LA SELECCIÓN DE LA POTENCIA DEL MEDICAMENTO HOMEOPÁTICO Fernando Domínguez Vello
• Uno de los temas más complejos y diHciles de la prácIca clínica homeopáIca. • Con muchos puntos de vista y experiencias diversas en la historia de la homeopaNa.
REVISIÓN HISTÓRICA
Samuel Hahnemann (1755-‐1843) • Desde la 1ª en 1810, hasta la 6ª publicada póstumamente en 1921 a 78 años de su muerte, los cambios más significaIvos en cada una de ellas se refieren al tema de la dosis. • La 6ª edición fue desconocida para la mayoría de los grandes homeópatas clásicos, y aunque sus discípulos más cercanos supieron de la escala LM, realmente no fue usada hasta años después de su publicación.
• En la 1ª edición del Organon existen referencias a las pequeñas dosis, pero no da guías definiIvas.
• Es hasta la 4ª edición del Organon en 1829 y en las Enfermedades Crónicas de 1828, donde se indican guías más definidas y una maduración del método homeopáIco. • Hahnemann contaba ya con un poco más de 70 años. • A parIr de esta etapa se indica con mayor insistencia el uso de la 30CH. • Se indica el uso de la dosis única y la repeIción sólo hasta la finalización de la dosis previa.
• Para la 5ª edición del año 1933, el método de “esperar y observar” quiere ser mejorado, especialmente en las enfermedades crónicas resistentes. • Introdujo aquí la repeIción del medicamento y los siguientes lineamientos:
• El medicamento debe elegirse en base a la totalidad sintomáIca caracterísIca (153). • El medicamento debe administrarse en dosis mínima, para no excitar la fuerza vital. • El medicamento debe repeIrse en intervalos adecuados para acelerar la cura, evitando producir agravaciones. • Se indica ya la dosis dividida después de la dosis seca, para su repeIción.
• Hay registros en esta edición de haber usado además de la 30C como el límite más habitual, la 60C, 150C y hasta la 300C. (287 nota)
• Sin embargo, Hahnemann no estaba saIsfecho con las dosis centesimales por: – Siempre estaba presente el riesgo de la agravación. – La lenItud del tratamiento para el manejo de las enfermedades crónicas. – La poca flexibilidad de las dosis centesimales, las bajas potencias no causaban reacción curaIva y las altas provocan agravaciones importantes. – Se requerían dosis que actuaran profundamente sobre la consItución pero con suavidad para evitar la agravación.
• La preparación de la 6ª edición hacia 1842, dio cuenta de un cambio radical en el manejo de la dosis. • Esta edición representa un cambio de orientación y un cambio revolucionario para el manejo de la dosis. • Con esta nueva escala LM, Hahnemann señala: “el mismo medicamento cuidadosamente seleccionado puede administrarse ahora diariamente y por meses”.
Ventajas de las potencias LM: • No hay riesgo de agravación de la enfermedad o de la condición del paciente al administrarlas en altas o bajas potencias y en dosis repeIdas. • Pueden repeIrse en cualquier momento la frecuencia que se juzgue necesario por Iempo prolongado, aún en potencias elevadas. • La acción es rápida.
• La selección de la potencia es mucho menos ambigua ya que se inicia con la potencia LM1. • La agravación del caso a diferencia de la potencias centesimales, que es al inicio, ocurre al final del tratamiento, indicando generalmente la cura (cuando no, el cambio de potencia a una más alta).
Después de Hahnemann
Stapf (1788-‐1860) • Planteó que la selección del medicamento era el punto principal; la dosis era secundaria. • El medicamento apropiadamente escogido era suficiente a la 30CH, aunque potencias mucho más bajas generalmente tenían el mismo efecto. • El tamaño de la dosis era determinado por la naturaleza del medicamento, la individualidad del paciente y el carácter de la enfermedad.
• En enfermedades agudas prefería potencias bajas: 3, 6 y 9C. • En enfermedades crónicas potencias más altas, hasta la 30C. • En enfermedades consItucionales profundamente enraizadas (olalmía, enfermedades cutáneas, etc.) de la 12 hasta la 2C eran más adecuadas. • En sífilis uIlizaba 2ª y 3ª trituración de Mercurio y Sulphur.
Rummel (1793-‐1854) • La selección adecuada del medicamento es el punto principal. • Se oponía hacer de la 30C la potencia estándar. • Las potencias bajas actúan bien cuando las altas no Ienen efecto. • AdmiNa que la 30C actuaba bien pero prefería las bajas potencias.
Gross (1794-‐1847) • Inició prefiriendo la 30C, posteriormente prefirió potencias más bajas. • Pensaba que las potencias bajas eran preferibles en las enfermedades agudas, y en las enfermedades crónicas actuaban mejor las altas potencias.
Aegedi (1795-‐1874) • Los medicamentos eran decepcionantes en altas diluciones y deberían administrarse en potencias bajas. • Las potencias 30, 60 y 100C, Ienen un poder de acción decidido. Pero debe haber un punto final de potenIzación después de la cual el poder de acción se vuelve más débil en el organismo. • Se oponía a la prácIca de administrar un glóbulo en una gran canIdad de agua.
Trinks (1800-‐1868) • Las enfermedades agudas requieren potencias bajas y medias. • Las enfermedades crónicas requieren potencias altas y muy altas. • Hay algunas excepciones en que las enfermedades crónicas requieren bajas potencias e incluso Inturas madre.
• Las diluciones más altas son de uso en enfermedades, no sólo dinámicas, sino de también de carácter material u orgánico. • Muchos medicamentos desarrollaron sus poderes completos por la trituración y la sucusión conInuas y prolongadas. • Muchas medicinas poseen sus poderes completos en la Intura original o en estado crudo y todos sus procesos subsiguientes disminuyen dichos poderes.
Aoomyr (1807-‐1856) • Las potencias más bajas actúan más rápida, más extensiva y más intensivamente; mientras que las potencias más altas actúan más lenta, permanente y extensivamente. • Para un alivio rápido, uno debe usar bajas potencias. • Las enfermedades agudas piden potencias más bajas y las enfermedades crónicas, potencias más altas.
Mure (1809-‐1858) • Las diluciones más bajas son más adecuadas para enfermedades agudas, porque sus efectos son violentos; las diluciones más altas se adaptan más a las enfermedades crónicas, porque su acción es prolongada, latente y tenaz.
• En enfermedades muy agudas empelaba las potencias 2ª y 3ª, mientras que en las enfermedades menos agudas, usaba la 5ª, 6ª, 7ª y 8ª potencias. En casos crónicos comenzó con la 9ª y subió hasta la 100ª.
Rau (1820-‐1896) • La mejor guía para determinar la dosis es la suscepIbilidad del organismo. • Mientras más violenta y aguda la enfermedad, más pequeña debe ser la dosis (potencia más alta) del medicamento.
Watzke (Viena) • La selección adecuada del medicamento era la situación más importante. • El tamaño de la dosis está subordinada, aunque es importante.
Koch • Mientras más semejante es el poder remedial a la enfermedad, más segura será la cura y más pequeña en ciertos límites, debía ser la dosis (potencia más alta). • Mientras menos semejante fuera el medicamento, más grande debía ser la dosis (potencia más baja), pero la cura no es tan segura.
Scoo (Glasgow) • En enfermedades agudas, marcadas por acción vital exagerada, las bajas potencias deben emplearse y repeIrse con frecuencia, el período de reacción es de corta duración. • En la etapa de vitalidad culminada, las potencias más altas deben emplearse y repeIrse con frecuencia.
Análisis
Designación de potencia: • Bajas potencias:
– Tinturas puras o potencias muy bajas, mientras se puede detectar presencia del medicamento (efecto drogal), esto es de la cruda a la 3C.
• Altas potencias:
– Dosis diminutas, arriba de la 3C y hasta la 30C.
• Muy altas potencias:
– Potencias arriba de la 30C, no preparadas de acuerdo con la escala centesimal hahnemanniana, las preparadas por Jenichen, Fincke y Korsakoff.
Escuela de las bajas potencias: • Los homeópatas inclinados al uso de las bajas potencias, encontraban las altas potencias muy decepcionantes, prefiriendo el uso de las potencias bajas. • Consideran más pureza y legiImidad cuando hay presencia de la droga. • Nunca es necesario aplicar la potencia arriba de una 3C. • Se idenIfican con la “ley de similitud”, con usos de la dosis aún idenIficados en la vieja escuela de medicina.
Escuela de las altas potencias: • Homeópatas que usan potencias arriba de la 3C hasta la 30C, y más arriba de la 30C ocasionalmente, con medicamentos preparados de acuerdo a las instrucciones de Hahnemann, tal como las describe en la 5ª edición del Organon. • Consideraban que el uso de las bajas potencias solo retrasaba el Iempo de la curación.
• Las altas potencias, tales como la 30, 60, 100 y más arriba muestran un poder decidido de acción. • Pero consideran que debe haber un punto final de potenIzación después del cual el poder medicinal se vuelve demasiado débil para seguir actuando en el organismo.
Escuela de las muy altas potencias: • Influidos por los avances de la ciencia, mecanizaron el proceso de potenIzación y comenzaron a preparar las potencias muy altas con diferentes filosoHas y metodologías. • Gross, por ejemplo, adoptó las preparadas por el método de Jenichen, al igual que Boenninghausen.
Definición de criterios: • La misma medicina en la misma dosis puede, bajo diferentes circunstancias en la misma enfermedad, producir efectos bastante diferentes, incluso opuestos, y en dosis muy diferentes producir exactamente el mismo efecto. • No es posible establecer ninguna regla general para la dosis.
• La guía para determinar la dosis es la suscepIbilidad, la individualidad, la recepIbilidad, y la sensibilidad del paciente. – Mientras grande sea la suscepIbilidad, menor debe ser la dosis y más grande la potencia, y viceversa.
• Otros factores para la determinación de la potencia era la edad, el sexo, temperamento, Ipo de tejido y órganos involucrados, consItución, forma de vida, influencias meteorológicas, etc. • En las enfermedades agudas marcadas por una acción vital exagerada, las bajas potencias son las ideales, repeIdas frecuentemente. • En las enfermedades crónicas hay inclinación al uso de las potencias altas.
• Es importante la naturaleza del medicamento, ya que ésta, determina la intensidad, extensión de acción y duración de la acción. • La experiencia mostró que la 30C no era el límite úlImo de la eficacia de todos los medicamentos, y que la potencia podía elevarse mucho más.
BOENNINGHAUSEN Y SUS OBSERVACIONES EN RELACIÓN A LA POTENCIA:
• El uso de las altas potencias demuestra efectos curaIvos determinantes y un sólido éxito, la cura realmente procede. • A veces una sola dosis de una alta potencia es suficiente y efecIva, sin necesidad de una repeIción inmediata, pero una división de la dosis en una solución de agua, si se sucusiona antes de usarse resulta muy eficaz.
• Las preparaciones de Jenichen, en enfermedades crónicas dan resultados altamente saIsfactorios. • Las elevadas potencias preparadas por el Dr. Fincke, se jusIfican ampliamente por los resultados que ha obtenido en su clínica. Fincke habla de curas sorprendentes con el uso de potencias que van de la 1000 a la 20000.
La ventaja de las muy altas potencias: – La esfera de acción se alarga mientras más alta es la dinamización. Especialmente en medicamentos que en estado crudo Ienen poca acIvidad medicamentosa (Calcárea, Silicea, Lycopodio, Natrum mur, Aurum met, Argentum met, Aluminium met.). UIlizados arriba de la 30C en los casos crónicos se acelera la cura. – En enfermedades agudas, los efectos curaIvos aparecen más rápidamente, usando potencias como la 30 y más aún la 200C.
• Los medicamentos en dinamizaciones altas se desligan más y más de las leyes de la química. Y tal como señala Hahnemann en su primer volumen de las enfermedades crónicas: “una dosis de Phosphoro altamente potenIzada, conserva su capacidad su capacidad curaIva sin descomponerse aún después de haber sido preparada por mucho Iempo, sin cambiar, ni descomponerse”.
– Una dieta defectuosa siempre hace menos daño si la dinamización es alta. – Evitan los síntomas concomitantes peligrosos, que yacen fuera de la esfera sintomáIca de la enfermedad en cuesIón. – No pueden usarse como paliaIvos, que son inúIles y siempre extremadamente peligrosas.
Registro de casos: – Cada 7 de 10 casos en los registros de este autor se usa la potencia 200C. – Aunque su rango de acción oscilaba entre la 30C y 200C. – Un 15% de casos fueron prescritos con la 30C o menos potencia. – Hay registros de casos con potencias 1Mo más altas. – Aunque tuvo conocimiento de la escala LM por comunicación directa con Hahnemann, no aparen en sus registros.
CONSTANTINO HERING (1800-‐1880) • La regla que aplicaba era: “Hemos elegido nuestro medicamento de los síntomas de un caso de enfermedad tomando en cuenta la correspondencia perfecta de las caracterísIcas principales en la enfermedad y en el medicamento, tenemos sólo que notar si los síntomas del caso corresponden con la acción primaria de la droga, cuando administramos diluciones más bajas o con los síntomas secundarios, esto es con aquellos que se obtuvieron de experimentaciones con altas potencias, en cuyo caso administramos la potencia más alta”.
• De los registros de sus casos: – Un 29% de sus casos fueron tratados con la potencia 30C – Un 75% con potencias debajo de la 30C
HENRY NEWELL GUERNSEY (1817-‐1885) • Usaba potencias muy altas que oscilaban entre la 200 a la 55M. • Usaba medio acuoso para la repeIción de la dosis, que realizaba hasta lograr mejoría. • Ocasionalmente daba una dosis en seco debajo de la lengua.
CARROLL DUNHAM (1828-‐1876) • Discípulo de Boennighausen, y maestro de Nash y Kent. • EnfaIza la necesidad de conInuar invesIgando la homeopaNa en base al método cienNfico.
• “El asunto de la dosis permanece abierto. Si existe una ley general para la elección a priori de una potencia necesaria para un caso dado, si tal ley es posible, está aún por descubrirse. Debemos acumular experiencia antes de pretender descubrir una ley que nos oriente en esto. Toda evidencia en torno a esto merece nuestro más abierto y atento estudio”.
• “Las respuestas a las preguntas sobre la dosis, sólo llegará después de una larga serie de experimentos metódicos”. • Realizó protocolos experimentales para invesIgar cuál dosis es más eficaz. • Fue un alIpotencista, y fue de los primeros en uIlizar dosis altas en casos agudos, generalmente la 200C. • Usaba altas potencias en casos agudos y crónicos.
KENT (1849-‐1916)
• Después de Boenninghausen y Hering, el más revolucionario de los homeópatas que generó toda una escuela de pensamiento y prácIca de la homeopaNa. • Como la mayoría de los homeópatas, su referente hahnemanniano era la 5ª edición del Organon publicada en 1833, ya que la 6ª edición se publicó hasta el año 1921. Por lo tanto desconocía el uso de las potencias LM.
• Su prácIca inició con bajas potencias, hasta el famoso caso de Podophyllum por el descrito en su FilosoHa de la HomeopaNa, en que uIlizó la 30C con gran éxito. • Fue el más amplio difusor del uso de las muy altas potencias.
Algunas de sus observaciones son: • Elevar el grado de potencia, puede acelerar la cura, pero con frecuencia aumenta la agravación. • Disminuir la potencia disminuye la homeopaIcidad. • No hay una ley fija en la selección de la potencia. • La individualización respecto de las potencias, provee un elemento adicional de certeza y éxito.
• Ninguna sola puede manejar completamente las enfermedades de los individuos. • Cualquier potencia, alta o baja, cesa de actuar después de un Iempo, lo que obliga a usarla más de una vez. • Los médicos que usan BAJAS POTENCIAS observan alguna acción curaIva y luego cambian el medicamento. Cuando se administra el medicamento adecuado una vez en más en una alta potencia, la cura comienza una vez más.
• Cuando el medicamento adecuado se administra en ALTA POTENCIA de forma repeIda y ya no da resultados, indica que ha agotado su acción en ese caso y es necesario la elección de un nuevo remedio. • Cualquier potencia única no es suficiente en enfermedades crónicas. Puede serlo en enfermedades agudas.
• En los úlImos años de su prácIca, empezaba con potencias bajas y gradualmente ascendía, evitando la agravación. Iniciaba con 30C, seguía con 200C y ascendía a las más altas. • Estableció las potencias en grados de octavas: 30C, 200C, 1M, 10M, 50M, CM, DM y MM.
• Mantener la potencia tanto como funcione. – No saltar demasiados grados. – No debe saltar de la primera a la úlIma, debe seguir las series.
• El objeto es mantener al paciente bajo la influencia del medicamento el mayor Iempo posible.
• Algunos pacientes son muy sensibles a las potencias más altas y se curan suave y permanentemente por el uso de la 200C o la 1M. Estos pueden agravarse por el uso de las potencias más altas. • Cuando un paciente regresa y se examina, uno puede ver anIguos síntomas todavía presentes, aunque el paciente se sienta mucho mejor, no se repite la dosis.
• Cuando un paciente regresa y dice que está deteriorado, entonces es el medicamento que ha dejado de actuar y no la potencia. Entonces uno necesita buscar otro medicamento y no cambiar la potencia. • Una potencia muy alta produce una agravación innecesaria y entonces no realiza la mejor acción curaIva.
• Como regla, dos dosis en el mismo plano dan los mejores resultados, se volvió ruIna en Kent este manejo, encontrando que una tercera dosis en la misma potencia no producía efecto alguno.
Preceptos básicos: • Cuando una dosis es muy grande para curar, el paciente la recibe como enfermedad. • Nunca dejar un medicamento hasta que se haya experimentado en potencia más alta, si ha beneficiado al paciente. • Las bajas potencias pueden curar las enfermedades agudas, porque éstas actúan sobre el grado más externo de la sustancia simple y el cuerpo.
• En las enfermedades crónicas, donde el problema está más profundamente asentado y los grados son más finos, por consiguiente, las potencias deben ser más altas. • Evitar la agravación innecesaria de los síntomas ajustando la potencia al paciente. • Las drogas crudas agravan la enfermedad, mientras que las altas potencias agravan los síntomas de la enfermedad.
• La potencia más usada fue la 10M, incluyendo la primera prescripción. • Jamás uso el espectro de la 30 hasta la MM en un caso específico. • UIlizaba generalmente el método de Fincke y después su propio potenIzador. • Se desconoce cuán altas eran las preparaciones kenIanas en relación a las hahnemannianas.
Otras consideraciones: • No consideraba la naturaleza del medicamento para la elección de la dosis. • No importa si el medicamento se administra en agua en dosis de cucharada o se da en unas cuantas tabletas secas, el resultado es el mismo. No importa el número de cucharadas o tabletas en cada toma, es el mismo resultado.
Después de Kent
• La influencia más determinante en el campo de la ortodoxia homeopáIca contemporánea después de Hahnemann es la obra de Kent. • Un ejemplo importante es la escuela homeopáIca argenIna de Tomás P. Paschero,
Las potencias LM a parIr de la publicación de la 6ª edición
• No se puede hablar aún de un uso muy difundido de estas potencias, pero en gran medida se debe al trabajo de autores importantes.
Europa: • Dr. Flury de Berna, Suiza. Que tradujo la 6ª edición Organon al francés. • Dr. Charles Pahud de Lausana, Suiza. Que publicó casos tratados en 1946. • Dr. Pierre Schmidt de Ginebra, Suiza. Que tradujo la 6ª edición del Organon, y que publicó un arNculo llamado “Los tesoros escondidos del úlImo Organon”, donde designa el nombre de “Potencias Cincuenta Milesimales”, y llama la atención sobre su importancia.
India: • Dr. S. M. Baohacherjee. • Dr. Harimohan Chaudhary
México: • Dr. Proceso S. Ortega – Hay que hacer una mención especial del trabajo y difusión en este campo del trabajo del Dr. Proceso. – Usaba regularmente las potencias LM, con algunas variantes al método indicado por Hahnemann.
• Solía iniciar con la potencia LM6 en dosis única, eventualmente la indicaba diluida en cucharadas por algunos días, y generalmente pasaba a la LM12, LM30, LM60, LM 120, hasta la 360LM; en la misma forma, dosis única en seco y después en dosis plus por varios días.
• Era sumamente cauto en la prescripción y usaba poco las repeIciones subsecuentes en casos crónicos, a menos que hubiera agudizaciones miasmáIcas importantes.
Un cambio de orientación personal
• Algo que modificó profundamente mi orientación hacia el manejo la dosis, ocurrió en un caso de fiebre Ifoidea grave que fue tratado conjuntamente con el Dr. Arnoldo Rivera Escamilla.
• Es el caso de una paciente de aproximadamente 18-‐20 años de edad que evolucionó rápidamente a un cuadro grave de fiebre Ifoidea y que se mostró poco reacIva a varios medicamentos a potencias medias y altas centesimales.
• Con un estado de emaciación severa, caída del cabello, fiebre persistente y estupor, que mostraba como datos caracterísIcos: boca y lengua seca y de coloración negruzca, gesIculaciones de la cara, tendencia a quitarse la ropa y a estar desnuda debajo de las sábanas, frotaba las sábanas entre sus dedos, etc.
• Elegimos Hyosciamos 30CH con nulos resultados, optamos por la escala LM y avanzamos de la LM6, LM12, LM30, LM60, LM90, dada en dosis plus c/4 hs, sin obtener resultados favorables y con un deterioro cada vez mayor de la paciente. • Pero teníamos la firme convicción de que se trataba del medicamento correcto le dimos la potencia LM120, y ahí inició una reacción radical y favorable al tratamiento, manifestando una rápida mejoría, recuperó la conciencia, se quitó la fiebre, empezó a moverse, comía y bebía cada vez mejor.
• Sin embargo manifestó un estancamiento pocos días después, y al no tener LM más allá de la 120. Optamos por cambiar a Hyosc 200CH que no hizo efecto, al igual que la 1000CH, hasta que ascendimos a la 10CH c/4 hs en plus que se reinició la mejoría, hasta que concluyó con un absceso un glúteo que desapareció con Hepar 30CH.
CONCLUSIONES
• Una doble acItud ante el tema de la dosis: – Respeto – Perder el temor
• Se requiere invesIgación clínica – Casos únicos metodológicamente llevados, especialmente crónicos y agudos. • Con altas y bajas potencias.
– Casos mentales y padecimientos crónicos de diferente nivel.