El Museo Sale A La Calle Con Eutiquio Estirado

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El museo sale a la calle Vicente Martínez

El museo es considerado muchas veces como un espacio rígido, cerrado, hermético, un espacio de exposiciones que se aleja del ciudadano. En este reportaje intentamos dar la vuelta a esta situación. Porque el arte no sólo está en los museos. Y la ciudad también nos aporta espacios singulares y atractivos que hacen que muchas obras cobren un significado especial. En este número y de la mano del artista Eutiquio Estirado conseguimos sacar el arte a la calle.

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¿Cuál es tu opinión ante el actual panorama museístico de Elche? Pues hasta ahora había sido muy pesimista, lo que pasa es que ahora soy miembro del Consejo Rector de Pimesa. Se está trabajando en algunas líneas, que no son exactamente las que yo considero más oportunas, pero se ha comenzado a trabajar. El museo llevaba aparcado una treintena de años. Lo primero que está saliendo son exposiciones muy puntuales. Pero lo que a mí me interesa, y es a eso a lo me refería, son las actividades, que para mí me parece fundamental, y todavía no se ha comenzado en ese sentido. Yo he propuesto una serie de actividades relacionadas siempre, o tratando de interpretar un poco lo que se está haciendo actualmente en el arte. Y están muy relacionadas con el arte urbano, el tatuaje, la historia del arte, las instalaciones, el video..., fusionado con los procesos contemporáneos de creatividad que se están haciendo. Al margen de que el museo es más bien una gran colección, una buena colección, como museo de arte contemporáneo no está funcionando, evidentemente. ¿Cuál era el objetivo de las damas gigantes que se expusieron? De lo que se trataba en cierto modo era salir a la calle para expresarnos, dejar nuevos espacios útiles y habituales de la pintura, espacios cerrados donde la gente no va. La dama no era, ni más ni menos, que esa pared donde tú pintas, ese espacio donde tú desarrollas tu trabajo. Pero no era ni más ni menos que un argumento, que servía además en una doble utilidad, para que la gente recordase que la Dama seguía estando aquí, porque claro, las primeras semanas de la Dama fue tremendo, pero luego la gente dejó de ir. Eso se nota en las estadísticas. Cuando tú sales a la calle y ves un mamotreto enorme, pintado por una historia, te volvías a acordar que la Dama estaba aquí. Realmente era un juego, y me parecía divertido. Y para complementar eso, que además me costó mis luchas, he intentado demostrar que el arte urbano, hablo en este caso del grafiti, tenía que estar presente. A mí me costó algún disgusto que otro con gente que decía que aquello

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Obra ‘Geografía de la Memoria’, del artista Eutiquio Estirado, situada en el entorno de la Plaza del Congreso Eucarístico, frente al Palacio de Altamira

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EUTIQUIO A FONDO

Nace en Hellín en 1956, y a los 12 años se traslada a Elche, donde mantiene su residencia hasta la fecha. Licenciado en Criminología, pintor y escultor autodidacta realiza sus primeros trabajos plásticos efectuando decorados y carteles para el cine y el teatro amateur. Pero es a partir de 1975 cuando definitivamente comienza a desarrollar su carrera como artista plástico.

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no tenía mayor valor, y yo se lo di, evidentemente, porque me parece que lo tiene, tanto o más que cualquier otro.

Lo primero que hay que hacer es salir fuera. Cuando sales fuera te das cuenta que queda mucho por andar.

Parece que sus propuestas chocan con las más conservadoras. Siempre las hay. Además, tampoco están de más. Tampoco se trata de buscar la modernidad por la modernidad. Eso me parece una estupidez. Creo que dentro del Consejo tiene que haber gente con diferentes pensamientos.Está bien que los haya, porque, además, aprendemos todos un poco de ahí también. Hay gente que piensa que el arte contemporáneo pasa por los años ochenta y que lo demás no es válido. Pero está bien que haya un enfrentamiento y que tú le demuestres que cada época tiene su cultura, y no hay una cultura baja ni una alta. En el fondo aquí lo que hay son gente que crea o está convencida de lo que hace. Yo siempre distingo entre la gente que es muy creadora, muy investigadora por llamarlo así, y gente que se relaja y se enternece con su propia obra, se hace endogámico de sí mismo.

¿Este tipo de actividades se deberían de hacer más a menudo? La última exposición en la que estuve había sesenta personas. Estamos hablando de una población de 200.000 habitantes. Lo que estoy hablando es serio. Y no le interesa absolutamente a nadie el arte, la cultura... ¿Qué hacer? Pues para convencer a toda esa gente que no va al museo, sacarlo a la calle está muy bien, porque de alguna manera se lo pones en casa. Y ese atractivo lo tienes que hacer porque luego te lo puedes ir llevando poco a poco a otros sitios.

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¿El arte en la calle puede ser una vía de apoyo a los nuevos artistas? ¿Qué es lo del arte en la calle? Lo atractivo de una obra es buscar un entorno que quiera reflejar lo que tú quieres contar. El arte en la calle es algo muy puntual y muy efímero. Está bien que se haga, pero claro, cuando tú dejas cuadros en la calle, necesitas una logística, y necesitas gente que lo cui-

de por la noche. Necesitas unas luces para que se pueda apreciar correctamente, necesitas apoyarlo con un espacio donde se pueda ver con claridad, que no estorbe. Cada historia creativa necesita su propio espacio, no es lo mismo exponer los cuadros en medio de la plaza que en un rincón. Un artista joven ¿qué posibilidad tiene de exponer su obra en los museos? ¿Posibilidades? Las que tenga su obra. Tú ya me estás de alguna manera determinando que ese artista es muy bueno. Y si es bueno, no te preocupes, que tendrá espacio. El hecho de ser joven no significa que, primero, seas moderno, que a veces no lo eres. Tampoco significa que lo que hagas sea fresco o contemporáneo. Es que ser joven es como ser mayor. Ser mayor no implica que tú tengas que ir vestido como Deni Ruso. Yo estoy de acuerdo con aquella persona que lo haga bien. Me da igual el sexo. A mí no me importa nada. Lo que me importa es su trabajo.

Una muestra de las diferentes esculturas del ‘Espai d’Art d’Elx’ que se pueden encontrar en el Paseo de la Estación de Elche

63. Un ejemplo de este arte que sale a la calle es el que se realiza desde el Ayuntamiento de Elche. A través de la empresa municipal Pimesa, el Ayuntamiento está desarrollando diversas actuaciones con el objetivo de difundir y publicitar su imagen a través de la adquisición y posterior exposición pública de obras de arte, contribuyendo al mismo tiempo a mejorar la imagen de la ciudad. Los museos han dejado de tener el monopolio de la cultura. Aunque sigan siendo uno de los principales centros de exposiciones, su estructura rígida y hermética les ha hecho perder visitantes. En una sociedad que cambia a pasos agigantados, la poca flexibilidad que estas grandes salas de exposiciones ofrecen, posibilita que inicitaivas como la que está llevando a cabo el consistorio ilicitano se puedan convertir en realidad. ¿Quién había dicho que el arte sólo estaba en los museos? Hoy en día los visitantes de museos quieren ir más allá del simple recorrido y visión de las piezas expuestas. El ciudadano quiere, aparte de ver, tocar, oler y

sentir. En definitiva, lo que está buscando es vivir nuevas experiencias. El museo tiene que adaptarse a una demanda y satisfacer las necesidades de un público que ve como los museos se encierran y no se saben abrir a los ciudadanos. Llevar la cultura a la calle es una buena fórmula para acercarse al ciudadano, especialmente para posibilitar a aquellas personas con menos recursos económicos la oportunidad de disfrutar, vivir y sentir las obras de arte. Esa parece ser la idea del Ayuntamiento, que se comprometió a destinar anualmente al menos el 2% del beneficio generado durante el ejercicio a la adquisición de bienes de interés cultural. Una medida que lleva en funcionamiento desde el año 2002. De hecho, desde esta fecha hasta principios de 2008, Pimesa ya ha invertido en bienes de interés cultural más de 1.300.000 euros. Con el nombre de ‘Espai d’Art d’Elx’, la ciudad se vuelve una excusa para utilizarla como una gran sala de exposiciones, y así exhibir escul-

turas de artistas, algunos ya consagrados. En este espacio dedicado al arte nos podemos encontrar esculturas como ‘¿Y por qué no el amor?’ de Sixto Marco Marco, realizada por Miguel Ruiz Guerrero; ’Orto’, de José Luis Sánchez; ‘L’abraçada’, de Josep Díaz Azorín; ‘Homenaje a Joaquín Rodrigo’, de Pablo Serrano; ‘Homenaje a Galileo XVII’, de Amadeo Gabino; y ‘Levante’, de Ernesto Knörr. Estas son algunas de las obras de arte que el ciudadano puede admirar in situ si decide dar un paseo por el centro de la ciudad. Concretamente por el Paseo de la Estación, que es el lugar donde se encuentran expuestas estas fantásticas esculturas. Pero no son las únicas, puesto que por otras zonas de la ciudad también pueden encontrarse esculturas de este tipo. Es el caso de la Plaza del Raval, la Avenidad de la Universidad, la calle Porta de la Morera, La Glorieta, o el propio Ayuntamiento de Elche con la obra ‘Sobre la Crítica’, de Joan Castejón.

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