CASA INTELIGENTE A BASE DE SENSORES
SMART HOME
No hace falta ser millonario para vivir en un hogar inteligente. Ni mucho menos. La domótica se ha puesto al nivel de calle y por fin resulta asequible para el grueso de las familias que se propongan automatizar decenas de funciones de su vivienda. El mérito hay que atribuírselo a la nueva generación de sensores, con precios de apenas 60 euros por unidad. Sensores que nos hacen la vida más cómoda, más segura y también más sostenible, ahorrando energía. Por ejemplo, manteniendo la iluminación de una estancia estable en un número de lúmenes combinando luz natural y artificial, detectando incendios, fugas de agua, subidas de tensión, etc. Descárguese gratis el último número de la revistaelEconomista Tecnología
A modo de ejemplo, cuando José Miguel llega cada mañana a su lugar de trabajo, antes de apagar su moto, ya comprueba cómo se van encendiendo las luces de su local, subiendo las persianas, encendiendo el sistema de climatización y desactivando la alarma. Gracias a la geolocalización, la central -o cerebro domótico- de su establecimiento ha detectado su presencia y activa la rutina diaria que previamente tiene programada. Una realidad tangible
José Miguel Simón es interiorista y el negocio al que hacemos referencia es Icono, una tienda de decoración de marcas premium ubicada junto al madrileño parque del Retiro (C/ O'Donnell, 6). En ese espacio dedicado al lujo, junto a los sofás de Flexform, los muebles de Ribadesio o las ventanas de Panorama se han instalado todo tipo de herramientas tecnológicas que la convierten en lo que podríamos llamar la casa del futuro.
Su propuesta demuestra que la archifamosa casa del futuro por fin se ha convertido en una realidad tangible. Totalmente comercializable y a precios no demasiado altos. A ello han contribuido dos factores: por un lado, el llamado Internet de las Cosas, que se propone inundar de procesadores y sensores todos los rincones de nuestra existencia; por el otro lado, también ha sido posible gracias a la popularización de un
estándard, Z-Wave, que es compatible con cualquier dispositivo. Así, lo que no ha conseguido la industria en otros muchos sectores o categorías de productos como las smart-tv o los smartphones sí ha sido posible en los smart-homes.
Por todo lo anterior, quien desee dotar a su vivienda de elementos de seguridad y que mejoren la comodidad haciendo su hogar más inteligente puede hacerlo ya y con solo 500 euros. Bastará adquirir un terminal que no llega a los 200 euros e ir añadiendo tantos sensores como queramos (a razón de 60 euros por unidad). El mobiliario y los electrodomésticos de las marcas mencionadas ya se sitúan a otro nivel.
"Z-Wave es un sistema de radiofrecuencia, un estándar americano que funciona en Estados Unidos y que en Europa se va incorporando poco a poco. Lo mejor de él es la cantidad de marcas que admite. Se comunica por radiofrecuencia con todos los elementos de la casa y después adapta la señal al Wi-Fi para enviar mensajes o recibir órdenes desde el móvil". Así nos lo explica Richard Pérez, experto en domótica y director de DoTEc, empresa especializada en estas soluciones. Entre los últimos en incorporarlo, podemos mencionar el hotel Wynn de Las Vegas, que lo ha llevado a sus 2.700 habitaciones. Todas sus estancias están controladas por este sistema, que genera una red de elementos.
¿Qué conseguimos con ello? "En el caso del hotel, por ejemplo, podemos programar que, al introducir la tarjeta-llave en la habitación se creen diferentes escenas según cada caso: para la bienvenida de un cliente, podemos fijar que encienda todas las luces, que suene una determinada música, que la televisión nos explique los servicios del hotel, etc. Para cuando entre a partir de una determinada hora, el cliente encontrará otra escena con otra configuración distinta."
El experto en domótica demuestra que el riesgo de esta tecnología siempre ha estado en la dependencia de un programador. Y reconoce que "estos sistemas se pueden complicar todo lo que cada usuario quiera, pero para el funcionamiento normal del día a día es realmente sencillo". Según explica, "podemos colocar un sensor en el frigorífico para que por ejemplo detecte que nos hemos quedado sin huevos y haga un pedido online a la tienda. Pero ¿qué pasa si ya he ido a comprarlos y luego los recibo por otro lado? O
igual estoy vaciando el frigorífico porque me voy a ir de vacaciones. Al final, se impone lo que el usuario demanda y el sentido común".
Sin embargo, ¿nos gustaría tener un frigorífico en el que los alimentos frescos duraran muchísimo más tiempo? Seguramente sí y avisamos de que esto ya nos sale bastante más caro (12.000 euros). En Icono encontramos una nevera de la marca Sub-Zero dotada de un filtro extraíble diseñado por la NASA que tiene la virtud de purificar el aire eliminando el gas que emanan los alimentos y que hace que se pudran. "Este frigorífico también incorpora un sistema que registra su actividad, diagnostica cualquier problema y se adelanta a posibles averías. Incluso se pone en contacto con la central, que llamará al cliente para concertar cita del servicio técnico", añade Simón. Electrodomésticos que también llevan el registro de la tensión recibida y que pueden servir de prueba en caso de averías provocadas por problemas con la compañía eléctrica.
En definitiva, la domótica está preparada para su expansión y a precios nada desorbitados. Todo apunta a que no habrá smart cities sin smart homes.