La Libertad Entre La Historia Y La Utopia.pdf

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  • Words: 16,193
  • Pages: 25
•alor que le compete r e^ modesto, H de derribar ohf* táctilos opresivos que no puedan ser destruídos de otra maneja, solo dcsplazando tdeafmente.de la violência a la creatividad revolucionaria, que no quiebra la coniiniild-vl sino aprcsura simplemente su ritmo, et acento de utirMro discurso, es decir, concibiendo Is. reitofoción no onv| nuestra principal tarea. sino como un mátaento de una historia que toda ella e* tarei para nosotroe, podt ser nosotros miamos v de sem.>••*•"' c-\ siiiución 4«'luil mtestra functón específica

FABBRI

LA L I B E R T A D ENTRE LA H I S T O R I A Y LA U T O P I A

La U <•••» trabalo lia •*'••« i><». ai hl* m#r«-e.l a la deslnlerc-.. la i " i • imracioii de un : n » ' I- • i-i'1-M •• • i:> >* afi. liado* a la FadcneMa t.iáflca Itnaailna. r.a el proeeao de eosapa aV kta eoanpaflna tmpreslén y encuadernat l.ni, Int-ivlui n Humberto Rodriguez. Francisco V n: • •». Rugenlo Plchardo. Jos* Villamil, lt--.nl Uai cia, Miguel Lopez. Atílio Quiroga Arnalda. Sastre, Gaillernio I>»|»e», Klcantn liar lei», Antonio Monna, José Ul FUtppa Natali-» Ferrari, Gabriel PlAelro, Gulllcrmo PaasMSO» co, Juan Luna, José Manuel Cejas. Am.mi. Santamaria, y otros qu« la hlcleron BBapaéa d« estar Imo/esos. Ailtulsiiio han colabora do las sedores P«f%ll«. IJorden, i»omtn<{ > Romano, Léggartt Villar y Cappelletti. 1

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Cuarenta anos til rãs, pura esilarecer ideas y actitudes, piihliijtnos en Buenos Aires un libro He Luigi Fabbri} "Dictodura y revolución", que mostraba. a la In: de un tmiilisié razonado y a. trates de la historia, como la dicla» dwa y la revolución son antagónicas e Utconciliables. undoria uruguaya. Un golpe terrible en su vida fué Is muerte dei podre en 1935 a raiz de una «peración fuirãrgica, acontecintiento que hiso recacr sobre ella la continuación dei êtfuerso paterno con la reviste "Studi toi-iali", que redactó hasta 1945. De salud siempre frágil, l.uce se mantuvo desde entonces consagrada a l/r entenanza f al cuidado de la anionha luminosa heredada; el periódica, ;

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pêro uno de los impedimentos mayoras para oue esa Crisis madure y obra rl ..!!(.<• una transforma iôn social es justamente la perspectiva de una dicladura totalitária, que aniquila incluso aquellas libeitades elemeniales < uva conquista costó tantos sucrificios v tanta sangre a los Pucblos. Sidir dei regimen capitalista, c<
•••miento de foi eemenlerios 7>.?7" la hma n los haredonet de rierución. l.uce Fabbri llcga aqui a las mismas cen-lu
DIEGO ABAD DE SANTILLAN J Mayo 1%2.',

fíObtemos desde'cl ànqulo de lo espano}. Pertencermos a un movimtento social oue fiene un pasn*to roherente, riu disrontinuidad a feeOf de los câmbios de nninbres de las oroanisaciones públicas o recreias que lo interpretou, com un *ig'o v médio de eristencia. y eon rfnrtdos orgânicOM de máç de un sigla. Nos referimos nl movimicnto obrero tspaHol, fiel hoy conm ayer a la hondera de la primero Intcmacionnl de los Trobaiadorcs. F.n la larqn travcctoiia de la nrgnni~n, i.'cs sobre ei •

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t é r m i n o * I V ntrn modo In fltie ^ ; - « . i . .c 1a revolución aervirá solo para nosotro*. v 'as nalabra* crermos coHocerla: para nnso»ro« ima revolución libertaria es la ruptura, o la transforr^pción en el «en»ido de la máxima efasticidad. de los moMe» de la socie i I actual, moldes Sjue -—con terminou nue no '>•••• crecido en proporción a su significado — Pam-mos catitolism/* v F*indo. v que son por otrs parte anacrónicos en «ti rigidej» *
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coactivo* que los rlestrnfdos. dctar que las energias libe* rada) se den. desde adentro. Ia« estructnra* nue lc< son tiaturalmente anromadas. stlhstitinir la wtbordinacion coactiva por una coordtnacíoii orgânica v eventualmente planificada. soNre la base de nacto» revisihles v dclcgaciones revocables. en la mie la responsahilidad de cada uno sea en Io posil.lc la garantia ''e la vida de todos: tal cl programa de la revolución libertaria. Pero. programa no es a ú n definición. mies para ésta, citando de revolución se trata, se necesita la rnunciación de los métodos, aunque alguien podria objetar que revolución, a secas es un método y los obictivo« contendrían el programa. Y anui se nos plantei nn problema muy grave, aun para fos qtte no estén dispnestos a tomarse en serio los vocabul á r i o s : cada una de las tendências político-sociales que sc agitan en nucstro derre
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dos (traduCidos «•« signos cn el lenguaje escrito), ohjetos, hechos, ideas. icgUfl un orden que, respondieudn a la rstructuia de la mente humana y de su cultura sedimentada en los siglos bace de cilas el campo de comun eacu-n y de comunión entre los hombres. F.n este terreno, cada palabra tiene SU significado, que incluye la lierencia viva de su historia patada y los g é r m e n e s de futuros malices. Loa significados de las palahras son estudiados |*»r la semáulica. las variacion?* de las palahras, según n ú m e r o , g é n e r o , e t c . por la morfologia y SUa vínculos recíprocos eu el discurso por la sintaxis: todo esto es normal, "cientifico", racional. Pero es indudahle que —por ejemplo— el D U CR. DTT CE. silabeadn y corcado en fatia por mnohednmbres regimentadas por obra dei fascismo, habia perdido todo c a r á c t e r racional para adquirir la sugestiún primaria dei rito. de la fórmula mágica. Ks obvio qué las reiigiones constituídas y organizadas han sido el principal caldo de cultivo en que se ha conservado v ha proliferado esta funeión mítica de las palahras, que es, en sí misma. una fnución política. I l a y aqui dos Irahajos posíblél y Decesarioa que tarde o temprano h a h r í a que emprender: a) el estúdio dei influjo de las Inchas políticas en la historia de los distintos idiomas, dando especial importância a los câmbios semânticos provocados Conscientemente, casi diria estrategicamente, para enijdear la ambiguedStl o el nuevo significado como armas en e.sas misma.s Inchas. Io que da origen al influjo inverso, dc Ia Jerigua sobre la historia: b el estúdio dcl c a r á c t e r político de la magia, que estamos acostumbrados a considerar especialmente desde un punto de vista religioso o artístico. F.l tema encarado i.quí es otro. aunque está en profunda " i.oión c»n los dos mencionados. Fs otro porque se reitere a las relaciones entre este ambíguo coneeptn de revolución y el valor que a nosotros m á s nos interesa, que es Ia ttbertad, entre este ambigno cojicepto de revolución y el valor que a todos los seres les interesa. que «> la vida.

FAGtNA ONCE «

nos parece t a l . d momento IILM11 I tt i í o u a l ' hubiei 4 ratado a cargo ée los que qucrían ahogar el desarrollo 't\\tc —los Iicclius, lo demostraron en .seguida— cstaba va gcM&ndose ea las eonciencias. ,F.n ese desarrollo prévio eataba, pues, la substancia n ú s n i i de la r e w l n o i ó n antienpi'*lista. Filé la revolución ripajlnla la que planteó entre nosotrof la necesidad de dislingiiir la revolución profunda de su nioinenfo insurreccional. asi como había sido la revolución rusa la que nos li.ihia ol.ligado a rosnondrr a los trorizadorrs de la ''dictadura provisória de ela«e" con 1111 exABJieil critico dei proceso nú>ni.i de toda revolució-i I
privileçiad"< mie siga mov?enrfo«e er* *n* r i e m * wv<J e«i « ' - n v i no na-a —si hene é i i o — dei logre d'* estn mode t? fínalidad v nunca Hega a ser ama revobt* ción. Se ri-'«'- deeir mj*-: el si«no oi»e nos hace reconocer a una revob»e .',n r«»it*«tie* es el heebo de nue su pnmer imnuleo no dV«*idn a In conquista dei noder. o. si lo e s l í , 1?ova :• 'i r^vHi"* ón mi^rn*» al aWÍCutio. We«tO que el poder esr,r.;:.'.,iri-tr <«1 rl-V'atorial. devora lodo nrograma nue no consista •tmotemente en su nrotúa conaervación y en «" nrQ*"A fr«-''>»<-'«—•"'••••ri P r d n ima< linea* *>ccritos er> l * ? en el «bari© " F l Pa,í« «te Montevide* • ^ de feHrerot nor un fervoroso tooeieo «v b» democracia: duda Ioda retoincion ewige, p | dia s-V,,: nte noa díctadnea. ne o có'o una revolución |t)l ••/•nwlni»^i»f'e l->-t»i;n-.is»r» v «lemocr^ica niiede redneir al minmv» eu rlirneíón v r>«1e1ad ^ a AUUhrltiT? bnmanameote inevit:>b'." I ;•'*.->« .1 C|;"'T< por eí m a l c t ^ n d - d o >'i.«o anti entre lo« IHiertarioa. de la e f - ^ l c e í a d»l ooder estalai en terreno realizativfl r»ttf serín (|'eêrrawe **^ pronorcional al grado dr- concenrracion v eentrabVn^íón de dieho poder* i j i d'ferrn.--'a entre lo* rlemóeratas v liberares, que aceptan esta dietadttra oroviaoria como un mal neceaario, v loa revolucionários oue núlí-n "todo o nada" y quieren )'ej;ar con la violência a bna rènÓvací6tJ total, es sólo de tono, rcsipnpdo en los nrimero*. eufórico en l o , aegnndoa. Fstos so») lo« nue «/»• interesan aliora • los eofóricoa de la revolución autoritária, nue Mamando Utopistai a lo* demás. èonciben la historia baio el signo dei milagro. Kat este momento estamos bnjo la «ugestión dei "milagro « bano" y nos encontraanoa pues frente T este problenw», situados en pleno campo experimental FJ entusiasmo lart* noamericano roòVo los acontecimiento*- de Cuba de »»n Halo luminoso, que actéa como cortina de httrno a la espera do que se establezca la cortina de b í e r r o . En esa atmósfetaj encendida, en Cwbá se repròduce el proceso típico de léaaa dictadura, por provisória que quáara ser. íehti »m ri»«wt :

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acelerado por una doble embriague/: por un la.lo la embriague/ de la atiToridad coactiva en quien eierce por el otro la tambicn eufórica pereza coral en quienei la padeceu y apoyan, sufatftttjpendo la acción con aplausos- una y otra euforia ayatNul a hacer surgir el mito dei poder t a u m a t ú r g i c o de dictadura, idea Éhtihistórica y claramente supersticiosa, como la otra. dcl mismo origem scgún la cual libertad v socialismo serían incompatibles. por el c a r á c ter g r e g á r i o «pie lr> atribiiyc abusivamente al segundo. ( ) D r este doble inalcntendido. relacionado con un concepto acrítico de la revolución surgen entre los resignados, entre los teóricos dei mal menor las trabaiosa* tentativas de conciliación y los temerosos deseo« de que la ineyitable dictadura sea lo m á s provisória posible. Estas tentativas y estos buenos dèseos son el resultado de una concepn >n catastrófica v apocalíptica de la revolución mi-mia. qur ha sido común a todas las corrientes socialistas dei siglo pasado. pero a la qne el marxismo simplificado en el lenguaje de los partidos ha dado un harniz científico e Wstori cístico, infliiyendo con esto no solo sobre los movimieotos afines, sino también, especialmente en I.atinoamer*e», sobre los adversários! l

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Kn re.ilirx v el marxismo", cita a l-Vuerhach. resumiendo nsí su pensamiento: " R I egoísta dolorido por el abismo que separa MIS deseos de la realización. se refugia en la imaginación arbitraria de una omnipotência que. con -ólo querer, supera cualquier o b s t á c u l o : he aqui su d o . " . fRodolfn Mondolfo: " M a r x y e) marxismo". Ed. Pondo de Ouhura Económica México. I9rS0, n. 35). Es evidente la afinidad de eata Conçepciófl religiosa que te pide a Dios que tenga Ia omnipotência que la humanidad desça y no tiene, con la creencia en una revolución, necesariamente violenta y dirtatorial. que interrumpa el curso de la historia para introducir cu ella desde arriba todo un sistema perfecto y racionalmente articulado, de cttyo ulterior desarrollo nadie habla. lo que le da indudablemente ciei to c a r á c t e r milagroso y paradisíaco de utopia. E l proletariado que se identifica con la humanidad negándose a si mismo COfflO clase y que. dueuo dei Estado, lo destruye paia dar vidai a una sociedad sin éste. se parece nutcho a un Mesias-, aunque Gramsci, atormentado más aor ma PAGINA

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\ tontradiecionc« intclcctualcs que por Ta careci. r e o m o ç i e a _ e i f » r — cn cl partido que. scgún su opuuòu. <<"' representa»*, -al Príncipe de Machiavelli con lo que cn cierto sentido t»'.s daha la razón. pnesto uue la final d-«d dei Príncipe es el poder y nada más que cl poder jf no Ia construcción de Utopia. e

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CARACTER TARDIO, SECUNDÁRIO LA VICTADURA EN LA

Y CONTINGENTE DC REVOLUCIÓN

Tanto a '<>s teóricos dc la dictadura dei proletariado eonio a los sortenedorcs má* imprecisos, dc la incvitahilidad de la dictadura provisória para cualquier revolución. les podem os. preguntar: i Q u é revolución digna dc este nombre ctxuienza con una dictadura i El primer impulso, violento o no, es, generalmentc, un impulso de l i b e r a c i ó n : destrave trabas, desata fuerzas, dice palahras nuevas. L a dictadura Mega meses o aun anos máa tarde e inicia generalmentc Ia fase contrarrevolucionaria. Para darse cuenta de esto. basta medir el tiempo que separa la revolución inglesa de 16-18 de la dictadura de Cronwell, la toma de la Bastilla en Francia dei terror rohespierrista, Ia constilución libre de los primeros soviets en la Rusia de 1*17 de la dictadura bolchevique que deslruyó al machno* v i j m o ucraniano y a las fuerzas renovadoras de Krons-» tandt; basta evaluar la distancia que separa él programa de Sierra Maestra de la núlitarización de la cultura y de Ia eatatización centralizada de la reforma agraria, acompafUda por un regimen de partido único y prensa amordaçada, en Cuba. L a verdadera revolución nace en la fibertad f en la dictadura decae v m»«ere. . Otras veces me ocupe de demostrar esta ineficiência revolucionaria dei poder absoluto. Repeti ré algunos ejempJo» que me parecen significativos. Julio C é s a r instauro la dictadura llevado, no solo por su ambición. sino también por el deseo de realizar un vasto programa de reformas aociales, especialmente la reforma agraria. «jOuc quedo dc su iremendo esfuerzo, que Ilevó a la derrota a las bttestes Oue defendian los privilégios de una aristocracia dc l a t i fuodistas? O u e d ó la dictadura misina. disfrazada dc I m p é rio, y qttedaron los lati fundis tas. O u e d ó también un mito, ai dc B r u t o ; y es un malentendido. que pareció de todos ânodos útil y es en cambio un toxico histórico, como todos fon malentendidos. E l fruto m á s visihle y duradero de la Revolución P r a « c e * a en sus contienzos fué Ia Declaración de los Decechos dei H o m b r e ; y hay una continuidad entre esta

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Deelaración y el «1M.H WIHO d> la revo^tron niisina, has*a Que Ja guerra, n * i ÍH*S •iespué?», pareció impooer el i*rr«.r y la dictadura. Digo "parrrió"'. purqae se ir.."o MIM V«Z más dei mito de ia "dictadura provisória"» que surge »»**r Tazones de emergência y se perperúa por ta lógica aaisma dei po>, que la Conveneión a probo insptrándose en m* 8»coy»»rr« anterior de Cendorcet, era verdaderamcnte Ia euWrracion dei proceso revolucionário iniciado en 17%* y- nutiea se apheó. F u é suspendida "per poco tiempo", es decir, "hasta la na/."» H e aqui la "dictadura provisória", br aqui & Rotespierre, que es. en t e r r m o paJWcw. el padre de WfUÊjih fia, l a R e s t a u r a e i ó * v Ia Santa Alianza fueron «na respucsra a K a p o l e ó n : na fcnníerâai sido po*>»en ew el r.plasUtniento dc la tevobu.o* espaíioiu su pwms» 4* partida a

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\e rctniudar a este propósito un disouree emjezado en 1947. La autocita tiene el único objeto de ostrar como el proceso. ya eutonces muy avanzado, ti- la- dictadura llamada provisória, ha seguido desarroCandoae según su lógica interior. Décia entonces: " I i n la rewtlución rusa la contrarrevolución ha entpezado con l e n i u y no con Stalin. L a insurrección inicial no estaba Jtrigida a tomar el poder y menos aún a instaurai una dictadura, asi como no pensaba en el poder 128 aflOl el puchlo de los subúrbios de Paris que d r s t r m ú la Bastilia. I.n Rusia los campesinos ya habían ocupado las ti'-rras y habían surgido en toda ella los aovieta autónomo», mando Leuin desde Finlândia, estudiaba para su partido el canino m á s corto hacia el gobiemo. Conseeneatciaa de la dictadura bolchevique fueron el aplastamiento de la Comuna de Kronstadt, la derrota de Machno. la destrucción de los soviets (substituídos por órganos dei partido y de] estado, con el nombre, pero sin la autonomia de lo-- organismos primitivos), la colectivización forzosa en detrimento <'•• las cooperativas, la N e p . . . Empezaba el lento y conrplicado proceso de la contra rrevolución con nomenclatura revolucionaria. El capitalismo privado se había derrumbado baio los golpes de la sublevación popular. La dictadnrai llamada dei proletariado, no ha creado realidade» rnjevas, a no ser el hecho brutal dei poder. Ha quitado las fábricas a los obreros, la tierra a los campesinos, las comunas a los «oviets locales, para incorporar todo esto al Estado. D absolutismo restteitado no tenía ya al zar, pero tenia una nuera y terrible arma: el contralor total o, meior dicho. la gestión de toda la vida económica dei p a í s . Y las fuerzas revolucionarias fueron aniquiladas una tras otra. hasta que Je ha tocado el turno a la tendência mistna dr Leniu. Nada más normal. Con estas sucesivas eliminaciones, que Stalin realizo en provècho de su poder personal, el ritmo de Ia contrarevolución se acentuo y se produieron todas Ias restauraeiones compatiblse con los bechos nuevos que, surgidos de la revolución, habían sido adoptados por el regimen Bolchevique como r e í u e r r o * y moderniraciones dc su abso-

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i que coincidcn geograficamente eòn las naciones m.'i< poderosas dei "bloque orienta)". Dcspucs dc YugOtiavia toemos ahora China, que parece haber vuclto hoy, desÉues dei parêntesis de tas cien flores, a un estalinismo ceifado que le sirve para disputarle a Rusia el liderato dei anuído comunista. La relativa rohen •

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adurâ ni paredones, al nienos basta ahora. Esta comción no rs cotejo de ideologias ni aprobación a n m obra de gobiemo. Quiere sólo ayudar a mostrar los is que le hace çorTfr a la revolución la violência ccional, coando 'a "*urrccción se hace gobierno y ma violência e ' W c e desde arriba c

101 denipo que m> -. para d« 1 momento en que 8e eset i nienin esta.s linra* v ó .fiograse en parte loa esfuerzoa • . /olanos rnadam«mi«. desde uhajo poi militarei de derecha v movimientos comunistas, empenados uno* v otros en Impedir cualquier progreso no dlctatonal y »-n eropujai al gobierno mismo hacia la adopción de medidas d* fuerza: prueba —que no necealtábamos— de la exttfma vulneiabilidad de toda aceron poaitiva realizada desde el gobierno. De loa resultado» de e«a acción perdura «.olanunte lo que queda bajo el contralor de los dh «ctamen** irtere«ados. fuera de toda juri.sdicciòn g u b e r n » m r n t a l • Montevideo, encro de 1962) (2) Con el titulo •Repanu. el I A.N." (Instituto Agrário Nacional) el fundo Pimentel Ln I» jornada de reforma agraria se entregaron 44 mil hectareas a 3.890 famílias campesinas" " E l Nacional", de Caracas dei 5-Ml-1360. publico la siguiente noticia: - E a once estados de la república fueron entregados ayer a 3.890 famílias campesinas mas de 44 000 hectãreas de terrenos aptos para cullixos, entre cilas las 11.500 que comprende 60 fincas ublcadas dentro dei latifúndio Pimentel en Carabobo. el cual habla sido exproplado en 1946. pero devuclto durante la dictadura Aparte de Carabobo. ayer fueron repartidas tierras cn Ai aguas. Bolívar. Cojedes, ííuarico, Merida Portuguesa. Sucre. Trujillo. Varacuy y Zuria. En la gráfica, un aspecto de la reunión de campesinos en Virgínia, durante la entrega de titulos dei •atifundio Pimentel' Y he aqui algunas líneas de una carta particular —20 X1 1960 — de un periodista libertário que reside en Venezuela: "La reforma agraria aqui marcha muv bien. con cl reparto efectivo de tierras al campesinado, disolución de los latifúndios, etc Mlles y miles de analfabetos están concurriendo a cursos y cientos de escuelas, Ilceos y universidades. Se han traído profesores de Uruguay. Chile y ArgcnUna, porque habia déficit de ellos . . " En cl momento de terminar este trabajo salió cn el periódico "Marcha", de Montexideo. '3-11-19611 un artículo de un conocldo educador venezolano. Luis H. Prieto, dei que me parece oportuno reproducir !os párrafos que «-e refieren a la reforma agraria: "Decretamos expropiaciones sobre tierras que no cumplen una funciOa social; que no están explotadas. que pertenecen a ausentistas. que se trabajan con mano de obra esclava, que fueron recuperadas para la nación como castigo ai peculado La ley autoriza adernas la expro. piación en todos los caso» en que se considere de utilldad pública. "Kl pago de las expropiaciones se haee: una parte en dinero efectivo > el resto en bono- a 10. 15 0 20 anos, con Interescs dei 4 al 6%. Las solicita el Instituto Aj.ii.no Nacional y las decreta el Tribunal La tierra se BcfJvcVea a los colonos sobre estas baset: M enPAGINA VEINTICINCO



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irefcM gratuitamente; en propicctad, pero no p u e d e ser trasniitida nl puede s e r afectada a otros fine.- que lo-, determinados ea la adju«iicacioti; tampoco puede ser arrendada S u v e n t a sólo es posible •Ilitania autorización dei instituto. "De la eficácia de esla reforma habían las c i i r u . v e l IS de dli-iemt>ie. a tos ocho meses d e vigência d e l a i e \ s e h a b i a n adjudicado u n fnillón de hectárcas, a 60 000 famílias d e campesinos. :hn esta primera estapa se distribu>cron t i e r r a s en s u mayorta nscale* provenientes de los juteios contra el peculado; do los enil. quecidos en la época dei gomecismo; de l o s perczjimcnislas escapados; o -simplemente, otras que pertenecian a l a n a c i ó n . I.a» expropia. eiones a particulares sc lian l i c c h o >••>'<• aabn un 35 a 1 0 ' ; , de las t i e r r a s distribuídas. "Las extensiones d e los p r é d i o s a d j u d i c a d o s v a r l a n . R n g e n e r a l e n razón inversa con l a densidad d e l a p o u l a c i o n d e la /ona. En Venezuela hay sólo ocho estados en que e x i s t e p i o s i ó n d c poblactón; .ti los demás tas tierras sobran y escasea la gente "El campesina.lo no paga por ahora Recibe crédito. asistencJa •i.edita maquinaria y vivlenda. Adernas, aytida v aslstemia en saiu d v educación. Venezuela vive de su petróleo que es un liien pereced o r o . Ocbe pues prever el futuro y orientara- hacia la producción agropecuária. En eso estamos" N i en Venezuela, nl en C u b a s e t r a i a d.- s o c i a l i s m o ; pero en a mitos lados hay procesos revolucionários. e n a c t o . cuya semejanzas y d i v e r s i d a d e s constltuyen una experiência valktsa p a r a toda América latina. Si

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l e . \ e > a g r a r i a s , d e bom os

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gar a ta conclu&ión que la venczolana r e v e l a u n a uiayor preocupa• ...n de carácter - diríamos— pedagógico, p o r suscitar la Iniciativa M la base. exigiendo. para la ceslõn de tierras. la formación do comités provisionales de campesinos d e carácter electivo, los cuale* adernas, al llenar el formulário de la solicitud. Iuego dc dar datos acerca de las familias que tntegran el núcleo, deberán informar aproximadamente (cuando sea posible • "acerca de las tierras de la reglou, especificando cuales son nacionales, baldias, munlclpales o particulares, ia extenslón y ealidad de las mlsmas, los cursos d* agua,.la, çlasa.de cultivos, ae.t,ual v posible, producción media, datos sobre lluvias. vias de comunicaclón. d i s ' a n c i a s a los mercados y, en general, todas aquellas informacione» que peranltaa un atejor conorimiento dei caso (art. 9 5 ; " , •

PAGINA VEÍNTISEk»

A

este patioi ama mundial, lleno dc nubarronrs de guerra y de golpes de estado, se mantiene por ahora en pie Ia .frágil esperan/a de la revolución cubana, cón sus eonúenzos heróicos, con sus intenciones positivas, con s » j reformas agraria v urbana, con los peligros enormes mie ta n m c n ã s a n . de«<*e fdentro en primer t é r m i n o v Iuego desde afuera. nor 1? drrecha y por la izquierda. o si se prefiere, por el oeste v por el este. Por culpa de 'o« ptrebloa de América latina, que haii dado a la revolución eubana sólo una ciega ayuda de m i íines v gritos simplificados; estas amenazas. que po»lríamos Mamar experimentáles si todo el destino de un pueblo no est.uviese en iuego. se están convirfiendo en un peligro mortal para Cuba. en noa batalla perdida para A m é r i c a . Una vez má« la dictadura mata a la revolución. Este proceso como suele acontecer, es, también en Tuba. mttcho más rápido en terreno político, que en terreno social Las conquistas sociales realizadas en el primer momento de la revolución perdurai) y aún se sienten las consccttcncias dei poderoso impulso hacia adelanti nue las caracterizo RI fervoroso apoyo popular, por otra parte, impide por ahora que .ese impulso se debilite: pero paulatinamente va atendo centralizado por el gobiern© y orientado en un único sentido. Esta obra de c* ntralización. en que por otra parte el Estado no es más que un anti faz cada vez piás transparepte dei partido rme ttende a ser único y controla ya el l.\'RA (Instituto Xaciona) de Reforma Agraria),, el «1.2 (Policia Política), los sindicatos, la banca, el ejétçito. las milícias y . d e s p t i é s de la d r a m á t i c a deposición .de U r r u t i a , la presidência de la república se fué llevando a cabo desde un primer mopiento. como se puede comprobar ahora con la fácil, sabiduria que re-sulta. de los desarrollos posteriores. . Particularmente. interesantes son a este propósito la Ley «le Reforma. Agraria./;ue es evidentemente el resultado de una convergência de fuerzas. y el " f ó r u m " (mesa redonda) acerca.de Ia misma que tuvo lugar en L a ITabana y en.la que participo f uruguayb A . Gonzalez Vidart, autor de un. interesante. \%Lfforjme sobre ambos t*m*« roo è' título 1

PAGINA

VEINTJãlETJE



"Reforma agraria cn Cuba" (Revi.st "Tribuna l ' u i vcrsitaria", Montevideo, N * 10). Comparando estas dos fucntei i n formativas de la primera etapa con las noticias actuales. se vc claramente qué fuerzas actúan y en q u é sentido. t

I>ice Gonzalez V i d a r t : "Se r e e s t r u c t u r a r á toda U • i eneenia nacional enraizándola en la economia agraria, que a su vez es asentada en cl dereebo de propiedad p r i vada de la tierra". (informe cit.. p 96). F.sto, p:ira Gontálea Vidart prueba que la reforma e« la antitesis dei comunismo. E interpretando esta palabra en sentido doetriaario podriamos estar de acuerdo. F.l eonrepto es remaeha.lo pec el presidente de la República cubama. Dorticós, •n el fórum citado por el mismo autor: " E l dereebo de propiedad hay que eien-tarlo en función «ocial. Por eso el eiercicio dei mismo está limitado v condicionado, pero s i " nue por ello se altere su esencia fundamental, o sea Ia conservación de la institución de la propiedad privada" ( p % i . Y el delegado comunista al mismo fórum explica el a novo de su'partido a esta defensa dc ta prop'edad p t í f i d a . mie pareceria en contradicciún con todo pc grama socialista o comunista, con estas palabra-: "I.a consideramos Buena f justa, es decir el tipo de reforma agraria oue corresponde a la etapa actual de la revolución de nuestro pai- <• aor eso le damos nuestro pleno apOVO íp. 97V M

Ouien recuerde la* consignas dei partido comunista eapaftol durante la guerra civil, contra las colcctivizaciones, en favor de una revolución solamente política en sentido " d e m o c r á t i c o - b u r g u é s " , ("primero ganar la guerra", "renunciamos a todo menos a Ia victoria". "frente popular", "dictadura d e m o c r á t i c a " ) , quíen recuerda los variablcs slogans dei Partido Comunista Italiano en el destierro entre Ias dos guerras: "Mano tendida a los hermanos en camisa negra", "frente popular", "todos unidos contra el fascismo", exigiendo. dentro de esta última unión. que cada tendência desempenara su papel, que de ninguna mancra. —bajo pena de excomunión— podia ser socialista v revolucionário (lo supo el movimiento "Justioia y L i b e i l a d " ) . quien recuerde la línea política dei mismo partido, ya en Itália, eu et primer ailo de Ia liberación, en que fuc el responsable de la breve supervivencia de la monarquia y de la demasiado larga supervivencia dei Tratado de T.etrán con el Vaticano, •

FAGINA VHNTIOCHO

quien se acue ide de todo esto y, adernas, de mueba historia memrda. recenoce este lengnaje. ÍSo se puede entender lo que pasa en Cuba (ni lo que paso anteriormente en muebos otros lados), si no se Hegan a distinguir netamenre t r ê s planos: la teoria económica comunista (compatible con vários sistemas políticos), el regimen ruão, o 3-ugoslato. o chino, y, en tercer lugar, los intereses políticos dei Partido Comunista internacional y de sus secciones naeionales m á s o menos subordinada* hoy al P. C. ruão, maftana acaso al chino, pasado mafiana a otro, pero todas con su pequena y local "voluntad de poder". Este último plano es el más importante. Esto explica por qué una revolución socialista o aun sólo contra el latifúndio, en cualquier país que tenga un partido comunista d é bil es frenada por éste. local e internacionalmente, mientras no cambie el juego de las fuerzas. V , si no cambia en su favor, a pesar de Ia enorme potencia que le da el apoyo de un movimiento internacional bien organizado y de muchos gobiernos. iodo ese csfiurrzo se dirige en contra de la revolución misma. E l lo que le pasó a Espana y Iuego a Hungria y es - acaso lo que le está pasando a Venezuela. Observando toes de cerca la ley agraria cubana, se ve como estaha orientado, desde un principio, este fomento (que un socialista de cualquier tendência no puede no considerar negativo) de la propiedad privada. "Ea propiedad que se respela como la que se otorga debe ser correcta y eficientemente utilizada en beneficio de la c o m u n i d a d . . . Esta equivale a imponcr el nso social de Ia tierra con rendiviicnlos que eoulrclaui el IXRA. I.a propiedad oue no cumpla será posible de expropiaciòn". ( A r t . cit. p. 90. erPAGINA

V K I M M M . W r

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dura la iujusticia que Ia propiedad privada implica, pero desaparece la única rentaja que se suelé alegar en apoyo de la Mamada "libre empresa", es decir la iniciativa i n d i vidual. Dijc que perdura la injusticia: en efecto. no se auprime la categoria de los jornaleros asalariados. " I . a propiedad podrá ser individual o colectiva (cooperativas de producción) y sólo puede pertencer a quien trabaja la tierra. Fn cl campo, sólo habrá dos forma- jurídicas de frabaio: cn propiedad o a «álario** í o . 001. A pesar de estos gérnu-iu-, de c e n t r a l i z a d o » política, la reforma agraria instituyó un regimen tan superior a lo que existia antes en Cuba v siguc Mcistiendo en otros países dc América latina, que todos los hombrei de espíritu libre la apoyaron y Ia apoyan a ú n . tanto m á s que muebos de sus aspectos disçutiblei pueden atrihuirse a circunstancias l o rales Pero bay fenómenos inquietantes que pareceu marcar la prientaciòfl de todo un proceso. especialmente en lo que se refiere a Io mejor que tíeo«" la reforma: las cooperativas de producción. Estas cooperativas, generalmentc organizadas por el Í X R A . se parecen bastante a los kolkozes soviéticos, con la diferencia que las ganância* no van al Estado, sino —una vez descontados los gasto? de lõa servidos sociales dc! núcleo— a los cooperadores. Otra diferencia conliste en el beebo de que no todos los oue trahajan Ias tierras de Ia* cooperativas tienen lã rvmrliciXii de cooperadores. Acerca de este punto. que me parece particularmente importante, no hay acuerdo entre las fuentes de que disponemos. Agustin Souchy. en el folleto " T e s t i m o n í o sobre la revolución cubana" (Rs. Aires. Ed. Reconstruir. D i o 196*0) en que refiere sus pbservaciones directas, realizadas en la primera mitad dei ano 1°CI0 en Cuba. durante su minuciosa visita a gran n ú m e r o de cooperativas, no habla de tal diferencia de categoria entre lo» trabajadorcs de estas últimas. Sólo una vez. a propósito de la Cooperativa Jose M a r t i ( P á g . 48) menciona a los trabajadores zafrale», es decir, no permanentes, que trahajau a desta jo y evidentemente quedan fuera dei cuadro de Ia cooperativa. En cambio, scgún el informe que rindió de regreso de ima visita a Cuba. un miembro de la cnmision directiva de la Eedcración de Estudiantes U n i v e r s i t á r i o s dei U n t g u a y , bay asalariados cn grau n ú m e r o ea las. cooperativas agra•

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rias cubanas Este estudiante. Alfredo Erranlonea. cito, entre otras. una cooperativa que puede ser llamada típica, pues es una de las que visitan. en general, los extranjeros inferesados en los problemas de la organízación dei t r a bajo. la de "Los Pinos" Esta tenía a fines dc noviembre •'• 1960 unos 150 cooperadores y unos 5.000 asalariados* sin que se notara diferencia en el modo de vida de unos y ot ros. Lo que relata Souchy parece indicar, en efecto que Ia diferencia —dc existir— debe ser m á s formal que r e a l : loa <_• (operadores reciben "anticipos" que, por su monto, equivaleu al salário y su parte de ganância al final dei ejerciciò l i r v e para financiar la construccion de sus casas, que constituyen Io concreto y visible de la cooperativa. Queda, sin embargo, el hecho de que bay que ser cooperador para formar parte dc la asamblea de Ia cooperativa. Pero t r l . asamblea no tiene funciones definidas; en algu« a s cooperativas se reúnen. en otras no o sólo cu ando sea convoca,Ia nor el LVRA. Adciná.s Frrandonca. que es el testigo más recieute, tuvo la impresiòn de que el n ú m e r o dc cooperadores disnúnuye r á n i d a m c n t e . lo que establecería una mayor igualdad, pero a un nive.l i p f e r o r v h i i o domínio estatal f3) Relacionando este último fenómeno con la reaccióu politica que se acentua, se tiene la sensncióu angustiosa que sólo el apoyo urgente de los puehlos de America latina a la revolución cubana en Io que tiene de e s p o n t â n e o y d- autenticamente socialista (que es mucho m á s . i e g ú n Errandonea de Io que la gran prensa deia sttponer) puede salvar esta -Tan esneranza. T.oa aeontecimlentod oeurridos desde el momento en que fueron redactadas estas hojaa. hace aproximadamente un •no, no ha hecho m á s que confirmar lo que en ella* «e vislumbraria. E l ritmo de 'os acontecimiento« se ha vuelto m á s rápido s medida que Cuba, cura autonomia no ha sido defendida por los pueblos de Latinoaméi icn. cegados por a'ógans y euya pasión revolucionaria #e agota en mitines »« ha abandonado al choque do las grandes fuerai* interBasOlonalOa y se ha vuelto una pleza en el juego cruel de la guerra fria arrastrando «omdgo tanto a los "am'go* de Ia revolución cubana' que florecleron en lo» dem«s polSes del r* 'l.iK-n» I il)i-n,,ri:i N" 201, (Montevideo. Knern IM1. p I ) , "Matv»ui" UM4 j 1045. (Montevideo, 27 de enero > 3 de Tetirero del «S>. PAGINA

TR0N f A

V UNO •

S P * t l — t t i como a I©« "democratas" que sen en Castro « n a • « p e e i s da S a u n a s dc A m é r i c a K l punro de partida de este a p r e s u i a m i r n t o del piocaso en c u r s e «a l a i n v a s i ó n de B a h i a de Co chinos, preparada en G u a t e m a l a y financiada, asesorada, protegida par cl gobieino norteamericano, con una final:dad de der», ha (defensa de los propietario- d e s p o s e i d o s » . que parece aanpManie-nie probada, no s ó ' o por las d e c l a i a c i o c e s poster ores de loa reaponsables, stoo poi el arresto preventivo v torpieaivo, en los campos de entrenamiento. en ia vtspera m l í i n a de la e x p e d t e i ó n . de numerosos voluntarioa, v por la x ' r a n c i a en que fueron í e j a d o s , dentro de la Isla, los que partlcipaban en la lucha antica-striatn en sentido revolucionar o 1<« t o d i g n a c i õ n que desperto en A m é r i c a ' a t i n a esta ntil zaeion de un gt upo de « x i l a d o e «la histor.a dirá st y en q u é medida, habia entre e.los m e r c e n á r i o s ) para j » r e i d a dero acto de a g r e s i ó n . por torpe, débil e • n t e n u © ou* fuera, le d t ô s l Mamado bloque o-ienta) de gohierno dirigido por el de la U n i ó n S o v i é t i c a y China en ten-«a -aunque e c u ' t * ~ riraiidnd. la posibill ind de iran.sformat la infiltracion • m á s o m e n o » disfrazads por las palnbras de orden de "democ r a c i a directa" y la a c e p t a e i ó n de la propiedad orlvada. r « l i t g d » a obtener e' contralor de las posiciones e'aves a u a v é s del pequeno part do comunista cubano) en una desembocada o c u p a c i ó n e c o n ó m i c o - m i l i t a r . que hace de C a s t r o una e s p é c i e de K a d a r jr vueive inneces^rias oara ei Partido Comunista que tiende a la a a t a t i z a c i ó n l a » f ó r m u l a s d « compromiso. tan seductoras hace un ano v med o para loa viajeros como C o n xale? Vidart citado raá* a r r ba I-as consecuencias interna? de taJ a e c n t u a c i ó n dei papel de (Juba en las eoaipetictonep internncionalea consistleron en un cambio de la politica oficial del gob erno. que pudo tomar, en A m é r i c a y acaso t a m b - é n nsra mueho? eubsnos. el aspecto de una r s d l c a l i z a c i ó n revolucionaria Hiibo un eaaiblo profundo en la reforma agraria que tomo como la llamada reforma urbana, un nimbo resueltamente contrario a ia c o n s e r v a c i ó n de is propiedad privada. Algunos latinoamerieanos que visitaron Cuba en ese p e r í o d o y no tuvieron contacto con el "Underground" de !oa pereegu do* tuvieron la i m p r e s i ó n de una erccienfe p s i t i e i p a c i ó n popular en los aeonteeimientos que. s e g ú n e'loa, a r r a s t r a b a a l mismo gobierno E í t e por su parte y por boca de Fidel Castro, proclamaba a Cuba república socialista. E l golpe fué habilielmo y produjo el impacto deseado. E n efecto, toda A m é r i c a latina aa-pira en este momento v en foi ma particularmente aguda aunque vaga, a un cambio en las estructuras rurales. en el sentido de una mayor j u s t l c i a social. E l l a t i f ú n d i o pesa sobre sus habitantes como una raaldiclon, de M é j i c o s T i e r r a dei F u e g o . L a aspirae-on eonfuaa a la tiberaclón de la tierra ("Tierra y Mberrad" f u é el grito de M é x i c o ) se ve reforzada. y a la ves, desfigurada, especialmente en A m é r i c a Centra*, por el hecho de que. memrlo los latifun Mon. las minas, Ias industrias, s«>n r

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propiedad de e m p r e s a extran jei na. m u c h a s vece* noiteamsrtcanas ICi hecho de que r: impulso socializante adquiera a s i un fuerte tinte nacionalista, facilita l a i n s e i c i ò n d« A m é r i c a latina en la lucha entra los bloques y hace surgi t. Oa la t e v o l u o i ó n que se e s t á gostando, la misma t r á g i c a antinomia que e s t á desttuvendo la r e v o l u c i ó n cubana, en l a que el partido ú n i c o y li leívjao Instrumentos do g u e r r a ' E n efecto. la aparente rad ea i / a e o n de ia n v u i u o un en CHiba, de que h a b t á b a m o I si en l a aJlmlDaoiófl de tuuchoa de l o j reoiduo? de la empresa privada, peto t a m b i é n do asa principio de sociro aroseatade por las cooper a t i v a s agrarias, que s ó l o podia o d a r fruto de socialismo • a u a c l i m a de libertad. IJB * t a n a f o : m a e i ó n de esa* coopera* t i v a s e a g r a n j a s del estado, que se a n u n c aba desde loa Oomlensoa y que al nbe*> utiemu gubernamantal de R u s i a la r o q u i r i ó muchog anos. se realiza en C u b a muy rapidamente JT au c a r á c t e r no es precisamente r e v o l u c i o n á r i o . Se aproveoba ia hostilidad tradictocal m á s que justificada c o u t r a ta. g r a n propiedad a g t a n a y la u r g ê n c i a universalmente sentida de un cambio de estru. l u r a para implantar ia g e o t i ó n e s t a t a l - d e la a g r i c u l t u r a como instrumento politico de un podar t o t a l i t á r i o i n é d i t o en A m é r i c a , ouevo e imprevisto o b s t á c u l o en e' c a n i n o de su l i b e r a c i ó n . K l capitalismo de estado y el absolut.-mo politico a oontrol remoto son pues e »*ur»a la c o n t r a r i e v o l u c i ó n en acto y cons»tituyen la primrra derrota seria del socialismo • a A m é r i c a latina, i.a autodeflBi > •. ó n de Castro como m a r xista leninista, «u condena de la "torcera posicion" loa d-sfi ss militares con la e x h i b i c i ó n de un a r m a m e n t o a b i u mador, no hlcleron sino c o n f i r m a r esa derrota. L a falta de c a p a c i t a c i ó r ) de las m a s a « por e! abandono q u « los sindicatos han hecho de s u f u n c i ó n natural, la ador a o t ó n del "lider" a l que et poder facilmente embriaga transf t r m á n d o l o en un instrumento de c o n t r a r r e v o " u c l ó n , •1 apoyo que los movimientos socialistas, c u y o » jefes plensan • a t é r m i n o de autotidad. tienden a d a r a determinados paisea globalmente considerados es decir, a sus g o b i e r n o » v ya no a l a * massa de todos loa p a í s e s , en oonflicto latente o abierto coa loa d u e n o » de Io» m é d i o s de p r o d u c c i ó n (seaO allos capitalistas privados o estados), e s t á n entregando laa sibhidadas que el socialismo tiene en A m é r i c a del Sud a > fuersas de la gnerrn. s ó l o una Idea m u y c l a r a de l a roaponsabMtdad que todos teremos en este proceso, que av* tiene a a d a de fatal, puede s a l v a m o s . Montevideo, eneto de 1W2. a

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ANTIHIÇTOOKrtVO

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M J . i a DUCVO en caia coinprobaciou dc ia ínipOtCnciâ crcativa dc la dictadura; nada nuevo w cn los hecho<», ni cn las idcas. Pero vo quisicra llegar Ufl pOPB más lejos, doode cl acuerdo cs t n á l dificil dc lograr. liemos distinguido la instirrección dc la revolución d x i r u d o que la primera es una fase inicial, casi includihk-, de la segunda, y no tiene por qué estar dirigida a la toma del podei que. por otra parte, de oroducirse. anularia la revolución misma. fiemos visto que la dictadura. por m á s provisória que sc la considere al implantaria, no cs m á s que el comienzo de la coutrarrevohiciún. Ouisiera ver ahora de donde v i n c y a que está ligada •ea tendência a emplear la varita mágica de la dictadura " p r o v i s ó r i a " Creo que. a la luz de estos últimos cincuenta anos de historia, dehemos analizar de cerca nuestro mismo concepto de revolución. F.l prohlema se me h i / o claro (o llcgó en mi —creo vo— a su punto de madurez) cn forma extrana. a propósito dc M a r x . auntiue va hahian hecho vacilar en mi el c a r á c t e r mitico v. nor lo tanto, unilario v simphficado dc la Revolución. con mavúscula. cl raloi que Cobrarosi en Espana, el 10 de iulio de 1°.VJ. las raices dilas creaciones sindicales v comunalistas en las tradiciones locales v el valor nue los mismos liberta r i Ol empenados en la viva experiência de todos los dias ("especialmente Santillan) les atribuían. Ya entonces se me apareció el valor que Hene. para la Kbcftad el pasado. que instinti\e la rrlteldía iuvcnil fque tanto inflnve en la formación de la nientahdad revolucionaria) sc inclina a considerar cn bloque como un lastre. c

E l espontâneo v está preparado a desarrollar-c libremente creciendo sobre si mismo sólo lo que está arraigado en el ticiuno v en el osnacio y fonna parte fia coacció». fs dr, ir (trnánicamcHte del teiido


futuro, que individualmente no podre mos dominar, pero que sin la aetividad v el pensamiento de cada i m o ât nosoíros no seria o ser»;» distinto ,, K l resneto a todas las erracione* v tradiciope* espont â n e a s no coactivas (de tino familiar municipal, nacional o internacional de carácter variamente solidário, en tericno material o espiritual, sobre bases teográ ficas o funcionales) se me presente entonces como el meior método revolucionário para construir el socialismo en la libertad I.a "revolución" «e volvi/> entonces en m i visión global de la Vmtona tina puerta abierta para lo que es vitn' y está creciendo y correria el riesgo de malograrse detrás de una puerta cerrada. Ilabia llegado a este punto cuaiulo «e me pid ô que participara en el bomenaje que se le rindió en Montevideo a uno de los mavorcs estudiosos vivientes de M a r x . Rodolfo Mondolfo. que babía sido. treintn anos antes profesoi mio >]f filosofia en Rolon ia. Kn la división de temas entre los participante* activos al homenaie. es decir. entre quienes oVhfan bal.lar. a mi se me encariró mie expusiera el pensamiento sociológico de este maestro nue m m p l í a entonces los odienta anos: tu pensamiento sociológico, es decir. SU particular manera —que él. como historiador de la filosofia y de la sociologia, considera como la única legitima— de ser marxista. Conocía. naturalmente las ideas de m i antiguo maestro al resperto. pero una nueva consideración de su obra y especialmente la lectnra de cosa* Sttyas aparentemente menores, qne antes habían escapado m i atención. Ilegarou entonces a punto para m i . como llega a punto —en el diálogo— una contestación pertinente a una pregunta que no hay m á s remédio que formular, porque ha sido suficientemente madurada v. como un fruto, está por desprenderse. F.l M a r x de Mondolfo es. como toda reconslrucción viva de un pensamiento estudiado en su proceso real. mocho m á s com pie {o que el que se ha popularizado l tr.iv/* de las bichas de los partidos v del esquemático lengtiaje internacional del periodismo. IToy " M a r x " es para los m á s un apeTIido-simbolo, que. sintetiza no sólo ideas sino fuerzas y postural características de este siglo X X que los hotnbres dei siglo pa*ado no pudieron n i siquiera imaginar. Se nroduee. pines, a propósito de M a r x , un fenómeno •

PAGINA 1HK.IMA Y bElS

RUItorico o. meior. historiográfico, que estamos acnstumbrados a atribuir al primitivismo dc épocas remotas cuando e' recuerdú de los bechoi se transmitia en gran parte oralmente v su relato, tanto como la memoria, intervenia —(ncon-cientemente— la fantasia Fra muv frecuente entonque se sintetiraran en una sola "ran figura las haraftas de varia' generaciones: eiemnlos* Ramsés 11 en el antiguo T i l i n t o : Carlomagno en la F.dad Media. Puede parecer extralto que el mismo fenómeno ptteda pro<1ncirsc en el terreno dei pensamiento v en nuestra época que es hasta ahora. sin dttda. la época m á s documentada dc la historia. Pero e! hecho es que "marxismo" es hoy una palabra muy aclual sobre la cual se han acumulado vario* maticea seminttcot, a mentido contradictorios. que pertenecen a los últimos sci« o siete decénios Esta v otras experiências del mismo tipo nos ensefian que nuerer ver "1 origen de esta ClitC de fenómenos en tendências espontânea.: de la fantasia o en general, de la creatividad popular nace d*- una btgenuidad de raiz románticopositlvista. que Heva a desconocer el papel que dtaejnptBa en la historiografia la voluntad de poder de indivíduos grupos clases o rorrientes rVal Marx por figurar en el santoral de la mayor pau.- rts los partidos «orhlist.ic v en todoc los scctorei de' ai.arcntcmente monolítico partido comunista, se ha colorei.lo según toda« las exigências sueesivae de la politica de cslo? partidos, que a mentido deia de ser politica partidária para COnvertfrsc en acción de gohierno. Así una doctrina. surgida como respnesta s las preguntas de la Brunei a mitad del siele- X I X . se presenta hoy como una panacea para los problemas dei siglo X V Fsto mismo les octirrió antiemmente a los Fvangehos a t r a v é s de interpolariones que remontan a distintas épocas jr de sueesivas diferentes interpretaciopc? del texto p r i mitivo ÍIov las interpolaciones va no son posibles por lo menos en gran escala. Y para distintas interpretaciones. Coando se exchiye lo sobrenatural que parece permitirlo todo, el púnto de partida debe ser un texto suficientemente ambíguo o un conjunto de afirmacione* claras en sí. pero contradíctorias. Fsto último ha octtrrido con M a r x . en cuyos escritos encuentran apoyo las •Ctitudei m á s diversas dentro del campo «oda lista: eí determinismo pan-ecònómico f la reivindicación de la orig?n-.b'd.id crer-df»» -, del espíritu P

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ANTIHISTOMCISMO VI 10S

EN IA tfVOLUOOU 7

KEYOLIKIONARIOS

I l u oposicion neta entre pasado y porvenir, aiena a Ioda ouiciencia históHea, fornia parte ineliminable. *m embargo* del espíritu revolucionado e introduce eu éJ una d r a m á t i c a antinomia, En toda tendência renovadora existen lientàre. scgún Mondolfo, los dos poios, el historicista, que toma el pasado como punto de partida, y el anti* histérico que lo niega radicalmente y quiere construir el porvenir exnovo, sobre la base de un ideal forjado eu todas sus piezas por una razón intemporal o exclusivassente f u t ú r i c a . Dc aqui dos conceptos muy distintos de la revolución. vista por unos como un desarrollo gradual /rente al cual hay que remover obstáculos, y por los OtroS como una renovación total, necesariamente violenta en todos sus aspectos. Se puede hacer (Mondolfo lo hace) una historia dc la democracia y del socialismo eu base a est.i d-stinción. Ahora |>icu : trasladando este critério a la reconstrucción dc los distintos procesos revolucionarias, podríamos decir que el momento del antíhistoricismo, de la tentativa dc iuiponer un programa abstracto, prescindiend» dc todo lo existente, es el momento de Ia tirania o para emplear el lenguaje de la primera parte de este tral>ajo, el dc la dictadura pretendidamente provisória, que. cuanto más sei aleje, en la formulacin teórica del sistema, de las t r a d i cioncv v hábitos inherentes a la realidad que pretende modificar, tanto m á s absoluta y duradera va a ser. Este peligro nos presenta otros problemas: el dc las relaciones entre violência v autoridad coactiva, entre v i o lência, y racionalidad. entre violência y creación h i s t ó r i c a ; y cl otro, fundamental para nosotros, de la distincióu entre Insurrección lihcradora y golpe de estado dictatorial. Esta demostración del origen irracional (inherente al mismo impulso revolucionário y a la misma propaganda in-uneccional), de esta antinomia entre lihertad y coaccióii dentro de la revolución y de las teorias sobre ella. tiene en e-ste momento, para los libertários, una imj»ortancia deciP A U 1 N A Cl)AEKNTA

X UNO •

*rva, pues Tas sncesfVai revoluciones del siglo X X han pranteado el nrnlrienta del eiercioio dc la violência, no» más revolucionaria que se liame, cn toda su brutal claridad.

10S AHARÚUtSTAS

FfflUTI A M

HJSTOKJA

Desde siémpre, «1 movimiento anarquista lia consH drrndo como ralor m á x i m o no a la masa, sino al Hombre; \o al Hombre en abstracto, sino a cada uno dc los hombrèf èuya suma constituye la llamada masa. I.a e x i • n< .1 <|ur cada individuo «dente, m á s o menos, claramente, di ronstruirse a sí mismo. diferenciándose de todos los di inAl, a los nue roconoce sin embarco, como integrantes • I- vii inópia vida (que no tendria «ignificado si no fuera un único Irrepctible sistema de relaciones), está en las raices mismas «1c lo bumano del bombre. Defender esta exigência es la tarea especifica que les COrrespondió siempre a los libertários, en el âmbito del socialismo. Y en e
I4I " V i o l ê n c i a e s l a a c c i ó n d e l e d u c a d o r c u a n c l o . e n l u g a r d e IIi n i i . o «• .i r n - i i - r r . p o r n x « l i o d c l a c n s e n a n / a y d e l e . l c m p l o , u n a . n u . > I I d c a l u m b r a n ú r n t o y I»I i m u l a c i ó n q u e l i b e r e y d i n a m i c t Us energias inli riores del e d u c a n d o , v c a e n é l s ó l o mati'ri;i bruta p a r a forjai r n u n m o l d e y p r c t i n d a s u f o c a r o d e s v i a » M U t e n d e n c a i s y .M t i i i i . l . v i i i i i u i a l e s o a p n r a r L - i l a s m e d i d a s d e P r o c u s t o KueraS es l a r<-> i - . o - i K - i a d e l j o v e n q u e r e i v i n d i c a , c o n t r a l a i m p o s l c i ô n e x t e r i o r ^ii i . i n p M a u l o n o m i a c r e á n d o s e >o i n t e n t á n d o l o ) u n d e s a r r o l l o p r o p i o c in.lí > » n d i e n i e Y »i p a g a m o s d e l t e r r e n o p e d a g ó g i c o a l h i s t ó r i c o , en • ' o - c i p r o c a s e n t r e I n d i v í d u o s , g r u p o s , c i a - . - ) i>u« M o s , e s v i o l ê n c i a , « n g e n e r a l , U acción d e q u l o n e s , v a l i t - n d o s e d e e u a l quler media da eeeeaMn o de i n i i m i d a c i ó n desde la guerra ofensiva o il ipilMa bloque*», l a a m e n a r a armada J . I r h a a t a j e 1

PAGINA CUARENTA Y DOS

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crear espactos libres para lo* g é i m e n e s vitales y espon* t i n r o s de Ia historia de mauana. dcaaruyeaào las trabas que pucdan ahogarlos, contribuir a crear desde abajo y ea nuestro senitdo, pero eu armouía con todo lo libre que hay y vive, la red de núcleos activos y asociaciones acordes que sean capaces de aseguraruo» una vida que H O sea amenarada continuamente por es* muerie atómica, que et ahora monopólio de cuatro o cinco grandes monstruoe estatalcs enloquecidos, esa es nuestra tarea. como se noa presenta hoy. En el fondo, todos, creo, sentimos esto; y, a pesar de haber entre los anarquistas una fuerte tradición de Tíolencia retórica revolucionaria, hay que decir que —instintivamente— se emplea cada vez menos. Pero no creo que haya en el movimiento libertaria una clara conciencia del problema, puesto que, citando esa misma retórica es instrumentalmente empleada por los totalitários Ramados de izquierda. o por sorelianos trasnochados o por violentos teraperamentales, surge una incomodidad que es fa manifestación de una antinomia no resuelta, de una pregnnta íntima no contestada aún y que a veces hasta •bliga a formar parte del coro. Lo mismo sucede frente a las no retóricas violências nacionalistas de los países que sacuden el yugo colonial y a los qtie hay que apoyar —naturalmeote—, pero tratando de dar un contenido social a su lucha. de modo que nuestra solidaridad no tenga nada nue ver con el .inovo del gnbierno raso o de Nasserj económico, desde el uso declarado de una c n d u i o u de privilegio • la ercacióo insidiosa da una inferlortdad ajena. desde la conservacioa de un regimen legislativo de desigualdad a la introdacclón de leyes excepclonales y a la lmplantación del terror, etc, doruinan subyugan. constriiien a renuncias, villpendian la dijtnidad humana, nie-an la universalidad del dereebo. Puede ser el absolutismo tarisla. que invoca el derecho divino, y puede ser el terror de Robesplerre que enarbola la bandera del pueblo; puede ser la brutalidad de los necreros que ven en los esclavos bertias dc trabajo, v puede sor también la misma dictadura del proletariado, caando en lufar de una liberación universal reallce tan sólo una inTersión de la rela-, ción. que cambie la postclón de los término», paro no la naturaleiM de la misma relación entre dominadores y dominados: puede aer la mV» Món de hordas bárbaras que destruyen las creaciones y las condiciones mismas de una civilizaelón altamente desarrollada, y puedo ser también la expansión colonial de un pueblo culto que, con Ia pretensiAn de Uevar la civUlcación, trate a los otras pueblos como puros instrumentos de su proplo poderio politico y económico*'. (OeI ensavo: "Pueraa y violência en la htiUoria". en el llhro crUd* "Kspiritu revolucionário y conciencia histórica", p, T$ jr 1%). »

PAGINA CUARENTA

Y CUATRO

t.m eoloojalistai ambos como Francia en Argélia, o Bélgio* en «I COQffO U Holanda en Indonésia. I.a actitud de Reclus en la Comuna de Paris no tenta i .d., que \cr con el nacionalismo francês anti-boche (e« decir, antiatemán, expresiôn que corresponderia al lema del antíyanquiamo de los nacionalistas suramericauos). Pienso que en ese aspecto hay para los libertários, por lo menos en América, un retroceso que se debe a una repetición j e consignas, a la çonvicciòn dc tener razón por encima del tiempo v del cspa.-io; en una palabra. a la p é r o l a del Sentido histórico. !e la historia que estamos (

viviendo Cato hace que no noa ocupemos de loa nfenaados heesssa de la crónica diária local, que no captemos las t r a n - t o r mac:one« que sufren los ó r c a n o s estatales y las estructuras económicas entre las cuales nos niovemos y que nos p r e s e t a n obstáculos v posibilidades; P i r a . salir de 'a retórica revolucionaria que. cu.into m á s vacia, más peligrosa va a ser cn sentido a u t o r i t á r i o , no hav sino el camino de la creación modesta y concreta, antes en los detnlles que en el conjunto í a u n tratando de tener del con junto una idea lo más clara posible). E f l cambio el único aspecto de la vifla y de la lucha al «pie hoy. en los Itsedios "de izquierda". se presta una cuidadosa y sacri ficada atención. es el sindical, pero sin rvbasar el terreno de las reivindicaciones salariales, es decir, simplemente a reniol(|iic de lo incvitable. ( ) l a Incha contra el estado, ahora que los gobiernos tienden a monopolizar todos los resortes de la vida e c o n ó mica, cultural y política, y ya no se limitan al cjercicio de la anturidad en defensa de un orden puramente formal, no pued« centrarse ya en una oposición a la violência coactiva que sc ejerce desde arriba por medio de la policia, ai no que d efce consistir en la defensa de múltiples autonomias y en su c o o i d n a c i ó n de base: debe consistir por ejemplo, en el rjercioio de Ia iniciativa desde abajo, en terrenos como el internacional, en que los gobiernos se tnuevefl pesada y artificialmente, de acuerdo con las e x i gências de amestro tiempo. pero trabados por los muchoe 5

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folieto de José Grttnfeld: "Sindica-» 1 9 5 7 , Argentina.

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PAGINA CUARENTA Y CINCO



intereses que sobre ellos pesaa v K>»r los andanriajes que su misma voluutad de domínio ha creado mientras que las fuerzas desinteresadas de las que formamos parte y que, anu con los médios infinitamente menores, podrían ser inuclio más ágiles, no se mueven para nada — f>or pereza o ignorância— o se limitan a una crítica genérica, citando no demagogicamente nacionalista. Por ejemplo, mientras los gobiernos tratan dc eata* blecer relaciones de tipo nuevo. sobre todo en lo económico, entre los países, Ias corríentes socialistas, que eu el siglo pasado. citando tenían la iniciativa contra gobiernos conservadores, crearon la Primera internacional, deiatt sin protestar o aprueban que los sindicatos, a menudo eu coincidência con Ias patronales. se encierren en un naciortalismo económico suicida fno monos suicida cuando s»e flama antiimperialísra'). Por Ias mismas razones mentidas dc pereza v de fnterés tnmediato, se nos escapa —para bacer otro ejemplo— el valor revolucionário que tiene la competência técnica del obrero j el aumento de su productividad. Por pereza. y porque coincide con la defensa de una mano de obra aparentemente más accesible a nuestras ideas, Coroamos la propaganda en favor de una industrializacióu a veces artificial por no estar ligada a la elaboración dc la matéria prima local, industrializacióu difícil de sostener sin fuertes aduanas y sin un regimen dc aislacionismo económico, frente a la competência dc una similar producción extranjera. Esta pereza y un instintivo de»co de poder (al que bay que hacer pasar de Io subconsciente a la conciencia, para luego eliminado) son las causa? por Ias que no vemos los peligros autoritários en una eventual revolución violenta que pretenda ser una renovación total, sin vínculos con el pasado; por las que no siempre vemos que la violência coactiva da la medida dc Io utópico en cualquier. revolución. Hoy, en esta America latina que se aboga en lati* fundios, monocultivos J burocracias, corremos un serio rlesgo de ser arrastrados por una euforia revolucionaria Irracional (que desfigura, por ejemp'o. el includible deber fj PAGINA CUARENTA Y SEItf

de avudar a \ n cubana), basta contribuir «1 triunfo de los memigos del hombre v de su libertad. N*) sc „\nda a ta revolución cubana, ni a la CSMaaa drl dcsarrofte Je América latina, coreando el "Y:.nqtps

no tuba si" o el "Cuba si. Rusia no" que no bacon sino aumentar las probabilidades de guerra v crear una cortina

• le bumo deTante dc Ta re\ohteión. Hav que }f U defensa de la prOpleétod privada fias rs lodo l/i contrario; bav que d «tiní»uir. por otro bulo. la revolución .urraria v urbana de la tentativa de monopólio guhem»menial v partidário de la acc ón aociaKxadora, monopólio imr ex xa In contrarreiíoíncién. Y esta doble disrlnción. anlicada • Caba, contribuiria mnChlsimo ;i pu* ner léa cosas en claro. f aa coonfratfvaá libres * comunidades fuera de la fi«'-aliz:'ción de los partidos v del estado. Inchando en todos los nafaca contra la comnra «por barata nue sea) de armam entoa, murtiplf.eando las instituciones de enee» Ramra, rontbatlendo en estas todo dogmatismo, quewando b»s latifúndios. Fn una palabra. nada positivo s recibe de afuera, sino por los caminos dc una solidaridad sin segundos fines; Boto sc tiene lo oue >r hace. América latina puede avndar a la revolución cubana sólo avudándose a si misma, como h/o M»'\",-o al apoyar desinteresadamente la Espana revolucionaria. Cuanto más libre sea lo que se lleeue a crear, tanto mnvores seran las probabilidades de salva* la libertad en Cuba, salvando al mismo tiempo la roollICtOn, ntee corre el ri«*sgo de morir de la mucrte mifJBM •le ta libertad de infabra, de prensa, de agremiación. de ;

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fsludin, de aeoiYm creadora...

1 a lulslica «le la violência existe aún entre los anarquistas. |>rro es «lifícil que pueda seguir conciliándose con su esnínfit de bbertad. en un mundo tan violento como el actual, donde la autoridad se manifiesta cada vez mãe eomo rfotencia puta. que no busca jnatfficaciones jurídicas

«• las • i«-a anbre la aaarxJaa. I'e enalejuier modo, solo «lespoiando el con cento 4- di violência revolucionaria de todo reflejo místico > de Nada atesaiea «reactivo, sAbi atribuvéndole el única PA l i IN A C t A K E N T A V S1ETE

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