En los zapatos de los descalzos. Unas preguntas fuera de contexto para tratar de entender el paro indígena. Por: Necho ¿Qué pensaría usted, inteligente lector, si un hipotético día una gran empresa decide que sería un buen negocio vender el fierro y el cemento de los que está hecha su casa; y como los precios son buenos en Estados Unidos y Europa, el Estado autoriza a esta hipotética empresa a derrumbar todo su barrio y venderlo en trocitos? ¿Cómo se sentiría usted, saludable internauta, si cuando va al mercado, todo lo que antes consideró comestible se encuentra cubierto de una gruesa capa de aceite oscura y hedionda; que todo está sucio y que tardará siglos en limpiarse; y que el culpable de tanto desastre se forra en plata por hacer eso mismo? ¿Qué haría usted, civilizado ciudadano, si de un día para otro, llega al centro de trabajo donde usted encuentra su sustento y el de toda su familia y en lugar de su oficina encuentra una malla metálica que le prohíbe el acceso? ¿Cómo reaccionaría usted, pacífico vecino, si cuando abre el caño para beber agua o la ducha para bañarse, sale agua envenenada e hirviente porque a pocas cuadras de su casa una corporación extranjera encontró un valioso mineral en el subsuelo de su barrio; y en nombre del progreso de todos los peruanos, su gobierno permite que esta gran corporación de verter a la red de agua potable los deshechos de su búsqueda y el veneno que utilizan para refinar el precioso mineral? ¿A quién reclamaría usted, culto peruano, si los gobernantes que usted eligió dicen que permitieron todo esto por su bien, que no le consultaron porque usted no es lo suficientemente inteligente para entender, que usted no está lo suficientemente compenetrado con la cultura occidental para ver los beneficios y que le firmarán un acta para solucionar esos pequeños inconvenientes por los que tuvo que pasar; pero ve que, año tras año y haga lo que haga, nada de lo escrito se cumple?