La Crisis Alimentaria

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/ Mayo de 2008

editorial D

espués de tres meses sin circular de forma adecuada, Wanafrica reanuda su edición en papel como anteriormente. Pedimos disculpas a nuestros lectores y a nuestros auspiciadores, quienes se han visto privados los unos de acceder a información de África y los otros de llegar con sus ofertas a un público ávido de bienes y servicios de calidad. A partir de este número, Wanafrica se reestructura en su funcionamiento y emprende con fuerzas renovadas el desafío de reflejar en sus páginas el acontecer intenso y diverso del colectivo africano, ahondando en las noticias más importantes del continente.

Sabemos que en este nuevo camino nos acompañará el espíritu lúdico, alegre y optimista de todos ustedes que han hecho de Wanafrica su espacio de encuentro. Blasco ha definido la Comunidad Valenciana como una "tierra de oportunidades" a la que puede venir cualquier persona, aunque ha manifestado la necesidad de que estas personas se integren. El objetivo de la nueva ley de Camps es en los valores, costumbres, tradiciones y sistema de convivencia valencianos para "no perder la cohesión social de la región". Para respectar esta cohesión social se exigirá a los valencianos que no cumplen estos requisitos un contrato también. "El no cumplimiento del compromiso hace imposible la integración", ha subrayado el consejero. La Generalidad ha argumentado que las más de 80 mil personas que viven en la Comunidad de forma irregular "no tienen las circunstancias personales adecuadas para que se propicie la integración". No será por el hecho de estar discriminado sin documento de residencia.

Por José-Christian Páez.

cartas de lectores

La crisis alimentaria S

e han encendido las alarmas sobre el creciente aumento de los precios de los alimentos. Están activadas en los principales organismos internacionales y el mundo del poder y el mundo político, esta vez no hacen oído sordo, sino que comienzan a evaluar posibles soluciones. La alarma reverbera con implacable presencia porque la carestía del arroz, por ejemplo, ha sacado a los hambrientos a la calle. No es que antes de estas alzas abruptas no existiera la inanición, el hambre siempre estuvo ahí, los muertos siempre estuvieron ahí, pero hoy los agónicos, es decir, los que aún están vivos, salieron a las calles para protestar porque descubrieron que aún les queda vida y su sobrevivencia está amenazada. El mundo del poder comprendió que se avecina una catástrofe. Recordaron la historia. Rememoraron las hordas bárbaras que hambrientas asolaron el Imperio Romano hasta hacerlo sucumbir. Ya no es sólo una crisis humanitaria como lo ha sido hasta ahora y desde hace décadas, además se agrega que el caos puede apoderarse de regiones vitales para el abastecimiento de la industria y del comercio del primer mundo. Por eso la noticia está en los titulares de los principales rotativos. Pero en lo principal, este llamado mundo en crisis no es que albergue al mundo mismo en

El Sueño de Luther King

crisis, sino que lo que se tambalea es el capitalismo, tal como ayer el comunismo que, en su concepción y aplicación más profunda, es el hermano gemelo del capitalismo. Esta manera de comprender la organización humana, esta división entre vencedores y vencidos, es la que se agota y llega a su fin. Con vastas zonas del planeta arrasadas, donde África vive día tras día la tragedia de los desequilibrios ecológicos, consecuencia de un capitalismo voraz, implacable y siniestro, el hombre necesita plantearse su modo de vida imperante si es que no quiere continuar con paso severo hacia su autodestrucción. Por el momento, la alarma está dispersa y la sociedad del primer mundo hasta ayer complaciente, comienza a tomar consciencia. ¿Reaccionará la sociedad europea? ¿Comprenderá que también está en juego nuestra sobrevivencia? ¿Dudarán todavía quienes consideran desproporcionada la interpretación de estas señales? Estamos ante una bomba de tiempo. Nos guste o no, asistimos a una crisis igual o más aguda que la del ’29 durante el siglo pasado. Pero esta vez tenemos como referente la historia para no cometer los mismos errores. Sólo es cuestión de observar, analizar y concluir en dirección de la vida. Y en definitiva ahí estará la diferencia: si optamos por la vida o por la destrucción.

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La posibilidad de que Barack Obama sea el primer presidente negro de EE.UU. ha hecho realidad el sueño del líder de los derechos civiles Martin Luther King, pero recuerda también las tensiones raciales latentes en el país. King fue asesinado el 4 de abril de 1968, hoy hace 40 años, en un hotel de Memphis (Tennessee), al final de una era de lucha por la igualdad racial que acabó con la segregación pero que le costó la vida. “Sueño que un día en Alabama, con sus feroces racistas (...) un día niños negros y niñas negras podrán darse la mano con niños blancos y niñas blancas como hermanas y hermanos”, dijo en su discurso I have a dream (Tengo un sueño). El senador demócrata, hijo de un economista keniano educado en Harvard, y una mujer de Wichita (Kansas), conoce los pasillos del poder y los barrios más desheredados. “Ha progresado en la vida gracias a su talento y eso anhelaba King”, dijo Hargrove, en referencia al deseo de que el color de la piel no fuese un lastre para los afroamericanos. “Sin Martin Luther King, Obama

Redacción: Jesús Martinez, Cindy Giraud, Ousseynou Niang, Céline Gesret, Adama Sourabie, Joao Markala, Brai ma Diarra, Jose C. Paez. Colaboradores: Rafael María Claudín, Pieternel Gruppen. Maquetación: Natalia Metelska. Publicidad: ACN. Pasaje Gaiolá, 22 (entresuelo). 08013 Barcelona. Impresión: Rotimpress. Depósito legal: B. 7652-2006. ISSN 1885-898.

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no estaría donde está”, dijo Conrad Fink, profesor de la Universidad de Georgia, para quien el sacrificio del reverendo negro “abrió un futuro completamente distinto para los negros estadounidenses”. Su lucha ha permitido no solo que Obama compita por la Casa Blanca, sino que estados como Nueva York y Massachusetts tengan gobernadores negros y que afroamericanos logren la alcaldía de Atlanta, Washington o Filadelfia impulsados por un discurso “posracial”. Obama apuesta por esa misma estrategia. “No hay un EE.UU. blanco y un EE.UU. negro, sino los Estados Unidos de América”, dijo en la convención nacional del Partido Demócrata en Boston en el 2004. Los expertos creen que las tensiones raciales están a flor de piel, como en los polémicos sermones del reverendo Jeremiah Wright, quien dirigió la vida espiritual de Obama. El pastor invitó en sus sermones a los negros estadounidenses a entonar “Dios maldiga a América” en lugar del tradicional “Dios bendiga a América”, por lo que él considera racismo imperante en el país.

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Dirección: Oumar Diallo.

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Año 3. Número 26. Mayo de 2008 Revista mensual / Distribución gratuita

Web: www.wanafrica.net Correo-e: [email protected]

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