LA OTRA CARA DE LAS VACUNAS (Parte I) Ingrid Maida Exclusivo para Eastern Group Publications
Aquel "pinchacito" de rutina puede ser más peligroso de lo que muchos padres imaginan Consagrada como uno de los logros médicos más aplaudidos del siglo XX, la vacunación infantil se ha convertido en el arma indispensable de la sociedad moderna para combatir las enfermedades infectocontagiosas. Tan difundidos han sido sus beneficios que muy pocos se atreven a dudar sobre sus cualidades e informarse mas sobre sus riesgos. Sin embargo, estos existen. Richie nació en Nueva York en 1983 y, como es costumbre, a los 2 meses de edad recibió la vacuna contra la DPT (Difteria, Tétanos y Coqueluche). Treinta y tres horas después, Richie había muerto. El certificado forense señaló como causa de la muerte "shock irreversible debido a probable reacción a la DPT". Aunque muchos pudieran pensar que este es un caso único, los hechos señalan que no es así. "La vacunación es un procedimiento médico que conlleva un riesgo de daño o muerte", dijo a EGP Barbara Fisher, fundadora y directora del Centro Nacional de Información sobre Vacunas (NVIC por sus siglas en ingles), en Virginia. "Todo ciudadano debería tener el derecho a ser total y precisamente informado sobre sus beneficios y riesgos y estar permitido a tomar una decisión voluntaria sin ser presionado o castigado por el Estado". Actualmente, la vacunación no es una acción sobre la que pueden decidir los padres. Pocos minutos después del nacimiento, todo bebe es vacunado contra la Hepatitis B, mucho antes de que la madre pueda informarse y decidir al respecto. Mas aun, la obligatoriedad de la vacunación de los niños para poder ingresar a la escuela se ha convertido en una rutina. "Cuando el Centro para el Control de las Enfermedades recomienda una nueva vacuna infantil para 'uso universal', las autoridades de salud del estado la añaden a la lista obligatoria de vacunas de la escuela", señaló Fisher. Aunque el tema puede ser desconocido para muchos, el movimiento antivacunación, en todo el mundo, ya tiene varias décadas. Quienes lo han iniciado no son solo miles de padres de niños dañados o fallecidos como reacción a alguna vacuna, sino también una creciente minoría médica que cuestiona seriamente los beneficios y riesgos de la vacunación infantil. Después de muchos años de presión, en 1996, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) sustituyó la vacuna DTP (Difteria, Tétanos y Coqueluche) por la modificada "acelular" DTaP. Según la fundadora del NVIC, la antigua DPT, utilizada todavía en los países latinoamericanos, demostró que 1 de cada 875 personas inyectadas sufrían convulsiones, colapsos o shocks, 1 de cada 110 mil tendría inflamación cerebral y 1 de cada 310 mil, daño cerebral permanente. Hasta que el FDA ordenó la sustitución de la DTP en 1996, por considerarla peligrosa, fue utilizada y vista como una vacuna confiable por autoridades gubernamentales, de salud y padres de familia. "Hemos estado cuestionando la política nacional de vacunación así como pidiendo mejor calidad de estudios científicos que expliquen porqué muchos niños se vuelven autistas, con incapacidades de aprendizaje, hiperactivos, asmáticos, diabéticos y otro tipo de problemas cerebrales o del sistema inmunológico, después de repetidas vacunaciones", dijo Fisher al referirse a los 22 años de actividad del NVIC. Mientras enfermedades como la polio casi han desaparecido del planeta, gracias a la vacunación masiva según la mayoría de médicos, otras han surgido con gran fuerza generando diversas investigaciones que las han asociado también con estos procesos de vacunación. Uno de los casos más conocidos ha sido el que relaciona la vacuna del MMR (Sarampión, Paperas y Rubiola) con el autismo, que es un trastorno cerebral que incide en la personalidad y conducta de quien lo padece. Según un estudio realizado por la Dra. Mary Megson, el autismo ha pasado de ser un problema que se veían en 1 de cada 10 mil niños en 1978, a una "epidemia" que ya en el 2000 afectó a un promedio de 1 de cada 500 niños, en Estados Unidos. En Londres, el mismo primer ministro Tony Blair, aumentó la ola de controversias cuando, en febrero del 2002, se rehusó a responder sobre si su hijo la había recibido o no la vacuna contra el MMR.
Debido a los comprobados daños a miles de niños como reacción a alguna vacuna, el gobierno de este país, como principal promotor de las inmunizaciones masivas, tuvo que responsabilizarse de sus efectos y crear en 1986 el Programa Nacional de Compensación. Desde 1988, este fondo ha efectivizado mas de 558 millones de dólares a 638 victimas y/o familiares, de las 1477 demandas que ha recibido la Corte Federal de Estados Unidos. La Organización Mundial de la Salud reportó 14,199 casos de reacciones adversas a la vacunación en Estados Unidos, en el 2002. Las autoridades de salud continúan impulsando la vacunación obligatoria, añadiendo nuevas vacunas y señalando que no tiene efectos secundarios. Al mismo tiempo, quienes se oponen a esta política de salud, aseguran que no solo existen diversos estudios e investigaciones que prueban estos efectos, sino que todavía falta mucho por descubrirse. "El problema científico a responder todavía es si el uso de muchas vacunas en los primeros momentos de la niñez está contribuyendo a enfermedades crónicas posteriores -señaló Fisher-. El uso de múltiples vacunas (38 dosis de 12 vacunas actualmente) es algo relativamente nuevo, apenas de los últimos 20 años".
(Parte II) Mientras una mayoría médica promueve la vacunación masiva, una creciente minoría cuestiona su efectividad y seguridad. Mientras la industria farmacéutica investiga y produce nuevas vacunas para nuevas enfermedades, el debate a nivel médico sobre los riesgos y los beneficios de la vacunación se intensifica. Desde los inicios de la vacunación, hace dos siglos, uno de los aspectos de la controversia ha sido la efectividad o no de la vacunación en la eliminación o reducción de enfermedades infectocontagiosas. En la actualidad, una minoría médica señala que para 1945 las muertes por enfermedades infectocontagiosas se han reducido en un 95 por ciento, mucho antes de los programas de vacunación masiva. "La disminución de estas enfermedades está relacionada con la mejora en las condiciones sanitarias y mejor alimentación, y nada tienen que ver las vacunaciones", aseguró el Dr. Eduardo Yahbes, catedrático de la Asociación Medica Homeopática Argentina y parte activa del movimiento mundial 'antivacunacion'. Para las autoridades en salud, sin embargo, esto dista mucho de la verdad. "Las mejoras socioeconómicas han tenido un indudable impacto indirecto en las enfermedades -dice Curtis Allen, representante del Centro de Control de Enfermedades (CDC)-. Pero una mirada a la actual incidencia de enfermedades a lo largo de los años no deja dudas del significativo impacto directo que las vacunas han tenido en los tiempos modernos". Según el CDC, la reducción en el uso de vacunas contra la coqueluche en Inglaterra, en 1974, provocó la epidemia de esta enfermedad para 1978. En oposición, el Dr. Yahbes señala los rebrotes de enfermedades a consecuencia de las vacunas, como en ocurrido "en Río de Janeiro donde de 80 casos de polio se pasó a 700 al comienzo de la vacunación Salk y a 1,200 luego de la introducción de la Sabin en 1965". Efectos Adversos Una mayoría de padres está consciente de que las vacunas puede generar un poco de fiebre o enrojecimiento de la piel. Pero algunos otros han sido testigos de efectos más severos, como convulsiones o incluso la muerte, y que aunque de acuerdo al CDC, son "extremadamente bajos", son también posibles. Sin embargo, muchos médicos e investigadores consideran que existen otros efectos adversos que aun son desconocidos o que todavía no están comprobados. Al respecto, uno de los casos más controversiales es el que relaciona la vacuna MMR (sarampión, paperas y rubéola) con la "epidemia" de autismo, que en algunos estados se ha incrementado hasta en un 500 por ciento en la última década. El CDC asegura que esta relación es simplemente "casual", debido a que no existe evidencia científica que la respalde. Sin embargo, según el Dr. Bernard Rimland, fundador del Instituto de Investigaciones del Autismo de San Diego, cerca del 60 por ciento de los padres de niños autistas aseguran que el cambio radical de sus hijos vino inmediatamente después de recibir la MMR. "El autismo se elevó bruscamente a los 18 meses de edad (de los niños) en la mitad de la década de los 80, cuando la vacuna MMR llegó a usarse por todas partes. -dijo Rimland-. ¿Una coincidencia? Difícilmente". De los diversos estudios realizados con el fin de determinar si este trastorno de la personalidad pudiera ser provocado por la MMR, el conducido por Andrew Wakefield en 1998, fue uno de los que causó mayor polémica. Esta investigación planteó una posible relación entre el virus del sarampión, que fue hallado en el intestino inflamado de la mayoría de niños autistas estudiados, y el daño tóxico al nivel cerebral que pudiera ocasionar este problema neurológico. No obstante, en noviembre del 2002, otro estudio realizado en Dinamarca refutó los resultados de Wakefield al señalar que "no existía correlación entre el thimerosal de las vacunas -un derivado del mercurio- con los incidentes de autismo". Sin embargo, como en la investigación de Wakefield, las críticas a la metodología no tardaron en llegar, cuestionándose así sus resultados. De manera parecida, existen estudios independientes que asocian diferentes vacunas con problemas como el Síndrome de Muerte Súbita Infantil, la hiperactividad, la diabetes juvenil y el asma. Pero paralelamente, existen otras investigaciones conducidas principalmente por las autoridades gubernamentales de salud, que rechazan estas vinculaciones por falta de evidencia científica. Los estudios La carencia de estudios profundos y conclusivos sobre los
efectos a largo plazo es precisamente el mayor problema de la vacunación, de acuerdo al Harold Buttram... "Nunca han sido hechos, de manera definitiva o sistemática, pruebas antes-y-después de la vacunación para determinar sus efectos en varios órganos y sistemas del cuerpo, especialmente los neurológicos, inmunológicos, y hematológicos", dijo Buttram. Para él, existen motivos para sospechar de reacciones tardías que pudieran estar sucediendo sin ser reconocidas en su verdadera naturaleza "La mayor preocupación a largo plazo con las vacunas infantiles -advierte- es que la introducción de material genético extraño, especialmente en la forma de vacunas con virus vivos, dentro del sistema del niño pudiera traer cambios genéticos". Entre tanto, las autoridades de salud no dudan sobre la seguridad de las vacunas. "Las inmunizaciones son extremadamente seguras gracias a los avances en la investigación médica y la constante revisión por doctores, investigadores y autoridades de salud pública", asegura Allen, del CDC. Sin embargo, la credibilidad de esta reconocida organización de salud así como del IOM (Instituto de Medicina) fueron duramente criticadas por Dave Weldon, congresista estadounidense de Florida y médico, quien acusó a algunos de sus representantes de "manipular" y "ocultar" información, relativa a la seguridad de las vacunas. "La información provista al público (por el CDC) ignora e elimina generalmente estudios que elevan preocupaciones sobre la seguridad (de las vacunas), - acusó Weldon- y se enfoca, mas bien, en resaltar estudios epidemiológicos que favorecen su posición". Las afirmaciones de Weldon fueron expresadas en una carta enviada el 15 de enero al director del CDC, Dr. Julie Gerberding, solicitando la suspensión de la próxima reunión del Comité de Revisión sobre la Inmunización Segura (dependiente del IOM), planeada para el 9 de febrero. De acuerdo a Weldon, la información "limitada e incompleta" que se planea revisar en esta reunión, genera demasiadas dudas sobre la objetividad de las conclusiones a las que se pudiera llegar. "Hemos rasgado tímidamente la superficie de esta área en términos de investigación sobre las vacunas -dijo Buttram a EGP-. Y al final de todo, simplemente no sabemos que estamos haciendo con ellas".
(Parte III) "No importa lo que yo crea sobre las vacunas -dice Pedro Palacios, un inmigrante mexicano que vive en el Este de Los Ángeles-. Igual tengo que hacer vacunar a mis hijas porque es obligatorio". Al igual que Palacios, millones de padres en Estados Unidos deben cumplir con el mandato de vacunación infantil si quieren que sus hijos entren a cualquier escuela pública o privada. Aunque poco conocidas por la población, algunos estados, como California, cuentan con excepciones de tipo religioso, filosófico o médico. En el Distrito Escolar de Los Ángeles (LAUSD), por ejemplo, si un padre no quiere que su hijo reciba una o todas de las vacunaciones (como la DtaP o la MMR), solo debe acudir a la oficina central del LAUSD y llenar un formulario de "renuncia de vacunación", con el simple justificativo de "tener una fuerte creencia" contra esta práctica. No obstante, la ley es diferente no sólo de un estado a otro, sino de un distrito escolar a otro. Recientemente, el estudiante Mathew Mergenthal, fue expulsado de su escuela, perteneciente al Distrito Escolar de Gloucester Township en New Jersey, por rehusar la vacunación contra la hepatitis B, debido a creencias religiosas. "No hay una justificación moral o científica para la actual obligatoriedad de vacunación infantil", dijo el Dr. Harold Buttram, parte activa del movimiento pro vacunación libre, formado por cientos de médicos que cuestionan la seguridad de la vacunación y por miles de padres de niños dañados o fallecidos a consecuencia de la aplicación de alguna vacuna. "Es por esta razón -agregó Buttram-, que por muchos años he apoyado la libertad de elección de los padres para aceptar o rechazar vacunas para sus hijos basados en un consentimiento informado". Para las autoridades de salud, sin embargo, la vacunación no puede ser una opción voluntaria para los padres por cuanto responde a una necesidad colectiva y no individual. De acuerdo al mismo CDC (Centro de Control de Enfermedades) "si no estuviéramos protegidos por las vacunaciones, estas enfermedades (la polio, la difteria o el sarampión, por ejemplo) pudieran extenderse rápidamente por toda la población, causando epidemias". Este temor es precisamente el que ha hecho que Patricia Rojas, madre de tres hijos, continúe apoyando la vacunación a pesar de haberse enterado de que, según algunos estudios, ésta pudiera haber ocasionado el autismo de dos de sus hijos. "No sé que creer porque no hay una explicación definitiva en ningún lado -dijo Rojas, antigua residente de Boyle Heights-. Pero igual pienso que la vacunación es importante". La insuficiencia de estudios científicos sobre la seguridad de las vacunas ha sido por décadas el argumento más utilizado por quienes luchan por una vacunación voluntaria e informada. Desde la creación en 1986 de la Ley Nacional de Daños de la Vacunación Infantil (NCVIA), todo padre debe recibir información detallada sobre los riesgos y beneficios de cualquier vacuna aplicada a sus hijos. La información escrita usualmente está a disposición de los padres en la mayoría de centros de salud. Sin embargo, una reciente encuesta a varios padres en el Este de Los Angeles demostró que todos conocían las ventajas de la vacunación, pero ninguno pensaba que pudiera ocasionar
alguna lesión seria o permanente. "Si yo supiera que las vacunas son riesgosas no haría vacunar a mis hijos", afirmó Oscar Laguna, padre de cinco niños. Otros, en cambio, apoyan la vacunación de manera incondicional. "Yo haría vacunar a mis hijos aunque no fuera obligatoria", dijo Marisela Valencia, una mexicana madre de tres niñas, a tiempo de dudar de cualquier posición que cuestione la seguridad a largo plazo de las vacunas. "No sabemos lo que vendrá en el futuro -aseguró-, para mi solo es importante el presente y por eso son importantes las vacunas". La desinformación y el "fanatismo" social respecto al uso de las vacunas son para el Dr. Eduardo Yahbes, pediatra con mas de 40 años de experiencia, una consecuencia de la misma información incompleta y parcial que manejan tanto los pediatras como los medios de comunicación y que a su vez trasmiten a los padres. "Se habla en los medios periodísticos de los riesgos 'gravísimos' de las enfermedades infectocontagiosas y se relatan las muertes causadas por aquellas -dijo Yahbes, promotor del movimiento "vacunación libre" desde Argentina-. Nada se dice de las muertes producidas por las vacunas y de los efectos adversos desencadenados a partir de estas". Si bien, de acuerdo a las autoridades de salud, la vacunación es el medio más eficaz para la prevención de la enfermedad, para Yahbes, así como para otros opositores de la vacunación obligatoria, son motivaciones económicas antes que médicas, las que promueven la actual política mundial de vacunación. "La obligatoriedad de las vacunas se debe al lobby (presión) de las empresas productoras más que a verdaderas razones científicas", dijo Yahbes. Por esta misma razón, Barbara Fisher, directora y fundadora del Centro Nacional de Información sobre Vacunas (NVIC, siglas en inglés) cree que la esperanza del cambio está en manos de la población. "Yo creo que la misma gente será la que obligue a cambiar el sistema de vacunación masiva", dijo la representante de esta organización, que desde hace 22 años agrupa a miles de padres cuyos hijos quedaron dañados o murieron como reacción a alguna vacuna. "Algunos están empezando a darse cuenta que luego de haber utilizado todas estas vacunas que el gobierno, la industria y los doctores les dijeron que usen, no están más sanos, sino más enfermos -agregó Fisher-. Cada vez hay más gente que entiende que un estilo de vida saludable (alimentos nutritivos, mucho ejercicio, sin fumar y con suficiente descanso) puede tener mucho más que ver con estar sano que con el uso de tantas drogas y vacunas".