Don Baldomero Hombre Sabio

DON BALDOMERO, HOMBRE SABIO. ¿Quién no le tiene miedo a los cambios repentinos que da la vida…? Muchos de nosotros ni siquiera nos imaginamos lo que puede pasar si….si algo cambia. Don Baldomero, fue una de esas personas que me dejó una gran enseñanza sobre las costumbres de nuestro pueblo Afro. En Olaya el revuelo era total, los comentarios ivan y venían. Don Baldomero se había encontrado una mina, si una mina, un yacimiento de piedras preciosas, entre las que había identificado esmeraldas, rubíes, diamantes, oro y demás riquezas que lo sacarían de pobre. Don Baldomero no se aguantó, se lo contó a medio pueblo, que por Caspicaracho, había encontrado una mina que lo sacaría de pobre, que su vida cambiaría, su casa sería una mansión, la cual iría de esquina a esquina, el trago y las mujeres no faltarían, que dejaría a su mujer, que ahora tendría las que el quisiera. Como decían muchos lo mina lo encegueció. La locura era total, dizque se alcanzó a pegar tremenda rasca. Pero nada es eterno en el mundo. Don Baldomero decidió visitar su mina y cual fue su desilusión cuando por más que buscaba no la encontraba, esta había desaparecido. Cuentan los viejos, que cuando uno se encuentra una guaca, un entierro o una mina como la de Don Baldomero, lo mejor es quedarse callado, no contarle a nadie y mucho menos llevar mujeres por esos lugares, de lo contrario la guaca, el entierro o la mina se salan, desaparecerán. Con el rabo entre las piernas, Don Baldomero regresó al pueblo. Era el mismo Baldomero que yo conocía, no tan eufórico. Cuando le preguntaron de por qué estaba así, contestó con un tono de voz claro y conciso. “La mina despareció, algún envidioso me la saló”. Y alguien le preguntó. ¿Y ahora que va ser de su vida Don Baldomero?. Su mujer…está que se va…eso si ya no se ha ido… Se dirigió Baldomero a su casa, habló con sus hijos, su esposa ya no se iba, volvió a ser el Baldomero que todos conocían y para todos. Cuando de él se burlaban, respondía con la siguiente frase. A MI ME GUSTA LA VIDA POR SUS CAMBIOS. Lo que hoy es, no necesariamente lo será mañana, lo importante es conservar la esencia.