Consideraciones Generales Sobre Una Ciberdemocracia Posible

  • June 2020
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Consideraciones generales sobre una ciberdemocracia posible Por Andrés Raigosa

Ante la creciente ola de interconexiones y tendencias protagonizadas por los nuevos medios de comunicación e información, formas alternativas de intercambio comunicativo surgen en escenarios que para algunos ya son comunes gracias a sus ordenadores personales, y para otros siguen siendo lejanas realidades separadas por necesidades más apremiantes que en otros tiempos Maslow señaló con tino como básicas. En el escenario que protagonizan los medios electrónicos y la Internet, algunas de las fronteras que conocíamos podrían ensancharse gracias a los nuevos usos que sus lenguajes pueden proveer, y que en el presente documento se expresan como alternativas a tener en la cuenta por los nuevos agentes políticos y sociales interesados en fortalecer modelos democráticos alternativos más constantes y “directos” con el ciudadano de a pie (algo liberales a propósito), lo que es señalado por el mismo José Luís Dader en su texto: “La Ciberdomocracia posible”, en donde se analizan las nuevas posibilidades que en aras de la democracia pueden impulsar los medios electrónicos: “si bien la ciberdemocracia no puede ser entendida como la llegada de una idílica e igualitaria democracia directa, sí puede ser interpretada como un perfeccionamiento deseable y factible que, con las suficientes dosis de voluntad política, produzca realmente un nuevo estadio avanzado de las democracias liberales”. Comprendiendo y ampliando un poco la idea del mismo Dader, se podría decir que aunque muchos de los crecientes usos de los medios electrónicos responden a un simple ensanchamiento de los medios tradicionales, las posibilidades que habitan estos espacios “virtuales” son gratamente amplias. Dichas ventajas, aunque al alcance de unas minorías elitistas en el momento histórico en que vivimos (aunque en franca expansión en algunas zonas poblacionales menos favorecidas), son escenario de acciones muy interesantes que pueden proporcionar herramientas para crear canales de participación democrática más efectivos en términos de continuidad, fluidez y réplica como veremos a continuación. Ciberdemocracia: entre la continuidad y la réplica Aunque muchas de las primeras adaptaciones electrónicas de los “asuntos públicos y políticos”, son irrisorias en términos de comunicación (intercambiada e interactiva), muchas de esas iniciativas han servido para dar las puntadas básica y primordiales para establecer canales de información más actualizados y continuos con los ciudadanos, que estén lejos de factores e intermediarios con voluntades propias (poco ciudadanas por decirlo de alguna manera). Esta continuidad supone entonces una cualidad muy importante, pues supera con creces los ya exigidos escenarios de la comunicación política tradicional que

ha demostrado ser firmemente vertical e intermitente, gracias a las limitantes que la presencialidad demanda y los espacios que los medios han dedicado en sus agendas al servicio ciudadano, que en términos generales han sido irrisorios para satisfacer la opinión y la masa critica de participación que precisa una democracia. En este sentido la apertura de nuevos medios de comunicación más continuos con el poder político, supone una amplia posibilidad teórica de consultar, controlar, criticar, vigilar y gestionar asuntos que por las limitantes antes mencionadas quedaban opacos en las agendas o arenas políticas tradicionales, permitiendo acceder de forma directa y personalizada a información contrastante sobre los asuntos públicos, dando argumentos suficientes al ciudadano/usuario para interpelar a sus representantes sobre temas o problemas que le afecten directamente, permitiéndole expresarse como ciudadano por medio de herramientas que la misma comunicación electrónica provee. Por tal motivo el papel de los medios tradicionales de comunicación en los asuntos ciudadanos no sería desplazado pero si reforzado por cuanto son vitales para visibilizar el accionar de esta creciente democracia continua que precisa de una legitimidad y masificación para garantizar que los receptores de los mensajes provean la información necesaria o requerida a la luz de una presión que viene desde diferentes frentes comunicativos. De otro lado se le quita el peso que los medios masivos tradicionales tienen respecto a la mediación/relación ciudadano y poder político. Relación que ha sido marcada por tendencia de mercado y espacio que ha limitado su acción y responsabilidad frente a lo social, al igual que el acceso a lo que la luz pública emite. Ya mencionadas las ventajas de la continuidad que los nuevos medios pueden proveer, se requiere de una transformación estructural que con muchas voluntad de fortalecer lo ciudadano, disponga y provea la información necesaria para alimentar estos espacios virtuales, así como un compromiso constante ante el flujo de comunicación que en este caso los emisores ciudadanos emitan, pues es la respuesta lo que caracteriza la continuidad, sino se estaría hablando de una democracia electrónica caracterizada por la naturaleza del medio, más no por aprovechar sus niveles de interactividad y diálogo que en últimas es un ideal teórico no difícil de lograr pero en el cual se ha ido avanzando en los últimos años. Es la utilización de estos canales en la red hasta ahora una actividad individual (y en muchos casos anónima) pero interesante, que debe producir información en vías transversales y múltiples, no sólo para presionar al representante su poder político a dar respuestas ante los medios masivos, sino para proponerle una deliberación constante en medios y arenas alternativas, que requieren sin duda de bastante voluntad política del poder, del ciudadano y de los medios tradicionales para lograr su legitimación como vía acertada, cumpliendo una labor ciudadana edificante y no parcializada. Cabe decir que con el riesgo que los medios electrónicos caigan en la dinámica mercantilista de los medios tradicionales, como lo declara el mismo Dader.

Pero como aun es un presupuesto avanzado ir más allá del escenario real, este autor propone el término “democracia replicante o interpelativa”, al estado real del uso que de tales medios hacen los usuarios conectados. Señala entonces que hoy gracias a la cantidad de información liberada se pueden hacer usos muy interesantes de técnicas de presión ante el poder político, fortalecidos por la facilidad de acceso, reclamaciones, agremiaciones libres y anónimas que desembocan en mensajes que pueden ser entregados fácilmente a sus representantes superando muchos de los obstáculos arriba mencionados. Todo esto en vía de la efectividad práctica, si se dinamizan más voluntades políticas hacia la visibilización de estos movimientos en los medios masivos, presionando por otros frentes. Para Dader, se pueden agrupar en cuatro categorías las formas de comunicación política electrónica: 1. Redes facilitadoras de contacto o deliberación directa entre élites políticas y ciudadanos (de manera colectiva o individualizada). 2. Redes suministradoras de información administrativa directa y acceso a bases de datos de los organismos públicos o de entidades privadas. 3. Periódicos electrónicos profesionales en competencia o como complemento de los medios periodísticos convencionales. 4. Canales audiovisuales de retransmisión directa de comunicación política institucionalizada o especializada (televisión parlamentaria, retransmisiones judiciales, etc.) Todas estas categorías agrupan una serie de ventajas y desventajas que ha provisto el medio electrónico para fortalecer o motivar una mutación considerable de los medios de acceso, presión, intercambio y contacto entre los nuevos ciudadanos conectados y sus representantes. A continuación se presentan algunas de las consideraciones extraídas de estas categorías y del texto “Internet como instrumento de participación”, de Jordi Sánchez: •

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Muchas de estas nuevas prácticas han desencadenado un incremento en las páginas web de candidatos políticos que tienen su auge en períodos de campaña. Estar en la Internet les provee una imagen progresista y moderna: muy a la moda. Comunicarse vía web es más barato financieramente y económicamente más rentable en términos de participación, desplazamientos y recursos físicos. Hay un contacto directo con el elector a quien se le puede ampliar cuanta información pueda de forma transversal, sin necesidad de usar medios masivos tradicionales que son más caros. Los nuevos medios permiten mezclar en un solo sistema comunicativo apelaciones racionales y emocionales mientras se accede o ejecuta la participación o se adquiere información.



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Los simpatizantes o usuarios pueden agremiarse y formar redes de todas las clases para apoyar o rechazar causas, sin necesidad de movilizaciones o medidas de hecho, igualmente sin agremiaciones a movimientos que precisen de condiciones particulares para pertenecer. Se pueden medir por estos medios las reacciones de los ciudadanos más rápidamente ante decisiones de sus representantes. Hay mucha posibilidad de extender los discursos o informaciones sin riesgo de censura o coaptación. Hay un análisis más amplio de lo que sucede en la arena real. Más racionalidad y debate que en medios tradicionales. El hipertexto ofrece más despliegue argumentativo y nuevas fuentes. Algunos partidos o candidatos sólo copian lo que ofrecen por otros medios perdiendo las posibilidades que brindan los medios electrónicos. En la virtualidad se permite igualar a los partidos en términos de presencia por pequeños que sean, aunque los más poderosos económicamente hagan sites más llamativos e inviten a su visita en medios tradicionales. Es vital activar el uso del medio electrónico por parte de los ciudadanos permitiendo alejarse un poco de la dependencia al medio tradicional, así como promover la utilización de fuentes electrónicas por parte de los periodistas, ellos podrán visualizar y valorar más el contenido virtual de los actores políticos. Los medios electrónicos permiten el acceso a informaciones administrativas sin tantas restricciones y limitantes físicas: archivos, carpetas y funcionarios que tienen intereses diversos, en este caso se desplaza al funcionario que opera como portero de la información, se promueve la consulta libre desde cualquier lugar del planeta, se reducen los costos de los trámites, reducción de la interacción innecesaria con intermediarios y se economiza tiempo valioso. Los medios dejan de depender de voluntades de terceros para abrir espacios para la democratización de la información política y administrativa, volviéndola más pública. Aunque las bases de datos no han sido liberadas del todo por las normatividades de muchos de nuestros países por cuestiones de intimidad, seguridad, secretos y sentencias judiciales; los trámites se han agilizado en muchos casos por su disposición en la red. El caso Toalla-Gate en México es un ejemplo fidedigno de que la información publicada en la red puede convertirse en un vehículo de fiscalización importante para fortalecer la vigilancia del ciudadano a los dineros públicos y su destino. En el caso de los medios electrónicos de comunicación, las posibilidades que se ofrecen, parten de la ampliación considerable de la información, la hipervinculación con otras fuentes, lo económico del medio, la apertura de debates en blogs y chats, todo esto en pro de la pluralidad y el contraste siempre disponible de información gracias al surfing virtual que posibilita la diversidad de consultas y por ende de puntos de vista. Algunos medios han permitido que las ventajas de lo virtual perneen sus versiones impresas.

Aun así los medios que son sólo virtuales tienen dificultades de reconocimiento debido a que no tuvieron una vida previa en medios reales. • Las audiencias especializadas han encontrado en los canales de transmisión de debates o escenarios políticos otras opciones de adquirir información valiosa para fortalecer sus posturas políticas y ciudadanas. • La televisión por cable ha permitido o provisto a diversos grupos de ciudadanos de oportunidad de voto para elegir temáticas de programación. • La cantidad de canales también propone por sí misma diversas ventanas de información, más especialización en las audiencias y más canales donde el espacio ciudadano es posible. Experiencias notables en el desarrollo de una ciberdemocracia posible y participativa En este contexto muchos han sido los intentos y movimientos que se han llevado a cabo gracias a las características del medio virtual en pro de una ciberdemocracia, para ello se harán mención de algunos casos, algunos de ellos particularmente promovidos por instituciones investigativas no estatales: El caso elecciones españolas del año 2000 y disponibilidad electrónica de los representantes • • •

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España ha adelantado interesantes procesos en los que los intentos de consolidar el medio electrónico como alternativa han sido importantes, más no estructuralmente determinantes. En este caso los 3 principales partidos se sumaron más de 180 páginas de propaganda e interacción política, siendo el PSOE y el Partido Popular los más visitados en el proceso, con un promedio de 2500 visitas por día. Es para destacar que aunque al principio del proceso los medios tradicionales no hicieron mucho eco de estos “enclaves” políticos, paulatinamente fueron abriendo espacio donde la fuente provenía del medio virtual y publicitando su uso. Las principales herramientas de intercambio comunicacional continuo fueron los chats abiertos con candidatos, foros, debates, colocación de propuestas en línea. Los enclaves suscitaron espacios amplios donde las campañas sacudían agendas mediáticas con temas de actualidad que sólo publicaban en sus medios electrónicos. Además respondían ágilmente a los comentarios de sus contrincantes. Finalmente el medio virtual fue tan citado como fuente como los mismos eventos tradicionales, además se le proporcionó la oportunidad al ciudadano de ampliar su información, contrastar las posturas de candidatos y partidos además de hacer uso de herramientas de inserción de propuestas, debates y comentarios sobre puntos de los programas. En investigaciones realizadas por el mismos José Luís Dader sobre la disposición de los representantes ante los mensajes electrónicos de los ciudadanos, se concluyó (entre otras cosas), que los representantes

tienen todos en su mayoría correo electrónico para recibir mensajes de cualquier proveniencia, pero muy poco responden oportunamente. Aunque los que lo hacen se muestran muy abiertos al intercambio. Cabe resaltar que los representantes de las minorías no contestan aun cuando deberían de cotejar el medio electrónico como una oportunidad de ampliar su electorado o credibilidad. Finalmente tienen mail sólo para fortalecer su imagen de modernización e innovación y no hay un compromiso real con las respuestas al ciudadano. El caso Your Say (Reino Unido) En Inglaterra se ha llevado a cabo un proceso particular que ha sido llevado a cabo por el mismo gobierno. Este espacio tiene dos estancias: a. Policy Forum: Que es coordinado por el Gobierno en donde este mismo inicia debates con preguntas guías sobre temas de interés. Los resultados de estos debates se presentan a manera de informe al primer Ministro, quien posteriormente responde en el mismo espacio. b. Speaker Corner: Expresión libre de los ciudadanos sobre cualquier tema de actualidad. No hay agenda, pero se hacen públicos todos los comentarios que se emiten. En el caso Escocés (E Petictioner), las peticiones ciudadanas son tenidas en cuenta en la formulación de iniciativas y leyes, así como el Democracia.web de Cataluña, con la diferencia que en esta última se requiere que la solicitud o iniciativa sea llevada a cabo por un grupo organizado. Bienvenida entonces la nueva alternativa. Para muchos una sombra lánguida del reflejo de los índices de despersonalización del contacto político y de la participación activa, pero para otros una oportunidad de integrar los desarrollos tecnológicos a las nuevas y crecientes necesidades de participación al contexto actual, abriendo espacios donde la virtualidad explora nuevas dimensiones y proponiendo una reforma en la manera en que el poder político se muestra ante los ciudadanos de manera comunicativa constante, intercambiado y abriendo espacios para el debate y la construcción de ideas conjuntas. Aun así depende de las voluntades políticas y la legitimidad que adquieran estos nuevos espacios, así como el uso que se le proporcione, un uso que comprenda los alcances pero que no tema romper fronteras que dejaron los medios tradicionales como legado.

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