La KGB las llama “golondrinas” y el FBI “potes de miel”, en Cuba tal vez“heroínas de la revolución “públicamente, en privado tal vez”jineteras”. La sudafricana Jennifer Miles, una voluptuosa rubia de 26 años de edad, secretaria a cargo de relaciones de la embajada de su país en EE.UU., fue de vacaciones a Varadero Cuba en 1968, siendo reclutada por la dirección general de inteligencia cubana (DGI) para trabajos de inteligencia en Washington D.C. Su nombre de espía fue Mary, su misión fue acostarse con la mayor cantidad de funcionarios del gobierno de EEUU que pudiera, para así obtener información clasificada en lo que se llama en la jerga conversaciones de almohada. Conocía a sus presuntas victimas en recepciones diplomáticas y actividades sociales a los cuales invitaba a su residencia en los Carousel Apartments, 2880 Wisconsin Ave. Washington D.C. El FBI la empieza a investigar cuando un jardinero de Jackson Heights en New York descubrió un reporte dejado por ella en una grieta en un muro de un cercado. El FBI la mantuvo vigilada durante un año en el cual obtuvo más de 100 conquistas, su caso fue cerrado cuando empezó a acostarse con funcionarios de la Casa Blanca. Confrontada con las pruebas se declaro culpable, siendo deportada a Sud África en 1970 bajo la condición de que si volvía a los EE.UU. seria juzgada por espionaje.