COMPETENCIA Y DILIGENCIA PROFESIONAL: El principio establecido hace referencia a la obligación que se posee no solo como parte del código de ético, sino como un compromiso que se debe mantener directamente como profesional en aspectos generales. Esto conlleva a que el profesional que realice la prestación de sus servicios sea una persona que cumpla con los requerimientos del nivel del mercado actual, que tenga el conocimiento adecuado en la materia y lleve en practica lo aprendido mediante procedimientos que se encuentren vigentes y se mantenga en la constante adquisición de conocimiento para el mejoramiento de su eficacia en las tareas requeridas, puesto que se espera que todo profesional de la contabilidad sea una persona competente y con altos niveles de preparación para poder afrontar la diversidad de competidores en un mercado en crecimiento y que día a día requiere personal con mayor capacitación. La diligencia profesional es el énfasis que un profesional debe realizar con el desempeño de su trabajo, siendo el mismo caracterizado por tomar en cuenta cada detalle de este como una parte importante sin tomar en cuenta el peso de cada tarea, siendo cada una de estas realizada con esmero, dedicación y orden para la entrega de un trabajo impecable y de la calidad requerida en los estándares actuales en base a las normativas establecidas para los mismos. En aspectos de encargos realizados como un equipo, se debe velar por que todos los integrantes posean el nivel de conocimientos y preparación para el desempeño de este sin que se tenga la posibilidad de que alguno de estos pueda afectar el trabajo y que no se cumplan con las expectativas por parte del cliente al momento de concluir con dicho trabajo.