El muro (Le muir) es una obra de Jean-Paul Sartre (1905-1980) publicada en 1939. En esta obra, desde su filosofía existencialista, de alguna manera nos muestra distintas formas de cómo los seres humanos enfrentamos la muerte, que se acerca sigilosa y angustiosamente, pero con la plena seguridad de que saldrá victoriosa. Algunos la aceptan resignados; con la cabeza gacha; esperando que ella toque sus frentes; mientras que otros lloran y rasguñan el aire para evitar ese contacto. Pero a las finales, hasta la muerte demuestra tener sentido del humor y se burla de algunos cuantos. Esta obra es una colección de cinco cuentos del famoso escritor y filósofo Jean Paul Sartre. Cada uno de ellos se merece una mención individual. El muro es el primer cuento, y también el que le da el título a la obra completa. Un hombre está preso, siendo torturado e interrogado. No se le culpa de nada, excepto de conocer el paradero de alguien más importante al que buscan deseosos. Completamente ajeno a todo lo que le hacen, y sabiendo que no tiene nada más que perder, decide jugarles una broma dándoles indicaciones falsas que los llevan al cementerio. Poco después descubre que ha logrado sobrevivir un día más. La cámara nos habla de una jóven cuyo marido ha perdido la cordura. A pesar de las súplicas de sus padres, ella no quiere abandonarlo y lo cuida y mima, dedicándose por completo a complacerlo; no haciendo un sacrificio por él, sino cumpliendo un deseo egoista. En Eróstrato, un hombre aprende a disfrutar el poder que le confiere portar un arma, aún sin necesidad de utilizarla. Él sabe que ese poder será mucho mayor, y mucho más satisfactorio, cuando se decida a usarla. Un día, todos sus planes están trazados. Una mujer está por dejar a su marido impotente a cambio de un ricachón de Niza con quien hace el amor apasionadamente en Intimidad. Aunque a veces olvidamos que los deseos de unos no necesariamente son los de otros. El último cuento es también el más largo. La infancia de un jefe nos cuenta la vida de Luciano, desde que lo confunden con una niña en la más tierna infancia, hasta que logra convencerse de la forma en que debe actuar y convertirse en un jefe, heredero de la fábrica de su padre. Los cinco cuentos tratan temas muy variados, pero en todos ellos podemos encontrar algunos elementos recurrentes. Un detalle muy interesante para mí es cómo los personajes constantemente se convierten no en lo que ellos son o creen, sino en lo que otros ven en ellos. Muy fácilmente creen todos en el acto que están representando para la sociedad, y se quejan de otros que hacen exactamente lo mismo que ellos, llamándolos ciegos porque se niegan a notar que están haciendo mal. Un detalle que me llamó mucho la atención, pero desconozco si proviene de la traducción o del original, es que identifican la homosexualidad con la pederastia. Aunque la Real Academia Española acepta el uso del término pederastia para describir la sodomía, a mí no me parece una elección adecuada de la palabra, que le da una connotación mucho más grave (y a mi parecer errónea) a los actos que ocurren. Otro hecho que desluce a esta edición es un prólogo de lo más pedante cuyo única intención aparente es demostrar la erudición de quien lo ha escrito, el ensayista Guillermo de Torre. El único efecto que logró en mi es no desear leer nada más de él en mi vida.