Encuentro o reencuentro... Es inevitable que exista una atracción magnética entre dos almas que son afines, y aunque se dice que no siempre se encuentra al ser ideal; este maravilloso fenómeno se vive -por lo menos- una vez en la vida de una persona. De hecho, el encuentro suele suceder mucho antes de que ocurra el descubrimiento concreto de esa otra persona. Es común que hayamos vivido la experiencia sin saberlo, porque la afinidad suele ser tan sutil que nuestro ego puede no reconocer la presencia de esa otra parte de nuestro ser. Niveles de unión de las almas Cada ser humano experimenta este maravilloso hecho en diferentes planos de energía: 1. El primer nivel de unión es el espiritual: Este plano se alcanza cuando las almas gemelas están internamente preparadas para unirse. Las dos partes sienten una gran plenitud y, si la unión es espiritual, es posible que nunca más vuelvan a separarse. 2. El segundo plano es el intelectual: las almas gemelas compatibilizan en su forma de pensar. 3. El tercer nivel es el emocional: Desde el primer encuentro existe una intensa afinidad y la sensación de conocerse desde hace tiempo. En este estadio, las almas gemelas se enamoran con mayor facilidad. Comparten una gran entrega y equilibrio. 4. El cuarto nivel es el físico o erótico: La pareja de almas gemelas se entrega físicamente
con una pasión sin límites: durante el acto sexual, los abrazos y los besos son intensos e interminables porque en el contacto físico con su par sentirán que finalmente han encontrado el hogar verdadero. En el plano erótico, las almas gemelas descubren desde el primer momento que su partenaire conoce su cuerpo a la perfección. Se acariciarán y besarán como si fueran un solo cuerpo y sus encuentros eróticos pueden llegar a estar más allá del tiempo y el espacio, porque ambos perciben, al mismo tiempo, que se trasportan a otra dimensión. La sensación de libertad y de vuelo mientras hacen el amor es sublime, sienten que pueden tocar el cielo con las manos. Sin este último nivel físico, las almas gemelas no pueden reconocerse verdaderamente como pareja. Porque los otros planos están relacionados con el amor incondicional, que puede manifestarse en amistad duradera, o como un afecto especial entre dos personas, sin llegar a formarse una relación de pareja que puede ser estable o no. Eso dependerá de la personalidad, del desarrollo espiritual o del conocimiento mutuo y personal de cada una de las partes.