Quitar el Pañal Recopilación de diversos e-mails enviados en la red LACMAT-L ................. 1 Sobre Control de Esfínteres - María Paula Cavanna .................................... 7 ¿Qué pasa a los dos años? – Estíbaliz Vegas .............................................. 9 Autorregulación y Prevención Infantil - Estíbaliz Vegas ........................... 12
Recopilación de diversos e-mails enviados en la red LACMAT-L Buenos días a Todos! Nuevamente con uds para hacerles una consulta, esta vez es sobre quitar el pañalito, nose si corresponde la consulta al tipo u orientación de consultas que generalmente se hacen en la lista, que esta mas enfocada en lactancia, de ser así mil disculpas por este Email. Mi nena tiene 2 años y 1 mes y bueno decidimos sacarle el pañalito y enseñarle poco a poco a usar el retrete ( ella tiene uno de plastico ) siempre mostro rechazo a el, pero bueno imagine que era muy pequeñita ( 1 año) para cuando nos lo regalaron como para presionarla a usarlo. Sin embargo leí que los bebes a partir de los 2 añitos ya estaban fisicamente "maduros" para poder controlar sus esfinteres que antes de ese tiempo era un poco forzarlos ha controlar algo que anatomicamente no estaba listo. El tema es que ahora que estamos intentando enseñarle notamos que le asusta! En realidad toda la vida le asustó y ese sentimiento no ha cambiado. Me aconsejaron que una vez que quite el pañalito no se lo ponga bajo ninguna sircunstancia salvo para dormir y eso estuve haciendo por unos tres días , hasta que note que mi nena retenia la pilita y por nada del mundo quería hacerlo en el baño, me avisaba que queria hacer pilita pero también me decía que le ponga el pañal y su carita de desesperacion me conmovia, asi que aparte de notar que físicamente controla muy bien los esfinteres ahora tambien note que ella aun no esta lista psicológicamente para ese cambio, nose si me estoy equivocando, pero es que la veo sufrir con el tema de no tener el pañal, por eso regrese a ponerlecelos, porque francamente la veo a la nena angustiada conteniendo tanto popo como pila..... Es aquí donde viene la consulta...ya hice mal retomando el pañal?, debo utilizar algun metodo particular? Me he sentado con ella en el baño por horas y aun asi se reciste a usarlo...que debo hacer?.... Deseo que mi hija aprenda a utilizar el baño, pero de ninguna forma quiero que el proceso le signifique angustia y sufrimiento, por lo que les escribo para que me puedan orientar en esta nueva etapa. Desde ya muchas gracias. Lizette y Mafer (25 meses)
Hola! Mi hija usa pañal i tiene 32 meses. No "se lo he quitado" porque creo (i mi marido también) que debe hacerlo ella misma cuando está preparada. Hay infinidad de mitos entorno al pañal así como infinidad de maneras para hacerlo. Qué se debe hacer? RESPETAR AL NIÑO, comprobar que está fisiológicamente preparado y psicológicamente (como bien has dicho). Mi marido entiende mucho de esto (no es médico pero trabaja en el ámbito sanitario en contacto con neurólogos). El control de esfínteres no es una cosa que se aprende, es una maduración de la parte del cerebro que controla los movimientos involuntarios. Generalmente se da entre los 2 y 3 años; más para los 3 que para los 2. Aunque evidentemente, hay niños más precoces, al igual que los hay más tardíos; por eso es IMPORTANTÍSSIMO atender a las señales del niño, no forzarle y no obsesionar-se en que va a ir al cole y aún usará pañal. En cuanto a lo de volver a ponerlo. No hay NINGÚN problema, precisamente por lo que te he dicho antes. Si el niño no estaba preparado, pues lo vuelve a usar y ya está. Ni se "hará más pequeño" ni tendrá problemas psicológicos ni nada. Lo único que verá es que le respetas y eso le hace bien. Lo que mi marido me decía cuando hablamos del tema es "los neurólogos y psiquiatras NO recomiendan para nada estas prácticas que todo el mundo está acostumbrado a hacer. Al contrario, es muy peligroso forzar al niño,( o insistir o darle premios, o hacerle ver que "ya es mayor") ya que puede repercutir en esa maduración y en otras referentes a otros ámbitos del desarrollo infantil. Mi hija es la única de su clase de la guardería que lleva pañal, pero a ella no le importa y a mi tampoco. Sabe perfectamente qué es un wc, usa su orinal con música cuando quiere y cuando se da cuenta de que va a hacer caca y "se acuerda" de pedirlo, la llevo al wc. Espero haberte ayudado y a ver si alguien puede darte información más "científica" (no tengo a mi marido aquí para explicartelo con más detalle) Un beso, Montse www.acaronar.com
Hola, ¿puedo mechar una consulta? ¿Qué tan malo es el tema "premios"? Mi nena de dos años y medio también sigue usando pañales. La semana pasada hizo caca en el wc, y le "llovieron" premios (de papá, de la madrina, de los abuelos). En casa no le pedimos que controle a cambio de premios, pero no se que tan contraproducente es que los reciba después. ¿Alguien lo tiene claro? Gracias,
Hola Lizette!, entiendo que te preocupe y conmueva lo que le sucede a tu beba, quizás aún no está preparada para el control de esfínteres, que es muy variable de niño a niño, es
tiempo normal de controlar esfínteres varía de los 2 a los 4 años, excepcionalmente pueden tardar bastante más (8 años!) sobre todo cuando hay antecedentes de enuresis en los papás, pero ningún niño llega a adulto haciéndose pipi encima ;-) Te adjunto algo para que leas. Cariños. Dra. Alejandra M. Mercado www.dardemamar.com
Hola Lizette Aprender a controlar esfínteres es algo madurativo, no puedes apurar el proceso, y en general los intentos por hacerlo no funcionan o terminan en enuresis de más grandes. Los niños controlan esfínteres entre en 2do y el 3er año de vida. Con 2 años y un mes tu hija es aún muy pequeña y está dando claras muestras de que no está lista para ello. Disfruta de tu hija que cuando esté lista para controlar esfínteres te lo hará saber!!!! Saludos María Paula Lizette: El retiro anticipado del pañal antes de las señales del niñito de inicio del control de esfinteres , generalmente las madres aprovechan el verano para sacarles el pañal en nuestro medio, creyendo que asi aceleran la maduracion y lo unico que consiguen es generalmente temor a la materia fecal emitidaque al no identificarlas como propias les asustan , convirtiendo asi el tema en angustia y miedos, complicandolo .Los niños avisan primero despues , luego al mismo tiempo y mas adelante antes . Ampliando lo trascripto por Alejandra , existen para las enuresis en especial tratamientos neoconductistas con una efectividad de mas del 90 %. Para anticipar el contol de esfinteres amorosamente y sin obligar es recibir el pis y la caca de los bebes en cada cambiada con festejos , risas y alegrias manifiestas .y en el comer con las manos al inicio de sus comidas en familia .Tambien el jugar con arena mojada , barro y otras pringosas . Atetamente Joprge W.Diaz Walker ÑuÑu Argentina
Te copio una guía que nos vino a los pediatras en Argentina junto al Pronap 2004, y un adjunto sobre alimentación complementaria. ¿Cuándo dejar los pañales? Enseñarle a un niño a controlar sus esfínteres requiere mucha paciencia, tiempo y comprensión. La mayoría de los niños controlan entre los 2 y 4 años. Algunos comienzan controlando durante el día. Otros no pueden controlar durante la noche hasta ser mayores. Para comenzar la enseñanza del control de esfínteres es bueno tener presente que la posibilidad de controlar depende de pautas fisiológicas, de desarrollo y de haber logrado ciertos comportamientos. El niño debe tener control sobre los músculos que intervienen en este proceso, debe ser capaz de comunicar su necesidad de ir al baño, comprender y responder a órdenes simples. Debe mostrar deseos de agradar, tener menos berrinches y mostrar interés en el tema. El desarrollo del niño le debe permitir sentarse en el inodoro o pelela, bajarse y subirse la ropa, imitar comportamientos, guardar las cosas en el lugar que corresponden. ENSEÑANDO EL CONTROL DE ESFINTERES
* Adopte una actitud positiva y cuidadosa hacia el control de esfínteres. * Decida con qué palabras se llamarán las excretas del niño durante el proceso de control, use esas palabras durante la enseñanza. * Compre una pelela (bacinilla, sillita, etc.). Es mejor comenzar con una pelela que con adaptadores para el inodoro ya que es más fácil de usar y es más cómoda. * Ayude a que se acostumbre a la pelela. Al principio puede sentarlo vestido varias veces al día como parte del juego. Observar a los hermanos en el baño estimula la imitación. * El niño debe usar ropa suelta, fácil de sacar. * Estimule al niño a que avise cuando quiere ir a la pelela. No deben esperarse resultados inmediatos. Debe felicitárselo cuando lo hace con éxito pero no retarlo si ocurren accidentes. * Luego de una semana de usar exitosamente la pelela, el niño puede usar ropa interior. Si no es capaz de mantenerse seco, se puede volver a los pañales por dos o tres meses. * Cuando el niño controle durante el día, comience con la enseñanza nocturna y en las siestas. * Cuando el niño utilice el inodoro, evite tirar la cadena cuando está sentado. * Evite las peleas sobre el control y los recordatorios excesivos. SI EL NIÑO NO PROGRESA EN EL CONTROL, SE DEBE SUSPENDER EL ENTRENAMIENTO POR 2 O 3 MESES Y REINTENTAR. No lo castigue. Espérelo. Lo copié tal como vino en la cartilla. Es más fácil el entrenamiento en verano cuando los niños usan poca ropa. Myrian
Hola Lizette!, entiendo que te preocupe y conmueva lo que le sucede a tu beba, quizás aún no está preparada para el control de esfínteres, que es muy variable de niño a niño, es tiempo normal de controlar esfínteres varía de los 2 a los 4 años, excepcionalemnte pueden tardar bastante más (8 años!) sobre todo cuando hay antecedentes de enuresis en los papás, pero ningún niño llega a adulto haciéndose pipi encima ;-) Te adjunto algo para que leas. Cariños. Dra. Alejandra M. Mercado www.dardemamar.com Control de Esfínteres - Cuándo dejará los Pañales? El control de esfínteres depende del desarrollo y maduración del Sistema Nervioso Central, así como el niño a medida que transcurren los meses va adquiriendo el sostén cefálico, se sienta, camina, habla, etc., lo mismo sucede con el control esfinteriano para la micción como para la defecación. Existen a su vez otros factores que son importantes en la adquisición de este control como el aprendizaje y el condicionamiento. Un punto a resaltar, es que si un niño sufre un retraso en la adquisición en el control esfinteriano, casi siempre existe el antecedente en la familia ya sea que el padre o la madre o ambos tuvieron el mismo inconveniente en la primer infancia. Las niñas tienen una tendencia a alcanzar las pautas madurativas un poco antes que los varones, pero ésta no es una regla de oro. Control de esfinteres según edades - un acercamiento Generalmente el niño de entre 15 y 18 meses de vida le avisa a su madre que se orinó, siendo esto una pauta de inicio del control de esfínteres.
El niño ya es conciente de la situación y lo puede manifestar, pero cuando ya se hizo encima. Luego le sucede la etapa en la cual el niño manifiesta el deseo de orinar (o no) ante la pregunta de la madre o del padre. En general en esta etapa no da tiempo de llevarlo al baño. Esta urgencia miccional va atenuándose con el paso del tiempo, el crecimiento y desarrollo del niño/a. Esto es una verdadera e importante pauta positiva y orienta acerca de que el niño va adquiriendo las herramientas para lograr el control esfinteriano. El niño de entre 18 a 24 meses avisa sobre el deseo de orinar dando tiempo de llevarlo al baño para que orine. Entre los 2 años y 2 años y medio, el pañal puede ser retirado, ya que el niño puede por sí sólo ir al baño o bien ser ayudado por sus padres o cuidador. Pero este retiro parcial del pañal no debe ser una exigencia para el niño, ya que esto puede afectarlo y retrasar el natural control de esfinteres en la infancia. En general el pañal nocturno se sigue usando hasta que el niño puede retener más horas. En cuanto el pañal se mantiene seco a la mañana siguiente, ya el niño/a estaría en condiciones de abandonar el pañal, esto ocurre aproximadamente entre los 2 años y medio y los 3 años de edad.
Lo enunciado previamente, es lo cronológico esperable pero se debe tener en cuenta que existen variaciones las cuales dependerán del aprendizaje y el condicionamiento ------------------------------------------------------------------------------------El aprendizaje y esto sí que es importante, debe ser elástico y sin carga emotiva. El condicionamiento debe evitar actitudes negativas en el niño como son el castigo o el enojo si no desea orinar o usar el retrete. El control de esfínteres debe ser un proceso natural y sin presiones. El control de esfinteres no es deja los pañales. Es frecuente frustrados porque su hijo dejó que toman como referencia. El control de esfinteres en un exitoso.
una competencia entre niños para ver cuál es el que antes en los consultorios pediatricos ver a padres felices o antes o después los pañales que sus hermanos u otros niños niño que no es presionado, o exigido en general es
En cuanto a los factores ambientales se recomienda aprovechar la época de verano o de calor para que el niño con edad adecuada deje sus pañales, tanto diurnos como nocturnos, pero SIEMPRE respetando los tiempos del niño/a. Pueden ocurrir pérdidas urinarias generalmente en forma involuntaria ante situaciones como fiebre, infecciones o problemas en el hogar (mudanzas, fallecimientos, discusiones, etc). Esto es transitorio y bajo ningún concepto debe reprochársele al niño.Recomendamos visitar Enuresis si su hijo moja la cama (no controla esfinteres urinarios) más allá de los 5 o 6 años y Encopresis si mancha la ropa con materia fecal más allá de los 4 años de edad Reflexiones finales Muchas madres miran com preocupación lógica que su niño o niña no controle esfínteres en comparación con otros niños.
A dichas madres es necesario contenerlas y explicarles que cada niño tiene sus tiempos y la mamá debe estar atenta a los cambios sin necesitar someter al pequeño a una estricta vigilancia. Lo mejor a realizar es confiar en el desarrollo normal del niño, estimularlo positivamente y enseñarle, no exigirle. El control de esfinteres es un proceso de alegria en el niño y la familia, pero la desmedida exigencia por parte de familiares para lograrlo pueden desembocar en problemas emocionales que afecten la vida de los niños/as. No deje de consultar con su Pediatra si su hijo no adquiere pautas madurativas adecuadas en el control de esfínteres. Concurra al pediatra quien le brindará el apoyo necesario para lograr con éxito la meta.
Te copio un mensaje sobre el tema de una psicóloga a la que admiro mucho, María Paula Cavanna, de Argentina: Cuando un niño controla esfínteres, los controla y ya. No se le escapa el pis ni la caca porque esté distraído, nervioso, tal como no nos ocurre a los adultos. A veces los papás nos apuramos en quitar el pañal porque un par de días pidió solito, porque eran las vacaciones de verano y estábamos todos juntos y el chico estaba contenido y seguro en el hogar y podía lograr el control de esfínteres. Luego empieza el jardín de infantes, y al segundo día se hace pis encima. Ese niño controlaba? Pues no, solamente hacía el esfuerzo en un medio contenedor, pero en cuanto tiene que hacer esfuerzo para otra cosa, como adaptarse al jardín, quita la atención de los esfínteres y aparecen estas situaciones que tan mal damos en llamar retrocesos, regresiones y qué se yo cuántas otras cosas patológicas más. ASí como un niño se pone de pie alrededor del año pero no camina hasta los 3 (en el sentido de poder correr, caminar solo, andar en un pie, para atrás, etc, que es adquirir todas las funciones del caminar), del mismo modo un niño puede empezar a controlar esfínteres a los 2 años y medio y terminar su proceso a los 4 y estará perfectamente dentro de lo normal. Eso sí, una vez que lo haya adquirido, es muy poco probable que tenga "retrocesos". Lo que les digo a las mamás siempre es que no se puede regresionar a un lugar del que nunca se salió!!!! Mientras digamos diciendo "le quité el pañal", estaremos expuestos a que en cualquier momento los niños nos sorprendan haciéndose encima. CUando la frase sea "dejó el pañal" estaremos empezando a hablar el mismo idioma...
Sobre Control de Esfínteres - María Paula Cavanna http://www.zonapediatrica.com/mod-htmlpages-display-pid-944.html El control de esfínteres no se aprende. Se adquiere cuando el niño está maduro para ello. Caminar, hablar, comer, son funciones que se adquieren, cuando los niños están lo suficientemente maduros. Son adquisiciones paulatinas, lentas, que llevan mucho tiempo. Aunque la estimulación puede influir en algunos niños, lo cierto es que todos intentarán caminar alrededor del año, comer alrededor de los 6 meses, y controlar esfínteres entre los 2 ½ y 3 años. No hay ningún apuro, puesto que la edad para comenzar a hacer todas estas cosas, no tiene relación alguna con el desempeño posterior en la vida adulta, y a nadie le van a preguntar en la universidad, a qué edad aprendió a caminar. Los adultos deberíamos preguntarnos qué nos pasa que estamos tan apurados por conseguir logros en nuestros hijos. Al haber fijado como “normal” la edad de 2 años para el control de esfínteres, nos hemos creado un problema y sobre todo, se lo hemos creado a nuestros hijos. Bien entrada la segunda mitad del segundo año de vida (o sea, después del año y medio) algunos bebés pueden empezar a darse cuenta cuando tienen sucio el pañal e incluso a saber cuando “se están haciendo”. Este es un lento proceso que puede llevar alrededor de 2 años más, desembocando en el control de esfínteres. Es frecuente escuchar a las mamás excusando a sus hijos que se hicieron encima, diciendo “estaba tan entretenido jugando, que se olvidó”, o preguntando millones de veces antes de salir de cada lugar, si quieren hacer pis, o limitando la ingesta de líquidos a la noche para que aguante sin mojar la cama. Cuando el control de esfínteres está adquirido, estas escenas son infrecuentes. A los adultos y a los niños mayores no nos ocurren estas cosas. Esperar que llegue el verano Aprovechar el verano para quitar los pañales es una conveniencia de los adultos. Así aprovechamos con el niño de un año y medio, con el de 2, con el de 2 y medio indistintamente. Perseguimos entonces a los niños incansablemente preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, les tocamos las ropas, los sentamos en el inodoro sin ganas, e invertimos preciosas horas en comunicarnos en este nueva escala de valores donde lo más importante, lo que pone feliz o triste a mamá, es “si me hice o no me hice”. Quizás el mito del verano nos haya sido heredado de la época de los pañales de tela, pero hoy en día, con los descartables, con lavarropas automáticos, no hay motivo externo alguno para apurar los procesos evolutivos de nuestros hijos. Solamente nuestros propios apuros internos. Algunos podrán controlar temporalmente esfínteres, cuando todos estamos de vacaciones, y tienen a mamá todo el día consigo, pero al comenzar las clases, las exigencias, las separaciones, vuelven a “retroceder”, dejando en claro que aún no pueden ocuparse de controlar esfínteres en situaciones donde están frágiles emocionalmente. Qué nos pasa a nosotros? Los adultos no hablamos entre nosotros de pises y cacas. La etapa de adquisición del control de esfínteres de nuestros hijos, nos enfrenta con muchas cosas que quizás nos cuesta ver: el placer de los niños al poder decidir casi por primera vez, si retienen su pis o su caca, y hacerlos donde y cuando los desean; la delimitación de una zona de autonomía, de la cual quedamos excluidos. Es un espacio de poder, donde son ellos quienes deciden y les causa placer estrenar esta capacidad de hacerlo por sí mismos. Nos cambia radicalmente de lugar: aquí no podemos ordenar, ni forzar, ni apurar las cosas. Cada uno hace cuando quiere. Nos incomodan ciertos placeres de nuestros hijos... la succión, la masturbación (mi hijo no!!!, Jamás!!!!!) las conductas autoeróticas, y nos incomodan tanto que arremetemos contra ellos, en lugar de volver sobre nosotros mismos a ver qué nos pasa.
De Dia y de Noche El control nocturno merece un capítulo aparte. Aunque un niño controle esfínteres durante el día, pueden pasar aún muchos meses más hasta poder hacerlo por la noche. Usualmente se dice que luego de varias noches con el pañal seco, el bebé está listo para dormir sin él. A la hora de pensar en esto, es importante tener en cuenta que: -El niño debe estar de acuerdo y saber exactamente qué está ocurriendo, qué se espera de él (“Como hace varias noches que no mojás el pañal, te gustaría probar dormir sin él? Te pondré un plástico debajo de la sábana para que no te preocupes si te haces pis, y probaremos. Si no querés, probamos más adelante”) -Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos. Esto es parte de lo esperable, y lo más importante es que nuestros hijos sepan que los acompañamos en este proceso y lo esperaremos todo lo que haga falta. -En cualquier orden de la vida, el reforzamiento positivo es beneficioso (“qué bien lo hiciste, estoy orgullosa de vos”, “casi llegamos al baño esta vez, la próxima será mejor aún”). Bajo ningún concepto es aceptable que retemos al niño, que lo humillemos, que lo ridiculicemos o comparemos con otros amigos o hermanos que ya han logrado el control de esfínteres. Recordemos que no hay nada que él pueda hacer para controlar. No depende de que se acuerde, de que esté atento, ni de nada de eso. Se debe estar MADURO para eso, y humillarlos o pretender acelerar el proceso es tan ridículo e infructuoso como gritarle a una oruga pretendiendo que se convierta en mariposa. Doble mensajes Una pregunta muy frecuente en las mamás que consultan, es que temen darle un doble mensaje a su hijo si le vuelven a poner el pañal una vez que se lo han quitado. SIEMPRE se puede volver atrás. Los papás consultan atemorizados porque su hijo se puso “regresivo”. No se puede hablar de regresión en un niño de 2 ó 3 años, porque no se puede regresionar a un lugar del que nunca se ha salido. Otra preocupación muy común es la de los mensajes contradictorios. Personalmente creo que damos tantos mensajes contradictorios a nuestros hijos todo el tiempo, que en el peor de los casos, este sería uno más. Pero no lo es. El único mensaje debiera ser “Te acompaño, y si ayer pudiste estar sin pañal y hoy lo necesitas, te lo pondré”. Los chicos tienen cosas mucho más interesantes que hacer a esta edad, antes que estar todo el día preocupados en sus pises y cacas. Es común que lleguen al consultorio chicos con un diagnóstico de “enuresis secundaria”(que quiere decir que se hacen pis o caca luego de haber adquirido el control de esfínteres), cuando en realidad , indagando, invariablemente son chicos a quienes se les ha “sacado el pañal” demasiado pronto, y nunca han adquirido verdaderamente el control de esfínteres. En estos casos, sin importar la edad de quien consulta, la solución pasa por volver a usar el pañal, por el tiempo que sea necesario, sin vivirlo como algo humillante, como un retroceso o como un castigo, sino simplemente entendiendo que esta función debe terminar de adquirirse, y como adultos, acompañaremos todo el tiempo que haga falta. Algo comenzará a cambiar cuando dejemos de decir “le saqué la teta, le saqué el pañal, lo saqué de nuestra habitación” , y podamos tener la paciencia suficiente como para esperar a que sean ellos quienes nos indiquen el camino a seguir. María Paula Cavanna Lic. en Psicología Zona Pediatrica Staff Puerperio-Lactancia materna-Crianza Enlaces Relacionados Cuando dejará los pañales? Enuresis Nocturna Enuresis (otro articulo) Encopresis Bolo Fecal
Constipacion Adherencia de Labios menores Desarrollo Psicomotor del menor del menor de 2 años Infección urinaria Temas sobre genitales en la infancia Ultima Actualizacion: 2006-03-29
Estíbaliz VEGAS
Adore Psicoterapia y Prevención Infantil
Estíbalitz Vegas González (nº col. BI01743) C/ Urki nº 9, 4º D, Galdakao 48960 Bizkaia Telf : 94 4567210 - 666066508 e-mail:
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¿Qué pasa a los dos años? – Estíbaliz Vegas La Prevención Infantil responde a un enfoque Bio-Psico-Social de la salud, y abarca desde el momento de la concepción hasta aproximadamente los 6 o 7 años de vida, época de constitución global del carácter. Este periodo reviste gran importancia, especialmente por dos razones: - Por un lado hemos de tener en cuenta que ningún otro animal nace tan inmaduro como el ser humano (no puede desplazarse por si mismo, ni alimentarse sin ayuda, ...), de hecho desde diferentes disciplinas se le considera, prácticamente durante todo el primer año de vida, como un feto extra-útero. Esto supone, además de un prolongado tiempo de dependencia natural para garantizar su salud futura a nivel físico, psíquico y emocional, una gran vulnerabilidad de esta primera época de la vida, que se divide en dos periodos críticos: Periodo Crítico Biofísico y Periodo Crítico Psíquico. - Por otro lado muchas son las investigaciones en diferentes campos (medicina, sicología, sociología, antropología, ...) que nos proporcionan datos acerca de la gran influencia que este periodo inicial tiene de cara a la salud futura de cada individuo en particular (a nivel físico, emocional y psíquico), y de la sociedad de la que forma parte en general. Hemos dicho que en la formación del carácter diferenciamos dos periodos: Periodo Crítico Biofísico y Periodo Crítico Psíquico. Precisamente el límite entre ambos periodos lo marcan los dos años. La razón de ello tiene que ver con nuestro cerebro y sus tres estructuras cerebrales: El cerebro humano se divide en CEREBRO REPTILIANO, CEREBRO MAMíFERO y NEOCORTEX Reptiliano: Primitivo, heredado de los primeros reptiles y peces. Centro del cerebro. Responsable del conjunto de los mecanismos esteriotipados de supervivencia (alimentación, cópula, lucha y huída). Sede del instinto. Mamífero: Sistema límbico. Responsable de la afectividad y la memoria Neocortex: Corteza cerebral. Responsable del pensamiento abstracto y del lenguaje La vida de los bebés es regida por las dos primeras estructuras cerebrales, ya que el proceso de mielinización, que pone en conexión las neuronas, no finaliza hasta aproximadamente los dos años de edad. Esto quiere decir que hasta ese momento el neocortex no comienza su funcionamiento, y lo hace poco a poco. Esta evolución se hace patente con la aparición del lenguaje (pensamiento y lenguaje están estrechamente relacionados). Por lo tanto tampoco hasta esa edad podemos hablar de defensas psíquicas (y estas harán su aparición paulatinamente), y todo cuando ocurra al bebé
durante el Periodo Crítico Biofísico influirá directamente a nivel físico, es decir, en su propio cuerpo. Se trata entonces de un periodo de máxima vulnerabilidad. Durante el Periodo Crítico Psíquico, desde los dos años a los 6-/, los acontecimientos de importancia irán conformando su carácter. La puesta en funcionamiento del neocortex a lo largo del periodo crítico psíquico posibilita la adquisición progresiva de nuevas destrezas y capacidades (lenguaje, constancia objetal, …). producirse cuando el niño está maduro para ejercerlo sin presiones. Para controlar los esfínteres es importante tener conciencia, que exista un funcionamiento del neocortex (2 años). También supone un nivel mínimo de maduración y desarrollo de los sist.s muscular y nervioso, además de un deseo de colaborar en lo que de él solicita el grupo social. Ha de hacerse cuando expresan el deseo de ser mayores. Si no se dan estas condiciones se logra “un adiestramiento, una domesticación pasiva” Este entrenamiento se lleva a cabo generalmente, antes de los dos años (es preferible esperar un tres meses a partir de esa edad), cuando el esfínter no está aun lo suficientemente maduro para ello . Así, unas veces por miedo al castigo, y otras para lograr la aceptación que tanto necesitan, los niños se ven obligados a contraer las nalgas y el suelo pélvico para lograr la contención, pagando un alto precio por ello. Es una situación que genera a su vez mucha rabia, ya que las necesidades infantiles y el ritmo de maduración propio de cada niño no son aquí tenidos en cuenta, siendo sustituida la autorregulación por la adaptación al medio. Durante esta etapa anal existe una curiosidad natural hacia las cacas (como por cualquier otra cosa, y además es algo muy importante porque sale del propio cuerpo). El tema está en cómo los padres reciben esto (la mayoría dicen: “aj!! qué Entre estas destrezas se encuentra el control de esfínteres, que ha de asco!! Cómo huele!! vamos a tirarlo”) y si permiten y/o condicionan dicha exploración. Si el control de esfínteres no es problemático, sino espontáneo, el niño pasa una corta etapa anal. ¿Qué quiere decir esto? Desde la visión REICHIANA la sexualidad hace referencia a todo aquello que da placer. La sexualidad es algo que forma parte de nuestra dimensión humana, algo que está presente desde el inicio de la vida (en la vida intrauterina el feto se mueve según una dinámica de placer-displacer) hasta que morimos, sólo que en diferentes momentos se vive y expresa de formas diversas. Según REICH nos encontramos con la FASE ORAL hasta aproximadamente los 3 años y a continuación con la FASE GENITAL hasta los 6-7 años. Para REICH existe también una ETAPA ANAL. A diferencia de las fases mencionadas, y siempre desde el punto de vista de la salud, esta etapa sería mucho mas corta en el tiempo (dura solo unos pocos meses alrededor de los dos años) y no cumple una función sexual propiamente dicha dentro del desarrollo psicosexual (el ano es una zona erógena pero no tiene por qué producir orgasmo, no cumple una función de regulación energética aisladamente). En la FASE ORAL el placer se encuentra localizado principalmente alrededor de la boca, y vinculado especialmente a la lactancia. También la boca es el medio empleado para explorar y aprender (los niños se llevan todo a la boca, lo que les proporciona placer y nuevos conocimientos al mismo tiempo), y sobre el que mas control tienen en el inicio de la vida. Aunque tanto UNICEF, como la OMS recomiendan un mínimo de dos años de lactancia, lo cierto es que el destete a los 2 años suele ser complicado. Por un lado esto se debe a que el destete vendría a sumarse a los otros muchos cambios que en esta edad ya se están produciendo de forma natural, por otro a que en esta se edad se produce una vuelta a la madre de la que ya hablaremos mas adelante (etapa de reacercamiento), y por último a que el placer oral sigue siendo a los 2 años una necesidad. Es alrededor de los 3 años cuando la lactancia pasa de ser una necesidad a un deseo, por lo que el destete se produce a partir de esta edad mucho mas fácilmente. El desarrollo cortical permite además en ese momento que el destete se algo pactado y no impuesto, con lo que ello puede contribuir al desarrollo del niñ@. En la medida en que realmente ha habido satisfacción oral basada en una buena relación vincular con la madre y en una buena oralidad (relacionada con el placer en la boca, a poder ser, de la lactancia materna), la ETAPA ANAL dura apenas unos meses coincidiendo con la adquisición del control de esfínteres. Para que esto sea efectivamente así ha de haber habido un desarrollo saludable previo donde el niño haya podido funcionar desde el ppio del placer (ha tenido que haber desarrollo de la movilidad, expansión en el grito, en el canto, placer oral). Cuando la situación no ha sido favorable, especialmente si la rabia que ello produce no ha podido ser expresada, el control de esfínteres puede complicarse (estreñimientos, avances y retrocesos, …). Las emociones son energía, y la energía ni se crea ni se destruye, y si no salen, si no se expresan, pueden quedarse en el cuerpo a la espera de un momento en el que puedan hacerlo, o pueden permanecer en el cuerpo generando tensiones y síntomas. Así como con la oralidad ha podido recibir represión por parte
del exterior (“no me muerdas”, “eso no se hace”, castigo), con las cacas nadie, al menos directamente, le puede reprimir, porque va a depender de él. Si un niño ha sentido rabia oral y no la ha podido expresar, pues después usará por ello la analidad, y si entonces tampoco le entienden, la cosa se va complicando. La rabia también puede expresarse a través de las famosas “pataletas”, de agresiones a otros (incluso a sí mismos en los casos mas graves), …, pero lo importante es darse cuenta que esa rabia siempre obedece una causa, y que ni las rabietas, ni ninguna otra manifestación de la rabia forman parte de esta etapa de una forma natural. Conforme va madurando el control y la consciencia corporal de la cabeza a los pies a través, la energía va también bajando, hasta que alrededor de los tres años los genitales se convierten en la zona que mayor placer produce (a partir del año aproximadamente el niño comienza a sentir sus genitales de una forma rudimentaria). Aquí comienza la FASE GENITAL, en la que aparecen la curiosidad sexual, el exhibicionismo natural, la exploración del propio cuerpo y del de otros compañeros de juego, ... Lo adecuado en esta época, y que de hecho se da en otras muchas culturas, sería la masturbación libre, las relaciones sexuales entre niñ@s, el contacto y el reconocimiento corporal propio y de los otros, ... Sin embargo, cuando un niño/a comienza a tocarse los genitales, las reacciones de su entorno más cercano son de desaprobación que puede manifestarse de formas muy diferentes (castigo físico, crítica, reacciones de miedo, preocupación, insultos, intentos de distracción, reprimendas, burla, gestos de enfado, de asco...), y a través de ellas comienza a considerar esas sensaciones como algo “malo”, “sucio” o “pecaminoso”. Como para el niño la aprobación por parte de los adultos es vital, ya que depende totalmente de ellos (a nivel físico, psicológico y emocional), intentará renunciar a sus propias necesidades, usando diversas maniobras para reprimirlas o atenuarlas: retener la respiración, poner en tensión los músculos abdominales y, sobre todo, los del suelo pélvico (el útero es un músculo poderoso) y abductores (“músculo responsable de la virginidad”). Así, durante los primeros años de vida, se produce un bloqueo (especialmente diafragmático y pélvico), modificando incluso la posición de la pelvis. Entre las importantes consecuencias de este hecho se encuentran la disminución de la función sexual, el dolor en el parto y, también con bastante frecuencia, durante la menstruación (tan rígido y contraído se encuentra ya el útero al llegar a la adolescencia, que hasta la mínima apertura del cervix produce fuerte dolor). La evolución en el funcionamiento cerebral de la que hemos hablado al inicio, junto con otros que ocurren de forma paralela (desarrollo psicomotor, sexual, …), hace que alrededor de los 2 años se produzcan otros muchos cambios importantes en la forma de pensar, sentir y comportarse. Muchos de ellos son descritos por MAHLER, quien establece una serie de etapas evolutivas fundamentales del proceso de individuación-separación, que permiten entender los “avances“ y “retrocesos” del bebé (frecuentemente malinterpretados por padres y educadores): son procesos, el desarrollo no es lineal. MAHLER sitúa la ETAPA DE REACERCAMIENTO en el periodo que va desde el inicio de la deambulación hasta aproximadamente los 22 meses, y la llama así porque se caracteriza por una preocupación aparentemente constante de conocer el paradero de la madre. El relativo olvido de la presencia de la madre, característico de la etapa anterior (ejercitación) es reemplazado por activos intentos de aproximarse a ella. El bebé va adquiriendo conciencia de su separación, haciendo experimentos de apartarse activamente de la madre para luego volver a dirigirse hacia ella. A medida que el niñ@ coge conciencia de su capacidad de apartarse de la madre (lo que le produce placer, pero al mismo tiempo angustia) parece tener mayor necesidad y mayores deseos de que ella comparta con él toda nueva adquisición de experiencia y destreza (compartirlo todo con la madre tiene gran importancia emocional para el niñ@). Ahora no acepta fácilmente figuras sustitutas y menos cuando se trata de contacto físico. Reemplaza la vocalización y el lenguaje preverbal gestual por la comunicación verbal. Las palabras “yo” y “mío” tienen gran carga afectiva. En la siguiente etapa, que se da aproximadamente de los 20-22 meses a los 30-36 meses, se produce el desarrollo de COMPLEJAS FUNCIONES COGNITIVAS, que puede observarse en la evolución de la comunicación verbal y de la fantasía (juegos de imaginación, de representación de papeles, …). También conlleva una preparación a la constancia objetal (ya no es necesario que el objeto esté constantemente presente para que el niño sepa que sigue existiendo, puede interiorizarlo), que será efectiva a partir de los tres años. Gracias a ello la presencia continua de la madre ya no es imperativa., aunque sí su accesibilidad (perdura la dependencia emocional). Así pues se desarrolla una creciente capacidad para soportar separaciones, así como para la demora de gratificación (posibilitado por el desarrollo del sentido del tiempo). Aparece un creciente interés por adultos diferentes de
la madre, y hacia el final de este periodo, por compañeros de juegos (generalmente antes de los 3 años no existe el juego cooperativo, ya que los niños se tratan entre sí como si fueran objetos los unos para los otros). MAHLER nos habla también en esta etapa de una gran resistencia a las exigencias de los adultos, y de una necesidad y un deseo aún poco realista de autonomía. En este sentido es importante darles la oportunidad de intentar alcanzar nuevos logros (manejo de objetos, vestirse o calzarse, …), aunque nos pueda parecer a priori que aun no son capaces de lograr lo que se proponen, valorando sus avances. Todo lo visto hasta ahora nos proporciona muchos datos acerca de la inconveniencia de la escolarización temprana, especialmente si esta se produce a los dos años, tal como ocurre cada vez con mas frecuencia en nuestro entorno. La constancia objetal aun no se ha desarrollado, por lo que siente las despedidas a la puerta de la escuela como un abandono. El niño no está aun maduro para separarse de su madre. Antes de los 2 años se observa zozobra cuando su madre lo deja en la guardería, aunque su llanto no dure mucho. Luego pueden mantenerse activos o pasivos, exigir constante atención de la maestra (los bebés necesitan de atención individualizada, lo que hace muy complicada la situación en un aula en estas edades). Tampoco el niño está preparado para relacionarse con sus iguales hasta cercanos los 3 años (hecho que podemos comprobar en cualquier parque). El desarrollo social es un producto de la maduración, no del aprendizaje, por lo que juntar a un montón de niños que aun entre sí no se consideran personas, sino objetos y competencia de cara a los juguetes y la atención del adulto, trae consigo multitud de agresiones que de otra forma no tendrían lugar. El niño manifiesta su malestar y su ansiedad en el ingreso a la guardería o la escuela a través de su llanto, intentando impedir que su madre se vaya agarrándose a ella, … (generalmente con muy poco éxito). En estos casos suele echarse la culpa a la madre (que le transmite su ansiedad, que no sabe separarse, ...), precisamente porque al rato deja de llorar. Las emociones de los bebés son totales, es decir, cuanto les ocurre les invade (porque no hay mecanismos de defensa), y cuando la situación pasa, ya ha pasado. No son como nosotros que nos quedamos “rumiando”, ellos viven el presente intensamente. Si nosotros tenemos un accidente, seguimos recordándolo mucho tiempo después de ocurrido, mirándonos la herida, pensando en lo que podía haber ocurrido, .. Un niño sano cuando se cae llora y cuando pasa el dolor parece que ya nada hubiera ocurrido. Los niños forzados una y otra vez a quedarse con una persona con la que aun no han desarrollado un vínculo tienes dos opciones: resignarse o manifestar su rabia. Cuando los niños se resignan (el famoso “acostumbrarse” que no es tal, ya que para haber aceptación ha de haber maduración suficiente) se observa desapego emocional, rehuyen la mirada, y frecuentemente muchos otros síntomas que pasan inadvertidos o no se relacionan con el ingreso al nuevo centro (diversas enfermedades, trastornos del sueño y/o la alimentación, …). Cuando aparece la rabia suele mostrarse como exigencia de proximidad para restablecer el vínculo. Si la madre rechaza un comportamiento hostil por parte del niño (el niño puede, por ejemplo, negarse a ir con su madre) que busca restablecer el vínculo, las cosas se complican. El niño con su hostilidad está poniendo a prueba si la madre es capaz de tolerar su rabia y, por tanto, comprender su necesidad de no ausencia, de no reincidir. La rabia que frecuentemente se observa en los niños, como ya hemos mencionado anteriormente, se debe a reacciones saludables que cumplen una función, que si no se sabe leer, genera de nuevo una cadena de desencuentros. La cólera en estas edades siempre tiene la función del reencuentro. Para concluir sólo decir que los dos años ya es un momento lo suficientemente complicado como para añadir ninguna circunstancia mas (nacimiento de un hermano, destete, escolarización,…). Es prácticamente una primera adolescencia, y como la que acontecerá mas adelante, pondrá en evidencia todos los temas pendientes por resolver (emociones reprimidas, …), por lo que también es una gran oportunidad para abordarlos en un momento además en el que aun el carácter está en formación. Los niños nos devuelven multiplicado todo cuanto les damos (amor, rabia,…), por lo que también cualquier “mejora” que realicemos en la crianza de nuestros hijos muestra sus frutos enseguida.
Autorregulación y Prevención Infantil - Estíbaliz Vegas
La Prevención Infantil responde a un enfoque Bio-Psico-Social de la salud, y abarca desde el momento de la concepción hasta aproximadamente los 6 o 7 años de vida, época de constitución global del carácter. Este periodo reviste gran importancia, especialmente por dos razones: - Por un lado hemos de tener en cuenta que ningún otro animal nace tan inmaduro como el ser humano (no puede desplazarse por si mismo, ni alimentarse sin ayuda, ...), de hecho desde diferentes disciplinas se le considera, prácticamente durante todo el primer año de vida, como un feto extra-útero. Esto supone, además de un prolongado tiempo de dependencia natural para garantizar su salud futura a nivel físico, psíquico y emocional, una gran vulnerabilidad de esta primera época de la vida, que se divide en dos periodos críticos: Periodo Crítico Biofísico y Periodo Crítico Psíquico. - Por otro lado muchas son las investigaciones en diferentes campos (medicina, sicología, sociología, antropología, ...) que nos proporcionan datos acerca de la gran influencia que este periodo inicial tiene de cara a la salud futura de cada individuo en particular (a nivel físico, emocional y psíquico), y de la sociedad de la que forma parte en general. El cuerpo de conocimientos de lo que entendemos por Prevención Infantil, parte sobre todo del trabajo de Reich y sus colaboradores, aunque también las investigaciones de Bowlby y su Teoría del apego tienen un importante lugar. Los datos que la fundamentan provienen de tres fuentes diferentes:
- las observaciones directas de los niños permiten conocer el desarrollo infantil (sus capacidades en las diferentes etapas, por ejemplo). - los estudios antropológicos y sociales nos permiten comprobar la correlación existente entre diferentes tipos de crianza, y distintos tipos de sociedades resultantes, ofreciéndonos además otro punto de vista. - los datos clínicos: el trabajo con adultos en terapia nos corrobora lo que no debemos hacer con los niños. Si nos preguntasen, la gran mayoría de los padres y madres afirmaríamos que deseamos que nuestros hij@s crezcan sanos, y que el día de mañana sean fuertes, autónomos, seguros, felices, ... Sin embargo, frecuentemente las pautas que se ponen en práctica con los niñ@s van en un dirección muy distinta. Hay padres y madres que no se cuestionan al respecto, simplemente hacen lo que hicieron con ellos, o siguen al pie de la letra consejos de personas que nada saben acerca del desarrollo infantil (el pediatra, por ejemplo), muchas veces esto ocurre por falta de información. Otros tienen inquietudes, y desearían hacer las cosas de un modo distinto, pero se encuentran perdidos ante la gran cantidad de teorías con respecto a la educación, muchas veces contradictorias entre sí. Otros padres y madres tienen bastante claro lo que han de hacer y lo que no, pero en la práctica se sorprenden a si mismos diciendo y haciendo cosas que jamás pensaron que llegarían a hacer o decir. Esto se debe generalmente al enorme peso que tiene sobre nosotros la forma en que fuimos educados. Y es que la crianza es muy complicada, y generalmente nadie se prepara para ella. La Prevención infantil intenta ayudar en todas estas situaciones, para lograr que la generación siguiente sea mas sana que la nuestra a todos los niveles: físico, psíquico y emocional. En la forma de educar imperante en nuestra sociedad, el objetivo es lograr una rápida adaptación del bebé a la sociedad, de forma que altere lo menos posible el tipo de vida que sus padres llevaban con anterioridad a su llegada, evitando además con ello los posibles cambios en el actual estado de las cosas. Además, se intenta “acostumbrar” a los niños desde pequeños a lo que la sociedad les puede deparar en un futuro, con el objetivo de evitar males mayores. Todos hemos oído frases como: “tiene que hacerse duro”. Pero, paradójicamente, la fortaleza que se intenta implantar queda imposibilitada, porque un ser vulnerable, como lo es un bebé o un niño, dispone de una menor capacidad de defensa ante su medio que los adultos, con lo que, ante la frustración, no le queda otra salida que una adaptaciónresignación progresiva. Como resultado, en lugar de niños fuertes, nos encontramos con niños duros, ya que se han rodeado progresivamente de un muro para intentar defenderse del daño producido por la frustración de las necesidades primarias (como el contacto corporal, la atención, las miradas cálidas, ...) y que acaba convirtiéndose en cárcel, ya que su instalación rígida en forma de carácter-coraza limita en un grado elevado el contacto con el exterior de una manera automática y no adaptada a las circunstancias.
En esta forma de educar subyace la Teoría de la Frustración proveniente del psicoanálisis, según la cual, para pasar de una fase a la siguiente, es decir, para poder madurar, es necesario frustración. (cita de Maria Montero-Ríos) El enfoque de la Prevención infantil viene a sustituir la Teoría de la Frustración por la Teoría de la Autorregulación, que supone confianza en la capacidad del bebé (y de todo ser vivo) para regular espontáneamente las propias funciones vitales, para conectar con las propias necesidades y buscar su satisfacción. Representa la confianza en la capacidad de l@s niñ@s para desarrollarse en todos los ámbitos (biológico, psicológico y social) según su propio ritmo. En la práctica esto supone que no es necesario enseñar al bebe a dormir, a comer, a relacionarse, ..., sino que todas estas adquisiciones se logran de una manera natural como producto de la maduración. Desde este punto de vista, se tiene en cuenta la diferencia entre necesidades primarias y secundarias. Las necesidades primarias hacen referencia al alimento, el descanso, la satisfacción sexual y a una vivencia de seguridad afectiva que brinda el afecto, la atención al llanto, el contacto corporal, ... Por otro lado, las necesidades secundarias son aquellas creadas por nuestra cultura y que no producen daño si son frustradas (por ejemplo, las golosinas). Cuando las necesidades primarias no se cubren adecuadamente el niño vivencia al mundo que le rodea como un lugar hostil, y a sí mismo como poco merecedor de atenciones, sentando las bases de una baja autoestima y un futuro auto-concepto negativo (niños duros). Sin embargo, cuando estas condiciones se cumplen, el niño siente al medio externo como un lugar bueno, agradable, positivo, y a sí mismo como digno de dichos cuidados, lo que permite sentar un base sólida de cara al adulto que mañana será (niños fuertes). A menudo padres y educadores se preocupan, una vez llegada la adolescencia, de temas como las drogas, la responsabilidad, las influencias del grupo, la autoestima, ... sin darse cuenta de cuanto acontece en este periodo es en gran medida el resultado de los conflictos generados en la infancia, y que a su vez reflejan los conflictos propios de nuestra sociedad. Los focos prioritarios del enfoque preventivo son la familia y la educación, y en todas sus actividades se intenta, además de facilitar información útil e importante, lograr una mayor empatía con las necesidades de l@s niñ@s en plena formación madurativa, y su proceso emocional. El objetivo principal consiste en intentar que la generación siguiente sea mas sana que la nuestra propia, tanto a nivel físico, como psíquico y emocional. Este abordaje comienza desde el embarazo con la Preparación al embarazo, parto y crianza natural. Esta preparación no se limita a ser una preparación al parto, sino que supone una preparación integral a la maternidad y a la paternidad, ya incluye al padre desde el inicio, y no sólo como una figura “acompañante”. De esta manera ambos pueden percatarse, y elaborar conflictos que emergen con respecto a las propias vivencias infantiles, y a las relaciones con los propios progenitores, a través del trabajo corporal y emocional. Ante todo se intenta favorecer la capacidad de contacto, la apertura y la auto-confianza. Este trabajo se continúa con el Seguimiento especializado del Sistema Familiar hasta los 6 años y con el Grupo de apoyo a la lactancia y crianza natural. Estos espacios, el primero individual, y el segundo grupal, funcionan de forma complementaria durante los primeros dos años del bebé. En el Seguimiento especializado del Sistema Familiar se busca favorecer, desde el nacimiento hasta los 6 o 7 años de vida, el concepto de continium sin rupturas durante el desarrollo psico-afectivo. Se busca en él, además de la resolución de dudas, la coherencia de intervención de padres y madres que garantice en la practica un carácter flexible (en términos Reichianos), y un vínculo seguro (siguiendo la terminología de Bowlby). El carácter es una forma estereotipa de movernos por la vida, que en su origen nos sirvió como defensa ante frustraciones del medio(a falta de otros mecanismos de defensa), pero que con el tiempo se ha cronificado. La coraza es la otra cara de la misma moneda, y esta constituida por una serie de espasmos musculares (simpaticotomia) que se originan normalmente en la infancia, cuando los bebes y los niños suprimen de su conciencia las necesidades básicas no satisfechas, o sus sentimientos negativos hacia los adultos que no las han satisfecho (especialmente los padres). Estas tensiones reducen su capacidad y vitalidad, causando enfermedades o predisponiéndoles a ellas. Los órganos afectados dependen del tipo de carácter, y este a su vez de las situaciones difíciles a las que cada niño se ha tenido que enfrentar.
Por otro lado, los Grupos de apoyo a la lactancia y crianza natural, están dirigidos a padres y madres con hij@s de entre 0 y 2 años (coincidiendo con el periodo Crítico Biofísico), así como a los que pronto lo serán (embarazadas y sus parejas). Este grupo tiene una función social, y en Bilbo esta funcionando actualmente uno con carácter gratuito y abierto, con encuentros de hora y media un sábado por la mañana al mes. El grupo supone un refuerzo y un reconocimiento de la maternidad /paternidad, y su función básicamente es la de crear espacios de autoayuda a través de la comunicación grupal, favoreciendo la escucha y permitiendo el aprendizaje de la experiencia de otros.
Con este grupo se persiguen los siguientes objetivos:
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Favorecer la capacidad de contacto con las necesidades primarias del bebé. Descodificar la tendencia educativa a atribuir intencionalidad perversa y manipulación a los bebés. Prevenir conductas inapropiadas que impiden un adecuado maternage. Potenciar el aspecto intuitivo frente al educativo Cuestionar las referencias sociales tradicionales Ser conscientes de la propia realidad y desculpabilizar lo que no se considera idóneo
Los temas tratados pueden ser muy diversos (lactancia, sueño, pareja, vacunas, presión social, sexualidad infantil, control de esfínteres, desarrollo psicomotor, crecimiento,...) y son abordados a través de las dificultades planteadas por los componentes del grupo. La coordinadora o terapeuta dinamizará el grupo, intentando que las dudas sean elaboradas o contestadas por el propio grupo, interviniendo directamente sólo en momentos puntuales de aclaración. Posteriormente, y entre los 2 y los 6-7 años (coincidiendo con el periodo crítico psíquico) tienen su lugar las Escuelas de padres/madres. Su función concreta es permitir un espacio privilegiado de reflexión y de autocuestionamiento, de cara tanto a lograr una mayor coherencia en la crianza de nuestr@s hij@s, como a mejorar nuestras relaciones con ell@s en beneficio de tod@s. El objetivo principal es evitar la cadena de transmisión intergeneracional de la neurosis de padres a hijos. Para ello es necesario tomar conciencia del condicionamiento de la propia historia personal infantil, que genera los automatismos educacionales, así como lograr un mayor contacto con las necesidades infantiles desde la empatía. De esta manera pueden evitarse muchos de los errores que cometieron con uno mismo. En la escuela de padres, a diferencia del grupo de apoyo a la lactancia y crianza natural, se funciona con grupos constituidos, es decir, cerrados y con compromiso de asistencia, de cara a favorecer la confianza y la implicación personal. Los encuentros tienen lugar una vez al mes, con una duración de dos horas y en ellos se trabajan, mediante técnicas activas y dinámicas grupales, aspectos como: · La influencia de nuestro carácter en nuestros hijos · La transmisión inconsciente intergeneracional de padres a hijos · La agresividad, la sexualidad infantil, ...
El abordaje se adapta en cada sesión a la situación del grupo, así como a sus necesidades cambiantes, trabajando de manera práctica situaciones vividas en las relaciones cotidianas con los hij@s. También se lleva a cabo Formación a educadores infantiles, especialmente de cara a intentar lograr un mayor conocimiento del niñ@ y su mundo, y en la medida de lo posible, lograr una coherencia entre escuela y familia. En
esta línea lleva funcionando ya varios años desde el Ayuntamiento de Donosti un Programa de Prevención Infantil, realizando en los centros tanto escuela de padres, como Formación a educadores. Dentro de esta formación los temas que se desarrollan abarcan un amplio espectro, pero guardan relación directa con la comprensión del proceso psicoafectivo infantil desde el nacimiento hasta los 7 años. Se abordan temas como el primer año de vida, la socialización, la función de la familia, el cómo de la escolarización temprana, los vínculos, ... El enfoque de la Prevención Infantil supone además, la necesidad de cuestionar y modificar nuestro actual sistema social, ya que si deseamos una sociedad mas saludable hay que comenzar también desde la raíz. Esto implica dificultades y un esfuerzo constante por lograr algunas metas que pueden mejorar las condiciones en las que se viven la maternidad/paternidad, tales como el respeto de las recomendaciones de la O.M.S. por parte de las hospitales en la atención de partos, la posibilidad de parir en casa de forma gratuita para todos aquellos que así lo deseen, el aumento tanto de la baja maternal como paternal, el establecimiento de maternidad remunerada para todas aquellas mujeres que no tengan contrato y no puedan acceder a la baja maternal (como ya funciona en otros países), una mejora en las condiciones de hospitalización de los niños, ... A fin de lograr estos objetivos entre otros, se lleva a cabo también la Divulgación de información a través de conferencias y publicaciones, así como el apoyo y la participación en campañas en favor de causas, metas u objetivos como los citados. En definitiva, nos movemos por la vida desconectados de nuestro cuerpo, de nuestras emociones y de nuestras necesidades reales, y por lo tanto de nuestro entorno en grado diverso, viviendo frecuentes contradicciones entre lo que hacemos, pensamos y sentimos. Esta desintegración (escisión y limitación) de lo que somos se produce más o menos gradualmente a lo largo del periodo que va desde la concepción hasta los 6 o 7 primeros años de vida (periodo de formación del carácter), para defendernos de las frustraciones del medio. La P. I. lleva a cabo su labor en este periodo de cara a evitar, en la medida de lo posible, que la generación siguiente viva de una manera mas plena, gozosa y responsable.
Nota: Frecuentemente cuando se habla de autorregulación, mucha gente interpreta erróneamente que su puesta en práctica supone dejar al niño hacer absolutamente todo. Esto no es así. Los niños necesitan de contención, de un marco de seguridad (es necesario, por ejemplo, protegerles de situaciones potencialmente peligrosas para ellos). Contención no significa negar sus necesidades, sino velar por ellas. La función del adulto sería la de proporcionar ese marco de seguridad, donde las necesidades primarias estarían cubiertas, para que su maduración pueda tener lugar, evitando las interferencias externas innecesarias. (Dif autoridad (natural)- poder).