"Cada día más hombres y mujeres que se sienten desalentados, angustiados o confundidos buscan ayuda en la terapia. La misión de los terapeutas es, primero, incitarles a desahogarse de sus miedos o preocupaciones y, seguidamente, movilizar en ellos las fuerzas emocionales reparadoras. El paso siguiente es ayudarles a encontrar una explicación a lo que les aqueja y animarles a considerar posibles soluciones. Dejarnos ayudar en estos tiempos de inseguridad es particularmente importante cuando tenemos que defendernos de la depresión, el ladrón de la felicidad más peligroso, pues lo primero que nos arrebata es la esperanza y la ilusión de vivir." (L. Rojas Marcos, de su libro Nuestra incierta vida normal, 2004) Este sencillo libro es altamente recomendable por su alto grado de docencia al exponer la visión de la vida que nos ha tocado vivir.