ESCLAVOS No pude y allí me quede dos líneas atrás y un pasatiempo estéril. Hace mas de cientos miles alguien creía enumerar esclavos y lo hacia. Se podía; todavía no sonaba crisol a un anuncio de turismo; a recuerdo de provincias a trabajo en negro y multinacionales. Desde el génesis se llamo fuente a la fuente. Al estertor del dolor caos y a las secreciones pecado. Así nos desligamos de un auge, Y hoy del cáncer; de las caídas de la bolsa; las fotos y los papeles amarillos y acres que a ellas envician. Y yo me libro de una virginidad fingida; de los gastos q aumentan con los vicios que ya son neuronas. De los deseos que mojan y la aféresis que me hace un tanto menos mujer, mas de colección… y así la libertad de dejar de acariciarme con adjetivos frente a los espejos. Nos libramos de hacer una biopsia por cada manzana podrida, por cada silla vacía, Por cada dedo, ademán y cada efecto. Porque nombramos, porque nos acabamos en fichas, ordenadores, carteles de motel. Porque nombramos; porque nos cruzamos en veredas de elección, de café y de impotencia (excluyendo las tomas de mano y los secuestros sin raptos). Son así las victimas, las niñas y los dientes; Fueron así dos dioses; la plebe y los que se afilaron como esclavos. Los esclavos…los que solo serán reyes por permisos, por reina o por demencia; Por conformidad, paciencia o prevención; Por consecuencia o inmoralidad; Buen ado, ignorancia, gula o efervescencia. Por entre piernas, primeros planos o por no escribir de esclavos. Los reyes: los que caminan descalzos y sin lotería. Los de aquí; Aquí donde no hay monarquías sino circunstancias. Aquí donde hay soldados que no se animan;
Y dragones que incendian teléfonos, timbres y roces CENIT