El Origen
Raúl Fernando Mijangos Feria
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Día y noche su afán principal será ampliar y cuidar su área Verde, hasta que por fin vean que cubre todos los puntos a los que haya que llegar y - de este modo - gozarán de un vasto territorio que cubrirá todas sus necesidades, el cual habrán de mimar con mucho esmero y amor, pues será la herencia eterna para sus descendientes, quienes se establecerán en todos los sitios habitables; porque son la raza más amada de los Dioses, quienes han deseado que todo ello les sea heredado y les pertenezca por los siglos de los siglos...´”
Capítulo I
...“ Los Dioses crearon los árboles, las plantas, los seres vivientes, el agua cristalina, la tierra fértil... y a todas las cosas dieron nombre y, al ver que todo esto era bueno, dijeron: `Pongamos aquí a nuestra creación; Hembra y Macho se llamarán; y les proveeremos de casa y sustento; y podrán disponer de todo lo que hay aquí, pues por completo les pertenece, así como ellos mismos pertenecen al Todo. Y deberán multiplicarse y, con sus propias manos, harán crecer sus límites hasta tiempo indefinido. Pero habrán de cuidarse de no salir de su área Verde pues, de lo contrario, positivamente morirán. Y no deberán inventarse caminos y espacios nuevos, sino hasta que el Verde les preceda; puesto que ésa será la señal de que el terreno que pisan se ha vuelto bueno para ellos.
Con estas palabras acaparaba el maestro la atención respetuosa y llena de admiración de sus pequeños alumnos ya que - como era bien sabido de todos - las clases de El Origen eran la enseñanza principal que todos habían de adquirir, estudiarlo con sumo respeto y grabarlo profundamente en su mente para repetirlo a la posteridad, porque de ello dependía lo único 2
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valioso y verdaderamente propio que tenían: La Vida. Unos sentados, otros parados, los más echados cómodamente en el pasto, pero todos atentos al ronco hablar del maestro que, ya sea caminando a lo largo de los amplios escalones ó subiendo y bajando entre ellos ó internándose entre sus pupilos, hablaba con una gran pasión y profunda reverencia de El Origen y los preceptos de su especie, contagiando a todo su ávido auditorio de sus sinceros sentimientos.
sitio de la expresión individual o comunitaria y de la enseñanza de la palabra, la escritura, las matemáticas, las ciencias, las artes, etcétera, pero sobre todo de El Origen que, junto con todas las demás materias filosóficas, debían de crear un sólo sentimiento de justificación en la existencia de todo ser: El respeto y amor a la Vida misma, lo único de valor y verdaderamente propio que tenían. “... - Hembra se llamó nuestra primera madre y Macho se llamó nuestro primer padre continuaba el maestro - A ellos, por primera vez en la existencia, les fue dada la palabra y la escritura; y fueron creados a semejanza de los Dioses. Se les dotó de posición erguida, de manos para asir y de inteligencia para poder aplicar lo otorgado y, de ése modo, nos fuese heredado el conocimiento a nosotros sus descendientes y lo preserváramos para nuestros hijos. Porque - como los mismos Dioses predijeron - nuestra especie crecerá y se multiplicará y seremos amos y
Contra un amplio y brillante cielo azul, apenas adornado con blancas y pequeñas nubes, resaltaban los gigantescos y marmóreos pilares helénicos que - a modo de hemiciclo envolvían en protector abrazo a aquel anfiteatro que servía de ambiente para las clases que tomaban los pequeños. Dicho escenario - llamado Foro de la Enseñanza - era un legado que los Dioses habían construido al aire libre, entre árboles, plantas, flores y cielo azul, y con el suave césped como alfombra, para que fuera éste el 3
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En éxtasis, con un orgullo y gratitud desbordante y contagiosa fueron dichas éstas últimas palabras, pareciendo quedar brevemente suspendidas en el aire para después caer suave y persuasivamente sobre cada una de las cabecillas que apasionadamente seguían el deambular de su expositor; tras lo cual el maestro calló, y alzó sus ojos como dos suspiros de luz hacia el infinito, mientras, en derredor, toda la clase conservaba el silencio respetuoso que se había impuesto, sólo roto por el alegre y suave canto de las aves que, curiosas, observaban desde los árboles las miradas de todos los presentes quienes dejaban adivinar en el brillo de sus pupilas una ilimitada gratitud y eterna fidelidad hacia sus intangibles Dioses, aquellos quienes - cien mil años atrás les regalaron - únicamente a ellos, entre todas las especies el Don del Amor y La Conciencia
servidores de todo el Verde que podamos amar é incrementar. Porque somos la especie más amada por ellos, porque siempre estuvimos fieles a su lado, porque hemos honrado su recuerdo por siglos; por eso nos han dado sus facultades sin más exigencia que una sola: Amar, cuidar y convivir en sana armonía con todo nuestro entorno y toda clase de vida. Y el árbol es Vida, el agua pura es Vida, el aire es Vida, la Tierra íntegra es Vida, y cualquier variedad que repte, camine, vuele ó nade es Vida. Y al igual que hemos de amar todo lo que nos circunda, con gran fervor habremos de cuidar y honrar a la especie más querida de los Dioses, la que recibió el favor divino, el gesto amoroso, la herencia sagrada; la que tiene depositada la inteligencia, la palabra, la escritura, el don del aprendizaje, la que fue moldeada a imagen y semejanza cabal de los Dioses, la especie de las especies, a nosotros mismos: ¡La Especie Canina...! ”
... simplemente porque los amaban.
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rebozaban de infinidad de plantas y flores aromáticas, asimismo, las calles estaban espléndidamente amuralladas con extensa diversidad de árboles frutales y ornamentales; De este modo, en cada casa, en cada calle, en cada rincón de la localidad, los canes rendían veneración al imponderable Verde, dador de aire, alimento, cobijo, belleza y Vida…
Capítulo II
Apenas matizara por el cielo el sedoso color rosa emanado del crepúsculo matutino, las calles se henchían de vida con infinidad de caminantes quienes, siempre contentos, se saludaban familiar y amistosamente. Hembras y machos, cachorros y adultos de una inagotable gama de razas, tamaños y colores eran como la savia de aquellas espaciosas, floreadas y limpias avenidas que día con día atestiguaban la armonía perfecta con que la sociedad canina convivía. Algunos agitaban la mano para saludar al conocido de la otra acera, otros se daban abrazos efusivos, muchos se saludaban con cariñosos lengüetazos, pero eso sí, todos mostraban su fraternidad, aún con los desconocidos, moviendo alegre y amistosamente sus colas mientras se dirigían a sus labores correspondientes por distintos puntos de su ciudad. Una ciudad generosamente perfumada, pues todas las casas
En el centro de aquella activa y bien delineada Ciudad de los canes se hallaba un marmóreo y monumental edificio rectangular sostenido lateralmente por treinta imponentes pilares que remataban en una inmensa bóveda triangular; lugar colosal que - al igual que el Foro de la Enseñanza - los Dioses lo habían construido y heredado a las generaciones, era la Gran Casa del Saber; y albergaba una casi inconmensurable cantidad de escritos grabados en láminas indestructibles que contenían todo el conocimiento básico con el que contaban los canes para su sano desarrollo, como eran: Los beneficios del fuego, el arte 5
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de la construcción, la fabricación de tinta y papel, el dominio de metales, la elaboración de alimentos, la agricultura, la escritura, los números, etcétera, pero sobre todos ellos, el respetado Libro del Origen, cuyo contenido glorificaba a la existencia misma. La Gran Casa del Saber mantenía ordenadamente todos esos escritos y, entre sus múltiples salas, albergaba además al Palacio del Consejo que cuidaba del bienestar de la sociedad y de cumplir los mandatos del Libro del Origen, especialmente el de ampliar y preservar día con día los dominios del Verde, o sea: cuidar y amar a la naturaleza. Y era ésa primordialmente la actividad que con más ahínco desarrollaban todos los canes, pues mientras más Verde se conquistaba, de más alimento y espacio se gozaba, ya que, como dictaba el Gran Libro, todo les pertenecía a todos por igual; por ello, toda cantidad nueva que arraigaba del Verde significaba un gran goce para la comunidad entera.
En el fondo de la Gran Casa del Saber se hallaba el llamado Foro, sitio donde se divulgaban, proponían, analizaban y concertaban decisiones de la sociedad, la cual era representada por ciudadanos comunes que conformaban, en este caso, el Consejo Mayor. Precisamente ése día, el Foro se hallaba en toda su capacidad y lleno de una especial agitación, ya que los presentes escucharían un informe extraordinario del coordinador del avance Verde en la frontera Norte. Era éste un perro joven que respondía al nombre de Luno, de gran corpulencia, pelaje corto color café oscuro que denotaba una mancha blanca en la frente y el ojo izquierdo también redondeado de blanco, una mandíbula grande y fuerte y unos ojos líquidos y de mirada directa. Él - como cualquier ciudadano se había ofrecido voluntariamente a trabajar en el avance Verde y ya llevaba cerca de tres años en el servicio, a pesar de que lo solicitado a los 6
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voluntarios era de máximo un año, para no tener que descuidar a sus familias por periodos largos; y este año de servicio podía hacerse a voluntad y cuantas veces se quisiera. Las funciones que se requerían en dicho servicio consistían en vigilar y procurar el crecimiento y arraigamiento del Verde, con el fin de que se ganase terreno contra el suelo infértil. Luno era fiel creyente de la filosofía del avance Verde y deseaba y lograba grandes conquistas de terreno. Se encontraba en plena juventud y aún no había unido su vida a ninguna pareja y sus padres con quienes vivía en la ciudad comprendían perfectamente los anhelos de su hijo y no lo presionaban a su lado, sino todo lo contrario, lo impulsaban y se sentían orgullosos de que desbordara tanta energía para el bien de la sociedad. Profundo enamorado del Gran Libro, Luno lo conocía casi a la perfección y por ello le inquietaba esclarecer y descubrir toda la verdad que
contenían esos escritos; como aquellos pasajes que hoy se antojaban misteriosos y que hablaban de una legendaria Ciudad de los Dioses, lugar donde viven ó vivían sus creadores y que se hallaba en su mismo mundo...leyenda que dejaba pensativos a más de uno. Mientras más tiempo pasaba y más terreno conquistaba, más crecía su pasión por descubrir la verdad. Cada amanecer se plantaba en el límite de su frontera donde el Verde acababa bruscamente y escudriñaba por horas ese extenso y árido horizonte, tratando de arrebatarle el gran secreto que celosamente escondía, pero que parecía hallarse lejos del alcance de su comprensión ... por el momento. Sabía que no debía apresurarse, tenía que respetar los mandatos sagrados y no adentrarse a las tierras inanimadas; quienes se aventuraron, lo pagaron con una muerte lenta y dolorosa; sin embargo, su espíritu no desistía, sino que se agrandaba al reto.
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Sólo una cosa lo haría abandonar su incansable labor en los confines de sus conquistas: un descubrimiento excepcional; y eso precisamente es lo que ahora lo tenía parado frente a los más importantes ciudadanos en el centro del Foro, dispuesto a informar al pleno del Consejo Mayor su importante hallazgo. Deseaba solicitar personalmente mayor apoyo para el área que coordinaba, notificándoles principalmente que los milenios de esforzado trabajo que habían desempeñado sus antecesores y contemporáneos estaban brindando frutos que les indicaban que marchaban por el camino correcto. Por eso hoy estaba aquí, frente al Consejo, dispuesto a notificarles lo inimaginable...
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estos despojos de las cuales les hablará más profesionalmente el respetado profesor Mongo, a quien le solicité su apoyo para esta ponencia, por lo cual le suplico pase al frente para externar sus comentarios. Un perro de ojos vivillos, blanco con manchas negras, pelo largo y estatura pequeña se paró junto a Luno en el centro del Foro y, echando un vistazo a los restos expuestos, comenzó a hablar: Creo que mi asombro fue mayor al que ustedes presentan en este momento, pues por lo menos ya tenían antecedentes sobre esta reunión; sin embargo, imagínenme siendo visitado de improviso por el joven Luno en un gran estado de excitación y colocando en medio de mi estudio éstos restos que hoy mismo presencian y - ¡Vaya que no acababa ahí la sorpresa! pues, tras analizarlos, caí en una perplejidad que aún me inquieta... Canes del Consejo - prosiguió tras breve pausa reflexiva - no voy a complicar ni a extender la explicación con términos especializados, franca y
Capítulo III
Canes del Consejo, esto que tienen ante sus ojos fue hallado hace un par de semanas en el área Norte, la cual me corresponde supervisar, y fue descubierto en la misma posición que se las presento ahora a ustedes.
- A la vez que hablaba, Luno descubría ante la mirada atenta de todos los presentes uno de los dos bultos que tenía a su lado y que contenían los restos de unos huesos; y continuó tras permitir se acallaran por completo los tenues murmullos que empezaron a producirse entre la concurrencia: Como podrán ver, éste esqueleto es de forma canoide, o sea erguido, pero con marcadas diferencias a primera vista como son: cara aplanada, cráneo muy desarrollado, estatura superior al promedio y dedos más largos. Además de lo obviamente visible, existen ciertas peculiaridades específicas en la constitución de 9
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concisamente les diré que, tras el análisis y estudio minucioso que efectué a éstos restos, concluyo que: a pesar de la forma erguida que se observa en el cuerpo, los huesos que lo conforman no coinciden en forma alguna con la especie canina, éstos restos pertenecen a algún otro animal ó especie, totalmente desconocido en toda la existencia de nuestra raza. Todos los Consejeros enmudecidos se miraban entre sí como si quisieran avalar en la mirada de los otros que habían escuchado correctamente. El silencio gradualmente se fue rompiendo por los murmullos que empezaron a crecer en todos los asientos tras el breve momento de estupefacción que tomó a los miembros por sorpresa. El profesor Mongo carraspeó un par de veces para atraer nuevamente la atención de la concurrencia y tratar de acallar los anárquicos rezongos. Canes, canes, por favor, - dijo tratando de ser paliativo tiempo tendremos para profundizar y sacar conclusiones al respecto, pero aún no acaba esta presentación, por lo cual
suplico su atención a lo siguiente - así decía mientras se acercaba y destapaba el otro bulto un poco más pequeño que se hallaba a un par de pasos del primero. Nuevamente las voces enmudecieron mientras las miradas quedaban fijas en el segundo bulto recién descubierto y, antes de que pudieran articular palabra alguna, el profesor Mongo continuó: En esta exacta posición y distancia que ustedes pueden ver fueron hallados éstos segundos restos respecto al primero que les presentamos; Ello según lo confirma Luno. Guardó silencio unos segundos para permitir a la audiencia observar brevemente los nuevos restos y prosiguió, tanteando sus palabras: Este otro ser, - cuadrúpedo, como podrán advertir - observa ciertas particularidades muy inquietantes como son: Cráneo canoide, extensión de la columna en una terminación de cola y lo más importante y desconcertante: los huesos que lo conforman son, sin lugar a dudas, caninos. 10
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Esto último lo dijo subrayadamente y en ése instante estalló una gran explosión de voces; ya no hubo un sólo miembro que permaneciera ecuánime, todos hablaban entre sí ó dirigían a gritos preguntas hacia el centro del Foro, pero nada era claro de entender, el caos se había adueñado de todo el Foro, todos se arrebataban las palabras, algunos se levantaban y gritaban, otros permanecían sentados y pensativos y al instante se levantaban como impulsados por un resorte y lanzaban preguntas que nadie parecía escuchar, habían rostros angustiados, otros interrogativos, unos incrédulos, los más estupefactos. Pareciera que nada lograría tranquilizar la gran revuelta que se había creado, sin embargo los ánimos se empezaron paulatinamente a calmar al descubrirse la figura respetable e imponente de un gran perrazo blanco y lanudo que, apoyado en su báculo, sosegadamente bajaba los escalones dirigiéndose hacia el centro del Foro, siendo seguido por la
mirada respetuosa de todos los presentes. Era Duba: el Supremo Consejero. Al hallarse en medio de todas las miradas, alzó la vista para recorrer todo el graderío, confirmando el completo orden y la respetuosa atención de todos los presentes. Retiró con su mano libre los cabellos que cubrían sus ojos dejándolos al descubierto y permitiendo observar ese profundo color negro que tenían, con un notable brillo de autoridad é inteligencia que la edad le había heredado; hecho lo cual, se dirigió a todos con una profunda pero clara voz: Hermanos consejeros, no temo decir que nunca - desde la más remota antigüedad - se había provocado tal controversia y desconcierto en este respetado Foro, el cual se ha distinguido, por sobre todas las cosas, en permitir la libre palabra sin cuestionar o negar la veracidad de lo aquí expuesto, sin embargo, y no me apena decirlo, la presentación de la que somos testigos en este día excede en mucho nuestros actuales conocimientos, por ello, 11
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invito a todos los presentes a no tomar ninguna conclusión precipitada, respetando así los principales lineamientos que caracterizan a nuestro amado Foro. Dio un par de pasos y, echando una mirada a los restos, continuó: Si me lo permiten, desearía junto con Luno y el profesor Mongo continuar esta ponencia, ya que, aunque parezca asombroso, aún resta dar a conocer algunos aspectos muy importantes sobre este portentoso asunto. Volteó hacia los exponentes buscando su aprobación, tras lo cual, pensativo y como calculando las palabras, dijo: Esto que se ofrece a nuestra vista, es tan sólo el primer hallazgo que tuvo nuestro bien querido Luno en la zona bajo su cargo, pues - según me reportaron previamente ambos ponentes - existen además algunas edificaciones totalmente desconocidas hasta la fecha que, anteriormente, han estado ocultas en regiones prohibidas y hoy, por capricho de la naturaleza, resguardadas
por denso follaje, en las cuales Luno no deseó investigar más a fondo hasta no recibir de parte nuestra la aprobación y apoyo para ello. No quisiera especular más al respecto… - Dijo, buscando tranquilizar, si eso fuera posible, la expectación de la concurrencia …por lo cual, a reserva de cualquier sugerencia mejor, propongo una reunión del Consejo Mayor y de especialistas con el fin de ahondar más a detalle sobre todo lo expuesto y determinar la creación de un grupo de investigación con voluntarios que se trasladen hacia la zona de los hallazgos. ¿Desearías agregar algo más, hijo? - Le preguntó a Luno paternalmente Sí, Supremo Consejero - Contestó tímidamente Luno Si el Consejo lo permite, solicito se abra una invitación a la población, con el fin de reclutar canes que apoyen prioritariamente el avance Verde de la frontera Norte, con el propósito de acelerar las 12
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investigaciones a las que haya lugar. Muy bien, ¿Y tú Mongo, deseas mencionar algo? - Dijo dirigiéndose hacia el profesor, quien tomó la palabra. Me gustaría participar en la selección del Grupo de Investigación y solicitar me permitan a mí y a Luno estar en dicho Grupo. Por supuesto - respondió sin preámbulos Duba no necesitabas solicitarlo y, por mi parte, agradezco de antemano la participación de ambos. Bueno… continuó dirigiéndose formalmente al pleno …Canes del Consejo: Pido audiencia al Consejo Mayor para razonar más a fondo sobre este asunto y para seleccionar el personal capacitado que conformará el Grupo de Investigación, el cual deberá contemplar especialistas en Historia, Origen, Anatomía y lo demás que se juzgue conveniente, mientras tanto, propongo un receso de dos días para analizar con nuestros respectivos Consejos Menores
sobre lo hoy expuesto, gracias a todos por su presencia. - Concluyó Duba sin extenderse mayormente, tras lo cual, junto con sus acompañantes, se dirigió hacia la salida del Foro acompañado de Luno y el profesor; mientras, en el hemiciclo, unos bajaban silenciosamente desde sus lugares, otros se levantaban é intercambiaban palabras cuestionantes, algunos más allá se quedaban momentáneamente en sus lugares, apoyando su hocico en una mano pensativamente, todos sin excepción miraban con cara consternada los restos del centro del Foro; pero, después de algunos minutos, la sala quedó vacía, a excepción de dos imponentes perrazos que montaban guardia a aquellos restos que, por primera vez en la historia canina, habían cimbrado hasta lo más profundo de los cimientos a aquel respetado y adorado Foro, con una impasibilidad desesperante, ocultando en su mutismo que la realidad presentaba - a partir
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de hoy - una diferente é inquietante Verdad.
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- invitó Duba, tras lo cual, Jora inquirió a Luno: ¿Cómo fue que descubriste estos restos, Luno? Como es bien sabido - empezó a exponer el cuestionado nuestras funciones en el Avance Verde consisten en vigilar que no retroceda lo ganado, suministrando agua en los límites en caso de ser necesario, procurar el desperdigamiento de semillas, prolongar la red de entubamiento de desagüe, etc.; para todo ello, nos valemos de la observación, el tacto, el gusto y, por supuesto, del más desarrollado de nuestros sentidos: El olfato. Pues bien, - prosiguió - cierta mañana, hallándome supervisando una de las zonas más septentrionales de los límites verdes, percibí un olor que me hizo sobresaltar - ya que no hallaba razón para ése peculiar olor - pues, sin lugar a dudas, olía a huesos - dijo dando un matiz especial a esto último, y continuó: Es de todos conocido que ese punto de la tierra en la que yo me hallaba no había sido visitado nunca antes por perro
Capítulo IV
El día convenido, en una de las tantas salas de la Gran Casa del Saber, se hallaban alrededor de una larga mesa en forma de “U” los principales Consejeros, junto con Duba, el profesor Mongo, Luno y algunos expertos en diferentes especialidades, el clima era relajado y amistoso y - a modo de iniciar formalmente la reunión - se levantó una espigada y alta perra de pelaje completamente rojizo y bello, que revelaba suma atención en su acicalamiento, de nombre Jora, quien expuso: Duba, solicito que externemos las inquietudes que se han derivado tras el análisis con nuestros respectivos Consejos Menores respecto a los hallazgos presentados hace dos días, ya que ello nos servirá de base para la selección del Grupo de Investigación, además de ver la probabilidad de encontrar aquí respuestas a las dudas inmediatas que nos nacieron. Adelante con ello, querida Consejera 15
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alguno, así que yo, junto con mi equipo, éramos los primeros en la historia en hollar ese lugar, por ello, llamé de inmediato a un compañero hasta ése sitio preciso y él me confirmo lo que mi nariz había olido, no existía, pues, la menor duda, así que cuidadosamente, tras haber definido el sitio exacto del olor, nos pusimos a excavar y, al descubrir el primer fragmento, mi compañero y yo nos miramos mutuamente con un notorio signo de azoramiento y convenimos continuar la excavación, no sin antes recomendarle lo hiciésemos con sumo cuidado para no dañar ni alterar el orden de los restos descubiertos. Luno - interrumpió Jora comprendes perfectamente que hallaste un bípedo y un cuadrúpedo - Luno asintió con la cabeza y prosiguió Jora: - ¿No cabría la posibilidad de que por algún descuido al momento de excavar, se hayan cambiado de lugar los cráneos y realmente al bípedo le corresponda el cráneo canino y al cuadrúpedo el otro...?
A mí más que a nadie me gustaría que así hubiese sido contestó de inmediato Luno - sin embargo, repito: la excavación la hicimos cuidadosamente y desenterramos ambos esqueletos en la posición y distanciamiento como les fueron presentados en el Foro, pues, tras comprobar oliendo en los alrededores, que no habían más restos, decidí hacer un dibujo del hallazgo y marqué los huesos para no perder el orden original en que fueron encontrados y podérselos presentar al profesor Mongo y posteriormente a ustedes en la posición que fueron descubiertos. Además, intervino el profesor Mongo, dirigiéndose a toda la audiencia - quisiera recalcar que los restos canoides, ó sea los erguidos, son de estatura superior a la nuestra y la conformación de esos huesos no guardan semejanza con los nuestros y, por otro lado, ¡Válgame el cielo! - exclamó con un suspiro y levantándose de su asiento - el cuadrúpedo muestra una semejanza muy cercana en su 16
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osamenta a nuestra constitución ósea, todo ello sin mencionar que, de darse el caso que señala Jora, los cráneos estarían desproporcionados al resto del esqueleto. Tienen toda la razón - aceptó Jora, dirigiéndose al profesor y a Luno - la capacidad de ambos es incuestionable y digna de respeto, sin embargo, deseaba yo agotar todas las posibilidades de error involuntario. Dicho lo cual, se guardó momentáneamente silencio mientras algunos de los presentes garabatearon en sus respectivas apuntes é, inmediatamente después, tomó la palabra Kicho, un pequeñísimo y peludo perro de dientes salientes y mirada chispeante é inteligente, quién poniéndose en postura pensativa, empezó a hablar como para sí mismo: Quisiera yo especular - y creo que lo extraordinario de la situación me lo permite - ¿No cabría la posibilidad - puesto que nadie ha rebasado por mucho los límites verdes - que más allá de las áreas sin vida, pudiesen existir otras zonas verdes que hayan permitido
estas raras formas de vida y que éstas, por alguna suerte, pudieron atravesar estos desiertos y sólo pudieron llegar hasta ese punto donde fueron descubiertos para caer desfallecidos, contaminados por el desierto criminal...? Aún más continuó - ¿No estaremos a un paso de encontrarnos con esas formas de vida...?, ¿No serán esas misteriosas edificaciones algún tipo de refugio de estos seres...? Quedaron flotando esas inquietantes preguntas, sin que nadie diera muestras de poder dar una respuesta satisfactoria, sino mas bien pareciera que aumentaban las incógnitas personales de los presentes. Tras ese breve silencio que reinó por un momento, Duba fue quién tomó la palabra: Si en lo que dices hay algo de cierto - y espanto me causa tan audaz, pero inteligente opinión nuestras creencias sufrirían un serio descalabro, pero al fin y al cabo son creencias y no necesariamente son la verdad absoluta, pues nuestro mismo Gran Libro lo dice: Lo escrito aquí es para guiarlos é 17
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sociedad y se elegía a quienes observaban sabiduría, capacidad, inteligencia, mente abierta, jovialidad, objetividad, razonamiento, sentido común, etc. Y los jóvenes eran capaces de albergar tales cualidades como cualquiera, además eran una respetable mayoría social que requería una justa representación. Te escuchamos con respetuoso interés, Tana hermosa - invitó Duba Bueno, realmente son dos conjeturas - aclaró Tana y prosiguió de inmediato: Me enfocaré primero al esqueleto bípedo, el cual - como dijo el profesor - no guarda ninguna similitud ósea con nosotros los perros, por ello, me atrevo a conjeturar que se trate de un animal que probablemente haya existido en una etapa anterior al mundo canino y que, por alguna causa desconocida tal vez la misma que provocó que creciese tanto desierto estéril y de muerte - desapareció en su totalidad sin dejar descendientes de su especie y probablemente, las
ilustrarlos, pero no para que hagan de todo lo escrito una creencia ciega, así pues, puedes creer en lo que quieras pero la única y real Verdad es la que ustedes descubrirán y que siempre está a su alrededor: El Amor, La Paz, La misma Vida..., nuestro presente nos permite la edificación de creencias, pero el futuro es el verdadero guardián de la Verdad Absoluta y su verdadera morada radica en el pasado... Tras breve lapso de meditación sobre estas palabras, se escuchó una delicada y tímida voz que dijo: Por tus palabras muestras tu sabiduría y amplio criterio, Duba; y yo - confiando de antemano en ello - me he atrevido a formular una audaz conjetura, si me permiten exponerla. Quien así hablaba era Tana, una vivaz perrita de estatura mediana, pelaje dorado, hocico corto y negro y la más joven que se encontraba en esa reunión del Consejo Mayor, porque habrá que aclarar - en el Consejo se perseguía tener a los representantes de toda la 18
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construcciones mencionadas hayan sido sus casas... Se detuvo para lamer un poco de agua del recipiente que tenía enfrente, escudriñando curiosa y tímida el rostro de los presente y continuó en seguida: En cuanto al otro cuerpo - que confieso es el que más me intrigó y más me ha hecho pensar - ya que no tenemos el modo de saber la antigüedad de ninguno de los restos, me atreví a considerar que realmente sí es una especie canina, pero una especie que nos antecede tal vez por muchos miles de años y que este mismo ser, en el transcurso del tiempo, fue evolucionando hasta convertirse en el ser canino que actualmente somos... Habló casi sin respiro y se levantó a media disertación totalmente inspirada ó tal vez temiendo ser interrumpida por tales argumentaciones y acabó casi jadeante. Las miradas de todos los perros estaban fijos en ella como cautivados, lo cual la hizo tomar nuevamente asiento, avergonzada y humilde, diciendo con voz apenada y casi inaudible:
Lamento si ofendí a la audiencia con estas conjeturas y pido disculpas. Nada se te tiene que disculpar, Tana bella, sino al contrario - señaló Duba - hemos de agradecerte tu inteligencia que tan generosamente prodigas a tu sociedad, es más, tu juventud é inquietud que van aunadas a esa cabecita tan brillante, considero te hacen digna integrante del Grupo de Investigación, si tú aceptas, por supuesto. Estaría encantada - Dijo visiblemente reanimada y sonriente Pues bien, - continuó Duba ¿Se apoya la inclusión de Tana en el Grupo? Todas las manos se alzaron afirmativamente y sin dudas, lo que hizo bajar humildemente la cabeza a Tana, quien en sus adentros se enorgullecía de pertenecer a esa raza tan noble que, haciendo a un lado sus creencias personales, apoyaban cualquier proposición inteligente que se les ofreciera en busca de la Verdad. Tras preguntar si no habían más dudas ó hipótesis y 19
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confirmar que no, Duba tomó la palabra a modo de recapitulación. A raíz de estos hallazgos, toda suposición razonada es válida hasta que no se demuestre otra cosa, y ese será nuestro objetivo a partir de hoy: Reafirmar hipótesis o responder satisfactoriamente hasta donde nos sea posible a todas las dudas resultantes. Las dudas que expuso Jora, hoy mismo han sido respondidas; nos quedan las especulaciones de Kicho y Tana, que resumo en lo siguiente: Una: La existencia actual de otra u otras razas inteligentes que habitan más allá de la tierra estéril. Otra: La existencia de vida - antes del Origen de la raza canina - de una especie totalmente desconocida en la actualidad. Y la última: La evolución del Can desde un cuadrúpedo, hasta el bípedo actual.
dentro de nuestras actuales y tradicionales creencias, pero esta es la oportunidad de llevar a la práctica los comentarios del Gran Libro respecto a buscar siempre las verdades nuevas sin temer desechar las viejas creencias, sin sentir remordimiento por haber errado, ya que toda verdad siempre será válida en su momento. Así que, formuladas estas tres primeras teorías, los invito a analizarlas y tratar de encontrarle sustentación ó explicación de las mismas; Asimismo, sugiero que de inmediato se hagan los preparativos para que parta el Grupo de Investigación a la brevedad posible, deseándoles a los futuros expedicionarios la mejor de las suertes en la búsqueda de respuestas y agradecerles a nombre de toda la comunidad su disposición para la labor tan importante a que han sido encomendados, aunque quiero hacer mención que envidio la oportunidad que tendrán de vislumbrar posiblemente - lo que nunca antes ha sido visto por perro
Ninguna de estas conjeturas continuó - logra hallar su lugar 20
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cimientos, hallando verdadero lugar dentro conocimiento canino.
alguno, pero mi cuerpo viejo es requerido para los asuntos que a diario se presentan aquí. No me resta más que decirles que la fortuna los acompañe y el buen juicio sea su aliado constante, que el Verde los cobije...
Con estas palabras el Supremo Consejero se despidió de los presentes y en esa sencilla reunión quedó definida la expedición del Grupo que habría de partir hacia la frontera. Los presentes se fueron levantando de sus respectivos lugares y, tras intercambiar algunas palabras, se despidieron unos de otros dejando sola la mesa de reunión que en ese día había sido el crisol de nuevas ideas jamás pensadas ni imaginadas antes por perro alguno, pero que, a partir de ese instante, flotarían incesantemente en la descomunal bóveda del Foro del Saber en espera de las respuestas que harían que lo que hoy parecía haberse desmoronado, resurgiera con nuevos y más poderosos 21
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las madres apartarse de sus cachorros; pero había que aceptarlo, Tana ya no era una cachorrita y, tal vez, si ahondaba en sus sentimientos, vería que las lágrimas que iluminaban sus ojos eran más de orgullo que de tristeza.
Capítulo V
...¡Ay, mamá! No pongas cara triste; ya verás que estaremos en constante comunicación y te aseguro que no habrá ningún peligro; ya sabes que Luno es un perro muy experimentado y conoce mejor que nadie todos los límites de la zona norte, de veras... Con estas palabras consoladoras Tana hablaba con su mamá, una perra idéntica a ella con la salvedad de tener las dos patas de color blanco. Aunque compungida, ayudaba a su hija con los últimos preparativos para su viaje que sería ése mismo día y, tras cada objeto guardado, volteaba a ver a su pequeña con ojos llorosos y tristes. Entristecida, si, pero se adivinaba un dejo de orgullo pues ¿cuántas madres no admiraban a su hija desde que era cachorrita? Por vivaz, inquieta é inteligente, pero ahora, por vez primera en su vida, se le iba de su lado. Y en verdad nunca era tarea fácil de
¿...Y vas a viajar muy lejos?, ¿Vas a traerme algún regalo?, ¿De veras no puedo ir contigo...? - Decía incesante un cachorro negro con patas y manos blancas que brincaba alrededor de Tana, moviendo sin cesar su cola y con la lengua inquietamente fuera de la boca y que, alzando la cara todo el tiempo hacia ella, la miraba con cariño y admiración. No chiquito, no puedes ir, pero sí voy a traerte algo, si te portas bien y cuidas a mamá y a papá. Respondió tiernamente a su hermanito, agachándose un poco para darle una cariñosa lamida en el hociquito, tras lo cual el inquieto cachorro se alejó jugando hacia otras habitaciones.
La casa era en su distribución casi idéntica a todas las de la 22
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ciudad: con amplia estancia, cocina y baño en su planta baja y con tres recámaras en la parte superior, una para los padres y las dos restantes para los respectivos hijos, pues cabe aclarar que existía una conciencia estricta en la planificación familiar, que suponía no tener más de dos cachorros por familia, a menos que, tras previo recuento popular, se considerara la necesidad de tener más, con el fin de mantener un equilibrio poblacional estable, sin embargo, quien así lo desease podía tener más de dos, sin crear mayor precedente por ello, pues en la generalidad se albergaba la conciencia de gozar preferiblemente de suficiente comida y espacio que verse limitados de ello, cosa que nunca había ocurrido, ya que los perros se habían acostumbrado a que podían vivir en la abundancia gracias al autocontrol de la natalidad, al esfuerzo comunal en el avance de las áreas verdes y al cuidado consciente del agua. Amplias ventanas dispersadas generosamente en toda la casa
permitían la libre circulación del aire y de la luz, de igual modo, las entradas se encontraban libres de puertas, sólo se protegía la intimidad del interior con cortinas enrollables de madera en accesos y ventanas. Aproximadamente setecientos metros cuadrados eran los que se otorgaban para cada una de las familias de la sociedad, nadie tenía más ni menos y podían hacer su construcción dentro de esos límites, armoniosamente respetando a la naturaleza, pues hay que recordar el gran cuidado y amor que prodigaban los perros a las áreas verdes, por ello, era muy común tener uno ó más árboles dentro de las casas, ya sea en la estancia ó en la cocina y además era motivo de orgullo el tenerlos bien cuidados, debidamente podados y hasta adornados. Este tipo de construcciones hablaba mucho de lo avanzados que estaban los perros en la arquitectura. La estancia contaba con una mesa amplia que se elevaba unos cuantos centímetros del suelo, ya que los canes se sentaban 23
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sobre sí mismos para alimentarse. Pegadas a las paredes se hallaban arbitrariamente diseminados mullidos almohadones y cojines sobre los cuales se podía uno echar a descansar a pierna suelta. Macetas y adornos varios colgaban de los techos ó de las ramas de los árboles y por aquí y por allá se hallaban pequeños pilares que llegaban a la altura de las manos los cuales, a modo de mesitas, servían para colocar objetos ó bebidas de los invitados que eran muy comunes, ya que los perros eran considerablemente sociables y amistosos. La cocina contaba con mesas alargadas, propias para la preparación de alimentos, los cuales eran vegetales por excelencia, una estufa para los cocimientos necesarios, anaqueles altos y abiertos que albergaban los diversos utensilios para preparar y servir alimentos y una tarja para la limpieza de los trastos. El baño contaba con amplia tina y un sanitario practicado a nivel del suelo, así como lavamanos y espejos. Se gozaba
en toda la casa de agua corriente y drenaje entubado, que vertía los desechos en la parte más alejada de la comunidad; conforme avanzaba el verde, los trabajos de entubamiento también se prolongaban. Las recámaras eran amplias y contaban con diversos muebles de acuerdo a las necesidades particulares y las camas consistían en mullidos colchones casi al ras del piso coronados con diversos y coloridos cojines. Gigantescos y pachudos tapetes cubrían la mayor parte de la casa, al igual que aquellos grandes almohadones que generosamente se repartían en toda la casa, ya que los perros eran muy dados a echarse a descansar en cualquier sitio que se les antojara agradable en determinado instante. Y precisamente en uno de esos almohadones se hallaba echado un perrazo negro con pecas blancas en la nariz y manchones del mismo color en la cola peluda que, cruzado de brazos, observaba amorosamente al trío activo que
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tenía al frente. Por fin, levantándose y suspirando, dijo: Tana, hija mía, estoy tan orgulloso de ti y lo sabes bien, pero aunque no deba, me llena una gran tristeza porque te marchas...¡Pero qué estoy diciendo! - se interrumpió - no hagas caso, solo quiero darte un consejo de padre: A partir de hoy llevas una gran responsabilidad sobre ti, no defraudes la confianza de toda la comunidad; por muy inquietante que sea la verdad, no la escondas, ni la disfraces; no importa cuánto tengamos que reconstruir en nuestra moral y creencias, sólo existe una verdad a nuestras interrogantes y, en caso de descubrirse, tiene que darse a conocer a todos, nos guste o no, y en verdad te digo que mejor elección no pudo haber hecho el Consejo Mayor al fijarse en ti, pues una de tus grandes cualidades es mirar siempre con ojos veraces hacia el frente, hacia el futuro y haces bien, pues por eso nuestros ojos están dirigidos hacia adelante, hacia donde avanzamos y no nos fueron colocados a nuestras espaldas
ya que si solo mirásemos hacia atrás, correríamos el riesgo de no hallar nuestro lugar en el futuro que siempre está hacia adelante...pero en fin, ya estoy divagando, sólo recuerda lo que te dije sobre la verdad, porque por muy devastadora que parezca, la verdad únicamente es constructiva, ella es el verdadero cimiento del mañana, así que divúlgala como es... y otra cosa más: cuídate mucho, mi pequeña, si las fuerzas me lo permitieran iría a tu lado para protegerte pero la edad ya me lo impide, recuerda cada día, que nuestro amor va contigo a donde quiera que estés y que eres nuestro orgullo y de toda la comunidad... Gracias papito - dijo Tana enternecida y aniñada, refugiándose en los brazos del papá - Vas a ver que no los defraudaré y también voy a extrañarlos mucho... y... y... Su voz se le quebró en la garganta por el llanto que empezó a inundar sus ojos y, en un momento de particular emoción, se hallaron abrazados los cuatro en amorosa comunión y en silencio se transmitieron 25
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aquello que sólo los que se aman sin condiciones pueden comunicarse sin palabras: Su amor.
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preferían la caminata si transitaban por rutas locales, por lo cual era un espectáculo poco visto el que ahora esta singular caravana les presentaba a la comunidad, así que muchas familias asomadas en sus ventanas ó a la orilla del camino les hicieron valla durante su salida, aprovechando para desearles lo mejor a los viajeros. En una carreta de tres plazas, al frente del contingente, iban cómodamente sentados y pedaleando al unísono el profesor Mongo, Luno y Tana, el mecanismo de tracción del vehículo era sencillo y ligero y, por medio de una barra horizontal colocada al centro de modo que cualquiera de los ocupantes pudiese manipularla, se controlaba la pequeña rueda frontal que gobernaba la dirección del transporte, dicho volante era manejado por el momento por Luno, quien iba sentado al centro, mientras Tana y el profesor revisaban algunos libros que llevaban. Los caminos que los canes habían construido durante el transcurso de miles de años
Capítulo VI
Una flamante y rosada Aurora empezaba a envolver a la Ciudad, cuando se hallaban ya reunidos los canes que participarían en la esperada expedición, acompañados de amigos y parientes quienes, efusivos, venían a repartirles sus bendiciones para el viaje; tras lo cual y sin mayores contratiempos, iniciaron su travesía a la hora acordada. Grandes y poderosas pero ligeras carretas de carga que eran pedaleadas por dos o cuatro canes - según el tamaño de las mismas - y algunas individuales conformaban la caravana que partía hacia el Norte, hacia aquella frontera que parecía depararles secretos nunca vislumbrados en toda la existencia canina. Dichos transportes eran utilizados para largas travesías en la mayoría de los casos ó, en la ciudad, para los canes ancianos que se fatigaban con celeridad debido a su edad, aunque generalmente los canes 27
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eran lo más rectos y lisos posibles y permanentemente custodiados por una exuberante vegetación que combinaba los más bellos y variados colores y aromas expresados por la naturaleza, acompañados siempre, por si ello fuera poco, de los deliciosos cantos de infinidad de aves y una gran variedad de animales que no tan solo no huían de ellos, sino que curiosos se asomaban a las orillas a verlos pasar, observándolos con sus ojillos amistosos y reverentes. En los sitios donde se presentaban pendientes, los canes bajaban de sus carretas y, mediante un ingenioso y potente mecanismo de cuerda, giraban manualmente las palancas del mismo cuantas veces fuese necesario para escalar la cima con un mínimo de esfuerzo. La ligereza del transporte se debía al metal del que estaban hechos, un metal extremadamente fuerte y sorprendentemente ligero cuya aleación les había sido heredada por sus Dioses y con el cual construían además sus
herramientas, las cuales eran tan resistentes, que habían sido de gran utilidad para que, en el transcurso de los milenios, pudiesen horadar infinidad de montañas - entre otras cosas y hacer sus caminos lo más amigables posibles; Pues habrá que recordar que el viajar era una de las prioridades de la sociedad canina, ya que tenían la consigna ética de prolongar día a día el avance del Verde. A poco de haber salido de los límites citadinos, Tana abandonó la atención a su libro y se dedicó a contemplar el paisaje que les acompañaba; nunca había viajado tan lejos como se le prometía para los siguientes días, por ello, quería capturar cada imagen y acontecimiento con la que se toparan sus sentidos, de tal modo que el goce infantil que experimentaba era de envidiarse, pues observaba, olía y sentía cada momento plenamente, logrando reencontrar ese especial gusto por la vida que suele pasar desapercibida por la costumbre de ver que siempre está ahí, pareciéndonos trivial y 28
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corriente, pero en ese momento su mirada traviesa le imprimía un nuevo espíritu a las cosas comunes.
ganando terreno milímetro a milímetro, día tras día, recuperando así lo que siempre le perteneció dijo rememorando las palabras del Gran Libro - Por eso, aunque algunas veces nos parece pesado, sabemos que la pequeña ayuda que nosotros le procuramos a la naturaleza cuidando el Avance, aparte de que nos reditúa bienestar y salud comunalmente, nos ennoblece individualmente. Concluyó orgullosamente Luno, dejando a la vez que su mirada vagara hacia todo el horizonte verde que los resguardaba.. Tana y el profesor - quien también escuchó las palabras de Luno - acompañaron con su vista el recorrido que hacía éste a la vastedad de la naturaleza, permitiendo que el Verde saturara sus ojos y los aromas hincharan sus pulmones colmando su espíritu, denotando el trío paz, amor y gratitud en sus miradas. Tras el breve momento de contemplación y curiosa por no conocer aún ninguno de los límites del Avance debido a su
¿Oye Luno - dijo Tana iniciando la conversación, sin dejar de admirar el paisaje allá en la frontera Norte hay tanta vegetación y criaturas como aquí? Bueno, realmente no hay tanta variedad en los límites extremos - contestó Luno y prosiguió pero después de determinado tiempo de que el Verde se asienta, los colores de las flores empiezan a hacerse presentes iluminando el paisaje como si fueran niños que colorean sus cuadernos y alguna que otra criatura, ya sea voladora ó terrestre, empiezan a familiarizarse con los nuevos sitios, y empiezan a instalarse, adueñándose de esos terrenos que les pertenecen tanto como a nosotros, de tal modo que la naturaleza hace acto de presencia con todos sus representantes poco tiempo después. Es maravilloso ver la persistencia del verde por ir 29
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corta edad, Tana siguió preguntando: -¿Cómo es entonces más allá del límite verde? - Es triste a la vista, gris, terroso, árido y, lo más deprimente: Vasto... de tal modo que tus ojos irremisiblemente se llenan de lágrimas, deseando que esas mismas lágrimas pudieran ser absorbidas por esa tierra que está anhelante de vestir nuevamente su manto de vegetación y pareciera que gime de dolor en sus entrañas por no sentir la caricia del correr de sus criaturas en su piel marchita, esas criaturas que nacieron de ella, que son sus hijos y que, hace mucho, le fueron arrebatados de sus brazos... Quien esto había expresado era el profesor Mongo, adivinándose en su voz un dejo de amargura y dolor, pero inopinadamente continuó animoso: Por eso, debemos perseverar afanosamente para revivir nuestra tierra, pues, como dijeron repetidamente nuestros Dioses, nosotros tenemos todavía la oportunidad de
resucitar plenamente a la Madre de todo lo que vive y existe, y nuestra recompensa será lograr el reencuentro de la Naturaleza con sus hijos y lograr que se fundan en un sólo abrazo y participaremos así del único afán de la existencia en todo el Universo: ...La Vida.
A lo largo del camino se hallaban varias poblaciones que nada tenían que envidiar en cuanto a comodidades y belleza a las restantes, de tal modo que los habitantes de las distintas aldeas vivían armoniosamente; nadie se consideraba extranjero en ningún sitio - palabra que por cierto no conocían - pues todos eran iguales y observaban las mismas costumbres en uno y otro lado, lo único que los separaba era la distancia geográfica; por tal razón, era motivo de gran alegría para la comunidad recibir a sus hermanos viajantes. Así, en alguna población se detenían a comer, en otra simplemente a descansar y en otra a pernoctar, lo que les daba la oportunidad de conocer más y más canes, en especial a Tana, 30
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quien no había nunca viajado tanto en su vida y esta experiencia le llenaba de gran regocijo que, desbordando tantas sonrisas y saludos, lograba ganarse la simpatía y el cariño de sus hermanos lejanos. Tras varios días de recorrido y diferentes poblaciones visitadas, por fin llegaron al último asentamiento formal en la frontera norte, el cual se encontraba a poca distancia del sitio de los hallazgos. Arribaron a la población al mediodía, esto le permitió a la caravana acomodar con calma todo el equipo y buscar alojamiento tranquilamente para que al día siguiente fueran a explorar los descubrimientos que eran el motivo principal de su presencia en ese lugar. Al anochecer, bajo un tapizado pleno de estrellas que parecían suspendidas por hilos invisibles en el firmamento, caminaban Tana, Luno y Mongo, reposando la cena que previamente habían disfrutado juntos. ¡Aaah! - suspiraba Luno llenando sus pulmones con la templada brisa nocturna - rica y
reparadora estuvo la cena y, por si fuera poco, este hermoso cielo que parece invitarnos a tocarlo y a robarle una estrella. Y qué decir del clima continuó Tana - delicioso y refrescante, envolviéndonos como un bálsamo reconfortante que prepara a nuestro espíritu para recibir dichoso el día de mañana. El profesor Mongo los escuchaba sonriente y atento, moviendo la cabeza afirmativamente a los comentarios, dejándose envolver por los mismos sentimientos rozagantes que llenaban el pecho de sus compañeros. Y pareciera que sobre aquel ambiente la sustancia del universo se hubiera perfumado, flotando entre los paseantes a modo de un poema sin palabras, cantado por el espíritu de la vida.
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de unas dos horas algunas pendientes, tiempo suficiente para que las primeras plumas rosas de la aurora empezaran a teñir el cielo y, acompañados con los primeros calores del astro rey, llegaron a la cima y, desde ése punto, Luno les señaló hacia la dirección donde se encontraban los edificios, los cuales, a ésa distancia, se hallaban aún fuera de la vista debido a la espesura de la vegetación, sin embargo, y gracias a la información anteriormente proporcionada por Luno, se adivinaban unas construcciones geométricas y colosales que al verlas a primera vista, bien podrían considerarse levantamientos naturales de la tierra. El sexteto, sin mayores retrasos y con notoria impaciencia, inició el descenso en dirección a los apenas perceptibles edificios, no importándoles mucho los golpes y arañazo que recibían por la verde y tupida vegetación que ahí sentaba sus reales; pero, reconfortantemente, se vieron retribuidos con una gran variedad de aromas que
Capítulo VII
Al día siguiente, el grupo desayunó antes de que amaneciera, apetentes de iniciar su encuentro con lo ignoto; determinaron salir de inmediato llevando algunos víveres y agua, por si no consideraban necesario regresar al pueblo para comer, que era lo más seguro, adivinándose lo ávidos que estaban de investigar los hallazgos. Saldrían con otros tres ayudantes, pues esta era en principio una excursión exploratoria y consideraban innecesario llevar más personal. Con su mochila en las espaldas, iniciaron la marcha hacia aquellas ondulantes colinas que tenían al frente, tras las cuales, se ocultaban aquellos edificios misteriosos y el punto exacto del hallazgo de los restos óseos. Debido a que esta zona era de muy reciente Avance, no se habían aún perforado las colinas ni existían caminos formalmente trazados, por lo cual se vieron obligados a escalar por espacio 32
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emanaban de las yerbas que los envolvían en protector abrigo, ya que su olfato seguía siendo el más apreciado y sensible de sus sentidos. En ése trayecto salvaje y pletórico, Tana y Mongo reconocieron de las palabras de Luno lo acertadas que fueran al declarar tan enamoradamente el hechizo cautivador de la naturaleza agreste, donde se podía percibir el canto esencial de la tierra en sus mil aromas, formas y colores.
sus mochilas para refrescar sus espaldas y se sentaron bajo un árbol a beber un poco de agua y reposar un momento, tiempo invertido también para intercambiar comentarios sobre el descubrimiento. Tana fue quien primero se levantó y empezó a recorrer algunos metros a la redonda y cuando regresó a sus compañeros les dijo: Pues, a excepción del punto excavado, no veo ni huelo nada fuera de lo común en los alrededores, como bien nos lo había anticipado Luno, así que creo que nuestra exploración se concentrará hacia los edificios que están más al Norte, a menos que en las inmediaciones lleguemos a oler algo que exija nuestra atención. Así es Tana - dijo Mongo - yo también creo que todo lo que había que ver aquí ya nos lo llevó Luno a la Ciudad, sin embargo era necesario certificar el sitio de los primeros hallazgos y ya lo hemos hecho; ahora, si no disponen alguna otra cosa, sugiero que vayamos hacia los edificios de inmediato si no quieren que me vaya a dar un
Al llegar al valle, Luno primeramente los guió hacia el sitio aquel donde efectuó las excavaciones que dieron a luz los tan intrigantes restos óseos; mientras se dirigían a ése punto, todos alertaron su olfato por si alcanzaban a detectar algo nuevo en los alrededores. Aquí estaban los restos - dijo Luno señalando hacia una excavación practicada en la tierra. Los seis se quedaron unos segundos viendo al sitio señalado, como si se tratase de algún emplazamiento místico que merece respeto y silencio. Luego procedieron a quitarse 33
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A poco de andar, los exploradores ya iban con la lengua de fuera, tratando de refrescar un poco sus peludos cuerpos que no pocas veces se enredaba entre las matas que apenas cedían al grupo que intentaba abrirse paso, pero realmente el tiempo que tuvieron que sufrir esa opresión fue dignamente recompensado, ya que, sin previo aviso y majestuosamente, se obsequió ante ellos una gigantesca é inconcebible explanada que parecía que la habían dejado caer en medio de tanta vegetación, pues en su piso brillante y vidriado no existía el mínimo vestigio de pasto ó tierra, y de la misma desembocaban varias avenidas en sus costados, las cuales estaban custodiadas por gigantescas paredes llenas de vegetación que colgaba desde sus imponentes alturas hasta sus bases, por tal razón, si no se entraba como ellos lo hicieron, en ése único paso entre la selva circundante, nadie hubiera imaginado nunca que ahí se hallaban resguardadas esas monumentales construcciones
infarto por lo tenso que me tienen estos nervios. Sonrientes, todos tomaron su respectivo equipo é iniciaron la caminata hacia la espesura del follaje que, como celoso guardián, se cerraba al paso y trataba de evitar el acceso de cualquier extraño al tesoro que la historia le había encomendado cuidar, pero gracias a las anteriores incursiones de Luno, se había practicado ya una angosta vereda hacia los edificios, sin embargo era impresionante y único el sentimiento de pequeñez que experimentaban los canes al avanzar entre agobiantes y gigantescas paredes selváticas que permitían austeramente la entrada de luz y aire, sin embargo se oía, olía y adivinaba una gran cantidad de criaturas vivas que circulaban en el interior de esa espesura y llenaban todo el espacio con sonidos melodiosos y continuos y las flores y plantas contribuían a embellecer el ambiente con su colorido y aromas.
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que a la lejanía bien podrían confundirse con montañas naturales. La magnificencia del lugar les robó cualquier palabra articulable, lo único que acertaron a hacer fue avanzar reverentes y maquinalmente hacia el interior de la explanada boquiabiertos y con la vista dirigida hacia a lo alto, mirando hacia un lado y hacia el otro, tratando de abarcar con vehementes miradas toda esa grandeza que nunca, ni en sueños, imaginaron que pudiera existir. Sin intercambiar ningún comentario aún, cada quien empezó a explorar lo que quería, ya sea sólo observando, después tocando el piso, luego oliendo insistentes el aire, también tratando de apartar la maleza que cubría las construcciones y luego de nuevo a tocar religiosamente ese brillante, cristalizado y resistente piso de la amplia explanada. A pesar de sus ciclópeas dimensiones, la suave arquitectura que se adivinaba tras el follaje, permitía sentirse abrigado en el lugar y no como
extraños, sino al contrario, como parte del mismo. Algunos inquietos resplandores se escapaban de las construcciones allá en las alturas cuando el sol lograba traspasar la densa vegetación, lo que permitía adivinar que las estructuras, en su mayor parte, estaban construidas con un material cristalino, brillante y de hermosos colores, todo ello imposible de haber sido visto por ningún otro perro en la historia. ¡Esta es la Ciudad de los Dioses...! Proclamó Mongo con voz devota y manifiestamente emocionado. Debieron pasar varios minutos para recobrarse de esas primeras impresiones, después de ello y tras recuperar el habla, se sentaron en el centro de la explanada a intercambiar comentarios, los más llenos de interrogantes pues, ¿quién podría dar una explicación a cualquier cosa experimentada ahí? Así pues, decidieron recorrer el sitio con fin exploratorio, 35
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para lo cual se separarían, conviniendo en volver a reunirse en un par de horas é intercambiar descubrimientos, dejando a los ayudantes en la explanada para que pudieran asistir desde un punto central a cualquiera de los exploradores que lo requiriese. Tana se encaminó hacia el norte, Mongo hacia el este y Luno hacia el oeste; el sur era el camino por el que juntos habían entrado a la explanada. Los edificios y calles estaban hechos de un material totalmente desconocido por los perros y difícil de catalogar dentro de lo conocido, ello sin hablar de lo monumental de sus tamaños, así que todo era inspeccionado con mucho detenimiento y asombro.
todos a ella y juntos limpiarla de la maleza que la cubría para buscar la entrada a la misma, lo cual fue aceptado con agrado dirigiéndose todos hacia el mencionado edificio. Efectivamente, al final de la ancha explanada hacia el norte, se hallaba instalada centralmente la mole más imponente de todo ese conjunto y, tras determinar dónde podría hallarse su acceso, procedieron a cortar la tupida maleza que escondía las paredes de dicho edificio. Las herramientas de filoso y poderoso metal, hacían aceptablemente fácil la limpieza de la pared, sin embargo no lograban hallar ninguna entrada ó algo que se le pareciera. Tras arduo trabajo de dos horas, oyeron el llamado de uno de los ayudantes y todos corrieron hacia él ¿Has hallado algo? - Preguntó Luno. Como respuesta, el ayudante descorrió unas lianas y ante los ojos de todos apareció lo que parecía una gigantesca puerta de cristal índigo, pero que no dejaba ver ningún tipo de
Sin apenas pasar una hora, Tana los reunió para mencionarles que apenas iniciado su recorrido, se halló con un edificio que, dadas sus características, ubicación y dimensiones, bien podría ser la Casa Principal de todo el conjunto, por ello, lo que recomendaba es que fueran 36
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cerrojo. Sin perder mayor tiempo, todos se aprestaron a limpiar en su totalidad dicha puerta; conforme trabajaban, en algunos momentos se alcanzaban a avizorar sutiles cambios en la coloración del cristal, pero no podrían discernir ese efecto hasta quedar totalmente libre de rastrojos el umbral, lo cual les llevó casi una hora y por fin, no sin mucho esfuerzo, lo lograron; pero no hubo tiempo a reponerse del cansancio, pues una sorpresa mayúscula los envolvió, cuando, tras ver en su totalidad la puerta y palpando cualquiera de los canes con su mano en ella, unas letras mágicamente aparecían; pero lo que se leía en las mismas era el colmo de la resistencia de cordura que podrían guardar hasta el momento, podría pensarse que en verdad estaban preparados a cualquier sorpresa, pues desde su llegada no hacían más que tropezarse con ellas, pero... ¡Esto! ya no cabía en ningún condicionamiento que ellos mismos infligieran a sus mentes para poder ser receptivos a lo
desconocido, era una simple frase, tan trivial y sin mayor trascendencia en cualquier lugar, pero inaceptable en este sitio, por ello no era extraño adivinar un brillo casi demencial en cada uno de los seis pares de ojos de los canes que leían estupefactos el texto que decía así:
AMADOS CANES SEAN BIENVENIDOS
…………………………….
… Hay ocasiones en que especiales sensaciones, en determinados lugares ó sucesos, nos hacen perdernos en la dimensión del tiempo, entonces no se sabe - al volver a la realidad - si transcurrieron horas, minutos ó segundos y se percibe un sabor metálico y agridulce en nuestro gusto; algo similar experimentaron nuestros amigos cuando volvieron en sí de su letargo y,
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por fin, palabra.
pudieron
articular
otra cosa - propongo que dejemos para mañana la investigación más a fondo de este descubrimiento y analicemos en lo que resta del día si nos atreveremos a aceptar el ofrecimiento que se nos esta haciendo... - dijo refiriéndose a la invitante mano que estaba esbozada en la puerta con esa maravillosa y mágica luz. Todos asintieron silenciosos y pensativos y se dirigieron hacia donde se hallaban sus cosas, con el fin de emprender el retorno a la población y tratar de poner en orden sus mentes.
¿ …Pero… quién... y cómo... ? Es lo único que acertó a expresar Luno, sin poder agregar más. Pues quien haya sido contestó Mongo - nos ha esperado aquí durante cien mil años. Y además, nos tiene más sorpresas... - continuó Tana, señalando nerviosa hacia otro ángulo de la puerta donde había aparecido dibujada la silueta de una mano y también otra leyenda con luces mágicas, que rezaba así:
La tarde les prodigaba un aire fresco y relajante mientras ascendían por la cuesta, como si la naturaleza intentara disculparse con ellos por todos las sorpresas experimentadas ese día. Durante todo el trayecto y el ascenso, nadie volvió la mirada hacia la ciudad misteriosa, quizás por temor a toparse con una nueva visión que hiciera estallar sus ya de por sí exasperados nervios, asimismo, nadie hizo comentario alguno sobre los sucesos recién
“Pon tu mano aquí y te serán abiertas las puertas” Nuevamente quedaron hipnotizados y paralizados momentáneamente por esa otra señal; después de otro tiempo indeterminado y tomando aire ruidosamente para recuperarse y atraer la cordura a los demás, comentó Mongo desasosegado: Creo que son demasiadas experiencias para un solo día, así que - si no consideran alguna 38
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experimentados, pues temían internamente acumular aún más dudas que inquietarían su estremecido espíritu, substrayéndoles la poca cordura que tenazmente guardaban; solo hasta llegar a la cima, tomaron un breve descanso bajo la amplia y revitalizadora sombra de un frondoso árbol, ya echados alrededor de su tronco quedaron todos ensimismados. El sol, cayendo hacia el poniente, permitía a los canes observar cómo la delicada silueta de Tana se recortaba contra un cielo rojo carmesí, mirando embelesada é interrogante hacia aquella inconcebible ciudad y parecieran adivinar las preguntas que seguramente revoloteaban en su cabecita dorada: ¿Es ésta la Ciudad de los Dioses…? ¿Qué secretos nos deparan los Creadores…? ¿Quiénes son nuestros Dioses...?
ó
fueron
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RETROSPECTIVA (...Cien mil años atrás...)
con el entorno vegetal, acuífero y respirable que lo cuidaba y alimentaba y, sobre todo, con ellos mismos, la especie mejor dotada y mimada por la naturaleza.
Durante cuatro millones de años la especie más inteligente y capaz jamás habida pobló la Tierra; y no tan solo la pobló, sino la dominó, la edificó, la poseyó, la explotó, la gozó, la amó, la despreció y, finalmente la aniquiló, simplemente porque, de ése modo, él se sentía el dueño absoluto del territorio; no entendió nunca que el planeta no era de su propiedad, sino que le pertenecía a la Vida y, a su vez, él mismo pertenecía a Ella; el hombre no era dueño de La Vida, no tenía el derecho de erradicarla en ninguna de sus formas, pero lo vedado siempre tuvo un gran atractivo para el hombre... no era tan difícil... lo único que tenía que hacer en este mundo era convivir. Ello significaba sencillamente armonizar con los seres inferiores que lo respetaban,
Existieron épocas buenas en donde la sabiduría estaba hermanada con la inteligencia y el humano redescubría que el amigo, el vecino ó el hermano eran el complemento idóneo para su justificación en la vida, pues sin nadie al lado ¿Tiene algún interés la existencia?; pero siempre el deseo de El Poder absoluto se imponía ante cualquier otro razonamiento. Aún así, hubieron siglos de esplendor en los cuales el Ser Humano trabajó hombro con hombro logrando gran perfección en sus tecnologías, lo que les permitió llegar y acondicionar otros planetas, así como edificar satélites artificiales para establecerse en ellos. En el transcurso de los siglos, cultivó también su cuerpo, mente y metabolismo, su cerebro aumentó en volumen y capacidades y era utilizado al
Capítulo VIII
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máximo posible, de tal modo que el psiquis llegó a convertirse en el elemento esencial en la vida humana, ya que les permitía comunicarse, identificarse, modificar sus actividades vitales y morfológicas a tal grado que no era de extrañar que su longevidad podía prolongarse hasta mil años, permitiendo conservar una apariencia siempre joven. Existían registros de las ondas cerebrales de cada individuo en el universo, con lo cual lograban establecer lazos de comunicación y control, aunque vivieran en lejanías extremas; sitios en los cuales buscaban refugio por una Tierra Madre que calificaban de caduca y moribunda. Al igual que sus antepasados quienes se adentraron profundamente en el conocimiento y desarrollo de la inteligencia artificial - los contemporáneos experimentaban con su mente y cuerpo, con el fin de sacar el mayor rendimiento de la inteligencia natural. El desarrollo cerebral era el objetivo primordial del hombre,
de tal modo que sus pensamientos evolucionaban hasta ser casi perfectos... aunque no así sus acciones; justamente como progresaba la sabiduría, también progresaba la codicia, la ambición, la envidia, y llegó a atrofiárseles el sentido que debieron perfeccionar más que ningún otro: El Sentido Común. Aquellos que habían nacido en otros mundos no sentían ya el menor apego al planeta Madre, asimismo, el exceso de creatividad cerebral los impulsaba en sus largos momentos de ocio a la guerra, en especial contra la Tierra, pues la consideraban decadente y obsoleta, además de que siempre perduró en ellos el instinto de adjudicarse el Todo, pues la soberbia los dominaba y existía un mórbido deseo de sentirse más grande que lo único eterno: La Vida. Las guerras entre colonias eran episodios épicos que incendiaron el firmamento de los distintos planetas durante miles de años, buscando poseerse unas a otras y ser rectores de todo el universo 41
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conocido; nunca ningún espacio les parecía suficiente, ya que no deseaban más terreno, sino la simple posesión y dominio de lo conquistado.
mismos habían obligado a degradarse en el mundo. No obstante, había iniciado un firme deseo de reintegrar su antigua gloria, aquella a la que ellos mismos habían renunciado, sin embargo, a pesar de años de esfuerzos, era evidente que ya era demasiado tarde; los desgastes físicos y principalmente mentales que habían sufrido durante los milenios de guerra y ahora en esta etapa de recuperación del hábitat, habían debilitado sumamente la naturaleza humana, por lo cual las posibilidades de éxito eran muy remotas, ello aunado a que , tras arduos consensos, habían llegado a la triste conclusión de que, aunque su desarrollo cerebral les prodigaba gran sabiduría, asimismo, nacerían en el futuro grandes inteligencias que irremisiblemente serían propensos al insano deseo del Poder absoluto, lo cual los llevarían a futuras batallas que se adivinaban aún más devastadoras para la tan frágil existencia de vida en el universo conocido.
Tras milenios de incesantes guerras que ultimaron a más del noventa por ciento de los seres humanos en el universo y sin haber quedado ningún bando vencedor, los sobrevivientes, olvidando por fin sus diferencias, acordaron regresar todos a la Tierra con el fin de darse una última oportunidad de subsistencia, para lo cual, decidieron primeramente trabajar unidos en un fin común: reactivar la vida natural del planeta, el mismo que se había convertido en una gran ruina contaminada y profanada, que apenas podía albergar muy exiguamente algo de vida. Por ello, tuvieron que vivir durante miles de años en edificios y albergues herméticamente cerrados que los protegiera de una atmósfera apenas respirable y con vestir en la intemperie con trajes que les permitieran soportar los climas extremos a los que ellos 42
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Después de millones de años de caminar orgullosos y altivos por el sendero incondicional de la vida, habían llegado al punto del no retorno, aquel en el cual angustiosamente descubrían que se encontraban más cerca de un fin que de un principio. Por ello, en un momento de iluminación sublime que permite adivinar el porqué fue tan bendecida por la vida esta noble raza, se decidió dedicar todo el esfuerzo a rehabilitar, aunque no fuera para el gozo propio, una pequeña parte del planeta y confiaban en que la naturaleza benévolamente se encargaría de expandirse con el paso del tiempo, si bien con la ayuda de una especie inteligente que únicamente tuviera como dogma el amor a la vida misma. Pero la especie a quien heredarían la tierra no podría ser la humana, pues en sus genes llevaba el germen de la ambición, la destrucción, la maldad y el desapego a la vida. Por ello, se decidió trabajar genéticamente en la especie que más devotamente había estado ligada a la vida del hombre en toda su existencia, aquellos
seres que, en el transcurso de milenios, habían demostrado al humano gran capacidad de aprendizaje y una nobleza, indulgencia y tolerancia inquebrantable: la especie canina. Todos los esfuerzos, durante cientos de años, fueron dedicados a infinidad de experimentos para proporcionarle a esta especie capacidades y facilidades para que se pudiesen desarrollar inteligentemente pero con bondad en la tierra. Así, tomaron varias parejas de perros para ir perfeccionando en sus descendientes herencias genéticas como: posición erecta, manos con pulgar oponible, mayor desarrollo craneal, capacidad de habla, hábitos naturistas, atributos genéticos de todas las razas en los hijos para evitar futuro racismo, partos con un solo hijo para evitar sobrepoblación, aumento en su ciclo de vida, etc. Cuando por fin obtuvieron una pareja de cachorros perfecta en los atributos físicos que 43
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perseguían, los condujeron al sitio rehabilitado del planeta é iniciaron su enseñanza filosófica en esos espacios, conviviendo con ellos algunos años, los suficientes para que se adaptaran y recogieran todo el conocimiento primordial que les prodigaron, sin dogmatizarlos sobre “EL Bien y EL Mal”, pues confiaron en que ellos habrían de crear nuevas filosofías de la vida, tal vez impensadas nunca en la raza humana; tras todo ello, los dejaron para que se desarrollaran al fin solos; regresando a su Ciudad - más al Norte - donde dejarían el testimonio de su existencia para el futuro.
la vida en el universo, era el acto más heroico que jamás habían hecho en toda su existencia: ofrendar incondicionalmente su propia vida por la vida misma, pues proyectaron reponer esas especies perdidas dando a cambio sus propios cuerpos y mentes, para lo cual - gracias a su gran capacidad psíquica que les permitía transformarse morfológicamente - optaron por hacer el último y más admirable sacrificio por la continuidad de la Vida: modificar su apariencia transformándose en aquellos seres que su negligencia había hecho desaparecer. Hay que señalar que dicha metamorfosis requeriría de tal desgaste mental, que los imposibilitaría a gozar - ya transformados en otras especies de la inteligencia que algún día tuvieron, perderían la noción de todos sus atributos de Humanos, su físico, su mente, su grandeza, sus pasiones, sus ambiciones, su orgullo, sus recuerdos, su historia, su obra, en fin, serían criaturas inferiores...
La devastación que había sufrido la tierra había sido nefasta para casi la totalidad de las especies animales, por lo cual, no existía mas que una endeble variedad, aparte del hombre y sus perros - quienes siempre habían sido rescatados y llevados por los seres humanos a sus hogares - así que la última y más importante misión que se habían propuesto los humanos para evitar la extinción total de 44
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... pero lo hicieron.
( Fin de la retrospectiva )
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imagen de ninguna de ellas; la desahuciada luna llena mandaba un resplandeciente reflejo de luz, que convertía en fantasmagóricas siluetas los perfiles del horizonte, pero iluminaba dadivosamente el camino de los andantes. - Tan bella noche y yo sin poderla apreciar con espíritu sereno Se lamentó Tana. Los demás asintieron callados y absortos.
Capítulo IX
Esa noche pareciera que la lógica del tiempo se habría desquiciado y hubiera hecho cada hora más larga que nunca, además de que el espíritu de los sueños nunca pudo posarse serenamente en los párpados de los excursionistas del día anterior; sin embargo se levantaron en la madrugada sin cansancio, aún más: con gran energía y animación, sólo superada por la excitante inquietud y nerviosismo - quizá mezclado con algo de reverente temor - que los había apresado en la víspera. Con todo ello, se reunieron aún sin amanecer y, sin mayores comentarios, emprendieron la marcha, esta vez sin ayudantes, hacia el punto aquel del cual nadie mencionó el nombre, pero que todos estaban seguros cual era: La Ciudad de los Dioses.
El madrugador rocío saltaba impulsado por el paso de los caminantes, iluminándose brevemente en su vuelo para volver a caer sobre la yerba y nutrirla con su frescura, los sonidos empezaban a nacer desde la exuberante maleza para cantar el himno de gratitud para un nuevo día y, casi imperceptible y mágicamente, la aurora empezó a tender su manto sonrosado en el firmamento. La luz del día dotó de mayor vigor a nuestros amigos quienes, apenas sin darse cuenta, ya se hallaban nuevamente ante la inmensa explanada.
Perfectamente cortada a la mitad, la esfera celeste mostraba miles de estrellas y ni una sola nube que obstruyera la 46
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Sin mayor consenso, todos se dirigieron directamente hacia el edificio principal, con el fin de confirmar que todo lo vivido el día anterior no había sido tan solo una mala pasada de mentes excitadas. Sin embargo ahí seguía, el mismo edificio, la misma puerta y la misma misteriosa mano inquietante.
desconcertada, debido a que ella misma tropezó al saltar hacia atrás al sentirse atemorizada por el fenómeno que se inició al tocar la puerta… y siguió ahí un buen rato, pues nadie se percató de ella en el instante. Hasta que desapareció en su totalidad, dejaron los presentes de mirar la compuerta y, bajando en seguida la mirada, pudieron entonces contemplar el insospechado interior. Un magnífico recinto de paredes, techo y piso de raro pero bello cristal se ofrecía invitante a la vista de los exploradores; cantidad ilimitada de colores nunca antes vistos por nuestros amigos vestían todo el hermoso palacio que tenían ante sí, colores indefinibles entre azules, rosas, verdes, púrpuras ó - aunque parezca descabellado decirlo la conjunción de todos en un solo. La inmovilidad de Luno y el profesor - quienes parecían hallarse clavados al piso y permanecían observando sin pestañear y boquiabiertos - fue rota por la voz de Tana quien,
- Pues... primero las damas... dijo medio invitador y medio en broma Luno; Tana aceptó sonriente y, ante la mirada encantada de Luno y el Profesor, colocó delicadamente su mano sobre la silueta marcada en la esmeralda puerta.
Iluminándose con miles de hermosos colores que parecían emanar de la aureola recién tocada y expandiéndose al resto de la majestuosa superficie, la grandiosa puerta empezó a desplazarse hacia arriba con una gracia y suavidad que no armonizaban con lo monumental de su tamaño. El profesor y Luno miraban absortos la apertura del espléndido portón, menos Tana, quien yacía en el suelo sentada y 47
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tras haberse incorporada por ella misma del suelo, dijo: Parece que tendremos que acostumbrar a nuestra mente a las sorpresas, así que, si me permiten, los invito a que pasemos al interior y tratemos de llegar hasta donde nos sea permitido. Sin esperar respuesta y con paso resuelto, Tana avanzó entre sus dos amigos hacia el interior del edificio, siendo escoltada de inmediato por sus acompañantes. No habiendo recorrido más de dos andadas en el interior, la imponente sala empezó a iluminarse con mayor claridad, con una luz potente aunque no cegadora que irradiaba de toda su superficie y, a un par de pasos más, cinco verticales cilindros que parecían hechos de indefinible luz policroma, empezaron a descender desde la imponente altura, quedando en semicírculo frente a los perros, quienes, de este modo, se vieron obligados a detenerse y contemplar el prodigio. Mágicamente - pues no podría expresarse de otro modo aquellos cilindros
luminiscentes de aproximadamente metro y medio de diámetro y dos de altura cada uno - empezaron a mostrar ante los casi desorbitados ojos del terceto la silueta y después la imagen tridimensional de cinco... ¿¿¡¡¡seres!!!?? Que parecían poder ser tocados con tan sólo estirar la mano y que, seguramente, nunca antes perro alguno hubiera concebido; de posición erguida y suponiéndose de tamaño natural - más altos que el común de los canes, aunque bien podría pensarse que era alguna raza de perro, pero... ¿sin pelo en el cuerpo?... ¿sin cola?... y sus rostros... ¡qué bellos rostros! Pero tan peculiares, tan raros, tan diferentes, tan únicos: su cara no tenía hocico ni remotamente corto, era aplanada, su cabeza sí tenía pelo, muy largo en algunos; sus orejas eran muy cortas, sin pelo y erguidas; arriba y arqueando sus preciosos y muy visibles ojos también había pelo; después tenían una protuberancia que bien podría ser su nariz y abajo de ésta y totalmente pegados a 48
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la cara unos carnosos y bien delineados labios que conformaban sus bocas, tras las cuales se mostraban eventualmente unos dientes muy parejos y - en algunos de ellos pelos alrededor ó encima de los labios; terminando todo ese rostro casi en punta bajo su boca; todo esto sin mencionar la gran cantidad de expresiones que se podían apreciar en esas caras, diferentes entre ellas, pero que se adivinaban todas generosas y amorosas, brindando a los atónitos invitados la más bella expresión facial del humano: la sonrisa. Y los movimientos de todo el cuerpo con exquisita gracia y definición; si existiera anatomía perfecta en belleza y sincronía, este era el modelo a seguir. Pero además su piel... ¡qué rara y hermosa!. En diferentes tonos que iban del color de la madera más oscura hasta el color del durazno pasando por el bronce; y se adivinaba una suavidad como del mármol en esos cuerpos finamente curvados y ondulantes que parecían haber sido cincelados
por el mas exquisito y perfecto de los artistas. No... nunca perro alguno los habría concebido, dichosos los seis ojos que en ése único é irrepetible momento contemplaban las figuras misteriosamente intangibles que les eran proporcionadas a ellos como únicos elegidos. ¿Era posible tanta dicha en un sólo momento, en una sola visión...? pues por si ello fuera poco y aún extasiados, el trío inopinadamente deleitó aún otro más de sus sentidos, ya que uno de los Seres, aquel que se hallaba al centro de los demás, habló:
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tratar de explicarles un poco aquello que han ido descubriendo. La voz, de por sí suave y dulce, modulaba con delicadeza cada palabra, provocando un efecto positivo en el apaciguamiento de los canes y continuó: Aunque en este instante nos están observando, y parezcamos personajes reales y tangibles, lo que ven es solo la imagen de nuestras personas, lo cual está hecho con tecnología muy avanzada actualmente para ustedes pero que dentro de poco irán aprendiendo, por el momento sólo les pedimos olvidar cualquier temor y prestarnos suma atención, esperando poder sustraerlos de las dudas que seguramente excitan sus mentes…
Capítulo X
Con una voz que era cadenciosa, clara, dulce y musical para los oídos de los perros y que garganta canina alguna habría emitido jamás, comenzó a hablar aquél bello Ser a los interpelados que, dicho sea de paso, habían perdido cualquier dominio de sus movimientos y paralizados por el estupor atestiguaban impávidos esta nueva maravilla:
“ Nuestros amados canes: Cómo desearíamos estar entre ustedes en cuerpo físico en estos momentos para poder tocarnos y abrazarnos mutuamente, sin embargo, sepan que nuestro espíritu y corazón les envían los más entrañables saludos desde nuestra distancia en el tiempo. Es seguro que la sorpresa y quizás la aprensión los invada en este instante, por ello, permítannos presentarnos formalmente ante ustedes y
Este sitio, junto con todos los demás edificios que habrán visto, fue un lugar de la tierra donde, hace tiempo, convivimos y trabajamos los humanos. Nosotros somos la representación visual y real de la llamada Raza Humana; una especie que vivió miles de años 50
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antes de que ustedes fueran una sociedad consciente; pero que hoy, ya no comparte el mismo espacio y tiempo con los perros. Yo soy lo que conocen como la hembra de la especie, la cual era llamada Mujer, a mi derecha se encuentra el representante del macho, el cual era llamado Hombre, quien continuará dándoles más pormenores, y, posteriormente, los demás seguiremos platicando con ustedes.
introducirán estos discos en la ranura que en este momento se iluminará en el tablero que ustedes tendrán al frente. Dicho lo cual, ante los enmudecidos canes se hizo visible un tablero con una gran pantalla que emergía suavemente del piso y mostraba, iluminándose, la ranura mencionada, adyacente con otros controles integrados al mismo; tras esto continuó el Hombre: Les aconsejamos iniciar por el orden lógico de numeración de los discos, ya que así podrán ser introducidos al conocimiento inicial del manejo y control de toda la tecnología é información que contiene este recinto. Todo este conocimiento deberá ser externado a todos los canes de la tierra, debiéndose crear especialidades para cada uno según sus aptitudes.
Tras esto último, la dulce voz cedió la palabra al hombre quien con una sonrisa en los labios y con voz más grave, pero también muy clara y armoniosa, continuó: Amigos perros: Todo este recinto contiene mucho más conocimiento del que hasta ahora hayan gozado, y les será heredado a ustedes. Podrán observar que todas las paredes están repletas de pequeñas y ligeras laminillas discoidales, éstas contienen vasta información sobre diversos temas; para acceder a dicha información simplemente
Aire, Agua, Especies y Verde forman la estructura básica é irrenunciable de la vida, convive armoniosamente con ella y no alteres en lo mínimo sus dones prosiguió otro más - pues de ello 51
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testigos. Hablaba un hombre, luego otro, después una mujer y otro más les dirigía consejos y ellos totalmente embelesados no querían perder detalle de nada; solamente se daban tiempo para lamer un poco de agua de vez en cuando.
depende el equilibrio sabio de tu existencia. Ama y Respeta; Cuida y Procura; Goza y Convive con todo lo que te rodea, pues tú eres la parte más importante del mecanismo de la Creación… Este edificio, junto con toda su ciudadela, les pertenece ahora a todos ustedes Raza Canina - continuó otra Mujer las restantes construcciones conservan también en su interior discos de información, de tal modo que todo nuestro saber está aquí para ustedes; Esta presentación - de la cual son ahora testigos podrá ser repetida cuantas veces deseen, únicamente oprimiendo el botón que se iluminará en el tablero en seguida...”
¿Cuánto tiempo pasó? Realmente era lo que menos les importaba, los canes seguían absortos y emocionados oyendo a los que, sin duda alguna para los tres, eran Los Dioses; pues... ¿Cómo no lo serían siendo tan perfectos en su fisonomía, en sus palabras, en sus gestos, en sus sonrisas...? ¿Quién en sus cabales podría dudarlo...? Ahí estaban los tres, los elegidos, con un orgullo y gratitud jamás experimentados antes; Sí... ahí estaban, buscando en sus adentros a quién dar gracias por esta oportunidad única que les regalaba la vida.
Los perros escuchaban y atendían a esas hermosas voces y observaban totalmente extasiados y atónitos las imágenes de esos seres que se dirigían a ellos como amigos de años, tratando de captar cabalmente todo lo que decían y luchando por mantener la ecuanimidad ante tantas maravillas de las que eran
Tras las recomendaciones y consejos de todos los demás Humanos, nuevamente la primera Mujer tomó la palabra:
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“ Amados canes:
hacia su fin, sin salvación para uno solo de nosotros, un mal que rogamos nunca llegue a insinuarse siquiera en sus corazones.
Aunque posteriormente descubrirán con lujo de detalles lo que comentaré, quiero hablarles brevemente del gran secreto que los ha acompañado durante todas sus generaciones y que no dudamos que los haya hecho desvariar más de una vez: Su Origen... Los canes alzaron sus orejas y ladearon levemente sus cabezas en actitud de atención absoluta a su interlocutora: Nosotros, la Raza Humana, fuimos durante millones de años el orgullo de la creación, los hijos predilectos del anhelo de la vida, creamos asimismo grandes civilizaciones en este y hasta en otros planetas, sí, aún fuera de este mundo, no les asombre; fuimos la esencia de la creatividad en todo nuestro universo posible, tuvimos el usufructo del goce de la conciencia, sin embargo, no pudimos alcanzar la felicidad perfecta, fuimos doblegados por un mal de nuestro propio espíritu, el cual irremediablemente condujo sin contemplaciones a nuestra raza
A sabiendas de nuestro inminente destino, determinamos preservar nuestra gloria en otra especie; pues no debíamos permitir que la ciencia, el arte y el conocimiento pleno adquirido durante millones de años, se perdieran en la nada, por ello decidimos dedicar milenios a moldear, según nuestros mejores atributos, a los seres que más fieles nos habían sido y que por ello amábamos más: a los Perros. Nuestros estudios de la naturaleza durante millones de años, nos brindaron la suficiente capacidad de conocimientos para modificar el metabolismo en el desarrollo de los canes; seres que eran cuadrúpedos y de intelecto inferior al que ahora gozan - como podrán observar después en las láminas - pero que tenían una nobleza, amor y fidelidad dignas de preservarse. ...Por eso, amigos canes, hemos depositado en ustedes 53
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todo lo que de bondad y sapiencia se podía rescatar del Ser Humano; teniendo ustedes como única deuda tan sólo una consigna para con nosotros; sólo les pedimos que amen la vida, el verdor, a sus amigos, a las especies; cuiden y enriquezcan el saber, el arte, el planeta que se les hereda, el cual desconoce la ingratitud y siempre tendrá mucho que ofrecerles.
vida y sacrificó el todo por ustedes y la preservación de la existencia, y que no se arrepiente, pues sabe que ha hecho lo correcto, aunque sea por última vez, en su accidentada permanencia por la vida...
La voz, simplemente se apagó, asimismo, las imágenes suavemente se fueron desvaneciendo de la pantalla y, tras breves segundos que ahogaban los últimos ecos, el silencio reinó en aquella gigantesca sala que ahora parecía envolverse de tristeza por la incapacidad de poder tener en vida a aquellos únicos y bellos seres que habían donado su existencia por la vida misma.
En cuanto a nosotros, déjenme decirles que no sucumbimos del todo, gracias a nuestra capacidad mental, que la naturaleza más que benévola nos proporcionó y que nosotros desarrollamos durante millones de años, tuvimos la facultad de transformarnos en aquellas pequeñas especies de animales que actualmente conviven a su alrededor: aves, reptiles, peces, etc... por eso, si algo de retribución les pedimos por la herencia que les otorgamos, es respetar todo animal que coexista con ustedes en el planeta, pues son las generaciones postreras de una raza que alguna vez transitó orgullosa y consciente por la
Ocurre a veces que la esencia del cosmos, esa sustancia intangible, invisible, imperceptible a nuestros sentidos, pero que sabemos que existe pues cubre y sostiene desde el más gigantesco sol hasta la más ínfima señal de luz, parece tener un sabor gris y un color agrio y se hace evidente en nuestros espíritus con un 54
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dejo de infinita soledad y melancolía.. En ese momento eran Tana, el profesor Mongo y Luno quienes experimentaban esa sobrecogedora sensación. Tras unos minutos de callada y cabizbaja reflexión en los tres perros, Tana se incorporó tomando de la mano a Luno y al Profesor Mongo; salieron del edificio los tres así, cogidos de la mano, sin pronunciar ni una sola palabra, permitiendo que el frescor de la iluminada noche los envolviera; caminaron hacia el centro de la plaza y allí, rodeados de los vestigios que atestiguaban la ancestral presencia de aquellos universales seres que, sin la menor duda, fueron y serían los más amados y recordados por la raza canina, alzaron su humedecida mirada hacia las estrellas, sitio que indiscutiblemente debía ser hoy la morada de las almas de sus amados Dioses y, a modo de lamento melancólico y tomados los tres de las manos, desde el fondo profundo de sus recién atribulados espíritus, brotaron de sus entrecortadas gargantas lastimosos y desgarradores
aullidos de infinita tristeza que buscaban eco en los remotos astros, mientras de sus ojos, colmados de luna y estrellas se desprendían sinceras y acongojadas lágrimas de amor y pena por una raza que hoy - a pesar de haber sido la más bendecida, la más capaz, la más perfecta, la más plena, la más fecunda - ya no tenían quién les llorara...
Fin
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