Juan Martinez No Creia En El Dia De Muertos.docx

JUAN MARTÍNEZ NO CREÍA EN EL DÍA DE MUERTOS

Juan Martínez no creía en el día de muertos, decía que eso de que viene los muertos “es cosa de viejas” arguende por eso cuando su mujer le dijo María: dame dinero para poner la ofrenda Juan: ya te dije que eso es chisme, cosa de gente ignorante, de viejas argüenderas, ni creas que te voy a dar eso de que vienen los muertos no es cierto… María: juan no digas blasfemias, los muertos si vienen Juan: ¡que van a venir! Eso no es cierto mujer- a poco tú has visto un muerto? María: pus no, ¡a mi tata me dijo que los muertos si viene y yo le creo! Juan: pues ni un quinto te voy a dar para tus tarugadas y si poner tu mentada ofrenda te la tiro a patadas… Juan no dio un solo peso para ofrenda, pero su mujer era bien luchona, así que le dio duro a la molienda de la gorda y junto su dinerito, con el monto la ofrenda de los muertos en el centro de su casa, puso papel picado, frutas, pan de muerto, mole, tamalitos, pulquito… cuando el juan llego y vio la comida se le hizo el agua la boca, el mole… mmmm… los tamalitos… haaaaaa… el pulquito hiiiiiijiji Quiso tomar un tamal, pero… María: ¡no juan, la ofrenda se respeta hasta el día 3! Zacate de aquí El juan se encogió de hombros y se fue a la cantina para hacer encorajinar a su mujer…ahí con sus amigotes se puso a gritar: Juan: ¡a poco creen que vienen los muertos! ¡Eso no es cierto, puro cuento, cosas de viejas! Y los hombres soltaron las risotadas, de pronto el más viejo contesto… Pedro: ¡cállense, cállate Juan, porque los muertos si viene, por esta que si… Juan: ¿a poco usted ha visto a los muertos? Pedro: ¡dios me libre Juan, pero los muertos si vienen¡ Juan: pues yo como santo tomas, hasta no ver no creer. Los borrachos se rieron Pedro: cállate, cállate juan, no te burles, si tú quieres ver a los muertos los veras, en la media noche, hoy a las doce, ponte las lagañas, las chinguinas del perro Juan: ja, las chinguinas del perro, lo voy a creer, Pedro: (sale gritando) las chinguinas del perro juan, póntelas y veras a los muertos. Esa misma noche del dos de noviembre, llegó Juan a su casa y como la curiosidad mató al gato, pos llamó a su perro el sin calzones: Juan: Sin calzones… sin calzones ven (qss qss qss) El perro llegó meneando la cola, Juan con mucho asco, le quitó las chinguinas, las lagañas y se las puso y luego, se sentó en la sala de su casa junto a la ofrenda a

esperar a los muertos. Como a las doce, ya se andaba dormitando, de pronto escuchó un ruido, luego mucho murmullo y un arguende bien bueno. Entonces muy encorajinado se paró y se salió a asomar, vio que entraba un montón de gente a su casa y se puso a gritar: Juan:

¡órale

canijos!

¿Quién

los

Como no le contestaban, siguió gritando: Juan: ¡órale

invitó

a

pasar? ca…

Pero ya no pudo terminar, sitió que un escalofrío le recorría todo el cuerpo, que se ponía tieso, tieso, tieso, porque de inmediato reconoció a su papá, a su mamá, a sus hermanos y hasta un vecino que el año pasado había matado el rayo. Juan se quedó engarrotado no más viendo y los muertos… los muertos quitados de la pena, se pusieron a comerse la ofrenda. Muertos: ¡Órale compadre échese un tamal! Ya casi salía el sol, cuando los muertos recogieron toditito lo que sobraba de los chiquigüites y salieron por el camino de cempasúchil, los que habían sido recibidos iban cantando y de los que nadie se acordó lloraban (Canción) Hasta que entraron al panteón los muertos Juan pudo moverse… fue corriendo a donde estaba su mujer y le dijo: Juan: mujer, mujer, los muertos si viene María: pues claro juan, si yo te dije… Juan: pero mujer yo los vi, yo los vi Y salió corriendo como loco a gritar por las calles…. Juan: los muertos si viene, los muertos si viene Juan juro y perjuro que todos los años pondría ofrenda, nomás que la gente dice: que al otro día de que vio a los muertos, del puro susto ¡quesque se murió… anda a creer!