Kaixo, Aroa

  • November 2019
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  • Words: 2,069
  • Pages: 5
¡¡¡ KAIXO, AROA !!! ¡Kaixo, Aroa! ¡Askenean, hemen gaude! Aunque sabía que tu aparición era la razón del inusual estiramiento del estío y de la permanencia del cálido viento sur, cuando descubrí un atardecer la afilada luna mora presidiendo el tránsito del azul turquesa al marino, me dije: cuando la plata esté redonda como Maitane…, pero Maitane permaneció hecha una bolita. Observé que habían llegado los estorninos dibujando caprichosas nubes redondas y las primeras grullas rasgando el cielo y pensé que se trataba de mensajes jeroglíficos gritando tu inminencia, pero…. nuevamente nada. ¡Que ya te ha costado dejarte ver! Bueno, a quien le ha costado es Maitane, tu ama. Claro, más de medio metro y tres kilos y medio… No te imaginas cómo empujaba con toda su alma (y la del colega) poniéndose rusiente y haciendo una fuerza del kopón. Y eso, tras un montón de días sin dormir más de un día de ingreso, la gran soba nocturna... ¡Monumento para Maitane! Ya estás aquí y estás bien. Es lo que importa. Tenía unas ganas de verte… Me ha encantado tu cara. Hoy tienes el coco como el de Nefertitis, pero Ana ha dicho que mañana tu cabecita estará completamente redonda. Pero esos enormes ojos escrutadores… ¡cómo van a mirar! Esos mofletes… ¡como se van a elevar cuando rías! Esos labios llenos y vívidos en busca de la teta de tu ama… ¡cómo van a besar! Esas manitas, con sus uñas y todo, que baten el aire… ¡cómo van a acariciar! Soy consciente de que, por el momento, tú no puedes verme. Como mucho, notarás el calor de mi mano, un sonido grave que no sabrás interpretar o, simplemente, mi presencia a tu lado. Si notases algo, has de saber que tienes cerca un amigo. Supongo que no puedes entender lo que voy a decirte. Pronto me entenderás. Estate segura, verás. En todo caso, escribir me anima. Voy a confiarte mis deseos. Sólo son deseos, mis manías. Lo siento, pero, metida en esa cuna de metrakilato, no tienes escapatoria a esta chapa, brasa, rayada… En primer lugar, espero, y quiero, que te quieras. Tienes todos los motivos para quererte, para enamórate de ti misma. Encantada contigo, como aseguraba el poeta, tendrás amigos y tendrás amor. También deseo que nunca sombra alguna cubra tu mirada, que rías. Quiero que rías, hasta que la risa quede esculpida en tu cara. Crecerás sana y se enamorarán de tu cuerpo todos los dioses del Olimpo. Y tú, la primera. Tu cuerpo será una preciosidad, sólo por ser tuyo. Todo cuerpo de mujer es una maravilla, con mayor razón el de la hija de una

pocholada. Cuídalo, sin atender a la propaganda. Sobre todo, quiero la salud para tu mente. Espero, quiero, que te veas envuelta de amigas y amigos, que aprendas a encontrarlos y que aprendas a cultivar, a mimar y a mantener la amistad. Esfuérzate por aprenderlo. Es muy importante. ¡Vital! Espero, deseo, que beses y recibas mogollón de besos. Besos cariñosos, besos compasivos, besos solidarios, besos tiernos, besos húmedos, besos cálidos, besos apasionados, besos incendiarios. Espero, deseo, que te toquen y acaricien tu cuerpo. Que disfrutes de millones de caricias. Que seas experta en acariciar. Que disfrutes acariciando Espero, deseo, que ames como una loca y millones de veces hagas el amor. Que lejos de convenciones, ames. Ama apasionadamente, hasta el éxtasis. Que con idéntica pasión seas amada. Me encantará verte sensata. Sensata, pero positiva, no como éste tu aitatxi, siempre envuelto en su penosa y sesuda negatividad. Circulamos por una delgada línea entre felicidad y amargura y, sin dejar la línea, podemos caminar airosos o deprimidos. Mira siempre el lado de la felicidad. Ríe y estate alegre. No temas pasarte de vital. Sé un poco inconsciente. Tienes que ser fuerte y adaptarte a lo que venga, a todo. Nunca desmayes. Es absolutamente necesario el esfuerzo. Es precisamente el esfuerzo el que nos permite vivir plenamente y vibrar. Esfuérzate por todo aquello que llame tu ilusión. Ilusiónate con todo. Con el color de la flor, el vértigo de la cumbre, el silencio del desierto, el aleteo de la mariposa, la playa salvaje, el fondo marino, una vida que nace, la sonrisa de una anciana, la mirada de un discapacitado o la risa de un niño. Disfruta de todo. Disfruta. No pienses demasiado en el futuro. La vida es frágil. Por más que traten de impedírtelo, vívela con toda intensidad sin apalancarte en un futuro que no tienes garantía de que vaya a existir. No te preocupes por las cosas. No te agarres a ellas, no lo merecen. Tampoco las rechaces, disfrútalas. Acaricia y mima tus raíces, tu tierra, tu lengua, tu cultura…, pero sin dejar por eso de batir tus alas. Sobrevuela el mundo entero con alas lentas. Mira, ama, tierra, naturaleza, personas, pueblos. Por más que lo veas generalizado, no te arrugues ante la falta de racionalidad. Sé radical, cuando la razón sea clara. Nunca calles ante la injusticia, sin dejar por ello de medir el tamaño del irracional. Nunca dejes de tener compasión, nunca. Sé solidaria, pelea. Pelea por los necesitados, débiles, diferentes, indefensos, marginados... Pelea sin esperar nada. El Poder te gritará que la ética y la solidaridad pertenecen a la historia, al pasado. No te dejes engañar. Cuantos más años cumplo, más dudo de casi todo. Pero si de algo estoy seguro es de dos cosas: que sin amor y amistad no es posible vivir y que la solidaridad será el futuro de la humanidad o no habrá futuro.

Has aparecido en un momento convulso. Posiblemente todos lo son, lo han sido y lo serán. Es posible que éste no lo sea más. Pero a mí, en este momento y a mi edad me lo parece. Tú no lo verás tan oscuro. Los nuevos nazis en la cúpula de las grandes empresas se han apoderado del mundo, se han cargado el estado de bienestar, el sentido del derecho, la moral y la libertad y se disponen a destruir el planeta y la civilización. Lo hacen mediante la guerra, el hambre... Ahora mismo arrasan Afganistán, Irak, la mayor parte de África y numerosos otros países. Sus fieras mascotas, los judíos nietos de los gaseados en Auswitchz, aniquilan palestinos con, al menos, similar saña que la que emplearon con sus abuelos. Los europeos, nosotros, miramos a otro lado mientras hacen girar la espita del gas. Ellos mueren trabajando para nosotros, mueren de VIH, mueren de hambre, mueren para que la venta de armas sea rentable, mueren por la desgracia de tener petróleo bajo sus pies o mueren saltando vallas o lanzándose al mar por una miga de bienestar. Del bienestar que Occidente ha conseguido a costa de aquellos a quienes ahora no deja entrar. Estate contenta de no haber nacido en Irak o Afganistán y, embutida en un burka, volar con un coche bomba o vivir, empapada en sangre, llorando a los tuyos. Estate contenta de no haber nacido en Israel y pertenecer a un pueblo elegido y llamado a aplastar al resto no elegido. Estate contenta de no haber nacido al lado de los elegidos y no ver otra salida que vestir un cinturón de explosivos. Estate contenta de no haber nacido condenada a trabajar como esclava confeccionando ropa que podrás comprar a bajo precio. Estate contenta de no haber nacido en la metrópoli del imperio condenada a no desarrollar mentalmente. Estate contenta de no haber nacido en un país africano contar con muchas posibilidades de morir de hambre, malaria, VIH o un machete y sufrir la ablación. Estate contenta de no haber nacido en la posguerra de este país y haber estado condenada a la ablación mental por parte de la Iglesia. Cuídate de ella. Ser blanca, europea y occidental te librará de muchas dificultades, pero correrás el peligro de pensar que tu vida, que tú, vales más. Deberás realizar un esfuerzo, un serio esfuerzo, por contrarrestar esa falsedad y ser objetiva. Estate contenta de haber nacido en este pueblo. Un pueblo ni mejor ni peor que cualquier otro, pero, sin duda, rebelde, solidario, que es el tuyo y se deja querer. Llegas en buen momento. Espero que seas la primera generación que no se verá empapada en sangre. No tengo seguridad de que vaya a ser a sí, pero lo espero y, sobretodo, lo deseo. Llegas a tiempo de arrancar y saborear frutas de los árboles, de pescar truchas o cangrejos, de recolectar caracoles, hongos o fresas silvestres. Llegas a tiempo de bañarte en cascadas, patear bosques, hollar playas y desiertos, ver corretear a las gallinas, galopar a los caballos, pastar a los corderos o parir a las vacas. Estate contenta y deseo que puedas disfrutarlo a lo largo de toda tu vida. Estate contenta de ser mujer. Primero porque tienes la posibilidad de crear vida dentro de ti. Me parece una enorme ventaja sobre nosotros los

hombres. Cuando le miraba hoy a Maitane, mi hija, he sentido un profundo respeto, como si la viese revestida de una categoría difícilmente superable. También has de estar contenta de ser mujer, porque el futuro es femenino. No, porque las mujeres vayan a llegar al poder desarrollando valores machistas con un puntito mayor de agresividad, sino, porque van a generalizarse valores más humanos que nos han sido secuestrados a los hombres y que hoy son más habituales en mujeres. Vas a vivir otros tiempos distintos. Vivirás la encarnizada pelea de unos pocos por reservar para ellos solos el bienestar y unos muchos por obtener un poco de ese bienestar o simplemente sobrevivir. También te tocará vivir el enfrentamiento entre quienes están dispuestos a desbaratar el planeta y quienes pretenden preservarlo. No será menos duro y vivirás serios cambos. Estate contenta, porque vas a conocer el triunfo de la apuesta por el hombre, la tierra, la ciudad, la cultura, el respeto, la solidaridad…, sobre la barbarie heredera de fanáticos predicadores, desalmados pistoleros, inquisidores, machos, militares y fascistas. Los bárbaros no son muchos, pero se apoyan en masas ignorantes, lo comprobarás en tu tierra. Mas la ignorancia tiene sus días contados y el mundo será más justo, más sensato y grato para la mayoría de los pueblos. Verás ganar terreno al “nosotros” sobre el “yo”. ¿Sabes? Tienes que estar contentísima con la ama y el aita que te han tocado en suerte. Tienes que estar muy contenta. Trabajo con chicas y chicos. Veo cantidad de éstos que se merecen unos padres mucho más majos que los que tienen. Tú tienes la suerte de tener una ama y un aita maravillosos. No sólo te van a alimentar, a abrigar, a…. Te van a querer, te van a besar, te van a tocar, van a jugar contigo…. Van a estar, ¡estar!, contigo. Saber que alguien está contigo es lo más necesario y lo que más felicidad proporciona. Tardarás en darte cuenta, pero un día verás cómo tengo razón y me dirás “Javier, aquello de que Maitane y Koldo eran encantadores, es cierto”. Puedes estar contentísima también con Amparo, tu amatxi. Vas a dar un vuelco a su vida. Ella también ¡estará! Contigo. Aprovéchate de ella. Disfruta también de Txabi, es majo. Déjate contagiar de su vitalidad y de su amor por el mar. No sé cuánto tiempo coincidiremos. Por ley de vida, podría llegar a verte hecha una persona adulta. Quiero verte crecer. Me hace mucha ilusión y, cuando uno llega a cierta edad, las ilusiones vienen muy bien. Quiero, me encantará, ser amigo tuyo. Sé que no es lo habitual. Cualquiera me llamaría imbécil, o se sonreiría, por pretenderlo. Da igual. Voy a intentarlo. Hace muy pocos días ha muerto mi ama. Estaba muy mal, no sacaba chiste alguno a la vida, sufría y le ha venido bien descansar. A pesar de eso, siempre es triste despedirse definitivamente de una madre. No me entendí demasiado con ella en ideas, pero era muy afectiva. Cuando me despedí, le dije que echaría en falta sus miradas cariñosas, sus guiños o sus apretones de mano. También le dije que te estaba esperando y que serías tú quien tomaría su testigo, reirías, me mirarías y apretarías mi mano.

Aunque nunca se puede estar seguro de nada, tenemos tiempo por delante. Tiempo para celebrar haber coincidido a la hora existir, haber nacido en el mismo lugar, en la misma época y, ¡el colmo!, ser nieta y abuelo. Un beso, Aroa. Javier Mina, 10 de noviembre de 2006

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