Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Cantate Domino, 1441, ex cathedra: Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la iglesia católica, no sólo los paganos, sino tampoco los judíos o herejes y cismáticos, puede ser hecho partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles (Mat. 25, 41), a no ser que antes de su muerte hubiese estado agregado a la misma; y que tanta influencia tiene la unidad del cuerpo eclesiástico, que sólo a quienes permanecen en ella, les son útiles para su salvación los sacramentos y les producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede ser salvado, si no permaneciere en el gremio y unidad de la iglesia católica”