Delincuencia Juvenil REPUBLICA DOMINICANA
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO
(UTESA)
ASIGNATURA Orientación Universitaria
TEMA Delincuencia Juvenil
SUSTENTANTE Willy Miguel Morillo Agüero Mat. 218-6774
FACILITADOR Dionisio González
Santo Domingo, Rep. Dom. Diciembre, 2018
Delincuencia Juvenil
INTRODUCCIÓN
Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo desde el siglo pasado, la delincuencia juvenil es uno de los problemas criminológicos que crece cada día más, no solo en nuestro país, sino también en el mundo entero; es una de las acciones socialmente negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y aceptadas por la sociedad. Esta delincuencia se ha convertido en un fenómeno social que pone en riesgo la seguridad pública de las todas las personas, sin distinción de raza, credo o color, así mismo va contra las buenas costumbres ya establecidas por la sociedad. Este se extiende desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres, es un problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización. En las líneas que se presentan a continuación se expondrá de forma detallada la delincuencia juvenil para lo cual se enfocará desde los aspectos particulares hasta los generales. Esperando que las informaciones que se muestran puedan servir de punto de partida para otras investigaciones con este tipo de abordaje.
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LA DELINCUENCIA JUVENIL La delincuencia juvenil comprende, desde un punto de vista jurídico, a aquellos jóvenes mayores de 14 años y menores de 18 que realizan conductas tipificadas como delitos en el Código Penal, si bien su responsabilidad es exigida por Ley de Responsabilidad Penal del Menor. Definir lo que constituye delincuencia juvenil resulta ciertamente problemático. Mientras en algunos países la delincuencia juvenil es una calificación que se obtiene de aplicar definiciones del Código Penal cuando esas infracciones son cometidas por menores de edad, en otros, la delincuencia juvenil incluye una gran variedad de actos en adición a los que se encuentran enumerados en sus leyes de fondo. De tal suerte, las figuras estadísticas de ciertos países se encuentran artificialmente abultadas en lo que respecta a la delincuencia juvenil, mientras que en otros no reflejan esas figuras, sino un limitad número de conductas desviadas. La delincuencia juvenil ha aumentado de forma alarmante en los últimos tiempos, pasando a ser un problema que cada vez genera mayor preocupación social, tanto por su incremento cuantitativo, como por su progresiva peligrosidad cualitativa. La delincuencia juvenil es además una característica de sociedades que han alcanzado un cierto nivel de prosperidad y, según análisis autorizados, más habitual en los países anglosajones y nórdicos que en los euro mediterráneos y en las naciones en vías de desarrollo. Es decir, en las sociedades menos desarrolladas la incidencia de la delincuencia juvenil en el conjunto del mundo del delito es menor que en las comunidades más avanzadas en el plano económico. En las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia juvenil está ligada a la obtención —delictiva— de bienes suntuarios de consumo y por lo general no practican la violencia por la violencia misma sino como medio de obtener sus objetivos materiales.
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Los estudios criminológicos sobre la delincuencia juvenil señalan el carácter multicausal del fenómeno, pero a pesar de ello, se pueden señalar algunos factores que parecen decisivos en el aumento de la delincuencia juvenil desde la II Guerra Mundial. Así, son factores que se encuentran en la base de la delincuencia juvenil la imposibilidad de grandes capas de la juventud de integrarse en el sistema y en los valores que éste promociona como únicos y verdaderos (en el orden material y social, por ejemplo) y la propia subcultura que genera la delincuencia que se transmite de pandilla en pandilla, de modo que cada nuevo adepto trata de emular, y si es posible superar, las acciones violentas realizadas por los miembros anteriores del grupo. La violencia Consiste en la presión ejercida sobre la voluntad de una persona, ya sea por medio de fuerzas materiales, ya acudiendo a amenazas, para obligarla a consentir en un acto jurídico. La violencia es un elemento que se encuentra comúnmente en la delincuencia juvenil y es uno de los factores que influyen a los jóvenes a cometer actos ilícitos llevados por la violencia. Causas de la Violencia El fenómeno de la violencia es muy complejo. Hay muchas causas, y están íntimamente relacionadas unas con otras y conllevan a la delincuencia de menores. En general se agrupan en biológicas, psicológicas, sociales y familiares. Tan sólo por citar algunos ejemplos dentro de cada grupo, tenemos: a) Causas Biológicas Se ha mencionado al síndrome de déficit de atención con hiperactividad (DSM IV 314.*/ICD10 F90.*) como causa de problemas de conducta, que sumados a la impulsividad característica del síndrome, pueden producir violencia. Un estudio con niños hiperquinéticos mostró que sólo aquellos que tienen problemas de conducta están en
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mayor riesgo de convertirse en adolescentes y adultos violentos. La conclusión es que hay que hacer un esfuerzo para aportar a aquellos niños hiperquinéticos con problemas de conducta recursos terapéuticos más oportunos e intensivos. Los trastornos hormonales también pueden relacionarse con la violencia: en las mujeres, el síndrome disfórico de la fase luteínica se describió a raíz de los problemas de violencia presentes alrededor de la menstruación, específicamente en los días 1 a 4 y 25 a 28 del ciclo menstrual, pero el síndrome no se ha validado con estudios bien controlados, aunque se ha reportado que hasta el 40 por ciento de las mujeres tienen algún rasgo del síndrome y que entre el 2 y 10 por ciento cumplen con todos los criterios descritos para éste. De 50 mujeres que cometieron crímenes violentos, 44 por ciento lo hizo durante los días cercanos a la menstruación, mientras que casi no hubo delitos en las fases ovulatoria y postovulatoria del ciclo menstrual. Con frecuencia, el diagnóstico de síndrome disfórico de la fase luteínica está asociado con depresión clínica, que puede en algunos casos explicar su asociación con la violencia. b) Causas Psicológicas La violencia se relaciona de manera consistente con un trastorno mental – en realidad de personalidad – en la sociopatía, llamada antes psicopatía y, de acuerdo al DSM-IV, trastorno antisocial de la personalidad (DSM-IV 301.7; ICD-10 F60.2) y su contraparte infantil, el trastorno de la conducta, llamado ahora disocial (DSM-IV 312.8; ICD-10 F91.8), aunque hay que aclarar no todos los que padecen este último evolucionan inexorablemente hacia el primero, y de ahí la importancia de la distinción. El trastorno antisocial de la personalidad se establece entre los 12 y los 15 años, aunque a veces antes, y consiste en comportamiento desviado en el que se violan todos los códigos de conducta impuestos por la familia, el grupo, la escuela, la iglesia, etc. El individuo actúa bajo el impulso del momento y no muestra arrepentimiento por sus actos.
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Inicialmente esta violación persistente de las reglas se manifiesta como vandalismo; crueldad con los animales; inicio precoz de una vida sexual promiscua, sin cuidado respecto al bienestar de la pareja; incorregibilidad; abuso de sustancias; falta de dirección e incapacidad de conservar trabajos; etc. Salvo que tengan una gran inteligencia o que presenten formas menos graves del trastorno, fracasan en todo tipo de actividades, incluyendo las criminales, ya que carecen de disciplina, lealtad para con sus cómplices, proyección a futuro, y siempre están actuando en respuesta a sus necesidades del momento presente. El trastorno es cinco a diez veces más frecuente en hombres que en mujeres. Como estos sujetos están más representados en los estratos más pobres, hubo alguna discusión sobre si la pobreza induce o potencia estas alteraciones. Esto se ha descartado: los individuos con trastorno antisocial de la personalidad, por su incapacidad de lograr metas y conservar empleos, tienden a asentarse naturalmente en los estratos de menores ingresos. c) Causas Sociales La desigualdad económica es causa de que el individuo desarrolle desesperanza. No se trata de la simple pobreza: hay algunos países o comunidades muy pobres, como el caso de algunos ejidos en México, en los que virtualmente desconocen el robo y la violencia de otro tipo. Sin embargo, la gran diferencia entre ricos y pobres y sobre todo la imposibilidad de progresar socialmente sí causa violencia: la frustración se suma a la evidencia de que no hay otra alternativa para cambiar el destino personal. Más importante como causa social es la llamada subcultura delincuente. Aunque sus detractores dicen que esta hipótesis carece de evidencia experimental, hay comunidades, barrios y colonias en donde niños y jóvenes saben que para pertenecer al grupo y formar parte de su comunidad necesitan pasar algunos ritos de iniciación, entre los que se encuentran robar, asaltar o quizá cometer una violación. La falta de medición requiere de estudios, sí, mas no de desestimar lo que obviamente es un factor de formación de conductas y conceptos sociales.
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Consecuencias principales de la delincuencia juvenil 1- Desintegración familiar Una de las consecuencias más nocivas de la actividad delictiva es la desintegración familiar, debido a que las conductas criminales crean trastornos en el hogar. Esto genera conflictos permanentes en el seno de la familia, que pueden terminar en divorcios y en el desarraigo de los hijos. Por ejemplo, un padre que es detenido y procesado judicialmente se tiene que separar de su familia. La desintegración familiar a su vez crea un círculo vicioso, porque los hijos se forman sin hogar para su orientación y sostenimiento económico. En la calle son presa fácil de la delincuencia juvenil. 2- Muertes prematuras o violentas Los delincuentes están más expuestos que cualquier otra persona a la muerte violenta, debido justamente a las actividades peligrosas en las que están involucrados. Algunas veces mueren en enfrentamientos armados con los agentes de la ley o con otras pandillas de delincuentes. La delincuencia es resultado de la suma de diversos factores de riesgo sumado al cultivo de antivalores. En consecuencia, la vida del delincuente suele ser más corta que la de las demás personas. 3- Promiscuidad sexual Otra consecuencia de la conducta delincuencia es la promiscuidad sexual, porque en los ambientes criminales carentes de valores la promiscuidad es una práctica permanente. Los criminales suelen ser personas con trastornos y traumas psicológicos, que dan poco valor al concepto de familia y a las relaciones monogámicas. Por otra parte, la promiscuidad sexual expone a las parejas delincuentes a contraer enfermedades venéreas, al VIH y al embarazo precoz.
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4- Pérdidas económicas La actividad delictiva genera cuantiosas pérdidas económicas a la sociedad. Ya sea por la comisión de delitos comunes como atracos y hurtos a personas, o cuando los delitos son cometidos contra el Estado por parte de funcionarios públicos. La corrupción administrativa contra el Estado es una forma de criminalidad que se observa a escala mundial, en casi todo el planeta. Las pérdidas para la sociedad son multimillonarias. Por ejemplo, debido a la corrupción es posible que no quede dinero necesario para realizar programas sociales u obras de infraestructura, entre otras acciones de beneficio colectivo. 5- Desequilibrio mental Entre las consecuencias individuales de la delincuencia está el desequilibrio mental que produce en las personas generado por el tipo de delitos que comete. En estos ambientes es usual el consumo de drogas. Los efectos de estas también van minando su estabilidad y su sistema de valores personal.
Perfil del delincuente juvenil -
Impulsivo: No controlan sus impulsos, se guían por el placer.
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Afán de Protagonismo: Llamar la atención de una manera delictiva y abusadora.
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Fracaso escolar: Falta de interés en los estudios, y como consecuencia surge el abandono escolar.
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Consumidor de drogas: Buscan el placer y la sensibilización mediante sustancias psico-activas.
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Baja autoestima: Poseen baja autoestima y proceden de hogares destruidos por la violencia, el maltrato y la indiferencia afectiva por parte de los padres.
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Agresivo: Mediante la agresión se sienten dominantes e intimidadores.
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Sin habilidades Sociales: No poseen un código que les permita las relaciones saludables con los demás.
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Poco equilibrio emocional: Son inestables y poco firmes en sus decisiones.
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Inadaptado: No logran adaptarse a normas, códigos y leyes sociales, por lo que ellos mismos establecen sus propias normas y códigos.
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Frustrado: Sienten una gran frustración afectiva, y no soportan que las cosas no les salgan como ellos lo desean
Factores de riesgo Sin perder generalidad, los expertos han identificado un gran número de factores de riesgo que estadísticamente aparecen vinculados a la adhesión a pandillas y actividades delictivas. Estos factores de riesgo abarcan las diferentes dimensiones de la vida de un joven y por lo general se agrupan en cinco categorías (dominios del desarrollo social):
Individuo.- Sus formas de ocio (TV, videojuegos, Internet) pueden fomentar la violencia y la agresividad, la incomunicación y la pérdida de relaciones sociales. El consumismo o la diversión van desplazando al esfuerzo.
En los individuos violentos vemos la interacción de los trastornos descritos. Por ejemplo, en los delincuentes crónicos se encuentran varios o todos los siguientes rasgos. a) Socialización pobre como niños: pocos amigos, no los conservaban, sin ligas afectivas profundas, etc. b) Poco supervisados o maltratados por sus padres: los dejaban solos, a su libre albedrío, y cuando estaban presentes, los maltrataban. c) Buscan sensaciones en forma continua: desde chicos son "niños problema," y los mecanismos de control social no tienen gran influencia sobre ellos. d) Manejan prejuicios como base de su repertorio: "todos los blancos/negros/mujeres/hombres son así"
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e) Abusan del alcohol. f) Nunca han estado seriamente involucrados en una religión principal. g) Carecen de remordimientos, o aprenden a elaborar la culpa y así evitarlos. h) Evitan asumir la responsabilidad de sus actos: construyendo casi siempre una pantalla o justificación que suele ser exitosa para librarlos (i.e. "es que cuando era niño me maltrataban").
Familia.- Las normas de disciplina y la relación con los padres juegan un papel vital en el comportamiento social (en este caso, antisocial) del menor. Tan perjudicial puede ser una actitud demasiado laxa y falta de interés de los progenitores como una actitud autoritaria que merme la comunicación.
Escuela.- El bajo rendimiento y el fracaso escolar favorecen la delincuencia. La colaboración entre el centro y los progenitores es básica.
Amistades.- El contacto con “malas influencias” aumenta el riesgo, aunque el menor proceda de un ambiente socializado. Los jóvenes tienden a imitar las conductas más cercanas.
Vecindario ó comunidad.- Víctimas de la discriminación social y excluidos de las decisiones importantes, muchos jóvenes carecen de planes o proyectos de vida, y son considerados incapaces de adaptarse al medio social, por lo cual toman la delincuencia como alternativa de supervivencia. El fácil acceso a las drogas, la falta de oportunidades de empleo, salud, educación y espacios para la cultura y el deporte. (Howell y Griffiths, 2016)
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Prevención de la delincuencia La prevención de la delincuencia es el término general empleado para todos los esfuerzos encaminados a evitar que la juventud participe en actividades criminales o antisociales. Cada vez más, los gobiernos están reconociendo la importancia de asignar recursos para la prevención de la delincuencia. A menudo es difícil que los estados proporcionen los recursos financieros necesarios para la adecuada prevención, las organizaciones y las comunidades. Por todo esto los gobiernos trabajan en colaboración para la prevención. Con el desarrollo de la delincuencia en la juventud, influenciada por numerosos factores, perspectivas de esfuerzos en la prevención son comprensibles. Entre los servicios para la prevención se incluyen actividades tales como educación y tratamiento del abuso de sustancias estupefacientes, asesoramiento de la familia, tutoría y protección de la juventud, educación parental, ayuda educativa e intervención social. Un factor preventivo podría ser el tratar de erradicar la violencia en los medios de comunicación. Actualmente la violencia se asoma en todos los programas, no solo en películas o series, incluso en los horarios dedicados a los niños. La violencia se convierte en algo habitual desde la infancia. Según Schneider, esa "familiaridad" de los niños con la violencia "puede provocar comportamientos violentos y delictivos cuando son adolescentes y adultos". La impresionabilidad y la capacidad emocional de reaccionar a la violencia disminuye y la agresividad se acepta como una pauta de comportamiento. Aunque es complicado eliminar la violencia en los medios de comunicación, los padres deberían de controlar la situación y establecer y hacer que se cumplan las reglas establecidas. Violencia Juvenil como fenómeno social Los seres humanos nos encontramos inmersos dentro de un proceso globalizador de las economías en el ámbito mundial, en el cual predominan bloques económicos como
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Europa, los países asiáticos y Estados Unidos, los cuales tienen gran injerencia en el resto del planeta. Esto, debido a que sus intenciones latentes concuerdan en que lo fundamental es subordinar a todos los hombres de las regiones o zonas para hacerlos fieles consumidores y abastecedores de materias primas. La sociedad ha fomentado un excesivo individualismo y una consideración del individuo como mera unidad de consumo, pero escasamente ha brindado al individuo un tipo de vida en comunidad o ha ofrecido una escasa influencia en las decisiones de un entorno social. En este fenómeno, los medios tienen un papel muy relevante, porque son los encargados de llevar los mensajes a todo el mundo, a todo ser humano. Ellos son en parte los responsables de unificar a la Tierra bajo los mismos parámetros ideológicos. Son los instrumentos socializantes más fuertes en la actualidad, pues han sustituido en gran medida la importancia que tenían los antiguos, tales como la escuela, la familia o la Iglesia. Buscan crear al hombre de un mismo pensamiento, voluntad, y acción. Con esto, cabe decir que tal vez uno de los objetivos de los medios de comunicación (industria cultural) y de las industrias (empresas transnacionales) es hacer que cada individuo se vea envuelto en la necesidad ideológica de participar en el consumo de productos, práctica que los ideólogos denominan civilización y modernización a la que los pueblos deben sumarse para dejar de pertenecer al grupo de los marginados y pasar así a formar parte de los consumidores. "El consumo genera identidades; intercambiamos productos para satisfacer necesidades que nos hemos fijado culturalmente, para integrarnos con otros y para distinguirnos de ellos" (Brito et al., 1985: 53). Ante esta situación, la violencia aparece como una forma de respuesta ante una frustración social. Este tipo de violencia puede ser también una consecuencia del
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profundo deterioro al que se ha llegado en un tipo de sociedad que ha puesto sus esperanzas en un mero crecimiento cuantitativo del consumo de bienes materiales y que apenas ha tenido en cuenta al individuo en su dimensión como persona socialmente integrada en una comunidad. Esta problemática obliga a reflexionar sobre el fenómeno de la violencia y su relación con la juventud. Esta última se resiste a las transformaciones sociales de hoy, pues a lo movedizo que tiene de por sí la personalidad del adolescente en devenir, hay que añadir la incoherencia del mundo actual con sus propagandas, disensiones políticas y religiosas, y las contradicciones de los intereses económicos. Todo esto crea confusión y desorientación desbordante y trágica en la juventud. En tales circunstancias no todos los jóvenes son aptos para ver el mundo tal como es y aceptarlo insertándose en él, íntegra y generosamente. Por lo anterior, algunos adolescentes y jóvenes aquejados de inmadurez persistente podrían convertirse en antisociales e incluso en delincuentes, si llegan a una particular situación de inadaptación. El adolescente realiza sus primeras tomas de conciencia personales y profundiza en sus sentimientos, ideas y creencias. Su postura ante el mundo adulto es de oposición y de desafío, y esta es una reacción necesaria de defensa de un ser que va tomando las riendas de su existencia. Además, la actual sociedad industrializada, urbana y consumista —con todo lo que ello comporta: ideología del bienestar, carrera del lucro, primacía del tener sobre el ser, crisis de la familia, soledad, anonimato— es la que segrega la violencia. Ya que, como sociedad de consumo, alimenta deseos o aspiraciones y despierta esperanzas que no puede satisfacer; mientras margina del proceso de producción y de consumo, excluye y discrimina a gran número de personas, clasificando y haciendo de ellas unos inadaptados y rebeldes; pero sobre todo, tiende a destruir los valores morales.
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En realidad, cuando la sociedad actual exalta como valores supremos de la vida al placer y al dinero, cuando aplaude el éxito y la riqueza, obtenidos por los medios que fueren, cuando desprecia al hombre honesto como a un ser débil que no es capaz de hacerse valer mientras exalta al fuerte que prevalece sobre los demás con astucia y con violencia, no habría por qué maravillarse de que algunos jóvenes sientan la tentación de recurrir a la violencia para ganar con facilidad y rapidez mucho dinero. La vida actual origina violencia y agresividad, más aun cuando en un espacio invariable aumenta mucho la población, pues esto genera aglomeraciones y desorden en las grandes urbes, con el cortejo de desagradables complicaciones que llevan consigo: prisa, falta de tiempo, tensión, vida compleja, falta de comunicación afectiva, etc. Si añadimos a esto la anomia, la hipocresía social, la creación consumista de necesidades artificiales, la doble moralidad, etc., comprenderemos que en unas circunstancias de vida tan frustradoras tenga que surgir la violencia y la agresividad como medio para sobrevivir.
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METODO
Inductivo: Porque se establecieron conclusiones generales a partir de hechos particulares en relación con la delincuencia juvenil.
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OPINIÓN PERSONAL
Luego de haber estudiado sobre el fenómeno de la violencia juvenil se puede decir que esta es un mal que azota la sociedad, afectando a todos los vinculados con la misma. Esta problemática no solo tiene lugar en República Dominicana sino en todas partes del mundo, afectando de una forma u otra el desarrollo y desenvolvimiento de los ciudadanos en una mayor o menor manera. Por tales razones es necesario que se pongan en acción programas vinculados con el tratamiento a estos jóvenes, esto es enseñándoles algún oficio, sancionarlos basados en el concepto de individualizaicón del castigo para que se concienticen del delito que han cometido.
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CONCLUSIÓN
Al finalizar es necesario señalar que los comportamientos delictivos pueden darse en cualquier edad de la vida: infantil, adolescencia, adulta, de forma ocasional o continuada. Aunque la delincuencia está presente en todos los grupos socioeconómicos, las cifras de delincuencia juvenil han aumentado en los últimos años, llegando a ser un problema que genera una gran preocupación en nuestra sociedad. Para poder disminuir o contrarrestar el problema que significa la delincuencia juvenil es necesario llevar a cabo análisis del problema, realizar actividades preventivas y proporcionar métodos que disminuyan las oportunidades de cometer actos propios de la delincuencia juvenil. Es necesario el apoyo psicológico a la familia, en el ámbito social; ayuda institucional, fomentando la creación de ONG"s; y centros de rehabilitación, que incentiven el trabajo comunitario. Asimismo, se debe promocionar la práctica del deporte a través de semilleros que permitan el surgimiento de nuevos talentos. En el ámbito social, una de las posibles soluciones está en asesorar psicológicamente a la familia en relación con los cambios emocionales de los hijos y el rol que la educación tiene en ellos. Esta es, principalmente importante en el desarrollo moral e intelectual de la juventud.
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BIBLIOGRAFÍA
Angelino, R. (2006). "Violencia". En Suárez Richards, M. (comp) Introducción a la Psiquiatría. Tercera Edición. Buenos Aires: Editorial Pol- emos. Abreu, Sandra (2012). Violencia Juvenil. Disponible en: https://www. /trabajos102/ violencia-juvenil/violencia-juvenil2.shtml#bibliograa Anzieu, D. (1983) "La cuestión de la agresividad intragrupo e intergrupo". Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Buenos Aires: Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Beck, U. (1998). La sociedad del riesgo. Barcelona: Paidós.
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ANEXOS
Delincuencia Juvenil
INDICE
INTRODUCCIÓN
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01
LA DELINCUENCIA JUVENIL
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02
La violencia .
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03
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03
Consecuencias principales de la delincuencia juvenil .
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06
Perfil del delincuente juvenil
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07
Factores de riesgo .
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08
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10
Violencia Juvenil como fenómeno social .
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10
METODO
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Causas de la Violencia
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Prevención de la delincuencia
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14
OPINIÓN PERSONAL
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15
CONCLUSIÓN
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16
BIBLIOGRAFÍA
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17
ANEXOS
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