Londres, París, Roma. Suena tan bien que es fácil pensar que el camino parece escrito. Pero queda cerrar este triángulo mágico --esa línea llena de glamur que el Barça de Cruyff puso en marcha hace 17 años en Wembley-- nada menos que contra al Manchester. Hoy, un heredero del dream team, un fanático de aquel estilo, Pep Guardiola, el creador de esta gran obra, se enfrenta al mayor reto de la historia del Barça tras un viaje vertiginoso que en un año le ha llevado de Tercera al gran escenario de Europa. Ya tiene dos hojas del trébol. Y va a por la tercera. Sin miedo. Fiel a sí mismo. "Nunca hemos sido un equipo asustado, siempre hemos sido valientes y así intentaremos ganar al mejor del mundo". Tres. Ese es el número. Tres ciudades, tres Copas de Europa, tres títulos: Copa, Liga y Champions. Por ese orden, un orden nacido del azar y del buen humor de Crackòvia, y que se ha ido cumpliendo rigurosamente, convertido ya en el himno extraoficial culé. Tres, el numero de Gerard Piqué, uno de los símbolos de este nuevo Barça, y que hoy vivirá su segunda final de la Champions consecutiva. Pero con un doble cambio. Ni es del Manchester ni se quedará en la grada. Será titular con el club de su vida. Igual es una señal.