Curso De Huertas Organicas

  • June 2020
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CURSO LIBRE DE HUERTAS ORGÁNICAS Proyecto de la Escuela de Educación Media Nº 32 de Villa Luzuriaga. Provincia de Buenos Aires, año 2006. GUÍA TÉCNICA Nº 4 ASOCIACIONES FAVORABLES Y DESFAVORABLES Existen muchas formas de manejar al suelo con tratamiento orgánico. Muchas son antiquísimas y se remontan casi al origen de la agricultura. Algunas cuestiones son tan importantes y simples como la rotación de cultivos. Esto significa que no debemos plantar lo mismo que la temporada anterior en el mismo lugar. La justificación de esta técnica es que ciertas especies necesitan muchos minerales de algunas variedades. Reiterar el cultivo solo serviría para dejar con escasez de esos nutrientes al suelo, ya no solo para esa especie sino para muchas otras. El suelo agotado y desequilibrado cambia su acidez, pierde microorganismos benéficos y se vuelve poco productivo. La rotación también es importante para plantar sucesivamente vegetales de diferentes profundidades de raíz. De esa forma, tomamos nutrientes del suelo de diferentes niveles y le damos tiempo a que se recupere el lugar usado antes. Por ejemplo, podemos plantar zanahorias (raíces medianas) seguidas de lechuga (raíces superficiales). Incluso en el mismo tiempo y en líneas de siembra cercanas. Entre cada grupo que se rota se suele dejar un lote para descanso. Esto significa que se lo deja sin trabajo humano. Allí aparecerán muchas hierbas autóctonas. Algunas sirven de forraje, otras son medicinales. Muchas otras son tildadas como “malezas” o “malas hierbas”. Sin embargo, pueden tener buenas raíces profundas. Si es así son excelentes bombeadores de minerales que irán a las hojas y, luego, a la superficie. Con ellos podemos nutrir nuestro acolchado si los dejamos secar y nos aseguramos su muerte, sino crecerán e invadirán la zona de trabajo, compitiendo con nuestras plantas por los nutrientes. También se pueden agregar a la abonera sin problemas graves y con muchas ventajas. Si estas hierbas crecen es porque el tiempo de cultivo pasó y el de descanso de ese lote también. Es tan solo una temporada y luego vuelve a rotarse el tipo de cultivo entre todas las parcelas trabajadas y una de descanso que también cambia. Se puede dejar un acolchado para esa espera, pero la cubierta vegetal presenta suficientes ventajas y necesita menos trabajo. Una ventaja más es que hay muchas plantas

que ahuyentan insectos peligrosos para nosotros y para las hortalizas. Un ejemplo interesante es la albahaca que, además es medicinal. La única observación es que no siempre nos conviene ahuyentar a todo insecto. Los polinizadores también se irían y esto importa mucho más cuando cosechamos productos después de la floración (alcauciles, frutas, semillas para nuevo cultivo, frutas secas, etc.). Otros vegetales que pueden aparecer naturalmente en la parcela de descanso atraen a insectos peligrosos para la huerta. Esto puede servir como distracción para ellos para que no destrocen lo que tanto esperamos con trabajo. Si no hay campos vírgenes o plantas autóctonas alrededor, las plagas aparecerán por exceso de alimento ofrecido. La variedad no permite tanta oferta para unos pocos y evita plagas. No podemos asombrarnos de que coman el banquete ofrecido. Muchas plantas del lugar sirven de alimento para las hormigas. Esto también se utiliza en la huerta orgánica plantando muchas especies cosechables a la vez. En resumen, las casi inevitables hormigas pueden comer de las plantas del lugar sin afectar el cultivo. El lugar en descanso sirve para esto y para eliminar posibilidades de plagas. En el caso de que aparezcan, habrá que utilizar algún método orgánico de disuasión que trataremos en otros párrafos. La siguiente estrategia es evitar el monocultivo por más antiguo y recomendado que sea en el lugar. Debemos pensar que, desde que el hombre cultiva, existen millones de hectáreas con unas pocas especies vegetales. Este destroza la natural cadena alimentaria mejorando la posibilidad para quienes se alimentan de lo que plantamos. También desgasta mucho el suelo en los minerales que ese cultivo use. La idea de plantar diferentes especies a la vez resulta compleja para analizar al comienzo, pero es solo cuestión de organización. La cosecha es en diferentes épocas y, así la naturaleza nos facilita algo. Evitamos plagas y mantenemos el suelo. Debemos recordar que las leguminosas aportan sustancias orgánicas con Nitrógeno al suelo. Crecen fácilmente incluso en suelos desgastados y con mucha materia orgánica. De manera que, alternar alguna línea de garbanzos, lentejas, habas, etc. nutre al suelo y al cultivo. Para el monocultivo, debemos saber cuáles cultivos tienen relaciones positivas entre sí y los riesgos de interacciones negativas para evitarlas. Para ello adjuntamos una tabla muy útil extraída del libro “Agricultura Orgánica” de Editorial Planeta (páginas 135 y 136, año 1992). A esta debemos enriquecerla con nuestra experiencia y con las consultas que hagamos a personas con experiencia y bibliografía. Mucho material hay en Internet que deberá ponerse a prueba. De manera que

allí volcamos nuestra experiencia personal que acrecentará no solo con los años. ESPECIE Ajedrea de jardín

FAVORABLE Cebolla, arvejas.

DESFAVORABLE ----

Ajenjo

Aleja insectos, atrae sírfidos (benéficas).



Ajo

Lechuga, tomates, gran afinidad con — alubias y rosales.

Albahaca

Tomates: mejora sabor. Aleja moscas y mosquitos.

Ruda

Apio

Puerro, tomate, coles, porotos, colif1or.

Umbelíferas.

Artemisa

--

Inhibidora del crecimiento de plantas próximas.

Arveja

Rabanitos, maíz, pepino.

Cebollas, ajo, inhiben.

Berenjena

Porotos.

----

Borraja

Tomate (atrae abejas), calabaza, fre- sal



Calabazas

Maíz.

Papas

Cebolla

Coles, lechugas, manzanilla intercalada. Tomate: espanta mosca de zanahoria. Remolacha. Coles Papa, apio, eneldo, manzanilla, sal(Bruselas, via, tomillo, menta, poleo, romero, Coliflor Repollo, remolacha, cebolla (aromáticas Col- rábano). alejan los gusanos). Diente de León Bardana, llantén, artemisia.

Alubias, porotos, arvejas.

Espárrago

Tomate, perejil, albahaca



Eucalipto

Acacia neutraliza efectos.

Girasol

Pepino

Fuerte acción negativa sobre semillas y brotes. Perjudica a frutales y legumbres. ---

Gladiolo

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Hinojo

---

Centeno, habas; estiercol en exceso. Es relativamente excluyente de hortalizas.

Gran antagonista de porotos y maíz hasta 20 cm de distancia. Rechaza a la mayoría de las plantas.

Lechuga

Zanahoria, rabanito, fresas, zapallo, cebolla.

Leguminosas

Favorecen en general a todo asocia- — do; secretan toxinas desherbantes. Uno o dos años antes de zanahorias, plantar Leguminosas. Zanahoria, papa. En bordes de — canteros, repele hormigas.

Lino Maíz

Manzanilla

Manzano Mejorana

Zapallos, arvejas, legumbres, soja o alubias, les da sombra, mulle y nutre el suelo. Intercalados: pepinos y papas. Cebada, centeno, cebolla, col y Gramineas, en poca cantidad. Trigo, en proporción 1:100 ayuda a formar espigas llenas. En infusión fresca en frío, previene ataque de hongos.

Girasol.

Girasol: elimina plantas tardías de su propia especie, hasta 4 m de distancia (maíz). Mostaza. En proporciones mayores, adelgaza espigas.

Cebollita: cerca de sus raíces cura la Gramíneas inhiben desarrollo radicular. Cebada: sarna del manzano. muy perjudicial. Distribuir en la huerta. Acción — benéfica general.

Menta

Coles, tomate.

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Milenrama

Plantarla a lo largo de borduras, cerca de los senderos, vecina a aromáticas. Aumenta perfume y esencias de aromáticas próximas. Poroto, pepino, arveja.



Rábano rusticano, lentejas, maíz, col, tagetes. berenjena.



Pepino

Leguminosas, rábano, maíz, girasol. Rabanito repele moscas



Perejil

Tomate, espárrago.



Petunia

Protege arvejas, lentejas.



Pináceas

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Inhibidoras y acidificantes en general. Muy perjudicial cerca de trigo.

Porotos

Maíz, como soporte. Junto a avena, en grandes plantaciones. Colocado en bordes, el maíz protege a los porotos del viento. Zanahoria y coliflor. Ayuda a crecer al pepino y las coles. Cebolla, apio, zanahoria.

Nabo Papas

Puerro







Rábano Remolacha

Guisante, capuchina, lechuga, pepino; ayudante general para alejar insectos. Cebolla, col, rábano.

— —

Romero

Zanahoria, col, salvia, lentejas, aleja — insectos.

Ruda

Rosal y frambuesa, aleja escarabajo japonés.

Albahaca.

Salvia

Romero, zanahoria, col, guisantes, arvejas.



Soja

Ayuda a toda hortaliza.



Tagetes

Gran ayuda en la huerta. Mantiene el suelo sin nematodos; distribuirlo por toda la huerta. Bajo frutales; aleja enemigos de la rosa y frambuesa. Aleja hormigas.



Tanaceto Tomate



Tomillo

Cebollita, cebolla, perejil, espárrago, Pepino, chauchas, hinojo. tagetes, capuchina, zanahoria, albahaca. — Aleja mosca de la col.

Valeriana.

Benéfica general.

Zanahoria

Lechuga, cebolla y puerro, alejan mutuamente Umbelíferas (hinojo, chirivía, la mosca, en hileras al- ternadas. Junto al lino, perejil, etc.). en hileras, mulle el suelo. Cebollita de verdeo y aromáticas, alejan la mosca de la zanahoria. Bardana en cultivos intercalados. Recomendable: 3 hileras de zanahoria y 2 de ajo puerro. Lechuga, maíz intercalados. Papas.

Zapallos



ALMÁCIGOS Se denomina de esta forma a cualquier recipiente pequeño que acumule tierra para plantar semillas. Al comienzo necesitan el cobijo de cualquier tipo de protección. Son pequeñas macetas transitorias, ya que luego hará falta trasplantar al lugar final donde desarrolle la planta. No todas las plantas necesitan la protección del almácigo pero muchas dependen de esto en invierno para ganar tiempo y espacio. Muchas especies n soportan bien el trasplante y pueden encontrarse tablas donde aparece la mejor época del año para trasplante (vea el calendario para huertas).

Esta técnica es antiquísima pero tiene más ventajas que desventajas. La mayoría de los almácigos se encuentran bajo techo, con cubiertas de nylon o cualquier plástico y/o material protector del viento y del fríopero que se transparente para que crezcan bien nuestras semillas. Deben ocupar poco espacio y poco trabajo ya que, sino, no tendrían tantas ventajas como las que enumeraremos.

Almácigos en cajón de frutas.

Lo que se puede generalizar es un grupo de pautas simples que se puede ajustar de acuerdo a lo que se planta y al clima. Las semillas deben estar tapadas con una capa de tierra. Las recomendaciones generales coinciden en que se debe tapar con solo tres a cuatro veces el ancho de la semilla. Esto puede parecer insuficiente pero la semilla debe largar brotes que necesitan luz. Luego se las protege del frío o de las aves que no solo comen semillas, sino también brotes tiernos. En la foto anterior se nota un plástico trasparente destapado del lado derecho. Luego de sembrar, se suele regar bastante pero con el cuidado de no inundar. Otros proponen dejar descansar la semilla sin agua por unos días (tres aproximadamente). Así, la necesidad de agua permitirá que crezcan brotes de raíces con más rapidez y abundancia en algunas especies. El riego debe ser de acuerdo a lo plantado pero suele ser día por medio o más espaciado. Lo importante es entender la especie y no formar charcos en la tierra. Esto también sirve para cuando el cultivo esté en el lugar definitivo. Existen muchas posibilidades para fabricar estos pocillos de tierra. Cualquier material que no elimine tintas tóxicas y que sean muchos

recipientes pequeños, resulta útil. La profundidad depende del tamaño de la raíz de la planta pero nunca es demasiado ya que solo estará allí en los primeros momentos. Pueden usarse plásticos duros para transporte de huevos, envases de telgopor, cajones de frutas reciclados o cualquier otro material como los descriptos. Lo único que debe hacerse en todos los casos es agujerear la base para que drene el agua regada como en la naturaleza. En el caso de los cajones de fruta, solo hace falta quitarles la banda superior de maderas de los costados. Quedarán cuatro puntas donde podemos sostener el nylon del invierno y la media sombra del verano. Con una sierra debemos hacer pequeñas hendiduras de no más de un cm de profundo. Cada una debe estar a 7 cm (aproximado) de la otra. Al final de esto tomamos un hilo de pesca y lo pasamos por cada perforación hecha, sosteniendo de la primera con un simple nudo. La cuadrícula quedará lista para colocar recipientes chicos. ¿Cuáles? Recortamos trozos de papel de diario y los enrollamos para que entren en cada sector de 7 cm de lado. Previamente, le agregamos algunas capas de papel al fondo del cajón. Con todos los rollos en sus cuadrados, le agregamos tierra y semillas con el cuidado necesario. De manera que tenemos un cajón transformable, portable y con muchas posibles plantas. Este tipo de almácigo es promovido por el INTA de Mendoza (Argentina) y en muchos lugares más donde se cuida la tierra y el agua. Es sumamente práctico y se puede poner a la lluvia como fuente de riego. Luego se los protege de nuevo bajo techo o de cualquier otra forma. El trasplante es un momento clave para el vegetal y necesita ciertos cuidados. Si podemos transportar los almácigos al lugar final, no tenemos más que tomar un sector de tierra con cuidado de no romper las raíces. Generalmente se saca un diámetro de 10 cm o menos pero todo depende de la especie y de lo crecido que esté el plantín. La profundidad es variable, también. Generalmente no supera los 10 cm. No conviene transportar plantines y, si fuera necesario, se deben cuidar las raíces para que no se sequen. Esto significa que debemos envolver la tierra o las raíces descubiertas con papel, gasa, cartón o algodón húmedo. Siempre es conveniente transplantar el pan de tierra completo para no dañar al pequeñísimo sistema subterráneo, vital y microscópico. En el caso de papas u otros tubérculos brotados en frascos con agua, el transplante se hace con raíces desnudas pero lo más rápido posible. El momento del trasplante puede ser muy flexible si se lo cuida, pero figura esto en la tabla llamada “Calendario de la huerta”.

Es común que, luego del trasplante, la planta se seque por algún motivo. Por ello, los almácigos se conservan mucho tiempo y se los vuelve a sembrar para mantener un grupo creciendo allí que no ocupe tanto espacio ni tiempo. Cuando se seca alguna planta del lugar de cultivo se la reemplaza por otra crecida del almácigo. Siempre debemos elegir vegetales con puntas (meristemas) verdes o verdes claros. Eso indica la vitalidad de la planta en muchos casos. Un buen crecimiento serían dos o más nudos en muchas especies. Se denomina “nudo” a la zona del tallo donde salen una o dos hojas, generalmente. Ese sería el mejor momento para transplante aunque algunas otras especies no llegan pronto al segundo nudo y se las transplanta antes con los indicadores que señalamos al previamente. Por ejemplo, no es común que los rabanitos, zanahorias y lechugas desarrollen bien sin mucha tierra o con plantas que compitan a su lado. Depende de la experiencia del horticultor. Algo que también es útil saber es que las plantas pequeñas tienen diferentes hojas que las crecidas. Por ello, no es fácil reconocerlas, salvo con tiempo y experiencia.

TIPOS DE SIEMBRA Los tipos de siembra deben ajustarse principalmente a nuestras necesidades y a la especie cultivada. El tamaño de las raíces genera a los diferentes esquemas de siembra, aunque muchas otras variables. La siembra al voleo consiste en tomar un puñado de semillas, abrir un poco los dedos con el puño cerrado y revolear las semillas hacia el suelo preparado a tal efecto. Es una técnica sencilla pero aún útil y usada. De esta manera se pueden sembrar plantas que no tengan mucha raíz como ocurre con las lechugas, repollos de todo tipo y algunas otras. Así evitamos competencia por agua y nutrientes. Pueden aparecer luego, plantas encimadas que habrá que ralear. La siembra en líneas significa que debemos plantar en líneas a cierta distancia esa especie. Las líneas de cultivo linderas pueden ser de la misma especie o no. Es preferible lograr orden y variedad para evitar problemas como plagas. Las líneas entre sí llevan más distancia que las semillas de una misma línea.

Esquema que representa un cultivo en líneas. Si colocamos varias semillas en cada punto se denomina siembra de punto. Nótese la diferencia de distancias entre líneas y entre semillas de una misma línea.

Este tipo de siembra tiene varias ventajas. Resulta más prolijo, ya que podemos identificar lo que sembramos de acuerdo a la línea y cómo trabajamos en ella. La otra cuestión positiva es que resulta más simple el raleo. Además, se pueden intercalar líneas de diferentes especies siempre que sean asociables entre ellas. La única desventaja significativa es que nos obliga a mayor organización para la siembra. El cultivo en puntos es el que se sembró solo en sitios específicos pero respetando las líneas expresadas anteriormente. Son sitios pequeños alineados que dejarán ver brotes de más de una semilla. Suele practicarse esto cuando, siguiendo la línea de cultivo, se plantan más de una o dos semillas con poca distancia entre ellas. A las ventajas del sistema anterior, se suma que tenemos más de una planta creciendo o secándose. Para eso está el raleo. Solo se usan un poco más de semillas pero no resulta un gasto difícil. Al final de esto deberían quedar las plantas más vigorosas en cada punto de siembra. Se denomina siembra directa a la que se hace sobre los rastrojos del cultivo anterior. Los rastrojos son los desechos de otros cultivos, o sea, todo lo que no resultó aplicable para nosotros. En otros casos, se nombra como “siembra directa” a la que se hace directamente sobre el suelo, sin el previo paso por almácigos que reciben algunas especies. Las ventajas de sembrar sobre rastrojos son múltiples. Los rastrojos hacen el papel de acolchado natural con todas las ventajas enumeradas para esta estrategia. Para colmo, evitamos todo trabajo importante y materia orgánica pedida para acolchado. Mucho tiempo se mantuvo como

algo en discusión, pero las siembras directas también deben estar en concordancia con el cultivo anterior. Esto significa que deben ser compatibles. Solo necesitamos un utensilio para hacer un pequeño orificio donde plantamos. Luego se debería proteger del frío (si corresponde por el clima) o del sol y sequía. También aclaramos que debemos cuidarnos de las aves que gustan de brotes tiernos y semillas. Para ello, solo necesitamos espantapájaros simples como materiales brillosos y móviles con el viento.

EL AGUA DE LLUVIA Desde hace unos años se discute el problema que viene creciendo con el agua potable. Más allá de las grandes soluciones que podría haber en nuestro país por recursos excelentes en este aspecto, también esta el ingenio que nos permitirá salvar dificultades con muy poco esfuerzo y dinero. Algunos años se discutió entre algunos ecologistas europeos, la forma de recolectar agua de lluvia. Pareciera demasiado simple y con poca utilidad pero previene el cáncer. Sabiendo como recoger esta agua destilada naturalmente, solo tenemos impurezas como smog, polvo de algún techo o excremento de aves. Todo esto se puede manejar fácil porque, al volcarlo al suelo, los descomponedores dejarán pocas posibilidades de supervivencia a los parásitos que puedan haber llegado por esta vía. El principal riesgo es la Salmonella pero es una probabilidad mínima. De todos modos, el agua corriente contiene cloro para destruir posibles causantes de enfermedades. Este mismo elemento aumenta las probabilidades de cáncer de colon. Es por ello y por su escasez que el agua potable de las plantas de cultivo conviene que salga de la lluvia. Podemos diseñar algún tipo de canaleta para contener el agua de los techos. Se le da un mínimo de inclinación y se junta el agua en botellones con tapa. Estos botellones servirán para regar los almácigos, principalmente. Los cultivos en su lugar ya recibirán la lluvia en forma natural.

Existen muchas variantes para construir estos dispositivos recolectores. Lo mejor es reciclar materiales para evitar desperdicios y para que sea más barato y ecológico nuestro trabajo. Una de las posibilidades es utilizar botellas de plástico. Las cortamos en los extremos y podemos usar estas partes como embudos o como pequeñas macetas (si lo agujereamos debajo). Luego queda una forma de caño que se puede cortar al medio y sujetar para formar el canal que tome el agua de los techos de las casas.

En el caso de haber agua de pozo, puede que haya otros riesgos para su ingesta. Por ello mismo, para riego sigue conviniendo el agua recolectada de lluvia.

PLANTAS PERENNES Y TRATOS SIMILARES Otra discusión de ciertos años que aún está abierta, es la selección de plantas perennes para la huerta orgánica. Se denominan así a los vegetales que no mueren naturalmente cada uno o dos años (anuales o bianuales). Muchos comestibles de este origen son caducos, o sea, mueren luego de cierto período natural. La discusión era porque muchos sugerían a plantas comestibles perennes porque requieren mucho cuidado al comienzo y muchísimo menos al transcurrir el tiempo. Un ejemplo claro de trabajo inicial pero buenos resultados son los frutales en su gran mayoría. Incluso las vides llegan a tener cuidados inesperados por muchos años para desarrollar determinados sabores en el vino. Sin embargo, lo que rinde el producto final lo justifica con su precio. De manera que las perennes no

necesitan sembrar dos o más veces por año, ni realizar almácigos casi continuos, ni genera todos los inconvenientes de las plantas jóvenes y débiles. La producción, cuidado y cosecha se hace más dinámica y con trabajos de simples podas o cuidados menores. La planta ya tiene su propia forma de protección como el latex y las resinas contra insectos. Ambos fueron y son utilizados en la industria y puede ser otra posibilidad comercial. La planta adulta no posee tanta sensibilidad a las temperaturas altas o bajas, permitiendo un crecimiento sostenido salvo en los casos de hojas caducas. En estas situaciones también se recomienda observar y utilizar con prioridad a las plantas autóctonas ya que nos evitamos problemas de plagas y de adaptaciones de ese vegetal al ambiente donde estamos. Investigar los recursos naturales que usaban los nativos de la zona puede ser un buen modo de entender la forma de trabajar el suelo con respeto. La historia del lugar nos puede ser útil y puede aportar información sobre plantas perennes aplicables en la zona. En los casos en que no usamos este tipo de vegetales, existen posibilidades de tratar a estos otros de una forma similar a las perennes. Tomemos el ejemplo de las lechugas. Al comienzo forman las típicas hojas comestibles de buen tamaño, forma y color. En ese momento deberíamos optar por cortar las hojas y no arrancar toda la planta o cortar el repollo completo. De esta forma ya tenemos cosecha pero no sacamos las hojas más jóvenes (las superiores más chicas) ni matamos el crecimiento del individuo. Dejando una buena cantidad de hojas, pronto puede dar más hojas para otra cosecha. Algunos dicen que las hojas que aparecen cerca de la floración son más amargas o de algún otro sabor. Lo cierto es que son comestibles y sirven para conservas, ensaladas, etc. Siempre debemos ser precavidos y dejar las hojas superiores en cantidad necesaria para que siga creciendo con su fotosíntesis. Al crecer muy alto el tallo, cerca de la primavera o verano, estamos por conseguir semillas de esa misma planta. De manera que el uso “semiperenne” de la lechuga (como si fuese acelga) nos permite recoger más hojas comestibles por más tiempo y producir semillas que estén adaptadas a ese ambiente y que sabemos cuanto rinden. Todo esto se logra de la misma temporada con un mínimo cuidado en la cosecha. Por ello, el trato de plantas de ciclos cortos puede durarnos un buen tiempo con mayor producción. El tema de la producción de semillas propias tiene tantas ventajas como las expuestas, sumado a que no tendremos que comprar semillas dependiendo de otros. Para colmo, en el caso de comprar, debemos conseguir la variedad que coincida con nuestras necesidades y el

ambiente donde deben crecer. Al dejar florecer algunas plantas productivas, nos aseguramos semillas en buena cantidad. Una vez secas esas flores, lo más probable es que hayan sido fecundadas. Por ello, solo nos resta tomar estos capullos y aplastarlos suavemente para separar las semillas de toda la flor en desuso. Lo que resta es seleccionar las de tamaño, color y forma más regular y dejarlas secar en ambiente ventilado y seco. Por último, se guardan en bolsas o cajas lo más herméticas y oscuras posibles. Hay que evitar la humedad y la luz para que no germinen en cualquier lugar. Por otro lado, es importante poner la fecha de recolección, la especie y algún dato que nos recuerde la variedad que es. No conviene que se conserven mucho más de un año ya que muchas dejarán de ser efectivas con el tiempo y las condiciones adversas de esos envases que siempre pueden ocurrir.

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