En el gran club campestre, estaba todo preparado para la graduación para entrar a primaria. Algunos padres habían adornado las mesas con manteles y servilletas de papel azul, y entre los árboles, habían puesto una cuerda con tiras de colores. En las mesas de los niños había pan de chocolate rellenado con vainilla, gomitas panda, pan dulce, y para acompañarlo bebían coca y refresco de sabores. Julio pronto se sintió mal y Anna y Andrea lo acompañaron al bosque, donde el niño vomitó. Los papás no se dieron cuenta de nada, pues estaban hablando unos con otros. De repente a Jessica, se le ocurrió algo: -¿Quieren jugar a los quemados? -¡Sí! exclamaron todos los niños estaban felices. Jessica fue a buscar las pelotas y coloco la cinta para hacer la cancha. Los niños se pusieron en grupos. A Sarah no la habían tocado por un buen rato. Ella encabezaba la el equipo. Luego estaba José, que llevaba una marca perfecta de que no lo tocaran .Terminaron de jugar. Los mayores les observaban y sonreían con simpatía. ¿No quieren venir a dar un paseo con nosotros por el bosque?-dijo Sarah. -¿Ir con ustedes? Vallan, que ya no son unos bebés-respondió su madre. -Pero ya está oscuro-objetó José -Bueno, ¿y que?-respondió su padre. -¡No queremos ir solos! ¡Tenemos miedo a la oscuridad!-dijo Anna. Pero los padres sonrieron y siguieron con su charla sin prestarles atención. Los niños hablaban en voz baja entre sí, formaron una larga fila y se pusieron en marcha. Los padres se quedaron mirándoles mientras hablaban con charla de la bonita época de graduación a primaria que se acabo de acabar. Los niños subían ahora por la pequeña colina situada en medio del bosque. Sus pies teblaban. -¿Donde estarán?-dijo el padre de Anna. En ese momento desapareció tras la colinael primer niño, enseguida le siguió la segunda y finalmente todos los demás. -Seguro que se trata de un nuevo juego-contestó el padre de Jessica. después de media hora, los padres comenzaron a preocuparse y a tres horas después salieron en su búsqueda. Al principió de la colina descubrieron a Julio.
Había vomitado de nuevo y estaba tan débil que no podía caminar. -¿Dónde están los demás?-preguntó la madre de Anna. -Tras la colina-dijo Julio sin fuerzas. Los padres buscaron por todo el bosque, por cada rincón, pero jamás volvieron a encontrar a los diez niños.
Detrás de las Colinas
Por: Ashmed Farid Porte Petit Herndez Viernes ,24 de octubre #17