La primera vez que su papá sintió a Arturo yo estaba embarazada de cinco meses y medio, era de noche y Arturo no quería dormir. Eran tan fuertes las patadas que yo tampoco podía dormir. Así que establecimos un código de comunicación. Yo me cogía la barriga con las manos y la movía y Arturo me respondía con una gran patada. Así en varias ocasiones. Su padre estaba dormido, cogí su mano y me la puse en la barriga. Repetí la operación y fue todo un éxito. Su padre se sentó en la cama… Nació con los ojos muy abiertos, y muy guapo, ¡qué os voy a decir, que soy su madre!. Gracias a su papá, tenemos fotos de Arturo a los cinco minutos de nacer. Le dí el pecho ocho meses y medio. Nunca tuvo problemas ni para succionar, ni para comer. ¡Dios mío, con cuatro meses y medio pesaba nueve kilos!. Siempre fue un bebé bueno, sonriente, despierto. Aunque en ocasiones mostraba su carácter. Más bien, cuando empezamos con dos años y medio, con todo este tema de psicólogos etc..hablando de Arturo nos dimos cuenta de que le atribuíamos carácter o personalidad…demasiado pequeño para tenerlo… No quiero hablar de autismo…Arturo es algo más. Arturo es una sonrisa, es la alegría. Es su primera carcajada, con dos meses y medio. Ese día ahí estaba yo con la cámara de fotos y su papá haciéndole monerías…. Es el bostezo, que vimos su padre y yo en la ecografía 4D, la primera vez que le vimos la cara… Es un “milímetro sexual”. Cuando nació estaba de moda la palabra metrosexual, así que nosotros la adaptamos. Es estar en la cama con su papá y conmigo cuando tenía quince días y dar patadas hasta quitarse la sábana. Es su cara de admiración mirando a su papá cuando era muy pequeñito. Es ir gateando a la puerta, en cuanto oía el timbre, y por la hora sabía que era su tía. Según veía a su tía llamarle por la escalera él pegaba un grito de alegría y cuando su tía se acercaba él salía gateando en sentido contrario y riéndose. Es dar vueltas y saltar como un loco con el columpio que le teníamos colgado de la puerta. Es saltar a la piscina con un añito, confiando en que su papá o su mamá le van a recoger. Es embaucar con una sonrisa. Es comunicación, aunque no habla… Es siempre llamarnos la atención, provocarnos para jugar. Es pedirle a su abuelo que le dé volteretas. Es reírse a carcajadas cuando le columpias cabeza abajo.
Es una fiesta en la escalera cada vez que nos espera al volver de trabajar. Es volver la cabeza con cara de pícaro cuando nos vamos y sus abuelos le silban por la ventana. Es “luchar” con su padre encima de la cama por las mañanas. Es esconderse, taparse con la manta, meterse en el armario y dejarse una pierna fuera… Es apreciar la comida, comer con gusto, tener paladar. Es hacer pis como su papá, nunca quiso hacerlo de otra forma. Es dar un beso con picardía y en la boca...a Andrea, en la fiesta de carnaval de su colegio de 2007…y reírse los dos. Es ir corriendo a carcajadas por el pasillo, y dar golpes en la puerta de su tía, para despertarla de la siesta. Es ir a casa de sus abuelos, y si no están buscarles por toda la casa porque piensa que están escondidos. Es montarse solito a caballo, y mirarme orgulloso y sonriente. Es llevarnos él a pasear. Es encontrar el coche en cualquier sitio. Es un beso. Es venir corriendo a abrazarme si le digo que estoy triste..y también venir y darme una torta si con cara de ¡serás pesada! …si ya le tengo cansado. Es una fiesta. Es abrir los ojos y verle que viene a despertarnos todas las mañanas con una sonrisa y besos. El nombre de Arturo es por un bisabuelo paterno, que falleció cinco meses antes de que él naciese. Era el padrino del papá de Arturo. Y siempre se enfadaba al contar la historia del nombre de Juan Diego, ya que los nombres son de la familia de su mujer y él se sintió muy indignado porque no le habían dejado ni elegir ni opinar. Siempre lo contaba con enfado y siempre su mujer se reía recordando aquello. Así que le prometimos que si alguna vez teníamos un niño se llamaría como él. Arturo nació el 12‐08‐2004. Es nuestra alegría. Arturo tiene autismo.