LA TARDE DE HOY
Manuel Carcache
Parece raro que alguien te diga “vamos al parque!”, especialmente después de convivir las 24/7/365. La verdad es que a mi me sonó raro porque por lo general nuestras acciones diarias ya están determinadas, sino platónico, a repetirse una tras otra, minuto a minuto, segundo a segundo, msec a msec. Por lo demás, tenemos cierta autonomía personal: podemos elaborar nuestros propios pensamientos (aunque muchas de las veces: coincidimos) y podemos ejercitar nuestras imaginaciones (aunque también muchas de las veces: coincidimos). La sección de los sueños (o si se quiere, siestas) es muy irregular y muy dispar, aquí si que no hay sino que valga, nos dormimos cuando nos ronca la gana, en el momento preciso que alguno tiene sueño, pues simplemente se acuesta y se duerme. Da lo mismo si son las ocho, diez, once y media de la mañana; dos o tres de la tarde; nueve de la noche o tres de la madrugada. Cada quien tiene su propio estilo de siestasueñodescanso, aunque, a veces, se forman patrones que parecieran más cercanos al sino platónico que a la predestinación ecuménica. Estos patrones son válidos para todos incluidas las mascotitas. Pues aquella mañana de profundo recogimiento intelectual, sobre ciertos códigos html, ella me sorprende con su voz llena de frescura juvenil, pasión aventurera y en el exacto tono que me es imposible decir: no. Ese momento sublime que me dispara toda la imaginación en un flujo incontenible de hormonas que me hacen salir del letargomeditativohtml para transportame a aquel parque de la zona urbana que está en el borde: la linea más cercana a la decencia y la pobreza extrema, la línea de la vidamuerte: que si en el bus, que si al bajarte, que si al caminar por los costados del parque; la vida no vale nada...la vida no vale nada.... Salir de la rutina significa: llevar con nuestros cuerpos las vivencias diarias de nuestros sueños, transportarlos en el colectivo, bajarlos y caminarlos por las maltrechas aceras de nuestra ciudad, viendo las aves y los niños de escaso año y medio con su dieta especial a base de pizza sine nomine. Llevamos los pensamientos arremangados por nuestra ruta de escape hasta materializarlos en el parque donde son insuflados a la mentecuerpo de nuestro amigo, quien no sospechaba de nuestro tratamiento de transferencia pero que los recibe con gran alegría. A él también esta tarde de hoy le proporcionó un reflujo de hormonas para sacarlo de su rutinasino platónica. Al menos eso espero.