Informe Ccss 2018 Superado.pdf

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EL SALVADOR, 2018

Activos de la Colonia, Mediaciones Contextuales en Espacios Escolarizados.

Área de Ciencias Sociales 2018

UNIVERSIDAD DOCTOR ANDRÉS BELLO Activos de la colonia, mediaciones contextuales en espacios escolarizados en El Salvador, 2018 Área de Ciencias Sociales

DIRECCIÓN NACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN SOCIAL 2019

UNIVERSIDAD DOCTOR ANDRÉS BELLO DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN SOCIAL ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES

©2019, Universidad Doctor Andrés Bello. Primera edición, 2019 ISBN 978-99961-65-XX-X Cualquier reproducción total o parcial deberá hacerse citando la fuente, previa autorización por escrito. Código Institucional: 4SR/INV/J/2018 Miguel Alexander Quintanilla Villegas1 (Investigador). Con la cooperación técnica de: Juan José Escuintla, Domingo Romero Chica, Samuel Alejandro Cano, Mauricio Dagoberto Deleon Villagrán, Nancy Rugamas de Martínez, Josué Monterroza y Gloria Marcela Doradea de Hernández. Portada: La Prensa Gráfica (2016). Inicia plan de transformación del parque Cuscatlán. Recuperado de https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Inicia-plande-transformacion--del-parque-Cuscatlan-20161117-0058.html 1

A quien debe dirigirse la correspondencia. 1ª Calle Poniente y 41 Av. Norte, #2128, Col. Flor Blanca, San Salvador. Tel.+(503) 2510-7455, casilla electrónica: [email protected]

ÍNDICE PRÓLOGO ......................................................................................................................................... i RESUMEN ......................................................................................................................................... ii 1.

INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 1

2.

METODOLOGÍA....................................................................................................................... 7

2.1.

DISEÑO DE ESTUDIO ........................................................................................................ 7

2.2.

INSTRUMENTOS ................................................................................................................. 7

3.

RESULTADOS ....................................................................................................................... 11

3.1.

PERFIL DE LOS PARTICIPANTES ............................................................................... 11

3.2.

A NIVEL NACIONAL. ........................................................................................................ 12

3.2.1.

Ocupación de Activo de la Colonia – Cancha. ..................................................... 12

3.2.2.

Ocupación de Activo de la Colonia – Parque. ...................................................... 17 A NIVEL DE LA ZONA NORTE ...................................................................................... 24

3.3. 3.3.1.

Ocupación de Activo de la Colonia – Cancha. ..................................................... 24

3.3.2.

Ocupación de Activo de la Colonia – parque. ...................................................... 30 A NIVEL DE LA ZONA OCCIDENTAL .......................................................................... 35

3.4. 3.4.1.

Ocupación de Activo de la Colonia – cancha. ...................................................... 35

3.4.2.

Ocupación de Activo de la Colonia – parque. ...................................................... 38 A NIVEL DE LA ZONA ORIENTAL ................................................................................ 44

3.5. 3.5.1.

Ocupación de Activo de la Colonia – cancha. ...................................................... 44

3.5.2.

Ocupación de Activo de la Colonia – parque. ...................................................... 47 A NIVEL DE LA ZONA CENTRAL ................................................................................. 52

3.6. 3.6.1.

Ocupación de Activo de la Colonia – cancha. ...................................................... 52

3.6.2.

Ocupación de Activo de la Colonia – parque. ...................................................... 56

4.

DISCUSIÓN............................................................................................................................. 60

5.

CONCLUSIONES................................................................................................................... 64

6.

REFERENCIAS ...................................................................................................................... 69

ANEXOS .......................................................................................................................................... 71 Encuesta aplicada a los adolescentes escolarizados ........................................................ 72

ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres a Nivel Nacional ....................................................................................................... 18 Figura 2. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres a Nivel Nacional ....................................................................................................... 23 Figura 3. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres a Zona Norte ............................................................................................................ 29 Figura 4. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Norte ............................................................................................................ 34 Figura 5. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres en Zona Occidente ..................................................................................................... 39 Figura 6. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Occidente ..................................................................................................... 43 Figura 7. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres en Zona Oriente ......................................................................................................... 49 Figura 8. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Oriente ......................................................................................................... 51 Figura 9. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres en Zona Centro .......................................................................................................... 55 Figura 10.Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Centro .......................................................................................................... 59 ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1. Listado de instituciones educativas participantes .................................... 71 Tabla 2. Correlaciones del Nivel Nacional, Espacio de Interacción Cancha. ........ 76 Tabla 3. Correlaciones del Nivel Nacional, Espacio de Interacción Parque. ......... 77 Tabla 4. Correlaciones de la Zona Norte, Espacio de Interacción Cancha. .......... 78 Tabla 5. Correlaciones de la Zona Norte, Espacio de Interacción Parque ............ 79 Tabla 6. Correlaciones de la Zona Occidente, Espacio de Interacción Cancha. ... 80 Tabla 7. Correlaciones de la Zona Occidente, Espacio de Interacción Parque ..... 81 Tabla 8. Correlaciones de la Zona Oriente, Espacio de Interacción Cancha. ....... 82 Tabla 9.Correlaciones de la Zona Oriente, Espacio de Interacción Parque. ......... 83 Tabla 10. Correlaciones de la Zona Centro, Espacio de Interacción Cancha. ...... 84 Tabla 11. Correlaciones de la Zona Centro, Espacio de Interacción Parque. ....... 85

PRÓLOGO Los espacios de socialización, se convierten en un fundamento en la construcción de identidades de las personas, así no solo es la escuela o la familia sino también los activos que en los lugares de residencia que ubican en su interior, siendo espacios de convivencia que permiten o potencialización la consolidación de actitudes como en diversas etapas de la vida, pero sobre todo en la adolescencia. Frecuentar o no un espacio o un activo de una colonia o colonias determinadas, depende de diversas configuraciones socioespaciales que delimitan su accionar, pero en la etapa de la adolescencia su recurrencia es constante en diversos momentos de la construcción de los aprendizajes. Así ante la finalización de la jornada educativa o el cierre del ciclo formativo anual, los activos son fundamentales. La Universidad Doctor Andrés Bello, vislumbra la necesidad de evidenciar a la comunidad científica y población en general la afectación del contexto comunitario en los adolescentes en diversas condiciones y circunstancia, por ello ha focalizado esfuerzos técnicos de pesquisa en las cuatro zonas geográficas en las que cuenta con sedes regionales y presenta la investigación denominada “Activos de la colonia, mediaciones contextuales en espacios escolarizados en El Salvador”, como resultado de la línea de investigación institucional “Convivencia educativa, hacia una propuesta de mediación articulada” en el Área de Ciencias Sociales. Mostramos nuestros más sinceros agradecimientos a las diversas instituciones educativas, entre Complejos e Institutos que fueron parte de este proceso, a directores y docentes por la facilitación del tiempo en aula para la colección de datos y fundamentalmente a los estudiantes quienes son el eje fundamental del sistema educativo y de los resultados de este proceso que cierra con la siguiente publicación. Doctor José Roberto Hernández Rauda Director Nacional de Investigación y Proyección Social Universidad Doctor Andrés Bello

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RESUMEN El presente informe investigativo denominado “Activos de la colonia, mediaciones contextuales en espacios escolarizados en El Salvador” corresponde a los esfuerzos investigativos que desarrolla la Universidad Doctor Andrés Bello, en el Área de Ciencias Sociales, con la finalidad de describir los niveles de influencia del contexto comunitario en adolescentes para determinar los valores, actitudes y conductas asociadas en los espacios escolarizados. Considerar que el uso del espacio comunitario como la cancha o el parque incide en la construcción de diversas formas de apropiación, expresión y comportamiento, ha sido el supuesto de trabajo, el mismo ha sido cuantificado a partir de seis escalas con diversas dimensiones que permitieron hacer operativas las diversas actividades realizadas que los adolescentes participantes informaron. Los resultados posibilitaron identificar los niveles de confianza construidos en espacios comunitarios por parte de púberes escolarizados con la finalidad de definir la percepción con la que cuentan a cerca de diferentes factores del vecindario en el que residen, analizando las actitudes de ellos sobre las figuras e instituciones de autoridad formal para establecer tipos de conducta según los niveles de reputación social mostrados en contexto escolar y comunitario; y estimando el contexto de violencia e inseguridad percibido por adolescentes escolarizados en sus espacios de residencia para inferir a cerca de la respuesta que muestran en situación sociales en sus comunidades e instituciones educativas. Así mismo, se concluye que existe una vinculación directa entre el conjunto de actividades, apoyos, apegos entre otros factores durante el uso del activo espacial, además la tendencia de transgresión de normativa es parte de la poca o nula capacidad por reprimir este tipo de actitudes del púber por parte del personal y docente; y la existencia de una estrecha relación entre el espacio en calidad de deterioro con la presencia de grupos delincuenciales.

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1. INTRODUCCIÓN Aproximarse a las percepciones de los adolescentes desde los espacios escolarizados hacia los espacios comunitarios se encuentra mediado por un gran número de contextos que limitan o potencializan su accionar; a partir de esta premisa es necesario demarcar a nivel contextual. Así se colocaron a disposición de este grupo poblacional dos espacios fundamentales para el desarrollo de relaciones sociales, afectivas entre otras, siendo estos la cancha y el parque. Estos dos espacios cuentan con diversas características, el primero es una localización destinada para actividad deportiva (cualquiera que sea), que implique un desgaste físico, con un amplio número de pares; el segundo, no está destinado para este tipo de actividades de carácter físico, por el contrario se pueden destinar a actividades que impliquen un desgaste mental a través de diversos juegos, pero al igual que la anterior pueden coexistir un conjunto significativo de relaciones en su interior. La cancha y el parque, como espacios de interacción cuentan con un conjunto de relaciones sociales que se constituyen desde la perspectiva del adolescente que sobrepasan al contexto escolar, ambos permiten una débil supervisión del accionar que, por el contrario, la escuela tiende a potenciar de manera permanente este escenario. Denominar activos a localidades de esparcimiento surge como referencia de nuevas propuestas teóricas, donde se hace fundamental evidenciar los diversos recursos que se encuentran en el contexto de un individuo, así la familia, la escuela o la comunidad, tiende a generar competencia en el desarrollo adolescentes tanto para la prevención o vinculación a problemáticas (Oliva, Suárez, Estévez y García, 2012). La ocupación del activo como mecanismo de socialización, permite considerar diversos factores de riesgos presentes en otros contextos, pero que en el comunitario tiende a profundizar en el mismo, así la familia, la escuela, pares, jerarquías y comunidad constituyen una matriz biopsicosocial para Hawkins y

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colaboradores (1992), donde la recurrencia y el relacionamiento confluyen en el proceso de adaptación del adolescente (Jiménez y Lehalle, 2018). La capacidad de influencia del espacio comunitario en diversas formas actitudinales, conductuales y valorativas, tiene un fundamento desde la interacción que entre pares se pueda ejercer, esto es parte de una de las primeras características con las que cuenta. Durante el periodo transicional de la niñez a la adolescencia, el espacio de socialización sufre transformaciones significativas en la manera que se migra del seno familiar hacia la comunidad o la escuela, los estudios realizados por Larson, Richards, Moneta, Holmbeck y Duckett (1996), permiten exponer que la influencia de este contexto va en aumento según sea la exposición o tiempo que el adolescente brinde a ese espacio (Oliva, Antolín, Estévez, Pascual, 2012 ; Delgado, Gómez, Jiménez, Pertegal, Bermúdez y Suárez, 2008). Tanto por ser un espacio de socialización colectiva, como por el aumento de redes de socialización y la influencia proveniente de pares, hay una deriva de la capacidad de empatía, liderazgo y compresión para el adolescente que es recurrente a estos activos, quien tiende a construir sobre la figura de sus pares de mayor edad, desde una representación de reconocimiento y confianza a un modelo de vida. La ocupación del activo no solo es medida por relaciones sociales que se pueden adjudicar valoraciones positivas o negativas, sino también por un determinado espacio que potencializa la construcción de espacios de identidad o de apego el cual, puede estar ligado al conjunto de actividades que el adolescente considere a desarrollar en su interior, a los mecanismos de control que desde la percepción de éste se encuentre entre otros. El espacio de interacción construido en el activo, permite al adolescente valorar las representaciones sobre la autoridad y la actitud que muestre delante de una, más aun si el espacio de convivencia no está mediado por una autoridad orientadora como en el caso del centro educativo, a pesar que la recolección de evidencia hacia la autoridad está dirigida hacia la escuela o la familia según las investigaciones realizadas Cava, Musitu y Murgui (2006), diversos datos colectados demuestran que 2

la influencia familiar en la situaciones de violencia escolar, tienen un efecto indirecto, por lo que es fundamental profundizar en la descripción de los factores determinantes en la adolescencia y que construyen problemas conductuales. Desde las valoraciones de Jiménez et. al. (2018), “existen numerosos trabajos han relacionado sistemáticamente variables comunitarias (por ejemplo, el sentimiento de integración comunitaria o la percepción de cohesión social y apoyo social) con medidas de salud mental y bienestar psicosociales”. Esto permite considerar que la integración a la comunidad y la vida comunitaria trae diversos o posibles beneficios hacia el ajuste conductual, según la percepción de los adolescentes (Jiménez, et. al., 2018). La aceptación o transgresión de la norma social tiende a ser un aspecto vinculante en la construcción de una identidad, a la ocupación o no de un activo, esto puede tener su consolidación en la adolescencia entre los 15 y 17 años, según las aseveraciones realizadas por Hawkins et al. en 1992 (en Cava, et. al., 2006). Así, ampliar hacia una escala que permite la medición que no se limite al rol del docente sino más bien efectué una revisión de la autoridad institucionalizada incluyendo la policía (Cava, Estévez, Buelga, Musitu, 2013), permite generalizar una actitud adolescente hacia un contexto de permisividad o de punibilidad que se puede devenir. A pesar que existen consideraciones sobre las manifestaciones de violencia, que varían entre los sexos de los adolescentes, también la transgresión de la normativa es vinculante para Emler y Reicher (1995) hacia la construcción de una reputación en determinados grupos (en Cava, et. al., 2006), con ello, más allá de ser una disputa por un espacio de poder o de vulneración del mismo, es la expresión del adolescente sobre las representaciones contextuales que lo llevan a retomar rudeza si el contexto lo determina así o, por el contrario, a suavizar su accionar. Así la capacidad que brinda la medición de estas actitudes es relevante para contar con aproximaciones hacia los estilos de socialización y conductas que pueden ser transgresoras en la adolescencia (Cava, et. al., 2013). 3

Las explicaciones a estas disimilitudes podrían estar relacionadas con diferencias de género en el manejo de determinadas reputaciones, al periodo de rebeldía que se agudiza al cierra de la adolescencia, entre otros factores. Algunos estudios retomados por Martínez-Ferrer, Murgui-Pérez, Musitu-Ochoa, Monreal-Gimeno (2008), consideran que entre menor sea la implicación del adolescente en conductas violentas, éste tomará una actitud que favorece a la autoridad, por el contrario, los adolescentes con actitudes negativas hacia la autoridad, suelen manifiestan conductas violentas (Martínez-Ferrer et al., 2008). Algunos de los resultados obtenidos por Martínez-Ferrer et al. (2008), en adolescentes sobre su entorno escolar, describen una tendencia hacia ser injusto y a la obtención de malas calificaciones, que, a su vez, es un indicativo que el adolescente desarrollará actos violentos en su entorno. Las expresiones de violencia en la escuela se convierten en una manifestación de injusticia y en la inutilidad que el sistema representa en sus expectativas de vida, el modelo educativo y la generación de un sentimiento de impotencia de modificación de la estructura organizativa del mismo. Las manifestaciones de violencia tienden a ser muy variadas y según la construcción de los significados que cada sujeto realice de sus contextos, así las mediaciones se colocan desde la percepción de exclusión (ignorando o bloqueando la participación de sus pares) alcanzando afectaciones psicosociales (Buelga, et. al., 2009). La conducta disruptiva del adolescente también es variante según contextos, así como pueden ejercerse en el medio escolar, fuera del mismo se pueden aplicar conductas delictivas, fácil acceso al consumo de drogas, transgresiones de normas con la finalidad de alcanzar reconocimiento social y liderazgo (Buelga, et. al., 2009; Jiménez, et. al., 2008). La existencia de trabajos en parte de Europa y Australia, asignan importancia a los diversos vínculos que se establecen entre la identidad social como proceso de reputación percibida y la imagen que se desea proyectar a sus pares como reputación ideal, alcanzando de esta manera algún reconocimiento social, que es

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proporcionado de manera significativa por sus pares en la etapa de la adolescencia y teniendo repercusiones en factores psicosociales (Buelga et. al., 2012). Esta consolidación del reconocimiento social se da a partir de la aceptación que al interior del espacio de interacción se conforme, otorgándole mayor importancia a edades tempranas, a las canalizaciones de estos patrones conductuales, asociados a la capacidad de transgresión que se puede mantener; así en estudios de Cava y Musitu, 2002; Emler y Reicher, 2005; Kerpelman y Smith-Adcock, 2005; Luthar y Ansary, 2005, estos escenarios son vinculantes a conductas violentas en el aula (Jiménez, et. al., 2008). La centralidad en que se pueden constituir la popularidad, el liderazgo y el poder del adolescente entre sus pares es fundamental para la generación de actitudes de transgresión de la normativa con la finalidad de obtener un reconocimiento o recompensa de estatus entre pares (Buelga, et. al., 2009). De manera que, si la situación en la comunidad está determinando al adolescente a realizar este tipo de actitudes para garantizar su estatus, replicará dicho accionar en la escuela, obteniendo así reconocimiento en diversos espacios de interacción. Es por ello, que ante el contexto nacional es fundamental ejercer procesos de medición sobre la influencia que el contexto comunitario está determinando en adolescentes escolarizados, esto permite establecer parámetros de sus valores, actitudes y conductas generadas mediante la ocupación del activo de socialización y que se transfiere o tiende a mutar en el espacio escolarizados. Así, tanto por la confianza que brinda el lugar de residencia como por el activo de socialización, se permitirá la construcción de una percepción que potencialice la apropiación del espacio, sobre su uso – tiempo y el compartir del activo, como factores de socialización que se posicionan en el vecindario. A pesar que existe una confrontación entre pares y jerarquías, en espacios controlados y con poco o nulo control, las representaciones sobre las figuras institucionales de autoridad (responsables de familia, cuerpos de seguridad, docentes) que ejercen represión en diversos contextos, siempre colocan en tensión 5

al adolescente cuando busca la construcción de una reputación social en contextos escolarizados y comunitarios, pero sobre todo en el traslado de este del activo social al espacio escolar. Esta premisa parte de la noción que los liderazgos ejercidos por pares de mayor edad ponderan pautas de comportamiento que los adolescentes adquieren y adecuan desde el activo social al espacio escolar; así, ante el débil liderazgo que las autoridades institucionales pueden ejercer hacia los adolescentes como mecanismos de control, es usurpado por otros actores que potencializan en buena proporción aspectos de violencia o inseguridad (como resguardo y construcción de reputación social), persuade a los individuos a quebrantar normas de convivencia ante ciertos estímulos o presiones sociales y que conducen, en muchos casos, a la generación de resistencia ante la autoridad. Por ello, la presente investigación tiene como objetivo general describir los niveles de influencia del contexto comunitario en adolescentes para determinar los valores, actitudes y conductas asociadas en los espacios escolarizados. La utilización de diversas escalas y dimensiones permitieron: Identificar los niveles de confianza construidos en espacios comunitarios por parte de adolescentes escolarizados con la finalidad de definir la percepción con la que cuentan acerca de diferentes factores del vecindario en el que residen; también a profundizar en el análisis las actitudes de adolescentes sobre las figuras e instituciones de autoridad formal para establecer tipos de conducta, según los niveles de reputación social mostrados en contexto escolar y comunitario, y a estimar el contexto de violencia e inseguridad percibido por adolescentes escolarizados en sus espacios de residencia.

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2. METODOLOGÍA 2.1. DISEÑO DE ESTUDIO El diseño del estudio correspondió a uno de tipo observacional deductivo, ajustándose a las características de una muestra que estructuró el grado de identificación del contexto comunitario según la ocupación de dos activos (cancha y parque) en el establecimiento de influencia en las relaciones sociales, tanto al interior de las instituciones educativas intervenidas, así como en las localidades de residencia. Se contó con la participación de adolescentes que están escolarizados y matriculados en el primer año de bachillerato Técnico y General de 14 instituciones educativas. La muestra se conformó por 825 estudiantes, teniendo un 95% de confiabilidad y un margen de error del 3%. 2.2. INSTRUMENTOS Se aplicaron seis instrumentos adecuados al contexto salvadoreño, siendo estos: 1. Ocupación de Activos del Barrio (OAB), 2. Evaluación de Activos del Barrio (EAB), 3. Actitud hacia la Autoridad Institucional (AAI), 4. Reputación Social (RPS), 5. Respuesta a Situaciones Sociales (RSS) y, 6. Escenarios Públicos (EP). El primer instrumento, tiene el propósito de establecer la presencia de diversos espacios a nivel de la comunidad, espacio de residencia o colonia (como cancha y parque), como espacios geográficos y sociales delimitados, de libre generación de relaciones entre pares. Se agregó el componente de visita, entendida como el espacio de interacción generado por su recurrencia, que permite generar ponderaciones sobre su participación en el contexto comunitario. Dicha escala se compuso de 2 preguntas,

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la primera, sobre la existencia de los espacios y la segunda, preguntas sobre su visita u ocupación. El segundo instrumento cuenta con el objetivo de aproximarse a la percepción de los diversos espacios que las colonias de residencian que los adolescentes escolarizados han construido, basado en su utilización, promoviendo diversos factores relacionados a su ajuste. Ésta cuenta con un total de 5 dimensiones, siendo la primera el Apoyo y Empoderamiento de la Juventud (AEJ), la cual está relacionada con a personas adultas en su contexto original (Oliva, Antolín y López, 2012), la misma fue aplicada por Quintanilla (2017), a partir de los resultados obtenidos en su aplicación, se adecuó al contexto pero relacionándola a pares adolescentes o juveniles de mayor edad a la persona informante, mostrando seis ítems con enunciados como: “Los jóvenes con más años de mi colonia se preocupan de que los demás jóvenes estemos bien” o “Los jóvenes de mi colonia pueden encontrar a otros que tengan más años y que les ayuden a resolver algún problema”. La segunda dimensión se relaciona al Apego a la Colonia (AB), compuesta por cuatro ítems, con frases como “Me siento muy unido a mi colonia” o “Vivir en mi colonia me hace sentir que formo parte de una comunidad”. La tercera dimensión, es vinculante a los niveles de Inseguridad de la Colonia (ISB), la misma aglutinó un total de cuatro ítems, los cuales hacían relación a “Algunos amigos de fuera tienen miedo de venir a mi colonia” y “La gente de mi colonia comete delitos”. Las últimas dos dimensiones hacen relación a los niveles de Control Social (CS) que ejerce las personas en el lugar de residencia y a las diversas de Actividades para Jóvenes (APJ) que se pueden desarrollar en el conjunto residencial, según contextos específicos. La dimensión CS, contó con un total de cuatro ítems, con enunciados como: “Si un joven de mi colonia intentará dañar un carro, los jóvenes con más años lo evitarían” y “En mi colonia, si haces cualquier travesura, seguro que algún adulto te regañará”; en el caso de la dimensión APJ, se estructura a partir de cuatro ítems que consideraron escenarios como “Los jóvenes de mi colonia tenemos lugares donde 8

reunirnos cuando llueve” y “Los jóvenes de mi colonia podemos hacer tantas cosas después de clase que raramente nos aburrimos”. La tercera escala aplicada, estuvo relacionada a la Actitudes hacia la Autoridad Institucional (AAI-A), la cual se cuenta con una distribución a partir de dos dimensiones y conformada por nueve ítems en total. La Dimensión Actitud Positiva Hacia la Autoridad Institucional (APHAI), contó con cinco de los nueve ítems, a través de las siguientes expresiones “Los profesores son justos a la hora de evaluar” o “La policía está para hacer una sociedad mejor para todos”. La dimensión Actitud Positiva Hacia la Transgresión de Normas Sociales (APHTNS), contaba con frases como “Da igual saltarse las reglas escolares si después no hay castigos” o “Si una regla escolar no te parece, es mejor saltársela”. Dicha escala tiene por finalidad recolectar información acerca de la actitud hacia determinados sujetos e instituciones que ejercen el rol de autoridad formal en diversos espacios como la escuela, la familia y los espacios públicos (Cava, et. al, 2013, Martínez-Ferrer, et. al, 2008). Como cuarto instrumento, se aplicó la escala de Reputación Social (RPS), teniendo por finalidad medir la autopercepción real del respondiente, en la misma se consolidó la escala de autopercepción en el ser o no conformista y la reputación, así con ello se establecieron enunciados como “Soy una buena persona, Soy un/a chico/a rebelde, Soy popular y querido/a entre mis compañeros...”, en total la escala de constituyo a partir de 14 ítems (Buelga, et. al., 2012, Estévez, et. al. 2010, Jiménez, et.al., 2008). La escala de Reacción a Situaciones Sociales (RSS), denominada así para esta investigación, cuenta con preguntas que permiten aproximarse a la percepción de los adolescentes escolarizados sobre su capacidad de respuesta ante presiones sociales o estereotipos construidos para la obtención de su beneficio, de esta forma la escala consideró ocho ítems como: “Cuando alguien no me respeta, es importante usar la fuerza física o la agresión para enseñarle a esa persona que no me debe

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faltar el respeto” o “Si alguien es violento conmigo, es importante ser violento con esa persona para quedar parejo” (Olate, 2018). Por último, se evaluó la presencia de diversos grupos al interior de los espacios de residencia y se consideraron tres escenarios, el primero la existencia de Espacios Públicos Deteriorados (EPD), además, la Presencia de Grupos Delincuenciales (PGD), incluyendo el consumo de drogas y acciones que ponen en riesgo las pertenencias de las personas residentes en los distintos espacios, y por último se valoró la Presencia de Autoridades Institucionales (PAI), esta escala y sus dimensiones son una adaptación de Olate (2018). Cada una de estas escalas y escenarios, adquirieron una ponderación en escala de Likert que va de 1 (Muy en Desacuerdo) a 4 (muy de Acuerdo) a excepción de OAC, la cual fue dicotómica (Si o No) en los dos escenarios consultados. Las diferentes gráficas y tablas se realizaron a partir de la separación de los escenarios, según la Ocupación de la Activos de la Colonia segregados por sexo. Para las gráficas, se aplicó el modelo de prevalencia según puntajes iguales o superiores al tercer cuartil. Para el caso de las tablas correlacionales, se obtuvo con base al conjunto de casos de adolescentes, hombres y mujeres que hacen uso del activo de la colonia. Desde esas consideraciones, se presentan un total de 10 gráficos y 10 tablas, las cuales responden a las descripciones del fenómeno a nivel nacional y la segregación en cuatro zonas geográficas del país.

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3. RESULTADOS 3.1. PERFIL DE LOS PARTICIPANTES Participaron en el llenado de los diversos instrumentos un total de 56% hombres y 44% de mujeres (825 estudiantes encuestados), por las modalidades de estudio que el bachillerato presenta, se colectaron muestras del bachillerato técnico equivalente del 65% y para el bachillerato General un equivalente al 34%, provenientes de 33 municipios de siete departamentos a nivel nacional. Las edades de los adolescentes participantes fueron de un mínimo de 12 años (1 caso) y un máximo de 24 años (1 caso), la mediana de edad fue de 16 años; además, se contabilizaron un total de 11 casos de sobre edad en dicho año de estudio (20 a 24 años). Las oscilaciones de años de vivir en sus lugares de residencia mostraron una mediana de 16 años, con un mínimo de residencia que van desde cero años, hasta un máximo de 24 años. Los lugares de residencia fueron muy estandarizados tanto en la tenencia de la propiedad de la vivienda, como en la libre circulación y la presencia de seguridad de índole privada. Un aproximado del 78% de los adolescentes escolares mencionaron que la tenencia de su vivienda es propia (Familiar), un poco más del 19% afirmo que su familia alquilaba la propiedad, y un aproximado del 3%, indicó que la tenencia de propiedad donde vive es de otra índole (en calidad de préstamo o colono), en cada uno de los casos no se especificó si la vivienda es de carácter unifamiliar o compartida. Los espacios residenciales en su mayoría son espacios abiertos, los cuales no cuentan con restricción de paso (86%), y en similar proporción los espacios no disponen de seguridad privada ya que en su mayoría se manifestó no contar con dicha situación (86%). A pesar que los datos provenientes tienen contextos urbanos en su mayoría, las limitaciones de tránsito provinieron de las zonas residenciales de las cabeceras departamentales, siendo estas San Miguel, San Salvador y Sonsonate.

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La utilización de los activos de la colonia, permite hacer mención que un aproximado de 80% hace uso de cancha y en menor proporción del parque con un 49%, cada uno de estos activos desde las valoraciones de los adolescentes fueron visitados al menos una vez en el año 2018. La digitalización como espacio de interacción tiene un alto auge en la población adolescente escolarizada que participó en la investigación, así un aproximado del 72% mencionó contar con acceso a internet, en este punto se omitió preguntar si acceden a través de aparatos móviles o computador, en su residencia o en la institución educativa, así también, de dónde provenía su fuente principal de conexión, internet residencial, redes públicas (Wi-Fi), entre otras. 3.2. A NIVEL NACIONAL. 3.2.1. Ocupación de Activo de la Colonia – Cancha. La ocupación de los diversos activos de la colonia (OAC), fueron muy variados y mostraron diversas tendencias correlacionales y de prevalencia. Para OAC – cancha, los datos muestran que un total de 663 adolescentes escolarizados cuentan con dicho activo, es decir un 80% aproximadamente del total de participantes de la investigación. Las prevalencias observadas en OAC – Cancha en la dimensión de las actividades que permiten el empoderamiento de la juventud (AEJ), exponen un 33% de hombres y 22% de mujeres (Figura 1). Desagregando por puntajes altos en los ítems, las percepciones de los adolescentes están relacionadas con los niveles de empatía en la búsqueda de apoyo de pares de mayor edad, en la resolución de problemáticas que afectan al adolescente y a las valoraciones de vínculos de amistad que proporcionan pares de mayor edad. A nivel de valores correlacionales, EAJ es la dimensión con más correlaciones entre las diversas variables consideradas (Ver Tabla 2). Se hace énfasis en que el Apego a la Colonia (AB) junto con el Control Social (CS), son las dimensiones que cuentan

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con correlaciones medias, pero altamente significativas, tanto en hombres 0.529**, 0.645** como en mujeres 0.470**, 0.521** escolarizados respectivamente. Del conjunto de dimensiones consideradas, AB es la que cuenta con la mayor proporción, tanto para hombres (48%) como para mujeres (33%), debido al sentimiento de ser parte de su lugar de residencia, como por la convivencia en comunidad que potencializa esta dinámica de prevalencia. Lo anterior permite establecer que los adolescentes escolarizados que hacen uso de los espacios públicos fortalecen su identificación con sus espacios de residencia, es decir, muestran apego. Los valores correlacionales de AB muestran correlaciones bajas-medias pero significativas en lo que concierne a CS, seguidamente del conjunto de Actividades para Jóvenes (APJ) que se potencializan en su interior, dichos valores, aplican tanto para hombres como para mujeres, en la primera dimensión 0.449**, 0.433**, y en la segunda 0.341**, 0.320**, respectivamente (ver Tabla 2). Los adolescentes escolarizados que ocupan la cancha como activo de la colonia, evidencian bajos valores de prevalencias en torno a los niveles de Inseguridad en su Colonia (ISB), tanto en hombres como en mujeres, los porcentajes se establecen en 20% y 14%, respectivamente. A pesar de ello, los ítems que confirman los niveles de inseguridad giran en torno al temor de tienen sus pares en llegar a su espacio de residencia, ya que en algunos casos es evidente la comercialización de estupefacientes en dichos espacios. En hombres y mujeres, las correlaciones de ISB, se encuentran en los Espacios Públicos Deteriorados (EPD) y en la Presencia de Grupos Delincuenciales (PGD), siendo evidente los altos niveles de significación en los valores obtenidos de 0.375**, 0.397** y 0.237**, 0.289** respectivamente. Con ello y a pesar del uso del espacio público, los factores que inciden en la percepción de inseguridad se basan en dichas variables.

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La prevalencia del nivel de CS es mayor que la ISB, así los porcentajes tanto para hombres como para mujeres es de 42% y 28%, respectivamente. Los ítems que reportaron mayores puntajes responden a la capacidad de supervisión con la que cuentan jóvenes y adultos en el cuido de la propiedad privada estacionaria y hace énfasis en la supervisión de adultos para evitar que el adolescente realice fechorías aprovechando diversas situaciones. Las correlaciones de esta dimensión, muestran valores medios y alta significación para hombres en APJ y Actitud Positiva hacia la Autoridad Institucional (APHAI) con valores de 0.541**, 0.437**; en el caso de mujeres, las significaciones se ubican en las mismas dimensiones, teniendo por valores 0.469** y 0.256**. Con ello, tanto por la aplicación de controles en los diversos conjuntos de actividades que los adolescentes escolarizados desarrollan en sus espacios lleva a la generación de actitudes asertivas hacia la supervisión institucionalizada del establecimiento de relaciones sociales en la OAC - cancha. Por su parte, la dimensión APJ reportó prevalencia porcentual de 32% en hombres y 17% en mujeres; por ello, tanto en ocupación del espacio como en los niveles de percepción, los hombres desarrollan más actividades en cancha, siendo así, los ítems que reportan mayores puntajes son los relacionados a la ocupación del espacio para el desarrollo de actividades durante periodos vacacionales o de pausas pedagógicas en sus instituciones educativas, y como componente de articulación el desarrollo de actividades al finalizar clases diariamente. Es necesario evidenciar que las correlaciones para esta dimensión solo están articuladas con APHAI, lo cual proporciona con certeza que, hasta cierto punto, los adolescentes que ocupan los activos, también muestran respecto hacia la autoridad, así las correlaciones son altamente significativas en hombres y mujeres con valores de 0.301**, 0.304** respectivamente. Para la escala de Actitudes Hacia la Autoridad Institucional, los valores de prevalencia obtenidos en las dimensiones APHAI, son para hombres de 39% y para mujeres de 26%, teniendo ítems con altos puntos que manifiestan que los procesos 14

punibles de la autoridad institucional al interior de la institución educativa de donde proviene es justa, y la capacidad de denuncia a la autoridad policial tiene potencial cuando el adolescente observe alguna situación de hurto o robo. Al observar las correlaciones con otras dimensiones incluidas, los resultados muestran diferencias altamente significativas con la Presencia de Autoridad Institucional (PAI) en los activos de la colonia, siendo de 0.191** para hombres y 0.231** para mujeres; en otras dimensiones como Reputación Social (RPS) o Respuesta a Situaciones Sociales (RSS), los valores correlacionales reportados fueron indirectamente proporcionales para mujeres -0.280** y para hombres 0.178** respectivamente. Concerniente a la segunda dimensión que compone la escala anterior es la Actitud Positiva hacia la Transgresión de Normas Sociales (APHTNS), proporciona prevalencias correspondientes al 25% para hombres y 13% para mujeres. Los ítems que mostraros mayores puntajes hacen relación a factores como el quebranto de leyes cuando se considera que el daño no afecta a terceros y, en caso de las relaciones áulicas, el incumplimiento de normas establecidas cuando no existen mecanismos punitivos ni represivos por parte de la autoridad institucional. Los valores correlacionales para esta dimensión muestran significaciones altas con las dimensiones de RSS y EPD, así para hombres las significancias son de 0.226**, 0.167**, y para el caso de mujeres 0.341**, 0.258** respectivamente. El comportamiento es bimodal, más acentuado en mujeres y menos en hombres, en el caso de las féminas, el quebrantamiento de leyes es más propicio cuando se enfrentan a situaciones que generan estrés y al interior de espacios con deterioro; mientras que en los hombres podría estar asociado a actitudes de machismo, menos sensible al estrés y con menor reparo a utilizar espacios públicos deteriorados. El conjunto de ítems que estructuraron la escala y dimensión de Reputación Social (RPS), muestran valores de prevalencia muy bajos, en comparación con el resto de dimensiones, muestra de ello es que para hombres la prevalencia fue de 3%, y para 15

mujeres de 0.45%, es necesario aclarar que esta escala solo consideró preguntas relacionadas con la autopercepción, así los ítems con más altos puntajes fueron los relacionados a la popularidad construida entre pares y al respeto o “fama” ganada al interior de los espacios donde se potencializan las relaciones sociales. Por su parte, las correlaciones de la RSS, tanto para hombres como para mujeres, son altamente significativas, siendo estas de 0.396** y 0.183** respectivamente. No obstante, los hombres mostraron correlación con EPD de 0.257** y 0.209** con PGD. De manera que, los adolescentes escolarizados que participación de OAC – cancha, tiende a manifestar en mayor proporción los valores de prevalencia de casos cuando se evalúan los factores de deterioro del espacio público y la presencia de algún grupo delincuencial. Con relación a la escala Respuesta a Situaciones Sociales (RSS), las prevalencias en hombres y mujeres que OAB – cancha, muestra valores porcentuales de prevalencia de 23% y 14%, en hombres y mujeres respectivamente. Dentro del conjunto de ítems, los puntajes más altos fueron alcanzados por situaciones que correspondieron a hacer valer sus derechos generando espacios de promoción y defensa, sin importar que eso conduzca a violencia, aunado a ello, la demostración de poderío ante posibles escenarios de Bullying, se convierte en factor crucial en el establecimiento de relaciones con otros pares. Respecto a los valores correlacionales, tiende a tener manifestación con mayor auge con la vinculación a las dimensiones EPD y PGD tanto en hombres como en mujeres, siendo estos de 0.347**, 0.229** en la primera dimensión y de 0.346**, 0.161** para la segunda dimensión respectivamente. Lo anterior indica, que la mayoría de actitudes a demostrar es vinculante a los espacios fuera de las instituciones educativas. El Espacio Público Deteriorado (EPD), desde las percepciones de los adolescentes que utilizan el activo muestra valores de prevalencia de 11%, para hombres y 6%, para mujeres. Así los ítems que mostraron mayores puntajes fueron los relacionados a paredes con distintivos y alusivos a diversos actores que son parte 16

de las comunidades, y la presencia de residencias en estado de abandono o subutilizada por grupos delincuenciales. En torno a los valores correlacionales, esta escala muestra vinculación altamente significativa con las dimensiones con la presencia de grupos delincuenciales en los activos (PGD), en hombres con 0.789** y en mujeres 0.750**. Con ello, el apoderamiento del espacio por parte dichos grupos, tiende a limitar seriamente su uso por parte de adolescentes. Para las escalas PGD y PAI, los valores de prevalencias de la primera son del 8% y 7% en hombres y mujeres respectivamente; y para la segunda, los valores son de 39% y 27% en hombres y mujeres. Esta última escala indica alta presencia en los activos cancha de policías, de manera constante, supervisando actividades o en relación al cuido del espacio según lo demuestran los ítems que conformaron dicha dimensión. Los valores correlacionales de ambas escalas son articulados por dimensiones específicas como se ha mencionado con EPD en la primera dimensión, y en la segunda con APHAI. Realizando un análisis por ítem, para PGD, se asoció con “maras o pandillas”, seguido por el consumo de drogas en espacios públicos que se está ocupando, en este caso en la cancha. 3.2.2. Ocupación de Activo de la Colonia – Parque. Los adolescentes escolarizados reportaron para este activo que del total de encuestados solo un 49% aproximadamente cuentan con este recurso (404 casos), teniendo una reducción de 31% en comparación al OAC – cancha, lo que permite establecer que el activo que con mayor frecuencia se encuentra al interior de los espacios comunitarios es cancha (sin especificar deporte), y en menor medida el parque. En valores correlacionales, la dimensión EAJ, mostró correspondencia altamente significativa con los niveles de AB en hombres de 0.532** y en mujeres de 0.431** y con la dimensión que conformó el CS, con valores en hombres de 0.645** y en mujeres de 0.541** (Tabla 3).

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Figura 1. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres a Nivel Nacional

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Las prevalencias para ambos sexos en dicha dimensión muestran valores de 34% en hombres y 23% en mujeres (Figura 2), siendo una estructura de apoyo comunitario encontrada en sus pares de mayor edad y la búsqueda de resolución de conflictos, sin necesidad de especificar su origen o finalidad, y los niveles de valoración o creación de vinculo sentimental, relacionado con sus pares, siempre de mayor edad. Por su parte, los niveles correlacionales de la dimensión AB, permite evidenciar valores altamente significativos con las dimensiones de CS, siendo estos de 0.493**, 0.399** en hombres y mujeres respectivamente, y con la dimensión de Actividades para Jóvenes (APJ), siendo estos, 0.399** en hombre y 0.363** en mujeres, lo cual permite establecer que a mayor desarrollo de actividades para jóvenes en sus localidades, habrá un aumento en sus niveles de apego, y por ende, la ocupación del espacio también lleva a la generación de espacios de control, presididos por personas adultas en la mayoría de los casos. Las prevalencias de la dimensión revisada, son las que mayores valores registra en comparación con el resto, siendo estas para hombres de 50% y para mujeres de 33%. Con ello, tanto por el conjunto de actividades como por el control ejercido, los adolescentes escolarizados hacen un análisis de inclusión hacia percepción de ser parte de su colonia. En la dimensión de ISB, se constató que los valores correlacionales con el resto de dimensión que conformaron la investigación son las vinculadas a las actitudes de APHTNS y PGD, siendo altamente significativas en hombres y mujeres, con los valores de 0.240** y 0.288** en la primera dimensión y de 0.349** y 0.314** para la segunda dimensión respectivamente (Tabla 3). Las percepciones de inseguridad están mediadas por las actitudes de adolescentes que tienden a transgredir las leyes y, como es obvio, por grupos delincuenciales en la zona. Los valores de prevalencia para esta escala son de 21% para hombres y de 16% para mujeres, estas percepciones provienen de la venta ilegal de narcóticos y del temor que sus pares manifiestan de acercarse a otras colonias que no sean aquellas 19

de donde provienen. Así tanto en la correlación como en la prevalencia, se muestra una articulación de escenarios que potencializan este tipo de contextos en los espacios de los adolescentes escolarizados que hacen uso del activo. La OAB – parque cuenta con valores correlacionales de la dimensión de CS direccionados

de

manera

altamente

significativos

en

las

dimensiones

correspondiente a APJ y APHAI (Autoridad Institucionalizada), siendo estos de 0.513** en hombres y de 0.525** en mujeres para la primera dimensión; y de 0.427** en hombres y de 0.269** en mujeres para la segunda dimensión. Con ello, la ocupación del activo a través de actividades, lleva a la creación de mecanismos de control, los cuales son ejercidos por autoridades institucionalizadas. Asimismo, los porcentajes de prevalencia para CS son de 45% para hombres y de 30% para mujeres, haciendo una relación a los ítems con mayor realce, se desatacan los relacionados al cuido de la propiedad privada, evitando daños, siendo esto dirigido por adolescentes con mayor edad, y los mecanismos de supervisión que los adultos realizan para evitar acciones que pongan en riesgo la integridad de la propiedad. Para cerrar con la escala de EAJ, la dimensión de APJ, mostró correspondencias altamente significativas únicamente para ambos sexos en APHAI, siendo estas para hombres de 0.320**, y en mujeres de 0.412**, lo que indicia que el desarrollo de actividades en dichos espacios, es potencializado por la presencia de autoridades institucionalizadas. A nivel de prevalencias, la dimensión muestra valores para hombres de 37% y para mujeres de 21%, siendo los ítems con mayor potencia los relacionados al establecimiento de un lugar de resguardo durante periodos de lluvia y al imaginario que el conjunto de adolescentes en las comunidades de estudio utilizan durante sus periodos de interacción para el ejercicio de actividades de pasatiempo. La escala correspondiente a AAI, en su dimensión correspondiente a la actitud de adolescentes escolarizados hacia la autoridad (APHAI), cuenta con correlación baja

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pero altamente significativa solo con una dimensión, la cual corresponde a la PAI para ambos sexos participantes, con ello, el valor para hombres corresponde a 0.175** y para mujeres 0.214**. Por prevalencia, ambos sexos mostraron valores altamente diferenciados, así con ello, los hombres en un 40%, y en el caso de mujeres 23% valoran positivamente a la autoridad institucional, según la OAB – parque, aunado a dichos valores, las percepciones por ítems, son vinculantes en la aceptación de justicia e imparcialidad que los docentes ejercen en la escuela (como espacio controlado) y al cuido de la propiedad privada de la comunidad, respecto a la capacidad de denuncia en casos de robos a la Policía (como autoridad institucional en espacios poco controlados). La segunda dimensión que conformó esta escala hace relación a la trasgresión de normas (APHTNS) por parte de los adolescentes escolarizados, de manera que, los valores correlacionales con las dimensiones que son vinculantes a la Respuesta a Situaciones Sociales (RSS) fueron de 0.305** para hombres y de 0.280** para mujeres. Las prevalencias observadas en hombres y mujeres presentaron una diferencia de más de 14 puntos porcentuales, para hombres, los valores registrados fueron de 28% y para mujeres de 14%. Por ítem, los valores registrados tienen una tendencia hacia el incumplimiento de normas o leyes, en caso que no hay afectación a terceros o si el quebrantamiento de las normas de convivencia al interior de las instituciones no es castigado en el caso de los docentes (como autoridad formal inmediata). La Reputación Social (RPS) en los adolescentes encuestados muestra valores correlacionales con altos niveles de significación cuando son vinculados a RSS las cuales son de 0.450** para hombres y 0.218** para mujeres, y en otras dimensiones, los valores que se registran son parciales en cuanto a sexo, por ejemplo, los hombres mostraron valores de significación en EPD de 0.187** y en lo que respecta PAI con 0.205** para el caso de mujeres.

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Por prevalencia, los valores registrados para ambos sexos tienden a ser muy bajos, reportando porcentajes de 3% para hombres y 0.5% para mujeres. A pesar de ello, los ítems que muestran repunte para esta dimensión son vinculantes a la popularidad y el reconocimiento del resto hacia al adolescente informante y como articulación con dicho ítem, también se vincula con los niveles de notoriedad con que cuenta frente a sus pares. La escala de RSS construyó correlaciones con altos niveles de significancia para ambos sexos en lo que respecta al deterioro del espacio (EPD), siendo estos de 0.282** y 0.228** en hombres y mujeres respectivamente. Además, en hombres se mostró correlaciones altamente significativas en dos escalas más, siendo estas en EPD 0.309** y en PAI de 0.225**; en el caso de las mujeres, solo se tuvo una correlación significativa de 0.175* con PGD (Tabla 3). En torno a prevalencias, los porcentajes que se aprecian son altos en comparación a la dimensión anterior, para hombres el valor es de 27% y en mujeres de 14%. Por lo que respecta estos valores, los ítems que más aportaron a dicha prevalencia hacen mención a la defensa de derechos, aunque se ejerzan medios de violencia, y la importancia de que los pares se den por enterados que no pueden atemorizar al adolescente encuestado. A nivel de espacio público (EPD), grupos delictivos (PGD) y autoridad institucional en el (PAI), la primera dimensión mostró correlaciones elevadas con la segunda siendo sus valores de 0.808** en hombres y 0.719** en mujeres. Por su parte, la tercera dimensión, mostró anteriormente correlaciones con otras dimensiones que hacen mención de la autoridad institucional en espacios poco controlados. A nivel de prevalencia, los valores para las tres dimensiones son fluctuantes, así para la primera y segunda dimensión, en hombres los valores obtenidos fueron 11% y 9% y en mujeres de 9% y 7% respectivamente. Para la tercera dimensión se registraron prevalencias de 37% en hombres y 26% en mujeres.

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Figura 2. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres a Nivel Nacional

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3.3. A NIVEL DE LA ZONA NORTE 3.3.1. Ocupación de Activo de la Colonia – Cancha. Los adolescentes escolarizados de la zona Norte manifestaron que la ocupación de activo Cancha (OAC - cancha), es proporcional al 82% del total de adolescentes encuestados, es decir 8/10 participan en actividades en ese espacio. Haciendo una relación con el total de casos reportados, esta zona contribuyó con 230 casos, es decir, un 27% del total de datos colectados. La Evaluación de los Activos de Barrio (EAB), en su conjunto, es la escala con más valores altos de prevalencia del conjunto de escalas y dimensiones aplicadas a los adolescentes, así los valores que reportó la dimensión AEJ, muestra en mujeres un 28% (Figura 3). A nivel de correlaciones, dicha dimensión para este sexo, cuenta con significaciones altas en sus pares de AB 0.352** y en CS de 0.514** (Tabla 4). Para hombres, las prevalencias registradas llegaron al 30% en el total de casos encontrados, con ello las correlaciones giran en torno al mismo conjunto de dimensiones que abarcó a mujeres, los valores para AB es de 0.586** y en CS 0.673**, en ambos casos la correlación es altamente significativa. Por ítem, para ambos sexos se demuestra que los mayores puntajes registrados se conformaron alrededor del apoyo percibido por otros pares de mayor edad para la resolución de conflictos en sus localidades, esto es vinculante con los niveles de sentimiento de aprecio percibido en el espacio de interacción con otros pares, los cuales son potencializados al interior de las relaciones durante la OAC – cancha Para la segunda dimensión en la zona analizada, se encuentran las prevalencias de AB, las cuales en mujeres registraron valores de 43%. Además, las reciprocidades entre esta dimensión y el resto que conformaron la investigación muestran una tendencia de proporcionalidad indirecta y altamente significativos respecto a los niveles de inseguridad (ISB) r = -0.219** y directamente proporcionales para CS con r = 0.368**.

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Los hombres reportaron datos para esta dimensión a nivel de prevalencia de 46%, teniendo una diferencia del 3% con las mujeres. Los conjuntos de correlaciones evidenciaron significancias altas, en el caso de las mujeres fueron de -0.285** en ISB y de 0.469** en CS. En ambos casos, hombres y mujeres muestran valores correlacionales negativos hacia los niveles de inseguridad, lo cual tiende a ser una característica de dicho contexto. Por ítems, los valores para esta dimensión se encuentran articulados a contextos donde el adolescente escolarizado percibe que es parte de su lugar de residencia y en la medida de lo posible, se constituye como un agente activo en su interior, lo que promueve el establecimiento de vínculos de amistades de gran envergadura. Asociado a ello, es necesario destacar que, tanto en mujeres como en hombres, las correlaciones en torno a la inseguridad de su lugar de residencia resultaron ser negativas, es decir, con nula presencia de este tipo de escenario. Por prevalencias, los porcentajes de inseguridad en mujeres muestran un 16% sobre el contexto en análisis, siendo una dimensión que correlaciona de manera significativa con APHAI 0.232*. En el caso de hombres, el escenario no es tan ajeno al de las mujeres participantes, a pesar de ello, la recurrencia de casos en su prevalencia registra valores inferiores a ellas, siendo esta de 12%. Las correlaciones evidencian un asocio de 0.402** hacia EPD y de 0.488** para PGD, lo cual dista significativamente en las menciones que hicieron las adolescentes. Al profundizar en la descripción por ítems, este contexto nos permite acercarnos a las valoraciones para ambos grupos, que giran alrededor de la comercialización de drogas en los lugares de residencia y, en otros casos, al cometimiento de delitos. Indiscutiblemente se potencializa este escenario como se denotó a nivel nacional, pero es necesario profundizar en la recurrencia. El Control Social en la zona norte, muestra prevalencias en mujeres de un 37% y correlaciones en las APJ de 0.384** y APHAI 0.222*, siendo valores con diversos grados de significancia, pero permite considerar que cuanto mayor sea la cantidad de actividades desarrollen según OAC - cancha, mayor será los mecanismos de 25

control que ejerzan, prueba de ello, es que la correlación de autoridad institucional es significativa, a pesar de no ser alta. Para el caso de los hombres escolarizados en dicha zona, las prevalencias de Control Social son de 39%, y en similar consideración al escenario correlacional mostrado en mujeres, se ubican en las APJ y APHAI, con valores de 0.502** y 0.468** respectivamente. Este contexto permite compartir las dinámicas de control según actividades desarrolladas por los adolescentes escolarizados y según la presencia de autoridades institucionales. Las percepciones en ambos grupos de adolescentes escolarizados se estructuran a partir de los ítems que hacen relación a que sus pares en los contextos comunitarios serían capaces de detener el daño a la propiedad privada en espacios callejeros y, en similar escenario, el control que puede ejercer una persona adulta para controlar y punir al adolescente si éste realizara alguna acción contra la propiedad. Por su parte, el conjunto de Actividades para Jóvenes (APJ), mostró para las mujeres adolescentes escolarizadas una prevalencia de 18%, con una correlación significativa de 0.324** con la autoridad institucional, lo cual indica la ocupación del activo en la medida que exista presencia de algún representante de la autoridad. Para el caso de los hombres escolarizados, la prevalencia muestra una ocupación de 32%, por el contrario, el análisis correlacional no muestra ningún resultado con el resto de dimensiones (ver tabla 4). Por ítem, se destaca para ambos sexos que el activo presenta en sus lugares de residencia diversos resguardos que son utilizados por los adolescentes durante períodos de lluvia, además el uso activo del espacio promueve un ajuste hacia los adolescentes de desarrollo pleno de sus capacidades, con ello, los niveles de aburrimiento tienden a desaparecer según lo expresado. Con los niveles de inseguridad sean bajos y las correlaciones estructuradas muestran valores inversamente proporcionales, la actitud positiva hacia la autoridad

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(APHAI) muestra prevalencias para mujeres de 34%, con correlaciones inversas en proporción significativas para la transgresión de normas (APHTNS), con valores de -0.239*; además, la asociación con la variable respuesta a situaciones sociales (RSS) mostró similar comportamiento y magnitud, r = -0.236*. En el caso de los hombres adolescentes escolarizados, la prevalencia muestra similar valor que, en mujeres, siendo esta de 35%. Por su parte, las correlaciones muestran puntajes inversos en las escalas de APHTNS y RSS, con valores de 0.299** y -0.316**, respectivamente, conformadas de manera altamente significativa. Por ítem, esta dimensión cuenta con recuentos que se relaciona a la jerarquía que el docente promueve al interior del aula, a partir de los mecanismos de evaluar, los cuales, son consideramos justos por parte de los adolescentes, siendo un elemento de autoridad; a nivel de comunidad, los mecanismos de control son efectuados por los mismos adolescentes consultados, ya que muestran disposición en realizar denuncias si fueran testigos de actos delincuencial en sus espacios de residencia. En esta misma de actitud hacia la autoridad institucional, la dimensión de APHTNS evidenció para mujeres una prevalencia de 12%, teniendo correlaciones con situaciones que generan estrés social, con alta significancia de 0.281**, lo cual permite establecer que, en buena medida, la ruptura hacia la normativa social establecida se debe a situaciones que privan o limitan el accionar de la adolescente. Los hombres, mostraron para esa dimensión una prevalencia de 20%, y correlaciones significativas en aspectos de reputación 0.248*, y altamente significativas en RSS 0.444** y en Espacios Públicos Deteriorados (EPD) con 0.293**;Con ello, la transgresión de normas se potencia en los adolescentes escolarizados, en la medida que sea una medida de ganar reputación social o como respuesta a situaciones sociales que causen estrés, lo cual, puede ser llevado a cabo en espacios deteriorado, como el caso del activo que se menciona (cancha).

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Lo anterior, es vinculante a los ítems que hacen relación a aspectos contextuales como el quebrantamiento de normativas, si en la percepción del estudiante no existe afectación a terceras personas, y hacia la autoridad institucionalizada inmediata, como el docente, en la medida en que no existan procesos represivos por tomar actitudes de transgresión al mandato, entre otros. Para las dimensiones que se conformaron a partir de las actitudes de reputación o respuesta al estrés, lo valores en mujeres evidenciaron prevalencias en la primera de 0.0% y en la segunda de 18% respectivamente. Inclusive, como se manifiesta en la prevalencia, las correlaciones para la primera dimensión fueron nulas, pero para la segunda dimensión, las correlaciones se articularon en EPD con valores de 0.301**, y con la Presencia de Grupos Delincuenciales (PGD), la correlación fue significativa con valores de 0.259*. Para hombres, este mismo conjunto de dimensiones mostraron prevalencias de 2% (RPS) y de 18% (RSS), además las correlaciones para ambas prevalencias fueron altamente significativas, en el primer caso, se registraron valores de 0.512** y 0.309** en la articulación con las dimensiones de RSS y EPD respectivamente. Para el segundo caso, las correlaciones se articularon con EPD con valores de 0.412** y 0.273**. El Espacio Público como activo articulador de relaciones sociales evidenció en mujeres una prevalencia de 4%, además la presencia de Autoridad en dicho espacio tiene un porcentaje de 32%. De esta forma, la correlación en la primera dimensión en mención es vinculante con la PGD con alta significancia, siendo esta de 0.538**, y para la segunda dimensión, las correlaciones están mencionadas en la dimensión APHAI. En adolescentes escolarizados hombres, los valores son similares, expresados en PGD de 2%, y en PAI de 36%, mostrando valores altamente significativos solo en la primera dimensión en mención con valores de 0.709**. Con ello, mientras más deterioro muestre el espacio público, mayor será la presencia de grupos delincuenciales, lo cual no se limitó a la presencia de autoridad institucional en dicho contexto, ya que esta última no muestra correlaciones.

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Figura 3. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres a Zona Norte

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3.3.2. Ocupación de Activo de la Colonia – parque. La segunda ocupación de espacios valorada para la zona norte corresponde al parque (OAC – parque), como unidad de establecimiento de relaciones en diversos contextos comunitarios, así los niveles de Apoyo y Empoderamiento de la Juventud (AEJ), en mujeres de la zona en mención se midieron prevalencias de 29%. En el establecimiento de correlaciones, las dimensiones que mostraron valores altamente significativos son AB y CS, siendo estos de 0.446** y 0.520** respectivamente. Para hombres la OAC – parque en AEJ, tiene una prevalencia de 30% (Figura 4), que cuenta con correlaciones hacia las dimensiones de apego y control al interior de los espacios comunitarios, evidenciado valores altamente significativos de 0.474** y 0.662** respectivamente (Ver Tabla 5). Los ítems miden los niveles de apoyo percibidos por sus pares de mayor edad, que están direccionados a la resolución de problemáticas cotidianas; además, esta comprensión o búsqueda de solución articula también procesos de sentimiento entre los involucrados con los espacios comunitarios. Con ello, el involucramiento de pares de mayor edad y el ejercicio de liderazgo a partir de sus experiencias, contribuyen a los altos niveles de apego y control que perciben los adolescentes encuestados. En mujeres, las prevalencias de AB se encuentran en el 42%, además los valores de reciprocidad están relacionadas a las dimensiones de CS 0.453**, y de manera particular para ellas, se vincula con la presencia de autoridad institucional (APHAI) con 0.390**, siendo estos altamente significativos. Por consiguiente, los niveles de apego tienden al aumento en la medida en que se apliquen procesos de control y presencia de autoridad en el espacio público evaluado. Para hombres, las prevalencias de AB en el activo parque es de 46%. Por su parte, la asociación con otras dimensiones analizadas, da valores de 0.569** con los niveles de control, y de manera particular para este grupo también se encuentra articulada con APJ 0.427**, ambas son altamente significativas. De manera que, el aumento de apego no solo es vinculante a los niveles de control que son ejercidos, 30

sino también con la cantidad de actividades que se desarrollen en su interior. Profundizando por ítem, para esta dimensión se aprecia que las mayores ponderaciones están vinculadas al espacio comunitario de residencia que tiene para que el adolescente escolarizado y que genera un sentimiento pertenencia, además esto es fomentado por las actividades que se desarrollen en su interior, como lo indica las correlaciones. Proporcionalmente los niveles de inseguridad en la zona norte (ISB), muestra en mujeres una prevalencia de 19%, y reciprocidad significativa con la dimensión de transgresión de normas APHTNS (r = 0.267*), vinculándose de esta manera, a grupos específicos o contextos específicos donde la inseguridad del espacio lleva a la transgresión de normas, lo cual es una característica particular de este grupo en la zona analizada. Equivalentemente para hombres, la prevalencia de inseguridad en la zona norte (ISB), muestra porcentajes de 16%, y en correlaciones, la vinculación está direccionada a situaciones donde es necesario potenciar la reputación delante de sus pares (RPS) con puntajes de 0.324** y a PGD en sus espacios, con un r = 0.416**. Por ítems, ambos sexos muestran altos puntajes vinculados a contextos donde se comercializa sustancias prohibidas (narcóticos) o hay cometimiento de delitos, lo cual tiene valores de percepción bajos pero las correlaciones son altamente significativas en PGD, además el escenario de reputación social puede estar vinculada, en buena medida, al consumo de drogas por su fácil acceso. La prevalencia de CS en mujeres muestra valores de 37%, y a nivel de correspondencia con otras dimensiones se vincula con el conjunto de APJ con puntajes altamente significativos de 0.439**, y en el resto de dimensiones que se articularon no se encuentran ningún valor. Con ello, la percepción en esta dimensión se vincula con la ocupación y desarrollo de actividades en el espacio evaluado que promueve altos niveles de control.

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Para los hombres, el CS cuenta con una prevalencia de 40% y la articulación correlacional con otras dimensiones tiende a ser homogénea, así el conjunto de APJ que se ejerzan muestra puntajes de 0.416**, además tanto en actitud como en presencia de autoridades (APHAI y PAI) las correlaciones son de 0.474** y 0.275*, a pesar que esta última no es altamente significativa, muestra una tendencia hacia la autoridad. Por valores de cada ítem, los adolescentes de ambos sexos obtuvieron los mayores puntajes para aquello que se vinculan al cuido y resguardo de la propiedad privada en espacios transitados por sus pares, y a los mecanismos de represión y punida que los adultos ejercen en contextos que estén expuestos a un daño a la pertenencia privada. El conjunto de APJ en mujeres evidencia valores porcentuales de 24% en su prevalencia, y articulándolo con otras dimensiones, las correlaciones muestran valores de 0.313* en APHIA, siendo la única dimensión con valor. Además, para el caso de los hombres, la prevalencia muestra un 35%, pero a nivel correlacional, no se encuentra ningún vínculo con otras dimensiones (Ver tabla 5). El conjunto de ítems con mayores puntajes en ambos sexos, corresponde a la generación de actividades en el activo ocupado que permite un desarrollo periódico de estas actividades (sin especificar el tipo de actividad), y durante el invierno, contar con un espacio que los resguarde durante los períodos de lluvia. Desde las perspectivas de las autoridades institucionales, tanto en la dimensión de APHAI como en PAI, las prevalencias en mujeres son muy similares ya que registran valores de 33% y 34% respectivamente. Por ponderación correlacional, ambas muestran significancia de 0.306*, lo cual indica que la transgresión de reglas se ve limitada en la medida que hay presencia de autoridad en el activo. Las percepciones de los adolescentes de ambos sexos se constituyen a partir de la capacidad de verificación de justicia que sus docentes aplican en los procesos evaluativos, además la contribución que hace la policía, como agente represor para mantener el orden, más aun, cuando existe la posibilidad de realizar robo o hurtos por parte de grupos delincuenciales

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La capacidad de repuesta de las adolescentes escolarizadas a situaciones que buscan niveles de reputación social (RPS) o vincularse a respuestas sociales (RSS) está muy diferenciada, la primera dimensión, no cuenta con valores correlacionales ni de prevalencia (ver Tabla 5 y Figura 4), lo cual indica una nula generación de actitudes de esta índole al interior del activo analizado; por su parte, la segunda dimensión muestra prevalencias de 14% y correlaciones entre las dimensiones de EPD y PGD de 0.361** (alta significancia) y 0.288* (significancia) respectivamente. Para hombres, la prevalencia en la primera dimensión es de 2% y en la segunda de 20%, lo cual muestra correlaciones para RPS con la dimensión RSS de 0.551**; y para la correlación RSS vinculante a EPD de 0.274*. De manera que, la reputación social es puesta de manifiesta en situaciones de estrés social, lo anterior tiende a vincularse con el espacio público que potencia los niveles de estrés en adolescentes. A nivel de ítem, ambos grupos poblacionales muestran repuntes iguales o superiores al tercer, asociados a la popularidad percibida de parte de sus pares en espacios contralados como la escuela; además, esto contribuye a la construcción de algún tipo de liderazgo, popularidad y respeto con sus compañeros. Asimismo, las percepciones de ocupación de violencia en casos de irrespeto puede ser una tendencia en la medida que no se cuente con canales adecuados para la convivencia o mediante la defensa de sus derechos. Existe una articulación clara entre espacios deteriorados (EPD) y la presencia de grupos delincuenciales (PGD); así, a pesar que la prevalencia en mujeres y hombres tiende a ser baja (Figura 4), las correlaciones tienen una alta significancia en ambos sexos, siendo estos de 0.594** y 0.827** respectivamente. A pesar que no se construye una escala de deterioro del espacio o una tipología de los grupos delictivos en la zona, ambas prevalencias tienden a manifestar que la presencia de estos está asociada a un espacio en pésimas condiciones. A pesar de ello, las dimensiones PAI tiende a generalizar la presencia de punida en la zona, aunque esta no sea efectiva.

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Figura 4. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Norte

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3.4. A NIVEL DE LA ZONA OCCIDENTAL 3.4.1. Ocupación de Activo de la Colonia – cancha. En la zona analizada, los adolescentes escolarizados que manifestaron hacer uso del activo cancha totalizan 227 de ambos sexos. Con ello las escalas de Likert aplicadas y las prevalencias iguales o superiores al tercer cuartil, identifican al Apoyo y Empoderamiento de la Juventud (AEJ) de la primera dimensión de análisis, con proporciones de 34% en hombre y en mujeres de 21% (Figura 5). Desagregando las correlaciones con mayores niveles de significancia se encuentra que, en las mujeres, el Apego al Barrio (AB) tiene un valor de 0.489**, seguido por actividades para jóvenes (APJ) con puntaje de 0.428**; en el caso de los hombres, los valores correlacionales son vinculantes a las dimensiones de AB con 0.528** y de Control Social (CS) con 0.630** (Tabla 6). Los puntajes más altos registrados por ítem para AEJ en ambos sexos corresponden a contextos de apoyo percibido en la resolución de problemas y niveles de aprecio percibido de sus pares de mayor edad al interior de activo analizado. La consolidación de apego al espacio de residencia y sobre todo con la utilización del activo cancha, las prevalencias en ambos casos mostraron valores porcentuales de 44% y 31% en hombres y mujeres respectivamente. Con ello, el sentimiento construido de ser parte del espacio comunitario de residencia muestra el potencial con el que cuenta dicho activo, muestra de esto, es que los ítems con mayores puntajes son los relacionados a este conjunto de sentimientos expresados por individuos de ambos sexos. Los valores de las correlaciones para la dimensión AB muestra una articulación altamente significativa con un conjunto de dimensiones que tiende a variar por sexo; así para hombres, la asociación con CS alcanza un coeficiente de 0.383** y con la actitud positiva hacia la autoridad (APHAI), con 0.348**. En mujeres, las

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correlaciones fueron vinculantes a CS, con valores de 0.330** y con el conjunto de Actividades que se pueden desarrollar (APJ) con 0.313**. Proporcionalmente, los niveles de inseguridad que en la zona occidental (ISB) evidencian los estudiantes tienen baja prevalencia, para hombres y mujeres los datos apuntalan a porcentajes de 20% y 14% respectivamente. Estos datos brindan contextos locales que son prevalentes en el comercio de drogas y en el temor expresado por pares de ir a los lugares de residencia de los adolescentes encuestados, siendo estos los ítems con mayores puntuaciones. A nivel correlacional, los valores obtenidos por los hombres, precisan de articulación con las dimensiones concernientes al deterioro del espacio público (EPD) con 0.463** y a la presencia de grupos delincuenciales (PGD) con 0.519**. Por su parte, las mujeres de la zona occidental y especial en esta dimensión no mostraron ningún valor correlacional (ver tabla 6), pudiéndose deducir que los factores asociados con las diversas escalas no están considerados en las percepciones de las adolescentes o relacionados a la ocupación del activo en mención. La comunidad, como mecanismo de control social (CS) en los adolescentes participantes, estimó puntajes porcentuales de 38% y 29% en hombres y mujeres respectivamente. Este contexto es vinculante con el cuido de la propiedad fuera de un espacio vigilado, de manera que, los procesos de control son ejercidos por personas adultas, jóvenes o pares de los adolescentes, con el fin de salvaguardar los recursos, así lo evidencia el conteo de casos en ítems de la dimensión. Los niveles de CS dentro de las percepciones de los adolescentes están siendo vinculando durante la OAC – cancha, ello se ve reflejado en la correspondencia de APJ en hombres y mujeres con alta significancia, siendo esta de 0.598** y 0.491** respectivamente. Además, las correlaciones también son articuladas como respuesta positiva a la autoridad en dicho activo, con ello los valores mostrados en hombres es de 0.390** y en mujeres 0.357** ambos con alta significación. De esta forma, las percepciones sobre los mecanismos de control están siendo determinadas por la capacidad de las autoridades y la interacción en el espacio 36

público, en la medida en que estén presentes durante las actividades de entretenimiento que se desarrollen en su interior. Por su parte, las actividades que desarrollan los adolescentes escolarizados en sus espacios de residencia (APJ) muestra prevalencias de 32% en hombres y 19% en mujeres. Así, la distribución de tiempo y de actividades tiende a profundizarse durante etapas vacacionales y en periodos posterior a la finalización de jornada educativa, tal como lo indica el conteo por ítem en dicha dimensión. Las correlaciones indican que los adolescentes tienen una actitud positiva hacia la autoridad institucional (APHAI) en la mayoría de casos cuando están presentes durante su OAC – Cancha, esto se debe a que los puntajes obtenidos son altamente significativos en ambos casos, en hombres con 0.364** y en mujeres 0.288*. Tanto para la actitud (APHAI) como para la presencia de la autoridad en el activo (PAI) los adolescentes escolarizados tienden a mostrar prevalencias muy similares, prueba de ello es que es que los porcentajes en hombres son de 37% y 32% respectivamente, y para mujeres son de 27% y 29% respectivamente. Esto indica la existencia de mecanismos controlados en los espacios mientras se desarrollan las actividades en el mismo. Las dimensiones agrupadas anteriormente, son las únicas que muestran correlaciones altamente significativas en hombres y mujeres, las mismas son de 0.381** y 0.259** respectivamente. No obstante, la dimensión de Reputación Social (RP) en hombres tiende a ser indirectamente proporcional con la presencia de autoridad (r = -0.307**), y en el caso de las mujeres, la respuesta a situaciones de estrés (RSS) también es indirectamente proporcional -0.268** en presencia de la autoridad institucionalizada, sobre todo con los ítems que se relacionan a la justicia aplicada por docentes durante las evaluaciones recurrentes. La capacidad de transgresión de normas (APHTNS) por parte de los adolescentes encuestados muestra una prevalencia de 22% y 17% en hombres y mujeres. Esto es algo normalizado en los estudiantes, especialmente cuando el quebranto de

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normas no afecta a terceras personas y, sobre todo, si los mecanismos de represión y control que pueden ejercer los docentes son aplicados de manera negligente o sin causar repercusiones serias. Esto es un principio aplicado por las mujeres adolescentes en la mayoría de casos, ya que esta es una forma de respuesta ante ls RSS, según lo indica el coeficiente de 0.328**, siendo esta altamente significativa; por el contrario, la APHTNS es inversamente proporcional en la medida que este presenta otro tipo de autoridad institucionalizada, en este caso la policía. En hombres, la APHTNS no tuvo correlaciones (ver tabla 6). En la ocupación del activo, es necesario evidenciar que tanto RPS como RSS muestran prevalencias muy disímiles, en la primera hombres y mujeres reportan porcentajes de 4% y 0.88%, mientras que en la segunda los porcentajes son de 21% y 16% respectivamente. A pesar de ello, cuando se revisan las correlaciones ambas muestran alta significancia en hombres (r = 0.437**) y en mujeres (r = 0.254*). Además, RSS cuenta se asocia a EPD (r = 0.316**) y con PGD (r = 0.415**) en hombres, mientras que mujeres no registraron valores (Ver tabla 6). Al interior del OAC – cancha, su deterioro (EPD) y la presencia de grupos delincuenciales (PGD) tiene prevalencias bajas en ambos sexos, estos datos son de 15% y 13% en hombres y 7% y 10% en mujeres respectivamente. Ambas dimensiones muestran valores altos tanto de correlación como de significación, siendo estos de 0.841** en hombres y de 0.743** en mujeres. 3.4.2. Ocupación de Activo de la Colonia – parque. El segundo activo en análisis está compuesto por prevalencias iguales o superiores al tercer cuartil de la escala correspondiente, y muestran una prevalencia para AEJ de 37% en hombres y de 23% en mujeres (Figura 6). Para estos porcentajes, los ítems con mayores puntajes están vinculados al apoyo de sus pares de mayor edad percibido por parte de los adolescentes encuestados para la resolución de conflictos y con el sentimiento de aprecio construido.

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Figura 5. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres en Zona Occidente

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Al segregar el análisis correlacional por sexo se obtienen resultados altamente significativos, para el caso, AEJ cuenta correspondencia con las dimensiones AB 0.495**, CS 0.645** y APJ 0.437** en hombres, y en mujeres corresponde a APHAI 0.446**, y con menor significancia AB 0.357* y APJ 0.329* (Tabla 7); la interacción en el activo promueve un conjunto de relaciones que median a partir de diversos contextos, en los cuales adultos, pares y autoridades ejercen mecanismos de control en su generalidad y contribuyen, de alguna manera, a mejorar las condiciones de apoyo y empoderamiento. Las prevalencias que se calcularon en torno a AB indican valores de 48% en hombres y 30% en mujeres, además las correlaciones encontradas solo responden a hombres, estas se ubican en las dimensiones de CS 0.444**, APJ 0.320** y 0.328** en APHAI. Con ello, tanto por mecanismos de control, respuesta positiva a la autoridad, como por el conjunto de actividades que se desarrollan en su interior, están siendo limitadas por las mismas. Desagregando la dimensión AB por ítem, ésta muestra que, para los adolescentes escolarizados de ambos sexos, generan un sentimiento de pertenencia en la medida en OAB – parque es utilizada de forma cotidiana, además el espacio residencial como espacio macro, tiende a generar el mismo sentimiento de ser parte de la zona controlada. Las percepciones sobre la inseguridad en los espacios de residencia en los adolescentes que hacen uso del activo parque evidencia una baja prevalencia, así los valores colectados para hombres son 18% y para mujeres de 12%. Una particularidad que muestra esta escala, es la correlación solo en hombres con aspectos concernientes a RSS 0.455**, EPD 0.450** y PGD 0.481** Por ítem, los adolescentes manifestaron que sus pares que no son habitantes de sus espacios, tienen miedo de acercarse a este o de interaccionar al interior del mismo, debido a las dimensiones asociadas y que fueron mencionadas anteriormente; además este contexto comunitario también evidencia una facilidad

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para el comercio de narcóticos y esto influye en el fácil acceso que los adolescentes tienen para su consumo. Desde el Control Social (CS), los adolescentes cuentan con una prevalencia de 44% en hombres y de 32% en mujeres, sumado a este contexto, esta dimensión tiene una correlación con APJ con valores de 0.517** en hombres y de 0.411** en mujeres. En un análisis separado, los hombres tienden a mostrar significancia alta en una actitud positiva hacia la autoridad (APHAI), con valores de 0.341**. La ejecución de mecanismos de control es orientada por diversos sujetos, es decir, pares y jerarquías (docentes, adultos responsables de familia, policía y militares); los ítems que presentaron mayores puntajes evidencian el énfasis del control sobre: el cuido de zonas verdes y los objetos en espacios públicos, incluyendo la prevención o vigilancia sobre fechorías que se pudieran cometer en diversos momentos. Las actividades para jóvenes (APJ), demuestran prevalencias porcentuales de 36% en hombres y 23% en mujeres, teniendo correlaciones vinculantes a APHAI, con valores altamente significativos de 0.390** en hombres y de 0.507** en mujeres; por consiguiente, el ejercicio de supervisión en espacios poco controlados tiene a ser mediada por la presencia de la autoridad y, por ende, el adolescente muestra una actitud favorable ante estos escenarios. Articulando las dimensiones que corresponden a autoridad institucional, ya sea por una actitud positiva (APHAI) de parte del estudiante o por la percepción que tienen respecto a su presencia en el espacio (PAI), las prevalencias tienen valores de 39% y de 34% en hombres, y en mujeres de 25% y de 23% respectivamente. En la descripción correlacional, la correspondencia de APHAI es con la dimensión de RSS con -0.388** y con la escala PAI con valores de 0.299** para hombres, en mujeres no se registran valores de esta índole (Ver tabla 7). La variación de los puntajes por ítems, indica la disposición de los estudiantes para denunciar actos de robo o hurto en los espacios de residencia, y al interior del espacio áulico, los adolescentes muestran que los docentes aplican de manera justa las evaluaciones. 41

Las prevalencias de reputación (RPS) y respuesta situaciones contextuales (RSS) son muy variables, pero son similares en los sexos, así en hombres se tienen valores de 3% y 27% respectivamente, y en mujeres, los valores son de 2% y 19%. En correlaciones, la primera dimensión, se asocia a RSS solo para hombres y con un

valor

altamente

significativo

0.455**.

En

la

segunda dimensión,

la

correspondencia es con la dimensión de EPD en hombres y mujeres, con puntajes de 0.307** y 0.302**; las particularidades de esta dimensión resaltan que en hombres se registren también significancias con respecto a PGD, con un coeficiente de 0.418**. Segregando por ítems y desde la percepción de los estudiantes, la RPS está consolidada a partir de la popularidad que han construido entre sus pares, esto también contribuye a la capacidad de notoriedad entre los mismos. Para la RSS, los ítems demuestran que los adolescentes escolarizados deben mostrar actitudes de promoción y defensa de sus derechos para garantizar el respeto de sus pares, esto incluye expresiones de agresividad y dureza en la medida que se exija respeto, sin determinar si esta expresión es hacia los iguales o hacia la jerarquía. El espacio público (EPD) y los grupos delincuenciales (PGD) cuentan con prevalencias de 15% y 14%, según la percepción de hombres y mujeres, de 8% y 10% respectivamente. Las correlaciones entre EPD y PGD tienen los valores más altos y significativos de toda la escala, 0.858** para hombres y 0.685** para mujeres. En féminas, la correlación con PAI es inversamente proporcional (r = -0.320*), indicativo que entre más deteriorado esté el espacio, menos percepción de presencia de autoridad por parte de las mujeres adolescentes. La vinculación de estas dimensiones, sobre todo las concernientes a los grupos delincuenciales (maras o pandillas), expresada en la presencia de los mismos en el espacio en mención y en la capacidad de delimitación territorial a partir de distintivos que aluden a dichos grupos, aumenta la percepción de los adolescentes que los niveles de ISB corresponden a dichos grupos delincuenciales, entre otros factores mencionados.

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Figura 6. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Occidente

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3.5. A NIVEL DE LA ZONA ORIENTAL 3.5.1. Ocupación de Activo de la Colonia – cancha. Para esta zona, la prevalencia en general según sexo, tiene reducciones significativas en mujeres, esto es debido a la cantidad de encuestas colectadas, sin embargo, es necesario aclarar que la colección de datos se hizo de manera aleatoria en las diversas instituciones educativas, sin embargo, el número de mujeres matriculadas en los distintos bachilleratos es menor que el resto de instituciones participantes de otras zonas. Desagregando por dimensiones, se observa que los valores porcentuales para el Apoyo y Empoderamiento de la Juventud (EAJ) son de 35% en hombres y 17% en mujeres (Figura 7), contando con valores correlacionales altamente significativos con las dimensiones de Control Social (CS) de 0.673** en hombres y de 0.701** en mujeres; además, la articulación de dimensiones también permitió establecer vinculación con el conjunto de Actividades para Jóvenes (APJ), con puntajes en hombres de 0.566** y en mujeres de 0.530** (Tabla 8). Con ello, a pesar que la percepción de esa dimensión está condicionada por control potencial ejercido por adultos o sus pares en sus comunidades, se desarrollan actividades de esparcimiento sobre el activo, lo que permite el empoderamiento entre pares, a pesar de existir diferencia de edad. Por ítem, la dimensión posiciona variables que indican niveles de percepción y sentimiento sobre el rol que ejerce los jóvenes o adolescente de mayor edad durante el desarrollo de las actividades, de manera que se posicionan actitudes de liderazgo que permiten a los adolescentes escolarizados desarrollarse en dichos espacios de manera efectiva. Respecto a la segunda dimensión, los niveles de apego al espacio comunitario de los adolescentes que hacen uso del activo analizado, tiene valores prevalentes de 59% en hombres y de 26% en mujeres. A nivel correlacional, se destaca que la articulación de la dimensión esta mediada por CS y APJ en hombres y mujeres con

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valores altamente significativos, de 0.449** y de 0.289** en hombres, y en mujeres de 0.569** y 0.507** respectivamente. El contexto descrito al interior de los ítems que conformaron esta dimensión, se vincula con las percepciones de los adolescentes escolarizados en situaciones de construcción del sentimiento de pertenencia al espacio de residencia, en la medida del uso recurrente que puede hacerse del activo, situación que se potencializada más por el conjunto de actividades que se puedan desarrollar en el interior del activo. La prevalencia de Inseguridad en el Barrio (ISB) es muy baja en comparación con otras zonas descritas, a pesar de ello, existen porcentajes en hombres de 26% y en mujeres de 10%. Con las prevalencias mencionadas, la dimensión muestra correspondencia con las dimensiones del Espacio con Deterioro (EPD) y con la Presencia de Grupos Delincuencias (PGD), según lo indican los valores de 0.286** y 0.221** en hombres, y en mujeres de 0.509** y 0.550** respectivamente. En ambos, se denota altos niveles de significancia. El contexto comunitario de ISB desde la percepción de los adolescentes que hacen uso del activo, está vinculada tanto a situaciones como el comercio de drogas al interior de sus espacios y la sensación de riesgo por parte de sus pares para ingresar al espacio de residencia cuando provienen de otros lugares. Esto confirma que el uso del tiempo y compartir actividades con adolescentes provenientes de otros lugares se ve muy limitado por la presencia delincuencial en espacios en calidad de abandono. Los mecanismos de CS mostraron valores porcentuales diferenciados, de 52% para los hombres y de 12% para las mujeres. Según los coeficientes de correlación, esta dimensión está vinculada en hombres y mujeres según el conjunto de actividades que se puedan desarrollar al interior del activo, según lo demuestran los valores de 0.519** y de 0.525** respectivamente. De manera aislada, los hombres mostraron carencia de control social en la medida que el espacio esté deteriorado -0.255**, y en menor correspondencia con la PGD -0.191*. 45

Desglosando por ítem de la dimensión, se puede contextualizar las percepciones en los adolescentes escolarizados sobre el resguardo a la propiedad privada cuando se ubica en espacios públicos, siendo esta aplicada por sus pares, y con restricciones, por parte de los adultos cuando consideran que los adolescentes puedan realizar algún acto delictivo que afecte a la comunidad. Para APJ, las prevalencias tienen valores de 35% en hombres y en mujeres de 12%. Al profundizar en nivel de asociación, la dimensión muestra únicamente correspondencia con la Actitud Positiva hacia la Autoridad (APHAI), altamente significativa en hombres de 0.370**, y en mujeres significativa con 0.284*. Las particularidades que evidencian los ítems, posicionan variables como el desarrollo de actividades en períodos vacacionales o después de finalizado la jornada lectiva (capacidad de esparcimiento) y el uso como lugar de resguardo en periodos de invierno. Posicionar una APHAI en el contexto y sobre todo cuando existe presencia de este tipo de sujetos (PAI), tiene prevalencias en hombres de 47% y 45% respectivamente, y en mujeres de 19% y 21% respectivamente. Es fundamental determinar que APHAI no cuenta con valores correlacionales con ninguna de las dimensiones consideradas en la investigación, además, PAI muestra valores indirectamente proporcionales con otras dimensiones como AB -0.170* y Respuesta a Situaciones de Sociales (RSS) -0.382** en hombres, mientras que, en el caso de mujeres, con la posible transgresión de normas (APHTNS) -0.333* y como factor de Reputación Social (RPS) -0.270*. APHAI, muestra valores mayores en ítems relacionados con la capacidad de denuncia-confianza que el adolescente escolarizado tiene hacia la policía para resguardo de la propiedad privada; mientras que, en los entornos controlados, como el escolarizado, los adolescentes manifiestan que el rol del docente es aceptado en su mayoría como aspectos de corrección actitudinal hacia el grupo. Para PAI, se establece una alta presencia de policías o militares durante la ocupación del activo por los adolescentes.

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Respecto a RPS y RSS, las prevalencias en los adolescentes escolarizados cuenta con valores porcentuales de 3%, 0.52% para la primera y 30% y 9% para la segunda, en hombres y mujeres respectivamente. A nivel correlacional, su asocio corresponde a RSS con .350** y en EPD con .362** en varones, y en féminas con RSS .322* pero no con EPD. Las percepciones en ambas dimensiones posicionan que el adolescente cuenta con diversos niveles de popularidad al interior de sus pares y contribuyen a la generación de un estereotipo favorable al criterio que aplican en su contexto escolarizado. A pesar de ello, se ven enfrentados a diversas situaciones donde es necesario demostrar algún tipo de poderío en su conjunto de relaciones, sobre todo cuando deben pelear por sus derechos y mostrar valentía ante posibles escenarios de Bullying con el fin de evitar ser atemorizados. Respecto al espacio con características de deterioro (EPD) y la presencia de grupos que promueven la inseguridad y delinquen (PGD), los porcentajes prevalentes son bajos, así en hombres (11% y 9%, respectivamente), como en mujeres (8% y 7% respectivamente). Según la correlación entre ambas variables, los valores obtenidos son las más altas de toda la batería de ítems que se presentan, de 0.730** en hombres y de 0.856** en mujeres. 3.5.2. Ocupación de Activo de la Colonia – parque. A nivel correlacional, los datos proporcionan significancias altas de AEJ con las dimensiones que corresponden a los mecanismos de control utilizados (CS) y al conjunto de actividades en la comunidad (APJ), de modo que se obtuvieron coeficientes de 0.663** y de 0.599** en hombres; para mujeres los valores alcanzaron 0.749** y 0.563** respectivamente (Tabla 9); teniendo prevalencias para EAJ de 38% en hombres y de 14% en mujeres (Figura 8). Las percepciones de apego a los lugares de residencia (AB) según la ocupación del activo en mención, muestra una prevalencia de 58% en hombres y 25% en mujeres, con ello, las articulaciones con otras dimensiones permiten establecer significancia

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alta en lo que respecta a CS r = 0.470** y a APJ r = 0.404** en hombres; mientras que para mujeres los coeficientes fueron de 0.530** y 0.568** respectivamente. En una separación por ítems, el apego al lugar de residencia se direcciona en ambos sexos, a partir del sentimiento de ser parte del espacio, asimismo, la capacidad de referenciar al lugar de residencia como un espacio de construcción de relaciones sociales en su interior, lleva al aumento de puntuaciones de este conjunto de ítems. Las ponderaciones correlacionales para los niveles de inseguridad (ISB) percibido por parte de los adolescentes escolarizados se asocia con la capacidad del adolescente para vulnerar las normas (APHTNS), con puntajes de 0.231** y 0.600**, siendo las mujeres las que reportan mayores valores; además los ISB también se asocian con la presencia de grupos delincuenciales (PGD), sin especificar el tipo, obteniendo un valor de 0.598**, únicamente para las mujeres entrevistadas. Las prevalencias y los ítems, a pesar de ser valores bajos (26% en hombres y 11% en mujeres), permiten establecer una línea de generalización en el espacio comunitario que asociaría el fácil acceso a narcóticos a partir de su comercialización con la existencia de altos temores de sus pares escolarizados a tener acercamiento a espacios residenciales a los cuales no pertenecen. Particularmente, los mecanismos de CS muestran un alza en las prevalencias en comparación con el resto de dimensiones, con excepción de AB en hombres, así los valores expresados son de 55% en hombres y de 18% en mujeres, y a nivel correlacional la aplicación de CS es vinculante durante el desarrollo de actividades (APJ) en el activo descrito, con ello los puntajes en hombres corresponde a 0.503** y en mujeres a 0.647**. Por ítems, los mayores puntajes registrados para ambos sexos están asociados al resguardo de zonas verdes o evitar pequeños actos de vandalismo en la zona de residencia, aplicada por personas adultas y bajo la supervisión de estas jerarquías para evitar que los adolescentes comentan fechorías, además de la preservación de propiedad privada en el espacio público, aplicada por sus pares, quienes promueven también acciones de control. 48

Figura 7. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres en Zona Oriente

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La ocupación del activo con actividades (APJ) tiene prevalencias en hombres de 45% y en mujeres de 15%, la articulación correlacional de esta dimensión solo se demostró para la actitud positiva hacia la autoridad (APHAI), que alcanzó alta significancia en hombres (r = 0.511**) y en mujeres (r = 0.492**), de manera que, hay una tendencia del adolescente a mostrar una mejor actitud en la medida que la autoridad le garantice su presencia en el activo en mención. Cuando se desglosa la dimensión por ítem, las percepciones giran en torno al desarrollo de actividades posterior al periodo de clases o durante el periodo vacacional al cierre del año lectivo, con ello, el espacio permite un conjunto de relaciones que se ven mediadas tanto por el tiempo de uso, así como por la finalidad de las actividades realizadas por los adolescentes escolarizados. Las dimensiones que permiten aproximarse a los estudiantes escolarizados respecto a la autoridad institucionalizada APHAI y PAI, se les calculó prevalencias de 48% y 46% en hombres y de 18% y 23% en mujeres, respectivamente. A pesar de estos valores, las correlaciones en APHAI solo corresponden a RPS de manera indirectamente proporcional -0.230*, en el caso de PAI, de manera segregada por sexos, en hombres se correlaciona con RSS 0.333**, y en mujeres está asociada de manera indirectamente proporcional con ISB -0.430* y con APHTNS -0.430*. Las correlaciones con RPS y RSS responden a dimensiones entre las mismas y con otras asociadas al espacio comunitario y a sus grupos al interior; así, RPS muestra valores en hombres y mujeres de 0.375** y 0.390* con RSS y de 0.296** y 0.409* con EPD, respectivamente. En el caso específico de los hombres, RSS está asociada a las dimensiones de EPD (0.419**), PGD (0.391**) y con PAI (0.333**) las prevalencias calculadas para RPS y RSS fueron de 2% y 37% en hombres y de 0.0% y 9% en mujeres. Por último, EPD y PGD, están correlacionadas, con valores en hombres de 0.724** y en mujeres de 0.793**. A nivel de prevalencias los registros muestran puntajes de 12% y 9% en hombres y 9% y 8% en mujeres, respectivamente.

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Figura 8. Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Oriente

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3.6. A NIVEL DE LA ZONA CENTRAL 3.6.1. Ocupación de Activo de la Colonia – cancha. La zona central mostró diversos valores porcentuales entre hombres y mujeres, a pesar que en algunos casos las prevalencias repiten en sus puntuaciones, debido probablemente a la cantidad de casos registrados. Así para la dimensión de Apoyo y Empoderamiento de la Juventud (AEJ) cuenta con correlaciones para ambos sexos sobre los mecanismos de Control Social (CS), en hombres de 0.493* y en mujeres de 0.611**. De manera aislada, las mujeres en esta zona tuvieron alta significancia con el Apego al Barrio (AB) con un coeficiente de 0.549** (Tabla 10). El AEJ tuvo prevalencias de 31% en hombres y de 24% en mujeres (Figura 9); al desglosar por ítem, los adolescentes escolarizados evidencian mayores puntajes en los contextos donde los jóvenes con mayor edad brindan apoyo para la resolución de conflictos personales, además de generar un sentimiento de aprecio o valoración del conjunto relacional establecido. La dimensión de AB se correlaciona en diferentes proporciones con la dimensión CS, así para hombres los valores registran significación de 0.539* y en mujeres alta significación de 0.645**. Además, esta dimensión muestra algunas particularidades con la correlación que establecen mujeres con la Presencia de Autoridad Institucional (PAI) durante la ocupación de este activo, ya que muestra alta significancia con 0.550**. Las prevalencias permiten establecer que hombres (36%) y mujeres (38%) muestran similares valores, así al desagregar por ítems el apego se ve fortalecido en dos vías, primero, durante la ocupación constante del activo y para el caso de mujeres aumenta más el apego con la presencia de autoridad institucional. Respecto a las consideraciones sobre inseguridad en el espacio de residencia (ISB), se evidencia asociación solo en el caso de las mujeres con el conjunto de actividad que se pueden desarrollar entre pares (APJ, r = .615**), también con el factor de transgresión de normas (APHTNS, r = -0.534*) y con la incapacidad de generación

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de una reputación en su interior (r = -0.402*). En el caso de los hombres, no se pudo demostrar ninguna correlación significativa. La argumentación de inseguridad dentro del espacio de residencia de los adolescentes consultados, potenciada por el comercio de narcóticos y por la facilidad para el acceso-consumo de los adolescentes, genera percepciones de desconfianza y temor por parte de sus pares escolarizados para llegar a dicho espacio, especialmente si residen fuera de la zona. Las prevalencias por sexo muestran valores ligeramente más altos en hombres (31%) que en mujeres (27%). La aplicación de Control Social (CS) por parte de la comunidad de esta zona geográfica, determina que las correlaciones están demarcadas desde las percepciones por sexo, para el caso, el CS en mujeres está asociado al conjunto de actividades que se desarrollan en el interior (APJ, r = 0.615**), además de estar vinculadas de forma inversamente proporcional a la APHTNS (r = -0.534*) y a la RPS (r = -0.402*). Por prevalencias, los adolescentes muestran valores de 36% tanto en hombres como en mujeres, el enfoque del control social es sobre la capacidad de protección de la propiedad privada, más aún si son sus pares quienes generan estos escenarios, además de la supervisión que los adultos ejercen para evitar que los adolescentes cometan delitos contra la propiedad. Las actividades que los varones jóvenes desarrollan durante la ocupación del activo se correlaciona de manera particular con el espacio en calidad de deterioro (EPD, r = 0.537*) y con la presencia de grupos delincuenciales (PGD, r = 0.498*). Esto gira entorno desde la capacidad que tienen los adolescentes para desarrollar una variedad de actividades (APJ) que mitiguen su aburrimiento, tanto en la particularidad de su sitio de residencia como en otros sitios, teniendo prevalencias de 27% para los hombres y de 22% para las mujeres. La percepción positiva hacia la autoridad institucional (APHAI) y su presencia dentro del activo (PAI), para el primer caso, no encuentran ninguna correlación en el conjunto de dimensiones descritas, y para el segundo caso, se muestran de manera aislada en mujeres para la dimensión AB (r = 0.645**) y con AEJ (r = 0.474*). 53

Existe homogeneidad en las prevalencias en hombres para las dimensiones AB y AEJ, así los valores son de 29% para ambas; en el caso de las mujeres, las proporciones son de 24% para la primera y de 27% para la segunda. El poder con el que cuenta la policía para resguardar la propiedad privada genera en los estudiantes la disposición para la denuncia y, en espacios controlados como la escuela, son los docentes quienes ejercen ese rol y los adolescentes se muestran de acuerdo con esa función. Los procesos de transgresión de normas (APHTNS) muestra correspondencia con RSS, EPD y PGD en mujeres con valores de 0.575**, 0.643** y 0.602** respectivamente, y para el caso de las dimensiones RPS y RSS no muestran correlaciones en su unidad dimensional (ver Tabla 10). Las prevalencias para las APHTNS son de 33% en hombres y de 24% en mujeres, tanto para la RSS como para el EPD, los valores calculados son del 20% en hombres y del 11% en mujeres. El análisis por ítem, indica que el contexto de transgresión a la normativa es favorecido en la medida que los docentes no aplican las mismas y consideran la transgresión como un aspecto conductual de normalidad, esto también aplica para otros conjuntos sociales. Así mismo, a pesar que las correlaciones, tanto en reputación como en respuesta a diversas situaciones, lleva a los adolescentes a generar conductas de dureza ante situaciones que vulneren sus derechos, es precisamente allí donde tienden que expresarse de manera agresiva. Las dimensiones de EPD y PGD son las que muestran correlaciones más altas en todas las dimensiones con valores de 0.870** en hombres y de 0.934** en mujeres, no obstante, sus valores de prevalencia son bajos, siendo en hombres de 20% y 13%, respectivamente, y en mujeres de 13% y 7%, respectivamente. La dimensión de PGD corresponde sus ítems al consumo y comercio de drogas en lugares públicos, y en el EPD corresponde a la presencia de grafitis que afectan el ornato al interior del espacio residencial, además de demarcar el territorio.

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Figura 9. Prevalencias de Ocupación del Activo Cancha en Hombres y Mujeres en Zona Centro

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3.6.2. Ocupación de Activo de la Colonia – parque. Para este segundo activo, las correlaciones respecto a la AEJ con las dimensiones que conciernen a AB son 0.639* y 0.561*, respectivamente, y con el CS son 0.665** y 0.789**, en hombres y mujeres respectivamente (Tabla 11). En cuanto a las prevalencias, tanto hombres como mujeres tienen el 23% (Figura 10). Los ítems para esta dimensión, demuestran que preponderan las percepciones de los adolescentes escolarizados respecto al apoyo percibido hacia sus pares con mayor edad para la resolución de conflictos, a la capacidad de escucha de estos, y a brindar el espacio para desahogar sentimientos o situaciones cotidianas, así como para la construcción de aprecio durante su interacción en el activo. La segunda dimensión, correspondiente a AB, genera correlaciones para ambos sexos en APJ de 0.543* y 0.591* en hombres y mujeres; pero de manera aislada, la dimensión cuenta con más vinculaciones, en el caso de los hombres con el EPD (r = .823**) y con la PGD (r= 0.589*); mientras que, en las mujeres, el asocio es con el CS (r = 0.664**) y con la RSS, pero de forma inversamente proporcional (r = 0.526*). Considerando las prevalencias para ambos sexos, la dimensión muestra en hombres un 33% y en mujeres el 40%, lo cual se ve consolidado desde la capacidad de identificación con el espacio de residencia y la estructuración de sentimientos de pertenencia al espacio comunitario. Para la tercera dimensión que vincula la ISB, se calcularon correlaciones segregada por sexo, así en hombres se corresponden con las APJ (r = 0.608*), y para mujeres con EPD (r = 0.510*) y con PGD (r = 0.557*). Respecto a las prevalencias de la ISB, para ambos sexos se les calculó valores de 40% en hombres y de 33% en mujeres. La inseguridad en el espacio residencial según los ítems gira en torno al comercio de droga, a la presencia de delincuentes y al temor que pares escolarizados manifiestan en acercarse al espacio residencial de sus compañeros, según la percepción de las féminas consultadas.

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El activo ocupado genera en su interior dispositivos de control social hacia adolescentes, a partir de las actividades que se desarrollen, así los resultados evidencian correlaciones hacia las APJ, en hombres de 0.780** y en mujeres de 0.781**. En cuanto a las prevalencias para el CS, fue percibido por el 30% de varones y por el 40% de mujeres. Al desglosar por ítems, la evidencia proporciona información sobre las percepciones de los adolescentes, enfocados en la capacidad de resguardo de la propiedad privada sobre el espacio público desde sus pares, además de las restricciones que son ejercidas por los adultos y que contribuyen a la reducción del cometimiento de fechorías por parte de los adolescentes durante la ocupación del activo. Las actividades desarrolladas por los adolescentes varones en el activo (APJ), están asociadas de forma altamente significativa con las dimensiones EPD (r = 0.724**) y PGD (r = 0.745**); en el caso de las mujeres, solo se encontraron significancias de la APJ con la presencia de autoridad (PAI, r = 0.580*); en cuanto de las prevalencias de las APJ, a los varones se les calculó el 27% y a las féminas el 23%. Los adolescentes perciben que las actividades se posicionan a partir de la diversidad promovida al interior del activo y, comparativamente, a partir del tiempo de uso de este, con la intención de no fastidiarse durante los momentos libres que gozan durante los periodos vacacionales o cuando han finalizado la jornada educativa. Vinculante con la autoridad institucional, la correspondencia de la APHAI con la RPS tuvo un coeficiente de 0.653** en mujeres, para los hombres no se encuentra ninguna; además, al hacer revisión según su presencia (PAI), esta muestra correlación con APJ, pero con ninguna otra dimensión. En cuanto a la prevalencia, las dimensiones aportan diversos valores, tanto para APHAI como para PAI, los hombres reportan porcentajes de 30% y 27% respectivamente, mientras que las mujeres el 40% y el 20% respectivamente.

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Las formas de transgresión a la normativa (APHTNS) muestra correspondencias observadas solo en hombres, las mismas son vinculantes a la capacidad de construirse una reputación al interior de sus espacios de interacción (RPS) con 0.825**, y con situaciones sociales que le puedan generar estrés (RSS) con 0.664**. Las prevalencias de la APHTNS tienen valores del 23% en hombres y de 20% en mujeres. La transgresión de los acuerdos regulatorios está basada en las percepciones de los adolescentes según los ítems, enfocados a la normalidad de evadir la ley si no hay ninguna represalia por parte de ninguna autoridad; así como en el no ejercicio de castigo por parte de los docentes a conductas trasgresoras de los adolescentes en espacios controlados como la escuela. Las dimensiones de RPS y RSS para la ocupación del activo parque muestran en ambos sexos correlaciones nulas, aunque los valores de prevalencia sean del 3% y el 17% en hombres y del 0% y el 17% en mujeres, respectivamente. En este contexto, la puntación tiende a ser aplicada por los adolescentes a partir de la dureza con la que pueden expresarse hacia sus pares y a la fama que esta actitud puede construir en su entorno. Además, esta percepción es manifiesta durante posibles escenarios de Bullying, en el cual, el adolescente tiene que mostrarse férreo para evitar que sus pares puedan materializar el acoso. Por último, la asociación de las dimensiones relacionadas al espacio deteriorado (EPD) con los grupos delincuenciales (PGD), tienen una significancia estadística muy alta (r = 0.812**), con prevalencias de 0.20% y 13% en hombres; en el caso de las mujeres, la correlación fue también muy alta (r = 0.966**), con proporciones de 13% y 7%, respectivamente.

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Figura 10.Prevalencias de Ocupación del Activo Parque en Hombres y Mujeres en Zona Centro

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4. DISCUSIÓN Los resultados obtenidos en esta investigación permite realizar una aproximación descriptiva de la influencia del contexto comunitario y la ocupación de los activos cancha y parque como elementos, en los cuales, a partir del uso de los mismos y del establecimiento de relaciones sociales, se ha determinado que la afectación hacia valores, actitudes y conductas son en mayor condición que los familiares y los espacios de expresión de este condicionamiento se ve aplicado al interior del espacio escolar, esta aproximación ha sido lograda con esta investigación. Las valoraciones obtenidas por los adolescentes escolarizados salvadoreños se encuentran estrechamente vinculados a diversas investigaciones retomadas por Oliva et al. (2012), siendo vinculantes a un desajuste conductual como el comportamiento antisocial y violento, así los consultantes a nivel nacional hacen mención que los púberes se ven en la necesidad de hacer valer sus derechos a partir del uso de la violencia o actitudes que posicionen disputa ante sus pares. Así, cuantas más actitudes al interior del activo y mientras poder ocuparlo derive en la disputa de sus derechos con otros pares, el adolescente siempre tomará estas actitudes. Otro factor fundamental a considerar, es que los estudios revisados por estos investigadores, es el consumo de drogas o sustancias ilícitas, asimismo, la recurrencia de indicadores barriales permite establecer que en los lugares de residencia de los adolescentes tienen accesibilidad a éstas y, aunque no se pueda comprobar, se presume que hacen consumo de ellas. Tal parece que la probabilidad de experimentar con sustancias ilícitas irá incrementando en la medida que la construcción de la reputación del adolescente en su entorno así lo requiera. La ocupación del activo y los niveles de control percibidos cuentan con algunos parámetros de contradicción cuando se asocia a la presencia de grupos delincuenciales; a pesar que en las percepciones de los adolescentes persisten altos niveles, no necesariamente el control social es sinónimo de reducción de grupos delincuenciales, por el contrario, en estas ambigüedades y según la información brindada, permite establecer que hay una amplia comercialización de

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sustancias ilícitas; al respecto, en algunas de las referencias realizadas por Cava, et. al. (2008), se hace el señalamiento que “…hay estudios que han relacionado el mayor tiempo sin supervisión adulta y en actividades de tiempo libre con amigos que consumen sustancias o que mantienen actitudes favorables hacia el consumo con un mayor consumo…” (p. 393), siendo relevante la vinculación realizada entre cancha y parque. En cada uno de los espacios de vivienda de los adolescentes consultados se encuentran una cantidad de horas de utilización de los activos como parte de las actividades extraescolares o como estructuras de ocio que posicionan un relacionamiento social durante su tiempo libre, este mismo contexto es resaltado por Oliva et al. (2012) destacando que “…cada vez es mayor la evidencia que destaca la importancia de la implicación en este tipo de actividades para la formación integral de la juventud y para la reducción de muchos problemas conductuales, especialmente en jóvenes en situación de riesgo psicosocial” (pp.1819). A pesar de ello, existe la necesidad de direccionar estas actividades y los mecanismos de apoyo y empoderamiento que al interior del espacio se desarrollan, con la finalidad de que estos activos cuenten con la relevancia apropiada por los adolescentes. Los apoyos percibidos por los adolescentes escolarizados por sus pares de mayor edad denotan amplios esquemas de liderazgos, así tanto por la confianza como por la experiencia en afrontar problemáticas (débil o no) es un reconocimiento que entre pares forjan lazos de relaciones sociales fuertes, limitando en lo posible la vinculación con la autoridad institucionalizada en cualquiera de sus niveles. En los resultados obtenidos en estudios revisados por Buelga et al. (2009) “la popularidad, el liderazgo y el poder entre los pares constituye un aspecto central de su vida” (p.129). De manera que, si el liderazgo es aplicado a partir del valor de transgredir la normativa, por ende, hay un aumento en la reputación percibida, así el adolescente hace referencia al conjunto de experiencias orales y visuales para hacer replica de las mismas “la reputación se consigue con comportamientos

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transgresores que son recompensados en términos de estatus social entre sus compañeros” (Buelga et al., 2009, p. 129). En el contexto escolar salvadoreño, los adolescentes hacen manifestaciones de violencia como un espacio de reconocimiento de poderío, que en muchos casos responden a situaciones de acoso o para evitar este escenario de violencia escolar, como lo reconoce Rodríguez (2004) “estrechamente con procesos sociales vinculados a la aprobación y reconocimiento social de los iguales” (Buelga et al., 2009, p.129). Siempre que las respuestas a los estímulos sociales sean vinculantes a la promoción y defensa ante la percepción de vulneración de sus derechos por parte de la autoridad institucional, a pesar de algunos planteamientos a los que hacen referencia Moreno et al. (2009), la contestación es proporcional al “reconocimiento social que proporciona el grupo de iguales, tiene claros beneficios para el adolescente: incide positivamente en el sentimiento de pertenencia e integración social (versus el sentimiento de soledad), en la autoestima emocional y social, así como en la evaluación general de satisfacción vital” (p. 538), se extiende hasta la reputación como mecanismo de resistencia al cumplimiento de normas o como ejercicio de autodefensa según sea el caso. Así los datos hacen relación “la reputación presenta una relación estadísticamente significativa con la agresión relacional entre iguales adolescentes y que esta relación se potencia muy significativamente cuando se introducen las variables de soledad y de satisfacción con la vida” (Jiménez et al., 2008). Este contexto es confirmado por Cava et. al. (2006), al resaltar que “la actitud del adolescente hacia la autoridad escolar como un factor decisivo en la explicación de la violencia en los centros escolares” (p.371), puesto que los resultados obtenidos en este estudio apuntan a que la transgresión de las leyes se debe a la permisibilidad de los maestros al permitir estas tensiones. Por la actitud hacia la autoridad, permite establecer una actitud generalizada hacia el reconocimiento de algún poderío de las instituciones y de quienes aplican el 62

mismo, esto entra en concordancia con los aportes de Cava et al. (2013), al afirmar de los púberes que “en los que se constata también la existencia de una actitud general hacia la autoridad formal en la que se incluyen las actitudes del adolescente hacia el profesorado y hacia la policía” (p.546), por ende, es necesario potencializar la capacidad punitiva o resarcida que estas autoridades puedan implementar. Acerca de estas percepciones de los adolescentes sobre la autoridad, es necesario establecer un vínculo con el docente a partir de la propuesta establecida por “…las expectativas del profesor respecto del alumno pueden influir en su autopercepción en el contexto escolar y en la actitud que desarrolla hacia la autoridad institucional como la escuela y el profesorado”. (Estévez et al., 2010. p.112). Al establecer algunas diferencias entre las escalas, se permite apreciar que el uso de los cancha y parque del asentamiento, a partir de la “Evaluación de los Activos de

la

Colonia”

muestra

valores

altamente

significativos

con

Apoyo

y

empoderamiento de la Juventud con Apego al Barrio y con los niveles de Inseguridad percibidos; estos resultados concuerdan con los obtenidos por Oliva et al. (2012) al asociarlo con la afirmación siguiente “… las que establecieron relaciones significativas con todos los indicadores de ajuste adolescente: el apoyo y empoderamiento de la juventud, el apego al barrio y su seguridad” (p. 23). El resto de escalas y dimensiones que conformaron la investigación muestra una diversidad

de

valores

correlacionales

que

permiten

establecer

que

las

significaciones que más repiten son Apoyo y Empoderamiento de Juventud, Apego a la Colonia, Inseguridad en la Colonia, Control Social, Actitud Positiva hacia la Transgresión de Normas y Respuesta a Situaciones Sociales, por consiguiente, el espacio comunitario y escolar está siendo mediado en su conjunto por estas dimensiones específicas y, por ende, la ocupación de los activos; por consiguiente, es necesario brindar mayor atención al conjunto de ítems que componen las escalas con la finalidad de profundizar en los espacios comunitarios y en la capacidad de incidencia que tienen éstos en los adolescentes escolarizados.

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5. CONCLUSIONES La investigación ha permitido describir los niveles de influencia del contexto comunitario en adolescentes, con ello, los resultados obtenidos posibilitan aproximarse a determinados los valores, actitudes y conductas asociadas a los espacios escolarizados que son réplicas, en muchos casos, del conjunto de liderazgos aplicados por pares durante la ocupación de un activo, llámese cancha o parque. Cada escala aplicada, potencializa la medición de un conjunto de dinámicas comunitarias que según sea la magnitud y signo de las correlaciones calculadas, son factores que inciden de manera directa en la construcción de la personalidad del adolescente, la cual es mediada por pares etarios y en menor medida por algunas autoridades, destacando las directas (responsables de familia y docentes) y las indirectas (policía y militares). Al identificar los espacios comunitarios y la confianza construidos por los adolescentes se observan que la recurrencia en su mayoría es hacia el activo cancha y en segundo lugar el activo parque, ambos considerados como espacios de esparcimiento en el cual se practican diversas relaciones sociales, pese a que tengan altos niveles de deterioro o incluso presencia de grupos delincuenciales, de manera que la utilización de los activos de la colonia a través de actividades se vea limitada, siempre generará altos niveles de apego. El uso del espacio permite en los adolescentes escolarizados la construcción de un conjunto de actitudes propias o ajenas pero que necesariamente son ejercidas hacia la autoridad institucional, con o sin reconocimiento de las mismas, los casos evidencian que la reputación percibida es baja en comparación con otras dimensiones, esto se puede deber a que en contextos de violencia comunitaria, la reputación no es garante ante grupos que puedan expresar actitudes más confrontarías o transgresivas a la autoridad, sino que el adolescente la transfiera en buena medida hacia el espacio escolar, el cual, a pesar de contar con autoridad, el modelo represivo es de baja intensidad, muestra de ello es que la transgresión de 64

la normativa se da porque no hay punida por parte del docente ni del director ante el quebrando de la normativa. Al estimar la violencia o inseguridad comunitaria desde la perceptiva de los adolescentes escolarizados, muestra que la expresión de violencia que pueden ejercer en sus comunidades e instituciones educativas está asociada a la percepción de alguna vulneración de sus derechos. La mayoría percibe que el momento para evitar que ocurran escenas de acoso o Bullying por parte de sus pares, es cuando se ejercen las actitudes de violencia, no obstante, no se pudo determinar la recurrencia de tales actos porque el estudio no se dirigió a esa finalidad. Además, es necesario tomar en consideración que el espacio comunitario se ha convertido en una zona de temor, sobre todo cuando los pares escolarizados no pertenecen al lugar de residencia. Por escalas y dimensiones, es necesario evidenciar que la Evaluación de los Activos de la Colonia (EAB), se correlaciona bien con la mayoría de escalas analizadas, a pesar del ello, cuando se segrega por dimensiones, es evidente que el Apoyo y Empoderamiento de la Juventud (AEJ) es la dimensión que mayor correlación tiene en comparación con el resto, determinando que al interior del espacio comunitario la capacidad de los pares incide en la forma de expresar actitudes, sentimientos y valores hacia a otros en los diversos contextos. La proporcionalidad inversa de la AEJ con Respuesta a Situaciones Sociales (RSS), Espacio Público Deteriorado (EPD) y Presencia de Grupos Delincuenciales (PGD), se debe a que éstos son factores contextuales que afectan la primera, además de la capacidad de respuesta ante la autoridad y que no manifiesta influencia de pares, en la segunda y tercera, se expresan otros factores contextuales distales de la capacidad del adolescente para decidir sobre su existencia o no. El Apego a la Colonia (AB), como factor trascendental del comportamiento del adolescente escolarizado, se encuentra mediado por el conjunto de amistades y actitudes que cada par construye en su espacio de residencia, siendo una actitud y un sentimiento que no es limitado por otros factores negativos que se midieron, 65

como RSS, EPD o PGD, sino más bien, el apego es la consolidación o materialización de las relaciones sociales sobre la ocupación del activo que permiten la generación de redes de interacción entre pares, a través del conjunto de actividades que se puedan desarrollar en esos espacios, lo cual también está mediado por los mecanismos de Control Social, que el adolescente pueda considerar o por los niveles de Inseguridad en su interior. La Inseguridad en la Colonia (ISB), otorga a la percepción de los adolescentes escolarizados una vinculación muy adecuada, tanto al conjunto de dimensiones relacionadas con las pautas relacionales que deben ser ejercidas para mantener un estatus de reputación como a la capacidad de respuesta de a diversas situaciones; además, la inseguridad está muy ligada a la capacidad de transgresión de normativas o factores contextuales (Deterioro Espacial o Delincuencia) que modifican esta percepción. Así, se puede considerar que entre más inseguro sea el espacio comunitario siempre será mayor la capacidad de respuesta a situaciones que generen estrés a través de la violencia, ya que la respuesta es solo un mecanismo de aumento de reputación en el conjunto relacional; además, si esta violencia se orientada hacia la autoridad institucional, se logra un mayor reconocimiento de parte de los pares, desde la capacidad de generar contextos de tensión hacia un poderío que, en muchos casos, no es ejercido por las jerarquías sino por los adolescentes mismos. La aplicación del Control Social (CS), en encuentra posicionado como factor que se aplica cuando los adolescentes hacen uso del activo, a través del conjunto de actividades que pueden desarrollar en su interior, lo que permite establecer que entre más tiempo ocupen el activo, mayor será la percepción de control; esto no es vinculante a la PGD, porque estos grupos pueden ejercer actitudes de violencia dirigida al control comunitario. El Control Social ejercido sobre el Espacio Público Deteriorado y sobre otras dimensiones, es posibilitado en la medida que los adolescentes se encuentran en la capacidad de cuestionar o generar un estatus de poder o reconocimiento entre sus pares.

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Es necesario evidenciar que la autoridad institucional tiende a generar una percepción positiva delante del adolescente, en la medida en que esté presente en el activo o por permisibilidad que pueda mostrar en espacios de control como la escuela, así entre menos capacidad represiva cuente la autoridad instruccional para controlar la actitud del adolescente, mayor será la posibilidad de transgredir la normativa debido al espacio de disputa o tensión que se genera. Las actividades en el espacio (APJ), cuenta con un potencial necesario para direccionar, esto se debe a que la canalización de las actividades en muchos casos es de manera espontánea o por la legitimidad con la que se construye en periodos de tiempo y espacio; a pesar que la investigación no cuenta con una estimación de tiempo de uso, se determina que la generación de las mismas son vinculantes a los periodos postescolar y vacacionales, siendo fundamental que las autoridades orienten estas actividades en los espacios comunitarios o escolares durante los tiempos de ocio. Cuando se analiza la presencia de autoridad en el activo (PAI) o la actitud positiva hacia el mismo (APHAI), ambas dimensiones se encuentran mediadas durante los periodos de ocupación, y en buena medida, por el reconocimiento que el adolescente le asigna a la autoridad; a pesar de ello, la transgresión de la normativa (APHTNS) en cualquiera de los espacios se consolida cuando la autoridad no aplica el elemento punitivo ni el represivo, así la permisividad contribuye a la transgresión de la normativa y aumenta más en espacios donde la PGD es más fuerte. Vinculante a este aspecto la APHTNS, es un garante de la construcción de esquemas de reputación o respuesta que el adolescente concibe sobre la violación de la normativa como forma de consolidar una figura de liderazgo, no en la comunidad sino en la escuela, por contexto de adecuación de violencia y la percepción como tal, aunado a ello, la capacidad de respuesta a los estímulos sociales y la reputación social se convierten en factores fundamentales en las pautas de comportamiento.

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Por último, el ámbito comunitario establece que la presencia de grupos delincuenciales va en aumento siempre que el espacio público esté deteriorado, así la percepción del adolescente con respecto a estas dimensiones es la que presenta mayor correlación, indicando que hay una vinculación altamente significativa en los diversos datos obtenidos. Por consiguiente, este proceso investigativo permite considerar que el espacio comunitario tiene un alto nivel de incidencia en las formas de manifestación de actitudes, sentimientos y comportamiento de los adolescentes, especialmente cuando la ocupación de los activos (cancha o parque) esté siendo mediada por la presencia de grupos delincuenciales o por el deterioro del activo. Además, la debilidad de respuesta por parte de las autoridades institucionales (directas e indirectas) ante la transgresión de la normativa es alarmante, debido a que no se aplica o valida su poderío delante de este tipo de actitudes que son tomadas por los adolescentes. Se convierte en una necesidad trascender en investigaciones que posicionen el uso del tiempo dentro y fuera del aula, no desde la visión de aprendizajes (en su interior) o como desarrollo de actividades físicas o establecimiento de relaciones (en su exterior), sino como un espacio de resistencia o de potencialización de la tensión que el adolescente muestra, así como un espacio de expresión en contra o a favor de las actitudes de las autoridades educativas, convirtiendo la clase en un recreo de características permanente, ante el desinterés escolar del estudiante o por la permisividad docente entre otros factores, incluyendo el comunitario. Para continuar con la validación de estos resultados, es necesaria la ampliación de la muestra, tanto de adolescentes como de instituciones educativas, pudiendo omitir algunos ítems que no fueron considerados en los resultados de esta investigación por carencia de significado; también agregando como variable la cantidad de tiempo que dura la ocupación del activo, si esta es matutina o vespertina, entre otros factores que complejicen aún más la comprensión de las estructuras comunitarias.

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6. REFERENCIAS Buelga, S., Cava, M., y Musitu, G. (2012). Reputación social, ajuste psicosocial y victimización entre adolescentes en el contexto escolar. Anales de Psicología, 28 (1), 180-187. Buelga, S., Musitu, G., y Murgui, S. (2009). Relaciones entre la reputación social y la agresión relacional en la adolescencia. International Journal of Clinical and Health Psychology, 9 (1), 127-141. Cava, M. J., Estévez, E., Buelga, S. y Musitu, G. (2013). Propiedades psicométricas de la Escala de Actitudes hacia la Autoridad Institucional en adolescentes (AAI-A). Anales de Psicología, 29(2), 540-548. Cava, M., Murgui, S., y Musitu, G. (2008). Diferencias en factores de protección del consumo de sustancias en la adolescencia temprana y media. Psicothema, 20 (3), 389-395. Cava, M., Musitu, G., y Murgui, S. (2006). Familia y violencia escolar: el rol mediador de la autoestima y la actitud hacia la autoridad institucional. Psicothema, 18 (3), 367-373. Estévez, E., Jiménez, T., y Moreno, D. (2010). Cuando las víctimas de violencia escolar se convierten en agresores: "¿Quién va a defenderme?". European Journal of Education and Psychology, 3 (2), 177-186. Jiménez Gutiérrez, T., y Lehalle, H. (2012). La Violencia Escolar entre Iguales en Alumnos Populares y Rechazados. Psychosocial Intervention, 21 (1), 77-89. Jiménez, T., Moreno, D., Murgui, S., y Musitu, G. (2008). Factores psicosociales relacionados con el estatus social del alumno en el aula: el rol de la reputación social, la amistad, la conducta violenta y la relación con el profesor. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 8 (2), 227-236. Jiménez, T., Moreno, D., Murgui, S., y Musitu, G. (2008). Factores psicosociales relacionados con el estatus social del alumno en el aula: el rol de la reputación social, la amistad, la conducta violenta y la relación con el profesor. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 8 (2), 227-236. Martínez-Ferrer, B., Murgui-Pérez, S., Musitu-Ochoa, G., y Monreal-Gimeno, M. (2008). El rol del apoyo parental, las actitudes hacia la escuela y la autoestima en la violencia escolar en adolescentes. International Journal of Clinical and Health Psychology, 8 (3), 679-692.

69

Martínez-Ferrer, B., Murgui-Pérez, S., Musitu-Ochoa, G., y Monreal-Gimeno, M. (2008). El rol del apoyo parental, las actitudes hacia la escuela y la autoestima en la violencia escolar en adolescentes. International Journal of Clinical and Health Psychology, 8 (3), 679-692. Moreno Ruiz, D., Estévez López, E., Murgui Pérez, S., y Musitu Ochoa, G. (2009). Reputación social y violencia relacional en adolescentes: el rol de la soledad, la autoestima y la satisfacción vital. Psicothema, 21 (4), 537-542. Olate, R. (2018) Masculinidades Tradicionales, Disciplina Parental y Violencia en las y los Estudiantes de la Universidad Andrés Bello (UNAB) San Salvador, San Miguel, Sonsonante y Chalatenango, propuesta (2018). Oliva Delgado, A., Antolín Suárez, L., Estévez Campos, R., y Pascual García, D. (2012). Activos del Barrio y Ajuste Adolescente. Psychosocial Intervention, 21 (1), 17-27. Oliva, A., Antolín, L. y López, A.M. (2012). Development and validation of a scale for the measurement of developmental assets in the neighborhood. SocialIndicatorsResearch, 106, 563-576. Oliva, A., Gómez, A., Jiménez, A., Pertegal, M., Bermúdez, M. y Suárez, L. (2008). La promoción del desarrollo adolescente: recursos y estrategias de intervención. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad de Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Salud. Quintanilla, M. (2018). La comunidad también educa, aproximaciones a las percepciones de adolescentes escolarizados sobre sus contextos. Universidad Dr. Andrés Bello. ISBN 978-99961-65-17-7.

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ANEXOS Tabla 1. Listado de instituciones educativas participantes Instituciones Educativas n

Masculino %

Sexo Femenino n %

n

%

Total

Complejo Educativo de Poloros

8

1.70%

13

3.60%

21

2.50%

Complejo Educativo Cantón San Benito

7

1.50%

4

1.10%

11

1.30%

Complejo Educativo Concha Viuda de Escalón

8

1.70%

11

3.00%

19

2.30%

Complejo Educativo de San José Cancasque

8

1.70%

7

1.90%

15

1.80%

Complejo Educativo República de Corea

27

5.90%

23

6.30%

50

6.10%

Complejo Educativo Thomas Jefferson

46

10.00%

56

15.30%

102

12.40%

Instituto Nacional de Azacualpa

8

1.70%

6

1.60%

14

1.70%

Instituto Nacional de La Palma 37

8.00%

62

17.00%

99

12.00%

Instituto Nacional de Nombre De Jesús

12

2.60%

13

3.60%

25

3.00%

Instituto Nacional de Nueva Esparta

9

2.00%

5

1.40%

14

1.70%

Instituto Nacional de Potonico

8

1.70%

7

1.90%

15

1.80%

Instituto Nacional General Juan Orlando Zepeda

24

5.20%

21

5.80%

45

5.50%

Instituto Nacional Isidro Menéndez

151

32.80%

73

20.00%

224

27.20%

Instituto Nacional Thomas Jefferson

107

23.30%

64

17.50%

171

20.70%

Totales 460

55.80%

365

44.20%

825

100.00%

71

Encuesta aplicada a los adolescentes escolarizados Activos de la colonia, mediaciones contextuales en espacios escolarizados en El Salvador Estimado/a estudiante: Recibe un cordial saludo de la Universidad Dr. Andrés Bello, quienes están realizando la investigación denominada “Activos de la colonia, mediaciones contextuales en espacios escolarizados en El Salvador”, en la que participan estudiantes de bachillerato de diferentes Institutos y Complejos Educativos en el país. Esta encuesta tiene como objetivo identificar los niveles de influencia del contexto comunitario en adolescentes para determinar los valores, actitudes y conductas asociadas en los espacios escolarizados. Para tu mayor seguridad, la encuesta quedará bajo la salvaguarda del equipo investigador, lo que garantiza la confidencialidad. Marca con una “X” la respuesta que consideres más conveniente, también hay casillas que debes de rellenar, lee cada una de las preguntas a continuación, 1. Sexo:

1. Masculino:

3. Tipo de Bachillerato:

1. General:

2. Femenino: 2. Técnico:

Años

2. Edad: Especialidad:

4. Nombre de Institución: 5. Tienes acceso a internet

1. Si:

6. ¿Cómo se llama la colonia, comunidad o barrio dónde vives?

2. No:

________________

7. Municipio: _________________

9. ¿Cuántos años has vivido en la colonia, comunidad o barrio donde vivís?

8. Departamento: ____________________ __________años

10. ¿En qué tipo colonia, comunidad o barrio es?

1. Abierta, no hay portón.

2. Cerrada, hay portón.

11. ¿En la colonia, comunidad o barrio…?

1. Hay vigilantes

2. No hay vigilantes

12. ¿En la casa donde vivís….?

1. Tu familia alquila

2. Es propia de tu familia

3. Otro

___________

En tu COLONIA, COMUNIDAD o BARRIO, dinos si existen los siguientes espacios y si los visitas… debes de seleccionar una respuesta por cada pregunta 1. Hay canchas (fútbol, básquetbol, etc.) Si tu respuesta es No, pasa a la # 2.

Si 

No 

1.1. He visitado al menos una de las canchas de mi comunidad este año. 2. Hay zonas de diversión (parques con juegos, zonas verdes) Si tu respuesta es No, omite la # 2.1

Si 

No 

Si 

No 

Si 

No 

2.1. He visitado al menos una de las áreas de diversión de mi comunidad este año.

72

Lee las siguientes afirmaciones y señala qué tan de acuerdo estás con cada una de ellas… debes de seleccionar una respuesta por cada pregunta Muy en desacuerdo

En desacuerdo

De acuerdo

Muy de acuerdo

















































7. Siento que formo parte de mi colonia.









8. Me siento muy unido a mi colonia.









































































































1. Los jóvenes con más años de mi colonia se preocupan de que los demás jóvenes estemos bien. 2. Los jóvenes de mi colonia pueden encontrar a otros que tengan más años y que les ayuden a resolver algún problema. 3. Los jóvenes con más años de mi colonia dicen que hay que escuchar a otros muchachos(as) de mi edad. 4. Me siento identificado con mi colonia. 5. Los jóvenes con más años de mi colonia valoran mucho a otros muchachos(as) con menos años. 6. Los jóvenes con más años de mi colonia nos regañan si dañamos los árboles o jardines públicos.

9. Vivir en mi colonia me hace sentir que formo parte de una comunidad. 10. En mi colonia, cuando los jóvenes con más años toman decisiones que nos pueden afectar a los demás muchachos, escuchan antes nuestra opinión. 11. En mi colonia hay gente que vende droga. 12. En vacaciones, en mi colonia hay muchas actividades para que podamos divertirnos los jóvenes. 13. Algunos amigos de fuera tienen miedo de venir a mi colonia. 14. La gente de mi colonia comete delitos. 15. Las personas adultas de mi colonia tratarían de impedir que los jóvenes quemaran o rompieran cosas (papeles, basura, etc.). 16. La gente de mi edad nos sentimos apreciados por los jóvenes con mas años de la colonia. 17. Si un joven de mi colonia intentará dañar un carro, los jóvenes con más años lo evitarían. 18. En mi colonia, si haces cualquier travesura, seguro que algún adulto te regañará. 19. Los jóvenes de mi colonia tenemos lugares donde reunirnos cuando llueve. 20. Los jóvenes de mi colonia podemos hacer tantas cosas después de clase que raramente nos aburrimos.

73

21. En mi colonia suele haber peleas entre bandas callejeras. 22. Hay pocas colonias en los que haya tantas actividades para jóvenes como en la mía.

Muy en desacuerdo 

En desacuerdo 

De acuerdo 

Muy de acuerdo 









A continuación, encontraras una lista de opiniones relacionadas con la escuela, tus profesores y tu comunidad… por favor, dinos en qué medida están de acuerdo con estas opiniones, debes de seleccionar una respuesta por cada pregunta

1. Los profesores son justos a la hora de evaluar 2. La policía está para hacer una sociedad mejor para todos 3. Es normal saltarse la ley si no se causa daño a nadie 4. Los profesores tratan igual a todos los estudiantes 5. Si viese a alguien robar lo denunciaría a la policía 6. Estoy de acuerdo con lo que hacen y dicen la mayoría de los profesores 7. Es normal desobedecer a los profesores si no hay castigos 8. Da igual saltarse las reglas escolares si después no hay castigos 9. Si una regla escolar no te parece, es mejor saltársela

Muy en desacuerdo 

En desacuerdo 

De acuerdo 

Muy de acuerdo 

















 

 

 

 

































Las frases que encontrarás a continuación describen cosas que los demás piensan de ti o cosas que te gustaría que los demás pensasen de ti. Por favor, lee todas las frases con atención y marca la casilla que mejor se ajuste a tu opinión. Me gustaría que los demás pensaran que Pocas Muchas Pocas Muchas Nunca Siempre Nunca Siempre Veces Veces Veces Veces Los demás piensan que

1. Soy popular y querido/a entre mis compañeros.. 2. Soy un/a chico/a rebelde 3. Soy una buena persona 4. Me llevo bien con los demás 5. Me salto las normas 6. Provoco problemas 7. Hago cosas en contra de la ley 8. Soy un/a líder 9. Tengo “mala” fama 10. Soy “un/a chico/a duro/a” 11. Se me pueden contar secretos

















         

         

         

         

         

         

         

         

74

Me gustaría que los demás pensaran que Pocas Muchas Pocas Muchas Nunca Siempre Nunca Siempre Veces Veces Veces Veces         Soy un “matón”         Me meto en problemas con la policía         Tengo buena fama         Me va a ir bien en la escuela Los demás piensan que

12. 13. 14. 15.

Lee las siguientes afirmaciones y señala qué tan de acuerdo estás con cada una de ellas… Debes de seleccionar una respuesta por cada pregunta Muy en Desacu erdo

En Desacu erdo

De Acuer do

Muy de Acuerd o

































































1. Cuando alguien no me respeta, es importante usar la fuerza física o la agresión para enseñarle a esa persona que no me debe faltar el respeto. 2. Si alguien es violento conmigo, es importante ser violento con esa persona para quedar parejo. 3. La gente se aprovechará de mí si no les muestro lo duro que soy. 4. La gente no respeta a las personas que tienen miedo de pelear por sus derechos. 5. Algunas veces necesito amenazar a la gente para que me traten de una manera justa. 6. Es importante mostrar a otros que no me pueden atemorizar. 7. La gente tiende a respetar a las personas que son duras y agresivas. 8. A veces hay que usar la fuerza física o la violencia para defender mis derechos.

Lee las siguientes afirmaciones y señala qué tan de acuerdo estás con cada una de ellas según estén presentes en tu comunidad, colonia o barrio… Debes de seleccionar una respuesta por cada pregunta

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

¿Policías, soldados y vigilantes armados? ¿Casas abandonadas, casas “destroyer”.? ¿Robos y hurtos? ¿Agrupaciones ilegales o crimen organizado? ¿Extorsión o “cobrar renta”? ¿Pandillas o maras? ¿Uso de drogas y comercio de drogas en público? ¿Grafiti y paredes manchadas? ¿Parques, calles y pasajes en abandono o mal estado?

Muy en desacuerdo        

En desacuerdo        

De acuerdo        

Muy de acuerdo        









75

Tabla 2. Correlaciones del Nivel Nacional, Espacio de Interacción Cancha. AEJ AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS Sexo r r r r r r r r H 0.529** AB M 0.470** H -0.251** -0.229** ISB M -0.132* // H 0.645** 0.449** -0.268** CS M 0.521** 0.433** // H 0.511** 0.341** // 0.541** APJ M 0.386** 0.320** // 0.469** H 0.401** 0.300** -0.193** 0.437** 0.301** APHAI M 0.292** 0.227** // 0.256** 0.304** H // // 0.223** -0.132** // // APHTNS M // // 0.260** // // -0.122* H // // 0.219** -0.175** // -0.280** 0.135** RPS M // // 0.121* // // // 0.222** H -0.131* -0.116* 0.236** -0.113* // -0.178** 0.226** 0.396** RSS M // // 0.175** // // -0.151* 0.341** 0.183** H -0.112* // 0.375** -0.118* // // 0.167** 0.257** EPD M // // 0.237** // // // 0.258** // H -0.165** // 0.397** -0.157** // // 0.107* 0.209** PGD M -0.166** // 0.289** -0.121* // // 0.136* // H 0.118* // // 0.171** // 0.191** // // PAI M // 0.130* // // // 0.231** // // **. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer Escala

RSS r

EPD r

PGD r

0.347** 0.229** 0.346** 0.789** 0.161** 0.750** 0.170** // // //

// //

76

Escala AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

Sexo H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M

Tabla 3. Correlaciones del Nivel Nacional, Espacio de Interacción Parque. AEJ AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD r r r r r r r r r r 0.532** 0.431** -0.221** -0.182** -0.160* // 0.645** 0.493** -0.208** 0.541** 0.399** // 0.479** 0.399** // 0.513** 0.436** 0.363** // 0.525** 0.371** 0.250** // 0.427** 0.320** 0.298** 0.286** // 0.269** 0.412** // // 0.240** // 0.140* // // // 0.288** // // // // // 0.183** -0.172** // -0.310** 0.187** // // // // // // 0.248** -0.130* // 0.252** // // -0.138* 0.305** 0.450** -0.204** -0.191* // // // // 0.280** 0.218** // // 0.334** // // // 0.176** 0.187** 0.282** // // 0.263** // // // 0.307** 0.158* 0.228** // // 0.349** // // // // 0.141* 0.309** 0.808** -0.207** // 0.314** // // // 0.160* 0.159* 0.175* 0.719** // // // 0.164* // 0.175** // // 0.225** // // // // // // 0.214** -0.189* -0.205** // // **. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

PGD r

// //

77

Tabla 4. Correlaciones de la Zona Norte, Espacio de Interacción Cancha. Escala AB ISB

CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

AEJ AB Sexo r r H 0.586** M 0.352** H 0.343** 0.285** M // -0.219* H M H M H M H M H M H M H M H M H M

ISB r

CS r

APJ r

APHAI r

APHTNS r

RPS r

RSS r

EPD r

PGD r

0.343** 0.514** 0.368** // 0.486** 0.428** // // // // 0.242* // // 0.271** 0.204* -0.232* // // // // // // 0.673** 0.469**

0.502** 0.384** 0.468** // 0.222* 0.324** // // -0.299** // // -0.239* // // 0.363** // -0.497** 0.248* 0.306** // // // // // // // // // 0.305** // // -0.316** 0.444** 0.512** -0.247* -0.238* // // // -0.236* 0.281** // // // 0.402** // // // 0.293** 0.309** // // // // // // // // // -0.208* 0.488** // // // // 0.241* // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // 0.218* // // **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

0.412** 0.301** 0.273** 0.709** 0.259* 0.538** // // // //

// //

78

Tabla 5. Correlaciones de la Zona Norte, Espacio de Interacción Parque Escala AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

AEJ Sexo r H 0.474** M 0.446** H 0.363** M // H 0.662** M 0.520** H 0.424** M 0.319* H // M // H // M // H // M // H // M // H // M // H // M // H // M //

AB r

ISB r

CS r

APJ r

APHAI r

APHTNS r

RPS r

RSS r

EPD r

PGD r

0.371** // 0.569** -0.316* 0.453** // 0.427** // 0.416** // // 0.439** // // 0.474** // 0.390** // // 0.313* // // // // -0.249* // 0.267* // // // // 0.324** -0.267* // -0.435** // // // // // // // // 0.307* // // // 0.459** 0.551** -0.305* // // // // // // // 0.318* // // // // // 0.274* // // // // // // // 0.361** // 0.416** // // // // // // 0.827** // // // // // // // 0.288* 0.594** // // 0.275* // // // // // // // // // // 0.306* // // // // **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

// //

79

Tabla 6. Correlaciones de la Zona Occidente, Espacio de Interacción Cancha. Escala AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

AEJ AB Sexo r r H 0.528** M 0.489** H -0.274** -0.176* M // // H

0.630**

M H M H M H M H M H M H M H M H M

0.366** 0.483** 0.428** 0.405** 0.373** // // // // // // // // -0.187* // 0.227** //

ISB r

CS r

APJ r

APHAI r

APHTNS r

RPS r

RSS r

EPD r

0.250** 0.330** // 0.325** // 0.568** 0.313** // 0.491** 0.348** // 0.390** 0.364** 0.266** // 0.357** 0.288** // 0.199* // // // // // // // // // 0.245** -0.226* // -0.307** // 0.307** // // // // // // 0.306** // // // // 0.437** // // // // -0.268** 0.328** 0.254* // 0.463** // // // // 0.176* 0.316** // // // // // // // // // 0.519** // // // // 0.255** 0.415** 0.841** // // // // // // // // 0.743** // // 0.243** // 0.381** // // // // // // // // 0.259* -0.236* // // // **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

PGD r

0.383**

// //

80

Tabla 7. Correlaciones de la Zona Occidente, Espacio de Interacción Parque Escala AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

Sexo H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M

AEJ r 0.495** 0.357* // // 0.645** // 0.437** 0.329* 0.336** 0.446** // // // // // // // // // // // //

AB r

ISB r

CS r

APJ r

APHAI r

APHTNS r

RPS r

RSS r

EPD r

PGD r

// // 0.444** // // // 0.320** // 0.517** // // 0.411** 0.328** // 0.341** 0.390** // // // 0.507** // 0.272* // 0.280* 0.277* // // // // // // // // // -0.281* // // // // // // // // 0.455** // // // // 0.455** // // // // -0.388** // // 0.242* 0.450** // // // 0.309** // 0.307** // // // // // // // 0.302* // 0.481** // // // // // 0.418** 0.858** // // // // // // // // 0.685** // // // // 0.299** // // // // // // // // // -0.369** // // -0.320* **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

// //

81

Tabla 8. Correlaciones de la Zona Oriente, Espacio de Interacción Cancha. Escala

Sexo H AB M H ISB M H CS M H APJ M H APHAI M H APHTNS M H RPS M H RSS M H EPD M H PGD M H PAI M

AEJ r 0.539** 0.497** -0.195* // 0.673** 0.701** 0.566** 0.530** 0.507** // // // // // // // -0.212* // -0.202* -0.280* // //

AB r

ISB r

CS r

APJ r

APHAI r

APHTNS r

RPS r

RSS r

EPD r

-0.297** // 0.449** -0.323** 0.569** // 0.289** // 0.519** 0.507** // 0.525** 0.392** -0.342** 0.526** 0.370** // // // 0.284* // 0.275** // // // // 0.470** // // // // 0.207* // // // // // // // // // 0.470** // 0.193* // // // // 0.350** // 0.300* // // // 0.303* 0.322* // 0.286** -0.255** // // // 0.362** 0.408** // 0.509** // // // 0.463** // // // 0.221* -0.191* // // // 0.188* 0.381** 0.730** // 0.550** // // // 0.333* // // 0.856** -0.170* // // // // // // 0.382** // // // // // // -0.333* -0.270* // // **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

PGD r

// //

82

Tabla 9.Correlaciones de la Zona Oriente, Espacio de Interacción Parque. Escala AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

Sexo H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M

AEJ AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD r r r r r r r r r r 0.610** 0.455** // -0.246* // // 0.663** 0.470** -0.231* 0.749** 0.530** // 0.599** 0.404** // 0.503** 0.563** 0.568** // 0.647** 0.531** 0.304** -0.274* 0.554** 0.511** // // // // 0.492** // // 0.231* // // // // // 0.600** // // // // // // // // -0.230* // // // 0.353* // // // 0.573** -0.225* // // // // // 0.229* 0.375** // // // // // // // 0.390* -0.217* -0.246* 0.224* // // // // 0.296** 0.419** // // 0.515** // // // 0.663** 0.409* // -0.259* -0.231* // // // // // // 0.391** 0.724** // // 0.598** // // // 0.511** // // 0.793** // // // // // // // // 0.333** // // // -0.430* // // // -0.423* // // // **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

PGD r

// //

83

Tabla 10. Correlaciones de la Zona Centro, Espacio de Interacción Cancha. Escala AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

AEJ AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS Sexo r r r r r r r r H // M 0.549** H // // M // // H 0.493* 0.539* // M 0.611** 0.645** // H // // // // M 0.433* 0.468* // 0.615** H // // // // // M // 0.444* // // // H // // // -0.534* // // M // // 0.423* // // // H // // // // // // // M -0.419* // // -0.402* // // // H // // // // // // // // M // // // // // // 0.575** // H // // // // 0.537* // // // M // // 0.555** // // // 0.643** // H // // // // 0.498* // // // M // // 0.575** // // // 0.602** // H // // // // // // // // M 0.474* 0.550** // // // // // // **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

RSS r

EPD r

PGD r

// // // // // //

0.870** 0.934** // //

// //

84

Tabla 11. Correlaciones de la Zona Centro, Espacio de Interacción Parque. Escala AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS RSS EPD PGD PAI

Sexo H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M

AEJ AB ISB CS APJ APHAI APHTNS RPS r r r r r r r r 0.639* 0.561* // // // // 0.665** // // 0.789** 0.664** // // 0.543* 0.608* 0.780** 0.604* 0.591* // 0.781** // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // // 0.825** // // // // // 0.653** // // // // // // // 0.664** // // -0.526* // // // // // // 0.549* 0.823** // // 0.724** // // // // // 0.510* // // // // // 0.586* 0.589* // // 0.745** // // // // // 0.557* // // // // // // // // // // // // // // // // // 0.580* // // // **0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,01 (bilateral). *0. La correlación es significativa en el nivel p=<0,05 (bilateral). H: Hombre, M: Mujer

RSS r

EPD r

PGD r

// // // // // //

0.812** 0.966** // //

// //

85

86

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