Egregor.docx

  • Uploaded by: Francisco Vargas
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  • December 2019
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  • Words: 687
  • Pages: 3
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Un egregor es una entidad o espíritu de origen artificial, creado y alimentado por el poder y la energía de los pensamientos, las emociones y muchas veces la fe, que se hayan en el plano astral, el mental o el emocional, y obviamente, desde el astral pueden afectar al físico, mientras que en los otros dos pueden afectar a aquellos que los crean o mantienen. Por ello pueden ser creados consciente o inconscientemente, y pueden ser personales, grupales, colectivos, nacionales y mundiales. Los que han sido creados inconscientemente, debido a un cúmulo de sentimientos, como pueda ser ira, suelen tener una imagen abstracta, mientras que los conscientes, tendrán la forma que los creadores o los que lo mantienen imaginen. La creación de un egregor puede tener muchos orígenes, y en la mayoría de casos, no se es consciente de que se ha creado uno. Estos egregores pueden ser manifestaciones de sentimientos muy fuertes que tenemos dentro, incluso emociones reprimidas, así como deseos o necesidades. También pueden ser ideas surgidas de nuestra imaginación que han cobrado fuerza a través del deseo, o las emociones, en cuyo caso tendrán la forma que habíamos imaginado. Y obviamente, un egregor puede crearse conscientemente, sabiendo que son y cómo se crean, una persona puede desear e imaginar una entidad, y darle fuerza a través de un poderoso sentimiento, mucho deseo. También es posible que surjan no de una mente, sino de dos o muchas más. Esto quiere decir que cuando muchas personas creen en algo, como por ejemplo, una deidad, aunque esa deidad no existiera realmente antes, ésta empieza a existir como un egregor que con cada creyente y adorador cobra tanta fuerza como un verdadero dios, por lo que puede ya considerársele tal. No sería de extrañar que muchas (quizás todas) las deidades que existen tengan este tipo de origen, así como muchas

otras clase de criaturas, por lo que determinar el verdadero origen de una entidad es complicado. Un egregor existe mientras su creador o sus creyentes crean en él y lo recuerden, o la energía que los crea y mantiene, permanezca. El Egregor masónico atribuye a los trabajos un carácter místico, diferenciándolos de otros tipos de reuniones, por tanto, al ingresar en el Templo, los miembros deberían dejar todo pensamiento y actitud profana afuera. Los Aprendices, Compañeros y Maestros, superando el papel de simples espectadores, deberían estar dispuestos a realizar aportes de actitud y opinión constructiva que producirán una especie de vibración involucrada que constituirá un Egregor particular al que nos conectaremos mental o emocionalmente, alimentándolo, al mismo tiempo que nos alimenta a nosotros en un constante equilibrio. Si nuestro trabajo en el Taller se limita al simple ejercicio mímico del Rito, si evidenciamos una actitud desapegada y sin sentido ceremonioso, si nuestro pensamiento se enroca perezosamente en la rutina y desprecia aspiraciones elevadas; entonces estaremos contribuyendo a la formación de un Egregor que sumado a otros con igual actitud aumentará su fuerza y provocará el fracaso de los trabajos. Cuando un hermano realiza su honesto aporte masónico puede generar una vibración poderosa que se propagará libremente por el silencio de algún alma opacada estimulando su reflexión. Imaginemos a la totalidad de hermanos trabajando con similar disposición y será fácil augurar un futuro provechoso para ése templo. Hay logias en las que sus características peculiares perduran a pesar de los individuos que entran y salen de ella, el taller tiene su alma, su Egregor, formado por todos los que participaron en las Tenidas, también por su embellecimiento y cuidado, que deben ser permanentes. Así, el Templo puede ser sencillo pero debe estar escrupulosamente limpio, decorado con buen gusto para estimular la emoción artística, porque el arte y la belleza son fundamentales para la

evolución del Egregor de la Logia. Deberían evitarse la murmuración, los gestos poco fraternales. Sería deseable por parte de todos los hermanos que sus trabajos estén regidos por los pensamientos más elevados y con las palabras más respetuosas y afectuosas. Convendría que las tenidas fueran constantes y regulares con asistentes sinceros y entusiastas con los trabajos de la Logia. S:.F:.U:.

MM:. Juan A. Porta

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