Fisgon, Edicion Especial

  • November 2019
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Fisgon, Edicion Especial as PDF for free.

More details

  • Words: 2,235
  • Pages: 4
NUEVAMENTE EN LA CASITA DE CARTÓN….. Hola, cómo están?... espero que muy bien…; este panfleto hace mucho que ya no caía en sus manos, pero aquí me tienen nuevamente, como si el destino quisiera que de alguna u otra forma siga todavía ligado a la “casita de cartón”. Pues sí, “el fisgón” sale a la luz nuevamente; pero en esta oportunidad (este año (en Jesús de Nazareth)) por un pedido especial. Un pedido que me llegó de parte de una ex compañera de trabajo, que no mencionaré su nombre, ya que quienes me conocen saben que nunca pongo el nombre de nadie aquí, pero siempre mis lectores también saben a quienes me estoy refiriendo; aunque en esta ocasión estoy seguro que mis lectores no serán ni siquiera 5 personas. Entonces ojalá se entretengan un poco con esta versión extraordinaria de “el fisgón”. Bien comenzaré diciendo, que el miércoles pasado, descansaba de lo más normal y cómodo en mi casa, como siempre con el computador prendido y el Messenger abierto; disfrutando alegremente ya que los días siguientes no habría trabajo y me relajaba viendo una de esas páginas de Internet que el profesor de matemáticas de “la casita de cartón” me recomendó hace tiempo. Estaba en plena concentración y con una de las extremidades en pleno ajetreo, cuando de pronto un zumbido inoportuno me sacó de mi masturbador momento: Gatita del placer dice: Hola “fisgón” que es de tu extravagante vida? No tomo con desconocidos dice: Hola ex compañera de trabajo, que tal, aquí pues haciendo extravagancias como siempre, y tu que tal? Más o menos así comenzaba la conversación con aquella chica. Hablamos de una y otra cosa, casi todas sin importancia; yo solo aprovechaba la conversa, de esa forma no me aburría esperando que bajen del todo los videos que veía. La conversación ya empezaba a adormecerme cuando de pronto algo hizo que se pusiera interesante todo: Gatita del placer dice: Mañana van a jugar pelota los profes con los chicos, por qué no vas? Gatita del placer le ha enviado un zumbido!! El zumbido me despertó, ya que estaba cabeceando; y medio somnoliento pude leer el mensaje aquel, y respondí, luego obviamente de hacerme de rogar fiel a mi estilo, que de todas maneras iría aquella cita deportiva, y aclaré, que si iba, era por pedido expreso de ella, y que justamente era para conversar con ella, que después de todo siempre fue una muy buena compañera de trabajo. Yo le dije, que no me motivaba mucho la idea de reencontrarme con un señor que solo pone el cd del himno nacional todos los lunes ni con alguien que cree que un amigo mío aún le debe dinero, pero que si se trataba de conversar con ella, solo por eso si podía moverme de mi casa en un día feriado.

Así fue que me convencieron para regresar a la famosa “casita de cartón”; lugar donde años atrás deje momentos de mi vida, ciertamente felices, y también infelices, donde dejé compañeros buenos, otros malos, y los que aún quedan; compañeros al fin y al cabo, compañeros con quienes me divertí en muchas ocasiones, a quienes incluso les sembré algún vicio malo, a quienes sin querer pude herir (en realidad si sabía pero me daba igual); a algunos de esos compañeros, estaba dispuesto a ver en aquella oportunidad; y lo que pasaría en ese reencuentro, ni yo mismo lo pude haber presagiado. Lo que ustedes queridos lectores sí pueden presagiar, es lo que pasó inmediatamente después de cerrar la conversación con mi ex compañera… el video de “redtube” estaba completo….. Eran las 10 y 24 de la mañana del jueves y la cita estaba programada a las 11, era tarde para mí. Desde donde salía, hasta donde iba, había, en “el chosicano”, una hora y algo más de viaje; de modo que estaba retrasado. Prendí la computadora porsiacaso, y justo la “gatita del placer” se había conectado. Solo me confirmó que de todas maneras nos veríamos; luego de eso me fui cargando conmigo mi indumentaria deportiva y unos cuantos soles por si la tarde se ponía interesante. 11 y 32 en “la casita de cartón” … (en realidad más allá): Unos cuantos pirañas estaban esperando que terminen de jugar en una de las losas, acompañados de dos jóvenes profesores, de contextura delgada, otro más de vetusta apariencia, y un regordete con bigote y barba de 4 pelos; estos cuatro últimos estaban uniformados, con los colores de la selección peruana. Los pirañas se me acercaron y saludaron afectuosamente. Inmediatamente les dije que no había llevado dinero, y se regresaron a sus sitios cabizbajos. Me fui entonces a saludar al anciano decrépito ahí presente, al cuy mágico y a sus dos compañeros; y un par de minutos después ya estábamos jugando nuestra pichanga. Como era de esperarse no corrí ni dos minutos y ya estaba con la lengua afuera, y el partido para mi se veía medio aburrido, ya que no podía recuperar por mi cuenta ningún balón, y cuando alguien de mi equipo lo recuperaba había una probabilidad menor que la de sacarse la tinka de que me diera pase; pero igual, mi equipo, que estaba conformado por los uniformados y un alumno más, cachimbo de la decana de América, supo hacer lo propio para vencer a su rival de turno, un equipo conformado por una mezcla de pirañas de la promoción pasada y la actual de la “casita de cartón”, todos ellos ex alumnos míos, a excepción de uno que no conocía. Así fue como vencimos, por goleada a pesar de que yo no aportaba mucho al equipo y a pesar que el reumatismo le jugó una mala pasada a nuestro veterano compañero, y tubo que resignarse a ir al arco, donde para ser sincero era mejor poner un porfiado que a él como portero. Una gaseosa para saciar la sed y para compartirla con los muchachos, con los que se quedaron, los pirañas “sidehu” se fueron rápido menos el cachimbo y los de “jade” se quedaron un rato más. Luego ya todos los jóvenes se retiraron y solo quedamos, los mayores y el anciano. Para esto me había olvidado que al fin de cuentas yo estaba ahí no por convocatoria de ninguno de los presentes, sino mas bien por alguien ausente, y en ese momento fue que recién me di cuenta que la persona que me había citado no estaba, así que decidí llamarla. -

Préstame tu celular amigo de la barba rala, le dije al grueso profesor Como no, enchanchado ex compañero, me respondió

Así fue que llamé a la chica de caminar digno del “abtao fashion” y le reclamé por qué me había plantado. No le entendí nada de lo que me decía, porque parecía que no sabía que decir. De pronto uno de los presentes que se enteró que estaba hablando con ella dijo, “mándale saludos”…. Yo me quedé sorprendido, y solo atiné a hacerle caso, y ahí si fue que ella emocionada dijo: “mándale un beso de mi parte, en donde él quiera”; por fin se le entendió algo. La emoción la hacía hablar claro, por

lo demás todo intento que tuvo de explicarme o excusarse por no llegar no era entendible. Ya el rostro del cuy se deformaba por que veía como se iba su crédito, así que decidí cortar la llamada. Bueno pues, un parcito de chelas será mínimo por este extraño reencuentro, les propuse. Nadie se negó y así fue que llegamos al quinto piso (sí ahora son 5 pisos) cervezas en mano, o en mochila, y nos dispusimos a tomar como quien se conoce con la nueva gente y como quien ellos me conocen también. La conversa siempre se iba hacia el pasado, en los años maravillosos, en los años que yo hacía de las mías en el colegio, o en que alguien hacía de las suyas conmigo, hablando de los viejos tiempos de los que ya no están de los que aún quedan, de los que siempre dicen que se van, de los que nunca dicen que se quedan, de secretos desempolvados, de misterios irresueltos, de crímenes perfectos, desde comportamientos pedófilos de coordinadores del pasado, hasta comportamientos infantiles de octogenarios del presente, desde rumores infundados hasta hechos confirmados. Es decir, se habló de todo un poco y la tarde de esa manera estuvo amena pues a toda la conversación siempre se le añadía de parte de alguno de los presentes un toque de chispa y buen humor. La tarde se hizo muy corta para tan peculiar grupo, sobre todo a uno de los “nuevos” (para mí) quien se despidió luego de la segunda ronda de cervezas, porque dijo que tenía cosas más importantes que hacer que estar tomando con desconocidos. Nadie le reprochó nada, todos se despidieron cordialmente, y de esa forma el grupo fue disminuido a solo 4 personas; 3 de las cuales parecían algo preocupadas por el hecho de que en algún momento suba alguna de las promotoras y los pille en plena juerga dentro del colegio; el cuarto… le daba igual, total, a él no le dirían nada, jejeje. Una ronda más, dijo alguien y todos metieron la mano al bolsillo por que así sea, ya en ese momento tuve una premonición….. esto se va prolongar… ya había hecho buena química con el nuevo personaje y hasta una apuesta estaba de por medio entre los dos; con los otros dos nunca se sabía, en anteriores ocasiones con el longevo ya había tomado y es de irse de largo, con el otro no, pero por como se veía o por cómo lo veía mejor dicho, parecía ser de esos que toman como salserín “de sol a sol” así que eso hizo que tuviera la visión de que teníamos para rato todavía. De hecho las chelas siguieron saliendo, no conté exactamente cuantas fueron, pero recuerdo que las estaba contando, seguramente en ese momento ya mi conciente era más inconciente; y por eso que perdí la cuenta. Aún en ese estado pude grabar, no muy mal, la presentación que tuvieron los chicos de “jade” en un programa de televisión desde mi celular para después colgar el video en una página de Internet, no de aquellas que me enseño el matemático, sino en una página decente. Pasaron unos minutos más. Luego de la emoción mostrada por los profesores de ahí por la clasificación de sus alumnos a la instancia final de ese bendito concurso de baile, y luego de unas cuantas fotos que tomé para que luego cuando relate todo esto que estoy relatando mi relato tenga sustento, nos pasamos a retirar, dejando en el lugar de los hechos al más veterano de todos, y rumbo con los otros dos, hasta ese momento, a quién sabe dónde. Solo sé, que los tres tomamos una combi en una avenida cercana, y que un par de minutos después, uno de ellos, el que no me resultaba nuevo, dijo que tenía que retirarse por que al parecer su novia lo había llamado. Supe de su novia porque cuando estuvimos en el colegio por la tarde y cuando se le acusaba de tener un romance furtivo con una profesora de lengua, él dijo que eso era imposible por su relación de 4 años con su actual pareja, y ante el escepticismo de alguno de los presentes, sacó inmediatamente la fotografía de ella de su billetera, y aunque hubo alguien que dijo que esa foto era una estampita de Sarita Colonia, yo sí le creí pues se vio muy enfadado cuando hizo eso. Luego dijo que no era que su novia lo llamara, sino que más bien su prima lo había llamado para que le de unas

clases. Nunca especificó que tipo de clases eran, pero igual no pudimos retenerlo pese a que hicimos muchos intentos. Se bajó en un paradero y así fue que nos quedamos solo el “nuevo” y yo.

-

Último baja!! – dijo el delgado profesor

Y tras él, bajé yo también. Previamente habíamos conversado que tomaríamos unas cuantas cervezas más en su casa como esperando que se desocupe el cuy mágico y nos dé el alcance, para luego irnos a otra casa a seguirla más cómodos. De esa forma pude pasar a su sala donde habían unos niños viendo Magnolia Merino muy atentamente. Me senté, y me sentí algo raro…. estaba en casa de alguien que recién había conocido presto a tomarme unas cervezas con él, era inusual que eso ocurra (no mentira, ya me ha pasado otras veces) pero bueno todo sea por que estamos esperando al tercer profesor. Pasó un tiempo equivalente al tiempo en que dos personas se pueden tomar 4 cervezas, cuando de pronto una señora, muy amablemente me dijo que me fuera. Para ese momento, mi compañero alcohólico de turno no estaba en la sala, sino en el segundo, o tercer piso, no sé, solo sé que subió por una escalera que estaba en la estancia próxima a la sala y demoró un buen tiempo en bajar. Accedí a la petición de la señora ya que parecía preocupada, y me dio a entender que por culpa mía se estaba originando un pleito en su casa. Así que me puse de píe y me despedí. No hube llegado a la puerta cuando bajó nuevamente mi nuevo amigo, y me dijo, vamos!!.

BUENO GATITA DEL PLACER ME ABURRI, LUEGO TERMINO LA HISTORIA OK,

Related Documents

Fisgon, Edicion Especial
November 2019 11
Edicion Especial Nov 6
November 2019 8
Especial
April 2020 39
Especial
April 2020 32