Condiciones De Salud En Las Americas

  • June 2020
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CONDICIONES DE SALUD EN LAS AMERICAS Y SUS TENDENCIAS La situación demográfica en las Américas sigue estando caracterizada por una transición debida a las bajas tasas de fecundidad y al descenso de las tasas de mortalidad. Como resultado, hay un envejecimiento de la población en general, y la “dependencia demográfica” de los jóvenes (0–14 años de edad) y de los adultos mayores (60 y más años de edad) con respecto a la población potencialmente activa o trabajadora (15–59 años de edad) está disminuyendo. El fenómeno de la migración al interior y entre los países afecta la distribución de la población y tiene un impacto sobre la prestación de los servicios de salud. En el último cuarto de siglo, la esperanza de vida en la Región ha aumentado en 7 años, de tal manera que la edad promedio actual es de más de 70 años. El perfil de mortalidad en la Región de las Américas se ha modificado notablemente durante las últimas décadas. En casi todos los países, las enfermedades transmisibles han dejado de ser las principales causas de enfermedad y muerte y dicho lugar lo ocupan ahora los padecimientos de tipo crónico degenerativo —las enfermedades del aparato circulatorio, las neoplasias malignas, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes— así como las causas externas tales como las lesiones debidas al tráfico y los homicidios. Entre los factores que han contribuido a la modificación del perfil se encuentran el envejecimiento de la población, el control y la reducción de diversas enfermedades transmisibles, y el surgimiento de otras como el VIH/sida. En el campo de las enfermedades prevenibles por vacunación, los países de la Región han marcado la pauta en la erradicación (viruela y poliomielitis), la eliminación (transmisión endémica del sarampión)

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y el control (tos ferina, difteria, tétanos y enfermedades invasivas ocasionadas por Haemophilus influenzae tipo B y hepatitis B). Los padecimientos transmitidos por vectores, en particular la malaria, el dengue y la enfermedad de Chagas, siguen comprometiendo la salud de una gran proporción de la población de la Región. La cifra de casos de malaria notificados alcanzó su punto máximo al final de la década de 1990 y el padecimiento sigue siendo endémico en 21 naciones. Cada año se notifican cerca de un millón de casos por esta enfermedad. Lo anterior conlleva un impacto económico significativo, dado que dos tercios de esos casos ocurren en la población en edad de trabajar. Se estimó que, al final de 2005, en la Región había 3,2 millones de personas infectadas por el VIH, 60% de las cuales residían en América Latina y el Caribe. Por otra parte, la incidencia del padecimiento se está elevando en la Región, con 220.000 nuevos casos notificados en 2005. De las 10 regiones del mundo con mayor prevalencia de la infección por el VIH, la del Caribe ocupa el segundo lugar. Si bien el mal está concentrado en ciertas poblaciones del resto de la Región, en el Caribe se ha generalizado en toda la población. Los grupos más afectados por el VIH son los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, los trabajadores sexuales y los usuarios de drogas inyectables. Se calcula que anualmente se presentan alrededor de 50 millones de casos nuevos de enfermedades de transmisión sexual en las Américas. Las enfermedades crónicas no transmisibles —padecimientos cardiovasculares, cáncer, diabetes y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica— ocasionan dos de cada tres muertes en la población general de América Latina y el Caribe, y casi la mitad de todas las defunciones en el grupo de edad de menos de 70 años. Además de ocasionar muertes prematuras, estas enfermedades dan lugar a complicaciones y discapacidades, limitan la productividad y requieren de tratamientos costosos. Aunados a la disposición genética y a la edad, los factores de riesgo que contribuyen a estos 2

padecimientos incluyen una mala nutrición, la inactividad física, el tabaquismo y el consumo inmoderado de alcohol; otros factores son la hipertensión arterial, los niveles altos de colesterol, el sobrepeso y la obesidad. Los problemas de salud mental representan la cuarta parte de la carga de enfermedad total en las Américas, medidos en años de vida perdidos ajustados según la discapacidad. La salud oral sigue siendo un aspecto crítico de la salud pública en las Américas, debido a su contribución a la morbilidad total, los elevados costos de tratamiento y el incremento en las inequidades en salud oral. Si bien la prevalencia de la caries dental en la Región se redujo entre 35% y 85% a partir de 1995, el número de enfermedades bucodentales sigue siendo elevado en comparación con otras partes del mundo, a lo cual también contribuyeron los servicios de salud oral de baja calidad, así como su limitada cobertura. En América Latina y el Caribe, dos tercios de la incidencia de los padecimientos oculares —en particular la ceguera y la discapacidad visual— pueden atribuirse a condiciones tratables tales como las cataratas, los defectos de refracción, la retinopatía diabética y el glaucoma. La salud sexual y reproductiva comprende básicamente la salud maternoinfantil, de los adultos y de los adolescentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que de los 16,2 millones de nacimientos notificados en las Américas en 2003, hubo 22.680 muertes maternas —con una tasa de 140 por cada 100.000 nacidos vivos— sobre todo por causas como el aborto, la preeclampsia y las hemorragias. La OMS estimó que en 2006 hubo 280.000 muertes perinatales; de nueva cuenta, las diferencias son notables: el riesgo de muerte perinatal en América Latina y el Caribe triplica al de Canadá y los Estados Unidos de América.

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La salud sexual y reproductiva se vincula directamente con las altas tasas de alumbramiento entre las adolescentes de América Latina y el Caribe, donde una de cada tres mujeres menores de 19 años de edad ha tenido un hijo. La desnutrición infantil, así como las enfermedades crónicas no transmisibles en los adultos, que constituyen un problema en todos los países de la Región, son el resultado, en gran medida, de la mala nutrición. La creciente tendencia que se observa en los niños a tener un peso mayor del recomendado los coloca en riesgo de padecer, con el tiempo, enfermedades crónicas. La lactancia materna es la práctica más importante para reducir la morbilidad y la mortalidad de los infantes, así como el medio más importante y prevenible de transmisión del VIH de la madre al hijo. Las deficiencias de micronutrientes —vitamina A, zinc, vitamina B12, folatos y yodo— aún son una preocupación en materia de salud pública que afecta considerablemente el desarrollo humano y la productividad económica. La combinación de los problemas de nutrición con la inactividad física da lugar a un gran incremento en el número de enfermedades crónicas no transmisibles. Los jóvenes que tienen entre 10 y 24 años de edad constituyen 28% de la población en América Latina y el Caribe. De los 161 millones de jóvenes de la Región, la proporción más grande reside en los países más pobres. Otro gran problema que afecta la salud de los jóvenes es la violencia: el homicidio representa una de las principales causas de muerte entre los jóvenes de 10 a 19 años de edad. La salud de los jóvenes se ve afectada por sus estilos de vida, tales como el consumo inmoderado de alcohol; el tabaquismo y el consumo de sustancias ilícitas; la mala nutrición y la inactividad física; y, por último, la creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad.

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A pesar de que el envejecimiento de la población varía considerablemente en las Américas, para mediados del siglo XXI todos los países de la Región, con excepción de cinco, tendrán la misma cantidad de habitantes de 60 años y de 15 años de edad, y algunos países tendrán el doble de adultos mayores que de jóvenes. La reducción de las enfermedades infecciosas, así como de las tasas de mortalidad infantil y de los menores de 5 años, se han traducido en una mayor longevidad. Más de tres de cada cuatro individuos nacidos en América Latina y el Caribe hoy en día, llegarán a los 60 años de edad, y dos de cada cinco cumplirán 80 años. El reto para los sistemas de salud y para los encargados de formular las políticas sanitarias será el de garantizar que aquellos que vivan más de 60 años puedan celebrar no solo su longevidad, sino el hecho de encontrarse en buena salud y activos. La falta de análisis epidemiológicos uniformes sobre discapacidad en las Américas, complica la valoración. Las causas más comunes son los trastornos degenerativos debidos a la edad, las enfermedades crónicas, los accidentes, los problemas que se derivan del embarazo y el parto, y las enfermedades ocupacionales. Las enfermedades desatendidas —infecciosas o parasitarias— que afectan a millones de personas pobres en América Latina y el Caribe son una manifestación evidente de las desigualdades prevalecientes en salud. En este grupo se pueden incluir las helmintiasis intestinales, las esquistosomiasis, la filariasis linfática, la leptospirosis, la leishmaniasis, la cisticercosis, la enfermedad de Chagas y la oncocercosis. El panorama en las Américas es complejo y se requiere del apoyo de todos para lograr el impacto y mejorar la calidad de vida de todos los que la integramos.

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