ENCUENTRO
Hay un punto de encuentro que une dos zonas a veces lejanas.
Une un lado del camino con otro.
Son los puentes que enlazan. Acortan distancias.
Hay puentes de muchas clases: cortos y largos anchos y estrechos. Todos tienen algo en común sirven para unir dos orillas. Atravesándolos de algún modo se lleva un mensaje al otro lado.
Los puentes son como ciertas personas.
Su importancia se valora cuando ya no están, o cuando están gravemente dañados.
Cada persona debiera convertirse en puente; facilitar el encuentro, superar aflicciones y estimular el perdón.
Seamos puentes. Siempre esperando el encuentro, entre los lados del río de la vida.
El río de la vida: a veces sereno, apacible y cristalino a veces turbulento, inseguro y peligrosamente profundo.
Pero es bueno y necesario atravesarlo. Podemos ser como un puente que haga fácil la travesía.
Hacer de puente a veces cuesta.
Pongamos voluntad para realizar encuentros felices, que unan y den fuerza.
Entonces podremos decir: SOY UN PUENTE LLAMADO AMISTAD.