Catulo, V
Viuamus, mea Lesbia, atque amemus rumoresque senum seueriorum omnes unius aestimemus assis*! soles occidere et redire possunt: nobis* cum* semel occidit breuis lux, nox est perpetua una dormienda*. da mi basia mille, deinde centum, dein mille altera, dein secunda centum, deinde usque altera mille, deinde centum. dein, cum* milia multa fecerimus, conturbabimus illa, ne* sciamus aut ne* quis* malus inuidere possit, cum* tantum sciat esse basiorum*.
Notas
Unius assis: genitivo de precio, depende de aestimemus. Nobis: dativo agente; el complemento agente de la voz perifrástica pasiva aparece en caso dativo. Cum … occidit…: “cum” tiene valor subordinante adverbial temporal, al ir con el verbo en indicativo; además este nexo está colocado en anástrofe, es decir, no encabeza la frase sino que se situa en medio de ella. Dormienda est: voz perifrástica pasiva con sujeto femenino singular; “ha de ser dormida”. Cum … fecerimus: “cum” tiene valor subordinante adverbial temporal, al ir con el verbo en indicativo. Fecerimus es un futuro perfecto, no un pretérito perfecto de subjuntivo; lo sabemos porque está en correlación con el futuro simple de la oración principal “conturbabimus”; este tipo de construcciones las traducimos al castellano como pretérito perfecto de subjuntivo. Ne: nexo subordinante adverbial final negativo, “para que no” Ne quis: nexo subordinante adverbial final negativo. Cuando acompaña al indefinido quis/qui - quae - quid/quod (alguien, algún, alguno….) lo convierte en negativo, “nadie, nada, ningún, ninguno,”. Cum… sciat: “cum” tiene valor causal, pues el verbo está en presente de subjuntivo. Basiorum: genitivo partitivo, depende de tantum (sujeto del infinitivo “esse”).
Catulo, V
Catulo, III
Vivamos, Lesbia mía y amemos y todos los rumores de los viejos más severos valorémoslos en un as. Los soles pueden morir y renacer; Una vez que la breve luz muera, por nosotros una noche perpetua ha de ser dormida. Dame mil besos, después cien, después otros mil, después cien por segunda vez, después todavía otros mil, después cien, y luego, una vez que hayamos hecho muchos miles, los revolveremos, para que no sepamos o para que ningún malvado pueda mirar con malos ojos al saber el gran número de besos que hubo.
¡Llorad, oh Venus y Cupidos y cuanto hay de hombres refinados! El gorrión de mi niña ha muerto; el gorrión, capricho de mi niña, a quien ella más que a sus ojos amaba: pues era dulce como la miel y a ella misma la conocía tan bien, como una niña a su madre, y no se movía de su regazo, sino que, saltando ahora aquí, ahora allá, sólo a su dueña piaba sin parar; éste ahora va por un camino tenebroso hacia allí, de donde dicen que no vuelve nadie.
Catulo, III Lugete, o Veneres Cupidinesque et quantum est hominum uenustiorum*! passer mortuus est meae puellae, passer, deliciae meae puellae, quem* plus illa oculis suis* amabat: nam mellitus erat suamque norat * ipsam tam bene, quam puella matrem*, nec sese* a gremio illius mouebat, sed circumsiliens* modo huc, modo illuc ad solam dominam usque pipiabat. qui* nunc it per iter tenebricosum illuc, unde negant* redire quemquam. Notas Venustiorum: comparativo de superioridad (-ior-) en genitivo plural, acompaña a hominum y funcionan como genitivo partitivo de quantum. Quem: acusativo singular masculino del pronombre relativo, su antecedente es “passer” (masc. sing.); introduce una oración subordinada adjetiva de relativo, en la que funciona como C.D. de “amabat”
Suis oculis: ablativo plural, segundo término de la comparación.
Norat: forma sincopada del pluscuamperfecto de indicativo “noverat” ; tiene valor de tiempo de presente.
Quam puella matrem (novit): “como la niña (conoce) a su madre“.
Sese: forma intensiva del pronombre “se” (personal de tercera persona con valor reflexivo).
Circumsiliens: participio presente en nominativo singular, conciera con el sujeto omitido de “pipiabat” (passer).
Qui: con valor de demostrativo, “éste”, pues va despues de puntuación fuerte.
Negant… quemquem “dicen que nadie”; la negación del verbo “nego” se extiende al indefinido “quemquem” (alguien) y lo convierte en negativo (nadie).
Unde: adverbio relativo de lugar; tiene como antecedente el adverbio “illuc”. Introduce una oración subordinada de relativo.
Catulo, III
¡Llorad, oh Venus y Cupidos y cuanto hay de hombres refinados! El gorrión de mi niña ha muerto; el gorrión, capricho de mi niña, a quien ella más que a sus ojos amaba: pues era dulce como la miel y a ella misma la conocía tan bien, como una niña a su madre, y no se movía de su regazo, sino que, saltando ahora aquí, ahora allá, sólo a su dueña piaba sin parar; éste ahora va por un camino tenebroso hacia allí, de donde dicen que no vuelve nadie.