Jordi Soler Vinyes Jordi Soler Vinyes va néixer a la ciutat de Puebla, Mèxic, de pares catalans. Els seus pares van ser Josep Soler Vidal i Magali Vinyes -catalans-. Els avis paterns vivien a Barcelona i l'avi era de la CNT. Els avis materns no tenien militància política, vivien en una masia prop del nucli urbà de Gavà. El pare de Jordi, Josep, era militant del PSUC, va anar el secretari de Miquel Ferrer secretari general de la UGT i quan acaba la guerra van sortir en l'últim moment, la mare va sortir cap a França amb la mare de Miquel Ferrer i els germans de Jordi. Miquel Ferrer va aconseguir que el pare de Jordi sortís de França via New York i després a Mèxic. La mare i els seus germans van tornar de França a Catalunya i van trigar nou anys en tornar-se a veure, quan la mare i els germans van aconseguir diners per a anar-se a Mèxic, primer amb vaixell a Cuba i després amb avió a Mèxic. Jordi va estudiar en el Colegio Madrid i en l' Academia Hispano Mexicana, va tornar amb els seus pares a Barcelona l'any 1966. Jordi Soler Vinyes nació en la ciudad de Puebla, México, de padres catalanes. Sus padres fueron Josep Soler Vidal y Magali Vinyes -catalanes-. Los abuelos paternos vivían en Barcelona y el abuelo era de la CNT. Los abuelos maternos no tenían militancia política, vivían en una masía cerca del casco urbano de Gavà. El padre de Jordi, Josep, era militante del PSUC, fue el secretario de Miquel Ferrer secretario general de la UGT y cuando termina la guerra salieron en el último momento, la madre salió hacia Francia con la madre de Miquel Ferrer y los hermanos de Jordi. Miquel Ferrer consiguió que el padre de Jordi saliera de Francia vía New York y después a México. La madre y sus hermanos volvieron de Francia a Cataluña y tardaron nueve años en volver a verse, cuando la madre y los hermanos consiguieron dinero para irse a México, primero en barco a Cuba y después en avión a México. Jordi estudió en el Colegio Madrid y en la Academia Hispano Mexicana, volvió con sus padres a Barcelona en el año 1966.
Entrevista Te presentas, tu nombre, el de tus padres y abuelos, y la historia de tu familia ¿sabes cómo fue?
Mi nombre es Jordi Soler Vinyes, nací en Puebla, México en el año, tengo dos hermanos, Martí y Magali, que nacieron en Gavá. Se fueron a México 9 años después que mi padre, actualmente los dos viven en la ciudad de México. Yo regresé a Cataluña en el año 65, a la edad de 17 años, con mis padres. ¿En tu casa se hablaba de las cuestiones de la Guerra Civil, de su exilio? ¿Tú conoces la historia? Sí, en mi casa yo siempre me encontré rodeado con gente que luego descubrí que eran personas que habían tenido una vida política muy agitada, por casa pasaban infinidad de personas y se establecían unas mesas redondas en donde se comentaban los hechos actuales y se hablaba de la situación política. Es decir, se hablaba de muchas cosas que yo quizá de pequeño no llegaba a entender pero lo que sí recuerdo es que me interesaba mucho todo ese paso de gente por casa y que discutían cosas y tal. Veíamos muy seguido, por ejemplo, a Miquel Ferrer, que fue secretario general de la UGT durante la guerra. ¿Y qué sabes de tus abuelos? A ver, mis dos abuelos paternos vivían en Barcelona. Recuerdo que mi padre explicaba que su padre vivía en el barrio que está alrededor de la fábrica Damm de cervezas, en la calle Dos de Mayo y contaba que en el patio de la casa, que tenía un pequeño jardín, se reunían los trabajadores de la empresa que me parece que era una empresa textil y que mi abuelo como era de los que sabía leer del grupo les leía la solidaridad obrera. Era militante de la CNT y nos explicaba mi padre que a veces habían tenido que salir corriendo del patio porque llegaba la policía cuando estaban reunidos y había una huida general de todos los vecinos, éstos son de los pocos recuerdos que tengo de mi abuelo que me hubiera contado mi padre. Jordi Soler Vinyes Los abuelos maternos no tenían, digamos, militancia política, mi abuelo, en principio era leñador, trabajaba por los bosques del macizo de Garraf, cortando leña y tenía una vida un poco de recolectar todo lo que se podía aprovechar del bosque, y en ese sentido proveer parte de los alimentos que se consumían en la casa. Acabó trabajando en la fábrica Roca, de vigilante nocturno y murió en la fábrica cuando mi madre era muy pequeña, ayudando a cargar una caldera, se ve que del peso, del esfuerzo, le dio un infarto. Mis abuelos maternos vivían en una masía, no en el casco urbano de Gavá, sino en las afueras, y mi abuela se dedicaba a llevar leche con una burrita desde la masía hasta la estación del tren a las seis de la mañana. De mi abuela paterna sé que hay un cierre de la patronal, de la fábrica donde trabajaban y como recurso inmediato para ganarse la vida, vende verduras en la puerta de casa. Primero abrió una pequeña parada y tal y después va evolucionando y se estableció en el mercado central, creo que era el Born, y entonces ya compraba a los payeses de Gavá. Una de las hermanas de mi padre se casa con un payes de Gavá y entonces mis abuelos compran una casa ahí, es a partir de esto que se conocen mis padres. Mi padre hizo el servicio militar en Ferrocarriles en Gavá, todo esto por la misma época.
¿Sabes por qué salieron de España? Mi padre en ese momento era militante del PSUC, él estaba de secretario de Miquel Ferrer, el secretario general de la UGT. Mi padre no estuvo en el frente, porque le detectaron una afección cardiaca y entonces no lo movilizaron pero estuvo siempre en sitios de cierto compromiso, o sea que salieron en el último momento. ¿Y salieron a Francia caminando como toda la gente? Sí, fueron por separado, mi madre fue con la madre de Miquel y con mis hermanos, dicen que hicieron noche en Begur, antes de cruzar la frontera. ¿Tu papá estuvo concentración?
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un
campo
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Sí, ahora no recuerdo si en Argelés o en San Ciprián, pero lo ingresaron en un hospital porque estaba enfermo y de alguna manera pudo contactar con un tío que tenía en Francia, cuando menos tenía esa relación familiar en Francia que supongo le sería de alguna ayuda. De todas maneras, cuando salió del hospital lo llevaron al campo de concentración y lo desplazaron hacia la construcción de una línea de tren, a un campo de trabajo, ahora no recuerdo si ya se estaba produciendo la entrada de los alemanes a Francia. Josep Soler y Pere Calders ¿Cómo llega a México? Miquel Ferrer desde que estaba en libertad en Francia tenía una organización que ponía en contacto distintas personas de una misma familia que estaban exiliadas para poder reagrupar las familias, tenía una pequeña oficina en París y entonces entraron los alemanes se ve que hubo una desbandada de gente, cerraron las dependencias y él consiguió tener de alguna manera tres billetes de barco e hizo buscar a mi padre y a otro amigo. ¿Entonces tu padre salió en barco? En barco hasta Nueva York y de ahí a México en tren. ¿Y tu madre y tus hermanos fueron por otro lado? Sí, salieron también con una compañera del PSUC hasta Francia y de ahí los fueron a buscar y los llevaron a un pueblo cerca de Toulon, estuvieron muy bien atendidos.
¿Cómo llegaron a México tu madre y tus hermanos? Ellos no fueron a México, sino que volvieron a Cataluña, sí, estuvieron nueve años sin poder volver a encontrarse hasta que mi madre y mis hermanos tuvieron suficiente dinero para poder viajar a México. Fueron en barco hasta Cuba y de Cuba a México en avión. ¿Cómo era tu entorno familiar, a qué lugares ibas en México? O sea teníamos esta dualidad ¿no?, de no ser mexicanos ni catalanes, teníamos el corazón partido, porque había mucha actividad que la hacíamos en el Orfeó Català de México, todas las conmemoraciones catalanistas y toda esta actividad social, celebrábamos las fiestas, participábamos en las danzas infantiles, en el fútbol, en el centro excursionista, en la coral, en los eventos teatrales y aparte la escuela. ¿A qué escuela fuiste? Yo estuve en el colegio Madrid, después en la Academia Hispano Mexicana y después estuve en el Politécnico también, hice un intento de ir a la escuela pública. Madre de Jordi, Magdalena Vinyes ¿En qué año estuviste en el colegio Madrid? Toda la primaria, yo nací en el 48. ¿Tu vida normalmente en casa era más catalana, comían cosas catalanas o no? Sí, sí que había en casa claro, había una tradición de comidas, pero había un gran respeto por todo lo que era de México, tanto una admiración digamos por el país, con un criterio abierto a todo lo que significaba la cultura mexicana, la comida mexicana nos gustaba, nos gustaban todas las fiestas mexicanas, la música mexicana, el arte, el arte popular todo esto nos gustaba, es más yo me sentía 100% mexicano, no me sentí catalán hasta que llegué a Barcelona. ¿Tu papá estuvo en alguna cuestión de militancia política? Sí, trató de organizar en el exilio a los partidos, pero recuerdo que hubo una visita de Comunera a México para intentar organizar todo lo que era el Partido Comunista y tal y hubo una asamblea que me parece fue en Bellas Artes a la cual asistió mi padre. Aunque digamos mi padre ya desde que se había integrado el PSUC al Partido Comunista, (porque me parece que dentro de la Internacional Socialista eran dos partidos independientes), al unificarse, mi padre ya discrepó de esta posición y cuando llegó Comunera a México, él se sintió totalmente alejado de las posiciones del Partido Comunista. Entonces con todo un colectivo de compañeros impulsaron el Partit Socialista Català, un partido socialista y en conexión con militantes de Europa y de Latinoamérica.
La estación de trenes de Gavá ¿Cuál es el motivo por el que tú vuelves a Cataluña? El motivo es en principio porque mis padres lo deciden. Hay digamos una cierta tendencia entre gente del exilio de volver a Cataluña, me parece que se propuso una amnistía para la gente que quería volver y hubo unos cuantos amigos de mi padre que volvieron. Entonces él y mi madre decidieron hacer un viaje de turismo, de introspección y mi padre ya no volvió, en México había tenido diversas imprentas, había ido de una manera un tanto difícil salvando su situación económica, con dificultades, hasta que entró a trabajar a una editorial en México y más o menos estabiliza su situación. Entonces en el viaje el vio la oportunidad de trabajar aquí en el mundo editorial pues conocía gente que ya había vuelto de México, como a Pere Calders, él conocía también a Joan Olivier (Pere Quarts), que también le ofreció trabajo en una editorial y entonces decidió quedarse. Después de reencontrarse sobre todo con Gavá, pues esta población fue siempre para él muy importante, le tenía mucha afición, era un historiador autodidacta y siempre había tenido ganas de dedicarse extra profesionalmente a estos temas y también vio que aquí lo podía hacer. ¿Y cuál es tu impacto cuando llegas de México a Cataluña por primera vez? Terrible, fueron 29 días del viaje y paso dos años inadaptado, añorando mucho México, con ganas de volver. El ambiente que se respiraba, era el 66, la situación, la gente tenía miedo, no había nadie que se atreviera a hablar, era realmente un ambiente muy cerrado comparado con México, que habíamos vivido todos los movimientos de la revolución cubana, digamos la lucha latinoamericana en contra de EU, se vivía todo un ambiente de activismo y de ganas de libertad.
Campo de Argeles ¿Y qué pasa con la escuela? Sí, yo dejé mis estudios en México y aquí entro a la Escuela Massana, inicié mis estudios compartiendo joyería, que era lo que querían mis padres y cerámica, y al final opté por cerámica que era lo que a mí más me interesaba. Y fue a partir de entrar en la Escuela Massana que empiezo a ver digamos un núcleo de gente con inquietudes tanto en el profesorado como en los alumnos, ya era una gente que estaba politizada, digamos que era un núcleo de resistencia al régimen, dentro de la propia escuela. En seguida me empezaron a interrogar y al ver que coincidía con mis compañeros, me propusieron ingresar al Partit Socialista d’Alliberament Nacional (PSAN). Cuando entras a la Massana empiezas a encontrarte a gusto. Sí fue realmente la relación con esta gente de la Escuela Massana, el coincidir digamos ideológicamente, políticamente, en todos sentidos ¿no? Un grupo de amigos con los cuales realmente se podía hablar en libertad, se podían hacer cosas, porque hacíamos muchas cosas, no nada más militar sino también organizábamos infinidad de actos culturales, fue interesante ¿no?. ¿Y has continuado participando políticamente? Sí, continué después en Nacionalistas de Ezquerra y bueno, después el grupo de gente que estábamos en Gavá nos quemamos de tanto activismo y decidimos dejarlo por una temporada, dejándolo como miembros, aunque seguimos en muchas actividades, actividades culturales, por ejemplo, museos, etc.
¿Y tus papás en ese entonces estaban contentos? ¿No resintieron el cambio de México para acá? No, ellos estaban contentos porque su calidad de vida había mejorado, mi padre estaba contento con el trabajo, mi madre con recuperar una casa sola con un jardín, esto era media vida para ellos, después el poder hacer excursiones por el entorno, la familia, los amigos, recuperar todo esto. La familia ¿Tus papás siguieron militando también? Mi papá tenía muchos contactos digamos con gente que había vuelto de México, muchos intelectuales, pero no había contactado aún con ningún partido político, fue a partir de que yo entré a militar que entonces él también entró en contacto con el PSAN. Para mí fue una alegría porque veía que el exilio estaba en parte desconectado de las organizaciones políticas que habían nacido en el interior, o sea sobre todo con Miquel Ferrer que era con el que teníamos más contacto, pretendía refundar cosas que ya habían desaparecido y estaba un poco alejado de las nuevas corrientes que nacían en el interior, entonces el que mi padre realmente entendiera y conectara con los jóvenes que estaban comprometidos, me gustó y siempre se lo he valorado. ¿Después, conseguir un trabajo fue fácil para ti? Yo ya estuve trabajando paralelamente a los estudios y esto también fue bastante duro, porque en México yo habría hecho vida de estudiante, una vida feliz, sin compromisos y entonces aquí empecé a trabajar en una empresa que digamos proveía de fotolitos a la industria gráfica. Era una empresa que estaba en Sant Adrià del Besos, tenía que hacer un trayecto largísimo hasta llegar al trabajo, comía ahí, estaba hasta las siete de la tarde y cuando salía me iba para la Escuela Massana, a hacer cuatro horas más. ¿Vivías en Gavá? Sí, vivía en Gavá. ¿Hasta cuándo tiempo después consideras, digamos, que ya estás integrado? Tres o cuatro años me parece, dos seguro. Me contabas que no te acababas de acostumbrar a Cataluña todavía, cuándo te toca hacer el servicio militar ¿no? Esto ¿a pesar de que eras mexicano? Sí, yo tenía mi pasaporte mexicano aún vigente no sé por qué, no sé si era cada medio año que tenía que salir, me iba a Perpignan, pasaba la frontera daba el pasaporte y volvía porque estaba como turista, entonces no sé si vencieron los plazos que tocaba, no me acuerdo, pero sí, yo tenía el pasaporte mexicano vigente.
¿No había relaciones con México, no? No, me tenía que salir al Consulado Mexicano en Francia, el que llevaba la representación mexicana aquí en Cataluña era el Consulado Cubano, entonces algunas gestiones las podría hacer aquí en el Consulado Cubano. ¿Y cuando haces el servicio militar lo pasaste muy mal? Yo estaba convencido de que no lo tenía que hacer hasta que un día llegaron un par de guardias civiles, llamaron a la puerta de casa y mi madre cuando vio dos guardias civiles en la puerta se fundió ¿no? Era esto, que venían a buscarme que me tenía que presentar en la Comisaría General de la policía en Vía Laietana con mi padre. Fuimos y nos hicieron un interrogatorio, que “¿dónde había nacido?”, que si “¿habían estado registrado como español por mis padres?”, y mi padre por miedo, dijo que sí, y que “¿dónde lo registraron?” y me parece que dijo “en la benéfica española”, en el sanatorio donde había nacido. Y pues total, que su hijo es español y entonces por lo tanto tiene que hacer el servicio militar. Josep Soler Vidal Tuve que ir al ayuntamiento, hubo un sorteo y a mí me tocó en Mallorca, yo estaba temeroso de que me hicieran algún tipo de represalia por ser hijo de exiliados, después porque toda la documentación de mis estudios era de escuelas republicanas en México. Pero no, nadie se fijó en nada, nadie me dijo nada, realmente era el ejército y ya, era bastante abierto, encontramos algún oficial que pudimos hablar de cosas como de música folk y demás, yo intenté pasar lo más desapercibido posible. ¿Has vuelto a México? Sí, volvimos hace 28 años, estuvimos en México, hicimos un viaje precioso, ya casados y muy bonito, estuvimos en Acapulco, en Oaxaca, Mitla, Montealban, Yucatán… y aquí pues muchas veces hacemos comida mexicana. ¿Tus hijos conocen en México? Mi hija sí varias veces y mi hijo pequeño aún no, bueno pequeño, tiene 28 años. ¿Qué piensas ahora sobre el reconocimiento de la memoria histórica, piensas que se ha hecho suficiente o que falta? Academia Hispano Mexicana ¿La memoria histórica?, pues que no ha habido memoria durante muchos años, parece que este último gobierno ha hecho un poco, un poco más de esfuerzo o ha habido un poco más de presión para que hiciera el esfuerzo, pero hace falta, a parte de ética, mucho más esfuerzo, sobre todo en la enseñanza, que se recupere toda la memoria, de la República y de todo lo que significó. ¿Tú crees que ha habido un vacío en la escuela relacionado a la cuestión de la Guerra Civil o
la República? Me parece que se entra muy poco, que se explica muy poco, no sé por qué motivo, pero gran parte de los jóvenes casi no saben ni quién era Franco, creo que sí falta, con la transición ha habido un pacto de silencio y no sé ha explicado la historia. Y ¿qué más piensas que se debería de hacer desde tu punto de vista en relación con la memoria histórica? Primero, hay un punto muy importante que es la revisión de los juicios sumarios que se hicieron, y digamos, declarar ilegal al gobierno de Franco. No sé quién lo decía hace poco, me parece que fue la que era compañera de Puig Antic, que pedía la revisión de los juicios, pero ahora lo que hay que declarar es ilegal todo el período este del franquismo, fue un golpe contra la legalidad vigente y entonces a partir de este momento no hay nada que fuera legal, por lo tanto todo es revisable y se tiene que hacer una revisión de todo este período. Exposición de Jordi No sé cómo se tiene que hacer esto, pero creo que sería muy importante, poner las cosas en su sitio porque si no, tenemos todos los argumentos de la derecha que están intentando rehacer la historia ¿no?, los señores Pío Moa y no sé quién, y claro quieren escribir la historia desde su punto de vista. ¿Tu padre tuvo un reconocimiento público en Gavá? Sí, supongo que ha sido de las pocas personas que pudo disfrutar de este reconocimiento público y en vida, porque se organizó un homenaje, en el cual participaron todas las entidades locales, tanto culturales como deportivas, se creó una comisión de homenaje y se hicieron muchos actos, se le hizo hijo Colegio Madrid adoptivo de la población, se le concedió también la Creu de San Jordi, pero lo más importante fue que todo esto partió de las entidades del pueblo. Se publicó un libro que recogía gran parte de sus artículos y después se hacía un recorrido a toda su biografía, se hizo un concierto de homenaje con Lluis Llac, en el teatro principal, hubo muchos actos. Y luego está la biblioteca de Gavá, que lleva su nombre, aunque esto fue cuando ya había muerto.