima Voluntad... He oído contar una historia de un monje zen: Estaba en su lecho de muerte. Había llegado su último día y anunció que esa noche dejaría de existir. Sus seguidores, sus discípulos y sus amigos empezaron a llegar. Había mucha gente que le quería, y todos fueron; llegaban desde lugares lejanos. Cuando uno de sus discípulos oyó que el maestro se iba a morir, fue corriendo hasta el mercado. Alguien le preguntó: -El maestro se está muriendo en su cabaña ¿por qué vas al mercado?
El viejo discípulo le dijo: - A mi maestro le gusta un tipo de tarta determinado, voy a comprársela. Le costó mucho encontrar la tarta, pero al atardecer lo consiguió. Volvió corriendo con la tarta. Todo el mundo estaba preocupado, parecía que el maestro estuviese esperando a alguien. Abría los ojos, miraba, y los volvía a cerrar. Cuando llegó su discípulo le dijo: - Muy bien, así que has venido. ¿Y dónde está la tarta? – El discípulo sacó la tarta y estaba feliz de que el maestro se la hubiese pedido. Muriendo, el maestro levantó la tarta con las manos... pero la mano no estaba temblando. Era muy viejo, pero no le temblaba la mano. Alguien le preguntó: - Eres muy mayor y estás a punto de morir. Pronto te abandonará el último aliento, sin embargo, no te tiembla la mano. El maestro dijo: - Nunca tiemblo porque no tengo miedo. Mi cuerpo se ha hecho viejo pero yo sigo siendo joven, y seguiré siendo joven cuando este cuerpo se haya ido. Entonces le dio un mordisco y empezó a masticar la tarta. De repente, alguien le preguntó: - ¿Cuál es el último mensaje, maestro? Pronto nos dejarás. ¿Qué quieres que recordemos? El maestro sonrió y dijo: - Ah, esta tarta está deliciosa. Esta es una persona que vive aquí y ahora. Esta tarta está deliciosa. Hasta la muerte carece de relevancia. El momento siguiente es insignificante. En este momento, la tarta está deliciosa. Si puedes estar en el momento, en el momento presente, actual, plenamente, entonces podrás amar. El amor es una flor especial. Sólo florece algunas veces Hay millones y millones de personas que viven con una falsa actitud de enamoramiento. Creen que aman, pero sólo es una creencia.
El amor es una rara flor. Sucede a veces. Es rara porque sólo puede existir cuando no hay miedo, y no de otra forma. Eso quiere decir que el amor sólo le puede suceder a una persona profundamente espiritual, religiosa (¡). El sexo es posible para todo el mundo. Los vínculos son posibles para todo el mundo. El amor no. Cuando no tienes miedo no hay nada que esconder, puedes estar abierto, puedes retirar las barreras. Y después puedes invitarle al otro a entrar hasta tu centro más profundo. (¡) Por las dudas, te aclaro que Osho no tiene un concepto de religión tradicional. Para él es más bien, tu conexión con lo absoluto.
CORTESIA DE CIRIOANGELDELUZ