Comentario de El Proyecto de Filosofar Peruano en David Sobrevilla de Eduardo Kevin Cerro Choquehuanca
Huacre Gutiérrez, Juan José Cuando uno habla de filosofía peruana o intenta buscar información para enterarse sobre el tema; siempre salta a la “vista” la figura de David Sobrevilla. No hay pensador actual que no lo haya tomado en cuenta, por lo menos, negativamente. Estudioso asiduo y conocedor profundo de la filosofía. Parece que no hay tema filosófico que él no haya tratado; de ahí su conocida erudición. Por ello, no es sorpresa que nuestro autor comentado lo haya elegido como tema de estudio. El trabajo está dividido en cinco secciones. Una parte introductoria donde el autor da los motivos por los cuales eligió este autor y no otro en específico; porque la cantidad de autores que cita es de mucha relevancia en la reflexión filosófica. Él dice que reflexionaron problemas nacionales y tuvieron un reconocimiento en el exterior. La segunda parte titulada Sobre David Sobrevilla hace una suerte de biografía intelectual y muestra la importancia de este pensador. Afirma que el antecedente más directo de Sobrevilla es Salazar Bondy, es decir es su continuador. Continúa con la parte dos titulado Desarrollo Filosófico. En el se centra principalmente en las etapas del pensar de nuestro filosofo. Distingue tres etapas en su actividad filosófica: la primera etapa lo llama de aprendizaje, sus estudios en la PUCP, UNMSM y en la Universidad de Tubinga; la segunda, de transición, se acerca a la Fenomenología, a Salazar Bondy y Francisco Miró Quesada; la tercera y última la denomina periodo autónomo, en esa etapa se encuentra la realización de su famoso libro Repensando la tradición nacional donde propone apropiarse, criticar, replantear y reconstruir la tradición filosófica
occidental. El la cuarte parte del trabajo titulado Proyecto de filosofar peruano que a su vez está dividido en dos secciones y una sub sección, Repensar la tradición nacional y la subsección Crítica a los filósofos peruano y ¿Pensamiento filosófico o pensamiento mítico precolombino? En esas dos partes hace una exposición del libro de Sobrevilla: Repensar la tradición nacional. El libro lo divide en tres partes: el prólogo, exposición de sus pensadores tratados y evaluación de dichos pensadores. En esta parte menciona la propuesta de Sobrevilla de una “etnofilosofia en la propia tradición” que se da en tres pasos: apropiarse de la tradición filosófica de occidente, criticarlo y reconstruirlo a partir de nuestras necesidades concretas. En esta última parte resalta la ignorancia de nuestra tradición por aquellos que niegan su existencia. Y, a partir de allí, menciona que Sobrevilla acepta que existe una filosofía en nuestro Perú, pero no es del nivel esperado. Continua con una descripción de la crítica del filósofo a los pensadores peruanos .estudiados; tocando a Ibérico, Mariátegui, Guardia Mayorga y Salazar Bondy, centrándose en este último. La crítica a Salazar Bondy es principalmente su falta de rigurosidad. No aclara que es inautenticidad, dependencia, original, autentica, etc. En la parte sobre la problemática sobre el pensamiento pre-colombino desarrolla la crítica que hace el pensador peruano al libro de León Portilla La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes. En él menciona que Sobrevilla niega que haya existido filosofía antes de la conquista de Colón; únicamente existían mitos. Y que para demostrarlo hace una distinción entre filosofía en sentido amplio y en sentido estricto. Donde en el único caso en el que se pude denominar filosofía es en el sentido amplio en la que también se encuentra la visión mítica; no en sentido estricto como piensa Portilla. Para demostrar la inexistencia de la filosofía náhuatl Sobrevilla propone dos argumentos. El primero lógico e histórico. En el primero por medio de reducción al absurdo; y el segundo haciendo un estudio de las condiciones en las que surgió la filosofía en Grecia,
mostrando que son muy distintas a la cultura náhuatl. Luego habla, el autor comentado, de la posmodernidad y sus retos. Y ésta abre el camino para la realización del pensar humano. En la última parte, Conclusiones, el autor hace una pequeña crítica a Sobrevilla por su falta de creación filosófica propia. Luego, partiendo de la erudición del filósofo, da palabras esperanzadoras sobre la reflexión filosófica y su futuro. Las críticas que se le podría hacer son los siguientes: En el aspecto formal. En la cuarta parte, que está dividido en 4.1; 4.1.1 y 4.2, hay un error la división de esa parte, tomando en cuenta la fuente al que recurre y el tema que trata, debería estar dividió en 4.1; 4.2 y 4.3 si se quiere tomar en cuenta el la temática en general del proyecto de filosofar peruano como un todo o 4.1; 4.2 y 3 si se quiere dividir teniendo en cuenta los libros consultados. Por último, si se toma la temática en sentido estricto seria 4.1; 4.2 y 4.2.1 pues la crítica a León Portilla estaría estrechamente relacionado con la crítica a los filósofos peruanos en la sección anterior. Centrándonos en el contenido en la sumilla no nos da un motivo por el cual elige a Sobrevilla y no a otros. Habla que trata los problemas nacionales y su reconocimiento internacional, sin embargo, esto también se le puede aplicar al otro pensador peruano mencionado, a saber, Salazar Bondy. No hay claro motivo por el cual se elige a Sobrevilla y no a éste último. En la parte cuatro del texto cita a un autor que deja mucho que desear; pudiendo haber citado a alguien más informado sobre el tema (no mencionare el nombre por razones obvias). Una de las críticas a Portilla menciona que es de carácter lógico, utilizando el método de reducción al absurdo, que consiste en afirmar que la proposición es falsa y si llega a una contradicción es verdadera y si no seguirá siendo falsa; sin embargo, su desarrollo no parece concordar con dicho método, o tal vez, no lo desarrollo lo suficiente para que se muestre explícito. Luego de haber
desarrollado la crítica de Sobrevilla a Portilla, aparece fuera de lugar el termino posmodernidad; sin que, aparentemente, tenga relación con lo ante expuesto; surge como de la nada. Quizás se deba a que falta la parte (que tal vez fue suprimida erróneamente) que conecta la crítica a Portilla y la posmodernidad. O esto debería estar en las conclusiones con algunos agregados que conecten o lo relacionen a la conclusión, donde el autor hace reflexiones propias. O simplemente suprimir esa parte que inicia con “El reto de la posmodernidad” hasta terminar el párrafo. Por último, en las conclusiones, el autor se muestra optimista sobre el futuro de la reflexión filosófica, partiendo de la pura erudición de Sobrevilla. Sin embargo, no dice las razones de su optimismo y cómo es que se puede ser optimista partiendo del puro enciclopedismo. Y, además, los hechos al parecer apuntan en la dirección contraria; es decir, un futuro en el que no solamente no va existir filosofar autentico y creativo, sino, no habrá filosofía ni inauténtica ni puramente erudición filosofía, pura repetición.