Biblia - Antiguo Testamento

  • November 2019
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antiguo testamento genesis cap.1 [1] en el principio cre� Dios los cielos y la tierra. [2] la tierra era caos y confusi�n y oscuridad por encima del abismo, y un viento de dios aleteaba por encima de las aguas. [3] dijo dios: �haya luz�, y hubo luz. [4] vio dios que la luz estaba bien, y apart� Dios la luz de la oscuridad; [5] y llam� Dios a la luz �d�a�, y a la oscuridad la llam� �noche�. y atardeci� y amaneci�: d�a primero. [6] dijo dios: �haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras.� [7] e hizo dios el firmamento; y apart� las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. y as� fue. [8] y llam� Dios al firmamento �cielos�. y atardeci� y amaneci�: d�a segundo. [9] dijo dios: �acum�lense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y d�jese ver lo seco�; y as� fue. [10] y llam� Dios a lo seco �tierra�, y al conjunto de las aguas lo llam� �mares�; y vio dios que estaba bien. [11] dijo dios: �produzca la tierra vegetaci�n: hierbas que den semillas y �rboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra.� y as� fue. [12] la tierra produjo vegetaci�n: hierbas que dan semilla, por sus especies, y �rboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio dios que estaban bien. [13] y atardeci� y amaneci�: d�a tercero. [14] dijo dios: �haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el d�a de la noche, y valgan de se�ales para solemnidades, d�as y a�os; [15] y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.� y as� fue. [16] hizo dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del d�a, y el lucero peque�o para el dominio de la noche, y las estrellas; [17] y p�solos dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, [18] y para dominar en el d�a y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio dios que estaba bien. [19] y atardeci� y amaneci�: d�a cuarto. [20] dijo dios: �bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste.� [21] y cre� Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio dios que estaba bien; [22] y bend�jolos dios diciendo: �sed fecundos y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra.� [23] y atardeci� y amaneci�: d�a quinto. [24] dijo dios: �produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alima�as terrestres de cada especie.� y as� fue. [25] hizo dios las alima�as terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio dios que estaba bien. [26] y dijo dios: �hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alima�as terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. [27] cre�, pues, dios al ser humano a imagen suya, a imagen de dios le cre�, macho y hembra los cre�. [28] y bend�jolos dios, y d�joles dios: �sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.�

[29] dijo dios: �ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, as� como todo �rbol que lleva fruto de semilla; para vosotros ser� de alimento. [30] y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.� y as� fue. [31] vio dios cuanto hab�a hecho, y todo estaba muy bien. y atardec�o y amaneci�: d�a sexto. genesis cap.2 [1] concluy�ronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, [2] y dio por concluida dios en el s�ptimo d�a la labor que hab�a hecho, y ces� en el d�a s�ptimo de toda la labor que hiciera. [3] y bendijo dios el d�a s�ptimo y lo santific�; porque en �l ces� Dios de toda la obra creadora que dios hab�a hecho. [4] esos fueron los or�genes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. el d�a en que hizo yahveh dios la tierra y los cielos, [5] no hab�a a�n en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo hab�a germinado todav�a, pues yahveh dios no hab�a hecho llover sobre la tierra, ni hab�a hombre que labrara el suelo. [6] pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. [7] entonces yahveh dios form� al hombre con polvo del suelo, e insufl� en sus narices aliento de vida, y result� el hombre un ser viviente. [8] luego plant� Yahveh dios un jard�n en ed�n, al oriente, donde coloc� al hombre que hab�a formado. [9] yahveh dios hizo brotar del suelo toda clase de �rboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jard�n, el �rbol de la vida y el �rbol de la ciencia del bien y del mal. [10] de ed�n sal�a un r�o que regaba el jard�n, y desde all� se repart�a en cuatro brazos. [11] el uno se llama pis�n: es el que rodea todo el pa�s de javil�, donde hay oro. [12] el oro de aquel pa�s es fino. all� se encuentra el bedelio y el �nice. [13] el segundo r�o se llama guij�n: es el que rodea el pa�s de kus. [14] el tercer r�o se llama tigris: es el que corre al oriente de asur. y el cuarto r�o es el eufrates. [15] tom�, pues, yahveh dios al hombre y le dej� en al jard�n de ed�n, para que lo labrase y cuidase. [16] y dios impuso al hombre este mandamiento: �de cualquier �rbol del jard�n puedes comer, [17] mas del �rbol de la ciencia del bien y del mal no comer�s, porque el d�a que comieres de �l, morir�s sin remedio.� [18] dijo luego yahveh dios: �no es bueno que el hombre est� solo. voy a hacerle una ayuda adecuada.� [19] y yahveh dios form� del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llev� ante el hombre para ver c�mo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. [20] el hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontr� una ayuda adecuada. [21] entonces yahveh dios hizo caer un profundo sue�o sobre el hombre, el cual se durmi�. Y le quit� una de las costillas, rellenando el vac�o con carne. [22] de la costilla que yahveh dios hab�a tomado del hombre form� una mujer y la llev� ante el hombre. [23] entonces �ste exclam�:�Esta vez s� que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. esta ser� llamada mujer, porque del var�n ha sido tomada.� [24] por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se

hacen una sola carne. [25] estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro. genesis cap.3 [1] la serpiente era el m�s astuto de todos los animales del campo que yahveh dios hab�a hecho. y dijo a la mujer: ��c�mo es que dios os ha dicho: no com�is de ninguno de los �rboles del jard�n?� [2] respondi� la mujer a la serpiente: �podemos comer del fruto de los �rboles del jard�n. [3] mas del fruto del �rbol que est� en medio del jard�n, ha dicho dios: no com�is de �l, ni lo toqu�is, so pena de muerte.� [4] replic� la serpiente a la mujer: �de ninguna manera morir�is. [5] es que dios sabe muy bien que el d�a en que comiereis de �l, se os abrir�n los ojos y ser�is como dioses, conocedores del bien y del mal.� [6] y como viese la mujer que el �rbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabidur�a, tom� de su fruto y comi�, y dio tambi�n a su marido, que igualmente comi�. [7] entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ce�idores. [8] oyeron luego el ruido de los pasos de yahveh dios que se paseaba por el jard�n a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de yahveh dios por entre los �rboles del jard�n. [9] yahveh dios llam� al hombre y le dijo: ��d�nde est�s?� [10] este contest�: �te o� andar por el jard�n y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escond�.� [11] el replic�: ��qui�n te ha hecho ver que estabas desnudo? �has comido acaso del �rbol del que te prohib� comer?� [12] dijo el hombre: �la mujer que me diste por compa�era me dio del �rbol y com�.� [13] dijo, pues, yahveh dios a la mujer: ��por qu� lo has hecho?� y contest� la mujer: �la serpiente me sedujo, y com�.� [14] entonces yahveh dios dijo a la serpiente: �por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. sobre tu vientre caminar�s, y polvo comer�s todos los d�as de tu vida. [15] enemistad pondr� entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: �l te pisar� la cabeza mientras acechas t� su calca�ar.� [16] a la mujer le dijo: �tantas har� tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parir�s los hijos. hacia tu marido ir� tu apetencia, y �l te dominar�. [17] al hombre le dijo: �por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del �rbol del que yo te hab�a prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacar�s de �l el alimento todos los d�as de tu vida. [18] espinas y abrojos te producir�, y comer�s la hierba del campo. [19] con el sudor de tu rostro comer�s el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de �l fuiste tomado. porque eres polvo y al polvo tornar�s.� [20] el hombre llam� a su mujer �eva�, por ser ella la madre de todos los vivientes. [21] yahveh dios hizo para el hombre y su mujer t�nicas de piel y los visti�. [22] y dijo yahveh dios: ��he aqu� que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome tambi�n del �rbol de la vida y comiendo de �l viva para siempre.� [23] y le ech� Yahveh dios del jard�n de ed�n, para que labrase el suelo de donde habi� sido tomado. [24] y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jard�n de ed�n querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del �rbol de la vida. genesis cap.4

[1] conoci� el hombre a eva, su mujer, la cual concibi� y dio a luz a ca�n, y dijo: �he adquirido un var�n con el favor de yahveh.� [2] volvi� a dar a luz, y tuvo a abel su hermano. fue abel pastor de ovejas y ca�n labrador. [3] pas� alg�n tiempo, y ca�n hizo a yahveh una oblaci�n de los frutos del suelo. [4] tambi�n abel hizo una oblaci�n de los primog�nitos de su reba�o, y de la grasa de los mismos. yahveh mir� propicio a abel y su oblaci�n, [5] mas no mir� propicio a ca�n y su oblaci�n, por lo cual se irrit� Ca�n en gran manera y se abati� su rostro. [6] yahveh dijo a ca�n: ��por qu� andas irritado, y por qu� se ha abatido tu rostro? [7] �no es cierto que si obras bien podr�s alzarlo? mas, si no obras bien, a la puerta est� el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar.� [8] ca�n, dijo a su hermano abel: �vamos afuera.� y cuando estaban en el campo, se lanz� Ca�n contra su hermano abel y lo mat�. [9] yahveh dijo a ca�n: ��d�nde est� tu hermano abel? contest�: �no s�. �soy yo acaso el guarda de mi hermano?� [10] replic� Yahveh: ��qu� has hecho? se oye la sangre de tu hermano clamar a m� desde el suelo. [11] pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abri� su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. [12] aunque labres el suelo, no te dar� m�s su fruto. vagabundo y errante ser�s en la tierra.� [13] entonces dijo ca�n a yahveh: �mi culpa es demasiado grande para soportarla. [14] es decir que hoy me echas de este suelo y he de esconderme de tu presencia, convertido en vagabundo errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matar�.� [15] respondi�le yahveh: �al contrario, quienquiera que matare a ca�n, lo pagar� siete veces.� y yahveh puso una se�al a ca�n para que nadie que le encontrase le atacara. [16] ca�n sali� de la presencia de yahveh, y se estableci� en el pa�s de nod, al oriente de ed�n. [17] conoci� Ca�n a su mujer, la cual concibi� y dio a luz a henoc. estaba construyendo una ciudad, y la llam� Henoc, como el nombre de su hijo. [18] a henoc le naci� Irad, e irad engendr� a mejuyael, mejuyael engendr� a metusael, y metusael engendr� a l�mek. [19] l�mek tom� dos mujeres: la primera llamada ad�, y la segunda sill�. [20] ad� dio a luz a yabal, el cual vino a ser padre de los que habitan en tiendas y cr�an ganado. [21] el nombre de su hermano era yubal, padre de cuantos tocan la c�tara y la flauta. [22] sill� por su parte engendr� a t�bal ca�n, padre de todos los forjadores de cobre y hierro. hermano de t�bal ca�n fue naam�. [23] y dijo l�mek a sus mujeres: �ad� y sill�, o�d mi voz; mujeres de l�mek, escuchad mi palabra: yo mat� a un hombre por una herida que me hizo y a un muchacho por un cardenal que recib�. [24] ca�n ser� vengado siete veces, mas l�mek lo ser� 77.� [25] ad�n conoci� otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, al que puso por nombre set, diciendo: �dios me ha otorgado otro descendiente en lugar de abel, porque le mat� Ca�n.� [26] tambi�n a set le naci� un hijo, al que puso por nombre en�s. este fue el primero en invocar el nombre de yahveh. genesis cap.5 [1] esta es la lista de los descendientes de ad�n: el d�a en que dios cre� a

ad�n, le hizo a imagen de dios. [2] los cre� var�n y hembra, los bendijo, y los llam� �Hombre� en el d�a de su creaci�n. [3] ten�a ad�n 130 a�os cuando engendr� un hijo a su semejanza, seg�n su imagen, a quien puso por nombre set. [4] fueron los d�as de ad�n, despu�s de engendrar a set, ochocientos a�os, y engendr� hijos e hijas. [5] el total de los d�as de la vida de ad�n fue de 930 a�os, y muri�. [6] set ten�a 105 a�os cuando engendr� a en�s. [7] vivi� Set, despu�s de engendrar a en�s, 807 a�os y engendr� hijos e hijas. [8] el total de los d�as de set fue de 912 a�os, y muri�. [9] en�s ten�a noventa a�os cuando engendr� a quen�n. [10] vivi� En�s, despu�s de engendrar a quen�n, 815 a�os, y engendr� hijos e hijas. [11] el total de los d�as de en�s fue de 905 a�os, y muri�. [12] quen�n ten�a setenta a�os cuando engendr� a mahalalel. [13] vivi� Quen�n, despu�s de engendrar a mahalalel, 840 a�os, y engendr� hijos e hijas. [14] el total de los d�as de quen�n fue de 910 a�os, y muri�. [15] mahalalel ten�a 65 a�os cuando engendr� a y�red. [16] vivi� Mahalalel, despu�s de engendrar a y�red, 830 a�os, y engendr� hijos e hijas. [17] el total de los d�as de mahalalel fue de 895 a�os, y muri�. [18] y�red ten�a 162 a�os cuando engendr� a henoc. [19] vivi� Y�red, despu�s de engendrar a henoc, ochocientos a�os, y engendr� hijos e hijas. [20] el total de los d�as de y�red fue de 962 a�os, y muri�. [21] henoc ten�a 65 a�os cuando engendr� a matusal�n. [22] henoc anduvo con dios; vivi�, despu�s de engendrar a matusal�n, trescientos a�os, y engendr� hijos e hijas. [23] el total de los d�as de henoc fue de 365 a�os. [24] henoc anduvo con dios, y desapareci� porque dios se lo llev�. [25] matusal�n ten�a 187 a�os cuando engendr� a l�mek. [26] vivi� Matusal�n, despu�s de engendrar a l�mek, 782 a�os, y engendr� hijos e hijas. [27] el total de los d�as de matusal�n fue de 969 a�os, y muri�. [28] l�mek ten�a 182 a�os cuando engendr� un hijo, [29] y le puso por nombre no�, diciendo "�este nos consolar� de nuestros afanes y de la fatiga de nuestras manos, por causa del suelo que maldijo yahveh.� [30] vivi� L�mek, despu�s de engendrar a no�, 595 a�os, y engendr� hijos e hijas. [31] el total de los d�as de l�mek fue de 777 a�os, y muri�. [32] era no� de quinientos a�os cuando engendr� a sem, a cam y a jafet. genesis cap.6 [1] cuando la humanidad comenz� a multiplicarse sobre la haz de la tierra y les nacieron hijas, [2] vieron los hijos de dios que las hijas de los hombres les ven�an bien, y tomaron por mujeres a las que prefer�an de entre todas ellas. [3] entonces dijo yahveh: �no permanecer� para siempre mi esp�ritu en el hombre, porque no es m�s que carne; que sus d�as sean 120 a�os.� [4] los nefilim exist�an en la tierra por aquel entonces (y tambi�n despu�s), cuando los hijos de dios se un�an a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos: estos fueron los h�roes de la antig�edad, hombres famosos. [5] viendo yahveh que la maldad del hombre cund�a en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su coraz�n eran puro mal de continuo, [6] le pes� a yahveh de haber hecho al hombre en la tierra, y se indign� en su coraz�n.

[7] y dijo yahveh: �voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado, -desde el hombre hasta los ganados, las sierpes, y hasta las aves del cielo- porque me pesa harberlos hecho.� [8] pero no� hall� gracia a los ojos de yahveh. [9] esta es la historia de no�: no� fue el var�n m�s justo y cabal de su tiempo. no� andaba con dios. [10] no� engendr� tres hijos: sem, cam y jafet. [11] la tierra estaba corrompida en la presencia de dios: la tierra se llen� de violencias. [12] dios mir� a la tierra, y he aqu� que estaba viciada, porque toda carne ten�a una conducta viciosa sobre la tierra. [13] dijo, pues, dios a no�: �he decidido acabar con toda carne, porque la tierra est� llena de violencias por culpa de ellos. por eso, he aqu� que voy a esterminarlos de la tierra. [14] hazte un arca de maderas resinosas. haces el arca de ca�izo y la calafateas por dentro y por fuera con bet�n. [15] as� es como la har�s: longitud del arca, trescientos codos; su anchura, cincuenta codos; y su altura, treinta codos. [16] haces al arca una cubierta y a un codo la rematar�s por encima, pones la puerta del arca en su costado, y haces un primer piso, un segundo y un tercero. [17] �por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene h�lito de vida bajo el cielo: todo cuanto existe en la tierra perecer�. [18] pero contigo establecer� mi alianza: entrar�s en el arca t� y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. [19] y de todo ser viviente, de toda carne, meter�s en el arca una pareja para que sobrevivan contigo. ser�n macho y hembra. [20] de cada especie de aves, de cada especie de ganados, de cada especie de sierpes del suelo entrar�n contigo sendas parejas para sobrevivir. [21] t� mismo proc�rate toda suerte de v�veres y hazte acopio para que os sirvan de comida at ti y a ellos.� [22] as� lo hizo no� y ejecut� todo lo que le hab�a mandado dios. genesis cap.7 [1] yahveh dijo a no�: �entra en el arca t� y toda tu casa, porque t� eres el �nico justo que he visto en esta generaci�n. [2] de todos los animales puros tomar�s para ti siete parejas, el macho con su hembra, y de todos los animales que no son puros, una pareja, el macho con su hembra. [3] (asimismo de las aves del cielo, siete parejas, machos y hembras) para que sobreviva la casta sobre la haz de toda la tierra. [4] porque dentro de siete d�as har� llover sobre la tierra durante cuarenta d�as y cuarenta noches, y exterminar� de sobre la haz del suelo todos los seres que hice.� [5] y no� ejecut� todo lo que le hab�a mandado yahveh. [6] no� contaba seiscientos a�os cuando acaeci� el diluvio, las aguas, sobre la tierra. [7] no� entr� en el arca, y con �l sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, para salvarse de las aguas del diluvio. [8] (de los animales puros, y de los animales que no son puros, y de las aves, y de todo lo que serpea por el suelo, [9] sendas parejas de cada especie entraron con no� en el arca, machos y hembras, como hab�a mandado dios a no�.) [10] a la semana, las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. [11] el a�o seiscientos de la vida de no�, el mes segundo, el d�a diecisiete del mes, en ese d�a saltaron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo se abrieron,

[12] y estuvo descargando la lluvia sobre la tierra cuarenta d�as y cuarenta noches. [13] en aquel mismo d�a entr� No� en el arca, como tambi�n los hijos de no�, sem, cam y jafet, y la mujer de no�, y las tres mujeres de sus hijos; [14] y con ellos los animales de cada especie, los ganados de cada especie, las sierpes de cada especie que reptan sobre la tierra, y las aves de cada especie: toda clase de p�jaros y seres alados; [15] entraron con no� en el arca sendas parejas de toda carne en que hay aliento de vida, [16] y los que iban entrando eran macho y hembra de toda carne, como dios se lo hab�a mandado. y yahveh cerr� la puerta detr�s de no�. [17] el diluvio dur� cuarenta d�as sobre la tierra. crecieron las aguas y levantaron el arca que se alz� de encima de la tierra. [18] subi� el nivel de las aguas y crecieron mucho sobre la tierra, mientras el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. [19] subi� el nivel de las aguas mucho, much�simo sobre la tierra, y quedaron cubiertos los montes m�s altos que hay debajo del cielo. [20] quince codos por encima subi� el nivel de las aguas quedando cubiertos los montes. [21] pereci� toda carne: lo que repta por la tierra, junto con aves, ganados, animales y todo lo que pulula sobre la tierra, y toda la humanidad. [22] todo cuanto respira h�lito vital, todo cuanto existe en tierra firme, muri�. [23] yahveh extermin� todo ser que hab�a sobre la haz del suelo, desde el hombre hasta los ganados, hasta las sierpes y hasta las aves del cielo: todos fueron exterminados de la tierra, quedando s�lo no� y los que con �l estaban en el arca. [24] las aguas inundaron la tierra por espacio de 150 d�as. genesis cap.8 [1] acord�se dios de no� y de todos los animales y de los ganados que con �l estaban en el arca. dios hizo pasar un viento sobre la tierra y las aguas decrecieron. [2] se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y ces� la lluvia del cielo. [3] poco a poco retrocedieron las aguas de sobre la tierra. al cabo de 150 d�as, las aguas hab�an menguado, [4] y en el mes s�ptimo, el d�a dieciesiete del mes, var� el arca sobre los montes de ararat. [5] las aguas siguieron menguando paulatinamente hasta el mes d�cimo, y el d�a primero del d�cimo mes asomaron las cumbres de los montes. [6] al cabo de cuarenta d�as, abri� No� la ventana que hab�a hecho en el arca, [7] y solt� al cuervo, el cual estuvo saliendo y retornando hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. [8] despu�s solt� a la paloma, para ver si hab�an menguado ya las aguas de la superficie terrestre. [9] la paloma, no hallando donde posar el pie, torn� donde �l, al arca, porque a�n hab�a agua sobre la superficie de la tierra; y alargando �l su mano, la asi� y meti�la consigo en el arca. [10] a�n esper� otros siete d�as y volvi� a soltar la paloma fuera del arca. [11] la paloma vino al atardecer, y he aqu� que tra�a en el pico un ramo verde de olivo, por donde conoci� No� que habi�n disminuido las aguas de encima de la tierra. [12] a�n esper� otros siete d�as y solt� la paloma, que ya no volvi� donde �l. [13] el a�o 601 de la vida de no�, el d�a primero del primer mes, se secaron las aguas de encima de la tierra. no� retir� la cubierta del arca, mir� y he aqu� que estaba seca la superficie del suelo. [14] en el segundo mes, el d�a veintisiete del mes, qued� seca la tierra. [15] habl� entonces dios a no� en estos t�rminos:

[16] �sal del arca t�, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. [17] saca contigo todos los animales de toda especie que te acompa�an, aves, ganados y todas las sierpes que reptan sobre la tierra. que pululen sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra.� [18] sali�, pues, no�, y con �l sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos. [19] todos los animales, todos los ganados, todas las aves y todas las sierpes que reptan sobre la tierra salieron por familias del arca. [20] no� construy� un altar a yahveh, y tomanda de todos las animales puros y de todas las aves puras, ofreci� holocaustos en el altar. [21] al aspirar yahveh el calmante aroma, dijo en su coraz�n: �nunca m�s volver� al maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del coraz�n humano son malas desde su ni�ez, ni volver� a herir a todo ser viviente como lo he hecho. [22] �mientras dure la tierra, sementera y siega, fr�o y calor, verano e invierno, d�a y noche, no cesar�n.� genesis cap.9 [1] dios bendijo a no� y a sus hijos, y les dijo: �sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. [2] infundir�is temor y miedo a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todo lo que repta por el suelo, y a todos los peces del mar; quedan a vuestra disposici�n. [3] todo lo que se mueve y tiene vida os servir� de alimento: todo os lo doy, lo mismo que os di la hierba verde. [4] s�lo dejar�is de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre, [5] y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamar� a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamar� el alma humana. [6] quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre ser� su sangre vertida, porque a imagen de dios hizo el al hombre. [7] vosotros, pues, sed fecundos y multiplicaos; pululad en la tierra y dominad en ella.� [8] dijo dios a no� y a sus hijos con �l: [9] �he aqu� que yo establezco mi alianza con vosotros, y con vuestra futura descendencia, [10] y con toda alma viviente que os acompa�a: las aves, los ganados y todas las alima�as que hay con vosotros, con todo lo que ha salido del arca, todos los animales de la tierra. [11] establezco mi alianza con vosotros, y no volver� nunca m�s a ser aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni habr� m�s diluvio para destruir la tierra.� [12] dijo dios: �esta es la se�al de la alianza que para las generaciones perpertuas pongo entre yo y vosotros y toda alma viviente que os acompa�a: [13] pongo mi arco en las nubes, y servir� de se�al de la alianza entre yo y la tierra. [14] cuando yo anuble de nubes la tierra, entonces se ver� el arco en las nubes, [15] y me acordar� de la alianza que media entre yo y vosotros y toda alma viviente, toda carne, y no habr� m�s aguas diluviales para exterminar toda carne. [16] pues en cuanto est� el arco en las nubes, yo lo ver� para recordar la alianza perpetua entre dios y toda alma viviente, toda carne que existe sobre la tierra.� [17] y dijo dios a no�: �esta es la se�al de la alianza que he establecido entre yo y toda carne que existe sobre la tierra.� [18] los hijos de no� que salieron del arca eran sem, cam y jafet. cam es el padre de cana�n. [19] estos tres fueron los hijos de no�, y a partir de ellos se pobl� toda la tierra. [20] no� se dedic� a la labranza y plant� una vi�a. [21] bebi� del vino, se embriag�, y qued� desnudo en medio de su tienda.

[22] vio cam, padre de cana�n, la desnudez de su padre, y avis� a sus dos hermanos [23] entonces sem y jafet tomaron el manto, se lo echaron al hombro los dos, y andando hacia atr�s, vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su padre sin verla. [24] cuando despert� No� de su embriaguez y supo lo que hab�a hecho con �l su hijo menor, [25] dijo: ��maldito sea cana�n! �siervo de siervos sea para sus hermanos!� [26] y dijo: ��bendito sea yahveh, el dios de sem, y sea cana�n esclavo suyo! [27] �haga dios dilatado a jafet; habite en las tiendas de sem, y sea cana�n esclavo suyo!� [28] vivi� No� despu�s del diluvio 350 a�os. [29] el total de los d�as de no� fue de 950 a�os, y muri�. genesis cap.10 [1] esta es la descendencia de los hijos de no�, sem, cam y jafet, a quienes les nacieron hijos despu�s del diluvio: [2] hijos de jafet: gomer, magog, los medos, yav�n, t�bal, m�sek y tir�s. [3] hijos de gomer: askanaz, rifat, togarm�. [4] hijos de yav�n: elis�, tarsis, los kittim y los dodanim. [5] a partir de �stos se poblaron las islas de las gentes. estos fueron los hijos de jafet por sus territorios y lenguas, por sus linajes y naciones respectivas. [6] hijos de cam: kus, misr�yim, put y cana�n. [7] hijos de kus: seba, javil�, sabt�, ram� y sabtek�. hijos de ram�: seba y ded�n. [8] kus engendr� a nemrod, que fue el primero que se hizo prepotente en la tierra. [9] fue un bravo cazador delante de yahveh, por lo cual se suele decir: �bravo cazador delante de yahveh, como nemrod.� [10] los comienzos de su reino fueron babel, erek y acad, ciudades todas ellas en tierra de senaar. [11] de aquella tierra proced�a asur, que edific� N�nive, rejobot ir, k�laj [12] y resen, entre n�nive y k�laj (aquella es la gran ciudad). [13] misr�yim engendr� a los luditas, anamitas, lehabitas y naftujitas, [14] a los de patr�s, de kasluj y de kaftor, de donde salieron los filisteos. [15] cana�n engendr� a sid�n, su primog�nito, y a het, [16] al jebuseo, al amorreo, al guirgasita, [17] al jivita, al arqueo, al sineo, [18] al arvadeo, al semareo y al jamateo. m�s tarde se propagaron las estirpes cananeas. [19] la frontera de los cananeos iba desde sid�n, en direcci�n de guerar, hasta gaza; y en direcci�n de sodoma, gomorra, adm� y seboyim, hasta lesa. [20] estos fueron los hijos de cam, seg�n sus linajes y lenguas, por sus territorios y naciones respectivas. [21] tambi�n le nacieron hijos a sem, padre de todos los hijos de h�ber y hermano mayor de jafet. [22] hijos de sem: elam, asur, aparksad, lud y aram. [23] hijos de aram: us, jul, gu�ter y mas. [24] arpaksad engendr� a s�laj y s�laj engendr� a h�ber. [25] a h�ber le nacieron dos hijos: el nombre de uno fue p�leg, porque en sus d�as fue divida la tierra. su hermano se llamaba yoqt�n. [26] yoqt�n engendr� a almodad, a selef, a jasarm�vet, a y�raj, [27] a hadoram, a uzal, a dicl�, [28] a obal, a abimael, a seb�, [29] a ofir, a javil� y a yobab. todos fueron hijos de yoqt�n. [30] su asiento se extendi� desde mes�, en direcci�n a sefar, al monte del oriente.

[31] estos fueron los hijos de sem, seg�n sus linajes y lenguas, por sus territorios y naciones respectivas. [32] hasta aqu� los linajes de los hijos de no�, seg�n su origen y sus naciones. y a partir de ellos se dispersaron los pueblos por la tierra despu�s del diluvio. genesis cap.11 [1] todo el mundo era de un mismo lenguaje e id�nticas palabras. [2] al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron una vega en el pa�s de senaar y all� se establecieron. [3] entonces se dijeron el uno al otro: �ea, vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos al fuego.� as� el ladrillo les serv�a de piedra y el bet�n de argamasa. [4] despu�s dijeron: �ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la c�spide en los cielos, y hag�monos famosos, por si nos desperdigamos por toda la haz de la tierra.� [5] baj� Yahveh a ver la ciudad y la torre que hab�an edificado los humanos, [6] y dijo yahveh: �he aqu� que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. ahora nada de cuanto se propongan les ser� imposible. [7] ea, pues, bajemos, y una vez all� confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su pr�jimo.� [8] y desde aquel punto los desperdig� Yahveh por toda la haz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. [9] por eso se la llam� Babel; porque all� embroll� Yahveh el lenguaje de todo el mundo, y desde all� los desperdig� Yahveh por toda la haz de la tierra. [10] estos son los descendientes de sem: sem ten�a cien a�os cuando engendr� a arpaksad, dos a�os despu�s del diluvio. [11] vivi� Sem, despu�s de engendrar a arpaksad, quinientos a�os, y engendr� hijos e hijas. [12] arpaksad era de 35 a�os de edad cuando engendr� a s�laj. [13] y vivi� Arpaksad, despu�s de engendrar a s�laj, 403 a�os, y engendr� hijos e hijas. [14] era s�laj de treinta a�os cuando engendr� a h�ber. [15] y vivi� S�laj, despu�s de engendrar a h�ber, 403 a�os, y engendr� hijos e hijas. [16] era h�ber de 34 a�os cuando engendr� a p�leg. [17] y vivi� H�ber despu�s de engendrar a p�leg 430 a�os, y engendr� hijos e hijas. [18] era p�leg de treinta a�os cuando engendr� a re�. [19] y vivi� P�leg, despu�s de engendrar a re�, 209 a�os, y engendr� hijos e hijas. [20] era re� de 32 a�os cuando engendr� a serug. [21] y vivi� Re� despu�s de engendrar a serug, 207 a�os, y engendr� hijos e hijas. [22] era serug de treinta a�os cuando engendr� a najor. [23] y vivi� Serug, despu�s de engendrar a najor, doscientos a�os, y engendr� hijos e hijas. [24] era najor de veintinueve a�os cuando engendr� a t�raj. [25] y vivi� Najor, despu�s de engendrar a t�raj, 119 a�os, y engendr� hijos e hijas. [26] era t�raj de setenta a�os cuando engendr� a abram, a najor y a har�n. [27] estos, son los descendientes de t�raj: t�raj engendr� a abram, a najor y a har�n. har�n engendr� a lot. [28] har�n muri� en vida de su padre t�raj, en su pa�s natal, ur de los caldeos. [29] abram y najor se casaron. la mujer de abram se llamaba saray, y la mujer de najor, milk�, hija de har�n, el padre de milk� y de jisk�. [30] saray era est�ril, sin hijos. [31] t�raj tom� a su hijo abram, a su nieto lot, el hijo de har�n, y a su nuera

saray, la mujer de su hijo abram, y salieron juntos de ur de los caldeos, para dirigirse a cana�n. llegados a jar�n, se establecieron all�. [32] fueron los d�as de t�raj 205 a�os, y muri� en jar�n. genesis cap.12 [1] yahveh dijo a abram: �vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostrar�. [2] de ti har� una naci�n grande y te bendecir�. engrandecer� tu nombre; y s� t� una bendici�n. [3] bendecir� a quienes te bendigan y maldecir� a quienes te maldigan. por ti se bendecir�n todos los linajes de la tierra.� [4] march�, pues, abram, como se lo hab�a dicho yahveh, y con �l march� Lot. ten�a abram 75 a�os cuando sali� de jar�n. [5] tom� Abram a saray, su mujer, y a lot, hijo de su hermano, con toda la hacienda que hab�an logrado, y el personal que hab�an adquirido en jar�n, y salieron para dirigirse a cana�n. llegaron a cana�n, [6] y abram atraves� el pa�s hasta el lugar sagrado de siquem, hasta la encina de mor�. por entonces estaban los cananeos en el pa�s. [7] yahveh se apareci� a abram y le dijo: �a tu descendencia he de dar esta tierra.� entonces �l edific� all� un altar a yahveh que se le hab�a aparecido. [8] de all� pas� a la monta�a, al oriente de betel, y despleg� su tienda, entre betel al occidente y ay al oriente. all� edific� un altar a yahveh e invoc� su nombre. [9] luego abram fue desplaz�ndose por acampadas hacia el n�gueb. [10] hubo hambre en el pa�s, y abram baj� a egipto a pasar all� una temporada, pues el hambre abrumaba al pa�s. [11] estando ya pr�ximo a entrar en egipto, dijo a su mujer saray: �mira, yo s� que eres mujer hermosa. [12] en cuanto te vean los egipcios, dir�n: "es su mujer", y me matar�n a m�, y a ti te dejar�n viva. [13] di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y viva yo en gracia a ti.� [14] efectivamente cuando abram entr� en egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa. [15] vi�ronla los oficiales de fara�n, los cuales se la ponderaron, y la mujer fue llevada al palacio de fara�n. [16] este trat� bien por causa de ella a abram, que tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos. [17] pero yahveh hiri� a fara�n y a su casa con grandes plagas por lo de saray, la mujer de abram. [18] entonces fara�n llam� a abram, y le dijo: ��qu� es lo que has hecho commigo? �por qu� no me avisaste de que era tu mujer? [19] �por qu� dijiste: "es mi hermana", de manera que yo la tom� por mujer? ahora, pues, he ah� a tu mujer: toma y vete.� [20] y fara�n orden� a unos cuantos hombres que le despidieran a �l, a su mujer y todo lo suyo. genesis cap.13 [1] de egipto subi� Abram al n�gueb, junto con su mujer y todo lo suyo, y acompa�ado de lot. [2] abram era muy rico en ganado, plata y oro. [3] caminando de acampada en acampada se dirigi� desde el n�gueb hasta betel, hasta el lugar donde estuvo su tienda entre betel y ay, [4] el lugar donde hab�a invocado abram el nombre de yahveh. [5] tambi�n lot, que iba con abram, ten�a ovejas, vacadas y tiendas. [6] ya la tierra no les permit�a vivir juntos, porque su hacienda se hab�a

multiplicado, de modo que no pod�an vivir juntos. [7] hubo ri�a entre los pastores del ganado de abram y los del ganado de lot. (adem�s los cananeos y los perizitas habitaban por entonces en el pa�s.) [8] dijo, pues, abram a lot: �ea, no haya disputas entre nosotros ni entre mis pastores y tus pastores, pues somos hermanos. [9] �no tienes todo el pa�s por delante? pues bien, ap�rtate de mi lado. si tomas por la izquierda, yo ir� por la derecha; y si t� por la derecha, yo por la izquierda.� [10] lot levant� los ojos y vio toda la vega del jord�n, toda ella de regad�o -eran antes de destruir yahveh a sodoma y gomorra- como el jard�n de yahveh, como egipto, hasta llegar a soar. [11] eligi�, pues, lot para s� toda la vega del jord�n, y se traslad� al oriente; as� se apartaron el uno del otro. [12] abram se estableci� en cana�n y lot en las ciudades de la vega, donde plant� sus tiendas hasta sodoma. [13] los habitantes de sodoma eran muy malos y pecadores contra yahveh. [14] dijo yahveh a abram, despu�s que lot se separ� de �l: �alza tus ojos y mira desde el lugar en donde est�s hacia el norte, el mediod�a, el oriente y el poniente. [15] pues bien, toda la tierra que ves te la dar� a ti ya tu descendencia por siempre. [16] har� tu descendencia como el polvo de la tierra: tal que si alguien puede contar el polvo de la tierra, tambi�n podr� contar tu descendencia. [17] lev�ntate, recorre el pa�s a lo largo y a lo ancho, porque a ti te lo he de dar.� [18] y abram vino a establecerse con sus tiendas junto a la encina de mambr�, que est� en hebr�n, y edific� all� un altar a yahveh. genesis cap.14 [1] aconteci� en los d�as de amrafel, rey de senaar, de aryok, rey de ellasar, de kedorlaomer, rey de elam, y de tidal, rey de goyim, [2] que �stos hicieron guerra a ber�, rey de sodoma, a birs�, rey de gomorra, a sinab, rey de adm�, a semeber, rey de seboyim, al rey de bel� (o sea, soar). [3] estos �ltimos se coligaron en el valle de siddim (esto es, el mar de la sal). [4] doce a�os hab�an servido a kedorlaomer, pero el a�o trece se rebelaron. [5] vinieron, pues, en el a�o catorce kedorlaomer y los reyes que estaban por �l, y derrotaron a los refa�tas en en asterot carn�yim, a los zuz�es en ham, a los em�es en la llanura de quiryat�yim, [6] y a los joritas en las monta�as de se�r hasta el par�n, que est� frente al desierto. [7] de vuelta, llegaron a en mispat (o sea, cad�s), y batieron todo el territoria de los amalecitas, y tambi�n a los amorreos que habitaban en jases�n Tamar. [8] salieron entonces el rey de sodoma, el rey de gomorra, el rey de adm� , el rey de seboyim y el rey de bel� (esto es, de soar) y en el valle de siddim les presentaron batalla: [9] a kedorlaomer, rey de elam, a tidal, rey de goyim, a amrafel, rey de senaar, y a aryok, rey de ellasar: cuatro reyes contra cinco. [10] el valle de siddim estaba lleno de pozos de bet�n, y como huyesen los reyes de sodoma y gomorra, cayeron all�. los dem�s huyeron a la monta�a. [11] los vencedores tomaron toda la hacienda de sodoma y gomorra con todos sus viv�res y se fueron. [12] apresaron tambi�n a lot, el sobrino de abram, y su hacienda, pues �l habitaba en sodoma, y se fueron. [13] un evadido vino a avisar a abram el hebreo, que habitaba junto a la encina de mambr� el amorreo, hermano de eskol y de aner, aliados a su vez de abram. [14] al o�r abram que su hermano hab�a sido hecho cautivo, moviliz� la tropa de gente nacida en su casa, en n�mero de 318, y persigui� a aqu�llos hasta dan.

[15] y cayendo �l y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrot�, y los persigui� hasta job�, que est� al norte de damasco; [16] recuper� toda la hacienda, y tambi�n a su hermano lot con su hacienda as� como a las mujeres y a la gente. [17] a su regreso despu�s de batir a kedorlaomer y a los reyes que con �l estaban, le sali� al encuentro el rey de sodoma en el valle de sav� (o sea, el valle del rey). [18] entonces melquisedec, rey de salem, present� pan y vino, pues era sacerdote del dios alt�simo, [19] y le bendijo diciendo: ��bendito sea abram del dios alt�simo, creador de cielos y tierra, [20] y bendito sea el dios alt�simo, que entreg� a tus enemigos en tus manos!� y diole abram el diezmo de todo. [21] dijo luego el rey de sodoma a abram: �dame las personas, y qu�date con la hacienda.� [22] pero abram dijo al rey de sodoma: �alzo mi mano ante el dios alt�simo, creador de cielos y tierra: [23] ni un hilo, ni la correa de un zapato, ni nada de lo tuyo tomar�, y as� no dir�s: "yo he enriquecido a abram." [24] nada en absoluto, salvo lo que han comido los mozos y la parte de los hombres que fueron conmigo: aner, eskol y mambr�. ellos que tomen su parte.� genesis cap.15 [1] despu�s de estos sucesos fue dirigida la palabra de yahveh a abram en visi�n, en estos t�rminos:�no temas, abram. yo soy para ti un escudo. tu premio ser� muy grande.� [2] dijo abram: �mi se�or, yahveh, �qu� me vas a dar, si me voy sin hijos...?.� [3] dijo abram: �he aqu� que no me has dado descendencia, y un criado de mi casa me va a heredar.� [4] mas he aqu� que la palabra de yahveh le dijo: �no te heredar� �se, sino que te heredar� uno que saldr� de tus entra�as.� [5] y sac�ndole afuera, le dijo: �mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.� y le dijo: �as� ser� tu descendencia.� [6] y crey� �l en yahveh, el cual se lo reput� por justicia. [7] y le dijo: �yo soy yahveh que te saqu� de ur de los caldeos, para darte esta tierra en propiedad.� [8] el dijo: �mi se�or, yahveh, �en qu� conocer� que ha de ser m�a?� [9] d�jole: �tr�eme una novilla de tres a�os, una cabra de tres a�os, un carnero de tres a�os, una t�rtola y un pich�n.� [10] tom� �l todas estas cosas, y parti�ndolas por medio, puso cada mitad enfrente de la otra. los p�jaros no los parti�. [11] las aves rapaces bajaron sobre los cad�veres, pero abram las espant�. [12] y sucedi� que estando ya el sol para ponerse, cay� sobre abram un sopor, y de pronto le invadi� un gran sobresalto. [13] yahveh dijo a abram: �has de saber que tus descendientes ser�n forasteros en tierra extra�a. los esclavizar�n y oprimir�n durante cuatrocientos a�os. [14] pero yo a mi vez juzgar� a la naci�n a quien sirvan; y luego saldr�n con gran hacienda. [15] t� en tanto vendr�s en paz con tus padres, ser�s sepultado en buena ancianidad. [16] y a la cuarta generaci�n volver�n ellos ac�; porque hasta entonces no se habr� colmado la maldad de los amorreos.� [17] y, puesto ya el sol, surgi� en medio de densas tinieblas un horno humeante y una antorcha de fuego que pas� por entre aquellos animales partidos. [18] aquel d�a firm� Yahveh una alianza con abram, diciendo:�a tu descendencia he dado esta tierra, desde el ri� de egipto hasta el r�o grande, el r�o eufrates: [19] los quenitas, quenizitas, cadmonitas,

[20] hititas, perizitas, refa�tas, [21] amorreos, cananeos, guirgasitas y jebuseos.� genesis cap.16 [1] saray, mujer de abram, no le daba hijos. pero ten�a una esclava egipcia, que se llamaba agar, [2] y dijo saray a abram: �mira, yahveh me ha hecho est�ril. ll�gate, pues, te ruego, a mi esclava. quiz� podr� tener hijos de ella.� y escuch� Abram la voz de saray. [3] as�, al cabo de diez a�os de habitar abram en cana�n, tom� Saray, la mujer de abram, a su esclava agar la egipcia, y di�sela por mujer a su marido abram. [4] lleg�se, pues, �l a agar, la cual concibi�. Pero luego, al verse ella encinta, miraba a su se�ora con desprecio. [5] dijo entonces saray a abram: �mi agravio recaiga sobre ti. yo puse mi esclava en tu seno, pero al verse ella encinta me mira con desprecio. juzgue yahveh entre nosotros dos.� [6] respondi� Abram a saray: �ah� tienes a tu esclava en tus manos. haz con ella como mejor te parezca.� saray dio en maltratarla y ella huy� de su presencia. [7] la encontr� el angel de yahveh junto a una fuente de agua en el desierto -la fuente que hay en el camino de sur[8] y dijo: �agar, esclava de saray, �de d�nde vienes y a d�nde vas?� contest� ella: �voy huyendo de la presencia de mi se�ora saray.� [9] �vuelve a tu se�ora, le dijo el angel de yahveh, y som�tete a ella.� [10] y dijo el angel de yahveh: �multiplicar� de tal modo tu descendencia, que por su gran multitud no podr� contarse.� [11] y d�jole el angel de yahveh: mira que has concebido, y dar�s a luz un hijo, al que llamar�s ismael, porque yahveh ha o�do tu aflicci�n. [12] ser� un onagro humano. su mano contra todos, y la mano de todos contra �l; y enfrente de todos sus hermanos plantar� su tienda.� [13] dio agar a yahveh, que le hab�a hablado, el nombre de �t� eres el ro�, pues dijo: ��si ser� que he llegado a ver aqu� las espaldas de aquel que me ve?� [14] por eso se llam� aquel pozo �pozo de lajay ro�. est� entre cad�s y b�red. [15] agar dio a luz un hijo a abram, y abram llam� al hijo que agar le hab�a dado ismael. [16] ten�a abram 86 a�os cuando agar le dio su hijo ismael. genesis cap.17 [1] cuando abram ten�a 99 a�os, se le apareci� Yahveh y le dijo: �yo soy el sadday, anda en mi pressencia y s� perfecto. [2] yo establezco mi alianza entre nosotros dos, y te multiplicar� sobremanera.� [3] cay� Abram rostro en tierra, y dios le habl� as�: [4] �por mi parte he aqu� mi alianza contigo: ser�s padre de una muchedumbre de pueblos. [5] no te llamar�s m�s abram, sino que tu nombre ser� Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido. [6] te har� fecundo sobremanera, te convertir� en pueblos, y reyes saldr�n de ti. [7] y establecer� mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia despu�s de ti, de generaci�n en generaci�n: una alianza eterna, de ser yo el dios tuyo y el de tu posteridad. [8] yo te dar� a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el pa�s de cana�n, en posesi�n perpetua, y yo ser� el dios de los tuyos.� [9] dijo dios a abraham: �guarda, pues, mi alianza, t� y tu posteridad, de generaci�n en generaci�n. [10] esta es mi alianza que hab�is de guardar entre yo y vosotros -tambi�n tu posteridad-: todos vuestros varones ser�n circuncidados. [11] os circuncidar�is la carne del prepucio, y eso ser� la se�al de la alianza

entre yo y vosotros. [12] a los ocho d�as ser� circuncidado entre vosotros todo var�n, de generaci�n en generaci�n, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extra�o que no sea de tu raza. [13] deben ser circuncidados el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero, de modo que mi alianza est� en vuestra carne como alianza eterna. [14] el incircunciso, el var�n a quien no se le circuncide la carne de su prepucio, ese tal ser� borrado de entre los suyos por haber violado mi alianza. [15] dijo dios a abraham: �a saray, tu mujer, no la llamar�s m�s saray, sino que su nombre ser� Sara. [16] yo la bendecir�, y de ella tambi�n te dar� un hijo. la bendecir�, y se convertir� en naciones; reyes de pueblos proceder�n de ella.� [17] abraham cay� rostro en tierra y se ech� a re�r, diciendo en su interior: �a un hombre de cien a�os va a nacerle un hijo?, �y sara, a sus noventa a�os, va a dar a luz?� [18] y dijo abraham a dios: ��si al menos ismael viviera en tu presencia!� [19] respondi� Dios: �s�, pero sara tu mujer te dar� a luz un hijo, y le pondr�s por nombre isaac. yo establecer� mi alianza con �l, una alianza eterna, de ser el dios suyo y el de su posteridad. [20] en cuanto a ismael, tambi�n te he escuchado: �he aqu� que le bendigo, le hago fecundo y le har� crecer sobremanera. doce pr�ncipes engendrar�, y har� de �l un gran pueblo. [21] pero mi alianza la establecer� con isaac, el que sara te dar� a luz el a�o que viene por este tiempo.� [22] y despu�s de hablar con �l, subi� Dios dejando a abraham. [23] tom� entonces abraham a su hijo ismael, a todos los nacidos en su casa y a todos los comprados con su dinero -a todos los varones de la casa de abraham- y aquel mismo d�a les circuncid� la carne del prepucio, como dios le hab�a mandado. [24] ten�a abraham 99 a�os cuando circuncid� la carne de su prepucio. [25] ismael, su hijo, era de trece a�os cuando se le circuncid� la carne de su prepucio. [26] el mismo d�a fueron circuncidados abraham y su hijo ismael. [27] y todos los varones de su casa, los nacidos en su casa, y los comprados a extra�os por dinero, fueron circuncidados juntamente con �l. genesis cap.18 [1] apareci�sele yahveh en la encina de mambr� estando �l sentado a la puerta de su tienda en lo m�s caluroso del d�a. [2] levant� los ojos y he aqu� que hab�a tres individuos parados a sur vera. como los vio acudi� desde la puerta de la tienda a recibirlos, y se postr� en tierra, [3] y dijo: �se�or m�o, si te he ca�do en gracia, ea, no pases de largo cerca de tu servidor. [4] ea, que traigan un poco de agua y lavaos los pies y recostaos bajo este �rbol, [5] que yo ir� a traer un bocado de pan, y repondr�is fuerzas. luego pasar�is adelante, que para eso hab�is acertado a pasar a la vera de este servidor vuestro.� dijeron ellos: �hazlo como has dicho.� [6] abraham se dirigi� presuroso a la tienda, a donde sara, y le dijo: �apresta tres arrobas de harina de s�mola, amasa y haz unas tortas.� [7] abraham, por su parte, acudi� a la vacada y apart� un becerro tierno y hermoso, y se lo entreg� al mozo, el cual se apresur� a aderezarlo. [8] luego tom� cuajada y leche, junto con el becerro que hab�a aderezado, y se lo present�, manteni�ndose en pie delante de ellos bajo el �rbol. as� que hubieron comido [9] dij�ronle: ��d�nde est� tu mujer sara?� -�ah�, en la tienda�, contest�. [10] dijo entonces aqu�l: �volver� sin falta a ti pasado el tiempo de un embarazo, y para entonces tu mujer sara tendr� un hijo.� sara lo estaba oyendo a

la entrada de la tienda, a sus espaldas. [11] abraham y sara eran viejos, entrados en a�os, y a sara se le hab�a retirado la regla de las mujeres. [12] as� que sara ri� para sus adentros y dijo: �ahora que estoy pasada, �sentir� el placer, y adem�s con mi marido viejo?�. [13] dijo yahveh a abraham. ��c�mo as� se ha re�do sara, diciendo: "�seguro que voy a parir ahora de vieja!"? [14] �es que hay nada milagroso para yahveh? en el plazo fijado volver�, al t�rmino de un embarazo, y sara tendr� un hijo.� [15] sara neg�: �no me he re�do�, y es que tuvo miedo. pero aqu�l dijo: �no digas eso, que s� te has re�do.� [16] levant�ronse de all� aquellos hombres y tomaron hacia sodoma, y abraham les acompa�aba de despedida. [17] dijo entonces yahveh: ��por ventura voy a ocultarle a abraham lo que hago, [18] siendo as� que abraham ha de ser un pueblo grande y poderoso, y se bendecir�n por �l los pueblos todos de la tierra? [19] porque yo le conozco y s� que mandar� a sus hijos y a su descendencia que guarden el camino de yahveh, practicando la justicia y el derecho, de modo que pueda concerderle yahveh a abraham lo que le tiene apalabrado.� [20] dijo, pues, yahveh: �el clamor de sodoma y de gomorra es grande; y su pecado grav�simo. [21] ea, voy a bajar personalmente, a ver si lo que han hecho responde en todo al clamor que ha llegado hasta m�, y si no, he de saberlo.� [22] y marcharon desde all� aquellos individuos camino de sodoma, en tanto que abraham permanec�a parado delante de yahveh. [23] abord�le abraham y dijo: ��as� que vas a borrar al justo con el malvado? [24] tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. �es que vas a borrarlos, y no perdonar�s a aquel lugar por los cincuenta justos que hubiere dentro? [25] t� no puedes hacer tal cosa: dejar morir al justo con el malvado, y que corran parejas el uno con el otro. t� no puedes. el juez de toda la tierra �va a fallar una injusticia?� [26] dijo yahveh: �si encuentro en sodoma a cincuenta justos en la ciudad perdonar� a todo el lugar por amor de aqu�llos. [27] replic� Abraham: ��mira que soy atrevido de interpelar a mi se�or, yo que soy polvo y ceniza! [28] sup�n que los cincuenta justos fallen por cinco. �destruir�as por los cinco a toda la ciudad?� dijo: �no la destruir�, si encuentro all� a 45.� [29] insisti� todav�a: �sup�n que se encuentran all� cuarenta.� respondi�: �tampoco lo har�a, en atenci�n de esos cuarenta.� [30] insisti�: �no se enfade mi se�or si le digo: "tal vez se encuentren all� treinta".� respondi�: �no lo har� si encuentro all� a esos treinta.� [31] d�jole. ��cuidado que soy atrevido de interpelar a mi se�or! �y si se hallaren all� veinte?� [32] respondi�: Tampoco har�a destrucci�n en gracia de los veinte.� insisti�: �vaya, no se enfade mi se�or, que ya s�lo hablar� esta vez: "�y si se encuentran all� diez?"� dijo: �tampoco har�a destrucci�n, en gracia de los diez.� [33] parti� Yahveh as� que hubo acabado de conversar con abraham, y �ste se volvi� a su lugar. genesis cap.19 [1] los dos �ngeles llegaron a sodoma por la tarde. lot estaba sentado a la puerta de sodoma. al verlos, lot se levant� a su encuentro y postr�ndose rostro en tierra, [2] dijo: �ea, se�ores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro. hac�is noche, os lav�is los pies, y de madrugada seguir�is vuestro camino.� ellos dijeron: �no; haremos noche en la plaza.� [3] pero tanto porfi� con ellos, que al fin se hospedaron en su casa. el les

preprar� una comida cociendo unos panes cence�os y comieron. [4] no bien se hab�an acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin excepci�n. [5] llamaron a voces a lot y le dijeron: ��d�nde est�n los hombres que han venido donde ti esta noche? s�calos, para que abusemos de ellos.� [6] lot sali� donde ellos a la entrada, cerr� la puerta detr�s de s�, [7] y dijo: �por favor, hermanos, no hag�is esta maldad. [8] mirad, aqu� tengo dos hijas que a�n no han conocido var�n. os las sacar� y haced con ellas como bien os parezca; pero a estos hombres no les hag�is nada, que para eso han venido al amparo de mi techo.� [9] mas ellos respondieron: ��quita all�! uno que ha venido a avencindarse, �va a meterse a juez? ahora te trataremos a ti peor que a ellos.� y forcejearon con �l, con lot, de tal modo que estaban a punto de romper la puerta. [10] pero los hombres alargaron las manos, tiraron de lot hacia s�, adentro de la casa, cerraron la puerta, [11] y a los hombres que estaban a la entrada de la casa les dejaron deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se vieron para encontrar la entrada. [12] los hombres dijeron a lot: ��a qui�n m�s tienes aqu�? saca de este lugar a tus hijos e hijas y a quienquiera que tengas en la ciudad, [13] porque vamos a destruir este lugar, que es grande el clamor de ellos en la presencia de yahveh, y yahveh nos ha enviado a destruirlos.� [14] sali� Lot y habl� con sus yernos, los prometidos de sus hijas: �levantaos, dijo, salid de este lugar, porque yahveh va a destruir la ciudad.� pero sus yernos le tomaron a broma. [15] al rayar el alba, los �ngeles apremiaron a lot diciendo: �lev�ntate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran aqu�, no vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad.� [16] y como �l remoloneaba, los hombres le asieron de la mano lo mismo que a su mujer y a sus dos hijas por compasi�n de yahveh hacia �l, y sac�ndole le dejaron fuera de la ciudad. [17] mientras los sacaban afuera, dijo uno: ��esc�pate, por vida tuya! no mires atr�s ni te pares en toda la redonda. escapa al monte, no vayas a ser barrido.� [18] lot les dijo: �no, por favor, se�or m�o. [19] ya que este servidor tuyo te ha ca�do en gracia, y me has hecho el gran favor de dejarme con vida, mira que no puedo escaparme al monte sin riesgo de que me alcance el da�o y la muerte. [20] ah� cerquita est� esa ciudad a donde huir. es una peque�ez. �ea, voy a escaparme all� -�verdad que es una peque�ez?- y quedar� con vida!� [21] d�jole: �bien, te concedo tambi�n eso de no arrasar la ciudad que has dicho. [22] listo, esc�pate all�, porque no puedo hacer nada hasta que no entres all�.� por eso se llam� aquella ciudad soar. [23] el sol asomaba sobre el horizonte cuando lot entraba en soar. [24] entonces yahveh hizo llover sobre sodoma y gomorra azufre y fuego de parte de yahveh. [25] y arras� aquellas ciudades, y toda la redonda con todos los habitantes de las ciudades y la vegetac�on del suelo. [26] su mujer mir� hacia atr�s y se volvi� poste de sal. [27] levant�se abraham de madrugada y fue al lugar donde hab�a estado en presencia de yahveh. [28] dirigi� la vista en direci�n de sodoma y gomorra y de toda la regi�n de la redonda, mir�, y he aqu� que sub�a una humareda de la tierra cual la de una fogata. [29] as� pues, cuando dios destruy� las ciudades de la redonda, se acord� de abraham y puso a lot a salvo de la cat�strofe, cuando arras� las ciudades en que lot habitaba. [30] subi� Lot desde soar y se qued� a vivir en el monte con sus dos hijas, temeroso de vivir en soar. el y sus dos hijas se instalaron en una cueva. [31] la mayor dijo a la peque�a: �nuestro padre es viejo y no hay ning�n hombre

en el pa�s que se una a nosotras, como se hace en todo el mundo. [32] ven, vamos a propinarle vino a nuestro padre, nos acostaremos con �l y as� engendraremos descendencia.� [33] en efecto, propinaron vino a su padre aquella misma noche, y entr� la mayor y se acost� con su padre, sin que �l se enterase de cu�ndo ella se acost� ni cu�ndo se levant�. [34] al d�a siguiente dijo la mayor a la peque�a: �mira, yo me he acostado anoche con mi padre. vamos a propinarle vino tambi�n esta noche, y entras t� a acostarte con �l, y as� engendraremos de nuestro padre descendencia.� [35] propinaron, pues, tambi�n aquella noche vino a su padre, y levant�ndose la peque�a se acost� con �l, sin que �l se enterase de cu�ndo ella se acost� ni cu�ndo se levant�. [36] las dos hijas de lot quedaron encinta de su padre. [37] la mayor dio a luz un hijo, ye le llam� Moab: es el padre de los actuales moabitas. [38] la peque�a tambi�n dio a luz un hijo, ye le llam� Ben amm�: es el padre de los actuales ammonitas. genesis cap.20 [1] traslad�se de all� Abraham al pa�s del n�gueb, y se estableci� entre cad�s y sur. habi�ndose avecindado en guerar, [2] dec�a abraham de su mujer sara: �es mi hermana.� entonces el rey de guerar, abim�lek, envi� por sara y la tom�. [3] pero vino dios a abim�lek en un sue�o nocturno y le dijo: �date muerto por esa mujer que has tomado, y que est� casada.� [4] abim�lek, que no se hab�a acercado a ella, dijo: �se�or, �es que asesinas a la gente aunque sea honrada? [5] �no me dijo �l a m�: "es mi hermana", y ella misma dijo: "es mi hermano?" con coraz�n �ntegro y con manos limpias he procedido.� [6] y le dijo dios en el sue�o: �ya s� yo tambi�n que con coraz�n �ntegro has procedido, como que yo mismo te he estorbado de faltar contra m�. por eso no te he dejado tocarla. [7] pero ahora devuelve la mujer a ese hombre, porque es un profeta; �l rogar� por ti para que vivas. pero si no la devuelves, s�bete que morir�s sin remedio, t� y todos los tuyos.� [8] levant�se abim�lek de ma�ana, llam� a todos sus siervos y les refiri� todas estas cosas; los hombres se asustaron mucho. [9] luego llam� Abim�lek a abraham, y le dijo: �� qu� has hecho con nosotros, o en qu� te he faltado, para que trajeras sobre m� y mi reino una falta tan grande? lo que no se hace has hecho conmigo.� [10] y dijo abim�lek a abraham: ��qu� te ha movido a hacer esto?� [11] dijo abraham: �es que me dije: "seguramente no hay temor de dios en este lugar, y van a asesinarme por mi mujer." [12] pero es que, adem�s, es cierto que es hermana m�a, hija de mi padre aunque no de mi madre, y vino a ser mi mujer. [13] y desde que dios me hizo vagar lejos de mi familia, le dije a ella: vas a hacerme este favor: a dondequiera que lleguemos, dices de m�: es mi hermano.� [14] tom� Abim�lek ovejas y vacas, siervos y esclavas, se los dio a abraham, y le devolvi� su mujer sara. [15] y dijo abim�lek: �ah� tienes mi pa�s por delante: qu�date donde se te antoje.� [16] a sara le dijo: �mira, he dado a tu hermano mil monedas de plata, que ser�n para ti y para los que est�n contigo como venda en los ojos, y de todo esto ser�s justificada.� [17] abraham rog� a dios, y dios cur� a abim�lek, a su mujer, y a sus concubinas, que tuvieron hijos; [18] pues yahveh hab�a cerrado absolutamente toda matriz de casa de abim�lek, por

lo de sara, la mujer de abraham. genesis cap.21 [1] yahveh visit� a sara como lo hab�a dicho, e hizo yahveh por sara lo que hab�a prometido. [2] concibi� Sara y dio a abraham un hijo en su vejez, en el plazo predicho por dios. [3] abraham puso al hijo que le hab�a nacido y que le trajo sara el nombre de isaac. [4] abraham circuncid� a su hijo isaac a los ocho d�as, como se lo hab�a mandado dios. [5] abraham era de cien a�os cuando le naci� su hijo isaac. [6] y dijo sara: �dios me ha dado de qu� re�r; todo el que lo oiga se reir� conmigo.� [7] y a�adi�: ��qui�n le habr�a dicho a abraham que sara amamantar�a hijos?; pues bien, yo le he dado un hijo en su vejez.� [8] creci� el ni�o y fue destetado, y abraham hizo un gran banquete el d�a que destetaron a isaac. [9] vio sara al hijo que agar la egipcia hab�a dado a abraham jugando con su hijo isaac, [10] dijo a abraham: �despide a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con isaac.� [11] sinti�lo muy mucho abraham, por tratarse de su hijo, [12] pero dios dijo a abraham: �no lo sientas ni por el chico ni por tu criada. en todo lo que te dice sara, hazle caso; pues aunque por isaac llevar� tu nombre una descendencia, [13] tambi�n del hijo de la criada har� una gran naci�n, por ser descendiente tuyo.� [14] levant�se, pues, abraham de ma�ana, tom� pan y un odre de agua, y se lo dio a agar, le puso al hombro el ni�o y la despidi�. Ella se fue y anduvo por el desierto de berseba. [15] como llegase a faltar el agua del odre, ech� al ni�o bajo una mata, [16] y ella misma fue a sentarse enfrente, a distancia como de un tiro de arco, pues dec�a: �no quiero ver morir al ni�o.� sentada, pues, enfrente, se puso a llorar a gritos. [17] oy� Dios la voz del chico, y el angel de dios llam� a agar desde los cielos y le dijo: ��qu� te pasa, agar? no temas, porque dios ha o�do la voz del chico en donde est�. [18] �arriba!, levanta al chico y tenle de la mano, porque he de convertirle en una gran naci�n.� [19] entonces abri� Dios los ojos de ella, y vio un pozo de agua. fue, llen� el odre de agua y dio de beber al chico. [20] dios asisti� al chico, que se hizo mayor y viv�a en el desierto, y lleg� a ser gran arquero. [21] viv�a en el desierto de par�n, y su madre tom� para �l una mujer del pa�s de egipto. [22] sucedi� por aquel tiempo que abim�lek, junto con pikol, capit�n de su tropa, dijo a abraham: �dios est� contigo en todo lo que haces. [23] ahora, pues, j�rame por dios aqu� mismo sin mentir, y tanto a m� como a mis hijos y a mis nietos, que la misma benevolencia que he tenido para contigo, la tendr�s t� para conmigo y con el pa�s donde te hemos recibido como hu�sped.� [24] abraham dijo: �lo juro�. [25] entonces abraham se quej� a abim�lek con motivo de un pozo que hab�an usurpado los s�bditos de abim�lek. [26] y dijo abim�lek: �no s� qui�n ha hecho eso. ni t� me lo hab�as notificado, ni yo hab�a o�do nada hasta hoy.� [27] abraham tom� unas ovejas y vacas, se las dio a abim�lek, e hicieron los dos

un pacto. [28] abraham puso siete corderas aparte. [29] dijo abim�lek a abraham: ��para qu� son esas siete corderas que has apartado?� [30] dijo: �estas siete corderas las vas a aceptar de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo he excavado este pozo.� [31] por eso se llam� a aquel lugar berseba, porque all� juraron ambos. [32] hicieron, pues, el pacto en berseba; luego, levant�ndose abim�lek y pikol, capit�n de su tropa, se volvieron al pa�s de los filisteos. [33] abraham plant� un tamarisco en berseba en invoc� all� el nombre de yahveh, dios eterno. abraham estuvo residiendo en el pa�s de los filisteos muchos a�os. genesis cap.22 [1] despu�s de estas cosas sucedi� que dios tent� a abraham y le dijo: ��abraham, abraham!� el respondi�: �heme aqu�.� [2] d�jole: �toma a tu hijo, a tu �nico, al que amas, a isaac, vete al pa�s de moria y ofr�cele all� en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga.� [3] levant�se, pues, abraham de madrugada, aparej� su asno y tom� consigo a dos mozos y a su hijo isaac. parti� la le�a del holocausto y se puso en marcha hacia el lugar que le hab�a dicho dios. [4] al tercer d�a levant� Abraham los ojos y vio el lugar desde lejos. [5] entonces dijo abraham a sus mozos: �quedaos aqu� con el asno. yo y el muchacho iremos hasta all�, haremos adoraci�n y volveremos donde vosotros.� [6] tom� Abraham la le�a del holocausto, la carg� sobre su hijo isaac, tom� en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos. [7] dijo isaac a su padre abraham: ��padre!� respondi�: ��qu� hay, hijo?� -�aqu� est� el fuego y la le�a, pero �d�nde est� el cordero para el holocausto?� [8] dijo abraham: �dios proveer� el cordero para el holocausto, hijo m�o.� y siguieron andando los dos juntos. [9] llegados al lugar que le hab�a dicho dios, construy� all� Abraham el altar, y dispuso la le�a; luego at� a isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la le�a. [10] alarg� Abraham la mano y tom� el cuchillo para inmolar a su hijo. [11] entonces le llam� el angel de yahveh desde los cielos diciendo: �abraham, abraham!� el dijo: �heme aqu�.� [12] dijo el angel: �no alargues tu mano contra el ni�o, ni le hagas nada, que ahora ya s� que t� eres temeroso de dios, ya que no me has negado tu hijo, tu �nico.� [13] levant� Abraham los ojos, mir� y vio un carnero trabado en un zarzal por los cuernos. fue abraham, tom� el carnero, y lo sacrific� en holocausto en lugar de su hijo. [14] abraham llam� a aquel lugar �yahveh provee�, de donde se dice hoy en d�a: �en el monte "yahveh provee"� [15] el angel de yahveh llam� a abraham por segunda vez desde los cielos, [16] y dijo: �por m� mismo juro, or�culo de yahveh, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu �nico, [17] yo te colmar� de bendiciones y acrecentar� much�simo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adue�ar� tu descendencia de la puerta de sus enemigos. [18] por tu descendencia se bendecir�n todas las naciones de la tierra, en pago de haber obedecido t� mi voz.� [19] volvi� Abraham al lado de sus mozos, y emprendieron la marcha juntos hacia berseba. y abraham se qued� en berseba. [20] despu�s de estas cosas, se anunci� a abraham: �tambi�n milk� ha dado hijos a tu hermano najor: [21] us, su primog�nito; buz, hermano del anterior, y quemel, padre de aram, [22] k�sed, jaz�, Pild�s, yidlaf y betuel.�

[23] (betuel engendr� a rebeca.) estos ocho le dio milk� a najor, hermano de abraham. [24] su concubina, llamada reum�, tambi�n dio a luz a t�baj, g�jam, t�jas, y maak�. genesis cap.23 [1] sara vivi� 127 a�os. [2] muri� Sara en quiryat arb� -que es hebr�n- en el pa�s de cana�n, y abraham hizo duelo por sara y la llor�. [3] luego se levant� Abraham de delante de la muerta, y habl� a los hijos de het en estos t�rminos: [4] �yo soy un simple forastero que reside entre vosotros. dadme una propiedad sepulcral entre vosotros, para retirar y sepultar a mi muerta.� [5] respondieron los hijos de het a abraham dici�ndole: [6] �a ver si nos entendemos, se�or; t� eres un pr�ncipe divino entre nosotros. en el mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta. ninguno de nosotros te negar� su sepulcro, para que entierres a tu muerta.� [7] levant�se abraham, e hizo una reverencia a los paisanos, a los hijos de het, [8] y les habl� en estos t�rminos: �si est�is de acuerdo con que yo retire y sepulte a mi muerta, escuchadme e interceded por m� ante efr�n, hijo de s�jar, [9] para que me d� la cueva de la makpel� que es suya y que est� al borde de su finca. que me la d� por lo que valga en propiedad sepulcral entre vosotros.� [10] efr�n estaba sentado entre los hijos de het. respondi�, pues, efr�n el hitita a abraham, a o�das de los hijos de het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad diciendo: [11] �no, se�or, esc�chame: te doy la finca y te doy tambi�n la cueva que hay en ella. a la vista de los hijos de mi pueblo te la doy: sepulta a tu muerta.� [12] abraham hizo una reverencia a los paisanos, [13] y se dirigi� a efron, a o�das de los paisanos, diciendo: �a ver si nos entendemos. te doy el precio de la finca ac�ptamelo y enterrar� all� a mi muerta.� [14] respondi� Efr�n a abraham: [15] �se�or m�o, esc�chame: cuatrocientos siclos de plata por un terren0, �qu� nos suponen a ti y a m�? sepulta a tu muerta.� [16] abraham accedi� y pes� a efr�n la plata que �ste hab�a pedido a o�das de los hijos de het: cuatrocientos siclos de plata corriente de mercader. [17] as� fue c�mo la finca de efr�n que est� en la makpel�, frente a mambr�, la finca y la cueva que hay en ella y todos los �rboles que rodean la finca por todos sus lindes, todo ello vino a ser [18] propiedad de abraham, a la vista de los hijos de het, y todos los que entraban por la puerta de la ciudad. [19] despu�s abraham sepult� a su mujer sara en la cueva del campo de la makpel� frente a mambr� (es hebr�n), en cana�n. [20] as� aquel campo y la cueva que hay en �l llegaron a ser de abraham como propiedad sepulcral, recibida de los hijos de het. genesis cap.24 [1] abraham era ya un viejo entrado en a�os, y yahveh hab�a bendecido a abraham en todo. [2] abraham dijo al siervo m�s viejo de su casa y mayordomo de todas sus cosas: �ea, pon tu mano debajo de mi muslo, [3] que voy a juramentarte por yahveh, dios de los cielos y dios de la tierra, que no tomar�s mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos con los que vivo; [4] sino que ir�s a mi tierra y a mi patria a tomar mujer para mi hijo isaac.� [5] d�jole el siervo: �tal vez no quiera la mujer seguirme a este pa�s. �debo en tal caso volver y llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?�

[6] d�jole abraham: �gu�rdate de llevar all� a mi hijo. [7] yahveh, dios de los cielos y dios de la tierra, que me tom� de mi casa paterna y de mi patria, y que me habl� y me jur�, diciendo: "a tu descendencia dar� esta tierra", �l enviar� su angel delante de ti, y tomar�s de all� mujer para mi hijo. [8] si la mujer no quisiere seguirte, no responder�s de este juramento que te tomo. en todo caso, no lleves all� a mi hijo.� [9] el siervo puso su mano debajo del muslo de su se�or abraham y le prest� juramento seg�n lo hablado. [10] tom� el siervo diez camellos de los de su se�or y de las cosas mejores de su se�or y se puso en marcha hacia aram nahar�yim, hacia la ciudad de najor. [11] hizo arrodillar al los camellos fuera de la ciudad junto al pozo, al atardecer, a la hora de salir las aguadoras, [12] y dijo: �yahveh, dios de mi se�or abraham: dame suerte hoy, y haz favor a mi se�or abraham. [13] voy a quedarme parado junto a la fuente, mientras las hijas de los ciudadanos salen a sacar agua. [14] ahora bien, la muchacha a quien yo diga "inclina, por favor, tu c�ntaro para que yo beba", y ella responda: "bebe, y tambi�n voy a abrevar tus camellos", �sa sea la que tienes designada para tu siervo isaac, y por ello conocer� que haces favor a mi se�or.� [15] apenas hab�a acabado de hablar, cuando he aqu� que sal�a rebeca, hija de betuel, el hijo de milk�, la mujer de najor, hermano de abraham, con su c�ntaro al hombro. [16] la joven era de muy buen ver, virgen, que no hab�a conocido var�n. baj� a la fuente, llen� su c�ntaro y subi�. [17] el siervo corri� a su en cuentro y dijo: �dame un poco de agua de tu cantaro.� [18] �bebe, se�or�, dijo ella, y bajando en seguida el c�ntaro sobre su brazo, le dio de beber. [19] y en acabando de darle, dijo: �tambi�n para tus camellos voy a sacar, hasta que se hayan saciado.� [20] y apresuradamente vaci� su c�ntaro en el abrevadero y corriendo otra vez al pozo sac� agua para todos los camellos. [21] el hombre la contemplaba callando para saber si yahveh hab�a dado �xito o no a su misi�n. [22] en cuanto los camellos acabaron de beber, tom� el hombre un anillo de oro de medio siclo de peso, que coloc� en la nariz de la joven, y un par de brazaletes de diez siclos de oro en sus brazos, [23] y dijo: ��de qui�n eres hija? dime: �hay en casa de tu padre sitio para hacer noche?� [24] ella le dijo: �soy hija de betuel, el hijo que milk� dio a najor.� [25] y agreg�: �tambi�n tenemos paja y forraje en abundancia, y sitio para pasar la noche.� [26] entonces se postr� el hombre y ador� a yahveh, [27] diciendo: �bendito sea yahveh, el dios de mi se�or abraham, que no ha retirado su favor y su lealtad para con mi se�or. yahveh me ha tra�do a parar a casa del hermano de mi se�or.� [28] la joven corri� a anunciar a casa de su madre todas estas cosas. [29] ten�a rebeca un hermano llamado lab�n. este corri� donde el hombre, afuera, a la fuente. [30] en efecto, en cuanto vio el anillo y los brazaletes en los brazos de su hermana, y oy� decir a su hermana rebeca: �as� me ha hablado aquel hombre�, se lleg� a donde �l. le encontr� todav�a junto a los camellos cerca de la fuente, [31] y le dijo: �ven, bendito de yahveh. �por qu� te quedas parado fuera, si yo he desocupado la casa y he hecho sitio para los camellos?� [32] el hombre entr� en la casa, y lab�n desaparej� los camellos, les dio paja y forraje, y al hombre y a sus acompa�antes agua para lavarse los pies.

[33] despu�s les sirvi� de comer, pero el otro dijo: �no comer� hasta no haber dicho lo que tengo que decir.� a lo que respondi� Lab�n: �habla.� [34] �yo soy, dijo, siervo de abraham. [35] yahveh ha bendecido con largueza a mi se�or, que se ha hecho rico, pues le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y esclavas, camellos y asnos. [36] y sara, la mujer de mi se�or, envejecida ya, dio a luz un hijo a mi se�or, que le ha cedido todo cuanto posee. [37] en cuanto a m�, mi se�or me ha tomado juramento, diciendo: "no tomar�s mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuyo pa�s resido. [38] �como no vayas a casa de mi padre y a mi parentela a tomar mujer para mi hijo...!" [39] yo dije a mi se�or: "�y si acaso no me sigue la mujer?" [40] y �l me dijo: "yahveh, en cuya presencia he andado, enviar� su angel contigo, y dar� �xito a tu viaje, y as� tomar�s mujer para mi hijo de mi parentela y de la casa de mi padre. [41] entonces quedar�s libre de mi maldici�n, cuando llegues a mi parentela; y si no te la dieren tambi�n quedar�s libre de mi maldici�n.� [42] pues bien: llego hoy a la fuente y me digo: "yahveh, dios de mi se�or abraham, si en efecto das �xito a este mi viaje, [43] aqu� me quedo parado junto a la fuente. la doncella que salga a sacar agua, y yo le diga: dame de beber un poco de agua de tu c�ntaro [44] y ella me responda: bebe t�, y voy a sacar tambi�n para tus camellos, �sa ser� la mujer que yahveh tiene destinada para el hijo de mi se�or." [45] apenas hab�a acabado de hablar conmigo mismo, cuando he aqu� que rebeca sal�a con su c�ntaro al hombro, baj� a la fuente y sac� agua. yo le dije: "ea, dame de beber", [46] y enseguida baj� su c�ntaro del hombro y dijo: "bebe, y tambi�n voy a abrevar tus camellos." beb�, pues, y ella abrev� tambi�n los camellos. [47] yo le pregunt�: "�de qui�n eres hija?" me respondi�: "soy hija de betuel, el hijo que milk� dio a najor." entonces puse el anillo en su nariz, y los brazaletes en sus brazos, [48] y postr�ndome ador� a yahveh, y bendije a yahveh, el dios de mi se�or abraham, que me hab�a puesto en el buen camino para tomar a la hija del hermano de mi se�or para su hijo. [49] ahora, pues, decidme si est�is dispuestos a usar de favor y lealtad para con mi se�or, y si no, dec�dmelo tambi�n, para que yo tire por la derecha o por la izquierda.� [50] respondieron lab�n y betuel: �de yahveh ha salido este asunto. nosotros no podemos decirte est� mal o est� bien. [51] ah� tienes delante a rebeca: t�mala y vete, y sea ella mujer del hijo de tu se�or, como ha dicho yahveh.� [52] cuando el siervo de abraham oy� lo que dec�an, ador� a yahveh en tierra. [53] acto seguido sac� el siervo objetos de plata y oro y vestidos, y se los dio a rebeca. tambi�n hizo regalos a su hermano y a su madre. [54] luego comieron y bebieron, �l y los hombres que le acompa�aban, y pasaron la noche. por la ma�ana se levantaron, y �l dijo: �permitidme que marche donde mi se�or.� [55] el hermano y la madre de rebeca dijeron: �que se quede la chica con nosotros unos d�as, por ejemplo diez. luego se ir�.� [56] mas �l les dijo: �no me demor�is. puesto que yahveh ha dado �xito a mi viaje, dejadme salir para que vaya donde mi se�or.� [57] ellos dijeron: �llamemos a la joven y pregunt�mosle su opini�n.� [58] llamaron, pues, a rebeca, y le dijeron: ��qu�? �te vas con este hombre?� �me voy�, contest� ella. [59] entonces despidieron a su hermana rebeca con su nodriza, y al siervo de abraham y a sus hombres. [60] y bendijeron a rebeca, y le dec�an: ��oh hermana nuestra, que llegues a convertirte en millares de mir�adas, y conquiste tu descendencia la puerta de sus

enemigos!� [61] levant�se rebeca con sus doncellas y, montadas en los camellos, siguieron al hombre. el siervo tom� a rebecaa y se fue. [62] entretanto, isaac hab�a venido del pozo de lajay ro�, pues habitaba en el pa�s del n�gueb. [63] una tarde hab�a salido isaac de paseo por el campo, cuando he aqu� que al alzar la vista, vio que ven�an unos camellos. [64] rebeca a su vez alz� sus ojos y viendo a isaac, se ape� del camello, [65] y dijo al siervo: ��qui�n es aquel hombre que camina por el campo a nuestro encuentro?� dijo el siervo: �es mi se�or.� entonces ella tom� el velo y se cubri�. [66] el siervo cont� a isaac todo lo que hab�a hecho, [67] e isaac introdujo a rebeca en la tienda, tom� a rebeca, que pas� a ser su mujer, y �l la am�. As� se consol� Isaac por la p�rdida de su madre. genesis cap.25 [1] abraham volvi� a tomar otra mujer, llamada quetur�. [2] esta le dio a zimr�n, yoqs�n, med�n, madi�n, yisbaq y s�aj. [3] -yoqs�n engendr� a seba y a ded�n. hijos de ded�n fueron los asuritas, los letus�es y los leumies-. [4] hijos de madi�n: ef�, efer, henoc, abid� y elda�. todos �stos, hijos de quetur�. [5] abraham dio todo cuanto ten�a a isaac. [6] a los hijos de las concubinas que ten�a abraham les hizo donaciones y, viviendo a�n �l, los separ� de isaac, envi�ndoles hacia levante, al pa�s de oriente. [7] estos fueron los d�as de vida de abraham: 175 a�os. [8] expir�, pues, abraham y muri� en buena ancianidad, viejo y lleno de d�as, y fue a juntarse con su pueblo. [9] sus hijos isaac e ismael le sepultaron en la cueva de la makpel�, al borde de la finca de efr�n, hijo de s�jar, el hitita, enfrente de mambr�. [10] en la finca que abraham hab�a comprado a los hijos de het, all� fue sepultado abraham con su mujer sara. [11] despu�s de la muerte de abraham, bendijo dios a su hijo isaac. isaac se estableci� en las inmediaciones del pozo de lajay ro�. [12] estos son los descendientes de ismael, hijo de abraham, el que le dio a abraham agar la egipcia, esclava de sara; [13] y estos son los nombres de los hijos de ismael, por orden de nacimiento: el primog�nito de ismael, nebayot; despu�s, quedar, adbeel, mibsam, [14] mism�, dum�, mass�, [15] jadad, tem�, yetur, naf�s y quedm�. [16] estos son los hijos de ismael, y �stos sus nombres seg�n sus poblados y sus aduares: doce caudillos de otros tantos pueblos. [17] y estos fueron los a�os de vida de ismael: 137 a�os. luego expir� y muri�, y fue a juntarse con su pueblo. [18] ocup� desde javil� hasta sur, que cae enfrente de egipto, seg�n se va a asur. se estableci� enfrente de todos sus hermanos. [19] esta es la historia de isaac, hijo de abraham: abraham engendr� a isaac. [20] ten�a isaac cuarenta a�os cuando tom� por mujer a rebeca, hija de betuel, el arameo de padd�n aram, y hermana de lab�n el arameo. [21] isaac suplic� a yahveh en favor de su mujer, pues era est�ril, y yahveh le fue propicio, y concibi� su mujer rebeca. [22] pero los hijos se entrechocaban en su seno. ella se dijo: �siendo as�, �para qu� vivir?� y fue a consultar a yahveh. [23] yahveh le dijo: �dos pueblos hay en tu vientre, dos naciones que, al salir de tus entra�as, se dividir�n. la una oprimir� a la otra; el mayor servir� al peque�o.� [24] cumpli�ronsele los d�as de dar a luz, y result� que hab�a dos mellizos en su

vientre. [25] sali� el primero, rubicundo todo �l, como una pelliza de zalea, y le llamaron esa�. [26] despu�s sali� su hermano, cuya mano agarraba el tal�n de esa�, y se llam� Jacob. isaac ten�a sesenta a�os cuando los engendr�. [27] crecieron los muchachos. esa� lleg� a ser un cazador experto, un hombre montaraz, y jacob un hombre muy de la tienda. [28] isaac quer�a a esa�, porque le gustaba la caza, y rebeca quer�a a jacob. [29] una vez, jacob hab�a preparado un guiso cuando lleg� Esa� del campo, agotado. [30] dijo esa� a Jacob: �oye, dame a probar de lo rojo, de eso rojo, porque estoy agotado.� -por eso se le llam� Edom-. [31] dijo jacob: �v�ndeme ahora mismo tu primogenitura.� [32] dijo esa�: �Estoy que me muero. �qu� me importa la primogenitura?� [33] dijo jacob: �j�ramelo ahora mismo.� y �l se lo jur�, vendiendo su primogenitura a jacob. [34] jacob dio a esa� pan y el guiso de lentejas, y �ste comi� y bebi�, se levant� y se fue. as� desde�� Esa� la primogenitura. genesis cap.26 [1] hubo hambre en el pa�s -aparte de la primera que tuvo lugar en tiempo de abraham- y fue isaac a guerar, a donde abim�lek, rey de los filisteos. [2] yahveh se le apareci� y le dijo: �no bajes a egipto. qu�date en la tierra que yo te indique. [3] reside en esta tierra, y yo te asistir� y bendecir�; porque a ti y a tu descendencia he de dar todas estas tierras, y mantendr� el juramento que hice a tu padre abraham. [4] multiplicar� tu descendencia como las estrellas del cielo, y dar� a tu descendencia todas estas tierras. y por tu descendencia se bendecir�n todas las naciones de la tierra, [5] en pago de que abraham me obedeci� y guard� mis observancias, mis mandamientos, mis preceptos y mis instrucciones.� [6] establec�ose, pues, isaac en guerar. [7] los del lugar le preguntaban por su mujer, y �l dec�a: �es mi hermana.� en efecto, le daba reparo decir: �es mi mujer�, no fuesen a matarle los del lugar por causa de rebeca, ya que ella era de buen ver. [8] ya llevaba largo tiempo all�, cuando aconteci� que abim�lek, rey de los filisteos, atisbando por una ventana, observ� que isaac estaba solaz�ndose con su mujer rebeca. [9] llama abim�lek a isaac y le dice: �con que es tu mujer! �pues c�mo has venido diciendo: es mi hermana?� d�cele isaac: �es que me dije: a ver si voy a morir por causa de ella.� [10] replic� Abim�lek: ��qu� es lo que nos has hecho? si por acaso llega a acostarse cualquiera del pueblo con tu mujer, t� nos habr�as echado la culpa.� [11] entonces abim�lek orden� a todo el pueblo: �quien tocare a este hombre o a su mujer, morir� sin remedio.� [12] isaac sembr� en aquella tierra, y cosech� aquel a�o el ciento por uno. yahveh le bendec�a [13] y el hombre se enriquec�a, se iba enriqueciendo m�s y m�s hasta que se hizo riqu�simo. [14] ten�a reba�os de ovejas y vacadas y copiosa servidumbre. los filisteos le ten�an envidia. [15] todos los pozos que hab�an cavado los siervos de su padre -en tiempos de su padre abraham- los hab�an cegado los filisteos, llen�ndolos de tierra. [16] entonces abim�lek dijo a isaac: �ap�rtate de nuestro lado, porque te has hecho mucho m�s poderoso que nosotros.� [17] isaac se fue de all� y acamp� en la vaguada de guerar, estableci�ndose all�.

[18] isaac volvi� a cavar los pozos de agua que hab�an cavado los siervos de su padre abraham, y que los filisteos habi�n cegado despu�s de la muerte de abraham, y les puso los mismos nombres que les hab�a puesto su padre. [19] cavaron los siervos de isaac en la vaguada y encontraron all� un pozo de aguas vivas. [20] pero ri�eron los pastores de guerar con los pastores de isaac, diciendo: �el agua es nuestra.� el llam� al pozo eseq, ya que se hab�an querellado con �l. [21] excavaron otro pozo, y tambi�n ri�eron por �l: lo llam� Sitn�. [22] parti� de all� y cav� otro pozo, y ya no ri�eron por �l: lo llam� Rejobot, y dijo: �ahora yahveh nos ha dado desahogo, y prosperaremos en esta tierra. [23] de all� subi� a berseba. [24] yahveh se le apareci� aquella noche y dijo: �yo soy el dios de tu padre abraham. no temas, porque yo estoy contigo. te bendecir�, y multiplicar� tu descendencia por amor de abraham, mi siervo.� [25] all� construy� un altar e invoc� el nombre de yahveh. all� despleg� su tienda, y los siervos de isaac perforaron all� un pozo. [26] entonces abim�lek fue a donde �l desde guerar, con ajuzat, uno de sus familiares, y pikol, capit�n de su tropa. [27] d�celes isaac: ��c�mo es que ven�s a m�. vosotros que me odi�is y me hab�is echado de vuestra compa��a?� [28] contestaron ellos: �hemos visto claramente que yahveh se ha puesto de tu parte, y hemos dicho: "ea, haya un juramento entre nosotros, entre t� y nosotros, y vamos a hacer un pacto contigo, [29] de que no nos har�s mal, como tampoco nosotros te hemos tocado a ti; no te hemos hecho sino bien, y te hemos dejado ir en paz, �oh bendito de yahveh!"� [30] el les dio un banquete, y comieron y bebieron. [31] de madrugada, se levantaron y se hicieron mutuo juramento; luego isaac les despidi�, y se fueron en paz de su lado. [32] aquel mismo d�a llegaron unos siervos de isaac y le dieron la noticia del pozo que hab�an cavado, dici�ndole: �hemos hallado agua.� [33] el lo llam� Seba, de donde el nombre de la ciudad de berseba, hasta la fecha. [34] cuando esa� ten�a cuarenta a�os, tom� por mujeres a judit, hija de beer� el hitita, y a basmat, hija de el�n el hitita, [35] las cuales fueron amargura para isaac y rebeca. genesis cap.27 [1] como hubiese envejecido isaac, y no viese ya por tener debilitados sus ojos, llam� a esa�, su hijo mayor: �hijo m�o!� el cual le respondi�: �aqu� estoy.� [2] �mira, dijo, me he hecho viejo e ignoro el d�a de mi muerte. [3] as� pues, toma tus saetas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y me cazas alguna pieza. [4] luego me haces un guiso suculento, como a m� me gusta, y me lo traes para que lo coma, a fin de que mi alma te bendiga antes que me muera.� [5] ahora bien, rebeca estaba escuchando la conversaci�n de isaac con su hijo esa�. Esa� se fue al campo a cazar alguna pieza para el padre, [6] y entonces rebeca dijo a su hijo jacob: �acabo de o�r a tu padre que hablaba con tu hermano esa� diciendo: [7] tr�eme caza, y hazme un guiso suculento para que yo lo coma y te bendiga delante de yahveh antes de morirme. [8] pues bien, hijo m�o, hazme caso en lo que voy a recomendarte. [9] ve al reba�o y tr�eme de all� dos cabritos hermosos. yo har� con ellos un guiso suculento para tu padre como a �l le gusta, [10] y t� se lo presentas a tu padre, que lo comer�, para que te bendiga antes de su muerte.� [11] jacob dijo a su madre rebeca: �pero si mi hermano esa� es velludo, y yo soy lampi�o!

[12] �a ver si me palpa mi padre, y le parece que estoy mof�ndome de �l! �entonces me habr� buscado una maldici�n en vez de una bendici�n!� [13] d�cele su madre: ��sobre m� tu maldici�n, hijo m�o! t�, obed�ceme, basta con eso, ve y me los traes.� [14] el fue a buscarlos y los llev� a su madre, y ella hizo un guiso suculento, como le gustaba a su padre. [15] despu�s tom� Rebeca ropas de esa�, su hijo mayor, las m�s preciosas que ten�a en casa, y visti� a jacob, su hijo peque�o. [16] luego, con las pieles de los cabritos le cubri� las manos y la parte lampi�a del cuello, [17] y puso el guiso y el pan que hab�a hecho en las manos de su hijo jacob. [18] este entr� a donde su padre, y dijo: ��padre!� el respondi�: �aqu� estoy; �qui�n eres, hijo?� [19] jacob dijo a su padre: �soy tu primog�nito esa�. He hecho como dijiste, anda, lev�ntate, si�ntate, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.� [20] dice isaac a su hijo: ��qu� listo has andado en hallarla, hijo!� -respondi�: �s�; es que yahveh, tu dios, me la puso delante.� [21] dice isaac a jacob: �ac�rcate, que te palpe, hijo, a ver si realmente eres o no mi hijo esa�.� [22] acerc�se jacob a su padre isaac, el cual le palp� y dijo: �la voz es la de jacob, pero las manos son las manos de esa�.� [23] y no le reconoci�, porque sus manos estaban velludas, como las de su hermano esa�. Y se dispuso a bendecirle. [24] dijo, pues: ��eres t� realmente mi hijo esa�?� Respondi�: �el mismo.� [25] dijo entonces: �ac�rcamelo, que coma de la caza, hijo, para que te bendiga mi alma.� acerc�le, y comi�; le trajo tambi�n vino, y bebi�. [26] d�cele su padre isaac: �ac�rcate y b�same, hijo.� [27] el se acerc� y le bes�, y al aspirar isaac el aroma de sus ropas, le bendijo diciendo: �mira, el aroma de mi hijo como el aroma de un campo, que ha bendecido yahveh. [28] �pues que dios te d� el roc�o del cielo y la grosura de la tierra, mucho trigo y mosto! [29] s�rvante pueblos, ad�rente naciones, s� se�or de tus hermanos y ad�rente los hijos de tu madre. �quien te maldijere, maldito sea, y quien te bendijere, sea bendito!� [30] as� que hubo concluido isaac de bendecir a jacob, y justo cuando acababa de salir jacob de la presencia de su padre isaac, lleg� su hermano esa� de su cacer�a. [31] hizo tambi�n �l un guiso suculento y llev�ndoselo a su padre le dijo: �lev�ntese mi padre y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga tu alma.� [32] d�cele su padre isaac: ��qui�n eres t�?� Contest�le: �soy tu hijo primog�nito, esa�.� [33] a isaac le entr� un temblor fuerte, y le dijo: �pues entonces, �qui�n es uno que ha cazado una pieza y me le ha tra�do? porque de hecho yo he comido antes que t� vinieses, y le he bendecido, y bendito est�.� [34] al o�r esa� las palabras de su padre, lanz� un grito fuerte y por extremo amargo, y dijo a su padre: ��bend�ceme tambi�n a m�, padre m�o!� [35] d�jole �ste: �ha venido astutamente tu hermano, y se ha llevado tu bendici�n.� [36] dijo esa�: �Con raz�n se llama jacob, pues me ha suplantado estas dos veces: se llev� mi primogenitura, y he aqu� que ahora se ha llevado mi bendici�n.� y a�adi�: ��no has reservado alguna bendici�n para m�?� [37] respondi� Isaac y dijo a esa�: �Mira, le he puesto por se�or tuyo, le he dado por siervos a todos sus hermanos y le he abastecido de trigo y vino. seg�n eso, �qu� voy a hacer por ti, hijo m�o?� [38] dijo esa� a su padre: ��es que tu bendici�n es �nica, padre m�o? �bend�ceme tambi�n a m�, padre m�o!� isaac guard� silencio y esa� alz� la voz y rompi� a llorar.

[39] su padre isaac le dijo por respuesta: �he aqu� que lejos de la grosura de la tierra ser� tu morada, y lejos del roc�o que baja del cielo. [40] de tu espada vivir�s y a tu hermano servir�s. mas luego, cuando te hagas libre, partir�s su yugo de sobre tu cerviz.� [41] esa� se enemist� con jacob a causa de la bendici�n con que le hab�a bendecido su padre; y se dijo esa�: �Se acercan ya los d�as del luto por mi padre. entonces matar� a mi hermano jacob.� [42] se dio aviso a rebeca de las palabras de esa�, su hijo mayor; y ella envi� a llamar a jacob, su hijo peque�o, y le dijo: �mira que tu hermano esa� va a vengarse de ti mat�ndote. [43] ahora, pues, hijo m�o, hazme caso: lev�ntate y huye a jar�n, a donde mi hermano lab�n, [44] y te quedas con �l una temporada, hasta que se calme la c�lera de tu hermano; [45] hasta que se calme la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que has hecho. entonces enviar� yo a que te traigan de all�. �por qu� he de perderos a los dos en un mismo d�a?� [46] rebeca dijo a isaac: �me da asco vivir al lado de las hijas de het. si jacob toma mujer de las hijas de het como las que hay por aqu�, �para qu� seguir viviendo?� genesis cap.28 [1] llam�, pues, isaac a jacob, le bendijo y le dio esta orden: �no tomes mujer de las hijas de cana�n. [2] lev�ntate y ve a padd�n aram, a casa de betuel, padre de tu madre, y toma all� mujer de entre las hijas de lab�n, hermano de tu madre. [3] que el sadday te bendiga, te haga fecundo y te acreciente, y que te conviertas en asemblea de pueblos. [4] que te d� la bendici�n de abraham a ti y a tu descendencia, para que te hagas due�o de la tierra donde has vivido y que dios ha dado a abraham.� [5] y despidi� Isaac a jacob, el cual se fue a padd�n aram, a casa de lab�n, hijo de betuel el arameo, hermano de rebeca, la madre de jacob y de esa�. [6] vio esa� que isaac hab�a bendecido a jacob, y le enviaba a padd�n aram a tomarse mujer all�, y que al bendecirle le hab�a dado esta orden: �no tomes mujer de las hijas de cana�n�, [7] y jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, hab�a marchado a padd�n aram. [8] vio, pues, esa� que las hijas de cana�n eran mal vistas de su padre isaac, [9] y acudiendo esa� a Ismael, tom�se por mujer, adem�s de las que ten�a, a majlat, hija de ismael, el hijo de abraham, y hermana de nebayot. [10] jacob sali� de berseba y fue a jar�n. [11] llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche all�, porque ya se hab�a puesto el sol. tom� una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acost�se en aquel lugar. [12] y tuvo un sue�o; so�� con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aqu� que los �ngeles de dios sub�an y bajaban por ella. [13] y vio que yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: �yo soy yahveh, el dios de tu padre abraham y el dios de isaac. la tierra en que est�s acostado te la doy para ti y tu descendencia. [14] tu descendencia ser� como el polvo de la tierra y te extender�s al poniente y al oriente, al norte y al mediod�a; y por ti se bendencir�n todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. [15] mira que yo estoy contigo; te guardar� por doquiera que vayas y te devolver� a este solar. no, no te abandonar� hasta haber cumplido lo que te he dicho.� [16] despert� Jacob de su sue�o y dijo: ��as� pues, est� Yahveh en este lugar y yo no lo sab�a!� [17] y asustado dijo: ��qu� temible es este lugar! �esto no es otra cosa sino la casa de dios y la puerta del cielo!�

[18] levant�se jacob de madrugada, y tomando la piedra que se hab�a puesto por cabezal, la erigi� como estela y derram� aceite sobre ella. [19] y llam� a aquel lugar betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era luz. [20] jacob hizo un voto, diciendo: �si dios me asiste y me guarda en este camino que recorro, y me da pan que comer y ropa con que vestirme, [21] y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces yahveh ser� mi dios; [22] y esta piedra que he erigido como estela ser� Casa de dios; y de todo lo que me dieres, te pagar� el diezmo.� genesis cap.29 [1] jacob se puso en marcha y se fue al pa�s de los orientales. [2] cuando he aqu� que divisa un pozo en el campo, y all� mismo tres reba�os de ovejas sesteando junto a �l, pues de aquel pozo se abrevaban los reba�os. sobre la boca del pozo hab�a una gran piedra. [3] all� se reun�an todos los reba�os: se revolv�a la piedra de encima de la boca del pozo, abrevaban las ovejas, y devolv�an la piedra a su sitio sobre la boca del pozo. [4] jacob les dijo (a los pastores): �hermanos, �de d�nde sois?� dijeron ellos: �somos de jar�n.� [5] ��conoc�is a lab�n, hijo de najor?� -�lo conocemos.� [6] -��se encuentra bien?� -�muy bien; precisamente ah� llega raquel, su hija, con las ovejas.� [7] dijo �l: �todav�a es muy de d�a, no es hora de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.� [8] contestaron: �no podemos hasta que se re�nan todos los reba�os y se revuelva la piedra de sobre la boca del pozo. entonces abrevaremos las ovejas.� [9] a�n estaba �l hablando con ellos, cuando lleg� Raquel con las ovejas de su padre, pues era pastora. [10] en cuanto vio jacob a raquel, hija de lab�n, el hermano de su madre, y las ovejas de lab�n, hermano de su madre, acerc�se jacob y revolvi� la piedra de sobre la boca y abrev� los ovejas de lab�n, el hermano de su madre. [11] jacob bes� a raquel y luego estall� en sollozos. [12] jacob anunci� a raquel que era pariente de su padre e hijo de rebeca. ella se ech� a correr y lo anunci� a su padre. [13] en cuanto oy� Lab�n hablar de jacob, el hijo de su hermana, corri� a su encuentro, le abraz�, le bez� y le llev� a su casa. entonces �l cont� a lab�n toda esta historia, [14] y lab�n le dijo: �en suma, que t� eres hueso m�o y carne m�a.� y jacob se qued� con �l un mes cumplido. [15] lab�n dijo a jacob: ��acaso porque seas pariente m�o has de servirme de balde? ind�came cu�l ser� tu salario.� [16] ahora bien, lab�n ten�a dos hijas: la mayor llamada l�a, y la peque�a, raquel. [17] los ojos de l�a eran tiernos. raquel, en cambio, era de bella presencia y de buen ver. [18] jacob estaba enamorado de raquel. as� pues, dijo: �te servir� siete a�os por raquel, tu hija peque�a.� [19] dijo lab�n: �mejor es d�rtela a ti que d�rsela a otro. qu�date conmigo.� [20] sirvi�, pues, jacob por raquel siete a�os, que se le antojaron como unos cuantos d�as, de tanto que la amaba. [21] jacob dijo a lab�n: �dame mi mujer, que se ha cumplido el plazo, y quiero casarme con ella.� [22] lab�n junt� a todos los del lugar y dio un banquete. [23] luego a la tarde tom� a su hija l�a y la llev� a jacob, y �ste se uni� a ella. [24] lab�n dio su esclava zilp� como esclava de su hija l�a.

[25] se hizo de ma�ana, �y result� que aqu�lla era l�a! jacob dijo a lab�n: ��qu� es lo que has hecho conmigo? �no te he servido por raquel? �pues por qu� me has hecho trampa?� [26] lab�n dijo: �no se usa en nuestro lugar dar la menor antes que la mayor. [27] cumple esta semana, y te dar� tambi�n a la otra por el servicio que me prestar�s todav�a otros siete a�os.� [28] as� lo hizo jacob; y habiendo cumplido aquella semana, le dio por mujer a su hija raquel. [29] lab�n dio su esclava bilh� como esclava de su hija raquel. [30] el se uni� tambi�n a raquel, y am� a raquel m�s que a l�a, y sirvi� en casa de su t�o otros siete a�os m�s. [31] vio yahveh que l�a era aborrecida y la hizo fecunda, mientras que raquel era est�ril. [32] l�a qued� encinta y dio a luz un hijo al que llam� Rub�n, pues dijo: �yahveh ha reparado en mi cuita: ahora s� que me querr� mi marido.� [33] concibi� otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: yahveh ha o�do que yo era aborrecida y me ha dado tambi�n a �ste.� y le llam� Sime�n. [34] concibi� otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: �ahora, esta vez, mi marido se aficionar� a m�, ya que le he dado tres hijos.� por eso le llam� Lev�. [35] concibi� otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: �esta vez alabo a yahveh.� por eso le llam� Jud�, y dej� de dar a luz. genesis cap.30 [1] vio raquel que no daba hijos a jacob, y celosa de su hermana dijo a jacob: �dame hijos, o si no me muero.� [2] jacob se enfad� con raquel y dijo: �estoy yo acaso en el lugar de dios, que te ha negado el fruto del vientre?� [3] ella dijo: �ah� tienes a mi criada bilh�; �nete a ella y que d� a luz sobre mis rodillas: as� tambi�n yo ahijar� de ella.� [4] diole, pues, a su esclava bilh� por mujer; y jacob uni�se a ella. [5] concibi� Bilh� y dio a jacob un hijo. [6] y dijo raquel: �dios me ha hecho justicia, pues ha o�do mi voz y me ha dado un hijo.� por eso le llam� Dan. [7] otra vez concibi� Bilh�, la esclava de raquel, y dio a jacob un segundo hijo. [8] y dijo raquel: �me he trabado con mi hermana a brazo partido y la he podido�; y le llam� Neftal�. [9] viendo l�a que hab�a dejado de dar a luz, tom� a su esclava zilp�, y se la dio a jacob por mujer. [10] y zilp�, la esclava de l�a, dio a jacob un hijo. [11] l�a dijo: ��enhorabuena!� y le llam� Gad. [12] zilp�, la esclava de l�a, dio a jacob un segundo hijo, [13] y dijo l�a: ��feliz de m�! pues me felicitar�n las dem�s.� y le llam� Aser. [14] una vez fue rub�n, al tiempo de la siega del trigo, y encontr� en el campo unas mandr�goras que trajo a su madre l�a. y dijo raquel a l�a "��quieres darme las mandr�goras de tu hijo?� [15] respondi�le: ��es poco habertte llevado mi marido, que encima vas a llevarte las mandr�goras de mi hijo?� dijo raquel: �sea: que se acueste contigo jacob esta noche, a cambio de las mandr�goras de tu hijo.� [16] a la tarde, cuando jacob volvi� del campo, sale l�a a su encuentro y le dice: �tienes que venir conmigo porque he pagado por ti unas mandr�goras de mi hijo.� y �l se acost� con ella aquella noche. [17] dios oy� a l�a, que concibi� y dio un quinto hijo a jacob. [18] y dijo l�a: �dios me ha dado mi recompensa, a m�, que tuve que dar mi esclava a mi marido.� y le llam� Isacar. [19] l�a concibi� otra vez y dio el sexto hijo a jacob. [20] y dijo l�a: �me ha hecho dios un buen regalo. ahora s� que me apreciar� mi marido, pues le he dado seis hijos.� y le llam� Zabul�n.

[21] despu�s dio a luz una hija a la que llam� Dina. [22] entonces se acord� Dios de raquel. dios la oy� y abri� su seno, [23] y ella concibi� y dio a luz un hijo. y dijo: �ha quitado dios mi afrenta.� [24] y le llam� Jos�, como diciendo: �a��dame yahveh otro hijo.� [25] cuando raquel hubo dado a luz a jos�, dijo jacob a lab�n: �d�jame que me vaya a mi lugar y a mi tierra. [26] dame a mis mujeres y a mis hijos por quienes te he servido, para que me vaya; pues bien sabes bajo qu� condiciones te he servido.� [27] d�jole lab�n: ��si en algo me estimas!... yo estaba bajo un maleficio, pero yahveh me ha bendecido gracias a ti.� [28] y agreg�: �f�jame tu paga, y te la dar�.� [29] respondi�le: �tu sabes c�mo te he servido, y c�mo le fue a tu ganado conmigo: [30] bien poca cosa ten�as antes de venir yo, pero ya se ha multiplicado much�simo, y yahveh te ha bendecido a mi llegada. pues bien: �cu�ndo voy a hacer yo tambi�n algo por mi casa?� [31] dijo lab�n: ��qu� he de darte?� respondi� Jacob: �no me des nada. si haces por m� esta, volver� a apacentar tu reba�o. f�jate bien: [32] voy a desfilar hoy con todo tu reba�o. aparta toda oveja negra y las cabras pintas y manchadas, y eso ser� mi paga, [33] y la garant�a de mi honradez el d�a de ma�ana. cuando te presente a controlar mi paga, todo lo que no fuere pinto y manchado entre las cabras y negro entre los corderos, ser� lo que he robado.� [34] dijo lab�n: �bien, sea como dices.� [35] y aquel mismo d�a apart� los machos cabr�os listados y manchados, todo lo que ten�a en s� algo de blanco, as� como todo lo negro entre las ovejas, y lo confi� a sus hijos, [36] interponiendo tres jornadas de camino entre �l y jacob. este �ltimo apacentaba el resto del reba�o de lab�n. [37] entonces jacob se procur� unas vares verdes de �lamo, de almendro y de pl�tano, y labr� en ellas unas muescas blancas, dejando al descubierto lo blanco de las varas, [38] e hinc� las varas as� labradas en las pilas o abrevaderos a donde ven�an las reses a beber, justo delante de las reses, con lo que �stas se calentaban al acercarse a beber. [39] o sea, que se calentaban a la vista de las varas, y as� par�an cr�as listadas, pintas o manchadas. [40] luego separ� Jacob los machos, ech�ndolos a lo listado y negro que ahora hab�a en el reba�o de lab�n, y as� se fue formando unos hatajos propios, que no mezclaba con el reba�o de lab�n. [41] adem�s, siempre que se calentaban las reses vigorosas, pon�ales jacob las varas ante los ojos en las pilas, para que se calentaran bajo el influjo de las varas; [42] mas cuando el ganado estaba d�bil, no las pon�a de modo que las cr�as d�biles eran para lab�n, y las vigorosas para jacob. [43] as� que �ste medr� much�simo, y lleg� a tener reba�os numerosos, y siervas y siervos y camellos y asnos. genesis cap.31 [1] oy� Jacob que los hijos de lab�n dec�an: �jacob se ha apoderado de todo lo de nuestro padre, y con lo de nuestro padre ha hecho toda esa fortuna.� [2] jacob observ� el rostro de lab�n y vio que ya no era para con �l como hasta entonces. [3] entonces yahveh dijo a jacob: �vu�lvete a la tierra de tus padres, a tu patria, y yo estar� contigo.� [4] jacob envi� a llamar a raquel y a l�a al campo, donde estaba su reba�o, [5] y les dijo: �vengo observando que vuestro padre ya no me mira como antes;

pero el dios de mi padre ha estado conmigo. [6] vosotras sab�is que he servido a vuestro padre con todas mis fuerzas; [7] pero vuestro padre ha trapaceado conmigo y ha cambiado mi retribuci�n una docena de veces, si bien dios no le ha dejado perjudicarme. [8] si �l dec�a: tu paga ser�n las reses pintas, entonces todas las ovejas par�an pintas. y si dec�a: tu paga ser� lo listado, entonces todas las ovejas par�an listado. [9] de esta suerte dios ha quitado el ganado a vuestro padre y me lo ha dado a m�. [10] pues bien: en la �poca de calentarse el reba�o, alc� los ojos y vi en un sue�o c�mo los machos que montaban al reba�o eran listados, pintos y salpicados. [11] y me dijo el angel de dios en aquel sue�o: "�jacob!" yo respond�: "aqu� estoy." [12] y dijo: alza los ojos, y ver�s que todos los machos que montan al reba�o son listados, pintos y salpicados. es que he visto todo lo que lab�n te ha hecho. [13] yo soy el dios que se te apareci� en betel, donde ungiste una estela y donde me hiciste aquel voto. ahora, lev�ntate, sal de esta tierra y vuelve a tu pa�s natal.� [14] respondieron raquel y l�a y le dijeron: ��es que tenemos a�n parte o herencia en la casa de nuestro padre? [15] �no hemos sido consideradas como extra�as para �l, puesto que nos vendi� y, por comerse, incluso se comi� nuestra plata? [16] as� que toda la riqueza que ha quitado dios a nuestro padre nuestra es y de nuestros hijos. con que todo lo que te ha dicho dios, hazlo.� [17] levant�se jacob, mont� a sus hijos y a sus mujeres en los camellos, [18] y se llev� todo su ganado y toda la hacienda que hab�a adquirido, el ganado de su propiedad, que hab�a adquirido en padd�n aram, para irse a donde su padre isaac a cana�n. [19] como lab�n hab�a ido a esquilar sus ovejas, raquel rob� los �dolos familiares que ten�a su padre, [20] y jacob actu� a hurtadillas de lab�n el arameo, no d�ndole ning�n indicio de que se fugaba. [21] en effecto, se fug� con todo lo suyo; se levant�, pas� el r�o y enderez� hacia la monta�a de galaad. [22] al tercer d�a recibi� Lab�n la noticia de que jacob se hab�a fugado. [23] entonces tom� a sus hermanos consigo y tras siete jornadas de persecuci�n a su zaga le dio alcance en la monta�a de galaad. [24] pero aquella noche vino dios en sue�os a lab�n el arameo y le dijo: �gu�rdate de hablar nada con jacob, ni bueno ni malo.� [25] alcanz�, pues, lab�n a jacob. este hab�a plantado su tienda en la monta�a y lab�n plant� la suya con sus hermanos en la misma monta�a de galaad. [26] y dijo lab�n a jacob: ��qu� has hecho? has actuado a hurtadillas de m� y te has llevado a mis hijas cual cautivas de guerra. [27] �por qu� te has fugado con disimulo y a hurtadillas de m�, en vez de advert�rmelo? yo te habr�a despedido con alegr�a y con cantares, con adufes y arpas. [28] ni siquiera me has permitido besar a mis hijos e hijas. o sea, que has obrado como un necio. [29] hay poder en mi mano para hacerte mal: pero el dios de tu padre me dijo ayer noche: "gu�rdate de hablar a jacob absolutamente nada, ni bueno ni malo." [30] as� pues, t� te has marchado porque a�orabas la casa paterna, pero �por qu� robaste mis dioses?� [31] respondi� Jacob a lab�n: �es que tuve miedo, pensando que acaso ibas a quitarme a tus hijas. [32] pero eso s�, que aquel a quien le encuentres tus dioses no quede con vida. delante de nuestros hermanos reconoce lo tuyo que yo tenga y t�matelo.� en efecto, jacob ignoraba que raquel los hab�a robado. [33] entr� Lab�n en la tienda de jacob, en la de l�a y en la de las dos criadas,

y no hall� nada. sali� de la tienda de l�a, y entr� en la de raquel. [34] pero raquel hab�a tomada los �dolos familiares y, poni�ndolos en la albarda del camello, se hab�a sentado encima. lab�n registr� toda la tienda sin hallar nada. [35] ella dijo a su padre: �no le d� enojo a mi se�or de que no pueda levantarme en tu presencia, porque estoy con las reglas.� el sigui� rebuscando por toda la tienda sin dar con los �dolos. [36] entonces jacob, montando en c�lera recrimin� a lab�n, y encar�ndose con �l le dijo: ��cual es mi delito? �cu�l mi pecado, que me persigues con sa�a? [37] al registrar todos mis enseres, �qu� has hallado de todos los enseres de tu casa? ponlo aqu�, ante mis hermanos y los tuyos, y juzguen ellos entre nosotros dos. [38] en veinte a�os que llevo contigo, tus ovejas y tus cabras nunca han malparido, y los machos de tu reba�o nunca me los he comido. [39] ganado destrozado por fieras nunca te llev�: yo pagaba el da�o, de lo m�o te cobrabas tanto si era yo robado de d�a como si lo era de noche. [40] estaba yo que de d�a me devoraba el resistero, y de noche la helada, mientras hu�a el sue�o de mis ojos. [41] estos fueron mis veinte a�os en tu casa. catorce a�os te serv� por tus dos hijas, y seis por tus ovejas, y t� has cambiado mi paga diez veces. [42] si el dios de mi padre, el dios de abraham y el padrino de isaac no hubiese estado por m�, a fe que ahora me despacharas de vac�o. mi cuita y la fatiga de mis manos las ha visto dios y ha dado su fallo ayer noche.� [43] respondi� Lab�n y dijo a jacob: �estas hijas son m�as, estos hijos son mis hijos, y estas ovejas mis ovejas, todo cuanto ves, m�o es. y, �qu� voy a hacerles hoy a estas mis hijas?, �o a los hijos que me dieron? [44] ea, pues, ven y hagamos un pacto entre los dos..., y sirva de testigo entre nosotros dos.� [45] jacob tom� una piedra y la erigi� como estela. [46] y dijo jacob a sus hermanos: �recoged piedras.� tomaron piedras, hicieron un majano y comieron all� sobre el majano. [47] lab�n lo llam� Yegar sahdut�, y jacob lo llam� Galed. [48] lab�n dijo: �este majano es hoy testigo entre nosotros dos.� por eso le llam� Galed, [49] y tambi�n misp�, pues dijo: �que yahveh nos vigile a los dos, cuando nos alejemos el uno del otro. [50] si t� humillas a mis hijas, si tomas otras mujeres, adem�s de mis hijas, bien que nadie est� con nosotros que nos vea, sea dios testigo entre los dos.� [51] dijo lab�n a jacob: �aqu� est� este majano, y aqu� esta estela que he erigido entre nosotros dos. [52] testigo sea este majano, y testigo sea esta estela de que yo no he de traspasar este majano hacia ti, ni t� has de traspasar este majano y esta estela hacia m� para nada malo. [53] el dios de abraham y el dios de najor juzguen entre nosotros.� y jacob jur� por el padrino de su padre isaac. [54] jacob hizo un sacrificio en el monte e invit� a sus hermanos a tomar parte. ellos tomaron parte, e hicieron noche en el monte. genesis cap.32 [1] a la ma�ana siguiente, lab�n bes� a sus hijos e hijas, les bendijo y se volvi� a su lugar. [2] jacob se fue por su camino, y le salieron al encuentro �ngeles de dios. [3] al verlos, dijo jacob: �este es el campamento de dios�; y llam� a aquel lugar majan�yim. [4] jacob envi� mensajeros por delante hacia su hermano esa�, al pa�s de se�r, la estepa de edom, [5] encarg�ndolles: �dir�is a mi se�or esa�: As� dice tu siervo jacob: fui a

pasar una temporada con lab�n, y me he demorado hasta hoy. [6] me hice con bueyes, asnos, ovejas, siervos y siervas; y ahora mando a avisar a mi se�or, para hallar gracia a sus ojos.� [7] los mensajeros volvieron a jacob, diciendo: �hemos ido donde tu hermano esa�, y �l mismo viene a tu encuentro con cuatrocientos hombres.� [8] jacob se asust� mucho y se llen� de angustia; dividi� a sus gentes, las ovejas, vacas y camellos, en dos campementos, [9] y dijo: �si llega esa� a uno de los campamentos y lo ataca, se salvar� el otro.� [10] y dijo jacob: ��oh dios de mi padre abraham, y dios de mi padre isaac, yahveh, que me dijiste: "vuelve a tu tierra y a tu patria, que yo ser� bueno contigo", [11] qu� poco merec�a yo todas las mercedes y toda la confianza que has dado a tu siervo! pues con solo mi cayado pas� este jord�n y ahora he venido a formar dos campamentos. [12] l�brame de la mano de mi hermano, de la mano de esa�, porque le temo, no sea que venga y nos ataque, a la madre junto con los hijos. [13] que fuiste t� quien dijiste: "yo ser� bueno de veras contigo y har� tu descendencia como la arena del mar, que no se puede contar de tanta como hay."� [14] y jacob pas� all� aquella noche. tom� de lo que ten�a a mano un regalo para su hermano esa�, [15] consistente en doscientas cabras y veinte machos cabr�os, doscientas ovejas y veinte carneros, [16] treinta camellas criando, junto con sus cr�as, cuarenta vacas y diez toros, veinte asnas y diez gara�ones, [17] y repart�endolo en manadas independientes, los confi� a sus siervos y les dijo: �pasad delante de m�, dejando espacio entre manada y manada.� [18] y al primero le encarg�: �cuando te salga al paso mi hermano esa� y te pregunte "de qui�n eres y ad�nde vas, y para qui�n es eso que va delante de ti", [19] dices: "de tu siervo jacob; es un regalo enviado para mi se�or esa�. Precisamente, �l mismo viene detr�s de nosotros."� [20] el mismo encargo hizo tambi�n al segundo, como asimismo al tercero y a todos los que iban tras las manadas diciendo: �en estos t�rminos hablar�is a esa� cuando le encontr�is, [21] a�adiendo: "precisamente, tu siervo jacob viene detr�s de nosotros."� pues se dec�a: �voy a gan�rmelo con el regalo que me precede, tras de lo cual me entrevistar� con �l; tal vez me haga buena cara.� [22] as�, pues, mand� el regalo por delante, y �l pas� aquella noche en el campamento. [23] aquella noche se levant�, tom� a sus dos mujeres con sus dos siervas y a sus once hijos y cruz� el vado de yabboq. [24] les tom� y les hizo pasar el r�o, e hizo pasar tambi�n todo lo que ten�a. [25] y habi�ndose quedado jacob solo, estuvo luchando alguien con �l hasta rayar el alba. [26] pero viendo que no le pod�a, le toc� en la articulaci�n femoral, y se disloc� el f�mur de jacob mientras luchaba con aqu�l. [27] este le dijo: �su�ltame, que ha rayado el alba.� jacob respondi�: �no te suelto hasta que no me hayas bendecido.� [28] dijo el otro: ��cu�l es tu nombre?� -�jacob.� [29] -�en adelante no te llamar�s jacob sino israel; porque has sido fuerte contra dios y contra los hombres, y le has vencido.� [30] jacob le pregunt�: �dime por favor tu nombre.� -�� para qu� preguntas por mi nombre?� y le bendijo all� mismo. [31] jacob llam� a aquel lugar penuel, pues (se dijo): �he visto a dios cara a cara, y tengo la vida salva.� [32] el sol sali� as� que hubo pasado penuel, pero �l cojeaba del muslo. [33] por eso los israelitas no comen, hasta la fecha, el nervio ci�tico, que est� sobre la articulaci�n del muslo, por haber sido tocado jacob en la articulaci�n

femoral, en el nervio ci�tico. genesis cap.33 [1] jacob levant� los ojos y al ver que ven�a esa� con cuatrocientos hombres, reparti� a los ni�os entre l�a y raquel y las dos siervas. [2] puso a las siervas y sus ni�os al frente; despu�s a l�a y sus ni�os, y a raquel y jos� en la zaga, [3] y �l se les adelant� y se inclin� en tierra siete veces, hasta llegar donde su hermano. [4] esa�, a su vez, corri� a su encuentro, le abraz�, se le ech� al cuello, le bes� y llor�. [5] levant� luego los ojos, y al ver a las mujeres y a los ni�os, dijo: ��qu� son de ti �stos?� -�son los hijos que ha otorgado dios a tu siervo.� [6] entonces se acercaron las siervas con sus ni�os, y se inclinaron. [7] acerc�se tambi�n l�a con sus ni�os, y se inclinaron. y por �ltimo se acercaron jos� y raquel y se inclinaron. [8] dijo esa�: ��qu� pretendes con toda esta caravana que acabo de encontrar?� -�es para hallar gracias a los ojos de mi se�or.� [9] dijo esa�: �Tengo bastante, hermano m�o; sea para ti lo tuyo.� [10] replic� Jacob: �de ninguna manera. si he hallado gracias a tus ojos, toma mi regalo de mi mano, ya que he visto tu rostro como quien ve el rostro de dios, y me has mostrado simpat�a. [11] acepta, pues, el obsequio que te he tra�do; pues dios me ha favorecido y tengo de todo.� e inst�le tanto que acept�. [12] dijo esa�: �V�monos de aqu�, y yo te dar� escolta.� [13] el le dijo: �mi se�or sabe que los ni�os son tiernos, y que tengo conmigo ovejas y vacas criando; un d�a de ajetreo bastar�a para que muriese todo el reba�o. [14] adel�ntese, pues, mi se�or a su siervo, que yo avanzar� despacito, al paso del ganado que llevo delante, y al paso de los ni�os, hasta que llegue donde mi se�or, a se�r.� [15] dijo esa�: �Entonces voy a destacar contigo a parte de la gente que me acompa�a.� -��para qu� tal? con que halle yo gracia a los ojos de mi se�or...� [16] reh�zo, pues, esa� aquel mismo d�a su camino rumbo a se�r, [17] y jacob parti� para sukkot donde edific� para s� una casa y para su ganado hizo caba�as. por donde se llam� aquel lugar sukkot. [18] jacob lleg� sin novedad a la ciudad de siquem, que est� en el territorio cananeo, viniendo de padd�n aram, y acamp� frente a la ciudad. [19] compr� a los hijos de jamor, padre de siquem, por cien agnos la parcela de campo donde hab�a desplegado su tienda, [20] erigi� all� un altar, y lo llam� de �el�, dios de israel. genesis cap.34 [1] dina, la hija que l�a hab�a dado a jacob, sali� una vez a ver a las mujeres del pa�s. [2] siquem, hijo de jamor el jivita, pr�ncipe de aquella tierra, la vio, se la llev�, se acost� con ella y la humill�. [3] su alma se aficion� a dina, hija de jacob, se enamor� de la muchacha y trat� de convencerla. [4] siquem dijo a su padre jamor: �t�mame a esta chica por mujer.� [5] jacob oy� que siquem hab�a violado a su hija dina, pero sus hijos estaban con el ganado en el campo, y jacob guard� silencio hasta su llegada. [6] jamor, padre de siquem, sali� a donde jacob para hablar con �l. [7] los hijos de jacob volvieron del campo al o�rlo, y se indignaron los hombres y les dio mucha rabia la afrenta hecha por siquem acost�ndose con la hija de jacob: �eso no se hace.�

[8] jamor habl� con ellos diciendo: �mi hijo siquem se ha prendado de vuestra hija, as� que d�dsela por mujer. [9] emparentad con nosotros: dadnos vuestras hijas, y tomad para vosotros la nuestras. [10] quedaos a vivir con nosotros: ten�is la tierra franca. instalaos, circulad libremente y adquirid propiedades.� [11] siquem dijo al padre y a los hermanos de la chica: �ojal� me conced�is vuestro favor, y yo os dar� lo que me pid�is. [12] pedidme cualquier dote, por grande que sea, que yo os dar� cuanto me dig�is; pero dadme a la muchacha por mujer.� [13] los hijos de jacob respondieron a siquem y a su padre jamor con disimulo, y dirigi�ndose a aquel que hab�a violado a su hermana dina, [14] dijeron: �no podemos hacer tal cosa: dar nuestra hermana a uno que es incircunciso, porque eso es una verg�enza para nosotros. [15] tan s�lo os la daremos a condici�n de que os hag�is como nosotros, circuncid�ndose todos vuestros varones. [16] entonces os daremos nuetras hijas, y tomaremos para nosotros las vuestras, nos quedaremos con vosotros y formaremos un solo pueblo. [17] pero si no nos escuch�is respecto a la circuncisi�n, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.� [18] sus palabras parecieron bien a jamor y a siquem, hijo de jamor, [19] y el muchacho no tard� en ponerlo en pr�ctica, porque quer�a a la hija de jacob. el mismo era el m�s honorable de toda la casa de su padre. [20] jamor y su hijo siquem vinieron a la puerta de su ciudad y hablaron a todos sus conciudadanos dici�ndoles: [21] �estos hombres nos vienen en son de paz. que se queden en el pa�s y a circulen libremente, pues y a veis que pueden disponer de tierra espaciosa. tomemos a sus hijas por mujeres y d�mosles las nuestras. [22] pero s�lo con esta condic�on acceder�n estos hombres a quedarse con nosotros para formar un solo pueblo: que nos circuncidemos todos los varones; igual que ellos est�n circuncidados. [23] sus ganados y hacienda y todas sus bestias, �no van a ser para nosotros? as� que lleguemos a un acuerdo con ellos y que se queden con nosotros.� [24] todos los que sal�an por la puerta de la ciudad escucharon a jamor y a su hijo siquem, y se circuncid� todo var�n que sal�a por las puertas de la ciudad. [25] pues bien, al tercer d�a, mientras ellos estaban adoloridos, dos hijos de jacob, sime�n y lev�, hermanos de dina, blandieron cada uno su espada y entrando en la ciudad sin peligro mataron a todo var�n. [26] tambi�n mataron a jamor y a siquem a filo de espada, y tomando a dina de la casa de siquem, salieron. [27] los hijos de jacob pasaron sobre los muertos, pillaron la ciudad que hab�a violado a su hermana, [28] se apoderaron de sus reba�os, vacadas y asnos, cuanto hab�a en la ciudad y cuanto hab�a en el campo, [29] saquearon toda su hacienda y sus peque�uelos y sus mujeres, y pillaron todo lo que hab�a dentro. [30] jacob dijo a sime�n y a lev�: �me hab�is puesto a malas haci�ndome odioso entre los habitantes de este pa�s, los cananeos y los perizitas, pues yo dispongo de unos pocos hombres, y ellos van a juntarse contra m�, me atacar�n y ser� aniquilado yo y mi casa.� [31] replicaron ellos: ��es que iban a tratar a nuestra hermana como a una prostituta?� genesis cap.35 [1] dios dijo a jacob: �lev�ntate, sube a betel y te estableces all�, haciendo un altar al dios que se te apareci� cuando hu�as de tu hermano esa�.� [2] jacob dijo a su casa y a todos los que le acompa�aban: �retirad los dioses

extra�os que hay entre vosotros. purificaos, y mudaos de vestido. [3] luego, levant�monos y subamos a betel, y har� all� un altar al dios que me dio respuesta favorable el d�a de mi tribulaci�n, y que me asiti� en mi viaje.� [4] ellos entregaron a jacob todos los dioses extra�os que hab�a en su poder, y los anillos de sus orejas, y jacob los escondi� debajo de la encina que hay al pie de siquem. [5] partieron, pues, y un p�nico divino cay� sobre las ciudades de sus contornos; as� no persiguieron a los hijos de jacob. [6] jacob lleg� a luz, que est� en territorio cananeo -es betel- junto con todo el pueblo que le acompa�aba, [7] y edific� all� un altar, llamando al lugar el betel, porque all� mismo se le hab�a aparecido dios cuando hu�a de su hermano. [8] d�bora, la nodriza de rebeca, muri� y fue sepultada en las inmediaciones de betel, debajo de una encina; y �l la llam� la encina del llanto. [9] dios se apareci� a jacob una vez m�s a su llegada de padd�n aram y le bendijo. [10] d�jole dios: �tu nombre es jacob, pero ya no te llamar�s jacob, sino que tu nombre ser� Israel.� y le llam� Israel. [11] d�jole dios: �yo soy el sadday. s� fecundo y multipl�cate. un pueblo, una asamblea de pueblos tomar� origen de ti y saldr�n reyes de tus entra�as. [12] la tierra que di a abraham e isaac, a ti te la doy, y a tu descendencia y sucesi�n dar� esta tierra.� [13] y dios subi� de su lado. [14] jacob erigi� una estela en el lugar donde hab�a hablado dios con �l: una estela de piedra; derram� sobre ella una libaci�n, y verti� sobre ella aceite. [15] jacob llam� a lugar donde hab�a hablado dios con �l �betel�. [16] partieron de betel, y cuando a�n faltaba un trecho hasta efrat�, raquel tuvo un mal parto. [17] sucedi� que, en medio de los apuros del parto, le dijo la comadrona: ��animo, que tambi�n este es hijo!� [18] entonces ella, al exhalar el alma, cuando mor�a, le llam� Ben on�; pero su padre le llam� Benjam�n. [19] muri� Raquel y fue sepultada en el camino de efrat�, o sea bel�n. [20] jacob erigi� una estela sobre su sepulcro: es la estela del sepulcro de raquel hasta hoy. [21] israel parti� y despleg� su tienda m�s all� de migdal eder. [22] sucedi� por entonces, mientras israel resid�a en aquel pa�s, que fue rub�n y se acost� con bilh�, la concubina de su padre, e israel se enter� de ello. los hijos de jacob fueron doce. [23] hijos de l�a: el primog�nito de jacob, rub�n; despu�s sime�n, lev�, jud�, isacar y zabul�n. [24] hijos de raquel: jos� y benjam�n. [25] hijos de bilh�, la esclava de raquel: dan y neftal�. [26] hijos de zilp�, la esclava de l�a: gad y aser. estos fueron los hijos de jacob, que le nacieron en padd�n aram. [27] jacob lleg� adonde su padre isaac, a mambr� o quiryat arb�, -o sea, hebr�ndonde residieron abraham e isaac. [28] isaac alcanz� la edad de 180 a�os. [29] entonces isaac expir� y muri�, fue a reunirse con su pueblo, anciano y lleno de d�as. le sepultaron sus hijos esa� y Jacob. genesis cap.36 [1] este es el linaje de esa�, o sea edom. [2] esa� tom� a sus mujeres de entre las cananeas: a ad�, hija de el�n el hitita, a oholibam�, hija de an�, hijo de sibe�n el jorita, [3] y a basmat, hija de ismael, la hermana de nebayot. [4] ad� dio a luz para esa� a Elifaz, basmat le dio a reuel.

[5] oholibam� le dio a ye�s, Yalam y cor�. estos son los hijos que le nacieron a esa� en cana�n. [6] esa� tom� a sus mujeres, hijos e hijas y a todas la personas de su casa, su ganado, todas sus bestias y toda la hacienda que hab�a logrado en territorio cananeo, y se fue al pa�s de se�r, enfrente de su hermano jacob, [7] porque los bienes de entrambos eran demasiados para poder vivir juntos, y el pa�s donde resid�an no daba abasto para tanto ganado como ten�an. [8] esa� se estableci�, pues, en la tierra de se�r. esa� es edom. [9] estos son los descendientes de esa�, padre de edom, en la monta�a de se�r, [10] y �stos los nombres de sus hijos: elifaz, hijo de ad�, mujer de esa�, y reuel, hijo de basmat, mujer de esa�. [11] los hijos de elifaz fueron: tem�n, omar, sef�, Gaetam y quenaz. [12] timn� fue concubina de elifaz, hijo de esa�, y dio a luz a amalec. estos son los descendientes de ad�, mujer de esa�. [13] y estos son los hijos de reuel: n�jat, z�raj, samm� y mizz�. estos son los descendientes de basmat, mujer de esa�. [14] los hijos de la mujer de esa�, Oholibam�, hija de an�, hijo de sibe�n, que ella dio a luz a esa�, fueron �stos: ye�s, Yalam y cor�. [15] he aqu� los jeques de los hijos de esa�. De los hijos de elifaz, primog�nito de esa�: el jeque tem�n, el jeque omar, el jeque sef�, el jeque quenaz, [16] el jeque gaetam, el jeque amalec. estos son los jeques de elifaz, en el pa�s de edom, y �stos los descendientes de ad�. [17] los hijos de reuel, hijo de esa�, fueron: el jeque najat, el jeque z�raj, el jeque samm�, el jeque mizz�. estos son los jeque de reuel, en el pa�s de edom; y �stos los descendientes de basmat, mujer de esa�. [18] los hijos de oholibam�, mujer de esa�, fueron: el jeque ye�s, el jeque yalam, el jeque cor�. estos son los jeques de oholibam�, hija de an�, mujer de esa�. [19] estos son los hijos de esa� y �stos sus jeques, los de edom. [20] he aqu� los hijos de se�r el jorita, que habitaban en aquella tierra: lot�n, sobal, sibe�n, an�, [21] dis�n, eser y dis�n. estos son los jeques de los joritas, hijos de se�r, en el pa�s de edom. [22] los hijos de lot�n fueron: jor� y hemam, y hermana de lot�n fue timn�. [23] los hijos de sobal fueron: alv�n, man�jat, ebal, sef� y onam. [24] los hijos de sibe�n: ayy� y an�. este es el mismo an� que encontr� las aguas termales en el desierto, cuando apacentaba los asnos de su padre sibe�n. [25] los hijos de an�: dis�n y oholibam�, hijo de an�. [26] los hijos de dis�n: jemd�n, esb�n, yitr�n y ker�n. [27] los hijos de eser: bilh�n, zaav�n y ac�n. [28] los hijos de dis�n: us y ar�n. [29] estos son los jeques joritas: el jeque lot�n, el jeque sobal, el jeque sibe�n, el jeque an�, [30] el jeque dis�n, el jeque eser, el jeque dis�n. estos son los jeques joritas seg�n sus clanes en el pa�s de se�r. [31] estos son los reyes que reinaron en edom, antes de reinar rey alguno de los israelitas. [32] rein� en edom bel�, hijo de beor; y el nombre de su ciudad era dinhab�. [33] muri� Bel�, y rein� en su lugar yobab, hijo de z�raj, de bosr�. [34] muri� Yobab, y rein� en su lugar jusam, del pa�s de los temanitas. [35] muri� Jusam, y rein� en su lugar hadad, hijo de bedad, el que derrot� a madi�n en el campo de moab; y el nombre de su ciudad era avit. [36] muri� Hadad, y rein� en su lugar saml� de masrec�. [37] muri� Saml�, y rein� en su lugar sa�l, de rejobot del r�o. [38] muri� Sa�l, y rein� en su lugar baal jan�n hijo de akbor. [39] muri� Baal jan�n hijo de akbor, y rein� en su lugar hadad; el nombre de su ciudad era pau, y el nombre de su mujer, mehetabel, hija de matred, hija de mezahab.

[40] estos son los nombres de los jeques de esa�, seg�n sus familias y territorios y por sus nombres. el jeque timn�, el jeque alv�, el jeque yetet, [41] el jeque oholibam�, el jeque el�, el jeque pin�n. [42] el jeque quenaz, el jeque tem�n, el jeque mibsar, [43] el jeque magdiel, el jeque iram. estos son los jeques de edom, seg�n sus moradas, en las tierras que ocupan. este es esa� padre de edom. genesis cap.37 [1] jacob, por su parte, se estableci� en el que fue pa�s residencial de su padre, el pa�s de cana�n. [2] esta es la historia de jacob. jos� ten�a diecisiete a�os. estaba de pastor de ovejas con sus hermanos -�l, muchacho todav�a, con los hijos de bilh� y los de zilp�, mujeres de su padre-. y jos� comunic� a su padre lo mal que se hablaba de ellos. [3] israel amaba a jos� m�s que a todos los dem�s hijos, por ser para �l el hijo de la ancianidad. le hab�a hecho una t�nica de manga larga. [4] vieron sus hermanos c�mo le prefer�a su padre a todos sus otros hijos, y le aborrecieron hasta el punto de no poder ni siquiera saludarle. [5] jos� tuvo un sue�o y lo manifest� a sus hermanos, quienes le odiaron m�s a�n. [6] les dijo: �o�d el sue�o que he tenido. [7] me parec�a que nosotros est�bamos atando gavillas en el campo, y he aqu� que mi gavilla se levantaba y se ten�a derecha, mientras que vuestras gavillas le hac�an rueda y se inclinaban hacia la m�a.� [8] sus hermanos le dijeron: ��ser� que vas a reinar sobre nosotros o que vas a tenernos dome�ados?� y acumularon todav�a m�s odio contra �l por causa de sus sue�os y de su palabras. [9] volvi� a tener otro sue�o, y se lo cont� a sus hermanos. d�joles: �he tenido otro sue�o: resulta que el sol, la luna y once estrellas se inclanaban ante m�.� [10] se lo cont� a su padre y a sus hermanos, y su padre le reprendi� y le dijo: ��qu� sue�o es �se que has tenido? �es que yo, tu madre y tus hermanos vamos a venir a inclinarnos ante ti hasta el suelo?� [11] sus hermanos le ten�an envidia, mientras que su padre reflexionaba. [12] fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en siquem, [13] y dijo israel a jos�: ��no est�n tus hermanos pastoreando en siquem? ve de mi parte a donde ellos.� dijo: �estoy listo.� [14] d�jole: �anda, vete a ver si tus hermanos siguen sin novedad, y lo mismo el ganado, y tr�eme noticias.� le envi�, pues, desde el valle de hebr�n, y jos� fue a siquem. [15] encontr�se con �l un hombre mientras estaba discurriendo por el campo. el hombre le pregunt�: ��qu� buscas?� [16] d�jole: �estoy buscando a mis hermanos. ind�came, por favor, d�nde est�n pastoreando.� [17] el hombre le dijo: �partieron de aqu�, pues yo les o� decir: "vamos a dot�n."� jos� fue detr�s de sus hermanos y los encontr� en dot�n. [18] ellos le vieron de lejos, y antes que se les acercara, conspiraron contra �l para matarle, [19] y se dec�an mutuamente: �por ah� viene el so�ador. [20] ahora, pues, venid, mat�mosle y ech�mosle en un pozo cualquiera, y diremos que alg�n animal feroz le devor�. Veremos entonces en qu� paran sus sue�os.� [21] rub�n lo oy� y le libr� de sus manos. dijo: �no atentemos contra su vida.� [22] rub�n les dijo: �no derram�is sangre. echadle a ese pozo que hay en el p�ramo, pere no pong�is la mano sobre �l.� su intenci�n era de salvarle de sus hermanos para devolverle a su padre. [23] y ocurri�, que cuando lleg� Jos� donde sus hermanos, �stos despojaron a jos� de su t�nica -aquella t�nica de manga larga que llevaba puesta-, [24] y ech�ndole mano le arrojaron al pozo. aquel pozo estaba vac�o, sin agua. [25] luego se sentaron a comer. y levantando los ojos divisaron una caravana de

ismaelitas que ven�an de galaad, con camellos cargados de alm�ciga, sand�raca y l�dano, que iban bajando hacia egipto. [26] entonces dijo jud� a sus hermanos: ��qu� aprovecha el que asesinemos a nuestro hermano y luego tapemos su sangre? [27] venid vamos a venderle a los ismaelitas, pero no pongamos la mano en �l, porque es nuestro hermano, carne nuestra.� y sus hermanos asintieron. [28] pasaron unos madianitas mercaderes, y descubri�ndole subieron a jos� del pozo. vendieron a jos� a los ismaelitas por veinte piezas de plata, y �stos se llevaron a jos� a egipto. [29] vuelve rub�n al pozo, y he aqu� que jos� nos estaba en el pozo. el desgarr� sus ropas, [30] y volviendo donde sus hermanos les dijo: �el ni�o no aparece, y yo �qu� hago ahora?� [31] entonces tomaron la t�nica de jos�, y degollando un cabrito, ti�eron la t�nica en sangre, [32] y enviaron la t�nica de manga larga, haci�ndola llegar hasta su padre con este recado: �esto hemos encontrado: examina si se trata de la t�nica de tu hijo, o no.� [33] el la examin� y dijo: ��es la t�nica de mi hijo! �alg�n animal feroz le ha devorado! �jos� ha sido despedazado!� [34] jacob desgarr� su vestido, se ech� un sayal a la cintura e hizo duelo por su hijo durante muchos d�as. [35] todos sus hijos e hijas acudieron a consolarle, pero �l rehusaba consolarse y dec�a: �voy a bajar en duelo al seol donde mi hijo.� y su padre le lloraba. [36] por su parte, los madianitas, llegados a egipto, le vendieron a putifar, eunuco de fara�n y capit�n de los guardias. genesis cap.38 [1] por aquel tiempo baj� Jud� de donde sus hermnanos para dirigirse a cierto individuo de adullam llamado jir�. [2] all� concoci� Jud� a la hija de un cananeo llamado s�a y tom�ndola por esposa se lleg� a ella; [3] ella concibi� y dio a luz un hijo, al que llam� Er. [4] volvi� a concebir y dio a luz otro hijo, al que llam� On�n. [5] nuevamente dio a luz otro hijo, al que llam� Sel�. ella se encontraba en akzib al darle a luz. [6] jud� tom� para su primog�nito er a una mujer llamada tamar. [7] er, el primog�nito de jud�, fue malo a los ojos de yahveh, yahveh le hizo morir. [8] entonces jud� dijo a on�n: �c�sate con la mujer de tu hermano y cumple como cu�ado con ella, procurando descendencia a tu hermano.� [9] on�n sab�a que aquella descendencia no ser�a suya, y as�, si bien tuvo relaciones con su cu�ada, derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano. [10] pareci� mal a yahveh lo que hac�a y le hizo morir tambi�n a �l. [11] entonces dijo jud� a su nuera tamar: �qu�date como viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo sel�.� pues se dec�a: �por si acaso muere tambi�n �l, lo mismo que sus hermanos.� tamar se fue y qued� en casa de su padre. [12] pasaron muchos d�as, y muri� la hija de s�a, la mujer de jud�. cuando jud� se hubo consolado, subi� a timn� para el trasquileo de su reba�o, junto con jir� su compa�ero adulamita. [13] se lo notificaron a tamar: �oye, tu suegro sube a timn� para el trasquileo de su reba�o.� [14] entonces ella se quit� de encima sus ropas de viuda y se cubri� con el velo, y bien disfrazada se sent� en petaj en�yim, que est� a la vera del camino de timn�. ve�a, en efecto, que sel� hab�a crecido, pero que ella no le era dada por mujer.

[15] jud� la vio y la tom� por una ramera, porque se hab�a tapado el rostro, [16] y desvi�ndose hacia ella dijo: �d�jame ir contigo� -pues no la reconoci� como su nuera-. dijo ella: ��y qu� me das por venir conmigo?� [17] �te mandar� un cabrito de mi reba�o.� -�si me das prenda hasta que me lo mandes...� [18] ��qu� prenda he de darte?� -�tu sello, tu cord�n y el bast�n que tienes en la mano.� el se lo dio y se uni� a ella, la cual qued� encinta de �l. [19] entonces se march� ella y, quit�ndose el velo, se visti� sus ropas de viuda. [20] jud�, por su parte, envi� el cabrito por mediaci�n de su compa�ero el adulamita, para rescatar la prenda de manos de la mujer, pero �ste no la encontr�. [21] pregunt� a los del lugar: ��d�nde est� la ramera aquella que hab�a en en�yim, a la vera del camino?� -�ah� no ha habido ninguna ramera�, dijeron. [22] entonces �l se volvi� donde jud� y dijo: �no la he encontrado; y los mismos lugare�os me han dicho que all� no ha habido ninguna ramera.� [23] �pues que se quede con ello -dijo jud�-; que nadie se burle de nosotros. ya ves c�mo he enviado ese cabrito, y t� no la has encontrado.� [24] ahora bien, como a los tres meses aproximadamente, jud� recibi� este aviso: �tu nuera tamar ha fornicado, y lo que es m�s, ha quedado encinta a consecuencia de ello.� dijo jud�: �sacadla y que sea quemada.� [25] pero cuando ya la sacaban, envi� ella un recado a su suegro: �del hombre a quien esto pertenece estoy encinta�, y a�ad�a: �examina, por favor, de qui�n es este sello, este cord�n y este bast�n.� [26] jud� lo reconoci� y dijo: �ella tiene m�s raz�n que yo, porque la verdad es que no la he dado por mujer a mi hijo sel�.� y nunca m�s volvi� a tener trato con ella. [27] al tiempo del parto result� que ten�a dos mellizos en el vientre. [28] y ocurri� que, durante el parto, uno de ellos sac� la mano, y la partera le agarr� y le at� una cinta escarlata a la mano, diciendo: �este ha salido primero.� [29] pero entonces retir� �l la mano, y fue su hermano el que sali�. Ella dijo: ��c�mo te has abierto brecha!� y le llam� Peres. [30] detr�s sali� su hermano, que llevaba en la mano la cinta escarlata, y le llam� Z�raj. genesis cap.39 [1] jos� fue bajado a egipto, y le compr� un egipcio, putifar, eunuco de fara�n y jefe de los guardias; le compr� a los ismaelitas que le hab�an bajado all�. [2] yahveh asisti� a jos�, que lleg� a ser un hombre afortunado, mientras estaba en casa de su se�or egipcio. [3] este ech� de ver que yahveh estaba con �l y que yahveh hac�a prosperar todas sus empresas. [4] jos� gan� su favor y entr� a su servico, y su se�or le puso al frente de su casa y todo cuanto ten�a se lo confi�. [5] desde entonces le encarg� de toda su casa y de todo lo que ten�a, y yahveh bendijo la casa del egipcio en atenci�n a jos�, extendi�ndose la bendici�n de yahveh a todo cuanto ten�a en casa y en el campo. [6] el mismo dej� todo lo suyo en manos de jos� y, con �l, ya no se ocup� personalmente de nada m�s que del pan que com�a. jos� era apuesto y de buena presencia. [7] tiempo m�s tarde sucedi� que la mujer de su se�or se fij� en jos� y le dijo: �acu�state conmigo.� [8] pero �l rehus� y dijo a la mujer de su se�or: �he aqu� que mi se�or no me controla nada de lo que hay en su casa, y todo cuanto tiene me lo ha confiado. [9] �no es �l mayor que y o en esta casa? y sin embargo, no me ha vedado absolutamente nada m�s que a ti misma, por cuanto eres su mujer. �c�mo entonces voy a hacer este mal tan grande, pecando contra dios?� [10] ella insist�a en hablar a jos� d�a tras d�a, pero �l no accedi� a acostarse y estar con ella.

[11] hasta que cierto d�a entr� �l en la casa para hacer su trabajo y coincidi� que no hab�a ninguno de casa all� dentro. [12] entonces ella le asi� de la ropa dici�ndole: �acu�state conmigo.� pero �l, dej�ndole su ropa en la mano, sali� huyendo afuera. [13] entonces ella, al ver que hab�a dejado la ropa en su mano, huy� tambi�n afuera y grit� a los de su casa dici�ndoles: [14] -��mirad! nos ha tra�do un hebreo para que se burle de nosotros. ha venido a m� para acostarse conmigo, poro yo he gritado, [15] y al o�rme levantar la voz y gritar, ha dejado su vestido a mi lado y ha salido huyendo afuera.� [16] ella deposit� junto a s� el vestido de �l, hasta que vino su se�or a casa, [17] y le repiti� esto mismo: �ha entrado a m� ese siervo hebreo que t� nos trajiste, para abusar de m�; [18] pero yo he levantado la voz y he gritado, y entonces ha dejado �l su ropa junto a m� y ha huido afuera.� [19] al o�r su se�or las palabras que acababa de decirle su mujer: -�esto ha hecho conmigo tu siervo�- se encoleriz�. [20] y el se�or de jos� le prendi� y le puso en la c�rcel, en el sitio donde estaban los detenidos del rey. all� se qued� en presidio. [21] pero yahveh asisti� a jos� y le cubri� con su misericordia, haciendo que se ganase el favor del alcaide. [22] el alcaide confi� a jos� todos los detenidos que hab�a en la c�rcel; todo lo que se hac�a all�, lo hac�a �l. [23] el alcaide no controlaba absolutamente nada de cuanto administraba jos�, ya que yahveh le asist�a y hac�a prosperar todas sus empresas. genesis cap.40 [1] despu�s de estas cosas sucedi� que el escanciador y el panadero del rey de egipto ofendieron a su se�or, el rey de egipto. [2] fara�n se enoj� contra sus dos eunucos, contra el jefe de los escanciadores y el jefe de los panaderos, [3] y les puso bajo la custodia en casa del jefe de los guardias, en prisi�n, en el lugar donde estaba detenido jos�. [4] el jefe de los guardias encarg� de ellos a jos�, para que les sirviese. as� pasaban los di�s en presidio. [5] aconteci� que ambos so�aron sendos sue�os en una misma noche, cada cual con su sentido propio: el escanciador y el panadero del rey de egipto que estaban detenidos en la prisi�n. [6] jos� vino a ellos por la ma�ana, y los encontr� preocupados. [7] pregunt�, pues, a los eunucos de fara�n, que estaban con �l en presidio en casa de su se�or: ��por qu� ten�is hoy mala cara?� [8] �hemos so�ado un sue�o -le dijeron- y no hay quien lo interprete.� jos� les dijo: ��no son de dios los sentidos ocultos? vamos, cont�dmelo a m�.� [9] el jefe de los escanciadores cont� su sue�o a jos� y le dijo: �voy con mi sue�o. resulta que yo ten�a delante una cepa, [10] y en la cepa tres sarmientos, que nada m�s echar yemas, florec�an enseguida y maduraban las uvas en sus racimos. [11] yo ten�a en la mano la copa de fara�n, y tomando aquellas uvas, las exprim�a en la copa de fara�n, y pon�a la copa en la mano de fara�n.� [12] jos� dijo: �esta es la interpretaci�n: los tres sarmientos, son tres d�as. [13] dentro de tres d�as levantar� Fara�n tu cabeza: te devolver� a tu cargo, y pondr�s la copa de fara�n en su mano, lo mismo que antes, cuando eras su escanciador. [14] a ver si te acuerdas de m� cuando te vaya bien, y me haces el favor de hablar de m� a fara�n para que me saque de esta casa. [15] pues fui raptado del pa�s de los hebreos, y por lo dem�s, tampoco aqu� hice nada para que me metieran en el pozo.�

[16] vio el jefe panaderos que era buena la interpretaci�n y dijo a jos�: �voy con mi sue�o: hab�a tres cestas de pan candeal sobre mi cabeza. [17] en la cesta de arriba hab�a de todo lo que come fara�n de panader�a, pero los p�jaros se lo com�an de la cesta, de encima de mi cabeza.� [18] respondi� Jos�: �esta es su interpretaci�n. las tres cestas, son tres d�as. [19] a vuelta de tres d�as levantar� Fara�n tu cabeza y te colgar� en un madero, y las aves se comer�n la carne que te cubre.� [20] al tercer d�a, que era el natalicio de fara�n, dio �ste un banquete para todos sus servidores, y levant� la cabeza del jefe de escanciadores y la del jefe depanaderos en presencia de sus siervos. [21] al jefe de escanciadores le restituy� en su oficio, y volvi� a poner la copa en manos de fara�n. [22] en cuanto al jefe de panaderos, le colg�: tal y como les hab�a interpretado jos�. [23] pero el jefe de escanciadores no se acord� de jos�, sino que le ech� en olvido. genesis cap.41 [1] al cabo de dos a�os. fara�n so�� que se encontraba parado a la vera del r�o. [2] de pronto suben del r�o siete vacas hermosas y lustrosas que se pusieron a pacer en el carrizal. [3] pero he aqu� que detr�s de aqu�llas sub�an del r�o otras siete vacas, de mal aspecto y macilentas, las cuales se pararon cabe las otras vacas en la margen del r�o, [4] y las vacas de mal aspecto y macilentas se comieron a las siete vacas hermosas y lustrosas. entonces fara�n se despert�. [5] y vuelto a dormirse so�� otra vez que siete espigas crec�an en una misma ca�a, lozanas y buenas. [6] pero he aqu� que otras siete espigas flacas y asolanadas brotaron despu�s de aqu�llas [7] y las espigas flacas consumieron a las siete lozanas y llenas. despert� Fara�n, y he aqu� que era un sue�o. [8] aquella ma�ana estaba inquieto su esp�ritu y envi� a llamar a todos los magos y a todos los sabios de egipto. fara�n les cont� su sue�o, pero no hubo quien se lo interpretara a fara�n. [9] entonces el jefe de escanciadores habl� a fara�n dici�ndole: �hoy me acuerdo de mi yerro. [10] fara�n se hab�a enojado contra sus siervos y me hab�a puesto bajo custodia en casa del jefe de los guardias a m� y al jefe de panaderos. [11] entonces tuvimos sendos sue�os en una misma noche, tanto yo como �l, cada uno con su sentido propio. [12] hab�a all� con nosotros un muchacho hebreo, siervo del jefe de los guardias. le contamos nuestro sue�o, y �l nos dio el sentido propio de cada cual. [13] y result� que seg�n nos lo hab�a interpretado, as� fue: a m� me restituy� Fara�n en mi puesto, y a �l le colg�.� [14] fara�n mand� llamar a jos� y le sacaron del pozo con premura, se afeit� y mud� de vestido y compareci� ante fara�n. [15] dijo fara�n a jos�: �he tenido un sue�o y no hay quien lo interprete, pero he o�do decir de ti que te basta o�r un sue�o para interpretarlo.� [16] respondi� Jos� a fara�n: �no hablemos de m�, que dios responda en buena hora a fara�n.� [17] y refiri� Fara�n a jos� su sue�o: �resulta que estaba yo parado a la orilla del r�o, [18] cuando de pronto suben del r�o siete vacas lustrosas y de hermoso aspecto, las cuales pac�an en el carrizal. [19] pero he aqu� que otras siete vacas sub�an detr�s de aqu�llas, de muy ruin y mala catadura y macilentas, que jam�s vi como aqu�llas en toda la tierra de

egipto, de tan malas. [20] y las siete vacas macilentas y malas se comieron a las siete vacas primeras, las lustrosas. [21] pero una vez que las tuvieron dentro, ni se conoc�a que las tuviesen, pues su aspecto segu�a tan malo como al principio. entonces me despert�, [22] y volv� a ver en sue�os c�mo siete espigas crec�an en una misma ca�a, henchidas y buenas. [23] pero he aqu� que otras siete espigas secas, flacas y asolanadas, brotaban despu�s de aqu�llas [24] y consumieron las espigas flacas a las siete espigas hermosas. se lo he dicho a los magos, pero no hay quien me lo explique.� [25] jos� dijo a fara�n: �el sue�o de fara�n es uno solo: dios anuncia a fara�n lo que va a hacer. [26] las siete vacas buenas son siete a�os de abundancia y las siete espigas buenas, siete a�os son: porque el sue�o es uno solo. [27] y las siete vacas macilentas y malas que sub�an despu�s de aqu�llas, son siete a�os; e igualmente las siete espigas flacas y asolanadas, es que habr� siete a�os de hambre. [28] esto es lo que yo he dicho a fara�n. lo que dios va a hacer lo ha mostrado a fara�n. [29] he aqu� que vienen siete a�os de gran hartura en todo egipto. [30] pero despu�s sobrevendr�n otros siete a�os de hambre y se olvidar� toda la hartura en egipto, pues el hambre asolar� el pa�s, [31] y no se conocer� hartura en el pa�s, de tanta hambre como habr�. [32] y el que se haya repetido el sue�o de fara�n dos veces, es porque la cosa es firme de parte de dios, y dios se apresura a realizarla. [33] ahora, pues, fijese fara�n en alg�n hombre inteligente y sabio, y p�ngalo al frente de egipto. [34] h�galo as� Fara�n: ponga encargados al frente del pa�s y exija el quinto a egipto durante los siete a�os de abundancia. [35] ellos recoger�n todo el comestible de esos a�os buenos que vienen, almacenar�n el grano a disposici�n de fara�n en las ciudades, y lo guardar�n. [36] de esta forma quedar�n registradas las reservas de alimento del pa�s para los siete a�os de hambre que habr� en egipto, y as� no perecer� el pa�s de hambre.� [37] pareci� bien el discurso a fara�n y a todos sus servidores, [38] y dijo fara�n a sus servidores: ��acaso se encontrar� otro como �ste que tenga el esp�ritu de dios?� [39] y dijo fara�n a jos�: �despu�s de haberte dado a conocer dios todo esto, no hay entendido ni sabio como t�. [40] t� estar�s al frente de mi casa, y de tu boca depender� todo mi pueblo. tan s�lo el trono dejar� por encima de ti.� [41] dijo fara�n a jos�: �mira: te he puesto al frente de todo el pa�s de egipto.� [42] y fara�n se quit� el anillo de la mano y lo puso en la mano de jos�, le hizo vestir ropas de lino fino y le puso el collar de oro al cuello, [43] luego le hizo montar en su segunda carroza, e iban gritando delante de �l: ��abrek!� as� le puso al frente de todo el pa�s de egipto. [44] dijo fara�n a jos�: �yo, fara�n: sin tu licencia no levantar� nadie mano ni pie en todo egipto.� [45] fara�n llam� a jos� Safnat pan�aj y le dio por mujer a asnat, hija de poti fera, sacerdote de on. y sali� Jos� con autoridad sobre el pa�s de egipto. [46] ten�a jos� treinta a�os cuando compareci� ante fara�n, rey de egipto, y sali� Jos� de delante de fara�n, y recorri� todo egipto. [47] la tierra produjo con profusi�n durante los siete a�os de abundancia [48] y �l hizo acopio de todos los viveres de los siete a�os en que hubo hartura en egipto poniendo en cada ciudad los viveres de la campi�a circundante. [49] jos� recolect� grano como la arena del mar, una enormidad, hasta tener que

desistir de contar porque era innumerable. [50] antes que sobreviniesen los a�os de hambre, le nacieron a jos� dos hijos que le dio asnat, la hija de poti fera, sacerdote de on. [51] llam� Jos� al primog�nito manas�s, porque -decia- �dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y la casa de mi padre,� [52] y al segundo le llam� Efra�m, porque -dec�a- �me ha hecho fructificar dios en el pa�s de mi aflicci�n�. [53] concluy�ronse los siete a�os de hartura que hubo en egipto, [54] y empezaron a llegar los siete a�os de hambre como hab�a predicho jos�. hubo hambre en todas las regiones; pero en todo egipto hab�a pan. [55] toda la tierra de egipto sinti� tambi�n hambre, y el pueblo clam� a fara�n pidiendo pan. y dijo fara�n a todo egipto: �id a jos�: haced lo que �l os diga.� [56] el hambre cundi� par toda la haz de la tierra. entonces jos� sac� todas las existencias y abasteci� de grano a egipto. arreciaba el hambre en egipto; [57] de todos los pa�ses ven�an tambi�n a egipto para proveerse comprando grano a jos�, porque el hambre cund�a por toda la tierra. genesis cap.42 [1] vio jacob que se repart�a grano en egipto, y dijo jacob a sus hijos: ��por qu� os est�is ah� mirando? [2] yo tengo o�do que hay reparto de grano en egipto. bajad a comprarnos grano all�, para que vivamos y no muramos.� [3] bajaron, pues, los diez hermanos de jos� a proveerse de grano en egipto; [4] pero a benjam�n, hermano de jos�, no le envi� Jacob con sus hermanos, pues se dec�a: �no vaya a sucederle alguna desgracia.� [5] fueron, pues, los hijos de israel a comprar con otros que iban, pues hab�a hambre en el pa�s cananeo. [6] jos� era el que reg�a en todo el pa�s, y �l mismo en persona era el que distribu�a grano a todo el mundo. llegaron los hermanos de jos� y se inclinaron rostro en tierra. [7] vio jos� a sus hermanos y los reconoci�, pero �l no se dio a conocer, y habl�ndoles con dureza les dijo: ��de d�nde ven�s?� dijeron: �de cana�n, para comprar viveres.� [8] o sea, que jos� reconoci� a sus hermanos, pero ellos no le reconocieron. [9] jos� entonces se acord� de aquellos sue�os que hab�a so�ado respecto a ellos, y les dijo: �vosotros sois esp�as, que ven�s a ver los puntos desguarnecidos del pa�s.� [10] dij�ronle: �no, se�or, sino que tus siervos han venido a proveerse de v�veres. [11] todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y somos gente de bien: tus siervos no son esp�as.� [12] d�joles: �nada de eso: a lo que ven�s es a ver los puntos desguarnecidos del pa�s.� [13] dij�ronle: �tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo padre, en el pa�s cananeo; s�lo que el menor est� actualmente con nuestro padre, y el otro no existe.� [14] jos� replic�: �lo que yo os dije: sois esp�as. [15] con esto ser�is probados, �por vida de fara�n!, no saldr�is de aqu� mientras no venga vuestro hermano peque�o ac�. [16] enviad a cualquiera de vosotros y que traiga a vuestro hermano, mientras los dem�s qued�is presos. as� ser�n comprobadas vuestras afirmaciones, a ver si la verdad est� con vosotros. que si no, �por vida de fara�n!, esp�as sois.� [17] y los puso bajo custodia durante tres d�as. [18] al tercer d�a les dijo jos�: �haced esto -pues yo tambi�n temo a dios- y vivir�is. [19] si sois gente de bien, uno de vuestros hermanos se quedar� detenido en la prisi�n mientras los dem�s hermanos vais a llevar el grano que tanta falta hace en

vuestras casas. [20] luego me tra�is a vuestro hermano menor; entonces se ver� que son ver�dicas vuestras palabras y no morir�is.� -as� lo hicieron ellos. [21] y se dec�an el uno al otro: �a fe que somos culpables contra nuestro hermano, cuya angustia ve�amos cuando nos ped�a que tuvi�semos compasi�n y no le hicimos caso. por eso nos hallamos en esta angustia.� [22] rub�n les replic�: �!? nos os dec�a yo que no pecarais contra el ni�o y no me hicisteis caso? �ahora se reclama su sangre!� [23] ignoraban ellos que jos� les entend�a, porque mediaba un int�rprete entre ellos. [24] entonces jos� se apart� de su lado y llor�; y volviendo donde ellos tom� a sime�n y le hizo amarrar a vista de todos. [25] mand� Jos� que se les llenaran los envases de grano, que se devolviera a cada uno su dinero en la talega, y que se les pusiera provisiones para el camino; as� se hizo con ellos. [26] ellos pusieron su cargamento de grano sobre los burros, y se fueron de all�. [27] al ir a hacer noche, uno de ellos abri� su talega para dar pienso a su burro, y vio que su dinero estaba en la boca de la talega de grano. [28] y dijo a sus hermanos: �me han devuelto el dinero; lo tengo aqu� en mi talega.� se quedaron sin aliento, y se miraban temblando y diciendo: ��qu� es esto que ha hecho dios con nosotros?� [29] llegaron donde su padre, a cana�n, y le manifestaron todas sus aventuras, dici�ndole: [30] �el hombre que es se�or del pa�s ha hablado con nosotros duramente y nos ha tomado por esp�as del pa�s. [31] nosotros le hemos dicho que �ramos gente de bien y no esp�as, [32] que �ramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de nosotros no exist�a, y que el otro se encontraba actualmente con nuestro padre en cana�n. [33] entonces nos dijo el hombre que es se�or del pa�s: "de este modo conocer� si sois gente de bien; dejad conmigo a uno de vosotros, tomad lo que hace falta en vuestras casas y marchaos [34] a buscarme a vuestro hermano peque�o. as� conocer� que no sois esp�as, sino gente de bien. entonces os entregar� a vuestro hermano y circular�is libremente por el pa�s."� [35] ahora bien, cuando estaban vaciando sus talegas, he aqu� que cada uno ten�a su dinero en la talega, y tanto ellos como su padre, al ver las bolsas, sintieron miedo. [36] su padre jacob les dijo: �me dej�is sin hijos: falta jos�, falta sime�n, y encima vais a quitarme a benjam�n. esto acabar� conmigo.� [37] dijo rub�n a su padre: �que mueran mis dos hijos si no te lo traemos. conf�alo a m� y yo te lo devolver�.� [38] replic�: �no bajar� mi hijo con vosotros, pues su hermano est� muerto y s�lo me queda �l. si le ocurre cualquier desgracia en ese viaje que vais a hacer, entonces har�ais bajar mi vejez con pena al seol.� genesis cap.43 [1] el hambre segu�a abrumando la tierra. [2] as� pues, en cuanto acabaron de consumir el grano tra�do de egipto, les dijo su padre: �volved y compradnos algo de comer.� [3] jud� le dijo: �bien claro nos dio a entender aquel hombre que no ver�amos su rostro si no estaba con nosotros nuestro hermano. [4] si mandas a nuestro hermano con nosotros, bajaremos y te compraremos v�veres; [5] pero si no le mandas, no bajamos, porque aquel hombre nos dijo: "no os present�is a m� si no est� vuestro hermano con vosotros."� [6] dijo israel: ��por qu� para desgracia m�a hicisteis saber a ese hombre que ten�ais otro hermano?� [7] dijeron: �!el empez� pregunt�ndonos por nuestra familia, dici�ndonos: �ten�is

a�n padre? �vive todav�a vuestro padre? �ten�is algun otro hermano? y nosotros nos limitamos a responder a sus palabras. �pod�amos saber que iba a decirnos: bajad a vuestro hermano?� [8] dijo jud� a su padre israel: �deja ir al chico conmigo; deja que vayamos para vivir y no morir ni nosotros, ni t�, ni nuestros peque�os. [9] yo respondo de �l, de mi mano lo exigir�s si no lo trajere aqu� y te lo presentare, y estar�a yo en falta contigo a perpetuidad. [10] que lo que es, si no nos hubi�ramos entretenido, para estas horas ya estar�amos de vuelta.� [11] d�joles su padre israel: �siendo as�, hacedlo; llevaos de lo m�s fino del pa�s en vuestras cestas, y bajad a aquel hombre un regalo, un poco de sand�cara, un poco de miel, alm�ciga y l�dano, pistachos y almendras. [12] tom�is tambi�n con vosotros el doble de plata y devolv�is personalmente la plata devuelta en la boca de vuestras talegas, por si se trata de un error. [13] tomad, pues, a vuestro hermano y volved inmediatamente donde ese hombre; [14] que el sadday os haga hallar misericordia ante ese hombre, y que �l os despache y suelte a vuestro otro hermano, y a benjam�n. por mi parte, si he de perder a mis hijos, qu� le vamos a hacer.� [15] ellos tomaron dicho regalo y el doble de plata consigo, y asimismo a benjam�n, y poni�ndose en marcha bajaron a egipto y se presentaron a jos�. [16] jos� vio con ellos a benjamin, y dijo a su mayordomo: �lleva a esos hombres a casa, mata alg�n animal y lo preparas, porque esos hombres van a comer conmigo a mediod�a.� [17] el hombre hizo como le hab�a dicho jos�, y llev� a los hombres a casa de jos�. [18] ellos se asustaron porque se les llevaba a casa de jos�, y dijeron: �es por lo de la plata devuelta en nuestros sacos la otra vez, por lo que se nos trae ac�, para ponernos alguna trampa, caer sobre nosotros y redurcirnos a esclavitud, junto con nuestros asnos.� [19] y acerc�ndose al mayordomo de jos� le dijeron a la puerta de la casa: [20] �por favor, se�or, nosotros bajamos anteriormente a comprar v�veres. [21] pero result� que cuando fuimos a hacer noche y abrimos nuestras talegas de grano, nos encontramos con que la plata de cada uno estaba en la boca de su talega, nuestra plata bien pesada, y la hemos devuelto con nosotros, [22] y adem�s traemos con nosotros m�s plata para comprar v�veres. ignoramos qui�n puso nuestra plata en nuestras talegas.� [23] d�joles: �la paz sea con vosotros, no tem�is. vuestro dios y el dios de vuestro padre os puso ese tesoro en las talegas. vuestra plata ya me lleg�.� y les sac� a sime�n. [24] luego los introdujo en casa de jos�, les dio agua y se lavaron los pies, y les dio pienso para sus asnos. [25] entonces ellos prepararon el regalo, mientras llegaba jos� a mediod�a, pues oyeron que iban a comer all�. [26] al entrar jos� en casa, le presentaron el regalo que llevaban consigo y se inclinaron hasta el suelo. [27] el les salud� y les pregunt�: �vuestro anciano padre de quien me hablasteis, �vive a�n?� [28] y le dijeron: �est� bien tu siervo, nuestro padre: todav�a vive.� y postr�ndose se inclinaron. [29] entonces jos� volvi� los ojos y vio a benjam�n, su hermano de madre, y dijo: ��este es vuestro hermano menor, de quien me hablasteis?� y a�adi�: �dios te guarde, hijo m�o.� [30] jos� tuvo que darse prisa, porque le daban ganas de llorar de emoci�n por su hermano, y entrando en el cuarto llor� all�. [31] luego se lav� la cara, sali� y conteni�ndose dijo: �servid la comida.� [32] y le sirvieron a �l aparte, aparte a ellos, y aparte a los egipcios que com�an con �l, porque los egipcios no soportan comer con los hebreos, cosa detestable para ellos.

[33] sent�ronse, pues, delante de �l por orden de antig�edad, de mayor a menor, y unos a otros se daban muestras de asombro. [34] el fue tomando de delante de s� raciones para ellos, y la raci�n de benjam�n era cinco veces mayor que la de todos los dem�s. ellos bebieron y se alegraron en su compa��a. genesis cap.44 [1] entonces �l dio esta orden a su mayordomo: �llena de v�veres las talegas de estos hombres, cuanto quepa en ellas, y pones el dinero de cada uno en la boca de su talega. [2] y mi copa, la copa de plata, la pones en la boca del saco del peque�o, adem�s del dinero de su compra.� y �l hizo conforme a lo que hab�a dicho jos�. [3] alumbr� el d�a, y se les despach� a ellos con sus asnos. [4] salieron de la ciudad, y no bien se hab�an alejado, cuando jos� dijo a su mayordomo: �lev�ntate y persigue a esos hombres, les das alcance y les dices: �por qu� hab�is pagado mal por bien? [5] �se trata nada menos que de lo que utiliza mi se�or para beber, y tambi�n para sus adivinaciones! �qu� mal hab�is obrado!� [6] el les alcanz� y les habl� a este tenor. [7] ellos le dijeron: ��por qu� habla mi se�or de ese modo? �lejos de tus siervos hacer semejante cosa! [8] de modo que te hemos devuelto desde cana�n la plata que encontramos en la boca de nuestras talegas, �e �bamos a robar ahora de casa de nuestro se�or plata ni oro? [9] aquel de tus siervos a quien se le encuentre, que muera; y tambi�n los dem�s nos haremos esclavos del se�or.� [10] dijo: �sea as� como dec�s: aquel a quien se le encuentre, ser� mi esclavo; pero los dem�s quedar�is disculpados.� [11] ellos se dieron prisa en bajar sus talegas a tierra y fueron abriendo cada cual la suya; [12] �l les registr� empezando por el grande y acabando por el chico, y apareci� la copa en la talega de benjam�n. [13] entonces rasgaron ellos sus t�nicas, y cargando cada cual su burro regresaron a la ciudad. [14] jud� y sus hermanos entraron a casa de jos�, que todav�a estaba all�, y cayeron rostro en tierra. [15] jos� les dijo: ��qu� hab�is hecho? � ignorabais que uno como yo ten�a que adivinarlo sin falta?� [16] jud� dijo: ��qu� vamos a decir al se�or, qu� vamos a hablar, qu� excusa vamos a dar? dios ha hallado culpables a sus siervos, y henos aqu� como esclavos de nuestro se�or, tanto nosotros como aquel en cuyo poder ha aparecido la copa.� [17] replic�: ��lejos de m�, hacer eso! aquel a quien se le ha hallado la copa, �se ser� mi esclavo, que los dem�s subir�is sin novedad donde vuestro padre.� [18] entonces se le acerc� Jud� y le dijo: �con permiso, se�or, tu siervo va a pronunciar una palabra a los o�dos de mi se�or, y que no se encienda tu ira contra tu siervo, pues t� eres como el mismo fara�n. [19] mi se�or pregunt� a sus siervos: "�ten�is padre o alg�n hermano?" [20] y nosotros dijimos a mi se�or: �"s�, tenemos padre anciano, y un hijo peque�o de su ancianidad. otro hermano de �ste muri�; s�lo le ha quedado �ste de su madre, y su padre le quiere." [21] entonces t� dijiste a tus siervos: �baj�dmelo, que ponga mis ojos sobre �l." [22] y dijimos a mi se�or: "imposible que el muchacho deje a su padre, pues si le dejara, �ste morir�a." [23] pero dijiste a tus siervos: "pues si no baja vuestro hermano menor con vosotros, no volver�is a verme la cara." [24] as� pues, cuando subimos nosotros a mi padre, tu siervo, le expusimos las palabras de mi se�or.

[25] nuestro padre dijo: "volved y compradnos algo de comer." [26] dijimos: "no podemos bajar, a menos que nuestro hermano peque�o vaya con nosotros. en ese caso s� bajar�amos. porque no podemos presentarnos a aquel hombre si no est� con nosotros nuestro hermano el peque�o." [27] mi padre, tu siervo, nos dijo: "bien sab�is que mi mujer me dio a los dos: [28] el uno se me march�, y dije que seguramente habr�a sido despedezado, y no le he vuelto a ver m�s hasta ahora. [29] y ahora os llev�is tambi�n a �ste de mi presencia, y le ocurre alguna desgracia, y habr�is hecho bajar mi ancianidad al seol con amargura." [30] ahora, pues, cuando yo llegue a donde mi padre, tu siervo, y el muchacho no est� con nosotros, tienendo como tiene el alma tan apegada a la suya, [31] en cuanto vea que falta el muchacho morir�, y tus siervos habr�n hecho bajar la ancianidad de nuestro padre, tu siervo, con tristeza al seol. [32] la verdad es que tu siervo ha tra�do al muchacho de junto a su padre bajo palabra de que: "si no te lo traigo, quedar� en falta para con mi padre a perpetuidad." [33] ahora, pues, que se quede tu siervo en vez del muchacho como esclavo de mi se�or, y suba el muchacho con sus hermanos. [34] porque �c�mo subo yo ahora a mi padre sin el muchacho conmigo? �no quiero ni ver la aflicci�n en que caer� mi padre!� 45 genesis cap.45 [1] ya no pudo jos� contenerse delante de todos los que en pie le asist�an y exclam�: �echad a todo el mundo de mi lado.� y no qued� nadie con �l mientras se daba a conocer jos� a sus hermanos. [2] (y se ech� a llorar a gritos, y lo oyeron los egipcios, y lo oy� hasta la casa de fara�n.) [3] jos� dijo a sus hermanos: �yo soy jos�. �vive a�n mi padre?� sus hermanos no pod�an contestarle, porque se hab�an quedado at�nitos ante �l. [4] jos� dijo a sus hermanos: �vamos, acercaos a m�.� se acercaron, y �l continu�: �yo soy vuestro hermano jos�, a quien vendisteis a los egipcios. [5] ahora bien, no os pese mal, ni os d� enojo el haberme vendido ac�, pues para salvar vidas me envi� Dios delante de vosotros. [6] porque con �ste van dos a�os de hambre por la tierra, y a�n quedan cinco a�os en que no habr� arada ni siega. [7] dios me ha enviado delante de vosotros para que pod�is sobrevivir en la tierra y para salvaros la vida mediante una feliz liberaci�n. [8] o sea, que no fuisteis vosotros los que me enviasteis ac�, sino dios, y �l me ha convertido en padre de fara�n, en due�o de toda su casa y amo de todo egipto. [9] subid de prisa a donde mi padre, y decidle: "as�, dice tu hijo jos�: dios me ha hecho due�o de todo egipto; baja a m� sin demora. [10] vivir�s en el pa�s de gosen, y estar�s cerca de m�, t� y tus hijos y nietos, tus ovejas y tus vacadas y todo cuanto tienes. [11] yo te sustentar� all�, pues todav�a faltan cinco a�os de hambre, no sea que qued�is en la miseria t� y tu casa y todo lo tuyo." [12] con vuestros propios ojos est�is viendo, y tambi�n mi hermano benjam�n con los suyos, que es mi boca la que os habla. [13] notificad, pues, a mi padre toda mi autoridad en egipto y todo lo que hab�is visto, y en seguida bajad a mi padre ac�.� [14] y ech�ndose al cuello de su hermano benjam�n, llor�; tambi�n benjam�n lloraba sobre el cuello de jos�. [15] luego bes� a todos sus hermanos, llorando sobre ellos; despu�s de lo cual sus hermanos estuvieron conversando con �l. [16] en el palacio de fara�n corri� la voz: �han venido los hermanos de jos�.� la cosa cay� bien a fara�n y sus siervos, [17] y fara�n dijo a jos�: �di a tus hermanos: haced esto: cargad vuestras ac�milas y poneos inmediatamente en cana�n ,

[18] tomad a vuestro padre y vuestras familias, y venid a m�, que yo os dar� lo mejor de egipto, y comer�is lo m�s ping�e del pa�s. [19] por tu parte, ord�nales: haced esto: tomad de egipto carretas para vuestros peque�os y mujeres, y os tra�is a vuestro padre. [20] y vosotros mismos no teng�is pena de vuestras cosas, que le mejor de egipto ser� para vosotros.� [21] as� lo hicieron los hijos de israel; jos� les proporcion� carretas por orden de fara�n; y les dio provisiones para el camino. [22] a todos ellos dio sendas mudas, pero a benjam�n le dio trescientas piezas de plata y cinco mudas. [23] a su padre le envi� asimismo diez burros cargados de lo mejor de egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y v�veres para el viaje de su padre. [24] luego despidi� a sus hermanos, y cuando se iban les dijo: �no os excit�is en el camino.� [25] subieron, pues, de egipto y llegaron a cana�n, a donde su padre jacob, [26] y le anunciaron: �todav�a vive jos�, y es el amo de todo egipto.� pero �l se qued� impasible, porque no les cre�a. [27] entonces le repitieron todas las palabras que jos� les hab�a dicho, vio las carretas que jos� hab�a enviado para trasportarle, y revivi� el esp�ritu de su padre jacob. [28] y dijo israel: ��esto me basta! todav�a vive mi hijo jos�: ir� y le ver� antes de morirme.� genesis cap.46 [1] parti� Israel con todas sus pertenencias y lleg� a berseba, donde hizo sacrificios al dios de su padre isaac. [2] y dijo dios a israel en visi�n nocturna: ��jacob, jacob!� -�heme aqu�, respondi�. [3] �yo soy dios, el dios de tu padre; no temas bajar a egipto, porque all� te har� una gran naci�n. [4] y bajar� contigo a egipto y yo mismo te subir� tambi�n. jos� te cerrar� los ojos.� [5] jacob parti� de ber6seba y los hijos de israel montaron a su padre jacob, as� como a sus peque�os y mujeres, en las carretas que hab�a mandado fara�n para trasportarle. [6] tambi�n tomaron sus ganados y la hacienda lograda en cana�n, y fueron a egipto, jacob y toda su descendencia con �l. [7] sus hijos y nietos, sus hijas y nietas: a toda su descendencia se la llev� consigo a egipto. [8] estos son los nombres de los hijos de israel que entraron en egipto: jacob y sus hijos. el primog�nito de jacob: rub�n, [9] y los hijos de rub�n: henoc, pall�, Jesr�n y karm�; [10] los hijos de sime�n: yemuel, yam�n, ohad, yak�n, s�jar y sa�l, hijo de la cananea; [11] los hijos de lev�: guers�n, quehat y merar�; [12] los hijos de jud�: er, on�n, sel�, peres y z�raj, (�pero er y on�n ya hab�an muerto en cana�n!) y los hijos de peres: jesr�n y jamul; [13] los hijos de isacar: tol�, puv�, yasub y simr�n; [14] los hijos de zabul�n: s�red, el�n, yajleel. [15] estos fueron los hijos que l�a hab�a dado a jacob en padd�n aram, y tambi�n su hija dina. sus hijos y sus hijas eran en total 33 personas. [16] los hijos de gad: sef�n, jaggu�, sun�, esb�n, er�, arod� y arel�. [17] los hijos de aser: yimn�, yisv�, yisv�, beri� y s�raj, hermana de ellos. hijos de beri�: j�ber y malkiel. [18] estos son los hijos de zilp�, la que lab�n diera a su hija l�a; ella engendr� para jacob estas diecis�is personas. [19] los hijos de raquel, mujer de jacob: jos� y benjam�n.

[20] a jos� le nacieron en egipto manas�s y efra�m, de asnat, hija de poti fera, sacerdote de on. [21] los hijos de benjam�n: bel�, b�ker, asbel, guer�, naam�n, ej�, ros, muppim, juppim y ard. [22] estos son los hijos que raquel dio a jacob. en total catorce personas. [23] los hijos de dan: jusim. [24] los hijos de neftal�: yajseel, gun�, y�ser y sillem. [25] estos son los hijos de bilh�, la que lab�n diera a su hija raquel, y que aqu�lla engendr� para jacob: en total siete personas. [26] todas las personans que entraron con jacob en egipto, nacidas de sus entra�as, -salvo las mujeres de los hijos de jacob- hac�an un total de 66 personas. [27] los hijos de jos�, que le hab�an nacido en egipto, eran dos. todas las personas de la casa de jacob que entraron en egipto eran setenta. [28] israel mand� a jud� por delante a donde jos�, para que �ste le precediera a gosen: y llegaron al pa�s de gosen. [29] jos� engancho su carroza y subi� a gosen, al encuentro de su padre israel; y vi�ndole se ech� a su cuello y est�vose llorando sobre su cuello. [30] y dijo israel a jos�: �ahora ya puedo morir, despu�s de haber visto tu rostro, pues que t� vives todav�a.� [31] jos� dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: �voy a subir a avisar a fara�n y decirle: "han venido a m� mis hermanos y la casa de mi padre que estaban en cana�n. [32] son pastores de ovejas, pues siempre fueron ganaderos, y, han tra�do ovejas, vacadas y todo lo suyo.� [33] as�, cuando os llame fara�n y os diga. "�cu�l es vuestro oficio?", [34] le decis: "ganaderos hemos sido tus siervos desde la mocedad hasta ahora, lo mismo que nuestros padres." de esta suerte os quedar�is en el pa�s de gosen.� porque los egipcios detestan a todos los pastores de ovejas. genesis cap.47 [1] vino, pues, jos� a dar parte a fara�n, diciendo: �mi padre, mis hermanos, sus ovejas y vacadas y todo lo suyo han venido de cana�n, y ya est�n en el pa�s de gosen.� [2] luego, de entre todos sus hermanos tom� consigo a cinco varones y se los present� a fara�n. [3] dijo fara�n a los hermanos: ��cu�l es vuestro oficio?� respondieron a fara�n: �pastores de ovejas son tus siervos, lo mismo que nuestros padres.� [4] y dijeron a fara�n: �hemos venido a residir en esta tierra, porque no hay pastos para los reba�os que tienen tus siervos, por ser grave el hambre en cana�n. as� pues, deja morar a tus siervos en el pa�s de gosen.� [5] y dijo fara�n a jos�: jacob, y sus hijos vinieron a egipto donde jos�. fara�n, rey de egipto, se enter� y dijo a jos�: �tu padre y tus hermanos han venido a ti. [6] tienes el territorio egipcio por delante: en lo mejor del pa�s instala a tu padre y tus hermanos.� �que residan en el pa�s de gosen. y si te consta que hay entre ellos gente capacitada, ponles por rabadanes de lo m�o.� [7] jos� llev� a su padre jacob y le present� delante de fara�n, y jacob bendijo a fara�n. [8] dijo fara�n a jacob: ��cu�ntos a�os tienes?� [9] respondi� Jacob a fara�n: �los a�os de mis andanzas hacen 130 a�os: pocos y malos han sido los a�os de mi vida, y no han llegado a igualar los a�os de vida de mis padres, en el tiempo de sus andanzas.� [10] bendijo, pues, jacob a fara�n, y sali� de su presencia. [11] jos� instal� a su padre y sus hermanos, asign�ndoles predio en territio egipcio, en lo mejor del pa�s, en el pa�s de rams�s, seg�n lo hab�a mandado fara�n.

[12] y jos� provey� al sustento familiar de su padre y sus hermanos y toda la casa de su padre. [13] no hab�a pan en todo el pa�s, porque el hambre era grav�sima y tanto egipto como cana�n estaban muertos de hambre. [14] entonces jos� se hizo con toda la plata existente en egipto y cana�n a cambio del grano que ellos compraban, y llev� Jos� aquella plata al palacio de fara�n. [15] agotada la plata de egipto y de cana�n, acudi� Egipto en masa a jos� diciendo: �danos pan. �por qu� hemos de morir en tu presencia ahora que se ha agotado la plata?� [16] dijo jos�: �entregad vuestros ganados y os dar� pan por vuestros ganados, ya que se ha agotado la plata.� [17] trajeron sus ganados a jos� y jos� les dio pan a cambio de caballos, ovejas, vacas y burros. y les abasteci� de pan a trueque de todos sus ganados por aquel a�o. [18] cumplido el a�o, acudieron al a�o siguiente y le dijeron: �no disimularemos a nuestro se�or que se ha agotado la plata, y tambi�n los ganados pertenecen ya a nuestro se�or; no nos queda a disposici�n de nuestro se�or nada, salvo nuestros cuerpos y nuestras tierras. [19] �por qu� hemos de morir delante de tus ojos as� nosotros como nuestras tierras? apr�piate de nosotros y de nuestras tierras a cambio de pan, y nosotros con nuestras tierras pasaremos a ser esclavos de fara�n. pero danos simiente para que vivamos y no muramos, y el suelo no quede desolado.� [20] de este modo se apropi� Jos� todo el suelo de egipto para fara�n, pues los egipcios vendieron cada uno su campo porque el hambre les apretaba, y la tierra vino a ser de fara�n. [21] en cuanto al pueblo, lo redujo a servidumbre, de cabo a cabo de las fronteras de egipto. [22] tan s�lo las tierras de los sacerdotes no se las apropi�, porque los sacerdotes tuvieron tal privilegio de fara�n, y comieron de dicho privilegio que les concedi� Fara�n. por lo cual no vendieron sus tierras. [23] dijo entonces jos� al pueblo: �he aqu� que os he adquirido hoy para fara�n a vosotros y vuestras tierras. ah� ten�is simiente: sembrad la tierra, [24] y luego, cuando la cosecha, dar�is el quinto a fara�n y las otras cuatro partes ser�n para vosotros, para siembra del campo, y para alimento vuestro y de vuestros familiares, para alimento de vuestras criaturas.� [25] dijeron ellos: �nos has salvado la vida. hallemos gracia a los ojos de mi se�or, y seremos siervos de fara�n.� [26] y jos� les impuso por norma, vigente hasta la fecha respecto a todo el agro egipcio, dar el quinto a fara�n. tan s�lo el territorio de los sacerdotes no pas� a ser de fara�n. [27] israel residi� en egipto, en el pa�s de gosen; se afincaron en �l y fueron fecundos y se multiplicaron sobremanera. [28] jacob vivi� en egipto diec�siete a�os, siendo los d�as de jacob, los a�os de su vida, 147 a�os. [29] cuando los d�as de israel tocaron a su fin, llam� a su hijo jos� y le dijo: �si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y hazme este favor y lealtad: no me sepultes en egipto. [30] cuando yo me acueste con mis padres, me llevar�s de egipto y me sepultar�s en el sepulcro de ellos.� respondi�: �yo har� seg�n tu palabra.� [31] �j�ramelo�, dijo. y jos� se lo jur�. Entonces israel se inclin� sobre la cabecera de su lecho. genesis cap.48 [1] sucedi� tras esto que se le dijo a jos�: �mira que tu padre est� malo.� entonces �l tom� consigo a sus dos hijos manas�s y efra�m, [2] y se hizo anunciar a jacob: �tu hijo jos� ha venido a verte.� entonces

israel, haciendo un esfuerzo, se sent� en su lecho. [3] dijo jacob a jos�: �el saday se me apareci� en luz, en pa�s cananeo; me bendijo [4] y me dijo: "mira, yo har� que seas fecundo y que te multipliques; har� de ti una asamblea de pueblos, y dar� esta tierra a tu posteridad en propiedad eterna." [5] pues bien, los dos hijos tuyos que te nacieron en egipto antes de venir yo a egipto a reunirme contigo, m�os son: efra�m y manas�s, igual que rub�n y sime�n, ser�n m�os. [6] en cuanto a la prole que has engendrado despu�s de ellos, tuya ser� y con el apellido de sus dem�s hermanos se la citar� en orden a la herencia. [7] cuando yo ven�a de padd�n se me muri� en el camino raquel, tu madre, en el pa�s de los cananeos, a poco trecho para llegar a efrat�, y all� la sepult�, en el camino de efrat�, o sea bel�n.� [8] vio israel a los hijos de jos� y pregunt�: ��qui�nes son �stos?� [9] dijo jos� a su padre: �son mis hijos, los que me ha dado dios aqu�.� y �l dijo: �tr�emelos ac�, que yo les bendiga.� [10] los ojos de jacob se hab�an nublado por la vejez y no pod�a ver. acerc�selos, pues, y �l los bes� y los abraz�. [11] dijo israel a jos�: �yo no sospechaba ver m�s tu rostro, y ahora resulta que dios me ha hecho ver tambi�n a tus hijos.� [12] jos� los sac� de entre las rodillas de su padre, y se postr� ante �l rostro en tierra. [13] jos� los tom� a los dos, a efra�m con la derecha, a la izquierda de israel, y a manas�s con la izquierda, a la derecha de israel, y los acerc� a �ste. [14] israel extendi� su diestra y la puso sobre la cabeza de efra�m, aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de manas�s: es decir que cruz� las manos, puesto que manas�s era el primog�nito; [15] y bendijo a jos� diciendo: �el dios en cuya presencia anduvieron mis padres abraham e isaac, el dios que ha sido mi pastor desde que existo hasta el presente d�a, [16] el angel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos muchachos; sean llamados con mi nombre y con el de mis padres abraham e isaac, y multipl�quense y crezcan en medio de la tierra.� [17] al ver jos� que su padre ten�a la diestra puesta sobre la cabeza de efra�m, le pareci� mal, y asi� la mano de su padre para retirarla de sobre la cabeza de efra�m a la de manas�s. [18] y dijo jos� a su padre: �as� no, padre m�o, que �ste es el primog�nito; pon tu diestra sobre su cabeza. [19] pero rehus� su padre, y dijo: �lo s�, hijo m�o, lo s�; tambi�n �l ser� grande. sin embargo, su hermano ser� m�s grande que �l, y su descendencia se har� una muchedumbre de gentes. [20] y les bendijo aquel d�a, diciendo: �que con vuestro nombre se bendiga en israel, y se diga: �h�gate dios como a efra�m y manas�s!� -y puso a efra�m por delante de manass�s-. [21] dijo entonces israel a jos�: �yo muero; pero dios estar� con vosotros y os devolver� a la tierra de vuestros padres. [22] yo, por mi parte, te doy siquem a ti, mejor�ndote sobre tus hermanos: lo que tom� al amorreo con mi espada y con mi arco.� 49 genesis cap.49 [1] jacob llam� a sus hijos y dijo: �juntaos, y os anunciar� lo que os ha de acontecer en d�as venideros: [2] api�aos y o�d, hijos de jacob, y escuchad a israel, vuestro padre. [3] rub�n, mi primog�nito eres t�, mi vigor y las primicias de mi virilidad , pl�tora de pasi�n y de �mpetu, [4] espumas como el agua: �cuidado, no te desbordes! porque subiste al lecho de tu padre; entonces violaste mi t�lamo al subir.

[5] sime�n y lev�, hermanos; llevaron al colmo la violencia con sus intrigas. [6] �en su concili�bulo no entres, alma m�a; a su asamblea no te unas, coraz�n m�o!, porque estando de malas, mataron hombres, y estando de buenas, desjarretaron toros. [7] �maldita su ira, por ser tan impetuosa, y su c�lera, por ser tan cruel! los dividir� en jacob, y los dispersar� en israel. [8] a ti, jud�, te alabar�n tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; incl�nense a ti los hijos de tu padre. [9] cachorro de le�n es jud�; de la presa, hijo m�o, has vuelto; se recuesta, se echa cual le�n, o cual leona, �qui�n le har� alzar? [10] no se ir� de jud� el b�culo, el bast�n de mando de entre tus piernas. hasta tanto que se le traiga el tributo y a quien rindan homenaje las naciones; [11] el que ata a la vid su borriquillo y a la cepa el pollino de su asna; lava en vino su vestimenta, y en sangre de uvas su sayo; [12] el de los ojos encandilados de vino, el de los dientes blancos de leche. [13] zabul�n habita en la ribera del mar, y es tripulante de barcos, a horcajadas sobre sid�n. [14] isacar es un borrico corpulento echado entre las aguaderas. [15] aunque ve que el reposo es bueno, y que el suelo es agradable, ofrece su lomo a la carga y termina someti�ndose al trabajo. [16] dan juzgar� a su pueblo como cualquiera de las tribus de israel. [17] sea dan una culebra junto al camino, una v�bora junto al sendero, que pica al caballo en los jarretes y cae su jinete de espaldas. [18] en tu salvaci�n espero, yahveh. [19] a gad atracadores le atracan, pero �l atraca su retaguardia. [20] aser tiene ping�e su pan, y da manjares de rey [21] neftal� es una cierva suelta, que da cervatillos hermosos. [22] un reto�o es jos�, reto�o junto a la fuente, cuyo v�stagos trepan sobre el muro. [23] le molestan y acribillan, le asaltan los flecheros; [24] pero es roto su arco violentamente y se aflojan los m�sculos de sus brazos por las manos del fuerte de jacob, por el nombre del pastor, la piedra de israel, [25] por el dios de tu padre, pues �l te ayudar�, el dios sadday, pues �l te bendecir� con bendiciones de los cielos desde arriba, bendiciones del abismo que yace abajo, bendiciones de los pechos y del seno, [26] bendiciones de espigas y de frutos, am�n de las bendiciones de los montes seculares, y el anhelo de los collados eternos. �sean para la cabeza de jos�, y para la frente del consagrado entre sus hermanos! [27] benjam�n, lobo rapaz; de ma�ana devora su presa, y a la tarde reparte el despojo.� [28] todas estas son las tribus de israel, doce en total, y esto es lo que les dijo su padre, bendici�ndoles a cada uno con su bendici�n correspondiente. [29] luego les dio este encargo: �yo voy a reunirme con los m�os. sepultadme junto a mis padres en la cueva que est� en el campo de efr�n el hitita, [30] en la cueva que est� en el campo de la makpel�, enfrente de mambr�, en el pa�s de cana�n, el campo que compr� Abraham a efr�n el hitita, como propiedad sepulcral: [31] all� sepultaron a abraham y a su mujer sara; all� sepultaron a isaac y a su mujer rebeca, y all� sepult� yo a l�a. [32] dicho campo y la cueva que en �l hay fueron adquiridos de los hititas.� [33] y en habiendo acabado jacob de hacer encargos a sus hijos, recogi� sus piernas en el lecho, expir� y se reuni� con los suyos. genesis cap.50 [1] jos� cay� sobre el rostro de su padre, llor� sobre �l y lo bes�. [2] luego encarg� Jos� a sus servidores m�dicos que embalsamaran a su padre, y los m�dicos embalsamaron a israel.

[3] emplearon en ellos cuarenta d�as, porque este es el tiempo que se emplea con los embalsamados. y los egipcios le lloraron durante setenta d�as. [4] transcurridos los d�as de luto por �l, habl� Jos� a la casa de fara�n en estos t�rminos: �si he hallado gracia a vuestros ojos, por favor, haced llegar a o�dos de fara�n esta palabra: [5] mi padre me tom� juramento diciendo: "yo me muero. en el sepulcro que yo me labr� en el pa�s de cana�n, all� me has de sepultar." ahora, pues, perm�teme que suba a sepultar a mi padre, y luego volver�.� [6] dijo fara�n: �sube y sepulta a tu padre como �l te hizo jurar.� [7] subi� Jos� a enterrar a su padre, y con �l subieron todos los servidores de fara�n, los m�s viejos de palacio, y todos los ancianos de egipto, [8] as� como toda la familia de jos�, sus hermanos y la familia de su padre. tan s�lo a sus peque�uelos, sus reba�os y vacadas, dejaron en el pa�s de gosen. [9] subieron con �l adem�s carros y aurigas: un cortejo muy considerable. [10] llegados a goren haatad, que est� allende el jord�n, hicieron all� un duelo muy grande y solemne, y jos� llor� a su padre durante siete d�as. [11] los cananeos, habitantes del pa�s, vieron el duelo en goren haatad y dijeron: �duelo de importancia es �se de los egipcios.� por eso se llam� el lugar abel misr�yim, que est� allende el jord�n. [12] sus hijos, pues, hicieron por �l como �l se lo hab�a mandado; [13] le llevaron sus hijos al pa�s de cana�n, y le sepultaron en la cueva del campo de la makpel�, el campo que hab�a comprado abraham en propiedad sepulcral a efr�n el hitita, enfrente de mambr�. [14] regres� Jos� a egipto con sus hermanos, y todos cuantos hab�an subido con �l a sepultar a su padre. [15] vieron los hermanos de jos� que hab�a muerto su padre y dijeron: �a ver si jos� nos guarda rencor y nos devuelve todo el da�o que le hicimos.� [16] por eso mandaron a jos� este recado: �tu padre encarg� antes de su muerte: [17] "as� dir�is a jos�: por favor, perdona el crimen de tus hermanos y su pecado." cierto que te hicieron da�o, pero ahora t� perdona el crimen de los siervos del dios de tu padre.� y jos� llor� mientras le hablaban. [18] fueron entonces sus hermanos personalmente y cayendo delante de �l dijeron: �henos aqu�, esclavos tuyos somos.� [19] replic�les jos�: �no tem�is, �estoy yo acaso en vez de dios? [20] aunque vosotros pensasteis hacerme da�o, dios lo pens� para bien, para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, a un pueblo numeroso. [21] as� que no tem�is; yo os mantendr� a vosotros y a vuestros peque�uelos.� y les consol� y les habl� con afecto. [22] jos� permaneci� en egipto junto con la familia de su padre, y alcanz� Jos� la edad de 110 a�os. [23] jos� vio a los biznietos de efra�m; asimismo los hijos de makir, hijo de manas�s, nacieron sobre las rodillas de jos�. [24] por �ltimo, jos� dijo a sus hermanos: �yo muero, pero dios se ocupar� sin falta de vosotros y os har� subir de este pa�s al pa�s que jur� a abraham, a isaac y a jacob.� [25] jos� hizo jurar a los hijos de israel, diciendo: �dios os visitar� sin falta, y entonces os llevar�is mis huesos de aqu�.� [26] y jos� muri� a la edad de 110 a�os; le embalsamaron, y se le puso en una caja en egipto. el exodo cap.1 [1] cada [2] [3] [4] [5]

estos son los nombres de los israelitas que entraron con jacob en egipto, uno con su familia: rub�n, sime�n, lev�, jud�, isacar, zabul�n, benjam�n, dan, neftal�, gad y aser. el n�mero de los descendientes de jacob era de setenta personas. jos� estaba

ya en egipto. [6] muri� Jos�, y todos sus hermanos, y toda aquella generaci�n; [7] pero los israelitas fueron fecundos y se multiplicaron; llegaron a ser muy numerosos y fuertes y llenaron el pa�s. [8] se alz� en egipto un nuevo rey, que nada sab�a de jos�; [9] y que dijo a su pueblo: �mirad, los israelitas son un pueblo m�s n�meroso y fuerte que nosotros. [10] tomemos precauciones contra �l para que no siga multiplic�ndose, no sea que en caso de guerra se una tambi�n �l a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y salir del pa�s.� [11] les impusieron pues, capataces para aplastarlos bajo el peso de duros trabajos; y as� edificaron para fara�n las ciudades de dep�sito: pitom y rams�s. [12] pero cuanto m�s les oprim�an, tanto m�s crec�an y se multiplicaban, de modo que los egipcios llegaron a temer a los israelitas. [13] y redujeron a cruel servidumbre a los israelitas, [14] les amargaron la vida con rudos trabajos de arcilla y ladrillos, con toda suerte de labores del campo y toda clase de servidumbre que les impon�an por crueldad. [15] el rey de egipto dio tambi�n orden a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba sifr�, y la otra pu�, [16] dici�ndoles: �cuando asist�is a las hebreas, observad bien las dos piedras: si es ni�o, hacedle morir; si es ni�a dejadla con vida.� [17] pero las parteras tem�an a dios, y no hicieron lo que les hab�a mandado el rey de egipto, sino que dejaban con vida a los ni�os. [18] llam� el rey de egipto a las parteras y les dijo: �� por qu� hab�is hecho esto y dej�is con vida a los ni�os?� [19] respondieron las parteras a fara�n: �es que las hebreas no son como las egipcias. son m�s robustas, y antes que llegue la partera, ya han dado a luz.� [20] y dios favoreci� a las parteras. el pueblo se multiplic� y se hizo muy poderoso. [21] y por haber temido las parteras a dios, les concedi� numerosa prole. [22] entonces fara�n dio a todo su pueblo esta orden: �todo ni�o que nazca lo echar�is al r�o; pero a las ni�as las dejar�is con vida.� el exodo cap.2 [1] un hombre de la casa de lev� fue a tomar por mujer una hija de lev�. [2] concibi� la mujer y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso lo tuvo escondido durante tres meses. [3] pero no pudiendo ocultarlo ya por m�s tiempo, tom� una cestilla de papiro, la calafate� con bet�n y pez, meti� en ella al ni�o, y la puso entre los juncos, a la orilla del r�o. [4] la hermana del ni�o se apost� a lo lejos para ver lo que le pasaba. [5] baj� la hija de fara�n a ba�arse en el r�o y, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla del r�o, divis� la cestilla entre los juncos, y envi� una criada suya para que la cogiera. [6] al abrirla, vio que era un ni�o que lloraba. se compadeci� de �l y exclam�: �es uno de los ni�os hebreos.� [7] entonces dijo la hermana a la hija de fara�n: ��quieres que yo vaya y llame una nodriza de entre las hebreas para que te cr�e este ni�o?� [8] �vete�, le contest� la hija de fara�n. fue, pues, la joven y llam� a la madre del ni�o. [9] y la hija de fara�n le dijo: �toma este ni�o y cr�amelo que yo te pagar�.� tom� la mujer al ni�o y lo cri�. [10] el ni�o creci�, y ella lo llev� entonces a la hija de fara�n, que lo tuvo por hijo, y le llam� Mois�s, diciendo: �de las aguas lo he sacado.� [11] en aquellos d�as, cuando mois�s ya fue mayor, fue a visitar a sus hermanos, y comprob� sus penosos trabajos; vio tambi�n c�mo un egipcio golpeaba a un hebreo,

a uno de sus hermanos. [12] mir� a uno y a otro lado, y no viendo a nadie, mat� al egipcio y lo escondi� en la arena. [13] sali� al d�a siguiente y vio a dos hebreos que re��an. y dijo al culpable: ��por qu� pegas a tu compa�ero?� [14] el respondi�: ��qui�n te ha puesto de jefe y juez sobre nosotros? �acaso est�s pensando en matarme como mataste al egipcio?� mois�s, lleno de temor, se dijo: �la cosa ciertamente se sabe.� [15] supo fara�n lo sucedido y buscaba a mois�s para matarle; pero �l huy� de la presencia de fara�n, y se fue a vivir al pa�s de madi�n. se sent� junto a un pozo. [16] ten�a un sacerdote de madi�n siete hijas, que fueron a sacar agua y llenar los pilones para abrevar las ovejas de su padre. [17] pero vinieron los pastores y las echaron. entonces, levant�ndose mois�s, sali� en su defensa y les abrev� el reba�o. [18] al volver ellas a donde su padre reuel, �ste les dijo: �c�mo es que ven�s hoy tan pronto?� [19] respondieron: �un egipcio nos libr� de las manos de los pastores, y adem�s sac� agua para nosotras y abrev� el reba�o.� [20] pregunt� entonces a sus hijas: ��y d�nde est�? �c�mo as� hab�is dejado a ese hombre? llamadle para que coma.� [21] acept� Mois�s morar con aquel hombre, que dio a mois�s su hija sefor�. [22] esta dio a luz un hijo y llam�le guersom, pues dijo �forastero soy en tierra extra�a.� [23] durante este largo per�odo muri� el rey de egipto; los israelitas, gimiendo bajo la servidumbre, clamaron, y su clamor, que brotaba del fondo de su esclavitud, subi� a dios. [24] oy� Dios sus gemidos, y acord�se dios de su alianza con abraham, isaac y jacob. [25] y mir� Dios a los hijos de israel y conoci�... el exodo cap.3 [1] mois�s era pastor del reba�o de jetr� su suegro, sacerdote de madi�n. una vez llev� las ovejas m�s all� del desierto; y lleg� hasta horeb, la monta�a de dios. [2] el �ngel de yahveh se le apareci� en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consum�a. [3] dijo, pues, mois�s: �voy a acercarme para ver este extra�o caso: por qu� no se consume la zarza.� [4] cuando vio yahveh que mois�s se acercaba para mirar, le llam� de en medio de la zarza, diciendo: ��mois�s, mois�s!� el respondi�: �heme aqu�.� [5] le dijo: �no te acerques aqu�; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que est�s es tierra sagrada.� [6] y a�adi�: �yo soy el dios de tu padre, el dios de abraham, el dios de isaac y el dios de jacob.� mois�s se cubri� el rostro, porque tem�a ver a dios. [7] dijo yahveh: �bien vista tengo la aflicci�n de mi pueblo en egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. [8] he bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al pa�s de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos. [9] as� pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta m� y he visto adem�s la opresi�n con que los egipcios los oprimen. [10] ahora, pues, ve; yo te env�o a fara�n, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de egipto.� [11] dijo mois�s a dios: �qui�n soy yo para ir a fara�n y sacar de egipto a los israelitas?� [12] respondi�: �yo estar� contigo y esta ser� para ti la se�al de que yo te

env�o: cuando hayas sacado al pueblo de egipto dar�is culto a dios en este monte .� [13] contest� Mois�s a dios: �si voy a los israelitas y les digo "el dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros"; cuando me pregunten: "�cu�l es su nombre?", �qu� les responder�?� [14] dijo dios a mois�s: �yo soy el que soy.� y a�adi�: �as� dir�s a los israelitas: "yo soy" me ha enviado a vosotros.� [15] sigui� Dios diciendo a mois�s: �as� dir�s a los israelitas yahveh, el dios de vuestros padres, el dios de abraham, el dios de isaac y el dios de jacob, me ha enviado a vosotros. este es mi nombre para siempre, por �l ser� invocado de generaci�n en generaci�n.� [16] �ve, y re�ne a los ancianos de israel, y diles: "yahveh, el dios de vuestros padres, el dios de abraham, de isaac y de jacob, se me apareci� y me dijo: yo os he visitado y he visto lo que os han hecho en egipto. [17] y he decidido sacaros de la tribulaci�n de egipto al pa�s de los cananeos, los hititas, los amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel." [18] ellos escuchar�n tu voz, y t� ir�s con los ancianos de israel donde el rey de egipto; y le dir�is: "yahveh, el dios de los hebreos, se nos ha aparecido. permite, pues, que vayamos camino de tres d�as al desierto, para ofrecer sacrificios a yahveh, nuestro dios." [19] ya s� que el rey de egipto no os dejar� ir sino forzado por mano poderosa. [20] pero yo extender� mi mano y herir� a egipto con toda suerte de prodigios que obrar� en medio de ellos y despu�s os dejar� salir.� [21] �yo har� que este pueblo halle gracia a los ojos de los egipcios, de modo que cuando part�is, no saldr�is con las manos vac�as, [22] sino que cada mujer pedir� a su vecina y a la que mora en su casa objetos de plata, objetos de oro y vestidos, que pondr�is a vuestros hijos y a vuestras hijas, y as� despojar�is a los egipcios.� el exodo cap.4 [1] respondi� Mois�s y dijo: �no van a creerme, ni escuchar�n mi voz; pues dir�n: "no se te ha aparecido yahveh."� [2] d�jole yahveh: ��qu� tienes en tu mano?� �un cayado�, respondi� �l. [3] yahveh le dijo: �echalo a tierra.� lo ech� a tierra y se convirti� en serpiente; y mois�s huy� de ella. [4] dijo yahveh a mois�s: �extiende tu mano y ag�rrala por la cola.� extendi� la mano, la agarr�, y volvi� a ser cayado en su mano... [5] �para que crean que se te ha aparecido yahveh, el dios de sus padres, el dios de abraham, el dios de isaac y el dios de jacob.� [6] y a�adi� Yahveh: �mete tu mano en el pecho.� meti� �l la mano en su pecho y cuando la volvi� a sacar estaba cubierta de lepra, blanca como la nieve. [7] y le dijo: �vuelve a meter la mano en tu pecho.� la volvi� a meter y, cuando la sac� de nuevo, estaba ya como el resto de su carne. [8] �as� pues, si no te creen ni escuchan la voz por la primera se�al, creer�n por la segunda. [9] y si no creen tampoco por estas dos se�ales y no escuchan tu voz, tomar�s agua del r�o y la derramar�s en el suelo; y el agua que saques del r�o se convertir� en sangre sobre el suelo.� [10] dijo mois�s a yahveh: ��por favor, se�or! yo no he sido nunca hombre de palabra f�cil, ni aun despu�s de haber hablado t� con tu siervo; sino que soy torpe de boca y de lengua.� [11] le respondi� Yahveh: ��qui�n ha dado al hombre la boca? �? qui�n hace al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? �no soy yo, yahveh? [12] as� pues, vete, que yo estar� en tu boca y te ense�ar� lo que debes decir.� [13] el replic�: �por favor, env�a a quien quieras.� [14] entonces se encendi� la ira de yahveh contra mois�s, y le dijo: ��no tienes

a tu hermano aar�n el levita? s� que �l habla bien; he aqu� que justamente ahora sale a tu encuentro, y al verte se alegrar� su coraz�n. [15] tu le hablar�s y pondr�s las palabras en su boca; yo estar� en tu boca y en la suya, y os ense�ar� lo que hab�is de hacer. [16] el hablar� por ti al pueblo, �l ser� tu boca y t� ser�s su dios. [17] toma tambi�n en tu mano este cayado, porque con �l has de hacer las se�ales.� [18] mois�s volvi� y regres� a casa de jetr�, su suegro, y le dijo �con tu permiso, me vuelvo a ver a mis hermanos de egipto para saber si viven todav�a.� dijo jetr� a mois�s: �vete en paz.� [19] yahveh dijo a mois�s en madi�n: �anda, vuelve a egipto ; pues han muerto todos los que buscaban tu muerte.� [20] tom�, pues, mois�s a su mujer y a su hijo y, mont�ndolos sobre un asno, volvi� a la tierra de egipto. tom� tambi�n mois�s el cayado de dios en su mano. [21] y dijo yahveh a mois�s: �cuando vuelvas a egipto, har�s delante de fara�n todos los prodigios que yo he puesto en tu mano; yo, por mi parte, endurecer� su coraz�n, y no dejar� salir al pueblo. [22] y dir�s a fara�n: as� dice yahveh: israel es mi hijo, mi primog�nito. [23] yo te he dicho: "deja ir a mi hijo para que me d� culto," pero como t� no quieres dejarle partir, mira que yo voy a matar a tu hijo, a tu primog�nito.� [24] y sucedi� que en el camino le sali� al encuentro yahveh en el lugar donde pasaba la noche y quiso darle muerte. [25] tom� entonces sefor� un cuchillo de pedernal y, cortando el prepucio de su hijo, toc� los pies de mois�s, diciendo: �t� eres para m� esposo de sangre.� [26] y yahveh le solt�; ella hab�a dicho: �esposo de sangre�, por la circuncisi�n. [27] dijo yahveh a aar�n: �vete al desierto al encuentro de mois�s.� parti�, pues, y le encontr� en el monte de dios y le bes�. [28] mois�s cont� a aaron todas las palabras que yahveh le hab�a encomendado y todas las se�ales que le hab�a mandado hacer. [29] fueron, pues, mois�s y aar�n y reunieron a todos los ancianos de los israelitas. [30] aar�n refiri� todas las palabras que yahveh hab�a dicho a mois�s, el cual hizo las se�ales delante del pueblo. [31] el pueblo crey�, y al o�r que yahveh hab�a visitado a los israelitas y hab�a visto su aflicci�n, se postraron y adoraron. el exodo cap.5 [1] despu�s se presentaron mois�s y aar�n a fara�n y le dijeron �as� dice yahveh, el dios de israel: deja salir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.� [2] respondi� Fara�n: ��qui�n es yahveh para que yo escuche su voz y deje salir a israel? no conozco a yahveh y no dejar� salir a israel.� [3] ellos dijeron: �el dios de los hebreos se nos ha aparecido; permite, pues, que vayamos camino de tres d�as al desierto para ofrecer sacrificios a yahveh, nuestro dios, no sea que nos castigue con peste o espada.� [4] el rey de egipto les replic�: ��por qu� vosotros, mois�s y aar�n, apart�is al pueblo de sus trabajos? idos a vuestra tarea.� [5] y a�adi� Fara�n: �ahora que el pueblo de esa regi�n es numeroso �quer�is interrumpir sus trabajos?� [6] aquel mismo d�a dio fara�n esta orden a los capataces del pueblo y a los escribas: [7] �ya no dar�is como antes paja al pueblo para hacer ladrillos; que vayan ellos mismos a busc�rsela. [8] pero que hagan la misma cantidad de ladrillos que hac�an antes, sin rebajarla; pues son unos perezosos. y por eso claman diciendo: vamos a ofrecer sacrificios a nuestro dios.

[9] que se aumente el trabajo de estos hombres para que est�n ocupados en �l y no den o�dos a palabras mentirosas. [10] salieron los capataces del pueblo diciendo: �esto dice fara�n: no os dar� ya m�s paja; [11] id vosotros mismos a busc�rosla donde la pod�is hallar. pero vuestra tarea no se disminuir� en nada.� [12] esparci�se, pues, el pueblo por el pa�s de egipto en busca de rastrojo para emplearlo como paja. [13] los capataces por su lado los apremiaban, diciendo: �terminad la tarea que os ha sido fijada para cada d�a, como cuando hab�a paja.� [14] a los escribas de los israelitas, que los capataces de fara�n hab�an puesto al frente de aqu�llos, se les castig�, dici�ndoles: ��por qu� no hab�is hecho, ni ayer ni hoy, la misma cantidad de ladrillos que antes?� [15] los escribas de los israelitas fueron a quejarse a fara�n, diciendo: ��por qu� tratas as� a tus siervos? [16] no se da paja a tus siervos y sin embargo nos dicen: "haced ladrillos." y he aqu� que tus siervos son castigados...� [17] el respondi�: �haraganes sois, grandes haraganes; por eso dec�s: "vamos a ofrecer sacrificios a yahveh." [18] pues, id a trabajar; no se os dar� paja, y hab�is de entregar la cantidad de ladrillos se�alada.� [19] los escribas de los israelitas se vieron en grande aprieto, pues les ordenaron: �no disminuir�is vuestra producci�n diaria de ladrillos.� [20] encontr�ronse, pues, con mois�s y aar�n, que les estaban esperando a la salida de su entrevista con fara�n, [21] y les dijeron: que yahveh os examine y que �l os juzgue por habernos hecho odiosos a fara�n y a sus siervos y haber puesto la espada en sus manos para matarnos.� [22] volvi�se entonces mois�s a yahveh y dijo: �se�or, �por qu� maltratas a este pueblo? �por qu� me has enviado? [23] pues desde que fui a fara�n para hablarle en tu nombre est� maltratando a este pueblo, y t� no haces nada por librarle.� el exodo cap.6 [1] respondi� Yahveh a mois�s: �ahora ver�s lo que voy a hacer con fara�n; porque bajo fuerte mano tendr� que dejarles partir y bajo fuerte mano �l mismo los expulsar� de su territorio.� [2] habl� Dios a mois�s y le dijo: �yo soy yahveh. [3] me aparec� a abraham, a isaac y a jacob como el sadday; pero mi nombre de yahveh no se lo di a conocer. [4] tambi�n con ellos establec� mi alianza, para darles la tierra de cana�n, la tierra en que peregrinaron y en la que moraron como forasteros. [5] y ahora, al o�r el gemido de los israelitas, reducidos a esclavitud por los egipcios, he recordado mi alianza. [6] por tanto, di a los hijos de israel: yo soy yahveh; yo os libertar� de los duros trabajos de los egipcios, os librar� de su esclavitud y os salvar� con brazo tenso y castigos grandes. [7] yo os har� mi pueblo, y ser� vuestro dios; y sabr�is que yo soy yahveh, vuestro dios, que os sacar� de la esclavitud de egipto. [8] yo os introducir� en la tierra que he jurado dar a abraham, a isaac y a jacob, y os la dar� en herencia. yo, yahveh.� [9] mois�s dijo esto a los israelitas; pero ellos no escucharon a mois�s, consumidos por la dura servidumbre. [10] entonces yahveh habl� a mois�s diciendo: [11] �ve a hablar con fara�n, rey de egipto, para que deje salir a los israelitas fuera de su territorio.� [12] respondi� Mois�s ante yahveh: �si los israelitas no escuchan �c�mo me va a

escuchar fara�n, a m� que soy torpe de palabra?� [13] pero yahveh habl� a mois�s y a aar�n, y les dio �rdenes para los israelitas y para fara�n, rey de egipto, a fin de sacar del pa�s de egipto a los israelitas. [14] estos son los jefes de sus casas paternas: hijos de rub�n, primog�nito de israel: henoc, pall�, Jesr�n y karm�, �stas son las familias de rub�n. [15] hijos de sime�n: yemuel, yam�n, ohad, yak�n, s�jar y sa�l, hijo de la cananea; �stas son las familias de sime�n. [16] y �stos son los nombres de los hijos de lev� por sus linajes guerson, quehat, merar�. los a�os de la vida de lev� fueron 137. [17] hijos de guerson: libn� y simei seg�n sus familias. [18] hijos de quehat: amram, yishar, hebr�n y uzziel. los a�os de la vida de quehat fueron 133 a�os. [19] hijos de merar�: majl� y mus�. estas son las familias de los levitas, por sus linajes. [20] amram tom� por mujer a yok�bed, su t�a, de la cual nacieron aar�n y mois�s. y los a�os de la vida de amram fueron 137. [21] hijos de yishar: cor�, n�feg y zikr�. [22] hijos de uzziel: missael, elsaf�n y sitr�. [23] aar�n tom� por mujer a isabel, hija de amminadab, hermana de najs�n; de la cual le nacieron nadab, abih�, Eleazar e itamar. [24] hijos de cor�: assir, elcan� y abiasaf. estas son la familias de los core�tas. [25] eleazar, hijo de aar�n, tom� por mujer a una de las hijas de putiel y de ella naci� Pinj�s. estos son los jefes de las casas paternas de los levitas, seg�n sus familias. [26] estos son, pues, aquel aar�n y aquel mois�s a quienes dijo yahveh: �sacad a los israelitas de la tierra de egipto en orden de campa�a.� [27] estos son los que hablaron a fara�n, rey de egipto, para sacar de egipto a los israelitas. estos son mois�s y aar�n. [28] el d�a en que yahveh habl� a mois�s en el pa�s de egipto, [29] le dijo: �yo soy yahveh; di a fara�n, rey de egipto, cuanto yo te diga.� [30] mois�s respondi� ante yahveh: �siendo yo torpe de palabra, �c�mo me va a escuchar fara�n?� el exodo cap.7 [1] dijo yahveh a mois�s: �mira que te he constituido como dios para fara�n y aar�n, tu hermano, ser� tu profeta; [2] t� le dir�s cuanto yo te mande; y aar�n, tu hermano, se lo dir� a fara�n, para que deje salir de su pa�s a los israelitas. [3] yo, por mi parte, endurecer� el coraz�n de fara�n, y multiplicar� mis se�ales y mis prodigios en el pa�s de egipto. [4] fara�n no os escuchar�, pero yo pondr� mi mano sobre egipto y sacar� de la tierra de egipto a mi ej�rcito, mi pueblo, los israelitas, a fuerza de duros castigos. [5] y los egipcios reconocer�n que yo soy yahveh, cuando extienda mi mano sobre egipto y saque de en medio de ellos a los hijos de israel.� [6] mois�s y aar�n hicieron lo que les mand� Yahveh. [7] ten�a mois�s ochenta a�os, y aar�n 83 cuando hablaron a fara�n. [8] habl� Yahveh a mois�s y aar�n, y dijo: [9] �cuando fara�n os diga: haced alg�n prodigio, dir�s a aar�n "toma tu cayado y �chalo delante de fara�n, y que se convierta en serpiente."� [10] present�ronse, pues, mois�s y aar�n a fara�n, e hicieron lo que yahveh hab�a ordenado: aar�n ech� su cayado delante de fara�n y de sus servidores, y se convirti� en serpiente. [11] tambi�n fara�n llam� a los sabios y a los hechiceros, y tambi�n ellos, los sabios egipcios, hicieron con sus encantamientos las mismas cosas. [12] ech� cada cual su vara, y se trocaron en serpientes; pero el cayado de aar�n

devor� sus varas. [13] sin embargo el coraz�n de fara�n se endureci�, y no les escuch�, conforme hab�a predicho yahveh. [14] entonces dijo yahveh a mois�s: �el coraz�n de fara�n es obstinado; se niega a dejar salir al pueblo. [15] pres�ntate a fara�n por la ma�ana, cuando vaya a la ribera. le saldr�s al encuentro a la orilla del r�o, llevando en tu mano el cayado que se convirti� en serpiente. [16] y le dir�s: yahveh, el dios de los hebreos, me ha enviado a ti para decirte: "deja partir a mi pueblo, para que me den culto en el desierto"; pero hasta el presente no has escuchado. [17] as� dice yahveh: en esto conoceras que yo soy yahveh: mira que voy a golpear con el cayado que tengo en la mano las aguas del r�o, y se convertir�n en sangre. [18] los peces del r�o morir�n, y el r�o quedar� apestado de modo que los egipcios no podr�n ya beber agua del r�o.� [19] yahveh dijo a mois�s: �di a aar�n: toma tu cayado, y extiende tu mano sobre las aguas de egipto, sobre sus canales, sobre sus r�os, sobre sus lagunas y sobre todos sus dep�sitos de agua. se convertir�n en sangre; y habr� sangre en toda la tierra de egipto, hasta en los �rboles y la piedras.� [20] mois�s y aar�n hicieron lo que yahveh les hab�a mandado: alz� el cayado y golpe� las aguas que hay en el ri� en presencia de fara�n y de sus servidores, y todas las aguas del ri� se convirtieron en sangre. [21] los peces del r�o murieron, el r�o qued� apestado de modo que los egipcios nos pudieron beber el agua del r�o; hubo sangre en todo el pa�s de egipto. [22] pero lo mismo hicieron con sus encantamientos los magos de egipto; y el coraz�n de fara�n se endureci� y no les escuch�, como hab�a dicho yahveh. [23] se volvi� Fara�n y entr� en su casa sin hacer caso de ello. [24] y todos los egipcios tuvieron que cavar en los alrededores del r�o en busca de agua potable, porque no pod�an beber las aguas del r�o. [25] pasaron siete d�as desde que yahveh hiri� el r�o. [26] y dijo yahveh a mois�s: �pres�ntate a fara�n y dile: as� dice yahveh: "deja salir a mi pueblo para que me d� culto." [27] si te niegas a dejarle partir infestar� de ranas todo tu pa�s. [28] el r�o bullir� de ranas, que subir�n y entrar�n en tu casa, en tu dormitorio y en tu lecho, en las casas de tus servidores y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. [29] subir�n la ranas sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre tus siervos.� el exodo cap.8 [1] dijo yahveh a mois�s: �di a aar�n: extiende tu mano con tu cayado sobre los canales, sobre los r�os y sobre las lagunas, y haz que suban las ranas sobre la tierra de egipto.� [2] aar�n extendi� su mano sobre las aguas de egipto; subieron la ranas y cubrieron la tierra de egipto. [3] pero los magos hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron subir las ranas sobre la tierra de egipto. [4] fara�n llam� a mois�s y a aar�n y dijo: �pedid a yahveh que aparte las ranas de m� y de mi pueblo, y yo dejar� salir al pueblo para que ofrezca sacrificios a yahveh.� [5] respondi� Mois�s a fara�n: �d�gnate indicarme cu�ndo he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que se alejen las ranas de ti y de tus casas, y queden solamente en el r�o.� [6] �ma�ana�, contest� el. replic� Mois�s: �ser� conforme a tu palabra, para que sepas que no hay como yahveh, nuestro dios. [7] las ranas se apartar�n de ti, de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y quedar�n s�lo en el r�o.� [8] salieron mois�s y aar�n de la presencia de fara�n, invoc� Mois�s a yahveh

acerca de las ranas que aflig�an a fara�n, [9] y yahveh hizo lo que mois�s ped�a: murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos. [10] las juntaron en montones y el pa�s apestaba. [11] pero fara�n viendo que ten�a este respiro, endureci� su coraz�n, y no les escuch� como hab�a predicho yahveh. [12] dijo yahveh a mois�s: �di a aar�n: extiende tu cayado y golpea el polvo de la tierra que se convertir� en mosquitos sobre todo el pa�s de egipto.� [13] as� lo hicieron: aar�n extendi� su mano con el cayado y golpe� el polvo de la tierra; y hubo mosquitos sobre los hombres y sobre los ganados. todo el polvo de la tierra se convirti� en mosquitos sobre todo el pa�s de egipto. [14] los magos intentaron con sus encantamientos hacer salir mosquitos, pero no pudieron. hubo, pues, mosquitos sobre hombres y ganados. [15] dijeron los magos a fara�n: ��es el dedo de dios!� pero el coraz�n de fara�n se endureci�, y no les escuch�, como hab�a dicho yahveh. [16] yahveh dijo a mois�s: �lev�ntate muy de ma�ana, pres�ntate a fara�n cuando vaya a la ribera, y dile: as� dice yahveh: "deja salir a mi pueblo, para que me d� culto." [17] si no dejas salir a mi pueblo, mira que voy a enviar t�banos contra ti, contra tus siervos, tu pueblo y tus casas, de manera que las casas de los egipcios y hasta el suelo sobre el cual est�n se llenar�n de t�banos. [18] pero exceptuar� ese d�a la regi�n de gosen, donde est� mi pueblo, para que no haya all� t�banos, a fin de que sepas que yo soy yahveh en medio de la tierra; [19] har� distinci�n entre mi pueblo y el tuyo. este prodigio suceder� ma�ana.� [20] as� lo hizo yahveh, y un enorme enjambre de t�banos vino sobre la casa de fara�n y la casas de sus siervos; y toda la tierra de egipto; la tierra fue devastada por los t�banos. [21] entonces llam� Fara�n a mois�s y a aar�n y les dijo: �id y ofreced sacrificios a vuestro dios en este pa�s.� [22] mois�s respondi�: �no conviene que se haga as�, porque el sacrificio que ofrecemos a yahveh, nuestro dios, es abominaci�n para los egipcios. �no nos apedrear�an los egipcios si ofreci�ramos ante sus ojos un sacrificio que para ellos es abominable? [23] iremos tres jornadas de camino por el desierto, y all� ofreceremos sacrificios a yahveh, nuestro dios, seg�n �l nos ordena.� [24] contest� Fara�n: �os dejar� ir, para que ofrezc�is en el desierto sacrificios a yahveh, vuestro dios, con tal que no vay�is demasiado lejos. rogad por m�.� [25] mois�s respondi�: �en cuanto salga rogar� a yahveh, y ma�ana los t�banos se alejar�n de fara�n, de sus siervos y de su pueblo; pero que no nos siga enga�ando fara�n, impidiendo que el pueblo vaya a ofrecer sacrificios a yahveh.� [26] sali�, pues, mois�s de la presencia de fara�n, y rog� a yahveh. [27] hizo yahveh lo que mois�s ped�a, y alej� los t�banos del fara�n, de sus siervos y de su pueblo, sin quedar ni uno. [28] pero tambi�n esta vez endureci� Fara�n su coraz�n y no dej� salir al pueblo. el exodo cap.9 [1] yahveh dijo a mois�s: �pres�ntate a fara�n y dile: as� dice yahveh, el dios de los hebreos: "deja salir a mi pueblo para que me den culto." [2] si te niegas a dejarles salir y los sigues reteniendo, [3] mira que la mano de yahveh caer� sobre tus ganados del campo, sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre la vacadas y sobre las ovejas; habr� una grand�sima peste. [4] pero yahveh har� distinci�n entre el ganado de israel y el ganado de los egipcios, de modo que nada perecer� de lo perteneciente a israel.� [5] y yahveh fij� el plazo, diciendo: �ma�ana har� esto yahveh en el pa�s.� [6] al d�a siguiente cumpli� Yahveh su palabra y muri� todo el ganado de los

egipcios; mas del ganado de los israelitas no muri� ni una sola cabeza. [7] fara�n mand� hacer averiguaciones, y se vio que del ganado de israel no hab�a muerto ni un solo animal. sin embargo, se endureci� el coraz�n de fara�n y no dej� salir al pueblo. [8] dijo yahveh a mois�s y a aar�n: �tomad dos grandes pu�ados de holl�n de horno, y que mois�s lo lance hacia el cielo, en presencia de fara�n; [9] se convertir� en polvo fino sobre todo el territorio de egipto, y formar� erupciones pustulosas, en hombres y ganados, por toda la tierra de egipto.� [10] tomaron, pues, holl�n de horno y present�ndose ante fara�n, lo lanz� Mois�s hacia el cielo, y hubo erupciones pustulosas en hombres y ganados. [11] ni los magos pudieron permanecer delante de mois�s a causa de las erupciones; pues los magos ten�an las mismas erupciones que todos los egipcios. [12] pero yahveh endureci� el coraz�n de fara�n, que nos les escuch�, seg�n Yahveh hab�a dicho a mois�s. [13] dijo yahveh a mois�s: �lev�ntate de ma�ana, pres�ntate a fara�n y dile: as� dice yahveh, el dios de los hebreos: "deja salir a mi pueblo para que me den culto." [14] porque esta vez voy a enviar todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo para que sepas que no hay como yo en toda la tierra. [15] si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con peste, ya habr�as desaparecido de la tierra; [16] pero te he dejado con vida, para hacerte ver mi poder, y para que sea celebrado mi nombre sobre toda la tierra. [17] t� te opones todav�a a mi pueblo, para no dejarle salir. [18] pues mira que ma�ana, a esta hora, har� llover una granizada tan fuerte, como no hubo otra en egipto desde el d�a en que fue fundado hasta el presente. [19] ahora, pues, manda poner a salvo tu ganado y cuanto tienes en del campo; porque el granizo descargar� sobre todos los hombres y animales que se hallan en el campo, y cuantos no se hayan recogido bajo techumbre perecer�n.� [20] aqu�llos de los siervos de fara�n que temieron la palabra de yahveh pusieron al abrigo a sus siervos y su ganado; [21] mas los que no hicieron caso de la palabra de yahveh, dejaron en el campo a sus siervos y su ganado. [22] dijo yahveh a mois�s: �extiende tu mano hacia el cielo, y que caiga granizo en toda la tierra de egipto, sobre los hombres, sobre los ganados y sobre todas las hierbas del campo que hay en la tierra de egipto.� [23] extendi� Mois�s su cayado hacia el cielo, y yahveh envi� truenos y granizo; cayeron rayos sobre la tierra, y yahveh hizo llover granizo sobre el pa�s de egipto. [24] el granizo y los rayos mezclados con el granizo cayeron con fuerza tan extraordinaria que nunca hubo semejante en toda la tierra de egipto desde que comenz� a ser naci�n. [25] el granizo hiri� cuanto hab�a en el campo en todo el pa�s de egipto, desde los hombres hasta los ganados. el granizo machac� tambi�n toda la hierba del campo, y quebr� todos los �rboles del campo. [26] tan s�lo en la regi�n de gosen, donde habitaban los israelitas, no hubo granizo. [27] fara�n hizo llamar a mois�s y a aar�n y les dijo: �ahora s�, he pecado; yahveh es el justo, y yo y mi pueblo somos inicuos. [28] rogad a yahveh que cesen ya los truenos y el granizo; y os dejar� salir. no tendr�is que quedaros m�s tiempo aqu�.� [29] mois�s le respondi�: �cuando salga de la ciudad extender� mis manos hacia yahveh, cesar�n los truenos, y no habr� m�s granizo, para que sepas que la tierra es de yahveh. [30] pero bien s� que ni t� ni tus siervos tem�is todav�a a yahveh, dios.� [31] fueron destrozados el lino y la cebada, pues la cebada estaba ya en espiga, y el lino en flor. [32] el trigo y la espelta no fueron destrozados por ser tard�os.

[33] dejando a fara�n, sali� Mois�s de la ciudad, extendi� las manos hacia yahveh, y cesaron los truenos y granizos, y no cay� m�s lluvia sobre la tierra. [34] cuando fara�n vio que hab�a cesado la lluvia, el granizo y los truenos, volvi� a pecar, endureciendo su coraz�n, tanto �l como sus siervos. [35] endureci�se, pues, el coraz�n de fara�n y no dej� salir a los israelitas como yahveh hab�a dicho por boca de mois�s. el exodo cap.10 [1] dijo yahveh a mois�s: �ve a fara�n, porque he endurecido su coraz�n y el coraz�n de sus siervos, para obrar estas se�ales m�as en medio de ellos; [2] y para que puedas contar a tu hijo, y al hijo de tu hijo, c�mo me divert� con egipto y las se�ales que realic� entre ellos, y sep�is que yo soy yahveh.� [3] fueron, pues, mois�s y aar�n donde fara�n y le dijeron: �as� dice yahveh, el dios de los hebreos: �hasta cu�ndo te resistir�s a humillarte ante m�? deja salir a mi pueblo para que me d� culto. [4] si te niegas a dejar salir a mi pueblo, mira que ma�ana traer� langostas sobre tu territorio; [5] y cubrir�n la superficie del pa�s, de suerte que ni podr� verse el suelo. devorar�n lo que os qued� de la granizada, y comer�n todos los �rboles que os crecen en el campo. [6] llenar�n tus casas, las casas de todos los egipcios, como nunca vieron tus padres, ni los padres de tus padres, desde el d�a en que existieron sobre la tierra hasta el d�a de hoy.� y retir�ndose sali� de la presencia de fara�n. [7] dijeron entonces a fara�n sus siervos: ��hasta cu�ndo ha de ser este hombre causa de nuestra ruina? deja salir a esa gente y que den culto a yahveh, su dios. �te dar�s cuenta a tiempo de que egipto se pierde?� [8] hicieron, pues, volver a mois�s y a aar�n a la presencia de fara�n; el cual les dijo: �id a dar culto a yahveh, vuestro dios. �qui�nes van a ir?� [9] respondi� Mois�s: �saldremos con nuestros ni�os y nuestros ancianos, con nuestros hijos y nuestras hijas, con nuestras ovejas y nuestras vacadas; porque es nuestra fiesta de yahveh.� [10] contest�les: ��as� est� Yahveh con vosotros como voy a dejaros salir a vosotros con vuestros peque�os! ved c�mo a la vista est�n vuestras malas intenciones. [11] no ser� as�; salid si quer�is los varones solos y dad culto a yahveh, pues eso es lo que buscabais.� y fueron echados de la presencia de fara�n. [12] yahveh dijo a mois�s: �extiende tu mano sobre la tierra de egipto para que venga la langosta; que suba sobre el pa�s de egipto y coma toda la hierba del pa�s, todo lo que dej� el granizo.� [13] mois�s extendi� su cayado sobre la tierra de egipto; y yahveh hizo soplar el solano sobre el pa�s todo aquel d�a y toda la noche. y cuando amaneci�, el solano hab�a tra�do la langosta. [14] la langosta invadi� todo el pa�s de egipto, y se pos� en todo el territorio egipcio, en cantidad tan grande como nunca hab�a habido antes tal plaga de langosta ni la habr�a despu�s. [15] cubrieron toda la superficie del pa�s hasta oscurecer la tierra; devoraron toda la hierba del pa�s y todos los frutos de los �rboles que el granizo hab�a dejado; no qued� nada verde ni en los �rboles ni en las hierbas del campo en toda la tierra de egipto. [16] entonces fara�n llam� a toda prisa a mois�s y a aaron, y dijo �he pecado contra yahveh, vuestro dios, y contra vosotros. [17] ahora, pues, perdonad por favor mi pecado, siquiera por esta vez; rogad a yahveh, vuestro dios, que aparte de m� al menos esta mortandad.� [18] sali� Mois�s de la presencia de fara�n y rog� a yahveh. [19] yahveh hizo que soplara con gran violencia un viento del mar que se llev� la langosta y la ech� al mar de suf. no qued� ni una langosta en todo el territorio de egipto.

[20] pero yahveh endureci� el coraz�n de fara�n, que no dej� salir a los israelitas. [21] yahveh dijo a mois�s: �extiende tu mano hacia el cielo, y haya sobre la tierra de egipto tinieblas que puedan palparse.� [22] extendi�, pues, mois�s su mano hacia el cielo, y hubo por tres d�as densas tinieblas en todo el pa�s de egipto. [23] no se ve�an unos a otros, y nadie se levant� de su sitio por espacio de tres d�as, mientras que todos los israelitas ten�an luz en sus moradas. [24] llam� Fara�n a mois�s y dijo: �id y dad culto a yahveh; que se queden solamente vuestras ovejas y vuestras vacadas. tambi�n vuestros peque�os podr�n ir con vosotros.� [25] respondi� Mois�s: �nos tienes que conceder tambi�n sacrificios y holocaustos, para que los ofrendemos a yahveh, nuestro dios. [26] tambi�n nuestro ganado ha de venir con nosotros. no quedar� ni una pezu�a; porque de ellos hemos de tomar para dar culto a yahveh, nuestro dios. y no sabemos todav�a qu� hemos de ofrecer a yahveh hasta que lleguemos all�.� [27] yahveh endureci� el coraz�n de fara�n, que no quiso dejarles salir. [28] y dijo fara�n a mois�s: ��ret�rate de mi presencia! �gu�rdate de volver a ver mi rostro, pues el d�a en que veas mi rostro, morir�s!� [29] respondi� Mois�s: �t� lo has dicho: no volver� a ver tu rostro.� el exodo cap.11 [1] dijo yahveh a mois�s: �todav�a traer� una plaga m�s sobre fara�n y sobre egipto; tras de lo cual os dejar� marchar de aqu� y cuando, por fin, os deje salir del pa�s, �l mismo os expulsar� de aqu�. [2] habla, pues, al pueblo y que cada hombre pida a su vecino, y cada mujer a su vecina, objetos de plata y objetos de oro.� [3] yahveh hizo que el pueblo se ganase el favor de los egipcios. adem�s, mois�s era un gran personaje en la tierra de egipto, tanto a los ojos de los servidores de fara�n como a los ojos del pueblo. [4] mois�s dijo: �as� dice yahveh: hacia media noche pasar� yo a trav�s de egipto; [5] y morir� en el pa�s de egipto todo primog�nito, desde el primog�nito de fara�n que se sienta en su trono hasta el primog�nito de la esclava encargada de moler, as� como todo primer nacido del ganado. [6] y se elevar� en todo el pa�s de egipto un alarido tan grande como nunca lo hubo, ni lo habr�. [7] pero entre los israelitas ni siquiera un perro ladrar� ni contra hombre ni contra bestia; para que sep�is c�mo yahveh hace distinci�n entre egipto e israel. [8] entonces vendr�n a m� todos estos siervos tuyos y se postrar�n delante de m�, diciendo: sal, t� y todo el pueblo que te sigue. y entonces, saldr�.� y, ardiendo en c�lera, sali� de la presencia de fara�n. [9] y dijo yahveh a mois�s: �no os escuchar� Fara�n, para que as� pueda yo multiplicar mis prodigios en la tierra de egipto.� [10] mois�s y aar�n obraron todos estos prodigios ante fara�n; pero yahveh endureci� el coraz�n de fara�n, que no dej� salir de su pa�s a los israelitas. el exodo cap.12 [1] dijo yahveh a mois�s y aar�n en el pa�s de egipto: [2] �este mes ser� para vosatros el comienzo de los meses; ser� el primero de los meses del a�o. [3] hablad a toda la comunidad de israel y decid: el d�a diez de este mes tomar� cada uno para s� una res de ganado menor por familia, una res de ganado menor por casa. [4] y si la familia fuese demasiado reducida para una res de ganado menor, traer� al vecino m�s cercano a su casa, seg�n el n�mero de personas y conforme a lo que

cada cual pueda comer. [5] el animal ser� sin defecto, macho, de un a�o. lo escoger�is entre los corderos o los cabritos. [6] lo guardar�is hasta el d�a catorce de este mes; y toda la asamblea de la comunidad de los israelitas lo inmolar� entre dos luces. [7] luego tomar�n la sangre y untar�n las dos jambas y el dintel de las casas donde lo coman. [8] en aquella misma noche comer�n la carne. la comer�n asada al fuego, con �zimos y con hierbas amargas. [9] nada de �l comer�is crudo ni cocido, sino asado, con su cabeza, sus patas y sus entra�as. [10] y no dejar�is nada de �l para la ma�ana; lo que sobre al amanecer lo quemar�is. [11] as� lo hab�is de comer: ce�idas vuestras cinturas, calzados vuestros pies, y el bast�n en vuestra mano; y lo comer�is de prisa. es pascua de yahveh. [12] yo pasar� esta noche por la tierra de egipto y herir� a todos los primog�nitos del pa�s de egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomar� justicia de todos los dioses de egipto. yo, yahveh. [13] la sangre ser� vuestra se�al en las casas donde mor�is. cuando yo vea la sangre pasar� de largo ante vosotros, y no habr� entre vosotros plaga exterminadora cuando yo hiera el pa�s de egipto. [14] este ser� un d�a memorable para vosotros, y lo celebrar�is como fiesta en honor de yahveh de generaci�n en generaci�n. decretar�is que sea fiesta para siempre�. [15] �durante siete d�as comer�is �zimos; ya desde el primer d�a quitar�is de vuestras casas la levadura. todo el que desde el d�a primero hasta el d�a s�ptimo coma pan fermentado, ese tal ser� exterminado de en medio de israel. [16] el primer d�a tendr�is reuni�n sagrada; tambi�n el d�a s�ptimo os reunir�is en reuni�n sagrada. ning�n trabajo se har� en esos d�as, salvo la comida para cada uno. esto es lo �nico que podr�is hacer. [17] guardad la fiesta de los azimos, porque en ese mismo d�a saqu� yo vuestros ej�rcitos de la tierra de egipto. guardad este d�a de generaci�n en generaci�n como decreto perpetuo. [18] comer�is �zimos en el mes primero, desde la tarde del d�a catorce del mes hasta la tarde del d�a veintiuno. [19] no habr� levadura en vuestras casas por espacio de siete d�as; todo aquel que coma algo fermentado, sea forastero o natural del pa�s, ser� exterminado de la comunidad de israel. [20] no comer�is nada fermentado; en todo lugar donde habit�is, comer�is �zimos.� [21] llam� Mois�s a todos los ancianos de israel y les dijo: �id en busca de reses menores para vuestras familias e inmolad la pascua. [22] tomar�is un manojo de hisopo, lo mojar�is en la sangre que est� en la vasija y untar�is el dintel y las dos jambas con la sangre de la vasija; y ninguno de vosotros saldr� de la puerta de su casa hasta la ma�ana. [23] yahveh pasar� y herir� a los egipcios, pero al ver la sangre en el dintel y en las dos jambas, yahveh pasar� de largo por aquella puerta y no permitir� que el exterminador entre en vuestras casas para herir. [24] guardad este mandato como decreto perpetuo para vosotros y vuestros hijos. [25] tambi�n guardar�is este rito cuando entr�is en la tierra que os dar� Yahveh, seg�n su promesa. [26] y cuando os pregunten vuestros hijos: "�qu� significa para vosotros este rito?", [27] responder�is: "este es el sacrificio de la pascua de yahveh, que pas� de largo por las casas de los israelitas en egipto cuando hiri� a los egipcios y salv� nuestras casas."� entonces el pueblo se postr� para adorar. [28] fueron los israelitas e hicieron lo que hab�a mandado yahveh a mois�s y a aar�n; as� lo hicieron. [29] y sucedi� que, a media noche, yahveh hiri� en el pa�s de egipto a todos los

primog�nitos, desde el primog�nito de fara�n, que se sienta sobre su trono, hasta el primog�nito del preso en la c�rcel, y a todo primer nacido del ganado. [30] levant�se fara�n aquella noche, con todos sus servidores y todos los egipcios; y hubo grande alarido en egipto, porque no hab�a casa donde no hubiese un muerto. [31] llam� Fara�n a mois�s y a aar�n, durante la noche, y les dijo �levantaos y salid de en medio de mi pueblo, vosotros y los israelitas, e id a dar culto a yahveh, como hab�is dicho. [32] tomad tambi�n vuestros reba�os y vuestras vacadas, como dijisteis. marchaos y bendecidme tambi�n a m�.� [33] los egipcios por su parte instaban al pueblo para acelerar su salida del pa�s, pues dec�an. �vamos a morir todos.� [34] tom�, pues, el pueblo la masa, antes que fermentara y, envolviendo en los mantos las artesas de la harina, se las cargaron a hombros. [35] los israelitas hicieron lo que les dijo mois�s y pidieron a los egipcios objetos de plata, objetos de oro y vestidos. [36] yahveh hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios, los cuales se los prestaron. as� despojaron a los egipcios. [37] los israelitas partieron de rams�s hacia sukkot, unos 600.000 hombres de a pie, sin contar los ni�os. [38] sali� tambi�n con ellos una muchedumbre abigarrada y grandes reba�os de ovejas y vacas. [39] de la masa que hab�an sacado de egipto cocieron tortas �zimas, porque no hab�a fermentado todav�a; pues al ser echados de egipto no pudieron tomar v�veres ni provisiones para el camino. [40] los israelitas estuvieron en egipto 430 a�os. [41] el mismo d�a que se cumpl�an los 430 a�os, salieron de la tierra de egipto todos los ej�rcitos de yahveh. [42] noche de guardia fue �sta para yahveh, para sacarlos de la tierra de egipto. esta misma noche ser� la noche de guardia en honor de yahveh para todos los israelitas, por todas sus generaciones. [43] dijo yahveh a mois�s y a aar�n: �estas son las normas sobre la pascua: no comer� de ella ning�n extranjero. [44] todo siervo, comprado por dinero, a quien hayas circuncidado, podr� comerla. [45] pero el residente y el jornalero no la comer�n. [46] se ha de comer dentro de casa; no sacar�is fuera de casa nada de carne, ni le quebrar�is ning�n hueso. [47] toda la comunidad de israel la celebrar�. [48] si un forastero que habita contigo quiere celebrar la pascua de yahveh, que se circunciden todos sus varones, y entonces podr� acercarse para celebrarla, pues ser� como los nativos; pero ning�n incircunciso podr� comerla. [49] una misma ley habr� para el nativo y para el forastero que habita en medio de vosotros.� ex: [50] as� lo hicieron todos los israelitas. tal como hab�a mandado yahveh a mois�s y a aar�n, as� lo hicieron. [51] y en aquel mismo d�a sac� Yahveh del pa�s de egipto a los israelitas en orden de campa�a. el exodo cap.13 [1] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [2] �cons�grame todo primog�nito, todo lo que abre el seno israelitas. ya sean hombres o animales, m�os son todos.� [3] dijo, pues, mois�s al pueblo: �acordaos de este d�a en egipto, de la casa de servidumbre, pues yahveh os ha sacado fuerte; y no com�is pan fermentado. [4] sal�s hoy, en el mes de abib. [5] as�, cuando yahveh te haya introducido en la tierra de

materno entre los que salisteis de de aqu� con mano los cananeos, de los

hititas, de los amorreos, de los jivitas y de los jebuseos, que jur� a tus padres que te dar�a, tierra que mana leche y miel, celebrar�s ese rito en este mes. [6] siete d�as comer�s �zimos y el d�a s�ptimo ser� fiesta de yahveh. [7] se comer�n �zimos durante siete d�as, y no se ver� pan fermentado en tu casa, ni levadura en tu casa, en todo tu territorio. [8] en aquel d�a har�s saber a tu hijo: "esto es con motivo de lo que hizo conmigo yahveh cuando sal� de egipto." [9] y esto te servir� como se�al en tu mano, y como recordatorio ante tus ojos, para que la ley de yahveh est� en tu boca; porque con mano fuerte te sac� Yahveh de egipto. [10] guardar�s este precepto, a�o por a�o, en el tiempo debido.� [11] cuando yahveh te haya introducido en la tierra del cananeo, como lo tiene jurado a ti y a tus padres, y te la haya dado, [12] consagrar�s a yahveh todo lo que abre el seno materno. todo primer nacido de tus ganados, si son machos, pertenecen tambi�n a yahveh. [13] todo primer nacido del asno lo rescatar�s con un cordero; y si no lo rescatas lo desnucar�s. rescatar�s tambi�n todo primog�nito de entre tus hijos. [14] y cuando el d�a de ma�ana te pregunte tu hijo: "�qu� significa esto?", le dir�s: "con mano fuerte nos sac� Yahveh de egipto, de la casa de servidumbre." [15] como fara�n se obstin� en no dejarnos salir, yahveh mat� a todos los primog�nitos en el pa�s de egipto, desde el primog�nito del hombre hasta el primog�nito del ganado. por eso sacrifico a yahveh todo macho que abre el seno materno, y rescato todo primog�nito de mis hijos. [16] esto ser� como se�al en tu mano y como insignia entre tus ojos; porque con mano fuerte nos sac� Yahveh de egipto.� [17] cuando fara�n dej� salir al pueblo, dios no los llev� por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era m�s corto; pues se dijo dios: �no sea que, al verse atacado, se arrepienta el pueblo y se vuelva a egipto.� [18] hizo dios dar un rodeo al pueblo por el camino del desierto del mar de suf. los israelitas salieron bien equipados del pa�s de egipto. [19] mois�s tom� consigo los huesos de jos�, pues �ste hab�a hecho jurar solemnemente a los israelitas, diciendo: � ciertamente dios os visitar�, y entonces llevaos de aqu� mis huesos con vosotros." [20] partieron de sukkot y acamparon en etam, al borde del desierto. [21] yahveh iba al frente de ellos, de d�a en columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de modo que pudiesen marchar de d�a y de noche. [22] no se apart� del pueblo ni la columna de nube por el d�a, ni la columna de fuego por la noche. el exodo cap.14 [1] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [2] �di a los israelitas que se vuelvan y acampen frente a pi hajirot, entre migdol y el mar, enfrente de baal sef�n. frente a ese lugar acampar�is, junto al mar. [3] fara�n dir� de los israelitas: "andan errantes en el pa�s, y el desierto les cierra el paso." [4] yo endurecer� el coraz�n de fara�n, y os perseguir�; pero yo manifestar� mi gloria a costa de fara�n y de todo su ej�rcito, y sabr�n los egipcios que yo soy yahveh.� as� lo hicieron. [5] cuando anunciaron al rey de egipto que hab�a huido el pueblo, se mud� el coraz�n de fara�n y de sus servidores respecto del pueblo, y dijeron: ��qu� es lo que hemos hecho dejando que israel salga de nuestro servicio?� [6] fara�n hizo enganchar su carro y llev� consigo sus tropas. [7] tom� seiscientos carros escogidos y todos los carros de egipto, montados por sus combatientes. [8] endureci� Yahveh el coraz�n de fara�n rey de egipto, el cual persigui� a los

israelitas, pero los israelitas salieron con la mano alzada. [9] los egipcios los persiguieron: todos los caballos, los carros de fara�n, con la gente de los carros y su ej�rcito; y les dieron alcance mientras acampaban junto al mar, cerca de pi hajirot, frente a baal sef�n. [10] al acercarse fara�n, los israelitas alzaron sus ojos, y viendo que los egipcios marchaban tras ellos, temieron mucho los israelitas y clamaron a yahveh. [11] y dijeron a mois�s: ��acaso no hab�a sepulturas en egipto para que nos hayas tra�do a morir en el desierto? �qu� has hecho con nosotros sac�ndonos de egipto? [12] �no te dijimos claramente en egipto: d�janos en paz, queremos servir a los egipcios? porque mejor nos es servir a los egipcios que morir en el desierto.� [13] contest� Mois�s al pueblo: �no tem�is; estad firmes, y ver�is la salvaci�n que yahveh os otorgar� en este d�a, pues los egipcios que ahora veis, no los volver�is a ver nunca jam�s. [14] yahveh pelear� por vosotros, que vosotros no tendr�is que preocuparos.� [15] dijo yahveh a mois�s: ��por qu� sigues clamando a m�? di a los israelitas que se pongan en marcha. [16] y t�, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y div�delo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. [17] que yo voy a endurecer el coraz�n de los egipcios para que los persigan, y me cubrir� de gloria a costa de fara�n y de todo su ej�rcito, de sus carros y de los guerreros de los carros. [18] sabr�n los egipcios que yo soy yahveh, cuando me haya cubierto de gloria a costa de fara�n, de sus carros y de sus jinetes. [19] se puso en marcha el angel de yahveh que iba al frente del ej�rcito de israel, y pas� a retaguardia. tambi�n la columna de nube de delante se desplaz� de all� y se coloc� detr�s, [20] poni�ndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. la nube era tenebrosa y transcurri� la noche sin que pudieran trabar contacto unos con otros en toda la noche. [21] mois�s extendi� su mano sobre el mar, y yahveh hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este que sec� el mar, y se dividieron las aguas. [22] los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. [23] los egipcios se lanzaron en su persecuci�n, entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos de fara�n, y los carros con sus guerreros. [24] llegada la vigilia matutina, mir� Yahveh desde la columna de fuego y humo hacia el ej�rcito de los egipcios, y sembr� la confusi�n en el ej�rcito egipcio. [25] trastorn� la ruedas de sus carros, que no pod�an avanzar sino con gran dificultad. y exclamaron los egipcios: �huyamos ante israel, porque yahveh pelea por ellos contra los egipcios.� [26] yahveh dijo a mois�s: extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volver�n sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre los guerreros de los carros.� [27] extendi� Mois�s su mano sobre el mar, y al rayar el alba volvi� el mar a su lecho; de modo que los egipcios, al querer huir, se vieron frente a las aguas. as� precipit� Yahveh a los egipcios en medio del mar, [28] pues al retroceder las aguas cubrieron los carros y a su gente, a todo el ej�rcito de fara�n, que hab�a entrado en el mar para perseguirlos; no escap� ni uno siquiera. [29] mas los israelitas pasaron a pie enjuto por en medio del mar, mientras las aguas hac�an muralla a derecha e izquierda. [30] aquel d�a salv� Yahveh a israel del poder de los egipcios; e israel vio a los egipcios muertos a orillas del mar. [31] y viendo israel la mano fuerte que yahveh hab�a desplegado contra los egipcios, temi� el pueblo a yahveh, y creyeron en yahveh y en mois�s, su siervo. el exodo cap.15 [1] entonces mois�s y los israelitas cantaron este c�ntico a yahveh. dijeron

�canto a yahveh pues se cubri� de gloria arrojando en el mar caballo y carro. [2] mi fortaleza y mi canci�n es yah. el es mi salvaci�n. el, mi dios, yo le glorifico, el dios de mi padre, a quien exalto. [3] �un guerrero yahveh, yahveh es su nombre! [4] los carros de fara�n y sus soldados precipit� en el mar. la flor de sus guerreros trag� el mar de suf; [5] cubri�los el abismo, hasta el fondo cayeron como piedra. [6] tu diestra, yahveh,relumbra por su fuerza; tu diestra, yahveh, aplasta al enemigo. [7] en tu gloria inmensa derribas tus contrarios, desatas tu furor y los devora como paja. [8] al soplo de tu ira se api�aron las aguas, se irguieron las olas como un dique, los abismos cuajaron en el coraz�n del mar. [9] dijo el enemigo: �marchar� a su alcance, repartir� despojos, se saciar� mi alma, sacar� mi espada y los aniquilar� mi mano.� [10] mandaste tu soplo, cubri�los el mar; se hundieron como plomo en las temibles aguas. [11] �qui�n como t�, Yahveh, entre los dioses? �qui�n como t�, glorioso en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas? [12] tendiste tu diestra y los trag� la tierra. [13] guiaste en tu bondad al pueblo rescatado. tu poder los condujo a tu santa morada. [14] oy�ronlo los pueblos, se turbaron, dolor como de parto en filistea. [15] los pr�ncipes de edom se estremecieron, se angustiaron los jefes de moab y todas las gentes de cana�n temblaron. [16] pavor y espanto cay� sobre ellos. la fuerza de tu brazo los hizo enmudecer como una piedra, hasta que pas� tu pueblo, oh yahveh, hasta pasar el pueblo que compraste. [17] t� le llevas y le plantas en el monte de tu herencia, hasta el lugar que t� te has preparado para tu sede, �oh yahveh! al santuario, adonay, que tus manos prepararon. [18] �yahveh reinar� por siempre jam�s!� [19] porque cuando los caballos de fara�n y los carros con sus guerreros entraron en el mar, yahveh hizo que las aguas del mar volvieran sobre ellos, mientras que los israelitas pasaron a pie enjuto por medio del mar. [20] mar�a, la profetisa, hermana de aar�n tom� en sus manos un t�mpano y todas la mujeres la segu�an con t�mpanos y danzando en coro. [21] y mar�a les entonaba el estribillo �cantad a yahveh pues se cubri� de gloria. arrojando en el mar caballo y carro.� [22] mois�s hizo partir a los israelitas del mar de suf y se dirigieron hacia el desierto de sur: caminaron tres d�as por el desierto sin encontrar agua. [23] luego llegaron a mar�, porque era amarga. por eso se llama aquel lugar mar�. [24] el pueblo murmur� contra mois�s, diciendo: ��qu� vamos a beber?� [25] entonces mois�s invoc� a yahveh, y yahveh le mostr� un madero que mois�s ech� al agua, y el agua se volvi� dulce. all� dio a israel decretos y normas, y all� le puso a prueba. [26] y dijo: �si de veras escuchas la voz de yahveh, tu dios, y haces lo que es recto a sus ojos, dando o�dos a sus mandatos y guardando todos sus preceptos, no traer� sobre ti ninguna de las plagas que envi� sobre los egipcios; porque yo soy yahveh, el que te sana.� [27] despu�s llegaron a elim, donde hay doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon all� junto a las aguas. el exodo cap.16 [1] partieron de elim, y toda la comunidad de los israelitas lleg� al desierto de sin, que est� entre elim y el sina�, el d�a quince del segundo mes despu�s de su salida del pa�s de egipto.

[2] toda la comunidad de los israelitas empez� a murmurar contra mois�s y aar�n en el desierto. [3] los israelitas les dec�an: ��ojal� hubi�ramos muerto a manos de yahveh en la tierra de egipto cuando nos sent�bamos junto a las ollas de carne, cuando com�amos pan hasta hartarnos! vosotros nos hab�is tra�do a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea.� [4] yahveh dijo a mois�s: �mira, yo har� llover sobre vosotros pan del cielo; el pueblo saldr� a recoger cada d�a la porci�n diaria; as� le pondr� a prueba para ver si anda o no seg�n mi ley. [5] mas el d�a sexto, cuando preparen lo que hayan tra�do, la raci�n ser� doble que la de los dem�s d�as.� [6] dijeron, pues, mois�s y aar�n a toda la comunidad de los israelitas: �esta tarde sabr�is que es yahveh quien os ha sacado del pa�s de egipto; [7] y por la ma�ana ver�is la gloria de yahveh. porque ha o�do vuestras murmuraciones contra yahveh; pues �qu� somos nosotros para que murmur�is contra nosotros?� [8] y a�adi� Mois�s: �yahveh os dar� esta tarde carne para comer, y por la ma�ana pan en abundancia; porque yahveh ha o�do vuestras murmuraciones contra �l; pues �qu� somos nosotros? no van contra nosotros vuestras murmuraciones, sino contra yahveh.� [9] dijo entonces mois�s a aar�n: �ordena a toda la comunidad de los israelitas: acercaos a yahveh, pues �l ha o�do vuestras murmuraciones.� [10] a�n estaba hablando aar�n a toda la comunidad de los israelitas, cuando ellos miraron hacia el desierto, y he aqu� que la gloria de yahveh se apareci� en forma de nube. [11] y yahveh habl� a mois�s, diciendo: [12] �he o�do las murmuraciones de los israelitas. diles: al atardecer comer�is carne y por la ma�ana os hartar�is de pan; y as� sabr�is que yo soy yahveh, vuestro dios.� [13] aquella misma tarde vinieron las codornices y cubrieron el campamento; y por la ma�ana hab�a una capa de roc�o en torno al campamento. [14] y al evaporarse la capa de roc�o apareci� sobre el suelo del desierto una cosa menuda, como granos, parecida a la escarcha de la tierra. [15] cuando los israelitas la vieron, se dec�an unos a otros ��qu� es esto?� pues no sab�an lo que era. mois�s les dijo �este es el pan que yahveh os da por alimento. [16] he aqu� lo que manda yahveh: que cada uno recoja cuanto necesite para comer, un gomor por cabeza, seg�n el n�mero de los miembros de vuestra familia; cada uno recoger� para la gente de su tienda.� [17] as� lo hicieron los israelitas; unos recogieron mucho y otros poco. [18] pero cuando lo midieron con el gomor, ni los que recogieron poco ten�an de menos. cada uno hab�a recogido lo que necesitaba para su sustento. [19] mois�s les dijo: �que nadie guarde nada para el d�a siguiente.� [20] pero no obedecieron a mois�s, y algunos guardaron algo para el d�a siguiente; pero se llen� de gusanos y se pudri�; y mois�s se irrit� contra ellos. [21] lo recog�an por las ma�anas, cada cual seg�n lo que necesitaba; y luego, con el calor del sol, se derret�a. [22] el d�a sexto recogieron doble rac�on, dos gomor por persona. todos los jefes de la comunidad fueron a dec�rselo a mois�s; [23] �l les respondi�: �esto es lo que manda yahveh: ma�ana es s�bado, d�a de descanso consagrado a yahveh. coced lo que se deba cocer, hervid lo que se tenga que hervir; y lo sobrante, guardadlo como reserva para ma�ana.� [24] ellos lo guardaron para el d�a siguiente, seg�n la orden de mois�s; y no se pudri�, ni se agusan�. [25] dijo entonces mois�s: �hoy comer�is esto, porque es s�bado de yahveh; y en tal d�a no hallar�is nada en el campo. [26] seis d�as pod�is recogerlo, pero el d�a s�ptimo, que es s�bado, no habr� nada.�

[27] a pesar de todo, salieron algunos del pueblo a recogerlo el s�ptimo d�a, pero no encontraron nada. [28] yahveh dijo a mois�s: ��hasta cu�ndo os negar�is a guardar mi mandatos y mis leyes? [29] mirad que yahveh os ha puesto el s�bado; por eso el d�a sexto os da raci�n para dos d�as. qu�dese cada uno en su sitio, y que nadie se mueva de su lugar el d�a s�ptimo.� [30] y el d�a s�ptimo descans� el pueblo. [31] la casa de israel lo llam� man�. era como semilla de cilantro, blanco, y con sabor a torta de miel. [32] dijo mois�s: �esto manda yahveh: llenad un gomor de man�, y conservadlo, para vuestros descendientes, para que vean el pan con que os aliment� en el desierto cuando os saqu� del pa�s de egipto.� [33] dijo, pues, mois�s a aar�n: �toma una vasija, pon en ella un gomor lleno de man�, y col�calo ante yahveh, a fin de conservarlo para vuestros descendientes.� [34] tal como yahveh se lo mand� a mois�s, aar�n lo puso ante el testimonio para conservarlo. [35] los israelitas comieron el man� por espacio de cuarenta a�os, hasta que llegaron a tierra habitada. lo estuvieron comiendo hasta que llegaron a los confines del pa�s de cana�n. [36] el gomor es la d�cima parte de la medida. el exodo cap.17 [1] toda la comunidad de los israelitas parti� del desierto de sin, a la orden de yahveh, para continuar sus jornadas; y acamparon en refidim, donde el pueblo no encontr� agua para beber. [2] el pueblo entonces se querell� contra mois�s, diciendo �danos agua para beber.� respondi�les mois�s: ��por qu� os querell�is conmigo? �por qu� tent�is a yahveh?� [3] pero el pueblo, torturado por la sed, sigui� murmurando contra mois�s: ��nos has hecho salir de egipto para hacerme morir de sed, a m�, a mis hijos y a mis ganados?� [4] clam� Mois�s a yahveh y dijo: �� qu� puedo hacer con este pueblo? poco falta para que me apedreen.� [5] respondi� Yahveh a mois�s: �pasa delante del pueblo, llevando contigo algunos de los ancianos de israel; lleva tambi�n en tu mano el cayado con que golpeaste el r�o y vete, [6] que all� estar� yo ante ti, sobre la pi�a, en horeb; golpear�s la pe�a, y saldr� de ella agua para que beba el pueblo.� mois�s lo hizo as� a la vista de los ancianos de israel. [7] aquel lugar se llam� Mass� y merib�, a causa de la querella de los israelitas, y por haber tentado a yahveh, diciendo ��est� Yahveh entre nosotros o no?� [8] vinieron los amalecitas y atacaron a israel en refidim. [9] mois�s dijo a josu�: �el�gete algunos hombres, y sal ma�ana a combatir contra amalec. yo me pondr� en la cima del monte, con el cayado de dios en mi mano.� [10] josu� cumpli� las �rdenes de mois�s, y sali� a combatir contra amalec. mientras tanto, mois�s, aar�n y jur subieron a la cima del monte. [11] y sucedi� que, mientras mois�s ten�a alzadas las manos, prevalec�a israel; pero cuando las bajaba, prevalec�a amalec. [12] se le cansaron las manos a mois�s, y entonces ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo; �l se sent� sobre ella, mientras aar�n y jur le sosten�an las manos, uno a un lado y otro al otro. y as� resistieron sus manos hasta la puesta del sol. [13] josu� derrot� a amalec y a su pueblo a filo de espada. [14] yahveh dijo mois�s: �escribe esto en un libro para que sirva de recuerdo, y haz saber a josu� que yo borrar� por completo la memoria de amalec de debajo de

los cielos.� [15] despu�s edific� Mois�s un altar, al que puso por nombre yahveh niss� [16] diciendo: �la bandera de yahveh en la mano; yahveh est� en guerra con amalec de generaci�n en generaci�n.� el exodo cap.18 [1] jetr�, sacerdote de madi�n, suegro de mois�s, se enter� de lo que hab�a hecho dios en favor de mois�s y de israel, su pueblo, y c�mo yahveh hab�a sacado a israel de egipto. [2] entonces jetr�, suegro de mois�s, tom� a s�fora, mujer de mois�s, a la que mois�s hab�a despedido, [3] y a sus hijos; el uno se llamaba guersom, pues mois�s dijo �forastero soy en tierra extra�a,� [4] y el otro se llamaba eliezer, pues dijo mois�s: �el dios de mi padre es mi protector y me ha librado de la espada de fara�n.� [5] lleg�, pues, jetr�, suegro de mois�s, con los hijos y la mujer de mois�s, al desierto, donde estaba acampado junto al monte de dios. [6] y dijo a mois�s: yo, jetr�, tu suegro, vengo a ti con tu mujer y sus dos hijos.� [7] mois�s sali� al encuentro de su suegro, se postr� y le bes�. Se saludaron ambos y entraron en la tienda. [8] mois�s cont� a su suegro todo lo que yahveh hab�a hecho a fara�n y a los egipcios, en favor de israel; todos los trabajos sufridos en el camino y c�mo yahveh les hab�a librado de ellos. [9] jetr� se alegr� de todo el bien que yahveh hab�a hecho a israel, libr�ndole de la mano de los egipcios. [10] y dijo jetr�: ��bendito sea yahveh, que os ha librado de la mano de los egipcios y de la mano de fara�n y ha salvado al pueblo del poder de los egipcios! [11] ahora reconozco que yahveh es m�s grande que todos los dioses...� [12] despu�s jetr�, suegro de mois�s, ofreci� un holocausto y sacrificios a dios; y aar�n y todos los ancianos de israel fueron a comer con el suegro de mois�s en presencia de dios. [13] al d�a siguiente, se sent� Mois�s para juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo ante mois�s desde la ma�ana hasta la noche. [14] el suegro de mois�s vio el trabajo que su yerno se impon�a por el pueblo, y dijo: ��c�mo haces eso con el pueblo? �por qu� te sientas t� solo haciendo que todo el pueblo tenga que permanecer delante de ti desde la ma�ana hasta la noche?� [15] contest� Mois�s a su suegro: �es que el pueblo viene a m� para consultar a dios. [16] cuando tienen un pleito, vienen a m�; yo dicto sentencia entre unos y otros, y les doy a conocer los preceptos de dios y sus leyes.� [17] entonces el suegro de mois�s le dijo: �no est� bien lo que est�s haciendo. [18] acabar�s agot�ndote, t� y este pueblo que est� contigo; porque este trabajo es superior a tus fuerzas; no podr�s hacerlo t� solo. [19] as� que esc�chame; te voy a dar un consejo, y dios estar� contigo. s� t� el representante del pueblo delante de dios y lleva ante dios sus asuntos. [20] ens��ales los preceptos y las leyes, dales a conocer el camino que deben seguir y las obras que han de practicar. [21] pero elige de entre el pueblo hombres capaces, temerosos de dios, hombres fieles e incorruptibles, y ponlos al frente del pueblo como jefes de mil, jefes de ciento, jefes de cincuenta y jefes de diez. [22] ellos juzgar�n al pueblo en todo momento; te presentar�n a ti los asuntos m�s graves, pero en los asuntos de menor importancia, juzgar�n ellos. as� se aliviar� tu carga, pues ellos te ayudar�n a llevarla. [23] si haces esto, dios te comunicar� sus �rdenes, t� podr�s resistir, y todo este pueblo por su parte podr� volver en paz a su lugar.� [24] escuch� Mois�s la voz de su suegro e hizo todo lo que le hab�a dicho.

[25] eligi�, pues, hombres capaces de entre todo israel, y los puso al frente del pueblo, como jefes de mil, jefes de ciento, jefes de cincuenta, y jefes de diez. [26] estos juzgaban al pueblo en todo momento; los asuntos graves se los presentaban a mois�s, mas en todos los asuntos menores juzgaban por s� mismos. [27] despu�s mois�s despidi� a su suegro, que se volvi� a su tierra. el exodo cap.19 [1] al tercer mes despu�s de la salida de egipto, ese mismo d�a, llegaron los hijos de israel al desierto de sina�. [2] partieron de refidim, y al llegar al desierto de sina� acamparon en el desierto. all� acamp� Israel frente al monte. [3] mois�s subi� hacia dios. yahveh le llam� desde el monte, y le dijo: �as� dir�s a la casa de jacob y esto anunciar�s a los hijos de israel: [4] "ya hab�is visto lo que he hecho con los egipcios, y c�mo a vosotros os he llevado sobre alas de �guila y os he tra�do a m�. [5] ahora, pues, si de veras escuch�is mi voz y guard�is mi alianza, vosotros ser�is mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque m�a es toda la tierra; [6] ser�is para m� un reino de sacerdotes y una naci�n santa." estas son las palabras que has de decir a los hijos de israel.� [7] fue, pues, mois�s y convoc� a los ancianos del pueblo y les expuso todas estas palabras que yahveh le hab�a mandado. [8] todo el pueblo a una respondi� diciendo: �haremos todo cuanto ha dicho yahveh.� y mois�s llev� a yahveh la respuesta del pueblo. [9] dijo yahveh a mois�s: �mira: voy a presentarme a ti en una densa nube para que el pueblo me oiga hablar contigo, y as� te d� cr�dito para siempre.� y mois�s refiri� a yahveh las palabras del pueblo. [10] yahveh dijo a mois�s: �ve donde el pueblo y haz que se santifiquen hoy y ma�ana; que laven sus vestidos [11] y est�n preparados para el tercer d�a; porque al d�a tercero descender� Yahveh a la vista de todo el pueblo sobre el monte sina�. [12] deslinda el contorno de la monta�a, y di: guardaos de subir al monte y aun de tocar su falda. todo aquel que toque el monte morir�. [13] pero nadie pondr� la mano sobre el culpable, sino que ser� lapidado o asaeteado; sea hombre o bestia, no quedar� con vida. cuando resuene el cuerno, subir�n ellos al monte.� [14] baj�, pues, mois�s del monte, adonde estaba el pueblo, y ellos lavaron sus vestidos. [15] y dijo al pueblo: �estad preparados para el tercer d�a, y absteneos de mujer.� [16] al tercer d�a, al rayar el alba, hubo truenos y rel�mpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se ech� a temblar. [17] entonces mois�s hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de dios, y se detuvieron al pie del monte. [18] todo el monte sina� humeaba, porque yahveh hab�a descendido sobre �l en el fuego. sub�a el humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. [19] el sonar de la trompeta se hac�a cada vez m�s fuerte; mois�s hablaba y dios le respond�a con el trueno. [20] yahveh baj� al monte sina�, a la cumbre del monte; llam� Yahveh a mois�s a la cima de la monta�a y mois�s subi�. [21] dijo yahveh a mois�s: �baja y conjura al pueblo que no traspase las lindes para ver a yahveh, porque morir�an muchos de ellos; [22] aun los sacerdotes que se acercan a yahveh deben santificarse para que yahveh no irrumpa contra ellos.� [23] mois�s respondi� a yahveh: �el pueblo no podr� subir al monte sina�, porque t� nos lo has prohibido, diciendo: se�ala un l�mite alrededor del monte y

decl�ralo sagrado.� [24] yahveh le dijo: �anda, baja, y luego subes t� y Aar�n contigo; pero los sacerdotes y el pueblo no traspasar�n las lindes para subir hacia yahveh a fin de que no irrumpa contra ellos." [25] baj�, pues, mois�s adonde estaba el pueblo y les dijo... el exodo cap.20 [1] entonces pronunci� Dios todas estas palabras diciendo: [2] �yo, yahveh, soy tu dios, que te he sacado del pa�s de egipto, de la casa de servidumbre. [3] no habr� para ti otros dioses delante de m�. [4] no te har�s escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. [5] no te postrar�s ante ellas ni les dar�s culto, porque yo yahveh, tu dios, soy un dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generaci�n de los que me odian, [6] y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos. [7] no tomar�s en falso el nombre de yahveh, tu dios; porque yahveh no dejar� sin castigo a quien toma su nombre en falso. [8] recuerda el d�a del s�bado para santificarlo. [9] seis d�as trabajar�s y har�s todos tus trabajos, [10] pero el d�a s�ptimo es d�a de descanso para yahveh, tu dios. no har�s ning�n trabajo, ni t�, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. [11] pues en seis d�as hizo yahveh el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el s�ptimo descans�; por eso bendijo yahveh el d�a del s�bado y lo hizo sagrado. [12] honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus d�as sobre la tierra que yahveh, tu dios, te va a dar. [13] no matar�s. [14] no cometer�s adulterio. [15] no robar�s. [16] no dar�s testimonio falso contra tu pr�jimo. [17] no codiciar�s la casa de tu pr�jimo, ni codiciar�s la mujer de tu pr�jimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu pr�jimo.� [18] todo el pueblo percib�a los truenos y rel�mpagos, el sonido de la trompeta y el monte humeante, y temblando de miedo se manten�a a distancia. [19] dijeron a mois�s: �habla t� con nosotros, que podremos entenderte, pero que no hable dios con nosotros, no sea que muramos.� [20] respondi� Mois�s al pueblo: �no tem�is, pues dios ha venido para poneros a prueba, para que su temor est� ante vuestros ojos, y no pequ�is�. [21] y el pueblo se mantuvo a distancia, mientras mois�s se acercaba a la densa nube donde estaba dios. [22] dijo yahveh a mois�s: as� dir�s a los israelitas: vosotros mismos hab�is visto que os he hablado desde el cielo. [23] no har�is junto a m� dioses de plata, ni os har�is dioses de oro. [24] hazme un altar de tierra para ofrecer sobre �l tus holocaustos y tus sacrificios de comuni�n, tus ovejas y tus bueyes. en todo lugar donde haga yo memorable mi nombre, vendr� a ti y te bendecir�. [25] y si me haces un altar de piedra, no lo edificar�s de piedras labradas; porque al alzar tu cincel sobre ella queda profanada. [26] tampoco subir�s por gradas a mi altar, para que no se descubra tu desnudez sobre �l.

el exodo cap.21 [1] estas con las normas que has de dar: [2] cuando compres un esclavo hebreo, servir� seis a�os, y el s�ptimo quedar� libre sin pagar rescate. [3] si entr� solo, solo saldr�; si ten�a mujer, su mujer saldr� con �l. [4] si su amo le dio mujer, y ella le dio a luz hijos o hijas, la mujer y sus hijos ser�n del amo, y �l saldr� solo. [5] si el esclavo declara: �yo quiero a mi se�or, a mi mujer y a mis hijos; renucio a la libertad� [6] su amo le llevar� ante dios y, arrim�ndolo a la puerta o a la jamba, su amo le horadar� la oreja con una lezna; y quedar� a su servicio para siempre. [7] si un hombre vende a su hija por esclava, �sta no saldr� de la esclavitud como salen los esclavos. [8] si no agrada a su se�or que la hab�a destinado para s�, �ste permitir� su rescate; y no podr� venderla a gente extra�a, trat�ndola con enga�o. [9] si la destina para su hijo, le dar� el mismo trato que a sus hijas. [10] si toma para s� otra mujer, no le disminuir� a la primera la comida, ni el vestido ni los derechos conyugales. [11] y si no le da estas tres cosas, ella podr� salirse de balde sin pagar rescate. [12] el que hiera mortalmente a otro, morir�; [13] pero si no estaba al acecho, sino que dios se lo puso al alcance de la mano, yo te se�alar� un lugar donde �ste pueda refugiarse. [14] pero al que se atreva a matar a su pr�jimo con alevos�a, hasta de mi altar le arrancar�s para matarle. [15] el que pegue a su padre o a su madre morir�. [16] quien rapte a una persona -la haya vendido o est� todav�a en su podermorir�. [17] quien maldiga a su padre o a su madre morir�. [18] si dos hombres ri�en y uno hiere a otro con una piedra o con el pu�o, pero no muere, sino que, despu�s de guardar cama, [19] puede levantarse y andar por la calle, apoyado en su bast�n, el que le hiri� quedar� exculpado, pero pagar� el tiempo perdido y los gastos de la curaci�n completa. [20] si un hombre golpea a su siervo o a su sierva con un palo y muere a sus manos, cae bajo la ley de venganza. [21] pero si sobrevive un d�a o dos, no ser� vengado, pues lo hab�a comprado con dinero. [22] si unos hombres, en el curso de una ri�a, dan un golpe a una mujer encinta, y provocan el parto sin m�s da�o, el culpable ser� multado conforme a lo que imponga el marido de la mujer y mediante arbitrio. [23] pero si resultare da�o, dar�s vida por vida, [24] ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, [25] quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal. [26] si un hombre hiere a su siervo o a su sierva en el ojo y le deja tuerto, le dar� libertad en compensaci�n del ojo. [27] si uno salta un diente a su siervo o a su sierva, le pondr� en libertad en compensaci�n del diente. [28] si un buey acornea a un hombre o a una mujer, y le causa la muerte, el buey ser� apedreado, y no se comer� su carne, pero el due�o del buey quedar� exculpado. [29] mas si el buey acorneaba ya desde tiempo atr�s, y su due�o, aun advertido, no le vigil�, y ese buey mata a un hombre o a una mujer, el buey ser� apedreado, y tambi�n su due�o morir�. [30] si se le impone un precio por ello, dar� en rescate de su vida cuanto le impongan. [31] si acornea a un muchacho o a una muchacha, se seguir� esta misma norma. [32] si el buey acornea a un siervo o a una sierva, se pagar�n treinta siclos de

plata al due�o de ellos, y el buey ser� apedreado. [33] si un hombre deja abierto un pozo, o si cava un pozo y no lo tapa, y cae en �l un buey o un asno, [34] el propietario del pozo pagar� al due�o de ellos el precio en dinero, y el animal muerto ser� suyo. [35] si el buey de uno acornea al buey de otro, caus�ndole la muerte, vender�n el buey vivo y se repartir�n el precio, repartiendo igualmente el buey muerto. [36] pero si era notorio que el buey acorneaba desde tiempo atr�s, y su due�o no le vigil�, pargar� buey por buey y el buey muerto ser� suyo. [37] si un hombre roba un buey o una oveja, y los mata o vende, pagar� cinco bueyes por el buey, y cuatro ovejas por la oveja. el exodo cap.22 [1] si el ladr�n, sorprendido al perforar la pared, es herido mortalmente, no habr� venganza de sangre. [2] mas si esto sucede salido ya el sol, su sangre ser� vengada. debe restituir; si no tiene con qu�, ser� vendido para restituir por su robo. [3] si lo robado, sea buey, asno u oveja, fuere hallado vivo en su poder, restituir� el doble. [4] si un hombre causa da�o en un campo o en una vi�a, dejando suelto su ganado de modo que pazca en campo ajeno, restituir� con lo mejor de su propio campo y lo mejor de su propia vi�a. [5] si se declara un fuego, y se incrementa con zarzales de modo que se abrasen las hacinas, la mies, o el campo, el autor del incendio deber� resarcir el da�o. [6] cuando un hombre d� a otro dinero o utensilios en dep�sito para que se lo guarde, y son robados de la casa de �ste, el ladr�n, si es hallado, restituir� el doble. [7] pero si no es hallado, el due�o de la casa se presentar� ante dios para declarar que no ha puesto su mano sobre los bienes de su pr�jimo. [8] en todo caso delictivo, ya se trate de buey, asno, oveja, ropa o de cualquier cosa desaparecida, de la que uno diga: �es esto�, la causa de ambos se llevar� ante dios; y aquel a quien dios declare culpable, restituir� el doble a su pr�jimo. [9] si un hombre entrega a otro un asno, buey, oveja, o cualquier otro animal para su custodia, y �stos mueren o sufren da�o o son robados sin que nadie lo vea, [10] mediar� entre los dos el juramento de yahveh para atestiguar que el depositario no ha puesto su mano sobre la hacienda de su pr�jimo; el due�o tomar� lo que quede y el otro no tendr� que restituir. [11] pero si el animal le ha sido robado estando �l cerca, restituir� a su due�o. [12] si el animal ha sido despedazado, que traiga como testimonio los despojos y no tendr� que restituir. [13] si un hombre pide a otro que le preste un ganado y �ste sufre un da�o o muere, en ausencia de su due�o, tendr� que restituir. [14] si estaba presente su due�o, nada se restituir�. si lo hab�a alquilado, el due�o recibir� el precio del alquiler. [15] si un hombre seduce a una virgen, no desposada, y se acuesta con ella, le pagar� la dote, y la tomar� por mujer. [16] y si el padre de ella no quiere d�rsela, el seductor pagar� el dinero de la dote de las v�rgenes. [17] a la hechicera no la dejar�s con vida. [18] todo el que peque con bestia, morir�. [19] el que ofrece sacrificios a otros dioses, ser� entregado al anatema. [20] no maltratar�s al forastero, ni le oprimir�s, pues forasteros fuisteis vosotros en el pa�s de egipto. [21] no vejar�s a viuda ni a hu�rfano. [22] si le vejas y clama a m�, no dejar� de o�r su clamor, [23] se encender� mi ira y os matar� a espada; vuestras mujeres quedar�n viudas y

vuestros hijos hu�rfanos. [24] si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo, no ser�s con �l un usurero; no le exigir�is inter�s. [25] si tomas en prenda el manto de tu pr�jimo, se lo devolver�s al ponerse el sol, [26] porque con �l se abriga; es el vestido de su cuerpo. �sobre qu� va a dormir, si no? clamar� a m�, y yo le oir�, porque soy compasivo. [27] no blasfemar�s contra dios, ni maldecir�s al principal de tu pueblo. [28] no tardar�s en ofrecerme de tu abundancia y de tus jugos. me dar�s el primog�nito de tus hijos. [29] lo mismo has de hacer con el de tus vacas y ovejas. siete d�as estar� con su madre, y al octavo me lo dar�s. [30] hombres santos ser�is para m�. no com�is la carne despedazada por una fiera en el campo; ech�dsela a los perros. el exodo cap.23 [1] no levantes testimonio falso, ni ayudes al malvado dando testimonio injusto. [2] no sigas a la mayor�a para hacer el mal; ni te inclines en un proceso por la mayor�a en contra de la justicia. [3] tampoco favorecer�s al pobre en su pleito. [4] si encuentras el buey de tu enemigo o su asno extraviado, se lo llevar�s. [5] si ves ca�do bajo la carga el asno del que te aborrece, no reh�ses tu ayuda. acude a ayudarle. [6] no tuerzas el derecho de tu pobre en su pleito. [7] al�jate de causas mentirosas, no quites la vida al inocente y justo; y no absuelvas al malvado. [8] no recibas regalos; porque el regalo ciega a los perspicaces y pervierte las causas justas. [9] no oprimas al forastero; ya sab�is lo que es ser forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en la tierra de egipto. [10] seis a�os sembrar�s tu tierra y recoger�s su producto; [11] al s�ptimo la dejar�s descansar y en barbecho, para que coman los pobres de tu pueblo, y lo que quede lo comer�n los animales del campo. har�s lo mismo con tu vi�a y tu olivar. [12] seis d�as har�s tus trabajos, y el s�ptimo descansar�s, para que reposen tu buey y tu asno, y tengan un respiro el hijo de tu sierva y el forastero. [13] guardad todo lo que os he dicho. no invocar�s el nombre de otros dioses: ni se oiga en vuestra boca. [14] tres veces al a�o me celebrar�s fiesta. [15] guardar�s la fiesta de los azimos. durante siete d�as comer�s �zimos, como te he mandado, en el tiempo se�alado, en el mes de abib; pues en �l saliste de egipto. nadie se presentar� delante de m� con las manos vac�as. [16] tambi�n guardar�s la fiesta de la siega, de las primicias de tus trabajos, de lo que hayas sembrado en el campo; y la fiesta de la recolecci�n al t�rmino del a�o, al recoger del campo los frutos de tu trabajo. [17] tres veces al a�o se presentar�n tus varones delante de yahveh, el se�or. [18] no ofrecer�s la sangre de mi sacrificio con pan fermentado ni guardar�s hasta el d�a siguiente la grasa de mi fiesta. [19] llevar�s a la casa de yahveh, tu dios, las mejores primicias de tu suelo. no cocer�s el cabrito en la leche de su madre. [20] he aqu� que yo voy a enviar un �ngel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. [21] p�rtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde, que no perdonar� vuestras transgresiones, pues en �l est� mi nombre. [22] si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus enemigos ser�n mis enemigos y tus adversarios mis adversarios. [23] mi �ngel caminar� delante de ti y te introducir� en el pa�s de los amorreos,

de los hititas, de los perizitas, de los cananeos, de los jivitas y de los jebuseos; y yo los exterminar�. [24] no te mostrar�s ante sus dioses, ni les dar�s culto, ni imitar�s su conducta; al contrario, los destruir�s por completo y romper�s sus estelas. [25] vosotros dar�is culto a yahveh, vuestro dios, yo bendecir� tu pan y tu agua. y apartar� de ti las enfermedades. [26] no habr� en tu tierra mujer que aborte ni que sea est�ril; y colmar� el n�mero de tus d�as. [27] �sembrar� delante de ti mi terror; llenar� de turbaci�n a todos los pueblos donde llegues; y har� que todos tus enemigos huyan ante ti. [28] enviar� avispas delante de ti que ahuyentar�n de tu presencia al jivita, al cananeo y al hitita. [29] no les expulsar� de tu presencia en un solo a�o, no sea que al quedar desierta la tierra se multipliquen contra ti las fieras del campo. [30] les expulsar� de tu vista poco a poco, hasta que t� te multipliques y te apoderes de la tierra. [31] y fijar� tus confines desde el mar de suf hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el r�o, pues entregar� en tus manos a los habitantes del pa�s para que los arrojes de tu presencia. [32] no hagas pacto con ellos ni con sus dioses. [33] no habitar�n en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra m�, pues dando culto a sus dioses caer�as en un lazo.� el exodo cap.24 [1] dijo a mois�s: �sube donde yahveh, t�, Aar�n, nadab y abih�, con setenta de los ancianos de israel; os postrar�is desde lejos. [2] s�lo mois�s se acercar� a yahveh; ellos no se acercar�n. tampoco el pueblo subir� con ellos.� [3] vino, pues, mois�s y refiri� al pueblo todas las palabras de yahveh y todas sus normas. y todo el pueblo respondi� a una voz: �cumpliremos todas las palabras que ha dicho yahveh.� [4] entonces escribi� Mois�s todas las palabras de yahveh; y, levant�ndose de ma�ana, alz� al pie del monte un altar y doce estelas por las doce tribus de israel. [5] luego mand� a algunos j�venes, de los israelitas, que ofreciesen holocaustos e inmolaran novillos como sacrificios de comuni�n para yahveh. [6] tom� Mois�s la mitad de la sangre y la ech� en vasijas; la otra mitad la derram� sobre el altar. [7] tom� despu�s el libro de la alianza y lo ley� ante el pueblo, que respondi�: �obedeceremos y haremos todo cuanto ha dicho yahveh.� [8] entonces tom� Mois�s la sangre, roci� con ella al pueblo y dijo: �esta es la sangre de la alianza que yahveh ha hecho con vosotros, seg�n todas estas palabras.� [9] mois�s subi� con aar�n, nadab y abih� y setenta de los ancianos de israel, [10] y vieron al dios de israel. bajo sus pies hab�a como un pavimento de zafiro tan puro como el mismo cielo. [11] no extendi� �l su mano contra los notables de israel, que vieron a dios, comieron y bebieron. [12] dijo yahveh a mois�s: �sube hasta m�, al monte; qu�date all�, y te dar� las tablas de piedra -la ley y los mandamientos- que tengo escritos para su instrucci�n.� [13] se levant� Mois�s, con josu�, su ayudante; y subieron al monte de dios. [14] dijo a los ancianos: �esperadnos aqu� que volvamos a vosotros. ah� quedan con vosotros aar�n y jur. el que tenga alguna cuesti�n que recurra a ellos.� [15] y subi� Mois�s al monte. la nube cubri� el monte. [16] la gloria de yahveh descans� sobre el monte sina� y la nube lo cubri� por seis d�as. al s�ptimo d�a, llam� Yahveh a mois�s de en medio de la nube.

[17] la gloria de yahveh aparec�a a la vista de los hijos de israel como fuego devorador sobre la cumbre del monte. [18] mois�s entr� dentro de la nube y subi� al monte. y permaneci� Mois�s en el monte cuarenta d�as y cuarenta noches. el exodo cap.25 [1] yahveh habl� a mois�s diciendo: [2] di a los israelitas que reserven ofrendas para m�. me reservar�is la ofrenda de todo aquel a quien su coraz�n mueva. [3] de ellos reservar�is lo siguiente: oro, plata y bronce; [4] p�rpura violeta y escarlata, carmes�, lino fino y pelo de cabra; [5] pieles de carnero te�idas de rojo, cueros finos y maderas de acacia; [6] aceite para el alumbrado, aromas para el �leo de la unci�n y para el incienso arom�tico; [7] piedras de �nice y piedras de engaste para el efod y el pectoral. [8] me har�s un santuario para que yo habite en medio de ellos. [9] lo har�is comforme al modelo de la morada y al modelo de todo su mobiliario que yo voy a mostrarte. [10] har�s un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto. [11] la revestir�s de oro puro; por dentro y por fuera la revestir�s; y adem�s pondr�s en su derredor una moldura de oro. [12] fundir�s para ella cuatro anillas de oro, que pondr�s en sus cuatro pies, dos anillas a un costado, y dos anillas al otro. [13] har�s tambi�n varales de madera de acacia, que revestir�s de oro, [14] y los pasar�s por las anillas de los costados del arca, para transportarla. [15] los varales deben quedar en las anillas del arca, y no se sacar�n de all�. [16] en el arca pondr�s el testimonio que yo te voy a dar. [17] har�s asimismo uno propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho. [18] har�s, adem�s, dos querubines de oro macizo; los har�s en los dos extremos del propiciatorio: [19] haz el primer querub�n en un extremo y el segundo en el otro. los querubines formar�n un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. [20] estar�n con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio. [21] pondr�s el propiciatorio encima del arca; y pondr�s dentro del arca el testimonio que yo te dar�. [22] all� me encontrar� contigo; desde encima del propiciatorio, de en medio de los dos querubines colocados sobre el arca del testimonio, te comunicar� todo lo que haya de ordenarte para los israelitas. [23] har�s una mesa de madera de acacia, de dos codos de largo, uno de ancho, y codo y medio de alto. [24] la revestir�s de oro puro y le pondr�s alrededor una moldura de oro. [25] har�s tambi�n en torno de ella un reborde de una palma de ancho, con una moldura de oro alrededor del mismo. [26] le har�s cuatro anillas de oro, y pondr�s las anillas en los cuatro �ngulos correspondientes a sus cuatro pies. [27] estar�n las anillas junto al reborde, para pasar por ellas los varales y transportar la mesa. [28] har�s los varales de madera de acacia y los revestir�s de oro. con ellos se transportar� la mesa. [29] har�s tambi�n las fuentes, los vasos, los jarros y las tazas para las libaciones. de oro puro los har�s. [30] y sobre la mesa pondr�s perpetuamente delante de m� el pan de la presencia. [31] har�s tambi�n un candelabro de oro puro. har�s de oro macizo el candelabro, su pie y su tallo. sus c�lices -corolas y flores- formar�n un cuerpo con �l.

[32] saldr�n seis brazos de sus lados: tres brazos de un lado y tres del otro. [33] el primer brazo tendr� tres c�lices en forma de flor de almendro, con corola y flor; tambi�n el segundo brazo tendr� tres c�lices en forma de flor de almendro, con corola y flor; y as� los seis brazos que salen del candelabro. [34] en el mismo candelabro habr� cuatro c�lices en forma de flor de almendro, con sus corolas y sus flores: [35] una corola debajo de los dos primeros brazos que forman cuerpo con el candelabro; una corola, debajo de los dos siguientes, y una corola, debajo de los dos �ltimos brazos; as� con los seis brazos que salen del candelabro. [36] las corolas y los brazos formar�n un cuerpo con el candelabro. todo ello formar� un cuerpo de oro puro macizo. [37] har�s sus siete l�mparas que colocar�s encima de manera que den luz al frente. [38] sus despabiladeras y sus ceniceros ser�n de oro puro. [39] se emplear� un talento de oro puro para hacer el candelabro con todos estos utensilios. [40] f�jate para que lo hagas seg�n los modelos que te han sido mostrados en el monte. el exodo cap.26 [1] har�s la morada con diez tapices, de lino fino torzal, de p�rpura violeta y escarlata y de carmes�; bordar�s en ellos unos querubines. [2] la longitud de cada tapiz ser� de veintiocho codos y la anchura de cuatro. todos los tapices tendr�n las mismas medidas. [3] cinco tapices estar�n unidos entre s� y lo mismo los otros cinco. [4] pondr�s lazos de p�rpura violeta en el borde del tapiz con que termina la primera serie, y lo mismo har�s en el borde del tapiz con que termina el segundo conjunto. [5] pondr�s cincuenta lazos en el primer tapiz y otros cincuenta en el borde del �ltimo tapiz del segundo conjunto, correspondi�ndose los lazos unos a otros. [6] har�s cincuenta broches de oro y con los broches enlazar�s entre s� los tapices, para que la morada forme un espacio �nico. [7] tejer�s tambi�n piezas de pelo de cabra para que a modo de tienda cubran la morada. tejer�s once de estas piezas. [8] la longitud de cada pieza ser� de treinta codos; de cuatro, la anchura. las once piezas tendr�n las mismas medidas. [9] juntar�s cinco piezas en una parte y seis en la otra y doblar�s la sexta pieza ante la fachada de la tienda. [10] har�s cincuenta lazos en el borde de la �ltima pieza del primer conjunto, y cincuenta lazos en el borde de la �ltima pieza del segundo conjunto. [11] har�s cincuenta broches de bronce e introducir�s los broches en los lazos, uniendo as� la tienda de modo que forme un espacio �nico. [12] como las piezas de la tienda exceden en amplitud, har�s extender la mitad de la pieza excedente por detr�s de la morada. [13] lo que excede en longitud de las piezas de la tienda -un codo por cada ladose extender� a ambos lados de la morada, a un lado y a otro, para cubrirla. [14] tambi�n har�s para la tienda un toldo de pieles de carnero te�idas de rojo; y encima otro toldo de cueros finos. [15] tambi�n har�s para la morada tableros de madera de acacia, y los pondr�s de pie. [16] cada tablero tendr� diez codos de largo y codo y medio de ancho. [17] tendr� adem�s dos espigas paralelas. har�s lo mismo para todos los tableros de la morada. [18] pondr�s veinte de los tableros en el flanco del n�gueb, hacia el sur. [19] har�s cuarenta basas de plata para colocarlas debajo de los veinte tableros: dos basas debajo de un tablero para sus dos espigas y dos basas debajo del otro tablero para sus dos espigas.

[20] para el segundo flanco de la morada, la parte del norte, otros veinte tableros, [21] con sus cuarenta basas de plata: dos basas debajo de un tablero y dos basas debajo de otro tablero. [22] para la parte posterior de la morada, hacia el occidente, har�s seis tableros; [23] y para los �ngulos de la morada, en su parte posterior, dos m�s, [24] que estar�n unidos, desde abajo hasta arriba, hasta la primera anilla. as� se har� con los dos tableros destinados a los dos �ngulos. [25] ser�n, pues, ocho tableros con sus basas de plata; diecis�is basas, dos debajo del otro tablero. [26] har�s, adem�s, cinco travesa�os de madera de acacia para los tableros de un flanco de la morada, [27] cinco travesa�os para los tableros del otro flanco, y cinco travesa�os para los tableros de la parte posterior de la morada, hacia el occidente. [28] el travesa�o central pasar� a media altura de los tableros, de un extremo al otro. [29] revestir�s de oro los tableros y les har�s anillas de oro, para pasar los travesa�os. tambi�n revestir�s de oro los travesa�os. [30] erigir�s la morada seg�n la norma que te ha sido mostrada en el monte. [31] har�s un velo de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal; bordar�s en �l unos querubines. [32] lo colgar�s de cuatro postes de acacia, revestidos de oro, provistos de ganchos de oro y de sus cuatro basas de plata. [33] colgar�s el velo debajo de los broches; y all�, detr�s del velo, llevar�s el arca del testimonio, y el velo os servir� para separar el santo del santo de los santos. [34] pondr�s el propiciatorio sobre el arca del testimonio, en el santo de los santos. [35] fuera del velo colocar�s la mesa, y frente a la mesa, en el lado meridional de la morada, el candelabro; pondr�s la mesa en el lado norte. [36] har�s para la entrada de la tienda una cortina de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal, labor de recamador. [37] para la cortina har�s cinco postes de acacia, que revestir�s de oro; sus ganchos ser�n tambi�n de oro, y fundir�s para ellos cinco basas de bronce. el exodo cap.27 [1] har�s el altar de madera de acacia de cinco codos de largo y cinco de ancho; ser� cuadrado y tendr� tres codos de alto. [2] har�s sobresalir de sus cuatro �ngulos unos cuernos, que formar�n un cuerpo con �l; lo revestir�s de bronce. [3] le har�s ceniceros para la grasa incinerada, badiles y acetres, tenedores y braseros. fundir�s de bronce todos estos utensilios. [4] fabricar�s para �l una rejilla de bronce, en forma de red; y en los cuatro extremos de la red fijar�s cuatro anillas de bronce. [5] la colocar�s bajo la cornisa inferior del altar, de modo que llegue desde abajo hasta la mitad del altar. [6] har�s varales para el altar, varales de madera de acacia, que revestir�s de bronce. [7] para transportar el altar, se pasar�n estos varales por las anillas de ambos lados del altar. [8] har�s el altar hueco, de paneles; conforme a lo que se te ha mostrado en el monte, as� lo har�s. [9] tambi�n har�s el atrio de la morada. del lado del n�gueb, hacia el sur, el atrio tendr� un cortinaje de lino fino torzal, en una longitud de cien codos a uno de los lados. [10] sus veinte postes descansar�n sobre veinte basas de bronce; sus ganchos y

varillas ser�n de plata. [11] a lo largo del lado septenrional habr� igualmente un cortinaje en una longitud de cien codos, con sus veinte postes que descansar�n sobre veinte basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas ser�n de plata. [12] a lo ancho del atrio, por el lado occidental, habr� un cortinaje de cincuenta codos; sus postes ser�n diez, y diez igualmente las basas en que descansar�n. [13] la anchura del atrio, al este, al oriente, ser� de cincuenta codos. [14] quince codos tendr� el cortinaje de un lado, con sus tres postes y sus tres basas. [15] por el otro lado, otro cortinaje de quince codos, con sus tres postes y sus tres basas. [16] la puerta del atrio tendr� un tapiz de veinte codos, de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal, labor de recamador. tendr� cuatro postes y cuatro basas. [17] todos los postes que rodean al atrio tendr�n varillas de plata; sus ganchos ser�n de plata y sus basas de bronce. [18] el atrio tendr� cien codos de largo, cincuenta codos de ancho y cinco codos de alto; todo de lino fino torzal y con sus basas de bronce. [19] todos los utensilios de la morada para toda clase de servicios con todo su clavaz�n y toda la clavaz�n del atrio, ser�n de bronce. [20] mandar�s a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva molida para el alumbrado, para alimentar continuamente la llama. [21] aar�n y sus hijos lo tendr�n dispuesto delante de yahveh desde la tarde hasta la ma�ana en tienda del encuentro, fuera del velo que cuelga delante del testimonio. decreto perpetuo ser� �ste para las generaciones de los israelitas. el exodo cap.28 [1] manda acercarse a ti de en medio de los israelitas a tu hermano aar�n, con sus hijos, para que ejerza mi sacerdocio aar�n, con nadab y abih�, Eleazar e itamar, hijos de aar�n. [2] har�s para aar�n, tu hermano, vestiduras sagradas, que le den majestad y esplendor. [3] hablar�s t� con todos los artesanos h�biles a quienes he llenado de esp�ritu de sabidur�a; ellos har�n las vestiduras de aar�n para que sea consagrado sacerdote m�o. [4] har�n las vestituras siguientes: un pectoral, un efod, un manto, una t�nica bordada, una tiara y una faja. har�n, pues, a tu hermano aar�n y a sus hijos vestiduras sagradas para que ejerzan mi sacerdocio. [5] tomar�n para ello oro, p�rpura violeta y escarlata, carmes� y lino fino. [6] bordar�n el efod de oro, p�rpura violeta y escarlata, carmes� y lino fino torzal. [7] se le pondr�n dos hombreras y se fijar� por sus dos extremos. [8] la cinta con que se ci�a el efod ser� de la misma hechura y formar� con �l una misma pieza: de oro, p�rpura violeta y escarlata, carmes� y lino fino torzal. [9] tomar�s dos piedras de �nice, sobre las cuales grabar�s los nombres de los hijos de israel: [10] seis de sus nombres en una piedra y los seis restantes en la otra, por orden de nacimiento. [11] como se tallan las piedras y se graban los sellos, as� har�s grabar esas dos piedras con los nombres de los hijos de israel; las har�s engarzar en engastes de oro. [12] despu�s pondr�s las dos piedras sobre las hombreras del efod, como piedras que me hagan recordar a los hijos de israel, y as� llevar� Aar�n sus nombres sobre sus dos hombros para recuerdo delante de yahveh. [13] har�s engarces de oro; [14] y tambi�n dos cadenillas de oro puro; las har�s trenzadas a manera de

cordones, y fijar�s las cadenillas trenzadas en los engarces. [15] bordar�s tambi�n el pectoral del juicio; lo har�s al estilo de la labor del efod. lo har�s de oro, p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal. [16] ser� cuadrado y doble, de un palmo de largo y otro de ancho. [17] lo llenar�s de pedrer�a, poniendo cuatro filas de piedras: en la primera fila, un sardio, un topacio y una esmeralda; [18] en la segunda fila, un rub�, un zafiro y un diamante; [19] en la tercera fila, un �palo, una �gata y una amatista; [20] en la cuarta fila, un cris�lito, un �nice y un jaspe; todas estar�n engastadas en oro. [21] las piedras corresponder�n a los nombres de los hijos de israel: doce, como los nombres de ellos. estar�n grabadas como los sellos, cada una con su nombre, conforme a las doce tribus. [22] para el pectoral har�s cadenillas de oro puro, trenzadas a manera de cordones; [23] y har�s tambi�n para el pectoral dos anillas de oro que fijar�s en sus dos extremos. [24] pasar�s los dos cordones de oro por las dos anillas, en los extremos del pectoral; [25] unir�s los dos extremos de los dos cordones a los dos engarces, y los fijar�s en la parte delantera de las hombreras del efod. [26] har�s otras dos anillas de oro que pondr�s en los dos extremos del pectoral, en el borde interior que mira hacia el efod. [27] har�s otras dos anillas de oro y las fijar�s en la parte inferior de las dos hombreras del efod, por delante, cerca de su uni�n encima de la cinta del efod. [28] sujetar�n el pectoral por sus anillas a las anillas del efod, con un cord�n de p�rpura violeta, para que el pectoral quede sobre la cinta del efod y no se desprenda del efod. [29] as� llevar� Aar�n sobre su coraz�n los nombres de los hijos de israel, en el pectoral del juicio, siempre que entre en el santuario, para recuerdo perpetuo delante de yahveh. [30] en el pectoral del juicio pondr�s el urim y el tummim, que estar�n sobre el coraz�n de aar�n cuando se presente ante yahveh. as� llevar� Aar�n constantemente sobre su coraz�n, delante de yahveh, el or�culo de los hijos de israel. [31] tejer�s el manto del efod todo �l de p�rpura violeta. [32] habr� en su centro una abertura para la cabeza; esta abertura llevar� en derredor una orla, tejida como el cuello de una cota, para que no se rompa. [33] en todo su ruedo inferior har�s granadas de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal; y entre ellas, tambi�n alrededor, pondr�s campanillas de oro: [34] una campanilla de oro y una granada; otra campanilla de oro y otra granada; as� por todo el ruedo inferior del manto. [35] aar�n lo llevar� en su ministerio y se oir� el tintineo cuando entre en el santuario, ante yahveh, y cuando salga; as� no morir�. [36] har�s, adem�s, una l�mina de oro puro y en ella grabar�s como se graban los sellos: �"consagrado a yahveh.� [37] la sujetar�s con un cord�n de p�rpura violeta, de modo que est� fija sobre la tiara; estar� en la parte delantera de la tiara. [38] quedar� sobre la frente de aar�n; pues aar�n cargar� con las faltas cometidas por los israelitas en las cosas sagradas; es decir, al ofrecer toda clase de santas ofrendas. la tendr� siempre sobre su frente, para que hallen favor delante de yahveh. [39] tejer�s la t�nica con lino fino; har�s tambi�n la tiara de lino fino, y la faja con brocado. [40] para los hijos de aar�n har�s t�nicas. les har�s tambi�n fajas y mitras que les den majestad y esplendor. [41] vestir�s as� a tu hermano aar�n y a sus hijos; los ungir�s, los investir�s y los consagrar�s para que ejerzan mi sacerdocio.

[42] hazles tambi�n calzones de lino, para cubrir su desnudez desde la cintura hasta los muslos. [43] aar�n y sus hijos los llevar�n al entrar en la tienda del encuentro, o al acercarse al altar para oficiar en el santuario, para que no incurran en culpa y mueran. decreto perpetuo ser� �ste para �l y su posteridad. el exodo cap.29 [1] para consagrarlos a mi sacerdocio has de proceder con ellos de esta manera. toma un novillo y dos carneros sin defecto, [2] panes �zimos y tortas sin levadura: unas, amasadas con aceite, y otras, untadas en aceite. las har�s con flor de harina de trigo. [3] las pondr�s en un canastillo y las presentar�s en �l junto con el novillo y los dos carneros. [4] mandar�s que aar�n y sus hijos se acerquen a la entrada de la tienda del encuentro, donde los ba�ar�s con agua. [5] tomar�s las vestiduras y vestir�s a aar�n con la t�nica, el manto del efod, el efod y el pectoral, que ce�ir�s con la cinta del efod. [6] pondr�s la tiara sobre su cabeza, y sobre la tiara colocar�s la diadema sagrada. [7] entonces tomar�s el �leo de la unci�n, lo derramar�s sobre su cabeza y as� le ungir�s. [8] har�s igualmente que se acerquen sus hijos y los vestir�s con t�nicas; [9] ce�ir�s a aar�n y a sus hijos las fajas y les pondr�s las mitras. a ellos les corresponder� el sacerdocio por decreto perpetuo. as� investir�s a aar�n y a sus hijos. [10] presentar�s el novillo ante la tienda del encuentro, y aar�n y sus hijos impondr�n las manos sobre la cabeza del novillo. [11] luego inmolar�s el novillo delante de yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro. [12] tomando sangre del novillo, untar�s con tu dedo los cuernos del altar, y derramar�s toda la sangre al pie del altar. [13] saca todo el sebo que cubre las entra�as, el que queda junto al h�gado, y los dos ri�ones con el sebo que los envuelve, para quemarlo en el altar. [14] pero quemar�s fuera del campamento la carne del novillo, con su piel y sus excrementos. es sacrificio por el pecado. [15] despu�s tomar�s uno de los carneros y aar�n y sus hijos impondr�n las manos sobre la cabeza del carnero. [16] una vez inmolado el carnero, tomar�s su sangre y la derramar�s en torno al altar. [17] luego despedazar�s el carnero, lavar�s sus entra�as y sus patas; las pondr�s sobre sus porciones y sobre su cabeza, [18] y quemar�s todo el carnero en el altar. es holocausto para yahveh, calmante aroma de manjares abrasados en honor de yahveh. [19] tomar�s tambi�n el segundo carnero, y aar�n y sus hijos impondr�n las manos sobre la cabeza del carnero. [20] una vez inmolado, tomar�s su sangre y untar�s con ella el l�bulo de la oreja derecha de aar�n y el l�bulo de la oreja derecha de sus hijos; el pulgar de su mano derecha y el pulgar de su pie derecho, y derramar�s la sangre alrededor del altar. [21] tomar�s luego sangre de la que est� sobre el altar, y �leo de la unci�n, para rociar a aar�n y sus vestiduras, a sus hijos y las vestiduras de sus hijos juntamente con �l. as� quedar� consagrado �l y sus vestiduras y con �l sus hijos y las vestiduras de sus hijos. [22] toma despu�s el sebo de este carnero: la cola, el sebo que cubre las entra�as, el que queda junto al h�gado, los dos ri�ones con el sebo que lo envuelve y la pierna derecha, porque se trata del carnero de la investidura. [23] toma del canastillo de los �zimos que est� delante de yahveh un pan redondo,

una torta de pan de aceite y otra, untada de aceite. [24] lo pondr�s todo sobre las palmas de las manos de aar�n y de sus hijos; y lo mecer�s como ofrenda mecida delante de yahveh. [25] despu�s lo tomar�s de sus manos y lo quemar�s en el altar junto al holocausto como calmante aroma ante yahveh. es un manjar abrasado en honor de yahveh. [26] tomar�s tambi�n el pecho del carnero inmolado por la investidura de aar�n, y lo mecer�s como ofrenda mecida delante de yahveh; esa ser� tu porci�n. [27] as� santificar�s el pecho de la ofrenda mecida y la pierna de la ofrenda reservada, es decir, lo que ha sido mecido y reservado del carnero de la investidura de aar�n y de sus hijos; [28] seg�n decreto perpetuo, pertenecer�n a aar�n y a sus hijos, como porci�n recibida de los israelitas, porque es ofrenda reservada; ser� reservada de lo que ofrecen los israelitas, en sus sacrificios de comuni�n como ofrenda reservada a yahveh. [29] las vestiduras sagradas de aar�n ser�n, despu�s de �l, para sus hijos, de modo que, vestidos con ellas, sean ungidos e investidos. [30] por siete d�as las vestir� aquel de sus hijos que le suceda como sacerdote y entre en la tienda del encuentro para oficiar en el santuario. [31] tomar�s despu�s el carnero de la investidura y cocer�s su carne en lugar sagrado; [32] aar�n y sus hijos comer�n a la entrada de la tienda del encuentro la carne del carnero y el pan del canastillo. [33] comer�n aquello que ha servido para su expiaci�n al investirlos y consagrarlos; pero que ning�n laico coma de ello, porque es cosa sagrada. [34] si a la ma�ana siguiente sobra algo de la carne o del pan de la investidura, quemar�s este resto; no ha de comerse, porque es cosa sagrada. [35] har�s, pues, con aar�n y con sus hijos de esta manera, seg�n todo lo que te he mandado. siete d�as invertir�s en la investidura. [36] cada d�a ofrecer�s un novillo en expiaci�n como sacrificio por el pecado; y purificar�s, mediante tu expiaci�n, el altar, que ungir�s para consagrarlo. [37] siete d�as har�s la expiaci�n por el altar, y lo santificar�s; el altar ser� cosa sacrat�sima; todo cuanto toque al altar quedar� consagrado. [38] he aqu� lo que has de ofrecer sobre el altar: dos corderos primales cada d�a, perpetuamente. [39] ofrecer�s un cordero por la ma�ana y el otro entre dos luces; [40] y con el primer cordero, una d�cima de medida de flor de harina, amasada con un cuarto de sextario de aceite de oliva molida, y como libaci�n un cuarto de sextario de vino. [41] ofrecer�s el otro cordero entre dos luces; lo ofrecer�s con la misma oblaci�n que a la ma�ana y con la misma libaci�n, como calmante aroma del manjar abrasado en honor de yahveh, [42] en holocausto perpetuo, de generaci�n en generaci�n, ante yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro, donde me encontrar� contigo, para hablarte all�. [43] me encontrar� con los israelitas en ese lugar que ser� consagrado por mi gloria. [44] consagrar� la tienda del encuentro y el altar, y consagrar� tambi�n a aar�n y a sus hijos para que ejerzan mi sacerdocio. [45] morar� en medio de los israelitas, y ser� para ellos dios. [46] y reconocer�n que yo soy yahveh, su dios, que los saqu� del pa�s de egipto para morar entre ellos. yo, yahveh, su dios. el exodo cap.30 [1] har�s tambi�n un altar para quemar el incienso. de madera de acacia lo har�s. [2] ser� cuadrado: de un codo de largo y otro de ancho; su altura ser� de dos codos. sus cuernos formar�n un solo cuerpo con �l.

[3] lo revestir�s de oro puro, tanto su parte superior como sus costados, as� como sus cuernos. pondr�s en su derredor una moldura de oro, [4] y debajo de la moldura, a los costados, har�s dos anillas. las har�s a ambos lados, para meter por ellas los varales con que transportarlo. [5] har�s los varales de madera de acacia y los revestir�s de oro. [6] colocar�s el altar delante del velo que est� junto al arca del testimonio y ante el propiciatorio que cubre el testimonio, donde yo me encontrar� contigo. [7] aar�n quemar� en �l incienso arom�tico; lo quemar� todas la ma�anas, al preparar las l�mparas, [8] y lo quemar� tambi�n cuando al atardecer alimente las l�mparas. ser� incienso continuo ante yahveh, de generaci�n en generaci�n. [9] no ofrezc�is sobre �l incienso profano, ni holocausto ni oblaci�n, ni derram�is sobre �l libaci�n alguna. [10] aar�n una vez al a�o har� expiaci�n sobre los cuernos de este altar. con la sangre del sacrificio por el pecado, es decir, el de la expiaci�n, una vez cada a�o har� expiaci�n por �l en vuestras sucesivas generaciones. cosa sacrat�sima es el altar en honor de yahveh. [11] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [12] cuando cuentes el n�mero de los israelitas para hacer su censo, cada uno pagar� a yahveh el rescate por su vida al ser empadronado, para que no haya plaga entre ellos con motivo del empadronamiento. [13] esto es lo que ha de dar cada uno de los comprendidos en el censo: medio siclo, en siclos del santuario. este siclo es de veinte �bolos. el tribruto reservado a yahveh es medio siclo. [14] todos los comprendidos en el censo, de veinte a�os en adelante, pagar�n el tributo reservado a yahveh. [15] el rico no dar� m�s, ni el pobre menos del medio siclo, al pagar el tributo a yahveh como rescate de vuestras vidas. [16] tomar�s el dinero del rescate de parte de los israelitas, y lo daras para el servicio de la tienda del encuentro; y ser� para los israelitas como recordatorio ante yahveh por el rescate de sus vidas. [17] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [18] haz una pila de bronce, con su base de bronce, para las abluciones. col�cala entre la tienda del encuentro y el altar, y echa agua en ella, [19] para que aar�n y sus hijos se laven las manos y los pies con su agua. [20] antes de entrar en la tienda del encuentro se han de lavar con agua para que no mueran; tambi�n antes de acercarse al altar para el ministerio de quemar los manjares que se abrasan en honor de yahveh. [21] se lavar�n las manos y los pies, y no morir�n. este ser� decreto perpetuo para ellos, para aar�n y su posteridad, de generaci�n en generaci�n. [22] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [23] toma t� aromas escogidos: de mirra pura, quinientos siclos; de cinamomo, la mitad, o sea, 250; de ca�a arom�tica, 250; [24] de casia, quinientos, en siclos del santuario, y un sextario de aceite de oliva. [25] preparar�s con ello el �leo para la unci�n sagrada, perfume arom�tico como lo prepara el perfumista. este ser� el �leo para la unci�n sagrada. [26] con �l ungir�s la tienda del encuentro y el arca del testimonio, [27] la mesa con todos sus utensilios, el candelabro con todos sus utensilios, el altar del incienso, [28] el altar del holocausto con todos sus utensilios y la pila con su base. [29] as� los consagrar�s y ser�n cosa sacrat�sima. todo cuanto los toque quedar� santificado. [30] ungir�s tambi�n a aar�n y a sus hijos y los consagrar�s para que ejerzan mi sacerdocio. [31] hablar�s a los israelitas, diciendo: este ser� para vosotros el �leo de la unci�n sagrada de generaci�n en generaci�n. [32] no debe derramarse sobre el cuerpo de ning�n hombre; no har�is ning�n otro

de composici�n parecida a la suya. santo es y lo tendr�is por cosa sagrada. [33] cualquiera que prepare otro semejante, o derrame de �l sobre un laico, ser� exterminado de su pueblo. [34] dijo yahveh a mois�s: proc�rate en cantidades iguales aromas estacte, u�a marina y g�lbano, especias arom�ticas e incienso puro. [35] prepara con ello, seg�n el arte del perfumista, un incienso perfumado, sazonado con sal, puro y santo; [36] pulverizar�s una parte que pondr�s delante del testimonio, en la tienda del encuentro, donde yo me encontrar� contigo. ser� para vosotros cosa sacrat�sima. [37] y en cuanto a la composici�n de este incienso que vas a hacer, no la imit�is para vuestro uso. lo tendr�s por consagrado a yahveh. [38] cualquiera que prepare otro semejante para aspirar su fragancia, ser� exterminado de en medio de su pueblo. el exodo cap.31 [1] habl� Yahveh a mois�s diciendo: [2] mira que he designado a besalel, hijo de ur�, hijo de jur, de la tribu de jud�; [3] y le he llenado del esp�ritu de dios concedi�ndole habilidad, pericia y experiencia en toda clase de trabajos; [4] para concebir y realizar proyectos en oro, plata y bronce; [5] para labrar piedras de engaste, tallar la madera y ejecutar cualquier otra labor. [6] mira que yo le he dado por colaborador a oholiab, hijo de ajisamak, de la tribu de dan; y adem�s, en el coraz�n de todos los hombres h�biles he infundido habilidad para que hagan todo lo que te he mandado: [7] la tienda del encuentro, el arca del testimonio, el propiciatorio que la cubre y todos los utensilios de la tienda; [8] la mesa con sus utensilios, el candelabro con todos sus utensilios, el altar del incienso, [9] el altar del holocausto con todos sus utensilios, la pila con su base; [10] las vestiduras de ceremonia, las vestiduras sagradas del sacerdote aar�n, y las vestiduras de sus hijos para las funciones sacerdotales: [11] el �leo de la unci�n y el incienso arom�tico para el santuario. ellos lo har�n conforme a todo lo que te he ordenado. [12] habl� Yahveh a mois�s diciendo: [13] habla t� a los israelitas y diles: no dej�is de guardar mis s�bados; porque el s�bado es una se�al entre yo y vosotros, de generaci�n en generaci�n, para que sep�is que yo, yahveh, soy el que os santifico. [14] guardad el s�bado, porque es sagrado para vosotros. el que lo profane morir�. todo el que haga alg�n trabajo en �l ser� exterminado de en medio de su pueblo. [15] seis d�as se trabajar�; pero el d�a s�ptimo ser� d�a de descanso completo, consagrado a yahveh. todo aquel que trabaje en s�bado, morir�. [16] los israelitas guardar�n el s�bado celebr�ndolo de generaci�n en generaci�n como alianza perpetua. [17] ser� entre yo y los israelitas una se�al perpetua; pues en seis d�as hizo yahveh los cielos y la tierra, y el d�a s�ptimo descans� y tom� respiro. [18] despu�s de hablar con mois�s en el monte sina�, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de dios. el exodo cap.32 [1] cuando el pueblo vio que mois�s tardaba en bajar del monte, se reuni� el pueblo en torno a aar�n y le dijeron: �anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros, ya que no sabemos qu� ha sido de mois�s, el hombre que nos sac� de la tierra de egipto.�

[2] aar�n les respondi�: �quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y vuestras hijas, y tra�dmelos.� [3] y todo el pueblo se quit� los pendientes de oro que llevaba en las orejas, y los entreg� a aar�n. [4] los tom� �l de sus manos, hizo un molde y fundi� un becerro. entonces ellos exclamaron: �este es tu dios, israel, el que te ha sacado de la tierra de egipto.� [5] viendo esto aar�n, erigi� un altar ante el becerro y anunci� �Ma�ana habr� fiesta en honor de yahveh.� [6] al d�a siguiente se levantaron de madrugada y ofrecieron holocaustos y presentaron sacrificios de comuni�n. luego se sent� el pueblo a comer y beber, y despu�s se levantaron para solazarse. [7] entonces habl� Yahveh a mois�s, y dijo: ��anda, baja! porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de egipto, ha pecado. [8] bien pronto se han apartado el camino que yo les hab�a prescrito. se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante �l; le han ofrecido sacrificios y han dicho: "este es tu dios, israel, el que te ha sacado de la tierra de egipto."� [9] y dijo yahveh a mois�s: �ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. [10] d�jame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio, har� un gran pueblo.� [11] pero mois�s trat� de aplacar a yahveh su dios, diciendo "�por qu�, oh yahveh, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, el que t� sacaste de la tierra de egipto con gran poder y mano fuerte? [12] �van a poder decir los egipcios: por malicia los ha sacado, para matarlos en las monta�as y exterminarlos de la faz de la tierra? abandona el ardor de tu c�lera y renuncia a lanzar el mal contra tu pueblo. [13] acu�rdate de abraham, de isaac y de israel, siervos tuyos, a los cuales juraste por ti mismo: multiplicar� vuestra descendencia como las estrellas del cielo; toda esta tierra que os tengo prometida, la dar� a vuestros descendientes, y ellos la poseer�n como herencia para siempre.� [14] y yahveh renunci� a lanzar el mal con que hab�a amenazado a su pueblo. [15] volvi�se mois�s y baj� del monte, con las dos tablas del testimonio en su mano, tablas escritas por ambos lados; por una y otra cara estaban escritas. [16] las tablas eran obra de dios, y la escritura, grabada sobre las mismas, era escritura de dios. [17] cuando josu� oy� la voz del pueblo que gritaba, dijo a mois�s �gritos de guerra en el campamento.� [18] respondi� Mois�s �no son gritos de victoria, ni alarido de derrota. cantos a coro es lo que oigo.� [19] cuando mois�s lleg� cerca del campamento y vio el becerro y las danzas, ardi� en ira, arroj� de su mano las tablas y las hizo a�icos al pie del monte. [20] luego tom� el becerro que hab�an hecho, lo quem� y lo moli� hasta redurcirlo a polvo, que esparci� en el agua, y se lo dio a beber a los israelitas. [21] y dijo mois�s a aar�n: ��qu� te hizo este pueblo para que hayas tra�do sobre �l tan gran pecado?� [22] aar�n respondi�: �no se encienda la ira de mi se�or. t� mismo sabes que este pueblo es inclinado al mal. [23] me dijeron: "haznos un dios que vaya delante de nosotros, ya que no sabemos qu� le ha sucedido a mois�s, el hombre que nos sac� de la tierra de egipto." [24] yo les contest�: "el que tenga oro despr�ndase." ellos se lo quitaron y me lo dieron; yo lo ech� al fuego y sali� este becerro.� [25] vio mois�s al pueblo desenfrenado -pues aar�n les hab�a permitido entregarse a la idolatr�a en medio de sus adversarios[26] y se puso mois�s a la puerta del campamento, y exclam�: ��a m� los de yahveh!� y se le unieron todos los hijos de lev�. [27] el les dijo: �as� dice yahveh, el dios de israel: c��ase cada uno su espada al costado; pasad y repasad por el campamento de puerta en puerta, y matad cada uno a su hermano, a su amigo y a su pariente.� [28] cumplieron los hijos de lev� la orden de mois�s; y cayeron aquel d�a unos

3000 hombres del pueblo. [29] y dijo mois�s: �hoy hab�is recibido la investidura como sacerdotes de yahveh, cada uno a costa de vuestros hijos y vuestros hermanos, para que �l os d� hoy la bendici�n.� [30] al d�a siguiente dijo mois�s al pueblo: �hab�is cometido un gran pecado. yo voy a subir ahora donde yahveh; acaso pueda obtener la expiaci�n de vuestro pecado.� [31] volvi� Mois�s donde yahveh y dijo: ��ay! este pueblo ha cometido un gran pecado al hacerse un dios de oro. [32] con todo, si te dignas perdonar su pecado..., y si no, b�rrame del libro que has escrito.� [33] yahveh respondi� a mois�s: al que peque contra m�, le borrar� yo de mi libro. [34] ahora ve y conduce al pueblo adonde te he dicho. he aqu� que mi �ngel ir� delante de ti, mas en el d�a de mi visita los castigar� yo por su pecado.� [35] y yahveh castig� al pueblo a causa del becerro fabricado por aar�n. el exodo cap.33 [1] dijo yahveh a mois�s: �anda, sube de aqu�, t� y el pueblo que sacaste de egipto, a la tierra que yo promet� con juramento a abraham, a isaac y a jacob, diciendo: "a tu posteridad se la dar�." [2] enviar� delante de ti un �ngel y expulsar� al cananeo, al amorreo, al hitita, al perizita, al jivita y al jebuseo. [3] sube a una tierra que mana leche y miel; que yo no subir� contigo, pues eres un pueblo de dura cerviz; no sea que te destruya en el camino.� [4] al o�r el pueblo estas duras palabras, hizo duelo y nadie se visti� sus galas. [5] dijo entonces yahveh a mois�s: �di a los israelitas: vosotros sois un pueblo de dura cerviz. si yo saliera contigo, aunque fuera un solo momento, te destruir�a. ahora, pues, qu�tate tus galas, para que yo sepa qu� he de hacer contigo.� [6] y los israelitas se despojaron de sus galas a partir del monte horeb. [7] tom� Mois�s la tienda y la plant� para �l a cierta distancia fuera del campamento; la llam� Tienda del encuentro. de modo que todo el que ten�a que consultar a yahveh sal�a hacia la tienda del encuentro, que estaba fuera del campamento. [8] cuando sal�a mois�s hacia la tienda, todo el pueblo se levantaba y se quedaba de pie a la puerta de su tienda, siguiendo con la vista a mois�s hasta que entraba en la tienda. [9] y una vez entrado mois�s en la tienda, bajaba la columna de nube y se deten�a a la puerta de la tienda, mientras yahveh hablaba con mois�s. [10] todo el pueblo ve�a la columna de nube detenida a la puerta de la tienda y se levantaba el pueblo, y cada cual se postraba junto a la puerta de su tienda. [11] yahveh hablaba con mois�s cara a cara, como habla un hombre con su amigo. luego volv�a mois�s al campamento, pero su ayudante, el joven josu�, hijo de nun, no se apartaba del interior de la tienda. [12] dijo mois�s a yahveh: �mira, t� me dices: haz subir a este pueblo; pero no me has indicado a qui�n enviar�s conmigo; a pesar de que me has dicho: "te conozco por tu nombre", y tambi�n: "has hallado gracia a mis ojos." [13] ahora, pues, si realmente he hallado gracia a tus ojos, hazme saber tu camino, para que yo te conozca y halle gracia a tus ojos, y mira que esta gente es tu pueblo.� [14] respondi� �l: �yo mismo ir� contigo y te dar� descanso.� [15] contest�le: �si no vienes t� mismo, no nos hagas partir de aqu�. [16] pues �en qu� podr� conocerse que he hallado gracia a tus ojos, yo y tu pueblo, sino en eso, en que t� marches con nosotros? as� nos distinguiremos, yo y tu pueblo, de todos los pueblos que hay sobre la tierra.�

[17] respondi� Yahveh a mois�s: �har� tambi�n esto que me acabas de pedir, pues has hallado gracia a mis ojos, y yo te conozco por tu nombre.� [18] entonces dijo mois�s: �d�jame ver, por favor, tu gloria.� [19] el le contest�: �yo har� pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciar� delante de ti el nombre de yahveh; pues hago gracia a quien hago gracia y tengo misericordia con quien tengo misericordia.� [20] y a�adi�: �pero mi rostro no podr�s verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo.� [21] luego dijo yahveh: �mira, hay un lugar junto a m�; t� te colocar�s sobre la pe�a. [22] y al pasar mi gloria, te pondr� en una hendidura de la pe�a y te cubrir� con mi mano hasta que yo haya pasado. [23] luego apartar� mi mano, para que veas mis espaldas; pero mi rostro no se puede ver.� el exodo cap.34 [1] dijo yahveh a mois�s. �labra dos tablas de piedra como las primeras, sube donde m�, al monte y yo escribir� en las tablas las palabras que hab�a en las primeras tablas que rompiste. [2] prep�rate para subir ma�ana temprano al monte sina�; all� en la cumbre del monte te presentar�s a m�. [3] que nadie suba contigo, ni aparezca nadie en todo el monte. ni oveja ni buey paste en el monte.� [4] labr� Mois�s dos tablas de piedra como las primeras y, levant�ndose de ma�ana, subi� al monte sina� como le hab�a mandado yahveh, llevando en su mano las dos tablas de piedra. [5] descendi� Yahveh en forma de nube y se puso all� junto a �l. mois�s invoc� el nombre de yahveh. [6] yahveh pas� por delante de �l y exclam�: �yahveh, yahveh, dios misericordioso y clemente, tardo a la c�lera y rico en amor y fidelidad, [7] que mantiene su amor por millares, que perdona la iniquidad, la rebeld�a y el pecado, pero no los deja impunes; que castiga la iniquidad de los padres en los hijos y en los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generaci�n.� [8] al instante, mois�s cay� en tierra de rodillas y se postr�, [9] diciendo: �si en verdad he hallado gracia a tus ojos, oh se�or, d�gnese mi se�or venir en medio de nosotros, aunque sea un pueblo de dura cerviz; perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y rec�benos por herencia tuya.� [10] respondi� �l: �mira, voy a hacer una alianza; realizar� maravillas delante de todo tu pueblo, cono nunca se han hecho en toda la tierra ni en naci�n alguna; y todo el pueblo que te rodea ver� la obra de yahveh; porque he de hacer por medio de ti cosas que causen temor. [11] observa bien lo que hoy te mando. he aqu� que voy a expulsar delante de ti al amorreo, al cananeo, al hitita, al perizita, al jivita y al jebuseo. [12] gu�rdate de hacer pacto con los habitantes del pa�s en que vas a entrar, para que no sean un lazo en medio de ti. [13] al contrario, destruir�is sus altares, destrozar�is sus estelas y romper�is sus cipos. [14] no te postrar�s ante ning�n otro dios, pues yahveh se llama celoso, es un dios celoso. [15] no hagas pacto con los moradores de aquella tierra, no sea que cuando se prostituyan tras sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten a ti y t� comas de sus sacrificios; [16] y no sea que tomes sus hijas para tus hijos, y que al prostituirse sus hijas tras sus dioses, hagan tambi�n que tus hijos se prostituyan tras los dioses de ellas. [17] no te har�s dioses de fundici�n. [18] guardar�s la fiesta de los azimos; siete d�as comer�s �zimos como te he

mandado, al tiempo se�alado, esto es, en el mes de abib, pues en el mes de abib saliste de egipto. [19] todo lo que abre el seno es m�o, todo primer nacido, macho, sea de vaca o de oveja, es m�o. [20] el primer nacido de asno lo rescatar�s con una oveja; y si no lo rescatas, lo desnucar�s. rescatar�s todos los primog�nitos de tus hijos, y nadie se presentar� ante m� con las manos vac�as. [21] seis d�as trabajar�s, mas en el s�ptimo descansar�s; descansar�s en tiempo de siembra y siega. [22] celebrar�s la fiesta de las semanas: la de las primicias de la siega del trigo, y tambi�n la fiesta de la recolecci�n al final del a�o. [23] tres vecees al a�o se presentar�n todos tus varones ante yahveh, el se�or, el dios de israel. [24] pues cuando yo expulse a los pueblos delante de ti y ensanche tus fronteras, nadie codiciar� tu tierra cuando tres veces al a�o subas a presentarte ante yahveh, tu dios. [25] no inmolar�s con pan fermentado la sangre de mi sacrificio, ni quedar� hasta el d�a siguiente la v�ctima de la fiesta de pascua. [26] llevar�s a la casa de yahveh, tu dios, lo mejor de las primicias de los frutos de tu suelo. no cocer�s el cabrito en la leche de su madre.� [27] dijo yahveh a mois�s: �consigna por escrito estas palabras, pues a tenor de ellas hago alianza contigo y con israel.� [28] mois�s estuvo all� con yahveh cuarenta d�as y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. y escribi� en las tablas las palabras de la alianza, las diez palabras. [29] luego, baj� Mois�s del monte sina� y, cuando baj� del monte con las dos tablas del testimonio en su mano, no sab�a que la piel de su rostro se hab�a vuelto radiante, por haber hablado con �l. [30] aar�n y todos los israelitas miraron a mois�s, y al ver que la piel de su rostro irradiaba, tem�an acercarse a �l. [31] mois�s los llam�. Aar�n y todos los jefes de la comunidad se volvieron a �l y mois�s habl� con ellos. [32] se acercaron a continuaci�n todos los israelitas y �l les conmin� cuanto yahveh le hab�a dicho en el monte sina�. [33] cuando mois�s acab� de hablar con ellos, se puso un velo sobre el rostro. [34] siempre que mois�s se presentaba delante de yahveh para hablar con �l, se quitaba el velo hasta que sal�a, y al salir dec�a a los israelitas lo que yahveh hab�a ordenado. [35] los israelitas ve�an entonces que el rostro de mois�s irradiaba, y mois�s cubr�a de nuevo su rostro hasta que entraba a hablar con yahveh. el exodo cap.35 [1] mois�s reuni� a toda la comunidad de los israelitas y les dijo: �esto es lo que yahveh ha mandado hacer. [2] durante seis d�as se trabajar�, pero el d�a s�ptimo ser� sagrado para vosotros, d�a de descanso completo en honor de yahveh. cualquiera que trabaje en ese d�a, morir�. [3] en ninguna de vuestras moradas encender�is fuego en d�a de s�bado.� [4] mois�s habl� as� a toda la comunidad de los israelitas: �esta es la orden de yahveh: [5] reservad de vuestros bienes una ofrenda para yahveh. que reserven ofrenda para yahveh todos aquellos a quienes su coraz�n mueva: oro, plata y bronce, [6] p�rpura violeta y escarlata, carmes�, lino fino, pelo de cabra, [7] pieles de carnero te�idas de rojo, cueros finos y maderas de acacia, [8] aceite para el alumbrado, aromas para el �leo de la unci�n y para el incienso arom�tico, [9] piedras de �nice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.

[10] que vengan los art�fices h�biles de entre vosotros a realizar cuanto yahveh ha ordenado: [11] la morada, su tienda y su toldo, sus broches, sus tableros, sus travesa�os, sus postes y sus basas; [12] el arca y sus varales, el propiciatorio y el velo que lo cubre; [13] la mesa con sus varales y todos sus utensilios, el pan de la presencia, [14] el candelabro para el alumbrado con sus utensilios, y sus l�mparas, y el aceite del alumbrado; [15] el altar del incienso con sus varales; el �leo de la unci�n, el incienso arom�tico, la cortina del vano de la entrada a la morada, [16] el altar de los holocaustos con su rejilla de bronce, sus varales y todos su utensilios; la pila con su base; [17] los cortinajes del atrio con sus postes y sus basas; el tapiz de la entrada del atrio; [18] la clavaz�n de la morada y la clavaz�n del atrio y sus cuerdas; [19] los ornamentos de ceremonia para oficiar en el santuario; las vestiduras sagradas para el sacerdote aar�n y las vestiduras de sus hijos para sus funciones sacerdotales.� [20] entonces, toda la comunidad de los israelitas se retir� de la presencia de mois�s; [21] todos aquellos a quienes impulsaba su coraz�n y mov�a su esp�ritu vinieron a traer la ofrenda reservada a yahveh, para los trabajos de la tienda del encuentro, para todo su servicio y para las vestiduras sagradas. [22] ven�an hombres y mujeres: todos los que eran movidos por su coraz�n tra�an zarcillos, pendientes, anillos de oro, el oro que cada uno presentaba como ofrenda mecida para yahveh. [23] cuantos pose�an p�rpura violeta y escarlata, y carmes�, lino fino, pelo de cabra, pieles de carnero te�idas de rojo y cueros finos, los tra�an tambi�n. [24] cuantos pudieron reservar una ofrenda de plata o de bronce, la llevaron como ofrenda reservada a yahveh. lo mismo hicieron los que pose�an madera de acacia, que sirviera para los trabajos de la obra. [25] todas las mujeres h�biles en el oficio hilaron con sus manos y llevaron la p�rpura violeta y escarlata, el carmes� y lino fino que hab�an hilado. [26] todas las mujeres h�biles en hilar, hilaron pelo de cabra, movidas por su coraz�n. [27] los jefes trajeron piedras de �nice y piedras de engaste para el efod y el pectoral; [28] aromas y aceite para el alumbrado, para el �leo de la unci�n y para el incienso arom�tico. [29] todos los israelitas, hombres y mujeres, cuyo coraz�n les hab�a impulsado a llevar algo para cualquiera de los trabajos que yahveh, por medio de mois�s, les hab�a encomendado, presentaron sus ofrendas voluntarias a yahveh. [30] mois�s dijo entonces a los israelitas: �mirad, yahveh ha designado a besalel, hijo de ur�, hijo de jur, de la tribu de jud�, [31] y le ha llenado del esp�ritu de dios, confiri�ndole habilidad, pericia y experiencia en toda clase de trabajos, [32] para concebir y realizar proyectos en oro, plata y bronce, [33] para labrar piedras de engaste, tallar la madera y ejecutar cualquier otra labor de artesan�a; [34] a �l y oholiab, hijo de ajisamak de la tribu de dan, les ha puesto en el coraz�n el don de ense�ar. [35] les ha llenado de habilidad para toda clase de labores en talla y bordado, en recamado de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino, y en labores de tejidos. son capaces de ejecutar toda clase de trabajos y de idear proyectos.� el exodo cap.36 [1] as�, pues, besalel, oholiab y todos los hombres h�biles en quienes yahveh

hab�a infundido habilidad y pericia para saber realizar todos los trabajos en servicio del santuario, ejecutaron todo conforme hab�a mandado yahveh. [2] llam� Mois�s a besalel y a oholiab y a todos los hombres h�biles en cuyo coraz�n Yahveh hab�a infundido habilidad, a todos los que su coraz�n mov�a a ponerse al trabajo para realizarlo. [3] recibieron de mois�s todas las ofrendas que los israelitas hab�an reservado para la ejecuci�n de la obra del santuario. entre tanto los israelitas segu�an entregando a mois�s cada ma�ana ofrendas voluntarias. [4] por eso, todos los art�fices dedicados a los trabajos del santuario dejaron cada cual su trabajo, [5] y fueron a hablar con mois�s, diciendo: �el pueblo entrega m�s de lo que se precisa para la realizaci�n de las obras que yahveh ha mandado hacer.� [6] entonces mois�s mand� correr la voz por el campamento: �ni hombre ni mujer reserve ya m�s ofrendas para el santuario.� suspendi� el pueblo su aportaci�n, [7] pues hab�a material suficiente para ejecutar todos los trabajos; y aun sobraba. [8] entonces los art�fices m�s expertos de entre los que ejecutaban el trabajo hicieron la morada. la hizo con diez tapices de lino fino torzal, de p�rpura violeta y escarlata y de carmes� con querubines bordados. [9] la longitud de cada tapiz era de veintiocho codos y la anchura de cuatro. todos los tapices ten�an las mismas medias. [10] uni� cinco tapices entre s� y lo mismo los otros cinco. [11] puso lazos de p�rpura violeta en el borde del tapiz con que termina el primer conjunto; los puso tambi�n en el borde del tapiz con que termina el segundo conjunto. [12] puso cincuenta lazos en el primer tapiz y otros cincuenta en el borde del �ltimo tapiz del segundo conjunto, correspondi�ndose los lazos unos a otros. [13] hizo tambi�n cincuenta broches de oro, y con los broches enlaz� entre s� los tapices, de modo que la morada vino a formar un espacio �nico. [14] teji� tambi�n piezas de pelo de cabra para que, a modo de tienda, cubrieran la morada. teji� once de estas piezas. [15] la longitud de cada pieza era de treinta codos y de cuatro la anchura. las once piezas ten�an las mismas medidas. [16] junt� cinco piezas en una parte y seis en la otra. [17] hizo cincuenta lazos en el borde de la �ltima pieza del primer conjunto, y cincuenta lazos en el borde de la �ltima pieza del segundo conjunto. [18] hizo cincuenta broches de bronce para unir la tienda, formando un espacio �nico. [19] hizo adem�s para la tienda un toldo de pieles de carnero te�idas de rojo, y encima otro toldo de cueros finos. [20] para la morada hizo los tableros de madera de acacia y los puso de pie. [21] cada tablero ten�a diez codos de largo, y codo y medio de ancho. [22] ten�a adem�s dos espigas paralelas. hizo lo mismo todos los tableros de la morada. [23] puso los tableros para la morada: veinte para el flanco del n�gueb, hacia el sur; [24] hizo cuarenta basas de plata para colocarlas debajo de los veinte tableros: dos basas debajo de un tablero para sus dos espigas y dos basas debajo del otro tablero para sus dos espigas. [25] para el segundo flanco de la morada, la parte del norte, hizo otros veinte tableros, [26] con sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de un tablero y dos basas debajo del otro tablero. [27] para la parte posterior de la morada, hacia el occidente, hizo seis tableros; [28] para los �ngulos de la morada en su parte posterior, dos m�s, [29] que estaban unidos desde abajo hasta arriba, hasta la primera anilla. as� lo hizo con los dos tableros destinados a los dos �ngulos.

[30] eran, pues, ocho tableros con sus basas de plata; diecis�is basas, dos debajo de cada tablero. [31] despu�s hizo travesa�os de madera de acacia: cinco travesa�os para los tableros de un flanco de la morada; [32] y cinco travesa�os para los tableros del otro flanco de la morada; y otros cinco para los tableros de la parte posterior de la morada hacia el occidente. [33] hizo el travesa�o central de tal suerte que pasase a media altura de los tableros, de un extremo al otro. [34] revisti� de oro los tableros; de oro hizo tambi�n sus anillas para pasar los travesa�os, y los revisti� igualmente de oro. [35] hizo el velo de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal; bord� en �l unos querubines. [36] hizo para colgarlo cuatro postes de acacia, revestidos de oro y provistos de ganchos de oro; fundi� para ellos cuatro basas de plata. [37] hizo para la entrada de la tienda una cortina de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal, labor de recamador, [38] con sus cinco postes y sus ganchos. revisti� de oro sus capiteles y sus varillas y fundi� en bronce sus cinco basas. el exodo cap.37 [1] besalel hizo el arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho, y codo y medio de alto. [2] la revisti� de oro puro, por dentro y por fuera, y adem�s puso en su derredor una moldura de oro. [3] fundi� cuatro anillas de oro para sus cuatro pies, dos anillas a un costado y dos anillas al otro. [4] hizo tambi�n varales de madera de acacia, que revisti� de oro; [5] pas� los varales por las anillas de los costados del arca, para transportarla. [6] despu�s hizo un propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo, y de codo y medio de ancho. [7] hizo igualmente dos querubines de oro macizo; los hizo en los dos extremos del propiciatorio; [8] el primer querub�n en un extremo y el segundo en el otro; hizo los querubines formando un cuerpo con el propiciatorio en sus dos extremos. [9] estaban los querubines con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio. [10] hizo, adem�s, la mesa de madera de acacia, de dos codos de largo, un codo de ancho y codo y medio de alto. [11] la revisti� de oro puro y le puso alrededor una moldura de oro. [12] hizo adem�s, en torno de ella, un reborde de una palma de ancho, con una moldura de oro alrededor del mismo. [13] le hizo cuatro anillas de oro y puso las anillas en los cuatro �ngulos, correspondientes a sus cuatro pies. [14] junto al reborde se hallabam las anillas para pasar por ellas los varales y transportar la mesa. [15] hizo los varales de madera de acacia y los revisti� de oro. [16] asimismo hizo de oro puro los utensilios que hab�an de estar sobre la mesa; sus fuentes, sus vasos, sus tazas y sus jarros con los que se hac�an las libaciones. [17] hizo el candelabro de oro puro. hizo el candelabro de oro macizo, su pie y su tallo. sus c�lices -corolas y flores formaban con �l un cuerpo. [18] de sus lados sal�an seis brazos: tres brazos de un lado, y tres brazos de otro. [19] el primer brazo ten�a tres c�lices en forma de flor de almendro, con corola y flor; y as� los seis brazos que sal�an del candelabro.

[20] en el mismo candelabro hab�a cuatro c�lices, en forma de flor de almendro, con sus corolas y flores; [21] una corola debajo de los dos primeros brazos que formaban cuerpo con �l, una corola debajo de los siguientes, y una corola debajo de los dos �ltimos brazos; as� con los seis brazos que sal�an del mismo. [22] las corolas y los brazos formaban un cuerpo con el candelabro; todo ello formaba un cuerpo de oro puro macizo. [23] hizo tambi�n de oro puro sus siete l�mparas, sus despabiladeras y sus ceniceros. [24] emple� un talento de oro puro para el candelabro y todos sus utensilios. [25] hizo tambi�n de madera de acacia el altar del incienso, de un codo de largo y uno de ancho, cuadrado, y de dos codos de alto. sus cuernos formaban un solo cuerpo con �l. [26] lo revisti� de oro puro, por su parte superior, sus costados y tambi�n sus cuernos. puso en su derredor una moldura de oro. [27] y debajo de la moldura, a los costados, hizo dos anillas a sus dos lados, para meter por ellas los varales con que transportarlo. [28] hizo los varales de madera de acacia y los revisti� de oro. [29] prepar� tambi�n el �leo sagrado de la unci�n, y el incienso arom�tico puro, como lo prepara el perfumista. el exodo cap.38 [1] hizo el altar de los holocaustos de madera de acacia, de cinco codos de largo y cinco de ancho, cuadrado, y de tres codos de alto. [2] hizo sobresalir de sus cuatro �ngulos unos cuernos que formaban un cuerpo con �l, y lo revisti� de bronce. [3] hizo, adem�s, todos los utensilios del altar: los ceniceros, los badiles, los acetres, los tenedores y los braseros. fundi� de bronce todos sus utensilios. [4] fabric� para el altar una rejilla de bronce en forma de red, bajo la cornisa inferior, de modo que llegaba hasta la mitad del altar. [5] fij� cuatro anillas para los cuatro extremos de la rejilla de bronce, para meter los varales. [6] hizo los varales de madera de acacia, y los revisti� de bronce, [7] y pas� los varales por las anillas a los flancos del altar, para transportarlo as�. hizo el altar hueco, de paneles. [8] hizo la pila y la basa de bronce, con los espejos de las mujeres que serv�an a la entrada de la tienda del encuentro. [9] hizo tambi�n el atrio; por el lado del n�gueb, hacia el sur, estaba el cortinaje del atrio, de lino fino torzal, de cien codos. [10] sus postes eran veinte, y veintes sus basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas eran de plata. [11] por el lado septentrional hab�a igualmente un cortinaje de cien codos. sus postes eran veinte, y veinte sus basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas eran de plata. [12] en el lado occidental hab�a un cortinaje de cincuenta codos. sus postes eran diez, y diez sus basas; los ganchos de los postes y sus varillas eran de plata. [13] en el lado este, al oriente, colgaban tambi�n cincuenta codos de cortinaje. [14] el cortinaje era de quince codos, con tres columnas y tres basas, por un lado de la entrada; [15] y por el otro lado -a ambos lados de la entrada del atrio- hab�a un cortinaje de quince codos; sus postes eran tres, y tres sus basas. [16] todos los cortinajes del recinto del atrio eran de lino fino torzal. [17] las basas de los postes eran de bronce, sus ganchos y sus varillas de plata. tambi�n sus capiteles estaban revestidos de plata, y todos los postes del atrio llevaban varillas de plata. [18] el tapiz de la puerta del atrio era labor de recamador y estaba recamado de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal. ten�a veinte codos de

largo; su altura -en el ancho- era de cinco codos, lo mismo que los cortinajes del atrio. [19] sus cuatro postes y sus cuatro basas eran de bronce; sus ganchos de plata, como tambi�n el revestimiento de sus capiteles y sus varillas. [20] toda la clavaz�n de la morada y del atrio que la rodeaba era de bronce. [21] este es el inventario de la morada, de la morada del testimonio, realizado por orden de mois�s, y hecho por los levitas bajo la direcci�n de itamar, hijo del sacerdote aar�n. [22] besalel, hijo de ur�, hijo de jur, de la tribu de jud�, hizo todo cuanto yahveh hab�a mandado a mois�s, [23] juntamente con oholiab, hijo de ajisamak, de la tribu de dan, que era art�fice, bordador y recamador en p�rpura violeta y escarlata, en carmes� y lino fino. [24] el total del oro empleado en el trabajo, en todo el trabajo del santuario, es decir, el oro de la ofrenda reservada, fue de veintinueve talentos y 730 siclos, en siclos del santuario; [25] la plata de los incluidos en el censo de la comunidad, cien talentos y 1.775 siclos, en siclos del santuario: [26] un bec� por cabeza, o sea medio siclo, en siclos del santuario, para cada hombre comprendido en el censo de los 603.550 hombres, de veinte a�os en adelante. [27] los cien talentos de plata se emplearon en fundir las basas del santuario y las basas del velo; cien basas correspondientes a los cien talentos, un talento por basa. [28] de los 1.775 siclos hizo ganchos para los postes, revisti� sus capiteles y los uni� con varillas. [29] el bronce de la ofrenda reservada fue de setenta talentos y 2.400 siclos. [30] con �l hizo las basas para la entrada de la tienda del encuentro, el altar de bronce con su rejilla de bronce y todos los utensilios del altar, [31] las basas del recinto del atrio y las basas de la entrada del atrio, toda la clavaz�n de la morada y toda la clavaz�n del atrio que la rodeaba. el exodo cap.39 [1] hicieron para el servicio del santuario vestiduras de ceremonia de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino. hicieron tambi�n las vestiduras sagradas de aar�n, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [2] hicieron, pues, el efod, de oro, de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal. [3] batieron oro en l�minas y las cortaron en hilos para hacer bordado junto con la p�rpura violeta y escarlata, con el carmesi y el lino fino. [4] pusieron al efod hombreras y lo fijaron por sus dos extremos. [5] la cinta con que se ci�e el efod era de la misma hechura y formaba con �l una sola pieza: era de oro, p�rpura violeta y escarlata, carmes� y lino fino torzal, como yahveh se lo hab�a mandado a mois�s. [6] prepararon igualmente las piedras de �nice engastadas en engastes de oro y grabadas como se graban los sellos, con los nombres de los hijos de israel; [7] las colocaron sobre las hombreras del efod, como piedras que sirvieran a yahveh de recuerdo de los hijos de israel, seg�n Yahveh hab�a ordenado a mois�s. [8] bordaron tambi�n el pectoral, al estilo de la labor del efod, de oro, p�rpura violeta y escarlata, carmes� y lino fino torzal. [9] el pectoral era cuadrado y lo hicieron doble; ten�a un palmo de largo y otro de ancho; era doble. [10] lo llenaron de cuatro filas de piedras. en la primera fila hab�a un sardio, un topacio y una esmeralda; [11] en la segunda fila: un rub�, un zafiro y un diamante; [12] en la tercera fila: un �palo, una �gata y una amatista; [13] y en la cuarta: un cris�lito, un �nice y un jaspe. todas ellas estaban engastadas en engarces de oro.

[14] las piedras eran doce, correspondientes a los nombres de los hijos de israel, grabadas con sus nombres como se graban los sellos, cada una con su nombre, conforme a las doce tribus. [15] hicieron para el pectoral cadenillas de oro puro, trenzadas a manera de cordones. [16] hicieron dos engastes de oro y dos anillas de oro; fijaron las dos anillas en los dos extremos del pectoral. [17] pasaron despu�s las dos cadenillas de oro por las dos anillas en los extremos del pectoral. [18] unieron los otros dos extremos de las dos cadenillas a los dos engarces, que fijaron del efod. [19] hicieron otras dos anillas de oro y las pusieron en los otros dos extremos del pectoral en el borde interior que mira hacia el efod. [20] e hicieron otras dos anillas de oro, que fijaron en la parte inferior de las dos hombreras del efod, por delante, cerca de su uni�n, encima de la cinta del efod. [21] y por medio de sus anillas sujetaron el pectoral a las anillas del efod, con un cord�n de p�rpura violeta, para que quedase el pectoral sobre la cinta del efod y no se desprendiese del efod, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [22] tejieron el manto del efod, todo de p�rpura violeta. [23] hab�a una abertura en el centro del manto, semejante al cuello de una cota, con una orla alrededor de la abertura para que no se rompiese. [24] en el ruedo inferior del manto hicieron granadas de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal. [25] hicieron campanillas de oro puro, coloc�ndolas entre las granadas, en todo el ruedo. [26] una campanilla y una granada alternaban con otra campanilla y otra granada, en el ruedo inferior del manto. serv�a para oficiar, como yahveh hab�a ordenado a mois�s. [27] tejieron tambi�n las t�nicas de lino fino para aar�n y sus hijos; [28] la tiara de lino fino, los adornos de las mitras de lino fino y tambi�n los calzones de lino fino torzal, [29] lo mismo que las fajas recamadas de lino fino torzal, de p�rpura violeta y escarlata y de carmes�, tal como yahveh hab�a ordenado a mois�s. [30] e hicieron de oro puro una l�mina, la diadema sagrada en la que grabaron, como se graban los sellos: �consagrado a yahveh.� [31] fijaron en ella un cord�n de p�rpura violeta para sujetarla en la parte superior de la tiara, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [32] as� fue acabada toda la obra de la morada y de la tienda del encuentro. los israelitas hicieron toda la obra conforme a lo que yahveh hab�a mandado a mois�s. as� lo hicieron. [33] presentaron a mois�s la morada, la tienda y todos sus utensilios; los broches, los tableros, los travesa�os, los postes y las basas; [34] el toldo de pieles de carnero te�idas de rojo, el toldo de cueros finos y el velo protector; [35] el arca del testimonio con sus varales y el propiciatorio; [36] la mesa con todos sus utensilios y el pan de la presencia; [37] el candelabro de oro puro con sus l�mparas -las l�mparas que hab�an de colocarse en �l-, todos sus utensilios y el aceite del alumbrado; [38] el altar de oro, el �leo de la unci�n, el incienso arom�tico y la cortina para la entrada de la tienda; [39] el altar de bronce con su rejilla de bronce, sus varales y todos sus utensilios; la pila con su base; [40] el cortinaje del atrio, los postes con sus basas, el tapiz para la entrada del atrio, sus cuerdas, su clavaz�n y todos los utensilios del servicio de la morada para la tienda del encuentro; [41] las vestiduras de ceremonia para el servicio en el santuario los ornamentos sagrados para el sacerdote aar�n y las vestiduras de sus hijos para ejercer el

sacerdocio. [42] conforme a cuanto yahveh hab�a ordenado a mois�s, as� hicieron los hijos de israel toda la obra. [43] mois�s vio todo el trabajo y comprob� que lo hab�an llevado a cabo; tal como hab�a mandado yahveh, as� lo hab�an hecho. y mois�s los bendijo. el exodo cap.40 [1] yahveh habl� as� a mois�s: [2] �el d�a primero del primer mes alzar�s la morada de la tienda del encuentro. [3] all� pondr�s el arca del testimonio y cubrir�s el arca con el velo. [4] llevar�s la mesa y colocar�s lo que hay que ordenar sobre ella; llevar�s tambi�n el candelabro y pondr�s encima las l�mparas. [5] colocar�s el altar de oro para el incienso delante del arca del testimonio y colgar�s la cortina a la entrada de la morada. [6] colocar�s el altar de los holocaustos ante la entrada de la morada de la tienda del encuentro. [7] pondr�s la pila entre la tienda del encuentro y el altar, y echar�s agua en ella. [8] en derredor levantar�s el atrio y tender�s el tapiz a la entrada del atrio. [9] entonces tomar�s el �leo de la unci�n y ungir�s la morada y todo lo que contiene. la consagrar�s con todo su mobiliario y ser� cosa sagrada. [10] ungir�s adem�s el altar de los holocaustos con todos sus utensilios. consagrar�s el altar, y el altar ser� cosa sacrat�sima. [11] asimismo ungir�s la pila y su base, y la consagrar�s. [12] despu�s mandar�s que aar�n y sus hijos se acerquen a la entrada de la tienda del encuentro y los lavar�s con agua. [13] vestir�s a aar�n con las vestiduras sagradas, le ungir�s, y le consagrar�s para que ejerza mi sacerdocio. [14] mandar�s tambi�n que se acerquen sus hijos; los vestir�s con t�nicas, [15] los ungir�s, como ungiste a su padre, para que ejerzan mi sacerdocio. as� se har� para que su unci�n les confiera un sacerdocio sempiterno de generaci�n en generaci�n.� [16] mois�s hizo todo conforme a lo que yahveh le hab�a mandado. as� lo hizo. [17] en el primer mes del a�o segundo, el d�a primero del mes, fue alzada la morada. [18] mois�s alz� la morada, asent� las basas, coloc� sus tableros, meti� sus travesa�os y erigi� sus postes. [19] despu�s despleg� la tienda por encima de la morada y puso adem�s por encima el toldo de la tienda, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [20] luego tom� el testimonio y lo puso en el arca; puso al arca los varales y sobre ella coloc� el propiciatorio en la parte superior. [21] llev� entonces el arca a la morada, colg� el velo de protecci�n y cubri� as� el arca del testimonio, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [22] coloc� tambi�n la mesa en la tienda del encuentro, al lado septentrional de la morada, fuera del velo. [23] dipuso sobre ella las filas de los panes de la presencia delante de yahveh, como yahveh hab�a ordenado a mois�s. [24] luego instal� el candelabro en la tienda del encuentro, frente a la mesa, en el lado meridional de la morada, [25] y coloc� encima las l�mparas delante de yahveh, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [26] asimismo puso el altar de oro en la tienda del encuentro, delante del velo; [27] y quem� sobre �l incienso arom�tico como yahveh hab�a mandado a mois�s. [28] a la entrada de la morada coloc� la cortina, [29] y en la misma entrada de la morada de la tienda del encuentro coloc� tambi�n el altar de los holocaustos, sobre el cual ofreci� el holocausto y la oblaci�n, como yahveh hab�a mandado a mois�s.

[30] situ� la pila entre la tienda del encuentro y el altar, y ech� en ella agua para las abluciones; [31] mois�s, aar�n y sus hijos se lavaron en ella las manos y los pies. [32] siempre que entraban en la tienda del encuentro y siempre que se acercaban al altar, se lavaban, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [33] por fin alz� el atrio que rodeaba la morada y el altar, y colg� el tapiz a la entrada del atrio. as� acab� Mois�s los trabajos. [34] la nube cubri� entonces la tienda del encuentro y la gloria de yahveh llen� la morada. [35] mois�s no pod�a entrar en la tienda del encuentro, pues la nube moraba sobre ella y la gloria de yahveh llenaba la morada. [36] en todas las marchas, cuando la nube se elevaba de encima de la morada, los israelitas levantaban el campamento. [37] pero si la nube no se elevaba, ellos no levantaban el campamento, en espera del d�a en que se elevara. [38] porque durante el d�a la nube de yahveh estaba sobre la morada y durante la noche hab�a fuego a la vista de toda la casa de israel. as� suced�a en todas sus marchas. el levitico cap.1 [1] yahveh llam� a mois�s y le habl� as� desde la tienda del encuentro: [2] habla a los israelitas y diles: cuando alguno de vosotros presente a yahveh una ofrenda, podr�is hacer vuestras ofrendas de ganado, mayor o menor. [3] si su ofrenda es un holocausto de ganado mayor ofrecer� un macho sin defecto; lo ofrecer� a la entrada de la tienda del encuentro, para que sea grato ante yahveh. [4] impondr� su mano sobre la cabeza de la v�ctima y le ser� aceptada para que le sirva de expiaci�n. [5] inmolar� el novillo ante yahveh; los hijos de aar�n, los sacerdotes, ofrecer�n la sangre y la derramar�n alrededor del altar situado a la entrada de la tienda del encuentro. [6] desollar� despu�s la v�ctima y la descuartizar�; [7] los hijos de aar�n, los sacerdotes, pondr�n fuego sobre el altar y colocar�n le�a sobre el fuego; [8] luego, los hijos de aar�n, los sacerdotes, dispondr�n las porciones, la cabeza y el sebo, encima de la le�a colocada sobre el fuego del altar. [9] el lavar� con agua las entra�as y las patas y el sacerdote lo quemar� todo en el altar. es un holocausto, un manjar abrasado de calmante aroma par yahveh. [10] si su ofrenda es de ganado menor, de corderos o cabras, para holocausto, ofrecer� un macho sin defecto. [11] lo inmolar� al lado septentrional del altar ante yahveh, y los hijos de aar�n los sacerdotes, derramar�n la sangre alrededor del altar. [12] luego, lo despedazar� en porciones, y el sacerdote las dispondr�, con la cabeza y el sebo, encima de la le�a colocada sobre el fuego del altar. [13] lavar� �l con agua las entra�as y las patas, y el sacerdote lo ofrecer� todo y lo quemar� en el altar. es un holocausto, un manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [14] si su ofrenda a yahveh es un holocausto de aves, presentar� como ofrenda t�rtolas o pichones. [15] el sacerdote la ofrecer� en el altar, descervigar� su cabeza y la quemar� en el altar; su sangre ser� exprimida contra la pared del altar. [16] quitar� entonces el buche con las plumas y los arrojar� al lado oriental del altar, al lugar donde se echan las cenizas. [17] abrir� el ave entre las alas, sin llegar a partirla; y la quemar� en el altar, encima de la le�a colocado sobre el fuego. es un holocausto, un manjar abrasado de calmante aroma para yahveh.

el levitico cap.2 [1] cuando alguien ofrezca a yahveh una oblaci�n, su ofrenda consistir� en flor de harina, sobre la que derramar� aceite y pondr� incienso. [2] la llevar� a los hijos de aar�n, a los sacerdotes; tomar� un pu�ado de la harina con aceite y todo el incienso; el sacerdote lo quemar� en el altar como memorial, manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [3] el resto de la oblaci�n ser� para aar�n y para sus hijos, como porci�n sacrast�sima del manjar abrasado para yahveh. [4] cuando ofrezcas una oblaci�n de pasta cocida al horno, ser� de flor de harina en panes �zimos amasados con aceite, o en tortas �zimas untadas en aceite. [5] si tu ofrenda es una oblaci�n preparada en la chapa, ha de ser de flor de harina, amasada con aceite, sin levadura. [6] la partir�s en trozos y encima derramar�s aceite. es una oblaci�n. [7] si tu ofrenda es una oblaci�n preparada en cazuela, se har� de flor de harina con aceite. [8] la oblaci�n que ha sido preparada con estas cosas, se la llevar�s a yahveh. ser� presentada al sacerdote, quien la llevar� al altar. [9] el sacerdote reservar� parte de la oblaci�n como memorial y lo quemar� en el altar, como manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [10] el resto de la oblaci�n ser� para aar�n y para sus hijos, como porci�n sacrat�sima del manjar abrasado de yahveh. [11] toda la oblaci�n que ofrezc�is a yahveh ser� preparada sin levadura, pues ni de fermento ni de miel quemar�is nada como manjar abrasado para yahveh. [12] s� que los podr�is ofrecer como ofrenda de primicias, pero no subir�n al altar como sacrificio de calmante aroma. [13] sazonar�s con sal toda oblaci�n que ofrezcas; en ninguna de tus oblaciones permitir�s que falte nunca la sal de la alianza de tu dios; en todas tus ofrendas ofrecer�s sal. [14] si ofreces a yahveh una oblaci�n de primicias ofrecer�s, como oblaci�n de tus primicias, espigas tostadas al fuego o grano tierno majado. [15] derramar�s sobre ella aceite y le echar�s adem�s incienso; es una oblaci�n. [16] el sacerdote quemar�, como memorial de la misma, parte del grano majado y del aceite, con todo el incienso, como manjar abrasado para yahveh. el levitico cap.3 [1] si su ofrenda es un sacrificio de comuni�n, si lo que ofrece es vacuno, macho o hembra, ofrecer� ante yahveh una res sin defecto. [2] impondr� su mano sobre la cabeza de la ofrenda y la inmolar� en la entrade de la tienda del encuentro. luego los hijos de aar�n, los sacerdotes, derramar�n la sangre alrededor del altar. [3] el ofrecer� parte del sacrificio de communi�n como manjar abrasado para yahveh: el sebo que cubre las entra�as y todo el que hay sobre las mismas; [4] los dos ri�ones y el sebo adherido a ellos y a los lomos; y el resto que cubre el h�gado; quitar� todo este sebo junto con los ri�ones. [5] los hijos de aar�n lo quemar�n en el altar encima del holocausto que est� sobre la le�a, que est� encima del fuego. ser� un manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [6] si su ofrenda de sacrificio de comuni�n para yahveh es de ganado menor, macho o hembra, ofrecer� una res sin defecto. [7] si ofrece como ofrenda un cordero, lo prensentar� ante yahveh, [8] impondr� su mano sobre la cabeza de la ofrenda y la inmolar� ante la tienda del encuentro; los hijos de aar�n derramar�n la sangre alrededor del altar. [9] el ofrecer�, de este sacrificio de comuni�n, el sebo, como manjar abrasado para yahveh: el rabo entrero que se cortar� desde la rabadilla; el sebo que cubre las entra�as y todo el que hay sobre las mismas; [10] los dos ri�ones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, y el resto que

cubre el h�gado; quitar� todo este sebo junto con los ri�ones. [11] el sacerdote lo quemar� en el altar como alimento, manjar abrasado para yahveh. [12] si su ofrenda consiste en una cabra, la presentar� ante yahveh, [13] impondr� la mano sobre su cabeza y la inmolar� ante la tienda del encuentro; los hijos de aar�n derramar�n su sangre alrededor del altar. [14] presentar� de ella como ofrenda suya, manjar abrasado para yahveh: el sebo que cubre las entra�as y todo el que hay sobre las mismas; [15] los dos ri�ones y el sebo adherido a ellos y a los lomos; y el resto que cubre el h�gado; quitar� todo este sebo junto con los ri�ones. [16] el sacerdote lo quemar� en el altar como alimento, manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. toda la grasa perpetua de generaci�n en generaci�n, dondequiera que habit�is: no comer�is nada de grasa ni de sangre. el levitico cap.4 [1] yahveh habl� as� a mois�s: [2] habla a los israelitas y diles: si alguien peca por inadvertencia contra cualquiera de los mandamientos de yahveh sobre lo que no se debe hacer y comete una de estas acciones prohibidas: [3] si el que peca es el sacerdote ungido, haciendo culpable al pueblo, entonces ofrecer� a yahveh por el pecado que ha cometido un novillo sin defecto, como sacrificio por el pecado. [4] llevar� el novillo a la entrada de la tienda del encuentro ante yahveh, impondr� la mano sobre la cabeza del novillo y lo inmolar� ante yahveh. [5] el sacerdote ungido tomar� parte de la sangre del novillo y la llevar� a la tienda del encuentro. [6] el sacerdote mojar� su dedo en la sangre y rociar� con ella siete veces ante yahveh frente al velo del santuario. [7] el sacerdote pondr� parte de la sangre en los cuernos del altar del incienso arom�tico ante yahveh en la tienda del encuentro, y verter� toda la sangre del novillo al pie del altar de los holocaustos que se encuentra a la entrada de la tienda del encuentro. [8] de todo el sebo del novillo sacrificado por el pecado, reservar� el sebo que cubre las entra�as y todo el que hay sobre las mismas; [9] los dos ri�ones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, y el resto que cubre el h�gado; quitar� todo este sebo junto con los ri�ones, [10] -todo como lo reservado del novillo del sacrificio de comuni�n- y el sacerdote lo quemar� sobre el altar de los holocaustos. [11] la piel del novillo, toda su carne, con su cabeza y sus patas, sus entra�as con los excrementos, [12] el novillo entero, lo sacar� fuera del campamento, a un lugar puro, al vertedero de las cenizas. lo quemar� con fuego de le�a; ser� quemado en el vertedero de las cenizas. [13] si toda la comunidad de israel peca por inadvertencia, haciendo cualquiera de las cosas prohibidas por los mandamientos de yahveh, haci�ndose as� culpable, quedando el hecho oculto a los ojos de la asamblea; [14] en cuanto llegue a saberse el pecado cometido en ella, la asamblea ofrecer� un novillo en sacrificio por el pecado. lo llevar�n ante la tienda del encuentro; [15] los ancianos de la comunidad impondr�n las manos sobre la cabeza del novillo ante yahveh y se inmolar� el novillo ante yahveh. [16] luego, el sacerdote ungido llevar� parte de la sangre del novillo a la tienda del encuentro; [17] el sacerdote mojar� su dedo en la sangre y rociar� siete veces ante yahveh frente al velo. [18] pondr� parte de la sangre en los cuernos del altar que se halla ante yahveh en la tienda del encuentro, y derramar� el resto de la sangre al pie del altar de los holocaustos, situado a la entrada de la tienda del encuentro.

[19] reservar� todo el sebo del novillo y lo quemar� en el altar, [20] haciendo con este novillo como con el novillo del sacrificio por el pecado. lo mismo har� con �l. as� el sacerdote har� expiaci�n por ellos y se les perdonar�. [21] sacar� el novillo fuera del campamento y lo quemar� como el novillo anterior. este es el sacrificio por el pecado de la asamblea. [22] si es un pr�ncipe el que ha pecado, haciendo por inadvertencia cualquiera de las cosas prohibidas por los mandamientos de yahveh su dios, haci�ndose as� culpable; [23] si se le advierte del pecado cometido, llevar� como ofrenda un macho cabr�o sin defecto. [24] impondr� su mano sobre la cabeza del macho cabr�o y lo inmolar� en el lugar donde se inmola el holocausto ante yahveh. es un sacrificio por el pecado. [25] el sacerdote mojar� su dedo en la sangre de la v�ctima, untar� los cuernos del altar de los holocaustos y derramar� la sangre al pie del altar de los holocaustos. [26] quemar� todo el sebo en el altar como el sebo del sacrificio de comuni�n. el sacerdote har� as� la expiaci�n por �l, por su pecado, y se le perdonar�. [27] si uno cualquiera del pueblo de la tierra peca por inadvertencia haciendo algo prohibido por los mandamientos de yahveh, haci�ndose as� culpable; [28] si se le advierte del pecado cometido, presentar� como ofrenda por el pecado cometido una cabra sin defecto. [29] impondr� su mano sobre la cabeza de la v�ctima y la inmolar� en el mismo lugar de los holocaustos. [30] el sacerdote mojar� su dedo en la sangre, untar� los cuernos del altar de los holocaustos, y derramar� toda la sangre al pie del altar. [31] separar� todo el sebo de la v�ctima, como se separa el sebo de un sacrificio de comuni�n, y el sacerdote lo quemar� en el altar como calmante aroma para yahveh. el sacerdote har� as� expiaci�n por �l y se le perdonar�. [32] si lleva un cordero como ofrenda suya por el pecado, sea lo que lleve una hembra sin defecto; [33] impondr� su mano sobre la cabeza de la v�ctima y la inmolar� como sacrificio por el pecado en el lugar donde se inmola el holocausto. [34] el sacerdote mojar� su dedo en la sangre de la v�ctima y untar� los cuernos del altar de los holocaustos, y derramar� toda la sangre al pie del mismo altar. [35] separar� todo el sebo de la v�ctima, como se separa el sebo del cordero del sacrificio de comuni�n, y el sacerdote lo quemar� en el altar, junto con los manjares abrasados de yahveh. el sacerdote har� expiaci�n por �l, por el pecado cometido, y se le perdonar�. el levitico cap.5 [1] si alguien peca en uno de estos casos: uno ha o�do la f�rmula conjuratoria, y es testigo, porque lo ha visto u o�do, y no lo declara y se carga as� con su iniquidad; [2] o bien, uno toca cualquier cosa impura, sea el cad�ver de una fiera impura, o el de ganado impuro o el de un bicho impuro, y, aun sin darse cuenta, se hace as� �l mismo impuro y culpable; [3] o bien, uno toca cualquiera de las inmundicias humanas con que puede contaminarse, sin darse cuenta; y, saberlo, se hace culpable; [4] o bien, uno pronuncia con los labios sin darse cuenta un juramento favorable o desfavorable, en cualquiera de las cosas que el hombre suele jurar y, al saberlo, se hace culpable de ello; [5] el que es culpable en uno de estos casos confesar� aquello en que ha pecado, [6] y como sacrificio de reparaci�n por el pecado cometido, llevar� a yahveh una hembra de ganado menor, oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. y el sacerdote har� por �l expiaci�n de su pecado. [7] cuando sus recursos no alcancen para una res menor, presentar� a yahveh, como

sacrificio de reparaci�n por su pecado, dos t�rtolas o dos pichones, uno como sacrificio por el pecado y otro en holocausto. [8] los llevar� al sacerdote, quien ofrecer� primero el que se destina al sacrificio por el pecado. con las u�as descervigar� la cabeza junto a la nuca sin arrancarla. [9] rociar� con sangre de la v�ctima el lateral del altar, y el resto de la sangre ser� exprimida al pie del altar. es un sacrificio por el pecado. [10] con el segundo har� un holocausto, conforme a la norma. el sacerdote le har� as� expiaci�n por el pecado cometido y le ser� perdonado. [11] si no le alcanza para dos t�rtolas o dos pichones, presentar�, como ofrenda suya por haber pecado, una d�cima de medida de flor de harina como sacrificio por el pecado. no a�adir� aceite, ni echar� sobre ella incienso, porque es sacrificio por el pecado. [12] la llevar� al sacerdote; y el sacerdote, tomando de ella un pu�ado como memorial, lo quemar� en el altar, junto con los manjares que se abrasan para yahveh. es un sacrificio por el pecado. [13] el sacerdote har� exp�aci�n por �l, a causa del pecado que cometi� en cualquiera de aquellos casos, y se le perdonar�. el sacerdote tendr� su parte como en la oblaci�n. [14] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [15] si alguien comete una prevaricaci�n pecando por inadvertencia contra los derechos sagrados de yahveh, ofrecer� a yahveh, como sacrificio de reparaci�n, un carnero del reba�o, sin defecto, valorado en siclos de plata, en siclos del santuario, como sacrificio de reparaci�n. [16] resarcir� lo que defraud� pecando contra los derechos sagrados, y a�adir� un quinto m�s, y se lo dar� al sacerdote. el sacerdote har� por �l la expiaci�n con el carnero del sacrificio de reparaci�n; y se le perdonar�. [17] si alguien peca sin darse cuenta, haciendo algo prohibido por los mandamientos de yahveh, se hace culpable y cargar� con su iniquidad. [18] llevar� al sacerdote, como sacrificio de reparaci�n, un carnero del reba�o, sin defecto, seg�n su valoraci�n; y el sacerdote har� expiaci�n por �l a causa del error que cometi� sin darse cuenta, y se le perdonar�. [19] es un sacrificio de reparaci�n, pues era ciertamente culpable ante yahveh. [20] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [21] si uno peca y comete una prevaricaci�n contra yahveh enga�ando a su pr�jimo acerca de un dep�sito o de un objeto confiado a sus manos, o de algo robado, o bien oprimiendo a su pr�jimo violentamente, [22] o si halla un objeto perdido y lo niega, o jura en falso acerca de cualquiera de las cosas en que el hombre suele pecar; [23] cuando as� peca, haci�ndose culpable, devolver� lo robado, o lo exigido con violencia, o el dep�sito que se le confi�, o la cosa perdida que hall�, [24] o todo aquello sobre lo cual jur� en falso. lo restituir� �ntegramente, a�adiendo un quinto m�s, y lo devolver� a quien lo pose�a en el d�a en que se hizo culpable. [25] entregar� para yahveh su sacrificio de reparaci�n: un carnero del reba�o, sin defecto, seg�n su valoraci�n, como sacrificio de reparaci�n ante el sacerdote. [26] el sacerdote har� por �l la expiaci�n delante de yahveh, y ser� perdonado en cualquiera de los casos en que fuera culpable. el levitico cap.6 [1] habl� as� Yahveh a mois�s: [2] da esta orden a aar�n y a sus hijos: esta es la ley del holocausto. (este es el holocausto que estar� sobre el fuego encendido, sobre el altar, toda la noche hasta la ma�ana, y que el fuego del altar mantendr� encendido.) [3] el sacerdote se vestir� su t�nica de lino y cubrir� su cuerpo con calzones de lino. sacar� las cenizas a que el fuego haya reducido las grasas del holocausto sobre el altar y las depositar� junto al altar.

[4] despu�s se quitar� los vestidos y se pondr� otros para llevar las cenizas fuera del campamento a un lugar puro. [5] arder� el fuego sobre el altar sin apagarse; el sacerdote lo alimentar� con le�a todas las ma�anas, colocar� encima el holocausto y sobre �l quemar� el sebo de los sacrificios de comuni�n. [6] fuego permanente arder� sobre el altar sin apagarse. [7] esta es la ley de la oblaci�n: los hijos de aar�n la presentar�n delante de yahveh, frente al altar; [8] uno de ellos tomar� de la oblaci�n un pu�ado de flor de harina (con su aceite, y todo el incienso que se a�ade a la oblaci�n), y lo quemar� en el altar, en memorial, como calmante aroma para yahveh. [9] aar�n y sus hijos comer�n lo que quede de ella; debe comerse sin levadura, en lugar santo. han de comerlo en el atrio de la tienda del encuentro. [10] no se la cocer� con levadura: es la porci�n que yo les doy de los manjares que se abrasan para m�. es cosa sacrat�sima, como el sacrificio por el pecado y como el sacrificio de reparaci�n. [11] todos los varones de los hijos de aar�n podr�n comer de ello. es ley perpetua para vuestros descendientes, relativa a los manjares que se abrasan para yahveh. todo cuanto los toque quedar� consagrado. [12] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [13] esta es la ofrenda que aar�n y sus hijos ofrecer�n a yahveh el d�a de su unci�n: una d�cima de medida de flor de harina, como oblaci�n perpetua, la mitad por la ma�ana, y la mitad por la tarde. [14] ser� preparada con aceite en la sart�n; la ofrecer�s bien frita y la presentar�s partida en trozos como una oblaci�n, como calmante aroma para yahveh. [15] tambi�n la ofrecer� el sacerdote ungido que le suceda de entre sus hijos. es decreto perpetuo. la oblaci�n ser� totalmente quemada para yahveh. [16] cualquier oblaci�n de sacerdote ser� total; no se podr� comer. [17] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [18] habla a aar�n y a sus hijos y diles: esta es la ley del sacrificio por el pecado: en el lugar donde se inmola el holocausto, delante de yahveh, ser� inmolada tambi�n la v�ctima por el pecado. es cosa sacrat�sima. [19] la comer� el sacerdote que ofrece la v�ctima por el pecado. ser� comida en lugar santo, en el atrio de la tienda del encuentro. [20] todo cuanto toque esta carne quedar� consagrado y, si su sangre salpica los vestidos, lavar�s en lugar santo la parte salpicada. [21] la vasija de barro en que haya sido cocida se romper�; y si ha sido cocida en vasija de bronce, �sta se fregar� y lavar� con agua. [22] todos los varones de entre los sacerdotes podr�n comer de ella. es cosa sacrat�sima. [23] pero no se comer� ninguna v�ctima ofrecida por el pecado, cuya sangre haya sido introducida en la tienda del encuentro para hacer la expiaci�n en el santuario: ser� consumida por el fuego. el levitico cap.7 [1] esta es la ley del sacrificio de reparaci�n: es cosa sacrat�sima. [2] en el lugar donde inmolan el holocausto inmolar�n la v�ctima de reparaci�n, y su sangre se derramar� sobre todos los lados del altar. [3] se ofrecer� todo el sebo de la v�ctima: el rabo y el sebo que cubre las entra�as; [4] los dos ri�ones y el sebo adherido a ellos y a los lomos, y el resto que cubre el h�gado; se quitar� todo este sebo junto con los ri�ones. [5] el sacerdote lo quemar� sobre el altar como manjar abrasado para yahveh. es un sacrificio de reparaci�n. [6] podr�n comerlo todos los varones de entre los sacerdotes; se comer� en lugar sagrado. es cosa sacrat�sima. [7] el sacrificio por el pecado es como el sacrifico de reparaci�n: tienen la

misma ley. la v�ctima pertenece al sacerdote que hace la expiaci�n con ella. [8] el sacerdote que ofrece el holocausto de una persona se quedar� con la piel de la v�ctima que le han ofrecido. [9] tambi�n toda oblaci�n cocida al horno y toda la preparada en cazuela o en sart�n pertenece al sacerdote que la ofrece; [10] pero toda oblaci�n amasada con aceite, o seca, se dar� a todos los hijos de aar�n, en porciones iguales. [11] esta es la ley del sacrificio de comuni�n que se ofrece a yahveh: [12] si se ofrece en alabanza, se ofrecer�n, juntamente con el sacrificio de alabanza, panes �zimos amasados con aceite, tortas �zimas untadas de aceite y tortas de flor de harina amasadas con aceite. [13] se a�adir� esta ofrenda a las tortas de pan fermentado y al sacrificio de comuni�n en alabanza. [14] se reservar� una pieza de cada clase como ofrenda reservada a yahveh y corresponder� al sacerdote que derrama la sangre del sacrificio de comuni�n. [15] la carne del sacrificio de comuni�n en alabanza se comer� el mismo d�a de su ofrecimiento, sin dejar nada de ella para la ma�ana siguiente. [16] si se ofrece la v�ctima en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, se comer� el mismo d�a en que ha sido ofrecida, y lo que sobre deber� comerse al d�a siguiente. [17] pero el tercer d�a ser� quemado lo que quede de la carne de la v�ctima. [18] si se come la carne de un sacrificio de comuni�n al tercer d�a, no obtendr� favor el oferente del mismo; no se le tendr� en cuenta. ser� abominaci�n. y quien coma de ella, cargar� con su iniquidad. [19] no podr� comerse la carne que haya tocado cualquier cosa impura; ser� consumida por el fuego. toda persona pura podr� comer la carne. [20] pero quien, en estado de impureza, coma carne del sacrificio de comuni�n presentado a yahveh, �se ser� exterminado de su parentela. [21] si alguien toca cualquier cosa inmunda, sea inmundicia de hombre, o de animal, o cualquier otra abominaci�n impura y luego come de la carne del sacrificio de comuni�n ofrecido a yahveh, ser� exterminado de su parentela. [22] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [23] habla a los israelitas y diles: no comer�is sebo de buey, ni de cordero ni de cabra. [24] el sebo de animal muerto o destrozado podr� servir para cualquier uso, pero en modo alguno lo comer�is. [25] porque todo aquel que coma sebo de animal del que suele ofrecerse manjar abrasado a yahveh, ser� exterminado de su parentela. [26] tampoco comer�is sangre, ni de ave ni de animal, en ninguno de los lugares en que habitar�is. [27] todo el que coma cualquier clase de sangre, �se ser� exterminado de su parentela. [28] yahveh habl� a mois�s, diciendo: [29] habla a los israelitas y diles: quien ofrezca a yahveh un sacrificio de comuni�n, presente a yahveh una porci�n de su sacrificio. [30] con sus propias manos llevar� los manjares que se abrasar�n para yahveh: �l mismo presentar� el sebo y el pecho; el pecho para mecerlo como ofrenda mecida ante yahveh. [31] el sacerdote quemar� el sebo sobre el altar; el pecho ser� para aar�n y sus hijos. [32] dar�is tambi�n al sacerdote, como ofrenda reservada, la pierna derecha de vuestros sacrificios de comuni�n. [33] esta pierna derecha pertenecer� a aquel de los hijos de aar�n que haya ofrecido la sangre y el sebo de los sacrificios de comuni�n. [34] pues yo sustraigo a los israelitas, de sus sacrificios de comuni�n, el pecho mecido y la pierna reservada para d�rselos al sacerdote aar�n y a sus hijos, por decreto perpetuo entre los israelitas. [35] esta es la porci�n de aar�n y la porci�n de sus hijos, en los manjares que

se abrasan en honor de yahveh, desde el d�a en que los present� para ejercer el sacerdocio de yahveh. [36] esto mand� Yahveh que los israelitas les dieran el d�a en que los ungi�, como decreto perpetuo de generaci�n en generaci�n. [37] esta es la ley del holocausto, de la oblaci�n, del sacrificio por el pecado, del sacrificio de reparaci�n, del sacrificio de investidura y del sacrificio de comuni�n, [38] que yahveh prescribi� a mois�s en el monte sina�, el d�a en que mand� a los israelitas que presentaran sus ofrendas a yahveh en el desierto del sina�. el levitico cap.8 [1] yahveh habl� as� a mois�s: [2] �toma a aar�n y con �l a sus hijos, y tambi�n las vestiduras, el �leo de la unci�n, el novillo para el sacrificio por el pecado, los dos carneros y el canastillo de los �zimos; [3] y congrega a toda la comunidad a la entrada de la tienda del encuentro.� [4] mois�s hizo como yahveh le hab�a mandado, y se congreg� la comunidad a la entrada de la tienda del encuentro. [5] mois�s dijo a la comunidad: �esto es lo que yahveh ha ordenado hacer.� [6] mois�s mand� entonces que aar�n y sus hijos se acercaran y los lav� con agua. [7] puso sobre aar�n la t�nica y se la ci�� con la faja; lo visti� con el manto y poni�ndole encima el efod, se lo ci�� at�ndoselo con la cinta del efod. [8] luego, le impuso el pectoral en el que deposit� el urim y el tummim. [9] coloc� tambi�n la tiara sobre su cabeza y puso en su parte delantera la l�mina de oro, la diadema santa, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [10] despu�s mois�s tom� el �leo de la unci�n y ungi� la morada con todas las cosas que conten�a para consagrarlas. [11] roci� con �l por siete veces el altar y ungi� el altar con todos su utensilios, as� como la pila con su base, para consagrarlos. [12] y derramando �leo de la unci�n sobre la cabeza de aar�n, lo ungi� para consagrarlo. [13] luego mois�s mand� que se acercaran los hijos de aar�n; los visti� con las t�nicas, les ci�� la faja y les puso las mitras, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [14] despu�s hizo traer el novillo para el sacrificio por el pecado, y aar�n y sus hijos impusieron las manos sobre la cabeza del novillo, v�ctima por el pecado. [15] mois�s lo inmol�. Tom� la sangre y moj� con su dedo los cuernos del altar, todo en derredor, para purificarlo. despu�s derram� la sangre al pie del altar; de esta manera lo consagr� haciendo por �l la expiaci�n. [16] tom� luego todo el sebo que cubre las entra�as, el que queda junto al h�gado, y los dos ri�ones con su sebo; y lo quem� Mois�s sobre el altar. [17] pero en cuanto a la piel, la carne y los excrementos del novillo, los quem� fuera del campamento, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [18] despu�s hizo traer el carnero del holocausto, sobre cuya cabeza aar�n y sus hijos impusieron las manos. [19] mois�s lo inmol� y roci� con la sangre todos los lados del altar. [20] el carnero fue partido en trozos y mois�s quem� la cabeza, los trozos y el sebo; [21] despu�s de lavar en agua las entra�as y las patas, mois�s quem� todo el carnero en el altar, como holocausto de calmante aroma, manjar abrasado para yahveh, como yahveh hab�a mandado a mois�s. [22] hizo luego traer el segundo carnero, el carnero del sacrificio de la investidura, y aar�n y sus hijos impusieron las manos sobre la cabeza del carnero. [23] mois�s lo inmol�, y, tomando su sangre, moj� el l�bulo de la oreja derecha de aar�n, el pulgar de su mano derecha de aar�n, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. [24] despu�s mois�s hizo que se acercaran los hijos de aar�n, les unt� con la

sangre el l�bulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho; y derram� la sangre sobre el altar, todo en derredor. [25] tom� luego el sebo: el rabo, todo el sebo que cubre las entra�as, el que queda junto al h�gado, los dos ri�ones con su sebo y la pierna derecha. [26] sac� del canastillo de los �zimos que estaba ante yahveh un pan �zimo, una torta de pan amasada con aceite y otra torta untada, y las puso sobre el sebo y sobre la pierna derecha. [27] entreg� todo esto en manos de aar�n y en manos de sus hijos haci�ndolo mecer como ofrenda mecida ante yahveh. [28] mois�s lo recibi� de sus manos y lo quem� en el altar, encima del holocausto. era el sacrificio de investidura, calmante aroma, manjar abrasado en honor de yahveh. [29] mois�s tom� entonces el pecho y lo meci� como ofrenda mecida ante yahveh; era �sta la porci�n del carnero de la investidura que pertenec�a a mois�s, como yahveh se lo hab�a mandado. [30] despu�s mois�s tom� �leo de la unci�n y sangre de la que hab�a encima del altar, roci� a aar�n y sus vestiduras de sus hijos. as� consagr� a aar�n y sus vestiduras, as� como a sus hijos y las vestiduras de sus hijos. [31] mois�s dijo a aar�n y a sus hijos: �coced la carne a la entrada de la tienda del encuentro y comedla all� mismo; comed tambi�n el pan del canastillo de la investidura tal como lo he mandado diciendo: aar�n y sus hijos lo comer�n. [32] quemar�is la carne sobrante y el pan. [33] y no os apartar�is de la entrada de la tienda del encuentro por espacio de siete d�as, hasta el d�a en que se cumplan los d�as de vuestra investidura; porque siete d�as durar� vuestra investidura. [34] yahveh mand� que se procediera como se ha procedido hoy para hacer expiaci�n por vosotros. [35] as� quedar�is siete d�as, d�a y noche, a la entrada de la tienda del encuentro, guardando la norma de yahveh para no morir, pues as� me fue ordenado.� [36] aar�n y sus hijos hicieron cuanto yahveh hab�a mandado por medio de mois�s. el levitico cap.9 [1] el d�a octavo mois�s llam� a aar�n y a sus hijos, y a los ancianos de israel. [2] dijo a aar�n: �trae un becerro para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto, ambos sin defecto, para ofrecerlos ante yahveh. [3] hablar�s a los israelitas, diciendo: "tomad un macho cabr�o para el sacrificio por el pecado y un becerro y un cordero, ambos de un a�o y sin defecto, para el holocausto; [4] para los sacrificios de comuni�n, un toro y un carnero, que se sacrificar�n ante yahveh; y una oblaci�n amasada con aceite. cierto que hoy se os mostrar� Yahveh."� [5] trajeron, pues, ante la tienda del encuentro lo que mois�s hab�a mandado; toda la comunidad se acerc� y se mantuvo delante de yahveh. [6] dijo entonces mois�s: �esto es lo que ha mandado yahveh; hacedlo y se os mostrar� la gloria de yahveh.� [7] despu�s mois�s dijo a aar�n: �ac�rcate al altar, ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, y haz la expiaci�n por ti mismo y por tu casa; presenta tambi�n la ofrenda del pueblo y haz la expiaci�n por ellos, como yahveh lo ha prescrito.� [8] acerc�se, pues, aar�n al altar e inmol� el becerro del sacrificio por su propio pecado. [9] los hijos de aar�n le presentaron la sangre; y �l, mojando su dedo en la sangre, unt� con ella los cuernos del altar y derram� la sangre al pie del altar. [10] luego quem� sobre el altar el sebo, los ri�ones y lo que queda junto al h�gado de la v�ctima por el pecado, como yahveh hab�a mandado a mois�s; [11] pero quem� la carne y la piel fuera del campamento. [12] despu�s inmol� la v�ctima del holocausto y los hijos de aar�n le presentaron

la sangre, que derram� sobre todos los lados del altar. [13] le presentaron la v�ctima del holocausto en trozos, juntamente con la cabeza, y lo quem� todo sobre el altar. [14] y habiendo lavado las entra�as y las patas, las quem� encima del holocausto sobre el altar. [15] despu�s present� la ofrenda del pueblo: tom� el macho cabr�o correspondiente al sacrificio por el pecado del pueblo, lo inmol� y lo sacrific� como el primero. [16] ofreci� el holocausto, haci�ndolo seg�n la norma. [17] adem�s present� lo oblaci�n. tomando un pu�ado de ella, la quem� en el altar encima del holocausto de la ma�ana. [18] inmol� asimismo el toro y el carnero como sacrificio de comuni�n por el pueblo. los hijos de aar�n le entregaron la sangre, que �l derram� sobre todos los lados del altar. [19] en cuanto a las partes grasas del toro y del carnero, el rabo, el sebo que cubre las entra�as, los ri�ones y lo que queda junto al h�gado, [20] las puso sobre los pechos de las v�ctimas, y �l las quem� sobre el altar; [21] aar�n por su parte meci� los pechos y la pierna derecha como ofrenda mecida ante yahveh conforme mois�s hab�a mandado. [22] entonces aar�n, alzando las manos hacia el pueblo, lo bendijo; despu�s de haber acabado el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de comuni�n, descendi�. [23] luego mois�s y aar�n entraron en la tienda del encuentro y, cuando salieron, bendijeron al pueblo. la gloria de yahveh se dej� ver de todo el pueblo. [24] sali� fuego de la presencia de yahveh que consumi� el holocausto y las partes grasas puestas sobre el altar. todo el pueblo al verlo prorrumpi� en gritos de j�bilo y cay� rostro en tierra. el levitico cap.10 [1] nadab y abih�, hijos de aar�n, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y, tras echar incienso encima, ofrecieron ante yahveh un fuego profano, que �l no les hab�a mandado. [2] entonces sali� de la presencia de yahveh un fuego que los devor�, y murieron delante de yahveh. [3] mois�s dijo entonces a aar�n: �esto es lo que yahveh ha declarado diciendo: entre los cercanos a m� mostrar� mi santidad; y ante la faz del pueblo manifestar� mi gloria.� aar�n no dijo nada. [4] mois�s llam� a missael y a elsaf�n, hijos de uzziel, t�o paterno de aar�n, y les dijo: �acercaos, retirad a vuestros hermanos de delante del santuario y llevadlos fuera del campamento.� [5] se acercaron y los llevaron en sus propias t�nicas fuera del campamento, como mois�s hab�a mandado. [6] mois�s dijo a aar�n y a sus hijos, eleazar e itamar: �no llev�is la cabeza desgre�ada, ni rasgu�is vuestros vestidos, para no morir, pues la ira de yahveh recae sobre toda la comunidad. vuestros hermanos, toda la casa de israel, llorar�n a los abrasados por el fuego de yahveh. [7] no os apart�is de la entrada de la tienda del encuentro, no sea que mur�is, pues ten�is sobre vosotros la unci�n de yahveh.� ellos obedecieron a la palabra de mois�s. [8] yahveh habl� a aar�n, diciendo: [9] �cuando hay�is de entrar en la tienda del encuentro, no beb�is vino ni bebida que pueda embriagar, ni t� ni tus hijos, no sea que mur�is. decreto perpetuo es �ste para vuestros descendientes, [10] para que pod�is distinguir entre lo sagrado y lo profano, entre lo impuro y lo puro, [11] y ense�ar a los israelitas todos los preceptos que yahveh les ha dado por medio de mois�s. [12] mois�s dijo a aar�n y a eleazar e itamar, los hijos que le quedaban: �tomad

la oblaci�n que queda de los manjares que se abrasan en honor de yahveh y comedla sin levadura junto al altar, pues es cosa sacrat�sima. [13] la comer�is en lugar sagrado, por ser la porci�n tuya y la porci�n de tus hijos, de los manjares que se abrasan en honor de yahveh, pues as� me ha ordenado. [14] t�, y contigo tus hijos y tus hijas, comer�is tambi�n en lugar puro el pecho mecido y la pierra reservada, porque os han sido dados como porci�n tuya y de tus hijos, de los sacrificios de comuni�n de los israelitas. [15] ellos traer�n la pierna reservada y el pecho mecido, adem�s de las grasas que han de ser abrasadas para yahveh como ofrenda mecida delante de yahveh; ser�n la porci�n perpetua para ti y para tus hijos junto a ti, seg�n ha mandado yahveh.� [16] mois�s pregunt� con inter�s acerca del macho cabr�o del sacrificio por el pecado; pero he aqu� que hab�a sido ya quemado. irritado contra eleazar e itamar, los hijos que le hab�an quedado a aar�n, dijo: [17] ��por qu� no comisteis en lugar sagrado la v�ctima del sacrificio por el pecado? pues era cosa sacrat�sima que se os daba a vosotros para quitar la falta de la comunidad, haciendo expiaci�n por ellos ante yahveh. [18] ten�ais que haberla comido en lugar sagrado seg�n os hab�a ordenado, porque su sangre no hab�a sido llevada al interior del santuario.� [19] respondi� Aar�n a mois�s: �mira que ellos han presentado hoy su sacrificio por el pecado y su holocausto delante de yahveh, y me ha sucedido esto; �si yo hubiera comido la v�ctima por el pecado, acaso hubiera sido esto grato a yahveh?� [20] cuando mois�s oy� esto, se dio por satisfecho. el levitico cap.11 [1] yahveh habl� a mois�s y a aar�n, dici�ndoles: [2] hablad a los israelitas y decidles: de entre todos los animales terrestres podr�is comer estos: [3] cualquier animal de pezu�a partida, hendida en mitades y que rumia, s� lo podr�is comer. [4] pero entre los que rumian o tienen pezu�a hendida, no comer�is: camello, pues aunque rumia, no tiene partida la pezu�a; ser� impuro para vosotros; [5] ni dam�n, porque rumia, pero no tiene partida la pezu�a; ser� impuro para vosotros: [6] ni liebre porque rumia, pero no tiene la pezu�a partida; ser� impura para vosotros; [7] ni cerdo, pues aunque tiene la pezu�na partida, hendida en mitades, no rumia; ser� impuro para vosotros. [8] no comer�is su carne ni tocar�is sus cad�veres; ser�n impuros para vosotros. [9] de entre todos los animales que viven en las aguas, podr�is comer �stos: cuantos tienen aletas y escamas sean de mar o r�o, los podr�is comer. [10] pero ser�n cosa abominable para vosotros todos los que carezcan de aletas y escamas, entre todos los que bullen en las aguas, en mares y r�os, y entre todos los dem�s animales que viven en el agua. [11] ser�n abominables para vosotros: no comer�is su carne y tendr�is sus cad�veres como abominables. [12] tendr�is por abominable todo cuanto en las aguas carece de aletas y escamas. [13] las siguientes de entre las aves tendr�is por inmundas, y no podr�n comer por ser abominaci�n: el �guila, el quebrantahuesos, el �guila marina, [14] el buitre, el halc�n en todas sus especies, [15] toda clase de cuervos, [16] el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavil�n en todas sus especies, [17] el b�ho, el somormujo, el ibis, [18] el cisne, el pel�cano, el calam�n, [19] la cig�e�a, la garza en todas sus especies, la abubilla y el murci�lago. [20] ser� abominable para vosotros todo bicho alado que anda sobre cuatro patas. [21] pero de todos los bichos alados que andan sobre cuatro patas, podr�is comer aquellos que adem�s de sus cuatro patas tienen zancas para saltar con ellas sobre

el suelo. [22] de ellos podr�is comer: la langosta en sus diversas especies y toda clase de solam, de jargol y de jagab. [23] cualquier otro bicho alado de cuatro patas ser� para vosotros abominable. [24] por estos animales pod�is contraer impureza. el que toque su cad�ver quedar� impuro hasta la tarde. [25] el que levante alguno de sus cad�veres tendr� que lavar sus vestidos y quedar� impuro hasta la tarde. [26] asimismo todos los animales que tienen pezu�a no partida en dos u�as y no rumian, ser�n impuros para vosotros. todo aquel que los toque quedar� impuro. [27] de entre los cuadr�pedos os ser�n impuros todos los que andan sobre las plantas de sus pies. el que toque sus cad�veres quedar� impuro hasta la tarde. [28] el que levante el cad�ver de uno de ellos tendr� que lavar sus vestidos, y quedar� impuro hasta la tarde; son impuros para vosotros. [29] de entre los bichos peque�os que andan arrastr�ndose por el suelo ser�n impuros para vosotros: la comadreja, el rat�n el lagarto en sus diversas especies, [30] el erizo, el cocodrilo, el camale�n, la salamandra y el topo. [31] entre todos los bichos, �stos ser�n impuros para vosotros. todo el que toque su cad�ver quedar� impuro hasta la tarde. [32] quedar� impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cad�veres; ya sea un instrumento de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. ser� metido en agua y quedar� impuro. [33] si cae uno de estos cad�veres en una vasija de barro, cuanto haya dentro de ella quedar� impuro y romper�is la vasija. [34] toda cosa comestible preparada con dicha agua ser� impura, y toda bebida que se beba en una de esas vasijas ser� impura. [35] cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cad�veres quedar� impuro: el horno y el doble fog�n ser�n derribados; son impuros y los tendr�is por impuros. [36] (solamente las fuentes y cisternas, donde se recogen las aguas, permanecer�n puras), pero el que toque sus cad�veres quedar� impuro. [37] de igual manera cuando caiga alguno de esos cad�veres sobre una semilla que va a sembrarse, quedar� pura; [38] mas si cayese alguno de esos cad�veres sobre semilla mojada, la tendr�is por impura. [39] cuando muera uno de aquellos animales de los que pod�is comer, el que toque su cad�ver quedar� impuro hasta la tarde. [40] el que coma carne de ese cad�ver deber� lavar sus vestidos y quedar� impuro hasta la tarde. y el que levante ese cad�ver habr� de lavar sus vestidos y quedar� impuro hasta la tarde. [41] todo bicho que anda arrastr�ndose sobre la tierra es cosa abominable; no se podr� comer. [42] no comer�is ning�n animal de los que caminan sobre su vientre o sobre cuatro patas o sobre muchos pies, es decir, ning�n bicho que se arrastra por el suelo, porque son abominaci�n. [43] no os hag�is inmundos con ninguna clase de bicho que se arrastra, ni os hag�is impuros con ellos, para que no os contamin�is por su causa. [44] porque yo soy yahveh, vuestro dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo. no os har�is impuros con ninguno de esos bichos que se arrastran por el suelo. [45] pues yo soy yahveh, el que os he subido de la tierra de egipto, para ser vuestro dios. sed, pues, santos porque yo soy santo. [46] esta es la ley acerca de los animales, de las aves, y de todos los seres vivientes que se mueven en el agua, y de todos los que andan arrastr�ndose sobre la tierra; [47] para que hag�is distinci�n entre lo impuro y lo puro, entre el animal que puede comerse y el que no puede comerse.

el levitico cap.12 [1] yahveh habl� a mois�s y dijo: [2] habla a los israelitas y diles: cuando una mujer conciba y tenga un hijo var�n, quedar� impura durante siete d�as; ser� impura como en el tiempo de sus reglas. [3] al octavo d�a ser� circuncidado el ni�o en la carne de su prepucio; [4] pero ella permanecer� todav�a 33 d�as purific�ndose de su sangre. no tocar� ninguna cosa santa ni ir� al santuario hasta cumplirse los d�as de su purificaci�n. [5] mas si da a luz una ni�a, durante dos semanas ser� impura, como en el tiempo de sus reglas, y permanecer� 66 d�as m�s purific�ndose de su sangre. [6] al cumplirse los d�as de su purificaci�n, sea por ni�o o ni�a, presentar� al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro, un cordero de un a�o como holocausto, y un pich�n o una t�rtola como sacrificio por el pecado. [7] el sacerdote lo ofrecer� ante yahveh, haciendo expiaci�n por ella, y quedar� purificada del flujo de su sangre. esta es la ley referente a la mujer que da a luz a un ni�o o una ni�a. [8] mas si a ella no le alcanza para presentar una res menor, tome dos t�rtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; y el sacerdote har� expiaci�n por ella y quedar� pura. el levitico cap.13 [1] yahveh habl� a mois�s y a aar�n, diciendo: [2] cuando uno tenga en la piel de su carne tumor, erupci�n o mancha blancuzca brillante, y se forme en la piel de su carne como una llaga de lepra, ser� llevado al sacerdote aar�n o a uno de sus hijos, los sacerdotes. [3] el sacerdote examinar� la llaga en la piel de la carne; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y la llaga parece m�s hundida que la piel de su carne, es llaga de lepra; cuando el sacerdote lo haya comprobado, le declarar� impuro. [4] mas si hay en la piel de su carne una mancha blancuzca brillante sin que parezca m�s hundida que la piel, y sin que el pelo se haya vuelto blanco, el sacerdote recluir� durante siete d�as al afectado. [5] al s�ptimo d�a el sacerdote lo examinar�, y si comprueba que la llaga se ha detenido, no se ha extendido por la piel, el sacerdote entonces lo recluir� otros siete d�as. [6] pasados estos siete d�as, el sacerdote lo examinar� nuevamente: si ve que la llaga ha perdido su color y no se ha extendido en la piel, el sacerdote lo declarar� puro; no se trata m�s que de una erupci�n. lavar� sus vestidos y quedar� puro. [7] pero si despu�s que el sacerdote le ha examinado y declarado puro, sigue la erupci�n extendi�ndose por la piel, se presentar� de nuevo al sacerdote. [8] el sacerdote, al comprobar que la erupci�n se extiende por la piel, lo declarar� impuro: es un caso de lepra. [9] cuando en un hombre se manifieste una llaga como de lepra, ser� llevado al sacerdote. [10] el sacerdote lo examinar�, y si observa un tumor blancuzco en la piel, el color del pelo mudado en blanco y una �lcera en la hinchaz�n, [11] se trata de lepra arraigada en su piel; el sacerdote lo declarar� impuro y no le recluir�, porque es impuro. [12] pero si la lepra se ha extendido por la piel hasta cubrir toda la piel del enfermo desde la cabeza hasta los pies, en cuanto alcanza a verlo el sacerdote, [13] �ste lo examinar�, y si la lepra ha cubierto toda su carne, declarar� puro al afectado por la llaga: se ha vuelto todo blanco; es puro. [14] pero cuando se vea en �l una �lcera, quedar� impuro; [15] en cuanto el sacerdote vea la �lcera, lo declarar� impuro. la �lcera es impura; es un caso de lepra.

[16] pero si la �lcera cambia, volvi�ndose blanca, el afectado ha de presentarse al sacerdote. [17] el sacerdote lo examinar�, y al ver que la llaga se ha vuelto blanca, declarar� puro al afectado por la enfermedad: es puro. [18] cuando en la piel de alguno se ha curado un divieso, [19] y en el lugar del divieso aparece un tumor blanco, o una mancha de color blanco rojizo, �se habr� de presentarse al sacerdote. [20] el sacerdote lo examinar�, y si la mancha parece m�s hundida que la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo declarar� impuro. es llaga de lepra que se ha producido en el divieso. [21] pero si el sacerdote ve que no hay en ella pelo blanco, ni est� m�s hundida que la piel, y que ha perdido color, le recluir� por siete d�as. [22] si entonces se extiende por la piel, el sacerdote lo declarar� impuro; es un caso de lepra. [23] pero si la mancha sigue estacionaria, sin extenderse, es la cicatriz del divieso; el sacerdote lo declarar� puro. [24] cuando en la piel de alguien hay una quemadura, y sobre la quemadura se forma una mancha de color blanco rojizo o s�lo blanco, [25] el sacerdote la examinar�; y si el pelo se ha vuelto blanco en la mancha blanca y �sta aparece m�s hundida que la piel, es que se ha producido lepra en la quemadura. el sacerdote lo declarar� impuro; es un caso de lepra. [26] si, en cambio, el sacerdote observa que en la mancha no aparece pelo blanco, que no est� m�s hundida que la piel y que ha perdido color, lo recluir� siete d�as. [27] al s�ptimo d�a lo examinar�, y si se ha extendido por la piel, el sacerdote lo declarar� impuro; es un caso de lepra. [28] pero si la mancha sigue estacionaria sin extenderse por la piel y ha perdido color, se trata de la hinchaz�n de la quemadura, y el sacerdote lo declarar� puro; pues es la cicatriz de la quemadura. [29] cuando un hombre o una mujer tengan una llaga en la cabeza o en la barbilla, [30] el sacerdote examinar� la llaga, y si �sta aparece m�s hundida que la piel, y si hay en ella pelo amarillento y m�s ralo, el sacerdote lo declarar� impuro; es ti�a, o sea, lepra de la cabeza o de la barbilla. [31] mas si el sacerdote ve que la llaga de ti�a no aparece m�s hundida que la piel, y que no hay en ella pelo amarillento, recluir� al afectado por la ti�a durante siete d�as. [32] al s�ptimo, el sacerdote examinar� el mal, y si no se ha extendido la ti�a, ni hay en ella pelo amarillento, ni la llaga aparece m�s hundida que la piel, [33] aquella persona se afeitar�, excepto en el lugar de la ti�a; y el sacerdote recluir� al afectado durante otros siete d�as. [34] al s�ptimo d�a el sacerdote lo examinar� y si no se ha extendido la llaga por la piel, ni aparece m�s hundida que la piel, le declarar� puro; lavar� sus vestidos y quedar� puro. [35] pero si la ti�a, despu�s de la purificaci�n, se extiende mucho por la piel, [36] el sacerdote lo examinar�. si comprueba que la ti�a se ha extendido por la piel, el sacerdote ya no tendr� que buscar pelo amarillento; aquella persona es impura. [37] mas si, seg�n su opini�n, la ti�a no se ha extendido y ha brotado en ella pelo negro, se ha curado la ti�a. esa persona es pura y el sacerdote la declarar� pura. [38] cuando un hombre o una mujer tengan en su piel manchas brillantes, manchas blancas, [39] el sacerdote las examinar�; si comprueba que las manchas de la piel son de color blanco, se trata de un eccema que ha brotado en la piel; esta persona es pura. [40] si a alguno se le cae el pelo de la cabeza y queda calvo por detr�s, es puro. [41] si se le cae el pelo de la parte delantera de la cabeza, es calvo por

delante, pero es puro. [42] pero si en la calva, por detr�s o por delante, aparece una llaga de color rojizo, es lepra que se ha producido en la calva, sea por detr�s o por delante. [43] el sacerdote la examinar� y si la hinchaz�n de la llaga en la parte calva es de color blanco rojizo, con aspecto de lepra en la piel, [44] se trata de un leproso: es impuro. el sacerdote le declarar� impuro; tiene lepra en la cabeza. [45] el afectado por la lepra llevar� los vestido rasgados y desgre�ada la cabeza, se cubrir� hasta el bigote e ir� gritando: ��impuro, impuro!� [46] todo el tiempo que dure la llaga, quedar� impuro. es impuro y habitar� solo; fuera del campamento tendr� su morada. [47] cuando aparezca una llaga de lepra en un vestido de lana o de lino, [48] o en tejido o cobertor de lino o lana, o en una piel, o en cualquier objeto de cuero, [49] si la mancha en el vestido o en la piel, o en el tejido o en el cobertor, o en cualquier objeto hecho de cuero, tiene color verdoso o rojizo, es llaga de lepra y debe ser mostrada al sacerdote. [50] el sacerdote examinar� la mancha y encerrar� el objeto manchado durante siete d�as. [51] al s�ptimo, el sacerdote examinar� la mancha y si se ha extendido por el vestido, tejido, cobertor, piel o por un objeto de cuero, es un caso de lepra maligna y el objeto es impuro. [52] se quemar� el vestido, tejido, cobertor de lana o de lino o el objeto de cuero en que se encuentre la mancha, pues es lepra maligna; ser� quemado. [53] pero si el sacerdote ve que no se ha extendido la mancha por el vestido, tejido, cobertor o el objeto de cuero, : [54] har� lavar el objeto manchado y lo encerrar� otros siete d�as. [55] si el sacerdote ve que la mancha, despu�s de haber sido lavada, no ha mudado de aspecto, aunque la mancha no se haya extendido, el objeto es impuro; lo entregar�s al fuego: es una infecci�n por la cara y el env�s. [56] pero si el sacerdote ve que la parte manchada, despu�s de lavada, ha perdido color, la rasgar� del vestido, del cuero, del tejido o del cobertor. [57] pero si vuelve a aparecer en el vestido, tejido, cobertor o en un objeto de cuero, es mal contagioso; quemar�s lo que est� afectado por la lepra. [58] en cuanto al vestido, tejido, cobertor o el objeto de cuero, que despu�s de ser lavado pierdan la mancha, ser�n lavados por segunda vez y quedar�n puros. [59] estas es la ley para la mancha de lepra que se halla en los vestidos de lana o de lino, en el tejido e en el cobertor o en cualquier objeto hecho de cuero, para declararlos puros o impuros. el levitico cap.14 [1] yahveh habl� a mois�s diciendo: [2] esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el d�a de su purificac�on. se le conducir� al sacerdote, [3] y el sacerdote saldr� fuera del campamento; si, tras de haberlo examinado, comprueba que el leproso est� ya curado de la llaga de lepra, [4] el sacerdote mandar� traer para el que ha de ser purificado dos p�jaros vivos y puros, madera de cedro, p�rpura escarlata e hisopo. [5] despu�s mandar� inmolar uno de los p�jaros sobre una vasija de barro con agua viva. [6] tomar� luego el p�jaro vivo, la madera de cedro, la p�rpura escarlata y el hisopo, los mojar�, juntamente con el p�jaro vivo, en la sangre del p�jaro inmolado sobre el agua viva, [7] y rociar� siete veces al que ha de ser purificado de la lepra. y, tras de declararlo puro, soltar� en el campo el p�jaro vivo. [8] el que se purifica lavar� sus vestidos, se afeitar� todo su pelo, se ba�ar� en agua, y quedar� limpio. despu�s podr� entrar en el campamento; pero durante

siete d�as ha de habitar fuera de su tienda. [9] el d�a s�ptimo se afeitar� todo su pelo, su cabellera, su barba, sus cejas, es decir, se afeitar� todo su pelo, lavar� tambi�n sus vestidos, ba�ar� su cuerpo en agua y quedar� limpio. [10] el d�a octavo tomar� dos corderos sin defecto y una cordera de un a�o sin defecto; y como oblaci�n, tres d�cimas de flor de harina amasada con aceite y un cuartillo de aceite. [11] el sacerdote que hace la purificaci�n presentar� ante yahveh, junto con todas esas cosas, al hombre que ha de purificarse, a la entrada de la tienda del encuentro. [12] el sacerdote tomar� uno de los corderos para ofrecerlo como sacrificio de reparaci�n, adem�s del cuartillo de aceite, y lo mecer� como ofrenda ante yahveh. [13] luego inmolar� el cordero en el lugar donde se inmola el sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar sagrado; porque, tanto en el sacrificio por el pecado como en el sacrificio de reparaci�n, la v�ctima pertenece al sacerdote; es cosa sacrat�sima. [14] despu�s el sacerdote tomar� sangre de la v�ctima de reparaci�n y mojar� el l�bulo de la oreja derecha del que se est� purificando, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. [15] y, tomando del cuartillo de aceite, el sacerdote echar� parte de �l sobre la palma de su mano izquierda. [16] despu�s untar� un dedo de su mano derecha en el aceite que tiene en la palma de su mano izquierda, y con su dedo har� siete aspersiones de aceite delante de yahveh. [17] con el aceite restante que tiene en su mano el sacerdote untar� el l�bulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho sobre la sangre de la v�ctima de reparaci�n. [18] el resto del aceite que quede en la mano del sacerdote, se echar� sobre la cabeza del que se purifica. el sacerdote expiar� as� por �l ante yahveh. [19] el sacerdote ofrecer� el sacrificio por el pecado y har� expiaci�n por el que se purifica de su impureza; despu�s inmolar� el holocausto. [20] y ofrecer� sobre el altar el holocausto y la oblaci�n. de esta manera el sacerdote har� expiaci�n por �l y quedar� limpio. [21] si es pobre y no tiene suficientes recursos, tomar� un cordero com sacrificio de reparaci�n, como ofrenda mecida, para hacer expiaci�n por �l, y adem�s, como oblaci�n, una d�cima de flor de harina amasada con aceite, un cuartillo de aceite, [22] y dos t�rtolas o dos pichones, seg�n sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto. [23] al octavo d�a, los llevar� al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro para su purificaci�n delante de yahveh. [24] el sacerdote tomar� el cordero del sacrificio de reparaci�n y el cuartillo de aceite, y los mecer� como ofrenda ante yahveh. [25] despu�s de haber inmolado el cordero del sacrificio de reparaci�n, el sacerdote tomar� sangre de la v�ctima de reparaci�n y mojar� el l�bulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. [26] luego derramar� parte del aceite sobre la palma de su mano izquierda; [27] con un dedo de su mano derecha har� ante yahveh siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda, [28] untar� con el aceite que tiene en su mano el l�bulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la v�ctima de reparaci�n. [29] derramar� el resto del aceite que le quede en la mano sobre la cabeza del que se purifica, haciendo expiaci�n por �l ante yahveh. [30] luego ofrecer�, conforme a los recursos suyos, una de las t�rtolas o de los pichones, [31] es decir, lo que alcanzan sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto, adem�s de la oblaci�n. de este modo el sacerdote har�

expiaci�n ante yahveh por aquel que se purifica. [32] esta es la ley de purificaci�n para aquel que tiene llaga de lepra y cuyos recursos son limitados. [33] yahveh habl� a mois�s y a aar�n diciendo: [34] cuando hay�is entrado en la tierra de cana�n que yo os doy en posesi�n, y castigue con lepra alguna de las casas de la tierra que poseer�is, [35] el propietario de la casa ir� a avisar al sacerdote, diciendo: �ha aparecido algo como lepra en mi casa.� [36] el sacerdote, antes de entrar en la casa para examinar la lepra, ordenar� que desocupen la casa, para que nada quede inmundo de cuanto hay en ella. despu�s entrar� el sacerdote a examinar la casa. [37] si al examinarla observa que la mancha forma en las paredes de la casa cavidades verdosas y rojizas que parecen hundidas en la pared, [38] el sacerdote saldr� a la puerta de la casa y la cerrar� durante siete d�as. [39] volver� al d�a s�ptimo, y si comprueba que la mancha se ha extendido por las paredes de la casa, [40] mandar� arrancar las piedras manchadas y arrojarlas fuera de la ciudad en un lugar inmundo. [41] har� raspar todo el interior de la casa; y echar�n fuera de la ciudad, en un lugar inmundo, el polvo que hayan quitado. [42] luego tomar�n otras piedras y las pondr�n en lugar de las primeras; y tambi�n argamasa nueva para revocar la casa. [43] si la mancha vuelve a extenderse por la casa despu�s de haber arrancado las piedras, y de haberla raspado y revocado, [44] el sacerdote entrar� de nuevo; y si comprueba que la mancha se ha extendido por la casa, hay un caso de lepra maligna en la casa, y �sta es impura. [45] se derribar� la casa. sus piedras, sus maderas y todo el material de la casa ser� sacado fuera de la ciudad a un lugar inmundo. [46] quien entre en esa casa durante el tiempo que est� clausurada quedar� impuro hasta la tarde. [47] el que duerma en ella habr� de lavar sus vestidos; y tambi�n el que coma en ella habr� de lavarlos. [48] mas si el sacerdote comprueba al entrar que, despu�s de revocada la casa, la mancha no se ha extendido por ella, la declarar� pura, pues se ha curado del mal. [49] entonces, para ofrecer por la casa un sacrificio por el pecado, tomar� dos p�jaros, madera de cedro, p�rpura escarlata e hisopo; [50] inmolar� uno de los p�jaros sobre una vasija de barro con agua viva [51] y, tomando la madera de cedro, el hisopo y la p�rpura escarlata, con el p�jaro vivo, los mojar� en la sangre del p�jaro degollado y en el agua viva; y rociar� la casa siete veces. [52] y, tras haber realizado el sacrificio por el pecado en favor de la casa con la sangre del p�jaro, con el agua viva, el p�jaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la lana escarlata, [53] soltar� el p�jaro vivo fuera de la ciudad, en el campo. de este modo har� expiaci�n por la casa, la cual quedar� pura. [54] esta es la ley para toda clase de lepra o de ti�a, [55] para la lepra del vestido y de la casa, [56] para los tumores, erupciones y manchas blancas, [57] y para declarar los per�odos de impureza y de pureza. esta es la ley de la lepra. el levitico cap.15 [1] yahveh habl� a mois�s y aar�n diciendo: [2] hablad a los israelitas y decidles: cualquier hombre que padece flujo seminal es impuro a causa del flujo. [3] en esto consiste la impureza causada por su flujo: sea que su cuerpo deje destilar el flujo, o lo retenga, es impuro.

[4] todo lecho en que duerma el que padece flujo ser� impuro y todo asiento en que se siente ser� impuro. [5] quien toque su lecho lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y quedar� impuro hasta la tarde. [6] quien se siente sobre un mueble donde se haya sentado cualquiera que padece flujo lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y ser� impuro hasta la tarde. [7] quien toque el cuerpo del que padece flujo lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y ser� impuro hasta la tarde. [8] si el que tiene flujo escupe sobre un hombre puro, �ste lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y quedar� impuro hasta la tarde. [9] todo aparejo sobre el cual haya montado el que padece flujo ser� inmundo. [10] quien toque un objeto que haya estado debajo de �l quedar� impuro hasta la tarde. y el que los lleve lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y ser� impuro hasta la tarde. [11] todo aquel a quien toque el que padece flujo sin haberse lavado las manos con agua lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y quedar� impuro hasta la tarde. [12] toda vasija de barro tocada por el que padece flujo ser� rota, y todo utensilio de madera ser� lavado con agua. [13] si el que padece flujo sana de �l, se contar�n siete d�as para su purificai�n; despu�s lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua viva y quedar� puro. [14] al d�a octavo tomar� dos t�rtolas o dos pichones y se presentar� ante yahveh a la entrada de la tienda del encuentro, para entregarlos al sacerdote. [15] el sacerdote los ofrecer�, uno como sacrificio por el pecado, el otro como holocausto, y de esta manera el sacerdote har� expiaci�n por �l ante yahveh, a causa de su flujo. [16] el hombre que tenga derrame seminal lavar� con agua todo su cuerpo y quedar� impuro hasta la tarde. [17] toda ropa y todo cuero sobre los cuales se haya derramado el semen ser�n lavados con agua y quedar�n impuros hasta la tarde. [18] cuando una mujer se acueste con un hombre, produci�ndose efusi�n de semen, se ba�ar�n ambos con agua y quedar�n impuros hasta la tarde. [19] la mujer que tiene flujo, el flujo de sangre de su cuerpo, permanecer� en su impureza por espacio de siete d�as. y quien la toque ser� impuro hasta la tarde. [20] todo aquello sobre lo que se acueste durante su impureza quedar� impuro; y todo aquello sobre lo que se siente quedar� impuro. [21] quien toque su lecho lavar� los vestidos, se ba�ar� en agua y permanecer� impuro hasta la tarde. [22] quien toque un mueble cualquiera sobre el que ella se haya sentado lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y ser� impuro hasta la tarde. [23] quien toque algo que est� puesto sobre el lecho o sobre el mueble donde ella se sienta quedar� impuro hasta la tarde. [24] si uno se acuesta con ella se contamina de la impureza de sus reglas y queda impuro siete d�as; todo lecho en que �l se acueste ser� impuro. [25] cuando una mujer tenga flujo de sangre durante muchos d�as, fuera del tiempo de sus reglas o cuando sus reglas se prolonguen, quedar� impura mientras dure el flujo de su impureza como en los d�as del flujo menstrual. [26] todo lecho en que se acueste mientras dura su flujo ser� impuro como el lecho de la menstruaci�n, y cualquier mueble sobre el que se siente quedar� impuro como en la impureza de las reglas. [27] quien los toque quedar� impuro y lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua u quedar� impuro hasta la tarde. [28] una vez que ella sane de su flujo, contar� siete d�as, quedando despu�s pura. [29] al octavo d�a tomar� para s� dos t�rtolas o dos pichones y los presentar� al sacerdote a la entrada de la tienda del encuentro. [30] el sacerdote los ofrecer� uno como sacrificio por el pecado, el otro como holocausto; y har� expiaci�n por ella ante yahveh por la impureza de su flujo. [31] mantendr�is alejados a los israelitas de sus impurezas para que no mueran a

causa de ellas por contaminar mi morada, la que est� en medio de ellos. [32] esta es la ley relativa al hombre que padece flujo o que se hace impuro con efusi�n de semen, [33] a la indispuesta por el flujo menstrual, a aquel que padece flujo, sea var�n o mujer, y a aquel que se acueste con una mujer en per�odo de impureza. el levitico cap.16 [1] yahveh habl� a mois�s despu�s de la muerte de los dos hijos de aar�n que murieron al acercarse a yahveh. [2] dijo yahveh a mois�s: di a tu hermano aar�n que no entre en cualquier tiempo en el santuario que est� tras el velo, ante el propiciatorio que est� encima del arca, no sea que muera: pues yo me hago ver en la nube encima del propiciatorio. [3] s�lo en estas condiciones podr� entrar aar�n en el santuario: con un novillo para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto. [4] se vestir� con la t�nica sagrada de lino, se pondr� los calzones de lino, se ce�ir� la faja de lino y se cubrir� con la tiara de lino. estas son las vestiduras sagradas que vestir�s despu�s de haberse lavado con agua. [5] recibir� de la comunidad de los israelitas dos machos cabr�os para el holocausto. [6] despu�s de ofrecer su novillo por el pecado como expiaci�n por s� mismo y por su casa, [7] tomar� Aar�n los dos machos cabr�os y los presentar� ante yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro. [8] luego echar� suertes sobre los dos machos cabr�os, una para yahveh, y otra para azazel. [9] presentar� el macho cabr�o sobre el cual haya ca�do la suerte �para yahveh� ofreci�ndolo como sacrificio por el pecado. [10] el macho cabr�o sobre el cual haya ca�do la suerte �para azazel�, lo colocar� vivo delante de yahveh para hacer sobre �l la expiaci�n y echarlo al desierto, para azazel. [11] entonces ofrecer� Aar�n su novillo por el pecado para hacer expiaci�n por s� mismo y por su casa, y lo inmolar�. [12] tomar� despu�s un incensario lleno de brasas tomadas del altar que est� ante yahveh y dos pu�ados de incienso arom�tico en polvo y, llev�ndolo detr�s del velo, [13] pondr� el incienso sobre el fuego, delante de yahveh, para que la nube del incienso envuelva el propiciatorio que est� encima del testimonio y �l no muera. [14] tomando luego la sangre del novillo, rociar� con su dedo el lado oriental del propiciatorio, y con su dedo har� siete aspersiones de sangre delante del propiciatorio. [15] despu�s inmolar� el macho cabr�o como sacrificio por el pecado del pueblo y llevar� su sangre detr�s del velo, haciendo con su sangre lo que hizo con la sangre del novillo: rociar� el propiciatorio y su parte anterior. [16] as� purificar� el santuario de las impurezas de los israelitas y de sus rebeld�as en todos sus pecados. lo mismo har� con la tienda del encuentro que mora con ellos en medio de sus impurezas. [17] nadie debe estar en la tienda del encuentro cuando aar�n entre a hacer la expiaci�n dentro del santuario, hasta que salga. despu�s de haber hecho expiaci�n por s� mismo, por su casa y por toda la asamblea de israel, [18] saldr� hacia el altar que se halla ante yahveh, y har� por �l expiaci�n tomando sangre del novillo y del macho cabr�o y untando los cuernos en torno del altar. [19] har� sobre �l con su dedo siete aspersiones de sangre, y as� lo purificar� y lo separar� de las impurezas de los israelitas. [20] acabada la expiaci�n del santuario, de la tienda del encuentro y del altar, aar�n presentar� el macho cabr�o vivo. [21] imponiendo ambas manos sobre la cabeza del macho cabr�o vivo har� confesi�n sobre �l de todas las iniquidades de los israelitas y de todas las rebeld�as en

todos los pecados de ellos y carg�ndolas sobre la cabeza del macho cabr�o, lo enviar� al desierto por medio de un hombre dispuesto para ello. [22] as� el macho cabr�o llevar� sobre s� todas las iniquidades de ellos, hacia una tierra �rida; y soltar� el macho cabr�o en el desierto. [23] luego entrar� Aar�n en la tienda del encuentro y, despoj�ndose de las vestiduras de lino con que se hab�a vestido al entrar en el santuario, las dejar� all�; [24] lavar� su cuerpo con agua en lugar sagrado y se pondr� sus vestiduras. despu�s saldr� y ofrecer� su holocausto y el holocausto del pueblo, har� la expiaci�n por s� mismo y por el pueblo, [25] y quemar� sobre el altar el sebo de la v�ctima por el pecado. [26] el hombre encargado de soltar el macho cabr�o para azazel lavar� sus vestidos y ba�ar� su cuerpo en agua; despu�s de esto podr� entrar en el campamento. [27] del novillo del sacrificio por el pecado y del macho cabr�o inmolado por el pecado, cuya sangre fue introducida en el santuario para hacer expiaci�n, ser�n sacados fuera del campamento y quemados con fuego sus pieles, su carne y sus excrementos. [28] el que los queme lavar� sus vestidos y se ba�ar� en agua; despu�s de esto podr� entrar en el campamento. [29] ser� �ste para vosotros un decreto perpetuo: en el mes s�ptimo, el d�a d�cimo del mes, ayunar�is, y no har�is trabajo alguno, ni el nativo ni el forastero que reside en medio de vosotros. [30] porque en ese d�a se har� expiaci�n por vosotros para purificaros. de todos vuestros pecados quedar�is limpios delante de yahveh. [31] ser� para vosotros d�a de descanso completo, en el que hab�is de ayunar: decreto perpetuo. [32] har� la expiaci�n el sacerdote ungido y de manos consagradas para ejercer el sacerdocio como sucesor de su padre: �l se vestir� las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas, [33] y har� la expiaci�n del santuario sagrado, de la tienda del encuentro y del altar. el har� tambi�n la expiaci�n por los sacerdotes y por todo el pueblo de la asamblea. [34] tendr�is esto como decreto perpetuo: hacer la expiaci�n por los israelitas, por todos sus pecados, una vez al a�o. y se hizo como yahveh hab�a mandado a mois�s. el levitico cap.17 [1] yahveh habl� a mois�s, diciendo: [2] habla a aar�n y a sus hijos, y a todos los israelitas, y diles: esta es la orden que ha dado yahveh: [3] cualquier hombre de la casa de israel que inmole buey, oveja o cabra dentro del campamento, o fuera del mismo, [4] sin llevarlos a la entrada de la tienda del encuentro, para presentarlos como ofrenda a yahveh ante la morada de yahveh, ser� considerado reo de sangre. tal hombre ha derramado sangre y ser� exterminado de en medio de su pueblo. [5] por eso los israelitas presentar�n al sacerdote, para yahveh, a la entrade de la tienda del encuentro, aquellas v�ctimas que suelen inmolar en el campo, para que se ofrezcan como sacrificios de comuni�n. [6] el sacerdote derramar� la sangre sobre el altar de yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro, y quemar� las grasas como calmante aroma para yahveh. [7] de este modo ellos ya no seguir�n sacrificando sus sacrificios a los s�tiros tras los cuales estaban prostituy�ndose. decreto perpetuo ser� �ste para ellos de generaci�n en generaci�n. [8] diles: cualquier hombre de la casa de israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, que ofrezca holocausto o sacrificio, [9] y no lo traiga a la entrada de la tienda del encuentro para sacrificarlo en

honor de yahveh, ese ser� exterminado de entre su parentela. [10] si un hombre cualquiera de la casa de israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, come cualquier clase de sangre, yo volver� mi rostro contra el que coma sangre y los exterminar� de en medio de su pueblo. [11] porque la vida de la carne est� en la sangre, y yo os la doy para hacer expiaci�n en el altar por vuestras vidas, pues la expiaci�n por la vida, con la sangre se hace. [12] por eso tengo dicho a los israelitas: �ninguno de vosotros comer� sangre; ni tampoco coma sangre el forastero que reside en medio de vosotros.� [13] cualquier hombre de la casa de israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, que cace un animal o un ave que es l�cito comer, derramar� su sangre y la cubrir� con tierra. [14] porque la vida de toda carne es su sangre. por eso mando a los israelitas: �no comer�is la sangre de ninguna carne, pues la vida de toda carne es su sangre. quien la coma, ser� exterminado.� [15] todo nativo o forastero que coma carne de bestia muerta o destrozada lavar� sus vestidos, se ba�ar� en agua y quedar� impuro hasta la tarde; despu�s ser� puro. [16] si no los lava ni ba�a su cuerpo, cargar� con su iniquidad. el levitico cap.18 [1] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [2] habla a los israelitas, y diles: yo soy yahveh vuestro dios. [3] no hag�is como se hace en la tierra de egipto, donde hab�is habitado, ni hag�is como se hace en la tierra de cana�n a donde os llevo; no deb�is seguir sus costumbres. [4] cumplid mis normas y guardad mis preceptos, caminando seg�n ellos. yo soy yahveh, vuestro dios. [5] guardad mis preceptos y mis normas. el hombre que los cumpla, por ellos vivir�. yo, yahveh. [6] ninguno de vosotros se acerque a una consangu�nea suya para descubrir su desnudez. yo, yahveh. [7] no descubrir�s la desnudez de tu padre ni la desnudez de tu madre. es tu madre; no descubrir�s su desnudez. [8] no descubrir�s la desnudez de la mujer de tu padre; es la misma desnudez de tu padre. [9] no descubrir�s la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o fuera de ella. [10] no descubrir�s la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija, pues es tu propia desnudez. [11] no descubrir�s la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, que es tu hermana. [12] no descubrir�s la desnudez de la hermana de tu padre; es carne de tu padre. [13] no descubrir�s la desnudez de la hermana de tu madre; es carne de tu madre. [14] no descubrir�s la desnudez del hermano de tu padre; no te acercar�s a su mujer; es la mujer de tu t�o. [15] no descubrir�s la desnudez de tu nuera, es la mujer de tu hijo; no descubrir�s su desnudez. [16] no descubrir�s la desnudez de la mujer de tu hermano; es la desnudez de tu hermano. [17] no descubrir�s la desnudez de una mujer y la de su hija, ni tomar�s la hija de su hijo ni la hija de su hija para descubrir su desnudez; son tu propia carne; ser�a un incesto. [18] no tomar�s a una mujer juntamente con su hermana, haci�ndola rival de ella y descubriendo su desnudez mientras viva la primera. [19] tampoco te acercar�s a una mujer durante la impureza menstrual, para descubrir su desnudez.

[20] no te juntes carnalmente con la mujer de tu pr�jimo, contamin�ndote con ella. [21] no dar�s ning�n hijo tuyo para hacerlo pasar ante m�lek; no profanar�s as� el nombre de tu dios. yo, yahveh. [22] no te acostar�s con var�n como con mujer; es abominaci�n. [23] no te unir�s con bestia haci�ndote impuro por ella. la mujer no se pondr� ante una bestia para unirse con ella; es una imfamia. [24] no os hag�is impuros con ninguna de estas acciones, pues con ellas se han hecho impuras las naciones que yo voy a arrojar ante vosotros. [25] se ha hecho impuro el pa�s; por eso he castigado su iniquidad, y el pa�s ha vomitado a sus habitantes. [26] vosotros, pues, guardad mis preceptos y mis normas, y nos comet�is ninguna de estas abominaciones, ni los de vuestro pueblo ni los forasteros que residen entre vosotros. [27] porque todas estas abominaciones han cometido los hombres que habitaron el pa�s antes que vosotros, y por eso el pa�s se ha llenado de impurezas. [28] y no os vomitar� la tierra por vuestras impurezas, del mismo modo que vomit� a las naciones anteriores a vosotros; [29] sino que todos los que cometan una de estas abominaciones, �sos ser�n exterminados de en medio de su pueblo. [30] guardad, pues, mis observancias; no practicar�is ninguna de las costumbres abominables que se practicaban antes de vosotros, ni os hag�is impuros con ellas. yo, yahveh, vuestro dios. el levitico cap.19 [1] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [2] habla a toda la comunidad de los israelitas y diles: sed santos, porque yo, yahveh, vuestro dios, soy santo. [3] respete cada uno de vosotros a su madre y a su padre. guardad mis s�bados. yo, yahveh, vuestro dios. [4] no os volv�is hacia los �dolos, ni os hag�is dioses de fundici�n. yo, yahveh, vuestro dios. [5] cuando sacrifiqu�is a yahveh un sacrificio de comuni�n, sacrificadlo de modo que le se�is gratos. [6] la v�ctima se ha de comer el mismo d�a en que la inmol�is, o al d�a siguiente; y lo que sobre hasta el d�a tercero, ser� quemado. [7] si se come algo al tercer d�a, ser� un manjar corrompido; el sacrificio no ser� grato. [8] el que lo coma, cargar� con su iniquidad, porque ha profanado la santidad de yahveh. esa persona ser� externinada de entre su parentela. [9] cuando cosech�is la mies de vuestra tierra, no siegues hasta el borde de tu campo, ni espigues los restos de tu mies. [10] tampoco har�s rebusco de tu vi�a, ni recoger�s de tu huerto los frutos ca�dos; los dejar�s para el pobre y el forastero. yo, yahveh, vuestro dios. [11] no hurtar�is; no mentir�is ni os defraudar�is unos a otros. [12] no jurar�is en falso por mi nombre: profanar�as el nombre de tu dios. yo, yahveh. [13] no oprimir�s a tu pr�jimo, ni lo despojar�s. no retendr�s el salario del jornalero hasta el d�a siguiente. [14] no maldecir�s a un mudo, ni pondr�s tropiezo ante un ciego, sino que temer�s a tu dios. yo, yahveh. [15] siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgar�s a tu pr�jimo. [16] no andes difamando entre los tuyos; no demandes contra la vida de tu pr�jimo. yo, yahveh. [17] no odies en tu coraz�n a tu hermano, pero corrige a tu pr�jimo, para que no te cargues con pecado por su causa.

[18] no te vengar�s ni guardar�s rencor contre los hijos de tu pueblo. amar�s a tu pr�jimo como a ti mismo. yo, yahveh. [19] guardad mis preceptos. no aparear�s ganado tuyo de diversa especie. no siembres tu campo con dos clases distintas de grano. no uses ropa de dos clases de tejido. [20] si un hombre se acuesta maritalmente con una mujer que es una sierva perteneciente a otro, sin que haya sido rescatada ni liberada, ser� �l castigado, pero no con pena de muerte, pues ella no era libre. [21] el ofrecer� un carnero, su sacrificio de reparaci�n para yahveh, a la entrade de la tienda del encuentro; ser� un carnero de reparaci�n. [22] con el carnero de reparaci�n, el sacerdote har� expiaci�n por �l ante yahveh por el pecado que comet�o, y se le perdonar� su pecado. [23] cuando entr�is en la tierra y plant�is toda clase de �rboles frutales, considerar�is impuro su fruto, como incircunciso; por tres a�os os ser�n como incircuncisos y no se podr�n comer. [24] al cuarto a�o todos su frutos ser�n consagrados en fiesta de alabanza en honor de yahveh. [25] y en el quinto a�o podr�is comer de su fruto y almacenar en vuestro provecho su producto. yo, yahveh, vuestro dios. [26] no com�is nada con sangre. no practiqu�is encantamiento ni astrolog�a. [27] no rap�is en redondo vuestra cabellera, ni cortes los bordes de tu barba. [28] no har�is incisiones en vuestra carne por los muertos; ni os har�is tatuaje. yo, yahveh. [29] no profanar�s a tu hija, prostituy�ndola; no sea que la tierra se prostituya y se llene de incestos. [30] guardad mis s�bados y respetad mi santuario. yo, yahveh. [31] no os dirij�is a los nigromantes, ni consult�is a los adivinos haci�ndoos impuros por su causa. yo, yahveh, vuestro dios. [32] ponte en pie ante las canas y honra el rostro del anciano; teme a tu dios. yo, yahveh. [33] cuando un forastero resida junto a ti, en vuestra tierra, no le molest�is. [34] al forastero que reside junto a vosotros, le mirar�is como a uno de vuestro pueblo y lo amar�s como a ti mismo; pues forasteros fuisteis vosotros en la tierra de egipto. yo, yahveh, vuestro dios. [35] no comet�is injustica en los juicios, ni en las medidas de longitud, de peso o de capacidad: [36] tened balanza justa, peso justo, medida justa y sextario justo. yo soy yahveh vuestro dios, que os saqu� del pa�s de egipto. [37] guardad todos mis preceptos y todas mis normas, y ponedlos en pr�ctica. yo, yahveh. el levitico cap.20 [1] habl� Yahveh a mois�s y dijo: [2] dir�s a los israelitas: si un hombre cualquiera de entre los israelitas o de los forasteros que residen en israel entrega uno de sus hijos a m�lek, morir� sin remedio; el pueblo de la tierra lo lapidara. [3] yo mismo volver� mi rostro contra ese hombre y los exterminar� de en medio de su pueblo, por haber entregado un hijo suyo a m�lek, haciendo impuro mi santuario y profanando mi nombre santo. [4] si el pueblo de la tierra cierra los ojos ante ese hombre que entreg� uno de sus hijos a m�lek, y no le da muerte, [5] yo mismo volver� mi rostro contra ese hombre y contra su familia, y lo exterminar� de entre su pueblo, a �l y a todos los que como �l se prostituyan tras m�lek. [6] si alguien consulta a los nigromantes, y a los adivinos, prostituy�ndose en pos de ellos, yo volver� mi rostro contra �l y lo exterminar� de en medio de su pueblo.

[7] santificaos y sed santos; porque yo soy yahveh, vuestro dios. [8] guardad mis preceptos y cumplidlos. yo soy yahveh, el que os santifico. [9] quien maldiga a su padre o a su madre, ser� muerto sin remedio, pues ha maldecido a su padre o a su madre; su sangre caer� sobre �l. [10] si un hombre comete adulterio con la mujer de su pr�jimo, ser� muerto tanto el ad�ltero como la ad�ltera. [11] el que se acueste con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ambos morir�n: caer� sobre ellos su sangre. [12] si un hombre se acuesta con su nuera, ambos morir�n; han hecho una infamia: su sangre caer� sobre ellos. [13] si alguien se acuesta con var�n, como se hace con mujer, ambos han cometido abominaci�n: morir�n sin remedio; su sangre caer� sobre ellos. [14] si uno toma por esposas a una mujer y a su madre, es un incesto. ser�n quemados tanto �l como ellas para que no haya tal incesto en medio de vosotros. [15] el que se una con bestia, morir� sin remedio. matar�is tambi�n la bestia. [16] si una mujer se acerca a una bestia para unirse a ella, matar�s a la mujer y a las bestia. morir�n; caer� sobre ellos su sangre. [17] si alguien toma por esposa a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, viendo as� la desnudez de ella y ella la desnudez de �l, es una ignominia. ser�n exterminados en presencia de los hijos de su pueblo. ha descubierto la desnudez de su hermana: cargar� con su iniquidad. [18] el que se acueste con mujer durante el tiempo de la reglas descubriendo la desnudez de ella, ha puesto al desnudo la fuente de su flujo y ella tambi�n ha descubierto la fuente de su sangre. ambos ser�n exterminados de entre su pueblo. [19] no descubras la desnudez de la hermana de tu madre ni de la hermana de tu padre, porque desnudas su propia carne; por eso cargar�n con su iniquidad. [20] el que se acueste con la mujer de su t�o paterno, descubre la desnudez de �ste. cargar�n con su pecado; morir�n sin hijos. [21] si uno toma por esposa a la mujer de su hermano, es cosa impura, pues descubre la desnudez de su hermano; quedar�n sin hijos. [22] guardad, pues, todos mis preceptos y todas mis normas, y cumplidlos; as� no os vomitar� la tierra adonde os llevo para que habit�is en ella. [23] no camin�is seg�n las costumbres de las naciones que yo voy a expulsar ante vosotros; pues, porque han obrado as�, yo estoy asqueado de ellas. [24] pero a vosotros os he dicho: �poseer�is su suelo, el que yo os dar� en herencia, tierra que mana leche y miel.� yo soy yahveh, vuestro dios, que os ha separado de estos pueblos. [25] hab�is de hacer separaci�n entre animales puros e impuros, y entre aves impuras y puras; para que no os hag�is abominables, ni con animales ni con aves, ni con lo que se arrastra por el suelo; porque os he separado todo eso como impuro. [26] sed, pues, santos para m�, porque yo, yahveh, soy santo, y os he separado de entre los pueblos, para que se�is m�os. [27] el hombre o la mujer en que haya esp�ritu de nigromante o adivino, morir� sin remedio: los lapidar�n. caer� su sangre sobre ellos. el levitico cap.21 [1] dijo yahveh a mois�s: habla a los sacerdotes, hijos de aar�n, y diles: nadie se haga impuro por el cad�ver de alguno de los suyos, [2] como no sea pariente cercano suyo: la madre, el padre, el hijo, la hija, el hermano, [3] una hermana virgen, que viva con �l y no haya sido desposada a�n; por ella puede hacerse impuro. [4] pues no debe hacerse impuro, siendo se�or entre los suyos; se profanar�a. [5] los sacerdotes no se rapar�n la cabeza, ni se cortar�n los bordes de la barba, ni se har�n incisiones en su cuerpo. [6] santos han de ser para su dios y no profanar�n el nombre de su dios, pues son

ellos los que presentan los manjares que se han de abrasar para yahveh, el alimento de su dios; han de ser santos. [7] no tomar�n por esposa a una mujer prostituta ni profanada, ni tampoco una mujer repudiada por su marido; pues el sacerdote est� consagrado a su dios. [8] le tendr�s por santo, porque �l es quien presenta el alimento de tu dios; por tanto ser� santo para ti, pues santo soy yo, yahveh, el que os santifico. [9] si la hija de un sacerdote prostituy�ndose se profana, a su padre profana; ser� quemada. [10] el sumo sacerdote, superior a sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el �leo de la unci�n y que recibi� la investidura para vestir los ornamentos, no llevar� desgre�ada su cabellera ni rasgar� sus vestidos, [11] ni se acercar� a ning�n cad�ver; ni siquiera por su padre o por su madre puede hacerse impuro. [12] no saldr� del santuario para no profanar el santuario de su dios; pues lleva sobre s� la consagraci�n del �leo de la unci�n de su dios. yo, yahveh. [13] tomar� una virgen por esposa. [14] no se casar� con viuda ni repudiada ni profanada por prostituci�n, sino que tomar� por esposa una virgen de entre su parentela. [15] no profanar� su descendencia entre su pueblo, pues soy, yo, yahveh, el que lo santifico. [16] yahveh habl� a mois�s y dijo: [17] habla a aar�n y dile: ninguno de tus descendientes en cualquiera de sus generaciones, si tiene un defecto corporal, podr� acercarse a ofrecer el alimento de su dios; [18] pues ning�n hombre que tenga defecto corporal ha de acercarse: ni ciego ni cojo ni deforme ni monstruoso, [19] ni el que tenga roto el pie o la mano; [20] ni jorobado ni raqu�tico ni enfermo de los ojos, ni el que padezca sarna o ti�a, ni el eunuco. [21] ning�n descendiente de aar�n que tenga defecto corporal puede acercarse a ofrecer los manjares que se abrasan en honor de yahveh. tiene defecto; no se acercar� a ofrecer los manjares que se abrasan en honor de yahveh. tiene defecto; no se acercar� a ofrecer el alimento de su dios. [22] sin embargo, podr� comer el alimento de su dios, las cosas sacrat�simas, y las sagradas; [23] mas no entrar� hasta el velo ni se acercar� al altar, porque tiene defecto, para no profanar mi santuario, pues yo soy yahveh, el que los santifico. [24] mois�s dijo esto a aar�n y a sus hijos y a todos los israelitas. el levitico cap.22 [1] habl� Yahveh a mois�s y dijo: [2] di a aar�n y a sus hijos que se abstengan de algunas ofrendas sagradas que los israelitas me consagran, para no profanar mi santo nombre. yo, yahveh. [3] diles: cualquier descendiente vuestro, en todas las generaciones, que, estando impuro, se acerque a las cosas sagradas que los israelitas consagran a yahveh, �se ser� exterminado de mi presencia. yo, yahveh. [4] ning�n descendiente de aar�n, que sea leproso o padezca flujo comer� de las cosas sagradas hasta que se purifique. el que toque lo que es impuro por un cad�ver, o el que haya tenido un derrame seminal, [5] o el que haya tocado un bicho que le ha hecho impuro o a un hombre que le ha hecho impuro con cualquier clase de impureza; [6] quien toque estas cosas, quedar� impuro hasta la tarde, y no comer� de las cosas sagradas, sino que lavar� su cuerpo con agua; [7] puesto el sol, quedar� limpio y podr� luego comer de las cosas sagradas, pues son su alimento. [8] no comer� animal muerto o destrozado que le haga impuro. yo, yahveh. [9] que guarden mis observancias, no sea que, cargados as� de pecado, al

profanarlas mueran por ello. yo, yahveh, el que los santifico. [10] ning�n laico comer� de las cosas sagradas; ning�n hu�sped del sacerdote ni jornalero suyo comer� de las cosas sagradas. [11] pero si un sacerdote con su dinero compra una persona, �sta podr� comer de las cosas sagradas; y tambi�n el siervo nacido en la casa: ambos pueden comer del pan del sacerdote. [12] la hija de un sacerdote, casada con un laico, no podr� comer de la ofrenda reservada de las cosas sagradas. [13] pero si la hija de un sacerdote queda viuda o es repudiada, y sin tener prole vuelve a la casa de su padre, podr� comer del pan de su padre, como en su juventud. pero ning�n laico comer� de �l. [14] quien, por inadvertencia, coma de cosa sagrada, la restituir� al sacerdote, a�adiendo un quinto de m�s. [15] no profanen, pues, las cosas sagradas de los israelitas, reservadas para yahveh, [16] porque al comerlas cargar�an con una iniquidad que debe ser reparada. yo soy yahveh, el que los santifico. [17] yahveh habl� a mois�s, diciendo: [18] habla a aar�n y a sus hijos, y a todos los israelitas y diles: si alguno de la casa de israel, o de los forasteros residentes en israel, en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, presenta una ofrenda que como holocausto ofrece a yahveh [19] para que os alcance favor, la v�ctima habr� de ser macho, sin defecto, buey, oveja o cabra. [20] no ofrezc�is nada defectuoso, pues no os ser�a aceptado. [21] si alguno ofrece a yahveh ganado mayor o menor como sacrificio de comuni�n, sea en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, ha de ser una res sin defecto para alcanzar favor; no debe tener defecto alguno. [22] no presentar�is ante yahveh animal ciego, quebrado, mutilado, ulcerado, sarnoso o ruin; de ellos nada pondr�is en el altar como manjar que se abrasa para yahveh. [23] si es buey u oveja desproporcionado o enano, podr�is presentarlo como ofrenda voluntaria, pero no ser� aceptado en cumplimiento de voto. [24] no ofrecer�is a yahveh animal que tenga los test�culos aplastados, majados, arrancados o cortados. no hag�is est en vuestra tierra. [25] y de esto nada recibir�is de la mano del extranjero como alimento de vuestro dios, porque su deformidad es un defecto; no os ser�n aceptados. [26] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [27] cuando nazca un ternero, o un cordero, o cabrito, quedar� siete d�as con su madre; y desde el d�a octavo en adelante ser� grato como ofrenda de manjar abrasado para yahveh. [28] no inmol�is en el mismo d�a vaca u oveja juntamente con su cr�a. [29] al sacrificar a yahveh un sacrificio de alabanza, lo har�is de tal modo que os sea aceptado. [30] ser� comido en el mismo d�a, sin dejar nada de �l hasta la ma�ana siguiente. yo, yahveh. [31] guardad mis mandamientos y cumplidlos. yo, yahveh. [32] no profan�is mi santo nombre, para que yo sea santificado en medio de los israelitas. yo soy yahveh, el que os santifica, [33] el que os ha sacado de la tierra de egipto para ser vuestro dios. yo, yahveh. el levitico cap.23 [1] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [2] habla a los israelitas y diles: solemnidades de yahveh que convocar�is como asambleas santas. estas son mis solemnidades: [3] seis d�as se trabajar�, pero el s�ptimo d�a ser� de descanso completo,

reuni�n sagrada en que no har�is trabajo alguno. ser� descanso de yahveh dondequiera que habit�is. [4] estas son las solemnidades de yahveh, las reuniones sagradas que convocar�is en las fechas se�aladas. [5] el mes primero, el d�a catorce del mes, entre dos luces, ser� la pascua de yahveh. [6] el quince de este mes se celebrar� la fiesta de los azimos en honor de yahveh. durante siete d�as comer�is panes �zimos. [7] el d�a primero tendr�is reuni�n sagrada; no har�is ning�n trabajo servil. [8] ofrecer�is durante siete d�as manjares abrasados a yahveh. el s�ptimo d�a celebrar�is reuni�n sagrada; no har�is ning�n trabajo servil. [9] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [10] habla a los israelitas y diles: cuando, despu�s de entrar en la tierra que yo os doy, segu�is all� su mies, llevar�is una gavilla, como primicias de vuestra cosecha, al sacerdote, [11] que mecer� la gavilla delante de yahveh, para alcanzaros su favor. el d�a siguiente al s�bado la mecer� el sacerdote. [12] ese mismo d�a en que mecieres la gavilla, sacrificar�is un cordero de un a�o, sin defecto, como holocausto a yahveh, [13] junto con su oblaci�n de dos d�cimas de flor de harina amasada con aceite, como manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. su libaci�n de vino ser� un cuarto de sextario. [14] no comer�is pan ni grano tostado ni grano tierno hasta ese mismo d�a, hastar traer la ofrenda de vuestro dios. decreto perpetuo ser� �ste de generaci�n en generaci�n dondequiera que habit�is. [15] contar�is siete semanas enteras a partir del d�a siguiente al s�bado, desde el d�a en que habr�is llevado la gavilla de la ofrenda mecida; [16] hasta el d�a siguiente al s�ptimo s�bado, contar�is cincuenta d�as y entonces ofrecer�is a yahveh una oblaci�n nueva. [17] llevar�is de vuestras casas como ofrenca mecida dos panes, hechos con dos d�cimas de flor de harina y cocidos con levadura, como primicias para yahveh. [18] juntamente con el pan ofrecer�is a yahveh siete corderos de un a�o, sin defecto, un novillo y dos carneros: ser�n el holocausto para yahveh adem�s de su ofrenda y sus libaciones, como manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [19] ofrecer�is tambi�n un macho cabr�o como sacrificio por el pecado, y dos corderos de un a�o como sacrificio de comuni�n. [20] el sacerdote los mecer� como ofrenda ante yahveh, juntamente con el pan de las primicias y con los dos corderos; ser�n consagrados a yahveh y pertenecer�n al sacerdote. [21] ese mismo d�a convocar�is una reuni�n sagrada; la celebrar�is y no har�is ning�n trabajo servil. decreto perpetuo ser� �ste de generaci�n en generac�on dondequiera que habit�is. [22] cuando cosech�is la mies de vuestra tierra, no siegues hasta el borde de tu campo, ni espigues los restos de tu mies; los dejar�s para el pobre y para el forastero. yo, yahveh, vuestro dios. [23] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [24] habla a los israelitas y diles: en el mes s�ptimo, el primer d�a del mes ser� para vosotros de gran descanso, una fiesta conmemorativa con clamor de trompetas, una reuni�n sagrada. [25] no har�is ning�n trabajo servil, y ofrecer�is manjares abrasados a yahveh. [26] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [27] adem�s el d�a d�cimo de este s�ptimo mes ser� el d�a de la expiaci�n, en el cual tendr�is reuni�n sagrada; ayunar�is y ofrecer�is manjares abrasados a yahveh. [28] no har�is en ese mismo d�a ning�n trabajo, pues es el d�a de expiaci�n, en el que se ha de hacer la expiaci�n por vosotros delante de yahveh, vuestro dios. [29] el que no ayune ese d�a ser� exterminado de entre su pueblo. [30] al que haga en tal d�a un trabajo cualquiera, yo lo har� perecer de en medio de su pueblo.

[31] no har�is, pues, trabajo alguno. es decreto perpetuo, de generaci�n en generaci�n, dondequiera que habit�is. [32] ser� para vosotros d�a de descanso completo y ayunar�is; el d�a nueve del mes, por la tarde, de tarde a tarde, guardar�is descanso. [33] habl� Yahveh a mois�s, diciendo: [34] habla a los israelitas y diles: el d�a quince de ese s�ptimo mes celebrar�is durante siete d�as la fiesta de las tiendas en honor a yahveh. [35] el d�a primero habr� reuni�n sagrada y no har�is trabajo servil alguno. [36] durante siete d�as ofrecer�is manjares abrasados a yahveh. el d�a octavo tendr�is reuni�n sagrada y ofrecer�is manjares abrasados a yahveh. habr� asamblea solemne. no har�is trabajo servil alguno. [37] estas son las solemnidades de yahveh en las que hab�is de convocar reuni�n sagrada para ofrecer manjares abrasados a yahveh, holocaustos y oblaciones, v�ctimas y libaciones, cada cosa en su d�a, [38] sin contar los s�bados de yahveh, sin contar vuestros dones, sin contar todos vuestros votos, sin contar todas vuestras oblaciones voluntarias, las que ofrezc�is a yahveh. [39] el d�a quince del s�ptimo mes, despu�s de haber cosechado el producto de la tierra, celebrar�is la fiesta en honor de yahveh durante siete d�as. el primer d�a ser� de descanso completo e igualmente el octavo. [40] el primer d�a tomar�is frutos de los mejores �rboles, ramos de palmeras, ramas de �rboles frondosos y sauces de r�o; y os alegrar�is en la presencia de yahveh, vuestro dios, por espacio de siete d�as. [41] celebrar�is fiesta en honor de yahveh durante siete d�as cada a�o. ser� decreto perpetuo de generaci�n en generaci�n. en el s�ptimo mes la celebrar�is. [42] durante siete d�as habitar�is en caba�as. todos los naturales de israel morar�n en caba�as, [43] para que sepan vuestros descendientes que yo hice habitar en caba�as a los israelitas cuando los saqu� de la tierra de egitpo. yo, yahveh, vuestro dios. [44] mois�s promulg� las solemnidades de yahveh a los israelitas. el levitico cap.24 [1] yahveh habl� a mois�s, diciendo: [2] manda a los israelitas que te traigan para el alumbrado aceite puro de oliva molida, para alimentar continuamente la llama. [3] aar�n lo preparar� fuera del velo del testimonio, en la tienda del encuentro para que arda de continuo ante yahveh desde la tarde hasta la ma�ana. es decreto perpetuo para vuestros descendientes. [4] el colocar� las l�mparas sobre el candelabro puro que permanece ante yahveh. [5] tomar�s flor de harina, y cocer�s con ella doce tortas, dos d�cimas para cada una. [6] las colocar�s en dos filas, seis en cada fila, sobre la mesa pura en la presencia de yahveh. [7] pondr�s sobre cada fila incienso puro, que har� del pan un memorial, manjar abrasado para yahveh. [8] se colocar� en orden cada s�bado en presencia continua ante yahveh de parte de los israelitas, como alianza perpetua. [9] ser� de aar�n y de sus hijos, y lo comer�n en lugar sagrado; porque lo considerar�s como cosa sacrat�sima, de los manjares que se abrasan para yahveh. decreto perpetuo. [10] hab�a salido con los israelitas el hijo de una mujer israelita y de padre egipcio. cuando el hijo de la israelita y un hombre de israel ri�eron en el campo, [11] el hijo de la israelita balsfem� y maldijo el nombre, por lo que le llevaron ante mois�s. su madre se llamaba selomit, hija de dibr�, de la tribu de dan. [12] lo retuvieron en custodia hasta decidir el caso por sentencia de yahveh. [13] y entonces yahveh habl� a mois�s y dijo: [14] saca al blasfemo fuera del campamento; todos los que lo oyeron pongan las

manos sobre su cabeza, y que lo lapide toda la comunidad. [15] y hablar�s as� a los israelitas: cualquier hombre que maldiga a su dios, cargar� con su pecado. [16] quien blasfeme el nombre de yahveh, ser� muerto; toda la comunidad lo lapidar�. sea forastero o nativo, si blasfema el nombre, morir�. [17] el que hiera mortalmente a cualquier otro hombre, morir�. [18] el que hiera de muerte a un animal indemnizar� por �l: vida por vida. [19] si alguno causa una lesi�n a su pr�jimo, como �l hizo as� se le har�: [20] fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le har� la misma lesi�n que �l haya causado a otro. [21] el que mate un animal, indemnizar� por �l; mas el que mate a un hombre, morir�. [22] del mismo modo juzgar�s al forastero y al nativo; porque yo soy yahveh vuestro dios. [23] habl� entonces mois�s a los israelitas. sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo lapidaron. los israelitas hicieron como yahveh hab�a mandado a mois�s. el levitico cap.25 [1] habl� Yahveh a mois�s en el monte sina� diciendo: [2] habla a los israelitas y diles: cuando hay�is entrado en la tierra que yo voy a daros, la tierra tendr� tambi�n su descanso en honor de yahveh. [3] seis a�os sembrar�s tu campo, seis a�os podar�s tu vi�a y cosechar�s sus productos; [4] pero el s�ptimo a�o ser� de completo descanso para la tierra, un s�bado en honor de yahveh: no sembrar�s tu campo, ni podar�s tu vi�a. [5] no segar�s los rebrotes de la �ltima siega, ni vendimiar�s los racimos de tu vi�a sin podar. ser� a�o de descanso completo para la tierra. [6] aun en descanso, la tierra os alimentar� a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu jornalero, a tu hu�sped. que residen junto a ti. [7] tambi�n a tus ganados y a los animales de tu tierra servir�n de alimento todos sus productos. [8] contar�s siete semanas de a�os, siete veces siete a�os; de modo que el tiempo de las siete semanas de a�os vendr� a sumar cuarenta y nueve a�os. [9] entonces en el mes s�ptimo, el diez del mes, har�s resonar clamor de trompetas; en el d�a de la expiaci�n har�is resonar el cuerno por toda vuestra tierra. [10] declarar�is santo el a�o cincuenta, y proclamar�is en la tierra liberaci�n para todos sus habitantes. ser� para vosotros un jubileo; cada uno recobrar� su propiedad, y cada cual regresar� a su familia. [11] este a�o cincuenta ser� para vosotros un jubileo: no sembrar�is, ni segar�is los rebrotes, ni vendimiar�is la vi�a que ha quedado sin podar, [12] porque es el jubileo, que ser� sagrado para vosotros. comer�is lo que el campo d� de s�. [13] en este a�o jubilar recobrar�is cada uno vuestra propiedad. [14] si vend�is algo a vuestro pr�jimo o le compr�is algo, ved que nadie da�e a su hermano. [15] comprar�s a tu pr�jimo atendiendo el n�mero de a�os que siguen al jubileo; u seg�n el n�mero de los a�os de cosecha, �l te fijar� el precio de venta: [16] a mayor n�mero de a�os, mayor precio cobrar�s; cuantos menos a�os queden, tanto menor ser� su precio, porque lo que �l te vende es el n�mero de cosechas. [17] ninguno de vosotros da�e a su pr�jimo, antes bien teme a tu dios; pues yo soy yahveh vuestro dios. [18] cumplid mis preceptos; guardad mis normas y cumplidlas; as� vivir�is seguros en esta tierra. [19] y la tierra dar� su fruto, y comer�is hasta saciaros; y habitar�is seguros en ella.

[20] si pregunt�is: ��qu� comeremos el a�o s�ptimo, puesto que no podremos sembrar ni cosechar nuestros productos?� [21] yo os mandar� mi bendici�n en el a�o sexto, de modo que producir� para tres a�os; [22] sembrar�is el a�o octavo y seguir�is comiendo de la cosecha anterior hasta el a�o noveno. hasta que venga su cosecha, seguir�is comiendo de la anterior. [23] la tierra no puede venderse para siempre, porque la tierra es m�a, ya que vosotros sois para m� como forasteros y hu�spedes. [24] en todo terreno de vuestra propiedad conceder�is derecho a rescatar la tierra. [25] si se empobrece tu hermano y vende algo de su propiedad, su goel m�s cercano vendr� y rescatar� lo vendido por su hermano. [26] si alguno no tiene goel, adquiera por s� mismo recursos suficientes para su rescate; [27] calcule los a�os pasados desde la venta y devuelva al comprador la cantidad del tiempo que falta; as� volver� a su propiedad. [28] pero si no halla lo suficiente para recuperarla, lo vendido quedar� en poder del comprador hasta el a�o jubilar, y en el jubileo quedar� libre; y el vendedor volver� a su posesi�n. [29] si uno vendiere una vivienda en ciudad amurallada, su derecho a rescatarla durar� hasta que se cumpla el a�o de su venta; un a�o entero durar� su derecho de rescate. [30] en caso de no ser rescatada para �l dentro de un a�o entero, la casa situada en ciudad amurallada quedar� a perpetuidad para el comprador y sus descendientes y no quedar� libre en el jubileo. [31] mas las casas de las aldeas sin murallas que las rodeen ser�n tratadas como los campos del pa�s: hay derecho de rescate y en el a�o jubilar quedan libres. [32] en cuanto a las ciudades de los levitas, los levitas tendr�n siempre derecho de rescate sobre las casas de las ciudades de su propiedad. [33] en el caso de que se haya de rescatar de mano de un levita, lo vendido -una casa que es propiedad suya en la ciudad- quedar� libre en el jubileo; porque las casas de las ciudades de los levitas son su propiedad en medio de los israelitas. [34] no pueden venderse los campos que rodean sus ciudades, pues son su propiedad para siempre. [35] si tu hermano se empobrece y vacila su mano en asuntos contigo, lo mantendr�s como forastero o hu�sped, para que pueda vivir junto a ti. [36] no tomar�s de �l inter�s ni usura, antes bien teme a tu dios y deja vivir a tu hermano junto a ti. [37] no le dar�s por inter�s tu dinero ni le dar�s tus v�veres a usura. [38] yo soy yahveh, vuestro dios, que os saqu� de la tierra de egipto, para daros la tierra de cana�n y ser vuestro dios. [39] si se empobrece tu hermano en asuntos contigo y t� lo compras, no le impondr�s trabajos de esclavo; [40] estar� contigo como jornalero o como hu�sped, y trabajar� junto a ti hasta el a�o del jubileo. [41] entonces saldr� de tu casa, �l y sus hijos con �l, volver� a su familia y a la propiedad de sus padres. [42] porque ellos son siervos m�os, a quienes yo saqu� de la tierra de egipto; no han de ser vendidos como se vende un esclavo. [43] no ser�s tirano con �l, sino que temer�s a tu dios. [44] los siervos y las siervas que tengas, ser�n de las naciones que os rodean; de ellos podr�is adquirir siervos y siervas. [45] tambi�n podr�is comprarlos entre los hijos de los hu�spedes que residen en medio de vosotros, y de sus familias que viven entre vosotros, es decir, de los nacidos en vuestra tierra. esos pueden ser vuestra propiedad, [46] y los dejar�is en herencia a vuestros hijos despu�s de vosotros como propiedad perpetua. a �stos los podr�is tener como siervos; pero si se trata de vuestros hermanos, los israelitas, t�, como entre hermanos, no le mandar�s con

tiran�a. [47] si el forastero o hu�sped que mora contigo adquiere bienes, y, en cambio, tu hermano se empobrece en asuntos con �l y se vende al forastero, al que mora contigo, o a alg�n descendiente de familia de forastero, [48] despu�s de haberse vendido le quedar� el derecho al rescate: uno de sus hermanos podr� rescatarlo. [49] lo rescatar� su t�o paterno, o el hijo de su t�o, o alg�n otro pariente cercano suyo dentro de su familia, o, si alcanzan sus recursos, �l mismo podr� rescatarse. [50] contar� con su comprador los a�os desde el de la venta hasta el a�o jubilar; y el precio se calcular� en proporci�n de los a�os, valorando sus d�as de trabajo como los de un jornalero. [51] si faltan todav�a muchos a�os, en proporci�n a ellos devolver�, como precio de su rescate, una parte del precio de venta. [52] si faltan pocos a�os hasta el jubileo, se le calcular� en proporci�n a ellos, y lo pagar� como rescate, [53] como quien trabaja a jornal a�o por a�o. no permitas que se le trate con tiran�a ante tus ojos. [54] si nos es rescatado por otros, quedar� libre el a�o del jubileo, �l y sus hijos con �l. [55] porque a m� es a quien sirven los israelitas; siervos m�os son, a quienes yo he sacado del pa�s de egipto. yo, yahveh, vuestro dios. el levitico cap.26 [1] no os hag�is �dolos, ni pong�is im�genes o estelas, ni coloqu�is en vuestra tierra piedras grabadas para postraros ante ellas, porque yo soy yahveh vuestro dios. [2] guardar�is mis s�bados, y respetar�is mi santuario. yo, yahveh. [3] si camin�is seg�n mis preceptos y guard�is mis mandamientos, poni�ndolos en pr�ctica, [4] os enviar� las lluvias a su tiempo, para que la tierra d� sus frutos y el �rbol del campo su fruto. [5] el tiempo de trilla alcanzar� hasta la vendimia, y la vendimia hasta la siembra; comer�is vuestro pan hasta saciaros y habitar�is seguros en vuestra tierra. [6] yo dar� paz a la tierra y dormir�is sin que nadie os turbe; har� desaparecer del pa�s las bestias feroces, y la espada no pasar� por vuestra tierra. [7] perseguir�is a vuestros enemigos; que caer�n ante vosotros a filo de espada. [8] cinco de vosotros perseguir�is a cien, y cien de vosotros perseguir�is a 10.000; vuestros enemigos ante vosotros caer�n a filo de espada. [9] yo me volver� hacia vosotros. yo os har� fecundos, os multiplicar� y mantendr� mi alianza con vosotros. [10] comer�is de cosecha a�eja y llegar�is a echar la a�eja para dar cabida a la nueva. [11] establecer� mi morada en medio de vosotros y no os rechazar�. [12] me pasear� en medio de vosotros, y ser� para vosotros dios, y vosotros ser�is para m� un pueblo. [13] yo soy yahveh, vuestro dios, que os saqu� del pa�s de egipto, para que no fueseis sus esclavos; rompi las coyundas de vuestro yugo y os hice andar con la cabeza erguida. [14] pero si no me escuch�is y no cumpl�s todos estos mandamientos; [15] si despreci�is mis preceptos y rechaz�is mis normas, no haciendo caso de todos mis mandamientos y rompiendo mi alianza, [16] tambi�n yo har� lo mismo con vosotros. traer� sobre vosotros el terror, la tisis y la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman el alma. sembrar�is en vano vuestra semilla, pues se la comer�n vuestros enemigos. [17] me volver� contra vosotros y ser�is derrotados ante vuestros enemigos; os

tiranizar�n los que os aborrecen y huir�is sin que nadie os persiga. [18] si ni aun con esto me obedec�is, volver� a castigaros siete veces m�s por vuestros pecados. [19] quebrantar� vuestra orgullosa fuerza y har� vuestro cielo como hierro y vuestra tierra como bronce. [20] vuestras fuerzas se consumir�n en vano, pues vuestra tierra no dar� sus productos ni el �rbol del campo sus frutos. [21] y si segu�s enfrent�ndoos conmigo y no quer�is o�rme, volver� a castigaros siete veces m�s a causa de vuestros pecados. [22] soltar� contra vosotros las fieras salvajes, que os privar�n de vuestros hijos, exterminar�n vuestro ganado y os reducir�n a unos pocos, de modo que vuestros caminos queden desiertos. [23] si aun con esto no os correg�s ante m�, sino que segu�s enfrent�ndoos conmigo, [24] tambi�n yo me enfrentar� con vosotros, y os azotar� yo mismo siete veces m�s por vuestros pecados. [25] traer� sobre vosotros la espada vengadora de la alianza. os reunir�is entonces en vuestras ciudades, pero yo enviar� la peste en medio de vosotros y ser�is entregados en manos del enemigo. [26] cuando yo os retire el bast�n del pan diez mujeres cocer�n todo vuestro pan en un solo horno, y os lo dar�n tan medido que comer�is y no os saciar�is. [27] si con esto no me obedec�is y segu�s enfrent�ndoos conmigo, [28] yo me enfrentar� a vosotros con ira, y os castigar� yo mismo siete veces m�s por vuestros pecados. [29] comer�is la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas comer�is. [30] destruir� vuestros altos, abatir� vuestros altares de incienso, amontonar� vuestros cad�veres sobre los cad�veres de vuestros �dolos, y yo mismo os aborrecer�. [31] reducir� vuestras ciudades a ruina y devastar� vuestros santuarios, no aspirar� ya m�s vuestros calmantes aromas. [32] yo asolar� la tierra, y de ello quedar�n at�nitos vuestros mismos enemigos al venir a ocuparla. [33] a vosotros os esparcir� entre las naciones, y desanvainar� la espada en pos de vosotros. vuestra tierra ser� un yermo y vuestras ciudades una ruina. [34] entonces pagar� la tierra sus s�bados, durante todos los d�as que est� desolada mientras vosotros est�is en el pa�s de vuestros enemigos; entonces s� que descansar� la tierra y pagar� sus s�bados. [35] durante todo el tiempo de la desolaci�n descansar�, por lo que no pudo descansar en vuestros s�bados cuando habitabais en ella. [36] a los que quedaren de vosotros, les infundir� p�nico en sus corazones, en el pa�s de sus enemigos; el ruido de una hoja ca�da los ahuyentar�, huir�n como quien huye de la espada, y caer�n sin que nadie los persiga. [37] se atropellar�n unos a otros, como delante de la espada, aunque nadie los persiga. no podr�is teneros en pie en presencia de vuestros enemigos. [38] perecer�is entre las naciones, y os devorar� el pa�s de vuestros enemigos. [39] y quienes de vosotros sobrevivan, se pudrir�n a causa de su iniquidad en los pa�ses de vuestros enemigos; por las iniquidades de sus padres unidas a las suyas, se pudrir�n. [40] entonces confesar�n su iniquidad y la iniquidad de sus padres, en la rebeld�a con que se rebelaron contra m�; y aun m�s, porque se enfrentaron conmigo. [41] tambi�n yo me enfrentar� con ellos y los llevar� al pa�s de sus enemigos. entonces se humillar� su coraz�n incircunciso y aceptar�n el castigo de su iniquidad. [42] y yo me acordar� de mi alianza con jacob, y de mi alianza con isaac; y recordar� mi alianza con abraham; y recordar� la tierra. [43] pero la tierra ser� antes abandonada por ellos y pagar� sus s�bados, mientras quede desolada con su ausencia; pero ellos tambi�n pagar�n el castigo de su iniquidad, por cuanto desecharon mis normas y su alma aborreci� mis preceptos.

[44] a pesar de todo, cuando est�n ellos en tierra enemiga, no los desechar� ni los aborrecer� hasta su total exterminio, anulando mi alianza con ellos, porque yo soy yahveh, su dios; [45] me acordar�, en su favor, de la alianza hecha con sus antepasados, a quienes saqu� de la tierra de egipto, ante los ojos de las naciones, para ser su dios, yo yahveh. [46] estos son los preceptos, normas y leyes que yahveh estableci� entre �l y los israelitas en el monte sina�, por medio de mois�s. el levitico cap.27 [1] habl� Yahveh a mois�s, diciendo; [2] habla a los israelitas y diles: si alguien quiere cumplir ante yahveh un voto relativo al valor de tasaci�n de una persona, [3] si se trata de un var�n de veinte a sesenta a�os, el valor se estimar� en cincuenta siclos de plata, en siclos del santuario. [4] mas si se trata de una mujer, el valor ser� de treinta siclos. [5] de los cinco a los veinte a�os el valor ser�: para var�n, veinte siclos; para mujer, diez siclos. [6] de un mes hasta la edad de cinco a�os, el valor ser�: para ni�o, cinco siclos de plata; para ni�a, tres siclos de plata. [7] de sesenta a�os en adelante el valor ser�: para var�n, quince siclos; para mujer, diez siclos. [8] si uno es tan pobre que no puede pagar esta valoraci�n, presentar� la persona al sacerdote, el cual estimar� su valor; el sacerdote la valuar� en proporci�n a los recursos del oferente. [9] si se trata de un animal que se puede ofrecer a yahveh como ofrenda, todo lo que se entregue as� a yahveh ser� cosa sagrada. [10] no se cambiar� ni se sustituir� bueno por malo, ni malo por bueno; y si se sustituye un animal por otro, tanto el permutado como su sustituto ser�n cosa sagrada. [11] mas si se trata de un animal impuro, de los que no se pueden ofrecer como ofrenda a yahveh, se presentar� el animal al sacerdote, [12] el cual lo tasar� seg�n sea bueno o malo; y se estar� a su tasaci�n. [13] si uno quiere rescatarlo, a�adir� un quinto m�s a su valuaci�n. [14] si alguno consagra su casa, como cosa sagrada, a yahveh, el sacerdote la tasar�, seg�n sea buena o mala. conforme a la tasaci�n del sacerdote, as� se fijar�. [15] si el que consagr� la casa desea rescatarla, a�adir� la quinta parte al precio de su tasaci�n, y ser� suya. [16] si uno consagra parte del campo de su propiedad a yahveh, ser� estimado seg�n su sembradura, a raz�n de cincuenta siclos de plata por cada carga de cebada de sembradura. [17] si �l consagr� su campo durante el a�o del jubileo se atender� a esta tasaci�n. [18] pero si consagra su campo despu�s del jubileo, el sacerdote calcular� su precio a raz�n de los a�os que quedan hasta el a�o del jubileo; y lo descontar� de la tasaci�n. [19] si el que consagr� el campo desea rescartarlo, a�adir� la quinta parte al precio de la tasaci�n, y ser� suyo. [20] pero si nos rescata el campo, y �ste se vende o otro, el campo no podr� ser rescatado en adelante. [21] ese campo, cuando quede libre en el jubileo, ser� consagrada a yahveh como campo de anatema y ser� propiedad del sacerdote. [22] si alguno consagra a yahveh un campo que compr� y que no forma parte de su propiedad, [23] el sacerdote calcular� el importe de su valor hasta el a�o del jubileo; y �l pagar� ese mismo d�a la suma de la tasaci�n como cosa sagrada de yahveh.

[24] el a�o del jubileo volver� el campo al vendedor, al que pertenece como propiedad de la tierra. [25] toda tasaci�n se har� en siclos del santuario; veinte �bolos equivalen a un siclo. [26] nadie, sin embargo, podr� consagrar los primog�nitos de su ganado que ya, por ser tales, pertenecen a yahveh. sean del ganado mayor o del menor, pertenecen a yahveh. [27] si se trata de un animal impuro, y lo quiere rescatar seg�n la tasaci�n, a�adir� la quinta parte al precio; pero si no es rescatado, ser� vendido, conforme a la tasaci�n. [28] nada de lo que a uno pertenece -hombre, animal o campo de su propiedad- que haya sido consagrado a yahveh con anatema podr� venderse ni rescatarse. todo anatema es cosa sacrat�sima para yahveh. [29] ning�n ser humano consagrado como anatema podr� ser rescatado; deber� morir. [30] el diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los �rboles, es de yahveh; es cosa sagrada de yahveh. [31] si alguno quiere rescatar parte de su diezmo, a�adir� la quinta parte de su valor. [32] todo diezmo de ganado mayor o menor, es decir, cada d�cima cabeza que pasa bajo el cayado, ser� cosa sagrada de yahveh. [33] no se escoger� entre animal bueno o malo, ni se le puede sustituir; y si se hace cambio, tanto el animal permutado como su sustituto ser�n cosas sagradas; no podr�n ser rescatados. [34] estos son los mandamientos que yahveh encomend� a mois�s para los hijos de israel en el monte sina�. numeros cap.1 [1] yahveh habl� a mois�s en el desierto del sina�, en la tienda del encuentro, el d�a primero del mes segundo, el a�o segundo de la salida de egipto. les dijo: [2] �haced el censo de toda la comunidad de los israelitas, por clanes y por familias, contando los nombres de todos los varones, uno por uno. [3] alistar�is, t� y Aar�n, a todos los de veinte a�os para arriba, a todos los �tiles para la guerra, por cuerpos de ej�rcito. [4] os ayudar� un hombre por cada tribu, que sea jefe de su familia. [5] estos son los nombres de los que os ayudar�n: por rub�n, elisur, hijo de sedeur. [6] por sime�n, selumiel, hijo de surisadday. [7] por jud�, najs�n, hijo de aminadab. [8] por isacar, natanael, hijo de suar. [9] por zabul�n, eliab, hijo de jel�n. [10] por los hijos de jos�: por efra�m, elisam�, hijo de ammihud; por manas�s, gamaliel, hijo de pedahsur. [11] por benjam�n, abid�n, hijo de guideon�. [12] por dan, aji�zer, hijo de ammisadday. [13] por aser, paguiel, hijo de okr�n. [14] por gad, elyasaf, hijo de reuel. [15] por neftal�, ajir�, hijo de en�n�. [16] eran �stos afamados en la comunidad, principales de las tribus de sus antepasados, jefes de milar de israel. [17] mois�s y aar�n tomaron a aquellos hombres que hab�an sido designados por sus nombres, [18] y convocaron a toda la comunidad, el d�a primero del mes segundo. fueron afiliados por clanes y familias, anotando uno por uno los nombres de los de veinte a�os para arriba. [19] tal como yahveh se lo hab�a mandado, les pas� revista mois�s en el desierto del sina�. [20] hecho el recuento de las parentelas de los hijos de rub�n, primog�nito de

israel, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra, [21] resultaron los revistados de la tribu de rub�n, 46.500 [22] parentelas de los hijos de sime�n, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arrriba, �tiles para la guerra: [23] 59.300 revistados de la tribu de sime�n. [24] parentelas de los hijos de gad, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [25] 45.650 revistados de la tribu de gad. [26] parentelas de los hijos de jud�, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [27] 74.600 revistados de la tribu de jud�. [28] parentelas de los hijos de isacar, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [29] 54.400 revistados de la tribu de isacar. [30] parentelas de los hijos de zabul�n por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [31] 57.400 revistados de la tribu de zabul�n. [32] de los hijos de jos�: parentelas de los hijos de efra�m, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [33] 40.500 revistados de la tribu de efra�m. [34] parentelas de los hijos de manas�s por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [35] 32.200 revistados de la tribu de manas�s. [36] parentelas de los hijos de benjam�n, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [37] 35.400 revistados de la tribu de benjam�n. [38] parentelas de los hijos de dan, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [39] 62.700 revistados de la tribu de dan. [40] parentelas de los hijos de aser, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [41] 41.500 revistados de la tribu de aser. [42] parentelas de los hijos de neftal�, por clanes y familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte a�os para arriba, �tiles para la guerra: [43] 53.400 revistados de la tribu de neftal�. [44] estos fueron los revistados por mois�s y aar�n y por los doce principales de israel, que pertenec�an cada uno a una casa paterna. [45] sacado el total de los israelitas de veinte a�os para arriba, de todos los que hab�a en israel, �tiles para la guerra, revistados por sus casas paternas, [46] result� el total de revistados: 603.550. [47] pero los levitas, y su tribu paterna, no fueron revistados con ellos. [48] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [49] �no pases revista a la tribu de levi ni hagas su padr�n entre los dem�s israelitas. [50] alista t� mismo a los levitas para el servicio de la morada del testimonio, de todos sus utensilios y de todo lo que se relaciona con ella. ellos han de

llevar la morada con todos sus utensilios, estar�n al servicio de ella y acampar�n en torno a ella. [51] cuando haya de trasladarse la morada, la desmontar�n los levitas, y cuando la morada se detenga, los levitas la montar�n. el laico que se acerque, ser� muerto. [52] los israelitas acampar�n cada uno en su campamento y bajo su bandera, por cuerpos de ej�rcito. [53] pero los levitas acampar�n alrededor de la morada del testimonio; y as� no se desatar� la c�lera contra la comunidad de los israelitas. los levitas se encargar�n del ministerio de la morada del testimonio.� [54] los israelitas lo hicieron tal como se lo hab�a mandado yahveh a mois�s. as� lo hicieron. numeros cap.2 [1] habl� Yahveh a mois�s y aar�n y les dijo: [2] �los israelitas acampar�n cada uno bajo su bandera, bajo las ense�as de sus casas paternas, alrededor de la tienda del encuentro, a cierta distancia. [3] acampar�n al este, hacia la salida del sol: la bandera del campamento de jud�, por cuerpos de ej�rcito. principal de los hijos de jud�, najs�n, hijo de aminadab. [4] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 74.600. [5] acampados junto a �l: la tribu de isacar. principal de los hijos de isacar, natanael, hijo de suar. [6] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 54.400. [7] la tribu de zabul�n. principal de los hijos de zabul�n, eliab, hijo de jel�n. [8] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo, 57.400. [9] total de alistados en el campamento de jud�: 186.400, reartidos en cuerpos de ej�rcito. marchar�n en vanguardia. [10] al sur, la bandera del campamento de rub�n, por cuerpos de ej�rcito. principal de los hijos de rub�n, elisur, hijo de sedeur. [11] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 46.500. [12] acampan junto a �l: la tribu de sime�n. principal de los hijos de sime�n, selumiel, hijo de surisadday. [13] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 59.300. [14] la tribu de gad. principal de los hijos de gad, elyasaf, hijo de reuel. [15] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 45.650. [16] total de alistados en el campamento de rub�n: 151.450, repartidos en cuerpos de ej�rcito. marchar�n en segundo lugar. [17] partir� entonces la tienda del encuentro, pues el campamento de los levitas est� en medio de los dem�s campamentos. en el orden en que acamparon partir�n, cada uno por su lado, bajo su propia bandera. [18] al occidente, la bandera del campamento de efra�m, por cuerpos de ej�rcito. principal de los hijos de efra�m, elisam�, hijo de ammihud. [19] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 40.500. [20] junto a �l: la tribu de manas�s. principal de los hijos de manas�s, gamaliel, hijo de pedahsur. [21] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 32.200. [22] la tribu de benjam�n. principal de los hijos de benjam�n, abid�n, hijo de guideon�. [23] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 35.400. [24] total de alistados en el campamento de efra�m: 108.100, repartidos en cuerpos de ej�rcito. marchar�n en tercer lugar. [25] al norte, la bandera de campamento de dan, por cuerpos de ej�rcito. principal de los hijos de dan, aji�zer, hijo de ammisadday. [26] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 62.700. [27] acampan junto a �l: la tribu de aser. principal de los hijos de aser, paguiel, hijo de okr�n.

[28] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 41.500. [29] la tribu de neftal�. principal de los hijos de neftal�, ajir�, hijo de en�n. [30] su cuerpo de ej�rcito, seg�n el censo: 53.400. [31] total de alistados del campamento de dan: 157.600. marchar�n en retaguardia, repartidos en banderas.� [32] estos fueron los israelitas revistados por casas paternas. total de alistados en los campamentos, repartidos en cuerpos de ej�rcito, 603.550. [33] pero los levitas no fueron alistados entre los dem�s israelitas, seg�n hab�a mandado yahveh a mois�s. [34] los israelitas hicieron todo tal como yahveh hab�a mandado a mois�s: as� acampaban bajo sus banderas y as� emprend�an la marcha, cada uno entre los dem�s de su clan y con su familia. numeros cap.3 [1] esta era la descendencia de aar�n y de mois�s, cuando yahveh habl� a mois�s en el monte sina�. [2] estos eran los nombres de los hijos de aar�n: nadab, el primog�nito, abih�, Eleazar e itamar. [3] estos eran los nombres de los hijos de aar�n, que fueron ungidos sacerdotes, y cuyas manos fueron consagradas para ejercer el sacerdocio. [4] nadab y abih� murieron delante de yahveh, al presentar un fuego profano delante de yahveh en el desierto del sina�. como no ten�an hijos, fueron eleazar e itamar los que ejercieron el sacerdocio en presencia de su padre aar�n. [5] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [6] �manda que se acerque la tribu de lev� y ponlos delante del sacerdote aar�n, que est�n a su servicio. [7] se encargar�n de las obligaciones que incumben a �l y a toda la comunidad ante la tienda del encuentro, prestando el servicio en la morada. [8] cuidar�n de todos los utensilios de la tienda del encuentro, de las obligaciones que incumben a los israelitas prestando servicio en la morada. [9] donar�s los levitas a aar�n y a sus hijos en concepto de donados. le ser�n donados de parte de los israelitas. [10] a aar�n y a sus hijos los alistar�s para que se encarguen de sus funciones sacerdotales. el laico que se acerque, ser� muerto.� [11] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [12] �mira que he elegido a los levitas de entre los dem�s israelitas en lugar de todos los primog�nitos de los israelitas que abren el seno materno. los levitas ser�n para m�. [13] porque todo primog�nito me pertenece. el d�a en que her� a todos los primog�nitos de egipto, consagr� para m� a todos los primog�nitos de israel, tanto de hombre como de ganado. son para m�. yo, yahveh.� [14] habl� Yahveh a mois�s en el desierto del sina�. le dijo: [15] �alista a los hijos de levi por familias y por clanes: alistar�s a todo var�n de un mes para arriba.� [16] mois�s los alist� seg�n la orden de yahveh, tal como yahveh se lo hab�a mandado. [17] los nombres de los hijos de lev� son: guers�n, quehab y merar�. [18] los nombres de los hijos de ghers�n, por clanes, son: libn� y seme�. [19] los hijos de quehat, por clanes: amram, yishar, hebr�n y uzziel; [20] los hijos de merar�, por clanes: majl� y mus�. estos son los clanes de lev�, repartidos por familias. [21] de gues�n proced�an el clan libnita y el clan seme�ta: �sos son los clanes guersonitas. [22] el total de los alistados, contando todos los varones de un mes para arriba: 7.500. [23] los clanes guersonitas acampaban detr�s de la morada, al poniente. [24] el principal de la casa paterna de guers�n era elyasaf, hijo de lael.

[25] los hijos de guers�n estaban encargados, en la tienda del encuentro, de la morada, de la tienda, de su toldo y del tapiz de entrada a la tienda del encuentro; [26] del cortinaje del atrio y de la cortina de entrada al atrio que rodea la morada y el altar, y de las cuerdas necesarias para todo su servicio. [27] de quehat proced�an el clan amramita, el clan yisharita, el clan hebronita y el clan uzzielita: �sos son los clanes quehatitas. [28] contando todos los varones de un mes para arriba, eran 8.300. ten�an a su cargo el servicio del santuario. [29] los clanes quehatitas acampaban al lado meridional de la morada. [30] el principal de la casa paterna de los clanes quehatitas era elisaf�n, hijo de uzziel. [31] a su cargo estaban el arca, la mesa, el candelabro, los altares, los objetos sagrados que se usan en el culto, el velo y todo su servicio. [32] el principal de los principales de lev� era eleazar, hijo del sacerdote aar�n. ejerc�a la supervisi�n de todos los encargados del santuario. [33] de merar�, el clan majlita y el clan musita: �sos eran los clanes meraritas . [34] sus alistados, contando todos los varones de un mes para arriba, eran 6.200. [35] el principal de la casa paterna de los clanes meraritas era suriel, hijo de abijayil. acampaban al lado septentrional de la morada. [36] a los hijos de merar� les estaba encomendado el cuidado de los tableros de la morada, de sus travesa�os, postes y basas, de todos sus utensilios y todo su servicio; [37] y de los postes que rodean el atrio, de sus basas, clavaz�n y cuerdas. [38] acampaban al este, frente a la morada, delante de la tienda del encuentro hacia oriente, mois�s y aar�n con sus hijos que estaban encargados del santuario en nombre de los israelitas. cualquier laico que se acercara, ser�a muerto. [39] el total de levitas alistados, de los que registr� Mois�s por clanes, siguiendo la orden de yahveh, de todos los varones de un mes para arriba: 22.000. [40] dijo yahveh a mois�s: �registra a todos los primog�nitos varones de los israelitas, de un mes para arriba, y anota sus nombres. [41] luego, tomas a los levitas para m�, yahveh, en lugar de todos los primog�nitos de los israelitas; y el ganado de los levitas en lugar de todos los primog�nitos del ganado de los israelitas.� [42] mois�s registr�, seg�n le hab�a ordenado yahveh, a todos los primog�nitos de los israelitas. [43] y result� ser el total de los primog�nitos varones, contando los nombres desde la edad de un mes para arriba, seg�n el censo, 22.273. [44] habl� entonces yahveh a mois�s y le dijo: [45] �toma a los levitas en lugar de todos los primog�nitos de los israelitas y el ganado de los levitas en lugar de su ganado; los levitas ser�n m�os, yo yahveh. [46] por el rescate de los 273 primog�nitos de los israelitas que exceden del n�mero de los levitas, : [47] tomar�s cinco siclos por cabeza, en siclos del santuario, a raz�n de veinte �bolos por siclo. [48] la plata se la entregar�s a aar�n y a sus hijos, por el rescate de los que sobrepasan el n�mero.� : [49] mois�s tom� la plata del rescate de los que pasaban del n�mero de los rescatados por los levitas. [50] tom� la plata de los primog�nitos de israel: 1.365 siclos, en siclos del santuario. [51] y entreg� Mois�s la plata del rescate a aar�n y a sus hijos, seg�n la orden de yahveh, como hab�a mandado yahveh a mois�s. numeros cap.4 [1] yahveh habl� a mois�s y aar�n, diciendo:

[2] �haz el censo de los hijos de quehat, hijos de lev�, por clanes y por familias, [3] de treinta a�os en adelante hasta los cincuenta, de todos los aptos para la milicia, que prestan el servicio de la tienda del encuentro. [4] este ser� el servicio de los hijos de quehat en la tienda del encuentro: el de las cosas sacrat�simas. [5] cuando se levante el campamento, ir�n aar�n y sus hijos, descolgar�n el velo de protecci�n y cubrir�n con �l el arca del testimonio. [6] pondr�n sobre ella una cubierta de cuero fino y extender�n encima un pa�o todo de p�rpura; luego le pondr�n los varales. [7] sobre la mesa de la presencia extender�n un pa�o de p�rpura, y pondr�n sobre ella las fuentes, copas, tazas y jarros de libaci�n: el pan estar� perpetuamente encima. [8] extender�n sobre ella un pa�o carmes� que cubrir�n con una cubierta de cuero fino, y despu�s le pondr�n los varales. [9] tomar�n entonces un pa�o de p�rpura y cubrir�n el candelabro del alumbrado con sus l�mparas, despabiladeras y ceniceros, y todos los vasos de aceite que se utilizan en el servicio del candelabro. [10] lo pondr�n con todos sus utensilios en una cubierta de cuero fino y lo colocar�n sobre las angarillas. [11] sobre el altar de oro extender�n un pa�o de p�rpura, lo cubrir�n con una cubierta de cuero fino, y le pondr�n los varales. [12] tomar�n todos los vasos que se emplean en el servicio del santuario, los pondr�n en un pa�o de p�rpura, los cubrir�n con una cubierta de cuero fino y los colocar�n sobre las angarillas. [13] quitar�n la grasa incinerada del altar y extender�n sobre �l un pa�o escarlata; [14] pondr�n encima todos los utensilios que se emplean en el servicio del altar: los braseros, tenedores, badiles, acetres: todos los utensilios del altar; extender�n sobre �l una cubierta de cuero fino y le pondr�n los varales. [15] despu�s que aar�n y sus hijos hayan terminado de envolver las cosas sagradas con todos sus utensilios, al ponerse en marcha el campamento, llegar�n los hijos de quehat para transportarlas; pero que no toquen lo sagrado pues morir�an. esta es la carga de los hijos de quehat en la tienda del encuentro. [16] pero eleazar, hijo del sacerdote aar�n, estar� al cuidado del aceite del alumbrado, del incienso arom�tico, de la oblaci�n perpetua y del �leo de la unci�n; al cuidado de toda la morada y de cuanto hay en ella, sean cosas sagradas o sus utensilios.� [17] habl� Yahveh a mois�s y a aar�n y dijo: [18] �no separ�is de los dem�s levitas la tribu de los clanes quehatitas. [19] haced con ellos de esta manera, para que vivan y no mueran al acercarse a las cosas sacrat�simas: aar�n y sus hijos ir�n y pondr�n a cada uno en su servicio y junto a su carga. [20] y no entrar�n, ni por un instante, a ver las cosas sagradas; de lo contrario morir�an.� [21] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [22] �haz tambi�n el censo de los hijos de guers�n, por familias y clanes. [23] alistar�s a los de treinta a�os en adelante hasta los cincuenta a todos los aptos para la milicia para que presten el servicio de la tienda del encuentro. [24] este ser� el servicio de los clanes guersonitas, su servicio y su carga. [25] llevar�n los tapices de la morada, la tienda del encuentro, su toldo y el toldo de cueros finos que la cubre por encima y el tapiz de entrada a la tienda del encuentro; [26] el cortinaje del atrio y la cortina de la entrada al atrio que rodea la morada y el altar, con sus cuerdas y todos los utensilios de su servicio: todo lo que se necesita para ellos. prestar�n su servicio; [27] pero todo el servicio de los hijos de guers�n, todas sus funciones y cargas, las desempe�ar�n a las �rdenes de aar�n y de sus hijos. los vigilar�is en el

ministerio de su cargo. [28] este ser� el servicio de los clanes guersonitas en la tienda del encuentro. lo desempe�ar�n a las �rdenes de itamar, hijo del sacerdote aar�n. [29] har�s el censo de los hijos de merar�, por clanes y familias. [30] har�s el censo de los de treinta a�os en adelante hasta los cincuenta, de todos los aptos para la milicia para que presten el servicio de la tienda del encuentro. [31] esto es lo que han de transportar y este es todo su servicio en la tienda del encuentro: los tableros de la morada, sus travesa�os, postes y basas; [32] los postes que rodean el atrio con sus basas, clavaz�n y cuerdas; todos sus utensilios y todo lo preciso para su servicio. nominalmente se�alar�is cada uno de los objetos con que han de cargar. [33] ese es el servicio de los clanes meraritas. para todo su servicio en la tienda del encuentro estar�n a disposici�n de itamar, hijo del sacerdote aar�n.� [34] mois�s y aar�n y los principales de la comunidad hicieron el censo de los hijos de quehat, por clanes y familias, [35] de treinta a�os en adelante hasta los cincuenta, de todos los aptos para la milicia, para que prestaran el servicio de la tienda del encuentro. [36] los registrados de los diversos clanes fueron 2.750. [37] esos fueron los registrados en los clanes quehatitas, todos los que hab�an de servir en la tienda del encuentro. los alistaron mois�s y aar�n, seg�n hab�a ordenado yahveh por medio de mois�s. [38] se hizo el censo de los hijos de guers�n, por clanes y familias, [39] de treinta a�os para arriba hasta los cincuenta, de todos los aptos para la milicia para que prestaran el servicio de la tienda del encuentro. [40] los alistados de los diversos clanes y familias fueron 2.630. [41] esos fueron los registrados de los clanes de los hijos de guers�n, todos los que hab�an de servir en la tienda del encuentro. los alistaron mois�s y aar�n seg�n la orden de yahveh. [42] se hizo el censo de los clanes de los hijos de merar�, por clanes y familias, [43] de treinta a�os para arriba hasta los cincuenta, de todos los aptos para la milicia, para que prestaran el servicio de la tienda del encuentro. [44] los revistados de los diversos clanes fueron 3.200. [45] esos fueron los revistados de los clanes de los hijos de merar�. los alistaron mois�s y aar�n, seg�n hab�a ordenado yahveh por medio de mois�s. [46] el total de los levitas que mois�s, aar�n y los principales de israel registraron por clanes y familias, : [47] de los de treinta a�os en adelante hasta los cincuenta, de todos los aptos para entrar al servicio y el transporte de la tienda del encuentro, [48] fue, seg�n el censo, 8.580. [49] se hizo su censo por orden de yahveh transmitida por mois�s, asignando a cada uno su servicio y su carga: su censo se hizo tal como lo hab�a ordenado yahveh a mois�s. numeros cap.5 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] �manda a los israelitas que echen del campamento a todo leproso, al que padece flujo y a todo impuro por contacto de cad�ver. [3] los has de echar, sean hombre o mujer; fuera del campamento los echar�s, para que no contaminen sus campamentos, donde yo habito en medio de ellos.� [4] as� lo hicieron los israelitas: los echaron fuera del campamento. los israelitas lo hicieron tal como hab�a dicho yahveh a mois�s. [5] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [6] �habla a los israelitas: si un hombre o una mujer comete cualquier pecado en perjuicio de otro, ofendiendo a yahveh, el tal ser� reo de delito. [7] confesar� el pecado cometido y restituir� la suma de que es deudor, m�s un

quinto. se la devolver� a aquel de quien es deudor. [8] y si el hombre no tiene pariente a quien se pueda restituir, la suma que en tal caso se ha de restituir a yahveh, ser� para el sacerdote; aparte del carnero expiatorio con que el sacerdote expiar� por �l. [9] y toda ofrenda reservada de lo que los hijos de israel consagran y presentan al sacerdote, ser� para �ste. [10] lo que cada uno consagra, es suyo; pero lo que se presenta al sacerdote, es para el sacerdote.� [11] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [12] �habla a los israelitas. diles: cualquier hombre cuya mujer se haya desviado y le haya enga�ado: [13] ha dormido un hombre con ella con relaci�n carnal a ocultas del marido; ella se ha manchado en secreto, no hay ning�n testigo, no ha sido sorprendida; [14] si el marido es atacado de celos y recela de su mujer, que efectivamente se ha manchado; o bien le atacan los celos y se siente celoso de su mujer, aunque ella no se haya manchado; [15] ese hombre llevar� a su mujer ante el sacerdote y presentar� por ella la ofrenda correspondiente: una d�cima de medida de harina de cebada. no derramar� aceite sobre la ofrenda, ni la pondr� incienso, pues es �oblaci�n de celos�, oblaci�n conmemorativa para recordar una falta. [16] el sacerdote presentar� a la mujer y la pondr� delante de yahveh. [17] echar� luego agua viva en un vaso de barro y, tomando polvo del pavimento de la morada, lo esparcir� sobre el agua. [18] pondr� el sacerdote a la mujer delante de yahveh, le descubrir� la cabeza y pondr� en sus manos la oblaci�n conmemorativa, o sea, la oblaci�n de los celos. el sacerdote tendr� en sus manos las aguas de maldici�n y funestas. [19] entonces, el sacerdote conjurar� a la mujer y le dir�: "si no ha dormido un hombre contigo, si no te has desviado ni manchado desde que est�s bajo la postestad de tu marido, s� inmune a estas aguas amargas y funestas. [20] pero si, estando bajo la potestad de tu marido, te has desviado y te has manchado, durmiendo con un hombre distinto de tu marido..." [21] el sacerdote entonces proferir� sobre la mujer este juramento, y dir� el sacerdote a la mujer: "... que yahveh te ponga como maldici�n y execraci�n en medio de tu pueblo, que haga languidecer tus caderas e infle tu vientre. [22] que entren estas aguas de maldici�n en tus entra�as, para que inflen tu vientre y hagan languidecer tus caderas." y la mujer responder�: "�am�n, am�n!" [23] despu�s el sacerdote escribir� en una hoja estas imprecaciones y las borrar� con las aguas amargas. [24] har� beber a la mujer las aguas de maldici�n y funestas, y las aguas funestas entrar�n en ella para hac�rsele amargas. [25] el sacerdote tomar� entonces de la mano de la mujer la oblaci�n de los celos, mecer� la oblaci�n delante de yahveh y la presentar� en el altar. [26] el sacerdote tomar� de la oblaci�n un pu�ado, el memorial, y lo quemar� sobre el altar, y le har� beber a la mujer las aguas. [27] cuando le haga beber de las aguas, si la mujer est� manchada y de hecho ha enga�ado a su marido, cuando entren en ella las aguas funestas le ser�n amargas: se inflar� su vientre, languidecer�n sus caderas y ser� mujer de maldici�n en medio de su pueblo. [28] pero si la mujer no se ha manchado, sino que es pura, estar� exenta de toda culpa y tendr� hijos. [29] este es el rito de los celos, para cuando una mujer, despu�s de estar bajo la potestad de su marido, se haya desviado y manchado; [30] o para cuando un hombre, atacado de celos, recele de su mujer: entonces pondr� a su mujer en presencia de yahveh y el sacerdote realizar� con ella todo este rito. [31] el marido estar� exento de culpa, y la mujer cargar� con la suya.� numeros cap.6

[1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] diles esto a los israelitas: �si un hombre o mujer se decide a hacer voto de nazir, consagr�ndose a yahveh, [3] se abstendr� de vino y de bebidas embriagantes. no beber� vinagre de vino ni de bebida embriagante; tampoco beber� ning�n zumo de uvas, ni comer� uvas, frescas o pasas. [4] en todo el tiempo de su nazireato no tomar� nada de lo que se obtiene de la vid, desde el agraz hasta el orujo. [5] en todos los d�as de su voto de nazireato no pasar� navaja por su cabeza: hasta cumplirse los d�as por los que se consagr� a yahveh, ser� sagrado y se dejar� crecer la cabellera. [6] no se acercar�, en todos los d�as de su nazireato en honor de yahveh, a ning�n cad�ver. [7] ni por su padre, ni por su madre, ni por su hermano, ni por su hermana se manchar�, en el caso de que murieran, pues lleva sobre su cabeza el nazireato de su dios. [8] todos los d�as de su nazireato es un consagrado a yahveh. [9] si alguien muere de repente junto a �l y mancha as� su cabellera de nazir, se rapar� la cabeza el d�a de su purificaci�n, se la rapar� el d�a s�ptimo. [10] el d�a octavo llevar� un par de t�rtolas o un par de pichones al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro. [11] el sacerdote ofrecer� uno en sacrificio por el pecado y el otro en holocausto; y expiar� por aquel hombre la falta contra�da a causa del muerto. aquel d�a consagrar� su cabeza: [12] se consagrar� a yahveh por todo el tiempo de su nazireato y ofrecer� un cordero de un a�o como sacrificio de reparaci�n. los d�as anteriores son nulos, por haberse manchado su cabellera. [13] este es el rito del nazir, para cuando se cumplan los d�as de su nazireato. llevado hasta la entrada de la tienda del encuentro, [14] presentar� su ofrenda a yahveh: un cordero de un a�o, sin defecto, en holocausto; una cordera de un a�o, sin defecto, en sacrificio por el pecado; un carnero sin defecto como sacrificio de comuni�n; [15] un canastillo de panes �zimos de flor de harina amasada con aceite y tortas sin levadura untadas en aceite, con sus correspondientes oblaciones y libaciones. [16] el sacerdote lo presentar� delante de yahveh y ofrecer� el sacrificio por el pecado y el holocausto del nazir. [17] har� con el carnero un sacrificio de comuni�n a yahveh, junto con el canastillo de �zimos, ofrecer� luego el sacerdote la correspondiente oblaci�n y libaci�n. [18] entonces el nazir se rapar� su cabellera de nazir, a la entrada de la tienda del encuentro; tomara la cabellera de su nazireato y la echar� al fuego que arde debajo del sacrificio de comuni�n. [19] el sacerdote tomar� un brazuelo, ya cocido, del carnero, un pan �zimo del canastillo y una torta sin levadura, y lo pondr� todo en manos del nazir, una vez que se haya rapado su cabellera de nazir. [20] el sacerdote presentar� todo ello como ofrenda mecida delante de yahveh. es cosa santa, pertenece al sacerdote, adem�s del pecho mecido y de la pierna reservada. luego el nazir beber� vino. [21] ese es el rito del nazir que, adem�s de su nazireato, ha prometido una ofrenda a yahveh (aparte de lo que sus posibilidades le permitan): a tenor del voto que prometi� lo cumplir� adem�s de lo prescrito para su nazireato.� [22] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [23] habla a aar�n y a sus hijos y diles: �as� hab�is de bendecir a los israelitas. les dir�is: [24] yahveh te bendiga y te guarde; [25] ilumine yahveh su rostro sobre ti y te sea propicio; [26] yahveh te muestre su rostro y te conceda la paz.�

[27] que invoquen as� mi nombre sobre los israelitas y yo los bendecir�.� numeros cap.7 [1] el d�a en que mois�s acab� de montar la morada, la ungi� y la consagr� con todo su mobiliario, as� como el altar con todos sus utensilios. cuando lo hubo ungido y consagrado, [2] los principales de israel, jefes de familias, y principales de las tribus, que hab�an presidido el censo, hicieron una ofrenda. [3] pusieron su ofrenda delante de yahveh: seis carretas cubiertas y doce bueyes: una carreta por cada dos principales y un buey por cada uno. lo presentaron delante de la morada. [4] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [5] �t�maselos y que presten servicio en la tienda del encuentro. d�selos a los levitas, a cada uno seg�n su servicio.� [6] mois�s recibi� las carretas y los bueyes y se los dio a los levitas: [7] dos carretas y cuatro bueyes dio a los hijos de guers�n, seg�n sus servicios; [8] cuatro carretas y ocho bueyes a los hijos de merar�, seg�n los servicios que desempe�aban a las �rdenes de itamar, hijo del sacerdote aar�n. [9] pero a los hijos de quehat no les dio, porque su carga sagrada la ten�an que llevar al hombro. [10] los principales hicieron la ofrenda de la dedicaci�n del altar, el d�a en que fue ungido. hicieron los principales su ofrenda delante del altar. [11] y dijo yahveh a mois�s: �que ofrezca un principal cada d�a su ofrenda por la dedicaci�n del altar.� [12] el que ofreci� su ofrenda el primer d�a fue najs�n, hijo de aminadab, de la tribu de jud�. [13] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [14] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [15] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [16] un chivo para el sacrificio por el pecado; [17] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de najson, hijo de aminadab. [18] el segundo d�a ofreci� su ofrenda natanael, hijo de suar, principal de isacar. [19] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [20] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [21] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [22] un chivo para el sacrificio por el pecado; [23] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de natanael, hijo de suar. [24] el tercer d�a, el principal de los hijos de zabul�n, eliab, hijo de jel�n. [25] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [26] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [27] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [28] un chivo para el sacrificio por el pecado; [29] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de eliab, hijo de jel�n. [30] el d�a cuarto, el principal de los hijos de rub�n, elisur, hijo de sedeur. [31] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso; un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de

harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [32] una naveta de diez siclos de oro llena de incienso; [33] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [34] un chivo para el sacrificio por el pecado; [35] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os, cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de elisur, hijo de sedeur. [36] el d�a quinto, el principal de los hijos de sime�n, selumiel, hijo de surisadday. [37] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [38] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [39] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [40] un chivo para el sacrificio por el pecado; [41] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de selumiel, hijo de surisadday. [42] el d�a sexto, el principal de los hijos de gad, elyasaf, hijo de reuel. [43] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos; un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [44] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [45] un novillo, un carnero y un cordero de un a�o, para el holocausto; [46] un chivo para el sacrificio por el pecado; [47] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de elyasaf, hijo de reuel. [48] el d�a s�ptimo, el principal de los hijos de efra�m, elisam�, hijo de ammihud. [49] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [50] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [51] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [52] un chivo, para el sacrificio por el pecado; [53] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de elisam�, hijo de ammihud. [54] el d�a octavo, el principal de los hijos de manas�s, gamaliel, hijo de pedahsur. [55] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [56] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [57] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [58] un chivo para el sacrificio por el pecado; [59] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de gamaliel, hijo de pedahsur. [60] el d�a nono, el principal de los hijos de benjam�n, abid�n, hijo de guideon�. [61] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [62] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [63] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [64] un chivo para el sacrificio por el pecado; [65] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de abid�n, hijo de

guideon�. [66] el d�a d�cimo, el principal de los hijos de dan, aji�zer, hijo de ammisadday. [67] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [68] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [69] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [70] un chivo para el sacrificio por el pecado; [71] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de aji�zer, hijo de ammisadday. [72] el d�a und�cimo, el principal de los hijos de aser, paguiel, hijo de okr�n. [73] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [74] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [75] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [76] un chivo para el sacrificio por el pecado; [77] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de paguiel, hijo de okr�n. [78] el d�a duod�cimo, el principal de los hijos de neftal�, ajir�, hijo de en�n. [79] su ofrenda consist�a en una fuente de plata de 130 siclos de peso, un acetre de plata de setenta siclos, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblaci�n; [80] una naveta de oro de diez siclos, llena de incienso; [81] un novillo, un carnero, un cordero de un a�o, para el holocausto; [82] un chivo para el sacrificio por el pecado; [83] y para el sacrificio de comuni�n, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabr�os y cinco corderos de un a�o. esa fue la ofrenda de ajir�, hijo de en�n. [84] esta fue la ofrenda de los principales de israel en la dedicaci�n del altar, el d�a en que fue ungido: doce fuentes de plata, doce acetres de plata y doce navetas de oro. [85] cada fuente era de 130 siclos, y cada acetre de setenta. los siclos de plata de estos objetos eran en total 2.400, en siclos del santuario. [86] las navetas de oro eran doce, llenas de incienso. cada naveta era de diez siclos, en siclos del santuario. los siclos de oro de las navetas eran en total 120. [87] el total del ganado para el holocausto, doce novillos, doce carneros, doce corderos de un a�o, con sus oblaciones correspondientes; para el sacrificio por el pecado, doce chivos. [88] el total del ganado para los sacrificios de comuni�n: veinticuatro novillos, sesenta carneros, sesenta machos cabr�os y sesenta corderos de un a�o. esas fueron las ofrendas de la dedicaci�n del altar, una vez que fue ungido. [89] cuando mois�s entraba en la tienda del encuentro para hablar con el, o�a la voz que le hablaba de lo alto del propiciatorio que est� sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines. entonces hablabla con el. numeros cap.8 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] habla a aar�n y dile: �cuando coloques las l�mparas, habr�n de alumbrar las siete l�mparas hacia la parte delantera del candelabro.� [3] as� lo hizo aar�n: coloc� las l�mparas en la parte delantera del candelabro, tal como hab�a mandado yahveh a mois�s. [4] este candelabro era de oro macizo; desde el pie hasta las flores era de oro macizo. hizo el candelabro seg�n el modelo que yahveh hab�a mostrado a mois�s. [5] habl� Yahveh a mois�s y le dijo:

[6] �aparta a los levitas del resto de los israelitas y purif�calos. [7] para esta purificaci�n har�s con ellos de la siguiente manera: los rociar�s con agua lustral; se rasurar�n ellos todo el cuerpo, lavar�n sus vestidos y as� quedar�n purificados. [8] tomar�n luego un novillo, con su correspondiente oblaci�n de flor de harina amasada con aceite y t� tomar�s otro novillo como sacrificio por el pecado. [9] mandar�s que se acerquen los levitas a la tienda del encuentro y convocar�s a toda la comunidad de los israelitas. [10] har�s que se acerquen los levitas ante yahveh, y los israelitas les impondr�n las manos. [11] entonces aar�n presentar� a los levitas como ofrenda mecida delante de yahveh, de parte de los israelitas. as� quedar�n destinados al servicio de yahveh. [12] los levitas impondr�n sus manos sobre la cabeza de los novillos y t� ofrecer�s uno como sacrificio por el pecado y otro en holocausto a yahveh para expiar por los levitas. [13] pondr�s luego a los levitas delante de aar�n y de sus hijos y los presentar�s como ofrenda mecida a yahveh. [14] as� separar�s a los levitas del resto de los israelitas para que me pertenezcan. [15] despu�s comenzar�n los levitas a servir en la tienda del encuentro. los purificar�s y los presentar�s como ofrenda mecida, [16] porque son �donados�, son donados a m�, de entre los israelitas, en lugar de todos los que abren el seno materno, de todos los primog�nitos; los he tomado para m� de entre los dem�s israelitas. [17] porque m�os son todos los primog�nitos entre los israelitas, igual de hombres que de ganados: me los consagr� el d�a que heri a todos los primog�nitos en egipto. [18] y tom� a los levitas para sustituir a todos los primog�nitos de los israelitas. [19] yo cedo los levitas, como �donados�, a aar�n y a sus hijos, de entre los israelitas, para que presten el servicio, en nombre de los israelitas, en la tienda del encuentro, y para expiar por los israelitas de manera que ning�n israelita incurra en castigo por acercarse al santuario.� [20] mois�s y aar�n y toda la comunidad de los israelitas hicieron con los levitas conforme hab�a mandado yahveh a mois�s; as� hicieron con ellos los israelitas. [21] los levitas se purificaron, lavaron sus vestidos, y aar�n los present� como ofrenda mecida delante de yahveh; y aar�n hizo expiaci�n por ellos para purificarlos. [22] despu�s de lo cual entraron los levitas a prestar servicio en la tienda del encuentro en presencia de aar�n y de sus hijos. seg�n hab�a mandado yahveh a mois�s acerca de los levitas, as� hicieron con ellos. [23] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [24] �esto es lo referente a los levitas. de veinticinco a�os para arriba entrar� al servicio de la tienda del encuentro, [25] y desde los cincuenta a�os cesar� en el servicio; no servir� ya m�s. [26] ayudar� a sus hermanos en la tienda del encuentro en el desempe�o de su ministerio, mas no prestar� servicio. as� har�s con los levitas en lo tocante a sus funciones.� numeros cap.9 [1] habl� Yahveh a mois�s, en el desierto del sina�, el a�o segundo de la salida de egipto, el mes primero, y le dijo: [2] �que los israelitas celebren la pascua a su tiempo. [3] la celebrar�n el d�a catorce de este mes, entre dos luces, al tiempo debido. la celebrar�n seg�n todos sus preceptos y normas.� [4] mois�s dijo a los israelitas que celebraran la pascua.

[5] la celebraron en el desierto del sina�, el primer mes, el d�a catorce del mes, entre dos luces. seg�n hab�a mandado yahveh a mois�s lo hicieron los israelitas. [6] pero sucedi� que algunos hombres estaban impuros por contacto de cad�ver humano y no pod�an celebrar la pascua aquel d�a. se presentaron a mois�s y aar�n el mismo d�a [7] y les dijeron: �estamos impuros por contacto de cad�ver humano. �por qu� hemos de quedar excluidos de presentar la ofrenda a yahveh a su tiempo con los dem�s israelitas?� [8] mois�s les respondi�: �esperad, que voy a consultar lo que os manda yahveh.� [9] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [10] �diles a los israelitas: si uno de vosotros o de vuestros descendientes est� impuro por cad�ver, o est� de viaje en tierra lejana, tambi�n celebrar� la pascua en honor de yahveh. [11] la celebrar�n el mes segundo, el d�a catorce, entre dos luces. la comer�n con panes �zimos y hierbas amargas. [12] no dejar�n nada para la ma�ana, ni le quebrantar�n ning�n hueso. seg�n todo el ritual de la pascua la celebrar�n. [13] pero el que, encontr�ndose puro y no habiendo estado de viaje, deje de celebrar la pascua, ese tal ser� extirpado de su pueblo. ese hombre cargar� con su pecado, por no haber presentado la ofrenda a yahveh a su tiempo. [14] y si un forastero reside entre vosotros y celebra la pascua en honor de yahveh, la celebrar� seg�n los preceptos y normas de la pascua. uno mismo ser� el ritual para vosotros, tanto para el forastero como para el nativo del pa�s.� [15] el d�a en que se erigi� la morada, la nube cubri� la morada, la tienda del testimonio. por la tarde se quedaba sobre la morada, con aspecto de fuego, hasta la ma�ana. [16] as� suced�a permanentemente: la nube la cubr�a y por la noche ten�a aspecto de fuego. [17] cuando se levantaba la nube de encima de la tienda, los israelitas levantaban el campamento, y en el lugar en que se paraba la nube, acampaban los israelitas. [18] a la orden de yahveh part�an los israelitas y a la orden de yahveh acampaban. quedaban acampados todos los d�as que la nube estaba parada sobre la morada. [19] si se deten�a la nube muchos d�as sobre la morada, los israelitas cumpl�an con el culto de yahveh y no part�an. [20] en cambio, si la nube estaba sobre la morada pocos d�as, a la orden de yahveh acampaban y a la orden de yahveh part�an. [21] si la nube estaba sobre la morada s�lo de la noche a la ma�ana, y por la ma�ana se alzaba, ellos part�an. si estaba un d�a y una noche y luego se elevaba, part�an. [22] si, en cambio, se deten�a sobre la morada dos d�as, o un mes, o un a�o, reposando sobre ella, los israelitas se quedaban en el campamento y no part�an; pero en cuanto se elevaba, part�an. [23] a la orden de yahveh acampaban y a la orden de yahveh mov�an el campamento. rend�an culto a yahveh, seg�n la orden de yahveh transmitida por mois�s. numeros cap.10 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] �hazte dos trompetas: las har�s de plata maciza. te servir�n para convocar a la comunidad y dar la se�al de mover el campamento. [3] cuando suenen las dos, se reunir� junto a ti toda la comunidad, a la entrada de la tienda del encuentro. [4] pero cuando suene una sola, se reunir�n contigo los principales, jefes de millares de israel. [5] cuando toqu�is a clamoreo, partir�n los que acampan a oriente.

[6] cuando toqu�is a clamoreo por segunda vez, partir�n los campamentos que acampan al mediod�a, tocar�is a clamoreo para partir; [7] en cambio, para congregar la asamblea, tocar�is sin clamoreo. [8] los hijos de aar�n, los sacerdotes, ser�n los que toquen las trompetas: este ser�n un decreto perpetuo para vosotros y para vuestra descendencia. [9] cuando, ya en vuestra tierra, part�is para el combate contra un enemigo que os oprime, tocar�is las trompetas a clamoreo; as� se acordar� Yahveh, vuestro dios, de vosotros, y ser�is librados de vuestros enemigos. [10] en vuestros d�as de fiesta, solemnidades, neomenias, tocar�is las trompetas durante vuestros holocaustos y sacrificios de comuni�n. as� har�is que vuestro dios se acuerde de vosotros. yo, yahveh, vuestro dios.� [11] el a�o segundo, el mes segundo, el d�a veinte del mes, se levant� la nube de encima de la morada del testimonio, [12] y los israelitas partieron, en orden de marcha, del desierto del sina�. la nube se detuvo en el desierto de par�n. [13] partieron en vanguardia seg�n la orden que yahveh hab�a dado a mois�s: [14] la bandera del campamento de los hijos de jud� en primer lugar, por cuerpos de ej�rcito. al frente de su tropa, iba najs�n, hijo de aminadab; [15] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de isacar, natanael, hijo de suar; [16] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de zabul�n, eliab, hijo de jel�n. [17] entonces fue desmontada la morada y partieron los hijos de guerson y los hijos de merar�, llevando la morada. [18] parti� luego la bandera del campamento de rub�n, por cuerpos de ej�rcito: al frente de su tropa iba elisur, hijo de sedeur; [19] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de sime�n, selumiel, hijo de surisadday; [20] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de gad, elyasaf, hijo de reuel. [21] entonces partieron los quehatitas, que llevaban el santuario (la morada se montaba antes de que llegaran). [22] parti� luego la bandera del campamento de los hijos de efra�m, por cuerpos de ej�rcito; al frente de su tropa iba elisam�, hijo de ammihud. [23] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de manas�s, gamaliel, hijo de pedahsur; [24] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de benjam�n, abid�n, hijo de guideon�. [25] luego, cerrando la marcha de todos los campamentos, parti� la bandera del campamento de los hijos de dan, por cuerpos de ej�rcito. al frente de su tropa iba aji�zer, hijo de ammisadday; [26] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de aser, paguiel, hijo de okr�n; [27] al frente de la tropa de la tribu de los hijos de neftal�, ajir�, hijo de en�n. [28] este fue el orden de marcha de los israelitas, repartidos en cuerpos de ej�rcito. y as� partieron. [29] dijo mois�s a jobab, hijo de reuel el madianito, suegro de mois�s: �nosotros partimos para el lugar del que ha dicho yahveh: os lo dar�. ven con nosotros y te trataremos bien, porque yahveh ha prometido bienestar a israel.� [30] el respondi�: �no ir�, sino que me volver� a mi tierra y a mi parentela.� [31] mois�s insisti�: �por favor, no os dejes; t� conoces los sitios donde acampar en el desierto; t� ser�s nuestros ojos. [32] si vienes con nosotros, te haremos part�cipe del bienestar con que yahveh nos va a favorecer.� [33] partieron del monte de yahveh para hacer tres jornadas. el arca de la alianza de yahveh iba delante de ellos los tres d�as de camino, busc�ndoles donde hacer alto.

[34] la nube de yahveh iba de d�a sobre ellos, desde que dejaron el campamento. [35] cuando part�a el arca, dec�a mois�s: �lev�ntate, yahveh, que tus enemigos se dispersen, huyan delante de ti los que te odian.� [36] y cuando se deten�a, dec�a: �vuelve, yahveh, a las mir�adas de israel.� numeros cap.11 [1] el pueblo profer�a quejas amargas a los o�dos de yahveh, y yahveh lo oy�. Se encendi� su ira y ardi� un fuego de yahveh entre ellos y devor� un extremo del campamento. [2] el pueblo clam� a mois�s y mois�s intercedi� ante yahveh, y el fuego se apag�. [3] por eso se llam� aquel lugar taber�, porque hab�a ardido contra ellos el fuego de yahveh. [4] la chusma que se hab�a mezclado al pueblo se dej� llevar de su apetito. tambi�n los israelitas volvieron a sus llantos diciendo: ��qui�n nos dar� carne para comer? [5] �c�mo nos acordamos del pescado que com�amos de balde en egipto, y de los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos! [6] en cambio ahora tenemos el alma seca. no hay de nada. nuestros ojos no ven m�s que el man�.� [7] el man� era como la semilla del cilantro; su aspecto era como el del bedelio. [8] el pueblo se desparramaba para recogerlo; lo molian en la muela o lo majaban en el mortero; luego lo coc�an en la olla y hac�an con �l tortas. su sabor era parecido al de una torta de aceite. [9] cuando, por la noche, ca�a el roc�o sobre el campamento, ca�a tambi�n sobre �l el man�. [10] mois�s oy� llorar al pueblo, cada uno en su familia, a la puerta de su tienda. se irrit� mucho la ira de yahveh. a mois�s le pareci� mal, [11] y le dijo a yahveh: ��por qu� tratas mal a tu siervo? �por qu� no he hallado gracia a tus ojos, para que hayas echado sobre m� la carga de todo este pueblo? [12] �acaso he sido yo el que ha concebido a todo este pueblo y lo ha dado a luz, para que me digas: "ll�valo en tu regazo, como lleva la nodriza al ni�o de pecho, hasta la tierra que promet� con juramento a sus padres?" [13] �de d�nde voy a sacar carne para d�rsela a todo este pueblo, que me llora diciendo: danos carne para comer? [14] no puedo cargar yo solo con todo este pueblo: es demasiado pesado para m�. [15] si vas a tratarme as�, m�tame, por favor, si he hallado gracia a tus ojos, para que no vea m�s mi desventura.� [16] yahveh respondi� a mois�s: �re�neme setenta ancianos de israel, de los que sabes que son ancianos y escribas del pueblo. ll�valos a la tienda del encuentro y que est�n all� contigo. [17] yo bajar� a hablar contigo; tomar� parte del esp�ritu que hay en ti y lo pondr� en ellos, para que lleven contigo la carga del pueblo y no la tengas que llevar t� solo. [18] �y al pueblo le dir�s: santificaos para ma�ana, que vais a comer carne, ya que os hab�is lamentado a o�dos de yahveh, diciendo: "�qui�n nos dar� carne para comer? mejor nos iba en egipto." pues yahveh os va a dar carne, y comer�is. [19] no un d�a, ni dos, ni cinco, ni diez ni veinte la comer�is, [20] sino un mes entero, hasta que os salga por las narices y os d� n�useas, pues hab�is rechazado a yahveh, que est� en medio de vosotros, y os hab�is lamentado en su presencia, diciendo: �por qu� salimos de egipto?� [21] mois�s respondi�: �el pueblo en que estoy cuenta 600.000 de a pie, �y t� dices que les dar�s carne para comer un mes entero? [22] aunque se mataran para ellos reba�os de ovejas y bueyes, �bastar�a acaso? aunque se juntaran todos los peces del mar �habr�a suficiente?� [23] pero yahveh respondi� a mois�s: ��es acaso corta la mano de yahveh? ahora vas a ver si vale mi palabra o no.�

[24] sali� Mois�s y transmiti� al pueblo las palabras de yahveh. luego reuni� a setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la tienda. [25] baj� Yahveh en la nube y le habl�. Luego tom� algo del esp�ritu que hab�a en �l y se lo dio a los sententa ancianos. y en cuanto repos� sobre ellos el esp�ritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo m�s. [26] hab�an quedado en el campamento dos hombres, uno llamado eldad y el otro medad. repos� tambi�n sobre ellos el esp�ritu, pues aunque no hab�an salido a la tienda, eran de los designados. y profetizaban en el campamento. [27] un muchacho corri� a anunciar a mois�s: �eldad y medad est�n profetizando en el campamento.� [28] josu�, hijo de nun, que estaba al servicio de mois�s desde su mocedad, respondi� y dijo: �mi se�or mois�s, proh�beselo.� [29] le respondi� Mois�s: ��es que est�s t� celoso por m�? �qui�n me diera que todo el pueblo de yahveh profetizara porque yahveh les daba su esp�ritu!� [30] luego mois�s volvi� al campamento con los ancianos de israel. [31] se alz� un viento, enviado por yahveh, que hizo pasar codornices del lado del mar, y las extendi� sobre el campamento, en una extensi�n de una jornada de camino a uno y otro lado alrededor del campamento, y a una altura de dos codos por encima del suelo. [32] el puebblo se dedic� todo aquel d�a y toda la noche y todo el d�a siguiente a capturar las codornices. el que menos, reuni� diez modios, y las tendieron alrededor del campamento. [33] y todav�a ten�an la carne entre los dientes, todav�a la estaban masticando, cuando se encendi� la ira de yahveh contra el pueblo, y lo hiri� Yahveh con una plaga muy grande. [34] se llam� a aquel lugar quibrot hattaav�, porque all� sepultaron a la muchedumbre de glotones. [35] de quibrot hattaav� parti� el pueblo hacia jaserot, y acamparon en jaserot. numeros cap.12 [1] mar�a y aar�n murmuraron contra mois�s por causa de la mujer kusita que hab�a tomado por esposa: por haberse casado con una kusita. [2] dec�an: ��es que yahveh no ha hablado m�s que con mois�s? �no ha hablado tambi�n con nosotros?� y yahveh lo oy�. [3] mois�s era un hombre muy humilde, m�s que hombre alguno sobre la haz de la tierra. [4] de improviso, yahveh dijo a mois�s, a aar�n y a mar�a: �salid los tres a la tienda del encuentro.� y salieron los tres. [5] baj� Yahveh en la columna de nube y se qued� a la puerta de la tienda. llam� a aar�n y a mar�a y se adelantaron los dos. [6] dijo yahveh: �escuchad mis palabras: si hay entre vosotros un profeta, en visi�n me revelo a �l, y hablo con �l en sue�os. [7] no as� con mi siervo mois�s: �l es de toda confianza en mi casa; [8] boca a boca hablo con �l, abiertamente y no enigmas, y contempla la imagen de yahveh. �por qu�, pues, hab�is osado hablar contra mi siervo mois�s?� [9] y se encendi� la ira de yahveh contra ellos. cuando se march�, [10] y la nube se retir� de encima de la tienda, he aqu� que mar�a estaba leprosa, blanca como la nieve. aar�n se volvi� hacia mar�a y vio que estaba leprosa. [11] y dijo aar�n a mois�s: �perd�n, se�or m�o, no cargues sobre nosotros el pecado que neciamente hemos cometido. [12] por favor, que no sea ella como quien nace muerto del seno de su madre, con la carne medio consumida.� [13] mois�s clam� a yahveh diciendo: �oh dios, c�rala, por favor.� [14] yahveh respondi� a mois�s: �si tu padre le hubiera escupido al rostro, �no tendr�a que pasar siete d�as de verg�enza? que quede siete d�as fuera del campamento y luego sea admitida otra vez.

[15] mar�a qued� siete d�as excluida del campamento. pero el pueblo no parti� hasta que ella se reintegr�. [16] despu�s el pueblo parti� de jaserot y acamparon en el desierto de par�n. numeros cap.13 [1] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [2] �env�a algunos hombres, uno por cada tribu paterna, para que exploren la tierra de cana�n que voy a dar a los israelitas. que sean todos principales entre ellos.� [3] los envi� Mois�s, seg�n la orden de yahveh, desde el desierto de par�n: todos ellos eran jefes de los israelitas. [4] sus nombres eran �stos: por la tribu de rub�n, samm�a, hijo de zakkur; [5] por la tribu de sime�n, safat, hijo de de jor�; [6] por la tribu de jud�, caleb, hijo de yefunn�; [7] por la tribu de isacar, yigal, hijo de jos�; [8] por la tribu de efra�m, hosea, hijo de nun; [9] por la tribu de benjam�n, palt�, hijo de raf�; [10] por la tribu de zabul�n, gaddiel, hijo de sod�; [11] por la tribu de jos�: por la tribu de manas�s, gadd�, hijo de sus�; [12] por la tribu de dan, ammiel, hijo de guemal�; [13] por la tribu de aser, setur, hijo de miguel; [14] por la tribu de neftal�, najb�, hijo de vafs�; [15] por la tribu de gad, gueuel, hijo de mak�. [16] esos son los nombres de los que envi� Mois�s a explorar el pa�s. pero a hosea, hijo de nun, mois�s le llamo josu�. [17] mois�s los envi� a explorar el pa�s de cana�n, y les dijo: �subid ah� al n�gueb y despu�s subir�is a la monta�a. [18] reconoced el pa�s, a ver qu� tal es, y el pueblo que lo habita, si es fuerte o d�bil, escaso o numeroso; [19] y qu� tal es el pa�s en que viven, bueno o malo; c�mo son las ciudades en que habitan, abiertas o fortificadas; [20] y c�mo es la tierra, f�rtil o pobre, si tiene �rboles o no. tened valor y traed algunos productos del pa�s.� era el tiempo de las primeras uvas. [21] subieron y exploraron el pa�s, desde el desierto de sin hasta rejob, a la entrada de jamat. [22] subieron por el n�gueb y llegaron hasta hebr�n, donde resid�an ajim�n, sesay y talmay, los descendientes de anaq. hebr�n hab�a sido fundada siete a�os antes que tanis de egipto. [23] llegaron al valle de eskol y cortaron all� un sarmiento con un racimo de uva, que transportaron con una p�rtiga entre dos, y tambi�n granadas e higos. [24] al lugar aqu�l se le llam� Valle de eskol, por el racimo que cortaron all� los israelitas. [25] al cabo de cuarenta d�as volvieron de explorar la tierra. [26] fueron y se presentaron a mois�s, a aar�n y a toda la comunidad de los israelitas, en el desierto de par�n, en cad�s. les hicieron una relaci�n a ellos y a toda la comunidad, y les mostraron los productos del pa�s. [27] les contaron lo siguiente: �fuimos al pa�s al que nos enviaste, y en verdad que mana leche y miel; �stos son sus productos. [28] s�lo que el pueblo que habita en el pa�s es poderoso; las ciudades, fortificadas y muy grandes; hasta hemos visto all� descendientes de anaq. [29] el amalecita ocupa la regi�n del n�gueb; el hitita, el amorreo y el jebuseo ocupan la monta�a; el cananeo, la orilla del mar y la ribera del jord�n.� [30] caleb acall� al pueblo delante de mois�s, diciendo: �subamos, y conquistaremos el pa�s, porque sin duda podremos con �l.� [31] pero los hombres que hab�an ido con �l dijeron: �no podemos subir contra ese pueblo, porque es m�s fuerte que nosotros.� [32] y empezaron a hablar mal a los israelitas del pa�s que hab�an explorado,

diciendo: �el pa�s que hemos recorrido y explorado es un pa�s que devora a sus propios habitantes. toda la gente que hemos visto all� es gente alta. [33] hemos visto tambi�n gigantes, hijos de anaq, de la raza de los gigantes. nosotros nos ten�amos ante ellos como saltamontes, y eso mismo les parec�amos a ellos.� numeros cap.14 [1] entonces toda la comunidad alz� la voz y se puso a gritar; y la gente estuvo llorando aquella noche. [2] luego murmuraron todos los israelitas contra mois�s y aar�n, y les dijo toda la comunidad: ��ojal� hubi�ramos muerto en egipto! y si no, �ojal� hubi�ramos muerto en el desierto! [3] �por qu� Yahveh nos trae a este pa�s para hacernos caer a filo de espada y que nuestras mujeres y ni�os caigan en cautiverio? �no es mejor que volvamos a egipto?� [4] y se dec�an unos a otros: �nombremos a uno jefe y volvamos a egipto.� [5] mois�s y aar�n cayeron rostro en tierra delante de toda la asamblea de la comunidad de los israelitas. [6] pero josu�, hijo de nun, y caleb, hijo de yefunn�, que eran de los que hab�an explorado el pa�s, rasgaron sus vestiduras [7] y dijeron a toda la comunidad de los israelitas: �la tierra que hemos recorrido y explorado es muy buena tierra. [8] si yahveh nos es favorable, nos llevar� a esa tierra y nos la entregar�. es una tierra que mana leche y miel. [9] no os rebel�is contra yahveh, ni tem�is a la gente del pa�s, porque son pan comido. se ha retirado de ellos su sombra, y en cambio yahveh est� con nosotros. no teng�is miedo.� [10] toda la comunidad hablaba de apedrearlos, cuando la gloria de yahveh se apareci� en la tienda del encuentro, a todos los israelitas. [11] y dijo yahveh a mois�s: ��hasta cu�ndo me va a despreciar este pueblo? �hasta cu�ndo van a desconfiar de m�, con todas las se�ales que he hecho entre ellos? [12] los herir� de peste y los desheredar�. pero a ti te convertir� en un pueblo m�s grande y poderoso que ellos.� [13] mois�s respondi� a yahveh: �pero los egipcios saben muy bien que, con tu poder, sacaste a este pueblo de en medio de ellos. [14] se lo han contado a los habitantes de este pa�s. estos se han enterado de que t�, Yahveh, est�s en medio de este pueblo, y te das a ver cara a cara; de que t�, Yahveh, permaneces en tu nube sobre ellos, y caminas delante de ellos de d�a en la columna de nube, y por la noche en la columna de fuego. [15] si haces perecer a este pueblo como un solo hombre, dir�n los pueblos que han o�do hablar de ti: [16] yahveh, como no ha podido introducir a ese pueblo en la tierra que les hab�a prometido con juramento, los ha matado en el desierto." [17] muestra, pues, ahora tu poder, mi se�or, como prometiste diciendo: [18] yahveh es tardo a la c�lera y rico en bondad, tolera iniquidad y rebeld�a; aunque nada deja sin castigo, castigando la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generaci�n." [19] perdona, pues, la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de tu bondad, como has soportado a este pueblo desde egipto hasta aqu�.� [20] dijo yahveh: �le perdono, seg�n tus palabras. [21] pero, vivo yo y la gloria de yahveh llena toda la tierra, [22] que ninguno de los que han visto mi gloria y las se�ales que he realizado en egipto y en el desierto, que me han puesto a prueba ya diez veces y no han escuchado mi voz, [23] ver� la tierra que promet� con juramento a sus padres. no la ver� ninguno de los que me han despreciado.

[24] pero a mi siervo caleb, ya que fue animado de otro esp�ritu y me obedeci� puntualmente, le har� entrar en la tierra donde estuvo, y su descendencia la poseer�. [25] el amalecita y el cananeo habitan en el llano. ma�ana, volveos y partid para el desierto, camino del mar de suf.� [26] yahveh habl� a mois�s y aar�n y dijo: [27] ��hasta cu�ndo esta comunidad perversa, que est� murmurando contra m�? he o�do las quejas de los israelitas, que est�n murmurando contra m�. [28] diles: por mi vida -or�culo de yahveh- que he de hacer con vosotros lo que hab�is hablado a mis o�dos. [29] por haber murmurado contra m�, en este desierto caer�n vuestros cad�veres, los de todos los que fuisteis revistados y contados, de veinte a�os para arriba. [30] os juro que no entrar�is en la tierra en la que, mano en alto, jur� estableceros. s�lo a caleb, hijo de yefunn� y a josu�, hijo de nun, [31] y a vuestros peque�uelos, de los que dijisteis que caer�an en cautiverio, los introducir�, y conocer�n la tierra que vosotros hab�is despreciado. [32] vuestros cad�veres caer�n en este desierto, [33] y vuestros hijos ser�n n�madas cuarenta a�os en el desierto, cargando con vuestra infidelidad, hasta que no falte uno solo de vuestros cad�veres en el desierto. [34] seg�n el n�mero de los d�as que empleasteis en explorar el pa�s, cuarenta d�as, cargar�is cuarenta a�os con vuestros pecados, un a�o por cada d�a. as� sabr�is lo que es apartarse de m�. [35] yo, yahveh, he hablado. eso es lo que har� con toda esta comunidad perversa, amotinada contra m�. en este desierto no quedar� uno: en �l han de morir.� [36] los hombres que hab�a enviado mois�s a explorar la tierra, que al volver hab�an incitado a toda la comunidad a murmurar contra �l, poni�ndose a hablar mal del pa�s, [37] aquellos hombres que hab�an hablado mal del pa�s, cayeron muertos delante de yahveh. [38] en cambio, josu�, hijo de nun, y caleb, hijo de yefunn�, sobrevivieron de entre los hombres que hab�an ido a explorar la tierra. [39] refiri� Mois�s estas palabras a todos los israelitas y se afligi� mucho el pueblo. [40] madrugaron y subieron a la cumbre del monte, diciendo: �vamos a subir a ese lugar respecto del cual ha dicho yahveh que hemos pecado.� [41] mois�s les respondi�: ��por qu� hac�is eso, pasando por encima de la orden de yahveh? eso no tendr� buen �xito. [42] no sub�is, porque yahveh no est� en medio de vosotros, no vay�is a ser derrotados frente a vuestros enemigos. [43] porque el amalecita y el cananeo est�n all� contra vosotros, y caer�is a filo de espada, pues despu�s de haber abandonado vosotros a yahveh, yahveh no est� con vosotros.� [44] pero ellos se obstinaron en subir a la cumbre del monte. ni el arca de la alianza de yahveh, ni mois�s se movieron del campamento. [45] bajaron los amalecitas y los cananeos que habitaban en aquella monta�a, los batieron y los destrozaron hasta llegar a jorm�. numeros cap.15 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] �habla a los israelitas y diles: cuando entr�is en la tierra que yo os dar� por morada, [3] y ofrezc�is manjares abrasados a yahveh en holocausto o sacrificio, para cumplir un voto, o como ofrenda voluntaria o con acasi�n de vuestras fiestas, ofreciendo as�, de vuestros bueyes u ovejas, calmante aroma para yahveh, [4] el oferente presentar�, para su ofrenda a yahveh, una oblaci�n de una d�cima de flor de harina amasada con un cuarto de sextario de aceite.

[5] har�s una libaci�n de un cuarto de sextario de vino por cada cordero, adem�s del holocausto o sacrificio. [6] si es un carnero, la oblaci�n ser� de dos d�cimas de flor de harina amasada con un tercio de sextario de aceite, [7] y la libaci�n, de un tercio de sextario de vino, que ofrecer�s como calmante aroma para yahveh. [8] y si ofreces a yahveh un novillo en holocausto o sacrificio, para cumplir un voto, o como sacrificio de comuni�n, [9] se ofrecer� adem�s del novillo una oblaci�n de tres d�cimas de flor de harina amasada con medio sextario de aceite, [10] y una libaci�n de medio sextario de vino, como manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [11] as� se har� con nada novillo y con las reses menores, cordero o cabrito. [12] har�is as� con cada uno de los que inmol�is, con tantos como hubiere. [13] as� har� todo hombre de vuestro pueblo, cuando ofrezca un manjar abrasado como calmante aroma para yahveh. [14] si reside entre vosotros o entre vuestros descendientes un forastero, y ofrece un manjar abrasado como calmante aroma para yahveh, lo mismo que vosotros har� [15] la asamblea. no habr� m�s que una norma para vosotros y para el forastero residente. es decreto perpetuo para vuestros descendientes: igual ser� delante de yahveh para vosotros que para el forastero. [16] una sola ley y una sola norma regir� para vosotros y para el forastero que reside entre vosotros.� [17] yahveh habl� as� a mois�s: [18] �habla a los israelitas y diles: cuando entr�is en la tierra a la que os voy a llevar, [19] y com�is el pan del pa�s, reservar�is primero la ofrenda para yahveh. [20] como primicias de vuestra molienda reservar�is como ofrenda una torta; la reservar�is igual que se hace en la era. [21] reservar�is a yahveh una ofrenda de las primicias de vuestra molienda, por todas vuestras generaciones. [22] �cuando por inadvertencia no cumpl�is alguno de estos preceptos que yahveh ha comunicado a mois�s, [23] algo de lo que os ha mandado yahveh por medio de mois�s, desde que yahveh lo orden� en adelante, por todas vuestras generaciones, [24] en el caso de que la inadvertencia se haya cometido por descuido de la comunidad, toda la comunidad ofrecer� un novillo en holocausto, como calmante aroma para yahveh, con su correspondiente oblaci�n y libaci�n seg�n costumbre, y un macho cabr�o en sacrificio por el pecado. [25] el sacerdote expiar� por toda la comunidad de los israelitas, y se les perdonar�, porque ha sido un descuido. cuando presenten sus ofrendas, como manjar abrasado a yahveh, y su sacrificio por el pecado delante de yahveh por su descuido, [26] se le perdonar� a la comunidad de los israelitas y al forastero que reside entre ellos, pues el pueblo entero lo ha hecho por inadvertencia. [27] en el caso de que una sola persona haya pecado por inadvertencia, ofrecer� en sacrificio por el pecado una cabrita de un a�o. [28] el sacerdote expiar� delante de yahveh por la persona que se ha descuidado con ese pecado de inadvertencia; cuando se haga expiaci�n por ella, se le perdonar�, [29] lo mismo al ciudadano israelita que al forastero residente entre vosotros: no tendr�is m�s que una sola ley para el que obra por inadvertencia. [30] pero el que obra con descaro, sea ciudadano o forastero, ultraja a yahveh. tal individuo ser� extirpado de su pueblo, [31] por haber despreciado la palabra de yahveh, quebrantado su mandato. ser� exterminado tal individuo: su pecado pesa sobre �l.� [32] cuando los israelitas estaban en el desierto, se encontr� a un hombre que

andaba buscando le�a en d�a de s�bado. [33] los que lo encontraron buscando le�a, lo presentaron a mois�s, a aar�n y a toda la comunidad. [34] le pusieron bajo custodia, porque no estaba determinado lo que hab�a que hacer con �l. [35] yahveh dijo a mois�s: �que muera ese hombre. que lo apedree toda la comunidad fuera del campamento.� [36] lo sac� toda la comunidad fuera del campamento y lo apedrearon hasta que muri�, seg�n hab�a mandado yahveh a mois�s. [37] yahveh dijo a mois�s: [38] �habla a los israelitas y diles que ellos y sus descendientes se hagan flecos en los bordes de sus vestidos, y pongan en el fleco de sus vestidos un hilo de p�rpura violeta. [39] tendr�is, pues flecos para que, cuando los ve�is, os acord�is de todos los preceptos de yahveh. as� los cumplir�is y no seguir�is los caprichos de vuestros corazones y de vuestros ojos, que os han arrastrado a prostituiros. [40] as� os acordar�is de todos mis mandamientos y los cumplir�is, y ser�is hombres consagrados a vuestro dios. [41] yo, yahveh, vuestro dios, que os saqu� de egipto para ser dios vuestro. yo, yahveh, vuestro dios. numeros cap.16 [1] cor�, hijo de yishar, hijo de quehat, hijo de lev�, dat�n y abir�n, hijos de eliab, y on, hijo de p�let, hijos de rub�n, se enorgullecieron, [2] y se alzaron contra mois�s junto con 250 israelitas, principales de la comunidad, distinguidos en la asamblea, personajes famosos. [3] se amotinaron contra mois�s y aar�n y les dijeron: �esto ya pasa de la raya. toda la comunidad entera, todos ellos est�n consagrados y yahveh est� en medio de ellos. �por qu�, pues, os encumbr�is por encima de la asamblea de yahveh?� [4] lo oy� Mois�s y cay� rostro en tierra. [5] dijo luego a cor� y a toda su cuadrilla: �ma�ana por la ma�ana har� saber yahveh qui�n es el suyo, qui�n es el consagrado y le dejar� acercarse. al que yahveh haya elegido le dejar� acercarse. [6] mirad, pues, lo que hab�is de hacer: tomad los incensarios de cor� y de toda su cuadrilla, [7] ponedles fuego y ma�ana les echar�is incienso ante yahveh. aquel a quien elija yahveh, ser� el consagrado; �esto ya pasa de la raya, hijos de lev�!� [8] dijo mois�s a cor�: �o�dme, hijos de lev�. [9] �os parece poco que el dios de israel os haya apartado de la comunidad de israel para ponerlos junto a s�, prestar el servicio a la morada de yahveh y estar al frente de la comunidad atendiendo al culto en lugar de ella? [10] te ha puesto junto a s�, a ti y a todos tus hermanos, los hijos de lev�, y �todav�a se os ha antojado el sacerdocio! [11] por eso, contra yahveh os hab�is amotinado, t� y toda tu cuadrilla; porque �qui�n es aar�n, para que murmur�is contra �l?� [12] mand� Mois�s llamar a dat�n y abir�n, hijos de eliab. pero ellos respondieron: �no queremos ir. [13] �te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todav�a te eriges como pr�ncipe sobre nosotros? [14] no nos has tra�do a ning�n pa�s que mana leche y miel, ni nos has dado una herencia de campos y vergeles. �pretendes cegar los ojos de estos hombres? �no iremos!� [15] mois�s se enoj� mucho y dijo a yahveh: �no mires a su oblaci�n. yo no les he quitado ni un solo asno, ni le he hecho mal a ninguno de ellos.� [16] dijo mois�s a cor�: �t� y toda tu cuadrilla presentaos ma�ana delante de yahveh: t�, ellos y aar�n. [17] que tome cada uno su incensario, le ponga incienso y lo presente delante de

yahveh; cada uno su incensario: 250 incensarios en total. t� tambi�n, y aar�n, presentad cada uno vuestro incensario.� [18] tomaron cada uno su incensario, le pusieron fuego, le echaron incienso y se presentaron a la entrada de la tienda del encuentro, lo mismo que mois�s y aar�n. [19] cor� convoc� ante �stos a toda la comunidad a la puerta de la tienda del encuentro y se apareci� la gloria de yahveh a toda la comunidad. [20] habl� Yahveh a mois�s y aar�n y les dijo: [21] �apartaos de esa comunidad, que los voy a devorar en un instante.� [22] ellos cayeron rostro en tierra y clamaron: �oh dios, dios de los esp�ritus de toda carne: un solo hombre ha pecado, �y te enojas con toda la comunidad?� [23] respondi� Yahveh a mois�s: [24] �habla a esa comunidad y diles: alejaos de los alrededores de la morada de cor�.� [25] se levant� Mois�s y fue donde dat�n y abir�n; los ancianos de israel le siguieron. [26] y habl� a la comunidad diciendo: �apartaos, por favor, de las tiendas de estos hombres malvados, y no toqu�is nada de cuanto les pertenece, no sea que perezc�is por todos sus pecados.� [27] ellos se apartaron de los alrededores de la morada de cor�. dat�n y abir�n hab�an salido y estaban a la puerta de sus tiendas, con sus mujeres, hijos y peque�uelos. [28] mois�s dijo: �en esto conocer�is que yahveh me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es ocurrencia m�a: [29] si mueren estos hombres como muere cualquier mortal, alcanzados por la sentencia com�n a todo hombre, es que yahveh no me ha enviado. [30] pero si yahveh obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al seol, sabr�is que esos hombres han rechazado a yahveh. [31] y sucedi� que, nada m�s terminar de decir estas palabras, se abri� el suelo debajo de ellos; [32] la tierra abri� su boca y se los trag�, con todas sus familias, as� como a todos los hombres de cor�, con todos sus bienes. [33] bajaron vivos al seol con todo lo que ten�an. los cubri� la tierra y desaparecieron de la asamblea. [34] a sus gritos huyeron todos los israelitas que estaban a su alrededor, pues se dec�an: �no vaya a tragarnos la tierra.� [35] brot� fuego de yahveh, que devor� a los 250 hombres que hab�an ofrecido el incienso. numeros cap.17 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] �di a eleazar, hijo del sacerdote aar�n, que saque los incensarios de entre las cenizas y esparza el fuego a distancia, [3] porque esos incensarios de pecado est�n consagrados a precio de la vida de esos hombres. haced con ellos l�minas de metal, para cubrir el altar, pues fueron presentados a yahveh y consagrados. ser�n una se�al para los israelitas.� [4] tom� el sacerdote eleazar los incensarios de bronce que hab�an presentado los que fueron abrasados, y los lamin� con destino al altar. [5] sirven para recordar a los israelitas que no se acerque ning�n laico, que no sea de la descendencia de aar�n, a ofrecer el incienso delante de yahveh; no le ocurra lo que a cor� y a su cuadrilla, seg�n se lo hab�a dicho yahveh por medio de mois�s. [6] al d�a siguiente, murmur� toda la comunidad de los israelitas contra mois�s y aar�n, diciendo: �vosotros hab�is matado al pueblo de yahveh.� [7] como se amotinaba la comunidad contra mois�s y aar�n, se volvieron �stos hacia la tienda del encuentro. y vieron que la nube la hab�a cubierto y se hab�a aparecido la gloria de yahveh.

[8] mois�s y aar�n se llegaron hasta delante de la tienda del encuentro. [9] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [10] �alejaos de esa comunidad, que voy a consumirlos en un instante.� ellos cayeron rostro en tierra. [11] dijo entonces mois�s a aar�n: �toma el incensario, ponle fuego del que hay sobre el altar, echa incienso y vete r�pidamente donde la comunidad a expiar por ellos. porque ha salido ya la c�lera de la presencia de yahveh y ha comenzado la plaga.� [12] aar�n lo tom� como le hab�a dicho mois�s y corri� a ponerse en medio de la asamblea; la plaga hab�a comenzado ya en el pueblo. ech� el incienso e hizo la expiaci�n por el pueblo. [13] se plant� entre los muertos y los vivos, y la plaga se detuvo. [14] los muertos por aquella plaga fueron 14.700, sin contar los que murieron por causa de cor�. [15] luego aar�n se volvi� donde mois�s a la puerta de la tienda del encuentro: hab�a cesado ya la plaga. [16] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [17] �habla a los israelitas. que te den una rama por cada familia paterna: que entre todos los principales, en representaci�n de sus familias paternas, de den doce ramas. y escribe el nombre de cada uno en su rama. [18] en la rama de lev� escribe el nombre de aar�n, pues ha de haber tambi�n una rama para el jefe de la familia de lev�. [19] las depositar�s en la tienda del encuentro, delante del testimonio, donde me suelo manifestar a ti. [20] el hombre cuya rama reto�e, ser� el que yo elijo. as� dejar�n de llegar hasta m� las murmuraciones que los israelitas profieren contra vosotros.� [21] mois�s habl� a los israelitas, y cada uno de los principales le dio una rama, doce ramas, en representaci�n de todas las familias paternas. entre sus ramas estaba tambi�n la rama de aar�n. [22] mois�s deposit� las ramas delante de yahveh en la tienda del testimonio. [23] al d�a siguiente, cuando entr� Mois�s en la tienda del testimonio, vio que hab�a reto�ado la rama de aar�n, por la casa de lev�: le hab�an brotado yemas, hab�a florecido y hab�a producido almrendras. [24] mois�s sac� todas las ramas de la presencia de yahveh, ante los israelitas; las vieron, y tomar�n cada uno su rama. [25] entonces dijo yahveh a mois�s: �vuelve a poner la rama de aar�n delante del testimonio, para guardarla como se�al para los rebeldes: acabar� con las murmuraciones, que no llegar�n ya hasta m�, y as� no morir�n.� [26] mois�s lo hizo as�; como le hab�a mandado yahveh lo hizo. [27] dijeron los israelitas a mois�s: ��estamos perdidos! �hemos perecido! �todos hemos perecido! [28] cualquiera que se acerca a la morada de yahveh, muere. �es que vamos a perecer hasta no quedar uno?� numeros cap.18 [1] entonces yahveh dijo a aar�n: �t�, tus hijos y la casa de tu padre contigo, cargar�is con las faltas cometidas contra el santuario. t� y tus hijos cargar�is con las faltas de vuestro sacerdocio. [2] haz que se acerquen tambi�n contigo tus hermanos de la rama de lev�, de la tribu de tu padre. que sean tus ayudantes y te sirvan a ti y a tus hijos, delante de la tienda del testimonio. [3] atender�n a tu ministerio y al de toda la tienda. pero que no se acerquen ni a los objetos sagrados ni al altar, para que no mur�is ni ellos ni vosotros. [4] ser�n tus ayudantes, desempe�ar�n el ministerio en la tienda, y ning�n laico se acercar� a vosotros. [5] vosotros desempe�ar�is el ministerio en el santuario y en el altar, y as� no vendr� de nuevo la c�lera sobre los israelitas.

[6] yo he elegido a vuestros hermanos los levitas, de entre los dem�s israelitas. son un don que os hago; son �donados� a yahveh para prestar servicio en la tienda del encuentro. [7] pero t� y tus hijos os ocupar�is de vuestro sacerdocio en todo lo referente al altar y a todo lo de detr�s del velo y prestar�is vuestro servicio. como un servicio gratuito os doy vuestro sacerdocio. el laico que se acerque morir�.� [8] dijo yahveh a aar�n: �yo te doy el servicio de lo que se reserva para m�. todo lo consagrado por los israelitas te lo doy a t� y a tus hijos, como porci�n tuya, por decreto perpetuo. [9] esto es lo que ser� tuyo de las cosas sacrat�simas, del manjar que se abrasa: todas las ofrendas que me restituyan los israelitas, como oblaci�n, como sacrificio por el pecado, o como sacrificio de reparaci�n, son sacrat�simas: ser�n para ti y para tus hijos. [10] de las cosas sacrat�simas os alimentar�is. todo var�n lo podr� comer. lo considerar�s como sagrado. [11] tambi�n te pertenecer� la ofrenda reservada de todo lo que los israelitas den a mecer; te lo doy a ti y a tus hijos y a tus hijas por decreto perpetuo. cualquiera que est� puro en tu casa lo podr� comer. [12] todo lo mejor del aceite y la flor del mosto y del trigo, las primicias que ofrezcan a yahveh, te las doy a ti. [13] los primeros productos que lleven a yahveh, de todo lo que produzca su tierra, ser�n para ti. todo el que est� puro en tu casa lo podr� comer. [14] cuanto caiga bajo el anatema en israel, ser� para ti. [15] todo primog�nito que se presente a yahveh de cualquier especie, hombre o animal, ser� para ti. pero har�s rescatar al primog�nito del hombre y har�s tambi�n rescatar al primog�nito de animal impuro. [16] los har�s rescatar al mes de nacidos, valor�ndolos en cinco siclos de plata, en siclos del santuario, que son de veinte �bolos. [17] pero al primog�nito de vaca, o de oveja, o de cabra, no lo rescatar�s: es sagrado. derramar�s su sangre sobre el altar y su grasa la har�s arder como manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [18] su carne ser� para ti, as� como el pecho del rito del mecimiento y la pierna derecha. [19] todo lo reservado de las cosas sagradas que los israelitas reservan a yahveh, te lo doy a ti y a tus hijos e hijas, por decreto perpetuo. alianza de sal es �sta, para siempre, delante de yahveh, para ti y tu descendencia.� [20] yahveh dijo a aar�n: �t� no tendr�s heredad ninguna en su tierra; no habr� porci�n para ti entre ellos. yo soy tu porci�n para ti entre ellos. yo soy tu porci�n y tu heredad entre los israelitas. [21] a los hijos de lev�, les doy en herencia todos los diezmos de israel, a cambio de su servicio: del servicio que prestan en la tienda del encuentro. [22] los israelitas no se volver�n a acercar a la tienda del encuentro: cargar�an con un pecado y morir�an. [23] ser� Lev� el que preste servicio en la tiendal del encuentro: ellos cargar�n con sus faltas. es decreto perpetuo para vuestros descendientes: no tendr�n heredad entre los israelitas, [24] porque yo les doy en herencia a los levitas los diezmos que los israelitas reservan para yahveh. por eso les he dicho que no tendr�n heredad entre los israelitas.� [25] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [26] �hablar�s a los levitas y les dir�s: cuando percib�is de los israelitas el diezmo que yo tomo de ellos y os doy en herencia, reservar�is de �l la reserva de yahveh: el diezmo del diezmo. [27] equivaldr� a vuestra ofrenda reservada, lo mismo que el trigo tomado de la era y el mosto del lagar. [28] as� tambi�n vosotros reservar�is previamente la reserva de yahveh de todos los diezmos que percib�is de los israelitas. se lo dar�is como ofrenda reservada de yahveh al sacerdote aar�n.

[29] de todos los dones que recib�is, reservar�is la reserva de yahveh; separar�is la parte sagrada de todo lo mejor. [30] les dir�s: una vez que hay�is reservado lo mejor, que equivale para los levitas al producto de la era y al producto del lagar, [31] lo podr�is comer, en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias: es vuestro salario por vuestro servicio en la tienda del encuentro. [32] no tendr�is que cargar por ello con ning�n pecado, pues antes hab�is reservado lo mejor: as� no profanar�is las cosas consagradas por los israelitas y no morir�is.� numeros cap.19 [1] habl� Yahveh a mois�s y a aar�n y les dijo: [2] �este es uno de los preceptos legales, prescrito por yahveh con estas palabras: diles a los israelitas que te traigan una vaca roja, sin defecto, que no tenga manchas, y que no haya llevado yugo. [3] d�dsela al sacerdote eleazar. que la saquen fuera del campamento y sea inmolada en su presencia. [4] entonces el sacerdote eleazar untar� su dedo en la sangre de la vaca y har� con la sangre siete aspersiones hacia la entrada de la tienda del encuentro. [5] ser� quemada la vaca en su presencia, con su piel, su carne, su sangre e incluso sus excrementos. [6] tomar� el sacerdote le�a de cedro, hisopo y grana, y la echar� en medio de la hoguera de la vaca. [7] el sacerdote purificar� sus vestidos y se lavar� el cuerpo con agua; luego podr� ya entrar en el campamento; pero ser� impuro el sacerdote hasta la tarde. [8] el que haya quemado la vaca purificar� sus vestidos con agua y lavar� su cuerpo con agua; pero ser� impuro hasta la tarde. [9] un hombre puro recoger� las cenizas de la vaca y las depositar� fuera del campamento, en lugar puro. servir�n a la comunidad de los israelitas para el rito de hacer el agua lustral: es un sacrificio por el pecado. [10] el que haya recogido las cenizas de la vaca lavar� sus vestidos y ser� impuro hasta la tarde. este ser� decreto perpetuo tanto para los israelitas como para el forastero residente entre ellos. [11] el que toque a un muerto, cualquier cad�ver humano, ser� impuro siete d�as. [12] se purificar� con aquellas aguas los d�as tercero y s�ptimo, y quedar� puro. pero si no se ha purificado los d�as tercero y s�ptimo, no quedar� puro. [13] todo el que toca un muerto, un cad�ver humano, y no se purifica, mancha la morada de yahveh; ese individuo ser� extirpado de israel, porque las aguas lustrales no han corrido sobre �l: es impuro; su impureza sigue sobre �l. [14] esta es la ley para cuando uno muere en la tienda. todo el que entre en la tienda, y todo el que est� en la tienda, ser� impuro siete d�as. [15] y todo recipiente descubierto, que no est� cerrado con tapa o cuerda, ser� impuro. [16] todo el que toque, en pleno campo, a un muerto a espada, o a un muerto, o huesos de hombre, o una sepultura, ser� impuro siete d�as. [17] se tomar� para el impuro ceniza de la v�ctima inmolada en sacrificio por el pecado, y se verter� encima agua viva de una vasija. [18] un hombre puro tomar� el hisopo, lo mojar� en agua y rociar� la tienda y todos los objetos y personas que hab�a en ella, e igualmente al que toc� los huesos o al asesinado, o al muerto, o la sepultura. [19] el hombre puro rociar� al impuro los d�as tercero y s�ptimo: el s�ptimo d�a le habr� limpiado de su pecado. lavar� el impuro sus vestidos, se lavar� con agua, y ser� puro por la tarde. [20] pero el hombre que qued� impuro y no se purific�, �se ser� extirpado de la asamblea, pues ha manchado el santuario de yahveh. las aguas lustrales no han corrido sobre �l: es un impuro. [21] este ser� para vosotros decreto perpetuo. el que haga la aspersi�n con las

aguas lustrales lavar� sus vestidos, y el que haya tocado las aguas lustrales ser� impuro hasta la tarde. [22] y todo lo que haya sido tocado por el impuro, ser� impuro; y la persona que le toque a �l, ser� impura hasta la tarde. numeros cap.20 [1] los israelitas, toda la comunidad, llegaron al desierto de sin el mes primero, y se qued� todo el pueblo en cad�s. all� muri� Mar�a y all� la enterraron. [2] no hab�a agua para la comunidad, por lo que se amotinaron contra mois�s y contra aar�n. [3] el pueblo protest� contra mois�s, dici�ndole: �ojal� hubi�ramos perecido igual que perecieron nuestros hermanos delante de yahveh. [4] �por qu� hab�is tra�do la asamblea de yahveh a este desierto, para que muramos en �l nosotros y nuestros ganados? [5] �por qu� nos hab�is subido de egipto, para traernos a este lugar p�simo: un lugar donde no hay sembrado, ni higuera, ni vi�a, ni ganado, y donde no hay ni agua para beber?� [6] mois�s y aar�n dejaron la asamblea, se fueron a la entrada de la tienda del encuentro, y cayeron rostro en tierra. y se les apareci� la gloria de yahveh. [7] yahveh habl� con mois�s y le dijo: [8] �toma la vara y re�ne a la comunidad, t� con tu hermano aar�n. hablad luego a la pe�a en presencia de ellos, y ella dar� sus aguas. har�s brotar para ellos agua de la pe�a, y dar�s de beber a la comunidad y a sus ganados.� [9] tom� Mois�s la vara de la presencia de yahveh como se lo hab�a mandado. [10] convocaron mois�s y aar�n la asamblea ante la pe�a y �l les dijo: �escuchadme, rebeldes. �haremos brotar de esta pe�a agua para vosotros?� [11] y mois�s alz� la mano y golpe� la pe�a con su vara dos veces. el agua brot� en abundancia, y bebi� la comunidad y su ganado. [12] dijo yahveh a mois�s y aar�n: �por no haber confiado en m�, honr�ndome ante los israelitas, os aseguro que no guiar�is a esta asamblea hasta la tierra que les he dado.� [13] estas son las aguas de merib�, donde protestaron los israelitas contra yahveh, y con las que �l manifest� su santidad. [14] envi� Mois�s mensajeros desde cad�s: �al rey de edom. as� dice tu hermano israel: ya sabes por qu� gran calamidad hemos pasado. [15] nuestros padres bajaron a egipto y nos quedamos en egipto mucho tiempo. pero los egipcios nos trataron mal, a nosotros igual que a nuestros padres. [16] clamamos entonces a yahveh, y escuch� nuestra voz: envi� un angel, y nos sac� de egipto. ahora estamos en cad�s, ciudad fronteriza de tu territorio. [17] d�janos, por favor, pasar por tu tierra. no cruzaremos por campo ni por vi�edo, ni beberemos agua de pozo. seguiremos el camino real, sin torcer ni a la derecha ni a la izquierda hasta que crucemos tus fronteras.� [18] edom le respondi�: �no pasar�s por m�. si lo haces, saldr� espada en mano a tu encuentro.� [19] le respondieron los israelitas: �seguiremos por la calzada, y si bebemos agua tuya, yo y mis reba�os, pagaremos su precio. se trata de pasar a pie: no tiene importancia�. [20] respondi� �l: �no pasar�s.� y sali� Edom a su encuentro con mucha gente y mano poderosa. [21] como edom neg� el paso a israel por su territorio, israel dio un rodeo. [22] partieron de cad�s los israelitas, toda la comunidad, y llegaron a hor de la monta�a. [23] y dijo yahveh a mois�s y aar�n en hor de la monta�a, en la frontera del pa�s de edom: [24] �que se re�na Aar�n con los suyos, porque no debe entrar en la tierra que he dado a los israelitas, por haberos rebelado contra mi voz en las aguas de merib�.

[25] toma a aar�n y a su hijo eleazar y s�belos a la monta�a de hor. [26] le quitar�s a aar�n sus vestiduras y se las pondr�s a su hijo eleazar. entonces aar�n se reunir� con los suyos: all� morir�.� [27] mois�s hizo como le hab�a mandado yahveh. subieron a hor de la monta�a a la vista de toda la comunidad. [28] quit� Mois�s a aar�n sus vestiduras y se las puso a su hijo eleazar. y muri� all� Aar�n, en la cumbre del monte. mois�s y eleazar bajaron de la monta�a. [29] toda la comunidad se dio cuenta de que hab�a fallecido aar�n, y llor� a aar�n toda la casa de israel durante treinta d�as. numeros cap.21 [1] oy� el rey de arad, cananeo, que ocupaba el n�gueb, que llegaba israel por el camino de atarim, y atac� a israel y le hizo algunos prisioneros. [2] entonces israel formul� este voto a yahveh: �si entregas a ese pueblo en mi mano, consagrar� al anatema sus ciudades.� [3] oy� Yahveh la voz de israel y les entreg� aquel cananeo. los consagraron al anatema a ellos y a sus ciudades. por eso se llam� aquel lugar jorm�. [4] partieron de hor de la monta�a, camino del mar de suf, rodeando la tierra de edom. el pueblo se impacient� por el camino. [5] y habl� el pueblo contra dios y contra mois�s: ��por qu� nos hab�is subido de egipto para morir en el desierto? pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable.� [6] envi� entonces yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mord�an al pueblo; y muri� mucha gente de israel. [7] el pueblo fue a decirle a mois�s: �hemos pecado por haber hablado contra yahveh y contra ti. intercede ante yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,� mois�s intercedi� por el pueblo. [8] y dijo yahveh a mois�s: �hazte un abrasador y ponlo sobre un m�stil. todo el que haya sido mordido y lo mire, vivir�.� [9] hizo mois�s una serpiente de bronce y la puso en un m�stil. y si una serpiente mord�a a un hombre y �ste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida. [10] partieron los israelitas y acamparon en obot. [11] partieron de obot y acamparon en iyy� Haabarim, en el desierto que limita con moab, hacia la salida del sol. [12] partieron de all� y acamparon en el torrente de zered. [13] de all� partieron y acamparon m�s all� del arn�n. este estaba en el desierto y sal�a del territorio de los amorreos, pues el arn�n hac�a de frontera de moab, entre moabitas y amorreos. [14] por eso se dice en el libro de las guerras de yahveh: ... vaheb, cerca de suf� y el torrente del arn�n, [15] y el declive del torrente que corre hacia la regi�n de ar y se apoya en la frontera de moab. [16] y de all� fueron a beer. -este es el pozo a prop�sito del cual dijo yahveh a mois�s: �re�ne al pueblo y les dar� agua.� [17] entonces israel enton� este c�ntico: sobre el pozo. cantadle, [18] pozo que cavaron pr�ncipes, que excavaron los jefes del pueblo, con el cetro, con sus bastones-. y del desierto a mattan�, [19] de mattan� a najaliel, de najaliel a bamot, [20] y de bamot al valle que est� en el campo de moab, hacia la cumbre del pisg�, que domina la parte del desierto. [21] israel envi� mensajeros a decir a sij�n, rey de los amorreos: [22] �quisiera pasar por tu tierra. no me desviar� por campos y vi�edos, ni beber� agua de pozo. seguiremos el camino real hasta que crucemos tus fronteras.� [23] pero sij�n neg� a israel el paso por su territorio; reuni� toda su gente y sali� al desierto, al encuentro de israel, hasta yah�s, donde atac� a israel. [24] pero israel le hiri� a filo de espada y se apoder� de su tierra, desde el

arn�n hasta el yabboq, hasta los l�mites de los hijos de amm�n, porque yazer estaba en la frontera de los hijos de amm�n. [25] israel tom� todas aquellas ciudades. ocup� Israel todos los pueblos de los amorreos, jesb�n y todas sus aldeas. [26] porque jesb�n era la ciudad de sij�n, rey de los amorreos. este hab�a combatido al primer rey de moab, y le hab�a quitado toda su tierra hasta el arn�n. [27] por eso dicen los trovadores: �venid a jesb�n, que sea construida, fortificada, la ciudad de sij�n! [28] porque fuego ha salido de jesb�n, una llama de la ciudad de sij�n: ha devorado ar moab, ha tragado las alturas del arn�n. [29] �ay de ti, moab!, perdido est�s, pueblo de kem�s. entrega sus hijos a la fuga y sus hijas al cautiverio, en manos de sij�n, el rey amorreo. [30] su posteridad ha perecido, desde jesb�n hasta dib�n, y hemos dado fuego desde nofaj hasta m�daba. [31] israel se estableci� en la tierra de los amorreos. [32] mois�s mand� a explorar yazer y la tomaron junto con sus aldeas despojando al amorreo que viv�a all�. [33] se volvieron y subieron camino de bas�n. og, rey de bas�n, sali� a su encuentro con toda su gente, para darles batalla en edre�. [34] yahveh dijo a mois�s: �no le temas, porque lo he puesto en tu mano con todo su pueblo y su tierra. har�s con �l como hiciste con sij�n, el rey amorreo que habitaba en jesb�n.� [35] y le batieron a �l, a sus hijos y a toda su gente, hasta que no qued� nadie a salvo. y se apoderaron de su tierra. numeros cap.22 [1] luego partieron los israelitas y acamparon en las estepas de moab, al otro lado del jord�n, a la altura de jeric�. [2] vio balaq, hijo de sippor, todo lo que hab�a hecho israel con los amorreos [3] y se estremeci� Moab ante pueblo, pues era muy numeroso. tuvo miedo moab de los israelitas [4] y dijo a los ancianos de madi�n: �ahora ver�is c�mo esa multitud va a devastarlo todo a nuestro alrededor, como devasta el buey la hierba del campo.� balaq, hijo de sippor, era rey de moab por aquel tiempo. [5] envi� mensajeros a buscar a balaam, hijo de beor, a petor del r�o, en tierra de los hijos de ammav, para decirle: �he aqu� que el pueblo que ha salido de egipto ha cubierto la superficie de la tierra y se ha establecido frente a m�. [6] ven, pues, por favor, mald�ceme a ese pueblo, pues es m�s fuerte que yo, a ver si puedo vencerle y lo arrojo del pa�s. pues s� que el que t� bendices queda bendito y el que maldices, maldito.� [7] fueron los ancianos de moab y los ancianos de madi�n, con la paga del vaticinio en sus manos. llegaron donde balaam y le dijeron las palabras de balaq. [8] el les contest�: �pasad aqu� la noche y os responder� seg�n lo que me diga yahveh.� los jefes de moab se quedaron en casa de balaam. [9] entr� Yahveh donde balaam y le dijo: ��qu� hombres son �sos que est�n en tu casa?� [10] le respondi� Balaam a dios: �balaq, hijo de sippor, rey de moab, me ha enviado a decir: [11] el pueblo que ha salido de egipto ha cubierto la superficie de la tierra. ven, pues, mald�cemelo, a ver si puedo vencerlo y expulsarlo.� [12] pero dijo dios a balaam: �no vayas con ellos, no maldigas a ese pueblo porque es bendito.� [13] se levant� Balaam de madrugada y dijo a los jefes de balaq: �id a vuestra tierra, porque yahveh no quiere dejarme ir con vosotros.� [14] se levantaron, pues, los jefes de moab, volvieron donde balaq y le dijeron: �balaam se ha negado a venir con nosotros.� [15] balaq envi� otra vez jefes en mayor n�mero y m�s ilustres que los

anteriores. [16] fueron donde balaam y le dijeron: �as� dice balaq, hijo de sippor: no reh�ses, por favor, venir a m�, [17] que te recompensar� con grandes honores y har� todo lo que me digas. ven, por favor, y mald�ceme a ese pueblo.� [18] respondi� Balaam a los siervos de balaq: �aunque me diera balaq su casa llena de plata y oro, no podr�a traspasar la orden de yahveh mi dios en nada, ni poco ni mucho. [19] quedaos aqu� tambi�n vosotros esta noche y averiguar� qu� m�s me dice yahveh.� [20] entr� Dios donde balaam por la noche y le dijo: ��no han venido esos hombres a llamarte? lev�ntate y vete con ellos. pero has de cumplir la palabra que yo te diga.� [21] se levant� Balaam de madrugada, aparej� su asna y se fue con los jefes de moab. [22] cuando iba, se encendi� la ira de yahveh y el angel de yahveh se puso en el camino para estorbarle. el montaba la burra y sus dos muchachos iban con �l. [23] la burra vio al angel de yahveh plantado en el camino, la espada desenvainada en la mano. la burra se apart� del camino y se fue a campo traviesa. balaam peg� a la burra para hacerla volver al camino. [24] pero el angel de yahveh se puso en un sendero entre las vi�as, con una pared a un lado y otra a otro. [25] al ver la burra al angel de yahveh, se arrim� a la pared y rasp� el pie de balaam contra la pared. el le peg� otra vez. [26] volvi� el angel de yahveh a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no hab�a espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. [27] vio la burra al angel de yahveh y se ech� con balaam encima. balaam se enfureci� y peg� a la burra con un palo. [28] entonces yahveh abri� la boca de la burra, que dijo a balaam: ��qu� te he hecho yo para que me pegues con �sta ya tres veces?� [29] respondi� Balaam a la burra: �porque te has burlado de m�. ojal� tuviera una espada en la mano; ahora mismo te mataba.� [30] respondi� la burra a balaam: ��no soy yo tu burra, y me has montado desde siempre hasta el dia de hoy? �acaso acostumbro a portarme as� contigo?� respondi� �l: �no.� [31] entonces abri� Yahveh los ojos de balaam, que vio al angel de yahveh, de pie en el camino, la espada desenvainada en la mano; y se inclin� y postr� rostro en tierra. [32] el angel de yahveh le dijo; ��por qu� has pegado a tu burra con �sta ya tres veces? he sido yo el que he salido a cerrarte el paso, porque delante de m� se tuerce el camino. [33] la burra me ha visto y se ha apartado de m� tres veces. gracias a que se ha desviado, porque si no, para ahora te habr�a matado y a ella la habr�a dejado con vida.� [34] dijo entonces balaam al angel de yahveh: �he pecado, pues no sab�a que t� te hab�as puesto en mi camino. pero ahora mismo, si esto te parece mal, me vuelvo.� [35] respondi� el angel de yahveh a balaam: �vete con esos hombres, pero no dir�s nada m�s que lo que yo te diga.� balaam march� con los jefes de balaq. [36] oy� Balaq que llegaba balaam y sali� a su encuentro hacia ar moab, en la frontera del arn�n, en los confines del territorio. [37] dijo balaq a balaam: ��no te mand� llamar? �por qu� no viniste donde m�? �es que no puedo recompensarte?� [38] respondi� Balaam a balaq: �mira que ahora ya he venido donde ti. a ver si puedo decir algo. la palabra que ponga dios en mi boca es la que dir�.� [39] march� Balaam con balaq y llegaron a quiryat jusot. [40] sacrific� Balaq una vaca y una oveja y le envi� porciones a balaam y a los jefes que le acompa�aban. [41] a la ma�ana, tom� Balaq a balaam y lo hizo subir a bamot baal, desde donde

se ve�a un extremo del campamento. numeros cap.23 [1] dijo balaam a balaq: �constr�yeme aqu� siete altares y prep�rame siete novillos y siete carneros.� [2] balaq hizo lo que le hab�a dicho balaam, y ofreci� en holocausto un novillo y un carnero en cada altar. [3] dijo entonces balaam a balaq: �qu�date junto a tus holocaustos, mientras yo voy a ver si me sale al encuentro yahveh. la palabra que me manifieste, te la communicar�.� y se fue a un monte pelado. [4] sali� Dios al encuentro de balaam y �ste le dijo: �siete altares he preparado y he ofrecido en holocausto un novillo y un carnero sobre cada altar.� [5] yahveh entonces puso una palabra en la boca de balaam y le dijo: �vuelve donde balaq y esto le dir�s.� [6] volvi� donde �l y estaba a�n de pie junto a su holocausto, con todos los pr�ncipes de moab. [7] el enton� su trova y dijo: �de aram me hace venir balaq, el rey de moab desde los montes de qu�dem: "ven, mald�ceme a jacob; ven, execra a israel." [8] �c�mo maldecir�, si no maldice dios? �c�mo execrar�, si no execra yahveh? [9] de la cumbre de las pe�as lo diviso, de lo alto de las colinas lo contemplo: es un pueblo que vive aparte; no es contado entre las naciones. [10] �qui�n contar� el polvo de jacob, qui�n numerar� la polvareda de israel? muera mi alma con la muerte de los justos, sea mi paradero como el suyo.� [11] dijo balaq a balaam: ��qu� me has hecho? �para maldecir a mis enemigos te he tra�do y los has colmado de bendiciones!� [12] le respondi� diciendo: ��no tengo yo que esmerarme en hablar todo lo que yahveh me pone en la boca?� [13] le respondi� Balaq: �ven, pues, a otro sitio conmigo porque lo que ves desde aqu� no es m�s que un extremo, no lo ves entero. mald�cemelo desde all�.� [14] y le llev� al campo de los centinelas, hacia la cumbre del pisg�. construy� siete altares y ofreci� en holocausto un novillo y un carnero en cada altar. [15] balaam dijo a balaq: �qu�date aqu� junto a tus holocaustos, mientras yo salgo al encuentro.� [16] sali� Yahveh al encuentro de balaam, puso una palabra en su boca y le dijo: �vuelve donde balaq y esto le dir�s.� [17] volvi� donde �l y lo encontr� a�n de pie junto a sus holocaustos, con los pr�ncipes de moab. le dijo balaq: ��qu� ha dicho yahveh?� [18] el enton� su trova diciendo: �lev�ntate, balaq, y escucha, prestame o�dos, hijo de sippor. [19] no es dios un hombre, para mentir, ni hijo de hombre, para volverse atr�s. �es que �l dice y no hace, habla y no lo mantiene? [20] he aqu� que me ha tocado bendecir; bendecir� y no me retractar�. [21] no he divisado maldad en jacob, ni he descubierto infortunio en israel. yahveh su dios est� con �l, y en �l se oye proclamar a un rey. [22] dios le hace salir de egipto, como cuernos de b�falo es para �l. [23] no hay presagio contra jacob, ni sortilegio contra israel. seg�n se le est� diciendo a jacob y a israel: ��qu� hace tu dios?�, [24] he aqu� que un pueblo se levanta como leona, se yergue como le�n: no se acostar� hasta devorar la presa y beber la sangre de sus v�ctimas.� [25] balaq dijo a balaam: �ya que no le maldices, por lo menos no le bendigas.� [26] respondi� Balaam y dijo a balaq: ��no te he dicho que hago todo lo que me dice yahveh?� [27] dijo balaq a balaam: �ven, por favor, que te lleve a otro sitio, a ver si le place a dios que me lo maldigas desde all�.� [28] llev� Balaq a balaam a la cumbre del peor, que domina la parte del desierto. [29] dijo balaam a balaq: �constr�yeme aqu� siete altares y prep�rame aqu� siete novillos y siete carneros.�

[30] balaq hizo lo que le hab�a dicho balaam, y ofreci� en holocausto un novillo y un carnero en cada altar. numeros cap.24 [1] vio balaam que agradaba a yahveh bendecir a israel, y ya no fue como las otras veces al encuentro de los augurios, sino que se volvi� cara al desierto. [2] y al alzar los ojos, vio balaam a israel acampado por tribus. y le invadi� el esp�ritu de dios. [3] enton� su trova y dijo: �or�culo de balaam, hijo de beor, or�culo del var�n clarividente. [4] or�culo del que oye los dichos de dios, del que ve la visi�n de sadday del que obtiene respuesta, y se le abren los ojos. [5] �qu� hermosas son tus tiendas, jacob, y tus moradas, israel! [6] como valles espaciosos, como jardines a la vera del r�o, como �loes que plant� Yahveh, como cedros a la orilla de las aguas. [7] sale un h�roe de su descendencia, domina sobre pueblos numerosos. se alza su rey por encima de agag, se alza su reinado. [8] dios le hace salir de egipto, como cuernos de b�falo es para �l. devora el cad�ver de sus enemigos y les quebranta los huesos. [9] se agacha, se acuesta, como le�n, como leona, �qui�n le har� levantar? �bendito el que te bendiga! �maldito el que te maldiga!� [10] se enfureci� Balaq contra balaam, palmote� fuertemente, y dijo a balaam: �te he llamado para maldecir a mis enemigos y he aqu� que los has llenado de bendiciones ya por tercera vez. [11] l�rgate ya a tu tierra. te dije que te colmar�a de honores, pero yahveh te ha privado de ellos.� [12] respondi� Balaam a balaq: ��no les dije yo a los mensajeros que me enviaste: [13] "aunque me diera balaq su casa llena de plata y oro, no podr�a salirme de la orden de yahveh, ni hacer por mi cuenta nada, bueno ni malo; lo que me diga yahveh, eso es lo que dir�?" [14] ahora, pues, que me marcho a mi pueblo, ven, que te voy a anunciar lo que har� este pueblo al cabo del tiempo.� [15] enton� su trova y dijo: �or�culo de balaam, hijo de beor, or�culo del var�n clarividente. [16] or�culo del que escucha los dichos de dios, del que conoce la ciencia del alt�simo; del que ve lo que le hace ver sadday, del que obtiene la respuesta, y se le abren los ojos. [17] lo veo, aunque no para ahora, lo diviso, pero no de cerca: de jacob avanza una estrella, un cetro surge de israel. aplasta las sienes de moab, el cr�neo de todos los hijos de set. [18] ser� Edom tierra conquistada, tierra conquistada se�r. israel despliega su poder, [19] jacob domina a sus enemigos, aniquila a los fugitivos de ar.� [20] vio balaam a amalec, enton� su trova y dijo: �primicias de las naciones, amalec; pero al cabo perecer� para siempre.� [21] vio luego a los quenitas, enton� su trova y dijo: �firme es tu morada, ca�n, en la pe�a est� puesto tu nido. [22] pero el nido es de beor; �hasta cu�ndo te tendr� cautivo asur? [23] enton� luego su trova y dijo: pueblos del mar reviven por el norte, [24] barcos por el lado de kittim. oprimen a asur, oprimen a h�ber; tambi�n �l perecer� para siempre.� [25] luego se levant� Balaam, y se fue de vuelta a su pa�s. tambi�n balaq se fue por su camino. numeros cap.25 [1] israel se estableci� en sittim. y el pueblo se puso a fornicar con las hijas

de moab. [2] estas invitaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y el pueblo comi� y se postr� ante sus dioses. [3] israel se adhiri� as� al baal de peor, y se encendi� la ira de yahveh contra israel. [4] dijo yahveh a mois�s: �toma a todos los jefes del pueblo y emp�lalos en honor de yahveh, cara al sol; as� ceder� el furor de la c�lera de yahveh contra israel.� [5] dijo mois�s a los jueces de israel: �matad cada uno a los vuestros que se hayan adherido a baal de peor.� [6] sucedi� que un hombre, un israelita, vino y present� ante sus hermanos a la madianita, a los mismos ojos de mois�s y de toda la comunidad de los israelitas, que estaban llorando a la entrada de la tienda del encuentro. [7] al verlos pinj�s, hijo de eleazar, hijo del sacerdote aar�n, se levant� de entre la comunidad, lanza en mano, [8] entr� tras el hombre a la alcoba y los atraves� a los dos, al israelita y a la mujer, por el bajo vientre. y se detuvo la plaga que azotaba a los israelitas. [9] los muertos por la plaga fueron 24.000. [10] yahveh habl� a mois�s y le dijo: [11] �pinj�s, hijo de eleazar, hijo del sacerdote aar�n, ha aplacado mi furor contra los israelitas, porque �l ha sido, de entre vosotros, el que ha sentido celo por m�; por eso no he acabado con los israelitas a impulso de mis celos. [12] por eso digo: le concedo a �l mi alianza de paz. [13] habr� para �l y para su descendencia despu�s de �l una alianza de sacerdocio perpetuo. en recompensa de haber sentido celo por su dios, celebrar� el rito de expiaci�n sobre los israelitas.� [14] el israelita herido, el que fue herido con la madianita, se llamaba zimri, hijo de sal�, principal de una casa paterna de sime�n. [15] y la mujer herida, la madianita, se llamaba kozb�, hija de sur. este era jefe de su clan, de una casa paterna de madi�n. [16] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [17] �atacad a los madianitas y batidlos, [18] porque ellos os han atacado a vosotros enga��ndoos con sus malas artes, con lo de peor, y con lo de su hermana kozb�, hija de un pr�ncipe de madi�n, la que fue herida el d�a de la plaga que hubo por lo de peor.� [19] despu�s de la plaga, numeros cap.26 [1] yahveh habl� a mois�s y a eleazar, hijo del sacerdote aar�n, y les dijo: [2] �haced el recuento de toda la comunidad de los israelitas, por casas paternas, de veinte a�os en adelante, de todos los �tiles para la guerra.� [3] mois�s y el sacerdote eleazar les pasaron revista en las estepas de moab, cerca del jord�n, a la altura de jeric�, [4] como hab�a mandado yahveh a mois�s y a los israelitas cuando sal�an de egipto. de veinte a�os en adelante: [5] rub�n, primog�nito de israel. hijos de rub�n: de henoc, el clan henoquita; de pall�, el clan paluita; [6] de jesr�n, el clan jesronita; de karm�, el clan karmita. [7] esos eran los clanes rubenitas. hecho el censo, resultaron ser 43.730. [8] hijos de pall�: Eliab. [9] hijos de eliab: nemuel, dat�n y abir�n. estos dat�n y abir�n eran famosos en la comunidad y se rebelaron contra mois�s y aar�n con la cuadrilla de cor�, cuando �sta se rebel� contra yahveh. [10] la tierra abri� su boca y los trag� a ellos y a cor�, cuando el fuego devor� a 250 hombres, para que sirvieran de escarmiento. [11] pero los hijos de cor� no murieron. [12] hijos de sime�n, por clanes: de nemuel, el clan nemuelita; de yam�n, el clan yaminita; de yak�n, el clan yakinita;

[13] de z�raj, el clan zerajita; de sa�l, el clan saulita. [14] esos eran los clanes simeonitas. fueron contados: 22.200. [15] hijos de gad, por clanes: de sef�n, el clan sefonita; de jaggu�, el clan jagguita; de sun�, el clan sunita; [16] de ozn�, el clan oznita; de er�, el clan erita; [17] de arod, el clan arodita; de arel�, el clan arelita. [18] esos eran los clanes de los hijos de gad. seg�n el censo fueron contados: 40.500. [19] hijos de jud�: er y on�n. er y on�n murieron en la tierra de cana�n. [20] los hijos de jud�, por clanes, eran: de sel�, el clan selanita; de peres, el clan peresita; de z�raj, el clan zerajita. [21] hijos de peres fueron: de jesr�n, el clan jesronita; de jamul, el clan jamulita. [22] esos eran los clanes de jud�. seg�n el censo fueron contados: 76.500. [23] hijos de isacar, por clanes: de tol�, el clan tola�ta; de puv� el clan puvita [24] de yasub, el clan yasubita; de simr�n, el clan simronita. [25] esos eran los clanes de isacar. seg�n el censo fueron contados 64.300. [26] hijos de zabul�n, por clanes: de s�red, el clan sardita; de el�n, el clan elonita; de yajleel, el clan yajleelita. [27] esos eran los clanes de zabul�n. seg�n el censo: 60.500. [28] hijos de jos�, por clanes: manas�s y efra�m. [29] hijos de manas�s: de makir, el clan makirita. makir engendr� a galaad. de galaad, el clan galaadita. [30] los hijos de galaad eran: de y�zer, el clan yezerita; de j�leq, el clan jelequita; [31] asriel, el clan asrielita; sekem, el clan sekemita; [32] semid�, el clan semidaita; j�fer, el clan jeferita; [33] selofjad, hijo de j�fer, no tuvo hijos; solamente hijas. se llamaban las hijas de selofjad: majl�, no�, jojl�, milk� y tirs�. [34] esos eran los clanes de manas�s, seg�n el censo: 52.700. [35] estos eran los hijos de efra�m, por clanes: de sut�laj, el clan sutelajita; de beker, el clan bekerita; de taj�n, el clan tajanita. [36] estos son los hijos de sut�laj: de er�n, el clan eranita. [37] esos eran los clanes de los hijos de efra�m. seg�n el censo fueron contados: 32.500. esos eran los hijos de jos�, por clanes. [38] hijos de benjam�n, por clanes: de bel�, el clan bela�ta; de asbel, el clan asbelita; de ajiram, el clan ajiramita; [39] de sefufam, el clan sefufamita; de jufam, el clan jufamita. [40] fueron los hijos de bel�, ard y naam�n: el clan ardita; de naam�n, el clan naamanita. [41] esos eran los hijos de benjam�n, por clanes. seg�n el censo fueron contados: 45.600. [42] estos eran los hijos de dan, por clanes: de sujam, el clan sujamita. estos eran los clanes de dan, por clanes: [43] todos los clanes sujamitas. seg�n el censo fueron contados: 64.400. [44] hijos de aser, por clanes: de yimn�, el clan yimnita; de yisv�, el clan yisvita; de beri�, el clan berita. [45] de los hijos de beri�: de j�ber, el clan jeberita; de malkiel, el clan malkielita. [46] la hija de aser, se llamaba s�raj. [47] esos eran los clanes de los hijos de aser. seg�n el censo fueron contados: 53.400. [48] hijos de neftal�, por clanes: de yajseel, el clan yajseelita; de gun�, el clan gunita; [49] de y�ser, el clan yisrita; de sillem, el clan silemita. [50] esos eran los clanes de neftal�, por clanes. seg�n el censo fueron contados: 45.400.

[51] los revistados de los israelitas resultaron ser 601.730. [52] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [53] �a �stos les has de repartir la tierra en herencia, conforme al n�mero de alistados: [54] al grande le aumentar�s la herencia y al peque�o se la reducir�s; a cada uno se le dar� la herencia seg�n el n�mero de sus alistados. [55] pero el reparto se har� a suertes; seg�n el n�mero de alistados de cada tribu paterna se har� la distribuci�n. [56] a suertes distribuir�s la herencia, distinguiendo entre el grande y el peque�o. [57] estos fueron los alistados de lev�, por clanes. de guerson, el clan guersonita; de quehat, el clan quehatita; de merar�, el clan merarita. [58] estos eran los clanes de lev�: el clan libnita, el clan hebronita, el clan majlita, el clan musita, el clan core�ta. quehat engendr� a amram. [59] la mujer de amram se llamaba yokebed, hija de lev�, que le naci� a lev� en egipto. amram tuvo de ella a aar�n, a mois�s y a mar�a su hermana. [60] aar�n engendr� a nadab y abih�, a eleazar e itamar. [61] nadab y abih� murieron al ofrecer fuego profano delante de yahveh. [62] el total del censo de todos los varones de un mes en adelante fue 23.000. porque no fueron alistados con los dem�s israelitas, pues no se les daba herencia entre los dem�s israelitas. [63] estos fueron los revistados por mois�s y el sacerdote eleazar. revistaron a los israelitas en las estepas de moab, cerca del jord�n a la altura de jeric�. [64] entre ellos no quedaba nadie de los que hab�an sido alistados por mois�s y por el sacerdote aar�n, cuando hicieron el censo de los israelitas en el desierto del sina�. [65] es que yahveh les hab�a dicho que morir�an en el desierto, sin que quedara uno de ellos, excepto caleb, hijo de yefunn�, y josu�, hijo de numeros cap.27 [1] entonces se acercaron las hijas de selofjad, hijo de j�fer, hijo de galaad, hijo de makir, hijo de manas�s, de los clanes de manas�s, hijo de jos�. se llamaban las hijas: majl�, no�, jogl�, milk� y tirs�. [2] se presentaron a mois�s y al sacerdote eleazar, a los principales y a toda la comunidad, a la entrada de la tienda del encuentro, y dijeron: [3] �nuestro padre muri� en el desierto. no era de la facci�n que se amotin� contra yahveh, de la facci�n de cor�; por sus propios pecados muri� sin tener hijos. [4] �por qu� ha de ser borrado de su clan el nombre de nuestro padre, s�lo por no haber tenido hijos? danos alguna propiedad entre los hermanos de nuestro padre.� [5] mois�s expuso su caso ante yahveh. [6] respondi� Yahveh a mois�s: [7] �han hablado bien las hijas de selofjad. dales, pues, en propiedad una heredad entre los hermanos de su padre; trasp�sales a ellas la herencia de su padre. [8] y dir�s a los israelitas: si un hombre muere y no tiene ning�n hijo, traspasar� su herencia a su hija. [9] si tampoco tiene hija, dar�is la herencia a sus hermanos. [10] si tampoco tiene hermanos, dar�is la herencia a los hermanos de su padre. [11] y si su padre no ten�a hermanos, dar�is la herencia al pariente m�s pr�ximo de su clan, el cual tomar� posesi�n de ella. esta ser� norma de derecho para los israelitas, seg�n lo orden� Yahveh a mois�s.� [12] dijo yahveh a mois�s: �sube ah� a la sierra de abarim y mira la tierra que he dado a los israelitas. [13] cuando la veas, ir�s a reunirte t� tambi�n a los tuyos, como se reuni� tu hermano aar�n. [14] porque os rebelasteis en el desierto de sin, cuando protest� la comunidad y

cuando os mand� manifestar delante de ella mi santidad, por medio del agua.� estas son las aguas de merib� de cad�s, en el desierto de [15] habl� Mois�s a yahveh y le dijo: [16] �que yahveh, dios de los esp�ritus de toda carne, ponga un hombre al frente de esta comunidad, [17] uno que salga y entre delante de ellos y que los haga salir y entrar, para que no quede la comunidad de yahveh como reba�o sin pastor.� [18] respondi� Yahveh a mois�s: �toma a josu�, hijo de nun, hombre en quien est� el esp�ritu, imp�nle tu mano, [19] y col�calo delante del sacerdote eleazar y delante de toda la comunidad para darle �rdenes en presencia de ellos [20] y comunicarle parte de tu dignidad, con el fin de que le obedezca toda la comunidad de los israelitas. [21] que se presente al sacerdote eleazar y que �ste consulte acerca de �l, seg�n el rito del urim, delante de yahveh. a sus �rdenes saldr�n y a sus �rdenes entrar�n �l y todos los israelitas, toda la comunidad.� [22] mois�s hizo como le hab�a mandado yahveh: tom� a josu� y lo puso delante del sacerdote eleazar, y delante de toda la comunidad. [23] le impuso su mano y le dio sus �rdenes, como hab�a dicho yahveh por mois�s. numeros cap.28 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] �manda a los israelitas en estos t�rminos: tendr�is cuidado de traer a su tiempo mi ofrenda, mi alimento, manjares m�os abrasados de calmante aroma. [3] les dir�s: este ser� el manjar abrasado que ofrecer�is a yahveh: �corderos de un a�o, sin defecto, dos al d�a, como holocausto perpetuo. [4] uno de los corderos lo ofrecer�s en holocausto por la ma�ana, y el otro cordero entre dos luces; [5] y como oblaci�n, una d�cima de medida de flor de harina, amasada con un cuarto de sextario de aceite virgen. [6] es el holocausto perpetuo ofrecido anta�o en el monte sina� como calmante aroma, manjar abrasado para yahveh. [7] y la libaci�n correspondiente: un cuarto de sextario por cada cordero. la libaci�n de bebida fermentada para yahveh la derramar�s en el santuario. [8] el segundo cordero lo ofrecer�s entre dos luces: lo ofrecer�s con la misma oblaci�n y libaci�n que el de la ma�ana, como manjar abrasado de calmante aroma para yahveh. [9] �el d�a de s�bado, dos corderos de un a�o, sin tacha, y como oblaci�n dos d�cimas de flor de harina amasada con aceite, y su correspondiente libaci�n. [10] el holocausto del s�bado, con su libaci�n, se a�adir� los s�bados al holocausto perpetuo. [11] los primeros de mes ofrecer�is un holocausto a yahveh: dos novillos, un carnero y siete corderos de un a�o, sin tacha. [12] como oblaci�n tres d�cimas de flor de harina amasada con aceite por cada novillo; dos d�cimas de flor de harina amasada con aceite, como oblaci�n por el carnero; [13] una d�cima de flor de harina amasada con aceite, por cada cordero. es un holocausto de calmante aroma, manjar abrasado para yahveh. [14] las libaciones correspondientes ser�n: medio sextario de vino por novillo, un tercio de sextario por carnero y un cuarto de sextario por cordero. este ser� el holocausto mensual, todos los meses del a�o uno tras otro. [15] ofrecer�s tambi�n a yahveh, como sacrificio por el pecado, un macho cabr�o con su libaci�n, adem�s del holocausto perpetuo. [16] �el mes primero, el d�a catorce del mes, es la pascua de yahveh, [17] y el d�a quince del mismo mes es d�a de fiesta. durante siete d�as comer�is panes �zimos. [18] el d�a primero habr� reuni�n sagrada. no har�is ning�n trabajo servil.

[19] ofrecer�is como manjar abrasado en holocausto a yahveh: dos novillos, un carnero, siete corderos de un a�o, sin tacha. [20] la oblaci�n correspondiente de flor de harina amasada con aceite ser� de tres d�cimas por novillo, dos d�cimas por el carnero, [21] y una d�cima por cada uno de los siete corderos; [22] y un macho cabr�o como sacrificio por el pecado, para expiar por vosotros. [23] esto, adem�s del holocausto de la ma�ana, que ofrecer�is como holocausto perpetuo. [24] as� har�is los siete d�as. es un alimento, un manjar abrasado de calmante aroma para yahveh: se ofrece adem�s del holocausto perpetuo y de su libaci�n. [25] el d�a s�ptimo tendr�is reuni�n sagrada; no har�is ning�n trabajo servil. [26] �el d�a de las primicias, cuando ofrezc�is a yahveh oblaci�n de frutos nuevos en vuestra fiesta de las semanas, tendr�is reuni�n sagrada; no har�is ning�n trabajo servil. [27] ofrecer�is en holocausto, como calmante aroma para yahveh, dos novillos, un carnero y siete corderos de un a�o. [28] la oblaci�n correspondiente ser� de flor de harina amasada con aceite: tres d�cimas por novillo, dos d�cimas por el carnero, [29] y una d�cima por cada uno de los siete corderos; [30] y un macho cabr�o como sacrificio por el pecado para hacer expiaci�n por vosotros. [31] har�is esto adem�s del holocausto perpetuo, con su oblaci�n y su libaciones. numeros cap.29 [1] �el mes s�ptimo, el primero de mes, tendr�is reuni�n sagrada; no har�is ning�n trabajo servil. ser� para vosotros el d�a de los clamores. [2] ofrecer�is un holocausto como calmante aroma para yahveh: un novillo, un carnero, siete corderos de un a�o, sin tacha. [3] la oblaci�n correspondiente de flor de harina amasada con aceite, ser� de tres d�cimas por el novillo, dos d�cimas por el carnero [4] y una d�cima por cada uno de los siete corderos; [5] y un macho cabr�o como sacrificio por el pecado, para hacer la expiaci�n por vosotros. [6] esto, adem�s del holocausto mensual y de su oblaci�n, del holocausto perpetuo y de su oblaci�n y sus libaciones, seg�n la norma correspondiente, como calmante aroma, manjar abrasado para yahveh. [7] �el d�a d�cimo del mismo mes s�ptimo tendr�is reuni�n sagrada; ayunar�is y no har�is ning�n trabajo. [8] ofrecer�is en holocausto a yahveh, como calmante aroma, un novillo, un carnero, siete corderos de un a�o, que habr�n de ser sin defecto; [9] su oblaci�n de flor de harina amasada con aceite, ser�: tres d�cimas por el novillo, dos d�cimas por el carnero, [10] una d�cima por cada uno de los siete corderos; [11] y un macho cabr�o, como sacrificio por el pecado de la fiesta de la expiaci�n, del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y sus libaciones. [12] �el d�a quince del mes s�ptimo tendr�is reuni�n sagrada; no har�is ning�n trabajo servil y celebrar�is fiesta en honor de yahveh durante siete d�as. [13] ofrecer�is en holocausto un manjar abrasado de calmante aroma para yahveh: trece novillos, dos carneros, catorce corderos de un a�o, que ser�n sin defecto; [14] la oblaci�n correspondiente ser� de flor de harina amasada con aceite, tres d�cimas por cada uno de los trece novillos, dos d�cimas por cada uno de los dos carneros, [15] y una d�cima por cada uno de los catorce corderos; [16] y un macho cabr�o como sacrificio por el pecado; adem�s del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y su libaci�n. [17] el d�a segundo, doce novillos, dos carneros, catorce corderos de un a�o, sin tacha,

[18] con las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su n�mero y seg�n la norma; [19] y un macho cabr�o, como sacrificio por el pecado; adem�s del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y sus libaciones. [20] el d�a tercero: once novillos, dos carneros, catorce corderos de un a�o, sin tacha, [21] con las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su n�mero y seg�n la norma; [22] y un macho cabr�o como sacrificio por el pecado; adem�s del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y su libaci�n. [23] el d�a cuarto: diez novillos, dos carneros, catorce corderos de un a�o, sin tacha; [24] las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su n�mero y seg�n la norma; [25] y un macho cabr�o, como sacrificio por el pecado; adem�s del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y su libaci�n. [26] el d�a quinto: nueve novillos, dos carneros, catorce corderos de un a�o, sin tacha; [27] las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su n�mero y seg�n la norma; [28] y un macho cabr�o, como sacrificio por el pecado; adem�s del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y su libaci�n. [29] el d�a sexto: ocho novillos, dos carneros, catorce corderos de un a�o, sin tacha; [30] las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su n�mero y seg�n la norma; [31] y un macho cabr�o, como sacrificio por el pecado; adem�s del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y su libaci�n. [32] el d�a s�ptimo: siete novillos, dos carneros, catorce corderos de un a�o, sin tacha; [33] las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su n�mero y seg�n la norma; [34] y un macho cabr�o como sacrificio por el pecado; adem�s del holocauso perpetuo y de su oblaci�n y su libaci�n. [35] el d�a octavo ser� para vosotros de reuni�n solemne; no har�is ning�n trabajo servil. [36] ofrecer�is un holocausto, como manjar abrasado de calmante aroma para yahveh: un novillo, un carnero, siete corderos de un a�o, sin tacha; [37] la oblaci�n y libaciones correspondientes al novillo, al carnero y a los corderos, conforme a su n�mero y seg�n la norma; [38] y un macho cabr�o como sacrificio por el pecado; adem�s del holocausto perpetuo, de su oblaci�n y su libaci�n. [39] estos son los sacrificios que ofrecer�is a yahveh en vuestras solemnidades, aparte de vuestras ofrendas votivas y espont�neas, holocaustos, oblaciones, libaciones y sacrificios de comuni�n.� numeros cap.30 [1] mois�s habl� a los israelitas conforme en todo a lo que le hab�a ordenado yahveh. [2] habl� Mois�s a los jefes de tribu de los israelitas y les dijo: �esto es lo que ha ordenado yahveh: [3] si un hombre hace un voto a yahveh, o se compromete a algo con juramento, no violar� su palabra: cumplir� todo lo que ha salido de su boca. [4] y si una mujer hace un voto a yahveh, o adquiere un compromiso, en su juventud, cuando est� en casa de su padre, [5] si su padre se entera de su voto o del compromiso que ha contra�do, y no le dice nada su padre, ser�n firmes todos sus votos, y todos los compromisos que ha

contra�do ser�n firmes. [6] pero si su padre, el mismo d�a en que se entera de cualquiera de sus votos o de los compromisos que ha contra�do, lo desaprueba, no ser�n firmes. yahveh no se lo tendr� en cuenta, pues su padre lo ha desaprobado. [7] y si se casa cuando todav�a est� ligada por sus votos o por un compromiso que inconsideradamente contrajeron sus labios, [8] si su marido se entera, y el mismo d�a en que se entera no lo desaprueba, ser�n firmes sus votos, y los compromisos que adquiri� ser�n v�lidos. [9] pero si el d�a en que se entera su marido, lo desaprueba, anula el voto que la obligaba y el compromiso que inconsideradamente contrajeron sus labios. yahveh no se lo tendr� en cuenta. [10] el voto de una mujer viuda o repudiada, y todos los compromisos contra�dos por ella, ser�n firmes. [11] si una mujer ha hecho votos en casa de su marido, o se ha comprometido con juramento, [12] y se entera su marido y no le dice nada, no lo desaprueba, ser�n firmes todos sus votos, y todo compromiso que haya adquirido ser� firme. [13] pero si su marido se los anula el mismo d�a en que se entera, no ser� firme nada de lo que ha salido de sus labios, sea voto o compromiso. yahveh no se lo tendr� en cuenta, porque su marido se los anul�. [14] cualquier voto o compromiso jurado que grava a la mujer, puede ratificarlo o anularlo el marido. [15] si no le dice nada su marido para el d�a siguiente, es que confirma cualquier voto o compromiso que tenga; los confirma por no haberle dicho nada el d�a que se enter�. [16] pero si los anula m�s tarde, cargar� �l con la falta de ella.� [17] estos son los preceptos que yahveh dio a mois�s acerca de las relaciones entre marido y mujer, y entre el padre y la hija que, durante su juventud, vive todav�a en casa de su padre. numeros cap.31 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] �haz que los israelitas tomen venganza de los madianitas. luego ir�s a reunirte con tu parentela.� [3] mois�s habl� al pueblo y le dijo: �que se armen algunos de vosotros para la guerra de yahveh contra madi�n, para tomar de madi�n la venganza de yahveh. [4] pondr�is sobre las armas mil de cada tribu, de todas las tribus de israel.� [5] los millares de israel suministraron, a raz�n de mil por cada tribu, 12.000 hombres armados para la guerra. [6] mois�s envi� al combate mil por cada tribu, y con ellos a pinj�s, hijo del sacerdote eleazar, que llevaba en su mano los objetos sagrados y las trompetas del clamoreo. [7] atacaron a madi�n como hab�a mandado yahveh a mois�s y mataron a todos los varones. [8] mataron tambi�n a los reyes de madi�n: ev�, r�quem, sur, jur y reb�, cinco reyes madianitas; y a balaam, hijo de beor, lo mataron a filo de espada. [9] los israelitas hicieron cautivas a las mujeres de madi�n y a sus ni�os y saquearon su ganado, sus reba�os, y todos sus bienes. [10] dieron fuego a todas las ciudades en que habitaban y a todos sus campamentos. [11] reunieron todo el bot�n que hab�an capturado, hombres y bestias, [12] y llevaron los cautivos, la presa y el bot�n ante mois�s, ante el sacerdote eleazar y ante toda la comunidad de los israelitas, al campamento, en las estepas de moab, que est�n cerca del jord�n, a la altura de jeric�. [13] mois�s, el sacerdote eleazar y todos los principales de la comunidad salieron a su encuentro hasta fuera del campamento. [14] mois�s se encoleriz� contra los jefes de las tropas, jefes de millar y jefes

de cien, que volv�an de la expedici�n guerrera. [15] les dijo mois�s: ��pero hab�is dejado con vida a todas las mujeres? [16] precisamente ellas fueron las que indujeron a prevaricar contra yahveh a los israelitas, siguiendo el consejo de balaam, cuando lo de peor; por eso azot� la plaga a la comunidad de yahveh. [17] matad, pues, a todos los ni�os varones. y a toda mujer que haya conocido var�n, que haya dormido con var�n, matadla tambi�n. [18] pero dejad con vida para vosotros a todas las muchachas que no hayan dormido con var�n. [19] y vosotros, todos los que hay�is matado a alguno y todos los que haya�s tocado a alg�n muerto, acampad fuera del campamento siete d�as. purificaos vosotros y vuestros cautivos, el d�a tercero y el d�a s�ptimo. [20] purificad tambi�n todos los vestidos, todos los objetos de cuero, todo tejido de pelo de cabra y todo objeto de madera.� [21] dijo el sacerdote eleazar a los hombres de la tropa que hab�an ido a la guerra: �este es el precepto de la ley que orden� Yahveh a mois�s. [22] el oro, la plata, el bronce, el hierro, el esta�o y el plomo, [23] todo lo que puede pasar por el fuego, lo pasar�is por el fuego y quedar� puro. pero ser� purificado con las aguas lustrales. pero todo lo que no pueda pasar por el fuego lo pasar�is por las aguas.� [24] lavar�is vuestros vestidos el d�a s�ptimo y quedar�is puros. luego podr�is entrar en el campamento. [25] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [26] �sacad la cuenta, t�, el sacerdote eleazar y los principales de las familias de la comunidad, del bot�n y de los cautivos, hombres y bestias. [27] luego repartir�s el bot�n, la mitad para los combatientes que fueron a la guerra y la otra mitad para toda la comunidad. [28] reservar�s para yahveh, de la parte de los combatientes que fueron a la guerra, uno por cada quinientos, sean hombres, bueyes, asnos u ovejas. [29] lo tomar�s de la mitad que les corresponde y se lo dar�s al sacerdote eleazar, como reserva para yahveh. [30] y de la mitad de los israelitas, uno por cada cincuenta, sean hombres, bueyes, asnos u ovejas, cualquier clase de bestias, y se lo dar�s a los levitas, que est�n encargados del ministerio de la morada de yahveh. [31] mois�s y el sacerdote eleazar hicieron como hab�a mandado yahveh a mois�s. [32] fue el bot�n, el remanente de lo que la gente de guerra hab�a saqueado: 675.000 cabezas de ganado lanar, [33] 72.000 de vacuno [34] y 61.000 de ganado asnal. [35] en cuanto a las personas, las mujeres que no hab�an dormido con var�n eran, en total, 32.000. [36] la mitad correspondiente a los que fueron al combate: 337.500 cabezas de ganado lanar, [37] siendo la parte de yahveh de ganado lanar, 675 cabezas; [38] 36.000 de vacuno, siendo la parte de yahveh 72, [39] 30.500 de asnal, siendo la parte de yahveh 61. [40] las personas eran 16.000, correspondiendo a yahveh, 32. [41] mois�s dio al sacerdote eleazar la reserva de yahveh, como hab�a ordenado yahveh a mois�s. [42] la mitad perteneciente a los israelitas, que hab�a separado mois�s de la de los combatientes, [43] esta mitad correspondiente a la comunidad era de 337.500 cabezas de ganado lanar; [44] 36.000 de vacuno; [45] 30.500 de asnal, [46] y 16.000 personas. [47] tom� Mois�s de la mitad de los israelitas, a raz�n de uno por cincuenta, hombres y bestias, y se los dio a los levitas, que se encargan del ministerio de

la morada de yahveh, como hab�a ordenado yahveh a mois�s. [48] se presentaron ante mois�s los jefes de las tropas de israel que hab�an ido a la guerra, jefes de millar y jefes de cien, [49] y dijeron a mois�s: �tus siervos han sacado la cuenta de los combatientes que ten�an a sus �rdenes, y no falta ni uno. [50] por eso traemos de ofrenda a yahveh lo que cada uno de nosotros ha encontrado en objetos de oro, brazaletes, ajorcas, anillos, arracadas y collares, para hacer expiaci�n por nosotros delante de yahveh.� [51] mois�s y el sacerdote eleazar recibieron de ellos el oro y las joyas. [52] el total del oro de la reserva que reservaron para yahveh, de parte de los jefes de millar y de cien, fue 16.750 siclos. [53] los combatientes hab�an tomado cada uno su bot�n. [54] pero mois�s y el sacerdote eleazar recibieron el oro de los jefes de millar y de cien y lo llevaron a la tienda del encuentro, para que sirviera ante yahveh de memorial en favor de los israelitas. numeros cap.32 [1] los hijos de rub�n y los hijos de gad ten�an muchos reba�os, muy grandes. vieron que el pa�s de yazer y el pa�s de galaad eran tierra propia para el pastoreo, [2] y los hijos de gad y los hijos de rub�n fueron y dijeron a mois�s, al sacerdote eleazar y a los principales de la comunidad: [3] �atarot, dib�n, yazer, nimr�, jesb�n, elal�, sebam, nebo, y me�n, [4] el pa�s que yahveh conquist� delante de la comunidad de israel es tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado.� [5] y a�adieron: �si hemos hallado gracia a tus ojos, que se nos d� esta tierra a tus siervos en propiedad; no nos hagas pasar el jord�n.� [6] respondi� Mois�s a los hijos de gad y a los hijos de rub�n: ��es que vuestros hermanos van a ir al combate y vosotros os vais a quedar aqu�? [7] �por qu� os opon�is a que los israelitas pasen a la tierra que les ha dado yahveh? [8] as� hicieron ya vuestros padres, cuando los mand� de cad�s barnea a ver la tierra: [9] subieron al valle de eskol, vieron la tierra e impidieron que los israelitas entrasen en la tierra que les hab�a dado yahveh. [10] por eso se encendi� la ira de yahveh aquel d�a y jur� diciendo: [11] "nunca ver�n los hombres que salieron de egipto, de veinte a�os para arriba, la tierra que promet� con juramento a abraham, a isaac y a jacob..., porque no me han sido fieles, [12] excepto caleb, hijo de yefunn� el quenizeo, y josu�, hijo de nun, que fueron fieles a yahveh." [13] se encendi� la ira de yahveh contra israel y los hizo andar errantes por el desierto durante cuarenta a�os, hasta que se acab� toda aquella generaci�n que hab�a obrado mal a los ojos de yahveh. [14] �y ahora vosotros os alz�is a imitaci�n de vuestros padres, comos reto�o de hombres pecadores, para atizar m�s el fuego de la ira de yahveh contra israel! [15] si os apart�is de �l, volver� a retenernos en el desierto, y acarrear�is el desastre a todo este pueblo.� [16] entonces se acercaron a mois�s y le dijeron: �podemos construir aqu� rediles para nuestras ovejas y ciudades para nuestros ni�os. [17] pero nosotros tomaremos las armas a la cabeza de los israelitas, hasta que los introduzcamos en sus lugares, mientras que nuestros hijos de quedar�n en las plazas fuertes, al abrigo de los habitantes del pa�s. [18] no volveremos a nuestras casas hasta que los israelitas se posesionen cada uno de su herencia. [19] que nosotros no tendremos herencia con ellos al otro lado del jord�n, pues nuestra herencia nos ha tocado del lado oriental del jord�n.�

[20] mois�s les dijo: �si hac�is lo que hab�is dicho, si os arm�is para combatir delante de yahveh, [21] y todos vuestros combatientes pasan el jord�n delante de yahveh, hasta que arroje a sus enemigos ante vosotros, [22] y la tierra es ocupada delante de yahveh, pod�is volver despu�s y quedar�is exentos de culpa ante yahveh y ante israel. esta tierra os pertenecer� en propiedad delante de yahveh. [23] pero si no lo hac�is as�, habr�is pecado contra yahveh, y sabed que vuestro pecado os saldr� al encuentro. [24] constru�os ciudades para vuestros ni�os, y rediles para vuestros reba�os; pero haced lo que hab�is prometido.� [25] dijeron los hijos de gad y los hijos de rub�n a mois�s: �tus siervos har�n como mi se�or manda. [26] nuestros hijos, nuestras mujeres, nuestros reba�os y todo nuestro ganado, se quedar�n aqu� en las ciudades de galaad. [27] pero tus siervos, todos los que llevan armas, pasar�n delante de yahveh, para ir a la guerra, como dice mi se�or.� [28] mois�s dio orden al sacerdote eleazar, a josu�, hijo de nun, y a los jefes de las casas paternas de las tribus de los israelitas, [29] y les dijo mois�s: �si los hijos de gad y los hijos de rub�n, todos los que llevan armas, pasan con vosotros el jord�n, para combatir delante de yahveh, y la tierra queda dominada por vosotros, les dar�is el pa�s de galaad en propiedad. [30] pero si los que llevan armas no pasan con vosotros, tendr�n su herencia entre vosotros en el pa�s de cana�n.� [31] respondieron los hijos de gad y los hijos de rub�n: �lo que ha hablado yahveh a tus siervos, eso haremos. [32] nosotros pasaremos armados delante de yahveh al pa�s de cana�n; pero danos la propiedad de nuestra herencia a este lado del jord�n.� [33] mois�s dio a los hijos de gad, a los hijos de rub�n y a la media tribu de manas�s, hijo de jos�, el reino de sij�n, rey de los amorreos, y el reino de og, rey de bas�n; el pa�s con las ciudades comprendidas en sus fronteras y las ciudades colindantes. [34] los hijos de rub�n construyeron las plazas fuertes de dib�n, atarot y aroer, [35] atrot sof�n, yazer, yogboh�, [36] bet nimr�, bet har�n, y rediles para los reba�os. [37] los hijos de rub�n construyeron jesb�n, elal�, quiryat�yim, [38] nebo, baal me�n, cambiadas de nombre, y sibm�. y pusieron nombres a las ciudades que construyeron. [39] los hijos de makir, hijo de manas�s, fueron a galaad, la conquistaron y expulsaron a los amorreos que habitaban all�. [40] mois�s dio galaad a makir, hijo de manas�s, que se estableci� all�. [41] ya�r, hijo de manas�s, fue y se apoder� de los aduares de ellos y los llam� Aduares de ya�r. [42] n�baj fue y se apoder� de quenat y de sus filiales, y le puso su propio nombre n�baj. numeros cap.33 [1] estas son las etapas de los israelitas, que salieron de egipto por cuerpos de ej�rcito, a las �rdenes de mois�s y aar�n. [2] mois�s, por orden de yahveh, escribi� los puntos de donde part�an, etapa por etapa. estas fueron sus etapas, con indicaci�n de los puntos de partida. [3] partieron de rams�s el mes primero. el d�a quince del mes primero, al d�a siguiente de la pascua, salieron los israelitas, la mano en alto, en presencia de todos los egipcios. [4] los egipcios estaban enterrando a los suyos que hab�an sido heridos por yahveh, a todos los primog�nitos; yahveh hab�a hecho justicia de sus dioses. [5] partieron los israelitas de rams�s y acamparon en sukkot.

[6] partieron de sukkot y acamparon en etam, que est� en el extremo del desierto. [7] partieron de etam y se detuvieron en pi hajirot, que est� frente a baal sef�n y acamparon delante de migdol. [8] partieron de pi hajirot y pasaron por medio del mar hasta el desierto. anduvieron tres d�as de camino por el desierto de etam y acamparon en mar�. [9] partieron de mar� y llegaron a elim. en elim hab�a doce fuentes de agua y setenta palmeras; all� acamparon. [10] partieron de elim y acamparon cerca del mar de suf. [11] partieron del mar de suf y acamparon en el desierto de [12] partieron del desierto de sin y acamparon en dofc�. [13] partieron de dofc� y acamparon en al�s. [14] partieron de al�s y acamparon en refidim, pero no hab�a all� agua para que bebiera la gente. [15] partieron de refidim y acamparon en el desierto del sina�. [16] partieron del desierto del sina� y acamparon en quibrot hattaav�. [17] partieron de quibrot hattaav� y acamparon en jaserot. [18] partieron de jaserot y acamparon en ritm�. [19] partieron de ritm� y acamparon en rimm�n Peres. [20] partieron de rimm�n Peres y acamparon en libn�. [21] partieron de libn� y acamparon en riss�. [22] partieron de riss� y acamparon en quehelat�. [23] partieron de quehelat� y acamparon en el monte s�fer. [24] partieron del monte s�fer y acamparon en jarad�. [25] partieron de jarad� y acamparon en maqhelot. [26] partieron de maqhelot y acamparon en t�jat. [27] partieron de t�jat y acamparon en t�raj. [28] partieron de t�raj y acamparon en mitc�. [29] partieron de mitc� y acamparon en jasmon�. [30] partieron de jasmona y acamparon en moserot. [31] partieron de moserot y acamparon en bene yaac�n. [32] partieron de bene yaac�n y acamparon en jor haguidgad. [33] partieron de jor haguidgad y acamparon en yotbat�. [34] partieron de yotbat� y acamparon en abron�. [35] partieron de abron� y acamparon en esy�n Gu�ber. [36] partieron de esy�n Gu�ber y acamparon en el desierto de sin, es decir, en cad�s. [37] partieron de cad�s y acamparon en hor de la monta�a, en la frontera del pa�s de edom. [38] el sacerdote aar�n subi� a hor de la monta�a, seg�n la orden de yahveh, y muri� all�, el a�o cuarenta de la salida de los israelitas de egipto, el mes quinto, el primero del mes. [39] ten�a aar�n 123 a�os cuando muri� en hor de la monta�a. [40] el rey cananeo de arad, que habitaba en el n�gueb, en el pa�s de cana�n, se enter� de que llegaban los israelitas. [41] partieron de hor de la monta�a y acamparon en salmon�. [42] partieron de salmon� y acamparon en pun�n. [43] partieron de pun�n y acamparon en obot. [44] partieron de obot y acamparon en iyy� Haabarim, en la frontera de moab. [45] partieron de iyyim, y acamparon en dib�n Gad. [46] partieron de dib�n Gad y acamparon en alm�n Diblat�yim. [47] partieron de alm�n Diblat�yim, y acamparon en los montes de abarim, frente al neb�. [48] partieron de los montes de abarim y acamparon en las estepas de moab, cerca del jord�n, a la altura de jeric�. [49] acamparon cerca del jord�n entre bet hayesimot y abel hassittim en las estepas de moab. [50] yahveh habl� a mois�s en las estepas de moab, cerca del jord�n, a la altura de jeric�, y le dijo:

[51] �habla a los israelitas y diles: cuando pas�is el jord�n hacia el pa�s de cana�n, : [52] arrojar�is delante de vosotros a todos los habitantes del pa�s. destruir�is todas sus im�genes pintadas, destruir�is sus estatuas de fundici�n, saquear�is todos sus altos. [53] os apoderar�is de la tierra y habitar�is en ella, pues os doy a vosotros todo el pa�s en propiedad. [54] repartir�is la tierra a suertes entre vuestros clanes. al grande le aumentar�is la herencia y al peque�o se la reducir�is. donde le caiga a cada uno la suerte, all� ser� su propiedad. har�is el reparto por tribus paternas. [55] pero si no expuls�is delante de vosotros a los habitantes del pa�s, los que dej�is se os convertir�n en espinas de vuestros ojos y en aguijones de vuestros costados y os oprimir�n en el pa�s en que vais a habitar. [56] y yo os tratar� a vosotros en la forma en que hab�a pensado tratarles a ellos.� numeros cap.34 [1] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [2] �da esta orden a los israelitas: cuando entr�is en el pa�s de cana�n, �ste ser� el territorio que os caer� en herencia: el pa�s de cana�n con todas sus fronteras. [3] por el sur, os pertenecer� desde el desierto de sin, siguiendo el l�mite de edom. vuestra frontera meridional empezar� por el oriente en la extremidad del mar de la sal. [4] torcer� vuestra frontera por el sur hacia la subida de los escorpiones, pasar� por sin y terminar� por el sur en cad�s barnea. luego ir� hacia jasar addar y pasar� por asm�n. [5] torcer� la frontera de asm�n hacia el torrente de egipto y acabar� en el mar. [6] vuestra frontera occidental ser� el mar grande. esta frontera ser� vuestro l�mite al oeste. [7] vuestra frontera por el norte ser� la siguiente: desde el mar grande trazar�is el l�mite hasta hor de la monta�a. [8] de hor de la monta�a, trazar�is el l�mite hasta la entrada de jamat, y vendr� a salir la frontera a sedad. [9] seguir� luego la frontera hacia zifr�n y terminar� en jasar en�n. esa ser� vuestra frontera septentrional. [10] luego trazar�is vuestra frontera oriental desde jasar en�n hasta sefam. [11] la frontera bajar� de sefam hacia arbel, al oriente de ay�n. seguir� bajando la frontera, y, tocando la orilla del mar de kinn�ret por el oriente, [12] bajar� al jord�n y vendr� a dar en el mar de la sal. esa ser� vuestra tierra con las fronteras que la circunscriben.� [13] mois�s dio esta orden a los israelitas: �este es el pa�s que hab�is de repartir a suertes, el que yahveh mand� dar a las nueve tribus y a la mitad de la otra, [14] pues la tribu de los hijos de rub�n con sus distintas casas paternas y la tribu de los hijos de gad con sus distintas casas paternas, han recibido ya su herencia; y la media tribu de manas�s ha recibido tambi�n su herencia. [15] las dos tribus y la otra media tribu han recibido ya su herencia m�s all� del jord�n, a oriente de jeric�, hacia la salida del sol.� [16] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [17] �estos son los nombres de los que os han de repartir la tierra: el sacerdote eleazar y josu�, hijo de [18] elegir�is tambi�n un principal de cada tribu, para que repartan la tierra. [19] estos son sus nombres: por la tribu de jud�, caleb, hijo de yefunn�; [20] por la tribu de los hijos de sime�n, semuel, hijo de ammihud; [21] por la tribu de benjam�n, elidad, hijo de kisl�n; [22] por la tribu de los hijos de dan, el principal buqu�, hijo de yogl�;

[23] por los hijos de jos�: por la tribu de los hijos de manas�s, el principal janniel, hijo de efod; [24] y por la tribu de los hijos de efra�m, el principal quemuel, hijo de sift�n; [25] por la tribu de los hijos de zabul�n, el principal elisaf�n, hijo de parnak; [26] por la tribu de los hijos de isacar, el principal paltiel, hijo de azz�n; [27] por la tribu de los hijos de aser, el principal ajihud, hijo de selom�; [28] por la tribu de los hijos de neftal�, el principal pedahel, hijo de ammihud.� [29] a �stos mand� Yahveh repartir la herencia a los israelitas en el pa�s de cana�n. numeros cap.35 [1] habl� Yahveh a mois�s en las estepas de moab, cerca del jord�n, a la altura de jeric�, y le dijo: [2] �manda a los israelitas que cedan a los levitas, de la herencia que les pertenece, ciudades en las que puedan habitar y pastos de alrededor de las ciudades. se las dar�is a los levitas. [3] esas ciudades ser�n su morada, y sus pastos ser�n para sus bestias, su ganado y todos sus animales. [4] los pastos de las ciudades que ced�is a los levitas comprender�n mil codos alrededor de la ciudad, a contar desde las murallas. [5] medir�is, fuera de la ciudad, 2000 codos a oriente, 2000 codos a mediod�a, 2000 codos a occidente y 2000 codos al norte, teniendo la ciudad como centro. estos ser�n los pastos de las ciudades. [6] las ciudades que dar�is a los levitas ser�n las seis de asilo, que ceder�is para que se pueda refugiar en ellas el homicida, y adem�s les dar�is otras 42 ciudades. [7] el total de ciudades que dar�is a los levitas ser� 48 ciudades, todas ellas con sus pastos. [8] estas ciudades que ceder�is de la propiedad de los israelitas, las tomar�is en mayor n�mero del grande y en menor del peque�o; cada uno ceder� ciudades a los levitas en proporci�n a la herencia que le haya tocado.� [9] habl� Yahveh a mois�s y le dijo: [10] �habla a los israelitas y diles: cuando pas�is el jord�n hacia la tierra de cana�n, [11] encontrar�is ciudades de las que har�is ciudades de asilo: en ellas se refugiar� el homicida, el que ha herido a un hombre por inadvertencia. [12] esas ciudades os servir�n de asilo contra el vengador; no debe morir el homicida hasta que comparezca ante la comunidad para ser juzgado. [13] de las ciudades que les ced�is, seis ciudades ser�n de asilo: [14] tres ciudades les ceder�is al otro lado del jord�n y tres ciudades en el pa�s de cana�n; ser�n ciudades de asilo. [15] las seis ciudades ser�n de asilo tanto para los israelitas como para el forastero y para el hu�sped que viven en medio de vosotros, para que se pueda refugiar en ellas todo aquel que haya matado a un hombre por inadvertencia. [16] pero si le ha herido con un instrumento de hierro, y muere, es un homicida. el homicida debe morir. [17] si le hiere con una piedra como para causar la muerte con ella, y muere, es homicida. el homicida debe morir. [18] si le hiere con un instrumento de madera como para matarle, y muere, es un homicida. el homicida debe morir. [19] el mismo vengador de la sangre dar� muerte al homicida: en cuanto le encuentre, lo matar�. [20] si el homicida lo ha matado por odio, o le ha lanzado algo con intenci�n, y muere, [21] o si por enemistad le ha golpeado con las manos, y muere, el que le ha herido tiene que morir: es un homicida. el vengador de la sangre dar� muerte al

homicida en cuanto le encuentre. [22] pero si lo derrib� de casualidad y sin enemistad, o le lanz� cualquier objeto sin ninguna mala intenci�n, [23] o le tir�, sin verle, una piedra capaz de matarle, y le caus� la muerte, sin que fuera su enemigo ni buscara su da�o, [24] la comunidad juzgar� entre el homicida y el vengador de la sangre seg�n estas normas, [25] y salvar� la comunidad al homicida de la mano del vengador de la sangre. le har� volver la comunidad a la ciudad de asilo en la que se refugi� y en ella vivir� hasta que muera el sumo sacerdote ungido con el �leo santo. [26] pero si sale el homicida de los l�mites de la ciudad de asilo en que se ha refugiado, [27] y le encuentra el vengador de la sangre fuera del t�rmino de su ciudad de asilo, el vengador de la sangre podr� matar al homicida, sin ser responsable de su sangre, [28] porque aqu�l deb�a permanecer en la ciudad de asilo hasta la muerte del sumo sacerdote. cuando muera el sumo sacerdote, el homicida podr� volver a la tierra de su propiedad. [29] esto ser� norma de derecho para vosotros y para vuestros descendientes, dondequiera que habit�is. [30] en cualquier caso de homicidio, se matar� al homicida seg�n la declaraci�n de los testigos; pero un solo testigo no bastar� para condenar a muerte a un hombre. [31] no aceptar�is rescate por la vida de un homicida reo de muerte, pues debe morir. [32] tampoco aceptar�is rescate por el que se ha refugiado en la ciudad de asilo y quiere volver a habitar en su tierra antes que muera el sumo sacerdote. [33] no profanar�is la tierra en que est�is, porque aquella sangre profana la tierra, y la tierra no queda expiada de la sangre derramada m�s que con la sangre del que la derram�. [34] no har�s impura la tierra en que habit�is, porque yo habito en medio de ella, pues yo, yahveh, tengo mi morada entre los israelitas. numeros cap.36 [1] los jefes de familia del clan de los hijos de galaad, hijo de makir, hijo de manas�s, uno de los clanes de los hijos de jos�, se presentaron y dijeron delante de mois�s y de los principales jefes de las casas paternas de los israelitas: [2] �yahveh mand� a mi se�or que diera la tierra en herencia, por suertes, a los israelitas, y mi se�or recibi� orden de yahveh de dar la herencia de selofjad, nuestro hermano, a sus hijas. [3] si resulta que se casan con alguno de otra tribu israelita, ser� arrancada su parte de la herencia de nuestras familias. aumentar� entonces la herencia de la tribu a la que vayan a pertenecer, y se reducir� la herencia que nos toc� en suerte. [4] y cuando llegue el jubileo para los israelitas, se a�adir� la herencia de ellas a la herencia de la tribu a la que vayan a pertenecer y se restar� su herencia de la herencia de la tribu de nuestros padres.� [5] mois�s, seg�n la orden de yahveh, mand� lo siguiente a los israelitas: �dice bien la tribu de los hijos de jos�. [6] esto es lo que yahveh orden� acerca de las hijas de selofjad: tomar�n por esposos a los que bien les parezca, con tal que se casen dentro de los clanes de la tribu de su padre. [7] la herencia de los israelitas no podr� pasar de una tribu a otra, sino que los israelitas estar�n vinculados cada uno a la herencia de la tribu de sus padres. [8] y toda hija que posea una herencia en una de las tribus de los israelitas se casar� con uno de un clan de la tribu de su padre para que cada uno de los

israelitas posea la herencia de sus padres. [9] no podr� pasar una herencia de una tribu a otra. cada una de las tribus de los israelitas quedar� vinculada a su heredad.� [10] tal como hab�a mandado yahveh a mois�s, as� hicieron las hijas de selofjad. [11] majl�, tirs�, jogl�, milk� y no�, las hijas de selofjad, se casaron con los hijos de sus t�os paternos. [12] tomaron marido de los clanes de los hijos de manas�s, hijo de jos�, y as� su herencia fue para la tribu del clan de su padre. [13] estas son las �rdenes y normas que dio yahveh, por medio de mois�s, a los israelitas, en las estepas de moab, cerca del jord�n, a la altura de jeric�. el deuteronomio cap.1 [1] estas son las palabras que dijo mois�s a todo israel al otro lado del jord�n en el desierto, en la arab�, frente a suf, entre par�n y t�fel, lab�n, jaserot y di zahab. [2] once son las jornadas desde el horeb, por el camino del monte se�r, hasta cad�s barnea. [3] el a�o cuarenta, el d�a uno del und�cimo mes, habl� Mois�s a los israelitas exponiendo todo cuanto yahveh la hab�a mandado respecto a ellos. [4] despu�s de batir a sij�n, rey de los amorreos, que moraba en jesb�n, y a og, rey de bas�n, que moraba en astarot y en edre�, [5] al otro lado del jord�n, en el pa�s de moab, decidi� Mois�s promulgar esta ley. dijo: [6] yahveh, nuestro dios, nos habl� as� en el horeb: �ya hab�is estado bastante tiempo en esta monta�a. [7] �en marcha!, partid y entrad en la monta�a de los amorreos, y donde todos sus vecinos de la arab�, la monta�a, la tierra baja, el n�gueb y la costa del mar; en la tierra de cana�n y el l�bano, hasta el r�o grande, el r�o eufrates. [8] mirad: yo he puesto esa tierra ante vosotros; id a tomar posesi�n de la tierra que yahveh jur� dar a vuestros padres abraham, isaac y jacob, y a su descendencia despu�s de ellos.� [9] yo os habl� entonces y os dije: �no puedo cargar con todos vosotros yo solo. [10] yahveh, vuestro dios, os ha multiplicado y sois ahora tan numerosos como las estrellas del cielo. [11] yahveh, el dios de vuestros padres, os aumente mil veces m�s todav�a y os bendiga como os ha prometido. [12] pero �c�mo voy a poder yo solo llevar vuestro peso, vuestra carga y vuestros litigios? [13] escoged entre vosotros hombres sabios, perspicaces y experimentados, de cada una de vuestras tribus, y yo los pondr� a vuestra cabeza.� [14] me respondisteis: �est� bien lo que propones hacer.� [15] yo tom�, entre los jefes de vuestras tribus, hombres sabios y experimentados, y los hice jefes vuestros: jefes de millar, de cien, de cincuenta y de diez, as� como escribas para vuestras tribus. [16] y di entonces esta orden a vuestros jueces: �escuchar�is lo que haya entre vuestros hermanos y administrar�is justicia entre un hombre y su hermano o un forastero. [17] no har�is en juicio acepci�n de personas, escuchar�is al peque�o lo mismo que al grande, no tendr�is miedo al hombre, pues la sentencia es de dios. el asunto que os resulte demasiado dif�cil, me lo remitir�is a m�, y yo lo oir�.� [18] yo os prescrib� entonces todo lo que ten�as que hacer. [19] partimos del horeb y fuimos por ese enorme y temible desierto que hab�is visto, camino de la monta�a de los amorreos, como yahveh nuestro dios nos hab�a mandado, y llegamos a cad�s barnea. [20] yo os dije: �ya hab�is llegado a la monta�a de los amorreos que yahveh nuestro dios nos da. [21] mira: yahveh tu dios ha puesto ante ti este pa�s. sube a tomar posesi�n de

�l como te ha dicho yahveh el dios de tus padres; no tengas miedo ni te asustes�. [22] pero todos vosotros os acercasteis a decirme: �enviemos delante de nosotros hombres para que exploren el pa�s y nos den noticias sobre el camino por donde hemos de subir y sobre las ciudades en que podemos entrar.� [23] me pareci� bien la propuesta y tom� de entre vosotros doce hombres, uno por tribu. [24] partieron y subieron a la monta�a; llegaron hasta el valle de eskol y lo exploraron. [25] tomaron en su mano frutos del pa�s, nos los trajeron, y nos informaron: �buena tierra es la que yahveh nuestro dios nos da.� [26] pero vosotros os nesgasteis a subir; os rebelasteis contra la orden de yahveh vuestro dios, [27] y os pusisteis a murmurar en vuestras tiendas: �por el odio que nos tiene nos ha sacado yahveh de egipto, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos. [28] �ad�nde vamos a subir? nuestros hermanos nos han descorazonado al decir: es un pueblo m�s grande y corpulento que nosotros, las ciudades son grandes y sus murallas llegan hasta el cielo. y hasta anaquitas hemos visto all�.� [29] yo os dije: �no os asust�is, no teng�is miedo de ellos. [30] yahveh vuestro dios, que marcha a vuestro frente, combatir� por vosotros, como visteis que lo hizo en egipto, [31] y en el desierto, donde has visto que yahveh tu dios te llevaba como un hombre lleva a su hijo, a todo lo largo del camino que hab�is recorrido hasta llegar a este lugar.� [32] pero ni aun as� confiasteis en yahveh vuestro dios, [33] que era el que os preced�a en el camino y os buscaba lugar donde acampar, con el fuego durante la noche para alumbrar el camino que deb�ais seguir, y con la nube durante el d�a. [34] yahveh oy� encolerizado vuestras palabras y jur� as�: [35] �ni un solo hombre de esta generaci�n perversa ver� la tierra buena que yo jur� dar a vuestros padres, [36] excepto caleb, hijo de yefunn�: �l la ver�, y yo le dar� a �l y a sus hijos la tierra que ha pisado, porque sigui� cabalmente a yahveh.� [37] por culpa vuestra yahveh se irrit� tambi�n contra m� y me dijo: �tampoco t� entrar�s all�. [38] ser� tu ayudante josu�, hijo de nun, el que entrar�. fortal�cele, ya que �l dar� a israel posesi�n de la tierra. [39] pero vuestros peque�os, de los que dijisteis que iban a servir de bot�n, vuestros hijos que no conocen todav�a el bien y el mal, s� entrar�n all�, a ellos se la dar� yo, y ellos la poseer�n. [40] y vosotros ahora, volveos y partid hacia el desierto por el camino del mar de suf.� [41] vosotros me respondisteis: �hemos pecado contra yahveh nuestro dios. subiremos y combatiremos como yahveh nuestro dios nos ha mandado.� ce��steis cada uno vuestras armas y cre�steis f�cil subir a la monta�a. [42] pero yahveh me dijo: �diles: no sub�is a combatir porque no estoy yo en medio de vosotros, y as� ser�is derrotados por vuestros enemigos.� [43] yo os habl�, pero vosotros no me escuchasteis; fuisteis rebeldes a la orden de yahveh y tuvisteis la osad�a de subir a la monta�a. [44] los amorreos, habitantes de aquella monta�a, salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hubieran hecho las abejas, y os derrotaron en se�r hasta jorm�. [45] a vuestro regreso llorasteis ante yahveh, pero yahveh no escuch� vuestra voz ni os prest� o�dos. [46] por eso tuvisteis que permanecer en cad�s todo ese largo tiempo que hab�is estado all�. el deuteronomio cap.2

[1] luego nos volvimos y partimos hacia el desierto, por el camino del mar de suf, como yahveh me hab�a mandado. durante muchos d�as anduvimos rodeando la monta�a de se�r. [2] yahveh me habl� y me dijo: [3] �ya hab�is dado bastantes rodeos a esta monta�a: dirig�os hacia el norte. [4] y da al pueblo esta orden: vais a pasar por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de esa�, que habitan en se�r. ellos os temen; pero vosotros tened mucho cuidado; [5] no los ataqu�is, porque yo no os dar� nada de su pa�s, ni siquiera la medida de la planta del pie, ya que el monte se�r se lo he dado en posesi�n a esa�. [6] la comida que com�is se la comprar�is por dinero, y por dinero les comprar�is tambi�n el agua que beb�is. [7] pues yahveh tu dios te ha bendecido en todas tu obras: ha protegido tu marcha por este gran desierto, y hace ya cuarenta a�os que yahveh tu dios est� contigo sin que te haya faltado nada.� [8] pasamos, pues, al lado de nuestros hermanos, los hijos de esa� que habitan en se�r, por el camino de la arab�, de elat y de esy�n Gu�ber; despu�s cambiando de rumbo, tomamos el camino del desierto de moab. [9] yahveh me dijo: �no ataques a moab, no le provoques al combate, pues yo no te dar� nada de su pa�s, ya que ar se la he dado en posesi�n a los hijos de lot. [10] (antiguamente habitaban all� los emitas, pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas. [11] tanto a ellos como a los anaquitas se los ten�a por refa�tas, pero los moabitas los llamaban emitas. [12] igualmente en se�r habitaron antiguamente los joritas, pero los hijos de esa� los desalojaron, los exterminaron y se establecieron en su lugar, como ha hecho israel con la tierra de su posesi�n, la que yahveh les dio.) [13] y ahora, levantaos y pasad el torrente z�red.� y pasamos el torrente z�red. [14] el tiempo que estuvimos caminando desde cad�s barnea hasta que pasamos el torrente z�red fue de 38 a�os; por lo que hab�a desaparecido ya del campamento toda la generaci�n de hombres de guerra, como yahveh les hab�a jurado. [15] la misma mano de yahveh hab�a ca�do sobre ellos para extirparlos de en medio del campamento hasta hacerlos desaparecer. [16] cuando la muerte hab�a hecho desaparecer a todos los hombres de guerra en medio del pueblo, [17] yahveh me habl� y me dijo: [18] �vas a pasar hoy la frontera de moab, por ar, [19] y vas a encontrarte con los hijos de amm�n. no los ataques ni les provoques; pues yo no te dar� nada del pa�s de los hijos de amm�n, ya que se lo he entregado a los hijos de lot en posesi�n. [20] (tambi�n �ste era considerado pa�s de refa�tas; los refa�tas habitaron aqu� antiguamente; y los ammonitas los llamaban zanzumitas, [21] pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas; yahveh los extermin� ante los ammonitas, que los desalojaron y se establecieron en su lugar; [22] as� hab�a hecho tambi�n en favor de los hijos de esa�, que habitaban en se�r, exterminando delante de ellos a los joritas; aqu�llos los desalojaron y se establecieron en su lugar hasta el d�a de hoy. [23] y tambi�n a los avitas, que habitan en los campos hasta gaza; los kaftoritas, venidos de kaftor, los exterminaron y se establecieron en su lugar). [24] levantaos, partid y pasad el torrente arn�n. mira, yo pongo en tus manos a sij�n, el amorreo, rey de jesb�n, y todo su pa�s. comienza la conquista; prov�cale al combate. [25] desde hoy comienzo a infundir terror y miedo de ti entre todos los pueblos que hay debajo del cielo: al tener noticia de tu llegada temblar�n todos y se estremecer�n.� [26] del desierto de quedemot envi� mensajeros a sij�n, rey de jesb�n, con estas palabras de paz:

[27] �voy a pasar por tu pa�s; seguir� el camino sin desviarme a derecha ni a izquierda. [28] la comida que coma v�ndemela por dinero, el agua que beba d�mela por dinero; s�lo deseo pasar a pie, [29] como me han dejado los hijos de esa� que habitan en se�r y los moabitas que habitan en ar, hasta cruzar el jord�n para ir hacia la tierra que nos da yahveh nuestro dios.� [30] pero sij�n, rey de jesb�n, no quiso dejarnos pasar por all� porque yahveh tu dios le hab�a empedernido el esp�ritu y endurecido el coraz�n, a fin de entregarle en tus manos, como lo est� todav�a hoy. [31] yahveh me dijo: �mira, he comenzado a entregarte a sij�n y su pa�s; empieza la conquista, apod�rate de su territorio.� [32] sij�n sali� a nuestro encuentro con todo su pueblo, y nos present� batalla en yah�s. [33] yahveh nuestro dios nos lo entreg� y le derrotamos a �l, a sus hijos y a todo su pueblo. [34] nos apoderamos entonces de todas sus ciudades y consagramos al anatema toda ciudad: hombres, mujeres y ni�os, sin dejar superviviente. [35] tan s�lo guardamos como bot�n el ganado y los despojos de las ciudades tomadas. [36] desde aroer, al borde del valle del arn�n, y la ciudad que est� en el valle, hasta galaad, no hubo ciudad inaccesible para nosotros; yahveh nuestro dios nos las entreg� todas. [37] unicamente respetaste el pa�s de los ammonitas, toda la ribera del torrente yabboq y las ciudades de la monta�a, todo lo que yahveh nuestro dios hab�a prohibido. el deuteronomio cap.3 [1] luego nos volvimos y subimos por el camino de bas�n. og, rey de bas�n, sali� a nuestro encuentro con todo su pueblo y nos present� batalla en edre�. [2] yahveh me dijo: �no le temas, porque yo le he entregado en tus manos con todo su pueblo y su pa�s. har�s con �l lo que hiciste son sij�n, el rey amorreo que habitaba en jesb�n.� [3] yahveh nuestro dios entreg� en nuestras manos tambi�n a og, rey de bas�n, con todo su pueblo. le batimos hasta no dejarle ni un superviviente. [4] nos apoderamos entonces de todas sus ciudades; no hubo ciudad que no les tom�ramos: sesenta ciudades, toda la confederaci�n de argob, reino de og en bas�n, [5] plazas fuertes todas ellas, con altas murallas, puertas y cerrojos; sin contar las ciudades de los perizitas, en gran n�mero. [6] las consagramos al anatema, como hab�amos hecho con sij�n, rey de jesb�n: anatema a toda ciudad: hombres, mujeres y ni�os; [7] aunque guardamos como bot�n todo el ganado y los despojos de estas ciudades. [8] as� tomamos entonces, de mano de los dos reyes amorreos, el pa�s de transjordania, desde el torrente arn�n hasta el monte herm�n [9] (los sidonios llaman al herm�n Siry�n, y los amorreos lo llaman senir): [10] todas las ciudades de la altiplanicie, todo galaad y todo bas�n hasta salk� y edre�, ciudades del reino de og en bas�n. [11] (og, rey de bas�n, era el �ltimo superviviente de los refa�tas: su lecho es el lecho de hierro que se halla en rabb� de los ammonitas, de nueve codos de largo por cuatro de ancho, en codos corrientes) [12] de este pa�s tomamos posesi�n entonces: desde aroer, a orillas del torrente arn�n, la mitad de la monta�a de galaad con sus ciudades se la di a los rubenitas y a los gaditas. [13] a la media tribu de manas�s le di el resto de galaad y todo bas�n, reino de og: toda la confederaci�n de argob. (a todo este bas�n es a lo que se llama el pa�s de los refa�tas.) [14] ya�r, hijo de manas�s, se qued� con toda la confederaci�n de argob, hasta la

frontera de los guesuritas y de los maakatitas, y dio a bas�n su nombre que a�n conserva: aduares de ya�r. [15] a makir le di galaad. [16] a los rubenitas y a los gaditas les di desde galaad hasta el torrente arn�n -la mitad del torrente marcaba la frontera- y hasta el torrente yabboq, frontera de los ammonitas. [17] la arab� y el jord�n hac�an de frontera, desde kinn�ret hasta el mar de la arab� (el mar de la sal), al pie de las laderas del pisg�, al oriente. [18] yo os orden� entonces: �yahveh, vuestro dios, os ha dado esta tierra en posesi�n. vosotros pasar�is armados al frente de vuestros hermanos los israelitas, todos hombres de armas. [19] s�lo vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros reba�os (pues s� que ten�is reba�os numerosos) quedar�n en las ciudades que yo os he dado, [20] hasta que yahveh conceda reposo a vuestros hermanos, como a vosotros, y ellos tambi�n hayan tomado posesi�n de la tierra que yahveh vuestro dios les ha dado al otro lado del jord�n; entonces volver�is cada uno a la heredad que yo os he dado.� [21] a josu� tambi�n le di entonces la orden siguiente: �tus propios ojos han visto todo lo que yahveh vuestro dios ha hecho con estos dos reyes; lo mismo har� Yahveh con todos los reinos por donde vas a pasar. [22] no les tem�is, porque el mismo yahveh vuestro dios combate por vosotros.� [23] entonces hice esta s�plica a yahveh: [24] �yahveh, se�or m�o, t� has comenzado a manifestar a tu siervo tu grandeza y tu mano fuerte; pues �qu� Dios hay, en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer obras y proezas como las tuyas? [25] d�jame, por favor, pasar y ver la tierra buena de allende el jord�n, esa buena monta�a y el l�bano.� [26] pero, por culpa vuestra, yahveh se irrit� contra m� y no me escuch�; antes bien me dijo: ��basta ya! no sigas habl�ndome de esto. [27] sube a la cumbre del pisg�, alza tus ojos al occidente, al norte, al mediod�a y al oriente; y contempla con tu ojos, porque no pasar�s ese jord�n. [28] da tus �rdenes a jos�e, dale �nimos y fortal�cele, porque �l pasar� al frente de este pueblo: �l le pondr� en posesi�n de esa tierra que ves.� [29] y nos quedamos, en el valle, enfrente de bet peor. el deuteronomio cap.4 [1] y ahora, israel, escucha los preceptos y las normas que yo os ense�o para que las pong�is en pr�ctica, a fin de que viv�is y entr�is a tomar posesi�n de la tierra que os da yahveh, dios de vuestros padres. [2] no a�adire�s nada a lo que yo os mando, ni quitar�is nada; para as� guardar los mandamientos de yahveh vuestro dios que yo os prescribo. [3] vuestros propios ojos han visto lo que hizo yahveh con baal peor: a todos los que hab�an seguido a baal peor, yahveh tu dios los extermin� de en medio de ti; [4] en cambio vosotros, que hab�is seguido unidos a yahveh vuestro dios, est�is hoy todos vivos. [5] mira, como yahveh mi dios me ha mandado, yo os ense�o preceptos y normas para que los pong�is en pr�ctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesi�n. [6] guardadlos y practicadlos, porque ellos son vuestra sabidur�a y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dir�n: �cierto que esta gran naci�n es un pueblo sabio e inteligente.� [7] y, en efecto, �hay alguna naci�n tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo est� Yahveh nuestro dios siempre que le invocamos? [8] y �cu�l es la gran naci�n cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta ley que yo os expongo hoy? [9] pero ten cuidado y gu�rdate bien, no vayas o olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu coraz�n en todos los d�as de tu

vida; ens��aselas, por el contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos. [10] el d�a que estabas en el horeb en presencia de yahveh tu dios, cuando yahveh me dijo: �re�neme al pueblo para que yo les haga o�r mis palabras a fin de que aprendan a tenerme mientras vivan en el suelo y se las ense�en a sus hijos�, [11] vosotros os acercasteis y permanecisteis al pie de la monta�a, mientras la monta�a ard�a en llamas hasta el mismo cielo, entre tinieblas de nube y densa niebla. [12] yahveh os habl� de en medio del fuego; vosotros o�ais rumor de palabras, pero no percib�ais figura alguna, sino s�lo una voz. [13] el os revel� su alianza, que os mand� poner en pr�ctica, las diez palabras que escribi� en dos tablas de piedra. [14] y a m� me mand� entonces yahveh que os ense�ase los preceptos y normas que vosotros deber�ais poner en pr�ctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesi�n. [15] tened mucho cuidado de vosotros mismos: puesto que no visteis figura alguna el d�a en que yahveh os habl� en el horeb de en medio del fuego, [16] no vay�is a pervertiros y os hag�is alguna escultura de cualquier representaci�n que sea: figura masculina o femenima, [17] figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo, [18] figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra. [19] cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ej�rcito de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. eso se lo ha repartido yahveh tu dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo, [20] pero a vosotros os tom� Yahveh y os sac� del horno de hierro, de egipto, para que fueseis el pueblo de su heredad, como lo sois hoy. [21] por culpa vuestra yahveh se irrit� contra m� y jur� que yo no pasar�a el jord�n ni entrar�a en la tierra buena que yahveh tu dios te da en herencia. [22] yo voy a morir en este pa�s y no pasar� el jord�n. vosotros en cambio lo pasar�is y poseer�is esa tierra buena. [23] guardaos, pues, de olvidar la alianza que yahveh vuestro dios ha concluido con vosotros, y de haceros alguna escultura o representaci�n de todo lo que yahveh tu dios te ha prohibido; [24] porque yahveh tu dios es un fuego devorador, un dios celoso. [25] cuando hayas engendrado hijos y nietos y hay�is envejecido en el pa�s, si os pervert�s y hac�is alguna escultura de cualquier representaci�n, si hac�is lo malo a los ojos de yahveh tu dios hasta irritarle, [26] pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra que desaparecer�is r�pidamente de esa tierra que vais a tomar en posesi�n al pasar el jord�n. no prolongar�is en ella vuestros d�as, porque ser�is completamente destruidos. [27] yahveh os dispersar� entre los pueblos y no quedar�is m�s que unos pocos, en medio de las naciones adonde yahveh os lleve. [28] all� servir�is a dioses hechos por manos de hombre, de madera y piedra, que ni ven ni oyen, ni comen ni huelen. [29] desde all� buscar�s a yahveh tu dios; y le encontrar�s si le buscas con todo tu coraz�n y con toda tu alma. [30] cuando est�s angustiado y te alcancen todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volver�s a yahveh tu dios y escuchar�s su voz; [31] porque yahveh tu dios es un dios misericordioso: no te abandonar� ni te destruir�, y no se olvidar� de la alianza que con juramento concluy� con tus padres. [32] pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido desde el d�a en que dios cre� al hombre sobre la tierra: �hubo jam�s desde un extremo a otro del cielo palabra tan grande como �sta? �se oy� semejante? [33] �hay alg�n pueblo que haya o�do como t� has o�do la voz del dios vivo

hablando de en medio del fuego, y haya sobrevivido? [34] �alg�n dios intent� jam�s venir a buscarse una naci�n de en medio de otra naci�n por medio de pruebas, se�ales, prodigios y guerra, con mano fuerte y tenso brazo, por grandes terrores, como todo lo que yahveh vuestro dios hizo con vosotros, a vuestros mismos ojos, en egipto? [35] a ti se te ha dado a ver todo esto, para que sepas que yahveh es el verdadero dios y que no hay otro fuera de �l. [36] desde el cielo te ha hecho o�r su voz para instruirte, y en la tierra te ha mostrado su gran fuego, y de en medio del fuego has o�do sus palabras. [37] porque am� a tus padres y eligi� a su descendencia despu�s de ellos, te sac� de egipto personalmente con su gran fuerza, [38] desalojo� ante ti naciones m�s numerosas y fuertes que t�, te introdujo en su tierra y te la dio en herencia, como la tienes hoy. [39] reconoce, pues, hoy y medita en tu coraz�n que yahveh es el �nico dios all� arriba en el cielo, y aqu� abajo en la tierra; no hay otro. [40] guarda los preceptos y los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, t� y tus hijos despu�s de ti, y prolongues tus d�as en el suelo que yahveh tu dios te da para siempre. [41] mois�s reserv� entonces tres ciudades allende el jord�n, al oriente, [42] a las que pudiera huir el homicida que hubiera matado a su pr�jimo sin querer, sin haberle odiado anteriormente, y huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida. [43] eran �stas, para los rubenitas, b�ser, en el desierto, en la altiplanicie; para los gaditas, ramot en galaad; para los manasitas, gol�n en bas�n. [44] esta es la ley que expuso mois�s a los israelitas. [45] estos son los estatutos, preceptos y normas que dict� Mois�s a los israelitas a su salida de egipto, [46] al otro lado del jord�n, en el valle pr�ximo a bet peor, en el pa�s de sij�n, rey de los amorreos, que habitaba en jesb�n, aquel a quien mois�s y los israelitas hab�an batido a su salida de egipto, [47] y cuyo pa�s hab�an conquistado, as� como el pa�s de og, rey de bas�n, -los dos reyes amorreos del lado oriental del jord�n, [48] desde aroer, que est� situada al borde del valle del arn�n, hasta el monte siry�n (esto es, el herm�n)[49] con toda la arab� del lado oriental del jord�n, hasta el mar de la arab�, al pie de las laderas del pisg�. el deuteronomio cap.5 [1] mois�s convoc� a todo israel y les dijo: escucha, israel, los preceptos y las normas que yo pronuncio hoy a tus o�dos. apr�ndelos y cuida de ponerlos en pr�ctica. [2] yahveh nuestro dios ha concluido con nosotros una alianza en el horeb. [3] no con nuestros padres concluy� Yahveh esta alianza, sino con nosotros, con nosotros que estamos hoy aqu�, todos vivos. [4] cara a cara os habl� Yahveh en la monta�a, de en medio del fuego; [5] yo estaba entre yahveh y vosotros para comunicaros la palabra de yahveh, ya que vosotros ten�ais miedo del fuego y no subisteis a la monta�a. dijo: [6] �yo soy yahveh tu dios, que te he sacado del pa�s de egipto, de la casa de servidumbre. [7] �no habr� para ti otros dioses delante de mi. [8] �no te har�s escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. [9] no te postrar�s ante ellas ni les dar�s culto. porque yo, yahveh tu dios, soy un dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generaci�n de los que me odian, [10] y tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis

mandamientos. [11] �no tomar�s en falso el nombre de yahveh tu dios, porque yahveh no dejar� sin castigo a quien toma su nombre en falso. [12] �guardar�s el d�a del s�bado para santificarlo, como te lo ha mandado yahveh tu dios. [13] seis d�as trabajar�s y har�s todas tus tareas, [14] pero el d�a s�ptimo es d�a de descanso para yahveh tu dios. no har�s ning�n trabajo, ni t�, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el forastero que vive en tus ciudades; de modo que puedan descansar, como t�, tu siervo, y tu sierva. [15] recuerda que fuiste esclavo en el pa�s de egipto y que yahveh tu dios te sac� de all� con mano fuerte y tenso brazo; por eso yahveh tu dios te sac� de all� con mano fuerte y tenso brazo; por eso yahveh tu dios te ha mandado guardar el d�a del s�bado. [16] honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado yahveh tu dios, para que se prolonguen tus d�as y seas feliz en el suelo que yahveh tu dios te da. [17] �no matar�s. [18] �no cometer�s adulterio. [19] �no robar�s. [20] �no dar�s testimonio falso contra tu pr�jimo. [21] �no desear�s la mujer de tu pr�jimo, no codiciar�s su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu pr�jimo.� [22] estas palabras dijo yahveh a toda vuestra asamblea, en la monta�a, de en medio del fuego, la nube y la densa niebla, con voz potente, y nada m�s a�adi�. Luego las escribi� en dos tablas de piedra y me las entreg� a m�. [23] cuando vosotros o�steis la voz que sal�a de las tinieblas, mientras la monta�a ard�a en fuego, os acercasteis a m� todos vosotros, jefes de tribu y ancianos, [24] y dijisteis: �mira, yahveh nuestro dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza y hemos �ido su voz de en medio del fuego. hemos visto en este d�a que puede dios hablar al hombre y seguir �ste con vida. [25] pero ahora, �por qu� hemos de morir? -porque este fuego nos va a devorar-; si seguimos oyendo la voz de yahveh nuestro dios, moriremos. [26] pues, �qu� hombre ha o�do como nosotros la voz del dios vivo hablando de en medio del fuego, y ha sobrevivido? [27] ac�rcate t� a o�r todo lo que diga yahveh nuestro dios, y luego nos dir�s todo lo que yahveh nuestro dios te haya dicho; nosotros lo escucharemos y lo pondremos en pr�ctica.� [28] yahveh oy� vuestras palabras y me dijo: �he o�do las palabras de este pueblo, lo que te han dicho; est� bien todo lo que han dicho. [29] �ojal� fuera siempre as� su coraz�n para temerme y guadar todos mis mandamientos, y de esta forma ser eternamente felices, ellos y sus hijos! [30] ve a decirles: "volved a vuestras tiendas." [31] y t� qu�date aqu� junto a m�; yo te dir� a ti todos los mandamientos, preceptos y normas que has de ense�arles para que los pongan en pr�ctica en la tierra que yo les doy en posesi�n.� [32] ciudad, pues, de proceder como yahveh vuestro dios os ha mandado. no os desvi�is ni a derecha ni a izquierda. [33] seguid en todo el camino que yahveh vuestro dios os ha trazado: as� vivir�is, ser�is felices y prolongar�is vuestros d�as en la tierra que vais a tomar en posesi�n. el deuteronomio cap.6 [1] estos son los mandamientos, preceptos y normas que yahveh vuestro dios ha mandado ense�aros para que los pong�is en pr�ctica en la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesi�n, [2] a fin de que temas a yahveh tu dios, guardando todos los preceptos y

mandamientos que yo te prescribo hoy, t�, tu hijo y tu nieto, todos los d�as de tu vida, y as� se prolonguen tus d�as. [3] escucha, israel; cuida de practicar lo que te har� feliz y por lo que te multiplicar�s, como te ha dicho yahveh, el dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel. [4] escucha, israel: yahveh nuestro dios es el �nico yahveh. [5] amar�s a yahveh tu dios con todo tu coraz�n, con toda tu alma y con toda tu fuerza. [6] queden en tu coraz�n estas palabras que yo te dicto hoy. [7] se la repetir�s a tus hijos, les hablar�s de ellas tanto si est�s en casa como si vas de viaje, as� acostado como levantado; [8] las atar�s a tu mano como una se�al, y ser�n como una insignia entre tus ojos; [9] las escribir�s en las jambas de tu casa y en tus puertas. [10] cuando yahveh tu dios te haya introducido en la tierra que a tus padres abraham, isaac y jacob jur� que te dar�a: ciudades grandes y pr�speras que t� no edificaste, [11] casas llenas de toda clase de bienes, que t� no llenaste, cisternas excavadas que t� no excavaste, vi�edos y olivares que t� no plantaste, cuando hayas comido y te hayas saciado, [12] cuida de no olvidarte de yahveh que te sac� del pa�s de egipto, de la casa de servidumbre. [13] a yahveh tu dios temer�s, a �l le servir�s, por su nombre jurar�s. [14] no vay�is en pos de otros dioses, de los dioses de los pueblos que os rodean, [15] porque un dios celoso es yahveh tu dios que est� en medio de ti. la ira de yahveh tu dios se encender�a contra ti y te har�a desaparecer de la haz de la tierra. [16] no tentar�is a yahveh vuestro dios, como le hab�is tentado en mass�. [17] guardar�is puntualmente los mandamientos de yahveh vuestro dios, los estatutos y preceptos que te ha prescrito, [18] har�s lo que es justo y bueno a los ojos de yahveh para que seas feliz y llegues a tomar posesi�n de esa tierra buena de la que yahveh jur� a tus padres [19] que arrojar�a a todos tus enemigos ante ti, como te ha dicho yahveh. [20] cuando el d�a de ma�ana te pregunte tu hijo: ��qu� son estos estatutos, estos preceptos y estas normas que yahveh nuestro dios os ha prescrito?�, [21] dir�s a tu hijo: �eramos esclavos de fara�n en egipto, y yahveh nos sac� de egipto con mano fuerte. [22] yahveh realiz� a nuestros propios ojos se�ales y prodigios grandes y terribles en egipto, contre fara�n y toda su casa. [23] y a nosotros nos sac� de all� para conducirnos y entregarnos la tierra que hab�a prometido bajo juramento a nuestros padres. [24] y yahveh nos mand� que pusi�ramos en pr�ctica todos estos preceptos, temiendo a yahveh nuestro dios, para que fu�ramos felices siempre y nos permitiera vivir como el d�a de hoy. [25] tal ser� nuestra justicia: cuidar de poner en pr�ctica todos estos mandamientos ante yahveh nuestro dios, como �l nos ha prescrito.� el deuteronomio cap.7 [1] cuando yahveh tu dios te haya introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesi�n, y haya arrojado delante de ti a naciones numerosas: hititas, guirgasitas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos, siete naciones m�s numerosas y fuertes que t�, [2] cuando yahveh tu dios te las entregue y las derrotes, las consagrar�s al anatema. no har�s alianza con ellas, no les tendr�s compasi�n. [3] no emparentar�s con ellas, no dar�s tu hija a su hijo ni tomar�s su hija para tu hijo.

[4] porque tu hijo se apartar�a de mi seguimiento, servir�a o otros dioses; y a la ira de yahveh se encender�a contra vosotros y se apresurar�a a destruiros. [5] por el contrario, esto es lo que har�is con ellos: demoler�is sus altares, romper�is sus estelas, cortar�is sus cipos y prender�is fuego a sus �dolos. [6] porque t� eres un pueblo consagrado a yahveh tu dios; �l te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra. [7] no porque se�is el m�s numeroso de todos los pueblos se ha prendado yahveh de vosotros y os ha elegido, pues sois el menos numeroso de todos los pueblos; [8] sino por el amor que os tiene y por guardar el juramento hecho a vuestros padres, por eso os ha sacado yahveh con mano fuerte y os ha librado de la casa de servidumbre, del poder de fara�n, rey de egipto. [9] has de saber, pues, que yahveh tu dios es el dios verdadero, el dios verdadero, el dios fiel que guarda la alianza y el amor por mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos, [10] pero que da su merecido en su propia persona a quien le odia, destruy�ndole. no es remiso con quien le odia: en su propia persona le da su merecido. [11] guarda, pues, los mandamientos, preceptos y normas que yo te mando hoy poner en pr�ctica. [12] y por haber escuchado estas normas, por haberlas guardado y practicado, yahveh tu dios te mantendr� la alianza y el amor que bajo juramento prometi� a tus pades. [13] te amar�, te bendecir�, te multiplicar�, bendecir� el fruto de tu seno y el fruto de tu suelo, tu trigo, tu mosto, tu aceite, las cr�as de tus vacas y las camadas de tus reba�os, en el suelo que a tus padres jur� que te dar�a. [14] ser�s bendito m�s que todos los pueblos. no habr� macho ni hembra est�ril en ti ni en tus reba�os. [15] yahveh apartar� de ti toda enfermedad; no dejar� caer sobre ti nunguna de esas malignas epidemias de egipto que t� conoces, sino que se las enviar� a todos los que te odian. [16] destruir�s, pues, todos esos pueblos que yahveh tu dios te entrega, sin que tu ojo tenga piedad de ellos; y no dar�s culto a sus dioses, porque eso ser�a un lazo para ti. [17] acaso digas en tu coraz�n: �esas naciones son m�s numerosas que yo; �c�mo voy a poder desalojarlas?� [18] pero no las temas: acu�rdate bien de lo que yahveh tu dios hizo con fara�n y con todo egipto, [19] de las grandes pruebas que tus ojos vieron, las se�ales y prodigios, la mano fuerte y el tenso brazo con que yahveh tu dios te sac�. Lo mismo har� Yahveh tu dios con todos los pueblos a los que temes. [20] yahveh tu dios enviar� incluso avispas contra ellos para destruir a los que hubieren quedado y se te hubieren ocultado a ti. [21] as� que no tiembles ante ellos, porque en medio de ti est� Yahveh tu dios, dios grande y temible. [22] yahveh tu dios ir� arrojando a esas naciones de delante de ti poco a poco; no podr�s exterminarlas de golpe, no sea que las bestias salvajes se multipliquen contra ti, [23] sino que yahveh tu dios te las entregar� y les infligir� grandes descalabros hasta que queden destruidas. [24] entregar� a sus reyes en tu mano y t� borrar�s sus nombres de debajo del cielo: nadie podr� resistir ante ti, hasta que los hayas destruido. [25] quemar�is las esculturas de sus dioses, y no codiciar�s el oro y la plata que los recubren, ni lo tomar�s para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, pues es una cosa abominable para yahveh tu dios; [26] y no debes meter en tu casa una cosa abominable, pues te har�as anatema como ella. las tendr�s por cosa horrenda y abominable, porque son anatema. el deuteronomio cap.8

[1] todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, cuidad de practicarlos, para que viv�is, os multipliqu�is y llegu�is a tomar posesi�n de la tierra que yahveh prometi� bajo juramento a vuestros padres. [2] acu�rdate de todo el camino que yahveh tu dios te ha hecho andar durante estos cuarenta a�os en el desierto para humillarte, probarte y conocer lo que hab1 n tu coraz�n: si ibas o no a guardar sus mandamientos. [3] te humill�, te hizo pasar hambre, te dio a comer el man� que ni t� ni tus padres hab�ais conocido, para mostrarte que no s�lo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de yahveh. [4] no se gast� el vestido que llevabas ni se hincharon tus pies a lo largo de esos cuarenta a�os. [5] date cuenta, pues, de que yahveh tu dios te correg�a como un hombre corrige a su hijo, [6] y guarda los mandamientos de yahveh tu dios siguiendo sus caminos y temi�ndole. [7] pues yahveh tu dios te conduce a una tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y hontanares que manan en los valles y en las monta�as, [8] tierra de trigo y de cebada, de vi�as, higueras y granados, tierra de olivares, de aceite y de miel, [9] tierra donde el pan que comas no te ser� racionado y donde no carecer�s de nada; tierra donde las piedras tienen hierro y de cuyas monta�as extraer�s el bronce. [10] comer�s hasta hartarte, y bendecir�s a yahveh tu dios en esa tierra buena que te ha dado. [11] gu�rdate de olvidar a yahveh tu dios descuidando los mandamientos, normas y preceptos que yo te prescribo hoy; [12] no sea que cuando comas y quedes harto, cuando construyas hermosas casas y vivas en ellas, [13] cuando se multipliquen tus vacadas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todos tus bienes, [14] tu coraz�n se engr�a y olvides a yahveh tu dios que te sac� del pa�s de egipto, de la casa de servidumbre; [15] que te ha conducido a trav�s de ese desierto grande y terrible entre serpientes abrasadoras y escorpiones: que en un lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca m�s dura; [16] que te aliment� en el desierto con el man�, que no hab�an conocido tus padres, a fin de humillarte y ponerte a prueba para despu�s hacerte feliz. [17] no digas en tu coraz�n: �mi propia fuerza y el poder de mi mano me han creado esta prosperidad�, [18] sino acu�rdate de yahveh tu dios, que es el que te da la fuerza para crear la prosperidad, cumpliendo as� la alianza que bajo juramento prometi� a tus padres, como lo hace hoy. [19] pero si llegas a olvidarte de yahveh tu dios, si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo certifico hoy contra vosotros que perecer�is. [20] lo mismo que las naciones que yahveh va destruyendo a vuestro paso, as� perecer�is tambi�n vosotros por haber deso�do la voz de yahveh vuestro dios. el deuteronomio cap.9 [1] escucha, israel. hoy vas a pasar ya el jord�n para ir a desalojar a naciones m�s grandes y fuertes que t�, ciudades grandes, de murallas que llegan hasta el cielo, [2] un pueblo grande y corpulento, los anaquitas, a quienes t� conoces y de quienes has o�do decir: ��qui�n puede hacer frente a los hijos de anaq?� [3] pero has de saber hoy que yahveh tu dios es quien va a pasar delante de ti como un fuego devorador que los destruir� y te los someter�, para que los

desalojes y los destruyas r�pidamente, como te ha dicho yahveh. [4] no digas en tu coraz�n cuando yahveh tu dios los arroje de delante de ti: �por mis m�ritos me ha hecho yahveh entrar en posesi�n de esta tierra�, siendo as� que s�lo por la perversidad de estas naciones las desaloja yahveh ante ti. [5] no por tus m�ritos ni por la rectitud de tu coraz�n vas a tomar posesi�n de su tierra, sino que s�lo por la perversidad de estas naciones las desaloja yahveh tu dios ante ti; y tambi�n por cumplir la palabra que jur� a tus padres, abraham, isaac y jacob. [6] has de saber, pues, que no es por tu justicia por lo que yahveh tu dios te da en posesi�n esa tierra buena, ya que eres un pueblo de dura cerviz. [7] acu�rdate. no olvides que irritaste a yahveh tu dios en el desierto. desde el d�a en que saliste del pa�s de egipto hasta vuestra llegada a este lugar, hab�is sido rebeldes a yahveh. [8] en el horeb irritasteis a yahveh, y yahveh mont� en tal c�lera contra vosotros que estuvo a punto de destruiros. [9] yo hab�a subido al monte a recoger las tablas de piedra, las tablas de la alianza que yahveh hab�a concluido con vosotros. permanec� en el monte cuarenta d�as y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua. [10] yahveh me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de dios, en las que estaban todas las palabras que yahveh os hab�a dicho de en medio del fuego, en la monta�a, el d�a de la asamblea. [11] al cabo de cuarenta d�as y cuarenta noches, despu�s de darme las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza, [12] me dijo yahveh: �lev�ntate, baja de aqu� a toda prisa, porque tu pueblo, el que t� sacaste de egipto, se ha pervertido. bien pronto se han apartado del camino que yo les hab�a prescrito: se han hecho un �dolo de fundici�n.� [13] continu� Yahveh y me dijo: �he visto a este pueblo: es un pueblo de dura cerviz. [14] d�jame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo; y que haga de ti una naci�n m�s fuerte y numerosa que �sta.� [15] yo me volv� y baj� del monte, que ard�a en llamas, llevando en mis manos las dos tablas de la alianza. [16] y vi que vosotros hab�ais pecado contre yahveh vuestro dios. os hab�ais hecho un becerro de fundici�n: bien pronto os hab�ais apartado del camino que yahveh os ten�a prescrito. [17] tom� entonces las dos tablas, las arroj� de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos. [18] luego me postr� ante yahveh; como la otra vez, estuve cuarenta d�as y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua, por todo el pecado que hab�ais cometido haciendo el mal a los ojos de yahveh hasta irritarle. [19] porque ten�a mucho miedo de la ira y del furor que irritaba a yahveh contra vosotros hasta querer destruiros. y una vez m�s me escuch� Yahveh. [20] tambi�n contra aar�n estaba yahveh violentamente irritado hasta querer destruirle. yo interced� tambi�n entonces en favor de aar�n. [21] y vuestro pecado, el becerro que os hab�ais hecho, lo tom� y lo quem�; lo hice pedazos, lo pas� a la muela hasta que qued� reducido a polvo, y tir� el polvo al torrente que baja de la monta�a. [22] y en taber�, y en mass�, y en quibrot hattaav�, irritasteis a yahveh. [23] y cuando yahveh os hizo salir de cad�s barnea diciendo: �subid a tomar posesi�n de la tierra que yo os he dado�, os rebelasteis contra la orden de yahveh vuestro dios, no cre�steis en �l ni eschuchasteis su voz. [24] hab�is sido rebeldes a yahveh vuestro dios desde el d�a en que os conoci�. [25] me postr�, pues, ante yahveh y estuve postrado estos cuarenta d�as y cuarenta noches, porque yahveh hab�a hablado de destruiros. [26] supliqu� a yahveh y dije: �se�or yahveh, no destruyas a tu pueblo, tu heredad, que t� rescataste con tu grandeza y que sacaste de egipto con mano fuerte. [27] acu�rdate de tus siervos abraham, isaac y jacob, y no tomes en cuenta la

indocilidad de este pueblo, ni su maldad ni su pecado, [28] para que no se diga en el pa�s de donde nos sacaste: "porque yahveh no ha podido llevarlos a la tierra que les hab�a prometido, y por el odio que les tiene, los ha sacado para hacerlos morir en el desierto." [29] pero ellos son tu pueblo, tu heredad, aquellos a quienes t� sacaste con tu gran fuerza y tu tenso brazo.� el deuteronomio cap.10 [1] yahveh me dijo entonces: �labra dos tablas de piedra como las primeras y sube donde m� a la monta�a; hazte tambi�n un arca de madera. [2] yo escribir� en las tablas las palabras que hab�a en las primeras que rompiste, y t� las depositar�s en el arca.� [3] hice un arca de madera de acacia, labr� dos tablas de piedra como las primeras y sub� a la monta�a con las dos tablas en la mano. [4] el escribi� en las tablas lo mismo que hab�a escrito antes, las diez palabras que yahveh hab�a dicho en el monte, de en medio del fuego, el d�a de la asamblea. y yahveh me las entreg�. [5] yo volv� a bajar del monte, puse las tablas en el arca que hab�a hecho y all� quedaron, como me hab�a mandado yahveh. [6] los israelitas partieron de los pozos de ben� Yaac�n, hacia moser�. all� muri� Aar�n y all� fue enterrado. le sucedi� en el sacerdocio su hijo eleazar. [7] de all� se dirigieron a gudgoda y de gudgoda a yotbat�, lugar de torrentes. [8] yahveh separ� entonces a la tribu de lev� para llevar el arca de la alianza de yahveh, sirvi�ndole y dando la bendici�n en su nombre hasta el d�a de hoy. [9] por eso lev� no ha tenido parte ni heredad con sus hermanos: yahveh es su heredad, como yahveh tu dios le dijo. [10] yo me qued� en el monte, como la primera vez, cuarenta d�as y cuarenta noches. tambi�n esta vez me escuch� Yahveh y renunci� a destruirte. [11] y me dijo yahveh: �lev�ntate, ve a ponerte al frente de este pueblo, para que vayan a tomar posesi�n de la tierra que yo jur� a sus padres que les dar�a.� [12] y ahora, israel, �qu� te pide tu dios, sino que temas a yahveh tu dios, que sigas todos sus caminos, que le ames, que sirvas a yahveh tu dios con todo tu coraz�n y con toda tu alma, [13] que guardes los mandamientos de yahveh y sus preceptos que yo te prescribo hoy para que seas feliz? [14] mira: de yahveh tu dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y cuanto hay en ella. [15] y con todo, s�lo de tus padres se prend� Yahveh y eligi� a su descendencia despu�s de ellos, a vosotros mismos, de entre todos los pueblos, como hoy sucede. [16] circuncidad el prepucio de vuestro coraz�n y no endurezc�is m�s vuestra cerviz, [17] porque yahveh vuestro dios es el dios de los dioces y el se�or de los se�ores, el dios grande, poderoso y temible, que no hace acepci�n de personas ni admite soborno; [18] que hace justicia al hu�rfano y a la viuda, y ama al forastero, a quien da pan y vestido. [19] (amad al forastero porque forasteros fuisteis vosotros en el pa�s de egipto.) [20] a yahveh tu dios temer�s, a �l servir�s, vivir�s unido a �l y en su nombre jurar�s. [21] el ser� objeto de tu alabanza y �l tu dios, que ha hecho por ti esas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto. [22] no m�s de setenta personas eran tus padres cuando bajaron a egipto, y yahveh tu dios te ha hecho ahora numeroso como las estrellas del cielo. el deuteronomio cap.11

[1] amar�s a yahveh tu dios y guardar�s siempre sus ritos, sus preceptos, normas y mandamientos. [2] vosotros sab�is hoy -no vuestros hijos, que ni saben ni han visto la lecci�n de yahveh vuestro dios, su grandeza, su mano fuerte y su tenso brazo[3] las se�ales y haza�as que realiz� �l en medio de egipto, contra fara�n rey de egipto y todo su pueblo; [4] lo que hizo con el ej�rcito de egipto, con sus caballos y sus carros, precipitando sobre ellos las aguas del mar de suf cuando os persegu�an, y aniquil�ndolos yahveh hasta el d�a de hoy; [5] lo que ha hecho por vosotros en el desierto hasta vuestra llegada a este lugar; [6] lo que hizo con dat�n y abir�n, hijos de eliab el rubenita, cuando la tierra abri� su boca y los trag� en medio de todo israel, con sus familias, sus tiendas y todos los que les segu�an. [7] pues vuestros mismos ojos han visto toda esta gran obra que yahveh ha realizado. [8] guardar�is todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que os haga�s fuertes y llegu�is a poseer la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesi�n, [9] y para que prolongu�is vuestros d�as en el suelo que yahveh jur� dar a vuestros padres y a su descendencia, tierra que mana leche y miel. [10] porque la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesi�n no es como el pa�s de egipto del que hab�is salido, donde despu�s de sembrar hab�a que regar con el pie, como se riega un huerto de hortalizas. [11] sino que la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesi�n es una tierra de montes y valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo. [12] de esta tierra se cuida yahveh tu dios; los ojos de yahveh tu dios est�n constantemente puestos en ella, desde que comienza el a�o hasta que termina. [13] y si vosotros obedec�is puntualmente a los mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a yahveh vuestro dios y sirvi�ndole con todo vuestro coraz�n y con toda vuestra alma, [14] yo dar� a vuestro pa�s la lluvia a su tiempo, lluvia de oto�o y lluvia de primavera, y t� podr�s cosechar tu trigo, tu mosto y tu aceite; [15] yo dar� a tu campo hierba para tu ganado, y comer�s hasta hartarte. [16] cuidad bien que no se pervierta vuestro coraz�n y os descarri�is a dar culto o otros dioses, y a postraros ante ellos; [17] pues la ira de yahveh se encender�a contra vosotros y cerrar�a los cielos, no habr�a m�s lluvia, el suelo no dar�a su fruto y vosotros perecer�ais bien pronto en esa tierra buena que yahveh os da. [18] poned estas palabras en vuestro coraz�n y en vuestra alma, atadlas a vuestra mano como una se�al, y sean como una insignia entre vuestros ojos. [19] ense��dselas a vuestros hijos, hablando de ellas tanto si est�s en casa como si vas de viaje, as� acostado como levantado. [20] las escribir�s en las jambas de tu casa y en tus puertas, [21] para que vuestros d�as y los d�as de vuestros hijos en la tierra que yahveh jur� dar a vuestros padres sean tan numerosos como los d�as del cielo sobre la tierra. [22] porque, si de verdad guard�is todos estos mandamientos que yo os mando practicar, amando a yahveh vuestro dios, siguiendo todos sus caminos y viviendo unidos a �l, [23] yahveh desalojar� delante de vosotros a todas esas naciones, y vosotros desalojar�is a naciones m�s numerosas y fuertes que vosotros. [24] todo lugar que pise la planta de vuestro pie ser� vuestro; desde el r�o, el r�o eufrates, hasta el mar occidental, se extender� vuestro territorio. [25] nadie podr� resistiros; yahveh vuestro dios har� que se os tema y se os respete sobre la haz de toda la tierra que hab�is de pisar, como �l os ha dicho. [26] mira: yo pongo hoy ante vosotros bendici�n y maldici�n. [27] bendici�n si escuch�is los mandamientos de yahveh vuestro dios que yo os

prescribo hoy, [28] maldici�n si deso�s los mandamientos de yahveh vuestro dios, si os apart�is del camino que yo os prescribo hoy, para seguir a otros dioses que no conoc�is. [29] cuando yahveh tu dios te haya introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesi�n, pondr�s la bendici�n sobre el monte garizim y la maldici�n sobre el monte ebal. [30] (estos montes est�n, como sab�is, al otro lado del jord�n, detr�s del camino del poniente, en el pa�s de los cananeos que habitan en la arab�, frente a guilgal, cerca de la encina de mor�.) [31] ya que vais a pasar el jord�n para ir a tomar posesi�n de la tierra que yahveh vuestro dios os da, cuando la pose�is y habit�is en ella, [32] cuidar�is de poner en pr�ctica todos los preceptos y normas que yo os expongo hoy. el deuteronomio cap.12 [1] estos son los preceptos y normas que cuidar�is de poner en pr�ctica en la tierra que yahveh el dios de tus padres te ha dado en posesi�n, todos los d�as que viv�is en su suelo. [2] suprimir�is todos los lugares donde los pueblos que vais a desalojar han dado culto a sus dioses, en lo alto de los montes, en las colinas, y bajo todo �rbol frondoso; [3] demoler�is su altares, romper�is sus estelas, quemar�is sus cipos, derribar�is las esculturas de sus dioses y suprimir�is su nombre de este lugar. [4] no proceder�is as� respecto de yahveh vuestro dios, [5] sino que s�lo vendr�is a buscarle al lugar elegido por yahveh vuestro dios, de entre todas las tribus, para poner en �l la morada de su nombre. [6] all� llevar�is vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas reservadas de vuestras manos, vuestras ofrendas votivas y vuestras ofrendas voluntarias, los primog�nitos de vuestro ganado mayor y menor, [7] all� comer�is en presencia de yahveh vuestro dios y os regocijar�is, vosotros y vuestras casas, de todas las empresas en que yahveh tu dios te haya bendecido. [8] no har�is lo que nosotros hacemos aqu� hoy, cada cual lo que le parece bien, [9] porque todav�a no hab�is llegado al lugar de descanso y a la heredad que yahveh tu dios te da. [10] pero cuando pas�is el jord�n y habit�is en la tierra que yahveh vuestro dios os da en herencia, cuando �l os haya puesto al abrijgo de todos vuestros enemigos de alrededor, y viv�is con tranquilidad, [11] llevar�is al lugar elegido por yahveh vuestro dios para morada de su nombre todo lo que yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas reservadas de vuestras manos, lo m�s selecto de vuestras ofrendas que hay�is prometido con voto a yahveh; [12] y os rogocijar�is en presencia de yahveh, vosotros, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, as� como el levita que vive en vuestras ciudades, ya que no tiene parte ni heredad con vosotros. [13] gu�rdate de ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar sagrado que veas; [14] s�lo en el lugar elegido por yahveh en una de tus tribus podr�s ofrecer tus holocaustos y s�lo all� pondr�s en pr�ctica todo lo que yo te mando. [15] podr�s, sin embargo, siempre que lo desees, sacrificar y comer la carne, como bendici�n que te ha dado yahveh tu dios, en todas tus ciudades. tanto el puro como el impuro podr�n comerla, como si fuese gacela o ciervo. [16] s�lo la sangre no la comer�is; la derramar�s en tierra como agua. [17] no podr�s comer en tus ciudades el diezmo de tu trigo, de tu mosto o de tu aceite, ni los primog�nitos de tu ganado mayor o menor, ninguna de tus ofrendas votivas o de tus ofrendas voluntarias, ni las ofrendas reservadas de tus manos. [18] sino que lo comer�s en presencia de yahveh tu dios, en el lugar elegido por yahveh tu dios y solamente all�, t�, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades. y te regocijar�s en presencia de yahveh tu

dios por todas tus empresas. [19] gu�rdate de dejar abandonado al levita mientras vivas en tu suelo. [20] cuando yahveh tu dios haya ensanchado tu territorio, como te ha prometido, y digas: �querr�a comer carne�, si deseas comer carne, podr�s hacerlo siempre que quieras. [21] si el lugar elegido por yahveh tu dios para morada de su nombre est� demasiado lejos de ti, podr�s sacrificar del ganado mayor y menor que yahveh te haya concedido, del modo que yo te he prescrito; lo podr�s comer en tus ciudades a la medida de tus deseos; [22] y lo com�ras como se come la gacela o el ciervo; podr�n comerlo tanto el puro como el impuro. [23] gu�rdate s�lo de comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne. [24] no la comer�s, la derramar�s en tierra como agua. [25] no la comer�s, para que seas feliz, t� y tu hijo despu�s de ti, por haber hecho lo que es justo a los ojos de yahveh. [26] pero las cosas sagradas que te correspondan y las que hayas prometido con voto, ir�s a llevarlas a aquel lugar elegido por yahveh. [27] har�s el holocausto de la carne y de la sangre sobre el altar de yahveh tu dios; la sangre de tus sacrificios ser� derramada sobre el altar de yahveh tu dios, y tu podr�s comer la carne. [28] observa y escucha todas estas cosas que yo te mando, para que seas feliz siempre, t� y tu hijo despu�s de ti, por haber hecho lo que es bueno y justo a los ojos de yahveh tu dios. [29] cuando yahveh tu dios haya exterminado las naciones que t� vas a desalojar ante ti, cuando las hayas desalojado y habites en su tierra, [30] gu�rdate de dejarte prender en el lazo siguiendo su ejemplo despu�s de haber sido ellos exterminados ante ti, y de buscar sus dioses, diciendo; ��c�mo serv�an estas naciones a sus dioses? as� har� yo tambi�n,� [31] no proceder�s as� con yahveh tu dios. porque todo lo que es una abominaci�n para yahveh, lo que detesta, lo hacen ellos en honor de sus dioses: llegan incluso a quemar al fuego a sus hijos e hijas en honor de sus dioses. el deuteronomio cap.13 [1] todo esto que yo os mando, cuidar�is de ponerlo por obra, sin a�adir ni quitar nada. [2] si surge en medio de ti un profeta o vidente en sue�os, que te propone una se�al o un prodigio, [3] y llega a realizarse la se�al o el prodigio que te ha anunciado, y te dice: �vamos en pos de otros dioses (que t� no conoces) a servirles�, [4] no escuchar�s las palabras de ese profeta o de ese vidente en sue�os. es que yahveh vuestro dios os pone a prueba para saber si verdaderamente am�is a yahveh vuestro dios con todo vuestro coraz�n y con toda vuestra alma. [5] a yahveh vuestro dios seguir�is y a �l temer�is, guardar�is sus mandamientos y escuchar�is su voz, a �l servir�is y vivir�is unidos a �l. [6] ese profeta o vidente en sue�os deber� morir por haber predicado la rebeli�n contra yahveh tu dios -que te sac� del pa�s de egipto y te rescat� de la casa de servidumbre- para apartarte del camino que yahveh tu dios te ha mandado seguir. as� har�s desaparecer el mal de en medio de ti. [7] si tu hermano, hijo de tu padre o hijo de tu madre, tu hijo o tu hija, la esposa que reposa en tu seno o el amigo que es tu otro yo, trata de seducirte en secreto dici�ndote: �vamos a servir a otros dioses�, desconocidos de ti y de tus padres, [8] de entre los dioses de los pueblos pr�ximos o lejanos que os rodean de un extremo a otro de la tierra, [9] no acceder�s ni le escuchar�s, tu ojo no tendr� piedad de �l, no le perdonar�s ni le encubrir�s,

[10] sino que le har�s morir; tu mano caer� la primera sobre �l para darle muerte, y despu�s la mano de todo el pueblo. [11] le apedrear�s hasta que muera, porque trat� de apartarte de yahveh tu dios, el que te sac� del pa�s de egipto, de la casa de servidumbre. [12] y todo israel, cuando lo sepa, tendr� miedo y dejar� de cometer este mal en medio de ti. [13] si oyes decir que en una de las ciudades que yahveh tu dios te da para habitar en ella [14] algunos hombres, malvados, salidos de tu propio seno, han seducido a sus conciudadanos diciendo: �vamos a dar culto a otros dioses�, desconocidos de vosotros, [15] consultar�s, indagar�s y preguntar�s minuciosamente. si es verdad, si se comprueba que en medio de ti se ha cometido tal abominaci�n, [16] deber�s pasar a filo de espada a los habitantes de esa ciudad; la consagrar�s al anatema con todo lo que haya dentro de ella; [17] amontonar�s todos sus despojos en medio de la plaza p�blica y prender�s fuego a la ciudad con todos sus despojos, todo ello en honor de yahveh tu dios. quedar� para siempre convertida en un mont�n de ruinas, y no volver� a ser edificada. [18] de este anatema no se te quedar� nada en la mano, para que yahveh aplaque el ardor de su ira y sea misericordioso contigo, tenga piedad de ti y te multiplique como prometi� bajo juramento a tus padres, [19] a condici�n de que escuches la voz de yahveh tu dios guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy y haciendo lo que es justo a los ojos de yahveh tu dios. el deuteronomio cap.14 [1] hijos sois de yahveh vuestro dios. no os har�is incisi�n ni tonsura entre los ojos por un muerto. [2] porque t� eres un pueblo consagrado a yahveh tu dios, y yahveh te ha escogido para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra. [3] no comer�s nada que sea abominable. [4] estos son los animales que podr�is comer: buey, carnero, cabra, [5] ciervo, gacela, gamo, cabra mont�s, ant�lope, b�falo, gamuza. [6] y todo animal de pezu�a partida, hendida en dos mitades, y que rumia, lo pod�is comer. [7] sin embargo, entre los que rumian y entre los animales de pezu�a partida y hendida no podr�is comer los siguientes: el camello, la liebre y el dam�n, que rumian pero no tienen la pezu�a hendida; los tendr�is por impuros. [8] tampoco el cerdo, que tiene la pezu�a partida y hendida, pero no rumia; lo tendr�is por impuro. no comer�is su carne ni tocar�is su cad�ver. [9] de entre todo lo que vive en el agua, pod�is comer lo siguiente: todo lo que tiene aletas y escamas lo pod�is comer. [10] pero no comer�is lo que no tiene aletas y escamas: lo tendr�is por impuro. [11] pod�is comer toda ave pura, [12] pero las siguientes no las pod�is comer: el �guila, el quebrantahuesos, el �guila marina, [13] el buitre, las diferentes especies de halc�n, [14] todas las especies de cuervo, [15] el avestruz, la lechuza, la gaviota y las diferentes especies de gavilanes, [16] el b�ho, el ibis, el cisne, [17] el pel�cano, el calam�n, el somormujo, [18] la cig�e�a, las diferentes especies de garza real, la abubilla y el murci�lago. [19] tendr�is por impuro todo bicho alado, no lo comer�is. [20] pod�is comer todo vol�til puro.

[21] no comer�is ninguna bestia muerta. se la dar�s al forastero que vive en tus ciudades para que �l la coma, o bien v�ndesela a un extranjero. porque t� eres un pueblo consagrado a yahveh tu dios. no cocer�s el cabrito en la leche de su madre. [22] cada a�o deber�s apartar el diezmo de todo lo que tus sementeras hayan producido en tus campos, [23] y, en presencia de yahveh tu dios, en el lugar que �l haya elegido para morada de su nombre, comer�s el diezmo de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, as� como los primog�nitos de tu ganado mayor y menor; a fin de que aprendas a temer siempre a yahveh tu dios. [24] si el camino es demasiado largo para ti, si no puedes transportarlo porque el lugar elegido por yahveh para morada de su nombre te cae demasiado lejos, cuando yahveh tu dios te haya bendecido, [25] lo cambiar�s por dinero, llevar�s el dinero en tu mano e ir�s al lugar elegido por yahveh tu dios; [26] all� emplear�s este dinero en todo lo que desees, ganado mayor o menor, vino o bebida fermentada, todo lo que tu alma apetezca. comer�s all� en presencia de yahveh tu dios y te regocijar�s, t� y tu casa. [27] y no abandonar�s al levita que vive en tus ciudades, ya que �l no tiene parte ni heredad contigo. [28] cada tres a�os apartar�s todos los diezmos de tus cosechas de ese a�o y los depositar�s a tus puertas. [29] vendr�n as� el levita -ya que �l no tiene parte ni heredad contigo- el forastero, el hu�rfano y la viuda que viven en tus ciudades, y comer�n hasta hartarse. y yahveh tu dios te bendecir� en todas las obras que emprendas. el deuteronomio cap.15 [1] cada siete a�os har�s remisi�n. [2] en esto consiste la remisi�n. todo acreedor que posea una prenda personal obtenida de su pr�jimo, le har� remisi�n; no apremiar� a su pr�jimo ni a su hermano, si se invoca la remisi�n en honor de yahveh. [3] podr�s apremiar al extranjero, pero a tu hermano le conceder�s la remisi�n de lo que te debe. [4] cierto que no deber�a haber ning�n pobre junto a ti, porque yahveh te otorgar� su bendici�n en la tierra que yahveh tu dios te da en herencia para que la poseas, [5] pero s�lo si escuchas de verdad la voz de yahveh tu dios cuidando de poner en pr�ctica todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy. [6] s�, yahveh tu dios te bendecir� como te ha dicho: prestar�s a naciones numerosas, y t� no pedir�s prestado, dominar�s a naciones numerosas, y a ti no te dominar�n. [7] si hay junto a ti alg�n pobre de entre tus hermanos, en alguna de las ciudades de tu tierra que yahveh tu dios te da, no endurecer�s tu coraz�n ni cerrar�s tu mano a tu hermano pobre, [8] sino que le abrir�s tu mano y le prestar�s lo que necesite para remediar su indigencia. [9] cuida de no abrigar en tu coraz�n estos perversos pensamientos: �ya pronto llega el a�o s�ptimo, el a�o de la remisi�n�, para mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada; �l apelar�a a yahveh contra ti y te cargar�as con un pecado. [10] cuando le des algo, se lo has de dar de buena gana, que por esta acci�n te bendecir� Yahveh, tu dios en todas tus obras y en todas tus empresas. [11] pues no faltar�n pobres en esta tierra; por eso te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra. [12] si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti, te servir� durante seis a�os y al s�ptimo le dejar�s libre. [13] al dejarle libre, no le mandar�s con las manos vac�as;

[14] le har�s alg�n presente de tu ganado menor, de tu era y de tu lagar; le dar�s seg�n como te haya bendecido yahveh tu dios. [15] recordar�s que tu fuiste esclavo en el pa�s de egipto y que yahveh tu dios te rescat�: por eso te mando esto hoy. [16] pero si �l te dice: �no quiero marcharme de tu lado�, porque te ama, a ti y a tu casa, porque le va bien contigo, [17] tomar�s un punz�n, le horadar�s la oreja contra la puerta, y ser� tu siervo para siempre. lo mismo har�s con tu sierva. [18] no se te haga demasiado duro el dejarle en libertad, porque el haberte servido seis a�os vale por un doble salario de jornalero. y yahveh tu dios te bendecir� en todo lo que hagas. [19] todo primog�nito que nazca en tu ganado mayor o menor, si es macho, lo consagraras a yahveh tu dios. no someter�s al trabajo al primog�nito de tu vaca ni esquilar�s al primog�nito de tu oveja. [20] lo comer�s, t� y tu casa, cada a�o, en presencia de yahveh tu dios, en el lugar elegido por yahveh. [21] si tiene alguna tara, si es cojo o ciego o con alg�n otro defecto grave, no lo sacrificar�s a yahveh tu dios. [22] lo comer�s en tus ciudades, lo mismo el puro que el impuro, como si fuese gacela o ciervo; [23] s�lo la sangre no la comer�s; la derramar�s en tierra como agua. el deuteronomio cap.16 [1] guarda el mes de abib y celebra en �l la pascua en honor de yahveh tu dios, porque fue en el mes de abib, por la noche, cuando yahveh tu dios te sac� de egipto. [2] sacrificar�s en honor de yahveh tu dios una v�ctima pascual de ganado mayor y menor, en el lugar eligido por yahveh tu dios para morada de su nombre. [3] no comer�s con la v�ctima pan fermentado; durante siete d�as la comer�s con �zimos -pan de aflicci�n- porque a toda prisa saliste del pa�s de egipto: para que te acuerdes todos los d�as de tu vida del d�a en que saliste del pa�s de egipto. [4] durante siete d�as no se ver� junto a ti levadura, en todo tu territorio, y de la carne que hayas sacrificado la tarde del primer d�a no deber� quedar nada para la ma�ana siguiente. [5] no podr�s sacrificar la pascua en ninguna de las ciudades que yahveh tu dios te da, [6] sino que s�lo en el lugar elegido por yahveh tu dios para morada de su nombre, sacrificar�s la pascua, por la tarde a la puesta del sol, hora en que saliste de egipto. [7] la cocer�s y la comer�s en el lugar elegido por yahveh tu dios, y a la ma�ana siguiente te volver�s y marchar�s a tus tiendas. [8] comer�s �zimos durante seis d�as; el d�a s�ptimo habr� reuni�n en honor de yahveh tu dios; y no har�s ning�n trabajo. [9] contar�s siete semanas. cuando la hoz comience a cortar las espigas comenzar�s a contar estas siete semanas. [10] y celebrar�s en honor de yahveh tu dios la fiesta de las semanas, con la ofrenda voluntaria que haga tu mano, en la medida en que yahveh tu dios te haya bendecido. [11] en presencia de yahveh tu dios te regocijar�s, en el lugar elegido por yahveh tu dios para morada de su nombre: t�, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita que vive en tus ciudades, el forastero, el hu�rfano y la viuda que viven en medio de ti. [12] te acordar�s de que fuiste esclavo en egipto y cuidar�s de poner en pr�ctica estos preceptos. [13] celebrar�s la fiesta de las tiendas durante siete d�as, cuando hayas recogido la cosecha de tu era y de tu lagar. [14] durante tu fiesta te regocijar�s, t�, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu

sierva, el levita, el forastero, el hu�rfano y la viuda que viven en tus ciudades. [15] durante siete d�as har�s fiesta a yahveh tu dios en el lugar elegido por yahveh; porque yahveh tu dios te bendecir� en todas tus cosechas y en todas tus obras, y ser�s plenamente feliz. [16] tres veces al a�o se presentar�n todos tus varones ante yahveh tu dios, en el lugar elegido por �l: en la fiesta de los azimos, en la fiesta de las semanas, y en la fiesta de las tiendas. nadie se presentar� ante yahveh con las manos vac�as; [17] sino que cada cual ofrecer� el don de su mano, seg�n la bendici�n que yahveh tu dios te haya otorgado. [18] establecer�s jueces y escribas para tus tribus en cada una de las ciudades que yahveh te da; ellos juzgar�n al pueblo con juicios justos. [19] no torcer�s el derecho, no har�s acepci�n de personas, no aceptar�s soborno, porque el soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las palabras de los justos. [20] justicia, s�lo justicia has de buscar, para que vivas y poseas la tierra que yahveh tu dios te da. [21] no plantar�s cipo, ni ninguna clase de �rbol, junto al altar de yahveh tu dios que hayas construido; [22] y no te erigir�s estela, cosa que detesta yahveh tu dios. el deuteronomio cap.17 [1] no sacrificar�s a yahveh tu dios ganado mayor o menor que tenga cualquier tara o defecto, porque es una abominaci�n para yahveh tu dios. [2] si hay en medio de ti, en alguna de las ciudades que yahveh tu dios te da, un hombre o una mujer que haga lo que es malo a los ojos de yahveh tu dios, violando su alianza, [3] que vaya a servir a otros dioses y se postre ante ellos, o ante el sol, la luna, o todo el ej�rcito de los cielos, cosa que yo no he mandado, [4] y es denunciado a ti; si, despu�s de escucharle y haber hecho una indagaci�n minuciosa, se verifica el hecho y se comprueba que en israel se ha cometido tal abominaci�n, [5] sacar�s a las puertas de tu ciudad a ese hombre o mujer, culpables de esta mala acci�n, y los apedrear�s, al hombre o a la mujer, hasta que mueran. [6] no se podr� ejecutar al reo de muerte m�s que por declaraci�n de dos o tres testigos; no se le har� morir por declaraci�n de un solo testigo. [7] la primera mano que se pondr� sobre �l para darle muerte ser� la de los testigos, y luego la mano de todo el pueblo. as� har�s desaparecer el mal de en medio de ti. [8] si tienes que juzgar un caso demasiado dif�cil para ti, una causa de sangre, de colisi�n de derechos, o de lesiones, un litigio cualquiera en tus ciudades, te levantar�s, subir�s al lugar elegido por yahveh tu dios, [9] y acudir�s a los sacerdotes levitas y al juez que entonces est� en funciones. ellos har�n una investigaci�n y te indicar�n el fallo de la causa. [10] te ajustar�s al fallo que te hayan indicado en este lugar elegido por yahveh, y cuidar�s de actuar conforme a cuanto te hayan ense�ado. [11] te ajustar�s a las instrucciones que te hayan dado y a la sentencia que te dicten, sin desviarte a derecha ni a izquierda del fallo que te se�alen. [12] si alguno procede insolentemente, no escuchando ni al sacerdote que se encuentra all� al servicio de yahveh tu dios, ni al juez, ese hombre morir�. har�s desaparecer el mal de israel. [13] as� todo el pueblo, al saberlo, temer� y no actuar� m�s con insolencia. [14] si cuando llegues a la tierra que yahveh tu dios te da, la tomes en posesi�n y habites en ella, dices: �querr�a poner un rey sobre m� como todas las naciones de alrededor�. [15] deber�s poner sobre ti un rey elegido por yahveh, y a uno de entre tus hermanos pondr�s sobre ti como rey; no podr�s darte por rey a un extranjero que no

sea hermano tuyo. [16] pero no ha de tener muchos caballos, ni har� volver al pueblo a egipto para aumentar su caballer�a, porque yahveh os ha dicho: �no volver�is a ir jam�s por ese camino.� [17] no ha de tener muchas mujeres, cosa que podr�a descarriar su coraz�n. tampoco deber� tener demasiada plata y oro. [18] cuando suba al trono real, deber� escribir esta ley para su uso, copi�ndola del libro de los sacerdotes levitas. [19] la llevar� consigo; la leer� todos los d�as de su vida para aprender a temer a yahveh su dios, guardando todas las palabras de esta ley y estos preceptos, para ponerlos en pr�ctica. [20] as� su coraz�n no se engreir� sobre sus hermanos y no se apartar� de estos mandamientos ni a derecha ni a izquierda. y as� prolongar� los d�as de su reino, �l y sus hijos, en medio de israel. el deuteronomio cap.18 [1] los sacerdotes levitas, toda la tribu de lev�, no tendr�n parte ni heredad con israel: vivir�n de los manjares ofrecidos a yahveh y de su heredad. [2] esta tribu no tendr� heredad entre sus hermanos; yahveh ser� su heredad, como �l le ha dicho. [3] este ser� el derecho de los sacerdotes sobre aquellos que ofrezcan un sacrificio de ganado mayor o menor: se dar� al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar. [4] le dar�s las primicias de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, as� como las primicias del esquileo de tu ganado menor. [5] porque a �l le ha elegido yahveh tu dios entre todas las tribus para ejercer su ministerio en el nombre de yahveh �l y sus hijos para siempre. [6] si el levita llega de una de tus ciudades de todo israel donde reside, y entra por deseo propio en el lugar elegido por yahveh, [7] oficiar� en el nombre de yahveh su dios, como todos sus hermanos levitas que se encuentran all� en presencia de yahveh; [8] comer� una porci�n igual a la de ellos, aparte lo que obtenga por la venta de sus bienes patrimoniales. [9] cuando hayas entrado en la tierra que yahveh tu dios te da, no aprender�s a cometer abominaciones como las de esas naciones. [10] no ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinaci�n, astrolog�a, hechicer�a o magia, [11] ning�n encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos. [12] porque todo el que hace estas cosas es una abominaci�n para yahveh tu dios y por causa de estas abominaciones desaloja yahveh tu dios a esas naciones delante de ti. [13] has de ser �ntegro con yahveh tu dios. [14] porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a astr�logos y adivinos, pero a ti yahveh tu dios no te permite semejante cosa. [15] yahveh tu dios suscitar�, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escuchar�is. [16] es exactamente lo que t� pediste a yahveh tu dios en el horeb, el d�a de la asamblea, diciendo: �para no morir, no volver� a escuchar la voz de yahveh mi dios, ni mirar� m�s a este gran fuego�. [17] y yahveh me dijo a m�: �bien est� lo que han dicho. [18] yo les suscitar�, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondr� mis palabras en su boca, y �l les dir� todo lo que yo le mande. [19] si alguno no escucha mis palabras, las que ese profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pedir� cuentas de ello. [20] pero si un profeta tiene la presunci�n de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir, y habla en nombre de otros dioses, ese profeta morir�.�

[21] acaso vas a decir en tu coraz�n: ��c�mo sabremos que esta palabra no la ha dicho yahveh?� [22] si ese profeta habla en nombre de yahveh, y lo que dice queda sin efecto y no se cumple, es que yahveh no ha dicho tal palabra; el profeta lo ha dicho por presunci�n; no le tengas miedo. el deuteronomio cap.19 [1] cuando yahveh tu dios haya exterminado a las naciones cuya tierra te va a dar yahveh tu dios, cuando las hayas desalojado y habites en sus ciudades y sus casas, [2] te reservar�s tres ciudades en medio de la tierra que yahveh tu dios te da en posesi�n. [3] tendr�s franco el camino de acceso a ellas, y dividir�s en tres partes el territorio del pa�s que yahveh tu dios te da en posesi�n: esto para que todo homicida pueda huir all�. [4] este es el caso del homicida que puede salvar su vida huyendo all�. el que mate a su pr�jimo sin querer, sin haberle odiado antes [5] (por ejemplo, si va al bosque con su pr�jimo a cortar le�a y, al blandir su mano el hacha para tirar el �rbol, se sale el hierro del mango y va a herir mortalmente a su pr�jimo), �ste puede huir a una de esas ciudades y salvar su vida: [6] no sea que el vengador de sangre, cuando su coraz�n arde de ira, persiga al asesino, le d� alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, siendo as� que �ste no es reo de muerte, puesto que no odiaba anteriormente al otro. [7] por eso te doy yo esta orden: �te reservar�s tres ciudades�; [8] y si yahveh tu dios dilata tu territorio, como jur� a tus padres, y te da toda la tierra que prometi� dar a tus padres. [9] -a condici�n de que guardes y practiques todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, amando a yahveh tu dios y siguiendo siempre sus caminos-, a estas tres ciudades a�adir�s otras tres. [10] as� no se derramar� sangre inocente en medio de la tierra que yahveh tu dios te da en herencia, y no habr� sangre sobre ti. [11] pero si un hombre odia a su pr�jimo y le tiende una emboscada, se lanza sobre �l, le hiere mortalmente y aqu�l muere, y luego huye a una de estas ciudades, [12] los ancianos de su ciudad mandar�n a prenderle all�, y le entregar�n en manos del vengador de sangre, para que muera. [13] no tendr� tu ojo piedad de �l. har�s desaparecer de israel todo derramamiento de sangre inocente, y as� te ir� bien. [14] no desplazar�s los mojones de tu pr�jimo, puestos por los antepasados, en la heredad recibida en la tierra que yahveh tu dios te da en posesi�n. [15] un solo testigo no es suficiente para convencer a un hombre de cualquier culpa o delito; sea cual fuere el delito que haya cometido, s�lo por delaraci�n de dos o tres testigos ser� firme la causa. [16] si un testigo injusto se levanta contra un hombre para acusarle de transgresi�n, [17] los dos hombres que por ello tienen pleito comparecer�n en presencia de yahveh, ante los sacerdotes y los jueces que est�n entonces en funciones. [18] los jueces indagar�n minuciosamente, y si resulta que el testigo es un testigo falso, que ha acusado falsamente a su hermano, [19] har�is con �l lo que �l pretend�a hacer con su hermano. as� har�s desaparecer el mal de en medio de ti. [20] los dem�s, al saberlo, temer�n y no volver�n a cometer una maldad semejante en medio de ti. [21] no tendr� piedad tu ojo. vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie. el deuteronomio cap.20

[1] cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y veas caballos, carros y un pueblo m�s numeroso que t�, no les tengas miedo; porque est� contigo yahveh tu dios, el que te sac� del pa�s de egipto. [2] cuando est�is para entablar combate, el sacerdote se adelantar� y hablar� al pueblo. [3] les dir�: �escucha, israel; hoy vais a entablar combate con vuestros enemigos; no desmaye vuestro coraz�n, no teng�is miedo ni os turb�is, ni tembl�is ante ellos, [4] porque yahveh vuestro dios marcha con vosotros para pelear en favor vuestro contra vuestros enemigos y salvaros.� [5] luego los escribas hablar�n al pueblo y dir�n: ��qui�n ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado todav�a? v�yase y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y la estrene otro hombre. [6] ��qui�n ha plantado una vi�a y todav�a no la ha disfrutado? v�yase y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y la disfrute otro. [7] ��qui�n se ha desposado con una mujer y no se ha casado a�n con ella? v�yase y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y se case con ella otro hombre.� [8] los escribas dir�n adem�s al pueblo: ��qui�n tiene miedo y siente enflaquecer su �nimo? v�yase y vuelva a su casa, para que no desanime el coraz�n de sus hermanos como lo est� el suyo.� [9] en cuanto los escribas hayan acabado de hablar al pueblo, se pondr�n al frente de �l jefes de tropa. [10] cuando te acerques a una ciudad para combatir contra ella, le propondr�s la paz. [11] si ella te responde con la paz y te abre sus puertas, todo el pueblo que se encuentre en ella te deber� tributo y te servir�. [12] pero si no hace la paz contigo y te declara la guerra, la sitiar�s. [13] yahveh tu dios la entregar� en tus manos, y pasar�s a filo de espada a todos sus varones; [14] las mujeres, los ni�os, el ganado, todo lo que haya en la ciudad, todos sus despojos, lo tomar�s como bot�n. comer�s los despojos de los enemigos que yahveh tu dios te haya entregado. [15] as� has de tratar a las ciudades muy alejadas de ti, que no forman parte de estas naciones. [16] en cuanto a las ciudades de estos pueblos que yahveh tu dios te da en herencia, no dejar�s nada con vida, [17] sino que las consagrar�s al anatema: a hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas, y jebuseos, como te ha mandado yahveh tu dios, [18] para que no os ense�en a imitar todas esas abominaciones que ellos hac�an en honor de sus dioses: �pecar�ais contra yahveh vuestro dios! [19] si, al atacar una ciudad, tienes que sitiarla mucho tiempo para tomarla, no destruir�s su arbolado metiendo en �l el hacha; te alimentar�s de �l sin talarlo. �son acaso hombres los �rboles del campo para que los trates como a sitiados? [20] sin embargo podr�s destruir y cortar los �rboles que sabes que no son frutales, y hacer con ellos obras de asedio contra esa ciudad que est� en guerra contigo, hasta que caiga. el deuteronomio cap.21 [1] si en el suelo que yahveh tu dios te da en posesi�n se descubre un hombre muerto, tendido en el campo, sin que se sepa qui�n lo mat�, [2] tus ancianos y tus escribas ir�n a medir la distancia entre la v�ctima y las ciudades de alrededor. [3] los ancianos de la ciudad que resulte m�s pr�xima al muerto, tomar�n una becerra a la que no se le haya hecho todav�a trabajar ni llevar el yugo. [4] los ancianos de esa ciudad bajar�n la becerra a un torrente de agua perenne,

donde no se haya arado ni se siembre, y all�, en el torrente, romper�n la nuca de la becerra. [5] se adelantar�n entonces los sacerdotes hijos de lev�; porque a ellos ha eligido yahveh tu dios para estar a su servicio y para dar la bendici�n en el nombre de yahveh, y a su decisi�n corresponde resolver toto litigio y toda causa de lesiones. [6] todos los ancianos de la ciudad mas proxima al hombre muerto se lavar�n las manos en el torrente, sobre la becerra desnucada. [7] y pronunciar�n estas palabras: �nuestras manos no han derramado esa sangre y nuestros ojos no han visto nada. [8] cubre a israel tu pueblo, t� Yahveh que lo rescataste, y no dejes que se derrame sangre inocente en medio de tu pueblo israel.� as� quedar�n a cubierto de esa sangre, [9] y t� habr�s quitado de en medio de ti la sangre inocente, haciendo lo que es justo a los ojos de yahveh. [10] cuando vayas a la guerra contra tus enemigos, y yahveh tu dios los entregue en tus manos y te lleves sus cautivos, [11] si ves entre ellos una mujer hermosa, te prendas de ella y quieres tomarla por mujer, [12] la llevar�s a tu casa. ella se rapar� la cabeza y se har� las u�as, [13] se quitar� su vestido de cautiva y quedar� en tu casa llorando a su padre y a su madre un mes entero. despu�s de esto podr�s llegarte a ella, y ser�s su marido y ella ser� tu mujer. [14] si m�s tarde resulta que ya no la quieres, la dejar�s marchar en libertad, y no podr�s venderla por dinero, ni hacerla tu esclava, por cuanto la has humillado. [15] si un hombre tiene dos mujeres a una de las cuales ama y a la otra no, y tanto la mujer amada como la otra le dan hijos, si resulta que el primog�nito es de la mujer a quien no ama, [16] el d�a que reparta la herencia entre sus hijos no podr� dar el derecho de primogenitura al hijo de la mujer que ama, en perjuicio del hijo de la mujer que no ama, que es el primog�nito. [17] sino que reconocer� como primog�nito al hijo de �sta, d�ndole una parte doble de todo lo que posee: porque este hijo, primicias de su vigor, tiene derecho de primogenitura. [18] si un hombre tiene un hijo rebelde y d�scolo, que no escucha la voz de su padre ni la voz de su madre, y que, castigado por ellos, no por eso les escucha, [19] su padre y su madre le agarrar�n y le llevar�n afuera donde los ancianos de su ciudad, a la puerta del lugar. [20] dir�n a los ancianos de su ciudad: �este hijo nuestro es rebelde y d�scolo, y no nos escucha, es un libertino y un borracho.� [21] y todos los hombres de su ciudad le apedrear�n hasta que muera. as� har�s desaparecer el mal de en medio de ti, y todo israel, al saberlo, temer�. [22] si un hombre, reo de delito capital, ha sido ejecutado y le has colgado de un �rbol, [23] no dejar�s que su cad�ver pase la noche en el �rbol; lo enterrar�s el mismo d�a, porque un colgado es una maldici�n de dios. as� no har�s impuro el suelo que yahveh tu dios te da en herencia. el deuteronomio cap.22 [1] si ves extraviada alguna res del ganado mayor o menor de tu hermano, no te desentender�s de ella, sino que se la llevar�s a tu hermano. [2] y si tu hermano no es vecino tuyo, o no le conoces, la recoger�s en tu casa y la guardar�s contigo hasta que tu hermano venga a buzscarla; entonces se la devolver�s. [3] lo mismo har�s con su asno, con su manto, o con cualquier objeto perdido por tu hermano que t� encuentres; no puedes desentenderte. [4] si ves ca�do en el camino el asno o el buey de tu hermano, no te

desentender�s de ellos, sino que le ayudar�s a levantarlos. [5] la mujer no llevar� ropa de hombre ni el hombre se pondr� vestidos de mujer, porque el que hace esto es una abominaci�n para yahveh tu dios. [6] si encuentras en el camino un nido de p�jaros, con polluelos o huevos, sobre un �rbol o en el suelo, y la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomar�s a la madre con las cr�as. [7] deja marchar a la madre, y puedes quedarte con las cr�as. as� tendr�s prosperidad y larga vida. [8] cuando construyas una casa nueva, pondr�s un pretil a tu azotea; as� tu casa no incurrir� en la venganza de sangre en el caso de que alguno se cayera de all�. [9] no sembrar�s tu vi�a con semilla de dos clases, no sea que quede consagrado todo: la semilla que siembres y el fruto de la vi�a. [10] no arar�s con un buey y una asna juntos. [11] no vestir�s ropa tejijda mitad de lana y mitad de lino. [12] te har�s unas borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras. [13] si un hombre se casa con una mujer, y despu�s de llegarse a ella, le cobra aversi�n, [14] le atribuye acciones torpes y la difama p�blicamente diciendo: �me he casado con esta mujer y, al llegarme a ella, no la he encontrado virgen,� [15] el padre de la joven y su madre tomar�n las pruebas de su virginidad y las descubrir�n ante los ancianos de la ciudad, a la puerta. [16] el padre de la joven dir� a los ancianos: �yo di mi hija por esposa a este hombre; �l le ha cobrado aversi�n, [17] y ahora le achaca acciones torpes diciendo: "no he encontrado virgen a tu hija." sin embargo, aqu� ten�is las se�ales de la virginidad de mi hija�, y levantar�n el pa�o ante los ancianos de la ciudad. [18] los ancianos de aquella ciudad tomar�n a ese hombre, le castigar�n, [19] y le pondr�n una multa de cien monedas de plata, que entregar�n al padre de la joven, por haber difamado p�blicamente a una virgen de israel. el la recibir� por mujer, y no podr� repudiarla en toda su vida. [20] pero si resulta que es verdad, si no aparecen en la joven las pruebas de la virginidad, [21] sacar�n a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrear�n hasta que muera, por haber cometido una infamia en israel prostituy�ndose en casa de su padre. as� har�s desaparecer el mal de en medio de ti. [22] si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morir�n los dos: el hombre que se acost� con la mujer y la mujer misma. as� har�s desaparecer de israel el mal. [23] si una joven virgen est� prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, [24] los sacar�is a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrear�is hasta que mueran: a la joven por no haber pedido socorro en la ciudad, y al hombre por haber violado a la mujer de su pr�jimo. as� har�s desaparecer el mal de en medio de ti. [25] pero si es en el campo donde el hombre encuentra a la joven prometida, la fuerza y se acuesta con ella, s�lo morir� el hombre que se acost� con ella; [26] no har�s nada a la joven: no hay en ella pecado que merezca la muerte. el caso es semejante al de un hombre que se lanza sobre su pr�jimo y le mata: [27] porque fue en el campo donde la encontr�, y la joven prometida acaso grit� sin que hubiera nadie que la socorriera. [28] si un hombre encuentra a una joven virgen no prometida, la agarra y se acuesta con ella, y son sorprendidos, [29] el hombre que acost� con ella dar� al padre de la joven cincuenta monedas de plata; ella ser� su mujer, porque la ha violado, y no podr� repudiarla en toda su vida. el deuteronomio cap.23

[1] nadie tomar� a la mujer de su padre, no retirar� el borde del manto de su padre. [2] el hombre que tenga los test�culos aplastados o el pene mutilado no ser� admitido en la asamblea de yahveh. [3] el bastardo no ser� admitido en la asamblea de yahveh; ni siquiera en su d�cima generaci�n ser� admitido en la asamblea de yahveh. [4] el ammonita y el moabita no ser�n admitidos en la asamblea de yahveh; ni aun en la d�cima generaci�n ser�n admitidos en la asamblea de yahveh, nunca jam�s. [5] porque no vinieron a vuestro encuentro con el pan y el agua cuando est�bais de camino a la salida de egipto, y porque alquil� para maldecirte a balaam, hijo de beor, desde petor, aram de mesopotamia. [6] s�lo que yahveh tu dios no quiso escuchar a balaam, y yahveh tu dios te cambi� la maldici�n en bendici�n, porque yahveh tu dios te ama. [7] no buscar�s jam�s mientras vivas su prosperidad ni su bienestar. [8] no tendr�s por abominable al idumeo, porque es tu hermano; tampoco al egipcio tendr�s por abominable, porque fuiste forastero en su pa�s. [9] a la tercera generaci�n, sus descendientes podr�n ser admitidos en la asamblea de yahveh. [10] cuando salgas a campa�a contra tus enemigos, te guardar�s de todo mal. [11] si hay entre los tuyos un hombre que no est� puro, por causa de una poluci�n nocturna, saldr� del campamento y no volver� a entrar. [12] pero a llegar la tarde se lavar�, y a la puesta del sol podr� volver al campamento. [13] tendr�s fuera del campamento un lugar, y saldr�s all� fuera. [14] llevar�s en tu equipo una estaca, y cuando vayas a evacuar afuera, har�s un hoyo con la estaca, te dar�s vuelta, y luego tapar�s tus excrementos. [15] porque yahveh tu dios recorre el campamento para protegerte y entregar en tu mano a tus enemigos. por eso tu campamento debe ser una cosa sagrada, yahveh no debe ver en �l nada inconveniente; de lo contrario se apartar�a de ti. [16] no entregar�s a su amo el esclavo que se haya acogido a ti huyendo de �l. [17] se quedar� contigo, entre los tuyos, en el lugar que escoja en una de tus ciudades, donde le parezca bien; no le molestar�s. [18] no habr� hier�dula entre las israelitas, ni hier�dulo entre los israelitas. [19] no llevar�s a la casa de yahveh tu dios don de prostituta ni salario de perro, sea cual fuere el voto que hayas hecho: porque ambos son abominaci�n para yahveh tu dios. [20] no prestar�s a inter�s a tu hermano, ya se trate de r�ditos de dinero, o de v�veres, o de cualquier otra cosa que produzca inter�s. [21] al extranjero podr�s prestarle a inter�s, pero a tu hermano no le prestar�s a inter�s, para que yahveh tu dios te bendiga en todas tus empresas, en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesi�n. [22] si haces un voto a yahveh tu dios, no tardar�s en cumplirlo, porque sin duda yahveh tu dios te lo reclamar�a, y te cargar�as con un pecado. [23] si te abstienes de hacer voto, no habr� pecado en ti. [24] pero lo que salga de tus labios lo mantendr�s, y cumplir�s el voto que has hecho voluntariamente a yahveh tu dios, lo que has dicho con tu propia boca. [25] si entras en la vi�a de tu pr�jimo, podr�s comer todas las uvas que quieras, hasta saciarte, pero no las meter�s en tu zurr�n. [26] si pasas por las mieses de tu pr�jimo, podr�s arrancar espigas con tu mano, pero no meter�s la hoz en la mies de tu pr�jimo. el deuteronomio cap.24 [1] si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactar� un libelo de repudio, se lo pondr� en su mano y la despedir� de su casa. [2] si despu�s de salir y marcharse de casa de �ste, se casa on otro hombre, [3] y luego este otro hombre le cobra aversi�n, le redacta un libelo de repudio,

lo pone en su mano y la despide de su casa (o bien, si llega a morir este otro hombre que se ha casado con ella), [4] el primer marido que la repudi� no podr� volver a tomarla por esposa despu�s de haberse hecho ella impura. pues ser�a una abominaci�n a los ojos de yahveh, y t� no debes hacer pecar a la tierra que yahveh tu dios te da en herencia. [5] si un hombre est� reci�n casado, no saldr� a campa�a ni se le impondr� compromiso alguno; quedar� exento en su casa durante un a�o, para recrear a la mujer que ha tomado. [6] no se tomar� en prenda el molino ni la muela; porque ello ser�a tomar en prenda la vida misma. [7] si se encuentra a un hombre que haya raptado a uno de sus hermanos, entre los israelitas -ya le haya hecho su esclavo o le haya vendido- ese ladr�n debe morir. har�s desaparecer el mal de en medio de ti. [8] en caso de lepra, cuida bien de observar y ejecutar todo lo que os ense�en los sacerdotes levitas. procurar�is poner en pr�ctica lo que yo les he mandado. [9] recuerda lo que yahveh tu dios hizo con mar�a cuando estabais de camino a la salida de egipto. [10] si haces alg�n pr�stamo a tu pr�jimo, no entrar�s en su casa para tomar la prenda, sea cual fuere. [11] te quedar�s fuera, y el hombre a quien has hecho el pr�stamo te sacar� la prendra afuera. [12] y si es un hombre de condici�n humilde, no te acostar�s guardando su prenda; [13] se la devolver�s a la puesta del sol, para que pueda acostarse en su manto. as� te bendecir� y habr�s hecho una buena acci�n a los ojos de yahveh tu dios. [14] no explotar�s al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos o un forastero que resida en tus ciudades. [15] le dar�s cada d�a su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda; porque es pobre, y para vivir necesita de su salario. as� no apelar� por ello a yahveh contra ti, y no te cargar�s con un pecado. [16] no morir�n los padres por culpa de los hijos ni los hijos por culpa de los padres. cada cual morir� por su propio pecado. [17] no torcer�s el derecho del forastero ni del hu�rfano, ni tomar�s en prenda el vestido de la viuda. [18] recuerda que fuiste esclavo en el pa�s de egipto y que yahveh tu dios te rescat� de all�. por eso te mando hacer esto. [19] cuando siegues la mies en tu campo, si dejas en �l olvidada una gavilla, no volver�s a buscarla. ser� para el forastero, el hu�rfano y la viuda, a fin de que yahveh tu dios te bendiga en todas tus obras. [20] cuando varees tus olivos, no har�s rebusco. lo que quede ser� para el forastero, el hu�rfano y la viuda. [21] cuando vendimies tu vi�a, no har�s rebusco. lo que quede ser� para el forastero, el hu�rfano y la viuda. [22] recuerda que fuiste esclavo en el pa�s de egipto. por eso te mando hacer esto. el deuteronomio cap.25 [1] cuando hay pleito entre dos hombres, se presentar�n a juicio para que se pronuncie entre ellos: se dar� la raz�n a quien la tenga y se condenar� al culpable. [2] si el culpable merece azotes, el juez le har� echarse en tierra en su presencia y har� que le azoten con un n�mero de golpes proporcionado a su culpa. [3] podr� infligirle cuarenta azotes, pero no m�s, no sea que al golpearle m�s sea excesivo el castigo, y tu hermano quede envilecido a tus ojos. [4] no pondr�s bozal al buey que trilla. [5] si unos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin tener hijos, la mujer del difunto no se casar� fuera con un hombre de familia extra�a. su cu�ado se llegar� a ella, ejercer� su levirato tom�ndola por esposa,

[6] y el primog�nito que ella d� a luz llevar� el nombre de su hermano difunto; as� su nombre no se borrar� de israel. [7] pero si el cu�ado se niega a tomarla por mujer, subir� ella a la puerta donde los ancianos y dir�: �mi cu�ado se niega a perpetuar el nombre de su hermano en israel, no quiere ejercer conmigo su levirato.� [8] los ancianos de su ciudad llamar�n a ese hombre y le hablar�n. cuando al comparecer diga: �no quiero tomarla�, [9] su cu�ada se acercar� a �l en presencia de los ancianos, le quitar� su sandalia del pie, le escupir� a la cara y pronunciar� estas palabras: �as� se hace con el hombre que no edifica la casa de su hermano�; [10] y se le dar� en israel el nombre de �casa del descalzado�. [11] si un hombre est� pele�ndose con su hermano, y la mujer de uno de ellos se acerca y, para librar a su marido de los golpes del otro, alarga la mano y agarra a �ste por sus partes, [12] t� le cortar�s a ella la mano sin piedad. [13] no tendr�s en tu bolsa pesa y pesa, una grande y otra peque�a. [14] no tendr�s en tu casa medida y medida, una grande y otra peque�a. [15] has de tener un peso cabal y exacto, e igualmente una medida cabal y exacta, para que se prolonguen tus d�as en el suelo que yahveh tu dios te da. [16] porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete fraude, es una abominaci�n para yahveh tu dios. [17] recuerda lo que te hizo amalec cuando estabais de camino a vuestra salida de egipto, [18] c�mo vino a tu encuentro en el camino y atac� por la espalda a todos los que iban agotados en tu retaguardia, cuando t� estabas cansado y extenuado; �no tuvo temor de dios! [19] por eso, cuando yahveh tu dios te haya asentado al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que yahveh tu dios te da en herencia para que la poseas, borrar�s el recuerdo de amalec de debajo de los cielos. �no lo olvides! el deuteronomio cap.26 [1] cuando llegues a la tierra que yahveh tu dios te da en herencia, cuando la poseas y habites en ella, [2] tomar�s las primicias de todos los productos del suelo que coseches en la tierra que yahveh tu dios te da, las pondr�s en una cesta, y las llevar�s al lugar elegido por yahveh tu dios para morada de su nombre. [3] te presentar�s al sacerdote que est� entonces en funciones y le dir�s: �yo declaro hoy a yahveh mi dios que he llegado a la tierra que yahveh jur� a nuestros padres que nos dar�a.� [4] el sacerdote tomar� de tu mano la cesta y la depositar� ante el altar de yahveh tu dios. [5] t� pronunciar�s estas palabras ante yahveh tu dios: �mi padre era un arameo errante que baj� a egipto y residi� all� como inmigrante siendo pocos a�n, pero se hizo una naci�n grande, fuerte y numerosa. [6] los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre. [7] nosotros clamanos a yahveh dios de nuestros padres, y yahveh escuch� nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestras penalidades y nuestra opresi�n, [8] y yahveh nos sac� de egipto con mano fuerte y tenso brazo en medio de gran terror, se�ales y prodigios. [9] nos trajo aqu� y nos dio esta tierra, tierra que mana leche y miel [10] y ahora yo traigo las primicias de los productos del suelo que t�, Yahveh, me has dado.� las depositar�s ante yahveh tu dios y te postrar�s ante yahveh tu dios. [11] luego te regocijar�s por todos los bienes que yahveh tu dios te haya dado a ti y a tu casa, y tambi�n se regocijar� el levita y el forastero que viven en medio de ti.

[12] el tercer a�o, el a�o del diezmo, cuando hayas acabado de apartar el diezmo de toda tu cosecha y se lo hayas dado al levita, al forastero, a la viuda y al hu�rfano, para que coman de ello en tus ciudades hasta saciarse, [13] dir�s en presencia de yahveh tu dios: �he retirado de mi casa lo que era sagrado; se lo he dado al levita, al forastero, al hu�rfano y a la viuda, seg�n todos los mandamientos que me has dado sin traspasar ninguno de tus mandamientos ni olvidarlos. [14] nada de ello he comido estando en duelo, nada he retirado hall�ndome impuro, nada he ofrecido a un muerto. he escuchado la voz de yahveh mi dios y he obrado conforme a todo lo que me has mandado. [15] desde la morada de tu santidad, desde lo alto de los cielos, contempla y bendice a tu pueblo israel, as� como al suelo que nos has dado como hab�as jurado a nuestros padres, tierra que mana leche y miel.� [16] yahveh tu dios te manda hoy practicar estos preceptos y estas normas; las guardar�s y las practicar�s con todo tu coraz�n y con toda tu alma. [17] has hecho decir a yahveh que �l ser� tu dios -t� seguir�s sus caminos, observar�s sus preceptos, sus mandamientos y sus normas, y escuchar�s su voz-. [18] y yahveh te ha hecho decir hoy que ser�s su pueblo propio, como �l te ha dicho -t� deber�s guardar todos sus mandamientos-; [19] �l te elevar� en honor, renombre y gloria, por encima de todas las naciones que hizo, y ser�s un pueblo consagrado a yahveh tu dios como �l te ha dicho. el deuteronomio cap.27 [1] mois�s y los ancianos de israel dieron al pueblo esta orden: �guardad todos los mandamientos que yo os prescribo hoy. [2] cuando pas�is el jord�n para ir a la tierra que yahveh tu dios te da, erigir�s grandes piedras, las blanquear�s con cal, [3] y escribir�s en ellas todas las palabras de esta ley, en el momento en que pases para entrar en la tierra que yahveh tu dios te da, tierra que mana leche y miel, como te ha dicho yahveh el dios de tus padres. [4] y cuando hay�is pasado el jord�n, erigir�is estas piedras en el monte ebal, como os lo mando hoy, y las blanquear�is con cal. [5] levantar�s all� en honor de yahveh tu dios un altar de piedras, sin labrarlas con el hierro. [6] con piedras sin labrar har�s el altar de yahveh tu dios, y sobre este altar ofrecer�s holocaustos a yahveh tu dios. [7] all� tambi�n inmolar�s sacrificios de comuni�n, los comer�s y te regocijar�s en presencia de yahveh tu dios. [8] escribir�s en esas piedras todas las palabras de esta ley. gr�balas bien.� [9] despu�s mois�s y los sacerdotes levitas hablaron as� a todo israel: �calla y escucha, israel. hoy te has convertido en el pueblo de yahveh tu dios. [10] escuchar�s la voz de yahveh tu dios y pondr�s en pr�ctica los mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy.� [11] y mois�s orden� aquel d�a al pueblo: [12] estos son los que se situar�n en el monte garizim para dar la bendici�n al pueblo, cuando hay�is pasado el jord�n: sime�n, lev�, jud�, isacar, jos� y benjam�n; [13] y estos otros los que se situar�n, para la maldici�n, en el monte ebal: rub�n, gad, aser, zabul�n, dan y neftal�. [14] los levitas tomar�n la palabra y dir�n en voz alta a todos los israelitas: [15] maldito el hombre que haga un �dolo esculpido o fundido, abominaci�n de yahveh, obra de manos de art�fice, y lo coloque en un lugar secreto. -y todo el pueblo dir�: am�n. [16] maldito quien desprecie a su padre o a su madre. -y todo el pueblo dir�: am�n. [17] maldito quien desplace el moj�n de su pr�jimo. -y todo el pueblo dir�: am�n. [18] maldito quien desv�e a un ciego en el camino. -y todo el pueblo dir�: am�n.

[19] maldito quien tuerza el derecho del forastero, el hu�rfano o la viuda. -y todo el pueblo dir�: am�n. [20] maldito quien se acueste con la mujer de su padre, porque descubre el borde del manto de su padre. -y todo el pueblo dir�: am�n. [21] maldito quien se acueste con cualquier bestia. -y todo el pueblo dir�: am�n. [22] maldito quien se acueste con su hermana, hija de su padre o hija de su madre. -y todo el pueblo dir�: am�n. [23] maldito quien se acueste con su suegra. -y todo el pueblo dir�: am�n. [24] maldito quien mate a traici�n a su pr�jimo. -y todo el pueblo dir�: am�n. [25] maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente. -y todo el pueblo dir�: am�n. [26] maldito quien no mantenga las palabras de esta ley, poni�ndolas en pr�ctica. -y todo el pueblo dir�: am�n. el deuteronomio cap.28 [1] y si t� escuchas de verdad la voz de yahveh tu dios, cuidando de practicar todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, yahveh tu dios le levantar� por encima de todas las naciones de la tierra, [2] y vendr�n sobre ti y te alcanzar�n todas las bendiciones siguientes, por haber escuchado la voz de yahveh tu dios. [3] bendito ser�s en la ciudad y bendito en el campo. [4] bendito ser� el fruto de tus entra�as, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el parto de tus vacas y las cr�as de tus ovejas. [5] benditas ser�n tu cesta y tu artesa. [6] bendito ser�s cuando entres y bendito cuando salgas. [7] a los enemigos que se levanten contra ti, yahveh los pondr� en derrota: salidos por un camino a tu encuentro, por siete caminos huir�n de ti. [8] yahveh mandar� a la bendici�n que est� contigo, en tus graneros y en tus empresas, y te bendecir� en la tierra que yahveh tu dios te da. [9] yahveh har� de ti el pueblo consagrado a �l, como te ha jurado, si t� guardas los mandamientos de yahveh tu dios y sigues sus caminos. [10] todos los pueblos de la tierra ver�n que sobre ti es invocado el nombre de yahveh y te temer�n. [11] yahveh te har� rebosar de bienes: frutos de tus entra�as, frutos de tu ganado, y frutos de tu suelo, en esta tierra que �l jur� a tus padres que te dar�a. [12] yahveh abrir� para ti los cielos, su rico tesoro, para dar a su tiempo la lluvia necesaria a tu tierra y para bendicir todas tus obras. prestar�s a naciones numerosas, y t� no tendr�s que tomar prestado. [13] yahveh te pondr� a la cabeza y no a la zaga; siempre estar�s encima y nunca debajo, si esuchas los mandamientos de yahveh tu dios, que yo te prescribo hoy, guard�ndolos y poni�ndolos en pr�ctica, [14] sin apartarte ni a derecha ni a izquierda de ninguna de estas palabras que yo os prescribo hoy, para ir en pos de otros dioses a servirles. [15] pero si desoyes la voz de yahveh tu dios, y no cuidas de practicar todos sus mandamientos y sus preceptos, que yo te prescribo hoy, te sobrevendr�n y te alcanzar�n todas las maldiciones siguientes: [16] maldito ser�s en la ciudad y maldito en el campo. [17] malditas ser�n tu cesta y tu artesa. [18] maldito el fruto de tus entra�as y el fruto de tu suelo, el parto de tus vacas y las cr�as de tus ovejas. [19] maldito ser�s cuando entres y maldito cuando salgas. [20] yahveh enviar� contra ti la maldici�n, el desastre, la amenaza, en todas tus empresas, hasta que seas exterminado y perezcas r�pidamente, a causa de la perversidad de tus acciones por las que me habr�s abandonado. [21] yahveh har� que se te pegue la peste, hasta que te haga desaparecer de este suelo adonde vas a entrar para tomarlo en posesi�n.

[22] yahveh te herir� de tisis, fiebre, inflamaci�n, gangrena, sequ�a, tiz�n y a�ublo, que te perseguir�n hasta que perezcas. [23] los cielos de encima de tu cabeza ser�n de bronce, y la tierra de debajo de ti ser� de hierro. [24] yahveh dar� como lluvia a tu tierra polvo y arena, que caer�n del cielo sobre ti hasta tu destrucci�n. [25] yahveh har� que sucumbas ante tus enemigos: salido a su encuentro por un camino, por siete caminos huir�s de ellos, y ser�s el espanto de todos los reinos de la tierra. [26] tu cad�ver ser� pasto de todas las aves del cielo y de todas las bestias de la tierra sin que nadie las espante. [27] yahveh te herir� con �lceras de egipto, con tumores, sarna y ti�a, de las que no podr�s sanar. [28] yahveh te herir� de delirio, ceguera y p�rdida de sentidos, [29] hasta el punto que andar�s a tientas en pleno mediod�a como el ciego anda a tientas en la oscuridad, y tus pasos no llegar�n a t�rmino. estar�s oprimido y despojado toda la vida, y no habr� quien te salve. [30] te desposar�s con una mujer y otro hombre la har� suya; edficar�s una casa y no la habitar�s; plantar�s una vi�a y no podr�s disfrutar de ella. [31] tu buey ser� degollado a tus propios ojos, y no podr�s comer de �l; tu asno ser� robado en tu presencia, y no se te devolver�; tus ovejas ser�n entregadas a tus enemigos, y no habr� quien te salve; [32] tus hijos y tus hijas ser�n entregados a otro pueblo; tus ojos se consumir�n mirando todos los d�as hacia ellos, pero tus manos no podr�n hacer nada. [33] el fruto de tu suelo y toda tu fatiga lo comer� un pueblo que no conoces. no ser�s m�s que un explotado y oprimido toda la vida. [34] y te volver�s loco ante el espect�culo que ver�s con tus ojos. [35] yahveh te herir� de �lceras malignas en las rodillas y en las piernas, de las que no podr�s sanar, desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. [36] yahveh te llevar� a ti y al que hayas puesto sobre ti a una naci�n que ni t� ni tus padres conoc�ais, y all� servir�s a otros dioses, de madera y de piedra. [37] ser�s el asombro, el proverbio y la irrisi�n de todos los pueblos a donde yahveh te conduzca. [38] echar�s en tus campos mucha semilla y cosechar�s poco, porque la asolar� la langosta. [39] plantar�s y cultivar�s vi�as, pero no beber�s vino ni recoger�s nada, porque el gusano las devorar�. [40] tendr�s olivos por todo tu territorio, pero no te ungir�s de aceite, porque tus olivos caer�n. [41] engendrar�s hijos e hijas, pero no ser�n para ti, porque ir�n al cautiverio. [42] todos tus �rboles y los frutos de tu suelo ser�n presa de los insectos. [43] el forastero que vive junto a ti subir� a costa tuya cada vez m�s alto, y t� caer�s cada vez m�s bajo. [44] el te prestar�, y t� tendr�s que tomar prestado; �l estar� a la cabeza y t� a la zaga. [45] todas estas maldiciones caer�n sobre ti, te perseguir�n y te alcanzar�n hasta destruirte, por no haber escuchado la voz de yahveh tu dios, guardando los mandamientos y los preceptos que �l te ha prescrito. [46] ser�n como una se�al y un prodigio sobre ti y sobre tu descendencia para siempre. [47] por no haber servido a yahveh tu dios en la alegr�a y la dicha de coraz�n, cuando abundabas en todo, [48] servir�s a los enemigos que yahveh enviar� contra ti, con hambre, sed, desnudez y privaci�n de todo. el pondr� en tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruya. [49] yahveh levantar� contra ti una naci�n venida de lejos, de los extremos de la tierra, como el �guila que se cierne. ser� una naci�n de lengua desconocida para

ti, [50] una naci�n de rostro fiero, que no respetar� al anciano ni tend� compasi�n del ni�o. [51] comer� el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta destruirte; no te dejar� trigo, mosto, ni aceite, ni los partos de tus vacas, ni las cr�as de tus ovejas, hasta acabar contigo. [52] te asediar� en todas tus ciudades, hasta que caigan en toda tu tierra tus murallas m�s altas y m�s fortificadas, en las que t� pon�as tu confianza. te asediar� en tus ciudades, en toda la tierra que te haya dado yahveh tu dios. [53] comer�s el fruto de tus entra�as, la carne de tus hijos y tus hijas que te haya dado yahveh tu dios, en el asedio y la angustia a que te reducir� tu enemigo. [54] el m�s delicado y tierno de entre los tuyos mirar� con malos ojos a su hermano, e incluso a la esposa de su coraz�n y a los hijos que le queden, [55] neg�ndose a compartir con ellos la carne de sus hijos que se comer�, al quedarle ya nada en el asedio y la angustia a que tu enemigo te reducir� en todas tus ciudades. [56] la m�s delicada y tierna de las mujeres de tu pueblo, tan delicada y tierna que no hubiera osado posar en tierra la planta de su pie, mirar� con malos ojos al esposo de su coraz�n, e incluso a su hijo y a su hija, [57] a las secundinas salidas de su seno y a los hijos que d� a luz, pues los comer� a escondidas, por la privaci�n de todo, en el asedio y la angustia a que te reducir� tu enemigo en todas tus ciudades. [58] si no cuidas de poner en pr�ctica todas las palabras de esta ley escritas en este libro, temiendo a ese nombre glorioso y temible, a yahveh tu dios, [59] yahveh har� terribles tus plagas y las de tu descendencia: plagas grandes y duraderas, enfermedades perniciosas y tenaces. [60] har� caer de nuevo sobre ti aquellas epidemias de egipto a las que tanto miedo ten�as, y se pegar�n a ti. [61] m�s todav�a, todas las enfermedades y plagas que no se mencionan en el libro de esta ley, las suscitar� Yahveh contra ti, hasta destruirte. [62] no quedar�is m�s que unos pocos hombres, vosotros que erais tan numerosos como las estrellas del cielo, por haber deso�do la voz de yahveh tu dios. [63] y suceder� que lo mismo que yahveh se complac�a en haceros favor y en multoplicaros, as� se gozar� en perderos, y destruiros. ser�is arrancados del suelo adonde vas a entrar para tomarlo en posesi�n. [64] yahveh te dispersar� entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y all� servir�s a otros dioses, de madera y de piedra, desconocidos de ti y de tus padres. [65] no hallar�s sosiego en aquellas naciones, ni habr� descanso para la planta de tus pies, sino que yahveh te dar� all� un coraz�n tr�mulo, languidez de ojos y ansiedad de alma. [66] tu vida estar� ante ti como pendiente de un hilo, tendr�s miedo de noche y de d�a, y ni de tu vida te sentir�s seguro. [67] por la ma�ana dir�s: ��ojal� llegase la tarde!�, y por la tarde dir�s: ��ojal� llegase la ma�ana!�, a causa del espanto que estremecer� tu coraz�n y del espect�culo que ver�n tus ojos. [68] yahveh volver� a llevarte a egipto en barcos, por ese camino del que yo te hab�a dicho: �no volver�s a verlo m�s.� y all� os ofrecer�is en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, pero no habr� ni comprador. [69] estas son las palabras de la alianza que yahveh mand� a mois�s concluir con los israelitas en el pa�s de moab, aparte de la alianza que hab�a concluido con ellos en el horeb. el deuteronomio cap.29 [1] mois�s convoc� a todo israel y les dijo: vosotros visteis todo lo que yahveh hizo a vuestros propios ojos en egipto con fara�n, sus siervos y todo su pa�s: [2] las grandes pruebas que tus mismos ojos vieron, aquellas se�ales, aquellos

grandes prodigios. [3] pero hasta el d�a de hoy no os hab�a dado yahveh coraz�n para entender, ojos para ver, ni o�dos para o�r. [4] durante cuarento a�os os he hecho caminar por el desierto, sin que se hayan gastado los vestidos sobre vosotros ni las sandalias en tus pies. [5] no hab�is tenido pan que comer, ni vino o licor fermentado que beber, para que supierais que yo, yahveh, soy vuestro dios. [6] luego llegasteis a este lugar. sij�n, rey de jesb�n, y og, rey de bas�n, salieron a nuestro encuentro para hacernos la guerra, pero los derrotamos. [7] conquistamos su pa�s, y se lo dimos en heredad a rub�n, a gad y a la media tribu de manas�s. [8] guardad, pues, las palabras de esta alianza y ponedlas en pr�ctica, para que teng�is �xito en todas vuestras empresas. [9] aqui est�is hoy todos vosotros en presencia de yahveh vuestro dios: vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos y vuestros escribas, todos los hombres de israel, [10] con vuestros hijos y vuestras mujeres (y tambi�n el forastero que est� en tu campamento, desde tu le�ador hasta tu aguador), [11] a punto de entrar en la alianza de yahveh tu dios, jurada con imprecaci�n, que yahveh tu dios concluye hoy contigo [12] para hacer hoy de ti su peublo y ser �l tu dios como te ha dicho y como jur� a tus padres abraham, isaac y jacob. [13] y no solamente con vosotros hago yo hoy esta alianza y esta imprecaci�n, [14] sino que la hago tanto con quien est� hoy aqu� con nosotros en presencia de yahveh nuestro dios como con quien no est� hoy aqu� con nosotros. [15] pues vosotros sab�is c�mo viv�amos en egipto, y c�mo hemos pasado por las naciones por las que hab�is pasado. [16] hab�is visto sus monstruos abominables y los �dolos de madera y de piedra, de plata y de oro que hay entre ellos. [17] no haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo coraz�n se aparte hoy de yahveh vuestro dios para ir a servir a los dioses de esas naciones. no haya entre vosotros ra�z que eche veneno o ajenjo. [18] si alguien, despu�s de haber o�do las palabras de esta imprecaci�n, se las promete felices en su coraz�n diciendo: �aunque me conduzca en la terquedad de mi coraz�n, todo me ir� bien, puesto que la abundancia de agua quitar� la sed�, [19] yahveh no se avendr� a perdonarle. porque la ira y el celo de yahveh se encender�n contra ese hombre, toda la imprecaci�n escrita en este libro caer� sobre �l, y yahveh borrar� su nombre de debajo de los cielos. [20] yahveh le separar� de todas las tribus de israel, para su desgracia, conforme a todas las imprecaciones de la alianza escrita en el libro de esta ley. [21] la generaci�n futura, vuestros hijos que vendr�n despu�s de vosotros, as� como el extranjero llegado de un pa�s lejano, ver�n las plagas de esta tierra y las enfermedades con que yahveh la castigar�, y exclamar�n: [22] �azufre, sal, calcinaci�n es su tierra entera; no se sembrar� ni germinar� ni hierba alguna crecer� en ella, como en la cat�strofe de sodoma y gomorra, adm� y seboy�m, que yahveh asol� en su ira y su furor.� [23] y todas las naciones preguntar�n: ��por qu� ha tratado as� Yahveh a esta tierra? �por qu� el ardor de tan gran ira?� [24] y se dir�: �porque han abandonado la alianza que yahveh, dios de sus padres, hab�a concluido con ellos al sacarlos del pa�s de egipto; [25] porque se han ido a servir a otros dioses y se han postrado ante ellos, dioses que no conoc�an y que �l no les hab�a dado en suerte. [26] por eso se ha encendido la ira de yahveh contra este pa�s y ha tra�do sobre �l toda la maldici�n escrita en este libro. [27] yahveh los ha arrancado de su suelo con ira, furor y gran indignaci�n, y los ha arrojado a otro pa�s donde hoy est�n.� [28] las cosas secretas pertenecen a yahveh nuestro dios, pero las cosas reveladas nos ata�en a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que

pongamos en pr�ctica todas las palabras de esta ley. el deuteronomio cap.30 [1] cuando te sucedan todas estas cosas, la bendici�n y la maldici�n que te he propuesto, si las meditas en tu coraz�n en medio de las naciones donde yahveh tu dios te haya arrojado, [2] si vuelves a yahveh tu dios, si escuchas su voz en todo lo que yo te mando hoy, t� y tus hijos, con todo tu coraz�n y con toda tu alma, [3] yahveh tu dios cambiar� tu suerte, tendr� piedad de ti, y te reunir� de nuevo de en medio de todos los pueblos a donde yahveh tu dios te haya dispersado. [4] aunque tus desterrados est�n en el extremo de los cielos, de all� mismo te recoger� Yahveh tu dios y vendr� a buscarte; [5] te llevar� otra vez a la tierra pose�da por tus padres, para que tambi�n t� la poseas, te har� feliz y te multiplicar� m�s que a tus padres. [6] yahveh tu dios circuncidar� tu coraz�n y el coraz�n de tu descendencia, a fin de que ames a yahveh tu dios con todo tu coraz�n y con toda tu alma, para que vivas. [7] yahveh tu dios descargar� todas sus imprecaciones sobre los enemigos y adversarios que te han perseguido. [8] t� volver�s a escuchar la voz de yahveh tu dios y pondr�s en pr�ctica todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy. [9] yahveh tu dios te har� prosperar en todas tus obras, en el fruto de tus entra�as, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo. porque de nuevo se complacer� Yahveh en tu felicidad, como se complac�a en la felicidad de tus padres, [10] si t� escuchas la voz de yahveh tu dios guardando sus mandamientos y sus preceptos, lo que est� escrito en el libro de esta ley, si te conviertes a yahveh tu dios con todo tu coraz�n y con toda tu alma. [11] porque estos mandamientos que yo te prescribo hoy no son superiores a tus fuerzas, ni est�n fuera de tu alcance. [12] no est�n en el cielo, para que hayas de decir: ��qui�n subir� por nosotros al cielo a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en pr�ctica?� [13] ni est�n al otro lado del mar, para que hayas de decir: ��qui�n ir� por nosotros al otro lado del mar a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en pr�ctica?� [14] sino que la palabra est� bien cerca de ti, est� en tu boca y en tu coraz�n para que la pongas en pr�ctica. [15] mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. [16] si escuchas los mandamientos de yahveh tu dios que yo te prescribo hoy, si amas a yahveh tu dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y normas, vivir�s y multiplicar�s; yahveh tu dios te bendecir� en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesi�n. [17] pero si tu coraz�n se desv�a y no escuchas, si te dejas arrastrar a postrarte ante otros dioses y a darles culto, [18] yo os declaro hoy que perecer�is sin remedio y que no vivir�is muchos d�as en el suelo que vas a tomar en posesi�n al pasar el jord�n. [19] pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra: te pongo delante vida o muerte, bendici�n o maldici�n. escoge la vida, para que vivas, t� y tu descendencia, [20] amando yahveh tu dios, escuchando su voz, viviendo unido a �l; pues en eso est� tu vida, as� como la prolongaci�n de tus d�as mientras habites en la tierra que yahveh jur� dar a tus padres abraham, isaac y jacob. el deuteronomio cap.31 [1] mois�s acab� diciendo estas palabras a todo israel: [2] �he cumplido 120 a�os. ya no puedo salir ni entrar. y yahveh me ha dicho: t�

no pasar�s este jord�n. [3] yahveh tu dios pasar� delante de ti, �l destruir� ante ti esas naciones y las desalojar�. ser� Josu� quien pasar� delante de ti, como ha dicho yahveh. [4] yahveh las tratar� como trat� a sij�n y a og, reyes amorreos, y a su pa�s, a los cuales destruy�. [5] yahveh os los entregar�, y vosotros los tratar�is exactamente conforme a la orden que yo os he dado. [6] �sed fuertes y valerosos!, no tem�is ni os asust�is ante ellos, porque yahveh tu dios marcha contigo: no te dejar� ni te abandonar�.� [7] despu�s mois�s llam� a josu� y le dijo en presencia de todo israel: ��se fuerte y valeroso!, t� entrar�s con este pueblo en la tierra que yahveh jur� dar a sus padres, y t� se la dar�s en posesi�n. [8] yahveh marchar� delante de ti, �l estar� contigo; no te dejar� ni te abandonar�. no temas ni te asustes.� [9] mois�s puso esta ley por escrito y se la dio a los sacerdotes, hijos de lev�, que llevaban el arca de la alianza de yahveh, as� como a todos los ancianos de israel. [10] y mois�s les dio esta orden: �cada siete a�os, tiempo fijado para el a�o de la remisi�n, en la fiesta de las tiendas, [11] cuando todo israel acuda, para ver el rostro de yahveh tu dios, al lugar elegido por �l, leer�s esta ley a o�dos de todo israel. [12] congrega al pueblo, hombres, mujeres y ni�os, y al forastero que vive en tus ciudades, para que oigan, aprendan a temer a yahveh vuestro dios, y cuiden de poner en pr�ctica todas las palabras de esta ley. [13] y sus hijos, que todav�a no la conocen, la oir�n y aprender�n a temer a yahveh vuestro dios todos los d�as que viv�is en el suelo que vais a tomar en posesi�n al pasar el jord�n.� [14] yahveh dijo a mois�s: �ya se acerca el d�a de tu muerte; llama a josu� y presentaos en la tienda del encuentro, para que yo le d� mis �rdenes.� fue, pues, mois�s con josu� a presentarse en la tienda del encuentro. [15] y yahveh se apareci� en la tienda, en una columna de nube; la columna de nube estaba parada a la entrada de la tienda. [16] yahveh dijo a mois�s: �he aqu� que vas a acostarte con tus padres, y este pueblo se levantar� para prostituirse yendo en pos de dioses extra�os, los de la tierra en la que va a entrar. me abandonar� y romper� mi alianza, que yo he concluido con �l. [17] aquel d�a montar� en c�lera contra �l, los abandonar� y les ocultar� mi rostro. ser� pasto y presa de un sinfin de males y adversidades, de suerte que dir� aquel d�a: ��no me habr�n llegado estos males porque mi dios no est� en medio de m�?� [18] pero yo ocultar� mi rostro aquel d�a, a causa de todo el mal que habr� hecho, y�ndose en pos de otros dioses. [19] �y ahora escribid para vuestro uso el c�ntico siguiente; ens�naselo a los israelitas, ponlo en su boca para que este c�ntico me sirva de testimonio contra los israelitas, [20] cuando yo les lleve a la tierra que bajo juramento promet� a sus padres, tierra que mana leche y miel, y ellos, despu�s de comer hasta hartarse y engordar bien, se vuelvan hacia otros dioses, les den culto, y a m� me desprecien y rompan mi alianza. [21] y cuando les alcancen males y adversidades sin n�mero, este c�ntico dar� testimonio contra �l, porque no caer� en olvido en la boca de su descendencia. pues s� muy bien los planes que est� tramando hoy, incluso antes de haberle introducido en la tierra que le tengo prometida bajo juramento.� [22] y mois�s escribi� aquel d�a este c�ntico y se lo ense�o a los israelitas. [23] luego dio esta orden a josu�, hijo de nun: ��s� fuerte y valeroso!, porque t� llevar�s a los israelitas a la tierra que yo les tengo prometida bajo juramento, y yo estar� contigo.� [24] cuando termin� de escribir en un libro las palabras de esta ley hasta el

fin, [25] mois�s dio esta orden a los levitas que llevaban el arca de la alianza de yahveh: [26] �tomad el libro de esta ley. ponedlo al lado del arca de la alianza de yahveh vuestro dios. ah� quedar� como testimonio contra ti. [27] porque conozco tu rebeld�a y tu dura cerviz. si hoy, que vivo todav�a entre vosotros, sois rebeldes a yahveh, �cu�nto m�s lo ser�is despu�s de mi muerte!� [28] �congregad junto a m� a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros escribas, que voy a pronunciar a sus o�dos estas palabras, poniendo por testigos contra ellos al cielo y a la tierra. [29] porque s� que despu�s de mi muerte no dejar�is de pervertiros; os apartar�is del camino que os he prescrito; y la desgracia vendr� sobre vosotros en el futuro, por haber hecho lo que es malo a los ojos de yahveh, irrit�ndole con vuestras obras.� [30] luego, a o�dos de toda la asamblea de israel, mois�s pronunci� hasta el fin las palabras de este cantico: el deuteronomio cap.32 [1] prestad o�do, cielos, que hablo yo, escuche la tierra las palabras de mi boca. [2] como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como roc�o mi palabra, como blanda lluvia sobre la hierba verde, como aguacero sobre el c�sped. [3] porque voy a aclamar el nombre de yahveh; �ensalzad a nuestro dios! [4] el es la roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son justicia. es dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto. [5] se han pervertido los que �l engendr� sin tara, generaci�n perversa y tortuosa. [6] �as� pag�is a yahveh, pueblo insensato y necio? �no es �l tu padre, el que te cre�, el que te hizo y te fund�? [7] acu�rdate de los d�as de anta�o, considera los a�os de edad en edad. interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te hablen. [8] cuando el alt�simo reparti� las naciones, cuando distribuy� a los hijos de ad�n, fij� las fronteras de los pueblos, seg�n el n�mero de los hijos de dios; [9] mas la porci�n de yahveh fue su pueblo, jacob su parte de heredad. [10] en tierra desierta le encuentra, en la soledad rugiente de la estepa. y le envuelve, le sustenta, le cuida, como a la ni�a de sus ojos. [11] como un �guila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, as� el despliega sus alas y te toma, y le lleva sobre su plumaje. [12] s�lo yahveh le gu�a a su destino, con �l ning�n dios extranjero. [13] le hace cabalgar por las alturas de la tierra, le alimenta de los frutos del campo, le da a gustar miel de la pe�a, y aceite de la dura roca, [14] cuajada de vacas y leche de ovejas, con la grasa de corderos; carneros de raza de bas�n, y machos cabr�os, con la flor de los granos de trigo, y por bebida la roja sangre de la uva. [15] come jacob, se sacia, engorda yesur�n, respinga, -te has puesto grueso, rollizo, turgente-, rechaza a dios, su hacedor, desprecia a la roca, su salvaci�n. [16] le encelan con dioses extra�os, le irritan con abominaciones. [17] sacrifican a demonios, no a dios, a dioses que ignoraban, a nuevos, reci�n llegados, que no veneraron vuestros padres. [18] (�desde�as a la roca que te dio el ser, olvidas al dios que te engendr�!) [19] yahveh lo ha visto y, en su ira, ha desechado a sus hijos y a sus hijas. [20] ha dicho: les voy a esconder mi rostro, a ver en qu� paran. porque es una generaci�n torcida, hijos sin lealtad. [21] me han encelado con lo que no es dios, me han irritado con sus vanos �dolos; �pues yo tambi�n voy a encelarles con lo que no es pueblo, con una naci�n fatua los irritar�! [22] porque ha saltado fuego de mi ira, que quemar� hasta las honduras del seol;

devorar� la tierra y sus productos, abrasar� los cimientos de los montes. [23] acumular� desgracias sobre ellos, agotar� en ellos mis saetas. [24] andar�n extenuados de hambre, consumidos de fiebre y mala peste. dientes de fieras mandar� contra ellos, veneno de reptiles. [25] por fuera la espada sembrar� orfandad, y dentro reinar� el espanto. caer�n a la vez joven y doncella, ni�o de pecho y viejo encanecido. [26] he dicho: a polvo los reducir�a, borrar�a su recuerdo de en medio de los hombres, [27] si no temiera azuzar el furor del enemigo, y que lo entiendan al rev�s sus adversarios, no sea que digan: �nuestra mano prevalece, y no es yahveh el que hace todo esto.� [28] porque es gente de consejo obtuso, y no hay inteligencia en ellos. [29] si fueran sabios, podr�an entenderlo, sabr�an vislumbrar su suerte �ltima. [30] pues, �c�mo un solo hombre puede perseguir a mil, y dos poner en fuga a una mir�ada, sino porque su roca se los ha vendido, porque yahveh los ha entregado? [31] mas no es su roca como nuestra roca, y nuestros enemigos son testigos. [32] porque su vi�a es vi�a de sodoma y de las plantaciones de gomorra: uvas venenosas son sus uvas, racimos amargos sus racimos; [33] su vino, un veneno de serpiente, mortal ponzo�a de �spid. [34] pero �l, �no est� guardado junto a m�, sellado en mis tesoros? [35] a m� me toca la venganza y el pago para el momento en que su pie vacile. porque est� cerca el d�a de su ruina, ya se precipita lo que les espera. [36] (que va hacer yahveh justicia al pueblo suyo, va a apiadarse de sus siervos.) porque ver� que su fuerza se agota, que no queda ya libre ni esclavo. [37] dir� entonces: �d�nde est�n sus dioses, roca en que buscaban su refugio, [38] los que com�an la grasa de sus sacrificios y beb�an el vino de sus libaciones? �lev�ntense y os salven, sean ellos vuestro amparo! [39] ved ahora que yo, s�lo yo soy, y que no hay otro dios junto a m�. yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano yo mismo (y no hay quien libre de mi mano). [40] s�, yo alzo al cielo mi mano, y digo: tan cierto como que vivo eternamente, [41] cuando afile el rayo de mi espada, y mi mano empu�e el juicio, tomar� venganza de mis adversarios, y dar� el pago a quienes me aborrecen. [42] embriagar� de sangre mis saetas, y mi espada se saciar� de carne: sangre de muertos y cautivos, cabezas encrestadas de enemigos. [43] �cielos, exultad con �l, y ad�renle los hijos de dios! �exultad, naciones, con su pueblo, y todos los mensajeros de dios narren su fuerza! porque �l vengar� la sangre de sus siervos, tomar� venganza de sus adversarios, dar� su pago a quienes le aborrecen y purificar� el suelo de su pueblo. [44] fue mois�s y pronunci� o o�dos del pueblo todas las palabras de este c�ntico, acompa�ado de josu�, hijo de [45] cuando mois�s acab� de pronunciar estas palabras a todo israel, [46] les dijo: �estad bien atentos a todas estas palabras que hoy os doy como testimonio. se las prescribir�is a vuestros hijos, para que cuiden de poner en pr�ctica todas las palabras de esta ley. [47] porque no es una palabra vana para vosotros, sino que es vuestra vida, y por ella prolongar�is vuestros d�as en el suelo que vais a tomar en posesi�n al pasar el jord�n.� [48] yahveh habl� a mois�s aquel mismo d�a y le dijo: [49] �sube a esa monta�a de los abarim, al monte nebo que est� en el pa�s de moab, frente a jeric�, y contempla la tierra de cana�n que yo doy en propiedad a los israelitas. [50] en el monte al que vas a subir morir�s, e ir�s a reunirte con los tuyos, como tu hermano aar�n muri� en el monte hor y fue a reunirse con los suyos. [51] por haberme sido infiel en medio de los israelitas, en las aguas de merib� Cad�s, en el desierto de sin, por no haber manifestado mi santidad en medio de los israelitas, [52] por eso, s�lo de lejos ver�s la tierra, pero no entrar�s en ella, en esa tierra que yo doy a los israelitas.�

el deuteronomio cap.33 [1] esta es la bendici�n con la que mois�s, hombre de dios, bendijo a los israelitas antes de morir. [2] dijo: ha venido yahveh del sina�. para ellos desde se�r se ha levantado, ha iluminado desde el monte par�n. con �l las mir�adas de cad�s, ley de fuego en su diestra para ellos. [3] t� que amas a los antepasados, todos los santos est�n en tu mano. y ellos, postrados a tus pies, cargados est�n de tus palabras. [4] una ley nos se�al� mois�s herencia de la asamblea de jacob. [5] hubo un rey en yesur�n, cuando se congregaron los jefes del pueblo, todas juntas las tribus de israel. [6] �viva rub�n y nunca muera, aunque sean pocos sus nombres! [7] para jud� dijo esto: escucha, yahveh, la voz de jud� y gu�ale hacia su pueblo. sus manos le defender�n y t� ser�s su auxilio contra sus enemigos. [8] para levi dijo: dale a levi tus urim y tus tummim al hombre de tu agrado, a quien probaste en mass�, con quien querellaste en las aguas de merib�, [9] el que dijo de su padre y de su madre: �no los he visto.� el que no reconoce a sus hermanos y a sus hijos ignora. pues guardan tu palabra, y tu alianza observan. [10] ellos ense�an tus normas a jacob y tu ley a israel; ofrecen incienso ante tu rostro, y perfecto sacrificio en tu altar. [11] bendice, yahveh, su vigor, y acepta la obra de sus manos. rompe los lomos a sus adversarios y a sus enemigos, que no se levanten. [12] para benjam�n dijo: querido de yahveh, en seguro reposa junto a el, todos los d�as le protege, y entre sus hombros mora. [13] para jos� dijo: su tierra es bendita de yahveh; para �l lo mejor de los cielos: el roc�o, y del abismo que reposa abajo; [14] lo mejor de los frutos del sol, de lo que brota a cada luna, [15] las primicias de los montes antiguos, lo mejor de los collados eternos, [16] lo mejor de la tierra y cuanto contiene, y el favor del que mora en la zarza: �caiga sobre la cabeza de jos�, sobre la frente del elegido entre sus hermanos! [17] primog�nito del toro, a �l la gloria, cuernos de b�falo sus cuernos; con ellos acornea a los pueblos todos juntos hasta los confines de la tierra. tales son las mir�adas de efra�m, tales los millares de manas�s. [18] para zabul�n dijo: recoc�jate, zabul�n, en tus empresas, y t�, Isacar, en tus tiendas. [19] convocar�s a los pueblos en el monte, ofrecer�n sacrificios de justicia, pues gustar�n la abundancia de los mares, y los tesoros ocultos en la arena. [20] para gad dijo: �bendito el que ensanch� a gad! echado est� como leona; ha desgarrado un brazo, y hasta una cabeza; [21] se qued� con las primicias, pues all� la porci�n de jefe le estaba reservada, y ha venido a la cabeza del pueblo: ha cumplido la justicia de yahveh, y sus juicios con israel. [22] para dan dijo: dan es un cachorro de le�n, que se lanza desde bas�n. [23] para neftal� dijo: neftal�, saciado de favor, colmado de la bendici�n de yahveh, oeste y mediod�a son su posesi�n. [24] para aser dijo: �bendito aser entre los hijos! sea el favorito entre sus hermanos, y ba�e su pie en aceite. [25] sea tu cerrojo de hierro y de bronce, y tu fuerza tan larga como tus d�as. [26] nadie como el dios de yesur�n. que cabalga los cielos en tu auxilio, y las nubes, en su majestad. [27] el dios de anta�o es tu refugio, est�s debajo de los brazos eternos. el expulsa ante ti al enemigo, y dice: �destruye! [28] israel mora en seguro; la fuente de jacob aparte brota para un pa�s de trigo y vino; hasta sus cielos el roc�o destilan.

[29] dichoso t�, Israel, �qui�n como t�, pueblo salvado por yahveh, cuyo escudo es tu auxilio, cuya espada es tu esplendor? tus enemigos tratar�n de enga�arte, pero t� hollar�s sus espaldas. el deuteronomio cap.34 [1] mois�s subi� de las estepas de moab al monte nebo, cumbre del pisg�, frente a jeric�, y yahveh le mostr� la tierra entera: galaad hasta dan, [2] todo neftal�, la tierra de efra�m y de manas�s, toda la tierra de jud�, hasta el mar occidental, [3] el n�gueb, la vega del valle de jeric�, ciudad de las palmeras, hasta soar. [4] y yahveh le dijo: �esta es la tierra que bajo juramento promet� a abraham, isaac y jacob, diciendo: a tu descendencia se la dar�. te dejo verla con tus ojos, pero no pasar�s a ella.� [5] all� muri� Mois�s, servidor de yahveh, en el pa�s de moab, como hab�a dispuesto yahveh. [6] le enterr� en el valle, en el pa�s de moab, frente a bet peor. nadie hasta hoy ha conocido su tumba. [7] ten�a mois�s 120 a�os cuando muri�; y no se hab�a apagado su ojo ni se hab�a perdido su vigor. [8] los israelitas lloraron a mois�s treinta d�as en las estepas de moab; cumplieron as� los d�as de llanto por el duelo de mois�s. [9] josu�, hijo de nun, estaba lleno del esp�ritu de sabidur�a, porque mois�s le hab�a impuesto las manos. a �l obedecieron los israelitas, cumpliendo la orden que yahveh hab�a dado a mois�s. [10] no ha vuelto a surgir en israel un profeta como mois�s, a quien yahveh trabata cara a cara, [11] nadie como �l en todas las se�ales y prodigios que yahveh le envi� a realizar en el pa�s de egipto, contra fara�n, todos sus siervos y todo su pa�s, [12] y en la mano tan fuerte y el gran terror que mois�s puso por obra a los ojos de todo israel. josue cap.1 [1] sucedi� despu�s de la muerte de mois�s, siervo de yahveh, que habl� Yahveh a josu�, hijo de nun, y ayudante de mois�s, y le dijo: [2] �mois�s, mi siervo, ha muerto; arriba, pues; pasa ese jord�n, t� con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy (a los israelitas). [3] os doy todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, seg�n declar� a mois�s. [4] desde el desierto y el l�bano hasta el r�o grande, el eufrates, (toda la tierra de los hititas) y hasta el mar grande de poniente, ser� vuestro territorio. [5] nadie podr� mantenerse delante de ti en todos los d�as de tu vida: lo mismo que estuve con mois�s estar� contigo; no te dejar� ni te abandonar�. [6] �s� valiente y firme, porque t� vas a dar a este pueblo la posesi�n del pa�s que jur� dar a sus padres. [7] s�, pues, valiente y muy firme, teniendo cuidado de cumplir toda la ley que te dio mi siervo mois�s. no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas �xito dondequiera que vayas. [8] no se aparte el libro de esta ley de tus labios: med�talo d�a y noche; as� procurar�s obrar en todo conforme a lo que en �l est� escrito, y tendr�s suerte y �xito en tus empresas. [9] �no te he mandado que seas valiente y firme? no tengas miedo ni te acobardes, porque yahveh tu dios estar� contigo dondequiera que vayas.� josu� [10] josu�, pues, dio a los escribas del pueblo la orden siguiente: [11] �pasad por medio del campamento y dad esta orden al pueblo: haced provisiones, porque dentro de tres d�as pasar�is ese jord�n, para entrar a poseer la tierra que yahveh vuestro dios os da en posesi�n.� josu�

[12] a los rubenitas, a los gaditas y a la medio tribu de manas�s les habl� as�: [13] �recordad la orden que os dio mois�s, siervo de yahveh: yahveh vuestro dios os ha concedido descanso, d�ndoos esta tierra. [14] vuestras mujeres, vuestros peque�os y vuestros reba�os se quedar�n en la tierra que os ha dado mois�s al otro lado del jord�n. pero vosotros, todos los guerreros esforzados, pasar�is en orden de batalla al frente de vuestros hermanos y les ayudar�is josu� [15] hasta que yahveh conceda descanso a vuestros hermanos igual que a vosotros, y tambi�n ellos tomen posesi�n de la tierra que yahveh vuestro dios les da. entonces volver�is al pa�s que os pertenece, el que os dio mois�s, siervo de yahveh, al lado oriental del jord�n.� josu� [16] ellos respondieron a �todo lo que nos has mandado, lo haremos; dondequiera que nos env�es, iremos. [17] lo mismo que obedecimos en todo a mois�s, te obedeceremos a ti. basta con que yahveh tu dios est� contigo como estuvo con mois�s. [18] a todo el que sea rebelde a tu voz y no obedezca tus �rdenes, en cualquier cosa que le mandes, se le har� morir. t�, s� valiente y firme.� josue cap.2 [1] josu�, hijo de nun, envi� secretamente desde sittim dos esp�as con esta orden: �id y explorad el pa�s y jeric�.� fueron y entraron en casa de una prostituta, llamada rajab, y durmieron all�. [2] se le dijo al rey de jeric�: �mira que unos hombres israelitas han entrado aqu� por la ncohe para explorar el pa�s.� [3] entonces el rey de jeric� mand� decir a rajab: �haz salir a los hombres que han entrado donde ti -que han entrado a tu casa- porque han venido para explorar todo el pa�s.� [4] pero la mujer tom� a los dos hombres y los escondi�. Luego respondi�: �es verdad que esos hombres han venido a mi casa, pero yo no sab�a de d�nde eran. [5] cuando se iba a cerrar la puerta por la noche, esos hombres salieron y no s� ad�nde han ido. perseguidles aprisa, que los alcanzar�is.� [6] pero ella los hab�a hecho subir al terrado y los hab�a escondido entre unos haces de lino que ten�a amontanados en el terrado. [7] salieron algunos hombres en su persecuci�n camino del jord�n, hacia los vados, y se cerr� la puerta en cuanto los perseguidores salieron tras ellos. [8] todav�a ellos no se hab�an acostado cuando rajab subi� al terrado, donde ellos [9] y les dijo: �ya s� que yahveh os ha dado la tierra, que nos hab�is aterrorizado y que todos los habitantes de esta regi�n han temblado ante vosotros: [10] porque nos hemos enterado de c�mo yahveh sec� las aguas del mar de suf delante de vosotros a vuestra salida de egipto, y lo que hab�is hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del jord�n, sij�n y og, a quienes consagrasteis al anatema. [11] al o�rlo, ha desfallecido nuestro coraz�n y no se encuentra ya nadie con aliento en vuestra presencia, porque yahveh vuestro dios, es dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. [12] juradme, pues, ahora por yahveh, ya que os he tratado con bondad, que vosotros tambi�n tratar�is con bondad a la casa de mi padre, y dadme una se�al segura; [13] que respetar�is la vida de mi padre y de mi madre, de mis hermanos y hermanas, y de todos los suyos, y que librar�is nuestras vidas de la muerte.� [14] los hombres le respondieron: �muramos nosotros en vez de vosotros, con tal de que no divulgu�is nuestro asunto. cuando yahveh no haya entregado la tierra, te trataremos a ti con bondad y lealtad.� [15] ella los descolg� con una cuerda por la ventana, pues su casa estaba en la pared de la muralla y viv�a en la misma muralla. [16] les dijo: �id hacia la monta�a, para que no os encuentren los que os

persiguen. estad escondidos all� tres d�as hasta que vuelvan los perseguidores: despu�s pod�is seguir vuestro camino.� [17] los hombres le respondieron: �nosotros quedaremos libres de ese juramento que nos has exigido. [18] cuando estemos entrando en el pa�s, atar�s este cord�n de hilo escarlata a la ventana por la que nos has descolgado, y reunir�s junto a ti en casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. [19] si alguno sale fuera de las puertas de tu casa, caiga su sangre sobre su cabeza. nosotros seremos inocentes. pero la sangre de todos los que est�n contigo en casa, caiga sobre nuestras cabezas, si alguien pone su mano sobre ellos. [20] mas si divulgas nuestro asunto, quedaremos libres del juramento que nos has exigido.� [21] ella respondi�: �sea seg�n vuestras palabras.� y los hizo marchar; ellos se fueron, y ella at� el cord�n escarlata a la ventana. [22] marcharon ellos y se metieron en el monte. se quedaron all� tres d�as, hasta que regresaron los perseguidores. estos los hab�an buscado por todo el camino, pero no los encontraron. [23] entonces los dos hombres volvieron a bajar del monte, pasaron el r�o y fueron donde josu�, hijo de nun, a quien contaron todo lo que les hab�a ocurrido. [24] dijeron a �cierto que yahveh ha puesto en nuestras manos todo el pa�s; todos los habitantes del pa�s tiemblan ya ante nosotros.� josue cap.3 [1] josu� se levant� de ma�ana, partieron de sittim y llegaron hasta el jord�n, �l y todos los israelitas. all� pernoctaron antes de pasar. [2] al cabo de tres d�as, los escribas pasaron por medio del campamento [3] y dieron al pueblo esta orden: �cuando ve�is el arca de la alianza de yahveh vuestro dios y a los sacerdotes levitas que la llevan, partir�is del sitio donde est�is e ir�is tras ella, [4] para que sep�is qu� camino hab�is de seguir, pues no hab�is pasado nunca hasta ahora por este camino. pero que haya entre vosotros y el arca una distancia de unos 2.000 codos: no os acerqu�is.� [5] jos�e dijo al pueblo: �purificaos, porque ma�ana yahveh va a obrar maravillas en medio de vosotros.� [6] y dijo josu� a los sacerdotes: �tomad el arca de la alianza y pasad al frente del pueblo.� ellos tomaron el arca de la alianza y partieron al frente del pueblo. [7] yahveh dijo a �hoy mismo voy a empezar a engrandecerte a los ojos de todo israel, para que sepan que, lo mismo que estuve con mois�s, estoy contigo. [8] t� dar�s esta orden a los sacerdotes que llevan el arca de la alianza: "en cuanto llegu�is a la orilla del agua del jord�n, os parar�is en el jord�n."� [9] josu� dijo a los israelitas: �acercaos y escuchad las palabras de yahveh vuestro dios.� [10] y dijo �en esto conocer�is que el dios vivo est� en medio de vosotros y que arrojar� ciertamente de delante de vosotros al cananeo, al hitita, al jivita, al perizita, al guirgasita, al amorreo y al jebuseo. [11] he aqu� que el arca de yahveh, se�or de toda la tierra, va a pasar el jord�n delante de vosotros. [12] escoged, pues, doce hombres de las tribus de israel, un hombre por cada tibu. [13] en cuanto las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de yahveh, se�or de toda la tierra, pisen las aguas del jord�n, las aguas del jord�n las que vienen de arriba, quedar�n cortadas y se parar�n formando un solo bloque.� [14] cuando el pueblo parti� de sus tiendas para pasar el jord�n, los sacerdotes llevaban el arca de la alianza a la cabeza del pueblo. [15] y en cuanto los que llevaban el arca llegaron al jord�n, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca tocaron la orilla de las aguas, y el jord�n baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega,

[16] las aguas que bajaban de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque a gran distancia, en adam, la ciudad que est� al lado de sart�n, mientras que las que bajaban hacia el mar de la arab�, o mar de la sal, se separaron por completo, y el pueblo pas� frente a jeric�. [17] los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza de yahveh se estuvieron a pie firme, en seco, en medio del jord�n, mientras que todo israel pasaba en seco, hasta que toda la gente acab� de pasar el jord�n. josue cap.4 [1] cuando todo el pueblo acab� de pasar el jord�n, yahveh habl� a josu� y le dijo: [2] �escoged doce hombres del pueblo, un hombre por cada tribu, [3] y dadles esta orden: "sacad de aqu�, del medio del jord�n, doce piedras, que pasar�is con vosotros y depositar�is en el lugar donde pas�is la noche."� [4] llam� Josu� a los doce hombres que hab�a elegido entre los israelitas, uno por cada tribu, [5] y les dijo: �pasad delante del arca de yahveh vuestro dios, hasta el medio del jord�n, y cada uno de vosotros cargue sobre sus hombros una piedra, seg�n el n�mero de las tribus israelitas, [6] para que sea esto una se�al en medio de vosotros; cuando el d�a de ma�ana vuestros hijos os pregunten: "�qu� significan para vosotros estas piedras?", [7] les dir�is: "es que las aguas del jord�n se separaron delante del arca de la alianza de yahveh; cuando atraves� el jord�n, las aguas del jord�n se separaron. estas piedras ser�n para los israelitas memorial para siempre." [8] as� lo hicieron los israelitas, seg�n las �rdenes de sacaron doce piedras del medio del jord�n, seg�n el n�mero de las tribus israelitas, como hab�a mandado yahveh a josu�, las llevaron al lugar donde iban a pasar la noche y las depositaron all�. [9] y josu� levant� doce piedras en medio del jord�n, donde hab�an pisado los pies de los sacerdotes portadores del arca de la alianza, y all� est�n todav�a hoy. [10] los sacerdotes portadores del arca estaban parados en medio del jord�n hasta que se cumpliera todo lo que yahveh hab�a mandado a josu� que dijera al pueblo (seg�n todo lo que mois�s hab�a ordenado a josu�); y el pueblo se apresur� a pasar. [11] en cuanto termin� de pasar todo el pueblo, pas� el arca de yahveh, yendo los sacerdotes a la cabeza del pueblo. [12] los rubenitas, los gaditas y la media tribu de manas�s pasaron en orden de batalla al frente de los israelitas, como les hab�a dicho mois�s. [13] pasaron unos 40.000 guerreros armados, dispuestos al combate, delante de yahveh, hacia la llanura de jeric�. [14] aquel d�a yahveh engrandeci� a josu� delante de todo israel; y le respetaron a �l como hab�an respetado a mois�s durante toda su vida. [15] yahveh dijo a josu�: [16] �manda a los sacerdotes que llevan el arca del testimonio que salgan del jord�n.� [17] josu� mand� a los sacerdotes: �salid del jord�n.� [18] cuando los sacerdotes portadores del arca de la alianza de yahveh salieron del jord�n, apenas las plantas de sus pies tocaron la orilla, las aguas del jord�n volvieron a su cauce y empezaron a correr como antes, por todas sus riberas. [19] el pueblo sali� del jord�n el d�a diez del mes primero y acamparon en guilgal al oriente de jeric�. [20] las doce piedras que hab�an sacado del jord�n las erigi� Josu� en guilgal. [21] y dijo a los israelitas: �cuando el d�a de ma�ana vuestros hijos pregunten a sus padres: "�qu� significan estas piedras?" [22] se lo explicar�is a vuestros hijos diciendo: "a pie enjuto pas� Israel ese jord�n,

[23] porque yahveh vuestro dios sec� delante de vosotros las aguas del jord�n hasta que pasarais, lo mismo que hab�a hecho yahveh vuestro dios con el mar de suf, que sec� delante de nosotros hasta que pasamos, [24] para que todos los pueblos de la tierra reconozcan lo fuerte que es la mano de yahveh, y para que teman siempre a yahveh vuestro dios."� josue cap.5 [1] cuando oyeron todos los reyes de los amorreos que habitaban al otro lado del jord�n, al poniente, y todos los reyes de los cananeos que viv�an hacia el mar, que yahveh hab�a secado las aguas del jord�n ante los israelitas hasta que pasaron, desfalleci� su coraz�n y les falt� el aliento ante la presencia de los israelitas. [2] en aquel tiempo dijo yahveh a �hazte cuchillos de pedernal y vuelve a circuncidar (por segunda vez) a los israelitas.� [3] josu� se hizo cuchillos de pedernal y circuncid� a los israelitas en el collado de los prepucios. [4] por este motivo hizo josu� esta circuncisi�n: toda la poblaci�n masculina salida de egipto, los �tiles para la guerra, hab�a muerto en el desierto, por el camino, despu�s de la salida de egipto. [5] estaba circuncidada toda la poblaci�n que hab�a salido, pero el pueblo nacido en el desierto, de camino, despu�s de la salida de egipto, no hab�a sido circuncidado. [6] porque durante cuarenta a�os anduvieron los israelitas por el desierto, hasta que pereci� toda la naci�n, los hombres salidos de egipto �tiles para la guerra. no obedecieron a la voz de yahveh y yahveh les jur� que no les dejar�a ver la tierra que hab�a prometido a sus padres que nos dar�a, tierra que mana leche y miel. [7] en su lugar puso a sus hijos y �stos son los que josu� circuncid�, porque eran incircuncisos, ya que no los hab�an circuncidado por el camino. [8] cuando acab� de circuncidarse toda la gente, se quedaron donde estaban en el campamento hasta que se curaron. [9] y dijo yahveh a �hoy os he quitado de encima el oprobio de egipto.� por eso se llam� aquel lugar guilgal, hasta el d�a de hoy. [10] los israelitas acamparon en guilgal y celebraron all� la pascua el d�a catorce del mes, a la tarde, en los llanos de jeric�. [11] al d�a siguiente de la pascua comieron ya de los productos del pa�s: panes �zimos y espigas tostadas, ese mismo d�a. [12] y el man� ces� desde el d�a siguiente, en que empezaron a comer los productos del pa�s. los israelitas no tuvieron en adelante man�, y se alimentaron ya aquel a�o de los productos de la tierra de cana�n. [13] sucedi� que estando josu� cerca de jeric�, levant� los ojos y vio a un hombre plantado frente a �l con una espada desnuda en la mano. josu� se adelant� hacia �l y le dijo: ��eres de los nuestros o de nuestros enemigos?� [14] respondi�: �no, sino que soy el jefe del ej�rcito de yahveh. he venido ahora.� cay� Josu� rostro en tierra, le ador� y dijo: ��qu� dice mi se�or a su siervo?� [15] el jefe del ej�rcito de yahveh respondi� a �qu�tate las sandalias de tus pies, porque el lugar en que est�s es sagrado.� as� lo hizo josu�. josue cap.6 [1] jeric� estaba cerrada a cal y canto por mielo a los israelitas: nadie sal�a ni entraba. [2] yahveh dijo a �mira, yo pongo en tus manos a jeric� y a sus rey. vosotros, valientes guerreros, [3] todos los hombres de guerra, rodear�is la ciudad, (dando una vuelta alrededor. as� har�s durante seis d�as.

[4] siete sacerdotes llevar�n las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. el s�ptimo d�a dar�is la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes tocar�n las trompetas). [5] cuando el cuerno de carnero suene (cuando oig�is la voz de la trompeta), todo el pueblo prorrumpir� en un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendr� abajo. y el pueblo se lanzar� al asalto cada uno por frente a s�.� [6] josu�, hijo de nun, llam� a los sacerdotes y les dijo: �tomad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delante del arca de yahveh.� [7] al pueblo le dijo: �pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca de yahveh.� [8] (se hizo seg�n la orden dada por josu� al pueblo). siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante de yahveh pasaron y tocaron las trompetas; el arca de la alianza de yahveh iba tras ellos; [9] la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia marchaba detr�s del arca. seg�n iban caminando, tocaban las trompetas. [10] josu� hab�a dado esta orden al pueblo: �no grit�is, ni dej�is o�r vuestras voces (que no salga ni una palabra de vuestra boca) hasta el d�a en que yo os diga: "gritad." entonces gritar�is.� [11] hizo que el arca de yahveh diera la vuelta a la ciudad (rode�ndola una vez); luego volvieron al campamento, donde pasaron la noche. [12] josu� se levant� de ma�ana y los sacerdotes tomaron el arca de yahveh. [13] siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca de yahveh, iban caminando y tocando las trompetas seg�n caminaban. la vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia detr�s del arca de yahveh, desfilando al son de las trompetas. [14] dieron (el segundo d�a) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. se hizo lo mismo los seis d�as. [15] el s�ptimo d�a, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (seg�n el mismo rito) siete veces. (s�lo aquel d�a dieron la vuelta a la ciudad siete veces.) [16] la s�ptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y josu� dijo al pueblo: ��lanzad el grito de guerra, porque yahveh os ha entregado la ciudad!� [17] �la ciudad ser� consagrada como anatema a yahveh con todo lo que haya en ella; �nicamente, rajab, la prostituta, quedar� con vida, as� como todos los que est�n con ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos. [18] pero vosotros guardoos del anatema, no vay�is a quedaros, llevados de la codicia, con algo de lo que es anatema, porque convertir�is en anatema todo el campamento de israel y le acarrear�ais la desgracia. [19] toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, est�n consagrados a yahveh: ingresar�n en su tesoro.� [20] el pueblo clam� y se tocaron las trompetas. al escuchar el pueblo la voz de la trompeta, prorrumpi� en gran clamor, y el muro se vino abajo. la gente escal� la ciudad, cada uno frente a s�, y se apoderaron de ella. [21] consagraron al anatema todo lo que hab�a en la ciudad, hombres y mujeres, j�venes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada. [22] josu� dijo a los dos hombres que hab�an explorado el pa�s: �entrad en la casa de la prostituta y haced salir de ella a esa mujer con todos los suyos, como se lo hab�is jurado.� [23] los j�venes esp�as fueron e hicieron salir a rajab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los suyos. tambi�n hicieron salir a todos los de su familia y los pusieron a salvo, fuera del campamento de israel. [24] prendieron fuego a la ciudad con todo lo que conten�a. s�lo la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los depositaron el el tesoro de la casa de yahveh. [25] pero a rajab, la prostituta, as� como a la casa de su padre y a todos los suyos, jos�e los conserv� con vida. ella se qued� en israel hasta el d�a de hoy, por haber escondido a los emisarios que josu� hab�a enviado a explorar jeric�.

[26] en aquel tiempo josu� pronunci� este juramento: �maldito sea delante de yahveh el hombre que se levante y reconstruya esta ciudad (de jeric�)! �sobre su primog�nito echar� su cimiento y sobre su peque�o colocar� las puertas! [27] y yahveh estuvo con josu�, cuya fama se extendi� por toda la tierra. josue cap.7 [1] pero los israelitas cometieron un delito en lo del anatema. ak�n, hijo de karm�, hijo de zabd�, hijo de z�raj, de la tribu de jud�, se qued� con algo del anatema, y la ira de yahveh se encendi� contra los israelitas. [2] josu� envi� de jeric� a ay, que est� (junto a bet av�n) al oriente de betel, unos hombres, dici�ndoles: �subid a explorar el pa�s.� los hombres subieron y exploraron ay. [3] volvieron donde josu� y le dijeron: �que no suba toda la gente; para atacar a ay basta con que suban dos o 3.000 hombres. no molestes a toda la gente haci�ndoles subir hasta all�, porque ellos son pocos.� [4] subieron a ay unos 3.000 hombres del pueblo, pero tuvieron que huir ante los hombres de ay. [5] los hombres de ay les mataron como unos 36 hombres y los persiguieron m�s all� de la puerta hasta sebarim, bati�ndolos en la bajada. entonces desfalleci� el coraz�n del pueblo y se derriti� como agua. [6] josu� desgarr� sus vestidos, se postr� rostro en tierra delante del arca de yahveh hasta la tarde, junto con los ancianos de israel, y todos esparcieron polvo sobre sus cabezas. [7] dijo ��ah, se�or yahveh! �por qu� has hecho pasar el jord�n a este pueblo, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos? �ojal� nos hubi�semos empe�ado en establecernos al otro lado del jord�n! [8] �perd�n, se�or! �qu� puedo decir ahora que israel ha vuelto la espalda a sus enemigos? [9] se enterar�n los cananeos y todos los habitantes del pa�s: se aliar�n contra nosotros y borrar�n nuestro nombre de la tierra. �que har�s t� entonces por tu gran nombre?� [10] yahveh respondi� a ��arriba! �vamos! �por qu� te est�s as� rostro en tierra? [11] israel ha pecado, tambi�n ha violado la alianza que yo le hab�a impuesto. y hasta se han quedado con algo del anatema, y lo han robado, y lo han escondido y lo han puesto entre sus utensilios. [12] los israelitas no podr�n sostenerse ante sus enemigos; volver�n la espalda ante sus enemigos, porque se han convertido en anatema. yo no estar� ya con vosotros, si no hac�is desaparecer el anatema de en medio de vosotros. [13] lev�ntate, purifica al pueblo y diles: purificaos para ma�ana, porque as� dice yahveh, el dios de israel: el anatema est� dentro de ti, israel; no podr�s mantenerte delante de tus enemigos hasta que estirp�is el anatema de entre vosotros. [14] os presentar�is, pues, ma�ana por la ma�ana, por tribus: la tribu que yahveh designe por la suerte se presentar� por clanes, el clan que yahveh designe se presentar� por familias, y la familia que yahveh designe se presentar� hombre por hombre. [15] el designado por la suerte en lo del anatema ser� entregado al fuego con todo lo que le pertenece, por haber violado la alianza de yahveh y cometido una infamia en israel.� [16] josu� se levant� de ma�ana; mand� que se acercara israel por tribus, y fue designada por la suerte la tribu de jud�. [17] mand� que se acercaran los clanes de jud�, y fue designado por la suerte el clan de z�raj. mand� que se acercara el clan de z�raj por familias, y fue designado por la suerte zabd�. [18] mand� que se acercara la familia de zabd�, hombre por hombre, y fue designado por la suerte ak�n, hijo de karm�, hijo de zabd�, hijo de z�raj, de la tribu de jud�.

[19] dijo entonces josu� a ak�n: �hijo m�o, da gloria a yahveh, dios de israel y trib�tale alabanza; decl�rame lo que has hecho, no me lo ocultes�. [20] ak�n respondi� a �en verdad, yo soy el que ha pecado contra yahveh, dios de israel; esto y esto es lo que he hecho: [21] vi entre el bot�n un hermoso manto de senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, me gustaron y me los guard�. est�n escondidos en la tierra en medio de mi tienda, y la plata debajo.� [22] josu� envi� emisarios, que fueron corriendo a la tienda, y en efecto el manto estaba escondido en la tienda y la plata debajo. [23] lo sacaron de la tienda y se lo llevaron a josu� y a todos los israelitas delante de yahveh. [24] entonces josu� tom� a ak�n, hijo de z�raj, con la plata, el manto y el lingote de oro, a sus hijos, sus hijas, su toro, su asno y su oveja, su tienda y todo lo suyo y los hizo subir al valle de akor. todo israel le acompa�aba. [25] josu� dijo: ��por qu� nos has tra�do la desgracia? que yahveh te haga desgraciado en este d�a.� y todo israel lo apedre� (y los quemaron en la hoguera y los apedrearon). [26] levantaron sobre �l un gran mont�n de piedras, que existe todav�a hoy. as� Yahveh se calm� del furor de su c�lera. por eso se llama aquel lugar valle de akor hasta el d�a de hoy. josue cap.8 [1] yahveh dijo entonces a ��no tengas miedo ni te asustes! toma contigo a toda la gente de guerra; lev�ntate y sube contra ay. mira que entrego en tus manos al rey de ay, a su pueblo, su ciudad y su territorio. [2] har�s con ay y con su rey lo que has hecho con jeric� y con su rey. pero como bot�n s�lo tomar�is los despojos y el ganado. pon una emboscada a espaldas de la ciudad.� [3] josu� se levant� con toda la gente de guerra para marchar sobre ay. escogi� Josu� 30.000 guerreros valientes y les hizo salir de noche, [4] d�ndoles esta orden: �mirad, vosotros vais a estar emboscados a espaldas de la ciudad, pero no os alej�is mucho de ella, y estad todos alerta. [5] yo y toda la gente que me acompa�a nos acercaremos a la ciudad y, cuando la gente de ay salga a nuestro encuentro como la primera vez, huiremos ante ellos. [6] saldr�n tras de nosotros hasta que los alejemos de la ciudad, porque se dir�n: "huyen delante de nosotros como la primera vez. [7] entonces vosotros saldr�is de la emboscada y os apoderar�is de la ciudad; yahveh, vuestro dios, la pondr� en vuestras manos. [8] en cuanto tom�is la ciudad la incendiar�is. lo har�is seg�n la orden de yahveh. mirad que os lo mando yo.� [9] los envi� Josu� y fueron al lugar de la emboscada, y se apostaron entre betel y ay, al occidente de ay; josu� pas� aquella noche en medio de la gente. [10] se levant� de ma�ana josu�, revist� la tropa y subi� contra ay, con los ancianos de israel al frente de la tropa. [11] toda la gente de guerra que estaba con �l subi� y se acerc� hasta llegar ante la ciudad. acamparon al norte de ay. el valle quedaba entre ellos y la ciudad. [12] tom� unos 5.000 hombres y tendi� con ellos una emboscada entre betel y ay, al oeste de la ciudad. [13] pero la tropa form� el grueso del campamento que estaba al norte de la ciudad, quedando emboscada al oeste de la ciudad. pas� aquella noche en medio del valle. [14] en cuanto vio esto el rey de ay, se dieron prisa, se levantaron temprano y salieron �l y toda su gente a presentar batalla a israel en la bajada, frente a la arab�, sin saber que ten�a una emboscada a espaldas de la ciudad. [15] josu� y todo israel se hicieron los derrotados por ellos y huyeron camino del desierto.

[16] toda la gente que estaba en la ciudad se puso a dar grandes alaridos saliendo tras ellos y al perseguir a josu�, se alejaron de la ciudad. [17] no qued� un solo hombre en ay (ni en betel) que no saliera en persecuci�n de israel. y dejaron la ciudad abierta por perseguir a israel. [18] yahveh dijo entonces a �tiende hacia ay el dardo que tienes en tu mano porque en tu mano te la entrego.� josu� tiendi� el dardo que ten�a en la mano hacia la ciudad. [19] tan pronto como extendi� la mano, los emboscados surgieron r�pidemente de su puesto, corrieron y entraron en la ciudad, se apoderaron de ella y a toda prisa la incendiaron. [20] cuando los hombres de ay volvieron la vista atr�s y vieron la humareda que sub�a de la ciudad hacia el cielo, no tuvieron fuerza para huir por un lado o por otro. el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvi� contra los perseguidores. [21] viendo josu� y todo israel que los emboscados hab�an tomado la ciudad y que sub�a de ella una humareda, se volvieron y batieron a los hombres de ay. [22] los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los hombres de ay se encontraron en medio de los israelitas, unos por un lado y otros por otro. estos los derrotaron hasta que no qued� superviviente ni fugitivo. [23] pero al rey de ay lo prendieron vivo y lo condujeron ante josu�. [24] cuando israel acab� de matar a todos los habitantes de ay en el campo y en el desierto, hasta donde hab�an salido en su persecuci�n, y todos ellos cayeron a filo de espada hasta no quedar uno, todo israel volvi� a ay y pas� a su poblaci�n a filo de espada. [25] el total de los que cayeron aquel d�a, hombres y mujeres, fue 12.000, todos los habitantes de ay. [26] josu� no retir� la mano que ten�a extendida con el dardo hasta que consagr� al anatema a todos los habitantes de ay. [27] israel se reparti� solamente el ganado y los despojos de dicha ciudad, seg�n la orden que yahveh hab�a dado a josu�. [28] josu� incendi� Ay y la convirti� para siempre en una ruina, en desolaci�n hasta el d�a de hoy. [29] al rey de ay lo colg� de un �rbol hasta la tarde; y a la puesta del sol orden� Josu� que bajaran el cad�ver del �rbol. lo echaron luego a la entrada de la puerta de la ciudad y amontonaron sobre �l un gran mont�n de piedras, que existe todav�a hoy. [30] entonces josu� construy� un altar a yahveh, dios de israel, en el monte ebal, [31] como hab�a mandado mois�s, siervo de yahveh, a los israelitas, seg�n est� escrito en el libro de la ley de mois�s: un altar de piedras sin labrar, a las que no haya tocado el hierro. ofrecieron sobre �l holocaustos a yahveh e inmolaron sacrificios de comuni�n. [32] josu� escribi� all� mismo, sobre las piedras, una copia de la ley que mois�s hab�a escrito delante de los israelitas. [33] y todo israel, sus ancianos, sus escribas y sus jueces, de pie a los lados del arca, delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca de la alianza de yahveh, todos, tanto forasteros como ciudadanos, se colocaron la mitad en la falda del monte garizim y la otra mitad en la falda del monte ebal, seg�n la orden de mois�s, siervo de yahveh, para bendecir por primera vez al pueblo de israel. [34] luego, josu� ley� todas las palabras de la ley -la bendici�n y la maldici�na tenor de cuanto est� escrito en el libro de la ley. [35] no hubo ni una palabra de cuanto mois�s hab�a mandado que no la leyera josu� en presencia de toda la asamblea de israel, incluidas las mujeres, los ni�os y los forasteros que viv�an en medio de ellos. josue cap.9 [1] en cuanto se enteraron todos los reyes que estaban de este lado del jord�n,

en la monta�a, en la tierra baja, a lo largo de la costa del mar grande hasta la regi�n del l�bano, hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos, [2] se aliaron para combatir como un solo hombre contra josu� e israel. [3] pero los habitantes de gaba�n se enteraron de lo que hab�a hecho josu� con jeric� y ay, [4] y recurrieron tambi�n ellos a la astucia. fueron y se proveyeron de v�veres, tomaron alforjas viejas para sus asnos y odres de vino viejes, rotos y recosidos; [5] sandalias viejas y remendadas en sus pies y vestidos viejos. todo el pan que llevaban para su alimento era seco y desmigado. [6] fueron donde josu�, al campamento de guilgal, y le dijeron a �l y a los hombres de israel: �venimos de un pa�s lejano: haced, pues, alianza con nosotros. [7] los hombres de israel respondieron a aquellos jivitas: �acaso habit�is en medio de nosotros y entonces no podemos hacer alianza con vosotros.� [8] respondieron a �somos tus siervos.� josu� les dijo: ��qui�nes sois vosotros y de d�nde ven�s?� [9] le respondieron: �de muy lejana tierra vienen tus siervos, por la fama de yahveh tu dios, pues hemos o�do hablar de �l, de todo lo que ha hecho en egipto [10] y de todo lo que ha hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del jord�n, sij�n, rey de jesb�n y og, rey de bas�n, que viv�a en astarot. [11] y nos han dicho nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra: �tomad en vuestras manos provisiones para el viaje, id a su encuentro y decidles: "siervos vuestros somos: haced, pues, alianza con nosotros." [12] este nuestro pan estaba caliente cuando hicimos provisi�n de �l en nuestras casas para el viaje, el d�a en que partimos para venir a vuestro encuentro: miradlo ahora duro y desmigado. [13] estos odres de vino, que eran nuevos cuando los llenamos, se han roto; nuestras sandalias y nuestros vestidos est�n gastados por lo largo del camino.� [14] los hombres hicieron aprecio de sus provisiones sin consultar el or�culo de yahveh. [15] josu� hizo las paces con ellos, hizo con ellos pacto de conservarles la vida, y los principales de la comunidad se lo juraron. [16] sucedi� que, al cabo de tres d�as de cerrado este pacto, supieron que viv�an cerca y habitaban en medio de israel. [17] los israelitas partieron del campamento y llegaron al tercer d�a a sus ciudades, que eran gaba�n, kefir�, beerot y quiryat yearim. [18] los israelitas no los mataron porque los principales de la comunidad se lo hab�an jurado por yahveh dios de israel. pero toda la comunidad murmur� de los principales. [19] todos los principales declararon a la comunidad reunida: �nosotros lo hemos jurado por yahveh dios de israel; no podemos, pues, tocarlos. [20] lo que hemos de hacer con ellos es: d�jalos con vida para que no venga sobre nosotros la c�lera por el juramento que hemos hecho.� [21] les dijeron tambi�n los principales: �que vivan, pero que sean le�adores y aguadores de toda la comunidad.� as� les dijeron los principales. [22] josu� los llam� y les dijo: ��por qu� nos hab�is enga�ado diciendo: �vivimos muy lejos de vosotros�, siendo as� que habit�is en medio de nosotros? [23] sois, pues, unos malditos y nunca dejar�is de servir como le�adores y aguadores de la casa de mi dios.� [24] le respondieron a �es que tus siervos estaban bien enterados de la orden que hab�a dado yahveh tu dios a mois�s su siervo, de entregaros todo este pa�s y exterminar delante de vosotros a todos sus habitantes. temimos mucho por nuestras vidas a vuestra llegada y por eso hemos hecho esto. [25] ahora, aqu� estamos en tus manos: haz con nosotros lo que te parezca bueno y justo.� [26] as� hizo con ellos, los salv� de la mano de los israelitas, que no los mataron. [27] aquel d�a los puso josu� como le�adores y aguadores de la comunidad y del altar de yahveh hasta el d�a de hoy, en en lugar que yahveh hab�a de elegir.

josue cap.10 [1] sucedi�, pues, que adoni s�deq, rey de jerusal�n, se enter� de que josu� se hab�a apoderado de ay y la hab�a consagrado al anatema, haciendo con ay y su rey como hab�a hecho con jeric� y su rey, y de que los habitantes de gaba�n hab�an hecho las paces con israel y que estaban en medio de israel. [2] se atemoriz� mucho con ello, porque gaba�n era una ciudad grande, como una ciudad real, mayor que ay, y todos sus hombres eran valientes. [3] entonces adoni s�deq, rey de jerusal�n, mand� a decir a hoh�n, rey de hebr�n, a piram, rey de yarmut, a yafia, rey de lak�s, y a debir, rey de egl�n: [4] �venid en mi auxilio para que derrotemos a gaba�n, pues ha hecho las paces con josu� y con los israelitas.� [5] se juntaron y subieron los cinco reyes amorreos: el rey de jerusal�n, el rey de hebr�n, el rey de yarmut, el rey de lak�s y el rey de egl�n, con todas sus tropas; asediaron gaba�n y la atacaron. [6] los gabaonitas mandaron a decir a josu� al campamento de guilgal: no dejes solos a tus siervos; sube aprisa donde nosotros, s�lvanos y soc�rrenos, porque se han aliado contra nosotros todos los reyes amorreos que habitan en la monta�a.� [7] josu� subi� de guilgal con toda la gente de guerra y todos los guerreros valientes. [8] y yahveh dijo a �no les temas, porque los he puesto en tus manos; ninguno de ellos te podr� resistir.� [9] josu� cay� sobre ellos de improviso, tras haber caminado toda la noche desde guilgal. [10] yahveh los puso en fuga delante de israel y les caus� una gran derrota en gaba�n: los persigui� por el camino de la subida de bet jor�n, y los bati� hasta azec� (y hasta maqued�). [11] mientras hu�an ante israel por la bajada de bet jor�n, yahveh lanz� del cielo sobre ellos hasta azec� grandes piedras, y murieron. y fueron m�s los que murieron por las piedras que los que mataron los israelitas a filo de espada. [12] entonces habl� Josu� a yahveh, el d�a que yahveh entreg� al amorreo en manos de los israelitas, a los ojos de israel y dijo: �det�nte, sol, en gaba�n, y t�, luna, en el valle de ayyal�n.� [13] y el sol se detuvo y la luna se par� hasta que el pueblo se veng� de sus enemigos. � no est� esto escrito en el libre del justo? el sol se par� en medio del cielo y no tuvo prisa en ponerse como un d�a entero. [14] no hubo d�a semejante ni antes ni despu�s, en que obedeciera yahveh a la voz de un hombre. es que yahveh combat�a por israel. [15] josu� volvi� con todo israel al campamento de guilgal. [16] aquellos cinco reyes hab�an huido y se hab�an escondido en la cueva de maqued�. [17] se dio aviso a �han sido descubiertos los cinco reyes, escondidos en la cueva de maqed�.� [18] josu� respondi�: �rodad unas piedras grandes a la boca de la cueva y poned junto a ella hombres que la guarden. [19] y vosotros no os qued�is quietos: perseguid a vuestros enemigos, cortadles la retirada, no les dej�is entrar en sus ciudades, porque yahveh vuestro dios los ha puesto en vuestras manos.� [20] cuando josu� y los israelitas acabaron de causarles una grand�sima derrota, hasta acabar con ellos, los supervivientes se les escaparon y se metieron en las plazas fuertes. [21] todo el pueblo volvi� sano y salvo al campamento, junto a josu�, a maqued�, y no hubo nadie que ladrara contra los israelitas. [22] dijo entonces �abrid la boca de la cueva y sacadme de ella a esos cinco reyes.� [23] as� lo hicieron: le sacaron de la cueva a los cinco reyes: el rey de jerusal�n, el rey de hebr�n, el rey de yarmut, el rey de lak�s y el rey de egl�n.

[24] en cuanto sacaron a los reyes, josu� llam� a todos los hombres de israel y dijo a los capitanes de tropa que le hab�an acompa�ado: �acercaos y poned vuestros pies sobre la nuca de esos reyes.� ellos se acercaron y pusieron los pies sobre las nucas. [25] �no teng�is miedo -les dijo josu�- ni os desanim�is; sed valientes y decididos, porque as� har� Yahveh con todos los enemigos con quienes ten�is que combatir.� [26] acto seguido, josu� los hiri�, les dio muerte y los hizo colgar de cinco �rboles, de los que quedaron colgados hasta la tarde. [27] a la hora de la puesta del sol, a una orden de josu�, los descolgaron de los �rboles y los arrojaron a la cueva en que se hab�an escondido, y echaron unas piedras grandes a la boca de la cueva: all� est�n todav�a hoy. [28] el mismo d�a josu� tom� Maqued� y la pas� a filo de espada, a ella y a su rey: los consagr� al anatema con todos los seres vivientes que hab�a en ella. no dej� escapar a nadie, e hizo con el rey de maqued� como hab�a hecho con el rey de jeric�. [29] josu�, con todo israel, pas� de maqued� a libn� y la atac�. [30] y yahveh la entreg� tambi�n, con su rey, en manos de israel, que la pas� a filo de espada con todos los seres vivientes que hab�a en ella: no dej� en ella ni uno solo con vida. hizo con su rey como hab�a hecho con el rey de jeric�. [31] josu�, con todo israel, pas� de libn� a lak�s, la asedi� y atac�. [32] yahveh entreg� Lak�s en manos de israel, que la tom� al seguno d�a, y la pas� a cuchillo con todos los seres vivientes que hab�a en ella, lo mismo que hab�a hecho con libn�. [33] entonces horam, el rey de gu�zer, subi� en ayuda de lak�s, pero josu� le derrot� a �l y a su pueblo, hasta no dejar ni un superviviente. [34] josu�, con todo israel, pas� de lak�s a egl�n. la sitiaron y atacaron. [35] la tomaron aquel mismo d�a y la pasaron a cuchillo. consagr� al anatema aquel d�a a todos los seres vivientes que hab�a en ella, lo mismo que hab�a hecho con lak�s. [36] josu�, con todo israel, subi� de egl�n a hebr�n y a la atacaron. [37] la tomaron y la pasaron a cuchillo, con su rey, todas sus ciudades y todos los seres vivientes que hab�a en ella. no dej� ni un superviviente, igual que hab�a hecho con egl�n. la consagr� al anatema, a ella y a todos los seres vivientes que hab�a en ella. [38] entonces josu�, con todo israel, se volvi� contra debir y la atac�. [39] se apoder� de ella, de su rey y de todas sus ciudades, las pasaron a filo de espada y consagraron al anatema a todos los seres vivientes que hab�a en ella, sin dejar uno solo con vida. como hab�a hecho con hebr�n, as� hizo con debir y su rey, igual que hab�a hecho con libn� y con su rey. [40] bati�, pues, josu� todo el pa�s: la monta�a, el n�gueb, la tierra baja y las laderas, con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. consagr� a todos los seres vivientes al anatema, como yahveh, el dios de israel, le hab�a ordenado. [41] josu� los bati� desde cad�s barnea hasta gaza, y toda la regi�n de gosen hasta gaba�n. [42] se apoder� Josu� de todos aquellos reyes y de sus territorios de una sola vez, porque yahveh, el dios de israel, peleaba en favor de israel. [43] josu�, con todo israel, se volvi� al campamento de guilgal. josue cap.11 [1] cuando yab�n, rey de jasor, se enter�, mand� aviso a yobab, rey de simr�n, al rey de aksaf, [2] y a los reyes de la parte norte de la monta�a, del valle al de la tierra baja y de las alturas del oeste de dor. [3] el cananeo estaba al oriente y al occidente; el amorreo, el perizita y el jebuseo en la monta�a; el hitita en las faldas del pa�s de misp�.

rey de merom, al sur de kinerot, jivita, el herm�n, en el

[4] partieron, pues, con todas sus tropas: una muchedumbre innumerable como la arena de la orilla del mar y con gran n�mero de caballos y carros. [5] se juntaron todos estos reyes, llegaron y acamparon juntos hacia las aguas de merom para luchar contra israel. [6] yahveh dijo entonces a �no les tengas miedo, porque ma�ana a esta misma hora los dejar� a todos ellos atravesados ante israel; t� desjarretar�s sus caballos y quemar�s sus carros.� [7] josu�, con toda su gente de guerra, los alcanz� de improvisio junto a las aguas de merom y cay� sobre ellos. [8] yahveh los entreg� en manos de israel, que los bati� y persigui� por occidente hasta sid�n la grande y hasta misrefot y, por oriente, hasta el valle de misp�. los bati� hasta que no qued� ni uno vivo. [9] josu� los trat� como le hab�a dicho yahveh: desjarret� sus caballos y quem� sus carros. [10] por entonces, josu� se volvi� y tom� Jasor, y mat� a su rey a espada. jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos. [11] pasaron a cuchillo a todo ser viviente que hab�a en ella, dando cumplimiento al anatema. no qued� alma viva y jasor fue entregada a las llamas. [12] josu� se apoder� de todas las ciudades de aquellos reyes, y de todos sus reyes y los pas� a cuchillo para cumplir en ellos el anatema, seg�n le hab�a mandado mois�s, siervo de yahveh. [13] pero israel no quem� ninguna de las ciudades emplazadas sobre sus mont�culos de ruinas; con la �nica excepci�n de jasor, que fue incendiada por josu�. [14] el bot�n de estas ciudades, incluso el ganado, se lo repartieron los israelitas. pero pasaron a cuchillo a todo ser humano hasta acabar con todos. no dejaron ninguno con vida. [15] tal como yahveh hab�a ordenado a su siervo mois�s, mois�s se lo hab�a ordenado a josu�, josu� lo ejecut�: no dej� de pasar una sola palabra de lo que yahveh hab�a ordenado a mois�s. [16] josu� se apoder� de todo el pa�s: de la monta�a, de todo el n�gueb y de todo el pa�s de gosen, de la tierra baja, de la arab�, de la monta�a de israel y de sus estribaciones. [17] desde el monte pelado, que sube hacia se�r, hasta baal gad en el valle del l�bano, al pie del monte hermon, apreso a todos sus reyes y los hiri� de muerte. [18] largo tiempo estuvo josu� haciendo la guerra a todos estos reyes; [19] no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas que viv�an en gaba�n: de todas se apoderaron por la fuerza. [20] porque de yahveh proven�a el endurecer su coraz�n para combatir a israel, para ser as� consagradas al anatema sin remisi�n y para ser exterminadas, como hab�a mandado yahveh a mois�s. [21] por entonces fue josu� y extermin� a los anaquitas de la monta�a, de hebr�n, de debir, de anab, de toda la monta�a de jud� y de toda la monta�a de israel: los consagr� al anatema con sus ciudades. [22] no qued� un anaquita en el pa�s de los israelitas; s�lo quedaron en gaza, gad y asdod. [23] josu� se apoder� de toda la tierra tal como yahveh le hab�a dicho a mois�s, y se la dio en herencia a israel seg�n las suertes de las tribus. y el pa�s vivi� en paz tras la guerra. josue cap.12 [1] estos son los reyes del pa�s vencidos por los israelitas y despojados de su territorio en transjordania, al oriente, desde el torrente arn�n hasta el monte herm�n, con toda la arab� oriental: [2] sij�n, rey de los amorreos, que resid�a en jesb�n, y dominaba desde aroer, situada a la orilla del torrente arn�n, la cuenca del torrente y la mitad de galaad hasta el torrente yabboq, que sirve de frontera con los ammonitas, [3] y, al oriente, la arab� hasta el mar de kinerot por una parte y hasta el mar

de la arab�, o mar de la sal, por otra, camino de bet hayesimot, hasta llegar por el sur al pie de las laderas del pisg�. [4] y og, rey de bas�n, un residuo de los refa�m, que resid�a en astarot y en edre�, [5] y dominaba en la monta�a de herm�n y salk�, y todo el bas�n hasta la frontera de los guesuritas y los maakatitas, y la mitad de galaad hasta la frontera de sij�n, rey de jesb�n. [6] mois�s, siervo de yahveh, y los israelitas los hab�an vencido, y mois�s, siervo de yahveh, hab�a dado el territorio en propiedad a los rubenitas, a los gaditas y a la medio tribu de manas�s. [7] estos son los reyes del pa�s, vencidos por josu� y los israelitas, del lado occidental del jord�n, desde baal gad, en el valle del l�bano, hasta el monte pelado, que se alza hacia se�r, y cuya tierra reparti� Josu� en herencia a las tribus de israel seg�n sus suertes: [8] en la monta�a, en la tierra baja, en la arab�, en las laderas, en le desierto, en el n�gueb: hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos: [9] el rey de jeric�, uno; el rey de ay, que est� junto a betel [10] el rey de jerusal�n, uno; el rey de hebr�n, uno; [11] el rey de yarmut, uno; el rey de lak�s, uno; [12] el rey de egl�n, uno; el rey de gu�zer, uno; [13] el rey de debir, uno ; el rey de gu�der, uno; [14] el rey de jorm�, uno; el rey de arad, uno; [15] el rey de libn�, uno; el rey de adullam, uno; [16] el rey de maqued�, uno; el rey de betel, uno; [17] el rey de tappuaj, uno; el rey de j�fer, uno; [18] el rey de afeq, uno; el rey de sar�n, uno; [19] el rey de merom, uno; el rey de jasor, uno; [20] el rey de simron mer�n, uno; el rey de aksaf, uno; [21] el rey de tanak, uno; el rey de meguidd�, uno; [22] el rey de qued�s, uno; el rey de yoqneam, en el carmelo, uno; [23] el rey de dor, en la regi�n de dor, uno; el rey de las naciones, en galilea, uno; [24] el rey de tirs�, uno; total de reyes: 31 josue cap.13 [1] josu� era ya viejo y entrado en a�os. yahveh le dijo: �eres viejo y entrado en a�os, y queda todav�a much�sima tierra por conquistar. [2] esta es la tierra que queda: �todos los distritos de los filisteos y todo lo de los guesuritas; [3] desde sijor, que esta al lado de egipto, hasta el l�mite de ecron por el norte, es considerado como de los cananeos. los cinco tiranos de los filisteos son el de gaza, el de asdod, el de ascal�n, el de gat y el de ecr�n. los avitas [4] �stan al sur. todo el pa�s de los cananeos, y mearah, que es de los sidonios, hasta afeq� y hasta la frontera de los amorreos; [5] luego el pa�s de los guiblitas con todo el l�bano hacia la salida del sol, desde baal gad, al pie del monte herm�n, hasta la entrada de jamat. [6] �yo arrojar� de la presencia de los israelitas a todos los habitantes de la monta�a, desde el l�bano hasta misrefot al occidente: a todos los sidonios. t� solamente reparte por suertes la tierra como heredad entre los israelitas, seg�n te he ordenado. [7] reparte ya esta tierra como heredad entre las nueve tribus y la media tribu de manas�s: se la dar�s desde el jord�n hasta el mar grande de occidente; el mar grande ser� su l�mite.� [8] la otra nedia tribu de manas�s, junto con los rubenitas y los gaditas, hab�a recibido ya la parte de la heredad que mois�s les hab�a dado al lado oriental del jord�n, como mois�s, siervo de yahveh, les hab�a dado:

[9] la tierra desde aroer, que est� a orillas del torrente arn�n, y la ciudad que est� en medio de la vaguada: y toda la llanura desde medb� hasta dib�n; [10] todas las ciudades de sij�n, rey de los amorreos, que hab�a reinado en jesb�n, hasta la frontera de los ammonitas. [11] adem�s, galaad y el territorio de los guesuritas y los maakatitas con toda la monta�a del herm�n y todo bas�n hasta salk�; [12] y dentro de bas�n todo el reino de og, que hab�a reinado en astarot y en edre�, y era �ltimo residuo de los refa�m. mois�s los hab�a batido y despose�do. [13] pero los israelitas no desposeyeron ni a los guesuritas ni a los maakatitas, de manera que guesur y maak� siguen todav�a hoy habitando en medio de israel. [14] la tribu de lev� fue la �nica a la que no se dio heredad: yahveh, dios de israel, fue su heredad, como se lo hab�a dicho. [15] mois�s hab�a dado a la tribu de los hijos de rub�n una parte por clanes. [16] su territorio fue desde aroer, que est� a orillas del torrente arn�n, incluida la ciudad que est� en medio de la vaguada, y todo el llano hasta medb�; [17] jesb�n con todas las ciudades situadas en el llano: dib�n, bamot, baal, bet baal me�n, [18] yah�s, quedemot, mefaat, [19] quiryat�yim, sibm�, y seret hassajar, en el monte del valle; [20] bet peor, las laderas del pisg�, bet hayesimot, [21] todas las ciudades del llano y todo el reino de sij�n, rey de los amorreos, que rein� en jesb�n y a quien venci� Mois�s, igual que a los pr�ncipes de madi�n: ev�, r�quem, sur, jur, reb�, vasallos de sij�n, que habitaban en el pa�s. [22] al adivino balaam, hijo de beor, los israelitas lo hab�an pasado a cuchillo con otras v�ctimas. [23] as� el territorio de los rubenitas llegaba hasta el jord�n. esta fue la heredad de los hijos de rub�n por clanes: las ciudades y sus aldeas. [24] a la tribu de gad, a los hijos de gad, hab�a dado mois�s una parte conforme a sus clanes. [25] su territorio fue yazer, todas las ciudades de galaad, la mitad del pa�s de los ammonitas hasta aroer, que est� enfrente de rabb�, [26] y desde jesb�n hasta ramat hammisp� y betonim, y desde majan�yim hasta el territorio de lo debar; [27] y en el valle: bet jaram, bet nimr�, sukkot, saf�n -el resto del reino de sij�n, rey de jesb�n-, el jord�n y el territorio hasta la punta del mar de kinn�ret, al lado oriental del jord�n. [28] esta fue la heredad de los hijos de gad por clanes: las ciudades y sus aldeas. [29] a la media tribu de manas�s le hab�a dado mois�s una parte conforme a sus clanes. [30] su territorio comprend�a, desde majan�yim, todo el bas�n, todos los aduares de ya�r en bas�n: sesenta ciudades; [31] la mitad de galaad, astarot y edre�, ciudades del reino de og en bas�n. pasaron a ser de los hijos de makir, hijo de manas�s, de la mitad de los hijos de makir por clanes. [32] esto fue lo que reparti� en heredad mois�s en las estepas de moab, al otro lado del jord�n, al oriente de jeric�. [33] pero mois�s no dio heredad a la tribu de lev�: yahveh, el dios de israel, es su heredad, como se lo hab�a dicho. josue cap.14 [1] esto es lo que recibieron como heredad los israelitas en el pa�s de cana�n, lo que les repartieron como heredad el sacerdote eleazar y , hijo de nun, y los cabezas de familia de las tribus de israel. [2] el reparto para las nueve tribus de israel y la media tribu se hizo a suertes, como yahveh hab�a ordenado por medio de mois�s. [3] porque mois�s hab�a dado su heredad a las dos tribus y media de transjordania

sin dar a los levitas heredad entre ellas. [4] pues los hijos de jos� vinieron a formar dos tribus: manas�s y efra�m, pero a los levitas no se les dio ninguna parte en el territorio sino s�lo ciudades para residir, con los pastos correspondientes para sus ganados y su hacienda. [5] como yahveh hab�a mandado a mois�s, as� hicieron los israelitas en el reparto de la tierra. [6] se acercaron los hijos de jud� a josu� en guilgal, y caleb, hijo de yefunn� el quenizita, le dijo: �ya sabes lo que le dijo yahveh a mois�s, el hombre de dios, de ti y de m� en cad�s barnea. [7] cuarenta a�os ten�a yo cuando mois�s, siervo de yahveh, me envi� de cad�s barnea a explorar esta tierra y yo le di un informe con toda sinceridad. [8] los hermanos que hab�an subido conmigo desanimaron al pueblo, pero yo me mantuve fiel a yahveh mi dios. [9] aquel d�a mois�s hizo este juramento: "te juro que la tierra que ha hollado tu pie ser� heredad tuya y de tus hijos para siempre. porque has sido fiel a yahveh mi dios." [10] pues ahora mira c�mo yahveh me ha conservado con vida seg�n lo prometi�. Hace 45 a�os que yahveh le dijo esto a mois�s, cuando israel iba por el desierto, y ahora tengo 85 a�os. [11] todav�a estoy tan fuerte como el d�a en que mois�s me envi�. Conservo todo mi vigor de entonces para combatir y para ir y venir. [12] dame ya esta monta�a que me prometi� Yahveh aquel d�a. ya entonces supiste que hay en ella anaquitas y ciudades grandes y fuertes. si yahveh est� conmigo, los expulsar�, como me prometi� Yahveh.� [13] josu� bendijo a caleb, hijo de yefunn�, y le dio hebr�n por heredad. [14] por eso hebr�n sigue siendo hasta el d�a de hoy heredad de caleb, hijo de yefunn� el quenizita, por haber sido fiel a yahveh, dios de israel. [15] el nombre primitivo de hebr�n era quiryat arb�. arb� era el hombre m�s alto entre los anaquitas. y el pa�s vivi� en paz tras la guerra. josue cap.15 [1] la suerte que toc� a la tribu de los hijos de jud� conforme a sus clanes cay� hacia la frontera de edom, desde el desierto de sin hacia el mediod�a hasta cad�s en el extremo sur. [2] su l�mite meridional part�a del extremo del mar de la sal, desde la lengua que da hacia el sur; [3] luego se dirig�a por el sur de la subida de los escorpiones, pasaba hacia sin y sub�a por el sur de cad�s barnea; pasando por jesr�n, sub�a hacia adar y volv�a a carc�; [4] pasaba por asm�n, iba hacia el torrente de egipto y ven�a a salir al mar. esa ser� vuestra frontera por el sur. [5] al oriente el l�mite era el mar de la sal hasta la desembocadura del jord�n. la frontera por el lado norte part�a de la lengua de mar que hay en la desembocadura del jord�n. [6] el l�mite sub�a a bet jogl�, pasaba al norte de bet haarab� y sub�a hasta la pe�a de boj�n, hijo de rub�n. [7] el l�mite sub�a desde el valle de akor hasta debir y volv�a al norte hacia el c�rculo de piedras que hay enfrente de la subida de adummim, que est� al sur del torrente. el l�mite pasaba hacia las aguas de en semes y ven�a a salir a en roguel. [8] sub�a despu�s por el valle de ben hinnom, por el sur, al hombro del jebuseo, es decir, jerusal�n; sub�a el l�mite por el oeste a la cima del monte que hay frente al valle de hinnom, al extremo norte del valle de los refa�m. [9] el l�mite torc�a de la cumbre del monte hacia la fuente de agua de neftoaj y segu�a hacia las ciudades del monte efr�n para torcer en direcci�n a baal�, o sea, quiryat yearim. [10] de baal�, el l�mite doblaba por el oeste hacia el monte se�r y, pasando por

la vertiente norte del monte yearim, o sea kesal�n, bajaba a bet semes, pasaba a timn�, [11] iba hacia el lado norte de ecr�n, doblaba hacia sikkar�n, pasaba por el monte de baal�, sal�a por yabneel. la frontera terminaba en el mar. [12] el l�mite occidental era el mar grande. este era el l�mite que rodeaba el territorio de los hijos de jud� por clanes. [13] a caleb, hijo de yefunn�, se le dio una parte entre los hijos de jud�, seg�n la orden de yahveh a josu�: quiryat arb�, la ciudad del padre de anaq, que es hebr�n. [14] caleb ech� de all� a los tres hijos de anaq: sesay, ajim�n y talmay, descendientes de anaq. [15] de all� se dirigi� hacia los habitantes de debir, que antiguamente se llamaba quiryat s�fer. [16] entonces dijo caleb: �al que derrote a quiryat s�fer y la tome, le dar� mi hija aks� por mujer.� [17] el que la tom� fue otniel, hijo de quenaz, hermano de caleb, y �ste le dio su hija aks� por mujer. [18] cuando iba a casa de su marido, �ste le incit� a que pidiera a su padre un campo; ella se ape� del asno y caleb le pregunt�: ��qu� quieres?� [19] ella respondi�: �hazme un regalo; ya que me has dado el desierto de n�gueb, dame fuentes de agua.� y �l le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. [20] esta fue la heredad de la tribu de los hijos de jud� por clanes. [21] ciudades fronterizas de la tribu de los hijos de jud�, hacia la frontera de edom en el n�gueb: cabseel, eder, yagur, [22] quin�, dim�n, adad�, [23] quedes, jasor yitnam, [24] zif, t�lem, bealot, [25] jasor jadatt�, queriyyot jesr�n (que es jasor), [26] amam, sem�, molad�, [27] jasar gadd�, jesm�n, bet p�let, [28] jasar sual, berseba y sus filiales, [29] baal�, iyyim, esem, [30] eltolad, kesil, jorm�, [31] siquelag, madmann�, sansann�, [32] lebaot, siljim, ayin y rimm�n. en total veintinueve ciudades con sus aldeas. [33] en la tierra baja: estaol, sor�, asn�, [34] zanoaj, en gannim, tappuaj, enam, [35] yarmut, adullam, sok�, Azec�, [36] saar�yim, adit�yim, hag gueder�, guederot�yim: catorce ciudades con sus aldeas. [37] sen�n, jadas�, migdal gad, [38] dil�n, ham misp�, yoqteel, [39] lak�s, boscat, egl�n, [40] kabb�n, lajm�s, kitl�s, [41] guederot, bet dag�n, naam�, maqued�: diecis�is ciudades con sus aldeas. [42] libn�, eter, as�n, [43] iftaj, asn�, nesib, [44] queil�, akzib, mares�: nueve ciudades con sus aldeas. [45] ecr�n con sus filiales y aldeas. [46] de ecr�n hasta el mar, todo lo que est� al lado de asdod con sus aldeas. [47] asdod con sus filiales y aldeas, gaza con sus filiales y aldeas hasta el torrente de egipto, limitando con el mar grande. [48] en la monta�a: samir, yattir, sok�, [49] dann�, quiryat, sann�, que es debir, [50] anab, estemoa, anim, [51] gosen, jol�n, guil�: once ciudades y sus aldeas. [52] arab, dum�, esan, [53] yanum, bet tappuaj, afeq�,

[54] jumt�, quiryat arb�, que es hebr�n, sior: nueve ciudades y sus aldeas. [55] ma�n, carmelo, zif, yutt�, [56] yizreel, yoqdeam, zanoaj, [57] haqcayim, guibe� y timn�: diez ciudades con sus aldeas. [58] jaljul, bet sur, guedor, [59] maarat, bet anot, eltec�n: seis ciudades con sus aldeas. t�coa, efrat�, que es bel�n, peor, etam, cul�n, tatam, sores, karem, gallim, b�ter, manaj: once ciudades con sus aldeas. [60] quiryat baal, que es quiryat yearim, y harabb�: dos ciudades con sus aldeas. [61] en el desierto: bet haarab�, middin, sekak�, [62] nibs�n, la ciudad de la sal y engad�: seis ciudades con sus aldeas. [63] pero los hijos de jud� no pudieron echar a los jebuseos que ocupaban jerusal�n. por eso los jebuseos siguen habitando en jerusal�n junto a los hijos de jud� hasta el d�a de hoy. josue cap.16 [1] la suerte que toc� a los hijos de jos� comenzaba, por el lado oriental, en el jord�n, a la altura de jeric� (las aguas de jeric�), en el desierto que sube de jeric� a la monta�a de betel; [2] siguiendo de betel a luz, pasaba hacia la frontera de los arquitas por atarot; [3] bajaba despu�s al oeste hacia la frontera de los yafletitas, hasta gu�zer, y ven�a a salir al mar. [4] esta fue la heredad de los hijos de jos�, manas�s y efra�m. [5] l�mite de los hijos de efra�m por clanes: el l�mite de su heredad era por el este atrot arak hasta bet jor�n de arriba [6] e iba e salir el l�mite al mar... el mikmetat al norte, y el l�mite doblaba al oriente hacia taanat silo, y la cruzaba al este hacia yanoj�; [7] bajaba de yanoj� a atarot y a naar� y tocaba en jeric� para terminar en el jord�n. [8] de tappuaj iba el l�mite hacia occidente por el torrente de can� y ven�a a parar en el mar. esta fue la heredad de la tribu de los hijos de efra�m seg�n sus clanes, [9] adem�s de las ciudades reservadas para los hijos de efra�m de la herencia de los hijos de manas�s; todas estas ciudades y sus aldeas. [10] el cananeo que ocupaba gu�zer no fue expulsado y as� contin�a en medio de efra�m hasta el d�a de hoy, pero sujeto a servidumbre. josue cap.17 [1] a la tribu de manas�s le correspondi� suerte, porque era el primog�nito de jos�: a makir, primog�nito de manas�s y padre de galaad, como era hombre de guerra, le toc� Galaad y bas�n; [2] y a los otros hijos de manas�s, seg�n sus clanes: a los hijos de abiezer, a los hijos de jeleq, a los hijos de asriel, a los hijos de sekem, a los hijos de j�fer, a los hijos de semid�, estos eran los hijos varones de manas�s, hijo de jos�, por clanes. [3] pero selofjad, hijo de j�fer, hijo de galaad, hijo de makir, hijo de manas�s, no ten�a hijos; s�lo ten�a hijas. sus hijas se llamaban: majl�, no�, jogl�, milk� y tirs�. [4] estas se presentaron ante el sacerdote eleazar, ante josu�, hijo de nun, y ante los principales, y dijeron: �yahveh orden� a mois�s que nos diera una heredad entre nuestros hermanos.� les dio, pues, seg�n la orden de yahveh, una heredad entre los hermanos de su padre. [5] tocaron a manas�s diez porciones adem�s del pa�s de galaad y de bas�n, situado en transjordania, [6] pues las hijas de manas�s obtuvieron una heredad entre sus hijos. el pa�s de

galaad pertenec�a a los otros hijos de manas�s. [7] el l�mite de manas�s era por el lado de aser, mikmetat, que est� en frente de siquem; de all� iba hacia la derecha, hacia yasib, en la fuente de tappuaj. [8] el pa�s de tappuaj era de manas�s, pero tappuaj, en la frontera de manas�s, era de los hijos de efra�m. [9] el l�mite bajaba por el torrente de can�; al sur del torrente estaban las ciudades de efra�m, adem�s de las que ten�a efra�m entre las ciudades de manas�s, y el territorio de manas�s estaba al norte del torrente, e iba a salir al mar. [10] lo del sur era de efra�m y lo del norte de manas�s, y el mar era su frontera; lindaban con aser al norte y con isacar al este. [11] manas�s ten�a, en isacar y en aser, bet se�n y sus filiales, yibleam y sus filiales, los habitantes de dor y sus filiales, los habitantes de tanak y meguidd� y sus filiales, y un tercio de n�fet. [12] los hijos de manas�s no pudieron apoderarse de estas ciudades y los cananeos lograron mantenerse en aquel pa�s. [13] pero, cuando los israelitas se hicieron m�s fuertes, sometieron a los cananeos a servidumbre, aunque no llegaron a expulsarlos. [14] los hijos de jos� se dirigieron a josu� y le dijeron: ��por qu� no me has asignado en heredad m�s que una suerte, una sola porci�n, siendo tan numeroso como soy porque yahveh me ha bendecido?� [15] josu� respondi�: �si eres un pueblo tan numeroso sube a los bosques y corta para ti el de la regi�n de los perizitas y de los refa�tas, pues la monta�a de efra�m es demasiado estrecha para ti.� [16] los hijos de jos� respondieron: �la monta�a no nos basta, y todos los cananeos que habitan en el llano tienen carros de hierro, lo mismo los de bet se�n y sus filiales que los de la llanura de yizreel.� [17] josu� dijo a la casa de jos�, a efra�m y a manas�s: �eres un pueblo grande y tienes mucha fuerza; no tendr�s s�lo una parte, [18] sino que tendr�s tambi�n la monta�a; est� cubierta de bosques pero t� la talar�s y ser�s tuya la regi�n resultante; y expulsar�s al cananeo, aunque tiene carros de hierro y es muy fuerte.� josue cap.18 [1] todo la comunidad de los israelitas se reuni� en silo, donde alzaron la tienda del encuentro; todo el pa�s les estaba sometido. [2] pero quedaban todav�a entre los israelitas siete tribus que no se hab�an repartido su heredad. [3] josu�, pues, dijo a los israelitas: ��hasta cu�ndo vais a retardar el ir a tomar posesi�n de la tierra que os ha dado yahveh, el dios de vuestros padres? [4] escoged tres hombres por cada tribu, y los enviar� para que vayan a recorrer el pa�s y hagan una descripci�n de �l en orden al reparto; luego volver�n donde m�. [5] dividir�n la tierra en siete partes. jud� se quedar� en su territorio al sur y la casa de jos� se quedar� en su territorio al norte. [6] vosotros har�is una descripc�on del pa�s en siete partes, y me la traer�is para que os la sortee aqu�, en presencia de yahveh nuestro dios. [7] porque los levitas no tienen su parte entre vosotros, pues el sacerdocio de yahveh es su heredad; y gad, rub�n y la media tribu de manas�s, han recibido ya al lado oriental del jord�n, la heredad que les dio mois�s, siervo de yahveh.� [8] los hombres se pusieron en camino. josu� dio esta orden a los que iban a hacer la descripci�n del pa�s: �id, recorred el pa�s y describidlo, y despu�s volved donde m�; yo os har� el sorteo de la tierra aqu� delante de yahveh, en silo.� [9] fueron los hombres, recorrieron la comarca, y la describieron ciudad por ciudad, en siete partes, en un escrito que llevaron a josu�, al campamento de silo. [10] josu� les ech� suertes en silo, delante de yahveh, y reparti� all� la tierra

entre los israelitas, conforme a sus particiones. [11] toc� una suerte a la tribu de los hijos de benjamin por clanes: los l�mites de su suerte resultaron comprendidos entre los de los hijos de jud� y los de los hijos de jos�. [12] su l�mite, por el lado norte, part�a del jord�n, sub�a por el flanco norte de jeric�, hasta alcanzar la monta�a hacia el oeste, y ven�a a salir al desierto de bet av�n. [13] de all� pasaba el l�mite hacia luz, por el flanco sur de luz, que es betel, y bajaba a atrot addar sobre el monte que est� al sur de bet jor�n de abajo. [14] torc�a el l�mite y volv�a por el oeste hacia el sur, desde el monte que est� al lado meridional de bet jor�n, para ir a salir hacia quiryat baal, que es quiryat yearim, ciudad de los hijos de jud�. ese era el lado oeste. [15] y el lado sur: desde el extremo de quiryat yearim, el l�mite segu�a hacia gas�n y sal�a cerca de la fuente de las aguas de neft�aj, [16] luego bajaba hacia el extremo del monte que est� frente al valle de ben hinnom, al norte del valle de refa�m, bajaba al valle de hinnom por el flanco sur del jebuseo y segu�a bajando hasta en roguel. [17] doblaba luego por el norte, sal�a en en semes y sal�a hacia el c�rculo de piedras que hay frente a la subida de adummim; bajaba a la pe�a de boj�n, hijo de rub�n; [18] pasaba luego hacia la vertiente de bet haarab� por el norte y bajaba hacia la arab�; [19] pasaba el l�mite hacia la pendiente de bet jogl� al norte, e iba a dar el l�mite a la lengua septentrional del mar de la sal, en el extremo sur del jord�n. ese era el l�mite meridional. [20] el jord�n era el l�mite del lado oriental. esa fue la heredad de los hijos de benjam�n, conforme a sus clanes, con los l�mites que la rodean. [21] las ciudades de la tribu de los hijos de benjam�n, por clanes, fueron: jeric�, Bet jogl�, emeq ques�s; [22] bet haarab�, semar�yim, betel; [23] avvim, par�, ofr�; [24] kefar haamon�, ofn�, gab�: doce ciudades con sus aldeas. [25] gaba�n, ram�, beerot, [26] misp�, kefir�, mos�; [27] r�quem, yirpeel, taral�; [28] sela haalef, el jebuseo, es decir jerusal�n, guibe� y quiryat: catorce ciudades con sus aldeas. esa fue la heredad de los hijos de benjam�n, por clanes. josue cap.19 [1] la segunda suerte cay� a sime�n, a la tribu de los hijos de sime�n, por clanes: su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de jud�. [2] les correspondi� como heredad: berseba, sem�, molad�; [3] jasar sual, bal�, esem; [4] eltolad, betul, jorm�; [5] siquelag, bet hammarkabot; jasar sus�; [6] bet lebaot y sarujem: trece ciudades y sus aldeas; [7] ay�n, rimm�n, eter y as�n; cuatro ciudades y sus aldeas. [8] ad�mas todas las aldeas de los alrededores de estas ciudades hasta baalat beer, ram� del n�gueb. esa fue la heredad de la tribu de los hijos de sime�n, por clanes. [9] la heredad de los hijos de sime�n se tom� de la porci�n de los hijos de jud�, porque la parte de los hijos de jud� era demasiado grande para ellos. los hijos de sime�n recibieron, pues, su heredad en medio de la heredad de los hijos de jud�. [10] la tercera suerte toc� a los hijos de zabul�n, por clanes: el l�mite de su heredad se extend�a hasta sadud; [11] su l�mite sub�a al occidente hacia maraal� y tocaba en dabb�set y luego en el torrente que hay frente a yoqneam.

[12] de sadud volv�a el l�mite hacia el este, hacia la salida del sol, hasta el l�mite de kislot tabor, segu�a hacia daberat y sub�a a yaf�a. [13] de all� pasaba hacia el este, al oriente, por gat j�fer y por itta cas�n, iba hacia rimm�n y volv�a hacia ne�. [14] el l�mite volv�a por el norte hacia jannat�n e iba a salir al valle de yiftaj el. [15] adem�s, cattat, nahalal, simr�n, yiral� y bel�n: doce ciudades con sus aldeas. [16] esa fue la heredad de los hijos de zabul�n, por clanes: esas ciudades y sus aldeas. [17] la cuarta suerte toc� a isacar, a los hijos de isacar, por clanes. [18] su territorio se extend�a hasta yizreel y comprend�a kesulot y sunem; [19] jafar�yim, si�n, anajarat, [20] daberat, quisy�n, ebes; [21] r�met y en gannim, en jadd� y bet pass�s. [22] su l�mite tocaba en el tabor, en sajasima y en bet semes, y el l�mite terminaba en el jord�n; diecis�is ciudades con su aldeas. [23] esa fue la heredad de la tribu de los hijos de isacar, por clanes: las ciudades y sus aldeas. [24] la quinta suerte toc� a la tribu de los hijos de aser, por clanes. [25] su territorio comprend�a: jelcat, jal�, beten, aksaf, [26] alamm�lek, amad, misal; tocaba en el carmelo por el oeste y en el curso del libnat; [27] volv�a luego hacia la salida del sol hasta bet dag�n y tocaba por el norte en zabul�n y en el valle de yiftaj el, y bet haemeq y neiel, yendo a parar hacia kabul por la izquierda con [28] abd�n, rejob, jamm�n y can� hasta sid�n la grande. [29] el l�mite volv�a a ram� y hasta la plaza fuerte de tiro y hasta jos�, e iba a terminar en el mar. majaleb, akzib, [30] akko, afeq, rejob: veintid�s ciudades con sus aldeas. [31] esa fue la heredad de la tribu de los hijos de aser, por clanes: esas ciudades y sus aldeas. [32] a los hijos de neftal� les toc� la sexta suerte; a los hijos de neftal�, por clanes: [33] su l�mite iba de j�lef y de la encina de saanannim y adam� Hann�queb y yabneel hasta laqcum e iba a salir al jord�n. [34] volv�a el l�mite hacia el oeste por aznot tabor y de all� a salir a juqcoq, lindaba con zabul�n al sur, con aser al oeste y con el jord�n al oriente. [35] y las ciudades fuertes eran: siddim, ser, jammat, raqcat, kinneret, [36] adam�, ram�, jasor; [37] quedes, edre�, en jasor, [38] yir�n, migdal el, j�rem, bet anat, bet semes: diecinueve ciudades con sus aldeas. [39] esa fue la heredad de los hijas de neftal�, por clanes: las ciudades y sus aldeas. [40] a la tribu de los hijos de dan, por clanes, toc� la s�ptima suerte. [41] el territorio de su heredad comprend�a: sor�, estaol, ir simes. [42] saalbim, ayyal�n, silat�; [43] el�n, timn�, ecr�n, [44] eltequ�, guibbet�n, baalat; [45] azor, ben� Beraq, gat rimm�n; [46] y hacia el mar yeraq�n con el territorio de enfrente de joppe. [47] pero el territorio de los hijos de dan quedaba fuera de su poder. por eso, los hijos de dan subieron a atacar a l�sem; la tomaron y la pasaron a cuchillo. tomada la ciudad, se establecieron en ella y a l�sem la llamaron dan, del nombre de dan su padre. [48] esa fue la heredad de la tribu de los hijos de dan, por clanes: esas ciudades y sus aldeas.

[49] acabaron, pues, de sortear el pa�s con sus l�mites. y los israelitas dieron a josu�, hijo de nun, una heredad en medio de ellos; [50] seg�n orden de yahveh, le dieron la ciudad que hab�a pedido, timnat s�rak, en la monta�a de efra�m. reconstruy� la ciudad y se estableci� en ella. [51] esas son las heredades que el sacerdote eleazar, josu�, hijo de nun, y los jefes de familia sortearon entre las tribus de israel en silo, en presencia de yahveh, a la entrada de la tienda del encuentro; y as� se termin� el reparto de la tierra. josue cap.20 [1] yahveh dijo a josu�: [2] �habla a los israelitas y diles: se�alaos las ciudades de asilo de las que os habl� por medio de mois�s, [3] a las que pueda huir el homicida que haya matado a alguien por inadvertencia (sin querer), y que le sirvan de asilo contra el vengador de la sangre. [4] (el homicida huir� a una de estas ciudades: se detendr� a la entrada de la puerta de la ciudad y expondr� su caso a los ancianos de la ciudad. estos le admitir�n en su ciudad y le se�alar�n una casa para que habite con ellos. [5] si el vengador de la sangre le persigue, no le entregar�n al homicida en su manos, pues ha herido a su pr�jimo sin querer, y no le ten�a odio anteriormente. [6] el homicida habr� de permanecer en la ciudad, hasta que comparezca en juicio ante la comunidad, hasta la muerte del sumo sacerdote que est� en funciones por aquel tiempo. entonces el homicida podr� volver a sus ciudad y a su casa, a la ciudad de la que huy�.� [7] consagraron: quedes en galilea, en la monta�a de neftal�, siquem en la monta�a de efra�m, quiryat arb�, o sea hebr�n, en la monta�a de jud�. [8] en transjordania, al oriente de jeric�, se design� B�ser, de la tribu de rub�n, en el desierto, en el llano; ramot en galaad, de la tribu de gad, y gol�n en bas�n, de la tribu de manas�s. [9] estas son las ciudades designadas para todos los israelitas, as� como para el forastero residente entre ellos, para que pueda refugiarse en ellas cualquiera que haya matado a alguien por inadvertencia, y no muera a manos del vengador de la sangre, hasta que comparezca ante la comunidad. josue cap.21 [1] se acercaron los cabezas de familia de los levitas al sacerdote eleazar, a josu�, hijo de nun, y a los cabezas de familia de las tribus de israel, [2] cuando estaban en silo, en tierra de cana�n, y les dijeron: �yahveh orden� por medio de mois�s que se nos dieran ciudades donde residir, con sus pastos para nuestro ganado.� [3] los israelitas, conforme a la orden de yahveh, dieron a los levitas, de su heredad, las siguientes ciudades con sus pastos. [4] se hizo el sorteo para los clanes quehatitas: y a los levitas hijos del sacerdote aar�n les tocaron trece ciudades de las tribus de jud�, sime�n, y benjam�n; [5] a los otros hijos de quehat, por clanes, diez ciudades de las tribus de efra�m, de dan y de la media tribu de manas�s. [6] a los hijos de guerson, por clanes, les tocaron trece ciudades de las tribus de isacar, aser, neftal� y de la media tribu de manas�s, en bas�n. [7] a los hijos de merar�, por clanes, les tocaron doce ciudades de las tribus de rub�n, gad y zabul�n. [8] los israelitas dieron a los levitas por suertes esas ciudades y sus pastos, como yahveh hab�a ordenado por boca de mois�s. [9] de la tribu de jud� y de la tribu de sime�n les dieron las ciudades que se nombran a continuaci�n; [10] esta fue la parte de los hijos de aar�n, pertenecientes al clan quehatita,

de los hijos de levi; porque la primera suerte fue para ellos. [11] les dieron quiryat arb� (ciudad del padre de anaq), o sea hebr�n, en la monta�a de jud�, con los pastos circundantes. [12] pero la campi�a de esta ciudad con sus aldeas se la dieron en propiedad a caleb, hijo de yefunn�. [13] a los hijos del sacerdote aar�n les dieron, como ciudad de asilo para los homicidas, hebr�n con sus pastos, y adem�s libn� y sus pastos, [14] yattir con sus pastos, estemoa con sus pastos [15] jol�n con sus pastos, debir con sus pastos, [16] asan con sus pastos, yutta con sus pastos, bet semes con sus pastos: nueve ciudades de esas dos tribus. [17] de la tribu de benjam�n, gaba�n y sus pastos, gueba y sus pastos, [18] anatot y sus pastos, alm�n y sus pastos: cuatro ciudades. [19] total de las ciudades de los sacerdotes hijos de aar�n: trece ciudades con sus pastos. [20] a los clanes de los hijos de quehat, a los levitas restantes entre los hijos de quehat, les tocaron en suerte ciudades de la tribu de efra�m. [21] se les dio, como ciudad de asilo para los homicidas, siquem con sus pastos, en la monta�a de efra�m, y adem�s gu�zer con sus pastos. [22] quibs�yim con sus pastos, bet jor�n con sus pastos: cuatro ciudades. [23] de la tribu de dan, eltequ� con sus pastos, guibbet�n con sus pastos, [24] ayyal�n con sus pastos, gat rimm�n con sus pastos: cuatro ciudades. [25] de la media tribu de manas�s, tanak con sus pastos y yibleam con sus pastos: dos ciudades. [26] total: diez ciudades con sus pastos para lo restantes clanes de los hijos de quehat. [27] a los hijos de guers�n, de los clanes lev�ticos, les dieron: de la media tribu de manas�s, como ciudad de asilo para los homicidas, gol�n en bas�n con sus pastos, y astarot con sus pastos: dos ciudades. [28] de la tribu de isacar, quisy�n con sus pastos, daberat con sus pastos [29] yarmut con sus pastos, en gannim con sus pastos: cuatro ciudades. [30] de la tribu de aser, misal con sus pastos, abd�n con sus pastos, [31] jelcat con sus pastos, rejob con sus pastos: cuatro ciudades. [32] de la tribu de neftal�, como ciudad de asilo para los homicidas, quedes en galilea con sus pastos, jammot dor con sus pastos, raqcat con sus pastos: tres ciudades. [33] total de ciudades de los guersonitas, por clanes: trece ciudades con sus pastos. [34] a los clanes de los hijos de merar�, al resto de los levitas: de la tribu de zabul�n: yoqneam con sus pastos, cart� con sus pastos, [35] rimm�n con sus pastos, nahalal con sus pastos: cuatro ciudades; [36] al otro lado del jord�n, de la tribu de rub�n, como ciudad de asilo para los homicidas, b�ser en el desierto, en el llano, con sus pastos, y adem�s yah�s con sus pastos, [37] quedemot con sus pastos, mefaat con sus pastos: cuatro ciudades. [38] de la tribu de gad, como ciudad de asilo para los homicidas, ramot en galaad, y majan�yim [39] jesb�n con sus pastos, yazer con sus pastos: cuatro ciudades. [40] total de ciudades asignadas por suerte a los hijos de merar�, por clanes, es decir, al resto de los clanes lev�ticos: doce ciudades. [41] total de las ciudades de los levitas en medio de la propiedad de los israelitas: 48 ciudades con sus pastos. [42] cada una de las ciudades comprend�a la ciudad y los pastos circundantes. as� todas las ciudades mencionadas. [43] yahveh dio a los israelitas toda la tierra que hab�a jurado dar a sus padres. la ocuparon y se establecieron en ella. [44] yahveh les concedi� paz en todos sus confines, tal como hab�a jurado a sus padres, y ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente. yahveh entreg� a todos sus

enemigos en sus manos. [45] no fall� una sola de todas las espl�ndidas promesas que yahveh hab�a hecho a la casa de israel. todo se cumpli�. josue cap.22 [1] josu� convoc� a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de manas�s, [2] y les dijo: �hab�is cumplido todo lo que os mand� Mois�s, siervo de yahveh, y hab�is atendido a mis �rdenes siempre que os he mandado algo. [3] no hab�is abandonado a vuestros hermanos durante tan largo tiempo hasta el d�a de hoy; hab�is cumplido la orden que os encomend� Yahveh vuestro dios. [4] ahora yahveh vuestro dios ha dado a vuestros hermnaos el descanso que les hab�a prometido. volveos, pues, e id a vuestras tiendas, a la tierra de vuestra propiedad, la que os dio mois�s, siervo de yahveh, al otro lado del jord�n. [5] unicamente preocupaos de guardar el mandato y la ley que os dio mois�s, siervo de yahveh: que am�is a yahveh vuestro dios, que sig�is siempre sus caminos, que guard�is sus mandamientos y os manteng�is unidos a �l y le sirv�is con todo vuestro coraz�n y con toda vuestra alma.� [6] josu� los bendijo y los despidi�, y ellos se fueron a sus tiendas. [7] mois�s hab�a dado a la media tribu de manas�s su parte en bas�n; a la otra media se la dio josu� entre sus hermanos, al lado occidental del jord�n. cuando los mand� Josu� a sus tiendas, les dio la bendici�n [8] y les dijo: �volv�is a vuestras tiendas con grandes riquezas, reba�os numerosos, plata, oro, bronce, hierro y gran cantidad de vestidos; repartid con vuestros hermanos el bot�n de vuestros enemigos.� [9] los rubenitas y los gaditas, con la media tribu de manas�s, se volvieron y dejaron a los israelitas en silo, en la tierra de cana�n, para volver a la tierra de galaad, tierra de su propiedad donde se hab�an establecido seg�n la orden de yahveh dada por medio de mois�s. [10] cuando llegaron a los circulos de piedras del jord�n, en tierra de cana�n, los rubenitas y los gaditas y la media tribu de manas�s levantaron all� un altar a orillas del jord�n, un altar de grandioso aspecto. [11] se enteraron los israelitas y dijeron: �mirad, los rubenitas, los gaditas y la media tribu de manas�s han levantado ese altar, frente al pa�s de cana�n, junto a los c�rculos de piedras del jord�n, del lado de los israelitas.� [12] al o�r esto los israelitas, se reuni� en silo toda la comunidad de los israelitas para hacerles guerra. [13] los israelitas enviaron donde los rubenitas, los gaditas y la media tribu de manas�s, al pa�s de galaad, al sacerdote pinj�s, hijo de eleazar [14] y a diez principales con �l, un principal por cada familia, por cada tribu de israel: cada uno de ellos era cabeza de su familia en los clanes de israel. [15] cuando llegaron donde los rubenitas, los rubenitas, los gaditas y la media tribu de manas�s, al pa�s de galaad, les hablaron as�: [16] �esto ha dicho toda la comunidad de yahveh: �qu� significa esa prevaricaci�n que hab�is cometido contra el dios de israel, apart�ndoos hoy de yahveh, al construiros un altar, rebel�ndoos hoy contra yahveh? [17] ��no ten�amos bastante con el crimen de peor, del que hoy todav�a no hemos acabado de purificarnos, a pesar de que vino la plaga sobre la comunidad de yahveh? [18] si vosotros hoy os apart�is de yahveh, hoy os rebel�is vosotros contra yahveh, y ma�ana se encender� �l contra toda la comunidad de israel. [19] �ahora bien, si nos parece impura vuestra propiedad, pasad a la tierra de propiedad de yahveh, donde ha fijado su morada, y estableceos entre nosotros. pero no os rebel�is contra yahveh, ni nos arrastr�is en vuestra rebeld�a al construiros un altar aparte del altar de yahveh nuestro dios. [20] �no prevaric� Ak�n, hijo de z�raj, en el anatema, y la col�ra alcanz� a toda la comunidad de israel, aunque �l no era m�s que un solo individuo? �no muri� por su crimen?�

[21] respondieron los rubenitas, los gaditas y la media tribu de manas�s y dijeron a los jefes de los clanes de israel: [22] �el dios de los dioses, yahveh, el dios de los dioses, yahveh, lo sabe bien, y que lo sepa tambi�n israel: si ha habido por nuestra parte rebeli�n o prevaricaci�n contra yahveh, que no nos salve hoy; [23] y si hemos levantado un altar para apartarnos de yahveh y para ofrecer en �l holocausto y oblaci�n o para hacer sobre �l sacrificios de comuni�n, que yahveh nos lo demande. [24] en verdad, lo hemos hecho as� por preocupaci�n y razonadamente, dici�ndonos: el d�a de ma�ana podr�an decir vuestros hijos a los nuestros: "�qu� ten�is que ver vosotros con yahveh el dios de israel? [25] yahveh ha puesto entre nosotros y vosotros, rubenitas y gaditas, la frontera del jord�n. no ten�is parte con yahveh." as� vuestros hijos har�an que nuestros hijos dejaran de temer a yahveh. [26] �y nos hemos dicho: vamos a construir este altar, pero no para holocaustos, ni sacrificios, [27] sino para que sea testigo entre nosotros y vosotros y entre nuestros descendientes despu�s de nosotros, de que rendimos culto a yahveh en su presencia con nuestros holocaustos, nuestras v�ctimas y nuestros sacrificios de comuni�n. as� no podr�n decir ma�ana vuestros hijos a los nuestros: "no ten�is parte con yahveh." [28] no hemos dicho: si llega a suceder que nos hablen as� a nosotros o el d�a de ma�ana a nuestros descendientes, les podremos responder: "mirad la edificaci�n del altar de yahveh que hicieron nuestros padres, no para ofrecer holocaustos ni sacrificios, sino como testigo entre nosotros y vosotros." [29] lejos de nosotros rebelarnos contra yahveh y desertar hoy de su servicio, levantando, para ofrecer en �l holocaustos, oblaciones o sacrificios, un altar aparte del altar de yahveh nuestro dios erigido delante de su morada.� [30] cuando el sacerdote pinj�s, los principales de la comunidad y los jefes de los clanes de israel que le acompa�aban, oyeron las palabras pronunciadas por los gaditas, los rubenitas y los manasitas, les pareci� bien. [31] y el sacerdote pinj�s, hijo de eleazar, dijo a los rubenitas, los gaditas y los manasitas: �ahora reconocemos que yahveh est� en medio de nosotros, pues no hab�is cometido tan grande prevaricaci�n contra �l. as� hab�is salvado a los israelitas de la mano de yahveh.� [32] el sacerdote pinj�s, hijo de eleazar, y los principales, dejando a los rubenitas y a los gaditas, volvieron del pa�s de galaad al de cana�n, a donde los israelitas, y les dieron la respuesta. [33] la cosa pareci� bien a los israelitas: los israelitas dieron gracias a dios y no hablaron m�s de hacerles la guerra y devastar el territorio habitado por los rubenitas y los gaditas. [34] los rubenitas y gaditas llamaron al altar..., porque dec�an: �ser� testigo entre nosotros de que yahveh es dios.� josue cap.23 [1] sucedi�, mucho tiempo despu�s de que yahveh concediera a israel la paz de todos los enemigos de alrededor, -josu� era ya viejo y avanzado en d�as[2] que josu� convoc� a todo israel, a sus ancianos, sus jefes, sus jueces, sus escribas y les dijo: �yo ya soy viejo, avanzado en d�as; [3] y vosotros hab�is visto todo lo que yahveh, vuestro dios, ha hecho en atenci�n a vosotros con todos estos pueblos; pues yahveh vuestro dios era el que combat�a por vosotros. [4] mirad, yo os he dado por suertes, como heredad para vuestras tribus, esos pueblos que quedan por conquistar, as� como todos los pueblos que yo extermin� desde el jord�n hasta el mar grande de occidente. [5] yahveh mismo, vuestro dios, los arrojar� delante de vosotros, los expulsar� de delante de vosotros, y vosotros tomar�is posesi�n de su tierra, como os lo ha

prometido yahveh vuestro dios. [6] �esforzaos mucho en guardar y cumplir todo lo que est� escrito en el libro de la ley de mois�s, no apart�ndoos de ella ni a la derecha ni a la izquierda, [7] no mezcl�ndoos con esos pueblos que quedan todav�a entre vosotros. no recordar�is el nombre de sus dioses ni jurar�is por ellos, no les servir�is ni os postrar�is ante ellos, [8] sino manteneos unidos a yahveh vuestro dios, como hab�is hecho hasta el d�a de hoy. [9] yahveh ha arrojado de vuestra presencia a pueblos numerosos y fuertes, y nadie os ha podido resistir hasta el presente. [10] uno solo de vosotros persegu�a a mil, porque yahveh mismo, vuestro dios, peleaba por vosotros, como os lo hab�a prometido. [11] tendr�is buen cuidado, por vuestra vida, de amar a yahveh vuestro dios. [12] �pero si os desvi�is y os un�s a ese resto de naciones que quedan todav�a entre vosotros, emparent�is con ellas y entr�is en tratos con ellas, [13] tened por sabido que yahveh vuestro dios no seguir� arrojando de delante de vosotros a esos pueblos; ser�n para vosotros red, lazo, espinas en vuestros costados y aguijones en vuestros ojos, hasta que desaparezc�is de esta espl�ndida tierra que os ha dado yahveh vuestro dios. [14] �mirad que yo me voy ya por el camino de todo el mundo. reconoced con todo vuestro coraz�n y con toda vuestra alma que, de todas las promesas que yahveh vuestro dios hab�a hecho en vuestro favor, no ha fallado ni una sola: todas se os han cumplido. ni una sola ha fallado. [15] �pues de la misma manera que se os han cumplido todas las espl�ndidas promesas hechas por yahveh vuestro dios en vuestro favor, igualmente acarrear� Yahveh contra vosotros todas sus amenazas, hasta borraros de la espl�ndida tierra que yahveh vuestro dios os ha dado. [16] �si quebrant�is la alianza que yahveh vuestro dios os ha impuesto, si vos vais a servir a otros dioses, y os postr�is ante ellos, la ira de yahveh se encender� contra vosotros y desaparecer�is r�pidamente de la espl�ndida tierra que os ha dado.� josue cap.24 [1] josu� reuni� a todas las tribus de israel en siquem, llam� a los ancianos de israel, a sus jefes, jueces y escribas que se situaron en presencia de dios. [2] josu� dijo a todo el pueblo: �esto dice yahveh el dios de israel: al otro lado del r�o habitaban anta�o vuestros padres, t�raj, padre de abraham y de najor, y serv�an a otros dioses. [3] yo tom� a vuestro padre abraham del otro lado del r�o y le hice recorrer toda la tierra de cana�n, multipliqu� su descendencia y le di por hijo a isaac. [4] a isaac le di por hijos a jacob y esa�. A esa� le di en propiedad la monta�a de se�r. jacob y sus hijos bajaron a egipto. [5] envi� despu�s a mois�s y aar�n y her� a egipto con los prodigios que obr� en medio de �l. luego os saqu� de all�. [6] saqu� a vuestros padres de egipto y llegasteis al mar; los egipcios persiguieron a vuestros padres con los carros y sus guerreros hasta el mar de suf. [7] clamaron entonces a yahveh, el cual tendi� unas densas nieblas entre vosotros y los egipcios, e hizo volver sobre ellos el mar, que los cubri�. Visteis con vuestros propios ojos lo que hice con egipto; luego habitasteis largo tiempo en el desierto. [8] os introduje despu�s en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del jord�n; ellos os declararon la guerra y yo los entregu� en vuestras manos; y as� pudisteis poseer su tierra, porque yo los extermin� delante de vosotros. [9] despu�s se levant� Balaq, hijo de sippor, rey de moab, para pelear contra israel, y mand� llamar a balaam, hijo de beor, para que os maldijera. [10] pero no quise escuchar a balaam, y hasta tuvo que bendeciros; as� os salv� yo de su mano.

[11] �pasasteis el jord�n y llegasteis a jeric�; pero las gentes de jeric� os hicieron la guerra, igual que los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos, pero yo los entregu� en vuestras manos. [12] mand� delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que llegarais, a los dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu arco. [13] os he dado una tierra que no os ha costado fatiga, unas ciudades que no hab�is construido y en las que sin embargo habit�is, vi�as y olivares que no hab�is plantado y de las que os aliment�is. [14] �ahora, pues, temed a yahveh y servidle perfectamente, con fidelidad; apartaos de los dioses a los que sirvieron vuestros padres m�s all� del r�o y en egipto y servid a yahveh. [15] pero, si no os parece bien servir a yahveh, elegid hoy a qui�n hab�is de servir, o a los dioses a quienes serv�an vuestros padres m�s all� del r�o, o a los dioses de los amorreos en cuyo pa�s habit�is ahora. yo y mi familia serviremos a yahveh.� [16] el pueblo respondi�: �lejos de nosotros abandonar a yahveh para servir a otros dioses. [17] porque yahveh nuestro dios es el que nos hizo subir, a nosotros y a nuestros padres, de la tierra de egipto, de la casa de servidumbre, y el que delante de nuestros ojos obr� tan grandes se�ales y nos guard� por todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por los que pasamos. [18] adem�s yahveh expuls� delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el pa�s. tambi�n nosotros serviremos a yahveh, porque �l es nuestro dios.� [19] entonces josu� dijo al pueblo: �no podr�is servir a yahveh, porque es un dios santo, es un dios celoso, que no perdonar� ni vuestras rebeld�as ni vuestros pecados. [20] si abandon�is a yahveh para servir a los dioses del extranjero, �l a su vez traer� el mal sobre vosotros y acabar� con vosotros, despu�s de haberos hecho tanto bien.� [21] el pueblo respondi� a josu�: �no; nosotros serviremos a yahveh.� [22] josu� dijo al pueblo: �vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que hab�is elegido a yahveh para servirle.� respondieron ellos: ��testigos somos!� [23] �entonces, apartad los dioses del extranjero que hay en medio de vosotros e inclinad vuestro coraz�n hacia yahveh, dios de israel.� [24] el pueblo respondi� a josu�: �a yahveh nuestro dios serviremos y a sus voz atenderemos.� [25] aqu�l d�a, josu� pact� una alianza para el pueblo; le impuso decretos y normas en siquem. [26] josu� escribi� estas palabras en el libro de la ley de dios. tom� luego una gran piedra y la plant� all�, al pie de la encina que hay en el santuario de yahveh. [27] josu� dijo al todo el pueblo: �mirad, esta piedra ser� testigo contra nosotros, pues ha o�do todas las palabras que yahveh ha hablado con nosotros; ella ser� testigo contra vosotros para que no renegu�is de vuestro dios.� [28] y josu� despidi� al pueblo cada uno a su heredad. [29] despu�s de estos acontecimientos, muri� Josu�, hijo de nun, siervo de yahveh, a la edad de 110 a�os. [30] fue enterrado en el t�rmino de su heredad, en timnat s�raj, que est� en la monta�a de efra�m, al norte del monte ga�s. [31] israel sirvi� a yahveh todos los d�as de josu� y todos los d�as de los ancianos que siguieron viviendo despu�s de josu� y que sab�an todas las haza�as que yahveh hab�a hecho en favor de israel. [32] los huesos de jos�, que los hijos de israel hab�an subido de egipto, fueron sepultados en siquem, en la parcela de campo que hab�a comprado jacob a los hijos de jamor, padre de siquem, por cien pesos, y que pas� a ser heredad de los hijos de jos�.

[33] tambi�n eleazar, hijo de aar�n, muri� y lo enterraron en guibe�, ciudad de su hijo pinj�s, que le hab�a sido dada en la monta�a de efra�m. jueces cap.1 [1] despu�s de la muerte de josu�, los israelitas hicieron esta consulta a yahveh: ��qui�n de nosotros subir� el primero a combatir a los cananeos?� [2] yahveh repondi�: �subir� Jud�, he puesto el pa�s en sus manos.� [3] jud� dijo a su hermano sime�n: �sube conmigo al territorio que me ha tocado; atacaremos al cananeo; y luego yo tambi�n ir� contigo a tu territorio.� y sime�n march� con �l. [4] subi� Jud�; yahveh puso en sus manos a los cananeos y a los perizitas, y derrotaron en bezeq a 10.000 hombres. [5] habiendo encontrado en bezeq a adoni b�zeq, le atacaron y derrotaron a los cananeos y a los perizitas. [6] huy� Adoni b�zeq, pero le persiguieron, le capturaron y le cortaron los pulgares de manos y pies. [7] y adoni b�zeq dijo: �setenta reyes, con los pulgares de manos y pies cortados, andaban recogiendo migajas bajo mi mesa. seg�n lo que yo hice, as� me ha pagado dios.� le llevaron a jerusal�n, y all� muri�. [8] (los hijos de jud� atacaron a jerusal�n, la tomaron, la pasaron a cuchillo y prendieron fuego a la ciudad). [9] despu�s, los hijos de jud� bajaron a atacar a los cananeos, que ocupaban la monta�a, el n�gueb y la tierra baja. [10] luego jud� march� contra los cananeos que habitaban en hebr�n -el nombre de hebr�n era antes quiryat arb�- y derrot� a sesay, ajim�n y talmay. [11] de all� march� contra los habitantes de debir -el nombre de debir era antes quiryat s�fer-. [12] y caleb dijo: �al que derrote a quiryat s�fer y la tome, le dar� mi hija aks� por mujer.� [13] la tom� Otniel, hijo de quenaz, el hermano menor de caleb. y �ste le dio su hija aks� por mujer. [14] cuando ella vino donde el marido, le incit� a que pidiera a su padre un campo. ella se ape� del asno, y caleb le pregunt�: ��qu� quieres?� [15] ella respondi�: �hazme un regalo. ya que me has dado la tierra del n�gueb, dame fuentes de agua.� y caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. [16] los hijos de jobab el quenita, suegro de mois�s, subieron con los hijos de jud� de la ciudad de las palmeras al desierto de jud�, que est� en el n�gueb de arad, y fueron a habitar con el pueblo. [17] jud� se fue con su hermano sime�n, derrotaron a los cananeos que habitaban en sefat y consagraron la ciudad al anatema. por eso la ciudad se llam� Jorm�. [18] jud� se apoder� de gaza y su comarca, de ascal�n y su comarca, de ecr�n y su comarca; [19] yahveh estuvo con jud�, que conquist� la monta�a; pero no pudo expulsar a los habitantes del llano, porque ten�an carros de hierro. [20] dieron hebr�n a caleb, seg�n el mandato de mois�s: y �l arroj� de all� a los tres hijos de anaq. [21] los hijos de benjam�n no expulsaron a los jebuseos que habitaban en jerusal�n; por eso los jebuseos siguen habitando en jerusal�n con los hijos de benjam�n, hasta el d�a de hoy. [22] tambi�n la casa de jos� subi� a betel; yahveh estuvo con ella. [23] la casa de jos� hizo una exploraci�n por betel. (antes la ciudad se llamaba luz.) [24] los esp�as vieron a un hombre que sal�a de la ciudad y le dijeron: �ind�canos la entrada de la ciudad y te lo agradeceremos.� [25] el les ense�� la entrada de la ciudad: la pasaron a cuchillo, y dejaron libre a aquel hombre con toda su familia.

[26] el hombre se fue al pa�s de los hititas y construy� una ciudad, a la que llam� Luz. es el nombre que tiene hasta la fecha. [27] manas�s no se apoder� de bet se�n y sus filiales, ni de tanak y sus filiales. no expuls� a los habitantes de dor y sus filiales, ni a los de yibleam y sus filiales, ni a los de meguidd� y sus filiales: los cananeos siguieron ocupando el territorio. [28] sin embargo, cuando israel cobr� m�s fuerza, someti� a los cananeos a tributo, aunque no lleg� a expulsarlos. [29] tampoco efra�m expuls� a los cananeos que habitaban en gu�zer, de manera que los cananeos siguieron viviendo en gu�zer, en medio de israel. [30] zabul�n no expuls� a los habitantes de quitr�n, ni a los de nahalol. los cananeos se quedaron en medio de zabul�n, pero fueron sometidos a tributo. [31] aser no expuls� a los habitantes de akko, ni a los de sid�n, de majaleb, de akzib, de jelb�, de afiq, ni de rejob. [32] los aseritas se establecieron, pues, entre los cananeos que habitaban en el pa�s, porque no los expulsaron. [33] neftal� no expuls� a los habitantes de bet semes, ni a los de bet anat, y se estableci� entre los cananeos que habitaban en el pa�s; pero los habitantes de bet semes y de bet anat fueron sus tributarios. [34] los amorreos rechazaron hacia la monta�a a los hijos de dan sin dejarles bajar a la llanura. [35] los amorreos se mantuvieron en har j�res, en ayyal�n y en saalbim, pero luego pes� sobre ellos la mano de la casa de jos� y fueron reducidos a tributo. [36] (la frontera de los edomitas va desde la cuesta de los escorpiones, desde la pe�a, y hacia arriba.) jueces cap.2 [1] el angel de yahveh subi� de guilgal a betel y dijo: �yo os hice subir de egipto y os introduje en la tierra que hab�a prometido con juramento a vuestros padres. yo dije: "no romper� jam�s mi alianza con vosotros. [2] pero vosotros no pactar�is con los habitantes de este pa�s; sino que destruir�is sus altares." pero no hab�is escuchado mi voz. �por qu� hab�is hecho esto? [3] por eso os digo: no los arrojar� delante de vosotros; ser�n vuestros opresores y sus dioses una trampa para vosotros.� [4] as� que el angel de yahveh dijo estas palabras a todos los israelitas, el pueblo se puso a llorar a gritos. [5] llamaron a aquel lugar bokim, y ofrecieron all� sacrificios a yahveh. [6] josu� despidi� al pueblo, y los israelitas se volvieron cada uno a su heredad para ocupar la tierra. [7] el pueblo sirvi� a yahveh en vida de josu� y de los ancianos que le sobrevivieron y que hab�an sido testigos de todas las grandes haza�as que yahveh hab�a hecho a favor de israel. [8] josu�, hijo de nun, siervo de yahveh, muri� a la edad de 110 a�os. [9] le enterraron en el t�rmino de su heredad, en timnat jeres, en la monta�a de efra�m, al norte del monte ga�s. [10] tambi�n aquella generaci�n fue a reunirse con sus padres y les sucedi� otra generaci�n que no conoc�a a yahveh ni lo que hab�a hecho por israel. [11] entonces los hijos de israel hicieron lo que desagradaba a yahveh y sirvieron a los baales. [12] abandonaron a yahveh, el dios de sus padres, que los hab�a sacado de la tierra de egipto, y siguieron a otros dioses de los pueblos de alrededor; se postraron ante ellos, irritaron a yahveh; [13] dejaron a yahveh y sirvieron a baal y a las astart�s. [14] entonces se encendi� la ira de yahveh contra israel. los puso en manos de salteadores que los despojaron, los dej� vendidos en manos de los enemigos de alrededor y no pudieron ya sostenerse ante sus enemigos.

[15] en todas sus campa�as la mano de yahveh interven�a contra ellos para hacerles da�o, como yahveh se lo ten�a dicho y jurado. los puso as� en gran aprieto. [16] entonces yahveh suscit� jueces que los salvaron de la mano de los que los saqueaban. [17] pero tampoco a sus jueces los escuchaban. se prostituyeron siguiendo a otros dioses, y se postraron ante ellos. se desviaron muy pronto del camino que hab�an seguido sus padres, que atend�an a los mandamientos de yahveh; no los imitaron. [18] cuando yahveh les suscitaba jueces, yahveh estaba con el juez y los salvaba de la mano de sus enemigos mientras viv�a el juez, porque yahveh se conmov�a de los gemidos que profer�an ante los que los maltrataban y oprim�an. [19] pero cuando mor�a el juez, volv�an a corromperse m�s todav�a que sus padres, y�ndose tras de otros dioses, sirvi�ndoles y postr�ndose ante ellos, sin renunciar en nada a las pr�cticas y a la conducta obstinada de sus padres. [20] se encendi� la ira de yahveh contra el pueblo de israel y dijo: �ya que este pueblo ha quebrantado la alianza que prescrib� a sus padres y no ha escuchado mi voz, [21] tampoco yo arrojar� en adelante de su presencia a ninguno de los pueblos que dej� Josu� cuando muri�.� [22] era para probar con ellos a israel, a ver si segu�an o no los caminos de yahveh, como los hab�an seguido sus padres. [23] yahveh dej� en paz a estos pueblos, en vez de expulsarlos enseguida, y no los puso en manos de josu�. jueces cap.3 [1] estos son los pueblos que yahveh dej� subsistir para probar con ellos a israel, a cuantos no hab�an conocido ninguna de las guerras de cana�n. [2] (era s�lo para que aprendieran las generaciones de los hijos de israel, para ense�arles el arte de la guerra; por lo menos los que antes no lo hab�an conocido): [3] los cinco pr�ncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los hititas que viv�an en el monte l�bano, desde la monta�a de baal herm�n hasta la entrada de jamat. [4] sirvieron para probar con ellos a israel, a ver si guardaban los mandamientos que yahveh hab�a prescrito a sus padres por medio de mois�s. [5] y los israelitas habitaron en medio de los cananeos, hititas, amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos; [6] se casaron con sus hijas, dieron sus propias hijas a los hijos de aquellos y sirvieron a sus dioses. [7] los israelitas hicieron lo que desagradaba a yahveh. se olvidaron de yahveh su dios y sirvieron a los baales y a las aser�s. [8] se encendi� la ira de yahveh contra israel y los dej� a merced de kus�n riseat�yim, rey de edom, y los israelitas sirvieron a kus�n riseat�yim durante ocho a�os. [9] los israelitas clamaron a yahveh y yahveh suscit� a los israelitas un libertador que los salv�: Otniel, hijo de quenaz y hermano menor de caleb. [10] el esp�ritu de yahveh vino sobre �l, fue juez de israel y sali� a la guerra. yahveh puso en sus manos a kus�n riseat�yim, rey de edom y triumf� sobre kus�n riseat�yim. [11] el pa�s qued� tranquilo cuarenta a�os. y muri� Otniel, hijo de quenaz. [12] los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a yahveh; y yahveh fortaleci� a egl�n, rey de moab, por encima de israel, porque hac�an lo que desagradaba a yahveh. [13] a egl�n se le juntaron los hijos de amm�n y de amalec; sali� y derrot� a israel, y tom� la ciudad de las palmeras. [14] los israelitas estuvieron sometidos a egl�n, rey de moab, dieciocho a�os. [15] entonces los israelitas clamaron a yahveh y yahveh les suscit� un

libertador: eh�d, hijo de guer�, benjaminita, que era zurdo. los israelitas le encargaron de llevar el tributo a egl�n, rey de moab. [16] eh�d se hizo un pu�al de dos filos, de un codo de largo, se lo ci�o debajo de la ropa sobre el muslo derecho, [17] y present� el tributo a egl�n, rey de moab. egl�n era un hombre muy obeso. [18] en cuanto termin� de presentar el tributo, eh�d mand� marchar a la gente que hab�a llevado el tributo; [19] pero �l, al llegar a los idolos que hay en la regi�n de guilgal, volvi� otra vez y dijo: �tengo un mensaje secreto para ti �oh rey!� el rey respondi�: �silencio!� y salieron de su presencia todos los que estaban con �l. [20] eh�d se le acerc� . el rey estaba sentado en su galer�a fresca particular. eh�d le dijo: �tengo una palabra de dios para t�.� el rey se levant� de su silla. [21] eh�d alarg� su mano izquierda, cogi� el pu�al de su cadera derecha y se lo hundi� en el vientre. [22] detr�s de la hoja entr� incluso el mango, y la grasa se cerr� sobre la hoja, pues eh�d no le sac� el pu�al del vientre. luego escap� por la ventana. [23] eh�d sali� por el p�rtico; hab�a cerrado tras de s� las puertas de la galer�a y echado el cerrojo. [24] despu�s que se fue, llegaron los criados y vieron que las puertas de la galer�a ten�an echado el cerrojo. y se dijeron para s�: �sin duda se est� cubriendo los pies en el aposento de la galer�a fresca.� [25] estuvieron esperando hasta quedar desconcertados, porque no acababan de abrirse las puertas de la galer�a. cogieron la llave y abrieron. su amo yac�a en tierra, muerto. [26] mientras esperaban, eh�d hab�a huido: hab�a pasado los idolos y se hab�a puesto a salvo en hasseir�. [27] en cuanto lleg� toc� el cuerno en la monta�a de efra�m y los israelitas bajaron con �l de la monta�a. el se puso al frente de ellos, [28] y les dijo: �seguidme, porque yahveh ha entregado a moab, vuestro enemigo, en vuestras manos.� bajaron tras �l, cortaron a moab los vados del jord�n y no dejaron pasar a nadie. [29] derrotaron en aquella ocasi�n a los de moab; eran unos 10.000 hombres, todos fuertes y valientes, y no escap� ni uno. [30] aqu�l d�a fue humillado moab bajo la mano de israel, y el pa�s qued� tranquilo ochenta a�os. [31] despu�s de �l vino samgar, hijo de anat. derrot� a los filisteos, que eran seiscientos hombres, con una aguijada de bueyes; �l tambi�n salv� a israel. jueces cap.4 [1] cuando muri� Eh�d los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a yahveh, [2] y yahveh los dej� a merced de yab�n, rey de cana�n, que reinaba en jasor. el jefe de su ej�rcito era s�sara, que habitaba en jar�set haggoyim. [3] entonces los israelitas clamaron a yahveh. porque yab�n ten�a novecientos carros de hierro y hab�a oprimido duramente a los israelitas durante veinte a�os. [4] en aquel tiempo, d�bora, una profetisa, mujer de lappidot, era juez en israel. [5] se sentaba bajo la palmera de d�bora, entre ram� y betel, en la monta�a de efra�m; y los israelitas sub�an donde ella en busca de justicia. [6] esta mand� llamar a baraq, hijo de abinoam, de qu�des de neftal�, y le dijo: ��acaso no te ordena esto yahveh, dios de israel: "vete, y en el monte tabor recluta y toma contigo 10.000 hombres de los hijos de neftal� y de los hijos de zabul�n. [7] yo atraer� hacia ti al torrente quison a s�sara,jefe del ej�rcito de yab�n, con sus carros y sus tropas, y los pondr� en tus manos"?� [8] baraq le respondi�: �si vienes t� conmigo, voy. pero si no vienes conmigo, no voy, porque no s� en qu� d�a me dar� la victoria el angel de yahveh.�

[9] �ir� contigo -dijo ella- s�lo que entonces no ser� tuya la gloria del camino que emprendes, porque yahveh entregar� a s�sara en manos de una mujer.� d�bora se levant� y march� con baraq a qu�des. [10] y baraq convoc� en qu�des a zabul�n y neftal�. subieron tras �l 10.000 hombres y d�bora subi� con el. [11] j�ber el quenita, se hab�a separado de la tribu de ca�n y del clan de los hijos de jobab, el suegro de mois�s; hab�a plantado su tienda cerca de la encina de saanannim, cerca de qu�des. [12] le comunicaron a s�sara que baraq, hijo de abinoam, hab�a subido al monte tabor. [13] reuni� S�sara todos sus carros, y todas las tropas que ten�a y las llev� de jar�set haggoyim al torrente de quis�n. [14] d�bora dijo a baraq: �lev�ntate, porque este es el d�a en que yahveh ha entregado a s�sara en tus manos. �no es cierto que yahveh marcha delante de ti?� baraq baj� del monte tabor seguido de los 10.000 hombres. [15] yahveh sembr� el panico en s�sara, en todos sus carros y en todo su ej�rcito ante baraq. s�sara baj� de su carro y huy� a pie. [16] baraq persigui� a los carros y al ej�rcito hasta jar�set haggoyim. todo el ej�rcito de s�sara cay� a filo de espada: no qued� ni uno. [17] pero s�sara huy� a pie hacia la tienda de yael, mujer de j�ber el quenita, porque reinaba la paz entre yab�n, rey de jasor, y la casa de j�ber el quenita. [18] yael sali� al encuentro de s�sara y le dijo: �entra, se�or m�o, entra en mi casa. no temas.� y entr� en su tienda y ella lo tap� con un cobertor. [19] el le dijo: �por favor, dame de beber un poco de agua, porque tengo sed.� ella abri� el odre de la leche, le dio de beber y lo volvi� a tapar. [20] el le dijo; �est�te a la entrada de la tienda y si alguno viene, te pregunta y te dice: "�hay alguien aqu�?, resp�ndele que no.� [21] pero yael, mujer de j�ber, cogi� una clavija de la tienda, tom� el martillo en su mano, se le acerc� callando y le hinc� la clavija en la sien hasta clavarla en tierra. el estaba profundamente dormido, agotado de cansancio; y muri�. [22] cuando lleg� Baraq persiguiendo a s�sara, yael sali� a su encuentro y le dijo: �ven, que te voy a mostrar al hombre que buscas.� entr� donde ella, y s�sara yac�a muerto con la clavija en la sien. [23] as� humill� Dios aquel d�a a yab�n, rey de cana�n, ante los israelitas. [24] la mano de los israelitas fue haci�ndose cada vez m�s pesada sobre yab�n, rey de cana�n, hasta que acabaron con yab�n, rey de cana�n. jueces cap.5 [1] aquel d�a, d�bora y baraq, hijo de abinoam, entonaron este c�ntico: [2] al soltarse en israel la cabellera, cuando el pueblo se ofrece voluntario, �bendecid a yahveh! [3] �escuchad, reyes! �prestad o�dos, pr�ncipes! yo a yahveh, yo voy a cantar. tocar� el salterio para yahveh, dios de israel. [4] cuando saliste de se�r, yahveh, cuando avanzaste por los campos de edom, tembl� la tierra, gotearon los cielos, las nubes en agua se fundieron. [5] los montes se licuaron delante de yahveh, el del sina�, delante de yahveh, el dios de israel. [6] en los d�as de samgar, hijo de anat, en los d�as de yael, no hab�a caravanas; los que hollaban calzadas marchaban por senderos desviados, [7] vac�os en israel quedaron los problados, vac�os hasta tu despertar, oh d�bora, hasta tu despertar, oh madre de israel. [8] se eleg�an dioses nuevos; por entonces la guerra en las puertas; ni un escudo se ve ni una lanza para 40.000 en israel! [9] mi coraz�n con los jefes de israel, con los voluntarios del pueblo. �bendecid a yahveh! [10] los que cabalg�is en blancas asnas, los que os sent�is sobre tapices, los que vais por el camino, cantad,

[11] al clamor de los repartidores junto a los abrevaderos. all� se cantan los favores de yahveh, los favores a sus poblados de israel. (entonces el pueblo de yahveh baj� a las puertas). [12] despierta, d�bora, despierta! �despierta, despierta, entona un cantar! �animo! �arriba, baraq! �apresa a los que te apresaron, hijo de abinoam! [13] entonces israel baj� a las puertas, el pueblo de yahveh baj� por �l, como un h�roe. [14] los principales de efra�m en el valle. detr�s de ti benjam�n entre tu gente. de makir han bajado capitanes, de zabul�n los que manejan cetro. [15] los jefes de isacar est�n con d�bora, y neftal�, con baraq, en la llanura, lanzado tras sus huellas. en los arroyos de rub�n, magn�nimas decisiones. [16] �por qu� te has quedado en los corrales, escuchando silbidos entre los reba�os? (en los arroyos de rub�n, magn�nimas decisiones.) [17] allende el jord�n, galaad se queda, y dan, �por qu� vive en naves extranjeras? aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora. [18] zabul�n es un pueblo que reta a la muerte, y neftal�, en las alturas del pa�s. [19] vinieron los reyes, combatieron, entonces combatieron los reyes de cana�n, en tanak, en las aguas de meguidd�, mas sin lograr bot�n de plata. [20] desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus �rbitas lucharon contra s�sara. [21] el torrente quis�n barri�los, �el viejo torrente, el torrente quis�n! �avanza, alma m�a, con denuedo! [22] cascos de caballos sacuden el suelo: �galopan, galopan sus corceles! [23] maldecid a meroz, dice el angel de yahveh, maldecid, maldecid a sus moradores: pues no vinieron en ayuda de yahveh, en ayuda de yahveh como los h�roes. [24] �bendita entre las mujeres yael (la mujer de j�ber el quenita), entre las mujeres que habitan en tiendas, bendita sea! [25] ped�a agua, le dio leche, en la copa de los nobles le sirvi� nata. [26] tendi� su mano a la clavija, la diestra al martillo de los carpinteros. hiri� a s�sara, le parti� la cabeza, le golpe� y le parti� la sien; [27] a sus pies se desplom�, cay�, durmi�, a sus pies se desplom�, cay�; donde se desplom�, all� cay�, deshecho. [28] a la ventana se asoma y atisba la madre de s�sara, por las celos�as: ��por qu� tarda en llegar su carro? �por qu� se retrasa el galopar de su carroza? [29] la m�s discreta de sus princesas le responde; ella se lo repite a s� misma: [30] ��ser� que han cogido bot�n y lo reparten: una doncella, dos doncellas para cada guerrero; bot�n de pa�os de colores para s�sara, bot�n de pa�os de colores; un manto, dos mantos bordados para mi cuello!� [31] �as� perezcan todos tus enemigos, oh yahveh! �y sean los que te aman como el salir del sol con todo su fulgor! y el pa�s qued� tranquilo cuarenta a�os. jueces cap.6 [1] los israelitas hicieron lo que desagradaba a yahveh y yahveh los entreg� durante siete a�os en manos de madi�n, [2] y la mano de madi�n pes� sobre israel. para escapar de madi�n, los israelitas se valieron de las hendiduras de las monta�as, de las cuevas y las cumbres escarpadas. [3] cuando sembraba israel, ven�a madi�n, con amalec y los hijos de oriente: sub�an contra israel, [4] acampaban en sus tierras y devastaban los productos de la tierra hasta la entrada de gaza. no dejaban v�veres en israel: ni ovejas, ni bueyes, ni asnos, [5] porque sub�an numerosos como langostas, con sus ganados y sus tiendas. ellos y sus camellos eran innumerables e invad�an el pa�s para saquearlo. [6] as� Madi�n redujo a israel a una gran miseria y los israelitas clamaron a yahveh.

[7] cuando los israelitas clamaron a yahveh por causa de madi�n, [8] yahveh envi� a los israelitas un profeta que les dijo: �as� habla yahveh, dios de israel: yo os hice subir de egipto, y os saqu� de la casa de servidumbre. [9] os libr� de la mano de los egipcios y de todos los que os oprim�an. los arroj� de delante de vosotros, os di su tierra, [10] y os dije: "yo soy yahveh, vuestro dios. no vener�is a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habit�is." pero no hab�is escuchado mi voz.� [11] vino el angel de yahveh y se sent� bajo el terebinto de ofr�, que pertenec�a a jo�s de abi�zer. su hijo gede�n majaba trigo en el lagar para ocult�rselo a madi�n, [12] cuando el angel de yahveh se le apareci� y le dijo: �yahveh contigo, valiente guerrero.� [13] contest� Gede�n: �perd�n, se�or m�o. si yahveh est� con nosotros �por qu� nos ocurre todo esto? �d�nde est�n todos esos prodigios que nos cuentan nuestros padres cuando dicen: "�no nos hizo subir yahveh de egipto?" pero ahora yahveh nos ha abandonado, nos ha entregado en manos de madi�n...� [14] entonces yahveh se volvi� hacia �l y dijo: �vete con esa fuerza que tienes y salvar�s a israel de la mano de madi�n. �no soy yo el que te env�a?� [15] le respondi� Gede�n: �perd�n, se�or m�o, �c�mo voy a salvar yo a israel? mi clan es el m�s pobre de manas�s y yo el �ltimo en la casa de mi padre.� [16] yahveh le respondi�: �yo estar� contigo y derrotar�s a madi�n como si fuera un hombre solo.� [17] gede�n le dijo: �si he hallado gracia a tus ojos dame una se�al de que eres t� el que me hablas. [18] no te marches de aqu�, por favor, hasta que vuelva donde ti. te traer� mi ofrenda y la pondr� delante de ti�. el respondi�: �me quedar� hasta que vuelvas.� [19] gede�n se fue, prepar� un cabrito y con una medida de harina hizo unas tortas �zimas; puso la carne en un canastillo y el caldo en una olla, y lo llev� bajo el terebinto. cuando se acercaba, [20] le dijo el angel de yahveh: �toma la carne y las tortas �zimas, ponlas sobre esa roca y vierte el caldo.� gede�n lo hizo as�. [21] entonces el angel de yahveh extendi� la punta del bast�n que ten�a en la mano y toc� la carne y las tortas �zimas. sali� fuego de la roca, consumi� la carne y las tortas �zimas, y el angel de yahveh desapareci� de su vista. [22] entonces gede�n se dio cuenta de que era el angel de yahveh y dijo: ��ay, mi se�or yahveh! �pues he visto al angel de yahveh cara a cara!� [23] yahveh le respondi�: �la paz sea contigo. no temas, no morir�s.� [24] gede�n levant� en aquel lugar un altar a yahveh y lo llam� Yahveh-paz. todav�a hoy est� en ofr� de abiezer. [25] sucedi� que aquella misma noche yahveh dijo a gede�n: �toma el toro de tu padre, el toro de siete a�os; vas a derribar el altar de baal propiedad de tu padre y cortar el cipo que est� junto a �l. [26] luego construir�s a yahveh tu dios, en la cima de esa altura escarpada, un altar bien preparado. tomar�s el toro y lo quemar�s en holocausto, con la le�a del cipo que habr�s cortado.� [27] gede�n tom� entonces diez hombres de entre sus criados e hizo como yahveh le hab�a ordenado. pero, como tem�a a su familia y a la gente de la ciudad, en lugar de hacerlo de d�a, lo hizo de noche. [28] a la ma�ana siguiente se levant� la gente de la ciudad; el altar de baal estaba derruido, el cipo que se alzaba junto a �l, cortado; y el toro hab�a sido ofrecido en holocausto sobre el altar reci�n construido. [29] entonces se dijeron unos a otros: ��qui�n habr� hecho esto?� tras indagar y buscar dijeron: �es gede�n, hijo de jo�s, el que lo ha hecho.� [30] la gente de la ciudad dijo entonces a jo�s: �haz salir a tu hijo, y que muera, pues ha derruido el altar de baal y cortado el cipo que se alzaba a su lado.� [31] jo�s repondi� a todos los que ten�a delante: ��es que vosotros vais a salir en defensa de baal? �vosotros le vais a salvar? (el que defiende a baal, tiene que

morir antes del amanecer.) si es dios, que pleitee con �l, ya que le destruy� su altar.� [32] aquel d�a se llam� a gede�n Yerubbaal, porque dec�an: ��que baal pleitee con �l, pues le destruy� su altar!�. [33] todo madi�n, amalec y los hijos de oriente se juntaron, pasaron el jord�n, y acamparon en la llanura de yizreel. [34] el esp�ritu de yahveh revisti� a gede�n; �l toc� el cuerno y abiezer se reuni� a �l. [35] envi� mensajeros por todo manas�s, que se reuni� tambi�n con �l; y envi� mensajeros por aser, zabul�n y neftal�, que le salieron al encuentro. [36] gede�n dijo a dios: �si verdaderamente vas a salvar por mi mano a israel, como has dicho, [37] yo voy a tender un vell�n sobre la era; si hay roc�o solamente sobre el vell�n y todo el suelo queda seco, sabr� que t� salvar�s a israel por mi mano, como has prometido.� [38] as� sucedi�. Gede�n se levant� de madrugada, estruj� el vell�n y exprimi� su roc�o, una copa llena de agua. [39] gede�n dijo a dios: �no te irrites contra m� si me atrevo a hablar de nuevo. por favor, quisiera hacer por �ltima vez la prueba con el vell�n: que quede seco s�lo el vell�n y que haya roc�o por todo el suelo.� [40] y dios lo hizo as� aquella noche. qued� seco solamente el vell�n y por todo el suelo hab�a roc�o. jueces cap.7 [1] madrug� Yerubbaal (o sea gede�n), as� como todo el pueblo que estaba con �l, y acamp� junto a en jarod; el campamento de madi�n quedaba al norte del suyo, al pie de la colina de mor�, en el valle. [2] yahveh dijo a gede�n: �demasiado numeroso es el pueblo que te acompa�a para que ponga yo a madi�n en sus manos; no se vaya a enorgullecer israel de ello a mi costa diciendo: "�mi propia mano me ha salvado!" [3] ahora pues, pregona esto a o�dos del pueblo: "el que tenga miedo y tiemble, que se vuelva y mire desde el monte gelbo�". 22.000 hombres de la tropa se volvieron y quedaron 10.000. [4] yahveh dijo a gede�n: �hay todav�a demasiada gente; hazles bajar al agua y all� te los pondr� a prueba. aquel de quien te diga: "que vaya contigo", �se ir� contigo. y aquel de quien te diga: "que no vaya contigo", no ha de ir.� [5] gede�n hizo bajar la gente al agua y yahveh le dijo: �a todos los que lamieren el agua con la lengua como lame un perro, los pondr�s a un lado y a todos los que se arrodillen para beber, los pondr�s al otro.� [6] el n�mero de los que lamieron el agua con las manos a la boca result� ser de trescientos. todo el resto del pueblo se hab�a arrodillado para beber. [7] entonces yahveh dijo a gede�n: �con los trescientos hombres que han lamido el agua os salvar�, y entregar� a madi�n en tus manos. que todos los dem�s vuelvan cada uno a su casa.� [8] tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus cuernos, y mand� a todos los israelitas cada uno a su tienda, qued�ndose s�lo con los trescientos hombres. el campamento de madi�n estaba debajo del suyo en el valle. [9] aquella noche le dijo yahveh: �lev�ntate y baja al campamento, porque lo he puesto en tus manos. [10] no obstante, si temes bajar, baja al campamento con tu criado pur�, [11] y escucha lo que dicen. se fortalecer� tu mano con ello y luego bajar�s a atacar al campamento. baj�, pues, con su criado pur� hasta la extremidad de las avanzadillas del campamento. [12] madi�n, amalec y todos los hijos de oriente hab�an ca�do sobre el valle, numerosos como langostas, y sus camellos eran innumerables como la arema de la orilla del mar. [13] se acerc� Gede�n y he aqu� que un hombre contaba un sue�o a su vecino;

dec�a: �he tenido un sue�o: una hogaza de pan de cebada rodaba por el campamento de madi�n, lleg� hasta la tienda, choc� contra ella y la volc� lo de arriba abajo.� [14] su vecino le respondi�: �esto no puede significar m�s que la espada de gede�n, hijo de jo�s, el israelita. dios ha entregado en sus manos a madi�n y a todo el campamento.� [15] cuando gede�n oy� la narraci�n del sue�o y su explicaci�n, se postr�, volvi� al campamento de israel y dijo: � �levantaos! porque yahveh ha puesto en vuestras manos el campamento de madi�n.� [16] gede�n dividi� a los trescientos hombres en tres cuerpos. les dio a todos cuernos y c�ntaros vac�os, con antorchas dentro de los c�ntaros. [17] les dijo: �miradme a m� y haced lo mismo. cuando llegue yo al extremo del campamento, lo que yo haga lo har�is vosotros. [18] yo y todos mis compa�eros tocaremos los cuernos; vosotros tambi�n tocar�is los cuernos alrededor del campamento y gritar�is: �por yahveh y por gede�n!� [19] gede�n y los cien hombres que le acompa�aban llegaron al extremo del campamento al comienzo de la guardia de la medianoche, cuando acababan de hacer el relevo de los centinelas; tocaron los cuernos y rompieron los c�ntaros que llevaban en la mano. [20] entonces los tres cuerpos del ej�rcito tocaron los cuernos, y rompieron los c�ntaros; en la izquierda ten�an las antorchas y en la derecha los cuernos para tocarlos; gritaban: �espada por yahveh y por gede�n!� [21] y se quedaron quietos cada uno en su lugar alrededor del campamento. todo el campamento se despert� y, lanzando alaridos, se dieron a la fuga. [22] mientras los trescientos tocaban los cuernos, yahveh volvi� la espada de cada uno contra su compa�ero por todo el campamento. la tropa huy� hasta bet hassitt�, hacia sart�n, hasta la orilla de abel mejol� frente a tabbat. [23] los hombres de israel se reunieron, de neftal�, de aser y de todo manas�s, y persiguieron a madi�n. [24] gede�n envi� mensajeros por toda la monta�a de efra�m diciendo: �bajad al encuentro de madi�n y cortadles los vados hasta bet bar� y el jord�n.� se reunieron todos los hombres de efra�m y ocuparon los vados hasta bet bar� y el jord�n. [25] hicieron prisioneros a los dos jefes de madi�n, oreb y zeeb; mataron a oreb en la pe�a de oreb y a zeeb en el lagar de zeeb. persiguieron a madi�n y llevaron a gede�n, al otro lado del jord�n, las cabezas de oreb y zeeb. jueces cap.8 [1] la gente de efra�m dijo a gede�n: ��por qu� has hecho esto con nosotros, no convoc�ndonos cuando has ido a combatir a madi�n?� y discutieron con �l violentamente. [2] el les respondi�: ��qu� he hecho yo en comparaci�n de lo que hab�is hecho vosotros? �no vale m�s el rebusco de efra�m que la vendimia de abi�zer? [3] dios ha entregado a los jefes de madi�n en vuestras manos, a oreb y a zeeb. �qu� he podido hacer yo en comparaci�n con vosotros?� con estas palabras que les dijo, se calm� su animosidad contra �l. [4] gede�n lleg� al jord�n y lo pas�; pero �l y los trescientos hombres que ten�a consigo estaban agotados por la persecuci�n. [5] dijo, pues, a la gente de sukkot: �dad, por favor, tortas de pan a la tropa que me sigue, porque est� agotada, y voy persiguiendo a z�baj y a salmunn�, reyes de madi�n. [6] pero los jefes de sukkot respondieron: ��acaso has sujetado ya las manos de z�baj y salmunn� para que demos pan a tu ej�rcito?� [7] gede�n les respondi�: �bien; cuando yahveh haya entregado en mis manos a z�baj y a salmunn�, os desgarrar� las carnes con espinas del desierto y con cardos.� [8] de all� subi� a penuel y les habl� de igual manera. pero la gente de penuel

le respondi� como lo hab�a hecho la gente de sukkot. [9] el respondi� a los de penuel: �cuando vuelva vencedor, derribar� esa torre.� [10] z�baj y salmunn� estaban en carcor con su ej�rcito, unos 15.000 hombres, todos los que hab�an quedado del ej�rcito de los hijos de oriente. los que hab�an ca�do eran 120.000 guerreros. [11] gede�n subi� por el camino de los que habitan en tiendas, al este de n�baj y de yogboh�, y derrot� al ej�rcito, cuando se cre�an ya seguros. [12] z�baj y salmunn� huyeron. el los persigui� e hizo prisioneros a los dos reyes de madi�n, z�baj y salmunn�. y destruy� todo el ej�rcito. [13] despu�s de la batalla, gede�n, hijo de jo�s, volvi� por la pendiente de jares. [14] habiendo detenido a un joven de la gente de sukkot, le interrog�, y �l le dio por escrito los jefes de sukkot y los ancianos: 77 hombres. [15] gede�n se dirigi� entonces a la gente de sukkot y dijo: �aqu� ten�is a z�baj y salmunn�, a prop�sito de los cuales me injuriasteis diciendo: �acaso has sujetado ya las manos de z�baj y salmunn� para que demos pan a tus tropas agotadas?� [16] tom� entonces a los ancianos de la ciudad y cogiendo espinas del desierto y cardos, desgarr� a los hombres de sukkot. [17] derrib� la torre de penuel y mat� a los habitantes de la ciudad. [18] luego dijo a z�baj y salmunn�: ��c�mo eran los hombres que matasteis en el tabor?� ellos respondieron: �se parec�an a ti; cualquiera de ellos ten�a la apariencia de un hijo de rey.� [19] respondi� Gede�n: �eran mis hermanos, hijos de mi madre. �vive yahveh que, si los hubieseis dejado vivos, no os matar�a!� [20] y dijo a y�ter, su hijo mayor: ��lev�ntate! �m�talos!� pero el muchacho no desenvain� la espada; no se atrev�a, porque era todav�a muy joven. [21] z�baj y salmunn� dijeron entonces: �lev�ntate t�, hi�renos, porque seg�n es el hombre es su valent�a.� gede�n se levant�, mat� a z�baj y a salmunn� y tom� las lunetas que sus camellos llevaban al cuello. [22] los hombres de israel dijeron a gede�n: �reina sobre nosotros t�, tu hijo y tu nieto, pues nos has salvado de la mano de madi�n.� [23] pero gede�n les respondi�: �no ser� yo el que reine sobre vosotros ni mi hijo; yahveh ser� vuestro rey.� [24] y a�adio gede�n: �os voy a pedir una cosa: que cada uno me d� un anillo de su bot�n.� porque los vencidos ten�an anillos de oro, pues eran ismaelitas. [25] respondieron ellos: �te los damos con mucho gusto.� extendi� �l su manto y ellos echaron en �l cada uno un anillo de su bot�n. [26] el peso de los anillos de oro que les hab�a pedido, se elev� a 1.700 siclos de oro, sin contar las lunetas, los pendientes y los vestidos de p�rpura que llevaban los reyes de madi�n, ni tampoco los collares que pend�an del cuello de sus camellos. [27] gede�n hizo con todo ello un efod, que coloc� en su ciudad, en ofr�. y todo israel se prostituy� all� tras �l y vino a ser una trampa para gede�n y su familia. [28] all� fue humillado madi�n ante los israelitas, y no volvi� a levantar cabeza. el pa�s estuvo tranquilo cuarenta a�os, mientras vivi� Gede�n. [29] se fue, pues, yerubbaal, hijo de jo�s, y se qued� en su casa. [30] gede�n tuvo setenta hijos, nacidos de �l, pues ten�a muchas mujeres. [31] y la concubina que ten�a en siquem, le dio a luz tambi�n un hijo, a quien puso por nombre abim�lek. [32] muri� Gede�n, hijo de jo�s, despu�s de una dichosa vejez y fue enterrado en la tumba de su padre jo�s, en ofr� de abi�zer. [33] despu�s de la muerte de gede�n, los israelitas volvieron a prostituirse ante los baales y tomaron por dios a baal berit. [34] los israelitas olvidaron a yahveh su dios, que los hab�a librado de la mano de todos los enemigos de alrededor. [35] no fueron agradecidos con la casa de yerubbaal-gede�n, por todo el bien que

hab�a hecho a israel. jueces cap.9 [1] abim�lek, hijo de yerubbaal, march� a siquem, donde los hermanos de su madre, y les dijo a ellos y a todo el clan de la familia de su madre: [2] �decid esto, por favor, a o�dos de todos los se�ores de siquem: �qu� es mejor para vosotros, que os est�n mandando setenta hombres, todos los hijos de yerubbaal, o que os mande uno solo? recordad adem�s que yo soy de vuestros huesos y de vuestra carne.� [3] los hermanos de su madre hablaron de �l en los mismos t�rminos a todos los se�ores de siquem, y su coraz�n se inclin� hacia abim�lek, porque se dec�an: �es nuestro hermano.� [4] le dieron setenta siclos de plata del templo de baal berit, con los que abim�lek contrat� a hombres miserables, y vagabundos, que se fueron con �l. [5] fue entonces a casa de su padre, en ofr�, y mat� a sus hermanos, los hijos de yerubbaal, setenta hombres, sobre una misma piedra. s�lo escap� Jotam, el hijo menor de yerubbaal, porque se escondi�. [6] luego se reunieron todos los se�ores de siquem y todo bet mill�, y fueron y proclamaron rey a abim�lek junto al terebinto de la estela que hay en siquem. [7] se lo anunciaron a jotam, quien se coloc� en la cumbre del monte garizim, alz� la voz y clam�: �escuchadme, se�ores de siquem, y que dios os escuche. [8] los �rboles se pusieron en camino para ungir a uno como su rey. dijeron al olivo: "s� t� nuestro rey." [9] les respondi� el olivo: "�voy a renunciar a mi aceite con el que gracias a m� son honrados los dioses y los hombres, para ir a vagar por encima de los �rboles?" [10] los �rboles dijeron a la higuera: "ven t�, reina sobre nosotros." [11] les respondi� la higuera: "�voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a vagar por encima de los �rboles? [12] los �rboles dijeron a la vid: "ven t�, reina sobre nosotros." [13] les respondi� la vid: "�voy a renunciar a mi mosto, el que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a vagar por encima de los �rboles?" [14] todos los �rboles dijeron a la zarza: "ven t�, reina sobre nosotros." [15] la zarza respondi� a los �rboles: "si con sinceridad ven�s a ungirme a m� para reinar sobre vosotros, llegad y cobijaos a mi sombra. y si no es as�, brote fuego de la zarza y devore los cedros del l�bano."� [16] �ahora pues, �hab�is obrado con sinceridad y lealtad al elegir rey a abim�lek? �os hab�is portado bien con yerubbaal y su casa y le hab�is tratado seg�n el m�rito de sus manos? [17] mi padre combati� por vosotros, arriesg� su vida, os libr� de la mano de madi�n; [18] y vosotros os hab�is alzado hoy contra la casa de mi padre, hab�is matado a sus hijos, setenta hombres sobre una misma piedra, y hab�is puesto por rey a abim�lek, el hijo de su esclava, sobre los se�ores de siquem, por ser �l vuestro hermano. [19] si, pues, hab�is obrado con sinceridad y lealtad con yerubbaal y con su casa en el d�a de hoy, que abim�lek sea vuestra alegr�a y vosotros la suya. [20] de lo contrario, que salga fuego de abim�lek y devore a los se�ores de siquem y de bet mill�; y que salga fuego de los se�ores de siquem y bet mill� y devore a abim�lek.� [21] y jotam huy�, se puso a salvo y fue a beer, donde se estableci�, lejos del alcance de su hermano abim�lek. [22] abim�lek gobern� tres a�os en israel. [23] pero dios envi� un esp�ritu de discordia entre abim�lek y los se�ores de siquem; y los se�ores de siquem traicionaron a abim�lek, [24] para que el crimen cometido contra los setenta hijos de yerubbaal fuera vengado y su sangre cayera sobre su hermano abim�lek, que los hab�a asesinado, y sobre los se�ores de siquem, que le hab�an ayudado a asesinar a sus hermanos.

[25] los se�ores de siquem prepararon contra �l emboscadas en las cimas de los montes y saqueaban a todo el que pasaba cerca por el camino. y se dio aviso a abim�lek. [26] gaal, hijo de obed, acompa�ando a sus hermanos, vino a pasar por siquem y se gan� la confianza de los se�ores de siquem. [27] salieron �stos al campo a vendimiar sus vi�as, pisaron las uvas, hicieron fiesta y entraron en el templo de su dios. comieron y bebieron y maldijeron a abim�lek. [28] entonces gaal, hijo de obed, exclam�: ��qui�n es abim�lek y qu� es siquem para que le sirvamos? �por qu� el hijo de yerubbaal y zebul, su lugarteniente, no han de servir a la gente de jamor, padre de siquem? �por qu� hemos de servirles nosotros? [29] �qui�n pusiera este pueblo en mis manos! yo echar�a a abim�lek y le dir�a: refuerza tu ej�rcito y sal a la lucha.� [30] zebul, gobernador de la ciudad, se enter� de la propuesta de gaal, hijo de obed, y mont� en c�lera. [31] envi� secretamente mensajeros donde abim�lek, para decirle: �mira que gaal, hijo de obed, con sus hermanos, ha llegado a siquem y est�n soliviantando a la ciudad contra ti. [32] por tanto, lev�ntate de noche, t� y la gente que tienes contigo, y tiende una emboscada en el campo; [33] por la ma�ana temprano, en cuanto salga el sol, te levantas y te lanzas contra la ciudad. cuando gaal salga a tu encuentro con su gente, har�s con �l lo que te venga a mano.� [34] abim�lek se levant� de noche con todas las tropas de que dispon�a y tendieron una emboscada frente a siquem, repartidos en cuatro grupos. [35] cuando gaal, hijo de obed, sali� y se detuvo a la entrada de la puerta de la ciudad, abim�lek y la tropa que le acompa�aba salieron de su emboscada. [36] gaal vio la tropa y dijo a zebul: �mira la gente que baja de las cumbres de los montes.� zebul respondi�: �es la sombra de los montes lo que ves y te parecen hombres.� [37] gaal volvi� a decir: �mirad la gente que baja del lado del ombligo de la tierra, y otra partida llega por el camino de la encina de los adivinos.� [38] zebul le dijo entonces: ��qu� has hecho de tu boca t� que dec�as: "�qui�n es abim�lek para que le sirvamos?" � no es esa la gente que despreciaste? sal, pues, ahora y pelea contra ellos.� [39] gaal sali� al frente de los se�ores de siquem y present� batalla a abim�lek. [40] abim�lek persigui� a gaal, pero se le escap�; y muchos cayeron muertos antes de llegar a la puerta. [41] abim�lek habit� en arum�; y zebul expuls� a gaal y a sus hermanos y no les dej� habitar en siquem. [42] al d�a siguiente el pueblo sali� al campo. se dio aviso de ello a abim�lek, [43] que tom� su tropa, la reparti� en tres grupos y tendi� una emboscada en el campo. cuando vio que la gente sal�a de la ciudad, cay� sobre ellos y los derrot�. [44] abim�lek y el grupo que estaba con �l, atac� y tom� posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad; los otros dos grupos se lanzaron contra todos los que estaban en el campo y los derrotaron. [45] todo aquel d�a estuvo abim�lek atacando a la ciudad. cuando la tom�, mat� a la poblaci�n, arras� la ciudad y la sembr� de sal. [46] al saberlo los vecinos de migdal siquem se metieron en la cripta del templo de el berit. [47] se comunic� a abim�lek que todos los se�ores de migdal siquem estaban juntos; [48] entonces abim�lek subi� al monte salm�n, con toda su tropa, y tomando un hacha en sus manos, cort� una rama de �rbol, la alz� y ech�ndosela al hombro dijo a la tropa que le acompa�aba: �lo que me hab�is visto hacer, deprisa, hacedlo tambi�n vosotros.� [49] y todos sus hombres cortaron cada uno su rama; luego siguieron a abim�lek,

pusieron las ramas sobre la cripta y prendieron fuego a la cripta con ellos debajo. as� murieron tambi�n todos los habitantes de migdal siquem, unos mil hombres y mujeres. [50] march� Abim�lek contra teb�s, la asedi� y tom�. [51] hab�a en medio de la ciudad una torre fuerte, y en ella se refugiaron todos los hombres y mujeres, y todos los se�ores de la ciudad. cerraron por dentro y subieron a la terraza de la torre. [52] abim�lek lleg� hasta la torre, la atac� y alcanz� la puerta de la torre con �nimo de prenderle fuego. [53] entonces una mujer le arroj� una muela de molino a la cabeza y le parti� el cr�neo. [54] el llam� enseguida a su escudero y le dijo: �desenvaina tu espada y m�tame, para que no digan de m�: lo ha matado una mujer.� su escudero lo atraves� y muri�. [55] cuando la gente de israel vio que abim�lek hab�a muerto, se volvi� cada uno a su lugar. [56] as� devolvi� Dios a abim�lek el mal que hab�a hecho a su padre al matar a sus setenta hermanos. [57] y tambi�n sobre la cabeza de la gente de siquem hizo dios caer toda su maldad. de este modo se cumpli� en ellos la maldici�n de jotam, hijo de yerubbaal. jueces cap.10 [1] despu�s de abim�lek surgi� para salvar a israel tol�, hijo de pu�, hijo de dod�. Era de isacar y habitaba en samir, en la monta�a de efra�m. [2] fue juez de israel veintitr�s a�os; muri� y fue sepultado en samir. [3] tra �l surgi� Ya�r, de galaad, que fue juez de israel veintid�s a�os. [4] ten�a treinta hijos que montaban treinta pollinos y ten�an treinta ciudades, que se llaman todav�a hoy los aduares de ya�r, en el pa�s de galaad. [5] muri� Ya�r, y fue sepultado en cam�n. [6] los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a yahveh. sirvieron a los baales y a las astart�s, a los dioses de aram y sid�n, a los dioses de moab, a los de los ammonitas y de los filisteos. abandonaron a yahveh y ya no le serv�an. [7] entonces se encendi� la c�lera de yahveh contra israel y los entreg� en manos de los filisteos y en manos de los ammonitas. [8] estos molestaron y oprimieron a los israelitas desde aquel a�o durante dieciocho a�os, a todos los israelitas que viv�an en transjordania, en el pa�s amorreo de galaad. [9] los ammonitas pasaron el jord�n para atacar tambi�n a jud�, a benjam�n y a la casa de efra�m, e israel pas� por grave aprieto. [10] los israelitas clamaron a yahveh diciendo: �hemos pecado contra t�, porque hemos abandonado a yahveh nuestro dios para servir a los baales.� [11] y yahveh dijo a los israelitas: �cuando los egipcios, los amorreos, los ammonitas, los filisteos, [12] los sidonios, amalec y madi�n os oprim�an y clamasteis a m� �no os salv� de sus manos? [13] pero vosotros me hab�is abandonado y hab�is servido a otros dioses. por eso no he de salvaros otra vez. [14] id y gritad a los dioses que hab�is elegido: que os salven ellos en el tiempo de vuestra angustia�. [15] los israelitas respondieron a yahveh: �hemos pecado, haz con nosotros todo lo que te plazca; pero, por favor, s�lvanos hoy.� [16] y retiraron de en medio de ellos a los dioses extranjeros y sirvieron a yahveh. y yahveh no pudo soportar el sufrimiento de israel. [17] los ammonitas se concentraron y vinieron a acampar en galaad. los israelitas se reunieron y acamparon en misp�. [18] entonces el pueblo, los jefes de galaad, se dijeron unos a otros: ��qui�n ser� el hombre que emprenda el ataque contra los hijos de amm�n? el estar� al frente de todos los habitantes de galaad.�

jueces cap.11 [1] jeft� el galaadita, era un valiente guerrero. era hijo de una prostituta. y era galaad el que hab�a engendrado a jeft�. [2] pero la mujer de galaad le hab�a dado hijos, y crecieron los hijos de la mujer y echaron a jeft� dici�ndole: � t� no tendr�s herencia en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.� [3] jeft� huy� lejos de sus hermanos y se qued� en el pa�s de tob. se le junt� una banda de gente miserable, que hac�a correr�as con �l. [4] andando el tiempo, los ammonitas vinieron a combatir contra israel. [5] y cuando los ammonitas estaban atacando a israel, los ancianos de galaad fueron a buscar a jeft� al pa�s de tob. [6] dijeron a jeft�: �ven, t� ser�s nuestro caudillo en la guerra con los ammonitas.� [7] pero jeft� respondi� a los ancianos de galaad: ��no sois vosotros los que me odiasteis y me echasteis de la casa de mi padre? �por qu� acud�s a m� ahora que est�is en aprieto?� [8] los ancianos de galaad replicaron a jeft�: �por eso ahora volvemos donde ti: ven con nosotros; t� atacar�s a los ammonitas y ser�s nuestro jefe y el de todos los habitantes de galaad.� [9] jeft� respondi� a los ancianos de galaad: �si me hac�is volver para combatir a los ammonitas y yahveh me los entrega, yo ser� vuestro jefe.� [10] respondieron a jeft� los ancianos de galaad: �yahveh sea testigo entre nosotros si no hacemos como t� has dicho.� [11] jeft� parti� con los ancianos de galaad y el pueblo le hizo su jefe y caudillo; y jeft� repiti� todas sus condiciones delante de yahveh en misp�. [12] jeft� envi� al rey de los ammonitas mensajeros que le dijeran: ��qu� tenemos que ver t� y yo para que vengas a atacarme en mi propio pa�s?� [13] el rey de los ammonitas respondi� a los mensajeros de jeft�: �porque israel, cuando sub�a de egipto, se apoder� de mi pa�s desde el arn�n hasta el yabboq y el jord�n. as� que ahora devu�lvemelo por las buenas.� [14] jeft� envi� de nuevo mensajeros al rey de los ammonitas [15] y le dijo: �as� habla jeft�: israel no se ha apoderado ni del pa�s de moab ni del de los ammonitas. [16] cuando subi� de egipto, israel camin� por el desierto hasta el mar de suf y lleg� a cad�s. [17] entonces israel envi� mensajeros al rey de edom para decirle: "d�jame, por favor, pasar por tu pa�s", pero el rey de edom no les atendi�. Los envi� tambi�n al rey de moab, el cual tampoco accedi�, e israel se qued� en cad�s; [18] luego, avanzando por el desierto, rode� el pa�s de edom y el de moab y lleg� al oriente del pa�s de moab. acamparon a la otra parte del arn�n, sin cruzar la frontera de moab, pues el arn�n es el l�mite de moab. [19] israel envi� mensajeros a sij�n, rey de los amorreos, que reinaba en jesb�n, y le dijo: "d�jame, por favor, pasar por tu pa�s hasta llegar a mi destino." [20] pero sij�n le neg� a israel el paso por su territorio, reuni� toda su gente, que acamp� en yahs�, y atac� a israel. [21] yahveh, dios de israel, puso a sij�n y a todo su pueblo en manos de israel, que los derrot�, y conquist� Israel todo el pa�s de los amorreos que habitaban all�. [22] as� conquistaron todo el territorio de los amorreos, desde el arn�n hasta el yabboq y desde el desierto hasta el jord�n. [23] con que yahveh, dios de israel, quit� su heredad a los amorreos en favor de su pueblo israel, �y t� se la vas a quitar? [24] �no posees ya todo lo que tu dios kem�s ha quitado para ti a sus poseedores? igualmente nosotros poseemos todo lo que yahveh nuestro dios ha quitado para nosotros a sus poseedores. [25] �vas a ser t� m�s que balaq, hijo de sippor, rey de moab? �pudo acaso �l

hacerse fuerte contra israel y luchar contra �l? [26] cuando se estableci� Israel en jesb�n y en sus filiales, en aroer y en sus filiales y en todas las ciudades que est�n a ambos lados del arn�n, (trescientos a�os) �por qu� no las hab�is recuperado desde entonces? [27] yo no te he ofendido; eres t� el que te portas mal conmigo si me atacas. yahveh, el juez, juzgue hoy entre los hijos de israel y los hijos de amm�n.� [28] pero el rey de los ammonitas no hizo caso de las palabras que jeft� le mand� decir. [29] el esp�ritu de yahveh vino sobre jeft�, que recorri� Galaad y manas�s, pas� por misp� de galaad y de misp� de galaad pas� donde los ammonitas. [30] y jeft� hizo un voto a yahveh: �si entregas en mis manos a los ammonitas, [31] el primero que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando vuelva victorioso de los ammonitas, ser� para yahveh y lo ofrecer� en holocausto.� [32] jeft� pas� donde los ammonitas para atacarlos, y yahveh los puso en sus manos. [33] los derrot� desde aroer hasta cerca de minnit (veinte ciudades) y hasta abel keramim. fue grand�sima derrota y los ammonitas fueron humillados delante de los israelitas. [34] cuando jeft� volvi� a misp�, a su casa, he aqu� que su hija sal�a a su encuentro bailando al son de las panderetas. era su �nica hija; fuera de ella no ten�a ni hijo ni hija. [35] al verla, rasg� sus vestiduras y grit�: ��ay, hija m�a! �me has destrozado! �hab�as de ser t� la causa de mi desgracia? abr� la boca ante yahveh y no puedo volverme atr�s.� [36] ella le respondi�: �padre m�o, has abierto tu boca ante yahveh, haz conmigo lo que sali� de tu boca, ya que yahveh te ha concedido vengarte de tus enemigos los ammonitas.� [37] despu�s dijo a su padre: �que se me conceda esta gracia: d�jame dos meses para ir a vagar por las monta�as y llorar con mis compa�eras mi virginidad.� [38] el le dijo: �vete.� y la dej� marchar dos meses. ella se fue con sus compa�eras y estuvo llorando su virginidad por los montes. [39] al cabo de los dos meses, volvi� donde su padre y �l cumpli� en ella el voto que hab�a hecho. la joven no hab�a conocido var�n. y se hizo costumbre en israel: [40] de a�o en a�o las hijas de israel van a lamentarse cuatro d�as al a�o por la hija de jeft� el galaadita. jueces cap.12 [1] los hombres de efra�m se juntaron, pasaron el jord�n en direcci�n a saf�n y dijeron a jeft�: �por qu� has ido a atacar a los ammonitas y no nos has invitado a marchar contigo? vamos a prender fuego a tu casa contigo dentro.� [2] jeft� les respondi�: �ten�amos un gran conflicto mi pueblo y yo con los ammonitas; os ped� ayuda y no me librasteis de sus manos. [3] cuando vi que nadie ven�a a ayudarme, arriesgu� la vida, march� contra los ammonitas y yahveh los entreg� en mis manos. �por qu�, pues, hab�is subido hoy contra m� para hacerme la guerra?� [4] entonces jeft� reuni� a todos los hombres de galaad y atac� a efra�m, los de galaad derrotaron a los de efra�m, porque �stos dec�an: �vosotros los galaaditas sois fugitivos de efra�m, en medio de efra�m, en medio de manas�s.� [5] galaad cort� a efra�m los vados del jord�n y cuando los fugitivos de efra�m dec�an: �dejadme pasar�, los hombres de galaad preguntaban: ��eres efraimita?� y si repond�a: �no�, [6] le a�ad�an: �pues di sibb�let�. pero �l dec�a: �sibb�let� porque no pod�a pronunciarlo as�. entonces le echaban mano y lo degollaban junto a los vados del jord�n. perecieron en aquella ocasi�n 42.000 hombres de efra�m. [7] jeft� juzg� a israel seis a�os; luego jeft� el galaadita muri� y fue sepultado en su ciudad, misp� de galaad. [8] despu�s de �l fue juez en israel ibs�n de bel�n.

[9] ten�a treinta hijos y treinta hijas. a �stas las cas� fuera y de fuera trajo treinta mujeres para sus hijos. fue juez en israel siete a�os. [10] y muri� Ibs�n y fue sepultado en bel�n. [11] despu�s de �l fue juez en israel el�n de zabul�n. juzg� a israel diez a�os. [12] y muri� El�n de zabul�n y fue sepultado en ayyal�n, en tierra de zabul�n. [13] despu�s de �l fue juez en israel abd�n, hijo de hillel, de pirat�n. [14] ten�a cuarenta hijos y treinta nietos, que montaban setenta pollinos. juzg� a israel ocho a�os. [15] y muri� Abd�n, hijo de hillel de pirat�n, y fue sepultado en pirat�n, en tierra de efra�m, en la monta�a de los amalecitas. jueces cap.13 [1] los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a yahveh y yahveh los entreg� a merced de los filisteos durante cuarenta a�os. [2] hab�a un hombre en sor�, de la tribu de dan, llamado man�aj. su mujer era est�ril y no hab�a tenido hijos. [3] el �ngel de yahveh se apareci� a esta mujer y le dijo: �bien sabes que eres est�ril y que no has tenido hijos, [4] pero concebir�s y dar�s a luz un hijo. en adelante gu�rdate de beber vino ni bebida fermentada y no comas nada impuro. [5] porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. no pasar� la navaja por su cabeza, porque el ni�o ser� nazir de dios desde el seno de su madre. el comenzar� a salvar a israel de la mano de los filisteos.� [6] la mujer fue a dec�rselo a su marido: �un hombre de dios ha venido donde m�; su aspecto era como el del angel de dios, muy terrible. no le he preguntado de d�nde ven�a ni �l me ha manifestado su nombre. [7] pero me ha dicho: "vas a concebir y a dar a luz un hijo. en adelante no bebas vino ni bebida fermentada y no comas nada impuro, porque el ni�o ser� nazir de dios desde el seno de su madre hasta el d�a de su muerte.� [8] man�aj invoc� a yahveh y dijo: �te ruego, se�or, que el hombre de dios que has enviado venga otra vez donde nosotros y nos ense�e lo que hemos de hacer con el ni�o cuando nazca.� [9] dios escuch� a man�aj y el angel de dios vino otra vez donde la mujer cuando estaba sentada en el campo. man�aj, su marido, no estaba con ella. [10] la mujer corri� enseguida a informar a su marido y le dijo: �mira, se me ha aparecido el hombre que vino donde m� el otro d�a.� [11] man�aj se levant� y, siguiendo a su mujer, lleg� donde el hombre y le dijo: ��eres t� el que has hablado con esta mujer?� el respondi�: �yo soy.� [12] le dijo man�aj: �cuando tu palabra se cumpla �cu�l deber� ser la norma del ni�o y su conducta?� [13] el angel de yahveh repondi� a man�aj: �deber� abstenerse �l de todo lo que indiqu� a esta mujer. [14] no probar� nada de lo que procede de la vi�a, no beber� vino ni bebida fermentada, no comer� nada impuro y observar� todo lo que yo le he mandado.� [15] man�aj dijo entonces al angel de yahveh: �perm�tenos retenerte y prepararte un cabrito.� [16] pero el angel de yahveh dijo a man�aj: �aunque me obligues a quedarme no probar� tu comida. pero si quieres preparar un holocausto, ofr�ceselo a yahveh.� porque man�aj no sab�a que era el angel de yahveh. [17] man�aj dijo entonces al angel de yahveh: ��cu�l es tu nombre para que, cuando se cumpla tu palabra, te podamos honrar?� [18] el angel de yahveh le respondi�: ��por qu� me preguntas el nombre, si es maravilloso?.� [19] man�aj tom� el cabrito y la oblaci�n y lo ofreci� en holocausto, sobre la roca, a yahveh, que obra maravillas. man�aj y su mujer estaban mirando. [20] cuando la llama sub�a del altar hacia el cielo, el angel de yahveh sub�a en la llama. man�aj y su mujer lo estaban viendo y cayeron rostro en tierra.

[21] al desaparecer el angel de yahveh de la vista de man�aj y su mujer, man�aj se dio cuenta de que era el angel de yahveh. [22] y dijo man�aj a su mujer: �seguro que vamos a morir, porque hemos visto a dios.� [23] su mujer le respondi�: �si yahveh hubiera querido matarnos no habr�a aceptado de nuestra mano el holocausto ni la oblaci�n, no nos habr�a mostrado todas estas cosas ni precisamente ahora nos habr�a hecho o�r esto.� [24] la mujer dio a luz un hijo y le llam� Sans�n. el ni�o creci� y yahveh le bendijo. [25] y el esp�ritu de yahveh comenz� a excitarle en el campamento de dan, entre sor� y estaol. jueces cap.14 [1] sans�n baj� a timn� y se fij� en timn� en una mujer entre las hijas de los filisteos. [2] subi� y se lo dijo a su padre y a su madre: �he visto en timn� una mujer de entre las hijas de los filisteos: tom�dmela para esposa.� [3] su padre y su madre le dijeron: ��no hay ninguna mujer entre las hijas de tus hermanos y en todo mi pueblo, para que vayas a tomar mujer entre esos filisteos incircuncisos?� pero sans�n respondi� a su padre: �toma a �sa para m�, porque esa es la que me gusta.� [4] su padre y su madre no sab�an que esto ven�a de yahveh, que buscaba un pretexto contra los filisteos, pues por aquel tiempo los filisteos dominaban a israel. [5] sans�n baj� a timn� y al llegar a las vi�as de timn�, vio un leoncillo que ven�a rugiendo a su encuentro. [6] el esp�ritu de yahveh le invadi�, y sin tener nada en la mano, sans�n despedaz� al le�n como se despedaza un cabrito; pero no cont� ni a su padre ni a su madre lo que hab�a hecho. [7] baj� y habl� con la mujer, la cual le agrad�. [8] alg�n tiempo despu�s, volvi� Sans�n para casarse con ella. dio un rodeo para ver el cad�ver del le�n y he aqu� que en el cuerpo del le�n hab�a un enjambre de abejas con miel. [9] la recogi� en su mano y seg�n caminaba la iba comiendo. cuando lleg� donde su padre y su madre les dio miel y comieron, pero no les dijo que la hab�a cogido del cad�ver del le�n. [10] su padre baj� donde la mujer y sans�n hizo all� un banquete, pues as� suelen hacer los j�venes. [11] pero, al verle, eligieron treinta compa�eros para que estuvieran con �l. [12] sans�n les dijo: �os voy a proponer una adivinanza. si me dais la soluci�n dentro de los siete d�as de la fiesta y acert�is, os dar� treinta t�nicas y treinta mudas. [13] pero si no pod�is darme la soluci�n, entonces me dar�is vosotros treinta t�nicas y treinta mudas.� ellos le dijeron: �prop�n tu adivinanza, que te escuchamos.� [14] el les dijo: �del que come sali� comida, y del fuerte sali� dulzura.� a los tres d�as a�n no hab�an acertado la adivinanza. [15] al cuarto d�a dijeron a la mujer de sans�n: �convence a tu marido para que nos explique la adivinanza. si no, te quemaremos a ti y a la casa de tu padre. �o es que nos hab�is invitado para robarnos?� [16] la mujer de sans�n se puso a llorar sobre �l, y dijo: �t� me odias y no me amas. has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo y a m� no me la has explicado.� el le respondi�: �ni a mi padre ni a mi madre se la he explicado �y te la voy a explicar a ti?� [17] ella estuvo llorando encima de �l los siete d�as que dur� la fiesta. por fin el s�ptimo d�a se la explic�, porque lo ten�a asediado y ella explic� la adivinanza a los hijos de su pueblo.

[18] el s�ptimo d�a, antes que entrara en la alcoba, la gente de la ciudad dijo a sans�n: ��qu� hay m�s dulce que la miel, y qu� m�s fuerte que el le�n?� el les repondi�: �si no hubierais arado con mi novilla, no habr�ais acertado mi adivinanza.� [19] luego el esp�ritu de yahveh le invadi�, baj� a ascal�n y mat� all� a treinta hombres, tom� sus despojos y entreg� las mudas a los acertantes de la adivinanza; luego, encendido en c�lera, subi� a la casa de su padre. [20] la mujer de sans�n pas� a ser de un compa�ero suyo, el que hab�a sido su amigo de confianza. jueces cap.15 [1] alg�n tiempo despu�s, por los d�as de la siega del trigo, fue sans�n a visitar a su mujer llevando un cabrito y dijo: �quiero llegarme a mi mujer, en la alcoba.� pero el padre de ella no le dej� entrar. [2] y le dijo: �yo pens� que ya no la quer�as y se la di a tu compa�ero. �no vale m�s su hermana menor? sea tuya en lugar de la otra.� [3] sans�n les replic�: �esta vez no tengo culpa con los con los filisteos si les hago da�o.� [4] se fue sans�n, y caz� trescientas zorras; cogi� unas teas y, juntando a los animales cola con cola, puso una tea en medio entre las dos colas. [5] prendi� fuego a las teas y luego, soltando las zorras por las mieses de los filisteos, incendi� las gavillas y el trigo todav�a en pie y hasta las vi�as y olivares. [6] los filisteos preguntaron: ��qui�n ha hecho esto?� y les respondieron: �sans�n, el yerno del timnita, porque �ste tom� a su mujer y se la dio a su compa�ero.� entonces los filisteos subieron y quemaron a aquella mujer y la casa de su padre. [7] sans�n les dijo: �ya que os port�is as� no he de parar hasta vengarme de vosotros.� [8] y les midi� las costillas caus�ndoles un gran estrago. despu�s baj� a la gruta de la roca de etam y se qued� all�. [9] los filisteos subieron a acampar en jud� e hicieron una incursi�n por lej�. [10] y les dijeron los hombres de jud�: ��por qu� hab�is subido contra nosotros?� respondieron: �hemos subido para amarrar a sans�n, para hacer con �l lo que �l ha hecho con nosotros.� [11] 3.000 hombres de jud� bajaron a la gruta de la roca de etam y dijeron a sans�n: ��no sabes que los filisteos nos est�n dominando? �qu� nos has hecho?� el les repondi�: �como me trataron a m�, les he tratado yo a ellos.� [12] ellos le dijeron: �hemos bajado para amarrarte y entregarte en manos de los filisteos.� sans�n les dijo: �juradme que no me vais a matar vosotros mismos.� [13] le respondieron: �no; s�lo queremos amarrarte y entregarte, no te mataremos.� lo amarraron, pues, con dos cordeles nuevos y lo sacaron de entre las rocas. [14] cuando llegaba a lej� y los filisteos corr�an a su encuentro, con gritos de triunfo, el esp�ritu de yahveh vino sobre �l: los cordeles que sujetaban sus brazos fueron como hilos de lino que se queman al fuego y las ligaduras se deshicieron entre sus manos. [15] encontr� una quijada de asno todav�a fresca, alarg� la mano, la cogi� y mat� con ella a mil hombres. [16] sans�n dijo entonces: �con quijada de asno los amonton�. con quijada de asno, a mil hombres sacud�.� [17] cuando termin� de hablar, tir� la quijada: por eso se llam� aquel lugar ramat lej�. [18] entonces sinti� una sed terrible e invoc� a yahveh diciendo: �t� has logrado esta gran victoria por mano de tu siervo y ahora �voy a morir de sed y a caer en manos de los incircuncisos?� [19] entonces dios hendi� la cavidad que hay en lej� y brot� agua de ella. sans�n

bebi�, recobr� su esp�ritu y se reanim�. Por eso se dio el nombre de en haccor� a la fuente que existe todav�a hoy en lej�. [20] sans�n fue juez en israel en la �poca de los filisteos por espacio de veinte a�os. jueces cap.16 [1] de all� Sans�n se dirigi� a gaza, vio all� una meretriz y entr� donde ella. [2] se dio aviso a los hombres de gaza: �ha venido sans�n.� ellos le rodearon y le estuvieron acechando a la puerta de la ciudad. estuvieron quietos toda la noche pensando: �esperemos hasta que despunte el d�a y lo mataremos.� [3] sans�n estuvo durmiendo hasta media noche; y a media noche se levant�, cogi� las hojas de la puerta de la ciudad con sus dos jambas, las arranc� junto con la barra, se las carg� a la espalda, y las subi� hasta la cumbre del monte que est� frente a hebr�n. [4] despu�s de esto, se enamor� de una mujer de la vaguada de soreq, que se llamaba dalila. [5] los tiranos de los filisteos subieron donde ella y le dijeron: �sons�cale y ent�rate de d�nde le viene esa fuerza tan enorme, y c�mo podr�amos dominarlo para amarrarlo y tenerlo sujeto. nosotros te daremos cada uno 1.100 siclos de plata.� [6] dalila dijo a sans�n: �dime, por favor, �de d�nde te viene esa fuerza tan grande y con qu� habr�a que atarte para tenerte sujeto?� [7] sans�n le respondi�: �si me amarraran con siete cuerdas de arco todav�a frescas, sin dejarlas secar, me debilitar�a y ser�a como un hombre cualquiera.� [8] los tiranos de los filisteos llevaron a dalila siete cuerdas de arco frescas, sin secar a�n, y lo amarr� con ellas. [9] ten�a ella hombres apostados en la alcoba y le grit�: �los filisteos contra ti, sans�n�. el rompi� las cuerdas de arco como se rompe el hilo de estopa en cuanto siente el fuego. as� no se descubri� el secreto de la fuerza. [10] entonces dalila dijo a sans�n: �te has re�do de m� y me has dicho mentiras; dime pues, por favor, con qu� habr�a que atarte.� [11] el le respondi�: �si me amarraran bien con cordeles nuevos sin usar, me debilitar�a y ser�a como un hombre cualquiera.� [12] dalila cogi� unos cordeles nuevos, lo amarr� con ellos y le grit�: �los filisteos contra ti, sans�n.� ten�a ella hombres apostados en la alcoba, pero �l rompi� los cordeles de sus brazos como un hilo. [13] entonces dalila dijo a sans�n: �hasta ahora te has estado burlando de mi y no me has dicho m�s que mentiras. dime con qu� habr�a de amarrarte.� el le respondi�: �si tejieras las siete trenzas de mi cabellera con la trama y las clavaras con la clavija del tejedor, me debilitar�a y ser�a como un hombre cualquiera.� [14] ella le hizo dormir, teji� luego las siete trenzas de su cabellera con la trama, las clav� con la clavija y le grit�: �los filisteos contra ti, sans�n.� el se despert� de su sue�o y arranc� la trama y la clavija. as� no se descubri� el secreto de su fuerza. [15] dalila le dijo: ��c�mo puedes decir: "te amo ", si tu coraz�n no est� conmigo? tres veces te has re�do ya de m� y no me has dicho en qu� consiste esa fuerza tan grande.� [16] como todos los d�as le asediaba con sus palabras y le importunaba, aburrido de la vida, [17] le abri� todo su coraz�n y le dijo: �la navaja no ha pasado jam�s por mi cabeza, porque soy nazir de dios desde el vientre de mi madre. si me rasuraran, mi fuerza se retirar�a de m�, me debilitar�a y ser�a como un hombre cualquiera.� [18] dalila comprendi� entonces que le hab�a abierto todo su coraz�n, mand� llamar a los tiranos de los filisteos y les dijo: �venid esta vez, pues me ha abierto todo su coraz�n.� y los tiranos de los filisteos vinieron donde ella con el dinero en la mano. [19] ella hizo dormir a sans�n sobre sus rodillas y llam� a un hombre que le

cort� las siete trenzas de su cabeza. entonces ella comenz� a humillarlo, y se retir� de �l su vigor. [20] ella grit�: �los filisteos contra ti, sans�n.� el se despert� de su sue�o y se dijo: �saldr� como las otras veces y me desembarazar�.� no sab�a que yahveh se hab�a apartado de �l. [21] los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos, y lo bajaron a gaza. all� lo ataron con una doble cadena de bronce y daba vueltas a la muela en la c�rcel. [22] pero el pelo de su cabeza, nada m�s rapado, empez� a crecer. [23] los tiranos de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios dag�n y hacer gran fiesta. dec�an: �nuestro dios ha puesto en nuestras manos a sans�n nuestro enemigo.� [24] en cuanto lo vio la gente, alababa a su dios diciendo: �nuestro dios ha puesto en nuestras manos a sans�n nuestro enemigo, al que devastaba nuestro pa�s y multiplicaba nuestras v�ctimas.� [25] y como su coraz�n estaba alegre, dijeron: �llamad a sans�n para que nos divierta.� trajeron, pues, a sans�n de la c�rcel, y �l les estuvo divirtiendo; luego lo pusieron de pie entre las columnas. [26] sans�n dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano: �ponme donde pueda tocar las columnas en las que descansa la casa para que me apoye en ellas.� [27] la casa estaba llena de hombres y mujeres. estaban dentro todos los tiranos de los filisteos y, en el terrado, unos 3.000 hombres y mujeres comtemplando los juegos de sans�n. [28] sans�n invoc� a yahveh y exclam�: �se�or yahveh, d�gnate acordarte de m�, hazme fuerte nada m�s que esta vez, oh dios, para que de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos.� [29] y sans�n palp� las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa, se apoy� contra ellas, en una con su brazo derecho, en la otra con el izquierdo, [30] y grit�: ��muera yo con los filisteos!� apret� con todas sus fuerzas y la casa se derrumb� sobre los tiranos y sobre toda la gente all� reunida. los muertos que mat� al morir fueron m�s que los que hab�a matado en vida. [31] sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron y se lo llevaron. lo subieron y sepultaron entre sor� y estaol, en el sepulcro de su padre man�aj. hab�a juzgado a israel por espacio de veinte a�os. jueces cap.17 [1] hab�a en la monta�a de efra�m un hombre llamado miqueas. [2] dijo a su madre: �los 1.100 siclos de plata que te quitaron y por los que lanzaste una maldici�n, incluso o� que dijiste... esa plata la tengo yo; yo la rob�.� su madre respondi�: �que mi hijo sea bendito de yahveh�. [3] y �l le devolvi� los 1.100 siclos de plata. y su madre dijo: �yo consagr� solemne y espont�neamente, por mi hijo, esta plata a yahveh, para hacer con ella una imagen y un �dolo de fundici�n, pero ahora te la devuelvo.� y �l devolvi� la plata a su madre. [4] su madre tom� doscientos siclos de plata y los entreg� al fundidor. este le hizo una imagen (y un �dolo de metal fundido) que qued� en casa de miqueas. [5] este hombre, mik�, ten�a una casa de dios; hizo un efod y unos terafim e invisti� a uno de sus hijos que vino a ser su sacerdote. [6] en aquel tiempo no hab�a rey en israel y hac�a cada uno lo que le parec�a bien. [7] hab�a un joven de bel�n de jud�, de la familia de jud�, que era levita y resid�a all� como forastero. [8] este hombre dej� la ciudad de bel�n de jud� para ir a residir donde pudiera. haciendo su camino lleg� a la monta�a de efra�m, a la casa de mik�. [9] mik� le pregunt�: ��de d�nde vienes?� le respondi�: �soy un levita de bel�n de jud�. vengo de paso para residir donde pueda.� [10] mik� le dijo: �qu�date en mi casa, y ser�s para m� un padre y un sacerdote;

yo te dar� diez siclos de plata al a�o, el vestido y la comida.� [11] el levita accedi� a quedarse en casa de aquel hombre y el joven fue para �l como uno de sus hijos. [12] mik� invisti� al levita; el joven fue su sacerdote y se qued� en casa de mik�. [13] y dijo mik�: �ahora s� que yahveh me favorecer�, porque tengo a este levita como sacerdote.� jueces cap.18 [1] por aquel tiempo no hab�a rey en israel. por entonces la tribu de dan buscaba un territorio donde habitar, pues hasta aquel d�a no le hab�a tocado heredad entre las tribus de israel. [2] los danitas enviaron a cinco hombres de su familia, hombres valientes de sor� y estaol, para recorrer el pa�s y explorarlo. y les dijeron: �id a explorar esa tierra.� llegaron a la monta�a de efra�m cerca de la casa de mik�, y pasaron all� la noche. [3] como estaban cerca de la casa de mik�, reconocieron la voz del joven levita, y lleg�ndose all� le dijeron: ��qui�n te ha tra�do por ac�?, �qu� haces en este lugar? �qu� se te ha perdido aqu�?� [4] el les respondi�: �esto y esto ha hecho por m� Mik�. me ha tomado a sueldo y soy su sacerdote.� [5] le dijeron: �consulta, pues, a dios, para que sepamos si el viaje que estamos haciendo tendr� feliz t�rmino.� [6] les respondi� el sacerdote: �id en paz; el viaje que hac�is est� bajo la mirada de yahveh.� [7] los cinco hombres partieron y llegaron a lais. vieron que las gentes que habitaban all� viv�an seguras, seg�n las costumbres de los sidonios, tranquilas y confiadas; que nada faltaba all� de cuanto produce la tierra, que estaban lejos de los sidonios y no ten�an relaciones con los arameos. [8] volvieron entonces donde sus hermanos, a sor� y estaol, y �stos les preguntaron: ��qu� noticias tra�is?� [9] ellos repondieron: ��arriba!, vayamos contra ellos, porque hemos visto el pa�s y es excelente. pero �por qu� est�is parados sin decir nada? no dud�is en partir para ir a conquistar aquella tierra. [10] cuando llegu�is, os encontrar�is con un pueblo tranquilo. el pa�s es espacioso: dios lo ha puesto en nuestras manos; es un lugar en el que no falta nada de lo que puede haber sobre la tierra.� [11] partieron, pues, de all�, del clan de los danitas, de sor� y estaol, seiscientos hombres bien armados. [12] subieron y acamparon en quiryat yearim, en jud�. por eso, todav�a hoy, se llama aquel lugar el campamento de dan. est� detr�s de quiryat yearim. [13] de all� pasaron a la monta�a de efra�m y llegaron a la casa de mik�. [14] los cinco hombres que hab�an ido a recorrer la tierra, tomaron la palabra y dijeron a sus hermanos: ��no sab�is que hay aqu� en estas casas un efod, unos terafim, una imagen y un �dolo de metal fundido? considerad, pues, lo que hab�is de hacer.� [15] lleg�ndose all� entraron en la casa del joven levita, la casa de mik�, y le dieron el saludo de paz. [16] los seiscientos hombres danitas con sus armas de guerra estaban en el umbral de la puerta. [17] los cinco hombres que hab�an ido a recorrer la tierra subieron, entraron dentro y cogieron la imagen, el efod, los terafim y el �dolo de fundici�n; entre tanto el sacerdote estaba en el umbral de la puerta con los seiscientos hombres armados. [18] aqu�llos, pues, entrando en la casa de mik�, cogieron la imagen, el efod, los terafim y el �dolo de fundici�n. el sacerdote les dijo: ��qu� est�is haciendo?�

[19] �calla -le contestaron- pon la mano en la boca y ven con nosotros. ser�s para nosotros padre y sacerdote. �prefieres ser sacerdote de la casa de un particular a ser sacerdote de una tribu y de un clan de israel?� [20] se alegr� con ello el coraz�n del sacerdote, tom� el efod, los terafim y la imagen y se fue en medio de la tropa. [21] reemprendieron el camino colocando en la cabeza a las mujeres, los mi�os, los reba�os y los objetos preciosos. [22] estaban ya lejos de la casa de mik�, cuando los hombres de las casas vecinas a la casa de mik� dieron la alarma y salieron en persecuci�n de los danitas, [23] y les gritaron. se volvieron �stos y dijeron a mik�: ��qu� te pasa para gritar as�?� [24] respondi�: �me hab�is quitado a mi dios, el que yo me hab�a hecho, y a mi sacerdote. vosotros os march�is, y a m� �qu� me queda? y encima me dec�s: �qu� te pasa?� [25] los danitas le contestaron: �calla de una vez, no sea que algunos irritados caigan sobre vosotros y pierdas tu vida y la de tu casa.� [26] los danitas siguieron su camino; y mik�, viendo que eran m�s fuertes, se volvi� a su casa. [27] ellos tomaron el dios que mik� hab�a fabricado y el sacerdote que ten�a, y marcharon contra lais, pueblo tranquilo y confiado. pasaron a cuchillo a la poblaci�n e incendiaron la ciudad. [28] nadie vino en su ayuda, porque estaba lejos de sid�n y no ten�a relaciones con los arameos. estaba situada en el valle que se extiende hacia bet rejob. reconstruyeron la ciudad, se establecieron en ella, [29] y le pusieron el nombre de dan, en recuerdo de su padre dan, hijo de israel. aunque antiguamente la ciudad se llamaba lais. [30] los danitas erigieron para s� la imagen. jonat�n, hijo de guers�n, hijo de mois�s, y despu�s sus hijos, fueron sacerdotes de la tribu de dan hasta el d�a de la deportaci�n del pa�s. [31] se erigieron la imagen que hab�a hecho mik� y all� permaneci� mientras estuvo en silo la casa de dios. jueces cap.19 [1] en aquel tiempo, cuando a�n no hab�a rey en israel, hubo un hombre, levita, que resid�a como forastero en los confines de la monta�a de efra�m. tom� por concubina a una mujer de bel�n de jud�. [2] se enfad� con �l su concubina y lo dej� para volver a la casa de su padre en bel�n de jud�, donde permanici� bastante tiempo, unos cuatro meses. [3] su marido se puso en camino y fue donde ella, para hablarle al coraz�n y hacerla volver; llevaba consigo a su criado y un par de asnos. cuando lleg� a casa del padre de ella, le vio el padre de la joven y sali� contento a su encuentro. [4] su suegro, el padre de la joven, lo retuvo y �l se qued� con �l tres d�as; comieron y bebieron y pasaron all� la noche. [5] al cuarto d�a se levantaron de madrugada y el levita se dispuso a partir; el padre de la joven dijo a su yerno: �toma un bocado de pan para cobrar �nimo, y luego marchar�s.� [6] se sentaron, y se pusieron a comer y beber los dos juntos. luego el padre de la joven dijo al hombre: �dec�dete, pasa aqu� la noche y que se alegre tu coraz�n.� [7] se levant� el hombre para marchar, pero el suegro le porfi� y se qued� aquella noche. [8] al quinto d�a madrug� para marchar, pero el padre de la joven le dijo: �cobra �nimo primero, por favor.� y pasaron el tiempo hasta declinar el d�a y comieron juntos. [9] se levantaron para marchar el marido con su concubina y su siervo, pero su suegro, el padre de la joven, le dijo: �mira que la tarde est� al caer. pasa aqu� la noche y que se alegre tu coraz�n. ma�ana de madrugada marchar�is y volver�s a

tu tienda.� [10] pero el hombre no quiso pasar la noche all�; se levant�, parti� y lleg� frente a jeb�s, o sea, jerusal�n. llevaba consigo los dos asnos cargados, su concubina y su criado. [11] cuando llegaban cerca de jeb�s, era ya hora muy avanzada. el criado dijo a su amo: �vamos, dejemos el camino y entremos en esa ciudad de los jebuseos para pasar all� la noche.� [12] su amo le respondi�: �no vamos a entrar en una ciudad de extranjeros, que no son israelitas; pasaremos de largo hasta guibe�.� [13] y a�adi� a su criado: �vamos a acercarnos a uno de esos poblados; pasaremos la noche en guibe� o ram�.� [14] pasaron, pues, de largo y continuaron su marcha. y a la puesta del sol, llegaron frente a guibe� de benjam�n. [15] se desviaron hacia all� y fueron a pasar la noche en guibe�. el levita entr� y se sent� en la plaza de la ciudad, pero no hubo nadie que les ofreciera casa donde pasar la noche. [16] lleg� un viejo que volv�a por la tarde de sus faenas del campo. era un hombre de la monta�a de efra�m que resid�a como forastero en guibe�; mientras que la gente del lugar era benjaminita. [17] alzando los ojos, se fij� en el viajero que estaba en la plaza de la ciudad, y el anciano le dijo: ��a d�nde vas y de d�nde vienes?� [18] y el otro le respondi�: �estamos de paso, venimos de bel�n de jud� y vamos hasta los confines de la monta�a de efra�m, de donde soy. fui a bel�n de jud� y ahora vuelvo a mi casa, pero nadie me ha ofrecido su casa. [19] y eso que tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y pan y vino para m�, para tu sierva y para el joven que acompa�a a tu siervo. no nos falta de nada.� [20] el viejo le dijo: �la paz sea contigo; yo proveer� a todas tus necesidades; pero no pases la noche en la plaza.� [21] le llev�, pues, a su casa y ech� pienso a los asnos. y ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron. [22] mientras alegraban su coraz�n, los hombres de la ciudad, gente malvada, cercaron la casa y golpeando la puerta le dijeron al viejo, due�o de la casa: �haz salir al hombre que ha entrado en tu casa para que lo conozcamos.� [23] el due�o de la casa sali� donde ellos y les dijo: �no, hermanos m�os; no os port�is mal. puesto que este hombre ha entrado en mi casa no comet�is esa infamia. [24] aqu� est� mi hija, que es doncella. os la entregar�. abusad de ella y haced con ella lo que os parezca; pero no comet�is con este hombre semejante infamia.� [25] pero aquellos hombres no quisieron escucharle. entonces el hombre tom� a su concubina y se la sac� fuera. ellos la conocieron, la maltrataron toda la noche hasta la ma�ana y la dejaron al amanecer. [26] lleg� la mujer de madrugada y cay� a la entrada de la casa del hombre donde estaba su marido; all� qued� hasta que fue de d�a. [27] por la ma�ana se levant� su marido, abri� las puertas de la casa y sali� para continuar su camino; y vio que la mujer, su concubina, estaba tendida a la entrada de la casa, con las manos en el umbral, [28] y le dijo: �lev�ntate, v�monos.� pero no le respondi�. Entonces el hombre la carg� sobre su asno y se puso camino de su pueblo. [29] llegado a su casa, cogi� un cuchillo y tomando a su concubina la parti� miembro por miembro en doce trozos y los envi� por todo el territorio de israel. [30] y dio esta orden a su emisarios: �esto hab�is de decir a todos los israelitas: �se ha visto alguna vez cosa semejante desde que los israelitas subieron del pa�s de egipto hasta hoy? pensad en ello, pedid consejo y tomad una decisi�n.� y todos los que lo ve�an, dec�an: �nunca ha ocurrido ni se ha visto cosa igual desde que los israelitas subieron del pa�s de egipto hasta hoy.� jueces cap.20 [1] salieron, pues, todos los israelitas y se reuni� toda la comunidad como un

solo hombre, desde dan hasta berseba y el pa�s de galaad, delante de yahveh, en misp�. [2] los principales de todo el pueblo y todas las tribus de israel acudieron a la asamblea del pueblo de dios: 400.000 hombres de a pie, armados de espada. [3] oyeron los benjaminitas que los hijos de israel hab�an subido a misp�... los israelitas dijeron: �decidnos c�mo ha sido el crimen.� jueces [4] el levita, marido de la mujer asesinada, tom� la palabra y dijo: �hab�a llegado yo con mi concubina a guibe� de benjam�n para pasar la noche. [5] los se�ores de guibe� se levantaron contra m� y rodearon por la noche la casa; intentaron matarme a m�, y abusaron tanto de mi concubina que muri�. [6] tom� entonces a mi concubina, la descuartic� y la envi� por todo el territorio de la heredad de israel, porque hab�an cometido una verg�enza y una infamia en israel. [7] aqu� est�is todos, israelitas: tratadlo y tomad aqu� mismo una resoluci�n.� [8] todo el pueblo se levant� como un solo hombre diciendo: �ninguno de nosotros marchar� a su tienda, nadie volver� a su casa. [9] esto es lo que hemos de hacer con guibe�. echaremos a suertes [10] y tomaremos de todas las tribus de israel diez hombres por cada cien, cien por cada mil, y mil por cada 10.000; ellos recoger�n v�veres para la tropa, para hacer, en cuanto lleguen, con guibe� de benjam�n seg�n la infamia que han cometido en israel.� [11] as� se junt� contra la ciudad toda la gente de israel como un solo hombre. [12] las tribus de israel enviaron emisarios a toda la tribu de benjam�n diciendo: ��qu� crimen es �se que se ha cometido entre vosotros? [13] ahora, pues, entregadnos a esos hombres malvados de guibe�, para que los matemos y desaparezca el mal de israel.� pero los benjaminitas no quisieron hacer caso a sus hermanos los israelitas. [14] los benjaminitas, dejando sus ciudades, se reunieron en guibe� para salir al combate contra los israelitas. [15] aquel d�a los benjaminitas llegados de las diversas ciudades hicieron el censo, que dio en total 25.000 hombres armados de espada, sin contar los habitantes de guibe�. [16] en toda esta tropa hab�a setecientos hombres elegidos, zurdos, capaces todos ellos de lanzar una piedra con la honda contra un cabello sin errar el tiro. [17] la gente de israel hizo tambi�n el censo. sin contar a benjam�n, eran 400.000 armados de espada; todos hombres de guerra. [18] partieron, pues, y subieron a betel. consultaron a dios y le preguntaron los israelitas: ��qui�n de nosotros subir� el primero a combatir contra los benjaminitas?� y yahveh respondi�: �jud� subir� primero.� [19] los israelitas se levantaron temprano y acamparon frente a guibe�. [20] salieron los hombres de israel para combatir contra benjam�n y se pusieron en orden de batalla frente a guibe�. [21] pero los benjaminitas salieron de guibe� y dejaron muertos en tierra aquel d�a a 22.000 hombres de israel. [22] los israelitas subieron a llorar delante de yahveh hasta la tarde y luego consultaron a yahveh diciendo: ��he de entablar combate otra vez contra los hijos de mi hermano benjam�n?� yahveh respondi�: �subid contra �l.� [23] entonces la tropa de israel recobr� su valor y volvi� a ponerse en orden de batalla en el mismo lugar que el primer d�a. [24] el segundo d�a los israelitas se acercaron a los benjaminitas; [25] pero tambi�n aquel segundo d�a benjam�n sali� de guibe� a su encuentro y volvi� a dejar tendidos en tierra a 18.000 israelitas; todos ellos armados de espada. [26] entonces todos los israelitas y todo el pueblo subieron hasta betel, lloraron, se quedaron all� delante de yahveh, ayunaron todo el d�a hasta la tarde y ofrecieron holocaustos y sacrificios de comuni�n delante de yahveh. [27] consultaron luego los israelitas a yahveh, pues el arca de la alianza de dios se encontraba all�,

[28] y pinj�s, hijo de eleazar, hijo de aar�n, estaba entonces a su servicio. dijeron: ��he de salir otra vez a combatir a los hijos de mi hermano benjam�n o debo dejarlo?� yahveh respondi�: �subid, porque ma�ana lo entregar� en vuestras manos.� [29] israel puso gente emboscada alrededor de guibe�. [30] al tercer d�a los israelitas marcharon contra los benjaminitas y se pusieron en orden de batalla como las otras veces frente a guibe�. [31] los benjaminitas salieron a su encuentro y se dejaron atraer lejos de la ciudad. comenzaron como las otras veces a matar gente del pueblo por los caminos que suben, uno a betel y otro a guibe�, a campo raso: unos treinta hombres de israel. [32] los benjaminitas se dijeron: �han sido derrotados ante nosotros como la primera vez.� pero los israelitas se hab�an dicho: �vamos a huir para atraerlos lejos de la ciudad hacia los caminos.� [33] entonces todos los hombres de israel se levantaron de sus puestos, tomaron posiciones en baal tamar, y los emboscados de israel atacaron desde su puesto al oeste de gueba. [34] 10.000 hombres elegidos de todo israel llegaron frente a guibe�. el combate se endureci�; los benjaminitas no se daban cuenta de la calamidad que se les ven�a encima. [35] yahveh derrot� a benjam�n ante israel y aquel d�a los israelitas mataron en benjam�n a 25.100 hombres, todos ellos armados de espada. [36] los benjaminitas se vieron derrotados. los hombres de israel hab�an cedido terreno a benjam�n porque contaban con la emboscada que hab�an puesto contra guibe�. [37] los emboscados marcharon a toda prisa contra guibe�, se desplegaron y pasaron a cuchillo a toda la ciudad. [38] la gente de israel y los emboscados hab�an convenido en levantar una humareda, como se�al, desde la ciudad; [39] entonces har�an frente a los combatientes de israel. benjam�n comenz� matando a algunos israelitas, unos treinta hombres. y se dec�an: �est�n completamente derrotados ante nosotros, como en la primera batalla.� [40] pero entonces, la se�al, la columna de humo, comenz� a levantarse de la ciudad, y benjam�n, mirando atr�s, vio que toda la ciudad sub�a en llamas al cielo. [41] entonces los hombres de israel hicieron frente y los benjaminitas temblaron al ver la calamidad que se les ven�a encima. [42] volvieron la espalda ante la gente de israel camino del desierto, pero los combatientes los acosaban, y los que ven�an de la ciudad los destrozaban cogi�ndolos en medio. [43] as� envolvieron a benjam�n, lo persiguieron sin descanso y lo aplastaron hasta llegar frente a gueba por el oriente. [44] cayeron de benjam�n 18.000 hombres, todos ellos hombres valerosos. [45] volvieron la espalda y huyeron al desierto, hacia la pe�a de rimm�n. los israelitas fueron atrapando por los caminos a 5.000 hombres. luego persiguieron a benjam�n hasta guidom y le mataron 2.000 hombres. [46] el tota de los benjaminitas que cayeron aquel d�a fue de 25.000 hombres, armados de espada, todos ellos hombres valerosos. [47] seiscientos hombres hab�an podido volverse y escapar al desierto, hacia la pe�a de rimm�n. se quedaron en la pe�a de rimm�n cuatro meses. [48] las tropas de israel se volvieron contra los benjaminitas, y pasaron a cuchillo a los varones de la ciudad, al ganado, y a todo lo que encontraron. incendiaron tambi�n todas las ciudades que encontraron. jueces cap.21 [1] los hombres de israel hab�an jurado en misp�: �ninguno de nosotros dar� su hija en matrimonio a benjam�n.�

[2] el pueblo fue a betel y all� permaneci� delante de dios hasta la tarde clamando y llorando con grandes gemidos. [3] dec�an: �yahveh, dios de israel, �por qu� ha de suceder esto en israel, que desaparezca hoy de israel una de sus tribus?� [4] al d�a siguiente el pueblo se levant� de madrugada, construy� all� un altar, y ofreci� holocaustos y sacrificios de comuni�n. [5] dijeron los israelitas: ��qui�n de entre todas las tribus de israel no acudi� a la asamblea ante yahveh?� porque se hab�a jurado solemnemente que el que no subiera a misp� ante yahveh ten�a que morir. [6] los israelitas estaban apenados por su hermano benjam�n y dec�an: �hoy ha sido arrancada una tribu de israel. [7] �qu� haremos para proporcionar mujeres a los que quedan? pues nosotros hemos jurado por yahveh no darles nuestras hijas en matrimonio.� [8] entonces se dijeron: ��cu�l es la �nica tribu de israel que no subi� ante yahveh a misp�?� y vieron que nadie de yab�s de galaad hab�a ido al campamento, a la asamblea. [9] hicieron el censo del pueblo y no hab�a ninguno de los habitantes de yab�s de galaad. [10] entonces la comunidad mand� all� 12.000 hombres de los valientes y les dio esta orden: �id y pasad a cuchillo a los habitantes de yab�s de galaad, incluidos las mujeres y los ni�os. [11] esto es lo que hab�is de hacer: consagrar�is al anatema a todo var�n y a toda mujer que haya conocido var�n, pero dejar�is con vida a las doncellas.� as� lo hicieron. [12] entre los habitantes de yab�s de galaad encontraron cuatrocientas muchachas v�rgenes que no hab�an conocido var�n y las llevaron al campamento (de silo, que est� en el pa�s de cana�n). [13] toda la comunidad mand� emisarios a los benjaminitas que estaban en la pe�a de rimm�n para hacer las paces. [14] volvi� entonces benjam�n. les dieron las mujeres de yab�s de galaad que hab�an quedado con vida, pero no hubo suficientes para todos. [15] el pueblo se compadeci� de benjam�n, pues yahveh hab�a abierto una brecha entre las tribus de israel. [16] dec�an los ancianos de la comunidad: ��qu� podemos hacer para proporcionar mujeres a los que quedan, pues las mujeres de benjam�n han sido exterminadas?� [17] y a�ad�an: ��c�mo conservar un resto a benjam�n para que no sea borrada una tribu de israel? [18] porque nosotros no podemos darles nuestras hijas en matrimonio.� es que los israelitas hab�an pronunciado este juramento: �maldito sea el que d� mujer a benjam�n.� [19] pero se dijeron: �es ahora la fiesta de yahveh, la que se celebra todos los a�os en silo.� (la ciudad est� al norte de betel, al oriente de la calzada que sube de betel a siquem y al sur de lebon�.) [20] dieron esta orden a los benjaminitas: �id a poner una emboscada entre las vi�as. [21] estar�is alerta, y cuando las muchachas de silo salgan para danzar en corro, saldr�is de las vi�as y raptar�is cada uno una mujer de entre las muchachas de silo y os ir�is a la tierra de benjam�n. [22] si sus padres o sus hermanos vienen a querellarse contra vosotros, les diremos: "hacednos el favor de perdonarles, pues no hemos podido tomar cada uno una mujer en el combate; porque no sois vosotros los que se las hab�is dado, porque entonces ser�ais culpables.� [23] as� lo hicieron los benjaminitas y se llevaron tantas mujeres cuantos eran ellos de entre las danzarinas que raptaron; luego se fueron, volvieron a su heredad, reedificaron las ciudades y se establecieron en ellas. [24] los israelitas se marcharon entonces de all� cada uno a su tribu y a su clan y partieron de all� cada uno a su heredad. [25] por aquel tiempo no hab�a rey en israel y cada uno hac�a lo que le parec�a

bien. ruth cap.1 [1] en los d�as en que juzgaban los jueces hubo hambre en el pa�s, y un hombre de bel�n de jud� se fue a residir, con su mujer y sus dos hijos, a los campos de moab. [2] este hombre se llamaba elim�lek, su mujer noem� y sus dos hijos majl�n y kily�n; eran efrateos de bel�n de jud�. llegados a los campos de moab, se establecieron all�. [3] muri� Elim�lek, el marido de noem�, y qued� ella con sus dos hijos. [4] estos se casaron con mujeres moabitas, una de las cuales se llamaba orp� y la otra rut. y habitaron all� unos diez a�os. [5] murieron tambi�n ellos dos, majl�n y kily�n, y qued� sola noem�, sin sus dos hijos y sin marido. [6] entonces decidi� regresar de los campos de moab con sus dos nueras, porque oy� en los campos de moab que yahveh hab�a visitado a su pueblo y le daba pan. [7] sali�, pues, con sus nueras, del pa�s donde hab�a vivido y se pusieron en camino, para volver a la tierra de jud�. [8] noem� dijo a sus dos nueras: �andad, volveos cada una a casa de vuestra madre. que yahveh tenga piedad con vosotras como vosotras la hab�is tenido con los que murieron y conmigo. [9] que yahveh os conceda encontrar vida apacible en la casa de un marido.� y las bes�. Pero ellas rompieron a llorar, [10] y dijeron: �no; contigo volveremos a tu pueblo.� [11] noem� respondi�: �volveos, hijas m�as, �por qu� vais a venir conmigo? �acaso tengo yo a�n hijos en mi seno que puedan ser maridos vuestros? [12] volveos, hijas m�as, andad, porque yo soy demasiado vieja para casarme otra vez. y aun cuando dijera que no he perdido toda esperanza, que esta misma noche voy a tener un marido y que tendr� hijos [13] �habr�ais de esperar hasta que fueran mayores? �dejar�ais por eso de casaros? no, hijas m�as, yo tengo gran pena por vosotros, porque la mano de yahveh ha ca�do sobre m�.� [14] ellas rompieron a llorar de nuevo; despu�s orp� bes� a su suegra y se volvi� a su pueblo, pero rut se qued� junto a ella. [15] entonces noem� dijo: �mira, tu cu�ada se ha vuelto a su pueblo y a su dios, vu�lvete t� tambi�n con ella.� [16] pero rut respondi�: �no insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde t� vayas, yo ir�, donde habites, habitar�. tu pueblo ser� mi pueblo y tu dios ser� mi dios. [17] donde t� mueras morir� y all� ser� enterrada. que yahveh me d� este mal y a�ada este otro todav�a si no es tan s�lo la muerte lo que nos ha de separar.� [18] viendo noem� que rut estaba decidida a acompa�arla, no insisti� m�s. [19] caminaron, pues, las dos juntas hasta bel�n. cuando llegaron a bel�n se conmovi� toda la ciudad por ellas. las mujeres exclamaban: ��no es esta noem�?� [20] mas ella respond�a: ��no me llam�is ya noem�, llamadme mar�, porque sadday me ha llenado de amargura! [21] colmada part� yo, vac�a me devuelve yahveh. �por qu� me llam�is a�n Noem�, cuando yahveh da testimonio contra m� y sadday me ha hecho desdichada?� [22] as� fue como regres� Noem�, con su nuera rut la moabita, la que vino de los campos de moab. llegaron a be1len al comienzo de la siega de la cebada. ruth cap.2 [1] ten�a noem� por parte de su marido un pariente de buena posici�n, de la familia de elim�lek, llamado booz. [2] rut la moabita dijo a noem�: �d�jame ir al campo a espigar detr�s de aqu�l a cuyos ojos halle gracia�; ella respondi�: �vete, hija m�a.�

[3] fue ella y se puso a espigar en el campo detr�s de los segadores, y quiso su suerte que fuera a dar en una parcela de booz, el de la familia de elim�lek. [4] llegaba entonces booz de bel�n y dijo a los segadores: �yahveh con vosotros.� le respondieron: �que yahveh te bendiga.� [5] pregunt� Booz al criado que estaba al frente de los segadores: ��de qui�n es esta muchacha?� [6] el criado que estaba al frente de los segadores dijo: �es la joven moabita que vino con noem� de los campos de moab. [7] ella dijo: "permitidme, por favor, espigar y recoger detr�s de los segadores." ha venido y ha permanecido en pie desde la ma�ana hasta ahora.� [8] booz dijo a rut: ��me oyes, hija m�a? no vayas a espigar a otro campo ni te alejes de aqu�; qu�date junto a mis criados. [9] f�jate en la parcela que sieguen y vete detr�s de ellos. �no he mandado a mis criados que no te molesten? si tienes sed vete a las vasijas y bebe de lo que saquen del pozo los criados.� [10] cay� ella sobre su rostro y se postr� en tierra y le dijo: ��c�mo he hallado gracia a tus ojos para que te fijes en m�, que no soy m�s que una extranjera?� [11] booz le respondi�: �me han contado al detalle todo lo que hiciste con tu suegra despu�s de la muerte de tu marido, y c�mo has dejado a tu padre y a tu madre y la tierra en que naciste, y has venido a un pueblo que no conoc�as ni ayer ni anteayer. [12] que yahveh te recompense tu obra y que tu recompensa sea colmada de parte de yahveh, dios de israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.� [13] ella dijo: �halle yo gracia a tus ojos, mi se�or, pues me has consolado y has hablado al coraz�n de tu sierva, cuando yo no soy ni siquiera como una de tus siervas.� [14] a la hora de la comida, booz le dijo: �ac�rcate aqu�, puedes comer pan y mojar tu bocado en el vinagre.� ella se sent� junto a los segadores, y �l le ofreci� un pu�ado de grano tostado. comi� ella hasta saciarse y aun le sobr�. [15] cuando se levant� ella para seguir espigando, booz orden� a sus criados: �dejadla espigar tambi�n entre las gavillas y no la molest�is. [16] sacad incluso para ella espigas de las gavillas y dejadlas caer para que las espigue, y no la ri��is.� [17] estuvo espigando en el campo hasta el atardecer y, cuando desgran� lo que hab�a espigado, hab�a como una medida de cebada. [18] ella se lo llev� y entr� en la ciudad, y su suegra vio lo que hab�a espigado. sac� lo que le hab�a sobrado despu�s de haberse saciado y se lo dio. [19] su suegra le dijo: ��d�nde has estado espigando hoy y qu� has hecho? �bendito sea el que se ha fijado en ti!� ella cont� a su suegra con qui�n hab�a estado trabajando y a�adi�: �el hombre con quien he trabajado hoy se llama booz.� [20] noem� dijo a su nuera: �bendito sea yahveh que no deja de mostrar su bondad hacia los vivos y los muertos.� le dijo noem�: �ese hombre es nuestro pariente, es uno de los que tienen derecho de rescate sobre nosotros.� [21] dijo rut a su suegra: �hasta me ha dicho: qu�date con mis criados hasta que hayan acabado toda mi cosecha.� [22] dijo noem� a rut su nuera: �es mejor que salgas con sus criados, hija m�a, as� no te molestar�n en otro campo.� [23] se qued�, pues, con los criados de booz para espigar hasta que acab� la recolecci�n de la cebada y la recolecci�n del trigo, y sigui� viviendo con su suegra. ruth cap.3 [1] noem�, su suegra, le dijo: �hija mia, �es que no debo procurarte una posici�n segura que te convenga? [2] ahora bien: �acaso no es pariente nuestro aquel booz con cuyos criados estuviste? pues mira: esta noche estar� aventando la cebada en la era. [3] l�vate, perf�mate y ponte encima el manto, y baja a la era; que no te

reconozca ese hombre antes que acabe de comer y beber. [4] cuando se acueste, mira el lugar en que se haya acostado, vas, descubres un sitio a sus pies y te acuestas; y �l mismo te indicar� lo que debes hacer.� [5] ella le dijo: �har� cuanto me has dicho.� [6] baj� a la era e hizo cuanto su suegra le hab�a mandado. [7] booz comi� y bebi� y su coraz�n se puso alegre. entonces fue a acostarse junto al mont�n de cebada. vino ella sigilosamente, descubri� un sitio a sus pies y se acost�. [8] a media noche sinti� el hombre un escalofr�o, se volvi� y not� que hab�a una mujer acostada a sus pies. [9] dijo: ��quien eres t�?�, y ella respondi�: �soy rut tu sierva. extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque tienes derecho de rescate.� [10] el dijo: �bendita seas de yahveh, hija m�a; tu �ltimo acto de piedad filial ha sido mejor que el primero, porque no has pretendido a ning�n joven, pobre o rico. [11] y ahora, hija m�a, no temas; har� por ti cuanto me digas, porque toda la gente de mi pueblo sabe que t� eres una mujer virtuosa. [12] ahora bien: es verdad que tengo derecho de rescate, pero hay un pariente m�s cercano que yo con derecho de rescate. [13] pasa aqu� esta noche, y ma�ana, si �l quiere ejercer su derecho, que lo ejerza; y si no quiere, yo te rescatar�, �vive yahveh! acu�state hasta el amanecer.� [14] se acost� ella a sus pies hasta la madrugada; se levant� �l a la hora en que todav�a un hombre no puede reconocer a otro, pues se dec�a: �que no se sepa que la mujer ha venido a la era.� [15] el dijo: �trae el manto que tienes encima y sujeta bien.� sujet� ella, y �l midi� seis medidas de cebada y se las puso a cuestas, y �l entr� en la ciudad. [16] volvi� ella donde su suegra que le dijo: ��c�mo te ha ido, hija m�a?� y le cont� cuanto el hombre hab�a hecho por ella, [17] y a�adi�: �me ha dado estas seis medidas de cebada, pues dijo: "no debes volver de vac�o donde tu suegra."� [18] noem� le dijo: �qu�date tranquila, hija m�a, hasta que sepas c�mo acaba el asunto; este hombre no parar� hasta concluirlo hoy mismo.� ruth cap.4 [1] mientras tanto booz subi� a la puerta de la ciudad y se sent� all�. acert� a pasar el pariente de que hab�a hablado booz, y le dijo: �ac�rcate y si�ntate aqu�, fulano.� y �ste fue y se sent�. [2] tom� diez de los ancianos de la ciudad y dijo: �sentaos aqu�.� y se sentaron. [3] dijo entonces al que ten�a el derecho de rescate: �noem�, que ha vuelto de los campos de moab, vende la parcela de campo de nuestro hermano elim�lek. [4] he querido hac�rtelo saber y decirte: �adqui�rela en presencia de los aqu� sentados, en presencia de los ancianos de mi pueblo. si vas a rescatar, rescata; si nos vas a rescatar, d�melo para que yo lo sepa, porque fuera de ti no hay otro que tenga derecho de rescate, pues voy yo despu�s de ti.� el dijo: �yo rescatar�.� [5] booz a�adi�: �el d�a que adquieras la parcela para ti de manos de noem� tienes que adquirir tambi�n a rut la moabita, mujer del difunto, para perpetuar el nombre del difunto en su heredad.� [6] el pariente respondi�: �as� no puedo rescatar, porque podr�a perjudicar mi herencia. usa t� mi derecho de rescate, porque yo no puedo usarlo.� [7] antes en israel, en caso de rescate o de cambio, para dar fuerza al contrato, hab�a la costumbre de quitarse uno la sandalia y d�rsela al otro. esta era la manera de testificar en israel. [8] el que ten�a el derecho de rescate dijo a booz: �adqui�rela para ti.� y se quit� la sandalia. [9] entonces dijo booz a los ancianos y a todo el pueblo: �testigos sois vosotros hoy de que adquiero todo lo de elim�lek y todo lo de kily�n y majl�n de manos de

noem� [10] y de que adquiero tambi�n a rut la moabita, la que fue mujer de kily�n, para que sea mi mujer a fin de perpetuar el nombre del difunto en su heredad y que el nombre del difunto no sea borrado entre sus hermanos y en la puerta de su localidad. vosotros sois hoy testigos.� [11] toda la gente que estaba en la puerta y los ancianos repondieron: �somos testigos. haga yahveh que la mujer que entra en tu casa sea como raquel y como l�a, las dos que edificaron la casa de israel. hazte poderoso en efrat� y s� famoso en bel�n. [12] sea tu casa como la casa de peres, el que tamar dio a jud�, gracias a la descendencia que yahveh te conceda por esta joven.� [13] booz tom� a rut, y ella fue su mujer; se uni� a ella, y yahveh hizo que concibiera, y dio a luz un ni�o. [14] las mujeres dijeron a noem�: �bendito sea yahveh que no ha permitido que te falte hoy uno que te rescate para perpetuar su nombre en israel. [15] ser� el consuelo de tu alma y el apoyo de tu ancianidad, porque lo ha dado a luz tu nuera que te quiere y es para ti mejor que siete hijos.� rut [16] tom� Noem� al ni�o y le puso en su seno y se encarg� de criarlo. [17] las vecinas le pusieron un nombre diciendo: �le ha nacido un hijo a noem� y le llamaron obed. es el padre de jes�, padre de david. [18] estos son los descendientes de peres. peres engendr� a jesr�n. [19] jesr�n engendr� a ram y ram engendr� a aminadab. [20] aminadab engendr� a najs�n y najs�n engendr� a salm�n. [21] salm�n engendr� a booz y booz engendr� a obed. [22] obed engendr� a jes� y jes� engendr� a david. 1 samuel cap.1 [1] hubo un hombre de ramat�yim, sufita de la monta�a de efra�m, que se llamaba elcan�, hijo de yeroj�n, hijo de elih�, hijo de toju, hijo de suf, efraimita. [2] ten�a dos mujeres: una se llamaba ana y la otra peninn�; peninn� ten�a hijos, pero ana no los ten�a. [3] este hombre sub�a de a�o en a�o desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a yahveh sebaot en silo, donde estaban jofn� y pinj�s, los dos hijos de el�, sacerdotes de yahveh. [4] el d�a en que elcan� sacrificaba, daba sendas porciones a su mujer peninn� y a cada uno de sus hijos e hijas, [5] pero a ana le daba solamente una porci�n, pues aunque era su preferida, yahveh hab�a cerrado su seno. [6] su rival la zaher�a y vejaba de continuo, porque yahveh la hab�a hecho est�ril. [7] as� suced�a a�o tras a�o; cuando sub�an al templo de yahveh la mortificaba. ana lloraba de continuo y no quer�a comer. [8] elcan� su marido le dec�a: �ana, �por qu� lloras y no comes? �por qu� est�s triste? �es que no soy para ti mejor que diez hijos?� [9] pero despu�s que hubieron comido en la habitaci�n, se levant� Ana y se puso ante yahveh. el sacerdote el� estaba sentado en su silla, contra la jamba de la puerta del santuario de yahveh. [10] estaba ella llena de amargura y or� a yahveh llorando sin consuelo, [11] e hizo este voto: ��oh yahveh sebaot! si te dignas mirar la aflicci�n de tu sierva y acordarte de m�, no olvidarte de tu sierva y darle un hijo var�n, yo lo entregar� a yahveh por todos los d�as de su vida y la navaja no tocar� su cabeza.� [12] como ella prolongase su oraci�n ante yahveh, el� observaba sus labios. [13] ana oraba para s�; se mov�an sus labios, pero no se o�a su voz, y el� crey� que estaba ebria, [14] y le dijo: ��hasta cu�ndo va a durar tu embriaguez? �echa el vino que llevas!� [15] pero ana le respondi�: �no, se�or; soy una mujer acongojada; no he bebido

vino ni cosa embriagante, sino que desahogo mi alma ante yahveh. [16] no juzgues a tu sierva como una mala mujer; hasta ahora s�lo por pena y pesadumbre he hablado.� [17] el� le respondi�: �vete en paz y que el dios de israel te conceda lo que le has pedido.� [18] ella dijo: �que tu sierva halle gracia a tus ojos.� se fue la mujer por su camino, comi� y no pareci� ya la misma. [19] se levantaron de ma�ana y, despu�s de haberse postrado ante yahveh, regresaron, volviendo a su casa, en ram�. elcan� se uni� a su mujer ana y yahveh se acord� de ella. [20] concibi� Ana y llegado el tiempo dio a luz un ni�o a quien llam� Samuel, �porque, dijo, se lo he pedido a yahveh�. [21] subi� el marido elcan� con toda su familia, para ofrecer a yahveh el sacrificio anual y cumplir su voto, [22] pero ana no subi�, porque dijo a su marido: �cuando el ni�o haya sido destetado, entonces le llevar�, ser� presentado a yahveh y se quedar� all� para siempre.� [23] elcan�, su marido, le respondi�: �haz lo que mejor te parezca, y qu�date hasta que lo destetes; as� Yahveh cumpla su palabra.� se qued�, pues, la mujer y amamant� a su hijo hasta su destete. [24] cuando lo hubo destetado, lo subi� consigo, llevando adem�s un novillo de tres a�os, una medida de harina y un odre de vino, e hizo entrar en la casa de yahveh, en silo, al ni�o todav�a muy peque�o. [25] inmolaron el novillo y llevaron el ni�o a el� [26] y ella dijo: �oyeme, se�or. por tu vida, se�or, yo soy la mujer que estuvo aqu� junto a ti, orando a yahveh. [27] este ni�o ped�a yo y yahveh me ha concedido la petici�n que le hice. [28] ahora yo se lo cedo a yahveh por todos los d�as de su vida; est� cedido a yahveh.� y le dej� all�, a yahveh. 1 samuel cap.2 [1] entonces ana dijo esta oraci�n: �mi coraz�n exulta en yahveh, mi cuerno se levanta en dios, mi boca se dilata contra mis enemigos, porque me he gozado en tu socorro. [2] no hay santo como yahveh, (porque nadie fuera de ti), ni roca como nuestro dios. [3] no multipliqu�is palabras altaneras. no salga de vuestra boca la arrogancia. dios de sabidur�a es yahveh, suyo es juzgar las acciones. [4] el arco de los fuertes se ha quebrado, los que tambalean se ci�en de fuerza. [5] los hartos se contratan por pan, los hambrientos dejan su trabajo. la est�ril da a luz siete veces, la de muchos hijos se marchita. [6] yahveh da muerte y vida, hace bajar al seol y retornar. [7] yahveh enriquece y despoja, abate y ensalza. [8] levanta del polvo al humilde, alza del muladar al indigente para hacerle sentar junto a los nobles, y darle en heredad trono de gloria, pues de yahveh los pilares de la tierra y sobre ellos ha sentado el universo. [9] guarda los pasos de sus fieles, y los malos perecen en tinieblas, (pues que no por la fuerza triunfa el hombre). [10] yahveh, �quebrantados sus rivales! el alt�simo truena desde el cielo. yahveh juzga los confines de la tierra, da pujanza a su rey, exalta el cuerno de su ungido.� [11] parti� Elcan� para ram�, y el ni�o se qued� para servir a yahveh a las �rdenes del sacerdote el�. [12] los hijos de el� eran unos malvados que no conoc�an a yahveh [13] ni las normas de los sacerdotes respecto del pueblo: cuando alguien ofrec�a un sacrificio, ven�a el criado del sacerdote, mientras se estaba cociendo la carne, con el tenedor de tres dientes en la mano,

[14] lo hincaba en el caldero o la olla, en la cacerola o el puchero, y todo lo que sacaba el tenedor, el sacerdote se lo quebada; y as� hac�an con todos los israelitas que iban all�, a silo. [15] incluso antes de que quemasen la grasa, ven�a el criado del sacerdote y dec�a al que sacrificaba: �dame carne para as�rsela al sacerdote, no te aceptar� carne hervida, sino solamente carne cruda.� [16] y si el hombre le dec�as: �primero se quema la grasa, y despu�s tomar�s cuanto se te antoje�, le respond�a: �no, me lo dar�s ahora o lo tomo por la fuerza.� [17] el pecado de los j�venes era muy grande ante yahveh, porque trataban con desprecio la ofrenda hecha a yahveh. [18] estaba samuel al servicio de yahveh, muchacho vestido con efod de lino. [19] le hac�a su madre un vestido peque�o que le llevaba de a�o en a�o, cuando sub�a con su marido para ofrecer el sacrificio anual. [20] bendec�a luego el� a elcan� y a su mujer diciendo: �que yahveh te conceda descendencia de esta mujer, a cambio del pr�stamo que ella ha cedido a yahveh.� y ellos se volv�an a su lugar. [21] en efecto, yahveh visit� a ana, que concibi� y dio a luz tres hijos y dos hijas; el ni�o Samuel crec�a ante yahveh. [22] el� era muy anciano; oy� todo cuanto sus hijos hac�an a todo israel, [23] y les dijo: ��por qu� os port�is de ese modo que yo mismo he o�do comentar a todo el pueblo? [24] no, hijos m�os, los rumores que oigo no son buenos... [25] si un hombre peca contra otro hombre, dios ser� el �rbitro; pero si el hombre peca contra yahveh �qui�n interceder� por �l?� pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque yahveh deseaba hacerles morir. [26] cuanto al ni�o Samuel, iba creciendo y haci�ndose grato tanto a yahveh como a los hombres. [27] vino un hombre de dios a el� y le dijo: as� ha dicho yahveh. claramente me he revelado a la casa de tu padre, cuando ellos estaban en egipto al servicio de la casa de fara�n. [28] y le eleg� entre todas las tribus de israel para ser mi sacerdote, para subir a mi altar, incensar la ofrenda y llevar el efod en mi presencia, y he concedido a la casa de tu padre parte en todos los sacrificios por el fuego de los hijos de israel. [29] �por qu� pisote�is el sacrificio y la oblaci�n que yo he ordenado y pesan tus hijos m�s que yo, ceb�ndoos con lo mejor de todas las oblaciones de mi pueblo israel? [30] por eso -palabra de yahveh, dios de israel- yo hab�a dicho que tu casa y la casa de tu padre andar�an siempre en mi presencia, pero ahora -palabra de yahvehme guardar� bien de ello. porque a los que me honran, yo les honro, pero los que me desprecian son viles. [31] he aqu� que vienen d�as en que amputar�n tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de suerte que en tu casa los hombres no lleguen a madurar. [32] t� mirar�s al lado de la morada todo el bien que yo haga a israel y nunca habr� hombres maduros en tu casa. [33] conservar� a alguno de los tuyos cabe mi altar para que sus ojos se consuman y su alma se marchite, pero la mayor parte de los tuyos perecer� por la espada de los hombres. [34] ser� para ti se�al lo que va a suceder a tus dos hijos jofn� y pinj�s: en el mismo d�a morir�n los dos. [35] yo me suscitar� un sacerdote fiel, que obre seg�n mi coraz�n y mis deseos, le edificar� una casa permanente y caminar� siempre en presencia de mi ungido. [36] el que quedare de tu casa vendr� a postrarse ante �l para conseguir alg�n dinero o una torta de pan y dir�: "dest�name, por favor, a una funci�n sacerdotal cualquiera, para que tenga un bocado de pan que comer."� 1 samuel cap.3

[1] serv�a el ni�o Samuel a yahveh a las �rdenes de el�; en aquel tiempo era rara la palabra de yahveh, y no eran corrientes las visiones. [2] cierto d�a, estaba el� acostado en su habitaci�n -sus ojos iban debilit�ndose y ya no pod�a ver[3] no estaba a�n apagada la l�mpara de dios, y samuel estaba acostado en el santuario de yahveh, donde se encontraba el arca de dios. [4] llam� Yahveh: ��samuel, samuel!� el respondi�: ��aqu� estoy!�, [5] y corri� donde el� diciendo: ��aqu� estoy, porque me has llamado.� pero el� le contest�: �yo no te he llamado; vu�lvete a acostar.� el se fue y se acost�. [6] volvi� a llamar yahveh: ��samuel!� se levant� Samuel y se fue donde el� diciendo: �aqu� estoy, porque me has llamado.� el� le respondi�: �yo no te he llamado, hijo m�o, vu�lvete a acostar.� [7] a�n no conoc�a samuel a yahveh, pues no le hab�a sido revelada la palabra de yahveh. [8] tercera vez llam� Yahveh a samuel y �l se levant� y se fue donde el� diciendo: �aqu� estoy, porque me has llamado.� comprendi� entonces el� que era yahveh quien llamaba al ni�o, [9] y dijo a samuel: �vete y acu�state, y si te llaman, dir�s: habla, yahveh, que tu siervo escucha.� samuel se fue y se acost� en su sitio. [10] vino yahveh, se par� y llam� como las veces anteriores �samuel, samuel!� respondi� Samuel: ��habla, que tu siervo escucha.� [11] dijo yahveh a samuel: �voy a ejecutar una cosa tal en israel, que a todo el que la oiga le zumbar�n los o�dos. [12] ese d�a cumplir� contra el� todo cuanto he dicho contra su casa, desde el principio hasta el fin. [13] t� le anunciar�s que yo condeno su casa para siempre, porque sab�a que sus hijos vilipendiaban a dios y no los ha corregido. [14] por esto juro a la casa de el� que ni sacrificio ni oblaci�n expiar�n jam�s la iniquidad de la casa de el�.� [15] samuel sigui� acostado hasta la ma�ana y despu�s abri� las puertas de la casa de yahveh. samuel tem�a contar la visi�n a el�, [16] pero el� le llam� y le dijo: �samuel, hijo m�o�; �l respondi�: �aqu� estoy.� [17] el pregunt�: ��qu� es lo que te ha dicho? �no me ocultes nada! que dios te haga esto y a�ada esto otro si me ocultas una palabra de lo que te ha dicho.� [18] entonces samuel se lo manifest� todo, sin ocultarle nada; el� dijo: �el es yahveh. que haga lo que bien le parezca.� [19] samuel crec�a, yahveh estaba con �l y no dej� caer en tierra ninguna de sus palabras. [20] todo israel, desde dan hasta berseba, supo que samuel estaba acreditado como profeta de yahveh. [21] yahveh continu� manifest�ndose en silo, porque en silo se revelaba a samuel la palabra de yahveh. 1 samuel cap.4 [1] y la palabra de samuel llegaba a todo israel. el� era muy anciano, mientras que sus hijos persist�an en su malvada conducta respecto de yahveh. ocurri� en aquel tiempo que los filisteos se reunieron para combatir a israel, y los israelitas salieron a su encuentro para el combate. acamparon cerca de eben ha�zer, mientras que los filisteos hab�an acampado en afeq. [2] se pusieron los filisteos en orden de batalla contra israel; se libr� un gran combate y fue batido israel por los filisteos, muriendo en las filas, en campo abierto, cerca de 4.000 hombres. [3] volvi� el ej�rcito al campamento, y los ancianos de israel dijeron: ��por qu� nos ha derrotado hoy yahveh delante de los filisteos? vamos a buscar en silo el arca de nuestro dios; que venga en medio de nosotros y que nos salve del poder de nuestros enemigos.�

[4] el pueblo envi� a silo y sacaron de all� el arca de yahveh sebaot que est� sobre los querubines; acompa�aron al arca jofn� y pinj�s, los dos hijos de el�. [5] cuando el arca de yahveh lleg� al campamento, todos los israelitas lanzaron un gran clamor que hizo retumbar las tierras. [6] los filisteos oyeron el estruendo del clamoreo y dijeron: ��qu� significa este gran clamor en el campamento de los hebreos?� y se enteraron de que el arca de yahveh hab�a llegado al campamento. [7] temieron entonces los filisteos, porque se dec�an: �dios ha venido al campamento.� y exclamaron: ��ay de nosotros! nunca hab�a sucedido tal cosa. [8] �ay de nosotros! �qui�n nos librar� de la mano de estos dioses poderosos? �estos son los dioses que castigaron a egipto con toda clase de plagas en el desierto! [9] �cobrad �nimo y sed hombres, filisteos, para no tener que servir a los hebreos como ellos os han servido a vosotros; sed hombres y pelead!� [10] trabaron batalla los filisteos. israel fue batido y cada cual huy� a sus tiendas; la mortandad fue muy grande, cayendo de israel 30.000 infantes. [11] el arca de dios fue capturada y murieron jofn� y pinj�s, los dos hijos de el�. [12] un hombre de benjam�n sali� corriendo del campo de batalla y lleg� a silo aquel mismo d�a, con los vestidos rotos y la cabeza cubierta de polvo. [13] cuando lleg�, estaba el� en su asiento, a la puerta, atento al camino, porque su coraz�n temblaba por el arca de dios. vino, pues, este hombre a traer la noticia a la ciudad, y toda la ciudad comenz� a gritar. [14] oy� El� los gritos y pregunt�: ��qu� tumulto es �ste?� diose prisa el hombre y se lo anunci� a el�. [15] contaba �ste 98 a�os, ten�a las pupilas inm�viles y no pod�a ver. [16] el hombre dijo a el�: �vengo del campo de batalla, he huido hoy del campo.� el� pregunt�: �qu� ha pasado, hijo m�o?� [17] el mensajero respondi�: �israel ha huido ante los filisteos. adem�s el ej�rcito ha sufrido una gran derrota, tambi�n han muerto tus dos hijos y hasta el arca de dios ha sido capturada.� [18] a la menci�n del arca de dios, cay� El� de su asiento, hacia atr�s, en medio de la puerta, se rompi� la nuca y muri�, pues era anciano y estaba ya torpe. hab�a sido juez en israel durante cuarenta a�os. [19] su nuera, la mujer de pinj�s, estaba encinta y para dar a luz. cuando oy� la noticia de que el arca de dios hab�a sido capturada y la muerte de su suegro y su marido, se encogi� y dio a luz, pues la hab�an acometido sus dolores. [20] estando a la muerte, las que la asist�an le dijeron: �animo, que es un ni�o lo que has dado a luz�, pero ella no respondi� ni prest� atenci�n. [21] llam� al ni�o Ikabod, diciendo: �la gloria ha sido desterrada de israel�, aludiendo a la captura del arca de dios, a su suegro y a su marido. [22] y dijo: �la gloria ha sido desterrada de israel, porque el arca de dios ha sido capturada.� 1 samuel cap.5 [1] los filisteos, por su parte, tomaron el arca de dios y la llevaron de eben ha�zer a asdod. [2] tomaron los filisteos el arca de dios, la introdujeron en el templo de dag�n y la colocaron al lado de dag�n. [3] a la ma�ana siguiente vinieron los asdodeos al templo de dag�n y he aqu� que dag�n estaba ca�do de bruces en tierra, delante del arca de yahveh. levantaron a dag�n y le volvieron a su sitio. [4] pero a la ma�ana siguiente temprano, dag�n estaba ca�do de bruces en tierra, delante del arca de yahveh y la cabeza de dag�n y sus dos manos estaban rotas en el umbral; s�lo quedaba el tronco de dag�n. [5] por eso los sacerdotes de dag�n y todos los que entran en el templo de dag�n no pisan el umbral de dag�n en asdod hasta el d�a de hoy.

[6] la mano de yahveh cay� pesadamente sobre los asdodeos hiri�ndolos con tumores, a asdod y su comarca. [7] cuando los vecinos de asdod vieron lo que suced�a, dijeron: �que no se quede entre nosotros el arca del dios de israel, porque su mano se ha endurecido contra nosotros y contra nuestro dios dag�n.� [8] hicieron, pues, convocar junto a ellos a todos los tiranos de los filisteos y dijeron: ��qu� debemos hacer con el arca del dios de israel?� decidieron: �el arca del dios de israel se trasladar� a gat.� y trasladaron all� el arca del dios de israel. [9] pero as� que la trasladaron, la mano de yahveh cay� sobre la ciudad provocando gran terror; los varones de la ciudad, desde el m�s peque�o hasta el mayor, fueron castigados, sali�ndoles tumores. [10] enviaron entonces el arca de dios a ecr�n, exclamaron los ecronitas: han encaminado hacia m� el arca del dios de israel para hacerme perecer con mi pueblo.� [11] hicieron convocar a todos los tiranos de los filisteos y dijeron: �devolved el arca del dios de israel; que vuelva a su sitio y no me haga morir a m� y a mi pueblo.� pues hab�a un terror mortal en toda la ciudad, porque descarg� all� duramente la mano de dios. [12] los que no murieron fueron atacados de tumores y los alaridos de angustia de la ciudad subieron hasta el cielo. 1 samuel cap.6 [1] siete meses estuvo el arca de yahveh en territorio filisteo. [2] llamaron los filisteos a los sacerdotes y adivinos y preguntaron: ��qu� debemos hacer con el arca de yahveh? hacednos saber c�mo la hemos de enviar a su sitio.� [3] ellos respondieron: �si quer�is devolver el arca del dios de israel, no la devolv�is de vac�o, ofrecedle una reparaci�n y entonces sanar�is y sabr�is por qu� no se ha apartado su mano de vosotros.� [4] preguntaron ellos: ��qu� reparaci�n hemos de ofrecer?� y respondieron: �conforme al n�mero de los tiranos de los filisteos, cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, porque el mismo castigo sufr�s vosotros que vuestros tiranos. [5] haced im�genes de vuestros tumores y de vuestras ratas que devastan el pa�s y dad gloria al dios de israel. acaso aligere su mano de sobre vosotros, vuestros dioses y vuestra tierra. [6] �por qu� hab�is de endurecer vuestros corazones como endurecieron su coraz�n los egipcios y fara�n? �no los tuvieron que dejar partir despu�s que dios los hubo maltratado? [7] ahora, pues tomad y preparad una carreta nueva y dos vacas que est�n criando y que no hayan llevado yugo; uncir�is las vacas a la carreta y har�is volver sus becerros al establo. [8] tomar�is el arca de yahveh y la pondr�is sobre la carreta. cuanto a los objetos de oro que le hab�is ofrecido como reparaci�n, los meter�is en un cofre a su lado, y la dejar�is marchar. [9] y fijaos: si toma el camino de su pa�s, hacia bet semes, es �l el que nos ha causado esta gran calamidad; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado y que todo esto nos ha sucedido por casualidad.� [10] as� lo hicieron aquellos hombres: tomaron dos vacas que estaban criando y las uncieron a la carreta, pero retuvieron las cr�as en el establo. [11] colocaron sobre la carreta el arca de yahveh y el cofre con las ratas de oro y las im�genes de sus tumores. [12] tomaron las vacas en derechura por el camino de bet semes y mantuvieron la misma ruta; caminaban mugiendo, sin desviar ni a derecha ni a izquierda. los tiranos de los filisteos las siguieron hasta los confines de bet semes. [13] estaban los de bet semes segando el trigo en el valle, y alzando la vista vieron el arca y fueron gozosos a su encuentro.

[14] al llegar la carreta al campo de josu� de bet semes, se detuvo; hab�a all� una gran piedra. astillaron la madera de la carreta y ofrecieron las vacas en holocausto a yahveh. [15] los levitas bajaron el arca de yahveh y el cofre que estaba a su lado y que conten�a los objetos de oro, y lo depositaron todo sobre la gran piedra. los de bet semes ofrecieron aquel d�a holocaustos e hicieron sacrificios a yahveh. [16] cuando los cinco tiranos filisteos lo vieron, se tornaron a ecr�n el mismo d�a. [17] estos son los tumores de oro que los filisteos ofrecieron en reparaci�n a yahveh: uno por asdod, uno por gaza, uno por ascal�n, uno por gat, uno por ecr�n. [18] y ratas de oro, tantas cuantas son las ciudades de los filisteos, las de los cinco tiranos, desde las ciudades fortificadas hasta las aldeas abiertas. testigo, la gran piedra sobre la que se coloc� el arca de yahveh y que est� en el campo de josu� de bet semes, hasta el d�a de hoy. [19] de entre los habitantes de bet semes, los hijos de jecon�as no se alegraron cuando vieron el arca de yahveh y castigo yahveh a setenta de sus hombres. el pueblo hizo duelo porque yahveh los hab�a castigado duramente. [20] dijeron entonces las gentes de bet semes: ��qui�n podr� resistir delante de yahveh, el dios santo? �a qui�n subir�, alej�ndose de nosotros? [21] enviaron mensajeros a los habitantes de quiryat yearim para decirles: �los filisteos han devuelto el arca de yahveh. bajad y subidla con vosotros.� 1 samuel cap.7 [1] vinieron las gentes de quiryat yearim y subieron el arca de yahveh. la llevaron a la casa de abinadab, en la loma, y consagraron a su hijo eleazar para que custodiase el arca de yahveh. [2] pasaron muchos d�as -veinte a�os- desde el d�a en que el arca se instal� en quiryat yearim, y toda la casa de israel suspir� por yahveh. [3] entonces samuel habl� as� a toda la casa de israel: �si os volv�is a yahveh con todo vuestro coraz�n, quitad de en medio de vosotros los dioses extranjeros y las astart�s, fijad vuestro coraz�n en yahveh y servidle a �l solo y entonces �l os librar� de la mano de los filisteos.� [4] los israelitas quitaron los baales y las astart�s y sirvieron s�lo a yahveh. [5] samuel dijo: �congregad a todo israel en misp� y yo suplicar� a yahveh por vosotros.� [6] se congregaron, pues, en misp�, sacaron agua, que derramaron ante yahveh, ayunaron aquel d�a y dijeron: �hemos pecado contra yahveh.� samuel juzg� a los israelitas en misp�. [7] cuando los filisteos supieron que los israelitas se hab�an reunido en misp�, subieron los tiranos de los filisteos contra israel. habi�ndolo o�do los israelitas, temieron a los filisteos [8] y dijeron los israelitas a samuel: �no dejes de invocar a yahveh nuestro dios, para que �l nos salve de la mano de los filisteos.� [9] tom� Samuel un cordero lechal y lo ofreci� entero en holocausto a yahveh, invoc� a yahveh en favor de israel y yahveh le escuch�. [10] estaba samuel ofreciendo el holocausto, cuando los filisteos presentaron batalla a israel, pero tron� Yahveh aquel d�a con gran estruendo sobre los filisteos, los llen� de terror y fueron batidos ante israel. [11] los hombres de israel salieron de misp� y persiguieron a los filisteos desbarat�ndolos hasta m�s abajo de bet kar. [12] tom� entonces samuel una piedra y la erigi� entre misp� y yesan� y le dio el nombre de eben ha�zer, diciendo: �hasta aqu� nos ha socorrido yahveh.� [13] los filisteos fueron humillados. no volvieron m�s sobre el territorio de israel y la mano de yahveh pes� sobre los filisteos durante toda la vida de samuel. [14] las ciudades que los filisteos hab�an tomado a los israelitas fueron devueltas a israel, desde ecr�n hasta gat, liberando israel su territorio del

dominio de los filisteos. y hubo paz entre israel y los amorreos. [15] samuel juzg� a israel todos los d�as de su vida. [16] hac�a cada a�o un recorrido por betel, guilgal, misp�, juzgando a israel en todos estos lugares. [17] despu�s se volv�a a ram� porque all� ten�a su casa, y juzgaba a israel. y edific� all� un altar a yahveh. 1 samuel cap.8 [1] cuando samuel se hizo viejo, puso a sus hijos como jueces en israel. [2] su primog�nito se llamaba joel y el otro, ab�as; juzgaban en israel en berseba. [3] pero sus hijos no siguieron su camino: fueron atra�dos por el lucro, aceptaron regalos y torcieron el derecho. [4] se reunieron, pues, todos los ancianos de israel y se fueron donde samuel a ram�, [5] y le dijeron: �mira, t� te has hecho viejo y tus hijos no siguen tu camino. pues bien, ponnos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones.� [6] disgust� a samuel que dijeran: �danos un rey para que nos juzgue� e invoc� a yahveh. . [7] pero yahveh dijo a samuel: �haz caso a todo lo que el pueblo te dice. porque no te han rechazado a ti, me han rechazado a m�, para que no reine sobre ellos. [8] todo lo que ellos me han hecho desde el d�a que los saqu� de egipto hasta hoy, abandon�ndome y sirviendo a otros dioses, te han hecho tambi�n a ti. [9] escucha, sin embargo, su petici�n. pero les advertir�s claramente y les ense�ar�s el fuero del rey que va a reinar sobre ellos.� [10] samuel repiti� todas estas palabras de yahveh al pueblo que le ped�a un rey, [11] diciendo: �he aqu� el fuero del rey que va a reinar sobre vosotros. tomar� vuestros hijos y los destinar� a sus carros y a sus caballos y tendr�n que correr delante de su carro. [12] los emplear� como jefes de mil y jefes de cincuenta; les har� labrar sus campos, segar su cosecha, fabricar sus armas de guerra y los arreos de sus carros. [13] tomara vuestras hijas para perfumistas, cocineras y panaderas. [14] tomar� vuestros campos, vuestras vi�as y vuestros mejores olivares y se los dar� a sus servidores. [15] tomar� el diezmo de vuestros cultivos y vuestras vi�as para d�rselo a sus eunucos y a sus servidores. [16] tomar� vuestros criados y criadas, y vuestros mejores bueyes y asnos y les har� trabajar para �l. [17] sacar� el diezmo de vuestros reba�os y vosotros mismos ser�is sus esclavos. [18] ese d�a os lamentar�is a causa del rey que os hab�is elegido, pero entonces yahveh no os responder�.� [19] el pueblo no quiso eschuchar a samuel y dijo: ��no! tendremos un rey [20] y nosotros seremos tambi�n como los dem�s pueblos: nuestro rey nos juzgar�, ir� al frente de nosotros y combatir� nuestros combates.� [21] oy� Samuel todas las palabras del pueblo y las repiti� a los o�dos de yahveh. [22] pero yahveh dijo a samuel: �hazles caso y ponles un rey.� samuel dijo entonces a todos los hombres de israel: �volved cada uno a vuestra ciudad.� 1 samuel cap.9 [1] hab�a un hombre de benjam�n, llamado quis, hijo de abiel, hijo de seror, hijo de bekorat, hijo de afiaj. era un benjaminita y hombre bien situado. [2] ten�a un hijo llamado sa�l, joven aventajado y apuesto. nadie entre los israelitas le superaba en gallard�a; de los hombros arriba aventajaba a todos. [3] se hab�an extraviado unas asnas pertenecientes a su padre quis. dijo quis a su hijo sa�l: �toma contigo uno de los criados y vete a buscar las asnas.�

[4] atravesaron la monta�a de efra�m y cruzaron el territorio de salis� sin encontrar nada; crusaron el pa�s de saalim, pero no estaban all�, atravesaron el pa�s de benjam�n sin encontrar nada. [5] cuando llegaron a la comarca de suf, dijo sa�l a su criado que le acompa�aba: �vamos a volvernos, no sea que mi padre olvidando las asnas se inquiete por nosotros.� [6] pero �l respondi�: �cabalmente hay en esta ciudad un hombre de dios. es hombre acreditado: todo lo que dice se cumple con seguridad. vamos, pues, all� y acaso nos oriente acerca del viaje que hemos emprendido.� [7] sa�l dijo a su criado: �vamos a ir, pero �qu� ofreceremos a ese hombre? no queda pan en nuestros zurrones y no tenemos ning�n regalo que llevar al hombre de dios. �qu� le podemos dar?� [8] replic� el criado y dijo a sa�l: �es el caso que tengo en mi poder un cuarto de siclo de plata; se lo dar� al hombre de dios y nos orientar� sobre nuestro viaje.� [9] antes, en israel, cuando alguien iba a consultar a dios, dec�a: �vayamos al vidente,� porque en vez de �profeta� como hoy, antes se dec�a �vidente�. [10] sa�l dijo a su criado: �tienes raz�n; vamos, pues.� y se fueron a la ciudad donde se encontraba el hombre de dios. [11] cuando sub�an por la cuesta de la ciudad, encontraron a unas muchachas que sal�an a sacar agua y les preguntaron: ��est� aqu� el vidente?� [12] ellas les respondieron con estas palabras: �s�, ah� delante est� el vidente. cabalmente acaba de llegar ahora a la ciudad, porque hay hoy un sacrificio por el pueblo en el alto. [13] en cuanto entr�is en la ciudad, le encontrar�is antes de que suba al alto para la comida. el pueblo no comer� antes que �l llegue, porque es �l quien ha de bendecir el sacrificio; y a continuaci�n comer�n los invitados. subid ahora y al momento le encontrar�is.� [14] subieron, pues, a la ciudad. entraban ellos por la puerta, cuando samuel sal�a en direcci�n a ellos para subir al alto. [15] ahora bien, la v�spera de la venida de sa�l hab�a hecho yahveh est� revelaci�n a samuel: [16] �ma�ana, a esta misma hora, te enviar� un hombre de la tierra de benjam�n, le ungir�s como jefe de mi pueblo israel y �l librar� a mi pueblo de la mano de los filisteos, porque he visto la aflicci�n de mi pueblo y su clamor ha llegado hasta m�.� [17] y cuando samuel vio a sa�l, Yahveh le indic�: �este es el hombre del que te he hablado. el regir� a mi pueblo.� [18] sa�l se acerc� a samuel en medio de la puerta, y le dijo: �ind�came, por favor, d�nde est� la casa del vidente.� [19] samuel respondi� a sa�l: Yo soy el vidente; sube delante de m� al alto y comer�is hoy conmigo. ma�ana por la ma�ana te despedir� y te descubrir� todo lo que hay en tu coraz�n. [20] no te preocupes por las asnas que perdiste hace tres d�as, porque ya han aparecido. por lo dem�s, �para qui�n es lo mejor de israel? �no es para ti y para la casa de tu padre?� [21] sa�l respondi�: �no soy yo de benjam�n, la menor de las tribus de israel? �no es mi familia la m�s peque�a de todas las de la tribu de benjam�n? �c�mo me dices estas cosas?� [22] tom� Samuel a sa�l y a su criado y los hizo entrar en la sala, y les dio un asiento a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta. [23] despu�s dijo samuel al cocinero: �sirve la porc�on que te entregu�, la que te dije que pusieras aparte.� [24] tom� el cocinero la pierna y el rabo poni�ndolos delante de sa�l. Y dijo: �aqu� tienes, ante ti, lo que se guard�. Come...� aquel d�a sa�l comi� con samuel. [25] bajaron del alto a la ciudad. se extendi� una estera para sa�l en el terrado, [26] y se acost�. Cuando apunt� el alba, llam� Samuel a sa�l en el terrado y le

dijo: �lev�ntate, que voy a despedirte.� se levant� Sa�l y salieron ambos afuera, samuel y sa�l. [27] hab�an bajabo hasta las afueras de la ciudad, cuando samuel dijo a sa�l: �manda a tu criado que se adelante, y t� qu�date ahora para que te de a conocer la palabra de dios.� 1 samuel cap.10 [1] tom� Samuel el cuerno de aceite y lo derram� sobre la cabeza de sa�l, y despu�s le bes� diciendo: ��no es yahveh quien te ha ungido como jefe de su pueblo israel? t� regir�s al pueblo de yahveh y le librar�s de la mano de los enemigos que le rodean. y �sta ser� para ti la se�al de que yahveh te ha ungido como caudillo de su heredad. [2] en cuanto te separes hoy de m�, encontrar�s dos hombres junto a la tumba de raquel, sobre la frontera de benjam�n... y ellos te dir�n: "las asnas que has ido a buscar ya han aparecido. ahora tu padre ha olvidado el asunto de las asnas y est� preocupado por vosotros, diciendo: �qu� debo hacer por mi hijo?" [3] pasando m�s all�, y en llegando a la encina del tabor, encontrar�s tres hombres que suben hacia dios, a betel, uno llevar� tres cabritos, otro llevar� tres tortas de pan, y el tercero llevar� un odre de vino. [4] te saludar�n y te dar�n dos panes, que t� tomar�s de su mano. [5] llegar�s despu�s a guibe� de dios (donde se encuentra el gobernador de los filisteos) y a la entrada de la ciudad tropezar�s con un grupo de profetas que bajan del alto, precedidos del a�afil, el adufe, la flauta y la c�tara, en trance prof�tico. [6] te invadir� entonces el esp�ritu de yahveh, entrar�s en trance con ellos y quedar�s cambiado en otro hombre. [7] cuando se te hayan cumplido estas se�ales, haz lo que te viniere a mano, porque dios est� contigo. [8] bajar�s delante de m� a guilgal, y yo me reunir� all� contigo para ofrecer holocaustos y sacrificios de comuni�n. esperar�s siete d�as a que yo vaya a tu encuentro y te dir� lo que debes hacer.� [9] apenas volvi� las espaldas para dejar a samuel, le cambi� Dios el coraz�n y todas las se�ales se realizaron aquel mismo d�a. [10] desde all� fueron a guibe�, y he aqu� que ven�a frente a �l un grupo de profetas; le invadi� el esp�ritu de dios y se puso en trance en medio de ellos. [11] los que le conoc�an de toda la vida le vieron profetizando con los profetas, y todos los del pueblo se dec�an entre s�: ��qu� le ha pasado al hijo de quis? �conque tambi�n sa�l anda entre los profetas?� [12] replic� uno de all�: �y �qui�n es su padre?� y as� pas� a proverbio: ��conque tambi�n sa�l entre los profetas?�. [13] y cuando sali� del trance se fue a casa. [14] el t�o de sa�l le dijo a �l y a su criado: ��a d�nde hab�is ido?� contest�: �a buscar las asnas. y como no vimos nada, acudimos a samuel.� [15] dijo el t�o de sa�l: Vamos, cu�ntame qu� os ha dicho samuel.� [16] sa�l dijo a su t�o: �sencillamente, nos avis� que las asnas hab�an aparecido.� pero no le dijo ni palabra de lo que le hab�a dicho samuel acerca del reino. [17] samuel convoc� al pueblo en misp� junto a yahveh. [18] y dijo a los israelitas: as� ha dicho yahveh, el dios de israel: yo hice subir a israel de egipto y os libr� de los egipcios y de todos los reinos que os ten�an oprimidos. [19] pero vosotros ahora hab�is rechazado a vuestro dios, a aquel mismo que os salv� de todos vuestros males y aprietos, y le hab�is dicho: "no: t� ponnos un rey." ahora, pues, compareced delante de yahveh distribuidos por tribus y familias.� [20] samuel hizo acercarse a todas las tribus de israel y fue designada la tribu de benjam�n.

[21] hizo que se acercara la tribu de benjam�n por familias y fue designada la familia de matr�, y luego mand� acercarse a la familia de matr� por inviduos y qued� finalmente sa�l, hijo de quis, y le buscaron, pero no le encontraron. [22] entonces volvieron a interrogar a yahveh: ��ha venido �se?� dijo yahveh: �aqu� le ten�is escondido entre la impedimenta.� [23] corrieron y lo sacaron de all� y, puesto en medio del pueblo, les llevaba a todos la cabeza. [24] dijo samuel a todo el pueblo: ��veis al que ha elegido yahveh? no hay como �l en todo el pueblo.� y todo el pueblo grit�: ��viva el rey!�. [25] samuel dict� al pueblo el fuero real y lo puso por escrito, deposit�ndolo delante de yahveh, y despidi� Samuel a cada cual a su casa. [26] tambi�n sa�l se fue a su casa, a guibe�; le acompa�aron algunos valientes a quienes dios toc� el coraz�n. [27] pero algunos malvados dijeron: �qu� nos va a salvar �se!� y le despreciaron y no le llevaron regalos. cosa de un mes m�s tarde, 1 samuel cap.11 [1] subi� Naj�s el ammonita, y acamp� contra yab�s de galaad. y todos los de yab�s dijeron a naj�s. �ponnos condiciones y te serviremos.� [2] dijo naj�s el ammonita: �estas son mis condiciones: saltar a todos el ojo derecho y quedar� en rid�culo todo israel.� [3] y los ancianos de yab�s le dijeron: �danos una tregua de siete d�as y mandaremos mensajeros por todo el territorio de israel y, si no hay quien nos socorra, entonces nos rendiremos a ti.� [4] llegaron los mensajeros a guibe� de sa�l, y dijeron estas palabras a o�dos del pueblo, y todo el pueblo llor� a voces. [5] he aqu� que ven�a sa�l del campo detr�s de los bueyes y dijo: ��qu� tiene el pueblo que esta llorando?�, y le contaron las palabras de los de yab�s. [6] invadi� a sa�l el esp�ritu de dios en oyendo estas palabras, y se irrit� sobremanera. [7] y tomando una yunta de bueyes los despedaz� y los reparti� por todo el territorio de israel por medio de mensajeros, diciendo: �as� se har� con los bueyes del que no salga detr�s de sa�l.� y el temor de yahveh cay� sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre. [8] les pas� revista en b�zeq, y eran los israelitas 300.000 y los de jud� 30.000. [9] dijeron a los mensajeros que hab�an venido: �as� dir�is a los de yab�s de galaad: ma�ana, cuando el sol apriete , ser�is liberados.� fueron los mensajeros y lo anunciaron a los de yab�s, que se alegraron. [10] y dijeron los de yab�s a naj�s: �ma�ana salimos a vosotros y hac�is con nosotros lo que mejor os parezca.� [11] a la ma�ana siguiente dispuso sa�l a sus hombres en tres columnas que irrumpieron en el campamento durante la guardia de la madrugada, y batieron a los ammonitas hasta que apret� el sol. y los dem�s huyeron no quedando dos juntos. [12] el pueblo dijo a samuel: ��qui�n andaba preguntando si sa�l iba a reinar sobre nosotros? dadnos esos hombres y los haremos morir.� [13] pero sa�l dijo: �que no muera nadie en este d�a, porque yahveh ha realizado hoy una liberaci�n en israel.� [14] samuel dijo al pueblo: �vamos todos a guilgal e inauguraremos all� la monarqu�a.� [15] fue todo el pueblo a guilgal, y all� en guilgal, proclamaron rey a sa�l delante de yahveh, ofreciendo all� sacrificios de communi�n delante de yahveh; y sa�l y todos los israelitas se alegraron en extremo. 1 samuel cap.12 [1] samuel dijo a todo israel: �ya veis que os he atendido en todo lo que me

hab�is pedido y he puesto un rey sobre vosotros. [2] en adelante, el rey marchara delante de vosotros. cuanto a m�, he envejecido y encanecido, y mis hijos entre vosotros est�n. he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta hoy. [3] aqu� me ten�is. atestiguad contra m� delante de yahveh y delante de su ungido. �de qui�n he tomado yo el buey o de qui�n he tomado el asno? �a qui�n he atropellado u oprimido? �qui�n me ha sobornado para que cerrara los ojos? yo os lo restituir�.� [4] respondieron: �no nos has atropellado ni oprimido, y nada has recibido de nadie.� [5] el les dijo: �yahveh es testigo contra vosotros, y su ungido es testigo hoy de que vosotros no hab�is encontrado nada en mis manos.� respondieron: �es testigo.� [6] dijo entonces samuel al pueblo: �testigo es aquel yahveh que suscit� a mois�s y aar�n y que hizo subir a vuestros padres del pa�s de egipto. [7] presentaos ahora para que yo pleitee con vosotros ante yahveh y para recordaros todos los beneficios que yahveh ha llevado a cabo en favor vuestro y de vuestros padres. [8] cuando jacob entr� en egipto, los egipcios los oprimieron y vuestros padres clamaron a yahveh. entonces yahveh envi� a mois�s y aar�n que sacaron a vuestros padres de egipto y los puso en este lugar. [9] pero ellos olvidaron a yahveh su dios, y �l los entreg� en manos de s�sara, jefe del ej�rcito de jasor, en manos de los filisteos y del rey de moab, que combatieron contra ellos. [10] clamaron a yahveh diciendo: "hemos pecado, porque hemos abandonado a yahveh y servido a los baales y a las astart�s. pero ahora, l�branos de las manos de nuestros enemigos y te serviremos." [11] envi� entonces yahveh a yerubbaal, a baraq, a jeft� y a samuel, os ha librado de los enemigos que os rodeaban y hab�is vivido en seguridad. [12] pero, en cuanto hab�is visto que naj�s, rey de los ammonitas, ven�a contra vosotros, me hab�is dicho: "�no! que reine un rey sobre nosotros," siendo as� que vuestro rey es yahveh, dios vuestro. [13] aqu� ten�is ahora al rey que os hab�is elegido. yahveh ha establecido un rey sobre vosotros. [14] si tem�is a yahveh y le serv�s, si escuch�is su voz y no os rebel�is contra las �rdenes de yahveh; si vosotros y el rey que reine sobre vosotros segu�s a yahveh vuestro dios, est� bien. [15] pero si no escuch�is la voz de yahveh, si os rebel�is contra las �rdenes de yahveh, entonces la mano de yahveh pesar� sobre vosotros y sobre vuestro rey. [16] una vez m�s, quedaos para ver este gran prodigio que yahveh realiza a vuestros ojos. [17] �no es ahora la cosecha del trigo? pues bien, voy a invocar a yahveh para que haga tronar y llover. reconoced y ved el gran mal que hab�is hecho a los ojos de yahveh, a pedir un rey para vosotros.� [18] invoc� Samuel a yahveh, que hizo tronar y llover aquel mismo d�a, y todo el pueblo cobr� mucho temor a yahveh y a samuel. [19] dijo todo el pueblo a samuel: �suplica a yahveh tu dios en favor de tus siervos, para que no muramos; hemos colmado nuestros pecados pidiendo en rey para nosotros.� [20] pero samuel dijo al pueblo: �no tem�is. cierto que hab�is hecho esta maldad. pero ahora, no os alej�is de yahveh y servidle con todo vuestro coraz�n, [21] y no os apart�is en pos de los que no son nada, que no sirven ni salvan porque no son nada. [22] pues yahveh no rechazar� a su pueblo por el honor de su gran nombre, porque yahveh se ha dignado hacer de vosotros su pueblo. [23] por mi parte, lejos de m� pecar contra yahveh dejando de suplicar por vosotros y de ense�aros el camino bueno y recto. [24] s�lo a yahveh temer�is y le servir�is fielmente, con todo vuestro coraz�n,

porque hab�is visto esta cosa grandiosa que ha realizado en medio de vosotros. [25] pero si os port�is mal, perecer�is, vosotros y vuestro rey.� 1 samuel cap.13 [1] ... [2] se eligi� Sa�l 3.000 hombres de israel; hab�a 2.000 con sa�l en mikm�s y en las monta�as de betel, y mil con jonat�n en gueba de benjam�n, y el resto del pueblo lo devolvi� a sus tiendas. [3] jonat�n mat� al gobernador de los filisteos que se hallaba en guibe�, y supieron los filisteos que los hebreos se habian rebelado. sa�l hizo sonar el cuerno por toda la tierra, [4] y todo israel oy� la noticia: �sa�l ha matado al gobernador de los filisteos. israel se ha hecho odioso a los filisteos.� y se reuni� el pueblo tras sa�l en guilgal. [5] se concentraron los filisteos para combatir a israel: 3.000 carros, 6.000 caballos y un ej�rcito tan numeroso como la arena de la orilla del mar; y acamparon en mikm�s, al este de bet av�n. [6] cuando los hombres de israel se vieron en peligro, porque se les apretaba de cerca, se escondi� la gente en las cavernas, los agujeros, las hendiduras de las pe�as, los subterr�neos y las cisternas. [7] algunos hebreos pasaron tambi�n el jord�n al pa�s de gad y galaad. sa�l estaba todav�a en guilgal y todo el pueblo temblaba junto a �l. [8] esper� siete d�as conforme al plazo que samuel hab�a fijado, pero samuel no lleg� a guilgal y el ej�rcito se desband�, abandonando a sa�l. [9] entonces sa�l dijo: �acercadme el holocausto y los sacrificios de comuni�n�, y ofreci� el holocausto. [10] acababa �l de ofrecer el holocausto, cuando lleg� Samuel, y sa�l le sali� al encuentro para saludarle. [11] samuel dijo: ��qu� has hecho?� y sa�l respondi�: �como vi que el ej�rcito me abandonaba y se desbandaba, que, por otro lado, t� no ven�as en el plazo fijado, y que los filisteos estaban ya concentrados en mikm�s, [12] me dije: ahora los filisteos van a bajar contra m� a guilgal y no he apaciguado a yahveh. entonces me he visto forzado a ofrecer el holocausto.� [13] samuel dijo a sa�l: �te has portado como un necio. si hubieras cumplido la orden que yahveh tu dios te ha dado, entonces yahveh hubiera afianzado tu reino para siempre sobre israel. [14] pero ahora tu reino no se mantendr�. yahveh se ha buscado un hombre seg�n su coraz�n, al que ha designado caudillo de su pueblo, porque t� no has cumplido lo que yahveh te hab�a ordenado.� [15] se levant� Samuel y parti� de guilgal para seguir su camino. los que quedaban del pueblo subieron tras sa�l al encuentro de los hombres de guerra, y vino de guilgal a gueba de benjam�n. sa�l pas� revista a las tropas que ten�a con �l: hab�a unos seiscientos hombres. [16] sa�l, su hijo jonat�n y las tropas que estaban con ellos, se hallaban situados en gueba de benjam�n, mientras que los filisteos acampaban en mikm�s. [17] la fuerza de choque sali� del campo filisteo en tres columnas: una columna tom� la direcci�n de ofr�, en la comarca de sual; [18] otra tom� la direcci�n de bet jor�n y la tercera tom� la direcci�n del alto que domina el valle de los sebo�m, hacia el desierto. [19] no hab�a herreros en todo el territorio de israel, porque los filisteos se dec�an: �que no hagan los hebreos espadas ni lanzas.� [20] as� todos los israelitas ten�an que bajar a los filisteos para vaciar cada cual su reja, su hacha, su azuela o su aguijada. [21] el precio era dos tercios de siclo por aguzar las azuelas y enderezar la aguijada. [22] y as� ocurri� que el d�a de la batalla nadie, en toda la tropa que estaba con sa�l y jonat�n, ten�a en la mano espada ni lanza. las hab�a s�lo para sa�l y

para su hijo jonat�n. [23] una avanzadilla de filisteos parti� hacia el paso de mikm�s. 1 samuel cap.14 [1] un d�a, jonat�n, hijo de sa�l, dijo a su escudero: �ven, vamos a cruzar hasta la avanzadilla de los filisteos que est�n en este paso�, pero nada dijo a su padre. [2] sa�l estaba situado en el l�mite de gueba, bajo el granado que est� cerca de la era, y las gentes que estaban con �l eran como unos seiscientos hombres. [3] aj�as, hijo de ajitub, hermano de ikabod, hijo de pinj�s, hijo de el�, sacerdote de yahveh en silo, llevaba el efod. la tropa no advirti� que jonat�n se hab�a marchado. [4] en el paso que jonat�n intentaba franquear para llegar a la avanzadilla de los filisteos, hay un picacho por un lado y un picacho por el otro. uno se llama boses y el otro senn�; [5] el primer picacho est� al norte, frente a mikm�s, el segundo al sur, frente a gueba. [6] jonat�n dijo a su escudero: �ven, crucemos hasta la avanzadilla de esos incircuncisos. acaso yahveh haga algo por nosotros, porque nada impide a yahveh dar la victoria con pocos o con muchos.� [7] su escudero respondi�: �haz todo lo que tu coraz�n te dicte. por mi parte estoy contigo, a tu voluntad.� [8] jonat�n dijo: �vamos a pasar hacia esa gente y nos haremos ver de ellos. [9] si nos dicen: "�alto ah�! hasta que lleguemos a vosotros", nos quedaremos en el sitio y no subiremos a ellos. [10] pero si nos dicen: "subid hacia nosotros," subiremos, porque yahveh los ha entregado en nuestras manos; esto nos servir� de se�al.� [11] cuando se dejaron ver de la avanzadilla de los filisteos, �stos dijeron: �mirad los hebreos que salen de los escondrijos donde se hab�an metido.� [12] y la gente de la avanzadilla, dirigi�ndose a jonat�n y a su escudero, dijeron: �subid hacia nosotros, que os vamos a ense�ar algo.� entonces jonat�n dijo a su escudero: �sube detr�s de m�, pues yahveh los ha entregado en manos de israel.� [13] subi� Jonat�n ayud�ndose de pies y manos, y su escudero le segu�a. ca�an los filisteos ante jonat�n y detr�s de �l su escudero los iba rematando. [14] este primer estrago que hicieron jonat�n y su escudero fue de una veintena de hombres... [15] cundi� el terror en el campo y en el campamento y en la gente toda; la avanzadilla y los cuerpos de descubierta fueron presa del espanto, la tierra tembl� y hubo un terror de dios. [16] los escuchas de sa�l que estaban en gueba de benjam�n vieron que el campamento se agitaba de un lado para otro, [17] y sa�l dijo a las tropas que estaban con �l: �pasad revista y ved qui�n se ha marchado de los nuestros.� se pas� revista y vieron que faltaban jonat�n y su escudero. [18] entonces sa�l dijo a aj�as: �trae el efod�, porque este era el que llevaba el efod en presencia de israel. [19] pero mientras sa�l hablaba al sacerdote, el tumulto del campamento filisteo iba creciendo y sa�l dijo al sacerdote: �retira tu mano.� [20] sa�l y toda la tropa que estaba con �l se reunieron y llegaron al campo de batalla, y he aqu� que la espada de cada uno se volv�a contra el otro, �un enorme desconcierto! [21] los hebreos que de antes estaban al servicio de los filisteos y que hab�an subido con ellos al campamento, tambi�n desertaron y se pasaron a los israelitas que estaban con sa�l y jonat�n. [22] todos los israelitas que se hab�an escondido en la monta�a de efra�m, al saber que los filisteos hu�an, los persiguieron hostig�ndolos.

[23] aquel d�a yahveh dio la victoria a israel. el combate se extendi� m�s all� de bet jor�n. [24] los hombres de israel estaban en gran apuro aquel d�a y sa�l pronunci� una imprecaci�n sobre el pueblo: �maldito el hombre que coma algo antes del anochecer, antes que me haya vengado de mis enemigos.� y nadie del pueblo prob� bocado. [25] hab�a, pues, un panal de miel por el suelo, [26] y el pueblo lleg� al panal cuando la miel estaba destilando, pero nadie se llev� la mano a su boca, porque el pueblo tem�a la imprecaci�n. [27] jonat�n no hab�a o�do la imprecaci�n que su padre hab�a pronunciado sobre el pueblo y alarg� la punta de la vara que ten�a en la mano, la meti� en el panal y despu�s llev� la mano a su boca y le brillaron los ojos. [28] uno del pueblo le habl� diciendo: �tu padre ha pronunciado solemnemente esta imprecaci�n sobre el pueblo; ha dicho "maldito el hombre que coma hoy algo."� [29] jonat�n respondi�: �mi padre ha causado un trastorno al pa�s. ved c�mo tengo los ojos m�s brillantes por haber tomado este poco de miel. [30] pues si la tropa hubiese comido hoy del bot�n tomado al enemigo �no hubiera sido mayor el estrago de los filisteos?� [31] aquel d�a fueron batidos los filisteos desde mikm�s hasta ayyal�n y la gente qued� extenuada. [32] la tropa se arroj� sobre el bot�n y tomando ganado menor, bueyes y terneros, los immol� sobre el suelo y lo comieron con la sangre. [33] avisaron a sa�l: �el pueblo est� pecando contra yahveh comiendo la sangre.� el entonces dijo: �hab�is sido infieles. rodadme hasta aqu� una piedra grande.� [34] luego dijo: �repart�os entre el pueblo y decidles: que cada uno traiga su buey o su carnero; los immolar�is aqu� y comer�is, sin pecar contra yahveh por comerlo con sangre.� todos los hombres llevaron cada cual lo que ten�a aquella noche y lo immolaron all�. [35] alz� Sa�l un altar a yahveh; este fue el primer altar que edific�. [36] sa�l dijo: �bajemos durante la noche en persecuci�n de los filisteos y saque�moslos hasta el amanecer; no dejaremos ni un solo hombre.� le respondieron: �haz lo que mejor te parezca.� pero el sacerdote dijo: �acerqu�monos aqu� a dios.� [37] consult� Sa�l a dios: ��bajar� en persecuci�n de los filisteos? �los entregar�s en manos de israel?� pero no respondi� en aquella ocasi�n. [38] entonces dijo sa�l: �acercaos aqu� todos los principales del pueblo. investigad en qu� ha consistido el pecado de hoy. [39] �vive yahveh! que ha salvado a israel, que aunque se trate de mi hijo jonat�n, morir� sin remisi�n.� nadie del pueblo se atrevi� a responderle. [40] dijo a todo israel: �poneos a un lado, y yo y mi hijo jonat�n nos pondremos al otro�, y el pueblo respondi� a sa�l: �haz lo que mejor te parezca.� [41] dijo entonces sa�l: �yahveh dios de israel, �por qu� no respondes hoy a tu siervo? si el pecado es m�o o de mi hijo jonat�n, yahveh dios de israel, da urim; si el pecado es de tu pueblo israel, da tummim.� fueron se�alado sa�l y jonat�n, quedando libre el pueblo. [42] sa�l dijo: �sortead entre mi hijo jonat�n y yo�; y fue se�alado jonat�n. [43] dijo entonces sa�l a jonat�n: �cu�ntame lo que has hecho.� jonat�n respondi�: �no he hecho m�s que probar un poco de miel con la punta de la vara que ten�a en la mano. estoy dispuesto a morir.� [44] sa�l replic�: �que dios me haga esto y me a�ada esto otro si no mueres, jonat�n.� [45] pero el pueblo dijo a sa�l: ��es que va a morir jonat�n siendo �l quien ha conseguido esta gran victoria en israel? �dios nos libre! �vive yahveh! que no caer� en tierra ni un cabello de su cabeza, porque con ayuda de dios lo hizo.� as� rescat� el pueblo a jonat�n y no muri�. [46] regres� Sa�l de la persecuci�n de los filisteos y los filisteos alcanzaron su pa�s. [47] cuando sa�l se constituy� rey sobre israel guerre� por todas partes contre todos sus enemigos: contra moab, los ammonitas, edom, el rey de sob� y los filisteos; doquiera se dirig�a resultaba vencedor.

[48] hizo proezas de valor, bati� a los amalecitas y libr� a israel del poder de los que le saqueaban. [49] los hijos de sa�l fueron: jonat�n, isy� y malki s�a. Los nombres de sus dos hijas eran: merab la mayor y mikal la m�s peque�a. [50] la mujer de sa�l se llamaba ajinoam, hija de ajimaas. el jefe de su ej�rcito se llamaba abner, hijo de ner, t�o de sa�l: [51] quis, padre de sa�l, y ner, padre de abner, eran hijos de abiel. [52] hubo una guerra encarnizada contra los filisteos toda la vida de sa�l. En cuanto sa�l ve�a un hombre fuerte y valeroso, se lo incorporaba. 1 samuel cap.15 [1] samuel dijo a sa�l: �yahveh me ha enviado para consagrarte rey sobre su pueblo israel. escucha, pues, las palabras de yahveh: [2] esto dice yahveh sebaot: he decidido castigar lo que amalec hizo a israel, cort�ndole el camino cuando sub�a de egipto. [3] ahora, vete y castiga a amalec, consagr�ndolo al anatema con todo lo que posee, no tengas compasi�n de �l, mata hombres y mujeres, ni�os y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y asnos.� [4] convoc� Sa�l al pueblo y le pas� revista en telam: 200.000 infantes y 10.000 hombres de jud�. [5] avanz� Sa�l hasta la capital de amalec y se embosc� en el barranco. [6] dijo sa�l a los quenitas: �marchaos, apartaos de los amalecitas, no sea que os haga desaparecer con ellos, pues os portasteis bien con todos los israelitas cuando sub�an de egipto�; y los quenitas se apartaron de los amalecitas. [7] bati� Sa�l a los amalecitas desde javil�, en direcci�n de sur que est� al este de egipto. [8] capturo vivo a agag, rey de los amalecitas, y pas� a todo el pueblo a filo de espada en cumplimiento del anatema. [9] pero sa�l y la tropa perdonaron a agag y a lo m�s escogido del ganado mayor y menor, las reses cebadas y los corderos y todo lo bueno. no quisieron consagrarlo al anatema, pero consagraron al anatema toda la hacienda vil y sin valor. [10] le fue dirigida la palabra de dios a samuel diciendo: [11] �me arrepiento de haber dedo la realeza a sa�l, porque se ha apartado de m� y no ha ejecutado mis �rdenes.� se conmovi� Samuel y estuvo clamando a yahveh toda la noche. [12] se levant� Samuel por la ma�ana al encuentro de sa�l. Avisaron a samuel: �sa�l ha ido a carmelo y se ha erigido un monumento; despu�s ha seguido y ha bajado a guilgal.� [13] lleg� Samuel donde sa�l y �ste dijo: �bendito seas de yahveh. ya he ejecutado la orden de yahveh.� [14] pero samuel pregunt�: ��y qu� son esos balidos que vienen a mis o�dos y esos mugidos que oigo?� [15] respondi� Sa�l: �los hemos tra�do de amalec porque el pueblo ha perdonado lo mejor del ganado mayor y menor con intenci�n de ofrecerlo en sacrificio a yahveh tu dios. cuanto a lo dem�s, lo hemos entregado al anatema.� [16] pero samuel dijo a sa�l: �basta ya y deja que te anuncie lo que yahveh me ha revelado esta noche.� el le dijo: �habla.� [17] entonces samuel dijo: �aunque t� eres peque�o a tus propios ojos �no eres el jefe de las tribus de israel? yahveh te ha ungido rey de israel. [18] yahveh te ha enviado por el camino y te ha dicho: "vete, y consagra al anatema a estos pecadores, los amalecitas, hazles la guerra hasta el exterminio". [19] por qu� no has eschuchado a yahveh? �por qu� te has lanzado sobre el bot�n y has hecho lo que desagrada a yahveh?� [20] sa�l respondi� a samuel: ��yo he obedecido a yahveh! anduve por el camino por el que me envi�, he tra�do a agag, rey de amalec, y he entregado al anatema a los amalecitas. [21] del bot�n, el pueblo ha tomado el ganado mayor y menor, lo mejor del

anatema, para sacrificarlo a yahveh tu dios en guilgal.� [22] pero samuel dijo: �acaso se complace yahveh en los holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la palabra de yahveh? mejor es obedecer que sacrificar, mejor la docilidad que la grasa de los carneros. [23] como pecado de hechicer�a es la rebeld�a, crimen de terafim la contumacia. porque has rechazado la palabra de yahveh, �l te rechaza para que no seas rey. [24] sa�l dijo a samuel: �he pecado traspasando la orden de yahveh y tus mandatos, porque tuve miedo al pueblo y le escuch�. [25] ahora, pues, perdona mi pecado, por favor, y ven conmigo para que adore a yahveh.� [26] pero samuel respondi� a sa�l: �no ir� m�s contigo; ya que has rechazado la palabra de yahveh, yahveh te ha rechazado para que no seas rey de israel.� [27] y como samuel se volviera para marcharse, le asi� Sa�l el extremo del manto, que se desgarr�, [28] y samuel dijo: �hoy te ha desgarrado yahveh el reino de israel y se lo ha dado a otro mejor que t�.� [29] (y la gloria de israel no miente ni se arrepiente, porque no es un hombre para arrepentirse). [30] sa�l dijo: �he pecado, pero, con todo, te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de israel y vengas conmigo para que adore a yahveh tu dios.� [31] volvi� Samuel con sa�l y �ste ador� a yahveh. [32] despu�s dijo samuel: �traedme a agag, rey de los amalecitas�, y vino agag hacia �l y se resist�a diciendo: �en verdad es amarga la muerte.� [33] samuel dijo: �como tu espada ha privado a las mujeres de sus hijos, as� entre las mujeres, privada de su hijo ser� tu madre�, y samuel despedaz� a agag ante yahveh en guilgal. [34] parti� Samuel para ram�, y sa�l subi� a su casa en guibe� de sa�l. [35] samuel no vio m�s a sa�l hasta el d�a de su muerte. y lloraba samuel por sa�l, pero yahveh se hab�a arrepentido de haberle hecho rey de israel. 1 samuel cap.16 [1] dijo yahveh a samuel: ��hasta cu�ndo vas a estar llorando por sa�l, despu�s que yo le he rechazado para que no reine sobre israel? llena tu cuerno de aceite y vete. voy a enviarte a jes�, de bel�n, porque he visto entre sus hijos un rey para m�.� [2] samuel replic�: ��c�mo voy a ir? se enterar� Sa�l y me matar�.� respondi� Yahveh: �lleva contigo una becerra y di: "he venido a sacrificar a yahveh." [3] invitar�s a jes� al sacrificio y yo te indicar� lo que tienes que hacer, y me ungir�s a aquel que yo te diga.� [4] hizo samuel lo que yahveh le hab�a ordenado y se fue a bel�n. salieron temblando a su encuentro los ancianos de la ciudad y le preguntaron: ��es de paz tu venida, vidente?� [5] samuel respondi�: �s�; he venido a sacrificar a yahveh. purificaos y venid conmigo al sacrificio.� purific� a jes� y a sus hijos y les invit� al sacrificio. [6] cuando ellos se presentaron vio a eliab y se dijo: �sin duda est� ante yahveh su ungido.� [7] pero yahveh dijo a samuel: �no mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. la mirada de dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero yahveh mira el coraz�n.� [8] llam� Jes� a abinadab y le hizo pasar ante samuel, que dijo: �tampoco a �ste ha elegido yahveh.� [9] jes� hizo pasar a samm�, pero samuel dijo: �tampoco a �ste ha elegido yahveh.� [10] hizo pasar jes� a sus siete hijos ante samuel, pero samuel dijo: �a ninguno de �stos ha elegido yahveh.� [11] pregunt�, pues, samuel a jes�: ��no quedan ya m�s muchachos?� el respondi�:

�todav�a falta el m�s peque�o, que est� guardando el reba�o.� dijo entonces samuel a jes�: �manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido.� [12] mand�, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia. dijo yahveh: �lev�ntate y �ngelo, porque �ste es.� [13] tom� Samuel el cuerno de aceite y le ungi� en medio de sus hermanos. y a partir de entonces, vino sobre david el esp�ritu de yahveh. samuel se levant� y se fue a ram�. [14] el esp�ritu de yahveh se hab�a apartado de sa�l y un esp�ritu malo que ven�a de yahveh le perturbaba. [15] dij�ronle, pues, los servidores de sa�l: �mira, un esp�ritu malo de dios te aterroriza; [16] perm�tenos, se�or, que tus siervos que est�n en tu presencia te busquen un hombre que sepa tocar la c�tara, y cuando te asalte el esp�ritu malo de dios tocar� y te har� bien.� [17] dijo sa�l a sus servidores: �buscadme, pues, un hombre que sepa tocar bien y tra�dmelo.� [18] tom� la palabra uno de los servidores y dijo: �he visto a un hijo de jes� el belemita que sabe tocar; es valeroso, buen guerrero, de palabra amena, de agradable presencia y yahveh est� con �l.� [19] despach� Sa�l mensajeros a jes� que le dijeran: �env�ame a tu hijo david, el que est� con el reba�o.� [20] tom� Jes� cinco panes, un odre de vino y un cabrito y lo envi� a sa�l con su hijo david. [21] lleg� David donde sa�l y se qued� a su servicio. sa�l le cobr� mucho afecto y le hizo su sescudero. [22] mand� Sa�l a decir a jes�: �te ruego que tu hijo david se quede a mi servicio, porque ha hallado gracia a mis ojos.� [23] cuando el esp�ritu de dios asaltaba a sa�l, tomaba david la c�tara, la tocaba, sa�l, encontraba calma y bienestar y el esp�ritu malo se apartaba de �l. 1 samuel cap.17 [1] reunieron los filisteos sus tropas para la guerra y se concentraron en soko de jud�, acampando entre soko y azeca, en efes dammim. [2] se reunieron sa�l y los hombres de israel, acamparon en el valle del terebinto y se ordenaron en batalla frente a los filisteos. [3] ocupaban los filisteos una monta�a por un lado y los israelitas ocupaban la monta�a frontera, quedando el valle por medio. [4] sali� de las filas de los filisteos un hombre de las tropas de choque, llamado goliat, de gat, de seis codos y un palmo de estatura; [5] ten�a un yelmo de bronce sobre su cabeza y estaba revestido de una coraza de escamas, siendo el peso de la coraza 5.000 siclos de bronce. [6] ten�a en las piernas grebas de bronce y una jabalina de bronce entre los hombros. [7] el asta de su lanza era como enjullo de tejedor y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro. su escudero le preced�a. [8] goliat se plant� y grit� a las filas de israel dici�ndoles: ��para qu� hab�is salido a poneros en orden de batalla? �acaso no soy yo filisteo y vosotros servidores de sa�l? Escogeos un hombre y que baje contra m�. [9] si es capaz de pelear conmigo y me mata, seremos vuestros esclavos pero si yo le venzo y le mato, ser�is nuestros esclavos y nos servir�is.� [10] y a�adi� el filisteo: �yo desaf�o hoy a las filas de israel; dadme un hombre y lucharemos mano a mano.� [11] oy� Sa�l y todo israel estas palabras del filisteo y se consternaron y se llenaron de miedo. [12] era david hijo de un efrateo de bel�n de jud�, llamado jes�, que ten�a ocho hijos. en tiempo de sa�l este hombre era ya anciano, muy entrado en a�os. [13] los tres hijos mayores de jes� se fueron a la guerra con sa�l; el nombre de

los tres hijos suyos que marcharon a la guerra era eliab, el primog�nito, abinadab, el segundo, y samm�, el tercero. [14] david era el m�s peque�o; cuanto a los tres mayores, hab�an seguido a sa�l. [15] (david alternaba sus viajes al campamento de sa�l con el cuidado del reba�o de su padre en bel�n). [16] el filisteo se acercaba ma�ana y tarde y se present� as� durante cuarenta d�as. [17] jes� dijo a su hijo david: �lleva a tus hermanos esta medida de trigo tostado y estos diez panes y corre al campamento a donde tus hermanos. [18] y estos diez requesones ll�valos al jefe de millar; ent�rate de la salud de tus hermanos y toma se�al de recibo de ellos. [19] est�n sa�l, ellos y todos los hombres de israel en el valle del terebinto, guerreando con los filisteos.� [20] se levant� David de madrugada, dej� el reba�o al guarda y, tomado las cosas, se fue como le hab�a mandado jes�, y lleg� al c�rculo del campamento justo cuando sal�a el ej�rcito para ordenarse en batalla, lanzando el grito de guerra. [21] israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, fila contra fila. [22] dej� David las cosas en manos del guardia de la impedimenta y corri� a las filas y fue a preguntar a sus hermanos c�mo estaban. [23] mientras hablaba con ellos el hombre de las tropas de choque, llamado goliat, el filisteo de gat, sub�a de las filas de los filisteos, diciendo las mismas palabras, y le oy� David. [24] en vi�ndole todos los hombres de israel huyeron delante de �l, llenos de miedo. [25] los hombres de israel dec�an: ��hab�is visto a este hombre que sube? sube a provocar a israel. a quien lo mate colmar� el rey de grandes riquezas y le dar� su hija y librar� de tributo la casa de su padre en israel.� [26] pregunt�, pues, david a los hombres que estaban a su lado: ��qu� se har� al hombre que mate a ese filisteo y aparte la afrenta de israel? pues �qui�n es ese filisteo incircunciso para injuriar a las huestes de dios vivo?� [27] y el pueblo le repiti� las mismas palabras: �as� se har� al hombre que lo mate.� [28] se enter� Eliab, su hermano mayor, de su pregunta a los hombres y se encendi� en c�lera eliab contra david, y le dijo: ��para qu� has bajado, y a qui�n has dejado aquel peque�o reba�o en el desierto? ya s� yo tu atrevimiento y la maldad de tu coraz�n. has bajado para ver la batalla.� [29] respondi� David: �pues �qu� he hecho yo? �es que uno no puede hablar?� [30] y volvi�ndose se dirigi� a otro y pregunt� lo mismo y la gente le respondi� como la primera vez. [31] fueron o�das las palabras que dec�a david y se lo contaron a sa�l, que le hizo venir. [32] dijo david a sa�l: �que nadie se acobarde por �se. tu siervo ir� a combatir con ese filisteo.� [33] dijo sa�l a david: �no puedes ir contra ese filisteo para luchar con �l, porque t� eres un ni�o y �l es hombre de guerra desde su juventud.� [34] respondi� David a sa�l: �cuando tu siervo estaba guardando el reba�o de su padre y ven�a el le�n o el oso y se llevaba una oveja del reba�o, [35] sal�a tras �l, le golpeaba y se la arrancaba de sus fauces, y si se revolv�a contra m�, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. [36] tu siervo ha dado muerte al le�n y al oso, y ese filisteo incircunciso ser� como uno de ellos, pues ha insultado a las huestes de dios vivo.� [37] a�adi� David: �yahveh que me ha librado de las garras del le�n y del oso, me librar� de la mano de ese filisteo.� dijo sa�l a david: �vete, y que yahveh sea contigo.� [38] mand� Sa�l que vistieran a david con sus propios vestidos y le puso un casco de bronce en la cabeza y le cubri� con una coraza. [39] ci�� a david su espada sobre su vestido. intent� David caminar, pues a�n no estaba acostumbrado, y dijo a sa�l: �no puedo caminar con esto, pues nunca lo he

hecho.� entonces se lo quitaron. [40] tom� su cayado en la mano, escogi� en el torrente cinco cantos lisos y los puso en su zurr�n de pastor, en su morral , y con su honda en la mano se acerc� al filisteo. [41] el filisteo fue avanzando y acerc�ndose a david, precedido de su escudero. [42] volvi� los ojos el filisteo, y viendo a david, lo despreci�, porque era un muchacho rubio y apuesto. [43] dijo el filisteo a david: ��acaso soy un perro, pues vienes contra m� con palos?� y maldijo a david el filisteo por sus dioses, [44] y dijo el filisteo a david: �ven hacia m� y dar� tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.� [45] dijo david al filisteo: �t� vienes contra m� con espada, lanza y jabalina, pero yo voy contra ti en nombre de yahveh sebaot, dios de los ej�rcitos de israel, a los que has desafiado. [46] hoy mismo te entrega yahveh en mis manos, te matar� y te cortar� la cabeza y entragar� hoy mismo tu cad�ver y los cad�veres del ej�rcito filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y sabr� toda la tierra que hay dios para israel. [47] y toda esta asamblea sabr� que no por la espada ni por la lanza salva yahveh, porque de yahveh es el combate y os entrega en nuestras manos.� [48] se levant� el filisteo y fue acerc�ndose al encuentro de david; se apresur� David, sali� de las filas y corri� al encuentro del filisteo. [49] meti� su mano david en su zurr�n, sac� de �l una piedra, la lanz� con la honda e hiri� al filisteo en la frente; la piedra se clav� en su frente y cay� de bruces en tierra. [50] y venci� David al filisteo con la honda y la piedra; hiri� al filisteo y le mat� sin tener espada en su mano. [51] corri� David, se detuvo sobre el filisteos y tomando la espada de �ste de sac� de su vaina, le mat� y le cort� la cabeza. viendo los filisteos que hab�a muerto su campe�n, huyeron. [52] se levantaron los hombres de israel y de jud� y, lanzando el grito de guerra, persiguieron a los filisteos hasta la entrada de gat y hasta las puertas de ecr�n. los cad�veres de los filisteos cubr�an el camino, desde saar�yim hasta gat y ecr�n. [53] cuando los hijos de israel regresaron de perseguir sa�udamente a los filisteos, saquearon el campamento. [54] tom� David la cabeza del filisteo, y la llev� a jerusal�n; pero sus armas las coloc� en su tienda. [55] cuando sa�l vio a david salir al encuentro del filisteo, pregunt� a abner, jefe del ej�rcito: ��de qui�n es hijo este muchacho, abner?� abner respondi�: �por tu vida, oh rey, que no lo s�.� [56] el rey dijo: �pregunta de qui�n es hijo este muchacho.� [57] cuando volvi� David de matar al filisteo, le tom� Abner y le llev� ante sa�l con la cabeza del filisteo en la mano . [58] sa�l le pregunt�: ��de qui�n eres hijo, muchacho?� david respondi�: �de tu siervo jes�, de bel�n.� 1 samuel cap.18 [1] en acabando de hablar david a sa�l, el alma de jonat�n se apeg� al alma de david, y le am� Jonat�n como a s� mismo. [2] le retuvo sa�l aquel d�a y no le permiti� regresar a casa de su padre. [3] hizo jonat�n alianza con david, pues le amaba como a s� mismo. [4] se quit� Jonat�n el manto que llevaba y se lo dio a david, su vestido y tambi�n su espada, su arco y su cintur�n. [5] david lograba �xito en todas las campa�as que sa�l le encomendaba, y le puso sa�l al frente de hombres de guerra, y se hizo querer de todo el pueblo, tambi�n de los servidores de sa�l.

[6] a su regreso, cuando volvi� David de matar al filisteo, sal�an las mujeres de todas la ciudades de israel al encuentro del rey sa�l para cantar danzando al son de adufes y tri�ngulos con cantos de alegria. [7] las mujeres, danzando, cantaban a coro: �sa�l mat� sus millares y david sus mir�adas. [8] irrit�se mucho sa�l y le disgust� el suceso, pues dec�a: �dan mir�adas a david y a m� millares; s�lo le falta ser rey.� [9] y desde aquel d�a en adelante miraba sa�l a david con ojos de envidia. [10] al d�a siguiente se apoder� de sa�l un esp�ritu malo de dios y deliraba en medio de la casa; david tocaba como otras veces. ten�a sa�l la lanza en la mano. [11] blandi� Sa�l la lanza y dijo: �voy a clavar a david en la pared.� pero david le esquiv� dos veces. [12] tem�a sa�l a david porque yahveh estaba con david y de sa�l se hab�a apartado [13] y le alej� Sa�l de junto a s�, nombr�ndole jefe de mil y entraba y sal�a a la cabeza de la tropa. [14] david ejecutaba con �xito todas sus empresas y yahveh estaba con �l. [15] viendo sa�l que ten�a mucho �xito le temi�. [16] todo israel y jud� quer�a a david, pues sal�a y entraba a la cabeza de ellos. [17] dijo sa�l a david: �voy a darte por mujer a mi hija mayor merab, tan s�lo con que me seas valeroso y luches las batallas de yahveh.� sa�l se hab�a dicho: �que no muera por mi mano, sino por mano de los filisteos.� [18] dijo david a sa�l: ��qui�n soy yo y cu�l es mi linaje, la casa de mi padre en israel, para ser yerno del rey?� [19] pero cuando lleg� el tiempo de entregar a merab, la hija de sa�l, a david, fue entregada a adriel de mejol�. [20] mikal, hija de sa�l, se enamor� de david; se lo dijeron a sa�l y le agrad� la noticia. [21] dijo sa�l: �se la entregar�, pero ser� para �l un lazo, pues caer� sobre �l la mano de los filisteos.� (sa�l, pues, dijo dos veces a david: �ahora ser�s mi yerno.�) [22] orden� Sa�l a sus servidores: �insinuad a david: mira que el rey te estima; tambi�n te estiman todos sus servidores; procura ser yerno del rey.� [23] los servidores de sa�l dijeron estas palabras a o�dos de david y david replic�: ��os parece sencillo ser yerno del rey? yo soy un hombre pobre y ruin.� [24] comunicaron a sa�l sus servidores: �estas palabras ha dicho david.� [25] respondi� Sa�l: �decid as� a david: no quiere el rey dote, sino cien prepucios de filisteos para vengarse de los enemigos del rey.� tramaba el rey hacer sucumbir a david a manos de los filisteos. [26] los servidores comunicaron a david estas palabras y la cosa pareci� bien a david para llegar a ser yerno del rey. no se hab�a cumplido el plazo, [27] cuando se levant� David y parti� con sus hombres. mat� a los filisteos doscientos hombres y trajo david sus prepucios que entreg� cumplidamente al rey para ser yerno del rey. sa�l le dio a su hija mikal por mujer. [28] temi� Sa�l, pues sab�a que yahveh estaba con david y que toda la casa de israel le amaba. [29] aument� el temor de sa�l hacia david y fue siempre hostil a david. [30] sal�an los jefes de los filisteos, pero en todas sus incursiones obten�a david m�s �xito que los dem�s servidores de sa�l, y su nombre se hizo muy famoso. 1 samuel cap.19 [1] pero [2] anda [3]

sa�l dijo a su hijo jonat�n y a todos sus servidores que har�a morir a david; jonat�n, hijo de sa�l, amaba mucho a david, y avis� Jonat�n a david dici�ndole: �mi padre sa�l te busca para matarte. sobre aviso ma�ana por la ma�ana; ret�rate a un lugar oculto y esc�ndete. yo saldr� y estar� junto a mi padre en el campo, donde t� est�s, y hablar�

por ti a mi padre; ver� lo que hay y te avisar�.� [4] habl� Jonat�n a sa�l su padre en favor de david y dijo: �no peque el rey contra su siervo david, porque �l no ha pecado contra ti, sino que te ha hecho grandes servicios. [5] puso su vida en peligro, mat� al filisteo y concedi� Yahveh una gran victoria para todo israel. t� lo viste y te alegraste. �por qu�, pues, vas a pecar contra sangre inocente haciendo morir a david sin motivo?� [6] escuch� Sa�l las palabras de jonat�n y jur�: ��vive yahveh!, no morir�.� [7] llam� entonces jonat�n a david, le cont� todas estas palabras y llev� a david donde sa�l, y se qued� a su servicio como antes. [8] reanudada la guerra, parti� David para combatir a los filisteos, les caus� una gran derrota y huyeron ante �l. [9] se apoder� de sa�l un esp�ritu malo de yahveh; estaba sentado en medio de la casa con su lanza en su mano y david tocaba. [10] intent� Sa�l clavar con su lanza a david en la pared; esquiv� David a sa�l y la lanza se clav� en la pared; huy� David y se puso a salvo. aquella misma noche [11] envi� Sa�l gente a la casa de david para vigilarle y matarle por la ma�ana, pero su mujer mikal advirti� a david: �si no te pones a salvo esta misma noche, ma�ana morir�s.� [12] mikal hizo bajar a david por la ventana. el parti� y huy� poni�ndose a salvo. [13] tom� Mikal uno de los terafim y lo puso en el lecho, coloc� una estera de pelos de cabra a la cabecera y la cubri� con un vestido. [14] cuando sa�l mand� gente para prender a david, ella dijo: �est� enfermo.� [15] pero sa�l envi� de nuevo los emisarios para ver a david y les dijo: �tra�dmelo en su lecho, para matarlo.� [16] entraron los enviados y hallaron un terafim en el lecho y la estera de pelos de cabra en la cabecera. [17] dijo sa�l a mikal: ��por qu� me has enga�ado y has dejado escapar a mi enemigo para que se salve?� respondi� Mikal a sa�l: �el me dijo: d�jame escapar o te mato.� [18] huy�, pues, david y se puso a salvo, y�ndose a donde samuel, en ram�, y le cont� cuanto sa�l le hab�a hecho. despu�s, �l y samuel se fueron a habitar en las celdas. [19] avisaron a sa�l: �mira, david est� en las celdas de ram�.� [20] mand� Sa�l emisarios para prender a david; vieron �stos la agrupaci�n de los profetas en trance de profetizar, con samuel a la cabeza. vino sobre los emisarios de sa�l el esp�ritu de dios y tambi�n ellos se pusieron en trance. [21] se lo comunicaron a sa�l y envi� nuevos emisarios que tambi�n se pusieron en trance. sa�l volvi� a enviar mensajeros por tercera vez y tambi�n �stos se pusieron en trance. [22] entonces parti� �l mismo para ram� y lleg� a la gran cisterna de la era que est� en seku y pregunt�: ��d�nde est�n samuel y david?�, y le dijeron: �est�n en las celdas de ram�.� [23] se fue de all� a las celdas de ram� y vino tambi�n sobre �l el esp�ritu de dios e iba caminando en trance hasta que lleg� a las celdas de ram�. [24] tambi�n �l se quit� sus vestidos y se puso en trance prof�tico ante samuel, y qued� desnudo en tierra todo aquel d�a y toda aquella noche, por lo que se suele decir: ��conque tambi�n sa�l entre los profetas?� 1 samuel cap.20 [1] huy� David de las celdas de ram� y se fue a decir a jonat�n: ��qu� he hecho, cu�l es mi falta y en qu� he pecado contra tu padre para que busque mi muerte?� [2] jonat�n le dijo: �de ninguna manera, no morir�s. mi padre no hace ninguna cosa, grande o peque�a, sin descubr�rmela; �por qu� me hab�a de ocultar mi padre este asunto? �no puede ser!� [3] pero david volvi� a jurar: �save muy bien tu padre que me tienes mucho afecto

y se ha dicho: "que no lo sepa jonat�n para que no se apene." y, con todo, por yahveh y por tu vida, que no hay m�s que un paso entre yo y la muerte.� [4] dijo jonat�n a david: �dime lo que deseas y te lo har�.� [5] dijo david a jonat�n: �mira, ma�ana es el novilunio; yo tendr�a que sentarme con el rey a comer, pero t� me dejar�s marchar y me esconder� en el campo hasta la noche. [6] si tu padre nota mi ausencia, dir�s: "david me ha pedido con insistencia que le deje hacer una escapada a bel�n, su ciudad, porque se celebra el sacrificio anual de toda la familia." [7] si tu padre dice: "est� bien," tu siervo est� a salvo; pero si se enfurece, sabr�s que por su parte est� decretada la ruina. [8] haz este favor a tu siervo ya que hiciste que tu siervo estableciera contigo alianza de yahveh; si hay falta en m�, dame t� mismo la muerte; �para qu� llevarme hasta tu padre?� [9] respondi� Jonat�n: ��lojos de ti! si yo supiera con certeza que por parte de mi padre est� decretado que venga la ruina sobre ti, �no te lo avisar�a?� [10] respondi� David a jonat�n: ��qui�n me avisar� si tu padre te responde con aspereza?� [11] respondi� Jonat�n a david: �ven, salgamos al campo.� y salieron ambos al campo. [12] dijo jonat�n a david: �por yahveh, dios de israel, te juro que ma�ana a esta misma hora sondear� a mi padre; si la cosa se pone bien para david y no env�o quien te lo haga saber, [13] que yahveh haga esto a jonat�n y a�ada esto otro. si mi padre decide hacerte mal, te lo har� saber para que te pongas a salvo y vayas en paz. y que yahveh sea contigo como lo fue con mi padre. [14] si para entonces estoy vivo todav�a, usa conmigo la bondad de yahveh y, si muerto, [15] nunca apartes tu misericordia de mi casa. y cuando yahveh haya exterminado a los enemigos de david de la faz de la tierra, [16] que no sea exterminado jonat�n con la casa de sa�l; de lo contrario, que yahveh pida cuentas a david.� [17] jur� de nuevo jonat�n a david por el amor que le ten�a, pues le amaba como a s� mismo. [18] jonat�n le dijo: �ma�ana es novilunio y se notar� tu ausencia, porque mirar�n tu asiento. [19] pasado ma�ana se notar� m�s; t� ir�s al sitio en que te escondiste el d�a del suceso aquel, y te pones junto a la loma que t� sabes. [20] ese mismo d�a ir� a lanzar flechas por esa parte, como para tirar al blanco. [21] mandar� al muchacho: "anda, busca la flecha." si digo al muchacho: "la flecha est� m�s ac� de ti, t�mala," vienes, porque todo va bien para ti y no hay nada, por yahveh. [22] pero si digo al muchacho: "la flecha est� m�s all� de ti," vete, porque yahveh quiere que te vayas. [23] cuanto a la palabra que t� y yo tenemos hablada, mira, yahveh est� entre los dos para siempre.� [24] david se escondi� en el campo. llegado el novilunio, el rey se puso a la mesa para comer. [25] se sent� el rey en su asiento, como de costumbre, en el asiento de la pared; jonat�n se sent� enfrente y abner al lado de sa�l; el asiento de david qued� vac�o. [26] sa�l no dijo nada aquel d�a, porque pens�: �ser� un accidente, no estar� puro por no haberse purificado.� [27] al d�a siguiente del novilunio, el segundo d�a, se fijaron en el asiento de david, y sa�l dijo a su hijo jonat�n: �por qu� no ha venido a comer ni ayer ni hoy el hijo de jes�?� [28] jonat�n respondi� a sa�l: �david me pidi� con insistencia poder ir a bel�n. [29] me dijo: "d�jame ir, por favor, porque es nuestro sacrificio de familia en

la ciudad y mis hermanos me han reclamado. as� que, si he hallado gracia a tus ojos, d�jame hacer una escapada para ver a mis hermanos." por esto no ha venido a la mesa del rey.� [30] se encendi� la c�lera de sa�l contra jonat�n y le dijo: ��hijo de una perdida! �acaso no s� yo que prefieres al hijo de jes� para verg�enza tuya y verg�enza de la desnudez de tu madre? [31] pues mientras viva sobre el suelo el hijo de jes�, no estar�s a salvo ni t� ni tu realeza; as� que manda a buscarlo y tr�emelo, porque es reo de muerte.� [32] respondi� Jonat�n a su padre sa�l y le dijo: ��por qu� ha de morir? �qu� ha hecho?� [33] blandi� Sa�l su lanza contra �l para herirle y comprendi� Jonat�n que por parte de su padre la muerte de david era cosa decidida. [34] se levant� Jonat�n de la mesa ardiendo en ira y no comi� el segundo d�a del novilunio, pues estaba afligido por david, porque su padre le hab�a injuriado. [35] a la ma�ana siguiente sali� Jonat�n con un muchacho al campo, a la hora acordada con david. [36] dijo al muchacho: �corre a buscar las flechas que voy a tirar.� corri� el muchacho, y entonces jonat�n lanz� las flechas m�s all� de �l. [37] cuando el muchacho llegaba al lugar donde hab�a lanzado la flecha jonat�n, �ste grit� detr�s de �l: �� acaso no est� la flecha m�s all� de ti?�, [38] y sigui� gritando detr�s del muchacho: �pronto, date prisa, no te detengas.� tom� el muchacho de jonat�n la flecha y volvi� donde su se�or. [39] el muchacho no se enter� de nada. solamente lo entend�an jonat�n y david. [40] dio jonat�n sus armas al muchacho que estaba con �l y le dijo: �anda, ll�valas a la ciudad.� [41] se march� el muchacho y david se levant� de junto a la loma y, cayendo sobre su rostro en tierra, se postr� tres veces. se abrazaron los dos y lloraron copiosamente. [42] dijo jonat�n a david: vete en paz, ya que nos hemos jurado en nombre de yahveh: "que yahveh est� entre t� y yo, entre mi descendencia y la tuya para siempre."� 1 samuel cap.21 [1] se levant� David y se fue, y jonat�n volvi� a la ciudad. [2] lleg� David a nob, donde el sacerdote ajim�lek; vino ajim�lek temblando al encuentro de david y le pregunt�: � por qu� vienes solo y no hay nadie contigo?� [3] respondi� David al sacerdote ajim�lek: �el rey me ha dado una orden y me ha dicho: �que nadie sepa el asunto a que te mando y lo que te ordeno.� a los muchachos los he citado en tal lugar. [4] as� pues, �qu� tienes a mano? dame cinco panes o lo que haya.� [5] respondi� el sacerdote a david: �no tengo a mano pan profano, pero hay pan consagrado, si es que los muchachos se han abstenido al menos del trato con mujeres.� [6] respondi� David al sacerdote: � ciertamente que la mujer nos est� prohibida, como siempre que salgo a campa�a, y los cuerpos de los muchachos est�n puros; aunque es un viaje profano, cierto que hoy sus cuerpos est�n puros.� [7] diole entonces el sacerdote panes consagrados, porque no hab�a all� otro pan sino el pan de la presencia, el retirado de delante de yahveh para colocar pan reciente el d�a que tocaba retirarlo. [8] estaba all� aquel d�a uno de los servidores de sa�l, detenido ante yahveh; se llamaba doeg, edomita, el m�s robusto de los pastores de sa�l. [9] dijo david a ajim�lek: ��no tienes aqu� a mano una lanza o una espada? porque ni siquera he cogido mi espada y mis armas, pues urg�a la orden del rey.� [10] respondi� el sacerdote: �ah� est� la espada de goliat el filisteo que mataste en el valle del terebinto, envuelta en un pa�o detr�s del efod; si la quieres t�mala; fuera de �sta, no hay otra.� dijo david: �ninguna mejor. d�mela.� [11] se levant� David y huy� aquel d�a de sa�l, yendo donde ak�s, rey de gat.

[12] los servidores de ak�s le dijeron: ��no es este david, rey de la tierra? �no es �ste a quien cantaban en corro : sa�l mat� sus millares y david sus mir�adas?� [13] medit� David estas palabras y temi� mucho a ak�s, rey de gat. [14] y se fingi� demente ante sus ojos haci�ndose el loco en medio de ellos; tamborileaba sobre el batiente de la puerta y dejaba caer la saliva sobre su barba. [15] dijo pues ak�s a sus servidores: �mirad, este hombre est� loco. �para qu� me lo hab�is tra�do? [16] �es que me hacen falta locos, que me hab�is tra�do a este para que haga el loco a mi costa? �va a entrar �ste en mi casa?� 1 samuel cap.22 [1] y�ndose de all� David se refugi� en la caverna de adullam. lo supieron sus hermanos y toda la casa de su padre y bajaron all�, junto a �l. [2] todos los entrampados y desesperados se unieron a �l y fue jefe de ellos. hab�a con �l unos cuatrocientos hombres. [3] de all� se fue david a misp� de moab y dijo al rey de moab: �permite que mi padre y mi madre se queden con vosostros hasta que yo sepa qu� va a hacer conmigo dios.� [4] los dej� con el rey de moab, y se quedaron con �l todo el tiempo que david estuvo en el refugio. [5] el profeta gad dijo a david: �no te quedes en el refugio. vete y penetra en las tierras de jud�.� parti� David y entr� en el bosque de j�ret. [6] oy� Sa�l que david y los hombres que estaban con �l hab�an sido descubiertos. estaba sa�l en guibe�, en el alto, debajo del tamarisco, con la lanza en la mano, rodeado de todos sus servidores. [7] dijo sa�l a todos los servidores que le rodeaban: �o�dme todos, benjaminitas: �tambi�n a cada uno de vosotros os va a dar el hijo de jes� campos y vi�as y os va a nombrar a todos jefes de millares y jefes de cien, [8] pues conspir�is todos contra m� y no ha habido quien me descubriera la alianza de mi hijo con el hijo de jes�, nadie que se compadeciera de m� y me avisara que mi hijo hac�a que mi servidor atentase contra m�, como ocurre hoy mismo?� [9] respondi� Doeg el edomita, que estaba entre los servidores de sa�l: �yo he visto al hijo de jes� venir a nob, donde ajim�lek, hijo de ajitub. [10] consult� por �l a yahveh, le dio v�veres e incluso lleg� a entregarle la espada de goliat el filisteo.� [11] mand� el rey llamar al sacerdote ajim�lek, hijo de ajitub, y a toda la casa de su padre, a los sacerdotes que hab�a en nob, y vinieron todos donde el rey. [12] dijo sa�l: �oye, hijo de ajitub.� este respondi�: �aqu� estoy, mi se�or.� [13] d�jole sa�l: ��por qu� conspir�is contra m� t� y el hijo de jes�, pues le diste pan y una espada y consultaste a dios por �l, para que se alzase contra m�, como ahora est� sucediendo?� [14] respondi� Ajim�lek al rey: ��y qui�n, entre todos tus servidores, es como david, el fiel, el yerno del rey y el jefe de tu guardia personal y honrado en tu propia casa? [15] �es que he comenzado hoy a consultar a dios por �l? �l�breme dios! no achaque el rey a su siervo y a toda la casa de mi padre una cosa tal porque nada sabe tu siervo de esto, ni poco ni mucho.� [16] respondi� el rey: �vas a morir, ajim�lek, t� y toda la casa de tu padre.� [17] dijo pues el rey a los corredores que estaban a su lado: �acercaos y dad muerte a los sacerdotes de yahveh porque tambi�n su mano est� con david y, sabiendo que �l hu�a, no me lo hicieron saber.� pero los servidores del rey no quisieron alzar su mano para herir a los sacerdotes de yahveh. [18] dijo, pues, el rey a doeg: �ac�rcate t� y hiere a los sacerdotes.� acerc�se doeg el edomita y �l mismo hiri� a los sacerdotes; mat� aquel d�a a 85 hombres que llevaban efod de lino.

[19] sa�l pas� a filo de espada a nob, la ciudad de los sacerdotes, hombres, mujeres, ni�os y lactantes, bueyes, asnos y ovejas, todos a cuchillo. [20] pudo escapar un hijo de ajim�lek, hijo de ajitub, llamado abiatar, y huy� donde david. [21] abiatar notific� a david que sa�l hab�a dado muerte a los sacerdotes de yahveh. [22] david dijo a abiatar: �ya sab�a yo aquel d�a que, estando all� Doeg el edomita, no dejar�a de avisar a sa�l. Yo soy el responsable de todas las vidas de la casa de tu padre. [23] qu�date conmigo y no temas, que quien busca tu muerte busca la m�a, y junto a m� estar�s bien custodiado.� 1 samuel cap.23 [1] avisaron a david: �mira, los filisteos est�n atacando a queil� y han saqueado las eras.� [2] consult� David a yahveh: ��debo ir a batir a esos filiesteos?� yahveh respondi� a david: �vete, batir�s a los filisteos y salvar�s a queil�.� [3] dijeron a david sus hombres: �mira, ya en jud� estamos con temor �y todav�a vamos a marchar a queil� contra las huestes de los filisteos?� [4] david consult� de nuevo a yahveh. yahveh respondi�: �lev�ntate, baja a queil� porque he entregado a los filisteos en tus manos.� [5] fue david con sus hombres a queil�, atac� a los filisteos, se llev� sus reba�os, les caus� una gran mortandad y libr� David a los habitantes de queil�. [6] cuando abiatar, hijo de ajim�lek, huy� a donde david, descendi� tambi�n a queil�, llevando en su mano el efod. [7] se avis� a sa�l que david hab�a entrado en queil� y dijo: �dios lo ha entregado en mis manos, pues �l mismo se ha encerrado yendo a una ciudad con puertas y cerrojos.� [8] llam� Sa�l a todo el pueblo a las armas para bajar a queil� y cercar a david y sus hombres. [9] supo david que sa�l tramitaba su ruina, y dijo al sacerdote abiatar: �acerca el efod.� [10] dijo david: �yahveh, dios de israel, tu siervo ha o�do que sa�l intenta venir a queil� para destruir la ciudad por mi causa. [11] �descender� de verdad sa�l como tu siervo ha o�do? yahveh, dios de israel, hazlo saber por favor a tu siervo.� yahveh respondi�: �bajar�.� [12] pregunt� David: ��me entregar�n los vecinos de queil�, a m� y a mis hombres, en manos de sa�l?� respondi� Yahveh: �te entregar�n.� [13] se levant� David con sus hombres, que eran unos trescientos; salieron de queil�, y anduvieron errando. avisaron a sa�l que david se hab�a escapado de queil� y suspendi� la expedici�n. [14] david se asent� en el desierto, en refugios, y se qued� en la monta�a del desierto de zif; sa�l le buscaba sin cesar, pero dios no le entreg� en sus manos. [15] se enter� David de que sa�l hab�a salido a campa�a para buscar su muerte. estaba entonces david en el desierto de zif, en jorsa. [16] jonat�n, hijo de sa�l, se levant� y fue donde david, en jorsa, le dio �nimos en dios, [17] y le dijo: �no temas, porque la mano de sa�l, mi padre, no te alcanzar�; t� reinar�s sobre israel y yo ser� tu segundo. hasta mi padre sa�l lo tiene sabido.� [18] hicieron ambos una alianza ante yahveh; david se qued� en jorsa, y jonat�n se volvi� a su casa. [19] subieron algunos zifitas a guibe�, donde sa�l, para decirle: ��no se esconde david entre nosotros, en los refugios de jorsa, en la colina de jakil�, que est� al sur de la estepa? [20] t� deseas con toda tu alma, oh rey, descender. desciende y es cosa nuestra entregarlo en manos del rey.� [21] respondi� Sa�l: �que yahveh os bendiga por haberos compadecido de m�.

[22] id, pues; aseguraos bien, enteraos, mirad el lugar donde se pone su pie y qui�n le ha visto all�, porque me han dicho que es muy astuto. [23] mirad y reconoced todos los escondrijos en que pueda esconderse, y volved a m� cuando est�is seguros y subir� con vosotros, y si est� en la comarca le rebuscar� entre todas las familias de jud�.� [24] se levantaron y se fueron a zif, precediendo a sa�l. Estaban david y sus hombres en el desierto de ma�n, en la llanura, al sur del desierto. [25] fue sa�l con sus hombres en su busca; avisaron a david y baj� al tajo que est� en el desierto de ma�n. lo oy� Sa�l y persigui� a david en el desierto de ma�n. [26] iba sa�l y sus hombres por un lado de la monta�a, y david y sus hombres por el lado de la otra. hu�a david a toda prisa ante sa�l, mientras sa�l y sus hombres intentaban pasar a la parte de david y sus hombres para apresarlos, [27] cuando he aqu� que lleg� un mensajero a sa�l y le dijo: �date prisa y ven, porque los filisteos han invadido la tierra.� [28] abandon� Sa�l la persecuci�n de david y march� al encuentro de los filisteos. por eso se llam� aquel lugar �pe�a de la separaci�n.� 1 samuel cap.24 [1] subi� de all� David y se asent� en los refugios de engad�. [2] cuando regres� Sa�l de perseguir a los filisteos, le avisaron: �david est� en el desierto de engad�.� [3] tom� entonces sa�l 3.000 hombres selectos de todo israel y parti� en busca de david y de sus hombres al este del roquedal de yeelim. [4] lleg� a unos rediles de ganado junto al camino; hab�a all� una cueva y sa�l entr� en ella para hacer sus necesidades. david y sus hombres estaban instalados en el fondo de la cueva. [5] los hombres de david le dijeron: �mira, este es el d�a que yahveh te anunci�: Yo pongo a tu enemigo en tus manos, haz de �l lo que te plazca.� levant�se david y silenciosamente cort� la punta del manto de sa�l. [6] despu�s su coraz�n le lat�a fuertemente por haber cortado la punta del manto de sa�l, [7] y dijo a sus hombres: �yahveh me libre de hacer tal cosa a mi se�or y de alzar mi mano contra �l, porque es el ungido de yahveh.� [8] david habl� con energ�a a sus hombres para que no se lanzasen contra sa�l. Sa�l march� de la cueva y continu� su camino, [9] tras lo cual se levant� David, sali� de la cueva y grit� detr�s de sa�l: ��oh rey, mi se�or!� volvi� Sa�l la vista, e inclin�ndose david, rostro en tierra, se postr� ante �l, [10] y dijo david a sa�l: ��por qu� escuchas a las gentes que te dicen: david busca tu ruina? [11] hoy mismo han visto tus ojos que yahveh te ha puesto en mis manos en la cueva, pero no he querido matarte, te he perdonado, pues me he dicho: no alzar� mi mano contra mi se�or, porque es el ungido de yahveh. [12] mira, padre m�o, mira la punta de tu manto en mi mano; si he cortado la punta de tu manto y no te he matado, reconoce y mira que no hay en mi camino maldad ni crimen, ni he pecado contra ti, mientras que t� me pones insidias para quitarme la vida. [13] que juzgue yahveh entre los dos y que yahveh me vengue de ti, pero mi mano no te tocar�, [14] pues como dice el antiguo proverbio: de los malos sale malicia, pero mi mano no te tocar�. [15] �contra qui�n sale el rey de israel, a qui�n est�s persiguiendo? a un perro muerto, a una pulga. [16] que yahveh juzgue y sentencie entre los dos, que �l vea y defienda mi causa y me haga justicia libr�ndome de tu mano.� [17] cuando david hubo acabado de decir estas palabras a sa�l, dijo sa�l: ��es

�sta tu voz, hijo m�o david?� y alzando sa�l su voz, rompi� a llorar, [18] y dijo a david: �m�s justo eres t� que yo, pues t� me haces beneficios y yo te devuelvo males; [19] hoy has mostrado tu bondad, pues yahveh me ha puesto en tus manos y no me has matado. [20] �qu� hombre encuentra a su enemigo y le permite seguir su camino en paz? que yahveh te premie por el bien que hoy me has hecho. [21] ahora tengo por cierto que reinar�s y que el reino de israel se afirmar� en tus manos. [22] ahora, pues, j�rame por yahveh que no exterminar�s mi descendencia despu�s de m� y que no borrar�s mi nombre de la casa de mi padre.� [23] david se lo jur� a sa�l. Sa�l se fue a su casa y david y sus hombres subieron al refugio. 1 samuel cap.25 [1] samuel muri�. Todo israel se congreg� para llorarle y lo sepultaron en su heredad, en ram�. david se levant� y baj� al desierto de ma�n. [2] hab�a un hombre en ma�n que ten�a su hacienda en carmelo. era un hombre muy rico; pose�a 3.000 ovejas y mil cabras. estaba entonces en carmelo, esquilando su reba�o. [3] el hombre se llamaba nabal y su mujer se llamaba abiga�l; ella era muy prudente y hermosa, pero el hombre era duro y de mala conducta. era calebita. [4] supo david en el desierto que nabal estaba esquilando su reba�o [5] y mand� diez muchachos dici�ndoles: �subid a carmelo y llegad donde nabal y le salud�is en mi nombre, [6] y hablad as� a mi hermano; salud para t�, salud para tu casa y salud para todo lo tuyo. [7] he sabido que est�s de esquileo; pues bien, tus pastores han estado con nosotros y nunca les hemos molestado ni han echado en falta nada de lo suyo mientras estuvieron en carmelo. [8] pregunta a tus criados y ellos te lo dir�n. que estos muchachos encuentren, pues gracia a tus ojos, ya que hemos venido en un d�a de fiesta, y dales lo que tengas a mano para tus siervos y tu hijo david."� [9] llegaron los muchachos de david, dijeron a nabal todas estas palabras en nombre de david y se quedaron esperando. [10] pero nabal respondi� a los servidores de david: ��qui�n es david y qui�n es el hijo de jes�? abundan hoy en d�a los siervos que andan hu�dos de sus se�ores. [11] �voy a tomar acaso mi pan y mi vino y las reses que he sacrificado para los esquiladores y se las voy a dar a unos hombres que no s� de d�nde son?� [12] los muchachos de david dieron la vuelta y se volvieron por su camino, y en llegando le conmunicaron todas estas palabras. [13] david dijo a sus hombres: �que cada uno ci�a su espada.� todos ci�eron su espada. tambi�n david se ci�� su espada. subieron detr�s de david unos cuatrocientos hombres, qued�ndose doscientos con el bagaje. [14] uno de los servidores avis� a abiga�l, mujer de nabal, diciendo: �mira que david ha enviado mensajeros desde el desierto para saludar a nuestro amo, y se ha lanzado contra ellos. [15] sin embargo, esos hombres han sido muy buenos con nosotros, y nada echamos en falta mientras anduvimos con ellos, cuando est�bamos en el campo. [16] fueron nuestra defensa noche y d�a todo el tiempo que estuvimos con ellos guardando el ganado. [17] date cuenta y mira lo que debes hacer, porque ya est� decretada la ruina de nuestro amo y de toda la casa, y es un necio al que nada se puede decir. [18] tom� Abiga�l a toda prisa doscientos panes y dos ordres de vino, cinco carneros ya preparados, cinco arrobas de trigo tostado, cien racimos de uvas pasas y doscientos panes de higos secos, y lo carg� sobre unos asnos, [19] diciendo a sus servidores: �pasad delante de m�, que yo os sigo.� pero nada

dijo a su marido nabal. [20] cuando bajaba ella, montada en el asno, por lo cubierto de la monta�a, david y sus hombres bajaban en direcci�n contraria y se tropez� con ellos. [21] david se dec�a: �muy en vano he guardado en el desierto todo lo de este hombre para que nada de lo suyo le faltase, pues me devuelve mal por bien. [22] esto haga dios a david y esto otro a�ada si para el alba dejo con vida ni un solo var�n de los de nabal.� [23] apenas vio a david, se apresur� Abiga�l a bajar del asno y cayendo ante david se postr� en tierra, y [24] arroj�ndose a sus pies le dijo: �caiga sobre m� la falta, se�or. deja que tu sierva hable a tus o�dos y eschucha las palabras de tu sierva. [25] no haga caso mi se�or de este necio de nabal; porque le va bien el nombre: necio se llama y la necedad est� con �l; yo, tu sierva, no vi a los siervos que mi se�or hab�a enviado. [26] ahora, mi se�or, por yahveh y por tu vida, por yahveh que te ha impedido derramar sangre y tomarte la justicia por tu propia mano, que sean como nabal tus enemigos y los que buscan la ruina de mi se�or. [27] cuanto a este presente que tu sierva ha hecho traer para mi se�or, que sea entregado a los muchachos que marchan en pos de mi se�or. [28] perdona, por favor, la falta de tu sierva, ya que ciertamente har� Yahveh una casa permanente a mi se�or, pues mi se�or combate las batallas de yahveh y no vendr� mal sobre ti en toda tu vida. [29] y aunque se alza un hombre para perseguirte y buscar tu vida, la vida de mi se�or est� encerrada en la bolsa de la vida, al lado de yahveh tu dios, mientras que la vida de los enemigos de mi se�or la voltear� en el hueco de la honda. [30] cuando haga yahveh a mi se�or todo el bien que te ha prometido y te haya establecido como caudillo de israel, [31] que no haya turbaci�n ni remordimiento en el coraz�n de mi se�or por haber derramado sangre inocente y haberse tomado mi se�or la justicia por su mano; y cuando yahveh haya favorecido a mi se�or. acu�rdase de tu sierva.� [32] david dijo a abiga�l: �bendito sea yahveh, dios de israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro. [33] bendita sea tu prudencia y bendita t� misma que me has impedido derramar sangre y tomarme la justicia por mi mano. [34] pero con todo, vive yahveh, dios de israel, que me ha impedido hacerte mal, que de no haberte apresurado a venir a mi encuentro, no le hubiera quedado a nabal, al romper el alba, ni un solo var�n.� [35] tom� David de mano de ella lo que le tra�a y le dijo: �sube en paz a tu casa; mira, he escuchado tu voz y he accedido a tu petici�n.� [36] cuando abiga�l lleg� donde nabal, estaba celebrando en su casa un banquete regio; estaba alegre su coraz�n y completamente borracho. no le dijo una palabra, ni grande ni peque�a, hasta el lucir del d�a. [37] pero a la ma�ana, cuando se le pas� el vino a nabal, le cont� su mujer lo sucedido; el coraz�n se le muri� en el pecho y se le qued� como una piedra. [38] al cabo de unos diez d�as hiri� Yahveh a nabal y muri�. [39] oy� David que nabal hab�a muerto y dijo: �bendito sea yahveh que ha defendido mi causa contra la injuria de nabal y ha preservado a su siervo de hacer mal. yahveh ha hecho caer la maldad de nabal sobre su cabeza.� envi� David mensajeros para proponer a abiga�l que fuera su mujer. [40] llegaron los mensajeros de david a casa de abiga�l en carmelo y le hablaron diciendo: �david nos env�a a ti para tomarte por mujer.� [41] se levant� ella y se postr� rostro en tierra diciendo: �tu sierva es una esclava para lavar los pies de los siervos de mi se�or.� [42] se levant� Abiga�l apresuradamente, mont� en su asno y, seguida de cinco de sus siervas, se fue tras los enviados de david y fue su mujer. [43] david hab�a tomado tambi�n por mujer a ajinoam de yizreel y las dos fueron mujeres suyas. [44] sa�l hab�a dado su hija mikal, mujer de david, a palt�, hijo de layis, de

gallim. 1 samuel cap.26 [1] llegaron los zifitas donde sa�l, en guibe�, diciendo: ��acaso no est� escondido david en la colina de jakil�, hacia el este de la estepa?� [2] se levant� Sa�l y baj� al desierto de zif, con tres mil hombres escogidos de israel, para buscar a david en el desierto de zif. [3] acamp� Sa�l en la colina de jakil�, que est� al este de la estepa, junto al camino. andaba david por el desierto y vi� que entraba sa�l en el desierto para perseguirle. [4] envi� David exploradores y supo con seguridad que sa�l hab�a venido. [5] se levant� David y lleg� al lugar donde acampaba sa�l. Observ� el sitio en que estaban acostados sa�l y abner, hijo de ner, jefe de su tropa. dorm�a sa�l en el c�rculo del campamento, estando la tropa acampada en derredor de �l. [6] david dirigi� la palabra a ajim�lek, hitita, y a abisay, hijo de sarvia, hermano de joab, diciendo: ��qui�n quiere bajar conmigo al campamento, donde sa�l?� abisay respondi�: �yo bajo contigo.� [7] david y abisay se dirigieron de noche hacia la tropa. sa�l dorm�a acostado en el centro del campamento, con su lanza, clavada en tierra, a su cabecera; abner y el ej�rcito estaban acostados en torno a �l. [8] dijo entonces abisay a david: �hoy ha copado dios a tu enemigo en tu mano. d�jame que ahora mismo lo clave en tierra con la lanza de un solo golpe. no tendr� que repetir.� [9] pero david dijo a abisay: �no lo mates. �qui�n atent� contra el ungido de yahveh y qued� impune?� [10] a�adi� David: �vive yahveh, que ha de ser yahveh quien le hiera, bien que llegue su d�a y muera, bien que baje al combate y perezca. [11] l�breme yahveh de levantar mi mano contra el ungido de yahveh. ahora toma la lanza de su cabecera y el jarro de agua y v�monos.� [12] tom� David la lanza y el jarro de la cabecera de sa�l y se fueron. nadie los vio, nadie se enter�, nadie se despert�. Todos dorm�an porque se hab�a abatido sobre ellos el sopor profundo de yahveh. [13] pas� David al otro lado y se coloc� lejos, en la cumbre del monte, quedando un gran espacio entre ellos. [14] grit� David a la gente y a abner, hijo de ner, diciendo : ��no me respondes, abner?� respondi� Abner: ��qui�n eres t� que me llamas?� [15] dijo david a abner: ��no eres t� un hombre? �qui�n como t� en israel? �por qu�, pues, no has custadiado al rey tu se�or? pues uno del pueblo ha entrado para matar al rey, tu se�or. [16] no est� bien esto que has hecho. vive yahveh que sois reos de muerte por no haber velado sobre vuestro se�or, el ungido de yahveh. mira ahora. �d�nde est� la lanza del rey y el jarro del agua que hab�a junto a la cabecera?� [17] reconoci� Sa�l la voz de david y pregunt�: ��es �sta tu voz, hijo m�o david?� respondi� David: �mi voz es, oh rey, mi se�or,� [18] y a�adi�: ��por qu� persigue mi se�or a su siervo? �qu� he hecho y qu� maldad hay en m�? [19] que el rey mi se�or se digne escuchar ahora las palabras de su siervo. si es yahveh quien te excita contra m�, que sea aplacado con una oblaci�n, pero si son los hombres, malditos sean ante yahveh, porque me expulsan hoy para que no participe en le heredad de yahveh, dici�ndose: �que vaya a servir a otros dioses.� [20] que no caiga ahora mi sangre en tierra lejos de la presencia de yahveh, pues ha salido el rey de israel a la caza de mi vida como quien persigue una perdiz en los montes.� [21] respondi� Sa�l: �he pecado. vuelve, hijo m�o, david, no te har� ya ning�n mal, ya que mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. me he portado como un necio y estaba totalmente equivocado.� [22] respondi� David: �aqu� est� la lanza del rey. que pase uno de los servidores

y la tome. [23] yahveh devolver� a cada uno seg�n su justicia y su fidelidad; pues hoy te ha entregado yahveh en mis manos, pero no he querido alzar mi mano contra el ungido de yahveh. [24] de igual modo que tu vida ha sido hoy de gran precio a mis ojos, as� ser� de gran precio la m�a a los ojos de yahveh, de suerte que me libere de toda angustia.� [25] dijo sa�l a david: �bendito seas, hijo m�o david. triunfar�s en todas tus empresas.� sigui� David por su camino y sa�l se volvi� a su casa. 1 samuel cap.27 [1] david se dijo a s� mismo: �alg�n d�a voy a perecer a manos de sa�l. Lo mejor ser� refugiarme en tierra de filisteos. sa�l dejar� de perseguirme por todos los t�rminos de israel y escapar� de sus manos.� [2] levant�se david y pas�, con los seiscientos hombres que ten�a, a ak�s, hijo de maok, rey de gat. [3] se asent� David con ak�s en gat, �l y sus hombres, cada cual con su familia; david con sus dos mujeres, ajinoam de yizreel y abiga�l, mujer de nabal, de carmelo. [4] se dio aviso a sa�l que david hab�a huido a gat y dej� de buscarlo. [5] dijo david a ak�s: �si he hallado gracia a tus ojos, que se me asigne un lugar en una de las ciudades del territorio, para residir en ella. �por qu� ha de morar tu siervo a tu lado, en la ciudad real?� [6] aquel mismo d�a le asign� Ak�s siquelag; por esto siquelag pertenece hasta el d�a de hoy a los reyes de jud�. [7] el n�mero de d�as que mor� David en territorio de los filisteos fue de un a�o y cuatro meses. [8] sub�a david con su gente y hac�a incursiones contra los guesuritas, los guirzitas y los amalecitas, pues �stos son los habitantes de la regi�n, desde telam, yendo hacia sur, hasta la tierra de egipto. [9] devastaba david la tierra y no dejaba con vida hombre ni mujer; se apoderaba de las ovejas y bueyes, asnos y camellos y vestidos, y se volv�a para llevarlos a ak�s. [10] ak�s preguntaba: ��donde hab�is hecho hoy la incursi�n?�, y david respond�a: �contra el n�gueb de jud�, contra el n�gueb de yerajmeel, contra el n�gueb de los quenitas.� [11] david no dejaba llevar a gat con vida hombres ni mujeres, pues dec�a: �no se que den aviso contra nosotros y digan: "esto ha hecho david." �de esta forma se comport� David todo el tiempo que mor� en territorio de filisteos. [12] ak�s confiaba en david dici�ndose: �seguramente se ha hecho odioso a su pueblo israel y ser� mi servidor para siempre.� 1 samuel cap.28 [1] por aquellos d�as reunieron los filisteos sus tropas para ir a la guerra contra israel; ak�s dijo a david: �bien sabes que debes venir a la guerra conmigo, t� y tus hombres.� [2] respondi� David a ak�s: �ahora vas a saber bien lo que va a hacer tu servidor.� dijo ak�s a david: �con seguridad te har� mi guardia personal para siempre.� [3] samuel hab�a muerto, todo israel le hab�a llorado y fu� sepultado en ram�, su ciudad. sa�l hab�a echado del pa�s a los nigromantes y adivinos. [4] habi�ndose reunido los filisteos vinieron a acampar en sunem. reuni� Sa�l a todo israel y acamp� en gelbo�. [5] vio sa�l el campamento de los filisteos y tuvo miedo, temblando sobremanera su coraz�n. [6] consult� Sa�l a yahveh, pero yahveh no le respondi� ni por sue�os ni por los

urim, ni por los profetas. [7] dijo sa�l a sus servidores: �buscadme una nigromante para que vaya a consultarla.� dij�ronle sus servidores: � aqu� mismo, en endor, hay una nigromante.� [8] se disfraz� Sa�l poni�ndose otras ropas y fue con dos de sus hombres; lleg� donde la mujer de noche y dijo: �adiv�name por un muerto y ev�came el que yo te diga.� [9] la mujer le respondi�: �bien sabes lo que hizo sa�l, que suprimi� de esta tierra a los nigromantes y adivinos. �por qu� tiendes un lazo a mi vida para hacerme morir?� [10] sa�l jur� por yahveh diciendo: ��vive yahveh! ning�n castigo te vendr� por este hecho.� [11] la mujer dijo: ��a qui�n debo invocar para ti?� respondi�: �ev�came a samuel.� [12] vio entonces la mujer a samuel y lanz� un gran grito. dijo la mujer a sa�l: ��por qu� me has enga�ado? �t� eres sa�l�� [13] el rey le dijo: �no temas, pero �qu� has visto?� la mujer respondi� a sa�l: �veo un espectro que sube de la tierra.� [14] sa�l le pregunt�: ��qu� aspecto tiene?� ella respondi�: �es un hombre anciano que sube envuelto en su manto.� comprendi� Sa�l que era samuel y cayendo rostro en tierra se postr�. [15] samuel dijo a sa�l: ��por qu� me perturbas evoc�ndome?� respondi� Sa�l: �estoy en grande augustia; los filisteos mueven guerra contra m�, dios se ha apartado de m� y ya no me responde ni por los profetas ni en sue�os. te he llamado para que me indiques lo que debo hacer.� [16] dijo samuel: ��para qu� me consultas si yahveh se ha separado de ti y se ha pasado a otro? [17] yahveh te ha cumplido lo que dijo por mi boca: ha arrancado yahveh el reino de tu mano y se lo ha dado a otro, a david, [18] porque no o�ste la indignaci�n de su ira contra amalec. por eso te trata hoy yahveh de esta manera. [19] tambi�n a israel entregar� Yahveh en manos de los filisteos. ma�ana t� y tus hijos estar�is conmigo. yahveh ha entregado tambi�n el ej�rcito de israel en manos de los filisteos.� [20] al instante sa�l cay� en tierra cuan largo era. estaba aterrado por las palabras de samuel: se hallaba, adem�s, sin fuerzas, porque no hab�a comido nada en todo el d�a y toda la noche. [21] acerc�se la mujer donde sa�l, y viendo que estaba tan conturbado, le dijo: �tu sierva ha escuchado tu voz y he puesto mi vida en peligro por obedecer las �rdenes que me diste. [22] escucha, pues, t� tambi�n la voz de tu sierva y perm�teme que te sirva un bocado de pan para que comas y tengas fuerzas para ponerte en camino.� [23] sa�l se neg� diciendo: �no quiero comer.� pero sus servidores, a una con la mujer, le insistieron hasta que accedi�. Se levant� del suelo y se sent� en el div�n. [24] ten�a la mujer en casa un ternero cebado y se apresur� a degollarlo. tom� harina, la amas� y coci� unos �zimos. [25] lo sirvi� a sa�l y sus servidores, comieron y levantandose se marcharon aquella misma noche. 1 samuel cap.29 [1] los filisteos concentraron todo su ej�rcito en afeq, mientras que los israelitas acamparon en la fuente que hay en yizreel. [2] los tiranos de los filisteos marcharon al frente de las centurias y millares; david y sus hombres marchaban a retaguardia con ak�s. [3] dijeron los jefes de los filisteos: ��qu� hacen estos hebreos?� ak�s respondi� a los jefes de los filisteos: � es david, el servidor de sa�l, el rey de

israel; ha estado conmigo un a�o o dos y no he hallado nada contra �l desde el d�a en que vino a m� hasta hoy.� [4] pero los tiranos de los filisteos se irritaron contra �l y le dijeron: �manda regresar a ese hombre y que se vuelva al lugar que le se�alaste. que no baje con nosotros a la batalla, no sea que se vuelva contra nosotros durante la lucha. �c�mo se ganar� �ste el favor de su due�o mejor que con las cabezas de estos hombres? [5] no es �ste david de quien cantaban en coro: sa�l mat� sus millares y david sus mir�adas?� [6] ak�s llam� a david y le dijo: �! vive yahveh! que t� eres leal y me hubiera gustado que salieras y entraras conmigo en el campamento, pues nada malo he hallado en ti desde el d�a en que viniste a m� hasta hoy, pero no eres bien visto por los tiranos. [7] ahora vu�lvete y vete en paz, y as� no har�s nada malo a los ojos de los tiranos de los filisteos.� [8] david dijo a ak�s: ��qu� he hecho yo y qu� has hallado en tu siervo, desde el d�a en que me puse a tu servicio hasta hoy, para que no pueda ir a luchar contigo contra los enemigos del rey, mi se�or?� [9] respondi� Ak�s a david: �bien sabes que me eres grato como un �ngel de dios; pero los tiranos filisteos han dicho: "no bajar� al combate con nosotros." [10] lev�ntate, pues, de ma�ana, con los servidores de tu se�or que han venido contigo e id al sitio que os he asignado. no guardes resentimiento en tu coraz�n, porque me eres grato. levantaos de ma�ana y partid en cuanto sea de d�a.� [11] david y sus hombres se levantaron temprano para partir por la ma�ana y volverse a la tierra de los filisteos. los filisteos por su parte subieron a yizreel. 1 samuel cap.30 [1] cuando david y sus hombres llegaron al tercer d�a a siquelag, los amalecitas hab�an hecho una incursi�n contra el n�gueb y contra siquelag, y hab�an irrumpido en siquelag incendi�ndola, [2] y llev�ndose las mujeres y cuanto all� hab�a, peque�os y grandes. no mataron a nadie, sino que se los llevaron cautivos y se fueron por su camino. [3] cuando david y sus hombres llegaron a la ciudad, se encontraron con que estaba incendiada, y sus mujeres, sus hijos y sus hijas hab�an sido llevados. [4] david y las tropas que con �l estaban alzaron su voz y lloraron hasta quedar sin aliento. [5] hab�an sido llevadas las dos mujeres de david, ajinoam de yizreel y abiga�l, mujer de nabal de carmelo. [6] david se hallaba en grave apuro porque la gente hablaba de apedrearlo, pues el alma de todo el pueblo estaba llena de amargura, cada uno por sus hijos y sus hijas. pero david hall� fortaleza en yahveh su dios. [7] dijo david al sacerdote abiatar, hijo de ajim�lek: �ac�rcame el efod.� abiatar acerc� el efod a david. [8] consult� David a yahveh diciendo: ��debo perseguir a esta banda? �le dar� alcance?� le contest�: �pers�guela, porque de cierto la alcanzar�s y librar�s a los cautivos.� [9] parti� David con los seiscientos hombres que ten�a y llegaron al torrente besor. [10] continu� David la persecuci�n con cuatrocientos hombres, qued�ndose doscientos que estaban demasiado fatigados para atravesar el torrente besor. [11] encontraron en el campo a un egipcio y lo llevaron a david. le dieron pan, que �l comi�, y agua para beber. [12] di�ronle tambi�n un trozo de pan de higos secos y dos racimos de pasas. cuando hubo comido, recobr� su esp�ritu, pues hab�a estado tres d�as y tres noches sin comer pan ni beber agua. [13] david le pregunt�: ��a qui�n perteneces y de d�nde eres?� respondi�: �soy un

muchacho egipcio, esclavo de un amalecita, pero mi due�o me abandon� porque me puse enfermo hace tres d�as. [14] hemos hecho una incursi�n contra el n�gueb de los kereteos y el de jud� y contra el n�gueb de caleb, incendiando siquelag.� [15] d�jole david: ��podr�as guiarme hacia esa banda?� respondi�: �j�rame por dios que no me matar�s y que no me entregar�s en manos de mi due�o, y te guiar� hacia esa banda.� [16] les gui�, y los hallaron desparramados por todo el campo, comiendo, bebiendo y bailando por el gran bot�n que hab�an tomado en tierra de filisteos y en tierra de jud�. [17] david los bati� desde el alba al anochecer; s�lo se salvaron de entre ellos cuatrocientos j�venes que montaron en camellos y huyeron. [18] salv� David todo lo que los amalecitas hab�an capturado. tambi�n rescat� David a sus dos mujeres. [19] nada les falt�, ni peque�o ni grande, ni el bot�n, ni sus hijos, ni sus hijas, ni nada de cuanto les hab�an capturado. david se llev� todo. [20] tomaron todo el ganado mayor y menor y lo condujeron ante �l diciendo: �este es el bot�n de david.� [21] lleg� David donde los doscientos hombres que, demasiado fatigados para seguirle, se hab�an quedado en el torrente besor. salieron al encuentro de david y de la gente que ven�a con �l; se acercaron david y la tropa y les saludaron. [22] pero todos los perversos y malvados de entre los hombres que hab�an ido con david, contestaron: �a los que no han ido con nosotros no se les dar� el bot�n que hemos salvado, sino s�lo su mujer y sus hijos; que lo tomen y se vayan.� [23] david dijo: �no hag�is esto con lo que yahveh nos ha concedido. nos ha guardado y ha entregado en nuestras manos a esa banda que vino contra nosotros. [24] �qui�n os dar� la raz�n en este caso? porque: esta es la parte del que baja a la batalla y �sta la parte del que se queda con la impedimenta. se partir� por igual.� [25] y desde aquel d�a en adelante lo estableci� como decreto y norma para israel, hasta el d�a de hoy. [26] lleg� David a siquelag y envi� parte del bot�n a los ancianos de jud�, seg�n sus ciudades, diciendo: �aqu� ten�is un presente del bot�n tomado a los enemigos de yahveh�, [27] a los de betul, a los de ram� del n�gueb, a los de yattir, [28] a los de aroer, a los de sifmot, a los de estemoa, [29] a los de carmelo, a los de las ciudades de yerajmeel, a los de las ciudades de los quenitas, [30] a los de jorm�, a los de bor asan, a los de eter, [31] a los de hebr�n y a todos los lugares por donde anduvo david con su gente. 1 samuel cap.31 [1] trabaron batalla los filisteos contra israel y huyeron los hombres de israel ante los filisteos y cayeron heridos de muerte en el monte gelbo�. [2] apretaron de cerca los filisteos a sa�l y a sus hijos y mataron los filisteos a jonat�n, abinadab y malki s�a, hijos de sa�l. [3] el peso de la batalla carg� sobre sa�l. Los arqueros tiron sobre �l y fue herido por ellos. [4] dijo sa�l a su escudero: �saca tu espada y trasp�same, no sea que lleguen esos incircuncisos y hagan mofa de m� �, pero el escudero no quiso pues estaba lleno de temor. entonces sa�l tom� la espada y se arroj� sobre ella. [5] viendo el escudero que sa�l hab�a muerto, se arroj� tambi�n sobre su espada y muri� con �l. [6] as� murieron aquel d�a juntamente sa�l y sus tres hijos y su escudero. [7] cuando los hombres de israel que estaban del lado frontero del valle y del otro lado del jord�n vieron que las tropas de israel se daban a la fuga y que sa�l y sus hijos hab�an muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron; vinieron los

filisteos y se establecieron en ellas. [8] al otro d�a vinieron los filisteos para despojar a los muertos y encontraron a sa�l y a sus tres hijos ca�dos en el monte gelbo�. [9] cortaron su cabeza y le despojaron de sus armas que hicieron pasear a la redonda por el pa�s de los filisteos para anunciar la buena nueva a sus dioses y a su pueblo. [10] depositaron sus armas en el templo de astart� y colgaron su cuerpo de los muros de bet san. [11] supieron los habitantes de yab�s de galaad lo que los filisteos hab�an hecho con sa�l, [12] se levantaron todos los valientes y caminando durante toda la noche, tomaron del muro de bet san el cuerpo de sa�l y los cuerpos de sus hijos y llev�ndolos a yab�s los quemaron all�. [13] tomaron sus huesos y los sepultaron bajo el tamarisco de yab�s y ayunaron siete d�as. 2 samuel cap.1 [1] despu�s de la muerte de sa�l, volvi� David de derrotar a los amalecitas y se qued� dos d�as en siquelag. [2] al tercer d�a lleg� del campamento uno de los hombres de sa�l, con los vestidos rotos y cubierta de polvo su cabeza; al llegar donde david cay� en tierra y se postr�. [3] david le dijo: ��de d�nde vienes?� le respondi�: �vengo huyendo del campamento de israel.� [4] le pregunt� David: ��qu� ha pasado? cu�ntamelo.� respondi�: �que el pueblo ha huido de la batalla; han ca�do muchos del pueblo y tambi�n sa�l y su hijo jonat�n han muerto.� [5] dijo david al joven que le daba la noticia ": ��c�mo sabes que han muerto sa�l y su hijo jonat�n?� [6] respondi� el joven que daba la noticia: �yo estaba casualmente en el monte gelbo�; sa�l se apoyaba en su lanza, mientras los carros y sus guerreros le acosaban. [7] se volvi� y al verme me llam� y contest�: "aqu� estoy." [8] me dijo: "�qui�n eres t�?" Le respond�: "soy un amalecita." [9] me dijo: "ac�rcate a m� y m�tame, porque me ha acometido un v�rtigo aunque tengo a�n toda la vida en m�." [10] me acerqu� a �l y le mat�, pues sab�a que no podr�a vivir despu�s de su ca�da; luego tom� la diadema que ten�a en su cabeza y el brazalete que ten�a en el brazo y se los he tra�do aqu� a mi se�or.� [11] tomando david sus vestidos los desgarr�, y lo mismo hicieron los hombres que estaban con �l. [12] se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta la noche por sa�l y por su hijo jonat�n, por el pueblo de yahveh, y por la casa de israel, pues hab�an ca�do a espada. [13] david pregunt� al joven que le hab�a llevado la noticia: ��de d�nde eres?� respondi�: �soy hijo de un forastero amalecita.� [14] le dijo david: ��c�mo no has temido alzar tu mano para matar al ungido de yahveh?� [15] y llam� David a uno de los j�venes y le dijo: �ac�rcate y m�tale.� el le hiri� y muri�. [16] david le dijo: �tu sangre sobre tu cabeza, pues tu misma boca te acus� cuando dijiste: "yo mat� al ungido de yahveh".� [17] david enton� esta eleg�a por sa�l y por su hijo jonat�n. [18] est� escrita en el libro del justo, para que sea ense�ado el arco a los hijos de jud�. dijo: [19] la gloria, israel, ha sucumbido en tus monta�as. �c�mo han ca�do los h�roes! [20] no lo anunci�is en gat, no lo divulgu�is por las calles de ascal�n, que no

se regocijen las hijas de los filisteos, no salten de gozo las hijas de los incircuncisos. [21] monta�as de gelbo�: ni lluvia ni roc�o sobre vosotras, campos de perfidia, porque all� fue deshonrado el escudo de los h�roes. [22] el escudo de sa�l ungido no de aceite �mas de sangre de muertos, de grasa de h�roes! el arco de jonat�n jam�s retroced�a, nunca fracasaba la espada de sa�l. [23] sa�l y jonat�n, amados y amables, ni en vida ni en muerte separados, m�s veloces que �guilas, m�s fuertes que leones. [24] hijas de israel, por sa�l llorad, que de lino os vest�a y carmes�, que prend�a joyas de oro de vuestros vestidos. [25] �c�mo cayeron los h�roes en medio del combate! �jonat�n! por tu muerte estoy herido, [26] por ti lleno de angustia, jonat�n, hermano m�o, en extremo querido, m�s delicioso para m� tu amor que el amor de las mujeres. [27] �c�mo cayeron los h�roes, c�mo perecieron las armas de combate! 2 samuel cap.2 [1] despu�s de esto, consult� David a yahveh diciendo: ��debo subir a alguna de las ciudades de jud�?� yahveh le respondi�: �sube.� david pregunt�: ��a cu�l subir�?� �a hebr�n�, respondi�. [2] subi� all� David con sus dos mujeres, ajinoam de yizreel y abiga�l la mujer de nabal de carmelo. [3] david hizo subir a los hombres que estaban con �l, cada cual con su familia, y se asentaron en las ciudades de hebr�n. [4] llegaron los hombres de jud�, y ungieron all� a david como rey sobre la casa de jud�. communicaron a david que los hombres de yab�s de galaad hab�an sepultado a sa�l. [5] y david envi� mensajeros a los hombres de yab�s de galaad para decirles: �benditos se�is de yahveh por haber hecho esta misericordia con sa�l, vuestro se�or, d�ndole sepultura. [6] que yahveh sea con vosotros misericordioso y fiel. tambi�n yo os tratar� bien por haber hecho esto. [7] y ahora tened fortaleza y sed valerosos, pues muri� Sa�l, vuestro se�or, pero la casa de jud� me ha ungido a m� por rey suyo.� [8] abner, hijo de ner, jefe del ej�rcito de sa�l, tom� a isbaal, hijo de sa�l, y le hizo pasar a majan�yim. [9] le proclam� rey sobre galaad, sobre los aseritas, sobre yizreel, sobre efra�m y benjam�n y sobre todo israel. [10] cuarenta a�os ten�a isbaal, hijo de sa�l, cuando fue proclamado rey de israel; rein� dos a�os. solamente la casa de jud� sigui� a david. [11] el n�mero de d�as que estuvo david en hebr�n como rey de la casa de jud� fue de siete a�os y seis meses. [12] sali� Abner, hijo de ner, y los seguidores de isbaal, hijo de sa�l, de majan�yim hacia gaba�n. [13] salieron tambi�n joab, hijo de sarvia, y los veteranos de david, y se encontraron cerca de la alberca de gaba�n; se detuvieron, los unos a un lado de la alberca y los otros al otro. [14] dijo abner a joab: �que se levanten los muchachos y luchen en nuestra presencia.� dijo joab: �que se levanten.� [15] se levantaron y avanzaron los designados: doce de benjam�n por isbaal, hijo de sa�l, y doce de los veteranos de david. [16] cada uno agarr� a su adversario por la cabeza y le hundi� la espada en el costado; as� cayeron todos a la vez, por lo que aquel lugar se llam�: �campo de los costados�; est� en gaba�n. [17] hubo aquel d�a una batalla dur�sima y abner y los hombres de israel fueron derrotados por los veteranos de david. [18] estaban all� los tres hijos de sarvia: joab, abisay y asahel; era asahel

ligero de pies como un corzo mont�s. [19] asahel march� en persecuci�n de abner, sin desviarse en su carrera tras de abner ni a la derecha ni a la izquierda. [20] se volvi� Abner y dijo: ��eres t� Asahel?� respondi�: �yo soy.� [21] abner le dijo: �ap�rtate a la derecha o a la izquierda. atrapa a uno de esos muchachos y apod�rate de sus despojos.� pero asahel no quiso apartarse. [22] insisti� de nuevo abner diciendo a asahel: ��ap�rtate de m�! �por qu� he de derribarte en tierra? �c�mo podr� alzar la vista ante tu hermano joab?� [23] pero no quiso apartarse y abner le hiri� en el vientre con el cuento de la lanza, sali�ndole la lanza por detr�s. cay� y all� mismo muri�. Todos cuantos llegaban al lugar donde asahel cay� y muri� se deten�an. [24] joab y abisay partieron en persecuci�n de abner; cuando el sol se pon�a llegaron a la colina de amm� que est� al oriente de giaj, sobre el camino del desierto de gaba�n. [25] los benjaminitas se agruparon tras de abner en escuadr�n cerrado y aguantaron a pie firme en la cumbre de una colina. [26] abner llam� a joab y le dijo: ��hasta cu�ndo devorar� la espada? �no sabes que, al cabo, todo ser� amargura? � hasta cu�ndo esperas a decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?� [27] respondi� Joab: ��vive yahveh, que de no haber hablado t�, mi gente no hubiera dejado de perseguir cada uno a su hermano hasta el alba!� [28] joab hizo sonar el cuerno: toda la tropa se detuvo y no persigui� m�s a israel; as� ces� el combate. [29] abner y sus hombres marcharon toda la noche por la arab�, pasaron el jord�n y, despu�s de caminar toda la ma�ana, llegaron a majan�yim. [30] joab se volvi� de la persecuci�n de abner y reuni� todo el ej�rcito; de los veteranos de david faltaban diecinueve hombres, adem�s de asahel. [31] los veteranos de david mataron de benjam�n y de los hombres de abner 360 hombres. [32] se llevaron a asahel y lo sepultaron en el sepulcro de su padre en bel�n. joab y sus hombres caminaron toda la noche y despuntaba el d�a cuando llegaron a hebr�n. 2 samuel cap.3 [1] se prolong� la guerra entra la casa de sa�l y la casa de david; pero david se iba fortaleciendo, mientras que la casa de sa�l se debilitaba. [2] david tuvo hijos en hebr�n. su primog�nito amn�n, hijo de ajinoam de yizreel; [3] su segundo, kilab, de abiga�l, mujer de nabal de carmelo; el tercero, absal�n, hijo de maak�, la hija de talmay, rey de guesur; [4] el cuarto, adon�as, hijo de jagguit; el quinto, sefat�as, hijo de abital; [5] el sexto, yitream, de egl�, mujer de david. estos le nacieron a david en hebr�n. [6] durante la guerra entre la casa de sa�l y la casa de david, abner adquiri� predominio en la casa de sa�l. [7] hab�a tenido sa�l una concubina, llamada risp�, hija de ayy�, y abner la tom�. Pero isbaal dijo a abner: ��por qu� te has llegado a la concubina de mi padre?� [8] abner se irrit� mucho por las palabras de isbaal y respondi�: ��soy yo una cabeza de perro? hasta hoy he favorecido a la casa de tu padre sa�l, a sus hermanos y sus amigos, para que no cayeras en manos de david, �y hoy me llamas la atenci�n por una falta con esta mujer? [9] esto haga dios a abner y esto le a�ada si no cumplo a david lo que yahveh le ha jurado, [10] que quitar�a la realeza a la casa de sa�l y levantar�a el trono de david sobre israel y sobre jud�, desde dan hasta berseba.� [11] isbaal no se atrevi� a contestar una palabra a abner, por el miedo que le ten�a.

[12] envi� Abner mensajeros para decir a david: �... haz un pacto conmigo y me pondr� de tu parte para traer a ti todo israel.� [13] david respondi�: �bien. har� un pacto contigo. solamente te pido una cosa. no te admitir� a m� presencia si cuando vengas a verme no traes a mikal, la hija de sa�l.� [14] envi� David mensajeros a isbaal, hijo de sa�l, para decirle: �devu�lveme a mi mujer mikal, que adquir� por cien prepucios de filisteos.� [15] isbaal mand� que la tomaran de casa de su marido paltiel, hijo de layis. [16] su marido parti� con ella; la segu�a llorando detr�s de ella, hasta bajurim. abner le dijo: �anda vu�lvete.� y se volvi�. [17] abner hab�a hablado con los ancianos de israel diciendo: �desde siempre hab�is estado buscando a david para rey vuestro. [18] pues hacedlo ahora, ya que yahveh ha dicho a david: por mano de david mi siervo librar� a mi pueblo israel de mano de los filisteos y de mano de todos sus enemigos.� [19] abner habl� igualmente a benjam�n y march� despu�s a hebr�n a comunicar a david lo que hab�a parecido bien a los ojos de israel y a los ojos de toda la casa de benjam�n. [20] lleg� Abner a donde david, en hebr�n, con veinte hombres. y david ofreci� un banquete a abner y a los hombres que le acompa�aban. [21] abner dijo a david: �voy a levantarme e ir� a reunir todo israel junto a mi se�or, el rey; har�n un pacto contigo y reinar�s conforme a tus deseos.� despidi� David a abner, que se fue en paz. [22] vinieron los veteranos de david, con joab, de hacer una correr�a, trayendo un gran bot�n. no estaba ya abner con david en hebr�n, pues david le hab�a despedido y �l hab�a marchado en paz. [23] llegaron, pues, joab y todo el ej�rcito que le acompa�aba; y se hizo saber a joab: �abner, hijo de ner, ha venido donde el rey, que le ha despedido y �l se ha ido en paz.� [24] entr� Joab donde el rey y dijo: ��qu� has hecho? abner ha venido a ti, �por qu� le has dejado marcharse? [25] �no sabes que abner, hijo de ner, ha venido para enga�arte, para enterarse de tus idas y venidas y saber todo lo que haces?� [26] sali� Joab de donde david y envi� gentes en pos de abner que le hicieron volver desde la cisterna de sir�, sin saberlo david. [27] volvi� Abner a hebr�n y le tom� aparte joab en la misma puerta, como para hablarle en secreto; y le hiri� en el veintre all� mismo y lo mat� por la sangre de su hermano asahel. [28] lo supo david inmediatamente y dijo: �limpio estoy yo, y mi reino, ante yahveh para siempre de la sangre de abner, hijo de ner. [29] caiga sobre la cabeza de joab y sobre toda la casa de su padre, nunca falte en la casa de joab quien padezca flujo de sangre, ni leproso, ni quien ande con cachava, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan.� [30] (joab y su hermano abisay asesinaron a abner porque �ste hab�a matado a su hermano asahel en la batalla de gaba�n.) [31] y dijo david a joab y a todo el ej�rcito que le acompa�aba: �rasgad vuestros vestidos, ce��os los sayales y llorad por abner.� el rey david iba detr�s de las andas. [32] sepultaron a abner en hebr�n. el rey alz� su voz y llor� junto al sepulcro de abner, y tambi�n llor� todo el pueblo. [33] el rey enton� esta eleg�a por abner: ��como muere un necio hab�a de morir abner? [34] no ligadas tus manos ni puestos en cadenas tus pies. has ca�do como quien cae ante malhechores.� y arreci� el pueblo en su llanto por �l. [35] fue todo el pueblo y, siendo a�n de d�a, rogaban a david que comiese, pero david jur�: �esto me haga dios y esto me a�ada, si pruebo el pan o cualquiera otra cosa antes de ponerse el sol.� [36] todo el pueblo lo supo y lo aprob�. Todo lo que hizo el rey pareci� bien a

toto el pueblo. [37] y aquel d�a supo todo el pueblo y todo israel que el rey no hab�a tenido parte en la muerte de abner, hijo de ner. [38] el rey dijo a sus servidores: ��no sab�is que hoy ha ca�do un gran caudillo en israel? [39] hoy estoy reblandecido, pues soy rey ungido, pero estos hombres, hijos de sarvia, son m�s duros que yo. que yahveh devuelva al malhechor seg�n su malicia.� 2 samuel cap.4 [1] cuando isbaal, hijo de sa�l, supo que hab�a muerto abner en hebr�n, desfallecieron sus manos y todo israel quedo consternado. [2] estaban con isbaal, hijo de sa�l, dos hombres, jefes de banda, uno llamado baan� y el otro rekab, hijos de rimm�n de beerot, benjaminitas, porque tambi�n beerot se considera de benjam�n. [3] los habitantes de beerot hab�an huido a guitt�yim, donde se han quedado hasta el d�a de hoy como forasteros residentes. [4] ten�a jonat�n, hijo de sa�l, un hijo tullido de pies. ten�a cinco a�os cuando lleg� de yizreel la noticia de lo de sa�l y jonat�n; su nodriza le tom� y huy�, pero con la prisa de la fuga, cay� y se qued� cojo. se llamaba meribbaal. [5] se pusieron en camino rekab y baan�, hijos de rimm�n de beerot, y llegaron a casa de isbaal con el calor del d�a, cuando dorm�a la siesta. [6] entraron en la casa. la portera se hab�a dormido mientras limpiaba el trigo. rekab y su hermano baan� se deslizaron cautelosamente [7] y entraron en la casa; estaba isbaal acostado en su lecho, en su dormitorio; le hirieron y le mataron; luego le cortaron la cabeza y tom�ndola caminaron toda la noche por la ruta de la arab�. [8] llevaron la cabeza de isbaal a david, en hebr�n, y dijeron al rey: �aqu� tienes la cabeza de isbaal, hijo de sa�l, tu enemigo, el que busc� tu muerte. hoy ha concedido yahveh a mi se�or el rey venganza sobre sa�l y sobre su descendencia.� [9] respondi� David a rekab y a su hermano baan�, hijos de rimm�n de beerot, y les dijo: ��vive yahveh, que ha librado mi alma de toda angustia! [10] al que me anunci� que sa�l hab�a muerto, creyendo que me daba buena noticia, le agarr� y orden� matarle en siquelag d�ndole este pago por su buena noticia; [11] �cu�nto m�s ahora que hombres malvados han dado muerte a un hombre justo en su casa y en su lecho no os voy a pedir cuenta de su sangre, extermin�ndoos de la tierra?� [12] y david dio una orden a sus muchachos, que los mataron, les cortaron las manos y los pies y los colgaron junto a la alberca de hebr�n. tomaron la cabeza de isbaal y la sepultaron en el sepulcro de abner, en hebr�n. 2 samuel cap.5 [1] vinieron todas las tribus de israel donde david a hebr�n y le dijeron: �mira: hueso tuyo y carne tuya somos nosotros. [2] ya de antes, cuando sa�l era nuestro rey, eras t� el que dirig�as las entradas y salidas de israel. yahveh te ha dicho: t� apacentar�s a mi pueblo israel, t� ser�s el caudillo de israel.� [3] vinieron, pues, todos los ancianos de israel donde el rey, a hebr�n. el rey david hizo un pacto con ellos en hebr�n, en presencia de yahveh, y ungieron a david como rey de israel. [4] treinta a�os ten�a cuando comenz� a reinar y rein� cuarenta a�os. [5] rein� en hebr�n sobre jud� siete a�os y seis meses. rein� en jerusal�n sobre todo israel y sobre jud� 33 a�os. [6] march� el rey con sus hombres sobre jerusal�n contra los jebuseos que habitaban aquella tierra. dijeron �stos a david: �no entrar�s aqu�; porque hasta los ciegos y cojos bastan para rechazarte.� (quer�an decir: no entrar� David

aqu�.) [7] pero david conquist� la fortaleza de si�n que es la ciudad de david. [8] y dijo david aquel d�a: �todo el que quiera atacar a los jebuseos que suba por el canal..., en cuanto a los ciegos y a los cojos, david los aborrece.� por eso se dice: �ni cojo ni ciego entrar�n en la casa.� [9] david se instal� en la fortaleza y la llam� Ciudad de david. edific� una muralla en derredor, desde el mill� hacia el interior. [10] david iba medrando y yahveh el dios sebaot estaba con �l. [11] jiram, rey de tiro, envi� a david mensajeros con maderas de cedro, carpinteros y canteros que construyeron la casa de david. [12] y david conoci� que yahveh le hab�a confirmado como rey de israel y que hab�a exaltado su reino a causa de su pueblo israel. [13] tom� David m�s concubinas y mujeres de jerusal�n, despu�s de venir de hebr�n, y le nacieron a david hijos e hijas. [14] estos son los nombres de los que le nacieron en jerusal�n: samm�a, Sobab, nat�n, salom�n, [15] yibjar, elisua, n�feg, yaf�a, [16] elisam�, baalyad�, elif�let. [17] cuando los filisteos oyeron que david hab�a sido ungido rey de israel, subieron todos en busca de david. lo supo david y baj� al refugio. [18] llegaron los filisteos y se desplegaron por el valle de refa�m. [19] entonces david consult� a yahveh diciendo: ��debo subir contra los filisteos? �los entregar�s en mis manos?� respondi� Yahveh a david: �sube, porque ciertamente entregar� a los filisteos en tus manos.� [20] lleg� David a baal perasim. all� los derrot� David y dijo: �yahveh me ha abierto brecha entre mis enemigos como brecha de aguas.� por eso se llam� aquel lugar baal perasim. [21] ellos abandonaron all� sus �dolos y david y sus hombres se los llevaron. [22] volvieron a subir los filisteos y se desplegaron por el valle de refa�m. [23] david consult� a yahveh, que le dijo: �no subas contra ellos. da un rodeo detr�s de ellos y at�calos frente a las balsameras. [24] cuando oigas ruido de pasos en la cima de las balsameras, ataca con decisi�n porque yahveh sale delante de ti para derrotar al ej�rcito de los filisteos.� [25] hizo david lo que yahveh le ordenaba y bati� a los filisteos desde gaba�n hasta la entrada de gu�zer. 2 samuel cap.6 [1] reuni� de nuevo david a todo lo mejor de israel, 30.000 hombres. [2] se levant� David y parti� con todo el pueblo que estaba con �l a baal� de jud� para subir desde all� el arca de dios que lleva el nombre de yahveh sebaot que se sienta sobre los querubines. [3] cargaron el arca de dios en una carreta nueva y la llevaron de la casa de abinadab que est� en la loma. uzz� y ajy�, hijos de abinadab, conduc�an la carreta con el arca de dios. [4] uzz� caminaba al lado del arca de dios y ajy� iba delante de ella. [5] david y toda la casa de israel bailaban delante de yahveh con todas sus fuerzas, cantando con c�taras, arpas, adufes, sistros y cimbalillos. [6] al llegar a la era de nak�n, extendi� Uzz� la mano hacia el arca de dios y la sujet� porque los bueyes amenazaban volcarla. [7] entonces la ira de yahveh se encendi� contra uzz�: all� mismo le hiri� Dios por este atrevimiento y muri� all� junto al arca de dios. [8] david se irrit� porque yahveh hab�a castigado a uzz� y se llam� aquel lugar peres uzz� hasta el d�a de hoy. [9] aquel d�a david tuvo miedo de yahveh y dijo: ��como voy a llevar a mi casa el arca de yahveh?� [10] y no quiso llevar el arca de yahveh junto a s�, a la ciudad de david, sino que la hizo llevar a casa de obededom de gat.

[11] el arca de yahveh estuvo en casa de obededom de gat tres meses y yahveh bendijo a obededom y a toda su casa. [12] se hizo saber al rey david: �yahveh ha bendecido la casa de obededom y todas sus cosas a causa del arca de dios.� fue david e hizo subir el arca de dios de casa de obededom a la ciudad de david, con gran alborozo. [13] cada seis pasos que avanzaban los portadores del arca de yahveh, sacrificaba un buey y un carnero cebado. [14] david danzaba y giraba con todas sus fuerzas ante yahveh, ce�ido de un efod de lino. [15] david y toda la casa de israel hac�an subir el arca de yahveh entre clamores y resonar de cuernos. [16] cuando el arca de yahveh entr� en la ciudad de david, mikal, hija de sa�l, que estaba mirando por la ventana, vio al rey david saltando y girando ante yahveh y le despreci� en su coraz�n. [17] metieron el arca de yahveh y la colocaron en su sitio, en medio de la tienda que david hab�a hecho levantar para ella y david ofreci� holocaustos y sacrificios de comuni�n en presencia de yahveh. [18] cuando david hubo acabado de ofrecer los holocaustos y sacrificios de comuni�n, bendijo al pueblo en nombre de yahveh sebaot [19] y reparti� a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de israel, hombres y mujeres, una torta de pan, un pastel de d�tiles y un pan de pasas a cada uno de ellos, y se fue todo el pueblo cada uno a su casa. [20] cuando se volv�a david para bendecir su casa, mikal, hija de sa�l, le sali� al encuentro y le dijo: ��c�mo se ha cubierto hoy de gloria el rey de israel, descubri�ndose hoy ante las criadas de sus servidores como se descubrir�a un cualquiera!� [21] respondi� David a mikal: �en presencia de yahveh danzo yo. vive yahveh, el que me ha preferido a tu padre y a toda tu casa para constituirme caudillo de israel, el pueblo de yahveh, que yo danzar� ante yahveh, [22] y me har� m�s vil todav�a; ser� vil a tus ojos pero ser� honrado ante las criadas de que hablas. [23] y mikal, hija de sa�l, no tuvo ya hijos hasta el d�a de su muerte. 2 samuel cap.7 [1] cuando el rey se estableci� en su casa y yahveh le concedi� paz de todos sus enemigos de alrededor, [2] dijo el rey al profeta nat�n: �mira; yo habito en una casa de cedro mientras que el arca de dios habita bajo pieles.� [3] respondi� Nat�n al rey: �anda, haz todo lo que te dicta el coraz�n, porque yahveh est� contigo.� [4] pero aquella misma noche vino la palabra de dios a nat�n diciendo: [5] �ve y di a mi siervo david: esto dice yahveh. �me vas a edificar t� una casa para que yo habite? [6] no he habitado en una casa desde el d�a en que hice subir a los israelitas de egipto hasta el d�a de hoy, sino que he ido de un lado para otro en una tienda, en un refugio. [7] en todo el tiempo que he caminado entre todos los israelitas �he dicho acaso a uno de los jueces de israel a los que mand� que apacentaran a mi pueblo israel: "�por qu� no me edific�is una casa de cedro?" [8] ahora pues di esto a mi siervo david: as� habla yahveh sebaot: yo te he tomado del pastizal, de detr�s del reba�o, para que seas caudillo de mi pueblo israel. [9] he estado contigo dondequiera has ido, he eliminado de delante de ti a todos tus enemigos y voy a hacerte un nombre grande como el nombre de los grandes de la tierra: [10] fijar� un lugar a mi pueblo israel y lo plantar� all� para que more en �l; no ser� ya perturbado y los malhechores no seguir�n oprimi�ndole como antes,

[11] en el tiempo en que institu� jueces en mi pueblo israel; le dar� paz con todos sus enemigos. yahveh te anuncia que yahveh te edificar� una casa. [12] y cuando tus d�as se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmar� despu�s de ti la descendencia que saldr� de tus entra�as, y consolidar� el trono de su realeza. [13] (el constituir� una casa para mi nombre y yo consolidar� el trono de su realeza para siempre.) [14] yo ser� para �l padre y �l ser� para m� hijo. si hace mal, le castigar� con vara de hombres y con golpes de hombres, [15] pero no apartar� de �l mi amor, como lo apart� de sa�l a quien quit� de delante de m�. [16] tu casa y tu reino permanecer�n para siempre ante m�; tu trono estar� firme, eternamente.� [17] nat�n habl� a david seg�n todas estas palabras y esta visi�n. [18] el rey david entr�, y se sent� ante yahveh y dijo: ��quien soy yo, se�or m�o yahveh, y qu� mi casa, que me has tra�do hasta aqu�? [19] y aun esto es poco a tus ojos, se�or m�o, yahveh que hablas tambi�n a la casa de tu siervo para el futuro lejano... se�or yahveh. [20] �qu� m�s podr� David a�adir a estas palabras? t� me tienes conocido, se�or yahveh. [21] has realizado todas estas grandes cosas seg�n tu palabra y tu coraz�n, par d�rselo a conocer a tu siervo. [22] por eso eres grande, mi se�or yahveh; nadie como t�, no hay dios fuera de ti, como oyeron nuestros o�dos. [23] �qu� otro pueblo hay en la tierra como tu pueblo israel a quien un dios haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, d�ndole renombre y haciendo en su favor grandes y terribles cosas, expulsando de delante de tu pueblo, al que rescataste de egipto, a naciones y dioses extra�os? [24] t� te has constituido a tu pueblo israel para que sea tu pueblo para siempre, y t�, Yahveh, eres su dios. [25] y ahora, yahveh dios, mant�n firme eternamente la palabra que has dirigido a tu siervo y a su casa y haz seg�n tu palabra. [26] sea tu nombre por siempre engrandecido; que se diga: yahveh sebaot es dios de israel; y que la casa de tu siervo david subsista en tu presencia, [27] ya que t�, Yahveh sebaot, dios de israel, has hecho esta revelaci�n a tu siervo diciendo: "yo te edificar� una casa": por eso tu siervo ha encontrado valor para orar en tu presencia. [28] ahora, mi se�or yahveh, t� eres dios, tus palabras son verdad y has prometido a tu siervo esta dicha; [29] d�gnate, pues, bendecir la casa de tu siervo para que permanezca por siempre en tu presencia, pues t� mi se�or yahveh, has hablado y con tu bendici�n la casa de tu siervo ser� eternamente bendita.� 2 samuel cap.8 [1] despu�s de esto, bati� David a los filisteos y los humill�; tom� David a gat y sus dependencias de manos de los filisteos... [2] bati� tambi�n a los moabitas y los midi� con la cuerda, haciendo que se echaran en tierra; midi� dos cuerdas y los conden� a muerte, y una cuerda llena la dej� con vida. los moabitas quedaron sometidos a david, pagando tributo. [3] david bati� a hadad�zer, hijo de rejob, rey de sob�, cuando iba a imponerse su dominio en el r�o. [4] david le apres� 1.700 hombres de carro y 20.000 de a pie y desjarret� toda la cabeller�a de los carros reservando cien tiros. [5] los arameos de damasco vinieron en socorro de hadad�zer, rey de sob�: pero david caus� 22.000 bajas a los arameos. [6] y estableci� David gobernadores en aram de damasco. los arameos quedaron sometidos a david, pagando tributo; yahveh hizo triunfar a david por dondequiera

que iba. [7] tom� David los escudos de oro que llevaban los servidores de hadad�zer y los llev� a jerusal�n. [8] de tebaj y de berotay, ciudades de hadad�zer, tom� el rey una gran cantidad de bronce. [9] tou, rey de jamat, supo que david hab�a derrotado a todas las fuerzas de hadad�zer, [10] y envi� a su hijo hadoram al rey david para saludarle y felicitarle por haber atacado y vencido a hadad�zer, ya que tou estaba siempre en guerra con hadad�zer. tra�a hadoram vasos de plata, oro y bronce. [11] el rey david los consagr� tambi�n a yahveh, con la plata y el oro consagrado procedente de todos los pueblos sometidos, [12] de edom, de moab, de los ammonitas, de los filisteos, de amalec y del bot�n de hadad�zer, hijo de rejob, rey de sob�. [13] david se hizo famoso cuando volvi� de su victoria sobre los edomitas, en el valle de la sal, en n�mero de 18.000. [14] puso gobernadores en edom y todos los edomitas quedaron sometidos a david, y yahveh hizo triunfar a david dondequiera que iba. [15] rein� David sobre todo israel, administrando derecho y justicia a todo su pueblo. [16] joab, hijo de sarvia, era jefe del ej�rcito, y josafat, hijo de ajilub, era el heraldo. [17] sadoq, hijo de ajitub, y abiatar, hijo de ajim�lek, eran sacerdotes. seraya era secretario, [18] bena�as, hijo de yehoyad�, mandaba a los keretos y los peleteos. los hijos de david eran sacerdotes. 2 samuel cap.9 [1] david pregunt�: ��queda todav�a alg�n hijo de la casa de sa�l? Quiero favorecerle por amor a jonat�n. [2] ten�a la familia de sa�l un siervo llamado sib�. le convocaron ante david y el rey le dijo: ��eres t� Sib�?� respondi�: �tu siervo soy.� [3] dijo el rey: ��queda alguien todav�a de la casa de sa�l para que yo tenga con �l una misericordia sin medida?� sib� contest� al rey: �vive todav�a un hijo de jonat�n, tullido de pies.� [4] el rey le pregunt�: ��d�nde est�?� respondi� Sib� al rey: �esta en casa de makir, hijo de ammiel, en lo debar.� [5] y el rey david mand� traerlo de la casa de makir, hijo de ammiel, de lo debar. [6] lleg� Meribbaal, hijo de jonat�n, hijo de sa�l, adonde david y cayendo sobre su rostro se postr�. David le dijo: �meribbaal�, y respondi�: �aqu� tienes a tu siervo.� [7] david le dijo: �no temas, quiero favorecerte por amor de jonat�n, tu padre. har� que te devuelvan todos los campos de tu padre sa�l, y t� comer�s siempre a mi mesa.� [8] el se postr� y dijo: ��qu� es tu siervo, para que te fijes en un perro muerto como yo?� [9] llam� el rey a sib�, criado de sa�l, y le dijo: �todo lo que pertenec�a a sa�l y a toda su casa, se lo doy al hijo de tu se�or. [10] cultivar�s para �l la tierra t�, tus hijos y tus siervos, y se lo llevar�s a la familia de tu se�or para que pueda comer. meribbaal, el hijo de tu se�or, comer� siempre a mi mesa.� ten�a sib� quince hijos y veinte siervos. [11] respondi� Sib� al rey: �tu siervo har� todo lo que mi se�or el rey ha mandado a su siervo.� meribbaal com�a a la mesa de david como uno de los hijos del rey. [12] ten�a meribbaal un hijo peque�o, llamado mik�. todos los que viv�an en casa de sib� eran siervos de meribbaal.

[13] pero meribbaal viv�a en jerusal�n porque com�a siempre a la mesa del rey. estaba tullido de pies. 2 samuel cap.10 [1] despu�s de esto muri� el rey de los ammonitas y rein� en su lugar su hijo jan�n. [2] dijo david: �tendr� con jan�n, hijo de naj�s, la misma benevolencia que su padre tuvo conmigo.� david envi� a sus servidores para que le consolaran por su padre. cuando los servidores de david llegaron al pa�s de los ammonitas, [3] dijeron los jefes de los ammonitas a jan�n, su se�or: ��acaso david te env�a a consolar porque quiere hacer honor a tu padre ante tus ojos? �no te ha enviado david sus siervos para espiar la ciudad, explorarla y destruirla?� [4] entonces jan�n prendi� a los servidores de david, les rap� la mitad de la barba, cort� sus vestidos hasta la mitad de las nalgas, y los despach�. [5] se lo comunicaron a david y envi� gente a su encuentro porque los hombres estaban cubiertos de verg�enza; el rey les mand� a decir: �quedaos en jeric� hasta que os crezca la barba; despu�s volver�is.� [6] vieron los ammonitas que se hab�an hecho odiosos a david y enviaron para tomar a sueldo arameos de bet rejob y arameos de sob� 20.000 infantes; del rey de maak� mil hombres y del rey de tob 12.000. [7] lo supo david y mand� a joab con toda la tropa, los valientes. [8] salieron a campa�a los ammonitas y se ordenaron en batalla a la entrada de la puerta, mientras que los arameos de sob� y de rejob, y los hombres de tob y de maak� estaban aparte en el campo. [9] viendo joab que ten�a un frente de combate por delante y otro por detr�s, escogi� a los mejores de israel y los puso en l�nea contra los arameos. [10] puso el resto del ej�rcito al mando de su hermano abisay y lo orden� en batalla frente a los ammonitas. [11] y dijo: �si los arameos me dominan, ven en mi ayuda; si los ammonitas te dominan a ti, vendr� en tu socorro. [12] ten fortaleza, esforc�monos por nuestr pueblo y por las ciudades de nuestro dios y que yahveh haga lo que bien le parezca.� [13] y avanz� Joab con su ej�rcito para luchar contra los arameos, que huyeron ante �l. [14] viendo los ammonitas que los arameos emprend�an la fuga, huyeron tambi�n ellos ante abisay y entraron en la ciudad, mientras que joab se alej� de los ammonitas y entr� en jerusal�n. [15] vieron los arameos que hab�an sido vencidos por israel y se concentraron todos. [16] hadad�zer mand� venir a los arameos del otro lado del r�o. y llegaron a jelam, viniendo a su cabeza sobak, jefe del ej�rcito de hadad�zer. [17] se dio aviso a david, quien reuniendo a todo israel pas� el jord�n y lleg� a jelam; los arameos se ordenaron en batalla frente a david y combatieron contra �l. [18] huyeron los arameos ante israel y david abati� a los arameos setecientos carros y 40.000 de carro. hiri� tambi�n a sobak, jefe de su ej�rcito, que muri� all� mismo. [19] cuando todos les reyes vasallos de hadad�zer vieron que hab�an sido batidos ante israel, hicieron la paz con israel y le quedaron sometidos. los arameos no se atrevieron a seguir ayudando a los ammonitas. 2 samuel cap.11 [1] a la vuelta del a�o, al tiempo que los reyes salen a campa�a, envi� David a joab con sus veteranos y todo israel. derrotaron a los ammonitas y pusieron sitio a rabb�, mientras david se qued� en jerusal�n. [2] un atardecer se levant� David de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa del rey cuando vio desde lo alto del terrado a una mujer que se estaba

ba�ando. era una mujer muy hermosa. [3] mand� David para informarse sobre la mujer y le dijeron: �es betsab�, hija de eliam, mujer de ur�as el hitita.� [4] david envi� gente que la trajese; lleg� donde david y �l se acost� con ella, cuando acababa de purificarse de sus reglas. y ella se volvi� a su casa. [5] la mujer qued� embarazada y envi� a decir a david: �estoy encinta.� [6] david mand� decir a joab: �env�ame a ur�as el hitita.� joab envi� a ur�as adonde david. [7] lleg� Ur�as donde �l y david le pregunt� por joab, y por el ej�rcito y por la marcha de la guerra. [8] y dijo david a ur�as: �baja a tu casa y lava tus pies.� sali� Ur�as de la casa del rey, seguido de un obsequio de la mesa real. [9] pero ur�as se acost� a la entrada de la casa del rey, con la guardia de su se�or, y no baj� a su casa. [10] avisaron a david: �ur�as no ha bajado a su casa.� pregunt� David a ur�as: ��no vienes de un viaje? �por qu� no has bajado a tu casa? [11] ur�as respondi� a david: �el arca, israel y jud� habitan en tiendas; joab mi se�or y los siervos de mi se�or acampan en el suelo �y voy a entrar yo en mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? �por tu vida y la vida de tu alma, no har� tal!� [12] entonces david dijo a ur�as: �qu�date hoy tambi�n y ma�ana te despedir�.� se qued� Ur�as aquel d�a en jerusal�n y al d�a siguiente [13] le invit� David a comer con �l y le hizo beber hasta emborracharse. por la tarde sali� y se acost� en el lecho, con la guardia de su se�or, pero no baj� a su casa. [14] a la ma�ana siguiente escribi� David una carta a joab y se la envi� por medio de ur�as. [15] en la carta hab�a escrito: �poned a ur�as frente a lo m�s re�ido de la batalla y retiraos de detr�s de �l para que sea herido y muera.� [16] estaba joab asediando la ciudad y coloc� a ur�as en el sitio en que sab�a que estaban los hombres m�s valientes. [17] los hombres de la ciudad hicieron una salida y atacaron a joab; cayeron algunos del ej�rcito de entre los veteranos de david; y muri� tambi�n ur�as el hitita. [18] joab envi� a comunicar a david todas las noticias de la guerra, [19] y orden� al mensajero: �cuando hayas acabado de decir al rey todas las noticias sobre la batalla, [20] si salta la c�lera del rey de te dice: "�por qu� os hab�is acercado a la ciudad para atacarla? �no sab�ais que tirar�an sobre vosotros desde la muralla? [21] �quien mat� a abim�lek, el hijo de yerubbaal? �no arroj� una mujer sobre �l una piedra de molino desde lo alto de la muralla y muri� �l en teb�s? �por qu� os hab�is acercado a la muralla?", t� le dices: tambi�n ha muerto tu siervo ur�as el hitita.� [22] parti� el mensajero y en llegando comunic� a david todo lo que le hab�a mandado joab. david se irrit� contra joab y dijo al mensajero: ��por qu� os hab�is acercado a la muralla para luchar? �qui�n mat� a abim�lek, el hijo de yerubbaal? �no arroj� una mujer sobre �l una piedra de molino desde lo alto de la muralla y muri� �l en teb�s? �por qu� os hab�is acercado a la muralla?� [23] el mensajero dijo a david: �aquellos hombres se crecieron frente a nosotros, hicieron una salida contra nosotros en campo raso y los rechazamos hasta la entrada de la puerta, [24] pero los arqueros tiraron contra tus veteranos desde lo alto de la muralla y murieron algunos de los veteranos del rey. tambi�n muri� tu siervo ur�as el hitita.� [25] entonces david dijo al mensajero: �esto has de decir a joab: "no te inquietes por este asunto, porque la espada devora ya a uno ya a otro. redobla tu ataque contra la ciudad y destr�yela." y as� le dar�s �nimos.� [26] supo la mujer de ur�as que hab�a muerto ur�as su marido e hizo duelo por su

se�or. [27] pasado el luto, david envi� por ella y la recibi� en su casa haci�ndola su mujer; ella le dio a luz un hijo; pero aquella acci�n que david hab�a hecho desagrad� a yahveh. 2 samuel cap.12 [1] envi� Yahveh a nat�n donde david, y llegando a �l le dijo: �hab�a dos hombres en una ciudad, el uno era rico y el otro era pobre. [2] el rico ten�a ovejas y bueyes en gran abundancia; [3] el pobre no ten�a m�s que una corderilla, s�lo una, peque�a, que hab�a comprado. el la alimentaba y ella iba creciendo con �l y sus hijos, comiendo su pan, bebiendo en su copa, durmiendo en su seno igual que una hija. [4] vino un visitante donde el hombre rico, y d�ndole pena tomar su ganado lanar y vacuno para dar de comer a aquel hombre llegado a su casa, tom� la ovejita del pobre, y dio de comer al viajero llegado a su casa.� [5] david se encendi� en gran c�lera contra aquel hombre y dijo a nat�n: ��vive yahveh! que merece la muerte el hombre que tal hizo. [6] pagar� cuatro veces la oveja por haber hecho semejante cosa y por no haber tenido compasi�n.� [7] entonces nat�n dijo a david: �t� eres ese hombre. as� dice yahveh dios de israel: yo te he ungido rey de israel y te he librado de las manos de sa�l. [8] te he dado la casa de tu se�or y he puesto en tu seno las mujeres de tu se�or; te he dado la casa de israel y de jud�; y si es poco, te a�adir� todav�a otras cosas. [9] �por qu� has menospreciado a yahveh haciendo lo malo a sus ojos, matando a espada a ur�as el hitita, tomando a su mujer por mujer tuya y mat�ndole por la espada de los ammonitas? [10] pues bien, nunca se apartar� la espada de tu casa, ya que me has despreciado y has tomado la mujer de ur�as el hitita para mujer tuya. [11] as� habla yahveh: har� que de tu propia casa se alce el mal contra ti. tomar� tus mujeres ante tus ojos y se las dar� a otro que se acostar� con tus mujeres a la luz de este sol. [12] pues t� has obrado en lo oculto, pero yo cumplir� esta palabra ante todo israel y a la luz del sol.� [13] david dijo a nat�n: �he pecado contra yahveh.� respondi� Nat�n a david: �tambi�n yahveh perdona tu pecado; no morir�s. [14] pero por haber ultrajado a yahveh con ese hecho, el hijo que te ha nacido morir� sin remedio.� [15] y nat�n se fue a su casa. hiri� Yahveh al ni�o que hab�a engendrado a david la mujer de ur�as y enferm� gravemente. [16] david suplic� a dios por el ni�o; hizo david un ayuno riguroso y entrando en casa pasaba la noche acostado en tierra. [17] los ancianos de su casa se esforzaban por levantarle del suelo, pero el se neg� y no quiso comer con ellos. [18] el s�ptimo d�a muri� el ni�o; los servidores de david temieron decirle que el ni�o hab�a muerto, porque se dec�an: �cuando el ni�o a�n viv�a le habl�bamos y no nos escuchaba. �c�mo le diremos que el ni�o ha muerto? �har� un desatino!� [19] vio david que sus servidores cuchicheaban entre s� y comprendi� David que el ni�o hab�a muerto y dijo david a sus servidores: ��es que ha muerto el ni�o?� le respondieron: �ha muerto.� [20] david se levant� del suelo, se lav�, se ungi� y se cambi� de vestidos. fue luego a la casa de yahveh y se postr�. Se volvi� a su casa, pidi� que le trajesen de comer y comi�. [21] sus servidores le dijeron: ��qu� es lo que haces? cuando el ni�o a�n viv�a ayunabas y llorabas, y ahora que ha muerto te levantas y comes.� [22] respondi�: �mientras el ni�o viv�a ayun� y llor�, pues me dec�a: �qui�n sabe si yahveh tendr� compasi�n de m� y el ni�o vivir�?

[23] pero ahora que ha muerto, �por qu� he de ayunar? �podr� hacer que vuelva? yo ir� donde �l, pero �l no volver� a m�.� [24] david consol� a betsab� su mujer, fue donde ella y se acost� con ella; dio ella a luz un hijo y se llam� Salom�n; yahveh le am�, [25] y envi� al profeta nat�n que le llam� Yedid�as, por lo que hab�a dicho yahveh. [26] joab atac� a rabb� de los ammonitas y conquist� la ciudad real. [27] y envi� Joab mensajeros a david para decirle: �he atacado a rabb� y me he apoderado tambi�n de la ciudad real. [28] ahora, pues, re�ne el resto del ej�rcito, acampa contra la ciudad y t�mala, para que no sea yo quien la conquiste y no le d� mi nombre.� [29] reuni� David todo el ej�rcito y parti� para rabb�, la atac� y la conquist�. [30] tom� de la cabeza de milkom la corona, que pesaba un talento de oro; ten�a �sta engarzada una piedra preciosa que fue puesta en la cabeza de david; y se llev� un enorme bot�n de la ciudad. [31] a la gente que hab�a en ella la hizo salir y la puso a trabajar en las sierras, en los trillos de dientes de hierro, en las hachas de hierro y los emple� en los hornos de ladrillo. lo mismo hizo con todas la ciudades de los ammonitas. luego david regres� con todo el ej�rcito a jerusal�n. 2 samuel cap.13 [1] sucedi� despu�s que absal�n, hijo de david, ten�a una hermana que era hermosa, llamada tamar, y amn�n, hijo de david, se prend� de ella. [2] estaba amn�n tan atormentado que se puso enfermo, porque su hermana tamar era virgen y le parec�a dif�cil a amm�n hacerle algo. [3] ten�a amn�n un amigo llamado yonadab, hijo de sim�, hermano de david; era yonadab hombre muy astuto, [4] y le dijo: ��qu� te sucede, hijo del rey, que de d�a en d�a est�s m�s afligido? �no me lo vas a descubrir?� amn�n le dijo: �estoy enamorado de tamar, hermana de mi hermano absal�n.� [5] yonadab le dijo: �acu�state en tu lecho y f�ngete enfermo y cuando tu padre venga en verte le dices: que venga, por favor, mi hermana tamar a darme de comer; que prepare delante de m� alg�n manjar para que lo vea yo y lo coma de su mano.� [6] y amn�n se acost� fingi�ndose enfermo. entr� el rey a verle y amn�n dijo al rey: �que venga, por favor, mi hermana tamar y fr�a delante de m� un par de frituras y yo las comer� de su mano.� [7] david envi� a decir a tamar a su casa: �vete a casa de tu hermano amn�n y prep�rale algo de comer.� [8] fue, pues, tamar a casa de su hermano, que estaba acostado; tom� harina, la amas�, hizo los pasteles y los puso a fre�r delante de su hermano; [9] tom� la sart�n y la vaci� delante de �l, pero �l no quiso comer; y dijo amn�n: �que salgan todos de aqu�.� y todos salieron de all�. [10] entonces amn�n dijo a tamar: �tr�eme la comida a la alcoba para que coma de tu mano.� tomo tamar las frituras que hab�a hecho, se las llev� a su hermano amn�n a la alcoba [11] y se las acerc� para que comiese, pero �l la sujet� y le dijo: �ven, acu�state conmigo, hermana m�a.� [12] pero ella respondi�: �no, hermano m�o, no me fuerces, pues no se hace esto en israel. no cometas esta infamia. [13] �a d�nde ir�a yo deshonrada? y t� ser�as como un infame en israel. habla, te lo suplico, al rey, que no rehusar� entregarme a ti.� [14] pero �l no quiso escucharla, sino que la sujet� y forz�ndola se acost� con ella. [15] despu�s amn�n la aborreci� con tan gran aborrecimiento que fue mayor su aborrecimiento que el amor con que la hab�a amado. y le dijo amn�n: �lev�ntate y vete.� [16] ella le dijo: �no, hermano m�o, por favor, porque si me echas, este segundo

mal es peor que el que me hiciste primero.� pero �l no quiso escucharla. [17] llam� al criado que le serv�a y le dijo: �echame a �sta fuera y cierra la puerta tras ella.� [18] (vest�a ella una t�nica con mangas, porque as� vest�an antes las hijas del rey que eran v�rgenes). su criado la hizo salir fuera y cerr� la puerta tras ella. [19] tamar puso ceniza sobre su cabeza, rasg� la t�nica de mangas que llevaba, puso sus manos sobre la cabeza y se iba gritando mientras caminaba. [20] su hermano absal�n le dijo: ��es que tu hermano amn�n ha estado contigo? ahora calla, hermana m�a; es tu hermano. no te preocupes de este asunto.� y tamar qued� desolada en casa de su hermano absal�n. [21] cuando el rey david supo todas estas cosas se irrit� en extremo, pero no quiso castigar a su hijo amn�n, al que amaba porque era su primog�nito. [22] absal�n no dijo a amn�n ni una palabra, ni buena ni mala, pues odiaba absal�n a amn�n porque hab�a humillado a su hermana tamar. [23] dos a�os despu�s, estaban los esquiladores con absal�n esquilando en baal jasor, junto a efra�m, y absal�n invit� a todos los hijos del rey. [24] se present� Absal�n al rey y le dijo: �ya que estoy de esquileo, que vengan, por favor, conmigo el rey y sus servidores.� [25] el rey dijo a absal�n: �no, hijo m�o, no podemos ir todos para no serte gravosos.� insisti�, pero el rey no quiso ir y le dio su bendici�n. [26] absal�n le dijo: �que venga, por favor, con nosotros mi hermano amn�n.� respondi� el rey: ��para qu� ha de ir contigo?� [27] pero absal�n le insisti� y dej� que fueran con �l amn�n y todos los hijos del rey. absal�n mand� preparar un convite regio. [28] y orden� a sus criados: �estad atentos: cuando el coraz�n de amn�n est� alegre por el vino y yo os diga: "herid a amn�n", le matar�is. no teng�is temor, porque os lo mando yo. cobrad �nimo y sed valerosos.� [29] los criados de absal�n hicieron con amn�n lo que absal�n les hab�a mandado. entonces todos los hijos del rey se levantaron y montando cada cual en su mulo huyeron. [30] estando ellos en camino lleg� a david el rumor de que absal�n hab�a matado a todos los hijos del rey y que no hab�a quedado ni uno solo de ellos. [31] se levant� el rey, rasg� sus vestidos y se ech� en tierra; todos los servidores que estaban a su lado rasgaron tambi�n, sus vestidos. [32] pero yonadab, hijo de sim�, hermano de david, tom� la palabra y dijo: �no piense mi se�or el rey que han muerto todos los muchachos, los hijos del rey, porque solamente ha muerto amn�n; pues era cosa decidida en boca de absal�n desde el d�a en que aqu�l humill� a su hermana tamar. [33] as� que no haga caso mi se�or el rey de esos rumores de que han muerto todos los hijos del rey, porque s�lo ha muerto amn�n.� [34] absal�n huy�. El joven que estaba de centinela levant� la vista y vio multitud que ven�a por el camino de bajurim, a la bajada, y fue a avisar el rey: �he visto algunos hombres que bajan por el camino de bajurim, por la ladera de la monta�a.� [35] yonadab dijo al rey: �son los hijos del rey que llegan; ha sido lo que tu servidor hab�a dicho.� [36] apenas hab�a acabado de hablar, entraron los hijos del rey y alzando su voz lloraron. tambi�n el rey y todos los servidores se echaron a llorar con gran llanto. [37] absal�n huy� y�ndose adonde talmay, hijo de ammijud, rey de guesur; y el rey lloraba todos los d�as por su hijo. [38] absal�n, por su parte, hab�a huido y�ndose a guesur: all� se qued� tres a�os. [39] el esp�ritu del rey ces� de airarse contra absal�n, porque se hab�a consolado ya de la muerte de amm�n. 2 samuel cap.14

[1] conoci� Joab, hijo de sarvia, que el coraz�n del rey estaba por absal�n [2] y envi� Joab a t�coa, a traer de all� una mujer sagaz a la que dijo: �da muestras de duelo, v�stete de luto y no te perfumes; p�rtate como una mujer que hace muchos d�as que est� en duelo por un muerto. [3] entra luego donde el rey y dile estas palabras�, y joab puso las palabras en su boca. [4] entr�, pues, donde el rey la mujer de t�coa y cayendo sobre su rostro en tierra se postr� y dijo: ��s�lvame, oh rey!� [5] el rey le dijo: ��qu� te pasa?� y ella contest�: ��ay de m�! soy una mujer viuda. mi marido ha muerto. [6] tu sierva tiene dos hijos. se pelearon en el campo, no hab�a quien los separase y uno hiri� al otro y le mat�. [7] y ahora se alza toda la familia contra tu sierva y dicen: "entr�ganos al asesino de su hermano: le haremos morir por la vida de su hermano, al que mat�, y haremos desaparecer tambi�n al heredero." as� van a extinguir el ascua que me queda y no dejar�n a mi marido nombre ni superviviente en la tierra.� [8] el rey dijo a la mujer: �vete a tu casa que yo dar� �rdenes sobre tu asunto.� [9] pero la mujer de t�coa dijo al rey: �caiga, oh rey mi se�or, la culpa sobre m� y sobre la casa de mi padre y queden inocentes el rey y su trono.� [10] el rey dijo: �si alguno todav�a te dice algo, hazle venir y no te molestar� m�s.� [11] replic� ella: �que el rey mencione, por favor, a yahveh, tu dios, para que el vengador de sangre no aumente la ruina y no extermine a mi hijo.� el dijo: �vive yahveh, que no caer� en tierra ni un cabello de tu hijo.� [12] la mujer dijo: �te suplico que tu sierva pueda decir a mi se�or el rey una palabra.� dijo: �habla�. [13] respondi� la mujer: ��por qu� has tenido tal pensamiento contra el pueblo de dios y se hace el rey culpable diciendo que no vuelva m�s su desterrado? [14] todos hemos de morir; como el algua que se derrama en tierra no se vuelva a recoger, as� Dios no vuelve a conceder la vida. que el rey elija medios para que el proscrito no siga alejado de �l. [15] �as� pues, si tu sierva ha venido para hablar a mi se�or el rey estas cosas, es porque me han metido miedo y tu sierva se ha dicho: hablar� al rey y acaso el rey cumpla la palabra de su esclava, [16] pues el rey me escuchar� y librar� a su esclava de la ira del hombre que quiere exterminarme, a m� juntamente con mi hijo, de la heredad de dios. [17] tu sierva dice: que la palabra de mi se�or el rey traiga la paz, pues mi se�or el rey es como el angel de dios para discernir el bien y el mal. y que yahveh tu dios sea contigo.� [18] el rey respondi� a la mujer y dijo: �no me oculte nada de lo que voy a preguntarte.� la mujer dijo: �habla, oh rey, mi se�or.� [19] dijo el rey: ��no anda contigo la mano de joab en todo esto?� respondi� la mujer: �por tu vida, oh rey mi se�or, que no se desv�a ni a la derecha ni a la izquierda nada de lo que el rey mi se�or dice. tu siervo joab me ha mandado y ha puesto en la boca de tu sierva todas estas palabras. [20] para abordar con rodeos el tema hizo esto tu siervo joab. pero mi se�or es prudente como el angel de dios y sabe todo cuanto sucede en la tierra.� [21] entonces el rey dijo a joab: �mira, he decidido el asunto. anda y haz que regrese el joven absal�n.� [22] cay� Joab sobre su rostro en tierra y postr�ndose bendijo al rey. joab dijo: �hoy ha conocido tu siervo que ha hallado gracia a tus ojos, oh rey mi se�or, pues ha cumplido el rey el deseo de su siervo.� [23] levant�se joab, fue a guesur y llev� a absal�n a jerusal�n. [24] pero el rey dijo: �que se retire a su casa, pues no ha de ver mi rostro.� y absal�n se retir� a su casa sin ver el rostro del rey. [25] no hab�a en todo israel un hombre tan apuesto como absal�n, ni tan celebrado; de la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza no hab�a en �l defecto.

[26] cuando se cortaba el pelo -y se lo cortaba cada a�o; porque le pesaba mucho y por eso se lo cortaba- pesaba el cabello de su cabezca doscientos siclos, peso real. [27] le nacieron a absal�n tres hijos y una hija, llamada tamar; era una mujer de gran belleza. [28] absal�n estuvo en jerusal�n dos a�os sin ver el rostro del rey. [29] llam� Absal�n a joab para enviarle al rey, pero �l no quiso ir. le llam� todav�a una segunda vez, pero tampoco quiso. [30] entonces dijo a sus servidores: �ved el campo de joab, que est� junto al m�o, donde �l tiene la cebada. id y prendedle fuego.� los servidores de absal�n prendieron fuego al campo. [31] entonces se levant� Joab, fue a casa de absal�n y le dijo: ��por qu� tus servidores han prendido fuego a mi campo?� [32] absal�n respondi� a joab: �te he mandado llamar para decirte: ven, por favor, pues quiero enviarte al rey para que le digas: �para qu� he vuelto de guesur? mejor me hubiera sido estarme all�. quiero ver el rostro del rey; si hay alguna culpa en m�, que me haga morir.� [33] fue joab al rey y se lo comunic�. Entonces llam� a absal�n. entr� �ste donde el rey y se postr� sobre su rostro en presencia del rey. y el rey bes� a absal�n. 2 samuel cap.15 [1] despu�s de esto se hizo absal�n con un carro, caballos y cincuenta hombres que corr�an delante de �l. [2] se levantaba absal�n temprano y se colocaba a la vera del camino de la puerta, y a los que ten�an alg�n pleito y ven�an donde el rey para el juicio, les llamaba absal�n y les dec�a: ��no eres t� de...?� el respond�a: �tu siervo es de tal tribu de israel.� [3] absal�n le dec�a: �mira, tu causa es justa y buena, pero nadie te escuchar� de parte del rey.� [4] y a�ad�a absal�n: ��qui�n me pusiera por juez de esta tierra! podr�an venir a m� todos los que tienen pleitos o juicios y yo les har�a justicia.� [5] cuando alguno se acercaba a �l y se postraba, le tend�a la mano, le reten�a y le besaba. [6] as� hac�a absal�n, con todos los israelitas que iban al tribunal del rey. absal�n robaba as� el coraz�n de los hombres de israel. [7] al cabo de cuatro a�os dijo absal�n al rey: �perm�teme que vaya a hebr�n a cumplir el voto que hice a yahveh. [8] porque tu siervo hizo voto cuando estaba en guesur de aram diciendo: si yahveh me permite volver a jerusal�n, dar� culto a yahveh en hebr�n.� [9] el rey le dijo �vete en paz.� el se levant� y se fue a hebr�n. [10] envi� Absal�n mensajeros a todas las tribus de israel diciendo: �cuando oig�is sonar el cuerno decid: ��absal�n se ha proclamado rey en hebr�n!� [11] con absal�n hab�an partido de jerusal�n doscientos hombres invitados; eran inocentes y no sab�an absolutamente nada. [12] absal�n mand� a buscar a su ciudad de guil� a ajit�fel el guilonita, consejero de david, y lo tuvo consigo cuando ofrec�a los sacrificios. as� la conjuraci�n se fortalec�a y los partidarios de absal�n iban aumentando. [13] lleg� uno que avis� a david: �el coraz�n de los hombres de israel va tras de absal�n.� [14] entonces david dijo a todos los servidores que estaban con �l en jerusal�n: �levantaos y huyamos, porque no tenemos escape ante absal�n. apresuraos a partir, no sea que venga a toda prisa y nos d� alcance, vierta sobre nosotros la ruina y pase la ciudad a filo de espada.� [15] dijeron al rey sus servidores: �para todo cuanto mi se�or el rey elija estamos aqu� tus servidores.� [16] el rey sali� con toda su casa, a pie, dejando diez concubinas para guardar la casa.

[17] sali� el rey a pie, con todo el pueblo, y se detuvieron en la �ltima casa. [18] estaban con �l todos sus veteranos. todos los kereteos, los perizitas, ittay y todos los guititas, seiscientos hombres que le hab�an seguido desde gat, marchaban delante del rey. [19] y dijo el rey a ittay el guitita: ��por qu� has de venir t� tambi�n conmigo? vu�lvete y qu�date con el rey porque eres un extranjero, desterrado tambi�n de tu pa�s. [20] llegaste ayer �y voy a obligarte hoy a andar errando con nosotros, cuando voy a la ventura? vu�lvete y haz que tus hermanos se vuelvan contigo; y que yahveh tenga contigo amor y fidelidad.� [21] ittay respondi� al rey: ��por vida de yahveh y por tu vida, rey mi se�or, que donde el rey mi se�or est�, para muerte o para vida, all� estar� tu siervo!� [22] entonces david dijo a ittay: �anda y pasa.� pas� Ittay de gat con todos sus hombres y todas sus criaturas. [23] iban todos llorando con gran llanto. el rey se detuvo en el torrente cedr�n y toda la gente pasaba ante �l por el camino del desierto. [24] iban tambi�n con �l sadoq y todos los levitas, llevando el arca de la alianza de dios. se detuvieron con el arca de dios junto a abiatar hasta que todo el pueblo acab� de salir de la ciudad. [25] dijo el rey a sadoq: �haz volver el arca de dios a la ciudad. si he hallado gracia a los ojos de yahveh, me har� volver y me permitir� ver el arca y su morada. [26] y si �l dice: "no me has agradado", que me haga lo que mejor le parezca.� [27] dijo el rey al sacerdote sadoq: �mirad, t� y Abiatar volveos en paz a la ciudad, con vuestros dos hijos, ajimaas, tu hijo, y jonat�n, hijo de abiatar. [28] mirad, yo me detendr� en las llanuras del desierto, hasta que me llegue una palabra vuestra que me d� noticias.� [29] sadoq y abiatar volvieron el arca de dios a jerusal�n y se quedaron all�. [30] david sub�a la cuesta de los olivos, sub�a llorando con la cabeza cubierta y los pies desnudos; y toda la gente que estaba con �l hab�a cubierto su cabeza y sub�a la cuesta llorando. [31] notificaron entonces a david: �ajit�fel est� entre los conjurados con absal�n�, y david dijo: ��vuelve necios, yahveh, los consejos de ajit�fel!� [32] cuando david lleg� a la cima donde se postran ante dios, le sali� al encuentro jusay el arquita, amigo de david, con la t�nica desgarrada y cubierta de polvo su cabeza. [33] david le dijo: �si vienes conmigo, me ser�s una carga. [34] pero si tu vuelves a la ciudad y dices a absal�n: "soy tu siervo, oh rey mi se�or; antes serv� a tu padre, ahora soy siervo tuyo," podr�s frustrar, en favor m�o, los consejos de ajit�fel. [35] �no estar�n all� contigo los sacerdotes sadoq y abiatar? todo cuanto oigas en la casa del rey, se lo comunicas a los sacerdotes sadoq y abiatar. [36] estar�n all� con ellos sus dos hijos, ajimaas de sadoq y jonat�n de abiatar, y por su medio podr�is communicarme todo lo que sep�is.� [37] jusay, amigo de david, entr� en la ciudad cuando absal�n llegaba a jerusal�n. 2 samuel cap.16 [1] hab�a pasado david un poco m�s all� de la cumbre, cuando le sali� al encuentro sib�, criado de meribbaal, con dos asnos aparejados, cargados con doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutas maduras y un odre de vino. [2] el rey pregunt� a sib�: ��para qu� es esto?� sib� contest�: �los asnos son para que la familia del rey pueda montar, los panes y frutas son para que los muchachos coman y el vino para que beba el que se fatigue en el desierto.� [3] el rey pregunt�: ��d�nde est� el hijo de tu se�or?� sib� respondi� al rey: �se ha quedado en jerusal�n porque se ha dicho: hoy me devolver� la casa de israel

el reino de mi padre.� [4] el rey dijo a sib�: �todo lo de meribbaal es para ti� sib� respondi�: �me postro ante ti. �que halle yo gracia a tus ojos, oh rey mi se�or!� [5] cuando el rey david lleg� a bajurim sali� de all� un hombre del mismo clan que la casa de sa�l, llamado seme�, hijo de guer�. iba maldiciendo mientras avanzaba. [6] tiraba piedras a david y a todos los servidores del rey, mientras toda la gente y todos los servidores se colocaban a derecha e izquierda. [7] seme� dec�a maldiciendo: �vete, vete, hombre sanguinario y malvado. [8] yahveh te devuelva toda la sangre de la casa de sa�l, cuyo reino usurpaste. as� Yahveh ha entregado tu reino en manos de absal�n tu hijo. has ca�do en tu propia maldad, porque eres un hombre sanguinario.� [9] abisay, hijo de sarvia, dijo al rey: ��por qu� ha de maldecir este perro muerto a mi se�or el rey? voy ahora mismo y le corto la cabeza.� [10] respondi� el rey: ��qu� tengo yo con vosotros, hijos de sarvia? deja que maldiga, pues si yahveh le ha dicho: "maldice a david" �qui�n le puede decir: �por qu� haces esto?� [11] y a�adi� David a abisay y a todos sus siervos: �mirad, mi hijo, salido de mis entra�as, busca mi muerte, pues �cu�nto m�s ahora un benjaminita? dejadle que maldiga, pues se lo ha mandado yahveh. [12] acaso yahveh mire mi aflicci�n y me devuelva yahveh bien por las maldiciones de este d�a.� [13] y david y sus hombres prosiguieron su camino, mientras seme� marchaba por el flanco de la monta�a, paralelo a �l; iba malcidiendo, tirando piedras y arrojandos polvo. [14] el rey y todo el pueblo que iba con �l, llegaron extenuados a... y all� tomaron aliento. [15] absal�n y todos hombres de israel entraron en jerusal�n; ajit�fel estaba con �l. [16] lleg� Jusay el arquita, amigo de david, donde absal�n y dijo jusay a absal�n: ��viva el rey, viva el rey!� [17] absal�n dijo a jusay: ��es �ste tu afecto por tu amigo? �por qu� no te has ido con tu amigo?� [18] jusay respondi� a absal�n: �no. yo quiero estar y permanecer con aquel a quien ha elegido yahveh, este pueblo y todos los hombres de israel. [19] por lo dem�s �a qui�n voy a servir? �no es a su hijo? como he servido a tu padre, te servir� a ti.� [20] absal�n dijo a ajit�fel: �tomad consejo sobre lo que se debe hacer.� [21] ajit�fel dijo a absal�n: �ll�gate a las concubinas que tu padre ha dejado para guardar la casa; todo israel sabr� que te has hecho odioso a tu padre y se fortalecer�n las manos de todos los que est�n contigo. [22] se levant�, pues, una tienda para absal�n sobre el terrado y absal�n se uni� a las concubinas de su padre a la vista de todo israel. [23] el consejo que daba ajit�fel aquellos d�as era como si se hubiese pedido un or�culo a dios. as� era tenido el consejo de ajit�fel, tanto por david como por absal�n. 2 samuel cap.17 [1] ajit�fel dijo a absal�n: �voy a elegir 12.000 hombres y me lanzar� en persecuci�n de david esta misma noche. [2] caer� sobre �l cuando est� fatigado y falto de fuerzas, le llenar� de espanto y huir� toda la gente que est� con �l; herir� al rey solamente [3] y har� que vuelva a ti todo el pueblo, como la novia viene a su esposo; solamente buscas la muerte de un hombre y todo el pueblo quedar� a salvo.� [4] pareci� bueno el consejo a absal�n y a todos los ancianos de israel. [5] pero absal�n dijo: �llamad tambi�n a jusay el arquita y oig�mosle tambi�n a �l.�

[6] lleg� Jusay donde absal�n y absal�n dijo: �ajit�fel nos ha dicho esto. �debemos hacer lo que dice? si no, habla tu.� [7] jusay dijo a absal�n: �por esta vez, no es bueno el consejo de ajit�fel.� [8] a�adi� Jusay: �t� ya sabes que tu padre y sus hombres son gente valerosa y est�n exasperados como una osa salvaje a la que han quitado sus oseznos. tu padre es hombre de guerra y no permitir� que el pueblo descanse durante la noche. [9] ahora estar� escondido en alguna caverna o en alg�n lugar. si caen al principio algunos de los nuestros se correr� el rumor y se dir�: ha habido un desastre en la tropa que sigue a absal�n. [10] y suceder� que incluso los m�s valientes, cuyo coraz�n es como coraz�n de le�n, perder�n el �nimo, porque todo israel sabe que tu padre es esforzado y que son valerosos los que est�n con �l. [11] por eso te aconsejo que re�nas en torno a ti a todo israel, desde dan hasta berseba, como la arena que hay en la orilla del mar, y t� marchar�s en persona en medio de ellos. [12] nos acercaremos a �l en cualquier lugar en que se encuentre, caeremos sobre �l como cae el roc�o sobre la tierra y no dejaremos con vida ni a �l ni a uno solo de los hombres que le acompa�an. [13] si se recoge a una ciudad, todo israel llevar� cuerdas y la arrastraremos hasta el torrente, de modo que no se pueda hallar en ella ni un pedrusco.� [14] absal�n y todos los hombres de israel dijeron: �el consejo de jusay el arquita es mejor que el consejo de ajit�fel.� es que yahveh hab�a decidido frustrar el consejo de ajit�fel -que era bueno- para traer yahveh la ruina sobre absal�n. [15] despu�s jusay dijo a los sacerdotes sadoq y abiatar: �esto ha aconsejado ajit�fel a absal�n y a los ancianos de israel; y esto y esto he aconsejado yo. [16] ahora mandad r�pidamente a avisar a david: "no hagas noche en las llanuras del desierto. pasa sin tardanza al otro lado, no vaya a ser devorado el rey y todo el pueblo que le acompa�a."� [17] jonat�n y ajimaas estaban apostados en la fuente de roguel. una criada vendr�a a avisarles y ellos ir�an a comunic�rselo al rey david, porque no pod�an dejarse ver al entrar en la ciudad. [18] pero los vio un muchacho y avis� a absal�n. entonces los dos partieron a toda prisa y entraron en casa de un hombre de bajurim. ten�a �ste un pozo en el patio y los bajaron a �l. [19] la mujer tom� una manta, la extendi� sobre la boca del pozo, y puso encima grano trillado; de modo que no se notaba nada. [20] lleg� la gente de absal�n a la casa, donde la mujer, y dijeron: ��d�nde est�n ajimaas y jonat�n?� la mujer respondi�: �han pasado m�s all� hacia el agua.� buscaron, pero no hallaron nada y se volvieron a jerusal�n. [21] despu�s que se fueron, subieron ellos del pozo y fueron a avisar al rey david dici�ndole: �llevantos y pasad aprisa el agua, porque este consejo les ha dado ajit�fel contra vosotros.� [22] se levant� David y todo el pueblo que estaba con �l y pasaron el jord�n; al romper la luz de la ma�ana no quedaba nadie sin pasar el jord�n. [23] cuando vio ajit�fel que no hab�an seguido con su consejo, aparej� el asno y levant�ndose fue a su casa en su ciudad; orden� su casa, y luego se ahorc� y muri�. Le sepultaron en la tumba de su padre. [24] llegaba david a majan�yim cuando atravesaba absal�n el jord�n con todos los hombres de israel. [25] absal�n hab�a puesto a amas� al frente del ej�rcito, en lugar de joab. amas� era hijo de un hombre llamado yitr� el ismaelita, que se hab�a unido con abiga�l, hija de jes�, hermana de sarvia, madre de joab. [26] israel y absal�n acamparon en tierra de galaad. [27] cuando david lleg� a majan�yim, sob�, hijo de naj�s, de rabb� de los ammonitas, y makir, hijo de ammiel, de lo debar, y barzillay de galaad de roguelim, [28] llevaron lechos, esteras, copas y vasos de barro, as� como trigo, cebada,

harina, grano tostado, lentejas, habas, [29] miel, cuajada, ovejas y quesos de vaca, y lo ofrecieron a david y a la gente que estaba con �l, para que comiesen, pues se hab�an dicho: �la gente habr� pasado hambre, fatigas y sed en el desierto.� 2 samuel cap.18 [1] david pas� revista al ej�rcito que estaba con �l y puso a su cabeza jefes de millar y de cien. [2] dividi� David el ej�rcito en tres cuerpos: un tercio a las �rdenes de joab; un tercio a las �rdenes de abisay, hijo de sarvia, hermano de joab, y un tercio a las �rdenes de ittay de gat. y dijo david a su ej�rcito: �yo mismo saldr� tambi�n con vosotros.� [3] pero la tropa dijo: �no debes salir, porque si nosotros tenemos que huir, no tendr�a importancia; aunque muriera la mitad de nosotros no tendr�a importancia; pero t� eres como 10.000 de nosotros. es mejor que puedas venir en nuestra ayuda desde la ciudad.� [4] el rey les dijo: �har� lo que bien os parezca.� se qued�, pues, el rey junto a la puerta y sali� todo el ej�rcito por centenares y millares. [5] el rey orden� a joab, abisay y a ittay: �tratad bien, por amor a m�, al joven absal�n.� y todo el ej�rcito oy� las �rdenes del rey a todos los jefes acerca de absal�n. [6] el ej�rcito sali� al campo, al encuentro de israel, y se trab� la batalla en el bosque de efra�m. [7] el pueblo de israel fue derrotado all� por los veteranos de david, y hubo aquel d�a un gran estrago de 20.000 hombres. [8] la batalla se extendi� por todo aquel contorno y aquel contorno y aquel d�a devor� el bosque m�s hombres que la espada. [9] absal�n se top� con los veteranos de david. iba absal�n montado en un mulo y el mulo se meti� bajo el ramaje de una gran encina. la cabeza de absal�n se trab� y qued� en la encina colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de �l sigui� adelante. [10] lo vio un hombre y se lo avis� a joab diciendo: �he visto a absal�n colgado de una encina.� [11] joab dijo al hombre que le avisaba: �y vi�ndole �por qu� no le has derribado all� mismo en tierra, yo te habr�a dado diez siclos de plata y un cintur�n?� [12] el hombre respondi� a joab: �aunque pudiera pesar en la palma de mi mano mil siclos de plata, no alzar�a mi mano contra el hijo del rey, pues ante nuestros o�dos te orden� el rey, a ti, a abisay y a ittay: "guardadme al joven absal�n." [13] si me hubiera mentido a m� mismo, expondr�a mi vida, pues al rey nada se le oculta y t� mismo te hubieras mantenido aparte.� [14] respondi� Joab: �no voy a estarme mirando tu cara.� y tomando tres dardos en su mano los clav� en el coraz�n de absal�n, que estaba todav�a vivo en medio de la encina. [15] luego se acercaron diez j�venes, escuderos de joab, que hirieron a absal�n y lo remataron. [16] joab mand� tocar el cuerno y el ej�rcito dej� de perseguir a israel, porque joab retuvo al ej�rcito. [17] tomaron a absal�n, le echaron en el bosque en un gran hoyo y pusieron encima un gran mont�n de piedras; y todo israel huy�, cada uno a su tienda. [18] estando en vida, hab�a decidido absal�n alzarse la estela que est� en el valle del rey, pues se hab�a dicho: � no tengo hijo para perpetuar mi nombre�, y hab�a puesto a la estela su mismo nombre. se llama �la mano de absal�n�, hasta el d�a de hoy. [19] ajimaas, hijo de sadoq, dijo: �voy a correr y anunciar al rey la buena noticia de que yahveh le ha librado de manos de sus enemigos.� [20] pero joab le dijo; �no ser�s t� hombre que d� buenas noticias hoy. otro d�a las dar�s; hoy no las dar�s porque el hijo del rey ha muerto.�

[21] y joab dijo al kusita: �anda y anuncia al rey lo que has visto.� el kusita se postr� ante joab y parti� a la carrera. [22] insisti� de nuevo ajimaas, hijo de sadoq, y dijo a joab: �pase lo que pase, yo tambi�n quiero correr tras el kusita.� joab le dijo: ��para qu� vas a correr, hijo m�o? aunque vayas, por esta noticia no te van a dar albricias.� [23] el dijo: �pase lo que pase, voy a correr.� entonces le dijo: �corre.� ajimaas corri� por el camino de la vega y adelant� al kusita. [24] estaba david entre las dos puertas. el centinela que estaba en el terrado de la puerta, sobre la muralla, alz� la vista y vio a un hombre que ven�a corriendo solo. [25] grit� el centinela y se lo comunic� al rey y el dijo: �si viene solo, hay buenas noticias en su boca.� mientras �ste se acercaba corriendo, [26] vio el centinela otro hombre corriendo y grit� el centinela de la puerta: �ah� viene otro hombre solo, corriendo.� dijo el rey: �tambi�n �ste trae buenas noticias.� [27] dijo el centinela: �ya distingo el modo de correr del primero: por su modo de correr es ajimaas, hijo de sadoq.� dijo el rey: �es un hombre de bien; viene para dar buenas noticias.� [28] se acerc� Ajimaas y dijo al rey: ��paz!�, y se postr� ante el rey, rostro en tierra. luego prosigui�: �bendito sea yahveh tu dios que ha sometido a los hombres que alzaban la mano contra mi se�or el rey.� [29] pregunt� el rey: ��est� bien el joven absal�n?� ajimaas respondi�: �yo vi un gran tumulto cuando el siervo del rey, joab, envi� a tu siervo pero no s� qu� era.� [30] el rey dijo: �pasa y ponte ac�.� el pas� y se qued�. [31] lleg� el kusita y dijo: �recibe, oh rey mi se�or, la buena noticia, pues hoy te ha liberado yahveh de la mano de todos lo que se alzaban contra ti.� [32] dijo el rey al kusita: �est� bien el joven absal�n?� respondi� el kusita: �que les suceda como a ese joven a todos los enemigos de mi se�or el rey y a todos los que se levantan contra ti para hacerte mal.� 2 samuel cap.19 [1] entonces el rey se estremeci�. Subi� a la estancia que hab�a encima de la puerta y rompi� a llorar. decia entre sollozos: ��hijo m�o, absal�n; hijo m�o, hijo m�o, absal�n! �qui�n me diera haber muerto en tu lugar, absal�n, hijo m�o, hijo m�o!� [2] avisaron a joab: �mira que el rey est� llorando y lament�ndose por absal�n.� [3] la victoria se troc� en duelo aquel d�a para todo el pueblo, porque aquel d�a supo el pueblo que el rey estaba desolado por su hijo. [4] y aquel d�a fue entrando el ej�rcito a escondidas en la ciudad, como cuando va a escondidas un ej�rcito que huye avergonzado de la batalla. [5] el rey, tapado el rostro, dec�a con grandes gemidos: ��hijo m�o, absal�n; absal�n, hijo m�o, hijo m�o!� [6] entr� Joab en la casa, donde el rey, y le dijo: �est�s hoy cubriendo de verg�enza el rostro de todos tus servidores, que han salvado hoy tu vida, la vida de tus hijos y tus hijas, la vida de tus mujeres y la vida de tus concubinas, [7] porque amas a los que te aborrecen y aborreces a los que te aman; hoy has demostrado que nada te importan tus jefes ni tus soldados; ahora estoy comprendiendo que si absal�n viviera y todos nosotros hubi�ramos muerto hoy, te habr�a parecido bien. [8] ahora, pues, lev�ntate, sal y habla al coraz�n de tus servidores, porque por yahveh te juro que, si no sales, no quedar� contigo esta noche ni un hombre, y esto ser�a para ti mayor calamidad que cuantas vinieron sobre ti desde tu juventud hasta hoy.� [9] se levant� el rey y vino a sentarse a la puerta. se avis� a todo el ej�rcito: �el rey est� sentado a la puerta�, y todo el ej�rcito se present� ante el rey. israel hab�a huido cada uno a su tienda.

[10] y todo el pueblo discut�a en todas las tribus de israel diciendo: �el rey nos libr� de nuestros enemigos y nos salv� de manos de los filisteos y ahora ha tenido que huir del pa�s, lejos de absal�n. [11] pero absal�n, a quien ungimos por rey nuestro, ha muerto en la batalla. as� pues, �por qu� est�is sin hacer nada para traer al rey?� [12] llegaron hasta el rey estas palabras de todo israel; y el rey david mand� a decir a los sacerdotes sadoq y abiatar: �decid a los ancianos de jud�: "�por qu� vais a ser los �ltimos en traer al rey a su casa? [13] sois mis hermanos, mi carne y mis huesos sois, y �vais a ser los ultimos en hacer volver al rey?" [14] decid tambi�n a amas�: "�no eres t� hueso m�o y carne m�a? esto me haga dios y esto me a�ada si no entras a mi servicio toda mi vida como jefe del ej�rcito, en lugar de joab."� [15] entonces se inclin� el coraz�n de todos los hombres de jud� como un solo hombre y enviaron a decir al rey: �vuelve, t� y todos tus servidores.� [16] volvi�, pues, el rey y lleg� hasta el jord�n. jud� lleg� hasta guilgal, viniendo al encuentro del rey para ayudar al rey a pasar el jord�n. [17] seme�, hijo de guer�, benjaminita de bajurim, se apresur� a bajar con los hombres de jud� al encuentro del rey david. [18] ven�an con �l mil hombres de benjam�n. sib�, criado de la casa de sa�l, sus quince hijos y sus veinte siervos bajaron al jord�n delante del rey, [19] para ayudar a pasar a la familia del rey, y hacer todo lo que le pareciera bien. seme�, hijo de guer�, se ech� ante el rey, cuando hubo pasado el jord�n, [20] y dijo al rey: �no me impute culpa mi se�or y no recuerdes el mal que tu siervo hizo el d�a en que mi se�or el rey sal�a de jerusal�n; que no lo guarde el rey en su coraz�n, [21] porque bien conoce tu siervo que he pecado, pero he venido hoy el primero de toda la casa de jos�, para bajar al encuentro de mi se�or el rey.� [22] entonces abisay, hijo de sarvia, tom� la palabra y dijo: ��es que no va a morir seme� por haber maldecido al ungido de yahveh?� [23] pero david dijo: ��qu� tengo yo con vosotros, hijos de sarvia, que os convert�s hoy en adversarios m�os? �ha de morir hoy alguien en israel? �acaso no conozco que hoy vuelvo a ser rey de israel?� [24] el rey dijo a seme�: �no morir�s.� y el rey se lo jur�. [25] tambi�n meribbaal, hijo de sa�l, baj� al encuentro del rey. no hab�a aseado sus pies ni sus manos, no hab�a cuidado su bigote ni hab�a lavado sus vestidos desde el d�a en que se march� el rey hasta el d�a en que volvi� en paz. [26] cuando lleg� de jerusal�n al encuentro del rey, el rey le dijo: ��por qu� no viniste conmigo, meribbaal?� [27] respondi� �l: ��oh rey, se�or m�o! mi servidor me enga��: tu siervo le hab�a dicho: "apar�jame el asno; montar� en �l, y me ir� con el rey", porque tu siervo es cojo. [28] ha calumniado a tu siervo ante mi se�or el rey. pero el rey mi se�or es como el angel de dios y har�s lo que bien te pareciere. [29] pues toda la familia de mi padre merec�a la muerte de parte del rey mi se�or, y t�, con todo, has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa. �qu� derecho tengo yo a implorar todav�a al rey?� [30] el rey le dijo: ��para qu� vas a a seguir repitiendo tus palabras? he decidido que t� y Sib� os repart�is las tierras.� [31] dijo meribbaal al rey: �y aun todo puede llev�rselo, ya que mi se�or el rey ha vuelto en paz a su casa.� [32] tambi�n barzillay de galaad hab�a bajado de roguelim y hab�a pasado el jord�n con el rey para despedirle en el jord�n. [33] barzillay era muy ancinao; ten�a ochenta a�os. hab�a proporcionado alimentos al rey durante su estancia en majan�yim, porque era un hombre muy rico. [34] dijo el rey a barzillay: �sigue conmigo y yo te mantendr� junto a m� en jerusal�n.� [35] pero barzillay dijo al rey: ��cu�ntos podr�n ser los a�os de mi vida para

que suba con el rey a jerusal�n? [36] ochenta a�os tengo. �puedo hoy distinguir entre lo bueno y lo malo? tu siervo no llega ya a saborear lo que come o bebe, ni alcanzo ya a o�r la voz de los cantores y cantoras. �por qu� tu siervo ha de seguir siendo una carga para el rey mi se�or? [37] tu siervo continuar� con el rey un poco m�s all� del jord�n, pero �para qu� ha de concederme el rey tal recompensa? [38] permite que tu siervo se vuelva para morir en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. aqu� est� tu siervo kimham. que siga �l con el rey mi se�or y haz con �l lo que bien te parezca.� [39] dijo el rey: �que venga kimham conmigo; har� por �l cuanto desees, y todo cuanto me pidas te lo conceder�.� [40] todo el pueblo pas� el jord�n. pas� el rey, que bes� a barzillay y le bendijo, y �ste se volvi� a su casa. [41] sigui� el rey hacia guilgal y kimham pas� con �l. iba con el rey todo el pueblo de jud� y la mitad del pueblo de israel. [42] en esto todos los hombres de israel fueron al rey y le dijeron: ��por qu� nuestros hermanos, los hombres de jud�, te tienen secuestrado y han hecho pasar el jord�n al rey, a su casa y a todos los hombres de david con �l?� [43] todos los hombres de jud� respondieron a los hombres de israel: �porque el rey est� emparentado conmigo. �por qu� te ha de irritar esto? �hemos conmido acaso a expensas del rey? �o nos hemos llevado alguna raci�n?� [44] los hombres de israel respondieron a los hombres de jud�: �yo tengo diez partes en el rey y adem�s soy el primog�nito. �por qu� me has menospreciado? �no habl� yo primero para hacer volver a mi rey?� pero las palabras de los hombres de jud� fueron m�s �speras que las de los hombres de israel. 2 samuel cap.20 [1] hab�a all� un malvado llamado seba, hijo de bikr�, benjaminita, que hizo sonar el cuerno y dijo: �no tenemos parte con david, ni tenemos heredad con el hijo de jes�. �cada uno a sus tiendas, israel!� [2] y todos los hombres de israel se apartaron de david para seguir a seba, hijo de bikr�, mientras que los hombres de jud� se adhirieron a su rey, desde el jord�n hasta jerusal�n. [3] david entr� en su casa de jerusal�n; tom� el rey las diez concubinas que hab�a dejado para guardar la casa y las puso bajo custodia. provey� a su mantenimiento, pero no se acerc� a ellas y estuvieron encerradas hasta el d�a de su muerte, como viudas de por vida. [4] el rey dijo a amas�: �conv�came a los hombres de jud� y pres�ntate aqu� dentro de tres d�as.� [5] parti� Amas� para convocar a jud� pere tard� m�s tiempo del se�alado. [6] entonces david dijo a abisay: �ahora seba, hijo de bikr�, nos va a hacer m�s mal que absal�n. toma los veteranos de tu se�or y parte en su persecuci�n para que no alcance las ciudades fortificadas y se nos escape.� [7] salieron en pos de abisay los hombres de joab, los kereteos, los peleteos y todos los valientes; salieron de jerusal�n para perseguir a seba, hijo de bikr�. [8] estaban cerca de la piedra grande que hay en gaba�n cuando amas� se present� ante ellos. vest�a joab su vestido militar y llevaba sobre �l la espada, en la vaina, ce�ida al costado. la espada se sali� y cay�. [9] joab dijo a amas�: ��est�s bien, hermano m�o?� y sujet� Joab con su mano derecha la barba de amas� como para besarle. [10] amas� no se fij� en la espada que joab ten�a en su mano; y �ste le hiri� en el vientre derramando sus entra�as en tierra. no tuvo que repetir para matarle. luego joab y su hermano abisay continuaron la persecuci�n de seba, hijo de bikr�. [11] se qued� junto a amas� uno de los criados de joab que dec�a: �quien quiera a joab y quien est� por david, que siga a joab.� [12] amas�, envuelto en sangre, estaba en medio del camino; viendo el hombre que

todo el pueblo paraba, apart� a amas� del camino al campo, y le puso encima un vestido, porque vio que todos los que llegaban hasta �l se deten�an. [13] cuando amas� fue apartado del camino, todos los hombres segu�an en pos de joab, persiguiendo a seba, hijo de bikr�. [14] seba atraves� todas las tribus de israel hacia abel bet maak�, y todos los bikritas... se hab�an reunido y entraron tras �l. [15] vinieron y le cercaron en abel bet maak�. alzaron junto a la ciudad un terrapl�n que llegaba hasta el contramuro y todo el ej�rcito que estaba con joab trabajaba para derribar el muro, haciendo zapa. [16] entonces una mujer sagaz grit� desde la ciudad: ��escuchad, escuchad! decid a joab que se acerque aqu� que quiero hablarle.� [17] se acerc� �l y la mujer dijo: ��eres t� Joab?� respondi�: �yo soy.� ella le dijo: �escucha las palabras de tu sierva.� �te escucho� -dijo-. [18] ella continu�: �antes se dec�a: quien preguntare, que pregunte en abel y en dan si ha acabado [19] lo que han establecido los fieles de israel. �y t� est�s buscando la destrucci�n de una ciudad, madre de ciudades en israel? �por qu� quieres destruir una heredad de yahveh?� [20] respondi� Joab: ��lejos, lejos de m� querer destruir y aniquilar! [21] no se trata de eso sino de un hombre de la monta�a de efra�m, llamado seba, hijo de bikr�, que ha alzado su mano contra el rey, contra david. entregadle en nuestras manos y me marchar� de la ciudad.� respondi� la mujer a joab: �se te echar� su cabeza por encima del muro.� [22] la mujer entr� en la ciudad y habl� a todo el pueblo con su habitual prudencia. le cortaron la cabeza a seba, hijo de bikr�, y se la arrojaron a joab. entonces �ste hizo sonar el cuerno y se alejaron de la ciudad cada uno a su tienda. joab se volvi� a jerusal�n junto al rey. [23] joab era jefe de todo el ej�rcito. bena�as, hijo de yehoyad�, era jefe de los kereteos y los peleteos. [24] adoram era jefe de la leva, y josafat, hijo de ajilud, era el heraldo. [25] seraya era secretario; sadoq y abiatar eran sacerdotes. [26] tambi�n ir� el yairita era sacerdote de david. 2 samuel cap.21 [1] en tiempo de david hubo hambre por tres a�os consecutivos. david consult� el rostro de yahveh y yahveh respondi�: �hay sangre sobre sa�l y sobre su casa, porque mat� a los gabaonitas.� [2] llam� el rey a los gabaonitas y les dijo: (estos gabaonitas no eran israelitas, sino uno de los residuos amorreos, a los que los israelitas hab�an hecho juramento. pero sa�l intent� exterminarlos, llevado del celo por los israelitas y jud�.) [3] dijo, pues, david a los gabaonitas: ��qu� debo hacer por vosotros y c�mo puedo aplacaros para que bendig�is la heredad de yahveh?� [4] le respondieron los gabaonitas: �no es para nosotros cuesti�n de oro ni plata con sa�l y su casa, ni se trata de hacer morir a nadie en israel.� el dijo: �har� por vosotros lo que me dig�is.� [5] entonces ellos dijeron al rey: �aquel hombre nos extermin� y proyect� aniquilarnos para hacernos desaparecer de todos los t�rminos de israel. [6] que se nos entreguen siete de entre sus hijos y los despe�aremos ante yahveh en gaba�n, en el monte de yahveh.� el rey dijo: �os los entregar�.� [7] pero el rey perdon� a meribbaal, hijo de jonat�n, hijo de sa�l, a causa del juramento de yahveh que hab�a entre ellos, entre david y jonat�n, hijo de sa�l. [8] tom� el rey a los dos hijos que risp�, hija de ayy�, hab�a dado a sa�l, Armon� y meribbaal, y a los cinco hijos que merab, hija de sa�l, hab�a dado a adriel, hijo de barzillay de mejol� [9] y los puso en manos de los gagaonitas que los despe�aron en el monte ante yahveh. cayeron los siete a la vez; fueron muertos en los primeros d�as de la

cosecha, al comienzo de la siega de la cebada. [10] risp�, hija de ayy�, tom� un sayal y se lo tend�a sobre la roca desde el comienzo de la siega hasta que cayeron sobre ellos las lluvias del cielo; no dejaba que se pararan junto a ellos las aves del cielo por el d�a ni las bestias del campo por la noche. [11] avisaron a david lo que hab�a hecho risp�, hija de ayy�, concubina de sa�l. [12] entonces david fue a recoger los huesos de sa�l y los huesos de su hijo jonat�n, de entre los vecinos de yab�s de galaad que los hab�an hurtado de la explanada de bets�n, donde los filisteos los hab�an colgado el d�a que mataron a sa�l en gelbo�; [13] subi� desde all� los huesos de sa�l y los huesos de su hijo jonat�n y los reuni� con los huesos de los despe�ados. [14] sepultaron los huesos de sa�l, los de su hijo jonat�n y los de los despe�ados, en tierra de benjam�n, en sel�, en el sepulcro de quis, padre de sa�l, y ejecutaron cuanto hab�a ordenado el rey, despu�s de lo cual dios qued� aplacado con la tierra. [15] hubo otra guerra de los filisteos contra israel. baj� David con sus veteranos y atarcaron a los filisteos. david estaba extenuado. [16] hab�a un campe�n de los descendientes de raf�; el peso de su lanza era de trescientos siclos de bronce, ce��a una espada nueva y se dijo: �voy a matar a david.� [17] pero acudi� en su socorro abisay, hijo de sarvia, que hiri� al filisteo y le mat�. Entonces los hombres de david le conjuraron diciendo: �no vuelvas a salir al combate con nosotros, para que no apagues la antorcha en israel.� [18] despu�s de esto, hubo guerra de nuevo en gob contra los filisteos; entonces sibbekay, jusatita, mat� a saf, uno de los descendientes de raf�. [19] hubo otra guerra en gob contra los filisteos, y eljan�n, hijo de ya�r de bel�n, mat� a goliat de gat; el asta de su lanza era como un enjullo de tejedor. [20] hubo guerra de nuevo en gat y hab�a all� un hombre de gran estatura que ten�a seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro dedos en total; tambi�n �l descend�a de raf�. [21] desafi� �ste a israel, y jonat�n, hijo de sim�, hermano de david, le mat�. [22] estos cuatro descendi�n de raf� de gat y sucumbieron a manos de david y de sus veteranos. 2 samuel cap.22 [1] david dijo a yahveh las palabras de este c�ntico el d�a que le salv� Yahveh de la mano de todos sus enemigos y de la mano de sa�l. [2] dijo: yahveh, mi roca, y mi baluarte, mi liberador, [3] mi dios, la pe�a en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvaci�n, mi ciudadela y mi refugio, mi salvador que me salva de la violencia. [4] invoco a yahveh que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. [5] los olas de la muerte me envolv�an, me espantaban las trombas de belial, [6] los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la muerte. [7] clam� a yahveh en mi angustia, a mi dios invoqu�, y escuch� mi voz desde su templo, reson� mi llamada en sus o�dos. [8] la tierra fue sacudida y vacil�, las bases de los cielos retemblaron. vacilaron bajo su furor. [9] una humareda subi� de sus narices y de su boca un fuego que abrasaba; de �l sal�an carbones encendidos. [10] el inclin� los cielos y baj�, un espeso nublado debajo de sus pies. [11] cabalg� sobre un querube, emprendi� el vuelo, sobre las alas de los vientos plane�. [12] se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las aguas, espesos nubarrones. [13] del fulgor que le preced�a se encendieron granizo y ascuas de fuego. [14] tron� Yahveh dese los cielos, lanz� el alt�simo su voz;

[15] arroj� saetas y los puso en fuga, rayos fulmin� y sembr� derrota. [16] el fondo del mar qued� a la vista, los cimientos del orbe aparecieron ante la increpaci�n de yahveh, al resollar al aliento en sus narices. [17] extiende su mano de lo alto para asirme, para sacarme de las profundas aguas. [18] me libera de un enemigo poderoso, de mis adversarios m�s fuertes que yo. [19] me aguardaban el d�a de mi ruina, mas yahveh fue un apoyo para m�. [20] me sac� a espacio abierto, me savl� porque me amaba. [21] yahveh me recompensa conforme a mi justicia, el me paga conforme a la pureza de mis manos. [22] porque he guardado los caminos de yahveh, y no he hecho el mal lejos de mi dios. [23] porque tengo ante m� todos sus juicios, y sus preceptos no aparto de mi lado. [24] he sido ante �l irreprochable, y de incurrir en culpa me he guardado. [25] y yahveh me devuelve seg�n mi justicia, seg�n mi pureza que est� a sus ojos. [26] con el piadoso eres piadoso, intachable con el hombre sin tacha. [27] con el puro eres puro, con el ladino, sagaz. [28] t� que salvas al pueblo humilde, y abates los ojos altaneros. [29] t� eres, yahveh, mi l�mpara, mi dios que alumbra mis tinieblas. [30] con tu ayuda las hordas acometo, con mi dios escalo la muralla. [31] dios es perfecto en sus caminos, la palabra de yahveh, acrisolada, �l es el escudo de cuantos a �l se acogen. [32] pues �qui�n es dios, fuera de yahveh? �qui�n roca, sino s�lo nuestro dios? [33] el dios que me ci�e de fuerza y hace mi camino irreprochable. [34] que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie. [35] el que mis manos para el combate adiestra, y mis brazos para tensar arcos de bronce. [36] t� me das tu escudo salvador, multiplicas tus respuestas favorables [37] mis pasos ensanchas ante m�; no se tuercen mis tobillos. [38] persigo a mis enemigos, los deshago, no vuelvo hasta haberlos acabado. [39] los quebranto, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis pies. [40] para el combate de fuerza me ci�es, doblegas bajo m� a mis agresores, [41] a mis enemigos haces dar la espada, extermino a los que me odian. [42] claman, mas no hay salvador, a yahveh, y no les responde. [43] los machaco como polvo de la tierra, como al barro de las calles los piso. [44] de las querellas de mi pueblo me libras. me pones a la cabeza de las gentes, pueblos que no conoc�a me sirven. [45] los hijos de extranjeros me adulan, son todo o�dos, me obedecen. [46] los hijos de extranjeros desmayan, y dejan temblando sus refugios. [47] �viva yahveh bendita sea mi roca, el dios de mi salvaci�n sea ensalzado! [48] el dios que la venganza me concede y abate los pueblos a mis plantas. [49] t� me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, y del hombre violento me salvas. [50] por eso, yahveh, quiero alabarte entre los pueblos y cantar tu nombre. [51] el hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su ungido, a david y su linaje para siempre. 2 samuel cap.23 [1] estas son las �ltimas palabras de david: or�culo de david, hijo de jes�, or�culo del hombre puesto en alto, el ungido del dios de jacob, el suave salmista de israel: [2] el esp�ritu de yahveh habla por m�, su palabra est� en mi lengua. [3] el dios de jacob ha hablado, me ha dicho la roca de israel. el justo que gobierna a los hombres, que gobierna en el temor de dios, [4] como luz matinal al romper el sol en una ma�ana sin nubes, haciendo brillar tras la lluvia el c�sped de la tierra.

[5] pues firme ante dios est� mi casa, porque ha hecho conmigo un pacto sempiterno, en todo ordenado y custodiado. el har� germinar toda mi salud y todo mi deseo. [6] como espinas del desierto todos los malvados, que no son recogidos con la mano. [7] nadie los toca si no es con hierro o el fuste de una lanza para ser consumidos por el fuego. [8] estos son los nombres de los valientes de david: isbaal el jakmonita, el primero de los tres; fue el que blandi� su lanza e hizo ochocientas v�ctimas de una sola vez. [9] despu�s de �l, eleazar, hijo de dod�, ajojita, uno de los tres h�roes. estaba con david en pas dammim cuando los filisteos se concentraron para presentar batalla y los hombres de israel retroced�an. [10] el se mantuvo firme y atac� a los filisteos hasta que se le crisp� la mano y se lo qued�o pegada a la espada; aquel d�a obr� Yahveh una gran victoria; el ej�rcito volvi� sobre sus pasos, pero s�lo para apoderarse de los despojos. [11] despu�s de �l, samm�, hijo de el�, hararita. los filisteos se hab�an concentrado en lej�. hab�a all� una pieza toda de lentejas. el ej�rcito huy� ante los filisteos. [12] pero �l se puso en medio de la pieza, la defendi� y bati� a los filisteos. yahveh obr� una gran victoria. [13] tres de los treinta bajaron al tiempo de la cosecha y llegaron donde david a la caverna de adullam, cuando un destacamento filisteo estaba acampado en el valle de los refa�m. [14] david estaba en el refugio y hab�a en bel�n un puesto de filisteos. [15] david expres� este deseo: ��qui�n me diera a beber agua de la cisterna que hay a la puerta de b�len!� [16] rompieron entonces los tres h�roes por el campamento de los filisteos y sacaron agua de la cisterna que hay a la puerta de b�len, se la llevaron y la ofrecieron a david, pero �l no quiso beberla, sino que la derram� como libaci�n a yahveh, [17] diciendo: ��l�breme yahveh de hacer tal cosa! �es la sangre de los hombres que han ido exponiendo su vida!� y no quiso beberla. estas cosas hicieron los tres h�roes. [18] abisay, hermano de joab, e hijo de sarvia, era jefe de los treinta; fue el que blandi� su lanza contra trescientos hombres y conquist� renombre entre los treinta. [19] fue el m�s afamado de los treinta, llegando a ser su capit�n, pero no igual� a los tres. [20] bena�as, hijo de yehoyad�, hombre valeroso y pr�digo en haza�as, de cabseel, fue el que mat� a los dos h�roes de moab; el que baj� y mat� al le�n dentro del pozo, un d�a de nieve. [21] mat� tambi�n a un egipcio de gran estatura; ten�a el egipcio una lanza en su mano, pero �l baj� a su encuentro con un bast�n, arranc� la lanza de la mano del egipcio y con su misma lanza le mat�. [22] esto hizo bena�as, hijo de yehoyad�, y se granje� renombre entre los treinta valientes. [23] fue m�s ilustre que los treinta pero no igual� a los tres. david le hizo jefe de su guardia personal. [24] asahel, hermano de joab, estaba entre los treinta. eljan�n, hijo de dod�, de bel�n. [25] samm�, de jarod. elic�, de jarod. [26] jeles, de bet p�let. ir�, hijo de iqques, de t�coa. [27] abiezer, de anatot. sibbekay, de jus�. [28] salm�n, de ajoj. majray, de netof�. [29] jeled, hijo de baan�, de netof�. ittay, hijo de ribay, de guibe� de benjam�n. [30] bena�as, de pirat�n. hidday, de los torrentes de ga�s.

[31] [32] [33] [34] [35] [36] [37] [38] [39]

abibaal, de bet haarab�. azm�vet de bajurim. elyajb�, de saalb�n. yas�n, de guiz�n. jonat�n, hijo de samm�, de harar. ajiam, hijo de sarar, de harar. elif�let, hijo de ajasbay, de bet maak�. eliam, hijo de ajit�fel, de guil�. jesray, de carmelo. paaray, de arab. yigal, hijo de nat�n, de sob�. ban�, de gad. s�leq el ammonita. najray, de beerot, escudero de joab, hijo de sarvia. ir�, de yattir. gareb, de yattir. ur�as el hitita. en total, 37.

2 samuel cap.24 [1] se encendi� otra vez la ira de yahveh contra los israelitas e incit� a david contra ellos diciendo: �anda, haz el censo de israel y de jud�.� [2] el rey dijo a joab y a los jefes del ej�rcito que estaban con �l: �recorre todas las tribus de israel desde dan hasta berseba y haz el censo para que yo sepa la cifra de la poblaci�n.� [3] joab respondi� al rey: �que yahveh tu dios multiplique el pueblo cien veces m�s de lo que es y que los ojos de mi se�or el rey lo vean. mas �para qu� quiere esto mi se�or el rey?� [4] pero prevaleci� la orden del rey sobre joab y los jefes del ej�rcito y sali� Joab con los jefes del ej�rcito de la presencia del rey para hacer el censo del pueblo de israel. [5] pasaron el jord�n y comenzaron por aroer, la ciudad que est� en medio del valle, y por gad hasta yazer. [6] fueron luego a galaad y al pa�s de los hititas, a cad�s. llegaron hasta dan y desde dan doblaron hacia sid�n. [7] llegaron hasta la fortaleza de tiro y todas las ciudades de los jivitas y cananeos, saliendo finlamente al n�gueb de jud�, a berseba. [8] recorrieron as� todo el pa�s y al cabo de nueve meses y veinte d�as volvieron a jerusal�n. [9] joab entreg� al rey la cifra del censo del pueblo. hab�a en israel 800.000 hombres de guerra capaces de manejar las armas; en jud� hab�a 500.000 hombres. [10] despu�s de haber hecho el censo del pueblo, le remordi� a david el coraz�n y dijo david a yahveh: �he cometido un gran pecado. pero ahora, yahveh, perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy necio.� [11] cuando david se levant� por la ma�ana, le hab�a sido dirigida la palabra de yahveh al profeta gad, vidente de david, diciendo: [12] �anda y di a david: as� dice yahveh: tres cosas te propongo; elije una de ellas y la llevar� a cabo.� [13] lleg� Gad donde david y le anunci�: ��qu� quieres que te venga, tres a�os de gran hambre en tu pa�s, tres meses de derrotas ante tus enemigos y que te persigan, o tres d�as de peste en tu tierra? ahora piensa y mira qu� debo responder al que me env�a.� [14] david respondi� a gad: �estoy en grande angustia. pero caigamos en manos de yahveh que es grande su misericordia. no caiga yo en manos de los hombres.� [15] y david eligi� la peste para s�. eran los d�as de la recolecci�n del trigo. yahveh envi� la peste a israel desde la ma�ana hasta el tiempo se�alado y murieron 70.000 hombres del pueblo, desde dan hasta berseba. [16] el �ngel extendi� la mano hacia jerusal�n para destruirla, pero yahveh se arrepinti� del estrago y dijo al �ngel que exterminaba el pueblo: ��basta ya! retira tu mano.� el �ngel de yahveh estaba entonces junto a la era de araun� el jebuseo. [17] cuando david vio al �ngel que her�a al pueblo, dijo a yahveh: �yo fui quien pequ�, yo comet� el mal, pero estas ovejas �qu� han hecho? caiga, te suplico, tu mano sobre m� y sobre la casa de mi padre.� [18] vino gad aquel d�a donde david y le dijo: �sube y levanta un altar a yahveh en la era de araun� el jebuseo.�

[19] david subi�, seg�n la palabra de gad, como hab�a ordenado yahveh. [20] mir� Araun� y vio al rey y a sus servidores que ven�an hacia �l. entonces araun� sali� y se postr� rostro en tierra ante el rey. [21] y dijo araun�: ��c�mo mi se�or el rey viene a su siervo?� david respondi�: �vengo a comprarte la era para levantar un altar a yahveh y detener la plaga del pueblo.� [22] araun� dijo a david: �que el rey mi se�or tome y ofrezca lo que bien le parezca. mira los bueyes para el holocausto, los trillos y los yugos de los bueyes para le�a. [23] el siervo de mi se�or el rey da todo esto al rey.� y araun� dijo al rey: �que yahveh tu dios te sea propicio.� [24] pero el rey dijo a araun�: �no; quiero compr�rtelo por su precio, no quiero ofrecer a yahveh mi dios holocaustos de balde.� y david compr� la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. [25] levant� all� David un altar a yahveh y ofreci� holocaustos y sacrificios de comuni�n. entonces yahveh atendi� a las s�plicas en favor de la tierra y la peste se apart� de israel. 1 reyes cap.1 [1] era ya viejo el rey david y entrado en a�os; le cubr�an con vestidos pero no entraba en calor. [2] sus servidores le dijeron: �que se busque para mi se�or el rey una joven virgen que sirva al rey, y le atienda; que duerma en tu seno y d� calor a mi se�or el rey.� [3] se busc� una muchacha hermosa por todos los t�rminos de israel y encontraron a abisag la sunamita, y la llevaron al rey. [4] la joven era extraordinariamente bella; cuidaba y serv�a al rey, pero el rey no la conoci�. [5] mientras tanto adon�as, hijo de jagguit, se gloriaba diciendo: �yo ser� rey.� se hab�a hecho con un carro y hombres de carro y cincuenta hombres que corr�an ante �l. [6] nunca en su vida le hab�a disgustado su padre diciendo: ��por qu� haces esto?� era de muy hermosa presencia y hab�a nacido despu�s de absal�n. [7] se entend�a con joab, hijo de sarvia, y con el sacerdote abiatar, que apoyaban a adon�as. [8] pero el sacerdote sadoq, bena�as, hijo de yehoyad�, el profeta nat�n, seme�, re� y los valientes de david no estaban con adon�as. [9] adon�as hizo un sacrificio de ovejas, bueyes y vacas cebadas en la piedra de zoj�let, que est� junto a la fuente de roguel, e invit� a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de jud�, servidores del rey, [10] pero no invit� al profeta nat�n ni a bena�as ni a los valientes ni a salom�n su hermano. [11] dijo nat�n a betsab�, madre de salom�n: ��no has o�do que adon�as, hijo de jagguit, se hace el rey sin saberlo david nuestro se�or? [12] ahora voy a darte un consejo para que salves tu vida y la vida de tu hijo salom�n. [13] vete y entra donde el rey david y dile: "acaso t�, rey mi se�or, no has jurado a tu sierva: salom�n tu hijo reinar� despu�s de m� y �l se sentar� en mi trono? �pues por qu� Adon�as se hace el rey?" [14] y mientras est�s t� all� hablando con el rey, entrar� yo detr�s de ti y completar� tus palabras.� [15] entr� Betsab� donde el rey, en la alcoba; el rey era muy anciano, y abisag la sunamita serv�a al rey . [16] arrodill�se betsab� y se postr� ante el rey; el rey dijo: ��qu� te pasa?� [17] ella le dijo: �mi se�or, t� has jurado a tu sierva por yahveh tu dios: "salom�n tu hijo reinar� despu�s de m� y �l se sentar� en mi trono." [18] pero ahora es adon�as el que se hace el rey, sin que t�, mi se�or el rey, lo

sepas. [19] ha sacrificado bueyes, vacas cebadas y ovejas en abundancia, invitando a todos los hijos del rey, al sacerdote abiatar y a joab, jefe del ej�rcito, pero no ha invitado a tu siervo salom�n. [20] ahora, mi se�or el rey, los ojos de todo israel te miran para que les indiques qui�n ha de sentarse en el trono de mi se�or el rey, despu�s de �l. [21] y ocurrir� que, cuando mi se�or el rey se acueste con sus padres, yo y mi hijo salom�n seremos tratados como culpables.� [22] estaba ella hablando con el rey cuando lleg� el profeta nat�n. [23] avisaron al rey: �est� aqu� el profeta nat�n.� entr� donde el rey y se postr� sobre su rostro en tierra ante el rey. [24] dijo nat�n: �rey mi se�or: �es que t� has dicho: "adon�as reinar� despu�s de m� y �l ser� el que se siente sobre mi trono?" [25] porque ha bajado hoy a sacrificar bueyes, vacas cebadas y ovejas en abundancia, invitando a todos los hijos del rey, a los jefes del ej�rcito y al sacerdote abiatar; est�n ahora comiendo y bebiendo en su presencia y gritan: "viva el rey adon�as." [26] pero yo, tu siervo, y el sacerdote sadoq y bena�as, hijo de yehoyad�, y tu siervo salom�n no hemos sido invitados. [27] �es que viene esto de orden de mi se�or el rey, y no has dado a conocer a tus siervos qui�n se sentar� despu�s de �l en el trono de mi se�or el rey?� [28] el rey david respondi� diciendo: �llamadme a betsab�.� entr� ella donde el rey y se qued� ante �l. [29] el rey hizo este juramento: �vive yahveh que libr� mi alma de toda angustia, [30] que como te jur� por yahveh, dios de israel, diciendo: salom�n tu hijo reinar� despu�s de m�, y �l se sentar� sobre mi trono en mi lugar, as� lo har� hoy mismo.� [31] se arrodill� Betsab� rostro en tierra, se postr� ante el rey y dijo: �viva por siempre mi se�or el rey david.� [32] dijo el rey david: �llamadme al sacerdote sadoq, al profeta nat�n y a bena�as, hijo de yehoyad�.� y entraron a presencia del rey. [33] el rey les dijo: �tomad con vosotros a los veteranos de vuestro se�or, haced montar a mi hijo salom�n sobre mi propia mula y bajadle a guij�n. [34] el sacerdote sadoq y el profeta nat�n le ungir�n all� como rey de israel, tocar�is el cuerno y gritar�is: "viva el rey salom�n." [35] subir�is luego detr�s de �l, y vendr� a sentarse sobre mi trono y �l reinar� en mi lugar, porque le pongo como caudillo de israel y jud�.� [36] bena�as, hijo de de yehoyad�, respondi� al rey: �am�n. as� habla yahveh, dios de mi se�or el rey. [37] como ha estado yahveh con mi se�or el rey, as� est� con salom�n y haga su trono m�s grande que el trono de mi se�or el rey david.� [38] bajaron el sacerdote sadoq, el profeta nat�n, bena�as, hijo de yehoyad�, los kereteos y los peleteos, e hicieron montar a salom�n sobre la mula del rey david y le llevaron a guij�n. [39] el sacerdote sadoq tom� de la tienda el cuerno del aceite y ungi� a salom�n, tocaron el cuerno y todo el pueblo grit�: �viva el rey salom�n.� [40] subi� despu�s todo el pueblo detr�s de �l; la gente tocaba las flautas y manifestaba tan gran alegr�a que la tierra se hend�a con sus voces. [41] lo oy� Adon�as y todos los invitados que con �l estaban cuando hab�an acabado de comer; oy� Joab el sonido del cuerno y dijo: ��por qu� este ruido de la ciudad alborotada?� [42] estaba todav�a hablando cuando lleg� Jonat�n, hijo del sacerdote abiatar; y adon�as le dijo: �ven, pues eres un hombre valeroso y traer�s buenas noticias.� [43] jonat�n respondi� a adon�as: �todo lo contrario. nuestro se�or el rey david ha proclamado rey a salom�n. [44] el rey ha enviado con �l al sacerdote sadoq, al profeta nat�n, a bena�as, hijo de yehoyad�, a los kereteos y peleteos, y le han hecho montar sobre la mula del rey.

[45] el sacerdote sadoq y el profeta nat�n le han ungido rey en guij�n; han subido de all� llenos de gozo; la ciudad est� alborotada; y �se es el tumulto que hab�is o�do. [46] m�s a�n, Salom�n se ha sentado en el trono real, [47] y los servidores del rey han ido a felicitar a nuestro rey david diciendo: que tu dios haga el nombre de salom�n m�s dichoso que tu propio nombre y haga su trono m�s grande que tu trono. el rey se ha prosternado en su lecho, [48] y ha dicho as�: "bendito yahveh, dios de israel, que ha permitido que un descendiente m�o se siente hoy sobre mi trono y que mis ojos lo vean."� [49] todos los invitados que estaban con adon�as temieron y, levant�ndose, se fueron cada uno por su camino. [50] adon�as tuvo miedo de salom�n; se levant� y se fue y se agarr� a los cuernos del altar. [51] avisaron a salom�n: �mira que adon�as tiene miedo del rey salom�n y se ha agarrado a los cuernos del altar diciendo: que el rey salom�n me jure desde hoy que su servidor no morir� a espada.� [52] dijo salom�n: �si es hombre honrado, no caer� en tierra ni uno de sus cabellos, pero si se halla maldad en �l, morir�.� [53] el rey salom�n mand� que lo bajaran de junto al altar; entr� y se postr� ante el rey salom�n, y salom�n le dijo: vete a tu casa.� 1 reyes cap.2 [1] cuando se acercaron los d�as de la muerte de david, dio �rdenes a su hijo salom�n: [2] �yo me voy por el camino de todos. ten valor y s� hombre. [3] guarda las observancias de yahveh tu dios, yendo por su camino, observando sus preceptos, sus �rdenes, sus sentencias y sus instrucciones, seg�n est� escrito en la ley de mois�s, para que tengas �xito en cuanto hagas y emprendas. [4] para que yahveh cumpla la promesa que me hizo diciendo: "si tus hijos guardan su camino para andar en mi presencia con fidelidad, con todo su coraz�n y toda su alma, ninguno de los tuyos ser� arrancado de sobre el trono de israel." [5] tambi�n sabes lo que me hizo joab, hijo de sarvia, lo que hizo a los dos jefes de los ej�rcitos de israel: a abner, hijo de ner, y a amas�, hijo de y�ter, que los mat� y derram� en la paz sangre de guerra; ha puesto sangre inocente en el cintur�n de mi cintura y en la sandalia de mis pies. [6] har�s seg�n tu prudencia y no dejar�s bajar en paz sus canas al seol. [7] tratar�s con benevolencia a los hijos de barzillay de galaad y estar�n entre los que comen a tu mesa, porque tambi�n ellos se acercaron a m� cuando yo hu�a ante tu hermano absal�n. [8] ah� tienes contigo a seme�, hijo de guer�, el benjaminita de bajurim, que me lanz� atroces maldiciones el d�a que yo iba a majan�yim; pero baj� a mi encuentro al jord�n y le jur� por yahveh: no te matar� a espada. [9] pero t� no le dejar�s impune, pues eres hombre avisado y sabes qu� tienes que hacer para que sus canas bajen en sangre al seol.� [10] david se acost� con sus padres y le sepultaron en la ciudad de david. [11] david rein� sobre israel cuarenta a�os; rein� en hebr�n siete a�os; rein� en jerusal�n 33 a�os. [12] salom�n se sent� en el trono de david su padre y el reino se afianz� s�lidamente en su mano. [13] adon�as, hijo de jagguit, fue donde betsab�, madre de salom�n. ella dijo: ��es de paz tu venida?� respondi�: � de paz.� [14] y a�adi�: �quiero hablarte.� ella dijo: �habla.� [15] el dijo: �sabes bien que la realeza me pertenec�a y que todos los israelitas hab�an vuelto hacia m� sus rostros para que yo reinara; pero la realeza se volvi� y fue para mi hermano, pues de yahveh le ha venido. [16] ahora quiero pedirte una sola cosa, no me la niegues.� ella le dijo: �habla.�

[17] dijo: �habla, por favor, al rey salom�n, que no te rechazar�, para que me d� a abisag la sunamita por mujer.� [18] betsab� contest�: �est� bien. hablar� al rey salom�n por ti.� [19] entr� Betsab� donde el rey salom�n para hablarle acerca de adon�as. se levant� el rey, fue a su encuentro y se postr� ante ella, y se sent� despu�s en su trono; pusieron un trono para la madre del rey y ella se sent� a su diestra. [20] ella dijo: �tengo que hacerte una peque�a petici�n, no me la niegues.� dijo el rey: �pide, madre m�a, porque no te la negar�.� [21] ella dijo: �que se d� Abisag la sunamita por mujer a tu hermano adon�as.� [22] el rey salom�n respondi� a su madre: ��por qu� pides t� a Abisag la sunamita para adon�as? pues ya pide el reino para �l, pues es mi hermano mayor y tiene de su parte al sacerdote abiatar y a joab, hijo de sarvia.� [23] y el rey salom�n jur� por yahveh: �esto me haga dios y esto me a�ada, si adon�as no ha dicho esta palabra a costa de su vida. [24] y ahora, por yahveh que me ha confirmado y me ha hecho sentar en el trono de david mi padre, y le ha dado una casa como hab�a prometido, que hoy mismo morir� Adon�as.� [25] el rey salom�n encarg� de ello a bena�as, hijo de yehoyad�, que le hiri� y muri�. [26] dijo el rey al sacerdote abiatar: �vete a anatot, a tus tierras, porque eres reo de muerte, pero no quiero hacerte morir hoy porque llevaste el arca de mi se�or yahveh en presencia de mi padre david y te afligiste con todas las aflicciones de mi padre.� [27] y expuls� Salom�n a abiatar del sacerdocio de yahveh cumpliendo la palabra que yahveh pronunci� contra la casa de el� en silo. [28] lleg� la noticia a joab; como joab se hab�a inclinado por adon�as, aunque no se hab�a inclinado por absal�n, se refugi� Joab en la tienda de yahveh y se agarr� a los cuernos del altar. [29] avisaron al rey salom�n: �joab se ha refugiado en la tienda de yahveh y est� al lado del altar.� envi� Salom�n a decir a joab: ��qu� te sucede, que te refugias en el altar?� respondi� Joab: �he tenido miedo de ti y me he refugiado junto a yahveh.� envi� Salom�n a bena�as, hijo de yehoyad�, con esta orden: �vete y m�tale.� [30] entr� Bena�as en la tienda de yahveh y le dijo: �as� dice el rey: sal.� respondi�: �no. morir� aqu�.� bena�as llev� la respuesta al rey diciendo: �esto ha dicho joab y esto me ha respondido.� [31] el rey le dijo: �haz como �l dijo. m�tale y sep�ltale, y apartar�s de sobre m� y de sobre la casa de mi padre la sangre inocente que derram� Joab. [32] yahveh har� recaer su sangre sobre su cabeza porque ha matado dos hombres m�s justos y mejores que �l, mat�ndolos a espada sin saberlo mi padre, a abner, hijo de ner, jefe del ej�rcito de israel, y a amas�, hijo de y�ter, jefe del ej�rcito de jud�. [33] que su sangre caiga sobre la cabeza de joab y de su descendencia para siempre, y que david y su descendencia, su casa y su trono tengan paz para siempre de parte de yahveh.� [34] subi� Bena�as, hijo de yehoyad�, hiri� a joab y le mat� y le sepult� en su casa en el desierto. [35] el rey puso en su lugar al frente del ej�rcito a bena�as, hijo de yehoyad�, y puso el rey al sacerdote sadoq en el puesto de abiatar. [36] envi� el rey a llamar a seme� y le dijo: �hazte una casa en jerusal�n y vive en ella y no salgas ni ac� ni all�. [37] el d�a que salgas y cruces el torrente cedr�n ten por sabido que sin remedio morir�s y tu sangre caer� sobre tu cabeza.� [38] seme� dijo al rey: �tu palabra es buena. como ha dicho mi se�or el rey, as� har� su siervo.� seme� habit� en jerusal�n mucho tiempo. [39] al cabo de tres a�os, dos de los siervos de seme� huyeron a donde ak�s, hijo de maak�, rey de gat; avisaron a seme�: �mira, tus siervos est�n en gat.� [40] se levant� Seme�, aparej� su asno y se fue a gat, donde ak�s, para buscar a

sus siervos; fue seme� y trajo a sus siervos de gat. [41] avisaron a salom�n: �seme� ha ido de jerusal�n a gat y ha vuelto.� [42] mand� el rey llamar a seme� y le dijo: ��acaso no te hice jurar por yahveh y te advert�: el d�a que salgas para ir ac� o all� ten por sabido que sin remedio morir�s y t� me has dicho: buena es la palabra que he o�do? [43] �por qu� no has guardado el juramento de yahveh y la orden que te di?� [44] dijo el rey a seme�: �t� sabes todo el mal que hiciste a david mi padre; yahveh hace caer todo tu mal sobre tu cabeza, [45] mientras el rey salom�n ser� bendito y el trono de david permanecer� ante yahveh para siempre.� [46] dio orden el rey a bena�as, hijo de yehoyad�, que sali� e hiri� a seme�; �ste muri�. Y el reino se consolid� en las manos de salom�n. 1 reyes cap.3 [1] salom�n fue yerno de fara�n, rey de egipto; tom� la hija de fara�n y la llev� a la ciudad de david, mientras terminaba de construir su casa, la casa de yahveh y la muralla en torno a jerusal�n. [2] con todo, el pueblo ofrec�a sacrificios en los altos, porque en aquellos d�as no hab�a sido a�n construida una casa para el nombre de yahveh. [3] salom�n amaba a yahveh y andaba seg�n los preceptos de david su padre, pero ofrec�a sacrificios y quemaba incienso en los altos. [4] fue el rey a gaba�n para ofrecer all� sacrificios, porque aquel es el alto principal. salom�n ofreci� mil holocaustos en aquel altar. [5] en gaba�n Yahveh se apareci� a salom�n en sue�os por la noche. dijo dios: �p�deme lo que quieras que te d�.� [6] salom�n dijo: �t� has tenido gran amor a tu siervo david mi padre, porque �l ha caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud de coraz�n contigo. t� le has conservado este gran amor y le has concedido que hoy se siente en su trono un hijo suyo. [7] ahora yahveh mi dios, t� has hecho rey a tu siervo en lugar de david mi padre, pero yo soy un ni�o peque�o que no sabe salir ni entrar. [8] tu siervo est� en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre. [9] concede, pues, a tu siervo, un coraz�n que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues �qui�n ser� capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?� [10] plugo a los ojos del se�or esta s�plica de salom�n, [11] y le dijo dios: �porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento para saber juzgar, [12] cumplo tu ruego y te doy un coraz�n sabio e inteligente como no lo hubo antes de ti ni lo habr� despu�s. [13] tambi�n te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como no tuvo nadie entre los reyes. [14] si andas por mis caminos, guardando mis preceptos y mis mandamientos, como anduvo david tu padre, yo prolongar� tus d�as.� [15] se despert� Salom�n y era un sue�o. entr� en jerusal�n y se puso delante del arca de la alianza del se�or; ofreci� holocaustos y sacrificios de comuni�n y dio un banquete a todos sus servidores. [16] vinieron por entonces al rey dos prostitutas y se presentaron ante �l. [17] una de las mujeres dijo: �oyeme, mi se�or. yo y esta mujer viv�amos en una misma casa, y yo he dado a luz, estando ella conmigo en la casa. [18] a los tres d�as de mi alumbramiento, tambi�n dio a luz esta mujer; est�bamos juntas, no hab�a ning�n extra�o con nosotras en la casa, fuera de nosotras dos. [19] el hijo de esa mujer muri� una noche, porque ella se hab�a acostado sobre �l. [20] se levant� ella durante la noche y tom� a mi hijo de mi lado, mientras tu

sierva dorm�a, y lo acost� en su regazo, y a su hijo muerto lo acost� en mi regazo. [21] cuando me levant� por la ma�ana para dar de mamar a mi hijo, lo hall� muerto; pero fij�ndome en �l por la ma�ana vi que no era mi hijo, el que yo hab�a dado a luz.� [22] la otra mujer dijo: �no, todo lo contrario, mi hijo es el vivo y tu hijo es el muerto.� pero la otra replic�: �no; tu hijo es el muerto y mi hijo es el vivo.� y discut�an delante del rey. [23] dijo el rey: �esta dice: "mi hijo es �ste, el vivo, y tu hijo es el muerto." pero la otra dice: "no, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el vivo." [24] dijo el rey: �traedme una espada.� llevaron una espada ante el rey. [25] dijo el rey: �partid en dos al ni�o vivo y dad una mitad a una y otra a la otra�. [26] la mujer de quien era el ni�o vivo habl� al rey, porque sus entra�as se conmovieron por su hijo, y dijo: �por favor, mi se�or, que le den el ni�o vivo y que no le maten.� pero la otra dijo: �no ser� ni para m� ni para ti: que lo partan.� [27] respondi� el rey: �entregad a aqu�lla el ni�o vivo y no le mat�is; ella es la madre.� [28] todo israel oy� el juicio que hizo el rey y reverenciaron al rey, pues vieron que hab�a en �l una sabidur�a divina para hacer justicia. 1 reyes cap.4 [1] el rey salom�n fue rey de todo israel, [2] y estos fueron los jefes, que estaban con �l: azar�as, hijo de sadoq, sacerdote; [3] elihaf y aj�as, hijos de seraya, secretarios; josafat, hijo de ajilud, heraldo; [4] (bena�as, hijo de yehoyad�, jefe del ej�rcito; sadoq y abiatar, sacerdotes); [5] azar�as, hijo de nat�n, jefe de los gobernadores; zabud, hijo de nat�n, amigo del rey [6] ajisur mayordomo; eliab, hijo de joab, jefe del ej�rcito; adoram hijo de abd�, encargado de las levas. [7] salom�n ten�a doce gobernadores sobre todo israel que prove�an al rey y a su casa; cada uno prove�a un mes del a�o. [8] estos eran sus nombres: hijo de jur, en la monta�a de efra�m. [9] ... hijo de dequer, en mah�s, saalbim, bet semes, ayyal�n, hasta bet jan�n. [10] ... hijo de j�sed, en arubbot; ten�a soko y toda la tierra de j�fer. [11] hijo de abinadab: todo el distrito de dor. tabaat, hija de salom�n, fue su mujer. [12] ... baan�, hijo de ajilud, en tanak y meguidd� hasta m�s all� de yoqmeam, y sobre todo bet se�n, por debajo de yizreel, desde bet se�n hasta abel mejol�, que est� hacia sart�n. [13] ... hijo de gu�ber, en ramot de galaad; ten�a los aduares de ya�r, hijo de manas�s, que est�n en galaad; ten�a la regi�n de argob en el bas�n, sesenta ciudades fortificadas, amuralladas y con cerrojos de bronce. [14] ajinadab, hijo de idd�, en majan�yim. [15] ajimaas en neftal�; tambi�n se cas� con una hija de salom�n, llamada basmat. [16] baan�,hijo de jusay, en aser y las subidas. [17] josafat, hijo de paruaj, en isacar. [18] seme�, hijo de el�, en benjam�n. [19] gu�ber, hijo de ur�, en la tierra de gad, el pa�s de sij�n, rey de los amorreos, y de og, rey de bas�n. y hab�a, adem�s, un gobernador que estaba en el pa�s. [20] jud� e israel eran numerosos como la arena en la orilla del mar, y com�an, beb�an y se alegraban.

1 reyes cap.5 [1] salom�n dominaba todos los reinos, desde el r�o hasta el pa�s de los filisteos y hasta la frontera de egipto. pagaban tributo y serv�an a salom�n todos los d�as de su vida. [2] los v�veres de salom�n eran treinta cargas de flor de harina y sesenta cargas de harina cada d�a, [3] diez bueyes cebados y veinte bueyes de pasto, cien cabezas de ganado menor, aparte los ciervos y gacelas, gamos y las aves cebadas. [4] porque dominaba en toda la transeufratina, desde tafsaj hasta gaza, sobre todos los reyes de m�s ac� del r�o; tuvo paz en torno a todas sus fronteras. [5] jud� e israel vivieron en seguridad, cada uno bajo su parra y bajo su higuera, desde dan hasta berseba, todos los d�as de salom�n. [6] ten�a salom�n 4.000 establos de caballos para sus carros y 12.000 caballos. [7] los gobernadores prove�an un mes cada uno al rey salom�n y a todos los que se acercaban a la mesa de salom�n, de modo que nada les faltara. [8] llevaban la cebada y la paja para los caballos y los animales de tiro al lugar donde �l estaba, cada uno seg�n su turno. [9] dios concedi� a salom�n sabidur�a e inteligencia muy grandes y un coraz�n tan dilatado como la arena de la orilla del mar. [10] la sabidur�a de salom�n era mayor que la sabidur�a de todos los hijos de oriente y que toda la sabidur�a de egipto. [11] fue m�s sabio que hombre alguno, m�s que et�n el ezrajita, que hem�n, kalkol y dard�, hijos de majol; su nombre se extendi� por todos los pueblos circunvecinos. [12] pronunci� 3.000 par�bolas y proverbios, y sus c�nticos fueron 1.005. [13] habl� sobre las plantas, desde el cedro del l�bano hasta el hisopo que brota en el muro; habl� de los cuadr�pedos, de las aves, de los reptiles y de los peces. [14] ven�an de todos los pueblos para o�r la sabidur�a de salom�n, y de parte de todos los reyes de la tierra que tuvieron noticia de su sabidur�a. [15] jiram, rey de tiro, envi� sus servidores a salom�n, porque oy� que hab�a sido ungido rey en lugar de su padre, y jiram fue siempre amigo de david. [16] salom�n envi� a decir a jiram: [17] �sabes bien que mi padre david no pudo edificar una casa al nombre de yahveh su dios a causa de las guerras en que sus enemigos le envolvieron hasta que yahveh los puso bajo la planta de sus pies. [18] al presente, yahveh mi dios me ha concedido paz por todos lados. no hay adversario ni maldad. [19] ahora me he propuesto edificar una casa al nombre de yahveh mi dios seg�n lo que yahveh dijo a david mi padre: "el hijo tuyo que yo colocar� en tu lugar sobre tu trono edificar� una casa a mi nombre." [20] as� pues, ordena que se corten para m� cedros del l�bano. mis servidores estar�n con tus servidores: te pagar� como salario de tus servidores todo lo que me digas, pues t� sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa talar los �rboles como los sidonios.� [21] cuando jiram oy� las palabras de salom�n se alegr� mucho y dijo: �bendito sea hoy yahveh, pues ha dado a david un hijo sabio para jefe de este pueblo numeroso.� [22] jiram envi� a decir a salom�n: �he o�do lo que me enviaste a decir. yo har� cuanto deseas en madera de cedro y de cipr�s. [23] mis siervos los bajar�n desde el l�bano hasta el mar, y yo los pondr� en balsas y los llevar� al lugar a que me mandes; all� se soltar�n y t� los cargar�s, y por tu parte har�s seg�n mi deseo dando v�veres a mi casa.� [24] jiram dio a salom�n toda la madera de cedro y cipr�s que deseaba. [25] salom�n dio a jiram 20.000 cargas de trigo para la manutenci�n de su casa y 20.000 medidas de oliva molida. esto daba salom�n a jiram cada a�o. [26] yahveh dio sabidur�a a salom�n, como se lo hab�a prometido, y hubo paz entre jiram y salom�n pactando una alianza entrambos.

[27] hizo el rey salom�n una leva en todo israel; la leva fue de 30.000 hombres. [28] los envi� al l�bano, 10.000 cada mes, por turnos; un mes estaban en el l�bano y dos meses en sus casas. adoram estaba al frente de la leva. [29] ten�a adem�s salom�n 70.000 porteadores y 80.000 canteros en el monte [30] aparte los capataces de los prefectos puestos por salom�n al frente de los trabajos, 3.300 que mandaban a la gente empleada en los trabajos. [31] el rey mand� arrancar grandes piedras, piedras selectas, para fundamentar la casa con piedras de siller�a. [32] los obreros de salom�n, los obreros de jiram y los guiblitas cortaron y dispusieron la madera y las piedras para construir la casa. 1 reyes cap.6 [1] en el a�o 480 de la salida de los israelitas de la tierra de egipto, el a�o cuarto del reinado de salom�n sobre israel, en el mes de ziv, que es el segundo mes, emprendi� la construcci�n de la casa de yahveh. [2] la casa que edific� el rey salom�n a yahveh ten�a sesenta codos de largo, veinte de ancho y veinticinco de alto. [3] el ulam delante del hekal de la casa ten�a veinte codos de largo en el sentido del ancho de la casa y diez codos de ancho en el sentido de largo de la casa. [4] hizo en la casa ventanas con celos�as. [5] edific� junto al muro de la casa una galer�a en torno al hekal y al debir, e hizo habitaciones laterales en derredor. [6] la galer�a inferior ten�a cinco codos de ancho, la intermedia seis codos de ancho y la tercera siete codos de ancho, porque fue rebajando alrededor de la casa, por la parte exterior, para no empotrar en los muros de la casa. [7] (la casa fue construida con piedras preparadas en la cantera; durante su construcci�n no se oyeron en la casa martillazos ni sierras ni instrumentos de hierro.) [8] la entrada del piso inferior estaba en el ala derecha de la casa, y por una escalera de caracol se sub�a al piso intermedio y del intermedio al tercero. [9] edific� la casa, la acab� y la tech� con artesonado de cedro. [10] edific� la galer�a, adosada a toda la casa, de cinco codos de alta y estaba unida a la casa por vigas de cedro. [11] fue dirigida a salom�n la palabra de yahveh diciendo: [12] �por esta casa que est�s edificando, si caminas seg�n mis preceptos, obras seg�n mis sentencias y guardas todos mis mandamientos para andar conforme a ellos, yo cumplir� mi palabra contigo, la que dije a david tu padre, [13] habitar� en medio de los hijos de israel y no abandonar� a mi pueblo israel.� [14] edific� Salom�n la casa y la termin�. [15] revisti� los muros de la casa en el interior con planchas de cedro desde el suelo de la casa hasta las vigas del techo; revisti� de madera el interior y recubri� el suelo de la casa con planchas de cipr�s. [16] construy� los veinte codos del fondo de la casa con planchas de cedro desde el suelo hasta las vigas, formando as� por la parte interior el debir, el santo de los santos; [17] cuarenta codos ten�a la casa, es decir, el hekal, delante del debir. [18] el cedro del interior de la casa estaba esculpido con figuras de calabazas y capullos abiertos; todo era cedro, no se ve�a la piedra. [19] hab�a preparado un debir al fondo de la casa en el interior para colocar en �l el arca de la alianza de yahveh. [20] el debir ten�a veinte codos de largo, veinte codos de ancho y veinte codos de alto ; lo revisti� de oro fino; y alz� un altar de cedro [21] delante del debir y lo revisti� de oro. [22] revisti� de oro tambi�n la casa, absolutamente toda la casa. [23] hizo en el debir dos querubines de madera de acebuche de diez codos de

altura. [24] un ala del querub�n ten�a cinco codos y la otra ala del querub�n cinco codos: diez codos desde la punta de una de sus alas hasta la punta de la otra de sus alas. [25] el segundo querub�n ten�a diez codos, las mismas medidas y la misma forma para los dos querubines. [26] la altura de un querub�n era de diez codos y lo mismo el segundo querub�n. [27] coloc� los querubines en medio del recinto interior; y las alas de los querubines estaban desplegadas; el ala de uno tocaba un muro y el ala del segundo querub�n tocaba el otro muro, y sus alas se tocaban en medio del recinto, ala con ala. [28] revisti� de oro los querubines. [29] esculpi� todo en torno los muros de la casa con grabados de escultura de querubines, palmeras, capullos abiertos, al interior y al exterior. [30] recubri� de oro el piso de la casa al interior y al exterior. [31] hizo la puerta del debir con batientes de madera de acebuche, y el dintel y las jambas ocupaban la quinta parte; [32] los dos batientes eran de madera de acebuche; esculpi� sobre ellos esculturas de querubines, palmas y capullos abiertos, y los revisti� de oro, poniendo l�minas de oro sobre los querubines y las palmeras. [33] hizo lo mismo en la puerta del hekal: los montantes de madera de acebuche que ocupaban la cuarta parte; [34] dos batientes de madera de abeto: dos planchas de un batiente eran giratorias y tambi�n eran giratorias otras dos planchas del otro batiente. [35] esculpi� querubines, palmeras, capullos abiertos y embuti� oro sobre la escultura. [36] edific� el patio interior; tres filas de piedras talladas y una fila de tablones de cedro. [37] el a�o cuarto, en el mes de ziv, se pusieron los cimientos de la casa de yahveh, [38] y el a�o once, en el mes de bul -que es el mes octavo fue acabada la casa en todas sus partes, seg�n todo su proyecto. salom�n la levant� en siete a�os. 1 reyes cap.7 [1] salom�n edific� su casa, y en trece a�os la concluy� del todo. [2] edific� la casa �bosque del l�bano�, de cien codos de longitud, cincuenta codos de anchura y treinta codos de altura, sobre cuatro filas de columnas de cedro; hab�a capiteles de cedro sobre las columnas. [3] hab�a un artesonado de cedro sobre la parte superior de las planchas que estaban sobre las columnas. [4] hab�a tres filas de ventanas con celos�as, 45 en total, quince por cada fila, y una daba frente a la otra tres veces. [5] todas las puertas y montantes eran cuadrangulares y una daba frente a la otra tres veces. [6] hizo el p�rtico de las columnas de cincuenta codos de longitud, treinta codos de anchura... con un p�rtico por delante. [7] hizo el vest�bulo del trono donde administraba justicia, que es el vest�bulo del juicio; estaba recubierto de cedro desde el suelo hasta las vigas. [8] la casa en que viv�a en el otro recinto, el opuesto al vest�bulo, ten�a la misma configuraci�n; hizo tambi�n una casa como este vest�bulo para la hija de fara�n que salom�n hab�a tomado por mujer. [9] todo esto era de piedras selectas, talladas a medida, serradas con sierra por dentro y por fuera, desde los cimientos hasta las cornisas. [10] el cimiento era de piedras excelentes, grandes piedras, unas de diez codos y otras de ocho; [11] en la parte superior hab�a piedras excelentes, talladas a medida, y cedro. [12] al exterior, el patio grande ten�a en derredor tres filas de piedras

talladas y una fila de planchas de cedro, igual que el patio interior de la casa de yahveh y el vest�bulo de la casa. [13] el rey salom�n envi� a buscar a jiram de tiro; [14] era hijo de una viuda de la tribu de neftal�; su padre era de tiro; trabajaba en bronce y estaba lleno de ciencia, pericia y experiencia para realizar todo trabajo en bronce; fue donde el rey salom�n y ejecut� todos sus trabajos. [15] fundi� las dos columnas de bronce; la altura de una columna era de dieciocho codos, un hilo de doce codos med�a la circunferencia; y lo mismo la segunda columna. [16] hizo dos capiteles fundidos en bronce para colocarlos sobre la cima de las columnas, de cinco codos de altura un capitel y de cinco codos de altura el capitel segundo. [17] hizo dos encajes y dos trenzados a modo de cadenas para los capiteles de la cima de las columnas, un trenzado para un capitel y otro trenzado para el capitel segundo. [18] hizo granadas: dos filas alrededor de cada trenzado, [19] los capiteles que estaban en la cima de las columnas ten�an forma de azucenas, cuatrocientas en total, [20] colocadas sobre la prominencia que estaba detr�s del trenzado; doscientas granadas alrededor del segundo capitel. [21] erigi� las columnas ante el ulam del hekal; erigi� la columna de la derecha y la llam� Yak�n; erigi� la columna de la izquierda y la llam� Boaz. [22] y qued� acabado el trabajo de las columnas. [23] hizo el mar de metal fundido que ten�a diez codos de borde a borde; era enteramente redondo, y de cinco codos de altura; un cord�n de treinta codos med�a su contorno. [24] debajo del borde hab�a calabazas todo en derredor; daban vuelta al mar a largo de treinta codos; hab�a dos filas de calabazas fundidas en una sola pieza. [25] se apoyaba sobre doce bueyes, tres mirando al norte, tres mirando al oeste, tres mirando al sur y tres mirando al este; el mar estaba sobre ellos, quedando sus partes traseras hacia el interior. [26] su espesor era de un palmo y su borde era como el borde del c�liz de la flor de la azucena. conten�a 2.000 medidas. [27] hizo tambi�n las diez basas de bronce de cuatro codos de largo cada basa, cuatro codos su anchura y tres su altura. [28] las basas estaban hechas as�: ten�an paneles y los paneles estaban entre listones. [29] sobre el panel que estaba entre los listones hab�a leones, bueyes y querubines. lo mismo sobre los listones. por encima y por debajo de los leones y de los toros hab�a volutas... [30] cada basa ten�a cuatro ruedas de bronce y ejes de bronce; sus cuatro pies ten�an asas debajo de la jofaina, y los apliques estaban fundidos... [31] su boca, desde el interior de las asas hasta arriba, ten�a un codo; la boca era redonda, teniendo un soporte de codo y medio; hab�a tambi�n sobre la boca esculturas, pero los paneles eran cuadrados, no redondos. [32] las cuatro ruedas estaban bajo los paneles, y los ejes de las ruedas estaban en la basa; la altura de cada rueda era de codo y medio. [33] la forma de las ruedas era como la forma de la rueda de un carro, y sus ejes, sus llantas, sus radios y sus cubos, todo era de fundici�n. [34] hab�a cuatro asas en los cuatro �ngulos de cada basa; la basa formaba un cuerpo con su asa. [35] en la cima de la basa hab�a un soporte de medio codo de altura completamente redondo; y en la cima de la basa, los ejes y el armaz�n formaban un cuerpo con ella. [36] grab� sobre las tablas querubines, leones y palmeras... y volutas alrededor. [37] de esta forma hizo las diez basas: una misma fundici�n y un mismo tama�o para todas. [38] hizo diez pilas de bronce de cuarenta medidas cada una; cada pila med�a

cuatro codos; hab�a una pila sobre cada una de las diez basas. [39] coloc� las basas, cinco al lado derecho de la casa y cinco al lado izquierdo de la casa. el mar lo coloc� del lado derecho de la casa hacia el sureste. [40] jiram hizo los ceniceros, las paletas y los acetres. jiram termin� de hacer toda la obra que el rey salom�n le encarg� que hiciera para la casa de yahveh: [41] dos columnas, las molduras de los capiteles que estaban sobre la cima de las dos columnas, los dos trenzados para recubrir las dos molduras de los capiteles que estaban en la cima de las columnas; [42] las cuatrocientas granadas para los dos trenzados; dos filas de granadas para cada trenzado; [43] las diez basas y las diez pilas sobre las basas; [44] el mar y los doce bueyes debajo del mar; [45] los ceniceros, las paletas y los acetres. todos estos objetos que hizo jiram al rey salom�n para la casa de yahveh eran de bronce bru�ido. [46] el rey los hizo fundir en la vega del jord�n, en el mismo suelo, entre sukkot y sart�n; [47] en tan enorme cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce. [48] puso salom�n todos los objetos que hab�a hecho en la casa de yahveh; el altar de oro y la mesa de oro sobre la que se pon�an los panes de la presencia; [49] los candelabros de oro fino, cinco a la derecha y cinco a la izquierda delante del debir; las flores, las l�mparas y las despabiladeras de oro; [50] las cucharas, los cuchillos, los acetres, las copas y los braseros de oro fino, los goznes de oro para las puertas de la c�mara interior, el santo de los santos, y para las puertas de la casa y el hekal. [51] as� fue concluida toda la obra que hizo el rey salom�n para la casa de yahveh; salom�n hizo traer todo lo consagrado por david su padre, la plata, el oro y los objetos, y lo puso en los tesoros de la casa de yahveh. 1 reyes cap.8 [1] entonces congreg� Salom�n a los ancianos de israel en jerusal�n para hacer subir el arca de la alianza de yahveh desde la ciudad de david, que es si�n. [2] se reunieron junto al rey salom�n todos los hombres de israel, en el mes de etanim, (que es el mes s�ptimo) en la fiesta, [3] y los sacerdotes llevaron el arca, [4] y la tienda del encuentro, con todos los objetos sagrados que hab�a en la tienda. [5] el rey salom�n y todo israel con �l sacrificaron ante el arca ovejas y bueyes en n�mero incalculable e innumerable. [6] los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de yahveh a su sitio, al debir de la casa, en el santo de los santos, bajo las alas de los querubines, [7] porque los querubines extend�an las alas por encima del sitio del arca, cubriendo los querubines el arca y su varales por encima. [8] los varales eran tan largos que se ve�an sus puntas desde el santo, desde la parte anterior del debir, pero no se ve�an desde fuera. est�n all� hasta el d�a de hoy. [9] en el arca no hab�a nada m�s que las dos tablas de piedra que mois�s hizo poner en ella, en el horeb, las tablas de la alianza que pact� Yahveh con los israelitas cuando salieron de la tierra de egipto. [10] al salir los sacerdotes del santo, la nube llen� la casa de yahveh. [11] y los sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la nube, porque la gloria de yahveh llenaba la casa de yahveh. [12] entonces salom�n dijo: �yahveh quiere habitar en densa nube. [13] he querido erigirte una morada un lugar donde habites para siempre.� [14] se volvi� el rey y bendijo a toda la asamblea de israel mientras que toda la asamblea de israel estaba en pie. [15] el dijo: �bendito sea yahveh, dios de israel, que habl� por su boca a mi padre david y ha cumplido por su mano lo que dijo:

[16] "desde el d�a en que saqu� de egipto a mi pueblo israel no he elegido ninguna ciudad entre todas las tribus de israel para edificar una casa en la que est� mi nombre, pero he elegido a david para que est� al frente de mi pueblo israel." [17] mi padre david pens� en su coraz�n edificar una casa al nombre de yahveh, dios de israel, [18] pero yahveh dijo a david mi padre: "cuanto a haber pensado en tu coraz�n edificar una casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal voluntad, [19] pero no edificar�s t� la casa, sino que un hijo tuyo, salido de tus entra�as, �se ser� quien edifique la casa a mi nombre." [20] yahveh ha cumplido la promesa que dijo; he sucedido a mi padre david, me he sentado sobre el trono de israel, como yahveh hab�a dicho, y he construido la casa al nombre de yahveh, dios de israel, [21] y he se�alado en ella un lugar al arca en que est� la alianza que yahveh pact� con nuestros padres cuando los sac� de la tierra de egipto.� [22] salom�n se puso ante el altar de yahveh en presencia de toda la asamblea de israel; extendi� sus manos al cielo [23] y dijo: �yahveh, dios de israel, no hay dios como t� en lo alto de los cielos ni abajo sobre la tierra, t� que guardas la alianza y el amor a tus siervos que andan en tu presencia con todo su coraz�n, [24] t� que has mantenido a mi padre david la promesa que le hiciste, pues por tu boca lo prometiste y por tu mano lo has cumplido este d�a. [25] ahora, pues, yahveh, dios de israel, mant�n a tu siervo david mi padre la promesa que le hiciste deci�ndole: " nunca ser� quitado de mi presencia uno de los tuyos que se siente en el trono de israel, con tal que tus hijos guarden su camino andando en mi presencia como has andado t� delante de m�." [26] ahora, dios de israel, que se cumpla la palabra que dijiste a tu siervo david, mi padre. [27] �es que verdaderamente habitar� Dios con los hombres sobre la tierra? si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, �cu�nto menos esta casa que yo te he construido! [28] atiende a la plegaria de tu siervo y a su petici�n, yahveh dios m�o, y escucha el clamor y la plegaria que tu siervo hace hoy en tu presencia, [29] que tus ojos est�n abiertos d�a y noche sobre esta casa, sobre este lugar del que dijiste: "en �l estar� mi nombre"; escucha la oraci�n que tu servidor te dirige en este lugar. [30] �oye, pues, la plegaria de tu siervo y de tu pueblo israel cuando oren en este lugar. escucha t� desde el lugar de tu morada, desde el cielo, escucha y perdona. [31] �cuando un hombre peque contra su pr�jimo y �ste pronuncie una imprecaci�n sobre �l haci�ndole jurar delante de tu altar en esta casa, [32] escucha t� desde los cielos y obra; juzga a tus siervos, declarando culpable al malo, para hacer recaer su conducta sobre su cabeza y declarando inocente al justo para darle seg�n su justicia. [33] �cuando tu pueblo israel sea batido por su enemigo por haber pecado contra ti, si se vuelven a ti y alaban tu nombre, orando y suplicando ante ti en esta casa, [34] escucha t� desde los cielos y perdona el pecado de tu pueblo israel y vu�lvelos a la tierra que diste a sus padres. [35] �cuando los cielos est�n cerrados y no haya lluvia porque pecaron contra ti, si oran en este lugar y alaban tu nombre y se convierten de su pecado porque les humillaste, [36] escucha t� desde los cielos y perdona el pecado de tu siervo y de tu pueblo israel, pues les ense�ar�s el camino bueno por el que deber�n andar, y env�a lluvia sobre tu tierra, la que diste a tu pueblo en herencia. [37] �cuando haya hambre en el pa�s, cuando haya peste, tiz�n, a�ublo, langosta o pulg�n, cuando su enemigo le asedie en una de sus puertas, en todo azote y toda emfermedad,

[38] si un hombre cualquiera, experimentando remordimiento en su coraz�n, eleva cualquier plegaria o cualquier s�plica y extiende las manos hacia esta casa, [39] escucha t� desde los cielos, lugar de tu morada, perdona y da a cada uno seg�n sus caminos, pues t� conoces su coraz�n y s�lo t� conoces el coraz�n de todos los hijos de los hombres, [40] para que te teman todos los d�as que vivan sobre la faz de la tierra que has dado a nuestros padres. [41] �tambi�n al extranjero que no es de tu pueblo israel, al que viene de un pa�s lejano a causa de tu nombre, [42] porque oir� hablar de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu tenso brazo, y vendr� a orar a esta casa, [43] escucha t� desde los cielos, lugar de tu morada, y haz seg�n cuanto te pida el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman como tu pueblo israel, y sepan que tu nombre es invocado en esta casa que yo he construido. [44] �si tu pueblo va a la guerra contra su enemigo por el camino por el que t� le env�es, y suplican a yahveh vueltos hacia la ciudad que has elegido y hacia la casa que yo he construido para tu nombre, [45] escucha t� desde los cielos su oraci�n y su plegaria y hazles justicia. [46] cuando pequen contra ti, pues no hay hombre que no peque, y t� irritado contra ellos los entregues al enemigo, y sus conquistadores los lleven al pa�s enemigo, lejano o pr�ximo, [47] si se convierten en su coraz�n en la tierra a que hayan sido llevados, si se arrepienten y te suplican en la tierra de sus deportadores diciendo: "hemos pecado, hemos sido perversos, somos culpables", [48] si se vuelven a ti con todo su coraz�n y con toda su alma en el pa�s de los enemigos que los deportaron, y te suplican vueltos hacia la tierra que t� diste a sus padres y hacia la ciudad que has elegido y hacia la casa que he edificado a tu nombre, [49] escucha t� desde los cielos, lugar de tu morada, [50] y perdona a tu pueblo, que ha pecado contra ti, todas las rebeliones con que te han traicionado, y conc�deles que hallen compasi�n entre sus deportadores para que �stos les tengan piedad, [51] porque son tu pueblo y tu heredad, los que sacaste de egipto, de en medio del crisol del hierro. [52] �que tus ojos est�n abiertos a las s�plicas de tu siervo y a la s�plica de tu pueblo israel, para escuchar todos sus clamores hacia ti. [53] porque t� los separaste para ti como herencia tuya de entre todos los pueblos de la tierra, como dijiste por boca de mois�s tu siervo cuando sacaste a nuestros padres de egiptko, se�or yahveh.� [54] cuando salom�n acab� de dirigir a yahveh toda esta plegaria y esta s�plica, se levant� de delante del altar de yahveh, del lugar donde se hab�a arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo, [55] y se puso de pie para bendecir a toda la asamblea de israel, diciendo en alta voz: [56] �bendito sea yahveh que ha dado reposo a su pueblo israel, seg�n todas sus promesas; no ha fallado ninguna de las palabras de bien que dijo por boca de mois�s su siervo. [57] que yahveh, nuestro dios, est� con nosotros como estuvo con nuestros padres, que no nos abandone ni nos rechace. [58] que incline nuestros corazones hacia �l para que andemos seg�n todos sus caminos y guardemos todos los mandamientos, los decretos y las sentencias que orden� a nuestros padres. [59] que estas palabras con que he suplicado ante yahveh permanezcan d�a y noche junto a yahveh, nuestro dios, para que d� lo justo a su siervo y justicia a su pueblo israel, seg�n las necesidades de cada d�a, [60] para que todos los pueblos de la tierra sepan que yahveh es dios y no hay otro,

[61] y vuestros corazones estar�n enteramente con yahveh, nuestro dios, para caminar seg�n sus decretos y para guardar sus mandamientos como hoy.� [62] el rey, y todo israel con �l, ofrecieron sacrificios ante yahveh. [63] salom�n sacrific�, como sacrificios de comuni�n que ofreci� en sacrificio a yahveh, 22.000 bueyes y 120.000 ovejas; as� inauguraron la casa de yahveh el rey y todos los hijos de israel. [64] aquel d�a consagr� el rey el interior del patio que est� delante de la casa de yahveh, pues ofreci� all� el holocausto, la oblaci�n y las grasas de los sacrificios de comuni�n, porque el altar de bronce que estaba ante yahveh era demasiado peque�o para contener el holocausto, la oblaci�n y las grasas de los sacrificios de comuni�n. [65] en aquella ocasi�n celebr� Salom�n la fiesta con todos los israelitas en magna asamblea desde la entrada de jamat hasta el torrente de egipto, ante yahveh nuestro dios, durante siete d�as. [66] el d�a octavo despidi� al pueblo. bendijeron al rey y se fueron a sus tiendas, gozosos y con el coraz�n alegre por todo el bien que yahveh hab�a hecho a su siervo david y a su pueblo israel. 1 reyes cap.9 [1] cuando salom�n hubo acabado de construir la casa de yahveh, la casa del rey y todo cuanto salom�n quiso hacer, [2] se apareci� Yahveh a salom�n por segunda vez, como se le hab�a aparecido en gaba�n. [3] yahveh le dijo: �he escuchado la plegaria y la s�plica que has dirigido delante de m�. he santificado esta casa que me has construido para poner en ella mi nombre para siempre; mis ojos y mi coraz�n estar�n en ella siempre. [4] ahora, si andas en mi presencia como anduvo david tu padre, con coraz�n perfecto y con rectitud, haciendo todo lo que te ordene y guardando mis decretos y mis sentencias, [5] afirmar� para siempre el trono de tu realeza sobre israel como promet� a david tu padre cuando dije: "ninguno de los tuyos ser� arrancado de sobre el trono de israel." [6] pero si vosotros, y vuestros hijos despu�s guard�is los mandamientos y los decretos que os he dado, y os vais a servir a otros dioses postr�ndoos ante ellos, [7] yo arrancar� a israel de la superficie de la tierra que les he dado; arrojar� de mi presencia esta casa que yo he consagrado a mi nombre, e israel quedar� como proverbio y escarnio de todos los pueblos. [8] todos los que pasen ante esta casa sublime quedar�n estupefactos, silbar�n y dir�n: "�por qu� ha hecho as� Yahveh a esta tierra y a esta casa?" [9] y se responder�: "porque abandonaron a yahveh su dios, que sac� a sus padres de la tierra de egipto, y han seguido a otros dioses, se han postrado ante ellos y les han servido, por eso ha hecho venir yahveh todo este mal sobre ellos"� [10] al cabo de los veinte a�os, durante los cuales edific� Salom�n las dos casas, la casa de yahveh y la casa del rey, [11] como jiram, rey de tiro, hab�a proporcionado a salom�n madera de cedro y madera de cipr�s y todo el oro que deseaba, entonces el rey salom�n dio a jiram veinte ciudades de la tierra de galilea. [12] sali� Jiram de tiro para ver las ciudades que le hab�a dado salom�n y no le agradaron, [13] y dijo: ��qu� ciudades son �stas que me has dado, hermano m�o?� y las llam�: �tierra de kabul�, hasta el d�a de hoy. [14] jiram envi� al rey 120 talentos de oro. [15] esto es lo referente a la prestaci�n personal que el rey salom�n estableci� para construir la casa de yahveh y su propia casa, el mill� y la muralla de jerusal�n, jasor, meguidd� y gu�zer, [16] (pues fara�n rey de egypto hab�a subido y se hab�a apoderado de gu�zer, la incendi� y mat� a los cananeos que habitaban en la ciudad, y se la dio en dote a

su hija, la mujer de salom�n, [17] y salom�n reconstruy� Gu�zer) bet jor�n de abajo, [18] baalat y tamar en el desierto del pa�s, [19] todas las ciudades de aprovisionamiento que ten�a salom�n, las ciudades de los carros y las ciudades para los caballos, y todo cuanto salom�n quiso edificar en jerusal�n, en el l�bano y en toda la tierra de su dominio. [20] con toda la gente que hab�a quedado de los amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los jivitas, de los jebuseos, que no eran israelitas, [21] cuyos descendientes hab�an quedado despu�s de ellos en el pa�s y a los que los israelitas no hab�an podido entregar al anatema, hizo salom�n una leva que dura hasta el d�a de hoy. [22] pero salom�n no emple� a ninguno de los israelitas como esclavo para sus obras, sino que eran sus hombres de guerra, sus oficiales y sus jefes, sus escuderos y jefes de sus carros y de su caballer�a. [23] estos eran los capataces de los prefectos que estaban al frente de las obras de salom�n; 550 que mandaban a la gente que trabajaba en las obras. [24] cuando la hija de fara�n subi� de la ciudad de david a la casa que hab�a hecho para ella, entonces edific� el mill�. [25] salom�n ofrec�a holocaustos y sacrificios de comuni�n tres veces por a�o en el altar que hab�a edificado a yahveh y hac�a quemar ante yahveh las ofrendas abrasadas, cuando hubo terminado la casa. [26] el rey salom�n construy� una flota en esy�n Gu�ber, que est� cerca de elat, a orillas del mar de suf, en la tierra de edom. [27] jiram envi� a las naves a sus servidores, marineros, conocedores del mar, con los servidores de salom�n. [28] llegaron a ofir, y trajeron de all� 420 talentos de oro que llevaron al rey salom�n. 1 reyes cap.10 [1] la reina de sab� hab�a o�do la fama de salom�n... y vino a probarle por medio de enigmas. [2] lleg� a jerusal�n con gran n�mero de camellos que tra�an aromas, gran cantidad de oro y piedras preciosas; llegada que fue donde salom�n, le dijo todo cuanto ten�a en su coraz�n. [3] salom�n resolvi� todas sus preguntas. no hubo ninguna proposici�n oscura que el rey no le pudiese resolver. [4] cuando la reina de sab� vio toda la sabidur�a de salom�n y la casa que hab�a edificado, [5] los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte de sus ministros y sus vestidos, sus coperos y los holocaustos que ofrec�a en la casa de yahveh, se qued� sin aliento, [6] y dijo al rey: ��verdad es cuanto o� decir en mi tierra de tus palabras y tu sabidur�a! [7] no daba yo cr�dito a lo que se dec�a hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos, y hallo que no dijeron ni la mitad. tu sabidur�a y tu prosperidad superan todo lo que o� decir. [8] dichosas tus mujeres, dichosos estos tus servidores que est�n siempre en tu presencia y escuchan tu sabidur�a. [9] bendito yahveh tu dios que se ha complacido en ti y te ha colocado en el trono de israel para siempre, a causa del amor de yahveh a israel, y te ha puesto como rey para administrar derecho y justicia.� [10] dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. nunca llegaron aromas en tanta abundancia como los que la reina de sab� dio al rey salom�n. [11] la flota de jiram, la que transport� el oro de ofir, trajo tambi�n madera de almugguim en gran cantidad, y piedras preciosas. [12] con la madera de almugguim hizo el rey balaustradas para la casa de yahveh y

para la casa del rey, c�taras y salterios para los cantores. no vino m�s madera de almugguim y no se ha vuelto a ver hasta el d�a de hoy. [13] el rey salom�n dio a la reina de sab� todo cuanto ella quiso pedirle, aparte lo que salom�n le dio con magnificencia de un rey como salom�n. ella se volvi� y regreso a su pa�s con sus servidores. [14] el peso del oro que llegaba a salom�n cada a�o era de 666 talentos de oro, [15] sin contar las contribuciones de los mercaderes, las ganancias de los comerciantes y de todos los reyes �rabes y de los inspectores del pa�s. [16] el rey salom�n hizo doscientos grandes escudos de oro batido, aplicando seiscientos siclos de oro batido en cada escudo, [17] y trescientos escudos peque�os de oro batido, aplicando tres minas de oro en cada escudo. el rey los coloc� en la casa �bosque del l�bano�. [18] hizo el rey un gran trono de marfil y lo revisti� de oro fin�simo. [19] el trono ten�a seis gradas y un respaldo redondo en su parte posterior con brazos a uno y otro lado del asiento; dos leones de pie junto a los brazos [20] m�s doce leones de pie sobre las seis gradas, a uno y otro lado. no se hizo cosa semejante en ning�n reino. [21] todas las copas de beber del rey salom�n eran de oro y toda la vajilla de la casa �bosque del l�bano� era de oro fino; la plata no se estimaba en nada en tiempo del rey salom�n, [22] porque el rey ten�a una flota de tarsis en el mar con la flota de jiram, y cada tres a�os ven�a la flota de tarsis, trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales. [23] el rey salom�n sobrepuj� a todos los reyes de la tierra en riqueza y sabidur�a. [24] todo el mundo quer�a ver el rostro de salom�n para o�r la sabidur�a que dios hab�a puesto en su coraz�n. [25] y cada uno de ellos tra�a su presente: objetos de plata, objetos de oro, vestidos, armas y aromas, caballos y mulos, a�o tras a�o. [26] salom�n reuni� carros y caballos; tuvo 1.400 carros y 12.000 caballos que llev� a las ciudades de los carros y junto al rey en jerusal�n. [27] hizo el rey que la plata fuera tan abundante en jerusal�n como las piedras, y los cedros como los sic�moros de la tierra baja. [28] los caballos de salom�n proced�an de musur y de cilicia. los mercaderes del rey los compraban en cilicia por su precio en dinero. [29] un carro que sub�a de egipto val�a seiscientos siclos de plata y un caballo 150. los tra�an tambi�n como intermediarios para todos los reyes de los hititas y todos los reyes de aram. 1 reyes cap.11 [1] el rey salom�n am� a muchas mujeres extranjeras, adem�s de la hija de fara�n, moabitas, ammonitas, edomitas, sidonias, hititas, [2] de los pueblos de los que dijo yahveh a los israelitas: �no os unir�is a ellas y ellas no se unir�n a vosotros, pues de seguro arrastrar�n vuestro coraz�n tras sus dioses�, pero salom�n se apeg� a ellas por amor; [3] tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y trescientas concubinas. [4] en la ancianidad de salom�n sus mujeres inclinaron su coraz�n tras otros dioses, y su coraz�n no fue por entero de yahveh su dios, como el coraz�n de david su padre. [5] salom�n se fue tras de astart�, diosa de los sidonios, y tras de milkom, monstruo abominable de los ammonitas. [6] salom�n hizo lo malo a los ojos de yahveh, y no sigui� plenamente con yahveh como david su padre. [7] entonces edific� Salom�n un altar a kem�s, monstruo abominable de moab, sobre el monte que est� frente a jerusal�n, y a milkom, monstruo abominable de los ammonitas. [8] lo mismo hizo con todas sus mujeres extranjeras que quemaban incienso y

sacrificaban a sus dioses. [9] se enoj� Yahveh contra salom�n por que hab�a desviado su coraz�n de yahveh, dios de israel, que se le hab�a aparecido dos veces, [10] y le hab�a ordenado sobre este asunto que no fuera en pos de otros dioses, pero no guard� lo que yahveh le hab�a ordenado. [11] yahveh dijo a salom�n: �porque de tu parte has hecho esto y no has guardado mi alianza y las leyes que te orden�, voy a arrancar el reino de sobre ti y lo dar� a un siervo tuyo. [12] no lo har� sin embargo en vida tuya por causa de david tu padre; lo arrancar� de mano de tu hijo. [13] tampoco arrancar� todo el reino; dar� una tribu a tu hijo, en atenci�n a david, mi siervo, y a causa de jerusal�n que he elegido.� [14] suscit� Yahveh un adversario a salom�n en hadad, edomita, de la estirpe real de edom. [15] cuando david bati� a edom, y joab, jefe del ej�rcito, subi� a sepultar los muertos, mat� a todos los varones de edom, [16] pues joab y todo israel permanecieron all� seis meses hasta exterminar todos los varones de edom. [17] pero hadad consigui� huir con algunos hombres edomitas de entre los servidores de su padre, para irse a egipto. era hadad un muchacho peque�o. [18] hab�an partido de madi�n y llegaron a far�n, tomaron consigo hombres de far�n y llegaron a egipto, donde fara�n, rey de egipto, que le dio casa, le prometi� sustento y le dio tierras. [19] hadad encontr� mucho favor a los ojos de fara�n, que le dio por mujer a la hermana de su mujer, la hermana de la gran dama tajfen�s. [20] la hermana de tajfen�s le dio a luz a su hijo guenubat, que tajfen�s cri� en la casa de fara�n, y guenubat vivi� en la casa de fara�n con los hijos de fara�n. [21] oy� Hadad en egipto que david se hab�a acostado con sus padres y que hab�a muerto joab, jefe del ej�rcito, y dijo hadad a fara�n: �d�jame partir para ir a mi tierra.� [22] fara�n le dijo: ��qu� te falta a mi lado para que trates de ir a tu tierra?� el respondi�: �nada, pero d�jame partir.� [23] dios le suscit� otro adversario en rez�n, hijo de elyad�, que hab�a huido del lado de su se�or hadad�zer, rey de sob�: [24] se le unieron algunos hombres y se hizo jefe de banda. fue entonces cuando david los mat�. El se fue a damasco, se estableci� all�, y comenz� a reinar en damasco. [25] fue un adversario de israel toda la vida de salom�n. este mal hizo hadad: tuvo aversi�n a israel y rein� en edom. [26] jeroboam era hijo de nebat, efraimita de sered�; su madre se llamaba seru� y era viuda. era servidor de salom�n y alz� la mano contra el rey. [27] esta fue la ocasi�n de que alzara su mano contra el rey: salom�n estaba construyendo el mill�, para cerrar la brecha de la ciudad de david su padre. [28] este jeroboam era hombre de val�a. salom�n vio c�mo este joven hac�a su trabajo y le puso al frente de toda la leva de la casa de jos�. [29] por aquel tiempo sali� Jeroboam de jerusal�n, y el profeta aj�as de silo le encontr� en el camino. iba �ste cubierto con un manto nuevo y estaban los dos solos en el campo. [30] aj�as tom� el manto nuevo que llevaba, lo rasg� en doce jirones [31] y dijo a jeroboam: �toma para ti diez jirones, porque as� dice yahveh, dios de israel: voy a hacer jirones el reino de manos de salom�n y te voy a dar diez tribus. [32] le quedar� la otra tribu en atenci�n a mi siervo david y a jerusal�n, la ciudad que me eleg� entre todas las tribus de israel; [33] porque me ha abandonado y se ha postrado ante astart�, diosa de los sidonios, ante kem�s, dios de moab, y ante milkom, dios de los ammonitas, y no ha seguido mis caminos haciendo lo que es justo a mis ojos, ni mis decretos ni mis sentencias como su padre david.

[34] pero no tomar� todo el reino de su mano; le mantendr� como pr�ncipe todos los d�as de su vida en atenci�n a david mi siervo, a qui�n eleg� y que guard� mis mandatos y mis decretos. [35] pero tomar� el reino de mano de su hijo y te dar� de �l diez tribus; [36] dar� a su hijo una tribu para que quede siempre a david mi siervo una l�mpara en mi presencia, delante de m� en jerusal�n, la ciudad que me eleg� para poner all� mi nombre. [37] te tomar� a ti y te har� reinar sobre cuanto desee tu alma, y ser�s rey de israel. [38] si escuchas todo cuanto yo te ordene, y andas por mi camino, y haces lo recto a mis ojos guardando mis decretos y mis mandamientos como hizo david mi siervo, yo estar� contigo y te edificar� una casa estable como se la edifiqu� a david. te entregar� Israel [39] y humillar� el linaje de david por esta causa. pero no para siempre.� [40] salom�n trat� de dar muerte a jeroboam, pero jeroboam se levant� y huy� a egipto, junto a sosaq, rey de egipto, y estuvo en egipto hasta la muerte de salom�n. [41] el resto de los hechos de salom�n, todo lo que hizo y su sabidur�a �no est� escrito en el libro de los hechos de salom�n? [42] el tiempo que salom�n rein� en jerusal�n sobre todo israel fue de cuarenta a�os. [43] se acost� Salom�n con sus padres y fue sepultado en la ciudad de su padre david. rein� en su lugar su hijo roboam. 1 reyes cap.12 [1] roboam se fue a siquem, porque todo israel hab�a ido a siquem para proclamarle rey. [2] lo supo jeroboam, hijo de nebat, que estaba todav�a en egipto, adonde hab�a ido huyendo del rey salom�n y se volvi� Jeroboam de egipto. [3] enviaron a llamarle y lleg� Jeroboam con toda la asamblea de israel y hablaron a roboam diciendo: [4] �tu padre ha hecho pesado nuestro yugo; ahora t� aligera la dura servidumbre de tu padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros, y te serviremos.� [5] el les dijo: �id, y dentro de tres d�as volved a m�, y el pueblo se fue. [6] el rey roboam pidi� consejo a los ancianos que hab�an servido a su padre salom�n en vida de �ste, diciendo: �� qu� me aconsej�is que responda a este pueblo?� [7] ellos le respondieron: �si t� te haces hoy servidor de este pueblo y les sirves y les das buenas palabras, ellos ser�n siervos tuyos para siempre�. [8] pero �l abandon� el consejo que los ancianos le aconsejaron y pidi� consejo a los j�venes que se hab�an criado con �l y estaban a su servicio. [9] les dijo: ��qu� me aconsej�is que responda a este pueblo que me ha hablado diciendo: aligera el yugo que tu padre puso sobre nosotros?� [10] los j�venes que se hab�an criado con �l respondieron diciendo: �esto debes responder a este pueblo que te ha dicho: "tu padre hizo pesado nuestro yugo; ahora t� aligera nuestro yugo", esto debes responder: mi dedo me�ique es m�s grueso que los lomos de mi padre. [11] un yugo pesado carg� mi padre, mas yo har� m�s pesado vuestro yugo; mi padre os azotaba con azotes pero yo os azotar� con escorpiones.� [12] vino jeroboam con todo el pueblo a roboam al tercer d�a, seg�n lo hab�a dicho el rey: �volved a m� al tercer d�a.� [13] el rey repondi� al pueblo con dureza, abandonando el consejo que los ancianos le aconsejaron, [14] y habl�ndoles seg�n el consejo de los j�venes diciendo: �mi padre hizo pesado vuestro yugo, yo lo har� m�s pesado todav�a. mi padre os ha azotado con azotes, mas yo os azotar� con escorpiones.� [15] no escuch� el rey al pueblo, pues se trataba de una intervenci�n de yahveh

para cumplimiento de la palabra que yahveh hab�a anunciado a jeroboam, hijo de nebat, por medio de aj�as de silo. [16] viendo todo israel que el rey no le o�a, replic� el pueblo al rey diciendo: ��qu� parte tenemos nosotros con david? �no tenemos herencia en el hijo de jes�! �a tus tiendas, israel! �mira ahora por tu casa, david!� israel se fue a sus tiendas. [17] roboam rein� sobre los israelitas que habitaban en las ciudades de jud�. [18] el rey roboam envi� a adoram, jefe de la leva, pero todo israel le mat� a pedradas; el rey roboam se apresur� a subir a su carro para huir a jerusal�n. [19] israel est� en desobediencia contra la casa de david hasta el d�a de hoy. [20] cuando todo israel supo que jeroboam hab�a vuelto, enviaron a llamarle a la asamblea y le hicieron rey sobre todo israel; no hubo quien siguiera a la casa de david, aparte s�lo la tribu de jud�. [21] en llegando a jerusal�n reuni� Roboam a toda la casa de jud� y a la tribu de benjam�n, 180.000 hombres guerreros escogidos, para combatir contra la casa de israel y devolver el reino a roboam, hijo de salom�n. [22] pero fue dirigida la palabra de dios a sema�as, hombre de dios, diciendo: [23] �habla a roboam, hijo de salom�n, rey de jud�, y a toda la casa de jud�, a benjam�n y al resto del pueblo y diles: [24] as� habla yahveh: no sub�is a combatir con vuestros hermanos los israelitas. que cada uno se vuelva a su casa porque esto es cosa m�a.� ellos escucharon la palabra de yahveh, y se volvieron para ir conforme a la palabra de yahveh. [25] jeroboam fortific� Siquem, en la monta�a de efra�m, y habit� en ella. sali� de ella y fortific� Penuel. [26] jeroboam se dijo en su coraz�n: �en esta situaci�n el reino acabar� por volver a la casa de david. [27] si este pueblo contin�a subiendo para ofrecer sacrificios en la casa de yahveh en jerusal�n, el coraz�n de este pueblo se volver� a su se�or, a roboam, rey de jud�, y me matar�n.� [28] tom� consejo el rey, hizo dos becerros de oro, y dijo al pueblo: �basta ya de subir a jerusal�n. este es tu dios, israel, el que te hizo subir de la tierra de egipto.� [29] coloc� uno en betel, [30] y el pueblo fue con el otro hasta dan. [31] hizo casas en los altos y estableci� sacerdotes del com�n del pueblo que no eran de los hijos de lev�. [32] hizo jeroboam una fiesta en el mes octavo, el d�a quince del mes, parecida a la fiesta de jud�, y subi� al altar. as� hizo en betel, ofreciendo sacrificios a los becerros que hab�a hecho y estableciendo en betel sacerdotes para los altos que hab�a instituido. [33] subi� al altar que hab�a hecho en betel el d�a quince del octavo mes, el mes que se hab�a discurrido por su cuenta para instituir una fiesta para los israelitas, y subi� al altar para quemar incienso. 1 reyes cap.13 [1] por orden de yahveh, un hombre de dios lleg� de jud� a betel cuando jeroboam estaba en pie sobre el altar para quemar incienso, [2] y por orden de yahveh apostrof� al altar diciendo: �altar, altar, as� dice yahveh: ha nacido a la casa de david un hijo llamado jos�as que sacrificar� sobre ti a los sacerdotes de los altos, a los que queman incienso sobre ti, y quemar� huesos humanos sobre ti.� [3] aquel mismo d�a dio una se�al diciendo: �esta es la se�al de que yahveh habla: el altar va a romperse y se va derramar la ceniza que hay sobre �l.� [4] cuando el rey oy� lo que el hombre de dios dec�a contra el altar de betel, extendi� su mano desde encima del altar diciendo: �prendedle.� pero la mano que extendi� contra �l se sec� y no pudo volverla hacia s�. [5] el altar se rompi� y se esparci� la ceniza del altar seg�n la se�al que hab�a

dado el hombre de dios por orden de yahveh. [6] respondi� el rey al hombre de dios: �aplaca, por favor el rostro de yahveh tu dios, para que mi mano pueda volver a m�.� aplac� el hombre de dios el rostro de yahveh, volvi� la mano al rey y quedo como antes. [7] dijo el rey al hombre de dios: �entra en casa conmigo para confortarte y te har� un regalo.� [8] dijo el hombre de dios al rey: �aunque me dieras la mitad de tu casa no entrar� contigo y no comer� ni beber� agua en este lugar, [9] porque as� me lo ha ordenado la palabra de yahveh: no comer�s pan ni beber�s agua ni volver�s por el camino por el que has ido.� [10] y se fue por otro camino, no volvi� por el camino por donde hab�a venido a betel. [11] viv�a en betel un anciano profeta. vinieron sus hijos y le contaron cuanto hab�a hecho aquel d�a el hombre de dios en betel, contaron a su padre las palabras que dijo el rey. [12] su padre les dijo: ��por qu� camino se ha ido?� sus hijos le mostraron el camino por el que se fue el hombre de dios que vino de jud�. [13] dijo a sus hijos: �aparejadme el asno.� y aparejaron el asno y se mont� sobre �l. [14] fue en seguimiento del hombre de dios y le encontr� sentado bajo el terebinto y le dijo: ��eres t� el hombre de dios que ha venido de jud�?� el respondi�: �yo soy.� [15] le dijo: �ven conmigo a casa y comer�s algo.� [16] respondi�: �no puedo volver contigo ni puedo comer pan ni beber agua en este lugar [17] porque la palabra de dios me dijo: no comer�s pan ni beber�s agua ni volver�s por el camino por el que viniste.� [18] pero �l le dijo: �tambi�n yo soy profeta como t�, y un �ngel me ha hablado por orden de yahveh diciendo: hazle volver contigo a tu casa para que coma y beba agua�, pero le ment�a. [19] se volvi�, pues, con �l y comi� pan y bebi� agua en su casa. [20] estando ellos sentados a la mesa, fue dirigida la palabra de dios al profeta que le hab�a hecho volver, [21] y grit� al hombre de dios que vino de jud�, diciendo: �as� dice yahveh: porque has desobedecido la voz de yahveh y no has guardado la orden que yahveh tu dios te hab�a dado, [22] sino que te has vuelto y has comido pan y has bebido agua en el lugar del que dijo: no comer�s pan y no beber�s agua, tu cad�ver no entrar� en la tumba de tus padres.� [23] despu�s de haber comido y bebido, el profeta que le hab�a hecho volver le aparej� su asno. [24] parti�, y un le�n le encontr� en el camino y le mat�; su cad�ver yac�a en el camino y el asno permanec�a junto a �l; tambi�n el le�n permanec�a junto al cad�ver. [25] pasaron algunos hombres que vieron el cad�ver tirado en el camino y al le�n que permanec�a junto al cad�ver; entraron y lo contaron en la ciudad en que viv�a el anciano profeta. [26] lo oy� el profeta que le hab�a hecho volver del camino, y dijo: �es el hombre de dios que desobedeci� la orden de yahveh, y yahveh lo ha entregado al le�n que le ha destrozado y matado, seg�n la palabra que le dijo yahveh.� [27] habl� a sus hijos diciendo: �aparejadme el asno�, y se lo aparejaron. [28] parti�, y hall� el cad�ver tendido en el camino, y al asno y al le�n que permanec�an junto al cad�ver. el le�n no hab�a devorado el cad�ver ni hab�a destrozado al asno. [29] levant� el profeta el cad�ver del hombre de dios, lo puso sobre el asno y lo trajo. entr� en la ciudad el anciano profeta, le llor� y le sepult�. [30] deposit� el cad�ver en su propio sepulcro, e hicieron la lamentaci�n sobre �l: ��ay, hermano m�o!�

[31] despu�s que le hubo sepultado, dijo a sus hijos: �cuando yo muera, me sepultar�is en el sepulcro en que ha sido sepultado el hombre de dios; junto a sus huesos depositar�is mis huesos, [32] porque con toda certeza se cumplir� la palabra que por orden de yahveh grit� contra el altar de betel y contra todos los santuarios de los altos que hay en las ciudades de samar�a.� [33] despu�s de esto no se volvi� Jeroboam de su mal camino, continu� haciendo sacerdotes para los altos de entre el pueblo com�n; a todo el que lo deseaba le invest�a como sacerdote de los altos, [34] este proceder hizo caer en pecado a la casa de jeroboam y fue causa de su perdici�n y su exterminio de sobre la faz de la tierra. 1 reyes cap.14 [1] por aquel tiempo cay� enfermo ab�as, hijo de jeroboam. [2] dijo jeroboam a su mujer: �lev�ntate y disfr�zate para que no se sepa que eres la mujer de jeroboam, y vete a silo, pues estar� all� el profeta aj�as, el que me predijo que yo reinar�a sobre este pueblo. [3] toma en tus manos diez panes, tortas y un tarro de miel, y entra donde �l; �l te revelar� qu� ser� del ni�o.� [4] as� lo hizo la mujer de jeroboam: se levant�, se fue a silo, y entr� en la casa de aj�as. aj�as no pod�a ver porque sus pupilas se hab�an quedado r�gidas a causa de su vejez, [5] pero yahveh hab�a dicho a aj�as: �mira, la mujer de jeroboam viene a pedirte un or�culo acerca de su hijo que est� enfermo. esto y esto le dir�s. cuando ella entre, se har� pasar por otra.� [6] en oyendo aj�as el ruido de sus pasos, cuando entraba por la puerta, dijo: �entra, mujer de jeroboam. �por qu� quieres pasar por otra? tengo un duro mensaje para ti. [7] vete a decir a jeroboam: "as� dice yahveh, dios de israel: por cuanto te levant� de en medio del pueblo y te puse como caudillo de mi pueblo israel, [8] arranqu� el reino de la casa de david para d�rtelo a ti, pero t� no has sido como mi siervo david que guard� mis mandamientos y me sigui� con todo su coraz�n haciendo s�lo lo que es recto a mis ojos, [9] mientras que t� has hecho m�s mal que todos los que fueron antes que t�, y has ido a hacerte otros dioses, im�genes fundidas, para irritarme, y me has arrojado detr�s de tus espaldas, [10] por esto, voy a hacer venir el mal sobre la casa de jeroboam y quitar� a jeroboam todos los varones, esclavos o libres en israel, barrer� a fondo la casa de jeroboam como se barre del todo la basura. [11] los de jeroboam que mueran en la ciudad ser�n comidos por los perros, y los que mueran en el campo, ser�n comidos por las aves del cielo, porque ha hablado yahveh." [12] cuanto a ti, lev�ntate y vete a tu casa; cuando tus pies entren en la ciudad, morir� el ni�o. [13] todo israel le llorar� y le dar�n sepultura. este tan s�lo de los de jeroboam entrar� en el sepulcro, porque de la casa de jeroboam s�lo en �l se ha hallado algo bueno ante yahveh, dios de israel. [14] yahveh se suscitar� un rey sobre israel que exterminar� la casa de jeroboam. [15] yahveh golpear� a israel como las aguas agitan una ca�a, y arrojar� a israel de esta tierra buena que dio a sus padres, y los dispersar� al otro lado del r�o, porque hicieron sus cipos que irritaban a yahveh. [16] y entregar� a israel a causa de los pecados que cometi� Jeroboam e hizo cometer a israel.� [17] la mujer de jeroboam se levant�, se fue y entr� en tirs�; y cuando ella entraba en el umbral de su casa, hab�a muerto el ni�o. [18] le dieron sepultura y todo israel hizo duelo seg�n la palabra que yahveh hab�a dicho por boca de su siervo, el profeta aj�as.

[19] el resto de los hechos de jeroboam, c�mo guerre� y c�mo rein�, est�n escritos en el libro de los anales de los reyes de israel. [20] el tiempo que rein� Jeroboam fueron veintid�s a�os y se acost� con sus padres. rein� en su lugar su hijo nadab. [21] roboam, hijo de salom�n, rein� en jud�; ten�a 41 a�os roboam cuando comenz� a reinar y rein� diecisiete a�os en jerusal�n, la ciudad que hab�a elegido yahveh de entre todas las tribus de israel para poner en ella su nombre. el nombre de su madre era naam�, ammonita. [22] jud� hizo el mal a los ojos de yahveh. irritaron su celo m�s que lo hicieron sus padres por los pecados que comet�an: [23] tambi�n ellos se construyeron altos, estelas y cipos en toda colina elevada y bajo todo �rbol frondoso. [24] hasta consagrados a la prosituci�n hubo en la tierra. hicieron todas las abominaciones de las gentes que yahveh hab�a arrojado de delante de los israelitas. [25] el a�o quinto del rey roboam, sosaq, rey de egipto, subi� contra jerusal�n [26] y se apoder� de los tesoros de la casa de yahveh y de los tesoros de la casa del rey; de todo se apoder�. Y, como llev� todos los escudos de oro que hab�a hecho salom�n, [27] el rey roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confi� a los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. [28] cuando el rey entraba en la casa de yahveh, la guardia los llevaba y despu�s los devolv�a a la sala de la guardia. [29] el resto de los hechos de roboam, todo cuanto hizo, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [30] hubo guerra continua entre roboam y jeroboam. [31] roboam se acost� con sus padres y fue sepultado en la ciudad de david. rein� en su lugar su hijo abiyyam. 1 reyes cap.15 [1] el a�o dieciocho del rey jeroboam, hijo de nebat, comenz� a reinar abiyyam sobre jud�. [2] rein� tres a�os en jerusal�n; el nombres de su madre era maak�, hija de absal�n. [3] sigui� en todo los pecados que su padre hab�a hecho antes de �l, y su coraz�n no fue por entero de yahveh su dios, como el coraz�n de david su padre. [4] pero en atenci�n a david, le dio yahveh su dios una l�mpara en jerusal�n, suscitando a su hijo despu�s de �l y manteniendo en pie a jerusal�n, [5] porque david hab�a hecho lo que era recto a los ojos de yahveh y no se hab�a apartado de cuanto le orden� en todos los d�as de su vida, salvo en el caso de ur�as el hitita. [7] el resto de los hechos de abiyyam, todo cuanto hizo, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? hubo guerra entre abiyyam y jeroboam. [8] se acost� Abiyyam con sus padres y le sepultaron en la ciudad de david. rein� en su lugar su hijo as�. [9] el a�o veinte de jeroboam, rey de israel, commenz� a reinar as� en jud�. [10] rein� 41 a�os en jerusal�n; su abuela se llamaba maak�, hija de absal�n. [11] as� hizo lo recto a los ojos de yahveh, como david su padre. [12] expuls� de la tierra a los consagrados a la prostituci�n, y quit� todos los �dolos que sus padres hab�an hecho. [13] incluso lleg� a quitar a su abuela maak� el t�tulo de gran dama porque hab�a hecho un horror para aser�. as� abati� este horror y lo quem� en el torrente cedr�n. [14] pero no desaparecieron los altos, aunque el coraz�n de as� estuvo del todo con yahveh toda su vida. [15] llev� a la casa de yahveh las ofrendas consagradas por su padre y sus propias ofrendas, plata, oro y utensilios.

[16] hubo guerra entre as� y bas�, rey de israel, toda su vida. [17] bas�, rey de israel, subi� contra jud� y fortific� Ram�, para cortar las communicaciones a as�, rey de jud�. [18] sac� entonces as� toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la casa de yahveh y en los tesoros de la casa del rey, se lo dio a sus servidores y los envi� a ben hadad, hijo de tabrimm�n, hijo de jezy�n, rey de aram, que habitaba en damasco, diciendo: [19] �haya alianza entre nosotros como entre mi padre y tu padre. te env�o un presente de plata y oro. anda, rompe tu alianza con bas�, rey de israel, para que se aleje de m�.� [20] ben hadad escuch� al rey as� y envi� a los jefes de su ej�rcito contra las ciudades de israel, conquistando iyy�n, dan y abel bet maak�, todo el kinerot y todo el pa�s de neftal�. [21] cuando bas� lo supo suspendi� las fortificaciones de ram� y se volvi� a tirs�. [22] el rey as� convoc� a todo jud� sin excepci�n. se llevaron la piedra y la madera con que bas� fortificaba ram�, y el rey as� fortific� con ellas gueba de benjam�n y misp�. [23] el resto de los hechos de as�, toda su bravura y cuanto hizo, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? s�lo que en su ancianidad enferm� de los pies. [24] as� se acost� con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre david. rein� despu�s de �l su hijo josafat. [25] nadab, hijo de jeroboam, comenz� a reinar en israel el a�o segundo de as�, rey de jud�, y rein� dos a�os sobre israel. [26] hizo el mal a los ojos de yahveh, y anduvo por el camino de su padre y en el pecado con que hizo pecar a israel. [27] bas�, hijo de aj�as, de la casa de isacar, conspir� contra �l y le mat� en guibbet�n de los filisteos, cuando nadab y todo israel estaban asediando a guibbet�n. [28] bas� le hizo morir el a�o tercero de as�, rey de jud�, y rein� en su lugar. [29] cuando se hizo rey, mat� a toda la casa de jeroboam, no dej� a nadie de los de jeroboam con vida, hasta exterminarlos seg�n la palabra que yahveh hab�a dicho por boca de su siervo el profeta aj�as de silo, [30] por los pecados que jeroboam cometi� e hizo cometer a israel y con los que provoc� la irritaci�n de yahveh, dios de israel. [31] el resto de los hechos de nadab y todo cuanto hizo, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [33] el a�o tercero de as�, rey de jud�, comenz� a reinar bas�, hijo de aj�as, sobre todo israel en tirs�; rein� veinticuatro a�os. [34] hizo el mal a los ojos de yahveh y fue por el camino de jeroboam y por el pecado con que hizo pecar a israel. 1 reyes cap.16 [1] fue dirigida la palabra de yahveh a jeh�, hijo de janan�, contra bas� diciendo: [2] �por cuanto te he levantado del polvo y te he puesto como jefe de mi pueblo israel, pero t� has ido por el camino de jeroboam y has hecho pecar a mi pueblo israel irrit�ndome con sus pecados, [3] voy a barrer a bas� y a su casa y voy a hacer tu casa parecida a la casa de jeroboam, hijo de nebat. [4] los de bas� que mueran en la ciudad ser�n comidos por los perros, y a los que mueran en el campo los comer�n las aves del cielo.� [5] el resto de los hechos de bas�, todo cuanto hizo y su bravura, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [6] bas� se acost� con sus padres y le sepultaron en tirs�. rein� en su lugar su hijo el�.

[7] fue dirigida la palabra de yahveh por boca del profeta jeh�, hijo de janan�, contra bas� y contra su casa por todo el mal que hizo a los ojos de yahveh, irrit�ndole con sus obras, hasta hacerse semejante a la casa de jeroboam, y tambi�n por haber exterminado a �sta. [8] el a�o veintis�is de as�, rey de jud�, comenz� a reinar el�, hijo de bas�, sobre israel en tirs�, y rein� dos a�os. [9] su servidor zimr�, jefe de la mitad de los carros, conspir� contra �l, cuando estaba en tirs� bebiendo hasta emborracharse, en casa de ars�, que estaba al frente de la casa de tirs�. [10] entr� Zimr� y le hiri� mat�ndole el a�o veintisiete de as�, rey de jud�, y rein� en su lugar. [11] cuando se hizo rey, apenas sentado sobre su trono, mat� a toda la familia de bas�, sin dejar ning�n var�n ni pariente ni amigo. [12] zimr� extermin� a toda la casa de bas� seg�n la palabra que yahveh dijo a bas� por boca del profeta jeh�, [13] por todos los pecados que bas� y el�, su hijo, cometieron e hicieron cometer a israel provocando con sus vanos �dolos la indignaci�n de yahveh, dios de israel. [14] el resto de los hechos de el�, todo cuanto hizo, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [15] el a�o veintisiete de as�, rey de jud�, rein� Zimr� siete d�as en tirs�. el pueblo estaba acampado en guibbet�n de los filisteos. [16] las tropas acampadas oyeron decir: �ha conspirado zimr� y ha llegado a matar al rey�, y aquel mismo d�a todo israel proclam� en el campamento a omr�, jefe del ej�rcito, como rey de israel. [17] omr� y todo israel con �l subieron de guibbet�n y pusieron siti� a tirs�. [18] cuando zimr� vio que la ciudad iba a ser tomada, entr� en la ciudadela de la casa del rey, prendi� fuego sobre s� a la casa del rey y muri�, [19] a causa del pecado que cometi� haciendo el mal a los ojos de yahveh, yendo por el camino de jeroboam y por el pecado que hizo cometer a israel. [20] el resto de los hechos de zimr� y la conjuraci�n que tram�, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [21] entonces el pueblo de israel se dividi� en dos mitades; una mitad del pueblo sigui� a tibn�, hijo de guinat, para hacerle rey; la otra mitad a omr�. [22] el pueblo que segu�a a omr� prevaleci� sobre el pueblo que segu�a a tibn�, hijo de guinat; tibn� muri� y rein� Omr�. [23] el a�o 31 de as�, rey de jud�, comenz� a reinar omr� sobre israel y rein� doce a�os. rein� seis a�os en tirs�. [24] compr� la monta�a de samar�a a s�mer por dos talentos de plata, fortific� el monte, y a la ciudad que �l hab�a construido puso por nombre samar�a, del nombre de semer, due�o del monte. [25] omr� hizo el mal a los ojos de yahveh y fue peor que cuantos le precedieron. [26] fue en todo por el camino de jeroboam, hijo de nebat, y por el pecado que hizo cometer a israel irritando a yahveh, dios de israel, con sus vanos �dolos. [27] el resto de los hechos de omr�, cuanto hizo y su bravura �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [28] se acost� Omr� con sus padres, y fue sepultado en samar�a. rein� en su lugar su hijo ajab. [29] ajab, hijo de omr�, comenz� a reinar en israel el a�o 38 de as�, rey de jud�. ajab, hijo de omr�, rein� sobre israel en samar�a veintid�s a�os. [30] ajab, hijo de omr�, hizo el mal a los ojos de yahveh m�s que todos los que fueron antes que �l. [31] lo de menos fue haber seguido los pecados de jeroboam, hijo de nebat, sino que, adem�s, tom� por mujer a jezabel, hija de ittobaal, rey de los sidonios, y se fue a servir a baal postr�ndose ante �l. [32] alz� un altar a baal en el santuario de baal que edific� en samar�a. [33] hizo ajab el cipo y aument� la indignaci�n de yahveh, dios de israel, m�s que todos los reyes de israel que le precedieron. [34] en su tiempo jiel de betel reedific� Jeric�. Al precio de abir�n, su

primog�nito, puso los fundamentos, y al precio de su hijo menor segub, puso las puertas, seg�n la palabra que dijo yahveh por boca de josu�, hijo de 1 reyes cap.17 [1] el�as tesbita, de tisb� de galaad, dijo a ajab: �vive yahveh, dios de israel, a quien sirvo. no habr� estos a�os roc�o ni lluvia m�s que cuando mi boca lo diga.� [2] fue dirigida la palabra de yahveh a el�as diciendo: [3] �sal de aqu�, dir�gete hacia oriente y esc�ndete en el torrente de kerit que est� al este del jord�n. [4] beber�s del torrente y encargar� a los cuervos que te sustenten all�.� [5] hizo seg�n la palabra de yahveh, y se fue a vivir en el torrente de kerit que est� al este del jord�n. [6] los cuervos le llevaban pan por la ma�ana y carne por la tarde, y beb�a del torrente. [7] al cabo de los d�as se sec� el torrente, porque no hab�a lluvia en el pa�s. [8] le fue dirigida la palabra de yahveh a el�as diciendo: [9] �lev�ntate y vete a sarepta de sid�n y qu�date all�, pues he ordenado a una mujer viuda de all� que te d� de comer.� [10] se levant� y se fue a sarepta. cuando entraba por la puerta de la ciudad hab�a all� una mujer viuda que recog�a le�a. la llam� El�as y dijo: �tr�eme, por favor, un poco de agua para m� en tu jarro para que pueda beber.� [11] cuando ella iba a tra�rsela, le grit�: �tr�eme, por favor, un bocado de pan en tu mano.� [12] ella dijo: �vive yahveh tu dios, no tengo nada de pan cocido: s�lo tengo un pu�ado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la orza. estoy recogiendo dos palos, entrar� y lo preparar� para m� y para mi hijo, lo comeremos y moriremos.� [13] pero el�as le dijo: �no temas. entra y haz como has dicho, pero primero haz una torta peque�a para m� y tr�emela, y luego la har�s para ti y para tu hijo. [14] porque as� habla yahveh, dios de israel: no se acabar� la harina en la tinaja, no se agotar� el aceite en la orza hasta el d�a en que yahveh conceda la lluvia sobre la haz de la tierra. [15] ella se fue e hizo seg�n la palabra de el�as, y comieron ella, �l y su hijo. [16] no se acab� la harina en la tinaja ni se agot� el aceite en la orza, seg�n la palabra que yahveh hab�a dicho por boca de el�as. [17] despu�s de estas cosas, el hijo de la due�a de la casa cay� enfermo, y la enfermedad fue tan recia que se qued� sin aliento. [18] entonces ella dijo a el�as: ��qu� hay entre t� y yo, hombre de dios? �es que has venido a m� para recordar mis faltas y hacer morir a mi hijo?� [19] el�as respondi�: �dame tu hijo.� el lo tom� de su regazo y subi� a la habitaci�n de arriba donde �l viv�a, y lo acost� en su lecho; [20] despu�s clam� a yahveh diciendo: �yahveh, dios m�o, �es que tambi�n vas a hacer mal a la viuda en cuya casa me hospedo, haciendo morir a su hijo?� [21] se tendi� tres veces sobre el ni�o, invoc� a yahveh y dijo: �yahveh, dios m�o, que vuelva, por favor, el alma de este ni�o dentro de �l.� [22] yahveh escucho la voz de el�as, y el alma del ni�o volvi� a el y revivi�. [23] tom� El�as al ni�o, lo baj� de la habitaci�n de arriba de la casa y se lo dio a su madre. dijo el�as: �mira, tu hijo vive.� [24] la mujer dijo a el�as: �ahora s� que he conocido bien que eres un hombre de dios, y que es verdad en tu boca la palabra de yahveh.� 1 reyes cap.18 [1] pasado mucho tiempo, fue dirigida la palabra de yahveh a el�as, al tercer a�o, diciendo: �vete a presentarte a ajab, pues voy a hacer llover sobre la superficie de la tierra.� [2] fue el�as a presentarse a ajab. el hambre se hab�a apoderado de samar�a.

[3] ajab llam� a abd�as, que estaba al frente de la casa -abd�as era muy temeroso de yahveh-. [4] cuando jezabel extermin� a los profetas de yahveh, abd�as hab�a tomado cien profetas y los hab�a ocultado, de cincuenta en cincuenta, en una cueva, d�ndoles de comer pan y agua. [5] dijo ajab a abd�as: �ven, vamos a recorrer el pa�s por todas sus fuentes y todos sus torrentes; acaso encontremos hierba para mantener los caballos y mulos y no tengamos que suprimir el ganado.� [6] se repartieron el pa�s para recorrerlo: �ajab se fue solo por un camino y abd�as se fue solo por otro. [7] estando abd�as en camino, le sali� El�as al encuentro. le reconoci� y cay� sobre su rostro y dijo: �eres t� El�as, mi se�or?� [8] el respondi�: �yo soy. vete a decir a tu se�or: ah� est� El�as.� [9] respondi�: ��en qu� he pecado, pues entregas a tu siervo en manos de ajab para hacerme morir? [10] �vive yahveh tu dios! no hay naci�n o reino donde no haya mandado a buscarte mi se�or, y cuando dec�an: "no est� aqu�", hac�a jurar a la naci�n o al reino que no te hab�a encontrado. [11] y ahora t� dices: "vete a decir a tu se�or: ah� est� El�as." [12] y suceder� que, cuando me aleje de ti, el esp�ritu de yahveh te llevar� no s� d�nde, llegar� a avisar a ajab, pero no te hallar� y me matar�. sin embargo, tu siervo teme a yahveh desde su juventud. [13] �nadie ha hecho saber a mi se�or lo que hice cuando jezabel mat� a los profetas de yahveh, que ocult� a cien de los prophetas de yahveh, de cincuenta en cincuenta, en una cueva, y les aliment� con pan y agua? [14] y ahora t� me dices: "vete a decir a tu se�or: ah� est� El�as." �me matar� [15] respondi� El�as: ��vive yahveh sebaot a quien sirvo! hoy me presentar� a �l.� [16] abd�as fue al encuentro de ajab y le avis�, y ajab parti� al encuentro de el�as. [17] cuando ajab vio a el�as le dijo: ��eres t�, azote de israel?� [18] el respondi�: �no soy yo el azote de israel, sino t� y la casa de tu padre, por haber abandonado a yahveh y haber seguido a los baales. [19] pero ahora, env�a a reunir junto a m� a todo israel en el monte carmelo, y a los 450 profetas de baal que comen a la mesa de jezabel.� [20] ajab envi� a todos los israelitas y reuni� a los profetas en el monte carmelo. [21] el�as se acerc� a todo el pueblo y dijo: ��hasta cu�ndo vais a estar cojeando con los dos pies? si yahveh es dios, seguidle; si baal, seguid a �ste.� pero el pueblo no le respondi� nada. [22] dijo el�as al pueblo: �he quedado yo solo como profeta de yahveh, mientras que los profetas de baal son 450. [23] que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para ellos, que los despedacen y lo pongan sobre la le�a, pero que no pongan fuego. yo preparar� el otro novillo y lo pondr� sobre la le�a, pero no pondr� fuego. [24] invocar�is el nombre de vuestro dios; yo invocar� el nombre de yahveh. y el dios que responda por el fuego, �se es dios.� todo el pueblo respondi�: ��est� bien!� [25] el�as dijo a los profetas de baal: �eleg�os un novillo y comenzad vosotros primero, pues sois m�s numerosos. invocad el nombre de vuestro dios, pero no pong�is fuego.� [26] tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon e invocaron el nombre de baal desde la ma�ana hasta el mediod�a, diciendo: ��baal, resp�ndenos!� pero no hubo voz ni respuesta. danzaban cojeando junto al altar que hab�an hecho. [27] llegado el mediod�a, el�as se burlaba de ellos y dec�a: ��gritad m�s alto, porque es un dios; tendr� alg�n negocio, le habr� ocurrido algo, estar� en camino; tal vez est� dormido y se despertar�!� [28] gritaron m�s alto, saj�ndose, seg�n su costumbre, con cuchillos y lancetas

hasta chorrear la sangre sobre ellos. [29] cuando pas� el mediod�a, se pusieron en trance hasta la hora de hacer la ofrenda, pero no hubo voz, ni quien escuchara ni quien respondiera. [30] entonces el�as dijo a todo el pueblo: �acercaos a m�.� todo el pueblo se acerc� a �l. repar� el altar de yahveh que hab�a sido demolido. [31] tom� El�as doce piedras seg�n el n�mero de las tribus de los hijos de jacob, al que fue dirigida la palabra de yahveh diciendo: �israel ser� tu nombre.� [32] erigi� con las piedras un altar al nombre de yahveh, e hizo alrededor del altar una zanja que conten�a como unas dos arrobas de sembrado. [33] dispuso le�a, despedaz� el novillo y lo puso sobre la le�a. [34] despu�s dijo: �llenad de agua cuatro tinajas y derramadla sobre el holocausto y sobre la le�a.� lo hicieron as�. dijo: �repetid� y repitieron. dijo: �hacedlo por tercera vez.� y por tercera vez lo hicieron. [35] el agua corri� alrededor del altar, y hasta la zanja se llen� de agua. [36] a la hora en que se presenta la ofrenda, se acerc� el profeta el�as y dijo: �yahveh, dios de abraham, de isaac y de israel, que se sepa hoy que t� eres dios en israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he ejecutado toda estas cosas. [37] resp�ndeme, yahveh, resp�ndeme, y que todo este pueblo sepa que t�, Yahveh, eres dios que conviertes sus corazones.� [38] cay� el fuego de yahveh que devor� el holocausto y la le�a, y lami� el agua de las zanjas. [39] todo el pueblo lo vi� y cayeron sobre su rostro y dijeron: ��yahveh es dios, yahveh es dios!� [40] el�as les dijo: �echad mano a los profetas de baal, que no escape ninguno de ellos�; les echaron mano y el�as les hizo bajar al torrente de quis�n, y los degoll� all�. [41] dijo el�as a ajab: �sube, come y bebe, porque ya se oye el rumor de la lluvia.� [42] subi� Ajab a comer y beber, mientras que el�as sub�a a la cima del carmelo, y se encorv� hacia la tierra poniendo su rostro entre las rodillas. [43] dijo a su criado : �sube y mira hacia el mar.� subi�, mir� y dijo: �no hay nada.� el dijo: �vuelve.� y esto siete veces. [44] a la s�ptima vez dijo: �hay una nube como la palma de un hombre, que sube del mar.� entonces dijo: �sube a decir a ajab: unce el carro y baja, no te detenga la lluvia.� [45] poco a poco se fue oscureciendo el cielo por las nubes y el viento y se produjo gran lluvia. ajab mont� en su carro y se fue a yizreel. [46] la mano de yahveh vino sobre el�as que, ci��ndose la cintura, corri� delante de ajab hasta la entrada de yizreel. 1 reyes cap.19 [1] ajab refiri� a jezabel cuanto hab�a hecho el�as y c�mo hab�a pasado a cuchillo a todos los profetas. [2] envi� Jezabel un mensajero a el�as diciendo: �que los dioses me hagan esto y me a�aden esto otro si ma�ana a estas horas no he puesto tu alma igual que el alma de uno de ellos.� [3] el tuvo miedo, se levant� y se fue para salvar su vida. lleg� a berseba de jud� y dej� all� a su criado. [4] el camin� por el desierto una jornada de camino, y fue a sentarse bajo una retama. se dese� la muerte y dijo: ��basta ya, yahveh! �toma mi vida, porque no soy mejor que mis padres!� [5] se acost� y se durmi� bajo una retama, pero un �ngel le toc� y le dijo: �lev�ntate y come.� [6] mir� y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. comi� y bebi� y se volvi� a acostar. [7] volvi� segunda vez el �ngel de yahveh, le toc� y le dijo: �lev�ntate y come,

porque el camino es demasiado largo para ti.� [8] se levant�, comi� y bebi�, y con la fuerza de aquella comida camin� cuarenta d�as y cuarenta noches hasta el monte de dios, el horeb. [9] all� entr� en la cueva, y pas� en ella la noche. le fue dirigida la palabra de yahveh, que le dijo: ��qu� haces aqu� El�as?� [10] el dijo: �ardo en celo por yahveh, dios sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quit�rmela.� [11] le dijo: �sal y ponte en el monte ante yahveh.� y he aqu� que yahveh pasaba. hubo un hurac�n tan violento que hend�a las monta�as y quebrantaba las rocas ante yahveh; pero no estaba yahveh en el hurac�n. despu�s del hurac�n, un temblor de tierra; pero no estaba yahveh en el temblor. [12] despu�s del temblor, fuego, pero no estaba yahveh en el fuego. despu�s del fuego, el susurro de una brisa suave. [13] al o�rlo el�as, cubri� su rostro con el manto, sali� y se puso a la entrada de la cueva. le fue dirigida una voz que le dijo: ��qu� haces aqu�, el�as?� [14] el respondi�: �ardo en celo por yahveh, dios sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscam mi vida para quit�rmela.� [15] yahveh le dijo: �anda, vuelve por tu camino hacia el desierto de damasco. vete y unge a jazael como rey de aram. [16] ungir�s a jeh�, hijo de nims�, como rey de israel, y a eliseo, hijo de safat, de abel mejol�, le ungir�s como profeta en tu lugar. [17] al que escape a la espada de jazael le har� morir jeh�, y al que escape a la espada de jeh�, le har� morir eliseo. [18] pero me reservar� 7.000 en israel: todas las rodillas que no se doblaron ante baal, y todas las bocas que no le besaron.� [19] parti� de all� y encontr� a eliseo, hijo de safat, que estaba arando. hab�a delante de �l doce yuntas y �l estaba con la duod�cima. pas� El�as y le ech� su manto encima. [20] el abandon� los bueyes, corri� tras de el�as y le dijo: �d�jame ir a besar a mi padre y a mi madre y te seguir�.� le respondi�: �anda, vu�lvete, pues �qu� te he hecho?� [21] volvi� atr�s eliseo, tom� el par de bueyes y los sacrific�, as� su carne con el yugo de los bueyes y dio a sus gentes, que comieron. despu�s se levant�, se fue tras de el�as y entr� a su servicio. 1 reyes cap.20 [1] ben hadad, rey de aram, reuni� todo su ej�rcito. ten�a consigo 32 reyes, caballos y carros. subi� y puso sitio a samar�a y la atac�. [2] envi� mensajeros a la ciudad, a ajab, rey de israel, [3] para decirle: �as� habla ben hadad: tu plata y tu oro son para m�. tus mujeres y tus hijos para ti.� [4] el rey de israel respondi�: �como t� dices, rey mi se�or, tuyo soy yo y todo lo m�o.� [5] volvieron los mensajeros y dijeron: �as� habla ben hadad: env�o a decirte: me dar�s tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos. [6] as� que ma�ana a estas horas te enviar� mis siervos y registrar�n tu casa y las casas de tus siervos, y echar�n mano a cuanto les guste, y se lo llevar�n.� [7] convoc� el rey de israel a todos los ancianos de la tierra y les dijo: �reconoced y ved que �ste busca hacer el mal. me pide mis mujeres y mis hijos a pesar de que no le he negado mi plata y mi oro.� [8] todos los ancianos y todo el pueblo dijeron: �no le escuches, no consientas.� [9] dijo a los enviados de ben hadad: �decid a mi se�or el rey: todo lo que mandaste la primera vez a tu siervo, lo har�; pero esto no puedo hacerlo.� se fueron los mensajeros llevando la respuesta. [10] entonces, ben hadad envi� a decir: �esto me hagan los dioses y esto me

a�adan si hay bastante polvo en samar�a para los pu�os de todo el pueblo que me sigue.� [11] el rey de israel respondi�: �decid: no se alabe quien se ci�e como el que se desci�e.� [12] cuando ben hadad escuch� esta palabra, estaba bebiendo con los reyes en la tienda, y dijo a sus servidores: �tomad posiciones.� y tomaron posiciones contra la ciudad. [13] se acerc� a ajab, rey de israel, un profeta y le dijo: �as� habla yahveh: �has visto esta gran multitud? hoy la entrego en tus manos y sabr�s que yo soy yahveh.� [14] �ajab dijo: ��por medio de qui�n?� respondi�: �as� dice yahveh: por medio de los j�venes de los jefes de distritos.� pregunt� Ajab: ��qui�n debe entablar el combate?� respondi�: �t�.� [15] pas� revista a los j�venes de los jefes de distritos, que eran 232; despu�s de ellos, pas� revista a todo el pueblo, todos los israelitas, 7.000. [16] hicieron una salida a mediod�a, mientras ben hadad estaba bebiendo hasta la imbriaguez en sus tiendas con los 32 reyes auxiliares. [17] salieron en cabeza los j�venes de los jefes de distritos. enviaron a avisar a ben hadad: �han salido algunos j�venes de samar�a.� [18] el respondi�: �si han salido en son de paz, prendedles vivos; si han salido en son de guerra, prendedles vivos.� [19] salieron, pues, de la ciudad aquellos j�venes de los jefes de los distritos y el ej�rcito detr�s de ellos. [20] abati� cada uno a su hombre. aram se dio a la fuga e israel le persigui�. Ben hadad, rey de aram, pudo salvarse a caballo con algunos jinetes. [21] sali� el rey de israel y se apoder� de los caballos y carros, infligiendo a aram una gran derrota. [22] se acerc� el profeta al rey de israel y dijo: �anda, cobra �nimo, y conoce y mira lo que has de hacer, porque el a�o que viene el rey de aram subir� contra ti.� [23] los servidores del rey de aram le dijeron: �su dios es un dios de las monta�as; por eso fueron m�s fuertes que nosotros. pero atacaremos en la llanura y �no seremos m�s fuertes que ellos? [24] haz esto: quita de su puesto a cada uno de los reyes, y pon gobernadores en su lugar. [25] por tu parte, recluta un ej�rcito como el ej�rcito que perdiste, con otros tantos caballos y carros, y les atacaremos en la llanura. �no seremos m�s fuertes que ellos?� escuch� su voz e hizo as�. [26] a la vuelta del a�o, ben hadad pas� revista a los arameos y subi� a afeq para luchar contra israel. [27] se pas� revista a los israelitas que fueron provistos de vituallas y marcharon a su encuentro. los israelitas acamparon frente a ellos como dos reba�os de cabras, mientras que los arameos llenaban la tierra. [28] el hombre de dios se acerc� al rey de israel y dijo: �as� habla yahveh: por haber dicho los arameos: yahveh es un dios de la monta�a, no es dios de las llanuras, voy a entregar toda esta gran muchedumbre en tus manos y sabr�s que yo soy yahveh.� [29] acamparon frente a frente durante siete d�as y el s�ptimo d�a trabaron batalla. los israelitas batieron a los arameos, 100.000 infantes en un d�a. [30] los restantes huyeron a la ciudad de afeq, pero la muralla se desplom� sobres los 27.000 hombres que quedaban. ben hadad hab�a huido y se hab�a refugiado en la ciudad, en una habitaci�n retirada. [31] sus servidores le dijeron: �hemos o�do que los reyes de la casa de israel son reyes misericordiosos. deja que nos pongamos sayales sobre nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey de israel. acaso te deje la vida.� [32] se ci�eron sayales a sus lomos y cuerdas sobre sus cabezas y fueron al rey de israel y le dijeron: �tu siervo ben hadad dice: que pueda yo conservar mi

vida.� el respondi�: ��vive a�n? �es mi hermano!� [33] los hombres lo tomaron como buen augurio y se apresuraron a tomarle la palabra diciendo: �hermano tuyo es ben hadad.� el dijo: �id a traerlo.� ben hadad sali� hacia �l, y �l le hizo subir a su carro. [34] ben hadad le dijo: �devolver� las ciudades que mi padre tom� a tu padre; y t� pondr�s bazares para ti en damasco, como mi padre puso en samar�a.� -�con este pacto te dejar� libre.� hizo un pacto con �l y le dej� libre. [35] un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compa�ero: �por orden de yahveh, hi�reme�; pero el hombre no quiso herirle. [36] le dijo: �por no haber escuchado la voz de yahveh, en cuanto te marches de mi lado, el le�n te herir�.� se fue de su lado y le encontr� al le�n, que le hiri�. [37] hall� a otro hombre y le dijo: �hi�reme.� el hombre le dio un golpe y le hiri�. [38] el profeta se fue y se puso a esperar al rey en el camino. se hab�a disfrazado con una banda sobre los ojos. [39] cuando el rey pasaba clam� al rey y dijo: �tu siervo hab�a llegado al centro de la batalla cuando uno abandon� las filas y me trajo un hombre y me dijo: "custodia a este hombre; si llega a faltar, tu vida responder� por la suya, o pagar�s un talento de plata." [40] pero tu siervo estaba ocupado aqu� y all� y �ste desapareci�.� el rey de israel le dijo: �esa es tu sentencia. t� mismo lo has sentenciado.� [41] el entonces se apresur� a quitarse la banda de los ojos y el rey de israel le reconoci� como uno de los profetas. [42] dijo al rey: �as� dice yahveh: por haber dejado ir de tus manos al hombre entregado a mi anatema, tu vida pagar� por su vida y tu pueblo por su pueblo.� [43] el rey de israel se fue a su casa triste e irritado, y entr� en samar�a. 1 reyes cap.21 [1] despu�s de estos sucesos ocurri� que nabot, de yizreel, ten�a una vi�a junto al palacio de ajab, rey de samar�a, [2] y ajab habl� a nabot diciendo: �dame tu vi�a para que me sirva de huerto para hortalizas, pues est� pegando a mi casa, y yo te dar� por ella una vi�a mejor que est�, o si parece bien a tus ojos te dar� su precio en dinero.� [3] respondi� Nabot a ajab: �l�breme yahveh de darte la herencia de mis padres.� [4] se fue ajab a su casa triste e irritado por la palabra que le dijo nabot de yizreel: �no te dar� la heredad de mis padres�; se acost� en su lecho, volvi� su rostro y no quiso comer. [5] vino a donde �l su mujer jezabel, y le habl�: ��por qu� est� triste tu esp�ritu y por qu� no quieres comer?� [6] el le respondi�: �porque he hablado con nabot de yizreel y le he dicho: "dame tu vi�a por dinero o, si lo prefieres, te dar� una vi�a a cambio", y me dijo: "no te dar� mi vi�a."� [7] su mujer jezabel le dijo: ��y eres t� el que ejerces la realeza en israel? lev�ntate, come y que se alegre tu coraz�n. yo te dar� la vi�a de nabot de yizreel.� [8] escribi� cartas en nombre de ajab y las sell� con su sello, y envi� las cartas a los ancianos y notables que viv�an junto a nabot. [9] en las cartas hab�a escrito: �proclamad un ayuno y haced sentar a nabot a la cabeza del pueblo. [10] haced que se sienten frente a �l dos malvados que le acusar�n diciendo: "has maldecido a dios y al rey" y le sacar�is y le apedrear�is para que muera.� [11] los hombres de la ciudad, los ancianos y notables que viv�an junto a nabot en su ciudad, hicieron lo que jezabel les hab�a mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les hab�a remitido. [12] proclamaron un ayuno e hicieron sentar a nabot a la cabeza del pueblo. [13] llegaron los dos malvados, se sentaron frente a �l y acusaron los malvados a

nabot delante del pueblo diciendo: �nabot ha maldecido a dios y al rey�; le sacaron fuera de la ciudad, le apedrearon y muri�. [14] enviaron a decir a jezabel: �nabot ha sido apedreado y ha muerto.� [15] cuando jezabel oy� que nabot hab�a sido apedreado y muerto, dijo a ajab: �lev�ntate, toma posesi�n de la vi�a de nabot, el de yizreel, el que se neg� a d�rtela por dinero, pues nabot ya no vive, ha muerto.� [16] apenas oy� Ajab que nabot hab�a muerto, se levant� y baj� a la vi�a de nabot, el de yizreel, para tomar posesi�n de ella. [17] entonces fue dirigida la palabra de yahveh a el�as tesbita diciendo: [18] �lev�ntate, baja al encuentro de ajab, rey de israel, que est� en samar�a. est� en la vi�a de nabot, a donde ha bajado a apropi�rsela. [19] le hablar�s diciendo: as� habla yahveh: has asesinado �y adem�s usurpas? luego le hablar�s diciendo: por esto, as� habla yahveh: en el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de nabot, lamer�n tambi�n los perros tu propia sangre.� [20] ajab dijo a el�as: �has vuelto a encontrarme, enemigo m�o.� respondi�: �te he vuelto a encontrar porque te has vendido para hacer el mal a los ojos de yahveh. [21] yo mismo voy a traer el mal sobre ti y voy a barrer tu posteridad y a exterminar todo var�n de los de ajab, libre o esclavo, en israel. [22] y har� tu casa como la casa de jeroboam, hijo de nebat, y como la casa de bas�, hijo de aj�as, por la irritaci�n con que me has irritado y por haber hecho pecar a israel. [23] tambi�n contra jezabel ha hablado yahveh diciendo: "los perros comer�n a jezabel en la parcela de yizreel." [24] a los hijos de ajab que mueran en la ciudad los comer�n los perros y a los que mueran en el campo los comer�n las aves del cielo.� [25] no hubo quien se prestara como ajab para hacer el mal a los ojos de yahveh, porque su mujer jezabel le hab�a seducido. [26] su proceder fue muy abominable, yendo tras los �dolos, en todo como los amorreos a los que expuls� Yahveh ante los israelitas. [27] cuando ajab oy� estas palabras desgarr� sus vestidos y se puso un sayal sobre su carne, ayun� y se acost� con el sayal puesto; y caminaba a paso lento. [28] fue dirigida la palabra de yahveh a el�as tesbita diciendo: [29] ��has visto c�mo ajab se ha humillado en mi presencia? por haberse humillado en mi presencia, no traer� el mal en vida suya; en vida de su hijo traer� el mal sobre su casa.� 1 reyes cap.22 [1] trascurrieron tres a�os sin guerra entre aram e israel. [2] al tercer a�o baj� Josafat, rey de jud�, donde el rey de israel, [3] y el rey de israel dijo a sus servidores: �vosotros sab�is que ramot de galaad nos pertenece y no hacemos nada por rescatarla de manos del rey de aram.� [4] dijo a josafat: ��quieres venir conmigo para atacar a ramot de galaad?� josafat respondi� al rey de israel: �yo soy como t�, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos.� [5] josafat dijo al rey de israel: �consulta antes, por favor, la palabra de yahveh.� [6] el rey de israel reuni� a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: ��debo atacar a ramot de galaad, o debo desistir?� le respondieron: �sube, porque yahveh la entregar� en manos del rey.� [7] pero josafat dijo: �no hay aqu� otro profeta de yahveh a quien podamos consultar?� [8] dijo el rey de israel a josafat: �queda todav�a un hombre por quien podr�amos consultar a yahveh, pero yo le aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal. es miqueas, hijo de yiml�.� dijo josafat: �no hable el rey as�.� [9] llam� el rey de israel a un eunuco y le dijo: �trae en seguida a miqueas,

hijo de yiml�.� [10] el rey de israel y josafat, rey de jud�, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de samar�a, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos. [11] sedec�as, hijo de kenaan� se hab�a hecho unos cuernos de hierro y dec�a: �as� dice yahveh: con �stos acornear�s a aram hasta acabar con ellos.� [12] todos los profetas profetizaban del mismo modo diciendo: �sube contra ramot de galaad, tendr�s �xito. yahveh la entregar� en manos del rey.� [13] el mensajero que hab�a ido a llamar a miqueas le habl� diciendo: �mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey. procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien.� [14] miqueas respondi�: ��vive yahveh!, lo que yahveh me diga, eso anunciar�.� [15] lleg� donde el rey y el rey le dijo: �miqueas, �debemos subir a ramot de galaad para atacarla o debo desistir?� le respondi�: �sube, tendr�s �xito, yahveh la entregar� en manos del rey.� [16] pero el rey dijo: ��cu�ntas veces he de conjurarte a que no me digas m�s que la verdad en nombre de yahveh?� [17] entonces �l dijo: he visto todo israel disperso por los montes como ovejas sin pastor. yahveh ha dicho: �no tienen se�or; que vuelvan en paz cada cual a su casa.� [18] el rey de israel dijo a josafat: ��no te dije que nunca me anuncia el bien sino el mal?� [19] dijo miqueas: �escucha la palabra de yahveh: he visto a yahveh sentado en un trono y todo el ej�rcito de los cielos estaba a su lado, a derecha e izquierda. [20] pregunt� Yahveh: "�qui�n enga�ar� a ajab para que suba y caiga en ramot de galaad?" y el uno dec�a una cosa y el otro otra. [21] se adelant� el esp�ritu, se puso ante yahveh y dijo: "yo le enga�ar�." yahveh le pregunt�: "�de qu� modo?" [22] respondi�: "ir� y me har� esp�ritu de mentira en la boca de todos sus profetas." yahveh dijo: "t� conseguir�s enga�arle. vete y hazlo as�." [23] ahora, pues, yahveh ha puesto esp�ritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, pues yahveh ha predicho el mal contra ti.� [24] se acerc� Sedec�as, hijo de kenaan�, y dio una bofetada a miqueas en la mejilla diciendo: ��por qu� camino se ha ido de m� el esp�ritu de yahveh para hablarte a ti?� [25] miqueas replic�: �t� mismo lo ver�s el d�a en que vayas escondi�ndote de aposento en aposento.� [26] el rey de israel dijo: �prende a miqueas y ll�vaselo a am�n, gobernador de la ciudad, y a jo�s, hijo del rey. [27] y les dir�s: as� habla el rey: meted a �ste en la carcel y racionadle el pan y el agua hasta que yo vuelva victorioso.� [28] dijo miqueas: �si es que vuelves victorioso, no ha hablado yahveh por m�.� [29] el rey de israel y josafat, rey de jud�, subieron contra ramot de galaad. [30] el rey de israel dijo a josafat: �yo voy a disfrazarme para entrar en combate, mientras que t� te pondr�s tus vestidos.� el rey de israel se disfraz� para entrar en combate. [31] ahora bien, el rey de aram hab�a ordenado a los jefes de los carros: �no ataqu�is ni a chicos ni a grandes, sino tan s�lo al rey de israel.� [32] cuando los jefes de los carros vieron a josafat, dijeron: �seguro que es el rey de israel.� y le rodearon para cargar sobre �l. pero josafat grit�. [33] y viendo los jefes de los carros que no era el rey de israel se apartaron de �l. [34] entonces un hombre dispar� su arco al azar e hiri� al rey de israel por entre las placas de la coraza, y el rey dijo a su auriga: �da la vuelta y s�came de la batalla, porque me siento mal.� [35] arreci� aquel d�a la batalla y el rey fue sostenido en pie en su carro frente a los arameos, y a la tarde muri�; la sangre de la herida corr�a por el fondo del carro.

[36] a la ca�da del sol se corri� un grito por el campamento: �cada uno a su ciudad, cada uno a su tierra. [37] el rey ha muerto.� llegaron a samar�a y all� sepultaron al rey. [38] lavaron el carro con agua abundante junto a la alberca de samar�a y los perros lam�an la sangre y las prostitutas se ba�aron en ella, seg�n la palabra que yahveh hab�a dicho. [39] el resto de los hechos de ajab, todo cuanto hizo, la casa de marfil que edific�, todas las ciudades que fortific� �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [40] ajab se acost� con sus padres y rein� en su lugar su hijo ocoz�as. [41] josafat, hijo de as�, comenz� a reinar en jud� el a�o cuarto de ajab, rey de israel. [42] josafat ten�a 35 a�os cuando comenz� a reinar y rein� veinticinco a�os en jerusal�n. su madre se llamaba azub�, hija de silj�. [43] sigui� en todo el camino de as�, su padre, sin desviarse de �l, haciendo lo recto a los ojos de yahveh. [44] con todo, no desaparecieron los altos; el pueblo segu�a sacrificando y quemando incienso en los altos. [45] josafat estuvo en paz con el rey de israel. [46] el resto de los hechos de josafat, la bravura que demostr� y las guerras que sostuvo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [47] barri� de la tierra a todos los consagrados a la prostituci�n que hab�an quedado en el pa�s en los d�as de as� su padre. [48] no hab�a rey establecido en edom. [49] josafat hizo una flota de tarsis para ir a ofir por oro, pero no fue, porque se destroz� la flota en esy�n Gu�ber. [50] entonces ocoz�as, hijo de ajab, dijo a josafat: �mis siervos ir�n con tus siervos en la flota�, pero josafat no quiso. [51] josafat se acost� con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre david y rein� en su lugar su hijo joram. [52] ocoz�as, hijo de ajab, comenz� a reinar sobre israel, en samar�a, el a�o diecisiete de josafat, rey de jud�, y rein� dos a�os sobre israel. [53] hizo el mal a los ojos de yahveh y anduvo por el camino de su madre, y por el camino de jeroboam, hijo de nabat, el que hizo pecar a israel. [54] sirvi� a baal y se postr� ante �l, irritando a yahveh, dios de israel, enteramente como lo hab�a hecho su padre. 2 reyes cap.1 [1] despu�s de la muerte de ajab, moab se rebel� contra israel. [2] ocoz�as se cay� por la celos�a de su habitaci�n de arriba de samar�a; qued� maltrecho, y envi� mensajeros a los que dijo: �id a consultar a baal zebub, dios de ecr�n, si sobrevivir� a esta disgracia.� [3] pero el angel de yahveh dijo a el�as tesbita: �lev�ntate y sube al encuentro de los mensajeros del rey de samar�a y diles: �acaso porque no hay dios en israel vais vosotros a consultar a baal zebub, dios de ecr�n? [4] por eso, as� habla yahveh: del lecho al que has subido no bajar�s, porque de cierto morir�s.� y el�as se fue. [5] los mensajeros se volvieron a ocoz�as y �ste les dijo: ��c�mo as� os hab�is vuelto?� [6] le respondieron: �nos sali� al paso un hombre que nos dijo: "andad, volveos al rey que os ha enviado y decidle: as� habla yahveh: �acaso porque no hay dios en israel env�as t� a consultar a baal zebub, dios de ecr�n? por eso, del lecho al que has subido no bajar�s, porque de cierto morir�s."� [7] les pregunt�: ��qu� aspecto ten�a el hombre que os sali� al paso y os dijo estas palabras?� [8] le respondieron: �era un hombre con manto de pelo y con una faja de piel ce�ida a su cintura.� el dijo: �es el�as tesbita.�

[9] le envi� un jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres, que subi� a donde �l; estaba �l sentado en la cumbre de la monta�a, y le dijo: �hombre de dios, el rey manda que bajes.� [10] respondi� El�as y dijo al jefe de cincuenta: �si soy hombre de dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta.� baj� fuego del cielo que le devor� a �l y a sus cincuenta. [11] volvi� a enviarle otro jefe de cincuenta, que subi� y le dijo: �hombre de dios. as� dice el rey: apres�rate a bajar.� [12] respondi� El�as y le dijo: �si soy hombre de dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta.� baj� fuego del cielo que le devor� a �l y a sus cincuenta. [13] volvi� a enviar un tercer jefe de cincuenta con sus cincuenta; lleg� el tercer jefe de cincuenta, cay� de rodillas ante el�as y le suplic� diciendo: �hombre de dios, te ruego que mi vida y la vida de estos cincuenta tuyos sea preciosa a tus ojos. [14] ya ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos jefes de cincuenta anteriores y a sus cincuenta; pues que ahora mi vida sea preciosa a tus ojos.� [15] el angel de yahveh dijo a el�as: �baja con �l y no temas ante �l.� se levant� y baj� con �l donde el rey, [16] y le dijo: �as� dice yahveh: porque has enviado mensajeros para consultar a baal zebub, dios de ecr�n, por eso, del lecho al que has subido no bajar�s, pues de cierto morir�s.� [17] muri� seg�n la palabra de yahveh que el�as hab�a dicho, y rein� en su lugar su hermano joram, en el a�o segundo de joram, hijo de josafat, rey de jud�, porque �l no ten�a hijos. [18] el resto de los hechos de ocoz�as, lo que hizo, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? 2 reyes cap.2 [1] esto pas� cuando yahveh arrebat� a el�as en el torbellino al cielo. el�as y eliseo partieron de guilgal. [2] dijo el�as a eliseo: �qu�date aqu�, porque yahveh me env�a a betel.� eliseo dijo: �vive yahveh y vive tu alma, que no te dejar�.� y bajaron a betel. [3] sali� la comunidad de los profetas que hab�a en betel al encuentro de eliseo y le dijeron: ��no sabes que yahveh arrebatar� hoy a tu se�or por encima de tu cabeza?� respondi�: �tambi�n yo lo s�. �callad!� [4] el�as dijo a eliseo: �qu�date aqu�, porque yahveh me env�a a jeric�.� pero �l respondi�: �vive yahveh y vive tu alma, que no te dejar�, y siguieron hacia jeric�. [5] se acerc� a eliseo la comunidad de los profetas que hab�a en jeric� y le dijeron: ��no sabes que yahveh arrebatar� hoy a tu se�or por encima de tu cabeza?� respondi�: �tambi�n yo lo s�. �callad!� [6] le dijo el�as: �qu�date aqu�, porque yahveh me env�a al jord�n.� respondi�: �vive yahveh y vive tu alma que no te dejar�, y fueron los dos. [7] cincuenta hombres de la comunidad de los profetas vinieron y se quedaron enfrente, a cierta distancia; ellos dos se detuvieron junto al jord�n. [8] tom� El�as su manto, lo enroll� y golpe� las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasaron ambos a pie enjuto. [9] cuando hubieron pasado, dijo el�as a eliseo: �p�deme lo que quieras que haga por ti antes de ser arrebatado de tu lado.� dijo eliseo: �que tenga dos partes de tu esp�ritu.� [10] le dijo: �pides una cosa dif�cil; si alcanzas a verme cuando sea llevado de tu lado, lo tendr�s; si no, no lo tendr�s.� [11] iban caminando mientras hablaban, cuando un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre ellos; y el�as subi� al cielo en el torbellino. [12] eliseo le ve�a y clamaba: ��padre m�o, padre m�o! carro y caballos de israel! �auriga suyo!� y no le vio m�s. asi� sus vestidos y los desgarr� en dos.

[13] tom� el manto que se le hab�a ca�do a el�as y se volvi�, par�ndose en la orilla del jord�n. [14] tom� el manto de el�as y golpe� las aguas diciendo: �d�nde est� Yahveh, el dios de el�as?� golpe� las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pas� Eliseo. [15] habi�ndole visto la comunidad de los profetas que estaban enfrente, dijeron: �el esp�ritu de el�as reposa sobre eliseo.� fueron a su encuentro, se postraron ante �l en tierra, [16] y le dijeron: �hay entre tus siervos cincuenta hombres valerosos; que vayan a buscar a tu se�or, no sea que el esp�ritu de yahveh se lo haya llevado y le haya arrojado en alguna monta�a o alg�n valle.� el dijo: �no mand�is a nadie.� [17] como le insistieran hasta la saciedad dijo: �mandad.� mandaron cincuenta hombres que le buscaron durante tres d�as, pero no le encontraron. [18] se volvieron donde �l, que se hab�a quedado en jeric�, y les dijo: ��no os dije que no fuerais?�. [19] los hombres de la ciudad dijeron a eliseo: �el emplazamiento de la ciudad es bueno, como mi se�or puede ver, pero las aguas son malas y la tierra es est�ril.� [20] el dijo: �traedme una olla nueva y poned sal en ella.� y se la trajeron. [21] fue al manantial de las aguas, arroj� en �l la sal y dijo: �as� dice yahveh: yo he saneado estas aguas; ya no habr� en ellas muerte ni esterilidad.� [22] y las aguas quedaron saneadas hasta el d�a de hoy, seg�n la palabra que dijo eliseo. [23] de all� subi� a betel. iba subiendo por el camino, cuando unos ni�os peque�os salieron de la ciudad y se burlaban de �l diciendo: ��sube, calvo; sube, calvo!� [24] el se volvi�, los vio y los maldijo en nombre de yahveh. salieron dos osos del bosque y destrozaron a 42 de ellos. [25] de all� se fue al monte carmelo, de donde se volvi� a samar�a. 2 reyes cap.3 [1] joram, hijo de ajab, comenz� a reinar sobre israel en samar�a el a�o dieciocho de josafat, rey de jud�, y rein� doce a�os. [2] hizo el mal a los ojos de yahveh, pero no como su padre y como su madre, porque retir� la estela de baal que su padre hab�a hecho. [3] tan s�lo que se adhiri� a los pecados de jeroboam, hijo de nebat, que hizo pecar a israel, y no se apart� de ellos. [4] mes�, rey de moab, era pastor de ovejas y pagaba al rey de israel 100.000 corderos y 100.000 carneros con su lana; [5] pero a la muerte de ajab, el rey de moab se rebel� contra el rey de israel. [6] aquel d�a sali� el rey joram de samar�a y pas� revista a todo israel. [7] fue y envi� a decir a josafat, rey de jud�: �el rey de moab se ha rebelado contra m�. �quieres venir conmigo a la guerra contra moab?� respondi�: �subir�. yo ser� como t�; mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos.� [8] y pregunt�: ��por qu� camino subiremos?� respondi�: �por el camino del desierto de edom.� [9] fueron el rey de israel, el rey de jud� y el rey de edom; dieron un rodeo durante siete d�as y falt� el agua para el campamento y para las bestias de carga que les segu�an. [10] el rey de israel dijo: ��ay! que yahveh ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de moab!� [11] pero josafat dijo: ��no hay aqu� alg�n profeta de yahveh para que consultemos a yahveh por su medio?� respondi� uno de los servidores del rey de israel y dijo: �esta aqu� Eliseo, hijo de safat, el que vert�a el agua en manos de el�as.� [12] dijo josafat: �con �l est� la palabra de yahveh.� y bajaron donde �l el rey de israel, josafat, y el rey de edom. [13] dijo eliseo al rey de israel: ��qu� tengo que ver yo contigo? �vete a los

profetas de tu padre y a los profetas de tu madre!� respondi� el rey de israel: �es que yahveh ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de moab.� [14] dijo eliseo: �vive yahveh seboat a quien sirvo, que si no tuviera delante a josafat, rey de jud�, no te atender�a ni te mirar�a. [15] traedme, pues, un ta�edor. y sucedi� que, mientras tocaba el ta�edor, vino sobre �l la mano de yahveh, [16] y dijo: �as� dice yahveh: "haced en este valle zanjas y m�s zanjas ", [17] porque as�, dice yahveh: "no ver�is viento y no ver�is lluvia, pero este valle se llenar� de agua y beber�is vosotros y vuestros campamentos y vuestros ganados. " [18] y a�n es poco esto a los ojos de yahveh, pues entregar� a moab en vuestras manos [19] y herir�is a toda ciudad fuerte, talar�is todo �rbol bueno, cegar�is todas las fuentes y devastar�is todos los campos f�rtiles cubri�ndolos de piedra.� [20] a la ma�ana, a la hora de alzar la oblaci�n, ven�an las aguas de la parte de edom y la tierra se llen� de agua. [21] habiendo o�do todo moab que sub�an los reyes para hacerles la guerra, convocaron a todos, desde los que empezaban a ce�ir espada en adelante, y se apostaron en la frontera. [22] al levantarse de ma�ana brillaba el sol sobre las aguas y los moabitas vieron enfrente las aguas rojas como la sangre, [23] y exclamaron: �es sangre; sin duda los reyes se han matado entre s� y se han herido unos a otros. conque �al bot�n, moab!� [24] cuando llegaron al campamento de israel, se levantaron los israelitas y batieron a moab, que huy� ante ellos; ellos avanzaron impetuosamente y derrotaron a moab, [25] destruyeron las ciudades, arrojaron sobre los mejores campos cada uno su piedra y los llenaron, cegaron todos los manantiales, talaron todo �rbol bueno; s�lo le quedaron sus piedras a quir jeres, y los honderos la cercaron y la batieron. [26] viendo el rey de moab que llevaba la parte peor de la batalla, tom� consigo setecientos hombres que tiraban de espada para abrir brecha hac�a el rey de aram, pero no pudieron. [27] tom� entonces a su primog�nito, el que hab�a de reinar en su lugar, y lo alz� en holocausto sobre la muralla, y hubo gran c�lera contra los israelitas, que se alejaron de all� volviendo al pa�s. 2 reyes cap.4 [1] una de las mujeres de la comunidad de los profetas clam� a eliseo diciendo: �tu siervo, mi marido, ha muerto; t� sabes que tu siervo tem�a a yahveh. pero el acreedor ha venido a tomar mis dos hijos para esclavos suyos.� [2] eliseo dijo: ��qu� puedo hacer por ti? dime qu� tienes en casa.� respondi� ella: �tu sierva no tiene en casa m�s que una orza de aceite.� [3] dijo �l: �anda y pide fuera vasijas a todas tus vecinas, vasijas vac�as, no te quedes corta. [4] entra luego y cierra la puerta tras de ti y tras de tus hijos, y vierte sobre todas esas vasijas, y las pones aparte a medida que se vayan llenando.� [5] se fue ella de su lado y cerr� la puerta tras de s� y tras de sus hijos; �stos le acercaban las vasijas y ella iba vertiendo. [6] cuando las vasijas se llenaron, dijo ella a su hijo: �tr�eme otra vasija.� el dijo: �ya no hay m�s.� y el aceite se detuvo. [7] fue ella a dec�rselo al hombre de dios, que dijo: �anda y vende el aceite y paga a tu acreedor, y t� y tus hijos vivir�is de lo restante.� [8] un d�a pas� Eliseo por sunem; hab�a all� una mujer principal y le hizo fuerza para que se quedara a comer, y despu�s, siempre que pasaba, iba all� a comer. [9] dijo ella a su marido: �mira, s� que es un santo hombre de dios que siempre viene por casa.

[10] vamos a hacerle una peque�a alcoba de f�brica en la terraza y le pondremos en ella una cama, una mesa, una silla y una l�mpara, y cuando venga por casa, que se retire all�.� [11] vino �l en su d�a, se retir� a la habitaci�n de arriba, y se acost� en ella. [12] dijo �l a guejaz� su criado: �llama a esta sunamita.� la llam� y ella se detuvo ante �l. [13] el dijo a su criado: �dile: te has tomado todos estos cuidados por nosotros, �qu� podemos hacer por ti?, �quieres que hablemos en tu favor al rey o al jefe del ej�rcito?� ella dijo: �vivo en medio de mi pueblo.� [14] dijo �l: ��qu� podemos hacer por ella?� respondi� Guejaz�: �por desgracia ella no tiene hijos y su marido es viejo.� [15] dijo �l: �ll�mala.� la llam� y ella se detuvo a la entrada. [16] dijo �l: �al a�o proximo, por este mismo tiempo, abrazar�s un hijo.� dijo ella: �no, mi se�or, hombre de dios, no enga�es a tu sierva.� [17] concibi� la mujer y dio a luz un ni�o en el tiempo que le hab�a dicho eliseo. [18] creci� el ni�o y un d�a se fue donde su padre junto a los segadores. [19] dijo a su padre: ��mi cabeza, mi cabeza!� el padre dijo a un criado: �ll�vaselo a su madre.� [20] lo tom� y lo llev� a su madre. estuvo sobre las rodillas de ella hasta el mediod�a y muri�. [21] subi� y le acost� sobre el lecho del hombre de dios, cerr� tras el ni�o y sali�. [22] llam� a su marido y le dijo: �env�ame uno de los criados con una asna. voy a salir donde el hombre de dios y volver�.� [23] dijo �l: ��por qu� vas donde �l? no es hoy novilunio ni s�bado.� pero ella dijo: �paz.� [24] hizo aparejar el asna y dijo a su criado: �gu�a y anda, no me detengas en el viaje hasta que yo te diga.� [25] fue ella y lleg� donde el hombre de dios, al monte carmelo. cuando el hombre de dios la vio a lo lejos, dijo a su criado guejaz�: �ah� viene nuestra sunamita. [26] as� que corre a su encuentro y preg�ntale: �est�s bien t�? �Est� bien tu marido? �est� bien el ni�o?� ella respondi�: �bien.� [27] lleg� donde el hombre de dios, al monte, y se abraz� a sus pies; se acerc� Guejaz� para apartarla, pero el hombre de dios dijo: �d�jala, porque su alma est� en amargura y yahveh me lo ha ocultado y no me lo ha manifestado.� [28] ella dijo: ��acaso ped� un hijo a mi se�or? �no te dije que no me enga�aras?� [29] dijo a guejaz�: �ci�e tu cintura, toma mi bast�n en tu mano y vete; si te incuentras con alguien no le saludes, y y si alguien te saluda no le respondas, y pon mi bast�n sobre la cara del ni�o.� [30] pero la madre del ni�o dijo: �vive yahveh y vive tu alma, que no te dejar�.� el pues, se levant� y se fue tras ella. [31] guejaz� hab�a partido antes que ellos y hab�a colocado el bast�n sobre la cara del ni�o, pero no ten�a voz ni se�ales de vida, de modo que se volvi� a su encuentro y le manifest�: �el ni�o no se despierta.� [32] lleg� Eliseo a la casa; el ni�o muerto estaba acostado en su lecho. [33] entr� y cerr� la puerta tras de ambos, y or� a yahveh. [34] subi� luego y se acost� sobre el ni�o, y puso su boca sobre la boca de �l, sus ojos sobre los ojos, sus manos sobre las manos, se recost� sobre �l y la carne del ni�o entr� en calor. [35] se puso a caminar por la casa de un lado para otro, volvi� a subir y a recostarse sobre �l hasta siete veces y el ni�o estornud� y abri� sus ojos. [36] llam� a guejaz� y le dijo: �llama a la sunamita.� la llam� y ella lleg� donde �l. dijo �l: �toma tu hijo.� [37] entr� ella y, cayendo a sus pies, se postr� en tierra y sali� llev�ndose a su hijo. [38] cuando eliseo se volvi� a guilgal hab�a hambre en el pa�s. la comunidad de

los profetas estaba sentada ante �l y dijo a su criado: �toma la olla grande y pon a cocer potaje para los profetas.� [39] uno de ellos sali� al campo a recoger hierbas comestibles; encontr� una vi�a silvestre y recogi� una especie de calabazas silvestres hasta llenar su vestido; fue y las cort� en pedazos en la olla del potaje, pues no sab�a lo que era. [40] lo sirvieron despu�s para que comieran los hombres y, cuando estaban comiendo, comenzaron a gritar diciendo: � �la muerte en la olla, hombre de dios!� y no pudieron comer. [41] el dijo: �traedme harina�, y la ech� en la olla. dijo: �repartid entre la gente.� comieron y no hab�a nada malo en la olla. [42] vino un hombre de baal salisa y llev� al hombre de dios primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga; y dijo eliseo: �d�selo a la gente para que coman.� [43] su servidor dijo: ��c�mo voy a dar esto a cien hombres?� el dijo: �daselo a la gente para que coman, porque as� dice yahveh: comer�n y sobrar�.� [44] se lo dio, comieron y dejaron de sobra, seg�n la palabra de yahveh. 2 reyes cap.5 [1] naam�n, jefe del ej�rcito del rey de aram, era hombre muy estimado y favorecido por su se�or, porque por su medio hab�a dado yahveh la victoria a aram. este hombre era poderoso, pero ten�a lepra. [2] habiendo salido algunas bandas de arameos, trajeron de la tierra de israel una muchachita que se qued� al servicio de la mujer de naam�n. [3] dijo ella a su se�ora: �ah, si mi se�or pudiera presentarse al profeta que hay en samar�a, pues le curar�a de su lepra.� [4] fue �l y se lo manisfest� a su se�or diciendo: �esto y esto ha dicho la muchacha israelita.� [5] dijo el rey de aram: �anda y vete; yo enviar� una carta al rey de israel.� fue y tom� en su mano diez talentos de plata, 6.000 siclos de oro y diez vestidos nuevos. [6] llev� al rey de israel la carta que dec�a: �con la presente, te env�o a mi siervo naam�n, para que le cures de su lepra.� [7] al leer la carta el rey de israel, desgarr� sus vestidos diciendo: ��acaso soy yo dios para dar muerte y vida, pues �ste me manda a que cure a un hombre de su lepra? reconoced y ved que me busca querella.� [8] cuando eliseo, el hombre de dios, oy� que el rey de israel hab�a rasgado sus vestidos, envi� a decir al rey: � �por qu� has rasgado tus vestidos? que venga a m� y sabr� que hay un profeta en israel.� [9] lleg� Naam�n con sus caballos y su carro y se detuvo a la entrada de la casa de eliseo. [10] eliseo envi� un mensajero a decirle: �vete y l�vate siete veces en el jord�n y tu carne se te volver� limpia.� [11] se irrit� Naam�n y se marchaba diciendo: �yo que hab�a dicho: �seguramente saldr�, se detendr�, invocar� el nombre de yahveh su dios, frotar� con su mano mi parte enferma y sanar� de la lepra! [12] �acaso el aban� y el farfar, r�os de damasco, no son mejores que todas las aguas de israel? �no podr�a ba�arme en ellos para quedar limpio?� y, dando la vuelta, parti� encolerizado. [13] se acercaron sus servidores, le hablaron y le dijeron: �padre m�o; si el profeta te hubiera mandado una cosa dif�cil �es que no la hubieras hecho? �cu�nto m�s habi�ndote dicho: l�vate y quedar�s limpio!� [14] baj�, pues, y se sumergi� siete veces en el jord�n, seg�n la palabra del hombre de dios, y su carne se torn� como la carne de un ni�o peque�o, y qued� limpio. [15] se volvi� al hombre de dios, �l y todo su acompa�amiento, lleg�, se detuvo ante �l y dijo: �ahora conozco bien que no hay en toda la tierra otro dios que el de israel. as� pues, recibe un presente de tu siervo.�

[16] pero �l dijo: �vive yahveh a quien sirvo, que no lo aceptar�; le insisti� para que lo recibiera, pero no quiso. [17] dijo naam�n: �ya que no, que se d� a tu siervo, de esta tierra, la carga de dos mulos, porque tu siervo ya no ofrecer� holocausto ni sacrificio a otros dioses sino a yahveh. [18] que yahveh dispense a su siervo por tener que postrarse en el templo de rimm�n cuando mi se�or entre en el templo para adorar all�, apoyado en mi brazo; que yahveh dispense a tu siervo por ello.� [19] el le dijo: �vete en paz.� y se alej� de �l una cierta distancia. [20] guejaz�, el criado de eliseo, el hombre de dios, se dijo: �mi amo ha sido indulgente con naam�n, ese arameo, al no aceptar de su mano lo que tra�a. �vive yahveh!, que voy a correr tras �l y tomar� algo de su mano.� [21] guejaz� parti� en seguimiento de naam�n. naam�n vio que corr�a tras de �l y salt� del carro a su encuentro y dijo: �todo va bien?� [22] respondi�: �bien. mi se�or me env�a a decirte: acaban de llegar a m� dos jovenes de la monta�a de efra�m, de la comunidad de los profetas; dame, por favor, para ellos un talento de plata y dos vestidos de fiesta.� [23] dijo naam�n: �d�gnate aceptar dos talentos y dos vestidos de fiesta.� le insisti�, y meti� dos talentos de plata en dos sacos y se lo entreg� a dos de sus criados que lo llevaron delante de �l. [24] cuando lleg� a ofel, lo tom� de sus manos, y lo puso en la casa y despidi� a los hombres, que se fueron. [25] cuando lleg� y se present� a su se�or, eliseo le dijo: ��de d�nde vienes guejaz�?� respondi� �l: �tu siervo no ha ido ni aqu� ni all�.� [26] le replic�: ��no iba contigo mi coraz�n cuando un hombre salt� de su carro a tu encuentro? ahora has recibido plata y puedes adquirir jardines, olivares y vi�as, reba�os de ovejas y bueyes, siervos y siervas. [27] pero la lepra de naam�n se pegar� a ti y a tu descendencia para siempre.� y sali� de su presencia con lepra blanca como la nieve. 2 reyes cap.6 [1] los profetas dijeron a eliseo: �mira, el lugar en que habitamos a tu lado, es estrecho para nosotros. [2] vayamos al jord�n y tomemos all� cada uno una viga, y nos haremos all� un lugar para habitar en �l.� dijo: �id.� [3] uno de ellos dijo: �d�gnate venir con tus siervos.� dijo �l: �ir�.� [4] se fue con ellos y llegando al jord�n se pusieron a cortar los �rboles. [5] estaba uno derribando una viga cuando el hierro se cay� al agua y grit� diciendo: ��ay, mi se�or, que era prestado!� [6] el hombre de dios dijo: ��d�nde ha ca�do?� y le mostr� el sitio. entonces cort� un trozo de madera y lo arroj� all�, y sac� el hierro a flote. [7] dijo: �hazlo subir hacia ti.� el extendi� su mano y lo agarr�. [8] el rey de aram estaba en guerra con israel y celebr� consejo con sus siervos diciendo: �bajad contra tal plaza.� [9] el hombre de dios envi� a decir al rey de israel: �ten cuidado de esa plaza, porque los arameos bajan contra ella.� [10] el rey de israel envi� gente al lugar que el hombre de dios le hab�a dicho. el le advert�a y el rey estaba all� alerta, y no una ni dos veces. [11] el coraz�n del rey de aram se inquiet� por este hecho, y llamando a sus oficiales les dijo: ��no me vais a descubrir qui�n nos traiciona ante el rey de israel?� [12] uno de los oficiales dijo: �no, rey mi se�or, sino que eliseo, el profeta que hay en israel, ha avisado al rey de israel de las palabras que has dicho en el interior de tu dormitorio.� [13] el dijo: �id y ved d�nde est� y enviar� a prenderlo.� se le avis� diciendo: �est� en dot�n.� [14] y mand� all� caballos, carros y un fuerte destacamento, que llegaron por la

noche y cercaron la ciudad. [15] al d�a siguiente se levant� el criado del hombre de dios para salir, pero el destacamento rodeaba la ciudad, con caballos y carros, y su criado le dijo: ��ay, mi se�or!, �qu� vamos a hacer?� [16] el respondi�: �no temas, que hay m�s con nosotros que con ellos.� [17] or� Eliseo y dijo: �yahveh, abre sus ojos para que vea.� abri� Yahveh los ojos del criado y vio que la monta�a estaba llena de caballos y carros de fuego en torno a eliseo. [18] bajaron hacia �l los arameos y entonces eliseo suplic� a yahveh diciendo: �deslumbra a esas gentes.� y las deslumbr� seg�n la palabra de eliseo. [19] eliseo les dijo: �no es �ste el camino y no es �sta la ciudad. venid detr�s de m� y os llevar� donde el hombre que busc�is.� y los llev� a samar�a. [20] cuando entraron en samar�a, eliseo dijo: �yahveh, abre sus ojos para que vean.� abri� Yahveh sus ojos y vieron que estaban dentro de samar�a. [21] cuando el rey de israel los vio dijo a eliseo: ��los mato, padre m�o?� [22] el respondi�: �no los mates. �acaso a los que haces cautivos con tu espada y con tu arco los matas? pon ante ellos pan y agua para que coman y beban y se vuelvan a su se�or.� [23] les sirvi� un gran banquete, comieron, bebieron y los despidi�, y se fueron a su se�or, y las bandas de aram no volvieron a entrar en la tierra de israel. [24] sucedi� despu�s de esto que ben hadad, rey de aram, reuni� todas sus tropas y subi� y puso sitio a samar�a. [25] hubo gran hambre en samar�a; y tanto la apretaron que una cabeza de asno val�a ochenta siclos de plata, y un par de cebollas silvestres cinco siclos de plata. [26] pasaba el rey de israel por la muralla cuando una mujer clam� a �l diciendo: �s�lvame, rey mi se�or!� [27] respondi�: �si yahveh no te salva, �con qu� puedo salvarte yo? �con la era o con el lagar?� [28] d�jole el rey: ��qu� te ocurre?� ella respondi�: �esta mujer me dijo: "trae a tu hijo y lo comeremos hoy; y el m�o lo comeremos ma�ana." [29] cocimos a mi hijo y nos lo comimos; al otro d�a le dije: "trae tu hijo y lo comeremos", pero ella lo ha escondido.� [30] cuando el rey oy� las palabras de la mujer desgarr� sus vestidos; como pasaba sobre la muralla, el pueblo vio que llevaba sayal a ra�z de su carne. [31] dijo: �esto me haga el se�or y estome a�ada si hoy le queda la cabeza sobre los hombros a eliseo, hijo de safat.� [32] estaba eliseo sentado en su casa y los ancianos estaban sentados con �l. el rey envi� un hombre por delante, pero antes que llegara el mensajero a donde �l, dijo �l a los ancianos: �hab�is visto que este hijo de asesino ha mandado cortar mi cabeza. mirad, cuando llegue el mensajero, cerrad la puerta y rechazadle con ella. �acaso no se oye tras de �l el ruido de los pasos de su se�or?� [33] todav�a estaba hablando con ellos cuando el rey baj� al �l y dijo: ��todo este mal viene de yahveh! �c�mo he de confiar a�n en yahveh?� 2 reyes cap.7 [1] dijo eliseo: �escucha la palabra de yahveh: as� dice yahveh: ma�ana a esta hora estar� la arroba de flor de harina a siclo, y las dos arrobas de cebada a siclo, en la puerta de samar�a.� [2] el escudero, sobre cuyo brazo se apoyaba el rey, respondi� al hombre de dios y le dijo: �aunque yahveh abriera ventanas en el cielo �podr�a ocurrir tal cosa?� respondi�: �con tus ojos lo ver�s, pero no lo comer�s.� [3] cuatro hombres que estaban leprosos se hallaban a la entrada de la puerta y se dijeron uno a otro: ��por qu� estarnos aqu� hasta morir? [4] si decimos: "vamos a entrar en la ciudad", como hay hambre en ella, all� nos moriremos, y si nos quedamos aqu�, moriremos igual. as� que vamos a pasarnos al campamento de aram; si nos dejan vivir, viviremos, y si no matan, moriremos.�

[5] se levantaron al anochecer para ir al campamento de aram; llegaron hasta el l�mite del campamento de aram y no hab�a all� nadie, [6] porque el se�or hab�a hecho o�r en el campamento de aram estr�pito de carros, estr�pito de caballos y estr�pito de un gran ej�rcito, y se dijeron unos a otros: �el rey de israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los hititas y a los reyes de egipto para que vengan contra nosotros.� [7] se levantaron y huyeron al anochecer abandonando su tiendas, sus caballos y sus asnos, el campamento tal como estaba, y huyeron para salvar sus vidas. [8] aquellos leprosos llegaron al l�mite del campamento y, entrando en una tienda, comieron, bebieron y se llevaron de all� plata, oro y vestidos, y fueron a esconderlo. regresaron y entraron en otra tienda y escondieron lo que de all� se llevaron. [9] se dijeron uno a otro: �no est� bien lo que hacemos; hoy es un d�a de albricias; y si nosotros estamos callados hasta el lucir de la ma�ana incurriremos en culpa; as� pues, vayamos, entremos y anunci�moslo a la casa del rey.� [10] llegaron y llamaron a los guardias de la ciudad y se lo anunciaron diciendo: �hemos ido al campamento de aram y no hay nadie, ninguna voz de hombre; s�lo los caballos atados, los asnos atados y las tiendas intactas.� [11] llamaron los centinelas y lo comunicaron al interior de la casa del rey. [12] se levant� el rey de noche y dijo a sus oficiales: �os voy a decir lo que nos ha hecho aram; saben que estamos hambrientos, han salido del campamento y se han escondido en el campo pensando: saldr�n de la ciudad, los prenderemos vivos y entraremos en la ciudad.� [13] uno de los oficiales respondi� y dijo: �que se tomen cinco de los caballos restantes, pues les va a pasar lo que a toda la muchedumbre de israel que ha perecido; y envi�mosles para ver.� [14] tomaron dos tiros de caballos y los envi� el rey en pos de los arameos diciendo: �id y ved.� [15] fueron tras ellos hasta el jord�n, y todo el camino estaba lleno de vestidos y objetos que hab�an arrojado los arameos en su precipitaci�n. los mensajeros volvieron y se lo communicaron al rey. [16] sali� el pueblo y saque� el campamento de aram; la arroba de flor de harina estaba a siclo y las dos arrobas de cebada a siclo, seg�n la palabra de yahveh. [17] el rey hab�a puesto de vigilancia a la puerta al escudero en cuyo brazo se apoyaba; pero el pueblo le pisote� en la puerta y muri�, seg�n la palabra del hombre de dios, cuando el rey baj� donde �l. [18] sucedi� seg�n la palabra del hombre de dios al rey cuando dijo: �ma�ana a esta hora estar�n a siclo las dos arrobas de cebada y a siclo la arroba de flor de harina en la puerta de samar�a.� [19] respondi� el escudero al hombre de dios diciendo: �aunque yahveh abriera ventanas en el cielo, �podr�a ocurrir tal cosa?� respondi�: �con tus ojos lo ver�s, pero no lo comer�s.� [20] y as� sucedi�. El pueblo lo pisote� en la puerta y muri�. 2 reyes cap.8 [1] eliseo dijo a la mujer cuyo hijo hab�a resucitado: �lev�ntate y vete, t� y tu casa, a residir donde puedas, porque yahveh ha llamado al hambre y viene ya hacia la tierra por siete a�os.� [2] se levant� la mujer e hizo seg�n la palabra del hombre de dios; se fue ella y su familia a vivir en tierra de filisteos siete a�os. [3] al cabo de los siete a�os volvi� la mujer del pa�s de los filisteos y fue a apelar al rey por su casa y por su campo. [4] estaba el rey hablando con guejaz�, criado del hombre de dios, y le dec�a: �cu�ntame todas las grandes cosas que hizo eliseo.� [5] estaba �l contando al rey c�mo hab�a resucitado al muerto, cuando lleg� la mujer, cuyo hijo hab�a resucitado, para apelar al rey por su casa y su campo y dijo guejaz�: ��oh mi se�or! esta es la mujer y �ste su hijo, al que resucit�

Eliseo.� [6] pregunt� el rey a la mujer y ella se lo relat�; el rey puso un eunuco a disposici�n de la mujer diciendo: �que se le devuelva todo lo suyo, con todos los productos del campo, desde el d�a en que ella abandon� la tierra hasta ahora.� [7] eliseo fue a damasco. ben hadad, rey de aram, estaba enfermo y le avisaron: �el hombre de dios ha venido aqu�.� [8] dijo el rey a jazael: �toma en tu mano un presente y vete al encuentro del hombre de dios y consulta a yahveh por su medio diciendo: �sobrevivir� a esta enfermedad?� [9] fue jazael a su encuentro llevando en su mano un presente de todo lo mejor de damasco, la carga de cuarenta camellos; entr�, se detuvo ante �l y dijo: �tu hijo ben hadad, rey de aram, me ha enviado a ti para preguntarte: �sobrevivir� a esta enfermedad?� [10] eliseo le dijo: �vete y dile: "puedes vivir"; pero yahveh me ha hecho ver que de cierto morir�.� [11] y se inmovilizaron sus facciones qued�ndose r�gido en extremo, y rompi� a llorar el var�n de dios. [12] dijo jazael: ��por qu� llora mi se�or?� le respondi�: �porque s� el mal que vas a hacer a los israelitas: pasar�s a fuego sus fortalezas, matar�s a espada a sus mejores, aplastar�s a sus peque�uelos y abrir�s el vientre a sus embarazadas.� [13] dijo jazael: �pues, �qu� es tu siervo? �como un perro har� cosa tan enorme?� respondi� Eliseo: �yahveh ha hecho que te vea como rey de aram.� [14] parti� de junto a eliseo y lleg� donde su se�or. le pregunt�: ��qu� te ha dicho eliseo?� respondi�: �me ha dicho que puedes vivir.� [15] a la ma�ana siguiente tom� una manta, la empap� en agua y la extendi� sobre su rostro y muri�. Rein� en su lugar jazael. [16] el a�o quinto de joram, hijo de ajab, rey de israel, comenz� a reinar joram, hijo de josafat, rey de jud�. [17] ten�a 32 a�os cuando comenz� a reinar y rein� ocho a�os en jerusal�n. [18] anduvo por el camino de los reyes de israel como hab�a hecho la casa de ajab, porque se hab�a casado con una mujer de la familia de ajab, e hizo mal a los ojos de yahveh. [19] pero yahveh no quiso destruir a jud� a causa de david su siervo seg�n lo que le hab�a dicho, que le dar�a una l�mpara en su presencia para siempre. [20] en sus d�as se rebel� Edom de bajo la mano de jud�, y se proclamaron un rey. [21] pas� Joram a sa�r con todos sus carros. se levant� por la noche y bati� a edom que le ten�a cercado a �l y a los jefes de los carros, pero el pueblo huy� a sus tiendas. [22] as� se rebel� Edom de bajo la mano de jud� hasta el d�a de hoy; tambi�n se rebel� Libn�. en aquel tiempo... [23] el resto de los hechos de joram, todo lo que hizo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [24] joram se acost� con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de david, y rein� en su lugar su hijo ocoz�as. [25] el a�o doce de joram, hijo de ajab, rey de israel, comenz� a reinar ocoz�as, hijo de joram, rey de jud�. [26] veintid�s a�os ten�a ocoz�as cuando comenz� a reinar y rein� un a�o en jerusal�n; el nombre de su madre era atal�a, hija de omr�, rey de israel. [27] anduvo por el camino de la casa de ajab, e hizo mal a los ojos de yahveh como la casa de ajab, porque hab�a emparentado con la casa de ajab. [28] parti� con joram, hijo de ajab, para hacer la guerra a jazael, rey de aram, en ramot de galaad, y los arameos hirieron a joram. [29] el rey joram se volvi� a yizreel para curarse de las heridas que le hab�an infligido los arameos en ramot cuando combat�a a jazael, rey de aram; ocoz�as, hijo de joram, rey de jud�, baj� a yizreel a visitar a joram, hijo de ajab, porque estaba enfermo. 2 reyes cap.9

[1] el profeta eliseo llam� a uno de los hijos de los profetas y le dijo: �ci�e tu cintura y toma este frasco de aceite en tu mano y vete a ramot de galaad. [2] cuando llegues all�, ver�s a jeh�, hijo de josafat, hijo de nims�; en llegando, haz que se levante de entre sus compa�eros y hazle entrar en una habitaci�n apartada. [3] tomar�s el frasco de aceite y lo derramar�s sobre su cabeza diciendo: "as� dice yahveh: te he ungido rey de israel." abres luego la puerta y huyes sin detenerte.� [4] el joven parti� para ramot de galaad. [5] cuando lleg� estaban los jefes del ej�rcito sentados y dijo: �tengo una palabra para ti, jefe.� jeh� pregunt�: ��para qui�n de nosotros?� respondi�: �para ti, jefe.� [6] jeh� se levant� y entr� en la casa; el joven derram� el aceite sobre su cabeza y le dijo: �as� habla yahveh, dios de israel: te he ungido rey del pueblo de yahveh, de israel. [7] herir�s a la casa de ajab, tu se�or, y vengar� la sangre de mis siervos los profetas y la sangre de todos los siervos de yahveh de mano de jezabel. [8] toda la casa de ajab perecer� y exterminar� a todos los varones de ajab, libres o esclavos, en israel. [9] dejar� la casa de ajab como la casa de jeroboam, hijo de nebat, y como la casa de bas�, hijo de aj�as. [10] y a jezabel la comer�n los perros en el campo de yizreel; no tendr� sepultura.� y abriendo la puerta, huy�. [11] jeh� sali� a donde los servidores de su se�or. le dijeron: ��todo va bien? �a qu� ha venido a ti ese loco?� respondi�: �vosotros conoc�is a ese hombre y sus palabras.� [12] dijeron: �no es verdad. d�noslo.� replic� �Esto y esto me ha dicho: as� dice yahveh: te he ungido rey de israel.� [13] se apresuraron a tomar cada uno su manto que colocaron bajo �l encima de las gradas; tocaron el cuerno y gritaron: �jeh� es rey.� [14] jeh�, hijo de josafat, hijo de nims�, conspir� contra joram. estaba joram custodiando ramot de galaad, �l y todo israel, contra jazael, rey de aram. [15] pero el rey joram tuvo que volverse a yizreel para curarse de las heridas que le hab�an infligido los arameos en su batalla contra jazael, rey de aram. jeh� dijo: �si �ste es vuestro deseo, que no salga de la ciudad ning�n fugitivo que ponga en aviso a yizreel.� [16] mont� Jeh� en el carro y se fue a yizreel, pues joram estaba acostado all�, y ocoz�as, rey de jud�, hab�a bajado a visitar a joram. [17] el vig�a que estaba sobre la torre de yizreel vio la tropa de jeh� que llegaba y dijo: �veo una tropa.� dijo joram: �que se tome uno de a caballo y se le env�e a su encuentro y pregunte: �hay paz?� [18] sali� el jinete a su encuentro y dijo: �as� dice el rey: �hay paz?� jeh� respondi�: ��qu� te importa a ti la paz? ponte detr�s de m�.� el vig�a avis�: �el mensajero ha llegado donde ellos, pero no vuelve.� [19] volvi� segunda vez a enviar un jinete que lleg� donde ellos y dijo: �as� dice el rey: �hay paz?� respondi� Jeh�: ��qu� te importa a ti la paz? ponte detr�s de m�.� [20] el vig�a avis�: �ha llegado a ellos pero no vuelve. su modo de guiar es el guiar de jeh�, hijo de nims�, pues conduce como un loco.� [21] dijo joram: �enganchad.� engancharon su carro y salieron joram, rey de israel, y ocoz�as, rey de jud�, cada uno en su carro, y partieron al encuentro de jeh�. Le encontraron en el campo de nabot el de yizreel. [22] cuando joram vio a jeh�, pregunt�: ��hay paz, jeh�?� Respondi�: ��qu� paz mientras duran las prostituciones de tu madre jezabel y sus muchas hechicer�as?� [23] volvi� riendas joram y huy� diciendo a ocoz�as: �traici�n, ocoz�as.� [24] jeh� tens� el arco en su mano y alcanz� a joram entre los hombros; la flecha le atraves� el coraz�n y se desplom� en su carro.

[25] jeh� dijo a su escudero bidcar: �ll�vale y arr�jale en el campo de nabot de yizreel, pues recuerda que, cuando yo y t� march�bamos en carro detr�s de ajab, su padre, yahveh lanz� contra �l esta sentencia: [26] "�es que no he visto yo ayer la sangre de nabot y la sangre de sus hijos?, or�culo de yahveh. yo le devolver� lo mismo en este campo, or�culo de yahveh." as� que ll�vale y arr�jale en el campo seg�n la palabra de yahveh.� [27] viendo esto ocoz�as, rey de jud�, huy� por el camino de bet haggan; jeh� parti� en su persecuci�n diciendo: �� tambi�n a �l! �matadle!� y le hirieron en su carro en la cuesta de gur, la de yibleam; se refugi� en meguidd� y muri� all�. [28] sus servidores le llevaron en carro a jerusal�n y le sepultaron en su sepulcro con sus padres en la ciudad de david. [29] ocoz�as hab�a comenzado a reinar en jud� en el a�o once de joram, hijo de ajab. [30] entr� Jeh� en yizreel; habi�ndolo o�do jezabel, se puso afeites en los ojos, adorn� su cabeza y se asom� a la ventana, [31] y cuando jeh� entraba por la puerta, dijo ella: ��todo va bien, zimr�, asesino de su se�or?� [32] alz� su rostro hacia la ventana y dijo: ��qui�n est� conmigo, qui�n?� se asomaron hacia �l dos o tres eunucos, [33] y �l les dijo: �echadla abajo.� la echaron abajo y su sangre salpic� los muros y a los caballos, que la pisotearon. [34] entr�, comi�, bebi� y dijo: �ocupaos de esa maldita y enterradla, pues es hija de rey.� [35] fueron a enterrarla y no hallaron de ella m�s que el cr�neo, los pies y las palmas de las manos. [36] volvieron a comunic�rselo y �l dijo: �es la palabra que yahveh hab�a dicho por boca de su siervo el�as tesbita: "en el campo de yizreel comer�n los perros la carne de jezabel. [37] el cad�ver de jezabel ser� como esti�rcol sobre la superficie del campo, de modo que no se podr� decir: esta es jezabel."� 2 reyes cap.10 [1] ten�a ajab setenta hijos en samar�a. escribi� Jeh� cartas y las envi� a samar�a, a los jefes de la ciudad, a los ancianos y a los preceptores de los hijos de ajab diciendo: [2] �as� que esta carta llegue a vosotros, como est�n con vosotros los hijos de vuestro se�or y ten�is carros, caballos, una ciudad fuerte y armas, [3] ved qui�n es el mejor y m�s justo de los hijos de vuestro se�or y ponedle en el trono de su padre y pelead por la casa de vuestro se�or.� [4] pero ellos tuvieron grand�simo temor y dijeron: �los dos reyes no pudieron sostenerse ante �l. �c�mo podremos resistir nosotros?� [5] el mayordomo de palacio, el comandante de la ciudad, los ancianos y los preceptores enviaron a decir a jeh�: � somos siervos tuyos; haremos cuanto nos digas; no proclamaremos rey a nadie; haz lo que parezca bien a tus ojos.� [6] les envi� una segunda carta diciendo: �si est�is por m� y escuch�is mi voz, tomad a los jefes de los hombres de la casa de vuestro se�or y venid a m� ma�ana a esta hora, a yizreel.� (los setenta hijos del rey estaban con los magnates de la ciudad que los criaban.) [7] en llegando la carta, tomaron a los hijos del rey y degollaron a los setenta, pusieron sus cabezas en cestas y se las enviaron a yizreel. [8] entr� el mensajero y le avis� diciendo: �han hecho traer las cabezas de los hijos del rey.� respondi�: �ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta, hasta la ma�ana.� [9] por la ma�ana sali�, se present� y dijo a todo el pueblo: �sed justos. yo he conspirado contra mi se�or y le he matado, pero �qui�n ha matado a todos �stos? [10] sabed, pues, que no caer� en tierra ninguna de las palabras que yahveh dijo contra la casa de ajab: yahveh ha hecho lo que dijo por boca de su siervo el�as.�

[11] y jeh� mat� a todos los que quedaban de la casa de ajab en yizreel, a todos sus magnates, sus familiares, sus sacerdotes, sin dejar ni uno con vida. [12] se levant� Jeh� y entr�. Luego parti� para samar�a y, estando de camino en bet equed de los pastores, [13] encontr� Jeh� a los hermanos de ocoz�as, rey de jud�, y pregunt�: ��qui�nes sois vosotros?� ellos respondieron: �somos los hermanos de ocoz�as y bajamos a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina.� [14] dijo �l: �prendedlos vivos.� los prendieron vivos, y los degoll� en la cisterna de bet equed, 42 hombres, y no dej� ni uno de ellos. [15] parti� de all� y encontr� a yonadab, hijo de rekab, que le sal�a al encuentro; le salud� y le dijo: ��es tu coraz�n tan recto como el m�o para el tuyo?� respondi� Yonadab: �lo es.� �si lo es, dame tu mano.� yonadab le dio la mano, y �l le hizo subir a su carro. [16] y le dijo: �sube conmigo y ver�s mi celo por yahveh�; y le llev� en su carro. [17] entr� en samar�a y mat� a todos los supervivientes de ajab en samar�a, hasta exterminarlos, seg�n la palabra que hab�a dicho yahveh a el�as. [18] reuni� Jeh� a todo el pueblo y les dijo: �ajab sirvi� a baal un poco, jeh� le servir� mucho, [19] as� que llamadme a todos los profetas de baal, y a todos sus sacerdotes, sin que falte ninguno, porque tengo que hacer un gran sacrificio a baal; todo el que falte morir�.� jeh� obraba con astucia para hacer perecer a los servidores de baal. [20] dijo jeh�: �Convocad una reuni�n santa para baal.� ellos la convocaron. [21] envi� Jeh� mensajeros por todo israel y vinieron todos los siervos de baal, no qued� nadie sin venir. entraron en el templo de baal quedando lleno el templo de punta a cabo. [22] dijo al encargado del vestuario: �saca los vestidos para todos los servidores de baal.� el hizo sacar los vestidos para ellos. [23] jeh� vino con yonadab, hijo de rekab, al templo de baal y dijo a los fieles de baal: �investigad y ved no haya aqu� entre vosotros alg�n siervo de yahveh, sino tan s�lo siervos de baal.� [24] y entr� para hacer los sacrificios y los holocaustos. pero jeh� hab�a colocado fuera ochenta hombres y dijo: � el que deje escapar a uno de los hombres que yo voy a entregar en vuestras manos, responder� con su vida.� [25] cuando hubo acabado de hacer el holocausto, dijo jeh� a la guardia y a los escuderos: �entrad y matadles. que nadie salga.� la guardia y los escuderos entraron, los pasaron a filo de espada y llegaron hasta el santuario del templo de baal. [26] sacaron el cipo del templo de baal y lo quemaron. [27] derribaron el altar de baal, demolieron el templo de baal, y lo convirtieron en cloaca hasta el d�a de hoy. [28] jeh� extermin� a baal de israel. [29] pero jeh� no se apart� de los pecados con que jeroboam, hijo de nebat, hizo pecar a israel, los becerros de oro de betel y de dan. [30] dijo yahveh a jeh�: �Porque te has portado bien haciendo lo recto a mis ojos y has hecho a la casa de ajab seg�n todo lo que yo ten�a en mi coraz�n, tus hijos hasta la cuarta generaci�n se sentar�n sobre el trono de israel.� [31] pero jeh� no guard� el camino de la ley de yahveh, dios de israel, con todo su coraz�n, no se apart� de los pecados con que jeroboam hizo pecar a israel. [32] en aquellos d�as comenz� Yahveh a cercenar a israel, y jazael bati� todas las fronteras de israel, [33] desde el jord�n al sol levante, todo el pa�s de galaad, de los gaditas, de los rubenitas, de manas�s, desde aroer, sobre el torrente arn�n, galaad y bas�n. [34] el resto de los hechos de jeh�, todo cuanto hizo, toda su bravura �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [35] se acost� Jeh� con sus padres y le sepultaron en samar�a, y su hijo joacaz rein� en su lugar.

[36] los d�as que jeh� rein� sobre israel fueron veintiocho a�os en samar�a. 2 reyes cap.11 [1] cuando atal�a, madre de ocoz�as, vio que hab�a muerto su hijo, se levant� y extermin� toda la estirpe real. [2] pero yehoseb�, hija del rey joram y hermana de ocoz�as, tom� a jo�s, hijo de ocoz�as y lo sac� de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y puso a �l y a su nodriza en el dormitorio, ocult�ndolo de la vista de atalia, y no le mataron. [3] seis a�os estuvo escondido con ella en la casa de yahveh, mientras atal�a reinaba en el pa�s. [4] el a�o s�ptimo, yehoyad� envi� a buscar a los jefes de cien de los carios y de los corredores, y los hizo venir donde �l a la casa de yahveh y, haciendo un pacto con ellos, les hizo prestar juramento y les mostr� al hijo del rey. [5] luego, les orden�: �esto es lo que ten�is que hacer: un tercio de vosotros, los que entran el s�bado, que custodien la casa del rey. [7] las otras dos partes, todos los que salen el s�bado, se quedar�n guardando la casa de yahveh, junto al rey. [8] os pondr�is en torno al rey, cada uno con sus armas en la mano. todo el que venga contra vuestras filas, morir�. estar�is junto al rey en sus idas y venidas.� [9] los jefes de cien hicieron cuanto les mand� el sacerdote yehoyad�. cada uno tom� sus hombres, los que entraban el s�bado y los que sal�an el s�bado, y vinieron junto al sacerdote yehoyad�. [10] el sacerdote dio a los jefes de cien las lanzas y escudos del rey david que estaban en la casa de yahveh. [11] la guardia se apost� cada uno con sus armas en la mano, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, entre el altar y la casa, para que rodeasen al rey. [12] hizo salir entonces al hijo del rey, le puso la diadema y el testimonio y le ungi�. Batieron palmas y gritaron: ��viva el rey!� [13] oy� Atal�a el clamor del pueblo y se acerc� al pueblo que estaba en la casa de yahveh. [14] cuando vio al rey de pie junto a la columna, seg�n la costumbre, y a los jefes y las trompetas junto al rey, y a todo el pueblo de la tierra lleno de alegr�a y tocando las trompetas, rasg� Atal�a sus vestidos y grit�: � �traici�n, traici�n!� [15] el sacerdote yehoyad� dio orden a los jefes de las tropas diciendo: �hacedla salir de las filas y el que la siga que sea pasado a espada�, porque dijo el sacerdote: �que no la maten en la casa de yahveh.� [16] le echaron mano y, cuando lleg� a la casa del rey, por el camino de la entrada de los caballos, all� la mataron. [17] yehoyad� hizo una alianza entre yahveh, el rey y el pueblo, para ser pueblo de yahveh; y entre el rey y el pueblo. [18] fue todo el pueblo de la tierra al templo de baal y lo derrib�. Destrozaron sus altares y sus im�genes, y mataron ante los altares a mat�n, sacerdote de baal. el sacerdote puso centinelas en la casa de yahveh, [19] y despu�s tom� a los jefes de cien, a los carios y a la guardia y a todo el pueblo de la tierra, e hicieron bajar al rey de la casa de yahveh y entraron a la casa del rey por el camino de la guardia, y se sent� en el trono de los reyes. [20] todo el pueblo de la tierra estaba contento y la ciudad qued� tranquila; en cuanto a atal�a, hab�a muerto a espada en la casa del rey. 2 reyes cap.12 [1] siete a�os ten�a jo�s cuando comenz� a reinar. [2] el a�o s�ptimo de jeh� comenz� a reinar jo�s y rein� cuarenta a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era sib�a de berseba.

[3] jo�s hizo lo recto a los ojos de yahveh todos los d�as, porque el sacerdote yehoyad� le hab�a instruido. [4] s�lo que los altos no desaparecieron y el pueblo sigui� ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los altos. [5] jo�s dijo a los sacerdotes: �todo el dinero de las ofrendas sagradas que ha entrado en la casa de yahveh, el dinero de las tasas personales, todo el dinero que ofrece el coraz�n de cada uno a la casa de yahveh, [6] lo tomar�n los sacerdotes, cada uno en el c�rculo de sus amistades, y ellos proveer�n a las reparaciones de la casa, en todo lo que deba ser reparado�. [7] pero en el a�o veintitr�s del rey jo�s los sacerdotes no hab�an hecho las reparaciones de la casa. [8] llam� entonces el rey jo�s al sacerdote yehoyad� y a los sacerdotes y les dijo: ��por qu� no hac�is las reparaciones de la casa? as� que no recibir�is el dinero de vuestras amistades, sino que lo dar�is para la reparaci�n de la casa.� [9] los sacerdotes consintieron en no tomar dinero del pueblo ni hacer reparaciones en la casa. [10] el sacerdote yehoyad� tom� un cofre, hizo un agujero en la tapa y lo puso junto a la estela, a la derecha seg�n se entra en la casa de yahveh, y los sacerdotes que custodiaban el umbral depositaban en �l todo el dinero ofrecido a la casa de yahveh. [11] cuando ve�an que hab�a mucha plata en el cofre sub�a el secretario del rey y el sumo sacerdote, se fund�a, y se contaba la plata que se hallaba en la casa de yahveh. [12] entregaban el dinero contado en manos de los que hac�an el trabajo, los encargados de la casa de yahveh; �stos lo empleaban en los carpinteros y constructores que trabajaban en la casa de yahveh, [13] los alba�iles y canteros, para comprar maderas y piedra de canter�a para hacer reparaciones en la casa de yahveh y para cuanto hab�a que reparar en la casa. [14] pero no se hac�an para la casa de yahveh ni fuentes de plata, ni cuchillos, ni acetres, ni trompetas, ni objetos de oro o plata con el dinero ofrecido a la casa de yahveh, [15] sino que se daba a los que hac�an el trabajo de las reparaciones de la casa de yahveh. [16] no se ped�an cuentas a los hombres en cuyas manos se pon�a el dinero para que lo dieran a los que hac�an el trabajo, porque trabajaban con fidelidad. [17] el dinero por la expiaci�n y el dinero por el pecado no era entregado a la casa de yahveh; era para los sacerdotes. [18] entonces jazael, rey de aram, subi� para combatir contra gat, la tom� y se volvi� para subir contra jerusal�n. [19] jo�s, rey de jud�, tom� todas las cosas sagradas que hab�an consagrado sus padres josafat, joram y ocoz�as, reyes de jud�, todas las cosas que �l mismo hab�a consagrado y todo el oro que se pudo encontrar en los tesoros de la casa de yahveh y de la casa del rey, y lo mando a jazael, rey de aram, que se alej� de jerusal�n. [20] el resto de los hechos de jo�s, todo cuanto hizo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [21] sus servidores se levantaron y tramaron una conjura y mataron a jo�s en bet mill�... [22] le hirieron sus siervos yozakar, hijo de simat, y yehozabad, hijo de somer, y muri�. Le sepultaron con sus padres en la ciudad de david y rein� en su lugar su hijo amas�as. 2 reyes cap.13 [1] en el a�o veintitr�s de jo�s, hijo de ocoz�as, rey de jud�, comenz� a reinar joacaz, hijo de jeh�, sobre israel, en samar�a; rein� diecisiete a�os. [2] hizo el mal a los ojos de yahveh y anduvo tras los pecados con que jeroboam hijo de nebat, hizo pecar a israel, sin apartarse de ellos.

[3] se encendi� la ira de yahveh contra los israelitas y los entreg� en manos de jazael, rey de aram, y en manos de jazael, rey de aram, y en manos de ben hadad, hijo de jazael, todo aquel tiempo. [4] joacaz aplac� el rostro de yahveh y yahveh le escuch� porque hab�a visto la opresi�n de israel, pues el rey de aram los oprim�a. [5] concedi� Yahveh a israel un liberador que lo sac� de bajo la mano de aram, pudiendo habitar los hijos de israel en sus tiendas como antes. [6] pero no se apartaron de los pecados con que jeroboam hab�a hecho pecar a israel, sino que anduvieron por ellos y el cipo sigui� en pie en samar�a. [7] pero no le quedaron a joacaz como tropas sino cincuenta jinetes, diez carros y 10.000 infantes, pues el rey de aram los hab�a exterminado y reducido a polvo de la tierra. [8] el resto de los hechos de joacaz, todo cuanto hizo y su bravura �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [9] se acost� Joacaz con sus padres y lo sepultaron en samar�a. rein� en su lugar su hijo jo�s. [10] en el a�o 37 de jo�s, rey de jud�, comenz� a reinar jo�s, hijo de joacaz, sobre israel, en samar�a; rein� diecis�is a�os. [11] hizo el mal a los ojos de yahveh, no se apart� de ninguno de los pecados con que jeroboam, hijo de nebat, hizo pecar a israel, sino que anduvo por ellos. [12] el resto de los hechos de jo�s, todo cuanto hizo, su bravura y c�mo combati� contra amas�as, rey de jud� �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [13] se acost� Jo�s con sus padres y jeroboam ocup� su trono. fue sepultado jo�s en samar�a, junto a los reyes de israel. [14] cuando eliseo enferm� de la enfermedad de que muri�, baj� donde �l jo�s, rey de israel, y llor� sobre su rostro diciendo: ��padre m�o, padre m�o, carro y caballos de israel!� [15] eliseo le dijo: �toma un arco y flechas.� el se hizo con un arco y flechas. [16] dijo al rey de israel: �pon tu mano sobre el arco�; puso su mano. entonces eliseo coloc� sus manos sobre las manos del rey [17] y dijo: �abre la ventana hacia oriente.� el la abri�. Dijo eliseo: ��tira!� el tir�. Dijo eliseo: �flecha de victoria de yahveh, flecha de victoria contra aram. batir�s a aram en afeq hasta el exterminio.� [18] a�adi�: �toma las flechas.� el las tom�. Eliseo dijo al rey: �hiere la tierra.� la hiri� tres veces y se detuv�. [19] el hombre de dios se irrit� contra �l y le dijo: �ten�as que haber herido cinco o seis veces y entonces hubieras batido a aram hasta el exterminio, pero ahora lo batir�s s�lo tres veces.� [20] eliseo muri� y le sepultaron. las bandas de moab hac�an incursiones todos los a�os. [21] estaban unos sepultando un hombre cuando vieron la banda y, arrojando al hombre en el sepulcro de eliseo, se fueron. toc� el hombre los huesos de eliseo, cobr� vida y se puso en pie. [22] jazael, rey de aram, hab�a oprimido a israel todos las d�as de joacaz. [23] pero yahveh tuvo piedad y se compadeci� de ellos volvi�ndose a ellos a causa de su alianza con abraham, isaac y jacob y no quiso aniquilarlos ni echarlos lejos de su rostro. [24] muri� Jazael, rey de aram, y rein� en su lugar su hijo ben hadad. [25] entonces jo�s, hijo de joacaz, volvi� a tomar de mano de ben hadad, hijo de jazael, las ciudades que hab�a tomado de mano de joacaz su padre, por las armas. jo�s le bati� tres veces y recobr� las ciudades de israel. 2 reyes cap.14 [1] en el a�o segundo de jo�s, hijo de joacaz, rey de israel, comenz� a reinar amas�as, hijo de jo�s, rey de jud�. [2] ten�a veinticinco a�os cuando comenz� a reinar, y rein� veintinueve a�os en

jerusal�n; el nombre de su madre era yehoadd�n, de jerusal�n. [3] hizo lo recto a los ojos de yahveh, pero no como su padre david; hizo en todo como su padre jo�s. [4] tan s�lo que no desaparecieron los altos, y el pueblo sigui� ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los altos. [5] cuando el reino se afianz� en sus manos, mat� a los servidores que hab�an matado al rey su padre, [6] pero no hizo morir a los hijos de los asesinos, seg�n est� escrito en el libro de la ley de mois�s, donde yahveh dio una orden diciendo: �no har�n morir a los hijos por los padres, sino que cada uno morir� por su pecado.� [7] el fue el que bati� a los edomitas en el valle de la sal, a 10.000 hombres, y conquist� la pe�a por las armas. la llam� Yoqteel hasta el d�a de hoy. [8] entonces amas�as envi� mensajeros a jo�s, hijo de joacaz, hijo de jeh�, rey de israel, diciendo: �sube, y nos veremos las caras.� [9] jo�s, rey de israel, mand� a decir a amas�as, rey de jud�: �el cardo del l�bano mand� a decir al cedro del l�bano: dame tu hija para mujer de mi hijo; pero las bestias salvajes del l�bano pasaron y pisotearon el cardo. [10] cierto que has batido a edom y tu coraz�n te ha envanecido; s� glorioso, pero qu�date en tu casa. �por qu� exponerte a una calamidad y a caer t� y Jud� contigo?� [11] pero amas�as no le escuch�; subi� Jo�s, rey de israel, y se enfrentaron �l y amas�as, rey de jud�, en bet semes de jud�. [12] jud� fue derrotado por israel y huyeron cada uno a su tienda. [13] jo�s, rey de israel, captur� en bet semes a amas�as, rey de jud�, hijo de jo�s, hijo de ocoz�as, y lo llev� a jerusal�n. abri� brecha de cuatrocientos codos en la muralla de jerusal�n desde la puerta de efra�m hasta la puerta del angulo. [14] tom� todo el oro, toda la plata y todos los objetos que se hallaban en la casa de yahveh, los tesoros de la casa del rey y tambi�n rehenes, y se volvi� a samar�a. [15] el resto de los hechos de jo�s, cuanto hizo, su bravura y c�mo combati� contra amas�as, rey de jud�, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [16] se acost� Jo�s con sus padres y fue sepultado en samar�a junto a los reyes de israel. rein� en su lugar su hijo jeroboam. [17] amas�as, hijo de jo�s, rey de jud�, vivi� quince a�os despu�s de la muerte de jo�s, hijo de joacaz, rey de israel. [18] el resto de los hechos de amas�as, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [19] se conjuraron contra �l en jerusal�n y huy� a lak�s, pero enviaron gente en su persecuci�n hasta lak�s y all� lo mataron. [20] traj�ronle a caballo y le sepultaron en jerusal�n con sus padres, en la ciudad de david. [21] todo el pueblo de jud� tom� a oz�as, que ten�a diecis�is a�os, y le proclamaron rey en lugar de su padre amas�as. [22] reconstruy� Elat y la devolvi� a jud�, despu�s que el rey se hubo acostado con sus padres. [23] en el a�o quince de amas�as, hijo de jo�s, rey de jud�, comenz� a reinar jeroboam, hijo de jo�s, rey de israel, en samar�a. rein� 41 a�os. [24] hizo el mal a los ojos de yahveh y no se apart� de todos los pecados con que jeroboam, hijo de nebat, hizo pecar a israel. [25] el restableci� las fronteras de israel desde la entrada de jamat hasta el mar de la arab�, seg�n la palabra que yahveh, dios de israel, hab�a dicho por boca de su siervo, el profeta jon�s, hijo de amittay, el de gat de j�fer, [26] porque yahveh hab�a visto la miseria, amarga en extremo, de israel; no hab�a esclavo ni libre, ni quien auxiliara a israel. [27] no hab�a decidido yahveh borrar el nombre de israel de debajo de los cielos y lo salv� por mano de jeroboam, hijo de jo�s. [28] el resto de los hechos de jeroboam, todo cuanto hizo y la bravura con que

guerre�, y c�mo devolvi� Jamat y damasco a jud� y a israel, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [29] se acost� Jeroboam con sus padres y fue sepultado en samar�a con los reyes de israel. rein� en su lugar su hijo zacar�as. 2 reyes cap.15 [1] en el a�o veintisiete de jeroboam, rey de israel, comenz� a reinar oz�as, hijo de amas�as, rey de jud�. [2] ten�a diecis�is a�os cuando comenz� a reinar y rein� 52 a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era yekol�a de jerusal�n. [3] hizo lo recto a los ojos de yahveh, enteramente como lo hab�a hecho su padre amas�as. [4] s�lo que no desaparecieron los altos y el pueblo sigui� ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los altos. [5] yahveh hiri� al rey y qued� leproso hasta el d�a de su muerte. vivi� en una casa aislada, y jotam, hijo del rey, estaba al frente de la casa y administraba justicia al pueblo de la tierra. [6] el resto de los hechos de oz�as, todo cuanto hizo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [7] se acost� Oz�as con sus padres y le sepultaron con sus padres en la ciudad de david. rein� en su lugar su hijo jotam. [8] en el a�o 38 de oz�as, rey de jud�, comenz� a reinar zacar�as, hijo de jeroboam, sobre israel, en samar�a; rein� seis meses. [9] hizo el mal a los ojos de yahveh como hicieron sus padres; no se apart� de los pecados con que jeroboam, hijo de nebat, hizo pecar a israel. [10] sallum, hijo de yab�s, conspir� contra �l, le hiri� en yibleam, le mat�, y rein� en su lugar. [11] el resto de los hechos de zacar�as �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [12] esta fue la palabra de yahveh, la que habl� a jeh� diciendo: �tus hijos hasta la cuarta generaci�n se sentar�n en el trono de israel.� y as� fue. [13] sallum, hijo de yab�s, comenz� a reinar el a�o 39 de oz�as, rey de jud�, y rein� un mes en samar�a. [14] menajem, hijo de gad�, subi� de tirs�, entr� en samar�a e hiri� a sallum, hijo de yab�s, en samar�a; le mat� y rein� en su lugar. [15] el resto de los hechos de sallum y la conspiraci�n que tram� est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel. [16] entonces hiri� Menajem a tapp�aj y a todos los que hab�a en ella y a su territorio, a partir de tirs�, porque no le abrieron las puertas; a todas sus embarazadas abri� el vientre. [17] en el a�o 39 de oz�as, rey de jud�, comenz� a reinar menajem, hijo de gad�, en israel. rein� diez a�os en samar�a. [18] hizo el mal a los ojos de yahveh y no se apart� de los pecados con que jeroboam, hijo de nebat, hizo pecar a israel. en su tiempo, [19] pul, rey de asiria, vino contra el pa�s. menajem dio a pul mil talentos de plata para que le ayudara a �l y afianzara el reino en su mano. [20] menajem exigi� el dinero a israel, a todos los notables, que hab�an de dar al rey de asiria cincuenta siclos de plata cada uno. entonces se volvi� el rey de asiria y no se detuvo all� en el pa�s. [21] el resto de los hechos de menajem, todo cuanto hizo, �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel? [22] menajem se acost� con sus padres, y rein� en su lugar su hijo pecaj�as. [23] en el a�o cincuenta de oz�as, rey de jud�, comenz� a reinar pecaj�as, hijo de menajem, sobre israel, en samar�a. rein� dos a�os. [24] hizo el mal a los ojos de yahveh y no se apart� de los pecados con que jeroboam, hijo de nebat, hizo pecar a israel. [25] su escudero pecaj, hijo de remal�as, se conjur� contra �l y le hiri� en

samar�a, en el torre�n de la casa del rey... hab�a con �l cincuenta hombres de los hijos de galaad. hizo morir al rey y rein� en su lugar. [26] el resto de los hechos de pecaj�as, todo cuanto hizo, est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel. [27] en el a�o 52 de oz�as, rey de jud�, comenz� a reinar pecaj, hijo de remal�as, sobre israel, en samar�a. rein� veinte a�os. [28] hizo el mal a los ojos de yahveh y no se apart� de los pecados con que jeroboam, hijo de nebat, hizo pecar a israel. [29] en tiempo de pecaj, rey de israel, vino teglatfalasar, rey de asiria, y tom� Iyy�n, abel bet maac�, yan�aj, cad�s, jasor, galaad, galilea, todo el pa�s de neftal�, y los deport� a asiria. [30] oseas, hijo de el�, tram� una conjuraci�n contra pecaj, hijo de remal�as, le hiri�, le mat� y rein� en su lugar. [31] el resto de los hechos de pecaj, todo cuanto hizo, est� escrito en el libro de los anales de los reyes de israel. [32] en el a�o segundo de pecaj, hijo de remal�as, rey de israel, comenz� a reinar jotam, hijo de oz�as, rey de jud�. [33] ten�a veinticinco a�os cuando comenz� a reinar, y rein� diecis�is a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era yerus�, hija de sadoq. [34] hizo lo recto a los ojos de yahveh, enteramente como hab�a hecho su padre oz�as, [35] s�lo que no desaparecieron los altos y el pueblo sigui� sacrificando y quemando incienso en los altos. el contruy� la puerta superior de la casa de yahveh. [36] el resto de los hechos de jotam, lo que hizo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [37] en aquellos d�as comenz� Yahveh a enviar contra jud� a ras�n, rey de aram, y a pecaj, hijo de remal�as. [38] jotam se acost� con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre david. rein� en su lugar su hijo ajaz. 2 reyes cap.16 [1] en el a�o diecisiete de pecaj, hijo de remal�as, comenz� a reinar ajaz, hijo de jotam, rey de jud�. [2] ten�a ajaz veinte a�os cuando comenz� a reinar y rein� diecis�is a�os en jerusal�n. no hizo lo recto a los ojos de yahveh su dios, como su padre david. [3] anduvo por el camino de los reyes de israel e incluso hizo pasar por el fuego a su hijo, seg�n las abominaciones de las naciones que yahveh hab�a arrojado ante los israelitas. [4] ofreci� sacrificios y quem� incienso en los altos, en las colinas y bajo todo �rbol frondoso. [5] entonces subi� Ras�n, rey de aram, y pecaj, hijo de remal�as, rey de israel, para combatir a jerusal�n y la cercaron, pero no pudieron conquistarla. [6] en aquel tiempo el rey de edom recobr� Elat para edom; expuls� a los de jud� de elat, entraron los edomitas en elat y habitaron all� hasta el d�a de hoy. [7] ajaz envi� mensajeros a teglatfalasar, rey de asiria, diciendo: �soy tu siervo y tu hijo. sube, pues y s�lvame de manos del rey de israel que se han levantado contra m�.� [8] y tom� Ajaz la plata y el oro que hab�a en la casa de yahveh y en los tesoros de la casa del rey y lo envi� al rey de asiria como presente. [9] el rey de asiria le escuch� y subi� contra damasco, la conquist�, los deport� a quir y mat� a ras�n. [10] el rey ajaz fue a damasco al encuentro de teglatfalasar, rey de asiria, y viendo el altar que hab�a en damasco, env�o al sacerdote ur�as la imagen del altar y su modelo, seg�n toda su hechura. [11] el sacerdote ur�as construy� un altar; todo cuanto el rey ajaz hab�a mandado desde damasco lo realiz� el sacerdote ur�as antes de que el rey ajaz regresara de

damasco. [12] cuando el rey regres� de damasco vio el altar, se acerc� y subi� a �l. [13] mand� quemar sobre el altar su holocausto y su oblaci�n, hizo su libaci�n y derram� la sangre de sus sacrificios de comuni�n; [14] desplaz� el altar de bronce que estaba ante yahveh, delante de la casa, de entre el altar nuevo y la casa de yahveh, y lo coloc� al lado del altar nuevo, hacia el norte. [15] el rey ajaz orden� al sacerdote ur�as: �sobre el altar grande quemar�s el holocausto de la ma�ana y la oblaci�n de la tarde, el holocausto del rey y su oblaci�n, el holocausto de todo el pueblo de la tierra, sus oblaciones y sus libaciones, derramar�s sobre �l toda la sangre del holocausto y toda la sangre del sacrificio. cuanto al altar de bronce, yo me ocupar� de �l.� [16] el sacerdote ur�as hizo cuanto le hab�a ordenado el rey ajaz. [17] el rey ajaz desmont� los paneles de las basas, quit� de encima de ellos la jofaina; hizo bajar el mar de bronce de sobre los bueyes que estaban debajo de �l y lo coloc� sobre un solado de piedra. [18] cuanto al estrado del trono de la casa de yahveh, que se hab�a construido en ella, y la entrada exterior del rey, lo quit� por causa del rey de asiria. [19] el resto de los hechos de ajaz, lo que hiz� �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [20] ajaz se acost� con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de david. rein� en su lugar su hijo ezequ�as. 2 reyes cap.17 [1] en el a�o doce de ajaz, rey de jud�, comenz� a reinar oseas, hijo de el�, en samar�a, sobre israel. rein� nueve a�os. [2] hizo el mal a los ojos de yahveh, aunque no como los reyes de israel que le precedieron. [3] salmanasar, rey de asiria, subi� contra oseas; oseas se le someti� y le pag� tributo. [4] pero el rey de asiria descubri� que oseas conspiraba, pues hab�a enviado mensajeros a so, rey de egipto, y no pag� tributo al rey de asiria, como lo ven�a haciendo cada a�o; el rey de asiria lo detuvo y lo encaden� en la c�rcel. [5] el rey de asiria subi� por toda la tierra, lleg� a samar�a y la asedi� durante tres a�os. [6] el a�o noveno de oseas, el rey de asiria tom� Samar�a y deport� a los israelitas a asiria; los estableci� en jalaj, en el jabor, r�o de goz�n, y en las ciudades de los medos. [7] esto sucedi� porque los israelitas hab�an pecado contra yahveh su dios, que los hab�a hecho subir de la tierra de egipto, de bajo la mano de fara�n, rey de egipto, y hab�an reverenciado a otros dioses, [8] siguiendo las costumbres de las naciones que yahveh hab�a arrojado delante de ellos. [9] los israelitas maquinaron acciones no rectas contra yahveh su dios, se edificaron altos en todas las ciudades, desde las torres de guardia hasta las ciudades fortificadas. [10] se alzaron estelas y cipos sobre toda colina elevada y bajo todo �rbol frondoso, [11] y quemaron all�, sobre todos los altos, incienso, como las naciones que yahveh hab�a expulsado de delante de ellos, y cometieron maldades, que irritaban a yahveh. [12] sirvieron a los �dolos acerca de los que yahveh les hab�a dicho: �no har�is tal cosa.� [13] yahveh advert�a a israel y jud� por boca de todos los profetas y de todos los videntes diciendo: �volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y mis preceptos conforme a la ley que orden� a vuestros padres y que les envi� por mano de mis siervos los profetas.�

[14] pero ellos no escucharon y endurecieron sus cervices como la cerviz de sus padres, que no creyeron en yahveh su dios. [15] despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las advertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haci�ndose ellos mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que yahveh les hab�a ordenado: �no har�is como ellas.� [16] abandonaron todos los mandamientos de yahveh su dios, y se hicieron �dolos fundidos, los dos becerros; se hicieron cipos y se postraron ante todo el ej�rcito de los cielos y dieron culto a baal. [17] hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron la adivinaci�n y los augurios, y se prestaron a hacer lo malo a los ojos de yahveh, provocando su c�lera. [18] yahveh se air� en gran manera contra israel y los apart� de su rostro, quedando solamente la tribu de jud�. [19] tampoco jud� guard� los mandamientos de yahveh su dios y sigui� las costumbres que practic� Israel. [20] rechaz� Yahveh el linaje de israel, los humill� y los entreg� en mano de saqueadores, hasta que los arroj� de su presencia; [21] pues como hab�a arrancado a israel de la casa de david y ellos se hab�an elegido rey a jeroboam, hijo de nebat, jeroboam alej� a israel del seguimiento de yahveh, haci�ndoles cometer un gran pecado. [22] cometieron los israelitas todos los pecados que hizo jeroboam, y no se apartaron de ellos, [23] hasta que yahveh apart� a israel de su presencia, como hab�a anunciado por medio de todos sus siervos los profetas; deport� a israel de su tierra a asiria, hasta el d�a de hoy. [24] el rey de asiria hizo venir gentes de babilonia, de kut�, de avv�, de jamat y de sefarv�yim y los estableci� en las ciudades de samar�a en lugar de los israelitas; ellos ocuparon samar�a y se establecieron en sus ciudades. [25] sucedi� que, cuando comenzaron a establecerse all�, no veneraban a yahveh, y yahveh envi� contra ellos leones que mataron a muchos. [26] entonces dijeron al rey de asiria: �las gentes que has hecho deportar para establecerlas en las ciudades de samar�a no conocen el culto del dios de la tierra, y ha enviado contra ellos leones que los matan, porque ellos no conocen el culto del dios de la tierra.� [27] el rey de asiria dio esta orden: �haced partir alla a uno de los sacerdotes que deport� de all�; que vaya y habite all� y les ense�e el culto del dios de la tierra.� [28] vino entonces uno de los sacerdotes deportados de samar�a, se estableci� en betel y les ense�� c�mo deb�an reverenciar a yahveh. [29] pero cada naci�n se hizo sus dioses y los pusieron en los templos de los altos que hab�an hecho los samaritanos, cada naci�n en las ciudades que habitaba. [30] las gentes de babilonia hicieron un sukkot benot, las gentes de kut� hicieron un nergal, las gentes de jamat hicieron un asim�, [31] los avvitas hicieron un nibjaz y un tartaq y los sefarvitas quemaban a sus hijos en honor de adramm�lek y anamm�lek, dioses de los sefarvitas. [32] veneraban tambi�n a yahveh y se hicieron sacerdotes en los altos, tomados de entre ellos, que oficiaban por ellos en los templos de los altos. [33] reverenciaban a yahveh y serv�an a sus dioses seg�n el rito de las naciones de donde hab�an sido deportados. [34] hasta el d�a de hoy siguen sus antiguos ritos. no reverenciaban a yahveh y no segu�an sus preceptos y sus ritos, la ley y los mandamientos que hab�a mandado yahveh a los hijos de jacob, al que dio el nombre de israel. [35] yahveh hizo una alianza con ellos y les dio esta orden: �no reverenciar�is dioses extra�os, no os postrar�is ante ellos, no les servir�is y no les ofrecer�is sacrificios. [36] sino que solamente a yahveh, que os hizo subir de la tierra de egipto con gran fuerza y tenso brazo, a �l reverenciar�is, ante �l os postrar�is y a �l

ofrecer�is sacrificios. [37] guardar�is los preceptos, los ritos, la ley y los mandamientos que os dio por escrito para cumplirlos todos los d�as, y no reverenciar�is dioses extra�os. [38] no olvidar�is la alianza que hice con vosotros y no reverenciar�is dioses extra�os, [39] sino que reverenciar�is s�lo a yahveh vuestro dios, y �l os librar� de la mano de todos vuestros enemigos.� [40] pero ellos no escucharon, sino que siguieron haciendo seg�n sus antiguos ritos. [41] de modo que aquellas gentes reverenciaban a yahveh, pero serv�an a sus �dolos; sus hijos y los hijos de sus hijos contin�an haciendo como hicieron sus padres hasta el d�a de hoy. 2 reyes cap.18 [1] en el a�o tercero de oseas, hijo de el�, rey de israel, comenz� a reinar ezequ�as, hijo de ajaz, rey de jud�. [2] ten�a veinticinco a�os cuando comenz� a reinar y rein� veintinueve a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era ab�a, hija de zacar�as. [3] hizo lo recto a los ojos de yahveh enteramente como david su padre. [4] el fue quien quit� los altos, derrib� las estelas, cort� los cipos y rompi� la serpiente de bronce que hab�a hecho mois�s, porque los israelitas le hab�an quemado incienso hasta aquellos d�as; se la llamaba nejust�n. [5] confi� en yahveh, dios de israel. despu�s de �l no le ha habido semejante entre todos los reyes de jud�, ni tampoco antes. [6] se apeg� a yahveh y no se apart� de �l; guard� los mandamientos que yahveh hab�a mandado a mois�s. [7] yahveh estuvo con �l y tuvo �xito en todas sus empresas; se rebel� contra el rey de asiria y no le sirvi�. [8] el bati� a los filisteos hasta gaza y sus fronteras, desde las torres de guardia hasta las ciudades fortificadas. [9] en el a�o cuarto del rey ezequ�as, que es el a�o s�ptimo de oseas, hijo de el�, rey de israel, subi� Salmanasar, rey de asiria, contra samar�a y la asedi�. [10] la conquist� al cabo de tres a�os. en el a�o sexto de ezequ�as, que es el a�o noveno de oseas, rey de israel, fue conquistada samar�a. [11] el rey de asiria deport� a los israelitas a asiria y los instal� en jalaj, en el jabor, r�o de goz�n, y en las ciudades de los medos, [12] porque no escucharon la voz de yahveh su dios y violaron su alianza y todo cuanto hab�a ordenado mois�s, siervo de yahveh. no lo escucharon y no lo practicaron. [13] en el a�o catorce del rey ezequ�as subi� Senaquerib, rey de asiria, contra todas las ciudades fortificadas de jud� y se apoder� de ellas. [14] ezequ�as, rey de jud�, envi� a decir a senaquerib a lak�s: �he pecado; deja de atacarme, y har� cuanto me digas.� el rey de asiria impuso a ezequ�as, rey de jud�, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro. [15] ezequ�as entreg� todo el dinero que se encontr� en la casa de yahveh y en los tesoros de la casa del rey. [16] en aquella ocasi�n Ezequ�as quit� las puertas del santuario de yahveh y los batientes que..., rey de jud�, hab�a revestido de oro, y lo entreg� al rey de asiria. [17] el rey de asiria envi� desde lak�s a jerusal�n, donde el rey ezequ�as, al copero mayor con un fuerte destacamento. subi� a jerusal�n y en llegando se coloc� en el canal de la alberca superior que est� junto al camino del campo del batanero. [18] llam� al rey, y el mayordomo de palacio, elyaquim, hijo de jilqu�as, el secretario sebn� y el heraldo yoaj, hijo de asaf, salieron hacia �l. [19] el copero mayor les dijo: �decid a ezequ�as: as� habla el gran rey, el rey de asiria: �qu� confianza es �sa en la que te f�as?

[20] te has pensado que meras palabras de los labios son consejo y bravura para la guerra. pero ahora �en qui�n conf�as, que te has rebelado contra m�? [21] mira: te has confiado al apoyo de esa ca�a rota, de egipto, que penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. pues as� es fara�n, rey de egipto, para todos los que conf�an en �l. [22] pero vais a decirme: "nosotros confiamos en yahveh, nuestro dios." �no ha sido �l, ezequ�as, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a jud� y a jerusal�n: "os postrar�is delante de este altar en jerusal�n?" [23] pues apostad ahora con mi se�or, el rey de asiria: te dar� 2.000 caballos si eres capaz de encontrarte jinetes para ellos. [24] �c�mo harias retroceder a uno solo de los m�s peque�os servidores de mi se�or? �te f�as de egipto para tener carros y gentes de carro! [25] y ahora �es que yo he subido contra este lugar para destruirlo, sin yahveh? yahveh me ha dicho: sube contra esa tierra y destr�yela.� [26] dijeron elyaquim, sebn� y yoaj al copero mayor: �por favor, h�blanos a nosotros, tus siervos, en arameo, que lo entendemos; no nos hables en lengua de jud� a o�dos del pueblo que est� sobre la muralla.� [27] el copero mayor dijo: ��acaso mi se�or me ha enviado a decir estas cosas a tu se�or, o a ti, y no a los hombres que se encuentran sobre la muralla, que tienen que comer sus excrementos y beber sus orinas con vosotros?� [28] se puso en pie el copero mayor y grit� con gran voz, en lengu� de jud�, diciendo: �escuchad la palabra del gran rey, del rey de asiria. [29] as� habla el rey: no os enga�e Ezequ�as, porque no podr� libraros de mi mano. [30] que ezequ�as no os haga confiar en yahveh diciendo: "de cierto nos librar� Yahveh, y esta ciudad no ser� entregada en manos del rey de asiria." [31] no escuch�is a ezequ�as, porque as� habla el rey de asiria: haced paces conmigo, rend�os a mi y comer� cada uno de su vi�a y de su higuera, y beber� cada uno de su cisterna, [32] hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de vi�as, tierra de aceite y de miel, y vivir�is y no morir�is. pero no escuch�is a ezequ�as, porque os enga�a diciendo: "yahveh nos librar�." [33] �acaso los dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la mano del rey de asiria? [34] �d�nde est�n los dioses de jamat y de arpad, d�nde est�n los dioses de sefarv�yim, de hen� y de ivv�? �acaso han librado a samar�a de mi mano? [35] �qui�nes, de entre todos los dioses de los pa�ses, los han librado de mi poder para que libre yahveh a jerusal�n de mi mano?� [36] call� el pueblo y no le respondi� una palabra, porque el rey hab�a dado esta orden diciendo: �no le respond�is.� [37] elyaquim, hijo de jilqu�as, mayordomo de palacio, y el secretario sebn� y el heraldo yoaj, hijo de asaf, fueron a ezequ�as, desgarrados los vestidos, y le relataron las palabras del copero mayor. 2 reyes cap.19 [1] cuando lo oy� el rey ezequ�as desgarr� sus vestidos, se cubri� de sayal y se fue a la casa de yahveh. [2] envi� a elyaquim, mayordomo, a sebn�, secretario, y a los sacerdotes ancianos cubiertos de sayal, donde el profeta isa�as, hijo de am�s. [3] ellos le dijeron: �as� habla ezequ�as: este d�a es d�a de angustia, de castigo y de verg�enza. los hijos est�n para salir del seno, pero no hay fuerza para dar a luz. [4] �no habr� o�do yahveh tu dios, todas las palabras del copero mayor al que ha enviado el rey de asiria su se�or, para insultar al dios vivo? �no castigar� Yahveh tu dios, las palabras que ha o�do? �dirige una plegaria en favor del resto que a�n queda!�

[5] cuando los siervos del rey ezequ�as llegaron donde isa�as, [6] �ste les dijo: �as� dir�is a vuestro se�or: esto dice yahveh: no tengas miedo por las palabras que has o�do, con las que me insultaron los criados del rey de asiria. [7] voy a poner en �l un esp�ritu, oir� una noticia y se volver� a su tierra, y en su tierra yo le har� caer a espada.� [8] el copero mayor se volvi� y encontr� al rey de asiria atacando a libn�, pues hab�a o�do que hab�a partido de lak�s, [9] porque hab�a recibido esta noticia acerca de tirhac�, rey de kus: �mira que ha salido a guerrear contra ti.� volvi� a enviar mensajeros para decir a ezequ�as: [10] �as� hablar�is a ezequ�as, rey de jud�: no te enga�e tu dios en el que conf�as pensando: "no ser� entregada jerusal�n en manos del rey de asiria". [11] bien has o�do lo que los reyes de asiria han hecho a todos los pa�ses, entreg�ndolos al anatema, �y t� te vas a librar! [12] �acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis padres aniquilaron, a goz�n, a jar�n, a r�sef, a los edenitas que estaban en tel basar? [13] �d�nde est� el rey de jamat, el rey de arpad, el rey de la�r, de sefarv�yim, de hen� y de ivv�?�. [14] ezequ�as tom� la carta de manos de los mensajeros y la ley�. Luego subi� a la casa de yahveh y ezequ�as la desenroll� ante yahveh. [15] hizo ezequ�as esta plegaria ante yahveh: �yahveh, dios de israel, que est�s sobre los querubines, t� s�lo eres dios en todos los reinos de la tierra, t� el que has hecho los cielos y la tierra. [16] �tiende, yahveh, tu o�do y escucha; abre, yahveh, tus ojos y mira! oye las palabras con que senaquerib ha enviado a insultar al dios vivo. [17] es verdad, yahveh, que los reyes de asiria han exterminado las naciones [18] y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses, sino hechuras de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han sido aniquilados. [19] ahora pues, yahveh, dios nuestro, s�lvanos de su mano, y sabr�n todos los reinos de la tierra que s�lo t� eres dios, yahveh.� [20] isa�as, hijo de am�s, envi� a decir a ezequ�as: �as� dice yahveh, dios de israel: he escuchado tu plegaria acerca de senaquerib, rey de asiria. [21] esta es la palabra que yahveh pronuncia contra �l: ella te desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de si�n. mueve la cabeza a tus espaldas, la hija de jerusal�n. [22] �a qui�n has insultado y blasfemado? �contra qui�n has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? �contra el santo de israel! [23] por tus mensajeros insultas a adonay y dices: con mis muchos carros subo a los cumbres de los montes a las laderas del l�bano, derribo la altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de sus refugios, su jard�n del bosque. [24] yo he cavado y bebido en extranjeras aguas. secar� bajo la planta de mis pies. todos los nilos del egipto. [25] �lo oyes bien? desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos d�as lo hab�a planeado. ahora lo ejecuto. t� convertir�s en c�mulos de ruinas las fuertes ciudades [26] sus habitantes, de d�biles manos, confusos y aterrados, son plata del campo, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento de oriente. [27] si te alzas o te sientas, si sales o entras, estoy presente y lo s�. [28] pues que te alzas airado contra m� y tu arrogancia ha subido a mis o�dos, voy a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca, y voy a devolverte por la ruta por la que has venido. [29] la se�al ser� �sta: este a�o se comer� lo que rebrote, lo que nazca de s� al a�o siguiente. al a�o tercero sembrad y segad, plantad las vi�as y comed su fruto. [30] el resto que se salve de la casa de jud� echar� ra�ces por debajo y frutos en lo alto. [31] pues saldr� un resto de jerusal�n, y supervivientes del monte si�n; el celo de yahveh sebaot lo har�.

[32] por eso, as� dice yahveh al rey de asiria: no entrar� en esta ciudad. no lanzar� flechas en ella. no le opondr� escudo, ni alzar� en contra de ella empalizada. [33] volver� por la ruta que ha tra�do. no entrar� en esta ciudad. palabra de yahveh. [34] proteger� a esta ciudad para salvarla, por quien soy y por mi siervo david.� [35] aquella misma noche sali� el angel de yahveh e hiri� en el campamento asirio a 185.000 hombres; a la hora de despertarse, por la ma�ana, no hab�a m�s que cad�veres. [36] senaquerib, rey de asiria, parti� y, volvi�ndose, se qued� en n�nive. [37] y sucedi� que estando �l postrado en el templo de su dios nisrok, sus hijos adramm�lek y sar�ser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el pa�s de ararat. su hijo asarjadd�n rein� en su lugar. 2 reyes cap.20 [1] en aquellos d�as ezequ�as cay� enfermo de muerte. el profeta isa�as, hijo de am�s, vino a decirle: �as� habla yahveh: da �rdenes acerca de tu casa, porque vas a morir y no vivir�s.� [2] ezequ�as volvi� su rostro a la pared y or� a yahveh diciendo: [3] ��ah, yahveh! dignate recordar que yo he andado en tu presencia con fidelidad y coraz�n perfecto haciendo lo recto a tu ojos.� y ezequ�as llor� con abundantes l�grimas. [4] antes de que isa�as hubiera salido del patio central, le fue dirigida la palabra de yahveh diciendo: [5] �vuelve y di a ezequ�as, jefe de mi pueblo: as� habla yahveh, dios de tu padre david: he o�do tu plegaria y he visto tus l�grimas y voy a curarte. dentro de tres d�as subir�s a la casa de yahveh. [6] voy a darte quince a�os m�s de vida y te librar� a ti y a esta ciudad de la mano del rey de asiria, y amparar� esta ciudad por quien soy y por amor ami siervo david.� [7] isa�as dijo: �tomad una masa de higos.� la tomaron, la aplicaron sobre la �lcera y san�. [8] ezequ�as dijo a isa�as: ��cu�l ser� la se�al de que yahveh me va a curar y dentro de tres d�as subir� a la casa de yahveh?� [9] isa�as repondi�: �esta ser� para ti, de parte de yahveh, la se�al de que yahveh har� lo que ha dicho: �quieres que la sombra avance diez grados o que retroceda diez grados?� [10] ezequ�as dijo: �f�cil es para la sombra extenderse diez grados. no. mejor que la sombra retroceda diez grados.� [11] el profeta isa�as invoc� a yahveh y yahveh hizo retroceder la sombra diez grados sobre los grados que hab�a recorrido en los grados de la habitaci�n de arriba de ajaz. [12] en aquel tiempo merodak balad�n, hijo de balad�n, rey de babilonia, envi� cartas y un presente a ezequ�as porque hab�a o�do que ezequ�as hab�a estado enfermo. [13] se alegr� Ezequ�as por ello y ense�� a los enviados su c�mara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto hab�a en los tesoros; no hubo nada que ezequ�as no les mostrara en su casa y en todo su dominio. [14] fue el profeta isa�as al rey ezequ�as y le dijo: ��qu� han dicho estos hombres y de d�nde han venido a ti?� respondi� Ezequ�as: �han venido de un pa�s lejano, de babilonia.� [15] dijo: ��qu� han visto en tu casa?� respondi� Ezequ�as: �han visto cuanto hay en mi casa; nada hay en los tesoros que no les haya ense�ado.� [16] dijo isa�as a ezequ�as: �escucha la palabra de yahveh: [17] vendr�n d�as en que todo cuanto hay en tu casa y cuanto reunieron tus padres hasta el d�a de hoy ser� llevado a babilonia; nada quedar�, dice yahveh.

[18] se tomar� de entre tus hijos, los que han salido de ti, los que has engendrado, para que sean eunucos en el palacio del rey de babilonia.� [19] respondi� Ezequ�as a isa�as: �es buena la palabra de yahveh que me dices.� pues pensaba: ��qu� me importa, si hay paz y seguridad en mis d�as?� [20] el resto de los hechos de ezequ�as, toda su bravura, c�mo hizo la alberca y la tra�da de aguas a la ciudad �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [21] ezequ�as se acost� con sus padres y rein� en su lugar su hijo manas�s. 2 reyes cap.21 [1] manas�s ten�a doce a�os cuando comenz� a reinar, y rein� 55 a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era jefs� Baj. [2] hizo el mal a los ojos de yahveh seg�n las abominaciones de las gentes que yahveh hab�a expulsado delante de los israelitas. [3] volvi� a edificar los altos que hab�a destruido su padre ezequ�as, alz� altares a baal e hizo un cipo como lo hab�a hecho ajab, rey de israel; se postr� ante todo el ej�rcito de los cielos y les sirvi�. [4] construy� altares en la casa de la que yahveh hab�a dicho: �en jerusal�n pondr� mi nombre.� [5] edific� altares a todo el ej�rcito de los cielos en los dos patios de la casa de yahveh. [6] hizo pasar a su hijo por el fuego; practic� los presagios y los augurios, hizo traer los adivinos y nigromantes, haciendo mucho mal a los ojos de yahveh y provocando su c�lera. [7] coloc� el �dolo de aser�, que hab�a fabricado, en la casa de la que dijo yahveh a david y salom�n su hijo: �en esta casa y en jerusal�n, que he elegido de entre todas las tribus de israel, pondr� mi nombre para siempre. [8] no har� errar m�s los pasos de israel fuera de la tierra que di a sus padres, con tal que procuren hacer seg�n todo lo que les he mandado y seg�n toda la ley que les orden� por mi siervo mois�s.� [9] pero no han escuchado, y manas�s los ha extraviado para que obren el mal m�s que las naciones que hab�a aniquilado yahveh delante de los israelitas. [10] entonces habl� Yahveh por boca de sus siervos, los profetas, diciendo: [11] �porque manas�s, rey de jud�, ha hecho estas abominaciones, haciendo el mal m�s que cuanto hicieron los amorreos antes de �l, haciendo que tambi�n jud� pecase con sus �dolos, [12] por eso, as� habla yahveh, dios de israel: voy a hacer venir sobre jerusal�n y jud� un mal tan grande que a quienes lo oyeren les zumbar�n los o�dos. [13] extender� sobre jerusal�n la cuerda de samar�a y el nivel de la casa de ajab, y fregar� a jerusal�n como se friega un plato, que se le vuelve del rev�s despu�s de fregado. [14] arrojar� el resto de mi heredad y los entregar� en manos de sus enemigos; ser�n presa y bot�n de todos sus enemigos, [15] porque hicieron lo que es malo a mis ojos y me han irritado desde el d�a en que sus padres salieron de egipto hasta este d�a.� [16] manas�s derram� tambi�n sangre inocente en tan gran cantidad que llen� a jerusal�n de punta a cabo, aparte del pecado que hizo cometer a jud� haciendo lo que es malo a los ojos de yahveh. [17] el resto de los hechos de manas�s, todo cuanto hizo, los pecados que cometi� �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [18] manas�s se acost� con sus padres y fue sepultado en el jard�n de su casa, en el jard�n de uzz�, y rein� en su lugar su hijo am�n. [19] am�n ten�a veintid�s a�os cuando comenz� a reinar y rein� dos a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era mesull�met, hija de jar�s de yotb�. [20] hizo el mal a los ojos de yahveh como hab�a hecho su padre manas�s. [21] camin� enteramente por el camino que sigui� su padre, sirvi� a los �dolos a los que sirvi� su padre y se postr� ante ellos.

[22] abandon� a yahveh, dios de sus padres, y no anduvo por el camino de yahveh. [23] los siervos de am�n se conjuraron contra �l y mataron al rey en su casa. [24] mat� el pueblo de la tierra a todos los conjurados contra el rey am�n, y el pueblo de la tierra proclam� rey en su lugar a su hijo jos�as. [25] el resto de los hechos de am�n, lo que hizo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [26] le sepultaron en su sepulcro, en el jard�n de uzz�, y rein� en su lugar su hijo jos�as. 2 reyes cap.22 [1] jos�as ten�a ocho a�os cuando comenz� a reinar y rein� 31 a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era yedid�, hija de ad�as, de boscat. [2] hizo lo recto a los ojos de yahveh y anduvo enteramente por el camino de david su padre, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. [3] en el a�o dieciocho del rey jos�as, envi� el rey al secretario saf�n, hijo de asal�as, hijo de mesullam, a la casa de yahveh diciendo: [4] �sube donde jilqu�as, sumo sacerdote, para que funda el dinero llevado a la casa de yahveh y que los guardianes del umbral han recogido del pueblo, [5] y que se ponga en manos de los que hac�an las obras, los encargados de la casa de yahveh y ellos lo den a los que trabajan en la casa para hacer las reparaciones de la casa de yahveh, [6] a los carpinteros y obreros de la construcci�n y alba�iles, y para comprar maderas y piedra de canter�a para la reparaci�n de la casa. [7] pero no se les pida cuentas del dinero que se pone en sus manos porque se portan con fidelidad.� [8] el sumo sacerdote jilqu�as dijo al secretario saf�n: �he hallado en la casa de yahveh el libro de la ley.� jilqu�as entreg� el libro a saf�n, que lo ley�. [9] fue el secretario saf�n al rey y le rindi� cuentas diciendo: �tus siervos han fundido el dinero en la casa y lo han puesto en manos de los que hacen las obras, los encargados de la casa de yahveh.� [10] despu�s el secretario saf�n anunci� al rey: �el sacerdote jilqu�as me ha entregado un libro.� y saf�n lo ley� en presencia del rey. [11] cuando el rey oy� las palabras del libro de la ley rasg� sus vestiduras. [12] y orden� el rey al sacerdote jilqu�as, a ajicam, hijo de saf�n, a akbor, hijo de miqueas, al secretario saf�n y a asa�as, ministro del rey: [13] �id a consultar a yahveh por m� y por el pueblo y por todo jud� acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado, porque es grande la c�lera de yahveh que se ha encendido contra nosotros porque nuestros padres no escucharon las palabras de este libro haciendo lo que est� escrito en �l.� [14] el sacerdote jilqu�as, ajicam, akbor, saf�n y asa�as fueron donde la profetisa juld�, mujer de sallum, hijo de tiqv�, hijo de jarj�s, encargado del vestuario; viv�a ella en jerusal�n, en la ciudad nueva. ellos le hablaron [15] y ella les respondi�: �as� habla yahveh, dios de israel: decid al hombre que os ha enviado a m�: [16] "as� habla yahveh: voy a traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, seg�n todas las palabras del libro que ha le�do el rey de jud�, [17] porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses irritandome con todas las obras de sus manos. mi c�lera se ha encendido contra este lugar y no se apagar�." [18] y al rey de jud�, que os ha enviado para consultar a yahveh, le dir�is: "as� dice yahveh, dios de israel: las palabras que has o�do... [19] pero ya que tu coraz�n se ha conmovido y te has humillado en presencia de yahveh, al o�r lo que he dicho contra este lugar y contra sus habitantes, que ser�n objeto de espanto y execraci�n, ya que has rasgado tus vestidos y has llorado ante m�, yo a mi vez he o�do, or�culo de yahveh. [20] por eso voy a reunirte con tus padres y ser�s recibido en paz en tu sepulcro, y no ver�n tus ojos ninguno de los males que yo voy a traer contra este

lugar."� ellos llevaron la respuesta al rey. 2 reyes cap.23 [1] el rey hizo convocar a su lado a todos los ancianos de jud� y de jerusal�n, [2] y subi� el rey a la casa de yahveh con todos los hombres de jud� y todos los habitantes de jerusal�n; los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo desde el menor al mayor; y ley� a sus o�dos todas las palabras del libro de la alianza hallado en la casa de yahveh. [3] el rey estaba de pie junto a la columna; hizo en presencia de yahveh la alianza para andar tras de yahveh y guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos con todo el coraz�n y toda el alma, y para poner en vigor las palabras de esta alianza escritas en este libro. todo el pueblo confirm� la alianza. [4] el rey orden� a jilqu�as, al segundo de los sacerdotes y a los encargados del umbral que sacaran del santuario de yahveh todos los objetos que se hab�an hecho para baal, para aser� y para todo el ej�rcito de los cielos; los quem� fuera de jerusal�n en los yermos del cedr�n y llev� sus cenizas a betel. [5] suprimi� los sacerdotes paganos que pusieron los reyes de jud� y que quemaban incienso en los altos, en las ciudades de jud� y en los contornos de jerusal�n, a los que ofrec�an incienso a baal, al sol, a la luna, a los astros celestes y a todo el ej�rcito de los cielos. [6] sac� la aser� de la casa de yahveh fuera de jerusal�n, al torrente cedr�n, la quem� all� en el torrente cedr�n, la redujo a cenizas y arroj� las cenizas a las tumbas de los hijos del pueblo. [7] derrib� las casas de los consagrados a la prostituci�n que estaban en la casa de yahveh y donde las mujeres tej�an velos para aser�. [8] hizo venir a todos los sacerdotes de las ciudades de jud� y profan� los altos donde quemaban incienso, desde gueba hasta berseba. derrib� los altos de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de josu�, gobernador de la ciudad, a la izquierda seg�n se pasa la puerta de la ciudad. [9] con todo, los sacerdotes de los altos no pod�an acercarse al altar de yahveh en jerusal�n, aunque com�an los panes �zimos en medio de sus hermanos. [10] profan� el tofet del valle de ben hinnom, para que nadie hiciera pasar por el fuego a su hijo o a su hija en honor de m�lek. [11] suprimi� los caballos que los reyes de jud� hab�an dedicado al sol, a la entrada de la casa de yahveh, cerca de la habitaci�n del eunuco net�n m�lek, en las dependencias, y quem� el carro del sol. [12] los altares que estaban sobre el terrado de la habitaci�n superior de ajaz, que hicieron los reyes de jud�, y los altares que hizo manas�s en los dos patios de la casa de yahveh, el rey los derrib�, los rompi� all� y arroj� sus cenizas al torrente cedr�n. [13] el rey profan� los altos que estaban frente a jerusal�n, al sur del monte de los olivos, que salom�n, rey de israel, hab�a construido a astart�, monstruo abominable de los sidonios, a kem�s, monstruo abominable de moab, y a milkom, abominaci�n de los amonitas. [14] rompi� las estelas, cort� los cipos y llen� sus emplazamientos de los huesos humanos. [15] tambi�n el altar que hab�a en betel y el alto que hizo jeroboam, hijo de nebat, el que hizo pecar a israel, derrib� este altar y este alto, rompi� las piedras, las redujo a polvo, y quem� el cipo. [16] volvi� la cabeza jos�as y vio los sepulcros que hab�an all� en la monta�a; mand� tomar los huesos de las tumbas y los quem� sobre el altar, profan�ndolo, y cumpli�ndose as� la palabra de yahveh que hab�a dicho al hombre de dios cuando jeroboam estaba en pie junto al altar durante la fiesta. jos�as se volvi� y vio la tumba del hombre de dios que hab�a dicho estas cosas; [17] y dijo: ��qu� monumento es �se que veo?� los hombres de la ciudad le respondieron: �es la tumba del hombre de dios que vino de jud� y anunci� estas

cosas que has hecho contra el altar de betel.� [18] dijo �l: �dejadle en paz. que nadie toque sus huesos.� y salvaron sus huesos, junto con los huesos del profeta que vino de samar�a. [19] tambi�n hizo desaparecer jos�as todos los templos de los altos de las ciudades de samar�a que hicieron los reyes de israel, irritando a yahveh, e hizo con ellos enteramente como hab�a hecho en betel. [20] inmol� sobre los altares a todos los sacerdotes de los altos que se encontraban all� y quem� sobre ellos huesos humanos. y se volvi� a jerusal�n. [21] el rey dio esta orden a todo el pueblo: �celebrad la pascua en honor de yahveh, vuestro dios, seg�n est� escrito en este libro de la alianza.� [22] no se hab�a celebrado una pascua como est� desde los d�as de los jueces que hab�an juzgado a israel, ni en los d�as de los reyes de israel y de los reyes de jud�. [23] tan s�lo en el a�o dieciocho del rey jos�as se celebr� una pascua as� en honor de yahveh en jerusal�n. [24] tambi�n los nigromantes y los adivinos, los terafim y los �dolos y todos los monstruos abominables que se ve�an en la tierra de jud� y en jerusal�n, fueron eliminados por jos�as, para poner en vigor las palabras de la ley escritas en el libro que encontr� el sacerdote jilqu�as en la casa de yahveh. [25] no hubo antes de �l ning�n rey que se volviera como �l a yahveh, con todo su coraz�n, con toda su alma y con toda su fuerza, seg�n toda la ley de mois�s, ni despu�s de �l se ha levantado nadie como �l. [26] sin embargo, yahveh no se volvi� del ardor de su gran c�lera que se hab�a encendido contra jud� por todas las irritaciones con que le hab�a irritado manas�s. [27] yahveh hab�a dicho: �tambi�n a jud� apartar� de mi presencia, como he apartado a israel, y rechazar� a esta ciudad que hab�a elegido, a jerusal�n y a la casa de que hab�a dicho: mi nombre estar� en ella.� [28] el resto de los hechos de jos�as, todo cuanto hizo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [29] en sus d�as subi� el fara�n Nek�, rey de egipto, hacia el rey de asiria, junto al r�o eufrates. fue el rey jos�as a su encuentro, pero nek� le mat� en meguidd� en cuanto le vio. [30] sus servidores trasladaron en carro el cad�ver desde meguidd�, llegaron a jerusal�n y lo sepultaron en su sepulcro. el pueblo de la tierra tom� a joacaz, hijo de jos�as, y le ungieron y proclamaron rey, en lugar de su padre. [31] joacaz ten�a veintitr�s a�os cuando comenz� a reinar y rein� tres meses en jerusal�n; el nombre de su madre era jamital, hija de jerem�as, de libn�. [32] hizo el mal a los ojos de yahveh, enteramente como le hab�an hecho sus padres. [33] el fara�n Nek� lo encaden� en ribl�, en el pa�s de jamat, para que no reinara m�s en jerusal�n y puso un impuesto al pa�s de cien talentos de plata y diez talentos de oro. [34] el fara�n Nek� puso por rey a elyaquim, hijo de jos�as, en lugar de su padre jos�as, y le cambi� el nombre en yoyaquim. cuando a joacaz, le tom� y le llev� a egipto, donde muri�. [35] yoyaquim entreg� la plata y el oro a fara�n, pero para dar el dinero seg�n la orden de fara�n, impuso una derrama al pa�s, a cada uno seg�n sus bienes; apremi� al pueblo de la tierra acerca del dinero que hab�a de dar al fara�n Nek�. Nek�. [36] veinticinco a�os ten�a yoyaquim cuando comenz� a reinar y rein� once a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era zebida, hija de peda�as de rum�. [37] hizo el mal a los ojos de yahveh, enteramente como hicieron sus padres. 2 reyes cap.24 [1] en sus d�as, nabucodonosor, rey de babilonia, hizo una expedici�n y yoyaquim le qued� sometido durante tres a�os. luego volvi� a rebelarse contra �l.

[2] yahveh envi� contra �l bandas de caldeos, bandas de arameos, bandas de moabitas y bandas de ammonitas; los envi� contra jud� para destruirlo seg�n la palabra que yahveh hab�a dicho por boca de sus siervos los profetas. [3] tan s�lo por orden de yahveh ocurri� esto en jud�, para apartarlo de su presencia por los pecados de manas�s, por todo lo que hab�a hecho, [4] y tambi�n por la sangre inocente que hab�a derramado llenando a jerusal�n de sangre inocente. yahveh no quiso perdonar. [5] el resto de los hechos de yoyaquim, todo cuanto hizo �no est� escrito en el libro de los anales de los reyes de jud�? [6] se acost� Yoyaquim con sus padres y rein� en su lugar su hijo joaqu�n. [7] no volvi� a salir de su tierra el rey de egipto, porque el rey de babilonia hab�a conquistado, desde el torrente de egipto hasta el r�o eufrates, todo cuanto era del rey de egipto. [8] dieciocho a�os ten�a joaqu�n cuando comenz� a reinar y rein� tres meses en jerusal�n; el nombre de su madre era nejust�, hija de elnat�n, de jerusal�n. [9] hizo el mal a los ojos de yahveh enteramente como hab�a hecho su padre. [10] en aquel tiempo las gentes de nabucodonosor, rey de babilonia, subieron contra jerusal�n y la ciudad fue asesiada. [11] vino nabucodonosor, rey de babilonia, a la ciudad, mientras sus siervos la estaban asediando. [12] joaqu�n, rey de jud�, se rindi� al rey de babilonia, �l, su madre, sus servidores, sus jefes y eunucos; los apres� el rey de babilonia en el a�o octavo de su reinado. [13] se llev� de all� todos los tesoros de la casa de yahveh y los tesoros de la casa del rey, rompi� todos los objetos de oro que hab�a hecho salom�n, rey de israel, para el santuario de yahveh, seg�n la palabra de yahveh. [14] deport� a todo jerusal�n, todos los jefes y notables, 10.000 deportados; a todos los herreros y cerrajeros; no dej� m�s que a la gente pobre del pa�s. [15] deport� a babilonia a joaqu�n, a la madre del rey y a las mujeres del rey, a sus eunucos y a los notables del pa�s; los hizo partir al destierro, de jerusal�n a babilonia. [16] todos los hombres de valor, en n�nero de 7.000, los herreros y cerrajeros, un millar, todos los hombres aptos para la guerra, el rey de babilonia los llev� deportados a babilonia. [17] el rey de babilonia puso por rey, en lugar de joaqu�n, a su t�o mattan�as, cambiando su nombre en sedec�as. [18] veinti�n a�os ten�a sedec�as cuando comenz� a reinar y rein� once a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era jamital, hija de jerem�as, de libn�. [19] hizo el mal a los ojos de yahveh, enteramente como hab�a hecho joaqu�n. [20] esto sucedi� a causa de la c�lera de yahveh contra jerusal�n y jud�, hasta que los arroj� de su presencia. sedec�as se rebel� contra el rey de babilonia. 2 reyes cap.25 [1] en el a�o noveno de su reinado, en el mes d�cimo, el diez del mes, vino nabucodonosor, rey de babilonia, con todo su ej�rcito contra jerusal�n; acamp� contra ella y la cercaron con una empalizada. [2] la ciudad estuvo sitiada hasta el a�o once de sedec�as. [3] el mes cuarto, el nueve del mes, cuando arreci� el hambre en la ciudad y no hab�a pan para la gente del pueblo, [4] se abri� una brecha en la ciudad y el rey parti� con todos los hombres de guerra, durante la noche, por el camino de la puerta, entre los dos muros que est�n sobre el parque del rey, mientras los caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fue por el camino de la arab�. [5] las tropas caldeas persiguieron al rey y le dieron alcance en los llanos de jeric�; entonces todo el ej�rcito se dispers� de su lado. [6] capturaron al rey y lo subieron a ribl� donde el rey de babilonia, que lo someti� a juicio.

[7] los hijos de sedec�as fueron degollados a su vista, y a sedec�as le sac� los ojos, le encaden� y le llev� a babilonia. [8] en el mes quinto, el siete del mes, en el a�o diecinueve de nabucodonosor, rey de babilonia, nebuzarad�n, jefe de la guardia, siervo del rey de babilonia, vino a jerusal�n. [9] incendi� la casa de yahveh y la casa del rey y todas las casas de jerusal�n. [10] todas las tropas caldeas que hab�a con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban a jerusal�n. [11] cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se hab�an pasado al rey de babilonia y el resto de la gente, nebuzarad�n, jefe de la guardia, los deport�. [12] el jefe de la guardia dej� algunos para vi�adores y labradores de entre la gente pobre. [13] los caldeos rompieron las columnas de bronce que hab�a en la casa de yahveh, las basas, el mar de bronce de la casa de yahveh, y se llevaron el bronce a babilonia. [14] tomaron tambi�n los ceniceros, las paletas, los cuchillos, las cucharas y todos los utensilios de bronce de que se serv�an. [15] el jefe de la guardia tom� los incensarios y los aspersorios, cuanto hab�a de oro y plata. [16] cuanto a las dos columnas, el mar y las basas que salom�n hab�a hecho para la casa de yahveh, no se pudo calcular el peso del bronce de todos aquellos objetos. [17] la altura de una columna era dieciocho codos, y encima ten�a un capitel de bronce; la altura del capitel era cinco codos; hab�a un trenzado y granadas en torno al capitel, todo de bronce. lo mismo para la segunda columna. [18] el jefe de la guardia tom� preso a sera�as, primer sacerdote, y a sefan�as, segundo sacerdote, y a los tres encargados del umbral. [19] tom� a un eunuco de la ciudad, que era inspector de los hombres de guerra, a cinco hombres de los cortesanos del rey, que se encontraban en la ciudad, al secretario del jefe del ej�rcito, encargado del alistamiento del pueblo de la tierra, y a sesenta hombres de la tierra que se hallaban en la ciudad. [20] nebuzarad�n, jefe de la guardia, los tom� y los llev� a ribl�, donde el rey de babilonia; [21] y el rey de babilonia los hiri� haci�ndoles morir en ribl�, en el pa�s de jamat. as� fue deportado jud�, lejos de su tierra. [22] al pueblo que qued� en la tierra de jud� y que hab�a dejado nabucodonosor, rey de babilonia, le puso por gobernador a godol�as, hijo de ajicam, hijo de saf�n. [23] todos los jefes de tropas y sus hombres oyeron que el rey de babilonia hab�a puesto por gobernador a godol�as y fueron donde godol�as a misp�: ismael, hijo de netan�as, yojan�n, hijo de car�aj, sera�as, hijo de tanjumet el netofita, yaazan�as de maak�, ellos y sus hombres. [24] godol�as les hizo un juramento, a ellos y a sus hombres, y les dijo: �no tem�is nada de los siervos de los caldeos, quedaos en el pa�s y servid al rey de babilonia, y os ir� bien.� [25] pero en el mes s�ptimo, ismael, hijo de netan�as, hijo de elisam�, que era de linaje real, vino con diez hombres e hirieron de muerte a godol�as, as� como a los jud�os y caldeos que estaban con �l, en misp�. [26] entonces todo el pueblo, desde el m�s peque�o al m�s grande, y los jefes de tropas se levantaron y se fueron a egipto, porque tuvieron miedo de los caldeos. [27] en el a�o 37 de la deportaci�n de joaqu�n, rey de jud�, en el mes doce, el veintisiete del mes, evil merodak, rey de babilonia, hizo gracia, en el a�o en que comenz� a reinar, a joaqu�n, rey de jud�, y lo sac� de la c�rcel. [28] le habl� con benvevolencia y le dio un asiento superior al asiento de los reyes que estaban con �l en babilonia. [29] joaqu�n se quit� sus vestidos de prisi�n y comi� siempre a la mesa en su presencia, todos los d�as de su vida.

[30] le fue dado constantemente su sustento de parte del rey, d�a tras d�a, todos los d�as de su vida. 1 cronicas cap.1 [1] ad�n, set, en�s; [2] quen�n, mahalalel, yered; [3] henoc, matusal�n, l�mek; [4] no�, sem, cam y jafet. [5] hijos de jafet: g�mer, magog, los medos, yav�n, t�bal, m�sek y tir�s. [6] hijos de g�mer: askenaz, rifat y togarm� [7] hijos de yav�n: elis�, tarsis, kittim y rodanim. [8] hijos de cam: kus y misrayim, put y cana�n. [9] hijos de kus: seb�, javil�, sabt�, ram� y sabtek�. hijos de ram�: seb� y ded�n. [10] kus engendr� a nimrod, que fue el primer hombre poderoso de la tierra. [11] misrayim engendr� a los luditas, anamitas, lahabitas, naftujitas, [12] patrusitas, kaslujitas y kaftoritas, de donde proceden los filisteos. [13] cana�n engendr� a sid�n, su primog�nito, a jet, [14] y al jebuseo, al amorreo, al guirgasita, [15] al jivita, al arquita, al sinita, [16] al arvadita, al semarita y al jamatita. [17] hijos de sem: elam, assur, arpaksad, lud y aram. hijos de aram: us, jul, gu�ter y m�sek. [18] arpaksad engendr� a s�laj y s�laj engendr� a h�ber. [19] a h�ber le nacieron dos hijos: el nombre del primero era p�lej, porque en sus d�as fue dividida la tierra, y el nombre de su hermano era yoqt�n. [20] yoqt�n engendr� a almodad, s�lef, jasarm�vet, y�raj, [21] hadoram, uzal, diql�, [22] ebal, abimael, seb�, [23] ofir, javil�, yobab: todos ellos hijos de yoqt�n. [24] arpaksad, s�laj, [25] h�ber, p�lej, re�, [26] serug, najor, t�raj, [27] abram, o sea abraham. [28] hijos de abraham: isaac e ismael. [29] sus descendientes son �stos: el primog�nito de ismael: nebayot; despu�s, quedar, adbeel, mibsam, [30] mism�, dum�, mass�, jadad, tem�, [31] yetur, naf�s y quedm�. estos son los hijos de ismael. [32] hijos de quetur�, concubina de abraham. dio a luz a zimr�n, joqs�n, med�n, madi�n, yisbaq y s�aj. hijos de yoqs�n: seb� y ded�n. [33] hijos de madi�n: ef�, efer, henoc, abid� y elda�. todos ellos son hijos de quetur�. [34] abraham engendr� a isaac. hijos de isaac: esa� e Israel. [35] hijos de esa�: Elifaz, reuel, ye�s, Yalam y cor�. [36] hijos de elifaz: tem�n, omar, sef�, gatam, quenaz, timn� y amalec. [37] hijos de reuel: n�jat, z�raj, samm� y mizz�. [38] hijos de se�r: lot�n, sobal, sib�n, an�, dis�n, eser y dis�n. [39] hijos de lot�n: jor� y hom�n. hermana de lot�n fue timn�. [40] hijos de sobal: aly�n, man�jat. ebal, sef� y onam. hijos de sib�n: ayy� y an�. [41] hijos de an�: dis�n. hijos de dis�n: jamr�n, esb�n, yitr�n y ker�n. [42] hijos de eser: bilh�n, zaav�n y yaac�n. hijos de dis�n: us y ar�n. [43] estos son los reyes que reinaron en el pa�s de edom antes de que hubiera rey entre los israelitas: bela, hijo de beor; el nombre de su ciudad era dinhab�. [44] muri� Bela, y rein� en su lugar yobab, hijo de z�raj, de bosr�. [45] muri� Yobab y rein� en su lugar jusam, del pa�s de los temanitas.

[46] y muri� Jusam, y en su lugar rein� Hodad, hijo de bedad, que derrot� a los madianitas en los campos de moab; el nombre de su ciudad fue avit. [47] muri� Hodad, y rein� en su lugar saml�, de masrec�. [48] muri� Saml�, y rein� en su lugar sa�l, de rejobot hannahar. [49] muri� Sa�l y rein� en su lugar baal jan�n, hijo de akbor. [50] muri� Baal jan�n y rein� en su lugar hodad. el nombre de su ciudad era pa�, y el de su mujer mehetabel, hija de matred, hija de mezahab. [51] muri� Hodad, y hubo jeques en edom: el jeque timn�, el jeque aly�, el jeque yetet, [52] el jeque oholibam�, el jeque el�, el jeque pin�n, [53] el jeque quenaz, el jeque tem�n, el jeque mibsar, [54] el jeque magdiel, el jeque iram. estos fueron los jeques de edom. 1 cronicas cap.2 [1] estos son los hijos de israel: rub�n, sime�n, lev� y jud�, isacar y zabul�n, [2] dan, jos� y benjam�n, neftal�, gad y aser. [3] hijos de jud�: er, on�n y sel�; los tres le nacieron de bat s�a la cananea. er, primog�nito de jud�, era malo a los ojos de yahveh, que le quit� la vida. [4] tamar, nuera de jud�, le dio a luz a peres y z�raj. todos los hijos de jud� fueron cinco. [5] hijos de peres: jesr�n y jamul. [6] hijos de z�raj: zimr�, et�n, hem�n, kalkol y dard�, en total cinco. [7] hijos de karm�: akar, que perturb� a israel por haber violado el anatema. [8] hijos de et�n: azar�as. [9] hijos de que le nacieron a jesr�n: yerajmeel, ram y kelubay. [10] ram engendr� a aminadab, aminadab engendr� a najs�n, pr�ncipe de los hijos de jud�. [11] najs�n engendr� a salm�, y salm� engendr� a booz. [12] booz engendr� a obed y obed engendr� a jes�. [13] jes� engendr� a su primog�nito eliab; abinadab, el segundo; sim�, el tercero; [14] netanel, el cuarto; radday, el quinto; [15] osem, el sexto; david, el s�ptimo. [16] hermanas suyas fueron sarvia y abiga�l. hijos de sarvia: abisay, joab y asahel, tres. [17] abiga�l dio a luz a amas�, el padre de amas� fue y�ter el ismaelita. [18] caleb, hijo de jesr�n, engendr� a yeriot, de su mujer azub�. estos son sus hijos: y�ser, sobab y ard�n. [19] muri� Azub� y caleb tom� por mujer a efrat�, de la que tuvo a jur. [20] jur engendr� a ur�, y ur� engendr� a besalel. [21] despu�s se uni� Jesr�n a la hija de makir, padre de galaad. ten�a �l sesenta a�os cuando la tom� por mujer; y le dijo a luz a segub. [22] segub engendr� a ya�r, que posey� veintitr�s ciudades en el pa�s de galaad. [23] los guesuritas y los arameos les tomaron las aldeas de ya�r, quenat y sus aduares: sesenta ciudades. todo esto pertenece a los hijos de makir, padre de galaad. [24] despu�s de morir jesr�n, caleb se uni� a efrat�, mujer de su padre jesr�n, la cual le dio a luz a asjur, padre de t�coa. [25] los hijos de yerajmeel, primog�nito de jesr�n, fueron: ram, el primog�nito, y bun�, or�n, osem y aj�as. [26] yerajmeel tuvo otra mujer cuyo nombre era atar�, que fue madre de onam. [27] los hijos de ram, primog�nito de yerajmeel, fueron: ma�s, yam�n y equer. [28] y los hijos de onam fueron sammay y yad�; los hijos de sammay, nadab y abisur. [29] la mujer de abisur se llamaba abihayil, que le dio a luz a ajb�n y molid. [30] los hijos de nadab fueron s�led y efra�m; s�led muri� sin hijos. [31] hijo de efra�m fue yis�; hijo de yis�, ses�n; hijo de ses�n, ajlay.

[32] hijos de yad�, hermano de sammay, fueron y�ter y jonat�n; y�ter muri� sin hijos. [33] hijos de jonat�n: p�let y zaz�. estos fueron los descendientes de yerajmeel. [34] ses�n no tuvo hijos, sino hijas; ten�a ses�n un siervo egipcio que se llamaba yarj�. [35] y dio ses�n una hija suya a su siervo yarj� por esposa, la cual le engendr� a attay, [36] attay engendr� a nat�n, nat�n engendr� a zabad, [37] zabad engendr� a eflal, eflal engendr� a obed, [38] obed engendr� a jeh�, Jeh� engendr� a azar�as, [39] azar�as engendr� a jeles, jeles engendr� a elas�, [40] elas� engendr� a sismay, sismay engendr� a sallum, [41] sallum engendr� a yecam�as, yecam�as engendr� a elisam�. [42] hijos de caleb, hermano de yerajmeel: mes�, su primog�nito, que fue padre de zif; tuvo por hijo a mares�, padre de hebr�n. [43] hijos de hebr�n: cor�, tapp�aj, r�quem y sema. [44] sema engendr� a r�jam, padre de yorqueam; r�quem engendr� a sammay. [45] hijo de sammay fue ma�n, y ma�n fue padre de bet sur. [46] ef�, concubina de caleb, dio a luz a jar�n, mos� y gazez; jar�n engendr� a gazez. [47] hijos de yahday: reguem, jotam, gues�n, p�let, ef� y s�af. [48] maak�, concubina de caleb, dio a luz a s�ber y tirjan�. [49] engendr� tambi�n a s�af, padre de madmann�, y a sev�, padre de makden� y padre de guibe�. hija de caleb fue aks�. [50] estos fueron los hijos de caleb. hijos de jur, primog�nito de efrat�: sobal, padre de quiryat yearim; [51] salm�, padre de bel�n; j�ref, padre de bet g�der. [52] sobal, padre de quiryat yearim, tuvo por hijos a haro�, es decir, la mitad de los manajatitas [53] y las familias de quiryat yearim; los yitr�es, los put�es, los sumat�es y los misra�es. de ellos salieron los sorat�es y los de estaol. [54] hijos de salm�: bel�n y los netofat�es, atrot bet joab, la otra mitad de los manajatitas, los sor�es [55] y las familias de los sofr�es que habitaban en yab�s, los tirat�es, los simat�es, los sukat�es. estos son kineos, descendientes de jamat, padre de la casa de rebak. 1 cronicas cap.3 [1] estos son los hijos que le nacieron a david en hebr�n: el primog�nito amn�n, hijo de ajinoam, de yizreel; el segundo, daniel, hijo de abiga�l de carmelo; [2] el tercero, absal�n, hijo de maak�, hija de talmay, rey de guesur; el cuarto, adon�as, hijo de jagguit; [3] el quinto, sefat�as, de abital; el sexto, yitream, de su mujer egl�. [4] estos seis le nacieron en hebr�n, donde rein� siete a�os y seis meses. rein� en jerusal�n 33 a�os. [5] estos son los que le nacieron en jerusal�n: sim�, sobab, nat�n, salom�n, los cuatro de bat s�a, hija de ammiel. [6] adem�s, yibjar, elisam�, elif�let, [7] nogah, n�feg, yaf�a, [8] elisam�, elyad�, elif�let: nueve. [9] estos son todos los hijos de david, sin contar los hijos de las concubinas. hermana de ellos fue tamar. [10] hijo de salom�n: roboam; hijo suyo, ab�as; hijo suyo, as�; hijo suyo, josafat; [11] hijo suyo, joram; hijo suyo, ocoz�as; hijo suyo, jo�s; [12] hijo suyo, amas�as; hijo suyo, azar�as; hijo suyo, jotam; [13] hijo suyo, acaz; hijo suyo, ezequ�as; hijo suyo, manas�s;

[14] hijo suyo, am�n; hijo suyo, jos�as. [15] hijos de jos�as: yojan�n, el primog�nito; yoyaquim, el segundo; sedec�as, el tercero; sallum, el cuarto. [16] hijos de yoyaquim: su hijo joaquim y su hijo sedec�as. [17] hijos de joaqu�n, el cautivo: sealtiel su hijo; [18] malkiram, peda�as, senassar, yecam�as, hosam�, nedab�as. [19] hijos de peda�as: zorobabel y sim�. hijos de zorobabel: mesullam, janan�as y selomit, hermana de ellos. [20] hijos de mesullam: jasub�, ohel, berek�as, jasad�as y yusab j�sed: cinco. [21] hijos de janan�as: pelat�as; isa�as, hijo suyo; refa�as, hijo suyo; arn�n, hijo suyo; abd�as, hijo suyo; sekan�as, hijo suyo. [22] hijos de sekan�as: sema�as, jatt�s, Yigal, bar�aj, near�as y safat: seis. [23] hijos de near�as: elyoenay, ezequ�as, azricam: tres. hijos de elyoenay: hoda�as, elyasib, pela�as, aqcub, yojan�n, dela�as y anan�: siete. 1 cronicas cap.4 [1] hijos de jud�: peres, jesr�n, karm�, jur y sobal. [2] rea�as, hijo de sobal, engendr� a y�jat. y�jat engendr� a ajumay y lahad. estas son familias de los soreatitas. [3] estos son los hijos de jur, padre de etam: yizreel, yism� y yibd�s. su hermana se llamaba haslelpon�. [4] penuel fue el padre de guedor, y ezer padre de jus�. estos son los hijos de jur, primog�nito de efrat�, padre de bel�n. [5] asjur, padre de t�coa, tuvo dos mujeres: jel� y naar�. [6] naar� dio a luz a ajuzzam, j�fer, los timnitas y los ajastaritas. estos son los hijos de naar�. [7] hijos de jel�: s�ret, s�jar, etn�n. [8] cos engendr� a anub y hossobeb� y las familias de ajarjel, hijo de harum. [9] pero yab�s fue m�s ilustre que sus hermanos, y su madre le dio el nombre de yab�s, diciendo: �di a luz con dolor.� [10] yab�s invoc� al dios de israel, exclamando: �si de verdad me bendices, ensanchar�s mis t�rminos, tu mano estar� conmigo y alejar�s el mal para que no padezca aflicci�n.� y otorg�le dios su petici�n. [11] kelub, hermano de suj�, engendr� a mejir, que fue padre de est�n. [12] est�n engendr� a bet raf�, pas�aj y tejinn�, padre de ir naj�s. estos son los hombres de rekal. [13] hijos de quenaz: otniel y sera�as. hijos de otniel: jatat y meonotay. [14] meonotay engendr� a ofr�, y sera�as engendr� a joab, padre de gue jarasim, pues eran artesanos. [15] hijos de caleb, hijo de yefunn�: ir, el� y n�am; hijo de el�: quenaz. [16] hijos de yehallelel: zif, zif�, tiry� y asarel. [17] hijos de ezr�: y�ter, m�red, efer y yal�n. ella concibi� a mar�a, samay y yisbaj, padre de estemoa. [18] su mujer, la de jud�, dio a luz a y�red, padre de guedor, a h�ber, padre de sok�, y a yecutiel, padre de zan�aj. estos son los hijos de bit�a, hija del fara�n, que m�red hab�a tomado por esposa. [19] hijos de la mujer de od�as, hermana de n�jam, padre de queil� el garmita y estemoa el maakatita. [20] hijos de sim�n: amm�n y rinn�, ben jan�n y til�n. hijos de yis�: z�jet y ben z�jet. [21] hijos de sela, hijo de jud�: er, padre de lek�, y lad�, padre de mares�, y las familias de los que trabajan el lino en bet asbea. [22] yoquim, los hombres de kozeb�; y jo�s y saraf, que se casaron en moab, antes de volver a bel�n. estas son cosas muy antiguas. [23] ellos eran alfareros y habitaban en neta�m y gueder�; moraban all� con el rey, trabajando a su servicio. [24] hijos de sime�n: nemuel, yam�n, yarib, z�raj y sa�l,

[25] sallum, su hijo; mibsam, su hijo; mism�, su hijo. [26] hijos de mism�: jammuel, hijo suyo; zakkur, hijo suyo; sim�, hijo suyo. [27] sim� tuvo diecis�is hijos y seis hijas, pero sus hermanos no tuvieron muchos hijos, no se multiplicaron todas sus familias como los hijos de jud�. [28] habitaban en berseba, molad�, jasar-sual, [29] bilh�, esem y tolad, [30] betuel, jorm�, siquelag, [31] bet markabot, jasar susim, bet bir� y saar�yim. estas fueron sus ciudades hasta el reino de david. [32] tambi�n sus aldeas: etam, ayim, rimm�n, tok�n y as�n, cinco ciudades, [33] y todas sus aldeas que est�n en torno a aquellas ciudades, hasta baalat. aqu� habitaron y �ste fue su registro geneal�gico. [34] mesobab, yamlek, yos�, hijo de amas�as, [35] joel, jeh�, hijo de yosib�as, hijo de sera�as, hijo de asiel; [36] elyoenay, yaacob�, yesoja�as, asa�as, adiel, yesimiel y bena�as, [37] ziz�, hijo de sif�, hijo de all�n, hijo de yeda�as, hijo de simr�, hijo de sema�as. [38] estos que han sido citados por sus nombres, fueron jefes en sus familias y sus casas paternas y se multiplicaron grandemente. [39] se dirigieron a la entrada de guerar, hasta el oriente del valle, buscando pastos para sus ganados. [40] y hallaron pastos ping�es y buenos y una tierra espaciosa, tranquila y segura, pues antes hab�an morado all� los descendientes de cam. [41] estos que se han citado por sus nombres vinieron en tiempos de ezequ�as, rey de jud�, y destruyeron las tiendas de aqu�llos, y los refugios que all� se encontraban, entreg�ndolos al anatema hasta el d�a de hoy; y habitaron en lugar de ellos, ya que hab�a all� pastos para sus ganados. [42] algunos de los hijos de sime�n, en n�mero de quinientos hombres, se fueron a la monta�a de se�r; sus jefes eran pelat�as, near�as, refa�as, uzziel, hijos de yis�: [43] derrotaron a los restos de amalec, que hab�an escapado, y habitaron all� hasta el d�a de hoy. 1 cronicas cap.5 [1] hijos de rub�n, primog�nito de israel. rub�n hab�a nacido el primero, mas por haber manchado el t�lamo de su padre fue dada su primogenitura a los hijos de jos�, hijo de israel. con todo, jos� no fue inscrito en las genealog�as como el primog�nito, [2] pues jud� se hizo poderoso entre sus hermanos y de �l procede el pr�ncipe, pero la primogenitura pertenece a jos�. [3] hijos de rub�n, primog�nito de israel: henoc, pall�, Jesr�n y karm�. [4] hijos de joel: sema�as, hijo suyo; gog, hijo suyo; sim�, hijo suyo; [5] mik�, hijo suyo; rea�as, hijo suyo; b�al, hijo suyo; [6] beer�, hijo suyo, al cual teglatfalasar, rey de asiria, llev� cautivo. era jefe de los rubenitas. [7] hermanos suyos, por familias, agrupados seg�n sus genealog�as: el primero, yeiel, zacar�as, [8] bel�, hijo de azaz, hijo de sema, hijo de joel. este habitaba en aroer y hasta nebo y b�al me�n. [9] habitaban, asimismo, al oriente hasta el borde del desierto que se extiende desde el r�o eufrates, pues sus ganados se hab�an multiplicado en la tierra de galaad. [10] en los d�as de sa�l hicieron guerra contra los agareos, que cayeron en sus manos; y habitaron en sus tiendas por toda la parte oriental de galaad. [11] los hijos de gad habitaban junto a ellos en la tierra de bas�n hasta salk�. [12] joel fue el primero, saf�n el segundo; luego yanay y safat, en bas�n. [13] sus hermanos, por casas paternas, fueron: miguel, mesullam, seba, yoray,

yak�n, z�a y h�ber: siete. [14] he aqu� los hijos de abij�yil, hijo de jur�, hijo de yar�aj, hijo de guilad, hijo de miguel, hijo de yesisay, hijo de yajd�, hijo de buz. [15] aj�, hijo de abdiel, hijo de gun�, era cabeza de sus casas paternas. [16] habitaban en galaad, en bas�n y sus aldeas, y en todos los ejidos de sar�n hasta sus confines. [17] todos ellos fueron registrados en los d�as de jotam, rey de jud�, y en los d�as de jeroboam, rey de israel. [18] los hijos de rub�n, los de gad y la media tribu de manas�s eran hombres valientes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. sal�an a campa�a en n�mero de 44.760. [19] hicieron guerra contra los agareos, contra yetur, nafis y nodab, [20] y dios les ayud� contra ellos, de suerte que los agareos y todos los que con ellos estaban fueron entregados en sus manos; pues en la batalla clamaron a dios y les fue propicio, por cuanto confiaban en �l. [21] capturaron sus ganados: sus camellos, en n�mero de 50.000, 250.000 ovejas, 2.000 asnos y 100.000 personas, [22] pues, por ser guerra de dios, cayeron muertos muchos. habitaron el lugar de ellos hasta el destierro. [23] los hijos de la media tribu de manas�s habitaron en el pa�s desde bas�n hasta b�al herm�n, senir y la monta�a de herm�n. eran muy numerosos. [24] he aqu� los jefes de sus casas paternas: efer, yisi, eliel, azriel, jerem�as, hodav�as y yajdiel, hombres valerosos, gente famosa, jefes de sus casas paternas. [25] pero fueron infieles al dios de sus padres y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos del pa�s que dios hab�a destruido delante de ellos. [26] por lo cual el dios de israel suscit� el esp�ritu de pil, rey de asiria, que deport� a los rubenitas, los gaditas y la media tribu de manas�s, y los llev� a jalaj, jabor, jar� y el r�o goz�n, hasta el d�a de hoy. [27] hijos de lev�: guers�n, quehat y merar�. [28] hijos de quehat: amram, yishar, hebr�n y uzziel. [29] hijos de amram: aar�n, mois�s y mar�a. hijos de aar�n: nadab, abih�, Eleazar e itamar. [30] eleazar engendr� a pinj�s, pinj�s engendr� a abis�a. [31] abis�a engendr� a buqqu� y buqqu� engendr� a uzz�, [32] uzz� engendr� a zeraj�as, zeraj�as engendr� a merayot, [33] merayot engendr� a amar�as, amar�as engendr� a ajitub, [34] ajitub engendr� a sadoq, sadoq engendr� a ajimaas, [35] ajimaas engendr� a azar�as, azar�as engendr� a yojan�n, [36] yojan�n engendr� a azar�as, el cual ejerci� el sacerdocio en la casa que salom�n edific� en jerusal�n. [37] azar�as engendr� a amar�as, amar�as engendr� a ajitub, [38] ajitub engendr� a sadoq, sadoq engendr� a sallum, [39] sallum engendr� a jilqu�as, jilqu�as engendr� a azar�as, [40] azar�as engendr� a sera�as, sera�as engendr� a yehosadaq, [41] yehosadaq march� cuando yahveh deport� a jud� y jerusal�n por mano de nabucodonosor. 1 cronicas cap.6 [1] hijos de lev�: guers�n, quehat y merar�. [2] estos son los nombres de los hijos de guers�n: libn� y sim�. [3] hijos de quehat: amram, yishar, hebr�n y uzziel. [4] hijos de merar�: majl� y mus�. estas son las familias de los levitas seg�n sus casas paternas. [5] de guers�m: libn�, hijo suyo; y�jat, hijo suyo: zimm�, hijo suyo; [6] yoaj, hijo suyo; idd�, hijo suyo; z�raj, hijo suyo; yeatray, hijo suyo. [7] hijos de quehat: amminadab, hijo suyo; cor�, hijo suyo; assir, hijo suyo;

[8] elcan�, hijo suyo; ebyasaf, hijo suyo; assir, hijo suyo; [9] t�jat, hijo suyo; uriel, hijo suyo; uzz�as, hijo suyo; sa�l, hijo suyo. [10] hijos de elca1na: amasay y ajimot. [11] elcan�, hijo suyo; sufay, hijo suyo; n�jat, hijo suyo. [12] eliab, hijo suyo; yerojam, hijo suyo; elcan�, hijo suyo. [13] hijos de elcan�: samuel, el primog�nito y ab�as, el segundo. [14] hijos de merar�: majl�; libn�, hijo suyo; sim�, hijo suyo; uzz�, hijo suyo; [15] sim�, hijo suyo; jaggu�as, hijo suyo; asa�as, hijo suyo. [16] estos son los que puso david para dirigir el canto en la casa de yahveh, desde que el arca tuvo un lugar de reposo. [17] ejerc�an el ministerio de cantores ante la morada de la tienda del encuentro, hasta que salom�n edific� la casa de yahveh en jerusal�n. cumpl�an su servicio conforme a su reglamento. [18] estos son los que ejerc�an ese ministerio con sus hijos: de los hijos de quehat: hem�n el cantor, hijo de joel, hijo de samuel, [19] hijo de elcan�, hijo de yerojam, hijo de eliel, hijo de t�aj, [20] hijo de suf, hijo de elcan�, hijo de m�jat, hijo de amasay, [21] hijo de elcan�, hijo de joel, hijo de azar�as, hijo de sofon�as, [22] hijo de t�jat, hijo de assir, hijo de ebyasaf, hijo de cor�, [23] hijo de yishar, hijo de quehat, hijo de lev�, hijo de israel. [24] su hermano asaf, que asist�a a su derecha: asaf, hijo de berek�as, hijo de sim�, [25] hijo de miguel, hijo de baas�as, hijo de malk�as, [26] hijo de etn�, hijo de z�raj, hijo de ada�as, [27] hijo de et�n, hijo de zimm�, hijo de sim�, [28] hijo de y�jat, hijo de guersom, hijo de lev�. [29] los hijos de merar�, hermanos de ellos, asist�an a la izquierda: et�n, hijo de quis�, hijo de abd�, hijo de malluk, [30] hijo de jasab�as, hijo de amas�as, hijo de jilqu�as, [31] hijo de ams�, hijo de ban�, hijo de s�mer, [32] hijo de majl�, hijo de mus�, hijo de merar�, hijo de lev�. [33] sus hermanos, los levitas, estaban dedicados a los servicios de la morada de la casa de dios. [34] aar�n y sus hijos quemaban las ofrendas en el altar del holocausto y en el altar de los perfumes, seg�n todo el servicio de las cosas sacrat�simas, y hac�an la expiaci�n por todo israel, conforme a todo cuanto hab�a mandado mois�s, siervo de dios. [35] estos son los hijos de aar�n: eleazar, su hijo; pinj�s, su hijo: abis�a, su hijo; [36] buqqu�, su hijo; uzz�, su hijo; zeraj�as, su hijo; [37] merayot, su hijo; amar�as, su hijo; ajitub, su hijo; [38] sadoq, su hijo; ajimaas, su hijo. [39] he aqu� sus residencias seg�n el orden de sus fronteras: a los hijos de aar�n, de la familia de los quehatitas -pues la suerte cay� sobre ellos[40] se les dio hebr�n en la tierra de jud�, con sus ejidos circundantes; [41] pero el campo de la ciudad y sus aldeas se dieron a caleb, hijo de yefunn�. [42] se dio a los hijos de aar�n como ciudades de asilo: hebr�n, libn� con sus ejidos, yattir y estemoa con sus ejidos, [43] jilaz con sus ejidos, debir con sus ejidos, [44] as�n con sus ejidos y bet semes con sus ejidos. [45] de la tribu de benjam�n: gueba con sus ejidos, al�met con sus ejidos y anatot con sus ejidos. el total de todas sus ciudades: trece ciudades seg�n sus familias. [46] a los otros hijos de quehat les dieron por sorteo, conforme a sus familias, diez ciudades de la tribu de efra�m, de la tribu de dan y de la media tribu de manas�s. [47] a los hijos de guersom, seg�n sus familias, trece ciudades de la tribu de isacar, de la tribu de aser, de la tribu de neftal� y de la tribu de manas�s en el

bas�n. [48] a los hijos de merar�, seg�n sus familias, les tocaron en suerte doce ciudades de la tribu de rub�n, de la tribu de gad y de la tribu de zabul�n; [49] los israelitas dieron a los levitas estas ciudades con sus ejidos. [50] de la tribu de los hijos de jud�, de la tribu de los hijos de benjam�n, les tocaron en suerte las ciudades a las que pusieron sus nombres. [51] en la tribu de efra�m se tomaron ciudades para algunas familias de los hijos de quehat. [52] se les asign� como ciudades de asilo: siquem con sus ejidos, en la monta�a de efra�m, gu�zer con sus ejidos, [53] yoqmeam con sus ejidos y bet jor�n con sus ejidos, [54] ayyal�n con sus ejidos, gat rimm�n con sus ejidos. [55] y de la media tribu de manas�s: aner con sus ejidos, bilam con sus ejidos. esta para los restantes hijos de quehat. [56] para los hijos de guersom: de la familia de la media tribu de manas�s, gol�n, en bas�n, con sus ejidos, astarot con sus ejidos. [57] de la tribu de isacar, cad�s con sus ejidos, dobrat con sus ejidos, [58] ramot con sus ejidos, anem con sus ejidos. [59] de la tribu de aser, masal con sus ejidos, abd�n con sus ejidos, [60] jucoq con sus ejidos y rejob con sus ejidos. [61] de la tribu de neftal�: cad�s en galilea con sus ejidos, jamm�n con sus ejidos y quiryat�yim con sus ejidos. [62] para los dem�s hijos de merar�: de la tribu de zabul�n: rimm�n con sus ejidos y tabor con sus ejidos. [63] y en la otra parte del jord�n, frente a jeric�, al oriente del jord�n, de la tribu de rub�n: b�ser en el desierto, con sus ejidos, y yahsa con sus ejidos, [64] quedemot con sus ejidos y mefaat con sus ejidos. [65] de la tribu de gad: ramot en galaad con sus ejidos, majan�yim con sus ejidos, [66] jesb�n con sus ejidos y yazer con sus ejidos. 1 cronicas cap.7 [1] hijos de isacar: tol�, pu�, yasub, simr�n: cuatro. [2] hijos de tol�: uzz�, refa�as, yeriel, yajmay, yibsam y samuel, jefes de las casas paternas de tol�. su n�mero, en los d�as de david, era, seg�n sus genealog�as, de 22.600, valientes guerreros. [3] hijos de uzz�: yizraj�as; hijos de yizraj�as: miguel, abd�as, joel, yissa�as: en total cinco jefes. [4] ten�an, seg�n sus genealog�as, por sus casas paternas, divisiones de tropas de guerra en n�mero de 36.000; pues ten�an muchas mujeres e hijos. [5] sus hermanos de todas las familias de isacar, eran 87.000, esforzados guerreros, inscritos todos ellos en las genealog�as. [6] hijos de benjam�n: bela, b�ker, yediael: tres. [7] hijos de bela: esb�n, uzz�, uzziel, yerimot e ir�: cinco jefes de las casas paternas, esforzados guerreros, inscritos en las genealog�as en n�mero de 22.034. [8] hijos de b�ker: zamir�, jo�s, eliezer, elyoenay, omr�, yeremot, ab�as, anatot y al�met; todos �stos hijos de b�ker. [9] estaban inscritos seg�n linajes y los jefes de sus casa paternas; ten�an 20.200 guerreros esforzados. [10] hijos de yediael: bilh�n. hijos de bilh�n: ye�s, Benjam�n, eh�d, Kenaan�, zet�n, tarsis y ajisajar. [11] todos estos fueron hijos de yediael, cabezas de familia, esforzados guerreros, en n�mero de 17.200, aptos para la milicia y la guerra. [12] suppim y juppim. hijos de ir: jusim; su hijo: ajer. [13] hijos de neftal�: yajseel, gun�, y�zer y sallum, hijos de bilh�. [14] hijos de manas�s: asriel, que le dio a luz su concubina aramea. esta le dio tambi�n a luz a makir, padre de galaad.

[15] makir tom� una mujer para juppim y para suppim, y el nombre de su hermana era maak�. el nombre del segundo era selofjad; selofjad tuvo hijas. [16] maak�, mujer de makir, dio a luz un hijo, a quien llam� Peres. su hermano se llamaba seres y sus hijos ulam y r�quem. [17] hijos de ulam: bed�n. estos son los hijos de galaad, hijo de makir, hijo de manas�s. [18] su hermana, malkat, dio a luz a ishod, abi�zer y majl�. [19] los hijos de semid� fueron: ajy�n, s�kem, liqj� y aniam. [20] hijos de efra�m: sut�laj, bered, su hijo; t�jat, su hijo; elad�, su hijo; t�jat, su hijo; [21] zabad, su hijo; sut�laj, su hijo; ezer y elad. pero los hombres de gat, nacidos en el pa�s, los mataron, pues hab�an bajado a apoderarse de sus ganados. [22] su padre efra�m los llor� durante muchos d�as, y sus hermanos vinieron a consolarle. [23] despu�s se uni� a su mujer, que concibi� y le dio un hijo, a quien llam� Beri�, porque la desgracia estaba en su casa. [24] hija suya fue seer�, que edific� a bet jor�n de arriba y de abajo y a uz�n seer�. [25] r�faj, hijo suyo; sut�laj, hijo suyo; taj�n, hijo suyo. [26] lad�n, hijo suyo; ammih�d, hijo suyo; elisam�, hijo suyo; [27] nun, hijo suyo; josu�, hijo suyo. [28] ten�an propiedades y habitaban en betel y sus aldeas anejas, en naar�n hacia el oriente, en gu�zer y sus aldeas anejas hacia el occidente, en siquem y sus aldeas hasta ayy� y sus aldeas. [29] y en manos de los hijos de manas�s estaban bet se�n y sus aldeas anejas, tanak y sus aldeas, meguidd� y sus aldeas, dor y sus aldeas. en ellas habitaron los hijos de jos�, hijo de israel. [30] hijos de aser: yimn�, yisv�, yisv�, beri�, y seraj, hermana de �stos. [31] hijos de beri�: h�ber y malkiel, el cual fue padre de birzayit. [32] h�ber engendr� a yaflet, semer, jotam y su�, hermana de ellos. [33] hijos de yaflet: pasak, bimhal y asvat. estos son los hijos de yaflet. [34] hijos de s�mer: aj�, rohg�, jubb� y aram. [35] hijos de h�lem, su hermano: sofaj, yimn�, seles y amal. [36] hijos de sofaj: s�aj, jarn�fer, sual, ber� y yimr�; [37] b�ser, hod, samm�, sils�, yitr�n y beer�. [38] hijos de y�ter: yefunn�, pisp� y ar�. [39] hijos de ull�: araj, janniel y ris�as. [40] todos estos fueron hijos de aser, jefes de familia, gente escogida, esforzados guerreros, jefes de pr�ncipes. en los registros geneal�gicos estaban inscritos en n�mero de 26.000 hombres, aptos para la milicia y la guerra. 1 cronicas cap.8 [1] benjam�n engendr� a bela, su primog�nito; asbel, el segundo; ajiram el tercero; [2] noj�, el cuarto, y raf�, el quinto. [3] los hijos de bela fueron: addar y guerr�, padre de eh�d, [4] abis�a, Naam�n, ajoaj, [5] guer�, sefuf�n y juram. [6] estos son los hijos de eh�d, los jefes de familia de los que moraban en gueba y a los que deportaron a man�jat: [7] naam�n, aj�as y guer�. este los deport�, y engendr� a uzz� y ajijud. [8] sajar�yim engendr� hijos en los campos de moab, despu�s de haber repudiado a sus mujeres jusim y baar�. [9] y de su nueva mujer engendr� a yobab, sib�as, mes�, malckom, [10] ye�s, Sak�as y mirm�. estos son sus hijos, jefes de casas paternas. [11] y de jusim engendr� a atibub y elp�al: [12] hijos de elp�al: h�ber. misam y semed, el cual edific� On�, Lud y sus aldeas

anejas. [13] beri� y sema fueron cabezas de familia de los habitantes de ayyal�n, que pusieron en fuga a los moradores de gat. [14] hermano suyo: sesaq. yeremot, [15] zebad�as, arad, eder. [16] miguel, yisp�, yoj�: eran hijos de beri�. [17] zebad�as, mesullam, jizqu�, j�ber. [18] yismeray, yizl�as y yobab: hijos de elp�al. [19] yaquim, zikr�, zabd�, [20] elienay. silletay, eliel, [21] ada�as, bera�as y simrat: hijos de sim�. [22] yisp�n, h�ber, eliel, [23] abd�n, zikr�, jan�n, [24] janan�as, elam, antot�as, [25] yifd�as y penuel: hijos de sesaq. [26] samseray, seraj�as, atal�as, [27] yaares�as, el�as y zikri: hijos de yerojam. [28] estos eran los jefes de las casas paternas, seg�n sus linages, que habitaban en jerusal�n. [29] en gaba�n habitaba yeiel, padre de gaba�n, cuya mujer se llamaba maak�. [30] su hijo primog�nito: abd�n; despu�s sur, quis, b�al, ner, nadab, [31] guedor, ajy�, Z�ker. [32] miqlot engendr� a sim�. tambi�n �stos habitaron, igual que sus hermanos, en jerusal�n, con sus hermanos. [33] ner engendr� a quis, quis engendr� a sa�l, Sa�l engendr� a jonat�n, malki s�a, Abinadab y esb�al. [34] hijo de jonat�n: merib b�al. merib b�al engendr� a mik�. [35] hijos de mik�: pit�n, m�lek, tarea, ajaz. [36] ajaz engendr� a yehoadd�, yehoadd� engendr� a al�met, azm�vet y zimri; zimr� engendr� a mos�. [37] mos� engendr� a bin�, cuyo hijo fue raf�, cuyo hijo fue elas�, cuyo hijo fue asel. [38] asel tuvo seis hijos, cuyos nombres son: azricam, su primog�nito; despu�s, israel, sear�as, abd�as y jan�n. todos ellos son hijos de asel. [39] hijos de eseq, hermano suyo: ulam, su primog�nito, ye�s, el segundo, y elif�let, el tercero. [40] los hijos de ulam fueron esforzados guerreros que manejaban el arco; tuvieron muchos hijos y nietos: 150. todos estos eran descendientes de benjam�n. 1 cronicas cap.9 [1] todos los israelitas estaban registrados en las genealog�as e inscritos en el libro de los reyes de israel y de jud�, cuando fueron deportados a babilonia por sus infidelidades. [2] los primeros que volvieron a habitar en sus propiedades y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y donados. [3] en jerusal�n habitaron hijos de jud�, hijos de benjam�n, hijos de efra�m y de mamass�s. [4] utay, hijo de ammih�d, hijo de omr�, hijo de imr�, hijo de ban�, de los hijos de peres, hijo de jud�. [5] de los silonitas: asa�as, el primog�nito, y sus hijos. [6] de los hijos de z�raj: yeuel y sus hermanos: 690. [7] de los hijos de benjam�n: sall�, hijo de mesullam, hijo de hodav�as, hijo de hassenu�; [8] yibne�as, hijo de yerojam: ela, hijo de uzz�, hijo de mikr�, y mesullam, hijo de sefat�as, hijo de reuel, hijo de yibn�as, [9] y sus hermanos, seg�n sus genealog�as: 956. todos estos eran jefes de familia en sus respectivas casas paternas.

[10] de los sacerdotes: yeda�as, yehoyarib, yak�n, [11] azar�as, hijo de jilqu�as, hijo de mesullam, hijo de sadoq, hijo de merayot, hijo de ajitub, pr�ncipe de la casa de dios. [12] ada�as, hijo de yerojam, hijo de pasjur, hijo de malk�as; masay, hijo de adiel, hijo de yajzer�, hijo de mesullam, hijo de mesillemit, hijo de immer; [13] y sus hermanos, jefes de sus casas paternas: 1.760 hombres aptos para los ejercicios del culto de la casa de dios. [14] de los levitas: sema�as, hijo de jassub, hijo de azricam, hijo de jasab�as, de los hijos de merar�. [15] baqbacar, her�s, galal y mattan�as, hijo de mik�, hijo de zikr�, hijo de asaf. [16] abd�as, hijo de sema�as, hijo de galal, hijo de yedut�n; y berek�as, hijo de as�, hijo de elcan�, que habitaban en los poblados de los netofat�es. [17] los porteros: sallum, aqcub, talm�n, ajim�n y sus hermanos. sallum era el jefe; [18] y est�n hasta el presente junto a la puerta del rey, al oriente. estos son los porteros del campamento de los hijos de lev�: [19] sallum, hijo de qor�, hijo de ebyasaf, hijo de cor�, y sus hermanos los core�tas, de la misma casa paterna, ten�an el servicio del culto como guardianes de los umbrales de la tienda, pues sus padres hab�an tenido a su cargo la guardia de acceso al campamento de yahveh. [20] antiguamente hab�a sido su jefe pinj�s, hijo de eleazar, con el que estaba yahveh. [21] zacar�as, hijo de meselem�as, era portero de la entrada de la tienda del encuentro. [22] el total de los elegidos para porteros era de 212, y estaban inscritos en sus problados. david y samuel el vidente les hab�an establecido en sus cargos permanentemente. [23] tanto ellos como sus hijos ten�an a su cargo las puertas de la casa de yahveh, la casa de la tienda. [24] hab�a porteros a los cuatro vientos: al oriente, al occidente, al norte y al mediod�a. [25] sus hermanos, que habitaban en sus poblados, ten�an que venir peri�dicamente a estar con ellos durante siete d�as, [26] porque los cuatro jefes de los porteros eran permanentes; algunos levitas estaban al cuidado de las c�maras y de los tesoros de la casa de dios. [27] pasaban la noche alrededor de la casa de dios, pues les incumb�a su vigilancia y hab�an de abrirla todas las ma�anas. [28] unos ten�an el cuidado de los utensilios del culto, y los contaban al meterlos y al sacarlos. [29] otros estaban encargados de los utensilios y de todos los instrumentos del santuario, de la flor de harina, el vino, el aceite, el incienso y los aromas. [30] los que hac�an la mezcla para los aromas eran sacerdotes. [31] mattit�as, uno de los levitas, primog�nito de sallum el core�ta, estaba al cuidado constante de las cosas que se fre�an en sart�n. [32] entre los quehatitas, sus hermanos, algunos estaban encargados de poner en filas los panes cada s�bado. [33] hab�a tambi�n cantores, cabezas de familia de los levitas y moraban en las habitaciones de la casa, exentos de servicio, pues se ocupaban de d�a y de noche en su ministerio. [34] estos son, seg�n sus genealog�as, los cabezas de familia de los levitas, jefes de sus linajes que habitaban en jerusal�n. [35] en gaba�n moraban el padre de gaba�n, yeiel, cuya mujer se llamaba maak� [36] y abd�n su hijo primog�nito; despu�s, sur, quis, b�al, ner, nadab, [37] guedor, ajy�, Zacar�as y miqlot. [38] miqlot engendr� a simam. tambi�n �stos habitaron en jerusal�n junto a sus hermanos y en uni�n con �stos. [39] ner engendr� a quis, quis engendr� a sa�l, Sa�l engendr� a jonat�n, malki

s�a, Ab�nadab y esb�al. [40] hijo de jonat�n: merib b�al. merib b�al engendr� a mik�. [41] hijos de mik�: pit�n, m�lek, tajrea. [42] ajaz engendr� a yar�, yar� engendr� a al�met, azmavet y zimr�. zimr� engendr� a mos�. [43] mos� engendr� a binn�. refa�as, hijo suyo: elas�, hijo suyo; asel, hijo suyo. [44] asel tuvo seis hijos, cuyos nombres son: azricam, su primog�nito, ismael, sear�as, obad�as y jan�n. estos fueron los hijos de asel. 1 cronicas cap.10 [1] trabaron batalla los filisteos contra israel; huyeron los hombres de israel ante los filisteos, y cayeron heridos de muerte en el monte gelbo�. [2] los filisteos apretaron de cerca a sa�l y a sus hijos, y mataron a jonat�n, abinadab y malki s�a, hijos de sa�l. [3] el peso de la batalla carg� sobre sa�l, los arqueros le descubrieron y fue herido por los arqueros. [4] dijo sa�l a su escudero: �saca tu espada y trasp�same con ella; no sea que vengan esos incircuncisos y hagan mofa de m�.� pero el escudero no quiso, pues estaba lleno de temor. entonces tom� Sa�l la espada y se arroj� sobre ella. [5] viendo el escudero que sa�l hab�a muerto, se arroj�, tambi�n �l, sobre su espada y muri� con �l. [6] as� muri� Sa�l con sus tres hijos; y toda su casa muri� juntamente con �l. [7] viendo todos los hombres de israel, que estaban en el valle, que las tropas de israel se daban a la fuga y que sa�l y sus hijos hab�an muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron; vinieron los filisteos y se establecieron en ellas. [8] al otro d�a vinieron los filisteos para despojar a los muertos, y encontraron a sa�l y a sus hijos ca�dos en el monte gelbo�. [9] despoj�ndole, se llevaron su cabeza y sus armas, y mandaron anunciar la buena nueva por el contorno del pa�s de los filisteos, a sus dioses y al pueblo. [10] depositaron sus armas en el templo de su dios y clavaron su cabeza en el templo de dag�n. [11] supieron todos los habitantes de yab�s de galaad lo que los filisteos hab�an hecho con sa�l, [12] se levantaron todos los valientes, tomaron el cad�ver de sa�l y los cad�veres de sus hijos, y los llevaron a yab�s. enterraron sus huesos bajo el tamarindo de yab�s, y ayunaron siete d�as. [13] sa�l muri� a causa de la infidelidad que hab�a cometido contra yahveh, porque no guard� la palabra de yahveh y tambi�n por haber interrogado y consultado a una nigromante, [14] en vez de consultar a yahveh, por lo que le hizo morir, y transfiri� el reino a david, hijo de jes�. 1 cronicas cap.11 [1] congreg�se todo israel en torno a david, en hebr�n, y dijeron: �mira: hueso tuyo y carne tuya somos nosotros. [2] ya de antes, cuando sa�l era nuestro rey, eras t� el que dirig�as las entradas y salidas de israel; yahveh, tu dios, te ha dicho: "t� apacentar�s a mi pueblo israel."� [3] vinieron todos los ancianos de israel adonde el rey, a hebr�n; david hizo un pacto con ellos en hebr�n, en presencia de yahveh; y ellos ungieron a david como rey sobre israel, seg�n la palabra que yahveh hab�a pronunciado por boca de samuel. [4] despu�s march� David con todo israel contra jerusal�n, o sea, jeb�s; los habitantes del pa�s eran jebuseos. [5] y dec�an los habitantes de jeb�s a david: �no entrar�s aqu�.� conquist� David

la fortaleza de si�n, que es la ciudad de david. [6] y dijo david: �el que primero ataque al jebuseo, ser� jefe y capit�n.� subi� el primero joab, hijo de sarvia, y pas� a ser jefe. [7] se instal� David en la fortaleza; por eso la llamaron ciudad de david. [8] y edific� en derredor de la ciudad, tanto el mill� como la circunvalaci�n; joab restaur� el resto de la ciudad. [9] david iba medrando, y yahveh sebaot estaba con �l. [10] he aqu� los jefes de los valientes que ten�a david, y que, durante su reinado, se esforzaron con �l y con todo israel para hacerle reinar, conforme a la palabra de yahveh respecto de israel. [11] esta es la lista de los h�roes que ten�a david: yasobam, hijo de jakmon�, jefe de los treinta, que blandi� su lanza e hizo m�s de trescientas bajas de una sola vez. [12] despu�s de �l eleazar, hijo de dod�, el ajotita, que era uno de los tres h�roes. [13] este estaba con david en pas dammim, donde los filisteos se hab�an concentrado para la batalla. hab�a all� una parcela toda de cebada, y el pueblo estaba ya huyendo delante de los filisteos, [14] pero �l se apost� en medio de la parcela, la defendi� y derrot� a los filisteos. yahveh obr� all� una gran victoria. [15] tres de los treinta bajaron a la pe�a de la cueva de adullam, donde david, cuando los filisteos se hallaban acampados en el valle de los refa�m. [16] david estaba a la saz�n en el refugio, mientras que una guarnici�n de filisteos ocupaba bel�n. [17] v�nole a david un deseo y dijo: ��qui�n me diera a beber agua de la cisterna que hay a la puerta de b�len!� [18] rompieron los tres por el campamento de los filisteos, y sacaron agua de la cisterna que hay a la puerta de bel�n, se la llevaron y se la ofrecieron a david, pero david no quiso beberla, sino que la derram� como libaci�n a yahveh, [19] diciendo: ��l�breme dios de hacer tal cosa! �voy a beber yo la sangre de estos hombres junto con sus vidas? pues con riesgo de sus vidas la han tra�do.� y no quiso beberla. esto hicieron los tres h�roes. [20] abisay, hermano de joab, era el primero de los treinta. hiri� con su lanza a trescientos hombres, y conquist� renombre entre los treinta. [21] fue m�s afamado que los treinta, llegando a ser su capit�n; pero no igual� a los tres. [22] bena�as, hijo de yehoyad�, hombre valeroso y pr�digo en haza�as, de cabseel, mat� a los dos h�roes de moab; adem�s baj� y mat� a un le�n dentro de una cisterna, en un d�a de nieve. [23] mat� tambi�n a un egipcio que ten�a cinco codos de altura; ten�a el egipcio una lanza en su mano del tama�o de un enjullo de tejedor, pero bena�as baj� contra �l con un bast�n, arranc� la lanza de la mano del egipcio, y con su misma lanza le mat�. [24] esto hizo bena�as, hijo de yehoyad�, y se conquist� renombre entre los tres h�roes. [25] fue muy famoso entre los treinta, pero no igual� a los tres; david le hizo jefe de su guardia personal. [26] los valientes esforzados fueron: asahel, hermano de joab; eljan�n, hijo de dod�, de bel�n; [27] sammot, de harod; jeles, el pelonita; [28] ir�, hijo de iqqu�s, de t�coa; abi�zer, de anatot; [29] sibbekay, de jus�; ilay, el ajotita; [30] mahray, de netof�; j�led, hijo de baan�, de netof�; [31] itay, hijo de ribay, de guibe�, de los hijos de benjam�n; bena�as, de pirat�n; [32] juray, de los torrentes de ga�s; abiel, el arbatita; [33] azm�vet, de bajurim; elyajab�, de saalb�n; [34] ben� Hasem, el guizonita; jonat�n, hijo de sagu�, de arar;

[35] [36] [37] [38] [39] [40] [41] [42] [43] [44] [45] [46] [47]

ajiam, hijo de sakar, el ararita; elif�let, hijo de ur; j�fer, de meker�; aj�as, el pelonita; jesr�, de carmelo; naaray, hijo de ezbay; joel, hermano de nat�n; mibjar, hijo de agr�; s�lecq, el ammonita; najray, de berot, escudero de joab, hijo de sarvia; ir�, de yattir; gareb, de yattir; ur�as, el hitita; zabad, hijo de ajlay; adin�, hijo de siz�, el rubenita, jefe de los rubenitas, y con �l treinta; jan�n, hijo de maak�; josafat, el mitnita; uzz�as, de astarot: sama y yeiel, hijos de jotam, de aroer; yediael, hijo de simr�; joj�, su hermano, el tisita. eliel, el majavita; yeribay y yosav�as, hijos de elnaam; yitm�, el moabita; eliel, obed y yaasiel, de sob�.

1 cronicas cap.12 [1] estos son los que vinieron donde david, a siquelag, cuando estaba retenido lejos de sa�l, hijo de quis. estaban tambi�n entre los valientes que le ayudaron en la guerra. [2] manejaban el arco con la derecha y con la izquierda, lanzando piedras y flechas con el arco. de los hermanos de sa�l el benjaminita: [3] aji�zer, el jefe, y jo�s, hijos de sema� de guibe�; yeziel y p�let, hijos de azm�vet; berak� y jeh�, de anatot; [4] yisma�as, de gaba�n, valeroso entre los treinta y jefe de los mismos; [5] jerem�as, yajaziel, yojan�n, yozabad, de guederot; [6] eluzay, yerimot, beal�as, semar�as y sefat�as, de jarif; [7] elcan�, isa�as, azarel, yo�zer, yasobam, core�tas; [8] yoel� y zebad�as, hijos de yerojam, de guedor. [9] y hubo tambi�n gaditas que se pasaron a david en el desierto, guerreros valientes, hombres de guerra, preparados para el combate, diestros con el escudo y la lanza. sus rostros, como rostros de le�n, y ligeros como la gacela salvaje. [10] su jefe era ezer; obad�as, el segundo; eliab, el tercero; [11] masmann�, el cuarto; yirmey�, el quinto; [12] attay, el sexto; eliel, el s�ptimo; [13] yojan�n, el octavo; elzabad, el noveno; [14] jerem�as, el d�cimo; makbannay, el und�cimo; [15] estos eran, entre los hijos de gad, jefes del ej�rcito; el menor mandaba sobre cien, y el mayor sobre mil. [16] estos fueron los que atraversaron el jord�n en el mes primero, cuando suele desbordarse por todas sus riberas, y pusieron en fuga a todos los habitantes de los valles, a oriente y occidente. [17] tambi�n vinieron al refugio, donde estaba david, algunos de los hijos de benjam�n y jud�. [18] present�se david delante de ellos y les dijo: �si ven�s a m� en son de paz para ayudarme, mi coraz�n ir� a una con vosotros; pero si es para enga�anarme en favor de mis enemigos, sin que hubiere violencia en mis manos, �v�alo el dios de nuestros padres y lo castigue!� [19] entonces el esp�ritu revisti� a amasay, jefe de los treinta: ��a ti, david! �contigo, hijo de jes�! �paz, paz a ti! �y paz a los que te ayuden, pues tu dios te ayuda a ti!� david los recibi� y los puso entre los jefes de las tropas. [20] tambi�n de manas�s se pasaron algunos a david, cuando �ste iba con los filisteos a la guerra contra sa�l, aunque no les ayudaron, porque los tiranos de los filisteos, habido consejo, le despidieron, diciendo: �se pasar� a sa�l, su se�or, con nuestras cabezas.� [21] cuando regres� a siquelag, pas�ronse a �l algunos de los hijos de manas�s: adn�, yozabad, yediel, miguel, yozabad, elih� y Silletay, jefes de millares de manas�s. [22] estos ayudaron a david al frente de algunas partidas, pues todos eran

hombres valientes y llegaron a ser jefes en el ej�rcito. [23] cada d�a, en efecto, acud�a gente a david para ayudarle, hasta que el campamento lleg� a ser grande, como un campamento de dios. [24] este es el n�mero de los guerreros preparados para la guerra que vinieron donde david, a hebr�n, para transferirle el reino de sa�l, conforme a la orden de yahveh. [25] de los hijos de jud�, llevando escudo y lanza, 6.800, armados para la guerra. [26] de los hijos de sime�n, hombres valerosos para la guerra, 7.100. [27] de los hijos de lev�, 4.600. [28] yehoyad�, pr�ncipe de los hijos de aar�n, con otros 3.700. [29] sadoq, joven y valeroso, con veintid�s jefes de su casa paterna. [30] de los hijos de benjam�n, hermano de sa�l, 3.000; hasta entonces la mayor parte de ellos hab�an permanecido fieles a la casa de sa�l. [31] de los hijos de efra�m, 20.800 hombres valientes, famosos en sus casas paternas. [32] de la media tribu de manas�s, 18.000, nominalmente designados para ir a proclamar rey a david. [33] de los hijos de isacar, duchos en discernir las oportunidades y saber lo que israel deb�a hacer, 200 jefes, y todos sus hermanos bajo sus �rdenes. [34] de zabul�n, 50.000 aptos para salir a campa�a, preparados para la batalla, provistos de todas las armas de guerra, audaces en la lucha, con coraz�n entero. [35] de neftal�, 1.000 jefes, y con ellos 37.000 hombres con escudo y lanza. [36] de los danitas, preparados para la batalla, 28.600. [37] de aser, aptos para salir a campa�a y preparados para la batalla, 40.000. [38] y de transjordania, de los rubenitas, de los gaditas y de la media tribu de manas�s, provistos de todos los pertrechos de guerra para la batalla, 120.000. [39] todos estos hombres de guerra, formados en orden de batalla, vinieron a hebr�n con coraz�n entero para proclamar a david rey sobre todo israel; y los dem�s israelitas estaban un�nimes en hacer rey a david. [40] permanecieron all� con david tres d�as comiendo y bebiendo, porque sus hermanos les prove�an. [41] adem�s, los que estaban cerca y hasta de isacar, zabul�n y neftal� tra�an v�veres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisiones de harina, tortas de higos y pasas, vino, aceite, ganado mayor y menor en abundancia; pues reinaba la alegr�a en israel. 1 cronicas cap.13 [1] despu�s de consultar david con los jefes de millar y de ciento y con todos los caudillos, [2] dijo a toda la asamblea de israel: �si os parece bien y la cosa viene de yahveh, nuestro dios, vamos a mandar un mensaje a nuestros hermanos que han quedado a todas las regiones de israel y, adem�s, a los sacerdotes y levitas en sus ciudades y ejidos, para que se re�nan con nosotros; [3] y volvamos a traer a nuestro lado el arca de nuestro dios, ya que no nos hemos preocupado de ella desde los d�as de sa�l.� [4] toda la asamblea resolvi� hacerlo as�, pues la propuesta pareci� bien a todo el pueblo. [5] congreg� entonces david a todo israel, desde sijor de egipto hasta la entrada de jamat, para traer el arca de dios desde quiryat yearim. [6] fue, pues, david, con todo israel, hacia baal�, a quiryat yearim de jud�, para subir all� el arca del dios que lleva el nombre de yahveh que est� sobre los querubines. [7] cargaron el arca de dios en una carreta nueva y se la llevaron de la casa de abinadab; uzz� y ajy� conduc�an la carreta. [8] david y todo israel bailaban delante de dios con todas sus fuerzas, cantando y tocando c�taras, salterios, adufes, c�mbalos y trompetas.

[9] al llegar a la era de kid�n, extendi� Uzz� su mano para sostener el arca, porque los bueyes amenazaban volcarla. [10] se encendi� contra uzz� la ira de yahveh y le hiri� por haber extendido su mano hacia el arca; y uzz� muri� all� delante de dios. [11] se irrit� David porque yahveh hab�a castigado a uzz�; y se llam� aquel lugar peres de uzz� hasta el d�a de hoy. [12] y tuvo david aquel d�a miedo a dios, y dijo: ��c�mo voy a llevar a mi casa el arca de dios� [13] y no traslad� David el arca de dios a su casa, a la ciudad de david, sino que la hizo llevar a la casa de obededom de gat. [14] el arca de dios habit� tres meses en la casa de obededom. y bendijo yahveh la casa de obededom y cuanto ten�a. 1 cronicas cap.14 [1] jiram, rey de tiro, envi� a david mensajeros y maderas de cedro, y tambi�n alba�iles y carpinteros, para edificarle una casa. [2] y conoci� David que yahveh le hab�a confirmado como rey de israel, pues hab�a ensalzado su realeza por amor a israel su pueblo. [3] tom� David otras mujeres en jerusal�n y engendr� mas hijos e hijas. [4] estos son los nombres de los que tuvo en jerusal�n: samm�a, Sobab, nat�n, salom�n, [5] yibjar, elis�a, Elp�let, [6] n�gah, n�feg, yaf�a, [7] elisam�, baalyad� y elif�let. [8] cuando los filisteos oyeron que david hab�a sido ungido rey sobre todo israel, subieron todos en su busca. lo supo david y les sali� al paso. [9] llegaron los filisteos y se desplegaron por el valle de refa�m. [10] consult� David a dios, diciendo: ��debo subir contra los filisteos? �los entregar�s en mis manos?� yahveh le respondi�: �sube, pues yo los entregar� en tu mano.� [11] y subieron a baal perasim, donde david los derrot�. Dijo entonces david: �dios ha abierto brecha entre mis enemigos por mi mano, como una brecha de aguas.� por eso se llam� a aquel lugar baal perasim. [12] abandonaron all� a sus �dolos, y dijo david: �arrojadlos al fuego.� [13] otra vez invadieron los filisteos el valle, [14] y david volvi� a consultar a dios, y dios le contest�: �no subas contra ellos: da un rodeo y at�calos frente a las balsameras. [15] y cuando oigas el ruido de pasos en la copa de las balsameras, saldr�s a la batalla, porque dios sale delante de ti para derrotar el campamento de los filisteos.� [16] hizo david como le hab�a mandado dios, y derrotaron al campamento de los filisteos desde gaba�n hasta gu�zer. [17] la fama de david se extendi� por todas las regiones, pues yahveh le hizo temible a todas las naciones. 1 cronicas cap.15 [1] se hizo casas en la ciudad de david, prepar� un lugar para el arca de dios y le levant� una tienda. [2] entonces dijo david: �solamente los levitas han de llevar el arca de dios, pues a ellos los escogi� Yahveh para llevar el arca de yahveh y servirle por siempre.� [3] congreg�, pues, david a todo israel en jerusal�n para subir el arca de yahveh al lugar que para ella hab�a preparado. [4] david reuni� tambi�n a los hijos de aar�n y a los levitas: [5] de los hijos de quehat: a uriel, el jefe, y a sus hermanos, 120; [6] de los hijos de merar�: a asa�as, el jefe, y a sus hermanos, 220;

[7] de los hijos de guersom: a joel, el jefe, y a sus hermanos, 130; [8] de los hijos de elisaf�n: a sema�as, el jefe, y a sus hermaos, doscientos; [9] de los hijos de hebr�n: a eliel, el jefe, y a sus hermanos, ochenta; [10] de los hijos de uzziel: a amminadab, el jefe, y a sus hermanos, 112. [11] tambi�n llam� David a los sacerdotes sadoq y abiatar, y a los levitas uriel, asa�as, joel, sema�is, eliel y amminadab, [12] y les dijo: �vosotros sois los cabezas de familia de los levitas. santificaos, vosotros y vuestros hermanos, para subir el arca de yahveh, el dios de israel, al lugar que para ella tengo preparado; [13] pues por no haber estado vosotros la vez primera, yahveh, nuestro dios, hizo brecha en nosotros, ya que no le consultamos conforme a la norma.� [14] se santificaron, pues, los sacerdotes y los levitas, para subir el arca de yahveh, dios de israel. [15] y los levitas trasladaron el arca de dios a hombros, como lo hab�a ordenado mois�s, seg�n la palabra de yahveh, llevando los varales sobre los hombros. [16] dijo david a los jefes de los levitas que dispusieran a sus hermanos los cantores, con instrumentos m�sicos, salterios, c�taras y c�mbalos, para que los hiciesen resonar, alzando la voz con j�bilo. [17] los levitas designaron a hem�n, hijo de joel; y de sus hermanos, a asaf, hijo de berek�as; y de los hijos de merar�, hermanos suyos, a et�n, hijo de cusa�as. [18] y con ellos, como segundos, a sus hermanos zacar�as, hijo de yaaziel, semiramot, yejiel, unn�, eliab, bena�as, maase�as, mattit�as, elifleh�, Miqne�as, obededom y yeiel, porteros. [19] los cantores hem�n, asaf y et�n hac�an resonar c�mbalos de bronce. [20] zacar�as, yaaziel, semiramot, yejiel, unn�, eliab, maase�as y bena�as ten�an salterios de tonos altos. [21] mattit�as, elifleh�, Miqne�as, obededom, yeiel y azaza�as ten�an c�taras de octava, para dirigir el canto. [22] kenan�as, jefe de los levitas encargados del transporte, dirig�a el traslado, porque era hombre entendido. [23] berek�as y elcan� eran porteros del arca. [24] seban�as, josafat, natanael, amasay, zacar�as, bena�as y eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de dios. obededom y yejiy�as eran porteros del arca. [25] as� pues, david los ancianos de israel y los jefes de millares, fueron a traer el arca de la alianza de yahveh, desde la casa de obededom, con alborozo. [26] y habiendo dios ayudado a los levitas portadores del arca de la alianza de yahveh, sacrificaron siete becerros y siete carneros. [27] david iba revestido de un manto de lino fino, lo mismo que todos los levitas, que portaban el arca, los cantores y kenan�as, el jefe que dirig�a el traslado. llevaba tambi�n david sobre s� un efod de lino. [28] todo israel sub�a el arca de la alianza de yahveh entre clamores y resonar de cuernos, trompetas y c�mbalos, y haciendo sonar los salterios y las c�taras. [29] cuando el arca de la alianza de yahveh entr� en la ciudad de david, mikal, hija de sa�l, estaba mirando por una ventana, y vio al rey david que saltaba y bailaba, y le despreci� en su coraz�n. 1 cronicas cap.16 [1] introdujeron el arca de dios y la colocaron en medio de la tienda que david hab�a hecho levantar para ella; y ofrecieron ante dios holocaustos y sacrificios de comuni�n. [2] cuando david hubo acabado de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comuni�n, bendijo al pueblo en nombre de yahveh, [3] y reparti� a todo el pueblo de israel, hombres y mujeres, a cada uno una torta de pan, un pastel de d�tiles y un pastel de pasas. [4] david estableci� los levitas que hab�an de hacer el servicio delante del arca

de yahveh, celebrando, glorificando y alabando a yahveh, el dios de israel. [5] asaf era el jefe; zacar�as era el segundo; luego uzziel, semiramot, yejiel, mattit�as, eliab, bena�as, obededom y yeiel, con salterios y c�taras. asaf hac�a sonar los c�mbalos. [6] los sacerdotes bena�is y yajaziel tocaban sin interrupci�n las trompetas delante del arca de la alianza de dios. [7] aquel d�a david, alabando el primero a yahveh, entreg� a asaf y a sus hermanos este canto: [8] �dad gracias a yahveh, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus haza�as! [9] �cantadle, salmodiad para �l, sus maravillas todas recitad! [10] �gloriaos en su santo nombre, se alegre el coraz�n de los que buscan a yahveh! [11] �buscad a yahveh y su fuerza, id tras su rostro sin descanso! [12] recordad las maravillas que �l ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca, [13] raza de israel, su servidor, hijos de jacob, sus elegidos. [14] el, yahveh, es nuestro dios, por toda la tierra sus juicios. [15] recordad para siempre su alianza, palabra que impuso a mil generaciones; [16] lo que pact� con abraham, el juramento que hizo a isaac. [17] y que puso a jacob como precepto, a israel como alianza eterna, [18] diciendo: �yo te dar� la tierra de cana�n, por parte de vuestra herencia�, [19] cuando erais escasa gente, poco numerosos, y forasteros all�. [20] cuando iban de naci�n en naci�n desde un reino a otro pueblo, [21] a nadie permiti� oprimirles. por ellos castig� a los reyes. [22] �guardaos de tocar a mis ungidos ni mal alguno hag�is a mis profetas.� [23] cantad a yahveh toda la tierra anunciad su salvaci�n d�a tras d�a. [24] contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas. [25] que es grande yahveh y muy digno de alabanza, m�s temible que todos los dioses. [26] porque nada son todos los dioses de los pueblos, mas yahveh los cielos hizo. [27] gloria y majestad est�n ante �l, fortaleza y alegr�a en su morada. [28] �rendid a yahveh, familias de los pueblos, rendid a yahveh gloria y poder! [29] �rendid a yahveh la gloria de su nombre! traed ofrendas y en sus atrios entrad. �postraos ante yahveh en esplendor sagrado! [30] �tiemble ante su faz la tierra entera! el orbe est� seguro, no vacila. [31] al�grense los cielos y la tierra jubile. decid entre las gentes: ��yahveh es rey!� [32] �retumbe el mar y cuanto encierra! �exulte el campo y cuanto en �l existe! [33] griten de j�bilo los �rboles de los bosque ante yahveh, pues viene a juzgar la tierra. [34] �dad gracias a yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor! [35] y decid: ��s�lvanos, oh dios de nuestra salvaci�n! re�nenos y l�branos de las naciones, para dar gracias a tu nombre santo y gloriarnos en tu alabanza.� [36] bendito sea yahveh, el dios de israel, por eternidad de eternidades.� y todo el pueblo dijo: �am�n.� y alab� a yahveh. [37] david dej� all�, ante el arca de la alianza de yahveh, a asaf y a sus hermanos, para el ministerio continuo delante del arca, seg�n el rito de cada d�a; [38] y a obededom, con sus hermanos, en n�mero de 68, y a obededom, hijo de yedut�n, y a jos�, como porteros; [39] y el sacerdote sadoq y a sus hermanos, los sacerdotes, delante de la morada de yahveh, en el alto de gaba�n, [40] para que ofreciesen continuamente holocaustos a yahveh en el altar de los holocaustos, por la ma�ana y por la tarde, seg�n todo lo escrito en la ley que yahveh hab�a mandado a israel. [41] con ellos estaban hem�n y yedut�n y los restantes escogidos y nominalmente designados para alabar a yahveh: �porque es eterno su amor.� [42] y con ellos, hem�n y yedut�n, que hac�an sonar trompetas, c�mbalos e

instrumentos para los c�nticos de dios. los hijos de yedut�n eran porteros. [43] luego, todo el pueblo se fue, cada cual a su casa; tambi�n david se volvi� para bendecir su casa. 1 cronicas cap.17 [1] morando ya david en su casa, dijo a nat�n, profeta: �mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el arca de la alianza de yahveh est� bajo pieles.� [2] respondi� Nat�n a david: �haz todo cuanto tienes en tu coraz�n, porque dios est� contigo.� [3] pero aquella misma noche vino la palabra de dios a nat�n en estos t�rminos: [4] �vete y di a mi siervo david: as� dice yahveh: no ser�s t� quien me edifique casa para que habite yo en ella. [5] pues no he habitado en casa alguna desde el d�a en que hice subir a los israelitas hasta el d�a de hoy; sino que he andado de tienda en tienda y de morada en morada. [6] en todo el tiempo que he ido de un lado para otro con todo israel, �he dicho acaso a alguno de los jueces de israel, a los que mand� me apacentaran a mi pueblo: por qu� no me edific�is una casa de cedro? [7] di, pues, ahora esto a mi siervo david: as� habla yahveh sebaot: yo te he tomado del pastizal, de detr�s del reba�o, para que seas caudillo de mi pueblo israel. [8] he estado contigo donde quiera que has ido, he eliminado a todos tus enemigos de delante de ti y voy a hacerte un nombre grande como el nombre de los grandes de la tierra. [9] fijar� un lugar a mi pueblo israel, y lo plantar� all� para que more en �l; no ser� ya perturbado, y los malhechores no seguir�n oprimi�ndole como al principio, [10] y como en los d�as en que institu� Jueces sobre mi pueblo israel. someter� a todos tus enemigos. yahveh te anuncia que yahveh te edificar� una casa. [11] cuando se cumplan tus d�as para ir con tus padres, afirmar� despu�s de ti la descendencia que saldr� de tus entra�as y consolidar� su reino. [12] el me edificar� un casa y yo afirmar� su trono para siempre. [13] yo ser� para �l un padre, y �l ser� para mi un hijo, y no apartar� de �l mi amor, como le apart� de aquel que fue antes de ti. [14] yo le establecer� en mi casa y en mi reino para siempre, y su trono estar� firme eternamente.� [15] conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visi�n, habl� Nat�n a david. [16] entr� entonces el rey david, se sent� delante de yahveh y dijo: ��quien soy yo, oh yahveh dios, y qu� mi casa, que me has tra�do hasta aqu�? [17] y aun esto es poco a tus ojos, oh dios, que hablas tambi�n a la casa de tu siervo para el futuro lejano y me miras como si fuera un hombre distinguido, oh yahveh dios. [18] �qu� m�s podr� a�adirte david por la gloria que concedes a tu siervo? [19] oh yahveh, por amor de tu siervo, y seg�n tu coraz�n, has hecho todas estas cosas tan grandes, para manifestar todas estas grandezas. [20] oh yahveh, nadie com t�, ni hay dios fuera de ti, seg�n todo lo que hemos o�do con nuestros o�dos. [21] y �qu� otro pueblo hay sobre la tierra como tu pueblo israel, a quien un dios haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, d�ndole renombre por medio de obras grandes y terribles, arrojando naciones de delante de tu pueblo al que rescataste de egipto? [22] t� has constituido a israel tu pueblo como pueblo tuyo para siempre; y t�, Yahveh, te has hecho su dios. [23] ahora, pues, oh yahveh, mant�n firme eternamente la palabra que has dirigido a tu siervo y a su casa; y haz seg�n tu palabra. [24] s�, sea firme; y sea tu nombre por siempre engrandecido, y que diga: "yahveh

sebaot, el dios de israel, es el dios para israel." y que la casa de tu siervo david subsista en tu presencia. [25] ya que t�, oh dios m�o, has revelado a tu siervo que vas a edificarle una casa, por eso tu siervo ha encontrado valor para orar en tu presencia. [26] ahora, pues, yahveh, t� eres dios, y t� has prometido esta dicha a tu siervo. [27] y ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca por siempre en tu presencia, porque lo que t� bendices, yahveh, queda bendito por siempre.� 1 cronicas cap.18 [1] despu�s de esto, bati� David a los filisteos y los humill�, tomando gat y sus dependencias de manos de los filisteos. [2] bati� tambi�n a los moabitas, que quedaron sometidos a david, pagando tributo. [3] bati� David a hadad�zer, rey de sob�, en jamat, cuando �ste iba a establecer su dominio sobre el r�o eufrates. [4] david apres� mi carros, 7.000 soldados de carro y 20.000 hombres de a pie; david desjarret� toda la caballer�a de los carros, reservando cien tiros. [5] los arameos de damasco vinieron en socorro de hadad�zer, rey de sob�, y david hizo 22.000 bajas a los arameos. [6] estableci� David gobernadores en aram de damasco, y los arameos quedaron sometidos a david, pagando tributo. yahveh hizo triunfar a david doquiera que iba. [7] tom� David los escudos de oro que llevaban los servidores de hadad�zer y los llev� a jerusal�n. [8] de tibjat y kun, ciudades de hadad�zer, tom� David una gran cantidad de bronce, con el cual hizo salom�n el mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce. [9] cuando tou, rey de jamat, supo que david hab�a derrotado a todas las fuerzas de hadad�zer, rey de sob�, [10] envi� a hadoram, su hijo, donde el rey david para saludarle y para felicitarle por haber atacado y vencido a hadad�zer, ya que tou estaba en guerra con hadad�zer. tra�a hadoram toda clase de objetos de oro, de plata y de bronce. [11] el rey david los consagr� tambi�n a yahveh, con la plata y el oro que hab�a tomado a todas las naciones: a edom, a moab, a los ammonitas, a los filisteos y a los amalecitas. [12] abisay, hijo de sarvia, derrot� en el valle de la sal a 18.000 edomitas; [13] puso gobernadores en edom; y todos los edomitas quedaron sometidos a david. yahveh hizo triunfar a david dondequiera iba. [14] rein� David sobre todo israel administrando derecho y justicia a todo el pueblo. [15] joab, hijo de sarvia, era jefe del ej�rcito; josafat, hijo de ajilud, era el heraldo; [16] sadoq, hijo de ajitub, y ajim�lek, hijo de abiatar, eran sacerdotes; savs� era secretario; [17] bena�as, hijo de yehoyad�, mandaba a los kereteos y a los peleteos, y los hijos de david eran los primeros junto al rey. 1 cronicas cap.19 [1] despu�s de esto, muri� Najas, rey de los ammonitas, y en su lugar rein� su hijo. [2] dijo entonces david: �tendr� con jan�n, hijo de naj�s, la misma benevolencia que su padre tuvo conmigo.� y envi� David mensajeros para que le consolaran por su padre. pero cuando los servidores de david llegaron al pa�s de los ammonitas, donde jan�n, para consolarle, [3] dijeron los pr�ncipes de los ammonitas a jan�n: �� es que david ha enviado a

consolarte porque quiere hacer honor a tu padre ante tus ojos? �no han venido a ti sus servidores m�s bien para explorar y destruir y para espiar el pa�s?� [4] prendi�, pues, jan�n a los servidores de david, les rap�, cort� a media altura sus vestidos, y los despach�. [5] fueron a avisar a david lo de estos hombres; y �l envi� gente a su encuentro, porque los hombres estaban cubiertos de verg�enza. el rey les dijo: �quedaos en jeric� hasta que os crezca la barba y despu�s volver�is.� [6] cuando los ammonitas vieron que se hab�an hecho odiosos a david, jan�n y los ammonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros y hombres de carro de aram de mesopotamia, de aram de maak� y de sob�. [7] tomaron a sueldo 32.000 carros y al rey de maak� con su ej�rcito, los cuales vinieron y acamparon frente a medeb�. los ammonitas se congregaron tambi�n desde sus ciudades y salieron a campa�a. [8] david lo supo y envi� a joab con toda la tropa y con los valientes. [9] salieron a campa�a los ammonitas y se ordenaron en batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los reyes que hab�an venido estaban aparte en el campo. [10] viendo joab que ten�a un frente de combate por delante y otro por detr�s escogi� los mejores de israel y los puso en l�nea contra aram. [11] puso el resto del ej�rcito al mando de su hermano abisay y lo orden� en batalla frente a los ammonitas. [12] dijo joab: �si los arameos me dominan, ven en mi ayuda; y si los hijos de amm�n te dominan a ti, ir� en tu socorro. [13] �ten fortaleza y esforc�monos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro dios! �y que yahveh haga lo que bien le parezca!� [14] y avanz� Joab con su ejercito para luchar contra los arameos, que huyeron delante de �l. [15] viendo los ammonitas que los arameos emprend�an la fuga, huyeron tambi�n ellos ante abisay, hermano de joab, y entraron en la ciudad, mientras que joab volvi� a jerusal�n. [16] al ver los arameos que hab�an sido vencidos por israel, enviaron emisarios para hacer venir a los arameos del otro lado del r�o; ven�a a su cabeza sofak, jefe de las tropas de hadad�zer. [17] se dio aviso a david, que reuniendo a todo israel pas� el jord�n, lleg� donde ellos estaban y tom� posiciones frente a ellos. se puso david en orden de batalla contra los arameos y �stos trabaron combate con �l. [18] huyeron los arameos ante israel; y david mat� a los arameos 7.000 hombres de carro y 40.000 hombres de a pie. mat� tambi�n a sofak, jefe del ej�rcito. [19] cuando los vasallos de hadad�zer vieron que hab�an sido derrotados por israel, hicieron la paz con david y le quedaron sometidos; y los arameos no se atrevieron a seguir ayudando a los ammonitas. 1 cronicas cap.20 [1] a la vuelta del a�o, al tiempo que los reyes salen a campa�a, llev� Joab el grueso del ej�rcito y asol� el pa�s de los ammonitas; despu�s fue a poner sitio a rabb�. mientras, david se qued� en jerusal�n. entretanto joab derrot� a rabb� y la destruy�. [2] david tom� de la cabeza de milkom la corona y encontr� que pesaba un talento de oro. hab�a en ella una piedra preciosa que fue puesta en la cabeza de david, y se llev� un enorme bot�n de la ciudad. [3] hizo salir a la gente que hab�a en ella y la emple� en las sierras, en los trillos de dientes de hierro y en las hachas de hierro. hizo lo mismo con todas las ciudades de los ammonitas, y david se volvi� con todo su ej�rcito a jerusal�n. [4] despu�s de esto, tuvo lugar una batalla en gu�zer contra los filisteos; entonces sibbekay, jusatita, mat� a sippay, uno de los descendientes de raf�. los filisteos fueron sometidos. [5] hubo otra guerra contra los filisteos, y eljan�n, hijo de ya�r, mat� a lajm�, hermano de goliat el de gat, el asta de su lanza era como un enjullo de tejedor.

[6] hubo guerra de nuevo en gat y hab�a un hombre de gran estatura, que ten�a veinticuatro dedos, seis en cada extremidad. tambi�n �ste descend�a de raf�. [7] desafi� a israel y le mat� Jonat�n, hijo de sim�, hermano de david. [8] estos descend�an de raf� de gat y sucumbieron a manos de david y de sus veteranos. 1 cronicas cap.21 [1] alz�se sat�n contra israel, e incit� a david a hacer el censo del pueblo. [2] dijo, pues, david a joab y a los jefes del ej�rcito: �id, contad los israelitas desde berseba hasta dan, y volved despu�s para que yo sepa su n�mero.� [3] respondi� Joab: ��multiplique yahveh su pueblo cien veces m�s de lo que es! �acaso no son, oh rey mi se�or, todos ellos siervos de mi se�or? �por qu�, pues, pide esto mi se�or? �por qu� acarrear culpa sobre israel?� [4] pero prevaleci� la orden del rey sobre joab, de modo que �ste sali� y recorri� todo israel, volvi�ndose despu�s a jerusal�n. [5] joab entreg� a david la cifra del censo del pueblo: hab�a en todo israel 1.100.000 hombres capaces de manejar las armas; hab�a en jud� 470.000 hombres capaces de manejar las armas. [6] no incluy� en este censo a lev� y benjam�n, porque joab detestaba la orden del rey. [7] desagrad� esto a dios, por lo cual castig� a israel. [8] entonces dijo david a dios: �he cometido un gran pecado haciendo esto. pero ahora perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy necio.� [9] y yahveh habl� a gad, vidente de david, en estos t�rminos: [10] �anda y di a david: as� dice yahveh: tres cosas te propongo; elige una de ellas y la llevar� a cabo.� [11] lleg� Gad donde david y le dijo: �as� dice yahveh: elige para ti: [12] tres a�os de hambre, o tres meses de derrotas ante tus enemigos, con la espada de tus enemigos a la espalda, o bien tres d�as durante los cuales la espada de yahveh y la peste anden por la tierra y el �ngel de yahveh haga estragos en todo el territorio de israel. ahora, pues, mira qu� debo responder al que me env�a.� [13] david respondi� a gad: �estoy en gran angustia. pero �caiga yo en manos de yahveh, que es grande su misericordia, y no caiga en manos de los hombres!� [14] yahveh envi� la peste sobre israel, y cayeron de israel 70.000 hombres. [15] mand� Dios un �ngel contra jerusal�n para destruirla; pero cuando ya estaba destruy�ndola, mir� Yahveh y se arrepinti� del estrago, y dijo al �ngel exterminador: ��basta ya; retira tu mano!� el �ngel de yahveh estaba junto a la era de orn�n el jebuseo. [16] alzando david los ojos vio al �ngel de yahveh que estaba entre la tierra y el cielo con una espada desenvainada en su mano, extendida contra jerusal�n. entonces david y los ancianos, cubiertos de sayal, cayeron rostro en tierra. [17] y dijo david a dios: �yo fui quien mand� hacer el censo del pueblo. yo fui quien pequ�, yo comet� el mal; pero estas ovejas, �qu� han hecho? �oh yahveh, dios m�o, caiga tu mano sobre m� y sobre la casa de mi padre, y no haya plaga entre tu pueblo!� [18] entonces el �ngel de yahveh dijo a gad que diera a david la orden de subir para alzar un altar a yahveh en la era de orn�n el jebuseo. [19] subi� David, seg�n la orden que gad le hab�a dado en nombre de yahveh. [20] orn�n, que estaba trillando el trigo, se volvi� y, al ver al �ngel, �l y sus cuatro hijos se escondieron. [21] cuando david lleg� junto a orn�n, mir� Orn�n y, viendo a david, sali� de la era y postr�se ante david, rostro en tierra. [22] dijo david a orn�n: �dame el sitio de esta era para erigir en �l un altar a yahveh -d�melo por su justo valor en plata- para que la plaga se retire del pueblo.� [23] respondi� Orn�n a david: �t�malo, y haga mi se�or el rey lo que bien le

parezca. mira que te doy los bueyes para holocaustos, los trillos para le�a y el trigo para la ofrenda; todo te lo doy.� [24] replic� el rey david a orn�n: �no; quiero compr�rtelo por su justo precio, pues no tomar� para yahveh lo que es tuyo, ni ofrecer� holocaustos de balde.� [25] y david dio a orn�n por el sitio la suma de seiscientos siclos de oro. [26] david erigi� all� un altar a yahveh y ofreci� holocaustos y sacrificios de comuni�n e invoc� a yahveh, el cual le respondi� con fuego del cielo sobre el altar del holocausto. [27] entonces yahveh orden� al �ngel que volviera la espada a la vaina. [28] en aquel tiempo, al ver david que yahveh le hab�a respondido en la era de orn�n el jebuseo, ofreci� all� sacrificios. [29] pues la morada de yahveh, que mois�s hab�a hecho en el desierto, y el altar de los holocaustos, estaban a la saz�n en el alto de gaba�n; [30] pero david no se hab�a atrevido a presentarse delante de dios para consultarle, porque estaba aterrado ante la espada del �ngel de yahveh. 1 cronicas cap.22 [1] entonces dijo david: ��aqu� est� la casa de yahveh dios, y aqu� el altar de los holocaustos para israel!� [2] mand�, pues, david reunir a los forasteros residentes en la tierra de israel, y design� canteros que preparasen piedras talladas para la construcci�n de la casa de dios. [3] prepar� tambi�n david hierro en abundancia para la clavaz�n de las hojas de las puertas y para las grapas, incalculable cantidad de bronce, [4] y madera de cedro inmumerable, pues los sidonios y los tirios trajeron a david madera de cedro en abundancia. [5] porque david se dec�a: �mi hijo salom�n es todav�a joven y d�bil, y la casa que ha de edificarse para yahveh debe ser grandiosa sobre toda ponderaci�n, para tener nombre y gloria en todos los pa�ses. as� que le har� yo los preparativos.� hizo david, en efecto, grandes preparativos antes de su muerte. [6] despu�s llam� a su hijo salom�n y le mand� que edificase una casa para yahveh, el dios de israel. [7] dijo david a salom�n: �hijo m�o, yo hab�a deseado edificar una casa al nombre de yahveh, mi dios. [8] pero me fue dirigida la palabra de yahveh, que me dijo: "t� has derramado mucha sangre y hecho grandes guerras; no podr�s edificar t� la casa a mi nombre, porque has derramado en tierra mucha sangre delante de m�. [9] mira que te va a nacer un hijo, que ser� hombre de paz; le conceder� paz con todos sus enemigos en derredor, porque salom�n ser� su nombre y en sus d�as conceder� paz y tranquilidad a israel. [10] el edificar� una casa a mi nombre; �l ser� para m� un hijo y yo ser� para �l un padre y consolidar� el trono de su reino sobre israel para siempre." [11] ahora, pues, hijo m�o, que yahveh sea contigo, para que logres edificar la casa de yahveh tu dios, como �l de ti lo ha predicho. [12] quiera yahveh concederte prudencia y entendimiento y darte �rdemes sobre israel, para que guardes la ley de yahveh tu dios. [13] no prosperar�s si no cuidas de cumplir los decretos y las normas que yahveh ha prescrito a mois�s para israel. �s� fuerte y ten buen �nimo! �no temas ni desmayes! [14] mira lo que yo he preparado en mi peque�ez para la casa de yahveh: 100.000 talentos de oro, un mill�n de talentos de plata y una cantidad de cobre y de hierro incalculable por su abundancia. he preparado tambi�n maderas y piedras que t� podr�s aumentar. [15] y tienes a mano muchos obreros, canteros, artesanos en piedra y en madera, expertos en toda clase de obras. [16] el oro, la plata, el bronce y el el hierro son sin n�mero. �lev�ntate, pues! manos a la obra y que yahveh sea contigo.�

[17] mand� David a todos los jefes de israel que ayudasen a su hijo salom�n: [18] ��no est� con vosotros yahveh vuestro dios? �y no os ha dado paz por todos lados? pues �l ha entregado en mis manos a los habitantes del pa�s y el pa�s est� sujeto ante yahveh y ante su pueblo. [19] aplicad ahora vuestro coraz�n y vuestra alma a buscar a yahveh vuestro dios. levantaos y edificad el santuario de yahveh dios, para trasladar el arca de la alianza de yahveh y los utensilios del santuario de dios a la casa que ha de edificarse al nombre de yahveh.� 1 cronicas cap.23 [1] viejo ya david y colmado de d�as, proclam� a su hijo salom�n rey de israel. [2] reuni� a todos los jefes de israel, a los sacerdotes y a los levitas, [3] y se hizo el censo de los levitas de treinta a�os para arriba; su n�mero, contado por cabezas uno a uno, fue de 38.000 varones. [4] de �stos, 24.000 estaban al frente del servicio de la casa de yahveh; 6.000 eran escribas y jueces, [5] 4.000 eran porteros y 4.000 alababan a yahveh con los instrumentos que david hab�a fabricado para rendir alabanzas. [6] david los distribuy� por clases, seg�n los hijos de lev�: guers�n, quehat y merar�. [7] de los guersonitas: lad�n y sim�. [8] hijos de lad�n: yejiel, el primero, zetam y joel, tres. [9] hijos de sim�: selomit, jaziel y har�n, tres. estos son los jefes de las casas paternas de lad�n. [10] hijos de sim�: y�jat, ziz�, ye�s y beri�. estos eran los cuatro hijos de sim�. [11] y�jat era el jefe, ziz�, el segundo, ye�s y beri� no tuvieron muchos hijos, por lo cual representaron en el censo una sola casa paterna. [12] hijos de quehat: amram, yishar, hebr�n y uzziel, cuatro. [13] hijos de amram: aar�n y mois�s. aar�n fue separado, juntamente con sus hijos, para consagrar por siempre las cosas sacrat�simas, para quemar incienso ante yahveh, para servirle y para bendecir en su nombre por siempre. [14] en cuanto a mois�s, var�n de dios, sus hijos fueron contados en la tribu de lev�. [15] hijos de mois�s: guersom y eliezer. [16] hijos de guersom: sebuel, el primero. [17] hijos de eliezer: rejab�as, el primero. eliezer no tuvo m�s hijos, pero los hijos de rejab�as fueron muy numerosos. [18] hijos de yishar: selomit, el primero, [19] hijos de hebr�n: yeriyy�as, el primero, amar�as, el segundo, yajaziel, el tercero y yecamam, el cuarto. [20] hijos de uzziel: mik�, el primero y yiss�as el segundo. [21] hijos de merar�: majl� y mus�. hijos de majl�: eleazar y quis. [22] eleazar muri� sin tener hijos; s�lo tuvo hijas, a las que los hijos de quis, sus hermanos, tomaron por mujeres. [23] hijos de mus�: majl�, eder y yeremot, tres. [24] estos son los hijos de lev�, seg�n sus casas paternas, los cabezas de familia, seg�n el censo de ellos, contados nominalmente uno por uno. estaban encargados del servicio de la casa de yahveh desde la edad de veinte a�os en adelante. [25] pues david hab�a dicho: �yahveh, el dios de israel, ha dado reposo a su pueblo y mora en jerusal�n para siempre. [26] y en cuanto a los levitas, ya no tendr�n que transportar la morada, con todos los utensilios de su servicio.� [27] conforme a estas �ltimas disposiciones de david, se hizo el c�mputo de los hijos de lev� de veinte a�os para arriba. [28] estaban a las �rdenes de los hijos de aar�n, para el servicio de la casa de

yahveh, teniendo a su cargo los atrios y las c�maras, la limpieza de todas las cosas sagradas y la obra del servicio de la casa de dios; [29] asimismo ten�an a su cargo disponer en filas los panes, la flor de harina para la oblaci�n, las tortas sin levadura, lo frito en la sart�n, lo cocido y toda clase de medidas de capacidad y longitud. [30] �ten�an que estar presentes todas las ma�anas y todas las tardes para celebrar y alabar a yahveh [31] y para ofrecer todos los holocaustos a yahveh en los s�bados, novilunios y solemnidades, seg�n su n�mero y su rito especial, delante de yahveh para siempre, [32] guardando en el servicio de la casa de dios el ritual de la tienda del encuentro, el ritual del santuario y el ritual de los hijos de aar�n, sus hermanos. 1 cronicas cap.24 [1] estas son las clases de los hijos de aar�n. hijos de aar�n: nadab, abih�, Eleazar e itamar. [2] nadab y abih� murieron antes que su padre, sin tener hijos, de modo que ejercieron las funciones sacerdotales eleazar e itamar. [3] david, junto con sadoq, de los hijos de itamar, los clasific� y los inscribi� en el registro seg�n sus funciones. [4] se hallaron entre los hijos de eleazar m�s varones que entre los hijos de itamar, por lo que se dividi� a los hijos de eleazar en diecis�is jefes de casas paternas; y a los hijos de itamar, en ocho jefes de casas paternas. [5] los repartieron por suertes a unos y otros; porque hab�a jefes del santuario y jefes de dios, tanto entre los hijos de eleazar como entre los hijos de itamar. [6] sema�as, hijo de natanael, escriba, uno de los levitas, los inscribi� en presencia del rey y de los jefes, y en presencia del sacerdote sadoq, de ajim�lek, hijo de abiatar, y de los jefes de familias sacerdotales y lev�ticas. se sacaba a suertes: una vez para itamar y dos veces para eleazar. [7] toc� la primera suerte a yehoyarib; la segunda a yeda�as; [8] la tercera a jarim; la cuarta a seorim; [9] la quinta a malkiy�as; la sexta a miyyam�n; [10] la s�ptima a haqc�s; la octava a ab�as; [11] la novena a yes�a; la d�cima a sekan�as; [12] la once a elyasib; la doce a yaqu�n; [13] la trece a jupp�; la catorce a yisb�al; [14] la quince a bilg�; la diecis�is a immer; [15] la diecisiete a jezir; la dieciocho a happiss�s; [16] la diecinueve a petaj�as; la veinte a ezequiel; [17] la veintiuna a yak�n; la veintid�s a gamul; [18] la veintitr�s a dela�as; la veinticuatro a maaz�as. [19] fueron inscritos en el registro seg�n sus servicios para entrar en la casa de yahveh conforme al reglamento que yahveh, el dios de israel, hab�a prescrito por medio de aar�n, padre de ellos. [20] respecto de los otros hijos de lev�: de los hijos de amram: subael. de los hijos de subael: yejde�as. [21] de rejab�as: de los hijos de rejab�as, yissiy�as era el primero. [22] de los yisharitas, selomot; de los hijos de selomot, y�jat. [23] hijos de hebr�n: yeriy�as, el primero; amar�as, el segundo; yajaziel, el tercero; yecamam, el cuarto. [24] hijos de uzziel: mik�; de los hijos de mik�, samir; [25] yissiy�as era hermano de mik�; de los hijos de yissiy�as, zacar�as. [26] hijos de merar�: majl� y mus�. hijos de yaaziy�as, su hijo; [27] hijos de metar� por la l�nea de yaaziy�as, su hijo: soham, zakkur e ibr�. [28] de majl�: eleazar, que no tuvo hijos. [29] de quis: los hijos de quis: yerajmeel. [30] hijos de mus�: majl�, eder y yerimot. estos fueron los hijos de los levitas

seg�n sus casas paternas. [31] tambi�n �stos entraron en suerte de la misma manera que sus hermanos, los hijos de aar�n, en presencia del rey david, sadoq, ajim�lek y los cabezas de familias sacerdotales y los levitas, siendo tradatas las primeras familias igual que las �ltimas. 1 cronicas cap.25 [1] david y los jefes del ej�rcito separaron para el servicio a los hijos de asaf, hem�n y yedut�n, profetas, que cantaban con c�taras, salterios y c�mbalos. este es el n�mero de personas que se encargaban de este servicio: [2] de los hijos de asaf: zakkur, jos�, netan�as, asarel�, hijos de asaf, bajo la direcci�n de asaf, que profetizaba seg�n las �rdenes del rey. [3] de yedut�n: los hijos de yedut�n: Guedal�as, ser�, isa�as, jasab�as y mattit�as, seis, bajo la direcci�n de su padre yedut�n que profetizaba al son de la c�tara para celebrar y alabar a yahveh. [4] de hem�n: los hijos de hem�n: buqquiy�as, mattan�as, uzziel, sebuel, yerimot, janan�as, janan�, eliyat�, guiddalt�, romamti ezer, yosbecasa, mallot�, hotir, majaziot. [5] todos estos eran hijos de hem�n, vidente del rey; a las palabras de dios deb�an hacer sonar la trompa. dios hab�a dado a hem�n catorce hijos y tres hijas. [6] todos ellos se hallaban bajo la direcci�n de su padre para el canto de la casa de yahveh, con c�mbalos, salterios y c�taras al servicio de la casa de dios, siguiendo las indicaciones del rey, de asaf, yedut�n y hem�n. [7] su n�mero, contando a sus hermanos, los que estaban instruidos en el canto de yahveh, todos ellos maestros, era de 288. [8] echaron a suertes el turno del servicio, tanto el peque�o como el grande, el maestro como el disc�pulo. [9] la primera suerte recay� sobre el asafita jos�; la segunda sobre guedal�as con sus hermanos e hijos, doce; [10] la tercera, sobre zakkur, sus hijos y hermanos, doce; [11] la cuarta sobre yisr�, sus hijos y hermanos, doce; [12] la quinta sobre netan�as, sus hijos y hermanos, doce; [13] la sexta sobre buqquiy�as, sus hijos y hermanos, doce; [14] la s�ptima sobre yesarela, sus hijos y hermanos, doce; [15] la octava sobre isa�as, sus hijos y hermanos, doce; [16] la novena sobre mattan�as, sus hijos y hermanos, doce; [17] la d�cima sobre sim�, sus hijos y hermanos, doce; [18] la once sobre azarel, sus hijos y hermanos, doce; [19] la doce sobre jasab�as, sus hijos y hermanos, doce; [20] la trece, sobre subael, sus hijos y hermanos, doce [21] la catorce, sobre mattit�as, sus hijos y hermanos, doce; [22] la quince, sobre yeremot, sus hijos y hermanos, doce; [23] la diecis�is, sobre janan�as, sus hijos y hermanos, doce; [24] la diecisiete, sobre yosbecasa, sus hijos y hermanos, doce; [25] la dieciocho, sobre janan�, sus hijos y hermanos, doce; [26] la diecinueve, sobre mallot�, sus hijos y hermanos, doce; [27] la veinte, sobre eliyat�, sus hijos y hermanos, doce; [28] la veintiuna, sobre hotir, sus hijos y hermanos, doce; [29] la veintid�s, sobre guiddalt�, sus hijos y hermanos, doce; [30] la veintitr�s, sobre majaziot, sus hijos y hermanos, doce; [31] la veinticuatro, sobre romamti ezer, sus hijos y hermanos, doce. 1 cronicas cap.26 [1] estas son las clases de porteros: de los core�tas: meselem�as, hijo de qor�, de los hijos de ebyasaf. [2] meselem�as tuvo hijos: el primg�nito, zacar�as; el segundo, yediael; el

tercero, zebad�as; el cuarto, yatniel; [3] el quinto, elam; el sexto, yehojan�n; el s�ptimo, elyehoenay. [4] hijos de obededom: sema�as, el primog�nito; yehozabad, el segundo; yoaj, el tercero; sakar, el cuarto; natanael, el quinto; [5] amiel, el sexto; isacar el s�ptimo; peulletay, el octavo; pues dios le hab�a bendecido. [6] a su hijo sema�is le nacieron hijos, que se impusieron en sus familias paternas, pues eran hombres valerosos. [7] hijos de sema�is: otn�, rafael, obed, elzabad y sus hermanos, hombres valerosos, elih� y Semak�as. [8] todos estos eran hijos de obededom; ellos y sus hijos y sus hermanos eran hombres de gran valor para el servicio. 62 de obededom. [9] meselem�as tuvo hijos y hermanos, dieciocho hombres valerosos. [10] jos�, de los hijos de merar�, tuvo como hijos a simr�, el primero, pues aunque no fue el primog�nito, su padre le puso al frente; [11] jilqu�as, el segundo; tebal�as, el tercero; zacar�as, el cuarto. el total de los hijos y hermanos de jos� fue de trece. [12] estas secciones de los porteros, los jefes, igual que sus hermanos, ten�an el cuidado del ministerio de la casa de yahveh. [13] echaron suertes para cada puerta, sobre peque�os y grandes, con arreglo a sus casas paternas. [14] para la puerta oriental cay� la suerte sobre selem�as. despu�s echaron suertes: toc� la parte norte a su hijo zacar�as, que era un prudente consejero. [15] a obededom le toc� el sur, y a sus hijos los almacenes. [16] a supplim y a jos�, el occidente, con la puerta del tronco abatido, en el camino de la subida, correspondi�ndose un puesto de guardia con el otro. [17] al oriente seis por d�a, al norte cuatro por d�a, al mediod�a cuatro por d�a y en los almacenes de dos en dos; [18] en el parbar, a occidente, hab�a cuatro para la subida, dos para el parbar. [19] estas son las clases de los porteros, de entre los hijos de los core�tas y de los hijos de merar�. [20] los levitas, sus hermanos, custodiaban los tesoros de la casa de dios, y los tesoros de las cosas sagradas. [21] los hijos de lad�n, hijos de guers�n por la l�nea de lad�n, ten�an a los yejielitas por jefes de familia de lad�n el guersonita. [22] los yejielitas, zetam y su hermano joel, estaban al frente de los tesoros de la casa de yahveh. [23] cuanto a los amram�es, los yisharitas, los hebronitas y los ozzielitas: [24] sebuel, hijo de guers�m, hijo de mois�s, era tesorero mayor. [25] sus hermanos por parte de eliezer: rejab�as, hijo suyo; isa�as, hijo suyo; joram, hijo suyo; zikr�, hijo suyo; selomit, hijo suyo. [26] este selomit y sus hermanos estaban al cuidado de los tesoros de las cosas sagradas que hab�an consagrado el rey david, los cabezas de las casas paternas, los jefes de millar y de cien y los jefes del �jercito. [27] lo hab�an consagrado del bot�n de guerra y de los despojos, para el sostenimiento de la casa de yahveh. [28] todo lo que hab�an consagrado el vidente samuel, sa�l, hijo de quis, abner, hijo de ner, y joab, hijo de sarvia: todo lo consagrado estaba al cuidado de selomit y sus hermanos. [29] de los yisharitas: kenan�as y sus hijos administraban como escribas y jueces los negocios exteriores de israel. [30] de los hebronitas: jasab�as y sus hermanos, hombres de valor, en n�mero de 1.700, estaban encargados de la administraci�n de israel allende el jord�n, al occidente, para todos los asuntos referentes a yahveh y al servicio del rey. [31] el jefe de los hebronitas era yeriy�as. acerca de los hebronitas, en el a�o cuarenta del reinado de david, se hicieron investigaciones sobre sus genealog�as paternas, y se hallaron entre ellos hombres de val�a en yazer de galaad. [32] los hermanos de yeriy�as, hombres valerosos, jefes de familias en n�mero de

2.700, fueron constituidos por el rey david sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de manas�s, en todos los asuntos de dios y en todos los negocios del rey. 1 cronicas cap.27 [1] por lo que se refiere al n�mero de los hijos de israel: los cabezas de casas paternas, los jefes de millar y de cien y sus escribas atend�an al servicio de todo el que acudiera. las secciones interven�an en todo asunto del rey relev�ndose todos los meses del a�o. cada secci�n ten�a 24.000 hombres. [2] al frente de la primera secci�n, que era la del primer mes, estaba yasobam, hijo de zabdiel; en su secci�n hab�a 24.000 hombres. [3] pertenec�a a los hijos de peres y era jefe de todos los comandantes del ej�rcito del primer mes. [4] al frente de la secci�n del segundo mes estaba doday, el ajojita, su secci�n ten�a 24.000 hombres. [5] jefe del tercer ej�rcito, para el tercer mes, era bena�as, hijo del sacerdote yehoyad�; en su secci�n hab�a 24.000 hombres. [6] este bena�as era uno de los treinta valientes y hall�base al frente de ellos; en su secci�n estaba su hijo ammizabad. [7] el cuarto, para el cuarto mes, era asahel, hermano de joab; le sucedi� su hijo zebad�as. en su secci�n hab�a 24.000 hombres. [8] el quinto, para el quinto mes, era el jefe samhut el zarejita, cuya secci�n constaba de 24.000 hombres. [9] el sexto, para el sexto mes, era ir�, hijo de iqu�s, el teco�ta, y en su secci�n hab�a 24.000 hombres. [10] el s�ptimo, para el s�ptimo mes, era jeles el pelonita, de los benjaminitas; su secci�n constaba de 24.000 hombres. [11] el octavo, para el octavo mes, era sibbekay, de jus�, el zarejita; su secci�n constaba de 24.000 hombres. [12] el noveno, para el noveno mes, era abi�zer, de anatot de los benjaminitas; en su secci�n hab�a 24.000 hombres. [13] el d�cimo, para el d�cimo mes, era mahray, de neftof�, zarejita; su secci�n constaba de 24.000 hombres. [14] el und�cimo, para el mes und�cimo, era bena�as, de pirat�n, de los efraimitas; su secci�n ten�a 24.000 hombres. [15] el duod�cimo, para el mes duod�cimo, era jelday, de netof�, de la estirpe de otniel; su secci�n comprend�a 24.000 hombres. [16] jefes de las tribus de israel: jefe de los rubenitas: eliezer, hijo de zikr�. de los simeonitas: sefat�as, hijo de maak�. [17] de los levitas: jasab�as, hijo de quemuel. de aar�n: sadoq. [18] de jud�: elih�, uno de los hermanos de david. de isacar: omr�, hijo de miguel. [19] de zabul�n: yisma�as, hijo de abd�as. de neftal�: yerimot, hijo de azriel. [20] de los efraimitas: oseas, hijo de azar�as. de la media tribu de manas�s: joel, hijo de peda�as. [21] de la media tribu de manas�s en galaad: yidd�, hijo de zacar�as. de benjam�n: yaasiel, hijo de abner. [22] de dan: azarael, hijo de yerojam. estos son los jefes de las tribus de israel. [23] david no hizo el censo de los que ten�an menos de veinte a�os, porque yahveh hab�a dicho que multiplicar�a a israel como las estrellas del cielo. [24] joab, hijo de sarvia, comenz� a hacer el censo, pero no lo acab�; pues con ese motivo la c�lera descarg� sobre israel, por eso su n�mero no alcanza el n�mero de los anales del rey david. [25] azm�vet, hijo de adiel, ten�a a su cargo los dep�sitos reales. sobre los dep�sitos del campo, de las ciudades, de las aldeas, y de las torres, estaba jonat�n, hijo de uzz�as;

[26] sobre los labradores del campo que cultivaban las tierras, ezr�, hijo de kelub; [27] sobre las vi�as, sim�, de ram�; sobre las provisiones de vino de las bodegas, zabd�, de sef�n; [28] sobre los olivares y los sic�moros que hab�a en la tierra baja, b�al jan�n, de gu�der; sobre los almacenes de aceite, jo�s; [29] sobre las vacadas que pac�an en sar�n, sitray el saronita; sobre las vacadas de los valles, safat, hijo de adlay; [30] sobre los camellos, obil el ismaelita; sobre las asnas, jejde�as, de meronot; [31] sobre las ovejas, yaziz el hagarita. todos estos eran intendentes de la hacienda del rey david. [32] jonat�n, t�o de david, hombre prudente e instruido, era consejero; �l y yejiel, hijo de yakmon�, cuidaban de los hijos del rey. [33] ajit�fel era consejero del rey, y jusay el arquita era amigo del rey. [34] despu�s de ajit�fel, lo fueron yehoyad�, hijo de bena�as, y abiatar. joab era el jefe del ej�rcito del rey. 1 cronicas cap.28 [1] david reuni� en jerusal�n a todos los jefes de israel, los jefes de las tribus, los jefes de las secciones que estaban al servicio del rey, los jefes de millar y los jefes de cien, los administradores de la hacienda y del ganado del rey y de sus hijos, a los eunucos, los valientes y todos los hombres de valor. [2] y, poni�ndose en pie, dijo el rey david: �o�dme, hermanos m�os y pueblo m�o: hab�a decidido en mi coraz�n edificar una casa donde descansasa el arca de la alianza de yahveh y sirviese de escabel de los pies de nuestro dios. ya hab�a hecho yo preparativos para la construcci�n, [3] pero dios me dijo: "no edificar�s t� la casa a mi nombre, pues eres hombre de guerra y has derramado sangre. [4] �sin embargo, yahveh, el dios de israel, me ha elegido de entre toda la casa de mi padre, para que fuese rey de israel para siempre. pues escogi� a jud� para ser caudillo, y de las familias de jud� a la casa de mi padre, y de entre los hijos de mi padre se ha complacido en m� para establecer un rey sobre todo israel. [5] y entre todos mis hijos -pues yahveh me ha dado muchos hijos- eligi� a mi hijo salom�n para que se siente en el trono del reino de yahveh sobre israel. [6] y el me dijo: "t� hijo salom�n edificar� mi casa y mis atrios; porque le he escogido a �l por hijo m�o, y yo ser� para �l padre. [7] har� estable su reino para siempre, si se mantiene firme en el cumplimiento de mis mandamientos y de mis normas como lo hace hoy." [8] �ahora, pues, a los ojos de todo israel, que es la asamblea de yahveh, y a o�dos de nuestro dios, guardad y meditad todos los mandamientos de yahveh vuestro dios, para que pod�is poseer esta tierra espl�ndida y la dej�is como heredad a vuestros hijos despu�s de vosotros para siempre. [9] �y t�, Salom�n, hijo m�o, reconoce al dios de tu padre, y s�rvele con coraz�n entero y con �nimo generoso, porque yahveh sondea todos los corazones y penetra los pensamientos en todas sus formas. si le buscas, se dejar� encontrar; pero si le dejas, �l te desechar� para siempre. [10] mira ahora que yahveh te ha elegido para edificar una casa que sea su santuario. �s� fuerte, y manos a la obra!� [11] david dio a su hijo salom�n el dise�o del vest�bulo y de los dem�s edificios, de los almacenes, de las salas altas, de las salas interiores y del lugar del propiciatorio; [12] y tambi�n el dise�o de todo lo que ten�a en su mente respecto de los atrios de la casa de yahveh, y de todas las camaras de alrededor, para los tesoros de la casa de dios y los tesoros de las cosas sagradas; [13] asimismo respecto de las clases de los sacerdotes y de los levitas y del ejercicio del servicio de la casa de yahveh, como tambi�n de todos los utensilios

del servicio de la casa de yahveh. [14] cuanto al oro, el peso de oro para cada uno de los utensilios de cada servicio, y tambi�n la plata, seg�n el peso que correspond�a a cada uno de los utensilios de cada clase de servicio; [15] asimismo el peso de los candelabros de oro y sus l�mparas de oro, seg�n el peso de cada candelabro y de sus l�mparas, y para los candelabros de plata seg�n el peso de cada candelabro y sus l�mparas, conforme al servicio de cada candelabro; [16] el peso de oro para las mesas de las filas de pan, para cada mesa, y la plata para las mesas de plata; [17] oro puro para los tenedores, los acetres y los jarros; y asimismo lo correspondiente para las copas de oro, seg�n el peso de cada copa, y para las copas de plata seg�n el peso de cada copa; [18] para el altar del incienso, oro acrisolado seg�n el peso; asimismo seg�n el peso; asimismo el modelo de la carroza y de los querubines que extienden las alas y cubren el arca de la alianza de yahveh. [19] todo esto conforme a lo que yahveh hab�a escrito de su mano para hacer comprender todos los detalles del dise�o. [20] y dijo david a su hijo salom�n: ��s� fuerte y ten buen �nimo; y manos a la obra! no temas ni desmayes, porque yahveh dios, el dios m�o, est� contigo; no te dejar� ni te desamparar�, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de yahveh. [21] ah� tienes las clases de los sacerdotes y de los levitas para todo el servicio de la casa de dios; estar�n a tu lado para cada clase de obra, todos los hombres de buena voluntad y h�biles para cualquier clase de servicio; y los jefes del pueblo entero est�n a tus �rdenes.� 1 cronicas cap.29 [1] dijo el rey david a toda la asamblea: �mi hijo salom�n, el �nico elegido por dios, es todav�a joven y d�bil, y la obra es grande; pues este alc�zar no es para hombre, sino para yahveh dios. [2] con todas mis fuerzas he preparado, con destino a la casa de mi dios, el oro para los objetos de oro, la plata para los de plata, el bronce para los de bronce, el hierro para los de hierro, y la madera para los de madera; piedras de �nice y de engaste, piedras brillantes y de varios colores, toda suerte de piedras preciosas y piedras de alabastro en abundancia. [3] fuera de esto, en mi amor por la casa de mi dios, doy a la casa de mi dios el oro y la plata que poseo, adem�s de todo lo que tengo preparado para la casa del santuario: [4] 3.000 talentos de oro, del oro de ofir, y 7.000 talentos de plata acrisolada para recubrir las paredes de los edificios; [5] el oro para los objetos de oro, la plata para los de plata y para todas las obras de orfebrer�a. �qui�n, pues, quiere ahora hacer a manos llenas una ofrenda a yahveh?� [6] entonces los cabezas de familia, los jefes de las tribus de israel, los jefes de millar y de cien, y los encargados de las obras del rey, ofrecieron espont�neamente sus donativos, [7] y dieron para el servicio de la casa de dios 5.000 talentos de oro, 10.000 d�ricos, 10.000 talentos de plata, 18.000 talentos de bronce y 100.000 talentos de hierro. [8] los que ten�an piedras preciosas las entregaron para el tesoro de la casa de yahveh, en manos de yejiel el guersonita . [9] y el pueblo se alegr� por estas ofrendas voluntarias; porque de todo coraz�n la habi�n ofrecido espont�neamente a yahveh. tambi�n el rey david tuvo un gran gozo. [10] despu�s bendijo david a yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: ��bendito t�, oh yahveh, dios de nuestro padre israel, desde siempre hasta

siempre! [11] tuya, oh yahveh, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, el esplendor y la majestad; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. tuy�, oh yahveh, es el reino; t� te levantas por encima de todo. [12] de ti proceden las riquezas y la gloria. t� lo gobiernas todo; en tu mano est�n el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia. [13] pues bien, oh dios nuestro, te celebramos y alabamos tu nombre magn�fico. [14] pues, �qui�n soy yo y qui�n es mi pueblo para que podamos ofrecerle estos donativos? porque todo viene de ti, y de tu mano te lo damos. [15] porque forasteros y hu�spedes somos delante de ti, como todos nuestros padres; como sombras son nuestros d�as sobre la tierra y no hay esperanza. [16] yahveh, dios nuestro, todo este grande acopio que hemos preparado para edificarte una casa para tu santo nombre, viene de tu mano y tuyo es todo. [17] bien s�, dios m�o, que t� pruebas los corazones y amas la rectitud; por eso te he ofrecido voluntariamente todo esto con rectitud de coraz�n, y ahora veo con regocijo que tu pueblo, que est� aqu�, te ofrece espont�neamente tus dones. [18] oh yahveh, dios de nuestros padres abraham, isaac, e israel, conserva esto perpetuamente para formar los pensamientos en el coraz�n de tu pueblo, y dirige t� su coraz�n hacia ti. [19] da a mi hijo salom�n un coraz�n perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus instrucciones y tus preceptos, para que todo lo ponga por obra y edifique el alc�zar que yo te he preparado.� [20] despu�s dijo david a toda la asamblea: ��bendecid a yahveh, vuestro dios!� y toda la asamblea bendijo a yahveh, el dios de sus padres, se inclinaron y se postraron ante yahveh y ante el rey. [21] al d�a siguiente sacrificaron v�ctimas a yahveh y le ofrecieron holocaustos: mil novillos, mil carneros y mil corderos, con sus libaciones y muchos sacrificios por todo israel. [22] aquel d�a comieron y bebieron ante yahveh con gran gozo y por segundo vez proclamaron rey a salom�n, hijo de david; le ungieron como caudillo ante yahveh, y a sadoq como sacerdote. [23] sent�se salom�n como rey sobre el trono de yahveh en lugar de su padre david: �l prosper� y todo israel le obedeci� [24] todos los jefes y valientes, y tambi�n todos los hijos del rey david, prestaron obediencia al rey salom�n. [25] y yahveh engrandeci� sobremanera a salom�n a los ojos de todo israel, y le dio un reinado glorioso como nunca hab�a tenido ning�n rey de israel antes de �l. [26] david, hijo de jes�, hab�a reinado sobre todo israel. [27] el tiempo que rein� sobre israel fue de cuarenta a�os. en hebr�n rein� siete a�os y en jerusal�n 33. [28] muri� en buena vejez, lleno de d�as, riqueza y gloria; y en su lugar rein� su hijo salom�n. [29] los hechos del rey david, de los primeros a los postreros, est�n escritos en la historia del vidente samuel, en la historia del profeta nat�n y en la historia del vidente gad, [30] juntamente con todo su reinado y sus haza�as, y las cosas que le sobrevinieron a �l, a israel y a todos los reinos de los dem�s pa�ses. 2 cronicas cap.1 [1] salom�n, hijo de david, se afianz� en su reino; yahveh, su dios, estaba con �l y le engrandeci� sobremanera. [2] salom�n habl� a todo israel, a los jefes de millar y de cien, a los jueces y a todos los jefes de todo israel, cabezas de casas paternas. [3] despu�s salom�n fue con toda la asamblea al alto de gaba�n, porque all� se hallaba la tienda del encuentro de dios, que mois�s, siervo de yahveh, hab�a hecho en el desierto.

[4] cuanto al arca de dios, david la hab�a llevado de quiryat yearim al lugar preparado para ella, pues le hab�a alzado una tienda en jerusal�n. [5] el altar de bronce que hab�a hecho besalel, hijo de ur�, hijo de jur, estaba tambi�n all� delante de la morada de yahveh. fueron, pues, salom�n y la asamblea para consultarle. [6] subi� Salom�n all�, al altar de bronce que estaba ante yahveh, junto a la tienda del encuentro, y ofreci� sobre �l mil holocaustos. [7] aquella noche se apareci� Dios a salom�n y le dijo: �p�deme lo que quieras que te d�.� [8] salom�n respondi� a dios: �t� tuviste gran amor a mi padre david, y a m� me has hecho rey en su lugar. [9] ahora, pues, oh yahveh dios, que se cumpla la promesa que hiciste a mi padre david, ya que t� me has hecho rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. [10] dame, pues, ahora sabidur�a e inteligencia, para que sepa conducirme ante este pueblo tuyo tan grande.� [11] respondi� Dios a salom�n: �ya que piensas esto en tu coraz�n, y no has pedido riquezas ni bienes ni gloria ni la muerte de tus enemigos; ni tampoco has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabidur�a e inteligencia para saber juzgar a mi pueblo, del cual te he hecho rey, [12] por eso te son dadas la sabidur�a y el entendimiento, y adem�s te dar� riqueza, bienes y gloria como no las tuvieron los reyes que fueron antes de ti, ni las tendr� ninguno de los que vengan despu�s de ti.� [13] salom�n regres� a jerusal�n desde el alto de gaba�n, de delante de la tienda del encuentro, y rein� sobre israel. [14] salom�n reuni� carros y caballos, tuvo 1.400 carros y 12.000 caballos que llev� a las ciudades de los carros y junto al rey en jerusal�n. [15] hizo el rey que la plata y el oro fuese tan abundante en jerusal�n como las piedras y los cedros, como los sic�moros de la tierra baja. [16] los caballos de salom�n proced�an de musur y de cilicia; los mercaderes del rey los adquir�an en cilicia por su precio en dinero. [17] tra�an de egipto un carro por seiscientos siclos de plata, y un caballo por 150. los tra�an tambi�n como intermediarios para todos los reyes de los hititas y todos los reyes de aram [18] decidi�, pues, salom�n edificar una casa al nombre de yahveh y una casa real para s�. 2 cronicas cap.2 [1] salom�n se�al� 70.000 hombres para transportar cargas, 80.000 canteros en el monte y 3.600 capataces para ellos. [2] salom�n envi� a decir a juram, rey de tiro: �haz conmigo como hiciste con mi padre david, envi�ndole maderas de cedro para que se construyera una casa en que habitar. [3] te hago saber que voy a edificar una casa al nombre de yahveh, mi dios, para consagr�rsela, para quemar ante �l incienso arom�tico, para la ofrenda perpetua de los panes presentados, y para los holocaustos de la ma�ana y de la tarde, de los s�bados, novilunios y solemnidades de yahveh nuestro dios, como se hace siempre en israel. [4] la casa que voy a edificar ser� grande, porque nuestro dios es mayor que todos los dioses. [5] pero �qui�n ser� capaz de construirle una casa, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle? �y qui�n soy yo para edificarle una casa, aunque est� destinada tan s�lo para quemar incienso en su presencia? [6] env�ame, pues, un hombre diestro en trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la p�rpura escarlata, el carmes� y la p�rpura violeta, y que sepa grabar; estar� con los expertos que tengo conmigo en jud� y en jerusal�n, y que mi padre david ya hab�a preparado.

[7] env�ame tambi�n madera de cedro, de cipr�s y algummim del l�bano; pues bien s� que tus siervos saben talar los �rboles del l�bano, y mis siervos trabajar�n con tus siervos, [8] para prepararme madera en abundancia; pues la casa que voy a edificar ha de ser grande y maravillosa. [9] dar� para el sustento de tus siervos, los taladores de los �rboles, 20.000 cargas de trigo, 20.000 cargas de cebada, 20.000 medidas de vino y 20.000 medidas de aceite.� [10] juram, rey de tiro, respondi� en una carta que envi� al rey salom�n: �por el amor que tiene yahveh a su pueblo te ha hecho rey sobre ellos.� [11] y a�ad�a juram: �bendito sea yahveh, el dios de israel, hacedor del cielo y de la tierra, que ha dado al rey david un hijo sabio, prudente e inteligente, que edificar� una casa a yahveh y una casa real para s�. [12] te env�o, pues, ahora a juram ab�, hombre h�bil, dotado de inteligencia; [13] es hijo de una danita, y su padre es de tiro. sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra y la madera, la p�rpura escarlata, la p�rpura violeta, el lino fino y el carmes�. sabe tambi�n hacer toda clase de grabados y ejecutar cualquier obra que se le proponga, a una con tus art�fices y los art�fices de mi se�or david, tu padre. [14] que mande, pues, a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino de que ha hablado mi se�or, [15] y por nuestra parte cortaremos del l�bano toda la madera que necesites y te la llevaremos en balsas, por mar, hasta joppe, y luego t� mandar�s que la suban a jerusal�n.� [16] salom�n hizo el censo de todos los forasteros residentes en israel, tomando por modelo el censo que hab�a hecho su padre david; y se hall� que eran 153.600. [17] de ellos destin� 70.000 para el transporte de cargas, 80.000 para las canteras en las monta�as y 3.600 como capataces para hacer trabajar al pueblo. 2 cronicas cap.3 [1] empez�, pues, salom�n a edificar la casa de yahveh en jerusal�n, en el monte moria, donde dios se hab�a manifestado a su padre david, en el lugar donde david hab�a hecho los preparativos, en la era de orn�n el jebuseo. [2] dio comienzo a las obras el segundo mes del a�o cuarto de su reinado. [3] este es el plano sobre el que salom�n edific� la casa de dios: sesenta codos de longitud, en codos de medida antigua, y veinte codos de anchura. [4] el ulam que estaba delante del hekal de la casa ten�a una longitud de veinte codos, correspondiente al ancho de la casa, y una altura de 120. salom�n lo recubri� por dentro de oro puro. [5] revisti� la sala grande de madera de cipr�s y la recubri� de oro fino, haciendo esculpir en ella palmas y cadenillas. [6] para adornar la casa la revisti� tambi�n de piedras preciosas; el oro era oro de parvayim. [7] recubri� de oro la casa, las vigas, los umbrales, sus paredes y sus puertas, y esculpi� querubines sobre las paredes. [8] construy� tambi�n la sala del santo de los santos, cuya longitud, correspondiente al ancho de la casa, era de veinte codos, y su anchura igualmente de veinte codos. lo revisti� de oro puro, que pesaba seiscientos talentos. [9] los clavos de oro pesaban cincuenta siclos. cubri� tambi�n de oro las salas altas. [10] en el interior de la sala del santo de los santos hizo dos querubines, de obra esculpida, que revisti� de oro. [11] las alas de los querubines ten�an veinte codos de largo. un ala era de cinco codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala ten�a tambi�n cinco codos y tocaba el ala del otro querub�n. [12] el ala del segundo querub�n era de cinco codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala ten�a tambi�n cinco codos y pegaba con el ala del primer querub�n.

[13] las alas desplegadas de estos querubines med�an veinte codos. estaban de pie, y con sus caras vueltas hacia la sala. [14] hizo tambi�n el velo de p�rpura violeta, p�rpura escarlata, carmes� y lino fino, y en �l hizo poner querubines. [15] delante de la sala hizo dos columnas de 35 codos de alto. el capitel que las coronaba ten�a cinco codos. [16] en el debir hizo cadenillas y las coloc� sobre los remates de las columnas; hizo tambi�n cien granadas, que puso en las cadenillas. [17] erigi� las columnas delante del hekal, una a la derecha y otra a la izquierda, y llam� a la de la derecha yak�n y a la de la izquierda boaz. 2 cronicas cap.4 [1] construy� tambi�n un altar de bronce de veinte codos de largo, veinte codos de ancho y diez codos de alto. [2] hizo el mar de metal fundido, de diez codos de borde a borde. era enteramente redondo y de cinco codos de alto. un cord�n de treinta codos med�a su contorno. [3] debajo del borde hab�a en todo el contorno unas como figuras de bueyes, diez por cada codo, colocadas en dos �rdenes, fundidas en una sola masa. [4] se apoyaba sobre doce bueyes; tres mirando al norte, tres mirando al oeste, tres mirando al sur y tres mirando al este. el mar estaba sobre ellos, quedando sus partes traseras hacia el interior. [5] su espesor era de un palmo, y su borde como el borde del c�liz de la flor de lirio. cab�an en �l 3.000 medidas. [6] hizo diez pilas para las abluciones y coloc� cinco de ellas a la derecha y cinco a la izquierda para lavar en ellas lo que se ofrec�a en holocausto. el mar era para las abluciones de los sacerdotes. [7] hizo diez candelabros de oro seg�n la forma prescrita, y los coloc� en el hekal, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. [8] hizo diez mesas, que puso en el hekal, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. hizo tambi�n cien acetres de oro. [9] construy� tambi�n el atrio de los sacerdotes y el atrio grande con sus puertas, revistiendo las puertas de bronce. [10] coloc� el mar al lado derecho, hacia el sureste. [11] juram hizo tambi�n los ceniceros, las paletas y los acetres. as� concluy� Juram la obra que le hab�a encargado el rey salom�n en la casa de dios: [12] las dos columnas; las molduras de los capiteles que coronaban las columnas; los dos trenzados para cubrir las dos molduras de los capiteles que estaban sobre las columnas; [13] las cuatrocientas granadas para cada trenzado; [14] las diez basas, y las diez pilas sobre las basas; [15] el mar con los doce bueyes debajo de �l; [16] los ceniceros, las paletas y los acetres. todos estos utensilios los hizo juram ab� para el rey salom�n, para la casa de yahveh, de bronce bru�ido. [17] el rey los hizo fundir en la vega del jord�n, en el mismo suelo, entre sukkot y sered�. [18] salom�n fabric� todos estos utensilios en tan enorme cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce. [19] salom�n hizo todos los objetos destinados a la casa de dios: el altar de oro, las mesas para el pan de la presencia, [20] los candelabros con sus l�mparas de oro fino, para que ardieran, seg�n el rito, delante del debir; [21] las flores, las l�mparas y las despabiladeras de oro, de oro pur�simo; [22] y los cuchillos, los acetres, los vasos y los braseros, de oro puro. eran tambi�n de oro las puertas interiores de la casa a la entrada del santo de los santos, y las puertas de la casa para el hekal. 2 cronicas cap.5

[1] as� fue concluida todo la obra que hizo salom�n para la casa de yahveh. salom�n hizo traer todo lo consagrado por su padre david, la plata, el oro y todos los objetos, y lo puso en los tesoros de la casa de dios. [2] entonces congreg� Salom�n en jerusal�n a todos los ancianos de israel, a todos los jefes de las tribus y a los principales de las casas paternas de los hijos de israel, para hacer subir el arca de la alianza de yahveh desde la ciudad de david, que es si�n. [3] se reunieron junto al rey todos los hombres de israel, en la fiesta del mes s�ptimo. [4] cuando llegaron todos los ancianos de israel, los levitas alzaron el arca; [5] y llevaron el arca y la tienda del encuentro y todos los utensilios del santuario que hab�a en la tienda; lo llevaron los sacerdotes levitas. [6] el rey salom�n, con toda la comunidad de israel que se hab�a reunido en torno a �l, sacrificaron ante el arca ovejas y bueyes en incalculable e innumerable abundancia. [7] los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de yahveh a su lugar, al debir de la casa, al santo de los santos, bajo las alas de los querubines. [8] pues los querubines extend�an las alas por encima del emplazamiento del arca, cubriendo el arca y los varales por encima. [9] los varales eran tan largos que se ve�an sus puntas desde el santo, desde la parte anterior al debir, pero no se ve�an desde fuera; y all� est�n hasta el d�a de hoy. [10] en el arca no hab�a nada m�s que las dos tablas que hizo poner mois�s en ella, en el horeb, cuando yahveh hizo alianza con los israelitas a su salida de egipto. [11] cuando los sacerdotes salieron del santuario, porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes se hab�an santificado, sin guardar orden de clases, [12] y todos los levitas cantores, asaf, hem�n y yedut�n, con sus hijos y hermanos, vestidos de lino fino, estaban de pie al oriente del altar, tocando c�mbalos, salterios y c�taras, y con ellos 120 sacerdotes que tocaban las trompetas; [13] se hac�an o�r al mismo tiempo y al un�sono los que tocaban las trompetas y los cantores, alabando y celebrando a yahveh; alzando la voz con las trompetas y con los c�mbalos y otros instrumentos de m�sica, alababan a yahveh diciendo: �porque es bueno, porque es eterno su amor�; la casa se llen� de una nube, la misma casa de yahveh. [14] y los sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la nube, porque la gloria de yahveh llenaba la casa de dios. 2 cronicas cap.6 [1] entonces dijo salom�n: �yahveh quiere habitar en densa nube. [2] he querido erigirte una morada, un lugar donde habites para siempre�. [3] se volvi� el rey y bendijo a toda la asamblea de israel, mientras toda la asamblea de israel estaba en pie. [4] dijo: �bendito sea yahveh, dios de israel, que habl� por su boca a mi padre david, y ha cumplido por su mano lo que dijo: [5] "desde el d�a en que saqu� a mi pueblo de la tierra de egipto, no he elegido ninguna ciudad entre todas las tribus de israel, para edificar una casa en la que est� mi nombre; ni eleg� var�n que fuese caudillo de mi pueblo israel; [6] pero elijo a jerusal�n, para que est� all� mi nombre, y elijo a david para que sea jefe de mi pueblo israel." [7] �mi padre david pens� en su coraz�n edificar una casa al nombre de yahveh, dios de israel. [8] pero yahveh dijo a mi padre david: "cuanto a haber pensado en tu coraz�n edificar una casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal voluntad. [9] pero no edificar�s t� la casa, sino que ser� un hijo tuyo, salido de tus

entra�as, quien edifique la casa a mi nombre." [10] yahveh ha cumplido la promesa que dijo; he sucedido a mi padre david, me he sentado en el trono de israel, como yahveh hab�a dicho, y he construido la casa al nombre de yahveh, dios de israel; [11] y he puesto all� el arca, en la cual est� la alianza de yahveh, que �l pact� con los israelitas.� [12] salom�n se puso ante el altar de yahveh en presencia de toda la asamblea de israel y extendi� las manos. [13] salom�n hab�a hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, cinco codos de ancho, y tres codos de alto, que hab�a colocado en medio del atrio; poni�ndose sobre �l se arrodill� frente a toda la asamblea de israel. y extendiendo sus manos hacia el cielo, [14] dijo: �yahveh, dios de israel, no hay dios como t� ni en el cielo ni en la tierra; t� que guardas la alianza y el amor a tus siervos que andan en tu presencia con todo su coraz�n; [15] t� que has mantenido a mi padre david la promesa que le hiciste, pues por tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido este d�a. [16] ahora, pues yahveh, dios de israel, mant�n a tu siervo david, mi padre, la promesa que le hiciste, diciendo: " nunca ser� quitado de mi presencia uno de los tuyos, que se siente en el trono de israel, con tal que tus hijos guarden su camino andando en mi ley, como t� has andado delante de m�." [17] ahora, yahveh, dios de israel, que se cumpla la palabra que dijiste a tu siervo david. [18] pero �es que verdaderamente habitar� Dios con los hombres sobre la tierra? si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, �cu�nto menos esta casa que yo te he construido! [19] atiende a la plegaria de tu siervo y a su petici�n, yahveh, dios m�o, y escucha el clamor y la plegaria que tu siervo hace en tu presencia. [20] �que tus ojos est�n abiertos d�a y noche sobre esta casa, sobre este lugar del que dijiste que pondr�as en �l tu nombre para escuchar la oraci�n que dirige tu siervo hacia este lugar! [21] �oye, pues, las plegarias de tu siervo israel, tu pueblo, cuando oren hacia este lugar. escucha t� desde el lugar de tu morada, desde los cielos; escucha y perdona. [22] �cuando un hombre peque contra su pr�jimo, y �ste pronuncie una imprecaci�n sobre �l, haci�ndole jurar delante de tu altar en esta casa, [23] escucha t� desde los cielos y obra; juzga a tus siervos. da su merecido al inicuo, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y declarando inocente al justo, para darle seg�n su justicia. [24] �si israel, tu pueblo, es batido por el enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelven y alaban tu nombre orando y suplicando ante ti en esta casa, [25] escucha t� desde los cielos, perdona el pecado de tu pueblo israel, y vu�lvelos a la tierra que les diste a ellos y a sus padres. [26] �cuando los cielos est�n cerrados y no haya lluvia porque pecaron contra ti, si oran en este lugar y alaban tu nombre, y se convierten de su pecado porque les humillaste, [27] escucha t� desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo israel, pues les ense�ar�s el camino bueno por el que deben andar, y env�a lluvia sobre tu tierra, la que diste a tu pueblo por herencia. [28] �cuando haya hambre en esta tierra, cuando haya peste, tiz�n, a�ublo, langosta o pulg�n, cuando su enemigo le asedie en una de sus puertas, en todo azote y toda enfermedad, [29] si un hombre cualquiera, o todo israel, tu pueblo, hace oraciones y s�plicas, y, reconociendo su pena y su dolor, tiende sus manos hacia esta casa, [30] escucha t� desde los cielos, lugar de tu morada, y perdona, dando a cada uno seg�n todos sus caminos, pues t� conoces su coraz�n -y s�lo t� conoces el coraz�n de todos los hijos de los hombres[31] para que teman y sigan tus caminos todos los d�as que vivan sobre la haz de

la tierra que has dado a nuestros padres. [32] �tambi�n al extranjero, que no es de tu pueblo israel, el que viene de un pa�s lejano a causa de tu gran nombre, tu mano fuerte y tu tenso brazo, cuando venga a orar en esta casa, [33] escucha t� desde los cielos, lugar de tu morada, y haz cuanto te pida el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo he construido. [34] �si tu pueblo va a la guerra contra sus enemigos por el camino por el que t� le env�es, si oran a ti, vueltos hacia esta ciudad que t� has elegido, y hacia la casa que yo he construido a tu nombre, [35] escucha t� desde los cielos su oraci�n y su plegaria y hazles justicia. [36] cuando pequen contra ti -pues no hay hombre que no peque y t�, irritado contra ellos, los entregues al enemigo, y sus conquistadores los lleven cautivos a un pa�s lejano o cercano, [37] si se convierten en su coraz�n en la tierra a que hayan sido llevados, si se arrepienten y te suplican en la tierra de su cautividad, diciendo: "hemos pecado, hemos sido perversos, somos culpables"; [38] si se vuelven a ti con todo su coraz�n y con toda su alma en el pa�s de la cautividad al que fueren deportados, y te suplican vueltos hacia la tierra que t� diste a sus padres y hacia la ciudad que t� has elegido y hacia la casa que yo he edificado a tu nombre, [39] escucha t� desde los cielos, lugar de tu morada, su oraci�n y su plegaria; hazles justicia y perdona a tu pueblo los pecados cometidos contra ti. [40] �que tus ojos, dios m�o, est�n abiertos, y tus o�dos atentos a la oraci�n que se haga en este lugar. [41] y ahora �lev�ntate, yahveh dios, hacia tu reposo, t� y el arca de tu fuerza! �que tus sacerdotes, yahveh dios, se revistan de salvaci�n. y tus fieles gocen de la felicidad! [42] yahveh, dios m�o, no rehaces el rostro de tu ungido; acu�rdate de las misericordias otorgadas a david tu siervo.� 2 cronicas cap.7 [1] cuando salom�n acab� de orar, baj� fuego del cielo que devor� el holocausto y los sacrificios; y la gloria de yahveh llen� la casa. [2] los sacerdotes no pod�an entrar en la casa de yahveh, porque la gloria de yahveh llenaba la casa de yahveh. [3] entonces todos los hijos de israel, viendo descender el fuego y la gloria de yahveh sobre la casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y alabaron a yahveh �porque es bueno, porque es eterno su amor�. [4] luego el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios ante yahveh. [5] el rey salom�n ofreci� en sacrificio 22.000 bueyes y 120.000 ovejas. as� inauguraron la casa de dios el rey y todo el pueblo. [6] los sacerdotes atend�an a su ministerio, mientras los levitas glorificaban a yahveh con los instrumentos que el rey david fabric� para acompa�ar los c�nticos de yahveh, �porque es eterno su amor�, ejecutando los c�nticos compuestos por david. los sacerdotes estaban delante de ellos tocando las trompetas, y todo israel se manten�a en pie. [7] salom�n consagr� el interior del patio, que est� delante de la casa de yahveh, pues ofreci� all� los holocaustos y las grasas de los sacrificios de comuni�n, ya que el altar de bronce que hab�a hecho salom�n no pod�a contener el holocausto, la oblaci�n y las grasas. [8] entonces salom�n celebr� la fiesta durante siete d�as y con �l todo israel, en magna asamblea, venida desde la entrada de jamat hasta el torrente de egipto. [9] el d�a octavo tuvo lugar la asamblea solemne, pues hab�an hecho la dedicaci�n del altar por siete d�as, de manera que la fiesta dur� siete d�as. [10] el d�a veintitr�s del mes s�ptimo, salom�n envi� al pueblo a sus tiendas

alegre y contento en su coraz�n por el bien que yahveh hab�a hecho a david, a salom�n y a su pueblo israel. [11] acab� Salom�n la casa de yahveh y la casa del rey y llev� a cabo todo cuanto se hab�a propuesto hacer en la casa de yahveh y en su propia casa. [12] apareci�se entonces yahveh a salom�n por la noche y le dijo: �he o�do tu oraci�n, y me he elegido este lugar como casa de sacrificio. [13] si yo cierro el cielo y no llueve, si yo mando a la langosta devorar la tierra, o env�o la peste entre mi pueblo; [14] y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi nombre, se humilla, orando y buscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo les oir� desde los cielos, perdonar� su pecado y sanar� su tierra. [15] mis ojos estar�n abiertos, y mis o�dos atentos a la oraci�n que se haga en este lugar; [16] pues ahora he escogido y santificado esta casa, para que en ella permanezca mi nombre por siempre. all� estar�n mis ojos y mi coraz�n todos los d�as. [17] y en cuanto a ti, si andas en mi presencia como anduvo tu padre david, haciendo todo lo que he mandado y guardando mis decretos y mis sentencias, [18] afianzar� el trono de tu realeza como pact� con tu padre david diciendo: "no te faltar� un hombre que domine en israel." [19] pero si os apart�is, abandonando los decretos y los mandamientos que os he dado, y vais a servir a otros dioses, postr�ndoos ante ellos, [20] os arrancar� de mi tierra que os he dado; arrojar� de mi presencia esta casa que yo he consagrado a mi nombre y la har� objeto de proverbio y de escarnio entre todos los pueblos. [21] y esta casa que es tan sublime vendr� a ser el espanto de todos los que pasen cerca de ella, de modo que dir�n: "�por qu� ha hecho as� Yahveh a esta tierra y a esta casa?" [22] y se responder�: "porque abandonaron a yahveh, el dios de sus padres que los sac� de la tierra de egipto, y han seguido a otros dioses, se han postrado ante ellos y les han servido; por eso ha hecho venir sobre ellos todo este mal."� 2 cronicas cap.8 [1] al cabo de los veinte a�os que emple� Salom�n en edificar la casa de yahveh y su propia casa, [2] reconstruy� las ciudades que juram le hab�a dado, y estableci� all� los israelitas. [3] salom�n march� contra jamat de sob� y se apoder� de ella; [4] reedific� Tadmor en el desierto, y todas las ciudades de avituallamiento que construy� en jamat; [5] reconstruy� Bet jor�n de arriba y bet jor�n de abajo, ciudades fortificadas, con murallas, puertas y barras, [6] y baalat, con todas las ciudades de avituallamiento que pertenec�an a salom�n, todas las ciudades de carros y las ciudades para los caballos, y todo cuanto quiso edificar en jerusal�n, en el l�bano y en toda la tierra de su dominio. [7] con toda la gente que hab�a quedado de los hititas, los amorreos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos, que no eran israelitas, [8] cuyos descendientes hab�an quedado despu�s de ellos en el pa�s y a los que los israelitas no hab�an exterminado, hizo salom�n una leva que dura hasta el d�a de hoy. [9] pero no emple� Salom�n a ninguno de los israelitas como esclavo para sus obras, sino como hombres de guerra, jefes y escuderos, comandantes de sus carros y de sus caballos. [10] los jefes de las guarniciones que ten�a el rey salom�n eran 250, que gobernaban al pueblo. [11] salom�n hizo subir a la hija de fara�n desde la ciudad de david a la casa que hab�a edificado para ella; pues se dec�a: �no debe habitar mujer m�a en la

casa de david, rey de israel; porque los lugares donde ha estado el arca de yahveh son sagrados.� [12] entonces empez� a ofrecer salom�n holocaustos a yahveh sobre el altar de yahveh, que hab�a erigido delante del ulam; [13] ofreci� holocaustos seg�n el rito de cada d�a, conforme a los prescrito por mois�s, en los s�bados, los novilunios y en las solemnidades, tres veces al a�o: en la fiesta de los azimos, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de las tiendas. [14] estableci� tambi�n las secciones de los sacerdotes en sus servicios conforme al reglamento de su padre david, a los levitas en sus cargos de alabar y servir junto a los sacerdotes, seg�n el rito de cada d�a; y a los porteros con arreglo a sus secciones, en cada puerta; porque �sta era la orden de david, hombre de dios. [15] no se apartaron en nada de la orden del rey en lo tocante a los sacerdotes y los levitas, ni tampoco en lo relativo a los tesoros. [16] as� fue dirigida toda la obra de salom�n, desde el d�a en que se echaron los cimientos de la casa de yahveh hasta su terminaci�n. as� fue acabada la casa de yahveh. [17] entonces salom�n fue a esy�n Gu�ber y a elat, a orillas del mar, en el pa�s de edom, [18] y juram le envi�, por medio de sus siervos, nav�os y marinos conocedores del mar, que fueron con los siervos de salom�n a ofir, de donde tomaron 450 talentos de oro, que trajeron al rey salom�n. 2 cronicas cap.9 [1] la reina de sab� hab�a o�do la fama de salom�n, y vino a jerusal�n para probar a salom�n por medio de enigmas, con gran s�quito y con camellos que tra�an aromas, gran cantidad de oro y piedras preciosas. llegada que fue donde salom�n, le dijo todo cuanto ten�a en su coraz�n. [2] salom�n resolvi� todas sus preguntas; y no hubo ninguna proposici�n oscura que salom�n no pudiese resolver. [3] cuando la reina de sab� vio la sabidur�a de salom�n y la casa que hab�a edificado, [4] los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte de sus ministros y sus vestidos, sus coperos con sus trajes y los holocaustos que ofrec�a en la casa de yahveh, se qued� sin aliento, [5] y dijo al rey: �verdad es cuanto o� decir en mi tierra de tus palabras y de tu sabidur�a. [6] no daba yo cr�dito a lo que se dec�a, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos; y encuentro que no se me hab�a contado ni la mitad de la grandeza de tu sabidur�a, pues t� superas todo lo que o� decir. [7] �dichosas tus gentes! �dichosos estos tus servidores, que est�n siempre en tu presencia y escuchan tu sabidur�a! [8] �bendito sea yahveh, tu dios, que se ha complacido en ti, poni�ndote sobre su trono como rey de yahveh, tu dios, por el amor que tu dios tiene hacia israel para conservarle por siempre, y te ha puesto por rey sobre ellos para administrar derecho y justicia!� [9] dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. nunca hubo aromas como los que la reina de sab� dio al rey salom�n. [10] los siervos de juram y los siervos de salom�n, que hab�an tra�do oro de ofir, trajeron tambi�n madera de algummim y piedras preciosas. [11] con la madera de algummim hizo el rey entarimados para la casa de yahveh y la casa del rey, c�taras y salterios para los cantores. no se hab�a visto nunca en la tierra de jud� madera semejante. [12] el rey salom�n dio a la reina de sab� todo cuanto ella quiso pedirle, aparte lo que ella hab�a tra�do al rey. despu�s se volvi� y regres� a su pa�s con sus servidores. [13] el peso del oro que llegaba a salom�n cada a�o era de 666 talentos de oro,

[14] sin contar las contribuciones de los mercaderes y comerciantes. todos los reyes de arabia y los inspectores del pa�s tra�an oro y plata a salom�n. [15] hizo el rey salom�n doscientos grandes escudos de oro batido, aplicando seiscientos siclos de oro batido en cada escudo, [16] y trescientos escudos peque�os de oro batido, aplicando trescientos siclos de oro en cada escudo; el rey los coloc� en la casa �bosque del l�bano�. [17] hizo el rey un gran trono de marfil y lo revisti� de oro puro. [18] el trono ten�a seis gradas y un cordero de oro al respaldo, y brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones, de pie, junto a los brazos. [19] m�s doce leones de pie sobre las seis gradas a uno y otro lado. no se hizo cosa semejante en ning�n reino. [20] todas las copas de beber del rey salom�n eran de oro, y toda la vajilla de la casa �bosque del l�bano� era de oro fino. la plata no se estimaba en nada en tiempo del rey salom�n. [21] porque el rey ten�a naves que navegaban a tarsis con los siervos de juram, y cada tres a�os ven�a la flota de tarsis trayendo oro y plata, marfil, monos y pavos reales. [22] as� el rey salom�n sobrepuj� a todos los reyes de la tierra en riqueza y sabidur�a. [23] todos los reyes de la tierra quer�an ver el rostro de salom�n, para o�r la sabidur�a que dios hab�a puesto en su coraz�n. [24] y cada uno de ellos tra�a su presente, objetos de plata y objetos de oro, vestidos, armas, aromas, caballos y mulos, a�o tras a�o. [25] ten�a salom�n 4.000 caballerizas para sus caballos y carros, y 12.000 caballos, que puso en cuarteles en las ciudades de los carros y en jerusal�n junto al rey. [26] dominaba sobre todos los reyes desde el r�o hasta el pa�s de los filisteos y hasta la frontera de egipto. [27] hizo el rey que la plata fuese tan abundante en jerusal�n como las piedras, y los cedros como los sic�moros de la tierra baja. [28] tra�an tambi�n caballos para salom�n de musur y de todos los pa�ses. [29] el resto de los hechos de salom�n, los primeros y los postreros, �no est�n escritos en la historia del profeta nat�n, en la profec�a de aj�as el silonita, y en las visiones de yed� el vidente, sobre jeroboam, hijo de nebat? [30] salom�n rein� en jerusal�n sobre todo israel cuarenta a�os. [31] se acost� Salom�n con sus padres, y le sepultaron en la ciudad de su padre david. en su lugar rein� su hijo roboam. 2 cronicas cap.10 [1] fue roboam a siquem, porque todo israel hab�a ido a siquem para proclamarle rey. [2] apenas lo supo jeroboam, hijo de nebat, que estaba todav�a en egipto, adonde hab�a ido huyendo del rey salom�n, volvi� de egipto, [3] pues hab�an enviado a llamarle. vino entonces jeroboam con todo israel, y hablaron a roboam diciendo: [4] �tu padre ha hecho pesado nuestro yugo; ahora t� aligera la dura servidumbre de tu padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros y te serviremos.� [5] el les dijo: �volved a m� de aqu� a tres d�as.� y el pueblo se fue. [6] el rey roboam pidi� consejo a los ancianos que hab�an servido a su padre salom�n, en vida de �ste, diciendo: � �qu� me aconsej�is que responda a este pueblo?� [7] ellos le respondieron: �si eres bueno con este pueblo y les sirves y les das buenas palabras, ser�n siervos tuyos para siempre.� [8] pero �l abandon� el consejo que los ancianos le aconsejaron y pidi� consejo a los j�venes que se hab�an criado con �l y estaban a su servicio. [9] les dijo: ��qu� me aconsej�is que responda a este pueblo que me ha hablado diciendo: "aligera el yugo que tu padre puso sobre nosotros?"�

[10] los j�venes que se hab�an criado con �l le respondieron diciendo: �esto debes responder al pueblo que te ha dicho: "tu padre hizo pesado nuestro yugo, ahora t� aligera nuestro yugo", esto debes responder: "mi dedo me�ique es m�s grueso que los lomos de mi padre. [11] un yugo pesado os carg� mi padre, mas yo har� m�s pesado vuestro yugo; mi padre os ha azotado con azotes, pero yo os azotar� con escorpiones."� [12] volvieron, pues, jereboam y todo el pueblo al tercer d�a donde roboam, seg�n lo que hab�a dicho el rey: �volved a m� al tercer d�a�; [13] y el rey les respondi� con dureza, abandonando el consejo de los ancianos, [14] y habl�ndoles seg�n el consejo de los j�venes, diciendo: �mi padre hizo pesado vuestro yugo, yo lo har� m�s pesado todav�a; mi padre os azot� con azotes, pero yo os azotar� con escorpiones.� [15] no escuch� el rey al pueblo, pues se trataba de una intervenci�n de dios para dar cumplimiento a la palabra que yahveh hab�a anunciado a jeroboam, hijo de nebat, por medio de aj�as de silo. [16] viendo todo israel que el rey no le o�a, replic� el pueblo al rey diciendo: ��qu� parte tenemos nosotros con david? no tenemos herencia en el hijo de jes�. �a tus tiendas, israel! mira ahora por tu casa, david.� y todo israel se fue a sus tiendas. [17] roboam rein� sobre los israelitas que habitaban en las ciudades de jud�. [18] el rey roboam envi� a adoram, jefe de la leva, pero los israelitas le mataron a pedradas y muri�. Entonces el rey roboam se apresur� a subir a su carro para huir a jerusal�n. [19] israel est� en desobediencia contra la casa de david hasta el d�a de hoy. 2 cronicas cap.11 [1] en llegando a jerusal�n, reuni� Roboam a la casa de jud� y benjam�n, 180.000 hombres, guerreros escogidos, para combatir contra israel y devolver el reino a roboam. [2] pero fue dirigida la palabra de yahveh a sema�as, hombre de dios, diciendo: [3] �habla a roboam, hijo de salom�n, rey de jud�, y a todo israel que est� en jud� y benjam�n, diciendo: [4] as� habla yahveh: no sub�is a combatir con vuestros hermanos; que cada uno se vuelva a su casa, porque esto es cosa m�a.� ellos escucharon la palabra de yahveh y desistieron de marchar contra jeroboam. [5] roboam habit� en jerusal�n y edific� ciudades fortificadas en jud�. [6] fortific� Bel�n, etam, t�coa, [7] bet sur, sok�, Adullam, [8] gat, mares�, zif, [9] ador�yim, lak�s, azec�, [10] sor�, ayyal�n y hebr�n, ciudades fortificadas de jud� y benjam�n. [11] reforz� las fortificaciones y puso en ellas comandantes y provisiones de v�veres, de aceite y vino. [12] en todas estas ciudades hab�a escudos y lanzas, y las hizo sumamente fuertes. estaban por �l jud� y benjam�n. [13] los sacerdotes y levitas de todo israel se pasaron a �l desde todos sus territorios; [14] pues los levitas abandonaron sus ejidos y sus posesiones y se fueron a jud� y a jerusal�n, porque jeroboam y sus hijos les hab�an prohibido el ejercicio del sacerdocio de yahveh, [15] y jeroboam instituy� sus propios sacerdotes para los altos, los s�tiros y los becerros que hab�a hecho. [16] tras ellos vinieron a jerusal�n, para ofrecer sacrificios a yahveh, el dios de sus padres, aquellos de entre todas las tribus de israel que ten�an puesto su coraz�n en buscar a yahveh, el dios de israel; [17] y fortalecieron el reino de jud� y consolidaron a roboam, hijo de salom�n, por tres a�os. pues tres a�os sigui� el camino de david y de salom�n.

[18] roboam tom� por mujer a majalat, hija de yerimot, hijo de david y de abih�yil, hija de eliab, hijo de jes�. [19] esta le dio los hijos ye�s, Semar�as y zaham. [20] despu�s de �sta tom� a maak�, hija de absal�n, la cual le dio a ab�as, attay, ziz� y selomit. [21] roboam amaba a maak�, hija de absal�n, m�s que a todas sus mujeres y concubinas, pues tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas; y engendr� veintiocho hijos y sesenta hijas. [22] roboam puso a la cabeza a ab�as, hijo de maak�, como pr�ncipe de sus hermanos, porque quer�a hacerle rey. [23] reparti� h�bilmente a todos sus hijos por toda la tierra de jud� y de benjam�n, en todas las ciudades fortificadas, les dio alimentos en abundancia y les busc� mujeres. 2 cronicas cap.12 [1] cuando roboam hubo consolidado y afianzado el reino, abandon� la ley de yahveh y con �l todo israel. [2] y sucedi� que el a�o quinto del rey roboam subi� Sosaq, rey de egipto, contra jerusal�n, -pues no era fiel a yahveh[3] con 1.200 carros y 60.000 caballos; no se pod�a contar la gente que ven�a con �l de egipto: libios, suk�es y et�opes. [4] tom� las ciudades fortificadas de jud� y lleg� hasta jerusal�n. [5] el profeta sema�as vino a roboam y a los jefes de jud� que se hab�an reunido en jerusal�n para hacer frente a sosaq, y les dijo: �as� dice yahveh: vosotros me hab�is abandonado, y por esto tambi�n yo os abandono en manos de sosaq.� [6] entonces los jefes de israel y el rey se humillaron y dijeron: ��justo es yahveh!� [7] cuando yahveh vio que se hab�an humillado, fue dirigida la palabra de yahveh a sema�is, diciendo: �por haberse ellos humillado, no los destruir�, sino que dentro de poco les dar� la salvaci�n y no se derramar� mi c�lera sobre jerusal�n por mano de sosaq. [8] pero ser�n sus siervos, para que sepan lo que es mi servidumbre y la servidumbre de los reinos de las naciones.� [9] subi�, pues, sosaq, rey de egipto, contra jerusal�n y se apoder� de los tesoros de la casa de yahveh y de los tesoros de la casa del rey. de todo se apoder�. Habi�ndose llevado los escudos de oro que hab�a hecho salom�n, [10] el rey roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confi� a los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. [11] cuando el rey entraba en la casa de yahveh, ven�an los de la guardia y los llevaban, y despu�s los devolv�an a la sala de la guardia. [12] gracias a su humillaci�n se apart� de �l la ira de yahveh y no le destruy� del todo; y concedi� algunas cosas buenas a jud�. [13] se afianz�, pues, el rey roboam en jerusal�n, y rein�. Roboam ten�a 41 a�os cuando comenz� a reinar y rein� diecisiete a�os en jerusal�n, la ciudad que hab�a elegido yahveh de entre todas las tribus de israel para poner en ella su nombre. el nombre de su madre era naam�, ammonita. [14] hizo lo que era malo, porque no hab�a dispuesto su coraz�n para buscar a yahveh. [15] los hechos de roboam, los primeros y los postreros, �no est�n escritos en la historia del profeta sema�as y del vidente idd�? Hubo guerra continua entre roboam y jeroboam. [16] roboam se acost� con sus padres y fue sepultado en la ciudad de david. rein� en su lugar su hijo ab�as. 2 cronicas cap.13 [1] ab�as comenz� a reinar sobre jud� el a�o dieciocho del rey jeroboam.

[2] rein� tres a�os en jerusal�n. el nombre de su madre era mika�a, hija de uriel, de guibe�. hubo guerra entre ab�as y jeroboam. [3] ab�as entr� en combate con un ej�rcito de valientes guerreros: 400.000 hombres escogidos; jeroboam se orden� en batalla contra �l con 800.000 guerreros escogidos y valerosos. [4] ab�as se levant� en el monte semar�yim, que est� en la monta�a de efra�m, y dijo: ��o�dme, jeroboam y todo israel! [5] �acaso no sab�is que yahveh, el dios de israel, dio el reino de israel para siempre a david, a �l y a sus hijos, con pacto de sal? [6] pero jeroboam, hijo de nebat, siervo de salom�n, hijo de david, se alz� en rebeld�a contra su se�or. [7] se juntaron con �l unos hombres fatuos y malvados y prevalecieron sobre roboam, hijo de salom�n, pues roboam era joven y d�bil de coraz�n y no pod�a resistirles. [8] �y ahora trat�is vosotros de poner resistencia al reino de yahveh, que est� en manos de los hijos de david, porque vosotros sois una gran muchedumbre? pero ten�is los becerros de oro que jeroboam os puso por dioses. [9] �no hab�is expulsado a los sacerdotes de yahveh, los hijos de aar�n y los levitas? �no os hab�is hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de los dem�s pa�ses? cualquiera que viene con un novillo y siete carneros y pide ser consagrado, es hecho sacerdote de los que no son dioses. [10] cuanto a nosotros, yahveh es nuestro dios y no le hemos abandonado; los sacerdotes que sirven a yahveh son los hijos de aar�n, igual que los levitas en su ministerio. [11] cada ma�ana y cada tarde quemamos holocaustos a yahveh, y tenemos el incienso arom�tico; las filas de pan est�n sobre la mesa pura, y el candelabro de oro con sus l�mparas para ser encendidas cada tarde, pues nosotros guardamos el ritual de yahveh nuestro dios, en tanto que vosotros le hab�is abandonado. [12] he aqu� que con nosotros, a nuestra cabeza, est� Dios con sus sacerdotes y las trompetas del clamor, para lanzar el grito de guerra contra vosotros. israelitas, no hag�is la guerra contra yahveh, el dios de vuestros padres, porque nada conseguir�is.� [13] entre tanto, jeroboam hizo dar un rodeo para poner una emboscada y atarcarles por detr�s, de manera que �l estaba frente a jud� y la emboscada a espaldas de �stos. [14] al volver jud� la cabeza, vio que se presentaba combate de frente y por detr�s. [15] entonces clamaron a yahveh y, mientras los sacerdotes tocaban las trompetas, los hombres de jud� lanzaron el grito de guerra; y al alzar el grito de guerra los hombres de jud�, desbarat� Dios a jeroboam y a todo israel delante de ab�as y de jud�. [16] huyeron los israelitas delante de jud�, y dios los entreg� en sus manos. [17] ab�as y su tropa les causaron una gran derrota; cayeron 500.000 hombres escogidos de israel. [18] quedaron entonces humillados los israelitas y prevalecieron los hijos de jud� por haberse apoyado en yahveh, el dios de sus padres. [19] ab�as persigui� a jeroboam y le tom� las ciudades de betel con sus aldeas, yesan� con sus aldeas y efr�n con sus aldeas. [20] jeroboam ya no tuvo fuerza en los d�as de ab�as, pues yahveh le hiri� y muri�. [21] pero ab�as se fortaleci�; tom� catorce mujeres y engendr� veintid�s hijos y diecis�is hijas. [22] el resto de los hechos de ab�as, sus hechos y sus acciones, est�n escritos en el midr�s del profeta idd�. [23] se acost� Ab�as con sus padres y le sepultaron en la ciudad de david. rein� en su lugar su hijo as�. en su tiempo el pa�s estuvo en paz durante diez a�os. 2 cronicas cap.14

[1] as� hizo lo que era bueno y recto a los ojos de yahveh su dios. [2] suprimi� los altares del culto extranjero y los altos; rompi� las estelas, abati� los cipos, [3] y mand� a jud� que buscase a yahveh, el dios de sus padres, y cumpliese la ley y los mandamientos. [4] hizo desaparecer de todas las ciudades de jud� los altos y los altares de incienso; y el reino estuvo en paz bajo su reinado. [5] edific� ciudades fuertes en jud�, porque el pa�s estaba en paz, y no hubo guerra contra �l por aquellos a�os; pues yahveh le hab�a dado tranquilidad. [6] dijo a jud�: �edifiquemos estas ciudades, y cerqu�moslas de murallas, torres, puertas y barras, mientras el pa�s est� a nuestra disposici�n; pues hemos buscado a yahveh, nuestro dios, y por haberle buscado, �l nos ha dado paz por todas partes.� edificaron, pues y prosperaron. [7] as� ten�a un ej�rcito de 300.000 hombres de jud�, que llevaban pav�s y lanza, y 280.000 de benjam�n, que llevaban escudo y eran arqueros; todos ellos esforzados guerreros. [8] sali� contra ellos z�raj el et�ope, con un ej�rcito de un mill�n de hombres y trescientos carros, y lleg� hasta mares�. [9] sali� As� contra �l y se pusieron en orden de batalla en el valle de sefat�, junto a mares�. [10] as� invoc� a yahveh su dios, y dijo: ��oh yahveh, s�lo t� puedes ayudar entre el poderoso y el desvalido! �ay�danos, pues, yahveh, dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre marchamos contra esta inmensa muchedumbre! �yahveh, t� eres nuestro dios! �no prevalezca contra ti hombre alguno!� [11] yahveh derrot� a los et�opes ante as� y jud�; y los et�opes se pusieron en fuga. [12] as� y la gente que con �l estaba los persiguieron hasta guerar; y cayeron de los et�opes hasta no quedar uno vivo, pues fueron destrozados delante de yahveh y su campamento; y se recogi� un bot�n inmenso. [13] batieron todas las ciudades de los alrededores de guerar, porque el terror de yahveh cay� sobre ellas; y saquearon todas las ciudades, pues hab�a en ellas gran bot�n. [14] asimismo atacaron las majadas y capturaron gran cantidad de ovejas y camellos. despu�s se volvieron a jerusal�n. 2 cronicas cap.15 [1] vino entonces el esp�ritu de dios sobre azar�as, hijo de oded, [2] el cual sali� al encuentro de as� y le dijo: ��o�dme vosotros, as� y todo jud� y benjam�n! yahveh estar� con vosotros mientras vosotros est�is con �l; si le busc�is, se dejar� hallar de vosotros; pero si le abandon�is, os abandonar�. [3] durante mucho tiempo israel estar� sin verdadero dios, sin sacerdote que ense�e y sin ley. [4] mas cuando en su angustia se vuelva a yahveh, el dios de israel, y le busque, �l se dejar� hallar de ellos. [5] en aquellos tiempos no habr� paz para los hombres, sino grandes terrores sobre todos los habitantes de los pa�ses. [6] chocar�n pueblo contra pueblo y ciudad contra ciudad, porque dios los conturbar� con toda suerte de aflicciones. [7] �vosotros, pues, esforzaos, y que no se debiliten vuestras manos! porque vuestras obras tendr�n recompensa." [8] al o�r as� estas palabras y esta profec�a cobr� �nimo e hizo desaparecer los monstruos abominables de todo el pa�s de jud� y benjam�n y de las ciudades que hab�a conquistado en la monta�a de efra�m, y restaur� el altar de yahveh, que estaba ante el vest�bulo de yahveh. [9] congreg� a todo jud� y benjam�n, y a los de efra�m, manas�s y sime�n que habitaban entre ellos; pues se hab�an pasado a �l muchos de los israelitas, viendo

que yahveh su dios estaba con �l. [10] se reunieron en jerusal�n en el mes tercero del a�o quince del reinado de as�. [11] aquel d�a ofrecieron a yahveh sacrificios del bot�n que hab�an tra�do: setecientos bueyes y 7.000 ovejas. [12] y se obligaron con un pacto a buscar a yahveh, el dios de sus padres, con todo su coraz�n y con toda su alma; [13] y que todo aquel que no buscase a yahveh, el dios de israel, morir�a, desde el peque�o hasta el grande, hombre o mujer. [14] juraron, pues, a yahveh en alta voz, con gritos de j�bilo y al son de las trompetas y cuernos. [15] y todo jud� se alegr� con motivo del juramento, porque de todo coraz�n hab�a prestado el juramento, y con plena voluntad hab�a buscado a yahveh. por eso �l se dej� hallar de ellos; y le dio paz por todas partes. [16] el rey as� lleg� a quitar a maak�, su madre, el t�tulo de gran dama, porque hab�a hecho un horror para aser�. as� abati� este horror, lo hizo pedazos y lo quem� en el torrente cedr�n. [17] pero no desaparecieron los altos de en medio de israel, aun cuando el coraz�n de as� fue perfecto todos sus d�as. [18] llev� a la casa de dios las ofrendas consagradas por su padre y sus propias ofrendas: plata, oro y utensilios. [19] no hubo guerra hasta el a�o 35 del reinado de as�. 2 cronicas cap.16 [1] el a�o 36 del reinado de as� subi� Bas�, rey de israel, contra jud�, y fortific� a ram�, para cortar las comunicaciones a as�, rey de jud�. [2] sac� entonces as� plata y oro de los tesoros de la casa de yahveh y de la casa del rey, y envi� mensajeros a ben hadad, rey de aram, que habitaba en damasco, diciendo: [3] �haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y tu padre; te env�o plata y oro. anda, rompe tu alianza con bas�, rey de israel, para que se aleje de m�.� [4] ben hadad escuch� al rey as� y envi� a los jefes de su ej�rcito contra las ciudades de israel; conquist� Iyy�n, dan, abel m�yim y todos los dep�sitos de las ciudades situadas en neftal�. [5] cuando bas� lo supo, suspendi� las fortificaciones de ram� e hizo parar su obra. [6] entonces el rey as� tom� a todo jud� y se llevaron de ram� las piedras y maderas que bas� hab�a empleado para la construcci�n; y con ella fortific� Gueba y misp�. [7] en aquel tiempo el vidente janan� fue donde as�, rey de jud�, y le dijo: �por haberte apoyado en el rey de aram, y no haberte apoyado en yahveh tu dios, por eso se ha escapado de tu mano el ej�rcito del rey de aram. [8] �no eran un ej�rcito numeroso los et�opes y los libios, con carros y una muchedumbre de hombres de carro? y, sin embargo, por haber puesto tu confianza en yahveh, �l los entreg� en tu mano. [9] porque los ojos de yahveh recorren toda la tierra, para fortalecer a los que tienen coraz�n entero para con �l. has procedido neciamente en esto, y por eso de aqu� en adelante tendr�s guerras.� [10] irrit�se entonces as� contra el vidente y lo meti� en la c�rcel, pues estaba enojado con �l por este asunto. en esa �poca tambi�n maltrat� As� a varios del pueblo. [11] estos son los hechos de as�, los primeros y los postreros; est�n escritos en el libro de los reyes de jud� y de israel. [12] el a�o 39 de su reinado enferm� As� de los pies, pero tampoco en su enfermedad busc� a yahveh, sino a los m�dicos. [13] se acost� As� con sus padres. muri� el a�o 41 de su reinado, [14] y le sepultaron en el sepulcro que se hab�a hecho en la ciudad de david. lo

pusieron sobre un lecho lleno de b�lsamo, de aromas y de ung�entos preparados seg�n el arte de los perfumistas; y le encendieron un fuego enorme. 2 cronicas cap.17 [1] en su lugar rein� su hijo josafat, el cual se fortific� contra israel. [2] puso guarniciones en todas las ciudades fortificadas de jud� y estableci� gobernadores en el pa�s de jud� y en las ciudades de efra�m, que as� su padre hab�a conquistado. [3] estuvo yahveh con josafat, porque anduvo por los caminos que hab�a seguido anteriormente su padre david y no busc� a los baales, [4] sino que busc� al dios de sus padres andando en sus mandamientos, sin imitar los hechos de israel. [5] yahveh consolid� el reino en su mano; y todo jud� tra�a presentes a josafat, que adquiri� grandes riquezas y honores. [6] su coraz�n cobr� �nimo en los caminos de yahveh, hasta hacer desaparecer de jud� los altos y los cipos. [7] el a�o tercero de su reinado envi� a sus oficiales ben j�yil, abd�as, zacar�as, natanael y miqueas para que ense�asen en las ciudades de jud�, [8] y con ellos a los levitas sema�as, netan�as, zebad�as, asahel, semiramot, jonat�n, adon�as, tob�as, y con estos levitas a los sacerdotes elisam� y yehoram, [9] los cuales ense�aron en jud�, llevando consigo el libro de la ley de yahveh. recorrieron todas las ciudades de jud�, ense�ando al pueblo. [10] el terror de yahveh se apoder� de todos los reinos de los pa�ses que rodeaban a jud�, de manera que no hicieron guerra contra josafat. [11] los filisteos trajeron a josafat presentes y plata como tributo. tambi�n los �rabes le trajeron ganado menor: 7.700 carneros y 7.700 machos cabr�os. [12] as� Josafat iba engrandeci�ndose cada vez m�s, hasta lo sumo, y edific� en jud� castillos y ciudades de aprovisionamiento. [13] llev� a cabo muchas obras en las ciudades de jud�, y tuvo una guarnici�n de guerreros escogidos en jerusal�n. [14] esta es la lista, por sus casas paternas: de jud�, jefes de millar: adn�, el jefe, y con �l 300.000 hombres esforzados. [15] a su lado el jefe yehojan�n, y con �l 280.000. [16] a su lado amas�as, hijo de zikr�, que se hab�a consagrado espont�neamente a yahveh, y bajo su mando 200.000 hombres esforzados. [17] de benjam�n: elyad�, hombre valeroso, y con �l, 200.000 armados de arco y escudo. [18] a su lado yehozabad, y con �l, 180.000 equipados para la guerra. [19] estos eran los que serv�an al rey, sin contar los que el rey hab�a puesto en las ciudades fortificadas por todo jud�. 2 cronicas cap.18 [1] josafat tuvo grandes riquezas y honores; emparent� con ajab, [2] y al cabo de algunos a�os baj� a visitarle a samar�a. ajab sacrific� gran n�mero de ovejas y de bueyes para �l y la gente que le acompa�aba; y le incit� a que subiese con �l contra ramot de galaad. [3] dijo ajab, rey de israel, a josafat, rey de jud�: ��quieres venir conmigo a ramot de galaad?� le contest�: �yo soy como t�, y tu pueblo como mi pueblo; contigo estaremos en la batalla.� [4] pero josafat dijo al rey de israel: �consulta antes, por favor, la palabra de yahveh.� [5] el rey de israel reuni� a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: ��debo atacar a ramot de galaad o debo desistir?� le respondieron: �sube, porque dios la entregar� en manos del rey. [6] pero josafat dijo: ��no hay aqu� alg�n otro profeta de yahveh a quien podamos consultar?�

[7] respondi� el rey de israel a josafat: �queda todav�a un hombre por quien podr�amos consultar a yahveh, pero yo le aborrezco, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. es miqueas, hijo de yiml�.� a lo que respondi� Josafat: �no hable el rey as�.� [8] llam� el rey de israel a un eunuco y le dijo: �trae enseguida a miqueas, hijo de yiml�.� [9] el rey de israel y josafat, rey de jud�, estaban sentados cada cual en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de samar�a, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos. [10] sedec�as, hijo de kenaan�, se hab�a hecho unos cuernos de hierro, y dec�a: �as� dice yahveh: con estos acornear�s a aram hasta acabar con ellos. [11] y todos los profetas profetizaban del mismo modo diciendo: ��sube contra ramot de galaad! tendr�s �xito. yahveh la entregar� en manos del rey.� [12] el mensajero que hab�a ido a llamar a miqueas le habl� diciendo: �mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey, procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien.� [13] respondi� Miqueas "��vive yahveh, que lo que mi dios me diga, eso anunciar�!� [14] lleg� donde el rey; y el rey le dijo: �miqueas, �debemos subir a ramot de galaad para atacarla, o debo desistir?� le respondi�: �subid, tendr�is �xito. ser�n entregados en vuestras manos.� [15] pero el rey le dijo: ��cu�ntas veces he de conjurarte a que no me digas m�s que la verdad en nombre de yahveh?� [16] entonces �l dijo: �he visto todo israel disperso por los montes, como ovejas sin pastor; yahveh ha dicho: no tienen se�or; que vuelvan en paz cada cual a su casa.� [17] el rey de israel dijo a josafat: ��no te dije que nunca me anuncia el bien sino el mal?� [18] miqueas entonces dijo: �escuchad, pues, la palabra de yahveh: he visto a yahveh sentado en su trono, y todo el ej�rcito de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda. [19] pregunt� Yahveh: "�qui�n enga�ar� a ajab, rey de israel, para que suba y caiga en ramot de galaad?" y el uno dec�a una cosa y el otro otra. [20] entonces se adelant� el esp�ritu, se puso ante yahveh y dijo: "yo le enga�ar�" le pregunt� Yahveh: "�de qu� modo?" [21] respondi�: "ir� y me har� esp�ritu de mentira en la boca de todos sus profetas." y yahveh dijo: "t� conseguir�s enga�arle. vete y hazlo as�" [22] ahora, pues, yahveh ha puesto un esp�ritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, pues yahveh ha predicho el mal contra ti.� [23] se acerc� entonces sedec�as, hijo de kenaan�, y dio una bofetada a miqueas en la mejilla, diciendo: ��por qu� camino se ha ido de m� el esp�ritu de yahveh para hablarte a ti?�. [24] miqueas replic�: �t� mismo lo ver�s el d�a en que vayas escondi�ndote de aposento en aposento.� [25] el rey de israel dijo: �prended a miqueas y llev�dselo a am�n, gobernador de la ciudad, y a jo�s, hijo del rey; [26] y les dir�is: "as� habla el rey: meted a �ste en la carcel y racionadle el pan y el agua hasta que yo vuelva victorioso."� [27] miqueas dijo: �si es que vuelves victorioso, no ha hablado yahveh por m�.� [28] el rey de israel y josafat, rey de jud�, subieron contra ramot de galaad. [29] el rey de israel dijo a josafat: �yo voy a disfrazarme para entrar en combate, mientras que t� te pondr�s tus vestidos.� el rey de israel se disfraz�, y as� entraron en la batalla. [30] ahora bien, el rey de aram hab�a ordenado a los jefes de sus carros: �no ataqu�is ni a chicos ni a grandes, sino tan s�lo al rey de israel.� [31] cuando los jefes de los carros vieron a josafat, dijeron: �seguro que es el rey de israel�, y le rodearon para cargar sobre �l. pero josafat grit� y yahveh le socorri�, alej�ndolos dios de �l.

[32] viendo los jefes de los carros que no era el rey de israel, se apartaron de �l. [33] entonces un hombre dispar� su arco al azar e hiri� al rey de israel por entre las placas de la coraza; el rey dijo al auriga: �da la vuelta y s�came de la batalla, porque me siento mal.� [34] pero arreci� aquel d�a la batalla, y el rey de israel fue sostenido en pie en su carro frente a los arameos hasta la tarde; y a la ca�da del sol muri�. 2 cronicas cap.19 [1] cuando josafat, rey de jud�, regresaba en paz a su casa, a jerusal�n, [2] sali�le al encuentro jeh�, hijo de janan� el vidente, y le dijo al rey josafat: ��t� ayudas al malo y amas a los que aborrecen a yahveh? por esto ha ca�do sobre ti la c�lera de yahveh. [3] sin embargo, han sido halladas en ti obras buenas, porque has quitado de esta tierra los cipos, y has dispuesto tu coraz�n para buscar a dios.� [4] resid�a josafat en jerusal�n, pero volvi� a visitar al pueblo desde berseba hasta la monta�a de efra�m; y los convirti� a yahveh, el dios de sus padres. [5] estableci� jueces en el pa�s, en todas las ciudades fortificadas de jud�, de ciudad en ciudad; [6] y dijo a los jueces: �mirad lo que hac�is; porque no juzg�is en nombre de los hombres, sino en nombre de yahveh, que est� con vosotros cuando administr�is justicia. [7] �que est� sobre vosotros el temor de yahveh! atended bien a lo que hac�is, porque en yahveh nuestro dios no hay iniquidad ni acepci�n de personas ni soborno.� [8] tambi�n en jerusal�n estableci� Josafat levitas, sacerdotes y cabezas de familia de israel, para la administraci�n de la justicia de yahveh y para los litigios. estos habitaban en jerusal�n. [9] les dio esta orden: �obrar�is en todo en el temor de yahveh, con fidelidad y con coraz�n perfecto. [10] en todo pleito que venga a vosotros de parte de vuestros hermanos que habitan en sus ciudades, sean causas de sangre o cuestiones de la ley, de los mandamientos, decretos y sentencias, hab�is de esclarecerlos, a fin de que no se hagan culpables para con yahveh y se encienda su ira contra vosotros y contra vuestros hermanos. obrando as�, no os har�is culpables. [11] �amar�as, como sacerdote, ser� vuestro jefe en todos las asuntos de yahveh; y zebad�as, hijo de ismael, jefe de la casa de jud�, en todos los asuntos del rey. los levitas os servir�n de escribas. �esforzaos, y manos a la obra! y yahveh sea con el bueno.� 2 cronicas cap.20 [1] despu�s de esto, los moabitas y ammonitas, y con ellos algunos maonitas, marcharon contra josafat para atacarle. [2] vinieron mensajeros que avisaron a josafat diciendo: �viene contra ti una gran muchedumbre de gentes de allende el mar, de edom, que est�n ya en jasas�n Tamar, o sea, engad�.� [3] tuvo miedo y se dispuso a buscar a yahveh promulgando un ayuno para todo jud�. [4] congreg�se jud� para implorar a yahveh, y tambi�n de todas las ciudades de jud� vino gente a suplicar a yahveh. [5] entonces josafat, puesto en pie en medio de la asamblea de jud� y de jerusal�n, en la casa de yahveh, delante del atrio nuevo, [6] dijo: �yahveh, dios de nuestros padres, �no eres t� Dios en el cielo, y no dominas t� en todos los reinos de las naciones? �no est� en tu mano el poder y la fortaleza, sin que nadie pueda resistirte? [7] �no has sido t�, oh dios nuestro, el que expulsaste a los habitantes de esta

tierra delante de tu pueblo israel, y la diste a la posteridad de tu amigo abraham para siempre? [8] ellos la han habitado, y han edificado un santuario a tu nombre, diciendo: [9] "si viene sobre nosotros alg�n mal, espada, castigo, peste o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti, porque tu nombre reside en esta casa; clamaremos a t� en nuestra angustia, y t� oir�s y nos salvar�s." [10] �pero ahora, mira que los ammonitas y moabitas y los del monte se�r, a donde no dejaste entrar a israel cuando sal�a de la tierra de egipto, por lo cual israel se apart� de ellos sin destruirlos, [11] ahora nos pagan viniendo a echarnos de la heredad que t� nos has legado. [12] oh dios nuestro, �no har�s t� justicia con ellos? pues nosotros no tenemos fuerza contra esta gran multitud que viene contra nosotros y no sabemos qu� hacer. pero nuestros ojos se vuelven hacia ti.� [13] todo jud� estaba en pie ante yahveh con sus ni�os, sus mujeres y sus hijos. [14] vino el esp�ritu de yahveh sobre yajaziel, hijo de zacar�as, hijo de bena�as, hijo de yeiel, hijo de mattan�as, levita, de los hijos de asaf, que estaba en medio de la asamblea, [15] y dijo: ��atended vosotros, jud� entero y habitantes de jerusal�n, y t�, oh rey josafat! as� os dice yahveh: no tem�is ni os asust�is ante esa gran muchedumbre; porque esta guerra no es vuestra, sino de dios. [16] bajad contra ellos ma�ana; mirad, ellos van a subir por la cuesta de sis. los encontrar�is en el valle de sof, junto al desierto de yeruel. [17] no tendr�is que pelear en esta ocasi�n. apostaos y quedaos quietos, y ver�is la salvaci�n de yahveh que vendr� sobre vosotros, oh jud� y jerusal�n. �no tem�is ni os asust�is! salid ma�ana al encuentro de ellos, pues yahveh estar� con vosotros.� [18] josafat se inclin� rostro en tierra; y todo jud� y los habitantes de jerusal�n se postraron ante yahveh para adorar a yahveh. [19] y los levitas, de los hijos de los quehatitas y de la estirpe de los core�tas, se levantaron para alabar con gran clamor a yahveh, el dios de israel. [20] al d�a siguiente se levantaron temprano y salieron al desierto de t�coa. mientras iban saliendo, josafat, puesto en pie, dijo: ��o�dme, jud� y habitantes de jerusal�n! tened confianza en yahveh vuestro dios y estar�is seguros; tened confianza en sus profetas y triumfar�is.� [21] despu�s, habiendo deliberado con el pueblo, se�al� cantores que, vestidos de ornamentos sagrados y marchando al frente de los guerreros, cantasen en honor de yahveh: ��alabad a yahveh porque es eterno su amor!� [22] y en el momento en que comenzaron las aclamaciones y las alabanzas, yahveh puso emboscadas contra los ammonitas y moabitas y los del monte se�r, que hab�an venido contra jud�, y fueron derrotados. [23] porque se levantaron los ammonitas y moabitas contra los moradores del monte se�r, para entregarlos al anatema y aniquilarlos, y cuando hubieron acabado con los moradores de se�r se aplicaron a destruirse mutuamente. [24] jud� hab�a venido a la atalaya del desierto y se volvieron hacia la multitud, pero no hab�a m�s que cad�veres tendidos por tierra; pues ninguno pudo escapar. [25] josafat y su pueblo fueron a saquear los despojos y hallaron mucho ganado, riquezas y vestidos y objetos preciosos, y recogieron tanto que no lo pod�an llevar. emplearon tres d�as en saquear el bot�n, porque era abundante. [26] al cuarto d�a se reunieron en el valle de berak�, y all� bendijeron a yahveh; por eso se llama aquel lugar valle de berak� hasta el d�a de hoy. [27] despu�s todos los hombres de jud� y de jerusal�n, con josafat al frente, regresaron con j�bilo a jerusal�n, porque yahveh les hab�a colmado de gozo a costa de sus enemigos. [28] entraron en jerusal�n, en la casa de yahveh, con salterios, c�taras y trompetas. [29] el terror de dios cay� sobre todos los reinos de los pa�ses cuando supieron que yahveh hab�a peleado contra los enemigos de israel.

[30] el reinado de josafat fue tranquilo, y su dios le dio paz por todos lados. [31] josafat rein� sobre jud�. ten�a 35 a�os cuando comenz� a reinar, y rein� veinticinco a�os en jerusal�n. su madre se llamaba azub�, hija de silj�. [32] sigui� en todo el camino de su padre as�, sin desviarse de �l, haciendo lo que era recto a los ojos de yahveh. [33] con todo no desaparecieron los altos, pues el pueblo a�n no hab�a fijado su coraz�n en el dios de sus padres. [34] el resto de los hechos de josafat, los primeros y los postreros, est�n escritos en la historia de jeh�, hijo de janan�, que se halla inserta en el libro de los reyes de israel. [35] despu�s de esto, josafat, rey de jud�, se ali� con ocoz�as, rey de israel, que le impuls� a hacer el mal. [36] se asoci� con �l para construir naves que fueran a tarsis; y fabricaron las naves en esy�n Gu�ber. [37] entonces eliezer, hijo de doda�as, de mares�, profetiz� contra josafat diciendo: �por haberte aliado con ocoz�as, yahveh ha abierto brecha en tus obras.� en efecto, las naves se destrozaron y no pudieron ir a tarsis. 2 cronicas cap.21 [1] se acost� Josafat con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de david. en su lugar rein� su hijo joram. [2] joram ten�a seis hermanos, hijos de josafat, que eran azar�as, yejiel, zacar�as, azaryau, miguel y sefat�as. todos estos eran hijos de josafat, rey de israel. [3] su padre les hab�a hecho grandes donaciones de plata, oro y objetos preciosos, y ciudades fuertes en jud�; pero entreg� el reino a joram, porque era el primog�nito. [4] joram tom� posesi�n del trono de su padre; y cuando se afianz� en �l pas� a cuchillo a todos sus hermanos y tambi�n a algunos de los jefes de israel. [5] 32 a�os ten�a joram cuando empez� a reinar, y rein� ocho a�os en jerusal�n. [6] anduvo por el camino de los reyes de israel, como hab�a hecho la casa de ajab, porque se hab�a casado con una mujer de la familia de ajab, e hizo el mal a los ojos de yahveh. [7] pero yahveh no quiso destruir la casa de david, a causa de la alianza que hab�a hecho con david, porque le hab�a prometido que le dar�a siempre una l�mpara a �l y a sus hijos. [8] en sus d�as se rebel� Edom de bajo la mano de jud� y se proclamaron un rey. [9] pas� Joram con sus jefes, y con todos sus carros. se levant� por la noche y bati� a los de edom que le ten�an cercado, a �l y a los jefes de los carros. [10] as� se rebel� Edom de bajo la mano de jud� hasta el d�a de hoy. por ese mismo tiempo se rebel� Libn� de bajo su mano, porque hab�a abandonado a yahveh, el dios de sus padres. [11] construy� asimismo altos en los montes de jud�, incit� a la prostituci�n a los habitantes de jerusal�n y empuj� a ella a jud�. [12] le lleg� un escrito del profeta el�as, que dec�a: �as� dice yahveh, el dios de tu padre david: porque no has seguido los caminos de tu padre josafat, ni los caminos de as�, rey de jud�, [13] sino que has andado por los caminos de los reyes de israel, y has prostituido a jud� y a los habitantes de jerusal�n siguiendo las prostituciones de la casa de ajab, y tambi�n porque has dado muerte a tus hermanos de la casa de tu padre que eran mejores que t�; [14] he aqu� que yahveh castigar� con terrible azote a tu pueblo, tus hijos, tus mujeres y toda tu hacienda; [15] t� mismo padecer�s grandes enfermedades y una dolencia de entra�as tal, que d�a tras d�a se te saldr�n fuera a causa de la enfermedad.� [16] excit� Yahveh contra joram el esp�ritu de los filisteos y de los �rabes, vecinos de los et�opes,

[17] que subieron contra jud� y lo invadieron llev�ndose todas las riquezas que hallaron en la casa del rey, y tambi�n a sus hijos y a sus mujeres, no dej�ndole otro hijo que ocoz�as, el menor. [18] despu�s de todo esto le hiri� Yahveh con una enfermedad incurable de vientre. [19] y al cabo de cierto tiempo, al fin del a�o segundo, se le salieron las entra�as a causa de su enfermedad, y muri� en medio de terribles dolores. el pueblo no le encendi� fuego, como lo hab�a encendido por su padre. [20] ten�a 32 a�os cuando empez� a reinar, y rein� en jerusal�n ocho a�os. se fu� sin que nadie le llorara; y le sepultaron en la ciudad de david, pero no en los sepulcros de los reyes. 2 cronicas cap.22 [1] los habitantes de jerusal�n proclamaron rey en su lugar a su hijo menor ocoz�as, porque una banda de �rabes que hab�a invadido el campamento hab�a dado muerte a todos los mayores, de suerte que lleg� a ser rey ocoz�as, hijo de joram, rey de jud�. [2] ten�a ocoz�as cuarenta y dos a�os cuando empez� a reinar, y rein� un a�o en jerusal�n. su madre se llamaba atal�a, hija de omr�. [3] tambi�n �l sigui� los caminos de la casa de ajab, pues su madre le instigaba a hacer el mal. [4] hizo el mal a los ojos de yahveh, como los de la casa de ajab, porque despu�s de la muerte de su padre fueron ellos sus consejeros para su perdici�n. [5] tambi�n por consejo de ellos fue con joram, hijo de ajab, rey de israel, para combatir a jazael, rey de aram, en ramot de galaad; los arameos hirieron a joram, [6] que se retir� a yizreel, para curarse de las heridas que hab�a recibido en ram�, en la batalla contra jazael, rey de aram. ocoz�as, hijo de joram, rey de jud�, baj� a yizreel para visitar a joram, hijo de ajab, que se hallaba enfermo; [7] esta visita a joram vino de dios para ruina de ocoz�as; pues llegado all�, sali� con joram contra jeh�, hijo de nims�, a quien yahveh hab�a ungido para exterminar la casa de ajab. [8] mientras jeh� hac�a justicia de la casa de ajab, se encontr� con los jefes de jud� y con los hijos de los hermanos de ocoz�as que se hallaban al servicio de ocoz�as, y los mat�. [9] busc� luego a ocoz�as, al que prendieron en samar�a, donde se hab�a escondido. lo llevaron donde jeh�, que lo mat�, pero le dieron sepultura, pues dec�an: �es hijo de josafat, el que busc� a yahveh con todo su coraz�n.� no qued� de la casa de ocoz�as nadie que fuese capaz de reinar. [10] cuando atal�a, madre de ocoz�as, vio que hab�a muerto su hijo, se levant� y extermin� a toda la estirpe real de la casa de jud�. [11] pero yehoseb�, hija del rey, tom� a jo�s, hijo de ocoz�as, lo sac� de entre los hijos del rey a quienes estaban matando y lo puso a �l y a su nodriza en el dormitorio. yehoseb�, hija del rey joram, mujer del sacerdote yehoyad� y hermana de ocoz�as, lo ocult� de la vista de atal�a, que no pudo matarle. [12] seis a�os estuvo escondido con ellos en la casa de dios, mientras atal�a reinaba en el pa�s. 2 cronicas cap.23 [1] el a�o s�ptimo, yehoyad� cobr� �nimo y envi� a buscar a los jefes de cien, a azar�as, hijo de yerojam; a ismael, hijo de yehojan�n; a azar�as, hijo de obed; a maase�as, hijo de ada�as, y a elisafat, hijo de zikr�; concertando un pacto con ellos, [2] recorrieron jud� y reunieron a los levitas de todas las ciudades de jud�, y a los cabezas de familia de israel, que vinieron a jerusal�n. [3] toda la asamblea hizo alianza con el rey en la casa de dios; yehoyad� les dijo: �aqu� ten�is al hijo del rey que ha de reinar, como dijo yahveh de los hijos

de david. [4] esto es lo que ten�is que hacer: un tercio de vosotros, as� sacerdotes como levitas, los que entr�is el s�bado, se quedar�n de porteros en las entradas; [5] otro tercio, en la casa del rey; y otro tercio, en la casa del fundamento; mientras que todo el pueblo estar� en los atrios de la casa de yahveh. [6] nadie podr� entrar en la casa de yahveh fuera de los sacerdotes y los levitas que est�n de servicio; �stos podr�n entrar por estar consagrados, pero todo el pueblo tiene que guardar el precepto de yahveh. [7] los levitas se pondr�n en torno al rey, cada uno con sus armas en la mano, y cualquiera que penetre en la casa, morir�. s�lo ellos acompa�ar�n al rey cuando entre y cuando salga.� [8] los levitas y todo jud� hicieron cuanto les hab�a mandado el sacerdote yehoyad�. tom� cada uno a sus hombres, tanto los que entraban el s�bado como los que sal�an el s�bado; pues el sacerdote yehoyad� no exceptu� a ninguna de las secciones. [9] el sacerdote yehoyad� entreg� a los jefes de cien las lanzas y los escudos, grandes y peque�os, del rey david, que se hallaban en la casa de dios, [10] y apost� a todo el pueblo, cada uno con sus armas en la mano, desde el ala oriental de la casa hasta el ala occidental, entre el altar y la casa, para que rodeasen al rey. [11] hicieron salir entonces al hijo del rey y le pusieron la diadema y el testimonio. le proclamaron rey; yehoyad� y sus hijos le ungieron y gritaron: ��viva el rey!�. [12] al o�r atal�a los gritos del pueblo que corr�a y aclamaba al rey, vino a la casa de yahveh, donde estaba el pueblo, [13] mir�, y vio al rey en pie junto a la columna, a la entrada, y a los jefes y las trompetas junto al rey, a todo el pueblo de la tierra, lleno de alegr�a, que tocaba las trompetas, y a los cantores que, con instrumentos de m�sica, dirig�an los c�nticos de alabanza. entonces atal�a rasg� sus vestidos y grit�: ��traici�n, traici�n!� [14] pero el sacerdote yehoyad� dio orden a los jefes de cien, que estaban al frente de las tropas, y les dijo: �hacedla salir de las filas, y el que la siga que sea pasado a espada.� porque hab�a dicho el sacerdote: �no la mat�is en la casa de yahveh.� [15] as� pues, ellos echaron mano de ella, y cuando lleg� a la casa del rey por el camino de la entrada de los caballos, all� la mataron. [16] entonces yehoyad� pact� alianza con todo el pueblo y el rey de que el pueblo ser�a pueblo de yahveh. [17] fue despu�s todo el pueblo a la casa de baal y la derribaron; rompieron sus altares y sus im�genes, y mataron a mat�n, sacerdote de baal, ante los altares. [18] yehoyad� puso centinelas en la casa de yahveh, a los �rdenes de los sacerdotes y levitas que david hab�a distribuido en la casa de yahveh, conforme a lo escrito en la ley de mois�s, para ofrecer los holocaustos con alegr�a y c�nticos, seg�n las disposiciones de david. [19] puso porteros junto a las puertas de la casa de yahveh para que no entrase ninguno que por cualquier causa fuese inmundo. [20] despu�s tom� a los jefes de cien, a los notables, a los dirigentes del pueblo y al pueblo entero de la tierra; y haciendo descender al rey de la casa de yahveh, entraron por la puerta superior en la casa del rey y le sentaron en el trono del reino. [21] todo el pueblo de la tierra estaba contento, y la ciudad qued� tranquila; en cuanto a atal�a, la hab�an matado a espada. 2 cronicas cap.24 [1] siete a�os ten�a jo�s cuando empez� a reinar, y rein� cuarenta a�os en jerusal�n. su madre se llamaba sib�a de berseba. [2] jo�s hizo lo recto a los ojos de yahveh durante toda la vida del sacerdote

yehoyad�. [3] este le cas� con dos mujeres, y engendr� hijos e hijas. [4] despu�s de esto resolvi� Jo�s restaurar la casa de yahveh. [5] reuni� a los sacerdotes y a los levitas y les dijo: �recorred las ciudades de jud� y juntad cada a�o plata en todo israel para reparar la casa de vuestro dios; y daos prisa en ello.� pero los levitas no se dieron prisa. [6] llam� entonces el rey a yehoyad�, sumo sacerdote, y le dijo: ��por qu� no has tenido cuidado de que los levitas trajesen de jud� y de jerusal�n la contribuci�n que mois�s, siervo de yahveh, y la asamblea de israel prescribieron para la tienda del testimonio?� [7] pues la imp�a atal�a y sus hijos hab�an arruinado la casa de dios, llegando incluso a emplear para los baales todas las cosas consagradas a la casa de yahveh. [8] mand�, pues, el rey que se hiciera un cofre, que fue colocado junto a la puerta de la casa de yahveh, por la parte exterior; [9] y echaron bando en jud� y en jerusal�n de que trajesen a yahveh la contribuci�n que mois�s, siervo de dios, hab�a impuesto a israel en el desierto. [10] todos los jefes y todo el pueblo se alegraron; y tra�an la contribuci�n y la echaban en el cofre hasta que se llenaba. [11] cuando llevaban el cofre a los inspectores del rey, por medio de los levitas, si ve�an que hab�a mucho dinero, ven�a el secretario del rey y el inspector del sumo sacerdote para vaciar el cofre; luego, lo tomaban y lo volv�an a su lugar. as� lo hac�an cada vez, y recog�an dinero en abundancia. [12] el rey y yehoyad� se lo daban a los encargados de las obras del servicio de la casa de yahveh, y �stos tomaban a sueldo canteros y carpinteros para restaurar la casa de yahveh, y tambi�n a los que trabajaban en hierro y bronce, para reparar la casa de yahveh. [13] trabajaron, pues, los encargados de la obra, y con sus trabajos adelantaron las reparaciones del edificio; restituyeron la casa de dios a su primer estado y la consolidaron. [14] acabado el trabajo, entregaron al rey y a yehoyad� el resto del dinero, con el cual hicieron objetos para la casa de yahveh, utensilios para el ministerio y para los holocaustos, vasos y objetos de oro y plata. durante toda la vida de yehoyad� se ofrecieron siempre holocaustos en la casa de yahveh. [15] envejeci� Yehoyad�, y muri� colmado de d�as. ten�a 130 a�os cuando muri�. [16] le sepultaron en la ciudad de david, con los reyes, porque hab�a hecho el bien en israel, con dios y con su casa. [17] despu�s de la muerte de yehoyad� vinieron los jefes de jud� a postrarse delante del rey, y entonces el rey les prest� o�do. [18] abandonaron la casa de yahveh, el dios de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los �dolos; la c�lera estall� contra jud� y jerusal�n a causa de esta culpa suya. [19] yahveh les envi� profetas que dieron testimonio contra ellos para que se convirtiesen a �l, pero no les prestaron o�do. [20] entonces el esp�ritu de dios revisti� a zacar�as, hijo del sacerdote yehoyad� que, present�ndose delante del pueblo, les dijo: �as� dice dios: �por qu� traspas�is los mandamientos de yahveh? no tendr�is �xito; pues por haber abandonado a yahveh, �l os abandonar� a vosotros.� [21] mas ellos conspiraron contra �l, y por mandato del rey le apedrearon en el atrio de la casa de yahveh. [22] pues el rey jo�s no se acord� del amor que le hab�a tenido yehoyad�, padre de zacar�as, sino que mat� a su hijo, que exclam� al morir: ��v�alo yahveh y exija cuentas!� [23] a la vuelta de un a�o subi� contra jo�s el ej�rcito de los arameos, que invadieron jud� y jerusal�n, mataron de entre la poblaci�n a todos los jefes del pueblo, y enviaron todo el bot�n al rey de damasco, [24] pues aunque el ej�rcito de los arameos hab�a venido con poca gente, yahveh entreg� en sus manos a un ej�rcito muy grande; porque hab�an abandonado a yahveh, el dios de sus padres. de este modo los arameos hicieron justicia con jo�s.

[25] y cuando se alejaron de �l, dej�ndole gravemente enfermo, se conjuraron contra �l sus servidores, por la sangre del hijo del sacerdote yehoyad�, le mataron en su lecho y muri�. Le sepultaron en la ciudad de david, pero no le sepultaron en los sepulcros de los reyes. [26] los que conspiraron contra �l fueron zabad, hijo de simat la ammonita, y yehozabad, hijo de simrit la moabita. [27] lo tocante a sus hijos, la gran cantidad de impuestos que percibi� y la restauraci�n de la casa de dios, se halla escrito en el midr�s del libro de los reyes. en su lugar rein� su hijo amas�as. 2 cronicas cap.25 [1] veinticinco a�os ten�a amas�as cuando comenz� a reinar, y rein� veintinueve a�os en jerusal�n. su madre se llamaba yehoadd�n, de jerusal�n. [2] hizo lo recto a los ojos de yahveh, aunque no de todo coraz�n. [3] cuando se afianz� en su reinado, dio muerte a los servidores que hab�an matado al rey su padre. [4] pero no hizo morir a los hijos de ellos, conforme a lo escrito en la ley, en el libro de mois�s, donde yahveh ten�a prescrito: �no han de morir los padres por los hijos ni los hijos han de morir por los padres, sino que cada uno morir� por su propio pecado.� [5] amas�as congreg� a jud� y estableci� por todo jud� y benjam�n, seg�n las casas paternas, jefes de millar y jefes de cien; hizo el censo de ellos, desde los veinte a�os para arriba, y hall� 300.000 hombres escogidos, aptos para la guerra y el manejo de lanza y pav�s. [6] tom� tambi�n a sueldo en israel, por cien talentos de plata, a 100.000 hombres valientes. [7] pero vino donde �l un hombre de dios que le dijo: �oh rey, que no salga contigo el ej�rcito de israel, porque yahveh no est� con israel, ni con ninguno de los efraimitas. [8] si vienen contigo, t� te portar�s esforzadamente en la batalla, pero dios te har� caer ante el enemigo, porque dios tiene poder para ayudar y para derribar.� [9] respondi� Amas�as al hombre de dios: ��y qu� hacer con los cien talentos que he dado a la tropa de israel?� contest� el hombre de dios: �tiene yahveh poder para darte mucho m�s que eso.� [10] y amas�as apart� los destacamentos que le hab�an venido de efra�m, para que se volviesen a sus lugares. ellos se irritaron mucho contra jud� y se volvieron a sus casas ardiendo en c�lera. [11] amas�as cobr� �nimo y, tomando el mando de su pueblo, march� al valle de la sal, y dio muerte a 10.000 hombres de los seir�es. [12] los hijos de jud� apresaron vivos a otros 10.000 y, llev�ndolos a la cumbre de la pe�a, los precipitaron desde all�, quedando todos ellos reventados. [13] entretanto, la tropa que amas�as hab�a hecho volver, para que no fuesen con �l a la guerra, se desparramaron por las ciudades de jud�, desde samar�a hasta bet jor�n, pero fueron derrotados 3.000 de ellos y se recogi� mucho bot�n. [14] despu�s de regresar amas�as de su victoria sobre los edomitas, introdujo los dioses de los seir�es; eligi� los dioses de ellos, postr�se ante ellos y les quem� incienso. [15] se encendi� la ira de yahveh contra amas�as y le envi� un profeta, que le dijo: ��por qu� has buscado a los dioses de ese pueblo, que no han podido librar de tu mano a su propia gente?� [16] mientras �l le hablaba, amas�as le interrumpi�: ��acaso te hemos hecho consejero del rey? �c�llate! �por qu� te han de matar?� el profeta concluy� diciendo: �yo s� que dios ha determinado destruirte, porque hiciste eso y no quieres escuchar mi consejo.� [17] amas�as, rey de jud�, despu�s de haber deliberado, envi� mensajeros a jo�s, hijo de joacaz, hijo de jeh�, rey de israel, para decirle: ��sube y nos veremos las caras!�

[18] pero jo�s, rey de israel, mand� decir a amas�as, rey de jud�: �el cardo del l�bano mand� a decir al cedro del l�bano: dame tu hija para mujer de mi hijo. pero las bestias salvajes del l�bano pasaron y pisotearon el cardo. [19] t� te dices: "he derrotado a edom." por eso te lleva tu coraz�n a jactarte. s� glorioso, pero qu�date ahora en tu casa. �por qu� exponerte a una calamidad y a caer t� y Jud� contigo?� [20] pero amas�as no le escuch�, pues era disposici�n de dios entregarlos en manos de sus enemigos, por haber buscado a los dioses de edom. [21] subi� Jo�s, rey de israel, y se enfrentaron, �l y amas�as, rey de jud�, en bet semes de jud�. [22] jud� fue derrotado por israel y huyeron cada uno a su tienda. [23] jo�s, rey de israel, captur� a amas�as, rey de jud�, hijo de jo�s, hijo de ocoz�as, en bet semes y le llev� a jerusal�n; y abri� una brecha de cuatrocientos codos en la muralla de jerusal�n desde la puerta de efra�m hasta la puerta del angulo. [24] tom� todo el oro y la plata y todos los objetos que se hallaban al cuidado de obededom en la casa de dios, y los tesoros de la casa del rey, as� como tambi�n rehenes, y se volvi� a samar�a. [25] amas�as, hijo de jo�s, rey de jud�, sirvi� quince a�os despu�s de la muerte de jo�s, hijo de joacaz, rey de israel. [26] el resto de los hechos de amas�as, los primeros y los postreros, �no est�n escritos en el libro de los reyes de jud� y de israel? [27] despu�s que amas�as se apart� de yahveh, se conjuraron contra �l en jerusal�n, por lo que huy� a lak�s; pero enviaron gente en su persecuci�n hasta lak�s y all� lo mataron. [28] traj�ronle a caballo y le sepultaron con sus padres en la ciudad de david. 2 cronicas cap.26 [1] todo el pueblo de jud� tom� a oz�as, que ten�a diecis�is a�os, y le proclamaron rey en lugar de su padre amas�as. [2] reconstruy� Elat y la devolvi� a jud�, despu�s que el rey se hubo acostado con sus padres. [3] diecis�is a�os ten�a oz�as cuando empez� a reinar, y rein� 52 a�os en jerusal�n. su madre se llamaba yekoli�, de jerusal�n. [4] hizo lo recto a los ojos de yahveh, enteramente como lo hab�a hecho su padre amas�as. [5] busc� a dios durante la vida de zacar�as, que le instruy� en el temor de dios; y mientras busc� a yahveh, dios le dio prosperidad. [6] sali� a campa�a contra los filisteos y abri� brecha en el muro de gat, en el muro de yabn� y en el muro de asdod; restaur� las ciudades en la regi�n de asdod y entre los filisteos. [7] dios le ayud� contra los filisteos, contra los �rabes que habitaban en gur b�al y contra los meunitas. [8] los ammonitas pagaron tributo a oz�as, y su fama lleg� hasta la frontera de egipto, porque se hab�a hecho sumamente poderoso. [9] oz�as construy� torres en jerusal�n sobre la puerta del angulo, sobre la puerta del valle y en el angulo, y las fortific�. [10] construy� tambi�n torres en el desierto y excav� muchas cisternas, pues pose�a numerosos ganados en la tierra baja y en la llanura, as� como labradores y vi�adores en las monta�as y en los campos f�rtiles, porque le gustaba la agricultura. [11] oz�as ten�a un ej�rcito que hac�a la guerra; sal�a a campa�a por grupos, conforme al n�mero de su censo hecho bajo la vigilancia de yeiel el escriba, y maase�as el notario, a las �rdenes de janan�as, uno de los jefes del rey. [12] el n�mero total de los jefes de familia era de 2.600 hombres esforzados. [13] a sus �rdenes hab�a un ej�rcito de campa�a de 307.500 hombres, que hac�an la guerra con gran valor, para ayudar al rey contra el enemigo.

[14] oz�as proporcion� a todo aquel ej�rcito en cada una de sus campa�as escudos y lanzas, yelmos y corazas, arcos y hondas, para tirar piedras. [15] hizo construir en jerusal�n ingenios inventados por expertos, para colocarlos sobre las torres y los �ngulos y para arrojar saetas y grandes piedras. su fama se extendi� lejos, porque fue prodigioso el modo como supo buscarse colaboradores hasta hacerse fuerte. [16] mas, una vez fortalecido en su poder, se ensoberbeci� hasta acarrearse la ruina, y se rebel� contra yahveh su dios, entrando en el templo de yahveh para quemar incienso sobre el altar del incienso. [17] fue tras �l azar�as, el sacerdote, y con �l ochenta sacerdotes de yahveh, hombres valientes, [18] que se opusieron al rey oz�as y le dijeron: �no te corresponde a ti, oz�as, quemar incienso a yahveh, sino a los sacerdotes, los hijos de aar�n, que han sido consagrados para quemar el incienso. �sal del santuario porque est�s prevaricando, y t� no tienes derecho a la gloria que viene de yahveh dios!� [19] entonces oz�as, que ten�a en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llen� de ira, y mientras se irritaba contra los sacerdotes, brot� la lepra en su frente, a vista de los sacerdotes, en la casa de yahveh, junto al altar del incienso. [20] el sumo sacerdote azar�as y todos los sacerdotes volvieron hac�a �l sus ojos, y vieron que ten�a lepra en la frente. por lo cual lo echaron de all� a toda prisa; y �l mismo se apresur� a salir, porque yahveh le hab�a herido. [21] el rey oz�as, qued� leproso hasta el d�a de su muerte, y habit� en una casa aislada, como leproso, porque hab�a sido excluido de la casa de yahveh; su hijo jotam estaba al frente de la casa del rey y administraba justicia al pueblo de la tierra. [22] el resto de los hechos de oz�as, los primeros y los postreros, los escribi� el profeta isa�as, hijo de am�s. [23] acostose oz�as con sus padres y lo sepultaron con sus padres en el campo de los sepuclros de los reyes, porque dec�an: �es un leproso.� en su lugar rein� su hijo jotam. 2 cronicas cap.27 [1] ten�a jotam veinticinco a�os cuando comenz� a reinar, y rein� diecis�is a�os en jerusal�n. su madre se llamaba yerus�, hija de sadoq. [2] hizo lo recto a los ojos de yahveh, enteramente como lo hizo su padre oz�as, salvo que no penetr� en el templo de yahveh. el pueblo, sin embargo, segu�a corrompi�ndose. [3] construy� la puerta superior de la casa de yahveh, e hizo muchas obras en los muros de ofel. [4] edific� tambi�n ciudades en la monta�a de jud�, y edific� castillos y torres en las tierras de labor. [5] hizo guerra contra el rey de los ammonitas, a los que venci�. Los ammonitas le dieron aquel a�o cien talentos de plata, 10.000 cargas de trigo y 10.000 de cebada. los ammonitas le trajeron lo mismo el a�o segundo y el tercero. [6] jotam lleg� a ser poderoso, porque se afirm� en los caminos de yahveh su dios. [7] el resto de los hechos de jotam, todas sus guerras y sus obras, est�n escritos en el libro de los reyes de israel y de jud�. [8] ten�a veinticinco a�os cuando comenz� a reinar, y rein� diecis�is a�os en jerusal�n. [9] acost�se jotam con sus padres, y le sepultaron en la ciudad de david. en su lugar rein� su hijo ajaz. 2 cronicas cap.28 [1] ten�a ajaz veinte a�os cuando empez� a reinar, y rein� diecis�is a�os en

jerusal�n. no hizo lo recto a los ojos de yahveh, como david su padre. [2] sigui� los caminos de los reyes de israel, llegando a fundir estatuas para los baales. [3] quem� incienso en el valle de ben hinnom e hizo pasar a sus hijos por el fuego, seg�n los ritos abominables de las gentes que yahveh hab�a arrojado de delante de los israelitas. [4] ofrec�a sacrificios y quemaba incienso en los altos, sobre los collados y bajo todo �rbol frondoso. [5] yahveh su dios le entreg� en manos del rey de los arameos, que le derrotaron, haci�ndole gran n�mero de prisioneros, que fueron llevados a damasco. fue entregado tambi�n en manos del rey de israel, que le caus� una gran derrota. [6] pecaj, hijo de remal�as, mat� en jud� en un solo d�a a 120.000, todos ellos hombres valientes; porque hab�an abandonado a yahveh, el dios de sus padres. [7] zikr�, uno de los valientes de efra�m, mat� a maas�as, hijo del rey, a azricam, mayordomo de palacio, y a elcan�, segundo despu�s del rey. [8] los israelitas se llevaron de entre sus hermanos 200.000 prisioneros: mujeres, hijos e hijas. se apoderaron tambi�n de un enorme bot�n, que se llevaron a samar�a. [9] hab�a all� un profeta de yahveh, llamado oded, que sali� al encuentro del ej�rcito que volv�a a samar�a, y les dijo: �he aqu� que yahveh, el dios de vuestros padres, irritado contra jud�, los ha entregado en vuestras manos, mas vosotros los hab�is matado con un furor que ha subido hasta el cielo. [10] y ahora pens�is en someter a los hijos de jud� y de jerusal�n como siervos y siervas vuestros. �es que vosotros mismos no sois culpables contra yahveh vuestro dios? [11] o�dme, pues, y dejad volver a vuestros hermanos que hab�is tomado prisioneros, porque el furor de la ira de yahveh viene sobre vosotros.� [12] entonces algunos hombres de los jefes de efra�m: azar�as, hijo de yehojan�n; berek�as, hijo de mesillemot; ezequ�as, hijo de sallum, y amas�, hijo de jadlay, se levantaron contra los que ven�an de la guerra, [13] y les dijeron: �no met�is aqu� a estos prisioneros. �por qu�, adem�s de la culpa contra yahveh que ya tenemos contra nosotros, habl�is de aumentar todav�a nuestros pecados y nuestro delito?; pues grande es nuestro delito y el furor de la ira amenaza a israel.� [14] entonces la tropa dej� a los prisioneros y el bot�n delante de los jefes y de toda la asamblea. [15] levant�ronse entonces los hombres nominalmente designados, reanimaron a los prisioneros y vistieron con el bot�n a todos los que estaban desnudos, d�ndoles vestido y calzado. les dieron de comer y de beber y los ungieron; y transportaron en asnos a todos los d�biles, los llevaron a jeric�, ciudad de las palmeras, junto a sus hermanos. luego se volvieron a samar�a. [16] en aquel tiempo el rey ajaz envi� mensajeros a los reyes de asiria para que le socorriesen. [17] porque los de edom hab�an venido otra vez y hab�an derrotado a jud�, llev�ndose algunos prisioneros. [18] tambi�n los filisteos invadieron las ciudades de la tierra baja y del n�gueb de jud�, y tomaron bet semes, ayyal�n, guederot, sok� con sus aldeas, timn� con sus aldeas y guimz� con sus aldeas, y se establecieron all�. [19] porque yahveh humillaba a jud� a causa de ajaz, rey de israel, que permit�a el desenfreno de jud�, y se hab�a rebelado contra yahveh. [20] vino contra �l teglatfalasar, rey de asiria; y le puso sitio, pero no le domin�. [21] porque ajaz despoj� la casa de yahveh y la casa del rey y de los jefes, para d�rselo al rey de asiria, pero de nada le sirvi�. [22] aun en el tiempo del asedio, el rey ajaz persisti� en su rebeld�a contra yahveh. [23] ofrec�a sacrificios a los dioses de damasco que le hab�an derrotado, pues se dec�a: �los dioses de los reyes de aram les ayudan a ellos; les ofrecer�

sacrificios, y me ayudar�n a m�.� ellos fueron la causa de su ruina y de la de todo israel. [24] ajaz junt� algunos de los utensilios de la casa de dios e hizo a�icos otros; cerr� las puertas de la casa de yahveh y fabric� altares en todas las esquinas de jerusal�n. [25] erigi� altos en cada una de las ciudades de jud�, para quemar incienso a otros dioses, provocando as� la ira de yahveh, el dios de sus padres. [26] el resto de sus hechos y todas sus obras, las primeras y las postreras, est� escrito en el libro de los reyes de jud� e israel. [27] se acost� Ajaz con sus padres y lo sepultaron dentro de la ciudad, en jerusal�n: pues no le colocaron en los sepulcros de los reyes de israel. en su lugar rein� su hijo ezequ�as. 2 cronicas cap.29 [1] ezequ�as ten�a veinticinco a�os cuando comenz� a reinar y rein� veintinueve a�os en jerusal�n. su madre se llamaba ab�a, hija de zacar�as. [2] hizo lo recto a los ojos de yahveh, enteramente como david su padre. [3] en el a�o primero de su reinado, el primer mes, abri� las puertas de la casa de yahveh y las repar�. [4] hizo venir a los sacerdotes y levitas, los reuni� en la plaza oriental, [5] y les dijo: ��escuchadme, levitas! santificaos ahora y santificad la casa de yahveh, el dios de vuestros padres; y sacad fuera del santuario la inmundicia. [6] porque nuestros padres han sido infieles haciendo lo malo a los ojos de yahveh, nuestro dios; le han abandonado, y apartando sus rostros de la morada de yahveh, le han vuelto la espalda. [7] hasta llegaron a cerrar las puertas del vest�bulo, apagaron las l�mparas, y no quemaron incienso ni ofrecieron holocaustos en el santuario al dios de israel. [8] por eso la ira de yahveh ha venido sobre jud� y jerusal�n, y �l los ha convertido en objeto de espanto, terror y rechifla, como lo est�is viendo con vuestros ojos. [9] por esto han ca�do a espada nuestros padres; y nuestros hijos, hijas y mujeres se hallan en cautividad. [10] pero ahora he decidido en mi coraz�n hacer alianza con yahveh, el dios de israel, para que aparte de nosotros el furor de su ira. [11] hijos m�os, no se�is ahora negligentes; porque yahveh os ha elegido a vosotros para que est�is en su presencia y le sirv�is para ser sus ministros y para quemarle incienso.� [12] levant�ronse entonces los levitas m�jat, hijo de amasay, y joel, hijo de azar�as, de los hijos de quehat; quis, hijo de abd�, y azar�as, hijo de yallelel, de los hijos de merar�; yoaj, hijo de zimm�, y eden, hijo de yoaj, de los hijos de los guersonitas; [13] simr� y yeiel, de los hijos de elisaf�n; zacar�as y mattan�as, de los hijos de asaf; [14] yejiel y sim�, de los hijos de hem�n; sema�as y uzziel, de los hijos de yedut�n. [15] estos reunieron a sus hermanos, se santificaron y vinieron a purificar la casa de yahveh, conforme al mandato del rey, seg�n las palabras de yahveh. [16] los sacerdotes entraron en el interior de la casa de yahveh para purificarla, y sacaron al atrio de la casa de yahveh todas las impurezas que encontraron en el santuario de yahveh. los levitas, por su parte, las amontonaron para llevarlas fuera, al torrente de cedr�n. [17] comenzaron la consagraci�n el d�a primero del primer mes, y el d�a octavo del mes llegaron al vest�bulo de yahveh; pasaron ocho d�as consagrando la casa de yahveh y el d�a diecis�is del mes primero hab�an acabado. [18] fueron luego a las habitaciones del rey ezequ�as y le dijeron: �hemos purificado toda la casa de yahveh, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la mesa de las filas de pan con todos sus utensilios.

[19] hemos preparado y santificado todos los objetos que profan� el rey ajaz durante su reinado con su infidelidad, y est�n ante el altar de yahveh.� [20] entonces se levant� el rey ezequ�as de ma�ana, reuni� a los jefes de la ciudad y subi� a la casa de yahveh [21] trajeron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos cabr�os para el sacrificio por el pecado en favor del reino, del santuario y de jud�; y mand� a los sacerdotes, hijos de aar�n, que ofreciesen holocaustos sobre el altar de yahveh. [22] inmolaron los novillos, y los sacerdotes recogieron la sangre y rociaron el altar; luego inmolaron los carneros y rociaron con su sangre el altar; degollaron igualmente los corderos y rociaron con la sangre el altar. [23] acercaron despu�s los machos cabr�os por el pecado, ante el rey y la asamblea, y �stos pusieron las manos sobre ellos; [24] los sacerdotes los inmolaron y ofrecieron la sangre en sacrificio por el pecado junto al altar como expiaci�n por todo israel; porque el rey hab�a ordenado que el holocausto y el sacrificio por el pecado fuese por todo israel. [25] luego estableci� en la casa de yahveh a los levitas con c�mbalos, salterios y c�taras, seg�n las disposiciones de david, de gad, vidente del rey, y de nat�n, profeta; pues de mano de yahveh hab�a venido ese mandamiento, por medio de sus profetas. [26] cuando ocuparon su sitio los levitas con los instrumentos de david, y los sacerdotes con las trompetas, [27] mand� Ezequ�as ofrecer el holocausto sobre el altar. y al comenzar el holocausto, comenzaron tambi�n los cantos de yahveh, al son de las trompetas y con el acompa�amiento de los instrumentos de david, rey de israel. [28] toda la asamblea estaba postrada, se cantaban c�nticos y las trompetas sonaban. todo ello dur� hasta que fue consumido el holocausto. [29] consumido el holocausto, el rey y todos los presentes doblaron las rodillas y se postraron. [30] despu�s, el rey ezequ�as y los jefes mandaron a los levitas que alabasen a yahveh con las palabras de david y del vidente asaf; y ellos cantaron alabanzas hasta la exaltaci�n, e inclin�ndose, adoraron. [31] despu�s tom� Ezequ�as la palabra y dijo: �ahora est�is enteramente consagrados a yahveh; acercaos y ofreced v�ctimas y sacrificios de alabanza en la casa de yahveh.� y la asamblea trajo sacrificios en acci�n de gracias, y los de coraz�n generoso, tambi�n holocaustos. [32] el n�mero de los holocaustos ofrecidos por la asamblea fue de setenta bueyes; cien carneros y doscientos corderos; todos ellos en holocausto a yahveh. [33] se consagraron tambi�n seiscientos bueyes y 3.000 ovejas. [34] pero como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar todos estos holocaustos, les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que terminaron la labor, y los sacerdotes se santificaron, pues los levitas estaban m�s dispuestos que los sacerdotes para santificarse. [35] hubo, adem�s, muchos holocaustos de grasa de los sacrificios de comuni�n y libaciones para el holocausto. as� qued� restablecido el culto de la casa de yahveh. [36] ezequ�as y el pueblo entero se regocijaron de que dios hubiera dispuesto al pueblo; pues todo se hizo r�pidamente. 2 cronicas cap.30 [1] ezequ�as envi� mensajeros a todo israel y jud�, y escribi� tambi�n cartas a efra�m y manas�s, para que viniesen a la casa de yahveh, en jerusal�n, a fin de celebrar la pascua en honor de yahveh, el dios de israel. [2] pues el rey y sus jefes y toda la asamblea de jerusal�n hab�an determinado celebrar la pascua en el mes segundo, [3] ya que no fue posible celebrarla a su debido tiempo, porque los sacerdotes no se hab�an santificado en n�mero suficient� y el pueblo no se hab�a reunido en

jerusal�n. [4] pareci� bien esto a los ojos del rey y de toda la asamblea. [5] y decidieron enviar aviso a todo israel, desde berseba hasta dan, para que vinieran a jerusal�n a celebrar la pascua en que eran muchos los que no la hab�an celebrado seg�n lo escrito. [6] los correos, con las cartas del rey y de sus jefes, recorrieron todo israel y jud�, como el rey lo hab�a mandado y dec�an: �hijos de israel, volveos a yahveh, el dios de abraham, de isaac y de israel, y �l se volver� al resto que ha quedado de vosotros, los que han escapado de la mano de los reyes de asiria. [7] no se�is como vuestros padres y vuestros hermanos, que fueron infieles a yahveh, el dios de sus padres; por lo cual �l los entreg� a la desolaci�n, como est�is viendo. [8] ahora, no endurezc�is vuestra cerviz como vuestros padres; dad la mano a yahveh, venid a su santuario, que �l ha santificado para siempre; servid a yahveh, vuestro dios, y se apartar� de vosotros el furor de su ira. [9] porque si os volv�is a yahveh, vuestros hermanos y vuestros hijos hallar�n misericordia ante aquellos que los llevaron cautivos, y volver�n a esta tierra, pues yahveh vuestro dios es clemente y misericordioso, y no apartar� de vosotros su rostro, si vosotros os convert�s a �l.� [10] los correos pasaron de ciudad en ciudad por el pa�s de efra�m y de manas�s, llegaron hasta zabul�n; pero se re�an y se burlaban de ellos. [11] sin embargo, hubo hombres de aser, de manas�s y de zabul�n que se humillaron y vinieron a jerusal�n. [12] tambi�n en jud� se dej� sentir la mano de dios, que les dio coraz�n un�nime para cumplir el mandamiento del rey y de los jefes, seg�n la palabra de yahveh. [13] se reuni� en jerusal�n mucha gente para celebrar la fiesta de los azimos en el mes segundo; era una asamblea muy grande. [14] y se levantaron y quitaron los altares que hab�a en jerusal�n; quitaron tambi�n todos los altares de incienso y los arrojaron al torrente cedr�n. [15] inmolaron la pascua el d�a catorce del mes segundo. tambi�n los sacerdotes y los levitas, llenos de confusi�n, se santificaron y trajeron holocaustos a la casa de yahveh. [16] ocuparon sus puestos seg�n su reglamento, conforme a la ley de mois�s, hombre de dios; y los sacerdotes rociaban con la sangre que recib�an de mano de los levitas. [17] y como muchos de la asamblea no se hab�an santificado, los levitas fueron encargados de inmolar los corderos pascuales para todos los que no se hallaban puros, a fin de santificarlos para yahveh. [18] pues una gran parte del pueblo, muchos de efra�m, de manas�s, de isacar y de zabul�n, no se hab�an purificado, y con todo comieron la pascua sin observar lo escrito. pero ezequ�as or� por ellos diciendo: ��que yahveh, que es bueno, perdone a todos aquellos [19] cuyo coraz�n est� dispuesto a buscar al dios yahveh, el dios de sus padres, aunque no tengan la pureza requerida para las cosas sagradas!� [20] y oy� Yahveh a ezequ�as y dej� salvo al pueblo. [21] los israelitas que estaban en jerusal�n celebraron la fiesta de los azimos por siete d�as con gran alegr�a; mientras los levitas y los sacerdotes alababan a yahveh todos los d�as con todas sus fuerzas. [22] ezequ�as habl� al coraz�n de todos los levitas que ten�an perfecto conocimiento de yahveh. comieron durante los siete d�as las v�ctimas de la solemnidad, sacrificando sacrificos de comuni�n y alabando a yahveh, el dios de sus padres. [23] toda la asamblea resolvi� celebrar la solemnidad por otros siete d�as, y la celebraron con j�bilo siete d�as m�s. [24] porque ezequ�as, rey de jud�, hab�a reservado para toda la asamblea mil novillos y 7.000 ovejas. los jefes, por su parte, hab�an reservado para la asamblea mil novillos y 10.000 ovejas, pues ya se hab�an santificado muchos sacerdotes.

[25] toda la asamblea de jud�, los sacerdotes y los levitas y tambi�n toda la asamblea que hab�a venido de israel y los forasteros venidos de la tierra de israel, lo mismo que los que habitaban en jud�, se llenaron de alegr�a. [26] hubo gran gozo en jerusal�n; porque desde los d�as de salom�n, hijo de david, rey de israel, no se hab�a hecho cosa semejante en jerusal�n. [27] despu�s se levantaron los sacerdotes y los levitas, y bendijeron al pueblo; y fue o�da su voz, y su oraci�n penetr� en el cielo, su santa morada. 2 cronicas cap.31 [1] terminado todo esto, salieron todos los israelitas que se hallaban presentes a recorrer las ciudades de jud�; y rompieron las estelas, abatieron los cipos y derribaron los altos y los altares en todo jud� y benjam�n, y tambi�n en efra�m y manas�s, hasta acabar con ellos. despu�s volvieron todos los hijos de israel, cada cual a su propiedad, a sus ciudades. [2] ezequ�as restableci� las clases de los sacerdotes y de los levitas, cada uno en su secci�n, seg�n su servicio, ya fuera sacerdote, ya levita, ya se tratara de holocaustos y sacrificios de comuni�n, ya de servicio lit�rgico, acci�n de gracias o himnos, en las puertas del campamento de yahveh. [3] destin� el rey una parte de su hacienda para los holocaustos, holocaustos de la ma�ana y de la tarde y holocaustos de los s�bados, de los novilunios y de las solemnidades, seg�n lo escrito en la ley de yahveh. [4] mand� al pueblo que habitaba en jerusal�n que entregase la parte de los sacerdotes y levitas a fin de que pudiesen perseverar en la ley de yahveh. [5] cuando se divulg� esta disposici�n, los israelitas trajeron en abundancia las primicias del trigo, del vino, del aceite y de la miel y de todos los productos del campo; presentaron igualmente el diezmo de todo en abundancia. [6] los hijos de israel y de jud� que habitaban en las ciudades de jud� trajeron tambi�n el diezmo del ganado mayor y menor y el diezmo de las cosas sagradas consagradas a yahveh, su dios, y lo distribuyeron por montones. [7] en el mes tercero comenzaron a apilar los montones y terminaron el mes s�ptimo. [8] vinieron ezequ�as y los jefes a ver los montones y bendijeron a yahveh y a su pueblo israel. [9] cuando ezequ�as pregunt� a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones, [10] respondi� el sumo sacerdote azar�as, de la casa de sadoq, y dijo: �desde que se comenzaron a traer las ofrendas reservadas a la casa de yahveh, hemos comido y nos hemos saciado, y a�n sobra much�simo, porque yahveh ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es lo que sobra.� [11] entonces mand� Ezequ�as que se preparasen salas en la casa de yahveh. las prepararon, [12] y metieron all� en lugar seguro las ofrendas reservadas, los diezmos y las cosas consagradas. el levita konan�as fue nombrado intendente, y sim�, hermano suyo, era el segundo. [13] yejiel, azaz�as, najat, asahel, yerimot, yozabad, eliel, jismak�as, m�jat y bena�as eran inspectores, a las �rdenes de konan�as y de sim�, su hermano, bajo la vigilancia del rey ezequ�as y de azar�as, pr�ncipe de la casa de dios. [14] el levita qor�, hijo de yimn�, portero de la puerta oriental, estaba encargado de las ofrendas voluntarias hechas a dios, y de repartir la ofrenda reservada a yahveh y las cosas sacrat�simas. [15] en las ciudades sacerdotales estaban permanentemente bajo sus �rdenes eden, minyam�n, yes�a, Sema�as, amar�as y sekan�as, para repartir a sus hermanos, as� grandes como chicos, seg�n sus clases, [16] dejando aparte a los hombres de treinta a�os para arriba, inscritos en las genealog�as, a todos los que entraban en la casa de yahveh, seg�n la tarea de cada d�a, para cumplir los servicios de su ministerio, conforme a sus clases. [17] los sacerdotes estaban inscritos en las genealog�as, conforme a sus casas

paternas, igual que los levitas, desde los veinte a�os en adelante, seg�n sus obligaciones y sus clases. [18] estaban tambi�n inscritos en las genealog�as todos sus ni�os, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, de toda la asamblea, porque se santificaban fielmente por medio de las cosas sagradas. [19] para los sacerdotes, hijos de aar�n, que viv�an en el campo, en los ejidos de sus ciudades, hab�a en cada ciudad hombres designados nominalmente, para dar las porciones a todos los varones de los sacerdotes, y a todos los levitas inscritos en las genealog�as. [20] esto hizo ezequ�as en todo jud� haciendo lo bueno y recto y verdadero ante yahveh su dios. [21] todas las obras que emprendi� en servicio de la casa de dios, la ley y los mandamientos, las hizo buscando a su dios con todo su coraz�n y tuvo �xito. 2 cronicas cap.32 [1] despu�s de todas estas pruebas de fidelidad, vino senaquerib, rey de asiria, invadi� Jud�, puso sitio a las ciudades fortificadas y mand� forzar las murallas. [2] cuando vio ezequ�as que senaquerib ven�a con intenci�n de atacar a jerusal�n, [3] tom� consejo con sus jefes y sus valientes en orden a cegar las fuentes de agua que hab�a fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. [4] junt�se mucha gente, y cegaron todas las fuentes y el arroyo que corr�a por medio de la regi�n, diciendo: �cuando vengan los reyes de asiria, �por qu� han de hallar tanta agua?� [5] y cobrando �nimo, repar� toda la muralla que estaba derribada, alzando torres sobre la misma, levant� otro muralla exterior, fortific� el mill� en la ciudad de david, y fabric� una gran cantidad de armas arrojadizas y escudos. [6] puso jefes de combate sobre el pueblo, los reuni� a su lado en la plaza de la puerta de la ciudad, y habl�ndoles al coraz�n, dijo: [7] �sed fuertes y tened �nimo; no tem�is, ni desmay�is ante el rey de asiria, ni ante toda la muchedumbre que viene con �l, porque es m�s el que est� con nosotros que el que est� con �l. [8] con �l est� un brazo de carne, pero con nosotros est� Yahveh nuestro dios para ayudarnos y para combatir nuestros combates.� y el pueblo qued� confortado con las palabras de ezequ�as, rey de jud�. [9] despu�s de esto, senaquerib, rey de asiria, que estaba sitiando lak�s, con todas sus fuerzas, envi� sus siervos a jerusal�n, a ezequ�as, rey de jud�, y a todos los de jud� que estaban en jerusal�n para decirles: [10] �as� dice senaquerib, rey de asiria: �en qu� pon�is vuestra confianza, para que permanezc�is cercados en jerusal�n? [11] �no os enga�a Ezequ�as para entregaros a la muerte por hambre y sed, cuando dice: "yahveh nuestro dios nos librar� de la mano del rey de asiria"? [12] �no es este el mismo ezequ�as que ha quitado sus altos y sus altares y ha dicho a jud� y jerusal�n: "ante un solo altar os postrar�is y sobre �l habr�is de quemar incienso"? [13] �acaso no sab�is lo que yo y mis padres hemos hecho con todos los pueblos de los pa�ses? �por ventura los dioses de las naciones de estos pa�ses han sido capaces de librar sus territorios de mi mano? [14] �qui�n de entre todos los dioses de aquellas naciones que mis padres dieron al anatema pudo librar a su pueblo de mi mano? �es que vuestro dios podr� libraros de mi mano? [15] ahora, pues, que no os enga�e Ezequ�as ni os embauque de esa manera. no le cre�is; ning�n dios de ninguna naci�n ni de ning�n reino ha podido salvar a su pueblo de mi mano, ni de la mano de mis padres, �cu�nto menos podr� vuestro dios libraros a vosotros de mi mano!� [16] sus siervos dijeron todav�a m�s cosas contra yahveh dios y contra ezequ�as su siervo. [17] escribi� adem�s cartas para insultar a yahveh, dios de israel, hablando

contra �l de este modo: �as� como los dioses de las naciones de otros pa�ses no han salvado a sus pueblos de mi mano, as� tampoco el dios de ezequ�as salvar� a su pueblo de mi mano.� [18] los enviados gritaban en voz alta, en lengua jud�a, al pueblo de jerusal�n, que estaba sobre el muro, para atemorizarlos y asustarlos, y poder conquistar la ciudad, [19] y hablando del dios de jerusal�n como de los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombre. [20] en esta situaci�n, el rey ezequ�as y el profeta isa�as, hijo de am�s, oraron y clamaron al cielo. [21] y yahveh envi� un �ngel que extermin� a todos los guerreros esforzados de su ej�rcito, a los pr�ncipes y a los jefes que hab�a en el campamento del rey de asiria; el cual volvi� a su tierra cubierta la cara de verg�enza, y al entrar en la casa de su dios, all� mismo, los hijos de sus propias entra�as le hicieron caer a espada. [22] as� salv� Yahveh a ezequ�as y a los habitantes de jerusal�n de la mano de senaquerib, rey de asiria, y de la mano de todos sus enemigos, y les dio paz por todos lados. [23] muchos trajeron entonces ofrendas a yahveh, a jerusal�n, y presentes a ezequ�as, rey de jud�; el cual de all� en adelante adquiri� gran prestigio a los ojos de todas las naciones. [24] en aquellos d�as ezequ�as cay� enfermo de muerte; pero hizo oraci�n a yahveh, que le escuch� y le otorg� una se�al maravillosa. [25] pero ezequ�as no correspondi� al bien que hab�a recibido, pues se ensoberbeci� su coraz�n, por lo cual la c�lera vino sobre �l, sobre jud� y jerusal�n. [26] mas despu�s de haberse ensoberbecido en su coraz�n, se humill� Ezequ�as, �l y los habitantes de jerusal�n; y por eso no estall� contra ellos la ira de yahveh en los d�as de ezequ�as. [27] ezequ�as tuvo riquezas y gloria en gran abundancia. adquiri� tesoros de plata, oro, piedras preciosas, b�lsamos, joyas y de toda suerte de objetos de valor. [28] tuvo tambi�n almacenes para las rentas de trigo, de mosto y de aceite; pesebres para toda clase de ganado y apriscos para los reba�os. [29] se hizo con asnos y pose�a ganado menor y mayor en abundancia, pues dios le hab�a dado much�sima hacienda. [30] este mismo ezequ�as ceg� la salida superior de las aguas del guij�n y las condujo, bajo tierra, a la parte occidental de la ciudad de david. ezequ�as triunf� en todas sus empresas; [31] cuando los pr�ncipes de babilonia enviaron embajadores para investigar la se�al maravillosa ocurrida en el pa�s, dios le abandon� para probarle y descubrir todo lo que ten�a en su coraz�n. [32] el resto de los hechos de ezequ�as y sus obras piadosas est�n escritos en las visiones del profeta isa�as, hijo de am�s, y en el libro de los reyes de jud� y de israel. [33] se acost� Ezequ�as con sus padres, y le sepultaron en la subida de los sepulcros de los hijos de david; y todo jud� y los habitantes de jerusal�n le rindieron honores a su muerte. en su lugar rein� su hijo manas�s. 2 cronicas cap.33 [1] manas�s ten�a doce a�os cuando comenz� a reinar, y rein� 55 a�os en jerusal�n. [2] hizo el mal a los ojos de yahveh seg�n las abominaciones de las gentes que yahveh hab�a expulsado delante de los israelitas. [3] volvi� a edificar los altos que su padre ezequ�as hab�a derribado, alz� altares a los baales, hizo cipos, se postr� ante todo el ej�rcito de los cielos y les sirvi�.

[4] construy� tambi�n altares en la casa de yahveh, de la que yahveh hab�a dicho: �en jerusal�n estar� mi nombre para siempre.� [5] edific� altares a todo el ej�rcito de los cielos en los dos patios de la casa de yahveh, [6] e hizo pasar a sus hijos por el fuego en el valle de ben hinnom; practic� los presagios, los augurios y la hechicer�a, e hizo traer nigromantes y adivinos, haciendo mucho mal a los ojos de yahveh y provocando su c�lera. [7] coloc� la imagen del �dolo, que hab�a fabricado, en la casa de dios, de la cual hab�a dicho dios a david y a salom�n, su hijo: �en esta casa y en jerusal�n, que he elegido de entre todas las tribus de israel, pondr� mi nombre para siempre. [8] y no apartar� m�s el pie de israel de sobre la tierra que di a vuestros padres, con tal que procuren hacer seg�n todo lo que les he mandado, seg�n toda la ley, los decretos y las normas ordenados por mois�s.� [9] manas�s desvi� a jud� y a los habitantes de jerusal�n para que hicieran mayores males que las gentes que yahveh hab�a exterminado delante de los israelitas. [10] habl� Yahveh a manas�s y a su pueblo, pero no hicieron caso. [11] entonces yahveh hizo venir sobre ellos a los jefes del ej�rcito del rey de asiria, que apresaron a manas�s con ganchos, le ataron con cadenas de bronce y le llevaron a babilonia. [12] cuando se vio en angustia, quiso aplacar a yahveh su dios, humill�ndose profundamente en presencia del dios de sus padres. [13] or� a �l y dios accedi�, oy� su oraci�n y le concedi� el retorno a jerusal�n, a su reino. entonces supo manas�s que yahveh es el dios. [14] despu�s de esto edific� la muralla exterior de la ciudad de david al occidente de guij�n, en el torrente, hasta la entrada de la puerta de los peces, cercando el ofel, y la elev� a gran altura. puso tambi�n jefes del ej�rcito en todas las plazas fuertes de jud�. [15] quit� de la casa de yahveh los dioses extra�os, el �dolo y todos los altares que hab�a erigido en el monte de la casa de yahveh y en jerusal�n, y los ech� fuera de la ciudad. [16] reedific� el altar de yahveh y ofreci� sobre �l sacrificios de comuni�n y de alabanza, y mand� a jud� que sirviese a yahveh, el dios de israel. [17] sin embargo, el pueblo ofrec�a a�n sacrificios en los altos, aunque s�lo a yahveh su dios. [18] el resto de los hechos de manas�s, su oraci�n a dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de yahveh, dios de israel, se encuentran escritos en los hechos de los reyes de israel. [19] su oraci�n y c�mo fue o�do, todo su pecado, su infidelidad, los sitios donde edific� altos y donde puso cipos e �dolos antes de humillarse: todo est� escrito en los hechos de jozay. [20] se acost� Manas�s con sus padres, y le sepultaron en su casa. en su lugar rein� su hijo am�n. [21] am�n ten�a veintid�s a�os cuando empez� a reinar, y rein� dos a�os en jerusal�n. [22] hizo el mal a los ojos de yahveh, como hab�a hecho su padre manas�s. am�n ofreci� sacrificios y sirvi� a todos los �dolos que hab�a fabricado su padre manas�s. [23] pero no se humill� delante de yahveh, como se hab�a humillado su padre manas�s; al contrario, am�n cometi� a�n m�s pecados. [24] se conjuraron contra �l sus siervos, y le dieron muerte en su casa. [25] pero el pueblo de la tierra mat� a todos los conjurados contra el rey am�n, y proclam� rey en su lugar a su hijo jos�as. 2 cronicas cap.34 [1] jos�as ten�a ocho a�os cuando comenz� a reinar, y rein� 31 a�os en jerusal�n. [2] hizo lo recto a los ojos de yahveh, siguiendo los caminos de su padre david;

sin apartarse a derecha ni a izquierda. [3] el a�o octavo de su reinado, siendo todav�a joven, comenz� a buscar al dios de su padre david; y en el a�o doce empez� a purificar a jud� y jerusal�n de los altos, de los cipos, de las estatuas y de los �dolos fundidos. [4] derribaron en su presencia los altares de los baales, hizo arrancar los altares de aromas que hab�a sobre ellos, y rompi� los cipos, las im�genes y los �dolos fundidos reduci�ndolos a polvo, que esparci� sobre las sepulturas de los que les hab�an ofrecido sacrificios. [5] quem� los huesos de los sacerdotes sobre los altares y purific� a jud� y jerusal�n. [6] en las ciudades de manas�s, de efra�m y de sime�n, y hasta en neftal� y en los territorios asolados que las rodeaban, [7] derrib� los altares, demoli� los cipos y las estatuas y las redujo a polvo, y abati� los altares de aromas en toda la tierra de israel. despu�s regres� a jerusal�n. [8] el a�o dieciocho de su reinado, mand� a saf�n, hijo de asal�as, a maas�as, comandante de la ciudad, y a yoaj, hijo de yoajaz, heraldo, que reparasen la casa de yahveh su dios para purificar la tierra y la casa. [9] fueron ellos donde el sumo sacerdote jilqui�s y le entregaron el dinero tra�do a la casa de dios, que los levitas y porteros hab�an recibido de manas�s y de efra�m y de todo el resto de israel, de todo jud� y benjam�n y de los habitantes de jerusal�n. [10] lo pusieron en manos de los que hac�an el trabajo, los encargados de la casa de yahveh, y �stos se lo dieron a los obreros para reparar y restaurar la casa. [11] lo dieron a los carpinteros y obreros de la construcci�n para comprar piedras de canter�a y madera y vigas de trabaz�n para el maderamen de los edificios destruidos por los reyes de jud�. [12] estos hombres ejecutaban los trabajos honradamente. estaban bajo la vigilancia de y�jat y abd�as, levitas de los hijos de merar�, y de zacar�as y mes�llam, de los hijos de quehat, que les dirig�an, y de otros levitas; todos ellos maestros en ta�er instrumentos m�sicos. [13] dirig�an tambi�n a los peones de carga y a todos los que trabajaban en la obra, en los distintos servicios. entre los levitas hab�a adem�s, escribas, notarios y porteros. [14] cuando estaban sacando el dinero tra�do a la casa de yahveh, el sacerdote jilqu�as encontr� el libro de la ley de yahveh dada por mois�s; [15] y jilqu�as tom� la palabra y dijo al secretario saf�n: �he encontrado el libro de la ley en la casa de yahveh�; y jilqu�as entreg� el libro a saf�n. [16] saf�n llev� el libro al rey, y le rindi� cuentas diciendo: �tus siervos est�n haciendo todo lo que les ha sido encargado. [17] han fundido el dinero tra�do a la casa de yahveh y lo han entregado a los encargados y a los que trabajan en la obra.� [18] el secretario saf�n anunci� al rey: �el sacerdote jilqu�as me ha entregado un libro.� y saf�n ley� una parte en presencia del rey. [19] cuando el rey oy� las palabras de la ley, rasg� sus vestidos, [20] y orden� a jilqu�as, a ajicam, hijo de saf�n, a abd�n, hijo de mik�, a saf�n, secretario, y a asa�as, servidor del rey: [21] ��id!; consultad a yahveh por m� y por el resto de israel y de jud�, acerca de las palabras del libro que ha sido encontrado, porque grande es la c�lera de yahveh que se derrama sobre nosotros; pues nuestros padres no han guardado la palabra de yahveh haciendo conforme a todo lo escrito en este libro.� [22] jilqu�as y los enviados del rey fueron donde la profetisa juld�, mujer de sallum, hijo de toqhat, hijo de jasr�, encargado del vestuario; viv�a ella en jerusal�n, en la ciudad nueva; y ellos le hablaron conforme a lo indicado; [23] ella les respondi�: �as� habla yahveh, el dios de israel: decid al hombre que os ha enviado a m�: [24] as� habla yahveh: voy a traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes; todas las maldiciones escritas en el libro que se ha le�do delante del

rey de jud�; [25] porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, irrit�ndome con todas las obras de sus manos; mi c�lera se ha derramado sobre este lugar y no se apagar�. [26] y al rey de jud� que os ha enviado para consultar a yahveh, le dir�is: as� dice yahveh, dios de israel, acerca de las palabras que has o�do... [27] porque tu coraz�n se ha conmovido y te has humillado delante de dios al o�r sus palabras contra este lugar y sus habitantes, y porque te has humillado ante m�, has rasgado tus vestidos y has llorado ante m�, por eso yo, a mi vez, he o�do, or�culo de yahveh. [28] voy a reunirte con tus padres y ser�s recibido en paz en tu sepulcro; y no ver�n tus ojos ninguno de los males que voy a traer sobre este lugar y sus moradores.� ellos llevaron la respuesta al rey. [29] entonces el rey hizo reunir a todos los ancianos de jud� y de jerusal�n. [30] subi� el rey a la casa de yahveh con todos los hombres de jud� y los habitantes de jerusal�n, los sacerdotes y los levitas, y todo el pueblo desde el mayor hasta el menor, y ley� a sus o�dos todas las palabras del libro de la alianza que hab�a sido encontrado en la casa de yahveh. [31] y puesto en pie junto a la columna, hizo el rey alianza en presencia de yahveh, para andar tras de yahveh y guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos, con todo su coraz�n y con toda su alma, cumpliendo las palabras de la alianza escritas en aquel libro. [32] hizo que la aceptaran cuantos se hallaban en jerusal�n y en benjam�n. y los habitantes de jerusal�n hicieron conforme a la alianza de dios, el dios de sus padres. [33] jos�as hizo desaparecer todas las abominaciones de todas las regiones de los israelitas, y oblig� a todos los que se hallaban en israel a servir a yahveh su dios. y mientras �l vivi� no se apartaron de yahveh, el dios de sus padres. 2 cronicas cap.35 [1] jos�as celebr� una pascua en honor de yahveh en jerusal�n; inmolaron la pascua el d�a catorce del primer mes. [2] restableci� a los sacerdotes en sus ministerios y los anim� al servicio de la casa de yahveh. [3] dijo a los levitas que ten�an inteligencia para todo israel y estaban consagrados a yahveh: �colocad el arca santa en la casa que edific� Salom�n, hijo de david, rey de israel, porque ya no habr�is de llevarla a hombros; servid ahora a yahveh vuestro dios y a israel, su pueblo. [4] estad preparados seg�n vuestras casas paternas y vuestras clases, conforme a lo escrito por david, rey de israel, y lo escrito por su hijo salom�n. [5] ocupad vuestros sitios en el santuario seg�n los grupos de casas paternas a disposici�n de vuestros hermanos, los hijos del pueblo; los levitas tendr�n parte en la familia paterna. [6] e inmolad la pascua, santificaos y preparadla para vuestros hermanos, cumpliendo la orden de yahveh, dada por medio de mois�s. [7] jos�as reserv� para la gente del pueblo ganado menor, as� corderos como cabritos, en n�mero de 30.000, todos ellos como v�ctimas pascuales para cuantos se hallaban presentes, y 3.000 bueyes. todo ello de la hacienda del rey. [8] tambi�n sus jefes reservaron ofrendas voluntarias para el pueblo, los sacerdotes y los levitas. jilqu�as, zacar�as y yejiel, intendentes de la casa de dios, dieron a los sacerdotes, como v�ctimas pascuales, 2.600 ovejas y trescientos bueyes. [9] konan�as, sema�as y natanael, su hermano, y jasab�as, yeiel y yozabad, jefes de los levitas, reservaron para los levitas 5.000 corderos pascuales y quinientos bueyes. [10] preparado as� el servicio, ocuparon los sacerdotes sus puestos, lo mismo que los levitas, seg�n sus clases, conforme al mandato del rey.

[11] se inmolaron las v�ctimas pascuales, y mientras los sacerdotes rociaban con la sangre que recib�an de mano de los levitas, los levitas las desollaban [12] y apartaban lo destinado al holocausto para darlo a las secciones de las casas paternas de los hijos del pueblo, a fin de que lo ofreciesen a yahveh conforme a lo escrito en el libro de mois�s. lo mismo se hizo con los bueyes. [13] asaron la pascua al fuego, seg�n el ritual; cocieron las cosas sagradas en ollas, calderos y cazuelas, y las repartieron con presteza entre todos los hijos del pueblo. [14] despu�s prepararon la pascua para s� y para los sacerdotes; porque los sacerdotes, hijos de aar�n, estuvieron ocupados hasta la noche en ofrecer los holocaustos y las grasas. por eso los levitas la prepararon para s� y para los sacerdotes, hijos de aar�n. [15] tambi�n los cantores, hijos de asaf, estaban en su puesto, conforme a lo dispuesto por david, asaf, hem�n y yedut�n, vidente del rey; lo mismo los porteros, cada uno en su puerta. no ten�an necesidad de retirarse de su servicio, porque sus hermanos, los levitas, se lo preparaban todo. [16] de esta manera se organiz� aquel d�a todo el servicio de yahveh para celebrar la pascua y ofrecer los holocaustos sobre el altar de yahveh, seg�n la orden del rey jos�as. [17] los israelitas que se hallaban all� celebraron en ese tiempo la pascua y la fiesta de los azimos durante siete d�as. [18] no se hab�a celebrado pascua como �sta en israel desde los d�as de samuel, profeta; y ning�n rey de israel celebr� una pascua como la que celebraron jos�as, los sacerdotes y los levitas, todo jud� e israel, que all� se hallaban presentes, y los habitantes de jerusal�n. [19] esta pascua se celebr� el a�o dieciocho del reinado de jos�as. [20] despu�s de todo lo que hizo para reparar el templo, subi� Nek�, rey de egipto, para combatir en karkemis, junto al eufrates; y jos�as le sali� al encuentro. [21] nek� le envi� mensajeros para decirle: ��qu� tengo yo que ver contigo, rey de jud�? no he venido hoy contra ti, sino contra la casa con la cual estoy en guerra; y dios me ha mandado que me apresure. deja de oponerte a dios, que est� conmigo, no sea que �l te destruya.� [22] pero jos�as no se apart� de �l, pues estaba decidido a darle batalla, sin escuchar las palabras de nek�, que ven�an de boca de dios. y avanz� para librar batalla en la llanura de meguidd�. [23] los arqueros tiraron contra el rey jos�as, y dijo el rey a sus siervos: �llevadme fuera, pues estoy gravemente herido.� [24] sus siervos le sacaron del carro, y pas�ndole a otro carro que ten�a, le llevaron a jerusal�n, donde muri�. Fue sepultado en los sepulcros de sus padres y todo jud� y jerusal�n hicieron duelo por jos�as. [25] jerem�as compuso una eleg�a sobre jos�as, y todos los cantores y cantoras hablan todav�a hoy de jos�as en sus eleg�as; lo cual se ha hecho costumbre en israel. est�n escritas entre las lamentaciones. [26] el resto de los hechos de jos�as, sus obras piadosas conforme a lo escrito en la ley de yahveh, [27] y sus obras primeras y postreras, est�n escritas en el libro de los reyes de israel y de jud�. 2 cronicas cap.36 [1] el pueblo de la tierra tom� a joacaz, hijo de jos�as, y le proclam� rey en jerusal�n, en lugar de su padre. [2] joacaz ten�a veintitr�s a�os cuando comenz� a reinar, y rein� tres meses en jerusal�n. [3] el rey de egipto le destituy� en jerusal�n, e impuso al pa�s una contribuci�n de cien talentos de plata y un talento de oro. [4] el rey de egipto proclam� rey de jud� y jerusal�n a eliaquim, hermano de

joacaz, cambi�ndole el nombre por el de yoyaquim. y a joacaz, su hermano, le tom� Nek� y lo llev� a egipto. [5] yoyaquim ten�a veinticinco a�os cuando comenz� a reinar, y rein� once a�os en jerusal�n. hizo el mal a los ojos de yahveh su dios. [6] nabucodonosor, rey de babilonia, subi� contra �l y le at� con cadenas de bronce para conducirle a babilonia. [7] nabucodonosor llev� tambi�n a babilonia algunos objetos de la casa de yahveh que deposit� en su santuario, en babilonia. [8] el resto de los hechos de yoyaquim, las abominaciones que cometi� y todo lo que le sucedi�, est� escrito en el libro de los reyes de israel y de jud�. en su lugar rein� su hijo joaqu�n. [9] joaqu�n ten�a ocho a�os cuando empez� a reinar, y rein� tres meses y diez d�as en jerusal�n; hizo el mal a los ojos de yahveh. [10] a la vuelta de un a�o mand� el rey nabucodonosor que le llevasen a babilonia, juntamente con los objetos m�s preciosos de la casa de yahveh, y puso por rey en jud� y jerusal�n a sedec�as, hermano de joaqu�n. [11] sedec�as ten�a veinti�n a�os cuando comenz� a reinar, y rein� once a�os en jerusal�n. [12] hizo el mal a los ojos de yahveh su dios, y no se humill� ante el profeta jerem�as que le hablaba por boca de yahveh. [13] tambi�n �l se rebel� contra el rey nabucodonosor, que le hab�a hecho jurar por dios; endureci� su cerviz y se obstin� en su coraz�n, en vez de volverse a yahveh, el dios de israel. [14] del mismo modo, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, seg�n todas las costumbres abominables de las gentes, y mancharon la casa de yahveh, que �l se hab�a consagrado en jerusal�n. [15] yahveh, el dios de sus padres, les envi� desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque ten�a compasi�n de su pueblo y de su morada. [16] pero ellos se burlaron de los mensajeros de dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subi� la ira de yahveh contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio. [17] entonces hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mat� a espada a los mejores en la casa de su santuario, sin perdonar a joven ni a doncella, a viejo ni a canoso; a todos los entreg� Dios en su mano. [18] todos los objetos de la casa de dios, grandes y peque�os, los tesoros de la casa de yahveh y los tesoros del rey y de sus jefes, todo se lo llev� a babilonia. [19] incendiaron la casa de dios y derribaron las murallas de jerusal�n: pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. [20] y a los que escaparon de la espada los llev� cautivos a babilonia, donde fueron esclavos de �l y de sus hijos hasta el advenimiento del reino de los persas; [21] para que se cumpliese la palabra de yahveh, por boca de jerem�as: �hasta que el pa�s haya pagado sus s�bados, descansar� todos los d�as de la desolaci�n, hasta que se cumplan los setenta a�os.� [22] en el a�o primero de ciro, rey de persia, en cumplimiento de la palabra de yahveh, por boca de jerem�as, movi� Yahveh el esp�ritu de ciro, rey de persia, que mand� publicar de palabra y por escrito en todo su reino: [23] �as� habla ciro, rey de persia: yahveh, el dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. el me ha encargado que le edifique una casa en jerusal�n, en jud�. quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, �sea su dios con �l y suba!� esdras cap.1 [1] en el a�o primero de ciro, rey de persia, en cumplimiento de la palabra de yahveh, por boca de jerem�as, movi� Yahveh el esp�ritu de ciro, rey de persia, que mand� publicar de palabra y por escrito en todo su reino: [2] �as� habla ciro, rey de persia: yahveh, el dios de los cielos, me ha dado

todos los reinos de la tierra. el me ha encargado que le edifique una casa en jerusal�n, en jud�. [3] quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su dios con �l. suba a jerusal�n, en jud�, a edificar la casa de yahveh, dios de israel, el dios que est� en jerusal�n. [4] a todo el resto del pueblo, donde residan, que las gentes del lugar les ayuden proporcion�ndoles plata, oro, hacienda y ganado, as� como ofrendas voluntarias para la casa de dios que est� en jerusal�n.� [5] entonces los cabezas de familia de jud� y benjam�n, los sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo �nimo hab�a movido dios, se pusieron en marcha para subir a edificar la casa de yahveh en jerusal�n; [6] y todos sus vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: plata, oro, hacienda, ganado, objetos preciosos en cantidad, adem�s de toda clase de ofrendas voluntarias. [7] el rey ciro mand� tomar los utensilios de la casa de yahveh que nabucodonosor se hab�a llevado de jerusal�n y hab�a depositado en el templo de su dios. [8] ciro, rey de persia, los puso en manos del tesorero mitr�dates, el cual los cont� para entreg�rselos a sesbassar, el pr�ncipe de jud�. [9] este es el inventario: fuentes de oro: 30; fuentes de plata: 1.000; reparadas: 29; [10] copas de oro: 30; copas de plata: 1.000; estropeadas: 410; otros utensilios: 1.000. [11] total de los utensilios de oro y plata: 5.400. todo esto se lo llev� Sesbassar cuando se permiti� a los deportados volver de babilonia a jerusal�n. esdras cap.2 [1] estas son las personas de la provincia que regresaron del cautiverio, aquellas que hab�a deportado a babilonia nabucodonosor, rey de babilonia, y que volvieron a jerusal�n y jud�, cada uno a su ciudad. [2] vinieron con zorobabel, josu�, nehem�as, sera�as, reela�as, najaman�, mardoqueo, bils�n, mispar, bigvay, rejum, baan�. lista de los hombres del pueblo de israel: [3] los hijos de par�s: 2.172; [4] los hijos de sefat�as: 372; [5] los hijos de araj: 775; [6] los hijos de pajat moab, por parte de los hijos de josu� y de joab: 2.812; [7] los hijos de elam: 1.254; [8] los hijos de zatt�: 945; [9] los hijos de zakkay: 760; [10] los hijos de ban�: 642; [11] los hijos de bebay: 623; [12] los hijos de azgad: 1.222; [13] los hijos de adonicam: 666; [14] los hijos de bigvay: 2.056; [15] los hijos de ad�n: 454; [16] los hijos de ater, de ezequ�as: 98; [17] los hijos de besay: 323; [18] los hijos de yor�: 112; [19] los hijos de jasum: 223; [20] los hijos de guibbar: 95; [21] los hombres de bel�n: 123; [22] los hombres de netof�: 56; [23] los hombres de anatot: 128; [24] los hombres de azm�vet: 42; [25] los hombres de quiryat yearim, kefir� y beerot: 743; [26] los hombres de ram� y gueba: 621; [27] los hombres de mikm�s: 122;

[28] los hombres de betel y de ay: 223; [29] los hijos de nebo: 52; [30] los hijos de magb�s: 156, [31] los hijos del otro elam: 1.254; [32] los hijos de jarim: 320; [33] los hombres de lod, jadid y on�: 725; [34] los hombres de jeric�: 345; [35] los hombres de sena�: 3.630. [36] sacerdotes: los hijos de yeda�as,de la casa de josu�: 973; [37] los hijos de immer: 1.052; [38] los hijos de pasjur: 1.247; [39] los hijos de jarim: 1.017. [40] levitas: los hijos de josu�, y de cadmiel, de los hijos de hodav�as: 74. [41] cantores: los hijos de asaf: 128. [42] porteros: los hijos de sallum, los hijos de ater, los hijos de talm�n, los hijos de aqcub, los hijos de jatit�, los hijos de sobay: en total 139. [43] donados: los hijos de sij�, los hijos de jasuf�, los hijos de tabbaot, [44] los hijos de quer�s, los hijos de siah�, los hijos de pad�n, [45] los hijos de leban�, los hijos de jagab�, los hijos de aqcub, [46] los hijos de jagab, los hijos de salmay, los hijos de jan�n, [47] los hijos de guiddel, los hijos de gajar, los hijos de rea�as, [48] los hijos de res�n, los hijos de necod�, los hijos de gazzam, [49] los hijos de uzz�, los hijos de pas�aj, los hijos de besay, [50] los hijos de asn�, los hijos de los meunitas, los hijos de los nefusitas, [51] los hijos de baqbuq, los hijos de jacuf�, los hijos de jarjur, [52] los hijos de baslut, los hijos de mejid�, los hijos de jars�, [53] los hijos de barc�s, los hijos de sisr�, los hijos de t�maj, [54] los hijos de nes�aj, los hijos de jatif�. [55] hijos de los siervos de salom�n: los hijos de sotay, los hijos de has sof�ret, los hijos de perud�, [56] los hijos de yaal�, los hijos de darc�n, los hijos de guiddel, [57] los hijos de sefat�as, los hijos de jattil, los hijos de pok�ret hasseb�yim, los hijos de am�. [58] total de los donados y de los hijos de los siervos de salom�n 392. [59] y estos son los que ven�an de tel m�laj, tel jars�, kerub, add�n e immer, y que no pudieron probar si su familia y su familia y su estirpe eran de origen israelita [60] los hijos de dela�as, los hijos de tob�as, los hijos de necod�: 652. [61] y entre los sacerdotes: los hijos de jobay�as, los hijos de haqc�s, los hijos de barzillay -el cual se hab�a casado con una de las hijas de barzillay el gaaladita,cuyo nombre adopt�-. [62] estos investigaron en su registro geneal�gico, pero no figuraban, por lo cual se les excluy� del sacerdocio como ileg�timos, [63] y el gobernador les prohibi� comer de las cosas sacrat�simas hasta que no se presentara un sacerdote para el urim y el tummim. [64] la asamblea ascend�a a 42.360 personnas, [65] sin contar sus siervos y siervas en n�mero de 7.337. ten�an tambi�n 200 cantores y cantoras. [66] ten�an 736 caballos, 245 mulos, [67] 435 camellos y 6.720 asnos. [68] algunos de los cabezas de familia, al llegar a la casa de yahveh en jerusal�n, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de dios, para que fuese reedificada en su mismo emplazamiento. [69] seg�n sus posibilidades, entregaron al tesoro de la obra 61.000 dracmas de oro, 5.000 minas de plata y 100 t�nicas sacerdotales. [70] los sacerdotes, los levitas y parte del pueblo se establecieron en jerusal�n; los cantores, los porteros y los donados, en sus ciudades respectivas. todo israel estaba, pues, en sus ciudades.

esdras cap.3 [1] llegado el s�ptimo mes, los israelitas estaban ya en sus ciudades y entonces todo el pueblo se congreg� como un solo hombre en jerusal�n. [2] josu�, hijo de yosadaq, con sus hermanos los sacerdotes, y zorobabel, hijo de sealtiel, con sus hermanos, se pusieron a reconstruir el altar del dios de israel, para ofrecer en �l holocaustos, como est� escrito en la ley de mois�s, hombre de dios. [3] erigieron el altar en su emplazamiento, a pesar del temor que les infund�an los pueblos de la tierra, y ofrecieron en �l holocaustos a yahveh, holocaustos de la ma�ana y de la tarde; [4] celebraron la fiesta de las tiendas, seg�n est� escrito, con el n�mero de holocaustos cotidianos establecidos seg�n el rito de cada d�a; [5] despu�s, ofrecieron el holocausto perpetuo y los de los s�bados, novilunios y todas las solemnidades consagradas a yahveh, adem�s de lo que cada uno quer�a ofrecer voluntariamente a yahveh. [6] desde el d�a primero del s�ptimo mes, comenzaron a ofrecer holocaustos a yahveh, aunque no se hab�an echado todav�a los cimientos del santuario de yahveh. [7] se dio entonces dinero a los canteros y a los carpinteros; a los sidonios y a los tirios se les mand� v�veres, bebidas y aceite, para que enviasen por mar a joppe madera de cedro del l�bano, seg�n la autorizaci�n de ciro, rey de persia. [8] el a�o segundo de su llegada a la casa de dios en jerusal�n, el segundo mes, zorobabel, hijo de sealtiel, y josu�, hijo de yosadaq, con el resto de sus hermanos, los sacerdotes, los levitas y todos los que hab�an vuelto del destierro a jerusal�n, comenzaron la obra; designaron a algunos levitas, de veinte a�os en adelante, para dirigir las obras de la casa de yahveh. [9] josu�, sus hijos y sus hermanos, cadmiel y sus hijos, los hijos de hodav�as, se pusieron como un solo hombre a dirigir a los que trabajaban en la obra de la casa de dios. [10] en cuanto los alba�iles echaron los cimientos del santuario de yahveh, se presentaron los sacerdotes, revestidos de lino fino, con trompetas, y los levitas, hijos de asaf, con c�mbalos, para alabar a yahveh seg�n las prescripciones de david, rey de israel. [11] cantaron alabando y dando gracias a yahveh: �porque es bueno, porque es eterno su amor para israel.� y el pueblo entero prorrump�a en grandes clamores, alabando a yahveh, porque la casa de yahveh ten�a ya sus cimientos. [12] muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que hab�an conocido con sus propios ojos la primera casa, sobre sus cimientos, lloraban con grandes gemidos, mientras que otros lanzaban gozosos clamores. [13] y nadie pod�a distinguir los acentos de clamor jubiloso de los acentos de lamentaci�n del pueblo, porque el pueblo lanzaba grandes clamores, y el estr�pito se pod�a o�r desde muy lejos. esdras cap.4 [1] cuando los enemigos de jud� y de benjam�n se enteraron de que los deportados estaban edificando un santuario a yahveh, dios de israel, [2] se presentaron a zorobabel, a josu� y a los cabezas de familia, y les dijeron: �vamos a edificar junto con vosotros, porque, como vosotros, buscamos a vuestro dios y le sacrificamos, desde los tiempos de asarjadd�n, rey de asiria, que nos trajo aqu�.� [3] zorobabel, josu� y los restantes cabezas de familia israelitas les contestaron: �no podemos edificar juntos nosotros y vosotros una casa a nuestro dios: a nosotros solos nos toca construir para yahveh, dios de israel, como nos lo ha mandado ciro, rey de persia.� [4] entonces el pueblo de la tierra se puso a desanimar al pueblo de jud� y a meterles miedo para que no siguiesen edificando;

[5] y sobornaron contra ellos a algunos consejeros para hacer fracasar su proyecto; as� durante todo el tiempo de ciro, rey de persia, hasta el reinado de dar�o, rey de persia. [6] bajo el reinado de jerjes, al comienzo de su reinado, presentaron ellos por escrito una denuncia contra los habitantes de jud� y jerusal�n. [7] en tiempo de artajerjes, mitr�dates, tabeel y dem�s colegas suyos escribieron contra jerusal�n a artajerjes, rey de persia. el texto del documento estaba en escritura aramea y en lengua aramea. [8] rejum, gobernador, y simsay, secretario, escribieron al rey artajerjes contra jerusal�n una carta. [9] rejum el gobernador, simsay el secretario y dem�s colegas; los jueces y los legados, funcionarios persas; las gentes de uruk, de babilonia y de susa -es decir los elamitas[10] y los restantes pueblos que el gran asurbanipal deport� y estableci� en las ciudades de samar�a y en el resto de transeufratina. [11] esta es la copia de la carta que le enviaron: �al rey artajerjes, tus servidores, las gentes de transeufratina, etc. [12] ha de saber el rey que los jud�os que subieron de tu lado hacia nosotros y llegaron a jerusal�n est�n reconstruyendo esta ciudad rebelde y perversa; tratan de levantar las murallas, y ya han echado los cimientos. [13] sepa, pues, el rey, que si esta ciudad se reconstruye y se levantan sus murallas, no se pagar�n m�s impuestos, contribuci�n ni peaje, y al fin esta ciudad perjudicar� a los reyes. [14] ahora bien, a nosotros, puesto que comemos la sal del palacio, nos resulta intolerable ver esta afrenta que se hace al rey; por eso enviamos al rey esta denuncia, [15] para que se investigue en las memorias de tus padres: en estas memorias encontrar�s y te enterar�s de que esta ciudad es una ciudad rebelde, molesta para los reyes y las provincias, y que en ella se han fomentado insurrecciones desde antiguo. por este motivo fue destruida esta ciudad. [16] nosotros informamos al rey que, si esta ciudad se reconstruye y se levantan sus murallas, bien pronto ya no tendr�s m�s territorios en transeufratina.� [17] el rey envi� esta respuesta: �a rejum, gobernador, a simsay, secretario, y a los restantes colegas residentes en samar�a y dem�s lugares en transeufratina, paz, etc. [18] �el documento que nos hab�is enviado ha sido traducido y le�do en mi presencia. [19] di orden de que se investigase, y se ha encontrado que esta ciudad se ha venido rebelando contra los reyes desde antiguo, y que por ella se han fomentado revueltas e insurrecciones. [20] que hubo en jerusal�n reyes poderosos, cuyo dominio se extend�a sobre toda transeufratina: se les pagaba impuestos, contribuciones y peaje. [21] ordenad, pues, que se interrumpa la empresa de esos hombres: esa ciudad no debe ser reconstruida hasta nueva orden. [22] guardaos de actuar con negligencia en este asunto, no sea que el mal aumente en perjuicio de los reyes.� [23] en cuanto la copia del documento del rey artajerjes fue le�da ante rejum, el gobernador, simsay, el secretario , y sus colegas, salieron a toda prisa hacia jerusal�n, donde los jud�os, y les obligaron a suspender sus obras por la fuerza de las armas. [24] as� se suspendieron las obras de la casa de dios en jerusal�n: quedaron interrumpidas hasta el a�o segundo del reinado de dar�o, rey de persia. esdras cap.5 [1] los profetas ageo y zacar�as, hijo de idd�, empezaron a profetizar a los jud�os de jud� y de jerusal�n, en nombre del dios de israel que velaba sobre ellos.

[2] con esto, zorobabel, hijo de sealtiel, y josu�, hijo de yosadaq, se decidieron a reanudar la construcci�n de la casa de dios en jerusal�n: los profetas de dios estaban con ellos, apoy�ndoles. [3] por entonces, tattenay, s�trapa de transeufratina, setar boznay y sus colegas vinieron donde ellos y les preguntaron: ��qui�n os ha autorizado a construir esta casa y a rematar este santuario? [4] �c�mo se llaman los hombres que construyen este edificio?� [5] pero los ojos de su dios velaban sobre los ancianos de los jud�os, y no se les oblig� a suspender la obra en espera de que llegase un informe a dar�o y volviera un decreto oficial sobre el particular. [6] copia de la carta que tattenay, s�trapa de transeufratina, setar boznay y sus colegas, las autoridades de transeufratina, remitieron al rey dar�o. [7] le enviaron un escrito de este tenor: �al rey dar�o, paz completa. [8] sepa el rey que nosotros hemos ido a la provincia de jud�, a la casa del gran dios: se est� reconstruyendo con piedras sillares; se recubren de madera las paredes; la obra se ejecuta cuidadosamente y adelanta en sus manos. [9] preguntando, pues, a estos ancianos, les hemos dicho: "�qui�n os ha autorizado a construir esta casa y a rematar este santuario?" [10] les hemos preguntado adem�s sus nombres para informarte de ello; y as� te damos por escrito los nombres de los hombres que est�n al frente de ellos. [11] �ellos nos han dado esta respuesta: "nosotros somos servidores del dios del cielo y de la tierra; estamos reconstruyendo una casa que estuvo en pie anteriormente durante muchos a�os y que un gran rey de israel construy� y acab�. [12] pero nuestros padres irritaron al dios del cielo, y �l los entreg� en manos de nabucodonosor, el caldeo, rey de babilonia. [13] sin embargo, el a�o primero de ciro, rey de babilonia, el rey ciro dio autorizaci�n para reconstruir esta casa de dios; [14] adem�s los utensilios de oro y plata de la casa de dios que nabucodonosor hab�a quitado al santuario de jerusal�n y hab�a llevado al santuario de babilonia, el rey ciro los mand� sacar del santuario de babilonia, y entregar a un hombre llamado sesbassar, a quien constituy� s�trapa; [15] y le dijo: toma estos utensilios; vete a llevarlos al santuario de jerusal�n y que sea reconstruida la casa de dios en su emplazamiento; [16] vino, pues, este sesbassar y ech� los cimientos de la casa de dios en jerusal�n, y desde entonces hasta el presente se viene reconstruyendo, pero no est� acabada." [17] �ahora, pues, si le place al rey, invest�guese en el departamento del tesoro del rey de babilonia si es verdad que el rey ciro dio autorizaci�n para reconstruir esta casa de dios en jerusal�n. y que se nos remita la decisi�n del rey sobre este asunto.� esdras cap.6 [1] entonces, por orden del rey dar�o, se investig� en los archivos del tesoro conservado all� en babilonia, [2] y se encontr� en ecb�tana, la fortaleza situada en la provincia de los medos, un rollo cuyo tenor era el siguiente: �memor�ndum. [3] �el a�o primero del rey ciro, el rey ciro ha ordenado: "casa de dios en jerusal�n": �la casa ser� construida como lugar donde se ofrezcan sacrificios y sus fundamentos quedar�n establecidos. su altura ser� de sesenta codos, su anchura de sesenta codos. [4] habr� tres hileras de piedras de siller�a y una de madera. los gastos ser�n costeados por la casa del rey. [5] adem�s, los utensilios de oro y plata de la casa de dios, que nabucodonosor sac� del santuario de jerusal�n y se llev� a babilonia, ser�n restituidos, para que todo vuelva a ocupar su lugar en el santuario de jerusal�n y vuelva a ser colocado en la casa de dios. [6] �ahora, pues, tattenay, s�trapa de transeufratina, setar boznay y vosotros,

sus colegas, las autoridades de transeufratina, retiraos de all�; [7] dejad trabajar en esta casa de dios al s�trapa de jud� y a los ancianos de los jud�os, y que reconstruyan esa casa de dios en su emplazamiento. [8] estas son mis �rdenes acerca de vuestro proceder con los ancianos de los jud�os para la reconstrucci�n de esa casa de dios: de los fondos reales de los impuestos de transeufratina, se les pagar�n a esos hombres los gastos exactamente y sin interrupci�n. [9] lo que necesiten para holocaustos de dios del cielo: novillos, carneros y corderos, as� como trigo, sal, vino y aceite, se les proporcionar� sin falta cada d�a, seg�n las indicaciones de los sacerdotes de jerusal�n, [10] para que se ofrezcan al dios del cielo ofrendas agradables y se ruegue por la vida del rey y de sus hijos. [11] ordeno, adem�s, lo siguiente: a todo aquel que no cumpla este edicto, le ser� arrancada de su casa una viga, se le amarrar� a ella y ser� azotado; en cuanto a su casa, ser� reducida, por este delito, a un mont�n de escombros. [12] y el dios que ha puesto all� la morada de su nombre, aplaste a todo aquel rey o pueblo que trate de transgredir esto, destruyendo esa casa de dios en jerusal�n. yo, dar�o, he promulgado este decreto. sea ejecutado exactamente.� [13] entonces tattenay, s�trapa de transeufratina, setar boznay y sus colegas ejecutaron exactamente las instrucciones mandadas par el rey dar�o. [14] as�, los ancianos de los jud�os continuaron reconstruyendo con �xito, seg�n la profec�a de ageo el profeta, y de zacar�as, hijo de idd�. Llevaron a t�rmino la construcci�n seg�n la orden del dios de israel y la orden de ciro y de dar�o. [15] esta casa fue terminada el d�a veintitr�s del mes de adar, el a�o sexto del reinado del rey dar�o. [16] los israelitas -los sacerdotes, los levitas y el resto de los deportadoscelebraron con j�bilo la dedicaci�n de esta casa de dios; [17] ofrecieron para la dedicaci�n de esta casa de dios cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y, como sacrificio por el pecado de todo israel, doce machos cabr�os, conforme al n�mero de las tribus de israel. [18] luego establecieron a los sacerdotes seg�n sus categor�as, y a los levitas seg�n sus clases, para el servicio de la casa de dios en jerusal�n, seg�n est� escrito en el libro de mois�s. [19] los deportados celebraron la pascua el d�a catorce del primer mes; [20] ya que los levitas se hab�an purificado como un solo hombre, todos estaban puros; inmolaron, pues, la pascua para todos los deportados, para sus hermanos los sacerdotes y para s� mismos. [21] comieron la pascua los israelitas que hab�an vuelto del destierro y todos aquellos que, habiendo roto con la impureza de las gentes del pa�s se hab�an unido a ellos para buscar a yahveh, dios de israel. [22] celebraron con j�bilo, durante siete d�as, la fiesta de los azimos, porque yahveh les hab�a llenado de gozo, pues volvi� hacia ellos el coraz�n del rey de asiria, para que reafirmase sus manos en las obras de la casa de su dios, el dios de israel. esdras cap.7 [1] despu�s de estos acontecimientos, bajo el reinado de artajerjes, rey de persia, , hijo de sera�as, hijo de azar�as, hijo de jilqu�as, [2] hijo de sallum, hijo de sadoq, hijo de ajitub, [3] hijo de amar�as, hijo de azar�as, hijo de merayot, [4] hijo de zeraj�as, hijo de uzz�, hijo de buqqu�, [5] hijo de abis�a, hijo de pinj�s, hijo de eleazar, hijo del sumo sacerdote aar�n, [6] este subi� de babilonia. era un escriba versado en la ley de mois�s que hab�a dado yahveh, dios de israel. como la mano de yahveh su dios estaba con �l, el rey le concedi� todo lo que ped�a. [7] subieron tambi�n a jerusal�n, el a�o s�ptimo del rey artajerjes, parte de los

israelitas, de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y donados. [8] el lleg� a jerusal�n el mes quinto: era el a�o s�ptimo del rey. [9] hab�a dispuesto para el d�a uno del primer mes su salida de babilonia, y el d�a uno del quinto mes llegaba a jerusal�n. �la mano bondadosa de su dios estaba con �l! [10] porque hab�a aplicado su coraz�n a escrutar la ley de yahveh, a ponerla en pr�ctica y a ense�ar en israel los preceptos y las normas. [11] esta es la copia del documento que el rey artajerjes entreg� a , el sacerdote-escriba dedicado a escribir las palabras de los mandamientos de yahveh y sus decretos acerca de israel. [12] �artajerjes, rey de reyes, al sacerdote , secretario de la ley del dios del cielo, paz perfecta, etc. [13] �estas son mis �rdenes: todo aquel que en mi reino pertenezca al pueblo de israel, a sus sacerdotes o a sus levitas, y quiera volver a jerusal�n, puede partir contigo, [14] ya que t� eres enviado por el rey y sus siete consejeros para inspeccionar a jud� y jerusal�n en lo referente a la ley de tu dios que est� en tus manos, [15] y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrecido voluntariamente al dios de israel, cuya morada est� en jerusal�n, [16] as� como toda la plata y el oro que hayas reunido de toda la provincia de babilonia, con las ofrendas voluntarias que el pueblo y los sacerdotes hayan hecho para la casa de su dios en jerusal�n. [17] con este dinero procura comprar novillos, carneros, corderos, con las oblaciones y libaciones correspondientes, para ofrecerlo luego sobre el altar de la casa de vuestro dios en jerusal�n; [18] y la plata y el oro que sobre, lo emplear�is como mejor os parezca a ti y a tus hermanos, conforme a la voluntad de vuestro dios. [19] los utensilios que se te entregan para el servicio de la casa de tu dios, depos�talos delante de tu dios en jerusal�n. [20] lo que a�n se necesite para la casa de tu dios y que t� tengas que procurarte, se te dar� de los tesoros reales. [21] yo mismo, el rey artajerjes, doy esta orden a todos los tesoreros de transeufratina: "todo lo que os pida el sacerdote, secretario de la ley del dios del cielo, se lo dar�is puntualmente, [22] hasta la suma de cien talentos de plata, cien cargas de trigo, cien medidas de vino y cien medidas de aceite; la sal se le dar� sin tasa. [23] todo lo que ordena el dios del cielo, debe ser cumplido con celo para la casa del dios del cielo, a fin de que la c�lera no caiga sobre el reino del rey y de sus hijos. [24] os hacemos saber tambi�n que no se puede percibir impuesto, contribuci�n o peaje, de ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, donados, de ninguno de los servidores de esta casa de dios." [25] �y t�, , conforme a la sabidur�a de tu dios, que posees, establece escribas y jueces que administren la justicia a todo el pueblo de transeufratina, a todos los que conocen la ley de tu dios. a quienes la ignoran, habr�is de ense��rsela. [26] y a todo aquel que no cumpla la ley de tu dios y la ley del rey, apl�quesele una rigurosa justicia: muerte, destierro, multa en dinero o c�rcel.� [27] �bendito sea yahveh, dios de nuestros padres, que movi� de esta manera el coraz�n del rey para glorificar la casa de yahveh en jerusal�n, [28] y a m� me granje� gracia delante del rey, de sus consejeros y de los altos jefes del rey! yo cobr� �nimo porque la mano de yahveh mi dios estaba conmigo, y reun� a los jefes de israel para que salieran conmigo. esdras cap.8 [1] estos son, con su genealog�a, los cabezas de familia que subieron conmigo de babilonia en el reinado del rey artajerjes: [2] de los hijos de pinj�s: guersom; de los hijos de itamar: daniel; de los hijos

de david: jatt�s, [3] hijo de sekan�as; de los hijos de pard�s: zacar�as, con el que fueron registrados 150 varones; [4] de los hijos de pajat moab: elyehoenay, hijo de zeraj�as, y con �l doscientos varones; [5] de los hijos de zatt�: Sekan�as, hijo de yajaziel, y con �l trescientos varones; [6] de los hijos de ad�n: ebed, hijo de jonat�n, y con �l cincuenta varones; [7] de los hijos de elam: isa�as, hijo de atal�as, y con �l setenta varones; [8] de los hijos de sefat�as: zebad�as, hijo de miguel, y con �l ochenta varones; [9] de los hijos de joab: abd�as, hijo de yejiel y con �l 218 varones; [10] de los hijos de ban�: selomit, hijo de yosif�as, y con �l 160 varones; [11] de los hijos de bebay: zacar�as, hijo de bebay, y con �l veintiocho varones; [12] de los hijos de azgad: yojan�n, hijo de haqcad�n, y con �l 110 varones; [13] de los hijos de adonicam: los �ltimos, cuyos nombres son: elif�let, yeiel y sema�as, y con ellos sesenta varones; [14] y de los hijos de bigvay: utay, hijo de zabud, y con �l setenta varones. [15] yo los reun� junto al r�o que corre hacia ahav�. all� acampamos tres d�as. observ� que hab�a laicos y sacerdotes, pero no encontr� ning�n levita. [16] entonces llam� a eliezer, ariel, sema�as, elnat�n, yarib, elnat�n, nat�n, zacar�as, y mesullam, hombres discretos, [17] y les mand� donde idd�, jefe de la localidad de kasif�as; puse en su boca las palabras que hab�an de decir a idd� y a sus hermanos, establecidos en la localidad de kasif�as, para que nos proporcionaran ministros para la casa de nuestro dios. [18] y gracias a la mano bondadosa de nuestro dios que estaba con nosotros, nos trajeron a un hombre experto, de los hijos de majl�, hijo de lev�, hijo de israel: a sereb�as, con sus hijos y hermanos: dieciocho hombres; [19] adem�s a jasab�as, y con �l a su hermano isa�as, de los hijos de merar�, y sus hijos: veinte hombres. [20] y de los donados que david y los jefes hab�an destinado al servicio de los levitas: 220 donados. todos ellos fueron designados nominalmente. [21] all�, a orillas del r�o ahav�, proclam� un ayuno para humillarnos delante de nuestro dios y pedirle un viaje feliz para nosotros, nuestros hijos y nestros bienes. [22] pues me daba verg�enza solicitar del rey tropa y gente de a caballo para protegernos del enemigo en el camino; por el contrario, hab�amos declarado al rey: �la mano de nuestro dios est�, para bien, con todos los que le buscan; y su poder y su c�lera sobre todos los que le abandonan.� [23] ayunamos, pues, buscando a nuestro dios por esta intenci�n, y �l nos atendi�. [24] eleg� a doce jefes de los sacerdotes, y adem�s a sereb�as y jasab�as, y con ellos a diez de sus hermanos; [25] les pes� la plata, el oro y los utensilios, ofrendas que el rey, sus consejeros, sus jefes y todos los israelitas que se encontraban all� hab�an reservado para la casa de nuestro dios. [26] pes� y les entregu� 650 talentos de plata, cien utensilios de plata de dos talentos, cien talentos de oro, [27] veinte copas de oro de mil d�ricos y dos objetos de hermoso bronce dorado, preciosos como el oro. [28] y les dije: �vosotros est�is consagrados a yahveh; estos utensilios son sagrados; esta plata y este oro son una ofrenda voluntaria a yahveh, dios de nuestros padres. [29] vigilad y guardadlos hasta que los pes�is ante los jefes de los sacerdotes y de los levitas y los cabezas de familia de israel, en jerusal�n, en las c�maras de la casa de yahveh.� [30] los sacerdotes y levitas tomaron entonces la plata, todo lo que hab�a sido pesado, el oro y los utensilios, para llevarlos a jerusal�n, a la casa de nuestro

dios. [31] el d�a doce del primer mes partimos del r�o ahav� para ir a jerusal�n: la mano de nuestro dios estaba con nosotros y nos salv� en el camino de la mano de enemigos y salteadores. [32] llegamos a jerusal�n y descansamos all� tres d�as. [33] el cuarto d�a, la plata, el oro y los utensilios fueron pesados en la casa de nuestro dios y entregados al sacerdote meremot, hijo de ur�as, con quien estaba eleazar, hijo de pinj�s; les acompa�aban los levitas yozabad, hijo de josu�, y noad�as, hijo de binnuy. [34] todo se cont� y se pes�, y se registr� su peso total. en aquel tiempo, [35] los deportados que volv�an del cautiverio ofrecieron holocaustos al dios de israel: doce novillos por todo israel, 96 carneros, 77 corderos y doce machos cabr�os por el pecado: todo en holocausto a yahveh. [36] y se entregaron los decretos del rey a los s�trapas del rey y a los gobernadores de transeufratina, los cuales favorecieron al pueblo y la casa de dios. esdras cap.9 [1] concluido esto, se me presentaron los jefes diciendo: �el pueblo de israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de las gentes del pa�s, hundidas en sus abominaciones -cananeos, hititas, perizitas, jebuseos, ammonitas, moabitas, egipcios y amorreos-, [2] sino que han tomado para ellos y para sus hijos mujeres de entre las hijas de ellos: la raza santa se ha mezclado con las gentes del pa�s; los jefes y los consejeros han sido los primeros en esta rebeld�a.� [3] al o�r esto rasgu� mis vestiduras y mi manto, me arranqu� los pelos de la cabeza y de la barba, y me sent� desolado. [4] todos los temerosos de las palabras del dios de israel se reunieron en torno a m�, a causa de esta rebeld�a de los deportados. yo permanec� sentado, desolado, hasta la oblaci�n de la tarde. [5] a la hora de la oblaci�n de la tarde sal� de mi postraci�n y, con las vestiduras y el manto rasgados, ca� de rodillas, extend� las manos hacia yahveh mi dios, [6] y dije: �dios m�o, harta verg�enza y confusi�n tengo para levantar mi rostro hacia ti, dios m�o. porque nuestros cr�menes se han multiplicado hasta sobrepasar nuestra cabeza, y nuestro delito ha crecido hasta el cielo. [7] desde los d�as de nuestros padres hasta el d�a de hoy nos hemos hecho muy culpables: por nuestros cr�menes fuimos entregados, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, en manos de los reyes de los pa�ses, a la espada, al cautiverio, al saqueo y al oprobio, como todav�a hoy sucede. [8] mas ahora, en un instante, yahveh nuestro dios nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto y de darnos una liberaci�n en su lugar santo: nuestro dios ha iluminado as� nuestros ojos y nos ha reanimado en medio de nuestra esclavitud. [9] porque esclavos fuimos nosotros, pero en nuestra esclavitud nuestro dios no nos ha abandonado; nos ha granjeado el favor de los reyes de persia, d�ndonos �nimos para levantar de nuevo la casa de nuestro dios y restaurar sus ruinas y procur�ndonos un valladar seguro en jud� y jerusal�n. [10] pero ahora, dios nuestro, �qu� vamos a decir, si, despu�s de todo esto, hemos abandonado tus mandamientos, [11] que por medio de tus siervos los profetas t� hab�as prescrito en estos t�rminos: "la tierra en cuya posesi�n vais a entrar es una tierra manchada por la inmundicia de las gentes de la tierra, por las abominaciones con que la han llenado de un extremo a otro con su impureza? [12] as� pues, no deis vuestras hijas a sus hijos ni tom�is sus hijas para vuestros hijos; no busqu�is nunca su paz ni su bienestar, a fin de que pod�is haceros fuertes, com�is los mejores frutos de la tierra y la dej�is en herencia a vuestros hijos para siempre."

[13] �mas despu�s de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas acciones y nuestras culpas -y eso que t�, Dios nuestro, has disminuido nuestros cr�menes y nos has concedido esta liberaci�n[14] �hemos de volver a violar tus mandamientos, emparent�ndonos con estas gentes abominables? �no te irritar�as t� contra nosotros hasta exterminarnos sin que quedara resto ni salvaci�n? [15] yahveh, dios de israel, justo eres, pues un resto nos hemos salvado, como en el caso presente: aqu� estamos ante ti, con nuestro delito. pues por su causa nadie resiste en tu presencia.� esdras cap.10 [1] mientras , llorando y prosternado ante la casa de dios, oraba y hac�a esta confesi�n, una inmensa asamblea de israel, hombres, mujeres y ni�os, se hab�a reunido en torno a �l: y este pueblo lloraba copiosamente. [2] entonces, sekan�as, hijo de yejiel, de los hijos de elam, dijo a : �hemos sido rebeldes a nuestro dios, cas�ndonos con mujeres extranjeras, tomadas de entre las gentes del pa�s. ahora bien, a pesar de ello, todav�a, hay una esperanza para israel. [3] hagamos alianza con nuestro dios de despedir a todas las mujeres extranjeras y a los hijos nacidos de ellas, conforme al consejo de mi se�or y de los temerosos de los mandamientos de nuestro dios. h�gase seg�n la ley. [4] lev�ntate, que este asunto te incumbe a ti; nosotros estaremos a tu lado. �animo y manos a la obra!� [5] entonces se levant� e hizo jurar a los jefes de los sacerdotes y de los levitas y a todo israel que har�an conforme a lo dicho; y lo juraron. [6] luego se retir� de delante de la casa de dios y se fue al aposento de yehojan�n, hijo de elyasib, donde pas� la noche sin comer pan ni beber agua, haciendo duelo a causa de la rebeld�a de los deportados. [7] se public� un bando en jud� y jerusal�n a todos los deportados para que se reunirean en jerusal�n. [8] todo aquel que no viniera en el plazo de tres d�as, seg�n el consejo de los jefes y de los ancianos, ver�a consagrada al anatema toda su hacienda y ser�a �l mismo excluido de la asamblea de los deportados. [9] todos los hombres de jud� y de benjam�n se reunieron, pues, en jerusal�n en el plazo de tres d�as: era el d�a veinte del mes noveno; todo el pueblo se situ� en la plaza de la casa de dios, temblando, debido al caso, y tambi�n porque llov�a a c�ntaros. [10] entonces el sacerdote se levant� y les dijo: �hab�is sido rebeldes al casaros con mujeres extranjeras, aumentando as� el delito de israel. [11] ahora, pues, dad gracias a yahveh, dios de vuestros padres, y cumplid su voluntad separ�ndoos de las gentes del pa�s y de las mujeres extranjeras.� [12] toda la asamblea respondi� en alta voz: s�; haremos como t� dices; [13] s�lo que el pueblo es numeroso, y estamos en la estaci�n de las lluvias: no podemos soportar la intemperie; adem�s, no se trata de una cosa de un d�a o dos, porque somos muchos los que hemos incurrido en este pecado. [14] nuestros jefes podr�an representar a toda la asamblea: todos los que en nuestras ciudades se hayan casado con mujeres extranjeras, vendr�an a plazos fijados, acompa�ados de los ancianos y los jueces de cada ciudad, hasta que hayamos apartado de nosotros el furor de la c�lera de nuestro dios por causa de este asunto.� [15] s�lo jonat�n, hijo de asahel, y yajze�as, hijo de tiqv�, se opusieron a esto, apoyados por mesullam y el levita sabtay. [16] los deportados actuaron seg�n lo convenido. el sacerdote escogi� como colaboradores a los cabezas de familia, seg�n sus casas, todos ellos designados nominalmente. se comenzaron las sesiones para examinar el caso el d�a uno del d�cimo mes. [17] y el d�a uno del primer mes se hab�a terminado ya con todos los hombres que

estaban casados con mujeres extranjeras. [18] entre los sacerdotes, se hall� que se hab�an casado con mujeres extranjeras los siguientes: entre los hijos de josu�, hijo de yosadaq, y entre sus hermanos: maase�as, eliezer, yarib y guedal�as; [19] �stos se comprometieron bajo juramento a despedir a sus mujeres, y ofrecieron por su delito un carnero en sacrificio de reparaci�n. [20] entre los hijos de immer: janan� y zebad�as. [21] entre los hijos de jarim: �maase�as, el�as, sema�as, yejiel y uzziy�as. [22] entre los hijos de pasjur: elyoenay, maase�as, ismael, natanael, yozabad y elas�. [23] entre los levitas: yozabad, sim�, quela�as (es decir, quelit�), petaj�as, jud� y eliezer. [24] entre los cantores: elyasib y zakkur. entre los porteros: sallum, telem y ur�. [25] entre los israelitas: de los hijos de par�s: ram�as, yizziy�as, malkiy�as, miyyam�n, eleazar, malkiy�as y bena�as; [26] de los hijos de elam: mattan�as, zacar�as, yejiel, abd�, yeremot y el�as; [27] de los hijos de zatt�: Elyoen�y. elyasib mattan�as, yeremot, zabad y aziz�: [28] de los hijos de bebay: yehojan�n, janan�as, zabbay, atlay; [29] de los hijos de bigvay: mesullam, malluk, yeda�as, yasub, yisal, yeremot; [30] de los hijos de pajat moab: adn�, kelal, bena�as, maase�as, mattan�as, besalel, binnuy y manas�s; [31] de los hijos de jarim: eliezer, yissiy�as, malkiy�as, sema�as, sime�n, [32] benjam�n, malluk, semar�as; [33] de los hijos de jasum: mattenay, mattatt�, zabad, elif�let, yeremay, manas�s, sim�; [34] de los hijos de ban�: maaday, amram, joel, [35] bena�as, bed�as, kela�as, [36] van�as, meremot, elyasib, [37] mattan�as, mattenay y yaassay; [38] de los hijos de binnuy: sim�, [39] selem�as, nat�n y ada�as; [40] de los hijos de zakkay: sasay, saray, [41] azareel, selem�as, semar�as, [42] sallum, amar�as, jos�; [43] de los hijos de nebo: yeiel, mattit�as, zabad, zebin�, yadday, joel, bena�as. [44] todos �stos se hab�an casado con mujeres extranjeras, pero despidieron tanto a las mujeres como a sus hijos. nehemias cap.1 [1] palabras de nehem�as, hijo de jakal�as. en el mes de kisl�u, el a�o veinte del rey artajerjes, estando yo en la ciudadela de susa, [2] janan�, uno de mis hermanos, lleg� con algunos hombres venidos de jud�. yo les pregunt� por los jud�os -el resto que se hab�a salvado del cautiverio- y por jerusal�n. [3] me respondieron: �los restos del cautiverio que han quedado all� en la provincia se encuentran en gran estrechez y confusi�n. la muralla de jerusal�n est� llena de brechas, y sus puertas incendiadas.� [4] al o�r estas palabras me sent� y me puse a llorar; permanec� en duelo algunos d�as ayunando y orando ante el dios del cielo. [5] y dije: �ah, yahveh, dios del cielo, t�, el dios grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos; [6] est�n atentos tus o�dos y abiertos tus ojos para escuchar la oraci�n de tu siervo, que yo hago ahora en tu presencia d�a y noche, por los hijos de israel, tus siervos, confesando los pecados que los hijos de israel hemos cometido contra ti; �yo mismo y la casa de mi padre hemos pecado!

[7] hemos obrado muy mal contigo, no observando los mandamientos, los preceptos y las normas que t� hab�as prescrito a mois�s tu siervo. [8] pero acu�rdate de la palabra que confiaste a mois�s tu siervo: "si sois infieles, yo os dispersar� entre los pueblos; [9] pero si, volvi�ndoos a m� guard�is mis mandamientos y los pon�is en pr�ctica, aunque vuestros desterrados estuvieron en los confines de los cielos, yo los reunir� de all� y los conducir� de nuevo al lugar que he elegido para morada de mi nombre" [10] aqu� tienes a tus siervos y a tu pueblo que t� has rescatado con tu gran poder y tu fuerte mano. [11] �ea, se�or, est�n atentos tus o�dos a la oraci�n de tu siervo, a la oraci�n de tus servidores, que desean venerar tu nombre! concede ahora, te suplico, gracia a tu siervo y haz que encuentre favor ante ese hombre.� era yo entonces copero del rey. nehemias cap.2 [1] en el mes de nis�n, el a�o veinte del rey artajerjes, siendo yo encargado del vino, tom� vino y se lo ofrec� al rey. anteriormente nunca hab�a estado yo triste. [2] me dijo, pues, el rey: ��por qu� ese semblante tan triste? t�, enfermo no est�s. �acaso tienes alguna preocupaci�n en el coraz�n?� yo qued� muy turbado, [3] y dije al rey: ��viva por siempre el rey! �c�mo no ha de estar triste mi semblante, cuando la ciudad donde est�n las tumbas de mis padres est� en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego?� [4] replic�me el rey: ��qu� deseas, pues?� invoqu� al dios del cielo, [5] y respond� al rey: �si le place al rey y est�s satisfecho de tu siervo, env�ame a jud�, a la ciudad de las tumbas de mis padres, para que yo la reconstruya.� [6] el rey me pregunt�, estando la reina sentada a su lado: ��cu�nto durar� tu viaje? �cu�ndo volver�s?� yo le fij� un plazo que pareci� aceptable al rey, y �l me envi�. [7] a�ad� al rey: �si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores de transeufratina, para que me faciliten el camino hasta jud�; [8] y asimismo una carta para asaf, el encargado de los parques reales, para que me proporcione madera de construcci�n para las puertas de la ciudadela del templo, la muralla de la ciudad y la casa en que yo me he de instalar.� el rey me lo concedi�, pues la mano bondadosa de mi dios estaba conmigo. [9] me dirig�, pues, a los gobernadores de transeufratina y les entregu� las cartas del rey. el rey me hab�a hecho escoltar por oficiales del ej�rcito y gente de a caballo. [10] al enterarse de ello samballat el joronita y tob�as el servidor ammonita, les sent� muy mal que alguien viniera a procurar el bienestar de los israelitas. [11] llegu� a jerusal�n y me qued� all� tres d�as. [12] luego me levant� de noche con unos pocos hombres, sin comunicar a nadie lo que mi dios me hab�a inspirado que hiciera por jerusal�n, y sin llevar conmigo m�s que la cabalgadura en que iba montado. [13] saliendo, pues, de noche por la puerta del valle, me dirig� hacia la fuente del drag�n y hacia la puerta del muladar: inspeccion� la muralla de jerusal�n por donde ten�a brechas, y las puertas que hab�an sido devoradas por el fuego. [14] continu� luego hacia la puerta de la fuente y la alberca del rey, pero no hab�a paso para mi cabalgadura. [15] volv� a subir, pues, de noche, por el torrente, inspeccionando la muralla, y volv� a entrar por la puerta del valle. as� regres� a casa. [16] los consejeros no supieron d�nde hab�a ido ni lo que hab�a hecho. hasta entonces no hab�a dicho nada a los jud�os: ni a los sacerdotes ni a los notables ni a los consejeros ni a los funcionarios; [17] entonces les dije: �vosotros mismos veis la triste situaci�n en que nos encontramos, pues jerusal�n est� en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego.

vamos a reconstruir la muralla de jerusal�n, y no seremos m�s objeto de escarnio.� [18] y les refer� c�mo la mano bondadosa de mi dios hab�a estado conmigo, y les relat� tambi�n las palabras que el rey me hab�a dicho. ellos dijeron: ��levant�monos y construyamos!� y se afianzaron en su buen prop�sito. [19] al enterarse de ello samballat el joronita, tob�as el siervo ammonita y gu�sem el �rabe, se burlaron de nosotros y vinieron a decirnos: ��qu� hac�is? �es que os hab�is rebelado contra el rey?� [20] yo les respond�: �el dios del cielo nos har� triunfar. nosotros sus siervos, vamos a ponernos a la obra. en cuanto a vosotros, no ten�is parte ni derecho ni recuerdo en jerusal�n.� nehemias cap.3 [1] el sumo sacerdote elyasib y sus hermanos los sacerdotes se encargaron de construir la puerta de las ovejas: la armaron, fijaron sus hojas, barras y goznes, y continuaron hasta la torre de los cien y hasta la torre de jananel. [2] al lado de ellos construyeron los de jeric�; a su lado constuy� Zakkur, hijo de imr�. [3] los hijos de hassen�a construyeron la puerta de los peces: la armaron y fijaron sus hojas, barras y goznes. [4] a su lado repar� Meremot, hijo de ur�as, hijo de haqc�s; a continuaci�n repar� Mesullam, hijo de berek�as, hijo de mesezabel; a su lado repar� Sadoq, hijo de baan�. [5] junto a �l repararon los de t�coa, pero sus notables se negaron a poner su cuello al servicio de sus se�ores. [6] la puerta del barrio nuevo la repararon yoyad�, hijo de pas�aj, y mesullam, hijo de besod�as: la armaron y fijaron sus hojas, barras y goznes. [7] a continuaci�n de �stos repararon melat�as de gaba�n y yad�n de meronot, as� como los de gaba�n y de misp�, a expensas del gobernador de transeufratina. [8] a su lado repar� Uzziel, miembro del gremio de los orfebres, y a continuaci�n repar� Janan�as, del gremio de los perfumistas: ellos reconstruyeron jerusal�n hasta el muro de la plaza. [9] a continuaci�n repar� Refa�as, hijo de jur, jefe de la mitad del distrito de jerusal�n. [10] a continuaci�n repar� Yeda�as, hijo de harumaf, delante de su casa; a continuaci�n repar� Jatt�s, hijo de hasabne�as. [11] malkiy�as, hijo de jarim, y jassub, hijo de pajat moab, repararon la parte siguiente, hasta la torre de los hornos. [12] a continuaci�n de �stos repar�, con sus hijos, sallum, hijo de halloj�s, jefe de la mitad del distrito de jerusal�n. [13] repararon la puerta del valle, han�n y los habitantes de zan�aj: la construyeron, fijaron sus hojas, barras y goznes, e hicieron mil codos de muro, hasta la puerta del muladar. [14] la puerta del muladar la repar� Malkiy�as, hijo de rekab, jefe del distrito de bet hakk�rem, con sus hijos: fij� sus hojas, barras y goznes. [15] la puerta de la fuente la repar� Sallum, hijo de kol joz�, jefe del distrito de misp�: la construy�, la cubri� y fij� sus hojas, barras y goznes. tambi�n restaur� el muro de la alberca del canal, que est� junto al huerto del rey, hasta las escaleras que bajan de la ciudad de david. [16] despu�s de �l nehem�as, hijo de aztuq, jefe de la mitad del distrito de bet sur, repar� hasta enfrente de las tumbas de david, hasta la alberca artificial y hasta la casa de los valientes. [17] a continuaci�n repararon los levitas: rejum, hijo de ban�; a su lado repar� Jasab�as, jefe de la mitad del distrito de queil�, en su distrito; [18] a continuaci�n repararon sus hermanos: binnuy, hijo de jenadad, jefe de la mitad del distrito de queil�; [19] a continuaci�n Ezer, hijo de josu�, jefe de misp�, repar� otra secci�n frente a la subida del arsenal del angulo.

[20] despu�s de �l baruc, hijo de zabbay, repar� otro sector, desde el angulo hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote elyasib. [21] despu�s de �l meremot, hijo de ur�as, hijo de haqc�s, repar� otro sector, desde la puerta de la casa de elyasib hasta el t�rmino de la misma. [22] despu�s de �l prosiguieron la reparaci�n los sacerdotes que habitaban en la vega. [23] repararon a continuaci�n Benjam�n y jassub frente a sus casas. despu�s de ellos azar�as, hijo de maase�as, hijo de anan�as, repar� junto a su casa. [24] despu�s de �l binnuy, hijo de jenadad, repar� otra secci�n, desde la casa de azar�as hasta el angulo y la esquina. [25] a continuaci�n Palal, hijo de uzay, repar� enfrente del angulo y de la torre en saliente de la casa del rey, la de arriba que da al patio de la c�rcel. despu�s de �l peda�as, hijo de par�s, repar� [26] hasta la puerta de las aguas hacia oriente y hasta delante de la torre en saliente. [27] a continuaci�n los de t�coa repararon otro sector frente a la torre grande en saliente hasta el muro del ofel. [28] desde la puerta de los caballos repararon los sacerdotes, cada uno frente a su casa. [29] despu�s de ellos repar� Sadoq, hijo de immer, frente a su casa. despu�s de �l repar� Sema�as, hijo de sekan�as, encargado de la puerta oriental. [30] despu�s de �l, janan�as, hijo de selem�as, y jan�n, sexto hijo de salaf, repararon otro sector. a continuaci�n repar� Mesullam, hijo de berek�as, frente a su vivienda. [31] despu�s de �l malkiy�as, del gremio de los orfebres, repar� hasta la casa de los donados y de los comerciantes, frente a la puerta de la inspecci�n, hasta la c�mara alta del �ngulo. [32] y entre la c�mara alta del �ngulo y la puerta de las ovejas, repararon los orfebres y los comerciantes. [33] cuando samballat se enter� de que est�bamos reconstruyendo la muralla, mont� en c�lera y se irrit� mucho. se burlaba de los jud�os, [34] y dec�a delante de sus hermanos y de la gente principal de samar�a: ��qu� pretenden hacer esos miserables jud�os? �es que quieren terminar en un d�a? �van a dar vida a esas piedras, sacadas de montones de escombros y calcinadas?� [35] tob�as el ammonita, que estaba junto a �l, dijo: ��d�jales que construyan; que si un chacal se alza, abrir� brecha en su muralla de piedra!� [36] �escucha, dios nuestro, porque nos desprecian. haz que caiga su insulto sobre su cabeza. entr�galos al desprecio en un pa�s de cautividad! [37] no pases por alto su iniquidad, ni su pecado sea borrado en tu presencia, porque han insultado a los constructores. [38] construimos, pues, la muralla, que qued� terminada hasta media altura. el pueblo hab�a puesto su coraz�n en el trabajo. nehemias cap.4 [1] cuando samballat, tob�as, los �rabes, los ammonitas y los asdoditas se enteraron de que la reparaci�n de la muralla de jerusal�n adelantaba -pues las brechas comenzaban a taparse- se enfurecieron mucho; [2] y se conjuraron todos a una para venir a atacar a jerusal�n y a humillarme a m�. [3] pero invocamos a nuestro dios y montamos guardia contra ellos de d�a y de noche. [4] jud� dec�a: ��flaquean las fuerzas de los cargadores: hay demasiado escombro; nosotros no podemos reconstruir la muralla!� [5] y nuestros enemigos dec�an: ��antes que se enteren o se den cuenta, iremos contra ellos, y los mataremos y pararemos la obra!� [6] pero algunos jud�os que viv�an junto a ellos vinieron a advertirnos por diez veces: �vienen contra nosotros desde todos los lugares que habitan.�

[7] se apost�, pues, el pueblo en los puntos m�s bajos, detr�s de la muralla y en los lugares descubiertos, y coloqu� a la gente por familias, cada uno con sus espadas, sus lanzas y sus arcos. [8] al ver su miedo, me levant� y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: ��no les teng�is miedo; acordaos del se�or, grande y terrible, y combatid por vuestros hermanos, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestras mujeres y vuestras casas!� [9] cuando nuestros enemigos supieron que est�bamos advertidos y que dios hab�a desbaratado sus planes, se retiraron, y todos nosotros volvimos a la muralla, cada cual a su trabajo. [10] pero desde aquel d�a, s�lo la mitad de mis hombres tomaban parte en el trabajo; la otra mitad, provistos de lanzas, escudos, arcos y corazas, se manten�a detr�s de toda la casa de jud� [11] que contru�a la muralla. tambi�n los cargadores estaban armados: con una mano cuidaba cada uno de su trabajo, con la otra empu�aba el arma. [12] cada uno de los constructores ten�a ce�ida a la cintura su espada mientras trabajaba. hab�a un corneta junto a m� para sonar el cuerno. [13] dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: �la obra es importante y extensa, y nosotros estamos diseminados a lo largo de la muralla, lejos unos de otros: [14] corred a reuniros con nosotros al lugar donde oig�is el sonido del cuerno, y nuestro dios combatira por nosotros.� [15] as� organiz�bamos el trabajo desde el despuntar del alba hasta que sal�an las estrellas. [16] dije tambi�n entonces al pueblo: �todos pasar�n la noche en jerusal�n con sus criados, y as� haremos guardia de noche y trabajaremos de d�a.� [17] pero ni yo ni mis hermanos ni mis gentes mi los hombres de guardia que me segu�an nos quit�bamos la ropa; todos nosotros ten�amos el arma en la mano. nehemias cap.5 [1] un gran clamor se suscit� entre la gente del pueblo y sus mujeres contra sus hermanos jud�os. [2] hab�a quienes dec�an: �nosotros tenemos que dar en prenda nuestros hijos y nuestras hijas para obtener grano con que comer y vivir.� [3] hab�a otros que dec�an: �nosotros tenemos que empe�ar nuestros campos, nuestras vi�as y nuestras casas para conseguir grano en esta penuria.� [4] y otros dec�an: �tenemos que pedir prestado dinero a cuenta de nuestros campos y de nuestras vi�as para el impuesto del rey; [5] y siendo as� que tenemos la misma carne que nuestros hermanos, y que nuestros hijos son como sus hijos, sin embargo tenemos que entregar como esclavos a nuestros hijos y a nuestras hijas; �hay incluso entre nuestras hijas quienes son deshonradas! y no podemos hacer nada, ya que nuestros campos y nuestras vi�as pertenecen a otros.� [6] yo me indign� mucho al o�r su queja y estas palabras. [7] tom� decisi�n en mi coraz�n de reprender a los notables y a los consejeros, y les dije: ��qu� carga impone cada uno de vosotros a su hermano!� congregu� contra ellos una gran asamblea, [8] y les dije: �nosotros hemos rescatado, en la medida de nuestras posibilidades, a nuestros hermanos jud�os que hab�an sido vendidos a las naciones. �y ahora sois vosotros los que vend�is a vuestros hermanos para que nosotros los rescatemos!� ellos callaron sin saber qu� responder. [9] y yo continu�: �no est� bien lo que est�is haciendo. �no quer�is caminar en el temor de nuestro dios, para evitar los insultos de las naciones enemigas? [10] tambi�n yo, mis hermanos y mi gente, les hemos prestado dinero y trigo. pues bien, condonemos estas deudas. [11] restituidles inmediatamente sus campos, sus vi�as, sus olivares y sus casas, y perdonadles la deuda del dinero, del trigo, del vino y del aceite que les hab�is

prestado.� [12] respondieron ellos: �restituiremos y no les reclamaremos ya nada; haremos como t� has dicho.� entonces llam� a los sacerdotes y les hice jurar que har�an seguir esta promesa. [13] luego sacud� los plieges de mi manto diciendo: ��as� sacuda dios, fuera de su casa y de su hacienda, a todo aquel que no mantenga esta palabra: as� sea sacudido y despojado!� toda la asamblea respondi�: ��am�n!�, y alab� a yahveh. y el pueblo cumpli� esta palabra. [14] adem�s, desde el d�a en que el rey me mand� ser gobernador del pa�s de jud�, desde el a�o veinte hasta el 32 del rey artajerjes, durante doce a�os, ni yo ni mis hermanos comimos jam�s del pan del gobernador. [15] en cambio los gobernadores anteriores que me precedieron gravaban al pueblo: cada d�a percib�an de �l, como contribuci�n por el pan, cuarenta siclos de plata; tambi�n sus servidores oprim�an al pueblo. pero yo, por temor de dios, no hice nunca esto. [16] adem�s he ayudado a la obra de la reparaci�n de esta muralla, y, aunque no he adquirido campos, toda mi gente estaba tambi�n all� colaborando en la tarea. [17] a mi mesa se sentaban los jefes y los consejeros en n�mero de 150 sin contar los que ven�an a nosotros de las naciones vecinas. [18] diariamente se aderezaban a expensas m�as un toro, seis carneros escogidos y aves; y cada diez d�as se tra�a cantidad de odres de vino. y a pesar de todo, jam�s reclam� el pan del gobernador, porque un duro trabajo gravaba ya al pueblo. [19] �acu�rdate, dios m�o, para mi bien, de todo lo que he hecho por este pueblo! nehemias cap.6 [1] cuando samballat, tob�as, gu�sem el �rabe, y los dem�s enemigos nuestros se enteraron de que yo hab�a reconstruido la muralla y de que ya no quedaba en ella brecha alguna -aunque en aquel tiempo no estaban colocadas las hojas de las puertas[2] samballat y gu�sem mandaron a decirme: �ven a entrevistarte con nosotros en hakkefirim, en el valle de on�.� pero ellos tramaban hacerme mal. [3] por eso les envi� mensajeros para decirles: �estoy ocupado en una obra importante y no puedo bajar; �por qu� voy a dejar que la obra se pare abandon�ndola para bajar donde vosotros?� [4] cuatro veces me enviaron el mismo recado, y yo di la misma respuesta. [5] entonces samballat me envi� a decir por quinta vez lo mismo por un criado suyo que tra�a una carta abierta [6] en la que estaba escrito: �se oye entre las naciones, y as� lo afirma gasmu, el rumor de que t� y los jud�os est�is pensando sublevaros; que para ello reconstruyes la muralla y tratas de hacerte su rey, [7] que incluso has designado profetas para proclamar acerca de ti en jerusal�n: �jud� tiene rey! estos rumores van a ser o�dos por el rey; as� que ven para que tomemos consejo juntos.� [8] pero yo les mand� decir: �no hay nada de eso que dices; son invenciones de tu coraz�n.� [9] porque lo que quer�an era meternos miedo, pensando: �desfallecer�n sus manos y no acabar�n la obra.� pero, por el contrario, yo me reafirm� m�s. [10] hab�a ido yo a casa de sema�as, hijo de dela�as, hijo mehetabel, que se encontraba detenido. dijo �l: �d�monos cita en la casa de dios, en el interior del santuario; cerremos las puertas del santurario; porque van a venir a matarte, esta misma noche vienen a matarte.� [11] pero yo respond�: ��un hombre como yo va a huir? �qu� hombre que sea como yo entrar�a en el santurario para salvar su vida? no ir�.� [12] pues comprend� que �l no hab�a sido enviado por dios, sino que hab�a dicho esta profec�a sobre m� porque tob�as le hab�a comprado, [13] para que yo, llevado del miedo, lo hiciera as� y pecase; y esto me diera mala fama y pudieran burlarse de m�.

[14] acu�rdate, dios m�o, de tob�as, por lo que ha hecho; y tambi�n de noad�a, la profetisa, y de los dem�s profetas que trataron de asustarme. [15] la muralla qued� terminada el d�a veinticinco de elul, en 52 d�as. [16] cuando se enteraron todos nuestros enemigos y todas las naciones de alrededor lo vieron, les pareci� una gran maravilla y reconocieron que esta obra hab�a sido realizada por nuestro dios. [17] en aquellos mismos d�as, los notables de jud� multiplicaron sus cartas dirigidas a tob�as y recib�an las de �ste; [18] porque ten�a en jud� muchos aliados, por ser yerno de sekan�as, hijo de ar�, y por estar casado su hijo yehojan�n con la hija de mesullam, hijo de berek�as. [19] incluso llegaron a hablar bien de tob�as en mi presencia y le repet�an mis palabras. y tob�as mandaba cartas para intimidarme. nehemias cap.7 [1] reconstruida la muralla, y una vez que hube fijado las hojas de las puertas, se colocaron guardias en las puertas (cantores y levitas). [2] puse al frente de jerusal�n a mi hermano janan� y a janan�as, jefe de la ciudadela, porque era un hombre fiel y temeroso de dios como pocos; [3] y les dije: �no se abrir�n las puertas de jerusal�n hasta que el sol comience a calentar; y cuando todav�a est� alto, se cerrar�n y se echar�n las barras a las puertas; y se establecer�n puestos de guardia de entre los habitantes de jerusal�n, unos en su puesto y otros delante de su casa.� [4] la ciudad era espaciosa y grande, pero ten�a muy poca poblaci�n y no se fundaban nuevas familias. [5] me puso dios en el coraz�n reunir a los notables, a los consejeros y al pueblo, para hacer el registro geneal�gico. hall� el registro geneal�gico de los que hab�an venido al principio, y encontr� escrito en �l: [6] estas son las personas de la provincia que regresaron del cautiverio, aquellos que nabucodonosor, rey de babilonia, hab�a deportado y que volvieron a jerusal�n y judea, cada uno a su ciudad. [7] vinieron con zorobabel, josu�, nehem�as, azar�as, raam�as, najaman�, mardoqueo, bils�n, misp�ret, bigvay, nejum y baan�. lista de los hombres del pueblo de israel: [8] los hijos de par�s: 2.172; [9] los hijos de sefat�as: 372; [10] los hijos de araj: 652; [11] los hijos de pajat moab, por parte de los hijos de josu� y de joab: 2.818; [12] los hijos de elam: 1.254; [13] los hijos de zatt�: 845; [14] los hijos de zakkay: 760; [15] los hijos de binnuy: 648; [16] los hijos de bebay: 628; [17] los hijos de azgad: 2.322; [18] los hijos de adonicam: 667; [19] los hijos de bigvay: 2.067; [20] los hijos de ad�n: 655; [21] los hijos de ater, de ezequ�as: 98; [22] los hijos de jalum: 328; [23] los hijos de besay: 324; [24] los hijos de jarif: 112; [25] los hijos de gaba�n: 95; [26] los hombres de bel�n y de netof�: 188; [27] los hombres de anatot: 128; [28] los hombres de bet azm�vet: 42; [29] los hombres de quiryat yearim, kefir� y beerot: 743; [30] los hombres de ram� y gueba: 621; [31] los hombres de mikm�s: 122;

[32] los hombres de betel y de ay: 123; [33] los hombres de nebo: 52; [34] los hijos del otro elam: 1.254; [35] los hijos de jarim: 320; [36] los hombres de jeric�: 345; [37] los hijos de lod, jadid y on�: 721; [38] los hijos de sena�: 3.930. [39] sacerdotes: los hijos de yeda�as, de la casa de josu�: 973; [40] los hijos de immer: 1.052; [41] los hijos de pasjur: 1.247; [42] los hijos de jarim: 1.017. [43] levitas: los hijos de josu� y cadmiel, de los hijos de hod�as: 74. [44] cantores: los hijos de asaf: 148. [45] porteros: los hijos de sallum, los hijos de ater, los hijos de talm�n, los hijos de aqcub, los hijos de jatit�, los hijos de sobay: 138. [46] donados: los hijos de sij�, los hijos de jasuf�, los hijos de tabbaot, [47] los hijos de quer�s, los hijos de si�, los hijos de pad�n, [48] los hijos de leban�, los hijos de jagab�, los hijos de salmay, [49] los hijos de jan�n, los hijos de guiddel, los hijos de gajar, [50] los hijos de rea�as, los hijos de res�n, los hijos de necod�, [51] los hijos de gazzam, los hijos de uzz�, los hijos de pas�aj, [52] los hijos de besay, los hijos de los meunitas, los hijos de los nefusitas, [53] los hijos de baqbuq, los hijos de jacuf�, los hijos de jarjur, [54] los hijos de baslit, los hijos de mejid�, los hijos de jars�, [55] los hijos de barc�s, los hijos de sisr�, los hijos de t�maj, [56] los hijos de nes�aj, los hijos de jatif�. [57] los hijos de los siervos de salom�n: los hijos de setay, los hijos de sof�ret, los hijos de perid�, [58] los hijos de yaal�, los hijos de darc�n, los hijos de guiddel, [59] los hijos de sefat�as, los hijos de jattil, los hijos de pok�ret hassebayim, los hijos de am�n. [60] total de los donados y de los hijos de los siervos de salom�n: 392. [61] y estos eran los que ven�an de tel m�laj, tel jars�, kerub, add�n e immer, y que no pudieron probar si su familia y su estirpe eran de origen israelita: [62] los hijos de bela�as, los hijos de tob�as, los hijos de necod�: 642. [63] y entre los sacerdotes, los hijos de jobay�as, los hijos haqc�s, los hijos de barzillay -el cual se hab�a casado con una de las hijas de barzillay el galaadita, cuyo nombre adopt�-. [64] estos investigaron en su registro geneal�gico, pero no figuraban; por lo cual se les excluy� del sacerdocio como ileg�timos, [65] y el gobernador les prohibi� comer de las cosas sacrat�simas hasta que no se presentara un sacerdote para el urim y el tummim. [66] la asamblea ascend�a a 42.360 personas, [67] sin contar sus siervos y siervas en n�mero de 7.337; ten�an tambi�n 245 cantores y cantoras. [68] ten�an (736 caballos, 245 mulos) 435 camellos y 6.720 asnos. [69] algunos de los cabezas de familia hicieron ofrendas para la obra. el gobernador entreg� al tesoro mil dracmas de oro, 50 copas y 30 t�nicas sacerdotales. [70] entre los cabezas de familia entregaron al tesoro de la obra 20.000 dracmas de oro y 2.200 minas de plata. [71] lo que entreg� el resto del pueblo ascend�a a 20.000 dracmas de oro, 2.000 minas de plata y 67 t�nicas sacerdotales. [72] los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los donados y todos los dem�s israelitas se establecieron en sus ciudades. llegado el mes s�ptimo, nehem�as nehemias cap.8

[1] todo el pueblo se congreg� como un solo hombre en la plaza que est� delante de la puerta del agua. dijeron al escriba esdras que trajera el libro de la ley de mois�s que yahveh hab�a prescrito a israel. [2] trajo el sacerdote esdras la ley ante la asamblea, integrada por hombres, mujeres y todos los que ten�an uso de raz�n. era el d�a uno del mes s�ptimo. [3] ley� una parte en la plaza que est� delante de la puerta del agua, desde el alba hasta el mediod�a, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que ten�an uso de raz�n; y los o�dos del pueblo estaban atentos al libro de la ley. [4] el escriba esdras estaba de pie sobre un estrado de madera levantado para esta ocasi�n; junto a �l estaban: a su derecha, matit�as, sem�, ana�as, ur�as, jilqu�as y maase�as, y a su izquierda, peda�as, misael, malk�as, jasum, jasbaddan�, zacar�as y mesullam. [5] esdras abri� el libro a los ojos de todo el pueblo -pues estaba m�s alto que todo el pueblo- y al abrirlo, el pueblo entero se puso en pie. [6] esdras bendijo a yahveh, el dios grande; y todo el pueblo, alzando las manos, respondi�: ��am�n! �am�n!�; e inclin�ndose se postraron ante yahveh, rostro en tierra. [7] (josu�, ban�, sereb�as, yam�n, aqcub, sabtay, hodiy�as, maase�as, quelit�, azar�as, yozabad, jan�n, pela�as, que eran levitas, explicaban la ley al pueblo que segu�a en pie.) [8] y esdras ley� en el libro de la ley de dios, aclarando e interpretando el sentido, para que comprendieran la lectura. [9] entonces (nehem�as -el gobernador- y) esdras, el sacerdote excriba (y los levitas que explicaban al pueblo) dijeron a todo el pueblo: �este d�a est� consagrado a yahveh vuestro dios; no est�is tristes ni llor�is�; pues todo el pueblo lloraba al o�r las palabras de la ley. [10] d�joles tambi�n: �id y comed manjares grasos, bebed bebidas dulces y mandad su raci�n a quien no tiene nada preparado. porque este d�a est� consagrado a nuestro se�or. no est�is tristes: la alegr�a de yahveh es vuestra fortaleza.� [11] tambi�n los levitas tranquilizaban al pueblo dici�ndole: �callad: este d�a es santo. no est�is tristes.� [12] y el pueblo entero se fue a comer y beber, a repartir raciones y hacer gran festejo, porque hab�an comprendido las palabras que les hab�an ense�ado. [13] el segundo d�a los cabezas de familia de todo el pueblo, los sacerdotes y levitas se reunieron junto al escriba esdras para comprender las palabras de la ley. [14] y encontraron escrito en la ley que yahveh hab�a mandado por medio de mois�s que los hijos de israel habitaran en caba�as durante la fiesta del s�ptimo mes. [15] en cuanto lo oyeron, hicieron pregonar en todas las ciudades y en jerusal�n: �salid al monte y traed ramas de olivo, de pino, de mirto, de palmera y de otros �rboles frondosos, para hacer caba�as conforme a lo escrito.� [16] sali� el pueblo y trajeron ramas y se hicieron caba�as, cada uno en su terrado, en sus patios, en los atrios de la casa de dios, en la plaza de la puerta del agua y en la plaza de la puerta de efra�m. [17] toda la asamblea, los que hab�an vuelto del cautiverio, construy� caba�as y habit� en ellas -cosa que los israelitas no hab�an hecho desde los d�as de josu�, hijo de nun, hasta aquel d�a- y hubo gran regocijo. [18] esdras ley� en el libro de la ley de dios diariamente, desde el primer d�a al �ltimo. durante siete d�as, se celebr� fiesta; al octavo tuvo lugar, seg�n la norma, una asamblea solemne. nehemias cap.9 [1] el d�a veinticuatro de aquel mismo mes, se congregaron los israelitas para ayunar, vestidos de sayal y la cabeza cubierta de polvo. [2] la raza de israel se separ� de todos los extranjeros; y puestos en pie, confesaron sus pecados y las culpas de sus padres.

[3] (de pie y cada uno en su sitio, leyeron en el libro de la ley de yahveh su dios, por espacio de un cuarto de d�a; durante otro cuarto hac�an confesi�n y se postraban ante yahveh su dios.) [4] (josu�, binnuy, cadmiel, seban�as, bunn�, sereb�as, ban� y quenan� subieron al estrado de los levitas y clamaron en alta voz hacia yahveh su dios, [5] y los levitas josu�, cadmiel, ban�, jasabne�as, sereb�as, hodiy�as, seban�as y petaj�as dijeron: ��levantaos, bendecid a yahveh nuestro dios!�) �bendito seas, yahveh dios nuestro, de eternidad en eternidad! �y sea bendito el nombre de tu gloria que supera toda bendici�n y alabanza! [6] �t�, Yahveh, t� el �nico! t� hiciste los cielos, el cielo de los cielos y toda su mesnada, la tierra y todo cuanto abarca, los mares y todo cuanto encierran. todo esto t� lo animas, y la mesnada de los cielos ante ti se prosterna. [7] t�, Yahveh, eres el dios que elegiste a abram, le sacaste de ur de caldea y le diste el nombre de abraham. [8] hallaste su coraz�n fiel ante ti, con �l hiciste alianza, para darle el pa�s del cananeo, del hitita y del amorreo, del perizita, del jebuseo y del guirgasita, a �l y a su posteridad. y has mantenido tu palabra, porque eres justo. [9] t� viste la aflicci�n de nuestros padres en egipto, y escuchaste su clamor junto al mar de suf. [10] contra fara�n obraste se�ales y prodigios, contra sus siervos y todo el pueblo de su pa�s, pues supiste que eran altivos con ellos. �te hiciste un nombre hasta el d�a de hoy! [11] t� hendiste el mar ante ellos: por medio del mar pasaron a pie enjuto. hundiste en los abismos a sus perseguidores, como una piedra en aguas poderosas. [12] con columna de nube los guiaste de d�a, con columna de fuego por la noche, para alumbrar ante ellos el camino por donde hab�an de marchar. [13] bajaste sobre el monte sina� y del cielo les hablaste; les diste normas justas, leyes verdaderas, preceptos y mandamientos excelentes; [14] les diste a conocer tu santo s�bado; les ordenaste mandamientos, preceptos y ley por mano de mois�s, tu siervo. [15] del cielo les mandaste el pan para su hambre, para su sed hiciste brotar el agua de la roca. y les mandaste ir a apoderarse de la tierra que t� juraste darles mano en alto. [16] altivos se volvieron nuestros padres, su cerviz endurecieron y desoyeron tus mandatos. [17] no quisieron o�r, no recordaron los prodigios que con ellos hiciste; endurecieron la cerviz y se obstinaron en volver a egipto y a su servidumbre. pero t� eres el dios de los perdones, clemente y entra�able, tardo a la c�lera y rico en bondad. �no los desamparaste! [18] ni siquiera cuando se fabricaron un becerro de metal fundido y exclamaron: ��este es tu dios que te sac� de egipto!� (grandes desprecios te hicieron). [19] t�, en tu inmensa ternura, no los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se apart� de ellos, para guiarles de d�a por la ruta, ni la columna de fuego por la noche, para alumbrar ante ellos el camino por donde hab�an de marchar. [20] tu esp�ritu bueno les diste para instruirles, el man� no retiraste de su boca, y para su sed les diste agua. [21] cuarenta a�os los sustentaste en el desierto, y nada les falt�: ni sus vestidos se gastaron ni se hincharon sus pies. [22] reinos y pueblos les donaste y las tierras vecinas repartiste: se apoderaron del pa�s de sij�n, rey de jesb�n, y del pa�s de og, rey de bas�n. [23] y multiplicaste sus hijos como estrellas del cielo, los llevaste a la tierra que a sus padres dijiste que entrar�an a poseer. [24] llegaron los hijos y tomaron el pa�s, y t� ante ellos aplastaste a los habitantes del pa�s, los cananeos, los pusiste en sus manos, con sus reyes y las gentes del pa�s, para que los trataran a merced de su capricho. [25] ciudades fuertes conquistaron y una tierra generosa; y heredaron casas de

toda suerte de bienes rebosantes, cisternas ya excavadas, vi�as y olivares, �rboles frutales sin medida: comieron, se saciaron, engordaron, se deleitaron en tus inmensos bienes. [26] pero despu�s, ind�ciles, se rebelaron contra ti, arrojaron tu ley a sus espaldas, mataron a los profetas que les conjuraban a convertirse a ti; (grandes desprecios te hicieron). [27] t� los entregaste en poder de sus enemigos que los oprimieron. durante su opresi�n clamaban hacia ti, y t� los escuchabas desde el cielo; y en tu inmensa ternura les mandabas salvadores que los libraron de las manos opresoras. [28] pero, apenas en paz, volv�an a hacer el mal ante ti, y t� los dejabas en mano de sus enemigos que los oprim�an. ellos de nuevo gritaban hacia ti, y t� escuchabas desde el cielo: �muchas veces, por ternura, los salvaste! [29] les conminaste para volverlos a tu ley, pero ellos en su orgullo no escucharon tus mandatos; contra tus normas pecaron, contra aquellas que, cumplidas, dan la vida; dieron la espalda, endurecieron su cerviz y no escucharon. [30] tuviste paciencia con ellos durante muchos a�os; les advertiste por tu esp�ritu, por boca de tus profetas; pero ellos no escucharon. y los pusiste en manos de las gentes de los pa�ses. [31] mas en tu inmensa ternura no los acabaste, no los abandonaste, porque eres t� Dios clemente y lleno de ternura. [32] ahora, pues, oh dios nuestro, t�, Dios grande, poderoso y temible, que mantienes la alianza y el amor, no menosprecies esta miseria que ha ca�do sobre nosotros, sobre nuestros reyes y pr�ncipes, nuestros sacerdotes y profetas, sobre todo tu pueblo, desde los tiempos de los reyes de asiria hasta el d�a de hoy. [33] has sido justo en todo lo que nos ha sobrevenido, pues t� fuiste fiel, y nosotros malvados: [34] nuestros reyes y jefes, nuestros sacerdotes y padres no guardaron tu ley, no hicieron caso de los mandamientos y dict�menes que t� les diste. [35] mientras viv�an en su reino, entre los grandes bienes que t� les regalabas, y en la espaciosa y generosa tierra que t� les hab�as preparado, no te sirvieron ellos ni se convirtieron de sus malas acciones. [36] m�ranos hoy a nosotros esclavos, y en el pa�s que hab�as dado a nuestros padres para gozar de sus frutos y bienes, mira que aqu� en servidumbre nos sumimos. [37] sus muchos frutos son para los reyes, que por nuestros pecados t� nos impusiste, y que a capricho dominan nuestras personas, cuerpos y ganados. �en gran angustia nos hallamos! nehem�as nehemias cap.10 [1] de acuerdo con todo esto, nosotros tomamos un firme compromiso por escrito. en el documento sellado figuran nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes... [2] en el documento sellado figuraban: nehem�as, hijo de jakal�as, y sedec�as. [3] sera�as, azar�as, jerem�as, [4] pasjur, amar�as, malk�as, [5] jatt�s, Seban�as, malluk, [6] jarim, meremot, abd�as, [7] daniel, guinnet�n, baruc, [8] mesullam, ab�as, miyyam�n, [9] maaz�as, bilgay, sema�as: estos son los sacerdotes. [10] luego los levitas: josu�, hijo de azan�as, binnuy, de los hijos de jenadad, cadmiel [11] y sus hermanos sekan�as, hodav�as, quelit�, pela�as, jan�n, [12] mik�, rejob, jasab�as, [13] zakkur, sereb�as, seban�as, [14] hodiy�as, ban�, quenan�. [15] los jefes del pueblo: par�s, pajat moab, elam, zatt�, Ban�,

[16] bunn�, azgad, bebay, [17] adon�as, bigvay, ad�n, [18] ater, ezequ�as, azzur, [19] hodiy�as, jatum, besay, [20] jarif, anatot, nobay, [21] magpi�s, mesullam, jezir, [22] mesezabel, sadoq, yadd�a, [23] pelat�as, jan�n, hana�as, [24] oseas, janan�as, jassub, [25] halloj�s, pilj�, sobeq, [26] rejum, jasabn�, maase�as, [27] aj�as, jan�n, an�n, [28] malluk, jarim, baan�. [29] y el resto del pueblo, los sacerdotes y los levitas los porteros, los cantores, los donados y todos los separados de las gentes del pa�s para seguir la ley de dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, cuantos tienen uso de raz�n, [30] se adhieren a sus hermanos y a los nobles y se comprometen por imprecaci�n y juramento a caminar en la ley de dios, que fue dada por mano de mois�s, siervo de dios, y a guardar y practicar todos los mandamientos de yahveh nuestro se�or, sus normas y sus leyes. [31] a no dar nuestras hijas a las gentes del pa�s ni tomar sus hijas para nuestros hijos. [32] si las gentes del pa�s traen, en d�a de s�bado, mercanc�as o cualquier otra clase de comestibles para vender, nada les compraremos en d�a de s�bado ni en d�a sagrado. en el a�o s�ptimo abandonaremos el producto de la tierra y todas las deudas. [33] nos imponemos como obligaci�n: dar un tercio de siclo al a�o para el servicio de la casa de nuestro dios: [34] para el pan que se presenta, para la oblaci�n perpetua y el holocausto perpetuo, para los sacrificios de los s�bados, de los novilunios, de las solemnidades, para los alimentos sagrados, para los sacrificios por el pecado como expiaci�n por israel y para toda la obra de la casa de nuestro dios; [35] hemos echado a suertes -sacerdotes, levitas y pueblo- la ofrenda de la le�a que ha de traer a la casa de nuestro dios cada familia en su turno, a sus tiempos, cada a�o, para quemarla sobre el altar de yahveh nuestro dios con arreglo a lo escrito en la ley. [36] y traer cada a�o a la casa de yahveh las primicias de nuestro suelo y las primicias de los frutos de todos los �rboles, [37] y los primog�nitos de nuestros hijos y de nuestro ganado, conforme a lo escrito en la ley -los primeros nacidos de nuestro ganado mayor y menor, que se traen a la casa de nuestro dios son para los sacerdotes que ejercen el ministerio en la casa de nuestro dios-. [38] lo mejor de nuestras moliendas, de los frutos de todo �rbol, del vino y del aceite, se lo traeremos a los sacerdotes, a los aposentos de la casa de nuestro dios; y el diezmo de nuestro suelo a los levitas, y ellos mismos cobrar�n el diezmo en todas las ciudades de nuestra labranza; [39] un sacerdote, hijo de aar�n, ir� con los levitas cuando �stos cobren el diezmo; los levitas subir�n el diezmo del diezmo a la casa de nuestro dios a los aposentos de la casa del tesoro; [40] pues a estos aposentos traen los israelitas y los levitas la ofrenda reservada de trigo, vino y aceite; all� se encuentran tambi�n los utensilios del santuario, de los sacerdotes que est�n de servicio y de los porteros y cantores. no abandonaremos m�s la casa de nuestro dios. nehemias cap.11 [1] los jefes del pueblo se establecieron en jerusal�n. el resto del pueblo ech� a suertes para que de cada diez hombres habitase uno en jerusal�n, la ciudad

santa, quedando los otros nueve en las ciudades. [2] y el pueblo bendijo a todos los hombres que se ofrecieron voluntarios para habitar en jerusal�n. [3] estos son los jefes de la provincia que se establecieron en jerusal�n y en las ciudades de jud�; israel, sacerdotes, levitas, donados e hijos de los siervos de salom�n, viv�an en sus ciudades, cada uno en su propiedad. [4] habitaban en jerusal�n hijos de jud� e hijos de benjam�n. de los hijos de jud�: ata�as, hijo de uzz�as, hijo de zacar�as, hijo de amar�as, hijo de sefat�as, hijo de mahalalel, de los hijos de peres; [5] maase�as, hijo de baruc, hijo de kol joz�, hijo de jaza�as, hijo de ada�as, hijo de yoyarib, hijo de zacar�as, el selanita. [6] el total de los hijos de peres que habitaban en jerusal�n era de 468, hombres vigorosos. [7] los hijos de benjam�n eran: sall�, hijo de mesullam, hijo de yoed, hijo de peda�as, hijo de cola�as, hijo de maase�as, hijo de itiel, hijo de isa�as, [8] y sus hermanos, hombres vigorosos: 928. [9] joel, hijo de zikr�, era su encargado y jud�, hijo de hassen�a, era el segundo jefe de la ciudad. [10] de los sacerdotes: yeda�as, hijo de yoyaquim, hijo de [11] sera�as, hijo de jilqu�as, hijo de mesullam, hijo de sadoq, hijo de merayot, hijo de ajitub, pr�ncipe de la casa de dios, [12] y sus hermanos empleados en la obra de la casa: 822; ada�as, hijo de yerojam, hijo de pelal�as, hijo de ams�, hijo de zacar�as, hijo de pasjur, hijo de malk�as, [13] y sus hermanos, cabezas de familia: 242; y amasay, hijo de azarel, hijo de ajzay, hijo de mesillemot, hijo de immer, [14] y sus hermanos, hombres vigorosos: 128. su encargado era zabdiel, hijo de haggadol. [15] de los levitas: sema�as, hijo de jassub, hijo de azricam, hijo de jasab�as, hijo de bunn�; [16] sabtay y yozabad, que entre los jefes de los levitas estaban al frente de los servicios exteriores de la casa de dios; [17] mattan�as, hijo de mik�, hijo de zabd�, hijo de asaf, que dirig�a los himnos, entonaba la acci�n de gracias de la oraci�n; baqbuqu�as, el segundo entre sus hermanos; abd�as, hijo de samm�a, hijo de galal, hijo de yedut�n. [18] total de los levitas en la ciudad santa: 284. [19] los porteros: aqcub, talm�n y sus hermanos, que hac�an la guardia de las puertas: 172. [20] el resto de los israelitas, de los sacerdotes y levitas, se estableci� en todas las ciudades de jud�, cada uno en su heredad. [21] los donados habitaban el ofel; sij� y guisp� estaban al frente de los donados. [22] el encargado de los levitas en jerusal�n era uzz�, hijo de ban�, hijo de jasab�as, hijo de mattan�as, hijo de mik�; era uno de los hijos de asaf que estaban encargados del canto seg�n el servicio de la casa de dios; [23] porque hab�a acerca de los cantores un mandato del rey y un reglamento que fijaba los actos de cada d�a. [24] petaj�as, hijo de mesezabel, de los hijos de z�raj, hijo de jud�, estaba a las �rdenes del rey para todos los asuntos del pueblo, [25] y en los poblados situados en sus campos. parte de los hijos de jud� habitaban en quiryat haarb� y sus aldeas anejas, en dib�n y sus aldeas anejas, en jeqcabsel y sus poblados, [26] en yes�a, en molad�, en bet p�let, [27] en jasar sual, en berseba y sus aldeas anejas, [28] en siquelag, en mekon� y sus aldeas anejas, [29] en enrimm�n, en sore�, en yarmut, [30] en zan�aj, adullam y sus caser�os; lakis y su comarca, azec� y sus aldeas anejas: se establecieron desde berseba hasta el valle de hinn�n.

[31] algunos hijos de benjam�n habitaban en gueba, midm�s, ayy�, betel y sus aldeas anejas, [32] anatot, nob, anan�as, [33] jasor, ram�, guittayim, [34] jadid, sebo�m, neballat, [35] lod y on�, y el valle de los artesanos. [36] hab�a grupos de levitas en jud� y en benjam�n. nehemias cap.12 [1] estos son los sacerdotes y los levitas que subieron con zorobabel, hijo de sealtiel, y con josu�: sera�as, jerem�as, esdras, [2] amar�as, malluk, hatt�s, [3] sekan�as, rejum, meremot, [4] idd�, Guinnet�n, ab�as, [5] miyyam�n, maad�as, bilg�, [6] sema�as; adem�s: yoyarib, yeda�as, [7] sall�, Amoq, jilqu�as, yeda�as. estos eran los jefes de los sacerdotes y de sus hermanos, en tiempo de josu�. [8] levitas: josu�, binnuy, cadmiel, sereb�as, jud�, mattan�as -que dirig�a con sus hermanos los himnos de acci�n de gracias-, [9] y baqbuqu�as, unn� y sus hermanos les hac�an coro en sus ministerios. [10] josu� engendr� a yoyaquim; yoyaquim engendr� a elyasib; elyasib engendr� a yoyad�; [11] yoyad� engendr� a yojan�n, y yojan�n engendr� a yadd�a. [12] en los d�as de yoyaquim los sacerdotes cabezas de familia eran: de la familia de sera�as: mera�as; de la familia de jerem�as: janan�as; [13] de la de esdras: mesullam; de la de amar�as: yehojan�n; [14] de la de malluk: jonat�n; de la de sekan�as: jos�; [15] de la de jarim: azn�; de la de meremot: jelcay; [16] de la de idd�: Zacar�as; de la de guinnet�n: mesullam; [17] de la de ab�as: zikr�; de la de miyyam�n: ... de la de maad�as: piltay; [18] de la de bilg�: samm�a; de la de sema�as: jonat�n; [19] adem�s: de la de yoyarib: mattenay; de la yeda�as: uzz�; [20] de la de sall�: Callay; de la de amoq: h�ber; [21] de la de jilqu�as: jasab�as; de la de yeda�as: natanael. [22] en tiempo de elyasib, yoyad�, yojan�n y yadd�a, los cabezas de familias sacerdotales fueron registrados en el libro de las cr�nicas, hasta el reinado de dar�o el persa. [23] los hijos de lev�: los cabezas de familia fueron registrados en el libro de las cr�nicas, hasta el tiempo de yojan�n, nieto de elyasib. [24] los jefes de los levitas eran: jasab�as, sereb�as, josu�, binnuy, cadmiel; y sus hermanos, frente por frente para ejecutar los himnos de alabanza y de acci�n de gracias, conforme a las instrucciones de david, hombre de dios, en grupos alternos, [25] eran: mattan�as, baqbuqu�as, y abd�as. y mesullam, talm�n y aqcub, porteros, montaban la guardia en los almacenes junto a las puertas. [26] estos viv�an en tiempo de yoyaquim, hijo de josu�, hijo de yosadaq, y en tiempo de nehem�as, el gobernador, y de esdras, el sacerdote-escriba. [27] cuando la dedicaci�n de la muralla de jerusal�n, se busc� a los levitas por todos los lugares para traerlos a jerusal�n, con el fin de celebrar la dedicaci�n con alegr�a, con c�nticos de acci�n de gracias y m�sica de c�mbalos, salterios y c�taras. [28] los cantores, hijos de lev�, se congregaron de la regi�n circundante de jerusal�n, de los poblados de los netofat�es, [29] de bet haguilgal, de los campos de gueba y de azm�vet; porque los cantores hab�an construido poblados alrededor de jerusal�n. [30] sacerdotes y levitas se purificaron, y luego purificaron al pueblo, las

puertas y la muralla. [31] mand� entonces a los jefes de jud� que subieran a la muralla y organic� dos grandes coros. el primero marchaba por encima de la muralla, hacia la derecha, hacia la puerta del muladar; [32] detr�s de ellos iban hosa�as y la mitad de los jefes de jud�, [33] azar�as, esdras, mesullam, [34] jud�, benjam�n, sema�as y jerem�as, [35] elegidos entre los sacerdotes y provistos de trompetas; y zacar�as, hijo de jonat�n, hijo de sema�as, hijo de mattan�as, hijo de mik�, hijo de zakkur, hijo de asaf, [36] con sus hermanos, sema�as, azarel, milalay, guilalay, maay, natanael, jud�, janan�, con los instrumentos m�sicos de david, hombre de dios. y esdras el escriba iba al frente de ellos. [37] a la altura de la puerta de la fuente, subieron a derecho por la escalera de la ciudad de david, por encima de la muralla, y por la subida de la casa de david, hasta la puerta del agua, al oriente. [38] el segundo coro marchaba por la izquierda; yo iba detr�s, con la mitad de los jefes del pueblo, por encima de la muralla, pasando por la torre de los hornos, hasta la muralla de la plaza, [39] por encima de la puerta de efra�m, la puerta de los peces, la torre de jananel, hasta la puerta de las ovejas; se hizo alto en la puerta de la prisi�n. [40] luego los dos corros se colocaron en la casa de dios. ten�a yo a mi lado a la mitad de los consejeros, [41] y a los sacerdotes elyaquim, maase�as, minyam�n, mik�, elyoenay, zacar�as, janan�as, con trompetas, [42] y maase�as, sema�as, eleazar, uzz�, yehojan�n, malkiy�as, elam y ezer. los cantores entonaron su canto bajo la direcci�n de yizraj�as. [43] se ofrecieron aquel d�a grandes sacrificios y la gente se entreg� a la algazara, pues dios les hab�a concedido un gran gozo; tambi�n se regocijaron las mujeres y los ni�os. y el alborozo de jerusal�n se o�a desde lejos. [44] en aquel tiempo se puso al frente de los aposentos destinados para almacenes de las ofrendas reservadas, de las primicias y de los diezmos, a hombres que recogiesen en ellos, del territorio de las ciudades, las porciones que la ley otorga a los sacerdotes y a los levitas. pues jud� se complac�a en ver a los sacerdotes y levitas en sus funciones. [45] ellos cumpl�an el ministerio de su dios y el ministerio de las purificaciones, junto con los cantores y los porteros, conforme a lo mandado por david y su hijo salom�n. [46] pues ya desde un principio, desde los d�as de david y de asaf, hab�a jefes de cantores y c�nticos de alabanza y acci�n de gracias a dios. [47] y todo israel, en tiempo de zorobabel y en tiempo de nehem�as, daba a los cantores y a los porteros las raciones correspondientes a cada d�a. a los levitas se les entregaban las cosas sagradas, y los levitas entregaban su parte a los hijos de aar�n. nehemias cap.13 [1] en aquel tiempo se ley� a o�dos del pueblo en el libro de mois�s, y se encontr� escrito en �l: �el ammonita y el moabita no entrar�n jam�s en la asamblea de dios, [2] porque no recibieron a los israelitas con pan y agua tomaron a sueldo contra ellos a balaam, para maldecirles, pero nuestro dios cambi� la maldici�n en bendici�n.� [3] as� que, en oyendo la ley, se excluy� de israel a todo extranjero. [4] antes de esto, el sacerdote elyasib hab�a sido encargado de los aposentos de la casa de nuestro dios. como era pariente de tob�as, [5] le hab�a proporcionado un aposento espacioso, donde anteriormente se depositaban las oblaciones, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del

vino y del aceite, es decir, las porciones de los levitas, los cantores y los porteros, y lo reservado a los sacerdotes. [6] cuando suced�a esto, yo no estaba en jerusal�n, porque el a�o 32 de artajerjes, rey de babilonia, hab�a ido donde el rey; pero al cabo de alg�n tiempo el rey me permiti� volver; [7] volv� a jerusal�n, y me enter� de la mala acci�n que hab�a hecho elyasib en favor de tob�as, prepar�ndole un aposento en el atrio de la casa de dios. [8] esto me desagrad� mucho; ech� fuera del aposento todos los muebles de la casa de tob�as, [9] y mand� purificar los aposentos y volver a poner en ellos los utensilios de la casa de dios, las oblaciones y el incienso. [10] me enter� tambi�n de que ya no se entregaban las raciones de los levitas, por lo que ellos se hab�an marchado cada uno a su campo -los levitas y los cantores encargados del servicio-. [11] reprend� por ello a los consejeros dici�ndoles: ��por qu� ha sido abandonada la casa de dios?� luego los reun� de nuevo y los restablec� en sus puestos. [12] y todo jud� trajo a los almacenes el diezmo del trigo, del vino y del aceite. [13] puse al frente de los almacenes al sacerdote selem�as, al escriba sadoq y peda�as, uno de los levitas, y como ayundante, a jan�n, hijo de zakkur, hijo de mattan�as, porque eran considerados como personas fieles; les imcumb�a distribuir las porciones a sus hermanos. [14] �acu�rdate de m� por esto, dios m�o; no borres las obras de piedad que yo hice por la casa de mi dios y por sus servicios! [15] por aquellos d�as, vi que hab�a en jud� quienes pisaban los lagares en d�a de s�bado; otros acarreaban los haces de trigo y los cargaban sobre los asnos, y tambi�n vino, uva, higos y toda clase de cargas, para traerlo a jerusal�n en d�a de s�bado: les advert� que no vendiesen sus mercanc�as. [16] en jerusal�n, algunos tirios que habitan en ella tra�an pescado y toda clase de mercanc�as para verd�rselas a los jud�os en d�a de s�bado, [17] reprend� a los notables de jud� diciendo: ��qu� mala acci�n comet�is profanando el d�a del s�bado! [18] �no fue as� como obraron vuestros padres y por lo que nuestro dios hizo caer toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad? �y vosotros aument�is as� la c�lera contra israel profanando el s�bado!� [19] as� que orden� que cuando la sombra cubriese las puertas de jerusal�n, la v�spera del s�bado se cerrasen las puertas, y que no se abriesen hasta despu�s del s�bado. y puse junto a las puertas a algunos de mis hombres para que no entrase carga alguna en d�a de s�bado. [20] una o dos veces, algunos mercaderes que vend�an toda clase de mercanc�as pasaron la noche fuera de jerusal�n, [21] pero yo les avis� dici�ndoles: ��por qu� pas�is la noche junto a la muralla? �si volv�is a hacerlo, os meter� mano!� desde entonces no volv�an m�s en s�bado. [22] orden� tambi�n a los levitas purificarse y venir a guardar las puertas, para santificar el s�bado. �tambi�n por esto acu�rdate de m�, dios m�o, y ten piedad de m� seg�n tu gran misericordia! [23] vi tambi�n en aquellos d�as que algunos jud�os se hab�an casado con mujeres asdoditas, ammonitas o moabitas. [24] de sus hijos, la mitad hablaban asdodeo o la lengua de uno u otro pueblo, pero no sab�an ya hablar jud�o. [25] yo les reprend� y les maldije, hice azotar a algunos de ellos y arrancarles los cabellos, y los conjur� en nombre de dios: ��no deb�is dar vuestras hijas a sus hijos ni tomar ninguna de sus hijas por mujeres ni para vuestros hijos ni para vosotros mismos! [26] �no pec� en esto salom�n, rey de israel? entre tantas naciones no hab�a un rey semejante a �l; era amado de su dios; dios le hab�a hecho rey de todo israel. y tambi�n a �l le hicieron pecar las mujeres extranjeras. [27] �se tendr� que o�r de vosotros que comet�is el mismo gran crimen de

rebelaros contra nuestro dios cas�ndoos con mujeres extranjeras?� [28] uno de los hijos de yoyad�, hijo del sumo sacerdote elyasib, era yerno de samballat el joronita. yo le ech� de mi lado. [29] �acu�rdate de estas gentes, dios m�o, por haber mancillado el sacerdocio y la alianza de los sacerdotes y levitas! [30] los purifiqu�, pues, de todo lo extranjero. y establec�, para los sacerdotes y levitas, reglamentos que determinaran la tarea de cada uno, [31] y lo mismo para las ofrendas de le�a a plazos fijos y para las primicias. �acu�rdate de m�, dios m�o, para mi bien! tobias cap.1 [1] historia de tobit, hijo de tobiel, hijo de ananiel, hijo de aduel, hijo de gabael, del linaje de asiel, de la tribu de neftal�, [2] que en tiempo de salmanasar, rey de asiria, fue deportado de tib�, que queda al sur de cad�s de neftal�, en la galilea superior, por encima de jasor, detr�s del camino del oeste y al norte de sefat. [3] yo, tobit, he andado por caminos de verdad y en justicia todos los d�as de mi vida y he repartido muchas limosmas entre mis hermanos y compatriotas, deportados conmigo a n�nive, al pa�s de los asirios. [4] siendo yo joven todav�a y estando en mi pa�s, en la tierra de israel, toda la tribu de mi padre neftal� se apart� de la casa de david y de jerusal�n, la ciudad elegida entre todas las tribus de israel para ofrecer all� sacrificios y en la que hab�a sido edificado y consagrado, para todas las generaciones venideras, el templo de la morada del alt�simo. [5] todos mis hermanos y la casa de mi padre neftal� ofrec�an sacrificios al becerro que jeroboam, rey de israel, hab�a hecho en dan, en los montes de galilea. [6] muchas veces era yo el �nico que iba a jerusal�n, con ocasi�n de las fiestas, tal como est� prescrito para todo israel por decreto perpetuo; en cobrando las primicias y las cr�as primeras y diezmos de mis bienes y el primer esquileo de mis ovejas, acud�a presuroso a jerusal�n [7] y se lo entregaba a los sacerdotes, hijos de aar�n, para el altar. daba a los levitas, que hac�an el servicio en jerusal�n, el diezmo del vino, del grano, del olivo, de los granados, de los higos y dem�s frutales; tomaba en met�lico el segundo diezmo, de los seis a�os, y lo gastaba en jerusal�n. [8] entregaba el tercer diezmo a los hu�rfanos, a las viudas y a los pros�litos que viv�an con los israelitas; se lo llevaba y entregaba cada tres a�os, celebrando una comida con ellos conforme a lo que se prescribe en la ley de mois�s y conforme a los preceptos que me dio d�bora, madre de nuestro padre ananiel, pues mi padre hab�a muerto dej�ndome hu�rfano. [9] en llegando a edad adulta, me cas� con ana, mujer de nuestra parentela; y ella dio a luz a tob�as. [10] cuando la deportaci�n de asiria, yo tambi�n fui deportado y me traslad� a n�nive. todos mis hermanos y los de mi linaje com�an los manjares de los gentiles, [11] m�s yo me guard� bien de comerlos. [12] como yo me acordaba de dios con toda mi alma, [13] me concedi� el alt�simo gracia y favor ante salmanasar, y llegu� a ser procurador suyo. [14] me traslad� a media y administr� all� sus negocios hasta su muerte; y desposit� en ragu�s de media, en casa de gabael, hermano de gabr�, unos sacos de plata por valor de diez talentos. [15] muerto salmanasar, le sucedi� en el trono su hijo senaquerib; en su reinado, los caminos de media se hicieron inseguros y no pude volver all�. [16] en los d�as de salmanasar hice yo muchas limosmas a mis hermanos de raza; [17] di mi pan a los hambrientos y vestido a los desnudos; y si ve�a el cadaver de alguno de los de mi raza arrojado extramuros de n�nive, le daba sepultura. [18] enterr� igualmente a los que mat� Senaquerib (cuando vino huyendo de judea despu�s del escarmiento que hizo contra �l el rey del cielo, a causa de sus

blasfemias. senaquerib, en su c�lera, mand� matar a muchos israelitas); y yo sustraje sus cuerpos y los enterr�. senaquerib los busc� sin encontrarlos. [19] un ninivita fue a denunciarme al rey de que yo los hab�a enterrado en secreto. cuando supe que el rey ten�a informes acerca de m�, y que me buscaba para matarme, tuve miedo y escap�. [20] me fueron arrebatados todos mis bienes; nada qued� sin confiscar para el tesoro real, salvo mi mujer ana y mi hijo tob�as. [21] a�n no hab�an transcurrido cuarenta d�as, cuando senaquerib fue asesinado por sus dos hijos, que huyeron luego hacia los montes ararat. le sucedi� su hijo asarjadd�n. asarjadd�n puso a ajikar, hijo de mi hermano anael, al frente de las finanzas de su reino, de modo que dirig�a toda la administraci�n. [22] ajikar intercedi� por m� y pude regresar a n�nive. ajikar, de hecho, hab�a sido copero mayor, custodio del sello, administrador y encargado de las finanzas bajo senaquerib, rey de asiria; y asarjadd�n le confirm� en los cargos. era sobrino m�o y de mi propia parentela. tobias cap.2 [1] en el reinado de asarjadd�n pude regresar a mi casa y me fue devuelta mi mujer ana y mi hijo tob�as. en nuestra solemnidad de pentecost�s, que es la santa solemnidad de las semanas, me hab�an preparado una excelente comida y me dispuse a comer. [2] cuando me presentaron la mesa, con numerosos manjares, dije a mi hijo tob�as: �hijo, ve a buscar entre nuestros hermanos deportados en n�nive a alg�n indigente que se acuerde del se�or y tr�elo para que coma con nosotros. te esperar� hasta que vuelvas, hijo m�o.� [3] fuese, pues, tob�as a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres, y cuando regres� me dijo: �padre.� le respond�: ��qu� hay, hijo?� contest�: �padre, han asesinado a uno de los nuestros; le han estrangulado y le han arrojado en la plaza del mercado y a�n est� all�.� [4] me levant� al punto y sin probar la comida, alc� el cad�ver de la plaza y lo dej� en una habitaci�n, en espera de que se pusiera el sol, para enterrarlo. [5] volv� a entrar, me lav� y com� con aflicci�n [6] acord�ndome de las palabras que el profeta am�s dijo contra betel: vuestras solemnidades se convertir�n en duelo y todas vuestras canciones en lamento. [7] y llor�. cuando el sol se puso, cav� una fosa y sepult� el cad�ver. [8] mis vecinos se burlaban y dec�an: �todav�a no ha aprendido. (pues, en efecto, ya hab�an querido matarme por un hecho semejante.) apenas si pudo escapar y ya vuelve a sepultar a los muertos. [9] aquella misma noche, despu�s de ba�arme, sal� al patio y me recost� contra la tapia, con el rostro cubierto a causa del calor. [10] ignoraba yo que arriba, en el muro, hubiera gorriones; me cay� excremento caliente sobre los ojos y me salieron manchas blancas. fui a los m�dicos, para que me curasen; pero cuantos m�s remedios me aplicaban, menos ve�a a causa de las manchas, hasta que me qued� completamente ciego. cuatro a�os estuve sin ver. todos mis hermanos estaban afligidos; ajikar, por su parte, provey� a mi sustento durante dos a�os, hasta que se traslad� a elimaida. [11] en aquellas circunstancias, mi mujer ana, tuvo que trabajar a sueldo en labores femeninas; hilaba lana y hac�a tejidos [12] que entregaba a sus se�ores, cobrando un sueldo; el siete del mes de dystros acab� un tejido y se lo entreg� a los due�os, que le dieron todo su jornal y le a�adieron un cabrito para una comida. [13] cuando entr� ella en casa, el cabrito empez� a balar; yo, entonces, llam� a mi mujer y le dije: ��de d�nde ha salido ese cabrito? �es que ha sido robado? devu�lvelo a sus due�os, porque no podemos comer cosa robada.� [14] ella me dijo: �es un regalo que me han a�adido a mi sueldo.� pero yo no la cre�; orden� que lo devolviera a los due�os y me irrit� contra ella por este asunto. entonces ella me replic�: ��d�nde est�n tus limosnas y tus buenas obras?

�ahora se ve todo bien claro!� tobias cap.3 [1] anegada entonces mi alma de tristeza, suspirando y llorando, comenz� a orar con gemidos: [2] t� eres justo, se�or, y justas son todas tus obras. misericordia y verdad son todos tus caminos. t� eres el juez del universo. [3] y ahora, se�or, acu�rdate de m� y m�rame. no me condenes por mis pecados, mis inadvertencias y las de mis padres. hemos pecado en tu presencia, [4] no hemos escuchado tus mandatos y nos has entregado al saqueo, a la burla, al comentario y al oprobio de todas las gentes entre las que nos has dispersado. [5] pero cierto es, se�or, que todas tus sentencias a la verdad responden cuando me tratas seg�n mis pecados y los de mis padres; porque no hemos cumplido tus mandatos, y no hemos caminado en la verdad delante de ti. [6] haz conmigo ahora seg�n lo que te plazca y ordena que reciban mi vida para que yo me disuelva sobre la faz de la tierra, porque m�s me vale morir que vivir. tengo que aguantar injustos reproches y me anega la tristeza. manda, se�or, que sea liberado de esta aflicci�n y d�jame partir al lugar eterno, y no apartes, se�or, tu rostro de m�, pues prefiero morir a pasar tanta aflicci�n durante la vida y tener que seguir oyendo injurias. [7] sucedi� aquel mismo d�a, que tambi�n sarra, hija de rag�el, el de ecb�tana de media, fue injuriada por una de las esclavas de su padre, [8] porque hab�a sido dada en matrimonio a siete hombres, pero el malvado demonio asmodeo los hab�a matado antes de que se unieran a ella como casados. la esclava le dec�a: ��eres t� la que matas a tus maridos! ya has tenido siete, pero ni de uno siquiera has disfrutado. [9] �nos castigas porque se te mueren los maridos? �vete con ellos y que nunca veamos hijo ni hija tuyos!� [10] entonces sarra, con el alma llena de tristeza, se ech� a llorar y subi� al aposento de su padre con intenci�n de ahorcarse. pero, reflexionando, pens�: �acaso esto sirva para que injurien a mi padre y le digan: "ten�as una hija �nica, amada y se ha ahorcado porque se sent�a desgraciada." no puedo consentir que mi padre, en su ancianidad, baje con tristeza a la mansi�n de los muertos. es mejor que, en vez de ahorcarme, suplique al se�or que me env�e la muerte para no tener que o�r injurias durante mi vida.� [11] y en aquel momento, extendiendo las manos hacia la ventana, or� as�: bendito seas t�, Dios de misericordias, y bendito sea tu nombre por los siglos, y que todas tus obras te bendigan por siempre. [12] vuelvo ahora mi rostro y alzo mi ojos hacia ti. [13] manda que yo sea librada de la tierra, para no escuchar ultrajes. [14] t� sabes, se�or, que yo estoy pura de todo contacto de var�n; [15] que no he mancillado mi nombre ni el nombre de mi padre en la tierra de mi cautividad. soy la �nica hija de mi padre; no tiene otros hijos que le hereden, no tiene junto a s� ning�n hermano ni pariente a quien me deba por mujer. ya perd� siete maridos: �para qu� quiero la vida? si no te place, se�or, darme la muerte, �m�rame con compasi�n! y no tenga yo que escuchar injurias. [16] fue o�da en aquel instante, en la gloria de dios, la plegaria de ambos [17] y fue enviado rafael a curar a los dos: a tobit, para que se le quitaran las manchas blancas de los ojos y pudiera con sus mismos ojos ver la luz de dios; y a sarra la de rag�el, para entregarla por mujer a tob�as, hijo de tobit, y librarla de asmodeo, el demonio malvado; porque tob�as ten�a m�s derechos sobre ella que todos cuantos la pretend�an. en aquel mismo momento se volv�a tobit del patio a la casa, y sarra, la de rag�el, descend�a del aposento. tobias cap.4 [1] aquel d�a, se acord� Tobit del dinero que hab�a dejado en dep�sito a gabael,

en ragu�s de media, [2] y se dijo para s�: �yo, ya estoy deseando morirme. as� que voy a llamar a mi hijo tob�as y le voy a hablar de este dinero antes de morirme.� [3] llam�, pues, tobit a su hijo, que se present� ante �l. tobit le dijo: �cuando yo muera, me dar�s una digna sepultura; honra a tu madre y no le des un disgusto en todos los d�as de su vida; haz lo que le agrade y no le causes tristeza por ning�n motivo. [4] acu�rdate, hijo, de que ella pas� muchos trabajos por ti cuando te llevaba en su seno. y cuando ella muera, sep�ltata junto a m�, en el mismo sepulcro. [5] �acu�rdate, hijo, del se�or todos los d�as y no quieras pecar ni transgredir sus mandamientos; practica la justicia todos los d�as de tu vida y no andes por caminos de injusticia, [6] pues si te portas seg�n verdad, tendr�s �xito en todas tus cosas, [7] como todos los que practican la justicia. �haz limosma con tus bienes; y al hacerlo, que tu ojo no tenga rencilla. no vuelvas la cara ante ning�n pobre y dios no apartar� de ti su cara. [8] regula tu limosma seg�n la abundancia de tus bienes. si tienes poco, da conforme a ese poco, pero nunca temas dar limosna, [9] porque as� te atesoras una buena reserva para el d�a de la necesidad. [10] porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas. [11] don valioso es la limosma para cuantos la practican en presencia del alt�simo. [12] �gu�rdate, hijo, de toda impureza y, sobre todo, toma mujer del linaje de tus padres; no tomes mujer extra�a que no pertenezca a la tribu de tu padre, porque somos descendientes de profetas. recuerda, hijo, que desde siempre nuestros padres no�, abraham, isaac y jacob tomaron mujeres de entre sus hermanos y fueron bendecidos en sus hijos, de modo que su estirpe poseer� la tierra en herencia. [13] as� pues, hijo, ama a tus hermanos; no tengas con tus hermanos, ni con los hijos y las hijas de tu pueblo, coraz�n soberbio, en orden a tomar para ti mujer de entre ellos; pues la soberbia acarrea la ruina y prolija inquietud; y la ociosidad, bajeza y extrema penuria; porque la ociosidad es madre de la indigencia. [14] �no retengas el salario de los que trabajan para ti; d�selo al momento. si sirves a dios ser�s recompensado. pon cuidado, hijo, en todas tus acciones y mu�strate educado en toda tu conducta. [15] no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. no bebas vino hasta emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compa�era de camino. [16] �da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. haz limosna de todo cuanto te sobra; y no tenga rencilla tu ojo cuando hagas limosna. [17] esparce tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los pecadores. [18] �busca el consejo de los prudentes y no desprecies ning�n aviso saludable. [19] bendice al se�or dios en toda circunstancia, p�dele que sean rectos todos tus caminos y que llegen a buen fin todas tus sendas y proyectos. pues no todas las gentes tienen consejo; es el se�or quien da todos los bienes y, cuando quiere, eleva o abata hasta lo profundo del hades. as�, pues, hijo, recuerda estos mandamientos y no permitas que se borren de tu coraz�n. [20] �tambi�n quiero decirte que dej� en dep�sito a gabael, hijo de gabr�, en ragu�s de media, diez talentos de plata. [21] no debes preocuparte, hijo, porque seamos pobres. muchos bienes posees si temes a dios, huyes de todo pecado y haces lo que es bueno ante el se�or tu dios.� tobias cap.5 [1] entonces tob�as respondi� a su padre tobit: �har� cuanto me has mandado, padre. [2] pero �c�mo podr� recuperar el dep�sito? ni �l me conoce a m� ni yo a �l. �qu� se�al debo darle para que me reconozca, me crea y me devuelva el dinero? por otra parte, desconozco la ruta que conduce a media.�

[3] tobit, entonces, respondi� a su hijo tob�as: �el me dio un recibo y yo a �l otro; lo part� en dos, tom� una parte y dej� la otra con el dinero. �ya va para veinte a�os que deposit� esta suma! ahora, hijo, busca un hombre de confianza que vaya contigo, y le tomaremos a sueldo hasta tu vuelta, y vete a recuperar esta plata.� [4] sali� Tob�as a buscar un hombre que conociera la ruta y fuera con �l a media. en saliendo, encontr� a rafael, el �ngel, parado ante �l; pero no sab�a que era un �ngel de dios. [5] d�jole, pues: ��de d�nde eres, joven?� le respondi�: �de los israelitas, tus hermanos y ando en busca de trabajo.� d�jole tob�as: ��conoces la ruta de media?� [6] respondi�: �s�; he estado all� muchas veces y conozco al detalle todos los caminos. he ido a media con frecuencia y he sido hu�sped de gabael, nuestro hermano, el que vive en ragu�s de media. hay dos jornadas de camino entre ecb�tana y ragu�s, pues ragu�s est� en la monta�a y ecb�tana en el llano.� [7] tob�as le dijo: �esp�rame, joven, que voy a dec�rselo a mi padre, porque necesito que vengas conmigo; y yo te pagar� tu sueldo.� [8] el le dijo: �te espero, pero no tardes.� [9] fuese tob�as a informar a su padre y le dijo: �ya he encontrado un hombre, que es israelita, hermano nuestro.� contest�le tobit: �ll�male, para que yo sepa a qu� familia y tribu pertenece, y si es digno de confianza para que te acompa�e, hijo.� sali� Tob�as, le llam� y le dijo: �joven, mi padre te llama.� [10] entr� el �ngel y tobit se adelant� a saludarle; el �ngel contest�: �que disfrutes de mucha alegr�a.� replic� Tobit: ��qu� alegr�a puedo disfrutar ya? estoy ciego y no puedo ver la luz del cielo; yazgo en tinieblas como los muertos, que no contemplan la luz; vivo como un muerto; oigo la voz de los hombres, pero no los veo.� le dijo el �ngel: �ten confianza, que dios te curar� dentro de poco. ten confianza.� tobit le dijo: �mi hijo tob�as quiere ir a media. �puedes ir con �l y servirle de gu�a? yo te dar�a tu salario, hermano.� el respondi�: �puedo ir con �l, pues conozco al detalle todos los caminos y he viajado a media con frecuencia; he recorrido todos sus llanos y sus montes y tengo conocimiento de todas sus rutas.� [11] tobit le dijo: ��querr�as decirme, hermano, a qu� familia y tribu perteneces? [12] le respondi� el �ngel: ��qu� puede importar mi tribu?� tobit insiti�: �me gustar�a, hermano, saber con seguridad tu tribu y nombre.� [13] respondi� el �ngel: �yo soy azar�as, hijo del gran anan�as, uno de tus hermanos.� [14] le dijo tobit: �seas venido sano y salvo, hermano; y no lleves a mal, hermano, mi deseo de conocer con certeza tu nombre y familia. resulta ahora que eres de mi parentela y que perteneces a un linaje bueno y honrado. he conocido a anan�as y a nat�n, los dos hijos del gran seme�as; ellos iban conmigo a jerusal�n y conmigo adoraban all�, sin desviarse del buen camino. tus hermanos son hombres de bien; de buen linaje procedes. �el gozo sea contigo!� [15] y a�adi�: �te dar� como sueldo una dracma por d�a, y en lo dem�s tendr�s el mismo trato que mi hijo. [16] vete con mi hijo y despu�s te a�adir� un sobresueldo.� [17] le dijo el �ngel: �partir� con �l y no abrigues temor; sanos partimos y sanos regresaremos a ti, porque la ruta es segura.� le respondi� Tobit: �bendito seas, hermano.� y llamando a su hijo le anunci�: �hijo, prepara las cosas para el camino y emprende la marcha con tu hermano; que el dios que est� en los cielos os proteja all� y os devuelva a m� sanos; y su �ngel os acompa�e con su protecci�n, hijo.� tob�as se dispuso a emprender la marcha y bes� a su padre y a su madre. tobit le dijo: ��que teng�is buen viaje!� [18] pero su madre lloraba y dijo a tobit: ��por qu� has hecho que se vaya mi hijo? �no era �l el bast�n de nuestra mano, que siempre va y viene con nosotros? [19] �que no sea el dinero lo primero de todo! que no se convierta en el precio de nuestro hijo! [20] �con lo que el se�or nos daba para vivir ten�amos bastante!�

[21] el le dijo: �no pienses tal cosa; sano ha partido nuestro hijo y sano volver� a nosotros; con tus propios ojos lo ver�s el d�a que regrese sano junto a ti. [22] no pienses tal cosa ni te atormentes por ellos, hermana; porque un �ngel bueno le acompa�ar�, le dar� un viaje f�cil y le devolver� sano.� tobias cap.6 [1] y ella dej� de llorar. [2] parti� el muchacho en compa��a del �ngel, y el perro les segu�a. yendo de camino, aconteci� que una noche acamparon junto al r�o tigris. [3] baj� el muchacho al r�o a lavarse los pies, cuando salt� del agua un gran pez que quer�a devorar el pie del muchacho. este grit� [4] pero el �ngel le dijo: ��agarra el pez y tenlo bien sujeto!� el muchacho se apoder� del pez y lo arrastr� a tierra. [5] el �ngel a�adi�: �abre el pez, s�cale la hiel, el coraz�n y el h�gado y gu�rdatelo, y tira los intestinos; porque su hiel, su coraz�n y su h�gado son remedios �tiles.� [6] el joven abri� el pez y tom� la hiel, el coraz�n y el h�gado. as� parte del pez y lo comi�, salando el resto. luego continuaron su camino, los dos juntos, hasta cerca de media. [7] pregunt� entonces el muchacho al �ngel: �hermano azar�as, �qu� remedios hay en el coraz�n, el h�gado y la hiel del pez?� [8] le respondi�: �si se quema el coraz�n o el h�gado del pez ante un hombre o una mujer atormentados por un demonio o un esp�ritu malo, el humo ahuyenta todo mal y le hace desaparecer para siempre. [9] cuanto a la hiel, untando con ella los ojos de un hombre atacado por manchas blancas, y soplando sobre las manchas, queda curado.� [10] cuando entraron en media, y estando ya cerca de ecb�tana, [11] dijo rafael al joven: �hermano tob�as.� le respondi�: ��qu� deseas?� contest� �l: �pararemos esta noche en casa de rag�el; es pariente tuyo y tiene una hija que se llama sarra; [12] fuera de ella no tiene m�s hijos ni hijas; t� eres el m�s cercano, tienes m�s derechos sobre ella que todos los dem�s y es justo que heredes la hacienda de su padre; la muchacha es prudente, valerosa y muy bella y su padre la ama.� [13] y a�adi�: �es justo que la tomes para ti. esc�chame, hermano. yo hablar� esta noche al padre acerca de la muchacha para que te la conceda como prometida, y a nuestro regreso de ragu�s celebraremos la boda. estoy seguro de que rag�el no puede neg�rtela, ni d�rsela a otro, pues se har�a reo de muerte, seg�n la sentencia del libro de mois�s, pues �l sabe que te asiste el derecho a tomar a su hija por mujer. as� pues, �yeme bien, hermano; hablaremos esta noche sobre la muchacha y que la den como prometida; y cuando volvamos de ragu�s, la tomaremos y la llevaremos con nosotros a tu casa.� [14] tob�as respondi� a rafael: �hermano azar�as, he o�do decir que ya ha sido dada a siete maridos y que todos han muerto la noche de bodas; que cuando entraban donde ella, mor�an; tambi�n he o�do decir que un demonio los mataba; [15] as� que tengo miedo, pues a ella no le hace ning�n da�o, porque la ama; pero al que intenta acercarse a ella, le mata; yo soy hijo �nico, y si muero, har� bajar en tristeza al sepulcro, por mi causa, la vida de mi padre y de mi madre. ellos no tienen otro hijo que les d� sepultura.� [16] respondi� el �ngel: ��has olvidado las recomendaciones de tu padre, que te mand� tomar mujer de la casa de tu padre? esc�chame bien, hermano: no tengas miedo a ese demonio y t�mala; s� bien que esta noche te la dar�n por mujer. [17] cuando entres en la c�mara nupcial, tomas el coraz�n del pez y parte del h�gado y lo pones sobre las brasas de los perfumes. se difundir� el aroma y cuando el demonio lo huela, huir� y nunca aparecer� ya a su lado. [18] y cuando vayas a unirte a ella, levantaos primero los dos y haced oraci�n y suplicad al se�or del cielo que se apiade de vosotros y os salve. y no tengas

miedo, porque para ti est� destinada desde el principio; t� la salvar�s; ella se vendr� contigo y te aseguro que te dar� hijos que ser�n para ti como hermanos. no te preocupes.� [19] cuando tob�as oy� las razones de rafael y que era hermana suya, del linaje de la casa de su padre, se enamor� de tal modo que se le apeg� el coraz�n a ella. tobias cap.7 [1] cuando entraron en ecb�tana dijo tob�as: �hermano azar�as, gu�ame en derechura a casa de rag�el, nuestro hermano.� le condujo, pues a casa de rag�el y le encontraron sentado a la puerta del patio. le saludaron ellos primero y �l les contest�: �mucha dicha os deseo, hermanos, y en buena salud veng�is.� los llev� a su casa [2] y dijo a su mujer edna: ��c�mo se parece este muchacho a mi hermano tobit!� [3] edna les pregunt�: ��de d�nde sois, hermanos?� respondieron: �somos de los hijos de neftal�, de los deportados de n�nive.� [4] les dijo: ��conoc�is a tobit, nuestro hermano?� ellos contestaron: �s�, le conocemos.� -��est� bien? [5] �vive y est� bien.� y tob�as a�adi�: �es mi padre.� [6] rag�el se puso en pie de un salto, le bes�, llor� y le dijo: ��bendito seas, hijo! tienes un padre honrado y bueno. �qu� gran desgracia, haberse quedado ciego un hombre tan justo y tan limosnero!� y ech�ndose al cuello de su hermano tob�as, rompi� a llorar. [7] tambi�n llor� su mujer edna y su hija sarra. [8] mat� luego un carnero del reba�o y los acogi� con toda cordialidad. [9] despu�s de lavarse y ba�arse, se pusieron a comer. tob�as dijo entonces a rafael: �hermano azar�as, di a rag�el que me d� por mujer a mi hermana sarra.� [10] al o�r rag�el estas palabras dijo al joven: �come, bebe y disfruta esta noche, porque ning�n hombre hay, fuera de ti, que tenga derecho a tomar a mi hija sarra, de modo que ni yo mismo estoy facultado para darla a otro, si no es a ti, que eres mi pariente m�s pr�ximo. pero voy a hablarte con franqueza, muchacho. [11] ya la he dado a siete maridos, de nuestros hermanos, y todos murieron la misma noche que entraron donde ella. as� que, muchacho, ahora come y bebe y el se�or os dar� su gracia y su paz.� pero tob�as replic�: �no comer� ni beber� hasta que no hayas tomado una decisi�n acerca de lo que te he pedido.� rag�el le dijo: ��est� bien! a ti se te debe dar, seg�n la sentencia del libro de mois�s, y el cielo decreta que te sea dada. recibe a tu hermana. a partir de ahora, t� eres su hermano y ella es tu hermana. tuya es desde hoy por siempre. que el se�or del cielo os gu�e a buen fin esta noche, hijo, y os d� su gracia y su paz.� [12] llam� Rag�el a su hija sarra, y cuando ella se present�, la tom� de la mano y se la entreg� a tob�as, diciendo: �rec�bela, pues se te da por mujer, seg�n la ley y la sentencia escrita en el libro de mois�s. t�mala y ll�vala con bien a la casa de tu padre. y que el dios del cielo os gu�e en paz por el buen camino.� [13] llam� luego a la madre, mand� traer una hoja de papiro y escribi� el contrato matrimonial, con lo cual se la entreg� por mujer, conforme a la sentencia de la ley de mois�s. [14] y acabado esto, empezaron a comer y beber. [15] rag�el llam� a su mujer edna y le dijo: �hermana, prepara la otra habitaci�n y lleva all� a sarra.� [16] ella fue y prepar� un lecho en la habitaci�n, tal como se lo hab�a ordenado, y llev� all� a sarra. llor� ella y luego, sec�ndose las l�grimas, le dijo: �ten confianza, hija: que el se�or del cielo te d� alegr�a en vez de esta tristeza. ten confianza, hija.� y sali�. tobias cap.8 [1] cuando acabaron de comer y beber, decidieron acostarse, y tomando al joven le llevaron al aposento.

[2] record� Tob�as las palabras de rafael y, tomando el h�gado y el coraz�n del pez de la bolsa donde los ten�a, los puso sobre las brasas de los perfumes. [3] el olor del pez expuls� al demonio que escap� por los aires hacia la regi�n de egipto. fuese rafael a su alcance, le at� de pies y manos y en un instante le encaden�. [4] los padres salieron y cerraron la puerta de la habitaci�n. entonces tob�as se levant� del lecho y le dijo: �lev�ntate, hermana, y oremos y pidamos a nuestro se�or que se apiade de nosotros y nos salve.� [5] ella se levant� y empezaron a suplicar y a pedir el poder quedar a salvo. comenz� �l diciendo: �bendito seas t�, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu nombre por todos los siglos de los siglos! bend�gante los cielos, y tu creaci�n entera, por los siglos todos. [6] t� creaste a ad�n, y para �l creaste a eva, su mujer, para sost�n y ayuda, y para que de ambos proviniera la raza de los hombres. t� mismo dijiste: no es bueno que el hombre se halle solo; hag�mosle una ayuda semejante a �l. [7] yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, mas con recta intenci�n. ten piedad de m� y de ella y podamos llegar juntos a nuestra ancianidad. [8] y dijeron a coro: �am�n, am�n.� [9] y se acostaron para pasar la noche. se levant� Rag�el y, llamando a los criados que ten�a en casa, fueron a cavar una tumba, [10] porque se dec�a: �no sea que haya muerto y nos sirva de mofa y escarnio.� [11] cuando tuvieron cavada la tumba, volvi� Rag�el a casa, llam� a su mujer [12] y le dijo: �manda a una criada que entre a ver si vive; y si ha muerto, le enterraremos sin que nadie se entere.� [13] mandaron a la criada, encendieron la l�mpara y abrieron la puerta; y entrando ella vio que estaban acostados juntos y dormidos. [14] sali� la criada y les anunci�: �vive, nada malo ha ocurrido.� [15] rag�el bendijo al dios del cielo, diciendo: �bendito seas, oh dios, con toda pura bendici�n y seas bendecido por los siglos todos! [16] seas bendecido por haberme alegrado y no haber ocurrido el mal que tem�a, sino que has hecho con nosotros seg�n tu gran piedad. [17] seas bendecido por tener compasi�n de dos hijos �nicos. ten, se�or, piedad de ellos y dales tu salvaci�n, y haz que su vida transcurra en alegr�a y piedad. [18] despu�s orden� a sus criados que rellenasen la fosa antes que amaneciera. [19] mand� a su mujer cocer una gran hornada; y �l fue al establo, tom� dos bueyes y cuatro carneros y orden� que los aderezaran. y comenzaron los preparativos. [20] hizo llamar a tob�as y le dijo: �durante catorce d�as no te mover�s de aqu�; te quedar�s conmigo comiendo y bebiendo y llenar�s de gozo el coraz�n de mi hija por sus tristezas pasadas. [21] luego, tomar�s la mitad de todo cuanto aqu� poseo y te volver�s con felicidad a casa de tu padre. cuando mi mujer y yo hayamos muerto, tambi�n ser� para vosotros la otra mitad. ten confianza, hijo; yo soy tu padre y edna tu madre; junto a ti estaremos y junto a tu hermana desde ahora en adelante. ten confianza, hijo.� tobias cap.9 [1] entonces tob�as llam� a rafael y le dijo: [2] �hermano azar�as, toma contigo cuatro criados y dos camellos y vete a ragu�s. [3] dir�gete a gabael, dale el recibo y hazte cargo del dinero; inv�tale tambi�n a que se venga contigo a la boda. [4] t� sabes que mi padre lleva cuenta de los d�as, y uno solo que demore, le doy un gran disgusto; [5] ya ves que rag�el me ha conjurado, y que no puedo desatender su deseo.� rafael se puso en camino para ragu�s de media con los cuatro criados y los dos camellos y fueron a pernoctar en casa de gabael. le present� el recibo y le dio la noticia de que tob�as, hijo de tobit, se hab�a casado y le invitaba a la boda.

gabael se levant�, le entreg� todos los sacos de dinero, con los sellos intactos, y los cargaron sobre los camellos. [6] levant�ndose de madrugada, partieron juntos para la boda y llegados a casa de rag�el encontraron a tob�as puesto a la mesa. y como se levantara a toda prisa para saludarle, gabael rompi� a llorar y le bendijo diciendo: ��hombre bueno y honrado, hijo de un hombre honrado y bueno, justo y limosnero! que el se�or te conceda las bendiciones del cielo a ti, a tu mujer, al padre y a la madre de tu mujer. �bendito sea dios, que me ha permitido ver un vivo retrato de mi primo tobit!� tobias cap.10 [1] tobit, mientras tanto, llevaba cuenta, uno por uno, de los d�as de ida y vuelta. cuando se cumpli� el plazo sin que el hijo hubiera regresado, [2] pens�: ��habr� algo que le retenga all�? �acaso haya muerto gabael y no haya nadie que le entregue el dinero!� [3] y empez� a ponerse triste. [4] ana, su mujer, dec�a: �mi hijo ha muerto y ya no se cuenta entre los vivos.� y rompi� a llorar y a lamentarse por su hijo, diciendo: [5] ��ay de m�, hijo m�o! �que te dej� marchar a ti, luz de mis ojos!� [6] tobit le dijo: �calla, hermana, no pienses eso. el est� bien. habr�n tenido alg�n contratiempo all�, pero su compa�ero es hombre de fiar y uno de los nuestros; no te inquietes por �l, que debe estar cerca.� [7] ella le replic�: �d�jame, no intentes enga�arme. mi hijo ha muerto.� y todos los d�as se iba a mirar el camino por donde su hijo hab�a marchado. no cre�a a nadie. y cuando se pon�a el sol, entraba en casa y pasaba las noches gimiendo y llorando, sin poder dormir. [8] cuando se pasaron los catorce d�as con que rag�el hab�a determinado celebrar la boda de su hija, se dirigi� a �l tob�as y le dijo: �d�jame regresar, porque estoy seguro que mi padre y mi madre est�n pensando que ya no van a volver a verme. as� que te ruego, padre, que me permitas regresar al lado de mi padre. ya te dije en qu� situaci�n le he dejado.� [9] rag�el respondi� a tob�as: �qu�date, hijo; qu�date commigo y yo enviar� mensajeros a tu padre tobit para que le den noticias tuyas.� pero tob�as replic�: �no. te ruego que me permitas volver al lado de mi padre.� [10] entonces rag�el se levant� y entreg� a tob�as su mujer sarra y la mitad de todos sus bienes, criados, criadas, bueyes y carneros, asnos y camellos, vestidos, plata y utensilios, [11] y les dej� partir gozosos. al despedirse de tob�as le dijo: ��salud, hijo, y buen viaje! el se�or del cielo os gu�e a vosotros y a tu mujer sarra por buen camino y que pueda yo ver vuestros hijos antes de morir.� [12] a su hija sarra le dijo: �vas al lado de tu suegro, pues desde ahora ellos son padres tuyos igual que los que te han engendrado. vete en paz, hija. que tenga buenas noticias de ti, mientras yo viva.� y salud�ndoles, se despidi� de ellos. [13] edna dijo a tob�as: �hijo y hermano querid�simo: que el se�or te devuelva y que yo viva hasta ver tus hijos y de mi hija sarra antes de morir. en presencia del se�or te entrego a mi hija en custodia; no le causes tristeza en todos los d�as de tu vida. vete en paz, hijo. a partir de ahora, yo soy tu madre y sarra es tu hermana. �ojal� pudi�ramos vivir juntos todos los d�as de nuestra vida!� y besando a los dos, los dej� partir llenos de gozo. [14] tob�as sali� de casa de rag�el contento y gozoso, y bendiciendo al se�or del cielo y de la tierra, rey de todas las cosas, porque hab�a llevado a buen t�rmino su viaje. bendijo a rag�el y a su mujer edna y les dijo: �que pueda yo honraros todos los d�as de mi vida.� tobias cap.11 [1] cuando llegaron cerca de kaser�n, que est� frente a n�nive,

[2] dijo rafael: �t� sabes bien en qu� situaci�n dejamos a tu padre; [3] vamos a adelantarnos nosotros a tu mujer para preparar la casa, mientras llegan los dem�s.� [4] prosiguieron, pues, los dos juntos; el �ngel le dijo: �toma contigo la hiel.� el perro segu�a detr�s de ellos. [5] estaba ana sentada, con la mirada fija en el camino de su hijo. [6] tuvo la corazonada de que �l ven�a y dijo al padre: �mira, ya viene tu hijo y el hombre que le acompa�aba.� [7] rafael iba diciendo a tob�as, mientras se acercaban al padre: �tengo por seguro que se abrir�n los ojos de tu padre. [8] untale los ojos con la hiel del pez, y el remedio har� que las manchas blancas se contraigan y se le caer�n como escamos de los ojos. y as� tu padre podr� mirar y ver la luz.� [9] corri� Ana y se ech� al cuello de su hijo, diciendo: ��ya te he visto, hijo! �ya puedo morir!� y rompi� a llorar. [10] tobit se levant� y trompicando sali� a la puerta del patio. [11] corri� hacia �l tob�as, llevando en la mano la hiel del pez; le sopl� en los ojos y abraz�ndole estrechamente le dijo: ��ten confianza, padre!� y le aplic� el remedio y esper�; [12] y luego, con ambas manos le quit� las escamas de la comisura de los ojos. [13] entonces �l se arroj� a su cuello, llor� y le dijo: ��ahora te veo, hijo, luz de mis ojos!� [14] y a�adi�: �bendito sea dios! �bendito su gran nombre! �bendito todos sus santos �ngeles! �bendito su gran nombre por todos los siglos! [15] porque me hab�a azotado, pero me tiene piedad y ahora veo a mi hijo tob�as. tob�as entr� en casa lleno de gozo y bendiciendo a dios con toda su voz; luego cont� a su padre el �xito de su viaje, c�mo tra�a el dinero y c�mo se hab�a casado con sarra, la hija de rag�el, y que ven�a ella con �l y estaba ya a las puertas de n�nive. [16] tobit sali� al encuentro de su nuera hasta las puertas de n�nive, bendiciendo a dios, lleno de gozo. cuando los de n�nive le vieron caminar, avanzando con su antigua firmeza, sin necesidad de lazarillo, se maravillaron. tobit proclam� delante de ellos que dios se hab�a compadecido de �l y le hab�a abierto los ojos. [17] se acerc� Tobit a sarra, la mujer de su hijo, y la bendijo diciendo: ��bienvenida seas, hija! y bendito sea tu dios, hija, que te ha tra�do hasta nosotros. bendito sea tu padre, y bendito tob�as, mi hijo, y bendita t� misma, hija. bienvenida seas, entra en tu casa con gozo y bendici�n.� [18] todos los jud�os de n�nive celebraron fiesta aquel d�a. [19] tambi�n ajikar y nabad, primos de tobit, vinieron a congratularle. tobias cap.12 [1] acabados los d�as de la boda, llam� Tobit a su hijo tob�as y le dijo: �hijo, ya es tiempo de pagar el salario al hombre que te acompa��. y le a�adir�s un sobresueldo.� [2] respondi� Tob�as: �padre, �qu� salario puedo darle? aun entreg�ndole la mitad de la hacienda que traje conmigo, no salgo perdiendo. [3] me ha guiado inc�lume, ha cuidado de mi mujer, me ha tra�do el dinero y te ha curado a ti. �qu� salario voy a darle?� [4] d�jole tobit: �hijo, bien merece que tome la mitad de cuanto trajo.� [5] le llam�, pues, tob�as y le dijo: �toma como salario la mitad de todo cuanto trajiste y vete en paz.� [6] entonces rafael llev� aparte a los dos y les dijo: �bendecid a dios y proclamad ante todos los vivientes los bienes que os ha concedido, para bendecir y cantar su nombre. manifestad a todos los hombres las acciones de dios, dignas de honra, y no se�is remisos en confesarle. [7] bueno es mantener oculto el secreto del rey y tambi�n es bueno proclamar y

publicar las obras gloriosas de dios. practicad el bien y no tropezar�is con el mal. [8] �buena es la oraci�n con ayuno; y mejor es la limosna con justicia que la riqueza con iniquidad. mejor es hacer limosna que atesorar oro. [9] la limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. los limosneros tendr�n larga vida. [10] los pecadores e inicuos son enemigos de su propia vida. [11] �os voy a decir toda la verdad, sin ocultaros nada. ya os he manifestado que es bueno mantener oculto el secreto del rey y que tambi�n es bueno publicar las obras gloriosas de dios. [12] cuando t� y Sarra hac�ais oraci�n, era yo el que presentaba y le�a ante la gloria del se�or el memorial de vuestras peticiones. y lo mismo hac�a cuando enterrabas a los muertos. [13] cuando te levantabas de la mesa sin tardanza, dejando la comida, para esconder un cad�ver, era yo enviado para someterte a prueba. [14] tambi�n ahora me ha enviado dios para curarte a ti y a t� nuera sarra. [15] yo soy rafael, uno de los siete �ngeles que est�n siempre presentes y tienen entrada a la gloria del se�or�. [16] se turbaron ambos y cayeron sobre sus rostros, llenos de terror. [17] el les dijo: �no tem�is. la paz sea con vosotros. bendecid a dios por siempre. [18] si he estado con vosotros no ha sido por pura benevolencia m�a hacia vosotros, sino por voluntad de dios. a �l deb�is bendecir todos los d�as, a �l deb�is cantar. [19] os ha parecido que yo com�a, pero s�lo era apariencia. [20] y ahora bendecid al se�or sobre la tierra y confesad a dios. mirad, yo subo al que me ha enviado. poned por escrito todo cuanto os ha sucedido.� y se elev�. [21] ellos se levantaron pero ya no le vieron m�s. alabaron a dios y entonaron himnos, d�ndole gracias por aquella gran maravilla de hab�rseles aparecido un �ngel de dios. tobias cap.13 [1] y dijo: �bendito sea dios, que vive eternamente, y bendito sea su reinado! [2] porque �l es quien castiga y tiene compasi�n; el que hace descender hasta el m�s profundo hades de la tierra y el que hace subir de la gran perdici�n, sin que haya nada que escape de su mano. [3] confesadle, hijos de israel, ante todas las gentes, porque �l os dispers� entre ellas [4] y aqu� os ha mostrado su grandeza. exaltadle ante todos los vivientes, porque �l es nuestro dios y se�or, nuestro padre por todos los siglos. [5] os ha castigado por vuestras injusticias, mas tiene compasi�n de todos vosotros y os juntar� de nuevo de entre todas las gentes en que os ha dispersado. [6] si os volv�is a �l de todo coraz�n y con toda el alma, para obrar en verdad en su presencia, se volver� a vosotros sin esconder su faz. mirad lo que ha hecho con vosotros y confesadle en alta voz. bendecid al se�or de justicia y exaltad al rey de los siglos. yo le confieso en el pa�s del destiero, y publico su fuerza y su grandeza a gentes pecadoras. �volved, pecadores! practicad la justica en su presencia. �qui�n sabe si os amar� y os tendr� misericordia! [7] yo exalto a mi dios y mi alma se alegra en el rey del cielo. su grandeza [8] sea de todos celebrada y confi�senle todos en jerusal�n. [9] �jerusal�n, ciudad santa! dios te castig� por las obras de tus hijos, mas tendr� otra vez piedad de los hijos de los justos. [10] confiesa al se�or cumplidamente y alaba al rey de los siglos para que de nuevo levante en ti, con regocijo, su tienda, y llene en ti de gozo a todos los cautivos y muestre en ti su amor a todo miserable por todos los siglos de los siglos. [11] brillar� luz de l�mparas por todos los confines de la tierra. vendr�n a ti

de lejos pueblos numerosos, y los habitantes del conf�n del mundo, al nombre del se�or, tu dios, llevando en sus manos los obsequios para el rey del cielo. todas las generaciones dar�n en ti se�ales de alegr�a, y el nombre del elegido durar� por siempre. [12] �malditos cuantos digan palabras crueles! �malditos sean cuantos te destruyan! �cuantos derriben tus muros echen tus torres por tierra y pasen a fuego tus moradas! �mas sean benditos por siempre los que te construyan! [13] entonces exultar�s, te alegrar�s por los hijos de los justos, pues ser�n reunidos todos y bendecir�n al se�or de los siglos. [14] �dichosos los que te amen! �dichosos los que se alegren en tu paz! �dichosos cuantos hombres tuvieron tristeza en todos tus castigos, pues se alegrar�n en ti y ver�n por siempre toda tu alegr�a! [15] bendice, alma m�a, al se�or y gran rey, [16] que jerusal�n va a ser reconstruida y en la ciudad su casa para siempre. ser� feliz si alguno quedare de mi raza para ver tu gloria y confesar al rey del cielo. las puertas de jerusal�n ser�n rehechas con zafiros y esmeraldas, y de piedras preciosas sus murallas. las torres de jerusal�n ser�n alzadas con oro, y con oro puro sus defensas. [17] las plazas de jerusal�n ser�n soladas con rub� y piedra de ofir; las puertas de jerusal�n entonar�n cantos de alegr�a y todas sus casas cantar�n: �aleluya! �bendito sea el dios de israel! y los benditos bendecir�n el santo nombre por todos los siglos de los siglos. tobias cap.14 [1] aqu� acabaron las palabras de acci�n de gracias de tobit. tobit muri� en paz a la edad de 112 a�os y recibi� honrosa sepultura en n�nive. [2] ten�a 62 a�os cuando perdi� la vista; y despu�s de recuperarla, vivi� feliz, practicando la limosna, bendiciendo siempre a dios y proclamando sus grandezas. [3] cercana ya su muerte, llam� a su hijo tob�as y le recomend�: �hijo m�o, toma tus hijos [4] y vete a media, porque yo creo en la profec�a que pronunci� Dios por nah�m sobre n�nive. todo cuanto los profetas de israel, enviados por dios, anunciaron sobre asur y n�nive, todo vendr� y se realizar�. todo tendr� cumplimiento. no se rebajar� ni una sola de sus palabras. todo llegar� a su tiempo. habr� m�s seguridad en media que en asiria y babilonia, porque s� y creo que cuanto ha dicho dios se cumplir�, suceder� y no fallar� ni una de sus palabras. �todos nuestros hermanos que habitan en la tierra de israel ser�n numerados y deportados de aquella tierra venturosa. todo el pa�s de israel quedar� desierto. un desierto ser�n jerusal�n y samar�a. la casa de dios quedar� desolada y quemada durante alg�n tiempo. [5] pero dios tendr� una vez m�s compasi�n de ellos y los volver� a la tierra de israel; construir�n de nuevo la casa, aunque no como la primera, hasta que se cumplan los tiempos; entonces volver�n todos del destierro, edificar�n una jerusal�n maravillosa y construir�n en ella la casa de dios, como lo anunciaron los profetas de israel. [6] todas las naciones del universo se volver�n a dios en verdad y le temer�n; abandonar�n los �dolos que los extraviaron en la mentira de sus errores [7] y bendecir�n al dios de los siglos en justicia. todos los israelitas salvados aquellos d�as se acordar�n de dios en verdad, se reunir�n e ir�n a jerusal�n y les ser� dada la tierra de abraham, que ellos habitar�n por siempre y en seguridad. y los que aman a dios en verdad se alegrar�n. pero los que cometen pecados e injusticias desaparecer�n de toda la tierra. [8] �ahora, pues, hijos, yo os recomiendo que sirv�is a dios en verdad y hag�is lo que es agradable en su presencia. mandad a vuestros hijos que practiquen la justicia y la limosna, que se acuerden de dios y bendigan su nombre en todo tiempo, en verdad y con todas sus fuerzas. [9] �t�, hijo, sal de n�nive. no te quedes aqu�.

[10] el d�a que sepultes a tu madre junto a m�, ya ese mismo d�a, no te quedes en este territorio, porque he visto que se cometen aqu� muchas injusticias y muchos enga�os, sin rebozo. mira, hijo lo que hizo nadab con ajikar, que le hab�a criado. �no le hizo bajar vivo a la tierra? pero dios le cubri� de infamia ante su misma v�ctima. sac� a ajikar a la luz y meti� a nadab en las tinieblas eternas, por haber tramado la muerte de ajikar. por haber practicado la limosna se libr� Ajikar de la trampa mortal que le hab�a tendido nadab. fue nadab quien cay� en la trampa de muerte para su perdici�n. [11] ved, pues, hijos, a d�nde lleva la lismona y a d�nde la injusticia: a la muerte. pero me falta el aliento.� le tendieron en el lecho y expir�, y se le dio honrosa sepultura. [12] cuando muri� su madre, tob�as la sepult� al lado de su padre, y se march� con su mujer y sus hijos a media, qued�ndose a vivir en ecb�tana, junto a su suegro rag�el. [13] los rode� de atenciones en su ancianidad y los sepult� en ecb�tana de media, heredando �l la casa de rag�el y la de tobit, su padre. [14] muri�, honrado, a la edad de 117 a�os. [15] antes de morir presenci� y oy� la ruina de n�nive y vio c�mo los ninivitas eran llevados cautivos a media, cuando la deportaci�n de ciajares, rey de media. y bendijo a dios por todo cuanto hab�a hecho a los ninivitas y asirios. antes de morir pudo alegrarse por la suerte de n�nive y bendijo al se�or dios por los siglos de los siglos. am�n. iudith cap.1 [1] el a�o doce del reinado de nabucodonosor, que rein� sobre los asirios en la gran ciudad de n�nive, arfaxad, que reinaba en aquel tiempo sobre los medos, en ecb�tana, [2] rode� esta ciudad con un muro de piedras de siller�a que ten�an tres codos de anchura y seis codos de longitud, dando al muro una altura de setenta codos y una anchura de cincuenta. [3] alz� torres de cien codos junto a las puertas, siendo la anchura de sus cimientos sesenta codos. [4] las puertas se elevaban a setenta codos de altura, con una anchura de cuarenta codos, para permitir la salida de sus fuerzas y el desfile ordenado de la infanter�a. [5] por aquellos d�as, el rey nabucodonosor libr� batallas contra el rey arfaxad, en la gran llanura que est� en el territorio de rag�u. [6] se le unieron todos los habitantes de las monta�as, todos los habitantes de eufrates, del tigris y del hidaspes y los de la llanura de arioj, rey de elam. se congregaron, pues, muchos pueblos, para combatir a los hijos de jele�d. [7] envi�, adem�s, nabucodonosor, rey de asiria, mensajeros a todos los habitantes de persia, y a todos los habitantes de occidente: a los de cilicia, damasco, el l�bano y el antil�bano, y a todos los que viven en el litoral, [8] a todos los pueblos del carmelo y galaad, de la galilea superior y de la gran llanura de esdrel�n, [9] a todos los de samar�a y sus ciudades, y a los del otro lado del jord�n, hasta jerusal�n, batanea, jel�s, Cad�s, el r�o de egipto, tafnes, remeses y toda la tierra de g�sem, [10] y hasta m�s arriba de tanis y menfis, a todos los habitantes de egipto, hasta los confines de etiop�a. [11] pero los moradores de toda aquella tierra despreciaron el mensaje de nabucodonosor, rey de los asirios, y no quisieron ir con �l a la guerra, pues no le tem�an, sino que le consideraban un hombre sin apoyo. as� que despidieron a los mensajeros de vac�o y afrentados. [12] nabucodonosor experiment� una gran c�lera contra toda aquella tierra y jur� por su trono y por su reino que tomar�a venganza y pasar�a a cuchillo todo el territorio de cilicia, damasco y siria, y a todos los habitantes de moab, a los

ammonitas, a toda la judea y a todos los de egipto, hasta los confines de los dos mares. [13] el a�o diecisiete libr� batalla con su ej�rcito contra el rey arfaxad; le derrot� en el combate, poniendo en fuga a todas las fuerzas de arfaxad, a toda su caballer�a y a todos sus carros; [14] se apoder� de sus ciudades, lleg� hasta ecb�tana, ocup� sus torres, devast� sus calles y convirti� en afrenta su hermosura. [15] alcanz� a arfaxad en las monta�as de rag�u, lo atraves� con sus lanzas y le destruy� para siempre. [16] luego regres� con sus soldados y con una inmensa multitud de gente armada que se les hab�a agregado. y se qued� all� con su ej�rcito, viviendo en la molicie, durante 120 d�as. iudith cap.2 [1] el a�o dieciocho, el d�a veintid�s del primer mes, se celebr� consejo en el palacio de nabucodonosor, rey de asiria, en orden a la venganza que hab�a de tomarse a toda aquella tierra, tal como lo hab�a anunciado. [2] convoc� a todos sus ministros y a todos sus magnates y expuso ante ellos su secreto designio, decidiendo con su propia boca la total desgracia de aquella tierra. [3] y ellos sentenciaron que deb�a ser destruida toda carne que no hab�a escuchado las palabras de su boca. [4] acabado el consejo, nabucodonosor, rey de asiria, llam� a holofernes, jefe supremo del ej�rcito y segundo suyo, y le dijo: [5] �as� dice el gran rey, se�or de toda la tierra: parte de junto a m�. toma contigo hombres de valor probado, unos 120.000 infantes y una gran cantidad de caballos, con 12.000 jinetes; [6] marcha contra toda la tierra de occidente, pues no escucharon las palabras de mi boca. [7] ord�nales que pongan a tu disposici�n tierra y agua, porque partir� airado contra ellos y cubrir� toda la superficie de la tierra con los pies de mis soldados, a los que entregar� el pa�s como bot�n. [8] sus heridos llenar�n sus barrancos; sus r�os y torrentes, repletos todos de cad�veres, se desbordar�n; [9] y los deportar� hasta los confines de la tierra. [10] parte, pues, y comienza por apoderarte de su territorio. si se rinden a ti, res�rvamelos para el d�a de su verg�enza. [11] pero que no perdone tu ojo a los rebeldes. entr�galos a la muerte y al saqueo en todo el pa�s conquistado. [12] porque, por mi vida y por el poder�o de mi reino, como lo he dicho, lo cumplir� por mi propia mano. [13] por tu parte, no traspases ni una sola de las �rdenes de tu se�or; las cumplir�s estrictamente, sin tardanza, tal como te lo he mandado.� [14] en saliendo holofernes de la presencia de su se�or, convoc� a todos los pr�ncipes, jefes y capitanes del ej�rcito asirio, [15] y eligi� a los hombres m�s selectos para la guerra, como lo hab�a ordenado su se�or: unos 120.000 hombres, m�s 12.000 arqueros a caballo, [16] y los puso en orden de combate, como se ordena una multitud para la batalla. [17] tom� una gran cantidad de camellos, asnos y mulas para el bagage e incontable n�mero de ovejas, bueyes y cabras para el avituallamiento; [18] provisiones abundantes para cada hombre y much�simo oro y plata de la casa real. [19] se puso luego holofernes en camino con todo su ej�rcito para preceder al rey nabucodonosor y para cubrir toda la superficie de la tierra de occidente con sus carros, sus caballos y sus mejores infantes. [20] se les agreg� una multitud tan numerosa como la langosta y como la arena de la tierra, que les segu�a en tan gran n�mero que no se pod�a calcular.

[21] se alejaron de n�nive tres jornadas de camino hasta la llanura de bektilez, y acamparon junto a bektilez, cerca del monte que est� a la izquierda de la cilicia superior. [22] tom� todo su ej�rcito, infantes, jinetes y carros, y parti� de all� hacia la monta�a. [23] desbarat� a put y lud, devast� a todos los hijos de rassis y a los hijos de ismael que est�n al borde del desierto, al sur de jele�n, [24] atraves� el eufrates, recorri� Mesopotamia, arras� todas las ciudades altas que dominan el torrente abron� y lleg� hasta el mar. [25] se apoder� del territorio de cilicia y, derrotando a cuantos se le opon�an, alcanz� la frontera de jafet por el sur, frente a arabia. [26] cerc� a todos los madianitas, incendi� sus tiendas y saque� sus aduares; [27] descendi� hacia la llanura de damasco, al tiempo de la siega del trigo, incendi� todos sus cultivos, extermin� sus reba�os de ovejas y bueyes, saque� sus ciudades, devast� sus campos y pas� a cuchillo a todos sus j�venes. [28] temor y espanto de �l cay� sobre todos los habitantes del litoral. los de sid�n y tiro, los habitantes de sur y okina, los de yamnia, azoto y ascal�n temblaron ante �l. iudith cap.3 [1] entonces le enviaron mensajeros para decirle en son de paz: [2] �nosotros, siervos del gran rey nabucodonosor, nos postramos ante ti. tr�tanos como mejor te parezca. [3] nuestras granjas y todo nuestro territorio, nuestros campos de trigo, los reba�os de ovejas y bueyes, todas las majadas de nuestros campamentos, est�n a tu disposici�n. haz con ellos lo que quieras. [4] tambi�n nuestras ciudades y los que las habitan son siervos tuyos. ven, dir�gete a ellas y haz lo que te parezca bien.� [5] los enviados se presentaron ante holofernes y le comunicaron estas palabras. [6] entonces �l baj� con todo su ej�rcito al litoral, puso guarniciones en las ciudades altas, y les tom� los mejores hombres en calidad de tropas auxiliares. [7] los habitantes de las ciudades y todos los de los contornos salieron a recibirle con coronas y danzando al son de tambores. [8] el saque� sus santuarios y tal� sus bosques sagrados, pues hab�a recibido la orden de destruir todas las divinidades del pa�s para que todas las gentes adorasen �nicamente a nabucodonosor y todas las lenguas y todas las tribus le proclamasen dios. [9] lleg� despu�s frente a esdrel�n, junto a dot�n, que est� ante la gran sierra monta�osa de judea, [10] acamparon entre gueba y escit�polis y se detuvo all� un mes, haciendo acopio de provisiones para su ej�rcito. iudith cap.4 [1] los israelitas que habitaban en judea oyeron todo cuanto holofernes, jefe supremo del ej�rcito de nabucodonosor, rey de asiria, hab�a hecho con todas las naciones: c�mo hab�a saqueado sus templos y los hab�a destruido, [2] y tuvieron gran miedo ante �l, temblando por la suerte de jerusal�n y por el templo del se�or su dios, [3] pues hac�a poco que hab�an vuelto del destierro y apenas si acababa de reunirse el pueblo de judea y de ser consagrados el mobiliario, el altar y el templo profanados. [4] pusieron, pues, sobre aviso a toda la regi�n de samar�a, a kon�, bet jor�n, belm�in, jeric�, y tambi�n joba, esor� y el valle de salem, [5] y ocuparon con tiempo todas las alturas de las monta�as m�s elevadas, fortificaron los poblados que hab�a en ellas e hicieron provisiones con vistas a la guerra, pues ten�an reciente la cosecha de los campos.

[6] el sumo sacerdote yoyaquim, que estaba entonces en jerusal�n, escribi� a los habitantes de betulia y betomest�in, que est� frente a esdrel�n, a la entrada de la llanura cercana a dot�n, [7] orden�ndoles que tomaran posiciones en las subidas de la monta�a que dan acceso a judea, pues era f�cil detener all� a los atacantes por la angostura del paso que s�lo permite avanzar dos hombres de frente. [8] los israelitas cumplieron la orden del sumo sacerdote yoyaquim y del consejo de ancianos de todo el pueblo de israel que se encontraba en jerusal�n. [9] todos los hombres de israel clamaron a dios con gran fervor, y con gran fervor se humillaron; [10] y ellos, sus mujeres, sus hijos y sus ganados, los forasteros residentes, los jornaleros y los esclavos, se ci�eron de sayal. [11] todos los hombres, mujeres y ni�os de israel que habitaban en jerusal�n se postraron ante el templo, cubrieron de ceniza sus cabezas y extendieron las manos ante el se�or. [12] cubrieron el altar de saco y clamaron insistentemente, todos a una, al dios de israel, para que no entregase sus hijos al saqueo, sus mujeres al pillaje, las ciudades de su herencia a la destrucci�n y las cosas santas a la profanaci�n y al ludibrio, para mofa de los gentiles. [13] el se�or oy� su voz y vio su angustia. el pueblo ayun� largos d�as en toda judea y en jerusal�n, ante el santuario del se�or omnipotente. [14] el sumo sacerdote yoyaquim y todos los que estaban delante del se�or, sacerdotes y ministros del se�or, ce�idos de sayal, ofrec�an el holocausto perpetuo, las oraciones y las ofrendas voluntarias del pueblo, [15] y con la tiara cubierta de ceniza clamaban al se�or con todas sus fuerzas para que velara benignamente por toda la casa de israel. iudith cap.5 [1] se dio aviso a holofernes, jefe supremo del ej�rcito asirio, de que los israelitas se hab�an preparado para la guerra, que hab�an cerrado los pasos de las monta�as, fortificado todas las alturas de los montes elevados y puesto obst�culos en las llanuras. [2] esto le irrit� sobremanera, y mand� llamar a todos los jefes de moab, a los generales de amm�n y a todos los s�trapas del litoral, [3] les dijo: �hijos de cana�n, hacedme saber qui�n es este pueblo establecido en la monta�a, qu� ciudades habita, cu�l es la importancia de su ej�rcito y en qu� estriba su poder y su fuerza, qu� rey est� a su frente y manda a sus soldados, [4] y por qu�, a diferencia de todos los dem�s pueblos de occidente, han desde�ado salir a recibirme.� [5] entonces ajior, general de todos los ammonitas, le dijo: �escuche mi se�or las palabras de la boca de tu siervo y te dir� la verdad sobre este pueblo que habita esta monta�a junto a la que te encuentras. no saldr� mentira de la boca de tu siervo. [6] este pueblo desciende de los caldeos. [7] al principio se fueron a residir a mesopotamia, porque no quisieron seguir a los dioses de sus padres, que viv�an en caldea. [8] se apartaron del camino de sus padres y adoraron al dios del cielo, al dios que hab�an reconocido. por eso les arrojaron de la presencia de sus dioses y ellos se refugiaron en mesopotamia, donde residieron por mucho tiempo. [9] su dios les orden� salir de su casa y marchar a la tierra de cana�n; se establecieron en ella y fueron colmados de oro, de plata y de gran cantidad de ganado. [10] bajaron despu�s a egipto, porque el hambre se extendi� sobre la superficie de la tierra de cana�n, y permanecieron all� mientras tuvieron alimentos. all� se hicieron muy numerosos, de modo que no se pod�a contar a los de su raza. [11] pero el rey de egipto se alz� contra ellos y los enga�� con el trabajo de los ladrillos, los humill� y los redujo a esclavitud.

[12] clamaron a su dios, que castig� la tierra de egipto con plagas incurables. los egipcios, entonces, los arrojaron lejos de s�. [13] dios sec� a su paso el mar rojo, [14] y los condujo por el camino del sina� y cad�s barnea. arrojaron a todos los moradores del desierto, [15] se establecieron en el pa�s de los amorreos y aniquilaron por la fuerza a todos los jesbonitas. pasaron el jord�n y se apoderaron de toda la monta�a, [16] expulsaron ante ellos al cananeo, al perizita, al jebuseo, a los siquemitas y a todos los guirgasitas, y habitaron all� por mucho tiempo. [17] mientras no pecaron contra su dios vivieron en prosperidad, porque est� en medio de ellos un dios que odia la iniquidad. [18] pero cuando se apartaron del camino que les hab�a impuesto, fueron duramente aniquilados por m�ltiples guerras, y deportados a tierra extra�a; el templo de su dios fue arrasado y sus ciudades cayeron en poder de sus adversarios. [19] pero ahora, habi�ndose convertido a su dios, han vuelto de los diversos lugares en que hab�an sido dispersados, han tomado posesi�n de jerusal�n, donde se encuentra su santuario, y se han estabecido en la monta�a que hab�a quedado desierta. [20] as� pues, due�o y se�or, si hay alg�n extrav�o en este pueblo, si han pecado contra su dios, y vemos que hay en ellos alguna causa de ruina, subamos y ataqu�moslos. [21] pero si no hay iniquidad en esa gente, que mi se�or se detenga, no sea que su dios y se�or les proteja con su escudo y nos hagamos nosotros la irrisi�n de toda la tierra.� [22] en acabando de decir ajior todas estas palabras, se alz� un murmullo entre toda la gente que estaba en torno de la tienda, y los magnates de holofernes y los habitantes de la costa y de moab hablaron de despedazarle. [23] ��no tememos a los israelitas! no son gente que tenga fuerza ni vigor para un encuentro violento. [24] �subamos y ser�n un bocado para todo tu ej�rcito, se�or, holofernes!� iudith cap.6 [1] calmado el tumulto provocado por los hombres que estaban en torno al consejo. holofernes, jefe supremo del ej�rcito de asiria, dijo a ajior delante de todos los pueblos extranjeros y de los moabitas: [2] ��qui�n eres t�, Ajior, y qui�nes los mercenarios de amm�n, que te permites hoy lanzar profec�as entre nosotros y nos aconsejas que no luchemos contra esta ralea de israel, porque su dios los cubrir� con su escudo? �qu� otro dios hay fuera de nabucodonosor? este enviar� su fuerza y los aniquilar� de sobre la faz de la tierra, sin que su dios pueda librarlos. [3] nosotros, sus siervos, los batiremos como si fueran s�lo un hombre, [4] y no podr�n resistir el empuje de nuestros caballos. los pasaremos a fuego sin distinci�n. sus montes se embriagar�n de su sangre y sus llanuras se colmar�n con sus cad�veres. no podr�n mantenerse a pie firme ante nosotros y ser�n totalmente destruidos, dice el rey nabucodonosor, se�or de toda la tierra. porque lo ha dicho y no quedar�n sin cumplimiento sus palabras. [5] cuanto a ti, ajior, mercenario ammonita, que has dicho estas palabras el d�a de tu iniquidad, a partir de ahora no ver�s ya mi rostro hasta el d�a en que tome venganza de esa ralea venida de egipto. [6] entonces, el hierro de mis soldados y la lanza de mis servidores te atravesar� los costados y caer�s junto a sus heridos, cuando yo me revuelva contra ellos. [7] mis servidores te van a llevar a la monta�a y te van a dejar en una de las ciudades que est�n en las subidas. [8] no perecer�s sino cuando seas aniquilado justo con ellos. [9] y no muestres un rostro tan abatido ya que en tu coraz�n esperas que no ser�n conquistados. as� lo digo y no dejar� de cumplirse ni una sola de mis palabras.�

[10] holofernes orden� a los servidores que estaban al servicio de su tienda que tomasen a ajior, lo llevasen a betulia y lo entregasen en manos de los israelitas. [11] los servidores le agarraron y le condujeron fuera del campamento, a la llanura; y de la llanura abierta pasaron a la regi�n monta�osa, alcanzando las fuentes que hab�a al pie de betulia. [12] cuando los hombres de la ciudad los divisaron desde la cumbre del monte, corrieron a las armas y salieron fuera de la ciudad, a la cumbre del monte, mientras los honderos dominaban la subida y disparaban sus piedras contra ellos. [13] entonces los asirios se deslizaron al pie del monte, ataron a ajior, lo dejaron tendido en la falda y se volvieron donde su se�or. [14] los israelitas bajaron de su ciudad, se acercaron y desat�ndole le llevaron a betulia y le presentaron a los jefes de la ciudad, [15] que en aquel tiempo eran oz�as, hijo de miqueas, de la tribu de sime�n, jabr�s, hijo de gotoniel, y jarm�s, hijo de melkiel. [16] estos mandaron convocar a todos los ancianos de la ciudad. se unieron tambi�n a la asamblea todos lo j�venes y las mujeres; pusieron a ajior en medio de todo el pueblo y oz�as le interrog� acerca de los sucedido. [17] ajior respondi� narr�ndoles las deliberaciones habidas en el consejo de holofernes, todas las cosas que �l mismo hab�a dicho delante de todos los jefes de los asirios y las bravatas que holofernes hab�a proferido contra la casa de israel. [18] entonces el pueblo se postr�, ador� a dios y clam�: [19] �se�or, dios del cielo, mira su soberbia, compad�cete de la humillaci�n de nuestra raza y mira con piedad el rostro de los que te est�n consagrados�. [20] despu�s dieron �nimos a ajior y le felicitaron calurosamente, [21] y a la salida de la asamblea, oz�as le condujo a su propia casa y ofreci� un banquete a los ancianos. y estuvieron invocando la ayuda del dios de israel durante toda la noche. iudith cap.7 [1] al d�a siguiente orden� Holofernes a todo su ej�rcito y a todos los pueblos que iban como tropas auxiliares mover el campo contra betulia, ocupar los accesos de la monta�a y comenzar las hostilidades contra los israelitas. [2] el mismo d�a levantaron el campo todos los hombres de su ej�rcito; el n�mero de sus guerreros era de 120.000 infantes y 12.000 jinetes, sin contar los encargados del bagaje y la gran cantidad de hombres que iban a pie con ellos. [3] acamparon en el valle que hay cerca de betulia, junto a la fuente, y se desplegaron en profundidad desde dot�n hasta belb�in, y en longitud desde betulia hasta kiam�n, que est� frente a esdrel�n. [4] cuando los israelitas vieron su muchedumbre, quedaron sobrecogidos y se dijeron unos a otros: �estos ahora van a arrasar toda la tierra y ni los montes m�s altos ni los barrancos ni las colinas podr�n soportar su peso.� [5] tom� cada cual su equipo de guerra, encendieron hogueras en las torres y permanecieron sobre las armas toda aquella noche. [6] al segundo d�a, holofernes hizo desfilar toda su caballer�a ante los israelitas que hab�a en betulia. [7] inspeccion� todas las subidas de la ciudad, reconoci� las fuentes y las ocup�, dejando en ellas guarniciones de soldados; y �l se volvi� donde su ej�rcito. [8] se acercaron entonces a �l los pr�ncipes de los hijos de esa�, todos los jefes de los moabitas y los generales del litoral, y le dijeron: [9] �que nuestro se�or escuche una palabra y no habr� ni un solo herido en tu ej�rcito. [10] este pueblo de los israelitas no conf�a tanto en sus lanzas como en las alturas de los montes en que habitan. de hecho no es f�cil escalar la cumbre de estos montes. [11] �por eso, se�or, no pelees contra ellos en el orden de batalla acostumbrado,

para que no caiga ni un solo hombre de los tuyos. [12] qu�date en el campamento y conserva todos los hombres de tu ej�rcito. que tus siervos se apoderen de la fuente que brota en la falda de la monta�a, [13] porque de ella se abastecen todos los habitantes de betulia. la sed los destruir� y tendr�n que entregarte la ciudad. nosotros y nuestro pueblo ocuparemos las alturas de los montes cercanos y acamparemos en ellas, vigilando para que no salga de la ciudad ni un solo hombre. [14] ellos, sus mujeres y sus hijos, ser�n consumidos por el hambre y, aun antes de que la espada les alcance, caer�n tendidos por las plazas de su ciudad. [15] entonces les impondr�s un duro castigo por haberse rebelado y no haber salido a tu encuentro en son de paz.� [16] parecieron bien estos consejos a holofernes y a todos sus oficiales, y orden� que se ejecutara lo que propon�an. [17] se puso en marcha el ej�rcito moabita, reforzado por 5.000 asirios, acamparon en el valle y se apoderaron de los dep�sitos de agua y de las fuentes de los israelitas. [18] los edomitas y ammonitas, por su parte, acamparon en el monte, frente a dot�n, y enviaron destacamentos hacia el sur y el este, frente a egrebel, que est� al lado de jus, sobre el torrente mojmur. el resto del ej�rcito asirio qued� acampado en la llanura y cubr�a toda la superficie del suelo. sus tiendas y bagajes formaban un campamento inmenso, porque eran una enorme muchedumbre. [19] clamaron los israelitas al se�or su dios, pues su �nimo empezaba a flaquear, viendo que el enemigo les hab�a cercado y cortado toda retirada. [20] 34 d�as estuvieron cercados por todo el ej�rcito asirio, infantes, carros y jinetes. a todos las habitantes de betulia se les acabaron las reservas de agua; [21] las cisternas se agotaron; ni un solo d�a pod�an beber a satisfacci�n, porque se les daba el agua racionada. [22] los ni�os aparec�an abatidos, las mujeres y los adolescentes desfallec�an de sed y ca�an en las plazas y a las salidas de las puertas de la ciudad, faltos de fuerzas. [23] todo el pueblo, los adolescentes, las mujeres y los ni�os, se reunieron en torno a oz�as y a los jefes de la ciudad y clamaron a grandes voces, diciendo delante de los ancianos: [24] �juzgue dios entre nosotros y vosotros, pues hab�is cometido una gran injusticia contra nosotros, por no haber hecho tentativas de paz con los asirios. [25] y ahora no hay nadie que pueda valernos. dios nos ha vendido en sus manos, para sucumbir ante ellos de sed y destrucci�n total. [26] llamadles ahora mismo y entregad toda la ciudad al saqueo de la gente de holofernes y de todo su ej�rcito. [27] mejor nos es convertirnos en bot�n suyo. seremos sus esclavos, pero salvaremos la vida y no tendremos que ver c�mo, a nuestros ojos, se mueren nuestros ni�os y expiran nuestras mujeres y nuestros hijos. [28] os conjuramos por el cielo y por la tierra, y por nuestro dios, se�or de nuestros padres, que nos ha castigado por nuestros pecados, y por los pecados de nuestros padres, que cumpl�is ahora mismo nuestros deseos.� [29] y toda la asamblea, a una, prorrumpi� en gran llanto y clamaron, a grandes voces, al se�or dios. [30] oz�as les dijo: �tened confianza, hermanos; resistamos a�n cinco d�as, y en este tiempo el se�or dios nuestro volver� su compasi�n hacia nosotros, porque no nos ha de abandonar por siempre. [31] pero si pasan estos d�as sin recibir ayuda cumplir� vuestros deseos.� [32] y despidi� a la gente, cada cual a su puesto. los hombres fueron a las murallas y torres de la ciudad, y a las mujeres y ni�os los enviaron a casa. hab�a en la ciudad un gran abatimiento. iudith cap.8 [1] se enter� entonces de ello judit, hija de merar�, hijo de ox, hijo de jos�,

hijo de oziel, hijo de elc�as, hijo de anan�as, hijo de gede�n, hijo de rafa�n, hijo de ajitob, hijo de el�as, hijo de jilqu�as, hijo de eliab, hijo de natanael, hijo de salamiel, hijo de sarasaday, hijo de israel. [2] su marido manas�s, de la misma tribu y familia que ella, hab�a muerto en la �poca de la recolecci�n de la cebada. [3] estaba, en efecto, en el campo, vigilando a los que ataban las gavillas, y le dio una insolaci�n a la cabeza, cay� en cama y vino a morir en su ciudad de betulia. fue sepultado junto a sus padres, en el campo que hay entre dot�n y balam�n. [4] judit llevaba ya tres a�os y cuatro meses viuda, viviendo en su casa. [5] se hab�a hecho construir un aposento sobre el terrado de la casa, se hab�a ce�ido de sayal y se vest�a vestidos de viuda; ayunaba [6] durante toda su viudez, a excepci�n de los s�bados y las vigilias de los s�bados, los novilunios y sus vigilias, las solemnidades y los d�as de regocijo de la casa de israel. [7] era muy bella y muy bien parecida. su marido manas�s le hab�a dejado oro y plata, siervos y siervas, ganados y campos, quedando ella como due�a, [8] y no hab�a nadie que pudiera decir de ella una palabra maliciosa, porque ten�a un gran temor de dios. [9] oy�, pues, judit las amargas palabras que el pueblo hab�a dicho contra el jefe de la ciudad, pues hab�an perdido el �nimo ante la escasez de agua. supo tambi�n todo cuanto oz�as les hab�a respondido y c�mo les hab�a jurado que entregar�a la ciudad a los asirios al cabo de cinco d�as. [10] entonces, mand� llamar a jabr�s y jarm�s, ancianos de la ciudad, por medio de la sierva que ten�a al frente de su hacienda. [11] vinieron y ella les dijo: �escuchadme, jefes de los moradores de betulia. no est�n bien las palabras que hab�is pronunciado hoy delante del pueblo, cuando hab�is interpuesto entre dios y vosotros un juramento, asegurando que entregar�ais la ciudad a nuestros enemigos si en el plazo convenido no os enviaba socorro el se�or. [12] �qui�nes sois vosotros para permitiros hoy poner a dios a prueba y suplantar a dios entre los hombres? [13] �as� tent�is al se�or onmipotente, vosotros que nunca llegar�is a comprender nada! [14] nunca llegar�is a sondear el fondo del coraz�n humano, ni podr�is apoderaros de los pensamientos de su inteligencia, pues �c�mo vais a escrutar a dios que hizo todas las cosas, conocer su inteligencia y comprender sus pensamientos? no, hermanos, no provoqu�is la c�lera del se�or, dios nuestro. [15] si no quiere socorrernos en el plazo de cinco d�as, tiene poder para protegernos en cualquier otro momento, como lo tiene para aniquilarnos en presencia de nuestros enemigos. [16] pero vosotros no exij�is garant�as a los designios del se�or nuestro dios, porque dios no se somete a las amenazas, como un hombre, ni se le marca, como a un hijo de hombre, una l�nea de conducta. [17] pid�mosle m�s bien que nos socorra, mientras esperamos confiadamente que nos salve. y �l escuchar� nuestra s�plica, si le place hacerlo. [18] �verdad es que no hay en nuestro tiempo ni en nuestros d�as tribu, familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses hechos por mano de hombre, como sucedi� en otros tiempos, [19] en castigo de lo cual fueron nuestros padres entregados a la espada y al saqueo, y sucumbieron desastradamente ante sus enemigos. [20] pero nosotros no conocemos otro dios que �l, y en esto estriba nuestra esperanza de que no nos mirar� con desd�n ni a nosotros ni a ninguno de nuestra raza. [21] �porque si de hecho se apoderan de nosotros, caer� todo judea; nuestro santuario ser� saqueado y nosotros tendremos que responder de esta profanaci�n con nuestra propia sangre. [22] la muerte de nuestros hermanos, la deportaci�n de esta tierra y la

devastaci�n de nuestra heredad, caer� sobre nuestras cabezas, en medio de las naciones en que estemos como esclavos y seremos para nuestros amos escarnio y mofa, [23] ya que nuestra esclavitud no concluir�a en benevolencia, sino que el se�or nuestro dios la convertir�a en deshonra. [24] ahora, pues, hermanos, mostremos a nuestros hermanos que su vida depende de nosotros y que sobre nosotros se apoyan las cosas sagradas, el templo y el altar. [25] �por todo esto, debemos dar gracias al se�or nuestro dios que ha querido probarnos como a nuestros padres. [26] recordad lo que hizo con abraham, las pruebas por que hizo pasar a isaac, lo que aconteci� a jacob en mesopotamia de siria, cuando pastoreaba los reba�os de lab�n, el hermano de su madre. [27] como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, as� el se�or nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a �l, no para castigarnos, sino para amonestarnos.� [28] oz�as respondi�: �en todo cuanto has dicho, has hablado con recto juicio y nadie podr� oponerse a tus razones, [29] ya que no has empezado hoy a dar muestras de tu sabidur�a, sino que de antiguo conoce todo el pueblo tu inteligencia y la bondad de los pensamientos que forma tu coraz�n. [30] pero el pueblo padec�a gran sed y nos obligaron a pronunciar aquellas palabras, y a comprometernos con un juramento que no podemos violar. [31] ahora, pues, t� que eres una mujer piadosa, pide por nosotros al se�or que env�e lluvia para llenar nuestras cisternas, y as� no nos veamos acabados.� [32] respondi� Judit: �escuchadme. voy a hacer algo que se transmitir� de generaci�n en generaci�n entre los hijos de nuestra raza. [33] estad esta noche a la puerta de la ciudad. yo saldr� con mi sierva y antes del plazo que os hab�is fijado para entregar la ciudad a nuestros enemigos, visitar� el se�or a israel por mi mano. [34] no intent�is averiguar lo que quiero hacer, pues no lo dir� hasta no haberlo cumplido.� [35] oz�as y los jefes le dijeron: �vete en paz y que el se�or dios te preceda para tomar venganza de nuestros enemigos.� [36] y dejando el aposento, regresaron a sus puestos. iudith cap.9 [1] cay� Judit, rostro en tierra, ech� ceniza sobre su cabeza, dej� ver el sayal que ten�a puesto y, a la misma hora en que se ofrec�a en jerusal�n, en la casa de dios, el incienso de aquella tarde, clam� al se�or en alta voz diciendo: [2] se�or, dios de mi padre sime�n, a quien diste una espada para vengarse de extranjeros que hab�an soltado el ce�idor de una virgen para mancha, que desnudaron sus caderas para verg�enza y profanaron su seno para deshonor; pues t� dijiste: �eso no se hace�, y ellos lo hicieron. [3] por eso entregaste sus jefes a la muerte y su lecho, rojo de verg�enza por su enga�o, lo dejaste enga�ado hasta la sangre. castigaste a los esclavos con los pr�ncipes, a los pr�ncipes con los siervos. [4] entregaste al saqueo a sus mujeres, sus hijas al destierro, todos sus despojos en reparto para tus hijos amados, que se hab�an encendido de tu celo, y tuvieron horror a la mancha hecha a su sangre y te llamaron en su ayuda. �oh dios, mi dios, escucha a esta viuda! [5] t� que hiciste las cosas pasadas, las de ahora y las venideras, que has pensado el presente y el futuro; y s�lo sucede lo que t� dispones, [6] y tus designios se presentan y te dicen: �aqu� estamos!� pues todos tus caminos est�n preparados y tus juicios de antemano previstos. [7] mira, pues, a los asirios que juntan muchas fuerzas, orgullosos de sus caballos y jinetes, engre�dos por la fuerza de sus infantes, fiados en sus escudos y en sus lanzas, en sus arcos y en sus hondas, y no han reconocido que t� eres el

se�or, quebrantador de guerras. [8] tu nombre es ��se�or!� �quebranta su poder con tu fuerza! �abate su poder�o con tu c�lera!, pues planean profanar tu santuario, manchar la tienda en que reposa la gloria de tu nombre, y derribar con fuerza el cuerno de tu altar. [9] mira su altivez, y suelta tu ira sobre sus cabezas; da a mi mano de viuda fuerza para lo que he proyectado. [10] hiere al esclavo con el jefe, y al jefe con su siervo, por la astucia de mis labios. abate su soberbia por mano de mujer. [11] no est� en el n�mero tu fuerza, ni tu poder en los valientes, sino que eres el dios de los humildes, el defensor de los peque�os, apoyo de los d�biles, refugio de los desvalidos, salvador de los desesperados. [12] �s�, s�! dios de mi padre y dios de la herencia de israel, se�or de los cielos y la tierra, creador de las aguas, rey de toda tu creaci�n, �escucha mi plegaria! [13] dame una palabra seductora para herir y matar a los que traman duras decisiones contra tu alianza, contra tu santa casa y contra el monte si�n y la casa propiedad de tus hijos. [14] haz conocer a toda naci�n y toda tribu que t� eres yahveh, dios de todo poder y toda fuerza, y que no hay otro protector fuera de ti para la estirpe de israel. iudith cap.10 [1] acabada su plegaria al dios de israel, y dichas todas estas palabras, [2] se levant� Judit del suelo, llam� a su sierva y bajando a la casa donde pasaba los s�bados y solemnidades, [3] se quit� el sayal que vest�a, se desnud� de sus vestidos de viudez, se ba�o toda, se ungi� con perfumes exquisitos, se compuso la cabellera poni�ndose una cinta, y se visti� los vestidos que vest�a cuando era feliz, en vida de su marido manas�s. [4] se calz� las sandalias, se puso los collares, brazeletes y anillos, sus pendientes y todas sus joyas, y realz� su hermosura cuanto pudo, con �nimo de seducir los ojos de todos los hombres que la viesen. [5] luego dio a su sierva un odre de vino y un c�ntaro de aceite, llen� una alforja con harina de cebada, tortas de higos y panes puros, empaquet� las provisiones y se lo entreg� igualmente a su sierva. [6] luego se dirigieron a la puerta de la ciudad, de betulia, donde se encontraron con oz�as y con jabr�s y jarm�s, ancianos de la ciudad. [7] cuando vieron a judit con el rostro transformado y mudada de vestidos, se quedaron maravillados de su extremada hermosura y le dijeron: [8] ��que el dios de nuestros padres te haga alcanzar favor y d� cumplimiento a tus designios, para gloria de los hijos de israel y exaltaci�n de jerusal�n!� [9] ella ador� a dios y les dijo: �mandad que me abran la puerta de la ciudad para que vaya a poner por obra los deseos de que me hab�is hablado.� ellos mandaron a los j�venes que le abrieran, tal como lo ped�a. [10] as� lo hicieron ellos, y sali� Judit con su sierva. los hombres de la ciudad la siguieron con la mirada mientras descend�a por la ladera, hasta que lleg� al valle; y all� la perdieron de vista. [11] avanzaron ellas a derecho por el valle, hasta que le sali� al encuentro una avanzada de los asirios, [12] que la detuvieron y preguntaron: ��qui�n eres? �de d�nde vienes? �a d�nde vas?� ella respondi�: �hija de hebreos soy y huyo de ellos, porque est�n a punto de ser devorados por vosotros. [13] vengo a presentarme ante holofernes, jefe de vuestro ej�rcito, para hablarle con sinceridad y mostrarle un camino por el que pueda pasar para adue�arse de toda la monta�a, sin que perezca ninguno de sus hombres y sin que se pierda una sola vida�. [14] oy�ndola hablar aquellos hombres, y viendo la admirable hermosura de su

rostro, le dijeron: [15] �has salvado tu vida con tu decisi�n de bajar a presentarte ante nuestro se�or. dir�gete a su tienda, que algunos de los nuestros te acompa�ar�n hasta ponerte en sus manos. [16] cuando est�s en su presencia, no tengas miedo; an�nciale tus prop�sitos y �l se portar� bien contigo.� [17] y eligieron entre ellos cien hombres que le dieran escolta a ella y a su sierva y las llevaran hasta la tienda de holofernes. [18] habi�ndose corrido por todas las tiendas la noticia de su llegada, concurri� la gente del campamento, que hicieron corro en torno a ella, mientras esperaba, fuera de la tienda, que la anunciasen a holofernes. [19] se quedaban admirados de su belleza y, por ella, admiraban a los israelitas, dici�ndose unos a otros: ��qui�n puede menospreciar a un pueblo que tiene mujeres como �sta? �ser�a un error dejar con vida a uno solo de ellos, porque los que quedaran, ser�an capaces de enga�ar a toda la tierra!� [20] salieron, pues, los de la escolta personal de holofernes y todos sus servidores y la introdujeron en la tienda. [21] estaba holofernes descansando en su lecho, bajo colgaduras de oro y p�rpura recamadas de esmeraldas y piedras preciosas. [22] se la anunciaron y �l sali� hasta la entrada de la tienda, precedido de l�mparas de plata. [23] cuando judit lleg� ante holofernes y sus ministros, todos se maravillaron de la hermosura de su rostro. cay� ella rostro en tierra y se postr� ante �l, pero los siervos la levantaron. iudith cap.11 [1] holofernes le dijo: �ten confianza, mujer, no tengas miedo, porque yo ning�n mal hago a quien se decide a servir a nabucodonosor, rey de toda la tierra. [2] tampoco contra tu pueblo de la monta�a habr�a alzado yo mi lanza, si ellos no me hubieran despreciado; pero ellos mismos lo han querido. [3] dime ahora por qu� raz�n huyes de ellos y te pasas a nosotros. desde luego, al venir aqu� te has salvado. ten confianza; vivir�s esta noche y las restantes. [4] nadie te har� ning�n mal; ser�s bien tratada, como se hace con los siervos de mi se�or, el rey nabucodonosor.� [5] respondi� Judit: �acoge las palabras de tu sierva, y que tu sierva pueda hablar en tu presencia. ninguna falsedad dir� esta noche a mi se�or. [6] si te dignas seguir los consejos de tu sierva, dios actuar� contigo hasta el fin y mi se�or no fracasar� en sus proyectos. [7] �viva nabucodonosor, rey de toda la tierra y viva su poder que te ha enviado para poner en el recto camino a todo viviente!; porque gracias a ti no le sirven tan s�lo los hombres, sino que, por medio de tu fuerza, hasta las fieras salvajes, los ganados y las aves del cielo viven para nabucodonosor y para toda su casa. [8] �nosotros, en efecto, hemos o�do hablar de tu sabidur�a y de la prudencia de tu esp�ritu, y se dice por toda la tierra que t� eres el mejor en todo el reino, de profundos conocimientos y admirable como estratega. [9] por lo que se refiere al discurso que ajior pronunci� en tu consejo, nosotros hemos o�do sus mismas palabras, pues los hombres de betulia le han salvado y �l les refiri� todo lo que te dijo. [10] acerca de esto, due�o y se�or, no desestimes sus palabras; tenlas bien presentes, porque responden a la verdad. pues muestra raza no recibe castigo ni la espada tiene poder sobre ellos, si no han pecado contra su dios. [11] pero precisamente para que mi se�or no se vea rechazado y con las manos vac�as, la muerte va a caer sobre sus cabezas. han ca�do en un pecado con el que provocan la c�lera de su dios cada vez que cometen tal desorden. [12] en vista de que se les acaban los v�veres y escasea el agua, han deliberado echar mano de sus ganados y est�n ya decididos a consumir todo aquello que su dios, por sus leyes, les ha prohibido comer.

[13] han decidido, igualmente, consumir las primicias del trigo y el diezmo del vino y del aceite que hab�an reservado, porque est�n consagrados a los sacerdotes que est�n en la presencia de nuestro dios, en jerusal�n, y que ning�n laico puede ni tan siquiera tocar con la mano. [14] han enviado mensajeros a jerusal�n (cuyos habitantes hacen estas mismas cosas) para recabar del consejo de ancianos los permisos. [15] y en cuanto les sea concedido y lo realicen, en ese mismo momento te ser�n entregados para su destrucci�n. [16] cuando yo, tu esclava, supe todo esto, hu� de ellos. mi dios me ha enviado para que yo haga contigo cosas de que se pasmar� toda la tierra y todos cuantos las oigan. [17] porque tu esclava es piadosa y sirve noche y d�a al dios del cielo. ahora, mi se�or, quisiera quedarme a tu lado. tu sierva saldr�a por las noches hacia el barranco, para suplicar a mi dios y el me dir� cu�ndo han cometido su pecado. [18] yo vendr� a comunic�rtelo y entonces t� saldr�s con todo tu ej�rcito y ninguno de ellos podr� resistirte. [19] yo te guiar� por medio de judea hasta llegar a jerusal�n y har� que te asientes en medio de ella. t� los llevar�s como reba�o sin pastor, y ni un perro ladrar� contra ti. he tenido el presentimiento de todo esto; me ha sido anunciado y he sido enviada para comunic�rtelo.� [20] agradaron estas palabras a holofernes y a todos sus servidores, que estaban admirados de su sabidur�a, y dijeron: [21] �de un cabo al otro del mundo, no hay mujer como �sta, de tanta hermosura en el rostro y tanta sensatez en las palabras.� [22] holofernes le dijo: �bien ha hecho dios en enviarte por delante de tu pueblo, para que est� en nuestras manos el poder, y en manos de los que han despreciado a mi se�or, la ruina. [23] por lo dem�s, eres tan bella de aspecto como prudente en tus palabras. si haces lo que has prometido, tu dios ser� mi dios, vivir�s en el palacio del rey nabucodonosor y ser�s famosa en toda la tierra.� iudith cap.12 [1] mand� luego que la introdujeran donde ten�a su vajilla y orden� que le sirvieran de sus propios manjares y le dieran a beber de su propio vino. [2] pero judit dijo: �no debo comer esto, para que no me sea ocasi�n de falta. se me dar� de las provisiones que traje conmigo.� [3] holofernes le dijo: �cuando se te acaben las cosas que tienes, �de d�nde podremos traerte otras iguales? porque no hay nadie de los tuyos con nosotros.� [4] respondi� Judit: �por tu vida, mi se�or; que, antes que tu sierva haya consumido lo que traje, cumplir� el se�or, por mi mano, sus designios.� [5] los siervos de holofernes la condujeron a la tienda, y ella durmi� hasta media noche. al acercarse la vigilia de la aurora, se levant�, [6] y envi� a decir a holofernes: �ordene mi se�or que se d� a tu sierva permiso para salir a orar.� [7] holofernes orden� a su escolta que no se lo impidieran. judit permaneci� tres d�as en el campamento. cada noche se dirig�a hacia el barranco de betulia y se lavaba en la fuente donde estaba el puesto de guardia. [8] a su regreso, suplicaba al se�or, dios de israel, que diese buen fin a sus proyectos para exaltaci�n de los hijos de su pueblo. [9] y, ya purificada, entraba en la tienda y all� permanec�a hasta que le tra�an su comida de la tarde. [10] al cuarto d�a, dio holofernes un banquete exclusivamente para sus oficiales; no invit� a ninguno de los encargados de los servicios. [11] dijo, pues, a bagoas, el eunuco que ten�a al frente de sus negocios: �trata de persuadir a esa mujer hebrea que tienes contigo, que venga a comer y beber con nosotros. [12] ser�a una verg�enza para nosotros que dej�ramos marchar a tal mujer sin

habernos entretenido con ella. si no somos capaces de atraerla, luego har� burla de nosotros.� [13] sali� Bagoas de la presencia de holofernes, entr� en la tienda de judit y dijo: �que esta bella esclava no se niegue a venir donde mi se�or, para ser honrada en su presencia, para beber vino alegremente con nosotros y ser, en esta ocasi�n, como una de las hijas de los asirios que viven en el palacio de nabucodonosor.� [14] judit le respondi�: ��qui�n soy yo para oponerme a mi se�or? har� prontamente todo cuanto le agrade y ello ser� para m� motivo de gozo mientras viva.� [15] despu�s se levant� y se engalan� con sus vestidos y todos sus ornatos femeninos. se adelant� su sierva para extender en tierra, frente a holofernes, los tapices que hab�a recibido de bagoas para el uso cotidiano, con el fin de que pudiera tomar la comida reclinada sobre ellos. [16] entrando luego judit, se reclin�. El coraz�n de holofernes qued� arrebatado por ella, su alma qued� turbada y experiment� un violento deseo de unirse a ella, pues desde el d�a que la vio, andaba buscando ocasi�n de seducirla. [17] d�jole holofernes: ��bebe, pues, y comparte la alegr�a con nosotros!� [18] judit respondi�: �beber� se�or; pues nunca, desde el d�a en que nac�, nunca estim� en tanto mi vida como ahora.� [19] y comi� y bebi�, frente a �l, sirvi�ndose de las provisiones que su sierva hab�a preparado. [20] holofernes, que se hallaba bajo el influjo de su encanto, bebi� vino tan copiosamente como jam�s hab�a bebido en todos los d�as de su vida. iudith cap.13 [1] cuando se hizo tarde, sus oficiales se apresusaron a retirarse y bagoas cerr� la tienda por el exterior, despu�s de haber apartado de la presencia de su se�or a los que todav�a quedaban; y todos se fueron a dormir, fatigados por el exceso de bebida; [2] quedaron en la tienda tan s�lo judit y holofernes, desplomado sobre su lecho y rezumando vino. [3] judit hab�a mandado a su sierva que se quedara fuera de su dormitorio y esperase a que saliera, como los dem�s d�as. porque, en efecto, ella hab�a dicho que saldr�a para hacer su oraci�n y en este mismo sentido hab�a hablado a bagoas. [4] todos se hab�an retirado; nadie, ni grande ni peque�o, qued� en el dormitorio. judit, puesta de pie junto al lecho, dijo en su coraz�n: ��oh se�or, dios de toda fuerza! pon los ojos, en esta hora, a la empresa de mis manos para exaltaci�n de jerusal�n. [5] es la ocasi�n de esforzarse por tu heredad y hacer que mis decisiones sean la ruina de los enemigos que se alzan contra nosotros.� [6] avanz�, despu�s, hasta la columna del lecho que estaba junto a la cabeza de holofernes, tom� de all� su cimitarra, [7] y acerc�ndose al lecho, agarr� la cabeza de holofernes por los cabellos y dijo: ��dame fortaleza, dios de israel, en este momento!� [8] y, con todas sus fuerzas, le descarg� dos golpes sobre el cuello y le cort� la cabeza. [9] despu�s hizo rodar el tronco fuera del lecho, arranc� las colgaduras de las columnas y saliendo entreg� la cabeza de holofernes a su sierva, [10] que la meti� en la alforja de las provisiones. luego salieron las dos juntos a hacer la oraci�n, como de ordinario, atravesaron el campemento, contornearon el barranco, subieron por el monte de betulia y se presentaron ante las puertas de la ciudad. [11] judit grit� desde lejos a los centinelas de las puertas: ��abrid, abrid la puerta! el se�or, nuestro dios, est� con nosotros para hacer todav�a haza�as en israel y mostrar su poder contra nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy mismo.� [12] cuando los hombres de la ciudad oyeron su voz, se apresuraron a bajar a la

puerta y llamaron a los ancianos. [13] acudieron todos corriendo, desde el m�s grande al m�s chico, porque no ten�an esperanza de que ella volviera; abrieron, pues, la puerta, las recibieron, y encendiendo una hoguera para que se pudiera ver, hicieron corro en torno a ellas. [14] judit, con fuerte voz, les dijo: ��alabad a dios, alabadle! alabad a dios, que no ha apartado su misericordia de la casa de israel, sino que esta noche ha destrozado a nuestros enemigos por mi mano.� [15] y sacando de la alforja la cabeza, se la mostr�, dici�ndoles: �mirad la cabeza de holofernes, jefe supremo del ej�rcito asirio, y mirad las colgaduras bajo las cuales se acostaba en su borracheras. �el se�or le ha herido por mano de mujer! [16] �vive el se�or!, el que me ha guardado en el camino que emprend�, que fue seducido, para perdici�n suya, por mi rostro, pero no ha cometido conmigo ning�n pecado que me manche o me deshonre.� [17] todo el pueblo qued� lleno de estupor y postr�ndose adoraron a dios y dijeron a una: ��bendito seas, dios nuestro, que has aniquilado el d�a de hoy a los enemigos de tu pueblo!� [18] oz�as dijo a judit: ��bendita seas, hija del dios alt�simo m�s que todas las mujeres de la tierra! y bendito sea dios, el se�or, creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de nuestros enemigos. [19] jam�s tu confianza faltar� en el coraz�n de los hombres que recordar�n la fuerza de dios eternamente. [20] que dios te conceda, para exaltaci�n perpetua, el ser favorecida con todos los bienes, porque no vacilaste en exponer tu vida a causa de la humillaci�n de nuestra raza. detuviste nuestra ruina procediendo rectamente ante nuestro dios.� todo el pueblo respondi�: ��am�n, am�n!� iudith cap.14 [1] judit les dijo: �escuchadme, hermanos; tomad esta cabeza y colgadle en el saliente de nuestras murallas; [2] y apenas despunte el alba y salga el sol sobre la tierra, empu�ar�is cada uno vuestras armas y saldr�is fuera de la ciudad todos los hombres capaces. que se ponga uno al frente, como si intentarais bajar a la llanura, contra la avanzada de los asirios. pero no baj�is. [3] los asirios tomar�n sus armas y marchar�n a su campamento para despertar a los jefes del ej�rcito de asiria. correr�n a la tienda de holofernes, pero al no dar con �l, quedar�n aterrorizados y huir�n ante vosotros. [4] entonces, vosotros y todos los habitantes del territorio de israel, saldr�is en su persecuci�n y los abatir�is en la retirada. [5] �pero antes, traed aqu� a ajior el ammonita, para que vea y reconozca al que despreciaba a la casa de israel, al que le envi� a nosotros como destinado a la muerte.� [6] hicieron, pues, venir a ajior desde la casa de oz�as. al llegar y ver que uno de los hombres de la asamblea del pueblo ten�a en la mano la cabeza de holofernes, cay� al suelo, desvanecido. [7] cuando le reanimaron, se ech� a los pies de judit, se postr� ante ella y dijo: ��bendita seas en todas las tiendas de jud� y en todas las naciones que, cuando oigan pronunciar tu nombre, se sentir�n turbadas!� [8] �y ahora, cu�ntame lo que has hecho durante este tiempo.� judit le cont�, en medio del pueblo, todo cuanto hab�a hecho, desde que sali� hasta el momento en que les estaba hablando. [9] cuando hubo acabado su relato, todo el pueblo lanz� grandes aclamaciones y en toda la ciudad resonaron los gritos de alegr�a. [10] ajior, por su parte, viendo todo cuanto hab�a hecho el dios de israel, crey� en �l firmemente, se hizo circuncidar y qued� anexionado para siempre a la casa de israel.

[11] apenas despunt� el alba, colgaron de la muralla la cabeza de holofernes, tomaron las armas todos los hombres de israel y salieron, por grupos, hacia las subidas. [12] al verlos los asirios, communicaron la novedad a sus oficiales, y �stos la fueron comunicando a sus estrategas y comandantes y a todos sus jefes, [13] hasta llegar a la tienda de holofernes. dijeron, pues, a su intendente general: �despierta a nuestro se�or, porque esos esclavos tienen la osad�a de bajar a combatir contra nosotros, para hacerse exterminar completamente.� [14] entr�, pues, bagoas y dio palmadas ante la cortina de la tienda, porque supon�a que holofernes estar�a durmiendo con judit. [15] como nadie respond�a, apart� la cortina, entr� en el dormitorio, y lo encontr� tendido sobre el umbral muerto y decapitado. [16] dio entonces una gran voz, con gemido y llanto y fuertes alaridos, al tiempo que rasgaba sus vestiduras. [17] entr� luego en la tienda en que se hab�a aposentado judit, y al no verla, se precipit� hacia la tropa gritando: [18] ��esas esclavas eran unas p�rfidas! una sola mujer hebrea ha llenado de verg�enza la casa del rey nabucodonosor. �mirad a holofernes, derribado en tierra y decapitado!� [19] cuando los jefes del ej�rcito asirio oyeron estas palabras, su �nimo qued� turbado hasta el extremo, rasgaron sus t�nicas y lanzaron grandes gritos y voces por todo el campamento. iudith cap.15 [1] al o�rlo los del campamento, quedaron estupefactos; [2] fueron presa de terror p�nico y nadie ya fue capaz de mantenerse al lado de sus compa�eros: huyeron todos a la desbandada, por todos los caminos, por la llanura y la monta�a. [3] tambi�n los que estaban acampados en la altura, sitiando a betulia, se dieron a la fuga; entonces, todos los hombres de guerra de israel cayeron sobre ellos. [4] oz�as mand� aviso a betomest�in, a beb�, job� y kol�, y a toda la monta�a de israel, dando noticia de cuanto hab�a pasado, para que todos se arrojaran sobre los enemigos y los exterminaran. [5] cuando los israelitas lo supieron, todos, como un solo hombre, se lanzaron sobre los asirios y los batieron hasta job�. tambi�n acudieron los de jerusal�n y los de la monta�a, porque tambi�n a ellos se les dio noticia de lo sucedido en el campo enemigo; de igual modo, los de galaad y galilea, atac�ndoles de flanco, les hicieron enorme estrago hasta que pudieron refugiarse en damasco y su regi�n. [6] en cuanto a los dem�s habitantes de betulia, cayeron sobre el campamento asirio, le saquearon y obtuvieron grandes riquezas. [7] los israelitas, de vuelta de la matanza, se hicieron due�os del resto; tambi�n los de las aldeas y granjas de la monta�a y del llano obtuvieron gran bot�n, porque hab�a una abundancia incalculable. [8] el sumo sacerdote yoyaquim, con el consejo de ancianos de israel y los habitantes de jerusal�n, vinieron a contemplar los bienes que el se�or hab�a hecho a israel, y a ver y saludar a judit. [9] en llegando a su presencia, todos a una voz la bendijeron diciendo: �t� eres la exaltaci�n de jerusal�n, t� el gran orgullo de israel, t� la suprema gloria de nuestra raza. [10] al hacer todo esto por tu mano has procurado la dicha de israel y dios se ha complacido en lo que has hecho. bendita seas del se�or omnipotente por siglos infinitos.� y todo el pueblo respondi�: ��am�n!� [11] todo el pueblo estuvo recogiendo bot�n del campamento durante treinta d�as; dieron a judit la tienda de holofernes, con toda su vajilla de plata, sus divanes, sus vasijas y todo su mobiliario. ella lo tom� y lo carg� sobre su mula, prepar� sus carros y los amonton� todo encima. [12] todas las mujeres de israel acudieron para verla y la bendec�an danzando en

coro. judit tomaba tirsos con la mano y los distribu�a entre las mujeres que estaban a su lado. [13] ellas y sus acompa�antes se coronaron con coronas de olivo; despu�s, dirigiendo el coro de las mujeres, se puso danzando a la cabeza de todo el pueblo. la segu�an los hombres de israel, armados de sus armas, llevando coronas y cantando himnos. [14] judit enton�, en medio de todo israel, este himno de acci�n de gracias y todo el pueblo repet�a sus alabanzas: iudith cap.16 [1] �alabad a mi dios con tamboriles, elevad cantos al se�or con c�mbalos, ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza, ensalzad e invocad su nombre! [2] porque el se�or es un dios quebrantador de guerras, porque en sus campos, en medio de su pueblo me arranc� de la mano de mis perseguidores. [3] vinieron los asirios de los montes del norte, vinieron con tropa innumerable; su muchedumbre obstru�a los torrentes, y sus caballos cubr�an las colinas. [4] hablaba de incendiar mis tierras, de pasar mis j�venes a espada, de estrellar contra el suelo a los lactantes, de entregar como bot�n a mis ni�os y de dar como presa a mi doncellas. [5] el se�or omnipotente por mano de mujer los anul�. [6] que no fue derribado su caudillo por j�venes guerreros, ni le hirieron hijos de titanes, ni altivos gigantes le vencieron; le subyug� Judit, hija de merar�, con s�lo la hermosura de su rostro. [7] se despoj� de sus vestidos de viudez, para exaltar a los afligidos de israel; ungi� su rostro de perfumes, [8] prendi� con una cinta sus cabellos, ropa de lino visti� para seducirle. [9] la sandalia de ella le rob� los ojos, su belleza cautiv�le el alma �y la cimitarra atraves� su cuello! [10] se estremecieron los persas por su audacia, se turbaron los medos por su temeridad. [11] entonces clamaron mis humildes, y ellos temieron; clamaron mis d�biles y ellos quedaron aterrados; alzaron su voz �stos, y ellos se dieron a la fuga. [12] hijos de jovenzuelas los asaetearon, como a hijos de desertores los hirieron, perdieron en la batalla contra mi se�or. [13] cantar� a mi dios un cantar nuevo: ��t� eres grande, se�or, eres glorioso, admirable en poder e insuperable!� [14] s�rvante a ti las criaturas todas, pues hablaste t� y fueron hechas, enviaste tu esp�ritu y las hizo, y nadie puede resitir tu voz. [15] pues los montes, desde sus cimientos, ser�n sacudidos con las aguas; las rocas en tu presencia se fundir�n como cera; pero con aquellos que te temen, te muestras t� siempre propicio. [16] porque es muy poca cosa todo sacrificio de calmante aroma, y apenas es nada la grasa para serte ofrecida en holocausto. mas quien teme al se�or ser� grande para siempre. [17] �ay de las naciones que se alzan contra mi raza! el se�or omnipotente les dar� el castigo en el d�a del juicio. entregar� sus cuerpos al fuego y a los gusanos, y gemir�n en dolor eternamente. [18] cuando llegaron a jerusal�n, adoraron a dios, y una vez purificado el pueblo, ofrecieron sus holocaustos, sus ofrendas voluntarias y sus regalos. [19] judit ofreci� todo el mobiliario de holofernes, que el pueblo le hab�a concedido, y entreg� a dios en anatema las colgaduras que ella misma hab�a tomado del dormitorio de holofernes. [20] durante tres meses permaneci� el pueblo en jerusal�n, celebrando festejos delante de santuario. tambi�n judit estaba presente. [21] pasados aquellos d�as, se volvi� cada uno a su heredad. judit regres� a betulia, donde vivi� disfrutando de su hacienda; fue en su tiempo muy famosa en toda aquella tierra.

[22] muchos la pretendieron, pero ella no tuvo relaciones con ning�n hombre en toda su vida, desde que su marido manas�s muri� y fue a reunirse con su pueblo. [23] vivi� hasta la avanzada edad de 105 a�os, transcurriendo su ancianidad en casa de su marido. a su sierva le concedi� la libertad. muri� en betulia y fue sepultada en la caverna de su marido manas�s. [24] la casa de israel la llor� durante siete d�as. antes de morir, distribuy� su hacienda entre los parientes de su marido manas�s y entre sus propios parientes. [25] nadie ya atemoriz� a los israelitas mientras vivi� Judit, ni en mucho tiempo despu�s de su muerte. ester cap.1 [1] el a�o segundo del reinado del rey asuero el grande, el d�a uno del mes de nis�n, tuvo un sue�o Mardoqueo, hijo de ya�r, hijo de seme�, hijo de quis, de la tribu de benjam�n, jud�o, que habitaba en la ciudad de susa, var�n ilustre, adscrito al servicio del palacio real. era uno de los deportados que nabucodonosor, rey de babilonia, hab�a llevado cautivos de jerusal�n con jecon�as, rey de jud�. el sue�o fue as�: voces y estr�pito, truenos y terremotos, perturbaci�n en la tierra. dos enormes dragones avanzaron, prestos ambos al combate; lanzaron un gran rugido, y a su voz todas las gentes se dispusieron a la guerra para luchar contra el pueblo de los justos. d�a de tinieblas y oscuridad, tribulaci�n y angustia, ruina y gran turbaci�n sobre la tierra. todo el pueblo de los justos, estremecido por el terror de sus desgracias, se dispon�a a perecer y clamaba a dios. a su clamor, de una peque�a fuente naci� un gran r�o de abundantes aguas. la luz y el sol surgieron y los humildes se alzaron y devoraron a los soberbios. despertado mardoqueo, despu�s de tener este sue�o, puso gran empe�o y se esforz�, hasta la noche, en alcanzar su sentido y saber lo que dios quer�a llevar a cabo. viv�a mardoqueo en el palacio con bigt�n y teres, dos eunucos del rey, guardianes del palacio. les oy� sus proyectos, descubri� sus intenciones y se enter� de que estaban dispuestos a poner sus manos en el rey asuero. entonces mardoqueo los denunci� al rey, que someti� a interrogatorio a los dos eunucos; y habiendo ellos confesado la verdad, fueron llevados al suplicio. el rey hizo escribir todo esto para memoria; tambi�n mardoqueo, por su parte, escribi� sobre estos sucesos. por aquel servicio, el rey confi� a mardoqueo un puesto en palacio y le hizo regalos. pero am�n, hijo de hamdat�, del pa�s de agag, que gozaba del favor real, buscaba la ruina de mardoqueo y de su pueblo, por el asunto de los dos eunucos del rey. en tiempo del rey asuero, el que rein� desde la india hasta etiop�a sobre 127 provincias, [2] en aquellos d�as, estando el rey sentado en el trono real, en la ciudadela de susa, [3] en el a�o tercero de su reinado, ofreci� un banquete en su presencia a todos sus servidores: a jefes del ej�rcito de los persas y los medos, a los nobles y a los gobernadores de las provincias. [4] les hizo ver la riqueza y la gloria de su reino y del magn�fico esplendor de su grandeza durante muchos d�as, durante 180 d�as. [5] cumplido aquel plazo, ofreci� el rey a todos los que se hallaban en la ciudadela de susa, desde el mayor al m�s peque�o, un banquete de siete d�as en el patio del jard�n del palacio real. [6] hab�a colgaduras de lino fino, de lana y de p�rpura violeta, fijadas, por medio de cordones de lino y p�rpura, en anillas de plata sujetas a columnas de m�rmol blanco; lechos de oro y plata sobre un pavimento de p�rfido, m�rmol, n�car y mosaicos. [7] se beb�a en copas de oro de formas diversas y el vino ofrecido por el rey corr�a con regia abundancia. [8] cuanto a la bebida, a nadie se le obligaba, pues as� lo hab�a mandado el rey a los oficiales de su casa, para que cada cual hiciese lo que quisiera. [9] tambi�n la reina vast� ofreci� un banquete a las mujeres en el palacio del rey asuero.

[10] el d�a s�ptimo, alegre por el vino el coraz�n del rey, mand� a mehum�n, a bizzet�, a jarbon�, a bigt�, a abagt�, a zetar y a kark�s, los siete eunucos que estaban al servicio del rey asuero, [11] que hicieran venir a la reina vast� a presencia del rey, con diadema real, para que vieran las gentes y los jefes su belleza, porque, en efecto, era muy bella. [12] pero la reina vast� se neg� a cumplir la orden del rey transmitida por los eunucos; se irrit� el rey much�simo y, ardiendo en ira, [13] llam� a los sabios entendidos en la ciencia de las leyes, pues los asuntos reales se discuten en presencia de los conocedores de la ley y el derecho; [14] hizo, pues, venir a karsen�, setar, admat�, tarsis, meres, marsen� y memuk�n, los siete jefes de los persas y los medos que eran admitidos a la presencia del rey y ocupaban los primeros puestos del reino, [15] y les dijo: ��qu� debe hacerse, seg�n la ley, a la reina vast�, por no haber obedecido la orden del rey asuero, transmitida por los eunucos?� [16] respondi� Memuk�n en presencia del rey y de los jefes: �la reina vast� no ha ofendido solamente al rey, sino a todos los jefes y a todos los pueblos de todas las provincias del rey asuero. [17] porque se correr� el caso de la reina entre todas las mujeres y har� que pierdan estima a sus maridos, pues dir�n: "el rey asuero mand� hacer venir a su presencia a la reina vast�, pero ella no fue." [18] y a partir de hoy, las princesas de los persas y los medos, que conozcan la conducta de la reina, hablar�n de ello a los jefes del rey y habr� menosprecio y altercados. [19] si al rey le parece bien, publ�quese, de su parte, e inscr�base en las leyes de los persas y los medos, para que no sea traspasado, este decreto: que no vuelva vast� a presencia del rey asuero. y d� el rey el t�tulo de reina a otra mejor que ella. [20] el acuerdo tomado por el rey ser� conocido en todo el reino, a pesar de ser tan grande, y todas las mujeres honrar�n a sus maridos, desde el mayor al m�s peque�o.� [21] pareci� bueno el consejo al rey y a los jefes, y el rey llev� a efecto la palabra de memuk�n. [22] envi� el rey cartas a todas las provincias, a cada provincia seg�n su escritura, y a cada pueblo seg�n su lengua, para que todo marido fuese se�or de su casa. ester cap.2 [1] despu�s de estos sucesos se aplac� la c�lera del rey asuero y se acord� de vast�, de cuanto hab�a hecho, y de lo que acerca de ella se hab�a decidido. [2] dijeron los cortesanos que estaban al servicio del rey: �que se busquen para el rey j�venes v�rgenes y bellas. [3] nombre el rey inspectores en todas las provincias de su reino para que re�nan en la ciudadela de susa, en el har�n, a todas las j�venes v�rgenes y bellas, bajo la vigilancia de hegu�, eunuco del rey, encargado de las mujeres, y que �l les d� cuanto necesiten para su adorno, [4] y la joven que agrade al rey, reinar� en lugar de vast�.� le pareci� bien al rey y as� se hizo. [5] hab�a en la ciudadela de susa un jud�o, llamado mardoqueo, hijo de ya�r, hijo de seme�, hijo de quis, de la tribu de benjam�n. [6] hab�a sido deportado de jerusal�n con jecon�as, rey de jud�, en la deportaci�n que hizo nabucodonosor, el rey de babilonia. [7] ten�a en su casa a hadass�, es decir, ester, hija de un t�o suyo, pues era hu�rfana de padre y madre. la joven era hermosa y de buen parecer, y al morir su padre y su madre, mardoqueo la adopt� por hija. [8] cuando se proclam� la orden y el edicto del rey, fueron reunidas much�simas j�venes en la ciudadela de susa, bajo la vigilancia de hegu�; tambi�n ester fue

llevada al palacio real y puesta bajo la vigilancia de hegu�, encargado de las mujeres. [9] la joven le agrad� y gan� su favor, por lo que se apresur� a proporcionarle cuanto necesitaba para su adorno y mantenimiento; diole tambi�n siete doncellas elegidas de la casa del rey y la instal�, con sus doncellas, en el mejor departamento del har�n. [10] ester no dio a conocer ni su pueblo ni su origen, pues mardoqueo la hab�a mandado que no lo dijera. [11] d�a tras d�a, se paseaba mardoqueo delante del patio del har�n para enterarse de la salud de ester y de lo que le suced�a. [12] a cada joven le llegaba el turno de presentarse al rey asuero al cabo de doce meses, seg�n el estatuto de las mujeres. los d�as de preparaci�n se empleaban en ungirse, durante seis meses con �leo y mirra y otros seis meses con los aromas y perfumes que usan las mujeres. [13] cuando una joven se presentaba al rey, le daban cuanto ped�a y lo llevaba consigo del har�n al palacio real. [14] se presentaba por la tarde y a la ma�ana siguiente volv�a al otro har�n, bajo la vigilancia de saasgaz, el eunuco del rey encargado de las concubinas; no se presentaba m�s ante el rey, a no ser que el rey deseara y la llamara expresamente. [15] cuando a ester, hija de abijayil, t�o de mardoqueo, que la hab�a adoptado por hija, le lleg� el turno de presentarse al rey, no pidi� sino lo que le indic� Hegu�, el eunuco del rey encargado de las mujeres. ester se ganaba el favor de cuantos la ve�an. [16] ester fue presentada al rey asuero, en el palacio real, el mes d�cimo, que es el mes de t�bet, en el a�o s�ptimo de su reinado, [17] y el rey am� a ester m�s que la otras mujeres; hall� ella, en presencia del rey, m�s gracia y favor que ninguna otra virgen y el rey coloc� la diadema real sobre la cabeza de ester y la declar� reina, en lugar de vast�. [18] ofreci� el rey un gran banquete a todos sus jefes y servidores, el banquete de ester; concedi� un d�a de descanso a todas las provincias y reparti� presentes con real magnificencia. [19] cuando ester pas�, como las otras j�venes, al segundo har�n, [20] no revel� ni su origen ni su pueblo, tal como se lo hab�a ordenado mardoqueo; pues ester segu�a cumpliendo las �rdenes de mardoqueo como cuando viv�a bajo su tutela. [21] por aquellos mismos d�as, estaba adscrito mardoqueo a la puerta real; bigt�n y teres, dos eunucos del rey, guardianes del umbral, estaban irritados y andaban buscando poner la mano sobre el rey asuero. [22] lleg� el hecho a conocimiento de mardoqueo, el cual se lo comunic� a la reina ester , y ester se lo dijo al rey, en nombre de mardoqueo. [23] se investig� el caso y result� verdadero; por lo que fueron colgados los dos del madero y se consign� por escritos, en los anales, en presencia del rey. ester cap.3 [1] despu�s de esto, el rey asuero elev� al poder a am�n, hijo de hamdat�, del pa�s de agag; le encumbr� y coloc� su asiento por encima de todos los dignatarios que estaban con �l; [2] todos los servidores del rey, adscritos a la puerta real, doblaban la rodilla y se postraban ante am�n, porque as� lo hab�a ordenado el rey; pero mardoqueo ni doblaba la rodilla ni se postraba. [3] los servidores del rey, adscritos a la puerta real, dijeron a mardoqueo: ��por qu� traspasas la orden del rey?� [4] y como se lo repitieran d�a tras d�a y �l no les hiciera caso, se lo comunicaron a am�n, para ver si mardoqueo persist�a en su palabra, pues les hab�a manifestado que �l era jud�o. [5] vio am�n que mardoqueo no doblaba la rodilla ni se postraba ente �l, y se

llen� de ira. [6] y cuando le notificaron a qu� pueblo pertenec�a mardoqueo, no content�ndose con poner la mano sobre �l solo, intent� exterminar, junto con �l, a todos los jud�os de todo el reino de asuero. [7] el a�o doce del rey asuero, el mes primero, que es el mes de nis�n, se sac� el �pur� (es decir, las suertes) en presencia de am�n, por d�as y por meses. sali� el doce, que es el mes de adar. [8] am�n dijo al rey asuero: �hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos de todas las provincias de tu reino, con sus leyes, distintas de las de todos los pueblos, y que no cumplen las leyes reales. no conviene al rey dejarlos en paz. [9] si el rey juzga conveniente publicar un decreto para exterminarlos, yo har� que se entreguen 10.000 talentos de plata a los intendentes, para que los ingresen en la c�mara del tesoro.� [10] el rey sac� el anillo de su dedo, se lo entreg� a am�n, hijo de hamdat�, de agag, enemigo de los jud�os, [11] y dijo el rey a am�n: �la plata, te la regalo; y te regalo tambi�n ese pueblo para que hagas lo que te parezca.� [12] el d�a trece del primer mes fueron convocados los secretarios del rey para escribir, seg�n lo ordenado por am�n, a los s�trapas del rey, a los inspectores de cada provincia y a los jefes de todos los pueblos, a cada provincia seg�n su escritura, y a cada pueblo seg�n su lengua; se escribi� en nombre del rey asueno, se sell� con el anillo del rey, [13] y se enviaron las cartas, por medio de los correos, a todas las provincias del rey, para exterminar, matar y aniquilar a todos los jud�os, j�venes y ancianos, ni�os y mujeres, y para saquear sus bienes, en el espacio de un solo d�a, el trece del mes doce, que es el mes de adar. [13] he aqu� el texto de la carta: �el gran rey asuero, a los jefes y gobernadores, s�bditos suyos, de las 127 provincias que van desde la india hasta etiop�a, les escribe lo siguiente: �puesto al frente de muchos pueblos, y siendo se�or de toda la tierra, he procurado no dejarme arrastrar por el orgullo del poder, sino gobernar siempre del modo m�s conveniente y benigno, manteniendo tranquilas en toda ocasi�n las vidas de mis s�bditos, ofreciendo un reino culto y en seguridad hasta sus �ltimas fronteras y haciendo florecer la paz, tan deseada de todos los hombres. queriendo yo saber, por medio de mis consejeros, c�mo podr�a llevar a buen t�rmino mis intenciones, uno de ellos, distinguido entre todos por su prudencia y se�alado por su inquebrantable lealtad y su firme fidelidad, segundo en el reino por su dignidad, am�n, nos denunci� que se hallaba diseminado, entre todas las tribus del universo, un pueblo hostil, opuesto por sus leyes a todas las gentes, que rechaza constantemente las �rdenes reales, de modo que no hay seguridad en el programa de gobierno que nosotros, con indiscutible acierto, venimos ejecutando. �considerando, pues, que este pueblo se mantiene aislado y en total oposici�n a todos los hombres, que vive seg�n leyes ex�ticas y es hostil a nuestros intereses, llevando a cabo los peores cr�menes para que no se consiga la estabilidad del reino, hemos decidido que todos los que os han sido se�alados en cartas de am�n, encargado de nuestros negocios y nuestro segundo padre, sean exterminados de ra�z, con sus mujeres y sus ni�os, por la espada de sus enemigos, sin ninguna compasi�n ni miramiento, el d�a catorce del mes doce de adar del presente a�o, de modo que los mal�volos de ayer y hoy desciendan en un solo d�a al hades por la violencia y nos permitan gozar, en los d�as futuros, de la perpetua paz y seguridad.� [14] el texto de este escrito deb�a ser promulgado como ley en todas las provincias, y fue puesto en conocimiento de todos los pueblos a fin de que estuviesen preparados para aquel d�a. [15] por orden del rey, partieron los correos apresuradamente. el decreto fue publicado tambi�n en la ciudadela de susa. mientras el rey y am�n banqueteaban, en susa reinaba la consternaci�n.

ester cap.4 [1] cuando mardoqueo supo lo que pasaba, rasg� sus vestidos, se visti� de sayal y ceniza y sali� por la ciudad lanzando grandes gemidos, [2] hasta llegar ante la puerta real, pues nadie pod�a pasar la puerta cubierto de sayal. [3] en todas las provincias, dondequiera que se publicaban la palabra y el edicto real, hab�a entre los jud�os gran duelo, ayunos y l�grimas y lamentos, y a muchos el sayal y la ceniza les sirvi� de lecho. [4] las siervas y ennucos de ester vinieron a comunic�rselo. la reina se llen� de angustia y mand� enviar a mardoqueo vestidos para que se vistiese y se quitase el sayal, pero �l no quiso. [5] llam� Ester a hatak, uno de los eunucos que el rey hab�a puesto a su servicio, y le envi� a mardoqueo para enterarse de lo que pasaba y a qu� obedec�a todo aquello. [6] sali� Hatak y fue donde mardoqueo, que estaba en la plaza de la ciudad que hay frente a la puerta real. [7] mardoqueo le inform� de todo cuanto hab�a pasado y de la suma de dinero que am�n hab�a prometido entregar al tesoro real por el exterminio de los jud�os. [8] le dio tambi�n una copia del texto del edicto de exterminio publicado en susa, para que se lo ense�ara a ester y se informara; y orden� a la reina que se presentase ante el rey, se ganara su favor y suplicara por su pueblo. �acu�rdate, le mand� a decir, de cuando eras peque�a y recib�as el alimento de mi mano. porque am�n, el segundo despu�s del rey, ha sentenciado nuestra muerte. ora al se�or, habla al rey en favor nuestro y libranos de la muerte.� [9] regres� Hatak e inform� a ester de las palabras de mardoqueo. [10] ester mand� a hatak que dijera a mardoqueo: [11] �todos los servidores del rey y todos los habitantes de las provincias del rey saben que todo hombre o mujer que se presente al rey, en el patio interior, sin haber sido llamado, es condenado a muerte por el edicto, salvo aquel sobre quien el rey extienda su cetro de oro; y hace ya treinta d�as que yo no he sido llamada a presencia del rey.� [12] llev� a mardoqueo la respuesta de ester [13] y mardoqueo hizo que le contestara: �no te imagines que por estar en la casa del rey, te vas a librar t� sola entre todos los jud�os, [14] porque, si te empe�as en callar en esta ocasi�n, por otra parte vendr� el socorro de la liberaci�n de los jud�os, mientras que t� y la casa de tu padre perecer�is. �qui�n sabe si precisamente para una ocasi�n semejante has llegado a ser reina!� [15] ester mand� que respondieran a mardoqueo: [16] �vete a reunir a todos los jud�os que hay en susa y ayunad por m�. no com�is ni beb�is durante tres d�as y tres noches. tambi�n yo y mis siervas ayunaremos. y as�, a pesar de la ley, me presentar� ante el rey; y si tengo que morir, morir�.� [17] se alej� Mardoqueo y cumpli� cuanto ester le hab�a mandado. mardoqueo or� al se�or, acord�ndose de todas sus maravillas, y exclam�: ��se�or, se�or, rey omnipotente! todo est� sometido a tu poder, y no hay quien pueda resistir tu voluntad si has decidido salvar a israel. t� hiciste el cielo y la tierra y cuantas maravillas existen bajo el cielo. eres se�or de todo, y nadie puede oponerse a ti, se�or. t� lo conoces todo, t� sabes, se�or, que no por insolencia, orgullo o pundonor, hice yo esto de rehusar inclinarme ante el orgulloso am�n, pues gustoso besar�a las plantas de sus pies por la salvaci�n de israel. pero yo lo hice por no rendir a un hombre gloria por encima de la gloria de dios; no me postrar� ante nadie, sino ante ti solo, se�or; y no dicta el orgullo mi conducta. ahora, pues, se�or, dios, rey, dios de abraham, perdona a tu pueblo, porque andan mirando c�mo destruirnos y han deseado exterminar la heredad que fue tuya desde siempre. no desprecies tu parte, la que rescataste para ti del pa�s de egipto. escucha mi oraci�n, mu�strate propicio a tu heredad; convierte nuestro duelo en alegr�a, para que, viviendo, cantemos himnos a tu nombre, se�or. no tapes la boca

de los que te alaban.� todo israel clamaba con todas sus fuerzas, pues ten�an la muerte ante los ojos. por su parte, la reina ester se refugi� en el se�or, presa de mortal angustia. despoj�ndose de sus magn�ficos vestidos, se visti� de angustia y duelo. en vez de exquisitos perfumes, ech� sobre su cabeza ceniza y suciedad, humill� su cuerpo hasta el extremo, encubri�, con sus desordenados cabellos la gozosa belleza de su cuerpo, y suplic� al se�or, dios de israel, diciendo: �mi se�or y dios nuestro, t� eres �nico. ven en mi socorro, que estoy sola y no tengo socorro sino en ti, y mi vida est� en peligro. yo o� desde mi infancia, en mi tribu paterna, que t�, Se�or, elegiste a israel de entre todos los pueblos, y a nuestros padres de entre todos sus mayores para ser herencia tuya para siempre cumpliendo en su favor cuanto dijiste. ahora hemos pecado en tu presencia y nos has entregado a nuestros enemigos porque hemos honrado a sus dioses. �justo eres, se�or! mas no se han contentado con nuestra amarga esclavitud, sino que han puesto sus manos en las manos de sus �dolos para borrar el decreto de tu boca y destruir tu heredad; para cerrar las bocas que te alaban y apagar la gloria de tu casa y de tu altar; para abrir las bocas de las gentes en alabanza de sus dioses y admirar eternamente a un rey de carne. no entregues, se�or, tu cetro a los que son nada; que no se regocijen por nuestra ca�da, mas vuelve en contra de ellos sus deseos, y el primero que se alz� contra nosotros has que sirva de escarmiento. acu�rdate, se�or, y date a conocer en el d�a de nuestra aflicci�n; y dame a m� valor, rey de los dioses y se�or de toda autoridad. pon en mis labios palabras armoniosas cuando est� en presencia del le�n; vuelve el odio de su coraz�n contra el que nos combate para ruina suya y de los que piensan como �l. libranos con tus manos y acude en mi socorro, que estoy sola, y a nadie tengo, sino a ti, se�or. t� que conoces todas las cosas, sabes que odio la gloria de los malos, que aborrezco el lecho incircunciso y el de todo extranjero. t� sabes bien la necesidad en que me hallo, que me asquean los emblemas de grandeza que ci�en mi frente los d�as de gala como asquea el pa�o menstrual, y que no me los pongo en d�as de retiro. que tu sierva no ha comido a la mesa de am�n, que no he tenido a honra los regios festines, ni bebido el vino de las libaciones. que no tuvo tu sierva instante de alegr�a, desde su encumbramiento hasta el d�a de hoy, sino s�lo en ti, se�or y dios de abraham. oh dios, que dominas a todos, oye el clamor de los desesperados, libranos del poder de los malvados y librame a m� de mi temor. ester cap.5 [1] al tercer d�a, y una vez acabada su oraci�n, se despoj� de sus vestidos de orante y se revisti� de reina. recobrada su espl�ndida belleza, invoc� a dios, que vela sobre todos y los salva, y tomando a dos siervas, se apoy� blandamente en una de ellas, mientras la otra la segu�a alzando el ruedo del vestido. iba ella resplandeciente, en el apogeo de su belleza, con rostro alegre como de una enamorada, aunque su coraz�n estaba oprimido por la angustia. franqueando todas las puertas, lleg� hasta la presencia del rey; estaba el rey sentado en el trono real, revestido de las vestiduras de las ceremonias p�blicas, cubierto de oro y piedras preciosas y con aspecto verdaderamente impresionante. alzando su rostro, resplandeciente de gloria, lanz� una mirada tan colmada de ira que la reina se desvaneci�; perdi� el color y apoy� la cabeza sobre la sierva que la preced�a. mud� entonces dios el coraz�n del rey en dulzura, angustiado se precipit� del trono y la tom� en sus brazos y en tanto ella se recobraba, le dirig�a dulces palabras, diciendo: ��qu� ocurre, ester? yo soy tu hermano, ten confianza. no morir�s, pues mi mandato alcanza s�lo al com�n de las gentes. ac�rcate.� [2] y tomando el rey el cetro de oro, lo puso sobre el cuello de ester, y la bes�, diciendo: �h�blame.� ella respondi�: �te he visto, se�or, como a un �ngel de dios y mi coraz�n se turb� ante el temor de tu gloria. porque eres admirable, se�or, y tu rostro est� lleno de dignidad.� y en diciendo esto, se desmay� de nuevo. el rey se turb�,, y todos sus cortesanos se esforzaron por reanimarla. [3] el rey le pregunt�: ��qu� sucede, reina ester? �qu� deseas? incluso la mitad del reino te ser� dada.�

[4] respondi� Ester: �si al rey le place, venga hoy el rey, con am�n, al banquete que le tengo preparado.� [5] respondi� el rey: �avisad inmediatamente a am�n para que se cumpla el deseo de ester.� el rey y am�n fueron al banquete preparado por ester, [6] y durante el banquete, dijo el rey a ester: ��qu� quieres pedir?, pues se te dar�. �qu� deseas? hasta la mitad del reino te ser� concedida.� [7] ester respondi�: ��mi petici�n y mi deseo? [8] si he hallado gracia a los ojos del rey, y si al rey le place escuchar mi petici�n y cumplir mi deseo, que vengan ma�ana el rey y am�n al banquete que he preparado para ellos. y har� entonces lo que el rey me pide.� [9] sali� aquel d�a am�n contento y con alegre coraz�n; pero al ver a mardoqueo en la puerta real, que no se levantaba, ni siquiera se mov�a ante �l, se llen� Am�n de ira contra mardoqueo, [10] pero se domin�, y y�ndose a su casa, mand� venir a sus amigos y a su mujer zeres, [11] y les habl� de su gloria y sus riquezas, de sus muchos hijos y de c�mo el rey le hab�a encumbrado, elev�ndole por encima de los jefes y servidores del rey. [12] y a�adi�: �m�s a�n; la reina ester me ha invitado a m� s�lo, junto con el rey, a un banquete que ha preparado; tambi�n para ma�ana estoy invitado por ella, junto con el rey. [13] pero todo esto nada significa para m�, mientras vea que el jud�o mardoqueo, sigue sentado a la puerta real.� [14] su mujer zeres y todos sus amigos le respondieron: �manda preparar una horca de cincuenta codos de altura y ma�ana por la ma�ana pides al rey que cuelguen de ella a mardoqueo; as� podr�s ir satisfecho al banquete con el rey.� agrad� el consejo a am�n y mand� preparar la horca. ester cap.6 [1] aquella misma noche, no pudiendo el rey conciliar el sue�o, mand� que trajeran y leyeran en su presencia el libro de las memorias, o cr�nica. [2] estaba all�, puesta por escrito, la denuncia que mardoqueo hab�a hecho contra bigt�n y teres, los dos eunucos del rey, guardianes del umbral, que hab�an intentado poner las manos sobre el rey asuero. [3] pregunt� el rey: ��qu� honor o dignidad se concedi� por esto a mardoqueo?� los j�venes del servicio del rey dijeron: �no se hizo nada en su favor.� [4] continu� el rey: �qui�n est� en el atrio?� -justamente entonces llegaba am�n al atrio exterior de la casa del rey, para pedir al rey que colgaran a mardoqueo en la horca que �l hab�a hecho levantar-. [5] los j�venes del servicio del rey le respondieron: �es am�n el que est� en el atrio.� dijo el rey: �que entre.� [6] entr�, pues, am�n, y el rey le pregunt�: ��qu� debe hacerse al hombre a quien el rey quiere honrar?� am�n pens�: ��a qui�n ha de querer honrar el rey, sino a m�?� [7] respondi�, pues, am�n al rey: �para el hombre a quien el rey quiere honrar, [8] deben tomarse regias vestiduras que el rey haya vestido, y un caballo que el rey haya montado, y en cuya cabeza se haya puesto una diadema real. [9] deben darse los vestidos, y el caballo a uno de los servidores m�s principales del rey, para que vista al hombre a quien el rey desea honrar; y le har� cabalgar sobre el caballo por la plaza mayor de la ciudad gritando delante de �l: ��as� se trata al hombre a quien el rey quiere honrar!� [10] dijo el rey a am�n: �toma al momento vestidos y caballo, tal como lo has dicho, y hazlo as� con el jud�o mardoqueo, que est� en la puerta real. no dejes de cumplir ni un solo detalle.� [11] tom� Am�n los vestidos y el caballo, visti� a mardoqueo y le hizo cabalgar por la plaza mayor de la ciudad, gritando delante de �l: ��as� se trata al hombre a quien el rey quiere honrar!� [12] despu�s mardoqueo se qued� en la puerta real, mientras am�n regresaba

precipitadamente a su casa, entristecido y con la cabeza encubierta. [13] cont� Am�n a su mujer zeres y a todos sus amigos cuanto hab�a pasado; sus consejeros y su mujer zeres le dijeron: �si mardoqueo, ante el que has comenzado a declinar, pertenece al linaje de los jud�os, no podr�s vencerle, sino que sin remedio caer�s ante �l.� [14] estaban a�n habl�ndole cuando llegaron los eunucos del rey y llevaron a am�n r�pidamente al banquete preparado por ester. ester cap.7 [1] el rey y am�n fueron al banquete de la reina ester. [2] tambi�n el segundo d�a dijo el rey a ester, durante el banquete: ��qu� deseas pedir, reina ester?, pues te ser� concedido. �cu�l es tu deseo? aunque fuera la mitad del reino, se cumplir�.� [3] respondi� la reina ester: �si he hallado gracia a tus ojos, �oh rey!, y si al rey le place, conc�deme la vida -este es mi deseo- y la de mi pueblo -esta es mi petici�n-. [4] pues yo y mi pueblo hemos sido vendidos, para ser exterminados, muertos y aniquilados. si hubi�ramos sido vendidos para esclavos y esclavas, a�n hubiera callado; mas ahora, el enemigo no podr� compensar al rey por tal p�rdida.� [5] pregunt� el rey asuero a la reina ester: ��qui�n es, y d�nde est� el hombre que ha pensado en su coraz�n ejecutar semejante cosa?� [6] respondi� Ester: ��el perseguidor y enemigo es am�n, ese miserable!� am�n qued� aterrado en presencia del rey y de la reina. [7] el rey se levant�, lleno de ira, del banquete y se fue al jard�n del palacio; am�n, se qued� junto a la reina ester, para suplicarle por su vida, porque comprend�a que, de parte del rey, se le ven�a encima la perdici�n. [8] cuando el rey volvi� del jard�n de palacio a la sala del banquete, am�n se hab�a dejado caer sobre el lecho de ester. el rey exclam�: ��es que incluso en mi propio palacio quiere hacer violencia a la reina?� dio el rey una orden y cubrieron el rostro de am�n. [9] jarbon�, uno de los eunucos que estaban ante el rey, sugiri�: �precisamente, la horca que am�n hab�a destinado para mardoqueo, aquel cuyo informe fue tan �til al rey, est� preparada en casa de am�n, y tiene cincuenta codos de altura.� dijo el rey: ��colgadle de ella!� [10] colgaron a am�n de la horca que hab�a levantado para mardoqueo, y se aplac� la ira del rey. ester cap.8 [1] aquel mismo d�a, el rey asuero entreg� a la reina ester la hacienda de am�n, el enemigo de los jud�os, y mardoqueo fue presentado al rey, pues ester le hizo saber lo que �l hab�a sido para ella. [2] el rey se sac� el anillo que hab�a mandado quitar a am�n y se lo entreg� a mardoqueo, a quien ester encarg� de la hacienda de am�n. [3] ester volvi� a suplicar al rey, cayendo a sus pies, llorando y ganando su benevolencia, que anulara la maldad de am�n, el de agag, y los proyectos que hab�a concebido contra los jud�os. [4] extendi� el rey el cetro de oro y toc� a ester, que se puso en pie en presencia del rey. [5] dijo ella: �si al rey le parece bien, y si he hallado gracia a sus ojos, si la petici�n le parece justa al rey y yo misma soy grata a sus ojos, que se escriba para revocar los decretos escritos por am�n, hijo de hamdat�, de agag, y maquinados para hacer perecer a los jud�os de todas las provincias del rey. [6] porque �c�mo podr� yo ver la desgracia que amenaza a mi pueblo y la ruina de mi gente?� [7] el rey asuero respondi� a la reina ester y al jud�o mardoqueo: �ya he dado a la reina ester la hacienda de am�n, a quien he mandado colgar de la horca por

haber alzado su mano contra los jud�os. [8] vosotros, por vuestra parte, escribid acerca de los jud�os, en nombre del rey, lo que os parezca oportuno, y selladlo con el anillo del rey. pues todo lo que se escribe en nombre del rey y se sella con su sello, es irrevocable.� [9] fueron convocados al momento los secretarios del rey, en el mes tercero, que es el mes de siv�n, el d�a veintitr�s, y escribieron, seg�n las �rdenes de mardoqueo, a los jud�os, a los s�trapas, a los inspectores y a los jefes de todas las provincias, desde la india hasta etiop�a, a las 127 provincias, a cada provincia seg�n su escritura y a cada pueblo seg�n su lengua, y a los jud�os seg�n su lengua y escritura. [10] escribieron en nombre del rey asuero y lo sellaron con el anillo del rey. se enviaron las cartas por medio de correos, jinetes en caballos de las caballerizas reales. [11] en las cartas conced�a el rey que los jud�os de todas las ciudades pudieran reunirse para defender sus vidas, para exterminar, matar y aniquilar a las gentes de todo pueblo o provincia que los atacaran con las armas, junto con sus hijos y sus mujeres, y para saquear sus bienes, [12] y esto en un mismo d�a, en todas las provincias del rey asuero, el trece del mes doce, que es el mes de adar. he aqu� el texto de la carta: �el gran rey asuero, a los s�trapas de las 127 provincias comprendidas entre la india y etiop�a, y a todos nuestros fieles s�bditos, salud: hay muchos que, cuanto m�s abundantes favores reciben de sus bienhechores, tanto m�s se dejan arrastrar por el orgullo. y no contentos con tramar la perdici�n de nuestros s�bditos, e incapaces ya de poner l�mites a su insolencia, llegan a conspirar contra sus propios bienhechores; y no s�lo hacen desaparecer la gratitud de entre los hombres, sino que, envanecidos con la jactancia de los que obran el mal, se imaginan que podr�n escapar a la justicia de dios, que odia toda maldad y a la que nada se oculta. sucede con frecuencia, a muchos de los que detentan la autoridad, que, por haberse dejado influenciar por sus amigos, y haber dejado en sus manos la administraci�n de los negocios, se han hecho c�mplices de sangre inocente, y se han visto arrastrados a desgracias irremediables, pues con perversos razonamientos, nacidos de su maldad, consiguieron enga�ar la natural nobleza de sentimientos de las autoridades. y no es necesario, para comprobar todo esto, acudir a las antiguas historias que acabamos de mencionar, sino que basta con observar lo que en nuestra misma presencia lleva a cabo la pestilente ralea de los que indignamente detentan el poder. en consecuencia, nos proponemos procurar, en lo sucesivo, paz y tranquilidad para todos los hombres de nuestro reino, haciendo los cambios oportunos y juzgando las cosas que se nos expongan con esp�ritu abierto y benevolente. porque, en efecto, am�n, hijo de hamdat�, macedonio y, a la verdad, extra�o a la raza de los persas y muy alejado de nuestra benevolencia, fue recibido por nosotros como hu�sped y tratado con aquella humanidad que nosotros usamos con todos los pueblos, a tal punto que era p�blicamente llamado �nuestro padre� y hab�a obtenido el segundo puesto en el reino; todos se postraban ante �l; pero dominado por su orgullo, intent� arrebatarnos el poder y la vida. comenz� pidi�ndonos, con toda suerte de falaces argumentos, la muerte de mardoqueo, nuestro salvador y bienhechor continuo, la de ester, irreprochable compa�era de nuestro reino, y la de todo su pueblo, para aislarnos por este medio y poder entregar a los macedonios el dominio de los persas. pero nosotros hemos comprobado que los jud�os, condenados al exterminio por aquel hombre tres veces criminal, no son malhechores, sino que se gobiernan por leyes enteramente justas; y que son hijos del alt�simo, del gran dios vivo, que, para bien nuestro y de nuestros padres, mantiene el reino en el m�s floreciente estado. har�is, pues, bien no teniendo en cuenta las cartas que os ha enviado am�n, hijo de hamdat�, atendido que el autor de ellas ha sido colgado, con toda su familia, a las puertas de susa: castigo merecido que, sin tardar, le ha enviado dios, se�or universal. poned una copia de esta carta en todo lugar p�blico y dejad que los jud�os se rijan libremente por sus leyes; prestadles ayuda para que puedan rechazar a cuantos les ataquen el d�a designado para su destrucci�n, es decir, el d�a trece del mes doce,

el mes de adar, porque el dios, se�or universal, ha mudado en gozo el d�a destinado a la destrucci�n y al exterminio de la raza elegida. cuanto a vosotros, jud�os, celebrar�is con toda suerte de regocijos este d�a insigne, como una de vuestras solemnidades, para que ahora y en el futuro sea salvaci�n para vosotros y para los persas de buena voluntad; y a los que se conjuran contra vosotros les sirva de recuerdo de su ruina. cualquier ciudad, o, en general, cualquier provincia que no se conformare a esto, ser� implacablemente aniquilada a lanza y fuego, y no s�lo ser� inhabitable para los hombres, sino tambi�n odiosa por siempre para las bestias y las aves.� [13] una copia de este escrito deb�a ser publicada como ley en todas las provincias y promulgada en todos los pueblos; y los jud�os deb�an estar preparados aquel d�a para vengarse de sus enemigos. [14] los correos salieron con celeridad y a toda prisa, empleando los caballos de las caballerizas reales, seg�n la orden del rey; la ley tambi�n fue promulgada en la ciudadela de susa. [15] cuanto a mardoqueo, sali� de la presencia del rey espl�ndidamente vestido de p�rpura violeta y lino blanco, con una gran diadema de oro y manto de lino fino y p�rpura; la ciudad de susa se llen� de gozo y alegr�a. [16] para los jud�os todo fue esplendor, alegr�a, triunfo y gloria. [17] en todas las provincias y ciudades, en los lugares en que se publicaba la orden y edicto del rey, hubo entre los jud�os alegr�a triunfal, banquetes y d�as de fiesta. y muchos habitantes del pa�s se hicieron jud�os, pues el temor a los jud�os se hab�a apoderado de ellos. ester cap.9 [1] las �rdenes del rey fueron ejecutadas en el mes doce, que es el mes de adar, el d�a trece del mes, el mismo d�a en que los enemigos de los jud�os esperaban aplastarlos; pero la situaci�n cambi� y fueron los jud�os los que aplastaron a sus enemigos. [2] en todas las provincias del rey asuero se reunieron los jud�os en sus ciudades para poner la mano sobre cuantos hab�an intentado hacerles mal, sin que nadie les opusiera resistencia, porque el temor se hab�a apoderado de todos los pueblos. [3] todos los jefes de las provincias, los s�trapas, los inspectores y los funcionarios del rey apoyaron a los jud�os, porque todos tem�an a mardoqueo, [4] ya que mardoqueo era influyente en el palacio real y su fama se hab�a extendido por todas las provincias; pues, en efecto, de d�a en d�a se acrecentaba su poder. [5] los jud�os pasaron a filo de espada a todos sus enemigos; fue un deg�ello, un exterminio: hicieron lo que quisieron con sus adversarios. [6] en la ciudadela de susa los jud�os mataron y exterminaron a quinientos hombres [7] y adem�s a parsandata, dalf�n, aspata, [8] porata, adal�as, andata, [9] parmasta, arisay, ariday y yezata, [10] los diez hijos de am�n, hijo de hamdat�, enemigo de los jud�os. los mataron, pero no saquearon sus bienes. [11] aquel mismo d�a llevaron al rey la cifra de los que hab�an sido muertos en las ciudadela de susa. [12] dijo el rey a la reina ester: �en la ciudadela de susa han matado y exterminado los jud�os a quinientos hombres y a los diez hijos de am�n. �qu� habr�n hecho en las restantes provincias del rey? �qu� deseas pedir ahora? pues te ser� concedido. se seguir� haciendo lo que t� desees.� [13] respondi� Ester: �si al rey le parece bien, que se conceda a los jud�os de susa que puedan actuar ma�ana seg�n el edicto de hoy; cuanto a los diez hijos de am�n, que sean colgados de la horca.� [14] orden� el rey que se hiciera as�; se promulg� la ley en susa y los diez

hijos de am�n fueron colgados. [15] los jud�os de susa se reunieron tambi�n el d�a catorce del mes de adar y mataron en susa a trescientos hombres, pero no saquearon sus bienes. [16] los jud�os de las restantes provincias del rey se reunieron para defender, contra sus enemigos, sus vidas y su seguridad; mataron de entre sus adversarios a 75.000, pero no saquearon sus bienes. [17] ocurri� esto el d�a trece del mes de adar y el d�a catorce descansaron, convirti�ndolo en un d�a de alegres festines. [18] cuanto a los jud�os de susa, que se hab�an reunido los d�as trece y catorce, descansaron el d�a quince, convirti�ndolo en un d�a de alegres festines. [19] por eso, los jud�os diseminados en las ciudades no fortificadas celebran el d�a catorce del mes de adar con alegres festines, como d�a de fiesta, y se env�an rec�procos regalos, mientras que los que habitan en las ciudades celebran su d�a de gozo y env�an regalos a sus vecinos el d�a quince del mes de adar. [20] mardoqueo consign� por escrito todas estas cosas y envi� cartas a los jud�os de todas las provincias del rey asuero tanto lejanos como pr�ximos, [21] orden�ndoles que celebraran todos los a�os el d�a catorce y el d�a quince del mes de adar, [22] porque en tales d�as obtuvieron los jud�os paz contra sus enemigos, y en este mes la aflicci�n se troc� en alegr�a y el llanto en festividad; que los convirtieran en d�as de alegres festines y mutuos regalos, y de donaciones a los pobres. [23] los jud�os adoptaron esta costumbre, que ya hab�an comenzado a observar y acerca de la cual les escribi� Mardoqueo: [24] �am�n, hijo de hamdat�, de agag, enemigo de todos los jud�os, hab�a proyectado exterminar a los jud�os y ech� el "pur", es decir, la suerte, para su ruina y exterminio. [25] pero cuando se present� al rey, para hacer ahorcar a mardoqueo, su proyecto se volvi� contra �l, y los males que hab�a meditado contra los jud�os cayeron sobre su cabeza, siendo ahorcados �l y sus hijos. [26] por esta raz�n, estos d�as son llamados "purim", de la palabra "pur".� asimismo, por todo la relatado en esta carta por lo que ellos mismos vieron y por lo que se les cont�, [27] hicieron los jud�os de estos d�as una instituci�n irrevocable para s�, para sus descendientes y para todos los que se pasaron a ellos, conforme a este escrito y esta fecha, de a�o en a�o. [28] as�, estos d�as de los purim, commemorados y celebrados de generaci�n en generaci�n, en todas las familias, en todas las provincias y en todas las ciudades, no desparecer�n de entre los jud�os, y su recuerdo no se perder� entre sus descendientes. [29] la reina ester, hija de abijayil, y el jud�o mardoqueo, escribieron, con toda su autoridad, para dar fuerza de ley a esta segunda carta de los purim, [30] y se enviaron cartas a todos los jud�os de las 127 provincias del rey asuero, con palabras de paz y fidelidad, [31] para ratificar en su fecha estos d�as de los purim, tal como hab�a sido ordenado por el jud�o mardoqueo y la reina ester, y tal como lo hab�an establecido para s� mismos y para sus descendientes, a�adiendo lo tocante a los ayunos y lamentaciones. [32] la orden de ester fij� la instituci�n de estos purim, siendo consignada en el libro. ester cap.10 [1] el rey asuero impuso un tributo al pa�s y a las islas del mar. [2] todas las obras de su poder y su vigor y el relato del encumbramiento de mardoqueo, a quien el rey enalteci�, �no est�n escritas en las cr�nicas de los reyes de los medos y los persas? [3] pues el jud�o mardoqueo era el segundo despu�s del rey, persona importante

entre los jud�os, amado por la multitud de sus hermanos, preocupado por el bien de su pueblo y procurador de la paz de su raza. mardoqueo dijo: ��de dios ha venido todo esto! porque haciendo memoria del sue�o que tuve, ninguna de aquellas cosas ha dejado de cumplirse ni la peque�a fuente, convertida en r�o, ni la luz, ni el sol, ni el agua abudante. el r�o es ester, a quien el rey hizo esposa y reina. los dragones somos yo y am�n. los pueblos son los que se reunieron para destruir el nombre jud�o. mi pueblo es israel, que clam� a dios y fue salvado. salv� el se�or a su pueblo, el se�or nos liber� de todos estos males; obr� Dios grandes se�ales y prodigios como nunca los hubo en los dem�s pueblos. por eso, dios ha marcado dos suertes una para su pueblo y otra para los pueblos restantes; y estas dos suertes se han cumplido en la hora, ocasi�n y d�a determinados en presencia de dios y de todos los pueblos. dios entonces se acord� de su pueblo y dict� sentencia a favor de su heredad; para �stos, los d�as catorce y qunince del mes de adar ser�n d�as de asamblea, de alegr�a y gozo delante de dios, por todas las generaciones para siempre, en su pueblo israel.� en el a�o cuarto del reinado de tolomeo y cleopatra, dositeo, que dec�a ser sacerdote y levita, y su hijo tolomeo, trajeron la presente carta relativa a los purim. aseguraron que era aut�ntica y que hab�a sido traducida por lis�maco, hijo de tolomeo, de la ciudad de jerusal�n. job cap.1 [1] hab�a una vez en el pa�s de us un hombre llamado job: hombre cabal, recto, que tem�a a dios y se apartaba del mal. [2] le hab�an nacido siete hijos y tres hijas. [3] ten�a tambi�n 7.000 ovejas, 3.000 camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y una servidumbre muy numerosa. este hombre era, pues, el m�s grande de todos los hijos de oriente. [4] sol�an sus hijos celebrar banquetes en casa de cada uno de ellos, por turno, e invitaban tambi�n a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. [5] al terminar los d�as de estos convites, job les mandaba a llamar para purificarlos; luego se levantaba de madrugada y ofrec�a holocaustos por cada uno de ellos. porque se dec�a: �acaso mis hijos hayan pecado y maldecido a dios en su coraz�n.� as� hac�a job siempre. [6] el d�a que los hijos de dios ven�an a presentarse ante yahveh, vino tambi�n entre ellos el sat�n. [7] yahveh dijo al sat�n: ��de d�nde vienes?� el sat�n respondi� a yahveh: �de recorrer la tierra y pasearme por ella.� [8] y yahveh dijo al sat�n: ��no te has fijado en mi siervo job? �no hay nadie como �l en la tierra; es un hombre cabal, recto, que teme a dios y se aparta del mal!� [9] respondi� el sat�n a yahveh: �es que job teme a dios de balde? [10] �no has levantado t� una valla en torno a �l, a su casa y a todas sus posesiones? has bendecido la obra de sus manos y sus reba�os hormiguean por el pa�s. [11] pero extiende tu mano y toca todos sus bienes; �ver�s si no te maldice a la cara!� [12] dijo yahveh al sat�n: �ah� tienes todos sus bienes en tus manos. cuida s�lo de no poner tu mano en �l.� y el sat�n sali� de la presencia de yahveh. [13] el d�a en que sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa del hermano mayor, [14] vino un mensajero donde job y le dijo: �tus bueyes estaban arando y las asnas pastando cerca de ellos; [15] de pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, y a los criados los pasaron a cuchillo. s�lo yo pude escapar para traerte la noticia.� [16] todav�a estaba �ste hablando, cuando lleg� otro que dijo: �cay� del cielo el fuego de dios, que quem� las ovejas y pastores hasta consumirlos. s�lo yo pude escapar para traerte la noticia.� [17] a�n estaba hablando �ste, cuando lleg� otro que dijo: �los caldeos,

divididos en tres cuadrillas, se lanzaron sobre los camellos, se los llevaron, y a los criados los pasaron a cuchillo. s�lo yo pude escapar para traerte la noticia.� [18] todav�a estaba �ste hablando, cuando lleg� otro que dijo: �tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor. [19] de pronto sopl� un fuerte viento del lado del desierto y sacudi� las cuatro esquinas de la casa; y �sta se desplom� sobre los j�venes, que perecieron. s�lo yo pude escapar para traerte la noticia.� [20] entonces job se levant�, rasg� su manto, se rap� la cabeza, y postrado en tierra, [21] dijo: �desnudo sal� del seno de mi madre, desnudo all� retornar�. yahveh dio, yahveh quit�: �sea bendito el nombre de yahveh!� [22] en todo esto no pec� Job, ni profiri� la menor insensatez contra dios. job cap.2 [1] el d�a en que los hijos de dios ven�an a presentarse ante yahveh, vino tambi�n entre ellos el sat�n. [2] yahveh dijo al sat�n: ��de d�nde vienes?� el sat�n respondi� a yahveh: �de recorrer la tierra y pasearme por ella.� [3] y yahveh dijo al sat�n: ��te has fijado en mi siervo job? �no hay nadie como �l en la tierra: es un hombre cabal, recto, que teme a dios y se aparta del mal! a�n persevera en su entereza, y bien sin raz�n me has incitado contra �l para perderle.� [4] respondi� el sat�n a yahveh: ��piel por piel! �todo lo que el hombre posee lo da por su vida! [5] pero extiende tu mano y toca sus huesos y su carne; �ver�s si no te maldice a la cara!� [6] y yahveh dijo al sat�n: �ah� le tienes en tus manos; pero respeta su vida.� [7] el sat�n sali� de la presencia de yahveh, e hiri� a job con una llaga maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. [8] job tom� una tejoleta para rascarse, y fue a sentarse entre la basura. [9] entonces su mujer le dijo: ��todav�a perseveras en tu entereza? �maldice a dios y mu�rete!� [10] pero �l le dijo: �hablas como una est�pida cualquiera. si aceptamos de dios el bien, �no aceptaremos el mal?� en todo esto no pec� Job con sus labios. [11] tres amigos de job se enteraron de todos estos males que le hab�an sobrevenido, y vinieron cada uno de su pa�s: elifaz de tem�n, bildad de s�aj y sofar de naamat. y juntos decidieron ir a condolerse y consolarle. [12] desde lejos alzaron sus ojos y no le reconocieron. entonces rompieron a llorar a gritos. rasgaron sus mantos y se echaron polvo sobre su cabeza. [13] luego se sentaron en el suelo junto a �l, durante siete d�as y siete noches. y ninguno le dijo una palabra, porque ve�an que el dolor era muy grande. job cap.3 [1] despu�s de esto, abri� Job la boca y maldijo su d�a. [2] tom� Job la palabra y dijo: [3] �perezca el d�a en que nac�, y la noche que dijo: �un var�n ha sido concebido!� [4] el d�a aquel h�gase tinieblas, no lo requiera dios desde lo alto, ni brille sobre �l la luz. [5] lo reclamen tinieblas y sombras, un nublado se cierna sobre �l, lo estremezca un eclipse. [6] s�, la oscuridad de �l se apodere, no se a�ada a los d�as del a�o, ni entre en la cuenta de los meses. [7] y aquella noche h�gase inerte, impenetrable a los clamores de alegr�a. [8] mald�ganla los que maldicen el d�a, los dispuestos a despertar a leviat�n. [9] sean tinieblas las estrellas de su aurora, la luz espere en vano, y no vea

los p�rpados del alba. [10] porque no me cerr� las puertas del vientre donde estaba, ni ocult� a mis ojos el dolor. [11] �por qu� no mor� cuando sal� del seno, o no expir� al salir del vientre? [12] �por qu� me acogieron dos rodillas? �por qu� hubo dos pechos para que mamara? [13] pues ahora descansar�a tranquilo, dormir�a ya en paz, [14] con los reyes y los notables de la tierra, que se construyen soledades; [15] o con los pr�ncipes que poseen oro y llenan de plata sus moradas. [16] o ni habr�a existido, como aborto ocultado, como los fetos que no vieron la luz. [17] all� acaba la agitaci�n de los malvados, all� descansan los exhaustos. [18] tambi�n est�n tranquilos los cautivos, sin o�r m�s la voz del capataz. [19] chicos y grandes son all� lo mismo, y el esclavo se ve libre de su due�o. [20] �para qu� dar la luz a un desdichado, la vida a los que tienen amargada el alma, [21] a los que ans�an la muerte que no llega y excavan en su b�squeda m�s que por un tesoro, [22] a los que se alegran ante el t�mulo y exultan cuando alcanzan la tumba, [23] a un hombre que ve cerrado su camino, y a quien dios tiene cercado? [24] como alimento viene mi suspiro, como el agua se derraman mis lamentos. [25] porque si de algo tengo miedo, me acaece, y me sucede lo que temo. [26] no hay para m� tranquilidad ni calma, no hay reposo: turbaci�n es lo que llega. job cap.4 [1] elifaz de tem�n tom� la palabra y dijo: [2] si se intentara hablarte, �lo soportar�as? pero �qui�n puede contener sus palabras? [3] mira, t� dabas lecci�n a mucha gente, infund�as vigor a las manos ca�das; [4] tus razones sosten�an al que vacilaba, robustec�as las rodillas endebles. [5] y ahora que otro tanto te toca, te deprimes, te alcanza el golpe a ti, y todo te turbas. [6] �no es tu confianza la piedad, y tu esperanza tu conducta intachable? [7] �recuerda! �qu� inocente jam�s ha perecido? �d�nde han sido los justos extirpados? [8] as� lo he visto: los que labran maldad y siembran vejaci�n, eso cosechan. [9] bajo el aliento de dios perecen �stos, desaparecen al soplo de su ira. [10] ruge el le�n, brama la leona, mas los dientes de los leoncillos quedan rotos. [11] perece el le�n falto de presa, y los cachorros de la leona se dispersan. [12] a m� se me ha dicho furtivamente una palabra, mi o�do ha percibido su susurro. [13] en las pesadillas por las visiones de la noche, cuando a los hombres el letargo invade, [14] un temblor me entr�, un escalofr�o, que estremeci� todos mis huesos... [15] se escurre un soplo por mi rostro, eriza los pelos de mi carne. [16] alguien surge... no puedo reconocer su cara; una imagen delante de mis ojos. silencio..., despu�s oigo una voz: [17] ��es justo ante dios alg�n mortal? �ante su hacedor es puro un hombre? [18] si no se f�a de sus mismos servidores, y aun a sus �ngeles achaca desvar�o, [19] �cu�nto m�s a los que habitan estas casas de arcilla, ellas mismas hincadas en el polvo! se les aplasta como a una polilla; [20] de la noche a la ma�ana quedan pulverizados. para siempre perecen sin advertirlo nadie; [21] se les arranca la cuerda de su tienda, y mueren privados de sabidur�a.� job

job cap.5 [1] �llama, pues! �habr� quien te responda? �a cu�l de los santos vas a dirigirte? [2] en verdad el enojo mata al insensato, la pasi�n hace morir al necio. [3] yo mismo he visto al insensato echar ra�ces, y sin tardar he maldecido su morada: [4] �est�n sus hijos lejos de toda salvaci�n, sin defensor hollados en la puerta! [5] su cosecha la devora un hambriento, pues dios se la quita de los dientes, y los sedientos absorben su fortuna. [6] no, no brota la iniquidad el polvo, ni germina del suelo la aflicci�n. [7] es el hombre quien la aflicci�n engendra, como levantan el vuelo los hijos del rel�mpago. [8] yo por m� a dios recurrir�a, expondr�a a dios mi causa. [9] el es autor de obras grandiosas e insondables, de maravillas sin n�mero. [10] el derrama la lluvia sobre la haz de la tierra, y env�a las aguas a los campos. [11] para poner en alto a los postrados, y que los m�seros a la salud se eleven, [12] las tramas de los astutos desbarata, y sus manos no logran sus intrigas. [13] prende a los sabios en su astucia, el consejo de los sagaces se hace ciego. [14] en pleno d�a tropiezan con tinieblas, a mediod�a van a tientas cual si fuese de noche. [15] el salva al arruinado de sus fauces y al indigente de las manos del violento. [16] as� el d�bil renace a la esperanza, y cierra su boca la injusticia. [17] �oh s�, feliz el hombre a quien corrige dios! �no desprecies, pues, la lecci�n de sadday! [18] pues �l es el que hiere y el que venda la herida, el que llaga y luego cura con su mano; [19] seis veces ha de librarte de la angustia, y a la s�ptima el mal no te alcanzar�. [20] durante el hambre te salvar� de la muerte, y en la guerra, del alcance de la espada. [21] estar�s a cubierto del punz�n de la lengua, sin miedo a la devastaci�n, cuando se acerque. [22] te reir�s de la sequ�a y de la helada, y no temer�s a las bestias de la tierra. [23] pues con las piedras del campo har�s alianza, la bestia salvaje vivir� en paz contigo. [24] sabr�s que tu tienda est� a cubierto, nada echar�s en falta cuando revises tu morada. [25] sabr�s que tu descendencia es numerosa, tus v�stagos, como la hierba de la tierra. [26] llegar�s a la tumba vigoroso, como se hacinan las gavillas a su tiempo. [27] todo esto es lo que hemos observado: y as� es. a ti te toca escuchar y aprovecharte. job cap.6 [1] job tom� la palabra y dijo: [2] �ah, si pudiera pesarse mi aflicci�n, si mis males se pusieran en la balanza juntos! [3] pesar�an m�s que la arena de los mares: por eso mis razones se desmandan. [4] pues las flechas de sadday est�n en m�, mi esp�ritu bebe su veneno, y contra m� se alinean los terrores de dios. [5] �rozna el onagro junto a la hierba verde? �muge el buey junto al forraje? [6] �se come acaso lo ins�pido sin sal? en la clara del huevo �hay alg�n gusto? [7] lo que aun tocar me repugnaba eso es ahora mi comida de enfermo.

[8] �ojal� se realizara lo que pido, que dios cumpliera mi esperanza, [9] que �l consintiera en aplastarme, que soltara su mano y me segara! [10] tendr�a siquiera este consuelo, exultar�a de gozo en mis tormentos crueles, por no haber eludido los decretos del santo. [11] �cu�l es mi fuerza para que a�n espere, qu� fin me espera para que aguante mi alma? [12] �es mi fuerza la fuerza de la roca? �es mi carne de bronce? [13] �no est� mi apoyo en una nada? �no se me ha ido lejos toda ayuda? [14] el que retira la compasi�n al pr�jimo abandona el temor de sadday. [15] me han defraudado mis hermanos lo mismo que un torrente, igual que el lecho de torrentes que pasan: [16] turbios van de aguas de hielo, sobre ellos se disuelve la nieve; [17] pero en tiempo de estiaje se evaporan, en cuanto hace calor se extinguen en su lecho. [18] por ellos las caravanas se apartan de su ruta, en el desierto se adentran y se pierden. [19] las caravanas de tem� los otean, en ellos esperan los convoyes de sab�. [20] pero se ve corrida su confianza; al llegar junto a ellos se quedan confundidos. [21] as� sois ahora vosotros para m�: veis algo horrible y os amedrent�is. [22] �he dicho acaso: �dadme algo, haced regalos por m� de vuestros bienes; [23] arrancadme de la mano de un rival, de la mano de tiranos rescatadme?� [24] instruidme, que yo me callar�; hacedme ver en qu� me he equivocado. [25] �qu� dulces son las razones ecu�nimes!, pero, �qu� es lo que critican vuestras cr�ticas? [26] �intent�is criticar s�lo palabras, dichos desesperados que se lleva el viento? [27] �vosotros ech�is a suerte al mismo hu�rfano, especul�is con vuestro propio amigo! [28] y ahora, por favor, volveos a m�, que no he de mentiros a la cara. [29] �tornad, pues, que no haya entuerto! �tornad, que est� en juego mi justicia! [30] �hay entuerto en mis labios? �no distingue mi paladar las cosas malas? job job cap.7 [1] �no es una milicia lo que hace el hombre en la tierra? �no son jornadas de mercenario sus jornadas? [2] como esclavo que suspira por la sombra, o como jornalero que espera su salario, [3] as� meses de desencanto son mi herencia, y mi suerte noches de dolor. [4] al acostarme, digo: ��cu�ndo llegar� el d�a?� al levantarme: ��cu�ndo ser� de noche?�, y hasta el crep�sculo ah�to estoy de sobresaltos. [5] mi carne est� cubierta de gusanos y de costras terrosas, mi piel se agrieta y supura. [6] mis d�as han sido m�s raudos que la lanzadera, han desaparecido al acabarse el hilo. [7] recuerda que mi vida es un soplo, que mis ojos no volver�n a ver la dicha. [8] el ojo que me miraba ya no me ver�, pondr�s en m� tus ojos y ya no existir�. [9] una nube se disipa y pasa, as� el que baja al seol no sube m�s. [10] no regresa otra vez a su casa, no vuelve a verle su lugar. [11] por eso yo no he de contener mi boca, hablar� en la angustia de mi esp�ritu, me quejar� en la amargura de mi alma. [12] �acaso soy yo el mar, soy el monstruo marino, para que pongas guardia contra m�? [13] si digo: �mi cama me consolar�, compartir� mi lecho mis lamentos�, [14] con sue�os entonces t� me espantas, me sobresaltas con visiones. [15] �preferir�a mi alma el estrangulamiento, la muerte m�s que mis dolores! [16] ya me disuelvo, no he de vivir por siempre; �d�jame ya; s�lo un soplo son

mis d�as! [17] �qu� es el hombre para que tanto de �l te ocupes, para que pongas en �l tu coraz�n, [18] para que le escrutes todas las ma�anas y a cada instante le escudri�es? [19] �cu�ndo retirar�s tu mirada de m�? �no me dejar�s ni el tiempo de tragar saliva? [20] si he pecado, �qu� te he hecho a ti, oh guardi�n de los hombres? �por qu� me has hecho blanco tuyo? �por qu� te sirvo de cuidado? [21] �y por qu� no toleras mi delito y dejas pasar mi falta? pues ahora me acostar� en el polvo, me buscar�s y ya no existir�. job cap.8 [1] bildad de s�aj tom� la palabra y dijo: [2] �hasta cu�ndo estar�s hablando de ese modo, y un gran viento ser�n las razones de tu boca? [3] �acaso dios tuerce el derecho, sadday pervierte la justicia? [4] si tus hijos pecaron contra �l, ya los dej� a merced de sus delitos. [5] mas si t� a Dios recurres e imploras a sadday, [6] si eres irreprochable y recto, desde ahora �l velar� sobre ti y restaurar� tu morada de justicia. [7] tu pasado parecer� insignificante el lado de tu espl�ndido futuro. [8] pregunta, si no, a la generaci�n pasada, medita en la experiencia de sus padres. [9] nosotros de ayer somos y no sabemos nada, como una sombra nuestros d�as en la tierra. [10] pero ellos te instruir�n y te hablar�n, y de su coraz�n sacar�n estas m�ximas: [11] ��brota acaso el papiro sin marismas? �crece sin agua el junco? [12] a�n en su verdor, sin ser cortado, antes que toda otra hierba se marchita. [13] tal es el fin de los que a dios olvidan, as� fenece la esperanza del imp�o. [14] su confianza es un hilo solamente, su seguridad una tela de ara�a. [15] se apoya en su morada, y no le aguanta, se agarra a ella y no resiste. [16] bien regado ante la faz del sol, por encima de su huerto sal�an sus renuevos. [17] sobre un majano entrelazadas sus ra�ces, viv�a en una casa de piedra. [18] mas cuando se le arranca de su sitio, �ste le niega: "�no te he visto jam�s!" [19] y vedle ya c�mo se pudre en el camino, mientras que del suelo brotan otros.� [20] no, dios no rechaza al �ntegro, ni da la mano a los malvados. [21] la risa ha de llenar a�n tu boca y tus labios el clamor de j�bilo. [22] tus enemigos ser�n cubiertos de verg�enza, y desaparecer� la tienda de los malos. job cap.9 [1] job tom� la palabra y dijo: [2] bien s� yo, en verdad, que es as�: �c�mo ante dios puede ser justo un hombre? [3] a quien pretenda litigar con �l, no le responder� ni una vez entre mil. [4] entre los m�s sabios, entre los m�s fuertes, �qui�n le hizo frente y sali� bien librado? [5] el traslada los montes sin que se den cuenta, y los zarandea en su furor. [6] el sacude la tierra de su sitio, y se tambalean sus columnas. [7] a su veto el sol no se levanta, y pone un sello a las estrellas. [8] el solo despleg� los cielos, y holl� la espalda de la mar. [9] el hizo la osa y ori�n, las cabrillas y las c�maras del sur. [10] es autor de obras grandiosas, insondables, de maravillas sin n�mero. [11] si pasa junto a m�, yo no le veo, si se desliza, no le advierto.

[12] si en algo hace presa, �qui�n le estorbar�? �qui�n le dir�: ��qu� es lo que haces?� [13] dios no cede en su c�lera: bajo �l quedan postrados los esbirros de r�hab. [14] �cu�nto menos podr� yo defenderme y rebuscar razones frente a �l! [15] aunque tuviera raz�n, no hallar�a respuesta, �a mi juez tendr�a que suplicar! [16] y aunque le llame y me responda, a�n no creo que escuchar� mi voz. [17] �el, que me aplasta por un pelo, que multiplica sin raz�n mis heridas, [18] y ni aliento recobrar me deja, sino que me harta de amargura! [19] si se trata de fuerza, �es �l el poderoso! si de justicia, �qui�n le emplazar�? [20] si me creo justo, su boca me condena, si intachable, me declara perverso. [21] �soy intachable? �ni yo mismo me conozco, y desprecio mi vida! [22] pero todo da igual, y por eso digo: �l extermina al intachable y al malvado. [23] si un azote acarrea la muerte de improviso, �l se r�e de la angustia de los inocentes. [24] en un pa�s sujeto al poder de un malvado, �l pone un velo en el rostro de sus jueces: si no es �l, �qui�n puede ser? [25] mis d�as han sido m�s raudos que un correo, se han ido sin ver la dicha. [26] se han deslizado lo mismo que canoas de junco, como �guila que cae sobre la presa. [27] si digo: �voy a olvidar mis quejas, mudar� de semblante para ponerme alegre�, [28] me asalta el temor de todos mis pesares, pues s� que t� no me tendr�s por inocente. [29] y si me he hecho culpable, �para qu� voy a fatigarme en vano? [30] aunque me lave con jab�n, y limpie mis manos con lej�a, [31] t� me hundes en el lodo, y mis propios vestidos tienen horror de m�. [32] que �l no es un hombre como yo, para que le responda, para comparecer juntos en juicio. [33] no hay entre nosotros �rbitro que ponga su mano entre los dos, [34] y que de m� su vara aparte para que no me espante su terror. [35] pero hablar� sin temerle, pues yo no soy as� para m� mismo. job cap.10 [1] asco tiene mi alma de mi vida: derramar� mis quejas sobre m�, hablar� en la amargura de mi alma. [2] dir� a dios: �no me condenes, hazme saber por qu� me enjuicias! [3] �acaso te est� bien mostrarte duro, menospreciar la obra de tus manos, y el plan de los malvados avalar? [4] �tienes t� ojos de carne? �como ve un mortal, ves t�? [5] �son tus d�as como los de un mortal? �tus a�os como los d�as de un hombre?, [6] �para que andes rebuscando mi falta, inquiriendo mi pecado, [7] aunque sabes muy bien que yo no soy culpable, y que nadie puede de tus manos librar! [8] tus manos me formaron, me plasmaron, �y luego, en arrebato, quieres destruirme! [9] recuerda que me hiciste como se amasa el barro, y que al polvo has de devolverme. [10] �no me vertiste como leche y me cuajaste como queso? [11] de piel y de carne me vestiste y me tejiste de huesos y de nervios. [12] luego con la vida me agraciaste y tu solicitud cuid� mi aliento. [13] y algo m�s todav�a guardabas en tu coraz�n, s� lo que a�n en tu mente quedaba: [14] el vigilarme por si peco. y no verme inocente de mi culpa. [15] si soy culpable, �desgraciado de m�! y si soy inocente, no levanto la cabeza, �yo saturado de ignominia, borracho de aflicci�n!

[16] y si la levanto, como un le�n me das caza, y repites tus proezas a mi costa. [17] contra m� tu hostilidad renuevas, redoblas tu sa�a contra m�; sin tregua me asaltan tus tropas de relevo. [18] �para qu� me sacaste del seno? habr�a muerto sin que me viera ning�n ojo; [19] ser�a como si no hubiera existido, del vientre se me habr�a llevado hasta la tumba. [20] �no son bien poco los d�as de mi existencia? ap�rtate de m� para gozar de un poco de consuelo, [21] antes que me vaya, para ya no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra, [22] tierra de oscuridad y de desorden, donde la misma claridad es como la cal�gine. job cap.11 [1] sofar de naamat tom� la palabra y dijo: [2] �no habr� respuesta para el charlat�n? �por ser locuaz se va a tener raz�n? [3] �tu palabrer�a har� callar a los dem�s? �te mofar�s sin que nadie te confunda? [4] t� has dicho: �es pura mi conducta, a tus ojos soy irreprochable.� [5] �ojal� Dios hablara, que abriera sus labios para responderte [6] y te revelara los arcanos de la sabidur�a que desconciertan toda sagacidad! sabr�as entonces que dios olvida a�n parte de tu culpa. [7] �pretendes alcanzar las honduras de dios, llegar hasta la perfecci�n de sadday? [8] m�s alta es que los cielos: �qu� har�s t�? m�s honda que el seol: �qu� puedes t� saber? [9] m�s larga que la tierra su amplitud, y m�s ancha que el mar. [10] si �l interviene, encarcela y cita a juicio, �qui�n se lo impedir�? [11] porque �l conoce a los hombres de enga�o, ve la iniquidad y atiende a ella. [12] el insensato se har� cuerdo cuando un pollino de onagro nazca hombre. [13] pero si t� tu coraz�n arreglas y tiendes tus palmas hacia �l, [14] si alejas la iniquidad que hay en tu mano y no dejas que more en tus tiendas la injusticia, [15] entonces alzar�s tu frente limpia, te sentir�s firme y sin temor. [16] dejar�s tu infortunio en el olvido como agua pasada lo recordar�s. [17] y m�s radiante que el mediod�a surgir� tu existencia, como la ma�ana ser� la oscuridad. [18] vivir�s seguro porque habr� esperanza, aun despu�s de confundido te acostar�s tranquilo. [19] cuando descanses, nadie te turbar�, y adular�n muchos tu rostro. [20] mas los ojos de los malvados languidecen, todo refugio les fracasa; su esperanza es el �ltimo suspiro. job cap.12 [1] job tom� la palabra y dijo: [2] en verdad, vosotros sois el pueblo, con vosotros la sabidur�a morir�. [3] yo tambi�n s� pensar como vosotros, no os cedo en nada: �a qui�n se le ocultan esas cosas? [4] la irrisi�n de su amigo, eso soy yo, cuando grito hacia dios para obtener repuesta. �irrisi�n es el justo perfecto! [5] ��al infortunio, el desprecio! -opinan los dichosos-; �un golpe m�s a quien vacila!� [6] mientras viven en paz las tiendas de los salteadores, en plena seguridad los que irritan a dios, los que meten a dios en su pu�o! [7] pero interroga a las bestias, que te instruyan, a las aves del cielo, que te informen. [8] te instruir�n los reptiles de la tierra, te ense�ar�n los peces del mar.

[9] pues entre todos ellos, �qui�n ignora que la mano de dios ha hecho esto? [10] el, que tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de hombre. [11] �no es el o�do el que aprecia los discursos, como el paladar saborea los manjares? [12] �no est� entre los ancianos el saber, en los muchos a�os la inteligencia? [13] pero con �l sabidur�a y poder, de �l la inteligencia y el consejo. [14] si �l destruye, no se puede edificar; si a alguno encierra, no se puede abrir. [15] si retiene las aguas, sobreviene sequ�a, si las suelta, avasallan la tierra. [16] con �l la fuerza y la agudeza; suyos son seducido y seductor. [17] a los consejeros hace �l andar descalzos, y entontece a los jueces. [18] desata la banda de los reyes y les pasa una soga por los lomos. [19] hace andar descalzos a los sacerdotes y derriba a los que est�n m�s firmes. [20] quita el habla a los m�s h�biles y a los ancianos arrebata el juicio. [21] sobre los nobles vierte el menosprecio y suelta la correa de los fuertes. [22] revela la profundidad de las tinieblas, y saca a la luz la sombra. [23] levanta a las naciones y luego las destruye, ensancha a los pueblos y luego los suprime. [24] quit� el �nimo a los jefes del pa�s, los hace vagar por desierto sin camino; [25] y andan a tientas en tinieblas, sin luz, se tambalean como un ebrio. job cap.13 [1] �oh!, mis ojos han visto todo esto, mis orejas lo han o�do y entendido. [2] s�, yo lo s� tan bien como vosotros, no os cedo en nada. [3] pero es a sadday a quien yo hablo, a dios quiero hacer mis r�plicas. [4] vosotros no sois m�s que charlatanes, curanderos todos de quimeras. [5] �oh, si os callarais la boca! ser�a eso vuestra sabidur�a. [6] o�d mis descargos, os lo ruego, atended a la defensa de mis labios. [7] �en defensa de dios dec�s fals�a, y por su causa razones mentirosas? [8] �as� luch�is en su favor y de dios os hac�is abogados? [9] �no convendr�a que �l os sondease? �jugar�is con �l como se juega con un hombre? [10] el os dar� una severa correcci�n, si en secreto hac�is favor a alguno. [11] �su majestad no os sobrecoge, no os impone su terror? [12] m�ximas de ceniza son vuestras sentencias, vuestras r�plicas son r�plicas de arcilla. [13] �dejad de hablarme, porque voy a hablar yo, venga lo que viniere! [14] tomo mi carne entre mis dientes, pongo mi alma entre mis manos. [15] el me puede matar: no tengo otra esperanza que defender mi conducta ante su faz. [16] y esto mismo ser� mi salvaci�n, pues un imp�o no comparece en su presencia. [17] escuchad, escuchad mis palabras, prestad o�do a mis declaraciones. [18] mirad: un proceso he preparado, consciente de que tengo raz�n. [19] �qui�n es el que quiere litigar conmigo? �pues desde ahora acepto callar y perecer! [20] s�lo dos cosas te pido que me ahorres, y no me esconder� de tu presencia: [21] que retires tu mano que pesa sobre m�, y no me espante tu terror. [22] arguye t� y yo responder�; o bien yo hablar� y t� contestar�s. [23] �cu�ntas son mis faltas y pecados? �mi delito, mi pecado, h�zmelos saber! [24] �por qu� tu rostro ocultas y me tienes por enemigo tuyo? [25] �quieres asustar a una hoja que se lleva el viento, perseguir una paja seca? [26] pues escribes contra m� amargos fallos, me imputas las faltas de mi juventud; [27] pones mis pies en cepos, vigilas mis pasos todos y mides la huella de mis pies. [28] y �l se deshace cual le�o carcomido, como vestido que roe la polilla, job

job cap.14 [1] el hombre, nacido de mujer, corto de d�as y harto de tormentos. [2] como la flor, brota y se marchita, y huye como la sombra sin pararse. [3] �y sobre un ser tal abres t� los ojos, le citas a juicio frente a ti! [4] mas �qui�n podr� sacar lo puro de lo impuro? �ninguno! [5] si es que est�n contados ya sus d�as, si te es sabida la cuenta de sus meses, si un l�mite le has fijado que no franquear�, [6] aparta de �l tus ojos, d�jale, hasta que acabe, como un jornalero, su jornada. [7] una esperanza guarda el �rbol: si es cortado, a�n puede reto�ar, y no dejar� de echar renuevos. [8] incluso con ra�ces en tierra envejecidas, con un tronco que se muere en el polvo, [9] en cuanto siente el agua, reflorece y echa ramaje como una planta joven. [10] pero el hombre que muere queda inerte, cuando un hunamo expira, �d�nde est�? [11] podr�n agotarse las aguas del mar, sumirse los r�os y secarse, [12] que el hombre que yace no se levantar�, se gastar�n los cielos antes que se despierte, antes que surja de su sue�o. [13] �ojal� en el seol t� me guardaras, me escondieras all� mientras pasa tu c�lera, y una tregua me dieras, para acordarte de m� luego [14] -pues, muerto el hombre, �puede revivir?- todos los d�as de mi milicia esperar�a, hasta que llegara mi relevo! [15] me llamar�as y te reponder�a; reclamar�as la obra de tus manos. [16] en lugar de contar mi pasos, como ahora, no te cuidar�as m�s de mis pecados; [17] dentro de un saco se sellar�a mi delito, y blanquear�as mi falta. [18] ay, como el monte acabar� por derrumbarse, la roca cambiar� de sitio, [19] las aguas desgastar�n las piedras, inundar� una llena los terrenos, as� aniquilas t� la esperanza del hombre. [20] le aplastas para siempre, y se va, desfiguras su rostro y le despides. [21] que sean honrados sus hijos, no lo sabe; que sean despreciados, no se entera. [22] tan solo por �l sufre su carne, s�lo por �l se lamenta su alma. job job cap.15 [1] elifaz de tem�n tom� la palabra y dijo: [2] �responde un sabio con una ciencia de aire, hincha su vientre de solano, [3] replicando con palabras vac�as, con discursos in�tiles? [4] �t� llegas incluso a destruir la piedad, a anular los piadosos coloquios ante dios! [5] ya que tu culpa inspira tus palabras, y eliges el hablar de los astutos, [6] tu propia boca te condena, que no yo, tus mismos labios atestiguan contra ti. [7] �has nacido t� el primero de los hombres? �se te dio a luz antes que a las colinas? [8] �escuchas acaso los secretos de dios? �acaparas la sabidur�a?! [9] �qu� sabes t�, que nosotros no sepamos? �qu� comprendes, que a nosotros se escape? [10] �tambi�n entre nosotros hay un cano, un anciano, m�s cargado de d�as que tu padre! [11] �te parecen poco los consuelos divinos, y una palabra que con dulzura se te dice? [12] �c�mo te arrebata el coraz�n, qu� aviesos son tus ojos, [13] cuando revuelves contra dios tu furia y echas palabras por la boca! [14] �c�mo puede ser puro un hombre? �c�mo ser justo el nacido de mujer? [15] si ni en sus santos tiene dios confianza, y ni los cielos son puros a sus ojos,

[16] �cu�nto menos un ser abominable y corrompido, el hombre, que bebe la iniquidad como agua! [17] voy a instruirte, esc�chame, voy a contarte lo que he visto, [18] lo que transmiten los sabios, sin pasar por alto nada de sus padres, [19] -a ellos solos les fue dada la tierra, sin que se mezclara extranjero entre ellos-: [20] �todos sus d�as vive el malvado en tormento, contados est�n los a�os asignados al tirano. [21] grito de espanto resuena en sus o�dos, en plena paz el bandido le asalta. [22] no espera escapar a las tinieblas, y se ve destinado a la espada. [23] asignado como pasto de los buitres, sabe que su ruina es inminente. la hora de las tinieblas [24] le espanta, la ansiedad y la angustia le invaden, como un rey pronto al asalto. [25] �alzaba �l su mano contra dios, se atrev�a a retar a sadday! [26] embest�a contra �l, el cuello tenso, tras las macizas gibas de su escudo; [27] porque ten�a el rostro cubierto de grasa, en sus ijadas hab�a echado sebo, [28] y habitaba ciudades destruidas, casas inhabitadas que amenazaban convertirse en ruinas. [29] no se enriquecer�, no ser� estable su fortuna, su sombra no cubrir� la tierra, [30] (ni escapar� a las tinieblas). agotar� sus renuevos la llama, su flor ser� barrida por el viento. [31] no se f�e de su elevada talla, pues vanidad es su follaje. [32] se amustiar� antes de tiempo, y sus ramas no reverdecer�n. [33] sacudir� como la vi�a sus agraces, como el olivo dejar� caer su flor. [34] s�, es est�ril la ralea del imp�o, devora el fuego la tienda del soborno. [35] quien concibe dolor, desgracia engendra, su vientre incuba decepci�n� job job cap.16 [1] job tom� la palabra y dijo: [2] �he o�do muchas cosas como �sas! �consoladores funestos sois todos vosotros! [3] ��no acabar�n esas palabras de aire?� o: ��qu� es lo que te pica para responder?� [4] tambi�n yo podr�a hablar como vosotros, si estuvierais en mi lugar; contra vosotros ordenar�a discursos, meneando por vosotros mi cabeza; [5] os confortar�a con mi boca, y no dejar�a de mover los labios. [6] mas si hablo, no cede mi dolor, y si callo, �acaso me perdona? [7] ahora me tiene ya extenuado; t� has llenado de horror a toda la reuni�n [8] que me acorrala; mi calumniador se ha hecho mi testigo, se alza contra m�, a la cara me acusa; [9] su furia me desgarra y me persigue, rechinando sus dientes contra m�. mis adversarios aguzan sobre m� sus ojos, [10] abren su boca contra m�. ultraj�ndome hieren mis mejillas, a una se amotinan contra m�. [11] a injustos dios me entrega, me arroja en manos de malvados. [12] estaba yo tranquilo cuando �l me golpe�, me agarr� por la nuca para despedazarme. me ha hecho blanco suyo: [13] me cerca con sus tiros, traspasa mis entra�as sin piedad y derrama por tierra mi hiel. [14] abre en m� brecha sobre brecha, irrumpe contra m� como un guerrero. [15] yo he cosido un sayal sobre mi piel, he hundido mi frente en el polvo. [16] mi rostro ha enrojecido por el llanto, la sombra mis p�rpados recubre. [17] y eso que no hay en mis manos violencia, y mi oraci�n es pura. [18] �tierra, no cubras t� mi sangre, y no quede en secreto mi clamor! [19] ahora todav�a est� en los cielos mi testigo, all� en lo alto est� mi defensor,

[20] que interpreta ante dios mis pensamientos; ante �l fluyen mis ojos: [21] �oh, si �l juzgara entre un hombre y dios, como entre un mortal y otro mortal! [22] pues mis a�os futuros son contados, y voy a emprender el camino sin retorno. job cap.17 [1] mi aliento se agota, mis d�as se apagan s�lo me queda el cementerio. [2] �no estoy a merced de las burlas, y en amarguras pasan mis ojos las noches? [3] coloca, pues, mi fianza junto a ti, �qui�n, si no, querr� chocar mi mano? [4] t� has cerrado su mente a la raz�n, por eso ninguna mano se levanta [5] como el que anuncia a sus amigos un reparto, cuando languidecen los ojos de sus hijos, [6] me he hecho yo proverbio de las gentes, alguien a quien escupen en la cara. [7] mis ojos se apagan de pesar, mis miembros se desvanecen como sombra. [8] los hombres rectos quedan de ello asombrados, contra el imp�o se indigna el inocente; [9] el justo se afianza en su camino, y el de manos puras redobla su energ�a. [10] pero, vosotros todos, volved otra vez, �no hallar� un solo sabio entre vosotros! [11] mis d�as han pasado con mis planes, se han deshecho los deseos de mi coraz�n. [12] algunos hacen de la noche d�a: se acercar�a la luz que ahuyenta las tinieblas. [13] mas �qu� espero? mi casa es el seol, en las tinieblas extend� mi lecho. [14] y grito a la fosa: ��t� mi padre!�, a los gusanos: ��mi madre y mis hermanos!� [15] �d�nde est�, pues, mi esperanza? y mi felicidad �qui�n la divisa? [16] �van a bajar conmigo hasta el seol? �nos hundiremos juntos en el polvo? job job cap.18 [1] bildad de s�aj tom� la palabra y dijo: [2] �cu�ndo pondr�is freno a las palabras? reflexionad, y despu�s hablaremos. [3] �por qu� hemos de ser tenidos como bestias, y a vuestros ojos somos impuros? [4] oh t�, que te desgarras en tu c�lera, �la tierra acaso quedar� por ti desierta, se mover� la roca de su sitio? [5] s�, la luz del malvado ha de apagarse, ya no brillar� su ardiente llama. [6] la luz en su tienda se oscurece, de encima de �l se apaga la candela. [7] se acortan sus pasos vigorosos, le pierde su propio consejo. [8] porque sus pies le meten en la red, entre mallas camina. [9] por el tal�n le apresa un lazo, el cepo se cierra sobre �l. [10] oculto en la tierra hay un nudo para �l, una trampa le espera en el sendero. [11] por todas partes le estremecen terrores, y le persiguen paso a paso. [12] el hambre es su cortejo, la desgracia se adhiere a su costado. [13] devora el mal su piel, el primog�nito de la muerte roe sus miembros. [14] se le arranca del seguro de su tienda, se le lleva donde el rey de los terrores. [15] se ocupa su tienda, ya no suya, se esparce azufre en su morada. [16] por abajo se secan sus ra�ces, por arriba se amustia su ramaje. [17] su recuerdo desaparece de la tierra, no le queda nombre en la comarca. [18] se le arroja de la luz a las tinieblas, del orbe se le expulsa. [19] ni prole ni posteridad tiene en su pueblo, ning�n superviviente en sus moradas. [20] de su fin se estremece el occidente, y el oriente queda preso de terror. [21] tan s�lo esto son las moradas del imp�o, tal el lugar del que a dios desconoce.

job cap.19 [1] job tom� la palabra y dijo: [2] �hasta cu�ndo afligir�is mi alma y a palabras me acribillar�is? [3] ya me hab�is insultado por diez veces, me hab�is zarandeado sin reparo. [4] aunque de hecho hubiese errado, en m� solo quedar�a mi yerro. [5] si es que a�n quer�is triunfar de m� y mi oprobio reprocharme, [6] sabed ya que es dios quien me hace entuerto, y el que en su red me envuelve. [7] si grito: �violencia!, no obtengo respuesta; por m�s que apelo, no hay justicia. [8] el ha vallado mi ruta para que yo no pase, ha cubierto mis senderos de tinieblas. [9] me ha despojado de mi gloria, ha arrancado la corona de mi frente. [10] por todas partes me mina y desaparezco, arranca como un �rbol mi esperanza. [11] enciende su ira contra m�, me considera su enemigo. [12] en masa sus huestes han llegado, su marcha de asalto han abierto contra m�, han puesto cerco a mi tienda. [13] a mis hermanos ha alejado de m�, mis conocidos tratan de esquivarme. [14] parientes y deudos ya no tengo, los hu�spedes de mi casa me olvidaron. [15] por un extra�o me tienen mis criadas, soy a sus ojos un desconocido. [16] llamo a mi criado y no responde, aunque le implore con mi propia boca. [17] mi aliento repele a mi mujer, f�tido soy para los hijos de mi vientre. [18] hasta los chiquillos me desprecian, si me levanto, me hacen burla. [19] tienen horror de m� todos mis �ntimos, los que yo m�s amaba se han vuelto contra m�. [20] bajo mi piel mi carne cae podrida, mis huesos se desnudan como dientes. [21] �piedad, piedad de m�, vosotros mis amigos, que es la mano de dios la que me ha herido! [22] �por qu� os ceb�is en m� como hace dios, y no os sent�s ya ah�tos de mi carne? [23] �ojal� se escribieran mis palabras, ojal� en monumento se grabaran, [24] y con punz�n de hierro y buril, para siempre en la roca se esculpieran! [25] yo s� que mi defensor est� vivo, y que �l, el �ltimo, se levantar� sobre el polvo. [26] tras mi despertar me alzar� junto a �l, y con mi propia carne ver� a dios. [27] yo, s�, yo mismo le ver�, mis ojos le mirar�n, no ning�n otro. �dentro de m� languidecen mis entra�as! [28] y si vosotros dec�s: ��c�mo atraparle, qu� pretexto hallaremos contra �l?�, [29] temed la espada por vosotros mismos, pues la ira se encender� contra las culpas y sabr�is que hay un juicio. job cap.20 [1] sofar de naamat tom� la palabra y dijo: [2] por esto mis pensamientos a replicar me incitan: por la impaciencia que me urge. [3] una lecci�n que me ultraja he escuchado, mas el soplo de mi inteligencia me incita a responder. [4] �no sabes t� que desde siempre, desde que el hombre en la tierra fue puesto, [5] es breve la alegr�a del malvado, y de un instante el gozo del imp�o? [6] aunque su talla se alzara hasta los cielos y las nubes tocara su cabeza, [7] como un fantasma desaparece para siempre, los que le ve�an dicen: ��d�nde est�?� [8] se vuela como un sue�o inaprensible, se le ahuyenta igual que a una visi�n nocturna. [9] el ojo que le observaba ya no le ve m�s, ni le divisa el lugar donde estaba. [10] a los pobres tendr�n que indemnizar sus hijos, sus ni�os habr�n de devolver sus bienes.

[11] sus huesos rebosaban de vigor juvenil: mas ya con �l postrado est� en el polvo. [12] si el mal era dulce a su boca, si bajo su lengua lo albergaba, [13] si all� lo guardaba tenazmente y en medio del paladar lo reten�a, [14] su alimento en sus entra�as se corrompe, en su interior se le hace hiel de �spid. [15] vomita las riquezas que engull�, Dios se las arranca de su vientre. [16] veneno de �spides chupaba: lengua de v�bora le mata. [17] ya no ver� los arroyos de aceite, los torrentes de miel y de cuajada. [18] devuelve su ganancia sin tragarla, no saborea el fruto de su negocio. [19] porque estruj� las chozas de los pobres, rob� casas en vez de construirlas; [20] porque su vientre se mostr� insaciable, sus tesoros no le salvar�n; [21] porque a su voracidad nada escapaba, por eso no dura su prosperidad. [22] en plena abundancia la estrechez le sorprende, la desgracia, en tromba, cae sobre �l. [23] en el momento de llenar su vientre, suelta dios contra �l el ardor de su c�lera y lanza sobre su carne una lluvia de saetas. [24] si del arma de hierro logra huir, el arco de bronce le traspasa. [25] sale una flecha por su espalda, una hoja fulgurante de su h�gado. los terrores se abalanzan sobre �l, [26] total tiniebla aguarda a sus tesoros. un fuego que nadie atiza le devora, y consume lo que en su tienda a�n queda, [27] los cielos ponen su culpa al descubierto, y la tierra se alza contra �l. [28] la hacienda de su casa se derrama, como torrentes, en el d�a de la c�lera. [29] tal es la suerte que al malvado dios reserva, la herencia de dios para el maldito. job cap.21 [1] job tom� la palabra y dijo: [2] escuchad, escuchad mis razones, dadme siquiera este consuelo. [3] tened paciencia mientras hablo yo, cuando haya hablado, os podr�is burlar. [4] �acaso me quejo yo de un hombre? �por qu� entonces no he de ser impaciente? [5] volved hacia m�: quedar�is espantados y la mano pondr�is en vuestra boca. [6] que yo mismo me horrorizo al recordarlo, y mi carne es presa de un escalofr�o. [7] �por qu� siguen viviendo los malvados, envejecen y a�n crecen en poder? [8] su descendencia ante ellos se afianza, sus v�stagos se afirman a su vista. [9] en paz sus casas, nada temen, la vara de dios no cae sobre ellos. [10] su toro fecunda sin marrar, sin abortar su vaca pare. [11] dejan correr a sus ni�os como ovejas, sus hijos brincan como ciervos. [12] cantan con arpa y c�tara, al son de la flauta se divierten. [13] acaban su vida en la ventura, en paz descienden al seol. [14] y con todo, a dios dec�an: ��lejos de nosotros, no queremos conocer tus caminos! [15] �qu� es sadday para que le sirvamos, qu� podemos ganar con aplacarle?� [16] �no est� en sus propias manos su ventura, aunque el consejo de los malos quede lejos de dios? [17] �cu�ntas veces la l�mpara de los malos se apaga, su desgracia irrumpe sobre ellos, y �l reparte dolores en su c�lera? [18] �son como paja ante el viento, como tamo que arrebata un torbellino? [19] �va a guardar dios para sus hijos su castigo? �que le castigue a �l, para que sepa! [20] �vea su ruina con sus propios ojos, beba de la furia de sadday! [21] �qu� le importa la suerte de su casa, despu�s de �l, cuando se haya cortado la cuenta de sus meses? [22] pero, �se ense�a a dios la ciencia? �si es �l quien juzga a los seres m�s excelsos!

[23] hay quien muere en su pleno vigor, en el colmo de la dicha y de la paz, [24] repletos de grasa su ijares, bien empapado el meollo de sus huesos. [25] y hay quien muere, la amargura en el alma, sin haber gustado la ventura. [26] juntos luego se acuestan en el polvo, y los gusanos los recubren. [27] �oh, s� muy bien lo que pens�is, las malas ideas que os form�is sobre m�! [28] ��d�nde est�, os dec�s, la casa del magnate? �d�nde la tienda que habitaban los malos?� [29] �no hab�is interrogado a los viandantes? �no os han pasmado los casos que refieren? [30] que el malo es preservado en el d�a del desastre, en el d�a de los furores queda a salvo. [31] pues, �qui�n le echa en cara su conducta y le da el merecido de su obras? [32] cuando es llevado al cementerio, sobre el mausoleo hace vela. [33] dulces le son los terrones del torrente, y detr�s de �l desfila todo el mundo. [34] �c�mo, pues, me consol�is tan en vano? �pura falacia son vuestras respuestas! job job cap.22 [1] elifaz de tem�n tom� la palabra y dijo: [2] �acaso a dios puede un hombre ser �til? �s�lo a s� mismo es �til el sensato! [3] �tiene alg�n inter�s sadday por tu justicia? �gana algo con que seas intachable? [4] �acaso por tu piedad �l te corrige y entra en juicio contigo? [5] �no ser� m�s bien por tu mucha maldad, por tus culpas sin l�mite? [6] porque exig�as sin raz�n prendas a tus hermanos, arrancabas a los desnudos sus vestidos, [7] no dabas agua al sediento, al hambriento le negabas el pan; [8] como hombre fuerte que hace suyo el pa�s, y, rostro altivo, se sit�a en �l, [9] despachabas a las viudas con las manos vac�as y quebrabas los brazos de los hu�rfanos. [10] por eso los lazos te aprisionan y te estremece un pavor s�bito. [11] la luz se hace tiniebla, y ya no ves, y una masa de agua te sumerge. [12] �no est� Dios en lo alto de los cielos? �mira la cabeza de las estrellas, qu� altas! [13] y t� has dicho: ��qu� conoce dios? �discierne acaso a trav�s del nublado? [14] un velo opaco son las nubes para �l, y anda por el contorno de los cielos.� [15] �vas a seguir t� la ruta antigua que anduvieron los hombres perversos? [16] antes de tiempo fueron aventados, cuando un r�o arras� sus cimientos. [17] los que dec�an a dios: ��ap�rtate de nosotros! �qu� puede hacernos sadday?� [18] y era �l el que colmaba sus casas de ventura, aunque el consejo de los malos segu�a lejos de �l. [19] al verlo los justos se recrean, y de ellos hace burla el inocente: [20] ��c�mo acab� nuestro adversario! �el fuego ha devorado su opulencia!�. [21] reconc�liate con �l y haz la paz: as� tu dicha te ser� devuelta. [22] recibe de su boca la ense�anza, pon sus palabras en tu coraz�n. [23] si vuelves a sadday con humildad, si alejas de tu tienda la injusticia, [24] si tiras al polvo el oro, el ofir a los guijarros del torrente, [25] sadday se te har� lingotes de oro y plata a montones para ti. [26] tendr�s entonces en sadday tus delicias y hacia dios levantar�s tu rostro. [27] el escuchar� cuando le invoques, y podr�s cumplir tus votos. [28] todo lo que emprendas saldr� bien, y por tus caminos brillar� la luz. [29] porque �l abate el orgullo de los grandes, y salva al que baja los ojos. [30] el libra al inocente; si son tus manos puras, ser�s salvo. job job cap.23

[1] job tom� la palabra y dijo: [2] todav�a mi queja es una rebeli�n; su mano pesa sobre mi gemido. [3] �qui�n me diera saber encontrarle, poder llegar a su morada! [4] un proceso abrir�a delante de �l, llenar�a mi boca de argumentos. [5] sabr�a las palabras de su r�plica, comprender�a lo que me dijera. [6] �precisar�a gran fuerza para disputar conmigo? no, tan s�lo tendr�a que prestarme atenci�n. [7] reconocer�a en su adversario a un hombre recto, y yo me librar�a de mi juez para siempre. [8] si voy hacia el oriente, no est� all�; si al occidente, no le advierto. [9] cuando le busco al norte, no aparece, y tampoco le veo si vuelvo al mediod�a. [10] pero �l mis pasos todos sabe: �probado en el crisol, saldr� oro puro! [11] mi pie se ha adherido a su paso, he guardado su ruta sin desv�o; [12] del mandato de sus labios no me aparto, he albergado en mi seno las palabras de su boca. [13] mas �l decide, �qui�n le har� retractarse? lo que su alma ha proyectado lleva a t�rmino. [14] as� ejecutar� mi sentencia, como tantas otras decisones suyas. [15] por eso estoy, ante �l, horrorizado, y cuanto m�s lo pienso, m�s me espanta. [16] dios me ha enervado el coraz�n, sadday me ha aterrorizado. [17] pues no he desaparecido en las tinieblas, pero �l ha cubierto de oscuridad mi rostro. job cap.24 [1] �por qu� Sadday no se reserva tiempos, y los que le conocen no contemplan sus d�as? [2] los malvados remueven los mojones, roban el reba�o y su pastor. [3] se llevan el asno de los hu�rfanos, toman en prenda el buey de la viuda. [4] los mendigos tienen que retirarse del camino, a una se ocultan los pobres del pa�s. [5] como onagros del desierto salen a su tarea, buscando presa desde el alba, y a la tarde, pan para sus cr�as. [6] cosechan en el campo del inicuo, vendimian la vi�a del malvado. [7] pasan la noche desnudos, sin vestido, sin cobertor contra el fr�o. [8] calados por el turbi�n de las monta�as, faltos de abrigo, se pegan a la roca. [9] al hu�rfano se le arranca del pecho, se toma en prenda al ni�o del pobre. [10] desnudos andan, sin vestido; hambrientos, llevan las gavillas. [11] pasan el mediod�a entre dos paredes, pisan los lagares y no quitan la sed. [12] desde la ciudad gimen los que mueren, el herido de muerte pide auxilio, �y dios sigue sordo a la oraci�n! [13] otros hay rebeldes a la luz: no reconocen sus caminos ni frecuentan sus senderos. [14] a�n no es de d�a cuando el asesino se levanta para matar al pobre y al menesteroso. por la noche merodea el ladr�n. [15] el ojo del ad�ltero el crep�sculo esp�a: �ning�n ojo -dice- me divisa�, y cubre su rostro con un velo. [16] las casas perfora en las t�nieblas. durante el d�a se ocultan los que no quieren conocer la luz. [17] para todos ellos la ma�ana es sombra, porque sufren entonces sus terrores. [18] no es m�s que una paja sobre el agua, su hacienda es maldita en el pa�s, nadie toma el camino de su vi�a. [19] como el calor de sequ�a arrebata el agua de nieve, as� el seol al que ha pecado. [20] el seno que le form� se olvida de �l, y su nombre no se recuerda m�s. as� la iniquidad es desgajada como un �rbol. [21] maltrataba a la est�ril, la que no da a luz, y a la viuda no trataba bien. [22] pero aquel que agarra con su fuerza a los tiranos se levanta, y va el otro

no cuenta con la vida. [23] le dejaba apoyarse [24] se encumbr� por un se corta, como la cresta [25] �no es as�? �qui�n

con seguridad, pero sus ojos vigilaban sus caminos. instante, y ya no existe, se abate como el armuelle que de la espiga se amustia. me puede desmentir y reducir a nada mi palabra? job

job cap.25 [1] [2] [3] [4] [5] [6]

bildad de s�aj tom� la palabra y dijo: es soberano de temible fuerza el que hace reinar la paz en sus alturas. �puede contar alguien sus tropas? �contra qui�n no se alza su luz? �c�mo un hombre ser� justo ante dios? �c�mo puro el nacido de mujer? si ni la luna misma tiene brillo, ni las estrellas son puras a sus ojos, �cu�nto menos un hombre, esa gusanera, un hijo de hombre, ese gusano! job

job cap.26 [1] job tom� la palabra y dijo: [2] �qu� bien has sostenido al d�bil y socorrido al brazo inv�lido! [3] �qu� bien has aconsejado al ignorante, qu� h�bil talento has demostrado! [4] �a qui�n has dirigido tus discursos, y de qui�n es el esp�ritu que ha salido de ti? [5] las sombras tiemblan bajo tierra, las aguas y sus habitantes se estremecen. [6] ante �l, el seol est� al desnudo, la perdici�n al descubierto. [7] el extiende el septentri�n sobre el vac�o, sobre la nada suspende la tierra. [8] el encierra las aguas en sus nubes, sin que bajo su peso el nublado reviente. [9] el encubre la cara de la luna llena, desplegando sobre ella su nublado. [10] el traz� un cerco sobre la haz de las aguas, hasta el conf�n de la luz con las tinieblas, [11] se tambalean las columnas del cielo, presas de terror a su amenaza. [12] con su poder hendi� la mar, con su destreza quebr� a r�hab. [13] su soplo abrillant� los cielos, su mano traspas� a la serpiente huidiza, [14] estos son los contornos de sus obras, de que s�lo percibimos un apagado eco. y el trueno de su potencia, �qui�n lo captar�? job job cap.27 [1] job continu� pronunciando su discurso y dijo: [2] �vive dios, que justicia me reh�sa, por sadday, que me ha amargado el alma, [3] mientras siga en m� todo mi esp�ritu y el aliento de dios en mis narices, [4] no dir�n mis labios falsedad, ni mi lengua proferir� mentira! [5] lejos de m� daros la raz�n: hasta mi �ltimo suspiro mantendr� mi inocencia. [6] me he aferrado a mi justicia, y no la soltar�, mi coraz�n no se averg�enza de mis d�as. [7] �tenga la suerte del malvado mi enemigo, la del injusto mi adversario! [8] pues �cu�l es la esperanza del imp�o cuando suplica, cuando hacia dios eleva su alma? [9] �acaso dios escucha su gemido, cuando viene sobre �l una calamidad? [10] �ten�a �l sus delicias en sadday? �invocaba a dios en todo instante? [11] yo os muestro el proceder de dios, sin ocultar los secretos de sadday. [12] y si todos vosotros ya lo hab�is comprobado, �para qu� esos vanos discursos al vac�o? [13] esta es la suerte que al malvado dios reserva, la herencia que reciben de sadday los violentos. [14] aunque sean muchos sus hijos, son para la espada, y sus v�stagos no tendr�n pan con que saciarse. [15] los que queden ser�n sepultados por la peste, y sus viudas no los llorar�n. [16] si acumula la plata como polvo, si amontona vestidos como fango,

[17] �que amontone!: un justo se vestir� con ellos, un inocente heredar� la plata. [18] se edific� una casa de ara�a, como garita que un guarda construye. [19] rico se acuesta, mas por �ltima vez; cuando abre los ojos, ya no es nada. [20] en pleno d�a le asaltan los terrores, de noche un torbellino le arrebata. [21] el solano se lo lleva, y desaparece, le arranca del lugar de su mansi�n. [22] sin compasi�n por blanco se le toma, trata de huir de la mano que le hiere. [23] b�tense palmas a su ruina, doquiera se encuentre se le silba. job job cap.28 [1] hay, s�, para la plata un venero, para el oro un lugar donde se purifica. [2] se extrae del suelo el hierro, una piedra fundida se hace cobre. [3] se pone fin a las tinieblas, hasta el �ltimo l�mite se excava la piedra oscura y l�brega. [4] extranjeros abren galer�as de todo pie olvidadas, y oscilan, se balancean, lejos de los humanos. [5] tierra de donde sale el pan, que est� revuelta, abajo, por el fuego. [6] lugar donde las piedras son zafiro y contienen granos de oro. [7] sendero que no conoce el ave de rapi�a, ni el ojo del buitre lo columbra. [8] no lo pisaron los hijos del orgullo, el le�n jam�s lo atraves�. [9] aplica el hombre al pedernal su mano, descuaja las monta�as de ra�z. [10] abre canales en las rocas, ojo avizor a todo lo precioso. [11] explora las fuentes de los r�os, y saca a luz lo oculto. [12] mas la sabidur�a, �de d�nde viene? �cu�l es la sede de la inteligencia? [13] ignora el hombre su sendero, no se le encuentra en la tierra de los vivos. [14] dice el abismo: �no est� en m�, y el mar: �no est� conmigo.� [15] no se puede dar por ella oro fino, ni comprarla a precio de plata, [16] ni evaluarla con el oro de ofir, el �gata preciosa o el zafiro. [17] no la igualan el oro ni el vidrio, ni se puede cambiar por vaso de oro puro. [18] corales y cristal ni mencionarlos, mejor es pescar sabidur�a que perlas. [19] no la iguala el topacio de kus, ni con oro puro puede evaluarse. [20] mas la sabidur�a, �de d�nde viene? �cu�l es la sede de la inteligencia? [21] oc�ltase a los ojos de todo ser viviente, se hurta a los p�jaros del cielo. [22] la perdici�n y la muerte dicen: �de o�das sabemos su renombre.� [23] s�lo dios su camino ha distinguido, s�lo �l conoce su lugar. [24] (porque �l otea hasta los confines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos.) [25] cuando dio peso al viento y afor� las aguas con un m�dulo, [26] cuando a la lluvia impuso ley y un camino a los giros de los truenos, [27] entonces la vio y le puso precio, la estableci� y la escudri��. [28] y dijo al hombre: �mira, el temor del se�or es la sabidur�a, huir del mal, la inteligencia.� job job cap.29 [1] job continu� pronunciando su discurso y dijo: [2] �qui�n me hiciera volver a los meses de anta�o, aquellos d�as en que dios me guardaba, [3] cuando su l�mpara brillaba sobre mi cabeza, y yo a su luz por las tinieblas caminaba; [4] como era yo en los d�as de mi oto�o, cuando vallaba dios mi tienda, [5] cuando sadday estaba a�n conmigo, y en torno m�o mis muchachos, [6] cuando mis pies se ba�aban en manteca, y regatos de aceite destilaba la roca! [7] si yo sal�a a la puerta que domina la ciudad y mi asiento en la plaza colocaba, [8] se retiraban los j�venes al verme, y los viejos se levantaban y quedaban en pie.

[9] los notables cortaban sus palabras y pon�an la mano en su boca. [10] la voz de los jefes se ahogaba, su lengua se pegaba al paladar. [11] o�do que lo o�a me llamaba feliz, ojo que lo ve�a se hac�a mi testigo. [12] pues yo libraba al pobre que clamaba, y al hu�rfano que no ten�a valedor. [13] la bendici�n del moribundo sub�a hacia m�, el coraz�n de la viuda yo alegraba. [14] me hab�a puesto la justicia, y ella me revest�a, como manto y turbante, mi derecho. [15] era yo los ojos del ciego y del cojo los pies. [16] era el padre de los pobres, la causa del desconocido examinaba. [17] quebraba los colmillos del inicuo, de entre sus dientes arrancaba su presa. [18] y me dec�a: �anciano morir�, como la arena aumentar� mis d�as. [19] mi ra�z est� franca a las aguas, el roc�o se posa de noche en mi ramaje. [20] mi gloria ser� siempre nueva en m�, y en mi mano mi arco renovar� su fuerza. [21] me escuchaban ellos con expectaci�n, callaban para o�r mi consejo. [22] despu�s de hablar yo, no replicaban, y sobre ellos mi palabra ca�a gota a gota. [23] me esperaban lo mismo que a la lluvia, abr�an su boca como a lluvia tard�a. [24] si yo les sonre�a, no quer�an creerlo, y la luz de mi rostro no dejaban perderse. [25] les indicaba el camino y me pon�a al frente, me asentaba como un rey en medio de su tropa, y por doquier les guiaba a mi gusto. job job cap.30 [1] mas ahora r�ense de m� los que son m�s j�venes que yo, a cuyos padres no juzgaba yo dignos de mezclar con los perros de mi grey. [2] aun la fuerza de sus manos, �para qu� me serv�a?; hab�a deca�do todo su vigor, [3] agotado por el hambre y la penuria. ro�an las ra�ces de la estepa, lugar sombr�o de ruina y soledad. [4] recog�an armuelle por los matorrales, eran su pan ra�ces de retama. [5] de entre los hombres estaban expulsados, tras ellos se gritaba como tras un ladr�n. [6] moraban en las escarpas de los torrentes, en las grietas del suelo y de las rocas. [7] entre los matorrales rebuznaban, se apretaban bajo los espinos. [8] hijos de abyecci�n, s�, ralea sin nombre, echados a latigazos del pa�s. [9] �y ahora soy yo la copla de ellos, el blanco de sus chismes! [10] horrorizados de m�, se quedan a distancia, y sin reparo a la cara me escupen. [11] porque �l ha soltado mi cuerda y me maltrata, ya tiran todo freno ante m�. [12] una ralea se alza a mi derecha, exploran si me encuentro tranquilo, y abren hacia m� sus caminos siniestros. [13] mi sendero han destruido, para perderme se ayudan, y nada les detiene; [14] como por ancha brecha irrumpen, se han escurrido bajo los escombros. [15] los terrores se vuelven contra m�, como el viento mi dignidad es arrastrada; como una nube ha pasado mi ventura. [16] y ahora en m� se derrama mi alma, me atenazan d�as de aflicci�n. [17] de noche traspasa el mal mis huesos, y no duermen las llagas que me roen. [18] con violencia agarra �l mi vestido, me aferra como el cuello de mi t�nica. [19] me ha tirado en el fango, soy como el polvo y la ceniza. [20] grito hacia ti y t� no me respondes, me presento y no me haces caso. [21] te has vuelto cruel para conmigo, tu mano vigorosa en m� se ceba. [22] me llevas a caballo sobre el viento, me zarandeas con la tempestad. [23] pues bien s� que a la muerte me conduces, al lugar de cita de todo ser viviente. [24] y sin embargo, �he vuelto yo la mano contra el pobre, cuando en su angustia

justicia reclamaba? [25] �no he llorado por el que vive en estrechez? �no se ha apiadado mi alma del mendigo? [26] yo esperaba la dicha, y lleg� la desgracia, aguardaba la luz, y lleg� la oscuridad. [27] me hierven las entra�as sin descanso, me han alcanzado d�as de aflicci�n. [28] sin haber sol, ando renegrido, me he levantado en la asamblea, s�lo para gritar. [29] me he hecho hermano de chacales y compa�ero de avestruces. [30] mi piel se ha ennegrecido sobre m�, mis huesos se han quemado por la fiebre. [31] �mi c�tara s�lo ha servido para el duelo, mi flauta para la voz de pla�idores! job job cap.31 [1] hab�a hecho yo un pacto con mis ojos, y no miraba a ninguna doncella. [2] y �cu�l es el reparto que hace dios desde arriba, cu�l la suerte que manda sadday desde la altura? [3] �no es acaso desgracia para el inicuo, tribulaci�n para los malhechores? [4] �no ve �l mis caminos, no cuenta todos mis pasos? [5] �he caminado junto a la mentira? �he apretado mi paso hacia la falsedad? [6] �p�seme �l en balanza de justicia, conozca dios mi integridad! [7] si mis pasos del camino se extraviaron, si tras mis ojos fue mi coraz�n, si a mis manos se adhiere alguna mancha, [8] �coma otro lo que yo sembr�, y sean arrancados mis reto�os! [9] si mi coraz�n fue seducido por mujer, si he fisgado a la puerta de mi pr�jimo, [10] �muela para otro mi mujer, y otros se encorven sobre ella! [11] pues ser�a ello una impudicia, un crimen a justicia sujeto; [12] ser�a fuego que devora hasta la perdici�n y que consumir�a toda mi hacienda. [13] si he menospreciado el derecho de mi siervo o de mi sierva, en sus pleitos conmigo, [14] �qu� podr� hacer cuando dios se levante? cuando �l investigue, �qu� responder�? [15] �no los hizo �l, igual que a m�, en el vientre? �no nos form� en el seno uno mismo? [16] me he negado al deseo de los d�biles? �dej� desfallecer los ojos de la viuda? [17] �com� solo mi pedazo de pan, sin compartirlo con el hu�rfano? [18] �siendo as� que desde mi infancia me cri� �l como un padre, me gui� desde el seno materno! [19] �he visto a un miserable sin vestido, a alg�n pobre desnudo, [20] sin que en lo �ntimo de su ser me bendijera, y del vell�n de mis corderos se haya calentado? [21] si he alzado mi mano contra un hu�rfano, por sentirme respaldado en la puerta, [22] �mi espalda se separe de mi nuca, y mi brazo del hombro se desgaje! [23] pues el terror de dios caer�a sobre m�, y ante su majestad no podr�a tenerme. [24] �he hecho del oro mi confianza, o he dicho al oro fino: �t�, mi seguridad�? [25] �me he complacido en la abundancia de mis bienes, en que mi mano hab�a ganado mucho? [26] �acaso, al ver el sol c�mo brillaba, y la luna que marchaba radiante, [27] mi coraz�n, en secreto, se dej� seducir para enviarles un beso con la mano? [28] tambi�n hubiera sido una falta criminal, por haber renegado del dios de lo alto. [29] �del infortunio de mi enemigo me alegr�, me goc� de que el mal le alcanzara? [30] �yo que no permit�a a mi lengua pecar reclamando su vida con una maldici�n!

[31] �no dec�an las gentes de mi tienda: ��hay alguien que no se haya hartado con su carne?� [32] el forastero no pernoctaba a la intemperie, ten�a abierta mi puerta al caminante. [33] �he disimulado mis culpas a los hombres, ocultando en mi seno mi pecado, [34] porque temiera el rumor p�blico, o el desprecio de las gentes me asustara, hasta quedar callado sin atreverme a salir mi puerta? [35] �oh! �qui�n har� que se me escuche? esta es mi �ltima palabra: �resp�ndame sadday! el libelo que haya escrito mi adversario [36] pienso llevarlo sobre mis espaldas, ce��rmelo igual que una diadema. [37] del n�mero de mis pasos voy a rendirle cuentas, como un pr�ncipe me llegar� hasta �l. [38] si mi tierra grita contra m�, y sus surcos lloran con ella, [39] si he comido sus frutos sin pagarlos y he hecho expirar a sus due�os, [40] �en vez de trigo broten en ella espinas, y en lugar de cebada hierba hedionda! fin de las palabras de job. job cap.32 [1] aquellos tres hombres dejaron de replicar a job, porque se ten�a por justo. [2] entonces mont� en c�lera elih�, hijo de barakel el buzita, de la familia de ram. su c�lera se inflam� contra job, porque pretend�a tener raz�n frente a dios; [3] y tambi�n contra sus tres amigos, porque no hab�an hallado ya nada que replicar y de esa manera hab�an dejado mal a dios. [4] mientras hablaban ellos con job, elih� se hab�a mantenido a la expectativa, porque eran m�s viejos que �l. [5] pero cuando vio que en la boca de los tres hombres ya no quedaba respuesta, mont� en c�lera. [6] tom�, pues, la palabra elih�, hijo de barakel el buzita, y dijo: soy peque�o en edad, y vosotros sois viejos; por eso ten�a miedo, me asustaba el declararos mi saber. [7] me dec�a yo: �hablar� la edad, los muchos a�os ense�ar�n sabidur�a.� [8] pero en verdad, es un soplo en el hombre, es el esp�ritu de sadday lo que hace inteligente. [9] no son sabios los que est�n llenos de a�os, ni los viejos quienes comprenden lo que es justo. [10] por eso he dicho: escuchadme, voy a declarar tambi�n yo mi saber. [11] hasta ahora vuestras razones esperaba, prestaba o�do a vuestros argumentos; mientras tratabais de buscar vocablos, [12] ten�a puesta en vosotros mi atenci�n. y veo que ninguno a job da r�plica, nadie de entre vosotros a sus dichos responde. [13] no dig�is, pues: �hemos hallado la sabidur�a; nos instruye dios, no un hombre.� [14] no hilar� yo palabras como �sas, no le replicar� en vuestros t�rminos. [15] han quedado vencidos, no han respondido m�s: les han faltado las palabras. [16] he esperado, pero ya que no hablan, puesto que se han quedado sin respuesta, [17] responder� yo por mi parte, declarar� tambi�n yo mi saber. [18] pues estoy lleno de palabras, me urge un soplo desde dentro. [19] es, en mi seno, como vino sin escape, que hace reventar los odres nuevos. [20] hablar� para desahogarme, abrir� los labios y replicar�. [21] no tomar� el partido de ninguno, a nadie adular�. [22] pues yo no s� adular: bien pronto me aventar�a mi hacedor. job cap.33 [1] ten a bien, job, escuchar mis palabras, presta o�do a todas mis razones. [2] ya ves que he abierto mi boca, en mi paladar habla mi lengua. [3] mi coraz�n dar� palabras cuerdas, la pura verdad dir�n mis labios.

[4] el soplo de dios me hizo, me anim� el aliento de sadday. [5] si eres capaz, repl�came, �alerta, ponte en guardia ante m�! [6] mira, soy como t�, no soy un dios, tambi�n yo de arcilla fui plasmasdo. [7] por eso mi terror no te ha de espantar, no pesar� mi mano sobre ti. [8] no has hecho m�s que decir a mis propios o�dos, -pues he o�do el son de tus palabras-: [9] �puro soy, sin delito; limpio estoy, no hay culpa en m�. [10] pero �l inventa contra m� pretextos, y me reputa como su enemigo; [11] mis pies pone en el cepo, esp�a todas mis sendas.� [12] pues bien, respondo, en esto no tienes raz�n, porque dios es m�s grande que el hombre. [13] �por qu� te querellas t� con �l porque no responda a todas tus palabras? [14] habla dios una vez, y otra vez, sin que se le haga caso. [15] en sue�os, en visi�n nocturna, cuando un letargo cae sobre los hombres, mientras est�n dormidos en su lecho, [16] entonces abre �l el o�do de los hombres, y con sus apariciones les espanta, [17] para apartar al hombre de sus obras y acabar con su orgullo de var�n, [18] para librar su alma de la fosa y su vida de pasar el canal. [19] tambi�n es corregido por el dolor en su camilla, por el temblor continuo de sus huesos, [20] cuando a su vida el alimento asquea y a su alma los manjares exquisitos, [21] cuando su carne desaparece de la vista, y sus huesos, que no se ve�an, aparecen; [22] cuando su alma a la fosa se aproxima y su vida a la morada de los muertos. [23] si hay entonces junto a �l un angel, un mediador escogido entre mil, que declare al hombre su deber, [24] que de �l se apiade y diga: �l�brale de bajar a la fosa, yo he encontrado el rescate de su alma�, [25] su carne se renueva de vigor juvenil, vuelve a los d�as de su adolescencia. [26] invoca a dios, que le otorga su favor, y va a ver con j�bilo su rostro anuncia a los dem�s su justicia, [27] canta as� entre los hombres: �yo hab�a pecado y torcido el derecho, mas dios no me ha dado el merecido. [28] ha librado mi alma de pasar por la fosa, y mi vida contempla la luz.� [29] he aqu� todo lo que hace dios, dos y tres veces con el hombre, [30] para recobrar su alma de la fosa, para que sea alumbrado con la luz de los vivos. [31] atiende, job, esc�chame, guarda silencio, y yo hablar�. [32] si tienes algo que decir, repl�came, habla, pues yo deseo darte la raz�n. [33] si no, esc�chame, guarda silencio, y yo te ense�ar� sabidur�a. job cap.34 [1] elih� reanud� su discurso y dijo: [2] escuchad, sabios, mis palabras, vosotros los doctos, dadme o�dos. [3] porque el o�do aprecia las palabras, como el paladar gusta los manjares. [4] decidamos entre nosotros lo que es justo, sepamos juntos lo que es bueno. [5] pues job ha dicho: �yo soy justo, pero dios me quita mi derecho; [6] mi juez se muestra cruel para conmigo, mi llaga es incurable, aunque no tengo culpa.� [7] �qu� hombre hay como job, que bebe el sarcasmo como agua, [8] que anda en compa��a de malhechores, y camina con malvados? [9] pues �l ha dicho: �nada gana el hombre con buscar el agrado de dios.� [10] as� pues, escuchadme, como hombres sensatos. lejos de dios el mal, de sadday la injusticia; [11] que la obra del hombre, �l se la paga, y seg�n su conducta trata a cada uno. [12] en verdad, dios no hace el mal, no tuerce el derecho sadday. [13] �qui�n, si no, le confi� la tierra, qui�n le encarg� del mundo entero?

[14] si �l retirara a s� su esp�ritu, si hacia s� recogiera su soplo, [15] a una expirar�a toda carne, el hombre al polvo volver�a. [16] si tienes inteligencia, escucha esto, presta o�do al son de mis palabras. [17] �podr�a gobernar un enemigo del derecho? �al justo poderoso vas a condenar? [18] �aquel que dice a un rey: ��in�til!�, ��malvados!� a los nobles, [19] que no hace acepci�n de pr�ncipes, ni prefiere al grande sobre el d�bil, �pues todos son obra de sus manos! [20] mueren ellos de repente a media noche, perecen los grandes y pasan, y �l depone a un tirano sin esfuerzo. [21] pues sus ojos vigilan los caminos del hombre, todos sus pasos observa. [22] no hay tinieblas ni sombra donde ocultarse los agentes del mal. [23] no asigna �l un plazo al hombre para que a juicio se presente ante dios. [24] quebranta a los grandes sin examen, y pone a otros en su sitio. [25] es que �l conoce sus acciones, de noche los sacude y se les pisa. [26] como a criminales los azota, en lugar p�blico los encadena, [27] porque se apartaron de su seguimiento, y no comprendieron todos sus caminos, [28] hasta hacer llegar a �l el gemido del d�bil y hacerle o�r el clamor de los humildes. [29] mas si �l sigue inm�vil, sin que nadie le perturbe, si vela su faz, sin que nadie le perciba, es que se apiada de naciones e individuos, [30] libra al imp�o del cepo de la angustia, [31] cuando �ste dice a dios: �he sido seducido, no volver� a hacer mal; [32] si he pecado instr�yeme, si he cometido injusticia, no reincidir�. [33] �acaso, seg�n t�, tendr�a �l que castigar, ya que rechazas sus decisiones? como eres t� el que aprecias, y no yo, di todo lo que sepas. [34] mas los hombres sensatos me dir�n, as� como todo sabio que me escuche: [35] �no habla job cuerdamente, no son sensatas sus palabras. [36] que sea job probado a fondo, por sus respuestas dignas de malvados. [37] porque a su pecado la rebeld�a a�ade, pone fin al derecho entre nosotros, y multiplica contra dios sus palabras.� job job cap.35 [1] elih� reanud� su discurso y dijo: [2] �crees que eso es juicioso, piensas ser m�s justo que dios, [3] cuando dices: ��qu� te importa a ti, o de qu� me sirve a m� no haber pecado�? [4] yo te dar� respuesta, y contigo a tus amigos. [5] �mira a los cielos y ve, observa c�mo las nubes son mas altas que t�! [6] si pecas, �qu� le causas?, si se multiplican tus ofensas, �qu� le haces? [7] �qu� le das, si eres justo, o qu� recibe �l de tu mano? [8] a un hombre igual que t� afecta tu maldad, a un hijo de hombre tu justicia. [9] bajo la carga de la opresi�n se gime, se grita bajo el brazo de los grandes, [10] mas nadie dice: ��d�nde est� Dios, mi hacedor, el que hace resonar los cantares en la noche, [11] el que nos hace m�s h�biles que las bestias de la tierra, m�s sabios que los p�jaros del cielo?� [12] entonces se grita, sin que responda �l, a causa del orgullo de los malos. [13] seguro, la falsedad dios no la escucha, sadday no le presta atenci�n. [14] mucho menos, el decir que no le adviertes, que un proceso est� ante �l y que le esperas; [15] o tambi�n que su c�lera no castiga nada, y que ignora la rebeli�n del hombre. [16] job, pues, abre en vano su boca, multiplica a lo tonto las palabras. job cap.36 [1] prosigui� Elih� y dijo: [2] espera un poco, y yo te instruir�, pues todav�a hay palabras en favor de

dios. [3] voy a llevar muy lejos mi saber, y dar� la raz�n a mi hacedor. [4] en verdad, no son mentira mis palabras, un maestro en saber est� contigo. [5] dios no rechaza al hombre �ntegro, [6] ni deja vivir al malvado en plena fuerza. hace justicia a los pobres, [7] y no quita al justo su derecho. el puso a los reyes en el trono, para siempre los asienta, mas se engr�en, [8] y �l los amarra con cadenas, y quedan presos en los lazos de la angustia. [9] entonces les pone su obra al descubierto y sus culpas nacidas del orgullo. [10] a sus o�dos pronuncia una advertencia, y manda que se vuelvan de la iniquidad. [11] si escuchan y son d�ciles, acaban sus d�as en ventura y en delicias sus a�os. [12] si no escuchan, pasan el canal, y expiran por falta de cordura. [13] y los obstinados que imponen la c�lera y no piden auxilio cuando �l los encadena, [14] mueren en plena juventud, y su vida en la edad juvenil. [15] el salva al pobre por su misma pobreza, por la miseria el o�do le abre. [16] tambi�n a ti te arrancar� de las fauces de la angustia. antes gozabas de abudancia sin l�mites, la grasa desbordaba de tu mesa. [17] mas no hac�as justicia de los malos, defraudabas el derecho del hu�rfano. [18] procura, pues, que no te seduzca la abundancia, ni el copioso soborno te extrav�e. [19] haz comparecer al rico como al que nada tiene, al d�bil como al poderoso. [20] no aplastes a aquellos que te son extra�os, para encumbrar en su puesto a tus parientes. [21] gu�rdate de inclinarte hacia la iniquidad, que por eso te ha probado la aflicci�n. [22] mira, dios es sublime por su fuerza, �qui�n es maestro como �l? [23] �qui�n le se�al� el camino a seguir? �qui�n le dir�a: �has hecho mal�? [24] acu�rdate m�s bien de ensalzar su obra, que han cantado los hombres. [25] todo hombre la contempla, el hombre la mira desde lejos. [26] s�, dios es grande y no le comprendemos, el n�mero de sus a�os es incalculable. [27] el atrae las gotas de agua, pulveriza la lluvia en su vapor, [28] que luego derraman las nubes, la destilan sobre la turba humana. [29] �qui�n adem�s comprender� el despliegue de la nube, los fragores de su tienda? [30] ved que despliega su niebla por encima cubre las cimas de los montes. [31] pues por ellas sustenta �l a los pueblos, les da alimento en abundancia. [32] en sus manos el rayo levanta y le ordena que alcance su destino. [33] su trueno le anuncia, la ira se inflama contra la iniquidad. job job cap.37 [1] mi coraz�n tambi�n por eso tiembla, y salta fuera de su sitio. [2] �escuchad, escuchad el fragor de su voz, el bramido que sale de su boca! [3] hace relampaguear por todo el cielo, su fulgor llega a los extremos de la tierra. [4] detr�s de �l una voz ruge: truena �l con su soberbia voz, y sus rayos no retiene, mientras su voz retumba. [5] dios nos da a ver maravillas, grandes cosas hace que no comprendemos. [6] cuando dice a la nieve: ��cae sobre la tierra!�, y a los aguaceros: ��lloved fuerte!�, [7] la mano de todo hombre retiene bajo sello, para que todos conozcan su obra. [8] las fieras a sus guaridas huyen y en sus cubiles se cobijan. [9] del sur llega el hurac�n, el fr�o, de los vientos del norte. [10] al soplo de dios se forma el hielo, se congela la extensi�n de las aguas.

[11] el carga a la nube de un rayo, el nublado esparce su fulgor, [12] y �ste, gira girando, circula conforme a sus designios. as� ejecutan sus �rdenes en todo sobre la haz de su orbe terr�queo. [13] ya como castigo para los pueblos de la tierra, ya como gracia, �l los env�a. [14] presta, job, o�do a esto, tente y observa los prodigios de dios. [15] �sabes acaso c�mo dios los rige, y c�mo su nube hace brillar el rayo? [16] �sabes t� c�mo las nubes cuelgan en equilibrio, 7 maravilla de una ciencia consumada? [17] t�, cuyos vestidos queman cuando est� quieta la tierra bajo el viento del sur, [18] �puedes extender con �l la b�veda del cielo, s�lida como espejo de metal fundido? [19] ens��anos qu� le hemos de decir: no discutiremos m�s, debido a las tinieblas. [20] si hablo yo, �alguien se lo cuenta? �es informado de lo que un hombre ha dicho? [21] ahora ya no se ve la luz, que queda oscurecida por las nubes; pero pasa el viento y las despeja, [22] y una claridad llega del norte: gloria terrible alrededor de dios, [23] �es sadday!, no podemos alcanzarle. grande en fuerza y equidad, maestro de justicia, sin oprimir a nadie. [24] por eso le temen los hombres: �a �l la veneraci�n de todos los sabios de coraz�n! job job cap.38 [1] yahveh repondi� a job desde el seno de la tempestad y dijo: [2] �qui�n es �ste que empa�a el consejo con razones sin sentido? [3] ci�e tus lomos como un bravo: voy a interrogarte, y t� me instruir�s. [4] d�nde estabas t� cuando fundaba yo la tierra? ind�calo, si sabes la verdad. [5] �qui�n fij� sus medidas? �lo sabr�as? �qui�n tir� el cordel sobre ella? [6] �sobre qu� se afirmaron sus bases? �qui�n asent� su piedra angular, [7] entre el clamor a coro de las estrellas del alba y las aclamaciones de todos los hijos de dios? [8] �qui�n encerr� el mar con doble puerta, cuando del seno materno sal�a borbotando; [9] cuando le puse una nube por vestido y del nubarr�n hice sus pa�ales; [10] cuando le trac� sus linderos y coloqu� puertas y cerrojos? [11] ��llegar�s hasta aqu�, no m�s all� -le dije-, aqu� se romper� el orgullo de tus olas!� [12] �has mandado, una vez en tu vida, a la ma�ana, has asignado a la aurora su lugar, [13] para que agarre a la tierra por los bordes y de ella sacuda a los malvados? [14] ella se trueca en arcilla de sello, se ti�e lo mismo que un vestido. [15] se quita entonces su luz a los malvados, y queda roto el brazo que se alzaba. [16] �has penetrado hasta las fuentes del mar? �has circulado por el fondo del abismo? [17] �se te han mostrado las puertas de la muerte? �has visto las puertas del pa�s de la sombra? [18] �has calculado las anchuras de la tierra? cuenta, si es que sabes, todo esto. [19] �por d�nde se va a la morada de la luz? y las tinieblas, �d�nde tienen su sitio?, [20] para que puedas llevarlas a su t�rmino, guiarlas por los senderos de su casa. [21] si lo sabes, �es que ya hab�as nacido entonces, y bien larga es la cuenta de tus d�as!

[22] �has llegado a los dep�sitos de nieve? �has visto las reservas de granizo, [23] que yo guardo para el tiempo de angustia, para el d�a de batalla y de combate? [24] �por qu� camino se reparte la luz, o se despliega el solano por la tierra? [25] �qui�n abre un canal al aguacero, a los giros de los truenos un camino, [26] para llover sobre tierra sin hombre, sobre el desierto donde no hay un alma, [27] para abrevar a las soledades desoladas y hacer brotar en la estepa hierba verde? [28] �tiene padre la lluvia? �qui�n engendra las gotas de roc�o? [29] �de qu� seno sale el hielo? �qui�n da a luz la escarcha del cielo, [30] cuando las aguas se aglutinan como piedra y se congela la superficie del abismo? [31] �puedes t� anudar los lazos de las pl�yades o desatar las cuerdas de ori�n? [32] �haces salir la corona a su tiempo? �conduces a la osa con sus cr�as? [33] �conoces las leyes de los cielos? �aplicas su fuero en la tierra? [34] �levantas tu voz hasta las nubes?, la masa de las aguas, �te obedece? [35] a tu orden, �los rel�mpagos parten, dici�ndote: �aqu� estamos�? [36] �qui�n puso en el ibis la sabidur�a? �qui�n dio al gallo inteligencia? [37] �qui�n tiene pericia para contar las nubes? �qui�n inclina los odres de los cielos, [38] cuando se aglutina el polvo en una masa y los terrones se pegan entre s�? [39] �cazas t� acaso la presa a la leona? �calmas el hambre de los leoncillos, [40] cuando en sus guaridas est�n acurrucados, o en los matorrales al acecho? [41] �qui�n prepara su provisi�n al cuervo, cuando sus cr�as gritan hacia dios, cuando se estiran faltos de comida? job job cap.39 [1] �sabes cu�ndo hacen las rebecas sus cr�as? �has observado el parto de las ciervas? [2] �has contado los meses de su gestaci�n? �sabes la �poca de su alumbramiento? [3] entonces se acurrucan y paren a sus cr�as, echan fuera su camada. [4] y cuando ya sus cr�as se hacen fuertes y grandes, salen al desierto y no vuelven m�s a ellas. [5] �qui�n dej� al onagro en libertad y solt� las amarras del asno salvaje? [6] yo le he dado la estepa por morada, por mansi�n la tierra salitrosa. [7] se r�e del tumulto de las ciudades, no oye los gritos del arriero; [8] explora las monta�as, pasto suyo, en busca de toda hierba verde. [9] �querr� acaso servirte el buey salvaje, pasar la noche junto a tu pesebre? [10] �atar�s a su cuello la coyunda? �rastrillar� los surcos tras de ti? [11] �puedes fiarte de �l por su gran fuerza? �le confiar�s tu menester? [12] �est�s seguro de que vuelva, de que en tu era allegue el grano? [13] el ala del avestruz, �se puede comparar al plumaje de la cig�e�a y del halc�n? [14] ella en tierra abandona sus huevos, en el suelo los deja calentarse; [15] se olvida de que puede aplastarlos alg�n pie, o cascarlos una fiera salvaje. [16] dura para sus hijos cual si no fueran suyos, por un af�n in�til no se inquieta. [17] es que dios la priv� de sabidur�a, y no le dot� de inteligencia. [18] pero en cuanto se alza y se remonta, se r�e del caballo y su jinete. [19] �das t� al caballo la bravura? �revistes su cuello de tremolante crin? [20] �le haces brincar como langosta? �terror infunde su relincho altanero! [21] piafa de j�bilo en el valle, con br�o se lanza al encuentro de las armas. [22] se r�e del miedo y de nada se asusta, no retrocede ante la espada. [23] va resonando sobre �l la aljaba, la llama de la lanza y el dardo. [24] hirviendo de impaciencia la tierra devora, no se contiene cuando suena la trompeta. [25] a cada toque de trompeta dice: ��aah!� olfatea de lejos el combate, las

voces de mando y los clamores. [26] �acaso por tu acuerdo el halc�n emprende el vuelo, despliega sus alas hacia el sur? [27] �por orden tuya se remonta el �guila y coloca su nido en las alturas? [28] pone en la roca su mansi�n nocturna, su fortaleza en un picacho. [29] desde all� acecha a su presa, desde lejos la divisan sus ojos. [30] sus cr�as lamen sangre; donde hay muertos, all� est�. job cap.40 [1] y yahveh se dirigi� a job y le dijo: [2] �ceder� el adversario de sadday? �el censor de dios va a replicar a�n? [3] y job respondi� a yahveh: [4] �he hablado a la ligera: �qu� voy a responder? me tapar� la boca con mi mano. [5] habl� una vez..., no he de repetir; dos veces..., ya no insistir�. [6] yahveh respondi� a job desde el seno de la tempestad y dijo: [7] ci�e tus lomos como un bravo: voy a preguntarte y t� me instruir�s. [8] �de verdad quieres anular mi juicio?, para afirmar tu derecho, �me vas a condenar? [9] �tienes un brazo t� como el de dios? �truena tu voz como la suya? [10] �ea, c��ete de majestad y de grandeza, rev�stete de gloria y de esplendor! [11] �derrama la explosi�n de tu c�lera, con una mirada humilla al arrogante! [12] �con una mirada abate al orgulloso, aplasta en el sitio a los malvados! [13] �h�ndelos juntos en el suelo, cierra sus rostros en el calabozo! [14] �y yo mismo te rendir� homenaje, por la victoria que te da tu diestra! [15] mira a behemot, creatura m�a, como t�. Se alimenta de hierba como el buey. [16] mira su fuerza en sus ri�ones, en los m�sculos del vientre su vigor. [17] atiesa su cola igual que un cedro, los nervios de sus muslos se entrelazan. [18] tubos de bronce son sus v�rtebras; sus huesos, como barras de hierro. [19] es la primera de las obras de dios: su autor le procur� su espada; [20] los montes le aportan un tributo, y todas las fieras que retozan en ellos. [21] bajo los lotos se recuesta, en escondite de ca�as y marismas. [22] los lotos le recubren con su sombra, los sauces del torrente le rodean. [23] si el r�o va bravo, no se inquieta, firme est� aunque un jord�n le llegue hasta la boca. [24] �qui�n, pues, podr� prenderle por los ojos, taladrar su nariz con punzones? [25] y a leviat�n, �le pescar�s t� a anzuelo, sujetar�s con un cordel su lengua? [26] �har�s pasar por su nariz un junco? �taladrar�s con un gancho su quijada? [27] �te har� por ventura largas s�plicas? te hablar� con timidez? [28] �pactar� contigo un contrato de ser tu siervo para siempre? [29] �jugar�s con �l como con un p�jaro, o lo atar�s para juguete de tus ni�as? [30] �traficar�n con �l los asociados? �se le disputar�n los mercaderes? [31] �acribillar�s su piel de dardos? �clavar�s con el arp�n su cabeza? [32] pon sobre �l tu mano: �al recordar la lucha no tendr�s ganas de volver! job job cap.41 [1] �ser�a vana tu esperanza porque su vista sola aterra! [2] no hay audaz que lo despierte, �y qui�n podr� resistir ante �l? [3] �qui�n le hizo frente y qued� salvo? �ninguno bajo la capa de los cielos! [4] mencionar� tambi�n sus miembros, hablar� de su fuerza incomparable. [5] �qui�n rasg� la delantera de su t�nica y penetr� en su coraza doble? [6] �qui�n abri� las hojas de sus fauces? �reina el terror entre sus dientes! [7] su dorso son hileras de escudos, que cierra un sello de piedra. [8] est�n apretados uno a otro, y ni un soplo puede pasar entre ellos. [9] est�n pegados entre s� y quedan unidos sin fisura. [10] echa luz su estornudo, sus ojos son como los p�rpados de la aurora. [11] salen antorchas de sus fauces, chispas de fuego saltan.

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de sus narices sale humo, como de un caldero que hierve junto al fuego. su soplo enciende carbones, una llama sale de su boca. en su cuello se asienta la fuerza, y ante �l cunde el espanto. son compactas las papadas de su carne: est�n pegadas a ella, inseparables. su coraz�n es duro como roca, resistente como piedra de molino. cuando se yergue, se amedrentan las olas, y las ondas del mar se retiran. le alcanza la espada sin clavarse, lo mismo la lanza, jabalina o dardo. para �l e hierro es s�lo paja, el bronce, madera carcomida. no le ahuyentan los disparos del arco, cual polvillo le llegan las piedras honda. una paja le parece la maza, se r�e del venablo que silba. debajo de �l tejas puntiagudas: un trillo que va pasando por el lodo. hace del abismo una olla borbotante, cambia el mar en pebetero. deja tras s� una estela luminosa, el abismo dir�ase una melena blanca. no hay en la tierra semejante a �l, que ha sido hecho intr�pido. mira a la cara a los m�s altos, es rey de todos los hijos del orgullo.

job cap.42 [1] y job respondi� a yahveh: [2] s� que eres todopoderoso: ning�n proyecto te es irrealizable. [3] era yo el que empa�aba el consejo con razones sin sentido. s�, he hablado de grandezas que no entiendo, de maravillas que me superan y que ignoro. [4] (escucha, deja que yo hable: voy a interrogarte y t� me instruir�s.) [5] yo te conoc�a s�lo de o�das, mas ahora te han visto mis ojos. [6] por eso me retracto y me arrepiento en el polvo y la ceniza. [7] despu�s de hablar a job de esta manera, yahveh dijo a elifaz de tem�n: �mi ira se ha encendido contra ti y contra tus dos amigos, porque no hab�is hablado con verdad de m�, como mi siervo job. [8] as� que tomad siete novillos y siete carneros, id donde mi siervo job, y ofreced por vosotros un holocausto. mi siervo job interceder� por vosotros y, en atenci�n a �l, no os castigar� por no haber hablado con verdad de m�, como mi siervo job.� [9] elifaz de tem�n, bildad de s�aj, y sofar de naamat fueron a cumplir la orden de yahveh. y yahveh atendi� a job. [10] despu�s yahveh restaur� la situaci�n de job, al paso que �l interced�a en favor de sus amigos; y aument� Yahveh al doble todos los bienes de job. [11] vinieron, pues, donde �l todos sus hermanos y todas sus hermanas, as� como todos sus conocidos de anta�o; y mientras celebraban con �l un banquete en su casa, le compadecieron y le consolaron por todo el infortunio que yahveh hab�a tra�do sobre �l. y cada uno de ellos le hizo el obsequio de un agno de plata y de un anillo de oro. [12] yahveh bendijo la nueva situaci�n de job m�s a�n que la antigua: lleg� a poseer 14.000 ovejas, 6.000 camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. [13] tuvo adem�s siete hijos y tres hijas. [14] a la primera le puso el nombre de �paloma�, a la segunda el de �canela� y a la tercera el de �cuerno de afeites�. [15] no hab�a en todo el pa�s mujeres tan bonitas como las hijas de job. y su padre les dio parte en la herencia entre sus hermanos. [16] despu�s de esto, vivi� Job todav�a 140 a�os, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, cuatro generaciones. [17] despu�s job muri� anciano y colmado de d�as. salmos cap.1 [1] �dichoso el hombre que no sigue el consejo de los imp�os, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, [2] mas se complace en la ley de yahveh, su ley susurra d�a y noche!

[3] es como un �rbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jam�s se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien. [4] �no as� los imp�os, no as�! que ellos son como paja que se lleva el viento. [5] por eso, no resistir�n en el juicio los imp�os, ni los pecadores en la comunidad de los justos. [6] porque yahveh conoce el camino de los justos, pero el camino de los imp�os se pierde. salmos cap.2 [1] �por qu� se agitan las naciones, y los pueblos mascullan planes vanos? [2] se yerguen los reyes de la tierra, los caudillos conspiran aliados contra yahveh y contra su ungido: [3] ��rompamos sus coyundas, sacud�monos su yugo!� [4] el que se sienta en los cielos se sonr�e, yahveh se burla de ellos. [5] luego en su c�lera les habla, en su furor los aterra: [6] �ya tengo yo consagrado a mi rey en si�n mi monte santo.� [7] voy a anunciar el decreto de yahveh: el me ha dicho: �t� eres mi hijo; yo te he engendrado hoy. [8] p�deme, y te dar� en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra. [9] con cetro de hierro, los quebrantar�s, los quebrar�s como vaso de alfarero.� [10] y ahora, reyes, comprended, correg�os, jueces de la tierra. [11] servid a yahveh con temor, [12] con temblor besad sus pies; no se irrite y perezc�is en el camino, pues su c�lera se inflama de repente. �venturosos los que a �l se acogen! salmos cap.3 [1] salmo. de david. cuando hu�a de su hijo absal�n. [2] yahveh, �cu�n numerosos son mis adversarios, cu�ntos los que se alzan contra m�! [3] �cu�ntos los que dicen de mi vida: �no hay salvaci�n para �l en dios!� [4] mas t�, Yahveh, escudo que me ci�es, mi gloria, el que realza mi cabeza. [5] a voz en grito clamo hacia yahveh, y �l me responde desde su santo monte. [6] yo me acuesto y me duermo, me despierto, pues yahveh me sostiene. [7] no temo a esas gentes que a millares se apostan en torno contra m�. [8] �lev�ntate, yahveh! �dios m�o, s�lvame! t� hieres en la mejilla a todos mis enemigos, los dientes de los imp�os t� los rompes. [9] de yahveh la salvaci�n. tu bendici�n sobre tu pueblo. pausa salmos cap.4 [1] del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. salmo. de david. [2] cuando clamo, resp�ndeme, oh dios mi justiciero, en la angustia t� me abres salida; tenme piedad, escucha mi oraci�n. [3] vosotros, hombres, �hasta cu�ndo ser�is torpes de coraz�n, amando vanidad, rebuscando mentira? [4] �sabed que yahveh mima a su amigo, yahveh escucha cuando yo le invoco. [5] temblad, y no pequ�is; hablad con vuestro coraz�n en el lecho �y silencio! [6] ofreced sacrificios de justicia y confiad en yahveh. [7] muchos dicen: ��qui�n nos har� ver la dicha?� �alza sobre nosotros la luz de tu rostro! yahveh, [8] t� has dado a mi coraz�n m�s alegr�a que cuando abundan ellos de trigo y vino nuevo. [9] en paz, todo a una, yo me acuesto y me duermo, pues t� solo, yahveh, me asientas en seguro.

salmos cap.5 [1] del maestro de coro. para flautas. salmo. de david. [2] escucha mis palabras, yahveh, repara en mi lamento, [3] atiende a la voz de mi clamor, oh mi rey y mi dios. porque a ti te suplico, [4] yahveh; ya de ma�ana oyes mi voz; de ma�ana te presento mi s�plica, y me quedo a la espera. [5] pues no eres t� un dios que se complace en la impiedad, no es hu�sped tuyo el malo. [6] no, los arrogantes no resisten delante de tus ojos. detestas a todos los agentes de mal, [7] pierdes a los mentirosos; al hombre sanguinario y fraudulento le abomina yahveh. [8] mas yo, por la abundancia de tu amor, entro en tu casa; en tu santo templo me prosterno, lleno de tu temor. [9] gu�ame, yahveh, en tu justicia, por causa de los que me acechan, allana tu camino ante m�. [10] que no hay en su boca lealtad, en su interior, tan s�lo subversi�n; sepulcro abierto es su garganta, melosa mu�vese su lengua. [11] tr�talos, oh dios, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; arr�jalos por el exceso de sus cr�menes, por rebelarse contra ti. [12] y se alegren los que a ti se acogen, se alborocen por siempre; t� los proteges, en ti exultan los que aman tu nombre. [13] pues t� bendices al justo, yahveh, como un gran escudo tu favor le cubre. salmos cap.6 [1] del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. en octava. salmo. de david. [2] yahveh, no me corrijas en tu c�lera, en tu furor no me castigues. [3] tenme piedad, yahveh, que estoy sin fuerzas, s�name, yahveh, que mis huesos est�n desmoronados, [4] desmoronada totalmente mi alma, y t�, Yahveh, �hasta cu�ndo? [5] vu�lvete, yahveh, recobra mi alma, s�lvame, por tu amor. [6] porque, en la muerte, nadie de ti se acuerda; en el seol, �qui�n te puede alabar? [7] estoy extenuado de gemir, ba�o mi lecho cada noche, inundo de l�grimas mi cama; [8] mi ojo est� corro�do por el tedio, ha envejecido entre opresores. [9] apartaos de m� todos los malvados, pues yahveh ha o�do la voz de mis sollozos. [10] yahveh ha o�do mi s�plica, yahveh acoge mi oraci�n. [11] �todos mis enemigos, confusos, aterrados, retrocedan, s�bitamente confundidos! salmos cap.7 [1] lamentaci�n. de david. la que cant� a yahveh a prop�sito del benjaminita kus. [2] yahveh, dios m�o, a ti me acojo, s�lvame de todos mis perseguidores, l�brame; [3] �que no arrebate como un le�n mi vida el que desgarra, sin que nadie libre! [4] yahveh, dios m�o, si algo de esto hice, si hay en mis manos injusticia, [5] si a mi bienhechor con mal he respondido si he perdonado al opresor injusto, [6] �que el enemigo me persiga y me alcance, estrelle mi vida contra el suelo, y tire mis entra�as por el polvo! [7] lev�ntate, yahveh, en tu c�lera, surge contra los arrebatos de mis opresores, despierta ya, dios m�o, t� que el juicio convocas. [8] que te rodee la asamblea de las naciones, y t� en lo alto vu�lvete hacia ella. [9] (yahveh, juez de los pueblos.) j�zgame, yahveh, conforme a mi justicia y

seg�n mi inocencia. [10] haz que cese la maldad de los imp�os, y afianza al justo, t� que escrutas corazones y entra�as, oh dios justo. [11] dios, el escudo que me cubre, el salvador de los de recto coraz�n; [12] dios, el juez justo, tardo a la c�lera, pero dios amenazante en todo tiempo [13] para el que no se vuelve. afile su espada el enemigo, tense su arco y lo apareje, [14] para s� solo prepara armas de muerte, hace tizones de sus flechas; [15] vedle en su pre�ez de iniquidad, malicia concibi�, fracaso pare. [16] cav� una fosa, recav� bien hondo, mas cae en el hoyo que �l abri�; [17] revierte su obra en su cabeza, su violencia en su cerviz recae. [18] doy gracias a yahveh por su justicia, salmodio al nombre de yahveh, el alt�simo. salmos cap.8 [1] del maestro de coro. seg�n la... de gat. salmo. de david. [2] �oh yahveh, se�or nuestro, qu� glorioso tu nombre por toda la tierra! t� que exaltaste tu majestad sobre los cielos, [3] en boca de los ni�os, los que a�n maman, dispones baluarte frente a tus adversarios, para acabar con enemigos y rebeldes. [4] al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas, que fijaste t�, [5] �qu� es el hombre para que de �l te acuerdes, el hijo de ad�n para que de �l te cuides? [6] apenas inferior a un dios le hiciste, coron�ndole de gloria y de esplendor; [7] le hiciste se�or de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies: [8] ovejas y bueyes, todos juntos, y aun las bestias del campo, [9] y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas. [10] �oh yahveh, se�or nuestro, qu� glorioso tu nombre por toda la tierra! salmos cap.9 [1] del maestro de coro. para oboes y arpa. salmo. de david. [2] te doy gracias, yahveh, de todo coraz�n, cantar� todas tus maravillas; [3] quiero alegrarme y exultar en ti, salmodiar a tu nombre, alt�simo. [4] mis enemigos retroceden, flaquean, perecen delante de tu rostro; [5] pues t� has llevado mi juicio y mi sentencia, sent�ndote en el trono cual juez justo. [6] has reprimido a las gentes, has perdido al imp�o, has borrado su nombre para siempre jam�s; [7] acabado el enemigo, todo es ruina sin fin, has suprimido sus ciudades, perdido su recuerdo. he aqu� que [8] yahveh se sienta para siempre, afianza para el juicio su trono; [9] �l juzga al orbe con justicia, a los pueblos con rectitud sentencia. [10] �sea yahveh ciudadela para el oprimido, ciudadela en los tiempos de angustia! [11] y en ti conf�en los que saben tu nombre, pues t�, Yahveh, no abandonas a los que te buscan. [12] salmodiad a yahveh, que se sienta en si�n, publicad por los pueblos sus haza�as; [13] que �l pide cuentas de la sangre, y de ellos se acuerda, no olvida el grito de los desdichados. [14] tenme piedad, yahveh, ve mi aflicci�n, t� que me recobras de las puertas de la muerte, [15] para que yo cuente todas tus alabanzas a las puertas de la hija de si�n,

gozoso de tu salvaci�n. [16] se hundieron los gentiles en la fosa que hicieron, en la red que ocultaron, su pie qued� prendido. [17] yahveh se ha dado a conocer, ha hecho justicia, el imp�o se ha enredado en la obra de sus manos. sordina. [18] �vuelvan los imp�os al seol, todos los gentiles que de dios se olvidan! [19] que no queda olvidado el pobre eternamente, no se pierde por siempre la esperanza de los desdichados. [20] �lev�ntate, yahveh, no triunfe el hombre, sean juzgados los gentiles delante de tu rostro! [21] infunde t�, Yahveh, en ellos el terror, aprendan los gentiles que no son m�s que hombres. salmos cap.10 [1] �por qu�, yahveh, te quedas lejos, te escondes en las horas de la angustia? [2] por el orgullo del imp�o es perseguido el desdichado, queda preso en la trampa que le ha urdido. [3] s�, el imp�o se jacta de los antojos de su alma, el avaro que bendice menosprecia a yahveh, [4] el imp�o, insolente, no le busca: ��no hay dios!�, es todo lo que piensa. [5] en todo tiempo se afianzan sus caminos, all� arriba tus juicios muy lejos de �l est�n, a todos sus rivales da soplidos. [6] dice en su coraz�n: ��jam�s vacilar�!� porque en desgracia no se ve, [7] maldice. de fraude y perfidia est� llena su boca, bajo su lengua s�lo maldad e iniquidad; [8] al acecho se aposta entre las ca�as en los recodos mata al inocente. todo ojos, esp�a al desvalido, [9] al acecho escondido como le�n en su guarida, al acecho para atrapar al desdichado, atrapa al desdichado arrastr�ndole en su red. [10] esp�a, se agazapa, se encoge, el desvalido cae en su poder; [11] dice en su coraz�n: �dios se ha olvidado, tiene tapado el rostro, no ha de ver jam�s.� [12] �lev�ntate, yahveh, alza tu mano, oh dios! �no te olvides de los desdichados! [13] �por qu� el imp�o menosprecia a dios, dice en su coraz�n: �no vendr�s a indagar?� [14] lo has visto ya, que la pena y la tristeza las miras t� para tomarlas en tu mano: el desvalido se abandona a ti, t� socorres al hu�rfano. [15] �quiebra el brazo del imp�o, del malvado; indaga su impiedad sin dejar rastro! [16] �yahveh es rey por siempre, por los siglos; los gentiles han sido barridos de su tierra! [17] el deseo de los humildes escuchas t�, Yahveh, su coraz�n confortas, alarguas tus o�dos, [18] para hacer justicia al hu�rfano, al vejado: �cese de dar terror el hombre salido de la tierra! salmos cap.11 [1] del maestro de coro. de david. en yahveh me cobijo; �c�mo dec�s a mi alma: �huye, p�jaro, a tu monte? [2] �he aqu� que los imp�os tensan su arco, ajustan a la cuerda su saeta, para tirar en la sombra a los de recto coraz�n. [3] si est�n en ruinas los cimientos, �que puede hacer el justo?� [4] yahveh en su templo santo, yahveh, su trono est� en los cielos; ven sus ojos el mundo, sus p�rpados exploran a los hijos de ad�n. [5] yahveh explora al justo y al imp�o; su alma odia a quien ama la violencia.

[6] �llueva sobre los imp�os brasas y azufre, y un viento abrasador por porci�n de su copa! [7] que es justo yahveh y lo justo ama, los rectos contemplar�n su rostro. salmos cap.12 [1] del maestro de coro. en octava. salmo. de david. [2] �salva, yahveh, que ya no hay fieles, se acabaron los veraces entre los hijos de ad�n! [3] falsedad s�lo dicen, cada cual a su pr�jimo, labios de enga�o, lenguaje de corazones dobles. [4] arranque yahveh todo labio tramposo, la lengua que profiere bravatas, [5] los que dicen: �la lengua es nuestro fuerte, nuestros labios por nosotros, �quien va a ser amo nuestro?� [6] por la opresi�n de los humildes, por el gemido de los pobres, ahora me alzo yo, dice yahveh: auxilio traigo a quien por �l suspira. [7] las palabras de yahveh son palabras sinceras, plata pura, de ras de tierra, siete veces purgada. [8] t�, Yahveh, los guardar�s, los librar�s de esta ralea para siempre; [9] de todas partes se ir�n los imp�os, colmo de vileza entre los hijos de ad�n. salmos cap.13 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] �hasta cu�ndo, yahveh, me olvidar�s? �por siempre? �hasta cu�ndo me ocultar�s tu rostro? [3] �hasta cu�ndo tendr� congojas en mi alma, en mi coraz�n angustia, d�a y noche? �hasta cu�ndo triunfar� sobre m� mi enemigo? [4] �mira, resp�ndeme, yahveh, dios m�o! �ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte, [5] no diga mi enemigo: ��le he podido!�, no exulten mis adversarios al verme vacilar! [6] que yo en tu amor conf�o; en tu salvaci�n mi coraz�n exulte. �a yahveh cantar� por el bien que me ha hecho samodiar� al nombre de yahveh, el alt�simo! salmos cap.14 [1] del maestro de coro. de david. dice en su coraz�n el insensato: ��no hay dios!� corrompidos est�n, de conducta abominable, no hay quien haga el bien. [2] se asoma yahveh desde los cielos hacia los hijos de ad�n, por ver si hay un sensato, alguien que busque a dios. [3] todos ellos est�n descarriados, en masa pervertidos. no hay nadie que haga el bien. ni uno siquiera. [4] �no aprender�n todos los agentes de mal que comen a mi pueblo como se come el pan, y a yahveh no invocan? [5] all� de espanto temblar�n donde nada hay que espante, que dios est� por la raza del justo: [6] de los planes del desdichado os burl�is. mas yahveh es su refugio. [7] �qui�n traer� de si�n la salvaci�n de israel? cuando cambie yahveh la suerte de su pueblo, exultar� Jacob, se alegrar� Israel. salmos cap.15 [1] salmo. de david. yahveh, �qui�n morar� en tu tienda?, �qui�n habitar� en tu santo monte? [2] el que ando sin tacha, y obra la justicia; que dice la verdad de coraz�n, [3] y no calumnia con su lengua; que no da�a a su hermano, ni hace agravio a su pr�jimo;

[4] con menosprecio mira al r�probo, mas honra a los que temen a yahveh; que jura en su perjuicio y no retracta, [5] no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en da�o de inocente. quien obra as� jam�s vacilar�. salmos cap.16 [1] a media voz. de david. gu�rdame, oh dios, en ti est� mi refugio. [2] yo digo a yahveh: �t� eres mi se�or. mi bien, nada hay fuera de ti�; [3] ellos, en cambio, a los santos que hay en la tierra: ��magn�ficos, todo mi gozo en ellos!�. [4] sus �dolos abundan, tras ellos van corriendo. mas yo jam�s derramar� sus lib�menes de sangre, jam�s tomar� sus nombres en mis labios. [5] yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, t� mi suerte aseguras; [6] la cuerda me asigna un recinto de delicias, mi heredad es preciosa para m�. [7] bendigo a yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye; [8] pongo a yahveh ante m� sin cesar; porque �l est� a mi diestra, no vacilo. [9] por eso se me alegra el coraz�n, mis entra�as retozan, y hasta mi carne en seguro descansa; [10] pues no has de abandonar mi alma al seol, ni dejar�s a tu amigo ver la fosa. [11] me ense�ar�s el camin� de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre. salmos cap.17 [1] oraci�n. de david. escucha, yahveh, la justicia, atiende a mi clamor, presta o�do a mi plegaria, que no es de labios enga�osos. [2] mi juicio saldr� de tu presencia, tus ojos ven lo recto. [3] mi coraz�n t� sondas, de noche me visitas; me pruebas al crisol sin hallar nada malo en m�; mi boca no claudica [4] al modo de los hombres. la palabra de tus labios he guardado, por las sendas trazadas [5] ajustando mis pasos; por tus veredas no vacilan mis pies. [6] yo te llamo, que t�, oh dios, me respondes, tiende hacia m� tu o�do, escucha mis palabras, [7] haz gala de tus gracias, t� que salvas a los que buscan a tu diestra refugio contra los que atacan. [8] gu�rdame como la pupila de los ojos, esc�ndeme a la sombra de tus alas [9] de esos imp�os que me acosan, enemigos ensa�ados que me cercan. [10] est�n ellos cerrados en su grasa, hablan, la arrogancia en la boca. [11] avanzan contra m�, ya me cercan, me clavan sus ojos para tirarme al suelo. [12] son como el le�n �vido de presa, o el leoncillo agazapado en su guarida. [13] �lev�ntate, yahveh, hazle frente, derr�bale; libra con tu espada mi alma del imp�o, [14] de los mortales, con tu mano, yahveh, de los mortales de este mundo, cuyo lote es la vida! �de tus reservas ll�nales el vientre, que sus hijos se sacien, y dejen las sobras para sus peque�os! [15] mas yo, en la justicia, contemplar� tu rostro, al despertar me hartar� de tu imagen. salmos cap.18 [1] del maestro de coro. del siervo de yahveh, david, que dirigi� a yahveh las palabras de este c�ntico el d�a en que yahveh le libr� de todos sus enemigos y de las manos de sa�l. [2] dijo: yo te amo, yahveh, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salvado). [3] yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi dios; la pe�a en que me

amparo, mi escudo y fuerza de mi salvaci�n, mi ciudadela y mi refugio. [4] invoco a yahveh, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. [5] las olas de la muerte me envolv�an, me espantaban las trombas de belial, [6] los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la muerte. [7] clam� a yahveh en mi angustia, a mi dios invoqu�; y escuch� mi voz desde su templo, reson� mi llamada en sus o�dos. [8] la tierra fue sacudida y vacil�, retemblaron las bases de los montes, (vacilaron bajo su furor); [9] una humareda subi� de sus narices, y de su boca un fuego que abrasaba, (de �l sal�an carbones encendidos). [10] el inclin� los cielos y baj�, un espeso nublado debajo de sus pies; [11] cabalg� sobre un querube, emprendi� el vuelo, sobre las alas de los vientos plane�. [12] se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las aguas, espesos nubarrones; [13] del fulgor que le preced�a se encendieron granizo y ascuas de fuego. [14] tron� Yahveh en los cielos, lanz� el alt�simo su voz; [15] arroj� saetas, y los puso en fuga, rayos fulmin� y sembr� derrota. [16] el fondo del mar qued� a la vista, los cimientos del orbe aparecieron, ante tu imprecaci�n, yahveh, al resollar el aliento en tus narices. [17] el extiende su mano de lo alto para asirme, para sacarme de las profundas aguas; [18] me libera de un enemigo poderoso, de mis adversarios m�s fuertes que yo. [19] me aguardaban el d�a de mi ruina, m�s yahveh fue un apoyo para m�; [20] me sac� a espacio abierto, me salv� porque me amaba. [21] yahveh me recompensa conforme a mi justicia, me paga conforme a la pureza de mis manos; [22] porque he guardado los caminos de yahveh, y no he hecho el mal lejos de mi dios. [23] porque tengo ante m� todos sus juicios, y sus preceptos no aparto de mi lado; [24] he sido ante �l irreprochable, y de incurrir en culpa me he guardado. [25] y yahveh me devuelve seg�n mi justicia, seg�n la pureza de mis manos que tiene ante sus ojos. [26] con el piadoso eres piadoso, intachable con el hombre sin tacha; [27] con el puro eres puro, con el ladino, sagaz; [28] t� que salvas al pueblo humilde, y abates los ojos altaneros. [29] t� eres, yahveh, mi l�mpara, mi dios que alumbra mis tinieblas; [30] con tu ayuda las hordas acometo, con mi dios escalo la muralla. [31] dios es perfecto en sus caminos, la palabra de yahveh acrisolada. el es el escudo de cuantos a �l se acogen. [32] pues �qui�n es dios fuera de yahveh? �qui�n roca, sino s�lo nuestro dios? [33] el dios que me ci�e de fuerza, y hace mi camino irreprochable, [34] que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie, [35] el que mis manos para el combate adiestra y mis brazos para tensar arco de bronce. [36] t� me das tu escudo salvador, (tu diestra me sostiene), tu cuidado me exalta, [37] mis pasos ensanchas ante m�, no se tuercen mis tobillos. [38] persigo a mis enemigos, les doy caza, no vuelvo hasta haberlos acabado; [39] los quebranto, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis pies. [40] para el combate de fuerza me ci�es, doblegas bajo m� a mis agresores, [41] a mis enemigos haces dar la espalda, extermino a los que me odian. [42] claman, mas no hay salvador, a yahveh, y no les responde. [43] los machaco como polvo al viento, como al barro de las calles los piso. [44] de las querellas de mi pueblo t� me libras, me pones a la cabeza de las gentes; pueblos que no conoc�a me sirven; [45] los hijos de extranjeros me adulan, son todo o�dos, me obedecen,

[46] los hijos de extranjeros desmayan, y dejan temblando sus refugios. [47] �viva yahveh, bendita sea mi roca, el dios de mi salvaci�n sea ensalzado, [48] el dios que la venganza me concede y abate los pueblos a mis plantas! [49] t� me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, del hombre violento me salvas. [50] por eso he de alabarte entre los pueblos, a tu nombre, yahveh, salmodiar�. [51] el hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su ungido, a david y a su linaje para siempre. salmos cap.19 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] los cielos cuentan la gloria de dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento; [3] el d�a al d�a comunica el mensaje, y la noche a la noche trasmite la noticia. [4] no es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede o�r; [5] mas por toda la tierra se adivinan los rasgos, y sus giros hasta el conf�n del mundo. en el mar levant� para el sol una tienda, [6] y �l, como un esposo que sale de su t�lamo, se recrea, cual atleta, corriendo su carrera. [7] a un extremo del cielo es su salida, y su �rbita llega al otro extremo, sin que haya nada que a su ardor escape. [8] la ley de yahveh es perfecta, consolaci�n del alma, el dictamen de yahveh, veraz, sabidur�a del sencillo. [9] los preceptos de yahveh son rectos, gozo del coraz�n; claro el mandamiento de yahveh, luz de los ojos. [10] el temor de yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de yahveh, justos todos ellos, [11] apetecibles m�s que el oro, m�s que el oro m�s fino; sus palabras m�s dulces que la miel, m�s que el jugo de panales. [12] por eso tu servidor se empapa en ellos, gran ganancia es guardarlos. [13] pero �qui�n se da cuenta de sus yerros? de las faltas ocultas l�mpiame. [14] guarda tambi�n a tu siervo del orgullo, no tenga dominio sobre m�. entonces ser� irreprochable, de delito grave exento. [15] �sean gratas las palabras de mi boca, y el susurro de mi coraz�n, sin tregua ante ti, yahveh, roca m�a, mi redentor. salmos cap.20 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] �yahveh te responda el d�a de la angustia, prot�jate el nombre del dios de jacob! [3] el te env�e socorro desde su santuario, desde si�n sea tu apoyo. [4] se acuerde de todas tus ofrendas, halle sabroso tu holocausto; [5] te otorgue seg�n tu coraz�n, cumpla todos tus proyectos. [6] �y nosotros aclamemos tu victoria, de nuestro dios el nombre tremolemos! �cumpla yahveh todas tus s�plicas! [7] ahora conozco que yahveh dar� la salvaci�n a su ungido; desde su santo cielo le responder� con las proezas victoriosas de su diestra. [8] unos con los carros, otros con los caballos, nosotros invocamos el nombre de yahveh, nuestro dios. [9] ellos se doblegan y caen, y nosotros en pie nos mantenemos. [10] �oh yahveh, salva al rey, resp�ndenos el d�a de nuestra s�plica! salmos cap.21 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] yahveh, en tu fuerza se regocija el rey; �oh, y c�mo le colma tu salvaci�n de

j�bilo! [3] t� le has otorgado el deseo de su coraz�n, no has rechazado el anhelo de sus labios. [4] pues le precedes de venturosas bendiciones, has puesto en su cabeza corona de oro fino; [5] vida te pidi� y se la otorgaste, largo curso de d�as para siempre jam�s. [6] gran gloria le da tu salvaci�n, le circundas de esplendor y majestad; [7] bendiciones haces de �l por siempre, le llenas de alegr�a delante de tu rostro. [8] s�, en yahveh conf�a el rey, y por gracia del alt�simo no ha de vacilar. [9] tu mano alcanzar� a todos tus enemigos, tu diestra llegar� a los que te odian; [10] har�s de ellos como un horno de fuego, el d�a de tu rostro; yahveh los tragar� en su c�lera, y el fuego los devorar�; [11] har�s perecer su fruto de la tierra, y su semilla de entre los hijos de ad�n. [12] aunque ellos intenten da�o contra ti, aunque tramen un plan, nada podr�n. [13] que t� les har�s volver la espalda, ajustar�s tu arco contra ellos. [14] �lev�ntate, yahveh, con tu poder, y cantaremos, salmodiaremos a tu poder�o! salmos cap.22 [1] del maestro de coro. sobre �la cierva de la aurora�. salmo. de david. [2] dios m�o, dios m�o, �por qu� me has abandonado? �lejos de mi salvaci�n la voz de mis rugidos! [3] dios m�o, de d�a clamo, y no respondes, tambi�n de noche, no hay silencio para m�. [4] �mas t� eres el santo, que moras en las laudes de israel! [5] en ti esperaron nuestros padres, esperaron y t� los liberaste; [6] a ti clamaron, y salieron salvos, en ti esperaron, y nunca quedaron confundidos. [7] y yo, gusano, que no hombre, verg�enza del vulgo, asco del pueblo, [8] todos los que me ven de m� se mofan, tuercen los labios, menean la cabeza: [9] �se confi� a yahveh, �pues que �l le libre, que le salve, puesto que le ama!� [10] s�, t� del vientre me sacaste, me diste confianza a los pechos de mi madre; [11] a ti fui entregado cuando sal� del seno, desde el vientre de mi madre eres t� mi dios. [12] �no andes lejos de m�, que la angustia est� cerca, no hay para m� socorro! [13] novillos innumerables me rodean, ac�sanme los toros de bas�n; [14] �vidos abren contra m� sus fauces; leones que desgarran y rugen. [15] como el agua me derramo, todos mis huesos se dislocan, mi coraz�n se vuelve como cera, se me derrite entre mis entra�as. [16] est� seco mi paladar como una teja y mi lengua pegada a mi garganta; t� me sumes en el polvo de la muerte. [17] perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acorrala como para prender mis manos y mis pies. [18] puedo contar todos mis huesos; ellos me observan y me miran, [19] rep�rtense entre s� mis vestiduras y se sortean mi t�nica. [20] �mas t�, Yahveh, no te est�s lejos, corre en mi ayuda, oh fuerza m�a, [21] libra mi alma de la espada, mi �nica de las garras del perro; [22] s�lvame de las fauces del le�n, y mi pobre ser de los cuernos de los b�falos! [23] �anunciar� tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabar�!: [24] �los que a yahveh tem�is, dadle alabanza, raza toda de jacob, glorificadle, temedle, raza toda de israel�. [25] porque no ha despreciado ni ha desde�ado la miseria del m�sero; no le ocult� su rostro, mas cuando le invocaba le escuch�. [26] de ti viene mi alabanza en la gran asamblea, mis votos cumplir� ante los que

le temen. [27] los pobres comer�n, quedar�n hartos, los que buscan a yahveh le alabar�n: ��viva por siempre vuestro coraz�n!� [28] le recordar�n y volver�n a yahveh todos los confines de la tierra, ante �l se postrar�n todas las familias de las gentes. [29] que es de yahveh el imperio, del se�or de las naciones. [30] ante �l solo se postrar�n todos los poderosos de la tierra, ante �l se doblar�n cuantos bajan al polvo. y para aqu�l que ya no viva, [31] le servir� su descendencia: ella hablar� del se�or a la edad [32] venidera, contar� su justicia al pueblo por nacer: esto hizo �l. salmos cap.23 [1] salmo. de david. yahveh es mi pastor, nada me falta. [2] por prados de fresca hierba me apacienta. hacia las aguas de reposo me conduce, [3] y conforta mi alma; me gu�a por senderos de justicia, en gracia de su nombre. [4] aunque pase por valle tenebroso, ning�n mal temer�, porque t� vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan. [5] t� preparas ante m� una mesa frente a mis adversarios; unges con �leo mi cabeza, rebosante est� mi copa. [6] s�, dicha y gracia me acompa�ar�n todos los d�as de mi vida; mi morada ser� la casa de yahveh a lo largo de los d�as. salmos cap.24 [1] salmo. de david. de yahveh es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que en �l habitan; [2] que �l lo fund� sobre los mares, �l lo asent� sobre los r�os. [3] �qui�n subir� al monte de yahveh?, �qui�n podr� estar en su recinto santo? [4] el de manos limpias y puro coraz�n, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con enga�o jura. [5] el lograr� la bendici�n de yahveh, la justicia del dios de su salvaci�n. [6] tal es la raza de los que le buscan, los que van tras tu rostro, oh dios de jacob. [7] �puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria! [8] �qui�n es ese rey de gloria? yahveh, el fuerte, el valiente, yahveh, valiente en la batalla. [9] �puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria! [10] �qui�n es ese rey de gloria? yahveh sebaot, �l es el rey de gloria. pausa salmos cap.25 [1] de david a ti, yahveh, levanto mi alma, [2] oh dios m�o. en ti conf�o, �no sea confundido, no triunfen de m� mis enemigos! [3] no hay confusi�n para el que espera en ti, confusi�n s�lo para el que traiciona sin motivo. [4] mu�strame tus caminos, yahveh, ens��ame tus sendas. [5] gu�ame en tu verdad, ens��ame, que t� eres el dios de mi salvaci�n. (vau) en ti estoy esperando todo el d�a, [6] acu�rdate, yahveh, de tu ternura, y de tu amor, que son de siempre. [7] de los pecados de mi juventud no te acuerdes, pero seg�n tu amor, acu�rdate de m�. por tu bondad, yahveh. [8] bueno y recto es yahveh; por eso muestra a los pecadores el camino; [9] conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres ense�a su sendero.

[10] todas las sendas de yahveh son amor y verdad para quien guarda su alianza y sus dict�menes. [11] . por tu nombre, oh yahveh, perdona mi culpa, porque es grande. [12] si hay un hombre que tema a yahveh, �l le indica el camino a seguir; [13] su alma mora en la felicidad, y su estirpe poseer� la tierra. [14] el secreto de yahveh es para quienes le temen, su alianza, para darles cordura. [15] mis ojos est�n fijos en yahveh, que �l sacar� mis pies del cepo. [16] vu�lvete a m�, tenme piedad, que estoy solo y desdichado. [17] alivia los ahogos de mi coraz�n, hazme salir de mis angustias. [18] ve mi aflicci�n y mi penar, quita todos mis pecados. [19] mira cu�ntos son mis enemigos, cu�n violento el odio que me tienen. [20] garda mi alma, l�brame, no quede confundido, cuando en ti me cobijo. [21] inocencia y rectitud me amparen, que en ti espero, yahveh. [22] redime, oh dios, a israel de todas sus angustias. salmos cap.26 [1] de david. hazme justicia, yahveh, pues yo camino en mi entereza, me apoyo en yahveh y no vacilo. [2] escr�tame, yahveh, ponme a prueba, pasa al crisol mi conciencia y mi coraz�n; [3] est� tu amor delante de mis ojos, y en tu verdad camino. [4] no voy a sentarme con los falsos, no ando con hip�critas; [5] odio la asamblea de malhechores, y al lado de los imp�os no me siento. [6] mis manos lavo en la inocencia y ando en torno a tu altar, yahveh, [7] haciendo resonar la acci�n de gracias, todas tus maravillas pregonando; [8] amo, yahveh, la belleza de tu casa, el lugar de asiento de tu gloria. [9] no juntes mi alma con los pecadores, ni mi vida con los hombres sanguinarios, [10] que tienen en sus manos la infamia, y su diestra repleta de soborno. [11] yo, en cambio, camino en mi entereza; resc�tame, ten piedad de m�; [12] mi pie est� firme en suelo llano; a ti, yahveh, bendecir� en las asambleas. salmos cap.27 [1] de david. yahveh es mi luz y mi salvaci�n, �a qui�n he de temer? yahveh, el refugio de mi vida, �por qui�n he de temblar? [2] cuando se acercan contra m� los malhechores a devorar mi carne, son ellos, mis adversarios y enemigos, los que tropiezan y sucumben. [3] aunque acampe contra m� un ej�rcito, mi coraz�n no teme; aunque estalle una guerra contra m�, estoy seguro en ella. [4] una cosa he pedido a yahveh, una cosa estoy buscando: morar en la casa de yahveh, todos los d�as de mi vida, para gustar la dulzura de yahveh y cuidar de su templo. [5] que �l me dar� cobijo en su caba�a en d�a de desdicha; me esconder� en lo oculto de su tienda, sobre una roca me levantar�. [6] y ahora se alza mi cabeza sobre mis enemigos que me hostigan; en su tienda voy a sacrificar. sacrificios de aclamaci�n. cantar�, salmodiar� a yahveh. [7] escucha, yahveh, mi voz que clama, �tenme piedad, resp�ndeme! [8] dice de ti mi coraz�n: �busca su rostro.� s�, yahveh, tu rostro busco: [9] no me ocultes tu rostro. no rechaces con c�lera a tu siervo; t� eres mi auxilio. no me abandones, no me dejes, dios de mi salvaci�n. [10] si mi padre y mi madre me abandonan, yahveh me acoger�. [11] ens��ame tu camino, yahveh, gu�ame por senda llana, por causa de los que me asechan; [12] no me entregues al ansia de mis adversarios, pues se han alzado contra m� falsos testigos, que respiran violencia. [13] �ay, si estuviera seguro de ver la bondad de yahveh en la tierra de los vivos!

[14] espera en yahveh, ten valor y firme coraz�n, espera en yahveh. salmos cap.28 [1] de david. hacia ti clamo, yahveh, roca m�a, no est�s mudo ante m�; no sea yo, ante tu silencio, igual que los que bajan a la fosa. [2] oye la voz de mis plegarias, cuando grito hacia ti, cuando elevo mis manos, oh yahveh, al santuario de tu santidad. [3] no me arrebates con los imp�os, ni con los agentes de mal, que hablan de paz a su vecino, mas la maldad est� en su coraz�n. [4] dales, yahveh, conforme a sus acciones, y a la malicia de sus hechos, seg�n la obra de sus manos tr�tales, p�gales con su misma moneda. [5] pues no comprenden los hechos de yahveh, la obra de sus manos: �derr�belos �l y no los rehabilite! [6] �bendito sea yahveh, que ha o�do la voz de mis plegarias! [7] yahveh mi fuerza, escudo m�o, en �l confi� mi coraz�n y he recibido ayuda: mi carne de nuevo ha florecido, le doy gracias de todo coraz�n. [8] yahveh, fuerza de su pueblo, fortaleza de salvaci�n para su ungido. [9] salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, pastor�alos y ll�valos por siempre. salmos cap.29 [1] salmo. de david. �rendid a yahveh, hijos de dios, rendid a yahveh gloria y poder! [2] rendid a yahveh la gloria de su nombre, postraos ante yahveh en esplendor sagrado. [3] voz de yahveh sobre las aguas; el dios de gloria truena, �es yahveh, sobre las muchas aguas! [4] voz de yahveh con fuerza, voz de yahveh con majestad. [5] voz de yahveh que desgaja los cedros, yahveh desgaja los cedros del l�bano, [6] hace brincar como un novillo al l�bano, y al sari�n como cr�a de b�falo. [7] voz de yahveh que afila llamaradas. [8] voz de yahveh, que sacude el desierto, sacude yahveh el desierto de cad�s. [9] voz de yahveh, que estremece las encinas, y las selvas descuaja, mientras todo en su templo dice: �gloria! [10] yahveh se sent� para el diluvio, yahveh se sienta como rey eterno. [11] yahveh da el poder a su pueblo, yahveh bendice a su pueblo con la paz. salmos cap.30 [1] salmo. c�ntico para la dedicaci�n de la casa. de david. [2] yo te ensalzo, yahveh, porque me has levantado; no dejaste re�rse de m� a mis enemigos. [3] yahveh, dios m�o, clam� a ti y me sanaste. [4] t� has sacado, yahveh, mi alma del seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. [5] salmodiad a yahveh los que le am�is, alabad su memoria sagrada. [6] de un instante es su c�lera, de toda una vida su favor; por la tarde visita de l�grimas, por la ma�ana gritos de alborozo. [7] y yo en mi paz dec�a: �jam�s vacilar�.� [8] yahveh, tu favor me afianzaba sobre fuertes monta�as; mas retiras tu rostro y ya estoy conturbado. [9] a ti clamo, yahveh, a mi dios piedad imploro: [10] �qu� ganancia en mi sangre, en que baje a la fosa? �puede alabarte el polvo, anunciar tu verdad? [11] �escucha, yahveh, y ten piedad de m�! �s� t�, Yahveh, mi auxilio! [12] has trocado mi lamento en una danza, me has quitado el sayal y me has ce�ido de alegr�a;

[13] mi coraz�n por eso te salmodiar� sin tregua; yahveh, dios m�o, te alabar� por siempre. salmos cap.31 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] en ti, yahveh, me cobijo, �oh, no sea confundido jam�s! �rec�brame por tu justicia, l�brame, [3] tiende hacia m� tu o�do, date prisa! s� para m� una roca de refugio, alc�zar fuerte que me salve; [4] pues mi roca eres t�, mi fortaleza, y, por tu nombre, me gu�as y diriges. [5] s�came de la red que me han tendido, que t� eres mi refugio; [6] en tus manos mi esp�ritu encomiendo, t�, Yahveh, me rescatas. dios de verdad, [7] t� detestas a los que veneran vanos �dolos; mas yo en yahveh conf�o: [8] �exulte yo y en tu amor me regocije! t� que has visto mi miseria, y has conocido las angustias de mi alma, [9] no me has entregado en manos del enemigo, y has puesto mis pies en campo abierto. [10] tenme piedad, yahveh, que en angustias estoy. de tedio se corroen mis ojos, mi alma, mis entra�as. [11] pues mi vida se consume en aflicci�n, y en suspiros mis a�os; sucumbe mi vigor a la miseria, mis huesos se corroen. [12] de todos mis opresores me he hecho el oprobio; asco soy de mis vecinos, espanto de mis familiares. los que me ven en la calle huyen lejos de m�; [13] dejado estoy de la memoria como un muerto, como un objeto de desecho. [14] escucho las calumnias de la turba, terror por todos lados, mientras se a�nan contra m� en conjura, tratando de quitarme la vida. [15] mas yo conf�o en ti, yahveh, me digo: ��t� eres mi dios!� [16] est� en tus manos mi destino, l�brame de las manos de mis enemigos y perseguidores; [17] haz que alumbre a tu siervo tu semblante, �s�lvame, por tu amor! [18] yahveh, no haya confusi�n para m�, que te invoco, �confusi�n s�lo para los imp�os; que bajen en silencio al seol, [19] enmudezcan los labios mentirosos que hablan con insolencia contra el justo, con orgullo y desprecio! [20] �qu� grande es tu bondad, yahveh! t� la reservas para los que te temen, se la brindas a los que a ti se acogen, ante los hijos de ad�n. [21] t� los escondes en el secreto de tu rostro, lejos de las intrigas de los hombres; bajo techo los pones a cubierto de la querella de las lenguas. [22] �bendito sea yahveh que me ha brindado maravillas de amor (en ciudad fortificada)! [23] �y yo que dec�a en mi inquietud: �estoy dejado de tus ojos!� mas t� o�as la voz de mis plegarias, cuando clamaba a ti. [24] amad a yahveh, todos sus amigos; a los fieles protege yahveh, pero devuelve muy sobrado al que obra por orgullo. [25] �valor, que vuestro coraz�n se afirme, vosotros todos que esper�is en yahveh! salmos cap.32 [1] de david. poema. �dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado! [2] dichoso el hombre a quien yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo esp�ritu no hay fraude. [3] cuando yo me callaba, se sum�an mis huesos en mi rugir de cada d�a, [4] mientras pesaba, d�a y noche, tu mano sobre m�; mi coraz�n se alteraba como un campo en los ardores del est�o. [5] mi pecado te reconoc�, y no ocult� mi culpa; dije: �me confesar� a yahveh de

mis rebeld�as.� y t� absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado. [6] por eso te suplica todo el que te ama en la hora de la angustia. y aunque las muchas aguas se desborden, no le alcanzar�n. [7] t� eres un cobijo para m�, de la angustia me guardas, est�s en torno a m� para salvarme. [8] voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir; fijos en ti los ojos, ser� tu consejero. [9] no seas cual caballo o mulo sin sentido, rienda y freno hace falta para domar su br�o, si no, no se te acercan. [10] copiosas son las penas del imp�o, al que conf�a en yahveh el amor le envuelve. [11] �alegraos en yahveh, oh justos, exultad, gritad de gozo, todos los de recto coraz�n! salmos cap.33 [1] �gritad de j�bilo, justos, por yahveh!, de los rectos es propia la alabanza; [2] �dad gracias a yahveh con la c�tara, salmodiad para �l al arpa de diez cuerdas; [3] cantadle un cantar nuevo, tocad la mejor m�sica en la aclamaci�n! [4] pues recta es la palabra de yahveh, toda su obra fundada en la verdad; [5] �l ama la justicia y el derecho, del amor de yahveh est� llena la tierra. [6] por la palabra de yahveh fueron hechos los cielos por el soplo de su boca toda su mesnada. [7] el recoge, como un dique, las aguas del mar, en dep�sitos pone los abismos. [8] �tema a yahveh la tierra entera, ante �l tiemblen todos los que habitan el orbe! [9] pues �l habl� y fue as�, mand� �l y se hizo. [10] yahveh frustra el plan de las naciones, hace vanos los proyectos de los pueblos; [11] mas el plan de yahveh subsiste para siempre, los proyectos de su coraz�n por todas las edades. [12] �feliz la naci�n cuyo dios es yahveh, el pueblo que se escogi� por heredad! [13] yahveh mira de lo alto de los cielos, ve a todos los hijos de ad�n; [14] desde el lugar de su morada observa a todos los habitantes de la tierra, [15] �l, que forma el coraz�n de cada uno, y repara en todas sus acciones. [16] no queda a salvo el rey por su gran ej�rcito, ni el bravo inmune por su enorme fuerza. [17] vana cosa el caballo para la victoria, ni con todo su vigor puede salvar. [18] los ojos de yahveh est�n sobre quienes le temen, sobre los que esperan en su amor, [19] para librar su alma de la muerte, y sostener su vida en la penuria. [20] nuestra alma en yahveh espera, �l es nuestro socorro y nuestro escudo; [21] en �l se alegra nuestro coraz�n, y en su santo nombre confiamos. [22] sea tu amor, yahveh, sobre nosotros, como est� en ti nuestra esperanza. salmos cap.34 [1] de david. cuando fingi�ndose demente ante abim�lek, fue despachado por �l y se march�. [2] bendecir� a yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza; [3] en yahveh mi alma se glor�a, ��iganlo los humildes y se alegren! [4] engrandeced conmigo a yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos. [5] he buscado a yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores. [6] los que miran hacia �l, refulgir�n: no habr� sonrojo en su semblante. [7] cuando el pobre grita, yahveh oye, y le salva de todas sus angustias. [8] acampa el �ngel de yahveh en torno a los que le temen y los libra. [9] gustad y ved qu� bueno es yahveh, dichoso el hombre que se cobija en �l.

[10] temed a yahveh vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada. [11] los ricos quedan pobres y hambrientos, mas los que buscan a yahveh de ning�n bien carecen. [12] . venid, hijos, o�dme, el temor de yahveh voy a ense�aros. [13] �qui�n es el hombre que apetece la vida, deseoso de d�as para gozar de bienes? [14] guarda del mal tu lengua, tus labios de decir mentira; [15] ap�rtate del mal y obra el bien, busca la paz y anda tras ella. [16] los ojos de yahveh sobre los justos, y sus o�dos hacia su clamor, [17] el rostro de yahveh contra los malhechores, para raer de la tierra su memoria. [18] cuando gritan aqu�llos, yahveh oye, y los libra de todas sus angustias; [19] yahveh est� cerca de los que tienen roto el coraz�n. �l salva a los esp�ritus hundidos. [20] muchas son las desgracias del justo, pero de todas le libera yahveh; [21] todos sus huesos guarda, no ser� quebrantado ni uno solo. [22] la malicia matar� al imp�o, los que odian al justo lo tendr�n que pagar. [23] yahveh rescata el alma de sus siervos, nada habr�n de pagar los que en �l se cobijan. salmos cap.35 [1] de david. ataca, yahveh, a los que me atacan, combate a quienes me combaten; [2] embraza el escudo y el pav�s, y �lzate en mi socorro; [3] blande la lanza y la pica contra mis perseguidores. di a mi alma: �yo soy tu salvaci�n.� [4] �confusi�n y verg�enza sobre aquellos que andan buscando mi vida! �vuelvan atr�s y queden confundidos los que mi mal maquinan! [5] �sean lo mismo que la paja al viento, por el �ngel de yahveh acosados; [6] sea su camino tiniebla y precipicio, perseguidos por el angel de yahveh! [7] pues sin causa me han tendido su red, han cavado una fosa para m�. [8] �sobre cada uno de ellos caiga de improviso la ruina: le prenda la red que hab�a tendido, y en su fosa se hunda! [9] y mi alma exultar� en yahveh, en su salvaci�n se gozar�. [10] dir�n todos mis huesos: yahveh, �qui�n como t�, para librar al d�bil del m�s fuerte, al pobre de su expoliador? [11] testigos falsos se levantan, sobre lo que ignoro me interrogan; [12] me pagan mal por bien, �desolaci�n para mi alma! [13] yo, en cambio, cuando eran ellos los enfermos, vestido de sayal, me humillaba con ayuno, y en mi interior repet�a mi oraci�n; [14] como por un amigo o un hermano iba y ven�a, como en duelo de una madre, sombr�o me encorvaba. [15] ellos se r�en de mi ca�da, se re�nen, s�, se re�nen contra m�; extranjeros, que yo no conozco, desgarran sin descanso; [16] si caigo, me rodean rechinando sus dientes contra m�. [17] �cu�nto tiempo, se�or, te quedar�s mirando? recobra mi alma de sus garras, de los leones mi vida. [18] te dar� gracias en la gran asamblea, te alabar� entre un pueblo copioso. [19] no se r�an de m�, mis enemigos p�rfidos, ni se gui�en sus ojos los que me odian sin raz�n. [20] pues no es de paz de lo que hablan a los pac�ficos de la tierra; mascullan palabras de perfidia, [21] abren bien grande su boca contra m�; dicen: ��ja, ja, nuestros ojos lo han visto!� [22] t� lo has visto, yahveh, no te quedes callado, se�or, no est�s lejos de m�; [23] despi�rtate, lev�ntate a mi juicio, en defensa de mi causa, oh mi dios y se�or;

[24] j�zgame conforme a tu justicia, oh yahveh, �dios m�o, no se r�an de m�! [25] no digan en su coraz�n: ��aj�, lo que quer�amos!� no digan: ��le hemos engullido!� [26] �verg�enza y confusi�n caigan a una sobre los que se r�en de mi mal; queden cubiertos de verg�enza y de ignominia los que a mi costa medran! [27] exulten y den gritos de j�bilo los que en mi justicia se complacen, y digan sin cesar: ��grande es yahveh, que en la paz de su siervo se complace!� [28] y tu justicia musitar� mi lengua, todo el d�a tu alabanza. salmos cap.36 [1] del maestro de coro. del siervo de yahveh. de david. [2] un or�culo para el imp�o es el pecado en el fondo de su coraz�n; temor de dios no existe delante de sus ojos. [3] con ojo harto lisonjero se mira, para encontrar y detestar su culpa; [4] las palabras de su boca, iniquidad y enga�o; renunci� a ser sensato, a hacer el bien. [5] s�lo maquina iniquidad sobre su lecho; en un camino que no es bueno se obstina y no reprueba el mal. [6] oh yahveh, en los cielos tu amor, hasta las nubes tu verdad; [7] tu justicia, como los montes de dios, tus juicios, como el hondo abismo. a hombres y bestias salvas t�, Yahveh, [8] oh dios, �qu� precioso tu amor! por eso los hijos de ad�n, a la sombra de tus alas se cobijan. [9] se sacian de la grasa de tu casa, en el torrente de tus delicias los abrevas; [10] en ti est� la fuente de la vida, y en tu luz vemos la luz. [11] guarda tu amor a los que te conocen, y tu justicia a los de recto coraz�n. [12] �que el pie del orgullo no me alcance, ni la mano de los imp�os me avente! [13] ved c�mo caen los agentes de mal, abatidos, no pueden levantarse. salmos cap.37 [1] de david. no te acalores por causa de los malos, no envidies a los que hacen injusticia. [2] pues aridecen presto como el heno, como la hierba tierna se marchitan. [3] ten confianza en yahveh y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz, [4] ten tus delicias en yahveh, y te dar� lo que pida tu coraz�n. [5] pon tu suerte en yahveh, conf�a en �l, que �l obrar�; [6] har� brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediod�a. [7] vive en calma ante yahveh, espera en �l, no te acalores contra el que prospera, contra el hombre que urde intrigas. [8] desiste de la c�lera y abandona el enojo, no te acalores, que es peor; [9] pues ser�n extirpados los malvados, mas los que esperan en yahveh poseer�n la tierra. [10] un poco m�s, y no hay imp�o, buscas su lugar y ya no est�; [11] mas poseer�n la tierra los humildes, y gozar�n de inmensa paz. [12] el imp�o maquina contra el justo, rechinan sus dientes contra �l; [13] el se�or de �l se r�e, porque ve llegar su d�a. [14] desenvainan la espada los imp�os, tienden el arco, para abatir al m�sero y al pobre, para matar a los rectos de conducta; [15] su espada entrar� en su propio coraz�n, y sus arcos ser�n rotos. [16] lo poco del justo vale m�s que la mucha abundancia del imp�o; [17] pues los brazos de los imp�os ser�n rotos, mientras que a los justos los sostiene yahveh. [18] yahveh conoce los d�as de los �ntegros, su herencia ser� eterna; [19] no ser�n confundidos en tiempo de desgracia, en d�as de penuria gozar�n de hartura. [20] perecer�n, en cambio, los imp�os, los enemigos de yahveh; se esfumar�n como

el ornato de los prados, en humo se desvanecer�n. [21] toma el imp�o prestado y no devuelve, mas el justo es compasivo y da; [22] los que �l bendice poseer�n la tierra, los que �l maldice ser�n exterminados. [23] de yahveh penden los pasos del hombre, firmes son y su camino le complace; [24] aunque caiga, no se queda postrado, porque yahveh la mano le sostiene. [25] fui joven, ya soy viejo, nunca vi al justo abandonado, ni a su linaje mendigando el pan. [26] en todo tiempo es compasivo y presta, su estirpe vivir� en bendici�n. [27] ap�rtate del mal y obra el bien, tendr�s para siempre una morada; [28] porque yahveh ama lo que es justo y no abandona a sus amigos. los malvados ser�n por siempre exterminados, la estirpe de los imp�os cercenada; [29] los justos poseer�n la tierra, y habitar�n en alla para siempre. [30] la boca del justo sabidur�a susurra, su lengua habla rectitud; [31] la ley de su dios est� en su coraz�n, sus pasos no vacilan. [32] esp�a el imp�o al justo, y busca darle muerte; [33] en su mano yahveh no le abandona, ni deja condenarle al ser juzgado. [34] espera en yahveh y guarda su camino, �l te exaltar� a la herencia de la tierra, el exterminio de los imp�os ver�s. [35] he visto al imp�o muy arrogante empinarse como un cedro del libano; [36] pas� de nuevo y ya no estaba, le busqu� y no se le encontr�. [37] observa al perfecto, mira al �ntegro: hay descendencia para el hombre de paz; [38] pero los rebeldes ser�n a una aniquilados, y la posteridad de los imp�os extirpada. [39] la salvaci�n de los justos viene de yahveh, �l su refugio en tiempo de angustia; [40] yahveh los ayuda y los libera, de los imp�os �l los libra, los salva porque a �l se acogen. salmos cap.38 [1] salmo de david. en memoria. [2] yahveh, no me corrijas en tu enojo, en tu furor no me castigues. [3] pues en m� se han clavado tus saetas, ha ca�do tu mano sobre m�; [4] nada intacto en mi carne por tu enojo, nada sano en mis huesos debido a mi pecado. [5] mis culpas sobrepasan mi cabeza, como un peso harto grave para m�; [6] mis llagas son hedor y putridez, debido a mi locura; [7] encorvado, abatido totalmente, sombr�o ando todo el d�a. [8] est�n mis lomos t�midos de fiebre, nada hay sano ya en mi carne; [9] entumecido, molido totalmente, me hace rugir la convulsi�n del coraz�n. [10] se�or, todo mi anhelo ante tus ojos, mi gemido no se te oculta a ti. [11] me traquetea el coraz�n, las fuerzas me abandonan, y la luz misma de mis ojos me falta. [12] mis amigos y compa�eros se partan de mi llaga, mis allegados a distancia se quedan; [13] y tienden lazos los que buscan mi alma, los que traman mi mal hablan de ruina, y todo el d�a andan urdiendo fraudes. [14] mas yo como un sordo soy, no oigo, como un mudo que no abre la boca; [15] s�, soy como un hombre que no oye, ni tiene r�plica en sus labios. [16] que en ti, yahveh, yo espero, t� reponder�s, se�or, dios m�o. [17] he dicho: �! no se r�an de m�, no me dominen cuando mi pie resbale!�. [18] y ahora ya estoy a punto de ca�da, mi tormento sin cesar est� ante m�. [19] s�, mi culpa confieso, acongojado estoy por mi pecado. [20] aumentan mis enemigos sin raz�n, muchos son los que sin causa me odian, [21] los que me devuelven mal por bien y me acusan cuando yo el bien busco. [22] �no me abandones, t�, Yahveh, dios m�o, no est�s lejos de m�!

[23] date prisa a auxiliarme, oh se�or, mi salvaci�n! salmos cap.39 [1] del maestro de coro. de yedut�n. Salmo. de david. [2] yo me dec�a: �guardar� mis caminos, sin pecar con mi lengua, pondr� un freno en mi boca, mientras est� ante m� el imp�o.� [3] enmudec�, qued� en silencio y calma: mas al ver su dicha se encon� mi tormento. [4] dentro de m� mi coraz�n se acaloraba, de mi queja prendi� el fuego, y mi lengua lleg� a hablar: [5] �hazme saber, yahveh, mi fin, y cu�l es la medida de mis d�as, para que sepa yo cu�n fr�gil soy. [6] �oh s�, de unos palmos hiciste mis d�as, mi existencia cual nada es ante ti; s�lo un soplo, todo hombre que se yergue, [7] nada m�s una sombra el humano que pasa, s�lo un soplo las riquezas que amontona, sin saber qui�n las recoger�.� [8] y ahora, se�or, �qu� puedo yo esperar? en ti est� mi esperanza. [9] de todas mis rebeld�as l�brame, no me hagas la irrisi�n del insensato. [10] me callo ya, no abro la boca, pues eres t� el que act�as. [11] retira de m� tus golpes, bajo el azote de tu mano me anonado. [12] reprendiendo sus yerros t� corriges al hombre, cual polilla corroes su anhelos. un soplo s�lo, todo hombre. [13] escucha mi s�plica, yahveh, presta o�do a mi grito, no te hagas sordo a mis l�grimas. pues soy un forastero junto a ti, un hu�sped como todos mis padres. [14] �retira tu mirada para que respire antes que me vaya y ya no exista m�s! salmos cap.40 [1] del maestro de coro. de david. salmo. [2] en yahveh puse toda mi esperanza, �l se inclin� hacia m� y escuch� mi clamor. [3] me sac� de la fosa fatal, del fango cenagoso; asent� mis pies sobre la roca, consolid� mis pasos. [4] puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro dios; muchos ver�n y temer�n, y en yahveh tendr�n confianza. [5] dichoso el hombre aquel que en yahveh pone su confianza, y no se va con los rebeldes, que andan tras la mentira. [6] �cu�ntas maravillas has hecho, yahveh, dios m�o, qu� de designios con nosotros: no hay comparable a ti! yo quisiera publicarlos, pregonarlos, mas su n�mero excede toda cuenta. [7] ni sacrificio ni oblaci�n quer�as, pero el o�do me has abierto; no ped�as holocaustos ni v�ctimas, [8] dije entonces: heme aqu�, que vengo. se me ha prescrito en el rollo del libro [9] hacer tu voluntad. oh dios m�o, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser. [10] he publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis labios, t� lo sabes, yahveh. [11] no he escondido tu justicia en el fondo de mi coraz�n, he proclamado tu lealtad, tu salvaci�n, ne he ocultado tu amor y tu verdad a la gran asamblea. [12] y t�, Yahveh, no contengas tus ternuras para m�. que tu amor y tu verdad incesantes me guarden. [13] pues desdichas me envuelven en n�mero incontable. mis culpas me dan caza, y no puedo ya ver; m�s numerosas son que los cabellos de mi cabeza, y el coraz�n me desampara. [14] �d�gnate, oh yahveh, librarme, yahveh, corre en mi ayuda! [15] �queden avergonzados y confusos todos juntos los que buscan mi vida para cercenarla! �atr�s, sean confundidos los que desean mi mal! [16] queden consternados de verg�enza los que dicen contra m�: ��ja, ja!� [17] �en ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! repitan sin cesar:

��grande es yahveh!�, los que aman tu salvaci�n. [18] y yo, pobre soy y desdichado, pero el se�or piensa en m�; t�, mi socorro y mi libertador, oh dios m�o, no tardes. salmos cap.41 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] �dichoso el que cuida del d�bil y del pobre! en d�a de desgracia le libera yahveh; [3] yahveh le guarda, vida y dicha en la tierra le depara, y no le abandona a la sa�a de sus enemigos; [4] le sostiene yahveh en su lecho de dolor; t� rehaces entera la postraci�n en que se sume. [5] yo he dicho: �tenme piedad, yahveh, sana mi alma, pues contra ti he pecado!� [6] mis enemigos hablan mal contra m�: ��cu�ndo se morir� y se perder� su nombre?� [7] si alguien viene a verme, habla de cosas f�tiles, el coraz�n repleto de maldad, va a murmurar afuera. [8] a una cuchichean contra m� todos los que me odian, me achacan la desgracia que me aqueja: [9] �cosa de infierno ha ca�do sobre �l, ahora que se ha acostado, ya no ha de levantarse.� [10] hasta mi amigo �ntimo en quien yo confiaba, el que mi pan com�a, levanta contra m� su calca�ar. [11] mas t�, Yahveh, tenme piedad, lev�ntame y les dar� su merecido; [12] en esto sabr� que t� eres mi amigo: si mi enemigo no lanza m�s su grito contra m�; [13] y a m� me mantendr�s en mi inocencia, y ante tu faz me admitir�s por siempre. [14] �bendito sea yahveh, dios de israel, desde siempre hasta siempre! �am�n! �am�n! salmos cap.42 [1] del maestro de coro. poema. de los hijos de cor�. [2] como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, as� jadea mi alma, en pos de ti, mi dios. [3] tiene mi alma sed de dios, del dios vivo; �cu�ndo podr� ir a ver la faz de dios? [4] �son mis l�grimas mi pan, de d�a y de noche, mientras me dicen todo el d�a: �en d�nde est� tu dios? [5] yo lo recuerdo, y derramo dentro de m� mi alma, c�mo marchaba a la tienda admirable, a la casa de dios, entre los gritos de j�bilo y de loa, y el gent�o festivo. [6] �por qu�, alma m�a, desfalleces y te agitas por m�? espera en dios: a�n le alabar�, �salvaci�n de mi rostro y [7] mi dios! en m� mi alma desfallece. por eso te recuerdo desde la tierra del jord�n y los hermones, a ti, monta�a humilde. [8] abismo que llama al abismo, en el fragor de tus cataratas, todas tus olas y tus crestas han pasado sobre m�. [9] de d�a mandar� Yahveh su gracia, y el canto que me inspire por la noche ser� una oraci�n al dios de mi vida. [10] dir� a dios mi roca: �por qu� me olvidas?, �por qu� he de andar sombr�o por la opresi�n del enemigo? [11] con quebranto en mis huesos mis adversarios me insultan, todo el d�a repiti�ndome: �en d�nde est� tu dios? [12] �por qu�, alma m�a, desfalleces y te agitas por m�? espera en dios: a�n le alabar�, �salvaci�n de mi rostro y mi dios!

salmos cap.43 [1] hazme justicia, oh dios, y mi causa defiende contra esta gente sin amor; del hombre falso y fraudulento, l�brame. [2] t� el dios de mi refugio: �por qu� me has rechazado?, �por qu� he de andar sombr�o por la opresi�n del enemigo? [3] env�a tu luz y tu verdad, ellas me gu�en, y me conduzcan a tu monte santo, donde tus moradas. [4] y llegar� al altar de dios, al dios de mi alegr�a. y exultar�, te alabar� a la c�tara, oh dios, dios m�o. [5] �por qu�, alma m�a, desfalleces y te agitas por m�? espera en dios: a�n le alabar�, �salvaci�n de mi rostro y mi dios! salmos cap.44 [1] del maestro de coro. de los hijos de cor�. poema. [2] oh dios, con nuestros propios o�dos lo o�mos, nos lo contaron nuestros padres, la obra que t� hiciste en sus d�as, en los d�as antiguos, [3] y con tu propia mano. para plantarlos a ellos, expulsaste naciones, para ensancharlos, maltrataste pueblos; [4] no por su espada conquistaron la tierra, ni su brazo les dio la victoria, sino que fueron tu diestra y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque los amabas. [5] t� s�lo, oh rey m�o, dios m�o, decid�as las victorias de jacob; [6] por ti nosotros hund�amos a nuestros adversarios, por tu nombre pis�bamos a nuestros agresores. [7] no estaba en mi arco mi confianza, ni mi espada me hizo vencedor; [8] que t� nos salvabas de nuestros adversarios, t� cubr�as de verg�enza a nuestros enemigos; [9] en dios todo el d�a nos glori�bamos, celebrando tu nombre sin cesar. [10] y con todo, nos has rechazado y confundido, no sales ya con nuestras tropas, [11] nos haces dar la espalda al adversario, nuestros enemigos saquean a placer. [12] como ovejas de matadero nos entregas, y en medio de los pueblos nos has desperdigado; [13] vendes tu pueblo sin ventaja, y nada sacas de su precio. [14] de nuestros vecinos nos haces la irrisi�n, burla y escarnio de nuestros circundantes; [15] mote nos haces entre las naciones, meneo de cabeza entre los pueblos. [16] todo el d�a mi ignominia est� ante m�, la verg�enza cubre mi semblante, [17] bajo los gritos de insulto y de blasfemia, ante la faz del odio y la venganza. [18] nos lleg� todo esto sin haberte olvidado, sin haber traicionado tu alianza. [19] �no hab�an vuelto atr�s nuestros corazones, ni hab�an dejado nuestros pasos tu sendero, [20] para que t� nos aplastaras en morada de chacales, y nos cubrieras con la sombra de la muerte! [21] si hubi�semos olvidado el nombre de nuestro dios o alzado nuestras manos hacia un dios extranjero, [22] �no se habr�a dado cuenta dios, �l, que del coraz�n conoce los secretos? [23] pero por ti se nos mata cada d�a, como ovejas de matadero se nos trata. [24] �despierta ya! �por qu� duermes, se�or? �lev�ntate, no rechaces para siempre! [25] �por qu� ocultas tu rostro, olvidas nuestra opresi�n, nuestra miseria? [26] pues nuestra alma est� hundida en el polvo, pegado a la tierra nuestro vientre. [27] �alzate, ven en nuestra ayuda, resc�tanos por tu amor! salmos cap.45

[1] del maestro de coro. seg�n la melod�a: �lirios...� de los hijos de cor�. poema. canto de amor. [2] bulle mi coraz�n de palabras graciosas; voy a recitar mi poema para un rey: es mi lengua la pluma de un escriba veloz. [3] eres hermoso, el m�s hermoso de los hijos de ad�n, la gracia est� derramada en tus labios. por eso dios te bendijo para siempre. [4] ci�e tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor [5] marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad, de la justicia. �tensa la cuerda en el arco, que hace terrible tu derecha! [6] agudas son tus flechas, bajo tus pies est�n los pueblos, desmaya el coraz�n de los enemigos del rey. [7] tu trono es de dios para siempre jam�s; un cetro de equidad, el cetro de tu reino; [8] t� amas la justicia y odias la impiedad. por eso dios, tu dios, te ha ungido con �leo de alegr�a m�s que a tus compa�eros; [9] mirra y �loe y casia son todos tus vestidos. desde palacios de marfil la�des te recrean. [10] hijas de reyes hay entre tus preferidas; a tu diestra una reina, con el oro de ofir. [11] escucha, hija, mira y pon atento o�do, olvida tu pueblo y la casa de tu padre, [12] y el rey se prendar� de tu belleza. el es tu se�or, �p�strate ante �l! [13] la hija de tiro con presentes, y los m�s ricos pueblos recrear�n tu semblante. [14] toda espl�ndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; [15] con sus brocados el llevada ante el rey. v�rgenes tras ella, compa�eras suyas, donde �l son introducidas; [16] entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del rey. [17] en lugar de tus padres, tendr�s hijos; pr�ncipes los har�s sobre toda la tierra. [18] �logre yo hacer tu nombre memorable por todas las generaciones, y los pueblos te alaben por los siglos de los siglos! salmos cap.46 [1] del maestro de coro. de los hijos de cor�. para oboes. c�ntico. [2] dios es para nosotros refugio y fortaleza, un socorro en la angustia siempre a punto. [3] por eso no tememos si se altera la tierra, si los montes se conmueven en el fondo de los mares, [4] aunque sus aguas bramen y borboten, y los montes retiemblen a su �mpetu. (�con nosotros yahveh sebaot, baluarte para nosotros, el dios de jacob!) [5] �un r�o! sus brazos recrean la ciudad de dios, santificando las moradas del alt�simo. [6] dios est� en medio de ella, no ser� conmovida, dios la socorre al llegar la ma�ana. [7] braman las naciones, se tambalean los reinos, lanza �l su voz, la tierra se derrite. [8] �con nosotros yahveh sebaot, baluarte para nosotros, el dios de jacob! [9] venid a contemplar los prodigios de yahveh, el que llena la tierra de estupores. [10] hace cesar las guerras hasta el extremo de la tierra; quiebra el arco, parte en dos la lanza, y prende fuego a los escudos. [11] ��basta ya; sabed que yo soy dios, excelso sobre las naciones, sobre la tierra excelso!� [12] �con nosotros yahveh sebaot, baluarte para nosotros, el dios de jacob!

salmos cap.47 [1] del maestro de coro. de los hijos de cor�. salmo. [2] �pueblos todos, batid palmas, aclamad a dios con gritos de alegr�a! [3] porque yahveh, el alt�simo, es terrible, rey grande sobre la tierra toda. [4] el somete a nuestro yugo los pueblos, y a las gentes bajo nuestros pies; [5] �l nos escoge nuestra herencia, orgullo de jacob, su amado. [6] sube dios entre aclamaciones, yahveh al clangor de la trompeta: [7] �salmodiad para nuestro dios, salmodiad, salmodiad para nuestro rey, salmodiad! [8] que de toda la tierra �l es el rey: �salmodiad a dios con destreza! [9] reina dios sobre las naciones, dios, sentado en su sagrado trono. [10] los pr�ncipes de los pueblos se re�nen con el pueblo del dios de abraham. pues de dios son los escudos de la tierra, �l, inmensamente excelso. salmos cap.48 [1] c�ntico. salmo. de los hijos de cor�. [2] grande es yahveh, y muy digno de loa en la ciudad de nuestro dios; su monte santo, [3] de gallarda esbeltez, es la alegr�a de toda la tierra; el monte si�n, conf�n del norte, la ciudad del gran rey: [4] dios, desde sus palacios, se ha revelado como baluarte. [5] he aqu� que los reyes se hab�an aliado, irrump�an a una; [6] apenas vieron, de golpe estupefactos, aterrados, huyeron en tropel. [7] all� un temblor les invadi�, espasmos como de mujer en parto, [8] tal el viento del este que destroza los nav�os de tarsis. [9] como hab�amos o�do lo hemos visto en la ciudad de yahveh sebaot, en la ciudad de nuestro dios, que dios afirm� para siempre. [10] tu amor, oh dios, evocamos en medio de tu templo; [11] �como tu nombre, oh dios, tu alabanza hasta los confines de la tierra! de justicia est� llena tu diestra, [12] el monte si�n se regocija, exultan las hijas de jud� a causa de tus juicios. [13] dad la vuelta a si�n, girad en torno de ella, enumerad sus torres; [14] grabad en vuestros corazones sus murallas, recorred sus palacios; para contar a la edad venidera [15] que as� es dios, nuestro dios por los siglos de los siglos, aquel que nos conduce. salmos cap.49 [1] del maestro de coro. de los hijos de cor�. salmo. [2] �o�dlo, pueblos todos, escuchad, habitantes todos de la tierra, [3] hijos de ad�n, as� como hijos de hombre, ricos y pobres a la vez! [4] mi boca va a decir sabidur�a, y cordura el murmullo de mi coraz�n; [5] tiendo mi o�do a un proverbio, al son de c�tara descubrir� mi enigma. [6] �por qu� temer en d�as de desgracia cuando me cerca la malicia de los que me hostigan, [7] los que ponen su confianza en su fortuna, y se glor�an de su gran riqueza? [8] �si nadie puede redimirse ni pagar a dios por su rescate!; [9] es muy cara la redenci�n de su alma, y siempre faltar�, [10] para que viva a�n y nunca vea la fosa. [11] se ve, en cambio, fenecer a los sabios, perecer a la par necio y est�pido, y dejar para otros sus riquezas. [12] sus tumbas son sus casas para siempre, sus moradas de edad en edad; �y a sus tierras hab�an puesto sus nombres! [13] el hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se asemeja. [14] as� andan ellos, seguros de s� mismos, y llegan al final, contentos de su

suerte. [15] como ovejas son llevados al seol, los pastorea la muerte, y los rectos dominar�n sobre ellos. por la ma�ana se desgasta su imagen, �el seol ser� su residencia! [16] pero dios rescatar� mi alma, de las garras del seol me cobrar�. [17] no temas cuando el hombre se enriquece, cuando crece el boato de su casa. [18] que a su muerte, nada ha de llevarse, su boato no bajar� con �l. [19] aunque en vida se bendec�a a s� mismo -te alaban, porque te has tratado bien-, [20] ir� a unirse a la estirpe de sus padres, que nunca ya ver�n la luz. [21] el hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se asemeja. salmos cap.50 [1] salmo. de asaf. el dios de los dioses, yahveh, habla y convoca a la tierra desde oriente hasta occidente. [2] desde si�n, la hermosa sin par, dios resplandece, [3] viene nuestro dios y no se callar�. delante de �l, un fuego que devora, en torno a �l, violenta tempestad; [4] convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra para juzgar a su pueblo. [5] ��congregad a mis fieles ante m�, los que mi alianza con sacrificio concertaron!� [6] anuncian los cielos su justicia, porque es dios mismo el juez. [7] �escucha, pueblo m�o, que hablo yo, israel, yo atestiguo contra ti, yo, dios, tu dios. [8] �no es por tus sacrificios por lo que te acuso: �est�n siempre ante m� tus holocaustos! [9] no tengo que tomar novillo de tu casa, ni machos cabr�os de tus apriscos. [10] �pues m�as son todas las fieras de la selva, las bestias en los montes a millares; [11] conozco todas las aves de los cielos, m�as son las bestias de los campos. [12] �si hambre tuviera, no habr�a de dec�rtelo, porque m�o es el orbe y cuanto encierra. [13] �es que voy a comer carne de toros, o a beber sangre de machos cabr�os? [14] �sacrificio ofrece a dios de acci�n de gracias, cumple tus votos al alt�simo; [15] e inv�came en el d�a de la angustia, te librar� y t� me dar�s gloria.� [16] pero al imp�o dios le dice: ��qu� tienes t� que recitar mis preceptos, y tomar en tu boca mi alianza, [17] t� que detestas la doctrina, y a tus espaldas echas mis palabras? [18] �si a un ladr�n ves, te vas con �l, alternas con ad�lteros; [19] sueltas tu boca al mal, y tu lengua trama enga�o. [20] �te sientas, hablas contra tu hermano, deshonras al hijo de tu madre. [21] esto haces t�, �y he de callarme? �es que piensas que yo soy como t�? Yo te acuso y lo expongo ante tus ojos. [22] ��entended esto bien los que olvid�is a dios, no sea que yo arrebate y no haya quien libre! [23] el que ofrece sacrificios de acci�n de gracias me da gloria, al hombre recto le mostrar� la salvaci�n de dios.� salmos cap.51 [1] [2] [3] [4] [5] [6]

del maestro de coro. salmo. de david. cuando el profeta nat�n le visit� despu�s que aqu�l se hab�a unido a betsab�. tenme piedad, oh dios, seg�n tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, l�vame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purif�came. pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar est� ante m�; contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos comet�. por que

aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas. [7] mira que en culpa ya nac�, pecador me concibi� mi madre. [8] mas t� amas la verdad en lo �ntimo del ser, y en lo secreto me ense�as la subidur�a. [9] roc�ame con el hisopo, y ser� limpio, l�vame, y quedar� m�s blanco que la nieve. [10] devu�lveme el son del gozo y la alegr�a, exulten los huesos que machacaste t�. [11] retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas. [12] crea en m�, oh dios, un puro coraz�n, un esp�ritu firme dentro de m� renueva; [13] no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de m� tu santo esp�ritu. [14] vu�lveme la alegr�a de tu salvaci�n, y en esp�ritu generoso afi�nzame; [15] ense�ar� a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volver�n a ti. [16] l�brame de la sangre, dios, dios de mi salvaci�n, y aclamar� mi lengua tu justicia; [17] abre, se�or, mis labios, y publicar� mi boca tu alabanza. [18] pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas. [19] el sacrificio a dios es un esp�ritu contrito; un coraz�n contrito y humillado, oh dios, no lo desprecias. [20] �favorece a si�n en tu benevolencia, reconstruye las murallas de jerusal�n! [21] entonces te agradar�n los sacrificios justos, -holocausto y oblaci�n enterase ofrecer�n entonces sobre tu altar novillos. salmos cap.52 [1] del maestro de coro. poema. de david. [2] cuando el edomita doeg vino a avisar a sa�l dici�ndole: �david ha entrado en casa de ajim�lek.� [3] �por qu� te glor�as del mal, h�roe de infamia? todo el d�a [4] pensando est�s en cr�menes, tu lengua es una afilada navaja, oh art�fice de enga�o. [5] el mal al bien prefieres, la mentira a la justicia; [6] amas toda palabra de perdici�n, oh lengua enga�adora. [7] por eso dios te aplastar�, te destruir� por siempre, te arrancar� de tu tienda, te extirpar� de la tierra de los vivos. [8] los justos lo ver�n y temer�n, se reir�n de �l: [9] ��ese es el hombre que no puso en dios su refugio, mas en su gran riqueza confiaba, se jactaba de su crimen!� [10] mas yo, como un olivo verde en la casa de dios, en el amor de dios conf�o para siempre jam�s. [11] te alabar� eternamente por lo que has hecho; esperar� en tu nombre, porque es bueno con los que te aman salmos cap.53 [1] del maestro de coro. para la enfermedad. poema. de david. [2] dice en su coraz�n el insensato: ��no hay dios!� corrompidos est�n, de conducta abominable, no hay quien haga el bien. [3] se asoma dios desde los cielos hacia los hijos de ad�n, por ver si hay un sensato, alguien que busque a dios. [4] todos ellos est�n descarriados, en masa pervertidos. no hay quien haga el bien, ni uno siquiera. [5] �no aprender�n todos los agentes de mal que comen a mi pueblo como se come el pan, y no invocan a dios? [6] all� de espanto temblar�n, donde nada hay que espante. pues dios dispersa los huesos de tu sitiador, se les ultraja porque dios los rechaza. [7] �qui�n traer� de si�n la salvaci�n de israel? �cuando dios cambie la suerte

de su pueblo, exultar� Jacob, se alegrar� Israel! salmos cap.54 [1] del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. poema. de david. [2] cuando los zifitas vinieron a decir a sa�l: ��no est� escondido david entre nosotros?� [3] �oh dios, s�lvame por tu nombre, por tu poder�o hazme justicia, [4] oh dios, escucha mi oraci�n, atiende a las palabras de mi boca! [5] pues se han alzado contra m� arrogantes, rabiosos andan en busca de mi alma, sin tener para nada a dios presente. [6] mas ved que dios viene en mi auxilio, el se�or con aquellos que sostienen mi alma. [7] �el mal recaiga sobre los que me asechan, yahveh, por tu verdad destr�yelos! [8] de coraz�n te ofrecer� sacrificios, celebrar� tu nombre, porque es bueno, [9] porque de toda angustia me ha librado, y mi ojo se recre� en mis enemigos salmos cap.55 [1] del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. poema. de david. [2] escucha, oh dios, mi oraci�n, no te retraigas a mi s�plica, [3] dame o�dos, resp�ndeme, en mi queja me agito. gimo [4] ante la voz del enemigo, bajo el abucheo del imp�o; pues vierten sobre m� falsedades y con sa�a me hostigan. [5] se me estremece dentro el coraz�n, me asaltan pavores de muerte; [6] miedo y temblor me invaden, un escalofr�o me atenaza. [7] y digo: �qui�n me diera alas como a la paloma para volar y reposar! [8] huir�a entonces lejos, en el desierto morar�a. [9] en seguida encontrar�a un asilo contra el viento furioso y la tormenta. [10] �oh, pi�rdelos, se�or, enreda sus lenguas!, pues veo discordia y altercado en la ciudad; [11] rondan d�a y noche por sus murallas. y dentro de ella falsedad y malicia, [12] insidias dentro de ella, jam�s se ausentan de sus plazas la tiran�a y el enga�o. [13] si todav�a un enemigo me ultrajara, podr�a soportarlo; si el que me odia se alzara contra m�, me esconder�a de �l. [14] �pero t�, un hombre de mi rango, mi compa�ero, mi �ntimo, [15] con quien me un�a una dulce intimidad, en la casa de dios! �oh, v�yanse en tumulto, [16] caiga la muerte sobre ellos, vivos en el seol se precipiten, pues est� el mal instalado en medio de ellos! [17] yo, en cambio, a dios invoco, y yahveh me salva. [18] a la tarde, a la ma�ana, al mediod�a me quejo y gimo: �l oye mi clamor. [19] en paz mi alma rescata de la guerra que me hacen: aunque sean muchos contra m�, [20] dios escucha y los humilla, �l, que reina desde siempre. pero ellos sin enmienda, y sin temor de dios. [21] cada uno extiende su mano contra sus aliados, viola su alianza; [22] m�s blanda que la crema es su boca, pero su coraz�n es s�lo guerra; sus palabras, m�s suaves que el aceite, son espadas desnudas. [23] descarga en yahveh tu peso, y �l te sustentar�; no dejar� que para siempre zozobre el justo. [24] y t�, oh dios, los hundir�s en el pozo de la fosa, a los hombres de sangre y de fraude, sin alcanzar la mitad de sus d�as. mas yo conf�o en ti. salmos cap.56 [1] del maestro de coro. seg�n: �la opresi�n de los pr�ncipes lejanos�. de david.

a media voz. cuando los filisteos se apoderaron de �l en gat. [2] tenme piedad, oh dios, porque me pisan, todo el d�a hostig�ndome me oprimen. [3] me pisan todo el d�a los que me asechan, innumerables son los que me hostigan en la altura. [4] el d�a en que temo, en ti conf�o. [5] en dios, cuya palabra alabo, en dios conf�o y ya no temo, �qu� puede hacerme un ser de carne? [6] todo el d�a retuercen mis palabras, todos sus pensamientos son de hacerme mal; [7] se conjuran, se ocultan, mis pisadas observan, como para atrapar mi alma. [8] por su iniquidad, �habr� escape para ellos? �abate, oh dios, a los pueblos en tu c�lera! [9] de mi vida errante llevas t� la cuenta, �recoge mis l�grimas en tu odre! [10] entonces retroceder�n mis enemigos, el d�a en que yo clame. yo s� que dios est� por m�. [11] en dios, cuya palabra alabo, en yahveh, cuya palabra alabo, [12] en dios conf�o y ya no temo, �qu� puede hacerme un hombre? [13] a mi cargo, oh dios, los votos que te hice: sacrificios te ofrecer� de acci�n de gracias, [14] pues t� salvaste mi alma de la muerte, para que marche ante la faz de dios, en la luz de los vivos. salmos cap.57 [1] del maestro de coro. �no destruyas.� de david. a media voz. cuando, huyendo de sa�l, se escondi� en la cueva. [2] tenme piedad, oh dios, tenme piedad, que en ti se cobija mi alma; a la sombra de tus alas me cobijo hasta que pase el infortunio. [3] invoco al dios alt�simo, al dios que tanto hace por m�. [4] mande desde los cielos y me salve, confunda a quien me pisa, env�e dios su amor y su verdad. [5] mi alma est� tendida en medio de leones, que devoran a los hijos de ad�n; sus dientes son lanzas y saetas, su lengua, una espada acerada. [6] �alzate, oh dios, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu gloria [7] tend�an ellos una red bajo mis pasos, mi alma se doblaba; una fosa cavaron ante m�, �cayeron ellos dentro! [8] a punto est� mi coraz�n, oh dios, mi coraz�n a punto; voy a cantar, voy a salmodiar, [9] �gloria m�a, despierta!, �despertad, arpa y c�tara!, �a la aurora he de despertar! [10] te alabar� entre los pueblos, se�or, te salmodiar� entre las gentes; [11] porque tu amor es grande hasta los cielos, tu verdad hasta las nubes. [12] �alzate, oh dios, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu gloria! salmos cap.58 [1] del maestro de coro. �no destruyas.� de david. a media voz. [2] �de veras, dioses, pronunci�is justicia, juzg�is seg�n derecho a los hijos de ad�n? [3] no. que de coraz�n comet�is injusticias, con vuestras manos pes�is la violencia en la tierra. [4] torcidos est�n desde el seno los imp�os, extraviados desde el vientre los que dicen mentira; [5] tienen veneno como veneno de serpiente, como el de un �spid sordo que se tapa el o�do, [6] que no oye la voz de los encantadores, del mago experto en el encanto. [7] �oh dios, rompe sus dientes en su boca, quiebra, yahveh, las muelas de los leoncillos.

[8] �dil�yanse como aguas que se pasan, p�dranse como hierba que se pisa. [9] como limaco que marcha deshaci�ndose, como aborto de mujer que no contempla el sol! [10] �antes que espinas echen, como la zarza, verde o quemada, los arrebate el torbellino! [11] se alegrar� el justo de haber visto la venganza, sus pies ba�ar� en la sangre del imp�o; [12] y se dir�: �s�, hay un fruto para el justo; s�, hay un dios que juzga en la tierra.� salmos cap.59 [1] del maestro de coro. �no destruyas.� de david. a media voz. cuando sa�l mand� a vigilar su casa con el fin de matarle. [2] �l�brame de mis enemigos, oh dios m�o, de mis agresores prot�geme, [3] l�brame de los agentes de mal, de los hombres sanguinarios s�lvame! [4] mira que acechan a mi alma, poderosos se conjuran contra m�; sin rebeld�a ni pecado en m�, yahveh, [5] sin culpa alguna, corren y se aprestan. despi�rtate, ven a mi encuentro y mira, [6] t�, Yahveh, dios sebaot, dios de israel, �lzate a visitar a todos los gentiles, no te apiades de ninguno de esos traidores p�rfidos. [7] regresan a la tarde, a�llan como perros, rondan por la ciudad. [8] m�ralos desbarrar a boca llena, espadas en sus labios: ��hay alguno que oiga?� [9] mas t�, Yahveh, te r�es de ellos, t� te mofas de todos los gentiles. [10] oh fuerza m�a, hacia ti miro. pues es dios mi ciudadela, [11] el dios de mi amor viene a mi encuentro. dios me har� desafiar a los que me asechan. [12] �oh, no los mates, no se olvide mi pueblo, disp�rsalos con tu poder, hum�llalos, oh se�or, nuestro escudo! [13] pecado es en su boca la palabra de sus labios; �queden, pues, presos en su orgullo, por la blasfemia, por la mentira que vocean! [14] �suprime con furor, supr�melos, no existan m�s! y se sepa que dios domina en jacob, hasta los confines de la tierra. [15] regresan a la tarde, a�llan como perros, rondan por la ciudad; [16] vedlos buscando qu� comer, hasta que no est�n hartos van gru�endo. [17] yo, en cambio, cantar� tu fuerza, aclamar� tu amor a la ma�ana; pues t� has sido para m� una ciudadela, un refugio en el d�a de mi angustia. [18] oh fuerza m�a, para ti salmodiar�, pues es dios mi ciudadela, el dios de mi amor. salmos cap.60 [1] del maestro de coro. seg�n �El lirio del testimonio�. a media voz. de david. para ense�ar. [2] cuando luch� contra aram de nahar�yim y aram de sob�, y joab, de vuelta, derrot� a edom, en el valle de la sal: doce mil hombres. [3] nos has rechazado, oh dios, nos has deshecho, estabas irritado, �oh, vu�lvete a nosotros! [4] has sacudido la tierra, la has hendido; sana sus grietas, pues se desmorona. [5] hiciste ver a tu pueblo duras pruebas, nos diste a beber vino de v�rtigo. [6] diste a los que le temen la se�al para que pudiesen escapar del arco. [7] para que tus amados salgan libres, �salva con tu diestra, resp�ndenos! [8] ha hablado dios en su santuario: �ya exulto, voy a repartir a siquem, a medir el valle de sukkot. [9] �m�o es galaad, m�o manas�s, efra�m, yelmo de mi cabeza, jud�, mi cetro, [10] �moab, la vasija en que me lavo. sobre edom tiro mi sandalia. �canta, pues,

victoria contra m�, filistea!� [11] �qui�n me conducir� hasta la plaza fuerte, qui�n me guiar� hasta edom? [12] �no eres t�, oh dios, que nos has rechazado, y ya no sales, oh dios, con nuestras tropas? [13] danos ayuda contra el adversario, que es vano el socorro del hombre. [14] �con dios hemos de hacer proezas, y �l hollar� a nuestros adversarios! salmos cap.61 [1] del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. de david. [2] �escucha, oh dios, mi clamor, atiende a mi plegaria! [3] desde el extremo de la tierra hacia ti grito, en el desmayo de mi coraz�n. a la roca que se alza lejos de m�, cond�ceme; [4] pues t� eres mi refugio, torre fuerte frente al enemigo. [5] �que sea yo siempre hu�sped de tu tienda, y me acoja al amparo de tus alas! [6] porque t�, oh dios, oyes mis votos: t� me otorgas la heredad de los que temen tu nombre. [7] a los d�as del rey a�ade d�as, sus a�os, generaci�n tras generaci�n. [8] �reine por siempre ante la faz de dios! �el amor y la verdad le guarden! [9] entonces salmodiar� a tu nombre para siempre, d�a tras d�a cumplir� mis votos. salmos cap.62 [1] del maestro de coro... yedut�n. Salmo. de david. [2] en dios s�lo el descanso de mi alma, de �l viene mi salvaci�n; [3] s�lo �l mi roca, mi salvaci�n, mi ciudadela, no he de vacilar. [4] �hasta cu�ndo atacar�is a un solo hombre, le abatir�is, vosotros todos, como a una muralla que se vence, como a pared que se desploma? [5] doblez s�lo proyectan, su placer es seducir; con mentira en la boca, bendicen, y por dentro maldicen. [6] en dios s�lo descansa, oh alma m�a, de �l viene mi esperanza; [7] s�lo �l mi roca, mi salvaci�n, mi ciudadela, no he de vacilar; [8] en dios mi salvaci�n y mi gloria, la roca de mi fuerza. en dios mi refugio; [9] confiad en �l, oh pueblo, en todo tiempo; derramad ante �l vuestro coraz�n, �dios es nuestro refugio! [10] un soplo solamente los hijos de ad�n, los hijos de hombre, una mentira; si subieran a la balanza ser�an menos que un soplo todos juntos. [11] no os fi�is de la opresi�n, no os ilusion�is con la rapi�a; a las riquezas, cuando aumenten, no apegu�is el coraz�n. [12] dios ha hablado una vez, dos veces, lo he o�do: que de dios es la fuerza, [13] tuyo, se�or, el amor; y: que t� al hombre pagas con arreglo a sus obras. salmos cap.63 [1] salmo. de david. cuando estaba en el desierto de jud�. [2] dios, t� mi dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua. [3] como cuando en el santuario te ve�a, al contemplar tu poder y tu gloria, [4] -pues tu amor es mejor que la vida, mis labios te glorificaban-, [5] as� quiero en mi vida bendecirte, levantar mis manos en tu nombre; [6] como de grasa y m�dula se empapar� mi alma, y alabar� mi boca con labios jubilosos. [7] cuando pienso en ti sobre mi lecho, en ti medito en mis vigilias, [8] porque t� eres mi socorro, y yo exulto a la sombra de tus alas; [9] mi alma se aprieta contra ti, tu diestra me sostiene. [10] mas los que tratan de perder mi alma, �caigan en las honduras de la tierra! [11] �sean pasados al filo de la espada, sirvan de presa a los chacales!

[12] y el rey en dios se gozar�, el que jura por �l se gloriar�, cuando sea cerrada la boca de los mentirosos. salmos cap.64 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] escucha, oh dios, la voz de mi gemido, del terror del enemigo guarda mi vida; [3] oc�ltame a la pandilla de malvados, a la turba de los agentes de mal. [4] los que afilan su lengua como espada, su flecha apuntan, palabra envenenada, [5] para tirar a escondidas contra el �ntegro, le tiran de improviso y nada temen. [6] se envalentonan en su acci�n malvada, calculan para tender lazos ocultos, dicen: ��qui�n lo observar� [7] y escrutar� nuestros secretos?� el los escruta, aquel que escruta lo �ntimo del hombre, el coraz�n profundo. [8] una saeta ha tirado dios, repentinas han sido sus heridas; [9] les ha hecho caer por causa de su lengua, menean la cabeza todos los que los ven. [10] todo hombre temer�. anunciar� la obra de dios y su acci�n comprender�. [11] el justo se alegrar� en yahveh, en �l tendr� cobijo; y se gloriar�n todos los de recto coraz�n. salmos cap.65 [1] del maestro de coro. salmo. de david. c�ntico. [2] a ti se debe la alabanza, oh dios, en si�n. a ti el voto se te cumple, [3] t� que escuchas la oraci�n. hasta ti toda carne viene [4] con sus obras culpables; nos vence el peso de nuestras rebeld�as, pero t� las borras. [5] dichoso tu elegido, tu privado, en tus atrios habita. �oh, hart�monos de los bienes de tu casa, de las cosas santas de tu templo! [6] t� nos responder�s con prodigios de justicia, dios de nuestra salvaci�n, esperanza de todos los confines de la tierra, y de las islas lejanas; [7] t� que afirmas los montes con tu fuerza, de potencia ce�ido, [8] y acallas el estruendo de los mares, el estruendo de sus olas. est�n los pueblos en bullicio, [9] por tus se�ales temen los que habitan los confines, a las puertas de la ma�ana y de la tarde haces t� gritar de j�bilo. [10] t� visitas la tierra y la haces rebosar, de riquezas la colmas. el r�o de dios va lleno de agua, t� preparas los trigales. as� es como la preparas: [11] riegas sus surcos, allanas sus glebas, con lluvias la ablandas, bendices sus renuevos. [12] t� coronas el a�o con tu benignidad, de tus rodadas cunde la grosura; [13] destilan los pastos del desierto, las colinas se ci�en de alegr�a; [14] las praderas se visten de reba�os, los valles se cubren de trigo; �y los gritos de gozo, y las canciones! salmos cap.66 [1] del maestro de coro. c�ntico. salmo. aclamad a dios, la tierra toda, [2] salmodiad a la gloria de su nombre, rendidle el honor de su alabanza, [3] decid a dios: �qu� terribles tus obras! por la grandeza de tu fuerza, tus enemigos vienen a adularte; [4] toda la tierra se postra ante ti, y salmodia para ti, a tu nombre salmodia. [5] venid y ved las obras de dios, temible en sus gestas por los hijos de ad�n: [6] �l convirti� el mar en tierra firme, el r�o fue cruzado a pie. all�, nuestra alegr�a en �l, [7] que por su poder domina para siempre. sus ojos vigilan las naciones, no se

alcen los rebeldes contra �l. [8] pueblos, bendecid a nuestro dios, haced que se oiga la voz de su alabanza, [9] �l, que devuelve nuestra alma a la vida, y no deja que vacilen nuestros pies. [10] t� nos probaste, oh dios, nos purgaste, cual se purga la plata; [11] nos prendiste en la red, pusiste una correa a nuestros lomos, [12] dejaste que un cualquiera a nuestra cabeza cabalgara, por el fuego y el agua atravesamos; mas luego nos sacaste para cobrar aliento. [13] con holocaustos entrar� en tu casa, te cumplir� mis votos, [14] los que abrieron mis labios, los que en la angustia pronunci� mi boca. [15] te ofrecer� ping�es holocaustos, con el sahumerio de carneros, sacrificar� bueyes y cabritos. [16] venid a o�r y os contar�, vosotros todos los que tem�is a dios, lo que �l ha hecho por m�. [17] a �l grit� mi boca, la alabanza ya en mi lengua. [18] si yo en mi coraz�n hubiera visto iniquidad, el se�or no me habr�a escuchado. [19] pero dios me ha escuchado, atento a la voz de mi oraci�n. [20] �bendito sea dios, que no ha rechazado mi oraci�n ni su amor me ha retirado! salmos cap.67 [1] del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. salmo. c�ntico. [2] �dios nos tenga piedad y nos bendiga, su rostro haga brillar sobre nosotros! [3] para que se conozcan en la tierra tus caminos, tu salvaci�n entre todas las naciones. [4] �te den, oh dios, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gracias! [5] al�grense y exulten las gentes, pues t� juzgaz al mundo con justicia, con equidad juzgas a los pueblos, y a las gentes en la tierra gobiernas. [6] �te den, oh dios, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gracias! [7] la tierra ha dado su cosecha: dios, nuestro dios, nos bendice. [8] �dios nos bendiga, y teman ante �l todos los confines de la tierra! salmos cap.68 [1] del maestro de coro. de david. salmo. c�ntico. [2] �alcese dios, sus enemigos se dispersen, huyan ante su faz los que le odian! [3] cual se disipa el humo, los disipas; como la cera se derrite al fuego, perecen los imp�os ante dios. [4] mas los justos se alegran y exultan ante la faz de dios, y saltan de alegr�a. [5] cantad a dios, salmodiad a su nombre, abrid paso al que cabalga en las nubes, alegraos en yahveh, exultad ante su rostro. [6] padre de los hu�rfanos y tutor de las viudas es dios en su santa morada; [7] dios da a los desvalidos el cobijo de una casa, abre a los cautivos la puerta de la dicha, mas los rebeldes quedan en un suelo ardiente. [8] oh dios, cuando saliste al frente de tu pueblo, cuando pasabas el desierto, [9] la tierra retembl�, y hasta los cielos se licuaron ante la faz de dios, ante la faz de dios, el dios de israel. [10] t� derramaste, oh dios, una lluvia de larguezas, a tu heredad extenuada, t� la reanimaste; [11] tu grey hall� una morada, aquella que en tu bondad, oh dios, al desdichado preparabas. [12] el se�or da la palabra: es el anuncio de un ej�rcito inmenso. [13] y mientras los reyes, los ej�rcitos huyen, huyen, la bella de la casa reparte el bot�n. [14] mientras vosotros descans�is entre las tapias del aprisco, las alas de la paloma se cubren de plata, y sus plumas de destellos de oro verde; [15] cuando sadday dispersa a los reyes, por ella cae la nieve en el monte umbr�o.

[16] �monte de dios, el monte de bas�n! �monte escarpado, el monte de bas�n! [17] �por que mir�is celosos, montes escarpados, al monte que dios escogi� por mansi�n? �oh s�, yahveh morar� all� para siempre! [18] los carros de dios, por millares de miriadas; el se�or ha venido del sina� al santuario. [19] t� has subido a la altura, conduciendo cautivos, has recibido tributo de hombres, hasta los rebeldes para que yahveh dios tuviera una morada. [20] �bendito sea el se�or d�a tras d�a! el carga con nosotros, dios de nuestra salvaci�n. [21] dios libertador es nuestro dios; del se�or yahveh son las salidas de la muerte; [22] mas la cabeza de sus enemigos dios quebranta, la testa cabelluda de quien sus cr�menes pasea. [23] dijo el se�or: �de bas�n har� volver, har� volver de los abismos del mar, [24] para que puedas hundir tu pie en la sangre, y en los enemigos tenga su parte la lengua de tus perros�. [25] �se han visto, oh dios, tus procesiones, las procesiones de mi dios, mi rey, al santuario: [26] delante los cantores, los m�sicos detr�s, las doncellas en medio, tocando el tamboril! [27] a dios, en coros, bendec�an: �es yahveh, desde el origen de israel. [28] all� iba benjam�n, el peque�o, abriendo marcha, los pr�ncipes de jud� con sus escuadras, los pr�ncipes de zabul�n, los pr�ncipes de neftal�. [29] �manda, dios m�o, seg�n tu poder, el poder, oh dios, que por nosotros desplegaste, [30] desde tu templo en lo alto de jerusal�n, donde vienen los reyes a ofrecerte presentes! [31] increpa a la bestia del ca�averal, a la manada de toros y novillos de los pueblos. �que se sometan con lingotes de plata! �dispersa a los pueblos que fomentan la guerra! [32] los magnates acudan desde egipto, tienda hacia dios sus manos etiop�a. [33] �cantad a dios, reinos de la tierra, salmodiad para el se�or, [34] para el que cabalga los cielos, los antiguos cielos: pausa ved que lanza �l su voz, su voz potente! [35] reconoced el poder�o de dios. sobre israel su exaltaci�n, su poder en las nubes: [36] �temible es dios desde su santuario! el, el dios de israel, es quien da poder y fuerza al pueblo. �bendito sea dios! salmos cap.69 [1] del maestro de coro. seg�n la melod�a: �lirios...� de david. [2] �s�lvame, oh dios, porque las aguas me llegan hasta el cuello! [3] me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; he llegado hasta el fondo de las aguas, y las olas me anegan. [4] estoy exhausto de gritar, arden mis fauces, mis ojos se consumen de esperar a mi dios. [5] son m�s que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me odian; m�s duros que mis huesos los que me hostigan sin raz�n. (�lo que yo no he robado tengo que devolver?) [6] t�, oh dios, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas. [7] �no se averg�encen por m� los que en ti esperan, oh yahveh sebaot! �no sufran confusi�n por m� los que te buscan, oh dios de israel! [8] pues por ti sufro el insulto, y la verg�enza cubre mi semblante; [9] para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre; [10] pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre m� los insultos de los que te insultan.

[11] si mortifico mi alma con ayuno, se me hace un pretexto de insulto; [12] si tomo un sayal por vestido, para ellos me convierto en burla, [13] cuento de los que est�n sentados a la puerta, y copla de los que beben licor fuerte. [14] mas mi oraci�n hacia ti, yahveh, en el tiempo propicio: por tu gran amor, oh dios, resp�ndeme, por la verdad de tu salvaci�n. [15] �s�came del cieno, no me hunda, escape yo a los que me odian, a las honduras de las aguas! [16] �el flujo de las aguas no me anegue no me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre m� su boca! [17] �resp�ndeme, yahveh, pues tu amor es bondad; en tu inmensa ternura vuelve a m� tus ojos; [18] no retires tu rostro de tu siervo, que en angustias estoy, pronto, resp�ndeme; [19] ac�rcate a mi alma, resc�tala, por causa de mis enemigos, l�brame! [20] t� conoces mi oprobio, mi verg�enza y mi afrenta, ante ti est�n todos mis opresores. [21] el oprobio me ha roto el coraz�n y desfallezco. espero compasi�n, y no la hay, consoladores, y no encuentro ninguno. [22] veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado con vinagre. [23] �que su mesa ante ellos se convierta en un lazo, y su abundancia en una trampa; [24] an�blense sus ojos y no vean, haz que sus fuerzas sin cesar les fallen! [25] derrama tu enojo sobre ellos, los alcance el ardor de tu c�lera; [26] su recinto quede hecho un desierto, en sus tiendas no haya quien habite: [27] porque acosan al que t� has herido, y aumentan la herida de tu v�ctima. [28] culpa a�ade a su culpa, no tengan m�s acceso a tu justicia; [29] del libro de la vida sean borrados, no sean inscritos con los justos. [30] y yo desdichado, dolorido, �tu salvaci�n, oh dios, me restablezca! [31] el nombre de dios celebrar� en un c�ntico, le ensalzar� con la acci�n de gracias; [32] y m�s que un toro agradar� a yahveh, m�s que un novillo con cuernos y pezu�as. [33] lo han visto los humildes y se alegran; �viva vuestro coraz�n, los que busc�is a dios! [34] porque yahveh escucha a los pobres, no desprecia a sus cautivos. [35] �al�benle los cielos y la tierra, el mar y cuanto bulle en �l! [36] pues salvar� Dios a si�n, reconstruir� las ciudades de jud�: habitar�n all� y las poseer�n; [37] la heredar� la estirpe de sus siervos, los que aman su nombre en ella morar�n. salmos cap.70 [1] del maestro de coro. de david. en memoria. [2] �oh dios, ven a librarme, yahveh, corre en mi ayuda! [3] �queden avergonzados y confusos los que buscan mi vida! �atr�s!, sean confundidos los que desean mi mal, [4] retrocedan de verg�enza los que dicen: �ja, ja! [5] �en ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! �repitan sin cesar: �grande es dios�, los que aman tu salvaci�n! [6] �y yo, desventurado y pobre, oh dios, ven presto a m�! �t�, mi socorro y mi libertador, yahveh, no tardes! salmos cap.71 [1] a ti, yahveh, me acojo, �no sea confundido jam�s! [2] �por tu justicia s�lvame, lib�rame! tiende hacia m� tu o�do y s�lvame!

[3] �s� para m� una roca de refugio, alc�zar fuerte que me salve, pues mi roca eres t� y mi fortaleza. [4] �dios m�o, l�brame de la mano del imp�o, de las garras del perverso y del violento! [5] pues t� eres mi esperanza, se�or, yahveh, mi confianza desde mi juventud. [6] en ti tengo mi apoyo desde el seno, t� mi porci�n desde las entra�as de mi madre; �en ti sin cesar mi alabanza! [7] soy el asombro de muchos, mas t� eres mi seguro refugio. [8] mi boca est� repleta de tu loa, de tu gloria todo el d�a. [9] a la hora de mi vejez no me rechaces, no me abandones cuando decae mi vigor. [10] porque de m� mis enemigos hablan, los que esp�an mi alma se conciertan: [11] ��dios le ha desamparado, perseguidle, apresadle, pues no hay quien le libere!� [12] �oh dios, no te est�s lejos de m�, dios m�o, ven pronto en mi socorro! [13] �confusi�n y verg�enza sobre aquellos que acusan a mi alma; c�branse de ignominia y de verg�enza los que buscan mi mal! [14] y yo, esperando sin cesar, m�s y m�s te alabar�; [15] publicar� mi boca tu justicia, todo el d�a tu salvaci�n. [16] y vendr� a las proezas de yahveh, recordar� tu justicia, tuya s�lo. [17] �oh dios, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas! [18] y ahora que llega la vejez y las canas, �oh dios, no me abandones!, para que anuncie yo tu brazo a todas las edades venideras, �tu poder�o [19] y tu justicia, oh dios, hasta los cielos! t� que has hecho grandes cosas, �oh dios!, �qui�n como t�? [20] t� que me has hecho ver tantos desastres y desgracias, has de volver a recobrarme. vendr�s a sacarme de los abismos de la tierra, [21] sustentar�s mi ancianidad, volver�s a consolarme, [22] y yo te dar� gracias con las cuerdas del arpa, por tu verdad, dios m�o; para ti salmodiar� a la c�tara, oh santo de israel. [23] exultar�n mis labios cuando salmodie para ti, y mi alma, que t� has rescatado. [24] tambi�n mi lengua todo el d�a musitar� tu justicia: porque han sido avergonzados, porque han enrojecido, los que buscaban mi desgracia. salmos cap.72 [1] de salom�n. oh dios, da al rey tu juicio, al hijo de rey tu justicia: [2] que con justicia gobierne a tu pueblo, con equidad a tus humildes. [3] traigan los montes paz al pueblo, y justicia los collados. [4] el har� justicia a los humildes del pueblo, salvar� a los hijos de los pobres, y aplastar� al opresor. [5] durar� tanto como el sol, como la luna de edad en edad; [6] caer� como la lluvia en el reto�o, como el roc�o que humedece la tierra. [7] en sus d�as florecer� la justicia, y dilatada paz hasta que no haya luna; [8] dominar� de mar a mar, desde el r�o hasta los confines de la tierra. [9] ante �l se doblar� la bestia, sus enemigos morder�n el polvo; [10] los reyes de tarsis y las islas traer�n tributo. los reyes de sab� y de seba pagar�n impuestos; [11] todos los reyes se postrar�n ante �l, le servir�n todas las naciones. [12] porque �l librar� al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara; [13] se apiadar� del d�bil y del pobre, el alma de los pobres salvar�. [14] de la opresi�n, de la violencia, rescatar� su alma, su sangre ser� preciosa ante sus ojos; [15] (y mientras viva se le dar� el oro de sab�). sin cesar se rogar� por �l, todo el d�a se le bendecir�. [16] habr� en la tierra abundancia de trigo, en la cima de los montes ondear� como el l�bano al despertar sus frutos y sus flores, como la hierba de la tierra.

[17] �sea su nombre bendito para siempre, que dure tanto como el sol! �en �l se bendigan todas las familias de la tierra, dichoso le llamen todas las naciones! [18] �bendito sea yahveh, dios de israel, el �nico que hace maravillas! [19] �bendito sea su nombre glorioso para siempre, toda la tierra se llene de su gloria! �am�n! �am�n! [20] fin de las oraciones de david, hijo de jes�. salmos cap.73 [1] salmo. de asaf. en verdad bueno es dios para israel, el se�or para los de puro coraz�n. [2] por poco mis pies se me extrav�an, nada falt� para que mis pasos resbalaran, [3] celoso como estaba de los arrogantes, al ver la paz de los imp�os. [4] no, no hay congojas para ellos, sano y rollizo est� su cuerpo; [5] no comparten la pena de los hombres, con los humanos no son atribulados. [6] por eso el orgullo es su collar, la violencia el vestido que los cubre; [7] la malicia les cunde de la grasa, de artima�as su coraz�n desborda. [8] se sonr�en, pregonan la maldad, hablan altivamente de violencia; [9] ponen en el cielo su boca, y su lengua se pasea por la tierra. [10] por eso mi pueblo va hacia ellos: aguas de abundancia les llegan. [11] dicen: ��c�mo va a saber dios? �hay conocimiento en el alt�simo?� [12] miradlos: �sos son los imp�os, y, siempre tranquilos, aumentan su riqueza. [13] �as� que en vano guard� el coraz�n puro, mis manos lavando en la inocencia, [14] cuando era golpeado todo el d�a, y cada ma�ana sufr�a mi castigo! [15] si hubiera dicho: �voy a hablar como ellos�, habr�a traicionado a la raza de tus hijos; [16] me puse, pues, a pensar para entenderlo, �ardua tarea ante mis ojos! [17] hasta el d�a en que entr� en los divinos santuarios, donde su destino comprend�: [18] oh, s�, t� en precipicios los colocas, a la ruina los empujas. [19] �ah, qu� pronto quedan hechos un horror, c�mo desaparecen sumidos en pavores! [20] como en un sue�o al despertar, se�or, as�, cuando te alzas, desprecias t� su imagen. [21] s�, cuando mi coraz�n se exacerbaba, cuando se torturaba mi conciencia, [22] est�pido de m�, no comprend�a, una bestia era ante ti. [23] pero a m�, que estoy siempre contigo, de la mano derecha me has tomado; [24] me guiar�s con tu consejo, y tras la gloria me llevar�s. [25] �qui�n hay para m� en el cielo? estando contigo no hallo gusto ya en la tierra. [26] mi carne y mi coraz�n se consumen: �roca de mi coraz�n, mi porci�n, dios por siempre! [27] s�, los que se alejan de ti perecer�n, t� aniquilas a todos los que te son ad�lteros. [28] mas para m�, mi bien es estar junto a dios; he puesto mi cobijo en el se�or, a fin de publicar todas tus obras. salmos cap.74 [1] poema. de asaf. �por qu� has de rechazar, oh dios, por siempre, por qu� humear de c�lera contra el reba�o de tu pasto? [2] acu�rdate de la comunidad que de antiguo adquiriste, la que t� rescataste, tribu de tu heredad, y del monte si�n donde pusiste tu morada. [3] gu�a tus pasos a estas ruinas sin fin: todo en el santuario lo ha devastado el enemigo. [4] en el lugar de tus reuniones rugieron tus adversarios, pusieron sus ense�as, ense�as [5] que no se conoc�an, en el front�n de la entrada. machetes en bosque espeso,

[6] a una cercenaban sus jambas, y con hacha y martillo desgajaban. [7] prendieron fuego a tu santuario, por tierra profanaron la mansi�n de tu nombre. [8] dijeron en su coraz�n: ��destruy�moslos en bloque!� quemaron en la tierra todo lugar de santa reuni�n. [9] no vemos nuestras ense�as, no existen ya profetas, ni nadie entre nosotros que sepa hasta cu�ndo. [10] �hasta cu�ndo, oh dios, provocar� el adversario? �ultrajar� tu nombre por siempre el enemigo? [11] �por qu� retraes tu mano, y en tu seno retienes escondida tu diestra? [12] oh dios, mi rey desde el principio, autor de salvaci�n en medio de la tierra, [13] t� hendiste el mar con tu poder, quebraste las cabezas de los montruos en las aguas; [14] t� machacaste las cabezas de leviat�n y las hiciste pasto de las fieras; [15] t� abriste manantiales y torrentes, y secaste r�os inagotables; [16] tuyo es el d�a, tuya tambi�n la noche, t� la luna y el sol estableciste, [17] t� trazaste todos los confines de la tierra, el verano y el invierno t� formaste. [18] recu�rdalo, yahveh: provoca el enemigo, tu nombre ultraja un pueblo necio. [19] no entregues a la bestia el alma de tu t�rtola, la vida de tus pobres no olvides para siempre. [20] piensa en la alianza, que est�n llenos los rincones del pa�s de guaridas de violencia. [21] �no vuelva cubierto de verg�enza el oprimido; el humilde y el pobre puedan loar tu nombre! [22] �alzate, oh dios, a defender tu causa, acu�rdate del necio que te provoca todo el d�a! [23] no olvides el griter�o de tus adversarios, el clamor de tus agresores que crece sin cesar! salmos cap.75 [1] del maestro de coro. �no destruyas.� salmo. de asaf. c�ntico. [2] te damos gracias, oh dios, te damos gracias, invocando tu nombre, tus maravillas pregonando. [3] �en el momento en que decida, yo mismo juzgar� con rectitud. [4] se estremece la tierra con todos sus habitantes, mas yo sostengo sus columnas. [5] �digo a los arrogantes: �fuera arrogancias!, y a los imp�os: �no levant�is la frente, [6] no levant�is tan alto vuestra frente, no habl�is con un cuello de insolencia!� [7] pues ya no es por oriente ni por occidente, ya no por el desierto de los montes, [8] por donde dios, el juez, a uno abate y a otro exalta: [9] sino que hay una copa en la mano de yahveh, y de vino drogado est� lleno el brebaje: �l lo escanciar�, y sorber�n hasta las heces, lo beber�n todos los imp�os de la tierra. [10] y yo lo anunciar� por siempre, salmodiar� para el dios de jacob; [11] quebrar� toda frente de los imp�os, y la frente del justo se alzar�. salmos cap.76 [1] [2] [3] [4]

del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. salmo. de asaf. c�ntico. en jud� Dios es conocido, grande es su nombre en israel; su tienda est� en salem, su morada en si�n; all� quebr� las r�fagas del arco, el escudo, la espada y la guerra.

[5] fulgurante eres t�, maravilloso por los montones de bot�n [6] de que han sido despojados; los bravos durmiendo est�n su sue�o, a todos los hombres fuertes les fallaron los brazos; [7] a tu amenaza, oh dios de jacob, carro y caballo se quedaron pasmados. [8] t�, t� el terrible, �qui�n puede resistir ante tu faz, bajo el golpe de tu ira? [9] desde los cielos pronuncias la sentencia, la tierra se amedrenta y enmudece [10] cuando dios se levanta para el juicio, para salvar a todos los humildes de la tierra. [11] la c�lera del hombre te celebra, te ce�ir�s con los escapados a la c�lera. [12] haced votos y cumplidlos a yahveh, vuestro dios, los que le rodean traigan presentes al terrible; [13] el que corta el aliento a los pr�ncipes, el temible para los reyes de la tierra. salmos cap.77 [1] del maestro de coro... yedut�n. De asaf. salmo. [2] mi voz hacia dios: yo clamo, mi voz hacia dios: �l me escucha. [3] en el d�a de mi angustia voy buscando al se�or, por la noche tiendo mi mano sin descanso, mi alma el consuelo reh�sa. [4] de dios me acuerdo y gimo, medito, y mi esp�ritu desmaya. [5] los p�rpados de mis ojos t� retienes, turbado estoy, no puedo hablar; [6] pienso en los d�as de anta�o, de los a�os antiguos [7] me acuerdo; en mi coraz�n musito por la noche, medito y mi esp�ritu inquiere: [8] �acaso por los siglos desechar� el se�or, no volver� a ser propicio? [9] �se ha agotado para siempre su amor? �se acab� la palabra para todas las edades? [10] �se habr� olvidado dios de ser clemente, o habr� cerrado de ira sus entra�as? [11] y digo: �este es mi penar: que se ha cambiado la diestra del alt�simo.� [12] me acuerdo de las gestas de yahveh, s�, recuerdo tus antiguas maravillas, [13] medito en toda tu obra, en tus haza�as reflexiono. [14] �oh dios, santos son tus caminos! �qu� dios hay grande como dios? [15] t�, el dios que obras maravillas, manifestate tu poder entre los pueblos; [16] con tu brazo a tu pueblo rescataste, a los hijos de jacob y de jos�. [17] vi�ronte, oh dios, las aguas, las aguas te vieron y temblaron, tambi�n se estremecieron los abismos. [18] las nubes derramaron sus aguas, su voz tronaron los nublados, tambi�n cruzaban tus saetas. [19] �voz de tu trueno en torbellino! tus rel�mpagos alumbraban el orbe, la tierra se estremec�a y retemblaba. [20] por el mar iba tu camino, por las muchas aguas tu sendero, y no se descubrieron tus pisadas. [21] t� guiaste a tu pueblo cual reba�o por la mano de mois�s y de aar�n. salmos cap.78 [1] poema. de asaf. escucha mi ley, pueblo m�o, tiende tu o�do a las palabras de mi boca; [2] voy a abrir mi boca en par�bolas, a evocar los misterios del pasado. [3] lo que hemos o�do y que sabemos, lo que nuestros padres nos contaron, [4] no se lo callaremos a sus hijos, a la futura generaci�n lo contaremos: las alabanzas de yahveh y su poder, las maravillas que hizo; [5] �l estableci� en jacob un dictamen, y puso una ley en israel; el hab�a mandado a nuestros padres que lo comunicaran a sus hijos, [6] que la generaci�n siguiente lo supiera, los hijos que hab�an de nacer; y que �stos se alzaran y se lo contaran a sus hijos,

[7] para que pusieran en dios su confianza, no olvidaran las haza�as de dios, y sus mandamientos observaran; [8] para que no fueran, lo mismo que sus padres, una generaci�n rebelde y revoltosa, generaci�n de coraz�n voluble y de esp�ritu desleal a dios. [9] los hijos de efra�m, diestros arqueros, retrocedieron el d�a del combate; [10] no guardaban la alianza hecha con dios, rehusaban caminar seg�n su ley; [11] ten�an olvidados sus portentos, las maravillas que �l les hizo ver: [12] prodigios hizo a la vista de sus padres en el pa�s de egipto, en los campos de tanis. [13] hendi� la mar y los pas� a trav�s, contuvo las aguas como un dique; [14] de d�a los guiaba con la nube, y cada noche con resplandor de fuego; [15] en el desierto hendi� las rocas, los abrev� a raudales sin medida; [16] hizo brotar arroyos de la pe�a y descender las aguas como r�os. [17] pero ellos volv�an a pecar contra �l, a rebelarse contra el alt�simo en la estepa; [18] a dios tentaron en su coraz�n reclamando manjar para su hambre. [19] hablaron contra dios; dijeron: ��ser� Dios capaz de aderezar una mesa en el desierto? [20] �ved que �l hiri� la roca, y corrieron las aguas, fluyeron los torrentes: �podr� de igual modo darnos pan, y procurar carne a su pueblo?� [21] entonces yahveh lo oy� y se enfureci�, un fuego se encendi� contra jacob, y la c�lera estall� contra israel, [22] porque en dios no hab�an tenido fe ni confiaban en su salvaci�n. [23] y a las nubes mand� desde lo alto, abri� las compuertas de los cielos; [24] hizo llover sobre ellos man� para comer, les dio el trigo de los cielos; [25] pan de fuertes comi� el hombre, les mand� provisi�n hasta la hartura. [26] hizo soplar en los cielos el solano, el viento del sur con su poder atrajo, [27] y llovi� sobre ellos carne como polvo, y aves como la arena de los mares; [28] las dej� caer en medio de su campo, en torno a sus moradas. [29] comieron hasta quedar bien hartos, as� satisfizo su avidez; [30] mas a�n no hab�an colmado su avidez, su comida estaba a�n en su boca, [31] cuando la c�lera de dios estall� contra ellos: hizo estragos entre los m�s fuertes, y abati� a la flor de israel. [32] mas con todo pecaron todav�a, en sus maravillas no tuvieron fe. [33] el consumi� sus d�as con un soplo, y sus a�os con espanto. [34] cuando los mataba, le buscaban, se convert�an, se afanaban por �l, [35] y recordaban que dios era su roca, su redentor, el dios alt�simo. [36] mas le halagaban con su boca, y con su lengua le ment�an; [37] su coraz�n no era fiel para con �l, no ten�an fe en su alianza. [38] el, con todo, enternecido, borraba las culpas y no exterminaba; bien de veces su c�lera contuvo y no despert� todo su furor: [39] se acordaba de que ellos eran carne, un soplo que se va y no vuelve m�s. [40] �cu�ntas veces se rebelaron contra �l en el desierto, le irritaron en aquellas soledades! [41] otra vez a tentar a dios volv�an, a exasperar al santo de israel; [42] no se acordaron de su mano, del d�a en que les libr� del adversario; [43] cuando hizo en egipto sus se�ales, en el campo de tanis sus prodigios. [44] troc� en sangre sus r�os y sus arroyos para que no bebiesen. [45] t�banos les mand� que los comieron, y ranas que los infestaron; [46] entreg� a la langosta sus cosechas, el fruto de su af�n al saltamontes; [47] asol� con granizo sus vi�edos, y con la helada sus sic�moros; [48] entreg� sus ganados al pedrisco y a los rayos sus reba�os. [49] lanz� contra ellos el fuego de su c�lera, indignaci�n, enojo y destrucci�n, tropel de mensajeros de desgracias; [50] libre curso dio a su ira. no preserv� sus almas de la muerte, a la peste sus vidas entreg�; [51] hiri� en egipto a todo primog�nito, las primicias de la raza en las tiendas de cam.

[52] y sac� a su pueblo como ovejas, cual reba�o los gui� por el desierto; [53] los gui� en seguro, sin temor, mientras el mar cubri� a sus enemigos; [54] los llev� a su t�rmino santo, a este monte que su diestra conquist�; [55] arroj� a las naciones ante ellos; a cordel les asign� una heredad, y estableci� en sus tiendas las tribus de israel. [56] pero ellos le tentaron, se rebelaron contra el dios alt�simo, se negaron a guardar sus dict�menes, [57] se extraviaron, infieles, lo mismo que sus padres, se torcieron igual que un arco ind�cil: [58] le irritaron con sus altos, con sus �dolos excitaron sus celos. [59] dios lo oy� y se enfureci�, desech� totalmente a israel; [60] abandon� la morada de silo, la tienda en que habitaba entre los hombres. [61] mand� su fuerza al cautiverio, a manos del adversario su esplendor; [62] entreg� su pueblo a la espada, contra su heredad se enfureci�. [63] el fuego devor� a sus j�venes, no hubo canto nupcial para sus v�rgenes; [64] sus sacerdotes cayeron a cuchillo, sus viudas no entonaron lamentos. [65] entonces despert� el se�or como un durmiente, como un bravo vencido por el vino; [66] hiri� a sus adversarios en la espalda, les infligi� un oprobio eterno. [67] desech� la tienda de jos�, y no eligi� a la tribu de efra�m; [68] mas eligi� a la tribu de jud�, el monte si�n al cual amaba. [69] construy� como las alturas del cielo su santuario, como la tierra que fund� por siempre. [70] y eligi� a david su servidor, le sac� de los apriscos del reba�o, [71] le trajo de detr�s de las ovejas, para pastorear a su pueblo jacob, y a israel, su heredad. [72] el los pastoreaba con coraz�n perfecto, y con mano diestra los guiaba. salmos cap.79 [1] salmo. de asaf. oh dios, han invadido tu heredad las gentes, han profanado tu sagrado templo; han dejado en ruinas a jerusal�n, [2] han entregado el cad�ver de tus siervos por comida a los p�jaros del cielo, la carne de tus amigos a las bestias de la tierra. [3] han derramado como agua su sangre en torno a jerusal�n, �y nadie sepultaba! [4] nos hemos hecho la irrisi�n de los vecinos, burla y escarnio de nuestros circundantes. [5] �hasta cu�ndo, yahveh, tu c�lera? �hasta el fin? �han de quemar tus celos como fuego? [6] derrama tu furor sobre las gentes, que no te reconocen, y sobre los reinos que tu nombre no invocan. [7] porque han devorado a jacob y han devastado su dominio. [8] no recuerdes contra nosotros culpas de antepasados, vengan presto a nuestro encuentro tus ternuras, pues estamos abatidos del todo; [9] ay�danos, dios de nuestra salvaci�n, por amor de la gloria de tu nombre; l�branos, borra nuestros pecados, por causa de tu nombre. [10] �por qu� han de decir las gentes: ��d�nde est� su dios?� �que entre las gentes se conozca, a nuestros propios ojos, la venganza de la sangre de tus siervos derramada! [11] �llegue hasta ti el suspiro del cautivo, con la grandeza de tu brazo preserva a los hijos de la muerte! [12] �devuelve siete veces a nuestros vecinos, en su entra�a, su afrenta, la afrenta que te han hecho, se�or! [13] y nosotros, tu pueblo, reba�o de tu pasto, eternamente te daremos gracias, de edad en edad repetiremos tu alabanza. salmos cap.80

[1] del maestro de coro. seg�n la melod�a: �lirios es el dictamen.� de asaf. salmo. [2] pastor de israel, escucha, t� que gu�as a jos� como un reba�o; t� que est�s sentado entre querubes, resplandece [3] ante efra�m, benjam�n y manas�s; �despierta tu poder�o, y ven en nuestro auxilio! [4] �oh dios, haznos volver, y que brille tu rostro, para que seamos salvos! [5] �hasta cu�ndo, oh yahveh dios sebaot, estar�s airado contra la plegaria de tu pueblo? [6] les das a comer un pan de llanto les haces beber l�grimas al triple; [7] habladur�a nos haces de nuestros convecinos, y nuestros enemigos se burlan de nosotros. [8] �oh dios sebaot, haznos volver, y brille tu rostro, para que seamos salvos! [9] una vi�a de egipto arrancaste, expulsaste naciones para plantarla a ella, [10] le preparaste el suelo, y ech� ra�ces y llen� la tierra. [11] su sombra cubr�a las monta�as, sus p�mpanos los cedros de dios; [12] extend�a sus sarmientos hasta el mar, hasta el r�o sus renuevos. [13] �por qu� has hecho brecha en sus tapias, para que todo el que pasa por el camino la vendimie, [14] el jabal� salvaje la devaste, y la pele el ganado de los campos? [15] �oh dios sebaot, vu�lvete ya, desde los cielos mira y ve, visita a esta vi�a, [16] cu�dala, a ella, la que plant� tu diestra! [17] �los que fuego le prendieron, cual basura, a la amenaza de tu faz perezcan! [18] est� tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo de ad�n que para ti fortaleciste. [19] ya no volveremos a apartarnos de ti; nos dar�s vida y tu nombre invocaremos. [20] �oh yahveh, dios sebaot, haznos volver, y que brille tu rostro, para que seamos salvos! salmos cap.81 [1] del maestro de coro. seg�n la... de gat. de asaf. [2] �gritad de gozo a dios, nuestra fuerza, aclamad al dios de jacob! [3] �entonad la salmodia, tocad el tamboril, la melodiosa c�tara y el arpa; [4] tocad la trompeta al nuevo mes, a la luna llena, el d�a de nuestra fiesta! [5] porque es una ley para israel, una norma del dios de jacob; [6] un dictamen que �l impuso en jos�, cuando sali� contra el pa�s de egipto. una lengua desconocida se oye: [7] �yo liber� sus hombros de la carga, sus manos la espuerta abandonaron; [8] en la aflicci�n gritaste y te salv�. �te respond� en el secreto del trueno, te prob� junto a las aguas de merib�. [9] escucha, pueblo m�o, yo te conjuro, �ah israel, si quisieras escucharme! [10] �no haya en ti dios extranjero, no te postres ante dios extra�o; [11] yo, yahveh, soy tu dios, que te hice subir del pa�s de egipto; abre toda tu boca, y yo la llenar�. [12] �pero mi pueblo no escuch� mi voz, israel no me quiso obedecer; [13] yo les abandon� a la dureza de su coraz�n, para que caminaran seg�n sus designios. [14] ��ah!, si mi pueblo me escuchara, si israel mis caminos siguiera, [15] al punto yo abatir�a a sus enemigos, contra sus adversarios mi mano volver�a. [16] �los que odian a yahveh le adular�an, y su tiempo estar�a para siempre fijado; [17] y a �l lo sustentar�a con la flor del trigo, lo saciar�a con la miel de la pe�a.� salmos cap.82

[1] salmo. de asaf. dios se levanta en la asamblea divina, en medio de los dioses juzga: [2] ��hasta cu�ndo juzgar�is inicuamente, y har�is acepci�n de los imp�os? [3] juzgad en favor del d�bil y del hu�rfano, al humilde, al indigente haced justicia; [4] al d�bil y al pobre liberad, de la mano de los imp�os arrancadle!� [5] no saben ni comprenden; caminan en tinieblas, todos los cimientos de la tierra vacilan. [6] yo hab�a dicho: ��vosotros, dioses sois, todos vosotros, hijos del alt�simo!� [7] mas ahora, como el hombre morir�is, como uno solo caer�is, pr�ncipes. [8] �alzate, oh dios, juzga a la tierra, pues t� eres el se�or de todas las naciones! salmos cap.83 [1] c�ntico. salmo. de asaf. [2] �oh dios, no te est�s mudo, cese ya tu silencio y tu reposo, oh dios! [3] mira c�mo tus enemigos braman, los que te odian levantan la cabeza. [4] contra tu pueblo maquinan intriga, conspiran contra tus protegidos; [5] dicen: �venid, borr�moslos de las naciones, no se recuerde m�s el nombre de israel!� [6] as� conspiran de coraz�n a una, pactan una alianza contra ti: [7] las tiendas de edom, los ismaelitas, moab y los hagreos, [8] guebal, amm�n, amalec, filistea con los habitantes de tiro; [9] tambi�n assur se ha juntado a ellos y se hace el brazo de los hijos de lot. [10] tr�talos como a madi�n y como a s�sara, como a yab�n en el torrente de quis�n, [11] que fueron exterminados en endor, quedaron hechos esti�rcol de la tierra. [12] trata a sus caudillos como a oreb y zeeb, a todos sus pr�ncipes como a z�baj y a salmunn�, [13] que hab�an dicho: ��para nosotros conquistemos los dominios de dios!� [14] dios m�o, ponlos como hoja en remolino, como paja ante el viento. [15] como el fuego abrasa una selva, como la llama devora las monta�as, [16] as� pers�guelos con tu tormenta, con tu hurac�n ll�nalos de terror. [17] cubre sus rostros de ignominia, para que busquen tu nombre, yahveh. [18] �sean avergonzados y aterrados para siempre, queden confusos y perezcan, [19] para que sepan que s�lo t� tienes el nombre de yahveh, alt�simo sobre toda la tierra! salmos cap.84 [1] del maestro de coro. seg�n la... de gat. de los hijos de cor�. salmo. [2] �qu� amables tus moradas, oh yahveh sebaot! [3] anhela mi alma y languidece tras de los atrios de yahveh, mi coraz�n y mi carne gritan de alegr�a hacia el dios vivo. [4] hasta el pajarillo ha encontrado una casa, y para s� la golondrina un nido donde poner a sus polluelos: �tus altares, oh yahveh sebaot, rey m�o y dios m�o! [5] dichosos los que moran en tu casa, te alaban por siempre. [6] dichosos los hombres cuya fuerza est� en ti, y las subidas en su coraz�n. [7] al pasar por el valle del b�lsamo, lo hacen un hontanar, y la lluvia primera lo cubre de bendiciones. [8] de altura en altura marchan, y dios se les muestra en si�n. [9] �yahveh dios sebaot, escucha mi plegaria, tiende tu o�do, oh dios de jacob! [10] oh dios, escudo nuestro, mira, pon tus ojos en el rostro de tu ungido. [11] vale m�s un d�a en tus atrios que mil en mis mansiones, estar en el umbral de la casa de mi dios que habitar en las tiendas de impiedad. [12] porque yahveh dios es almena y escudo, �l da gracia y gloria; yahveh no

niega la ventura a los que caminan en la perfecci�n. [13] �oh yahveh sebaot, dichoso el hombre que conf�a en ti! salmos cap.85 [1] del maestro de coro. de los hijos de cor�. salmo. [2] propicio has sido, yahveh, con tu tierra, has hecho volver a los cautivos de jacob; [3] has quitado la culpa de tu pueblo, has cubierto todos sus pecados, [4] has retirado todo tu furor, has desistido del ardor de tu c�lera. [5] �haznos volver, dios de nuestra salvaci�n, cesa en tu irritaci�n contra nosotros! [6] �vas a estar siempre airado con nosotros? �prolongar�s tu c�lera de edad en edad? [7] �no volver�s a darnos vida para que tu pueblo en ti se regocije? [8] �mu�stranos tu amor, yahveh, y danos tu salvaci�n! [9] voy a escuchar de qu� habla dios. s�, yahveh habla de paz para su pueblo y para sus amigos, con tal que a su torpeza no retornen. [10] ya est� cerca su salvaci�n para quienes le temen, y la gloria morar� en nuestra tierra. [11] amor y verdad se han dado cita, justicia y paz se abrazan; [12] la verdad brotar� de la tierra, y de los cielos se asomar� la justicia. [13] el mismo yahveh dar� la dicha, y nuestra tierra su cosecha dar�; [14] la justicia marchar� delante de �l, y con sus pasos trazar� un camino. salmos cap.86 [1] oraci�n. de david. tiende tu o�do, yahveh, resp�ndeme, que soy desventurado y pobre, [2] guarda mi alma, porque yo te amo, salva a tu siervo que conf�a en ti. t� eres mi dios, [3] tenme piedad, se�or, pues a ti clamo todo el d�a; [4] recrea el alma de tu siervo, cuando hacia ti, se�or, levanto mi alma. [5] pues t� eres, se�or, bueno, indulgente, rico en amor para todos los que te invocan; [6] yahveh, presta o�do a mi plegaria, atiende a la voz de mis s�plicas. [7] en el d�a de mi angustia yo te invoco, pues t� me has de responder; [8] entre los dioses, ninguno como t�, Se�or, ni obras como las tuyas. [9] vendr�n todas las naciones a postrarse ante ti, y a dar, se�or, gloria a tu nombre; [10] pues t� eres grande y obras maravillas, t�, Dios, y s�lo t�. [11] ens��ame tus caminos yahveh, para que yo camine en tu verdad, concentra mi coraz�n en el temor de tu nombre. [12] gracias te doy de todo coraz�n, se�or dios m�o, dar� gloria a tu nombre por siempre, [13] pues grande es tu amor para conmigo, t� has librado mi alma del fondo del seol. [14] oh dios, los orgullosos se han alzado contra m�, una turba de violentos anda buscando mi alma, y no te tienen a ti delante de sus ojos. [15] mas t�, Se�or, dios clemente y compasivo, tardo a la c�lera, lleno de amor y de verdad, [16] �vu�lvete a m�, tenme compasi�n! da tu fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu sierva. [17] haz conmigo un signo de bondad: que los que me odian vean, avergonzados, que t�, Yahveh, me ayudas y consuelas. salmos cap.87

[1] de los hijos de cor�. salmo. c�ntico. su fundaci�n sobre los santos montes [2] ama yahveh: las puertas de si�n m�s que todas las moradas de jacob. [3] glorias se dicen de ti, ciudad de dios: [4] �yo cuento a r�hab y babel entre los que me conocen. tiro, filistea y etiop�a, fulano naci� all�.� [5] pero de si�n se ha de decir: �todos han nacido en ella�, y quien la funda es el propio alt�simo. [6] yahveh a los pueblos inscribe en el registro: �fulano naci� all�, [7] y los pr�ncipes, lo mismo que los hijos, todos ponen su mansi�n en ti. salmos cap.88 [1] c�ntico. salmo. de los hijos de cor�. del maestro de coro. para la enfermedad. para la aflicci�n. poema. de hem�n el ind�gena. [2] yahveh, dios de mi salvaci�n, ante ti estoy clamando d�a y noche; [3] llegue hasta t� mi s�plica, presta o�do a mi clamor. [4] porque mi alma de males est� ah�ta, y mi vida est� al borde del seol; [5] contado entre los que bajan a la fosa, soy como un hombre acabado: [6] relegado entre los muertos, como los cad�veres que yacen en la tumba, aquellos de los que no te acuerdas m�s, que est�n arrancados de tu mano. [7] me has echado en lo profundo de la fosa, en las tinieblas, en los abismos; [8] sobre m� pesa tu furor, con todas tus olas me hundes. [9] has alejado de m� a mis conocidos, me has hecho para ellos un horror, cerrado estoy y sin salida, [10] mi ojo se consume por la pena. yo te llamo, yahveh, todo el d�a, tiendo mis manos hacia ti. [11] �acaso para los muertos haces maravillas, o las sombras se alzan a alabarte? [12] �se habla en la tumba de tu amor, de tu lealtad en el lugar de perdici�n? [13] �se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido ?� [14] mas yo grito hacia ti, yahveh, de madrugada va a tu encuentro mi oraci�n; [15] �por qu�, yahveh, mi alma rechazas, lejos de m� tu rostro ocultas? [16] desdichado y ag�nico estoy desde mi infancia, he soportado tus terrores, y ya no puedo m�s; [17] han pasado tus iras sobre m�, tus espantos me han aniquilado. [18] me envuelven como el agua todo el d�a, se aprietan contra m� todos a una. [19] has alejado de m� compa�eros y amigos, son mi compa��a las tinieblas. salmos cap.89 [1] poema. de et�n el ind�gena. [2] el amor de yahveh por siempre cantar�, de edad en edad anunciar� m� boca tu lealtad. [3] pues t� dijiste: �cimentado est� el amor por siempre, asentada en los cielos mi lealtad. [4] �una alianza pact� con mi elegido, un juramento hice a mi siervo david: [5] para siempre jam�s he fundado tu estirpe, de edad em edad he erigido tu trono.� [6] los cielos celebran, yahveh, tus maravillas, y tu lealtad en la asamblea de los santos. [7] porque �qui�n en las nubes es comparable a yahveh, qui�n a yahveh se iguala entre los hijos de los dioses? [8] dios temible en el consejo de los santos, grande y terrible para toda su corte. [9] yahveh, dios sebaot, �qui�n como t�?, poderoso eres, yahveh, tu lealtad te circunda. [10] t� dome�as el orgullo del mar, cuando sus olas se encrespan las reprimes; [11] t� machacaste a r�hab lo mismo que a un cad�ver, a tus enemigos dispersaste

con tu potente brazo. [12] tuyo es el cielo, tuya tambi�n la tierra, el orbe y cuanto encierra t� fundaste; [13] t� creaste el norte y el mediod�a, el tabor y el herm�n exultan en tu nombre. [14] tuyo es el brazo y su bravura, poderosa tu mano, sublime tu derecha; [15] justicia y derecho, la base de tu trono, amor y verdad ante tu rostro marchan. [16] dichoso el pueblo que la aclamaci�n conoce, a la luz de tu rostro caminan, oh yahveh; [17] en tu nombre se alegran todo el d�a, en tu justicia se entusiasman. [18] pues t� eres el esplendor de su potencia, por tu favor exaltas nuestra frente; [19] s�, de yahveh nuestro escudo; del santo de israel es nuestro rey. [20] anta�o hablaste t� en visi�n a tus amigos, y dijiste: �he prestado mi asistencia a un bravo, he exaltado a un elegido de mi pueblo. [21] �he encontrado a david mi servidor, con mi �leo santo le he ungido; [22] mi mano ser� firme para �l, y mi brazo le har� fuerte. [23] �no le ha de sorprender el enemigo, el hijo de iniquidad no le oprimir�; [24] yo aplastar� a sus adversarios ante �l, herir� a los que le odian. [25] �mi lealtad y mi amor ir�n con �l, por mi nombre se exaltar� su frente; [26] pondr� su mano sobre el mar, sobre los r�os su derecha. [27] �el me invocar�: �t�, mi padre, mi dios y roca de mi salvaci�n! [28] y yo har� de �l el primog�nito, el alt�simo entre los reyes de la tierra. [29] �le guardar� mi amor por siempre, y mi alianza ser� leal con �l; [30] establecer� su estirpe para siempre, y su trono como los d�as de los cielos. [31] �si sus hijos abandonan mi ley, y no siguen mis juicios, [32] si profanan mis preceptos, y mis mandamientos no observan, [33] �castigar� su rebeli�n con vara, y su culpa con azote, [34] mas no retirar� de �l mi amor, en mi lealtad no fallar�. [35] �no violar� mi alianza, no cambiar� lo que sale de mis labios; [36] una vez he jurado por mi santidad: �a david no he de mentir! [37] �su estirpe durar� por siempre, y su trono como el sol ante m�, [38] por siempre se mantendr� como la luna, testigo fiel en el cielo.� [39] pero t� has rechazado y despreciado, contra tu ungido te has enfurecido; [40] has desechado la alianza con tu siervo, has profanado por tierra su diadema. [41] has hecho brecha en todos sus vallados, sus plazas fuertes en ruina has convertido; [42] le han saqueado todos los transe�ntes, se ha hecho el bald�n de sus vecinos. [43] a sus adversarios la diestra has exaltado, a todos sus enemigos has llenado de gozo; [44] has embotado el filo de su espada, y no le has sostenido en el combate. [45] le has quitado su cetro de esplendor, y su trono por tierra has derribado; [46] has abreviado los d�as de su juventud, le has cubierto de ignominia. [47] �hasta cu�ndo te esconder�s, yahveh? �arder� tu furor por siempre como fuego? [48] recuerda, se�or, qu� es la existencia, para qu� poco creaste a los hijos de ad�n. [49] �qu� hombre podr� vivir sin ver la muerte, qui�n librar� su alma de la garra del seol? [50] �d�nde est�n tus primeros amores, se�or, que juraste a david por tu lealtad? [51] acu�rdate, se�or, del ultraje de tus siervos: c�mo recibo en mi seno todos los dardos de los pueblos; [52] as� ultrajan tus enemigos, yahveh, as� ultrajan las huellas de tu ungido. [53] �bendito sea yahveh por siempre! �am�n! �am�n! salmos cap.90

[1] oraci�n. de mois�s, hombre de dios. se�or, t� has sido para nosotros un refugio de edad en edad. [2] antes que los montes fuesen engendrados, antes que naciesen tierra y orbe, desde siempre hasta siempre t� eres dios. [3] t� al polvo reduces a los hombres, diciendo: ��tornad, hijos de ad�n!� [4] porque mil a�os a tus ojos son como el ayer, que ya pas�, como una vigilia de la noche. [5] t� los sumerges en un sue�o, a la ma�ana ser�n como hierba que brota; [6] por la ma�ana brota y florece, por la tarde se amustia y se seca. [7] pues por tu c�lera somos consumidos, por tu furor anonadados. [8] has puesto nuestras culpas ante ti, a la luz de tu faz nuestras faltas secretas. [9] bajo tu enojo declinan todos nuestros d�as, como un suspiro consumimos nuestros a�os. [10] los a�os de nuestra vida son unos setenta, u ochenta, si hay vigor; mas son la mayor parte trabajo y vanidad, pues pasan presto y nosotros nos volamos. [11] �qui�n conoce la fuerza de tu c�lera, y, temi�ndote, tu indignaci�n? [12] �ense�anos a contar nuestros d�as, para que entre la sabidur�a en nuestro coraz�n! [13] �vuelve, yahveh! �hasta cu�ndo? ten piedad de tus siervos. [14] s�cianos de tu amor a la ma�ana, que exultemos y cantemos toda nuestra vida. [15] devu�lvenos en gozo los d�as que nos humillaste, los a�os en que desdicha conocimos. [16] �que se vea tu obra con tus siervos, y tu esplendor sobre sus hijos! [17] �la dulzura del se�or sea con nosotros! �confirma t� la acci�n de nuestras manos! salmos cap.91 [1] el que mora en el secreto de ely�n pasa la noche a la sombra de sadday, [2] diciendo a yahveh: ��mi refugio y fortaleza, mi dios, en quien conf�o!� [3] que �l te libra de la red del cazador, de la peste funesta; [4] con sus plumas te cubre, y bajo sus alas tienes un refugio: escudo y armadura es su verdad. [5] no temer�s el terror de la noche, ni la saeta que de d�a vuela, [6] ni la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a mediod�a. [7] aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no ha de alcanzarte. [8] basta con que mires con tus ojos, ver�s el galard�n de los imp�os, [9] t� que dices: ��mi refugio es yahveh!�, y tomas a ely�n por defensa. [10] no ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercar� a tu tienda; [11] que �l dar� orden sobre ti a sus �ngeles de guardarte en todos tus caminos. [12] te llevar�n ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie; [13] pisar�s sobre el le�n y la v�bora, hollar�s al leoncillo y al drag�n. [14] pues �l se abraza a m�, yo he de librarle; le exaltar�, pues conoce mi nombre. [15] me llamar� y le responder�; estar� a su lado en la desgracia, le librar� y le glorificar�. [16] hartura le dar� de largos d�as, y har� que vea mi salvaci�n. salmos cap.92 [1] [2] [3] [4] [5] [6]

salmo. c�ntico. para el d�a de s�bado. bueno es dar gracias a yahveh, y salmodiar a tu nombre, alt�simo, publicar tu amor por la ma�ana, y tu lealtad por las noches, al son del arpa de diez cuerdas y la lira, con un susurro de c�tara. pues con tus hechos, yahveh, me regocijas, ante las obras de tus manos grito: ��qu� grandes son tus obras, yahveh, qu� hondos tus pensamientos!�

[7] el hombre est�pido no entiende, el insensato no comprende estas cosas. [8] si brotan como hierba los imp�os, si florecen todos los agentes de mal, es para ser destruidos por siempre; [9] mas t�, Yahveh, eres excelso por los siglos. [10] mira c�mo tus enemigos perecen, se dispersan todos los agentes de mal. [11] pero t� alzas mi frente como la del b�falo, derramas sobre m� aceite nuevo; [12] mi ojo desaf�a a los que me acechaban, mi o�do escucha a los malvados. [13] florece el justo como la palmera, crece como un cedro del l�bano. [14] plantados en la casa de yahveh, dan flores en los atrios del dios nuestro. [15] todav�a en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos, [16] para anunciar lo recto que es yahveh: mi roca, no hay falsedad en �l. salmos cap.93 [1] reina yahveh, de majestad vestido, yahveh vestido, ce�ido de poder, y el orbe est� seguro, no vacila. [2] desde el principio tu trono esta fijado, desde siempre existes t�. [3] levantan los r�os, yahveh, levantan los r�os su voz, los r�os levantan su bramido; [4] m�s que la voz de muchas aguas m�s imponente que las ondas del mar, es imponente yahveh en las alturas. [5] son veraces del todo tus dict�menes; la santidad es el ornato de tu casa, oh yahveh, por el curso de los d�as. salmos cap.94 [1] �dios de las venganzas, yahveh, dios de las venganzas, aparece! [2] �lev�ntate, juez de la tierra, da su merecido a los soberbios! [3] �hasta cu�ndo los imp�os, yahveh, hasta cu�ndo triunfar�n los imp�os? [4] cacarean, dicen insolencias, se pavonean todos los agentes de mal. [5] a tu pueblo, yahveh, aplastan, a tu heredad humillan. [6] matan al forastero y a la viuda, asesinan al hu�rfano. [7] y dicen: �no lo ve yahveh, el dios de jacob no se da cuenta.� [8] �comprended, est�pidos del pueblo!, insensatos, �cu�ndo vais a ser cuerdos? [9] el que plant� la oreja, �no va a o�r? el que form� los ojos, �no ha de ver? [10] el que corrige a las naciones, �no ha de castigar? el que el saber al hombre ense�a, [11] yahveh, conoce los pensamientos del hombre, que no son m�s que un soplo. [12] dichoso el hombre a quien corriges t�, Yahveh, a quien instruyes por tu ley, [13] para darle descanso en los d�as de desgracia, mientras se cava para el imp�o la fosa. [14] pues yahveh no dejar� a su pueblo, no abandonar� a su heredad; [15] sino que el juicio volver� a la justicia, y en pos de ella todos los de recto coraz�n. [16] �qui�n se alzar� por m� contra los malvados? �qui�n estar� por m� contra los agentes de mal? [17] si yahveh no viniese en mi ayuda, bien presto mi alma morar�a en el silencio. [18] cuando digo: �vacila mi pie�, tu amor, yahveh, me sostiene; [19] en el colmo de mis cuitas interiores, tus consuelos recrean mi alma. [20] �eres aliado t� de un tribunal de perdici�n, que erige en ley la tiran�a? [21] se atropella la vida del justo, la sangre inocente se condena. [22] mas yahveh es para m� una ciudadela, mi dios la roca de mi amparo; [23] �l har� recaer sobre ellos su maldad, los aniquilar� por su malicia, yahveh, nuestro dios, los aniquilar�. salmos cap.95

[1] venid, cantemos gozosos a yahveh, aclamemos a la roca de nuestra salvaci�n; [2] con acciones de gracias vayamos ante �l, aclam�mosle con salmos. [3] porque es yahveh un dios grande, rey grande sobre todos los dioses; [4] en sus manos est�n las honduras de la tierra, y suyas son las cumbres de los montes; [5] suyo el mar, pues �l mismo lo hizo, y la tierra firme que sus manos formaron. [6] entrad, adoremos, prostern�monos, �de rodillas ante yahveh que nos ha hecho! [7] porque �l es nuestro dios, y nosotros el pueblo de su pasto, el reba�o de su mano. �oh, si escucharais hoy su voz!: [8] �no endurezc�is vuestro coraz�n como en merib�, como el d�a de mass� en el desierto, [9] donde me pusieron a prueba vuestros padres, me tentaron aunque hab�an visto mi obra. [10] �cuarenta a�os me asque� aquella generaci�n, y dije: pueblo son de coraz�n torcido, que mis caminos no conocen. [11] y por eso en mi c�lera jur�: �no han de entrar en mi reposo!� salmos cap.96 [1] �cantad a yahveh un canto nuevo, cantad a yahveh, toda la tierra, [2] cantad a yahveh, su nombre bendecid! anunciad su salvaci�n d�a tras d�a, [3] contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas. [4] que grande es yahveh, y muy digno de alabanza, m�s temible que todos los dioses. [5] pues nada son todos los dioses de los pueblos. mas yahveh los cielos hizo; [6] gloria y majestad est�n ante �l, poder y fulgor en su santuario. [7] rendid a yahveh, familias de los pueblos, rendid a yahveh gloria y poder, [8] rendid a yahveh la gloria de su nombre. traed ofrendas y en sus atrios entrad, [9] postraos ante yahveh en esplendor sagrado, �tiemble ante su faz la tierra entera! [10] decid entre las gentes: ��yahveh es rey!� el orbe est� seguro, no vacila; �l gobierna a los pueblos rectamente. [11] �al�grense los cielos, regoc�jese la tierra, retumbe el mar y cuanto encierra; [12] exulte el campo y cuanto en �l existe, griten de j�bilo todos los �rboles del bosque, [13] ante la faz de yahveh, pues viene �l, viene, s�, a juzgar la tierra! el juzgar� al orbe con justicia, a los pueblos con su lealtad. salmos cap.97 [1] �reina yahveh! �la tierra exulte, al�grense las islas numerosas! [2] nube y bruma densa en torno a �l, justicia y derecho, la base de su trono. [3] delante de �l avanza fuego y a sus adversarios en derredor abrasa; [4] iluminan el orbe sus rel�mpagos, lo ve la tierra y se estremece. [5] los montes como cera se derriten ante el due�o de la tierra toda; [6] los cielos anuncian su justicia, y todos los pueblos ven su gloria. [7] �se averg�enzan los que sirven a los �dolos, los que se glor�an de vanidades; se postran ante �l todos los dioses! [8] si�n lo oye y se alboroza, exultan las hijas de jud� a causa de tus juicios, yahveh. [9] porque t� eres yahveh, el alt�simo sobre toda la tierra, muy por encima de los dioses todos. [10] yahveh ama a los que el mal detestan, �l guarda las almas de sus fieles y de la mano de los imp�os los libra. [11] la luz se alza para el justo, y para los de recto coraz�n la alegr�a. [12] justos, alegraos en yahveh, celebrad su memoria sagrada.

salmos cap.98 [1] salmo. cantad a yahveh un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; victoria le ha dado su diestra y su brazo santo. [2] yahveh ha dado a conocer su salvaci�n, a los ojos de las naciones ha revelado su justicia; [3] se ha acordado de su amor y su lealtad para con la casa de israel. todos los confines de la tierra han visto la salvaci�n de nuestro dios. [4] �aclamad a yahveh, toda la tierra, estallad, gritad de gozo y salmodiad! [5] salmodiad para yahveh con la c�tara, con la c�tara y al son de la salmodia; [6] con las trompetas y al son del cuerno aclamad ante la faz del rey yahveh. [7] brama el mar y cuanto encierra, el orbe y los que le habitan; [8] los r�os baten palmas, a una los montes gritan de alegr�a, [9] ante el rostro de yahveh, pues viene a juzgar a la tierra; �l juzgar� al orbe con justicia, y a los pueblos con equidad. salmos cap.99 [1] reina yahveh, los pueblos tiemblan; se sienta en querubines, la tierra se estremece; [2] grande es yahveh en si�n. excelso sobre los pueblos todos; [3] loen tu nombre grande y venerable: santo es �l. [4] poderoso rey que el juicio ama, t� has fundado el derecho, juicio y justicia t� ejerces en jacob. [5] exaltad a yahveh nuestro dios, postraos ante el estrado de sus pies: santo es �l. [6] mois�s y aar�n entre sus sacerdotes, samuel entre aquellos que su nombre invocaban, invocaban a yahveh y �l les respond�a. [7] en la columna de nube les hablaba, ellos guardaban sus dict�menes, la ley que �l les dio. [8] yahveh, dios nuestro, t� les respond�as, dios paciente eras para ellos, aunque vengabas sus delitos. [9] exaltad a yahveh nuestro dios, postraos ante su monte santo: santo es yahveh, nuestro dios. salmos cap.100 [1] salmo. para la acci�n de gracias. �aclamad a yahveh, toda la tierra, [2] servid a yahveh con alegr�a, llegaos ante �l entre gritos de j�bilo! [3] sabed que yahveh es dios, �l nos ha hecho y suyos somos, su pueblo y el reba�o de su pasto. [4] �entrad en sus p�rticos con acciones de gracias, con alabanzas en sus atrios, dadle gracias, bendecid su nombre! 1 [5] porque es bueno yahveh, para siempre su amor, por todas las edades su lealtad. salmos cap.101 [1] de david. salmo. quiero cantar el amor y la justicia, para ti, yahveh, salmodiar�; [2] cursar� el camino de la perfecci�n: �cu�ndo vendr�s a m�? proceder� con coraz�n perfecto, dentro de mi casa; [3] no pondr� delante de mis ojos cosa villana. detesto la conducta de los extraviados, no se me pegar�; [4] el coraz�n perverso est� lejos de m�, no conozco al malvado. [5] al que infama a su pr�jimo en secreto, a �se le aniquilo; ojo altanero y coraz�n hinchado no los soporto. 1

[6] mis ojos, en los fieles de la tierra, por que vivan conmigo; el que anda por el camino de la perfecci�n ser� mi servidor. [7] no mora dentro de mi casa el agente de enga�o; el que dice mentiras no persiste delante de mis ojos. [8] cada ma�ana he de aniquilar a todos los imp�os del pa�s, para extirpar de la ciudad de yahveh a todos los agentes de mal. salmos cap.102 [1] oraci�n del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante yahveh. [2] yahveh, escucha mi oraci�n, llegue hasta ti mi grito; 1 [3] ne ocultes lejos de m� tu rostro el d�a de mi angustia; tiende hacia m� tu o�do, �el d�a en que te invoco, presto, resp�ndeme! [4] pues mis d�as en humo se disipan, mis huesos arden lo mismo que un brasero; [5] trillado como el heno, mi coraz�n se seca, y me olvido de comer mi pan; [6] ante la voz de mis sollozos, mi piel a mis huesos se ha pegado. [7] me parezco al b�ho del yermo, igual que la lechuza de las ruinas; [8] insomne estoy y gimo cual solitario p�jaro en tejado; 1 [9] me insultan todo el d�a mis enemigos, los que me alababan maldicen por mi nombre. [10] el pan que como es la ceniza, mi bebida mezclo con mis l�grimas, [11] ante tu c�lera y tu enojo, pues t� me alzaste y despu�s me has tirado: [12] mis d�as son como la sombra que declina, y yo me seco como el heno. [13] mas t�, Yahveh, permaneces para siempre, y tu memoria de edad en edad. [14] t� te alzar�s, compadecido de si�n, pues es ya tiempo de apiadarte de ella, ha llegado la hora; [15] que est�n tus siervos encari�ados de sus piedras y se compadecen de sus ruinas. [16] y temer�n las naciones el nombre de yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria; [17] cuando yahveh reconstruya a si�n, y aparezca en su gloria, [18] volver� su rostro a la oraci�n del despojado, su oraci�n no despreciar�. [19] se escribir� esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabar� a yahveh: [20] que se ha inclinado yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra, [21] para o�r el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte. [22] para pregonar en si�n el nombre de yahveh, y su alabanza en jerusal�n, [23] cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a yahveh. [24] el ha enervado mi fuerza en el camino, ha abreviado mis d�as. [25] digo: �dios m�o, en la mitad de mis d�as no me lleves! �de edad en edad duran tus a�os! [26] desde antiguo, fundaste t� la tierra, y los cielos son la obra de tus manos; [27] ellos perecen, mas t� quedas, todos ellos como la ropa se desgastan, como un vestido los mudas t�, y se mudan. [28] pero t� siempre el mismo, no tienen fin tus a�os. 1 [29] los hijos de tus siervos tendr�n una morada, y su estirpe ante ti subsistir�. salmos cap.103 [1] de david. bendice a yahveh, alma m�a, del fondo de mi ser, su santo nombre, [2] bendice a yahveh, alma m�a, no olvides sus muchos beneficios. [3] el, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, [4] rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura, [5] satura de bienes tu existencia, mientras tu juventud se renueva como el �guila. [6] yahveh, el que hace obras de justicia, y otorga el derecho a todos los

oprimidos, [7] manifest� sus caminos a mois�s, a los hijos de israel sus haza�as. [8] clemente y compasivo es yahveh, tardo a la c�lera y lleno de amor; [9] no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor; [10] no nos trata seg�n nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. [11] como se alzan los cielos por encima de la tierra, as� de grande es su amor para quienes le temen; [12] tan lejos como est� el oriente del ocaso aleja �l de nosotros nuestras rebeld�as. [13] cual la ternura de un padre para con sus hijos, as� de tierno es yahveh para quienes le temen; [14] que �l sabe de qu� estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo. [15] �el hombre! como la hierba son sus d�as, como la flor del campo, as� florece; [16] pasa por �l un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle. [17] mas el amor de yahveh desde siempre hasta siempre para los que le temen, y su justicia para los hijos de sus hijos, 1 [18] para aquellos que guardan su alianza, y se acuerdan de cumplir sus mandatos. [19] yahveh en los cielos asent� su trono, y su soberan�a en todo se�orea. [20] bendecid a yahveh, �ngeles suyos, h�roes potentes, ejecutores de sus �rdenes, en cuanto o�s la voz de su palabra. 1 [21] bendecid a yahveh, todas sus huestes, servidores suyos, ejecutores de su voluntad. [22] bendecid a yahveh, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. �bendice a yahveh, alma m�a! salmos cap.104 [1] �alma m�a, bendice a yahveh! �yahveh, dios m�o, qu� grande eres! vestido de esplendor y majestad, [2] arropado de luz como de un manto, t� despliegas los cielos lo mismo que una tienda, [3] levantas sobre las aguas tus altas moradas; haciendo de las nubes carro tuyo, sobre las alas del viento te deslizas; 1 [4] tomas por mensajeros a los vientos, a las llamas del fuego por ministros. [5] sobre sus bases asentaste la tierra, inconmovible para siempre jam�s. [6] del oc�ano, cual vestido, la cubriste, sobre los montes persist�an las aguas; [7] al increparlas t�, emprenden la hu�da, se precipitan al o�r tu trueno, [8] y saltan por los montes, descienden por los valles, hasta el lugar que t� les asignaste; [9] un t�rmino les pones que no crucen, por que no vuelvan a cubrir la tierra. [10] haces manar las fuentes en los valles, entre los montes se deslizan; [11] a todas las bestias de los campos abrevan, en ellas su sed apagan los onagros; [12] sobre ellas habitan las aves de los cielos, dejan o�r su voz entre la fronda. [13] de tus altas moradas abrevas las monta�as, del fruto de tus obras se satura la tierra; [14] la hierba haces brotar para el ganado, y las plantas para el uso del hombre, para que saque de la tierra el pan, 1 [15] y el vino que recrea el coraz�n del hombre, para que lustre su rostro con aceite y el pan conforte el coraz�n del hombre. [16] se empapan bien los �rboles de yahveh, los cedros del l�bano que �l plant�; [17] all� ponen los p�jaros su nido, su casa en su copa la cig�e�a; [18] los altos montes, para los rebecos, para los damanes, el cobijo de las rocas. [19] hizo la luna para marcar los tiempos, conoce el sol su ocaso;

[20] mandas t� las tinieblas, y es la noche, en ella rebullen todos los animales de la selva, [21] los leoncillos rugen por la presa, y su alimento a dios reclaman. [22] cuando el sol sale, se recogen, y van a echarse a sus guaridas; [23] el hombre sale a su trabajo, para hacer su faena hasta la tarde. [24] �cu�n numerosas tus obras, yahveh! todas las has hecho con sabidur�a, de tus criaturas est� llena la tierra. [25] ah� est� el mar, grande y de amplios brazos, y en �l el hervidero innumerable de animales, grandes y peque�os; [26] por all� circulan los nav�os, y leviat�n que t� formaste para jugar con �l. [27] todos ellos de ti est�n esperando que les des a su tiempo su alimento; [28] t� se lo das y ellos lo toman, abres tu mano y se sacian de bienes. [29] escondes tu rostro y se anonadan, les retiras su soplo, y expiran y a su polvo retornan. [30] env�as tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra. [31] �sea por siempre la gloria de yahveh, en sus obras yahveh se regocije! [32] el que mira a la tierra y ella tiembla, toca los montes y echan humo. [33] a yahveh mientras viva he de cantar, mientras exista salmodiar� para mi dios. [34] �oh, que mi poema le complazca! yo en yahveh tengo mi gozo. [35] �que se acaben los pecadores en la tierra, y ya no m�s existan los imp�os! �bendice a yahveh, alma m�a! salmos cap.105 [1] �aleluya! �dad gracias a yahveh, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus haza�as! [2] �cantadle, salmodiad para �l, sus maravillas todas recitad; [3] gloriaos en su santo nombre, se alegre el coraz�n de los que buscan a yahveh! [4] �buscad a yahveh y su fuerza, id tras su rostro sin descanso, [5] recordad las maravillas que �l ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca! [6] raza de abraham, su servidor, hijos de jacob, su elegido: [7] �l, yahveh, es nuestro dios, por toda la tierra sus juicios. [8] el se acuerda por siempre de su alianza, palabra que impuso a mil generaciones, [9] lo que pact� con abraham, el juramento que hizo a isaac, [10] y que puso a jacob como precepto, a israel como alianza eterna, [11] diciendo: �yo te dar� la tierra de cana�n por parte de vuestra herencia�. [12] aunque ellos eran poco numerosos, gente de paso y forasteros all�, [13] cuando iban de naci�n en naci�n, desde un reino a otro pueblo, [14] a nadie permiti� oprimirles, por ellos castig� a los reyes: [15] �guardaos de tocar a mis ungidos, ni mal alguno hag�is a mis profetas.� [16] llam� al hambre sobre aquel pa�s, todo bast�n de pan rompi�; [17] delante de ellos envi� a un hombre, jos�, vendido como esclavo. [18] sus pies vejaron con grilletes, por su cuello pasaron las cadenas, [19] hasta que se cumpli� su predicci�n, y le acredit� la palabra de yahveh. [20] el rey mand� a soltarle, el soberano de pueblos, a dejarle libre; [21] le erigi� se�or sobre su casa, y de toda su hacienda soberano, [22] para instruir a su gusto a sus magnates, y a sus ancianos hacer sabios. [23] entonces israel entr� en egipto, jacob residi� en el pa�s de cam. [24] el aument� a su pueblo en gran manera, le hizo m�s fuerte que sus adversarios; [25] cambi� el coraz�n de �stos para que odiasen a su pueblo y a sus siervos pusieran asechanzas. [26] luego envi� a mois�s su servidor, y aar�n, su escogido, [27] que hicieron entre ellos sus se�ales anunciadas, prodigios en el pa�s de cam.

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mand� tinieblas y tinieblas hubo, mas ellos desafiaron sus palabras. troc� en sangre sus aguas y a sus peces dio muerte. 1 pulul� de ranas su pa�s, hasta en las moradas de sus reyes; mand� �l, y vinieron los mosquitos, los c�nifes por toda su comarca. les dio por lluvia el granizo, llamas de fuego en su pa�s; hiri� sus vi�edos, sus higueras, y los �rboles quebr� de su comarca. dio la orden, y lleg� la langosta, y el pulg�n en n�mero incontable; comieron toda hierba en su pa�s, comieron el fruto de su suelo. e hiri� en su pa�s a todo primog�nito, las primicias de todo su vigor; y a ellos los sac� con plata y oro, ni uno solo flaque� de entre sus tribus. egipto se alegr� de su salida, pues era presa del terror. el despleg� una nube por cubierta, y un fuego para alumbrar de noche. pidieron, y trajo codornices, de pan de los cielos los hart�; abri� la roca, y brotaron las aguas, como r�o corrieron por los sequedales. recordando su palabra sagrada dada a abraham su servidor, sac� a su pueblo en alborozo, a sus elegidos entre gritos de j�bilo. y las tierras les dio de las naciones, el trabajo de las gentes heredaron, a fin de que garden sus preceptos y sus leyes observen.

salmos cap.106 [1] �aleluya! �dad gracias a yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor! [2] �qui�n dir� las proezas de yahveh, har� o�r toda su alabanza? [3] �dichosos los que guardan el derecho, los que practican en todo tiempo la justicia! [4] �acu�rdate de m�, yahveh, por amor de tu pueblo; con tu salvaci�n vis�tame, [5] que vea yo la dicha de tus elegidos, me alegre en la alegr�a de tu pueblo, con tu heredad me felicite! [6] hemos pecado como nuestros padres, hemos faltado, nos hemos hecho imp�os; [7] nuestros padres, en egipto, no comprendieron tus prodigios. no se acordaron de tu inmenso amor, se rebelaron contra el alt�simo junto al mar de suf. [8] el los salv� por amor de su nombre, para dar a conocer su poder�o. [9] increp� al mar de suf y �ste se sec�, los llev� por los abismos como por un desierto, [10] los salv� de la mano del que od�aba, de la mano del enemigo los libr�. [11] el agua cubri� a sus adversarios, ni uno solo qued�. 1 [12] entonces ellos tuvieron fe en sus palabras y sus laudes cantaron. [13] mas pronto se olvidaron de sus obras, no tuvieron en cuenta su consejo; [14] en el desierto ard�an de avidez, a dios tentaban en la estepa. [15] el les concedi� lo que ped�an, mand� fiebre a sus almas. [16] y en el campamento, de mois�s tuvieron celos, de aar�n, el santo de yahveh. [17] se abre la tierra, traga a dat�n, y cubre a la cuadrilla de abir�n; [18] un fuego se enciende contra su cuadrilla, una llama abrasa a los imp�os [19] en horeb se fabricaron un becerro, se postraron ante un metal fundido, [20] y cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come heno. [21] olvidaban a dios que les salvaba, al autor de cosas grandes en egipto, [22] de prodigios en el pa�s de cam, de portentos en el mar de suf. [23] hablaba ya de exterminarlos, si no es porque mois�s, su elegido, se mantuvo en la brecha en su presencia, para apartar su furor de destruirlos. [24] una tierra de delicias desde�aron, en su palabra no tuvieron fe; [25] murmuraron dentro de sus tiendas, no escucharon la voz de yahveh. [26] y �l, mano en alto, les jur� hacerles caer en el desierto, [27] desperdigar su raza entre las naciones, y dispersarlos por los pa�ses. [28] luego se vincularon a baal peor y comieron sacrificios de muertos. [29] as� le irritaron con sus obras, y una plaga descarg� sobre ellos. [30] entonces surgi� Pinj�s, zanj�, y la plaga se detuvo; 1 [31] esto se le cont� como justicia de edad en edad, para siempre. [32] en las aguas de merib� le enojaron, y mal le fue a mois�s por culpa de

ellos, [33] pues le amargaron el esp�ritu, y habl� a la ligera con sus labios. [34] no exterminaron a los pueblos que yahveh les hab�a se�alado, [35] sino que se mezclaron con las gentes, aprendieron sus pr�cticas. [36] sirvieron a sus �dolos que fueron un lazo para ellos; 1 [37] sacrificaban sus hijos y sus hijas a demonios. [38] sangre inocente derramaban, la sangre de sus hijos y sus hijas, que inmolaban a los �dolos de cana�n, y fue el pa�s profanado de sangre. [39] as� se manchaban con sus obras, y se prostitu�an con sus pr�cticas. [40] entonces se inflam� la c�lera de yahveh contra su pueblo, y abomin� de su heredad. [41] los entreg� en mano de las gentes, y los dominaron los que los odiaban; [42] sus enemigos los tiranizaron, bajo su mano quedaron humillados. [43] muchas veces los libr� aunque ellos, en su prop�sito obstinados, se hund�an en su culpa; [44] y los mir� cuando estaban en apuros, escuchando su clamor. [45] se acord� en favor de ellos de su alianza, se enterneci� seg�n su inmenso amor; [46] hizo que de ellos se apiadaran aquellos que cautivos los ten�an. [47] �s�lvanos, yahveh, dios nuestro, re�nenos de entre las naciones, para dar gracias a tu nombre santo, y gloriarnos en tu alabanza! [48] �bendito sea yahveh, dios de israel, por eternidad de eternidades! y el pueblo todo diga: �am�n! salmos cap.107 [1] �aleluya! dad gracias a yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor. [2] que lo digan los redimidos de yahveh, los que �l ha redimido del poder del adversario, [3] los que ha reunido de entre los pa�ses, de oriente y de poniente, del norte y mediod�a. [4] en el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad habitada; [5] hambrientos, y sedientos, desfallec�a en ellos su alma. 1 [6] y hacia yahveh gritaron en su apuro, y �l los libr� de sus angustias, [7] les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada. [8] �den gracias a yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de ad�n! [9] porque �l saci� el alma anhelante, el alma hambrienta satur� de bienes. [10] habitantes de tiniebla y sombra, cautivos de la miseria y de los hierros, [11] por haber sido rebeldes a las �rdenes de dios y haber despreciado el consejo del alt�simo, [12] �l someti� su coraz�n a la fatiga, sucumb�an, y no hab�a quien socorriera. [13] y hacia yahveh gritaron en su apuro, y �l los salv� de sus angustias, [14] los sac� de la tiniebla y de la sombra, y rompi� sus cadenas. [15] �den gracias a yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de ad�n! [16] pues las puertas de bronce quebrant�, y los barrotes de hierro hizo pedazos. [17] embotados de resultas de sus yerros, miserables a causa de sus culpas, [18] todo manjar les daba n�usea, tocaban ya a las puertas de la muerte. [19] y hacia yahveh gritaron en su apuro, y �l los salv� de sus angustias; [20] su palabra envi� para sanarlos y arrancar sus vidas de la fosa. [21] �den gracias a yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de ad�n! [22] ofrezcan sacrificios de acci�n de gracias, y sus obras pregonen con gritos de alegr�a. [23] los que a la mar se hicieron en sus naves, llevando su negocio por las muchas aguas, [24] vieron las obras de yahveh, sus maravillas en el pi�lago. [25] dijo, y suscit� un viento de borrasca, que entumeci� las olas; [26] subiendo hasta los cielos, bajando hasta el abismo, bajo el peso del mal su

alma se hund�a; [27] dando vuelcos, vacilando como un ebrio, tragada estaba toda su pericia. [28] y hacia yahveh gritaron en su apuro, y �l los sac� de sus angustias; [29] a silencio redujo la borrasca, y las olas callaron. 1 [30] se alegraron de verlas amansarse, y �l los llev� hasta el puerto deseado. [31] �den gracias a yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de ad�n! [32] �ens�lcenle en la asamblea del pueblo, en el concejo de los ancianos le celebren! [33] el cambia los r�os en desierto, y en suelo de sed los manantiales, [34] la tierra f�rtil en salinas, por la malicia de sus habitantes. [35] y �l cambia el desierto en un estanque, y la �rida tierra en manantial. [36] all� asienta a los hambrientos, y ellos fundan una ciudad habitada. [37] y siembran campos, plantan vi�as, que producen sus frutos de cosecha. [38] el los bendice y crecen mucho y no deja que meng�en sus ganados. [39] menguados estaban, y abatidos por la tenaza del mal y la aflicci�n. [40] el que vierte desprecio sobre pr�ncipes, los hac�a errar por caos sin camino. [41] mas �l recobra de la miseria al pobre, aumenta como un reba�o las familias; [42] los hombres rectos lo ven y se recrean, y toda iniquidad cierra su boca. [43] �hay alg�n sabio? �que garde estas cosas, y comprenda el amor de yahveh! salmos cap.108 [1] c�ntico. salmo. de david. [2] a punto est� mi coraz�n, oh dios, -voy a cantar, voy a salmodiar- �anda, gloria m�a! [3] �despertad, arpa y c�tara! �a la aurora he de despertar! 1 [4] te alabar� entre los pueblos, yahveh, te salmodiar� entre las gentes, [5] porque tu amor es grande hasta los cielos, tu lealtad hasta las nubes. [6] �alzate, oh dios, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu gloria! [7] para que tus amados salgan libres, �salva con tu diestra, resp�ndenos! [8] ha hablado dios en su santuario: �ya exulto, voy a repartir a siquem, a medir el valle de sukkot. [9] �m�o es galaad, m�o manas�s, efra�m, yelmo de mi cabeza, jud� mi cetro. [10] �moab, la vasija en que me lavo. sobre edom tiro mi sandalia, contra filistea lanzo el grito de guerra.� [11] �qui�n me conducir� hasta la plaza fuerte, qui�n me guiar� hasta edom? [12] �no eres t�, oh dios, que nos has rechazado y ya no sales, oh dios, con nuestras tropas? [13] �danos ayuda contra el adversario, que es vano el socorro del hombre! [14] �con dios hemos de hacer proezas, y �l hollar� a nuestros adversarios! salmos cap.109 [1] del maestro de coro. de david. salmo. �oh dios de mi alabanza, no te quedes mudo! [2] boca de imp�o, boca de enga�o, se abren contra m�. me hablan con lengua de mentira, [3] con palabras de odio me envuelven, me atacan sin raz�n. 1 [4] en pago de mi amor, se me acusa, y yo soy s�lo oraci�n; 1 [5] se me devuelve mal por bien y odio por mi amor: [6] ��suscita a un imp�o contra �l, y que un fiscal est� a su diestra; [7] que en el juicio resulte culpable, y su oraci�n sea tenida por pecado! [8] ��sean pocos sus d�as, que otro ocupe su cargo; [9] queden sus hijos hu�rfanos y viuda su mujer! [10] ��anden sus hijos errantes, mendigando, y sean expulsados de sus ruinas; [11] el acreedor le atrape todo lo que tiene, y saqueen su fruto los extra�os! [12] ��ni uno solo tenga con �l amor, nadie se compadezca de sus hu�rfanos,

[13] sea dada al exterminio su posteridad, en una generaci�n sea borrado su nombre! [14] ��sea ante yahveh recordada la culpa de sus padres, el pecado de su madre no se borre; [15] est�n ante yahveh constantemente, y �l cercene de la tierra su memoria!� [16] porque �l no se acord� de actuar con amor: persigui� al pobre, al desdichado, y al de abatido coraz�n para matarle; 1 [17] am� la maldici�n: sobre �l recaiga, no quiso bendici�n: que de �l se aleje. [18] se visti� de maldici�n como de un manto: �que penetre en su seno como agua, igual que aceite dentro de sus huesos! 1 [19] �s�ale cual vestido que le cubra, como cinto que la ci�a siempre! [20] �tal sea de parte de yahveh la paga de mis acusadores, de los que dicen mal contra mi alma! [21] �y t�, Se�or yahveh, act�a por m� en gracia de tu nombre, porque tu amor es bueno, l�brame!, [22] porque soy pobre y desdichado, y tengo dentro herido el coraz�n; [23] cual sombra que declina me voy yendo, me han sacudido igual que a la langosta. [24] por tanto ayuno se doblan mis rodillas, falta de aceite mi carne ha enflaquecido; [25] me he hecho el insulto de ellos, me ven y menean su cabeza. [26] �ay�dame, yahveh, dios m�o, s�lvame por tu amor! 1 [27] �sepan ellos que tu mano es �sta, que t�, Yahveh, lo has hecho! [28] �maldigan ellos, pero t� bendice, los que me atacan sean confundidos y tu siervo se alegre! [29] �los que me acusan queden vestidos de ignominia, como en un manto en su verg�enza envueltos! [30] �copiosas gracias a yahveh en mi boca, entre la multitud le alabar�: [31] porque �l se pone a la diestra del pobre para salvar su alma de sus jueces! salmos cap.110 [1] de david. salmo. or�culo de yahveh a mi se�or: si�ntate a mi diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies. [2] el cetro de tu poder lo extender� Yahveh desde si�n: �domina en medio de tus enemigos! [3] para ti el principado el d�a de tu nacimiento, en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu juventud. [4] lo ha jurado yahveh y no ha de retractarse: �t� eres por siempre sacerdote, seg�n el orden de melquisedec.� [5] a tu diestra, se�or, �l quebranta a los reyes el d�a de su c�lera; [6] sentencia a las naciones, amontona cad�veres, cabezas quebranta sobre la ancha tierra. [7] en el camino bebe del torrente, por eso levanta la cabeza. salmos cap.111 [1] �aleluya! doy gracias a yahveh de todo coraz�n, en el consejo de los justos y en la comunidad. [2] gu�mel. grandes son las obras de yahveh, meditadas por los que en ellas se complacen. [3] esplendor y majestad su obra, su justicia por siempre permanece. [4] de sus maravillas ha dejado un memorial. �clemente y compasivo yahveh! [5] ha dado alimento a quienes le temen, se acuerda por siempre de su alianza. [6] ha revelado a su pueblo el poder de sus obras, . d�ndole la heredad de las naciones. [7] verdad y justicia, las obras de sus manos, leales todas sus ordenanzas, [8] afirmadas para siempre jam�s, ejecutadas con verdad y rectitud.

[9] ha enviado redenci�n a su pueblo, ha fijado para siempre su alianza; santo y temible es su nombre. [10] principio del saber, el temor de yahveh; muy cuerdos todos los que lo practican. su alabanza por siempre permanece. salmos cap.112 [1] �aleluya! �dichoso el hombre que teme a yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace! 1 [2] gu�mel. fuerte ser� en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos. [3] hacienda y riquezas en su casa, su justicia por siempre permanece. [4] zain en las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo. [5] feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos. [6] no, no ser� conmovido jam�s, . en memoria eterna permanece el justo; [7] no tiene que temer noticias malas, firme es su coraz�n, en yahveh confiado. [8] seguro est� su coraz�n, no teme: al fin desafiar� a sus adversarios. [9] con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor. [10] lo ve el imp�o y se enfurece, rechinando sus dientes, se consume. el af�n de los imp�os se pierde. salmos cap.113 [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] [8] [9]

�aleluya! �alabad, servidores de yahveh, alabad el nombre de yahveh! �bendito sea el nombre de yahveh, desde ahora y por siempre! �de la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre de yahveh! �excelso sobre todas las naciones yahveh, por encima de los cielos su gloria! �qui�n como yahveh, nuestro dios, que se sienta en las alturas, y se abaja para ver los cielos y la tierra? el levanta del polvo al desvalido, del esti�rcol hace subir al pobre, para sentarle con los pr�ncipes, con los pr�ncipes de su pueblo. el asienta a la est�ril en su casa, madre de hijos jubilosa.

salmos cap.114 [1] �aleluya! cuando israel sali� de egipto, la casa de jacob de un pueblo b�rbaro, [2] se hizo jud� su santuario, israel su dominio. [3] lo vio la mar y huy�, retrocedi� el jord�n, [4] los montes brincaron lo mismo que carneros, las colinas como corderillos. [5] mar, �qu� es lo que tienes para huir, y t�, Jord�n, para retroceder, [6] montes, para saltar como carneros, colinas, como corderillos? [7] �tiembla, tierra, ante la faz del due�o, ante la faz del dios de jacob, [8] aquel que cambia la pe�a en un estanque, y el pedernal en una fuente! salmos cap.115 [1] �no a nosotros, yahveh, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, por tu amor, por tu verdad! [2] �por qu� han de decir las gentes: ��d�nde est� su dios?� [3] nuestro dios est� en los cielos, todo cuanto le place lo realiza. [4] plata y oro son sus �dolos, obra de mano de hombre. [5] tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, [6] tienen o�dos y no oyen, tienen nariz y no huelen. 1 [7] tienen manos y no palpan, tienen pies y no caminan, ni un solo susurro en su garganta.

[8] como ellos ser�n los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza. [9] casa de israel, conf�a en yahveh, �l, su auxilio y su escudo; [10] casa de aar�n, conf�a en yahveh, �l, su auxilio y su escudo; [11] los que tem�is a yahveh, confiad en yahveh, �l, su auxilio y su escudo. [12] yahveh se acuerda de nosotros, �l bendecir�, bendecir� a la casa de israel, bendecir� a la casa de aar�n, [13] bendecir� a los que temen a yahveh, a peque�os y grandes. [14] �yahveh os acreciente a vosotros y a vuestros hijos! 1 [15] �benditos vosotros de yahveh, que ha hecho los cielos y la tierra! [16] los cielos, son los cielos de yahveh, la tierra, se la ha dado a los hijos de ad�n. [17] no alaban los muertos a yahveh, ni ninguno de los que bajan al silencio; [18] mas nosotros, los vivos, a yahveh bendecimos, desde ahora y por siempre. salmos cap.116 [1] �aleluya! yo amo, porque yahveh escucha mi voz suplicante; [2] porque hacia m� su o�do inclina el d�a en que clamo. 1 [3] los lazos de la muerte me aferraban, me sorprendieron las redes del seol; en angustia y tristeza me encontraba, 1 [4] y el nombre de yahveh invoqu�: �ah, yahveh, salva mi alma! [5] tierno es yahveh y justo, compasivo nuestro dios; 1 [6] yahveh guarda a los peque�os, estaba yo postrado y me salv�. [7] vuelve, alma m�a, a tu reposo, porque yahveh te ha hecho bien. [8] ha guardado mi alma de la muerte, mis ojos de las l�grimas, y mis pies de mal paso. [9] caminar� en la presencia de yahveh por la tierra de los vivos. [10] �tengo fe, a�n cuando digo: �muy desdichado soy�!, 1 [11] yo que he dicho en mi consternaci�n: �todo hombre es mentiroso�. [12] �c�mo a yahveh podr� pagar todo el bien que me ha hecho? [13] la copa de salvaci�n levantar�, e invocar� el nombre de yahveh. [14] cumplir� mis votos a yahveh, �s�, en presencia de todo su pueblo! [15] mucho cuesta a los ojos de yahveh la muerte de los que le aman. [16] �ah, yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, t� has soltado mis cadenas! [17] sacrificio te ofrecer� de acci�n de gracias, e invocar� el nombre de yahveh. [18] cumplir� mis votos a yahveh, s�, en presencia de todo su pueblo, [19] en los atrios de la casa de yahveh, en medio de ti, jerusal�n. salmos cap.117 [1] �aleluya! �alabad a yahveh, todas las naciones, celebradle, pueblos todos! [2] porque es fuerte su amor hacia nosotros, la verdad de yahveh dura por siempre. salmos cap.118 [1] �aleluya! �dad gracias a yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor! [2] �diga la casa de israel: que es eterno su amor! [3] �diga la casa de aar�n: que es eterno su amor! [4] �digan los que temen a yahveh: que es eterno su amor! 1 [5] en mi angustia hacia yahveh grit�, �l me respondi� y me dio respiro; [6] yahveh est� por m�, no tengo miedo, �qu� puede hacerme el hombre? [7] yahveh est� por m�, entre los que me ayudan, y yo desaf�o a los que me odian. [8] mejor es refugiarse en yahveh que confiar en hombre; 1 [9] mejor es refugiarse en yahveh que confiar en magnates. 1 [10] me rodeaban todos los gentiles: en el nombre de yahveh los cercen�; [11] me rodeaban, me asediaban: en el nombre de yahveh los cercen�.

[12] me rodeaban como avispas, llameaban como fuego de zarzas: en el nombre de yahveh los cercen�. [13] se me empuj�, se me empuj� para abatirme, pero yahveh vino en mi ayuda; [14] mi fuerza y mi c�ntico es yahveh, �l ha sido para m� la salvaci�n. [15] clamor de j�bilo y salvaci�n, en las tiendas de los justos: ��la diestra de yahveh hace proezas, [16] excelsa la diestra de yahveh, la diestra de yahveh hace proezas!� [17] no, no he de morir, que vivir�, y contar� las obras de yahveh; [18] me castig�, me castig� Yahveh, pero a la muerte no me entreg�. [19] �abridme las puertas de justicia, entrar� por ellas, dar� gracias a yahveh! [20] aqu� est� la puerta de yahveh, por ella entran los justos. [21] gracias te doy, porque me has respondido, y has sido para m� la salvaci�n. [22] la piedra que los constructores desecharon en piedra angular se ha convertido; [23] esta ha sido la obra de yahveh, una maravilla a nuestros ojos. [24] �este es el d�a que yahveh ha hecho, exultemos y goc�monos en �l! [25] �ah, yahveh, da la salvaci�n! �ah, yahveh, da el �xito! [26] �bendito el que viene en el nombre de yahveh! desde la casa de yahveh os bendecimos. [27] yahveh es dios, �l nos ilumina. �cerrad la procesi�n, ramos en mano, hasta los cuernos del altar! [28] t� eres mi dios, yo te doy gracias, dios m�o, yo te exalto. [29] �dad gracias a yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor! salmos cap.119 [1] alef dichosos los que van por camino perfecto, los que proceden en la ley de yahveh. [2] dichosos los que guardan sus dict�menes, los que le buscan de todo coraz�n, [3] y los que, sin cometer iniquidad, andan por sus caminos. [4] t� tus ordenanzas promulgaste, para que sean guardadas cabalmente. [5] �ojal� mis caminos se aseguren para observar tus preceptos! [6] entonces no tendr� verg�enza alguna al mirar a todos tus mandamientos. [7] con rectitud de coraz�n te dar� gracias, al aprender tus justos juicios. [8] tus preceptos, los observar�, no me abandones t� del todo. [9] �c�mo el joven guardar� puro su camino? observando tu palabra. [10] de todo coraz�n ando busc�ndote, no me desv�es de tus mandamientos. [11] dentro del coraz�n he guardado tu promesa, para no pecar contra ti. [12] bendito t�, Yahveh, ens��ame tus preceptos. [13] con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. [14] en el camino de tus dict�menes me recreo m�s que en toda riqueza. [15] en tus ordenanzas quiero meditar y mirar a tus caminos. [16] en tus preceptos tengo mis delicias, no olvido tu palabra. [17] gu�mel. haz merced a tu siervo y vivir�. y guardar� tu palabra. [18] abre mis ojos para que contemple las maravillas de tu ley. [19] un forastero soy sobre la tierra, tus mandamientos no me ocultes. [20] mi alma se consume deseando tus juicios en todo tiempo. [21] t� increpas a los soberbios, los malditos, que se desv�an de tus mandamientos. [22] echa lejos de m� oprobio y menosprecio, porque he guardado tus dict�menes. [23] aunque los pr�ncipes hablen en sesi�n contra m�, tu servidor medita en tus preceptos. [24] tus dict�menes hacen mis delicias, mis consejeros, tus preceptos. [25] mi alma est� pegada al polvo, hazme vivir conforme a tu palabra. [26] mis caminos expuse, y t� me respondiste, ens��ame tus preceptos. [27] hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditar� en tus maravillas. [28] se va en l�grimas mi alma por el tedio, sost�nme conforme a tu palabra. [29] al�jame del camino de mentira, y dame la gracia de tu ley,

[30] he escogido el camino de la lealtad, a tus juicios me conformo. [31] a tus dict�menes me mantengo adherido, no me confundas, t�, Yahveh. [32] corro por el camino de tus mandamientos, pues t� mi coraz�n dilatas. [33] ens��ame, yahveh, el camino de tus preceptos, yo lo quiero guardar en recompensa. [34] hazme entender, para guardar tu ley y observarla de todo coraz�n. [35] ll�vame por la senda de tus mandamientos porque mi complacencia tengo en ella. [36] inclina mi coraz�n hacia tus dict�menes, y no a ganancia injusta. [37] aparta mis ojos de mirar vanidades, por tu palabra vivif�came. [38] mant�n a tu siervo tu promesa, que conduce a tu temor. 1 [39] aparta de m� el oprobio que me espanta, pues son buenos tus juicios. [40] mira que deseo tus ordenanzas, hazme vivir por tu justicia. [41] �llegue hasta m� tu amor, yahveh, tu salvaci�n, conforme a tu promesa! [42] y dar� respuesta al que me insulta, porque confio en tu palabra. [43] no quites de mi boca la palabra de verdad, porque espero en tus juicios. [44] yo observar� sin descanso tu ley para siempre jam�s. 1 [45] y andar� por camino anchuroso, porque tus ordenanzas voy buscando. [46] de tus dict�menes hablar� ante los reyes, y no tendr� que avergonzarme. [47] y me deleitar� en tus mandamientos, que amo mucho. 1 [48] tiendo mis manos hacia tus mandamientos, en tus preceptos medito. [49] recuerda la palabra dada a tu servidor, de la que has hecho mi esperanza. [50] este es mi consuelo en mi miseria: que tu promesa me da vida. [51] los soberbios me insultan hasta el colmo, yo no me aparto de tu ley. [52] me acuerdo de tus juicios de otro tiempo, oh yahveh, y me consuelo. [53] me arrebata el furor por los imp�os que abandonan tu ley. [54] tus preceptos son cantares para m� en mi mansi�n de forastero. [55] me acuerdo por la noche de tu nombre, yahveh, quiero guardar tu ley. [56] esta es mi tarea: guardar tus ordenanzas. [57] mi porci�n, yahveh, he dicho, es guardar tus palabras. [58] con todo el coraz�n busco tu favor, tenme piedad conforme a tu promesa. [59] he examinado mis caminos y quiero volver mis pies a tus dict�menes. [60] me doy prisa y no me tardo en observar tus mandamientos. [61] las redes de los imp�os me aprisionan, yo no olvido tu ley. [62] me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios. [63] amigo soy de todos los que te temen y observan tus ordenanzas. [64] de tu amor, yahveh, est� la tierra llena, ens��ame tus preceptos. [65] has sido generoso con tu siervo, oh yahveh, conforme a tu palabra. [66] cordura y sabidur�a ens��ame, pues tengo fe en tus mandamientos. [67] antes de ser humillado, me descarriaba, mas ahora observo tu promesa. [68] t�, que eres bueno y bienhechor, ens��ame tus preceptos. [69] los soberbios me enredan con mentira, yo guardo tus ordenanzas de todo coraz�n. [70] como de grasa su coraz�n est� embotado. mas yo en tu ley tengo mis delicias. [71] un bien para m� ser humillado, para que aprenda tus preceptos. [72] un bien para m� la ley de tu boca, m�s que miles de oro y plata. [73] tus manos me han hecho y me han formado, hazme entender, y aprender� tus mandamientos. [74] los que te temen me ven con alegr�a, porque espero en tu palabra. [75] yo s�, yahveh, que son justos tus juicios, que con lealtad me humillas t�. [76] sea tu amor consuelo para m�, seg�n tu promesa a tu servidor. [77] me alcancen tus ternuras y vivir�, porque tu ley es mi delicia. [78] sean confundidos los soberbios que me afligen con mentira, yo en tus ordenanzas medito. [79] vu�lvanse hacia m� los que te temen, los que conocen tus dict�menes [80] sea mi coraz�n perfecto en tus preceptos, para que no sea confundido. [81] en pos de tu salvaci�n mi alma languidece, en tu palabra espero. [82] languidecen mis ojos en pos de tu promesa diciendo: ��cu�ndo vas a

consolarme?� [83] aun hecho igual que un pellejo que se ah�ma, de tus preceptos no me olvido. [84] �cu�ntos ser�n los d�as de tu siervo? �cu�ndo har�s justicia de mis perseguidores? [85] los soberbios han cavado fosas para m� en contra de tu ley. [86] todos tus mandamientos son verdad, con mentira se me persigue, �ay�dame! [87] poco falta para que me borren de la tierra, mas yo tus ordenanzas no abandono. [88] seg�n tu amor dame la vida, y guardar� el dictamen de tu boca. [89] . para siempre, yahveh, tu palabra, firme est� en los cielos. [90] por todas las edades tu verdad, t� fijaste la tierra, ella persiste. [91] por tus juicios subsiste todo hasta este d�a, pues toda cosa es sierva tuya. [92] si tu ley no hubiera sido mi delicia, ya habr�a perecido en mi miseria. [93] jam�s olvidar� tus ordenanzas, por ellas t� me das la vida. [94] tuyo soy, s�lvame, pues tus ordenanzas voy buscando. 1 [95] para perderme me acechan los imp�os, yo estoy atento a tus dict�menes. [96] de todo lo perfecto he visto el l�mite: �qu� inmenso es tu mandamiento! [97] �oh, cu�nto amo tu ley! todo el d�a es ella mi meditaci�n. [98] m�s sabio me haces que mis enemigos por tu mandamiento, que por siempre es m�o. [99] tengo m�s prudencia que todos mis maestros, porque mi meditaci�n son tus dict�menes. [100 poseo m�s cordura que los viejos, porque guardo tus ordenanzas. [101 retraigo mis pasos de toda mala senda para guardar tu palabra. [102 de tus juicios no me aparto, porque me instruyes t�. 103 �cu�n dulce al paladar me es tu promesa, m�s que miel a mi boca! [104 por tus ordenanzas cobro inteligencia, por eso odio toda senda de mentira. [105 para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero. [106 he jurado, y he de mantenerlo, guardar tus justos juicios. [107 humillado en exceso estoy, yahveh, dame la vida conforme a tu palabra. [108 acepta los votos de mi boca, yahveh, y ens��ame tus juicios. [109 mi alma est� en mis manos sin cesar, mas no olvido tu ley. [110 me tienden un lazo los imp�os, mas yo no me desv�o de tus ordenanzas. [111 tus dict�menes son mi herencia por siempre, ellos son la alegr�a de mi coraz�n. [112 inclino mi coraz�n a practicar tus preceptos, recompensa por siempre. [113 aborrezco la doblez y amo tu ley. [114 mi refugio y mi escudo eres t�, yo espero en tu palabra. [115 �apartaos de m�, malvados, quiero guardar los mandamientos de mi dios! [116 sost�nme conforme a tu promesa, y vivir�, no defraudes mi esperanza. [117 s� t� mi apoyo, y ser� salvo, y sin cesar tendr� a la vista tus preceptos. [118 t� deshaces a todos los que se desv�an de tus preceptos, mentira es su astucia. [119 tienes por escoria a todos los imp�os de la tierra, por eso amo yo tus dict�menes. [120 por tu terror tiembla mi carne, de tus juicios tengo miedo. [121 juicio y justicia he practicado, a mis opresores no me entregues. [122 s� fiador de tu siervo para el bien, no me opriman los soberbios. [123 en pos de tu salvaci�n languidecen mis ojos, tras tu promesa de justicia. [124 seg�n tu amor trata a tu siervo, ens��ame tus preceptos. [125 yo soy tu servidor, hazme entender, y aprender� tus dict�menes. [126 ya es hora de actuar, yahveh, se ha violado tu ley. 1 [127 por eso amo yo tus mandamientos m�s que el oro, m�s que el oro fino. [128 por eso me gu�o por todas tus ordenanzas y odio toda senda de mentira. [129 maravillas son tus dict�menes, por eso mi alma los guarda. [130 al abrirse, tus palabras iluminan dando inteligencia a los sencillos. [131 abro mi boca franca, y hondo aspiro, que estoy ansioso de tus mandamientos. [132 vu�lvete a m� y tenme piedad, como es justo para los que aman tu nombre.

[133 mis pasos asegura en tu promesa, que no me domine ning�n mal. [134 resc�tame de la opresi�n del hombre, y tus ordenanzas guardar�. [135 haz que brille tu faz para tu siervo, y ens��ame tus preceptos. [136 mis ojos destilan r�os de l�grimas, porque tu ley no se guarda. [137 �justo eres t�, Yahveh, y rectitud tus juicios! [138 con justicia impones tus dict�menes, con colmada verdad. [139 mi celo me consume, porque mis adversarios olvidan tus palabras. [140 acendrada en extremo es tu promesa, tu servidor la ama. 1 [141 peque�o soy y despreciado, mas no olvido tus ordenanzas. [142 justicia eterna es tu justicia, verdad tu ley. [143 angustia y opresi�n me han alcanzado, tus mandamientos hacen mis delicias. [144 justicia eterna tus dict�menes, hazme entender para que viva. [145 invoco con todo el coraz�n, resp�ndeme, yahveh, y guardar� tus preceptos. [146 yo te invoco, s�lvame, y guardar� tus dict�menes. 1 [147 me adelanto a la aurora y pido auxilio, en tu palabra espero. [148 mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche, a fin de meditar en tu promesa. [149 por tu amor, yahveh, escucha mi voz, por tus juicios, vivif�came. [150 se acercan a la infamia los que me persiguen, se alejan de tu ley. [151 t� est�s cerca, yahveh, todos tus mandamientos son verdad. [152 de tus dict�menes s� desde hace tiempo que para siempre los fundaste. [153 res mira mi aflicci�n y l�brame, porque tu ley no olvido. [154 aboga por mi causa t�, resc�tame, dame la vida conforme a tu promesa. [155 lejos de los imp�os la salvaci�n, pues no van buscando tus preceptos. [156 muchas son tus ternuras, yahveh, por tus juicios, vivif�came. [157 numerosos mis perseguidores y adversarios, yo no me aparto de tus dict�menes. [158 he visto a los traidores, me disgusta que no guarden tu promesa. [159 mira que amo tus ordenanzas, yahveh, dame la vida por tu amor. [160 es verdad el principio de tu palabra, por siempre, todos tus justos juicios. [161 pr�ncipes me persiguen sin raz�n, mas mi coraz�n teme tus palabras. [162 me regocijo en tu promesa como quien halla un gran bot�n. [163 la mentira detesto y abomino, amo tu ley. [164 siete veces al d�a te alabo por tus justos juicios. 1 [165 mucha es la paz de los que aman tu ley, no hay tropiezo para ellos. [166 espero tu salvaci�n, yahveh, tus mandamientos cumplo. 1 [167 mi alma guarda tus dict�menes, mucho los amo. [168 guardo tus ordenanzas y dict�menes que ante ti est�n todos mis caminos. [169 mi grito llegue hasta tu faz, yahveh, por tu palabra dame inteligencia. [170 mi s�plica llegue ante tu rostro, por tu promesa l�brame. [171 mis labios proclaman tu alabanza, pues t� me ense�as tus preceptos. [172 mi lengua repita tu promesa, pues todos tus mandamientos son justicia. [173 venga tu mano en mi socorro, porque tus ordenanzas he escogido. [174 anhelo tu salvaci�n, yahveh, tu ley hace mis delicias. 1 [175 viva mi alma para alabarte, y ay�denme tus juicios. 1 [176 me he descarriado como oveja perdida: ven en busca de tu siervo. no, no me olvido de tus mandamientos. salmos cap.120 [1] canci�n de las subidas. hacia yahveh, cuando en angustias me encontraba, clam�, y �l me respondi�. [2] �yahveh, libra mi alma del labio mentiroso, de la lengua tramposa! [3] �qu� te dar� y qu� te a�adir�, lengua tramposa? [4] �flechas de guerrero afiladas con brasas de retama! 1 [5] �qu� desgracia para m� vivir en m�sek, morar en las tiendas de quedar! [6] harto ha vivido ya mi alma con los que odian la paz. 1 [7] que si yo hablo de paz, ellos prefieren guerra.

salmos cap.121 [1] canci�n para las subidas. alzo mis ojos a los montes: �de d�nde vendr� mi auxilio? [2] mi auxilio me viene de yahveh, que hizo el cielo y la tierra. [3] �no deje �l titubear tu pie! �no duerme tu guardi�n! 1 [4] no, no duerme ni dormita el guardi�n de israel. [5] yahveh es tu guardi�n, tu sombra, yahveh, a tu diestra. 1 [6] de d�a el sol no te har� da�o, ni la luna de noche. [7] te guarda yahveh de todo mal, �l guarda tu alma; [8] yahveh guarda tus salidas y entradas, desde ahora y por siempre. salmos cap.122 [1] canci�n de las subidas. de david. �oh, qu� alegr�a cuando me dijeron: vamos a la casa de yahveh! [2] �ya estamos, ya se posan nuestros pies en tus puertas, jerusal�n! [3] jerusal�n, construida cual ciudad de compacta armon�a, 1 [4] a donde suben las tribus, las tribus de yahveh, es para israel el motivo de dar gracias al nombre de yahveh. [5] porque all� est�n los tronos para el juicio, los tronos de la casa de david. [6] pedid la paz para jerusal�n: �en calma est�n tus tiendas, [7] haya paz en tus muros, en tus palacios calma! [8] por amor de mis hermanos y de mis amigos, quiero decir: �la paz contigo! [9] �por amor de la casa de yahveh nuestro dios, ruego por tu ventura. salmos cap.123 [1] canci�n de las subidas. a ti levanto mis ojos, t� que habitas en el cielo; [2] m�ralos, como los ojos de los siervos en la mano de sus amos. como los ojos de la sierva en la mano de su se�ora, as� nuestros ojos en yahveh nuestro dios, hasta que se apiade de nosotros. [3] �ten piedad de nosotros, yahveh, ten piedad de nosotros, que estamos saturados de desprecio! [4] �nuestra alma est� por dem�s saturada del sarcasmo de los satisfechos, (�el desprecio es para los soberbios!) salmos cap.124 [1] canci�n de las subidas. de david. si yahveh no hubiera estado por nosotros, -que lo diga israel[2] si yahveh no hubiera estado por nosotros, cuando contra nosotros se alzaron los hombres, [3] vivos entonces nos habr�an tragado en el fuego de su c�lera. [4] entonces las aguas nos habr�an anegado, habr�a pasado sobre nosotros un torrente, [5] habr�an pasado entonces sobre nuestra alma aguas voraginosas. [6] �bendito sea yahveh que no nos hizo presa de sus dientes! [7] nuestra alma como un p�jaro escap� del lazo de los cazadores. el lazo se rompi� y nosotros escapamos; [8] nuestro socorro en el nombre de yahveh, que hizo el cielo y la tierra. salmos cap.125 [1] canci�n de las subidas. los que conf�an en yahveh son como el monte si�n, que es inconmovible, estable para siempre. [2] �jerusal�n, de montes rodeada! as� Yahveh rodea a su pueblo desde ahora y por

siempre. [3] jam�s ha de caer el cetro de impiedad sobre la suerte de los justos, para que los justos no alarguen a la maldad su mano. [4] haz bien, yahveh, a los buenos, a los de recto coraz�n. 1 [5] �mas a los que yerran por sus caminos tortuosos, los suprima yahveh con los agentes de mal! �paz a israel! salmos cap.126 [1] canci�n de las subidas. cuando yahveh hizo volver a los cautivos de si�n, como so�ando nos quedamos; [2] entonces se llen� de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegr�a. entonces se dec�a entre las naciones: �grandes cosas ha hecho yahveh con �stos! [3] �s�, grandes cosas hizo con nosotros yahveh, el gozo nos colmaba! [4] �haz volver, yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el n�gueb! [5] los que siembran con l�grimas cosechan entre c�nticos. 1 [6] al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas. salmos cap.127 [1] canci�n de las subidas. de salom�n. si yahveh no construye la casa, en vano se afanan los constructores; si yahveh no guarda la ciudad, en vano vigila la guardia. [2] en vano madrug�is a levantaros, el descanso retrasais, los que com�is pan de fatigas, cuando �l colma a su amado mientras duerme. [3] la herencia de yahveh son los hijos, recompensa el fruto de las entra�as; [4] como flechas en la mano del h�roe, as� los hijos de la juventud. [5] dichoso el hombre que ha llenado de ellas su aljaba; no quedar�n confusos cuando tengan pleito con sus enemigos en la puerta. salmos cap.128 [1] canci�n de las subidas. dichosos todos los que temen a yahveh, los que van por sus caminos. [2] del trabajo de tus manos comer�s, �dichoso t�, que todo te ir� bien! [3] tu esposa ser� como parra fecunda en el secreto de tu casa. tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa. 1 [4] as� ser� bendito el hombre que teme a yahveh. 1 [5] �bend�gate yahveh desde si�n, que veas en ventura a jerusal�n todos los d�as de tu vida, [6] y veas a los hijos de tus hijos! �paz a israel! salmos cap.129 [1] canci�n de las subidas. mucho me han asediado desde mi juventud, -que lo diga israel[2] mucho me han asediado desde mi juventud, pero conmigo no han podido. [3] sobre mi espalda araron aradores, alargaron sus surcos. 1 [4] yahveh, el justo ha roto las coyundas de los imp�os. 1 [5] �sean avergonzados, retrocedan todos los que odian a si�n; [6] sean como la hierba de los techos que se seca antes de arrancarla! [7] de ella no llena el segador su mano ni su regazo el gavillador; [8] y no dicen tampoco los que pasan: �bendici�n de yahveh sobre vosotros! nosotros os bendecimos en el nombre de yahveh. salmos cap.130

[1] canci�n de las subidas. desde lo m�s profundos grito a ti, yahveh: [2] �se�or, escucha mi clamor! �est�n atentos tus o�dos a la voz de mis s�plicas! [3] si en cuenta tomas las culpas, oh yahveh, �qui�n, se�or, resistir�? [4] mas el perd�n se halla junto a ti, para que seas temido. 1 [5] yo espero en yahveh, mi alma espera en su palabra; 1 [6] mi alma aguarda al se�or m�s que los centinelas la aurora; mas que los centinelas la aurora, [7] aguarde israel a yahveh. porque con yahveh est� el amor, junto a �l abundancia de rescate; [8] �l rescatar� a israel de todas sus culpas. salmos cap.131 [1] canci�n de las subidas. de david. no est� inflado, yahveh, mi coraz�n, ni mis ojos subidos. no he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me vienen anchos. [2] no, mantengo mi alma en paz y silencio como ni�o destetado en el regazo de su madre. �como ni�o destetado est� mi alma en m�! [3] �espera, israel, en yahveh desde ahora y por siempre! salmos cap.132 [1] canci�n de las subidas. acu�rdate, yahveh, en favor de david, de todos sus desvelos, [2] del juramento que hizo a yahveh, de su voto al fuerte de jacob: [3] �no he de entrar bajo el techo de mi casa, no he de subir al lecho en que reposo, [4] sue�o a mis ojos no he de conceder ni quietud a mis p�rpados, [5] mientras no encuentre un lugar para yahveh, una morada para el fuerte de jacob.� [6] mirad: hemos o�do de ella que est� en efrat�, �la hemos encontrado en los campos del bosque! [7] �vayamos a la morada de �l, ante el estrado de sus pies postr�monos! [8] �lev�ntate, yahveh, hacia tu reposo, t� y el arca de tu fuerza! [9] tus sacerdotes se vistan de justicia, griten de alegr�a tus amigos. [10] en gracia a david, tu servidor, no rechaces el rostro de tu ungido. [11] jur� Yahveh a david, verdad que no retractar�: �el fruto de tu seno asentar� en tu trono. [12] �si tus hijos guardan mi alianza, el dictamen que yo les ense�o, tambi�n sus hijos para siempre se sentar�n sobre tu trono.� [13] porque yahveh ha escogido a si�n, la ha querido como sede para s�: [14] �aqu� est� mi reposo para siempre, en �l me sentar�, pues lo he querido. [15] �sus provisiones bendecir� sin tasa, a sus pobres hartar� de pan, [16] de salvaci�n vestir� a sus sacerdotes, y sus amigos gritar�n de j�bilo. [17] �all� suscitar� a david un fuerte v�stago, aprestar� una l�mpara a mi ungido; [18] de verg�enza cubrir� a sus enemigos, y sobre �l brillar� su diadema�. salmos cap.133 [1] canci�n de las subidas. de david. �oh, qu� bueno, qu� dulce habitar los hermanos todos juntos! [2] como un ung�ento fino en la cabeza, que baja por la barba, que baja por la barba de aar�n, hasta la orla de sus vestiduras. [3] como el roc�o del herm�n que baja por las alturas de si�n; all� Yahveh la bendici�n dispensa, la vida para siempre.

salmos cap.134 [1] cancion de las subidas. �oh, bendecid a yahveh todos los servidores de yahveh, que serv�s en la casa de yahveh, en los atrios de la casa del dios nuestro! [2] �por las noches alzad las manos hacia el santuario, y bendecid a yahveh! [3] �bend�gate yahveh desde si�n, �l, que hizo los cielos y la tierra! salmos cap.135 [1] �aleluya! alabad el nombre de yahveh, alabad, servidores de yahveh, [2] que serv�s en la casa de yahveh, en los atrios de la casa del dios nuestro. [3] alabad a yahveh, porque es bueno yahveh, salmodiad a su nombre, que es amable. [4] pues yahveh se ha elegido a jacob, a israel, como su propiedad. [5] bien s� yo que es grande yahveh, nuestro se�or m�s que todos los dioses. [6] todo cuanto agrada a yahveh, lo hace en el cielo y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. [7] levantando las nubes desde el extremo de la tierra, para la lluvia hace �l los rel�mpagos, saca de sus dep�sitos el viento. [8] el hiri� a los primog�nitos de egipto, desde el hombre al ganado; [9] mand� se�ales y prodigios en medio de ti, egipto, contra fara�n y todos sus siervos. [10] hiri� a naciones en gran n�mero, dio muerte a reyes poderosos, [11] a sij�n, rey de los amorreos, a og, rey de bas�n, y a todos los reinos de cana�n; [12] y dio sus tierras en herencia, en herencia a su pueblo israel. [13] �yahveh, tu nombre para siempre, yahveh, tu memoria de edad en edad! [14] porque yahveh a su pueblo hace justicia, y se compadece de sus siervos. [15] los �dolos de las naciones, plata y oro, obra de manos de hombre [16] tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven; [17] tienen o�dos y no oyen, ni un soplo siquiera hay en su boca. [18] como ellos ser�n los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza. [19] caza de israel, bendecid a yahveh, casa de aar�n, bendecid a yahveh, [20] casa de lev�, bendecid a yahveh, los que a yahveh tem�is, bendecid a yahveh. [21] �bendito sea yahveh desde si�n, el que habita en jerusal�n! salmos cap.136 [1] �aleluya! �dad gracias a yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor! [2] dad gracias al dios de los dioses, porque es eterno su amor; [3] dad gracias al se�or de los se�ores, porque es eterno su amor. [4] el solo hizo maravillas, porque es eterno su amor. 1 [5] hizo los cielos con inteligencia, porque es eterno su amor; [6] sobre las aguas asent� la tierra, porque es eterno su amor. [7] hizo las grandes lumbreras, porque es eterno su amor; 1 [8] el sol para regir el d�a, porque es eterno su amor; 1 [9] la luna y las estrellas para regir la noche, porque es eterno su amor. [10] hiri� en sus primog�nitos a egipto, porque es eterno su amor; [11] y sac� a israel de entre ellos, porque es eterno su amor; [12] con mano fuerte y tenso brazo, porque es eterno su amor. [13] el mar de suf parti� en dos, porque es eterno su amor; 1 [14] por medio a israel hizo pasar, porque es eterno su amor; [15] y hundi� en �l a fara�n con sus huestes, porque es eterno su amor. [16] gui� a su pueblo en el desierto, porque es eterno su amor; [17] hiri� a grandes reyes, porque es eterno su amor; 1 [18] y dio muerte a reyes poderosos, porque es eterno su amor; [19] a sij�n, rey de los amorreos, porque es eterno su amor; 1

[20] [21] [22] [23] [24] [25] [26]

y a og, rey de bas�n, porque es eterno su amor. y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor; en herencia a su siervo israel, porque es eterno su amor. en nuestra humillaci�n se acord� de nosotros, porque es eterno su amor; y nos libr� de nuestros adversarios, porque es eterno su amor. el da el pan a toda carne, porque es eterno su amor; 1 �dad gracias al dios de los cielos, porque es eterno su amor!

salmos cap.137 [1] a orillas de los r�os de babilonia est�bamos sentados y llor�bamos, acord�ndonos de si�n; [2] en los �lamos de la orilla ten�amos colgadas nuestras c�taras. [3] all� nos pidieron nuestros deportadores c�nticos, nuestros raptores alegr�a: ��cantad para nosotros un cantar de si�n!� [4] �c�mo podr�amos cantar un canto de yahveh en una tierra extra�a? [5] �jerusal�n, si yo de ti me olvido, que se seque mi diestra! [6] �mi lengua se me pegue al paladar si de ti no me acuerdo, si no alzo a jerusal�n al colmo de mi gozo! [7] acu�rdate, yahveh, contra los hijos de edom, del d�a de jerusal�n, cuando ellos dec�an: �arrasad, arrasadla hasta sus cimientos! [8] �hija de babel, devastadora, feliz quien te devuelva el mal que nos hiciste, [9] feliz quien agarre y estrelle contra la roca a tus peque�os! salmos cap.138 [1] de david. te doy gracias, yahveh, de todo coraz�n, pues t� has escuchado las palabras de mi boca. en presencia de los �ngeles salmodio para ti, [2] hacia tu santo templo me prosterno. doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre. [3] el d�a en que grit�, t� me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma. [4] te dan gracias, yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca; [5] y cantan los caminos de yahveh: ��qu� grande la gloria de yahveh! [6] �excelso es yahveh, y ve al humilde, al soberbio le conoce desde lejos!� [7] si ando en medio de angustias, t� me das la vida, frente a la c�lera de mis enemigos, extiendes t� la mano y tu diestra me salva: [8] yahveh lo acabar� todo por m�. �oh yahveh, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos! salmos cap.139 [1] del maestro de coro. de david. salmo. yahveh, t� me escrutas y conoces; [2] sabes cu�ndo me siento y cu�ndo me levanto, mi pensamiento calas desde lejos; [3] est� yo en camino o acostado, t� lo adviertes, familiares te son todas mis sendas. [4] que no est� a�n en mi lengua la palabra, y ya t�, Yahveh, la conoces entera; [5] me aprietas por detr�s y por delante, y tienes puesta sobre m� tu mano. [6] ciencia es misteriosa para m�, harto alta, no puedo alcanzarla. [7] �a d�nde ir� yo lejos de tu esp�ritu, a d�nde de tu rostro podr� huir? [8] si hasta los cielos subo, all� est�s t�, si en el seol me acuesto, all� te encuentras. [9] si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo �ltimo del mar, [10] tambi�n all� tu mano me conduce, tu diestra me aprehende. [11] aunque diga: ��me cubra al menos la tiniebla, y la noche sea en torno a m� un ce�idor, [12] ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la noche es luminosa como el d�a.

[13] porque t� mis ri�ones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre; [14] yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. mi alma conoc�as cabalmente, [15] y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra. [16] mi embri�n tus ojos lo ve�an; en tu libro est�n inscritos todos los d�as que han sido se�alados, sin que a�n exista uno solo de ellos. [17] mas para m� �qu� arduos son tus pensamientos, oh, dios, qu� incontable su suma! [18] �son m�s, si los recuento, que la arena, y al terminar, todav�a estoy contigo! [19] �ah, si al imp�o, oh dios, mataras, si los hombres sanguinarios se apartaran de m�! [20] ellos que hablan de ti dolosamente, tus adversarios que se alzan en vano. [21] �no odio, yahveh, a quienes te odian? �no me asquean los que se alzan contra ti? [22] con odio colmado los odio, son para m� enemigos. [23] s�ndame, oh dios, mi coraz�n conoce, pru�bame, conoce mis desvelos; [24] mira no haya en m� camino de dolor, y ll�vame por el camino eterno. salmos cap.140 [1] del maestro de coro. salmo. de david. [2] l�brame, yahveh, del hombre malo, del hombre violento gu�rdame, [3] los que en su coraz�n maquinan males, y peleas albergan todo el d�a, [4] aguzan su lengua igual que una serpiente, veneno de v�bora hay bajo sus labios. pausa [5] pres�rvame, yahveh, de las manos del imp�o, del hombre violento gu�rdame, los que proyectan trastornar mis pasos, 1 [6] los insolentes que me han ocultado cepo y lazos, y tienden una red bajo mis pies, y al borde del sendero me han emplazado trampas. [7] yo he dicho a yahveh: t� eres mi dios, escucha, yahveh, la voz de mis s�plicas. [8] oh yahveh, se�or m�o, fuerza de mi salvaci�n, t� cubres mi cabeza el d�a del combate. [9] no otorgues, yahveh, al imp�o su deseo, no dejes que su plan se realice. los que me asedian no alcen sobre m� [10] su cabeza, pausa ah�guelos la malicia de sus labios; [11] llueva sobre ellos carbones encendidos, en el abismo hundidos, no se levanten m�s; [12] no arraigue m�s en la tierra el deslenguado. al violento lo atrape de golpe la desgracia. [13] s� que yahveh al humilde har� justicia, y llevar� el juicio de los pobres. [14] s�, los justos dar�n gracias a tu nombre, los rectos morar�n en tu presencia. salmos cap.141 [1] salmo. de david. yo te invoco, yahveh, ven presto a m�, escucha mi voz cuando a ti clamo. [2] valga ante ti mi oraci�n como incienso, el alzar de mis manos como oblaci�n de la tarde. [3] pon, yahveh, en mi boca un centinela, un vig�a a la puerta de mis labios. [4] no dejes que tienda mi coraz�n a cosa mala, a perpetrar acciones criminales en coma��a de malhechores, y no guste yo lo que hace sus delicias. [5] que el justo me hiera por amor, y me corrija, pero el ung�ento del imp�o jam�s lustre mi cabeza, pues me conprometer�a a�n m�s en sus maldades. [6] han quedado a merced de la roca, su juez, los que oyeron con regodeo mis

palabras: [7] �como piedra de molino estrellada por tierra son esparcidos nuestros huesos a la boca del seol.� [8] hacia ti, se�or yahveh, miran mis ojos, �en ti me cobijo, no desampares mi alma! [9] gu�rdame del lazo que me tienden, de la trampa de los malhechores. [10] caigan los imp�os, cada uno en su red, mientras yo paso indemne. salmos cap.142 [1] poema. de david. cuando estaba en la cueva. oraci�n. 1 [2] a yahveh en mi clamor imploro. a yahveh en mi clamor suplico. [3] ante �l derramo mi lamento, mi angustia ante �l expongo, 1 [4] cuando el aliento en m� se apaga; mas t� conoces mi sendero. en el camino por donde voy me han escondido un lazo. 1 [5] a la derecha mira, y ve, nadie hay que me conozca. huye de m� todo refugio, nadie hay que cuide de mi alma. [6] hacia ti clamo, yahveh; digo: �t�, mi refugio, mi porci�n en la tierra de los vivos! [7] atiende a mi clamor, pues estoy abatido del todo. �l�brame t� de mis perseguidores, pues son m�s fuertes que yo! 1 [8] �saca mi alma de la c�rcel, y dar� gracias a tu nombre! en torno a m� los justos har�n corro, por tu favor para conmigo. salmos cap.143 [1] salmo. de david. yahveh, escucha mi oraci�n, presta o�do a mis s�plicas, por tu lealtad resp�ndeme, por tu justicia; [2] no entres en juicio con tu siervo, pues no es justo ante ti ning�n viviente. [3] persigue mi alma el enemigo, mi vida estrella contra el suelo; me hace morar en las tinieblas, como los que han muerto para siempre; [4] se apaga en m� el aliento, mi coraz�n dentro de m� enmudece. [5] me acuerdo de los d�as de anta�o, medito en todas tus acciones, pondero las obras de tus manos; [6] hacia ti mis manos tiendo, mi alma es como una tierra que tiene sed de ti. [7] �oh, pronto, resp�ndeme, yahveh, el aliento me falta; no escondas lejos de m� tu rostro, pues ser�a yo como los que bajan a la fosa! [8] haz que sienta tu amor a la ma�ana, porque conf�o en ti; hazme saber el camino a seguir, porque hacia ti levanto mi alma. [9] l�brame de mis enemigos, yahveh en ti me refugio; 1 [10] ens��ame a cumplir tu voluntad, porque t� eres mi dios; tu esp�ritu que es bueno me gu�e por una tierra llana. [11] por tu nombre, yahveh, dame la vida, por tu justicia saca mi alma de la angustia; [12] por tu amor aniquila a mis enemigos, pierde a todos los que oprimen mi alma, porque yo soy tu servidor. salmos cap.144 [1] de david. bendito sea yahveh, mi roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la batalla; [2] �l, mi amor y mi baluarte, mi ciudadela y mi libertador, mi escudo en el que me cobijo, el que los pueblos somete a mi poder. [3] yahveh, �qu� es el hombre para que le conozcas, el hijo de hombre para que en �l pienses? [4] el hombre es semejante a un soplo, sus d�as, como sombra que pasa. [5] �yahveh, inclina tus cielos y desciende, toca los montes, que echen humo; [6] fulmina el rayo y desconci�rtalos, lanza tus flechas y trast�rnalos!

[7] extiende tu mano desde lo alto, s�lvame, l�brame de las muchas aguas, de la mano de los hijos de extranjeros, [8] cuya boca profiere falsedad y cuya diestra es diestra de mentira. [9] oh dios, quiero cantarte un canto nuevo, salmodiar para ti al arpa de diez cuerdas, [10] t� que das a los reyes la victoria, que salvas a david tu servidor. de espada de infortunio [11] s�lvame. l�brame de la mano de extranjeros, cuya boca profiere falsedad y cuya diestra es diestra de mentira. [12] sean nuestros hijos como plantas florecientes en su juventud, nuestras hijas como columnas angulares, esculpidas como las de un palacio; [13] nuestros graneros llenos, rebosantes de frutos de toda especie, nuestras ovejas, a millares, a mir�adas, por nuestras prader�as; [14] nuestras bestias bien cargadas; no haya brecha ni salida, ni grito en nuestras plazas. [15] �feliz el pueblo a quien as� sucede feliz el pueblo cuyo dios es yahveh! salmos cap.145 [1] himno. de david. yo te ensalzo, oh rey dios m�o, y bendigo tu nombre para siempre jam�s; [2] todos los d�as te bendecir�, por siempre jam�s alabar� tu nombre; [3] gu�mel. grande es yahveh y muy digno de alabanza, insondable su grandeza. [4] una edad a otra encomiar� tus obras, pregonar� tus proezas. [5] el esplendor, la gloria de tu majestad, el relato de tus maravillas, yo recitar�. [6] del poder de tus portentos se hablar�, y yo tus grandezas contar�; [7] se har� memoria de tu inmensa bondad, se aclamar� tu justicia. [8] clemente y compasivo es yahveh, tardo a la c�lera y grande en amor; [9] tet bueno es yahveh para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras. [10] te dar�n gracias, yahveh, todas tus obras y tus amigos te bendecir�n; [11] dir�n la gloria de tu reino, de tus proezas hablar�n, [12] . para mostrar a los hijos de ad�n tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. [13] tu reino, un reino por los siglos todos, tu dominio, por todas las edades. yahveh es fiel en todas sus palabras, en todas sus obras amoroso; [14] yahveh sostiene a todos los que caen, a todos los encorvados endereza. [15] los ojos de todos fijos en ti, esperan que les des a su tiempo el alimento; [16] abres la mano t� y sacias a todo viviente a su placer. [17] yahveh es justo en todos sus caminos, en todas sus obras amoroso; [18] cerca est� Yahveh de los que le invocan, de todos los que le invocan con verdad. [19] el cumple el deseo de los que le temen, escucha su clamor y los libera; [20] guarda yahveh a cuantos le aman, a todos los imp�os extermina. [21] �la alabanza de yahveh diga mi boca, y toda carne bendiga su nombre sacrosanto, para siempre jam�s! salmos cap.146 [1] �aleluya! �alaba a yahveh, alma m�a! [2] a yahveh, mientras viva, he de alabar, mientras exista salmodiar� para mi dios. [3] no pong�is vuestra confianza en pr�ncipes, en un hijo de hombre, que no puede salvar; [4] su soplo exhala, a su barro retorna, y en ese d�a sus proyectos fenecen. [5] feliz aquel que en el dios de jacob tiene su apoyo, y su esperanza en yahveh su dios, [6] que hizo los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay; que guarda por

siempre lealtad, [7] hace justicia a los oprimidos, da el pan a los hambrientos, yahveh suelta a los encadenados. [8] yahveh abre los ojos a los ciegos, yahveh a los encorvados endereza, ama yahveh a los justos, [9] yahveh protege al forastero, a la viuda y al hu�rfano sostiene. mas el camino de los imp�os tuerce; [10] yahveh reina para siempre, tu dios, si�n, de edad en edad. salmos cap.147 [1] �aleluya! alabad a yahveh, que es bueno salmodiar, a nuestro dios, que es dulce la alabanza. [2] edifica yahveh a jerusal�n, congrega a los deportados de israel; [3] �l sana a los de roto coraz�n, y venda sus heridas. 1 [4] el cuenta el n�mero de estrellas, y llama a cada una por su nombre; [5] grande es nuestro se�or, y de gran fuerza, no tiene medida su saber. [6] yahveh sostiene a los humildes, hasta la tierra abate a los imp�os. [7] cantad a yahveh en acci�n de gracias, salmodiad a la c�tara para nuestro dios: [8] el que cubre de nubes los cielos, el que lluvia a la tierra prepara, el que hace germinar en los montes la hierba, y las plantas para usos del hombre, [9] el que dispensa al ganado su sustento, a las cr�as del cuervo cuando chillan. [10] no le agrada el br�o del caballo, ni se complace en los m�sculos del hombre. [11] se complace yahveh en los que le temen, en los que esperan en su amor. [12] �celebra a yahveh, jerusal�n, alaba a tu dios, si�n! 1 [13] que �l ha reforzado los cerrojos de tus puertas, ha bendecido en ti a tus hijos; [14] pone paz en tu t�rmino, te sacia con la flor del trigo. 1 [15] el env�a a la tierra su mensaje, a toda prisa corre su palabra; [16] como lana distribuye la nieve, esparce la escarcha cual ceniza. [17] arroja su hielo como migas de pan, a su fr�o �qui�n puede resistir? [18] env�a su palabra y hace derretirse, sopla su viento y corren las aguas. [19] el revela a jacob su palabra, sus preceptos y sus juicios a israel: [20] no hizo tal con ninguna naci�n, ni una sola sus juicios conoci�. salmos cap.148 [1] �aleluya! �alabad a yahveh desde los cielos, alabadle en las alturas, [2] alabadle, �ngeles suyos todos, todas sus huestes, alabadle! 3 �alabadle, sol y luna, alabadle todas las estrellas de luz, 4 alabadle, cielos de los cielos, y aguas que est�is encima de los cielos! [5] alaben ellos el nombre de yahveh: pues �l orden� y fueron creados; [6] �l los fij� por siempre, por los siglos, ley les dio que no pasar�. [7] �alabad a yahveh desde la tierra, monstruos del mar y todos los abismos, [8] fuego y granizo, nieve y bruma, viento tempestuoso, ejecutor de su palabra, [9] monta�as y todas la colinas, �rbol frutal y cedros todos, [10] fieras y todos los ganados, reptil y p�jaro que vuela, 1 [11] reyes de la tierra y pueblos todos, pr�ncipes y todos los jueces de la tierra, [12] j�venes y doncellas tambi�n, viejos junto con los ni�os! [13] alaben el nombre de yahveh: porque s�lo su nombre es sublime, su majestad por encima de la tierra y el cielo. 1 [14] el realza la frente de su pueblo, de todos sus amigos alabanza, de los hijos de israel, pueblo de sus �ntimos. salmos cap.149

[1] �aleluya! �cantad a yahveh un cantar nuevo: su alabanza en la asamblea de sus amigos! [2] �regoc�jese israel en su hacedor, los hijos de si�n exulten en su rey; [3] alaben su nombre con la danza, con tamboril y c�tara salmodien para �l! [4] porque yahveh en su pueblo se complace, adorna de salvaci�n a los humildes. [5] exalten de gloria sus amigos, desde su lecho griten de alegr�a: [6] los elogios de dios en su garganta, y en su mano la espada de dos filos; [7] para ejecutar venganza en las naciones, castigos en los pueblos, [8] para atar con cadenas a sus reyes, con grillos de hierro a sus magnates, [9] para aplicarles la sentencia escrita: �ser� un honor para todos sus amigos! salmos cap.150 [1] �aleluya! alabad a dios en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza, [2] alabadle por sus grandes haza�as, alabadle por su inmensa grandeza. [3] alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con c�tara, [4] alabadle con tamboril y danza, alabadle con la�d y flauta, [5] alabadle con c�mbalos sonoros, alabadle con c�mbalos de aclamaci�n. [6] �todo cuanto respira alabe a yahveh! �aleluya! proverbios cap.1 [1] proverbios de salom�n, hijo de david, rey de israel: [2] para aprender sabidur�a e instrucci�n, para entender los discursos profundos, [3] para alcanzar intrucci�n y perspicacia, -justicia, equidad y rectitud-, [4] para ense�ar a los simples la prudencia, a los j�venes ciencia y reflexi�n, [5] que atienda el sabio y crecer� en doctrina, y el inteligente aprender� a hacer proyectos. [6] para descifrar proverbios y enigmas, los dichos de los sabios y sus adivinanzas. [7] el temor de yahveh es el principio de la ciencia; los necios desprecian la sabidur�a y la instrucci�n. [8] escucha, hijo m�o, la instrucci�n de tu padre y no desprecies la lecci�n de tu madre: [9] corona graciosa son para tu cabeza y un collar para tu cuello. [10] hijo m�o, si los pecadores te quieren seducir, no vayas. [11] si te dicen: ��vente con nosotros, estemos al acecho para derramar sangre, apost�monos contra el inocente sin motivo alguno, [12] devor�moslos vivos como el seol, enteros como los que bajan a la fosa!; [13] �hallaremos toda clase de riquezas, llenaremos nuestras casas de bot�n, [14] te tocar� tu parte igual que a nosotros, para todos habr� bolsa com�n!�: [15] no te pongas, hijo m�o, en camino con ellos, tu pie det�n ante su senda, [16] porque sus pies corren hacia el mal y a derramar sangre se apresuran; [17] pues es in�til tender la red a los ojos mismos de los pajarillos. [18] contra su propia sangre est�n acechando, apostados est�n contra sus propias vidas. [19] esa es la senda de todo el que se entrega a la rapi�a: ella quita la vida a su propio due�o. [20] la sabidur�a clama por las calles, por las plazas alza su voz, [21] llama en la esquina de las calles concurridas, a la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus discursos: [22] ��hasta cu�ndo, simples, amar�is vuestra simpleza y arrogantes os gozar�is en la arrogancia y necios tendr�is odio a la ciencia? [23] convert�os por mis reprensiones: voy a derramar mi esp�ritu para vosotros, os voy a comunicar mis palabras. [24] ya que os he llamado y no hab�is querido, he tendido mi mano y nadie ha prestado atenci�n,

[25] hab�is despreciado todos mis consejos, no hab�is hecho caso de mis reprensiones; [26] tambi�n yo me reir� de vuestra desgracia, me burlar� cuando llegue vuestro espanto, [27] cuando llegue, como hurac�n, vuestro espanto, vuestra desgracia sobrevenga como torbellino, cuando os alcancen la angustia y la tribulaci�n. [28] entonces me llamar�n y no responder�, me buscar�n y no me hallar�n. [29] porque tuvieron odio a la ciencia y no eligieron el temor de yahveh, [30] no hicieron caso de mi consejo, ni admitieron de m� ninguna reprensi�n; [31] comer�n del fruto de su conducta, de sus propios consejos se hartar�n. [32] su propio descarr�o matar� a los simples, la despreocupaci�n perder� a los insensatos. [33] pero el que me escucha vivir� seguro, tranquilo, sin temor a la desgracia.� proverbios cap.2 [1] hijo m�o, si das acogida a mis palabras, y guardas en tu memoria mis mandatos, [2] prestando tu o�do a la sabidur�a, inclinando tu coraz�n a la prudencia; [3] si invocas a la inteligencia y llamas a voces a la prudencia; [4] si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas, [5] entonces entender�s el temor de yahveh y la ciencia de dios encontrar�s. [6] porque yahveh es el que da la sabidur�a, de su boca nacen la ciencia y la prudencia. [7] reserva el �xito para los rectos, es escudo para quienes proceden con entereza, [8] vigila las sendas de la equidad y guarda el camino de sus amigos. [9] entonces entender�s la justicia, la equidad y la rectitud: todos los senderos del bien. [10] cuando entre la sabidur�a en tu coraz�n y la ciencia sea dulce para tu alma, [11] velar� sobre ti la reflexi�n y la prudencia te guardar�, [12] apart�ndote del mal camino, del hombre que propone planes perversos, [13] de los que abandonan el recto sendero para ir por caminos tenebrosos, [14] de los que se gozan en hacer el mal, se regocijan en la perversidad, [15] cuyos senderos son tortuosos y sus sendas llenas de revueltas. [16] ella te apartar� de la mujer ajena, de la extra�a de melosas palabras, [17] que ha dejado al amigo de su juventud y ha olvidado la alianza de su dios; [18] su casa est� inclinada hacia la muerte, hacia las sombras sus tortuosos senderos. [19] nadie que entre por ella volver�, no alcanzar� las sendas de la vida. [20] por eso has de ir por el camino de los buenos, seguir�s las sendas de los justos. [21] porque los rectos habitar�n la tierra y los �ntegros se mantendr�n en ella; [22] pero los malos ser�n cercenados de la tierra, se arrancar� de ella a los desleales. proverbios cap.3 [1] hijo m�o, no olvides mi lecci�n, en tu coraz�n guarda mis mandatos, [2] pues largos d�as y a�os de vida y bienestar te a�adir�n. [3] la piedad y la lealtad no te abandonen; �talas a tu cuello, escr�belas en la tablilla de tu coraz�n. [4] as� hallar�s favor y buena acogida a los ojos de dios y de los hombres. [5] conf�a en yahveh de todo coraz�n y no te apoyes en tu propia inteligencia; [6] recon�cele en todos tus caminos y �l enderezar� tus sendas. [7] no seas sabio a tus propios ojos, teme a yahveh y ap�rtate del mal: [8] medicina ser� para tu carne y regrigerio para tus huesos. [9] honra a yahveh con tus riquezas, con las primicias de todas tus ganancias:

[10] tus trojes se llenar�n de grano y rebosar� de mosto tu lagar. [11] no desde�es, hijo m�o, la instrucci�n de yahveh, no te d� fastidio su reprensi�n, [12] porque yahveh reprende a aquel que ama, como un padre al hijo querido. [13] dichoso el hombre que ha encontrado la sabidur�a y el hombre que alcanza la prudencia; [14] m�s vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor que la del oro. [15] m�s preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala. [16] largos d�as a su derecha, y a su izquierda riqueza y gloria. [17] sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de bienestar. [18] es �rbol de vida para los que a ella est�n asidos, felices son los que la abrazan. [19] con la sabiduria fund� Yahveh la tierra, consolid� los cielos con inteligencia; [20] con su ciencia se abrieron los oc�anos y las nubes destilan el roc�o. [21] hijo m�o, guarda la prudencia y la reflexi�n, no se aparten nunca de tus ojos: [22] ser�n vida para tu alma y adorno para tu cuello. [23] as� ir�s tranquilo por tu camino y no tropezar� tu pie. [24] no tendr�s miedo al acostarte, una vez acostado, ser� dulce tu sue�o. [25] no temer�s el espanto repentino, ni cuando llegue la tormenta de los malos, [26] porque yahveh ser� tu tranquilidad y guardar� tu pie de caer en el cepo. [27] no niegues un favor a quien es debido, si en tu mano est� el hac�rselo. [28] no digas a tu pr�jimo: �vete y vuelve, ma�ana te dar�, si tienes algo en tu poder. [29] no trames mal contra tu pr�jimo cuando se sienta confiado junto a ti. [30] no te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ning�n mal. [31] no envidies al hombre violento, ni elijas ninguno de sus caminos; [32] porque yahveh abomina a los perversos, pero su intimidad la tiene con los rectos. [33] la maldici�n de yahveh en la casa del malvado, en cambio bendice la mansi�n del justo. [34] con los arrogantes es tambi�n arrogante, otorga su favor a los pobres. [35] la gloria es patrimonio de los sabios y los necios heredar�n la ignominia. proverbios cap.4 [1] escuchad, hijos, la instrucci�n del padre, estad atentos para aprender inteligencia, [2] porque es buena la doctrina que os ense�o; no abandon�is mi lecci�n. [3] tambi�n yo fui hijo para mi padre, tierno y querido a los ojos de mi madre, [4] el me ense�aba y me dec�a: �ret�n mis palabras en tu coraz�n, guarda mis mandatos y vivir�s. [5] adquiere la sabidur�a, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apartes de los dichos de mi boca. [6] no la abandones y ella te guardar�, �mala y ella ser� tu defensa. [7] el comienzo de la sabidur�a es: adquiere la sabidur�a, a costa de todos tus bienes adquiere la inteligencia. [8] haz acopio de ella, y ella te ensalzar�; ella te honrar�, si t� la abrazas; [9] pondr� en tu cabeza una diadema de gracia, una espl�ndida corona ser� tu regalo�. [10] escucha, hijo m�o, recibe mis palabras, y los a�os de tu vida se te multiplicar�n. [11] en el camino de la sabidur�a te he instruido, te he encaminado por los senderos de la rectitud. [12] al andar no se enredar�n tus pasos, y si corres, no tropezar�s. [13] af�rrate a la instrucci�n, no la sueltes; gu�rdala, que es tu vida.

[14] no te metas por la senda de los perversos, ni vayas por el camino de los malvados. [15] ev�talo, no pases por �l, ap�rtate de �l, pasa adelante. [16] porque �sos no duermen si no obran el mal, se les quita el sue�o si no han hecho caer a alguno. [17] es que su pan es pan de maldad, y vino de violencia es su bebida. [18] la senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno d�a. [19] pero el camino de los malos es como tinieblas, no saben d�nde han tropezado. [20] atiende, hijo m�o, a mis palabras, inclina tu o�do a mis razones. [21] no las apartes de tus ojos, gu�rdalas dentro de tu coraz�n. [22] porque son vida para los que las encuentran, y curaci�n para toda carne. [23] por encima de todo cuidado, guarda tu coraz�n, porque de �l brotan las fuentes de la vida. [24] aparta de ti la fals�a de la boca y el enredo de los labios arr�jalo de ti. [25] miren de frente tus ojos, tus p�rpados derechos a lo que est� ante t�. [26] tantea bien el sendero de tus pies y sean firmes todos tus caminos. [27] no te tuerzas ni a derecha ni a izquierda, aparta tu pie de la maldad. proverbios cap.5 [1] presta, hijo m�o, atenci�n a mi sabidur�a, aplica tu o�do a mi prudencia, [2] para que guardes t� la reflexi�n y tus labios conserven la ciencia. no hagas caso de la mujer perversa, [3] pues miel destilan los labios de la extra�a, su paladar es m�s suave que el aceite; [4] pero al fin es amarga como el ajenjo, mordaz como espada de dos filos. [5] sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al seol. [6] por no seguir la senda de la vida, se desv�a por sus vericuetos sin saberlo. [7] as� pues, hijo m�o, esc�chame, no te apartes de los dichos de mi boca: [8] aleja de ella tu camino, no te acerques a la puerta de su casa; [9] no sea que ella d� tu honor a otro y tus a�os a un hombre cruel; [10] no se harten de tus bienes los extra�os, ni paren tus fatigas en casa del extranjero; [11] no sea que gimas a la postre cuando tu cuerpo y tu carne se consuman, [12] y digas: �ay de m�, que he odiado la instrucci�n, mi coraz�n ha despreciado los reproches, [13] no he escuchado la voz de mis maestros ni he prestado o�dos a los que me instru�an. [14] a punto he estado de cualquier desgracia, en medio de la asamblea y la comunidad.� [15] bebe el agua de tu cisterna, la que brota de tu pozo. [16] �se van a desbordar por fuera tus arroyos, las corrientes de agua por las plazas? [17] que sean para ti solo, no para que las beban contigo los extra�os. [18] sea tu fuente bendita. g�zate en la mujer de tu mocedad, [19] cierva amable, graciosa gacela: embri�guente en todo tiempo sus amores, su amor te apasione para siempre. [20] �por qu� apasionarte, hijo m�o, de una ajena, abrazar el seno de una extra�a? [21] pues los caminos del hombre est�n en la presencia de yahveh, �l vigila todos sus senderos. [22] el malvado ser� presa de sus propias maldades, con los lazos de su pecado se le capturar�. [23] morir� por su falta de instrucci�n, por su gran necedad se perder�. proverbios cap.6

[1] si has salido, hijo m�o, fiador de tu pr�jimo, si has chocado tu mano con un extra�o, [2] si te has obligado con las palabras de tu boca, si de la palabra de tu boca te has dejado prender, [3] haz esto, hijo m�o, para quedar libre, pues has ca�do en manos de tu pr�jimo: vete, p�strate, importuna a tu pr�jimo; [4] no concedas a tus ojos sue�o ni a tus p�rpados reposo; [5] l�brate, como la gacela del lazo, como el p�jaro de la mano del pajarero. [6] vete donde la hormiga, perezoso, mira sus andanzas y te har�s sabio. [7] ella no tiene jefe, ni capataz, ni amo; [8] asegura en el verano su sustento, recoge su comida al tiempo de la mies. [9] �hasta cu�ndo, perezoso, estar�s acostado? �cu�ndo te levantar�s de tu sue�o? [10] un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados; [11] y llegar� como vagabundo tu miseria y como un mendigo tu pobreza. [12] un malvado, un hombre inicuo, anda con la boca torcida, [13] gui�a el ojo, arrastra los pies, hace se�as con los dedos. [14] torcido est� su coraz�n, medita el mal, pleitos siembra en todo tiempo. [15] por eso vendr� su ruina de repente, de improviso quebrar�, y no habr� remedio. [16] seis cosas hay que aborrece yahveh, y siete son abominaci�n para su alma: [17] ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, [18] coraz�n que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal, [19] testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre los hermanos. [20] garda, hijo m�o, el mandato de tu padre y no desprecies la lecci�n de tu madre. [21] tenlos atados siempre a tu coraz�n, enl�zalos a tu cuello; [22] en tus pasos ellos ser�n tu gu�a; cuando te acuestes, velar�n por ti; conversar�n contigo al despertar. [23] porque el mandato es una l�mpara y la lecci�n una luz; camino de vida los reproches y la instrucci�n, [24] para librarte de la mujer perversa, de la lengua suave de la extra�a. [25] no codicies su hermosura en tu coraz�n, no te cautive con sus p�rpados, [26] porque un mendrugo de pan basta a la prostituta, pero la casada va a la caza de una vida preciosa. [27] �puede uno meter fuego en su regazo sin que le ardan los vestidos? [28] �puede uno andar sobre las brasas sin que se le quemen los pies? [29] as� le pasa al que se llega a la mujer del pr�jimo: no saldr� ileso ninguno que la toque. [30] no se desprecia al ladr�n cuando roba para llenar su est�mago, porque tiene hambre. [31] mas, si le sorprenden, paga el s�ptuplo, tiene que dar todos los bienes de su casa. [32] pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato; un suicida es el que lo hace; [33] encontrar� golpes y deshonra y su verg�enza no se borrar�. [34] porque los celos enfurecen al marido. y no tendr� piedad el d�a de la venganza. [35] no har� caso de compensaci�n alguna; aunque prodigues regalos, no aceptar�. proverbios cap.7 [1] [2] [3] [4] [5]

guarda, hijo m�o, mis palabras, conserva como un tesoro mis mandatos. guarda mis mandamientos y vivir�s; sea mi lecci�n como la ni�a de tus ojos. atalos a tus dedos, escr�belos en la tablilla de tu coraz�n. dile a la sabidur�a: �t� eres mi hermana�, llama pariente a la inteligencia, para que te guarde de la mujer ajena, de la extra�a de palabras melosas.

[6] estaba yo a la ventana de mi casa y miraba a trav�s de las celos�as, [7] cuando v�, en el grupo de los simples, distingu� entre los muchachos a un joven falto de juicio: [8] pasaba por la calle, junto a la esquina donde ella viv�a, iba camino de su casa, [9] al atardecer, ya oscurecido, en lo negro de la noche y de las sombras. [10] de repente, le sale al paso una mujer, con atav�o de ramera y astucia en el coraz�n. [11] es alborotada y revoltosa, sus pies nunca paran en su casa. [12] tan pronto en las calles como en las plazas, acecha por todas las esquinas. [13] ella lo agarr� y lo abraz�, y desvergonzada le dijo: [14] �ten�a que ofrecer un sacrificio de comuni�n y hoy he cumplido mi voto; [15] por eso he salido a tu encuentro para buscarte en seguida; y va te he encontrado. [16] he puesto en mi lecho cobertores policromos, lencer�a de egipto, [17] con mirra mi cama he rociado, con �loes y cinamomo. [18] ven, embriagu�monos de amores hasta la ma�ana, solac�monos los dos, entre caricias. [19] porque no est� el marido en casa, est� de viaje muy lejos; [20] ha llevado en su mano la bolsa del dinero, volver� a casa para la luna llena.� [21] con sus muchas artes lo seduce, lo rinde con el halago de sus labios. [22] se va tras ella en seguida, como buey al matadero, como el ciervo atrapado en el cepo, [23] hasta que una flecha le atraviese el h�gado; como p�jaro que se precipita en la red, sin saber que le va en ello la vida. [24] ahora pues, hijo m�o, esc�chame, pon atenci�n a las palabras de mi boca: [25] no se desv�e tu coraz�n hacia sus caminos, no te descarr�es por sus senderos, [26] porque a muchos ha hecho caer muertos, robustos eran todos los que ella mat�. [27] su morada es camino del seol, que baja hacia las c�maras de la muerte. proverbios cap.8 [1] �no est� llamando la sabidur�a? y la prudencia, �no alza su voz? [2] en la cumbre de las colinas que hay sobre el camino, en los cruces de sendas se detiene; [3] junto a las puertas, a la salida de la ciudad, a la entrada de los portales, da sus voces: [4] �a vosotros, hombres, os llamo, para los hijos de hombre es mi voz. [5] entended, simples, la prudencia y vosotros, necios, sed razonables. [6] escuchad: voy a decir cosas importantes y es recto cuanto sale de mis labios. [7] porque verdad es el susurro de mi boca y mis labios abominan la maldad. [8] justos son todos los dichos de mi boca, nada hay en ellos astuto ni tortuoso. [9] todos est�n abiertos para el inteligente y rectos para los que la ciencia han encontrado. [10] recibid mi instrucci�n y no la plata, la ciencia m�s bien que el oro puro. [11] porque mejor es la sabidur�a que las piedras preciosas, ninguna cosa apetecible se le puede igualar. [12] �yo, la sabidur�a, habito con la prudencia, yo he inventado la ciencia de la reflexi�n. [13] (el temor de yahveh es odiar el mal.) la soberbia y la arrogancia y el camino malo y la boca torcida yo aborrezco. [14] m�os son el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, m�a es la fuerza. [15] por m� los reyes reinan y los magistrados administran la justicia. [16] por m� los pr�ncipes gobiernan y los magnates, todos los jueces justos.

[17] yo amo a los que me aman y los que me buscan me encontrar�n. [18] conmigo est�n la riqueza y la gloria, la fortuna s�lida y la justicia. [19] mejor es mi fruto que el oro, que el oro puro, y mi renta mejor que la plata acrisolada. [20] yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad, [21] para repartir hacienda a los que me aman y as� llenar sus arcas.� [22] �yahveh me cre�, primicia de su camino, antes que sus obras m�s antiguas. [23] desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra. [24] cuando no exist�an los abismos fui engendrada, cuando no hab�a fuentes cargadas de agua. [25] antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui engendrada. [26] no hab�a hecho a�n la tierra ni los campos, ni el polvo primordial del orbe. [27] cuando asent� los cielos, all� estaba yo, cuando traz� un c�rculo sobre la faz del abismo, [28] cuando arriba condens� las nubes, cuando afianz� las fuentes del abismo, [29] cuando al mar dio su precepto -y las aguas no rebasar�n su orilla- cuando asent� los cimientos de la tierra, [30] yo estaba all�, como arquitecto, y era yo todos los d�as su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo, [31] jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias est�n con los hijos de los hombres.� [32] �ahora pues, hijos, escuchadme, dichosos los que guardan mis caminos. [33] escuchad la instrucci�n y haceos sabios, no la despreci�is. [34] dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta cada d�a, guardando las jambas de mi entrada. [35] porque el que me halla, ha hallado la vida, ha logrado el favor de yahveh. [36] pero el que me ofende, hace da�o a su alma; todos los que me odian, aman la muerte.� proverbios cap.9 [1] la sabidur�a ha edificado una casa, ha labrado sus siete columnas, [2] ha hecho su matanza, ha mezclado su vino, ha aderezado tambi�n su mesa. [3] ha mandado a sus criadas y anuncia en lo alto de las colinas de la ciudad: [4] �si alguno es simple, v�ngase ac�.� y al falto de juicio le dice: [5] �venid y comed de mi pan, bebed del vino que he mezclado; [6] dejaos de simplezas y vivir�is, y dirig�os por los caminos de la inteligencia.� [7] el que corrige al arrogante se acarrea desprecio, y el que reprende al malvado, insultos. [8] no reprendas al arrogante, porque te aborrecer�; reprende al sabio, y te amar�. [9] da al sabio, y se har� m�s sabio todav�a; ense�a al justo, y crecer� su doctrina. [10] comienzo de la sabidur�a es el temor de yahveh, y la ciencia de los santos es inteligencia. [11] pues por m� se multiplicar�n tus d�as y se aumentar�n los a�os de tu vida. [12] si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si arrogante, t� solo lo tendr�s que pagar. [13] la mujer necia es alborotada, todo simpleza, no sabe nada. [14] se sienta a la puerta de su casa, sobre un trono, en las colinas de la ciudad, [15] para llamar a los que pasan por el camino, a los que van derechos por sus sendas: [16] �si alguno es simple, v�ngase ac� y al falto de juicio le dice: [17] �son dulces las aguas robadas y el pan a escondidas es sabroso.� [18] no sabe el hombre que all� moran las sombras; sus invitados van a los valles

del seol. proverbios cap.10 [1] proverbios de salom�n. el hijo sabio es la alegr�a de su padre, el hijo necio entristece a su madre. [2] tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte. [3] yahveh no permite que el justo pase hambre, pero rechaza la codicia de los malos. [4] mano indolente empobrece, la mano de los diligentes enriquece. [5] amontonar en verano es de hombre sensato, dormirse en la cosecha es de hombre indigno. [6] bendiciones sobre la cabeza del justo; pero la boca de los imp�os rezuma violencia. [7] el recuerdo del justo sirve de bendici�n; el nombre de los malos se pudre. [8] el sensato de coraz�n acepta los mandatos, el hombre charlat�n corre a su ruina. [9] quien va a derecho, va seguro, quien va con rodeos es descubierto. [10] el que gui�a de ojos, dar� disgustos, quien reprende a la cara, proporciona paz. [11] manantial de vida la boca del justo; la boca de los imp�os rezuma violencia. [12] el odio provoca discusiones, el amor cubre todas las faltas. [13] en labios del inteligente se encuentra sabidur�a, palo a las espaldas del falto de seso. [14] los sabios atesoran conocimiento, la boca del necio es ruina immediata. [15] la fortuna del rico es su plaza fuerte, la ruina de los d�biles es su pobreza. [16] el salario del justo es para vivir, la renta del malo es para pecar. [17] camina hacia la vida el que guarda las instrucciones; quien desatiende la reprensi�n se extrav�a. [18] los labios mentirosos disimulan el odio; quien profiere una calumnia es un necio. [19] en las muchas palabras no faltar� pecado; quien reprime sus labios es sensato. [20] plata elegida es la lengua del justo, el coraz�n de los malos vale poco. [21] los labios del justo apacientan a muchos, los insensatos mueren en su falta de seso. [22] la bendici�n de yahveh es la que enriquece, y nada le a�ade el trabajo a que obliga. [23] como un juego es para el necio cometer el crimen, la sabidur�a lo es para el hombre inteligente. [24] lo que teme el malo, eso le sucede, lo que el justo desea, se le da. [25] cuando pasa la tormenta, ya no existe el malo, mas el justo es construcci�n eterna. [26] vinagre para los dientes y humo para los ojos: as� es el perezoso para quien lo env�a. [27] el temor de yahveh prolonga los d�as, los a�os de los malos son acortados. [28] la espera de los justos es alegr�a, la esperanza de los malos fracasar�. [29] fortaleza es para el �ntegro la senda de yahveh; pero ruina para los malhechores. [30] jam�s el justo ser� conmovido, pero los malos no habitar�n la tierra. [31] la boca del justo da frutos de sabidur�a, la lengua perversa ser� cortada. [32] los labios del justo saben de benevolencia; la boca de los malos, de perversidad. proverbios cap.11 [1] abominaci�n de yahveh la balanza falsa, pero el peso justo gana su favor.

[2] detr�s de la insolencia viene el insulto; mas con los modosos est� la sabidur�a. [3] a los rectos su integridad les gu�a; a los p�rfidos les arruina su perversidad. [4] nada servir�n riquezas el d�a de la ira, mas la justicia libra de la muerte. [5] a los �ntregros su justicia les allana el camino, pero el malo cae en su malicia. [6] a los rectos les salva su justicia, los p�rfidos en su codicia son atrapados. [7] en la muerte del malo se esfuma su esperanza, la confianza en las riquezas se desvanece. [8] el justo es librado de la angustia, y el malo viene a ocupar su lugar. [9] con la boca el imp�o pierde a su vecino, por la ciencia se libran los justos. [10] con el bien de los justos la ciudad se regocija, con la perdici�n de los malos grita de alegr�a. [11] con la bendici�n de los rectos, se levanta la ciudad; la boca de los malos la destruye. [12] quien desprecia a su vecino es un insensato; el hombre discreto se calla. [13] el que anda calumniando descubre secretos, el de esp�ritu leal oculta las cosas. [14] donde no hay buen gobierno, el pueblo se hunde; abundancia de consejeros, trae salvaci�n. [15] el mal se busca quien avala al desconocido, quien no es amigo de chocar la mano est� seguro. [16] mujer graciosa consigue honor, y los audaces consiguen la riqueza. [17] a s� mismo se beneficia el que es compasivo, a s� mismo se perjudica el hombre cruel. [18] el malo consigue un jornal falso; el que siembra justicia, un salario verdadero. [19] al que establece justicia, la vida, al que obra el mal, la muerte. [20] a los de coraz�n torcido abomina yahveh; a los de camino intachable da su favor. [21] de cierto que el malo no quedar� impune, mas la raza de los justos quedar� a salvo. [22] anillo de oro en nariz de un puerco, mujer hermosa pero sin gusto. [23] el deseo de los justos es s�lo el bien, la esperanza de los malos, la ira. [24] hay quien gasta y todav�a va a m�s; y hay quien ahorra en demas�a s�lo para venir a menos. [25] el alma generosa ser� colmada, y el que sacia a otro la sed, tambi�n ser� saciado. [26] el pueblo maldice al que acapara trigo; bendici�n para la cabeza del que vende. [27] quien busca el bien, se procura favor, quien va tras el mal, le saldr� al encuentro. [28] quien conf�a en su riqueza, �se caer�, los justos brotar�n como follaje. [29] quien desordena su casa, hereda viento, el insensato ser� esclavo del sabio. [30] el fruto del justo es un �rbol de vida; cautivador de las almas es el sabio. [31] si el justo recibe su recompensa en la tierra, �cu�nto m�s el pecador y el malo! proverbios cap.12 [1] el que ama la instrucci�n ama la ciencia, el que odia la reprensi�n es tonto. [2] el bueno obtiene el favor de yahveh; pero �l condena al hombre taimado. [3] nadie se afianza por la maldad, la ra�z de los justos no vacilar�. [4] mujer virtuosa, corona del marido, mujer desvergonzada, caries en los huesos. [5] las intenciones de los justos son equidad, los planes de los malos, son engano. [6] las palabras de los malos son trampas sangrientas, pero a los rectos su boca

los pone a salvo. [7] derribados los malos, no existen ya m�s, mas la casa de los justos permanece. [8] se alaba al hombre seg�n su prudencia, el de coraz�n torcido ser� despreciado. [9] m�s vale hombre sencillo que tiene un esclavo, que hombre glorioso a quien falta el pan. [10] el justo se cuida de su ganado, pero las entra�as de los malos son crueles. [11] quien cultiva su tierra se hartar� de pan, quien persigue nader�as es un insensato. [12] el placer del imp�o est� en la maquinaci�n de los malvados, pero la ra�z de los justos producir�. [13] en el delito de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldr� de la angustia. [14] por el fruto de su boca, se harta de bien el hombre, cada cual recibe el salario de sus obras. [15] el necio tiene por recto su camino, pero el sabio escucha los consejos. [16] el necio, al momento descubre su pena, el prudente oculta la ignominia. [17] quien declara la verdad, descubre la justicia; el testigo mentiroso, la falsedad. [18] quien habla sin tino, hiere como espada; mas la lengua de los sabios cura. [19] los labios sinceros permanecen por siempre, la lengua mentirosa dura un instante. [20] fraude en el coraz�n de quien trama el mal; gozo para los que aconsejan paz. [21] ninguna desgracia le sucede al justo, pero los malos est�n llenos de miserias. [22] los labios mentirosos abomina yahveh; los que practican la verdad alcanzan su favor. [23] el hombre cauto oculta su ciencia, el coraz�n del insensato proclama su necedad. [24] la mano diligente obtiene el mando; la flojedad acaba en trabajos forzados. [25] ansiedad en el coraz�n deprime al hombre, pero una palabra buena le causa alegr�a. [26] el justo ense�a el camino a su pr�jimo, el camino de los malos los extrav�a. [27] el indolente no pone a asar su caza; la diligencia es la mejor fortuna del hombre. [28] en la senda de la justicia est� la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte. proverbios cap.13 [1] el hijo sabio atiende a la instrucci�n de su padre, el arrogante no escucha la reprensi�n. [2] con el fruto de su boca, come el hombre lo que es bueno, pero el alma de los p�rfidos se nutre de violencia. [3] quien vigila su boca, guarda su vida; quien abre sus labios, busca su ruina. [4] tiene hambre el perezoso, mas no se cumple su deseo; el deseo de los diligentes queda satisfecho. [5] el justo odia la palabra mentirosa, pero el malo infama y deshonra. [6] la justicia guarda al �ntegro en su camino, mas la maldad arruina al pecador. [7] hay quien se hace el rico y nada tiene, hay quien se hace el pobre y tiene gran fortuna. [8] el precio de la vida de un hombre es su riqueza; pero el pobre no hace caso a la amenaza. [9] la luz de los justos alegremente luce, la l�mpara de los malos se apaga. [10] la insolencia s�lo disputas proporciona; con los que admiten consejos est� la sabidur�a. [11] fortuna r�pida, vendr� a menos, quien junta poco a poco, ir� en aumento. [12] espera prolongada enferma el coraz�n; �rbol de vida es el deseo cumplido.

[13] quien desprecia la palabra se perder�, quien respeta el mandato se salvar�. [14] la lecci�n del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas de la muerte. [15] una gran prudencia alcanza favor, el camino de los p�rfidos no tiene fin, [16] todo hombre cauto obra con conocimiento, el tonto ostenta su necedad. [17] mensajero perverso cae en desgracia, mensajero leal trae la curaci�n. [18] miseria e ignominia al que rechaza la instrucci�n, gloria al que acepta la reprensi�n. [19] deseo cumplido, dulzura para el alma, los necios detestan abandonar el mal. [20] el que anda con los sabios ser� sabio; quien frecuenta los necios se har� malo. [21] a los pecadores los persigue la desgracia, los justos son colmados de dicha. [22] el hombre de bien deja herencia a los hijos de sus hijos, al justo se reserva la riqueza del pecador. [23] las roturas de los pobres dan mucho de comer; pero hay perdici�n cuando falta justicia. [24] quien escatima la vara, odia a su hijo, quien le tiene amor, le castiga. [25] come el justo y queda satisfecho, pero el vientre de los malos pasa necesidad. proverbios cap.14 [1] la sabidur�a edifica su casa; le necedad con sus manos la destruye. [2] quien anda en rectitud, teme a yahveh; el de torcido camino le desprecia. [3] en la boca del necio hay una ra�z de orgullo, pero los labios de los sabios los protegen. [4] donde no hay bueyes, pesebre vac�o; cosecha abundante con la fuerza del toro. [5] testigo veraz no miente, testigo falso respira mentiras. [6] busca el arrogante la sabidur�a pero en vano, al inteligente la ciencia le es f�cil. [7] ap�rtate del hombre necio, pues no conocer�as labios doctos. [8] sabidur�a del cauto es atender a su conducta, la necedad de los tontos es enga�o. [9] de los necios se aparta el sacrificio expiatorio, pero entre los rectos se encuentra el favor de dios. [10] el coraz�n conoce su propia amargura, y con ning�n extra�o comparte su alegr�a. [11] la casa de los malos ser� destruida, la tienda de los rectos florecer�. [12] hay caminos que parecen rectos, pero, al cabo, son caminos de muerte. [13] tambi�n en el re�r padece el coraz�n, y al cabo la alegr�a es dolor. [14] el perverso de coraz�n est� satisfecho de su conducta, y el hombre de bien, de sus obras. [15] el simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos. [16] el sabio teme el mal y de �l se aparta, el necio es presuntuoso y confiado. [17] el de genio pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado. [18] la herencia de los simples es la necedad, los cautos son coronados de ciencia. [19] los malos se postran ante los buenos, los malvados a la puerta de los justos. [20] incluso a su vecino es odioso el pobre, pero son muchos los amigos del rico. [21] quien desprecia a su vecino comete pecado; dichoso el que tiene piedad de los pobres. [22] �no andan extraviados los que planean el mal?; amor y lealtad a los que planean el bien. [23] todo trabajo produce abundancia, la charlataner�a s�lo indigencia. [24] corona de los sabios es la riqueza, la necedad de los insensatos es necedad. [25] salvador de vidas es el testigo veraz, quien profiere mentira es un impostor.

[26] el temor de yahveh es seguridad inexpugnable; sus hijos tendr�n en �l refugio. [27] el temor de yahveh es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte. [28] pueblo numeroso, gloria del rey; pueblo escaso, ruina del pr�ncipe. [29] el tardo a la ira tiene gran prudencia, el de genio pronto pone de manifiesto su necedad [30] el coraz�n manso es vida del cuerpo; la envidia es caries de los huesos. [31] quien oprime al d�bil, ultraja a su hacedor; mas el que se apiada del pobre, le da gloria. [32] el malo es derribado por su propia malicia, el justo en su integridad halla refugio. [33] en coraz�n inteligente descansa la sabidur�a, en el coraz�n de los necios no es conocida. [34] la justicia eleva a las naciones, el pecado es la verg�enza de los pueblos. [35] el favor del rey para el siervo prudente; y su c�lera para el que le averg�enza. proverbios cap.15 [1] una respuesta suave calma el furor, una palabra hiriente aumenta la ira. [2] la lengua de los sabios hace agradable la ciencia, la boca de los insensatos esparce necedad. [3] en todo lugar, los ojos de yahveh, observando a los malos y a los buenos. [4] lengua mansa, �rbol de vida, lengua perversa rompe el alma. [5] el tonto desprecia la correcci�n de su padre; quien sigue la reprensi�n es cauto. [6] la casa del justo abunda en riquezas, en las rentas del malo no falta inquietud. [7] los labios de los sabios siembran ciencia, pero no as� el coraz�n de los necios. [8] yahveh abomina el sacrificio de los malos; la oraci�n de los rectos alcanza su favor. [9] yahveh abomina el camino malo; y ama al que va tras la justicia. [10] correcci�n severa a quien deja el camino; el que odia la reprensi�n perecer�. [11] seol y perdici�n est�n ante yahveh: �cu�nto m�s los corazones de los hombres! [12] el arrogante no quiere ser reprendido, no va junto a los sabios. [13] coraz�n alegre hace buena cara, coraz�n en pena deprime el esp�ritu. [14] coraz�n inteligente busca la ciencia, los labios de los necios se alimentan de necedad. [15] todos los d�as del pobre son malos, para el coraz�n dichoso, banquetes sin fin. [16] mejor es poco con temor de yahveh, que gran tesoro con inquietud. [17] m�s vale un plato de legumbres, con cari�o, que un buey cebado, con odio. [18] el hombre violento provoca disputas, el tardo a la ira aplaca las querellas. [19] el camino del perezoso es como un seto de espinos. la senda de los rectos es llana. [20] el hijo sabio es la alegr�a de su padre, el hombre necio desprecia a su madre. [21] la necedad alegra al insensato, el hombre inteligente camina en derechura. [22] donde no hay consultas, los planes fracasan; con muchos consejeros, se llevan a cabo. [23] el hombre halla alegr�a en la respuesta de su boca; una palabra a tiempo, �qu� cosa m�s buena! [24] camino de la vida, hacia arriba, para el sabio, para que se aparte del seol, que est� abajo.

[25] la casa de los soberbios la destruye yahveh, y mantiene en pie los linderos de la viuda. [26] yahveh abomina los proyectos perversos; pero son puras las palabras agradables. [27] quien se da al robo, perturba su casa, quien odia los regalos, vivir�. [28] el coraz�n del justo recapacita para responder, la boca de los malos esparce maldades. [29] yahveh se aleja de los malos, y escucha la plegaria de los justos. [30] una mirada luminosa alegra el coraz�n, una buena noticia reanima el vigor. [31] o�do que escucha reprensi�n saludable, tiene su morada entre los sabios. [32] quien desatiende la correcci�n se desprecia a s� mismo, quien escucha la reprensi�n adquiere sensatez. [33] el temor de yahveh instruye en sabidur�a: y delante de la gloria va la humildad. proverbios cap.16 [1] al hombre, los planes del coraz�n; pero de yahveh, la respuesta. [2] al hombre le parecen puros todos sus caminos, pero yahveh pondera los esp�ritus. [3] encomienda tus obras a yahveh y tus proyectos se llevar�n a cabo. [4] todas las obras de yahveh tienen su propio fin, hasta el malvado, para el d�a del mal [5] yahveh abomina al de coraz�n altivo, de cierto no quedar� impune. [6] con amor y lealtad se exp�a la falta; con el temor de yahveh se evita el mal. [7] cuando yahveh se complace en la conducta de un hombre. hasta a sus enemigos los reconcilia con �l. [8] m�s vale poco, con justicia, que mucha renta sin equidad. [9] el coraz�n del hombre medita su camino, pero es yahveh quien asegura sus pasos [10] or�culo en los labios del rey: en el juicio no comete falta su boca. [11] de yahveh son la balanza y los platillos justos, todas las pesas del saco son obra suya. [12] los reyes aborrecen las malas acciones, pues su trono en la justicia se afianza. [13] el favor del rey para los labios justos; y ama al que habla rectamente. [14] el furor del rey es mensajero de muerte; pero el hombre sabio lo apacigua. [15] si el rostro del rey se ilumina, hay vida; su favor es como nube de lluvia tard�a. [16] adquirir sabidur�a, cu�nto mejor que el oro; adquirir inteligencia es preferible a la plata. [17] la calzada de los rectos es apartarse del mal; el que atiende a su camino, guarda su alma. [18] la arrogancia precede a la ruina; el esp�ritu altivo a la ca�da. [19] mejor es ser humilde con los pobres que participar en el bot�n con los soberbios. [20] el que est� atento a la palabra encontrar� la dicha, el que conf�a en yahveh ser� feliz. [21] al de coraz�n sabio, se le llama inteligente, la dulzura de labios aumenta el saber. [22] la prudencia es fuente de vida para el que la tiene, el castigo de los necios es la necedad. [23] el coraz�n del sabio hace circunspecta su boca, y aumenta el saber de sus labios. [24] palabras suaves, panal de miel: dulces al alma, saludables al cuerpo. [25] hay caminos que parecen rectos, pero al cabo son caminos de muerte. [26] el ansia del trabajador para �l trabaja, pues le empuja el hambre de su boca.

[27] el hombre malvado trama el mal, tiene en los labios como un fuego ardiente. [28] el hombre perverso provoca querellas, el delator divide a los amigos. [29] el hombre violento seduce al vecino, y le hace ir por camino no bueno. [30] quien cierra los ojos es para meditar maldades, el que se muerde los labios, ha consumado el mal. [31] cabellos blancos son corona de honor; y en el camino de la justicia se la encuentra. [32] m�s vale el hombre paciente que el h�roe, el due�o de s� que el conquistador de ciudades. [33] se echan las suertes en el seno, pero la decisi�n viene de yahveh. proverbios cap.17 [1] mejor es un mendrugo de pan a secas, pero con tranquilidad, que casa llena de sacrificios de discordia. [2] el siervo prudente prevalece sobre el hijo sin honra; tendr�, con los hermanos, parte en la herencia. [3] crisol para la plata, horno para el oro; los corazones, yahveh mismo los prueba. [4] el malo est� atento a los labios inicuos, el mentiroso presta o�do a la lengua perversa. [5] quien se burla de un pobre, ultraja a su hacedor, quien se r�e de la desgracia no quedar� impune. [6] corona de los ancianos son los hijos de los hijos; los padres son el honor de los hijos. [7] al necio no le sienta un lenguaje pulido, y a�n menos al noble un hablar enga�oso. [8] el obsequio es un talism�n, para el que puede hacerlo; dondequiera que vaya, tiene �xito. [9] el que cubre un delito, se gana una amistad el que propala cosas, divide a los amigos. [10] m�s afecta un reproche a un hombre inteligente que cien golpes a un necio. [11] el malvado s�lo busca rebeliones, pero le ser� enviado un cruel mensajero. [12] mejor topar con osa privada de sus cachorros que con tonto en su necedad. [13] si uno devuelve mal por bien no se alejar� la desdicha de su casa. [14] entablar proceso es dar curso libre a las aguas; interr�mpelo antes de que se extienda. [15] justificar al malo y condenar al justo; ambas cosas abomina yahveh. [16] �de qu� sirve la riqueza en manos del necio? �para adquirir sabidur�a, siendo un insensato? [17] el amigo ama en toda ocasi�n, el hermano nace para tiempo de angustia. [18] es hombre insensato el que choca la mano y sale fiador de su vecino. [19] el que ama el pecado, ama los golpes, el que es altanero, busca la ruina. [20] el de coraz�n pervertido, no hallar� la dicha; el de lengua doble caer� en desgracia. [21] el que engendra un necio, es para su mal; no tendr� alegr�a el padre del insensato. [22] el coraz�n alegre mejora la salud; el esp�ritu abatido seca los huesos. [23] el malo acepta regalos en su seno, para torcer las sendas del derecho. [24] ante el hombre inteligente est� la sabidur�a, los ojos del necio en los confines de la tierra. [25] hijo necio, tristeza de su padre, y amargura de la que lo engendr�. [26] no es bueno poner multa al justo, golpear a los nobles es contra derecho. [27] el que retiene sus palabras es conocedor de la ciencia, el de sangre fr�a es hombre inteligente. [28] hasta al necio, si calla, se le tiene por sabio, por inteligente, si cierra los labios.

proverbios cap.18 [1] el que vive apartado, busca su capricho, se enfada por cualquier consejo. [2] el necio no halla gusto en la prudencia, sino en manifestar su coraz�n. [3] cuando llega la maldad, tambi�n llega el desprecio; y con la afrenta viene la ignominia. [4] las palabras en la boca del hombre son aguas profundas: torrente desbordado, fuente de sabidur�a. [5] no es bueno tener miramientos con el malo, para quitar, en el juicio, la raz�n al justo. [6] los labios del necio se meten en el proceso, y su boca llama a los golpes. [7] la boca del necio es su ruina, y sus labios una trampa para su vida. [8] las palabras del delator son golosinas, que bajan hasta el fondo de las entra�as. [9] el que es perezoso en el trabajo, es hermano del que destruye. [10] el nombre de yahveh es torre fuerte, a ella corre el justo y no es alcanzado. [11] la fortuna del rico es su plaza fuerte; como muralla inexpugnable, en su opini�n. [12] el coraz�n humano se engr�e antes de la ruina, y delante de la gloria va la humildad. [13] si uno responde antes de escuchar eso es para �l necedad y confusi�n. [14] el �nimo del hombre lo sostiene en su enfermedad; pero perdido el �nimo, �qui�n lo levantar�? [15] coraz�n inteligente adquiere ciencia, el o�do de los sabios busca la ciencia. [16] el regalo de un hombre todo se lo allana, y le lleva hasta la presencia de los grandes. [17] parece justo el primero que pleitea; mas llega su contendiente y lo pone al descubierto. [18] las suertes ponen fin a los litigios y deciden entre los poderosos. [19] un hermano ofendido es peor que una plaza fuerte, y las querellas son como cerrojos de ciudadela. [20] con el fruto de la boca sacia el hombre su vientre, con los frutos de sus labios se sacia. [21] muerte y vida est�n en poder de la lengua, el que la ama comer� su fruto. [22] quien hall� mujer, hall� cosa buena, y alcanz� favor de yahveh. [23] el pobre habla suplicando, pero el rico responde con dureza. [24] hay amigos que causan la ruina, y hay quien ama con m�s apego que un hermano. proverbios cap.19 [1] mejor es el pobre que camina en su integridad que el de labios perversos y adem�s necio. [2] tampoco es bueno el af�n cuando falta la ciencia, el de pies precipitados se extrav�a. [3] la necedad del hombre pervierte su camino, y luego en su coraz�n se irrita contra yahveh. [4] la riqueza multiplica los amigos, pero el pobre de su amigo es separado. [5] el testigo falso no quedar� impune, el que profiere mentiras no escapar�. [6] son numerosos los que halagan al noble, todos son amigos del hombre que da. [7] los hermanos del pobre le odian todos, �cu�nto m�s se alejar�n de �l los amigos! persigue palabras, pero no hay. [8] el que adquiere cordura se ama a s� mismo, el que sigue la prudencia, hallar� la dicha. [9] el testigo falso no quedar� impune, el que profiere mentiras perecer�. [10] no sienta bien al necio vivir en delicias, y menos al siervo dominar a los

pr�ncipes. [11] la prudencia del hombre domina su ira, y su gloria es dejar pasar una ofensa. [12] como rugido de le�n la indignaci�n del rey, su favor, como roc�o sobre la hierba. [13] el hijo necio, calamidad para su padre, goteo sin fin las querellas de mujer. [14] casa y fortuna se heredan de los padres, mujer prudente viene de yahveh. [15] la pereza hunde en el sopor, el alma indolente pasar� hambre. [16] quien guarda los mandatos se guarda a s� mismo, quien desprecia sus caminos morir�. [17] quien se apiada del d�bil, presta a yahveh, el cual le dar� su recompensa. [18] mientras hay esperanza corrige a tu hijo, pero no te excites hasta hacerle morir. [19] el iracundo carga con la multa; pues si le perdonas, se la tendr�s que aumentar. [20] escucha el consejo, acoge la correcci�n, para llegar, por fin, a ser sabio. [21] muchos proyectos en el coraz�n del hombre, pero s�lo el plan de yahveh se realiza. [22] lo que se desea en un hombre es la bondad, m�s vale un pobre que un mentiroso. [23] el temor de yahveh es para vida, vive satisfecho sin ser visitado por el mal. [24] el perezoso hunde la mano en el plato, y no es capaz ni de llevarla a la boca. [25] golpea al arrogante y el simple se volver� sensato; reprende al inteligente y alcanzar� el saber. [26] el que despoja a su padre y expulsa a su madre, es hijo infamante y desvergonzado. [27] deja ya, hijo, de escuchar la instrucci�n, y de apartarte de las palabras de la ciencia. [28] el testigo malvado se burla del derecho; la boca de los malos devora iniquidad. [29] los castigos est�n hechos para los arrogantes; y los golpes para la espalda de los necios. proverbios cap.20 [1] arrogante es el vino, tumultuosa la bebida; quien en ellas se pierde, no llegar� a sabio. [2] como rugido de le�n la indignaci�n del rey, el que la excita, se da�a a s� mismo. [3] es gloria para el hombre apartarse de litigios, pero todo necio se sale de s�. [4] a partir del oto�o, el perezoso no trabaja, en la cosecha busca, pero no hay nada. [5] el consejo en el coraz�n del hombre es agua profunda, el hombre inteligente sabr� sacarla. [6] muchos hombres se dicen piadosos; pero un hombre fiel, �qui�n lo encontrar�? [7] el justo camina en la integridad; �dichosos sus hijos despu�s de �l! [8] un rey sentado en el tribunal disipa con sus ojos todo mal. [9] �qui�n puede decir: �purifiqu� mi coraz�n, estoy limpio de mi pecado?� [10] dos pesos y dos medidas, ambas cosas aborrece yahveh. [11] incluso en sus acciones da el muchacho a conocer si sus obras ser�n puras y rectas. [12] el o�do que oye y el ojo que ve; ambas cosas las hizo yahveh. [13] no ames el sue�o, para no hacerte pobre; ten abiertos los ojos y te hartar�s de pan.

[14] ��malo, malo!� dice el comprador, pero al marchar se felicita. [15] hay oro y numerosas perlas, pero los labios instruidos son la cosa m�s preciosa. [16] t�male su vestido, pues sali� fiador de otro; t�male prenda por los extra�os. [17] el pan de fraude le es dulce al hombre, pero luego la boca se llena de grava. [18] los proyectos con el consejo se afianzan: haz con t�ctica la guerra. [19] el que anda murmurando descubre secretos; no andes con quien tiene la lengua suelta. [20] al que maldice a su padre y a su madre, se le extinguir� su l�mpara en medio de tinieblas. [21] herencia adquirida al principio con presteza, ne ser� a la postre bendecida. [22] no digas: �voy a devolver el mal�; conf�a en yahveh, que te salvar�. [23] tener dos pesas lo abomina yahveh; tener balanzas falsas no est� bien. [24] de yahveh dependen los pasos del hombre: �c�mo puede el hombre comprender su camino? [25] lazo es para el hombre pronunciar a la ligera: ��sagrado!� y despu�s de haber hecho el voto reflexionar. [26] un rey sabio aventa a los malos y hace pasar su rueda sobre ellos. [27] l�mpara de yahveh es el h�lito del hombre que explora hasta el fondo de su ser. [28] bondad y lealtad custodian al rey, fundamenta su trono en la bondad. [29] el vigor es la belleza de los j�venes, las canas el ornato de los viejos. [30] las cicatrices de las heridas son remedio contra el mal, los golpes curan hasta el fondo de las entra�as. proverbios cap.21 [1] corriente de agua es el coraz�n del rey en la mano de yahveh, que �l dirige donde quiere. [2] al hombre le parecen rectos todos sus caminos, pero es yahveh quien pesa los corazones. [3] practicar la justicia y la equidad, es mejor ante yahveh que el sacrificio. [4] ojos altivos, coraz�n arrogante, antorcha de malvados, es pecado. [5] los proyectos del diligente, todo son ganancia; para el que se precipita, todo es indigencia. [6] hacer tesoros con lengua enga�osa, es vanidad fugitiva de quienes buscan la muerte. [7] la violencia de los malos los domina, porque se niegan a practicar la equidad. [8] tortuoso es el camino del hombre criminal, pero el puro es recto en sus obras. [9] mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en com�n con mujer litigiosa. [10] el alma del malvado desea el mal, su vecino no halla gracia a sus ojos. [11] cuando se castiga al arrogante, el simple se hace sabio; cuando se instruye al sabio, adquiere ciencia. [12] el justo observa la casa del malvado, y arroja a los malvados a la desgracia. [13] quien cierra los o�dos a las s�plicas del d�bil clamar� tambi�n �l y no hallar� respuesta. [14] regalo a escondidas, aplaca la c�lera, y obsequio oculto, la ira violenta. [15] alegr�a para el justo es el cumplimiento de la justicia, pero horror para los que hacen el mal. [16] el hombre que se aparta del camino de la prudencia reposar� en la asamblea de las sombras. [17] se arruina el hombre que ama el placer, no ser� rico el aficionado a

banquetes. [18] rescate del justo es el malo, y en lugar de los rectos, el traidor. [19] mejor es habitar en el desierto que con mujer litigiosa y triste. [20] tesoro precioso y aceite en la casa del sabio, pero el hombre necio los devora. [21] quien va tras la justicia y el amor hallar� vida, justicia y honor. [22] el sabio escala la ciudad de los fuertes, y derriba la fortaleza en que confiaban. [23] el que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de la angustia. [24] al insolente y altivo se le llama: �arrogante�; act�a en el exceso de su insolencia. [25] el deseo del perezoso le lleva a la muerte, porque sus manos reh�san el trabajo. [26] todo el d�a est� el malo codicioso; pero el justo da sin rehusar jam�s. [27] el sacrificio de los malos es abominable, sobre todo si se ofrece con mala intenci�n. [28] el testigo falso perecer�, el hombre que escucha, por siempre podr� hablar. [29] el hombre malo se muestra atrevido, el recto afianza su camino. [30] no hay sabidur�a, ni hay prudencia ni hay consejo, delante de yahveh. [31] se prepara el caballo para el d�a del combate, pero la victoria es de yahveh. proverbios cap.22 [1] m�s vale buen nombre que muchas riquezas, y mejor es favor que plata y oro. [2] el rico y el pobre se encuentran, a los dos los hizo yahveh. [3] el hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo. [4] premio de la humildad, el temor de yahveh, la riqueza, el honor y la vida. [5] espinas y lazos en la senda del malo, el que cuida de su vida, se aleja de ellos. [6] instruye al joven seg�n sus disposiciones, que luego, de viejo, no se apartar� de ellas. [7] el rico domina a los pobres, el deudor es esclavo de su acreedor. [8] quien siembra injusticia cosecha miserias y la vara de su c�lera desaparecer�. [9] el de buena intenci�n ser� bendito, porque da de su pan al d�bil. [10] expulsa al arrogante y se ir� el litigio, y pleitos e injurias cesar�n. [11] el que ama los corazones puros, el de gracia en los labios, es amigo del rey. [12] los ojos de yahveh custodian la ciencia, pero confunden las palabras del p�rfido. [13] el perezoso dice: �hay fuera un le�n; voy a ser muerto en medio de la calle.� [14] fosa profunda la boca de las mujeres ajenas: aquel contra el que yahveh se a�ra, caer� en ella. [15] la necedad est� enraizada en el coraz�n del joven, la vara de la instrucci�n lo alejar� de ella. [16] el que oprime a un d�bil, lo engrandece; el que da a un rico, llega a empobrecerlo. [17] presta o�do y escucha las palabras de los sabios, y aplica tu coraz�n a mi ciencia, [18] porque te ser� dulce guardarlas en tu seno, y tener todas a punto en tus labios. [19] para que est� en yahveh tu confianza tambi�n a ti hoy te ense�ar�. [20] �no he escrito para ti treinta cap�tulos de consejos y ciencia, [21] para hacerte conocer la certeza de las palabras verdaderas, y puedas responder palabras verdaderas a quien te env�e?

[22] no despojes al d�bil, porque es d�bil, y no aplastes al desdichado en la puerta, [23] porque yahveh defender� su causa y despojar� de la vida a los despojadores. [24] no tomes por compa�ero a un hombre airado, ni vayas con un hombre violento, [25] no sea que aprendas sus senderos, y te encuentres con un lazo para tu vida. [26] no seas de los que chocan la mano, y salen fiadores de pr�stamos: [27] porque si no tienes con qu� pagar, te tomar�n el lecho en que te acuestas. [28] no desplaces el lindero antiguo que tus padres pusieron. [29] �has visto un hombre h�bil en su oficio? se colocar� al servicio de los reyes. no quedar� al servicio de gentes oscuras. proverbios cap.23 [1] si te sientas a comer con poderoso, mira bien al que est� frente a ti; [2] pon un cuchillo a tu garganta si eres hombre de apetito; [3] no desees sus manjares, porque es alimento enga�oso. [4] no te fatigues por eniquecerte, deja de pensar en ello. [5] pones tus ojos en ello y no hay nada. porque se hace alas como �guila, y se vuela hasta el cielo. [6] no comas pan con hombre de malas intenciones, ni desees sus manjares. [7] porque, seg�n lo que calcula en su interior, te dice: ��come y bebe!�, pero su coraz�n no est� contigo. [8] nada m�s comer lo vomitar�as y tus palabras amables ser�an tu ruina. [9] a o�dos de necio no hables, porque se burlar� de la prudencia de tus dichos. [10] no desplaces el lindero antiguo, no entres en el campo de los hu�rfanos, [11] porque su vengador es poderoso, y defender�a su pleito contra ti. [12] aplica tu coraz�n a la instrucci�n, y tus o�dos a las palabras de la ciencia. [13] no ahorres correcci�n al ni�o, que no se va a morir porque le castigues con la vara. [14] con la vara le castigar�s y librar�s su alma del seol. [15] hijo m�o, si tu coraz�n es sabio, se alegrar� tambi�n mi coraz�n, [16] y exultar�n mis ri�ones al decir tus labios cosas rectas. [17] no envidie tu coraz�n a los pecadores, m�s bien en el temor de yahveh permanezca todo el d�a, [18] porque hay un ma�ana, y tu esperanza no ser� aniquilada. [19] escucha, hijo, y ser�s sabio, y endereza tu coraz�n por el camino... [20] no seas de los que se emborrachan de vino, ni de los que se ah�tan de carne, [21] porque borracho y glot�n se empobrecen y el sopor se viste de harapos. [22] escucha a tu padre, que �l te engendr�, y no desprecies a tu madre por ser vieja. [23] adquiere la verdad y no la vendas: la sabidur�a, la instrucci�n, la inteligencia. [24] el padre del justo rebosa de gozo, quien engendra un sabio por �l se regocija. [25] se alegrar�n tu padre y tu madre, y gozar� la que te ha engendrado. [26] dame, hijo m�o, tu coraz�n, y que tus ojos hallen deleite en mis caminos. [27] fosa profunda es la prostituta, pozo angosto la mujer extra�a. [28] tambi�n ella como ladr�n pone emboscadas, y multiplica entre los hombres los traidores. [29] �para qui�n las �desgracias�? �para qui�n los �ayes�? �para qui�n los litigios? �para qui�n los lloros? �para qui�n los golpes sin motivo? �para qui�n los ojos turbios? [30] para los que se eternizan con el vino, los que van en busca de vinos mezclados. [31] no mires el vino: �qu� buen color tiene! �c�mo brinca en la copa! �qu� bien entra! [32] pero, a la postre, como serpiente muerde, como v�bora pica.

[33] tus ojos ver�n cosas extra�as, y tu coraz�n hablar� sin ton ni son. [34] estar�s como acostado en el coraz�n del mar, o acostado en la punta de un m�stil. [35] �me han golpeado, pero no estoy enfermo; me han tundido a palos, pero no lo he sentido, �cu�ndo me despertar�...?, me lo seguir� preguntando.� proverbios cap.24 [1] no tengas envidia de los malos, no desees estar con ellos, [2] porque su coraz�n trama violencias, y sus labios hablan de desgracias. [3] con la sabiduria se construye una casa, y con la prudencia se afianza; [4] con la ciencia se llenan los cilleros de todo bien precioso y deseable. [5] el var�n sabio est� fuerte, el hombre de ciencia fortalece su vigor; [6] porque con sabios consejos har�s la guerra, y en la abundancia de consejeros est� el �xito. [7] muy alta est� la sabidur�a para el necio: no abre su boca en la puerta. [8] al que piensa en hacer mal, se le llama maestro en intrigas. [9] la necedad s�lo maquina pecados, el arrogante es abominable a los hombres. [10] si te dejas abatir el d�a de la angustia, angosta es tu fuerza. [11] libra a los que son llevados a la muerte, y a los conducidos al suplicio �si los puedieras retener! [12] si dices: �mira que no lo sab�amos�, �acaso el que pesa los corazones no comprende? �el que vigila tu alma, no lo sabe? el da a cada hombre seg�n sus obras. [13] come miel, hijo m�o, porque es buena. panal de miel es dulce a tu paladar. [14] pues s�bete que as� ser� la sabidur�a para tu alma, y si la hallas, hay un ma�ana, y tu esperanza no ser� aniquilada. [15] no pongas, malvado, asechanzas en la mansi�n del justo, no hagas violencia a su morada. [16] que siete veces cae el justo, pero se levanta, mientras los malos se hunden en la desgracia. [17] no te alegres por la ca�da de tu enemigo, no se goce tu coraz�n cuando se hunde; [18] no sea que lo vea yahveh y le desagrade, y aparte de �l su ira. [19] no te enfurezcas por causa de los malvados, ni tengas envidia de los malos. [20] porque para el malvado no hay un ma�ana: la l�mpara de los malos se extinguir�. [21] teme, hijo m�o, a yahveh y al rey, no te relaciones con los innovadores, [22] porque al instante surgir� su calamidad, y �qui�n sabe el castigo que pueden ambos dar? [23] tambi�n esto pertenece a los sabios: hacer acepci�n de personas en el juicio no est� bien. [24] al que dice al malo: �eres justo�, le maldicen los pueblos y le detestan las naciones; [25] los que los castigan, viven felices, y viene sobre ellos la bendici�n del bien. [26] besa en los labios, el que responde con franqueza. [27] ordena tus trabajos de fuera y prepara tus faenas en el campo; y despu�s puedes construirte tu casa. [28] no des testimonio, en vano, contra tu pr�jimo, ni enga�es con tus labios. [29] no digas: �como �l me ha hecho a m�, le har� yo a �l, dar� a cada uno seg�n sus obras.� [30] he pasado junto al campo de un perezoso, y junto a la vi�a de un hombre insensato, [31] y estaba todo invadido de ortigas, los cardos cubr�an el suelo, la cerca de piedras estaba derru�da. [32] al verlo, medit� en mi coraz�n, al contemplarlo aprend� la lecci�n: [33] �un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos

cruzados [34] y llegar�, como vagabundo, tu miseria y como un mendigo tu pobreza.� proverbios cap.25 [1] tambi�n estos son proverbios de salom�n, transcritos por los hombres de ezequ�as, rey de jud�. [2] es gloria de dios ocultar una cosa, y gloria de los reyes escrutarla. [3] los cielos por su altura, la tierra por su profundidad, y el coraz�n de los reyes: son inescrutables. [4] quita las escorias de la plata, y quedar� enteramente pura; [5] quita al malo de delante del rey, y su trono se afianzar� en la justicia. [6] no te des importancia ante el rey, no te coloques en el sitio de los grandes; [7] porque es mejor que te digan: �sube ac�, que ser humillado delante del pr�ncipe. lo que han visto tus ojos, [8] no te apresures a llevarlo a juicio; pues �qu� har�s a la postre cuando tu pr�jimo te confunda? [9] defiende tu causa contra tu pr�jimo, pero no descubras los secretos de otro, [10] no sea que el que lo oye te averg�ence, y que tu difamaci�n no tenga vuelta. [11] manzanas de oro con adornos de plata, es la palabra dicha a tiempo. [12] anillo de oro, o collar de oro fino, la reprensi�n sabia en o�do atento. [13] como frescor de nieve el d�a de la siega el mensajero leal, para el que lo env�a: conforta el �nimo de su se�or. [14] nubes y viento, pero no lluvia, el hombre que se jacta de que va a hacer un regalo, pero miente. [15] con paciencia se persuade al juez, una lengua dulce quebranta los huesos. [16] �has hallado miel?, come lo que necesites; no llegues a hartarte y la vomites. [17] pon tu pie pocas veces en casa del vecino, no sea que se hast�e y te aborrezca. [18] martillo, espada, flecha aguda: es el hombre que da testimonio falso contra su pr�jimo. [19] diente roto, pie titubeante: la confianza en el p�rfido, el d�a de la angustia, [20] como quitar el vestido en d�a helado. poner vinagre sobre salitre, es cantar canciones a un coraz�n triste. [21] si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber; [22] as� amontonas sobre su cabeza brasas y yahveh te dar� la recompensa. [23] el viento norte trae la lluvia, la lengua que disimula, rostros airados. [24] mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en com�n con mujer litigiosa. [25] agua fresca en fauces sedientas: la noticia buena de un pa�s lejano. [26] fuente hollada, manantial ensuciado, el justo que titubea ante el malo. [27] no es bueno comer mucha miel, ni buscar gloria y m�s gloria. [28] ciudad abierta y sin muralla es el hombre que no domina su �nimo. proverbios cap.26 [1] como nieve en verano y lluvia en la siega, as� de mal le sienta la gloria al insensato. [2] como se escapa el p�jaro y vuela la golondrina, as� no se realiza la maldici�n sin motivo. [3] l�tigo para el caballo, brida para el asno y vara para la espalda de los necios. [4] no respondas al necio seg�n su necedad, no sea que t� tambi�n te vuelvas como �l. [5] responde al necio seg�n su necedad, no vaya a creerse que es un sabio. [6] se corta los pies, se empapa de amargura, el que env�a un recado en mano de

necio. [7] como las piernas vacilantes del cojo, es el proverbio en boca de los necios. [8] como sujetar una piedra en la honda, es conceder honores a un necio. [9] como espino que va a parar a mano de borracho, es el proverbio en boca de los necios. [10] como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo al necio y al borracho que pasan. [11] como el perro vuelve a su v�mito, vuelve el necio a su insensatez. [12] �has visto a un hombre que se cree sabio? m�s se puede esperar de un necio que de �l. [13] dice el perezoso: ��un le�n en el camino! �un le�n en la plaza!� [14] la puerta gira en los goznes, y el perezoso en la cama. [15] el perezoso hunde la mano en el plato; pero le fatiga llevarla a la boca. [16] el perezoso se tiene por m�s sabio que siete personas que responden con tacto. [17] agarra por las orejas a un perro que pasa el que se mete en litigio que no le incumbe. [18] como un loco que arroja saetas escondidas, flechas y muerte, [19] tal es el hombre que enga�a a su pr�jimo, y dice: ��no ves que estaba bromeando?� [20] cuando se acaba la le�a, se apaga el fuego, cuando no hay chismoso, se apacigua la disputa. [21] carb�n sobre brasas y le�a sobre fuego, es el pleiteador para atizar querellas. [22] las palabras del delator son golosinas que bajan hasta el fondo de las entra�as. [23] plata con escorias esmaltada sobre arcilla, son los labios dulces con coraz�n perverso. [24] el que odia, disimula con sus labios, pero en su interior comete perfidia; [25] si da a su voz un tono amable, no te f�es, porque hay siete abominaciones en su coraz�n. [26] encubrir� su odio con enga�o, pero en la asamblea se descubrir� su malicia. [27] el que excava una fosa caer� en ella, el que hace rodar una piedra se le vendr� encima. [28] la lengua mentirosa odia a sus v�ctimas, la boca melosa labra la ruina. proverbios cap.27 [1] no te regocijes por el d�a de ma�ana, porque no sabes lo que deparar� el d�a de hoy. [2] que otro te alabe y no tu propia boca; un extra�o, que no tus labios. [3] pesada es la piedra y pesada la arena, la ira del necio es m�s pesada que ellas. [4] el furor es cruel, agua desbordada la c�lera; mas �qui�n resistir� ante la envidia? [5] mejor es reprensi�n manifiesta que amor oculto. [6] leales son las heridas del amigo, falsos los besos del enemigo. [7] alma saciada pisotea la miel, al alma hambrienta, hasta lo amargo es dulce. [8] como yerra el p�jaro lejos de su nido, as� yerra el hombre lejos de su lugar. [9] el aceite y el perfume alegran el coraz�n, la dulzura del amigo consuela el alma. [10] no abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no entres en la casa de tu hermano el d�a de tu infortunio. mejor es vecino pr�ximo que hermano alejado. [11] s� sabio, hijo m�o, y alegra mi coraz�n; y podr� responder al que me ultraja. [12] el hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo. [13] t�male su vestido, pues sali� fiador de otro; t�male prenda por los

extra�os. [14] al que ya de ma�ana a su pr�jimo bendice en alta voz, le ser� contado como una maldici�n. [15] goteo incesante en d�a de lluvia y mujer chismosa, son iguales; [16] el que la retiene, retiene viento y aceite encuentra su derecha. [17] el hierro con hierro se aguza, y el hombre con su pr�jimo se afina. [18] el que vigila una higuera come de su fruto, el que guarda a su se�or ser� honrado. [19] como en el agua un rostro refleja otro rostro, as� el coraz�n de un hombre refleja el de otro hombre. [20] seol y perdici�n son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre. [21] crisol para la plata, horno para el oro, el hombre vale seg�n su reputaci�n. [22] aunque machaques al necio en el mortero, (entre el grano, con el pil�n) no se apartar� de �l su necedad. [23] conoce a fondo el estado de tu ganado, aplica tu coraz�n a tu reba�o; [24] porque no es eterna la riqueza, no se transmite una corona de edad en edad. [25] cortada la hierba, aparecido el reto�o, y apilado el heno de los montes, [26] ten corderos para poderte vestir, machos cabr�os con que pagar un campo, [27] leche de cabras abundante para tu sustento, para alimentar a tu familia y mantener a tus criados. proverbios cap.28 [1] el malo huye sin que nadie le persiga, pero el justo como un le�n est� seguro. [2] cuando un pa�s es rebelde, son muchos sus pr�ncipes; con un hombre inteligente y sabio hay estabilidad. [3] hombre malo que oprime a los d�biles es como lluvia devastadora que deja sin pan. [4] los que abandonan la ley alaban al malo, los que guardan la ley se irritan contra ellos. [5] los hombres malos no entienden de equidad, los que buscan a yahveh lo comprenden todo. [6] mejor es el pobre que camina en su integridad que el de caminos tortuosos, por m�s que sea rico. [7] el que guarda la ley es un hijo inteligente, el que frecuenta org�as es la deshonra de su padre. [8] el que aumenta su riqueza por usura e inter�s, la amontona para el que se compadece de los pobres. [9] el que aparta su o�do para no o�r la ley, hasta su oraci�n es abominable. [10] el que extrav�a a los rectos por el mal camino, en su propia fosa caer�. los hombres sin tacha heredar�n la dicha. [11] el hombre rico se cree sabio, pero el pobre inteligente, lo desenmascara. [12] cuando se alegran los justos, es grande el regocijo, cuando se alzan los malos, todos se esconden. [13] al que encubre sus faltas, no le saldr� bien; el que las confiesa y abandona, obtendr� piedad. [14] dichoso el hombre que siempre est� en temor; el que endurece su coraz�n caer� en el mal. [15] le�n rugiente, oso hambriento, es el malo que domina al pueblo d�bil. [16] pr�ncipe sin inteligencia multiplica la opresi�n, el que odia el lucro prolongar� sus d�as. [17] el hombre culpable de una muerte huir� hasta la tumba; �que nadie le detenga! [18] el que anda sin tacha ser� salvo, el que va oscilante entre dos caminos, caer� en uno de ellos. [19] quien cultiva su tierra se hartar� de pan, quien va tras nader�as, se hartar� de pobreza.

[20] el hombre leal ser� muy bendecido, quien se hace rico aprisa, no quedar� impune. [21] no es bueno hacer acepci�n de personas, que por un bocado de pan el hombre prevarica. [22] el hombre de malas intenciones corre tras la riqueza, sin saber que lo que le viene es la indigencia. [23] el hombre que reprende halla al cabo m�s gracia que el de lengua aduladora. [24] el que roba a su padre y a su madre y dice: �no hay en ello falta�, es compa�ero del hombre destructor. [25] el hombre ambicioso azuza querellas, el que conf�a en yahveh prosperar�. [26] el que conf�a en su coraz�n es un necio, el que anda con sabidur�a se salvar�. [27] el que da a los pobres no conocer� la indigencia, para el que se tapa los ojos abundante maldici�n. [28] cuando se alzan los malos, todos se esconden, cuando perecen, los justos se multiplican. proverbios cap.29 [1] el hombre que, reprendido, endurece la cerviz, ser� pronto deshecho y sin remedio. [2] cuando los justos se multiplican, el pueblo se alegra, cuando dominan los malos, el pueblo gime. [3] el que ama la sabidur�a, da alegr�a a su padre, el que anda con prostitutas, disipa su fortuna. [4] el rey, con la equidad, mantiene el pa�s, el hombre exactor lo arruina. [5] el hombre que adula a su pr�jimo pone una red bajo sus pasos. [6] en el pecado del malo hay una trampa, pero el justo se regocija y alegra. [7] el justo conoce la causa de los d�biles, el malo no tiene inteligencia para conocerla. [8] los arrogantes turban la ciudad, los sabios alejan la c�lera. [9] cuando el sabio tiene un pleito con el necio, ya se exaspere o se r�a, no lograr� sosiego. [10] los hombres sanguinarios odian al intachable, los rectos van en busca de su persona. [11] el necio da salida a toda su pasi�n; el sabio la reprime y apacigua. [12] si un jefe hace caso de las palabras mentirosas, todos sus servidores ser�n malos. [13] el pobre y el opresor se encuentran, yahveh da la luz a los ojos de ambos. [14] el rey que juzga con verdad a los d�biles, asegura su trono para siempre. [15] vara y reprensi�n dan sabidur�a, muchacho dejado a s� mismo, averg�enza a su madre. [16] cuando se multiplican los malos, se multiplican los delitos, pero los justos contemplar�n su ca�da. [17] corrige a tu hijo y te dejar� tranquilo; y har� las delicias de tu alma. [18] cuando no hay visiones, el pueblo se relaja, pero el que guarda la ley es dichoso. [19] no se corrige a un siervo con palabras, porque aunque las entienda, no las cumple. [20] �has visto un hombre dispuesto siempre a hablar? m�s se puede esperar de un necio que de �l. [21] si se mima a un esclavo desde ni�o, al final ser� un ingrato. [22] el hombre violento provoca querellas, el hombre airado multiplica los delitos. [23] el orgullo del pobre lo humillar�; el humilde de esp�ritu obtendr� honores. [24] el que reparte con ladr�n se odia a s� mismo, oye la imprecaci�n, pero no revela nada. [25] temblar ante los hombres es un lazo; el que conf�a en yahveh est� seguro.

[26] son muchos los que buscan el favor del jefe, pero es yahveh el que juzga a cada uno. [27] abominaci�n para los justos es el hombre inicuo abominaci�n para el malo el de recto camino. proverbios cap.30 [1] palabras de agur, hijo de yaqu�, de mass�. or�culo de este hombre para itiel, para itiel y para ukal. [2] �soy el m�s est�pido de los hombres! no tengo inteligencia humana. [3] no he aprendido la sabidur�a, �y voy a conocer la ciencia de los santos? [4] �qui�n subi� a los cielos y volvi� a bajar? �qui�n ha recogido viento en sus palmas? �qui�n retuvo las aguas en su manto? �qui�n estableci� los linderos de la tierra? �cu�l es su nombre y el nombre de su hijo, si es que lo sabes? [5] probadas son todas las palabras de dios; �l es un escudo para cuantos a �l se acogen. [6] no a�adas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y pases por mentiroso. [7] dos cosas te pido. no me las reh�ses antes de mi muerte: [8] aleja de m� la mentira y la palabra enga�osa; no me des pobreza ni riqueza, d�jame gustar mi bocado de pan, [9] no sea que llegue a hartarme y reniegue, y diga: ��qui�n es yahveh?�. o no sea que, siendo pobre, me d� al robo, e injurie el nombre de mi dios. [10] no calumnies a un siervo ante su amo no sea que te maldiga y tengas que pagar la pena. [11] hay gente que maldice a su padre, y a su madre no bendice, [12] gente que se cree pura y no est� limpia de su mancha, [13] �gente de qu� altivos ojos, cuyos p�rpados se alzan!; [14] gente cuyos dientes son espadas, y sus mand�bulas cuchillos, para devorar a los desvalidos ech�ndolos del pa�s y a los pobres de entre los hombres. [15] la sanguijuela tiene dos hijas: ��daca, daca!� hay tres cosas insaciables y cuatro que no dicen: ��basta!� [16] el seol, el seno est�ril, la tierra que no se sacia de agua, y el fuego que no dice: ��basta!� [17] al ojo que se r�e del padre y desprecia la obediencia de una madre, lo picotear�n los cuervos del torrente, los aguiluchos lo devorar�n. [18] tres cosas hay que me desbordan y cuatro que no conozco: [19] el camino del �guila en el cielo, el camino de la serpiente por la roca, el camino del nav�o en alta mar, el camino del hombre en la doncella. [20] este es el camino de la mujer ad�ltera: come, se limpia la boca y dice: ��no he hecho nada de malo �� [21] por tres cosas tiembla la tierra y cuatro no puede soportar: [22] por esclavo que llega a rey, por idiota que se ah�ta de comer, [23] por mujer odiada que se casa, por esclava que hereda a su se�ora. [24] hay cuatro seres los m�s peque�os de la tierra, pero que son m�s sabios que los sabios: [25] las hormigas -multitud sin fuerza- que preparan en verano su alimento; [26] los damanes -multitud sin poder-, que ponen sus casas en la roca; [27] las langostas, que sin tener rey, salen todas en orden; [28] el lagarto, al que se agarra con la mano y est� en los palacios de los reyes. [29] hay tres cosas de paso gallardo y cuatro de elegante marcha: [30] el le�n -fuerte entre los animales-, que ante nada retrocede, [31] el esbelto gallo o el macho cabr�o, y el rey que arenga a su pueblo. [32] si hiciste el necio, envalenton�ndote, y has reflexionado, pon mano en boca, [33] pues apretando la leche se saca mantequilla apretando la nariz se saca sangre y apretando la ira, se saca querella. proverbios cap.31

[1] palabras de lemuel, rey de mass�, que le ense�o su madre: [2] �no, hijo m�o, no, hijo de mis entra�as! �no, hijo de mis votos! [3] no entregues tu vigor a las mujeres, ni tus caminos a las que pierden a los reyes. [4] no es para los reyes, lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los pr�ncipes ser aficionado a la bebida. [5] no sea que, bebiendo, olviden sus decretos y pervientan las causas de todos los desvalidos. [6] dad bebidas fuertes al que va a perecer y vino al de alma amargada; [7] que beba y olvide su miseria, y no se acuerde ya de su desgracia. [8] abre tu boca en favor del mudo, por la causa de todos los abandonados, [9] abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del m�sero y del pobre. [10] una mujer completa, �qui�n la encontrar�? es mucho m�s valiosa que las perlas. [11] en ella conf�a el coraz�n de su marido, y no ser� sin provecho. [12] gu�mel. le produce el bien, no el mal, todos los d�as de su vida. [13] se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes. [14] es como nave de mercader que de lejos trae su provisi�n. [15] se levanta cuando a�n es de noche da de comer a sus dom�sticos y �rdenes a su servidumbre. [16] hace c�lculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una vi�a. [17] se ci�e con fuerza sus lomos y vigoriza sus brazos. [18] siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su l�mpara. [19] tod. echa mano a la rueca, sus palmas toman el huso. [20] alarga su palma al desvalido, y tiende sus manos al pobre. [21] . no teme por su casa a la nieve, pues todos los suyos tienen vestido doble. [22] para s� se hace mantos, y su vestido es de lino y p�rpura. [23] su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del pa�s. [24] hace t�nicas de lino y las vende, entrega al comerciante ce�idores. [25] se viste de fuerza y dignidad, y se r�e del d�a de ma�ana. [26] abre su boca con sabidur�a, lecci�n de amor hay en su lengua. [27] est� atenta a la marcha de su casa, y no come pan de ociosidad. [28] se levantan sus hijos y la llaman dichosa; su marido, y hace su elogio: [29] ��muchas mujeres hicieron proezas, pero t� las superas a todas!� [30] enga�osa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a yahveh, �sa ser� alabada. [31] dadle del fruto de sus manos y que en las puertas la alaben sus obras. qohelet cap.1 [1] palabras de coh�let, hijo de david, rey en jerusal�n. [2] �vanidad de vanidades! -dice coh�let-, �vanidad de vanidades, todo vanidad! [3] �qu� saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol? [4] una generaci�n va, otra generaci�n viene; pero la tierra para siempre permanece. [5] sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y all� vuelve a salir. [6] sopla hacia el sur el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sigue el viento y vuelve el viento a girar. [7] todos los r�os van al mar y el mar nunca se llena; al lugar donde los r�os van, all� vuelven a fluir. [8] todas las cosas dan fastidio. nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el o�do de o�r. [9] lo que fue, eso ser�; lo que se hizo, ese se har�. nada nuevo hay bajo el sol. [10] si algo hay de que se diga: �mira, eso s� que es nuevo�, aun eso ya suced�a

en los siglos que nos precedieron. [11] no hay recuerdo de los antiguos, como tampoco de los venideros quedar� memoria en los que despu�s vendr�n. [12] yo, coh�let, he sido rey de israel, en jerusal�n. [13] he aplicado mi coraz�n a investigar y explorar con la sabidur�a cuanto acaece bajo el cielo. �mal oficio �ste que dios encomend� a los humanos para que en �l se ocuparan! [14] he observado cuanto sucede bajo el sol y he visto que todo es vanidad y atrapar vientos. [15] lo torcido no puede enderezarse, lo que falta no se puede contar. [16] me dije en mi coraz�n: tengo una sabidur�a grande y extensa, mayor que la de todos mis predecesores en jerusal�n; mi coraz�n ha contemplado mucha sabidur�a y ciencia. [17] he aplicado mi coraz�n a conocer la sabidur�a, y tambi�n a conocer la locura y la necedad, he comprendido que aun esto mismo es atrapar vientos, [18] pues donde abunda sabidur�a, abundan penas, y quien acumula ciencia, acumula dolor. qohelet cap.2 [1] habl� en mi coraz�n: �adelante! �voy a probarte en el placer; disfruta del bienestar! pero vi que tambi�n esto es vanidad. [2] a la risa la llam�: �locura!; y del placer dije: �para qu� vale? [3] trat� de regalar mi cuerpo con el vino, mientras guardaba mi coraz�n en la sabidur�a, y entregarme a la necedad hasta ver en qu� consist�a la felicidad de los humanos, lo que hacen bajo el cielo durante los contados d�as de su vida. [4] emprend� mis grandes obras; me constru� palacios, me plant� vi�as; [5] me hice huertos y jardines, y los plant� de toda clase de �rboles frutales. [6] me constru� albercas con aguas para regar la frondosa plantaci�n. [7] tuve siervos y esclavas: pose� servidumbre, as� como ganados, vacas y ovejas, en mayor cantidad que ninguno de mis predecesores en jerusal�n. [8] atesor� tambi�n plata y oro, tributos de reyes y de provincias. me procur� cantores y cantoras, toda clase de lujos humanos, coperos y reposteros. [9] segu� engrandeci�ndome m�s que cualquiera de mis predecesores en jerusal�n, y mi sabidur�a se manten�a. [10] de cuanto me ped�an mis ojos, nada les negu� ni rehus� a mi coraz�n ninguna alegr�a; toda vez que mi coraz�n se solazaba de todas mis fatigas, y esto me compensaba de todas mis fatigas. [11] consider� entonces todas las obras de mis manos y el fatigoso af�n de mi hacer y vi que todo es vanidad y atrapar vientos, y que ning�n provecho se saca bajo el sol. [12] yo me volv� a considerar la sabidur�a, la locura y la necedad. �qu� har� el hombre que suceda al rey, sino lo que ya otros hicieron? [13] yo vi que la sabidur�a aventaja a la necedad, como la luz a las tieneblas. [14] el sabio tiene sus ojos abiertos, mas el necio en las tinieblas camina. pero tambi�n yo s� que la misma suerte alcanza a ambos. [15] entonces me dice: como la suerte del necio ser� la m�a, �para qu� vales, pues, mi sabidur�a? y pens� que hasta eso mismo es vanidad. [16] no hay recuerdo duradero ni del sabio ni del necio; al correr de los d�as, todos son olvidados. pues el sabio muere igual que el necio. [17] he detestado la vida, porque me repugna cuanto se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y atrapar vientos. [18] detest� todos mis fatigosos afanes bajo el sol, que yo dejo a mi sucesor. [19] �qui�n sabe si ser� sabio o necio? el se har� due�o de todo mi trabajo, lo que realic� con fatiga y sabidur�a bajo el sol. tambi�n esto es vanidad. [20] entregu� mi coraz�n al desaliento, por todos mis fatigosos afanes bajo el sol, [21] pues un hombre que se fatig� con sabidur�a, ciencia y destreza, a otro que

en nada se fatig� da su propia paga. tambi�n esto es vanidad y mal grave. [22] pues �qu� le queda a aquel hombre de toda su fatiga y esfuerzo con que se fatig� bajo el sol? [23] pues todos sus d�as son dolor, y su oficio, penar; y ni aun de noche su coraz�n descansa. tambi�n esto es vanidad. [24] no hay mayor felicidad para el hombre que comer y beber, y disfrutar en medio de sus fatigas. yo veo que tambi�n esto viene de la mano de dios, [25] pues quien come y quien bebe, lo tiene de dios. [26] porque a quien le agrada, da el sabidur�a, ciencia y alegr�a; mas al pecador, da la tarea de amontonar y atesorir para dej�rselo a quien agrada a dios. tambi�n esto es vanidad y atrapar vientos. qohelet cap.3 [1] todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: [2] su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado. [3] su tiempo el matar, y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir, y su tiempo el edificar. [4] su tiempo el llorar, y su tiempo el re�r; su tiempo el lamentarse, y su tiempo el danzar. [5] su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abrazarse, y su tiempo el separarse. [6] su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su tiempo el tirar. [7] su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tiempo el hablar. [8] su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la paz. [9] �qu� gana el que trabaja con fatiga? [10] he considerado la tarea que dios ha puesto a los humanos para que en ella se ocupen. [11] el ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; tambi�n ha puesto el mundo en sus corazones, sin que el hombre llegue a descubrir la obra que dios ha hecho de principio a fin. [12] comprendo que no hay para el hombre m�s felicidad que alegrarse y buscar el bienestar en su vida. [13] y que todo hombre coma y beba y disfrute bien en medio de sus fatigas, eso es don de dios. [14] comprendo que cuanto dios hace es duradero. nada hay que a�adir ni nada que quitar. y as� hace dios que se le tema. [15] lo que es, ya antes fue; lo que ser�, ya es. y dios restaura lo pasado. [16] todav�a m�s he visto bajo el sol: en la sede del derecho, all� est� la iniquidad; y en el sitial del justo, all� el imp�o. [17] dije en mi coraz�n: dios juzgar� al justo y al imp�o, pues all� hay un tiempo para cada cosa y para toda obra. [18] dije tambi�n en mi coraz�n acerca de la conducta de los humanos: sucede as� para que dios los pruebe y les demuestre que son como bestias. [19] porque el hombre y la bestia tienen la misma suerte: muere el uno como la otra; y ambos tienen el mismo aliento de vida. en nada aventaja el hombre a la bestia, pues todo es vanidad. [20] todos caminan hacia una misma meta; todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo. [21] �qui�n sabe si el aliento de vida de los humanos asciende hacia arriba y si el aliento de vida de la bestia desciende hacia abajo, a la tierra? [22] veo que no hay para el hombre nada mejor que gozarse en sus obras, pues esa es su paga. pero �qui�n le guiar� a contemplar lo que ha de suceder despu�s de �l?

qohelet cap.4 [1] yo me volv� a considerar todas las violencias perpetradas bajo el sol: vi el llanto de los oprimidos, sin tener quien los consuele; la violencia de sus verdugos, sin tener quien los vengue. [2] felicit� a los muertos que ya perecieron, m�s que a los vivos que a�n viven. [3] m�s feliz a�n que entrambos es aquel que a�n no ha existido, que no ha visto la iniquidad que se comete bajo el sol. [4] he visto que todo af�n y todo �xito en una obra excita la envidia del uno contra el otro. tambi�n esto es vanidad y atrapar vientos. [5] el necio se cruza de manos, y devora su carne. [6] m�s vale llenar un pu�ado con reposo que dos pu�ados con fatiga en atrapar vientos. [7] volv� de nuevo a considerar otra vanidad bajo el sol: [8] a saber, un hombre solo, sin sucesor, sin hijos ni hermano; sin l�mite a su fatiga, sin que sus ojos se harten de riqueza. �mas �para qui�n me fatigo y privo a mi vida de felicidad?� tambi�n esto es vanidad y mal negocio. [9] m�s valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. [10] pues si cayeren, el uno levantar� a su compa�ero; pero �ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante. [11] si dos se acuestan, tienen calor; pero el solo �c�mo se calentar�? [12] si atacan a uno, los dos har�n frente. la cuerda de tres hilos no es f�cil de romper. [13] m�s vale mozo pobre y sabio que rey viejo y necio, que no sabe ya consultar. [14] pues de prisi�n sali� quien lleg� a reinar, aunque pobre en sus dominios naciera. [15] veo a todos los vivientes que caminan bajo el sol, ponerse junto al mozo, el sucesor, el que ocupar� su puesto. [16] era sin fin la multitud a cuyo frente estaba; tampoco la posteridad se contentar� de �l. tambi�n esto es vanidad y atraper vientos. [17] guarda tus pasos cuando vas a la casa de dios. acercarse obediente vale m�s que el sacrificio de los necios, porque ellos no saben que hacen el mal. qohelet cap.5 [1] no te precipites a hablar, ni tu coraz�n se apresure a pronunciar una palabra ante dios. pues dios est� en el cielo, pero t� en la tierra: sean por tanto pocas tus palabras. [2] porque, los sue�os vienen de las muchas tareas. la voz necia, de las muchas palabras. [3] si haces voto a dios, no tardes en cumplirlo; pues no le agradan los necios. el voto que has hecho, c�mplelo. [4] es mejor no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos. [5] no permitas que tu boca haga de ti un pecador, y luego digas ante el mensajero que fue inadvertencia. �por qu� deber� Dios irritarse por tu palabra y destruir la obra de tus manos? [6] cuantos los sue�os, tantas las vanidades y las muchas palabras. pero t� teme a dios. [7] si en la regi�n ves la opresi�n del pobre y la violaci�n del derecho y de la justicia, no te asombres por eso. se te dir� que una dignidad vigila sobre otra dignidad, y otra m�s dignas sobre ambas. [8] se invocar� el inter�s com�n y el servicio del rey. [9] quien ama el dinero, no se harta de �l, y para quien ama riquezas, no bastas ganancias. tambi�n esto es vanidad. [10] a muchos bienes, muchos que los devoren; y �de qu� m�s sirven a su due�o que de espect�culo para sus ojos? [11] dulce el sue�o del obrero, coma poco o coma mucho; pero al rico la hartura no le deja dormir.

[12] hay un grave mal que yo he visto bajo el sol: riqueza guardada para su due�o, y que solo sirve para su mal, [13] pues las riquezas perecen en un mal negocio, y cuando engendra un hijo, nada queda ya en su mano. [14] como sali� del vientre de su madre, desnudo volver�, como ha venido; y nada podr� sacar de sus fatigas que pueda llevar en la mano. [15] tambi�n esto es grave mal: que tal como vino, se vaya; y �de qu� le vale el fatigarse para el viento? [16] todos los d�as pasa en oscuridad, pena, fastidio, enfermedad y rabia. [17] esto he experimentado: lo mejor para el hombre es comer, beber y disfrutar en todos sus fatigosos afanes bajo el sol, en los contados d�as de la vida que dios le da; porque esta es su paga. [18] y adem�s: cuando a cualquier hombre dios da riquezas y tesoros, le deja disfrutar de ellos, tomar su paga y holgarse en medio de sus fatigas, esto es un don de dios. [19] porque as� no recuerda mucho los d�as de su vida, mientras dios le llena de alegr�a el coraz�n. qohelet cap.6 [1] hay otro mal que observo bajo el sol, y que pesa sobre el hombre: [2] un hombre a quien dios da riquezas, tesoros y honores; nada le falta de lo que desea, pero dios no le deja disfrutar de ello, porque un extra�o lo disfruta. esto es vanidad y gran desgracia. [3] si alguno que tiene cien hijos y vive muchos a�os, y por muchos que sean sus a�os, no se sacia su alma de felicidad y ni siquiera halla sepultura, entonces yo digo: m�s feliz es un aborto, [4] pues, entre vanidades vino y en la oscuridad se va; mientras su nombre queda oculto en las tinieblas. [5] no ha visto el sol, no lo ha conocido, y ha tenido m�s descanso que el otro. [6] y aunque hubiera vivido por dos veces mil a�os, pero sin gustar la felicidad, �no caminan acaso todos al mismo lugar? [7] todo el mundo se fatiga para comer, y a pesar de todo nunca se harta. [8] �en qu� supera el sabio al necio? �en qu�, al pobre que sabe vivir su vida? [9] mejor es lo que los ojos ven que lo que el alma desea. tambi�n esto es vanidad y atrapar vientos. [10] de lo que existe, ya se anunci� su nombre, y se sabe lo que es un hombre no puede litigar con quien es m�s fuerte que �l. [11] a m�s palabras, m�s vanidades. �qu� provecho saca el hombre? [12] porque, �qui�n sabe lo que conviene al hombre en su vida, durante los d�as contados de su vano vivir, que �l los vive como una sombra? pues �qui�n indicar� al hombre lo que suceder� despu�s de �l bajo el sol? qohelet cap.7 [1] m�s vale el renombre que �leo perfumado; y el d�a de la muerte m�s que el d�a del nacimiento. [2] m�s vale ir a casa de luto que ir a casa de fest�n; porque all� termina todo hombre, y all� el que vive, reflexiona. [3] m�s vale llorar que re�r, pues tras una cara triste hay un coraz�n feliz. [4] el coraz�n de los sabios est� en la casa de luto, mientras el coraz�n de los necios en la casa de alegr�a. [5] m�s vale o�r reproche de sabio, que o�r alabanza de necios. [6] porque como crepitar de zarzas bajo la olla, as� es el re�r del necio: y tambi�n esto es vanidad. [7] el halago atonta al sabio, y el regalo pervierte el coraz�n. [8] m�s vale el t�rmino de una cosa que su comienzo, m�s vale el paciente que el soberbio.

[9] no te dejes llevar del enojo, pues el enojo reside en el pecho de los necios. [10] no digas: �c�mo es que el tiempo pasado fue mejor que el presente? pues no es de sabios preguntar sobre ello. [11] tan buena es la sabidur�a como la hacienda, y aprovecha a los que ven el sol. [12] porque la sabidur�a protege como el dinero, pero el saber le aventaja en que hace vivir al que lo posee. [13] mira la obra de dios: �qui�n podr� enderezar lo que �l torci�? [14] al�grate en el d�a feliz y, en el d�a desgraciado, considera que, tanto uno como otro, dios lo hace para que el hombre nada descubra de su porvenir. [15] en mi vano vivir, de todo he visto: justos perecer en su justicia, e imp�os envejecer en su iniquidad. [16] no quieras ser justo en demas�a, ni te vuelvas demasiado sabio. �a qu� destruirte? [17] no quieras ser demasiado imp�o, ni te hagas el insensato. �a qu� morir antes de tu tiempo? [18] bueno es que mantengas esto sin dejar aquellos de la mano, porque el temeroso de dios con todo ello se sale. [19] la sabidur�a da m�s fuerza al sabio que diez poderosos que haya en la ciudad. [20] cierto es que no hay ning�n justo en la tierra que haga el bien sin nunca pecar. [21] tampoco hagas caso de todo lo que se dice, para que no oigas que tu siervo te denigra. [22] que tu coraz�n bien sabe cu�ntas veces tambi�n t� has denigrado a otros. [23] todo esto lo intent� con la sabidur�a. dije: ser� sabio. pero eso estaba lejos de m�. [24] lejos est� cualquier cosa, y profundo, lo profundo: �qui�n lo encontrar�? [25] he aplicado mi coraz�n a explorar y a buscar sabidur�a y raz�n, a reconocer la maldad como una necedad, y la necedad como una locura. [26] he hallado que la mujer es m�s amarga que la muerte, porque ella es como una red, su coraz�n como un lazo, y sus brazos como cadenas: el que agrada a dios se libra de ella, mas el pecador cae en su trampa. [27] mira, esto he hallado, dice coh�let, tratando de razonar, caso por caso. [28] aunque he seguido buscando, nada m�s he hallado. un hombre entre mil, s� que lo hallo; pero mujer entre todas ellas, no la encuentro. [29] mira, lo que hall� fue s�lo esto: dios hizo sencillo al hombre, pero �l se complic� con muchas razones. qohelet cap.8 [1] �qui�n como el sabio? �qui�n otro sabe explicar una cosa? la sabidur�a del hombre hace brillar su rostro, y sus facciones severas transfigura. [2] at�nte al dictado del rey, y por causa del juramento divino [3] no te apresures a irte de su presencia; no te mezcles en conspiraci�n, pues todo cuanto le plazca puede hacerlo, [4] ya que la palabra regia es soberana, y �qui�n va a decirle: qu� haces? [5] quien se atiene al mandamiento, no sabe de conspiraciones. y el coraz�n del sabio sabe el cu�ndo y el c�mo. [6] porque todo asunto tiene su cu�ndo y su c�mo. pues es grande el peligro que acecha al hombre, [7] ya que �ste ignora lo que est� por venir, pues lo que est� por venir, �qui�n va a anunci�rselo? [8] no es el hombre se�or del viento para dome�ar al viento. tampoco hay se�or�o sobre el d�a de la muerte, ni hay evasi�n en la agon�a, ni libra la maldad a sus autores. [9] todo esto tengo visto al aplicar mi coraz�n a cuanto pasa bajo el sol, cuando el hombre domina en el hombre para causarle el mal.

[10] por ejemplo, he visto a gente mala llevada a la tumba. partieron del lugar santo, y se dio al olvido en la ciudad que hubiesen obrado de aquel modo. �otro absurdo!: [11] que no se ejecute en seguida la sentencia de la conducta del malo, con lo que el coraz�n de los humanos se llena de ganas de hacer el mal; [12] que el pecador haga el mal veces ciento, y se le den largas. pues yo ten�a entendido que les va bien a los temerosos de dios, a aquellos que ante su rostro temen, [13] y que no le va bien al malvado, ni alargar� sus d�as como sombra el que no teme ante el rostro de dios. [14] pues bien, un absurdo se da en la tierra: hay justos a quienes les sucede cual corresponde a las obras de los malos, y malos a quienes sucede cual corresponde a las obras de los buenos. digo que este es otro absurdo. [15] y yo por m� alabo la alegr�a, ya que otra coasa buena no existe para el hombre bajo el sol, si no es comer, beber y divertirse; y eso es lo que le acompa�a en sus fatigas en los d�as de vida que dios le hubiera dado bajo el sol. [16] cuanto m�s apliqu� mi coraz�n a estudiar la sabidur�a y a contemplar el ajetreo que se da sobre la tierra -pues ni de d�a ni de noche concilian los ojos el sue�o[17] fui viendo que el ser humano no puede descubrir todas las obras de dios, las obras que se realizan bajo el sol. por m�s que se afane el hombre en buscar, nada descubre, y el mismo sabio, aunque diga saberlo, no es capaz de descubrirlo. qohelet cap.9 [1] pues bien, a todo eso he aplicado mi coraz�n y todo lo he explorado, y he visto que los justos y los sabios y sus obras est�n en manos de dios. y ni de amor ni de odio saben los hombres nada: todo les resulta [2] absurdo. como el que haya un destino com�n para todos, para el justo y para el malvado, el puro y el manchado, el que hace sacrificios y el que no los hace, as� el bueno como el pecador, el que jura como el que se recata de jurar. [3] eso es lo peor de todo cuanto pasa bajo el sol: que haya un destino com�n para todos, y as� el coraz�n de los humanos est� lleno de maldad y hay locura en sus corazones mientras viven, y su final �con los muertos! [4] pues mientras uno sigue unido a todos los vivientes hay algo seguro, pues vale m�s perro vivo que le�n muerto. [5] porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga para ellos, pues se perdi� su memoria. [6] tanto su amor, como su odio, como sus celos, ha tiempo que pereci�, y no tomar�n parte nunca jam�s en todo lo que pasa bajo el sol. [7] anda, come con alegr�a tu pan y bebe de buen grado tu vino, que dios est� ya contento con tus obras. [8] en toda saz�n sean tus ropas blancas y no falte ung�ento sobre tu cabeza. [9] vive la vida con la mujer que amas, todo el espacio de tu vana existencia que se te ha dado bajo el sol, ya que tal es tu parte en la vida y en las fatigas con que te afanas bajo el sol. [10] cualquier cosa que est� a tu alcance el hacerla, hazla seg�n tus fuerzas, porque no existir� obra ni razones ni ciencia ni sabidur�a en el seol a donde te encaminas. [11] vi adem�s que bajo el sol no siempre es de los ligeros el correr ni de los esforzados la pelea; como tambi�n hay sabios sin pan, como tambi�n discretos sin hacienda, como tambi�n hay doctos que no gustan, pues a todos les llega alg�n mal momento. [12] porque, adem�s, el hombre ignora su momento: como peces apresados en la red, como p�jaros presos en el cepo, as� son tratados los humanos por el infortunio cuando les cae encima de improviso. [13] tambi�n he visto otro acierto bajo el sol, y grande, a juicio m�o: [14] una ciudad chiquita, con pocos hombres en ella. llega un gran rey y le pone

cerco, levantando frente a ella empalizadas potentes. [15] encontr�base all� un hombre pobre y sabio. el pudo haber librado la ciudad gracias a su sabidur�a, �pero nadie par� mientes en aquel pobre! [16] y yo me digo: m�s vale sabidur�a que fuerza; pero la sabidur�a del pobre se desprecia y sus palabras no se escuchan. [17] mejor se oyen las palabras sosegadas de los sabios que los gritos del soberano de los necios. [18] m�s vale sabidur�a que armas de combate, pero un solo yerro echa a perder mucho bueno. qohelet cap.10 [1] una mosca muerta pudre una copa de ung�ento de perfumista; monta m�s un poco de necedad que sabidur�a y honor. [2] el sabio tiene el coraz�n a la derecha, el necio tiene el coraz�n a la izquierda. [3] adem�s, en cualquier camino que tome el necio, su entendimiento no le da de s� y dice de todo el mundo: �ese es un necio.� [4] si el enojo del que manda se abate sobre ti, no abandones tu puesto, que la flema libra de graves yerros. [5] otra calamidad he visto bajo el sol, como error que emana de la autoridad: [6] la necedad elevada a grandes dignidades, mientras ricos se sentaban abajo. [7] he visto siervos a caballo, y pr�ncipes que iban a pie, como los siervos. [8] el que cava la hoya cae en ella, y al que atraviesa el seto le muerde la culebra. [9] el que saca piedras se lastima con ellas, el que raja maderos puede hacerse da�o. [10] si se embota el hierro y no se afilan sus caras, hay que acrecentar los br�os: tambi�n supone ganancia afinar en sabidur�a. [11] si pica culebra por falta de encatamiento no hay ganancia para el encantador. [12] palabras de boca de sabio agradan, mas los labios del necio a �l lo engullen. [13] empieza diciendo necedades, para acabar en locura de las malas. [14] y el necio dice m�s y m�s palabras. nadie sabe lo que vas venir, y el remate de todo, �qui�n puede pronostic�rselo? [15] lo que m�s molesta al necio es que no sabe ir a la ciudad. [16] �ay de ti, tierra, cuyo rey es un chiquillo, y cuyos pr�ncipes comen de ma�ana! [17] �dichosa t�, tierra, cuyo rey es hidalgo y cuyos pr�ncipes comen a la hora, por cobrar vigor y no por banquetear! [18] por estar mano sobre mano se desploma la viga, y por brazos ca�dos la casa se viene abajo. [19] para holgar preparan su banquete, y el vino alegra la vida, y el dinero todo lo allana. [20] ni aun en tu rinc�n faltes al rey, ni en tu misma alcoba faltes al rico, que un p�jaro del cielo hace correr la voz, y un ser alado va a contar la cosa. qohelet cap.11 [1] echa tu pan al agua, que al cabo de mucho tiempo lo encontrar�s. [2] reparte con siete, y tambi�n con ocho, que no sabes qu� mal puede venir sobre la tierra. [3] si las nubes van llenas, vierten lluvia sobre la tierra, y caiga el �rbol al sur o al norte, donde cae el �rbol all� se queda. [4] el que vigila el viento no siembra, el que mira a las nubes no siega. [5] como no sabes c�mo viene el esp�ritu a los huesos en el vientre de la mujer encinta, as� tampoco sabes la obra de dios que todo lo hace.

[6] de madrugada siembra tu simiente y a la tarde no des paz a tu mano. pues no sabes si es menor esto o lo otro o si ambas cosas son igual de buenas. [7] dulce es la luz y bueno para los ojos ver el sol. [8] si uno vive muchos a�os, que se alegre en todos ellos, y tenga en cuenta que los d�as de tinieblas muchos ser�n, que es vanidad todo el porvenir. [9] al�grate, mozo, en tu juventud, ten buen humor en tus a�os mozos, vete por donde te lleve el coraz�n y a gusto de tus ojos; pero a sabiendas de que por todo ello te emplazar� Dios a juicio. [10] aparta el mal humor de tu pecho y aleja el sufrimiento de tu carne, pero juventud y pelo negro, vanidad. qohelet cap.12 [1] acu�rdate de tu creador en tus d�as mozos, mientras no vengan los d�as malos, y se echen encima a�os en que dir�s: �no me agradan�; [2] mientras no se nublen el sol y la luz, la luna y las estrellas, y retornen las nubles tras la lluvia; [3] cuando tiemblen los guardas de palacio y se doblen los guerreros, se paren las moledoras, por quedar pocas, se queden a oscuras las que miran por las ventanas, [4] y se cierren las puertas de la calle, ahog�ndose el son del molino; cundo uno se levante al canto del p�jaro, y se enmudezcan todas las canciones. [5] tambi�n la altura da recelo, y hay sustos en el camino, florece el almendro, est� gr�vida la langosta, y pierde su sabor la alcaparra; y es que el hombre se va a su eterna morada, y circulan por la calle los del duelo; [6] mientras no se quiebre la hebra de plata, se rompa la bolita de oro, se haga a�icos el c�ntaro contra la fuente, se caiga la polea dentro del pozo, [7] vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y el esp�ritu vuelva a dios que es quien lo dio. [8] �vanidad de vanidades! -dice coh�let-: �todo vanidad! [9] coh�let, a m�s de ser un sabio, ense�� doctrina al pueblo. ponder� e investig�, compuso muchos proberbios. [10] coh�let trabaj� mucho en inventar frases felices, y escribir bien sentencias ver�dicas. [11] las palabras de los sabios son como aguijadas, o como estacas hincadas, puertas por un pastor para controlar el reba�o. [12] lo que de ellas se saca, hijo m�o, es ilustrarse. componer muchos libros es nunca acabar, y estudiar demasiado da�a la salud. [13] basta de palabras. todo est� dicho. teme a dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal. [14] porque toda obra la emplazar� Dios a juicio, tambi�n todo lo oculto, a ver si es bueno o malo. el cantar de los cantares cap.1 [1] cantar de los cantares, de salom�n. [2] �que me bese con los besos de su boca! mejores son que el vino tus amores; [3] mejores al olfato tus perfumes; ung�ento derramado es tu nombre, por eso te aman las doncellas. [4] ll�vame en pos de ti: �corramos! el rey me ha introducido en sus mansiones; por ti exultaremos y nos alegraremos. evocaremos tus amores m�s que el vino; �con qu� raz�n eres amado! [5] negra soy, pero graciosa, hijas de jerusal�n, como las tiendas de quedar, como los pabellones de salm�. [6] no os fij�is en que estoy morena: es que el sol me ha quemado. los hijos de mi madre se airaron contra m�; me pusieron a guardar las vi�as, �mi propia vi�a no la hab�a guardado! [7] ind�came, amor de mi alma, d�nde apacientas el reba�o, d�nde lo llevas a

sestear a mediod�a, para que no ande yo como errante tras los reba�os de tus compa�eros. [8] si no lo sabes, �oh la m�s bella de las mujeres!, sigue las huellas de las ovejas, y lleva a pacer tus cabritas junto al jacal de los pastores. [9] a mi yegua, entre los carros de fara�n, yo te comparo, amada m�a. [10] graciosas son tus mejillas entre los zarcillos, y tu cuello entre los collares. [11] zarcillos de oro haremos para ti, con cuentas de plata. [12] mientras el rey se halla en su div�n, mi nardo exhala su fragancia. [13] bolsita de mirra es mi amado para m�, que reposa entre mis pechos. [14] racimo de alhe�a es mi amado para m�, en las vi�as de engad�. [15] -�qu� bella eres, amada m�a, qu� bella eres! �palomas son tus ojos! [16] -�qu� hermoso eres, amado m�o, qu� delicioso! puro verdor es nuestro lecho. [17] -las vigas de nuestra casa son de cedro, nuestros artesonados, de cipr�s. el cantar de los cantares cap.2 [1] -yo soy el narciso de sar�n, el lirio de los valles. [2] -como el lirio entre los cardos, as� mi amada entre las mozas. [3] -como el manzano entre los �rboles silvestres, as� mi amado entre los mozos. a su sombra apetecida estoy sentada, y su fruto me es dulce al paladar. [4] me ha llevado a la bodega, y el pend�n que enarbola sobre m� es amor. [5] confortadme con pasteles de pasas, con manzanas reanimadme, que enferma estoy de amor. [6] su izquierda est� bajo mi cabeza, y su diestra me abraza. [7] -yo os conjuro, hijas de jerusal�n, por las gacelas, por las ciervas del campo, no despert�is, no desvel�is al amor, hasta que le plazca. [8] �la voz de mi amado! helo aqu� que ya viene, saltando por los montes, brincando por los collados. [9] semejante es mi amado a una gacela, o un joven cervatillo. vedle ya que se para detr�s de nuestra cerca, mira por las ventanas, atisba por las rejas. [10] empieza a hablar mi amado, y me dice: �lev�ntate, amada m�a, hermosa m�a, y vente. [11] porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. [12] aparecen las flores en la tierra, el tiempo de las canciones es llegado, se oye el arrullo de la t�rtola en nuestra tierra. [13] echa la higuera sus yemas, y las vi�as en cierne exhalan su fragancia. �lev�ntate, amada m�a, hermosa m�a, y vente! [14] paloma m�a, en las grietas de la roca, en escarpados escondrijos, mu�strame tu semblante, d�jame o�r tu voz; porque tu voz es dulce, y gracioso tu semblante.� [15] cazadnos las raposas, las peque�as raposas que devastan las vi�as, pues nuestras vi�as est�n en flor. [16] mi amado es para m�, y yo soy para mi amado: �l pastorea entre los lirios. [17] antes que sople la brisa del d�a y se huyan las sombras, vuelve, s� semejante, amado m�o, a una gacela o a un joven cervatillo por los montes de b�ter. el cantar de los cantares cap.3 [1] en mi lecho, por las noches, he buscado al amor de mi alma. hall�. [2] me levantar�, pues, y recorrer� la ciudad. por las calles y buscar� al amor de mi alma. busqu�le y no le hall�. [3] los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la visto al amor de mi alma?� [4] apenas hab�alos pasado, cuando encontr� al amor de mi alma. le soltar� hasta que le haya introducido en la casa de mi madre, la que me concibi�.

busqu�le y no le las plazas ciudad: ��hab�is le aprehend� y no en la alcoba de

[5] yo os conjuro, hijas de jerusal�n, por las gacelas, por las ciervas del campo, no despert�is, no desvel�is al amor, hasta que le plazca. [6] �qu� es eso que sube del desierto, cual columna de humo sahumado de mirra y de incienso, de todo polvo de aromas ex�ticos? [7] ved la litera de salom�n. sesenta valientes en torno a ella, la flor de los valientes de israel: [8] todos diestros en la espada, veteranos en la guerra. cada uno lleva su espada al cinto, por las alarmas de la noche. [9] el rey salom�n se ha hecho un palanqu�n de madera del l�bano. [10] ha hecho de plata sus columnas, de oro su respaldo, de p�rpura su asiento; su interior, tapizado de amor por las hijas de jerusal�n. [11] salid a contemplar, hijas de si�n, a salom�n el rey, con la diadema con que le coron� su madre el d�a de sus bodas, el d�a del gozo de su coraz�n. el cantar de los cantares cap.4 [1] �qu� bella eres, amada m�a, qu� bella eres! palomas son tus ojos a trav�s de tu velo; tu melena, cual reba�o de cabras, que ondulan por el monte galaad. [2] tus dientes, un reba�o de ovejas de esquileo que salen de ba�arse: todas tienen mellizas, y entre ellas no hay est�ril. [3] tus labios, una cinta de escarlata, tu hablar, encantador. tus mejillas, como cortes de granada a trav�s de tu velo. [4] tu cuello, la torre de david, erigida para trofeos: mil escudos penden de ella, todos paveses de valientes. [5] tus dos pechos, cual dos cr�as mellizas de gacela, que pacen entre lirios. [6] antes que sople la brisa del d�a, y se huyan las sombras, me ir� al monte de la mirra, a la colina del incienso. [7] �toda hermosa eres, amada m�a, no hay tacha en ti! [8] ven del l�bano, novia m�a, ven del l�bano, vente. otea desde la cumbre del aman�, desde la cumbre del sanir y del herm�n, desde las guaridas de leones, desde los montes de leopardos. [9] me robaste el coraz�n, hermana m�a, novia, me robaste el coraz�n con una mirada tuya, con una vuelta de tu collar. [10] �qu� hermosos tus amores, hermosa m�a, novia! �qu� sabrosos tus amores! �m�s que el vino! �y la fragancia de tus perfumes, m�s que todos los b�lsamos! [11] miel virgen destilan tus labios, novia m�a. hay miel y leche debajo de tu lengua; y la fragancia de tus vestidos, como la fragancia del l�bano. [12] huerto eres cerrado, hermana m�a, novia, huerto cerrado, fuente sellada. [13] tus brotes, un para�so de granados, con frutos exquisitos: [14] nardo y azafr�n, ca�a arom�tica y canela, con todos los �rboles de incienso, mirra y �loe, con los mejores b�lsamos. [15] �fuente de los huertos, pozo de aguas vivas, corrientes que del l�bano fluyen! [16] �lev�ntate, cierzo, �brego, ven! �soplad en mi huerto, que exhale sus aromas! �entre mi amado en su huerto y coma sus frutos exquisitos! el cantar de los cantares cap.5 [1] ya he entrado en mi huerto, hermana m�a, novia; he tomado mi mirra con mi b�lsamo, he comido mi miel con mi panal, he bebido mi vino con mi leche. �comed, amigos, bebed, oh queridos, embriagaos! [2] yo dorm�a, pero mi coraz�n velaba. �la voz de mi amado que llama!: ��abreme, hermana m�a, amiga m�a, paloma m�a, mi perfecta! que mi cabeza est� cubierta de roc�o y mis bucles del relente de la noche.� [3] -�me he quitado mi t�nica, �c�mo pon�rmela de nuevo? he lavado mis pies, �c�mo volver a mancharlos?� [4] �mi amado meti� la mano por la hendedura; y por �l se estremecieron mis entra�as.

[5] me levant� para abrir a mi amado, y mis manos destilaron mirra, mirra fluida mis dedos, en el pestillo de la cerradura. [6] abr� a mi amado, pero mi amado se hab�a ido de largo. el alma se me sali� a su hu�da. le busqu� y no le hall�, le llam�, y no me repondi�. [7] me encontraron los centinelas, los que hacen la ronda en la ciudad. me golpearon, me hirieron, me quitaron de encima mi chal los guardias de las murallas. [8] yo os conjuro, hijas de jerusal�n, si encontr�is a mi amado, �qu� le hab�is de anunciar? que enferma estoy de amor. [9] �qu� distingue a tu amado de los otros, oh la m�s bella de las mujeres? �qu� distingue a tu amado de los otros, para que as� nos conjures? [10] mi amado es f�lgido y rubio, distinguido entre diez mil. [11] su cabeza es oro, oro puro; sus guedejas, racimos de palmera, negras como el cuervo. [12] sus ojos como palomas junto a arroyos de agua, ba��ndose en leche, posadas junto a un estanque. [13] sus mejillas, eras de balsameras, macizos de perfumes. sus labios son lirios que destilan mirra fluida. [14] sus manos, aros de oro, engastados de piedras de tarsis. su vientre, de pulido marfil, recubierto de zafiros. [15] sus piernas, columnas de alabastro, asentadas en basas de oro puro. su porte es como el l�bano, esbelto cual los cedros. [16] su paladar, dulc�simo, y todo �l, un encanto. as� es mi amado, as� mi amigo, hijas de jerusal�n. el cantar de los cantares cap.6 [1] �a d�nde se fue tu amado, oh la m�s bella de las mujeres? �a d�nde tu amado se volvi�, para que contigo le busquemos? [2] mi amado ha bajado a su huerto, a las eras de balsameras, a apacentar en los huertos, y recoger lirios. [3] yo soy para mi amado y mi amado es para m�: �l pastorea entre los lirios. [4] hermosa eres, amiga m�a, como tirs�, encantadora, como jerusal�n, imponente como batallones. [5] retira de m� tus ojos, que me subyugan. tu melena cual reba�o de cabras que ondulan por el monte galaad. [6] tus dientes, un reba�o de ovejas, que salen de ba�arse. todas tienen mellizas, y entre ellas no hay est�ril. [7] tus mejillas, como cortes de granada a trav�s de tu velo. [8] sesenta son las reinas, ochenta las concubinas, (e innumerables las doncellas). [9] unica es mi paloma, mi perfecta. ella, la �nica de su madre, la preferida de la que la engendr�. Las doncellas que la ven la felicitan, reinas y concubinas la elogian: [10] ��qui�n es �sta que surge cual la aurora, bella como la luna, refulgente como el sol, imponente como batallones?� [11] al nogueral hab�a yo bajado para ver la floraci�n del valle, a ver si la vid estaba en cierne, y si florec�an los granados. [12] �sin saberlo, mi deseo me puso en los carros de aminadib! el cantar de los cantares cap.7 [1] �vuelve, vuelve, sulamita, vuelve, vuelve, que te miremos! �por qu� mir�is a la sulamita, como en una danza de dos coros? [2] �qu� lindos son tus pies en las sandalias, hija de pr�ncipe! las curvas de tus caderas son como collares, obra de manos de artista. [3] tu ombligo es un �nfora redonda, donde no falta el vino. tu vientre, un mont�n de trigo, de lirios rodeado.

[4] tus dos pechos, cual dos cr�as mellizas de gacela. [5] tu cuello, como torre de marfil. tus ojos, las piscinas de jesb�n, junto a la puerta de bat rabbim. tu nariz, como la torre del l�bano, centinela que mira hacia damasco. [6] tu cabeza sobre ti, como el carmelo, y tu melena, como la p�rpura; �un rey en esas trenzas est� preso! [7] �qu� bella eres, qu� encantadora, oh amor, oh delicias! [8] tu talle se parece a la palmera, tus pechos, a los racimos. [9] me dije: subir� a la palmera, recoger� sus frutos. �sean tus pechos como racimos de uvas, el perfume de tu aliento como el de las manzanas, [10] tu paladar como vino generoso! el va derecho hacia mi amado, como fluye en los labios de los que dormitan. [11] yo soy para mi amado, y hacia m� tiende su deseo. [12] �oh, ven, amado m�o, salgamos al campo! pasaremos la noche en las aldeas. [13] de ma�ana iremos a las vi�as; veremos si la vid est� en cierne, si las yemas se abren, y si florecen los granados. all� te entregar� el don de mis amores. [14] las mandr�goras exhalan su fragancia. a nuestras puertas hay toda suerte de frutos exquisitos. los nuevos, igual que los a�ejos, los he guardado, amado m�o, para ti. el cantar de los cantares cap.8 [1] �ah, si fueras t� un hermano m�o, amamantado a los pechos de mi madre! podr�a besarte, al encontrarte afuera, sin que me despreciaran. [2] te llevar�a, te introducir�a en la casa de mi madre, y t� me ense�ar�as. te dar�a a beber vino aromado, el licor de mis granadas. [3] su izquierda est� bajo mi cabeza, y su diestra me abraza. [4] yo os conjuro, hijas de jerusal�n, no despert�is, no desvel�is al amor, hasta que le plazca. [5] �qui�n es �sta que sube del desierto, apoyada en su amado? debajo del manzano te despert�, all� donde te concibi� tu madre, donde concibi� la que te dio a luz. [6] ponme cual sello sobre tu coraz�n, como un sello en tu brazo. porque es fuerte el amor como la muerte, implacable como el seol la pasi�n. saetas de fuego, sus saetas, una llama de yahveh. [7] grandes aguas no pueden apagar el amor, ni los r�os anegarlo. si alguien ofreciera todos los haberes de su casa por el amor, se granjear�a desprecio. [8] tenemos una hermana peque�a: no tiene pechos todav�a. �qu� haremos con nuestra hermana el d�a que se hable de ella? [9] -si es una muralla, construiremos sobre ella almenas de plata si es una puerta, apoyaremos contra ella barras de cedro. [10] -yo soy una muralla, y mis pechos, como torres. as� soy a sus ojos como quien ha hallado la paz. [11] salom�n ten�a una vi�a en baal ham�n. encomend� la vi�a a los guardas, y cada uno le tra�a por sus frutos mil siclos de plata. [12] mi vi�a, la m�a, est� ante m�; los mil siclos para ti, salom�n; y doscientos para los guardas de su fruto. [13] �oh t�, que moras en los huertos, mis compa�eros prestan o�do a tu voz: �deja que la oiga! [14] �huye, amado m�o, s� como la gacela o el joven cervatillo, por los montes de las balsameras! sabiduria cap.1 [1] amad la justicia, los que juzg�is la tierra, pensad rectamente del se�or y con sencillez de coraz�n buscadle. [2] porque se deja hallar de los que no le tientan, se manifesta a los que no desconf�an de �l. [3] pues los pensamientos tortuosos apartan de dios y el poder, puesto a prueba,

rechaza a los insensatos. [4] en efecto, en alma fraudulenta no entra la sabidur�a, no habita en cuerpo sometido al pecado; [5] pues el esp�ritu santo que nos educa huye del enga�o, se aleja de los pensamientos necios y se ve rechazado al sobrevenir la iniquidad. [6] la sabidur�a es un esp�ritu que ama al hombre, pero no deja sin castigo los labios del blasfemo; que dios es testigo de sus ri�ones, observador veraz de su coraz�n y oye cuanto dice su lengua. [7] porque el esp�ritu del se�or llena la tierra y �l, que todo lo mantiene unido, tiene conocimiento de toda palabra. [8] nadie, pues, que profiera iniquidades quedar� oculto, ni le pasar� por alto la justicia vengadora. [9] las deliberaciones del imp�o ser�n examinadas; el eco de sus palabras llegar� hasta el se�or para castigo de sus maldades. [10] un o�do celoso lo escucha todo, no se le oculta ni el rumor de la murmuraci�n. [11] guardaos, pues, de murmuraciones in�tiles, preservad vuestra lengua de la maledicencia; que la palabra m�s secreta no se pronuncia en vano, y la boca mentirosa da muerte al alma. [12] no os busqu�is la muerte con los extrav�os de vuestra, vida, no os atraig�is la ruina con las obras de vuestras manos; [13] que no fue dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucci�n de los vivientes; [14] �l todo lo cre� para que subsistiera, las criaturas del mundo non saludables, no hay en ellas veneno de muerte ni imperio del hades sobre la tierra, [15] porque la justicia es inmortal. [16] pero los imp�os con las manos y las palabras llaman a la muerte; teni�ndola por amiga, se desviven por ella, y con ella conciertan un pacto, pues bien merecen que les tenga por suyos. sabiduria cap.2 [1] porque se dicen discurriendo desacertadamente: �corta es y triste nuestra vida; no hay remedio en la muerte del hombre ni se sabe de nadie que haya vuelto del hades. [2] por azar llegamos a la existencia y luego seremos como si nunca hubi�ramos sido. porque humo es el aliento de nuestra nariz y el pensamiento, una chispa del latido de nuestro coraz�n; [3] al apagarse, el cuerpo se volver� ceniza y el esp�ritu se desvanecer� como aire inconsistente. [4] caer� con el tiempo nuestro nombre en el olvido, nadie se acordar� de nuestras obras; pasar� nuestra vida como rastro de nube, se disipar� como niebla acosada por los rayos del sol y por su calor vencida. [5] paso de una sombra es el tiempo que vivimos, no hay retorno en nuestra muerte; porque se ha puesto el sello y nadie regresa. [6] venid, pues, y disfrutemos de los bienes presentes, gocemos de las criaturas con el ardor de la juventud. [7] hart�monos de vinos exquisitos y de perfumes, no se nos pase ninguna flor primaveral, [8] coron�monos de rosas antes que se marchiten; [9] ning�n prado quede libre de nuestra org�a, dejemos por doquier constancia de nuestro negocijo; que nuestra parte es �sta, �sta nuestra herencia. [10] oprimamos al justo pobre, no perdonemos a la viuda, no respetemos las canas llenas de a�os del anciano. [11] sea nuestra fuerza norma de la justicia, que la debilidad, como se ve, de nada sirve. [12] tendamos lazos al justo, que nos fastidia, se enfrenta a nuestro modo de obrar, nos echa en cara faltas contra la ley y nos culpa de faltas contra nuestra

educaci�n. [13] se glor�a de tener el conocimiento de dios y se llama a s� mismo hijo del se�or. [14] es un reproche de nuestros criterios, su sola presencia nos es insufrible, [15] lleva una vida distinta de todas y sus caminos son extra�os. [16] nos tiene por bastardos, se aparta de nuestros caminos como de impurezas; proclama dichosa la suerte final de los justos y se ufana de tener a dios por padre. [17] veamos si sus palabras son verdaderas, examinemos lo que pasar� en su tr�nsito. [18] pues si el justo es hijo de dios, �l le asistir� y le librar� de las manos de sus enemigos. [19] somet�mosle al ultraje y al tormento para conocer su temple y probar su entereza. [20] conden�mosle a una muerte afrentosa, pues, seg�n �l, dios le visitar�.� [21] as� discurren, pero se equivocan; los ciega su maldad; [22] no conocen los secretos de dios, no esperan recompensa por la santidad ni creen en el premio de las almas intachables. [23] porque dios cre� al hombre para la incorruptibilidad, le hizo imagen de su misma naturaleza; [24] mas por envidia del diablo entr� la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen. sabiduria cap.3 [1] en cambio, las almas de los justos est�n en las manos de dios y no les alcanzar� tormento alguno. [2] a los ojos de los insensatos pareci� que hab�an muerto; se tuvo por quebranto su salida, [3] y su partida de entre nosotros por completa destrucci�n; pero ellos est�n en la paz. [4] aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad; [5] por una corta correcci�n recibir�n largos beneficios. pues dios los someti� a prueba y los hall� dignos de s�; [6] como oro en el crisol los prob� y como holocausto los acept�. [7] el d�a de su visita resplandecer�n, y como chispas en rastrojo correr�n. [8] juzgar�n a las naciones y dominar�n a los pueblos y sobre ellos el se�or reinar� eternamente. [9] los que en �l conf�an entender�n la verdad y los que son fieles permanecer�n junto a �l en el amor, porque la gracia y la misericordia son para sus santos y su visita para sus elegidos. [10] en cambio, los imp�os tendr�n la pena que sus pensamientos merecen, por desde�ar al justo y separarse del se�or. [11] desgraciados los que desprecian la sabidur�a y la instrucci�n; vana es su esperanza, sin provecho sus fatigas, in�tiles sus obras; [12] sus mujeres son insensatas, malvados sus hijos, maldita su posteridad. [13] dichosa la est�ril sin mancilla, la que no conoce lecho de pecado; tendr� su fruto en la visita de las almas. [14] dichoso tambi�n el eunuco que con sus manos no obra iniquidad ni fomenta pensamientos perversos contra el se�or; por su fidelidad se le dar� una escogida recompensa, una herencia muy agradable en el santurario del se�or. [15] que el fruto de los esfuerzos nobles es glorioso, imperecedera la ra�z de la prudencia. [16] en cambio los hijos de ad�lteros no llegar�n a saz�n, desaparecer� la raza nacida de una uni�n culpable. [17] si viven largos a�os, no alcanzar�n estima alguna y al fin su ancianidad carecer� de honor.

[18] y si mueren pronto, no tendr�n esperanza ni consuelo en el d�a de la sentencia, [19] pues duro es el fin de una raza inicua. sabiduria cap.4 [1] mejor es carencia de hijos acompa�ada de virtud, pues hay inmortalidad en su recuerdo, porque es conocida por dios y por los hombres; [2] presente, la imitan, ausente, la a�oran; en la eternidad, ce�ida de una corona, celebra su triunfo porque venci� en la lucha por premios incorruptibles. [3] en cambio, la numerosa prole de los imp�os ser� in�til; viniendo de renuevos bastardos, no echar� ra�ces profundas ni se asentar� sobre fundamento s�lido. [4] aunque despliegue por su tiempo su ramaje, precariamente arraigada, ser� sacudida por el viento, arrancada de ra�z por la furia del vendaval; [5] se quebrar�n sus ramas todav�a tiernas, in�tiles ser�n sus frutos, sin saz�n para comerlos, para nada servir�n. [6] que los hijos nacidos de sue�os culpables son testigos, en su examen, de la maldad de los padres. [7] el justo, aunque muera prematuramente, halla el descanso. [8] la ancianidad venerable no es la de los muchos d�as ni se mide por el n�mero de a�os; [9] la verdadera canicie para el hombre es la prudencia, y la edad provecta, una vida inmaculada. [10] agrad� a dios y fue amado, y como viv�a entre pecadores, fue trasladado. [11] fue arrebatado para que la maldad no pervitiera su inteligencia o el enga�o sedujera su alma; [12] pues la fascinaci�n del mal empa�a el bien y los vaivenes de la concupiscencia corrompen el esp�ritu ingenuo. [13] alcanzando en breve la perfecci�n, llen� largos a�os. [14] su alma era del agrado del se�or, por eso se apresur� a sacarle de entre la maldad. lo ven las gentes y no comprenden, ni caen en cuenta [15] que la gracia y la misericordia son para sus elegidos y su visita para sus santos. [16] el justo muerto condena a los imp�os vivos, y la juventud pronto consumada, la larga ancianidad del inicuo. [17] ven la muerte del sabio, mas no comprenden los planes del se�or sobre �l ni por qu� le ha puesto en seguridad; [18] lo ven y lo desprecian, pero el se�or se reir� de ellos. [19] despu�s ser�n cad�veres despreciables, objeto de ultraje entre los muertos para siempre. porque el se�or los quebrar� lanz�ndolos de cabeza, sin habla, los sacudir� de sus cimientos; quedar�n totalmentes asolados, sumidos en el dolor, y su recuerdo se perder�. [20] al tiempo de dar cuenta de sus pecados ir�n acobardados, y sus iniquidades se les enfrentar�n acus�ndoles. sabiduria cap.5 [1] estar� entonces el justo en pie con gran confianza en presencia de los que le afligieron y despreciaron sus trabajos. [2] al verle, quedar�n estremecidos de terrible espanto, estupefactos por lo inesperado de su salvaci�n. [3] se dir�n mudando de parecer, gimiendo en la angustia de su esp�ritu: [4] �este es aquel a quien hicimos entonces objeto de nuestras burlas, a quien dirig�amos, insensatos, nuestros insultos. locura nos pareci� su vida y su muerte, una ignominia. [5] �c�mo, pues, ha sido contado entre los hijos de dios y tiene su herencia entre los santos? [6] luego vagamos fuera del camino de la verdad; la luz de la justicia no nos

alumbr�, no sali� el sol para nosotros. [7] nos hartamos de andar por sendas de iniquidad y perdici�n, atravesamos desiertos intransitables; pero el camino del se�or, no lo conocimos. [8] �de qu� nos sirvi� nuestro orgullo? �de qu� la riqueza y la jactancia? [9] todo aquello pas� como una sombra, como noticia que va corriendo; [10] como nave que atraviesa las aguas agitadas, y no es posible descubrir la huella de su paso ni el rastro de su quilla en las olas; [11] como p�jaro que volando atraviesa el aire, y de su vuelo no se encuentra vestigio alguno; con el golpe de sus remos azota el aire ligero, lo corta con agudo silbido, se abre camino batiendo las alas y despu�s, no se descubre se�al de su paso; [12] como flecha disparada al blanco; el aire hendido refluye al instante sobre s� y no sabe el camino que la flecha sigui�. [13] lo mismo nosotros: apenas nacidos, dejamos de existir, y no podemos mostrar vestigio alguno de virtud; nos gastamos en nuestra maldad.� [14] en efecto, la esperanza del imp�o es como brizna arrebatada por el viento, como espuma ligera acosada por el hurac�n, se desvanece como el humo con el viento; pasa como el recuerdo del hu�sped de un d�a. [15] los justos, en cambio, viven eternamente; en el se�or est� su recompensa, y su cuidado a cargo del alt�simo. [16] recibir�n por eso de mano del se�or la corona real del honor y la diadema de la hermosura; pues con su diestra los proteger� y los escudar� con su brazo. [17] tomar� su celo como armadura, y armar� a la creaci�n para rechazar a sus enemigos; [18] por coraza vestir� la justicia, se pondr� por casco un juicio sincero, [19] tomar� por escudo su santidad invencible, [20] afilar� como espada su c�lera inexorable, y el universo saldr� con �l a pelear contra los insensatos. [21] partir�n certeros los tiros de los rayos, de las nubes, como de arco bien tendido, saltar�n al blanco, [22] de una ballesta se disparar� furioso granizo; las olas del mar se encrespar�n contra ellos, los r�os los anegar�n sin piedad; [23] se levantar� contra ellos un viento poderoso y como hurac�n los aventar�. as� la iniquidad asolar� la tierra entera y la maldad derribar� los tronos de los que est�n en el poder. sabiduria cap.6 [1] o�d, pues, reyes, y enteded. aprended, jueces de los confines de la tierra. [2] estad atentos los que gobern�is multitudes y est�is orgullosos de la muchedumbre de vuestros pueblos. [3] porque del se�or hab�is recibido el poder, del alt�simo, la soberan�a; �l examinar� vuestras obras y sondear� vuestras intenciones. [4] si, como ministros que sois de su reino, no hab�is juzgado rectamente, ni observado la ley, ni caminado siguiendo la voluntad de dios, [5] terrible y repentino se presentar� ante vosotros. porque un juicio implacable espera a los que est�n en lo alto; [6] al peque�o, por piedad, se le perdona, pero los poderosos ser�n poderosamente examinados. [7] que el se�or de todos ante nadie retrocede, no hay grandeza que se le imponga; al peque�o como al grande �l mismo los hizo y de todos tiene igual cuidado, [8] pero una investigaci�n severa aguarda a los que est�n en el poder. [9] a vosotros, pues, soberanos, se dirigen mis palabras para que aprenda�s sabidur�a y no falt�is; [10] porque los que guarden santamente las cosas santas, ser�n reconocidos santos, y los que se dejen instruir en ellas, encontrar�n defensa. [11] desead, pues, mis palabras; ansiadlas, que ellas os instruir�n.

[12] radiante e inmarcesible es la sabidur�a. f�cilmente la contemplan los que la aman y la encuentran los que la buscan. [13] se anticipa a darse a conocer a los que la anhelan. [14] quien madruge para buscarla, no se fatigar�, que a su puerta la encontrar� sentada. [15] pensar en ella es la perfecci�n de la prudencia, y quien por ella se desvele, pronto se ver� sin cuidados. [16] pues ella misma va por todas partes buscando a los que son dignos de ella: se les muestra ben�vola en los caminos y les sale al encuentro en todos sus pensamientos. [17] pues su comienzo es el deseo m�s verdadero de instrucci�n, la preocupaci�n por la instrucci�n es el amor, [18] el amor es la observancia de sus leyes, la atenci�n a las leyes es la garant�a de la incorruptibilidad [19] y la incorruptibilidad hace estar cerca de dios; [20] por tanto, el deseo de la sabidur�a conduce a la realeza. [21] si, pues, gust�is de tronos y cetros, soberanos de los pueblos, apreciad la sabidur�a para rein�is eternamente. [22] qu� es la sabidur�a y c�mo ha nacido lo voy a declarar; no os ocultar� los misterios, sino que seguir� sus huellas desde el comienzo de su existencia, pondr� su conocimiento al descubierto y no me apartar� de la verdad. [23] tampoco me acompa�ar� en mi camino la envidia mezquina, que nada tiene que ver con la sabidur�a. [24] pues la abundancia de sabios es la salvaci�n del mundo y un rey prudente, la estabilidad del pueblo. [25] dejaos, pues, instruir por mis palabras: os ser�n �tiles. sabiduria cap.7 [1] yo tambi�n soy un hombre mortal como todos, un descendiente del primero que fue formado de la tierra. en el seno de una madre fui hecho carne; [2] durante diez meses fui modelado en su sangre, de una semilla de hombre y del placer que acompa�a al sue�o. [3] yo tambi�n, una vez nacido, aspir� el aire com�n, ca� en la tierra que a todos recibe por igual y mi primera voz fue la de todos: llor�. [4] me cri� entre pa�ales y cuidados. [5] pues no hay rey que haya tenido otro comienzo de su existencia; [6] una es la entrada en la vida para todos y una misma la salida. [7] por eso ped� y se me concedi� la prudencia; supliqu� y me vino el esp�ritu de sabidur�a. [8] y la prefer� a cetros y tronos y en nada tuve a la riqueza en comparaci�n de ella. [9] ni a la piedra m�s preciosa la equipar�, porque todo el oro a su lado es un pu�ado de arena y barro parece la plata en su presencia. [10] la am� m�s que la salud y la hermosura y prefer� tenerla a ella m�s que a la luz, porque la claridad que de ella nace no conoce noche. [11] con ella me vinieron a la vez todos los bienes, y riquezas incalculables en sus manos. [12] y yo me regocij� con todos estos bienes porque la sabidur�a los trae, aunque ignoraba que ella fuese su madre. [13] con sencillez la aprend� y sin envidia la comunico; no me guardo ocultas sus riquezas [14] porque es para los hombres un tesoro inagotable y los que lo adquieren se granjean la amistad de dios recomendados por los dones que les trae la instrucci�n. [15] conc�dame dios hablar seg�n �l quiere y concebir pensamientos dignos de sus dones, porque �l es quien gu�a a la sabidur�a y quien dirige a los sabios; [16] que nosotros y nuestras palabras en sus manos estamos con toda nuestra

prudencia y destreza en el obrar. [17] fue �l quien me concedi� un conocimiento verdadero de los seres, para conocer la estructura del mundo y la actividad de los elementos, [18] el principio, el fin y el medio de los tiempos, los cambios de los solsticios y la sucesi�n de las estaciones, [19] los ciclos del a�o y la posici�n de las estrellas, [20] la naturaleza de los animales y los instintos de las fieras, el poder de los esp�ritus y los pensamientos de los hombres, las variedades de las plantas y las virtudes de las ra�ces. [21] cuanto est� oculto y cuanto se ve, todo lo conoc�, porque el art�fice de todo, la sabidur�a, me lo ense��. [22] pues hay en ella un esp�ritu inteligente, santo, �nico, m�ltiple, sutil, �gil, perspicaz, inmaculado, claro, impasible, amante del bien, agudo, [23] incoercible, bienhechor, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, todo lo observa, penetra todos los esp�ritus, los inteligentes, los puros, los m�s sutiles. [24] porque a todo movimiento supera en movilidad la sabidur�a, todo lo atraviesa y penetra en virtud de su pureza. [25] es un h�lito del poder de dios, una emanaci�n pura de la gloria del omnipotente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla. [26] es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de dios, una imagen de su bondad. [27] aun siendo sola, lo puede todo; sin salir de s� misma, renueva el universo; en todas las edades, entrando en las almas santas, forma en ellas amigos de dios y profetas, [28] porque dios no ama sino a quien vive con la sabidur�a. [29] es ella, en efecto, m�s bella que el sol, supera a todas las constelaciones; comparada con la luz, sale vencedora, [30] porque a la luz sucede la noche, pero contra la sabidur�a no prevalece la maldad. sabiduria cap.8 [1] se despliega vigorosamente de un conf�n al otro del mundo y gobierna de excelente manera el universo. [2] yo la am� y la pretend� desde mi juventud; me esforc� por hacerla esposa m�a y llegu� a ser un apasionado de su belleza. [3] realza su nobleza por su convivencia con dios, pues el se�or de todas las cosas la am�. [4] pues est� iniciada en la ciencia de dios y es la que elige sus obras. [5] si en la vida la riqueza es una posesi�n deseable, �qu� cosa m�s rica que la sabidur�a que todo lo hace? [6] si la inteligencia es creadora, �qui�n sino la sabidur�a es el art�fice de cuanto existe? [7] �amas la justicia? las virtudes son sus empe�os, pues ella ense�a la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza: lo m�s provechoso para el hombre en la vida. [8] �deseas adem�s gran experiencia? ella conoce el pasado y conjetura el porvenir, sabe interpretar las m�ximas y resolver los enigmas, conoce de antemano las se�ales y los prodigios, as� como la sucesi�n de �pocas y tiempos. [9] decid�, pues, tomarla por compa�era de mi vida, sabiendo que me ser�a una consejera para el bien y un aliento en las preocupaciones y penas: [10] �tendr� gracias a ella gloria entre la gente, y, aunque joven, honor ante los ancianos. [11] aparecer� agudo en el juicio y en presencia de los poderosos ser� admirado. [12] si callo, esperar�n; si hablo, prestar�n atenci�n; si me alargo hablando, pondr�n la mano en su boca. [13] gracias a ella tendr� la inmortalidad y dejar� recuerdo eterno a los que

despu�s de m� vengan. [14] gobernar� a los pueblos, y las naciones me estar�n sometidas. [15] oyendo hablar de m�, soberanos terribles temer�n. me mostrar� bueno entre las multitudes y valiente en la guerra. [16] vuelto a casa, junto a ella descansar�, pues no causa amargura su compa��a ni tristeza la convivencia con ella, sino satisfacci�n y alegr�a�. [17] pensando esto conmigo mismo y considerando en mi coraz�n que se encuentra la inmortalidad en emparentar con la sabidur�a, [18] en su amistad un placer bueno, en los trabajos de sus manos inagotables riquezas, prudencia en cultivar su trato y prestigio en conversar con ella, por todos los medios buscaba la manera de hac�rmela m�a. [19] era yo un muchacho de buen natural, me cupo en suerte un alma buena, [20] o m�s bien, siendo bueno, vine a un cuerpo incontaminado; [21] pero, comprendiendo que no podr�a poseer la sabidur�a si dios no me la daba, -y ya era un fruto de la prudencia saber de qui�n proced�a esta gracia- recurr� al se�or y le ped�, y dije con todo mi coraz�n: sabiduria cap.9 [1] �dios de los padres, se�or de la misericordia, que hiciste el universo con tu palabra, [2] y con tu sabidur�a formaste al hombre para que dominase sobre los seres por ti creados, [3] administrase el mundo con santidad y justicia y juzgase con rectitud de esp�ritu, [4] dame la sabidur�a, que se sienta junto a tu trono, y no me excluyas del n�mero de tus hijos. [5] que soy un siervo tuyo, hijo de tu sierva, un hombre d�bil y de vida ef�mera, poco apto para entender la justicia y las leyes. [6] pues, aunque uno sea perfecto entre los hijos de los hombres, si le falta la sabidur�a que de ti procede, en nada ser� tenido. [7] t� me elegiste como rey de tu pueblo, como juez de tus hijos y tus hijas; [8] t� me ordenaste edificar un santuario en tu monte santo y un altar en la ciudad donde habitas, imitaci�n de la tienda santa que hab�as preparado desde el principio. [9] contigo est� la sabidur�a que conoce tus obras, que estaba presente cuando hac�as el mundo, que sabe lo que es agradable a tus ojos, y lo que es conforme a tus mandamientos. [10] env�ala de los cielos santos, m�ndala de tu trono de gloria para que a mi lado participe en mis trabajos y sepa yo lo que te es agradable, [11] pues ella todo lo sabe y entiende. ella me guiar� prudentemente en mis empresas y me proteger� con su gloria. [12] entonces mis obras ser�n aceptables, juzgar� a tu pueblo con justicia y ser� digno del trono de mi padre. [13] �qu� hombre, en efecto, podr� conocer la voluntad de dios? �qui�n hacerse idea de lo que el se�or quiere? [14] los pensamientos de los mortales son t�midos e inseguras nuestras ideas, [15] pues un cuerpo corruptible agobia el alma y esta tienda de tierra abruma el esp�ritu lleno de preocupaciones. [16] trabajosamente conjeturamos lo que hay sobre la tierra y con fatiga hallamos lo que est� a nuestro alcance; �qui�n, entonces, ha rastreado lo que est� en los cielos? [17] y �qui�n habr�a conocido tu voluntad, si t� no le hubieses dado la sabidur�a y no le hubieses enviado de lo alto tu esp�ritu santo? [18] s�lo as� se enderezaron los caminos de los moradores de la tierra, as� aprendieron los hombres lo que a ti te agrada y gracias a la sabidur�a se salvaron.�

sabiduria cap.10 [1] ella protegi� al primer modelado, padre del mundo, que hab�a sido creado solo; ella le sac� de su ca�da [2] y le dio el poder de dominar sobre todas las cosas. [3] pero cuando un injusto, en su c�lera, se apart� de ella, pereci� por su furor fraticida. [4] cuando por su causa la tierra se vio sumergida, de nuevo la sabidur�a la salv� conduciendo al justo en un vulgar le�o. [5] en la confusi�n que sigui� a la com�n perversi�n de las naciones, ella conoci� al justo, le conserv� irreprochable ante dios y le mantuvo firme contra el entra�able amor a su hijo. [6] ella, en el exterminio de los imp�os, libr� al justo cuando escapaba del fuego que bajaba sobre pent�polis. [7] como testimonio de aquella maldad queda todav�a una tierra desolada humeando, unas plantas cuyos frutos no alcanzan saz�n a su tiempo, y, como monumento de un alma incr�dula, se alza una columna de sal. [8] pues, por haberse apartado del camino de la sabidur�a, no s�lo sufrieron la desgracia de no conocer el bien, sino que dejaron adem�s a los vivientes un recuerdo de su insensatez, para que ni sus faltas pudieran quedar ocultas. [9] en cambio, a sus servidores la sabidur�a los libr� de sus fatigas. [10] ella al justo que hu�a de la c�lera de su hermano le gui� por caminos rectos; le mostr� el reino de dios y le dio el conocimiento de cosas santas; le dio �xito en sus duros trabajos y multiplic� el fruto de sus fatigas; [11] le asisti� contra la avaricia de sus opresores y le enriqueci�; [12] le preserv� de sus enemigos y le protegi� de los que le tend�an asechanzas; y le concedi� la palma en un duro combate para ense�arle que la piedad contra todo prevalece. [13] ella no desampar� al justo vendido, sino que le libr� del pecado; [14] baj� con �l a la cisterna y no le abandon� en las cadenas, hasta entregarle el cetro real y el poder sobre sus tiranos, hasta mostrar mentirosos a sus difamadores y concederle una gloria eterna. [15] ella libr� de una naci�n opresora a un pueblo santo y a una raza irreprochable. [16] entr� en el alma de un servidor del se�or e hizo frente a reyes temibles con prodigios y se�ales; [17] pag� a los santos el salario de sus trabajos; los gui� por un camino maravilloso, fue para ellos cobertura durante el d�a y lumbre de estrellas durante la noche; [18] les abri� paso por el mar rojo y los condujo a trav�s de las inmensas aguas, [19] mientras a sus enemigos los sumergi� y luego los hizo saltar de las profundidades del abismo. [20] de este modo los justos despojaron a los imp�os; entonaron cantos, se�or, a tu santo nombre y un�nimes celebraron tu mano protectora, [21] porque la sabidur�a abri� la boca de los mudos e hizo claras las lenguas de los peque�uelos. sabiduria cap.11 [1] ella dirigi� felizmente sus empresas por medio de un profeta santo. [2] atravesaron un desierto deshabitado y fijaron sus tiendas en parajes inaccesibles; [3] hicieron frente a sus enemigos y rechazaron a sus adversarios. [4] tuvieron sed y te invocaron: de una roca abrupta se les dio agua, de una piedra dura, remedio para su sed. [5] lo mismo que fue para sus enemigos un castigo, fue para ellos en su apuro un beneficio. [6] en vez de la fuente perenne de un r�o enturbiado por una mezcla de sangre y

barro [7] en pena de su decreto infanticida, diste a los tuyos inesperadamente un agua abundante, [8] mostr�ndoles por la sed que entonces sufrieron de qu� modo hab�as castigado a sus adversarios. [9] pues cuando sufrieron su prueba -si bien con misericordia corregidosconocieron c�mo los imp�os, juzgados con c�lera, eran torturados; [10] pues a ellos los hab�as probado como padre que amonesta, pero a los otros los hab�as castigado como rey severo que condena. [11] tanto estando lejos como cerca, igualmente se consum�an, [12] pues una doble tristeza se apoder� de ellos, y un lamento con el recuerdo del pasado: [13] porque, al o�r que lo mismo que era su castigo, era para los otros un beneficio, reconocieron al se�or; [14] pues al que antes hicieron exponer y luego rechazaron con escarnio, al final de los acontecimientos le admiraron despu�s de padecer una sed bien diferente de la de los justos. [15] por sus locos e inicuos pensamientos por los que, extraviados, adoraban reptiles sin raz�n y bichos despreciables, les enviaste en castigo muchedumbre de animales sin raz�n, [16] para que aprendiesen que, por donde uno peca, por all� es castigado. [17] pues bien pod�a tu mano omnipotente -ella que de informe materia hab�a creado el mundo- enviar contra ellos muchedumbre de osos o audaces leones, [18] o bien fieras desconocidas, entonces creadas, llenas de furor, respirando aliento de fuego, lanzando humo hediondo o despidiendo de sus ojos terribles centellas, [19] capaces, no ya de aniquilarlos con sus ataques, sino de destruirlos con s�lo su estremecedor aspecto. [20] y aun sin esto, de un simple soplo pod�an sucumbir, perseguidos por la justicia, aventados por el soplo de tu poder. pero t� todo lo dispusiste con medida, n�mero y peso. [21] pues el actuar con inmenso poder siempre est� en tu mano. �qui�n se podr� oponer a la fuerza de tu brazo? [22] como lo que basta a inclinar una balanza, es el mundo entero en tu presencia, como la gota de roc�o que a la ma�ana baja sobre la tierra. [23] te compadeces de todos porque todo lo puedes y disimulas los pecados de los hombres para que se arrepientan. [24] amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habr�as hecho. [25] y �c�mo habr�a permanecido algo si no hubieses querido? �c�mo se habr�a conservado lo que no hubieses llamado? [26] mas t� con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, se�or que amas la vida, sabiduria cap.12 [1] pues tu esp�ritu incorruptible est� en todas ellas. [2] por eso mismo gradualmente castigas a los que caen; les amonestas record�ndoles en qu� pecan para que, apart�ndose del mal, crean en ti, se�or. [3] a los antiguos habitantes de tu tierra santa [4] los odiabas, porque comet�an las m�s nefastas acciones, pr�cticas de hechicer�a, iniciaciones imp�as. [5] a estos despiadados asesinos de sus hijos, devoradores de entra�as en banquetes de carne humana y de sangre, a estos iniciados en bacanales, [6] padres asesinos de seres indefensos, hab�as querido destruirlos a manos de nuestros padres, [7] para que la tierra que te era la m�s apreciada de todas, recibiera una digna colonia de hijos de dios.

[8] pero aun con �stos, por ser hombres, te mostraste indulgente, y les enviaste avispas, como precursoras de tu ej�rcito, que les fuesen poco a poco destruyendo. [9] no porque no pudieses en batalla campal entregar a los imp�os en manos de los justos, o aniquilarlos de una vez con feroces fieras o con una palabra inexorable, [10] sino que les conced�as, con un castigo gradual, una ocasi�n de arrepentirse; aun sabiendo que era su natural perverso, su malicia innata, y que jam�s cambiar�a su manera de pensar [11] por ser desde el comienzo una raza maldita. tampoco por temor a nadie conced�as la impunidad a sus pecados. [12] pues �qui�n podr�a decirte: ��qu� has hecho?� �qui�n se opondr�a a tu sentencia? �qui�n te citar�a a juicio por destruir naciones por ti creadas? �qui�n se alzar�a contra ti como vengador de hombres inicuos? [13] pues fuera de ti no hay un dios que de todas las cosas cuide, a quien tengas que dar cuenta de la justicia de tus juicios; [14] ni hay rey ni soberano que se te enfrente en favor de los que has castigado. [15] sino que, como eres justo, con justicia administras el universo, y miras como extra�o a tu poder condenar a quien no merece ser castigado. [16] tu fuerza es el principio de tu justicia y tu se�or�o sobre todos los seres te hace indulgente con todos ellos [17] ostentas tu fuerza a los que no creen en la plenitud de tu poder, y confundes la audacia de los que la conocen. [18] due�o de tu fuerza, juzgas con moderaci�n y nos gobiernas con mucha indulgencia porque, con s�lo quererlo, lo puedes todo. [19] obrando as� ense�aste a tu pueblo que el justo debe ser amigo del hombre, y diste a tus hijos la buena esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. [20] pues si a los enemigos de tus hijos, merecedores de la muerte, con tanto miramiento e indulgencia los castigaste d�ndoles tiempo y lugar para apartarse de la maldad, [21] �con qu� consideraci�n no juzgaste a los hijos tuyos, a cuyos padres con juramentos y pactos tan buenas promesas hiciste? [22] as� pues, para aleccionarnos, a nuestros enemigos los flagelas con moderaci�n, para que, al juzgar, tengamos en cuenta tu bondad y, al ser juzgados, esperemos tu misericordia. [23] por tanto, tambi�n a los que inicuamente hab�an vivido una vida insensata les atormentaste con sus mismas abominaciones. [24] demasiado, en verdad, se hab�an desviado por los caminos del error, teniendo por dioses a los m�s viles y despreciables, animales, dej�ndose enga�ar como peque�uelos inconscientes. [25] por eso, como a ni�os sin seso, les enviaste una irrisi�n de castigo. [26] pero los que con una reprimenda irrisoria no se enmendaron, iban a experimentar un castigo digno de dios. [27] a la vista de los seres que les atormentaban y les indignaban, de aquellos seres que ten�an por dioses y eran ahora su castigo, abrieron los ojos y reconocieron por el dios verdadero a aquel que antes se negaban a conocer. por lo cual el supremo castigo descarg� sobre ellos. sabiduria cap.13 [1] s�, vanos por naturaleza todos los hombres en quienes hab�a ignorancia de dios y no fueron capaces de conocer por las cosas buenas que se ven a aqu�l que es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al art�fice; [2] sino que al fuego, al viento, al aire ligero, a la b�veda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, se�ores del mundo. [3] que si, cautivados por su belleza, los tomaron por dioses, sepan cu�nto les aventaja el se�or de �stos, pues fue el autor mismo de la belleza quien los cre�. [4] y si fue su poder y eficiencia lo que les dej� sobrecogidos, deduzcan de ah�

cu�nto m�s poderoso es aquel que los hizo; [5] pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analog�a, a contemplar a su autor. [6] con todo, no merecen �stos tan grave reprensi�n, pues tal vez caminan desorientados buscando a dios y queri�ndole hallar. [7] como viven entre sus obras, se esfuerzan por conocerlas, y se dejan seducir por lo que ven. �tan bellas se presentan a los ojos! [8] pero, por otra parte, tampoco son �stos excusables; [9] pues si llegaron a adquirir tanta ciencia que les capacit� para indagar el mundo, �c�mo no llegaron primero a descubrir a su se�or? [10] desgraciados, en cambio, y con la esperanza puesta en seres sin vida, los que llamaron dioses a obras hechas por mano de hombre, al oro, a la plata, trabajados con arte, a representaciones de animales o a una piedra in�til, esculpida por mano antigua. [11] un le�ador abate con la sierra un �rbol conveniente, lo despoja diestramente de toda su corteza, lo trabaja con habilidad y fabrica un objeto �til a las necesidades de la vida. [12] con los restos de su trabajo se prepara la comida que le deja satisfecho. [13] queda todav�a un resto del �rbol que para nada sirve, un tronco torcido y lleno de nudos. lo toma y lo labra para llenar los ratos de ocio, le da forma con la destreza adquirida en sus tiempos libres; le da el parecido de una imagen de hombre [14] o bien la semejanza de alg�n vil animal. lo pinta de bermell�n, colorea de rojo su cuerpo y salva todos sus defectos bajo la capa de pintura. [15] luego le prepara un alojamiento digno y lo pone en una pared asegur�ndolo con un hierro. [16] mira por �l, no se le caiga, pues sabe que no puede valerse por s� mismo, que s�lo es una imagen y necesita que le ayuden. [17] pues bien, cuando por su hacienda, bodas o hijos ruega, no se le cae la cara al dirigirse a este ser sin vida. y pide salud a un inv�lido, [18] vida a un muerto, auxilio al m�s inexperto, un viaje feliz al que ni de los pies se puede valer, [19] y para sus ganancias y empresas, para el exito en el trabajo de sus manos, al ser m�s desma�ado le pide destreza. sabiduria cap.14 [1] otro, prepar�ndose a embarcar para cruzar el mar brav�o, invoca a un le�o m�s fr�gil que la nave que le lleva. [2] que a la nave, al fin, la invent� el af�n de lucro, y la sabidur�a fue el art�fice que la construy�; [3] y es tu providencia, padre, quien la gu�a, pues tambi�n en el mar abriste un camino, una ruta segura a trav�s de las olas, [4] mostrando as� que de todo peligro puedes salvar para que hasta el inexperto pueda embarcarse. [5] no quieres que queden inactivas las obras de tu sabidur�a; por eso, a un min�sculo le�o f�an los hombres su vida, cruzan el oleaje en una barquichuela y arriban salvos a puerto. [6] tambi�n al principio, mientras los soberbios gigantes perec�an, se refugi� en una barquichuela la esperanza del mundo, y, guiada por tu mano, dej� al mundo semilla de una nueva generaci�n. [7] pues bendito es el le�o por el que viene la justicia, [8] pero el �dolo fabricado, maldito �l y el que lo hizo; uno por hacerle, el otro porque, corruptible, es llamado dios, [9] y dios igualmente aborrece al imp�o y su impiedad; [10] ambos, obra y art�fice, ser�n igualmente castigados. [11] por eso tambi�n habr� una visita para los �dolos de las naciones, porque son una abominaci�n entre las criaturas de dios, un esc�ndalo para las almas de los

hombres, un lazo para los pies de los insensatos. [12] la invenci�n de los �dolos fue el principio de la fornicaci�n; su descubrimiento, la corrupci�n de la vida. [13] no los hubo al principio ni siempre existir�n; [14] por la vanidad de los hombres entraron en el mundo y, por eso, est� decidido su r�pido fin. [15] un padre atribulado por un luto prematuro encarga una imagen del hijo malogrado; al hombre muerto de ayer, hoy como un dios le venera y transmite a los suyos misterios y ritos. [16] luego, la imp�a costumbre, afianzada con el tiempo, se acata como ley. [17] tambi�n por decretos de los soberanos recib�an culto las estatuas. unos hombres que, por vivir apartados, no les pod�an honrar en persona, representaron su lejana figura encargando una imagen, reflejo del rey venerado; as� lisonjear�an con su celo al ausente como si presente se hallara. [18] a extender este culto contribuy� la ambici�n del artista y arrastr� incluso a quienes nada del rey sab�an; [19] pues deseoso, sin duda, de complacer al soberano, alter� con su arte la semejanza para que saliese m�s bella, [20] y la muchedumbre seducida por el encanto de la obra, al que poco antes como hombre honraba, le consider� ya objeto de adoraci�n. [21] de aqu� provino la asechanza que se le tendi� a la vida: que, v�ctimas de la desgracia o del poder de los soberanos, dieron los hombres a piedras y le�os el nombre incomunicable. [22] luego, no bast� con errar en el conocimiento de dios; viviendo adem�s la guerra que esta ignorancia les mueve, ellos a tan graves males les dan el nombre de paz. [23] con sus ritos infanticidas, sus misterios secretos, sus delirantes org�as de costumbres extravagantes, [24] ni sus vidas ni sus matrimonios conservan ya puros. uno elimina a otro a traici�n o le aflige d�ndole bastardos; [25] por doquiera, en confusi�n, sangre y muerte, robo y fraude, corrupci�n, deslealtad, agitaci�n, perjurio, [26] trastorno del bien, olvido de la gratitud, inmundicia en las almas, inversi�n en los sexos, matrimonios libres, adulterios, libertinaje. [27] que es culto de los �dolos sin nombre principio, causa y t�rmino de todos los males. [28] porque o se divierten alocadamente, o manifiestan or�culos falsos, o viven una vida de injusticia, o con toda facilidad perjuran: [29] como los �dolos en que conf�an no tienen vida, no esperan que del perjurio se les siga alg�n mal. [30] una justa sanci�n les alcanzar�, sin embargo, por doble motivo: por formarse de dios una idea falsa al darse a los �dolos y por jurar injustamente contra la verdad con desprecio de toda santidad. [31] que no es el poder de aquellos en cuyo nombre juran; es la sanci�n que merece todo el que peca, la que persigue siempre la transgresi�n de los inicuos. sabiduria cap.15 [1] mas t�, Dios nuestro, eres bueno y verdadero, paciente y que con misericordia gobiernas el universo. [2] aunque pequemos, tuyos somos, porque conocemos tu poder; pero no pecaremos, porque sabemos que somos contados por tuyos. [3] pues el conocerte a ti es la perfecta justicia y conocer tu poder, la ra�z de la inmortalidad. [4] a nosotros no nos extraviaron las creaciones humanas de un arte perverso, ni el in�til trabajo de los pintores, figuras embadurnadas de colores abigarrados, [5] cuya contemplaci�n despierta la pasi�n en los insensatos que codician la figura sin aliento de una imagen muerta.

[6] apasionados del mal son y dignos de tales esperanzas los que las crean, los que las codician, los que las adoran. [7] un alfarero trabaja laboriosamente la tierra blanda y modela diversas piezas, todas para nuestro uso; unas van destinadas a usos nobles, otras al contrario, pero todas las modela de igual manera y de la misma arcilla. sobre el servicio diverso que unas y otras han de prestar, es el alfarero quien decide. [8] pero luego -�mala pena que se toma!- de la misma arcilla modela una vana divinidad. y la modela �l, que poco ha naci� de la tierra y que pronto habr� de volver a la tierra de donde fue sacado, cuando le reclamen la devoluci�n de su alma. [9] pero no se preocupa de que va a morir, de que es ef�mera su vida; antes rivaliza con orfebres y plateros, imita las obras del broncista y se ufana de modelar falsificaciones. [10] escoria es su coraz�n, m�s vil que la tierra su esperanza, m�s abyecta que la arcilla su vida, [11] porque desconoci� al que le model� a �l, al que le inspir� un alma activa y le infundi� un esp�ritu vivificante. [12] piensa que la existencia es un juego de ni�os y la vida, un lucrativo mercado: �es preciso ganar, dice, por todos los medios, aun malos.� [13] este hombre m�s que nadie sabe que peca, como quien de una misma masa de tierra fabrica fr�giles piezas y estatuas de �dolos. [14] insensatos todos en sumo grado y m�s infelices que el alma de un ni�o, los enemigos de tu pueblo que un d�a le oprimieron; [15] como que tuvieron por dioses a todos los �dolos de los gentiles, que no pueden valerse de los ojos para ver, ni de la nariz para respirar, ni de los o�dos para o�r, ni de los dedos de las manos para tocar, y sus pies son torpes para andar. [16] al fin, un hombre los hizo, uno que recibi� en pr�stamo el esp�ritu los model�; y no hay hombre que modele un dios igual a s� mismo; [17] mortal como es, un ser muerto produce con sus manos imp�as. vale ciertamente m�s que las cosas que adora: �l, un tiempo al menos, goza de vida, ellos jam�s. [18] adoran, adem�s, a los bichos m�s repugnantes que en estupidez superan a todos los dem�s; [19] ni siquiera poseen la belleza de los animales que, a su modo, cautiva al contemplarlos; est�n excluidos de la aprobaci�n de dios y de su bendici�n. sabiduria cap.16 [1] por eso, mediante seres semejantes, fueron justamente castigados; una multitud de bichos les sometieron a tormento. [2] en vez de tal castigo, concediste favores a tu pueblo: para satisfacer su voraz apetito, les preparaste como alimento un manjar exquisito: codornices; [3] para que aqu�llos, aun ansiando el alimento, por el asqueroso aspecto de los bichos que les enviabas, hasta el apetito natural perdiesen, y �stos, pasadas unas breves privaciones, viniesen a gustar manjares exquisitos. [4] era raz�n que aqu�llos, los opresores, sufrieran un hambre irremediable, mientras a �stos bastaba mostrarles la clase de tormento que sus enemigos padec�an. [5] incluso cuando cay� sobre ellos la ira terrible de animales feroces, cuando por mordeduras de sinuosas serpientes perec�an, no persisti� tu c�lera hasta el fin. [6] como advertencia se vieron atribulados por breve tiempo, pues ten�an una se�al de salvaci�n como recuerdo del mandamiento de tu ley; [7] y el que a ella se volv�a, se salvaba, no por lo que contemplaba, sino por ti, salvador de todos. [8] de este modo convenciste a nuestros enemigos de que t� eres el que libras de todo mal: [9] a ellos picaduras de langostas y moscas los mataban, -y bien merec�an que

bichos tales los castigasen- sin que remedio hallaran para su vida; [10] a tus hijos, en cambio, ni dientes de serpientes venenosas los vencieron, pues vino tu misericordia en su socorro y los san�. [11] las mordeduras -pronto curadas- les recordaban tus preceptos no fuera que, cayendo en profundo olvido, se vieran excluidos de tu liberalidad. [12] ni los cur� hierba ni emplasto alguno, sino tu palabra, se�or, que todo lo sana. [13] pues t� tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar a las puertas del hades y de all� subir. [14] el hombre, en cambio, puede matar por su maldad, pero no hacer tornar al esp�ritu que se fue, ni liberar al alma ya acogida en el hades. [15] es imposible escapar de tu mano. [16] los imp�os que rehusaban conocerte fueron fustigados por la fuerza de tu brazo; lluvias ins�litas, granizadas, aguaceros implacables los persigueron y el fuego los devor�. [17] y lo m�s extra�o era que con el agua, que todo lo apaga, el fuego cobraba una violencia mayor. el universo, en efecto, combate en favor de los justos. [18] las llamas unas veces se amansaban para no consumir a los animales enviados contra los imp�os, y darles a entender, por lo que ve�an, que el juicio de dios les hostigaba; [19] pero otras, aun en medio de las aguas, abrasaban con fuerza superior a la del fuego para destruir las cosechas de una tierra inicua. [20] a tu pueblo, por el contrario, le alimentaste con manjar de �ngeles; les suministraste, sin cesar desde el ciel un pan ya preparado que pod�a brindar todas las delicias y satisfacer todos los gustos. [21] el sustento que les dabas revelaba tu dulzura con tus hijos pues, adapt�ndose al deseo del que lo tomaba, se tranformaba en lo que cada uno quer�a. [22] nieve y hielo resist�an al fuego sin fundirse, para que supieran que el fuego, para destruir las cosechas de sus enemigos, entre el granizo abrasaba y fulguraba entre la lluvia, [23] mientras que, para que los justos pudieran sustentarse, hasta de su natural poder se olvidaba. [24] porque la creaci�n, sirvi�ndote a ti, su hacedor, se embravece para castigo de los inicuos y se amansa en favor de los que en ti conf�an. [25] por eso, tambi�n entonces, cambi�ndose en todo, serv�a a tu liberalidad que a todos sustenta, conforme al deseo de los necesitados. [26] de este modo ense�abas a tus hijos queridos, se�or, que no son las diversas especies de frutos los que alimentan al hombre, sino que es tu palabra la que mantiene a los que creen en ti. [27] el fuego no alcanzaba a disolver lo que sencillamente derret�a el calor de un breve rayo de sol. [28] con ello le ense�abas que deb�an adelantarse al sol para darte gracias y recurrir a ti al rayar el d�a, [29] pues la esperanza del ingrato como escarcha invernal se derrite y corre como agua in�til. sabiduria cap.17 [1] grandes son en verdad tus juicios e inenarrables, por donde almas ignorantes se vinieron a enga�ar. [2] imaginaban los imp�os que podr�an oprimir a una naci�n santa; y se encontraron prisioneros de tinieblas, en larga noche trabados, recluidos en sus casas, desterrados de la providencia eterna. [3] cre�an que se mantendr�an ocultos con sus secretos pecados bajo el oscuro velo del olvido; y se vieron dispersos, presa de terrible espanto, sobresaltados por apariciones. [4] pues ni el escondrijo que les proteg�a les libraba del miedo; que tambi�n all� resonaban ruidos escalofriantes y se aparec�an espectros sombr�os de l�gubre

aspecto. [5] no hab�a fuego intenso capaz de alumbrarles, ni las brillantes llamas de las estrellas alcanzaban a esclarecer aquella odiosa noche. [6] tan s�lo una llamarada, por s� misma encendida, se dejaba entrever sembrando el terror; pues en su espanto, al desaparecer la visi�n, imaginaban m�s horrible a�n lo que acababan de ver. [7] los artificios de la magia resultaron ineficaces; con gran afrenta qued� refutado su pretendido saber, [8] pues los que promet�an expulsar miedos y sobresaltos de las almas enloquecidas, enloquec�an ellos mismos con rid�culos temores. [9] incluso cuando otro espanto no les atemorizara, sobresaltados por el paso de los bichos y el silbido de los reptiles, [10] se mor�an de miedo, y rehusaban mirar aquel aire que de ninguna manera pod�an evitar. [11] cobarde es, en efecto, la maldad y ella a s� misma se condena; acosada por la conciencia imagina siempre lo peor; [12] pues no es otra cosa el miedo sino el abandono del apoyo que presta la reflexi�n; [13] y cuanto menos se cuenta con los recursos interiores, tanto mayor parece la desconocida causa que produce el tormento. [14] durante aquella noche verdaderamente inerte, surgida de las profundidades del inerte hades, en un mismo sue�o sepultados, [15] al invadirles un miedo repentino e inesperado, se vieron, de un lado, perseguidos de espectrales apariciones y, de otro, paralizados por el abandono de su alma. [16] de este modo, cualquiera que en tal situaci�n cayera, quedaba encarcelado, encerrado en aquella prisi�n sin hierros; [17] ya fuera labrador o pastor, o bien un obrero dedicado en la soledad a su trabajo, sorprendido, soportaba la ineludible necesidad, [18] atados todos como estaban por una misma cadena de tinieblas. el silbido del viento, el melodioso canto de las aves en la enramada, el ruido regulado del agua que corr�a impetuosa, [19] el horr�simo fragor de rocas que ca�an de las alturas, la invisible carrera de animales que saltando pasaban, el rugido de las fieras m�s salvajes, el eco que devolv�an las oquedades de las monta�as, todo les aterrorizaba y les dejaba paralizados. [20] estaba entonces el mundo entero iluminado de luz esplendorosa, y, sin traba alguna, se ocupaba en sus quehaceres; [21] s�lo sobre ellos se extend�a pesada noche, imagen de las tinieblas que les esperaban recibir. aunque ellos a s� mismos se eran m�s pesados que las tinieblas. sabiduria cap.18 [1] entre tanto para tus santos hab�a una grand�sima luz. los egipcios, que o�an su voz aunque no distingu�an su figura, les proclamaban dichosos por no haber padecido ellos tambi�n; [2] les daban gracias porque agraviados no se vengaban y les ped�an perd�n por su conducta hostil. [3] en vez de tinieblas, diste a los tuyos una columna de fuego, gu�a a trav�s de rutas desconocidas, y sol inofensivo en su gloriosa emigraci�n. [4] bien merec�an verse de luz privados y prisioneros de tinieblas, los que en prisi�n tuvieron encerrados a aquellos hijos tuyos que hab�an de dar al mundo la luz incorruptible de la ley. [5] por haber decretado matar a los ni�os de los santos, salv�ndose de los hijos expuestos uno tan s�lo, les arrebataste en castigo la multitud de sus hijos y a ellos, a una, les hiciste perecer bajo la violencia de las aguas. [6] aquella noche fue previamente conocida por nuestros padres, para que se confortasen al reconocer firmes los juramentos en que creyeron.

[7] tu pueblo esperaba a la vez la salvaci�n de los justos y la destrucci�n de sus enemigos. [8] y, en efecto, con el castigo mismo de nuestros adversarios, nos colmaste de gloria llam�ndonos a ti. [9] los santos hijos de los buenos ofrecieron sacrificios en secreto y establecieron un�nimes esta ley divina: que los santos correr�an en com�n las mismas aventuras y riesgos; y, previamente, cantaron ya los himnos de los padres. [10] a estos c�nticos respond�a el discordante clamor de sus enemigos, se disfund�an los lamentos de los que lloraban a sus hijos. [11] un mismo castigo alcanzaba al esclavo y al se�or; el hombre del pueblo sufr�a la misma pena que el rey. [12] todos a la vez contaban con muertos innumerables abatidos por un mismo g�nero de muerte. los vivos no se bastaban a darles sepultura, como que, de un solo golpe, hab�a ca�do la flor de su descendencia. [13] mantenidos en absoluta incredulidad por los artificios de la magia, acabaron por confesar, ante la muerte de sus primog�nitos, que aquel pueblo era hijo de dios. [14] cuando un sosegado silencio todo lo envolv�a y la noche se encontraba en la mitad de su carrera, [15] tu palabra omnipotente, cual implacable guerrero, salt� del cielo, desde el trono real, en medio de una tierra condenada al exterminio. empu�ando como afilada espada tu decreto irrevocable, [16] se detuvo y sembr� la muerte por doquier; y tocaba el cielo mientras pisaba la tierra. [17] entonces, de repente, sue�os y horribles visiones les sobresaltaron, les sobrevinieron terrores imprevistos. [18] aqu� y all� tendidos, ya moribundos, daban a conocer la causa de su muerte, [19] pues los sue�os que les hab�an pertubado, se lo hab�an indicado a tiempo para que no muriesen sin saber la raz�n de su desgracia. [20] tambi�n a los justos les alcanz� la prueba de la muerte; una multitud de ellos pereci� en el desierto. pero no dur� la c�lera mucho tiempo, [21] que pronto un hombre irreprochable sali� en su defensa. con las armas de su propio ministerio, la oraci�n y el incienso expiatorio, se enfrent� a la ira y dio fin a la plaga, mostrando con ello que era en verdad siervo tuyo. [22] y venci� a la c�lera no con la fuerza de su cuerpo, ni con el poder de las armas, sino que someti� con su palabra al que tra�a el castigo record�ndole los juramentos hechos a los padres y las alianzas. [23] cuando ya los muertos, unos sobre otros, yac�an hacinados, fren�, interponi�ndose, el avance de la c�lera y le cerr� el camino hacia los que todav�a viv�an. [24] llevaba en su vestido talar el mundo entero, grabados en cuatro hileras de piedras los nombres gloriosos de los padres y tu majestad en la diadema de su cabeza. [25] ante esto, el exterminador cedi� y se atemoriz�; pues era suficiente la sola experiencia de tu c�lera. sabiduria cap.19 [1] pero, sobre los imp�os, descarg� hasta el fin una ira sin misericordia, pues dios sab�a de antemano lo que iban a tramar: [2] que, luego de permitir marchar a su pueblo y apremiarle en su partida, mudando de parecer, saldr�an a perseguirle. [3] ocupados estaban todav�a en su duelo y lament�ndose junto a las tumbas de sus muertos, cuando concibieron otro proyecto insensato: a los que con ruegos despacharon, dieron en perseguirlos como fugitivos. [4] una justa fatalidad los arrastraba a tales extremos y les borraba el recuerdo de los sucesos precedentes; as� completar�an con un nuevo castigo lo que a sus tormentos faltaba,

[5] as� mientras tu pueblo gozaba de un viaje maravilloso, ellos encontrar�an una muerte extra�a. [6] pues para preservar a tus hijos de todo da�o, la creaci�n entera, obediente a tus �rdenes, se reh�zo de nuevo en su propia naturaleza. [7] se vio una nube proteger con su sombra el campamento, emerger del agua que la cubr�a una tierra enjuta, del mar rojo un camino expedito, una verde llanura del oleaje impetuoso, [8] por donde, formando un solo pueblo, pasaron los que tu mano proteg�a mientras contemplaban tan admirables prodigios. [9] como caballos se apacentaban, y retozaban como corderos alab�ndote a ti, se�or que los hab�as liberado. [10] recordaban todav�a lo sucedido en su destierro, c�mo, en vez de nacer los mosquitos de animales, los produjo la tierra, c�mo, en vez de nacer las ranas de seres acu�ticos, las vomit� el r�o en abundancia. [11] m�s tarde, vieron adem�s un modo nuevo de nacer las aves; cuando, llevados de la gula, pidieron manjares delicados, [12] para satisfacerles, subieron codornices desde el mar. [13] mas sobre los pecadores cayeron los castigos, precedidos, como aviso, de la violencia de los rayos. con toda justicia sufr�an por sus propias maldades, por haber extremado su odio contra el extranjero. [14] otros no recibieron a unos desconocidos a su llegada. pero �stos redujeron a esclavitud a hu�spedes bienhechores. [15] adem�s habr� una visita para ellos porque recibieron hostilmente a los extranjeros... [16] pero �stos, despu�s de acoger con fiestas a los que ya participaban en los mismos derechos que ellos, los aplastaron con terribles trabajos. [17] por eso, tambi�n fueron �stos heridos de ceguera, como aqu�llos a las puertas del justo, cuando, envueltos en inmensas tinieblas, buscaba cada uno el acceso a su puerta. [18] los elementos se adaptaron de una nueva manera entre s� como cambian la naturaleza del ritmo los sonidos en un salterio sin que cambie por eso su tonalidad, cosa que se puede deducir claramente examinando lo sucedido. [19] seres terrestres se tornaban acu�ticos, y los que nadan pasaban a caminar sobre la tierra. [20] el fuego aumentaba en el agua su fuerza natural y el agua olvidaba su poder de apagar. [21] por el contrario, las llamas no consum�an las carnes de los endebles animales que sobre ellas caminaban, ni fund�an aquel alimento divino, parecido a la escarcha, tan f�cil de derretirse. [22] en verdad, se�or, que en todo engrandeciste a tu pueblo y le glorificaste, y no te descuidaste en asistirle en todo tiempo y en todo lugar. siracide cap.1 [1] muchas e importantes lecciones se nos han transmitido [2] por la ley, los profetas y los otros que les han seguido, [3] por las cuales bien se debe encomiar a israel por su instrucci�n y sabidur�a. [4] mas como es raz�n que no s�lo los lectores se hagan sabios, [5] sino que puedan tambi�n estos amigos del saber ser �tiles a los de fuera, [6] tanto de palabra como por escrito, [7] mi abuelo jes�s, despu�s de haberse dado intensamente a la lectura [8] de la ley, [9] los profetas [10] y los otros libros de los antepasados, [11] y haber adquirido un gran dominio en ellos, [12] se propuso tambi�n �l escribir algo en lo tocante a instrucci�n y sabidur�a, [13] con �nimo de que los amigos del saber, lo aceptaran [14] y progresaran m�s todav�a en la vida seg�n la ley.

[15] est�is, pues, invitados [16] a leerlo [17] con benevolencia y atenci�n, [18] as� como a mostrar indulgencia [19] all� donde se crea que, a pesar de nuestros denodados esfuerzos de interpretaci�n, [20] no hemos podido acertar en alguna expresi�n. [21] pues no tienen la misma fuerza [22] las cosas expresadas originalmente en hebreo que cuando se traducen a otra lengua. [23] cosa que no sucede s�lo en esto, [24] sino que tambi�n la misma ley, los profetas, [25] y los otros libros [26] presentan no peque�a diferencia respecto de lo que dice el original. [27] fue, pues, en el a�o treinta y ocho del rey evergetes [28] cuando, despu�s de venir a egipto y residir all�, [29] encontr� una obra de no peque�a ense�anza, [30] y juzgu� muy necesario aportar yo tambi�n alg�n inter�s y esfuerzo para traducir este libro. [31] mucha vigilia y ciencia he puesto en juego [32] durante este per�odo, [33] hasta llegar a buen t�rmino y publicar el libro [34] para uso de aquellos que, en el extranjero, quieren ser amigos del saber, [35] y conformar sus costumbres a una vida de acuerdo con la ley. siracide cap.1 [1] toda sabidur�a viene del se�or, y con �l est� por siempre. [2] la arena de los mares, las gotas de la lluvia, los d�as de la eternidad, �qui�n los puede contar? [3] la altura del cielo, la anchura de la tierra, la profundidad del abismo, �qui�n los alcanzar�? [4] antes de todo estaba creada la sabidur�a, la inteligente prudencia desde la eternidad. [6] la ra�z de la sabidur�a �a qui�n fue revelada?, sus recursos, �qui�n los conoci�? [8] s�lo uno hay sabio, en extremo temible, el que en su trono est� sentado. [9] el se�or mismo la cre�, la vio y la cont� y la derram� sobre todas sus obras, [10] en toda carne conforme a su largueza, y se la dispens� a los que le aman. [11] gloria es y orgullo el temor del se�or, contento y corona de j�bilo. [12] el temor del se�or recrea el coraz�n, da contento y recocijo y largos d�as. [13] para el que teme al se�or, todo ir� bien al fin, en el d�a de su muerte se le bendecir�. [14] principio de la sabidur�a es temer al se�or, fue creada en el seno materno juntamente con los fieles. [15] entre los hombres puso su nido, fundaci�n eterna, y con su linaje se mantendr� fielmente. [16] plenitud de la sabidur�a es temer al se�or, ella les embriaga de sus frutos. [17] toda su casa colma de cosas deseables, y de sus productos sus graneros. [18] corona de la sabidur�a el temor del se�or, ella hace florecer paz y buena salud. [19] (el la vio y la cont�), ciencia y conocimiento inteligente hizo llover, y la gloria de los que la poseen exalt�. [20] ra�z de la sabidur�a es temer al se�or, sus ramas, los largos d�as. [22] no puede justificarse la pasi�n del injusto, que el impulso de su pasi�n le hace caer. [23] hasta su hora aguanta el que es paciente, mas despu�s se le brinda contento. [24] hasta su hora oculta sus palabras, y entonces muchos labios prolamar�n su

inteligencia. [25] en los tesoros de la sabidur�a est�n las m�ximas de la ciencia, mas abominaci�n para el pecador es la piedad para con dios. [26] si apeteces sabidur�a, guarda los mandamientos, y el se�or te la dispensar�. [27] pues sabidur�a y ense�anza es el temor del se�or; su complacencia, la fidelidad y mansedumbre. [28] no seas ind�cil al temor del se�or, ni te acerques a �l con coraz�n partido. [29] no seas hip�crita delante de los hombres, pon guardia a tus labios. [30] no te exaltes a ti mismo, para no caer y acarrearte deshonra, porque el se�or revelar�a tus secretos y en medio de la asamblea te echar�a por tierra, por no haberte llegado al temor del se�or, porque tu coraz�n est� lleno de fraude. siracide cap.2 [1] hijo, si te llegas a servir al se�or, prepara tu alma para la prueba. [2] endereza tu coraz�n, mant�nte firme, y no te aceleres en la hora de la adversidad. [3] adhi�rete a �l, no te separes, para que seas exaltado en tus postrimer�as. [4] todo lo que te sobrevenga, ac�ptalo, y en los reveses de tu humillaci�n s� paciente. [5] porque en el fuego se purifica el oro, y los aceptos a dios en el honor de la humillaci�n. [6] conf�ate a �l, y �l, a su vez, te cuidar�, endereza tus caminos y espera en �l. [7] los que tem�is al se�or, aguardad su misericordia, y no os desvi�is, para no caer. [8] los que tem�is al se�or, confiaos a �l, y no os faltar� la recompensa. [9] los que tem�is al se�or, esperad bienes, contento eterno y misericordia. [10] mirad a las generaciones de anta�o y ved: �qui�n se confi� al se�or y qued� confundido? �qui�n persever� en su temor y qued� abandonado? �qui�n le invoc� y fue desatendido? [11] que el se�or es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en la hora de la tribulaci�n. [12] �ay de los corazones flacos y las manos ca�das, del pecador que va por senda doble! [13] �ay del coraz�n ca�do, que no tiene confianza! por eso no ser� protegido. [14] �ay de vosotros que perdisteis el aguante! �qu� vais a hacer cuando el se�or os visite? [15] los que temen al se�or no desobedecen sus palabras, los que le aman guardan sus caminos. [16] los que temen al se�or buscan su agrado, los que le aman quedan llenos de su ley. [17] los que temen al se�or tienen coraz�n dispuesto, y en su presencia se humillan. [18] caeremos en manos del se�or y no en manos de los hombres, pues como es su grandeza, tal su misericordia. siracide cap.3 [1] a m� que soy vuestro padre escuchadme, hijos, y obrad as� para salvaros. [2] pues el se�or glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de la madre sobre su prole. [3] quien honra a su padre exp�a sus pecados; [4] como el que atesora es quien da gloria a su madre. [5] quien honra a su padre recibir� contento de sus hijos, y en el d�a de su oraci�n ser� escuchado. [6] quien da gloria al padre vivir� largos d�as, obedece al se�or quien da sosiego a su madre:

[7] como a su se�or sirve a los que le engendraron. [8] en obra y palabra honra a tu padre, para que te alcance su bendici�n. [9] pues la bendici�n del padre afianza la casa de los hijos, y la maldici�n de la madre destruye los cimientos. [10] no te glor�es en la deshonra de tu padre, que la deshonra de tu padre no es gloria para ti. [11] pues la gloria del hombre procede de la honra de su padre, y bald�n de los hijos es la madre en desdoro. [12] hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. [13] aunque haya perdido la cabeza, s� indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. [14] pues el servicio hecho al padre no quedar� en olvido, ser� para ti restauraci�n en lugar de tus pecados. [15] el d�a de tu tribulaci�n se acordar� El de ti; como hielo en buen tiempo, se disolver�n tus pecados. [16] como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del se�or quien irrita a su madre. [17] haz, hijo, tus obras con dulzura, as� ser�s amado por el acepto a dios. [18] cuanto m�s grande seas, m�s debes humillarte, y ante el se�or hallar�s gracia. [20] pues grande es el poder�o del se�or, y por los humildes es glorificado. [21] no busques lo que te sobrepasa, ni lo que excede tus fuerzas trates de escrutar. [22] lo que se te encomienda, eso medita, que no te es menester lo que est� oculto. [23] en lo que excede a tus obras no te fatigues, pues m�s de lo que alcanza la inteligencia humana se te ha mostrado ya. [24] que a muchos descaminaron sus prejuicios, una falsa ilusi�n extravi� sus pensamientos. [26] el coraz�n obstinado en mal acaba, y el que ama el peligro caer� en �l. [27] el coraz�n obstinado se carga de fatigas, el pecador acumula pecado tras pecado. [28] para la adversidad del orgulloso no hay remedio, pues la planta del mal ha echado en �l ra�ces. [29] el coraz�n del prudente medita los enigmas. un o�do que le escuche es el anhelo del sabio. [30] el agua apaga el fuego llameante, la limosma perdona los pecados. [31] quien con favor responde prepara el porvenir, el d�a de su ca�da encontrar� un apoyo. siracide cap.4 [1] hijo, no prives al pobre del sustento, ni dejes en suspenso los ojos suplicantes. [2] no entristezcas al que tiene hambre, no exasperes al hombre en su indigencia. [3] no te ensa�es con el coraz�n exasperado, no hagas esperar la d�diva al mendigo. [4] no rechaces al suplicante atribulado, ni apartes tu rostro del pobre. [5] no apartes del mendigo tus ojos, ni des a nadie ocasi�n de maldecirte. [6] pues si maldice en la amargura de su alma, su hacedor escuchar� su imprecaci�n. [7] hazte querer de la asamblea, ante un grande baja tu cabeza. [8] inclina al pobre tus o�dos, responde a su saludo de paz con dulzura. [9] arranca al oprimido de manos del opresor, y a la hora de juzgar no seas pusil�nime. [10] s� para los hu�rfanos un padre, haz con su madre lo que hizo su marido. y ser�s como un hijo del alt�simo; �l te amar� m�s que tu madre. [11] la sabidur�a a sus hijos exalta, y cuida de los que la buscan.

[12] el que la ama, ama la vida, los que en su busca madrugan ser�n colmados de contento. [13] el que la posee tendr� gloria en herencia, dondequiera que �l entre, le bendecir� el se�or. [14] los que la sirven, rinden culto al santo, a los que la aman, los ama el se�or. [15] el que la escucha, juzgar� a las naciones, el que la sigue, su tienda montar� en seguro. [16] si se conf�a a ella, la poseer� en herencia, y su posteridad seguir� posey�ndola. [17] pues, al principio, le llevar� por recovecos, miedo y pavor har� caer sobre �l, con su disciplina le atormentar� hasta que tenga confianza en su alma y le pondr� a prueba con sus preceptos, [18] mas luego le volver� al camino recto, le regocijar� y le revelar� sus secretos. [19] que si �l se descarr�a, le abandonar�, y le dejar� a merced de su propia ca�da. [20] ten en cuenta el momento y gu�rdate del mal, no te averg�ences de ti mismo. [21] porque hay una verg�enza que conduce al pecado, y otra verg�enza hay que es gloria y gracia. [22] no tengas miramientos en contra de ti mismo, y no mudes de color por tu ca�da. [23] no contengas la palabra cuando pueda salvar, y no escondas tu sabidur�a. [24] que la sabidur�a se da a conocer en la palabra, y la educaci�n en los discursos de la lengua. [25] a la verdad no contradigas, mas rubor�zate de no estar educado. [26] no te averg�ences de confesar tus pecados, no te opongas a la corriente del r�o. [27] no te aplanes ante el hombre insensato, ni tengas miramiento al poderoso. [28] hasta la muerte por la verdad combate, y el se�or dios pelear� por ti. [29] no seas atrevido con tu lengua, ni perezoso y negligente en tus obras. [30] no seas un le�n en tu casa y un corbade entre tus servidores. [31] no sea tu mano abierta para recibir, y cerrada para dar. siracide cap.5 [1] en tus riquezas no te apoyes ni digas: �tengo bastante con ellas.� [2] no te dejes arrastrar por tu deseo y tu fuerza para seguir la pasi�n de tu coraz�n. [3] no digas: ��qui�n me domina a m�?�, porque el se�or cierto que te castigar�. [4] no digas: �pequ�, y �qu� me ha pasado?�, porque el se�or es paciente. [5] del perd�n no te sientas tan seguro que acumules pecado tras pecado. [6] no digas: �su compasi�n es grande, �l me perdonar� la multitud de mis pecados.� porque en �l hay misericordia, pero tambi�n hay c�lera, y en los pecadores se desahoga su furor. [7] no te tardes en volver al se�or, no lo difieras de un d�a para otro, pues de pronto salta la ira del se�or, y perecer�s al tiempo del castigo. [8] no te apoyes en riquezas injustas, que de nada te servir�n el d�a de la adversidad. [9] no avientes a cualquier viento, ni vayas por cualquier senda, (as� hace el pecador de lengua doble). [10] mant�nte firme en tu pensamiento, y sea una tu palabra. [11] s� pronto en escuchar, y tardo en responder. [12] si sabes alguna cosa, a tu pr�jimo responde, si no, pon tu mano en la boca. [13] gloria y deshonra caben en el hablar, y en la lengua del hombre est� su ruina. [14] que no se te llame maldiciente, no pongas lazos con tu lengua, que sobre el ladr�n cae la verg�enza, y dura condenaci�n sobre la lengua doble.

[15] ni en lo grande ni en lo peque�o yerres, ni de amigo te vuelvas enemigo. siracide cap.6 [1] porque el mal nombre hereda confusi�n y oprobio; as� el pecador de lengua doble. [2] no te engr�as en el capricho de tu alma, para que no sea desgarrada tu alma (como un toro) [3] y tus hojas devores, y destruyas tus frutos, y te dejes a ti mismo como un tronco seco. [4] el mal deseo pierde al que lo adquiere, hace de �l irrisi�n del enemigo. [5] la boca amable multiplica sus amigos, la lengua que habla bien multiplica las afabilidades. [6] sean muchos los que est�n en paz contigo, mas para consejero, uno entre mil. [7] si te echas un amigo, �chatelo probado, y no tengas prisa en confiarte a �l. [8] porque hay amigo que lo es de ocasi�n, y no persevera en el d�a de tu angustia. [9] hay amigo que se vuelve enemigo, y descubrir� la disputa que te ocasiona oprobio. [10] hay amigo que comparte tu mesa, y no persevera en el d�a de tu angustia. [11] cuando te vaya bien, ser� como otro t�, y con tus servidores hablar� francamente; [12] mas si est�s humillado, estar� contra ti, y se hurtar� de tu presencia. [13] de tus enemigos ap�rtate, y de tus amigos no te f�es. [14] el amigo fiel es seguro refugio, el que le encuentra, ha encontrado un tesoro. [15] el amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor. [16] el amigo fiel es remedio de vida, los que temen al se�or le encontrar�n. [17] el que teme al se�or endereza su amistad, pues como �l es, ser� su compa�ero. [18] hijo, desde tu juventud haz acopio de doctrina, y hasta encanecer encontrar�s sabidur�a. [19] como el labrador y el sembrador, trab�jala, y cuenta con sus mejores frutos, que un poco te fatigar�s en su cultivo, y bien pronto comer�s de sus productos. [20] muy dura es para los ignorantes, no aguanta en ella el mentecato. [21] como piedra de toque pesa sobre �l, no tardar� en sacud�rsela . [22] pues la sabidur�a hace honor a su nombre, no se hace patente a muchos. [23] escucha, hijo, acoje mi criterio, y mi consejo no rechaces. [24] mete tus pies en sus anillas, y en su collar tu cuello. [25] encorva tu espalda y c�rgala, no te rebeles contra sus cadenas. [26] con toda tu alma ac�rcate de ella, y con toda tu fuerza guarda sus caminos. [27] rastr�ala, b�scala, y se te dar� a conocer, cuando la hayas asido, no la sueltes. [28] porque al fin hallar�s en ella el descanso, y ella se te trocar� en contento. [29] te ser�n sus anillas protecci�n poderosa, y sus collares ornamento glorioso. [30] pues adorno de oro es su yugo, y sus cadenas cordones de jacinto. [31] como vestidura de gloria te la vestir�s, te la ce�ir�s cual corona de j�bilo. [32] si quieres, hijo, ser�s adoctrinado, si te aplicas bien, entender�s de todo. [33] si te gusta escuchar, aprender�s, si inclinas tu o�do, ser�s sabio. [34] acude a la reuni�n de los ancianos; �que hay un sabio?, j�ntate a �l. [35] anhela escuchar todo discurso que venga de dios, que no se te escapen los proverbios agudos. [36] si ves un hombre prudente, madruga a seguirle, que gaste tu pie el umbral de su puerta. [37] medita en los preceptos del se�or, apl�cate sin cesar a sus mandamientos. el mismo afirmar� tu coraz�n, y se te dar� la sabidur�a que deseas.

siracide cap.7 [1] no hagas mal, y el mal no te dominar�, [2] sep�rate del injusto, y �l se alejar� de ti. [3] no siempres, hijo, en surcos de injusticia, no sea que coseches siete veces m�s. [4] no pidas al se�or la preeminencia, ni al rey silla de gloria. [5] no te hagas el justo delante del se�or, ante el rey no te las des de sabio. [6] no te empe�es en llegar a ser juez, no sea que no puedas extirpar la injusticia, o te dejes influir del poderoso, y pongas un tropiezo en tu entereza. [7] no peques contra la asamblea de la ciudad, ni te rebajes a ti mismo ante el pueblo. [8] en el pecado no te enredes dos veces, pues ni una sola quedar�s impune. [9] no digas: �pondr� �l sus ojos en la abundancia de mis dones, cuando se los presente al dios alt�simo, los aceptar�.� [10] no seas en tu plegaria pusil�nime, y hacer limosna no descuides. [11] no te burles del hombre que vive en aflicci�n, porque el que humilla, tambi�n exalta. [12] no trames mentira contra tu hermano ni hagas otro tanto con tu amigo. [13] prop�nte no decir mentira alguna, que persistir en ello no lleva a nada bueno. [14] no seas hablador en la reuni�n de los ancianos, en tu plegaria no repitas palabras. [15] no reh�yas el trabajo penoso, ni la labor del campo que cre� el alt�simo. [16] no te incluyas en el grupo de los pecadores, recuerda que la c�lera no se har� esperar. [17] humilla hondamente tu alma, que el castigo del imp�o es fuego y gusanos. [18] no cambies un amigo por dinero, ni un hermano de veras por el oro de ofir. [19] no faltes a la mujer sabia y buena, que su gracia vale m�s que el oro. [20] no maltrates al criado que trabaja fielmente, ni al jornalero que pone su empe�o. [21] al criado prudente ame tu alma, y no le prives de la libertad. [22] �tienes reba�os? p�sales revista; y si te dan ganancia, cons�rvalos. [23] �tienes hijos? adoctr�nalos, doblega su cerviz desde su juventud. [24] �tienes hijas? cu�date de ellas, y no pongas ante ellas cara muy risue�a. [25] casa a tu hija y habr�s hecho una gran cosa, pero d�sela a un hombre prudente. [26] �tienes una mujer que te gusta? no la despidas, pero si la aborreces, no te conf�es a ella. [27] con todo tu coraz�n honra a tu padre, y no olvides los dolores de tu madre. [28] recuerda que por ellos has nacido, �c�mo les pagar�s lo que contigo han hecho? [29] con toda tu alma reverencia al se�or, y venera a sus sacerdotes. [30] con todas tus fuerzas ama al que te hizo, y a sus ministros no abandones. [31] teme al se�or y honra el sacerdote, dale su porci�n como te est� prescrito: primicias, sacrificios de reparaci�n, pierna de las ofrendas, oblaci�n de santidad y primicias de las cosas sagradas. [32] tambi�n al pobre ti�ndele tu mano, para que tu bendici�n sea perfecta. [33] la gracia de tu d�diva llegue a todo viviente, ni siquiera a los muertos les reh�ses tu gracia. [34] no te rezagues ante los que lloran, y con los afligidos mu�strate afligido. [35] no descuides visitar al enfermo, que por obras de �stas ganar�s amor. [36] en todas tus acciones ten presente tu fin, y jam�s cometer�s pecado. siracide cap.8 [1] no disputes con hombre poderoso, no sea que caigas en sus manos.

[2] no discutas con hombre rico, no sea que te venza con su peso. porque a muchos perdi� el oro, hasta los corazones de los reyes descarri�. [3] no disputes con hombre charlat�n, no eches m�s le�a a su fuego. [4] no bromees con el ineducado, para que tus mayores no queden en deshonra. [5] no reproches al hombre que se vuelve del pecado, recuerda que culpables somos todos. [6] no deshonres al hombre en su vejez, que entre nosotros tambi�n se llega a viejos. [7] no te alegres de la muerte de nadie, recuerda que todos moriremos. [8] no dede�es lo que narran los sabios, vuelve a menudo a sus proverbios, que de ellos aprender�s doctrina y el modo de servir a los grandes. [9] no desprecies lo que cuentan los viejos, que ellos tambi�n han aprendido de sus padres; pues de ellos aprender�s prudencia y a dar respuesta en el momento justo. [10] no enciendas los carbones del pecador, no sea que te abrases en el fuego de su llama. [11] no te encares con el insolente, para que no sea como trampa tendida a tu boca. [12] no prestes al que puede m�s que t�; si prestas, dalo por perdido. [13] no salgas fiador por encima de tus medios; si lo haces, date por deudor. [14] no entres en pleito con un juez, que por su dignidad fallar�n en su favor. [15] con el osado no te pongas en camino, para que no te agote, pues �l proceder� a su antojo, y por su locura te perder�s con �l. [16] con el col�rico no entres en pelea, ni te adentres con �l en el desierto, porque a sus ojos nada es la sangre, y donde no haya quien te auxilie se echar� sobre ti. [17] no le pidas consejo al insensato, pues no podr� mantenerlo en silencio. [18] delante de un extra�o no hagas cosa secreta, pues no sabes qu� inventar� despu�s. [19] no abras tu coraz�n a todo el mundo, pues no te han de compensar con gracia alguna. siracide cap.9 [1] no tengas celos de tu propia mujer, para no ense�arle a hacerte mal. [2] no te entregues del todo a tu mujer, no sea que te llegue a dominar. [3] no vayas al encuentro de una mujer prostituta, no sea que caigas en sus redes. [4] con cantadora no frecuentes el trato, para no quedar prendido en sus enredos. [5] no te quedes mirando a doncella, para que no incurras en su propio castigo. [6] a prostitutas no te entregues, para no perder tu herencia. [7] no andes fisgando por los calles de la ciudad, ni divagues por sus sitios solitarios. [8] aparta tu ojo de mujer hermosa, no te quedes mirando la belleza ajena. por la belleza de la mujer se perdieron muchos, junto a ella el amor se inflama como fuego. [9] junto a mujer casada no te sientes jam�s, a la mesa con ella no te huelgues con vino, para que tu coraz�n no se desv�e hacia ella y en tu �mpetu te deslices a la ruina. [10] no abandones a un viejo amigo, porque el nuevo no le iguala. vino nuevo, amigo nuevo, cuando sea a�ejo, con placer lo beber�s. [11] no envidies la gloria del pecador, pues no sabes c�mo se le volver� la fortuna. [12] no asientas al �xito de los imp�os, recuerda que no quedar�n hasta el seol impunes. [13] ponte lejos del hombre que es capaz de matar, y no experimentar�s miedo a la muerte. si te acercas a �l, no te descuides, para que no te quite la vida. date cuenta de que pasas entre lazos y que caminas sobre el muro de la ciudad.

[14] cuando puedas acude a tu pr�jimo, y con los sabios acons�jate. [15] con los inteligentes ten conversaci�n, y tus charlas versen sobre la ley del alt�simo. [16] varones justos sean tus comensales, y en el temor del se�or est� tu orgullo. [17] por la mano del artista la obra es alabada, y el jefe del pueblo aparece sabio en su palabra. [18] temible en su ciudad el hombre charlat�n, el desmedido por su lenguaje se hace odioso. siracide cap.10 [1] el juez sabio adoctrina a su pueblo, la autoridad del sensato est� bien regulada. [2] seg�n el juez del pueblo, as� ser�n sus ministros, como el jefe de la ciudad, todos sus habitantes. [3] el rey sin instrucci�n arruinar� a su pueblo, la ciudad se edifica sobre la prudencia de los dirigentes. [4] en manos del se�or est� el gobierno de la tierra, a su tiempo suscita para ella al que conviene. [5] en manos del se�or el recto camino del hombre, �l pone su gloria en el escriba. [6] sea cual fuere su agravio, no guardes rencor al pr�jimo, y no hagas nada en un arrebato de violencia. [7] odioso es al se�or y a los hombres el orgullo, para ambos es un yerro la injusticia. [8] la soberan�a pasa de una naci�n a otra, por las injusticias, las violencias y el dinero. [9] �por qu� se enorgullece el que es tierra y ceniza? �si ya en vida es su vientre podredumbre! [10] la larga enfermedad deja perplejo al m�dico, y el que hoy es rey fenecer� ma�ana. [11] y cuando un hombre muere, recibe como herencia reptiles, fieras y gusanos. [12] el comienzo del orgullo del hombre es alejarse del se�or, cuando de su hacedor se apart� su coraz�n. [13] que el comienzo del orgullo es el pecado, el que se agarra a �l vierte abominaci�n. por eso les dio el se�or asombrosos castigos, y les abati� hasta aniquilarlos. [14] los tronos de los pr�ncipes los volte� el se�or, y en su lugar sent� a los mansos. [15] las ra�ces de los orgullosos las arranc� el se�or, y en su lugar plant� a los humildes. [16] las comarcas de las naciones las arras� el se�or, y las destruy� hasta los cimientos de la tierra. [17] tom� algunos de ellos y los destruy�, y borr� de la tierra su recuerdo. [18] no se ha hecho para los hombres el orgullo, ni el furor de la ira para los nacidos de mujer. [19] �qu� raza es honorable? la del hombre. �qu� raza es honorable? los que temen al se�or. �qu� raza es despreciable? la del hombre. �qu� raza es despreciable? los que violan sus mandatos. [20] en medio de sus hermanos es honorable el jefe, y los que temen al se�or, a los ojos de �l. [22] sean ricos, llenos de gloria o pobres, su orgullo es el temor del se�or. [23] no es justo despreciar al pobre inteligente, ni procede glorificar al pecador. [24] grande, juez y poderoso reciben honores, mas no hay mayor entre ellos que el que teme al se�or. [25] al siervo sabio los hombres libres sirven, y el hombre de saber no lo critica.

[26] no te hagas el sabio cuando cumples tu obra, no te glor�es en el momento de tu aprieto. [27] m�s vale el que trabaja y le sobra de todo que el que anda glori�ndose y carece de pan. [28] hijo, glor�ate con moderaci�n, y est�mate en lo que vales. [29] al que peca contra s� mismo, �qui�n le justificar�? �qui�n apreciar� al que desprecia su vida? [30] el pobre es honrado por su saber, y el rico lo es por su riqueza. [31] quien es estimado en la pobreza, �cu�nto m�s en la riqueza! quien es despreciado en la riqueza, �cu�nto m�s en la pobreza! siracide cap.11 [1] la sabidur�a del humilde le hace erguir la cabeza, y le da asiento entre los grandes. [2] no alabes nunca a un hombre por su buen parecer, ni abomines de nadie por su aspecto. [3] peque�a entre los que vuelan es la abeja, mas lo que ella elabora es lo m�s dulce. [4] no te glor�es del manto que te envuelve, el d�a de la gloria no te engr�as; pues admirables son las obras del se�or, pero est�n ocultas a los hombres. [5] muchos tiranos se sentaron en el suelo, y un desconocido se puso la diadema. [6] muchos poderosos fueron muy deshonrados, y hombres ilustres entregados a otras manos. [7] sin haberte informado no reprendas, reflexiona primero y haz luego tu reproche. [8] sin haber escuchado no respondas ni interrumpas en medio del discuro. [9] por lo que no te incumbe no discutas, y en las contiendas de los pecadores no te mezcles. [10] hijo, no te metas en m�ltiples asuntos, si los multiplicas no saldr�s bien parado; aunque los persigas no los alcanzar�s ni podr�s escapar aunque quieras huir. [11] hay quien se agota, se fatiga y se apresura, y cuanto m�s, m�s tarde llega. [12] hay quien es d�bil, necesitado de apoyo, falto de bienes y sobrado de pobreza, mas los ojos del se�or le miran para bien, �l le recobra de su humillaci�n. [13] levanta su cabeza, y por �l se admiran muchos. [14] bienes y males, vida y muerte, pobreza y riqueza vienen del se�or. [17] el don del se�or con los piadosos permanece, y su complacencia les lleva por buen camino para siempre. [18] hay quien se hace rico a fuerza de enga�o y avaricia, y esta es la parte de su recompensa: [19] cuando dice: �ya he logrado reposo, ahora voy a comer de mis bienes�, no sabe qu� tiempo va a venir, morir� y se lo dejar� a otros. [20] mant�nte en tu quehacer y cons�grate a �l, en tu tarea envejece. [21] no te admires de las obras del pecador, conf�a en el se�or y en tu esfuerzo persevera. que es cosa f�cil a los ojos del se�or enriquecer de golpe al indigente. [22] la bendici�n del se�or es la recompensa del piadoso, y en un instante hace florecer su bendici�n. [23] no digas: ��de qu� he menester? o �qu� bienes me vendr�n todav�a?� [24] no digas: �tengo bastante con ellos, �qu� mal puede alcanzarme ahora?� [25] d�a de bienes, olvido de males, d�a de males, olvido de bienes. [26] que es f�cil al se�or, el d�a de la muerte, pagar a cada uno seg�n su proceder. [27] el mal de una hora el placer hace olvidar, al final del hombre se descubren sus obras. [28] antes del fin no llames feliz a nadie, que s�lo a su t�rmino es conocido el

hombre. [29] no metas a cualquiera en tu casa, que son muchos los lazos del taimado. [30] perdiz cautiva en su jaula, tal es el coraz�n del orgulloso, como el esp�a acecha tu ca�da. [31] cambiando el bien por el mal, est� al acecho, y a las cosas m�s limpias pone mancha. [32] con una chispa se enciende un brasero, as� el pecador tiende lazos en busca de sangre. [33] gu�rdate del malvado, porque maquina el mal, no sea que te manche para siempre. [34] mete en casa al extra�o, y te traer� el desorden, te har� extra�o a tu propia familia. siracide cap.12 [1] si haces el bien, mira a qui�n lo haces, y por tus beneficios recibir�s favor. [2] haz bien al piadoso; hallar�s recompensa, si no de �l, al menos del alt�simo. [3] no habr� bienes para el que en mal persiste, ni para quien no agradece la limosna. [4] da al hombre piadoso, y del pecador no te cuides. [5] haz bien al humilde y no des al imp�o; ni�gale su pan, no se lo des, para que no llegue con ello a dominarte. pues un mal duplicado encontrar�as por todos los bienes que le hubieres hecho. [6] que tambi�n el alt�simo odia a los pecadores, y de los imp�os tomar� venganza. [7] da al hombre de bien, y del pecador no te cuides. [8] no se demuestra en la prosperidad el amigo, ni queda oculto en la adversidad el enemigo. [9] cuando hay prosperidad, los enemigos se entristecen, mas en la adversidad, hasta el amigo se aleja. [10] no conf�es jam�s en tu enemigo, que cual bronce ro�oso, as� es su maldad. [11] aunque se haga el humilde y camine encorvado, mira por ti mismo y gu�rdate de �l. p�rtate con �l como el que pule un espejo, s�bete que no retendr� hasta el fin su ro�a. [12] no le pongas junto a ti, no sea que se te revuelva y suplante tu puesto. no le sientes a tu diestra, no sea que tu asiento pretenda, y que al fin comprendas mis palabras, y te pese al recordar mis consejos. [13] �qui�n se compadecer� del encantador mordido de serpiente y de todos los que se acercan a las fieras? [14] lo mismo le ocurre al que convive con el pecador y comparte sus pecados. [15] una hora aguantar� contigo, mas si te desmandas, no lo soportar�. [16] en sus labios pone dulzura el enemigo, mas en su coraz�n trama arrojarte a la fosa. en sus ojos lagrimea el enemigo, mas si topa ocasi�n, no se ver� harto de tu sangre. [17] si los males te visitan, primero que t� le encontrar�s all�, fingiendo ayurdarte te agarrar� el tal�n. [18] menear� su cabeza, batir� palmas, cuchichear� mucho y mudar� de cara. siracide cap.13 [1] el que toca la pez, se mancha, el que convive con �l. [2] no tomes sobre ti carga pesada, con el m�s fuerte �por qu� juntar c�ntaro con caldero? este le chocar� y [3] el rico agravia y encima se envalentona, el pobre excusarse. [4] si le eres �til, se servir� de ti, si eres torpe,

el orgulloso, se har� como y rico que t� no convivas. aqu�l se romper�. es agraviado y encima ha de te abandonar�.

[5] si tienes algo, vivir� contigo, y te despojar� sin fatigarse �l. [6] �ha menester de ti? tratar� de enga�arte, te sonreir� y te dar� esperanzas; buenas palabras te dar� y dir�: ��qu� te hace falta?� [7] te avergonzar� en sus festines, hasta despojarte dos, tres veces, y para terminar se burlar� de ti. despu�s, si te ve, te dejar� a un lado, y menear� la cabeza ante ti. [8] gu�rdate de dejarte enga�ar, y de ser humillado por est�pido. [9] cuando te llame un poderoso, qu�date a distancia, que tanto m�s te llamar�. [10] no te presentes por ti mismo, no sea que te rechace, ni te quedes muy lejos, para no pasar inadvertido. [11] no pretendas hablar con �l de igual a igual, ni te f�es de sus muchas palabras. que con su mucho hablar te pondr� a prueba, como quien pasa el rato, te examinar�. [12] despiadado es quien no guarda tus palabras, no te ahorrar� ni golpes ni cadenas. [13] observa y ponte bien en guardia, porque caminas junto a tu propia ruina. [15] todo viviente ama a su semejante, y todo hombre a su pr�jimo. [16] todo animal seg�n su especie se une, a su semejante se adhiere el hombre. [17] �c�mo podr� convivir lobo con cordero? as� el pecador con el piadoso. [18] �qu� paz puede tener la hiena con el perro? �qu� paz el rico con el indigente? [19] caza de leones son los onagros en el desierto, as� los pobres son presa de los ricos. [20] abonimaci�n para el orgulloso es la humilidad, as� para el rico es abominaci�n el pobre. [21] el rico que vacila es sostenido por sus amigos, al humilde que cae sus amigos le rechazan. [22] cuando el rico resbala, muchos le toman en sus brazos, dice estupideces, y le justifican; resbala el humilde, y se le hacen reproches, dice cosas sensatas, y no se le hace caso. [23] habla el rico, y todos se callan, y exaltan su palabra hasta las nubes. habla el pobre y dicen: ��qui�n es �ste?� y si se equivoca, se le echa por tierra. [24] buena es la riqueza en la que no hay pecado, mala la pobreza al decir del imp�o. [25] el coraz�n del hombre modela su rostro tanto hacia el bien como hacia el mal. [26] signo de un coraz�n dichoso es un rostro alegre, la invenci�n de proverbios es penoso ejercicio. siracide cap.14 [1] feliz el hombre que no se ha deslizado con su boca, ni sufre tormento por la tristeza del pecado. [2] feliz aquel a quien su conciencia no reprocha, y que no queda corrido en su esperanza. [3] para el hombre mezquino no es buena la riqueza, para el envidioso, �de qu� sirve el dinero? [4] quien amontona a expensas de s� mismo, para otros amontona, con sus bienes se regalar�n otros. [5] el que es malo para s�, �para qui�n ser� bueno? no lograr� contento en medio de sus tesoros. [6] nadie peor que el que se tortura a s� mismo, esa es la paga de su maldad. [7] aun si llega a hacer el bien, lo hace por descuido, al final dejar� ver su maldad. [8] malo es el de ojo envidioso, que vuelve su rostro y desprecia a los dem�s. [9] el ojo del avaro no se satisface con su suerte, la avaricia seca el alma. [10] el ojo malo se alampa por el pan, hambriento est� en su propia mesa. [11] hijo, tr�tate bien, conforme a lo que tengas, y presenta dignamente tus

ofrendas al se�or. [12] recuerda que la muerte no se tardar�, y que el pacto del seol no se te ha revelado. [13] antes de morir, haz el bien a tu amigo, seg�n tus medios dale con largueza. [14] no te prives de pasarte un buen d�a, no se te escape la posesi�n de un deseo leg�timo. [15] �no dejar�s a otro el fruto de tus trabajos y el de tus fatigas, para que a suertes se reparta? [16] da y recibe, y recrea tu alma, que en el seol no se puede esperar buena vida. [17] toda carne como un vestido envejece, pues ley eterna es: hay que morir. [18] lo mismo que las hojas sobre �rbol tupido, que unas caen y otras brotan, as� la generaci�n de carne y sangre: una muere y otra nace. [19] toda obra corruptible desaparece, y su autor se ir� con ella. [20] feliz el hombre que se ejercita en la sabidur�a, y que en su inteligencia reflexiona, [21] que medita sus caminos en su coraz�n, y sus secretos considera. [22] sale en su busca como el que sigue el rastro, y en sus caminos se pone al acecho. [23] se asoma a sus ventanas, y a sus puertas escucha. [24] acampa muy cerca de su casa, y clava la clavija en sus muros. [25] monta su tienda junto a ella, y se alberga en su albergue dichoso. [26] pone sus hijos a su abrigo, y bajo sus ramas se cobija. [27] por ella es protegido del calor, y en su gloria se alberga. siracide cap.15 [1] as� hace el que teme al se�or, el que abraza la ley logra sabidur�a. [2] como una madre le sale ella al encuentro, le acoge como una esposa virgen. [3] le alimenta con pan de inteligencia, el agua de la sabidur�a le da a beber. [4] se apoya �l en ella y no se dobla, a ella se adhiere y no queda confundido. [5] ella le exalta por encima de sus pr�jimos, en medio de la asamblea le abre la boca. [6] contento y corona de gloria encuentra �l, nombre eterno en herencia recibe. [7] jam�s la lograr�n los insensatos, los pecadores nunca la ver�n. [8] lejos est� del orgullo, los mentirosos no se acuerdan de ella. [9] no cabe la alabanza en boca del pecador, porque no le viene del se�or. [10] que en la sabidur�a se expresa la alabanza, y el se�or la gu�a por buen camino. [11] no digas: �por el se�or me he apartado�, que lo que �l destesta, no lo hace. [12] no digas: �el me ha extraviado�, pues �l no ha menester del pecador. [13] toda abominaci�n odia el se�or, tampoco la aman los que le temen a �l. [14] el fue quien al principio hizo al hombre, y le dej� en manos de su propio albedr�o. [15] si t� quieres, guardar�s los mandamientos, para permanecer fiel a su benepl�cito. [16] el te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano. [17] ante los hombres la vida est� y la muerte, lo que prefiera cada cual, se le dar�. [18] que grande es la sabidur�a del se�or, fuerte es su poder, todo lo ve. [19] sus ojos est�n sobre los que le temen, �l conoce todas las obras del hombre. [20] a nadie ha mandado ser imp�o, a nadie ha dado licencia de pecar. siracide cap.16 [1] no desees multitud de hijos malvados, no te goces en tener hijos imp�os. [2] aunque sean muchos, no te goces en ellos, si con ellos no se halla el temor del se�or.

[3] no pongas en su vida tu confianza, ni te creas seguro por ser muchos, que m�s vale uno que mil, y morir sin hijos que tener hijos imp�os. [4] pues uno solo inteligente poblar� una ciudad mas la raza de los sin ley quedar� despoblada. [5] muchas cosas as� han visto mis ojos, y m�s graves a�n oyeron mis o�dos. [6] en la reuni�n de los pecadores prende el fuego, contra la naci�n rebelde se inflama la c�lera. [7] no perdon� �l a los antiguos gigantes que se rebelaron fiados de su fuerza. [8] no pas� por alto al vecindario de lot, a los que abominaba por su orgullo. [9] no se apiad� de la naci�n perdida, de los que estaban engre�dos en sus pecados. [10] igual trat� a los seiscientos mil de a pie que se hab�an unido en la dureza de su coraz�n. [11] aunque fuera uno solo el de dura cerviz, ser�a asombroso que quedara impune. pues misericordia e ira est�n con el, tan poderoso en perd�n como pr�digo en ira. [12] tan grande como su misericordia es su severidad, seg�n sus obras juzga al hombre. [13] no escapar� el pecador con su rapi�a, ni quedar� fallida la paciencia del piadoso. [14] para toda limosna tiene �l un sitio, cada cual hallar� seg�n sus obras. [17] no digas: �del se�or me esconder�, y �qui�n all� arriba se acordar� de m�? entre la gran muchedumbre no ser� reconocido, pues �qu� soy yo en la inmensa creaci�n?� [18] mira, el cielo, y el cielo de los cielos, el abismo y la tierra ser�n sacudidos a la hora de su visita. [19] a una los montes y los cimientos de la tierra bajo su mirada temblar�n de espanto. [20] mas en todo esto no piensa el coraz�n del hombre, y en sus caminos, �qui�n repara? [21] hay tempestad que no ve el hombre, y la mayor�a de sus obras se hacen en secreto. [22] �las obras de la justicia, �qui�n las anuncia? �qui�n las aguarda? �pues la alianza est� lejos!� [23] esto piensa el ruin de coraz�n; el est�pido, el perdido, s�lo piensa necedades. [24] esc�chame, hijo, y el saber aprende, aplica tu coraz�n a mis palabras. [25] con mesura te revelar� la doctrina, con precisi�n anunciar� el saber. [26] cuando cre� el se�or sus obras desde el principio, desde que las hizo les asign� su puesto. [27] orden� para la eternidad sus obras, desde sus comienzos por todas sus edades. ni tienen hambre ni se cansan, y eso que no abandonan su tarea. [28] ninguna choca con otra, jam�s desobedecen su palabra. [29] despu�s de esto el se�or mir� a la tierra, y de sus bienes la colm�. [30] de todo ser viviente cubri� su faz, y a ella vuelven todos. siracide cap.17 [1] de la tierra cre� el se�or al hombre, y de nuevo le hizo volver a ella. [2] d�as contados le dio y tiempo fijo, y dioles tambi�n poder sobre las cosas de la tierra. [3] de una fuerza como la suya los revisti�, a su imagen los hizo. [4] sobre toda carne impuso su temor para que dominara a fieras y vol�tiles. [6] les form� lengua, ojos, o�dos, y un coraz�n para pensar. [7] de saber e inteligencia los llen�, les ense�� el bien y el mal. [8] puso su ojo en sus corazones, para mostrarles la grandeza de sus obras. [10] por eso su santo nombre alabar�n, contando la grandeza de sus obras. [11] aun les a�adi� el saber, la ley de vida dioles en herencia. [12] alianza eterna estableci� con ellos, y sus juicios les ense��.

[13] los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria, la gloria de su voz oyeron sus o�dos. [14] y les dijo: �guardaos de toda iniquidad�, y a cada cual le dio �rdenes respecto de su pr�jimo. [15] sus caminos est�n ante �l en todo tiempo, no se ocultan a sus ojos. [17] a cada naci�n asign� un jefe, mas la porci�n del se�or es israel. [19] todas sus obras est�n ante �l, igual que el sol, e incesantes sus ojos sobre sus caminos. [20] no se le ocultan sus iniquidades, todos sus pecados est�n ante el se�or. [22] la limosna del hombre es como un sello para �l, el favor del hombre lo guarda como la pupila de sus ojos. [23] despu�s se levantar� y les retribuir�, sobre su cabeza pondr� su recompensa. [24] pero a los que se arrepienten les concede retorno, y consuela a los que perdieron la esperanza. [25] convi�rtete al se�or y deja tus pecados, suplica ante su faz y quita los obst�culos. [26] vu�lvete al alt�simo y ap�rtate de la injusticia, odia con toda el alma la abominaci�n. [27] �qui�n en el seol alabar� al alt�simo si los vivientes no le dan gloria? [28] no hay alabanza que venga de muerto, como de quien no existe; es el que vive y goza de salud quien alaba al se�or. [29] �qu� grande es la misericordia del se�or, y su perd�n para los que a �l se convierten! [30] pues no todo puede estar en poder de los hombres, que no es inmortal el hijo de hombre. [31] �qu� hay m�s luminoso que el sol? con todo, desaparece. mas la carne y la sangre s�lo el mal conciben. [32] al ej�rcito de lo alto de los cielos pasa �l revista, pero polvo y ceniza son los hombres. siracide cap.18 [1] el que vive eternamente lo cre� todo por igual, [2] s�lo el se�or ser� llamado justo. [4] a nadie dio poder de proclamar sus obras, pues �qui�n podr� rastrear sus maravillas? [5] el poder de su majestad, �qui�n lo calcular�? �qui�n pretender� contar sus misericordias? [6] nada hay que quitar, nada que a�adir, y no se pueden rastrear las maravillas del se�or. [7] cuando el hombre cree acabar, comienza entonces, cuando se para, se queda perplejo. [8] �qu� es el hombre? �para qu� sirve? �cu�l es su bien y cu�l su mal? [9] el n�mero de los d�as del hombre mucho ser� si llega a los cien a�os. [10] como gota de agua del mar, como grano de arena, tan pocos son sus a�os frente a la eternidad. [11] por eso el se�or es paciente con ellos, y derrama sobre ellos su misericordia. [12] el ve y sabe que su fin es miserable, por eso multiplica su perd�n. [13] la misericordia del hombre s�lo alcanza a su pr�jimo, la misericorida del se�or abarca a todo el mundo. el reprende, adoctrina y ense�a, y hace volver, como un pastor, a su reba�o. [14] tiene piedad de los que acogen la instrucci�n, y de los que se afanan por sus juicios. [15] hijo, con tus beneficios no mezcles el reproche ni a tus regalos juntes palabras tristes. [16] �no aplaca el roc�o el viento ardiente? as� vale m�s la palabra que el regalo.

[17] �no ves que la palabra es m�s que un buen presente? pues el hombre dadivoso une los dos. [18] el necio aun sin dar hace afrenta, quema los ojos el don del envidioso. [19] antes de hablar inf�rmate, cu�date antes de estar enfermo. [20] antes de juzgar exam�nate a ti mismo, y en el d�a de la visita encontrar�s perd�n. [21] antes de estar enfermo hum�llate, cuando peques muestra arrepentimiento. [22] nada te impida cumplir tu voto en el momento dado, no aguardes hasta la muerte para justificarte. [23] antes de hacer un voto prep�rate; no seas como el hombre que tienta al se�or. [24] acu�rdate de la ira de los �ltimos d�as, y del momento del castigo, cuando dios vuelva su rostro. [25] en tiempo de abundancia recuerda el tiempo de hambre, la pobreza y la penuria en d�as de riqueza. [26] de la ma�ana a la tarde corre el tiempo, todo pasa presto delante del se�or. [27] el hombre sabio es precavido en todo, en la ocasi�n de pecar se anda con cuidado. [28] todo hombre prudente conoce la sabidur�a, al que la encuentra le da su parabi�n. [29] los prudentes en palabras hacen sabidur�a y prodigan los proverbios acertados. [30] no vayas detr�s de tus pasiones, tus deseos refrena. [31] si te consientes en todos los deseos, te har�s la irrisi�n de tus enemigos. [32] no te complazcas en la buena vida, no te avengas a asociarte con ella. [33] no te empobrezcas festejando con dinero prestado, cuando nada tienes en tu bolsa. siracide cap.19 [1] un obrero bebedor nunca se enriquecer�, el que desprecia las cosas peque�as, poco a poco caer�. [2] vino y mujeres pervierten a los inteligentes, el que va a prostitutas es a�n m�s temerario. [3] de larvas y gusanos ser� herencia, el temerario perder� su vida. [4] quien se conf�a enseguida, ligero es de coraz�n, el que peca, a s� mismo se hace da�o. [5] el que se regodea en el mal ser� condenado, [6] el que odia la verborrea escapar� al mal. [7] no repitas nunca lo que se dice, y en nada sufrir�s menoscabo. [8] ni a amigo ni a enemigo cuentes nada, a menos que sea pecado para ti, no le descubras. [9] porque te escuchar�a y se guardar�a de ti, y en la ocasi�n propicia te detestar�a. [10] �has o�do algo? �quede muerto en ti! �animo, no reventar�s! [11] por una palabra o�da ya est� el necio en dolores, como por el hijo la mujer que da a luz. [12] una flecha clavada en el muslo, tal es la palabra en las entra�as del necio. [13] interoga a tu amigo: quiz� no haya hecho nada, y si acaso lo ha hecho, para que no reincida. [14] interroga a tu pr�jimo: quiz� no ha dicho nada, y si acaso lo ha dicho, para que no repita. [15] interroga a tu amigo: que hay calumnia a menudo, no creas todo lo que se dice. [16] a veces se resbala uno sin querer, y �qui�n no ha pecado con su lengua? [17] interroga a tu pr�jimo antes de amenazarle, y obedece a la ley del alt�simo. [20] toda sabidur�a es temor del se�or, y en toda sabidur�a se practica la ley. [22] mas no es sabidur�a el conocimiento del mal, no est� en el consejo de los

pecadores la prudencia. [23] hay un saberlo todo que es abominaci�n, es est�pido el que carece de sabidur�a. [24] m�s vale ser vac�o de inteligencia y lleno de temor, que desbordar prudencia y traspasar la ley. [25] hay un saberlo todo que sirve a la injusticia, que para mantener el derecho usa de argucias. [26] hay malhechor que anda encorvado por el tedio, mas su interior est� lleno de dolo: [27] tap�ndose la cara, haci�ndose el sordo, mientras no es reconocido te tomar� la delantera. [28] si por su escasa fuerza no se atreve a pecar, en cuanto encuentre ocasi�n, se dar� a hacer el mal. [29] por la mirada se reconoce al hombre, por el aspecto del rostro se reconoce al pensador. [30] el atuendo del hombre, la risa de sus dientes, su caminar revelan lo que es. siracide cap.20 [1] hay reprensi�n intempestiva, y hay silencioso de verdad sensato. [2] �cu�nto mejor reprender que estar airado! [3] el que se acusa de su falta evita la pena. [4] como pasi�n de eunuco por desflorar a una moza, as� el que ejecuta la justicia con violencia. [5] hay silencioso tenido por sabio, y quien se hace odioso por su verborrea. [6] hay quien se calla por no tener respuesta, y quien se calla porque sabe su hora. [7] el sabio guarda silencio hasta su hora, mas el fanfarr�n e insensato adelanta el momento. [8] el desmedido en palabras se hace abominable, y el que pretende imponerse se hace odioso. [9] hay quien encuentra fortuna en la desgracia, y hay suerte que acaba en postraci�n. [10] hay d�diva que no te da provecho, y d�diva que recibe el doble. [11] hay postraci�n causada por la gloria, y hay quien, desde la humillaci�n, levanta la cabeza. [12] hay quien compra mucho con poco dinero, pero luego lo paga siete veces m�s caro. [13] por sus palabras se hace amable el sabio, mas los favores de los necios se malgastan. [14] el don del insensato no te sirve de nada, porque sus ojos no son uno, son muchos; [15] da poco y echa en cara mucho, y abre su boca como un pregonero; presta hoy y ma�ana reclama, es un hombre detestable este sujeto. [16] dice el necio: �no tengo ni un amigo, no hay gratitud para mis beneficios; [17] los que comen mi pan tienen lengua insolente.� �cu�ntos con frecuencia se r�en de �l! [18] mejor es resbalar en empredado que resbalar con la lengua, as� la ca�da de los malos llega de repente. [19] hombre sin gracia es cuento inoportuno por boca de ignorantes repetido. [20] de boca de necio no se acepta el proverbio, pues jam�s lo dice a su hora. [21] hay quien no puede pecar por indigencia: en su reposo no tendr� remordimiento. [22] hay quien se pierde a s� mismo por verg�enza, por respeto a un insensato se pierde. [23] hay quien por timidez hace promesas a su amigo, y as�, por nada se gana un enemigo. [24] gran bald�n para un hombre la mentira en boca de ignorantes repetida.

[25] es preferible un ladr�n que el que persiste en la mentira, aunque ambos heredar�n la perdici�n. [26] el h�bito de mentiroso es una deshonra, su verg�enza le acompa�a sin cesar. [27] por sus palabras el sabio se hace grande, y el hombre sensato a los grandes agrada. [28] el que cultiva la tierra llena hasta arriba su granero, el que agrada a los grandes exp�a la injusticia. [29] presentes y regalos ciegan los ojos de los sabios, como bozal en boca ahogan los reproches. [30] sabidur�a escondida y tesoro invisible, �qu� provecho hay en ambos? [31] m�s vale hombre que oculta su necedad, que hombre que oculta su sabidur�a. siracide cap.21 [1] hijo, �has pecado? no lo vuelvas a hacer, y pide perd�n por tus pecados anteriores. [2] como de serpiente huye del pecado, porque, si te acercas, te morder�. dientes de le�n son sus dientes, que quitan la vida a los hombres. [3] como espada de dos filos es toda iniquidad, para su herida no hay remedio. [4] el terror y la violencia arrasan la riqueza, as� quedar� arrasada la casa del orgulloso. [5] la oraci�n del pobre va de su boca a los o�dos de dios, y el juicio divino no se deja esperar. [6] el que odia la reprensi�n sigue las huellas del pecador, el que teme al se�or se convierte en su coraz�n. [7] de lejos se conoce al charlat�n, y el hombre reflexivo le adivina los deslices. [8] quien edifica su casa con dinero ajeno es como el que amontona piedras para su tumba. [9] estopa hacinada es la reuni�n de los sin ley, su meta es la llama de fuego. [10] el camino de los pecadores est� bien enlosado, pero a su t�rmino est� la fosa del seol. [11] el que guarda la ley controla sus ideas, la meta del temor del se�or es la sabidur�a. [12] no alcanzar� doctrina quien no es habilidoso, pero no hay habilidades que llenan de amargura. [13] la ciencia del sabio crecer� como una inundaci�n, y su consejo ser� fuente de vida. [14] el interior del necio es como un vaso roto, que no retiene ning�n conocimiento. [15] si un hombre de saber oye palabra sabia, la elogia y otra suya a�ade. si la oye el libertino, le desagrada y la echa detr�s de sus espaldas. [16] el relato del necio es como fardo en el camino, mas en los labios del inteligente se halla gracia. [17] la boca del sensato es buscada en la asamblea, sus palabras se meditan de coraz�n. [18] como casa en ruinas, as� la sabidur�a del necio, el conocimiento del tonto, palabras incoherentes. [19] cadenas en los pies, es la educaci�n para el mentecato, como esposas en su mano derecha. [20] el necio, cuando r�e, lo hace a carcajadas, mas el hombre sensato apenas si sonr�e. [21] adorno de oro es la educaci�n para el sensato, como un brazalete en su brazo derecho. [22] el pie del necio entra r�pido en la casa, el hombre experimentado se presenta con modestia. [23] desde la puerta el insensato fisga el interior, el hombre bien educado queda afuera.

[24] es falta de educaci�n escuchar a la puerta, tal descortes�a indigna al sensato. [25] los labios de los habladores repiten las palabras ajenas, mas las palabras de los prudentes se pesan en balanza. [26] en la boca de los necios est� su coraz�n, pero el coraz�n de los sabios es su boca. [27] cuando el imp�o maldice a satan�s, a s� mismo se maldice. [28] el murmurador mancha su propia alma, y es detestado por el vecindario. siracide cap.22 [1] a una piedra sucia se parece el perezoso, todo el mundo silba sobre su deshonra. [2] bola de excrementos es el perezoso, que todo el que la toca se sacude la mano. [3] es verg�enza de un padre tener un hijo ineducado, pero la hija le nace ya para su confusi�n. [4] para la hija prudente la herencia es su marido, la desvergonzada es la tristeza de su progenitor. [5] la hija insolente es la verg�enza del padre y del marido, y por los dos es despreciada. [6] m�sica en duelo es un relato inoportuno, azotes y correcci�n son siempre sabidur�a. [9] como pegar cascotes es ense�ar al necio, o despertar al que duerme con sue�o pesado. [10] conversar con el necio es conversar con un dormido; al acabar dir�: ��qu� est�s diciendo?� [11] llora al muerto, pues la luz le abandon�, llora tambi�n al necio, porque dej� la inteligencia. llora m�s suavemente al muerto, porque ya reposa, que la vida del necio es peor que la muerte. [12] el duelo por un muerto dura siete d�as, por el necio y el imp�o, todos los d�as de su vida. [13] con el insensato no multipliques las palabras, con el tonto no vayas de camino; gu�rdate de �l para evitar el aburrimiento, y para que su contacto no te manche. ap�rtate de �l y encontrar�s descanso, y no te enervar�n sus arrebatos. [14] �qu� hay m�s pesado que el plomo? �qu� nombre dar a esto sino �necio�? [15] arena, sal, o una bola de hierro son m�s f�ciles de llevar que el hombre tonto. [16] el maderamen bien trabado de una casa ni por un terremoto es dislocado; as� un coraz�n firme por reflexi�n madura, llegado el momento no se achica. [17] coraz�n apoyado en reflexi�n prudente es como revoque de arena en pared raspada. [18] estacas plantadas en altura no resisten al viento; as� el coraz�n del necio, falto de reflexi�n, ante un miedo cualquiera no resiste. [19] quien hiere el ojo hace correr las l�grimas, quien hiere el coraz�n descubre el sentimiento. [20] quien tira una piedra a un p�jaro, lo ahuyenta, quien afrenta al amigo, rompe la amistad. [21] si has sacado la espada contra tu amigo, no desesperes, que a�n puede volver; [22] si contra tu amigo has abierto la boca, no te inquietes, que a�n cabe reconciliaci�n, salvo caso de ultraje, altaner�a, revelaci�n de secreto, golpe traidor, que ante esto se marcha todo amigo. [23] gana la confianza de tu pr�jimo en la pobreza, para que, en su prosperidad, con �l te satisfagas; en tiempo de tribulaci�n permanece con �l, para que cuando herede con �l lo compartas. [24] antes del fuego sale vapor del horno y humo, as� las injurias preceden a la sangre.

[25] no me avergonzar� yo de proteger a un amigo, de su presencia no me esconder�; [26] y si por su causa me ocurre alg�n mal, todo el que lo oiga se guardar� de �l. [27] �qui�n pondr� guardia a mi boca, y a mis labios sello de prudencia, para que no venga a caer por su culpa, y que mi lengua no me pierda? siracide cap.23 [1] oh se�or, padre y due�o de mi vida, no me abandones al capricho de mis labios, no permitas que por ellos caiga. [2] �qui�n aplicar� el l�tigo a mis pensamientos, y a mi coraz�n la disciplina de la sabidur�a, para que no se perdonen mis errores, ni pasen por alto mis pecados? [3] no sea que mis yerros aumenten, y que abunden mis pecados, que caiga yo ante mis adversarios, y de m� se r�a mi enemigo. [4] se�or, padre y dios de mi vida, no me des altaner�a de ojos, [5] aparta de m� la pasi�n. [6] que el apetito sensual y la lujuria no se apoderen de m�, no me entregues al deseo imp�dico. [7] la instrucci�n de mi boca escuchad, hijos, el que la guarda no caer� en el lazo. [8] por sus labios es atrapado el pecador, el maldiciente, el altanero, caen por ellos. [9] al juramento no acostumbres tu boca, no te habit�es a nombrar al santo. [10] porque, igual que un criado vigilado de continuo no quedar� libre de golpes, as� el que jura y toma el nombre a todas horas no se ver� limpio de pecado. [11] hombre muy jurador, lleno est� de iniquidad, y no se apartar� de su casa el l�tigo. si se descuida, su pecado cae sobre �l, si pasa por alto el juramento, doble es su pecado; y si jura en falso, no ser� justificado, que su casa se llenar� de adversidades. [12] hay un lenguaje que equivale a la muerte, �que no se halle en la heredad de jacob! pues los piadosos rechazan todo esto, y en los pecados no se revuelcan. [13] a la baja groser�a no habit�es tu boca, porque hay en ella palabra de pecado. [14] acu�rdate de tu padre y de tu madre, cuanto te sientes en medio de los grandes, no sea que te olvides ante ellos, como un necio te conduzcas, y llegues a desear no haber nacido y a maldecir el d�a de tu nacimiento. [15] el hombre habituado a palabras ultrajantes no se corregir� en toda su existencia. [16] dos clases de gente multiplican los pecados, y la tercera atrae la ira: [17] el alma ardiente como fuego encendido, no se apagar� hasta consumirse; el hombre imp�dico en su cuerpo carnal: no cejar� hasta que el fuego le abrase; para el hombre imp�dico todo pan es dulce, no descansar� hasta haber muerto. [18] el hombre que su propio lecho viola y que dice para s�: ��qui�n me ve?; la oscuridad me envuelve, las paredes me encubren, nadie me ve, �qu� he de temer?; el alt�simo no se acordar� de mis pecados�, [19] lo que teme son los ojos de los hombres; no sabe que los ojos del se�or son diez mil veces m�s brillantes que el sol, que observan todos los caminos de los hombres y penetran los rincones m�s ocultos. [20] antes de ser creadas, todas las cosas le eran conocidas, y todav�a lo son despu�s de acabadas. [21] en las plazas de la ciudad ser� �ste castigado, ser� apresado donde menos lo esperaba. [22] as� tambi�n la mujer que ha sido infiel a su marido y le ha dado de otro un heredero. [23] primero, ha desobedecido a la ley del alt�simo, segundo, ha faltado a su marido, tercero, ha cometido adulterio y de otro hombre le ha dado hijos. [24] esta ser� llevada a la asamblea, y sobre sus hijos se har� investigaci�n.

[25] sus hijos no echar�n ra�ces, sus ramas no dar�n frutos. [26] dejar� un recuerdo que ser� maldito, y su oprobio no se borrar�. [27] y reconocer�n los que queden que nada vale m�s que el temor del se�or, nada m�s dulce que atender a los mandatos del se�or. siracide cap.24 [1] la sabidur�a hace su propio elogio, en medio de su pueblo, se glor�a. [2] en la asamblea del alt�simo abre su boca, delante de su poder se glor�a. [3] �yo sal� de la boca del alt�simo, y cubr� como niebla la tierra. [4] yo levant� mi tienda en las alturas, y mi trono era una columna de nube. [5] sola recorr� la redondez del cielo, y por la hondura de los abismos pase�. [6] las ondas del mar, la tierra entera, todo pueblo y naci�n era mi dominio. [7] entre todas estas cosas buscaba reposo, una heredad en que instalarme. [8] entonces me dio orden el creador del universo, el que me cre� dio reposo a mi tienda, y me dijo: "pon tu tienda en jacob, entra en la heredad de israel." [9] antes de los siglos, desde el principio, me cre�, y por los siglos subsistir�. [10] en la tienda santa, en su presencia, he ejercido el ministerio, as� en si�n me he afirmado, [11] en la ciudad amada me ha hecho �l reposar , y en jerusal�n se halla mi poder. [12] he arraigado en un pueblo glorioso, en la porci�n del se�or, en su heredad. [13] como cedro me he elevado en el l�bano, como cipr�s en el monte del herm�n. [14] como palmera me he elevado en engad�, como plantel de rosas en jeric�, como gallardo olivo en la llanura, como pl�tano me he elevado. [15] cual cinamomo y asp�lato arom�tico he dado fragancia, cual mirra exquisita he dado buen olor, como g�lbano y �nice y estacte, como nube de incienso en la tienda. [16] cual terebinto he alargado mis ramas, y mis ramas son ramas de gloria y de gracia. [17] como la vid he hecho germinar la gracia, y mis flores son frutos de gloria y riqueza. [19] venid a m� los que me dese�is, y hartaos de mis productos. [20] que mi recuerdo es m�s dulce que la miel, mi heredad m�s dulce que panal de miel. [21] los que me comen quedan a�n con hambre de m�, los que me beben sienten todav�a sed. [22] quien me obedece a m�, no queda avergonzado, los que en m� se ejercitan, no llegan a pecar.� [23] todo esto es el libro de la alianza del dios alt�simo, la ley que nos prescribi� Mois�s como herencia para las asambleas de jacob; [25] la que inunda de sabidur�a como el pis�n, como el tigris en d�as de frutos nuevos; [26] la que desborda inteligencia como el eufrates, como el jord�n en d�as de cosecha; [27] la que rebosa doctrina como el nilo, como el guij�n en d�as de vendimia. [28] el primero no ha acabado a�n de conocerla, como tampoco el �ltimo la ha descubierto a�n. [29] porque es m�s vasto que el mar su pensamiento, y su consejo m�s que el gran abismo. [30] y yo, como canal derivado de un r�o, como caz que al para�so sale, [31] y dije: �voy a regar mi huerto, a empapar mi tablar.� y que aqu� que mi canal se ha convertido en r�o, y mi r�o se ha hecho un mar. [32] a�n har� lucir como la aurora la instrucci�n, lo m�s lejos posible la dar� a conocer. [33] a�n derramar� la ense�anza como profec�a, la dejar� por generaciones de siglos.

[34] ved que no s�lo para m� me he fatigado, sino para todos aquellos que la buscan. siracide cap.25 [1] con tres cosas me adorno y me presento bella ante el se�or y ante los hombres: concordia entre hermanos, amistad entre pr�jimos, y marido y mujer bien avenidos. [2] mas tres clases de gente odia mi alma, y su vida de indignaci�n me llena: pobre altanero, rico mentiroso, y viejo ad�ltero, falto de inteligencia. [3] si en la juventud no has hecho acopio, �c�mo vas a encontrar en tu vejez? [4] �qu� bien sienta el juicio a las canas, a los ancianos el tener consejo! [5] �qu� bien parece la sabidur�a en los viejos, la reflexi�n y el consejo en los ilustres! [6] corona de los viejos es la mucha experiencia, su orgullo es el temor del se�or. [7] nueve cosas que imagino tengo por felices en mi coraz�n, y una d�cima la dir� con mi lengua: el hombre que recibe de sus hijos contento, que ve, en vida, la ca�da de sus enemigos. [8] feliz quien vive con mujer juiciosa, quien no ara con un buey y un asno, quien no se desliza con su lengua, quien no sirve a amo indigno de �l; [9] feliz quien ha encontrado la prudencia, y quien la expone a o�dos que escuchan. [10] �qu� grande el que ha encontrado la sabidur�a! mas no aventaja a quien teme al se�or. [11] el temor del se�or sobresale por encima de todo, el que lo posee, �a qui�n es comparable? [13] �cualquier herida, pero no herida del coraz�n! �cualquier maldad, pero no maldad de mujer! [14] �cualquier desgracia, pero no desgracia de parte de adversarios! �cualquier venganza, pero no venganza de enemigos! [15] no hay veneno como veneno de serpiente, ni furia como furia de enemigo. [16] prefiero convivir con le�n o drag�n a convivir con mujer mala. [17] la maldad de la mujer desfigura su semblante, oscurece su rostro como un oso. [18] en medio de sus vecinos se sienta su marido, y sin poder contenerse suspira amargamente. [19] toda malicia es poca junto a la malicia de mujer, �que la suerte del pecador caiga sobre ella! [20] cuesta arenosa bajo los pies de un viejo, as� es la mujer habladora para un marido pac�fico. [21] no te dejes llevar por belleza de mujer, por mujer no te apasiones. [22] blanco de ira, de deshonra y gran verg�enza, eso es la mujer que mantiene a su marido. [23] coraz�n abatido, rostro sombr�o, herida del coraz�n eso es la mujer mala. manos ca�das y rodillas paralizadas, eso es la que no hace feliz a su marido. [24] por la mujer fue el comienzo del pecado, y por causa de ella morimos todos. [25] no des salida al agua, ni a mujer mala libertad de hablar. [26] si no camina como marca tu mano, de tu carne c�rtala. siracide cap.26 [1] feliz el marido de mujer buena, el n�mero de sus d�as se duplicar�. [2] mujer varonil da contento a su marido, que acaba en paz la suma de sus a�os. [3] mujer buena es buena herencia, asignada a los que temen al se�or: [4] sea rico o pobre, su coraz�n es feliz, en todo tiempo alegre su semblante. [5] tres cosas hay que teme mi coraz�n, y una cuarta me espanta: desuni�n de ciudad, mot�n de plebe, y falsa acusaci�n: todo ello m�s penoso que la muerte;

[6] pero dolor de coraz�n y duelo es una mujer celosa de otra, l�tigo de lengua que con todos se enzarza. [7] yugo mal sujeto es la mujer mala, tratar de dominarla es como agarrar un escorpi�n. [8] blanco de gran ira es la mujer bebedora, no podr� ocultar su ignominia. [9] la lujuria de la mujer se ve en la procacidad de sus ojos, en sus p�rpados se reconoce. [10] sobre hija desenvuelta refuerza la guardia, no sea que, si ve descuido, se aproveche. [11] gu�rdate de ir tras ojos descarados, no te extra�es si te llevan al mal. [12] cual caminante sediento abre ella la boca, y de toda agua que se topa bebe; ante toda clavija de tienda, imp�dica, se sienta, y a toda flecha abre su aljaba. [13] la gracia de la mujer recrea a su marido, y su ciencia reconforta sus huesos. [14] un don del se�or la mujer silenciosa, no tiene precio la bien educada. [15] gracia de gracias la mujer pudorosa, no hay medida para pesar a la due�a de s� misma. [16] sol que sale por las alturas del se�or es la belleza de la mujer buena en una casa en orden. [17] l�mpara que brilla en sagrado candelero es la hermosura de un rostro sobre un cuerpo esbelto. [18] columnas de oro sobre basas de plata, las bellas pierras sobre talones firmes. [28] dos cosas entristecen mi coraz�n y la tercera me produce mal humor: el guerrero que desfallece de indigencia, los inteligentes cuando son menospreciados, y el que de la justicia al pecado reincide: el se�or le destina a la espada. [29] dif�cilmente se libra de falta el negociante, el comerciante no quedar� limpio de pecado. siracide cap.27 [1] por amor a la ganancia han pecado muchos, el que trata de enriquecerse desv�a la mirada. [2] entre dos piedras juntas se planta una estaca, y entre venta y compra se introduce el pecado. [3] quien no se aferra enseguida al temor del se�or, pronto ver� derruida su casa. [4] cuando la criba se sacude, quedan los desechos; as� en su reflexi�n se ven las vilezas del hombre. [5] el horno prueba las vasijas de alfarero, la prueba del hombre est� en su razonamiento. [6] el fruto manifiesta el cultivo del �rbol; as� la palabra, el del pensamiento del coraz�n humano. [7] antes que se pronuncie no elogies a nadie, que esa es la prueba de los hombres. [8] si persigues la justicia, la alcanzar�s, y la revestir�s como t�nica de gloria. [9] los p�jaros van a posarse donde sus semejantes, la verdad vuelve a quienes la practican. [10] el le�n acecha a su presa, as� el pecado a los que practican la injusticia. [11] la conversaci�n del piadoso es siempre sabidur�a, mas el insensato cambia como la luna. [12] en medio de imb�ciles aguarda tu momento, entre los que piensan dem�rate. [13] la conversaci�n de los necios es algo irritante, su risa estalla en la molicie del pecado. [14] el hablar del jurador eriza los cabellos, ante sus disputas se tapan los o�dos. [15] disputa de orgullosos trae efusi�n de sangre, sus injurias son penosas de

o�r. [16] quien revela los secretos, pierde el cr�dito, no encontrar� jam�s amigo �ntimo. [17] ama a tu amigo y conf�ate a �l, mas si revelas sus secretos, deja de ir tras �l; [18] porque como el que mata elimina a su v�ctima, as� has destruido la amistad de tu compa�ero. [19] como a p�jaro que soltaste de tu mano, as� has perdido a tu compa�ero y no lo recobrar�s. [20] no vayas en su busca, porque se fue lejos, huy� como gacela de la red. [21] que la herida puede ser vendada, y para la injuria hay reconciliaci�n, pero el que revel� el secreto, perdi� toda esperanza. [22] quien gui�a el ojo, anda urdiendo el mal, nadie podr� apartarle de �l. [23] ante tus ojos pone dulce su boca, y por tus palabras muestra admiraci�n; mas despu�s cambia de lenguaje, y con tus palabras anda dando esc�ndalo. [24] muchas cosas detesto, mas nada como a �ste, y tambi�n el se�or le detesta. [25] quien tira una piedra al aire, sobre su propia cabeza la tira, el golpe a traici�n devuelve heridas. [26] quien cava una fosa, caer� en ella, quien tiende una red, en ella quedar� preso. [27] quien hace el mal, lo ver� caer sobre s� sin saber de d�nde le viene. [28] escarnio y ultraje son cosa de orgulloso, mas la venganza como le�n le acecha. [29] caer�n en la red los que se alegran de la ca�da de los piadosos, el dolor los consumir� antes de su muerte. [30] rencor e ira son tambi�n abominables, esa es la propiedad del pecador. siracide cap.28 [1] el que se venga, sufrir� venganza del se�or, que cuenta exacta llevar� de sus pecados. [2] perdona a tu pr�jimo el agravio, y, en cuanto lo pidas, te ser�n perdonados tus pecados. [3] hombre que a hombre guarda ira, �c�mo del se�or espera curaci�n? [4] de un hombre como �l piedad no tiene, �y pide perd�n por sus propios pecados! [5] el, que s�lo es carne, guarda rencor, �qui�n obtendr� el perd�n de sus pecados? [6] acu�rdate de las postrimer�as, y deja ya de odiar, recuerda la corrupci�n y la muerte, y s� fiel a los mandamientos. [7] recuerda los mandamientos, y no tengas rencor a tu pr�jimo, recuerda la alianza del alt�simo, y pasa por alto la ofensa. [8] abst�nte de disputas y evitar�s el pecado, porque el apasionado atiza las disputas. [9] el pecador enzarza a los amigos, entre los que est�n en paz siembra discordia. [10] seg�n sea la le�a, as� arde el fuego, seg�n su violencia, arde la disputa; seg�n la fuerza del hombre es su furor y conforme a su riqueza sube su ira. [11] ri�a s�bita prende fuego, disputa precipitada vierte sangre. [12] si soplas una chispa, prender�, si la escupes, se apagar�, y ambas cosas salen de tu boca. [13] al sopl�n de lengua doble, mald�cele, que ha perdido a muchos que viv�an en paz. [14] a muchos sacudi� la lengua triple, los dispers� de naci�n en naci�n; arras� ciudades fuertes y derruy� casas de magnates. [15] la lengua triple repudi� a mujeres varoniles, las priv� del fruto de sus trabajos. [16] el que la atiende no encontrar� reposo, ni plantar� su tienda en paz. [17] el golpe del l�tigo produce cardenales, el golpe de la lengua quebranta los

huesos. [18] muchos han ca�do a filo de espada, mas no tantos como los ca�dos por la lengua. [19] feliz el que de ella se resguarda, el que no pasa a trav�s de su furor, el que su yugo no ha cargado, ni ha sido atado con sus coyundas. [20] porque su yugo es yugo de hierro, y coyundas de bronce sus coyundas. [21] muerte funesta la muerte que ella da, �el seol es preferible a ella! [22] mas no tiene poder sobre los piadosos, en su llama no se quemar�n. [23] los que abandonan al se�or caer�n en ella, en ellos arder� y no se apagar�. como un le�n se lanzar� contra ellos, como una pantera los desgarrar�. [24] mira, cerca tu hacienda con espinos, encierra bien tu plata y tu oro. [25] a tus palabras pon balanza y peso, a tu boca pon puerta y cerrojo. [26] gu�rdate bien de resbalar por ella, no sea que caigas ante el que te acecha. siracide cap.29 [1] quien hace misericordia, presta al pr�jimo, quien le apoya con su mano, guarda los mandamientos. [2] presta a tu pr�jimo cuando se halle en necesidad, y por tu parte restituye a tiempo al pr�jimo. [3] mant�n tu palabra y ten confianza en �l, y en toda ocasi�n encontrar�s lo que necesitas. [4] muchos consideran el pr�stamo como una ganga, y a los que les han socorrido causan sinsabores. [5] hasta que no recibe, besa las manos de su pr�jimo, y ante su dinero humilla la voz; pero al tiempo de la restituci�n da largas, responde con palabras negligentes y echa la culpa a las circustancias. [6] si puede, el otro recibir� apenas la mitad, y aun lo tendr� como una ganga. si no, se quedar� sin su dinero, y se habr� ganado sin necesidad un enemigo, que le devolver� maldiciones e injurias y le dar�, en vez de gloria, vilipendio. [7] muchos, sin malicia, vuelven las espaldas, pues temen ser despojados sin necesidad. [8] pero con el humilde mu�strate paciente, y a tu limosna no des largas. [9] en atenci�n al mandamiento, acoge al indigente, seg�n su necesidad no le despidas vac�o. [10] gasta dinero por el hermano y el amigo, que no se te enro�e bajo la piedra y lo pierdas. [11] coloca tu tesoro seg�n los mandamientos del alt�simo, y te dar� provecho m�s que el oro. [12] encierra la limosna en tus graneros, ella te preservar� de todo mal. [13] mejor que recio escudo y que pesada lanza frente al enemigo combatir� por ti. [14] el hombre bueno sale fiador de su pr�jimo, el que ha perdido la verg�enza, lo deja abandonado. [15] no olvides los favores de tu fiador, pues �l se ha expuesto por ti. [16] el pecador dilapida los bienes de su fiador, el ingrato abandona en su coraz�n al que le ha salvado. [17] la fianza perdi� a muchos que iban bien, los sacudi� como ola del mar. [18] ech� de su patria a hombres poderosos, que anduvieron errando por naciones extra�as. [19] pecador que se presta a la fianza buscando especular, incurre en juicio. [20] acoge al pr�jimo seg�n tus recursos, y cuida de no caer t� mismo. [21] lo primero para vivir es agua, pan, vestido, y casa para abrigarse. [22] m�s vale vida de pobre bajo techo de tablas que comida suntuosa en casa de extra�os. [23] en lo poco y en lo mucho ten buena cara, y no escuchar�s reproches de tu hu�sped. [24] triste vida andar de casa en casa: donde te hospedes no podr�s abrir la

boca. [25] hospedar�s y dar�s de beber a desagradecidos, y encima tendr�s que o�r cosas amargas: [26] �pasa, hu�sped, adereza la mesa, si tienes algo a mano, dame de comer.� [27] -�vete, hu�sped, cede el puesto a uno m�s digno, viene a hospedarse mi hermano, necesito la casa.� [28] duro es para un hombre de sentimiento tal desprecio de la casa, tal insulto propio para un deudor. siracide cap.30 [1] el que ama a su hijo, le azota sin cesar, para poderse alegrar en su futuro. [2] el que ense�a a su hijo, sacar� provecho de �l, entre sus conocidos de �l se gloriar�. [3] el que instruye a su hijo, pondr� celoso a su enemigo, y ante sus amigos se sentir� gozoso. [4] muri� su padre, y como si no hubiera muerto, pues dej� tras de s� un hombre igual que �l. [5] en su vida le mira con contento, y a su muerte no se siente triste. [6] contra sus enemigos deja un vengador, y para los amigos quien les pague sus favores. [7] el que mima a su hijo, vendar� sus heridas, a cada grito se le conmover�n sus entra�as. [8] caballo no domado, sale ind�cil, hijo consentido, sale libertino. [9] halaga a tu hijo, y te dar� sorpresas juega con �l, y te traer� pesares. [10] no r�as con �l, para no llorar y acabar rechinando de dientes. [11] no le des libertad en su juventud, y no pases por alto sus errores. [12] doblega su cerviz mientras es joven, tunde sus costillas cuando es ni�o, no sea que, volvi�ndose ind�cil, te desobedezca, y sufras por �l amargura de alma. [13] ense�a a tu hijo y trabaja en �l, para que no tropieces por su desverg�enza. [14] vale m�s pobre sano y fuerte de constituci�n que rico lleno de achaques en su cuerpo. [15] salud y buena constituci�n valen m�s que todo el oro, cuerpo vigoroso m�s que inmensa fortuna. [16] ni hay riqueza mejor que la salud del cuerpo, ni contento mayor que la alegr�a del coraz�n. [17] mejor es la muerte que una vida amarga, el descanso eterno que enfermedad permanente. [18] manjares derramados sobre boca cerrada, eso son las ofrendas de alimentos puestas sobre una tumba. [19] �de qu� le sirve el sacrificio a un �dolo? �ni lo comer� ni lo oler�! as� aquel a quien persigue el se�or, [20] que mira con sus ojos y gime. escomo un eunuco que oprime a una virgen y gime. [21] no entregues tu alma a la tristeza, ni te atormentes a ti mismo con tus cavilaciones. [22] la alegr�a de coraz�n es la vida del hombre, el regocijo del var�n, prolongaci�n de sus d�as. [23] enga�a tu alma y consuela tu coraz�n, echa lejos de ti la tristeza; que la tristeza perdi� a muchos, y no hay en ella utilidad. [24] envidia y malhumor los d�as acortan, las preocupaciones traen la vejez antes de tiempo. [25] un coraz�n radiante viene bien en las comidas, se preocupa de lo que come. siracide cap.31 [1] el insomnio por la riqueza consume las carnes, las preocupaciones que trae ahuyentan el sue�o.

[2] las preocupaciones del d�a impiden dormir, la enfermedad grave quita el sue�o. [3] se afana el rico por juntar riquezas, y cuando descansa, se hast�a de sus placeres. [4] se afana el pobre por falta de sustento, y cuando descansa, se acaba en la indigencia. [5] el que ama el oro no se ver� justificado, el que anda tras el lucro se extraviar� en �l. [6] muchos se arruinaron por causa del oro, su perdici�n la ten�an delante. [7] es le�o de tropiezo para los que le ofrecen sacrificios, y todo insensato queda preso en �l. [8] feliz el rico que fue hallado intachable, que tras el oro no se fue. [9] �qui�n es, y le felicitaremos?, pues obr� maravillas en su pueblo. [10] �qui�n sufri� esta prueba y fue hallado perfecto? ser� para �l motivo de gloria. �qui�n pudo prevaricar y no prevaric�, hacer mal y no lo hizo? [11] sus bienes se consolidar�n, y la asamblea hablar� de sus bondades. [12] �en mesa suntuosa te has sentado?, no abras hacia ella tus fauces, no digas: ��qu� de cosas hay aqu�!� [13] recuerda que es cosa mala tener un ojo �vido, �qu� ha sido creado peor que el ojo? por eso, por cualquier cosa llora. [14] donde mire tu hu�sped no extiendas t� la mano, y no te eches sobre el plato al tiempo que �l. [15] juzga al pr�jimo como a ti mismo, y en todo asunto act�a con reflexi�n. [16] come como hombre bien educado lo que tienes delante, no te muestres glot�n, para no hacerte odioso. [17] termina el primero por educaci�n, no seas insaciable, y no tendr�s tropiezo. [18] si en medio de muchos te has sentado a la mesa, no alargues tu mano antes que ellos. [19] �qu� poco le basta a un hombre bien educado!, y luego en el lecho no resuella. [20] a vientre moderado, sue�o saludable, se levanta temprano y es due�o de s�. insomnio, v�mitos y c�licos le esperan al hombre insaciable. [21] si te viste obligado a comer demasiado, lev�ntate, vom�talo lejos, y quedar�s tranquilo. [22] oyeme, hijo, y no me desprecies, al fin comprender�s mis palabras. en todo lo que hagas s� moderado, y no te vendr� enfermedad alguna. [23] al espl�ndido en las comidas le bendicen los labios, el testimonio de su munificencia es firme. [24] al mezquino en la comida le murmura la ciudad, el testimonio de su mezquindad es minucioso. [25] con el vino no te hagas el valiente, porque a muchos ha perdido el vino. [26] el horno prueba el temple del acero, as� el vino a los corazones en disputa de orgullosos. [27] como la vida es el vino para el hombre, si lo bebes con medida. �qu� es la vida a quien le falta el vino, que ha sido creado para contento de los hombres? [28] regocijo del coraz�n y contento del alma es el vino bebido a tiempo y con medida. [29] amargura del alma, el vino bebido con exceso por provocaci�n o desaf�o. [30] la embriaguez acrecienta el furor del insensato hasta su ca�da, disminuye la fuerza y provoca las heridas. [31] en banquete no reproches a tu pr�jimo, no le desprecies cuando est� contento, palabra injuriosa no le digas ni le molestes reclam�ndole dinero. siracide cap.32 [1] �te han nombrado presidente? no te engr�as, s� entre los dem�s como uno de ellos; ati�ndeles, y despu�s te sientas. [2] cuando hayas cumplido todo tu menester, tomo asiento, para que con ellos te

alegres, y por tu acierto recibas la corona. [3] habla, anciano, que te est� bien, pero con discreci�n y sin estorbar la m�sica. [4] durante la audici�n, no derrames locuacidad, no te hagas el sabio a destiempo. [5] sello de carbunclo en alhaja de oro, as� es un concierto musical de un banquete. [6] sello de esmeralda en montura de oro, as� es una melod�a entre vino delicioso. [7] habla, joven, si te es necesario, dos veces a lo sumo, si se te pregunta. [8] resume tu discurso, di mucho en poco, s� como quien sabe y al mismo tiempo calla. [9] entre grandes no te iguales a ellos, si otro habla, no te excedas en hablar. [10] al trueno se adelanta el rel�mpago, as� al modesto le antecede la gracia. [11] llegada la hora lev�ntate, no te rezagues, ve corriendo a casa, no te hagas el remol�n. [12] all�, divi�rtete y haz lo que te plazca, mas no peques con palabras insolentes. [13] y por todo esto bendice a tu hacedor, que te colma de sus bienes. [14] el que teme al se�or acepta la instrucci�n, los que madrugan encuentran su favor. [15] el que busca la ley se llena de ella, al hip�crita le sirve de tropiezo. [16] los que temen al se�or son justificados, hacen brillar sus buenas acciones como luz. [17] el pecador reh�ye la reprensi�n, seg�n su voluntad encuentra excusa. [18] el var�n de consejo no descuida la reflexi�n, el extra�o y el orgulloso no se encogen de miedo. [19] sin consejo no hagas nada, y no te arrepentir�s de tus acciones. [20] por caminos escabrosos no vayas, y no tropezar�s en piedras. [21] no te confies en camino inexplorado, [22] y de tus hijos gu�rdate. [23] en todos tus actos vela sobre ti, que esto es tambi�n guardar los mandamientos. [24] el que tiene confianza en la ley atiende a los mandamientos, y el que pone su confianza en el se�or no sufre da�o. siracide cap.33 [1] al que teme al se�or ning�n mal le sucede, aunque sufra una prueba, se ver� librado. [2] el var�n sabio no aborrece la ley, mas el que finge observarla es como nave en borrasca. [3] el hombre inteligente pone su confianza en la ley, la ley es para �l digna de fe como un or�culo. [4] prepara tu discurso, y ser�s as� escuchado, concentra tu saber y responde. [5] rueda de carro son las entra�as del necio, como eje que da vueltas, su razonamiento. [6] caballo de remonta, as� el amigo burl�n, bajo todo el que lo monta relincha. [7] �por qu� un d�a es superior a otro, si toda la luz de cada d�a del a�o viene del sol? [8] en la mente del se�or fueron diferenciados, �l hizo distintas estaciones y fiestas. [9] a unos los ensalz� y santific�, a otros los hizo d�as ordinarios. [10] as� todos los hombres vienen del suelo, de la tierra fue creado ad�n. [11] con su gran sabidur�a los diferenci� el se�or, e hizo distintos sus caminos. [12] a unos los bendijo y ensalz�, los santific� y los puso junto a s�; a otros los maldijo y humill� y los derrib� de su puesto. [13] como la arcilla del alfarero est� en su mano, -y todos sus caminos en su

voluntad-, as� los hombres en la mano de su hacedor, que a cada uno da seg�n su juicio. [14] frente al mal est� el bien, frente a la muerte, la vida. as� frente al piadoso, el pecador. [15] f�jate, pues, en todas las obras del alt�simo, dos a dos, una frente a otra. [16] tambi�n yo, el �ltimo, me he desvelado, como quien racima tras de los vi�adores. [17] por la bendici�n del se�or me he adelantado, y como vi�ador he llenado el lagar. [18] mirad que no para m� solo me he afanado, sino para todos los que buscan la instrucci�n. [19] escuchadme, grandes del pueblo, jefes de la asamblea, prestad o�do. [20] a hijo y mujer, a hermano y amigo no des poder sobre ti en vida tuya. no des a otros tus riquezas, no sea que, arrepentido, tengas que suplicar por ellas. [21] mientras vivas y haya aliento en ti, no te enajenes a ti mismo a nadie. [22] pues es mejor que tus hijos te pidan, que no que tengas que mirar a los manos de tus hijos. [23] en todas tus obras mu�strate con dominio, no pongas mancha en tu gloria. [24] cuando se acaben los d�as de tu vida, a la hora de la muerte, reparte tu herencia. [25] al asno, forraje, palo y carga, al criado, pan, instrucci�n y trabajo. [26] haz trabajar al siervo, y encontrar�s descanso, deja libres sus manos, y buscar� la libertad. [27] yugo y riendas doblegan la cerviz, al mal criado torturas e inquisiciones. [28] m�ndale trabajar para que no est� ocioso, que mucho mal ense�� la ociosidad. [29] ponle trabajo como le corresponde, si no obedece, carga sus pies de grillos. [30] pero no te sobrepases con nadie, no hagas nada sin equidad. [31] si tienes un criado, sea como t�, porque con sangre lo adquiriste. [32] si tienes un criado, tr�tale como hermano, porque has menester de �l como de ti mismo. [33] si le maltratas, y levant�ndose, se escapa, �por qu� camino ir�s a buscarle? siracide cap.34 [1] las esperanzas vanas y enga�osas son para el imb�cil, los sue�os dan alas a los insensatos. [2] tratar de asir una sombra o perseguir el viento es buscar apoyo en los sue�os. [3] espejo y sue�o son casas semejantes, frente a un rostro, una imagen de rostro. [4] de los impuros, �qu� pureza puede resultar? de la mentira, �qu� verdad puede salir? [5] adivinaciones, augurios y sue�os cosas vanas son, como fantas�as de coraz�n de mujer en parto. [6] a menos que te sean enviadas por el alt�simo en visita, no abras tu coraz�n a estas cosas. [7] que a muchos extraviaron los sue�os, y cayeron los que en ellos esperaban. [8] sin dolo se ha de cumplir la ley, y sabidur�a en boca fiel es perfecci�n. [9] hombre que ha corrido mundo sabe muchas cosas, el que tiene experiencia se expresa con inteligencia. [10] quien no ha pasado pruebas poco sabe, quien ha corrido mundo posee gran destreza. [11] muchas cosas he visto en el curso de mis viajes, m�s vasta que mis palabras es mi inteligencia. [12] bien de veces he estado en peligro de muerte, y me salv� gracias a todo esto. [13] el esp�ritu de los que temen al se�or vivir�, porque su esperanza est� puesta en aquel que los salva.

[14] quien teme al se�or de nada tiene miedo, y no se intimida, porque �l es su esperanza. [15] feliz el alma del que teme al se�or: �en qui�n se sostiene? �cu�l es su apoyo? [16] los ojos del se�or sobre quienes le aman, poderosa protecci�n, probado apoyo, abrigo contra el viento abrasador, abrigo contra el ardor del mediod�a, guardia contra tropiezos, auxilio contra ca�das, [17] que levanta el alma, alumbra los ojos, da salud, vida y bendici�n. [18] sacrificar cosa injusta es hacer ofrenda rechazada, no logran complacencia los presentes de los sin ley. [19] no se complace el alt�simo en ofrendas de imp�os, ni por el c�mulo de v�ctimas perdona los pecados. [20] inmola a un hijo a los ojos de su padre quien ofrece v�ctima a costa de los bienes de los humildes. [21] pan de indigentes es la vida de los pobres, quien se lo quita es un hombre sanguinario. [22] mata a su pr�jimo quien le arrebata su sustento, vierte sangre quien quita el jornal al jornalero. [23] uno edifica, el otro destruye, �qu� ganan con ello m�s que fatigas? [24] uno bendice, el otro maldice, �a qui�n de los dos escuchar� el amo? [25] quien se purifica del contacto de un muerto y le vuelve a tocar, �qu� ha ganado con su ba�o de purificaci�n? [26] as� el hombre que ayuna por sus pecados y que vuelve otra vez a hacer lo mismo; su oraci�n, �qui�n la escuchar�? �de qu� le ha servido el humillarse? siracide cap.35 [1] observar la ley es hacer muchas ofrendas, atender a los mandamientos es hacer sacrificios de comuni�n. [2] devolver favor es hacer oblaci�n de flor de harina, hacer limosna es ofrecer sacrificios de alabanza. [3] apartarse del mal es complacer al se�or, sacrificio de expiaci�n apartarse de la injusticia. [4] no te presentes ante el se�or con las manos vac�as, pues todo esto es lo que prescribe el mandamiento. [5] la ofrenda del justo unge el altar, su buen olor sube ante el alt�simo. [6] el sacrificio del justo es aceptado, su memorial no se olvidar�. [7] con ojo generoso glorifica al se�or, y no escatimes las primicias de tus manos. [8] en todos tus dones pon tu rostro alegre, con contento consagra los diezmos. [9] da al alt�simo como �l te ha dado a ti, con ojo generoso, con arreglo a tus medios. [10] porque el se�or sabe pagar, y te devolver� siete veces m�s. [11] no trates de corromperle con presentes, porque no los acepta, no te apoyes en sacrificio injusto. [12] porque el se�or es juez, y no cuenta para �l la gloria de nadie. [13] no hace acepci�n de personas contra el pobre, y la plegaria del agraviado escucha. [14] no desde�a la s�plica del hu�rfano, ni a la viuda, cuando derrama su lamento. [15] las l�grimas de la viuda, �no bajan por su mejilla, y su clamor contra el que las provoc�? [16] quien sirve de buena gana, es aceptado, su plegaria sube hasta las nubes. [17] la oraci�n del humilde las nubes atraviesa, hasta que no llega a su t�rmino no se consuela �l. [18] y no desiste hasta que vuelve los ojos el alt�simo, hace justicia a los justos y ejecuta el juicio. [19] y el se�or no se tardar�, ni tendr� con �stos m�s paciencia,

[20] hasta no haber machacado los lomos de los sin entra�as, y haber tomado venganza de las naciones, [21] haber extirpado el tropel de los soberbios, y quebrado el cetro de los injustos, [22] hasta no haber pagado a cada cual seg�n sus actos, las obras de los hombres seg�n sus intenciones, [23] haber hecho justicia a su pueblo, y haberles dado contento con su misericordia. [24] grata es la misericordia en tiempo de tribulaci�n, como nubes de lluvia en tiempo de sequ�a. siracide cap.36 [1] ten piedad de nosotros, dios, due�o de todas las cosas, mira y siembra tu temor sobre todas las naciones. [2] alza tu mano contra las naciones extranjeras, para que reconozcan tu se�or�o. [3] como ante ellas te has mostrado santo con nosotros, as� ante nosotros mu�strate grande con ellas. [4] que te reconozcan, como nosotros hemos reconocido que no hay dios fuera de ti, se�or. [5] renueva las se�ales, repite tus maravillas, glorifica tu mano y tu brazo derecho. [6] despierta tu furor y derrama tu ira, extermina al adversario, aniquila al enemigo. [7] acelera la hora, recuerda el juramento, y que se publiquen tus grandezas. [8] que el fuego de la ira devore al que se escape, y los que hacen da�o a tu pueblo hallen la perdici�n. [9] aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que dicen: �nadie m�s que nosotros.� [10] congrega todas las tribus de jacob, dales su heredad como al principio. [11] ten piedad, se�or, del pueblo llamado con tu nombre, de israel, a quien igualaste con el primog�nito. [12] ten compasi�n de tu santa ciudad, de jerusal�n, lugar de tu reposo. [13] llena a si�n de tu alabanza, y de tu gloria tu santuario. [14] da testimonio a tus primeras criaturas, mant�n las profec�as dichas en tu nombre. [15] da su recompensa a los que te aguardan, y que tus profetas queden acreditados. [16] escucha, se�or, la s�plica de tus siervos, seg�n la bendici�n de aar�n sobre tu pueblo. [17] y todos los de la tierra reconozcan que t� eres el se�or, el dios eterno. [18] todo alimento traga el vientre, pero unos alimentos son mejores que otros. [19] el paladar distingue por el gusto la carne de caza, as� el coraz�n inteligente las palabras mentirosas. [20] el coraz�n perverso da tristeza, pero el hombre de experiencia le da su merecido. [21] a cualquier marido acepta la mujer, pero unas hijas son mejores que otras. [22] la belleza de la mujer recrea la mirada, y el hombre la desea m�s que ninguna cosa. [23] si en su lengua hay ternura y mansedumbre, su marido ya no es como los dem�s hombres. [24] el que adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna, una ayuda semejante a �l y columna de apoyo. [25] donde no hay valla, la propiedad es saqueada, donde no hay mujer, gime un hombre a la deriva. [26] �qui�n se fiar� del ladr�n �gil que salta de ciudad en ciudad? [27] as� tampoco del hombre que no tiene nido y que se alberga donde la noche le sorprende.

siracide cap.37 [1] todo amigo dice: �tambi�n yo soy tu amigo�, pero hay amigo que lo es s�lo de nombre. [2] �no es para uno una mortal tristeza un compa�ero o amigo trocado en enemigo? [3] �oh intenci�n perversa! �de d�nde saliste para cubrir la tierra de enga�o? [4] el compa�ero disfruta en el contento del amigo, pero al tiempo de tribulaci�n se volver� contra �l. [5] el compa�ero compadece al amigo por inter�s, y cuando llega el combate embraza el escudo. [6] no te olvides de tu amigo en tu alma, ni pierdas su recuerdo cuando seas rico. [7] todo consejero da consejos, pero hay quien aconseja en su inter�s. [8] del consejero guarda tu alma, conoce primero qu� necesita -porque en su propio inter�s dar� consejo-, no sea que eche sobre ti la suerte, [9] y te diga: �bueno es tu camino�, qued�ndose enfrente para ver qu� te sucede. [10] no te aconsejes del que te mira con desprecio, y de los que te envidian oculta tu consejo; [11] ni te aconsejes con mujer sobre su rival, con cobarde acerca la guerra, con negociante respecto del comercio, con comprador sobre la venta, con envidioso sobre la gratitud, con despiadado sobre la generosidad, con perezoso sobre cualquier trabajo, con temporero sobre el t�rmino de una obra, con siervo ocioso sobre un trabajo grande: no cuentes con �stos para ning�n consejo. [12] sino recurre siempre a un hombre piadoso, de quien sabes bien que guarda los mandamientos, cuya alma es seg�n tu alma, y que, si caes, sufrir� contigo. [13] y mant�n firme el consejo de tu coraz�n, que nadie es para ti m�s fiel que �l. [14] pues el alma del hombre puede a veces advertir m�s que siete vig�as sentados en lo alto para vigilar. [15] y por encima de todo esto suplica al alt�simo, para que enderece tu camino en la verdad. [16] principio de toda obra es la palabra, y antes de toda acci�n est� el consejo. [17] ra�z de los pensamientos es el coraz�n, de �l salen cuatro ramas: [18] bien y mal, vida y muerte, mas la que siempre los domina es la lengua. [19] hay hombre diestro que adoctrina a muchos, y para s� mismo es un in�til. [20] hay quien se hace el sabio en palabras y es aborrecido, y que acabar� sin tener qu� comer. [21] pues no se le dio la gracia que viene del se�or, porque estaba vac�o de toda sabidur�a. [22] hay quien para s� mismo es sabio, y los frutos de su inteligencia son, seg�n �l, dignos de fe. [23] el var�n sabio ense�a a su pueblo, y los frutos de su inteligencia son dignos de fe. [24] el var�n sabio es colmado de bendiciones, y le llaman feliz todos los que le ven. [25] la vida del hombre tiene d�as contados, mas los d�as de israel no tienen n�mero. [26] el sabio en su pueblo se gana la confianza, y su nombre vivir� por los siglos. [27] hijo, en tu vida prueba tu alma, ve lo que es malo para ella y no se los des. [28] pues no a todos les conviene todo, y no a todo el mundo le gusta lo mismo. [29] no seas insaciable de todo placer, y no te abalances sobre la comida, [30] porque en el exceso de alimento hay enfermedad, y la intemperancia acaba en c�licos. [31] por intemperancia han muerto muchos, pero el que se vigila prolongar� su vida.

siracide cap.38 [1] da al m�dico, por sus servicios, los honores que merece, que tambi�n a �l le cre� el se�or. [2] pues del alt�simo viene la curaci�n, como una d�diva que del rey se recibe. [3] la ciencia del m�dico realza su cabeza, y ante los grandes es admirado. [4] el se�or puso en la tierra medicinas, el var�n prudente no las desde�a. [5] �no fue el agua endulzada con un le�o para que se conociera su virtud? [6] el mismo dio a los hombres la ciencia para que se gloriaran en sus maravillas. [7] con ellas cura �l y quita el sufrimiento, con ellas el farmac�utico hace mixturas. [8] as� nunca se acaban sus obras, y de �l viene la paz sobre la haz de la tierra. [9] hijo, en tu enfermedad, no seas negligente, sino ruega al se�or, que �l te curar�. [10] aparta las faltas, endereza tus manos, y de todo pecado purifica el coraz�n. [11] ofrece incienso y memorial de flor de harina, haz ping�es ofrendas seg�n tus medios. [12] recurre luego al m�dico, pues el se�or le cre� tambi�n a �l, que no se aparte de tu lado, pues de �l has menester. [13] hay momentos en que en su mano est� la soluci�n, [14] pues ellos tambi�n al se�or suplicar�n que les ponga en buen camino hacia el alivio y hacia la curaci�n para salvar tu vida. [15] el que peca delante de su hacedor �caiga en manos del m�dico! [16] hijo, por un muerto l�grimas derrama, como quien sufre cruelmente, entona la lamentaci�n; seg�n el ceremonial entierra su cad�ver y no seas negligente con su sepultura. [17] llora amargamente, date fuertes golpes de pecho, haz el duelo seg�n su dignidad, un d�a o dos, para evitar murmullos; despu�s, consu�late de la tristeza. [18] porque de la tristeza sale la muerte, la tristeza del coraz�n enerva las fuerzas. [19] en la adversidad permanece tambi�n la tristeza, una vida de miseria va contra el coraz�n. [20] no des tu coraz�n a la tristeza, ev�tala acord�ndote del fin. [21] no lo olvides: no hay retorno, a �l no le aprovechar�, y te har�s da�o a ti mismo. [22] �recuerda mi sentencia, que ser� tambi�n la tuya: a m� ayer, a ti te toca hoy.� [23] cuando un muerto reposa, deja en paz su memoria, consu�late de �l, porque su esp�ritu ha partido. [24] la sabidur�a del escriba se adquiere en los ratos de sosiego, el que se libera de negocios se har� sabio. [25] �c�mo va a hacerse sabio el que empu�a el arado, y se glor�a de tener por lanza el aguij�n, el que conduce bueyes, los arrea en sus trabajos y no sabe hablar m�s que de novillos? [26] aplica su coraz�n a abrir surcos, y sus vigilias a cebar terneras. [27] de igual modo todo obrero o artesano, que trabaja d�a y noche; los que graban las efigies de los sellos, y su af�n se centra en variar los detalles; ponen todo su coraz�n en igualar el modelo y gastan sus vigilias en rematar la obra. [28] tambi�n el herrero sentado junto al yunque, atento a los trabajos del hierro; el vaho del fuego sus carnes derrite, en el calor de la fragua se debate, el ruido del martillo le ensordece, y en el modelo del objeto tiene fijos sus ojos; pone su coraz�n en concluir sus obras, y sus vigilias en adornarlas al detalle. [29] de igual modo el alfarero sentado a su tarea y dando a la rueda con sus

pies, preocupado sin cesar por su trabajo, toda su actividad concentrada en el n�mero; [30] con su brazo moldea la arcilla, con sus pies vence su resistencia; pone su coraz�n en acabar el barnizado, y gasta sus vigilias en limpiar el horno. [31] todos �stos ponen su confianza en sus manos, y cada uno se muestra sabio en su tarea. [32] sin ellos no se construir�a ciudad alguna, ni se podr�a habitar ni circular por ella. [33] mas para el consejo del pueblo no se les busca, ni se les distingue en la asamblea. no se sientan en sitial de juez, ni meditan en la alianza del juicio. [34] no demuestran instrucci�n ni juicio, ni se les encuentra entre los que dicen m�ximas. pero aseguran la creaci�n eterna, el objeto de su oraci�n son los trabajos de su oficio. siracide cap.39 [1] no as� el que aplica su alma a meditar la ley del alt�simo. la sabidur�a de todos los antiguos rebusca, a los profec�as consagra sus ocios, [2] conserva los relatos de varones c�lebres, en los repliegues de las par�bolas penetra, [3] busca los secretos de los proverbios y en los enigmas de las par�bolas insiste. [4] en medio de los grandes ejerce su servicio, ante los jefes aparece; viaja por tierras extranjeras, adquiere experiencia de lo bueno y lo malo entre los hombres. [5] aplica su coraz�n a ir bien de ma�ana donde el se�or su hacedor; suplica ante el alt�simo, abre su boca en oraci�n y por sus pecados suplica. [6] si el gran se�or lo quiere, del esp�ritu de inteligencia ser� lleno. el mismo derramar� como lluvia las palabras de su sabidur�a, y en la oraci�n dar� gracias al se�or. [7] enderezar� su consejo y su ciencia. y en sus misterios ocultos har� meditaci�n. [8] mostrar� la instrucci�n recibida, y en la ley de la alianza del se�or se gloriar�. [9] muchos elogiar�n su inteligencia, jam�s ser� olvidada. no desaparecer� su recuerdo, su nombre vivir� de generaci�n en generaci�n. [10] su sabidur�a comentar�n las naciones, su elogio, lo publicar� la asamblea. [11] mientras viva, su nombre dejar� atr�s a mil, y cuando descanse, �l le bastar�. [12] a�n voy a hablar despu�s de meditar, que estoy colmado como la luna llena. [13] escuchadme, hijos piadosos, y creced como rosa que brota junto a corrientes de agua. [14] como incienso derramad buen olor, abr�os en flor como el lirio, exhalad perfume, cantad un cantar, bendecid al se�or por todas sus obras. [15] engrandeced su nombre, dadle gracias por su alabanza, con los cantares de vuestros labios y con c�taras, decid as� en acci�n de gracias: [16] �qu� hermosas son todas las obras del se�or! todas sus �rdenes se ejecutan a su hora. no hay por qu� decir: �qu� es esto? y esto �para qu�?, que todo se ha de buscar a su tiempo. [17] a su orden el agua se detiene en una masa, a la palabra de su boca se forman los dep�sitos de las aguas. [18] a una orden suya se hace todo lo que desea, y no hay quien pueda estorbar su salvaci�n. [19] las obras de toda carne est�n delante de �l, y nada puede ocultarse a sus ojos. [20] su mirada abarca de eternidad a eternidad, y nada hay admirable para �l. [21] no hay por qu� decir: �qu� es esto? y esto �para qu�?, pues todo ha sido creado con un fin. [22] su bendici�n se ha desbordado como un r�o, como un diluvio ha inundado la

tierra. [23] de igual modo las naciones recibir�n en herencia su ira, como cuando �l cambi� las aguas en salinas. [24] sus caminos rectos son para los santos, as� como para los sin ley son piedras de tropiezo. [25] los bienes est�n desde el principio creados para los buenos, as� como los males para los pecadores. [26] de primera necesidad para la vida del hombre es el agua, el fuego, el hierro y la sal, la flor de harina de trigo, la leche y la miel, el jugo de uva, el aceite y el vestido. [27] todo esto son bienes para los piadosos, mas para los pecadores se truecan en males. [28] hay vientos creados para el castigo, en su furor ha endurecido �l sus l�tigos; al tiempo de la consumaci�n su fuerza expanden, y desahogan el furor del que los hizo. [29] fuego y granizo, hambre y muerte, para el castigo ha sido creado todo esto. [30] y dientes de fieras, escorpiones, v�boras y espada vengadora para la perdici�n del imp�o. [31] todos hallan contento en hacer su mandato, en la tierra est�n prontos para su menester, y llegada la ocasi�n no traspasar�n su orden. [32] por eso desde el principio me reafirm�, medit� y he puesto por escrito: [33] �las obras del se�or son todas buenas, a su tiempo provee �l a toda necesidad. [34] no hay por qu� decir: esto es peor que aquello, porque todo a su tiempo es aprobado. [35] y ahora con todo el coraz�n y la boca cantad himnos y bendecid el nombre del se�or.� siracide cap.40 [1] grandes trabajos han sido creados para todo hombre, un yugo pesado hay sobre los hijos de ad�n, desde el d�a que salieron del vientre de su madre, hasta el d�a del retorno a la madre de todo. [2] sus reflexiones, el miedo de su coraz�n es la idea del futuro, el d�a de la muerte. [3] desde el que est� sentado en un trono glorioso, hasta el que en tierra y ceniza est� humillado, [4] desde el que lleva p�rpura y corona, hasta el que se cubre de tela grosera, s�lo furor, envidia, turbaci�n, inquietud, miedo a la muerte, resentimiento y discordia. [5] a la hora del descanso en la cama, el sue�o de la noche altera el conocimiento. [6] poco, casi nada, reposa, y ya en sue�os, como en d�a de guardia, se ve turbado por las visiones de su coraz�n, como el que ha hu�do ante el combate. [7] a la hora de su turno se despierta, sorprendido de su vano temor. [8] para toda carne, del hombre hasta la bestia, mas para los pecadores siete veces m�s: [9] muerte, sangre, discordia, espada, adversidades, hambre, tribulaci�n, azote. [10] contra los sin ley fue creado todo esto, y por su culpa se produjo el diluvio. [11] todo cuanto de tierra viene, a tierra vuelve, y cuanto de agua, en el mar desemboca. [12] todo don e injusticia ser�n aventados, m�s la fidelidad subsistir� por siempre. [13] las riquezas de los injustos se esfumar�n como un torrente, como un gran trueno que en tormenta estalla. [14] cuando �l abre las manos, se contenta, as� los transgresores desaparecer�n por completo.

[15] los v�stagos de los imp�os no tienen muchas ramas, las ra�ces impuras s�lo hallan piedra �spera. [16] ca�a que brota en toda agua o borde de r�o ser� arrancada antes que toda hierba. [17] la caridad es como un para�so de bendici�n, y la limosna permanece para siempre. [18] la vida del que se basta a s� mismo y del obrero es dulce, pero m�s que ambos el que encuentra un tesoro. [19] los hijos y la fundaci�n de una ciudad perpet�an el nombre, pero m�s que ambas cosas es estimada la mujer intachable. [20] el vino y la m�sica ponen contento el coraz�n, pero m�s que ambas cosas el amor a la sabidur�a. [21] la flauta y el salterio hacen el canto suave, pero m�s que ambas cosas la lengua dulce. [22] gracia y belleza el ojo anhela, pero m�s que ambas cosas el verdor del sembrado. [23] amigo y compa�ero se encuentran a su hora, pero m�s que ambos la mujer con el marido. [24] amigos y socorro para el tiempo de tribulaci�n, pero m�s que ambos salva la limosna. [25] oro y plata hacen el paso firme, pero m�s que ambos se estima el consejo. [26] la riqueza y la fuerza realzan el coraz�n, pero m�s que las dos, el temor del se�or. en el temor del se�or no existe mengua, con �l no hay ya por qu� buscar ayuda. [27] el temor del se�or como un para�so de bendici�n, protege �l m�s que toda gloria. [28] hijo, no lleves una vida de mendicidad, que m�s vale morir que mendigar. [29] hombre que mira a la mesa de otro no merece el nombre de vida su existencia. con comida ajena mancha su boca, pero el hombre instruido y educado de ello se guardar�. [30] en la boca del descarado la mendicidad resulta dulce, pero en su vientre es un fuego que abrasa. siracide cap.41 [1] �oh muerte, qu� amargo es tu recuerdo para el hombre que vive en paz entre sus bienes, para el var�n desocupado a quien en todo le va bien, y todav�a con fuerzas para servirse el alimento! [2] �oh muerte, buena es tu sentencia para el hombre necesitado y carente de fuerzas, para el viejo acabado, ah�to de cuidados, que se rebela y ha perdido la paciencia! [3] no temas la sentencia de la muerte, recuerda tus comienzos y tu fin. [4] esta sentencia viene del se�or sobre toda carne, �por qu� desaprobar el agrado del alt�simo? ya se viva diez, cien, mil a�os, no se reprocha en el seol la vida. [5] hijos abominables son los hijos de los pecadores que viven en vecindad de imp�os. [6] la herencia de los hijos de los pecadores va a la ruina, con su linaje se perpet�a el oprobio. [7] al padre imp�o le reprochan sus hijos, porque por causa de �l viven en oprobio. [8] �ay de vosotros, imp�os, que la ley del alt�simo hab�is abandonado! [9] si nac�is, para la maldici�n nac�is, si mor�s, la maldici�n hered�is. [10] todo cuanto viene de tierra, a tierra volver�, as� ir�n los imp�os de la maldici�n a la ruina. [11] el duelo de los hombres se dirige a sus cuerpos, pero el nombre de los pecadores, que no es bueno, se borrar�. [12] preoc�pate de tu nombre, que eso te queda, m�s que mil grandes tesoros de

oro. [13] la vida buena tiene un l�mite de d�as, pero el buen nombre permanece para siempre. [14] conservad la instrucci�n en paz, hijos. sabidur�a escondida y tesoro invisible, �qu� provecho hay en ambos? [15] m�s vale hombre que oculta su necedad, que hombre que oculta su sabidur�a. [16] as� pues, ruborizaos de lo que os voy a se�alar, que no es bueno guardar toda verg�enza, ni todo es apreciato fielmente por todos. [17] ante un padre y una madre avergonzaos de la fornicaci�n, de la mentira, ante el jefe y el poderoso; [18] del extrav�o, ante juez y el magistrado, de la iniquidad, ante la asamblea y el pueblo; [19] de la injusticia, ante el compa�ero y el amigo, del robo, ante el lugar en que resides; [20] y ante la verdad de dios y la alianza: de clavar los codos en los panes, [21] de despreciar la recepci�n y el don, de callarse ante los que saludan, [22] de mirar a mujer prostituta, de volver la cara a tu pariente, [23] de quitar la parte y el don de otro, de clavar los ojos en mujer casada, [24] de intimidades con la criada -�no te acerques a su lecho![25] de palabras injuriosas ante los amigos -despu�s de dar no hagas reproches[26] de repetir la palabra o�da, de revelar las palabras secretas. [27] ser�s entonces de verdad un hombre ruboroso, y ante todo el mundo hallar�s gracia. siracide cap.42 [1] pero de lo que sigue no te averg�ences, y no peques por tener acepci�n de personas: [2] de la ley del alt�simo y de su alianza, del juicio que justifica a los imp�os, [3] de contar con compa�ero de viaje, de dar la herencia a compa�eros, [4] de la exactitud de balanzas y pesas, de obtener grandes y peque�as ganancias, [5] de provecho en la venta a comerciantes, de la copiosa instrucci�n de los hijos, de ensangrentar las costillas de un mal siervo. [6] con mujer mala es bueno usar el sello, y, donde hay muchas manos, echa la llave. [7] lo que entregues, hazlo con cuenta y medida, el haber y el debe, sea todo por escrito. [8] no te averg�ences de ense�ar al tonto y al necio, y al viejo acabado juzgado como joven. ser�s entonces de verdad educado, y estimado de todo viviente. [9] una hija es para el padre un secreto desvelo, aleja el sue�o la inquietud por ella. en su juventud, miedo a que se le pase la edad, si est� casada, a que sea aborrecida. [10] cuando virgen, no sea mancillada y en la casa paterna quede encinta. cuando casada, a que sea infiel, cohabitando, a que sea est�ril. [11] sobre la hija desenvuelta refuerza la vigilancia, no sea que te haga la irrisi�n de tus enemigos, comidilla en la ciudad, corrillos en el pueblo, y ante el vulgo espeso te averg�ence. [12] de ning�n hombre te quedes mirando la belleza, y entre mujeres no te sientes. [13] porque de los vestidos sale la polilla, y de la mujer la malicia femenina. [14] vale m�s maldad de hombre que bondad de mujer, la mujer cubre de verg�enza y oprobio. [15] voy a evocar las obras del se�or, lo que tengo visto contar�. por las palabras del se�or fueron hechas sus obras, y la creaci�n est� sometida a su voluntad. [16] el sol mira a todo ilumin�ndolo, de la gloria del se�or est� llena su obra. [17] no son capaces los santos del se�or de contar todas sus maravillas, que

firmemente estableci� el se�or omnipotente, para que en su gloria el universo subsistiera. [18] el sondea el abismo y el coraz�n humano, y sus secretos c�lculos penetra. pues el alt�simo todo saber conoce, y fija sus ojos en las se�ales de los tiempos. [19] anuncia lo pasado y lo futuro, y descubre las huellas de las cosas secretas. [20] no se le escapa ning�n pensamiento, ni una palabra se le oculta. [21] las grandezas de su sabidur�a las puso en orden, porque �l es antes de la eternidad y por la eternidad; nada le ha sido a�adido ni quitado, y de ning�n consejero necesita. [22] �qu� amables son todas sus obras!: como una centella hay que contemplarlas. [23] todo esto vive y permanece eternamente, para cualquier menester todo obedece. [24] todas las cosas de dos en dos, una frente a otra, y nada ha hecho deficiente. [25] cada cosa afirma la excelencia de la otra, �qui�n se hartar� de contemplar su gloria? siracide cap.43 [1] orgullo de las alturas, firmamento de pureza, tal la vista del cielo en su espect�culo de gloria. [2] el sol apareciendo proclama a su salida: ��qu� admirable la obra del alt�simo!� [3] en su mediod�a reseca la tierra, ante su ardor, �qui�n puede resistir? [4] se atiza el horno para obras de forja: tres veces m�s el sol que abrasa las monta�as; vapores ardientes despide, ciega los ojos con el brillo de sus rayos. [5] grande es el se�or que lo hizo, y a cuyo mandato emprende su r�pida carrera. [6] tambi�n la luna: sale siempre a su hora, para marcar los tiempos, se�al eterna. [7] de la luna procede la se�al de las fiestas, astro que mengua, despu�s del plenilunio. [8] lleva el mes su nombre; crece ella maravillosamente cuando cambia, ense�a del ej�rcito celeste que brilla en el firmamento del cielo. [9] hermosura del cielo es la gloria de las estrellas. orden radiante en las alturas del se�or. [10] por las palabras del se�or est�n fijas seg�n su orden. y no aflojan en su puesto de guardia. [11] mira el arco iris y a su hacedor bendice, �qu� bonito en su esplendor! [12] rodea el cielo con aureola de gloria, lo han tendido las manos del alt�simo. [13] con su orden precipita la nieve, y fulmina los rayos seg�n su decreto. [14] por eso se abren sus cilleros, y vuelvan las nubes como p�jaros. [15] con su grandeza hace espesas las nubes, y se desmenuzan las piedras de granizo. [16] a su vista se conmueven los montes. a su voluntad sopla el viento del sur, [17] el bramido de su trueno insulta a la tierra, el hurac�n del norte y los ciclones. [18] como p�jaros que se posan esparce la nieve, que baja como langosta que salta al suelo. admira el ojo la belleza de su blancura, y al verla caer se pasma el coraz�n. [19] el derrama tambi�n sobre la tierra la escarcha como sal, que al helarse se queda como pinchos de espinas. [20] el viento fr�o del norte sopla y se forma el hielo sobre el agua; sobre toda masa de agua se posa, y el agua se reviste como de coraza. [21] devora los montes, quema el desierto, y consume como fuego el verdor. [22] como remedio de todo llega presto la niebla, el roc�o, despu�s del viento ardiente, devuelve la alegr�a. [23] seg�n su designio dome�a el abismo, y planta islas en �l. [24] los que surcan el mar hablan de sus peligros, y de lo que oyen nuestros

o�dos nos maravillamos. [25] all� est�n las cosas raras y maravillosas, variedad de animales, especies de monstruos marinos. [26] gracias a dios tiene �xito su mensajero, y por su palabra todo est� en su sitio. [27] muchos m�s podr�amos decir y nunca acabar�amos; broche de mis palabras: �el lo es todo.� [28] �d�nde hallar fuerza para glorificarle? �que �l es el grande sobre todas sus obras! [29] temible es el se�or, inmensamente grande, maravilloso su poder�o. [30] con vuestra alabanza ensalzad al se�or, cuanto pod�is, que siempre estar� m�s alto; y al ensalzarle redoblad vuestra fuerza, no os cans�is, que nunca acabar�is. [31] �qui�n le ha visto para que pueda describirle? �qui�n puede engrandecerle tal como es? [32] mayores que �stas quedan ocultas muchas cosas, que bien poco de sus obras hemos visto. [33] porque el se�or lo hizo todo, y dio a los piadosos la sabidur�a. siracide cap.44 [1] hagamos ya el elogio de los hombres ilustres, de nuestros padres seg�n su sucesi�n. [2] grandes glorias que cre� el se�or, grandezas desde tiempos antiguos. [3] hubo soberanos en sus reinos, hombres renombrados por su poder�o, consejeros por su inteligencia, vaticinadores de or�culos en sus profec�as, [4] gu�as del pueblo por sus consejos, por su inteligencia de la literatura popular, -sabias palabras hab�a en su instrucci�n[5] inventores de melod�as musicales, compositores de escritos po�ticos, [6] hombres ricos bien provistos de fuerza, viviendo en paz en sus moradas. [7] todos estos fueron honrados en su generaci�n, objeto de gloria fueron en sus d�as. [8] hubo entre ellos quienes dejaron nombre, para que se hablara de ellos con elogio. [9] de otros no ha quedado recuerdo, desaparecieron como si no hubieran existido, pasaron cual si a ser no llegaran, as� como sus hijos despu�s de ellos. [10] mas de otro modo estos hombres de bien, cuyas acciones justas no han quedado en olvido. [11] con su linaje permanece una rica herencia, su posteridad. [12] en las alianzas se mantuvo su linaje, y sus hijos gracias a ellos. [13] para siempre permanece su linaje, y su gloria no se borrar�. [14] sus cuerpos fueron sepultados en paz, y su nombre vive por generaciones. [15] su sabidur�a comentar�n los pueblos, su elogio lo publicar� la asamblea. [16] henoc agrad� al se�or, y fue arrebatado, ejemplo de penitencia para las generaciones. [17] perfectamente justo no� fue hallado, en el tiempo de la ira se hizo reconciliaci�n. gracias a �l tuvo un resto la tierra, cuando lleg� el diluvio. [18] alianzas eternas fueron con �l pactadas, para que no fuera ya aniquilada por el diluvio toda carne. [19] abraham, padre insigne de una multitud de naciones, no se hall� quien le igualara en gloria. [20] el guard� la ley del alt�simo, y con �l entr� en alianza. en su carne grab� la alianza, y en la prueba fue hallado fiel. [21] por eso dios le prometi� con juramento bendecir por su linaje a las naciones, multiplicarle como el polvo de la tierra, encumbrar como las estrellas su linaje, y darles una herencia de mar a mar, desde el r�o hasta los confines de la tierra. [22] a isaac le asegur� lo mismo, en gracia a su padre abraham.

[23] la bendici�n de todos los hombres y la alianza las hizo reposar en la cabeza de jacob. le confirm� en sus bendiciones, y le otorg� su herencia. el dividi� sus partes y las reparti� entre las doce tribus. siracide cap.45 [1] hizo salir de �l un hombre de bien, que hallaba gracia a los ojos de todos, amado por dios y por los hombres, mois�s, cuya memoria est� envuelta en bendiciones. [2] le hizo en gloria comparable a los santos, le engrandeci� para temor de los enemigos. [3] por su palabra puso fin a los prodigios, y le glorific� delante de los reyes; le dio para su pueblo mandamientos, y le mostr� algo de su gloria. [4] en fidelidad y mansedumbre le santific�, le eligi� entre toda carne. [5] le hizo o�r su voz, y le introdujo en la cal�gine; cara a cara le dio los mandamientos, la ley de vida y de saber, para ense�ar a jacob su alianza, y sus decretos a israel. [6] exalt� a aar�n, un santo semejante a �ste, su hermano, de la tribu de lev�. [7] le afirm� como alianza eterna, y le dio el sacerdocio del pueblo. le hizo feliz con su espl�ndido ornamento, le ci�o de gloriosa vestidura. [8] le visti� de honor perfecto, y le confirm� con insignias de poder, calzones, t�nica y efod. [9] le puso alrededor granadas, y campanillas de oro, bien de ellas todo en torno, para que tintinearan al andar y resonaran bien por todo el templo, como memorial para los hijos de su pueblo; [10] y vestimenta sacra, de oro y de jacinto y de p�rpura, obra de bordador, y pectoral del juicio, el urim y el tummim, hilado de escarlata, obra de artista; [11] piedras preciosas, grabadas como sellos, en engaste de oro, obra de joyero, para memorial por la escritura grabada, seg�n el n�mero de las tribus de israel; [12] corona de oro por encima de la tiara, inscripci�n del sello de consagraci�n, prestigio de honor, obra magn�fica, delicia de los ojos este adorno. [13] galanuras no hubo tales antes de �l, y jam�s se las visti� extranjero, sino s�lo sus hijos, sus v�stagos por siempre. [14] sus sacrificios se consum�an totalmente dos veces al d�a sin interrupci�n. [15] llen� Mois�s sus manos, le ungi� con �leo santo. fue ello para �l alianza eterna, y para su linaje cuanto dure el cielo, para presidir el culto, ejercer el sacerdocio y bendecir a su pueblo en nombre del se�or. [16] le eligi� entre todos los vivientes para presentar la ofrenda al se�or, el incienso y el aroma en memorial, y hacer expiaci�n por el pueblo. [17] le dio, por sus mandamientos, potestad sobre las prescripciones legales, para ense�ar a jacob sus dict�menes e ilustrar a israel en su ley. [18] se confabularon contra �l extranjeros y en el desierto tuvieron celos de �l, los hombres de dat�n y de abir�n, la banda de cor�, llena de ira y de furor. [19] lo vi� el se�or y se irrit�, y acab� con ellos en el ardor de su ira. hizo prodigios contra ellos, devor�ndolos por el fuego de su llama. [20] aument� la gloria de aar�n y le dio una heredad, le otorg� las primicias, sobre todo el pan a saciedad. [21] por eso comen ellos los sacrificios del se�or, que �l le concedi� a �l y a su linaje. [22] aunque en la tierra del pueblo no tiene heredad, ni hay en el pueblo parte para �l: que �yo soy tu parte y tu heredad�. [23] pinj�s, hijo de eleazar, tercero en gloria, porque fue celoso del temor del se�or, y se mantuvo firme en la revuelta del pueblo por la energ�a de su alma resuelta, y obtuvo as� el perd�n para israel. [24] por eso se hizo con �l una alianza de paz, de presidir el santuario y a su pueblo, para que le tocara a �l y a su linaje la dignidad del sumo sacerdocio por los siglos. [25] hubo tambi�n alianza con david, hijo de jes�, de la tribu de jud�, herencia

real de hijo a hijo s�lo, mientras la herencia de aar�n pasa a todo su linaje. [26] d� Dios sabidur�a a vuestro coraz�n para juzgar a su pueblo con justicia, y que no se desvirt�en los valores de los padres, ni su gloria en sus generaciones. siracide cap.46 [1] esforzado en la guerra fue josu�, hijo de nun, sucesor de mois�s como profeta; �l fue, de acuerdo con su nombre, grande para salvar a los elegidos del se�or, para tomar venganza de los enemigos que surg�an e introducir a israel en su heredad. [2] �qu� gloria gan� cuando alzaba la mano y bland�a la espada contra las ciudades! [3] �qui�n antes de �l tan firme fue? �que las batallas del se�or �l las hac�a! [4] �no se detuvo el sol ante su mano y un d�a lleg� a ser como dos? [5] el invoc� al alt�simo soberano, cuando los enemigos por todas partes le estrechaban, y le atendi� el gran se�or lanzando piedras de granizo de terrible violencia. [6] cay� de golpe sobre la naci�n hostil, y en la bajada aniquil� a los adversarios, para que conocieran las naciones la fuerza de sus armas, porque era frente al se�or la guerra de ellas. [7] pues camin� en seguimiento del todopoderoso, hizo el bien en los d�as de mois�s, �l y tambi�n caleb, hijo de yefunn�, resistiendo ante la asamblea, cerrando al pueblo el paso del pecado, reduciendo a silencio la murmuraci�n de la maldad. [8] y ellos dos solos se salvaron entre seiscientos mil hombres de a pie, para ser introducidos en la herencia, en la tierra que mana leche y miel. [9] y el se�or dio a caleb la fuerza que le dur� hasta su vejez, le hizo subir a lo alto de la tierra, que como herencia conserv� su linaje, [10] para que sepan todos los hijos de israel que es bueno caminar en seguimiento del se�or. [11] tambi�n los jueces, cada cual seg�n su nombre, ellos cuyo coraz�n no se prostituy�, y que del se�or no se apartaron: �sea su recuerdo lleno de bendici�n, [12] reflorezcan sus huesos en la tumba, y sus nombres se renueven en los hijos de estos hombres ilustres! [13] amado fue de su se�or samuel, profeta del se�or fund� la realeza, y ungi� a los pr�ncipes puestos sobre su pueblo. [14] seg�n la ley del se�or juzg� a la asamblea, y el se�or pueso sus ojos en jacob. [15] por su fidelidad se acredit� como profeta, por sus or�culos fue reconocido fiel vidente. [16] invoc� al se�or todopoderoso cuando los enemigos por todas partes le estrechaban, ofreciendo un cordero lechal. [17] y tron� el se�or desde los cielos, con gran ruido hizo resonar su voz; [18] aplast� a los jefes adversarios y a todos los pr�ncipes de los filisteos. [19] antes de la hora de su sue�o eterno, dio testimonio ante el se�or y su ungido: �bienes, ni siquiera sandalias, a nadie le he tomado�, y nadie reclam� nada de �l. [20] y despu�s de dormido todav�a profetiz� y anunci� al rey su fin; del seno de la tierra alz� su voz en profec�a para borrar la iniquidad del pueblo. siracide cap.47 [1] despu�s de �l surgi� Nat�n para profetizar en los d�as de david. [2] como grasa puesta aparte en el sacrificio de comuni�n, as� David de entre los hijos de israel. [3] con leones jug� cual con cabritos, con osos como con corderos. [4] �no mat� de joven al gigante, y quit� el oprobio del pueblo, blandiendo en la mano la piedra de la honda y abatiendo la arrogancia de goliat?

[5] pues invoc� al se�or alt�simo, que a su diestra dio vigor, para aniquilar a un potente guerrero, y realzar el cuerno de su pueblo. [6] por eso le dieron gloria por diez mil, y le alabaron con las bendiciones del se�or, ofreci�ndole la diadema de gloria. [7] pues �l aplast� a los enemigos del contorno, aniquil� a los filisteos, sus adversarios, para siempre quebrant� su cuerno. [8] en todas sus obras elev� acci�n de gracias al santo alt�simo en or�culo de gloria. con todo su coraz�n enton� himnos, mostrando su amor a su hacedor. [9] ante el altar instituy� salmistas y con sus voces dio dulzura a los cantos. [10] dio a las fiestas esplendor, vistosidad acabada a las solemnidades, cuando ellos alaban el santo nombre del se�or, cuando resuena desde la aurora el santuario. [11] el se�or le perdon� sus pecados y exalt� su cuerno para siempre: le otorg� la alianza real, un trono de gloria en israel. [12] despu�s de �l surgi� un hijo sabio, que gracias a �l vivi� en holgura. [13] rein� Salom�n en d�as de paz, dios le concedi� reposo por doquier, para que levantara una casa a su nombre y preparara un santuario eterno. [14] �qu� sabio eras en tu juventud, lleno de inteligencia como un r�o! [15] cubri� tu alma la tierra, la llenaste de proverbios enigm�ticos. [16] tu nombre lleg� hasta las islas lejanas, y fuiste amado en medio de tu paz. [17] por tus cantos, tus sentencias, tus proverbios y tus interpretaciones te admiraron los pa�ses. [18] en nombre del se�or dios, el llamado dios de israel, amontonaste oro como esta�o, como plomo multiplicaste plata. [19] mas reclinaste tu costado en mujeres, y te dejaste dominar en tu cuerpo. [20] pusiste as� tacha a tu gloria, y profanaste tu linaje, acarreando la ira sobre tus hijos y llen�ndoles de aflicci�n por tu locura, [21] hasta quedar partida en dos la dinast�a y surgir de efra�m un reino ap�stata. [22] pero el se�or no renuncia jam�s a su misericordia, no deja que se pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje de quien le am� no extirpa. por eso dio a jacob un resto, y un brote a david salido de �l. [23] descans� Salom�n con sus padres, y despu�s de �l dej� a uno de su linaje, lo m�s loco del pueblo, falto de inteligencia, roboam, que apart� de su cordura al pueblo. [24] y jeroboam, hijo de nabat, fue el que hizo pecar a israel, y se�al� a efra�m el camino del pecado. desde entonces se multiplicaron sus pecados tanto que expulsaron al pueblo de su tierra. [25] toda clase de maldades frecuentaron, hasta que vino sobre ellos el castigo. siracide cap.48 [1] despu�s surgi� el profeta el�as como fuego, su palabra abrasaba como antorcha. [2] el atrajo sobre ellos el hambre, y con su celo los diezm�. [3] por la palabra del se�or cerr� los cielos, e hizo tambi�n caer fuego tres veces. [4] �qu� glorioso fuiste, el�as, en tus portentos! �qui�n puede jactarse de ser igual que t�? [5] t� que despertaste a un cad�ver de la muerte y del seol, por la palabra del alt�simo; [6] que hiciste caer a reyes en la ruina, y a hombres insignes fuera de su lecho; [7] o�ste en el sina� la reprensi�n, y en el horeb los decretos de castigo; [8] ungiste reyes para tomar venganza, y profetas para ser tus sucesores; [9] en torbellino de fuego fuiste arrebatado en carro de caballos �gneos; [10] fuiste designado en los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el coraz�n de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de jacob.

[11] felices aquellos que te vieron y que se durmieron en el amor, que nosotros tambi�n viviremos sin duda. [12] cuando el�as en el torbellino qued� envuelto, eliseo se llen� de su esp�ritu. en sus d�as no fue zarandeado por pr�ncipe, y no pudo dominarle nadie. [13] nada era imposible para �l, hasta en el sue�o de la muerte profetiz� su cuerpo. [14] durante su vida hizo prodigios, y despu�s de su muerte fueron admirables sus obras. [15] con todo esto, el pueblo no se arrepinti�, ni de sus pecados se apartaron, hasta que fueron deportados de la tierra y esparcidos por el mundo entero. [16] s�lo qued� un pueblo reducido, con un pr�ncipe de la casa de david. algunos de ellos hicieron lo agradable a dios, pero otros multiplicaron los pecados. [17] fortific� Ezequ�as su ciudad y meti� el agua dentro de ella; con el hierro horad� la roca y construy� cisternas para el agua. [18] en sus d�as, subi� Senaquerib, que envi� por delante a rabsaqu�s; �ste parti�, levant� contra si�n la mano, y se engri� en su altaner�a. [19] temblaron entonces corazones y manos, y sufrieron dolores cual mujeres en parto. [20] invocaron al se�or misericordioso, tendiendo sus manos hacia �l. y el santo, desde el cielo, les escuch� al instante, y los rescat� por mano de isa�as. [21] hiri� el real de los asirios, y su angel los extermin�. [22] porque hizo ezequ�as lo que agrada al se�or, y se mantuvo firme en los caminos de david su padre, como le orden� el profeta isa�as, el grande y digno de fe en sus visiones. [23] en sus d�as el sol retrocedi�, y �l prolong� la vida del rey. [24] con el poder del esp�ritu vio el fin de los tiempos, y consol� a los afligidos de si�n. [25] hasta la eternidad revel� el porvenir y las cosas ocultas antes que sucedieran. siracide cap.49 [1] la memoria de jos�as es mixtura de incienso preparado por arte de perfumista. en toda boca es dulce como miel, como m�sica en medio de un banquete. [2] el llev� a buen fin la conversi�n del pueblo, y extirp� la abominaci�n de la iniquidad. [3] enderez� su coraz�n hacia el se�or, en los d�as de los imp�os reafirm� la piedad. [4] fuera de david, ezequ�as y jos�as, todos abundaron en sus culpas. porque abandonaron la ley del alt�simo, los reyes de jud� fueron abandonados. [5] pues entregaron a otros su cuerno, y su gloria a una naci�n extra�a. [6] prendieron fuego a la elegida ciudad del santuario, dejaron desiertas sus calles, [7] seg�n la palabra de jerem�as, a quien hab�an maltratado, a �l, consagrado profeta desde el vientre de su madre, para extirpar, destruir y perder y tambi�n para construir y plantar. [8] ezequiel tuvo la visi�n de la gloria que dios le manifest� en el carro de querubines, [9] porque se acord� de los enemigos en la tempestad, y favoreci� a los que segu�an el camino derecho. [10] cuanto a los doce profetas, que sus huesos reflorezcan en su tumba. porque ellos consolaron a jacob, y lo rescataron por la fidelidad y la esperanza. [11] �c�mo celebraremos a zorobabel? �fue �l como sello en la mano derecha, [12] as� como josu� hijo de josedec! ellos en sus d�as construyeron la casa y levantaron el templo consagrado al se�or, destinado a una gloria eterna. [13] tambi�n de nehem�as es grande la memoria, �l, que nos levant� las murallas en ruinas, puso puertas y cerrojos y reconstruy� nuestras moradas. [14] nadie fue creado en la tierra igual a henoc, pues �l fue arrebatado de la

tierra. [15] ni como jos� naci� hombre alguno, el gu�a de sus hermanos, apoyo de su pueblo; sus huesos fueron visitados. [16] sem y set fueron gloriosos entre los hombres, mas por encima de toda criatura viviente est� Ad�n. siracide cap.50 [1] sim�n, hijo de on�as, fue el sumo sacerdote que en su vida repar� la casa, y en sus d�as fortific� el santuario. [2] el ech� los cimientos de la altura doble, del alto contrafuerte de la cerca del templo. [3] en sus d�as fue excavado el dep�sito de agua, un estanque como el mar de ancho. [4] el cuid� de su pueblo para evitar su ruina y fortific� la ciudad contra el asedio. [5] �que glorioso era, rodeado de su pueblo, cuando sal�a de la casa del velo! [6] como el lucero del alba en medio de las nubes, como la luna llena, [7] como el sol que brilla sobre el templo del alt�simo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria, [8] como flor del rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como brote del l�bano en verano, [9] como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro macizo adornado de toda clase de piedras preciosas, [10] como olivo floreciente de frutos, como cipr�s que se eleva hasta las nubes. [11] cuando se pon�a la vestidura de gala y se vest�a sus elegantes ornamentos, al subir al santo altar, llenaba de gloria el recinto del santuario. [12] y cuando recib�a las porciones de manos de los sacerdotes, �l mismo de pie junto al hogar del altar, y en torno a �l la corona de sus hermanos, como brotes de cedros en el l�bano; le rodeaban como tallos de palmera [13] todos los hijos de aar�n en su esplendor, con la ofrenda del se�or en sus manos, en presencia de toda la asamblea de israel. [14] y cuando cumpl�a el ministerio de los altares ordenando la ofrenda del alt�simo todopoderoso, [15] alargaba su mano a la copa, hac�a la libaci�n del jugo de racimo, y lo derramaba al pie del altar, como calmante aroma al alt�simo rey universal. [16] entonces prorrump�an en gritos los hijos de aar�n, tocaban con sus trompetas de metal batido, hac�an o�r su sonido imponente, como memorial delante del alt�simo. [17] todo el pueblo entonces de repente, en masa, ca�a rostro en tierra, para adorar a su se�or, al todopoderoso, dios alt�simo. [18] y los salmistas tambi�n le alababan con sus voces, el son vibrante formaba una dulce melod�a. [19] y suplicaba el pueblo al se�or alt�simo, orando ante el misericordioso, hasta que terminaba la ceremonia del se�or y conclu�a su liturgia. [20] entonces bajaba y elevaba sus manos sobre toda la asamblea de los hijos de israel, para dar con sus labios la bendici�n del se�or y tener el honor de pronunciar su nombre. [21] y por segunda vez todos se postraban para recibir la bendici�n del alt�simo. [22] y ahora bendecid al dios del universo, el que por todas partes hace grandes cosas, el que exalt� nuestros d�as desde el seno materno, y que nos trata seg�n su misericordia. [23] que nos d� contento de coraz�n, y que haya paz en nuestros d�as en israel por los siglos de los siglos. [24] que su misericordia sea fiel con nosotros y en nuestros d�as nos rescate. [25] hay dos naciones que mi alma detesta, y la tercera ni siquiera es naci�n: [26] los habitantes de la monta�a de se�r, los filisteos y el pueblo necio que mora en siquem.

[27] instrucci�n de inteligencia y ciencia ha grabado en este libro jes�s, hijo de sir�, eleazar, de jerusal�n, que verti� de su coraz�n sabidur�a a raudales. [28] feliz quien repase esto a menudo; el que lo ponga en su coraz�n se har� sabio. [29] y si lo practica, para todo ser� fuerte, porque la huella que sigue es la luz del se�or. siracide cap.51 [1] quiero darte gracias, se�or, rey, y alabarte, oh dios mi salvador, a tu nombre doy gracias. [2] pues protector y auxilio has sido para m�, y has rescatado mi cuerpo de la perdici�n, del lazo de la lengua insidiosa, de los labios que urden mentira; frente a mis adversarios has sido auxilio y me has rescatado, [3] seg�n la abundancia de tu misericordia y la gloria de tu nombre, de las dentelladas de los dispuestos a devorarme, de la mano de los que buscan mi alma, de las muchas tribulaciones que he sufrido, [4] del ahogo del fuego que me envolv�a, de entre el fuego que yo no hab�a encendido, [5] de la hondura de las entra�as del seol, de la lengua impura, de la palabra mentirosa, [6] de calumnia de lengua injusta ante el rey. cerca de la muerte estaba mi alma, mi vida estaba junto al seol, abajo. [7] por todas partes me asediaban y no hab�a quien auxiliara, volv� los ojos a un apoyo humano y no hab�a ninguno. [8] entonces me acord� de tu misericordia, se�or, y de tu actuaci�n desde la eternidad, que t� levantas a los que en ti esperan, y los salvas de la mano de enemigos. [9] y elev� de la tierra mi plegaria, supliqu� ser librado de la muerte. [10] clam� al se�or, padre de mi se�or: �no me abandones en d�as de tribulaci�n, en la hora de los orgullosos, cuando no hay socorro. alabar� tu nombre sin cesar, te cantar� en acci�n de gracias.� [11] y mi oraci�n fue escuchada, pues t� me salvaste de la perdici�n, y me libraste del momento malo. [12] por eso te dar� gracias y te alabar�, bendecir� el nombre del se�or. [13] siendo joven a�n, antes de ir por el mundo, me di a buscar abiertamente la sabidur�a en mi oraci�n, [14] a la puerta delante del templo la ped�, y hasta mi �ltimo d�a la andar� buscando. [15] en su flor, como en racimo que madura, se recre� mi coraz�n. mi pie avanz� en derechura, desde mi juventud he seguido sus huellas. [16] inclin� un poco mi o�do y la recib�, y me encontr� una gran ense�anza. [17] gracias a ella he hecho progesos, a quien me dio sabidur�a dar� gloria. [18] pues decid� ponerla en pr�ctica, tuve celo por el bien y no quedar� confundido. [19] mi alma ha luchado por ella, a la pr�ctica de la ley he estado atento, he tendido mis manos a la altura y he llorado mi ignorancia de ella. [20] hacia ella endurec� mi alma, y en la pureza la he encontrado. logr� con ella un coraz�n desde el principio, por eso no quedar� abandonado. [21] mis entra�as se conmovieron por buscarla, por eso he logrado una buena adquisici�n. [22] me dio el se�or una lengua en recompensa, y con ella le alabar�. [23] acercaos a m�, ignorantes, instalaos en la casa de instrucci�n. [24] �por qu� hab�is de decir que est�is privados de ella, cuando vuestras almas tienen tanta sed? [25] he abierto mi boca y he hablado: adquiridla sin dinero; [26] someted al yugo vuestro cuello, que vuestra alma reciba la instrucci�n: est� ah� a vuestro alcance.

[27] ved con vuestros ojos lo poco que he penado y el mucho descanso que he encontrado para m�. [28] participad de la instrucci�n con una gran suma de dinero, que mucho oro adquirir�is con ella. [29] que vuestra alma se recree en la misericordia del se�or, no os avergonc�is de su alabanza. [30] ejecutad vuestra obra antes del momento fijado, y �l os dar� a su tiempo vuestra recompensa. firma: sabidur�a de jes�s, hijo de sir�. isaias cap.1 [1] visi�n que isa�as, hijo de am�s, vio tocante a jud� y jerusal�n en tiempo de oz�as, jotam, ajaz y ezequ�as, reyes de jud�. [2] o�d, cielos, escucha, tierra, que habla yahveh; �hijos cri� y saqu� adelante, y ellos se rebelaron contra m�. [3] conoce el buey a su due�o, y el asno el pesebre de su amo. israel no me conoce, mi pueblo no discierne.� [4] �ay, gente pecadora, pueblo tarado de culpa. semilla de malvados, hijos de perdici�n! han dejado a yahveh, han despreciado al santo de israel, se han vuelto de espaldas. [5] �en d�nde golpearos ya, si segu�s contumaces? la cabeza toda est� enferma, toda entra�a doliente. [6] de la planta del pie a la cabeza no hay en �l cosa sana: golpes, magulladuras y heridas frescas, ni cerradas, ni vendadas, ni ablandadas con aceite. [7] vuestra tierra es desolaci�n, vuestras ciudades, hogueras de fuego; vuestro suelo delante de vosotros extranjeros se lo comen, y es una desolaci�n como devastaci�n de extranjeros. [8] ha quedado la hija de si�n como cobertizo en vi�a, como albergue en pepinar, como ciudad sitiada. [9] de no habernos dejado yahveh sebaot un residuo min�sculo, como sodoma ser�amos, a gomorra nos parecer�amos. [10] o�d una palabra de yahveh, regidores de sodoma. escuchad una instrucci�n de nuestro dios, pueblo de gomorra. [11] ��a m� qu�, tanto sacrificio vuestro? -dice yahveh-. harto estoy de holocaustos de carneros y de sebo de cebones; y sangre de novillos y machos cabr�os no me agrada, [12] cuando ven�s a presentaros ante m�. �qui�n ha solicitado de vosotros esa pateadura de mis atrios? [13] no sig�is trayendo oblaci�n vana: el humo del incienso me resulta detestable. novilunio, s�bado, convocatoria: no tolero falsedad y solemnidad. [14] vuestros novilunios y solemnidades aborrece mi alma: me han resultado un gravamen que me cuesta llevar. [15] y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos por no veros. aunque menude�is la plegaria, yo no oigo. vuestras manos est�n de sangre llenas: [16] lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechor�as de delante de mi vista, desistid de hacer el mal, [17] aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al hu�rfano, abogad por la viuda. [18] venid, pues, y disputemos -dice yahveh-: as� fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquear�n. y as� fueren rojos como el carmes�, cual la lana quedar�n. [19] si acept�is obedecer, lo bueno de la tierra comer�is. [20] pero si rehusando os opon�is, por la espada ser�is devorados, que ha hablado la boca de yahveh. [21] �c�mo se ha hecho ad�ltera la villa leal! si�n llena estaba de equidad, justicia se albergaba en ella, pero ahora, asesinos. [22] tu plata se ha hecho escoria. tu bebida se ha aguado. [23] tus jefes, revoltosos y aliados con bandidos. cada cual ama el soborno y va

tras los regalos. al hu�rfano no hacen justicia, y el pleito de la viuda no llega hasta ellos. [24] por eso -or�culo del se�or yahveh sebaot, el fuerte de israel-: �ay! voy a desquitarme de mis contrarios, voy a vengarme de mis enemigos. [25] voy a volver mi mano contra ti y purificar� al crisol tu escoria, hasta quitar toda tu ganga. [26] voy a volver a tus jueces como eran al principio, y a tus consejeros como anta�o. tras de lo cual se te llamar� Ciudad de justicia, villa-leal. [27] si�n por la equidad ser� rescatada, y sus cautivos por la justicia. [28] padecer�n quebranto rebeldes y pecadores a una, y los desertores de yahveh se acabar�n. [29] porque os avergonzar�is de las encinas que anhelabais, y os afrentar�is de los jardines que prefer�ais. [30] porque ser�is como encina que se le cae la hoja, y como jard�n que a falta de agua est�. [31] el hombre fuerte se volver� estopa, y su trabajo, chispa: arder�n ambos a una, y no habr� quien apague. isaias cap.2 [1] lo que vio isa�as, hijo de am�s, tocante a jud� y jerusal�n. [2] suceder� en d�as futuros que el monte de la casa de yahveh ser� asentado en la cima de los montes y se alzar� por encima de las colinas. confluir�n a �l todas las naciones, [3] y acudir�n pueblos numerosos. dir�n: �venid, subamos al monte de yahveh, a la casa del dios de jacob, para que �l nos ense�e sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.� pues de si�n saldr� la ley, y de jerusal�n la palabra de yahveh. [4] juzgar� entre las gentes, ser� �rbitro de pueblos numerosos. forjar�n de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. no levantar� espada naci�n contra naci�n, ni se ejercitar�n m�s en la guerra. [5] casa de jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de yahveh. [6] has desechado a tu pueblo, la casa de jacob, porque estaban llenos de adivinos y evocadores, como los filisteos, y con extra�os chocan la mano; [7] se llen� su tierra de plata y oro, y no tienen l�mite sus tesoros; se llen� su tierra de caballos, y no tienen l�mite sus carros; [8] se llen� su tierra de �dolos, ante la obra de sus manos se inclinan, ante lo que hicieron sus dedos. [9] se humilla el hombre, y se abaja el var�n: pero no les perdones. [10] entra en la pe�a, h�ndete en el polvo, lejos de la presencia pavorosa de yahveh y del esplendor de su majestad, cuando �l se alce para hacer temblar la tierra. [11] los ojos altivos del hombre ser�n abajados, se humillar� la altaner�a humana, y ser� exaltado yahveh solo en aquel d�a. [12] pues ser� aquel d�a de yahveh sebaot para toda depresi�n, que sea enaltecida, y para todo lo levantado, que ser� rebajado: [13] contra todos los cedros del l�bano altos y elevados, contra todas las encinas del bas�n, [14] contra todos los montes altos, contra todos los cerros elevados, [15] contra toda torre prominente, contra todo muro inaccesible, [16] contra todas las naves de tarsis, contra todos los barcos cargados de tesoros. [17] se humillar� la altivez del hombre, y se abajar� la altaner�a humana; ser� exaltado yahveh solo, en aquel d�a, [18] y los �dolos completamente abatidos. [19] entrar�n en las grietas de las pe�as y en las hendiduras de la tierra, lejos de la presencia pavorosa de yahveh y del esplendor de su majestad, cuando �l se alce para hacer temblar la tierra. [20] aquel d�a arrojar� el hombre a los musga�os y a los topos los �dolos de

plata y los �dolos de oro que �l se hizo para postrarse ante ellos, [21] y se meter� en los agujeros de las pe�as y en las hendiduras de las piedras, lejos de la presencia pavorosa de yahveh y del esplendor de su majestad, cuando �l se alce para hacer temblar la tierra. [22] desentendeos del hombre, en cuya nariz s�lo hay aliento, porque �qu� vale �l? isa�as isaias cap.3 [1] pues he aqu� que el se�or yahveh sebaot est� quitando de jerusal�n y de jud� todo sustento y apoyo: (todo sustento de pan y todo sustento de agua); [2] el valiente y el guerrero, el juez y el profeta, el augur y el anciano, [3] el jefe de escuadra y el favorito, el consejero, el sabio hechicero y el h�bil encantador. [4] les dar� mozos por jefes, y mozalbetes les dominar�n. [5] querr� mandar la gente, cada cual en cada cual, los unos a los otros y cada cual en su compa�ero. se revolver� el mozo contra el anciano, y el vil contra el hombre de peso. [6] pues agarrar� uno a su hermano al de su mismo apellido, dici�ndole: �t�nica gastas: pr�ncipe nuestro seas, toma a tu cargo esta ruina.� [7] pero el otro exclamar� aquel d�a: �no ser� vuestro m�dico; en mi casa no hay pan ni t�nica: no me pong�is por pr�ncipe del pueblo.� [8] as� que tropez� Jerusal�n, y jud� ha ca�do; pues sus lenguas y sus fechor�as a yahveh han llegado, irritando los ojos de su majestad. [9] la expresi�n de su rostro les denuncia, y sus pecados como sodoma manifiestan, no se ocultan. �ay de ellos, porque han merecido su propio mal! [10] decid al justo que bien, que el fruto de sus acciones comer�. [11] �ay del malvado! que le ir� mal, que el m�rito de sus manos se le dar�. [12] a mi pueblo le oprime un mozalbete, y mujeres le dominan. pueblo m�o, tus regidores vacilan y tus derroteros confunden. [13] se levanta a pleitear yahveh y est� en pie para juzgar a los pueblos. [14] yahveh demanda en juicio a los ancianos de su pueblo y a sus jefes. �vosotros hab�is incendiado la vi�a, el despojo del m�sero ten�is en vuestras casas. [15] pero �qu� os importa? machac�is a mi pueblo y mol�is el rostro de los pobres� -or�culo del se�or yahveh sebaot-. [16] dice yahveh: �por cuanto son altivas las hijas de si�n, y andan con el cuello estirado y gui�ando los ojos, y andan a pasitos menudos, y con sus pies hacen tintinear las ajorcas�, [17] rapar� el se�or el cr�neo de las hijas de si�n, y yahveh destapar� su desnudez. [18] aquel d�a quitar� el se�or el adorno de las ajorcas, los solecillos y las lunetas; [19] los alj�fares, las lentejuelas y los cascabeles; [20] los peinados, las cadenillas de los pies, los ce�idores, los pomos de olor y los amuletos, [21] los anillos y aretes de nariz; [22] los vestidos preciosos, los mantos, los chales, los bolsos, [23] los espejos, las ropas finas, los turbantes y las mantillas. [24] por debajo del b�lsamo habr� hedor, por debajo de la faja, soga, por debajo de la peluca, rapadura, y por debajo del traje, refajo de arpillera. y por debajo de la hermosura, verg�enza. [25] tus gentes a espada caer�n, y tus campeones en guerra. [26] y dar�n ayes y se doler�n a las puertas, y t�, asolada, te sentar�s por tierra. isaias cap.4

[1] asir�n siete mujeres a un hombre en aquel d�a diciendo: �nuestro pan comeremos, y con nuestras t�nicas nos vestiremos. tan s�lo d�janos llevar tu nombre: quita nuestro oprobio.� [2] aquel d�a el germen de yahveh ser� magn�fico y glorioso, y el fruto de la tierra ser� la prez y ornato de los bien librados de israel. [3] a los restantes de si�n y a los que quedaren de jerusal�n, se les llamar� santos: ser�n todos los apuntados como vivos en jerusal�n. [4] cuando haya lavado el se�or la inmundicia de las hijas de si�n, y las manchas de sangre de jerusal�n haya limpiado del interior de ella con viento justiciero y viento abrasador, [5] crear� Yahveh sobre todo lugar del monte de si�n y sobre toda su reuni�n, nube y humo de d�a, y resplandor de fuego llameante de noche. y por encima la gloria de yahveh ser� toldo [6] y tienda para sombra contra el calor diurno, y para abrigo y reparo contra el aguacero y la lluvia. isaias cap.5 [1] voy a cantar a mi amigo la canci�n de su amor por su vi�a. una vi�a ten�a mi amigo en un f�rtil otero. [2] la cav� y despedreg�, y la plant� de cepa exquisita. edific� una torre en medio de ella, y adem�s excav� en ella un lagar. y esper� que diese uvas, pero dio agraces. [3] ahora, pues, habitantes de jerusal�n y hombres de jud�, venid a juzgar entre mi vi�a y yo: [4] �qu� m�s se puede hacer ya a mi vi�a, que no se lo haya hecho yo? yo esperaba que diese uvas. �por qu� ha dado agraces? [5] ahora, pues, voy a haceros saber, lo que hago yo a mi vi�a: quitar su seto, y ser� quemada; desportillar su cerca, y ser� pisoteada. [6] har� de ella un erial que ni se pode ni se escarde. crecer� la zarza y el espino, y a las nubes prohibir� llover sobre ella. [7] pues bien, vi�a de yahveh sebaot es la casa de israel, y los hombres de jud� son su plant�o exquisito. esperaba de ellos justicia, y hay iniquidad; honradez, y hay alaridos. [8] �ay, los que junt�is casa con casa, y campo a campo anexion�is, hasta ocupar todo el sitio y quedaros solos en medio del pa�s! [9] as� ha jurado a mis o�dos yahveh sebaot: ��han de quedar desiertas muchas casas; grandes y hermosas, pero sin moradores! [10] porque diez yugadas de vi�a dar�n s�lo una medida, y una carga de simiente producir� una medida.� [11] �ay, los que despertando por la ma�ana andan tras el licor; los que trasnochan, encandilados por el vino! [12] s�lo hay arpas y c�taras, pandero y flauta en sus libaciones, y no contemplan la obra de yahveh, no ven la acci�n de sus manos. [13] por eso fue deportado mi pueblo sin sentirlo, sus notables estaban muertos de hambre, y su plebe se resecaba de sed. [14] por eso ensanch� el seol su seno dilat� su boca sin medida, y a �l baja su nobleza y su plebe y su turba gozosa. [15] se humilla el hombre, se abaja el var�n, los ojos de los altivos son abajados; [16] es ensalzado yahveh sebaot en jucio, el dios santo muestra su santidad por su justicia. [17] pacer�n los corderos como en su pastizal, y entre las ruinas gordos cabritos ramonear�n. [18] �ay, los que arrastran la culpa con coyundas de enga�os y el pecado como con bridas de novilla! [19] los que dicen: ��listo, apresure su acci�n, de modo que la veamos. ac�rquese y venga el plan del santo de israel, y que lo sepamos!�

[20] �ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! [21] �ay, los sabios a sus propios ojos, y para s� mismos discretos! [22] �ay, los campeones en beber vino, los valientes para escanciar licor, [23] los que absuelven al malo por soborno y quitan al justo su derecho. [24] tal devora las espigas una lengua de fuego y el heno en llamas se derrumba: la ra�z de ellos ser� como podre, y su flor subir� como tamo. pues recusaron la ense�anza de yahveh sebaot y despreciaron el dicho del santo de israel. [25] por eso se ha encendido la ira de yahveh contra su pueblo, extendi� su mano sobre �l y le golpe�. Y mat� a los pr�ncipes: sus cad�veres yac�an como basura en medio de las calles. con todo eso, no se ha calmado su ira, y a�n sigue extendida su mano. [26] iza bandera a un pueblo desde lejos y le silba desde los confines de la tierra: vedlo aqu�, r�pido, viene ligero. [27] no hay en �l quien se canse y tropiece, quien se duerma y se amodorre; nadie se suelta el cintur�n de los lomos, ni se rompe la correa de su calzado. [28] sus saetas son agudas y todos sus arcos est�n tensos. los cascos de sus caballos semejan pedernal y sus ruedas, torbellino. [29] tiene un rugido como de leona, ruge como los cachorros, brama y agarra la presa, la arrebata, y no hay quien la libre. [30] bramar� contra �l aquel d�a como el bramido del mar, y otear� la tierra, y habr� densa oscuridad, pues la luz se habr� oscurecido en la espesa tiniebla. isaias cap.6 [1] el a�o de la muerte del rey oz�as vi al se�or sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo. [2] unos serafines se manten�an erguidos por encima de �l; cada uno ten�a seis alas: con un par se cubr�an la faz, con otro par se cubr�an los pies, y con el otro par aleteaban, [3] y se gritaban el uno al otro: �santo, santo, santo, yahveh sebaot: llena est� toda la tierra de su gloria.�. [4] se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la casa se llen� de humo. [5] y dije: ��ay de m�, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey yahveh sebaot han visto mis ojos!� [6] entonces vol� hacia m� uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas hab�a tomado de sobre el altar, [7] y toc� mi boca y dijo: �he aqu� que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado est� expiado.� [8] y percib� la voz del se�or que dec�a: ��a qui�n enviar�? �y qui�n ir� de parte nuestra�? dije: �heme aqu�: env�ame.� [9] dijo: �ve y di a ese pueblo: "escuchad bien, pero no entend�is, ved bien, pero no comprend�is." [10] engorda el coraz�n de ese pueblo hazle duro de o�dos, y p�gale los ojos, no sea que vea con sus ojos. y oiga con sus o�dos, y entienda con su coraz�n, y se convierta y se le cure.� [11] yo dije: ��hasta d�nde, se�or?� dijo: �hasta que se vac�en las ciudades y queden sin habitantes, las casas sin hombres, la campi�a desolada, [12] y haya alejado yahveh a las gentes, y cunda el abandono dentro del pa�s. [13] aun el d�cimo que quede en �l volver� a ser devastado como la encina o el roble, en cuya tala queda un toc�n: semilla santa ser� su toc�n.� isa�as isaias cap.7 [1] en tiempo de ajaz, hijo de jotam, hijo de oz�as, rey de jud�, subi� Ras�n, rey de aram, con p�caj, hijo de remal�as, rey de israel, a jerusal�n para

atacarla, m�s no pudieron hacerlo. [2] la casa de david hab�a recibido este aviso: �aram se ha unido con efra�m�, y se estremeci� el coraz�n del rey y el coraz�n de su pueblo, como se estremecen los �rboles del bosque por el viento. [3] entonces yahveh dijo a isa�as: �ea, sal con tu hijo sear yasub al final del ca�o de la alberca superior, por la calzada del campo del batanero, al encuentro de ajaz, [4] y dile: ��alerta, pero ten calma! no temas, ni desmaye tu coraz�n por ese par de cabos de tizones humeantes, [5] ya que aram, efra�m y el hijo de remal�as han maquinado tu ruina diciendo: [6] subamos contra jud� y desmembr�moslo, abramos brecha en �l y pongamos all� por rey al hijo de tabel." [7] as� ha dicho el se�or yahveh: no se mantendr�, ni ser� as�; [8] porque la capital de aram es damasco, y el cabeza de damasco, ras�n; pues bien: dentro de sesenta y cinco a�os, efra�m dejar� de ser pueblo. [9] la capital de efra�m es samar�a, y el cabeza de samar�a, el hijo de remal�as. si no os afirm�is en m� no ser�is firmes.� [10] volvi� Yahveh a hablar a ajaz diciendo: [11] �pide para ti una se�al de yahveh tu dios en lo profundo del seol o en lo m�s alto.� [12] dijo ajaz: �no la pedir�, no tentar� a yahveh.� [13] dijo isa�as: �o�d, pues, casa de david: �os parece poco cansar a los hombres, que cans�is tambi�n a mi dios? [14] pues bien, el se�or mismo va a daros una se�al: he aqu� que una doncella est� encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondr� por nombre emmanuel. [15] cuajada y miel comer� hasta que sepa rehusar lo malo y elegir lo bueno. [16] porque antes que sepa el ni�o rehusar lo malo y elegir lo bueno, ser� abandonado el territorio cuyos dos reyes te dan miedo. [17] yahveh atraer� sobre ti y sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, d�as cuales no los hubo desde aquel en que se apart� Efra�m de jud� (el rey de asur). [18] aquel d�a silbar� Yahveh al enjambre que hay en los confines de los r�os de egipto, y a las abejas que hay en tierra de asur; [19] vendr�n y se posar�n todas ellas en las quebradas, en los resquicios de las pe�as, en todas las corrientes y en todos los arroyos. [20] aquel d�a repar� el se�or con navaja alquilada allende el r�o, con el rey de asur, la cabeza y el vello de las piernas y tambi�n la barba afeitar�, [21] aquel d�a criar� cada uno una novilla y un par de ovejas. [22] y as� de tanto dar leche, comer� cuajada, porque �cuajada y miel comer� todo el que quedare dentro del pa�s�. [23] aquel d�a, cualquier lugar donde antes hubo mil cepas por valor de mil piezas de plata, ser� de la zarza y el abrojo. [24] con flechas y arco se entrar� all�, pues zarza y abrojo ser� toda la tierra, [25] y en ninguno de los montes que se desbrozan con la azada se podr� entrar por temor de las zarzas y abrojos; ser� dehesa de bueyes y pastizal de ovejas.� isa�as isaias cap.8 [1] yahveh me dijo: �toma una placa grande, escribe en ella con buril: de maher salal jas baz, [2] y toma por fieles testigos m�os al sacerdote ur�as y a zacar�as, hijo de baraqu�as.� [3] me acerqu� a la profetisa, que concibi� y dio a luz un hijo, yahveh me dijo: �ll�male maher salal jas baz, [4] pues antes que sepa el ni�o decir "pap�" y "mam�", la riqueza de damasco y el bot�n de samar�a ser�n llevados ante el rey de asur.� [5] volvi� Yahveh a hablarme de nuevo: [6] �porque ha rehusado ese pueblo las aguas de silo� que van de vagar y se ha desmoralizado ante ras�n y el hijo de remal�as,

[7] por lo mismo, he aqu� que el se�or hace subir contra ellos las aguas del r�o embravecidas y copiosas. desbordar� por todos sus cauces, (el rey de asur y todo su esplendor) invadir� todas sus riberas. [8] seguir� por jud� anegando a su paso, hasta llegar al cuello. y la envergadura de sus alas abarcar� la anchura de tu tierra, emmanuel. [9] sabedlo, pueblos: ser�is destrozados; escuchad, confines todos de la tierra; en guardia: ser�is destrozados; en guardia: ser�is destrozados. [10] trazad un plan: fracasar�. decid una palabra: no se cumplir�. porque con nosotros est� Dios. [11] pues as� me ha dicho yahveh cuando me tom� de la mano y me apart� de seguir por el camino de ese pueblo: [12] no llam�is conspiraci�n a lo que ese pueblo llama conspiraci�n, ni tem�is ni tembl�is de lo que �l teme. [13] a yahveh sebaot, a �se tened por santo, sea �l vuestro temor y �l vuestro temblor. [14] ser� un santuario y piedra de tropiezo y pe�a de esc�ndalo para entrambas casas de israel; lazo y trampa para los moradores de jerusal�n. [15] all� tropezar�n muchos, caer�n, se estrellar�n y ser�n atrapados y presos. [16] envuelve el testimonio, sella la ense�anza entre mis disc�pulos. [17] aguardar� por yahveh, el que vela su faz de la casa de jacob, y esperar� por �l. [18] aqu� estamos yo y los hijos que me ha dado yahveh, por se�ales y pruebas en israel, de parte de yahveh sebaot, el que reside en el monte si�n. [19] y cuando os dijeren: �consultad a los nigromantes y a los adivinos que bisbisean y murmujean; �es que no consulta un pueblo a sus dioses, por los vivos a los muertos?�: [20] en pro de la ense�anza y el testimonio �vaya si dir�n cosa tal! lo que no tiene provecho. [21] pasar� por all� lacerado y hambriento, y as� que le d� el hambre, se enojar� y faltar� a su rey y a su dios. volver� el rostro a lo alto, [22] la tierra otear�, y s�lo habr� cerraz�n y negrura, lobreguez prieta y tiniebla espesa. [23] pues, �no hay lobreguez para quien tiene apretura? como el tiempo primero ultraj� a la tierra de zabul�n y a la tierra de neftal�, as� el postrero honr� el camino del mar, allende el jord�n, el distrito de los gentiles. isaias cap.9 [1] el pueblo que andaba a oscuras [2] vio una luz grande. los que viv�an en tierra de sombras, una luz brill� sobre ellos. acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegr�a. alegr�a por tu presencia, cual la alegr�a en la siega, como se regocijan repartiendo bot�n. [3] porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro -la vara de su tiranohas roto, como el d�a de madi�n. [4] porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre ser�n para la quema, pasto del fuego. [5] porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. estar� el se�or�o sobre su hombro, y se llamar� su nombre �maravilla de consejero�, �dios fuerte�, �siempre padre�, �pr�ncipe de paz�. [6] grande es su se�or�o y la paz no tendr� fin sobre el trono de david y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, desde ahora y hasta siempre, el celo de yahveh sebaot har� eso. [7] una palabra ha proferido el se�or en jacob, y ha ca�do en israel. [8] sabedla, pueblo todo, efra�m y los habitantes de samar�a, los que con arrogancia y engreimiento dicen: [9] �los ladrillos han ca�do, pero de sillar edificaremos; los sic�moros fueron talados, pero por cedros los cambiaremos.� [10] pues bien, yahveh ha dado ventaja a su adversario, ras�n, y azuz� a sus

enemigos: [11] aram por delante y los filisteos por detr�s, devoraron a israel a boca llena. con todo eso no se ha calmado su ira, y a�n sigue su mano extendida. [12] pero el pueblo no se volvi� hacia el que le castigaba, no buscaron a yahveh sebaot. [13] por eso ha cercenado yahveh a israel cabeza y cola, palmera y junco, en un mismo d�a. [14] el anciano y honorable es la cabeza, y el profeta impostor es la cola. [15] los directores de este pueblo han resultado desviadores, y sus dirigidos, extraviados. [16] por eso, de sus j�venes no se apiadar� el se�or, con sus hu�rfanos y viudas no tendr� misericordia, pues todos son imp�os y malvados, y toda boca profiere majader�a con todo eso no se ha calmado su ira, y a�n sigue su mano extendida. [17] porque ha ardido como fuego la maldad, zarza y espino devora, y va a prender en las espesuras del bosque: ya se estiran en columna de humo. [18] por el arrebato de yahveh la tierra ha sido quemada, y es el pueblo como pasto de fuego; nadie tiene piedad de su hermano, [19] corta a diestra y queda con hambre, come a siniestra y no se sacia; cada uno se come la carne de su brazo. [20] manas�s devora a efra�m efra�m a manas�s, y ambos a una van contra jud�. con todo eso no se ha calmado su ira, y a�n sigue su mano extendida. isaias cap.10 [1] �ay! los que decretan decretos inicuos, y los escribientes que escriben vejaciones, [2] excluyendo del juicio a los d�biles, atropellando el derecho de los m�seros de mi pueblo, haciendo de las viudas su bot�n, y despojando a los hu�rfanos. [3] pues �qu� har�is para el d�a de la cuenta y la devastaci�n que de lontananza viene? �a qui�n acudir�is para pedir socorro? �d�nde dejar�is vuestra gravedad? [4] con tal de no arrodillarse entre los prisioneros, entre los muertos caer�an. con todo eso no se ha calmado su ira, y a�n sigue su mano extendida. [5] �ay, asur, bast�n de mi ira, vara que mi furor maneja! [6] contra gente imp�a voy a guiarlo, contra el pueblo de mi c�lera voy a mandarlo, a saquear saqueo y pillar pillaje, y hacer que lo pateen como el lodo de las calles. [7] pero �l no se lo figura as�, ni su coraz�n as� lo estima, sino que su intenci�n es arrasar y exterminar gentes no pocas. [8] pues dice: ��no son mis jefes todos ellos reyes? [9] �no es kaln� como karkemis? �no es jamat como arpad? �no es samar�a como damasco? [10] como alcanz� mi mano a los reinos de los �dolos -cuyas estatuas eran m�s que las de jerusal�n y samar�a[11] como hice con samar�a y sus �dolos, �no har� asimismo con jerusal�n y sus simulacros?� [12] pues bien, cuando hubiere dado remate el se�or a todas sus empresas en el monte si�n y en jerusal�n, pasar� revista al fruto del engreimiento del rey de asur y al orgullo altivo de sus ojos. [13] porque dijo: �con el poder de mi mano lo hice, y con mi sabidur�a, porque soy inteligente, he borrado las fronteras de los pueblos, sus almacenes he saqueado, y he abatido como un fuerte a sus habitantes. [14] como un nido ha alcanzado mi mano la riqueza de los pueblos, y como se recogen huevos abandonados, he recogido yo toda la tierra, y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni piara.� [15] �acaso se jacta el hacha frente al que corta con ella? �o se tiene por m�s grande la sierra que el que la blande? �como si la vara moviera al que la levanta! �como si a quien no es madera el bast�n alzara! [16] por eso enviar� Yahveh sebaot entre sus bien comidos, enflaquecimiento, y,

debajo de su opulencia, encender� un incendio como de fuego. [17] la luz de israel vendr� a ser fuego, y su santo, llama; arder� y devorar� su espino y su zarza en un solo d�a, [18] y el esplendor de su bosque y de su vergel en alma y en cuerpo ser� consumido: ser� como el languidecer de un enfermo. [19] lo que quede de los �rboles de su bosque ser� tan poco, que un ni�o los podr� contar. [20] aquel d�a no volver�n ya el resto de israel y los bien librados de la casa de jacob a apoyarse en el que los hiere, sino que se apoyar�n con firmeza en yahveh. [21] un resto volver�, el resto de jacob, al dios poderoso. [22] que aunque sea tu pueblo, israel, como la arena del mar, s�lo un resto de �l volver�. exterminio decidido, rebosante de justicia. [23] porque es un exterminio decidido lo que yahveh sebaot realizar� en medio de toda la tierra. [24] por tanto, as� dice el se�or yahveh sebaot: �no temas, pueblo m�o que moras en si�n, a asur que con la vara te da golpes y su bast�n levanta contra ti (en el camino de egipto). [25] porque un poquito m�s y se habr� consumado el furor, y mi ira los consumir�.� [26] despertar� contra �l yahveh sebaot un azote, como cuando la derrota de madi�n en la pe�a de horeb, o cuando levant� su bast�n contra el mar en el camino de egipto. [27] aquel d�a te quitar� su carga de encima del hombro y su yugo de sobre tu cerviz ser� arrancado. y el yugo ser� destruido (...) [28] vino sobre ayyat, pas� por migr�n, en mikm�s pas� revista. [29] han pasado el vado: �haremos noche en gueba.� temblaba ram�, guibe� de sa�l hu�a. [30] �da gritos de j�bilo, bat gallim, escucha laisa! �resp�ndele, anatot! [31] se desband� Madmen�. los habitantes de guebim se han puesto a salvo. [32] hoy mismo en nob haciendo alto menea su mano contra el monte de la hija de si�n, la colina de jerusal�n. [33] he aqu� que el se�or yahveh sebaot sacude el ramaje con estr�pito; las gu�as m�s altas est�n partidas y las elevadas van a caer. [34] golpear� las espesuras del bosque con el hierro, y por los golpes de un poderoso, caer�. isaias cap.11 [1] saldr� un v�stago del tronco de jes�, y un reto�o de sus ra�ces brotar�. [2] reposar� sobre �l el esp�ritu de yahveh: esp�ritu de sabidur�a e inteligencia, esp�ritu de consejo y fortaleza, esp�ritu de ciencia y temor de yahveh. [3] y le inspirar� en el temor de yahveh. no juzgar� por las apariencias, ni sentenciar� de o�das. [4] juzgar� con justicia a los d�biles, y sentenciar� con rectitud a los pobres de la tierra. herir� al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matar� al malvado. [5] justicia ser� el ce�idor de su cintura, verdad el cintur�n de sus flancos. [6] ser�n vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echar� con el cabrito, el novillo y el cachorro pacer�n juntos, y un ni�o peque�o los conducir�. [7] la vaca y la osa pacer�n, juntas acostar�n sus cr�as, el le�n, como los bueyes, comer� paja. [8] hurgar� el ni�o de pecho en el agujero del �spid, y en la hura de la v�bora el reci�n destetado meter� la mano. [9] nadie har� da�o, nadie har� mal en todo mi santo monte, porque la tierra estar� llena de conocimiento de yahveh, como cubren las aguas el mar. [10] aquel d�a la ra�z de jes� que estar� enhiesta para estandarte de pueblos,

las gentes la buscar�n, y su morada ser� gloriosa. [11] aquel d�a volver� el se�or a mostrar su mano para recobrar el resto de su pueblo que haya quedado de asur y de egipto, de patr�s, de kus, de elam, de senaar, de jamat y de las islas del mar. [12] izar� bandera a los gentiles, reunir� a los dispersos de israel, y a los desperdigados de jud� agrupar� de los cuatro puntos cardinales. [13] cesar� la envidia de efra�m, y los opresores de jud� ser�n exterminados. efra�m no envidiar� a jud� y jud� no oprimir� a efra�m. [14] ellos se lanzar�n sobre la espalda de filistea mar�tima, a una saquear�n a los hijos de oriente. edom y moab bajo el dominio de su mano, y los ammonitas bajo su obediencia. [15] secar� Yahveh el golfo del mar de egipto y agitar� su mano contra el r�o. con la violencia de su soplo lo partir� en siete arroyos, y har� posible pasarlo en sandalias; [16] habr� un camino real para el resto de su pueblo que haya sobrevivido de asur, como lo hubo para israel, cuando subi� del pa�s de egipto. isaias cap.12 [1] y dir�s aquel d�a: �yo te alabo, yahveh, pues aunque te airaste contra m�, se ha calmado tu ira y me has compadecido. [2] he aqu� a dios mi salvador: estoy seguro y sin miedo, pues yahveh es mi fuerza y mi canci�n, �l es mi salvaci�n,� [3] sacar�is agua con gozo de los hontanares de salvaci�n.� [4] y dir�is aquel d�a: �dad gracias a yahveh, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus haza�as, pregonad que es sublime su nombre. [5] cantad a yahveh, porque ha hecho algo sublime, que es digno de saberse en toda la tierra. [6] dad gritos de gozo y de j�bilo, moradores de si�n, que grande es en medio de ti el santo de israel.� isa�as isaias cap.13 [1] or�culo contra babilonia, que contempl� Isa�as, hijo de am�s. [2] sobre el monte pelado izad la bandera, levantad la voz a ellos, agitad la mano y que entren por las puertas de los nobles. [3] yo he mandado a mis consagrados y tambi�n he llamado a mis valientes, para ejecutar mi ira a mis gallardos. [4] �ruido estruendoso en los montes, como de mucha gente! �ruido estrepitoso de reinos, naciones reunidas! yahveh sebaot pasa revista a su tropa de combate. [5] vienen de tierra lejana, del cabo de los cielos, yahveh y los instrumentos de su enojo para arrasar toda la tierra. [6] ululad, que cercano est� el d�a de yahveh, como la destrucci�n de sadday viene. [7] por eso todos los brazos decaen y todo coraz�n humano se derrite. [8] se empavorecen, angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta se duelen. cada cual se asusta de su pr�jimo. son los suyos rostros llameantes. [9] he aqu� que el d�a de yahveh viene implacable, el arrebato, el ardor de su ira, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los pecadores. [10] cuando las estrellas del cielo y la constelaci�n de ori�n no alumbren ya, est� oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna, [11] pasar� revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa. har� cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillar�. [12] har� que el hombre sea m�s escaso que el oro fino, y la humanidad m�s que metal de ofir. [13] por eso har� temblar los cielos, y se remover� la tierra de su sitio, en el arrebato de yahveh sebaot, en el d�a de su ira hirviente. [14] ser� como gacela acosada, como ovejas cuando no hay quien las re�na: cada

uno enfilar� hacia su pueblo, cada uno huir� hacia su tierra. [15] todo el que fuere descubierto ser� traspasado, y todo el que fuere apresado caer� por la espada. [16] sus p�rvulos ser�n estrellados ante sus ojos, ser�n saqueadas sus casas, y sus mujeres violadas. [17] he aqu� que yo despierto contra ellos a los medos, que no estiman la plata, ni desean el oro. [18] machacar�n a todos sus muchachos, estrellar�n a todas sus muchachas, del fruto del vientre no se apiadar�n ni de las criaturas tendr�n l�stima sus ojos. [19] babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de caldea, ser� semejante a sodoma y gomorra, destruidas por dios. [20] no ser� habitada jam�s ni poblada en generaciones y generaciones, ni pondr� tienda all� el �rabe, ni pastores apacentar�n all�. [21] all� tendr�n aprisco bestias del desierto y se llenar�n sus casas de mochuelos. all� morar�n las avestruces y los s�tiros brincar�n all�. [22] se responder�n las hienas en sus alc�zares y los chacales en sus palacios de recreo. su hora est� para llegar y sus d�as no tendr�n pr�rroga. isaias cap.14 [1] cuando se compadezca yahveh de jacob y prefiera todav�a a israel, los afincar� en el solar de ellos, y se les juntar�n forasteros, que ser�n incorporados a la casa de jacob. [2] tomar�n a otros pueblos y, llev�ndoselos a su lugar, se los apropiar� la casa de israel sobre el solar de yahveh como esclavos y esclavas. har�n cautivos a sus cautivadores, y dominar�n sobre sus tiranos. [3] entonces, cuando te haya calmado yahveh de tu disgusto y tu desaz�n y de la dura servidumbre a que fuiste sometido, [4] dirigir�s esta s�tira al rey de babilonia. dir�s: �c�mo ha acabado el tirano, c�mo ha cesado su arrogancia! [5] ha quebrado yahveh la vara de los malvados, el bast�n de los d�spotas, [6] que golpeaba a los pueblos con sa�a golpes sin parar, que dominaba con ira a las naciones acos�ndolas sin tregua. [7] est� tranquila y quieta la tierra toda, prorrumpe en aclamaciones. [8] hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del l�bano: �desde que t� has ca�do en paz, no sube el talador a nosotros.� [9] el seol, all� abajo, se estremeci� por ti sali�ndote al encuentro; por ti despierta a las sombras, a todos los jerifaltes de la tierra; hace levantarse de sus tronos a los reyes de todas las naciones. [10] todos ellos responden y te dicen: ��tambi�n t� te has vuelto d�bil como nosotros, y a nosotros eres semejante! [11] ha sido precipitada al seol tu arrogancia al son de tus c�taras. tienes bajo ti una cama de gusanos, tus mantas son gusanera. [12] �c�mo has ca�do de los cielos, lucero, hijo de la aurora! �has sido abatido a tierra, dominador de naciones! [13] t� que hab�as dicho en tu coraz�n: �al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de dios alzar� mi trono, y me sentar� en el monte de la reuni�n, en el extremo norte. [14] subir� a las alturas del nublado, me asemejar� al alt�simo. [15] �ya!: al seol has sido precipitado, a lo m�s hondo del pozo.� [16] los que te ven, en ti se fijan; te miran con atenci�n: ��ese es aqu�l, el que hac�a estremecer la tierra, el que hac�a temblar los reinos, [17] el que puso el orbe como un desierto, y asol� sus ciudades, el que a sus prisioneros no abr�a la c�rcel?� [18] todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, cada uno en su morada. [19] pero t� has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las piedras de la fosa, como

cad�ver pisoteado. [20] no tendr�s con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu pueblo has asesinado. no se nombrar� jam�s la descendencia de los malhechores. [21] preparad a sus hijos degollina por la culpa de sus padres: no sea que se levanten y se apoderen de la tierra, y llenen de ciudades la haz del orbe. [22] yo me alzar� contra ellos -or�culo de yahveh sebaot- y suprimir� en babilonia el nombre y resto, hijos y nietos -or�culo de yahveh. [23] la convertir� en patrimonio de erizos y tierra pantanosa, la barrer� con escoba exterminadora -or�culo de yahveh sebaot. [24] ha jurado yahveh sebaot diciendo: �tal como lo hab�a ideado, as� fue. y como lo plane�, as� se cumplir�: [25] quebrantar� a asur en mi tierra, sobre mis montes le pisotear�. se apartar� su yugo de sobre ellos, su fardo de sobre sus hombros se apartar�.� [26] este es el plan tocante a toda la tierra, y �sta la mano extendida sobre las naciones. [27] si yahveh sebaot toma una decisi�n, �qui�n la frustrar�? si �l extiende su mano, �qui�n se la har� retirar? [28] el a�o en que muri� el rey ajaz hubo esta or�culo: [29] no te alegres, filistea toda, porque se haya quebrado la vara del que te her�a; pues de ra�z de culebra saldr� v�bora, y su fruto ser� drag�n volador. [30] los d�biles pacer�n en mis pastos y los pobres en seguro se acostar�n, mientras que har� morir de hambre tu posteridad, y matar� lo que de ti reste [31] �ulula, puerta! �grita, ciudad! �derr�tete, filistea toda, que del norte una humareda viene, y nadie deserta en sus columnas! [32] �y qu� se responder� a los mensajeros de esa gente?: �que yahveh fund� a si�n, y en ella se refugiar�n los pobres de su pueblo.� isa�as isaias cap.15 [1] or�culo sobre moab. porque de noche ha sido saqueada, ar moab ha perecido porque de noche ha sido saqueada, quir moab ha perecido. [2] sub�a la hija de dibb�n a los oteros llorando: sobre el nebo y sobre medba moab ulula. en todas sus cabezas, calvicie; toda barba, ra�da. [3] en sus calles se han ce�ido sayal, sobre sus azoteas y en sus plazas todo el mundo ulula, baja llorando. [4] gritaban jesb�n y elal�, hasta yahas se o�a su voz. por eso los guerreros de moab tiemblan, su alma le tiembla dentro. [5] su coraz�n por moab clama, sus fugitivos van hasta soar (eglat selisiyy�). �la cuesta de lujit la suben llorando, y por el camino de joron�yim dan gritos desgarrados! [6] �las aguas de nimrim son un sequedal, y se ha secado la hierba, se agost� el c�sped, no hay verdor! [7] por eso hicieron ahorros... y sus reservas allende el arroyo de los sauces se las llevan. [8] �los gritos han rodeado las fronteras de moab; hasta egl�yim llega su ulular, en beer elim su ulular! [9] �las aguas de dim�n van llenas de sangre! �a�n m�s a�adir� sobre dim�n! �contra los escapados de moab, y contra los que queden en su suelo un le�n! isa�as isaias cap.16 [1] enviad corderos al se�or del pa�s desde la roca del desierto al monte de la hija de si�n. [2] como aves espantadas, nidada dispersa, ser�n las hijas de moab cabe los vados del arn�n. [3] presenta alg�n plan, toma una decisi�n. haz tu sombra como la noche en pleno mediod�a; esconde a los acosados, al fugitivo no delates. [4] ac�janse en ti los acosados de moab; s� para ellos cobijo ante el devastador.

cuando no queden tiranos, acabe la devastaci�n, y desaparezcan del pa�s los opresores, [5] ser� establecido sobre la piedad el trono, y se sentar� en �l con lealtad -en la tienda de david- un juez que busque el derecho, y sea presto a la justicia. [6] hemos o�do la arrogancia de moab: �una gran arrogancia! su altaner�a, su arrogancia y su furor y sus bravatas sin fuerza. [7] por eso, que ulule moab por moab; ulule todo �l. por los panes de uvas de quir jar�set gimen: ��ay, abatidos!� [8] pues la campi�a de jesb�n se ha marchitado, el vi�edo de sibm�, cuyas cepas majaron los se�ores de las gentes. hasta yazer alcanzaban, se perd�an por el desierto, sus frondas se extend�an, pasaban la mar. [9] por eso voy a llorar como llora yazer, vi�a de sibm�. te regar� con mis l�grimas, jesb�n y elal�, porque sobre tu cosecha y sobre tu segada se ha extinguido el clamor, [10] y se retira del vergel alegr�a y alborozo, y en las vi�as no se lanzan cantos de j�bilo, ni gritos. vino en los lagares no pisa el pisador: el clamor ha cesado. [11] por eso mis entra�as por moab como el arpa resuenan, y mi interior por quir jeres. [12] luego, cuando vea moab que se cansa sobre el alto, entrar� a su santuario a orar, pero nada podr�. [13] esta es la palabra que en un tiempo pronunci� Yahveh acerca de moab. [14] y ahora ha hablado yahveh diciendo: �dentro de tres a�os, como a�os de jornalero, ser� despreciada la gloria de moab con toda su numerosa muchedumbre, y el resto ser� peque��simo, insignificante.� isa�as isaias cap.17 [1] or�culo contra damasco. he aqu� que damasco deja de ser ciudad, y va a ser mont�n de derribo. [2] abandonadas sus ciudades para siempre, ser�n para los ganados; se acostar�n all� y no habr� quien los espante. [3] dejar� de existir el baluarte de efra�m y el reinado de damasco, y el resto de aram vendr� a ser como la gloria de los israelitas -or�culo de yahveh sebaot-. [4] aquel d�a, ser� debilitada la gloria de jacob, y su gordura enflaquecer�. [5] ser� como cuando apu�a un segador la mies, y su brazo las espigas siega; ser� como espigador en el valle de refa�m, [6] -que quedan en �l rebuscos-; como en el vareo del olivo: dos, tres bayas en la punta de la gu�a; cuatro, cinco en sus ramas fruct�feras -or�culo de yahveh, el dios de israel-. [7] aquel d�a se dirigir� el hombre a su hacedor, y sus ojos hacia el santo de israel mirar�n. [8] no se fijar� en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron sus dedos mirar�: los cipos y las estelas solares. [9] aquel d�a estar�n tus ciudades abandonadas, como cuando el abandono de los bosques y matorrales, ante los hijos de israel: habr� desolaci�n. [10] porque olvidaste a dios tu salvador, y de la roca de tu fortaleza no te acordaste. por eso plantabas plant�os deleitosos, y de mugr�n extranjero los sembraste. [11] hoy tu plant�o ve�as crecer, y florecer desde la ma�ana tu simiente. pero desaparecer� la mies el d�a de la enfermedad, y el dolor ser� incurable. [12] �ay!, bramar de muchos pueblos, como bramar de mares braman. retumbar de naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas. [13] (de naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.) pero �l las increpa, y de lejos huyen, y son perseguidas como el tamo de los montes por el viento, y como torbellino por el hurac�n. [14] a la hora del atardecer se presenta el miedo, antes de la ma�ana ya no existen. esea sea la parte de nuestros despojadosres, la suerte de nuestros

saqueadores. isaias cap.18 [1] �ay, tierra de susurro de alas, la de allende los r�os de kus, [2] la que env�a por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la haz de las aguas! id, mensajeros ligeros, a la naci�n esbelta y de brillante piel, al pueblo temible desde siempre, naci�n vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan r�os. [3] todos los moradores del orbe y habitantes de la tierra, al izarse pend�n en los montes, mirad, al ta�erse el cuerno, escuchad; [4] que as� me ha dicho yahveh: estar� quedo y observar� desde mi puesto, como calor ardiente al brillar la luz, como nube de roc�o en el calor de la siega. [5] pues antes de la siega, al acabar la floraci�n, cuando su fruto en cierne comience a madurar, cortar� los sarmientos con la podadera y los p�mpanos viciosos arrancar� y podar�. [6] ser�n dejados juntamente a merced de las aves rapaces de los montes y de las bestias de la tierra; pasar�n all� el verano las rapaces y toda bestia terrestre all� invernar�. [7] en aquel tiempo se presentar� un obsequio a yahveh sebaot, al lugar del nombre de yahveh sebaot, el monte si�n, de parte de un pueblo esbelto y de brillante piel, y de parte de un pueblo temible desde siempre, naci�n vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan r�os. isaias cap.19 [1] or�culo contra egipto. all� va yahveh cabalgando sobre nube ligera y entra en egipto, se tambalean los �dolos de egipto ante �l y el coraz�n de egipto se derrite en su interior. [2] revolver� a egipcios contra egipcios, pelear� cada cual con su hermano, y cada uno con su compa�ero, ciudad contra ciudad, reino contra reino. [3] se trastornar� el esp�ritu de egipto en su interior, y sus planes anular�. consultar�n a los �dolos, a los brujos, a los nigromantes y los adivinos. [4] entregar� a egipto en manos de un se�or duro, y un rey cruel los dominar� -or�culo del se�or yahveh sebaot-. [5] se desecar�n las aguas del mar, y el r�o se secar� y quedar� seco; heder�n los r�os, [6] menguar�n y se secar�n los canales de egipto. la ca�a y el junco se marchitar�n. [7] los prados junto al canal, junto al borde del canal, y todo sembrado del canal se secar�n, ser�n aventados y desaparecer�n. [8] gemir�n los pescadores, y se lamentar�n todos los que echan en el canal anzuelo; y los que extienden red sobre las aguas, languidecer�n. [9] estar�n confusos los que trabajan el lino, cardadoras y tejedores palidecer�n. [10] estar�n sus tejedores abatidos, todos los jornaleros desanimados. [11] en verdad, est�n locos los pr�ncipes de so�n, los sabios consejeros de fara�n forman un est�pido consejo. �c�mo dec�s a fara�n: �hijo de sabios soy, hijo de reyes antiguos?� [12] pues entonces, �d�nde est�n tus sabios? que te manifiesten, pues, y te hagan conocer lo que ha planeado yahveh sebaot tocante a egipto. [13] han enloquecido los pr�ncipes de so�n, han sido enga�ados los pr�ncipes de nof; los jefes de sus tribus extrav�an a egipto. [14] yahveh ha infundido en ellos esp�ritu de v�rtigo que hace dar tumbos a egipto en todas sus empresas, como se tambalea el ebrio en su vomitona. [15] y no le sale bien a egipto empresa alguna que haga la cabeza o la cola, la palmera o el junco. [16] aquel d�a ser� Egipto como las mujeres. temblar� y se espantar� cada vez que yahveh sebaot menee su mano contra �l.

[17] el territorio de jud� ser� la afrenta de egipto: cada vez que se lo mienten, se espantar� ante los planes que yahveh sebaot est� trazando contra �l. [18] aquel d�a habr� cinco ciudades en tierra de egipto que hablar�n la lengua de cana�n y que jurar�n por yahveh sebaot: ir haheres se llamar� una de ellas. [19] aquel d�a habr� un altar de yahveh en medio del pa�s de egipto y una estela de yahveh junto a su frontera. [20] estar� como se�al y testimonio de yahveh sebaot en el pa�s de egipto. cuando clamen a yahveh a causa de los opresores, les enviar� un libertador que los defender� y librar�. [21] ser� conocido yahveh de egipto, y conocer� Egipto a yahveh aquel d�a, le servir�n con sacrificio y ofrenda, har�n votos a yahveh y los cumplir�n. [22] yahveh herir� a egipto, pero al punto le curar�. se convertir�n a yahveh, y �l ser� propicio y los curar�. [23] aquel d�a habr� una calzada desde egipto a asiria. vendr� Asur a egipto y egipto a asiria, y egipto servir� a asur. [24] aquel d�a ser� Israel tercero con egipto y asur, objeto de bendici�n en medio de la tierra, [25] pues le bendecir� Yahveh sebaot diciendo: �bendito sea mi pueblo egipto, la obra de mis manos asur, y mi heredad israel.� isa�as isaias cap.20 [1] el a�o en que vino el copero mayor a asdod -cuando le envi� Sarg�n, rey de asur, y atac� a asdod y la tom�-, [2] en aquella saz�n habl� Yahveh por medio de isa�as, hijo de am�s, en estos t�rminos: �ve y desata el sayal de tu cintura, y qu�tate las sandalias de los pies.� el lo hizo as�, y anduvo desnudo y descalzo. [3] dijo yahveh: �as� como ha andado mi siervo isa�as desnudo y descalzo tres a�os como se�al y presagio respecto a egipto y kus, [4] as� conducir� el rey de asur a los cautivos de egipto y a los deportados de kus, mozos y viejos, desnudos, descalzos y nalgas al aire -desnudez de egipto. [5] se quedar�n asustados y confusos por kus, su esperanza, y por egipto, su prez. [6] y dir�n los habitantes de esta costa aquel d�a: �ah� ten�is en qu� ha parado la esperanza nuestra, adonde acud�amos en busca de auxilio para librarnos del rey de asur. pues �c�mo nos escaparemos nosotros? isa�as isaias cap.21 [1] or�culo sobre el desierto mar�timo. como torbellinos pasando por el n�gueb vienen del desierto, del pa�s temible. [2] una visi�n dura me ha sido mostrada: el saqueador saquea y el devastador devasta. sube elam; asedia, media. he hecho cesar todo suspiro. [3] por eso mis ri�ones se han llenado de espanto. en m� hacen presa dolores, como dolores de parturienta. estoy pasmado sin poder o�r, me estremezco sin ver. [4] he perdido el sentido, escalofr�os me sobrecogen. el crep�sculo de mis anhelos se me convierte en sobresalto. [5] se prepara la mesa, se despliega el mantel, se come y se bebe. -�levantaos, jefes, engrasad el escudo! [6] pues as� me ha dicho el se�or: �anda, pon un vig�a que vea y avise. [7] cuando vea carros, troncos de caballos, jinetes en burro, jinetes en camello, preste atenci�n, mucha atenci�n.� [8] y exclam� el vig�a: �sobre la atalaya, mi se�or, estoy firme a lo largo del d�a, y en mi puesto de guardia estoy firme noches enteras. [9] pues bien: por ah� vienen jinetes, troncos de caballos.� replic� y dijo: ��cay�, cay� Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han estrellado contra el suelo!� [10] trilla m�a y parva de mi era: lo que he o�do de parte de yahveh sebaot, dios

de israel, os lo he anunciado. [11] or�culo sobre duma. alguien me grita desde se�r: �centinela, �qu� hay de la noche? centinela, �qu� hay de la noche?� [12] dice el centinela: �se hizo de ma�ana y tambi�n de noche. si quer�is preguntar, volveos, venid.� [13] or�culo en la estepa. en el bosque, en la estepa, haced noche, caravanas de dedanitas. [14] al encuentro del sediento llevad agua, habitantes del pa�s de tem�; salid con pan al encuentro del fugitivo. [15] pues de las espadas huyen, de la espada desnuda, del arco tendido, de la pesadumbre de la guerra. [16] pues as� me ha dicho el se�or: �al cabo de un a�o como a�o de jornalero se habr� consumido toda la gloria de quedar. [17] del resto de los arqueros, de los paladines, de los bravos de los hijos de quedar, quedar�n pocos, porque yahveh, dios de israel, lo ha dicho.� isa�as isaias cap.22 [1] or�culo contra el valle de la visi�n. �qu� tienes ahora, que has subido en pleno a las azoteas, [2] de rumores henchida, ciudad alborotada, villa bullanguera? tus ca�dos no son ca�dos a espada ni muertos en guerra. [3] todos sus jefes huyeron a una: del arco escapaban. todos tus valientes fueron apresados a una: lejos hu�an. [4] por eso he dicho: ��apartaos de m�! voy a llorar amargamente. no os empe��is en consolarme por la devastaci�n de la hija de mi pueblo.� [5] porque es d�a de perturbaci�n, de extrav�o y de aplastamiento para el se�or yahveh sebaot. en el valle de la visi�n se zapa un muro y el grito de socorro llega a la monta�a, [6] elam lleva el carcaj, aram monta a caballo, quir desnuda el escudo. [7] tus mejores valles se vieron llenos de carros, y los de a caballo formaron frente a la puerta. [8] entonces cay� la defensa de jud�. contemplasteis aquel d�a el arsenal de la casa del bosque. [9] y las brechas de la ciudad de david visteis que eran muchas, y reunisteis las aguas de la alberca inferior. [10] las casas de jerusal�n contasteis, y demolisteis casas para fortificar la muralla. [11] un estanque hicisteis entre ambos muros para las aguas de la alberca vieja; pero no os fijasteis en su hacedor, al que desde antiguo lo ide� de lejos no le visteis. [12] llamaba el se�or yahveh sebaot aquel d�a a lloro y a lamento y a raparse y ce�irse de sayal, [13] mas lo que hubo fue jolgorio y alegr�a, matanza de bueyes y deg�ello de ovejas, comer carne y beber vino: ��comamos y bebamos, que ma�ana moriremos!� [14] entonces me revel� al o�do yahveh sebaot: �no ser� expiada esa culpa hasta que mur�is� -ha dicho el se�or yahveh sebaot-. [15] as� dice el se�or yahveh sebaot: pres�ntate al mayordomo, a sebn�, encargado del palacio, [16] el que labra en alto su tumba, el que se talla en la pe�a una morada: ��qu� es tuyo aqu� y a qui�n tienes aqu�, que te has labrado aqu� una tumba?� [17] he aqu� que yahveh te hace rebotar, hombre, y te vuelve a agarrar. [18] te enrolla en ovillo, como una pelota en tierra de amplios espacios. all� morir�s, y all� ir�n tus carrozas gloriosas, verg�enza del palacio de tu se�or. [19] te empujar� de tu peana y de tu pedestal te apear�. [20] aquel d�a llamar� a mi siervo elyaquim, hijo de jilqu�as. [21] le revestir� de tu t�nica, con tu faj�n le sujetar�, tu autoridad pondr� en su mano, y ser� �l un padre para los habitantes de jerusal�n y para la casa de

jud�. [22] pondr� la llave de la casa de david sobre su hombro; abrir�, y nadie cerrar�, cerrar�, y nadie abrir�. [23] le hincar� como clavija en lugar seguro, y ser� trono de gloria para la casa de su padre. [24] colgar�n all� todo lo de valor de la casa de su padre -sus descendientes y su posteridad-, todo el ajuar menudo, todas las tazas y c�ntaros. [25] aquel d�a -or�culo de yahveh sebaot- se remover� la clavija hincada en sitio seguro, ceder� y caer�, y se har� a�icos el peso que sosten�a, porque yahveh ha hablado. isaias cap.23 [1] or�culo sobre tiro. ululad, naves de tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza. de vuelta del pa�s de kittim les ha sido descubierto. [2] quedad mudos, habitantes de la costa, mercaderes de sid�n, cuyos viajantes atravesaban el mar [3] por las aguas inmensas. la siembra del canal, la siega del nilo, era su riqueza, y ella era el mercado de las naciones. [4] averg��nzate, sid�n, porque ha dicho la mar: �no tuve dolores ni di a luz, ni cri� mancebos, ni eduqu� doncellas.� [5] en cuanto se oiga la nueva en egipto, se doler�n de las nuevas de tiro. [6] pasad a tarsis, ululad, habitantes de la costa: [7] �es �se vuestro emporio arrogante, de remota antig�edad, cuyos pies le llevaron lejos en sus andanzas? [8] �qui�n ha planeado esto conta tiro, la coronada cuyos comerciantes eran pr�ncipes, cuyos traficantes eran nobles de la tierra? [9] es yahveh sebaot quien ha planeado profanar el orgullo de toda su magnificencia y envilecer a todos los nobles de la tierra. [10] cultiva tu tierra, hija de tarsis: no hay puerto ya. [11] su mano extendi� �l sobre la mar, hizo estremecer los reinos. yahveh mand� respecto a cana�n, demoler sus castillos, [12] y dijo: no vuelvas m�s a rebullir, doncella oprimida, hija de sid�n. lev�ntate y vete a kittim, que tampoco all� tendr�s reposo. [13] ah� tienes la tierra de los caldeos; no eran un pueblo; asur la fund� para las bestias del desierto. levantaron torres de asalto, demolieron sus alc�zares, la convirtieron en ruinas. [14] ululad, naves de tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza. [15] aquel d�a quedar� en olvido tiro durante setenta a�os. en los d�as de otro rey, al cabo de setenta a�os, le suceder� a tiro como en la canci�n de la ramera: [16] �toma el arpa, rodea la ciudad, ramera olvidada: t�cala bien, canta a m�s y mejor, para que seas recordada.� [17] bien, al cabo de los setenta a�os visitar� Yahveh a tiro, y ella volver� a su ganancia y se prostituir� a todos los reinos de la tierra sobre la haz de la tierra. [18] ser� su mercader�a y su ganancia consagrada a yahveh. no ser� atesorada ni almacenada, sino que para los que moren delante de yahveh ser� su mercader�a, para comer a saciedad y para cubrirse espl�ndidamente. isaias cap.24 [1] he aqu� que yahveh estraga la tierra, la despuebla, trastorna su superficie y dispersa a los habitantes de ella: [2] al pueblo como al sacerdote; al siervo como al se�or; a la criada como a su se�ora; al que compra como al que vende; al que presta como al prestatario; al acreedor como a su deudor. [3] devastada ser� la tierra y del todo saqueada, porque as� ha hablado yahveh. [4] en duelo se marchit� la tierra, se amustia, se marchita el orbe, el cielo con

la tierra se marchita. [5] la tierra ha sido profanada bajo sus habitantes, pues traspasaron las leyes, violaron el precepto, rompieron la alianza eterna. [6] por eso una maldici�n ha devorado la tierra, y tienen la culpa los que habitan en ella. por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra, y quedan pocos del linaje humano. [7] el mosto estaba triste, la vi�a mustia: se trocaron en suspiros todas las alegr�as del coraz�n. [8] ces� el alborozo de los t�mpanos, suspendi�se el estr�pito de los alegres, ces� el alborozo del arpa. [9] no beben vino cantando: amarga el licor a sus bebedores. [10] ha quedado la villa vac�a, ha sido cerrada toda casa, y no se puede entrar. [11] se lamentan en las calles por el vino. desapareci� toda alegr�a, emigr� el alborozo de la tierra. [12] ha quedado en la ciudad soledad, y de desolaci�n est� herida la puerta. [13] porque en medio de la tierra, en mitad de los pueblos, pasa como en el vareo del olivo, como en los rebuscos cuando acaba la vendimia. [14] ellos levantan su voz y lanzan hurras; la majestad de yahveh aclaman desde el mar. [15] por eso, en oriente glorificad a yahveh, en las islas del mar el nombre de yahveh, dios de israel. [16] desde el conf�n de la tierra c�nticos hemos o�do: ��gloria al justo!� y digo: ��menguado de m�, menguado de m�! �ay de m�, y de estos malvados que hacen maldad, los maldados que han consumado la maldad!� [17] �p�nico, hoya y trampa contra ti, morador de la tierra! [18] suceder� que el que escape del p�nico, caer� en la hoya, y el que suba de la hoya, ser� preso en la trampa. porque las esclusas de lo alto han sido abiertas, y se estremecen los cimientos de la tierra, [19] estalla, estalla la tierra, se hace pedazos la tierra, sacudida se bambolea la tierra, [20] vacila, vacila la tierra como un beodo, se balancea como una caba�a; pesa sobre ella su rebeld�a, cae, y no volver� a levantarse. [21] aquel d�a castigar� Yahveh al ej�rcito de lo alto en lo alto y a los reyes de la tierra en la tierra; [22] ser�n amontonados en mont�n los prisioneros en el pozo, ser�n encerrados en la c�rcel y al cabo de muchos d�as ser�n visitados. [23] se afrentar� la luna llena, se avergonzar� el pleno sol, cuando reine yahveh sebaot en el monte si�n y en jerusal�n, y est� la gloria en presencia de sus ancianos. isaias cap.25 [1] yahveh, t� eres mi dios, yo te ensalzo, alabo tu nombre, porque has hecho maravillas y planes muy de antemano que no fallan. [2] porque has puesto la ciudad como un majano, y la villa fortificada, hecha como una ruina; el alc�zar de orgullosos no es ya ciudad, y nunca ser� reedificado. [3] por eso te glorificar� un pueblo poderoso, villa de gentes desp�ticas te temer�. [4] porque fuiste fortaleza para el d�bil, fortaleza para el pobre en su aprieto, parapeto contra el temporal, sombra contra el calor. porque el aliento de los d�spotas es como lluvia de invierno. [5] como calor en sequedal humillar�s el estr�pito de los poderosos; como el calor a la sombra de una nube, el himno de los d�spotas se debilitar�. [6] har� Yahveh sebaot a todos los pueblos en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos: manjares de tu�tanos, vinos depurados; [7] consumir� en este monte el velo que cubre a todos los pueblos y la cobertura que cubre a todos los gentes;

[8] consumir� a la muerte definitivamente. enjugar� el se�or yahveh las l�grimas de todos los rostros, y quitar� el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque yahveh ha hablado. [9] se dir� aquel d�a: �ah� ten�is a nuestro dios: esperamos que nos salve; �ste es yahveh en quien esper�bamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvaci�n.� [10] porque la mano de yahveh reposar� en este monte, moab ser� aplastado en su sitio como se aplasta la paja en el muladar. [11] extender� en medio de �l sus manos como las extiende el nadador al nadar, pero yahveh abajar� su altivez y el esfuerzo de sus manos. [12] la fortificaci�n inacessible de tus murallas derrocar�, abajar�, la har� tocar la tierra, hasta el polvo. isaias cap.26 [1] aquel d�a se cantar� este cantar en tierra de jud�: �ciudad fuerte tenemos; para protecci�n se le han puesto murallas y antemuro. [2] abrid las puertas, y entrar� una gente justa que guarda fidelidad; [3] de �nimo firme y que conserva la paz, porque en ti confi�. [4] confiad en yahveh por siempre jam�s, porque en yahveh ten�is una roca eterna. [5] porque �l derroca a los habitantes de los altos, a la villa inacessible; la hace caer, la abaja hasta la tierra, la hace tocar el polvo; [6] la pisan pies, pies de pobres, pisadas de d�biles.� [7] la senda del justo es recta; t� allanas la senda recta del justo. [8] pues bien, en la senda de tus juicios te esperamos, yahveh; tu nombre y tu recuerdo son el anhelo del alma. [9] con toda mi alma te anhelo en la noche, y con todo mi esp�ritu por la ma�ana te busco. porque cuando t� juzgas a la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe. [10] aunque se haga gracia al malvado, no aprende justicia; en tierra recta se tuerce, y no teme la majestad de yahveh. [11] yahveh, alzada est� tu mano, pero no la ven; ver�n tu celo por el pueblo y se avergonzar�n, tu ira ardiente devorar� a tus adversarios. [12] yahveh, t� nos pondr�s a salvo, que tambi�n llevas a cabo todas nuestras obras. [13] yahveh, dios nuestro, nos han dominado otros se�ores fuera de ti, pero no recordaremos otro nombre sino el tuyo. [14] los muertos no vivir�n, las sombras no se levantar�n, pues los has castigado, los has exterminado y has borrado todo recuerdo de ellos. [15] has aumentado la naci�n, yahveh, has aumentado la naci�n y te has glorificado, has ampliado todos los l�mites del pa�s. [16] yahveh, en el aprieto de tu castigo te buscamos; la angustia de la opresi�n era tu castigo para nosotros. [17] como cuando la mujer encinta est� pr�xima al parto sufre, y se queja en su trance, as� �ramos nosotros delante de ti, yahveh. [18] hemos concebido, tenemos dolores como si di�semos a luz viento; pero no hemos tra�do a la tierra salvaci�n, y no le nacer�n habitantes al orbe. [19] revivir�n tus muertos, tus cad�veres resurgir�n, despertar�n y dar�n gritos de j�bilo los moradores del polvo; porque roc�o luminoso es tu roc�o, y la tierra echar� de su seno las sombras. [20] vete, pueblo m�o, entra en tus c�maras y cierra tu puerta tras de ti, esc�ndete un instante hasta que pase la ira. [21] porque he ah� a yahveh que sale de su lugar a castigar la culpa de todos los habitantes de la tierra contra �l; descubre la tierra sus manchas de sangre y no tapa ya a sus asesinados. isaias cap.27 [1] aquel d�a castigar� Yahveh con su espada dura, grande, fuerte, a leviat�n,

serpiente huidiza, a leviat�n, serpiente tortuosa, y matar� al drag�n que hay en el mar. [2] aquel d�a se dir�: vi�a deliciosa, cantadla. [3] yo, yahveh, soy su guardi�n. a su tiempo la regar�. para que no se la castigue, de noche y de d�a la guardar�. [4] -ya no tengo muralla. �qui�n me ha convertido en espinos y abrojos? -yo les har� guerra y los pisotear�, los quemar� todos a una, [5] o que se acojan a mi amparo, que hagan la paz conmigo, que conmigo hagan la paz. [6] en los d�as que vienen arraigar� Jacob, echar� Israel flores y frutos, y se llenar� la haz de la tierra de sus productos. [7] �acaso le ha herido como hiri� a quien le her�a? �ha sido muerto �l como fueron muertos sus matadores? [8] te querellaste con ella y la echaste, la despediste; la ech� con su aliento �spero como viento de oriente. [9] en verdad, con esto ser�a expiada la culpa de jacob, y �ste ser�a todo el fruto capaz de apartar su pecado; dejar todas las piedras que le sirven de ara de altar como piedras de cal desmenuzadas. cipos y estelas del sol no se erigir�n, [10] pues la ciudad fortificada ha quedado solitaria, mansi�n dejada y abandonada como un desierto donde el novillo pace, se tumba y ramonea. [11] cuando se seca su ramaje es quebrado en astillas: vienen mujeres y le prenden fuego. por no ser �ste un pueblo inteligente, por eso no le tiene piedad su hacedor, su plasmador no le otorga gracia. [12] aquel d�a varear� Yahveh desde la corriente del r�o hasta el torrente de egipto, y vosotros ser�is reunidos de uno en uno, hijos de israel. [13] aquel d�a se tocar� un cuerno grande, y vendr�n los perdidos por tierra de asur y los dispersos por tierra de egipto, y adorar�n a yahveh en el monte santo de jerusal�n. isaias cap.28 [1] �ay, corona de arrogancia -borrachos de efra�m- y capullo marchito -gala de su adorno- que est� en el cabezo del valle f�rtil, aficionados al vino! [2] he aqu� que uno, fuerte y robusto, enviado por el se�or, como una granizada, como hurac�n devastador, como aguacero torrencial de desbordadas aguas, los echar� a tierra con la mano. [3] con los pies ser� hollada la corona de arrogancia, los borrachos de efra�m, [4] y el capullo marchito, gala de su adorno, que est� en el cabezo del valle f�rtil; y ser�n como la breva que precede al verano, que, en cuanto la ve uno, la toma con la mano y se la come. [5] aquel d�a ser� Yahveh sebaot corona de gala, diadema de adorno para el resto de su pueblo, [6] esp�ritu de juicio para el que se siente en el tribunal, y energ�a para los que rechazan hacia la puerta a los atacantes. [7] tambi�n �sos por el vino desatinan y por el licor divagan: sacerdotes y profetas desatinan por el licor, se ahogan en vino, divagan por causa del licor, desatinan en sus visiones, titubean en sus decisiones. [8] porque todas las mesas est�n cubiertas de v�mito asqueroso, sin respetar sitio. [9] ��a qui�n se instruir� en el conocimiento? �a qui�n se le har� entender lo que oye? a los reci�n destetados, a los retirados de los pechos. [10] porque dice: sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la cau, zeer sam, zeer sam.� [11] s�, con palabras extra�as y con lengua extranjera hablar� a este pueblo [12] �l, que les hab�a dicho: ��ahora, descanso! dejad reposar al fatigado. �ahora, calma!� pero ellos no han querido escuchar. [13] ahora yahveh les dice: �sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la cau, zeer sam, zeer sam�, de suerte que vayan y caigan hacia atr�s y se fracturen, caigan en

la trampa y sean presos. [14] por tanto o�d la palabra de yahveh, hombres burlones, se�ores de este pueblo de jerusal�n. [15] porque hab�is dicho: �hemos celebrado alianza con la muerte, y con el seol hemos hecho pacto, cuando pasare el azote desbordado, no nos alcanzar�, porque hemos puesto la mentira por refugio nuestro y en el enga�o nos hemos escondido.� [16] por eso, as� dice el se�or yahveh: �he aqu� que yo pongo por fundamento en si�n una piedra elegida, angular, preciosa y fundamental: quien tuviere fe en ella no vacilar�. [17] pondr� la equidad como medida y la justicia como nivel.� barrer� el granizo el refugio de mentira y las aguas inundar�n el escondite. [18] ser� rota vuestra alianza con la muerte y vuestro pacto con el seol no se mantendr�. cuando pasare el azote desbordado, os aplastar�. [19] siempre que pase os alcanzar�. porque ma�ana tras ma�ana pasar�, de d�a y de noche, y habr� estremecimiento s�lo con o�rlo. [20] la cama ser� corta para poder estirarse y el cobertor ser� estrecho para poder taparse. [21] porque como en el monte perasim surgir� Yahveh, como en el valle de gaba�n se enfurecer� para hacer su acci�n, su extra�a acci�n, y para trabajar su trabajo, su ex�tico trabajo. [22] ahora no os burl�is, no sea que se aprieten vuestras ligaduras. porque cosa concluida y decidida he o�do de parte de yahveh sebaot, tocante a toda la tierra. [23] escuchad y o�d mi voz, atended y o�d mi palabra. [24] �acaso cada d�a ara al arador para sembrar, abre y rompe su terreno? [25] luego que ha igualado su superficie, �no esparce la neguilla, y desparrama el comino, y pone trigo, cebada y espelta, cada cosa en su tablar? [26] quien le ense�a esta usanza, quien le instruye es su dios. [27] porque no con el trillo es trillada la neguilla, ni se hace girar rueda de carreta sobre el comino; sino que con el bast�n es apaleada la neguilla, y el comino con la vara. [28] �se tritura el grano? no. no se le trilla indefinidamente; se hace girar la rueda de la carreta, y se le limpia, pero sin triturarlo. [29] tambi�n esto de yahveh sebaot ha salido: trazar un plan maravilloso, llevar a un gran acierto. isaias cap.29 [1] �ay, ariel, ariel, villa donde acamp� David! a�adid a�o sobre a�o, las fiestas completen su ciclo, [2] y pondr� en angustias a ariel, y habr� llanto y gemido. ella ser� para m� un ariel; [3] acampar� en c�rculo contra ti, estrechar� contra ti la estacada, y levantar� contra ti trinchera; [4] ser�s abatida, desde la tierra hablar�s, por el polvo ser� ahogada tu palabra, tu voz ser� como un espectro de la tierra, y desde el polvo tu palabra ser� como un susurro. [5] y ser� como polvareda fina la turba de tus soberbios, y como tamo que pasa la turba de tus potentados. suceder� que, de un momento a otro, [6] de parte de yahveh sebaot ser�s visitada con trueno, estr�pito y estruendo, turbi�n, ventolera y llama de fuego devoradora, [7] ser� como un sue�o, visi�n nocturna, la turba de todas las gentes que guerrean contra ariel, todas sus milicias y las m�quinas de guerra que la oprimen. [8] ser� como cuando el hambriento sue�a que est� comiendo, pero despierta y tiene el est�mago vac�o; como cuando el sediento sue�a que est� bebiendo, pero se despierta cansado y sediento. as� ser� la turba de todas las gentes, que guerrean contra el monte si�n. [9] idiotizaos y quedad idiotas, cegaos y quedad ciegos; emborrachaos, pero no de vino, tambaleaos, y no por el licor.

[10] porque ha vertido sobre vosotros yahveh esp�ritu de sopor, he pegado vuestros ojos (profetas) y ha cubierto vuestras cabezas (videntes). [11] toda revelaci�n ser� para vosotros como palabras de un libro sellado, que da uno al que sabe leer diciendo: �ea, lee eso�; y dice el otro: �no puedo, porque est� sellado�; [12] y luego pone el libro frente a quien no sabe leer, diciendo: �ea, lee eso�; y dice �ste: �no s� leer� [13] dice el se�or: por cuanto ese pueblo se me ha allegado con su boca, y me han honrado con sus labios, mientras que su coraz�n est� lejos de m�, y el temor que me tiene son preceptos ense�ados por hombres, [14] por eso he aqu� que yo sigo haciendo maravillas con ese pueblo, haciendo portentosas maravillas; perder� la sabidur�a de sus sabios, y eclipsar� el entendimiento de sus entendidos. [15] ay de los que se esconden de yahveh para ocultar sus planes, y ejecutan sus obras en las tienieblas, y dicen: ��qui�n nos ve, qui�n nos conoce?� [16] �qu� error el vuestro! �es el alfarero como la arcilla, para que diga la obra a su hacedor: �no me ha hecho�, y la vasija diga de su alfarero: �no entiende el oficio?� [17] �acaso no falta s�lo un poco, para que el l�bano se convierta en vergel, y el vergel se considere una selva? [18] oir�n aquel d�a los sordos palabras de un libro, y desde la tiniebla y desde la oscuridad los ojos de los ciegos las ver�n, [19] los pobres volver�n a alegrarse en yahveh, y los hombres m�s pobres en el santo de israel se recocijar�n. [20] porque se habr�n terminado los tiranos, se habr� acabado el hombre burlador, y ser�n exterminados todos los que desean el mal; [21] los que declaran culpable a otro con su palabra, y tienden lazos al que juzga en la puerta, y desatienden al justo por una nonada. [22] por tanto, as� dice yahveh, dios de la casa de jacob, el que rescat� a abraham: �no se avergonzar� en adelante jacob, ni en adelante su rostro palidecer�; [23] porque en viendo a sus hijos, las obras de mis manos, en medio de �l, santificar�n mi nombre.� santificar�n al santo de jacob, y al dios de israel tendr�n miedo. [24] los descarriados alcanzar�n inteligencia, y los murmuradores aprender�n doctrina. isaias cap.30 [1] �ay de los hijos rebeldes -or�culo de yahveh- para ejecutar planes, que no son m�os, y para hacer libaciones de alianza, mas no a mi aire, amontonando pecado sobre pecado! [2] los que bajan a egipto sin consultar a mi boca, para buscar apoyo en la fuerza de fara�n y ampararse a la sombra de egipto. [3] la fuerza del fara�n se os convertir� en verg�enza, y el amparo de la sombra de egipto, en confusi�n. [4] cuando estuvieron en so�n sus jefes, y cuando sus emisarios llegaron a jan�s, [5] todos llevaron presentes a un pueblo que les ser� in�til, a un pueblo que no sirve de ayuda -ni de utilidad- sino de verg�enza y de oprobio. [6] or�culo sobre los animales del n�gueb. por tierra de angustia y aridez, de leona y de le�n rugiente, de �spid y drag�n volador, llevan a lomos de pollinos su riqueza, y sobre jiba de camellos sus tesoros hacia un pueblo que no les ser� �til, [7] a egipto, cuyo apoyo es huero y vano. por eso he llamado a ese pueblo �r�hab la cesante.� [8] ahora ven, escr�belo en una tablilla, gr�balo en un libro, y que dure hasta el �ltimo d�a, para testimonio hasta siempre: [9] que es un pueblo terco, criaturas hip�critas, hijos que no aceptan escuchar

la instrucci�n de yahveh; [10] que han dicho a los videntes: �no ve�is�; y a los visionarios: �no ve�is para nosotros visiones verdaderas; habladnos cosas halag�e�as, contemplad ilusiones. [11] apartaos del camino, desviaos de la ruta, dejadnos en paz del santo de israel.� [12] por tanto, as� dice el santo de israel: por cuanto hab�is rechazado vosotros esta palabra, y por cuanto hab�is fiado en lo torcido y perverso y os hab�is apoyado en ello, [13] por eso ser� para vosotros esta culpa como brecha ruinosa en una alta muralla, cuya quiebra sobrevendr� de un momento a otro, [14] y va a ser su quiebra como la de una vasija de alfarero, rota sin compasi�n, en la que al romperse no se encuentra una sola tejoleta bastante grande para tomar fuego del hogar o para extraer agua del aljibe. [15] porque as� dice el se�or yahveh, el santo de israel: �por la conversi�n y calma ser�is liberados, en el sosiego y seguridad estar� vuestra fuerza.� pero no aceptasteis, [16] sino que dijisteis: �no, huiremos a caballo.� �pues, bien, huid! y �sobre r�pidos carros montaremos�. �pues bien, r�pidamente ser�is perseguidos! [17] mil temblar�n ante la amenaza de uno solo; ante la amenaza de cinco huir�is, hasta que se�is dejados como m�stil en la c�spide del monte y como gallardete sobre una colina. [18] sin embargo aguardar� Yahveh para haceros gracia, y as� se levantar� para compadeceros, porque dios de equidad es yahveh: �dichosos todos los que en �l esperan! [19] s�, pueblo de si�n que habitas en jerusal�n, no llorar�s ya m�s; de cierto tendr� piedad de ti, cuando oiga tu clamor; en cuanto lo oyere, te responder�. [20] os dar� el se�or pan de asedio y aguas de opresi�n, y despu�s no ser� ya ocultado el que te ense�a; con tus ojos ver�s al que te ense�a, [21] y con tus o�dos oir�s detr�s de ti estas palabras: �ese es el camino, id por �l�, ya sea a la derecha, ya a la izquierda. [22] declarar�s impuro el revestimiento de tus �dolos de plata y el ornato de tus im�genes fundidas en oro. los rechazar�s como pa�o inmundo: ��fuera de aqu�!�, les dir�s. [23] el dar� lluvia a tu sementera con que hayas sembrado el suelo, y la tierra te producir� pan que ser� ping�e y sustancioso. pacer�n tus ganados aquel d�a en pastizal dilatado; [24] los bueyes y asnos que trabajan el suelo comer�n forraje salado, cribado con bieldo y con criba. [25] habr� sobre todo monte alto y sobre todo cerro elevado manantiales que den aguas perennes, el d�a de la gran matanza, cuando caigan las fortalezas. [26] ser� la luz de la luna como la luz del sol meridiano, y la luz del sol meridiano ser� siete veces mayor -con luz de siete d�as- el d�a que vende yahveh la herida de su pueblo y cure la contusi�n de su golpe. [27] he aqu� que el nombre de yahveh viene de lejos, ardiente su ira y pesada su opresi�n. sus labios llenos est�n de furor, su lengua es como fuego que devora, [28] y su aliento como torrente desbordado que cubre hasta el cuello. cribar� a las naciones con criba nefasta, pondr� el bocado de sus bridas en la mand�bula de sus pueblos. [29] vosotros cantar�is como en la noche de santificar fiesta; se os alegrar� el coraz�n como el de quien va al son de flauta a entrar en el monte de yahveh, a la pe�a de israel. [30] har� o�r yahveh la majestad de su voz, y mostrar� la descarga de su brazo con ira inflamada y llama de fuego devoradora, turbi�n, aguacero y granizo. [31] pues por la voz de yahveh ser� hecho a�icos asur: con un bast�n le golpear�. [32] a cada pasada de la vara de castigo que yahveh descargue sobre �l -con adufes y con arpas- y con guerras de sacudir las manos guerrear� contra �l. [33] porque de antemano est� preparado un t�fet -tambi�n para el rey- un foso

profundo y ancho; hay paja y madera en abundancia. el aliento de yahveh, cual torrente de azufre, lo enciende. isaias cap.31 [1] �ay, los que bajan a egipto por ayuda! en la caballer�a se apoyan, y f�an en los carros porque abundan y en los jinetes porque son muchos; mas no han puesto su mirada en el santo de israel, ni a yahveh han buscado. [2] pero tambi�n �l es sabio, har� venir el mal, y no retirar� sus palabras; se levantar� contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran la iniquidad. [3] en cuanto a egipto, es humano, no divino, y sus caballos, carne, y no esp�ritu; yahveh extender� su mano, tropezar� el ayudador y caer� el ayudado y todos a una perecer�n. [4] porque as� me ha dicho yahveh: como ruge el le�n y el cachorro sobre su presa, y cuando se convoca contra �l a todos los pastores, de sus voces no se intimida, ni de su tumulto se apoca: tal ser� el descenso de yahveh sebaot para guerrear sobre el monte si�n y sobre su colina. [5] como p�jaros que vuelan, as� proteger� Yahveh sebaot a jerusal�n, proteger� y librar�, perdonar� y salvar�. [6] volveos a aquel de quien profundamente os apartasteis, hijos de israel. [7] porque aquel d�a repudiar� cada uno las divinidades de plata y las divinidades de oro que hicieron vuestras manos pecadoras. [8] caer� Asur por espada no de hombres, y por espada no humana ser�n devorados; se dar� a la fuga ante la espada, y sus mejores guerreros ser�n destinados a trabajos. [9] aterrado, abandonar� su tropa, y sus jefes espantados abandonar�n su estandarte. or�culo de yahveh, que tiene fuego en si�n, y horno en jerusal�n. isaias cap.32 [1] he aqu� que para hacer justicia reinar� un rey, y los jefes juzgar�n seg�n derecho. [2] ser� cada uno como un sitio abrigado contra el viento y a cubierto del temporal; como fluir de aguas en sequedal, como sombra de pe��n en tierra agostada. [3] no se cerrar�n los ojos de los videntes, y los o�dos de los que escuchan percibir�n; [4] el coraz�n de los alocados se esforzar� en aprender, y la lengua de los tartamudos hablar� claro y ligero. [5] no se llamar� ya noble al necio, ni al desaprensivo se le llamar� magn�fico. [6] porque el necio dice necedades y su coraz�n medita el mal, haciendo impiedad y profiriendo contra yahveh desatinos, dejando vac�o el est�mago hambriento y privando de bebida al sediento. [7] cuanto al desaprensivo, sus tramas son malas, se dedica a inventar maquinaciones para sorprender a los pobres con palabras enga�osas, cuando el pobre expone su causa. [8] mientras que el noble medita nobles cosas, y en las cosas nobles est� firme. [9] mujeres indolentes, �arriba!, o�d mi voz; hijas confiadas, escuchad mi palabra. [10] dentro de un a�o y algunos d�as temblar�is las que confi�is, pues se habr� acabado la vendimia para no volver m�s. [11] espantaos, indolentes, temblad, confiadas, desvest�os, desnudaos, ce�id vuestra cintura, [12] golpeaos el pecho, por los campos atrayentes, por las vi�as fruct�feras. [13] sobre el solar de mi pueblo zarza y espino crecer�, y tambi�n sobre todas las casas de placer de la villa alegre, [14] porque el alc�zar habr� sido abandonado, el genio de la ciudad habr�

desaparecido; ofel y el torre�n quedar�n en adelante vac�os por siempre, para delicia de asnos y pastizal de reba�os. [15] al fin ser� derramado desde arriba sobre nosotros esp�ritu. se har� la estepa un vergel, y el vergel ser� considerado como selva. [16] reposar� en la estepa la equidad, y la justicia morar� en el vergel; [17] el producto de la justicia ser� la paz, el fruto de la equidad, una seguridad perpetua. [18] y habitar� mi pueblo en albergue de paz, en moradas seguras y en posadas tranquilas. [19] -la selva ser� abatida y la ciudad hundida. [20] dichosos vosotros, que sembrar�is cabe todas las corrientes, y dejar�is sueltos el buey y el asno. isaias cap.33 [1] �ay, t� que saqueas, y no has sido saqueado, que despojas, y no has sido despojado! en terminando t� de saquear, ser�s saqueado; as� que acabes de despojar, ser�s despojado; [2] yahveh, ten piedad de nosotros, en ti esperamos. s� nuestro brazo por las ma�anas y nuestra salvaci�n en tiempo de apretura. [3] al fragor del estr�pito se dispersan los pueblos, al alzarte t� se desperdigan las gentes, [4] se amontona el bot�n como quien amontona saltamontes, se alabanzan sobre �l, como se alabanzan las langostas. [5] exaltado sea yahveh, pues reposa en lo alto; llene a si�n de equidad y de justicia. [6] sean tus d�as estables; la riqueza que salva son la sabidur�a y la ciencia, el temor de yahveh sea tu tesoro. [7] �mirad! ariel se lamenta por las calles, los embajadores de paz amargamente lloran. [8] han quedado desiertas las calzadas, ya no hay transe�ntes por los caminos. han violado la alianza, han recusado los testimonios, no se tiene en cuenta a nadie. [9] la tierra est� en duelo, languidece; el l�bano est� ajado y mustio. ha quedado el sar�n como la estepa, se van pelando el bas�n y el carmelo. [10] �ahora me levanto -dice yahveh- ahora me exalto, ahora me elevo. [11] concebir�is forraje, parir�is paja, y mi soplo como fuego os devorar�; [12] los pueblos ser�n calcinados, espinos cercenados que en fuego arder�n. [13] o�d, los alejados, lo que he hecho; enteraos, los cercanos, de mi fuerza.� [14] se espantaron en si�n los pecadores, sobrecogi� el temblor a los imp�os: �qui�n de nosotros podr� habitar con el fuego consumidor? �qui�n de nosotros podr� habitar con las llamas eternas? [15] el que anda en justicia y habla con rectitud; el que reh�sa ganancias fraudulentas, el que se sacude la palma de la mano para no aceptar soborno, el que se tapa las orejas para no o�r hablar de sangre, y cierra sus ojos para no ver el mal. [16] ese morar� en las alturas, subir� a refugiarse en la fortaleza de las pe�as, se le dar� su pan y tendr� el agua segura. [17] tus ojos contemplar�n un rey en su belleza, ver�n una tierra dilatada. [18] tu coraz�n musitar� con sobresalto: ��d�nde est� el que contaba, d�nde el que pesaba, d�nde el que contaba torres?� [19] y no ver�s al pueblo audaz, pueblo de lenguaje oscuro, incomprensible, al b�rbaro cuya lengua no se entiende. [20] contempla a si�n, villa de nuestras solemnidades: tus ojos ver�n a jerusal�n, albergue fijo, tienda sin trashumancia, cuyas clavijas no ser�n removidas nunca y cuyas cuerdas no ser�n rotas. [21] sino que all� Yahveh ser� magn�fico para con nosotros; como un lugar de r�os y amplios canales, por donde no ande ninguna embarcaci�n de remos, ni nav�o de

alto bordo lo atraviese. [22] (porque yahveh es nuestro juez, yahveh nuestro legislador, yahveh nuestro rey: �l nos salvar�.) [23] se han distendido las cuerdas, no sujetan derecho el m�stil, no despliegan estandarte. entonces ser� repartido un bot�n numeroso: hasta los cojos tendr�n bot�n, [24] y no dir� ning�n habitante: �estoy enfermo�; al pueblo que all� mora le ser� perdonada su culpa. isaias cap.34 [1] acercaos, naciones, a o�r, atended, pueblos; oiga la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y cuanto en �l brota, [2] que ira tiene yahveh contra todas las naciones, y c�lera contra todas sus mesnadas. las ha anatematizado, las ha entregado a la matanza. [3] sus heridos yacen tirados, de sus cad�veres sube el hedor, y sus montes chorrean sangre; [4] se esfuma todo el ej�rcito de los cielos. se enrollan como un libro los cielos, y todo su ej�rcito palidece como palidece el sarmiento de la cepa, como una hoja mustia de higuera. [5] porque se ha emborrachado en los cielos mi espada; ya desciende sobre edom y sobre el pueblo de mi anatema para hacer justicia. [6] la espada de yahveh est� llena de sangre, engrasada de sebo, de sangre de carneros y machos cabr�os, de sebo de ri�ones de carneros, porque tiene yahveh un sacrificio en bosr�, y gran matanza en edom. [7] en vez de b�falos caer�n pueblos, y en vez de toros un pueblo de valientes. se emborrachar� su tierra con sangre, y su polvo ser� engrasado de sebo. [8] porque es d�a de venganza para yahveh, a�o de desquite del defensor de si�n. [9] se convertir�n sus torrentes en pez, su polvo en azufre, y se har� su tierra pez ardiente. [10] ni de noche ni de d�a se apagar�, por siempre subir� el humo de ella. de generaci�n en generaci�n quedar� arruinada, y nunca jam�s habr� quien pase por ella. [11] la heredar�n el pel�cano y el erizo, el ibis y el cuervo residir�n en ella. tender� Yahveh sobre ella la plomada del caos y el nivel del vac�o. [12] los s�tiros habitar�n en ella, ya no habr� en ella nobles que proclamen la realeza, y todos sus pr�ncipes ser�n aniquilados. [13] en sus alc�zares crecer�n espinos, ortigas y cardos en sus fortalezas; ser� morada de chacales y dominio de avestruces. [14] los gatos salvajes se juntar�n con hienas y un s�tiro llamar� al otro; tambi�n all� reposar� Lilit y en �l encontrar� descanso. [15] all� anidar� la v�bora, pondr�, incubar� y har� salir del huevo. tambi�n all� se juntar�n los buitres. [16] buscad el libro de yahveh y leed; no faltar� ninguno de ellos, ninguno de ellos echar� en falta a otro. pues su misma boca lo ha ordenado y su mismo esp�ritu los junta. [17] es �l mismo el que los echa a suertes, con su mano les reparte el pa�s a cordel; lo poseer�n por siempre y morar�n en �l de generaci�n en generaci�n. isaias cap.35 [1] que el desierto y el sequedal se alegren, regoc�jese la estepa y la florezca como flor; [2] estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de j�bilo. la gloria del l�bano le ha sido dada, el esplendor del carmelo y del sar�n. se ver� la gloria de yahveh, el esplendor de nuestro dios. [3] fortaleced las manos d�biles, afianzad las rodillas vacilantes. [4] decid a los de coraz�n intranquilo: �animo, no tem�is! mirad que vuestro dios

viene vengador; es la recompensa de dios, �l vendr� y os salvar�. [5] entonces se despegar�n los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrir�n. [6] entonces saltar� el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzar� gritos de j�bilo. pues ser�n alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa, [7] se trocar� la tierra abrasada en estanque, y el pa�s �rido en manantial de aguas. en la guarida donde moran los chacales verdear� la ca�a y el papiro. [8] habr� all� una senda y un camino, v�a sacra se la llamar�; no pasar� el impuro por ella, ni los necios por ella vagar�n. [9] no habr� le�n en ella, ni por ella subir� bestia salvaje, no se encontrar� en ella; los rescatados la recorrer�n. [10] los redimidos de yahveh volver�n, entrar�n en si�n entre aclamaciones, y habr� alegr�a eterna sobre sus cabezas. �regocijo y alegr�a les acompa�ar�n! �adi�s, penar y suspiros! isa�as isaias cap.36 [1] en el a�o catorce del rey ezequ�as subi� Senaquerib, rey de asur, contra todas las ciudades fortificadas de jud� y se apoder� de ellas. [2] el rey de asur envi� desde lak�s a jerusal�n, donde el rey ezequ�as, al copero mayor con un fuerte destacamento. se coloc� �ste en el canal de la alberca superior, que est� junto al camino del campo del batanero. [3] el mayordomo de palacio, elyaquim, hijo de jilqu�as, el secretario sebn� y el heraldo yoaj, hijo de asaf, salieron donde �l. [4] el copero mayor les dijo: �decid a ezequ�as: as� habla el gran rey, el rey de asur: �qu� confianza es �sa en la que f�as? [5] te has pensado que meras palabras de los labios son consejo y bravura para la guerra. pero ahora �en qui�n conf�as, que te has rebelado contra m�? [6] mira: te has confiado al apoyo de esa ca�a rota, de egipto, que penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. pues as� es fara�n, rey de egipto, para todos los que conf�an en �l. [7] pero vais a decirme: "nosotros confiamos en yahveh nuestro dios." �no ha sido �l, ezequ�as, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a jud� y a jerusal�n: "os postrar�is delante de este altar?" [8] pues apuesta ahora con mi se�or, el rey de asur: te dar� dos mil caballos si eres capaz de encontrarte jinetes para ellos. [9] �c�mo har�as retroceder a uno solo de los m�s peque�os servidores de mi se�or? �te f�as de egipto para tener carros y gentes de carro! [10] y ahora �acaso he subido yo contra esta tierra para destruirla, sin contar con yahveh? yahveh me ha dicho: "sube contra esta tierra y destr�yela."� [11] dijeron elyaquim, sebn� y yoaj al copero mayor: �por favor, h�blanos a nosotros tus siervos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en lengua de jud� a o�dos del pueblo que est� sobre la muralla.� [12] el copero mayor dijo: ��acaso mi se�or me ha enviado a decir estas cosas a tu se�or, o a ti, y no a los hombres que se encuentran sobre la muralla, que tienen que comer sus excrementos y beber sus orinas con vosotros?� [13] se puso en pie el copero mayor y grit� con gran voz en lengua jud�a, diciendo: �escuchad las palabras del gran rey, el rey de asur. [14] as� dice el rey: no os enga�e Ezequ�as, porque no podr� libraros. [15] que ezequ�as no os haga conf�ar en yahveh diciendo: "de cierto nos librar� Yahveh, y esta ciudad no ser� entregada en manos del rey de asur." [16] no escuch�is a ezequ�as, porque as� dice el rey de asur: haced paces conmigo, rend�os a m�, y comer� cada uno de su vi�a y de su higuera, y beber� cada uno de su cisterna, [17] hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de vi�as. [18] que no os enga�e Ezequ�as, diciendo: "yahveh nos librar�." �acaso los dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la mano del rey de asur?

[19] �d�nde est�n los dioses de jamat y de arpad, d�nde los dioses de sefarv�yim, d�nde est�n los dioses de samar�a? �acaso han librado a samar�a de mi mano? [20] �qui�nes, de entre todos los dioses de los pa�ses, los han librado de mi poder, para que libre yahveh a jerusal�n de mi mano?� [21] call� el pueblo y no le respondi� una palabra, porque el rey hab�a dado esta orden diciendo: �no le respond�is.� [22] elyaquim, hijo de jilqu�as, mayordomo de palacio, el secretario sebn� y el heraldo yoaj, hijo de asaf, fueron donde ezequ�as, desgarrados los vestidos, y le relataron las palabras del copero mayor. isaias cap.37 [1] cuando lo oy� el rey ezequ�as desgarr� sus vestidos, se cubri� de sayal y se fue a la casa de yahveh. [2] envi� a elyaquim, mayordomo, a sebn�, secretario, y a los sacerdotes ancianos cubiertos de sayal donde el profeta isa�as, hijo de am�s. [3] ellos le dijeron: �as� habla ezequ�as: este d�a es d�a de angustia, de castigo y de verg�enza. los hijos est�n para salir del seno, pero no hay fuerza para dar a luz. [4] �no habr� o�do yahveh tu dios las palabras del copero mayor al que ha enviado el rey de asur, su se�or, para insultar al dios vivo? �no castigar� Yahveh tu dios las palabras que ha o�do? dirige una plegaria en favor del resto que a�n queda!� [5] cuando los siervos del rey ezequ�as llegaron donde isa�as, [6] �ste les dijo: �as� dir�is a vuestro se�or: esto dice yahveh: no tengas miedo por las palabras que has o�do, con las que me insultaron los criados del rey de asur. [7] voy a poner en �l un esp�ritu, oir� una noticia y se volver� a su tierra, y en su tierra yo lo har� caer a espada.� [8] el copero mayor se volvi� y encontr� al rey de asur atacando a libn� , pues hab�a o�do que hab�a partido de lak�s, [9] porque hab�a recibido esta noticia acerca de tirhac�, rey de kus: �ha salido a guerrear contra ti.� senaquerib volvi� a enviar mensajeros para decir a ezequ�as: [10] �as� hablar�is a ezequ�as, rey de jud�: no te enga�e tu dios en el que conf�as pensando: "no ser� entregada jerusal�n en manos del rey de asur". [11] bien has o�do lo que los reyes de asur han hecho a todos los pa�ses, entreg�ndolos al anatema, �y t� te vas a librar! [12] �acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis padres aniquilaron, a goz�n, a jar�n, a r�sef, a los edenitas que estaban en tel basar? [13] �d�nde est� el rey de jamat, el rey de arpad, el rey de la�r, de sefarv�yim, de hen� y de ivv�?� [14] ezequ�as tom� la carta de manos de los mensajeros y la ley�. Luego subi� a la casa de yahveh y ezequ�as la desenroll� ante yahveh. [15] hizo ezequ�as esta plegaria ante yahveh: [16] �yahveh sebaot, dios de israel, que est�s sobre los querubines, t� s�lo eres dios en todos los reinos de la tierra, t� el que has hecho los cielos y la tierra. [17] �tiende, yahveh, tu o�do y escucha; abre, yahveh, tus ojos y mira. oye las palabras con que senaquerib ha enviado a insultar al dios vivo. [18] es verdad, yahveh, que los reyes de asur han exterminado a todas las naciones y su territorio, [19] y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses, sino hechuras de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han sido aniquilados. [20] ahora, pues, yahveh, dios nuestro, s�lvanos de su mano, y sabr�n todos los reinos de la tierra que s�lo t� eres dios, yahveh.� [21] isa�as, hijo de am�s, envi� a decir a ezequ�as: �as� dice yahveh, dios de israel, a quien has suplicado acerca de senaquerib, rey de asur. [22] esta es la palabra que yahveh pronuncia conta �l: ella te desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de si�n. mueve la cabeza a tus espaldas la hija de

jerusal�n. [23] �a qui�n has insultado y blasfemado? �contra qui�n has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? �contra el santo de israel! [24] por tus siervos insultas a adonay y dices: "con mis muchos carros subo a las cumbres de los montes, a las laderas del l�bano, derribo la altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de sus refugios su jard�n del bosque. [25] yo he cavado y bebido en extranjeras aguas. secar� bajo la planta de mis pies, todos los nilos del egipto." [26] �lo oyes bien? desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos d�as lo hab�a planeado, ahora lo ejecuto. t� has convertido en c�mulos de ruinas las fuertes ciudades. [27] sus habitantes, de d�biles manos, confusos y aterrados, son planta del campo, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento de oriente. [28] si te alzas o te sientas, si sales o entras, yo lo s�; (y que te alzas airado contra m�). [29] pues que te alzas airado contra m� y tu arrogancia ha subido a mis o�dos, voy a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca, y voy a devolverte por la ruta por la que has venido. [30] la se�al ser� �sta: este a�o se comer� lo que rebrote, lo que nazca de s� al a�o siguiente. al a�o tercero sembrad y segad, plantad las vi�as y comed su fruto. [31] el resto que se salve de la casa de jud� echar� ra�ces por debajo y fruto en lo alto. [32] pues saldr� un resto de jerusal�n, y supervivientes del monte si�n; el celo de yahveh sebaot lo har�. [33] por eso, as� dice yahveh del rey de asiria: no entrar� en esta ciudad, no lanzar� flechas en ella, no le opondr� escudo, ni alzar� en contra de ella empalizada. [34] volver� por la ruta que ha tra�do. no entrar� en esta ciudad, or�culo de yahveh. [35] yo progeger� a esta ciudad para salvarla, por quien soy y por mi siervo david.� [36] aquella misma noche sali� el angel de yahveh e hiri� en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres; a la hora de despertarse, por la ma�ana, no hab�a m�s que cad�veres. [37] senaquerib, rey de asiria, parti� y, volvi�ndose, se qued� en n�nive. [38] y sucedi� que estando �l postrado en el templo de su dios nisrok, sus hijos adramm�lek y sar�ser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el pa�s de ararat. su hijo asarjadd�n rein� en su lugar. isaias cap.38 [1] en aquellos d�as ezequ�as cay� enfermo de muerte. el profeta isa�as, hijo de am�s, vino a decirle: �as� habla yahveh: haz testamento, porque muerto eres y no vivir�s.� [2] ezequ�as volvi� su rostro a la pared y or� a yahveh. [3] dijo: ��ah, yahveh! d�gnate recordar que yo he andado en tu presencia con fidelidad y coraz�n perfecto haciendo lo recto a tus ojos.� y ezequ�as llor� con abundantes l�grimas. [4] entonces le fue dirigida a isa�as la palabra de yahveh, diciendo: [5] �vete y di a ezequ�as: as� habla yahveh, dios de tu padre david: he o�do tu plegaria, he visto tus l�grimas y voy a curarte. dentro de tres d�as subir�s a la casa de yahveh. a�adir� quince a�os a tus d�as. [6] te librar� a ti y a esta ciudad de la mano del rey de asiria, y amparar� a esta ciudad.� [7] isa�as respondi�: �esta ser� para ti de parte de yahveh, la se�al de que yahveh har� lo que ha dicho. [8] mira, voy a hacer retroceder a la sombra diez gradas de las que ha descendido

el sol por las gradas de ajaz. y desanduvo el sol diez gradas por las que hab�a descendido. [9] c�ntico de ezequ�as, rey de jud� cuando estuvo enfermo y san� de su mal: [10] yo dije: a la mitad de mis d�as me voy; en las puertas del seol se me asigna un lugar para el resto de mis a�os. [11] dije: no ver� a yahveh en la tierra de los vivos; no ver� ya a ning�n hombre de los que habitan el mundo. [12] mi morada es arrancada, se me arrebata como tienda de pastor. enrollo como tejedor mi vida, del hilo del tejido me cortaste. de la noche a la ma�ana acabas conmigo; [13] grit� hasta la madrugada: como le�n tritura todos mis huesos. de la noche a la ma�ana acabas conmigo. [14] como grulla, como golondrina chirr�o, zureo como paloma. se consumen mis ojos de mirar hacia arriba. yahveh, estoy oprimido, sal por m�. [15] �qu� dir�? �de qu� le hablar�, cuando �l mismo lo ha hecho? caminar� todos mis a�os en la amargura de mi alma. [16] el se�or est� con ellos, viven y todo lo que hay en ellos es vida de su esp�ritu. t� me curar�s, me dar�s la vida. [17] entonces mi amargura se trocar� en bienestar, pues t� preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados. [18] que el seol no te alaba ni la muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan en tu fidelidad. [19] el que vive, el que vive, �se te alaba, como yo ahora. el padre ense�a a los hijos tu fidelidad. [20] yahveh, s�lvame, y mis canciones cantaremos todos los d�as de nuestra vida junto a la casa de yahveh. [21] isa�as dijo: �traed una masa de higos, aplicadla sobre la �lcera y sanar�.� [22] ezequ�as dijo: ��cu�l ser� la se�al de que subir� a la casa de yahveh?� isa�as isaias cap.39 [1] en aquel tiempo, merodak balad�n, hijo de balad�n, rey de babilonia, envi� cartas y un presente a ezequ�as porque hab�a o�do que hab�a estado enfermo y se hab�a curado. [2] se alegr� Ezequ�as por ello y ense�� a los enviados su c�mara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto hab�a en los tesoros; no hubo nada que ezequ�as no les mostrara en su casa y en todo su dominio. [3] entonces el profeta isa�as fue donde el rey ezequ�as y le dijo: ��qu� han dicho esos hombres y de d�nde han venido a ti?� respondi� Ezequ�as: �han venido de un pa�s lejano, de babilonia.� [4] dijo: ��qu� han visto en tu casa?� respondi� Ezequ�as: �han visto cuanto hay en mi casa; nada hay en los tesoros que no les haya ense�ado.� [5] dijo isa�as a ezequ�as: �escucha la palabra de yahveh sebaot: [6] vendr�n d�as en que todo cuanto hay en tu casa y cuanto reunieron tus padres hasta el d�a de hoy, ser� llevado a babilonia; nada quedar�, dice yahveh. [7] y se tomar� de entre tus hijos, los que han salido de ti, los que has engendrado, para que sean eunucos en el palacio del rey de babilonia.� [8] respondi� Ezequ�as a isa�as: �es buena la palabra de yahveh que me dices.� pues pensaba: ��con tal que haya paz y seguridad en mis d�as!� isa�as isaias cap.40 [1] consolad, consolad a mi pueblo -dice vuestro dios. [2] hablad al coraz�n de jerusal�n y decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ha recibido de mano de yahveh castigo doble por todos sus pecados.

[3] una voz clama: �en el desierto abrid camino a yahveh, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro dios. [4] que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado; vu�lvase lo escabroso llano, y las bre�as planicie. [5] se revelar� la gloria de yahveh, y toda criatura a una la ver�. pues la boca de yahveh ha hablado.� [6] una voz dice: ��grita!� y digo: ��qu� he de gritar?� -�toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del campo. [7] la flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le d� el viento de yahveh (pues, cierto, hierba es el pueblo). [8] la hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro dios permanece por siempre. [9] s�bete a un alto monte, alegre mensajero para si�n; clama con voz poderosa, alegre mensajero para jerusal�n, clama sin miedo. di a las ciudades de jud�: �ah� est� vuestro dios.� [10] ah� viene el se�or yahveh con poder, y su brazo lo sojuzga todo. ved que su salario le acompa�a, y su paga le precede. [11] como pastor pastorea su reba�o: recoge en brazos los corderitos, en el seno los lleva, y trata con cuidado a las paridas. [12] �qui�n midi� los mares con el cuenco de la mano, y abarc� con su palmo la dimensi�n de los cielos, meti� en un tercio de medida el polvo de la tierra, pes� con la romana los montes, y los cerros con la balanza? [13] �qui�n abarc� el esp�ritu de yahveh, y como consejero suyo le ense��? [14] �con qui�n se aconsej�, qui�n le explic� y le ense�� la senda de la justicia, y le ense�� la ciencia, y el camino de la inteligencia le mostr�? [15] las naciones son como gota de un cazo, como escr�pulo de balanza son estimadas. las islas como una chinita pesan. [16] el l�bano no basta para la quema, ni sus animales para holocausto. [17] todas las naciones son como nada ante �l, como nada y vac�o son estimadas por �l. [18] pues �con qui�n asemejar�is a dios, qu� semejanza le aplicar�is? [19] el fundidor funde la estatua, el orfebre con oro la recubre y funde cadenas de plata. [20] el que presenta una ofrenda de pobre escoge madera incorruptible, se busca un h�bil artista para erigir una estatua que no vacile. [21] �no lo sab�ais? �no lo hab�ais o�do? �no os lo hab�a mostrado desde el principio? �no lo entendisteis desde que se fund� la tierra? [22] el est� sentado sobre el orbe terrestre, cuyos habitantes son como saltamontes; �l expande los cielos como un tul, y los ha desplegado como una tienda que se habita. [23] el aniquila a los tiranos, y a los �rbitros de la tierra los reduce a la nada. [24] apenas han sido plantados, apenas sembrados, apenas arraiga en tierra su esqueje, cuando sopla sobre ellos y se secan, y una r�faga como tamo se los lleva. [25] �con qui�n me asemejar�is y ser� igualado?, dice el santo. [26] alzad a lo alto los ojos y ved: �qui�n ha hecho esto? el que hace salir por orden al ej�rcito celeste, y a cada estrella por su nombre llama. gracias a su esfuerzo y al vigor de su energ�a, no falta ni una. [27] �por qu� dices, jacob, y hablas, israel: �oculto est� mi camino para yahveh, y a dios se le pasa mi derecho?� [28] �es que no lo sabes? �es que no lo has o�do? que dios desde siempre es yahveh, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga, y cuya inteligencia es inescrutable. [29] que al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas la energ�a le acrecienta. [30] los j�venes se cansan, se fatigan, los valientes tropiezan y vacilan, [31] mintras que a los que esperan en yahveh �l les renovar� el vigor, subir�n con alas como de �guilas, correr�n sin fatigarse y andar�n sin cansarse.

isaias cap.41 [1] hacedme silencio, islas, y renueven su fuerza las naciones. all�guense y entonces hablar�n, reun�monos todos a juicio. [2] �qui�n ha suscitado de oriente a aquel a quien la justicia sale al paso? �qui�n le entrega las naciones, y a los reyes abaja? convi�rtelos en polvo su espada, en paja dispersa su arco; [3] les persigue, pasa inc�lume, el sendero con sus pies no toca. [4] �qui�n lo realiz� y lo hizo? el que llama a las generaciones desde el principio: yo, yahveh, el primero, y con los �ltimos yo mismo. [5] ved, islas, y temed; confines de la tierra, y temblad. acercaos y venid. [6] el uno ayuda al otro y dice a su colega: ��animo!� [7] anima el fundidor al orfebre, el que pule a martillo al que bate en el yunque, diciendo de la soldadura: �est� bien.� y fija el �dolo con clavos para que no se mueva. [8] y t�, Israel, siervo m�o, jacob, a quien eleg�, simiente de mi amigo abraham; [9] que te as� desde los cabos de la tierra, y desde lo m�s remoto te llam� y te dije: �siervo m�o eres t�, te he escogido y no te he rechazado�: [10] no temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu dios. yo te he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera. [11] �oh! se avergonzar�n y confundir�n todos los abrasados en ira contra ti. ser�n como nada y perecer�n los que buscan querella. [12] los buscar�s y no los hallar�s a los que disputaban contigo. ser�n como nada y nulidad los que te hacen la guerra. [13] porque yo, yahveh tu dios, te tengo asido por la diestra. soy yo quien te digo: �no temas, yo te ayudo.� [14] no temas, gusano de jacob, gente de israel: yo te ayudo -or�culo de yahvehy tu redentor es el santo de israel. [15] he aqu� que te he convertido en trillo nuevo, de dientes dobles. triturar�s los montes y los desmenuzar�s, y los cerros convertir�s en tamo. [16] los beldar�s, y el viento se los llevar�, y una r�faga los dispersar�. y t� te regocijar�s en yahveh, en el santo de israel te gloriar�s. [17] los humildes y los pobres buscan agua, pero no hay nada. la lengua se les sec� de sed. yo, yahveh, les responder�, yo, dios de israel, no los desamparar�. [18] abrir� sobre los calveros arroyos y en medio de las barrancas manantiales. convertir� el desierto en lagunas y la tierra �rida en hontanar de aguas. [19] pondr� en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. pondr� en la estepa el enebro, el olmo y el cipr�s a una, [20] de modo que todos vean y sepan, adviertan y consideren que la mano de yahveh ha hecho eso, el santo de israel lo ha creado. [21] �aducid vuestra defensa -dice yahveh- allegad vuestras pruebas -dice el rey de jacob. [22] all�guense e ind�quennos lo que va a suceder. indicadnos c�mo fue lo pasado, y reflexionaremos; o bien hacednos o�r lo venidero para que lo conozcamos. [23] indicadnos las se�ales del porvenir, y sabremos que sois dioses. en suma, haced alg�n bien o alg�n mal, para que nos pongamos en guardia y os temamos. [24] �oh! vosotros sois nada, y vuestros hechos, nulidad, lo mejor de vosotros, abominaci�n.� [25] le he suscitado del norte, y viene, del sol naciente le he llamado por su nombre. ha hollado a los s�trapas como lodo, como el alfarero patea el barro. [26] �qui�n lo indic� desde el principio, para que se supiese, o desde antiguo, para que se dijese: �es justo�? ni hubo quien lo indicase, ni hubo quien lo hiciese o�r, ni hubo quien oyese vuestras palabras. [27] primicias de si�n: ��aqu� est�n, aqu� est�n!� env�o a jerusal�n la buena nueva. [28] mir�, y no hab�a nadie; entre �stos no hab�a consejeros a quienes yo preguntara y ellos respondieran. [29] �oh! todos ellos son nada; nulidad sus obras, viento y vacuidad sus

estatuas. isaias cap.42 [1] he aqu� mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. he puesto mi esp�ritu sobre �l: dictar� ley a las naciones. [2] no vociferar� ni alzar� el tono, y no har� o�r en la calle su voz. [3] ca�a quebrada no partir�, y mecha mortecina no apagar�. lealmente har� justicia; [4] no desmayar� ni se quebrar� hasta implantar en la tierra el derecho, y su instrucci�n atender�n las islas. [5] as� dice el dios yahveh, el que crea los cielos y los extiende, el que hace firme la tierra y lo que en ella brota, el que da aliento al pueblo que hay en ella, y esp�ritu a los que por ella andan. [6] yo, yahveh, te he llamado en justicia, te as� de la mano, te form�, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, [7] para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la c�rcel a los que viven en tinieblas. [8] yo, yahveh, ese es mi nombre, mi gloria a otro no cedo, ni mi prez a los �dolos. [9] lo de antes ya ha llegado, y anuncio cosas nuevas; antes que se produzcan os las hago saber. [10] cantad a yahveh un c�ntico nuevo, su loor desde los confines de la tierra. que le cante el mar y cuanto contiene, las islas y sus habitantes. [11] alcen la voz el desierto y sus ciudades, las explanadas en que habita quedar. aclamen los habitantes de petra, desde la cima de los montes vociferen. [12] den gloria a yahveh, su loor en las islas publiquen. [13] yahveh como un bravo sale, su furor despierta como el de un guerrero; grita y vocifera, contra sus enemigos se muestra valeroso. [14] �estaba mudo desde mucho ha, hab�a ensordecido, me hab�a reprimido. como parturienta grito, resoplo y jadeo entrecortadamente. [15] derribar� montes y cedros, y todo su c�sped secar�; convertir� los r�os en tierra firme y las lagunas secar�. [16] har� andar a los ciegos por un camino que no conoc�an, por senderos que no conoc�an les encaminar�. trocar� delante de ellos la tiniebla en luz, y lo tortuoso en llano. estas cosas har�, y no las omitir�.� [17] haceos atr�s, confusos de verg�enza, los que confi�is en �dolos, los que dec�s a la estatua fundida: �vosotros sois nuestros dioses.� [18] �sordos, o�d! �ciegos, mirad y ved! [19] �qui�n est� ciego, sino mi siervo? �y qui�n tan sordo como el mensajero a quien env�o? (�qui�n es tan ciego como el enviado y tan sordo como el siervo de yahveh?) [20] por m�s que has visto, no has hecho caso; mucho abrir las orejas, pero no has o�do. [21] yahveh se interesa, por causa de su justicia, en engrandecer y dar lustre a la ley. [22] pero es un pueblo saqueado y despojado, han sido atrapados en agujeros todos ellos, y en c�rceles han sido encerrados. se les despojaba y no hab�a quien salvase; se les depedraba y nadie dec�a: ��devuelve!� [23] �qui�n de vosotros escuchar� esto, atender� y har� caso para el futuro? [24] �qui�n entreg� al pillaje a jacob, y a israel a los saqueadores? �no ha sido yahveh, contra quien pecamos, rehusamos andar por sus caminos, y no escuchamos sus instrucciones? [25] verti� sobre �l el ardor de su ira, y la violencia de la guerra le abras�, por todos lados sin que se apercibiese, le consumi�, sin que �l reflexionase. isaias cap.43

[1] ahora, as� dice yahveh tu creador, jacob, tu plasmador, israel. �no temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. t� eres m�o. [2] si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los r�os, no te anegar�n. si andas por el fuego, no te quemar�s, ni la llama prender� en ti. [3] porque yo soy yahveh tu dios, el santo de israel, tu salvador. he puesto por expiaci�n tuya a egipto, a kus y seba en tu lugar [4] dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. pondr� la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida. [5] no temas, que yo estoy contigo; desde oriente har� volver tu raza, y desde poniente te reunir�. [6] dir� al norte: "d�melos"; y al sur: "no los retengas", traer� a mis hijos de lejos, y a mis hijas de los confines de la tierra; [7] a todos los que se llamen por mi nombre, a los que para mi gloria cre�, plasm� e hice.� [8] haced salir al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene orejas. [9] congr�guense todas las gentes y re�nanse los pueblos. �qui�n de entre ellos anuncia eso, y desde antiguo nos lo hace o�r? aduzcan sus testigos, y que se justifiquen; que se oiga para que se pueda decir: �es verdad.� [10] vosotros sois mis testigos -or�culo de yahveh- y mi siervo a quien eleg�, para que me conozc�is y me cre�is a m� mismo, y entend�is que yo soy: antes de m� no fue formado otro dios, ni despu�s de m� lo habr�. [11] yo, yo soy yahveh, y fuera de m� no hay salvador. [12] yo lo he anunciado, he salvado y lo he hecho saber, y no hay entre vosotros ning�n extra�o. vosotros sois mis testigos -or�culo de yahveh- y yo soy dios; [13] yo lo soy desde siempre, y no hay quien libre de mi mano. yo lo trac�, y �qui�n lo revocar�? [14] as� dice yahveh que os ha rescatado, el santo de israel. por vuestra causa he enviado a hacer caer todos sus cerrojos de las prisiones de babilonia, y se volver�n en ayes los hurras de los caldeos [15] yo, yahveh vuestro santo, el creador de israel, vuestro rey. [16] as� dice yahveh, que traz� camino en el mar, y vereda en aguas impetuosas. [17] el que hizo salir carros y caballos a una con poderoso ej�rcito; a una se echaron para no levantarse, se apagaron, como mecha se extinguieron. [18] �no os acord�is de lo pasado, ni ca�is en la cuenta de lo antiguo? [19] pues bien, he aqu� que yo lo renuevo: ya est� en marcha, �no lo reconoc�is? s�, pongo en el desierto un camino, r�os en el p�ramo. [20] las bestias del campo me dar�n gloria, los chacales y las avestruces, pues pondr� agua en el desierto (y r�os en la soledad) para dar de beber a mi pueblo elegido. [21] el pueblo que yo me he formado contar� mis alabanzas. [22] t� no me has invocado, jacob, porque te has fatigado de m�, israel. [23] no me has tra�do tus ovejas en holocausto ni me has honrado con tus sacrificios. no te obligu� yo a servirme con oblaci�n ni te he fatigado a causa del incienso. [24] no me has comprado ca�as con dinero ni con la grasa de tus sacrificios me has saciado; hasta me has convertido en siervo con tus pecados, y me has cansado con tus iniquidades. [25] era yo, yo mismo el que ten�a que limpiar tus rebeld�as por amor de m� y no recordar tus pecados. [26] h�zmelo recordar y vayamos a juicio juntos, haz t� mismo el recuento para justificarte. [27] pec� tu primer padre y tus int�rpretes se rebelaron contra m�. [28] destitu�a los pr�ncipes de mi santuario; por eso entregu� a jacob al anatema y a israel a los ultrajes. isaias cap.44 [1] ahora, pues, escucha, jacob, siervo m�o, israel, a quien yo eleg�.

[2] as� dice yahveh que te cre�, te plasm� ya en el seno y te da ayuda: �no temas, siervo m�o, jacob, yesur�n a quien yo eleg�. [3] derramar� agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca. derramar� mi esp�ritu sobre tu linaje, mi bendici�n sobre cuanto de ti nazca. [4] crecer�n como en medio de hierbas, como �lamos junto a corrientes de aguas. [5] el uno dir�: "yo soy de yahveh", el otro llevar� el nombre de jacob. un tercero escribir� en su mano: "de yahveh" y se le llamar� Israel.� [6] as� dice yahveh el rey de israel, y su redentor, yahveh sebaot: �yo soy el primero y el �ltimo, fuera de m�, no hay ning�n dios. [7] �qui�n como yo? que se levante y hable. que lo anuncie y argumente contra m�; desde que fund� un pueblo eterno, cuanto sucede, que lo diga, y las cosas del futuro, que las revele. [8] no tembl�is ni tem�is; �no lo he dicho y anunciado desde hace tiempo? vosotros sois testigos; �hay otro dios fuera de m�? �no hay otra roca, yo no la conozco!� [9] �escultores de �dolos! todos ellos son vacuidad; de nada sirven sus obras m�s estimadas; sus testigos nada ven y nada saben, y por eso quedar�n abochornados. [10] �qui�n modela un dios o funde un �dolo, sin esperar una ganancia? [11] mas ved que todos sus devotos quedar�n abochornados y sus art�fices, que no son m�s que hombres; se reunir�n todos y comparecer�n; y todos temblar�n avergonzados. [12] el forjador trabaja con los brazos, configura a golpe de martillo, ejecuta su obra a fuerza de brazo; pasa hambre y se exten�a; no bebe agua y queda agotado. [13] el escultor tallista toma la medida, hace un dise�o con el l�piz, trabaja con la gubia, dise�a a comp�s de puntos y le da figura varonil y belleza humana, para que habite en un templo. [14] tal� un cedro para s�, o tom� un roble, o una encima y los dej� hacerse grandes entre los �rboles del bosque; o plant� un cedro que la lluvia hizo crecer. [15] sirven ellos para que la gente haga fuego. echan mano de ellos para calentarse. o encienden lumbre para cocer pan. o hacen un dios, al que se adora, un �dolo para inclinarse ante �l. [16] quema uno la mitad y sobre las brasas asa carne y come el asado hasta hartarse. tambi�n se calienta y dice: �� ah! �me caliento mientras contemplo el resplandor!� [17] y con el resto hace un dios, su �dolo, ante el que se inclina, le adora y le suplica, diciendo: ��s�lvame, pues t� eres mi dios!� [18] no saben ni entienden, sus ojos est�n pegados y no ven; su coraz�n no comprende. [19] no reflexionan, no tienen ciencia ni entendimiento para decirse: �he quemado una mitad, he cocido pan sobre las brasas; he asado carne y la he comido; y �voy a hacer con lo restante algo abominable! �voy a inclinarme ante un trozo de madera! [20] a quien se apega a la ceniza, su coraz�n enga�ado le extrav�a. no salvar� su vida. nunca dir�: ��acaso lo que tengo en la mano es enga�oso?� [21] recuerda esto, jacob, y que eres mi siervo, israel. �yo te he formado, t� eres mi siervo, israel, yo no te olvido! [22] he disipado como una nube tus rebeld�as, como un nublado tus pecados. �vu�lvete a m�, pues te he rescatado! [23] �gritad, cielos, de j�bilo, porque yahveh lo ha hecho! �clamad, profundidades de la tierra! �lanzad gritos de j�bilo, monta�as, y bosque con todo su arbolado, pues yahveh ha rescatado a jacob y manifiesta su gloria en israel! [24] as� dice yahveh, tu redentor, el que te form� desde el seno. yo, yahveh, lo he hecho todo, yo, solo, extend� los cielos, yo asent� la tierra, sin ayuda alguna. [25] yo hago que fallen las se�ales de los magos y que deliren los adivinos; hago retroceder a los sabios y convierto su ciencia en necedad. [26] yo confirmo la palabra de mi siervo y hago que triunfe el proyecto de mis mensajeros. yo digo a jerusal�n: �ser�s habitada�, y a las ciudades de jud�: �ser�is reconstruidas.� �yo levantar� sus ruinas!

[27] yo digo al abismo: ��s�cate! yo desecar� tus r�os.� [28] yo soy el que dice a ciro: �t� eres mi pastor y dar�s cumplimiento a todos mis deseos, cuando digas de jerusal�n: "que sea reconstruida" y del santuario: "�echa los cimientos!"� isa�as isaias cap.45 [1] as� dice yahveh a su ungido ciro, a quien he tomado de la diestra para someter ante �l a las naciones y desce�ir las cinturas de los reyes, para abrir ante �l los batientes de modo que no queden cerradas las puertas. [2] yo marchar� delante de ti y allanar� las pendientes. quebrar� los batientes de bronce y romper� los cerrojos de hierro. [3] te dar� los tesoros ocultos y las riquezas escondidas, para que sepas que yo soy yahveh, el dios de israel, que te llamo por tu nombre. [4] a causa de mi siervo jacob y de israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he ennoblecido, sin que t� me conozcas. [5] yo soy yahveh, no hay ning�n otro; fuera de m� ning�n dios existe. yo te he ce�ido, sin que t� me conozcas, [6] para que se sepa desde el sol levante hasta el poniente, que todo es nada fuera de m�. yo soy yahveh, no ning�n otro; [7] yo modelo la luz y creo la tiniebla, yo hago la dicha y creo la desgracia, yo soy yahveh, el que hago todo esto. [8] destilad, cielos, como roc�o de lo alto, derramad, nubes, la victoria. abrase la tierra y produzca salvaci�n, y germine juntamente la justicia. yo, yahveh, lo he creado. [9] �ay de quien litiga con el que la ha modelado, la vasija entre las vasijas de barro! �dice la arcilla al que la modela: ��qu� haces t�?�, y ��tu obra no est� hecha con destreza?� [10] �ay del que dice a su padre!: ��qu� has engendrado?� y a su madre: ��qu� has dado a luz?� [11] as� dice yahveh, el santo de israel y su modelador: ��vais a pedirme se�ales acerca de mis hijos y a darme �rdenes acerca de la obra de mis manos? [12] yo hice la tierra y cre� al hombre en ella. yo extend� los cielos con mis manos y doy �rdenes a todo su ej�rcito. [13] yo le he suscitado para la victoria y he allanado todos sus caminos. el reconstruir� mi ciudad y enviar� a mis deportados sin rescate y sin recompensa�, dice yahveh sebaot. [14] as� dice yahveh: los productos de egipto, el comercio de kus y los seba�tas, de elevada estatura, vendr�n a ti y tuyos ser�n. ir�n detr�s de ti, encadenados, ante ti se postrar�n, y te suplicar�n: �s�lo en ti hay dios, no hay ning�n otro, no hay m�s dioses.� [15] de cierto que t� eres un dios oculto, el dios de israel, salvador. [16] quedar�n abochornados, afrentados, marchar�n con ignominia los fabricadores de �dolos. [17] israel ser� salvado por yahveh, con salvaci�n perpetua. no quedar�is abochornados ni afrentados nunca jam�s. [18] pues as� dice yahveh, creador de los cielos, �l, que es dios, plasmador de la tierra y su hacedor, �l, que la ha fundamentado, y no la cre� ca�tica, sino que para ser habitada la plasm�: �yo soy yahveh, no existe ning�n otro. [19] no he hablado en oculto ni en lugar tenebroso. no he dicho al linaje de jacob: buscadme en el caos. yo soy yahveh, que digo lo que es justo y anuncio lo que es recto.� [20] reun�os y venid, acercaos todos, supervivientes de las naciones. no saben nada los que llevan sus �dolos de madera, los que suplican a un dios que no puede salvar. [21] exponed, aducid vuestras pruebas, deliberad todos juntos: ��qui�n hizo o�r esto desde antiguo y lo anunci� hace tiempo? �no he sido yo yahveh? no hay otro dios, fuera de m�. dios justo y salvador, no hay otro fuera de m�.

[22] volveos a m� y ser�is salvados confines todos de la tierra, porque yo soy dios, no existe ning�n otro. [23] yo juro por mi nombre; de mi boca sale palabra verdadera y no ser� vana: que ante m� se doblar� toda rodilla y toda lengua jurar� [24] diciendo: �s�lo en yahveh hay victoria y fuerza! a �l se volver�n abochornados todos los que se inflamaban contra �l. [25] por yahveh triunfar� y ser� gloriosa toda la raza de israel. isaias cap.46 [1] bel se desploma, neb� se derrumba, sus �dolos van sobre animales y bestias de carga; llevados como fardos sobre un animal desfallecido. [2] se derrumbaron, se desplomaron todos, no pudieron salvar la carga; ellos mismos van cautivos. [3] escuchadme, casa de jacob, y todos los supervivientes de la casa de israel, los que hab�is sido transportados desde el seno, llevados desde el vientre materno. [4] hasta vuestra vejez, yo ser� el mismo, hasta que se os vuelva el pelo blanco, yo os llevar�. ya lo tengo hecho, yo me encargar�, yo me encargo de ello, yo os salvar�. [5] �a qui�n me podr�is asemejar o comparar? �a qui�n me asemejar�is para que seamos parecidos? [6] sacan el oro de sus bolsas, pesan la plata en la balanza, y pagan a un orfebre para que les haga un dios, al que adoran y ante el cual se postran. [7] se lo cargan al hombro y lo transportan, lo colocan en su sitio y all� se queda. no se mueve de su lugar. hasta llegan a invocarle, mas no responde, no salva de la angustia. [8] recordad esto y sed hombres, tened seso, rebeldes, [9] recordad lo pasado desde antiguo, pues yo soy dios y no hay ning�n otro, yo soy dios, no hay otro como yo. [10] yo anuncio desde el principio lo que viene despu�s y desde el comienzo lo que a�n no ha sucedido. yo digo: mis planes se realizar�n y todos mis deseos llevar� a cabo. [11] yo llamo del oriente un ave rapaz de un pa�s lejano al hombre en quien pens�. tal como lo he dicho, as� se cumplir�; como lo he planeado, as� lo har�. [12] escuchadme vosotros, los que hab�is perdido el coraz�n, los que est�is alejados de lo justo. [13] yo hago acercarse mi victoria, no est� lejos, mi salvaci�n no tardar�. pondr� salvaci�n en si�n, mi prez ser� para israel. isaias cap.47 [1] baja, si�ntate en el polvo, virgen, hija de babel! �si�ntate en tierra, destronada, hija de los caldeos! ya no se te volver� a llamar la dulce, la exquisita. [2] toma el molino y muele la harina. desp�jate de tu velo, descubre la cola de tu vestido, desnuda tus piernas y vadea los r�os. [3] descubre tu desnudez y se vean tus verg�enzas. voy a vengarme y nadie intervendr�. [4] nuestro redentor, cuyo nombre es yahveh sebaot, el santo de israel, dice: [5] si�ntate en silencio y entra en la tiniebla, hija de los caldeos, que ya no se te volver� a llamar se�ora de reinos. [6] irritado estaba yo contra mi pueblo, hab�a profanado mi heredad y en tus manos los hab�a entregado; pero t� no tuviste piedad de ellos; hiciste caer pesadamente tu yugo sobre el anciano. [7] t� dec�as: �ser� por siempre la se�ora eterna.� no has meditado esto en tu coraz�n no te has acordado de su fin. [8] pero ahora, voluptuosa, escucha esto, t� que te sientas en seguro y te dices

en tu coraz�n: ��yo, y nadie m�s! no ser� viuda, ni sabr� lo que es carecer de hijos.� [9] estas dos desgracias vendr�n sobre ti en un instante, en el mismo d�a. carencia de hijos y viudez caer�n s�bitamente sobre ti, a pesar de tus numerosas hechicer�as y del poder de tus muchos sortilegios. [10] te sent�as segura en tu maldad, te dec�as: �nadie me ve.� tu sabidur�a y tu misma ciencia te han desviado. dijiste en tu coraz�n: ��yo, y nadie m�s!� [11] vendr� sobre ti una disgracia que no sabr�s conjurar; caer� sobre ti un desastre que no podr�s evitar. vendr� sobre ti s�bitamente una devastaci�n que no sospechas. [12] �qu�date, pues, con tus sortilegios y tus muchas hechicer�as con que te fatigas desde tu juventud! �te podr�n servir de algo? �acaso har�s temblar? [13] te has cansado de tus planes. que se presenten, pues, y que te salven los que describen los cielos, los que observ�n las estrellas y hacen saber, en cada mes, lo que te suceder�. [14] mira, ellos ser�n como tamo que el fuego quemar�. no librar�n sus vidas del poder de las llamas. no ser�n brasas para el pan ni llama ante la cual sentarse. [15] eso ser�n para ti tus hechiceros por los que te has fatigado desde tu juventud. cada uno errar� por su camino, y no habr� quien te salve. isaias cap.48 [1] escucha esto, casa de jacob, los que llev�is el nombre de israel, los que hab�is salido de las aguas de jud�. los que jur�is por el nombre de yahveh, los que invoc�is al dios de israel, mas no seg�n verdad y justicia. [2] porque llev�is el nombre de la ciudad santa y os apoy�is en el dios de israel, cuyo nombre es yahveh sebaot. [3] yo anunci� desde hace tiempo las cosas pasadas, salieron de mi boca y las di a conocer; de pronto, las hice y se cumplieron. [4] yo sab�a que t� eres obstinado, que es tu cerviz una barra de hierro y tu frente de bronce. [5] por eso te anunci� las cosas hace tiempo y antes que ocurrieran te las di a conocer, no sea que dijeras: �las hizo mi �dolo, mi estatua, mi imagen fundida lo orden�.� [6] t� has o�do todo esto, �no vas a admitirlo? ahora te hago saber cosas nuevas, secretas, no sabidas, [7] que han sido creadas ahora, no hace tiempo, de las que hasta ahora nada o�ste, para que no puedas decir: �ya lo sab�a.� [8] ni las o�ste ni las hiciste ni de antemano te fue abierto el o�do, pues s� muy bien que t� eres p�rfido y se te llama rebelde desde el seno materno. [9] por amor de mi nombre retard� mi c�lera, a causa de mi alabanza me contuve para no arrancarte. [10] mira que te he apurado, y no hab�a en ti plata, te he probado en el crisol de la desgracia. [11] por m�, por m�, lo hago, pues �c�mo mi nombre ser�a profanado? no ceder� a otro mi gloria. [12] esc�chame, jacob, israel, a quien llam�: yo soy, yo soy el primero y tambi�n soy el �ltimo. [13] s�, es mi mano la que fundament� la tierra y mi diestra la que extendi� los cielos. yo los llamo y todos se presentan. [14] reun�os todos y escuchad: �qui�n de entre ellos anunci� estas cosas? �mi amigo cumplir� mi deseo contra babilonia y la raza de los caldeos.� [15] yo mismo le he hablado, le he llamado, le he hecho que venga y triunfe en sus empresas. [16] acercaos a m� y escuchad esto: desde el principio no he hablado en oculto, desde que sucedi� estoy yo all�. y ahora el se�or yahveh me env�a con su esp�ritu. [17] as� dice yahveh, tu redentor, el santo de israel. yo, yahveh, tu dios, te instruyo en lo que es provechoso y te marco el camino por donde debes ir.

[18] �si hubieras atendido a mis mandatos, tu dicha habr�a sido como un r�o y tu victoria como las olas del mar! [19] �tu raza ser�a como la arena los salidos de ti como sus granos! �nunca habr�a sido arrancado ni borrado de mi presencia su nombre! [20] �salid de babilonia! �huid de los caldeos! �anunciad con voz de j�bilo, hacedlo saber, proclamad hasta el extremo de la tierra, decid: yahveh ha rescatado a su siervo jacob! [21] no padecieron sed en los sequedales a donde los llev�; hizo brotar para ellos agua de la roca. rompi� la roca y corrieron las aguas. [22] no hay paz para los malvados, dice yahveh. isaias cap.49 [1] �o�dme, islas, atended, pueblos lejanos! yahveh desde el seno materno me llam�; desde las entra�as de mi madre record� mi nombre. [2] hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondi�; h�zome como saeta aguda, en su carcaj me guard�. [3] me dijo: �t� eres mi siervo (israel), en quien me gloriar�.� [4] pues yo dec�a: �por poco me he fatigado, en vano e in�tilmente mi vigor he gastado. �de veras que yahveh se ocupa de mi causa, y mi dios de mi trabajo?� [5] ahora, pues, dice yahveh, el que me plasm� desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que jacob vuelva a �l, y que israel se le una. mas yo era glorificado a los ojos de yahveh, mi dios era mi fuerza. [6] �poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de jacob, y de hacer volver los preservados de israel. te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvaci�n alcance hasta los confines de la tierra.� [7] as� dice yahveh, el que rescata a israel, el santo suyo, a aquel cuya vida es despreciada, y es abominado de las gentes, al esclavo de los dominadores: ver�nlo reyes y se pondr�n en pie, pr�ncipes y se postrar�n por respeto a yahveh, que es leal, al santo de israel, que te ha elegido. [8] as� dice yahveh: en tiempo favorable te escuchar�, y en d�a nefasto te asistir�. yo te form� y te he destinado a ser alianza del pueblo, para levantar la tierra, para repartir las heredades desoladas, [9] para decir a los presos: �salid�, y a los que est�n en tinieblas: �mostraos�. por los caminos pacer�n y en todos los calveros tendr�n pasto. [10] no tendr�n hambre ni sed, ni les dar� el bochorno ni el sol, pues el que tiene piedad de ellos los conducir�, y a manantiales de agua los guiar�. [11] convertir� todos mis montes en caminos, y mis calzadas ser�n levantadas. [12] mira: estos vienen de lejos, esos otros del norte y del oeste, y aqu�llos de la tierra de sinim. [13] �aclamad, cielos, y exulta, tierra! prorrumpan los montes en gritos de alegr�a, pues yahveh ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido. [14] pero dice si�n: �yahveh me ha abandonado, el se�or me ha olvidado.� [15] -�acaso olvida una mujer a su ni�o de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entra�as? pues aunque �sas llegasen a olvidar, yo no te olvido. [16] m�ralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros est�n ante m� perpetuamente. [17] apres�rense los que te reedifican, y salgan de ti los que te arruinaron y demolieron. [18] alza en torno los ojos y mira: todos ellos se han reunido y han venido a ti. �por mi vida! -or�culo de yahveh que con todos ellos como con velo nupcial te vestir�s, y te ce�ir�s con ellos como una novia. [19] porque tus ruinas y desolaciones y tu tierra arrasada van a ser ahora demasiado estrechas para tanto morador, y se habr�n alejado tus devoradores. [20] todav�a te dir�n al o�do los hijos de que fuiste privada: �el lugar es estrecho para m�, c�deme sitio para alojarme.� [21] y dir�s para ti misma: ��qui�n me ha dado a luz �stos? pues yo hab�a quedado sin hijos y est�ril, desterrada y aparte, y a �stos �qui�n los cri�? He aqu� que

yo hab�a quedado sola, pues �stos �d�nde estaban?� [22] as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo voy a alzar hacia las gentes de mi mano, y hacia los pueblos voy a levantar mi bandera; traer�n a tus hijos en brazos, y tus hijas ser�n llevadas a hombros. [23] reyes ser�n tus tutores, y sus princesas, nodrizas tuyas. rostro en tierra se postrar�n ante ti, y el polvo de tus pies lamer�n. y sabr�s que yo soy yahveh; no se avergonzar�n los que en m� esperan. [24] �se arrebata al valiente la presa, o se escapa el prisionero del guerrero? [25] pues as� dice yahveh: s�, al valiente se le quitar� el prisionero, y la presa del guerrero se le escapar�; con tus litigantes yo litigar�, y a tus hijos yo salvar�. [26] har� comer a tus opresores su propia carne, como con vino nuevo, con su sangre se embriagar�n. y sabr� todo el mundo que yo, yahveh, soy el que te salva, y el que te rescata, el fuerte de jacob. isaias cap.50 [1] as� dice yahveh: �d�nde est� esa carta de divorcio de vuestra madre a quien repudi�? o �a cu�l de mis acreedores os vend�? mirad que por vuestras culpas fuisteis vendidos, y por vuestras rebeld�as fue repudiada vuestra madre. [2] �por qu� cuando he venido no hab�a nadie, cuando he llamado no hubo quien respondiera? �acaso se ha vuelto mi mano demasiado corta para rescatar o quiz� no habr� en m� vigor para salvar? he aqu� que con un gesto seco el mar, convierto los r�os en desierto; quedan en seco sus peces por falta de agua y mueren de sed. [3] yo visto los cielos de cresp�n y los cubro de sayal. [4] el se�or yahveh me ha dado lengua de disc�pulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. ma�ana tras ma�ana despierta mi o�do, para escuchar como los disc�pulos; [5] el se�or yahveh me ha abierto el o�do. y yo no me resist�, ni me hice atr�s. [6] ofrec� mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. mi rostro no hurt� a los insultos y salivazos. [7] pues que yahveh habr�a de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedar�a avergonzado. [8] cerca est� el que me justifica: �qui�n disputar� conmigo? present�monos juntos: �qui�n es mi demandante? �que se llegue a m�! [9] he aqu� que el se�or yahveh me ayuda: �qui�n me condenar�? pues todos ellos como un vestido se gastar�n, la polilla se los comer�. [10] el que de entre vosotros tema a yahveh oiga la voz de su siervo. el que anda a oscuras y carece de claridad conf�e en el nombre de yahveh y ap�yese en su dios. [11] �oh vosotros, todos los que encend�is fuego, los que sopl�is las brasas! id a la lumbre de vuestro propio fuego y a las brasas que hab�is encendido. esto os vendr� de mi mano: en tormento yacer�is. isaias cap.51 [1] prestadme o�do, seguidores de lo justo, los que busc�is a yahveh. reparad en la pe�a de donde fuisteis tallados, y en la cavidad de pozo de donde fuisteis excavados. [2] reparad en abraham vuestro padre, y en sara, que os dio a luz; pues uno solo era cuando le llam�, pero le bendije y le multipliqu�. [3] cuando haya consolado yahveh a si�n, haya consolado todas sus ruinas y haya trocado el desierto en ed�n y la estepa en para�so de yahveh, recocijo y alegr�a se encontrar�n en ella, alabanza y son de canciones. [4] pr�stame atenci�n, pueblo m�o, mi naci�n, esc�chame; que una instrucci�n saldr� de m�, y juicio m�o para luz de las naciones. inminente, [5] cercana est� mi justicia, saldr� mi liberaci�n, y mis brazos juzgar�n a los pueblos. las islas esperan en m� y cuentan con mi brazo. [6] alzad a los cielos vuestros ojos y contemplad la tierra abajo, pues los

cielos como humareda se disipar�n, la tierra como un vestido se gastar� y sus moradores como el mosquito morir�n. pero mi salvaci�n por siempre ser�, y mi justicia se mantendr� intacta. [7] prestadme o�do, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley. no tem�is las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asust�is; [8] pues como un vestido se los comer� la polilla, y como lana los comer� la ti�a. pero mi justicia por siempre ser�, y mi salvaci�n por generaciones de generaciones. [9] �despierta, despierta, rev�stete de poder�o, oh brazo de yahveh! �despierta como en los d�as de anta�o, en las generaciones pasadas! �no eres t� el que parti� a r�hab, el que atraves� al drag�n? [10] �no eres t� el que sec� la mar, las aguas del gran oc�ano, el que troc� las honduras del mar en camino para que pasasen los rescatados? [11] los redimidos de yahveh volver�n, entrar�n en si�n entre aclamaciones, y habr� alegr�a eterna sobre sus cabezas. �regocijo y alegr�a les acompa�ar�n! �adios, el penar y suspiros! [12] yo, yo soy tu consolador. �qui�n eres t�, que tienes miedo del mortal y del hijo del hombre, al heno equiparado? [13] olvidas a yahveh, tu hacedor, el que extendi� los cielos y ciment� la tierra; y te est�s depavorido todo a lo largo del d�a ante la furia del opresor, en cuanto se aplica a destruir. pues �d�nde est� esa furia del opresor? [14] pronto saldr� libre el que est� en la c�rcel, no morir� en la hoya, no le faltar� el pan. [15] yo soy yahveh tu dios, que agito el mar y hago bramar sus olas; yahveh sebaot es mi nombre. [16] yo he puesto mis palabras en tu boca y te he escondido a la sombra de mi mano, cuando extend�a los cielos y cimentaba la tierra, diciendo a si�n: �mi pueblo eres t�.� [17] �despierta, despierta! �lev�ntate, jerusal�n! t�, que has bebido de mano de yahveh la copa de su ira. el c�liz del v�rtigo has bebido hasta vaciarlo. [18] no hay quien la gu�e de entre todos los hijos que ha dado a luz, no hay quien la tome de la mano de entre todos los hijos que ha criado. [19] estas dos cosas te han acaecido -�qui�n te conduele? saqueo y quebranto, hambre y espada -�qui�n te consuela?[20] tus hijos desfallecen, yacen, en la esquina de todas las calles como ant�lope en la red, llenos de la ira de yahveh, de la amenaza de tu dios. [21] por eso, escucha esto, pobrecilla, ebria, pero no de vino. [22] as� dice tu se�or yahveh, tu dios, defensor de tu pueblo. mira que yo te quito de la mano la copa del v�rtigo, el c�liz de mi ira; ya no tendr�s que seguir bebi�ndolo. [23] yo lo pondr� en la mano de los que te aflig�an, de los que a ti misma te dec�an: �p�strate para que pasemos�, y t� pusiste tu espalda como suelo y como calle de los que pasaban. isaias cap.52 [1] �despierta, despierta! �rev�stete de tu fortaleza, si�n! �v�stete tus ropas de gala, jerusal�n, ciudad santa! porque no volver�n a entrar en ti incircuncisos ni impuros. [2] sac�dete el polvo, lev�ntate, cautiva jerusal�n, l�brate de las ligaduras de tu cerviz, cautiva hija de si�n. [3] porque as� dice yahveh: de balde fuisteis vendidos, y sin plata ser�is rescatados. [4] s�, as� dice el se�or yahveh: a egipto baj� mi pueblo en un principio, a ser forastero all�, y luego asiria le oprimi� sin motivo. [5] y ahora, �qu� voy a hacer aqu� -or�culo de yahveh- pues mi pueblo ha sido arrebatado sin motivo? sus dominadores profieren gritos -or�culo de yahveh- y todo a lo largo del d�a mi nombre es blasfemado.

[6] por eso mi pueblo conocer� mi nombre en aquel d�a y comprender� que yo soy el que dec�a: �aqu� estoy.� [7] �qu� hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvaci�n, que dice a si�n: �ya reina tu dios!� [8] �una voz! tus vig�as alzan la voz, a una dan gritos de j�bilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de yahveh a si�n. [9] prorrumpid a una en gritos de j�bilo, soledades de jerusal�n, porque ha consolado yahveh a su pueblo, ha rescatado a jerusal�n. [10] ha desnudado yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvaci�n de nuestro dios. [11] �apartaos, apartaos, salid de all�! �cosa impura no toqu�is! �salid de en medio de ella, manteneos limpios, portadores del ajuar de yahveh! [12] pues sin prisa habr�is de salir, no ir�is a la desbandada, que va al frente de vosotros yahveh, y os cierra la retaguardia el dios de israel. [13] he aqu� que prosperar� mi siervo, ser� enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera. [14] as� como se asombraron de �l muchos -pues tan desfigurado ten�a el aspecto que no parec�a hombre, ni su apariencia era humana[15] otro tanto se admirar�n muchas naciones; ante �l cerrar�n los reyes la boca, pues lo que nunca se les cont� ver�n, y lo que nunca oyeron reconocer�n. isaias cap.53 [1] �qui�n dio cr�dito a nuestra noticia? y el brazo de yahveh �a qui�n se le revel�? [2] creci� como un reto�o delante de �l, como ra�z de tierra �rida. no ten�a apariencia ni presencia; (le vimos) y no ten�a aspecto que pudi�semos estimar. [3] despreciable y desecho de hombres, var�n de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta. [4] �y con todo eran nuestras dolencias las que �l llevaba y nuestros dolores los que soportaba! nosotros le tuvimos por azotado, herido de dios y humillado. [5] el ha sido herido por nuestras rebeld�as, molido por nuestras culpas. el soport� el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. [6] todos nosotros como ovejas erramos, cada uno march� por su camino, y yahveh descarg� sobre �l la culpa de todos nosotros. [7] fue oprimido, y �l se humill� y no abri� la boca. como un cordero al deg�ello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan est� muda, tampoco �l abri� la boca. [8] tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contempor�neos, �qui�n se preocupa? fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeld�as de su pueblo ha sido herido; [9] y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por m�s que no hizo atropello ni hubo enga�o en su boca. [10] mas plugo a yahveh quebrantarle con dolencias. si se da a s� mismo en expiaci�n, ver� descendencia, alargar� sus d�as, y lo que plazca a yahveh se cumplir� por su mano. [11] por las fatigas de su alma, ver� luz, se saciar�. por su conocimiento justificar� mi siervo a muchos y las culpas de ellos �l soportar�. [12] por eso le dar� su parte entre los grandes y con poderosos repartir� despojos, ya que indefenso se entreg� a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando �l llev� el pecado de muchos, e intercedi� por los rebledes. isaias cap.54 [1] grita de j�bilo, est�ril que no das a luz, rompe en gritos de j�bilo y alegr�a, la que no ha tenido los dolores; que m�s son los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada, dice yahveh.

[2] ensancha el espacio de tu tienda las cortinas extiende, no te detengas; alarga tus sogas, tus clavijas asegura; [3] porque a derecha e izquierda te expandir�s, tu prole heredar� naciones y ciudades desoladas poblar�n. [4] no temas, que no te avergonzar�s, ni te sonrojes, que no quedar�s confundida, pues la verg�enza de tu mocedad olvidar�s, y la afrenta de tu viudez no recordar�s jam�s. [5] porque tu esposo es tu hacedor, yahveh sebaot es su nombre; y el que te rescata, el santo de israel, dios de toda la tierra se llama. [6] porque como a mujer abandonada y de contristado esp�ritu, te llam� Yahveh; y la mujer de la juventud �es repudiada? -dice tu dios. [7] por un breve instante te abandon�, pero con gran compasi�n te recoger�. [8] en un arranque de furor te ocult� mi rostro por un instante, pero con amor eterno te he compadecido -dice yahveh tu redentor. [9] ser� para m� como en tiempos de no�: como jur� que no pasar�an las aguas de no� m�s sobre la tierra, as� he jurado que no me irritar� mas contra ti ni te amenazar�. [10] porque los montes se correr�n y las colinas se mover�n, mas mi amor de tu lado no se apartar� y mi alianza de paz no se mover� -dice yahveh, que tiene compasi�n de ti. [11] pobrecilla, azotada por los vientos, no consolada, mira que yo asiento en carbunclos tus piedras y voy a cimentarte con zafiros. [12] har� de rub� tus baluartes, tus puertas de piedras de cuarzo y todo tu t�rmino de piedras preciosas. [13] todos tus hijos ser�n disc�pulos de yahveh, y ser� grande la dicha de tus hijos. [14] en justicia ser�s consolidada. mant�nte lejos de la opresi�n, pues ya no temer�s, y del terror, pues no se acercar� a ti. [15] si alguien te ataca, no ser� de parte m�a; quienquiera que te ataque, contra ti se estrellar�. [16] he aqu� que yo he creado al herrero, que sopla en el fuego las brasas y saca los instrumentos para su trabajo. [17] yo he creado al destructor para aniquilar. ning�n arma forjada contra ti tendr� �xito, e impugnar�s a toda lengua que se levante a juicio contigo. tal ser� la heredad de los siervos de yahveh y las victorias que alcanzar�n por m� -or�culo de yahveh-. isaias cap.55 [1] �oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no ten�is plata, venid, comprad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche! [2] �por qu� gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia? hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutar�is con algo sustancioso. [3] aplicad el o�do y acudid a m�, o�d y vivir� vuestra alma. pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y files promesas hechas a david. [4] mira que por testigo de las naciones le he puesto, caudillo y legislador de las naciones. [5] mira que a un pueblo que no conoc�as has de convocar, y un pueblo que no te conoc�a, a ti correr� por amor de yahveh tu dios y por el santo de israel, porque te ha honrado. [6] buscad a yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras est� cercano. [7] deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vu�lvase a yahveh, que tendr� compasi�n de �l, a nuestro dios, que ser� grande en perdonar. [8] porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos -or�culo de yahveh-. [9] porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, as� aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros. [10] como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven all�, sino

que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que d� simiente al sembrador y pan para comer, [11] as� ser� mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornar� a m� de vac�o, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envi�. [12] s�, con alegr�a saldr�is, y en paz ser�is tra�dos. los montes y las colinas romper�n ante vosotros en gritos de j�bilo, y todos los �rboles del campo batir�n palmas. [13] en lugar del espino crecer� el cipr�s, en lugar de la ortiga crecer� el mirto. ser� para renombre de yahveh, para se�al eterna que no ser� borrada. isa�as 5 isaias cap.56 [1] as� dice yahveh: velad por la equidad y practicad la justicia, que mi salvaci�n est� para llegar y mi justicia para manifestarse. [2] dichoso el mortal que tal haga, el hombre que persevere en ello, guard�ndose de profanar el s�bado, guardando su mano de hacer nada malo. [3] que el extranjero que se adhiera a yahveh, no diga: ��de cierto que yahveh me separar� de su pueblo!� no diga el eunuco: �soy un �rbol seco.� [4] pues as� dice yahveh: respecto a los eunucos que guardan mis s�bados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, [5] yo he de darles en mi casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les dar� que no ser� borrado. [6] en cuanto a los extranjeros adheridos a yahveh para su ministerio, para amar el nombre de yahveh, y para ser sus siervos, a todo aquel que guarda el s�bado sin profanarle y a los que se mantienen firmes en mi alianza, [7] yo les traer� a mi monte santo y les alegrar� en mi casa de oraci�n. sus holocaustos y sacrificios ser�n gratos sobre mi altar. porque mi casa ser� llamada casa de oraci�n para todos los pueblos. [8] or�culo del se�or yahveh que re�ne a los dispersos de israel. a los ya reunidos todav�a a�adir� otros. [9] bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del bosque. [10] sus vig�as son ciegos, ninguno sabe nada; todos son perros mudos, no pueden ladrar; ven visiones, se acuestan, amigos de dormir. [11] son perros voraces, no conocen hartura, y ni los pastores saben entender. cada uno sigue su propio camino cada cual, hasta el �ltimo, busca su provecho [12] �venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el d�a de ma�ana ser� como el de hoy, o much�simo mejor.� isa�as 5 isaias cap.57 [1] el justo perece, y no hay quien haga caso; los hombres buenos son arrebatados, y no hay quien lo considere. cuando ante la desgracia es arrebatado el justo, [2] se va en paz. �descansen en sus lechos todos los que anduvieron en camino recto! [3] pero vosotros venid ac�, hijos de hechicera, raza ad�ltera que te prostituyes: [4] �de qui�n os mof�is? �contra qui�n abr�s la boca y sac�is la lengua? �no sois vosotros engendros de pecado, prole bastarda? [5] los que entr�is en calor entre terebintos, bajo cualquier �rbol frondoso, degolladores de ni�os en las torrenteras, debajo de los resquicios de las pe�as. [6] en las piedras lisas del torrente tengas tu parte: �ellas, ellas te toquen en suerte! que tambi�n sobre ellas vertiste libaciones, hiciste oblaci�n. �acaso con estas cosas me voy a aplacar? [7] sobre monta�a alta y empinada pusiste tu lecho. hasta all� subiste a hacer el sacrificio. [8] detr�s de la puerta y de la jamba pusiste tu memorial. s�, te desnudaste,

subiste, y no conmigo, a tu lecho, y lo extendiste. llegaste a un acuerdo con aquellos con quienes te plugo acostarte, mirando el monumento. [9] te has acercado con aceite para m�lek, multiplicaste tus aromas. enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el seol. [10] de tanto caminar te cansaste, pero sin decir: �me rindo.� hallaste el vigor de tu mano, y as� no quedaste debilitada. [11] pues bien, �de qui�n te asustaste y tuviste miedo, que fuiste embustera, y de m� no te acordaste, no hiciste caso de ello? �no es que porque me call� desde siempre, a m� no me temiste? [12] yo voy a denunciar tu virtud y tus hechos, y no te aprovechar�n. [13] cuando grites, que te salven los reunidos en torno a ti, que a todos ellos los llevar� el viento, los arrebatar� el aire. pero aquel que se ampare en m� poseer� la tierra y heredar� mi monte santo. [14] entonces se dir�: reparad, reparad, abrid camino, quitad los obst�culos del camino de mi pueblo. [15] que as� dice el excelso y sublime, el que mora por siempre y cuyo nombre es santo. �en lo excelso y sagrado yo moro, y estoy tambi�n con el humillado y abatido de esp�ritu, para avivar el esp�ritu de los abatidos, para avivar el �nimo de los humillados. [16] pues no disputar� por siempre ni estar� eternamente enojado, pues entonces el esp�ritu ante m� desmayar�a y las almas que yo he creado. [17] por culpa de su codicia me enoj� y le her�, ocult�ndome en mi enojo. pero el rebelde segu�a su capricho. [18] sus caminos vi. yo le curar� y le guiar�, y le dar� �nimos a �l y a los que con �l lloraban, [19] poniendo alabanza en los labios: �paz, paz al de lejos y al de cerca! -dice yahveh-. yo le curar�.� [20] los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas lanzan cieno y lodo. [21] �no hay paz para los malvados� -dice mi dios-. isaias cap.58 [1] clama a voz en grito, no te moderes; levanta tu voz como cuerno y denuncia a mi pueblo su rebeld�a y a la casa de jacob sus pecados. [2] a m� me buscan d�a a d�a y les agrada conocer mis caminos, como si fueran gente que la virtud practica y el rito de su dios no hubiesen abandonado. me preguntan por las leyes justas, la vecindad de su dios les agrada. [3] -�por qu� ayunamos, si t� no lo ves? �para qu� nos humillamos, si t� no lo sabes? -es que el d�a en que ayunabais, buscabais vuestro negocio y explotabais a todos vuestros trabajadores. [4] es que ayun�is para litigio y pleito y para dar de pu�etazos a malvados. no ayun�is como hoy, para hacer o�r en las alturas vuestra voz. [5] �acaso es �ste el ayuno que yo quiero el d�a en que se humilla el hombre? �hab�a que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? �a eso llam�is ayuno y d�a grato a yahveh? [6] �no ser� m�s bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo? [7] �no ser� partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? �que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes? [8] entonces brotar� tu luz como la aurora, y tu herida se curar� r�pidamente. te preceder� tu justicia, la gloria de yahveh te seguir�. [9] entonces clamar�s, y yahveh te responder�, pedir�s socorro, y dir�: �aqu� estoy.� si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad, [10] repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecer� en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti ser� como mediod�a. [11] te guiar� Yahveh de continuo, hartar� en los sequedales tu alma, dar� vigor

a tus huesos, y ser�s como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. [12] reedificar�n, de ti, tus ruinas antiguas, levantar�s los cimientos de pasadas generaciones, se te llamar� Reparador de brechas, y restaurador de senderos frecuentados. [13] si apartas del s�bado tu pie, de hacer tu negocio en el d�a santo, y llamas al s�bado �delicia�, al d�a santo de yahveh �honorable�, y lo honras evitando tus viajes, no buscando tu inter�s ni tratando asuntos, [14] entonces te deleitar�s en yahveh, y yo te har� cabalgar sobre los altozanos de la tierra. te alimentar� con la heredad de jacob tu padre; porque la boca de yahveh ha hablado. isaias cap.59 [1] mirad, no es demasiado corta la mano de yahveh para salvar, ni es duro su o�do para o�r, [2] sino que vuestras faltas os separaron a vosotros de vuestro dios, y vuestros pecados le hicieron esconder su rostro de vosotros para no o�r. [3] porque vuestras manos est�n manchadas de sangre y vuestros dedos de culpa, vuestros labios hablan falsedad y vuestra lengua habla perfidia. [4] no hay quien clame con justicia ni quien juzgue con lealtad. se conf�an en la nada y hablan falsedad, conciben malicia y dan a luz iniquidad. [5] hacen que rompan su cascar�n las v�boras y tejen telas de ara�a; el que come de sus huevos muere, y si son aplastados sale una v�bora. [6] sus hilos no sirven para vestido ni con sus tejidos se pueden cubrir. sus obras son obras inicuas y acciones violentas hay en sus manos. [7] sus pies corren al mal y se apresuran a verter sangre inocente. sus proyectos son proyectos inicuos, destrucci�n y quebranto en sus caminos. [8] camino de paz no conocen, y derecho no hay en sus pasos. tuercen sus caminos para provecho propio, ninguno de los que por ellos pasan conoce la paz. [9] por eso se alej� de nosotros el derecho y no nos alcanz� la justicia. esper�bamos la luz, y hubo tinieblas, la claridad, y anduvimos en oscuridad. [10] palpamos la pared como los ciegos y como los que no tienen ojos vacilamos. tropezamos al mediod�a como si fuera al anochecer, y habitamos entre los sanos como los muertos. [11] todos nosotros gru�imos como osos y zureamos sin cesar como palomas. esperamos el derecho y no hubo, la salvaci�n, y se alej� de nosotros. [12] porque fueron muchas nuestras rebeld�as delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros, pues nuestras rebeld�as nos acompa�an y conocemos nuestras culpas: [13] rebelarse y renegar de yahveh, apartarse de seguir a nuestro dios, hablar de opresi�n y revueltas, concebir y musitar en el coraz�n palabras enga�osas. [14] porque ha sido rechazado el juicio y la justicia queda lejos. porque la verdad en la plaza ha tropezado y la rectitud no puede entrar. [15] la verdad se echa en falta y el que se aparta del mal es despojado. lo vio yahveh y pareci� mal a sus ojos que no hubiera derecho. [16] vio que no hab�a nadie y se maravill� de que no hubiera intercesor. entonces le salv� su brazo y su justicia le sostuvo. [17] se puso la justicia como coraza y el casco de salvaci�n en su cabeza. se puso como t�nica vestidos de venganza y se visti� el celo como un manto. [18] seg�n los merecimientos as� pagar�: ira para sus opresores y represalia para sus enemigos. dar� a las islas su merecido. [19] temer�n desde occidente el nombre de yahveh y desde el oriente ver�n su gloria, pues vendr� como un torrente encajonado contra el que irrumpe con fuerza el soplo de yahveh. [20] vendr� a si�n para rescatar, a aquellos de jacob que se conviertan de su rebeld�a. -or�culo de yahveh-. [21] cuanto a m�, esta es la alianza con ellos, dice yahveh. mi esp�ritu que ha

venido sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios no caer�n de tu boca ni de la boca de tu descendencia ni de la boca de la descendencia de tu descendencia, dice yahveh, desde ahora y para siempre. isaias cap.60 [1] �arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de yahveh sobre ti ha amanecido! [2] pues mira c�mo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece yahveh y su gloria sobre ti aparece. [3] caminar�n las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada. [4] alza los ojos en torno y mira: todos se re�nen y vienen a ti. tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos. [5] t� entonces al verlo te pondr�s radiante, se estremecer� y se ensanchar� tu coraz�n, porque vendr�n a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendr�n a ti. [6] un sin fin de camellos te cubrir�, j�venes dromedarios de madi�n y ef�. todos ellos de sab� vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a yahveh. [7] todas las ovejas de quedar se api�ar�n junto a ti, los machos cabr�os de nebayot estar�n a tu servicio. subir�n en holocausto agradable a mi altar, y mi hermosa casa hermosear� a�n m�s. [8] �qui�nes son �stos que como nube vuelan, como palomas a sus palomares? [9] los barcos se juntan para m�, los nav�os de tarsis en cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre de yahveh tu dios y por el santo de israel, que te hermosea. [10] hijos de extranjeros construir�n tus muros, y sus reyes se pondr�n a tu servicio, porque en mi c�lera te her�, pero en mi benevolencia he tenido compasi�n de ti. [11] abiertas estar�n tus puertas de continuo; ni de d�a ni de noche se cerrar�n, para dejar entrar a ti las riquezas de las naciones, tra�das por sus reyes. [12] pues la naci�n y el reino que no se sometan a ti perecer�n, esas naciones ser�n arruinadas por completo. [13] la gloria del l�bano vendr� a ti, el cipr�s, el olmo y el boj a una, a embellecer mi lugar santo y honrar el lugar donde mis pies reposan. [14] acudir�n a ti encorvados los hijos de los que te humillaban, se postrar�n a tus pies todos los que te menospreciaban, y te llamar�n la ciudad de yahveh, la si�n del santo de israel. [15] en vez de estar t� abandonada, aborrecida y sin viandantes, yo te convertir� en lozan�a eterna, gozo de siglos y siglos. [16] te nutrir�s con la leche de las naciones, con las riquezas de los reyes ser�s amamantada, y sabr�s que yo soy yahveh tu salvador, y el que rescata, el fuerte de jacob. [17] en vez de bronce traer� oro, en vez de hierro traer� plata, en vez de madera, bronce, y en vez de piedras, hierro. te pondr� como gobernantes la paz, y por gobierno la justicia. [18] no se oir� m�s hablar de violencia en tu tierra, ni de despojo o quebranto en tus fronteras, antes llamar�s a tus murallas �salvaci�n� y a tus puertas �alabanza�. [19] no ser� para ti ya nunca m�s el sol luz del d�a, ni el resplandor de la luna te alumbrar� de noche, sino que tendr�s a yahveh por luz eterna, y a tu dios por tu hermosura. [20] no se pondr� jam�s tu sol, ni tu luna menguar�, pues yahveh ser� para ti luz eterna, y se habr�n acabado los d�as de tu luto. [21] todos los de tu pueblo ser�n justos, para siempre heredar�n la tierra; reto�o de mis plantaciones, obra de mis manos para manifestar mi gloria. [22] el m�s peque�o vendr� a ser un millar, el m�s chiquito, una naci�n poderosa. yo, yahveh, a su tiempo me apresurar� a cumplirlo.

isaias cap.61 [1] el esp�ritu del se�or yahveh est� sobre m�, por cuanto que me ha ungido yahveh. a anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberaci�n, y a los reclusos la libertad; [2] a pregonar a�o de gracia de yahveh, d�a de venganza de nuestro dios; para consolar a todos los que lloran, [3] para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de esp�ritu abatido. se les llamar� robles de justicia, plantaci�n de yahveh para manifestar su gloria. [4] edificar�n las ruinas seculares, los lugares de antiguo desolados levantar�n, y restaurar�n las ciudades en ruinas, los lugares por siempre desolados. [5] vendr�n extranjeros y apacentar�n vuestros reba�os, e hijos de extra�os ser�n vuestros labradores y vi�adores. [6] y vosotros ser�is llamados �sacerdotes de yahveh�, �ministros de nuestro dios� se os llamar�. la riqueza de las naciones comer�is y en su gloria les suceder�is. [7] por cuanto su verg�enza hab�a sido doble, y en lugar de afrenta, gritos de regocijo fueron su herencia, por eso en su propia tierra heredar�n el doble, y tendr�n ellos alegr�a eterna. [8] pues yo, yahveh, amo el derecho y aborrezco la rapi�a y el crimen. les dar� el salario de su trabajo lealmente, y alianza eterna pactar� con ellos. [9] ser� conocida en las naciones su raza y sus v�stagos entre los pueblos; todos los que los vean reconocer�n que son raza bendita de yahveh. [10] �con gozo me gozar� en yahveh, exulta mi alma en mi dios, porque me ha revestido de ropas de salvaci�n, en manto de justicia me ha envuelto como el esposo se pone una diadema, como la novia se adorna con aderezos. [11] porque, como una tierra hace germinar plantas y como un huerto produce su simiente, as� el se�or yahveh hace germinar la justicia y la alabanza en presencia de todas las naciones.� isa�as 6 isaias cap.62 [1] por amor de si�n no he de callar, por amor de jerusal�n no he de estar quedo, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvaci�n brille como antorcha. [2] ver�n las naciones tu justicia, todos los reyes tu gloria, y te llamar�n con un nombre nuevo que la boca de yahveh declarar�. [3] ser�s corona de adorno en la mano de yahveh, y tiara real en la palma de tu dios. [4] no se dir� de ti jam�s �abandonada�, ni de tu tierra se dir� jam�s �desolada�, sino que a ti se te llamar� �mi complacencia�, y a tu tierra, �desposada�. porque yahveh se complacer� en ti, y tu tierra ser� desposada. [5] porque como se casa joven con doncella, se casar� contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozar� por ti tu dios. [6] sobre los muros de jerusal�n he apostado guardianes; ni en todo el d�a ni en toda la noche estar�n callados. los que hac�is que yahveh recuerde, no guard�is silencio. [7] no le dej�is descansar, hasta que restablezca, hasta que trueque a jerusal�n en alabanza en la tierra. [8] ha jurado yahveh por su diestra y por su fuerte brazo: �no dar� tu grano jam�s por manjar a tus enemigos. no beber�n hijos de extra�os tu mosto por el que te fatigaste, [9] sino que los que lo cosechen lo comer�n y alabar�n a yahveh, y los que los recolecten lo beber�n en mis atrios sagrados.� [10] �pasad, pasad por las puertas! �abrid camino al pueblo! �reparad, reparad el camino, y limpiadlo de piedras! �izad pend�n hacia los pueblos! [11] mirad que yahveh hace o�r hasta los confines de la tierra: �decid a la hija

de si�n: mira que viene tu salvaci�n; mira, su salario le acompa�a, y su paga le precede. [12] se les llamar� "pueblo santo", "rescatados de yahveh"; y a ti se te llamar� "buscada", "ciudad no abandonada".� isa�as 6 isaias cap.63 [1] -�qui�n es �se que viene de edom, de bosr�, con ropaje te�ido de rojo? �ese del vestido esplendoroso, y de andar tan esforzado? -soy yo que hablo con justicia, un gran libertador. [2] -y �por qu� est� de rojo tu vestido, y tu ropaje como el de un lagarero? [3] -el lagar he pisado yo solo; de mi pueblo no hubo nadie conmigo. los pis� con ira, los pate� con furia, y salpic� su sangre mis vestidos, y toda mi vestimenta he manchado. [4] �era el d�a de la venganza que ten�a pensada, el a�o de mi desquite era llegado! [5] mir� bien y no hab�a auxiliador; me asombr� de que no hubiera quien apoyase. as� que me salv� mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo. [6] pisote� a pueblos en mi ira, los pise con furia e hice correr por tierra su sangre. [7] las misericordias de yahveh quiero recordar, las alabanzas de yahveh, por todo lo que nos ha premiado yahveh, por la gran bondad para la casa de israel, que tuvo con nosotros en su misericordia, y por la abundancia de sus bondades. [8] dijo �l: �de cierto que ellos son mi pueblo, hijos que no enga�ar�n.� y fue �l su salvador [9] en todas sus angustias. no fue un mensajero ni un �ngel: �l mismo en persona los liber�. Por su amor y su compasi�n �l los rescat�: los levant� y los llev� todos los d�as desde siempre. [10] mas ellos se rebelaron y contristaron a su esp�ritu santo, y �l se convirti� en su enemigo, guerre� contra ellos. [11] entonces se acord� de los d�as antiguos, de mois�s su siervo. �d�nde est� el que los sac� de la mar, el pastor de su reba�o? �d�nde el que puso en �l su esp�ritu santo, [12] el que hizo que su brazo fuerte marchase al lado de mois�s, el que hendi� las aguas ante ellos para hacerse un nombre eterno, [13] el que les hizo andar por los abismos como un caballo por el desierto, sin que tropezaran, [14] cual ganado que desciende al valle? el esp�ritu de yahveh los llev� a descansar. as� guiaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso. [15] observa desde los cielos y ve desde tu aposento santo y glorioso. �d�nde est� tu celo y tu fuerza, la conmoci�n de tus entra�as? �es que tus entra�as se han cerrado para m�? [16] porque t� eres nuestro padre, que abraham no nos conoce, ni israel nos recuerda. t�, Yahveh, eres nuestro padre, tu nombre es �el que nos rescata� desde siempre. [17] �por qu� nos dejaste errar, yahveh, fuera de tus caminos, endurecerse nuestros corazones lejos de tu temor? vu�lvete, por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad. [18] �por qu� el enemigo ha invalido tu santuario, tu santuario han pisoteado nuestros opresores? [19] somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama por tu nombre. �ah si rompieses los cielos y descendieses -ante tu faz los montes se derretir�an, isaias cap.64 [1] como prende el fuego en la hojarasca, como el fuego hace hervir al agua -para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, y hacer temblar a las naciones ante ti,

[2] haciendo t� cosas terribles, inesperadas. (t� descendiste: ante tu faz, los montes se derretir�n.) [3] nunca se oy�. No se oy� decir, ni se escuch�, ni ojo vio a un dios, sino a ti, que tal hiciese para el que espera en �l. [4] te haces encontradizo de quienes se alegran y practican justicia y recuerdan tus caminos. he aqu� que estuviste enojado, pero es que fuimos pecadores; estamos para siempre en tu camino y nos salvaremos. [5] somos como impuros todos nosotros, como pa�o inmundo todas nuestras obras justas. ca�mos como la hoja todos nosotros, y nuestras culpas como el viento nos llevaron. [6] no hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse a ti. pues encubriste tu rostro de nosotros, y nos dejaste a merced de nuestras culpas. [7] pues bien, yahveh, t� eres nuestro padre. nosotros la arcilla, y t� nuestro alfarero, la hechura de tus manos todos nosotros. [8] no te irrites, yahveh, demasiado, ni para siempre recuerdes la culpa. ea, mira, todos nosotros somos tu pueblo. [9] tus ciudades santas han quedado desiertas, si�n desierta ha quedado, jerusal�n desolada. [10] nuestra casa santa y gloriosa, en donde te alabaron nuestros padres, ha parado en hoguera de fuego, y todas nuestras cosas m�s queridas han parado en ruinas. [11] �es que ante esto te endurecer�s, yahveh, callar�s y nos humillar�s sin medida? isa�as 6 isaias cap.65 [1] me he hecho encontradizo de quienes no preguntaban por m�; me he dejado hallar de quienes no me buscaban. dije: �aqu� estoy, aqu� estoy� a gente que no invocaba mi nombre. [2] alargu� mis manos todo el d�a hacia un pueblo rebelde que sigue un camino equivocado en pos de sus pensamientos; [3] pueblo que me irrita en mi propia cara de continuo, que sacrifican en los jardines y queman incienso sobre ladrillos; [4] que habitan en tumbas y en antros hacen noche; que comen carne de cerdo y bazofia descompuesta en sus cacharros; [5] los que dicen: �qu�date ah�, no te llegues a m�, que te santificar�a.� estos son humo en mi nariz, fuego que abrasa siempre. [6] mirad que est� escrito delante de m�: no callar� hasta no haber puesto su paga en su seno, [7] la de vuestras culpas y las de vuestros padres juntamente -dice yahveh- que quemaron incienso en los montes y en las colinas me afrentaron; pero yo voy a medirles la paga de su obra y se la pondr� en su seno. [8] as� dice yahveh: como cuando se encuentra mosto en el racimo y se dice: �no lo eches a perder, porque es una bendici�n�, as� har� yo por amor de mis siervos, evitando destruirlos a todos. [9] sacar� de jacob simiente y de jud� heredero de mis montes; los heredar�n mis elegidos y mis siervos morar�n all�. [10] sar�n ser� majada de ovejas y el valle de akor corral de vacas para mi pueblo, los que me buscaron. [11] mas vosotros, los que abandon�is a yahveh, los que olvid�is mi monte santo, los que pon�is una mesa a gad y llen�is una copa a men�, [12] yo os destino a la espada y todos vosotros caer�is degollados, porque os llam� y no respondisteis, habl� y no o�steis, sino que hicisteis lo que me desagrada, y lo que no me gusta elegisteis. [13] por tanto, as� dice el se�or yahveh: mirad que mis siervos comer�n, mas vosotros tendr�is hambre; mirad que mis siervos beber�n, mas vosotros tendr�is sed; mirad que mis siervos se alegrar�n, mas vosotros padecer�is verg�enza; [14] mirad que mis siervos cantar�n con coraz�n dichoso, mas vosotros gritar�is

con coraz�n triste, y con esp�ritu quebrantado gemir�is. [15] dejar�is vuestro nombre a mis elegidos para que sirva de imprecaci�n: ��as� te haga morir el se�or yahveh...!�, pero a sus siervos les dar� un nombre nuevo [16] tal que, quien desee ser bendecido en la tierra, desear� serlo en el dios del am�n, y quien jurare en la tierra, jurar� en el dios del am�n; cuando se hayan olvidado las angustias primeras, y cuando est�n ocultas a mis ojos. [17] pues he aqu� que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no ser�n mentados los primeros ni vendr�n a la memoria; [18] antes habr� gozo y regocijo por siempre jam�s por lo que voy a crear. pues he aqu� que yo voy a crear a jerusal�n �regocijo�, y a su pueblo �alegr�a�; [19] me regocijar� por jerusal�n y me alegrar� por mi pueblo, sin que se oiga all� jam�s lloro ni quejido. [20] no habr� all� jam�s ni�o que viva pocos d�as, o viejo que no llene sus d�as, pues morir joven ser� morir a los cien a�os, y el que no alcance los cien a�os ser� porque est� maldito. [21] edificar�n casas y las habitar�n, palatar�n vi�as y comer�n su fruto. [22] no edificar�n para que otro habite, no plantar�n para que otro coma, pues cuanto vive un �rbol vivir� mi pueblo, y mis elegidos disfrutar�n del trabajo de sus manos. [23] no se fatigar�n en vano ni tendr�n hijos para sobresalto, pues ser�n raza bendita de yahveh ellos y sus reto�os con ellos. [24] antes que me llamen, yo responder�; a�n estar�n hablando, y yo les escuchar�. [25] lobo y cordero pacer�n a una, el le�n comer� paja como el buey, y la serpiente se alimentar� de polvo, no har�n m�s da�o ni perjuicio en todo mi santo monte -dice yahveh. isaias cap.66 [1] as� dice yahveh: los cielos son mi trono y la tierra el estrado de mis pies, pues �qu� casa vais a edificarme, o qu� lugar para mi reposo, [2] si todo lo hizo mi mano, y es m�o todo ello? -or�culo de yahveh-. y �en qui�n voy a fijarme? en el humilde y contrito que tiembla a mi palabra. [3] se inmola un buey, se abate un hombre, se sacrifica una oveja, se desnuca un perro, se ofrece en oblaci�n sangre de cerdo, se hace un memorial de incienso, se bendice a los �dolos. ellos mismos eligieron sus propios caminos y en sus monstruos abominables hall� su alma complacencia. [4] tambi�n yo elegir� el vejarlos y sus temores traer� sobre ellos, por cuanto que llam� y nadie respondi�, habl� y no escucharon, sino que hicieron lo que me parece mal y lo que no me gusta eligieron. [5] escuchad la palabra de yahveh, los que tembl�is a su palabra. dijeron vuestros hermanos que os aborrecen, que os rechazan por causa de mi nombre: �que yahveh muestre su gloria y veamos vuestra alegr�a.� pero ellos quedar�n avergonzados. [6] voz estruendosa viene de la ciudad, voz del templo: la voz de yahveh que paga el merecido a sus enemigos. [7] antes de tener dolores dio a luz, antes de llegarle el parto dio a luz var�n. [8] �qui�n oy� tal? �qui�n vio cosa semejante? �es dado a luz un pa�s en un solo d�a? �o nace un pueblo todo de una vez? pues bien: tuvo dolores y dio a luz si�n a sus hijos. [9] �abrir� yo el seno sin hacer dar a luz -dice yahveh- o lo cerrar� yo, que hago dar a luz? -dice tu dios. [10] alegraos, jerusal�n, y regocijaos por ella todos los que la am�is, llenaos de alegr�a por ella todos los que por ella hac�ais duelo; [11] de modo que mam�is y os hart�is del seno de sus consuelos, de modo que chup�is y os deleit�is de los pechos de su gloria. [12] porque as� dice yahveh: mirad que yo tiendo hacia ella, como r�o la paz, y como raudal desbordante la gloria de las naciones, ser�is alimentados, en brazos

ser�is llevados y sobre las rodillas ser�is acariciados. [13] como uno a quien su madre le consuela, as� yo os consolar� (y por jerusal�n ser�is consolados). [14] al verlo se os regocijar� el coraz�n, vuestros huesos como el c�sped florecer�n, la mano de yahveh se dar� a conocer a sus siervos, y su enojo a sus enemigos. [15] pues he aqu� que yahveh en fuego viene y como torbellino son sus carros, para desfogar su c�lera con ira y su amenaza con llamas de fuego. [16] porque con fuego yahveh va a juzgar y con su espada a toda carne, y ser�n muchas las v�ctimas de yahveh. [17] los que se consagran y los que se purifican en los jardines, detr�s de uno que est� en medio, que comen carne de cerdo, cosas inmundas y de rata, a una ser�n eliminados con sus acciones y sus pensamientos, -or�culo de yahveh-. [18] yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendr�n y ver�n mi gloria. [19] pondr� en ellos se�al y enviar� de ellos algunos escapados a las naciones: a tarsis, put y lud, m�sek, ros, t�bal, yav�n; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. ellos anunciar�n mi gloria a las naciones. [20] y traer�n a todos vuestros hermanos de todas las naciones como oblaci�n a yahveh -en caballos, carros, literas, mulos y dromaderios- a mi monte santo de jerusal�n -dice yahveh- como traen los hijos de israel la oblaci�n en recipiente limpio a la casa de yahveh. [21] y tambi�n de entre ellos tomar� para sacerdotes y levitas -dice yahveh. [22] porque as� como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecen en mi presencia -or�culo de yahveh- as� permanecer� vuestra raza y vuestro nombre. [23] as� pues, de luna en luna nueva y de s�bado en s�bado, vendr� todo el mundo a prosternarse ante m� -dice yahveh. [24] y en saliendo, ver�n los cad�veres de aquellos que se rebelaron contra m�; su gusano no morir� su fuego no se apagar�, y ser�n el asco de todo el mundo. jeremias cap.1 [1] palabras de jerem�as, hijo de jilqu�as, de los sacerdotes de anatot, en la tierra de benjam�n, [2] a quien fue dirigida la palabra de yahveh en tiempo de jos�as, hijo de am�n, rey de jud�, en el a�o trece de su reinado, [3] y despu�s en tiempo de yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�, hasta cumplirse el a�o und�cimo de sedec�as, hijo de jos�as, rey de jud�, o sea, hasta la deportaci�n de jerusal�n en el mes quinto. [4] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [5] antes de haberte formado yo en el seno materno, te conoc�a, y antes que nacieses, te ten�a consagrado: yo profeta de las naciones te constitu�. [6] yo dije: ��ah, se�or yahveh! mira que no s� expresarme, que soy un muchacho.� [7] y me dijo yahveh: no digas: �soy un muchacho�, pues adondequiera que yo te env�e ir�s, y todo lo que te mande dir�s. [8] no les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte -or�culo de yahveh-. [9] entonces alarg� Yahveh su mano y toc� mi boca. y me dijo yahveh: mira que he puesto mis palabras en tu boca. [10] desde hoy mismo te doy autoridad sobre las gentes y sobre los reinos para extirpar y destruir, para peder y derrocar, para reconstruir y plantar. [11] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: ��qu� est�s viendo, jerem�as?� �una rama de almendro estoy viendo.� [12] y me dijo yahveh: �bien has visto. pues as� soy yo, velador de mi palabra para cumplirla.� [13] nuevamente me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: ��qu� est�s viendo?� �un puchero hirviendo estoy viendo, que se vuelca de norte a sur.� [14] y me dijo yahveh: �es que desde el norte se iniciar� el desastre sobre todos los moradores de esta tierra.

[15] porque en seguida llamo yo a todas las familias reinos del norte -or�culo de yahveh- y vendr�n a instalarse a las mismas puertas de jerusal�n, y frente a todas sus murallas en torno, y contra todas las ciudades de jud�, [16] a las que yo sentenciar� por toda su malicia: por haberme dejado a m� para ofrecer incienso a otros dioses, y adorar la obra de sus propias manos. [17] por tu parte, te apretar�s la cintura, te alzar�s y les dir�s todo lo que yo te mande. no desmayes ante ellos, y no te har� yo demayar delante de ellos; [18] pues, por mi parte, mira que hoy te he convertido en plaza fuerte, en pilar de hierro, en muralla de bronce frente a toda esta tierra, as� se trate de los reyes de jud� como de sus jefes, de sus sacerdotes o del pueblo de la tierra. [19] te har�n la guerra, mas no podr�n contigo, pues contigo estoy yo -or�culo de yahveh- para salvarte.� jeremias cap.2 [1] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [2] ve y grita a los o�dos de jerusal�n: as� dice yahveh: de ti recuerdo tu cari�o juvenil, el amor de tu noviazgo; aquel seguirme t� por el desierto, por la tierra no sembrada. [3] consagrado a yahveh estaba israel, primicias de su cosecha. �quienquiera que lo coma, ser� reo; mal le suceder� -or�culo de yahveh-. [4] o�d la palabra de yahveh, casa de jacob, y todas las familias de la casa de israel. [5] as� dice yahveh: �qu� encontraban vuestros padres en m� de torcido, que se alejaron de mi vera, y yendo en pos de la vanidad se hicieron vanos? [6] en cambio no dijeron: ��d�nde est� Yahveh, que nos subi� de la tierra de egipto, que nos llev� por el desierto, por la estepa y la paramera, por tierra seca y sombr�a, tierra por donde nadie pasa y en donde nadie se asienta?� [7] luego os traje a la tierra del vergel, para comer su fruto y su bien. llegasteis y ensuciasteis mi tierra, y pusisteis mi heredad asquerosa. [8] los sacerdotes no dec�an: ��d�nde est� Yahveh?�; ni los peritos de la ley me conoc�an; y los pastores se rebelaron contra m�, y los profetas profetizaban por baal, y en pos de los in�tiles andaban. [9] por eso, continuar� litigando con vosotros -or�culo de yahveh- y hasta con los hijos de vuestros hijos litigar�. [10] porque, en efecto, pasad a las islas de los kittim y ved, enviad a quedar quien investigue a fondo, pensadlo bien y ved si aconteci� cosa tal: [11] si las gentes cambiaron de dioses -�aunque aqu�llos no son dioses!-. pues mi pueblo ha trocado su gloria por el in�til. [12] pasmaos, cielos, de ello, erizaos y cobrad gran espanto -or�culo de yahveh-. [13] doble mal ha hecho mi pueblo: a m� me dejaron, manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen. [14] �es un esclavo israel, o naci� siervo? pues �c�mo es que ha servido de bot�n? [15] contra �l rugieron leoncillos, dieron voces y dejaron su pa�s hecho una desolaci�n, sus ciudades incendiadas, sin habitantes. [16] hasta los hijos de nof y de tafnis te han rapado el cr�neo. [17] �no te ha sucedido esto por haber dejado a yahveh tu dios cuando te guiaba en tu camino? [18] y entonces, �qu� cuenta te tiene encaminarte a egipto para beber las aguas del nilo?, o �qu� cuenta te tiene encaminarte a asur para beber las aguas del r�o? [19] que te ense�e tu propio da�o, que tus apostas�as te escarmienten; reconoce y ve lo malo y amargo que te resulta el dejar a yahveh tu dios y no temblar ante m� -or�culo del se�or yahveh sebaot-. [20] oh t�, que rompiste desde siempre el yugo y, sacudiendo las coyundas, dec�as: ��no servir�!�, t�, que sobre todo otero prominente y bajo todo �rbol frondoso estabas yaciendo, prostituta. [21] yo te hab�a plantado de la cepa selecta, toda entera de simiente leg�tima.

pues �c�mo te has mudado en sarmiento de vid bastarda? [22] porque, as� te blanquees con salitre y te des cantidad de lej�a, se te nota la culpa en mi presencia -or�culo del se�or yahveh-. [23] c�mo dices: �no estoy manchada; en pos de los baales no anduve?� �mira tu rastro en el valle! reconoce lo que has hecho, camellita liviana que trenza sus derroteros, [24] irrumpe en el desierto y en puro celo se bebe los vientos: su estro, �qui�n lo calmar�? cualquiera que la busca la topa, �bien acompa�ada la encuentra! [25] guarda tu pie de la descalcez y tu garganta de la sed. pero t� dices: �no hay remedio: a m� me gustan los extranjeros, y tras ellos he de ir.� [26] cual se averg�enza el ladr�n cuando es sorprendido, as� se ha avergonzado la casa de israel: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, [27] los que dicen al madero: �mi padre eres t�, y a la piedra: �t� me diste a luz.� tras de volverme la espalda, que no la cara, al tiempo de su mal dice: ��lev�ntate y s�lvanos!� [28] pues �d�nde est�n tus dioses, los que t� mismo te hiciste? �que se levanten ellos, a ver si te salvan en tiempo de desgracia! pues cuantas son tus ciudades, otros tantos son tus dioses, jud�; (y cuantas calles cuenta jerusal�n, otros tantos altares hay de baal). [29] �por qu� os querell�is conmigo, si todos vosotros os hab�is rebelado contra m�? -or�culo de yahveh-. [30] en vano golpe� a vuestros hijos, pues no aprendieron. ha devorado vuestra espada a vuestos profetas, como el le�n cuando estraga. [31] �vaya generaci�n la vuestra!; atended a la palabra de yahveh: �fui yo un desierto para israel o una tierra malhadada? �por qu�, entonces, dice mi pueblo: ��bajemos! no vendremos m�s a ti.�? [32] �se olvida la doncella de su aderezo, la novia de su cinta? pues mi pueblo s� que me ha olvidado d�as sin n�mero. [33] �qu� hermoso te parece tu camino en busca del amor! a la verdad, hasta con maldades aprendiste tus caminos. [34] en tus mismas haldas se encontraban manchas de sangre de las almas de pobres inocentes: no los sorprendiste en escalo. y con todo eso, [35] dices: �soy inocente; basta ya de ira contra m�.� pues bien, aqu� me tienes para discutir contigo eso que has dicho: �no he pecado.� [36] �cu�nta ligereza la tuya para cambiar de direcci�n! tambi�n de egipto te avergonzar�s como te avergonzaste de asur. [37] tambi�n de �sta saldr�s con las manos en la cabeza. porque yahveh ha rechazado aquello en que conf�as, y no saldr�s bien de ello. jeremias cap.3 [1] �supongamos que despide un marido a su mujer; ella se va de su lado y es de otro hombre: �podr� volver a �l? �no ser�a como una tierra manchada?� pues bien, t� has fornicado con muchos compa�eros, �y vas a volver a m�! -or�culo de yahveh-. [2] alza los ojos a los calveros y mira: �en d�nde no fuiste gozada? a la vera de los caminos te sentabas para ellos, como el �rabe en el desierto, y manchaste la tierra con tus fornicaciones y malicia. [3] se suspendieron las lloviznas de oto�o, y falt� lluvia tard�a; pero t� ten�as rostro de mujer descarada, rehusaste avergonzarte. [4] �es que entonces mismo no me llamabas: �padre m�o; el amigo de mi juventud eres t�?; [5] �tendr� rencor para siempre?, �lo guardar� hasta el fin?� ah� tienes c�mo has hablado; las maldades que hiciste las has colmado. [6] yahveh me dijo en tiempos del rey jos�as: �has visto lo que hizo israel, la ap�stata? andaba ella sobre cualquier monte elevado y bajo cualquier �rbol frondoso, fornicando all�. [7] en vista de lo que hab�a hecho, dije: �no vuelvas a m�.� y no volvi�. Vio esto su hermana jud�, la p�rfida;

[8] vio que a causa de todas las fornicaciones de israel, la ap�stata, yo la hab�a despedido d�ndole su carta de divorcio; pero no hizo caso su hermana jud�, la p�rfida, sino que fue y fornic� tambi�n ella, [9] tanto que por su liviandad en fornicar manch� la tierra, y fornic� con la piedra y con el le�o. [10] a pesar de todo, su hermana jud�, la p�rfida, no se volvi� a m� de todo coraz�n, sino enga�osamente -or�culo de yahveh. [11] y me dijo yahveh: m�s justa se ha manifestado israel, la ap�stata, que jud�, la p�rfida. [12] anda y pregona estas palabras al norte y di: vuelve, israel ap�stata, -or�culo de yahveh-; no estar� airado mi semblante contra vosotros, porque piadoso soy -or�culo de yahveh- no guardo rencor para siempre. [13] tan s�lo reconoce tu culpa, pues contra yahveh tu dios te rebelaste, frecuentaste a extranjeros bajo todo �rbol frondoso, y mi voz no o�steis -or�culo de yahveh-. [14] volved, hijos ap�statas -or�culo de yahveh- porque yo soy vuestro se�or. os ir� recogiendo uno a uno de cada ciudad, y por parejas de cada familia, y os traer� a si�n. [15] os pondr� pastores seg�n mi coraz�n que os den pasto de conocimiento y prudencia. [16] y luego, cuando se�is muchos y fructifiqu�is en la tierra, en aquellos d�as -or�culo de yahveh- no se hablar� m�s del arca de la alianza de yahveh, no vendr� en mientes, no se acordar�n ni se ocupar�n de ella, ni ser� reconstruida jam�s. [17] en aquel tiempo llamar�n a jerusal�n �trono de yahveh� y se incorporar�n a ella todas las naciones en el nombre de yahveh, en jerusal�n, sin seguir m�s la dureza de sus perversos corazones. [18] en aquellos d�as, andar� la casa de jud� al par de israel, y vendr�n juntos desde tierras del norte a la tierra que di en herencia a vuestros padres. [19] yo hab�a dicho: �s�, te tendr� como a un hijo y te dar� una tierra espl�ndida, flor de las heredades de las naciones.� y a�ad�: �padre me llamar�is y de mi seguimiento no os volver�is.� [20] pues bien, como enga�a una mujer a su compa�ero, as� me ha enga�ado la casa de israel, or�culo de yahveh. [21] voces sobre los calveros se o�an: rogativas llorosas de los hijos de israel, porque torcieron su camino, olvidaron a su dios yahveh. [22] -volved, hijos ap�statas; yo remediar� vuestras apostas�as. -aqu� nos tienes de vuelta a ti, porque t�, Yahveh, eres nuestro dios. [23] �luego eran mentira los altos, la barah�nda de los montes! �luego por yahveh, nuestro dios, se salva israel! [24] la verg�enza se comi� la laceria de nuestros padres desde nuestra mocedad: sus ovejas y vacas, sus hijos e hijas. [25] acost�monos en nuestra verg�enza, y que nos cubra nuestra propia confusi�n, ya que contra yahveh nuestro dios hemos pecado nosotros como nuestros padres desde nuestra mocedad hasta hoy, y no escuchamos la voz de yahveh nuestro dios. jeremias cap.4 [1] �si volvieras, israel!, or�culo de yahveh, �si a m� volvieras!, si quitaras tus monstruos abominables, y de m� no huyeras! [2] jurar�as: ��por vida de yahveh!� con verdad, con derecho y con justicia, y se bendecir�an por �l las naciones, y por �l se alabar�an. [3] porque as� dice yahveh al hombre de jud� y a jerusal�n: -cultivad el barbecho y no sembr�is sobre cardos. [4] circuncidaos para yahveh y extirpad los prepucios de vuestros corazones, hombres de jud� y habitantes de jerusal�n; no sea que brote como fuego mi sa�a, y arda y no haya quien la apague, en vista de vuestras perversas acciones. [5] avisad en jud� y que se oiga en jerusal�n. ta�ed el cuerno por el pa�s, pregonad a voz en grito: �juntaos, vamos a las plazas fuertes!

[6] �izad bandera hacia si�n! �escapad, no os par�is! porque yo traigo una calamidad del norte y un quebranto grande. [7] se ha levantado el le�n de su cubil, y el devorador de naciones se ha puesto en marcha: sali� de su lugar para dejar la tierra desolada. tus ciudades quedar�n arrasadas, sin habitantes. [8] por ende, ce��os de sayal, endechad y pla�id: -��no; no se va de nosotros la ardiente ira de yahveh!� [9] suceder� aquel d�a -or�culo de yahveh- que se perder� el �nimo del rey y el de los pr�ncipes, se pasmar�n los sacerdotes, y los profetas se espantar�n. [10] y yo digo: ��ay, se�or yahveh! �c�mo embaucaste a este pueblo y a jerusal�n diciendo: "paz tendr�is", y ha penetrado la espada hasta el alma!� [11] en aquella saz�n se dir� a este pueblo y a jerusal�n: -un viento ardiente viene por el desierto, camino de la hija de mi pueblo, no para beldar, ni para limpiar. [12] un viento lleno de amenazas viene de mi parte. ahora me toca a m� alegar mis razones respecto a ellos. [13] ved c�mo se levanta cual las nubes, como un hurac�n sus carros, y ligeros m�s que �guilas sus corceles. -�ay de nosotros, estamos perdidos! [14] -limpia de malicia tu coraz�n, jerusal�n, para que seas salva. �hasta cu�ndo durar�n en ti tus pensamientos torcidos? [15] una voz avisa desde dan y da la mala nueva desde la sierra de efra�m. [16] pregonad: ��los gentiles! �ya est�n aqu�!�; hacedlo o�r en jerusal�n. los enemigos vienen de tierra lejana y dan voces contra las ciudades de jud�. [17] como guardas de campo se han puesto frente a ella en torno, porque contra m� se rebelaron -or�culo de yahveh-. [18] tu proceder y fechor�as te acarrearon esto; esto tu desgracia te ha penetrado hasta el coraz�n porque te rebelaste contra m�. [19] -�mis entra�as, mis entra�as!, �me duelen las telas del coraz�n, se me salta el coraz�n del pecho! no callar�, porque mi alma ha o�do sones de cuerno, el clamoreo del combate. [20] se anuncia quebranto sobre quebranto, porque es saqueada toda la tierra. en un punto son saqueadas mis tiendas, y en un cerrar de ojos mis toldos. [21] �hasta cu�ndo ver� ense�as, y oir� sones de cuerno? [22] -es porque mi pueblo es necio: a m� no me conocen. criaturas necias son, carecen de talento. sabios son para lo malo, ignorantes para el bien. [23] mir� a la tierra, y he aqu� que era un caos; a los cielos, y faltaba su luz. [24] mir� a los montes, y estaban temblando, y todos los cerros trepidaban. [25] mir�, y he aqu� que no hab�a un alma, y todas las aves del cielo se hab�an volado. [26] mir�, y he aqu� que el vergel era yermo, y todas las ciudades estaban arrasadas delante de yahveh y del ardor de su ira. [27] porque as� dice yahveh: desolaci�n se volver� toda la tierra, aunque no acabar� con ella. [28] por eso ha de enlutarse la tierra, y se oscurecer�n los cielos arriba; pues tengo resuelta mi decisi�n y no me pesar� ni me volver� atr�s de ella. [29] al ruido de jinetes y flecheros hu�a toda la ciudad. se met�an por los bosques y trepaban por las pe�as. toda ciudad qued� abandonada, sin quedar en ellas habitantes. [30] y t�, asolada, �qu� vas a hacer? aunque te vistas de grana, aunque te enjoyes con joyel de oro, aunque te pintes con polvos los ojos, en vano te hermoseas: te han rechazado tus amantes: �tu muerte es lo que buscan! [31] y entonces o� una voz como de parturienta, gritos como de primeriza: era la voz de la hija de si�n, que gimiendo extend�a sus palmas: ��ay, pobre de m�, que mi alma desfallece a manos de asesinos!� jeremias cap.5 [1] recorred las calles de jerusal�n, mirad bien y enteraos; buscad por sus

plazas, a ver si top�is con alguno que practique la justicia, que busque la verdad, y yo la perdonar�a. [2] pues, si bien dicen: ��por vida de yahveh!�, tambi�n juran en falso. [3] -�oh yahveh! tus ojos, �no son para la verdad? les heriste, mas no acusaron el golpe; acabaste con ellos, pero no quisieron aprender. endurecieron sus caras m�s que pe�ascos, rehusaron convertirse. [4] yo dec�a: �naturalmente, el vulgo es necio, pues ignora el camino de yahveh, el derecho de su dios. [5] voy a acudir a los grandes y a hablar con ellos, porque �sos conocen el camino de yahveh, el derecho de su dios.� pues bien, todos a una hab�an quebrado el yugo y arrancado las coyundas. [6] por eso los herir� el le�n de la selva, el lobo de los desiertos los destrozar�, el leopardo acechar� sus ciudades: todo el que saliere de ellas ser� despedazado. -porque son muchas sus rebeld�as, y sus apostas�as son grandes. [7] �c�mo te voy a perdonar por ello? tus hijos me dejaron y juraron por el nodios. yo los hart�, y ellos se hicieron ad�lteros, y el lupanar frecuentaron. [8] son caballos lustrosos y vagabundos: cada cual relincha por la mujer de su pr�jimo. [9] �y de esto no pedir� cuentas? -or�culo de yahveh-, �de una naci�n as� no se vengar� mi alma? [10] escalad sus murallas, destruid, mas no acab�is con ella. quitad sus sarmientos porque no son de yahveh. [11] porque bien me enga�aron, la casa de jud� y la casa de israel -or�culo de yahveh-. [12] renegaron de yahveh diciendo: ��el no cuenta!, �no nos sobrevendr� da�o alguno, ni espada ni hambre veremos! [13] cuanto a los profetas, el viento se los lleve, pues carecen de palabra.� -as� les ser� hecho. [14] por tanto, as� dice yahveh, el dios sebaot: por haber hablado ellos tal palabra, he aqu� que yo pongo las m�as en tu boca como fuego, y a este pueblo como le�os, y los consumir�. [15] he aqu� que yo traigo sobre vosotros, una naci�n de muy lejos, �oh casa de israel! -or�culo de yahveh-; una naci�n que no mengua, naci�n antiqu�sima aqu�lla, naci�n cuya lengua ignoras y no entiendes los que habla; [16] cuyo carcaj es como tumba abierta: todos son valientes. [17] comer� tu mies y tu pan, comer� a tus hijos e hijas, comer� tus ovejas y vacas, comer� tus vi�as e higueras; con la espada destruir� tus plazas fuertes en que conf�as. [18] por lo dem�s, en los d�as aquellos -or�culo de yahveh todav�a no acabar� con vosotros. [19] -y cuando dijereis: ��por qu� nos hace yahveh nuestro dios todo esto?�, les dir�s: �lo mismo que me dejasteis a m� y servisteis a dioses extra�os en vuestra tierra, as� servir�is a extra�os en una tierra no vuestra.� [20] anunciad esto a la casa de jacob y hacedlo o�r en jud�: [21] -ea, o�d esto, pueblo necio y sin seso -tienen ojos y no ven, orejas y no oyen-: [22] �a m� no me temer�is? -or�culo de yahveh-, �delante de m� no temblar�is, que puse la arena por t�rmino al mar, l�mite eterno, que no traspasar�? se agitar�, mas no lo lograr�; mugir�n sus olas, pero no pasar�n. [23] pero este pueblo tiene un coraz�n traidor y rebelde: traicionaron llegando hasta el fin. [24] y no se les ocurri� decir: �ea, temamos a yahveh nuestro dios, que da la lluvia tempranera y la tard�a a su tiempo; que nos grarantiza las semanas que regulan la siega.� [25] todo esto lo trastornaron vuestras culpas y vuestros pecados os privaron del bien. [26] porque se encuentran en mi pueblo malhechores: preparan la red, cual paranceros montan celada: �hombres son atrapados!

[27] como jaula llena de aves, as� est�n sus casas llenas de fraudes. as� se engrandecieron y se enriquecieron, [28] engordaron, se alustraron. ejecutaban malas acciones. la causa del hu�rfano no juzgaban y el derecho de los pobres no sentenciaban. [29] �y de esto no pedir� cuentas? -or�culo de yahveh-, �de una naci�n as� no se vengar� mi alma? [30] algo pasmoso y horrendo se ha dado en la tierra: [31] los profetas profetizaron con mentira, y los sacerdotes dispusieron a su guisa. pero mi pueblo lo prefiere as�. �a d�nde vais a parar? jeremias cap.6 [1] escapad, hijos de benjam�n, de dentro de jerusal�n, en t�coa ta�ed el cuerno, y sobre bet hakk�rem izad bandera, porque una desgracia amenaza del norte y un quebranto grande. [2] �acaso a una deliciosa pradera te comparas, hija de si�n? [3] a ella vienen pastores con sus reba�os, han montado las tiendas, junto a ella en derredor, y apacientan cada cual su manada. [4] -��declaradle la guerra santa! �en pie y subamos contra ella a mediod�a!... �ay de nosotros, que el d�a va cayendo, y se alargan las sombras de la tarde!... [5] �pues arriba y subamos de noche y destruiremos sus alc�zares!� [6] porque as� dice yahveh sebaot: �talad sus �rboles y alzad contra jerusal�n un terrapl�n.� es la ciudad de visita. todo el mundo se atropella en su interior. [7] cual mana un pozo sus aguas, tal mana ella su malicia. ��atropello!�, ��despojo!� -se oye decir en ella; ante m� de continuo heridas y golpes. [8] aprende, jerusal�n, no sea que se despegue mi alma de ti, no sea que te convierta en desolaci�n, en tierra despoblada. [9] as� dice yahveh sebaot: busca, rebusca como en una cepa en el resto de israel; vuelve a pasar tu mano como el vendimiador por los p�mpanos. [10] -�a qui�nes que me oigan voy a hablar y avisar? he aqu� que su o�do es incircunciso y no pueden entender. he aqu� que la palabra de yahveh se les ha vuelto oprobio: no les agrada. [11] tambi�n yo estoy lleno de la sa�a de yahveh y cansado de retenerla. la verter� sobre el ni�o de la calle y sobre el grupo de mancebos juntos. tambi�n el hombre y la mujer ser�n apresados, el viejo con la anciana. [12] pasar�n sus casas a otros, campos y mujeres a la vez, cuando extienda yo mi mano sobre los habitantes de esta tierra -or�culo de yahveh-. [13] porque desde el m�s chiquito de ellos hasta el m�s grande, todos andan buscando su provecho, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude. [14] han curado el quebranto de mi pueblo a la ligera, diciendo: ��paz, paz!�, cuando no hab�a paz. [15] �se avergonzaron de las abominaciones que hicieron? avergonzarse, no se avergonzaron; sonrojarse, tampoco supieron; por tanto caer�n con los que cayeren; tropezar�n cuando se les visite -dice yahveh. [16] as� dice yahveh: paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos, cu�l es el camino bueno, y andad por �l, y encontrar�is sosiego para vuestras almas. pero dijeron: �no vamos.� [17] entonces les puse centinelas: ��atenci�n al toque de cuerno!� pero dijeron: �no atendemos.� [18] por tanto, o�d, naciones, y conoce, asamblea, lo que vendr� sobre ellos; [19] oye, tierra: he aqu� que traigo desgracia a este pueblo, como fruto de sus pensamientos, porque a mis razones no atendieron, y por lo que respecta a mi ley, la desecharon. [20] -�a qu� traerme incienso de seba y canela fina de pa�s remoto? ni vuestros holocaustos me son gratos, ni vuestros sacrificios me complacen. [21] por tanto, as� dice yahveh: mirad que pongo a este pueblo tropiezos y tropezar�n en ellos padres e hijos a una, el vecino y su pr�jimo perecer�n.

[22] as� dice yahveh: mirad que un pueblo viene de tierras del norte y una gran naci�n se despierta de los confines de la tierra. [23] arco y lanza blanden, crueles son y sin entra�as. su voz como la mar muge, y a caballo van montados, ordenados como un solo hombre para la guerra contra ti, hija de si�n. [24] -o�mos su fama, flaquean nuestras manos, angustia nos asalta, dolor como de parturienta. [25] no salg�is al campo, no and�is por el camino, que el enemigo lleva espada: terror por doquier. [26] -hija de mi pueblo, c��ete de sayal y revu�lcate en ceniza, haz por ti misma un duelo de hijo �nico, una endecha amargu�sima, porque en seguida viene el saqueador sobre nosotros. [27] -a ti te puse en mi pueblo por inquisidor sagaz para que examinaras y probaras su conducta. [28] -todos ellos son rebeldes que andan difamando; bronce y hierro; todos son degenerados. [29] jade� el fuelle, el plomo se consumi� por el fuego. en vano afin� el afinador, porque la ganga no se desprendi�. [30] ser�n llamados �plata de desecho�, porque yahveh los desech�. jeremias cap.7 [1] palabra que lleg� de parte de yahveh a jerem�as: [2] p�rate en la puerta de la casa de yahveh y proclamar�s all� esta palabra. dir�s: o�d la palabra de yahveh, todo jud�, los que entr�is por estas puertas a postraros ante yahveh. [3] as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: mejorad de conducta y de obras, y yo har� que os qued�is en este lugar. [4] no fi�is en palabras enga�osas diciendo: ��templo de yahveh, templo de yahveh, templo de yahveh es �ste!� [5] porque si mejor�is realmente vuestra conducta y obras, si realmente hac�is justicia mutua [6] y no oprim�s al forastero, al hu�rfano y a la viuda (y no vert�is sangre inocente en este lugar), ni and�is en pos de otros dioses para vuestro da�o, [7] entonces yo me quedar� con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres desde siempre hasta siempre. [8] pero he aqu� que vosotros fi�is en palabras enga�osas que de nada sirven, [9] para robar, matar, adulterar, jurar en falso, incensar a baal y seguir a otros dioses que no conoc�ais. [10] luego ven�s y os par�is ante m� en esta casa llamada por mi nombre y dec�s: ��estamos seguros!�, para seguir haciendo todas esas abominaciones. [11] �en cueva de bandoleros se ha convertido a vuestros ojos esta casa que se llama por mi nombre? �que bien visto lo tengo! -or�culo de yahveh-. [12] pues andad ahora a mi lugar de silo, donde aposent� mi nombre antiguamente, y ved lo que hice con �l ante la maldad de mi pueblo israel. [13] y ahora, por haber hecho vosotros todo esto -or�culo de yahveh- por m�s que os habl� asiduamente, aunque no me o�steis, y os llam�, mas no respondisteis, [14] yo har� con la casa que se llama por mi nombre, en la que confi�is, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice con silo, [15] y os echar� de mi presencia como ech� a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de efra�m. [16] en cuanto a ti, no pidas por este pueblo ni eleves por ellos plegaria ni oraci�n, ni me insistas, porque no te oir�. [17] �es que no ves lo que ellos hacen en las ciudades de jud� y por las calles de jerusal�n? [18] los hijos recogen le�a, los padres prenden fuego, las mujeres amasan para hacer tortas a la reina de los cielos, y se liba en honor de otros dioses para exasperarme.

[19] �a m� me exasperan �sos? -or�culo de yahveh-, �no es a s� mismos, para verg�enza de sus rostros? [20] por tanto, as� dice el se�or yahveh: he aqu� que mi ira y mi sa�a se vuelca sobre este lugar, sobre hombres y bestias bestias, sobre los �rboles del campo y el fruto del suelo; arder� y no se apagar�. [21] as� dice yahveh sebaot, el dios de israel. a�adid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios y comeos la carne. [22] que cuando yo saqu� a vuestros padres del pa�s de egipto, no les habl� ni les mand� nada tocante a holocausto y sacrificio. [23] lo que les mand� fue esto otro: �escuchad mi voz y yo ser� vuestro dios y vosotros ser�is mi pueblo, y seguir�is todo camino que yo os mandare, para que os vaya bien.� [24] mas ellos no escucharon ni prestaron el o�do, sino que procedieron en sus consejos seg�n la pertinacia de su mal coraz�n, y se pusieron de espaldas, que no de cara; [25] desde la fecha en que salieron vuestros padres del pa�s de egipto hasta el d�a de hoy, os envi� a todos mis siervos, los profetas, cada d�a puntualmente. [26] pero no me escucharon ni aplicaron el o�do, sino que atiesando la cerviz hicieron peor que sus padres. [27] les dir�s, pues, todas estas palabras, mas no te escuchar�n. les llamar�s y no te responder�n. [28] entonces les dir�s: esta es la naci�n que no ha escuchado la voz de yahveh su dios, ni ha querido aprender. ha perecido la lealtad, ha desaparecido de su boca. [29] c�rtate tus guedejas y t�ralas, y entona por los calveros una eleg�a; que yahveh ha desechado y repudiado a la generaci�n objeto de su c�lera. [30] los hijos de jud� han hecho lo que me parece malo -or�culo de yahveh-: han puesto sus monstruos abominables en la casa que llaman por mi nombre profan�ndola, [31] y han construido los altos de t�fet -que est� en el valle de ben hinnompara quemar a sus hijos e hijas en el fuego, cosa que nos les mand� ni me pas� por las mientes. [32] por tanto, he aqu� que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que no se hablar� m�s de t�fet, ni del valle de ben hinnom, sino del "valle de la matanza". se har�n enterramientos en t�fet por falta de sitio, [33] y los cad�veres de este pueblo servir�n de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, sin que haya quien las espante. [34] suspender� en las ciudades de jud� y en las calles de jerusal�n toda voz de gozo y alegr�a, la voz del novio y la voz de la novia; porque toda la tierra quedar� desolada. jeremias cap.8 [1] en aquel tiempo -or�culo de yahveh- sacar�n de sus tumbas los huesos de los reyes de jud�, los huesos de sus pr�ncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los moradores de jerusal�n, [2] y los dispersar�n ante el sol, la luna y todo el ej�rcito celeste a quienes amaron y sirvieron, aquienes siguieron, consultaron y adoraron, para no ser recogidos ni sepultados m�s: se volver�n esti�rcol sobre la haz de la tierra. [3] y ser� preferible la muerte a la vida para todo el resto que subsistiere de este linaje malo adondequiera que yo les relegue -or�culo de yahveh sebaot-. [4] les dir�s: as� dice yahveh: los que caen �no se levantan? y si uno se extrav�a �no cabe tornar? [5] pues �por qu� este pueblo sigue apostatando, jerusal�n con apostas�a perpetua? se aferran a la mentira, reh�san convertirse. [6] he escuchado atentamente: no hablan a derechas. nadie deplora su maldad diciendo: ��qu� he hecho?� todos se extrav�an, cada cual en su carrera, cual caballo que irrumpe en la batalla. [7] hasta la cig�e�a en el cielo conoce su estaci�n, y la t�rtola, la golondrina

o la grulla observan la �poca de sus migraciones. pero mi pueblo ignora el derecho de yahveh. [8] �c�mo dec�s: �somos sabios, y poseemos la ley de yahveh?� cuando es bien cierto que en mentira la ha cambiado el c�lamo mentiroso de los escribas. [9] los sabios pasar�n verg�enza, ser�n abatidos y presos. he aqu� que han desechado la palabra de yahveh, y su sabidur�a �de qu� les sirve? [10] as� que yo dar� sus mujeres a otros, sus campos a nuevos amos, porque del m�s chiquito al m�s grande todos andan buscando su provecho, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude. [11] han curado el quebranto de la hija de mi pueblo a la ligera, diciendo: ��paz, paz!�, cuando no hab�a paz. [12] �se avergonzaron de las abominaciones que hicieron? �avergonzarse, no se avergonzaron; sonrojarse, tampoco supieron! por tanto caer�n con los que cayeren; tropezar�n cuando se les visite -dice yahveh-. [13] quisiera recoger de ellos alguna cosa -or�culo de yahveh pero no hay racimos en la vid ni higos en la higuera, y est�n mustias sus hojas. es que yo les he dado quien les despoje. [14] -��por qu� nos quedamos tranquilos? �juntaos, vamos a las plazas fuertes para enmudecer all�, pues yahveh nuestro dios nos hace morir y nos propina agua envenenada, porque hemos pecado contra yahveh! [15] esper�bamos paz, y no hubo bien alguno; el tiempo de la cura, y se presenta el miedo. [16] desde dan se deja o�r. el resuello de sus caballos. al relincho sonoro de sus corceles tembl� la tierra toda. vendr�n y comer�n el pa�s y sus bienes, la ciudad y sus habitantes.� [17] -s�, he aqu� que yo env�o contra vosotros sierpes venenosas contra las que no existe encantamiento, y os picar�n -or�culo de yahveh-. [18] sin remedio el dolor me acomete, el coraz�n me falla; [19] he aqu� el grito lastimero de la hija de mi pueblo desde todos los rincones del pa�s: ��no est� Yahveh en si�n? �su rey no mora ya en ella? (�por qu� me han irritado con sus �dolos, con esas vanidades tra�das del extranjero?) [20] la siega pas�, el verano acab�, mas nosotros no estamos a salvo.� [21] me duele el quebranto de la hija de mi pueblo; estoy abrumado, el p�nico se apodera de m�. [22] �no hay sand�raca en galaad?, �no quedan m�dicos all�? pues �c�mo es que no llega el remedio para la hija de mi pueblo? [23] �qui�n convirtiera mi cabeza en llanto, mis ojos en manantial de l�grimas para llorar d�a y noche a los muertos de la hija de mi pueblo! jeremias cap.9 [1] �qui�n me diese en el desierto una posada de caminantes, para poder dejar a mi pueblo y alejarme de su compa��a! porque todos ellos son ad�lteros, un hatajo de traidores [2] que tienden su lengua como un arco. es la mentira, que no la verdad, lo que prevalece en esta tierra. van de mal en peor, y a yahveh desconocen. [3] �que cada cual se guarde de su pr�jimo!, �desconfiad de cualquier hermano!, porque todo hermano pone la zancadilla, y todo pr�jimo propala la calumnia. [4] se enga�an unos a otros, no dicen la verdad; han avezado sus lenguas a mentir, se han pervertido, incapaces [5] de convertirse. fraude por fraude, enga�o por enga�o, se niegan a reconocer a yahveh. [6] por ende, as� dice yahveh sebaot: he aqu� que yo voy a afinarlos y probarlos; mas �c�mo har� para tratar a la hija de mi pueblo? [7] su lengua es saeta mort�fera, las palabras de su boca, embusteras. se saluda al pr�jimo, pero por dentro se le pone celada. [8] y por estas acciones, �no les he de castigar? -or�culo de yahveh-, �de una naci�n as� no se vengar� mi alma?

[9] alzo sobre los montes lloro y lamento, y una eleg�a por las dehesas del desierto, porque han sido incendiadas; nadie pasa por all�, y no se oyen los gritos del ganado. desde las aves del cielo hasta las bestias, todas han huido, se han marchado. [10] voy a hacer de jerusal�n un mont�n de piedras, guarida de chacales, y de las ciudades de jud� har� una soledad sin ning�n habitante. [11] �qui�n es el sabio?, pues que entienda esto; a qui�n ha hablado la boca de yahveh?, pues que lo diga; �por qu� el pa�s se ha perdido, incendiado como el desierto donde no pasa nadie? [12] yahveh lo ha dicho: es que han abandonado mi ley que yo les propuse, y no han escuchado mi voz ni la han seguido; [13] sino que han ido en pos de la inclinaci�n de sus corazones tercos, en pos de los baales que sus padres les ense�aron. [14] por eso, as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: he aqu� que voy a dar de comer a este pueblo ajenjo y les voy a dar de beber agua emponzo�ada. [15] les voy a dispersar entre las naciones desconocidas de ellos y de sus padres, y enviar� detr�s de ellos la espada hasta exterminarlos. [16] as� habla yahveh sebaot: �hala! llamad a las pla�ideras, que vengan: mandad por las m�s h�biles, que vengan. [17] �pronto! que entonen por nosotros una lamentaci�n. dejen caer l�grimas nuestros ojos, y nuestros p�rpados den curso al llanto. [18] s�, una lamentaci�n se deja o�r desde si�n: ��ay, que somos saqueados!, �qu� verg�enza tan grande, que se nos hace dejar nuestra tierra, han derruido nuestros hogares!� [19] o�d, pues, mujeres, la palabra de yahveh; reciba vuestro o�do la palabra de su boca: ense�ad a vuestras hijas esta lamentaci�n, y las uans a las otras esta eleg�a: [20] �la muerte ha trepado por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios, barriendo de la calle al chiquillo, a los mozos de las plazas. [21] �habla! tal es el or�culo de yahveh: los cad�veres humanos yacen como bo�igas por el campo, como manojos detr�s del segador, y no hay quien los re�na.� [22] as� dice yahveh: no se alabe el sabio por su sabidur�a, ni se alabe el valiente por su valent�a, ni se alabe el rico por su riqueza; [23] mas en esto se alabe quien se alabare: en tener seso y conocerme, por que yo soy yahveh, que hago merced, derecho y justicia sobre la tierra, porque en eso me complazco -or�culo de yahveh-. [24] he aqu� que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que he de visitar a todo circuncidado que s�lo lo sea en su carne: [25] a egipto, jud�, edom y a los hijos de amm�n, a moab, y a todos los de sien rapada, los que moran en el desierto. porque todas estas gentes lo son. pero tambi�n los de la casa de israel son incircuncisos de coraz�n. jeremias cap.10 [1] o�d la palabra que os dedica yahveh, oh casa de israel. [2] as� dice yahveh: al proceder de los gentilles no os habitu�is, ni de los signos celestes os espant�is. �que se espanten de ellos los gentiles! [3] porque las costumbres de los gentiles son vanidad: un madero del bosque, obra de manos del maestro que con el hacha lo cort�, [4] con plata y oro lo embellece, con clavos y a martillazos se lo sujeta para que no se menee. [5] son como espantajos de pepinar, que ni hablan. tienen que ser tranportados, porque no andan. no les teng�is miedo, que no hacen ni bien ni mal. [6] no hay como t�, Yahveh; grande eres t�, y grande tu nombre en poder�o. [7] �qui�n no te temer�, rey de las naciones? porque a ti se te debe eso. porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como t�. [8] todos a la par son est�pidos y necios: lecci�n de madera la que dan los

�dolos. [9] plata laminada, de tarsis importada, y oro de ofir; hechura de maestro y de manos de platero (de p�rpura violeta y escarlata es su vestido): todos son obra de artistas. [10] pero yahveh es el dios verdadero; es el dios vivo y el rey eterno. cuando se irrita, tiembla la tierra, y no aguantan las naciones su indignaci�n. [11] (as� les dir�is: �los dioses que no hicieron el cielo ni la tierra, perecer�n de la tierra y de debajo del cielo.�) [12] el es quien hizo la tierra con su poder, el que estableci� el orbe con su saber, y con su inteligencia expandi� los cielos. [13] cuando da voces, hay estruendo de aguas en los cielos, y hace subir las nubes desde el extremo de la tierra. el hace los rel�mpagos para la lluvia y saca el viento de sus dep�sitos. [14] todo hombre es torpe para comprender, se averg�enza del �dolo todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay esp�ritu en ellas. [15] vanidad son, cosa rid�cula; al tiempo de su visita perecer�n. [16] no es as� la �parte de jacob�, pues �l es el plasmador del universo, y aquel cuyo heredero es israel; yahveh sebaot es su nombre. [17] recoge del suelo tu mercanc�a, oh t�, que est�s sitiada: [18] porque as� dice yahveh: he aqu� que yo voy a hondear a los moradores del pa�s -�esta vez va de veras!- y les apremiar� de modo que den conmigo. [19] -��ay de m�, por mi quebranto! �me duele la herida! y yo que dec�a: "ese es un sufrimiento, pero me lo aguantar�"... [20] mi tienda ha sido saqueada, y todos mis tensores arrancados. mis hijos me han sido quitados y no existen. no hay quien despliegue ya mi tienda ni quien ice mis toldos.� [21] -es que han sido torpes los pastores y no han buscado a yahveh; as� no obraron cuerdamente, y toda su grey fue dispersada. [22] �se oye un rumor! �ya llega!: un gran estr�pito del pa�s del norte, para trocar las ciudades de jud� en desolaci�n, guarida de chacales. [23] yo s�, yahveh, que no depende del hombre su camino, que no es del que anda enderezar su paso. [24] corr�geme, yahveh, pero con tino, no con tu ira, no sea que me quede en poco. [25] vierte tu c�lera sobre las naciones que te desconocen, y sobre los linajes que no invocan tu nombre. porque han devorado a jacob hasta consumirle, lo han devorado y su mansi�n han desolado. jeremias cap.11 [1] palabra que lleg� de parte de yahveh a jerem�as: [2] o�d los t�rminos de esta alianza y hablad a los hombres de jud� y a los habitantes de jerusal�n, [3] y diles: as� dice yahveh, el dios de israel: maldito el var�n que no escuche los t�rminos de esta alianza [4] que mand� a vuestros padres el d�a que los saqu� de egipto, del crisol de hierro, dici�ndoles: �o�d mi voz y obrad conforme a lo que os he mandado; y as� ser�is mi pueblo, y yo ser� vuestro dios, [5] en orden a cumplir el juramento que hice a vuestros padres, de darles una tierra que mana leche y miel -como se cumple hoy.� respond� y dije: �am�n, yahveh! [6] y me dijo yahveh: pregona todas estas palabras por las ciudades de jud� y por las calles de jerusal�n: �o�d los t�rminos de esta alianza y cumplidlos: [7] que bien advert� a vuestros padres el d�a que les hice subir de egipto, y hasta la fecha he insistido en advert�rselo: �o�d mi voz! [8] mas no oyeron ni aplicaron el o�do, sino que cada cual procedi� seg�n la terquedad de su coraz�n malo. y as� he aplicado contra ellos todos los t�rminos de dicha alianza que les mand� cumplir y no lo hicieron.� [9] y me dijo yahveh: se ha descubierto una conjura entre los hombres de jud� y

entre los habitantes de jerusal�n. [10] han reincidido en las culpas de sus mayores, que rehusaron escuchar mis palabras: se han ido en pos de otros dioses para servirles; han violado la casa de israel y la casa de jud� mi alianza, que pact� con sus padres. [11] por ende, as� dice yahveh: he aqu� que yo les traigo una desgracia a la que no podr�n hurtarse; y aunque se me quejaren, no les oir�. [12] �que vayan las ciudades de jud� y los moradores de jerusal�n, y que se quejen a los dioses a quienes inciensan!, que lo que es salvarles, no les salvar�n al tiempo de su desgracia. [13] pues cuantas son tus ciudades, otros tantos son tus dioses, jud�; y cuantas calles cuenta jerusal�n, otros tantos altares a la verg�enza, otros tantos altares hay de baal. [14] en cuanto a ti, no pidas por este pueblo, ni eleves por ellos plegaria ni oraci�n, porque no he de o�r cuando clamen a m� por su desgracia. [15] �qu� hace mi amada en mi casa?; su obrar �no es pura doblez? �es que los votos y la carne consagrada har�n pasar de ti tu desgracia? entonces s� que te regocijar�as. [16] �olivo frondoso, lozano, de fruto hermoso� te hab�a puesto yahveh por nombre. pero con gran estr�pito le ha prendido fuego, y se han quemado sus gu�as. [17] yahveh sebaot, que te plant�, te ha sentenciado, dada la maldad que ha cometido la casa de israel y la casa de jud�, exasper�ndome por incensar a baal. [18] yahveh me lo hizo saber, y me enter� de ello. entonces me descubriste, yahveh, sus maquinaciones. [19] y yo que estaba como cordero manso llevado al matadero, sin saber que contra m� tramaban maquinaciones: �destruyamos el �rbol en su vigor; borr�moslo de la tierra de los vivos, y su nombre no vuelva a mentarse.� [20] �oh yahveh sebaot, juez de lo justo, que escrutas los ri�ones y el coraz�n!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he manifestado mi causa. [21] y en efecto, as� dice yahveh tocante a los de anatot, que buscan mi muerte diciendo: �no profetices en nombre de yahveh, y no morir�s a nuestras manos�. [22] por eso as� dice yahveh sebaot: he aqu� que yo les voy a visitar. sus mancebos morir�n por la espada, sus hijos e hijas morir�n de hambre, [23] y no quedar� de ellos ni reliquia cuando yo traiga la desgracia a los de anatot, el a�o en que sean visitados. jeremias cap.12 [1] tu llevas la raz�n, yahveh, cuando discuto contigo, no obstante, voy a tratar contigo un punto de justicia. �por qu� tienen suerte los malos, y son felices todos los felones? [2] los plantas, y enseguida arraigan, van a m�s y dan fruto. cerca est�s t� de sus bocas, pero lejos de sus ri�ones. [3] en cambio a m� ya me conoces, yahveh; me has visto y has comprobado que mi coraz�n est� contigo. ll�vatelos como ovejas al matadero, y cons�gralos para el d�a de la matanza. [4] (�hasta cu�ndo estar� de luto la tierra y la hierba de todo el campo estar� seca? por la maldad de los que moran en ella han desaparecido bestias y aves.) porque han dicho: �no ve dios nuestros senderos.� [5] -si con los de a pie corriste y te cansaron, �c�mo competir�s con los de a caballo? y si en tierra abierta te sientes seguro. �qu� har�s entre el boscaje del jord�n? [6] porque incluso tus hermanos y la casa de tu padre, �sos tambi�n te traicionar�n y a tus espaldas gritar�n. no te fies de ellos cuando te digan hermosas palabras. [7] dej� mi casa, abandon� mi heredad, entregu� el cari�o de mi alma en manos de sus enemigos. [8] se ha portado conmigo mi heredad como un le�n en la selva: me acosaba con sus voces; por eso la aborrec�.

[9] �es por ventura un p�jaro pinto mi heredad? las rapaces merodean sobre ella. �andad, juntaos, fieras todas del campo: id al yantar! [10] entre muchos pastores destruyeron mi vi�a, hollaron mi heredad, trocaron mi mejor campa en un yermo desolado. [11] la convirtieron en desolaci�n lamentable, en inculta para m�. totalmente desolado est� todo el pa�s porque no hay all� nadie que lo sienta. [12] sobre todos los calveros del desierto han venido saqueadores (porque una espada tiene yahveh devorada), de un cabo al otro de la tierra no hubo cuartel para alma viviente. [13] sembraron trigo, y espinos segaron, se afanaron sin provecho. verg�enza les dan sus cosechas, por causa de la ira ardiente de yahveh. [14] as� dice yahveh: en cuanto a todos los malos vecinos que han tocado la heredad que di en precio a mi pueblo israel, he aqu� que yo los arranco de su solar. (y a la casa de jud� voy a arrancarla de en medio de ellos.) [15] pero luego de haberlos arrancado, me volver� y les tendr� l�stima, y les har� retornar, cada cual a su heredad y a su tierra. [16] y entonces, si de veras aprendieron el camino de mi pueblo jurando en mi nombre: ��por vida de yahveh!� -lo mismo que ellos ense�aron a mi pueblo a jurar por baal- ser�n restablecidos a la par de mi pueblo. [17] mas si no obedecen, arrancar� a aquella gente y arrancada quedar� y la har� perecer -or�culo de yahveh-. jeremias cap.13 [1] yahveh me dijo as�: �anda y c�mprate una faja de lino y te la pones a la cintura, pero no la metas en agua.� [2] compr� la faja, seg�n la orden de yahveh, y me la puse a la cintura. [3] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh por la segunda vez: [4] �toma la faja que has comprado y que llevas a la cintura, lev�ntate y vete al eufrates y la escondes all� en un resquicio de la pe�a.� [5] yo fui y la escond� en el eufrates como me hab�a mandado yahveh. [6] al cabo de mucho tiempo me dijo yahveh: �lev�ntate, vete al eufrates y recoges de all� la faja que te mand� que escondieras all�.� [7] yo fui al eufrates, cav�, recog� la faja del sitio donde la hab�a escondido y he aqu� que se hab�a echado a perder la faja: no val�a para nada. [8] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [9] �as� dice yahveh: del mismo modo echar� a perder la mucha soberbia de jud� y de jerusal�n. [10] ese pueblo malo que reh�sa o�r mis palabras, que caminan seg�n la terquedad de sus corazones y han ido en pos de otros dioses a servirles y adorarles, ser�n com esta faja que no vale para nada. [11] porque as� como se pega la faja a la cintura de uno, de igual modo hice apegarse a m� a toda la casa de israel y a toda la casa de jud� -or�culo de yahveh- con idea de que fuesen mi pueblo, mi nombrad�a, mi loor y mi prez, pero ellos no me oyeron. [12] diles este refr�n: as� dice yahveh, el dios de israel: �todo c�ntaro se puede llenar de vino.� ellos te dir�n: ��no sabemos de sobra que todo c�ntaro se puede llenar de vino?� [13] entonces les dices: �pues as� dice yahveh: he aqu� que yo lleno de borrachera a todos los habitantes de esta tierra, a los reyes sucesores de david en el trono, a los sacerdotes y profetas y a todos los habitantes de jerusal�n, [14] y los estrellar�, a cada cual contra su hermano, padres e hijos a una -or�culo de yahveh- sin que piedad, compasi�n y l�stima me quiten de destruirlos.� [15] o�d y escuchad, no se�is altaneros, porque habla yahveh. [16] dad gloria a vuestro dios yahveh antes que haga oscurecer, y antes que se os vayan los pies sobre la sierra oscura, y esper�is la luz, y �l la haya convertido en negrura, la haya trocado en tiniebla densa. [17] pero si no le oyereis, en silencio llorar� mi alma por ese orgullo, y

dejar�n caer mi ojos l�grimas, y verter�n copiosas l�grimas, porque va cautiva la grey de yahveh. [18] di al rey y a la gran dama: humillaos, sentaos, porque ha ca�do de vuestras cabezas vuestra diadema preciosa. [19] las ciudades del n�gueb est�n cercadas, y no hay quien abra. todo jud� es deportado, deportado en masa. [20] alza tus ojos, jerusal�n, y mira a los que vienen del norte. �d�nde est� la grey que se te dio, tus preciosas ovejas? [21] �qu� dir�s cuando te visiten con autoridad sobre ti? pues lo que t� les ense�abas a hacer sobre ti eran caricias. �no te acometer�n dolores como de parturienta? [22] pero acaso digas en tus adentros: ��por qu� me ocurren estas cosas?� por tu gran culpa han sido alzadas tus faldas y han sido forzados tus calca�ales. [23] �muda el kusita su piel, o el leopardo sus pintas? �tambi�n vosotros pod�is entonces hacer el bien, los avezados a hacer el mal! [24] por eso os esparc� como paja liviana al viento de la estepa. [25] esa es tu suerte, el tanto por tu medida que te toca de mi parte -or�culo de yahveh-: por cuanto que me olvidaste y te fiaste de la mentira. [26] pues tambi�n yo te he levantado las faldas sobre tu rostro, y se ha visto tu indecencia. [27] �ah, tus adulterios y tus relinchos, la bajeza de tu prostituci�n! sobre los altos, por la campi�a he visto tus monstruos abominables. �ay de ti, jerusal�n, que no est�s pura! �hasta cu�ndo todav�a...? jeremias cap.14 [1] palabra de yahveh a jerem�as, a prop�sito de la sequ�a. [2] jud� est� de luto, y sus ciudades l�nguidas: est�n s�rdidas de tierra, y sube el alarido de jerusal�n. [3] sus nobles mandaban a los peque�os por agua: llegaban a los aljibes y no la encontraban; volv�an con sus c�ntaros vac�os. quedaban confundidos y avergonzados y se cubr�an la cabeza. [4] el suelo est� consternado por no haber lluvia en la tierra. confusos andan los labriegos, se han cubierto la cabeza. [5] hasta la cierva en el campo pari� y abandon�, porque no hab�a c�sped. [6] los onagros se paraban sobre los calveros, aspiraban el aire como chacales, ten�an los ojos consumidos por falta de hierba. [7] aunque nuestras culpas atesten contra nosotros, yahveh, obra por amor de tu nombre. cierto, son muchas nuestras apostas�as, contra ti hemos pecado. [8] �oh esperanza de israel, yahveh, salvador suyo en tiempo de angustia! �por qu� has de ser cual forastero en la tierra, o cual viajero que se tumba para hacer noche? [9] �por qu� has de ser como un pasmado, como un valiente incapaz de ayudar? pues t� est�s entre nosotros, yahveh, y por tu nombre se nos llama, �no te deshagas de nosotros! [10] as� dice yahveh de este pueblo: �c�mo les gusta vagabundear!, no contienen sus pies. pero yahveh no se complace en ellos: ahora se va a acordar de su culpa y a castigar su pecado. [11] y me dijo yahveh: �no intercedas en pro de este pueblo. [12] as� ayunen, no escuchar� su clamoreo; y as� levanten holocausto y ofrenda, no me complacer�n; sino que con espada, con hambre y con peste voy a acabarlos.� [13] dije yo: ��ah, se�or yahveh! pues he aqu� que los profetas est�n dici�ndoles: no ver�is espada, ni tendr�is hambre, sino que voy a daros paz segura en este lugar.� [14] y me dijo yahveh: �mentira profetizan esos profetas en mi nombre. yo no les he enviado ni dado instrucciones, ni les he hablado. visi�n mentirosa, augurio f�til y delirio de sus corazones os dan por profec�a. [15] por tanto, as� dice yahveh: tocante a los profetas que profetizan en mi

nombre sin haberles enviado yo, y que dicen: no habr� espada ni hambre en este pa�s, con espada y con hambre ser�n rematados los tales profetas, [16] y el pueblo al que profetizan yacer� derribado por las calles de jerusal�n, por causa del hambre y de la espada, y no habr� sepulturero para ellos ni para sus mujeres, sus hijos y sus hijas; pues volcar� sobre ellos mismos su maldad.� [17] les dir�s esta palabra: dejen caer mis ojos l�grimas de noche y de d�a sin parar, porque de quebranto grande es quebrantada la doncella, hija de mi pueblo, de golpe grav�simo, [18] si salgo al campo encuentro heridos de espada; y si entro en la ciudad, encuentro desfallecidos de hambre. y aun el mismo profeta, aun el mismo sacerdote andan errantes por el pa�s y nada saben. [19] -�es que has desechado a jud�? �o acaso de si�n se ha hastiado tu alma? �por qu� nos has herido, que no tenemos cura? esper�bamos paz, y no hubo bien alguno; el tiempo de la cura, y se presenta el miedo. [20] reconocemos, yahveh, nuestras maldades, la culpa de nuestros padres; que hemos pecado contra ti. [21] no desprecies, por amor de tu nombre, no deshonres la sede de tu gloria. recuerda, no anules tu alianza con nosotros. [22] �hay entre las vanidades gent�licas quienes hagan llover? �o acaso los cielos dan de suyo la llovizna? �no eres t� mismo, oh yahveh? �dios nuestro, esperamos en ti, porque t� hiciste todas estas cosas! jeremias cap.15 [1] y me dijo yahveh: aunque se me pongan mois�s y samuel por delante, no estar� mi alma por este pueblo. echales de mi presencia y que salgan. [2] y como te digan: ��a d�nde salimos?�, les dices: as� dice yahveh: quien sea para la muerte, a la muerte; quien para la espada, a la espada; quien para el hambre, al hambre, y quien para el cautiverio, al cautiverio. [3] har� que se encarguen de ellos cuatro g�neros (de males) -or�culo de yahveh-: la espada para degollar, los perros para despedazar, las aves del cielo y las bestias terrestres para devorar y estragar. [4] los convertir� en espantajo para todos los reinos de la tierra, por culpa de manas�s, hijo de ezequ�as, rey de jud�, por lo que hizo en jerusal�n. [5] �qui�n, pues, te tendr� l�stima, jerusal�n? �qui�n menear� la cabeza por ti? �qui�n se alargar� a saludarte? [6] t� me has abandonado -or�culo de yahveh- de espaldas te has ido. pues yo extiendo mi mano sobre ti y te destruyo. estoy cansado de apiadarme, [7] y voy a beldarlos con el bieldo en las puertas del pa�s. he dejado sin hijos, he malhadado a mi pueblo, porque de sus caminos no se convert�an. [8] yo les he hecho m�s viudas que la arena de los mares. he tra�do sobre las madres de los j�venes guerreros al saqueador en el pleno mediod�a. he hecho caer sobre ellos de pronto sobresalto y alarma. [9] mal lo pas� la madre de siete hijos: exhalaba el alma, se puso su sol siendo a�n de d�a, se avergonz� y se abochorn�. Y lo que queda de ellos, a la espada voy a entregarlo delante de sus enemigos -or�culo de yahveh-. [10] �ay de m�, madre m�a, porque me diste a luz var�n discutido y debatido por todo el pa�s! ni les debo, ni me deben, �pero todos me maldicen! [11] di, yahveh, si no te he servido bien: interced� ante ti por mis enemigos en el tiempo de su mal y de su apuro. [12] �se mella el hiero, el hierro del norte, y el bronce? [13] tu haber y tus tesoros al pillaje voy a dar gratis, por todos tus pecados en todas tus fronteras, [14] y te har� esclavo de tus enemigos en un pa�s que no conoces, porque un fuego ha saltado en mi ira que sobre vosotros estar� encendido. [15] t� lo sabes. yahveh, acu�rdate de m�, vis�tame y v�ngame de mis perseguidores. no dejes que por alargarse tu ira sea yo arrebatado. s�belo: he soportado por ti el oprobio.

[16] se presentaban tus palabras, y yo las devoraba; era tu palabra para m� un gozo y alegr�a de coraz�n, porque se me llamaba por tu nombre yahveh, dios sebaot. [17] no me sent� en pe�a de gente alegre y me holgu�: por obra tuya, solitario me sent�, porque de rabia me llenaste. [18] �por qu� ha resultado mi penar perpetuo, y mi herida irremediable, rebelde a la medicina? �ay! �ser�s t� para m� como un espejismo, aguas no verdaderas? [19] entonces yahveh dijo as�: si te vuelves por que yo te haga volver, estar�s en mi presencia; y si sacas lo precioso de lo vil, ser�s como mi boca. que ellos se vuelvan a ti, y no t� a ellos. [20] yo te pondr� para este pueblo por muralla de bronce inexpugnable. y pelear�n contigo, pero no te podr�n, pues contigo estoy yo para librarte y salvarte -or�culo de yahveh-. [21] te salvar� de mano de los malos y te rescatar� del pu�o de esos rabiosos. jeremias cap.16 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] no tomes mujer ni tengas hijos ni hijas en este lugar. [3] que as� dice yahveh de los hijos e hijas nacidos en este lugar, de sus madres que los dieron a luz y de sus padres que los engendraron en esta tierra: [4] de muertes miserables morir�n, sin que sean pla�idos ni sepultados. se volver�n esti�rcol sobre la haz del suelo. con espada y hambre ser�n acabados, y ser�n sus cad�veres pasto para las aves del cielo y las bestias de la tierra. [5] s�, as� dice yahveh: no entres en casa de duelo, ni vayas a pla�ir, ni les consueles; pues he retirado mi paz de este pueblo -or�culo de yahveh- la merced y la compasi�n. [6] morir�n grandes y chicos en esta tierra. no se les sepultar�, ni nadie les pla�ir�, ni se ara�ar�n ni se rapar�n por ellos, [7] ni se partir� el pan al que est� de luto para consolarle por el muerto, ni le dar�n a beber la taza consolatoria por su padre o por su madre. [8] y en casa de convite tampoco entres a sentarte con ellos a comer y beber. [9] que as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: he aqu� que voy a hacer desaparecer de este lugar, a vuestros propios ojos y en vuestros d�as, toda voz de gozo y alegr�a, la voz del novio y la voz de la novia. [10] luego, cuando hayas comunicado a este pueblo todas estas palabras, y te digan: ��por qu� ha pronunciado yahveh contra nosotros toda esta gran desgracia? �cu�l es nuestra culpa, y cu�l nuestro pecado que hemos cometido contra yahveh nuestro dios?�, [11] t� les dir�s: �es porque me dejaron vuestros padres -or�culo de yahveh- y se fueron tras otros dioses y les sirvieron y adoraron, y a m� me dejaron, y mi ley no guardaron. [12] y vosotros mismos hab�is hecho peor que vuestros padres, pues he aqu� que va cada uno en pos de la dureza de su mal coraz�n, sin escucharme. [13] pero yo os echar� lejos de esta tierra, a otra que no hab�is conocido vosotros ni vuestros padres, y servir�is all� a otros dioses d�a y noche, pues no os otorgar� perd�n.� [14] en efecto, mirad que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que no se dir� m�s: ��por vida de yahveh, que subi� a los hijos de israel de egipto!�, [15] sino: ��por vida de yahveh, que subi� a los hijos de israel del pa�s del norte, y de todos los pa�ses a donde los arrojara!� pues yo los devolver� a su solar, que di a sus padres. [16] he aqu� que env�o a muchos pescadores -or�culo de yahveh- y los pescar�n. y luego de esto enviar� a muchos cazadores, y los cazar�n de encima de cada monte y de cada cerro y de los resquicios de las pe�as. [17] porque mis ojos est�n puestos sobre todos sus caminos: no se me ocultan, ni se zafa su culpa de delante de mis ojos. [18] pagar� doblado por su culpa y su pecado, porque ellos execraron mi tierra con la carro�a de sus monstruos abominables, y de sus abominaciones llenaron mi

heredad. [19] �oh yahveh, mi fuerza y mi refuerzo, mi refugio en d�a de apuro! a ti las gentes vendr�n de los confines de la tierra y dir�n: �luego mentira recibieron de herencia nuestros padres, vanidad y cosas sin provecho! [20] �es que va a hacerse el hombre dioses para s�? �aunque aquellos no son dioses! [21] por tanto, he aqu� que yo les hago conocer -esta vez s� mi mano y mi poder�o, y sabr�n que mi nombre es yahveh. jeremias cap.17 [1] el pecado de jud� est� escrito con buril de hierro; con punta de diamante est� grabado sobre la tabla de su coraz�n y en los cuernos de sus aras, [2] as�, recordar�n sus hijos sus aras y sus cipos cabe los �rboles frondosos, sobre los oteros altos, [3] mi monte, en la campi�a. tu haber y todos tus tesoros al pillaje voy a dar, en pago por todos tus pecados de los altos, en todas tus fronteras. [4] tendr�s que deshacerte de tu heredad que yo te di, y te har� esclavo de tus enemigos en un pa�s que no conoces, porque un fuego ha saltado en mi ira que para siempre estar� encendido. [5] as� dice yahveh: maldito sea aquel que f�a en hombre, y hace de la carne su apoyo, y de yahveh se aparta en su coraz�n. [6] pues es como el tamarisco en la arab�, y no ver� el bien cuando viniere. vive en los sitios quemados del desierto, en saladar inhabitable. [7] bendito sea aquel que f�a en yahveh, pues no defraudar� Yahveh su confianza. [8] es como �rbol plantado a las orillas del agua, que a la orilla de la corriente echa sus ra�ces. no temer� cuando viene el calor, y estar� su follaje frondoso; en a�o de sequ�a no se inquieta ni se retrae de dar fruto. [9] el coraz�n es lo m�s retorcido; no tiene arreglo: �qui�n lo conoce? [10] yo, yahveh, exploro el coraz�n, pruebo los ri�ones, para dar a cada cual seg�n su camino, seg�n el fruto de sus obras. [11] la perdiz incuba lo que no ha puesto; as� es el que hace dinero, mas no con justicia: en mitad de sus d�as lo ha de dejar y a la postre resultar� un necio. [12] solio de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro santuario... [13] esperanza de israel, yahveh: todos los que te abandonan ser�n avergonzados, y los que se apartan de ti, en la tierra ser�n escritos, por haber abandonado el manantial de aguas vivas, yahveh. [14] c�rame, yahveh, y sea yo curado; s�lvame, y sea yo salvo, pues mi prez eres t�. [15] mira que ellos me dicen: ��d�nde est� la palabra de yahveh? �vamos, que venga!� [16] yo nunca te apremi� a hacer da�o; el d�a irremediable no he anhelado; t� lo sabes: lo salido de mis labios enfrente de tu faz ha estado. [17] no seas para m� espanto, �oh t�, mi amparo en el d�a aciago! [18] averg��ncense mis perseguidores, y no me averg�ence yo; esp�ntense ellos, y no me espante yo. trae sobre ellos el d�a aciago, y con doble quebrantamiento quebr�ntalos. [19] yahveh me dijo as�: ve y te paras a la puerta de los hijos del pueblo, por la que entran los reyes de jud� y por la que salen, y asimismo en todas las puertas de jerusal�n, [20] y les dices: o�d la palabra de yahveh, reyes de jud�, y todo jud� y los habitantes de jerusal�n que entr�is por estas puertas. [21] as� dice yahveh: �guardaos, por vida vuestra, de llevar carga en d�a de s�bado y meterla por las puertas de jerusal�n. [22] no saqu�is tampoco carga de vuestras casas en s�bado, ni hag�is trabajo alguno, antes bien santificad el s�bado como mand� a vuestros padres. [23] mas no oyeron ni aplicaron el o�do, sino que atiesaron su cerviz sin o�r ni

aprender. [24] que si me hac�is caso -or�culo de yahveh- no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en s�bado y santificando el d�a de s�bado sin realizar en �l trabajo alguno, [25] entonces entrar�n por las puertas de esta ciudad reyes que se sienten sobre el trono de david, montados en carros y caballos, ellos y sus oficiales, la gente de jud� y los habitantes de jerusal�n. y durar� esta ciudad para siempre. [26] y vendr�n de las ciudades de jud�, de los aleda�os de jerusal�n, del pa�s de benjam�n, de la tierra baja, de la sierra y del n�gueb a traer holocaustos, sacrificios, oblaciones e incienso y a traer ofrendas de acci�n de gracias a la casa de yahveh. [27] pero si no me oyereis en cuanto a santificar el s�bado y no llevar carga ni meterla por las puertas de jerusal�n en s�bado, entonces prender� fuego a sus puertas, que consumir� los palacios de jerusal�n, y no se apagar�. jeremias cap.18 [1] palabra que fue dirigida a jerem�as de parte de yahveh: [2] lev�ntate y baja a la alfarer�a, que all� mismo te har� o�r mis palabras. [3] baj� a la alfarer�a, y he aqu� que el alfarero estaba haciendo un trabajo al torno. [4] el cacharro que estaba haciendo se estrope� como barro en manos del alfarero, y �ste volvi� a empezar, trasform�ndolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareci� al alfarero. [5] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [6] �no puedo hacer yo con vosotros, casa de israel, lo mismo que este alfarero? -or�culo de yahveh-. mirad que como el barro en la mano del alfarero, as� sois vosotros en mi mano, casa de israel. [7] de pronto hablo contra una naci�n o reino, de arrancar, derrocar y perder; [8] pero se vuelve atr�s de su mal aquella gente contra la que habl�, y yo tambi�n desisto del mal que pensaba hacerle. [9] y de pronto hablo, tocante a una naci�n o un reino, de edificar y plantar; [10] pero hace lo que parece malo desoyendo mi voz, y entonces yo tambi�n desisto del bien que hab�a decidido hacerle. [11] ahora, pues, di a la gente de jud� y a los habitantes de jerusal�n: as� dice yahveh: �mirad que estoy ideando contra vosotros cosa mala y pensando algo contra vosotros. ea, pues; volveos cada cual de su mal camino y mejorad vuestra conducta y acciones.� [12] pero van a decir: �es in�til; porque iremos en pos de nuestros pensamientos y cada uno de nosotros har� conforme a la terquedad de su mal coraz�n.� [13] por tanto, as� dice yahveh: vamos, preguntad entre las naciones: �qui�n oy� tal cosa? �bien fea cosa ha hecho la virgen de israel! [14] �faltar� acaso de la pe�a excelsa la nieve del l�bano? �o se agotar�n las aguas crecidas, frescas, corrientes? [15] pues bien, mi pueblo me ha olvidado. a la nada inciensan. han tropezado en sus caminos, aquellos senderos de siempre, para irse por trochas, por camino no trillado. [16] es para trocar su tierra en desolaci�n, en eterna rechifla: todo el que pasare se asombrar� de ella y menear� la cabeza. [17] como el viento solano los esparcir� delante del enemigo. la espalda, que no la cara, les mostrar� el d�a de su infortunio. [18] entonces dijeron: �venid y tramemos algo contra jerem�as, porque no va a faltarle la ley al sacerdote, el consejo al sabio, ni al profeta la palabra. venid e hir�mosle por su propia lengua: no estemos atentos a todas sus palabras.� [19] est�te atento a m�, yahveh, y oye lo que dicen mis contrincantes. [20] �es que se paga mal por bien? (porque han cavado una hoya para mi persona.) recuerda cuando yo me pon�a en tu presencia para hablar en bien de ellos, para apartar tu c�lera de ellos.

[21] por tanto, entrega a sus hijos al hambre y des�ngralos a filo de espada; queden sus mujeres sin hijos y viudas, sean sus varones asesinados, sus mancebos acuchillados en la guerra. [22] oigase griter�o en sus casas, cuando traigas sobre ellos pillaje repentino. porque han cavado una hoya para prenderme, y trampas han escondido para mis pies. [23] pero t�, Yahveh, conoces todo su plan de muerte contra m�. �no disimules su culpa, no borres de tu presencia su pecado! �que caigan ante ti, al tiempo de tu ira, descarga en ellos! jeremias cap.19 [1] entonces yahveh dijo a jerem�as: ve y compras un jarro de cer�mica; tomas contigo a algunos ancianos del pueblo y algunos sacerdotes, [2] sales al valle de ben hinnom, a la entrada de la puerta de las tejoletas, y pregonas all� las palabras que voy a decirte. [3] dir�s: o�d la palabra de yahveh, reyes de jud� y habitantes de jerusal�n. as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: �he aqu� que yo traigo sobre este lugar una desgracia, que a todo el que la oyere le zumbar�n los o�dos. [4] porque me han dejado, han hecho extra�o este lugar y han incensado en �l a otros dioses que ni ellos ni sus padres conoc�an. los reyes de jud� han llenado este lugar de sangre de inocentes, [5] y han construido los altos de baal para quemar a sus hijos en el fuego, en holocausto a baal, -lo que no les mand� ni les dije ni me pas� por las mientes-. [6] por tanto, he aqu� que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que no se hablar� m�s de tofet ni del valle de ben hinnom, sino del "valle de la matanza". [7] vaciar� la prudencia de jud� y jerusal�n a causa de este lugar: les har� caer a espada ante sus enemigos por mano de los que busquen su muerte; dar� sus cad�veres por comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, [8] y convertir� esta ciudad en desolaci�n y en rechifla: todo el que pase a su vera se quedar� at�nito y silbar� en vista de sus heridas. [9] les har� comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y comer�n cada uno la carne de su pr�jimo, en el aprieto y la estrechez con que les estrechar�n sus enemigos y los que busquen su muerte.� [10] luego rompes el jarro a la vista de los hombres que vayan contigo [11] y les dices: as� dice yahveh sebaot: �asimismo quebrantar� yo a este pueblo y a esta ciudad, como quien rompe un cacharro de alfarer�a, que ya no tiene arreglo. �y se har�n enterramientos en t�fet, hasta que falte sitio para enterrar. [12] as� har� con este lugar -or�culo de yahveh- y con sus habitantes, hasta dejar a esta ciudad lo mismo que t�fet, [13] y que sean las casas de jerusal�n y las de los reyes de jud� como el lugar de t�fet: una inmundicia; todas las casas en cuyas azoteas incensaron a toda la tropa celeste y libaron libaci�n a otros dioses.� [14] parti� Jerem�as de t�fet a donde le hab�a enviado yahveh a profetizar y, par�ndose en el atrio de la casa de yahveh, dijo a todo el pueblo: [15] �as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: he aqu� que yo traigo a esta ciudad y a todos sus aleda�os toda la calamidad que he pronunciado contra ella, porque ha atiesado su cerviz, desoyendo mis palabras.� jeremias cap.20 [1] el sacerdote pasjur, hijo de immer, que era inspector jefe de la casa de yahveh, oy� a jerem�as profetizar dichas palabras. [2] pasjur hizo dar una paliza al profeta jerem�as y le hizo meter en el calabozo de la puerta alta de benjam�n -la que est� en la casa de yahveh-. [3] al d�a siguiente sac� Pasjur a jerem�as del calabozo. d�jole jerem�as: no es pasjur el nombre que te ha puesto yahveh, sino �terror en torno�. [4] porque as� dice yahveh: �he aqu� que yo te convierto en terror para ti mismo y para todos tus allegados, los cuales caer�n por la espada de sus enemigos, y tus

ojos lo estar�n viendo. y asimismo a todo jud� entregar� en manos del rey de babilonia, que los deportar� a babilonia y los acuchillar�. [5] y entregar� todas las reservas de esta ciudad y todo lo atesorado, todas sus preciosidades y todos los tesoros de los reyes de jud�, en manos de sus enemigos que los pillar�n, los tomar�n y se los llevar�n a babilonia. [6] en cuanto a ti, pasjur, y todos los moradores de tu casa, ir�is al cautiverio. en babilonia entrar�s, all� morir�s y all� mismo ser�s sepultado t� y todos tus allegados a quienes has profetizado en falso.� [7] me has seducido, yahveh, y me dej� seducir; me has agarrado y me has podido. he sido la irrisi�n cotidiana: todos me remedaban. [8] pues cada vez que hablo es para clamar: ��atropello!�, y para gritar: ��expolio!�. la palabra de yahveh ha sido para m� oprobio y befa cotidiana. [9] yo dec�a: �no volver� a recordarlo, ni hablar� m�s en su nombre.� pero hab�a en mi coraz�n algo as� como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajada por ahogarlo, no pod�a. [10] escuchaba las calumnias de la turba: ��terror por doquier!, �denunciadle!, �denunci�mosle!� todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspi�s m�o: ��a ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de �l!� [11] pero yahveh est� conmigo, cual campe�n poderoso. y as� mis perseguidores tropezar�n impotentes; se avergonzar�n mucho de su imprudencia: confusi�n eterna, inolvidable. [12] �oh yahveh sebaot, juez de lo justo, que escrutas los ri�ones y el coraz�n!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. [13] cantad a yahveh, alabad a yahveh, porque ha salvado la vida de un pobrecillo de manos de malhechores. [14] �maldito el d�a en que nac�! �el d�a que me dio a luz mi madre no sea bendito! [15] �maldito aquel que felicit� a mi padre diciendo: �te ha nacido un hijo var�n�, y le llen� de alegr�a! [16] sea el hombre aquel semejante a las ciudades que destruy� Yahveh sin que le pesara, y escuche alaridos de ma�ana y gritos de ataque al mediod�a. [17] �oh, que no me haya hecho morir desde el vientre, y hubiese sido mi madre mi sepultura, con seno pre�ado eternamente! [18] �para qu� haber salido del seno, a ver pena y aflicci�n, y a consumirse en la verg�enza mis d�as? jeremias cap.21 [1] palabra dirigida a jerem�as de parte de yahveh, cuando el rey sedec�as mand� donde �l a pasjur, hijo de malkiy�as, y al sacerdote sofon�as, hijo de maas�as, a decirle: [2] �ea, consulta de nuestra parte a yahveh, porque el rey de babilonia, nabucodonosor, nos ataca. a ver si nos hace yahveh un milagro de los suyos, y aqu�l se retira de encima de nosotros.� [3] d�joles jerem�as: �as� dir�is a sedec�as: [4] esto dice yahveh, el dios de israel: mirad que yo hago rebotar las armas que ten�is en las manos y con las que os bat�s contra el rey de babilonia y contra los caldeos que os cercan extramuros, y las amontonar� en medio de esta ciudad. [5] yo voy a batirme contra vosotros con mano fuerte y tenso brazo, con ira, con c�lera y con encono grande. [6] herir� a los habitantes de esta ciudad, hombres y bestias, con una gran peste; �morir�n! [7] y tras de esto -or�culo de yahveh- entregar� al rey de jud�, sedec�as, a sus siervos y al pueblo que en esta ciudad quedare de la peste, de la espada y del hambre, en manos de nabucodonosor, rey de babilonia, y en manos de sus enemigos y de los que buscan su muerte. el los herir� a filo de espada. no les dar� cuartel, ni les tendr� clemencia ni l�stima.� [8] y a ese pueblo le dir�s: �as� dice yahveh: mirad que yo os propongo el camino

de la vida y el camino de la muerte. [9] quien se quede en esta ciudad, morir� de espada, de hambre y de peste. el que salga y caiga en manos de los caldeos que os cercan, vivir�, y eso saldr� ganando. [10] porque me he fijado en esta ciudad para su da�o, no para su bien -or�culo de yahveh-: ser� puesta en manos del rey de babilonia, que la incendiar�.� [11] a la casa real de jud�. �o�d la palabra de yahveh, [12] casa de david! as� dice yahveh: haced justicia cada ma�ana, y salvad al oprimido de mano del opresor, so pena de que brote como fuego mi c�lera, y arda y no haya quien apague, a causa de vuestras malas acciones. [13] mira que por ti va, poblaci�n del valle, la roca del llano -or�culo de yahveh-: vosotros, los que dec�s: ��qui�n se nos echar� encima? �qui�n entrar� en nuestras guaridas?� [14] (yo os visitar� seg�n el fruto de vuestras acciones -or�culo de yahveh-.) encender� fuego en su bosque, y devorar� todos sus contornos. jeremias cap.22 [1] yahveh dijo as�: baja a la casa real de jud� y pronuncias all� estas palabras. [2] dir�s: oye la palabra de yahveh, t�, rey de jud�, que ocupas el trono de david, y tus servidores y pueblo -los que entran por estas puertas-. [3] as� dice yahveh: practicad el derecho y la justicia, librad al oprimido de manos del opresor, y al forastero, al hu�rfano y a la viuda no atropell�is; no hag�is violencia ni derram�is sangre inocente en este lugar. [4] porque si pon�is en pr�ctica esta palabra, entonces seguir�n entrando por las puertas de esta casa reyes sucesores de david en el trono, montados en carros y caballos, junto con sus servidores y su pueblo. [5] mas si no o�s estas palabras, por m� mismo os juro -or�culo de yahveh- que en ruinas parar� esta casa. [6] pues as� dice yahveh respecto a la casa real de jud�: galaad eras t� para m�, cumbre del l�bano: pero �vaya si te trocar� en desierto, en ciudades deshabitadas! [7] voy a consagrar contra ti a quienes te destruyan: �cada uno a sus hachas! talar�n lo selecto de tus cedros, y lo arrojar�n al fuego. [8] muchas gentes pasar�n a la vera de esta ciudad y dir�n cada cual a su pr�jimo: ��por qu� ha hecho yahveh semejante cosa a esta gran ciudad?� [9] y les dir�n: �es porque dejaron la alianza de su dios yahveh, y adoraron a otros dioses y les sirvieron.� [10] no llor�is al muerto ni pla��is por �l: llorad, llorad por el que se va, porque jam�s volver� ni ver� su patria. [11] pues as� dice yahveh respecto a sallum, hijo de jos�as, rey de jud� y sucesor de su padre jos�as en el reino, el cual sali� de este lugar: �no volver� m�s aqu�, [12] sino que en el lugar a donde le deportaron, all� mismo morir�, y no ver� jam�s este pa�s.� [13] �ay del que edifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho! de su pr�jimo se sirve de balde y su trabajo no le paga. [14] el que dice: �voy a edificarme una casa espaciosa y pisos ventilados�, y le abre sus correspondientes ventanas; pone paneles de cedro y los pinta de rojo. [15] �ser�s acaso rey porque seas un apasionado del cedro? tu padre, �no com�a y beb�a? -�tambi�n hizo justicia y equidad.� -pues mejor para �l. [16] �-juzg� la causa del cuitado y del pobrecillo.� -pues mejor. �no es esto conocerme? -or�culo de yahveh-. [17] pero tus ojos y tu coraz�n no est�n m�s que a tu granjer�a, -�y a la sangre inocente! -para verterla. -�y al atropello y al entuerto! -para hacer t� lo propio. [18] por tanto, as� dice yahveh respecto a yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�: no pla�ir�n por �l: ��ay hermano m�o!, �ay hermana m�a!�; no pla�ir�n por �l: ��ay se�or!, �ay su majestad!�

[19] el entierro de un borrico ser� el suyo: arrastrarlo y tirarlo fuera de las puertas de jerusal�n. [20] sube al l�bano y clama, por bas�n da voces y clama desde abarim, porque han sido quebrantados todos tus amantes. [21] te hab�a hablado en tu prosperidad. dijiste: �no oigo.� tal ha sido tu costumbre desde tu mocedad, nunca o�ste mi voz. [22] a todos tus pastores les pastorear� el viento, y tus amantes cautivos ir�n. entonces s� que estar�s avergonzada y confusa de toda tu malicia. [23] t�, que te asentabas en el l�bano, que anidabas en los cedros, �c�mo suspirar�s, en vini�ndote los dolores, el trance como de parturienta! [24] por mi vida -or�culo de yahveh-, aunque fuese kon�as, el hijo de yoyaquim, rey de jud�, un sello en mi mano diestra, de all� te arrancar�a. [25] yo te pondr� en manos de los que buscan tu muerte, y en manos de los que te atemorizan: en manos de nabucodonosor, rey de babilonia, y en manos de los caldeos; [26] y te arrojar� a ti y a la madre que te engendr� a otra tierra donde no hab�is nacido, y all� morir�is. [27] pero a la tierra a donde anhelan volver, no volver�n. [28] �es alg�n trasto despreciable, roto, este individuo, kon�as?; �quiz� un objeto sin inter�s? pues entonces, �por qu� han sido arrojados �l y su prole, y echados a una tierra, que no conoc�an? [29] �tierra, tierra, tierra! oye la palabra de yahveh. [30] as� dice yahveh: inscribid a este hombre: �un sin hijos, un fracasado en la vida�; porque ninguno de su descendencia tendr� la suerte de sentarse en el trono de david y de ser jam�s se�or en jud�. jeremias cap.23 [1] �ay de los pastores que dejan perderse y desparrarmarse las ovejas de mis pastos! -or�culo de yahveh-. [2] pues as� dice yahveh, el dios de israel, tocante a los pastores que apacientan a mi pueblo: vosotros hab�is dispersado las ovejas m�as, las empujasteis y no las atendisteis. mirad que voy a pasaros revista por vuestras malas obras -or�culo de yahveh-. [3] yo recoger� el resto de mis ovejas de todas las tierras a donde las empuj�, las har� tornar a sus estancias, criar�n y se multiplicar�n. [4] y pondr� al frente de ellas pastores que las apacienten, y nunca m�s estar�n medrosas ni asustadas, ni faltar� ninguna -or�culo de yahveh-. [5] mirad que d�as vienen -or�culo de yahveh- en que suscitar� a david un germen justo: reinar� un rey prudente, practicar� el derecho y la justicia en la tierra. [6] en sus d�as estar� a salvo jud�, e israel vivir� en seguro. y este es el nombre con que te llamar�n: �yahveh, justicia nuestra.� [7] por tanto, mirad que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que no se dir� m�s: ��por vida de yahveh, que subi� a los hijos de israel de egipto!�, [8] sino: ��por vida de yahveh, que subi� y trajo la simiente de la casa de israel de tierras del norte y de todas las tierras a donde los arrojara!�, y habitar�n en su propio suelo. [9] a los profetas. se me parti� el coraz�n en mis adentros, estremeci�ronse todos mis huesos, me qued� como un borracho, como aqu�l a quien le domina el vino, por causa de yahveh, por causa de sus santas palabras. [10] �porque de fornicadores se ha henchido la tierra. (a causa de una maldici�n se ha enlutado la tierra, se han secado los pastos de la estepa.) se ha vuelto la carrera de ellos mala y su esfuerzo no recto. [11] tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto imp�os; en mi misma casa top� con su maldad -or�culo de yahveh-. [12] por ende su camino vendr� a ser su despe�adero: a la sima ser�n empujados y caer�n en ella. porque voy a traer sobre ellos una calamidad, al tiempo de su visita� -or�culo de yahveh-.

[13] en los profetas de samar�a, he observado una inepcia: profetizaban por baal y hac�an errar a mi pueblo israel. [14] mas en los profetas de jerusal�n he observado una monstruosidad: fornicar y proceder con fals�a, d�ndose la mano con los malhechores, sin volverse cada cual de su malicia. se me han vuelto todos ellos cual sodoma, y los habitantes de la ciudad, cual gomorra. [15] por tanto, as� dice yahveh sebaot tocante a los profetas: he aqu� que les voy a dar de comer ajenjo y les voy a dar de beber agua emponzo�ada. porque a partir de los profetas de jerusal�n se ha propagado la impiedad por toda la tierra. [16] as� dice yahveh sebaot: no escuch�is las palabras de los profetas que os profetizan. os est�n embaucando. os cuentan sus propias fantas�as, no cosa de boca de yahveh. [17] dicen a los que me desprecian: �yahveh dice: �paz tendr�is!� y a todo el que camina en terquedad de coraz�n: �no os suceder� nada malo.� [18] (porque �qui�n asisti� al consejo de yahveh y vio y oy� su palabra?, �qui�n escuch� su palabra y la ha o�do?) [19] mirad que una tormenta de yahveh, su ira, ha estallado, un torbellino remolinea, sobre la cabeza de los malos descarga. [20] no ha de apaciguarse la ira de yahveh hasta que la ejecute, y realice los designios de su coraz�n. en d�as futuros os percatar�is de ello. [21] yo no envi� a esos profetas, y ellos corrieron. no les habl�, y ellos profetizaron. [22] pues si asistieron a mi consejo, hagan o�r mi palabra a mi pueblo, y h�ganle tornar de su mal camino y de sus acciones malas. [23] �soy yo un dios s�lo de cerca -or�culo de yahveh- y no soy dios de lejos? [24] �o se esconder� alguno en escondite donde yo no le vea? -or�culo de yahveh-. �los cielos y la tierra no los lleno yo? -or�culo de yahveh-. [25] ya he o�do lo que dicen esos profetas que profetizan falsamente en mi nombre diciendo: ��he tenido un sue�o, he tenido un sue�o!� [26] �hasta cu�ndo va a durar esto en el coraz�n de los profetas que profetizan en falso y son profetas de la impostura de su coraz�n?, [27] �los que piensan hacer olvidarse a mi pueblo de mi nombre por los sue�os que se cuentan cada cual a su vecino, como olvidaron sus padres mi nombre por baal? [28] profeta que tenga un sue�o, cuente un sue�o, y el que tenga consigo mi palabra, que hable mi palabra fielmente. �qu� tiene que ver la paja con el grano? -or�culo de yahveh-. [29] �no es as� mi palabra, como el fuego, y como un martillo golpea la pe�a? [30] pues bien, aqu� estoy yo contra los profetas -or�culo de yahveh- que se roban mis palabras el uno al otro. [31] aqu� estoy yo contra los profetas -or�culo de yahveh que usan de su lengua y emiten or�culo. [32] aqu� estoy yo contra los profetas que profetizan falsos sue�os -or�culo de yahveh- y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus falsedades y su presunci�n, cuando yo ni les he enviado ni dado �rdenes, y ellos de ning�n provecho han sido para este pueblo -or�culo de yahveh-. [33] y cuando te pregunte este pueblo -o un profeta o un sacerdote-. ��cu�l es la carga de yahveh?� les dir�s: �vosotros sois la carga, y voy a dejaros en el suelo -or�culo de yahveh-.� [34] y el profeta, el sacerdote o cualquiera que dijere: �una carga de yahveh�, yo me las entender� con �l y con su casa. [35] as� os dir�is cada uno a su pr�jimo, y cada uno a su hermano: ��qu� ha respondido yahveh?, �qu� ha dicho yahveh?� [36] pero de eso de la �carga de yahveh� no os acordar�is m�s, porque tal carga ser�a para cada uno su propia palabra. porque trastorn�is las palabras del dios vivo, yahveh sebaot nuestro dios. [37] as� dir�is al profeta: ��qu� te ha respondido yahveh?, �qu� ha dicho yahveh?�

[38] pero como habl�is de �carga de yahveh�, entonces as� dice yahveh: �por haber dicho eso de carga de yahveh por m�s que os avis� que no dijerais carga de yahveh, [39] por lo mismo, he aqu� que yo os levanto en alto y os dejo caer a vosotros y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres. [40] y os pondr� encima oprobio eterno y bald�n eterno que no ser� olvidado.� jeremias cap.24 [1] h�zome ver yahveh, y he aqu� que hab�a un par de cestos de higos presentados delante del templo de yahveh -esto era despu�s que nabucodonosor, rey de babilonia, hubo deportado de jerusal�n al rey de jud�, jecon�as, hijo de yoyaquim, a los principales de jud� y a los herreros y cerrajeros de jerusal�n, y los llev� a babilonia-. [2] un cesto era de higos muy buenos, como los primerizos, y el otro de higos malos, tan malos que no se pod�an comer. [3] y me dijo yahveh: ��qu� est�s viendo jerem�as?� dije: �higos. los higos buenos son muy buenos; y los higos malos, muy malos, que no se dejan comer de puro malos.� [4] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [5] as� habla yahveh, dios de israel: como por estos higos buenos, as� me interesar� en favor de los desterrados de jud� que yo ech� de este lugar al pa�s de los caldeos. [6] pondr� la vista en ellos para su bien, los devolver� a este pa�s, los reconstruir� para no derrocarlos y los plantar� para no arrancarlos. [7] les dar� coraz�n para conocerme, pues yo soy yahveh, y ellos ser�n mi pueblo y yo ser� su dios, pues volver�n a m� con todo su coraz�n. [8] pero igual que a los higos malos, que no se pueden comer de malos -s�, as� dice yahveh-, as� har� al rey sedec�as, a sus principales y al resto de jerusal�n: a los que quedaren en este pa�s, y a los que est�n en el pa�s de egipto. [9] har� de ellos el espantajo, una calamidad, de todos los reinos de la tierra; el oprobio y el ejemplo, la burla y la maldici�n por dondequiera que los empuje, [10] dar� suelta entre ellos a la espada, al hambre y a la peste, hasta que sean acabados de sobre el solar que di a ellos y a sus padres. jeremias cap.25 [1] palabra que fue dirigida a jerem�as tocante a todo el pueblo de jud� el a�o cuarto de yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�, -o sea el a�o primero de nabucodonosor, rey de babilonia-, [2] la cual pronunci� e profeta jerem�as a todo el pueblo de jud� y a toda la poblaci�n de jerusal�n, en estos t�rminos: [3] desde el a�o trece de jos�as, hijo de am�n, rey de jud�, hasta este d�a, veintitr�s a�os hace que me es dirigida la palabra de yahveh, y os la he comunicado puntualmente (pero no hab�is o�do. [4] tambi�n os envi� Yahveh puntualmente a todos sus siervos los profetas, y tampoco o�steis ni aplicasteis el o�do), [5] diciendo: ea, volveos cada cual de su mal camino y de sus malas acciones, y volver�is al solar que os dio yahveh a vosotros y a vuestros padres, desde siempre hasta siempre. [6] (no vay�is en pos de otros dioses para servirles y adorarles, no me provoqu�is con las hechuras de vuestras manos, y no os har� mal.) [7] pero no me hab�is o�do (-or�culo de yahveh- de suerte que con las hechuras de vuestras manos me provocasteis, para vuestro mal). [8] por eso, as� dice yahveh sebaot: puesto que no hab�is o�do mis palabras, [9] he aqu� que yo mando a buscar a todos los linajes del norte (-or�culo de yahveh- y a mi siervo nabucodonosor, rey de babilonia), y los traer� contra esta tierra y contra sus moradores (y contra todas estas gentes de alrededor); los anatematizar� y los pondr� por pasmo, rechifla y ruinas eternos,

[10] y har� desaparecer de ellos voz de gozo y voz de alegr�a, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido de la muela y la luz de la candela. [11] ser� reducida toda esta tierra a pura desolaci�n, y servir�n estas gentes al rey de babilonia setenta a�os. [12] (luego, en cumpli�ndose los setenta a�os, visitar� al rey de babilonia y a dicha gente por su delito -or�culo de yahveh- y a la tierra de los caldeos troc�ndola en ruinas eternas). [13] y atraer� sobre aquella tierra todas las palabras que he hablado respecto a ella, todo lo que est� escrito en este libro. lo que profetiz� Jerem�as tocante a la generalidad de las naciones. [14] (pues tambi�n a ellos los reducir�n a servidumbre muchas naciones y reyes grandes, y les pagar� seg�n sus obras y seg�n la hechura de sus manos.) [15] as� me ha dicho yahveh dios de israel: toma esta copa de vino de furia, y hazla beber a todas las naciones a las que yo te env�e; [16] beber�n, y trompicar�n, y se enloquecer�n ante la espada que voy a soltar entre ellas. [17] tom� la copa de mano de yahveh, e hice beber a todas las naciones a las que me hab�a enviado yahveh: [18] (a jerusal�n y a las ciudades de jud�, a sus reyes y a sus principales, para trocarlo todo en desolaci�n, pasmo, rechifla y maldici�n, como hoy est� sucediendo); [19] a fara�n, rey de egipto, a sus siervos, a sus principales y a todo su pueblo, [20] a todos los mestizos (a todos los reyes de us); a todos los reyes de filistea: a ascal�n, gaza, ecr�n y al residuo de asdod; [21] a edom, moab, y los ammonitas, [22] a (todos) los reyes de tiro, a (todos) los reyes de sid�n y a los reyes de las islas de allende el mar; [23] a ded�n, tem�, buz; a todos los que se afeitan las sienes, [24] a todos los reyes de arabia y a todos los reyes de los mestizos habitantes del desierto; [25] (a todos los reyes de zimr�) a todos los reyes de elam y a todos los reyes de media, [26] a todos los reyes del norte, los pr�ximos y los remotos, cada uno con su hermano, y a todos los reinos que hay sobre la haz de la tierra. (y el rey de sesak beber� despu�s de ellos.) [27] y les dir�s: as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: bebed, emborrachaos, vomitad, caed y no os levant�is delante de la espada que yo voy a soltar entre vosotros. [28] y si reh�san tomar la copa de tu mano para beber, les dices: as� dice yahveh sebaot: ten�is que beber sin falta, [29] porque precisamente por la ciudad que lleva mi nombre empiezo a castigar; �y vosotros, quedar�is impunes?: �no, no quedar�is!, porque a la espada llamo yo contra todos los habitantes de la tierra -or�culo de yahveh sebaot-. [30] t�, pues, les profetizas todas estas palabras y les dices: yahveh desde lo alto ruge, y desde su santa morada da su voz. ruge contra su aprisco: grita como los lagareros. a todos los habitantes de la tierra [31] llega el eco, hasta el fin de la tierra. porque pleitea yahveh con las naciones y vence en juicio a toda criatura. a los malos los entrega a la espada -or�culo de yahveh-. [32] as� dice yahveh sebaot: mirad que una desgracia se propaga de naci�n a naci�n, y una gran tormenta surge del fin del mundo. [33] habr� v�ctimas de yahveh en aquel d�a de cabo a cabo de la tierra; no ser�n pla�idos ni recogidos ni sepultados m�s: se volver�n esti�rcol sobre la haz de la tierra. [34] ululad, pastores, y clamad; revolcaos, mayorales, porque se han cumplido vuestros d�as para la matanza, y caer�is como objetos escogidos. [35] no habr� evasi�n para los pastores ni escapatoria para los mayorales.

[36] se oye el grito de los pastores, el ulular de los mayorales, porque devasta yahveh su pastizal, [37] y son aniquiladas las estancias m�s seguras por la ardiente c�lera de yahveh. [38] ha dejado el le�n su cubil, y se ha convertido su tierra en desolaci�n ante la c�lera irresistible, ante la ardiente c�lera. jeremias cap.26 [1] al principio del reinado de yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�, fue dirigida a jerem�as esta palabra de yahveh: [2] as� dice yahveh: p�rate en el patio de la casa de yahveh y habla a todas las ciudades de jud�, que vienen a adorar en la casa de yahveh, todas las palabras que yo te he mandado hablarles, sin omitir ninguna. [3] puede que oigan y se torne cada cual de su mal camino, y yo me arrepentir�a del mal que estoy pensando hacerles por la maldad de sus obras. [4] les dir�s, pues: �as� dice yahveh: si no me o�s para andar seg�n mi ley que os propuse, [5] oyendo las palabras de mis siervos los profetas que yo os env�o asiduamente (pero no hab�is hecho caso), [6] entonces har� con esta casa como con silo, y esta ciudad entregar� a la maldici�n de todas las gentes de la tierra.� [7] oyeron los sacerdotes y profetas y todo el pueblo a jerem�as decir estas palabras en la casa de yahveh, [8] y luego que hubo acabado jerem�as de hablar todo lo que le hab�a ordenado yahveh que hablase a todo el pueblo, le prendieron los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo diciendo: ��vas a morir! [9] �por qu� has profetizado en nombre de yahveh, diciendo: "como silo quedar� esta casa, y esta ciudad ser� arrasada, sin quedar habitante"?� y se junt� todo el pueblo en torno a jerem�as en la casa de yahveh. [10] oyeron esto los jefes de jud�, y subieron de la casa del rey a la casa de yahveh, y se sentaron a la entrada de la puerta nueva de la casa de yahveh. [11] y los sacerdotes y profetas, dirigi�ndose a los jefes y a todo el pueblo, dijeron: ��sentencia de muerte para este hombre, por haber profetizado contra esta ciudad, como hab�is o�do con vuestros propios o�dos!� [12] dijo jerem�as a todos los jefes y al pueblo todo: �yahveh me ha enviado a profetizar sobre esta casa y esta ciudad todo lo que hab�is o�do. [13] ahora bien, mejorad vuestros caminos y vuestras obras y o�d la voz de yahveh vuestro dios, y se arrepentir� Yahveh del mal que ha pronunciado contra vosotros. [14] en cuanto a m�, aqu� me ten�is en vuestras manos: haced conmigo como mejor y m�s acertado os parezca. [15] empero, sabed de fijo que si me mat�is vosotros a m�, sangre inocente cargar�is sobre vosotros y sobre esta ciudad y sus moradores, porque en verdad yahveh me ha enviado a vosotros para pronunciar en vuestros o�dos todas estas palabras.� [16] dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: �no merece este hombre sentencia de muerte, porque en nombre de yahveh nuestro dios nos ha hablado.� [17] y se levantaron algunos de los m�s viejos del pa�s y dijeron a toda la asamblea del pueblo: [18] �miqueas de mor�set profetizaba en tiempos de ezequ�as, rey de jud�, y dijo a todo el pueblo de jud�: as� dice yahveh sebaot: si�n ser� un campo que se ara, jerusal�n se har� un mont�n de ruinas, y el monte de la casa un otero salvaje. [19] �por ventura le mataron ezequ�as, rey de jud�, y todo jud�?, �no temi� a yahveh y suplic� a la faz de yahveh, y se arrepinti� Yahveh del da�o con que les hab�a amenazado? mientras que nosotros estamos haci�ndonos mucho da�o a nosotros mismos.� [20] pero tambi�n hubo otro que dec�a profetizar en nombre de yahveh -ur�as hijo

de sema�as de quiryat yearim- el cual profetiz� contra esta ciudad y contra esta tierra enteramente lo mismo que jerem�as, [21] y oy� el rey yoyaquim y todos sus grandes se�ores y jefes sus palabras, y el rey buscaba matarle. enter�se ur�as, tuvo miedo, huy� y entr� en egipto. [22] pero envi� el rey yoyaquim a elnat�n, hijo de akbor, y otros con �l a egipto, [23] y sacaron a ur�as de egipto y lo trajeron al rey yoyaquim, quien lo acuchill� y ech� su cad�ver a la fosa com�n. [24] gracias a que ajicam, hijo de saf�n, defendi� a jerem�as, impidiendo entregarlo en manos del pueblo para matarle. jeremias cap.27 [1] (al principio del reinado de sedec�as, hijo de jos�as, rey de jud�, fue dirigida esta palabra a jerem�as de parte de yahveh: ) [2] as� me ha dicho yahveh: �hazte unas coyundas y un yugo, p�ntelo sobre la cerviz, [3] y env�alos al rey de edom, al rey de moab y al rey de los ammonitas, al rey de tiro y al rey de sid�n por medio de los embajadores que vienen a jerusal�n a ver a sedec�as, rey de jud�, [4] y dales estas instrucciones para sus se�ores: �as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: as� dir�is a vuestros se�ores: [5] yo hice la tierra, el hombre y las bestias que hay sobre la haz de la tierra, con mi gran poder y mi tenso brazo, y lo di a quien me plugo. [6] ahora yo he puesto todos estos pa�ses en manos de mi siervo nabucodonosor, rey de babilonia, y tambi�n los animales del campo le he dado para servirle [7] (y todas las naciones le servir�n a �l, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que llegue tambi�n el turno a su propio pa�s -y le reducir�n a servidumbre muchas naciones y reyes grandes-). [8] as� que las naciones y reinos que no sirvan a nabucodonosor, rey de babilonia, y que no sometan su cerviz al yugo del rey de babilonia, con la espada, con el hambre y con la peste los visitar� -or�culo de yahveh- hasta acabarlos por medio de �l. [9] vosotros, pues, no oig�is a vuestros profetas, adivinos, so�adores, augures ni hechiceros que os hablan diciendo: "no servir�is al rey de babilonia", [10] porque cosa falsa os profetizan para alejaros de sobre vuestro suelo, de suerte que yo os arroje y perezc�is. [11] pero la naci�n que someta su cerviz al yugo de babilonia y le sirva, yo la dejar� tranquila en su suelo -or�culo de yahveh- y lo labrar� y morar� en �l.� [12] a sedec�as, rey de jud�, le habl� en estos mismos t�rminos, diciendo: �someted vuestras cervices al yugo del rey de babilonia, servidle a �l y a su pueblo, y quedar�is con vida. [13] (�a qu� morir t� y tu pueblo por la espada, el hambre y la peste, como ha amenazado yahveh a aquella naci�n que no sirva al rey de babilonia?) [14] �no oig�is, pues, las palabras de los profetas que os dicen: "no servir�is al rey de babilonia", porque cosa falsa os profetizan, [15] pues yo no les he enviado -or�culo de yahveh- y ellos andan profetizando en mi nombre falsamente; no sea que yo os arroje, y perezc�is vosotros y los profetas que os profetizan.� [16] y a los sacerdotes y a todo este pueblo les habl� diciendo: �as� dice yahveh: no oig�is las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: "he aqu� que el ajuar de la casa de yahveh va a ser devuelto de babilonia en seguida", porque cosa falsa os profetizan. [17] (no les hag�is caso. servid al rey de babilonia y quedar�is con vida. �para qu� ha de quedar esta ciudad arrasada?) [18] y si ellos son profetas y la palabra de yahveh les acompa�a, que conjuren, ea, a yahveh sebaot para que los objetos que quedaron en la casa de yahveh, en la casa del rey de jud� y en jerusal�n no vayan a babilonia.

[19] porque as� dice yahveh sebaot de las columnas, del mar, de las basas y de los dem�s objetos que quedaron en esta ciudad, [20] de los cuales no se apoder� Nabucodonosor, rey de babilonia, al deportar a jecon�as, hijo de yoyaquim, rey de jud�, de jerusal�n a babilonia (as� como a todos los nobles de jud� y jerusal�n). [21] s�, porque as� dice yahveh sebaot, el dios de israel, respecto a los objetos que quedaron en la casa de yahveh, en la casa del rey de jud� y en jerusal�n: [22] a babilonia ser�n llevados (y all� estar�n hasta el d�a que yo los visite) -or�culo de yahveh- (y entonces los subir� y devolver� a este lugar).� jeremias cap.28 [1] aconteci� en aquel mismo a�o -al principio del reinado de sedec�as, rey de jud�, en el a�o cuarto, en el mes quinto- que se dirigi� a m� el profeta janan�as, hijo de azzur, que era de gaba�n, en la casa de yahveh, a vista de los sacerdotes y de todo el pueblo diciendo: [2] �as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: he quebrado el yugo del rey de babilonia. [3] dentro de dos a�os completos yo hago devolver a este lugar todos los objetos de la casa de yahveh que el rey de babilonia, nabucodonosor, tom� de este lugar y llev� a babilonia; [4] y a jecon�as, hijo de yoyaquim, rey de jud�, y a todos los deportados de jud� que han ido a babilonia, yo les hago volver a este lugar -or�culo de yahveh- en cuanto rompa el yugo del rey de babilonia.� [5] dijo el profeta jerem�as al profeta janan�as, a vista de los sacerdotes y de todo el pueblo, que estaban parados en la casa de yahveh; [6] dijo, pues, el profeta jerem�as: ��amen! as� haga yahveh. confirme yahveh las palabras que has profetizado, devolviendo de babilonia a este lugar los objetos de la casa de yahveh, y a todos los deportados. [7] pero, oye ahora esta palabra que pronunci� a o�dos tuyos y de todo el pueblo: [8] profetas hubo antes de m� y de ti desde siempre, que profetizaron a muchos pa�ses y a grandes reinos la guerra, el mal y la peste. [9] si un profeta profetiza la paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, se reconocer� que le hab�a enviado yahveh de verdad.� [10] entonces tom� el profeta janan�as el yugo de sobre la cerviz del profeta jerem�as y lo rompi�; [11] y habl� Janan�as delante de todo el pueblo: �as� dice yahveh: as� romper� el yugo de nabucodonosor, rey de babilonia, dentro de dos a�os completos, de sobre la cerviz de todas las naciones.� y se fue el profeta jerem�as por su camino. [12] entonces fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as en estos t�rminos, despu�s que el profeta janan�as hubo roto el yugo de sobre la cerviz del profeta jerem�as: [13] �ve y dices a janan�as: as� dice yahveh: yugo de palo has roto, pero t� lo reemplazar�s por yugo de hierro. [14] porque as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: yugo de hierro he puesto sobre la cerviz de todas estas naciones, para que sirvan a nabucodonosor, rey de babilonia, y le servir�n (y tambi�n los animales del campo le he dado...).� [15] dijo tambi�n el profeta jerem�as al profeta janan�as: �oye, janan�as: no te envi� Yahveh, y t� has hecho confiar a este pueblo en cosa falsa. [16] por eso, as� dice yahveh: he aqu� que yo te arrojo de sobre la haz del suelo. este a�o morir�s (porque rebeli�n has predicado contra yahveh).� [17] y muri� el profeta janan�as aquel mismo a�o, en el mes s�ptimo. jeremias cap.29 [1] este es el tenor de la carta que envi� el profeta jerem�as desde jeursal�n al resto de los ancianos de la deportaci�n, a los sacerdotes, profetas y pueblo en general, que hab�a deportado nabucodonosor desde jerusal�n a babilonia

[2] -despu�s de salir de jerusal�n el rey jecon�as y la gran dama, los eunucos, los jefes de jud� y jerusal�n, los herreros y cerrajeros-, [3] por mediaci�n de elas�, hijo de saf�n, y de guemar�as, hijo de jilqu�as, a quienes sedec�as, rey de jud�, envi� a babilonia, donde nabucodonosor, rey de babilonia: [4] �as� dice yahveh sebaot, el dios de israel, a toda la deportaci�n que deport� de jerusal�n a babilonia: [5] edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed su fruto; [6] tomad mujeres y engendrad hijos e hijas; casad a vuestros hijos y dad vuestras hijas a maridos para que den a luz hijos e hijas, y medrad all� y no meng��is; [7] procurad el bien de la ciudad a donde os he deportado y orad por ella a yahveh, porque su bien ser� el vuestro. [8] as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: no os embauquen los profetas que hay entre vosotros ni vuestros adivinos, y no hag�is caso de vuestros so�adores que sue�an por cuenta propia, [9] porque falsamente os profetizan en mi nombre. yo no los he enviado -or�culo de yahveh-. [10] �pues as� dice yahveh: al filo de cumpl�rsele a babilonia setenta a�os, yo os visitar� y confirmar� sobre vosotros mi favorable promesa de volveros a este lugar; [11] que bien me s� los pensamientos que pienso sobre vosotros -or�culo de yahveh- pensamientos de paz, y no de desgracia, de daros un porvenir de esperanza. [12] me invocar�is y vendr�is a rogarme, y yo os escuchar�. [13] me buscar�is y me encontrar�is cuando me solicit�is de todo coraz�n; [14] me dejar� encontrar de vosotros (-or�culo de yahveh-; devolver� vuestros cautivos, os recoger� de todas las naciones y lugares a donde os arroj� -or�culo de yahveh- y os har� tornar al sitio de donde os hice que fueseis desterrados). [15] �en cuanto a eso que dec�s: "nos ha suscitado yahveh profetas en babilonia", [16] as� dice yahveh del rey que se sienta sobre el solio de david y de todo el pueblo que se asienta en esta ciudad, los hermanos vuestros que no salieron con vosotros al destierro; [17] as� dice yahveh sebaot: he aqu� que yo suelto contra ellos la espada, el hambre y la peste, y los pondr� como aquellos higos reventados,, tan malos que no se pod�an comer. [18] los perseguir� con la espada, el hambre y la peste, y los convertir� en espantajo para todos los reinos de la tierra: maldici�n, pasmo, rechifla y oprobio entre todas las naciones a donde los arroje, [19] por cuanto que no oyeron las palabras -or�culo de yahveh- que les envi� por mis siervos los profetas asiduamente; pero no o�steis -or�culo de yahveh-. [20] vosotros, pues, o�d la palabra de yahveh, todos los deportados que envi� de jerusal�n a babilonia. [21] �as� dice yahveh sebaot, el dios de israel, sobre ajab, hijo de cola�as, y sobre sedec�as, hijo de maas�as, que os profetizan falsamente en mi nombre: he aqu� que yo los pongo en manos de nabucodonosor, rey de babilonia; �l los herir� ante vuestros ojos, [22] y de ellos tomar�n esta maldici�n todos los deportados de jud� que se encuentran en babilonia: "vu�lvate yahveh como a sedec�as y como a ajab, a quienes as� al fuego el rey de babilonia", [23] porque obraron con fatuidad en jerusal�n, cometieron adulterio con las mujeres de sus pr�jimos y fingieron pronunciar en mi nombre palabras que yo no les mand�. yo soy sabedor y testigo -or�culo de yahveh-.� [24] sema�as el najlamita despach� en su propio nombre cartas (a todo el pueblo que hay en jerusal�n) a sofon�as, hijo del sacerdote maas�as (y a todos los sacerdotes), diciendo: [26] �yahveh te ha puesto por sacerdote en vez del sacerdote yehoyad� como inspector en la casa de yahveh de todos los locos y seudoprofetas: t� debes meterlos en los cepos y en el calabozo.

[27] pues entonces, �por qu� no has sancionado a jerem�as de anatot que se os hace pasar por profeta? [28] porque, en efecto, nos ha enviado a babilonia un mensaje diciendo: "es para largo. edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed su fruto"� [29] el sacerdote sofon�as ley� esta carta a o�dos del profeta jerem�as. [30] entonces fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as en estos t�rminos: [31] �env�a este mensaje a todos los deportados: as� dice yahveh respecto a sema�as el najlamita, por haberos profetizado sin haberle yo enviado, inspir�ndoos una falsa seguridad. [32] s�, por cierto, as� dice yahveh: he aqu� que yo voy a visitar a sema�as el najlamita y a su descendencia. no habr� en ella ninguno que se siente en medio de este pueblo ni que vea el bien que yo haga a mi pueblo -or�culo de yahveh- porque predic� la desobediencia a yahveh.� jeremias cap.30 [1] palabra que fue dirigida a jerem�as de parte de yahveh: [2] as� dice yahveh el dios de israel: escr�bete todas las palabras que te he hablado en un libro. [3] pues he aqu� que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que har� tornar a los cautivos de mi pueblo israel (y de jud�) -dice yahveh- y les har� volver a la tierra que di a sus padres en posesi�n. [4] estas son las palabras que dirigi� Yahveh a israel (y a jud�). [5] as� dice yahveh: voces estremecedoras o�mos: �p�nico, y no paz! [6] id a preguntar, y ved si pare el macho. entonces �por qu� he visto a todo var�n con las manos en las caderas, como la que da a luz, y todas las caras se han vuelto amarillas? [7] �ay! porque grande es aquel d�a, sin semejante, y tiempo de angustia es para jacob; pero de ella quedar� salvo. [8] (acontecer� aquel d�a -or�culo de yahveh sebaot- que romper� el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancar�, y no te servir�n m�s los extranjeros, [9] sino que israel y jud� servir�n a yahveh su dios y a david su rey, que yo les suscitar�.) [10] pero t� no temas, siervo m�o jacob -or�culo de yahveh ni desmayes, israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y tu linaje del pa�s de su cautiverio; volver� Jacob, se sosegar� y estar� tranquilo, y no habr� quien le inquiete, [11] pues contigo estoy yo -or�culo de yahveh- para salvarte: pues acabar� con todas las naciones entre las cuales te dispers�. pero contigo no acabar�; aunque s� te corregir� como conviene, ya que impune no te dejar�. [12] porque as� dice yahveh: irremediable es tu quebranto, incurable tu herida. [13] est�s desahuciado; para una herida hay cura, para ti no hay remedio. [14] todos tus amantes te olvidaron, por tu salud no preguntaron. porque con herida de enemigo te her�, castigo de hombre cruel, (por tu gran culpa, porque son enormes tus pecados). [15] �por qu� te quejas de tu quebranto? irremediable es tu sufrimiento; por tu gran culpa, por ser enormes tus pecados te he hecho esto. [16] no obstante todos los que te devoran ser�n devorados, y todos tus opresores, todos ellos, ir�n al cautiverio; ser�n tus despojadores despojados, y a todos tus saqueadores los entregar� al saqueo. [17] s�; har� que tengas alivio, de tus llagas te curar� -or�culo de yahveh-. porque �la repudiada� te llamaron. �si�n de la que nadie se preocupa�. [18] as� dice yahveh: he aqu� que yo hago volver a los cautivos de las tiendas de jacob y de sus mansiones me apiadar�; ser� reedificada la ciudad sobre su mont�culo de ruinas y el alc�zar tal como era ser� restablecido. [19] y saldr� de entre ellos loor y voz de gente alegre; los multiplicar� y no ser�n pocos, los honrar� y no ser�n menguados, [20] sino que ser�n sus hijos como antes, su comunidad ante m� estar� en pie, y

yo visitar� a todos sus opresores. [21] ser� su soberano uno de ellos, su jefe de entre ellos saldr�, y le har� acercarse y �l llegar� hasta m�, porque �qui�n es el que se jugar�a la vida por llegarse hasta m�? -or�culo de yahveh-. [22] y vosotros ser�is mi pueblo, y yo ser� vuestro dios. [23] mirad que una tormenta de yahveh ha estallado, un torbellino remolinea: sobre la cabeza de los malos descarga. [24] no ha de apaciguarse el ardor de la ira de yahveh hasta que la ejecute, y realice los designios de su coraz�n. en d�as futuros os percatar�is de ello. jeremias cap.31 [1] en aquel tiempo -or�culo de yahveh- ser� el dios de todas las familias de israel, y ellos ser�n mi pueblo. [2] as� dice yahveh: hall� gracia en el desierto el pueblo que se libr� de la espada: va a su descanso israel. [3] de lejos yahveh se me apareci�. Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti. [4] volver� a edificarte y ser�s reedificada, virgen de israel; a�n volver�s a tener el adorno de tus adufes, y saldr�s a bailar entre gentes festivas. [5] a�n volver�s a plantar vi�as en los montes de samar�a: (plantar�n los plantadores, y disfrutar�n). [6] pues habr� un d�a en que griten los centinelas en la monta�a de efra�m: ��levantaos y subamos a si�n, adonde yahveh, el dios nuestro!� [7] pues as� dice yahveh: dad hurras por jacob con alegr�a, y gritos por la capital de las naciones; hacedlo o�r, alabad y decid: ��ha salvado yahveh a su pueblo, al resto de israel!� [8] mirad que yo los traigo del pa�s del norte, y los recojo de los confines de la tierra. entre ellos, el ciego y el cojo, la pre�ada y la parida a una. gran asamblea vuelve ac�. [9] con lloro vienen y con s�plicas los devuelvo, los llevo a arroyos de agua por camino llano, en que no tropiecen. porque yo soy para israel un padre, y efra�m es mi primog�nito. [10] o�d la palabra de yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: �el que dispers� a israel le reunir� y le guardar� cual un pastor su hato.� [11] porque ha rescatado yahveh a jacob, y le ha redimido de la mano de otro m�s fuerte. [12] vendr�n y dar�n hurras en la cima de si�n y acudir�n al regalo de yahveh: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las cr�as de ovejas y de vacas, y ser� su alma como huerto empapado, no volver�n a estar ya macilentos. [13] entonces se alegrar� la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiar� su duelo en recocijo, y les consolar� y alegrar� de su tristeza; [14] empapar� el alma de los sacerdotes de grasa, y mi pueblo de mi regalo se hartar� -or�culo de yahveh-. [15] as� dice yahveh: en ram� se escuchan ayes, lloro amargu�simo. raquel que llora por sus hijos, que reh�sa consolarse -por sus hijos- porque no existen. [16] as� dice yahveh: reprime tu voz del lloro y tus ojos del llanto, porque hay paga para tu trabajo -or�culo de yahveh-: volver�n de tierra hostil, [17] y hay esperanza para tu futuro -or�culo de yahveh-: volver�n los hijos a su territorio. [18] bien he o�do a efra�m lamentarse: �me corregiste y corregido fui, cual becerro no domado. hazme volver y volver�, pues t�, Yahveh, eres mi dios. [19] porque luego de desviarme, me arrepiento, y luego de darme cuenta, me gopeo el pecho, me averg�enzo y me confundo luego, porque aguanto el oprobio de mi mocedad.� [20] �es un hijo tan caro para m� Efra�m, o ni�o tan mimado, que tras haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todav�a? pues, en efecto, se han conmovido mis entra�as por �l; ternura hacia �l no ha de faltarme -or�culo de

yahveh-. [21] pl�ntate hitos, ponte jalones de ruta, presta atenci�n a la calzada al camino que anduviste. vuelve, virgen de israel, vuelve a estas ciudades. [22] �hasta cu�ndo dar�s rodeos, oh d�scola muchacha? pues ha creado yahveh una novedad en la tierra: la mujer ronda al var�n. [23] as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: todav�a dir�n este refr�n en tierra de jud� y en sus ciudades, cuando yo haga volver a sus cautivos: ��bend�gate yahveh, oh estancia justa, oh monte santo!� [24] y morar�n all� Jud� y todas sus ciudades juntamente, los labradores y los que trashuman con el reba�o, [25] porque yo empapar� el alma agotada y toda alma macilenta colmar�. [26] en esto, me despert� y vi que mi sue�o era sabroso para m�. [27] he aqu� que d�as vienen -or�culo de yahveh- en que sembrar� la casa de israel y la casa de jud� de simiente de hombres y ganados. [28] entonces, del mismo modo que anduve presto contra ellos para extirpar, destruir, arruinar, perder y da�ar, as� andar� respecto a ellos para reconstruir y replantar -or�culo de yahveh-. [29] en aquellos d�as no dir�n m�s: �los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren de dentera�; [30] sino que cada uno por su culpa morir�: quienquiera que coma el agraz tendr� la dentera. [31] he aqu� que d�as vienen -or�culo de yahveh- en que yo pactar� con la casa de israel (y con la casa de jud�) una nueva alianza; [32] no como la alianza que pact� con sus padres, cuando les tom� de la mano para sacarles de egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago en ellos -or�culo de yahveh-. [33] sino que esta ser� la alianza que yo pacte con la casa de israel, despu�s de aquellos d�as -or�culo de yahveh-: pondr� mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribir�, y yo ser� su dios y ellos ser�n mi pueblo. [34] ya no tendr�n que adoctrinar m�s el uno a su pr�jimo y el otro a su hermano, diciendo: �conoced a yahveh�, pues todos ellos me conocer�n del m�s chico al m�s grande -or�culo de yahveh- cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme. [35] as� dice yahveh, el que da el sol para alumbrar el d�a, y gobierna la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el mar y hace bramar sus olas, cuyo nombre es yahveh sebaot. [36] si fallaren estas normas en mi presencia -or�culo de yahveh- tambi�n la prole de israel dejar�a de ser una naci�n en mi presencia a perpetuidad. [37] as� dice yahveh: si fueren medidos los cielos por arriba, y sondeadas las bases de la tierra por abajo, entonces tambi�n yo renegar�a de todo el linaje de israel por todo cuanto hicieron -or�culo de yahveh-. [38] he aqu� que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que ser� reconstruida la ciudad de yahveh desde la torre de jananel hasta la puerta del angulo; [39] y volver� a salir la cuerda de medir toda derecha hasta la cuesta de gareb, y torcer� hasta go�, [40] y toda la hondonada de los cuerpos muertos y de la ceniza, y toda la campa del muerto hasta el torrente cedr�n, hasta la esquina de la puerta de los caballos hacia oriente ser� sagrado de yahveh: no volver� a ser destruido ni dado al anatema nunca jam�s. jeremias cap.32 [1] palabra que fue dirigida a jerem�as de parte de yahveh el a�o diez de sedec�as, rey de jud� -o sea, el a�o dieciocho de nabucodonosor: [2] a la saz�n las fuerzas del rey de babilonia sitiaban a jerusal�n, mientras el profeta jerem�as estaba detenido en el patio de la guardia de la casa del rey de jud�, [3] donde le ten�a detenido sedec�as, rey de jud�, bajo esta acusaci�n: ��por qu�

has profetizado: as� dice yahveh: he aqu� que yo entrego esta ciudad en manos del rey de babilonia, que la tomar�, [4] y el rey de jud�, sedec�as, no escapar� de manos de los caldeos, sino que ser� entregado sin remisi�n en manos del rey de babilonia, con quien hablar� boca a boca, y sus ojos se encontrar�n con sus ojos, [5] y a babilonia llevar� a sedec�as, y all� estar� (hasta que yo le visite -or�culo de yahveh. �aunque luch�is con los caldeos, no triunfar�is!)� [6] dijo jerem�as: he recibido una palabra de yahveh que dice as�: [7] �he aqu� que janamel, hijo de tu t�o sallum, va a dirigirse a ti diciendo: "ea, c�mprame el campo de anatot, porque a ti te toca el derecho de rescate para comprarlo."� [8] vino, pues, a m� Janamel, hijo de mi t�o, conforme al dicho de yahveh, al patio de la guardia, y me dijo: �ea, c�mprame el campo de anatot -que cae en territorio de benjam�n porque tuyo es el derecho de adquisici�n y a ti te toca el rescate. c�mpratelo.� yo reconoc� en aquello la palabra de yahveh, [9] y compr� a janamel, hijo de mi t�o, el campo que est� en anatot. le pes� la plata: diecisiete siclos de plata. [10] lo apunt� en mi escritura, sell�, aduje testigos y pes� la plata en la balanza. [11] luego tom� la escritura de la compra, el documento sellado seg�n ley y la copia abierta, [12] y pas� la escritura de la compra a baruc, hijo de neriy�as, hijo de majse�as, a vista de mi primo janamel y de los testigos firmantes en la escritura de la compra, y a vista de todos los jud�os presentes en el patio de la guardia, [13] y a vista de todos ellos di a baruc este encargo: [14] as� dice yahveh sebaot el dios de israel: toma estas escrituras: la escritura de compra, el documento sellado y la copia abierta, y las pones en un c�ntaro de arcilla para que duren mucho tiempo. [15] porque as� dice yahveh sebaot el dios de israel: �todav�a se comprar�n casas y campos y vi�as en esta tierra.� [16] despu�s de haber entregado la escritura de propiedad a baruc, hijo de neriy�as, or� a yahveh diciendo: [17] ��ay, se�or yahveh! he aqu� que t� hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y tenso brazo: nada es extraordinario para ti, [18] el que hace merced a millares, que se cobra la culpa de los padres a costa de los hijos que les suceden, el dios grande, el fuerte, cuyo nombre es yahveh sebaot, [19] grande en designios y rico en recursos, que tiene los ojos fijos en la conducta de los humanos, para dar a cada uno seg�n su conducta y el fruto de sus obras; [20] t� que has obrado se�ales y portentos en egipto, hasta hoy, y en israel y en la humanidad entera, y te has hecho un nombre, como hoy se ve; [21] y sacaste a tu pueblo israel de egipto con se�ales y prodigios y con mano fuerte y tenso brazo y con gran aparato, [22] y les diste esta tierra que hab�as jurado darla a sus padres: tierra que mana leche y miel. [23] entraron en ella y la poseyeron, pero no hicieron caso de tu voz, ni conforme a tus leyes anduvieron: nada de lo que les mandaste hacer hicieron, y les conminaste con esta calamidad. [24] he aqu� que los terraplenes llegan a la ciudad para tomarla y la ciudad est� ya a merced de los caldeos que la atacan, por causa de la espada y del hambre y de la peste; lo que hab�as dicho, ha sido, y t� mismo lo est�s viendo. [25] �precisamente t� me has dicho, oh se�or yahveh: "c�mprate el campo y aduce testigos" cuando la ciudad est� entregada a manos de los caldeos!� [26] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh como sigue: [27] mira que yo soy yahveh, el dios de toda carne. �habr� cosa extraordinaria para mi? [28] pues as� dice yahveh: he aqu� que yo pongo esta ciudad en manos de los

caldeos y en manos de nabucodonosor, rey de babilonia, que la tomar�, [29] y entrar�n los caldeos que atacan a esta ciudad y le prender�n fuego incendi�ndola junto con las casas en cuyos terrados se encensaba a baal y se libaban libaciones a otros dioses para provocarme. [30] porque los hijos de israel y los hijos de jud� no han hecho otra cosa sino lo que me disguta desde sus mocedades (porque los hijos de israel no han hecho m�s que provocarme con las obras de sus manos -or�culo de yahveh-). [31] porque motivo de mi furor y de mi ira ha sido para m� esta ciudad, desde el d�a en que la edificaron hasta hoy, que es como para quit�rmela de delante, [32] por toda la maldad de los hijos de israel y de los hijos de jud�, que, para provocarme, obraron ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y profetas, el hombre de jud� y el habitante de jerusal�n, [33] y me volvieron la espalda, que no la cara. yo les adoctrin� asiduamente, mas ellos no quisieron aprender la lecci�n, [34] sino que pusieron sus monstruos abominables en la casa que llaman por mi nombre, profan�ndola, [35] y fraguaron los altos del baal que hay en el valle de ben hinnom para hacer pasar por el fuego a sus hijos e hijas en honor del moloc -lo que no les mand� ni me pas� por las mientes-, obrando semejante abominaci�n con el fin de hacer pecar a jud�. [36] ahora, pues, en verdad as� dice yahveh, el dios de israel, acerca de esta ciudad que -al decir de vosotros- est� ya a merced del rey de babilonia por la espada, por el hambre y por la peste. [37] he aqu� que yo los re�no de todos los pa�ses a donde los empuj� en mi ira y mi furor y enojo grande, y les har� volver a este lugar, y les har� vivir en seguridad, [38] ser�n mi pueblo, y yo ser� su dios; [39] y les dar� otro coraz�n y otro camino, de suerte que me teman todos los d�as para bien de ellos y de sus hijos despu�s de ellos. [40] les pactar� alianza eterna -que no revocar� despu�s de ellos- de hacerles bien, y pondr� mi temor en sus corazones, de modo que no se aparten de junto a m�; [41] me dedicar� a hacerles bien, y los plantar� en esta tierra firmemente, con todo mi coraz�n y con toda mi alma. [42] porque as� dice yahveh: como he tra�do sobre este pueblo todo este gran perjuicio, as� yo mismo voy a traer sobre ellos todo el beneficio que pronuncio sobre ellos, [43] y se comprar�n campos en esta tierra de la que dec�s vosotros que es una desolaci�n, sin personas ni ganados, y que est� a merced de los caldeos; [44] se comprar�n campos con dinero, anot�ndose en escritura, sell�ndose y llamando testigos, en la tierra de benjam�n y en los contornos de jerusal�n, en las ciudades de jud�, en las de la monta�a, en las de la tierra baja y en las del n�gueb, pues har� tornar a sus cautivos -or�culo de yahveh-. jeremias cap.33 [1] de nuevo fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as, que estaba a�n detenido en el patio de la guardia, en estos t�rminos: [2] as� dice yahveh, hacedor de la tierra, que la form� para hacerla subsistir, yahveh es su nombre: [3] ll�mame y te responder� y mostrar� cosas grandes, inaccesibles, que desconoc�as. [4] porque as� dice yahveh, el dios de israel, tocante a las casas de esta ciudad y a las de los reyes de jud� que han sido derruidas. junto a los terraplenes y a la espada, [5] se traba combate con los caldeos para llenar la ciudad de cad�veres humanos, a los que her� en mi ira y mi furor, y por cuya malicia ocult� mi rostro de esta ciudad. [6] he aqu� que yo les aporto su alivio y su medicina. los curar� y les

descubrir� una corona de paz y seguridad. [7] har� tornar a los cautivos de jud� y a los cautivos de israel y los reedificar� como en el pasado, [8] y los purificar� de toda culpa que cometieron contra m�, y perdonar� todas las culpas que cometieron contra m�, y con que me fueron rebeldes. [9] jerusal�n ser� para m� un nombre evocador de alegr�a, ser� prez y ornato para todas las naciones de la tierra que oyeren todo el bien que voy a hacerle, y se asustar�n y estremecer�n de tanta bondad y de tanta paz como voy a concederle. [10] as� dice yahveh: a�n se oir� en este lugar, del que vosotros dec�s que est� abandonado, sin personas ni ganados, en todas las ciudades de jud� y en las calles de jerusal�n desoladas, sin personas ni habitantes ni ganados, [11] voz de gozo y de alegr�a, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de cuantos traigan sacrificios de alabanza a la casa de yahveh diciendo: �alabad a yahveh sebaot, porque es bueno yahveh, porque es eterno su amor�, pues har� tomar a los cautivos del pa�s, y volver�n a ser como antes -dice yahveh-. [12] as� dice yahveh sebaot: a�n habr� en este lugar abandonado de hombres y ganados y en todas sus ciudades, dehesa de pastores que hagan acostarse a las ovejas: [13] en las ciudades de la monta�a, y en las de la tierra baja, en las del n�gueb y en la tierra de benjam�n y en los contornos de jerusal�n y en las ciudades de jud�, volver�n a pasar ovejas ante la mano del que las cuente -dice yahveh. [14] mirad que d�as vienen -or�culo de yahveh- en que confirmar� la buena palabra que dije a la casa de israel y a la casa de jud�. [15] en aquellos d�as y en aquella saz�n har� brotar para david un germen justo, y practicar� el derecho y la justicia en la tierra. [16] en aquellos d�as estar� a salvo jud�, y jerusal�n vivir� en seguro. y as� se la llamar�: �yahveh, justicia nuestra.� [17] pues as� dice yahveh: no le faltar� a david quien se siente en el trono de la casa de israel; [18] y a los sacerdotes lev�ticos no les faltar� quien en presencia m�a eleve holocaustos y queme incienso de oblaci�n y haga sacrificio cada d�a. [19] fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as como sigue: [20] as� dice yahveh: si llegareis a romper mi alianza con el d�a y con la noche, de suerte que no sea de d�a o de noche a su debido tiempo, [21] entonces tambi�n mi alianza romper�ais con mi siervo david, de suerte que le falte un hijo que reine sobre su trono y con los levitas sacerdotes, mis servidores. [22] as� como es incontable el ej�rcito de los cielos, e incalculable la arena de la mar, as� multiplicar� el linaje de mi siervo david y de los levitas que me sirven. [23] fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as como sigue: [24] �no has visto qu� ha dicho este pueblo?: �los dos linajes que hab�a elegido yahveh, los ha rechazado�, y a mi pueblo menosprecian, como que ni lo tienen por naci�n. [25] pues bien, dice yahveh: si no he creado el d�a y la noche, ni las leyes de los cielos y la tierra he puesto, [26] en ese caso tambi�n rechazar� el linaje de jacob y de mi siervo david, para no escoger m�s de su linaje a quienes imperen sobre el linaje de abraham, isaac y jacob, cuando yo haga tornar a sus cautivos y les tenga misericordia. jeremias cap.34 [1] palabra que fue dirigida a jerem�as de parte de yahveh, mientras nabucodonosor, rey de babilonia, y todas sus fuerzas y todos los reinos de la tierra sometidos a su poder y todos los pueblos atacaban a jerusal�n y a todas sus ciudades: [2] as� dice yahveh el dios de israel: ve y dices a sedec�as, rey de jud�; le dices: as� dice yahveh: �mira que yo entrego esta ciudad en manos del rey de

babilonia, y la incendiar�. [3] en cuanto a ti, no te escapar�s de su mano, sino que sin falta ser�s capturado, y en sus manos te pondr� y tus ojos ver�n los ojos del rey de babilonia, y su boca hablar� a tu boca, y a babilonia ir�s. [4] empero, oye una palabra de yahveh, oh sedec�as, rey de jud�: as� dice yahveh respecto a ti: no morir�s por la espada. [5] en paz morir�s. y como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes antepasados que te precedieron, as� los quemar�n por ti, y con el ��ay, se�or!� te pla�ir�n, porque lo digo yo -or�culo de yahveh-. [6] y habl� el profeta jerem�as a sedec�as, rey de jud�, todas estas palabras en jerusal�n, [7] mientras las fuerzas del rey de babilonia atacaban a jerusal�n y a todas las ciudades de jud� que quedaban: a lak�s y azec�, pues estas dos plazas fuertes hab�an quedado de todas las ciudades de jud�. [8] palabra que fue dirigida a jerem�as de parte de yahveh, despu�s de llegar el rey sedec�as a un acuerdo con todo el pueblo de jerusal�n, proclam�ndoles una manumisi�n, [9] en orden a dejar cada uno a su siervo o esclava hebreos libres d�ndoles la libertad de suerte que ning�n jud�o fuera siervo de su hermano. [10] todos los jefes y todo el pueblo que entraba en el acuerdo obedecieron, dejando libres qui�n a su siervo, qui�n a su esclava, d�ndoles la libertad de modo que no hubiese entre ellos m�s esclavos: obedecieron y les dejaron libres. [11] pero luego volvieron a apoderarse de los siervos y esclavas que hab�an manumitido y los redujeron a servidumbre y esclavitud. [12] entonces fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as en estos t�rminos: [13] as� dice yahveh, el dios de israel: yo hice alianza con vuestros padres el d�a que los saqu� de egipto, de la casa de servidumbre, diciendo: [14] �al cabo de siete a�os cada uno de vosotros dejar� libre al hermano hebreo que se le hubiera vendido. te servir� por seis a�os, y le enviar�s libre de junto a ti.� pero no me hicieron caso vuestros padres ni aplicaron el o�do. [15] vosotros os hab�is convertido hoy y hab�is hecho lo que es recto a mis ojos proclamando manumisi�n general, y llegando a un acuerdo en mi presencia, en la casa que se llama por mi nombre; [16] pero os hab�is echado atr�s y profanado mi nombre, os hab�is apoderado de vuestros respectivos siervos y esclavas a quienes hab�ais manumitido, reduci�ndolos de nuevo a esclavitud. [17] por tanto, as� dice yahveh: vosotros no me hab�is hecho caso al proclamar manumisi�n general. he aqu� que yo proclamo contra vosotros manumisi�n de la espada, de la peste y del hambre -or�culo de yahveh- y os doy por espantajo de todos los reinos de la tierra. [18] y a los individuos que traspasaron mi acuerdo, aquellos que no han hecho v�lidos los t�rminos del acuerdo que firmaron en mi presencia, yo los volver� como el becerro que cortaron en dos y por entre cuyos pedazos pasaron: [19] a los jefes de jud�, los jefes de jerusal�n, los eunucos, los sacerdotes y todo el pueblo de la tierra que han pasado por entre los pedazos del becerro, [20] les pondr� en manos de sus enemigos y de quienes buscan su muerte y sus cad�veres ser�n pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra. [21] y a sedec�as, rey de jud�, y a sus jefes les pondr� en manos de sus enemigos y de quienes buscan su muerte y del ej�rcito del rey de babilonia que se ha retirado de vosotros. [22] mirad que yo lo ordeno -or�culo de yahveh- y les hago volver sobre esta ciudad, y la atacar�n, la tomar�n y le dar�n fuego, y las ciudades de jud� las trocar� en desolaci�n sin habitantes. jeremias cap.35 [1] palabra que fue dirigida a jerem�as de parte de yahveh, en tiempo de yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�.

[2] �ve a la casa de los rekabitas y les hablas. les llevas a la casa de yahveh, a una de las c�maras, y les escancias vino.� [3] tom�, pues, a yazan�as, hijo de jerem�as, hijo de jabassin�as, y a sus hermanos, a todos sus hijos y a toda la casa de los rekabitas, [4] y les llev� a la casa de yahveh, a la c�mera de ben yojan�n, hijo de yigdal�as, hombre de dios, la cual c�mara est� al lado de la de los jefes, y encima de la de maase�as, hijo de sallum, guarda del umbral, [5] y presentando a los hijos de la casa de los rekabitas unos jarros llenos de vino y tazas, les dije: ��bebed vino!� [6] dijeron ellos: �no bebemos vino, porque nuestro padre yonadab, hijo de rekab, nos dio este mandato: "no beber�is vino ni vosotros ni vuestros hijos nunca jam�s, [7] ni edificar�is casa, ni sembrar�is semilla, ni plantar�is vi�edo, ni poseer�is nada, sino que en tiendas pasar�is toda vuestra existencia, para que viv�is muchos d�as sobre la faz del suelo, donde sois forasteros." [8] nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre yonadab, hijo de rekab, en todo cuanto nos mand�, absteni�ndonos de beber vino de por vida, nosotros, nuestras mujeres, nuestros hijos y nuestras hijas, [9] y no edificando casas donde vivir, ni poseyendo vi�a ni campo de sementera, [10] sino que hemos vivido en tiendas, obedeciendo y obrando en todo conforme a lo que nos mand� nuestro padre yonadab. [11] pero al subir nabucodonosor, rey de babilonia, contra el pa�s, dijimos: "venid y entremos en jerusal�n, para huir de las fuerzas caldeas y de las de ar�n", y nos instalamos en jerusal�n.� [12] entonces fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as como sigue: [13] as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: ve y dices a los hombres de jud� y a los habitantes de jerusal�n: � no aprender�is la lecci�n que os invita a escuchar mis palabras? -or�culo de yahveh-. [14] se ha cumplido la palabra de yonadab, hijo de rekab, que prohibi� a sus hijos beber vino, y no han bebido hasta la fecha, porque obedecieron la orden de su padre. yo me afan� en hablaros a vosotros y no me o�steis. [15] me afan� en enviaros a todos mis siervos los profetas a deciros: ea, tornad cada uno de vuestro mal camino, mejorad vuestras acciones y no and�is en pos de otros dioses para servirles, y os quedar�is en la tierra que os di a vosotros y a vuestros padres; mas no aplicasteis el o�do ni me hicisteis caso. [16] as�, los hijos de yonadab, hijo de rekab, han cumplido el precepto que su padre les impuso, mientras que este pueblo no me ha hecho caso. [17] por tanto, as� ha dicho yahveh, el dios sebaot, el dios de israel: he aqu� que yo traigo contra jud� y contra los habitantes de jerusal�n todo el mal que pronunci� respecto a ellos, por cuanto les habl� y no me oyeron, les llam� y no me respondieron. [18] a la casa de los rekabitas dijo jerem�as: �as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: por cuanto que hab�is hecho caso del precepto de vuestro padre yonadab y hab�is guardado todos esos preceptos y obrado conforme a cuanto os mand�, [19] por lo mismo, as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: no faltar� a yonadab, hijo de rekab, quien siga ante mi faz todos los d�as.� jeremias cap.36 [1] aconteci� que en el a�o cuarto de yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�, fue dirigida esta palabra a jerem�as de parte de yahveh: [2] t�mate un rollo de escribir, y apuntas en �l todas las palabras que te he hablado tocante a israel, a jud� y a todas las naciones, desde la fecha en que te vengo hablando -desde los tiempos de jos�as hasta hoy-. [3] a ver si la casa de jud� se entera de todo el mal que he pensado hacerle, de modo que se convierta cada uno de su mal camino, y entonces yo perdonar�a su culpa y su pecado. [4] llam�, pues, jerem�as a baruc, hijo de neriy�as, y apunt� Baruc al dictado de jerem�as todas las palabras que yahveh le hab�a hablado, en un rollo de escribir.

[5] dio jerem�as a baruc estas instrucciones: �yo estoy detenido; no puedo ir a la casa de yahveh. [6] as� que, vete t�, y lees en voz alta el rollo en que has apuntado al dictado m�o las palabras de yahveh, a o�dos del p�blico de la casa de yahveh el d�a del ayuno, y las lees tambi�n a o�dos de todos los de jud� que vienen de sus ciudades; [7] a ver si presentan sus s�plicas a yahveh, y se vuelven cada uno de su mal camino; porque grande es la ira y el furor que ha expresado yahveh contra este pueblo.� [8] hizo baruc, hijo de neriy�as, conforme a todo cuanto le hab�a mandado el profeta jerem�as, y ley� en el libro las palabras de yahveh en la casa de yahveh. [9] precisamente en el a�o quinto de yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�, el mes noveno, se proclamaba ayuno general delante de yahveh, tanto para el pueblo de jerusal�n como para toda la gente venida de las ciudades de jud� a jerusal�n. [10] baruc, pues, ley� en el libro las palabras de jerem�as en la casa de yahveh, en la c�mara de guemar�as, hijo de saf�n el escriba, en el patio alto, a la entrada de la puerta nueva de la casa de yahveh, a o�dos de todo el pueblo. [11] oye miqueas, hijo de guemar�as, hijo de saf�n, todas las palabras de yahveh seg�n el libro, [12] baja a la casa del rey, al cuarto del escriba, y se encuentra con que all� estaban todos los jefes sentados: el escribano elisam�, dela�as, hijo de sema�as, elnat�n, hijo de akbor, guemar�as, hijo de saf�n, sedec�as, hijo de janan�as, y todos los dem�s jefes. [13] y miqueas declar� todas las palabras que hab�a o�do leer a baruc en el libro a o�dos del pueblo. [14] entonces todos los jefes enviaron a yehud�, hijo de netan�as, hijo de selem�as, hijo de kus� a decir a baruc: �toma en tus propias manos el rollo en el que has le�do en voz alta al pueblo y vente.� baruc, hijo de neriy�as, tom� el rollo en sus manos y se dirigi� adonde ellos. [15] d�cenle: �ea, si�ntate y ten a bien le�rnoslo a nosotros.� y baruc se lo ley�. [16] como oyeron todas aquellas palabras, se asustaron y dijeron cada cual a su vecino: �anunciemos sin falta al rey todas estas palabras.� [17] y a baruc le pidieron: �expl�canos c�mo has escrito todas estas palabras.� [18] d�celes baruc: �al dictado. el me recitaba todas estas palabras y yo las iba escribiendo en el libro con tinta.� [19] dicen los jefes a baruc: �vete, escondeos t� y Jerem�as, y que nadie sepa d�nde est�is.� [20] y entraron adonde el rey, a la corte (el rollo lo consignaron en la c�mara de elisam� el escriba) y anunciaron a o�dos del rey todas aquellas palabras. [21] entonces envi� el rey a yehud� a apoderarse del rollo, y �ste lo tom� del cuarto de elisam� el escriba. y yehud� lo ley� en voz alta al rey y a todos los jefes que estaban en pie en torno al rey. [22] el rey estaba sentado en la casa de invierno, -era en el mes noveno-, con un brasero delante encendido. [23] y as� que hab�a le�do yehud� tres hojas o cuatro, �l las rasgaba con el cortaplumas del escriba y las echaba al fuego del brasero, hasta terminar con todo el rollo en el fuego del brasero. [24] ni se asustaron ni se rasgaron los vestidos el rey ni ninguno de sus siervos que o�an todas estas cosas, [25] y por m�s que elnat�n, dela�as y guemar�as suplicaron el rey que no quemara el rollo, no les hizo caso. [26] luego el rey orden� a yerajmeel, hijo del rey, a sera�as, hijo de azriel, y a selem�as, hijo de abdel, apoderarse del escriba baruc y del profeta jerem�as, pero yahveh los ocult�. [27] entonces fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as -tras de haber quemado el rey el rollo y las cosas que hab�a escrito baruc al dictado de jerem�as- como sigue: [28] �vuelve a tomar otro rollo y escribe en �l todas las cosas que antes hab�a

en el primer rollo que quem� Yoyaquim, rey de jud�. [29] y a yoyaquim, rey de jud�, le dices: as� dice yahveh: t� has quemado aquel rollo, diciendo: "�por qu� has escrito en �l: vendr� sin falta el rey de babilonia y destruir� esta tierra y se llevar� cautivos de ella a hombres y bestias?" [30] por tanto, as� dice yahveh a prop�sito de yoyaquim, rey de jud�: no tendr� quien le suceda en el trono de david y su propio cad�ver yacer� tirado, expuesto al calor del d�a y al fr�o de la noche. [31] yo pasar� revista a sus culpas y las de su linaje y sus siervos, y traer� sobre ellos y sobre todos los habitantes de jerusal�n y los hombres de jud� todo el mal que les dije, sin que hicieran caso.� [32] entonces jerem�as tom� otro rollo, que dio al escriba baruc, hijo de neriy�as, y �ste escribi� al dictado de jerem�as todas las palabras del libro que hab�a quemado yoyaquim, rey de jud�, e incluso se a�adi� a aqu�llas otras muchas por el estilo. jeremias cap.37 [1] vino a reinar, en vez de kon�as, hijo de yoyaquim, el rey sedec�as, hijo de jos�as, al que nabucodonosor, rey de babilonia, puso por rey en tierra de jud�, [2] pero tampoco �l ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra, hicieron caso de las palabras que yahveh hab�a hablado por medio del profeta jerem�as. [3] el rey sedec�as envi� a yukal, hijo de selem�as, y al sacerdote sofon�as, hijo de maase�as, a decir al profeta jerem�as: ��ea! ruega por nosotros a nuestro dios yahveh.� [4] y jerem�as iba y ven�a en p�blico, pues no le hab�an encarcelado. [5] las fuerzas de fara�n salieron de egipto, y al o�r hablar de ellos los caldeos que sitiaban a jerusal�n, levantaron el sitio de jerusal�n. [6] entonces fue dirigida la palabra de yahveh al profeta jerem�as: [7] as� dice yahveh, el dios de israel: as� dir�is al rey de jud� que os env�a a m�, a consultarme: he aqu� que las fuerzas de fara�n que sal�an en vuestro socorro se han vuelto a su tierra de egipto, [8] y volver�n los caldeos que atacan a esta ciudad, la tomar�n y la incendiar�n. [9] as� dice yahveh: no cobr�is �nimos diciendo: �seguro que los caldeos terminar�n por dejarnos y marcharse�; porque no se marchar�n, [10] pues aunque hubieseis derrotado a todas las fuerzas de los caldeos que os atacan y les quedaren s�lo hombres acribillados, se levantar�an cada cual en su tienda e incendiar�an esta ciudad. [11] cuando las tropas caldeas estaban levantando el sitio de jerusal�n, repleg�ndose ante las tropas del fara�n, aconteci� que [12] jerem�as sal�a de jerusal�n para ir a tierra de benjam�n a asistir a un reparto en el pueblo. [13] y encontr�ndose �l en la puerta de benjam�n, donde hab�a un vigilante llamado yiriy�as, hijo de selem�as, hijo de janan�as, �ste prendi� al profeta jerem�as diciendo: ��t� te pasas a los caldeos!� [14] dice jerem�as: ��falso! yo no me paso a los caldeos.� pero yiriy�as no le hizo caso, y poniendo preso a jerem�as, le llev� a los jefes, [15] los cuales se irritaron contra jerem�as, le dieron de golpes y le encarcelaron en casa del escriba jonat�n, convertida en prisi�n. [16] as� que jerem�as ingres� en el calabozo y en las b�vedas y permaneci� all� mucho tiempo. [17] el rey sedec�as mand� traerle, y le interrog� en su casa, en secreto: ��hay algo de parte de yahveh?� dijo jerem�as: �lo hay.� y a�adi�: �en mano del rey de babilonia ser�s entregado.� [18] y dijo jerem�as al rey sedec�as: ��en qu� te he faltado a ti, a tus siervos y a este pueblo, para que me hay�is puesto en pris�n? [19] �pues d�nde est�n vuestros profetas que os profetizaban: "no vendr� el rey de babilonia contra vosotros ni contra esta tierra? [20] ahora, pues, oiga el rey mi se�or, caiga bien en tu presencia mi petici�n de

gracia y no me vuelvas a casa del escriba jonat�n, no muera yo all�.� [21] entonces el rey sedec�as mand� que custodiasen a jerem�as en el patio de la guardia y se le diese un rosco de pan por d�a de la calle de los panaderos, hasta que se acabase todo el pan de la ciudad. y jerem�as permaneci� en el patio de la guardia. jeremias cap.38 [1] oyeron sefat�as, hijo de matt�n, guedal�as, hijo de pasjur, hijo de malkiy�as, las palabras que jerem�as hablaba a todo el pueblo: [2] �as� dice yahveh: quien se quede en esta ciudad, morir� de espada, de hambre y de peste, mas el que se entregue a los caldeos vivir�, y eso saldr� ganando. [3] as� dice yahveh: sin remisi�n ser� entregada esta ciudad en mano de las tropas del rey de babilonia, que la tomar�.� [4] y dijeron aquellos jefes al rey: �ea, h�gase morir a ese hombre, porque con eso desmoraliza a los guerreros que quedan en esta ciudad y a toda la plebe, dici�ndoles tales cosas. porque este hombre no procura en absoluto el bien del pueblo, sino su da�o.� [5] dijo el rey sedec�as: �ah� le ten�is en vuestras manos, pues nada podr�a el rey contra vosotros.� [6] ellos se apoderaron de jerem�as, y lo echaron a la cisterna de malkiy�as, hijo del rey, que hab�a en el patio de la guardia, descolgando a jerem�as con sogas. en el pozo no hab�a agua, sino fango, y jerem�as se hundi� en el fango. [7] pero ebed m�lek el kusita -un eunuco de la casa del rey oy� que hab�an metido a jerem�as en la cisterna. el rey estaba sentado en la puerta de benjam�n. [8] sali� Ebed m�lek de la casa del rey, y habl� al rey en estos t�rminos: [9] �oh mi se�or el rey, est� mal hecho todo cuanto esos hombres han hecho con el profeta jerem�as, arroj�ndole a la cisterna. total lo mismo se iba a morir de hambre, pues no quedan ya v�veres en la ciudad.� [10] entonces orden� el rey a ebed m�lek el kusita: �toma t� mismo de aqu� treinta hombres, y subes al profeta jerem�as del pozo antes de que muera.� [11] ebed m�lek tom� consigo a los hombres y entrando en la casa del rey, al vestuario del tesoro, tom� all� deshechos de pa�os y telas, y con sogas los descolg� por la cisterna hasta jerem�as. [12] dijo ebed m�lek el kusita a jerem�as: �hala, ponte los deshechos de pa�os y telas entre los sobacos y las sogas.� as� lo hizo jerem�as, [13] y halando a jerem�as con las sogas le subieron de la cisterna. y jerem�as se qued� en el patio de la guardia. [14] entonces el rey sedec�as mand� traer al profeta jerem�as a la entrada tercera que hab�a en la casa de yahveh, y dijo el rey a jerem�as: �yo te pregunto una cosa: no me ocultes nada.� [15] dijo jerem�as a sedec�as: �si te soy sincero, seguro que me matar�s; y aunque te aconseje, no me escuchar�s.� [16] el rey sedec�as jur� a jerem�as en secreto: �por vida de yahveh, y por la vida que nos ha dado, que no te har� morir ni te entregar� en manos de estos hombres que andan buscando tu muerte.� [17] dijo jerem�as a sedec�as: �as� dice yahveh, el dios sebaot, el dios de israel: si sales a entregarte a los jefes del rey de babilonia, vivir�s t� mismo y esta ciudad no ser� incendiada: tanto t� como los tuyos vivir�is. [18] pero si no te entregas a los jefes del rey de babilonia, esta ciudad ser� puesta en manos de los caldeos e incendiada, y t� no escapar�s de sus manos.� [19] dijo el rey sedec�as a jerem�as: �me preocupan los jud�os que se han pasado a los caldeos, no vaya a ser que me entreguen en sus manos, y �stos hagan mofa de m�.� [20] pero replic� Jerem�as: �no te entregar�n. �ea!, oye la voz de yahveh en esto que te digo, que te resultar� bien y quedar�s con vida. [21] mas si reh�sas a salir, esto es lo que me ha mostrado yahveh. [22] mira que todas las mujeres que han permanecido en la casa del rey de jud�

ser�n sacadas adonde los jefes del rey de babilonia, e ir�n diciendo: te empujaron y pudieron contigo aquellos con quienes te saludabas. se hundieron en el lodo tus pies, hici�ronse atr�s. [23] y a todas tus mujeres y tus hijos ir�n sacando adonde los caldeos, y t� no escapar�s de ellos, sino que en manos del rey de babilonia ser�s puesto, y esta ciudad ser� incendiada.� [24] entonces dijo sedec�as a jerem�as: �que nadie sepa nada de esto, y no morir�s. [25] aunque se enteren los jefes de que he estado hablando contigo, y viniendo a ti te digan: "decl�ranos qu� has dicho al rey sin ocult�rnoslo, y as� no te mataremos, como tambi�n lo que el rey te ha hablado", [26] t� les dir�s: "he pedido al rey la gracia de que no se me devuelva a casa de jonat�n a morirme all�."� [27] en efecto, vinieron todos los jefes a jerem�as, le interrogaron, y �l les respondi� conforme a lo que queda dicho que le hab�a mandado el rey: y ellos quedaron satisfechos, porque nada se sab�a de lo hablado. [28] as� qued� Jerem�as en el patio de la guardia, hasta el d�a en que fue tomada jerusal�n. ahora bien, cuando fue tomada jerusal�n... jeremias cap.39 [1] en el a�o nueve de sedec�as, rey de jud�, el d�cimo mes, vino nabucodonosor, rey de babilonia, con todo su ej�rcito contra jerusal�n, y la sitiaron. [2] en el a�o once de sedec�as, el cuarto mes, el nueve del mes, se abri� una brecha en la ciudad, [3] y entraron todos los jefes del rey de babilonia y se instalaron en la puerta central: nergal sareser, samgar nebo, sar sekim, jefe superior, nergal sareser, alto funcionario y todos los dem�s jefes del rey de babilonia. [4] al verles sedec�as, rey de jud�, y todos los guerreros, huyeron de la ciudad salieron de noche camino del parque del rey por la puerta que est� entre los dos muros, y se fueron por el camino de la arab�. [5] las tropas caldeas les persiguieron y dando alcance a sedec�as en los llanos de jeric�, le prendieron y le subieron a ribl�, en tierra de jamat, adonde nabucodonosor, rey de babilonia, que lo someti� a juicio. [6] y el rey de babilonia degoll� a los hijos de sedec�as en ribl� a la vista de �ste; luego el rey de babilonia degoll� a toda la aristocracia de jud�, [7] y habiendo cegado los ojos a sedec�as le at� con doble cadena de bronce para llev�rselo a babilonia. [8] los caldeos incendiaron la casa del rey y las casas del pueblo y demolieron los muros de jerusal�n; [9] cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, a los desertores que se hab�an pasado a �l y a los artesanos restantes los deport� Nebuzarad�n, jefe de la guardia, a babilonia. [10] en cuanto a la peble baja, los que no tienen nada, h�zoles quedar nebuzarad�n, jefe de la guardia, en tierra de jud�, y en aquella ocasi�n les dio vi�as y parcelas. [11] nabucodonosor, rey de babilonia, hab�a dado instrucciones a nebuzarad�n, jefe de la guardia, respecto a jerem�as en este sentido: [12] �pr�ndele y tenle a la vista; y no le hagas da�o alguno, antes har�s con �l lo que �l mismo te diga.� [13] entonces (nebuzarad�n, jefe de la guardia) nebusazb�n, jefe superior, nergal sareser, oficial superior, y todos los grandes del rey de babilonia [14] enviaron en busca de jerem�as, y lo confiaron a godol�as, hijo de ajicam, hijo de saf�n, para que le hiciese salir a casa, y permaneci� entre la gente. [15] estando jerem�as detenido en el patio de la guardia, le hab�a sido dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [16] vete y dices a ebed m�lek el kusita: as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: mira que yo hago llegar mis palabras a esta ciudad para su da�o, que no

para su bien, y t� ser�s testigo en aquel d�a, [17] pero yo te salvar� a ti aquel d�a -or�culo de yahveh- y no ser�s puesto en manos de aquellos cuya presencia evitas temeroso, [18] antes bien te librar�, y no caer�s a espada. saldr�s ganando la propia vida, porque confiaste en m� -or�culo de yahveh. jeremias cap.40 [1] palabra dirigida a jerem�as de parte de yahveh, luego que nebuzarad�n, jefe de la guardia, le dej� libre en ram�, cuando le tom� aparte, estando �l esposado con todos los deportados de jerusal�n y jud� que iban camino de babilonia. [2] en efecto, el jefe de la guardia tom� aparte a jerem�as y le dijo: �tu dios yahveh hab�a predicho esta desgracia a este lugar, [3] y lo ha cumplido. yahveh ha hecho conforme hab�a predicho. y esto os ha sucedido porque pecasteis contra yahveh y no o�steis su voz. [4] ahora bien, desde hoy te suelto las esposas de tus mu�ecas. si te parece bien venirte conmigo a babilonia, vente, y yo mirar� por ti. pero si te parece mal venirte conmigo a babilonia, d�jalo. mira, tienes toda la tierra por delante; adonde mejor y m�s c�modo te parezca ir, vete.� [5] a�n no hab�a dado media vuelta cuando le dijo: �vuelve adonde godol�as, hijo de ajicam, hijo de saf�n, a quien el rey de babilonia ha encargado de las ciudades de jud�, y qu�date a vivir con �l entre esta gente. en suma, vete adonde mejor te acomode.� luego el jefe de la guardia le proporcion� algunos v�veres y ayuda de costa y le despidi�. [6] jerem�as, por su parte, vino al lado de godol�as, hijo de ajicam, a misp�, y se qued� a vivir con �l entre la poblaci�n que hab�a quedado en el pa�s. [7] todos los jefes de guerrilleros, as� como sus hombres, oyeron c�mo el rey de babilonia hab�a encargado del pa�s a godol�as, hijo de ajicam, y c�mo le hab�a encargado de los hombres, mujeres, ni�os y de aquella gente baja de la tierra, que no hab�an sido deportados a babilonia, [8] y fueron donde godol�as, a misp�, ismael, hijo de netan�as, yojan�n y jonat�n, hijo de car�aj, sera�as, hijo de tanjumet, los hijos de efay el netofita y yaazan�as de maak� en compa��a de sus hombres. [9] godol�as, hijo de ajicam, hijo de saf�n, les hizo un juramento a ellos y a sus hombres: �no tem�is ser siervos de los caldeos. quedaos en el pa�s y servid al rey de babilonia, y os ir� bien. [10] por mi parte, aqu� me ten�is establecido en misp�, para responder a los caldeos que vengan a nosotros; y vosotros cosechad vino, mieses y aceite, metedlo en vuestras vasijas, y vivid en las ciudades que hay�is recuperado.� [11] tambi�n todos los jud�os que hab�a en moab, entre los ammonitas, y en edom, y los que hab�a en todos los dem�s pa�ses oyeron que hab�a dejado el rey de babilonia un resto a jud� y que hab�a encargado de �l a godol�as, hijo de ajicam, hijo de saf�n. [12] todos estos jud�os regresaron de los distintos lugares adonde se hab�an refugiado y venidos al pa�s de jud�, junto a godol�as, a misp�, cosecharon vino y mieses en gran abundancia. [13] entonces yojan�n, hijo de car�aj, y todos sus jefes de guerilleros vinieron adonde godol�as a misp� [14] y le dijeron: ��sabes que baal�s, rey de los ammonitas, ha enviado a ismael, hijo de netan�as, para asesinarte?� godol�as, hijo de ajicam, no les dio cr�dito. [15] entonces yojan�n, hijo de car�aj, dijo a godol�as secretamente en misp�: �ea, ir� yo y asestar� el golpe a ismael, hijo de netan�as, sin que nadie lo sepa. �por qu� tiene que asesinarte �l a ti, lo que supondr�a la desbandada de todo jud�, api�ado en torno tuyo, y la p�rdida del resto de jud�?� [16] godol�as, hijo de ajicam, replic� a yojan�n, hijo de car�aj: �no hagas eso, porque es falso lo que dices de ismael.� jeremias cap.41

[1] pues bien, el mes s�ptimo, ismael, hijo de netan�as, hijo de elisam�, de linaje real, se dirigi� en compa��a de algunos grandes del rey y diez hombres a godol�as, hijo de ajicam, a misp�, y all� en misp� comieron juntos. [2] se levant� Ismael, hijo de netan�as, y los diez que estaban con �l, y acuchillaron a godol�as, hijo de ajicam, hijo de saf�n, y dieron muerte a aquel a quien el rey de babilonia hab�a encargado del pa�s. [3] tambi�n mat� Ismael a todos los jud�os que estaban con �l, con godol�as, en misp� y a los guerreros caldeos que se hallaban all�. [4] era al d�a siguiente del asesinato de godol�as, y nadie lo sab�a. [5] unos hombres ven�an de siquem de silo y de samar�a, ochenta entre todos, la barba ra�da, harapientos y ara�ados, portadores de oblaciones e incienso que tra�an a la casa de yahveh. [6] sali� Ismael, hijo de netan�as, a su encuentro desde misp�. iba llorando mientras caminaba, y llegando junto a ellos, les dijo: �venid adonde godol�as, hijo de ajicam.� [7] y as� que hubieron entrado dentro de la ciudad, ismael, hijo de netan�as, los degoll� con la ayuda de sus hombres, y los ech� dentro de una cisterna. [8] entre aquellos hombres hubo diez que dijeron a ismael: �no nos mates, que en el campo tenemos escondites de trigo, cebada, aceite y miel.� y no les mat� como a sus hermanos. [9] la cisterna adonde ech� Ismael todos los cad�veres de los hombres que mat�, era la cisterna grande. es la que hizo el rey as� para prevenirse contra bas�, rey de israel; ismael, hijo de netan�as, la llen� de asesinados. [10] luego ismael hizo prisioneros a todo el resto del pueblo que quedaba en misp�, a las hijas del rey y a todo el pueblo que quedaba en misp�, que nebuzarad�n, jefe de la guardia, hab�a encomendado a godol�as, hijo de ajicam; y de madrugada se fue ismael, hijo de netan�as, a pasarse a los ammonitas. [11] oy� Yojan�n, hijo de car�aj, y todos los jefes de las fuerzas que le acompa�aban, todos los cr�menes que hab�a hecho ismael, hijo de netan�as. [12] tomando a todos sus hombres fueron a luchar con ismael, hijo de netan�as, al que encontraron junto a la gran alberca, que est� en gaba�n. [13] apenas toda la gente que esta con ismael vio a yojan�n, hijo de car�aj, y a todos los jefes de las fuerzas que le acompa�aban, se llenaron de gozo, [14] y dando media vuelta toda aquella gente que ismael llevaba prisionera de misp�, regresaron al lado de yojan�n, hijo de car�aj, [15] en tanto que ismael, hijo de netan�as, se escapaba de yojan�n con ocho hombres, rumbo a los ammonitas. [16] yojan�n, hijo de car�aj, y todos los jefes de las fuerzas que le acompa�aban recogieron de misp� a todo el resto de la gente que ismael, hijo de netan�as, hab�a hecho prisionera despu�s que hubo matado a godol�as, hijo de ajicam -hombres, gente de guerra, mujeres, ni�os y eunucos-, a los cuales hizo volver de gaba�n. [17] ellos se fueron y se instalaron en el refugio de kimham, que est� al lado de bel�n, para seguir luego hasta egipto [18] huyendo de los caldeos, pues les tem�an por haber matado ismael, hijo de netan�as, a godol�as, hijo de ajicam, a quien el rey de babilonia hab�a encargado del pa�s. jeremias cap.42 [1] entonces se llegaron todos los jefes de las fuerzas, as� como yojan�n, hijo de car�aj, azar�as, hijo de hosa�as y el pueblo en masa, del chico al grande, [2] y dijeron al profeta jerem�as: �caiga bien nuestra demanda de favor ante ti, y ruega a tu dios yahveh por nosotros, por todo este resto, pues hemos quedados pocos de muchos que �ramos, como tus ojos est�n viendo, [3] y que nos indique tu dios yahveh el camino por donde hemos de ir y lo que hemos de hacer.�

[4] d�celes el profeta jerem�as: �de acuerdo: ahora mismo me pongo a rogar a vuestro dios yahveh como dec�s, y sea cual fuere la respuesta de yahveh para vosotros, yo os la declarar� sin ocultaros palabra.� [5] y ellos dijeron a jerem�as: �s�anos yahveh testigo veraz y leal, si no obramos conforme a cualquier mensaje que tu dios yahveh te env�a para nosotros. [6] sea grata o sea ingrata, nosotros oiremos la voz de nuestro dios yahveh a quien te enviamos, por cuanto que bien nos va cuando o�mos la voz de nuestro dios yahveh.� [7] pues bien, al cabo de diez d�as fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as. [8] este llam� a yojan�n, hijo de car�aj, a todos los jefes de las fuerzas que hab�a con �l y al pueblo todo, del chico al grande, [9] y les dijo: �as� dice yahveh, el dios de israel, a quien me hab�is enviado en demanda de su favor: [10] si os qued�is a vivir en esta tierra, yo os edificar� y no os destruir�, os plantar� y no os arrancar�, porque me pesa del mal que os he hecho. [11] no tem�is al rey de babilonia, que tanto os asusta: no tem�is nada de �l -or�culo de yahveh- que con vosotros estoy yo para salvaros y libraros de su mano. [12] har� que se os tenga compasi�n y �l os la tendr� y os devolver� a vuestro suelo. [13] pero si dec�s vosotros: "no nos quedamos en este pa�s", desoyendo as� la voz de vuestro dios yahveh, [14] diciendo: "no, sino que al pa�s de egipto iremos, donde no veamos guerra, ni oigamos toque de cuerno, ni tengamos hambre de pan, y all� nos quedaremos"; [15] �pues bien! en ese caso, o�d la palabra de yahveh, oh resto de jud�. as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: si vosotros enderez�is rumbo a egipto, y entr�is como refugiados all�, [16] entonces la espada que tem�is os alcanzar� all� en egipto, y el hambre que recel�is, all� os ir� pisando los talones; y all�, en egipto mismo, morir�is. [17] as� suceder� que todos los que enderecen rumbo a egipto como refugiados morir�n por la espada, por el hambre y por la peste, y no les quedar� superviviente ni evadido del da�o que yo traiga sobre ellos. [18] porque as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: como se verti� mi ira y mi c�lera sobre los habitantes de jerusal�n, as� se verter� mi c�lera contra vosotros como entr�is en egipto, y ser�is tema de imprecaci�n y asombro, de maldici�n y oprobio, y no ver�is m�s este lugar. [19] ha dicho yahveh respecto a vosotros, resto de jud�: "no entr�is en egipto." pod�is estar seguros que os lo he avisado hoy, [20] que os est�is enga�ando a vosotros mismos, pues que vosotros me hab�is enviado a vuestro dios yahveh diciendo: "ruega por nosotros a nuestro dios yahveh, y cuanto diga nuestro dios yahveh nos lo declaras, que lo haremos." [21] yo os lo he declarado hoy, pero no hac�is caso de vuestro dios yahveh en nada de cuanto me ha enviado a deciros. [22] ahora, pues, pod�is estar seguros de que por la espada, el hambre y la peste morir�is en aquel lugar adonde dese�is refugiaros.� jeremias cap.43 [1] ahora bien, as� que hubo acabado jerem�as de transmitir a todo el pueblo el recado de yahveh su dios, que yahveh le hab�a dado para ellos, [2] dijo azar�as, hijo de hosa�as, y tambi�n yojan�n, hijo de car�aj, y todos los hombres insolentes se pusieron a decir a jerem�as: �est�s mintiendo. no te ha encargado nuestro dios yahveh decir: "no vay�is a egipto como refugiados all�"�. [3] sino que baruc, hijo de neriy�as, te azuza contra nosotros con objeto de ponernos en manos de los caldeos para que nos hagan morir y nos deporten a babilonia. [4] adem�s, ni yojan�n, hijo de car�aj, ni ninguno de los jefes de las tropas, ni nadie del pueblo escuch� la voz de yahveh que mandaba quedarse en tierra de jud�; [5] antes bien, yojan�n, hijo de car�aj, y todos los jefes de las tropas tomaron

consigo a todo el resto de jud�, los que hab�an regresado, para habitar en tierra de jud�, de todas las naciones adonde hab�an sido rechazados: [6] a hombres, mujeres, ni�os, a las hijas del rey y a toda persona que nebuzarad�n, jefe de la guardia, hab�a dejado en paz con godol�as, hijo de ajicam, hijo de saf�n, y tambi�n al profeta jerem�as y a baruc, hijo de neriy�as, [7] y entrando en la tierra de egipto, -pues desoyeron la voz de yahveh-, se adentraron hasta tafnis. [8] entonces fue dirigida la palabra de yahveh a jerem�as en tafnis como sigue: [9] toma en tus manos piedras grandes, y las hundes en el cemento de la terraza que hay a la entrada del palacio de fara�n en tafnis, a vista de los jud�os, [10] y les dices: as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: he aqu� que yo mando en busca de mi siervo nabucodonosor, rey de babilonia, y pondr� su sede por encima de estas piedras que he enterrado, y desplegar� su pabell�n sobre ellas. [11] vendr� y herir� a egipto, quien sea para la muerte, a la muerte; quien para el cautiverio, al cautiverio; quien para la espada, a la espada; [12] y prender� fuego a los templos de los dioses de egipto, los incendiar�, y a los dioses les har� cautivos. despiojar� a egipto como despioja un pastor su zalea, y saldr� de all� victorioso. [13] romper� los cipos de bet semes que hay en egipto, y los templos de los dioses egipcios abrasar�. jeremias cap.44 [1] palabra que fue dirigida a jerem�as con destino a todos los jud�os establecidos en territorio egipcio en migdol, tafnis, nof, y en territorio de patr�s. [2] as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: vosotros hab�is visto la calamidad que he acarreado a jerusal�n y a todas las ciudades de jud�, y ah� las ten�is arruinadas hoy en d�a, sin que haya en ellas habitante, [3] en vista de la maldad que hicieron para irritarme, yendo a incensar y servir a otros dioses desconocidos de ellos, de vosotros y de vuestros padres. [4] yo me afan� por enviaros a todos mis siervos, los profetas, a deciros: �ea, no hag�is esta abominaci�n que detesto.� [5] mas no oyeron ni aplicaron el o�do para convertirse de su malicia y dejar de incensar a otros dioses. [6] derram�se mi c�lera y mi ira y ardi� en las ciudades de jud� y en las calles de jerusal�n, que fueron reducidas a ruinas desoladas, como lo est�n hoy d�a. [7] ahora, pues, as� dice yahveh, el dios sebaot, el dios de israel: �por qu� os hac�is tanto da�o a vosotros mismos, hasta borraros a hombre y mujer, ni�o y lactante de en medio de jud� sin que os quede resto, [8] irrit�ndome con las hechuras de vuestras manos, quemando incienso a otros dioses en egipto, adonde hab�is venido como refugiados, como queriendo acabar de borraros a vosotros mismos y acabar en tema de maldici�n y oprobio en todas las naciones de la tierra? [9] �si ser� que hab�is olvidado las maldades de vuestros padres y las de los reyes de jud� y de sus caudillos, y las propias vuestras y las de vuestras mujeres; maldades que hac�an en tierra de jud� y en las calles de jerusal�n? [10] no se han compungido hasta la fecha, ni han temido ni andado en la ley y los preceptos que propuse a vosotros y a vuestros padres. [11] por tanto, as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: mirad que yo me fijo en vosotros para mal, y para raer a todo jud�. [12] echar� mano al resto de jud� -los que enderezaron rumbo a egipto, para entrar all� como refugiados- y ser�n acabados todos ellos en egipto, y caer�n por la espada, por el hambre ser�n acabados. del chico al grande por la espada y por el hambre morir�n, y ser�n tema de imprecaci�n y asombro, de maldici�n y oprobio. [13] visitar� a los que viven en egipto, lo mismo que visit� a jerusal�n: con la espada, el hambre y la peste, [14] y del resto de jud�, que, como refugiados vinieron ac� a egipto, no quedar�

evadido ni superviviente para volver a tierra de jud�, adonde se prometen volver para quedarse all�, porque ya no volver�n m�s que algunos huidos. [15] respondieron a jerem�as todos los hombres que sab�an que sus mujeres quemaban incienso a otros dioses, y todas las mujeres presentes -una gran concurrencia- y todo el pueblo establecido en territorio egipcio, en patr�s: [16] �en eso que nos has dicho en nombre de yahveh, no te hacemos caso, [17] sino que cumpliremos precisamente cuanto tenemos prometido, que es quemar incienso a la reina de los cielos y hacerle libaciones, como venimos haciendo nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros jefes en las ciudades de jud� y en las calles de jerusal�n, que nos hart�bamos de pan, �ramos felices y ning�n mal nos suced�a. [18] en cambio, desde que dejamos de quemar incienso a la reina de los cielos y de hacerle libaciones, carecemos de todo, y por la espada y el hambre somos acabados.� [19] �pues y cuando nosotras quem�bamos incienso a la reina de los cielos y nos dedic�bamos a hacerle libaciones, � acaso sin contar con nuestros maridos le hac�amos pasteles con su efigie derramando libaciones?� [20] jerem�as dijo a todo el pueblo, a hombres, a mujeres y a todos sus interlocutores: [21] ��no es aquel incienso que ofrec�ais en las ciudades de jud� y en las calles de jerusal�n vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y jefes y el pueblo de la tierra lo que ha recordado yahveh y le ha venido a las mientes? [22] �y no pudiendo yahveh aguantar m�s el espect�culo de vuestras malas acciones, de las abominaciones que hab�ais hecho, ha venido a ser la tierra vuestra una ruina, tema de pasmo y maldici�n y sin habitantes -como lo es hoy d�a-; [23] y porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra yahveh y deso�steis la voz de yahveh, y no os condujist�is seg�n su ley, sus preceptos y sus estatutos, pronunci� contra vosotros esta calamidad, como sucede hoy d�a?� [24] y dijo jerem�as a todo el pueblo y a todas las mujeres: �o�d la palabra de yahveh- todo jud�, los que viv�s en egipto-. [25] as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos cumplisteis lo dicho: "sin falta realizaremos los votos que hicimos de quemar incienso a la reina de los cielos y de hacerle libaciones." mantened, pues, vosotras vuestros votos y realizad vuestros votos sin falta. [26] empero, o�d la palabra de yahveh, todo jud�, los que viv�s en egipto. mirad que yo he jurado por mi gran nombre -dice yahveh- que no ser� m�s mi nombre pronunciado por boca de ninguno de jud� que diga: "�por vida del se�or yahveh!" en toda la tierra de egipto. [27] mirad que yo estoy alerta sobre ellos para mal, no para bien, y ser�n consumidos todos los de jud� que est�n en egipto, por la espada y el hambre hasta su acabamiento, [28] s�lo unos pocos, escapados de la espada, volver�n de egipto a jud� y sabr� todo el resto de jud�, los que han venido a egipto como refugiados aqu�, qu� palabra se mantendr�: si la m�a o la suya. [29] y esto ser� para vosotros se�al -or�culo de yahveh- de que os visito yo en este lugar, de suerte que sep�is que han de mantenerse sin falta mis palabras para desgracia vuestra. [30] as� dice yahveh: mirad que yo entrego al fara�n Jofr�, rey de egipto, en manos de sus enemigos y de los que buscan su muerte, como entregu� a sedec�as, rey de jud�, en manos de nabucodonosor, rey de babilonia, su enemigo, que buscaba su muerte.� jeremias cap.45 [1] palabra que dijo el profeta jerem�as a baruc, hijo de neriy�as, cuando �ste copiaba estas palabras en un libro al dictado de jerem�as, en el a�o cuarto de

yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�. [2] as� dice yahveh, el dios de israel, respecto a ti, oh baruc: [3] t� dijiste: ��ay de m�, que a�ade yahveh congoja a mi sufrimiento! me he agotado en mi jadeo, pero sosiego no hall�.� [4] as� le dir�s: esto dice yahveh: mira que lo que edifiqu�, yo lo derribo, y aquello que plant�, yo lo arranco, esto por toda la tierra. [5] �y t� andas busc�ndote grandezas! no las busques porque mira que yo traigo desgracia sobre toda carne -or�culo de yahveh- pero a ti te dar� la vida salva por bot�n a donde quiera que vayas. jeremias cap.46 [1] lo que fue dicho por yahveh al profeta jerem�as sobre las naciones. [2] para egipto. sobre el ej�rcito del fara�n Nek�, rey de egipto, que estuvo sobre el r�o eufrates, en karkemis, al cual bati� Nabucodonosor, rey de babilonia, el a�o cuarto de yoyaquim, hijo de jos�as, rey de jud�. [3] ordenad escudo y pav�s, y avanzad a la batalla. [4] uncid los caballos y montad, caballeros. poneos firmes con los cascos, pulid las lanzas, vest�os las cotas. [5] �pero qu� veo! ellos se desmoralizan, retroceden, y sus valientes son batidos y huyen a la desbandada sin dar la cara. terror por doquier -or�culo de yahveh-. [6] no huir� el ligero, ni escapar� el valiente: al norte, a la orilla del eufrates, tropezaron y cayeron. [7] �qui�n es �se que como el nilo sube, y como los r�os de entrechocantes aguas? [8] egipto como el nilo sube, y como r�os de entrechocantes aguas. y dice: �voy a subir, voy a cubrir la tierra. har� perecer a la ciudad y a los que viven en ella. [9] subid, caballos, y enfureceos, carros, y salgan los valientes de kus y de put que manejan escudo, y los ludios que asestan el arco.� [10] aquel d�a ser� para el se�or yahveh, d�a de venganza para vengarse de sus adversarios. devorar� la espada y se hartar� y se abrevar� de su sangre; pues ser� la matanza de yahveh sebaot en la tierra del norte, cabe el r�o eufrates. [11] sube a galaad y recoge b�lsamo, virgen, hija de egipto; en vano menudeas las curas: alivio no hay para ti. [12] han o�do las naciones tu deshonra, y tu alarido llen� la tierra, porque valiente contra valiente tropezaron, a una cayeron entrambos. [13] la palabra que habl� Yahveh al profeta jerem�as acerca de la venida de nabucodonosor, rey de babilonia, para atacar a egipto. [14] anunciad en egipto y hacedlo o�r en migdol, y hacedlo en nof y en tafnis. decid: tente tieso y erguido, que ha devorado la espada tus contornos. [15] �c�mo es que ha huido apis y tu forzudo no se ha sostenido! es que yahveh le empuj�. [16] hizo menudear los tropezones, hasta hacer caer al uno sobre el otro; y dec�a: �arriba, y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra patria, ante la espada irresistible.� [17] llamad a fara�n, rey de egipto: �ruido. -dej� pasar la ocasi�n.� [18] �por vida m�a! -or�culo del rey cuyo nombre es yahveh sebaot- que cual el tabor entre los montes, y como el carmelo sobre el mar ha de venir. [19] av�os de destierro haz para ti, poblaci�n, hija de egipto, porque nof parar� en desolaci�n, y quedar� arrasada sin habitantes. [20] novilla hermos�sima era egipto: un t�bano del norte vino sobre ella. [21] asimismo sus mercenarios que hab�a en ella eran como novillos de engorde. pues tambi�n ellos volvieron la cara, huyeron a una, sin pararse, cuando el d�a de su infortunio les sobrevino, el tiempo de su castigo. [22] una voz emite como de serpiente que silba, mientras en torno suyo andan y con hachas le acomenten, como le�adores. [23] talaron su selva -or�culo de yahveh- porque era impenetrable, pues eran m�s numerosos que la langosta, y no se les pod�a contar. [24] han puesto en verg�enza a la hija de egipto: ha sido entregada al pueblo del

norte. [25] dice yahveh sebaot, el dios de israel: he aqu� que yo visito a am�n de no, a fara�n y a egipto y a sus dioses y reyes, a fara�n y a los que conf�an en �l, [26] y los pongo en manos de los que buscan su muerte, en manos de nabucodonosor, rey de babilonia, y en manos de sus siervos; tras de lo cual ser� repoblado como anta�o -or�culo de yahveh. [27] pero t� no temas, siervo m�o jacob, ni desmayes, israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y a tu linaje del pa�s de su cautiverio; volver� Jacob, se sosegar� y estar� tranquilo, y no habr� quien le inquiete. [28] t� no temas, siervo m�o jacob, -or�culo de yahveh- que contigo estoy yo, pues acabar� con todas las naciones adonde te empuj�, pero contigo no acabar�; aunque s� te corregir� como conviene, ya que impune no te dejar�. jeremias cap.47 [1] lo que fue dicho por yahveh al profeta jerem�as sobre los filisteos, en v�speras de batir el fara�n a gaza. [2] as� dice yahveh: he aqu� unas aguas que suben del norte y se hacen torrente inundante, y van a inundar la tierra y lo que la llena, la ciudad y los que moran en ella; y clamar� la gente, y ulular� todo morador de la tierra [3] al son del galopar de los caballos de sus adalides, al ruido de sus carros y al estr�pito de sus ruedas. no se volver�n padres a hijos, por el cansancio de sus brazos, [4] hasta que llegue el d�a de asolar a toda filistea, y de raer a tiro y a sid�n todo auxiliar fugado, porque va a asolar yahveh a filistea, residuo de la isla de kaftor. [5] lleg� la rapadura a gaza, muda ha quedado ascal�n; t�, el resto de su valle, �hasta cu�ndo te ara�ar�s? [6] �ay, espada de yahveh! �c�mo va a estarse quieta? rec�gete a tu vaina, date reposo y calla. [7] �c�mo va a estarse quieta, si yahveh la mand�? En ascal�n y el litoral mar�timo, all� la cit�. jeremias cap.48 [1] sobre moab. as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: �ay de nebo, porque ha sido saqueada! est� confusa, ha sido tomada quiryat�yim. est� confusa la acr�polis y anonadada. [2] ya no existe la prez de moab. en jesb�n han planeado su ruina: �vamos y borr�mosla de entre las naciones.� tambi�n a ti, madm�n, se te har� callar. la espada te va a la zaga. [3] gritos desde joron�yim, devastaci�n y quebranto grande. [4] quebrantada fue moab. h�cense o�r los gritos de sus peque�os. [5] la cuesta de lujit, llorando se la suben, y a la bajada de joron�yim gritos desgarrados se oyen. [6] �huid, poneos en salvo, haced como el onagro en el desierto.� [7] en r�plica a tu confianza en tus obras y tus tesoros, tambi�n t� eres tomada, y sale kem�s desterrado, sus sacerdotes y jefes a una, [8] viene el devastador a todas las ciudades, y ni una ciudad se salva. y se pierde el valle, y es asolada la meseta: tal ha dicho yahveh. [9] dad alas, a moab, porque ha de salir volando, y sus ciudades se volver�n desolaci�n sin nadie que las habite. [10] (maldito quien haga el trabajo de yahveh con dejadez, y maldito el que prive a sus espada de sangre). [11] tranquilo estaba moab desde su mocedad, y quieto se estaba en sus atalayas. nunca fue trasegado, ni al destierro march�. Por eso le duraba su gusto, y su sabor no se pic�. [12] empero, he aqu� que d�as vienen, -or�culo de yahveh- en que yo le he de

enviar decantadores que lo decanten. sus vasijas vaciar�n, y sus odres reventar�n. [13] se avergonzar� Moab de kem�s, como se avergonz� la casa de israel de betel, en el que confiaba. [14] �c�mo dec�s: �valientes somos, y hombres fuertes para la guerra�? [15] moab est� devastado; han escalado sus ciudades, y la flor de sus mancebos bajaron a la matanza -or�culo del rey cuyo nombre es yahveh sebaot. [16] el infortunio de moab es inminente, y su calamidad se precipita. [17] lloradle, todos sus vecinos y todos los que conocen su nombrad�a. decid: ��c�mo ha sido quebrantada la vara poderosa, el b�culo precioso?� [18] desciende del honor y si�ntate en la tierra seca, poblaci�n hija de dib�n, porque el devastador de moab ha subido contra ti, ha destruido tus fortalezas. [19] en el camino p�rate y otea, poblaci�n de aroer; pregunta al fugitivo y al escapado; di: ��qu� ha sucedido?� [20] confuso est� Moab porque fue destruido. ululad y clamad. anunciad en el arn�n que ha sido saqueado moab. [21] y la sentencia ha llegado a la meseta, a jol�n, a yahs� y a mefaat, [22] a dib�n, a nebo y a bet diblat�yim, [23] a quiryat�yim, a bet gamul y a bet ma�n, [24] a queriyyot, a bosr� y a todas las ciudades de la tierra de moab, las lejanas y las cercanas. [25] �se parti� el cuerno de moab y su brazo se rompi�, -or�culo de yahveh-. [26] emborrachadle porque contra yahveh se engrandeci�. Moab se revolcar� en su v�mito, y quedar� en rid�culo �l tambi�n. [27] pues qu�, �no te pareci� a ti rid�culo israel? �o quiz� entre ladrones fue sorprendido, que siempre que hablas de �l meneas la cabeza? [28] �dejad las ciudades y acomodaos en la pe�a, habitantes de moab, sed como la paloma cuando anida en las paredes de las simas...� [29] hemos o�do la arrogancia de moab: �es muy arrogante!, su orgullo, su arrogancia, su altaner�a y la soberbia de su coraz�n. [30] conozco -or�culo de yahveh- su presunci�n, y que sus bravatas no son como sus hechos. [31] as� que, por moab ulular� y por moab entero gritar�; por los hombres de quir jeres suspirar�: [32] m�s que se llor� a yazer llorar� por ti, �oh vi�a de sibm�! tus sarmientos pasaban la mar, hasta yazer alcanzaban. sobre tu cosecha y sobre tu vendimia el saqueador se abati�, [33] y fue quitada alegr�a y alborozo de carmelo y del pa�s de moab, y el vino a los trujales he quitado, no se oye el grito alegre del pisador, ya no se oyen gritos. [34] de tanto gritar en jesb�n, hasta elal�, hasta yahas llegaron las voces desde soar hasta joron�yim, -eglat selisiyy�-, porque tambi�n las aguas de nimrim se han trocado en aridez. [35] quitar� a moab -or�culo de yahveh- de subirse al alto e incensar a sus dioses. [36] por eso mi coraz�n por moab como flauta resuena, porque cuanto hab�an guardado se perdi�, [37] pues toda cabeza ha sido rapada y toda barba ra�da: en todas las manos ara�azos y en todos los lomos saco, [38] en todos los terrados de moab y por sus calles todo el mundo se lamentaba, porque he quebrantado a moab como vaso de desecho -or�culo de yahveh-. [39] �c�mo has sido destruida! ululad. �c�mo ha vuelto la espalda moab con verg�enza, y ha venido a ser moab la burla y el espanto de todos sus vecinos! [40] porque as� ha dicho yahveh: (ved c�mo cual un �guila se remonta y extiende sus alas sobre moab.) [41] tomadas fueron las plazas, y las fortalezas ocupadas. (vendr� a ser el coraz�n de los valientes de moab en aquel d�a como coraz�n de mujer en parto.) [42] devastado est� Moab que ya no es pueblo, porque contra yahveh se engrandeci�.

[43] p�nico, hoya y trampa contra ti, morador de moab, -or�culo de yahveh. [44] el que huya del p�nico, caer� en la hoya y el que suba de la hoya ser� preso en la trampa, porque voy a hacer que se llegue a ella, a moab, el a�o de su castigo -or�culo de yahveh-. [45] a la sombra de jesb�n se pararon sin fuerza los fugitivos, cuando fuego sali� de jesb�n y llama de la casa de sij�n, y devor� las sienes de moab y el cr�neo de los hijos del ruido. [46] �ay de ti moab! pereci� el pueblo de kem�s, pues han sido tomados sus hijos en cautiverio y sus hijas en cautividad. [47] pero yo har� volverse a los cautivos de moab en d�as futuros -or�culo de yahveh-. hasta aqu� la sentencia de moab. jeremias cap.49 [1] a los ammonitas. as� dice yahveh: �hijos no tiene israel? �o heredero no tiene? entonces �por qu� ha heredado milkom a gad, y su pueblo en las ciudades de �ste habita? [2] por eso, he aqu� que d�as vienen -or�culo de yahveh- en que har� o�r a rabb� de los ammonitas el clamoreo del combate y ella parar� el mont�culo de ruinas; y sus hijas ser�n abrasadas y heredar� Israel a los que le heredaron -or�culo de yahveh-. [3] ulula, jesb�n, porque ar ha sido devastada. gritad, hijas de rabb�, ce��os de sayal, lamentaos y discurrid por las cercas. porque milkom al destierro va, sus sacerdotes y sus jefes a una. [4] �por qu� te jactas de tu valle, criatura independiente, confiada en sus tesoros: ��qui�n llegar� hasta m�?� [5] mira que yo traigo sobre ti espanto -or�culo del se�or yahveh sebaot-por todos tus alrededores, y ser�is ahuyentados cada uno por su lado y no habr� quien re�na a los errantes. [6] (tras de lo cual har� volverse a los cautivos, de los ammonitas -or�culo de yahveh-.) [7] a edom. as� dice yahveh sebaot: �no queda ya sabidur�a en tem�n? �pereci� la prudencia de los entendidos, se evapor� su sabidur�a? [8] huid, dad media vuelta, buscad profunda morada, moradores de ded�n, porque el infortunio de esa� he tra�do sobre �l, la hora de su visita. [9] si vinieran a ti vendimiadores, �no dejar�an rebuscos? si ladrones por la noche, da�ar�an hasta donde les bastase. [10] pues bien, yo he desnudado a esa�, he descubierto sus secretos, estar oculto no puede. ha sido aniquilado su linaje, sus hermanos y vecinos, y �l mismo no aparece. [11] deja a tus hu�rfanos, yo har� que vivan, y tus viudas en m� confiar�n. [12] pues as� dice yahveh: conque los que no tienen por qu� beber la copa la beben, �y t� precisamente vas a quedar impune? no quedar�s impune, antes sin falta la beber�s. [13] porque por m� lo he jurado -or�culo de yahveh- que en desolaci�n se convertir� Bosr�, y todas sus ciudades se convertir�n en ruinas eternas. [14] una nueva he o�do de parte de yahveh, un mensajero entre las naciones enviado: �juntaos y venid contra �l y poneos en pie de guerra.� [15] porque es cierto que peque�o te hice yo entre las naciones, despreciable entre los hombres. [16] el espanto que infund�as te enga��, la soberbia de tu coraz�n, t�, el que habitas en las hendiduras de la roca, que ocupas lo alto de la cuesta. aunque pongas en alto, como el �guila, tu nido, de all� te har� bajar -or�culo de yahveh-. [17] edom parar� en desolaci�n: todo el que pase a su vera se asombrar� y silbar� al ver todas sus heridas. [18] cual la cat�strofe de sodoma y gomorra y sus vecinas -dice yahveh- donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano.

[19] vedlo como le�n que sube del boscaje del jord�n hacia el pastizal perenne, cuando en un instante le har� salir huyendo de all�, para colocar all� a quien me plazca. porque �qui�n como yo, y qui�n me emplazar�, y qui�n es el pastor que aguante en mi presencia? [20] as� pues, o�d la decisi�n que yahveh ha tomado sobre edom y sus planes sobre los moradores de tem�n. juro que les han de llevar a rastras las cr�as de los reba�os, que asolar�n sobre ellos sus pastizales. [21] al son de su ca�da retumb� la tierra y el griter�o hasta el mar de las ca�as se dej� o�r. [22] ved c�mo cual un �guila sube, se remonta y extiende sus alas sobre bosr�; y vendr� a ser el coraz�n de los valientes de edom en aquel d�a como coraz�n de mujer en parto. [23] a damasco. avergonzadas est�n jamat y arpad. porque una noticia mala oyeron, su coraz�n tembl� de espanto; como el mar que no se puede calmar. [24] flaque� Damasco, dio vuelta para huir y escalofr�os la sobrecogieron: apuro y dolores la acometieron como a parturienta. [25] �c�mo! �no fue abandonada la ciudad celebrada, la villa de mi contento? [26] en verdad, caer�n sus j�venes escogidos en sus plazas, y todos los guerreros perecer�n aquel d�a -or�culo de yahveh sebaot-. [27] prender� fuego a la muralla de damasco, y consumir� los alc�zares de ben hadad. [28] a quedar y a los reinos de jasor, que bati� Nabucodonosor, rey de babilonia. as� dice yahveh: alzaos, subid a quedar y saquead a los hijos de oriente. [29] sus tiendas y reba�os ser�n tomados; sus toldos y todo su ajuar y sus camellos les ser�n arrebatados, y a ellos se les llamar� �terror por doquier�. [30] huid, emigrad muy lejos, buscad profunda morada, moradores de jasor -or�culo de yahveh- porque ha tomado contra vosotros nabucodonosor, rey de babilonia, una decisi�n, y ha trazado un plan contra vosotros. [31] alzaos, subid contra la naci�n pac�fica que vive confiada -or�culo de yahveh-. ni puertas ni cerrojos tiene. en aislamiento viven. [32] y ser�n sus camellos objeto del pillaje y el tropel de sus ganados para bot�n, y esparcir� a todo viento a los que se afeitan las sienes, y de todos sus aleda�os traer� su infortunio -or�culo de yahveh-. [33] y vendr� a ser jasor guarida de chacales, desolaci�n sempiterna, donde no se asienta nadie y en la que no reside ser humano. [34] lo que fue dicho por yahveh al profeta jerem�as tocante a elam en el principio del reinado de sedec�as, rey de jud�. [35] as� dice yahveh sebaot: he aqu� que yo rompo el arco de elam, primicia de su fuerza [36] y voy a traer sobre elam los cuatro vientos desde los cuatro cabos de los cielos, y a ellos les esparcir� a todos estos vientos, y no habr� naci�n a donde no lleguen los arrojados de elam. [37] har� desmayar a elam ante sus enemigos y ante los que buscan su muerte y traer� sobre ellos cosa mala, el ardor de mi ira -or�culo de yahveh- y soltar� tras ellos la espada hasta acabarlos. [38] pondr� mi trono en elam y har� desaparecer de all� a rey y jefes -or�culo de yahveh-. [39] luego, en d�as futuros, har� volver a los cautivos de elam -or�culo de yahveh-. jeremias cap.50 [1] la palabra que habl� Yahveh contra babilonia, contra el pa�s de los caldeos, por medio del profeta jerem�as. [2] anunciadlo y hacedlo o�r entre las gentes; levantad bandera; hacedlo o�r; no lo call�is; decid: ha sido tomada babilonia, est� confuso bel, desmay� Marduk, est�n confusos sus �dolos, (desmayaron sus inmundicias). [3] porque subi� contra ella una gente del norte, que va a convertir su

territorio en desolaci�n, y no habr� en �l habitante. tanto personas como bestias emigraron, se fueron. [4] en aquellos d�as y en aquella saz�n -or�culo de yahveh vendr�n los hijos de israel, (y los hijos de jud� junto con ellos), andando y llorando, en busca de yahveh su dios. [5] de si�n preguntaron por el camino, all� se dirigen: �venid y ali�monos a yahveh con pacto eterno, inolvidable.� [6] ovejas perdidas era mi pueblo. sus pastores las descarriaron, extravi�ndolas por los montes. de monte en collado andaban, olvidaron su aprisco. [7] cualquiera que les topaba los devoraba, y sus contrarios dec�an: �no cometemos ning�n delito, puesto que ellos pecaron contra yahveh, �el pastizal de justicia y la esperanza de sus padres -yahveh!� [8] emigrad de babilonia, y del pa�s de los caldeos salid. sed como los machos cabr�os al frente del reba�o. [9] porque mirad que yo hago que despierte y suba contra babilonia una confederaci�n de grandes naciones del norte, que se organizar�n contra ella. y por all� ser� tomada. sus saetas, cual de valiente experto, no volver�n de vac�o. [10] entonces ser� entregada caldea al saqueo: todos los que la saqueen se hartar�n, -or�culo de yahveh. [11] porque os alegrasteis, porque gozasteis, depredadores de mi heredad, porque dabais corcovos como novilla en dehesa, y relinchos como animales fuertes. [12] vergonzosa est� vuestra madre sobremanera, abochornada la que os dio a luz. es ahora la �ltima de las naciones: desierto, sequedad y paramera. [13] por la c�lera de yahveh no ser� poblada, mas estar� desolada toda ella. todo el que pase a la vera de babilonia quedar� at�nito, y silbar� al ver todas sus heridas. [14] ordenaos contra babilonia en derredor, todos los que asest�is arco; tirad contra ella, no escatim�is las flechas pues ha pecado contra yahveh. [15] dad gritos contra ella en derredor. ella tiende su mano. fallaron sus cimientos, se derrumbaron sus muros. era la venganza de yahveh. tomad venganza de ella: tal cual hizo, haced con ella. [16] suprimid de babilonia al sembrador y al que maneja la hoz al tiempo de la siega. ante la espada irresistible, cada uno enfilar� hacia su pueblo, cada uno huir� a su tierra. [17] reba�o disperso es israel: leones lo ahuyentaron. el rey de asiria lo devor� el primero, y nabucodonosor, rey de babilonia, lo quebrant� despu�s. [18] por tanto, as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: he aqu� que yo visito al rey de babilonia y su territorio, lo mismo que visit� al rey de asiria. [19] y devolver� a israel a sus pastizal, y pacer� el carmelo y el bas�n, y en la monta�a de efra�m y galaad se saciar�. [20] en aquellos d�as y en aquella saz�n -or�culo de yahveh-, se buscar� la culpa de israel y no la habr�, y el pecado de jud� y no se hallar�, porque ser� piadoso con el resto que yo deje. [21] �sube a la tierra de merat�yim, sube contra ella; y a los habitantes de pecod p�salos a espada y dalos al anatema hasta el �ltimo -or�culo de yahveh-: haz en todo seg�n te lo he mandado.� [22] ruido de guerra en el pa�s y quebranto grande. [23] �c�mo se parti� y fue quebrado el martillo de toda la tierra! �c�mo vino a ser pasmo babilonia entre las naciones! [24] te puse lazo y quedaste atrapada, babilonia, sin darte cuenta; se dio contigo y fuiste capturada, porque contra yahveh te sublevaste. [25] abri� Yahveh su arsenal y sac� las armas de su ira. era la tarea del se�or yahveh sebaot en tierra de caldeos. [26] �venid a ella desde el conf�n, abrid sus almacenes. haced con ellos montones y dadlos al anatema: no quede de ella reliquia. [27] acuchillad todos sus bueyes, bajen a la degollina. �ay de ellos, que lleg� su d�a, la hora de su castigo!� [28] �voces de huidos y escapados del pa�s de babilonia anunciando en si�n la

venganza de yahveh nuestro dios, la venganza de su santuario! [29] haced leva de flecheros contra babilonia, todos los que asest�is arco acampad en torno suyo. que no se escape nadie. pagadle lo que vale su trabajo, tal cual hizo, haced con ella, porque contra yahveh se insolent�, contra el santo de israel. [30] en verdad, caer�n sus mancebos escogidos en sus plazas, y todos sus guerreros perecer�n aquel d�a -or�culo de yahveh-. [31] heme aqu� contra ti, �insolencia�, -or�culo del se�or yahveh sebaot- porque ha llegado tu d�a, la hora en que yo te castigue. [32] tropezar� �insolencia� y caer�, sin tener quien la levante. prender� fuego a sus ciudades, y devorar� todos sus contornos. [33] as� dice yahveh sebaot: oprimidos estaban los hijos de israel y los hijos de jud� a una. todos sus cautivadores los reten�an, se negaban a soltarlos. [34] su redentor esforzado, yahveh sebaot se llama. el tomar� la defensa de su causa hasta hacer temblar la tierra y estremecerse a los habitantes de babilonia. [35] �espada a los caldeos -or�culo de yahveh- y a los habitantes de babilonia, a sus jefes y a sus sabios! [36] espada a sus adivinos, y quedar�n por necios. espada a sus valientes, y desmayar�n. [37] espada a sus caballos y a sus carros, a toda la mezcolanza de gentes que hay dentro de ella, y ser�n como mujeres. espada a sus tesoros y ser�n saqueados. [38] �sequ�a a sus aguas y se secar�n; porque tierra de �dolos es aqu�lla, y por sus espantos pierden la cabeza! [39] por eso vivir�n las hienas con los chacales y vivir�n en ella las avestruces, y no ser� habitada nunca jam�s ni ser� poblada por siglos y siglos. [40] como en la cat�strofe causada por dios a sodoma, gomorra y sus vecinas -or�culo de yahveh- donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano. [41] mirad que un pueblo viene del norte, una gran naci�n, y muchos reyes se despiertan de los confines de la tierra. [42] arco y lanza blanden, crueles son y sin entra�as. su voz como la mar muge, y a caballo van montados, ordenados como un solo hombre para la guerra contra ti, hija de babel. [43] oy� el rey de babilonia nuevas de ellos y flaquean sus manos. angustia le asalt�, dolor como de parturienta. [44] vedlo como le�n que sube del boscaje del jord�n hacia el pastizal perenne, cuando en un instante le har� salir huyendo de all�, para colocar all� a quien me plazca. porque �qui�n como yo, y qui�n me emplazar�, y qui�n es el pastor que aguante en mi presencia? [45] as� pues, o�d la decisi�n que yahveh ha tomado sobre babilonia y sus planes sobre el pa�s de los caldeos. juro que les han de llevar a rastras las cr�as de los reba�os, que asolar�n sobre ellos sus pastizales. [46] al son de la conquista de babilonia retumb� la tierra, y el griter�o de las naciones se dej� o�r. jeremias cap.51 [1] as� dice yahveh: mirad que yo despierto contra babilonia y los habitantes de leb camay un viento destructor. [2] enviar� a babilonia beldadores que la bielden y dejen vac�o su territorio, porque se la acosar� por todas partes el d�a aciago. [3] el arquero que no aseste su arco, ni se jacte de su cota. no teng�is piedad para sus j�venes escogidos: dad al anatema todo su ej�rcito. [4] caer�n heridos en tierra de caldea, y traspasados en sus calles. [5] pero no ha enviudado israel ni jud� de su dios, de yahveh sebaot. sus tierras estaban llenas de delitos contra el santo de israel. [6] huid del interior de babilonia, (y salvad cada cual vuestra vida), no perezc�is por su culpa, pues es hora de venganza para yahveh: le est� pagando su merecido.

[7] copa de oro era babilonia en la mano de yahveh, que embriagaba toda la tierra. de su vino bebieron las naciones, lo que las hizo enloquecer. [8] de pronto cay� Babilonia y se rompi�. Ululad por ella, tomad b�lsamo para su sufrimiento, a ver si sana. [9] hemos curado a babilonia, pero no ha sanado, dejadla y vayamos, cada cual a su tierra, porque ha llegado a los cielos el juicio contra ella, se ha elevado hasta las nubes. [10] yahveh hizo patente nuestra justicia; venid y cantemos en si�n las obras de yahveh nuestro dios. [11] aguzad las saetas, llenad las aljabas. ha despertado yahveh el esp�ritu de los reyes de media, porque sobre babilonia est� su designio de destruirla, porque esta ser� la venganza de yahveh, la venganza de su santuario. [12] sobre las murallas de babilonia izad bandera, reforzad la guardia, apostad centinelas, preparad celadas; que tambi�n yahveh ha tomado un acuerdo, tambi�n �l va a cumplir lo que dijo sobre los habitantes de babilonia. [13] t�, la que est�s instalada sobre ingentes aguas, la de ingentes tesoros, lleg� tu fin, el t�rmino de tus ganancias. [14] lo ha jurado yahveh sebaot por s� mismo: yo he de colmarte de hombres como de langostas, y entonar�n contra ti el cantar de los lagareros. [15] el es quien hizo la tierra con su poder, el que estableci� el orbe con su saber, y con su inteligencia expandi� los cielos. [16] cuando da voces, hay estruendo de aguas en los cielos, y hace subir las nubes desde el extremo de la tierra. el hace los rel�mpagos para la lluvia y saca el viento de sus dep�sitos. [17] todo hombre es torpe para comprender, se averg�enza del �dolo todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay esp�ritu en ellas. [18] vanidad son, cosa rid�cula; al tiempo de su visita perecer�n. [19] no es as� la �parte de jacob�, pues �l es el plasmador del universo, y aquel cuy heredero es israel; yahveh sebaot es su nombre. [20] un martillo eras t� para m�, un arma de guerra: contigo machaqu� naciones, contigo destru� reinos, [21] contigo machaqu� caballo y caballero, contigo machaqu� el carro y a quien lo monta. [22] contigo machaqu� a hombre y mujer, contigo machaqu� al viejo y al muchacho, contigo machaqu� al joven y a la doncella, [23] contigo machaqu� al pastor y su hato, contigo machaqu� al labrador y su yunta, contigo machaqu� a gobernadores y magistrados. [24] y har� que babilonia y todos los habitantes de caldea paguen por todo el da�o que hicieron en si�n, delante de vuestros ojos -or�culo de yahveh-. [25] heme aqu� en contra tuya, monta�a destructora -or�culo de yahveh-, destructora toda la tierra. voy a echarte mano y a hacerte rodar desde las pe�as, y a convertirte en monta�a quemada. [26] no tomar�n de ti piedra angular ni piedra de cimientos, porque desolaci�n por siempre ser�s -or�culo de yahveh-. [27] alzad bandera en la tierra, tocad cuerno en las naciones. haced leva santa contra ella en las naciones, citad contra ella a los reinos. de ararat, minn� y askenaz, estableced contra ella reclutador, haced que ataque la caballer�a cual langosta. [28] haced leva santa contra ella en las naciones, los reyes de media, sus gobernadores y todos sus magistrados y todo el pa�s de su dominio. [29] y retiembla la tierra, y da vueltas, por haberse cumplido contra babilonia los planes de yahveh, de convertir la tierra de babel en desolaci�n sin habitantes. [30] cesaron de guerrear los valientes de babilonia, se han quedado en las fortalezas. agot�se su bravura, se volvieron mujeres; quemaron sus aposentos, se rompieron sus barras. [31] correo al alcance de correo corre, e informador al alcance de informador, para informar al rey de babilonia que ha sido tomada su ciudad de cabo a cabo,

[32] y sus vados fueron ocupados y los ca�averales incendiados, y los guerreros se atemorizaron. [33] porque as� dice yahveh sebaot, el dios de israel: la hija de babel es como era al tiempo de apisonarla; un poco m�s, y le habr� llegado el tiempo de la siega. [34] me comi�, me arreba�� el rey de babilonia, me dej� como cacharro vac�o, me trag� como un drag�n, llen� su vientre con mis buenos trozos, me expuls�. [35] �mi atropello y mis sufrimientos sobre babilonia�, dir� la poblaci�n de si�n; y �mi sangre sobre los habitantes de caldea�, dir� Jerusal�n. [36] por tanto, as� dice yahveh: heme aqu�, que defiendo tu causa y vengo tu venganza, y deseco el mar de el y dejo enjuto su hontanar, [37] y vendr� a ser babilonia mont�n de piedras, guarida de chacales, tema de pasmo y rechifla, sin ning�n habitante. [38] a una cual leones rugen, gru�en como cachorros de leonas. [39] en teniendo ellos calor les servir� su bebida y les embriagar� de modo que se alegren, y dormir�n un sue�o eterno y no se despertar�n -or�culo de yahveh-. [40] les har� bajar como corderos al matadero, como carneros y machos cabr�os. [41] �c�mo fue tomada sesac, y ocupada la prez de toda la tierra! �c�mo vino a ser pasmo babilonia entre las naciones! [42] subi� contra babilonia el mar, por el tropel de sus olas qued� cubierta. [43] vinieron a quedar sus ciudades devastadas, tierra reseca y yerma, no vive en ellas nadie, ni discurre por ellas ser humano. [44] visitar� a bel en babilonia, y le sacar� su bocado de la boca, y no afluir�n a �l ya m�s las naciones. hasta la muralla de babilonia ha ca�do. [45] salid de en medio de ella, pueblo m�o, que cada cual salve su vida del ardor de la ira de yahveh. [46] y que no se marchite vuestro coraz�n y teng�is miedo por el rumor que se oir� en la tierra. cierto correr� un a�o tal rumor, y luego al a�o siguiente, otro distinto: violencia en la tierra, y dome�ador sobre dome�ador. [47] pues bien, mirad que vienen d�as en que visitar� a los �dolos de babilonia, y todo su territorio se abochornar�, y todos sus heridos caer�n en medio de ella. [48] y har�n corro contra babilonia cielos y tierra y todo cuanto hay en ellos, cuando del norte lleguen los devastadores -or�culo de yahveh-. [49] tambi�n babilonia caer�, oh heridos de israel. tambi�n por babilonia cayeron los heridos de toda la tierra. [50] escapados de la espada, andad, no os par�is, recordad desde lejos a yahveh, y que jerusal�n os venga en mientes. [51] -�quedamos abochornados al o�r tal afrenta; cubri� la verg�enza nuestros rostros. �hab�an penetrado extranjeros hasta los santuarios de la casa de yahveh!� [52] -pues bien, mirad que vienen d�as -or�culo de yahveh- en que visitar� a sus �dolos, y en todo su territorio se quejar�n los heridos. [53] aunque suba babilonia a los cielos y encastille en lo alto su poder, de mi parte llegar�n saqueadores hasta ella -or�culo de yahveh-. [54] suenan gritos de socorro desde babilonia, y un fragor desde caldea. [55] es que devasta yahveh a babilonia, apaga de ella el gran ruido, y mugen sus olas como las de alta mar, cuyo son es estruendoso. [56] es que viene sobre ella, sobre babilonia el devastador, van a ser apresados sus valientes, se han aflojado sus arcos. porque dios retribuidor es yahveh: cierto pagar�. [57] yo embriagar� a sus jefes y a sus sabios, a sus gobernadores y a sus magistrados y a sus valientes, y dormir�n un sue�o eterno y no se despertar�n -or�culo del rey cuyo nombre es yahveh sebaot -. [58] as� dice yahveh sebaot: aquella ancha muralla de babilonia ha de ser socavada, y aquellas sus altas puertas con fuego han de ser quemadas, y se habr�n fatigado pueblos para nada, y naciones para el fuego se habr�n cansado. [59] orden que dio el profeta jerem�as a sera�as, hijo de neriy�as, hijo de majse�as, al partir �ste de junto a sedec�as, rey de jud�, para babilonia el a�o cuarto de su reinado, siendo sera�as jefe de etapas.

[60] escribi�, pues, jerem�as todo el mal que hab�a de sobrevenir a babilonia en un libro -todas estas palabras arriba escritas acerca de babilonia[61] y dijo jerem�as a sera�as: �en llegando t� a Babilonia, mira de leer en voz alta todas estas palabras, [62] y dir�s: "yahveh, t� has hablado respecto a este lugar, de destruirlo sin que haya en �l habitante, ya sea persona o animal, sino que soledad por siempre ser�." [63] luego, en acabando t� de leer en voz alta ese libro, atas a �l una piedra y lo arroja al eufrates, [64] y dices: "as� se hundir� Babilonia y no se recobrar� del mal que yo mismo voy a traer sobre ella."� hasta aqu� las palabras de jerem�as. jeremias cap.52 [1] veinti�n a�os ten�a sedec�as cuando comenz� a reinar y rein� once a�os en jerusal�n; el nombre de su madre era jamital, hija de jerem�as, de libn�. [2] hizo el mal a los ojos de yahveh, enteramente como hab�a hecho yoyaquim. [3] esto sucedi� a causa de la c�lera de yahveh contra jerusal�n y jud�, hasta que los arroj� de su presencia. sedec�as se rebel� contra el rey de babilonia. [4] en el a�o noveno de su reinado, en el mes decimo, el diez del mes, vino nabucodonosor, rey de babilonia, con todo su ej�rcito, contra jerusal�n, acamp� contra ella, y la cercaron con una empalizada. [5] la ciudad estuvo sitiada hasta el a�o once del rey sedec�as. [6] el mes cuarto, el nueve del mes, cuando arreci� el hambre en la ciudad y no hab�a pan para la gente del pueblo, [7] se abri� una brecha en la ciudad y al verlo el rey y todos los guerreros, huyeron de la ciudad saliendo de noche, por el camino de la puerta que est� entre los dos muros que dan al jard�n del rey, mientras los caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino de la arab�. [8] las tropas caldeas persiguieron al rey sedec�as y le dieron alcance en los llanos de jeric�; entonces todo el ej�rcito se dispers� de su lado. [9] capturaron al rey y lo subieron a ribl�, en la tierra de jamat, donde el rey de babilonia, que le someti� a juicio. [10] los hijos de sedec�as fueron degollados a su vista, y lo mismo a todos los jefes de jud� degoll� en ribl�. [11] a sedec�as le sac� los ojos, lo encaden� con cadenas de bronce, y el rey de babilonia lo llev� a babilonia, donde lo tuvo en prisi�n hasta el d�a de su muerte. [12] en el mes quinto, el diez del mes, en el a�o diecinueve de nabucodonosor, rey de babilonia, nebuzarad�n, jefe de la guardia, uno de los que serv�an ante el rey de babilonia, vino a jerusal�n. [13] incendi� la casa de yahveh y la casa del rey y todas las casas de jerusal�n. [14] todas las tropas caldeas que hab�a con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban a jerusal�n. [15] cuanto (a una parte de los pobres del pa�s) al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se hab�an pasado al rey de babilonia y el resto de los artesanos, nebuzarad�n, jefe de la guardia, los deport�, [16] nebuzarad�n el jefe de la quardia, dej� algunos de entre la gente pobre como vi�adores y labradores. [17] los caldeos rompieron las columnas de bronce que hab�a en la casa de yahveh, las basas, el mar de bronce de la casa de yahveh, y se llevaron todo el bronce a babilonia. [18] tomaron tambi�n los ceniceros, las paletas, los cuchillos, los acetres, las cucharas y todos los utensilios de bronce de que se serv�an. [19] el jefe de la guardia tom� las vasijas, los incensarios y los aspersorios, los ceniceros, los candeleros, las cucharas y las tazas, cuanto hab�a de oro y plata. [20] cuanto a las dos columnas, el mar, los doce bueyes de bronce que estaban

bajo el mar y las basas que salom�n hab�a hecho para la casa de yahveh, no se pudo calcular el peso de bronce de todos aquellos objetos. [21] la altura de una columna era de dieciocho codos, un hilo de doce codos med�a su per�metro; su grosor era de cuatro dedos y hera hueca por dentro, [22] y encima ten�a un capitel de bronce; la altura del capitel era de cinco codos; hab�a un trenzado y granadas en torno al capitel, todo de bronce. lo mismo para la segunda columna. [23] hab�a noventa y seis granadas que pend�an a los lados. en total hab�a cien granadas rodeando el trenzado. [24] el jefe de la guardia tom� preso a sera�as, primer sacerdote, y a sefan�as, segundo sacerdote, y a los tres encargados del umbral. [25] tom� a un eunuco de la ciudad, que era inspector de los hombres de guerra, siete hombres de los cortesanos del rey, que se encontraban en la ciudad, al secretario del jefe del ej�rcito, encargado del alistamiento del pueblo de la tierra y sesenta hombres de la tierra que se hallaban en la ciudad. [26] nebuzarad�n, jefe de la guardia, los tom� y los llev� a ribl�, donde el rey de babilonia, [27] y el rey de babilonia los hiri� haci�ndoles morir en ribl�, en el pa�s de jamat. as� fue deportado jud�, lejos de su tierra. [28] este es el n�mero de los deportados por nabucodonosor. el a�o s�ptimo: 3.023 de jud�; [29] el a�o dieciocho de nabucodonosor fueron llevadas de jerusal�n 832 personas; [30] el a�o veintitr�s de nabucodonosor, nebuzarad�n, jefe de la guardia, deport� a 745 de jud�. en total: 4.600 personas. [31] en el a�o treinta y seis de la deportaci�n de joaqu�n, rey de jud�, en el mes doce, el veinticinco del mes, evil merodak, rey de babilonia, hizo gracia en el a�o en que comenz� a reinar, a joaqu�n, rey de jud�, y lo sac� de la c�rcel. [32] le habl� con benevolencia y le dio un asiento superior al asiento de los reyes que estaban con �l en babilonia. [33] joaqu�n se quit� sus vestidos de prisi�n y comi� siempre en la mesa del rey, todos los d�as de su vida. [34] le fue dado constantemente su sustento de parte del rey de babilonia, d�a tras d�a, hasta el d�a de su muerte, todos los d�as de su vida. lamentaciones cap.1 [1] �c�mo, ay, yace solitaria la ciudad populosa! como una viuda se ha quedado la grande entre las naciones. la princesa entre las provincias sujeta est� a tributo. [2] llora que llora por la noche, y las l�grimas surcan sus mejillas. ni uno hay que la consuele entre todos sus amantes. todos sus amigos la han traicionado, �se le han trocado en enemigos! [3] gu�mel. jud� est� desterrada, en postraci�n y en extrema servidumbre. sentada entre las naciones, no encuentra sosiego. la alcanzan todos sus perseguidores entre las angosturas. [4] las calzadas de si�n est�n de luto, que nadie viene a las solemnidades. todas sus puertas desoladas, sus sacerdotes gimiendo, afligidas sus v�rgenes, �y ella misma en amargura! [5] sus adversarios est�n a la cabeza, sus enemigos bien felices, porque yahveh la ha afligido por sus muchos delitos. sus ni�os han partido al cautiverio delante del adversario. [6] de la hija de si�n se ha ido todo su esplendor. sus pr�ncipes son como ciervos que no encuentran pasto, caminando van sin fuerzas delante del hostigador. [7] jerusal�n recuerda sus d�as de miseria y vida errante, cuando a manos del adversario sucumb�a su pueblo, sin que nadie viniera en su ayuda. los adversarios la miraban, ri�ndose de su ruina. [8] mucho ha pecado jerusal�n, por eso se ha hecho cosa impura. todos los que la honraban la desprecian, porque han visto su desnudez; y ella misma gime y se vuelve de espaldas.

[9] su inmundicia se pega a su ropa; no pens� ella en su fin, �y ha ca�do asombrosamente! no hay quien la consuele. ��mira, yahveh, mi miseria, que el enemigo se agiganta!� [10] el adversario ha echado mano a todos sus tesoros; ha visto ella a las gentes entrar en su santuario, aquellos de quienes t� ordenaste: ��no entrar�n en tu asamblea!� [11] su pueblo entero gime buscando pan; dan sus tesoros a cambio de alimento, por recobrar la vida. �mira, yahveh, y contempla qu� envilecida estoy.� [12]. vosotros, todos los que pas�is por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante al dolor que me atormenta, con el que yahveh me ha herido el d�a de su ardiente c�lera. [13] ha lanzado fuego de lo alto, lo ha metido en mis huesos. ante mis pies ha tendido una red, me ha tirado hacia atr�s; me ha dejado desolada, todo el d�a dolorida. [14] ligado ha sido el yugo de mis delitos, entrelazados por su mano. sobre mi cuello su yugo doblega mi vigor. el se�or me ha dejado a merced de ellos, �ya no puedo tenerme! [15] ha desechado a todos mis valientes de en medio de m� el se�or. ha convocado un concejo contra m� para acabar con mis j�venes. el se�or ha pisado en lagar a la virgen, hija de jud�. [16] por esto lloro yo; mi ojo, mi ojo se va en agua, porque est� lejos de m� el consolador que reanime mi alma. mis hijos est�n desolados, porque ha ganado el enemigo. [17] tiende si�n sus manos: �no hay quien la consuele! ha mandado yahveh contra jacob sus adversarios por doquier; jerusal�n se ha hecho cosa impura en medio de ellos. [18] justo, justo es yahveh, porque yo he sido ind�cil a sus �rdenes. escuchad, pues, pueblos todos, y mirad mi dolor. mis doncellas y mis j�venes han ido al cautiverio. [19] he llamado a mis amantes: me han traicionado ellos. mis sacerdotes y mis ancianos han expirado en la ciudad, mientras se buscaban alimento por recobrar la vida. [20] �mira, yahveh, que estoy en angustias! �me hierven las entra�as, el coraz�n se me retuerce dentro, pues he sido muy rebelde! afuera, la espada priva de hijos, en casa es como la muerte. [21] �oye c�mo gimo: no hay quien me consuele! todos mis enemigos, enterados de mi mal, se alegran de lo que t� has hecho. �haz que llegue el d�a que tienes anunciado, para que sean como yo! [22] �llegue ante ti toda su maldad, y tr�talos como a m� me trataste por todos mis delitos! pues son muchos mis gemidos, y languidece mi coraz�n. lamentaciones cap.2 [1] �c�mo, ay, ha anublado, en su c�lera, el se�or a la hija de si�n! �del cielo a la tierra ha precipitado el esplendor de israel, sin acordarse del estrado de sus pies, en el d�a de su c�lera! [2] el se�or ha destruido sin piedad todas las moradas de jacob; ha derruido, en su furor, las fortalezas de la hija de jud�; por tierra ha echado, ha profanado al reino y a sus pr�ncipes. [3] gu�mel. en el ardor de su c�lera ha quebrado todo el vigor de israel; ha echado atr�s su diestra de frente al enemigo; ha prendido en jacob como fuego llameante que devora a la redonda. [4] ha tensado su arco, igual que un enemigo, ha afirmado su diestra; como un adversario ha matado a todos los que eran encanto de los ojos; en la tienda de la hija de si�n ha vertido su furor como fuego. [5] se ha portado el se�or como enemigo; ha destruido a israel, ha destruido todos sus palacios, ha derruido sus fortalezas, ha acumulado en la hija de jud� gemidos y gemidos.

[6] ha forzado, como a un huerto, su cerca, ha derruido su lugar de reuni�n. ha hecho olvidar yahveh en si�n solemnidades y s�bados; ha desechado en el ardor de su c�lera a rey y sacerdote. [7] el se�or ha rechazado su altar, su santuario ha desde�ado; ha dejado a merced del enemigo los muros de sus palacios; �gritos se dieron en la casa de yahveh, como en d�a solemne! [8] yahveh decidi� destruir la muralla de la hija de si�n. tir� el cordel, y no retrajo su mano de arrasar; ha envuelto en luto antemural y muro, que a la vez se desmoronan. [9] sus puertas en tierra se han hundido, �l ha deshecho y roto sus cerrojos; su rey y sus pr�ncipes est�n entre las gentes; �ya no hay ley! y tampoco sus profetas logran visiones de yahveh. [10] en tierra est�n sentados, en silencio, los ancianos de la hija de si�n; se han echado polvo en su cabeza, se han ce�ido de sayal. inclinan su cabeza hasta la tierra las v�rgenes de jerusal�n. [11] se agotan de l�grimas mis ojos, las entra�as me hierven, mi h�gado por tierra se derrama, por el desastre de la hija de mi pueblo, mientras desfallecen ni�os y lactantes en las plazas de la ciudad. [12] . dicen ellos a sus madres: ��d�nde hay pan?�, mientras caen desfallecidos, como v�ctimas, en las plazas de la ciudad, mientras exhalan el esp�ritu en el regazo de sus madres. [13] �a qui�n te comparar�? �a qui�n te asemejar�, hija de jerusal�n? �qui�n te podr� salvar y consolar, virgen, hija de si�n? grande como el mar es tu quebranto: �qui�n te podr� curar? [14] tus profetas vieron para ti visiones de falsedad e insipidez. no revelaron tu culpa, para cambiar tu suerte. or�culos tuvieron para ti de falacia e ilusi�n. [15] sobre ti baten palmas todos los que pasan de camino; silban y menean la cabeza sobre la hija de jerusal�n. ��esa es la ciudad que llamaban la hermosa, la alegr�a de toda la tierra?� [16] abren su boca contra ti todos tus enemigos; silban y rechinan de dientes, dicen: ��nos la hemos tragado! �ah, �ste es el d�a que esper�bamos! ya lo alcanzamos, ya lo vemos!� [17] yahveh ha hecho lo que hab�a resuelto, ha cumplido su palabra que hab�a empe�ado desde antiguo; ha destruido sin piedad; ha hecho alegrarse sobre ti al enemigo, ha exaltado la frente de tus adversarios. [18] �clama, pues, al se�or, muralla de la hija de si�n; deja correr a torrentes tus l�grimas, durante d�a y noche; no te concedas tregua, no cese la ni�a de tu ojo! [19] �en pie, lanza un grito en la noche, cuando comienza la ronda; como agua tu coraz�n derrama ante el rostro del se�or, alza tus manos hacia �l por la vida de tus peque�uelos (que de hambre desfallecen por las esquinas de todas las calles)! [20] mira, yahveh, y considera: �a qui�n has tratado de esta suerte? �ten�an las mujeres que comer sus frutos, a sus ni�os de pecho? �ten�an que ser asesinados en el santuario del se�or sacerdote y profeta? [21] por tierra yacen en las calles ni�os y ancianos; mis v�rgenes y mis j�venes cayeron a cuchillo; �has matado en el d�a de tu c�lera, has inmolado sin piedad! [22] como en d�a solemne congregaste por todo el �mbito terrores; no hubo en el d�a de la ira de yahveh fugitivo ni evadido. los que yo hab�a criado y mantenido mi enemigo los extermin�. [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] [8]

yo soy el hombre que ha visto la miseria bajo el l�tigo de su furor. el me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin luz. contra m� solo vuelve �l y revuelve su mano todo el d�a. mi carne y mi piel ha consumido, ha quebrado mis huesos. ha levantado contra m� en asedio amargor y tortura. me ha hecho morar en las tinieblas, como los muertos para siempre. gu�mel. me ha emparedado y no puedo salir; ha hecho pesadas mis cadenas. aun cuando grito y pido auxilio, �l sofoca mi s�plica.

[9] ha cercado mis caminos con piedras sillares, ha torcido mis senderos. [10] oso en acecho ha sido para m�, le�n en escondite. [11] intrincando mis caminos, me ha desgarrado, me ha dejado hecho un horror. [12] ha tensado su arco y me ha fijado como blanco de sus flechas. [13] ha clavado en mis lomos los hijos de su aljaba. [14] de todo mi pueblo me he hecho la irrisi�n, su copla todo el d�a. [15] el me ha colmado de amargura, me ha abrevado con ajenjo. [16] ha quebrado mis dientes con guijarro, me ha revolcado en la ceniza. [17] mi alma est� alejada de la paz, he olvidado la dicha. [18] digo: �ha fenecido mi vigor, y la esperanza que me ven�a de yahveh! [19] recuerda mi miseria y vida errante: �es ajenjo y amargor! [20] lo recuerda, lo recuerda, y se hunde mi alma en m�. [21] esto revolver� en mi coraz�n, por ello esperar�: [22] que el amor de yahveh no se ha acabado, ni se ha agotado su ternura; [23] cada ma�ana se renuevan: �grande es tu lealtad! [24] ��mi porci�n es yahveh, dice mi alma, por eso en �l espero!� [25] bueno es yahveh para el que en �l espera, para el alma que le busca. [26] bueno es esperar en silencio la salvaci�n de yahveh. [27] bueno es para el hombre soportar el yugo desde su juventud. [28] que se siente solitario y silencioso, cuando el se�or se lo impone; [29] que ponga su boca en el polvo: quiz� haya esperanza; [30] que tienda la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. [31] porque no desecha para siempre a los humanos el se�or: [32] si llega a afligir, se apiada luego seg�n su inmenso amor; [33] pues no de coraz�n humilla �l ni aflige a los hijos de hombre. [34] . cuando se aplasta bajo el pie a todos los cautivos de un pa�s, [35] cuando se tuerce el derecho de un hombre ante la faz del alt�simo, [36] cuando se causa entuerto a un hombre en su proceso, �el se�or no lo ve? [37] �qui�n habl� y ello fue? �no es el se�or el que decide? [38] �no salen de la boca del alt�simo los males y los bienes? [39] �de qu�, pues, se queja el hombre? �que sea hombre contra sus pecados! [40] examinemos nuestros caminos, escudri��moslos, y convirt�monos a yahveh. [41] alcemos nuestro coraz�n y nuestras manos al dios que est� en los cielos. [42] nosotros hemos sido rebeldes y traidores: �t� no has perdonado! [43] te has envuelto en c�lera y nos has perseguido, has matado sin piedad; [44] te has arropado en una nube para que no pasara la oraci�n; [45] basura y abyecci�n nos has hecho en medio de los pueblos. [46] abren su boca contra nosotros todos nuestros enemigos. [47] terror y fosa es nuestra suerte, desolaci�n y ruina. [48] arroyos de l�grimas derraman mis ojos por la ruina de la hija de mi pueblo. [49] mis ojos fluyen y no cesan; ya no hay alivio [50] hasta que mire y vea yahveh desde los cielos. [51] me hacen da�o mis ojos por todas las hijas de mi ciudad. [52] cazar me cazaron como a un p�jaro, mis enemigos sin motivo. [53] sofocaron mi vida en una fosa y echaron piedras sobre m�. [54] sumergieron las aguas mi cabeza, dije: ��estoy perdido!� [55] invoqu� tu nombre, yahveh, desde la hondura de la fosa. [56] t� o�ste mi grito: ��no cierres tu o�do a mi oraci�n que pide ayuda!� [57] te acercaste el d�a en que te invocaba, dijiste: ��no temas!� [58] t� has defendido, se�or, la causa de mi alma, mi vida has rescatado. [59] has visto, yahveh, el entuerto que me hac�an: �lleva t� mi juicio! [60] has visto toda su venganza, todos sus planes contra m�. [61] has o�do sus insultos, yahveh, todos sus planes contra m�, [62] los labios de mis agresores y sus tramas, contra m� todo el d�a. [63] est�n sentados o en pie, mira: yo soy la copla de ellos. [64] retrib�yeles, yahveh, seg�n la obra de sus manos. [65] dales embotamiento de coraz�n, �tu maldici�n sobre ellos! [66] �pers�guelos con sa�a, ext�rpalos de debajo de tus cielos!

lamentaciones cap.4 [1] �c�mo, ay, se ha deslucido, el oro se ha alterado el oro mejor! las piedras sagradas est�n, ay, esparcidas por las esquinas de todas las calles. [2] los hijos de si�n, los excelentes, valiosos como el oro fino, �son, ay, considerados como vasos de arcilla, obra de manos de alfarero! [3] gu�mel. hasta los chacales desnudan la teta, dan de mamar a sus cachorros; la hija de mi pueblo se ha vuelto tan cruel como las avestruces del desierto. [4] la lengua del ni�o de pecho se pega de sed al paladar; los peque�uelos piden pan: no hay quien se lo reparta. [5] los que com�an manjares deliciosos desfallecen por las calles; los que se criaban entre p�rpura abrazan los estercoleros. [6] la culpa de la hija de mi pueblo supera al pecado de sodoma, que fue aniquilada en un instante sin que manos en ello se cansaran. [7] m�s limpios que la nieve eran sus nazireos, m�s blancos que la leche; de cuerpo m�s rojo que corales, un zafiro su figura. [8] m�s ocuro es su semblante que el holl�n, ya no se les reconoce por las calles. su piel est� pegada a sus huesos, seca como madera. [9] m�s dichosos fueron los muertos a cuchillo que los muertos de hambre, que extenuados sucumben, por falta de los frutos de los campos. [10] las mismas manos de tiernas mujeres cocieron a sus hijos: triste alimento fueron para ellas, en la ruina de la hija de mi pueblo. [11] yahveh ha apurado su furor, ha derramado el ardor de su c�lera; encendi� fuego en si�n que ha devorado sus cimientos. [12] . nunca creyeron los reyes de la tierra ni cuantos moran en el mundo, que el adversario y el enemigo entrar�an por las puertas de jerusal�n. [13] �fue por los pecados de sus profetas, por las culpas de sus sacerdotes, que en medio de ella derramaron sangre de justos! [14] titubeaban por las calles como ciegos, manchados de sangre, sin que nadie pudiera tocar sus vestiduras. [15] ��apartaos! �un impuro!�, les gritaban, ��apartaos, apartaos! �no tocar!� si hu�an errantes, se dec�a entre las naciones: ��no seguir�n de hu�spedes aqu�!� [16] el rostro de yahveh los dispers�, no volver� a mirarlos. no hubo respeto para los sacerdotes, ni piedad para los ancianos. [17] y a�n se consum�an nuestros ojos, esperando un socorro: �ilusi�n! desde nuestros oteros ote�bamos a una naci�n incapaz de salvar. [18] se acechaban nuestros pasos, para que no anduvi�ramos por nuestras plazas. cerca estaba nuestro fin, cumplidos nuestros d�as, s�, llegaba nuestro fin. [19] nuestros perseguidores eran raudos, m�s que las �guilas del cielo; nos acosaban por los montes, en el desierto nos tend�an emboscadas. [20] nuestro aliento vital, el ungido de yahveh, qued� preso en sus fosas; aquel de quien dec�amos: ��a su sombra viviremos entre las naciones!� [21] �regoc�jate, exulta, hija de edom, que habitas en el pa�s de us! �tambi�n a ti pasar� la copa: te embriagar�s y te desnudar�s! [22] �se ha borrado tu culpa, hija de si�n; no volver� �l a desterrarte! �pero ha de visitar tu culpa, hija de edom, pondr� al desnudo tus pecados! lamentaciones cap.5 [1] �acu�rdate, yahveh, de lo que nos ha sobrevenido, mira y ve nuestro oprobio! [2] nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extra�os. [3] somos hu�rfanos, sin padre; nuestras madres, como viudas. [4] a precio de plata bebemos nuestra agua, nuestra le�a nos llega por dinero. [5] el yugo a nuestro cuello, andamos acosados; estamos agotados, no se nos da respiro. [6] hacia egipto tendemos nuestra mano, hacia asur para quitar el hambre. [7] nuestros padres pecaron: ya no existen; y nosotros cargamos con sus culpas.

[8] esclavos nos dominan, nadie nos libra de su mano. [9] a riesgo de la vida logramos nuestro pan, afrontando la espada del desierto. [10] nuestra piel abrasa como un horno, a causa del ardor del hambre. [11] han violado a las mujeres en si�n, a las v�rgenes en las ciudades de jud�. [12] colgados fueron por sus manos los pr�ncipes; la faz de los ancianos no ha sido respetada. [13] han arrastrado la muela los muchachos, bajo la le�a se han doblado los ni�os. [14] los ancianos han dejado de acudir a la puerta, los muchachos han parado sus cantares. [15] ha cesado la alegr�a de nuestro coraz�n, se ha trocado en duelo nuestra danza. [16] ha ca�do la corona de nuestra cabeza. �ay de nosotros, que hemos pecado! [17] por eso est� dolorido nuestro coraz�n, por eso se nublan nuestros ojos: [18] por el monte si�n, que est� asolado; �las raposas merodean en �l! [19] mas t�, Yahveh, para siempre te sientas; �tu trono de generaci�n en generaci�n! [20] �por qu� has de olvidarnos para siempre, por qu� toda la vida abandonarnos? [21] �haznos volver a ti, yahveh, y volveremos. renueva nuestros d�as como anta�o, [22] si es que no nos has desechado totalmente, irritado contra nosotros sin medida! baruc cap.1 [1] este es el texto del libro que baruc, hijo de neriy�as, hijo de maase�as, hijo de sedec�as, hijo de asad�as, hijo de jilqu�as, escribi� en babilonia, [2] el a�o quinto, el d�a siete del mes, en el tiempo en que los caldeos hab�an tomado e incendiado jerusal�n. [3] baru ley� el texto de este libro a o�dos de jecon�as, hijo de yoyaquim, rey de jud�, y a o�dos de todo el pueblo venido para escuchar el libro; [4] a o�dos de las autoridades y de los hijos del rey, a o�dos de los ancianos, a o�dos del pueblo entero desde el menor al mayor, de todos los que habitaban en babilonia, a orillas del r�o sud. [5] todos lloraron, ayunaron y oraron delante del se�or. [6] luego reunieron dinero, seg�n las posibilidades de cada uno, [7] y lo enviaron a jerusal�n, al sacerdote joaqu�n, hijo de jilqu�as, hijo de salom, a los dem�s sacerdotes y a todo el pueblo que se encontraba con �l en jerusal�n. [8] y a baruc, el d�a diez del mes de siv�n, hab�a tomado los objetos sagrados de la casa del se�or que hab�an sido llevados del templo, con �nimo de volverlos a llevar a la tierra de jud�; objetos de plata mandados hacer por sedec�as, hijo de jos�as, rey de jud�, [9] despu�s que nabucodonosor, rey de babilonia, deport� de jerusal�n a jecon�as, a los pr�ncipes, a los cerrajeros, a las autoridades y al pueblo de la tierra, llev�ndolos a babilonia. [10] se les dec�a: ah� os enviamos dinero; comprad con �l holocaustos, sacrificios por el pecado e incienso; haced oblaciones y ofrendas sobre el altar del se�or dios nuestro. [11] rogad por la vida de nabucodonosor, rey de babilonia, y por la vida de su hijo baltasar, para que sean sus d�as como los d�as del cielo sobre la tierra. [12] el se�or nos dar� fuerzas e iluminar� nuestros ojos para vivir a la sombra de nabucodonosor, rey de babilonia, y a la sombra de su hijo baltasar; les serviremos largos d�as y hallaremos gracia a sus ojos. [13] rogad tambi�n por nosotros al se�or dios nuestro, porque hemos pecado contra el se�or dios nuestro, y todav�a hoy no se ha retirado de nosotros el furor y la ira del se�or. [14] y leed este libro que os mandamos para que hag�is lectura p�blica en la casa

del se�or, el d�a de la fiesta y en d�as oportunos. [15] dir�is: al se�or dios nuestro la justicia, a nosotros, en cambio, la confusi�n del rostro, como sucede en este d�a; a los hombres de jud� y a los habitantes de jerusal�n, [16] a nuestros reyes, a nuestros pr�ncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas y a nuestros padres. [17] porque hemos pecado ante el se�or, [18] le hemos desobedecido y no hemos escuchado la voz del se�or dios nuestro siguiendo las �rdenes que el se�or nos hab�a puesto delante. [19] desde el d�a en que el se�or sac� a nuestros padres del pa�s de egipto hasta el d�a de hoy hemos sido ind�ciles al se�or dios nuestro y prestos en deso�r su voz. [20] por esto se nos han pegado los males y la maldici�n con que el se�or conmin� a su siervo mois�s el d�a que sac� a nuestros padres del pa�s de egipto para darnos una tierra que mana leche y miel, como sucede en este d�a. [21] nosotros no hemos escuchado la voz del se�or dios nuestro de acuerdo con todas las palabras de los profetas que nos ha enviado, [22] sino que hemos sido, cada uno de nosotros seg�n el capricho de su perverso coraz�n, a servir a dioses extra�os, a hacer lo malo a los ojos del se�or dios nuestro. baruc cap.2 [1] por eso el se�or dios nuesro ha cumplido la palabra que hab�a pronunciado contra nosotros, contra nuestros jueces que juzgaron a israel, contra nuestros reyes y nuestros pr�ncipes, contra los habitantes de israel y de jud�. [2] jam�s se hizo debajo del cielo entero nada semejante a lo que hizo �l en jerusal�n, conforme est� escrito en la ley de mois�s, [3] hasta el punto de que llegamos a comer uno la carne de su propio hijo, otro la carne de su propia hija. [4] y los entreg� el se�or en poder de todos los reinos de nuestro alrededor para que fuesen objeto de oprobio y maldici�n entre todos los pueblos circundantes donde el se�or los dispers�. [5] hemos pasado a estar debajo y no encima, por haber pecado contra el se�or dios nuestro desoyendo su voz. [6] al se�or dios nuestro la justicia; a nosotros y a nuestros padres la confusi�n del rostro, como sucede en este d�a. [7] lo que el se�or hab�a dicho contra nosotros, todos esos males nos han sobrevenido. [8] pero nosotros no hemos suplicado al rostro del se�or volvi�ndonos cada uno de los pensamientos de su perverso coraz�n. [9] por eso el se�or ha estado atento a los males y los ha descargado el se�or sobre nosotros; porque es justo el se�or en todas las obras que nos orden�; [10] y nosotros no hemos escuchado su voz siguiendo las �rdenes que el se�or nos hab�a puesto delante. [11] y ahora, oh se�or, dios de israel, que sacaste a tu pueblo del pa�s de egipto con mano fuerte, entre se�ales y prodigios, con gran poder y tenso brazo, haci�ndote as� un nombre como se ve en este d�a, [12] nosotros hemos pecado, hemos sido imp�os, hemos cometido injusticia, se�or dios nuestro, contra todos tus decretos. [13] que tu furor se retire de nosotros, porque hemos quedado bien pocos entre las naciones en medio de las cuales t� nos dispersaste. [14] escucha, se�or, nuestra oraci�n y nuestra s�plica, l�branos por ti mismo, y haz que hallemos gracia a los ojos de los que nos deportaron, [15] para que sepa toda la tierra que t� eres el se�or dios nuestro y que tu nombre se invoca sobre israel y sobre su raza. [16] mira, se�or, desde tu santa casa y piensa en nosotros; inclina, se�or, tu o�do y escucha;

[17] abre, se�or, tus ojos y mira que no son los muertos en el seol, aquellos cuyo esp�ritu fue arrancado de sus entra�as, los que dan gloria y justicia al se�or, [18] sino el alma comada de aflici�n, el que camina encorvado y extenuado, los ojos l�nguidos y el alma hambrienta, esos son los que te dan gloria y justicia, se�or. [19] no apoyados en las obras justas de nuestros padres y de nuestros reyes derramamos nuestra s�plica de piedad ante tu rostro, oh se�or dios nuestro. [20] porque has descargado sobre nosotros tu furor y tu ira, como hab�as hablado por medio de tus siervos los profetas diciendo diciendo: [21] �as� dice el se�or: doblegad vuestra espalda, servid al rey de babilonia, y os asentar�is en la tierra que yo di a vuestros padres. [22] pero si no escuch�is la invitaci�n del se�or a servir al rey de babilonia, [23] yo har� cesar en las ciudades de jud� y en jerusal�n el canto de alegr�a y el canto de alborozo, el canto del novio y el canto de la novia, y todo el pa�s quedar� hecho un desierto, sin habitantes.� [24] pero nosotros no escuchamos tu invitaci�n de servir al rey de babilonia, y t� entonces ha cumplido tus palabras, pronunciadas por medio de tus siervos los profetas: que los huesos de nuestros reyes y los huesos de nuestros padres ser�an sacados de sus sepulcros. [25] y he aqu� que efectivamente yacen tirados por el suelo al calor del d�a y al fr�o de la noche; y ellos murieron en medio en medio de atroces sufrimientos,de hambre, de espada y de peste; [26] y la casa sobre la que se invoca tu nombre la has reducido al estado en que se encuentra en este d�a, a causa de la maldad de la casa de israel y de la casa de jud�. [27] sin embargo has obrado con nosotros, se�or dios nuestro, seg�n toda tu indulgencia y tu gran misericordia, [28] como hab�as hablado por medio de tu siervo mois�s, el d�a en que le ordenaste escribir tu ley en presencia de los hijos de israel, diciendo: [29] �si no escuch�is mi voz, esta misma grande, inmensa muchedumbre quedar� reducida a un peque�o n�mero en medio de las naciones donde yo los dispersar�. [30] pues bien s� que no me escuchar�n, porque es un pueblo de dura cerviz; pero se convertir�n en sus corazones en el pa�s de su destierro; [31] y reconocer�n entonces que yo soy el se�or su dios. yo les dar� un coraz�n y unos o�dos que oigan. [32] y ellos me alabar�n en el pa�s de su destierro, se acordar�n de mi nombre, [33] desistir�n de su dura cerviz y de su perversa conducta acord�ndose de lo que les sucedi� a sus padres que pecaron delante del se�or. [34] yo les volver� a la tierra que bajo juramento promet� a sus padres, a abraham, isaac y jacob, y tomar�n posesi�n de ella. los multiplicar� y ya no menguar�n. [35] y establecer� con ellos una alianza eterna de ser yo su dios y ser ellos mi pueblo, y no volver� a arrojar ya a mi pueblo israel de la tierra que les di.� baruc cap.3 [1] se�or omnipotente, dios de israel, mi alma en angustia, mi esp�ritu abatido es el que clama a ti. [2] escucha, se�or, ten piedad, porque hemos pecado ante ti. [3] pues t� te sientas en tu trono eternamente; mas nosotros por siempre perecemos. [4] se�or omnipotente, dios de israel, escucha la oraci�n los muertos de israel, de los hijos de aquellos que pecaron contra ti: desoyeron ellos la voz del se�or su dios, y por eso se han pegado a nosotros estos males. [5] no te acuerdes de las iniquidades de nuestros padres, sino acu�rdate de tu mano y de tu nombre en esta hora. [6] pues eres el se�or dios nuestro, y nosotros queremos alabarte, se�or.

[7] para eso pusiste tu temor en nuestros corazones, para que invoc�ramos tu nombre. queremos alabarte en nuestro destierro, porque hemos apartado de nuestro coraz�n toda la iniquidad de nuestros padres, que pecaron ante ti. [8] aqu� estamos todav�a en nuestro destierro, donde t� nos dispersaste, para que fu�semos oprobio, maldici�n y condenaci�n por todas las iniquidades de nuestros padres que apartaron del se�or dios nuestro. [9] escucha, israel, los mandamientos de vida, tiende tu o�do para conocer la prudencia. [10] �por qu�, israel, por qu� est�s en pa�s de enemigos, has envejecido en un pa�s extra�o, [11] te has contaminado con cad�veres, contado entre los que bajan al seol? [12] �es que abandonaste la fuente de la sabidur�a! [13] si hubieras andado por el camino de dios, habr�as vivido en paz eternamente. [14] aprende d�nde est� la prudencia, d�nde la fuerza, d�nde la inteligencia, para saber al mismo tiempo d�nde est� la longevidad y la vida, d�nde la luz de los ojos y la paz. [15] pero �qui�n ha encontrado su mansi�n, qui�n ha entrado en sus tesoros? [16] �d�nde est�n los pr�ncipes de las naciones, y los que dominan las bestias de la tierra, [17] los que juegan con las aves del cielo, los que atesoran la plata y el oro en que conf�an los hombres, y cuyo af�n de adquirir no tiene fin; [18] los que labran la plata con cuidado, mas no dejan rastro de sus obras? [19] desaparecieron, bajaron al seol, y otros surgieron en su lugar. [20] otros m�s j�venes que ellos vieron la luz, y vivieron en la tierra; pero el camino de la ciencia no lo conocieron, [21] ni comprendieron sus senderos. sus hijos tampoco se preocuparon de ella, quedaron lejos de su camino. [22] no se oy� hablar de ella en cana�n, ni fue vista en tem�n. [23] los hijos de agar, que andan buscando la inteligencia en la tierra, los mercaderes de madi�n y de tem�n, los autores de f�bulas y los buscadores de inteligencia, no conocieron el camino de la sabidur�a ni tuvieron memoria de sus senderos. [24] �oh israel, qu� grande es la casa de dios, qu� vasto el lugar de su dominio! [25] grande es y sin l�mites, excelso y sin medida. [26] all� nacieron los famosos gigantes antiguos, de alta estatura y expertos en la guerra. [27] pero no fue a �stos a quienes eligi� Dios ni les ense�� el camino de la ciencia; [28] y perecieron por no tener prudencia, por su locura perecieron. [29] �qui�n subi� al cielo y la tom�? �qui�n la hizo bajar desde las nubes? [30] �qui�n atraves� el mar y la encontr�? �qui�n la traer� a precio de oro puro? [31] no hay quien conozca su camino, nadie imagina sus senderos. [32] pero el que todo lo sabe la conoce, con su inteligencia la escrut�, el que dispuso la tierra para siempre y la llen� de animales cuadr�pedos, [33] el que env�a la luz, y ella va, el que llama, y temblorosa le obedece; [34] brillan los astros en su puesto de guardia llenos de alegr�a, [35] los llama �l y dicen: �aqu� estamos!, y brillan alegres para su hacedor. [36] este es nuestro dios, ning�n otro es comparable a �l. [37] el descubri� el camino entero de la ciencia, y se lo ense�� a su siervo jacob, y a israel su amado. [38] despu�s apareci� ella en la tierra, y entre los hombres convivi�. baruc cap.4 [1] ella es el libro de los preceptos de dios, la ley que subsiste eternamente: todos los que la retienen alcanzar�n la vida, mas los que la abandonan morir�n. [2] vuelve, jacob y abr�zala, camina hacia el esplendor bajo su luz. [3] no des tu gloria a otro, ni tus privilegios a naci�n extranjera.

[4] felices somos, israel, pues lo que agrada al se�or se nos ha revelado. [5] �animo, pueblo m�o, memorial de israel! [6] vendidos hab�is sido a las naciones, mas no para la destrucci�n. por haber provocado la ira de dios, hab�is sido entregados a los enemigos. [7] pues irritasteis a vuestro creador, sacrificando a los demonios y no a dios. [8] olvidasteis al dios eterno, el que os sustenta, y afligisteis a jerusal�n, la que os cri�. [9] pues vio ella caer sobre vosotros la ira que viene de dios, y dijo: escuchad, vecinas de si�n: dios me ha enviado un gran dolor: [10] he visto el cautiverio de mis hijos y mis hijas que el eterno hizo venir sobre ellos. [11] con gozo los hab�a yo criado, y los he despedido con l�grimas y duelo. [12] que nadie se regocije de m�, la viuda abandonada de tantos; estoy en soledad por los pecados de mis hijos, porque se desviaron de la ley de dios, [13] no conocieron sus decretos, no fueron por el camino de los mandamientos de dios, ni siguieron las sendas de disciplina seg�n su justicia. [14] �que vengan las vecinas de si�n! acordaos del cautiverio de mis hijos y mis hijas, que el eterno hizo venir sobre ellos. [15] pues �l trajo sobre ellos una naci�n de lejos, naci�n insolente, de lenguaje extra�o, que no respet� al anciano, ni del ni�o tuvo compasi�n, [16] se llev� a los hijos amados de la viuda, y la dej� sola, privada de sus hijas. [17] y yo �c�mo puedo ayudaros? [18] aquel que trajo sobre vosotros los males os librar� de la mano de vuestros enemigos. [19] andad, hijos, andad vuestro camino, que yo me he quedado sola. [20] me ha quitado el vestido de paz, me he puesto el sayal de mis s�plicas, clamar� al eterno mientras viva. [21] animo, hijos, clamad al se�or: el os librar� de la tiran�a y de la mano de vuestros enemigos. [22] yo espero del eterno vuestra salvaci�n, del santo me ha venido la alegr�a, por la misericordia que llegar� pronto a vosotros de parte del eterno, vuestro salvador. [23] os desped� con duelo y l�grimas, pero dios os devolver� a m� entre contento y regocijo para siempre. [24] y como las vecinas de si�n ven ahora vuestro cautiverio, as� ver�n pronto vuestra salvaci�n de parte de dios, que os llegar� con gran gloria y resplandor del eterno. [25] hijos, soportad con paciencia la ira que de parte de dios os ha sobrevenido. te ha perseguido tu enemigo, pero pronto ver�s su ruina y en su cerviz pondr�s tu pie. [26] mis hijos m�s delicados han marchado por �speros caminos, han sido llevados como reba�o arrebatado por enemigos. [27] �animo, hijos, clamad a dios! pues el que os trajo esto se acordar� de vosotros; [28] y como vuestro pensamiento s�lo fue de alejaros de dios, vueltos a �l, buscadle con ardor diez veces mayor. [29] pues el que trajo sobre vosotros estos males os traer� la alegr�a eterna con vuestra salvaci�n. [30] �animo, jerusal�n!: te consolar� Aquel que te dio nombre. [31] desdichados los que te hicieron da�o y se alegraron de tu ca�da. [32] desdichadas las ciudades a las que sirvieron tus hijos. desdichada la que a tus hijos recibi�. [33] pues como se alegr� de tu ca�da y de tu ruina se regocij�, as� se afligir� por su desolaci�n. [34] yo le quitar� su alborozo de ciudad bien poblada y en duelo se trocar� su orgullo. [35] fuego vendr� sobre ella de parte del eterno por largos d�as, y ser� morada

de demonios durante mucho tiempo. [36] mira hacia oriente, jerusal�n, y ve la alegr�a que te viene de dios. [37] mira, llegan tus hijos, a los que despediste, vuelven reunidos desde oriente a accidente, a la voz del santo, alegres de la gloria de dios. baruc cap.5 [1] jerusal�n, qu�tate tu ropa de duelo y aflici�n, y v�stete para siempre el esplendor de la gloria que viene de dios. [2] envu�lvete en el manto de la justicia que procede de dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del eterno. [3] porque dios mostrar� tu esplendor a todo lo que hay bajo el cielo. [4] pues tu nombre se llamar� de parte de dios para siempre: �paz de la justicia� y �gloria de la piedad�. [5] lev�ntate, jerusal�n, sube a la altura, tiende tu vista hacia oriente y ve a tus hijos reunidos desde oriente a occidente, a la voz del santo, alegres del recuerdo de dios. [6] salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero dios te los devuelve tra�dos con gloria, como un trono real. [7] porque ha ordenado dios que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y comados los valles hasta allanar la tierra, para que israel marche en seguro bajo la gloria de dios. [8] y hasta las selvas y todo �rbol arom�tico dar�n sombra a israel por orden de dios. [9] porque dios guiar� a israel con alegr�a a la luz de su gloria, con la misericordia y la justicia que vienen de �l. copia de la carta que envi� Jerem�as a los que iban a ser llevados cautivos a babilonia por el rey de los babilonios, para comunicarles lo que dios le hab�a ordenado. baruc cap.6 [1] por los pecados que hab�is cometido delante de dios, vais a ser llevados cautivos a babilonia por nabucodonosor, rey de los babilonios. [2] una vez llegados a babilonia, estar�is all� muchos a�os y por largo tiempo, hasta siete generaciones; pero despu�s yo os sacar� de all� en paz. [3] ahora vais a ver en babilonia dioses de plata, de oro y de ma madera, que son llevados a hombros y que infunden temor a los gentiles. [4] estad alerta, no hag�is vosotros tambi�n como los extranjeros de modo que os entre temor de esos dioses, [5] cuando ve�is la turba delante y detr�s de ellos ador�ndoles. decid entonces en vuestro interior: �a ti solo se debe adoraci�n, se�or.� [6] pues mi �ngel est� con vosotros: �l tiene cuidado de vuestras vidas. [7] porque la lengua de esos dioses ha sido limada por un artesano, y ellos, por muy dorados y plateados que est�n, son falsos y no pueden hablar. [8] como para una joven presumida, as� ellos toman oro y preparan coronas para las cabezas de sus dioses. [9] ocurre a veces que los sacerdotes roban a sus dioses oro y plata y lo emplean en sus propios gastos, y llegan a d�rselo incluso a las prostitutas de la terraza. [10] los adornan tambi�n con vestidos como si fuesen hombres, a esos dioses de plata, oro y madera; pero �stos no se libran ni de la ro�a ni de los gusanos. [11] por muy envueltos que est�n en vestidos de p�rpura, tienen que lavarles la cara, debido al polvo de la casa que los recubre espesamente. [12] hay quien empu�a el cetro como un gobernador de provincia, pero no podr�a aniquilar al que le ha ofendido. [13] otro tiene en su diestra espada y hacha, pero no puede defenderse de la guerra ni de los ladrones. [14] por donde bien dejan ver que no son dioses. as� que no les tem�is. [15] como el vaso que un hombre usa, cuando se rompe, se hace inservible, as� les

pasa a sus dioses una vez colocados en el templo. [16] sus ojos est�n llenos del polvo levantado por los pies de los que entran. [17] lo mismo que a uno que ha ofendido al rey se le cierran bien las puertas, como que est� condenado a muerte, as� los sacerdotes aseguran las casas de estos dioses con puertas, cerrojos y trancas, para que no sean saqueados por los ladrones. [18] les encienden l�mparas y aun m�s que para ellos mismos, cuando los dioses no pueden ver ni una sola de ellas. [19] les pasa lo mismo que a las vigas de la casa cuyo interior se dice que est� aplillado. a los gusanos que suben del suelo y los devoran, a ellos y sus vestidos, no los sienten. [20] sus caras est�n ennegrecidas por la humareda de la casa. [21] sobre su cuerpo y sus cabezas revolotean lechuzas vencejos y otros p�jaros; y tambi�n hay gatos. [22] por donde pod�is ver que no son dioses; as� que no les tem�is. [23] el oro mismo con que los recubren para embellecerlos no lograr�a hacerlos brillar si no hubiera quien le limpiara la herrumbre, pues ni cuando eran fundidos se daban cuenta. [24] a enorme precio han sido comprados esos dioses en los que no hay soplo de vida. [25] al no tener pies, son llevados a hombros, exhibiendo as� a los hombres su propia ignominia; y quedan tambi�n en verg�enza sus servidores, porque si aqu�llos llegan a caer en tierra, tienen que ser levantados por ellos. [26] si se les pone en pie, no pueden moverse por s� mismos; si se les tumba, no logran enderezarse solos; como a muertos, se les presentan las ofrendas. [27] sus v�ctimas las venden los sacerdotes y sacan provecho de ellas; tambi�n sus mujeres ponen una parte en conserva, sin repartir nada al pobre ni al enfermo; y las mujeres que acaban de dar a luz y las que est�n en estado de impureza tocan sus v�ctimas. [28] conociendo, pues, por todo esto que no son dioses, no les tem�is. [29] �c�mo, en efecto, podr�an llamarse dioses? son mujeres las que presentan ofrendas ante estos dioses de plata, oro y madera. [30] y en sus templos los sacerdotes se est�n sentados, con las t�nicas desgarradas, las cabezas y las barbas rapadas y la cabeza descubierta; [31] y vocean chillando delante de sus dioses como hacen algunos en un banquete f�nebre. [32] los sacerdotes les quitan la vestimenta para vestir a sus mujeres y sus hijos. [33] si alguien les hace da�o o favor, no pueden darle su merecido. ni pueden poner ni quitar rey. [34] tampoco son capaces de dar ni riquezas ni dinero. si alguien les hace un voto y no lo cumple, no le piden cuentas. [35] jam�s libran a un hombre de la muerte, ni arrancan al d�bil de las manos del poderoso. [36] no pueden devolver la vista al ciego, ni liberar al hombre que se halla en necesidad. [37] no tienen piedad de la viuda ni hacen bien al hu�rfano. [38] a los pe�asos sacados del monte se parecen esos maderos recubiertos de oro y plata, y sus servidores quedan en verg�enza. [39] �c�mo, pues, se puede creer o afirmar que son dioses? [40] m�s a�n, los mismos caldeos los desacreditan cuando, al ver a un mudo que no puede hablar, lo llevan donde bel, pidi�ndole que le devuelva el habla, como si este dios pudiera percibir. [41] y no pueden ellos, que piensan, abandonar a sus dioses que no sienten nada. [42] las mujeres, ce�idas de cuerdas, se sientan junto a los casminos quemando como incienso el salvado, [43] y, cuando una de ellas, solicitada por alg�n transe�nte, se acuesta con �l, reprocha a su vecina de no haber sido hallada digna como ella y de no haber sido

rota su cuerda. [44] todo lo que se hace en honor de ellos es enga�o. �c�mo, pues, se puede creer o afirmar que son dioses? [45] han sido fabricados por artesanos y orfebres, y no son cosa que lo que sus art�fices quieren que sean. [46] los mismos que los han fabricado no duran mucho tiempo; �c�mo, pues, van a ser dioses las cosas fabricadas por ellos? [47] s�lo mentira y oprobio han dejado a su posteridad. [48] y cuando les sobrevienen guerras o calamidades, los sacerdotes deliberan entre s� d�nde esconderse con ellos. [49] �c�mo, pues, no darse cuenta de que no son dioses los que no pueden salvarse a s� mismos de la guerra ni de las calamidades? [50] no siendo otra cosa que madera dorada y plateada, se reconocer reconocer� m�s tarde que no son m�s que mentira. para todos, naciones y reyes, quedar� claro que no son dioses, sino obras de manos de hombres, y que no hay en ellos obra alguna de un dios. [51] �a qui�n, pues, no parecer� evidente que no son dioses? [52] no pueden poner rey en un pa�s, ni dar a los hombres la lluvia. [53] no saben juzgar sus pleitos, ni liberar y proteger al agraviado, porque son incapaces; como cornejas son entre el cielo y la tierra. [54] pues si llega a prender el fuego en la casa de esos dioses de madera, dorados y plateados, sus sacerdotes escapar�n y se pondr�n a salvo, pero ellos ser�n, como postes, presa de las llamas. [55] tampoco pueden resistir a rey ni a ej�rcito enemigo. [56] �c�mo pues, admitir o creer que son dioses? [57] ni de ladrones y salteadores pueden defenderse estos dioses de madera, plateados y dorados; aqu�llos, m�s fuertes que ellos, les quitan el oro, la plata y la vestimenta que los recubre, y se van con ello, sin que los dioses puedan socorrerse a s� mismos. [58] de modo que es mucho mejor ser un rey que ostenda su poder, o un utensilio provechoso en una casa, del cual se sirve su due�o, que no estos falsos dioses; o una puerta en una casa, que guarda cuanto hay dentro de ella, que no estos falsos dioses; o bien un poste de madera en un palacio, que no estos falsos dioses. [59] el sol, la luna y las estrellas, que brillan y tienen una misi�n, son obedientes: [60] igualmente el rel�mpago, cuando aparece, es bien visible; asimismo el viento sopla en todo pa�s; [61] las nubes, cuando reciben de dios la orden de recorrer toda la tierra, la ejecutan al punto; y el fuego, enviado de lo alto a consumir montes y bosques, hace lo que se le ha ordenado. [62] pero aqu�llos no pueden compararse a ninguna de estas cosas, ni en presencia, ni en potentia. [63] as� que no se puede creer ni afirmar que sean dioses, puesto que no son capaces de hacer justicia ni de proporcionar bien alguno a los hombres. [64] sabiendo, pues, que no son dioses, no les tem�is. [65] tampoco pueden maldecir ni bendecir a los reyes; [66] ni hacer ver a las naciones se�ales en el cielo; ni resplandecen como el sol, ni alumbran como la luna. [67] las bestias valen m�s que ellos, porque pueden, refugi�ndose bajo cubierto, ser �tiles a s� mismas. [68] por ning�n lado, pues, aparece que sean dioses; as� que no les tem�is. [69] como espantajo en cohombral, que no guarda nada, as� son sus dioses de madera, dorados y plateados. [70] tambi�n a un espino en un huerto, en el que todos los p�jaros se posan, o a un muerto echado en lugar oscuro, se pueden comparar sus dioses de madera, dorados y plateados. [71] por la p�rpura y el lino que se pudre encima de ellos, conocer�is tambi�n que no son dioses. ellos mismos ser�n al fin devorados y ser�n un oprobio para el

pa�s. [72] mucho m�s vale, pues, el hombre justo, que no tiene �dolos; �l estar� lejos del oprobio. ezequiel cap.1 [1] el a�o treinta, el d�a cinco el cuarto mes, encontr�ndome yo entre los deportados, a orillas del r�o kebar, se abri� el cielo y contempl� visiones divinas. [2] el d�a cinco del mes -era el a�o quinto de la deportaci�n del rey joaqu�n[3] la palabra de yahveh fue dirigida al sacerdote ezequiel, hijo de buz�, en el pa�s de los caldeos, a orillas del r�o kebar, y all� fue sobre �l la mano de yahveh. [4] yo mir�: vi un viento huracanado que ven�a del norte, una gran nube con fuego fulgurante y resplandores en torno, y en el medio como el fulgor del electro, en medio del fuego. [5] hab�a en el centro como una forma de cuatro seres cuyo aspecto era el siguiente: ten�an forma humana. [6] ten�an cada uno cuatro caras, y cuatro alas cada uno. [7] sus piernas eran rectas y la planta de sus pies era como la planta de la pezu�a del buey, y reluc�an como el fulgor del bronce bru�ido. [8] bajo sus alas hab�a unas manos humanas vueltas hacia las cuatro direcciones, lo mismo que sus caras y sus alas, las de los cuatro. [9] sus alas estaban unidas una con otra; al andar no se volv�an; cada uno marchaba de frente. [10] en cuanto a la forma de sus caras, era una cara de hombre, y los cuatro ten�an cara de le�n a la derecha, los cuatro ten�an cara de toro a la iquierda, y los cuatro ten�an cara de �guila. [11] sus alas estaban desplegadas hacia lo alto; cada uno ten�a dos alas que se tocaban entre s� y otras dos que le cubr�an el cuerpo; [12] y cada uno marchaba de frente; donde el esp�ritu les hac�a ir, all� iban, y no se volv�an en su marcha. [13] entre los seres hab�a algo como brasas incandescentes, con aspecto de antorchas, que se mov�a entre los seres; el fuego desped�a un resplandor, y del fuego sal�an rayos. [14] y los seres iban y ven�an con el aspecto del rel�mpago. [15] mir� entonces a los seres y vi que hab�a una rueda en el suelo, al lado de los seres de cuatro caras. [16] el aspecto de las ruedas y su estructura era como el destello del cris�lito. ten�an las cuatro la misma forma y parec�an dispuestas como si una rueda estuviese dentro de la otra. [17] en su marcha avanzaban en las cuatro direcciones; no se volv�an en su marcha. [18] su circunferencia ten�a gran altura, era imponente, y la circunferencia de las cuatro estaba llena de destellos todo alrededor. [19] cuando los seres avanzaban, avanzaban las ruedas junto a ellos, y cuando los seres se elevaban del suelo, se elevaban las ruedas. [20] donde el esp�ritu les hac�a ir, all� iban, y las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el esp�ritu del ser estaba en las ruedas. [21] cuando avanzaban ellos, avanzaban ellas, cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y cuando ellos se elevaban del suelo, las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el esp�ritu del ser estaba en las ruedas. [22] sobre las cabezas del ser hab�a una forma de b�veda resplandeciente como el cristal, extendida por encima de sus cabezas, [23] y bajo la b�veda sus alas estaban rectas, una paralela a la otra; cada uno ten�a dos que le cubr�an el cuerpo. [24] y o� el ruido de sus alas, como un ruido de muchas aguas, como la voz de sadday; cuando marchaban, era un ruido atronador, como ruido de batalla; cuando se

paraban, replegaban sus alas. [25] y se produjo un ruido. [26] por encima de la b�veda que estaba sobre sus cabezas, hab�a algo como una piedra de zafiro en forma de trono, y sobre esta forma de trono, por encima, en lo m�s alto, una figura de apariencia humana. [27] vi luego como el fulgor del electro, algo como un fuego que formaba una envoltura, todo alrededor, desde lo que parec�a ser sus caderas para arriba; y desde lo que parec�a ser sus caderas para abajo, vi algo como fuego que porduc�a un resplandor en torno, [28] con el aspecto del arco iris que aparece en las nubes los d�as de lluvia: tal era el aspecto de este resplandor, todo en torno. era algo como la forma de la gloria de yahveh. a su vista ca� rostro en tierra y o� una voz que hablaba. ezequiel cap.2 [1] me dijo: �hijo de hombre, ponte en pie, que voy a hablarte�. [2] el esp�ritu entr� en m� como se me hab�a dicho y me hizo tenerme en pie; y o� al que me hablaba. [3] me dijo: �hijo de hombre, yo te env�o a los israelitas, a la naci�n de los rebeldes, que se han rebelado contra m�. ellos y sus padres me han sido contumaces hasta este mismo d�a. [4] los hijos tienen la cabeza dura y el coraz�n empedernido; hacia ellos te env�o para decirles: as� dice el se�or yahveh. [5] y ellos, escuchen o no escuchen, ya que son una casa de rebeld�a, sabr�n que hay un profeta en medio de ellos. [6] y t�, hijo de hombre, no les tengas miedo, no tengas miedo de sus palabras si te contradicen y te desprecian y si te ves sentado sobre escorpiones. no tengas miedo de sus palabras, no te asustes de ellos, porque son una casa de rebeld�a. [7] les comunicar�s mis palabras, escuchen o no escuchen, porque son una casa de rebeld�a. [8] �y t�, hijo de hombre, esucha lo que voy a decirte, no seas rebelde como esa casa de rebeld�a. abre la boca y come lo que te voy a dar.� [9] yo mir�: vi una mano que estaba tendida hacia m�, y ten�a dentro un libro enrollado. [10] lo desenroll� ante mi vista: estaba escrito por el anverso y por el reverso; hab�a escrito: �lamentaciones, gemidos y ayes.� ezequiel cap.3 [1] y me dijo: �hijo de hombre, come lo que se te ofrece; come este rollo y ve luego a hablar a la casa de israel.� [2] yo abr� mi boca y �l me hizo comer el rollo, [3] y me dijo: �hijo de hombre, alim�ntate y s�ciate de este rollo que yo te doy.� lo com� y fue en mi boca dulce como la miel. [4] entonces me dijo: �hijo de hombre, ve a la casa de israel y h�blales con mis palabras. [5] pues no eres enviado a un pueblo de habla oscura y de lengua dif�cil, sino a la casa de israel. [6] no a pueblos numerosos, de habla oscura y de lengua dif�cil cuyas palabras no entender�as. si te enviara a ellos, �no es verdad que te escuchar�an? [7] pero la casa de israel no quiere escucharte a ti porque no quiere escucharme a m�, ya que toda la casa de israel tiene la cabeza dura y el coraz�n empedernido. [8] mira, yo he hecho tu rostro duro como su rostro, y tu frente tan dura como su frente; [9] yo te hecho tu frente dura como el diamante, que es m�s duro que la roca. no los temas, no tengas miedo de ellos, porque son una casa de rebeld�a.� [10] luego me dijo: �hijo de hombre, todas las palabras que yo te dirija, gu�rdalas en tu coraz�n y esc�chalas atentamente,

[11] y luego, anda, ve donde los deportados, donde los hijos de tu pueblo; les hablar�s y les dir�s: "as� dice el se�or yahveh", escuchen o no escuchen.� [12] entonces, el esp�ritu me levant� y o� detr�s de m� el ruido de una gran trepidaci�n: �bendita sea la gloria de yahveh, en el lugar donde est�, [13] el ruido que hac�an las alas de los seres al batir una contra otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, ruido de gran trepidaci�n. [14] y el esp�ritu me levant� y me arrebat�; yo iba amargado con quemaz�n de esp�ritu, mientras la mano de yahveh pesaba fuertamente sobre m�. [15] llegu� donde los deportados de tel abib que resid�an junto al r�o kebar -era aqu� donde ellos resid�an-, y permanec� all� siete d�as, aturdido, en medio de ellos. [16] al cabo de los siete d�as, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [17] �hijo de hombre, yo te he puesto como centinela de la casa de israel. oir�s de mi boca la palabra y les advertir�s de mi parte. [18] cuando yo diga al malvado: "vas a morir", si t� no le adviertes, si no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, a fin de que viva, �l, el malvado, morir� por su culpa, pero de su sangre yo te pedir� cuentas a ti. [19] si por el contrario adviertes al malvado y �l no se aparta de su maldad y de su mala conducta, morir� �l por su culpa, pero t� habr�s salvado tu vida. [20] cuando el justo se aparte de su justicia para cometer injusticia, yo pondr� un obst�culo ante �l y morir�; por no haberle advertido t�, morir� �l por su pecado y no se recordar� la justicia que hab�a practicado, pero de su sangre yo te pedir� cuentas a ti. [21] si por el contrario adviertes al justo que no peque, y �l no peca, vivir� �l por haber sido advertido, y t� habr�s salvado tu vida.� [22] all� fue sobre m� la mano de yahveh; me dijo: �lev�ntate, sal a la vega, y all� te hablar�.� [23] me levant� y sal� a la vega, y he aqu� que la gloria de yahveh estaba parada all�, semejante a la gloria que yo hab�a visto junto al r�o kebar, y ca� rostro en tierra. [24] entonces, el esp�ritu entr� en m� y me hizo tenerme en pie, y me habl�. Me dijo: �ve a encerrarte en tu casa. [25] hijo de hombre, he aqu� que se te van a echar cuerdas con las que ser�s atado, para que no aparezcas en medio de ellos. [26] yo har� que tu lengua se te pegue al paladar, quedar�s mudo y dejar�s de ser su censor, porque son una casa de rebeld�a. [27] mas cuando yo te hable, abrir� tu boca y les dir�s: as� dice el se�or yahveh; quien quiera escuchar, que escuche, y quien no quiera, que lo deje; porque son una casa de rebeld�a.� ezequiel cap.4 [1] t�, hijo de hombre, toma un ladrillo y ponlo delante de ti; grabar�s en �l una ciudad, jerusal�n, [2] y emprender�s contra ella un asedio: construir�s contra ella trincheras, levantar�s contra ella terraplenes, emplazar�s contra ella campamentos, instalar�s contra ella arietes, todo alrededor. [3] toma luego una sart�n de hierro y col�cala como un muro de hierro entre ti y la ciudad. fijar�s tu rostro sobre ella, y quedar� en estado de sitio: t� la sitiar�s. es una se�al para la casa de israel. [4] acu�state del lado izquierdo y pon sobre ti la culpa de la casa de israel. todo el tiempo que est�s acostado as�, llevar�s su culpa. [5] yo te he impuesto los a�os de su culpa en una duraci�n de trescientos noventa d�as, durante los cuales cargar�s con la culpa de la casa de israel. [6] cuando hayas terminado estos �ltimos, te acostar�s otra vez del lado derecho, y llevar�s la culpa de la casa de jud� durante cuarenta d�as. yo te he impuesto un d�a por a�o.

[7] despu�s fijar�s tu rostro y tu brazo desnudo sobre el asedio de jerusal�n, y profetizar�s contra ella. [8] he aqu� que yo te he atado con cuerdas, y no te dar�s vuelta de un lado a otro hasta que no hayas cumplido los d�as de tu reclusi�n. [9] toma, pues, trigo, cebada, habas, lentejas, mijo, espelta: ponlo en una misma vasija y haz con ello tu pan. durante todo el tiempo que est�s acostado de un lado -trescientos noventa d�as- comer�s de ello. [10] el alimento que comas ser� de un peso de veinte siclos por d�a, que comer�s de tal a tal hora. [11] tambi�n beber�s el agua con medida, beber�s la sexta parte de un sextario, de tal a tal hora. [12] comer�s este alimento en forma de galleta de cebada que ser� cocida, a la vista de ellos, sobre excrementos humanos.� [13] y dijo yahveh: �as� comer�n los israelitas su alimento impuro en medio de las naciones donde yo los arrojar�.� [14] yo dije entonces: ��ah, se�or yahveh!, mi alma no est� impura. desde mi infancia hasta el presente jam�s he comido bestia muerta o despedazada, ni carne corrompida entr� en mi boca.� [15] el me dijo: �bien, en lugar de excrementos humanos te permito usar bo�iga de buey para que hagas tu pan encima.� [16] luego me dijo: �hijo de hombre, he aqu� que yo voy a destruir la provisi�n de pan en jerusal�n: comer�n el pan con peso y con angustia; y el agua con medida y con ansiedad la beber�n, [17] porque faltar�n el pan y el agua: quedar�n pasmados todos juntos y se consumir�n por sus culpas.� ezequiel cap.5 [1] t�, hijo de hombre, toma una espada afilada, t�mala como navaja de barbero, y p�satela por tu cabeza y tu barba. luego tomar�s una balanza y dividir�s en partes lo que hayas cortado. [2] a un tercio le prender�s fuego en medio de la ciudad, al cumplirse los d�as del asedio. el otro tercio lo tomar�s y lo cortar�s con la espada todo alrededor de la ciudad. el �ltimo tercio lo espacir�s al viento, y yo desenvainar� la espada detr�s de ellos. [3] pero de aqu� tomar�s una peque�a cantidad que recoger�s en el vuelo de tu manto, [4] y de �stos tomar�s todav�a un poco, lo echar�s en medio del fuego y lo quemar�s en �l. de ah� saldr� el fuego hacia toda la casa de israel. [5] as� dice el se�or yahveh: esta es jerusal�n; yo lo hab�a colocado en medio de las naciones, y rodeado de pa�ses. [6] pero ella se ha rebelado contra mis normas con m�s perversidad que las naciones, y contra mis decretos m�s que los pa�ses que la rodean. s�, han rechazado mis normas y no se han conducido seg�n mis decretos. [7] por eso, as� dice el se�or yahveh: porque vuestro tumulto es mayor que el de las naciones que os rodean, porque no os hab�is conducido seg�n mis decretos ni hab�is observado mis normas, y ni siquiera os hab�is ajustado a las normas de las naciones que os rodean, [8] por eso, as� dice el se�or yahveh: tambi�n yo me declaro contra ti, ejecutar� mis juicios en medio de ti a los ojos de las naciones, [9] y har� contigo lo que jam�s he hecho y lo que no volver� a hacer jam�s, a causa de todas tus abominaciones. [10] por eso, los padres devorar�n a sus hijos, en medio de ti, y los hijos devorar�n a sus padres. yo har� justicia de ti y esparcir� lo que quede de ti a todos los vientos. [11] por eso, por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que de la misma manera que t� has contaminado mi santuario con todos tus horrores y todas tus abominaciones, yo tambi�n te rechazar� a ti sin una mirada de piedad, tampoco yo perdonar�.

[12] un tercio de los tuyos morir� de peste o perecer� de hambre en medio de ti, otro tercio caer� a espada, en tus alrededores, y al otro tercio lo esparcir� yo a todos los vientos, desenvainando la espada detr�s de ellos. [13] mi c�lera se desahogar� y saciar� en ellos mi furor; me vengar� y sabr�n entonces que yo, yahveh, he hablado en mi celo, cuando desahogue mi furor en ellos. [14] y har� de ti una ruina, un oprobio entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los transe�ntes. [15] ser�s oprobio y blanco de insultos, ejemplo y asombro para las naciones que te rodean, cuando yo haga justicia de ti con c�lera y furor, con furiosos escarmientos. yo, yahveh, he hablado. [16] cuando lance contra ellos las terribles flechas del hambre, que causan el exterminio, y que yo enviar� para exterminaros, a�adir� el hambre contra vosotros, y destruir� vuestras provisiones de pan. [17] enviar� contra vosotros el hambre y las bestias feroces, que te dejar�n sin hijos; la peste y la sangre pasar�n por ti, y har� venir contra ti la espada. yo, yahveh, he hablado. ezequiel cap.6 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los montes de israel y profetiza contra ellos. [3] dir�s: montes de israel, escuchad la palabra del se�or yahveh. as� dice el se�or yahveh a los montes, a las colinas, a los barrancos y a los valles: he aqu� que yo voy a hacer venir contra vosotros la espada y destruir� vuestros altos. [4] vuestros altares ser�n devastados, vuestros braseros de incienso ser�n rotos, har� caer a vuestros habitantes, acribillados, delante de vuestras basuras, [5] pondr� los cad�veres de los israelitas delante de sus basuras, y esparcir� sus huesos alrededor de vuestros altares. [6] en todo lugar donde habit�is, las ciudades quedar�n en ruinas y los altos ser�n devastados, de forma que vuestros altares queden en ruinas, como cosa culpable, vuestras basuras sean destrozadas y aventadas, vuestros braseros de incienso hechos pedazos y aniquiladas vuestras obras. [7] caer�n las v�ctimas en medio de vosotros, y sabr�is que yo soy yahveh. [8] pero har� que os queden, entre las naciones, algunos supervivientes de la espada, cuando se�is dispersados por los pa�ses. [9] y vuestros supervivientes se acordar�n de m�, entre las naciones adonde hayan sido deportados, aquellos a quienes yo haya quebrantado el coraz�n ad�ltero que se apart� de m� y los ojos que se prostituyeron detr�s de sus basuras. tendr�n horror de s� mismos por las maldades que cometieron con todas sus abominaciones. [10] y sabr�n que yo soy yahveh: no hab�a hablado en vano de infligirles todos estos males. [11] as� dice el se�or yahveh. bate las manos, patalea y di: ��ay!�, por todas las execrables abominaciones de la casa de israel, que va a caer por la espada, el hambre y la peste. [12] el que est� lejos morir� de peste, el que est� cerca caer� a espada, el que quede sitiado morir� de hambre, porque yo desahogar� mi furor en ellos. [13] y sabr�is que yo soy yahveh, cuando sus v�ctimas queden all� entre sus basuras alrededor de sus altares, en toda colina elevada, en la cima de todos los montes, bajo todo �rbol verde, bajo toda encina frondosa, dondequiera que ofrecen calmante aroma a todas sus basuras. [14] extender� mi mano contra ellos y har� de esta tierra una soledad desolada, desde el desierto hasta ribl�, en todo lugar donde habiten; y sabr�n que yo soy yahveh. ezequiel cap.7

[1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, di: as� dice el se�or yahveh a la tierra de israel: �el fin! llega el fin sobre los cuatro extremos de esta tierra. [3] ahora es el fin para ti; voy a desencadenar mi c�lera contra ti, para juzgarte seg�n tu conducta y pedirte cuentas de todas tus abominaciones. [4] no tendr� para ti una mirada de piedad, no te perdonar�, sino que te pedir� cuentas de tu conducta; aparecer�n tus abominaciones en medio de ti, y sabr�is que yo soy yahveh. [5] as� dice el se�or yahveh: �desgracia �nica! �ya viene la desgracia! [6] se acerca el fin, el fin se acerca vigilante sobre ti, es ya inminente. [7] te llega el turno, habitante del pa�s. llega el tiempo, est� cercano el d�a, consternaci�n, que no ya �hurra!, en los montes. [8] ahora voy a derramar sin tregua mi furor sobre ti y a desahogar mi c�lera en ti; voy a juzgarte seg�n tu conducta y a pedirte cuentas de todas tus abominaciones. [9] no tendr� una mirada de piedad, no perdonar�; te pedir� cuentas de tu conducta; tus abominaciones aparecer�n en medio de ti, y sabr�is que yo soy yahveh, el que hiere. [10] he aqu� el d�a, hele que viene: sale el turno, la vara est� florida, florida la insolencia. [11] se ha erguido la violencia para hacerse vara de maldad... [12] ha llegado el momento, est� cercano el d�a. no se alegre el comprador, no se entristezca el vendedor, porque la ira es contra toda su multitud. [13] el vendedor no volver� a lo vendido, mientras viva entre los vivos, pues la ira contra toda su multitud no ser� revocada; y nadie, por su iniquidad, tendr� segura su vida. [14] se tocar� la trompeta, todo estar� a punto, pero nadie marchar� al combate, porque mi ira es contra toda su multitud. [15] est� la espada afuera, la peste y el hambre dentro. el que se encuentre en el campo morir� a espada, y al que est� en la ciudad, el hambre y la peste lo devorar�n. [16] sus supervivientes escapar�n, andar�n por los montes, como las palomas de los valles, todos ellos gimiendo, cada uno por sus culpas. [17] todas las manos desmayar�n, todas las rodillas se ir�n en agua. [18] se ce�ir�n ellos de sayal, un escalofr�o los invadir�. en todos los rostros la verg�enza, todas las cabezas rasuradas. [19] arrojar�n su plata por las calles y su oro se convertir� en inmundicia; ni su plata, ni su oro les podr�n salvar el d�a del enojo de yahveh. no se saciar�n m�s, no llenar�n m�s su vientre, porque ello era la ocasi�n de su culpa. [20] de la hermosura de sus joyas hicieron el objeto de su orgullo: con ellas fabricaron las im�genes de sus monstruos abominables; por eso yo se lo convertir� en inmundicia. [21] yo lo entregar� al saqueo de los extranjeros, al despojo de los m�s imp�os de la tierra, que lo profanar�n. [22] retirar� mi rostro de ellos, mi tesoro ser� profanado: los invasores penetrar�n en �l y lo profanar�n. [23] haz una cadena, porque esta tierra est� llena de delitos de sangre, la ciudad repleta de violencia. [24] yo har� venir a las naciones m�s crueles, que se apoderar�n de sus casas. pondr� fin al orgullo de los poderosos y sus santuarios ser�n profanados. [25] llega el terror; ellos buscar�n la paz, pero no la habr�. [26] vendr� desastre tras desastre, noticia tras noticia: se pedir� al profeta una visi�n, le faltar� al sacerdote la ley, el consejo a los ancianos. [27] el rey estar� en duelo, el pr�ncipe hundido en la desolaci�n, las manos del pueblo de la tierra temblar�n. yo los tratar� seg�n su conducta, los juzgar� seg�n sus juicios, y sabr�n que yo soy yahveh. ezequiel cap.8

[1] el a�o sexto, el d�a cinco del sexto mes, estaba yo sentado en mi casa y los ancianos de jud� sentados ante m�, cuando se pos� all� sobre m� la mano del se�or yahveh. [2] mir�: hab�a all� una forma con aspecto de hombre. desde lo que parec�an ser sus caderas para abajo era de fuego, y desde sus caderas para arriba era algo como un resplandor, como el fulgor del electro. [3] alarg� una especie de mano y me agarr� por un mech�n de mi cabeza; el esp�ritu me elev� entre el cielo y la tierra y me llev� a jerusal�n, en visiones divinas, a la entrada del p�rtico interior que mira al norte, all� donde se alza el �dolo de los celos, que provoca los celos. [4] y he aqu� que la gloria del dios de israel estaba all�; ten�a el aspecto de lo que yo hab�a visto en la vega. [5] el me dijo: �hijo de hombre, l�vanta tus ojos hacia el norte.� levant� mis ojos hacia el norte y vi que al norte del p�rtico del altar estaba este �dolo de los celos, a la entrada. [6] me dijo: �hijo de hombre, �ves lo que hacen �stos, las grandes abominaciones que la casa de israel comete aqu� para alejarme de mi santuario? todav�a has de ver otras grandes abominaciones�. [7] me llev� a la entrada del atrio. yo mir�: hab�a un agujero en la pared. [8] y me dijo: �hijo de hombre, perfora la pared.� perfor� la pared y se hizo una abertura. [9] y me dijo: �entra y contempla las execrables abominaciones que �stos cometen ah�.� [10] entr� y observ�: toda clase de representaciones de reptiles y animales repugnantes, y todas las basuras de la casa de israel estaban grabados en la pared, todo alrededor. [11] y setenta hombres, de los ancianos de la casa de israel -uno de ellos era yazan�as, hijo de saf�n-, estaban de pie delante de ellos cada uno con su incensario en la mano. y el perfume de la nube de incienso sub�a. [12] me dijo entonces: ��has visto, hijo de hombre, lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de israel, cada uno en su estancia adornada de pinturas? est�n diciendo: "yahveh no nos ve, yahveh ha abandonado esta tierra."� [13] y me dijo: �todav�a les ver�s cometer otras grandes abominaciones.� [14] me llev� a la entrada del p�rtico de la casa de yahveh que mira al norte, y vi que all� estaban sentadas las mujeres, pla�iendo a tammuz. [15] me dijo: ��has visto, hijo de hombre? todav�a ver�s abominaciones mayores que �stas.� [16] me condujo luego al atrio interior de la casa de yahveh. y he aqu� que a la entrada del santuario de yahveh, entre el vest�bulo y el altar, hab�a unos veinticinco hombres que, vuelta la espalda al santuario de yahveh y la cara a oriente, se postraban en direcci�n a oriente hacia el sol. [17] y me dijo: ��has visto, hijo de hombre? �a�n no le bastan a la casa de jud� las abominaciones que cometen aqu�, para que llenen tambi�n la tierra de violencia y vuelvan a irritarme? mira c�mo se llevan el ramo a la nariz. [18] pues yo tambi�n he de obrar con furor; no tendr� una mirada de piedad, no perdonar�. con voz fuerte gritar�n a mis o�dos, pero yo no les escuchar�. ezequiel cap.9 [1] entonces grit� a mis o�dos con voz fuerte: ��se acercan los castigos de la ciudad, cada uno con su azote en la mano!� [2] y en esto vinieron, de la direcci�n del p�rtico superior que mira al norte, seis hombres, cada cual con su azote en la mano. en medio de ellos hab�a un hombre vestido de lino con una cartera de escriba a la cintura. entraron y se detuvieron ante al altar de bronce. [3] la gloria del dios de israel se levant� de sobre los querubines sobre los cuales estaba, hacia el umbral de la casa. llam� entonces al hombre vestido de

lino que ten�a la cartera de escriba a la cintura; [4] y yahveh le dijo: �pasa por la ciudad, por jerusal�n, y marca una cruz en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella.� [5] y a los otros o� que les dijo: �recorred la ciudad detr�s de �l y herid. no teng�is una mirada de piedad, no perdon�is; [6] a viejos, j�vens, doncellas, ni�os y mujeres matadlos hasta que no quede uno. pero al que lleve la cruz en la frente, no le toqu�is. empezad a partir de mi santuario.� empezaron, pues, por los ancianos que estaban delante de la casa. [7] luego les dijo: �manchad la casa, llenad de v�ctimas los atrios; salid.� salieron y fueron hiriendo por la ciudad. [8] mientras ellos her�an, yo qued� solo all� y ca� rostro en tierra. exclam�: ��ah, se�or yahveh!, �vas a exterminar a todo el resto de israel, derramando tu furor contra jerusal�n?� [9] me dijo: �la culpa de la casa de israel y de jud� es muy grande, mucho; la tierra est� llena de sangre, la ciudad llena de perversidad. pues dicen: "yahveh ha abandonado la tierra, yahveh no ve nada." [10] pues bien, tampoco yo tendr� una mirada de piedad ni perdonar�. har� caer su conducta sobre su cabeza�. [11] en aquel momento el hombre vestido de lino que llevaba la cartera a la cintura, vino a hacer su relaci�n: �he ejecutado lo que me ordenaste.� ezequiel cap.10 [1] mir� y vi que sobre el firmamento que estaba sobre la cabeza de los querubines aparec�a, semejante a la piedra de zafiro, algo como una forma de trono, por encima de ellos. [2] y dijo al hombre vestido de lino: �m�tete entre las ruedas, debajo de los querubines, toma a manos llenas brasas ardientes de entre los querubines y esp�rcelas por la ciudad.� y �l entr�, ante mis ojos. [3] los querubines estaban parados a la derecha de la casa cuando el hombre entr�, y la nube llenaba el atrio interior. [4] la gloria de yahveh se elev� de encima de los querubines hacia el umbral de la casa y la casa se llen� de la nube, mientras el atrio estaba lleno del resplandor de la gloria de yahveh. [5] y el ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, semejante a la voz del dios sadday cuando habla. [6] cuando dio esta orden al hombre vestido de lino: �toma fuego de en medio de las ruedas, de entre los querubines�, el hombr� fue y se detuvo junto a la rueda; [7] el querub�n alarg� su mano de entre los querubines hacia el fuego que hab�a en medio de los querubines, lo tom� y lo puso en las manos del hombre vestido de lino. este lo tom� y sali�. [8] entonces apareci� en los querubines una especie de mano humana debajo de sus alas. [9] mir�: hab�a cuatro ruedas al lado de los querubines, cada rueda junto a cada querub�n, y el aspecto de las ruedas era como el destello del cris�lito. [10] las cuatro parec�an tener la misma forma, como si una rueda estuviese dentro de la otra. [11] en su marcha, avanzaban en las cuatro direcciones; no se volv�an en su marcha; segu�an, en efecto, la direcci�n del lado adonde miraba la cabeza, y no se volv�an en su marcha. [12] y todo su cuerpo, su espalda, sus manos y sus alas, as� como las ruedas, estaban llenos de destellos todo alrededor; sus ruedas, las de los cuatro. [13] o� que a las ruedas se les daba el nombre de �galgal�. [14] y cada uno ten�a cuatro caras: la primera era la cara del querub�n, la segunda una cara de hombre, la tercera una cara de le�n y la cuarta una cara de �guila. [15] los querubines se levantaron: era el ser que yo hab�a visto sobre el r�o

kebar. [16] cuando los querubines avanzaban, avanzaban las ruedas a su lado; cuando los querubines desplegaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se volv�an tampoco de su lado. [17] cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y cuando ellos se elevaban, se elevaban con ellos las ruedas, porque el esp�ritu del ser estaba en ellas. [18] la gloria de yahveh sali� de sobre el umbral de la casa y se pos� sobre los querubines. [19] los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos, al salir, y las ruedas con ellos. y se detuvieron a la entrada del p�rtico oriental de la casa de yahveh; la gloria del dios de israel estaba encima de ellos. [20] era el ser que yo hab�a visto debajo del dios de israel en el r�o kebar; y supe que eran querubines. [21] cada uno ten�a cuatro caras y cuatro alas, y bajo sus alas formas de manos humanas. [22] en cuanto a la forma de sus caras, ten�an la apariencia de las caras que yo hab�a visto junto al r�o kebar. cada uno marchaba de frente a derecho. ezequiel cap.11 [1] el esp�ritu me elev� y me condujo al p�rtico oriental de la casa de yahveh, el que mira a oriente. y he aqu� que a la entrada del p�rtico hab�a veinticinco hombres, entre los cuales vi a yazan�as, hijo de azzur, y a pelat�as, hijo de bena�as, jefes del pueblo. [2] el me dijo: �hijo de hombre, �stos son los hombres que maquinan el mal, que dan malos consejos en esta ciudad. [3] dicen: "�no es para pronto el construir casas! ella es la olla y nosotros somos la carne." [4] por eso, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre.� [5] el esp�ritu de yahveh irrumpi� en m� y me dijo: �di: as� dice yahveh: eso es lo que hab�is dicho, casa de israel, conozco bien vuestra insolencia. [6] hab�is multiplicado vuestras v�ctimas en esta ciudad; hab�is llenado de v�ctimas sus calles. [7] por eso, as� dice el se�or yahveh: las v�ctimas que hab�is tirado en medio de ella son la carne, y ella es la olla; pero yo os har� salir de ella. [8] tem�is la espada, pues yo traer� espada contra vosotros, or�culo del se�or yahveh. [9] os sacar� de la ciudad, os entregar� en mano de extranjeros, y har� justicia de vosotros. [10] a espada caer�is; en el t�rmino de israel os juzgar� yo, y sabr�is que yo soy yahveh. [11] esta ciudad no ser� olla para vosotros, ni vosotros ser�is carne en medio de ella; dentro del t�rmino de israel os juzgar� yo. [12] y sabr�is que yo soy yahveh cuyos preceptos no hab�is seguido y cuyas normas no hab�is guardado -por el contrario hab�es obrado seg�n las normas de las naciones que os circundan.� [13] en esto, mientras yo estaba profetizando, pelat�as, hijo de bena�as, muri�. Yo ca� rostro en tierra y grit� con voz fuerte: ��ah, se�or yahveh!, �vas a aniquilar al resto de israel?� [14] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [15] �hijo de hombre; de cada uno de tus hermanos, de tus parientes y de toda la casa de israel, dicen los habitantes de jerusal�n: seguid lejos de yahveh; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesi�n. [16] por eso, di: as� dice el se�or yahveh: s�, yo los he alejado entre las naciones, y los he dispersado por los pa�ses, pero yo he sido un santuario para ellos, por poco tiempo, en los pa�ses adonde han ido. [17] por eso, di: as� dice el se�or yahveh: yo os recoger� de en medio de los

pueblos, os congregar� de los pa�ses en los que hab�is sido dispersados, y os dar� la tierra de israel. [18] vendr�n y quitar�n de ella todos sus monstruos y abominaciones; [19] yo les dar� un solo coraz�n y pondr� en ellos un esp�ritu nuevo: quitar� de su carne el coraz�n de piedra y les dar� un coraz�n de carne, [20] para que caminen seg�n mis preceptos, observen mis normas y las pongan en pr�ctica, y as� sean mi pueblo y yo sea su dios. [21] en cuanto a aquellos cuyo coraz�n va en pos de sus monstruos y abominaciones, yo har� recaer su conducta sobre su cabeza, or�culo del se�or yahveh.� [22] los querubines desplegaron sus alas y las ruedas les siguieron, mientras la gloria del dios de israel estaba encima de ellos. [23] la gloria de yahveh se elev� de en medio de la ciudad y se detuvo sobre el monte que est� al oriente de la ciudad. [24] el esp�ritu me elev� y me llev� a caldea, donde los desterrados, en visi�n, en el esp�ritu de dios; y la visi�n que hab�a contemplado se retir� de m�. [25] yo cont� a los desterrados todo lo que yahveh me hab�a dado a ver. ezequiel cap.12 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, t� vives en medio de la casa de rebeld�a: tienen ojos para ver y no ven, o�dos para o�r y no oyen, porque son una casa de rebeld�a. [3] ahora, pues, hijo de hombre, prep�rate un equipo de deportado y sal deportado en pleno d�a, a sus propios ojos. saldr�s del lugar en que te encuentras hacia otro lugar, ante sus ojos. acaso vean que son una casa de rebeld�a. [4] arreglar�s tu equipo como un equipo de deportado, de d�a, ante sus ojos. y saldr�s por la tarde, ante sus ojos, como salen los deportados. [5] haz a vista de ellos un agujero en la pared, por donde saldr�s. [6] a sus ojos, cargar�s con tu equipaje a la espalda y saldr�s en la oscuridad; te cubrir�s el rostro para no ver la tierra, porque yo he hecho de ti un s�mbolo para la casa de israel. [7] yo hice como se me hab�a ordenado; prepar� de d�a mi equipo, como un equipo de deportado, y por la tarde hice un agujero en la pared con la mano. y sal� en la oscuridad, cargando con el equipaje a mis espaldas, ante sus ojos. [8] por la ma�ana la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [9] hijo de hombre, �no te ha preguntado la casa de israel, esta casa de rebeld�a: �qu� es lo que haces�? [10] diles: as� dice el se�or yahveh. este or�culo se refiere a jerusal�n y a toda la casa de israel que est� en medio de ella. [11] di: yo soy un s�mbolo para vosotros; como he hecho yo, as� se har� con ellos; ser�n deportados, ir�n al destierro. [12] el pr�ncipe que est� en medio de ellos cargar� con su equipo a la espalda, en la oscuridad, y saldr�; horadar�n la muralla para hacerle salir por ella; y se tapar� la cara para no ver la tierra con sus propios ojos. [13] mas yo tender� mi lazo sobre �l y quedar� preso en mi red; le conducir� a babilonia, al pa�s de los caldeos; pero no lo ver�, y morir� all�. [14] y a todo su s�quito, su guardia y todas sus tropas, yo los esparcir� a todos los vientos y desenvainar� la espada detr�s de ellos. [15] y sabr�n que yo soy yahveh cuando los disperse entre las naciones y los esparza por los pa�ses. [16] sin embargo, dejar� que un peque�o n�mero de ellos escapen a la espada, al hambre y a la peste, para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones adonde vayan, a fin de que sepan que yo soy yahveh. [17] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [18] hijo de hombre, comer�s tu pan con temblor y beber�s tu agua con inquietud y angustia; [19] y dir�s al pueblo de la tierra: as� dice el se�or yahveh a los habitantes de

jerusal�n que andan por el suelo de israel: comer�n su pan con angustia, beber�n su agua con estremecimiento, para que esta tierra y los que en ella se encuentran queden libres de la violencia de todos sus habitantes. [20] las ciudades populosas ser�n destruidas y esta tierra se convertir� en desolaci�n; y sabr�is que yo soy yahveh. [21] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [22] hijo de hombre, �qu� quer�is decir con ese proberbio que circula acerca del suelo de israel: los d�as se prolongan y toda visi�n se desvanece? [23] pues bien diles: as� dice el se�or yahveh: yo har� que calle ese proverbio; no se le repetir� m�s en israel. diles en cambio: llegan los d�as en que toda visi�n se cumplir�, [24] pues ya no habr� ni visi�n vana ni presagio mentiroso en medio de la casa de israel. [25] yo, yahveh, hablar�, y lo que yo hablo es una palabra que cumple sin dilaci�n. s�, en vuestros d�as, casa de rebeld�a, yo pronunciar� una palabra y la ejecutar�, or�culo del se�or yahveh. [26] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [27] hijo de hombre, mira, la casa de israel est� diciendo: �la visi�n que �ste contempla es para d�as lejanos, �ste profetiza para una �poca remota.� [28] pues bien, diles: as� dice el se�or yahveh: ya no habr� m�s dilaci�n para ninguna de mis palabras. lo que yo hablo es una palabra que se cumple, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.13 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, profetiza contra los profetas de israel; profetiza y di a los que profetizan por su propia cuenta: escuchad la palabra de yahveh. [3] as� dice el se�or yahveh: �ay de los profetas insensatos que siguen su propia inspiraci�n, sin haber visto nada! [4] como chacales entre las ruinas, tales han sido tus profetas, israel. [5] no hab�is escalado a las brechas, no hab�is construido una muralla en torno a la casa de israel, para que pueda resistir en el combate, en el d�a de yahveh. [6] tienen visiones vanas, presagio mentiroso los que dicen: �or�culo de yahveh�, sin que yahveh les haya enviado; �y esperan que se confirme su palabra! [7] �no es cierto que no ten�is m�s que visiones vanas, y no anunci�is m�s que presagios mentirosos, cuando dec�s: �or�culo de yahveh�, siendo as� que yo no he hablado? [8] pues bien, as� dice el se�or yahveh: por causa de vuestras palabras vanas y vuestras visiones mentirosas, s�, aqu� estoy contra vosotros, or�culo del se�or yahveh. [9] extender� mi mano contra los profetas de visiones vanas y presagios mentirosos; no ser�n admitidos en la asamblea de mi pueblo, no ser�n inscritos en el libro de la casa de israel, no entrar�n en el suelo de israel, y sabr�is que yo soy el se�or yahveh. [10] porque, en efecto, extrav�an a mi pueblo diciendo: ��paz!�, cuando no hay paz. y mientras �l construye un muro, ellos le recubren de argamasa. [11] di a los que lo recubren de argamasa: �que haya una lluvia torrencial, que caiga granizo y un viento de tormenta se desencadene, [12] y ved ah� el muro derrumbado! �no se os dir� entonces: ��d�nde est� la argamasa con que lo recubristeis?� [13] pues bien, as� dice el se�or yahveh: voy a desencadenar en mi furor un viento de tormenta, una lluvia torrencial habr� en mi c�lera, granizos caer�n en mi furia destructora. [14] derribar� el muro que hab�is recubierto de argamasa, lo echar� por tierra, y sus cimientos quedar�n al desnudo. caer� y vosotros perecer�is debajo de �l, y sabr�is que yo soy yahveh. [15] cuando haya desahogado mi furor contra el muro y contra los que lo recubren

de argamasa, os dir�: ya no existe el muro ni los que lo revocaban, [16] los profetas de israel que profetizaban sobre jerusal�n y ve�an para ella visiones de paz, cuando no hab�a paz, or�culo del se�or yahveh. [17] y t�, hijo de hombre, vu�lvete hacia las hijas de tu pueblo que profetizan pro su propia cuenta, y profetiza contra ellas. [18] dir�s: as� dice el se�or yahveh: �ay de aquellas que cosen bandas para todos los pu�os, que hacen velos para cabezas de todas las tallas, con �nimo de atrapar a las almas! vosotras atrap�is a las almas de mi pueblo, �y vais a asegurar la vida de vuestras propias almas? [19] me deshonr�is delante de mi pueblo por unos pu�ados de cebada y unos pedazos de pan, haciendo morir a las almas que no deben morir y dejando vivir a las almas que no deben vivir, diciendo mentiras al pueblo que escucha la mentira. [20] pues bien, as� dice el se�or yahveh: heme aqu� contra vuestras bandas con las cuales atrap�is a las almas como p�jaros. yo las desgarrar� en vuestros brazos, y soltar� libres las almas que atrap�is como p�jaros. [21] rasgar� vuestros velos y librar� a mi pueblo de vuestras manos; ya no ser�n m�s presa en vuestras manos, y sabr�is que yo soy yahveh. [22] porque aflig�s el coraz�n del justo con mentiras, cuando yo no lo aflijo, y asegur�is las manos del malvado para que no se convierta de su mala conducta a fin de salvar su vida, [23] por eso, no ver�is m�s visiones vanas ni pronunciar�is m�s presagios. yo librar� a mi pueblo de vuestras manos, y sabr�is que yo soy yahveh. ezequiel cap.14 [1] algunos ancianos de israel vinieron a mi casa y se sentaron ante m�. [2] entonces la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [3] hijo de hombre, estos hombres han erigido sus basuras en su coraz�n, han puesto delante de su rostro la ocasi�n de sus culpas, �y voy a dejarme consultar por ellos? [4] habla, pues, y diles: as� dice el se�or yahveh: a todo aquel de la casa de israel que erija sus basuras en su coraz�n o que ponga delante de su rostro la ocasi�n de sus culpas, y luego se presente al profeta, yo mismo, yahveh, le responder�, a causa de la multitud de sus basuras, [5] a fin de prender a la casa de israel en su coraz�n, a aquellos que se han alejado de m� a causa de todas sus basuras. [6] por eso, di a la casa de israel: as� dice el se�or yahveh: convert�os, apartaos de vuestras basuras, de todas vuestras abominaciones apartad vuestro rostro, [7] porque a todo hombre de la casa de israel, o de los forasteros residentes en israel, que se aleje de m� para erigir sus basuras en su coraz�n, que ponga delante de su rostro la ocasi�n de sus culpas, y se presente al profeta para consultarme, yo mismo, yahveh, le responder�. [8] volver� mi rostro contra ese hombre, har� de �l ejemplo y proverbio, le extirpar� de en medio de mi pueblo, y sabr�is que yo soy yahveh. [9] y si el profeta se deja seducir y pronuncia una palabra, es que yo, yahveh, he seducido a ese profeta; extender� mi mano contra �l y le exterminar� de en medio de mi pueblo israel. [10] cargar�n con el peso de sus culpas ambos: la culpa del profeta ser� como la del que le consulte. [11] as�, la casa de israel no se desviar� m�s lejos de m� ni seguir� manch�ndose con todas sus culpas. ellos ser�n mi pueblo y yo ser� su dios, or�culo del se�or yahveh. [12] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [13] hijo de hombre, si un pa�s peca contra m� cometiendo infidelidad, y yo extiendo mi mano contra �l, destruyo su provisi�n de pan y env�o contra �l el hambre para extirpar de all� hombres y bestias, [14] y en ese pa�s se hallan estos tres hombres, no�, danel y job, ellos salvar�n

su vida por su justicia, or�culo del se�or yahveh. [15] si yo suelto las bestias feroces contra ese pa�s para privarle de sus hijos y convertirle en una desolaci�n por donde nadie pase a causa de las bestias, [16] y en ese pa�s se hallan esos tres hombres: por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que ni hijos ni hijas podr�n salvar; s�lo se salvar�n a s� mismos, pero el pa�s quedar� convertido en desolaci�n. [17] o bien, si yo hago venir contra ese pa�s la espada, si digo: �pase la espada por este pa�s�, y extirpo de �l hombres y bestias, [18] y esos tres hombres se hallan en ese pa�s: por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que no podr�n salvar ni hijos ni hijas; ellos solos se salvar�n. [19] o si env�o la peste sobre ese pa�s y derramo en sangre mi furor contra ellos, extirpando de �l hombres y bestias, [20] y en ese pa�s se hallan no�, danel y job: por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que ni hijos ni hijas podr�n salvar; s�lo se salvar�n a s� mismos por su justicia. [21] pues as� dice el se�or yahveh: aun cuando yo mande contra jerusal�n mis cuatro terribles azotes: espada, hambre, bestias feroces y peste, para extirpar de ella hombres y bestias, [22] he aqu� que quedan en ella algunos supervivientes que han podido salir, hijos e hijas; y he aqu� que salen hacia vosotros, para que ve�is su conducta y sus obras y os consol�is de la desgracia que yo he acarreado sobre jerusal�n, de todo lo que he acarreado sobre ella. [23] ellos os consolar�n cuando ve�is su conducta y sus obras, y sabr�is que no sin motivo hice yo todo lo que hice en ella, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.15 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, �en qu� vale m�s el le�o de la vid que el le�o de cualquier rama que haya entre los �rboles del bosque? [3] �se toma de �l madera para hacer alguna cosa? �se hace con �l un gancho para colgar alg�n objeto? [4] no, se tira al fuego para que lo devore: el fuego devora los dos cabos; el centro est� quemado, �sirve a�n para hacer algo? [5] si ya, cuando estaba intacto, no se pod�a hacer nada con �l, �cu�nto menos, cuando lo ha devorado el fuego y lo ha quemado, se podr� hacer con �l alguna cosa! [6] por eso, as� dice el se�or yahveh: lo mismo que el le�o de la vid, entre los �rboles del bosque, al cual he arrojado al fuego para que lo devore, as� he entregado a los habitantes de jerusal�n. [7] he vuelto mi rostro contra ellos. han escapado al fuego, pero el fuego los devorar�. y sabr�is que yo soy yahveh, cuando vuelva mi rostro contra ellos. [8] convertir� esta tierra en desolaci�n, porque han cometido infidelidad, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.16 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, haz saber a jerusal�n sus abominaciones. [3] dir�s: as� dice el se�or yahveh a jerusal�n: por tu origen y tu nacimiento eres del pa�s de cana�n. tu padre era amorreo y tu madre hitita. [4] cuando naciste, el d�a en que viniste al mundo, no se te cort� el cord�n, no se te lav� con agua para limpiarte, no se te frot� con sal, ni se te envolvi� en pa�ales. [5] ning�n ojo se apiad� de ti para brindarte alguno de estos menesteres, por compasi�n a ti. quedaste expuesta en pleno campo, porque dabas repugnancia, el d�a en que viniste al mundo. [6] yo pas� junto a ti y te vi agit�ndote en tu sangre. y te dije, cuando estabas en tu sangre: �vive�,

[7] y te hice crecer como la hierba de los campos. t� creciste, te desarrollaste, y llegaste a la edad n�bil. se formaron tus senos, tu cabellera creci�; pero estabas completamente desnuda. [8] entonces pas� yo junto a ti y te vi. era tu tiempo, el tiempo de los amores. extend� sobre ti el borde de mi manto y cubr� tu desnudez; me compromet� con juramento, hice alianza contigo -or�culo del se�or yahveh- y t� fuiste m�a. [9] te ba�� con agua, lav� la sangre que te cubr�a, te ung� con �leo. [10] te puse vestidos recamados, zapatos de cuero fino, una banda de lino fino y un manto de seda. [11] te adorn� con joyas, puse brazaletes en tus mu�ecas y un collar a tu cuello. [12] puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas, y una espl�ndida diadema en tu cabeza. [13] brillabas as� de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y recamados. flor de harina, miel y aceite era tu alimento. te hiciste cada d�a m�s hermosa, y llegaste al esplendor de una reina. [14] tu nombre se difundi� entre las naciones, debido a tu belleza, que era perfecta, gracias al esplendor de que yo te hab�a revestido -or�culo del se�or yahveh. [15] pero t� te pagaste de tu belleza, te aprovechaste de tu fama para prostituirte, prodigaste tu lascivia a todo transe�nte entreg�ndote a �l. [16] tomaste tus vestidos para hacerte altos de ricos colores y te prostituiste en ellos. [17] tomaste tus joyas de oro y plata que yo te hab�a dado y te hiciste im�genes de hombres para prostituirte ante ellas. [18] tomaste tus vestidos recamados y las recubriste con ellos; y pusiste ante ellas mi aceite y mi incienso. [19] el pan que yo te hab�a dado, la flor de harina, el aceite y la miel con que yo te alimentaba, lo presentaste ante ellas como calmante aroma. y sucedi� incluso -or�culo del se�or yahveh[20] que tomaste a tus hijos y a tus hijas que me hab�as dado a luz y se los sacrificaste como alimento. �acaso no era suficiente tu prostituci�n, [21] que inmolaste tambi�n a mis hijos y los entregaste haci�ndoles pasar por el fuego en su honor? [22] y en medio de todas tus abominaciones y tus prostituciones no te acordaste de los d�as de tu juventud, cuando estabas completamente desnuda, agit�ndote en tu sangre. [23] y para colmo de maldad -�ay, ay de ti!, or�culo del se�or yahveh[24] te construiste un prost�bulo, te hiciste una altura en todas las plazas. [25] en la cabecera de todo camino te construiste tu altura y all� contaminaste tu hermosura, entregaste tu cuerpo a todo transe�nte y multiplicaste tus prostituciones. [26] te prostituiste a los egipcios, tus vecinos, de cuerpos fornidos, y multiplicaste tus prostituciones para irritarme. [27] entonces yo levant� mi mano contra ti. disminu� tu raci�n y te entregu� a la animosidad de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de la infamia de tu conducta. [28] y no harta todav�a, te prostituiste a los asirios; te prostituiste sin hartarte tampoco. [29] luego, multiplicaste tus prostituciones en el pa�s de los mercaderes, en caldea, y tampoco esta vez quedaste harta. [30] �oh, qu� d�bil era tu coraz�n -or�culo del se�or yahveh para cometer todas estas acciones, dignas de una prostituta descarada! [31] cuando te contru�as un prost�bulo a la cabecera de todo camino, cuando te hac�as una altura en todas las plazas, despreciando el salario, no eras como la prostituta. [32] la mujer ad�ltera, en lugar de su marido, toma ajenos. [33] a toda prostituta se le da un regalo. t�, en cambio, dabas regalos a todos tus amantes, y los atra�as con mercedes para que vinieron a ti de los alrededores

y se prestasen a tus prostituciones. [34] contigo ha pasado en tus prostituciones al rev�s que con las otras mujeres; nadie andaba solicitando detr�s de ti; eras t� la que pagabas, y no se te pagaba: �ha sido al rev�s! [35] pues bien, prostituta, escucha la palabra de yahveh. [36] as� dice el se�or yahveh: por haber prodigado tu bronce y descubierto tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todas tus abominables basuras, por la sangre de tus hijos que les has dado, [37] por esto he aqu� que yo voy a reunir a todos los amantes a quienes complaciste, a todos los que amaste y tambi�n a los que aborreciste; los voy a congregar de todas partes contra ti, y descubrir� tu desnudez delante de ellos, para que vean toda tu desnudez. [38] voy a aplicarte el castigo de las mujeres ad�lteras y de las que derraman sangre: te entregar� al furor y a los celos, [39] te entregar� en sus manos, ellos arrasar�n tu prost�bulo y demoler�n tus alturas, te despojar�n de tus vestidos, te arrancar�n tus joyas y te dejar�n completamente desnuda. [40] luego, incitar�n a la multitud contra ti, te lapidar�n, te acribillar�n con sus espadas, [41] prender�n fuego a tus casas y har�n justicia de ti, a la vista de una multitud de mujeres; yo pondr� fin a tus prostituciones, y no volver�s a dar salario de prostituta. [42] desahogar� mi furor en ti; luego mis celos se retirar�n de ti, me apaciguar� y no me airar� m�s. [43] porque no te has acordado de los d�as de tu juventud, y con todas estas cosas me has provocado, he aqu� que tambi�n yo por mi parte har� recaer tu conducta sobre tu cabeza, or�culo del se�or yahveh. pues �no has cometido infamia con todas tus abominaciones? [44] mira, todos los autores de proverbios har�n uno a prop�sito de ti, diciendo: �cual la madre, tal la hija.� [45] hija eres, s�, de tu madre, que dej� de amar a sus maridos y a sus hijos, y hermana de tus hermanas, que dejaron de amar a sus maridos y a sus hijos. vuestra madre era una hitita y vuestro padre un amorreo. [46] tu hermana mayor es samaria, que habita a tu izquierda con sus hijas. tu hermana menor es sodoma, que habita a tu derecha con sus hijas. [47] no has sido parca en imitar su conducta y en cometer sus abominaciones; te has mostrado m�s corrompida que ellas en toda tu conducta. [48] por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que tu hermana sodoma y sus hijas no obraron como hab�is obrado vosotras, t� y tus hijas. [49] este fue el crimen de tu hermana sodoma: orgullo, voracidad, indolencia de la dulce vida tuvieron ella y sus hijas; no socorrieron al pobre y al indigente, [50] se enorgullecieron y cometieron abominaciones ante m�: por eso las hice desaparecer, como t� viste. [51] en cuanto a samaria, ni la mitad de tus pecados ha cometido. t� has cometido muchas m�s abominaciones que ellas y, al cometer tantas abominaciones, has hecho parecer justas a tus hermanas. [52] as�, pues, carga con tu ignominia por haber decidido el fallo en favor de tus hermanas: a causa de los pecados que has cometido, mucho m�s abominables que los suyos, ellas resultan ser m�s justas que t�. Averg��nzate, pues, y carga con tu ignominia por hacer parecer justas a tus hermanas. [53] yo las restablecer�. restablecer� a sodoma y a sus hijas, restablecer� a samaria y a sus hijas, y despu�s te restablecer� a ti en medio de ella, [54] a fin de que soportes tu ignominia y te averg�ences de todo lo que has hecho, para consuelo de ellas. [55] tu hermana sodoma y sus hijas ser�n restablecidas en su antiguo estado. samaria y sus hijas ser�n restablecidas en su antiguo estado. t� y tus hijas ser�is restablecidas tambi�n en vuestro antiguo estado. [56] �no hiciste burla de tu hermana sodoma, el d�a de tu orgullo,

[57] antes que fuese puesta al descubierto tu desnudez? como ella, eres t� ahora el blanco de las burlas de las hijas de edom y de todas las de los alrededores, de las hijas de los filisteos, que por todas partes te agobian a desprecios. [58] t� misma soportas las consecuencias de tu infamia y tus abominaciones, or�culo de yahveh. [59] pues as� dice el se�or yahveh: yo har� contigo como has hecho t�, que menospreciaste el juramento, rompiendo la alianza. [60] pero yo me acordar� de mi alianza contigo en los d�as de tu juventud, y establecer� en tu favor una alianza eterna. [61] y t� te acordar�s de tu conducta y te avergonzar�s de ella, cuando acojas a tus hermanas, las mayores y las menores, y yo te las d� como hijas, si bien no en virtud de tu alianza. [62] yo mismo restablecer� mi alianza contigo, y sabr�s que yo soy yahveh, [63] para que te acuerdes y te averg�ences y no oses m�s abrir la boca de verg�enza, cuando yo te haya perdonado todo lo que has hecho, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.17 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, prop�n un enigma, presenta una par�bola a la casa de israel. [3] dir�s: as� dice el se�or yahveh: el �guila grande, de grandes alas, de enorme envergadura, de espeso plumaje abigarrado, vino al l�bano y cort� la cima del cedro; [4] arranc� la punta m�s alta de sus ramas, la llev� a un pa�s de mercaderes y la coloc� en una ciudad de comerciantes. [5] luego, tom� de la semilla de la tierra y la puso en un campo de siembra; junto a una corriente de agua abundante la coloc� como un sauce. [6] y brot� y se hizo una vid desbordante, de peque�a talla, que volvi� sus ramas hacia el �guila, mientras sus ra�ces estaban bajo ella. se hizo una vid, ech� cepas y alarg� sarmientos. [7] hab�a otra �guila grande, de grandes alas, de abundante plumaje, y he aqu� que esta vid tendi� sus ra�ces hacia ella, hacia ella alarg� sus ramas, para que la regase desde el terreno donde estaba plantada. [8] en campo f�rtil, junto a una corriente de agua abundante, estaba plantada, para echar ramaje y dar fruto, para hacerse una vid magn�fica. [9] di: as� dice el se�or yahveh: �le saldr� bien acaso? �no arrancar� sus ra�ces el �guila, no cortar� sus frutos, de suerte que se sequen todos los brotes tiernos que eche, sin que sea menester brazo grande ni pueblo numeroso para arrancarla de ra�z? [10] vedla ah� plantada, �prosperar� tal vez? al soplar el viento del este, �no se secar� totalmente? en el terreno en que brot�, se secar�. [11] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [12] di a esa casa de rebeld�a: �no sab�is lo que significa esto? di: mirad, el rey de babilonia vino a jerusal�n; tom� al rey y a los pr�ncipes y los llev� con �l a babilonia. [13] escogi� luego a uno de estirpe real, concluy� un pacto con �l y le hizo prestar juramento, despu�s de haberse llevado a los grandes del pa�s, [14] a fin de que el reino quedase modesto y sin ambici�n, para guardar su alianza y mantenerla. [15] pero este pr�ncipe se ha rebelado contra �l enviando mensajeros a egipto en busca de caballos y tropas en gran n�mero. �le saldr� bien? �se salvar� el que ha hecho esto? ha roto el pacto �y va a salvarse! [16] por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que en el lugar del rey que le puso en el trono, cuyo juramento despreci� y cuyo pacto rompi�, all� en medio de babilonia morir�. [17] ni con su gran ej�rcito y sus numerosas tropas le salvar� Fara�n en la guerra, cuando se levanten terraplenes y se hagan trincheras para exterminar

muchas vidas humanas. [18] ha despreciado el juramento, rompiendo el pacto; aun despu�s de haber dado su mano, ha hecho todo esto: �no tendr� remedio! [19] por eso, as� dice el se�or yahveh: por mi vida que el juramento m�o que ha despreciado, mi alianza que ha roto, lo har� recaer sobre su cabeza. [20] extender� mi lazo sobre �l y quedar� preso en mi red; le llevar� a babilonia y all� le pedir� cuentas de la infidelidad que ha cometido contra m�. [21] lo m�s selecto, entre todas sus tropas, caer� a espada, y los que queden ser�n dispersados a todos los vientos. y sabr�is que yo, yahveh, he hablado. [22] as� dice el se�or yahveh: tambi�n yo tomar� de la copa del alto cedro, de la punta de sus ramas escoger� un ramo y lo plantar� yo mismo en una monta�a elevada y excelsa: [23] en la alta monta�a de israel lo plantar�. echar� ramaje y producir� fruto, y se har� un cedro magn�fico. debajo de �l habitar�n toda clase de p�jaros, toda clase de aves morar�n a la sombra de sus ramas. [24] y todos los �rboles del campo sabr�n que yo, yahveh, humillo al �rbol elevado y elevo al �rbol humilde, hago secarse al �rbol verde y reverdecer al �rbol seco. yo, yahveh, he hablado y lo har�. ezequiel cap.18 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] �por qu� and�is repitiendo este proverbio en la tierra de israel: los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren la dentera? [3] por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que no repetir�is m�s este proverbio en israel. [4] mirad: todas las vidas son m�as, la vida del padre lo mismo que la del hijo, m�as son. el que peque es quien morir�. [5] el que es justo y practica el derecho y la justicia, [6] no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de israel, no contamina a la mujer de su pr�jimo, ni se acerca a una mujer durante su impureza, [7] no oprime a nadie, devuelve la prenda de una deuda, no comete rapi�as, da su pan al hambriento y viste al desnudo, [8] no presta con usura ni cobra intereses, aparta su mano de la injusticia, dicta un juicio honrado entre hombre y hombre, [9] se conduce seg�n mis preceptos y observa mis normas, obrando conforme a la verdad, un hombre as� es justo: vivir� sin duda, or�culo del se�or yahveh. [10] si �ste engendra un hijo violento y sanguinario, que hace alguna de estas cosas [11] que �l mismo no hab�a hecho, un hijo que come en los montes, contamina a la mujer de su pr�jimo, [12] oprime al pobre y al indigente, comete rapi�as, no devuelve la prenda, alza sus ojos a las basuras, comete abominaci�n, [13] presta con usura y cobra intereses, �ste no vivir� en modo alguno despu�s de haber cometido todas estas abominaciones; morir� sin remedio, y su sangre recaer� sobre �l. [14] y si �ste, a su vez, engendra un hijo que ve todos los pecados que ha cometido su padre, que los ve sin imitarlos, [15] que no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de israel, no contamina a la mujer de su pr�jimo, [16] no oprime a nadie, no guarda la prenda, no comete rapi�as, da su pan al hambriento, viste al desnudo, [17] aparta su mano de la injusticia, no presta con usura, ni cobra intereses, practica mis normas y se conduce seg�n mis preceptos, �ste no morir� por la culpa de su padre, vivir� sin duda. [18] su padre, porque fue violento, cometi� rapi�as y no obr� bien en medio de su pueblo, por eso morir� a causa de su culpa. [19] y vosotros dec�s: ��por qu� no carga el hijo con la culpa de su padre?� pero

el hijo ha practicado el derecho y la justicia, ha observado todos mis preceptos y los ha puesto en pr�ctica: vivir� sin duda. [20] el que peque es quien morir�; el hijo no cargar� con la culpa de su padre, ni el padre con la culpa de su hijo: al justo se le imputar� su justicia y al malvado su maldad. [21] en cuanto al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivir� sin duda, no morir�. [22] ninguno de los cr�menes que cometi� se le recordar� m�s; vivir� a causa de la justicia que ha practicado. [23] �acaso me complazco yo en la muerte del malvado -or�culo del se�or yahveh- y no m�s bien en que se convierta de su conducta y viva? [24] pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, �vivir� acaso? no, no quedar� ya memoria de ninguna de las obras justas que hab�a practicado, sino que, a causa de la infidelidad en que ha incurrido y del pecado que ha cometido, morir�. [25] y vosotros dec�s: �no es justo el proceder del se�or.� escuchad, casa de israel: �que no es justo mi proceder? �no es m�s bien vuestro proceder el que no es justo? [26] si el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, a causa del mal que ha cometido muere. [27] y si el malvado se aparta del mal que ha cometido para practicar el derecho y la justicia, conservar� su vida. [28] ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los cr�menes que hab�a cometido; vivir� sin duda, no morir�. [29] y sin embargo la casa de israel dice: �no es justo el proceder del se�or.� �que mi proceder no es justo, casa de israel? �no es m�s bien vuestro proceder el que no es justo? [30] yo os juzgar�, pues, a cada uno seg�n su proceder, casa de israel, or�culo del se�or yahveh. convert�os y apartaos de todos vuestros cr�menes; no haya para vosotros m�s ocasi�n de culpa. [31] descargaos de todos los cr�menes que hab�is cometido contra m�, y haceos un coraz�n nuevo y un esp�ritu nuevo. �por qu� hab�is de morir, casa de israel? [32] yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, or�culo del se�or yahveh. convert�os y vivid. ezequiel cap.19 [1] y t� entona una eleg�a sobre los pr�ncipes de israel. [2] dir�s: �qu� era tu madre? una leona entre leones. echada entre los leoncillos, criaba a sus cachorros. [3] exalt� a uno de sus cachorros, que se hizo un le�n joven; y aprendi� a desgarrar su presa, devor� hombres. [4] oyeron hablar de �l las naciones, en su fosa qued� preso; con garfios le llevaron al pa�s de egipto. [5] vio ella que su espera era fallida, fallida su esperanza; y tomo otro de sus cachorros, le hizo un le�n joven. [6] andaba �ste entre los leones, se hizo un le�n joven, aprendi� a desgarrar su presa, devor� hombres; [7] derrib� sus palacios, devast� sus ciudades; la tierra y sus habitantes estaban aterrados por la voz de su rugido. [8] se alzaron contra �l las naciones, las provincias circundantes; tendieron sobre �l su red y en su fosa qued� preso. [9] con garfios le cerraron en jaula, le llevaron al rey de babilonia en calabozos le metieron, para que no se oyese m�s su voz por los montes de israel. [10] tu madre se parec�a a una vid plantada a orillas de las aguas. era fecunda, exuberante, por la abundancia de agua. [11] ten�a ramas fuertes para ser cetros reales; su talla se elev� hasta dentro

de las nubes. era imponente por su altura, por su abundancia de ramaje. [12] pero ha sido arrancada con furor, tirada por tierra; el viento del este ha agostado su fruto; ha sido rota, su rama fuerte se ha secado, la ha devorado el fuego. [13] y ahora est� plantada en el desierto, en tierra de sequ�a y de sed. [14] ha salido fuego de su rama, ha devorado sus sarmientos y su fruto. no volver� a tener su rama fuerte, su cetro real. esto es una eleg�a; y de eleg�a sirvi�. ezequiel cap.20 [1] el a�o s�ptimo, el d�a diez del quinto mes, algunos de los ancianos de israel vinieron a consultar a yahveh y se sentaron ante m�. [2] entonces me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [3] hijo de hombre, habla a los ancianos de israel. les dir�s: as� dice el se�or yahveh: �a consultarme ven�s? por mi vida, que no me dejar� consultar por vosotros, or�culo del se�or yahveh. [4] �vas a juzgarlos? �vas a juzgar, hijo de hombre? hazles saber las abominaciones de sus padres. [5] les dir�s: as� dice el se�or yahveh: el d�a que yo eleg� a israel, alc� mi mano hacia la raza de la casa de jacob, me manifest� a ellos en el pa�s de egipto, y levant� mi mano hacia ellos diciendo: yo soy yahveh, vuestro dios. [6] aquel d�a alc� mi mano hacia ellos jurando sacarlos del pa�s de egipto hacia una tierra que hab�a explorado para ellos, que mana leche y miel, la m�s hermosa de todas las tierras. [7] y les dije: arrojad cada uno los montruos que seducen vuestros ojos, no os contamin�is con las basuras de egipto; yo soy yahveh, vuestro dios. [8] pero ellos se rebelaron contra m� y no quisieron escucharme. ninguno arroj� los monstruos que seduc�an sus ojos; ninguno abandon� las basuras de egipto. pens� entonces, derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi c�lera, en medio del pa�s de egipto. [9] pero tuve consideraci�n a mi nombre y proced� de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones entre las que ellos se encontraban, y a la vista de las cuales me hab�a manifestado a ellos, sac�ndolos del pa�s de egipto. [10] por eso, los saqu� del pa�s de egipto y los conduje al desierto. [11] les di mis perceptos y les di a conocer mis normas, por las que el hombre vive, si las pone en pr�ctica. [12] y les di adem�s mis s�bados como se�al entre ellos y yo, para que supieran que yo soy yahveh, que los santifico. [13] pero la casa de israel se rebel� contra m� en el desierto; no se condujeron seg�n mis preceptos, rechazaron mis normas por las que vive el hombre, si las pone en pr�ctica, y no hicieron m�s que profanar mis s�bados. entonces pens� en derramar mi furor sobre ellos en el desierto, para exterminarlos. [14] pero tuve consideraci�n a mi nombre, y proced� de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los hab�a sacado. [15] y, una vez m�s alc� mi mano hacia ellos en el desierto, jurando que no les dejar�a entrar en la tierra que les hab�a dado, que mana leche y miel, la m�s hermosa de todas las tierras. [16] pues hab�an despreciado mis normas, no se hab�an conducido seg�n mis preceptos y hab�an profanado mis s�bados; porque su coraz�n se iba tras sus basuras. [17] pero tuve una mirada de piedad para no exterminarlos, y no acab� con ellos en el desierto. [18] y dije a sus hijos en el desierto: no sig�is las reglas de vuestros padres, no imit�is sus normas, no os contamin�is con sus basuras. [19] yo soy yahveh, vuestro dios. seguid mis preceptos, guardad mis normas y ponedlas en pr�ctica. [20] santificad mis s�bados; que sean una se�al entre yo y vosotros, para que se

sepa que yo soy yahveh, vuestro dios. [21] pero los hijos se rebelaron contra m�, no se condujeron seg�n mis preceptos, no guardaron ni pusieron en pr�ctica mis normas, aqu�llas por las que vive el hombre, si las pone en pr�ctica, y profanaron mis s�bados. entonces pens� en derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi c�lera, en el desierto. [22] pero retir� mi mano y tuve consideraci�n a mi nombre, procediendo de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los hab�a sacado. [23] pero una vez m�s alc� mi mano hacia ellos, en el desierto, jurando dispersarlos entre las naciones y esparcirlos por los pa�ses. [24] porque no hab�an puesto en pr�ctica mis normas, hab�an despreciado mis preceptos y profanado mis s�bados, y sus ojos se hab�an ido tras las basuras de sus padres. [25] e incluso llegu� a darles preceptos que no eran buenos y normas con las que no podr�an vivir, [26] y los contamin� con sus propias ofrendas, haciendo que pasaran por el fuego a todo primog�nito, a fin de infundirles horror, para que supiesen que yo soy yahveh. [27] por eso, hijo de hombre, habla a la casa de israel. les dir�s: as� dice el se�or yahveh: en esto todav�a me ultrajaron vuestros padres si�ndome infieles. [28] yo les conduje a la tierra que, mano en alto, hab�a jurado darles. all� vieron toda clase de colinas elevadas, toda suerte de �rboles frondosos, y en ellos ofrecieron sus sacrificios y presentaron sus ofrendas provocadoras; all� depositaron el calmante aroma y derramaron sus libaciones. [29] y yo les dije: �qu� es el alto adonde vosotros vais?; y se le puso el nombre de bam�, hasta el d�a de hoy. [30] pues bien, di a la casa de israel: as� dice el se�or yahveh: conque vosotros os contamin�is conduci�ndoos como vuestros padres, prostituy�ndoos detr�s de sus monstruos, [31] presentando vuestras ofrendas, haciendo pasar a vuestros hijos por el fuego; os contamin�is con todas vuestras basuras, hasta el d�a de hoy, �y yo voy a dejarme consultar por vosotros, casa de israel? por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que no me dejar� consultar por vosotros. [32] y no se realizar� jam�s lo que se os pasa por la imaginaci�n, cuando dec�s: �seremos como las naciones, como las tribus de los otros pa�ses, adoradores del le�o y de la piedra.� [33] por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que yo reinar� sobre vosotros, con mano fuerte y tenso brazo, con furor derramado. [34] os har� salir de entre los pueblos y os reunir� de los pa�ses donde fuisteis dispersados, con mano fuerte y tenso brazo, con furor derramado; [35] os conducir� al desierto de los pueblos y all� os juzgar� cara a cara. [36] como juzgu� a vuestros padres en el desierto de egipto, as� os juzgar� a vosotros, or�culo del se�or yahveh. [37] os har� pasar bajo el cayado y os har� entrar por el aro de la alianza; [38] separar� de vosotros a los rebeldes, a los que se han rebelado contra m�: les har� salir del pa�s en que residen, pero no entrar�n en la tierra de israel, y sabr�is que yo soy yahveh. [39] en cuanto a vosotros, casa de israel, as� dice el se�or yahveh: que vaya cada uno a servir a sus basuras; despu�s, yo juro que me escuchar�is y no profanar�is m�s mi santo nombre con vuestras ofrendas y vuestras basuras. [40] porque ser� en mi santa monta�a, en la alta monta�a de israel -or�culo del se�or yahveh- donde me servir� toda la casa de israel, toda ella en esta tierra. all� los acoger� amorosamente y all� solicitar� vuestras ofrendas y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas santas. [41] como calmante aroma yo os acoger� amorosamente, cuando os haya hecho salir de entre los pueblos, y os re�na de en medio de los pa�ses en los que hab�is sido dispersados; y por vosotros me mostrar� santo a los ojos de las naciones. [42] sabr�is que yo soy yahveh, cuando os conduzca al suelo de israel, a la

tierra que, mano en alto, jur� dar a vuestros padres. [43] all� os acordar�is de vuestra conducta y de todas las acciones con las que os hab�is contaminado, y cobrar�is asco de vosotros mismos por todas las maldades que hab�is cometido. [44] sabr�is que yo soy yahveh, cuando act�e con vosotros por consideraci�n a mi nombre, y no con arreglo a vuestra mala conducta y a vuestras corrompidas acciones, casa de israel, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.21 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia el mediod�a, destila tus palabras hacia el sur, profetiza contra el bosque de la regi�n del n�gueb. [3] dir�s al bosque del n�gueb: escucha la palabra de yahveh. as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo te prendo fuego, que devorar� todo �rbol verde y todo �rbol seco; ser� una llama que no se apagar�, y arder� todo, desde el n�gueb hasta el norte. [4] todo el mundo ver� que yo, yahveh, lo he encendido; y no se apagar�. [5] -yo dije: �ah, se�or yahveh!, �sos andan diciendo de m�: ��no es �ste un charlat�n de par�bolas?� [6] entonces, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [7] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia jerusal�n, destila tus palabras hacia su santuario y profetiza contra la tierra de israel. [8] dir�s a la tierra de israel: as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy contra ti; voy a sacar mi espada de la vaina y extirpar� de ti al justo y al malvado. [9] para extirpar de ti al justo y al malvado va a salir mi espada de la vaina, contra toda carne, desde el n�gueb hasta el norte. [10] y todo el mundo sabr� que yo, yahveh, he sacado mi espada de la vaina; no ser� envainada. [11] y t�, hijo de hombre, lanza gemidos, con coraz�n quebrantado. lleno de amargura, lanzar�s gemidos ante sus ojos. [12] y si acaso te dicen: ��por qu� esos gemidos?�, dir�s: �por causa de una noticia a cuya llegada todos los corazones desfallecer�n, desmayar�n todos los brazos, todos los esp�ritus se amilanar�n, y todas las rodillas se ir�n en agua. ved que ya llega; es cosa hecha, or�culo del se�or yahveh.� [13] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [14] hijo de hombre, profetiza. dir�s: as� dice el se�or. di: �espada, espada! afilada est�, bru�ida. [15] para la matanza est� afilada, para centellear est� bru�ida... [16] se la ha hecho bru�ir para empu�arla; ha sido afilada la espada, ha sido bru�ida para ponerla en mano de matador. [17] grita, da alaridos, hijo de hombre, porque est� destinada a mi pueblo, a todos los pr�ncipes de israel destinados a la espada con mi pueblo. por eso golp�ate el pecho, [18] pues la prueba est� hecha... or�culo del se�or yahveh. [19] y t�, hijo de hombre, profetiza y bate palmas. �golpee la espada dos, tres veces, la espada de las v�ctimas, la espada de la gran v�ctima, que les amenaza en torno! [20] a fin de que desmaye el coraz�n y abunden las ocasiones de ca�da, en todas las puertas he puesto yo matanza por la espada, hecha para centellear, bru�ida para la matanza. [21] �toma un rumbo: a la derecha, vu�lvete a la izquierda, donde tus filos sean requeridos! [22] yo tambi�n batir� palmas, saciar� mi furor. yo, yahveh, he hablado. [23] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [24] y t�, hijo de hombre, marca dos caminos por donde venga la espada del rey de babilonia, que salgan los dos del mismo pa�s, y marca una se�alizaci�n, m�rcala en la cabecera del camino de la ciudad;

[25] trazar�s el camino para que venga la espada hacia rabb� de los ammonitas y hacia jud�, a la fortaleza de jerusal�n. [26] porque el rey de babilonia se ha detenido en el cruce, en la cabecera de los dos caminos, para consultar a la suerte. ha sacudido las flechas, ha interrogado a los terafim, ha observado el h�gado. [27] en su mano derecha est� la suerte de jerusal�n: para situar arietes, dar la orden de matanza, lanzar el grito de guerra, situar arietes contra las puertas, levantar un terrapl�n, hacer trincheras. [28] para ellos y a sus ojos, no es m�s que un vano presagio: se les hab�a dado un juramento. pero �l recuerda las culpas por las que caer�n presos. [29] por eso, as� dice el se�or yahveh: por haber hecho recordar vuestras culpas, descubriendo vuestros cr�menes, haciendo aparecer vuestros pecados en todas vuestras acciones, y porque as� se os ha recordado, caer�is presos en su mano. [30] en cuanto a ti, vil criminal, pr�ncipe de israel, cuya hora ha llegado con la �ltima culpa, [31] as� dice el se�or yahveh: la tiara se quitar�, se depondr� la corona, todo ser� transformado; lo humilde ser� elevado, lo elevado ser� humillado. [32] ruina, ruina, ruina, eso es lo que har� con �l, como jam�s la hubo, hasta que llegue aquel a quien corresponde el juicio y a quien yo se lo entregar�. [33] y t�, hijo de hombre, profetiza y di: as� dice el se�or yahveh a los ammonitas y sus burlas. dir�s: �la espada, la espada est� desenvainada para la matanza, bru�ida para devorar, para centellear [34] -mientras se tienen para ti visiones vanas, y para ti se presagia la mentira-, para degollar a los viles criminales cuya hora ha llegado con la �ltima culpa! [35] vu�lvela a la vaina. en el lugar donde fuiste creada, en tu tierra de origen, te juzgar� yo; [36] derramar� sobre ti mi ira, soplar� contra ti el fuego de mi furia, y te entregar� en manos de hombres b�rbaros, agentes de destrucci�n. [37] ser�s pasto del fuego, tu sangre correr� en medio del pa�s, no quedar� de ti recuerdo alguno, porque yo, yahveh, he hablado. ezequiel cap.22 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] y t�, hijo de hombre, �no vas a juzgar? �no vas a juzgar a la ciudad sanguinaria? hazle saber todas sus abominaciones. [3] dir�s: as� dice el se�or yahveh: ciudad que derramas sangre en medio de ti para que llegue tu hora, que haces basuras en tu suelo para contaminarte, [4] por la sangre que derramaste te has hecho culpable, con las basuras que hiciste te has contaminado; has adelantado tu hora, ha llegado el t�rmino de tus a�os. por eso yo he hecho de ti la burla de las naciones y la irrisi�n de todos los pa�ses. [5] pr�ximos y lejanos, se reir�n de ti, ciudad de nombre impuro, llena de des�rdenes. [6] ah� est�n dentro de ti los pr�ncipes de israel, cada uno seg�n su poder, s�lo ocupados en derramar sangre. [7] en ti se desprecia al padre y a la madre, en ti se maltrata al forastero residente, en ti se oprime al hu�rfano y a la viuda. [8] no tienes respeto a mis cosas sagradas, profanas mis s�bados. [9] hay en ti gente que calumnia para verter sangre. en ti se come en los montes, y se comete infamia. [10] en ti se descubre la desnudez del propio padre, en ti se hace violencia a la mujer en estado de impureza. [11] un comete abominaci�n con la mujer de su pr�jimo, el otro se contamina de manera infame con su nuera, otro hace violencia a su hermana, la hija de su propio padre; [12] en ti se acepta soborno para derramar sangre; tomas a usura e inter�s,

explotas a tu pr�jimo con violencia, y te has olvidado de m�, or�culo del se�or yahveh. [13] mira, yo voy a batir palmas a causa de los actos de pillaje que has cometido y de la sangre que corre en medio de ti. [14] �podr� tu coraz�n resistir y tus manos seguir firmes el d�a en que yo act�e contra ti? yo, yahveh, he hablado y lo har�. [15] te dispersar� entre las naciones, te esparcir� por los pa�ses, borrar� la impureza que hay en medio de ti, [16] por ti misma te ver�s profanada a los ojos de las naciones, y sabr�s que yo soy yahveh. [17] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [18] hijo de hombre, la casa de israel se me ha convertido en escoria; todos son cobre, esta�o, hierro, plomo, en medio de un horno; �escoria son! [19] por eso, as� dice el se�or yahveh: por haberos convertido todos vosotros en escoria, por eso voy a juntaros en medio de jerusal�n. [20] como se pone junto plata, cobre, hierro, plomo y esta�o en el horno, y se atiza el fuego por debajo para fundirlo todo, as� os juntar� yo en mi c�lera y mi furor; os pondr� y os fundir�. [21] os reunir�, atizar� contra vosotros el fuego de mi furia, y os fundir� en medio de la ciudad. [22] como se funde la plata en medio del horno, as� ser�is fundidos vosotros en medio de ella, y sabr�is que yo, yahveh, he derramado mi furor sobre vosotros. [23] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [24] hijo de hombre, dile: eres una tierra que no ha tenido lluvia ni inundaci�n en el d�a de la ira; [25] los pr�ncipes que en ella residen son como un le�n rugiente que desgarra su presa. han devorado a la gente, se han apoderado de haciendas y joyas, han multiplicado las viudas en medio de ella. [26] sus sacerdotes han violado mi ley y profanado mis cosas sagradas; no han hecho diferencia entre lo sagrado y lo profano, ni han ense�ado a distinguir entre lo puro y lo impuro; se han tapado los ojos para no ver mis s�bados, y yo he sido deshonrado en medio de ellos. [27] sus jefes, en medio de ella, son como lobos que desgarran su presa, que derraman sangre, matando a las personas para robar sus bienes. [28] sus profetas los han recubierto de argamasa con sus vanas visiones y sus presagios mentirosos, diciendo: �as� dice el se�or yahveh�, cuando yahveh no hab�a hablado. [29] el pueblo de la tierra ha hecho violencia y cometido pillaje, ha oprimido al pobre y al indigente, ha maltratado al forastero sin ning�n derecho. [30] he buscado entre ellos alguno que construyera un muro y se mantuviera de pie en la brecha ante m�, para proteger la tierra e impedir que yo la destruyera, y no he encontrado a a nadie. [31] entonces he derramado mi ira sobre ellos; en el fuego de mi furia los he exterminado: he hecho caer su conducta sobre su cabeza, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.23 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre: hab�a dos mujeres, hijas de la misma madre. [3] se prostituyeron en egipto; se prostituyeron en su juventud. all� fueron palpados sus pechos y acariciado su seno virginal. [4] estos eran sus nombres: ohol�, la mayor, y oholib�, su hermana. fueron m�as y dieron a luz hijos e hijas. sus nombres: ohol� es samaria; oholib�, jerusal�n. [5] ohol� se prostituy� cuando me pertenec�a a m�; se enamor� perdidamente de sus amantes, los asirios sus vecinos, [6] vestidos de p�rpura, gobernadores y prefectos, todos ellos j�venes apuestos y h�biles caballeros. [7] les otorg� sus favores -eran todos ellos la flor de los asirios- y, con todos

aquellos de los que se hab�a enamorado, se contamin� al contacto de todas sus basuras. [8] no cej� en sus prostituciones comenzadas en egipto, donde se hab�an acostado con ella en su juventud, acariciando su seno virginal, y desahogando con ella su lascivia. [9] por eso yo la entregu� en manos de sus amantes, en manos de los asirios de los que se hab�a enamorado. [10] estos descubrieron su desnudez, se llevaron a sus hijos y sus hijas, y a ella misma la mataron a espada. vino as� a ser ejemplo para las mujeres, porque se hab�a hecho justicia de ella. [11] su hermana oholib� vio esto, pero su pasi�n y sus prostituciones fueron todav�a m�s escandalosas que las de su hermana. [12] se enamor� de los asirios, gobernadores y prefectos, vecinos suyos, magn�ficamente vestidos, h�biles caballeros, y todos ellos j�venes apuestos. [13] yo vi que estaba impura; la conducta era la misma para las dos, [14] pero �sta super� sus prostituciones: vio hombres pintados en la pared, figuras de caldeos pintadas con bermell�n, [15] con cinto en las caderas y amplios turbantes en sus cabezas, con aspecto de escuderos todos ellos, que representaban a los babilonios, caldeos de origen, [16] y en cuanto los vio se enamor� de ellos y les envi� mensajeros a caldea. [17] los babilonios vinieron donde ella, a compartir el lecho de los amores y a contaminarla con su lascivia; y cuando se contamin� con ellos, su deseo se apart� de ellos. [18] dej� as� al descubierto sus prostituciones y su desnudez; y yo me apart� de ella como me hab�a apartado de su hermana. [19] pero �sta multiplic� sus prostituciones, acord�ndose de los d�as de su juventud, cuando se prostitu�a en el pa�s de egipto, [20] y se enamoraba de aquellos disolutos de carne de asnos y miembros de caballos. [21] has renovado as� la inmoralidad de tu juventud, cuando en egipto acariciaban tu busto palpando tus pechos juveniles. [22] pues bien, oholib�, as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo suscito contra ti a todos tus amantes, de los que te has apartado; los voy a traer contra ti de todas partes, [23] a los babilonios y a todos los caldeos, los de pecod, de soa y de coa, y con ellos a todos los asirios, j�venes apuestos, gobernadores y prefectos, todos ellos escuderos de t�tulo y h�biles caballeros; [24] y vendr�n contra ti desde el norte carros y carretas, con una asamblea de pueblos. por todas partes te opondr�n el pav�s, el escudo y el yelmo. yo les dar� el encargo de juzgarte y te juzgar�n conforme a su derecho. [25] desencadenar� mis celos contra ti, y te tratar�n con furor, te arrancar�n la nariz y las orejas, y lo que quede de los tuyos caer� a espada; se llevar�n a tus hijos y a tus hijas, y lo que quede de los tuyos ser� devorado por el fuego. [26] te despojar�n de tus vestidos y se apoderar�n de tus joyas. [27] yo pondr� fin a tu inmoralidad y a tus prostituciones comenzadas en egipto; no levantar�s m�s tus ojos hacia ellos, ni volver�s a acordarte de egipto. [28] porque as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo te entrego en manos de los que detestas, en manos de aquellos de los que te has apartado. [29] ellos te tratar�n con odio, se apoderar�n de todo el fruto de tu trabajo y te dejar�n completamente desnuda. as� quedar� al descubierto la verg�enza de tus prostituciones. tu inmoralidad y tus prostituciones [30] te han acarreado todo esto, por haberte prostituido a las naciones, por haberte contaminado con sus basuras. [31] has imitado la conducta de tu hermana, y yo pondr� su c�liz en tu mano. [32] as� dice el se�or yahveh: beber�s el c�liz de tu hermana, c�liz ancho y profundo, que servir� de burla e irrisi�n, tan grande es su cabida. [33] te empapar�s de embriaguez y de aflicci�n. c�liz de desolaci�n y de angustia, el c�liz de tu hermana samaria.

[34] lo beber�s, lo apurar�s; roer�s hasta los cascotes, y te desgarrar�s el seno. porque he hablado yo, or�culo del se�or yahveh. [35] por eso, as� dice el se�or yahveh: puesto que me has olvidado y me has arrojado a tus espaldas, carga t� tambi�n con tu inmoralidad y tus prostituciones. [36] despu�s, yahveh me dijo: hijo de hombre, �vas a juzgar a ohol� y oholib�? repr�chales sus abominaciones. [37] han cometido adulterio, est�n ensangrentadas sus manos, han cometido adulterio con sus basuras, y hasta a sus hijos, que me hab�an dado a luz, los han hecho pasar por el fuego como alimento para ellas. [38] han llegado a hacerme hasta esto: han contaminado mi santuario en este d�a y han profanado mis s�bados; [39] despu�s de haber inmolado sus hijos a sus basuras, el mismo d�a, han entrado en mi santuario para profanarlo. esto es lo que han hecho en mi propia casa. [40] m�s a�n, mandaron en busca de hombres que vinieran de lejos, envi�ndoles un mensajero, y cuando vinieron te ba�aste, te pintaste los ojos y te pusiste las joyas; [41] luego te reclinaste en un espl�ndido div�n, ante el cual estaba aderezada una mesa en la que hab�as puesto mi incienso y mi aceite. [42] se o�a all� el ruido de una turba indolente, por la multitud de hombres, de bebedores tra�dos del desierto; pon�an ellos brazaletes en las manos de ellas y una corona preciosa en su cabeza. [43] y yo dec�a de aquella que estaba gastada de adulterios: todav�a sigue entreg�ndose a sus prostituciones, [44] y vienen donde ella, como se viene donde una prostituta. as� han venido donde ohol� y oholib�, estas mujeres depravadas. [45] pero hay hombres justos que les aplicar�n el juicio reservado a las ad�lteras y a las que derraman sangre, porque ellas son ad�lteras y hay sangre en sus manos. [46] porque as� dice el se�or yahveh: conv�quese contra ellas una asamblea para entregarlas al terror y al pillaje, [47] y la asamblea las matar� a pedradas y las acribillar� a golpes de espada; matar�n a sus hijos y a sus hijas, y prender�n fuego a sus casas. [48] yo pondr� fin a la inmoralidad en esta tierra; todas las mujeres quedar�n as� avisadas y no imitar�n vuestra inmoralidad. [49] se har� recaer sobre vosotras vuestra inmoralidad, cargar�is con los pecados cometidos con vuestras basuras, y sabr�is que yo soy el se�or yahveh. ezequiel cap.24 [1] el a�o noveno, el d�a diez del d�cimo mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, escribe la fecha de hoy, de este mismo d�a, porque el rey de babilonia se ha lanzado sobre jerusal�n precisamente en este d�a. [3] comp�n una par�bola sobre esta casa de rebeld�a. les dir�s: as� dice el se�or yahveh: arrima la olla al fuego, arr�mala, y echa agua en ella. [4] amontana dentro trozos de carne, todos los trozos buenos, pierna y espalda. ll�nala de los huesos mejores. [5] toma lo mejor del ganado menor. apila en torno la le�a debajo, hazla hervir a borbotones, de modo que hasta los huesos se cuezan. [6] porque as� dice el se�or yahveh: �ay de la ciudad sanguinaria, olla toda ro�osa, cuya herrumbre no se le va! �vac�ala trozo a trozo, sin echar suertes sobre ella! [7] porque su sangre est� en medio de ella, la ha esparcido sobre la roca desnuda, no la ha derramado en la tierra recubri�ndola de polvo. [8] para que el furor desborde, para tomar venganza, he puesto yo su sangre sobre roca desnuda, para que no fuera recubierta. [9] pues bien, as� dice el se�or yahveh: �ay de la ciudad sanguinaria! tambi�n yo voy a hacer un gran mont�n de le�a.

[10] apila bien la le�a, enciende el fuego, cuece la carne a punto, prepara las especias, que los huesos se abrasen. [11] y mant�n la olla vac�a sobre las brasas, para que se caliente, se ponga al rojo el bronce, se funda dentro de ella su suciedad, y su herrumbre se consuma. [12] pero ni por el fuego se va la herrumbre de la que est� ro�osa. [13] de la impureza de tu inmoralidad he querido purificarte, pero t� no te has dejado purificar de tu impureza. no ser�s, pues, purificada hasta que yo no desahogue mi furor en ti. [14] yo, yahveh, he hablado, y cumplo la palabra: no me retraer�, no tendr� piedad ni me compadecer�. seg�n tu conducta y seg�n tus obras te juzgar�n, or�culo del se�or yahveh. [15] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [16] �hijo de hombre, mira, voy a quitarte de golpe el encanto de tus ojos. pero t� no te lamentar�s, no llorar�s, no te saldr� una l�grima. [17] suspira en silencio, no hagas duelo de muertos; ci�e el turbante a tu cabeza, ponte tus sandalias en los pies, no te cubras la barba, no comas pan ordinario.� [18] yo habl� al pueblo por la ma�ana, y por la tarde muri� mi mujer; y al d�a siguiente por la ma�ana hice como se me hab�a ordenado. [19] el pueblo me dijo: ��no nos explicar�s qu� significado tiene para nosotros lo que est�s haciendo?� [20] yo les dije: �la palabra de yahveh me ha sido dirigida en estos t�rminos: [21] di a la casa de israel: as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo voy a profanar mi santurario, orgullo de vuestra fuerza, encanto de vuestros ojos, pasi�n de vuestras almas. vuestros hijos y vuestras hijas que hab�is abandonado, caer�n a espada. [22] y vosotros har�is como yo he hecho: no os cubrir�is la barba, no comer�is pan ordinario, [23] seguir�is llevando vuestros adornos en la cabeza y vuestras sandalias en los pies, no os lamentar�is ni llorar�is. os consumir�is a causa de vuestras culpas y gemir�is los unos con los otros. [24] ser� para vosotros un s�mbolo; har�is todo lo que �l ha hecho. y cuando esto suceda, sabr�is que yo soy el se�or yahveh.� [25] y t�, hijo de hombre, el d�a en que yo les quite su apoyo, su alegre ornato, el encanto de sus ojos, el anhelo de su alma, sus hijos y sus hijas, [26] ese d�a llegar� donde ti el fugitivo que traer� la noticia. [27] aquel d�a se abrir� tu boca para hablar al fugitivo; hablar�s y ya no seguir�s mudo; ser�s un s�mbolo para ellos, y sabr�n que yo soy yahveh. ezequiel cap.25 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los ammonitas y profetiza contra ellos. [3] dir�s a los ammonitas: escuchad la palabra del se�or yahveh. as� dice el se�or yahveh: por haber dicho: ��ja, ja!� sobre mi santuario cuando era profanado, sobre la tierra de israel cuando era devastada y sobre la casa de jud� cuando marchaba al destierro, [4] por eso, he aqu� que yo te entrego en posesi�n a los hijos de oriente; emplazar�n en ti sus campamentos, y pondr�n en ti sus tiendas; ellos comer�n tus frutos y ellos beber�n tu leche. [5] yo har� de rabb� un establo de camellos, y de las ciudades de amm�n un redil de ovejas. y sabr�is que yo soy yahveh. [6] as� dice el se�or yahveh: por haber batido palmas y haber pataleado, por haberte alegrado, con todo tu desprecio y animosidad, a costa de la tierra de israel, [7] por eso, he aqu� que yo extiendo mi mano contra ti y te entregar� al saqueo de las naciones, te extirpar� de entre los pueblos y te exterminar� de entre los

pa�ses. te destruir�, y sabr�s que yo soy yahveh. [8] as� dice el se�or yahveh: porque moab y se�r han dicho: �mirad, la casa de jud� es igual que todas las naciones�, [9] por eso, he aqu� que yo voy a abrir las espaldas de moab, y a destruir de un extremo al otro sus ciudades, las joyas de ese pa�s, bet hayesimot, baal me�n, quiryat�yim. [10] a los hijos de oriente, adem�s de los ammonitas, la entrego en posesi�n, para que no se recuerde m�s entre las naciones. [11] har� justicia de moab, y se sabr� que yo soy yahveh. [12] as� dice el se�or yahveh: porque edom ha ejecutado su venganza sobre la casa de jud� y se ha hecho gravemente culpable al vengarse de ella, [13] por eso, as� dice el se�or yahveh: yo extender� mi mano contra edom y extirpar� de ella hombres y bestias. la convertir� en desierto; desde tem�n a ded�n caer�n a espada. [14] pondr� mi venganza contra edom en manos de mi pueblo israel, que tratar� a edom seg�n mi c�lera y mi furor, y se sabr� lo que es mi venganza, or�culo del se�or yahveh. [15] as� dice el se�or yahveh: porque los filisteos han actuado vengativamente y han ejecutado su venganza con desprecio y animosidad, tratando de destruir a impulsos de un odio eterno, [16] por eso, as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo extiendo mi mano contra los filisteos; extirpar� a los kereteos y destruir� lo que queda en el litoral del mar. [17] ejecutar� contra ellos terribles venganzas, furiosos escarmientos, y sabr�n que yo soy yahveh, cuando les aplique mi venganza. ezequiel cap.26 [1] el a�o und�cimo, el d�a primero del mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, porque tiro ha dicho contra jerusal�n: ��ja, ja! ah� est� rota, la puerta de los pueblos; se vuelve hacia m�, su riqueza est� en ruinas�, [3] por eso, as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy contra ti, tiro. voy a hacer subir contra ti a naciones numerosas, como el mar hace subir sus olas. [4] derruir�n las murallas de tiro y abatir�n sus torres. yo barrer� de ella hasta el polvo y la dejar� como roca pelada. [5] quedar�, en medio del mar, como un secadero de redes. porque he hablado yo, or�culo del se�or yahveh. tiro ser� presa propicia para las naciones. [6] y sus hijas que est�n tierra adentro ser�n muertas a espada. y se sabr� que yo soy yahveh. [7] pues as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo traigo contra tiro, por el norte, a nabucodonosor, rey de babilonia, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes y gran n�mero de tropas. [8] a tus hijas que est�n tierra adentro las matar� a espada. har� contra ti trincheras, levantar� contra ti un terrapl�n, alzar� contra ti un testudo, [9] lanzar� los golpes de su ariete contra tus murallas, demoler� tus torres con sus m�quinas. [10] sus caballos son tan numerosos que su polvo te cubrir�. al estr�pito de su caballer�a, de sus carros y carretas, trepidar�n tus murallas cuando entre �l por tus puertas, como se entra en una ciudad, brecha abierta. [11] con los cascos de sus caballos hollar� todas tus calles, a tu pueblo pasar� a cuchillo, y tus grandiosas estelas se desplomar�n en tierra. [12] se llevar�n como bot�n tus riquezas, saquear�n tus mercanc�as, destruir�n tus murallas, demoler�n tus casas suntuosas. tus piedras, tus vigas y tus escombros los echar�n al fondo de las aguas. [13] yo har� cesar la armon�a de tus canciones, y no se volver� a o�r el son de tus c�taras. [14] te convertir� en roca pelada, quedar�s como secadero de redes; no volver�s a

ser reconstruida, porque yo, yahveh, he hablado, or�culo del se�or yahveh. [15] as� dice el se�or yahveh a tiro: al estruendo de tu ca�da, cuando giman las v�ctimas, cuando hierva la carnicer�a en medio de ti, �no temblar�n las islas? [16] bajar�n de sus tronos todos los pr�ncipes del mar, se quitar�n sus mantos, dejar�n sus vestidos recamados. se vestir�n de pavores, se sentar�n en tierra, sin tregua temblar�n y quedar�n pasmados por ti. [17] entonar�n por ti una eleg�a y te dir�n: �ah! ah� est�s destruida, desaparecida de los mares, la ciudad famosa, que fue poderosa en el mar, con tus habitantes, los que infund�an el terror en todo el continente. [18] ahora tiemblan las islas en el d�a de tu ca�da, las islas del mar est�n aterradas de tu fin. [19] porque as� dice el se�or yahveh: cuando yo te convierta en una ciudad en ruinas como las ciudades despobladas, cuando yo empuje sobre ti el oc�ano, y te cubran las muchas aguas, [20] entonces te precipitar� con los que bajan a la fosa, con el pueblo de anta�o; te har� habitar en los infiernos, como las ruinas de anta�o, con los que bajan a la fosa, para que no vuelvas a ser restablecida en la tierra de los vivos. [21] har� de ti un objeto de espanto, y no existir�s m�s. se te buscar� y no se te encontrar� jam�s, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.27 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] y t�, hijo de hombre, entona una eleg�a sobre tiro. [3] dir�s a tiro, la ciudad sentada a la entrada del mar, centro del tr�fico de los pueblos hacia islas sin cuento: as� dice el se�or yahveh: tiro, t� dec�as: yo soy un nav�o de perfecta hermosura. [4] en el coraz�n de los mares estaban tus fronteras. tus fundadores hicieron perfecta tu hermosura. [5] con cipreses de senir te construyeron todas tus planchas. del l�bano tomaron un cedro para erigirte un m�stil. [6] de las encinas de bas�n hicieron tus remos. el puente te lo hicieron de marfil incrustado en cedro de las islas de kittim. [7] de lino recamado de egipto era tu vela que te serv�a de ense�a. p�rpura y escarlata de las islas de elis� formaban tu toldo. [8] los habitantes de sid�n y de arvad eran tus remeros. y tus sabios, tiro, iban a bordo como timoneles. [9] en ti estaban los ancianos de guebal y sus artesanos para reparar tus aver�as. todas las naves del mar y sus marineros estaban contigo para asegurar tu comercio. [10] los de persia, de lud y de put serv�an en tu ej�rcito como hombres de guerra; suspend�an en ti el escudo y el yelmo, te daban esplendor. [11] los hijos de arvad, con tu ej�rcito, guarnec�an por todas partes tus murallas, y los gammadeos tus torres. suspend�an sus escudos en tus murallas, todo alrededor, y hac�an perfecta tu hermosura. [12] tarsis era cliente tuya, por la abundancia de toda riqueza: plata, hierro, esta�o y plomo daba por tus mercanc�as. [13] yav�n, t�bal y m�sek traficaban contigo: te daban a cambio hombres y utensilios de bronce. [14] los de bet togarm� daban por tus mercanc�as caballos de tiro y de silla, y mulos. [15] los hijos de rod�n traficaban contigo; numerosas islas eran clientes tuyas; te pagaban con colmillos de marfil y madera de �bano. [16] edom era cliente tuyo por la abundancia de tus productos: daba por tus mercanc�as malaquita, p�rpura, recamados, batista, coral y rub�es. [17] jud� y la tierra de israel traficaban tambi�n contigo: te daban a cambio trigo de minnit, pannag, miel, aceite y resina. [18] damasco era cliente tuya por la abundancia de tus productos; gracias a la

abundancia de toda riqueza, te prove�a de vino de jelb�n y lana de sajar. [19] dan y yav�n, desde uzal, daban por tus mercanc�as hierro forjado, canela y ca�a. [20] ded�n traficaba contigo en sillas de montar. [21] arabia y todos los pr�ncipes de quedar eran tambi�n tus clientes: pagaban con corderos, carneros y machos cabr�os. [22] los mercaderes de sab� y de ram� traficaban contigo: aromas de primera calidad y toda clase de piedras preciosas y oro daban por tus mercanc�as. [23] jar�n, kann� y ed�n, los mercaderes de sab�, de asur y de kilmad traficaban contigo. [24] tra�an a tu mercado vestidos de lujo, mantos de p�rpura y brocado, tapices multicolores y maromas trenzadas. [25] las naves de tarsis formaban tu flota comercial. estabas repleta y pesada en el coraz�n de los mares. [26] a alta mar te condujeron los que a remo te llevaban. el viento de oriente te ha quebrado en el coraz�n de los mares. [27] tus riquezas, tus mercanc�as y tus fletes, tus marineros y tus timoneles, tus calafates, tus agentes comerciales, todos los guerreros que llevas, toda la tripulaci�n que transportas, se hundir�n en el coraz�n de los mares el d�a de tu naufragio. [28] al o�r los gritos de tus marinos, se asustar�n las costas. [29] entonces desembarcar�n de sus naves todos los remeros. los marineros, todos los hombres de mar, se quedar�n en tierra. [30] lanzar�n su clamor por ti, gritar�n amargamente. se echar�n polvo en la cabeza, se revolcar�n en la ceniza; [31] se rapar�n el pelo por tu causa, se ce�ir�n de sayal. llorar�n por ti, en la amargura de su alma, con amargo lamento. [32] entonar�n por ti, en su duelo, una eleg�a, har�n por ti esta lamentaci�n: ��qui�n era semejante a tiro en medio del mar? [33] cuando tus mercanc�as se desembarcaban, saciabas a muchos pueblos; con la abundancia de tus riquezas y productos enriquec�as a los reyes de la tierra. [34] mas ahora est�s ah� quebrada por los mares en las honduras de las aguas. tu carga y toda tu tripulaci�n se han hundido contigo. [35] todos los habitantes de las islas est�n pasmados por tu causa. sus reyes est�n estremecidos de terror, descompuesto su rostro. [36] los mercaderes de los pueblos silban sobre ti, porque te has convertido en objeto de espanto, y has desaparecido para siempre.� ezequiel cap.28 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, di al pr�ncipe de tiro: as� dice el se�or yahveh: �oh!, tu coraz�n se ha engre�do y has dicho: �soy un dios, estoy sentado en un trono divino, en el coraz�n de los mares.� t� que eres un hombre y no un dios, equiparas tu coraz�n al coraz�n de dios. [3] �oh s�, eres m�s sabio que danel! ning�n sabio es semejante a ti. [4] con tu sabidur�a y tu inteligencia te has hecho una fortuna, has amontonado oro y plata en tus tesoros. [5] por tu gran sabidur�a y tu comercio has multiplicado tu fortuna, y por su fortuna se ha engre�do tu coraz�n. [6] por eso, as� dice el se�or yahveh: porque has equiparado tu coraz�n al coraz�n de dios, [7] por eso, he aqu� que yo traigo contra ti extranjeros, los m�s b�rbaros entre las naciones. desenvainar�n la espada contra tu linda sabidur�a, y profanar�n tu esplendor; [8] te precipitar�n en la fosa, y morir�s de muerte violenta en el coraz�n de los mares. [9] �podr�s decir a�n: �soy un dios�, ante tus verdugos? pero ser�s un hombre,

que no un dios, entre las manos de los que te traspasen. [10] tendr�s la muerte de los incircuncisos, a manos de extranjeros. porque he hablado yo, or�culo del se�or yahveh. [11] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [12] hijo de hombre, entona una eleg�a sobre el rey de tiro. le dir�s: as� dice el se�or yahveh: eras el sello de una obra maestra, lleno de sabidur�a, acabado en belleza. [13] en ed�n estabas, en el jard�n de dios. toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rub�, topacio, diamante, cris�lito, piedra de �nice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el d�a de tu creaci�n. [14] querub�n protector de alas desplegadas te hab�a hecho yo, estabas en el monte santo de dios, caminabas entre piedras de fuego. [15] fuiste perfecto en su conducta desde el d�a de tu creaci�n, hasta el d�a en que se hall� en ti iniquidad. [16] por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. y yo te he degradado del monte de dios, y te he eliminado, querub�n protector, de en medio de las piedras de fuego. [17] tu coraz�n se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabidur�a por causa de tu esplendor. yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espect�culo a los reyes. [18] por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. [19] todos los pueblos que te conoc�an est�n pasmados por ti. eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre. [20] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [21] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia sid�n y profetiza contra ella. [22] dir�s: as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy contra ti, sid�n; en medio de ti ser� glorificado. se sabr� que yo soy yahveh, cuando yo haga justicia de ella y manifeste en ella mi santidad. [23] mandar� contra ella la peste, habr� sangre en sus calles; las v�ctimas caer�n en medio de ella, bajo la espada que la cercar� por todas partes, y se sabr� que yo soy yahveh. [24] no habr� m�s, para la casa de israel, espina que punce ni zarza que lacere, entre todos sus vecinos que la desprecian, y se sabr� que yo soy el se�or yahveh. [25] as� dice el se�or yahveh: cuando yo re�na a la casa de israel de en medio de los pueblos donde est� dispersa, manifestar� en ellos mi santidad a los ojos de las naciones. habitar�n en la tierra que yo di a mi siervo jacob; [26] habitar�n all� con seguridad, construir�n casas y plantar�n vi�as; vivir�n seguros. cuando yo haga justicia de todos sus vecinos que los desprecian, se sabr� que yo soy yahveh su dios. ezequiel cap.29 [1] el a�o d�cimo, el d�a doce del d�cimo mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia fara�n, rey de egipto, y profetiza contra �l y contra todo egipto. [3] habla y di: as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy contra ti, fara�n, rey de egipto, gran cocodrilo, recostado en medio de sus nilos, t� que has dicho: �mi nilo es m�o. yo mismo lo he hecho.� [4] voy a ponerte garfios en las quijadas, pegar� a tus escamas los peces de tus nilos, te sacar� fuera de tus nilos, con todos los peces de tus nilos, pegados a tus escamas. [5] te arrojar� al desierto, a ti y a todos los peces de tus nilos. en la haz del campo caer�s, no ser�s recogido ni enterrado. a las bestias de la tierra y a las aves del cielo te entregar� como pasto,

[6] y sabr�n todos los habitantes de egipto que yo soy yahveh. porque has sido un apoyo de ca�a para la casa de israel; [7] cuando ellos te agarraban, te romp�as en sus manos y desgarrabas toda su palma; cuando se apoyaban en t�, te hac�as pedazos y hac�as vacilar todos los ri�ones. [8] por eso, as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo traigo contra ti la espada, para extirpar de ti hombres y bestias. [9] el pa�s de egipto se convertir� en desolaci�n y ruina, y se sabr� que yo soy yahveh. por haber dicho: �el nilo es m�o, yo mismo lo he hecho�, [10] por eso, aqu� estoy yo contra ti y contra tus nilos. convertir� el pa�s de egipto en ruinas, devastaci�n y desolaci�n, desde migdol hasta siene y hasta la frontera de etiop�a. [11] no pasar� por �l pie de hombre, pie de animal no pasar� por �l. quedar� deshabitado durante cuarenta a�os. [12] yo har� del pa�s de egipto una desolaci�n en medio de pa�ses desolados; sus ciudades ser�n una desolaci�n entre ciudades en ruinas, durante cuarenta a�os. dispersar� a los egipcios entre las naciones y los esparcir� por los pa�ses. [13] porque as� dice el se�or yahveh: al cabo de cuarenta a�os, reunir� a los habitantes de egipto de entre los pueblos en los que hab�an sido dispersados. [14] recoger� a los cautivos egipcios y los har� volver al pa�s de patr�s, su pa�s de origen. all� formar�n un reino modesto. [15] egipto ser� el m�s modesto de los reinos y no se alzar� m�s sobre las naciones; le har� peque�o para que no vuelva a imponerse a las naciones. [16] no volver� a ser para la casa de israel apoyo de su confianza, que provoque el delito de irse en pos de �l. y se sabr� que yo soy el se�or yahveh. [17] el a�o veintisiete, el d�a uno del primer mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [18] hijo de hombre, nabucodonosor, rey de babilonia, ha emprendido con su ej�rcito grandes movimientos contra tiro. todas las cabezas han quedado peladas y todas las espaldas llagadas, pero no ha obtenido de tiro, ni para s� ni para su ej�rcito, ning�n provecho de la empresa acometida contra ella. [19] por eso, as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo entrego a nabucodonosor, rey de babilonia, el pa�s de egipto. el saquear� sus riquezas, se apoderar� de sus despojos y se llevar� su bot�n, que ser� la paga de su ej�rcito. [20] en compensaci�n de su esfuerzo contra tiro, yo le entrego el pa�s de egipto, porque han trabajado para m�, or�culo del se�or yahveh. [21] aquel d�a yo har� brotar un cuerno a la casa de israel, y a ti te permitir� abrir la boca en medio de ellos. y sabr�n que yo soy yahveh. ezequiel cap.30 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, profetiza y di: as� dice el se�or yahveh: gemid: ��ah, el d�a aquel!� [3] porque est� cercano el d�a, est� cercano el d�a de yahveh, d�a cargado de nubarrones, la hora de las naciones ser�. [4] vendr� la espada sobre egipto, cundir� el p�nico en kus, cuando las v�ctimas caigan en egipto, cuando sean saqueadas sus riquezas y sus cimientos derruidos. [5] kus, put y lud, toda arabia y kub, y los hijos del pa�s de la alianza, caer�n con ellos a espada. [6] as� dice yahveh: caer�n los apoyos de egipto, se desplomar� el orgullo de su fuerza; desde migdol a siene, caer�n todos a espada, or�culo del se�or yahveh. [7] quedar�n desolados entre los pa�ses desolados, y sus ciudades estar�n entre las ciudades en ruinas. [8] sabr�n que yo soy yahveh, cuando prenda fuego a egipto, y se rompan todos sus apoyos. [9] aquel d�a saldr�n de mi presencia mensajeros en nav�os a sembrar el terror en kus que se cree segura. cundir� el p�nico entre sus habitantes, en el d�a de

egipto, vedle aqu� que llega. [10] as� dice el se�or yahveh: yo pondr� fin a la multitud de egipto, por mano de nabucodonosor, rey de babilonia. [11] el, y su pueblo con �l, la m�s b�rbara de las naciones, ser�n enviados a asolar el pa�s. desenvainar�n la espada contra egipto, y llenar�n el pa�s de v�ctimas. [12] yo dejar� secos los nilos, y vender� el pa�s en manos de malvados. devastar� el pa�s y todo lo que encierra, por mano de extranjeros. yo, yahveh, he hablado. [13] as� dice el se�or yahveh: har� desaparecer las basuras, y pondr� fin a los falsos dioses de nof. no habr� m�s pr�ncipes en egipto, y yo sembrar� el terror en el pa�s de egipto. [14] devastar� Patr�s, prender� fuego a so�n, har� justicia de no. [15] derramar� mi furor en sin, la fortaleza de egipto, exterminar� la multitud de no. [16] prender� fuego a egipto. sin se retorcer� de dolor, en no se abrir� brecha y cundir�n las aguas. [17] los j�venes de on y de pi b�set caer�n a espada, y las ciudades mismas partir�n al cautiverio. [18] en tafnis el d�a se convertir� en tinieblas cuando yo quiebre all� el yugo de egipto y se acabe el orgullo de su fuerza. a ella le cubrir� un nubarr�n, y sus hijas partir�n al cautiverio. [19] as� har� justicia de egipto, y se sabr� que yo soy yahveh. [20] el a�o und�cimo, el d�a siete del primer mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [21] hijo de hombre, yo he roto el brazo de fara�n, rey de egipto, y he aqu� que nadie ha curado su herida aplic�ndole medicamentos y vendas para curarle, de modo que recobre el vigor para empu�ar la espada. [22] por eso, as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy yo contra fara�n, rey de egipto; quebrar� sus brazos, el que est� sano y el que est� roto, y har� que la espada caiga de su mano. [23] dispersar� a egipto entre las naciones, lo esparcir� por los pa�ses. [24] robustecer� los brazos del rey de babilonia, pondr� mi espada en su mano y romper� los brazos de fara�n, que lanzar� ante �l gemidos de v�ctima. [25] robustecer� los brazos del rey de babilonia, y los brazos de fara�n desmayar�n. y se sabr� que yo soy yahveh, cuando pongo mi espada en la mano del rey de babilonia y �l la esgrima contra el pa�s de egipto. [26] dispersar� a egipto entre las naciones, lo esparcir� por los pa�ses; y se sabr� que yo soy yahveh. ezequiel cap.31 [1] el a�o und�cimo, el d�a uno del tercer mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, di a fara�n, rey de egipto, y a la multitud de sus s�bditos: �a qui�n compararte en tu grandeza? [3] mira: a un cedro del l�bano de espl�ndido ramaje, de fronda de amplia sombra y de elevada talla. entre las nubes despuntaba su copa. [4] las aguas le hicieron crecer, el abismo le hizo subir, derramando sus aguas en torno a su plantaci�n, enviando sus acequias a todos los �rboles del campo. [5] por eso su tronco superaba en altura a todos los �rboles del campo, sus ramas se multiplicaban, se alargaba su ramaje, por la abundancia de agua que le hac�a crecer. [6] en sus ramas anidaban todos los p�jaros del cielo, bajo su fronda par�an todas las bestias del campo, a su sombra se sentaban naciones numerosas. [7] era hermoso en su grandeza, en su despliegue de ramaje, porque sus ra�ces se alargaban hacia aguas abundantes. [8] no le igualaban los dem�s cedros en el jard�n de dios, los cipreses no pod�an competir con su ramaje, los pl�tanos no ten�an ramas como las suyas. ning�n �rbol,

en el jard�n de dios, le igualaba en belleza. [9] yo le hab�a embellecido con follaje abundante, y le envidiaban todos los �rboles de ed�n, los del jard�n de dios. [10] pues bien, as� dice el se�or yahveh: por haber exagerado su talla, levantando su copa por entre las nubes, y haberse engre�do su coraz�n de su altura, [11] yo le he entregado en manos del conductor de las naciones, para que le trate conforme a su maldad; �le he desechado! [12] extranjeros, los m�s b�raros entre las naciones, lo han talado y lo han abandonado. en los montes y por todos los valles yace su ramaje; sus ramas est�n destrozadas por todos los barrancos del pa�s; toda la poblaci�n del pa�s se ha retirado de su sombra y lo ha abandonado. [13] sobre sus despojos se han posado todos los p�jaros del cielo, a sus ramas han venido todas las bestias del campo. [14] ha sido para que ning�n �rbol plantado junto a las aguas se engr�a de su talla, ni levante su copa por entre las nubes, y para que ning�n �rbol bien regado se estire hacia ellas con su altura. �porque todos ellos est�n destinados a la muerte, a los infiernos, como el com�n de los hombres, como los que bajan a la fosa! [15] as� dice el se�or yahveh: el d�a que baj� al seol, en se�al de duelo yo cerr� sobre �l el abismo, detuve sus r�os, y las aguas abundantes cesaron; por causa de �l llen� de sombra el l�bano, y todos los �rboles del campo se amustiaron por �l. [16] hice temblar a las naciones por el estr�pito de su ca�da, cuando le precipit� en el seol, con los que bajan a la fosa. en los infiernos se consolaron todos los �rboles de ed�n, lo m�s selecto y m�s bello del l�bano, regados todos por las aguas. [17] y al mismo tiempo que �l, bajaron al seol, donde las v�ctimas de la espada, los que eran su brazo y moraban a su sombra en medio de las naciones. [18] �a qui�n eras comparable en gloria y en grandeza, entre los �rboles de ed�n? sin embargo has sido precipitado, con los �rboles de ed�n, en los infiernos; en medio de incircuncisos yaces, con las v�ctimas de la espada: �se es fara�n y toda su multitud, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.32 [1] el a�o duod�cimo, el d�a uno del duod�cimo mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, entona una eleg�a sobre fara�n, rey de egipto. le dir�s: leoncillo de las naciones, est�s perdido. eras como un cocodrilo en los mares, chapoteabas en tus r�os, enturbiabas el agua con tus patas, agitabas su corriente. [3] as� dice el se�or yahveh: yo echar� sobre ti mi red entre una asamblea de pueblos numerosos, en mi red te sacar�n. [4] te dejar� abandonado por tierra, te tirar� sobre la haz del campo, har� que se posen sobre ti todos los p�jaros del cielo, hartar� de ti a todas las bestias de la tierra. [5] echar� tu carne por los montes, de tu carro�a llenar� los valles. [6] regar� el pa�s con tus despojos, con tu sangre, sobre los montes, y los barrancos se llenar�n de ti. [7] cuando te extingas, velar� los cielos y oscurecer� las estrellas. cubrir� el sol de nubes y la luna no dar� m�s su claridad. [8] oscurecer� por tu causa todos los astros que brillan en el cielo, y traer� tinieblas sobre tu pa�s, or�culo del se�or yahveh. [9] entristecer� el coraz�n de muchos pueblos cuando haga llegar la noticia de tu ruina entre las naciones, hasta pa�ses que no conoces. [10] dejar� pasmados por ti a muchos pueblos, y sus reyes se estremecer�n de horror por tu causa, cuando yo blanda mi espada ante ellos. temblar�n sin tregua, cada uno por su vida, el d�a de tu ca�da.

[11] porque as� dice el se�or yahveh: la espada del rey de babilonia caer� sobre ti. [12] abatir� la multitud de tus s�bditos, por la espada de guerreros, todos ellos los m�s b�rbaros de las naciones; arrasar�n el orgullo de egipto y toda su multitud ser� exterminada. [13] y har� perecer a todo tu ganado, junto a las aguas abundantes. no las enturbiar� m�s pie de hombre, no volver� a enturbiarlas pezu�a de animal. [14] entonces yo amansar� sus aguas, har� correr sus r�os como aceite, or�culo del se�or yahveh. [15] cuando yo convierta a egipto en desolaci�n, y el pa�s sea despojado de cuanto contiene, cuando hiera a todos los que lo habitan, sabr�n que yo soy yahveh. [16] una eleg�a es �sta, que cantar�n las hijas de las naciones. la cantar�n sobre egipto y sobre toda su multitud. cantar�n esta eleg�a, or�culo del se�or yahveh. [17] el a�o duod�cimo, el quince del primer mes, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [18] hijo de hombre, haz una lamentaci�n sobre la multitud de egipto, hazle bajar, a �l y a las hijas de las naciones, majestuosas, a los infiernos, con los que bajan a la fosa. [19] �a qui�n superas en belleza? baja, acu�state con los incircuncisos. [20] en medio de las v�ctimas de la espada caen (la espada ha sido entregada, la han sacado) �l y todas sus multitudes. [21] le hablan de en medio del seol los m�s esclarecidos h�roes, con sus auxiliares: �han bajado, yacen ya los incircuncisos, v�ctimas de la espada�. [22] all� est� Asur y toda su asamblea con sus sepulcros en torno a �l, todos ca�dos, v�ctimas de la espada; [23] sus sepulcros han sido puestos en las profundidades de la fosa, y su asamblea est� en torno a su sepulcro, todos ca�dos v�ctimas de la espada, los que sembraban el p�nico en la tierra de los vivos. [24] all� est� Elam con toda su multitud en torno a su sepulcro; todos ca�dos v�ctimas de la espada, han bajado, incircuncisos, a los infiernos, ellos que sembraban el p�nico en la tierra de los vivos. soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. [25] en medio de estas v�ctimas se le ha preparado un lecho, entre toda su multitud con sus sepulcros en torno a �l; todos ellos incircuncisos, v�ctimas de la espada, por haber sembrado el p�nico en la tierra de los vivos; soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. se les ha puesto en medio de estas v�ctimas. [26] all� est�n mesek, t�bal y toda su multitud con sus sepulcros en torno a �l, todos incircuncisos, atravesados por la espada, por haber sembrado el p�nico en la tierra de los vivos. [27] no yacen con los h�roes ca�dos de anta�o, aquellos que bajaron al seol con sus armas de guerra, a los que se les ha puesto la espada bajo su cabeza y los escudos sobre sus huesos, porque el p�nico de los h�roes cund�a en la tierra de los vivos. [28] pero t� ser�s quebrantado en medio de incircuncisos y yacer�s con las v�ctimas de la espada. [29] all� est� Edom, sus reyes y todos sus pr�ncipes, que fueron puestos, a pesar de su prepotencia, entre las v�ctimas de la espada. yacen entre incircuncisos, con los que bajan a la fosa. [30] all� est�n todos los pr�ncipes del norte, todos los sidonios, que bajaron con las v�ctimas, a pesar del p�nico que sembraba su prepotencia. confundidos, yacen, incircuncisos, entre las v�ctimas de la espada, y soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. [31] fara�n los ver� y se consolar� a la vista de toda esa multitud, v�ctima de la espada, fara�n y todo su ej�rcito, or�culo del se�or yahveh. [32] porque hab�a sembrado el p�nico en la tierra de los vivos, ser� tendido en

medio de incircuncisos, con las v�ctimas de la espada: fara�n y toda su multitud, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.33 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo. les dir�s: si yo hago venir la espada sobre un pa�s, y la gente de ese pa�s escoge a uno de los suyos y le ponen como centinela; [3] y �ste, al ver venir la espada sobre el pa�s, toca el cuerno para advertir al pueblo: [4] si resulta que alguien oye bien el sonido del cuerno, pero no hace caso, de suerte que la espada sobreviene y le mata, la sangre de este hombre recaer� sobre su propia cabeza. [5] ha o�do el sonido del cuerno y no ha hecho caso: su sangre recaer� sobre �l. en cambio, el que haya hecho caso, salvar� su vida. [6] si, por el contrario, el centinela ve venir la espada y no toca el cuerno, de suerte que el pueblo no es advertido, y la espada sobreviene y mata a alguno de ellos, perecer� �ste por su culpa, pero de su sangre yo pedir� cuentas al centinela. [7] a ti, tambi�n, hijo de hombre, te he hecho yo centinela de la casa de israel. cuando oigas una palabra de mi boca, les advertir�s de mi parte. [8] si yo digo al malvado: �malvado, vas a morir sin remedio�, y t� no le hablas para advertir al malvado que deje su conducta, �l, el malvado, morir� por su culpa, pero de su sangre yo te pedir� cuentas a ti. [9] si por el contrario adviertes al malvado que se convierta de su conducta, y �l no se convierte, morir� �l debido a su culpa, mientras que t� habr�s salvado tu vida. [10] y t�, hijo de hombre, di a la casa de israel: vosotros and�is diciendo: �nuestros cr�menes y nuestros pecados pesan sobre nosotros y por causa de ellos nos consumimos. �c�mo podremos vivir?� [11] diles: �por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva. convert�os, convert�os de vuestra mala conducta. �por qu� hab�is de morir, casa de israel?� [12] y t�, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: la justicia del justo no le salvar� el d�a de su perversi�n, ni la maldad del malvado le har� sucumbir el d�a en que se aparte de su maldad. pero tampoco el justo vivir� en virtud de su justicia el d�a en que peque. [13] si yo digo al justo: �vivir�s�, pero �l, fi�ndose de su justicia, comete la injusticia, no quedar� memoria de toda su justicia, sino que morir� por la injusticia que cometi�. [14] y si digo al malvado: �vas a morir�, y �l se aparta de pecado y practica el derecho y la justicia, [15] si devuelve la prenda, restituye lo que rob�, observa los preceptos que dan la vida y deja de cometer injusticia, vivir� ciertamente, no morir�. [16] ninguno de los pecados que cometi� se le recordar� m�s: ha observado el derecho y la justicia; ciertamente vivir�. [17] y los hijos de tu pueblo dicen: �no es justo el proceder del se�or.� el proceder de ellos es el que no es justo. [18] cuando el justo se aparta de su justicia para cometer injusticia, muere por ello. [19] y cuando el malvado se aparta de su maldad y observa el derecho y la justicia, vive por ello. [20] y vosotros dec�s: �no es justo el proceder del se�or.� yo os juzgar�, a cada uno seg�n su conducta, casa de israel. [21] el a�o duod�cimo, el d�a cinco del d�cimo mes de nuestra cautividad, lleg� donde m� el fugitivo de jerusal�n y me anunci�: �la ciudad ha sido tomada.�

[22] la mano de yahveh hab�a venido sobre m�, la tarde antes de llegar el fugitivo, y me hab�a abierto la boca para cuando �ste lleg� donde m� por la ma�ana; mi boca se abri� y no estuve m�s mudo. [23] entonces, la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [24] hijo de hombre, los que habitan esas ruinas, en el suelo de israel, dicen: �uno solo era abraham y obtuvo en posesi�n esta tierra. nosotros somos muchos; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesi�n.� [25] pues bien, diles: as� dice el se�or yahveh: vosotros com�is con sangre, alz�is los ojos hacia vuestras basuras, derram�is sangre, �y vais a poseer esta tierra! [26] confi�is en vuestras espadas, comet�is abominaci�n, cada cual contamina a la mujer de su pr�jimo, �y vais a poseer esta tierra! [27] les dir�s: as� dice el se�or yahveh: por mi vida, que los que est�n entre las ruinas caer�n a espada, a los que andan por el campo los entregar� a las bestias como pasto, y los que est�n en las escarpaduras y en las cuevas morir�n de peste. [28] convertir� esta tierra en soledad desolada, y se acabar� el orgullo de su fuerza. los montes de israel ser�n devastados y nadie pasar� m�s por ellos. [29] y se sabr� que yo soy yahveh, cuando convierta esta tierra soledad desolada, por todas las abominaciones que han cometido. [30] en cuanto a ti, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan de ti a la vera de los muros y a las puertas de las casas. se dicen unos a otros: �vamos a escuchar qu� palabra viene de parte de yahveh.� [31] y vienen a ti en masa, y mi pueblo se sienta delante de ti; escuchan tus palabras, pero no las ponen en pr�ctica. porque hacen amores con su bosca, pero su coraz�n s�lo anda buscando su inter�s. [32] t� eres para ellos como una canci�n de amor, graciosamente cantada, con acompa�amiento de buena m�sica. escuchan tus palabras, pero no hay quien las cumpla. [33] mas cuando todo esto llegue -y he aqu� que ya llega-, sabr�n que hab�a un profeta en medio de ellos. ezequiel cap.34 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, profetiza contra los pastores de israel, profetiza. dir�s a los pastores: as� dice el se�or yahveh: �ay de los pastores de israel que se apacientan a s� mismos! �no deben los pastores apacentar el reba�o? [3] vosotros os hab�is tomado la leche, os hab�is vestido con la lana, hab�is sacrificado las ovejas m�s ping�es; no hab�is apacentado el reba�o. [4] no hab�is fortalecido a las ovejas d�biles, no hab�is cuidado a la enferma ni curado a la que estaba herida, no hab�is tornado a la descarriada ni buscado a la perdida; sino que las hab�is dominado con violencia y dureza. [5] y ellas se han dispersado, por falta de pastor, y se han convertido en presa de todas las fieras del campo; andan dispersas. [6] mi reba�o anda errante por todos los montes y altos collados; mi reba�o anda disperso por toda la superficie de la tierra, sin que nadie se ocupe de �l ni salga en su busca. [7] por eso, pastores, escuchad la palabra de yahveh: [8] por mi vida, or�culo del se�or yahveh, lo juro: porque mi reba�o ha sido expuesto al pillaje y se ha hecho pasto de todas las fieras del campo por falta de pastor, porque mis pastores no se ocupan de mi reba�o, porque ellos, los pastores, se apacientan a s� mismos y no apacientan mi reba�o; [9] por eso, pastores, escuchad la palabra de yahveh. [10] as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy yo contra los pastores: reclamar� mi reba�o de sus manos y les quitar� de apacentar mi reba�o. as� los pastores no volver�n a apacentarse a s� mismos. yo arrancar� mis ovejas de su boca, y no ser�n m�s su presa.

[11] porque as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy yo; yo mismo cuidar� de mi reba�o y velar� por �l. [12] como un pastor vela por su reba�o cuando se encuentra en medio de sus ovejas dispersas, as� velar� yo por mis ovejas. las recobrar� de todos los lugares donde se hab�an dispersado en d�a de nubes y brumas. [13] las sacar� de en medio de los pueblos, las reunir� de los pa�ses, y las llevar� de nuevo a su suelo. las pastorear� por los montes de israel, por los barrancos y por todos los poblados de esta tierra. [14] las apacentar� en buenos pastos, y su majada estar� en los montes de la excelsa israel. all� reposar�n en buena majada; y pacer�n ping�es pastos por los montes de israel. [15] yo mismo apacentar� mis ovejas y yo las llevar� a reposar, or�culo del se�or yahveh. [16] buscar� la oveja perdida, tornar� a la descarriada, curar� a la herida, confortar� a la enferma; pero a la que est� gorda y robusta la exterminar�: las pastorear� con justicia. [17] en cuanto a vosotras, ovejas m�as, as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabr�o. [18] �os parece poco pacer en buenos pastos, para que pisote�is con los pies el resto de vuestros pastos? os parece poco beber en agua limpia, para que enturbi�is el resto con los pies? [19] �mis ovejas tienen que pastar lo que vuestros pies han pisoteado y beber lo que vuestros pies han enturbiado! [20] por eso, as� les dice el se�or yahveh: yo mismo voy a juzgar entre la oveja gorda y la flaca. [21] puesto que vosotras hab�is empujado con el flanco y con el lomo y hab�is topado con los cuernos a todas las ovejas m�s d�biles hasta dispersarlas fuera, [22] yo vendr� a salvar a mis ovejas para que no est�n m�s expuestas al pillaje; voy a juzgar entre oveja y oveja. [23] yo suscitar� para pon�rselo al frente un solo pastor que las apacentar�, mi siervo david: �l las apacentar� y ser� su pastor. [24] yo, yahveh, ser� su dios, y mi siervo david ser� pr�ncipe en medio de ellos. yo, yahveh, he hablado. [25] concluir� con ellos una alianza de paz, har� desaparecer de esta tierra las bestias feroces. habitar�n en seguridad en el desierto y dormir�n en los bosques. [26] yo los asentar� en los alrededores de mi colina, y mandar� a su tiempo la lluvia, que ser� una lluvia de bendici�n. [27] el �rbol del campo dar� su fruto, la tierra dar� sus productos, y ellos vivir�n en seguridad en su suelo. y sabr�n que yo soy yahveh, cuando despedace las barras de su yugo y los libre de la mano de los que los tienen esclavizados. [28] no volver�n a ser presa de las naciones, las bestias salvajes no volver�n a devorarlos. habitar�n en seguridad y no se les turbar� m�s. [29] har� brotar para ellos un plant�o famoso; no habr� m�s v�ctimas del hambre en el pa�s, ni sufrir�n m�s el ultraje de las naciones. [30] y sabr�n que yo, yahveh su dios, estoy con ellos, y que ellos, la casa de israel, son mi pueblo, or�culo del se�or yahveh. [31] vosotras, ovejas m�as, sois el reba�o humano que yo apaciento, y yo soy vuestro dios, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.35 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia la monta�a de se�r, y profetiza contra ella. [3] le dir�s: as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy contra ti, monta�a de se�r. voy a extender mi mano contra ti: te convertir� en soledad desolada, [4] y dejar� en ruinas tus ciudades; ser�s una desolaci�n, y sabr�s que yo soy yahveh.

[5] por haber alimentado un odio eterno y haber entregado a la espada a los hijos de israel el d�a de su desastre, el d�a de su �ltima culpa, [6] por eso, por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que yo te dejar� en sangre y la sangre te perseguir�. s�, eres rea de sangre, �y la sangre te perseguir�! [7] har� de la monta�a de se�r una soledad desolada, y extirpar� de all� al que va y al que viene. [8] llenar� de v�ctimas sus montes; en tus colinas, en tus valles y en todos tus barrancos, caer�n las v�ctimas de la espada. [9] te convertir� en soledades eternas, tus ciudades no volver�n a ser habitadas, y sabr�is que yo soy yahveh. [10] por haber dicho t�: �Las dos naciones, los dos pa�ses son m�os, vamos a tomarlos en posesi�n�, siendo as� que yahveh estaba all�, [11] por eso, por mi vida, or�culo del se�or yahveh, que proceder� con la misma c�lera y los mismos celos con que t� has procedido en tu odio contra ellos, y me dar� a conocer, por ellos, cuando te castigue. [12] sabr�s que yo, yahveh, he o�do todos los insultos que lanzabas contra los montes de israel diciendo: �est�n devastados, nos han sido entregados como pasto.� [13] me hab�is desafiado con vuestra boca, hab�is multiplicado contra m� vuestras palabras, lo he o�do todo. [14] as� dice el se�or yahveh: para alegr�a de toda esta tierra yo har� de ti una desolaci�n. [15] como t� te alegraste cuando la heredad de la casa de israel era una desolaci�n, yo te tratar� a ti de la misma manera. ser�s una desolaci�n, monta�a de se�r, as� como edom entero, y se sabr� que yo soy yahveh. ezequiel cap.36 [1] y t�, hijo de hombre, profetiza sobre los montes de israel. dir�s: montes de israel, escuchad la palabra de yahveh. [2] as� dice el se�or yahveh: porque el enemigo ha dicho contra vosotros: ��ja, ja, estas alturas eternas han pasado a ser posesi�n nuestra!�, [3] por eso, profetiza. dir�s: as� dice el se�or yahveh: porque hab�is sido asolados y se os ha codiciado por todas partes hasta pasar a ser posesi�n de las otras naciones, porque hab�is sido el blanco de la habladur�a y de la difamaci�n de la gente, [4] por eso, escuchad, montes de israel, la palabra del se�or yahveh. as� dice el se�or yahveh a los montes, a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que han sido entregadas al pillaje y a la irrisi�n del resto de las naciones circunvecinas. [5] por eso, as� dice el se�or yahveh: s�, en el ardor de mis celos voy a hablar contra las otras naciones y contra edom entero, que, con alegr�a en el coraz�n y desprecio en el alma, se han atribuido mi tierra en posesi�n para entregar su pasto al pillaje. [6] por ello, profetiza sobre la tierra de israel. dir�s a los montes y a las colinas, a los barrancos y a los valles: as� dice el se�or yahveh: ved que hablo en mis celos y mi furor: porque hab�is sufrido el ultraje de las naciones, [7] por eso, as� dice el se�or yahveh: juro mano en alto que las naciones que os rodean cargar�n con sus propios ultrajes. [8] y vosotros, montes de israel, vais a echar vuestras ramas y a producir vuestros frutos para mi pueblo israel, porque est� a punto de volver. [9] s�, heme aqu� por vosotros, a vosotros me vuelvo, vais a ser cultivados y sembrados. [10] yo multiplicar� sobre vosotros los hombres, la casa de israel entera. las ciudades ser�n habitadas y las ruinas reconstruidas. [11] multiplicar� en vosotros hombres y bestias, y ser�n numerosos y fecundos. os repoblar� como anta�o, mejorar� vuestra condici�n precedente, y sabr�is que yo soy yahveh. [12] har� que circulen por vosotros los hombres, mi pueblo israel. tomar�n

posesi�n de ti, y tu ser�s su heredad, y no volver�s a privarles de sus hijos. [13] as� dice el se�or yahveh: porque se ha dicho de ti que devoras a los hombres y que has privado a tu naci�n de hijos, [14] por eso, ya no devorar�s m�s hombres, ni volver�s a privar de hijos a tu naci�n, or�culo del se�or yahveh. [15] no consentir� que vuelvas a o�r el ultraje de las naciones, no sufrir�s m�s los insultos de los pueblos, y no volver�s a privar de hijos a tu naci�n, or�culo del se�or yahveh. [16] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [17] hijo de hombre, los de la casa de israel que habitaban en su tierra, la contaminaron con su conducta y sus obras; como la impureza de una menstruante era su conducta ante m�. [18] entonces yo derram� mi furor sobre ellos, por la sangre que hab�an vertido en su tierra y por las basuras con las que la hab�an contaminado. [19] los dispers� entre las naciones y fueron esparcidos por los pa�ses. los juzgu� seg�n su conducta y sus obras. [20] y en las naciones donde llegaron, profanaron mi santo nombre, haciendo que se dijera a prop�sito de ellos: �son el pueblo de yahveh, y han tenido que salir de su tierra.� [21] pero yo he tenido consideraci�n a mi santo nombre que la casa de israel profan� entre las naciones adonde hab�a ido. [22] por eso, di a la casa de israel: as� dice el se�or yahveh: no hago esto por consideraci�n a vosotros, casa de israel, sino por mi santo nombre, que vosotros hab�is profanado entre las naciones adonde fuisteis. [23] yo santificar� mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado all� por vosotros. y las naciones sabr�n que yo soy yahveh - or�culo del se�or yahveh cuando yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a la vista de ellos. [24] os tomar� de entre las naciones, os recoger� de todos los pa�ses y os llevar� a vuestro suelo. [25] os rociar� con agua pura y quedar�is purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificar�. [26] y os dar� un coraz�n nuevo, infundir� en vosotros un esp�ritu nuevo, quitar� de vuestra carne el coraz�n de piedra y os dar� un coraz�n de carne. [27] infundir� mi esp�ritu en vosotros y har� que os conduzc�is seg�n mis preceptos y observ�is y practiqu�is mis normas. [28] habitar�is la tierra que yo di a vuestros padres. vosotros ser�is mi pueblo y yo ser� vuestro dios. [29] os salvar� de todas vuestras impurezas, llamar� al trigo y lo multiplicar� y no os someter� m�s al hambre. [30] multiplicar� los frutos de los �rboles y los productos de los campos, para que no sufr�is m�s el oprobio del hambre entre las naciones. [31] entonces os acordar�is de vuestra mala conducta y de vuestras acciones que no eran buenas, y sentir�is asco de vosotros mismos por vuestras culpas y vuestras abominaciones. [32] no hago esto por vosotros - or�culo del se�or yahveh - sabedlo bien. avergonzaos y confund�os de vuestra conducta, casa de israel. [33] as� dice el se�or yahveh: el d�a que yo os purifique de todas vuestras culpas, repoblar� las ciudades y las ruinas ser�n reconstruidas; [34] la tierra devastada ser� cultivada, despu�s de haber sido una desolaci�n a los ojos de todos los transe�ntes. [35] y se dir�: �esta tierra, hasta ahora devastada, se ha hecho como jard�n de ed�n, y las ciudades en ruinas, devastadas y demolidas, est�n de nuevo fortificadas y habitadas.� [36] y las naciones que quedan a vuestro alrededor sabr�n que yo, yahveh, he reconstruido lo que estaba demolido y he replantado lo que estaba devastado. yo, yahveh, lo digo y lo hago. [37] as� dice el se�or yahveh: me dejar� todav�a buscar por la casa de israel, para hacer por ellos esto: multiplicarlos como un reba�o humano,

[38] como un reba�o de reses consagradas, como el reba�o reunido en jerusal�n, en las fiestas solemnes. as� se llenar�n de un reba�o humano vuestras ciudades en ruinas, y se sabr� que yo soy yahveh. ezequiel cap.37 [1] la mano de yahveh fue sobre m� y, por su esp�ritu, yahveh me sac� y me puso en medio de la vega, la cual estaba llena de huesos. [2] me hizo pasar por entre ellos en todas las direcciones. los huesos eran muy numerosos por el suelo de la vega, y estaban completamente secos. [3] me dijo: �hijo de hombre, �podr�n vivir estos huesos?� yo dije: �se�or yahveh, t� lo sabes.� [4] entonces me dijo: �profetiza sobre estos huesos. les dir�s: huesos secos, escuchad la palabra de yahveh. [5] as� dice el se�or yahveh a estos huesos: he aqu� que yo voy a hacer entrar el esp�ritu en vosotros, y vivir�is. [6] os cubrir� de nervios, har� crecer sobre vosotros la carne, os cubrir� de piel, os infundir� esp�ritu y vivir�is; y sabr�is que yo soy yahveh.� [7] yo profetic� como se me hab�a ordenado, y mientras yo profetizaba se produjo un ruido. hubo un estremecimiento, y los huesos se juntaron unos con otros. [8] mir� y vi que estaban recubiertos de nervios, la carne sal�a y la piel se extend�a por encima, pero no hab�a esp�ritu en ellos. [9] el me dijo: �profetiza al esp�ritu, profetiza, hijo de hombre. dir�s al esp�ritu: as� dice el se�or yahveh: ven, esp�ritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan.� [10] yo profetic� como se me hab�a ordenado, y el esp�ritu entr� en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ej�rcito. [11] entonces me dijo: �hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de israel. ellos andan diciendo: se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros. [12] por eso, profetiza. les dir�s: as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo abro vuestras tumbas; os har� salir de vuestras tumbas, pueblo m�o, y os llevar� de nuevo al suelo de israel. [13] sabr�is que yo soy yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo m�o. [14] infundir� mi esp�ritu en vosotros y vivir�is; os establecer� en vuestro suelo, y sabr�is que yo, yahveh, lo digo y lo haga, or�culo de yahveh.� [15] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [16] y t�, hijo de hombre, toma un le�o y escribe en �l: �jud� y los israelitas que est�n con �l.� toma luego otro le�o y escribe en �l: �jos�, le�o de efra�m, y toda la casa de israel que est� con �l.� [17] j�ntalos el uno con el otro de suerte que formen un solo le�o, que sean una sola cosa en tu mano. [18] y cuando los hijos de tu pueblo te digan: ��no nos explicar�s qu� es eso que tienes ah�?�, [19] les dir�s: as� dice el se�or yahveh: he aqu� que voy a tomar el le�o de jos� (que est� en la mano de efra�m) y las tribus de israel que est�n con �l, los pondr� junto al le�o de jud�, har� de todo un solo le�o, y ser�n una sola cosa en mi mano. [20] los le�os en los cuales hayas escrito tenlos en tu mano, ante sus ojos, [21] y diles: as� dice el se�or yahveh: he aqu� que yo recojo a los hijos de israel de entre las naciones a las que marcharon. los congregar� de todas partes para conducirlos a su suelo. [22] har� de ellos una sola naci�n en esta tierra, en los montes de israel, y un solo rey ser� el rey de todos ellos; no volver�n a formar dos naciones, ni volver�n a estar divididos en dos reinos. [23] no se contaminar�n m�s con sus basuras, con sus monstruos y con todos sus cr�menes. los salvar� de las infidelidades por las que pecaron, los purificar�, y

ser�n mi pueblo y yo ser� su dios. [24] mi siervo david reinar� sobre ellos, y ser� para todos ellos el �nico pastor; obedecer�n mis normas, observar�n mis preceptos y los pondr�n en pr�ctica. [25] habitar�n en la tierra que yo di a mi siervo jacob, donde habitaron vuestros padres. all� habitar�n ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, para siempre, y mi siervo david ser� su pr�ncipe eternamente. [26] concluir� con ellos una alianza de paz, que ser� para ellos una alianza eterna. los establecer�, los multiplicar� y pondr� mi santuario en medio de ellos para siempre. [27] mi morada estar� junto a ellos, ser� su dios y ellos ser�n mi pueblo. [28] y sabr�n las naciones que yo soy yahveh, que santifico a israel, cuando mi santuario est� en medio de ellos para siempre. ezequiel cap.38 [1] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [2] hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia gog, en el pa�s de magog, pr�ncipe supremo de mesek y t�bal, y profetiza contra �l. [3] dir�s: as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy contra ti, gog, pr�ncipe supremo de mesek y t�bal. [4] yo te har� dar media vuelta, te pondr� garfios en las quijadas, y te har� salir con todo tu ej�rcito, caballos y caballeros, todos bien equipados, inmensa asamblea, todos con escudos y paveses, y diestros en el manejo de la espada. [5] persia, kus y put est�n con ellos, todos con escudo y yelmo. [6] g�mer, con todas sus huestes, bet togarm�, en el extremo norte, con todas sus huestes, pueblos numerosos, est�n contigo. [7] disponte y prep�rate, t� y toda tu asamblea concentrada en torno a ti, y ponte a mi servicio. [8] al cabo de muchos d�as, recibir�s �rdenes. despu�s de muchos a�os, vendr�s hacia la tierra cuyos habitantes escaparon a la espada y fueron congregados de entre una multitud de pueblos en los montes de israel, que hab�an sido un desierto permanente. desde que fueron separados de los otros pueblos, habitan todos en seguridad. [9] t� subir�s, avanzar�s como un hurac�n, como un nubarr�n que cubrir� la tierra, t� y todas tus huestes, y los numerosos pueblos que est�n contigo. [10] as� dice el se�or yahveh: aquel d�a te vendr�n al coraz�n proyectos y concebir�s perversos planes. [11] dir�s: �voy a subir contra una tierra abierta, marchar� contra gente tranquila que habita en seguridad. habitan todos en ciudades sin murallas, sin cerrojos ni puertas.� [12] ir�s a saquear, a hacer bot�n, a poner tu mano sobre ruinas repobladas, en un pueblo congregado de entre las naciones, entregado a reponer el ganado y la hacienda, que habita en el centro de la tierra.� [13] sab�, ded�n, los mercaderes de tarsis y todos sus leoncillos te dir�n: ��a saquear has venido? �para hacer bot�n has concentrado tu asamblea? �para llevarte el oro y la plata, para apoderarte de ganados y haciendas, para hacer un gran bot�n?� [14] por eso, profetiza, hijo de hombre. dir�s a gog: as� dice el se�or yahveh: �no es verdad que aquel d�a, cuando mi pueblo israel viva en seguridad, te pondr�s en movimiento? [15] vendr�s de tu lugar, del extremo norte, t� y pueblos numerosos contigo, todos montados a caballo, enorme asamblea, ej�rcito innumerable. [16] subir�s contra mi pueblo israel como un nublado que recubre la tierra. ser� al fin de los d�as; yo te har� venir entonces contra mi tierra para que las naciones me conozcan, cuando yo manifieste mi santidad a sus ojos, a costa tuya, gog. [17] as� dice el se�or yahveh: t� eres aquel de quien yo habl� anta�o, por medio de mis siervos los profetas de israel, que profetizaron en aquel tiempo, durante

a�os, que yo te har�a venir contra ellos. [18] aquel d�a, cuando gog avance contra el suelo de israel - or�culo del se�or yahveh - estallar� mi furor. en mi c�lera, [19] en mis celos, en el ardor de mi furia lo digo: s�, aquel d�a habr� un gran terremoto en el suelo de israel. [20] temblar�n entonces ante m� los peces del mar y los p�jaros del cielo, las bestias del campo y todos los reptiles que serpean por el suelo, y todos los hombres de sobre la haz de la tierra. se desplomar�n los montes, caer�n las rocas, todas las murallas caer�n por tierra. [21] convocar� contra �l toda clase de terrores, or�culo del se�or yahveh. volver�n la espada unos contra otros. [22] le castigar� con la peste y la sangre, har� caer una lluvia torrencial, granizos, fuego y azufre, sobre �l, sobre sus huestes y sobre los numerosos pueblos que van con �l. [23] manifestar� mi grandeza y mi santidad, me dar� a conocer a los ojos de numerosas naciones y sabr�n que yo soy yahveh. ezequiel cap.39 [1] y t�, hijo de hombre, profetiza contra gog. dir�s: as� dice el se�or yahveh: aqu� estoy contra ti, gog, pr�ncipe supremo de m�sek y t�bal. [2] yo te har� dar media vuelta, te conducir�, te har� subir desde el extremo norte y te guiar� a los montes de israel. [3] romper� tu arco en tu mano izquierda y har� caer tus flechas de tu mano derecha. [4] en los montes de israel caer�s t�, tus huestes y los pueblos que van contigo. te he entregado como pasto a toda clase de aves de rapi�a y a las fieras del campo. [5] en la haz del campo caer�s, porque he hablado yo, or�culo del se�or yahveh. [6] mandar� fuego sobre magog y sobre los que viven seguros en las islas, y sabr�n que yo soy yahveh. [7] manifestar� mi santo nombre en medio de mi pueblo israel, no dejar� que vuelva a ser profanado mi santo nombre, y las naciones sabr�n que yo soy yahveh, santo en israel. [8] he aqu� que todo esto llega y se va a realizar - or�culo del se�or yahveh -: �ste es el d�a que yo he anunciado. [9] entonces los habitantes de las ciudades de israel saldr�n a quemar y a entregar a las llamas las armas, paveses y escudos, arcos y flechas, mazas y lanzas. har�n fuego con ello durante siete a�os. [10] no ir�n ya a buscar le�a en el campo, ni la recoger�n en el bosque, porque har�n el fuego con las armas. saquear�n a sus saqueadores y har�n bot�n de sus depredadores, or�culo del se�or yahveh. [11] aquel d�a, yo dar� a gog como sepulcro en israel un lugar famoso, el valle de los oberim, al este del mar, el que corta el paso a los viajeros: all� ser� enterrado gog con toda su multitud, y se le llamar� valle de ham�n Gog. [12] la casa de israel los enterrar� para purificar la tierra, durante siete meses. [13] todo el pueblo de la tierra ser� movilizado para enterrarlos, y ello les dar� renombre el d�a que yo manifieste mi gloria, or�culo del se�or yahveh. [14] luego se escoger�n hombres que recorran constantemente el pa�s y entierren a los que hayan quedado por el suelo, para purificarlo. al cabo de siete meses empezar�n su b�squeda. [15] cuando, al recorrer el pa�s, alguno de ellos vea huesos humanos, pondr� al lado una se�al hasta que los sepultureros los entierren en el valle de ham�n Gog, [16] (hamon� es tambi�n el nombre de una ciudad) y purifiquen as� la tierra. [17] en cuanto a ti, hijo de hombre, as� dice el se�or yahveh: di a los p�jaros de todas clases y a todas las fieras del campo: congregaos, venid, reun�os de todas partes para el sacrificio que yo os ofrezco, un gran sacrificio sobre los

montes de israel; comer�is carne y beber�is sangre. [18] carne de h�roes comer�is, sangre de pr�ncipes de la tierra beber�is. todos son carneros, corderos, machos cabr�os, ping�es toros de bas�n. [19] comer�is grasa hasta la saciedad y beber�is sangre hasta la embriaguez, en este sacrificio que yo os brindo. [20] os hartar�is a mi mesa de caballos y caballeros, de h�roes y de toda clase de guerreros, or�culo del se�or yahveh. [21] as� manifestar� yo mi gloria entre las naciones, y todas las naciones ver�n el juicio que voy a ejecutar y la mano que pondr� sobre ellos. [22] y la casa de israel sabr� desde ese d�a en adelante que yo soy yahveh su dios. [23] y sabr�n las naciones que la casa de israel fue deportada por sus culpas, que, por haberme sido infieles, yo les ocult� mi rostro y los entregu� en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada. [24] los trat� como lo merec�an sus impurezas y sus cr�menes, y les ocult� mi rostro. [25] por eso, as� dice el se�or yahveh: ahora voy a hacer volver a los cautivos de jacob, me compadecer� de toda la casa de israel, y me mostrar� celoso de mi santo nombre. [26] ellos olvidar�n su ignominia y todas las infidelidades que cometieron contra m�, cuando vivan seguros en su pa�s, sin que nadie los inquiete. [27] cuando yo los haga volver de entre los pueblos y los recoja de los pa�ses de sus enemigos, manifestar� en ellos mi santidad a los ojos de numerosas naciones, [28] y sabr�n que yo soy yahveh su dios, cuando, despu�s de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los re�na en su suelo sin dejar all� a ninguno de ellos. [29] no les ocultar� m�s mi rostro, porque derramar� mi esp�ritu sobre la casa de israel, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.40 [1] el a�o veinticinco de nuestra cautividad, al comienzo del a�o, el d�a diez del mes, catorce a�os despu�s de la ca�da de la ciudad, el mismo d�a, la mano de yahveh fue sobre m�, y me llev� all�. [2] en visiones divinas, me llev� a la tierra de israel, y me pos� sobre un monte muy alto, en cuya cima parec�a que estaba edificada una ciudad, al mediod�a. [3] me llev� all�, y he aqu� que hab�a all� un hombre de aspecto semejante al del bronce. ten�a en la mano una cuerda de lino y una vara de medir, y estaba de pie en el p�rtico. [4] el hombre me dijo: �hijo de hombre, mira bien, escucha atentamente y presta atenci�n a todo lo que te voy a mostrar, porque has sido tra�do aqu� para que yo te lo muestre. comunica a la casa de israel todo lo que vas a ver.� [5] y he aqu� que por el exterior de la casa hab�a un muro, todo alrededor. la vara de medir que el hombre ten�a en la mano era de seis codos de codo y palmo. midi� el espesor de la construcci�n: una vara, y su altura: una vara. [6] vino luego al p�rtico que miraba a oriente, subi� sus gradas y midi� el umbral del p�rtico: una vara de profundidad. [7] la lonja: una vara de largo por una vara de ancho; la pilastra entre las lonjas: cinco codos; el umbral del p�rtico por el lado del vest�bulo del p�rtico, hacia el interior: una vara. [9] midi� el vest�bulo del p�rtico: ocho codos; su pilastra: dos codos; el vest�bulo del p�rtico estaba situado hacia el interior. [10] las lonjas del p�rtico oriental eran tres por cada lado, todas ellas de la misma dimensi�n; las pilastras ten�an tambi�n las mismas dimensiones por cada lado. [11] midi� la anchura del vano del p�rtico: diez codos, y la longitud del p�rtico: trece codos. [12] hab�a un parapeto delante de las lonjas; cada parapeto ten�a un codo por

ambos lados. y la lonja ten�a seis codos por cada lado. [13] midi� el p�rtico desde el fondo de una lonja hasta el fondo de la otra; anchura: veinticinco codos de una entrada a la otra. [14] midi� el vest�bulo: veinte codos; el atrio giraba todo alrededor del p�rtico. [15] desde la fachada del p�rtico donde estaba la entrada, hasta el fondo del vest�bulo interior del p�rtico, hab�a cincuenta codos. [16] hab�a ventanas enrejadas sobre las lonjas y sobre sus pilastras, hacia el interior del p�rtico, todo alrededor, e igualmente el vest�bulo ten�a, por el interior, ventanas todo alrededor; y sobre las pilastras hab�a palmeras. [17] me llev� al atrio exterior, y he aqu� que all� hab�a salas y un enlosado tirado alrededor del atrio: treinta salas daban a este enlosado. [18] el enlosado que flanqueaba los p�rticos correspond�a a la profundidad de los mismos: esto es el enlosado inferior. [19] midi� la anchura del atrio, desde la fachada del p�rtico inferior hasta la fachada del atrio interior, por fuera: cien codos (a oriente y al norte). [20] midi� despu�s la longitud y la anchura del p�rtico que daba al norte del atrio exterior. [21] sus lonjas eran tres por cada lado; sus pilastras y vest�bulos ten�an las mismas dimensiones que los del primer p�rtico: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho. [22] sus ventanas, su vest�bulo y sus palmeras ten�an las mismas dimensiones que las del p�rtico que daba a oriente. se sub�a a �l por siete gradas y su vest�bulo estaba situado hacia el interior. [23] hab�a un p�rtico en el atrio interior, frente al p�rtico septentrional, lo mismo que en el p�rtico oriental. midi� la distancia de un p�rtico a otro: cien codos. [24] me condujo luego hacia el lado del mediod�a: hab�a all� un p�rtico en direcci�n del mediod�a; midi� sus lonjas, sus pilastras y su vest�bulo: ten�an las mismas dimensiones. [25] ten�a, lo mismo que su vest�bulo, ventanas todo alrededor, iguales que las otras ventanas; dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho; [26] su escalera ten�a siete gradas; su vest�bulo estaba situado hacia el interior, y ten�a palmeras, una a cada lado, sobre sus pilastras. [27] el atrio interior ten�a tambi�n un p�rtico hacia el mediod�a; midi� la distancia de un p�rtico a otro, en direcci�n del mediod�a: cien codos. [28] luego me llev� al atrio, por el p�rtico meridional; midi� el p�rtico meridional: ten�a las mismas dimensiones. [29] sus lonjas, pilastras y vest�bulo ten�an estas mismas dimensiones. lo mismo que su vest�bulo, ten�a ventanas todo alrededor; dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho. [30] y el per�metro del vest�bulo: veinticinco codos de largo y cinco de ancho. [31] su vest�bulo daba al atrio exterior. hab�a palmeras sobre sus pilastras y su escalera ten�a ocho gradas. [32] me llev� al p�rtico interior, hacia oriente, y midi� el p�rtico: [33] ten�a las mismas dimensiones. sus lonjas, pilastras y vest�bulo ten�an estas mismas dimensiones. ten�a, as� como su vest�bulo, ventanas alrededor. dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho. [34] su vest�bulo daba al atrio exterior. hab�a palmeras sobre sus pilastras, a cada lado, y su escalera ten�a ocho gradas. [35] me llev� luego al p�rtico septentrional y lo midi�: ten�a las mismas dimensiones: [36] ten�a alrededor, sus lonjas, sus pilastras, su vest�bulo y sus ventanas. dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho. [37] su vest�bulo daba al atrio exterior. hab�a palmeras sobre sus pilastras, a cada lado, y su escalera ten�a ocho gradas. [38] hab�a una sala cuya entrada estaba en el vest�bulo del p�rtico. all� se lavaba el holocausto.

[39] y en el vest�bulo del p�rtico hab�a, a cada lado, dos mesas para inmolar sobre ellas el holocausto, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de expiaci�n. [40] por el lado exterior de quien sube hacia la entrada del p�rtico, al norte, hab�a dos mesas, y al otro lado, hacia el vest�bulo del p�rtico, dos mesas. [41] cuatro mesas a un lado y cuatro mesas al otro lado del p�rtico, o sea ocho mesas sobre las que se hac�a la inmolaci�n. [42] adem�s cuatro mesas para el holocausto, de piedra de siller�a, de codo y medio de largo, codo y medio de ancho y un codo de alto, sobre las cuales se colocaban los instrumentos con los que se inmolaba el holocausto y el sacrificio. [43] las ranuras, de un palmo de anchura, estaban dispuestas en el interior, todo en torno. sobre estas mesas se pon�a la carne de las ofrendas. [44] me llev� al atrio interior; hab�a all�, en el atrio interior, dos salas, una al lado del p�rtico septentrional, con su fachada al mediod�a, y la otra al lado del p�rtico meridional, con su fachada al norte. [45] me dijo: �esta sala que mira al mediod�a est� destinada a los sacerdotes que cumplen el ministerio de la casa. [46] y la sala que mira al norte est� destinada a los sacerdotes que cumplen el ministerio del altar. son los hijos de sadoq, los que, entre los hijos de lev�, se acercan a yahveh para servirle.� [47] midi� el atrio. ten�a cien codos de largo y cien codos de ancho, o sea un cuadrado, y el altar estaba delante de la casa. [48] me llev� al vest�bulo de la casa y midi� las pilastras del vest�bulo: cinco codos por cada lado; luego la anchura del p�rtico: catorce codos; y las paredes laterales del p�rtico: tres codos por cada lado. [49] la longitud del vest�bulo era de veinte codos y su anchura de doce codos. se sub�a a �l por diez gradas, y ten�a columnas junto a las pilastras, una a cada lado. ezequiel cap.41 [1] me llev� dentro del santo y midi� sus pilastras: seis codos de ancho por un lado y seis codos de ancho por el otro. [2] anchura de la entrada: diez codos. las paredes laterales de la entrada: cinco codos de ancho por un lado y cinco por el otro. midi� su longitud: cuarenta codos; y su anchura: veinte codos. [3] penetr� en el interior y midi� la pilastra de la entrada: dos codos; despu�s la entrada: seis codos; y las paredes laterales de la entrada: siete codos. [4] midi� su longitud: veinte codos; y su anchura: veinte codos delante del santo; y me dijo: �esto es el santo de los santos.� [5] midi� el muro de la casa: seis codos; y la anchura de la parte lateral: cuatro codos, todo alrededor de la casa. [6] las celdas laterales estaban superpuestas en tres pisos de treinta celdas cada uno. se hab�an dispuesto en el muro de la casa salientes para estribar las celdas por todo el �mbito: as� las celdas no estribaban en el muro de la casa. [7] la anchura de las celdas aumentaba a medida que se sub�a, ensanchamiento que se lograba, a costa del muro, seg�n se sub�a, y todo alrededor de la casa; por eso el interior se ensanchaba por arriba. del piso inferior se sub�a al del medio, y de �ste al superior. [8] y vi que la casa ten�a un talud todo alrededor. era la base de las celdas laterales, de una vara entera de seis codos. [9] el espesor del muro de las celdas laterales, por el exterior, era de cinco codos; quedaba un pasadizo entre las celdas laterales de la casa. [10] entre las salas hab�a una anchura de veinte codos, por todo el �mbito de la casa. [11] y las celdas laterales ten�an dos entradas sobre el pasadizo, una hacia el norte y otra hacia el mediod�a. la anchura del pasadizo era de cinco codos todo alrededor.

[12] el edificio que bordeaba el patio por el lado occidental ten�a setenta codos de anchura; y la pared de este edificio ten�a un espesor de cinco codos, todo alrededor, con una longitud de noventa codos. [13] midi� la casa: su longitud era de cien codos. el patio m�s el edificio y sus muros ten�an una longitud de cien codos. [14] anchura de la fachada de la casa m�s el patio hasta oriente: cien codos. [15] midi� la longitud del edificio a lo largo del patio que ten�a detr�s, y sus galer�as a cada lado: cien codos. el interior del santo y los vest�bulos del atrio, [16] los umbrales, las ventanas enrejadas, las galer�as de los tres lados, alrededor, frente al umbral, estaban recubiertos de madera por todo el �mbito, desde el suelo hasta las ventanas, y las ventanas estaban guarnecidas de un enrejado. [17] desde la entrada hasta el interior de la casa, y por fuera, as� como en todo el �mbito del muro, por fuera y por dentro, [18] hab�a representado querubines y palmeras, una palmera entre querub�n y querub�n; cada querub�n ten�a dos caras: [19] una cara de hombre vuelta hacia la palmera de un lado y una cara de le�n hacia la palmera del otro lado; as� por todo el �mbito de la casa. [20] desde el suelo hasta encima de la entrada estaban representados los querubines y las palmeras en el muro. [21] el jambaje del santo era cuadrado. delante del santuario se ve�a algo como [22] un altar de madera de tres codos de alto, dos codos de largo y dos de ancho. sus �ngulos, su base y sus lados eran de madera. el hombre me dijo: �esta es la mesa que est� delante de yahveh.� [23] el santo ten�a una puerta doble, y el santuario una puerta doble. [24] eran puertas de dos hojas movibles, dos hojas en una puerta y dos en la otra. [25] y por encima (sobre las puertas del santo), hab�a representados querubines y palmeras como los representados en los muros. sobre la fachada del vest�bulo, por el exterior, hab�a un arquitrabe de madera. [26] ventanas enrejadas y palmeras hab�a a ambos lados, en las paredes laterales del vest�bulo, las celdas laterales de la casa y los arquitrabes. ezequiel cap.42 [1] luego me hizo salir al atrio exterior, hacia el norte, y me llev� a las salas situadas cara al patio, es decir frente al edificio, al norte. [2] la longitud era de cien codos, hacia el norte, y la anchura de cincuenta codos. [3] frente a los p�rticos del atrio interior, y frente al enlosado del atrio exterior, hab�a una galer�a a lo largo de la galer�a triple, [4] y, por delante de las salas, un corredor de diez codos de ancho hacia el interior, y cien codos de largo; sus puertas daban al norte. [5] las salas superiores eran estrechas, porque las galer�as les com�an parte de su espacio, m�s estrechas que las de abajo y las del medio del edificio, [6] porque estaban divididas en tres pisos y no ten�an columnas como el atrio. por eso, se iban estrechando con relaci�n a las de abajo y las del medio (a partir del suelo). [7] y el muro exterior, paralelo a las salas, en direcci�n al atrio exterior, frente a las salas, ten�a cincuenta codos de longitud. [8] pues la longitud de las salas que daban al atrio exterior era de cincuenta codos, mientras que las que miraban al santo ten�an cien codos. [9] por debajo de las salas hab�a una entrada del lado de oriente, que daba acceso desde el atrio exterior. [10] a todo lo largo del muro del atrio, en direcci�n del mediod�a, cara al patio y al edificio, hab�a salas. [11] un corredor pasaba por delante de ellas, como en las salas situadas en

direcci�n norte; ten�an igual longitud e igual anchura; iguales salidas, igual disposici�n y entradas iguales. [12] por debajo de las salas orientadas al mediod�a hab�a una entrada al comienzo de cada corredor, frente al muro situado hacia oriente, seg�n se entra. [13] el me dijo: �las salas del norte y las salas del mediod�a que miran al patio son las salas del santuario, donde los sacerdotes que se acercan a yahveh comer�n las cosas sacrat�simas. all� depositar�n las cosas sacrat�simas, la oblaci�n, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de expiaci�n, porque es un lugar santo. [14] y cuando los sacerdotes entren all�, no saldr�n del santuario al atrio exterior sin haber dejado all� sus vestiduras lit�rgicas, porque estas vestiduras son santas; para acercarse a los lugares destinados al pueblo se pondr�n otras ropas.� [15] cuando acab� de medir el interior de la casa, me hizo salir en direcci�n al p�rtico que mira a oriente y midi� todo el �mbito. [16] midi� el lado oriental con su vara de medir: quinientos codos de per�metro, con la vara de medir. [17] luego midi� el lado norte con la vara de medir: quinientos codos de per�metro. [18] despu�s midi� el lado sur con la vara de medir: quinientos codos [19] de per�metro. por el lado occidental midi� con la vara de medir: quinientos codos. [20] midi� por fin por los cuatro lados el muro que lo cercaba, todo alrededor: longitud, quinientos; anchura, quinientos; para separar lo sagrado de lo profano. ezequiel cap.43 [1] me condujo luego hacia el p�rtico, el p�rtico que miraba a oriente, [2] y he aqu� que la gloria del dios de israel llegaba de la parte de oriente, con un ruido como el ruido de muchas aguas, y la tierra resplandec�a de su gloria. [3] esta visi�n era como la que yo hab�a visto cuando vine para la destrucci�n de la ciudad, y tambi�n como lo que hab�a visto junto al r�o kebar. entonces ca� rostro en tierra. [4] la gloria de yahveh entr� en la casa por el p�rtico que mira a oriente. [5] el esp�ritu me levant� y me introdujo en el atrio interior, y he aqu� que la gloria de yahveh llenaba la casa. [6] y o� que alguien me hablaba desde la casa, mientras el hombre permanec�a en pie junto a m�. [7] me dijo: hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se posa la planta de mis pies. aqu� habitar� en medio de los hijos de israel para siempre; y la casa de israel, as� como sus reyes, no contaminar�n m�s mi santo nombre con sus prostituciones y con los cad�veres de sus reyes, [8] poniendo su umbral junto a mi umbral y sus jambas junto a mis jambas, con un muro com�n entre ellos y yo. ellos contaminaron mi santo nombre con las abominaciones que cometieron; por eso los he devorado en mi c�lera. [9] de ahora en adelante alejar�n de m� sus prostituciones y los cad�veres de sus reyes, y yo habitar� en medio de ellos para siempre. [10] �y t�, hijo de hombre, describe este templo a la casa de israel, para que queden avergonzados de sus culpas y tomen nota de su plano. [11] se averg�enzan de toda su conducta, ens��ales la forma del templo y su plano, sus salidas y entradas, su forma y todas sus disposiciones, toda su forma y todas sus leyes. pon todo esto por escrito ante sus ojos, para que guarden con exactitud todas sus leyes y disposiciones, y las pongan en pr�ctica. [12] este es el fuero del templo: en la cumbre del monte, todo el territorio en su �mbito es sant�simo. (tal es el fuero del templo.)� [13] y estas son las dimensiones del altar en codos de codo y palmo: su cavidad, un codo por un codo de ancha. el reborde junto a la ranura, todo alrededor, un palmo. y est� la altura del altar: [14] desde la cavidad del suelo hasta el z�calo inferior, dos codos por un codo

de ancho; desde el z�calo peque�o hasta el grande, cuatro codos por un codo de ancho. [15] el f�culo ten�a cuatro codos, y por encima del f�culo hab�a cuatro cuernos. [16] el f�culo med�a doce codos de largo por doce codos de ancho: era cuadrado por sus cuatro lados. [17] y el z�calo: catorce codos de largo por catorce de ancho: un cuadrado. el reborde todo alrededor: medio codo; y la cavidad, todo alrededor: un codo. las gradas estaban vueltas hacia oriente. [18] y me dijo: hijo de hombre, as� dice el se�or yahveh: estas son las disposiciones del altar el d�a en que sea erigido para ofrecer en �l el holocausto y derramar la sangre. [19] a los sacerdotes levitas - los de la descendencia de sadoq que se acercan a m� para servirme, or�culo del se�or yahveh - les dar�s un novillo en sacrificio por el pecado. [20] tomar�s su sangre, y rociar�s los cuatro cuernos, los cuatro �ngulos del z�calo y el reborde todo alrededor. as� quitar�s el pecado y har�s expiaci�n por �l. [21] luego tomar�s el novillo del sacrificio por el pecado: se le quemar� en una dependencia de la casa, fuera del santuario. [22] el segundo d�a, ofrecer�s un macho cabr�o sin defecto en sacrificio por el pecado y se quitar� el pecado del altar como se hizo con el novillo. [23] cuando hayas acabado de quitar el pecado, ofrecer�s un novillo sin defecto y un carnero del reba�o sin defecto. [24] los ofrecer�s delante de yahveh, y los sacerdotes les echar�n sal y los ofrecer�n en holocausto a yahveh. [25] durante siete d�as ofrecer�s el macho cabr�o del sacrificio por el pecado, cada d�a; se har� tambi�n el sacrificio del novillo y del carnero sin defecto tomado del reba�o. [26] as�, durante siete d�as se har� la expiaci�n del altar, se le purificar� y se le consagrar�. [27] pasados estos d�as, desde el octavo en adelante, los sacerdotes ofrecer�n sobre el altar vuestros holocaustos y vuestros sacrificios de comuni�n. y yo os ser� propicio, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.44 [1] me volvi� despu�s hacia el p�rtico exterior del santuario, que miraba a oriente. estaba cerrado. [2] y yahveh me dijo: este p�rtico permanecer� cerrado. no se le abrir�, y nadie pasar� por �l, porque por �l ha pasado yahveh, el dios de israel. quedar�, pues, cerrado. [3] pero el pr�ncipe s� podr� sentarse en �l para tomar su comida en presencia de yahveh. entrar� por el vest�bulo del p�rtico y por el mismo saldr�. [4] luego me llev� por el p�rtico septentrional hacia la fachada de la casa; mir�, y he aqu� que la gloria de yahveh llenaba la casa de yahveh, y ca� rostro en tierra. [5] yahveh me dijo: hijo de hombre, presta atenci�n, mira bien y escucha con cuidado lo que te voy a decir acerca de todas las disposiciones de la casa de yahveh y de todas sus leyes. te fijar�s bien en lo que respecta a la admisi�n en la casa y a la exclusi�n del santuario. [6] y dir�s a esta casa de rebeld�a, la casa de israel: as� dice el se�or yahveh: ya pasan de la raya todas vuestras abominaciones, casa de israel, [7] que hab�is cometido introduciendo extranjeros incircuncisos de coraz�n y de cuerpo para que estuvieran en mi santuario y profanaran mi casa, cuando me ofrec�ais mi alimento, grasa y sangre; as� hab�is roto mi alianza con todas vuestras abominaciones. [8] en lugar de atender al ministerio de mis cosas santas, hab�is encargado a otros el ejercicio de mi ministerio en mi santuario, en lugar vuestro.

[9] as� dice el se�or yahveh: ning�n extranjero, incircunciso de coraz�n y de cuerpo, entrar� en mi santuario, ninguno de los extranjeros que viven en medio de los israelitas. [10] en cuanto a los levitas, que me abandonaron cuando israel se descarriaba lejos de m� para ir en pos de sus basuras, soportar�n el peso de sus culpas. [11] ser�n en mi santuario los encargados de la guardia de las puertas de la casa y ministros del servicio de la casa. ellos inmolar�n el holocausto y el sacrificio por el pueblo, y estar�n a su disposici�n para servirle. [12] por haberse puesto a su servicio delante de sus basuras y haber sido para la casa de israel ocasi�n de culpa, por eso, yo levanto la mano contra ellos or�culo del se�or yahveh - y soportar�n el peso de su culpa. [13] no se acercar�n m�s a m� para ejercer ante m� el sacerdocio ni para tocar mis cosas santas y las cosas sacrat�simas: soportar�n el peso de su ignominia y de las abominaciones que cometieron. [14] les encargar� de ejercer el ministerio en la casa, en lo que ata�e a su servicio y a todo lo que all� se hace. [15] pero los sacerdotes levitas, hijos de sadoq, que cumplieron mi ministerio en el santuario cuando los israelitas se descarriaban lejos de m�, ellos s� se acercar�n a m� para servirme, y estar�n en mi presencia para ofrecerme la grasa y la sangre, or�culo del se�or yahveh. [16] ellos entrar�n en mi santuario y se acercar�n a mi mesa para servirme; ellos cumplir�n mi ministerio. [17] cuando entren por los p�rticos del atrio interior, llevar�n h�bitos de lino; no ir�n vestidos de lana cuando oficien en los p�rticos del atrio interior, y en la casa. [18] llevar�n en la cabeza turbantes de lino, y fajas de lino a los ri�ones; no se ce�ir�n nada que transpire el sudor. [19] cuando salgan al atrio exterior, donde el pueblo, se quitar�n las vestiduras con que hayan oficiado, las dejar�n en las salas del santo, y se pondr�n otras ropas, con el fin de no santificar al pueblo con sus vestiduras. [20] no se rapar�n la cabeza, ni dejar�n crecer libremente su cabellera, sino que se cortar�n cuidadosamente el pelo. [21] ning�n sacerdote beber� vino el d�a que tenga que entrar en el atrio interior. [22] no tomar�n por esposa ni una viuda ni una mujer repudiada, sino una virgen de la raza de israel; una viuda s�lo en el caso de que sea viuda de un sacerdote. [23] ense�ar�n a mi pueblo a distinguir lo sagrado de lo profano y le har�n saber la diferencia entre lo puro y lo impuro. [24] en los pleitos ser�n ellos los jueces; juzgar�n conforme a mi derecho; observar�n en todas mis fiestas mis leyes y preceptos, y santificar�n mis s�bados. [25] no se acercar�n a un muerto, para no contaminarse, pero por un padre, una madre, un hijo, una hija, un hermano, o una hermana no casada podr�n contaminarse. [26] despu�s de haberse purificado, se contar� una semana, [27] y luego, el d�a en que entre en el santo, en el atrio interior para oficiar en el santo, ofrecer� su sacrificio por el pecado, or�culo del se�or yahveh. [28] no tendr�n heredad alguna: yo ser� su heredad. no les dar�is propiedad en israel: yo ser� su propiedad particular. [29] ellos comer�n la oblaci�n, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de expiaci�n. todo lo que sea consagrado al anatema en israel ser� para ellos. [30] lo mejor de todas vuestras primicias y de toda clase de ofrendas reservadas que ofrezc�is, ser� para los sacerdotes; y lo mejor de vuestras moliendas, se lo dar�is a los sacerdotes, para que la bendici�n repose sobre vuestra casa. [31] los sacerdotes no comer�n carne de ning�n ave ni bestia muerta o desgarrada. ezequiel cap.45 [1] cuando os repart�is por sorteo esta tierra en heredad, reservar�is como ofrenda para yahveh un recinto sagrado de la tierra, de una longitud de

veinticinco mil codos por una anchura de veinte mil. ser� sagrado en toda su extensi�n. [2] de aqu� se tomar� para el santuario un cuadrado de quinientos codos por quinientos, alrededor del cual habr� un margen de cincuenta codos. [3] tambi�n de su �rea medir�s una longitud de veinticinco mil codos por una anchura de diez mil: aqu� estar� el santuario, el santo de los santos. [4] ser� el recinto sagrado de la tierra, destinado a los sacerdotes, que ejercen el ministerio del santuario y que se acercan a yahveh para servirle. para ellos ser� este lugar, para que construyan sus casas y como lugar sagrado para el santuario. [5] un terreno de veinticinco mil codos de largo por diez mil de ancho ser� reservado a los levitas, servidores de la casa, en propiedad, con ciudades para vivir. [6] y como propiedad de la ciudad fijar�is un terreno de cinco mil codos de ancho por veinticinco mil de largo, junto a la parte reservada del santuario: esto ser� para toda la casa de israel. [7] al pr�ncipe le tocar�, a ambos lados del recinto de la parte reservada para el santuario y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de la parte reservada para el santuario y de la propiedad de la ciudad, por el lado occidental hacia occidente, y por el oriental hacia oriente, una longitud igual a cada una de las partes, desde la frontera occidental hasta la frontera oriental [8] de la tierra. esto ser� su propiedad en israel. as� mis pr�ncipes no oprimir�n m�s a mi pueblo: dejar�n la tierra a la casa de israel, a sus tribus. [9] as� dice el se�or yahveh: ya es demasiado, pr�ncipes de israel. desistid de la opresi�n y de la violencia, practicad el derecho y la justicia, liberad a mi pueblo de vuestros impuestos, or�culo del se�or yahveh. [10] usad balanzas justas, una arroba justa, una medida justa. [11] la arroba y la medida sean iguales, de suerte que la medida contenga un d�cimo de carga y la arroba un d�cimo de carga. a partir de la carga ser�n fijadas las medidas. [12] el siclo ser� de veinte �bolos. veinte siclos, veinticinco siclos y quince siclos har�n una mina. [13] esta es la ofrenda que reservar�is: un sexto de arroba por cada carga de trigo y un sexto de arroba por cada carga de cebada. [14] regla para el aceite, para la medida de aceite: una medida de aceite por cada diez medidas, es decir, por un tonel de diez medidas, o de una carga, pues diez medidas hacen una carga. [15] se reservar� una oveja por cada reba�o de doscientas de las praderas de israel, para la oblaci�n, el holocausto y el sacrificio de comuni�n, como expiaci�n por ellos, or�culo del se�or yahveh. [16] todo el pueblo de la tierra contribuir� a esta ofrenda reservada para el pr�ncipe de israel. [17] el pr�ncipe se encargar� de los holocaustos, de la oblaci�n y de la libaci�n en las fiestas, novilunios y s�bados, en todas las solemnidades de la casa de israel. el proveer� lo necesario para el sacrificio por el pecado, para la oblaci�n, el holocausto y los sacrificios de comuni�n, para la expiaci�n de la casa de israel. [18] as� dice el se�or yahveh: el primer mes, el d�a uno del mes, tomar�s un novillo sin defecto, para quitar el pecado del santuario. [19] el sacerdote tomar� la sangre de la v�ctima por el pecado y la pondr� en las jambas del p�rtico de la casa, en los cuatro �ngulos del z�calo del altar, y en las jambas de los p�rticos del atrio interior. [20] lo mismo har�s el d�a siete del mes, en favor de todo aquel que haya pecado por inadvertencia o irreflexi�n. as� har�is la expiaci�n de la casa. [21] el d�a catorce del primer mes ser� para vosotros la fiesta de la pascua. durante siete d�as se comer� el pan sin levadura. [22] aquel d�a, el pr�ncipe ofrecer� por s� mismo y por todo el pueblo de la tierra un novillo en sacrificio por el pecado.

[23] durante los siete d�as de la fiesta, ofrecer� en holocausto a yahveh siete novillos y siete carneros sin defecto, cada uno de los siete d�as, y en sacrificio por el pecado, un macho cabr�o cada d�a. [24] como oblaci�n, ofrecer� una medida por novillo y una medida por carnero, y de aceite un sextario por medida. [25] el d�a quince del s�ptimo mes, en la fiesta, har� lo mismo durante siete d�as, ofreciendo el sacrificio por el pecado, el holocausto, la oblaci�n y el aceite. ezequiel cap.46 [1] as� dice el se�or yahveh: el p�rtico del atrio interior que mira a oriente estar� cerrado los seis d�as laborables. el s�bado se le abrir�, as� como el d�a del novilunio; [2] y el pr�ncipe entrar� desde el exterior por el vest�bulo del p�rtico y se quedar� de pie junto a las jambas del p�rtico. entonces los sacerdotes ofrecer�n su holocausto y su sacrificio de comuni�n. el se postrar� en el umbral del p�rtico, luego saldr�, y no se cerrar� el p�rtico hasta la tarde. [3] el pueblo de la tierra se postrar� ante yahveh a la entrada de este p�rtico, los s�bados y los d�as de novilunio. [4] el holocausto que el pr�ncipe ofrecer� a yahveh el s�bado, ser� de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto; [5] y como oblaci�n una medida por carnero; por los corderos, una oblaci�n que queda a discreci�n, y de aceite un sextario por medida. [6] en el d�a del novilunio: un novillo sin defecto, seis corderos y un carnero sin defecto. [7] y har� oblaci�n de una medida por novillo y de una medida por carnero; por los corderos, lo que pueda, y de aceite un sextario por medida. [8] cuando el pr�ncipe entre, entrar� por el vest�bulo del p�rtico y por el mismo saldr�. [9] y cuando el pueblo de la tierra venga ante yahveh en las solemnidades, los que entren por el p�rtico septentrional para postrarse, saldr�n por el p�rtico meridional, y los que entren por el p�rtico meridional saldr�n por el p�rtico septentrional. nadie volver� a salir por el p�rtico por donde entr�, sino que saldr� por el de enfrente. [10] y el pr�ncipe ir� en medio de ellos; entrar� como ellos y saldr� como ellos. [11] en las fiestas y solemnidades, la oblaci�n ser� de una medida por novillo, de una medida por carnero, por los corderos a discreci�n, y de aceite, un sextario por medida. [12] cuando el pr�ncipe ofrezca un holocausto voluntario o un sacrificio de comuni�n voluntario a yahveh, se le abrir� el p�rtico que mira a oriente, ofrecer� su holocausto y su sacrificio de comuni�n, de la misma manera que el d�a de s�bado, saldr� luego, y el p�rtico se cerrar� en cuanto haya salido. [13] ofrecer�s cada d�a en holocausto a yahveh un cordero de un a�o sin defecto: lo ofrecer�s cada ma�ana. [14] ofrecer�s adem�s cada ma�ana, como oblaci�n, un sexto de medida, y de aceite, un tercio de sextario, para amasar la flor de harina. esto es la oblaci�n a yahveh, decreto eterno, fijo para siempre. [15] se ofrecer� el cordero, la oblaci�n y el aceite, cada ma�ana, como holocausto perpetuo. [16] as� dice el se�or yahveh: si el pr�ncipe hace un regalo a alguno de sus hijos, tom�ndolo de su heredad, el regalo pertenecer� a sus hijos, ser� su propiedad por derecho de herencia. [17] pero si hace de su heredad un regalo a uno de sus siervos, pertenecer� a �ste s�lo hasta el a�o de la liberaci�n, luego retornar� al pr�ncipe. solamente a sus hijos podr� pasar su heredad. [18] el pr�ncipe no tomar� nada de la heredad del pueblo despoj�ndole de su propiedad; s�lo de su propiedad particular legar� partes a sus hijos, para que

nadie de mi pueblo sea privado de su propiedad. [19] luego me llev�, por la entrada que estaba al lado del p�rtico, a las salas del santo reservadas a los sacerdotes, las que miraban al norte. all�, en la extremidad occidental, hab�a un espacio. [20] me dijo: �este es el lugar donde los sacerdotes cocer�n las v�ctimas de los sacrificios de expiaci�n y de los sacrificios por el pecado, y donde cocer�n la oblaci�n, a fin de que no se saque nada al atrio exterior y se ve santifique as� al pueblo.� [21] me sac� luego al atrio exterior y me hizo pasar junto a los cuatro �ngulos del atrio; en cada uno de los �ngulos del atrio hab�a un patio: [22] esto es, en los cuatro �ngulos del atrio, cuatro peque�os patios de cuarenta codos de longitud y treinta de anchura, los cuatro de las mismas dimensiones. [23] una tapia cercaba los cuatro, y en la parte baja de la tapia hab�a levantados unos fogones, todo alrededor. [24] y me dijo: �estos son los fogones donde los servidores de la casa cocer�n los sacrificios del pueblo.� ezequiel cap.47 [1] me llev� a la entrada de la casa, y he aqu� que debajo del umbral de la casa sal�a agua, en direcci�n a oriente, porque la fachada de la casa miraba hacia oriente. el agua bajaba de debajo del lado derecho de la casa, al sur del altar. [2] luego me hizo salir por el p�rtico septentrional y dar la vuelta por el exterior, hasta el p�rtico exterior que miraba hacia oriente, y he aqu� que el agua flu�a del lado derecho. [3] el hombre sali� hacia oriente con la cuerda que ten�a en la mano, midi� mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta los tobillos. [4] midi� otros mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta las rodillas. midi� mil m�s y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta la cintura. [5] midi� otros mil: era ya un torrente que no pude atravesar, porque el agua hab�a crecido hasta hacerse un agua de pasar a nado, un torrente que no se pod�a atravesar. [6] entonces me dijo: ��has visto, hijo de hombre?� me condujo, y luego me hizo volver a la orilla del torrente. [7] y a volver vi que a la orilla del torrente hab�a gran cantidad de �rboles, a ambos lados. [8] me dijo: �esta agua sale hacia la regi�n oriental, baja a la arab�, desemboca en el mar, en el agua hedionda, y el agua queda saneada. [9] por dondequiera que pase el torrente, todo ser viviente que en �l se mueva vivir�. los peces ser�n muy abundantes, porque all� donde penetra esta agua lo sanea todo, y la vida prospera en todas partes adonde llega el torrente. [10] a sus orillas vendr�n los pescadores; desde engad� hasta eneglayim se tender�n redes. los peces ser�n de la misma especie que los peces del mar grande, y muy numerosos. [11] pero sus marismas y sus lagunas no ser�n saneadas, ser�n abandonadas a la sal. [12] a orillas del torrente, a una y otra margen, crecer�n toda clase de �rboles frutales cuyo follaje no se marchitar� y cuyos frutos no se agotar�n: producir�n todos los meses frutos nuevos, porque esta agua viene del santuario. sus frutos servir�n de alimento, y sus hojas de medicina.� [13] as� dice el se�or yahveh: esta es la frontera de la tierra que os repartir�is entre las doce tribus de israel, dando a jos� dos partes. [14] recibir�is cada uno por igual vuestra parte, porque yo jur�, mano en alto, d�rsela a vuestros padres, y esta tierra os pertenecer� en heredad. [15] esta es la frontera de la tierra: lado septentrional: desde el mar grande, el camino de jetl�n hasta la entrada de jamat, sedad, [16] berot�, sibr�yim, que est� entre el territorio de damasco y el de jamar, jaser hattik�n hacia el territorio del jaur�n;

[17] la frontera correr� desde el mar hasta jasar en�n, quedando al norte el territorio de damasco, as� como el territorio de jamat. este, el lado septentrional. [18] lado oriental: entre el jaur�n y damasco, entre galaad y la tierra de israel, el jord�n servir� de frontera hacia el mar oriental, hasta tamar: este, el lado oriental. [19] lado meridional, al sur: desde tamar hasta las aguas de merib� de cad�s, hacia el torrente, hasta el mar grande. este, el lado meridional, al sur. [20] lado occidental: el mar grande ser� la frontera hasta enfrente de la entrada de jamat. este, el lado occidental. [21] os repartir�is esta tierra, seg�n las tribus de israel. [22] os la repartir�is como heredad para vosotros y para los forasteros que residan con vosotros y que hayan engendrado hijos entre vosotros, porque los considerar�is como al israelita nativo. con vosotros participar�n en la suerte de la heredad, en medio de las tribus de israel. [23] en la tribu donde resida el forastero, all� le dar�is su heredad, or�culo del se�or yahveh. ezequiel cap.48 [1] y estos son los nombres de las tribus. desde el extremo norte, a lo largo del camino de jetl�n, hacia la entrada de jamat, jasar en�n, quedando al norte el territorio de damasco, a lo largo de jamat: ser� para �l desde el lado oriental hasta el lado occidental: dan, una parte. [2] limitando con dan, desde el lado oriental hasta el lado occidental: aser, una parte. [3] limitando con aser, desde el lado oriental hasta el lado occidental: neftal�, una parte. [4] limitando con neftal�, desde el lado oriental hasta el lado occidental: manas�s, una parte. [5] limitando con manas�s, desde el lado oriental hasta el lado occidental: efra�m, una parte. [6] limitando con efra�m, desde el lado oriental hasta el lado occidental: rub�n, una parte. [7] limitando con rub�n, desde el lado oriental hasta el lado occidental: jud�, una parte. [8] limitando con jud�, desde el lado oriental hasta el lado occidental, estar� la ofrenda sagrada que reservar�is, de veinticinco mil codos de ancha, y de larga como cada una de las otras partes desde el lado oriental hasta el lado occidental. y en medio estar� el santuario. [9] la ofrenda sagrada que reservar�is para yahveh tendr� veinticinco mil codos de longitud y diez mil de anchura. [10] a ellos, a los sacerdotes, pertenecer� la ofrenda santa reservada: veinticinco mil codos al norte, diez mil codos de anchura al oeste, diez mil codos de anchura al este, y veinticinco mil codos de longitud al sur; y el santuario de yahveh estar� en el medio; [11] a los sacerdotes consagrados, aquellos de entre los hijos de sadoq que cumplieron mi ministerio, y que no se descarriaron al descarriarse los israelitas, como se descarriaron los levitas, [12] a ellos les corresponder� una parte de la tierra reservada como ofrenda sacrat�sima, junto al territorio de los levitas. [13] los levitas, a semejanza del territorio de los sacerdotes, tendr�n un territorio de veinticinco mil codos de largo y diez mil de ancho - longitud total, veinticinco mil, y anchura, diez mil. [14] no podr�n vender ni cambiar ni ceder nada de esta parte de la tierra, porque est� consagrada a yahveh. [15] los cinco mil codos de anchura que quedan a lo largo de los veinticinco mil, ser�n un terreno profano para la ciudad, para viviendas y pastizales. la ciudad

quedar� en medio. [16] y estas ser�n sus dimensiones: por el lado norte, cuatro mil quinientos codos; por el lado sur, cuatro mil quinientos codos; por el lado este, cuatro mil quinientos codos; por el lado oeste, cuatro mil quinientos codos. [17] y los pastizales de la ciudad se extender�n hacia el norte doscientos cincuenta codos, hacia el sur doscientos cincuenta, hacia el este doscientos cincuenta y hacia el oeste doscientos cincuenta. [18] quedar� una extensi�n, a lo largo de la ofrenda santa reservada, de diez mil codos hacia oriente y diez mil hacia occidente, a lo largo de la ofrenda santa reservada: sus productos servir�n para la alimentaci�n de los trabajadores de la ciudad. [19] los trabajadores que trabajen en la ciudad ser�n tomados de todas las tribus de israel. [20] el total de la ofrenda reservada ser� de veinticinco mil codos por veinticinco mil. reservar�is un cuarto de la ofrenda santa reservada para la propiedad de la ciudad. [21] lo que quede ser� para el pr�ncipe, a uno y otro lado de la ofrenda santa reservada y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de los veinticinco mil codos al este, hasta la frontera oriental, y al oeste a lo largo de los veinticinco mil codos hasta la frontera occidental, para el pr�ncipe, en correspondencia a las dem�s partes; y en el medio estar� la ofrenda santa res reservada y el santuario de la casa. [22] as�, desde la propiedad de los levitas y la propiedad de la ciudad que est�n en medio de la parte del pr�ncipe, entre la frontera de jud� y la de benjam�n, pertenecer� al pr�ncipe. [23] y las dem�s tribus: desde el lado oriental hasta el lado occidental: benjam�n, una parte. [24] limitando con benjam�n, desde el lado oriental hasta el lado occidental: sime�n, una parte. [25] limitando con sime�n, desde el lado oriental hasta el lado occidental: isacar, una parte. [26] limitando con isacar, desde el lado oriental hasta el lado occidental: zabul�n, una parte. [27] limitando con zabul�n, desde el lado oriental hasta el lado occidental: gad, una parte. [28] y limitando con gad, por el lado meridional, al sur, la frontera correr� desde tamar hacia las aguas de merib� de cad�s, el torrente, hasta el mar grande. [29] tal es la tierra que repartir�is en heredad entre las tribus de israel y tales ser�n sus partes, or�culo del se�or yahveh. [30] y estas son las salidas de la ciudad: por el lado norte, se medir�n cuatro mil quinientos codos. [31] las puertas de la ciudad llevar�n los nombres de las tribus de israel. al norte tres puertas: la puerta de rub�n, la puerta de jud� y la puerta de lev�. [32] por el lado oriental, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la puerta de jos�, la puerta de benjam�n y la puerta de dan. [33] por el lado meridional, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la puerta de sime�n, la puerta de isacar y la puerta de zabul�n. [34] por el lado occidental, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la puerta de gad, la puerta de aser y la puerta de neftal�. [35] el per�metro total ser� de dieciocho mil codos. y en adelante el nombre de la ciudad ser�: �yahveh est� all�.� daniel. cap.1 [1] el a�o tercero del reinado de yoyaquim, rey de jud�, nabucodonosor, rey de babilonia, vino a jerusal�n y la siti�. [2] el se�or entreg� en sus manos a yoyaquim rey de jud�, as� como parte de los

objetos de la casa de dios. el los llev� al pa�s de senaar y deposit� los objetos en la casa del tesoro de sus dioses. [3] el rey mand� a aspenaz, jefe de sus eunucos, tomar de entre los israelitas de estirpe real o de familia noble, [4] algunos j�venes, sin defecto corporal, de buen parecer, instruidos en toda sabidur�a, cultos e inteligentes, id�neos para servir en la corte del rey, con el fin de ense�arles la escritura y la lengua de los caldeos. [5] el rey les asign� una raci�n diaria de los manjares del rey y del vino de su mesa. deber�an ser educados durante tres a�os, despu�s de lo cual entrar�an al servicio del rey. [6] entre ellos se encontraban daniel, anan�as, misael y azar�as, que eran jud�os. [7] el jefe de los eunucos les puso nombres nuevos: daniel se llamar�a beltsassar, anan�as sadrak, misael mesak y azar�as abed neg�. [8] daniel, que ten�a el prop�sito de no mancharse compartiendo los manjares del rey y el vino de su mesa, pidi� al jefe de los eunucos permiso para no mancharse. [9] dios concedi� a daniel hallar gracia y benevolencia ante el jefe de los eunucos. [10] pero el jefe de los eunucos dijo a daniel: �temo al rey, mi se�or; �l ha asignado vuestra comida y vuestra bebida, y si llega a ver vuestros rostros m�s macilentos que los de los j�venes de vuestra edad, expondr�ais mi cabeza a los ojos del rey.� [11] daniel dijo entonces al guarda a quien el jefe de los eunucos hab�a confiado el cuidado de daniel, anan�as, misael y azar�as: [12] �por favor, pon a prueba a tus siervos durante diez d�as: que nos den de comer legumbres y de beber agua; [13] despu�s puedes comparar nuestro aspecto con el de los j�venes que comen los manjares del rey, y hacer con tus siervos con arreglo a lo que hayas visto.� [14] acept� �l la propuesta y les puso a prueba durante diez d�as. [15] al cabo de los diez d�as se vio que ten�an mejor aspecto y estaban m�s rollizos que todos los j�venes que com�an los manjares del rey. [16] desde entonces el guarda retir� sus manjares y el vino que ten�an que beber, y les dio legumbres. [17] a estos cuatro j�venes les concedi� Dios ciencia e inteligencia en toda clase de letras y sabidur�a. particularmente daniel pose�a el discernimiento de visiones y sue�os. [18] al cabo del tiempo establecido por el rey para que le fueran presentados los j�venes, el jefe de los eunucos los llev� ante nabucodonosor. [19] el rey convers� con ellos, y entre todos no se encontr� ning�n otro como daniel, anan�as, misael y azar�as. quedaron, pues, al servicio del rey. [20] y en cuantas cosas de sabidur�a o de inteligencia les consult� el rey, los encontr� diez veces superiores a todos los magos y adivinos que hab�a en todo su reino. [21] daniel permaneci� all� hasta el a�o primero del rey ciro. daniel cap.2 [1] el a�o segundo del reinado de nabucodonosor, nabucodonosor tuvo sue�os, y su esp�ritu se turb� hasta el punto de no poder dormir. [2] el rey mand� llamar a los magos y adivinos, encantadores y caldeos para que manifestaran al rey sus sue�os. vinieron ellos y se presentaron al rey. [3] el rey les dijo: �he tenido un sue�o y mi esp�ritu se ha turbado por el deseo de comprender este sue�o.� [4] los caldeos respondieron al rey: (arameo) ��viva el rey eternamente! cuenta el sue�o a tus siervos, y nosotros te daremos su interpretaci�n.� [5] respondi� el rey y dijo a los caldeos: �tened bien presente mi decisi�n: si no me dais a conocer el sue�o y su interpretaci�n, ser�is cortados en pedazos y vuestras casas ser�n reducidas a escombros.

[6] pero si me dais a conocer el sue�o y su interpretaci�n, recibir�is de m� regalos, obsequios y grandes honores. as� pues, dadme a conocer el sue�o y su interpretaci�n.� [7] respondieron ellos por segunda vez: �cuente el rey el sue�o a sus siervos, que nosotros le daremos su interpretaci�n.� [8] pero el rey replic�: �bien veo que lo que quer�is vosotros es ganar tiempo, sabiendo que mi decisi�n est� tomada. [9] si no me dais a conocer el sue�o, una misma ser� vuestra sentencia. hab�is acordado entre vosotros decirme palabras mentirosas y falsas, mientras cambian los tiempos. por tanto, indicadme el sue�o y sabr� que pod�is darme su interpretaci�n.� [10] los caldeos respondieron ante el rey: �no hay nadie en el mundo capaz de descubrir lo que quiere el rey; y por eso mismo ning�n rey, por grande y poderoso que sea, pregunta jam�s cosa semejante a ning�n mago, adivino o caldeo. [11] lo que el rey pide es dif�cil, y nadie se lo puede descubrir al rey, excepto los dioses; pero ellos no viven entre los seres de carne.� [12] entonces el rey se enfureci� terriblemente y mand� matar a todos los sabios de babilonia. [13] promulgado el decreto de matar a los sabios, se busc� tambi�n a daniel y a sus compa�eros para matarlos. [14] pero daniel se dirigi� con palabras sabias y prudentes a aryok, jefe de la guardia real, que se dispon�a a matar a los sabios de babilonia. [15] tom� la palabra y dijo a aryok, oficial del rey: �por qu� ha dado el rey un decreto tan tajante?� aryok explic� la cosa a daniel, [16] y daniel se fue a pedir al rey que se le concediese un plazo para declarar al rey la interpretaci�n. [17] daniel regres� a su casa e inform� del caso a sus compa�eros anan�as, misael y azar�as, [18] invit�ndoles a implorar la misericordia del dios del cielo, acerca de este misterio, a fin de que no se diese muerte a daniel y a sus compa�eros con el resto de los sabios de babilonia. [19] entonces el misterio fue revelado a daniel en una visi�n nocturna. y daniel bendijo al dios del cielo. [20] tom� Daniel la palabra y dijo: �bendito sea el nombre de dios por los siglos de los siglos, pues suyos son el saber y la fuerza. [21] el hace alternar estaciones y tiempos, depone a los reyes, establece a los reyes, da a los sabios sabidur�a, y ciencia a los que saben discernir. [22] el revela honduras y secretos, conoce lo que ocultan las tinieblas, y la luz mora junto a �l. [23] a ti, dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has concedido sabidur�a y fuerza; y ahora me has dado a conocer lo que te hab�amos pedido, la cosa del rey nos has dado a conocer.� [24] despu�s daniel se fue donde aryok, a quien el rey hab�a encomendado la matanza de los sabios de babilonia. entr� y le dijo: �no mates a los sabios de babilonia. ll�vame a la presencia del rey y yo declarar� al rey la interpretaci�n.� [25] aryok se apresur� a introducir a daniel ante el rey y le dijo: �he encontrado entre los deportados de jud� un hombre que puede dar a conocer al rey la interpretaci�n.� [26] tom� el rey la palabra y dijo a daniel (por sobrenombre beltsassar): ��eres t� capaz de darme a conocer el sue�o que he tenido y su interpretaci�n?� [27] daniel tom� la palabra en presencia del rey y dijo: �el misterio que el rey quiere saber, no hay sabios, adivinos, magos ni astr�logos que lo puedan revelar al rey; [28] pero hay un dios en el cielo, que revela los misterios y que ha dado a conocer al rey nabucodonosor lo que suceder� al fin de los d�as. tu sue�o y las visiones de tu cabeza cuando estabas en tu lecho eran �stos: [29] �oh rey, los pensamientos que agitaban tu mente en el lecho se refer�an a lo

que ha de suceder en el futuro, y el que revela los misterios te ha dado a conocer lo que suceder�. [30] a m�, sin que yo posea m�s sabidur�a que cualquier otro ser viviente, se me ha revelado este misterio con el solo fin de dar a conocer al rey su interpretaci�n y de que t� conozcas los pensamientos de tu coraz�n. [31] �t�, oh rey, has tenido esta visi�n: una estatua, una enorme estatua, de extraordinario brillo, de aspecto terrible, se levantaba ante ti. [32] la cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plata, su vientre y sus lomos de bronce, [33] sus piernas de hierro, sus pies parte de hierro y parte de arcilla. [34] t� estabas mirando, cuando de pronto una piedra se desprendi�, sin intervenci�n de mano alguna, vino a dar a la estatua en sus pies de hierro y arcilla, y los pulveriz�. [35] entonces qued� pulverizado todo a la vez: hierro, arcilla, bronce, plata y oro; quedaron como el tamo de la era en verano, y el viento se lo llev� sin dejar rastro. y la piedra que hab�a golpeado la estatua se convirti� en un gran monte que llen� toda la tierra. [36] tal fue el sue�o: ahora diremos ante el rey su interpretaci�n. [37] t�, oh rey, rey de reyes, a quien el dios del cielo ha dado reino, fuerza, poder y gloria [38] - los hijos de los hombres, las bestias del campo, los p�jaros del cielo, dondequiera que habiten, los ha dejado en tus manos y te ha hecho soberano de ellos -, t� eres la cabeza de oro. [39] despu�s de ti surgir� otro reino, inferior a ti, y luego un tercer reino, de bronce, que dominar� la tierra entera. [40] y habr� un cuarto reino, duro como el hierro, como el hierro que todo lo pulveriza y machaca: como el hierro qu� aplasta, as� �l pulverizar� y aplastar� a todos los otros. [41] y lo que has visto, los pies y los dedos, parte de arcilla de alfarero y parte de hierro, es un reino que estar� dividido; tendr� la solidez del hierro, seg�n has visto el hierro mezclado con la masa de arcilla. [42] los dedos de los pies, parte de hierro y parte de arcilla, es que el reino ser� en parte fuerte y en parte fr�gil. [43] y lo que has visto: el hierro mezclado con la masa de arcilla, es que se mezclar�n ellos entre s� por simiente humana, pero no se aglutinar�n el uno al otro, de la misma manera que el hierro no se mezcla con la arcilla. [44] en tiempo de estos reyes, el dios del cielo har� surgir un reino que jam�s ser� destruido, y este reino no pasar� a otro pueblo. pulverizar� y aniquilar� a todos estos reinos, y �l subsistir� eternamente: [45] tal como has visto desprenderse del monte, sin intervenci�n de mano humana, la piedra que redujo a polvo el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. el dios grande ha dado a conocer al rey lo que ha de suceder. tal es verdaderamente el sue�o, y su interpretaci�n digna de confianza.� [46] entonces el rey nabucodonosor cay� rostro en tierra, se postr� ante daniel, y orden� que se le ofreciera oblaci�n y calmante aroma. [47] el rey tom� la palabra y dijo a daniel: �verdaderamente vuestro dios es el dios de los dioses y el se�or de los reyes, el revelador de los misterios, ya que t� has podido revelar este misterio.� [48] y el rey confiri� a daniel un alto rango y le dio muchos y magn�ficos regalos. le hizo gobernador de toda la provincia de babilonia y jefe supremo de todos los sabios de babilonia. [49] daniel pidi� al rey que encargara de la administraci�n de la provincia de babilonia a sadrak, mesak y abed neg�, quedando daniel en la corte del rey. daniel cap.3 [1] el rey nabucodonosor hizo una estatua de oro, de sesenta codos de alta por seis de ancha, y la erigi� en el llano de dura, en la provincia de babilonia.

[2] el rey nabucodonosor mand� a los s�trapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, juristas y jueces y a todas las autoridades provinciales, que se reunieran y asistieran a la dedicaci�n de la estatua erigida por el rey nabucodonosor. [3] se reunieron, pues, los s�trapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, juristas y jueces y todas las autoridades provinciales para la dedicaci�n de la estatua erigida por el rey nabucodonosor; todos estaban en pie ante la estatua erigida por el rey nabucodonosor. [4] el heraldo pregon� con fuerza: �a vosotros, pueblos, naciones y lenguas, se os hace saber: [5] en el momento en que oig�is el cuerno, el p�fano, la c�tara, la sambuca, el salterio, la zampo�a y toda clase de m�sica, os postrar�is y adorar�is la estatua de oro que ha erigido el rey nabucodonosor. [6] aqu�l que no se postre y la adore, ser� inmediatamente arrojado en el horno de fuego ardiente.� [7] con tal motivo, en cuanto se oy� sonar el cuerno, el p�fano, la c�tara, la sambuca, el salterio, la zampo�a y toda clase de m�sica, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que hab�a erigido el rey nabucodonosor. [8] sin embargo, algunos caldeos se presentaron a denunciar a los jud�os. [9] tomaron la palabra y dijeron al rey nabucodonosor: ��viva el rey eternamente! [10] t�, oh rey, has ordenado que todo hombre, en cuanto oiga sonar el cuerno, el p�fano, la c�tara, la sambuca, el salterio, la zampo�a y toda clase de m�sica, se postre y adore la estatua de oro, [11] y que aqu�l que no se postre para adorarla sea arrojado en el horno de fuego ardiente. [12] pues hay algunos jud�os a quienes has encargado de la administraci�n de la provincia de babilonia: sadrak, mesak y abed neg�, que no te hacen caso, oh rey; no sirven a tu dios ni adoran la estatua de oro que has erigido.� [13] ebrio de c�lera, nabucodonosor mand� llamar a sadrak, mesak y abed neg�, que fueron introducidos ante el rey. [14] nabucodonosor tom� la palabra y dijo: ��es verdad, sadrak, mesak y abed neg�, que no serv�s a mis dioses ni ador�is la estatua de oro que yo he erigido? [15] �est�is dispuestos ahora, cuando oig�is sonar el cuerno, el p�fano, la c�tara, la sambuca, el salterio, la zampo�a y toda clase de m�sica, a postraros y adorar la estatua que yo he hecho? si no la ador�is, ser�is inmediatamente arrojados en el horno de fuego ardiente; y �qu� dios os podr� librar de mis manos?� [16] sadrak, mesak y abed neg� tomaron la palabra y dijeron al rey nabucodonosor: �no necesitamos darte una respuesta sobre este particular. [17] si nuestro dios, a quien servimos, es capaz de librarnos, nos librar� del horno de fuego ardiente y de tu mano, oh rey; [18] y si no lo hace, has de saber, oh rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has erigido.� [19] entonces el rey nabucodonosor, lleno de c�lera y demudada la expresi�n de su rostro contra sadrak, mesak y abed neg�, dio orden de que se encendiese el horno siete veces m�s de lo corriente, [20] y mand� a los hombres m�s fuertes de su ej�rcito que ataran a sadrak, mesak y abed neg� y los arrojaran al horno de fuego ardiente. [21] fueron, pues, atados estos hombres, con sus zarag�elles, t�nicas, gorros y vestidos, y arrojados al horno de fuego ardiente. [22] como la orden del rey era perentoria y el horno estaba excesivamente encendido, la llamarada mat� a los hombres que hab�an llevado all� a sadrak, mesak y abed neg�. [23] y los tres hombres, sadrak, mesak y abed neg�, cayeron, atados, en medio del horno de fuego ardiente. [24] iban ellos por entre las llamas alabando a dios y bendiciendo al se�or. [25] y azar�as, de pie en medio del fuego, tom� la palabra y or� as�:

[26] �bendito seas, se�or, dios de nuestros padres, digno de loor, y tu nombre sea glorificado eternamente. [27] porque eres justo en todo lo que nos has hecho, todas tus obras son verdad, rectos todos tus caminos, verdad todos tus juicios. [28] juicio fiel has hecho en todo lo que sobre nosotros has tra�do, y sobre la ciudad santa de nuestros padres, jerusal�n. pues con verdad y justicia has provocado todo esto, por nuestros pecados. [29] s�, pecamos, obramos inicuamente alej�ndonos de ti, s�, mucho en todo pecamos, no dimos o�do a tus mandamientos, [30] no los observamos, no cumplimos lo que se nos mandaba para nuestro bien. [31] s�, todo lo que sobre nosotros has tra�do, todo lo que nos has hecho, con juicio fiel lo has hecho. [32] nos has entregado en manos de nuestros enemigos, gentes sin ley, p�simos imp�os, en manos de un rey injusto, el m�s perverso de la tierra toda. [33] y hoy no podemos abrir nuestra boca, la verg�enza y el oprobio han alcanzado a los que te sirven y te adoran. [34] �oh, no nos abandones para siempre, - por amor de tu nombre - no repudies tu alianza, [35] no nos retires tu misericordia, por abraham tu amado, por isaac tu siervo, por israel tu santo, [36] a quienes t� prometiste multiplicar su linaje como las estrellas del cielo y como la arena de la orilla del mar! [37] se�or, que somos m�s peque�os que todas las naciones, que hoy estamos humillados en toda la tierra, por causa de nuestros pecados; [38] ya no hay, en esta hora, pr�ncipe, profeta ni caudillo, holocausto, sacrificio, oblaci�n ni incienso ni lugar donde ofrecerte las primicias, [39] y hallar gracia a tus ojos. mas con alma contrita y esp�ritu humillado te seamos aceptos, como con holocaustos de carneros y toros, y con millares de corderos ping�es; [40] tal sea hoy nuestro sacrificio ante ti, y te agrade que plenamente te sigamos, porque no hay confusi�n para los que en ti conf�an. [41] y ahora te seguimos de todo coraz�n, te tememos y buscamos tu rostro. no nos dejes en la confusi�n, [42] tr�tanos conforme a tu bondad y seg�n la abundancia de tu misericordia. [43] l�branos seg�n tus maravillas, y da, se�or, gloria a tu nombre. [44] sean confundidos los que a tus siervos hacen da�o, queden cubiertos de verg�enza, privados de todo su poder, sea aplastada su fuerza. [45] y sepan que t� eres el �nico dios y se�or, glorioso por toda la tierra.� [46] los siervos del rey que los hab�an arrojado al horno no cesaban de atizar el fuego con nafta, pez, estopa y sarmientos, [47] tanto que la llama se elevaba por encima del horno hasta cuarenta y nueve codos, [48] y al extenderse abras� a los caldeos que encontr� alrededor del horno. [49] pero el �ngel del se�or baj� al horno junto a azar�as y sus compa�eros, empuj� fuera del horno la llama de fuego, [50] y les sopl�, en medio del horno, como un frescor de brisa y de roc�o, de suerte que el fuego nos los toc� siquiera ni les caus� dolor ni molestia. [51] entonces los tres, a coro, se pusieron a cantar, glorificando y bendiciendo a dios dentro del horno, y diciendo: [52] �bendito seas, se�or, dios de nuestros padres, loado, exaltado eternamente. bendito el santo nombre de tu gloria, loado, exaltado eternamente. [53] bendito seas en el templo de tu santa gloria, cantado, enaltecido eternamente. [54] bendito seas en el trono de tu reino, cantado, exaltado eternamente. [55] bendito t�, que sondas los abismos, que te sientas sobre querubines, loado, exaltado eternamente. [56] bendito seas en el firmamento del cielo, cantado, glorificado eternamente. [57] obras todas del se�or, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente.

[58] angeles del se�or, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [59] cielos, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [60] aguas todas que est�is sobre los cielos, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [61] potencias todas del se�or, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [62] sol y luna, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [63] astros del cielo, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [64] lluvia toda y roc�o, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [65] vientos todos, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [66] fuego y calor, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [67] fr�o y ardor, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [68] roc�os y escarchas, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [69] hielos y fr�o, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [70] heladas y nieves, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [71] noches y d�as, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [72] luz y tinieblas, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [73] rayos y nubes, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [74] bendiga la tierra al se�or, le cante, le exalte eternamente. [75] montes y colinas, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [76] todo lo que germina en la tierra, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [77] fuentes, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [78] mares y r�os, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [79] cet�ceos y todo lo que se mueve en las aguas, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [80] p�jaros todos del cielo, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [81] fieras todas y bestias, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [82] hijos de los hombres, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [83] israel, bendice al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [84] sacerdotes del se�or, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [85] siervos del se�or, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [86] esp�ritus y almas de los justos, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [87] santos y humildes de coraz�n, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. [88] anan�as, azar�as, misael, bendecid al se�or, cantadle, exaltadle eternamente. porque �l nos ha arrancado del infierno, nos ha salvado de la mano del la muerte, nos ha sacado del horno de llama abrasadora, nos ha rescatado de en medio de la llama. [89] dad gracias al se�or, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. [90] todos los que vener�is al se�or, bendecid al dios de los de los dioses, cantadle, dadle gracias, porque es eterna su misericordia.� [91] entonces el rey nabucodonosor, estupefacto, se levant� a toda prisa y pregunt� a sus consejeros: ��no hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atados?� respondieron ellos: �indudablemente, oh rey.� [92] dijo el rey: �pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir da�o alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses.� [93] y nabucodonosor se acerc� a la boca del horno de fuego ardiente y dijo: �sadrak, mesak y abed neg�, servidores del dios alt�simo, salid y venid aqu�.� entonces sadrak, mesak y abed neg� salieron de en medio del fuego. [94] los s�trapas, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se reunieron para ver a estos hombres: el fuego no hab�a tenido ning�n poder sobre su cuerpo, los cabellos de su cabeza no estaban chamuscados, sus mantos no se hab�an alterado, y ni el olor del fuego se les hab�a pegado. [95] nabucodonosor exclam�: �bendito sea el dios de sadrak, mesak y abed neg�, que ha enviado a su �ngel a librar a sus siervos que, confiando en �l,

quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ning�n otro fuera de su dios. [96] y yo promulgo este edicto: pueblos, naciones y lenguas, todo aquel que hable ligeramente del dios de sadrak, mesak y abed neg�, ser� cortado en pedazos y su casa ser� reducida a escombros, porque no hay otro dios que pueda salvar de este modo.� [97] y el rey hizo prosperar a sadrak, mesak y abed neg� en la provincia de babilonia. [98] nabucodonosor, rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas de toda la tierra: �sea grande vuestra paz! [99] me ha parecido bien daros a conocer las se�ales y milagros que ha hecho el dios alt�simo. [100] �que grandes sus prodigios, qu� poderosos sus milagros! �reino eterno es su reino, su imperio de generaci�n en generaci�n! daniel cap.4 [1] yo, nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa, y satisfecho en mi palacio. [2] y tuve un sue�o que me aterroriz�. Las obsesiones que tuve en mi lecho y las visiones de mi cabeza me aterraron. [3] entonces di orden de traer a mi presencia a todos los sabios de babilonia para que me dieran a conocer la interpretaci�n del sue�o. [4] vinieron los magos, adivinos, caldeos y astr�logos y, en su presencia, cont� el sue�o, pero su interpretaci�n no me la dieron. [5] despu�s se present� ante m� Daniel, por sobrenombre beltsassar, seg�n el nombre de mi dios, en quien reside el esp�ritu de los dioses santos. yo le cont� el sue�o: [6] �beltsassar, jefe de los magos, ya s� que t� posees el esp�ritu de los dioses santos y que ning�n misterio ofrece para ti dificultad: mira el sue�o que he tenido; dime su interpretaci�n. [7] �en mi lecho, contemplaba las visiones de mi cabeza: �un �rbol hab�a en el centro de la tierra, de altura muy grande. [8] el �rbol creci�, se hizo corpulento, su altura llegaba hasta el cielo, su expansi�n, hasta los confines de la tierra. [9] era hermoso su ramaje, abundante su fruto; hab�a en �l comida para todos, a su sombra se cobijaban las bestias del campo, en sus ramas anidaban los p�jaros del cielo, y toda carne se alimentaba de �l. [10] yo contemplaba, en mi lecho, las visiones de mi cabeza. en esto, un vigilante, un santo, bajaba del cielo. [11] con recia voz gritaba as�: "abatid el �rbol, cortad sus ramas, arrancad sus hojas, tirad sus frutos; v�yanse las bestias de debajo de �l, y los p�jaros de sus ramas. [12] pero dejad en tierra toc�n y ra�ces con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo. sea ba�ado del roc�o del cielo y comparta con las bestias la hierba de la tierra. [13] deje de ser su coraz�n de hombre, d�sele un coraz�n de bestia y pasen por �l siete tiempos. [14] es la sentencia dictada por los vigilantes, la cuesti�n decidida por los santos, para que sepa todo ser viviente que el alt�simo domina sobre el reino de los hombres: se lo da a quien le place y exalta al m�s humilde de los hombres."� [15] �tal es el sue�o que he tenido yo, el rey nabucodonosor. t�, Beltsassar, dime su interpretaci�n, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha podido darme a conocer su interpretaci�n; pero t� puedes, porque en ti reside el esp�ritu de los dioses santos.� [16] entonces daniel, por sobrenombre beltsassar, qued� un instante aturdido y turbado en sus pensamientos. el rey tom� la palabra y dijo: �beltsassar, no te turbe este sue�o y su interpretaci�n.� respondi� Beltsassar: �� oh mi se�or, sea este sue�o para tus enemigos y su interpretaci�n para tus adversarios!

[17] ese �rbol que has visto, que se hizo grande y corpulento, cuya altura llegaba hasta el cielo y que era visible en toda la tierra, [18] que ten�a hermoso ramaje y abundante fruto, en el que hab�a alimento para todos, bajo el cual se cobijaban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban los p�jaros del cielo, [19] eres t�, oh rey, que te has hecho grande y poderoso, cuya grandeza ha crecido y ha llegado hasta el cielo, y cuyo dominio se extiende hasta los confines de la tierra. [20] �en cuanto a lo que ha visto el rey: un vigilante, un santo que bajaba del cielo y dec�a: "abatid el �rbol, destruidlo, pero el toc�n y sus ra�ces dejadlos en tierra, con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo, y sea ba�ado del roc�o del cielo y comparta la suerte con las bestias del campo hasta que hayan pasado por �l siete tiempos", [21] �sta es su interpretaci�n, oh rey, y el decreto del alt�simo que ha tocado a mi se�or el rey: [22] �ser�s arrojado de entre los hombres y con las bestias del campo morar�s; hierba, como los bueyes, tendr�s por comida, y ser�s ba�ado del roc�o del cielo; siete tiempos pasar�n por ti, hasta que reconozcas que el alt�simo domina sobre el imperio de los hombres y que se lo da a quien le place. [23] �y la orden de dejar el toc�n y las ra�ces del �rbol, significa que tu reino se te conservar� hasta que hayas reconocido que todo poder viene del cielo. [24] por eso, oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu ventura sea larga.� [25] todo esto le sobrevino al rey nabucodonosor. [26] doce meses despu�s, pase�ndose por la terraza del palacio real de babilonia, [27] iba diciendo el rey: ��no es �sta la gran babilonia que yo he edificado como mi residencia real, con el poder de mi fuerza y para la gloria de mi majestad?� [28] a�n estaban estas palabras en la boca del rey, cuando una voz cay� del cielo: ��a ti se te habla, rey nabucodonosor! la realeza se te ha ido. [29] de entre los hombres ser�s arrojado, con las bestias del campo morar�s; hierba como los bueyes tendr�s por comida, y siete tiempos pasar�n por ti, hasta que reconozcas que el alt�simo domina sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien le place.� [30] y al punto se cumpli� la palabra en nabucodonosor: fue arrojado de entre los hombres, se aliment� de hierba como los bueyes, su cuerpo fue ba�ado del roc�o del cielo, hasta crecerle sus cabellos como plumas de �guila y sus u�as como las de las aves. [31] �al cabo del tiempo fijado, yo, nabucodonosor, levant� los ojos al cielo, y la raz�n volvi� a m�; entonces bendije al alt�simo, alabando y exaltando al que vive eternamente, cuyo imperio es un imperio eterno, y cuyo reino dura por todas las generaciones. [32] los habitantes todos de la tierra ante �l, como si no contaran, hace lo que quiere con el ej�rcito del cielo y con los habitantes de la tierra. nadie puede detener su mano o decirle: "�qu� haces?" [33] �en aquel momento, la raz�n volvi� a m�, y para gloria de mi realeza volvieron tambi�n a m� majestad y esplendor; mis consejeros y mis grandes me reclamaron, se me restableci� en mi reino, y se me dio una grandeza todav�a mayor. [34] ahora, pues, yo, nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al rey del cielo, porque sus obras todas son verdad, justicia todos sus caminos; �l sabe humillar a los que caminan con orgullo.� daniel cap.5 [1] el rey baltasar dio un gran fest�n en honor de sus mil dignatarios, y, en presencia de estos mil, bebi� vino. [2] bajo el efecto del vino, baltasar mand� traer los vasos de oro y plata que su padre nabucodonosor se hab�a llevado del templo de jerusal�n, para que bebieran en

ellos el rey, sus dignatorios, sus mujeres y sus concubinas. [3] se trajeron, pues, los vasos de oro y plata tomados de la casa de dios en jerusal�n, y en ellos bebieron el rey, sus dignatorios, sus mujeres y sus concubinas. [4] bebieron vino y alabaron a sus dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de madera y piedra. [5] de pronto aparecieron los dedos de una mano humana que se pusieron a escribir, detr�s del candelabro, en la cal de la pared del palacio real, y el rey vio la palma de la mano que escrib�a. [6] entonces el rey cambi� de color, sus pensamientos le turbaron, las articulaciones de sus caderas se le relajaron y sus rodillas se pusieron a casta�etear. [7] y el rey mand� a buscar a gritos a los adivinos, caldeos y astr�logos. tom� el rey la palabra y dijo a los sabios de babilonia: �el que lea este escrito y me d� a conocer su interpretaci�n, ser� vestido de p�rpura, se le pondr� al cuello un collar de oro, y mandar� como tercero en el reino.� [8] vinieron, pues, todos los sabios del rey; pero no pudieron leer el escrito ni declarar al rey su interpretaci�n. [9] el rey baltasar se turb� mucho y su semblante cambi� de color; tambi�n sus dignatarios quedaron desconcertados. [10] en la sala del fest�n entr� la reina, enterada por las palabras del rey y de sus dignatarios. y dijo la reina: ��viva el rey eternamente! no te turben tus pensamientos ni tu semblante cambie de color. [11] hay en tu reino un hombre en quien reside el esp�ritu de los dioses santos. ya en tiempo de tu padre se hall� en �l luz, inteligencia y sabidur�a semejante a la sabidur�a de los dioses, y tu padre, el rey nabucodonosor, le nombr� jefe de los magos, adivinos, caldeos y astr�logos. [12] por tanto, ya que en este daniel, a quien el rey puso por sobrenombre beltsassar, se encontr� un esp�ritu extraordinario, ciencia, inteligencia y arte de interpretar sue�os, de descifrar enigmas y de resolver dificultades, sea llamado daniel y �l dar� a conocer la interpretaci�n.� [13] en seguida fue introducido daniel a la presencia del rey, y el rey dijo a daniel: ��eres t� Daniel, uno de los jud�os deportados, que mi padre el rey trajo de jud�? [14] he o�do decir que en ti reside el esp�ritu de los dioses y que hay en ti luz, inteligencia y sabidur�a extraordinarias. [15] han sido introducidos ahora en mi presencia los sabios y adivinos para que leyeran este escrito y me declararan su interpretaci�n, pero han sido incapaces de descubrir su sentido. [16] he o�do decir que t� puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. si, pues, logras leer este escrito y declararme su interpretaci�n, ser�s vestido de p�rpura, llevar�s al cuello un collar de oro, y mandar�s como tercero en el reino.� [17] daniel tom� la palabra y dijo delante del rey: �qu�date con tus regalos y da tus obsequios a otro, que yo leer� igualmente al rey este escrito y le dar� a conocer su interpretaci�n. [18] oh rey, el dios alt�simo dio a tu padre nabucodonosor reino, grandeza, gloria y majestad. [19] y por esta grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban de miedo en su presencia: mataba �l a quien quer�a, dejaba vivir a quien quer�a, exaltaba a quien quer�a y a quien quer�a humillaba. [20] pero habi�ndose engre�do su coraz�n y obstinado su esp�ritu hasta la arrogancia, fue depuesto de su trono real, y se le quit� su gloria. [21] fue expulsado de entre los hombres y su coraz�n se hizo semejante al de las bestias; estuvo conviviendo con los onagros; se aliment� de hierba como los bueyes, y su cuerpo fue ba�ado del roc�o del cielo, hasta que reconoci� que el dios alt�simo domina sobre el reino de los hombres y pone en �l a quien le place. [22] pero t�, Baltasar, hijo suyo, no has humillado tu coraz�n, a pesar de que

sab�as todo esto; [23] te has engre�do contra el se�or del cielo, se han tra�do a tu presencia los vasos de su casa, y t�, tus dignatorios, tus mujeres y tus concubinas, hab�is bebido vino en ellos. hab�is celebrado a los dioses de plata y oro, de bronce y hierro, de madera y piedra, que no ven ni oyen ni entienden, pero no has glorificado al dios que tiene en sus manos tu propio aliento y de quien dependen todos tus caminos. [24] por eso ha enviado �l esa mano que traz� este escrito. [25] la escritura trazada es: men�, men�, teqel y pars�n. [26] y �sta es la interpretaci�n de las palabras: men�: dios ha medido tu reino y le ha puesto fin; [27] tequel: has sido pesado en la balanza y encontrado falto de peso; [28] pars�n: tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y los persas.� [29] entonces baltasar mand� revestir de p�rpura a daniel, ponerle un collar de oro al cuello y proclamar que mandaba como tercero en el reino. [30] aquella noche fue asesinado baltasar, el rey de los caldeos. daniel cap.6 [1] y recibi� el reino dar�o el medo, que contaba sesenta y dos a�os. [2] plugo a dar�o establecer en su reino ciento veinte s�trapas que estuvieran por todo el reino, [3] bajo el mando de tres ministros - daniel era uno de ellos -, a los que los s�trapas deber�an rendir cuentas, con el fin de impedir que el rey recibiera da�o alguno. [4] este mismo daniel se distingu�a entre los ministros y los s�trapas, porque hab�a en �l un esp�ritu extraordinario, y el rey se propon�a ponerle al frente del reino entero. [5] por ello los ministros y los s�trapas se pusieron a buscar un motivo de acusaci�n contra daniel en alg�n asunto de estado; pero no pudieron encontrar ning�n motivo de acusaci�n ni falta alguna, porque �l era fiel y no se le pod�a reprochar de negligencia ni falta. [6] entonces se dijeron aquellos hombres: �no encontraremos ning�n motivo de acusaci�n contra este daniel si no es en materia de la ley de su dios.� [7] los ministros y s�trapas acudieron, pues, atropelladamente ante el rey y le hablaron as�: ��viva eternamente el rey dar�o! [8] todos los ministros del reino, prefectos, s�trapas, consejeros y gobernadores, aconsejan un�nimemente que se promulgue un edicto real para poner en vigor la prohibici�n siguiente: todo aquel que en el t�rmino de treinta d�as dirija una oraci�n a quienquiera que sea, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, ser� arrojado al foso de los leones. [9] ahora pues, oh rey, da fuerza de ley a esta prohibici�n firmando el edicto, de suerte que no se cambie nada, con arreglo a la ley de los medos y persas, que es irrevocable.� [10] ante esto, el rey dar�o firm� el edicto de prohibici�n. [11] al saber que hab�a sido firmado el edicto, daniel entr� en su casa. las ventanas de su cuarto superior estaban orientadas hacia jerusal�n y tres veces al d�a se pon�a �l de rodillas, para orar y dar gracias a su dios; as� lo hab�a hecho siempre. [12] aquellos hombres vinieron atropelladamente y sorprendieron a daniel invocando y suplicando a su dios. [13] entonces se presentaron al rey y le dijeron acerca de la prohibici�n real: ��no has firmado t� una prohibici�n seg�n la cual todo el que dirigiera, en el t�rmino de treinta d�as, una oraci�n a quienquiera que fuese, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, ser�a arrojado al foso de los leones?� respondi� el rey: �la cosa est� decidida, seg�n la ley de los medos y los persas, que es irrevocable.� [14] entonces ellos dijeron en presencia del rey: �daniel, ese deportado de jud�, no hace caso de ti, oh rey, ni de la prohibici�n que t� has firmado: tres veces al

d�a hace su oraci�n.� [15] al o�r estas palabras, el rey se afligi� mucho y se propuso salvar a daniel; hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarle. [16] pero aquellos hombres volvieron atropelladamente ante el rey y le dijeron: �ya sabes, oh rey, que seg�n la ley de los medos y los persas ninguna prohibici�n o edicto dado por el rey puede ser modificado.� [17] entonces el rey dio orden de traer a daniel y de arrojarle al foso de los leones. el rey dijo a daniel: �tu dios, a quien sirves con perseverancia, te librar�.� [18] se trajo una piedra que fue colocada a la entrada del foso, y el rey la sell� con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que no se pudiese cambiar la suerte de daniel. [19] despu�s el rey volvi� a su palacio y pas� la noche en ayuno; no dej� que le trajeran concubinas y el sue�o huy� de �l. [20] al amanecer, al rayar el alba, el rey se levant� y se dirigi� a toda prisa al foso de los leones. [21] acerc�ndose al foso, grit� a daniel con voz angustiada: �daniel, servidor del dios vivo, tu dios, a quien sirves con perseverencia, �ha podido librarte de los leones?� [22] entonces daniel habl� con el rey: ��viva el rey eternamente! [23] mi dios ha enviado a su �ngel, que ha cerrado la boca de los leones y no me han hecho ning�n mal, porque he sido hallado inocente ante �l. y tampoco ante ti, oh rey, he cometido falta alguna.� [24] el rey entonces se alegr� mucho y mand� sacar a daniel del foso. sacaron a daniel del foso y no se le encontr� herida alguna, porque hab�a confiado en su dios. [25] y el rey mand� traer a aquellos hombres que hab�an acusado a daniel y echarlos al foso de los leones, a ellos, y a sus hijos y mujeres. y no hab�an llegado a�n al fondo del foso cuando ya los leones se hab�an lanzado sobre ellos y les hab�an triturado todos los huesos. [26] entonces, el rey dar�o escribi� a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitaban en toda la tierra: ��sea grande vuestra paz! [27] por m� se decreta que en todos los dominios de mi reino se tema y se tiemble ante el dios de daniel, porque �l es el dios vivo, que subsiste por siempre, - su reino no ser� destruido y su imperio durar� hasta el fin [28] el que salva y libera, obra se�ales y milagros en los cielos y en la tierra; el que ha salvado a daniel del poder de los leones.� [29] y este mismo daniel floreci� en el reinado de dar�o y en el reinado de ciro el persa. daniel cap.7 [1] el a�o primero de baltasar, rey de babilonia, daniel tuvo un sue�o y visiones de su cabeza, mientras se hallaba en su lecho. en seguida puso el sue�o por escrito. comienzo del relato: [2] daniel tom� la palabra y dijo: contemplaba yo en mi visi�n durante la noche lo siguiente: los cuatro vientos del cielo agitaron el mar grande, [3] y cuatro bestias enormes, diferentes todas entre s�, salieron del mar. [4] la primera era como un le�n con alas de �guila. mientras yo la miraba, le fueron arrancadas las alas, fue levantada de la tierra, se incorpor� sobre sus patas como un hombre, y se le dio un coraz�n de hombre. [5] a continuaci�n, otra segunda bestia, semejante a un oso, levantada de un costado, con tres costillas en las fauces, entre los dientes. y se le dec�a: �lev�ntate, devora mucha carne.� [6] despu�s, yo segu�a mirando y vi otra bestia como un leopardo con cuatro alas de ave en su dorso; la bestia ten�a cuatro cabezas, y se le dio el dominio. [7] despu�s segu� mirando, en mis visiones nocturnas, y vi una cuarta bestia, terrible, espantosa, extraordinariamente fuerte; ten�a enormes dientes de hierro;

com�a, trituraba, y lo sobrante lo pisoteaba con sus patas. era diferente de las bestias anteriores y ten�a diez cuernos. [8] estaba yo observando los cuernos, cuando en esto despunt� entre ellos otro cuerno, peque�o, y tres de los primeros cuernos fueron arrancados delante de �l. ten�a este cuerno ojos como los de un hombre, y una boca que dec�a grandes cosas. [9] mientras yo contemplaba: se aderezaron unos tronos y un anciano se sent�. Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana. su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. [10] un r�o de fuego corr�a y manaba delante de �l. miles de millares le serv�an, miriadas de miriadas estaban en pie delante de �l. el tribunal se sent�, y se abrieron los libros. [11] mir� entonces, atra�do por el ruido de las grandes cosas que dec�a el cuerno, y estuve mirando hasta que la bestia fue muerta y su cuerpo destrozado y arrojado a la llama de fuego. [12] a las otras bestias se les quit� el dominio, si bien se les concedi� una prolongaci�n de vida durante un tiempo y hora determinados. [13] yo segu�a contemplando en las visiones de la noche: y he aqu� que en las nubes del cielo ven�a como un hijo de hombre. se dirigi� hacia el anciano y fue llevado a su presencia. [14] a �l se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. su imperio es un imperio eterno, que nunca pasar�, y su reino no ser� destruido jam�s. [15] yo, daniel, qued� muy impresionado en mi esp�ritu por estas cosas, y las visiones de mi cabeza me dejaron turbado. [16] me acerqu� a uno de los que estaban all� de pie y le ped� que me dijera la verdad acerca de todo esto. el me respondi� y me indic� la interpretaci�n de estas cosas: [17] �estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que surgir�n de la tierra. [18] los que han de recibir el reino son los santos del alt�simo, que poseer�n el reino eternamente, por los siglos de los siglos.� [19] despu�s quise saber la verdad sobre la cuarta bestia, que era diferente de las otras, extraordinariamente terrible, con dientes de hierro y u�as de bronce, que com�a, trituraba y pisoteaba con sus patas lo sobrante; [20] y acerca de los diez cuernos que hab�a en su cabeza, y del otro cuerno que hab�a despuntado, ante el cual cayeron los tres primeros; y de este cuerno que ten�a ojos y una boca que dec�a grandes cosas, y cuyo aspecto era mayor que el de los otros. [21] yo contemplaba c�mo este cuerno hac�a la guerra a los santos y los iba subyugando, [22] hasta que vino el anciano a hacer justicia a los santos del alt�simo, y lleg� el tiempo en que los santos poseyeron el reino. [23] el habl� as�: �la cuarta bestia ser� un cuarto reino que habr� en la tierra, diferente de todos los reinos. devorar� toda la tierra, la aplastar� y la pulverizar�. [24] y los diez cuernos: de este reino saldr�n diez reyes, y otro saldr� despu�s de ellos; ser� diferente de los primeros y derribar� a tres reyes; [25] proferir� palabras contra el alt�simo y pondr� a prueba a los santos del alt�simo. tratar� de cambiar los tiempos y la ley, y los santos ser�n entregados en sus manos por un tiempo y tiempos y medio tiempo. [26] pero el tribunal se sentar�, y el dominio le ser� quitado, para ser destruido y aniquilado definitivamente. [27] y el reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todos ser�n dados al pueblo de los santos del alt�simo. reino eterno es su reino, y todos los imperios le servir�n y le obedecer�n.� [28] hasta aqu� la relaci�n. yo, daniel, qued� muy turbado en mis pensamientos, se me demud� el color del rostro y guard� estas cosas en mi coraz�n. daniel cap.8

[1] el a�o tercero del reinado del rey baltasar, yo, daniel, tuve una visi�n despu�s de la tenida anteriormente. [2] mir� durante la visi�n y me ve�a en susa, la plaza fuerte que est� en la provincia de elam; en la visi�n mir�, y me encontraba en la puerta del ulay. [3] levant� los ojos para ver, y vi un carnero que estaba delante de la puerta. ten�a dos cuernos; los dos cuernos eran altos, pero uno m�s que otro y el m�s alto hab�a despuntado el �ltimo. [4] vi que el carnero acomet�a contra el oeste, el norte y el sur. ninguna bestia pod�a resistirle, nada pod�a escapar a su poder. hac�a lo que le parec�a y as� se hizo grande. [5] estaba yo cavilando, y he aqu� que un macho cabr�o vino de occidente, recorriendo la tierra entera sin tocar el suelo; este macho cabr�o ten�a un cuerno �magn�fico� entre los ojos. [6] vino donde el carnero de dos cuernos que yo hab�a visto en pie delante de la puerta y corri� hacia �l con todo el ardor de su fuerza. [7] vi c�mo alcanzaba al carnero, enfurecido contra �l; embisti� al carnero, y le rompi� los dos cuernos, sin que el carnero tuviera fuerzas para resistirle; lo ech� por tierra y lo pisote�; no hab�a nadie que librara al carnero de su mano. [8] el macho cabr�o se hizo muy grande, pero cuando estaba en la plenitud de su poder, el gran cuerno se rompi� y en su lugar despuntaron cuatro �magn�ficos� en la direcci�n de los cuatro vientos del cielo. [9] de uno de ellos sali� un cuerno, peque�o, que creci� mucho en direcci�n del sur, del oriente y de la tierra del esplendor. [10] creci� hasta el ej�rcito del cielo, precipit� en tierra parte del ej�rcito y de las estrellas, y las pisote� con sus pies. [11] lleg� incluso hasta el jefe del ej�rcito, aboli� el sacrificio perpetuo y sacudi� el cimiento de su santuario [12] y al ej�rcito; en el lugar del sacrificio puso la iniquidad y tir� por tierra la verdad; as� obr� y le acompa�� el �xito. [13] o� entonces a un santo que hablaba, y a otro santo que dec�a al que hablaba: ��hasta cu�ndo la visi�n: el sacrificio perpetuo, la iniquidad desoladora, el santuario y el ej�rcito pisoteados?� [14] le respondi�: �hasta dos mil trescientas tardes y ma�anas: despu�s ser� reivindicado el santuario.� [15] mientras yo, daniel, contemplaba esta visi�n y trataba de comprenderla, vi de pronto delante de m� como una apariencia de hombre, [16] y o� una voz de hombre, sobre el ulay, que gritaba: �gabriel, expl�cale a �ste la visi�n.� [17] el se acerc� al lugar donde yo estaba y, cuando lleg�, me aterroric� y ca� de bruces. me dijo: �hijo de hombre, entiende: la visi�n se refiere al tiempo del fin.� [18] mientras �l me hablaba, yo me desvanec�, rostro en tierra. el me toc� y me hizo incorporarme donde estaba. [19] luego dijo: �mira, voy a manifestarte lo que ocurrir� al fin de la ira, porque el fin est� fijado. [20] el carnero que has visto, sus dos cuernos, son los reyes de los medos y los persas. [21] el macho cabr�o velludo es el rey de yav�n; el cuerno grande entre sus ojos, es el primer rey. [22] el cuerno roto y los cuatro cuernos que despuntaron en su lugar, son cuatro reinos salidos de su naci�n, pero que no tendr�n su fuerza. [23] �y al t�rmino de su reino, cuando lleguen al colmo los pecados, surgir� un rey, insolente y h�bil en enga�os. [24] se har� poderosa su fuerza - mas no por su fuerza misma - tramar� cosas inauditas, prosperar� en sus empresas, destruir� a poderosos y al pueblo de los santos. [25] y, por su habilidad, triunfar� el enga�o entre sus manos. se exaltar� en su

coraz�n, y por sorpresa destruir� a muchos. se alzar� contra el pr�ncipe de los pr�ncipes, pero - sin que mano alguna intervenga - ser� quebrantado. [26] es verdad la visi�n de las tardes y ma�anas que se ha dicho, mas t� guarda en secreto la visi�n, pues habr� a�n para muchos d�as.� [27] yo, daniel, desfallec� y estuve enfermo unos cuantos d�as. luego me levant� para ocuparme de los asuntos del rey. segu�a perplejo por la visi�n, que no se pod�a comprender. daniel cap.9 [1] el a�o primero de dar�o, hijo de asuero, de la raza de los medos, que subi� al trono del reino de caldea, [2] el a�o primero de su reinado, yo, daniel, me puse a investigar en las escrituras sobre el n�mero de a�os que, seg�n la palabra de yahveh dirigida al profeta jerem�as, deb�an pasar sobre las ruinas de jerusal�n, a saber setenta a�os. [3] volv� mi rostro hacia el se�or dios para implorarle con oraciones y s�plicas, en ayuno, sayal y ceniza. [4] derram� mi oraci�n a yahveh mi dios, y le hice esta confesi�n: ��ah, se�or, dios grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. [5] nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos sido malos, no hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. [6] no hemos escuchado a tus siervos los profetas que en tu nombre hablaban a nuestros reyes, a nuestros pr�ncipes, a nuestros padres, a todo el pueblo de la tierra. [7] a ti, se�or, la justicia, a nosotros la verg�enza en el rostro, como sucede en este d�a, a nosotros, a los hombres de jud�, a los habitantes de jerusal�n y a israel entero, pr�ximos y lejanos, en todos los pa�ses donde t� los dispersaste a causa de las infidelidades que cometieron contra ti. [8] yahveh, a nosotros la verg�enza, a nuestros reyes, a nuestros pr�ncipes, a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. [9] al se�or dios nuestro, la piedad y el perd�n, porque nos hemos rebelado contra �l, [10] y no hemos escuchado la voz de yahveh nuestro dios para seguir sus leyes, que �l nos hab�a dado por sus siervos los profetas. [11] todo israel ha transgredido tu ley, ha desertado sin querer escuchar tu voz, y sobre nosotros han ca�do la maldici�n y la imprecaci�n escritas en la ley de mois�s, siervo de dios, porque hemos pecado contra �l. [12] el ha cumplido las palabras que hab�a pronunciado contra nosotros y contra los pr�ncipes que nos gobernaban: que har�a venir sobre nosotros una calamidad tan grande como no habr�a jam�s bajo el cielo otra mayor que la que alcanzara a jerusal�n. [13] seg�n est� escrito en la ley de mois�s, toda esta calamidad nos ha sobrevenido, pero nosotros no hemos aplacado el rostro de yahveh nuestro dios, convirti�ndonos de nuestras iniquidades y aprendiendo a conocer tu verdad. [14] yahveh ha estado atento a esta calamidad, la ha descargado sobre nosotros. porque es justo yahveh nuestro dios en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos escuchado su voz. [15] y ahora, se�or dios nuestro, que con mano fuerte sacaste a tu pueblo del pa�s de egipto y te granjeaste con ello un nombre que dura hasta el presente, nosotros hemos pecado, hemos sido malos. [16] se�or, por todas tus justicias, retira tu c�lera y tu furor de jerusal�n, tu ciudad, monte santo tuyo; pues, a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, jerusal�n y tu pueblo son el escarnio de todos los que nos circundan. [17] y ahora, oh dios nuestro, escucha la oraci�n de tu siervo y sus s�plicas. ilumine tu rostro tu santuario desolado, �por ti mismo, se�or!

[18] inclina, dios m�o, tu o�do y escucha. abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre. no, no nos apoyamos en nuestras obras justas para derramar ante ti nuestras s�plicas, sino en tus grandes misericordias. [19] �se�or, escucha! �se�or, perdona! �se�or, atiende y obra! �no tardes m�s, por ti mismo, dios m�o, pues tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.� [20] todav�a estaba yo hablando, haciendo mi oraci�n, confesando mis pecados y los pecados de mi pueblo israel, y derramando mi s�plica ante yahveh mi dios, por el santo monte de mi dios; [21] a�n estaba hablando en oraci�n, cuando gabriel, el personaje que yo hab�a visto en visi�n al principio, vino volando donde m� a la hora de la oblaci�n de la tarde. [22] vino y me habl�. Dijo: �daniel, he salido ahora para ilustrar tu inteligencia. [23] desde el comienzo de tu s�plica, una palabra se emiti� y yo he venido a revel�rtela, porque t� eres el hombre de las predilecciones. comprende la palabra, entiende la visi�n: [24] setenta semanas est�n fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a la rebeld�a, para sellar los pecados, para expiar la culpa, para instaurar justicia eterna, para sellar visi�n y profec�a, para ungir el santo de los santos. [25] �entiende y comprende: desde el instante en que sali� la orden de volver a construir jerusal�n, hasta un pr�ncipe mes�as, siete semanas y sesenta y dos semanas, plaza y foso ser�n reconstruidos, pero en la angustia de los tiempos. [26] y despu�s de las sesenta y dos semanas un mes�as ser� suprimido, y no habr� para �l... y destruir� la ciudad y el santuario el pueblo de un pr�ncipe que vendr�. su fin ser� en un cataclismo y, hasta el final, la guerra y los desastres decretados. [27] el concertar� con muchos una firme alianza una semana; y en media semana har� cesar el sacrificio y la oblaci�n, y en el ala del templo estar� la abominaci�n de la desolaci�n, hasta que la ruina decretada se derrame sobre el desolador.� daniel cap.10 [1] el a�o tercero de ciro, rey de persia, una palabra fue revelada a daniel, por sobrenombre beltsassar. palabra verdadera: gran lucha. el comprendi� la palabra; le fue dada en visi�n su inteligencia. [2] en aquel tiempo, yo, daniel, hice penitencia durante tres semanas: [3] no com� alimento sabroso; ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ung�, hasta el t�rmino de estas tres semanas. [4] el d�a veinticuatro del primer mes, estando a orillas del r�o grande, el tigris, [5] levant� los ojos para ver. vi esto: un hombre vestido de lino, ce�idos los lomos de oro puro: [6] su cuerpo era como de cris�lito, su rostro, como el aspecto del rel�mpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus piernas como el fulgor del bronce bru�ido, y el son de sus palabras como el ruido de una multitud. [7] s�lo yo, daniel, contempl� esta visi�n: los hombres que estaban conmigo no ve�an la visi�n, pero un gran temblor les invadi� y huyeron a esconderse. [8] qued� yo solo contemplando esta gran visi�n; estaba sin fuerzas; se demud� mi rostro, desfigurado, y qued� totalmente sin fuerzas. [9] o� el son de sus palabras y, al o�rlo, ca� desvanecido, rostro en tierra. [10] en esto una mano me toc�, haciendo casta�ear mis rodillas y las palmas de mis manos. [11] y me dijo: �daniel, hombre de las predilecciones, comprende las palabras que voy a decirte, e incorp�rate, porque yo he sido enviado ahora donde ti.� al decirme estas palabras me incorpor� temblando. [12] luego me dijo: �no temas, daniel, porque desde el primer d�a en que t�

intentaste de coraz�n comprender y te humillaste delante de tu dios, fueron o�das tus palabras, y precisamente debido a tus palabras he venido yo. [13] el pr�ncipe del reino de persia me ha hecho resistencia durante veinti�n d�as, pero miguel, uno de los primeros pr�ncipes, ha venido en mi ayuda. le he dejado all� junto a los reyes de persia [14] y he venido a manifestarte lo que le ocurrir� a tu pueblo al fin de los d�as. porque hay todav�a una visi�n para esos d�as.� [15] al decirme estas palabras, di con mi rostro en tierra y qued� en silencio; [16] y he aqu� que una figura de hijo de hombre me toc� los labios. abr� la boca para hablar y dije a aquel que estaba delante de m�: �se�or m�o, ante esta visi�n la angustia me invade y ya no tengo fuerzas. [17] y �c�mo este siervo de mi se�or podr�a hablar con mi se�or, cuando ahora las fuerzas me faltan y ni aliento me queda?� [18] el que ten�a aspecto de hombre me toc� de nuevo y me reanim�. [19] me dijo: �no temas, hombre de las predilecciones; la paz sea contigo, cobra fuerza y �nimo.� y, mientras me hablaba, me sent� reanimado y dije: �hable mi se�or, porque me has confortado.� [20] me dijo entonces: ��sabes por qu� he venido donde ti? y ahora volver� a luchar con el pr�ncipe de persia: cuando haya terminado, ver�s que viene el pr�ncipe de yav�n. [21] pero voy a revelarte lo que est� consignado en el libro de la verdad. nadie me presta ayuda para esto, excepto miguel, vuestro pr�ncipe, daniel cap.11 [1] mi apoyo para darme ayuda y sostenerme. [2] pero ahora voy a revelarte la verdad. �mira: en persia habr� todav�a tres reyes; el cuarto tendr� m�s riquezas que todos ellos, y cuando por su riqueza se haya hecho poderoso provocar� a todos los reinos de yav�n. [3] surgir� entonces un rey valeroso que dominar� en un gran imperio y actuar� a placer. [4] en trance de engrandecerse, su reino ser� quebrantado y repartido a los cuatro vientos del cielo, pero no entre su descendencia ni con un dominio como el que �l hab�a ejercido, porque su reino ser� extirpado y entregado a otros distintos de aqu�lla. [5] �el rey del mediod�a se har� fuerte; uno de sus pr�ncipes se har� m�s fuerte que �l y tendr� un imperio mayor que el suyo. [6] algunos a�os despu�s concertar�n una alianza, y la hija del rey del mediod�a vendr� donde el rey del norte para realizar el convenio. pero no resistir� la fuerza de su brazo, ni subsistir� su descendencia: ser� entregada, ella y las personas de su s�quito, as� como su hijo y el que era su apoyo. en aquel tiempo, [7] se alzar� en su lugar un reto�o de sus ra�ces, que vendr� contra el ej�rcito, entrar� en la fortaleza del rey del norte, y los tratar� como vencedor. [8] sus mismos dioses, sus estatuas y sus objetos preciosos de plata y oro ser�n el bot�n que se llevar� a egipto, y durante algunos a�os se mantendr� a distancia del rey del norte. [9] este entrar� en el reino del rey del mediod�a y luego regresar� a su pa�s. [10] sus hijos se preparar�n para la guerra y reunir�n una gran multitud de tropas, y �l vendr�, irrumpir� como un r�o, pasar� y se levantar� de nuevo en guerra hasta su fortaleza. [11] entonces el rey del mediod�a, montando en c�lera, saldr� a combatir contra el rey del norte, que movilizar� una gran multitud; pero esta multitud caer� en sus manos. [12] la multitud quedar� aniquilada; su coraz�n se exaltar� entonces, aplastar� a miriadas de hombres, pero no durar� su fuerza. [13] el rey del norte volver� a la carga despu�s de movilizar una multitud m�s numerosa que la primera, y al cabo de algunos a�os irrumpir� con un gran ej�rcito y abundante aparato.

[14] por entonces se levantar�n muchos contra el rey del mediod�a y los violentos de entre los de tu pueblo se alzar�n con �nimo de cumplir la visi�n, pero fracasar�n. [15] vendr� el rey del norte, levantar� trincheras y tomar� una ciudad fortificada. los brazos del rey del mediod�a no resistir�n; ni siquiera lo mejor del pueblo tendr� fuerzas para resistir. [16] aquel que avanza contra �l le tratar� a su capricho, sin que haya quien pueda resistirle: se establecer� en la tierra del esplendor, llevando en sus manos la destrucci�n. [17] concebir� el proyecto de subyugar su reino entero; luego har� un pacto con �l d�ndole una hija de las mujeres con el fin de destruirle, pero esto no se lograr� ni resultar� as�. [18] entonces se volver� hacia las islas y tomar� un buen n�mero de ellas; pero un magistrado pondr� fin a su ultraje sin que �l pueda devolverle el ultraje. [19] �luego se volver� hacia los baluartes de su pa�s, pero tropezar�, caer� y no se le encontrar� m�s. [20] en su lugar surgir� otro, que enviar� un exactor contra el esplendor real: en pocos d�as ser� destruido, mas no en p�blico ni en guerra. [21] �en su lugar se levantar� un miserable, a quien no se le dar�n los honores reales. se insinuar� astutamente y se apoderar� del reino por intrigas. [22] las fuerzas invasoras se hundir�n ante �l y ser�n destruidas, as� como tambi�n el pr�ncipe de una alianza. [23] por medio de sus c�mplices obrar� con enga�o y, aunque con poca gente, se ir� haciendo fuerte. [24] invadir� a placer los lugares ricos de la provincia y har� lo que no hab�an hecho ni sus padres ni los padres de sus padres: distribuir� entre ellos bot�n, despojos y riquezas, y tramar� maquinaciones contra las fortalezas, aunque s�lo por un tiempo. [25] �incitar� su fuerza y su coraz�n contra el rey del mediod�a con un gran ej�rcito. el rey del mediod�a saldr� a la guerra con un ej�rcito muy grande y muy poderoso, pero no podr� resistir, pues se tramar�n contra �l maquinaciones. [26] y los mismos que compart�an sus manjares le destruir�n; su ej�rcito quedar� hundido y caer�n muchos muertos. [27] �en cuanto a los dos reyes, su coraz�n lleno de maldad, incluso sentados a la misma mesa, s�lo se dir�n mentiras; pero no lograr�n nada, porque el tiempo fijado est� a�n por venir. [28] el volver� a su pa�s con grandes riquezas, su coraz�n contra la alianza santa; actuar� y luego regresar� a su pa�s. [29] llegado el momento, volver� de nuevo hacia el mediod�a, pero esta vez no resultar� como la primera. [30] vendr�n contra �l las naves de los kittim, y se desanimar�. volver� atr�s y se encorajinar� furiosamente contra la alianza santa, y una vez m�s tendr� en consideraci�n a los que abandonen la alianza santa. [31] �de su parte surgir�n fuerzas armadas, profanar�n el santuario - ciudadela, abolir�n el sacrificio perpetuo y pondr�n all� la abominaci�n de la desolaci�n. [32] a los violadores de la alianza los corromper� con halagos, pero el pueblo de los que conocen a su dios se mantendr� firme y actuar�. [33] los doctos del pueblo instruir�n a la multitud; mas sucumbir�n bajo la espada y la llama, la cautividad y la expoliaci�n, durante alg�n tiempo. [34] cuando sucumban, recibir�n poca ayuda; y muchos se unir�n a ellos traidoramente. [35] entre los doctos sucumbir�n algunos, para que entre ellos haya quienes sean purgados, lavados y blanqueados, hasta el tiempo del fin, porque el tiempo fijado est� a�n por venir. [36] �el rey actuar� a placer; se engreir� y se exaltar� por encima de todos los dioses, y contra el dios de los dioses proferir� cosas inauditas; prosperar� hasta que se haya colmado la ira, - porque lo que est� decidido se cumplir�. [37] no har� caso de los dioses de sus padres, no se cuidar� del favorito de las

mujeres ni de ning�n otro dios; s�lo a s� mismo se exaltar� por encima de todos. [38] en su lugar venerar� al dios de las fortalezas; venerar� con oro y plata, piedras preciosas y joyas, a un dios a quien sus padres no conocieron. [39] pondr� como defensores de las fortalezas al pueblo de un dios extranjero; a los que le reconozcan, les colmar� de honores d�ndoles dominio sobre muchos y reparti�ndoles la tierra como recompensa. [40] �al tiempo del fin, el rey del mediod�a se enfrentar� a �l; el rey del norte irrumpir� contra aqu�l con carros, jinetes y numerosas naves. entrar� en sus tierras, las invadir� y atravesar�. [41] vendr� a la tierra del esplendor, donde caer�n muchos, pero de sus manos escapar�n los siguientes: edom, moab y los restos de los ammonitas. [42] �extender� su mano sobre los pa�ses: ni el pa�s de egipto escapar�. [43] se apoderar� de los tesoros de oro y plata y de todos los objetos preciosos de egipto. libios y kusitas le seguir�n. [44] pero noticias venidas del oriente y del norte le turbar�n; saldr� entonces con gran furor, con �nimo de destruir y exterminar a muchos. [45] plantar� sus tiendas reales entre el mar y el santo monte de la tierra del esplendor. entonces llegar� a su fin y nadie vendr� en su ayuda. daniel cap.12 [1] �en aquel tiempo surgir� Miguel, el gran pr�ncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. ser� aqu�l un tiempo de angustia como no habr� habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. en aquel tiempo se salvar� tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el libro. [2] muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertar�n, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. [3] los doctos brillar�n como el fulgor del firmamento, y los que ense�aron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad. [4] �y t�, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. muchos andar�n errantes ac� y all�, y la iniquidad aumentar�.� [5] yo, daniel, mir� y vi a otros dos que estaban de pie a una y otra parte del r�o. [6] uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del r�o: ��cu�ndo ser� el cumplimiento de estas maravillas?� [7] y o� al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del r�o, jurar, levantando al cielo la mano derecha y la izquierda, por aquel que vive eternamente: �un tiempo, tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplir�n cuando termine el quebrantamiento de la fuerza del pueblo santo.� [8] yo o�, pero no comprend�. luego dije: �se�or m�o, �cu�l ser� la �ltima de estas cosas?� [9] dijo: �anda, daniel, porque estas palabras est�n cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. [10] muchos ser�n lavados, blanqueados y purgados; los imp�os seguir�n haciendo el mal; ning�n imp�o comprender� nada; s�lo los doctos comprender�n. [11] contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominaci�n de la desolaci�n: mil doscientos noventa d�as. [12] dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco d�as. [13] y t�, vete a descansar; te levantar�s para recibir tu suerte al fin de los d�as.� daniel cap.13 [1] viv�a en babilonia un hombre llamado joaqu�n. [2] se hab�a casado con una mujer llamada susana, hija de jilqu�as, que era muy bella y temerosa de dios; [3] sus padres eran justos y hab�an educado a su hija seg�n la ley de mois�s.

[4] joaqu�n era muy rico, ten�a un jard�n contiguo a su casa, y los jud�os sol�an acudir donde �l, porque era el m�s prestigioso de todos. [5] aquel a�o hab�an sido nombrados jueces dos ancianos, escogidos entre el pueblo, de aquellos de quienes dijo el se�or: �la iniquidad sali� en babilonia de los ancianos y jueces que se hac�an gu�as del pueblo.� [6] ven�an �stos a menudo a casa de joaqu�n, y todos los que ten�an alg�n litigio se dirig�an a ellos. [7] cuando todo el mundo se hab�a retirado ya, a mediod�a, susana entraba a pasear por el jard�n de su marido. [8] los dos ancianos, que la ve�an entrar a pasear todos los d�as, empezaron a desearla. [9] perdieron la cabeza dejando de mirar hacia el cielo y olvidando sus justos juicios. [10] estaban, pues, los dos apasionados por ella, pero no se descubr�an mutuamente su tormento, [11] por verg�enza de confesarse el deseo que ten�an de unirse a ella, [12] y trataban afanosamente de verla todos los d�as. [13] un d�a, despu�s de decirse el uno al otro: �vamos a casa, que es hora de comer�, salieron y se fueron cada uno por su lado. [14] pero ambos volvieron sobre sus pasos y se encontraron de nuevo en el mismo sitio. pregunt�ndose entonces mutuamente el motivo, se confesaron su pasi�n y acordaron buscar el momento en que pudieran sorprender a susana a solas. [15] mientras estaban esperando la ocasi�n favorable, un d�a entr� Susana en el jard�n como los d�as precedentes, acompa�ada solamente de dos j�venes doncellas, y como hac�a calor quiso ba�arse en el jard�n. [16] no hab�a all� nadie, excepto los dos ancianos que, escondidos, estaban al acecho. [17] dijo ella a las doncellas: �traedme aceite y perfume, y cerrad las puertas del jard�n, para que pueda ba�arme.� [18] ellas obedecieron, cerraron las puertas del jard�n y salieron por la puerta lateral para traer lo que susana hab�a pedido; no sab�an que los ancianos estaban escondidos. [19] en cuanto salieron las doncellas, los dos ancianos se levantaron, fueron corriendo donde ella, [20] y le dijeron: �las puertas del jard�n est�n cerradas y nadie nos ve. nosotros te deseamos; consiente, pues, y entr�gate a nosotros. [21] si no, daremos testimonio contra ti diciendo que estaba contigo un joven y que por eso hab�as despachado a tus doncellas.� [22] susana gimi�: ��ay, qu� aprieto me estrecha por todas partes! si hago esto, es la muerte para m�; si no lo hago, no escapar� de vosotros. [23] pero es mejor para m� caer en vuestras manos sin haberlo hecho que pecar delante del se�or.� [24] y susana se puso a gritar a grandes voces. los dos ancianos gritaron tambi�n contra ella, [25] y uno de ellos corri� a abrir las puertas del jard�n. [26] al o�r estos gritos en el jard�n, los dom�sticos se precipitaron por la puerta lateral para ver qu� ocurr�a, [27] y cuando los ancianos contaron su historia, los criados se sintieron muy confundidos, porque jam�s se hab�a dicho una cosa semejante de susana. [28] a la ma�ana siguiente, cuando el pueblo se reuni� en casa de joaqu�n, su marido, llegaron all� los dos ancianos, llenos de pensamientos inicuos contra susana para hacerla morir. [29] y dijeron en presencia del pueblo: �mandad a buscar a susana, hija de jilqu�as, la mujer de joaqu�n.� mandaron a buscarla, [30] y ella compareci� acompa�ada de sus padres, de sus hijos y de todos sus parientes. [31] susana era muy delicada y de hermoso aspecto. [32] ten�a puesto el velo, pero aquellos miserables ordenaron que se le quitase

el velo para saciarse de su belleza. [33] todos los suyos lloraban, y tambi�n todos los que la ve�an. [34] los dos ancianos, levant�ndose en medio del pueblo, pusieron sus manos sobre su cabeza. [35] ella, llorando, levant� los ojos al cielo, porque su coraz�n ten�a puesta su confianza en dios. [36] los ancianos dijeron: �mientras nosotros nos pase�bamos solos por el jard�n, entr� �sta con dos doncellas. cerr� las puertas y luego despach� a las doncellas. [37] entonces se acerc� a ella un joven que estaba escondido y se acost� con ella. [38] nosotros, que est�bamos en un rinc�n del jard�n, al ver esta iniquidad, fuimos corriendo donde ellos. [39] los sorprendimos juntos, pero a �l no pudimos atraparle porque era m�s fuerte que nosotros, y abriendo la puerta se escap�. [40] pero a �sta la agarramos y le preguntamos qui�n era aquel joven. [41] no quiso revel�rnoslo. de todo esto nosotros somos testigos.� la asamblea les crey� como ancianos y jueces del pueblo que eran. y la condenaron a muerte. [42] entonces susana grit� fuertemente: �oh dios eterno, que conoces los secretos, que todo lo conoces antes que suceda, [43] t� sabes que �stos han levantado contra m� falso testimonio. y ahora voy a morir, sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra m�.� [44] el se�or escuch� su voz [45] y, cuando era llevada a la muerte, suscit� el santo esp�ritu de un jovencito llamado daniel, [46] que se puso a gritar: ��yo estoy limpio de la sangre de esta mujer!� [47] todo el pueblo se volvi� hacia �l y dijo: ��qu� significa eso que has dicho?� [48] el, de pie en medio de ellos, respondi�: ��tan necios sois, hijos de israel, para condenar sin investigaci�n y sin evidencia a una hija de israel? [49] �volved al tribunal, porque es falso el testimonio que �stos han levantado contra ella!� [50] todo el pueblo se apresur� a volver all�, y los ancianos dijeron a daniel: �ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, ya que dios te ha dado la dignidad de la ancianidad.� [51] daniel les dijo entonces: �separadlos lejos el uno del otro, y yo les interrogar�.� [52] una vez separados, daniel llam� a uno de ellos y le dijo: �envejecido en la iniquidad, ahora han llegado al colmo los delitos de tu vida pasada, [53] dictador de sentencias injustas, que condenabas a los inocentes y absolv�as a los culpables, siendo as� que el se�or dice: "no matar�s al inocente y al justo." [54] conque, si la viste, dinos bajo qu� �rbol los viste juntos.� respondi� �l: �bajo una acacia.� [55] �en verdad - dijo daniel - contra tu propia cabeza has mentido, pues ya el �ngel de dios ha recibido de �l la sentencia y viene a partirte por el medio.� [56] retirado �ste, mand� traer al otro y le dijo: ��raza de cana�n, que no de jud�; la hermosura te ha descarriado y el deseo ha pervertido tu coraz�n! [57] as� tratabais a las hijas de israel, y ellas, por miedo, se entregaban a vosotros. pero una hija de jud� no ha podido soportar vuestra iniquidad. [58] ahora pues, dime: �bajo qu� �rbol los sorprendiste juntos?� el respondi�: �bajo una encina.� [59] en verdad, dijo daniel, t� tambi�n has mentido contra tu propia cabeza: ya est� el �ngel del se�or esperando, espada en mano, para partirte por el medio, a fin de acabar con vosotros.� [60] entonces la asamblea entera clam� a grandes voces, bendiciendo a dios que salva a los que esperan en �l. [61] luego se levantaron contra los dos ancianos, a quienes, por su propia boca, hab�a convencido daniel de falso testimonio

[62] y, para cumplir la ley de mois�s, les aplicaron la misma pena que ellos hab�an querido infligir a su pr�jimo: les dieron muerte, y aquel d�a se salv� una sangre inocente. [63] jilqu�as y su mujer dieron gracias a dios por su hija susana, as� como joaqu�n su marido y todos sus parientes, por el hecho de que nada indigno se hab�a encontrado en ella. [64] y desde aquel d�a en adelante daniel fue grande a los ojos del pueblo. daniel cap.14 [1] el rey astiages fue a reunirse con sus padres, y le sucedi� Ciro el persa. [2] daniel era comensal del rey y m�s honrado que ning�n otro de sus amigos. [3] ten�an los babilonios un �dolo, llamado bel, con el que se gastaban cada d�a doce artabas de flor de harina, cuarenta ovejas y seis medidas de vino. [4] el rey tambi�n le veneraba y todos los d�as iba a adorarle. daniel, en cambio, adoraba a su dios. [5] el rey le dijo: ��por qu� no adoras a bel?� el respondi�: �porque yo no venero a �dolos hechos por mano humana, sino solamente al dios vivo que hizo el cielo y la tierra y que tiene poder sobre toda carne.� [6] d�jole el rey: �crees que bel no es un dios vivo? �no ves todo lo que come y bebe a diario?� [7] daniel se ech� a re�r: �oh rey, no te enga�es - dijo -, por dentro es de arcilla y por fuera de bronce, y eso no ha comido ni bebido jam�s.� [8] entonces el rey, montando en c�lera, mand� llamar a sus sacerdotes y les dijo: �si no me dec�s qui�n es el que come este dispendio, morir�is; pero si demostr�is que el que lo come es bel, morir� Daniel por haber blasfemado contra bel.� [9] daniel dijo al rey: ��h�gase seg�n tu palabra!� eran setenta los sacerdotes de bel, sin contar las mujeres y los hijos. [10] el rey se dirigi�, pues, con daniel al templo de bel, [11] y los sacerdotes de bel le dijeron: �mira, nosotros vamos a salir de aqu�; t�, oh rey, manda poner la comida y el vino mezclado; luego cierra la puerta y s�llala con tu anillo; si ma�ana por la ma�ana, cuando vuelvas, no encuentras que bel se lo ha comido todo, moriremos nosotros; en caso contrario, morir� Daniel que nos ha calumniado.� [12] estaban ellos tranquilos, porque se hab�an hecho una entrada secreta debajo de la mesa y por all� entraban normalmente a llevarse las ofrendas. [13] en cuanto salieron y el rey deposit� la comida ante bel, [14] daniel mand� a sus criados que trajeran ceniza y la esparcieran por todo el suelo del templo, sin m�s testigo que el rey. luego salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo real, y se fueron. [15] los sacerdotes vinieron por la noche, como de costumbre, con sus mujeres y sus hijos, y se lo comieron y bebieron todo. [16] el rey se levant� muy temprano y daniel con �l. [17] el rey le pregunt�: �daniel, �est�n intactos los sellos?� - �intactos, oh rey�, respondi� �l. [18] nada m�s abierta la puerta, el rey ech� una mirada a la mesa y grit� en alta voz: ��grande eres, bel, y no hay en ti enga�o alguno!� [19] daniel se ech� a re�r y, deteniendo al rey para que no entrara m�s adentro, le dijo: �mira, mira al suelo, y repara de qui�n son esas huellas.� [20] - �veo huellas de hombres, de mujeres y de ni�os�, dijo el rey; [21] y, montando en c�lera, mand� detener a los sacerdotes con sus mujeres y sus hijos. ellos le mostraron entonces la puerta secreta por la que entraban a consumir lo que hab�a sobre la mesa. [22] y el rey mand� matarlos y entreg� a bel en manos de daniel, el cual lo destruy�, as� como su templo. [23] hab�an tambi�n una gran serpiente a la que los babilonios veneraban. [24] el rey dijo a daniel: ��vas a decir tambi�n que �sta es de bronce? mira,

est� viva y come y bebe: no puedes decir que no es un dios vivo; as� que ad�rale.� [25] daniel respondi�: �yo adoro s�lo al se�or mi dios; �l es el dios vivo. mas t�, oh rey, dame permiso y yo matar� a esta serpiente sin espada ni estaca.� [26] dijo el rey: �te lo doy.� [27] daniel tom� entonces pez, grasa y pelos, lo coci� todo junto e hizo con ello unas bolitas que ech� en las fauces de la serpiente; la serpiente las trag� y revent�. Y dijo daniel: ��mirad qu� es lo que vener�is!� [28] al enterarse los babilonios, se enfurecieron mucho; se amotinaron contra el rey y dijeron: �el rey se ha hecho jud�o: ha destruido a bel, ha matado a la serpiente, y a los sacerdotes los ha asesinado.� [29] fueron, pues, a decir al rey: �entr�ganos a daniel; si no, te mataremos a ti y a toda tu casa.� [30] ante esta gran violencia, el rey se vio obligado a entregarles a daniel. [31] ellos le echaron en el foso de los leones, donde estuvo seis d�as. [32] hab�a en el foso siete leones a los que se les daba diariamente dos cad�veres y dos carneros; entonces no se les dio nada, para que devoraran a daniel. [33] estaba a la saz�n en judea el profeta habacuc: acababa de preparar un cocido y de desmenuzar pan en un plato, y se dirig�a al campo a llev�rselo a los segadores. [34] el �ngel del se�or dijo a habacuc: �lleva esa comida que tienes a babilonia, a daniel que est� en el foso de los leones.� [35] �se�or - dijo habacuc - no he visto jam�s babilonia ni conozco ese foso.� [36] entonces el �ngel del se�or le agarr� por la cabeza y, llev�ndole por los cabellos, le puso en babilonia, encima del foso, con la rapidez de su soplo. [37] habacuc grit�: �daniel, daniel, toma la comida que el se�or te ha enviado.� [38] y dijo daniel; �te has acordado de m�, dios m�o, y no has abandonado a los que te aman.� [39] y daniel se levant� y se puso a comer, mientras el �ngel de dios volv�a a llevar al instante a habacuc a su lugar. [40] el d�a s�ptimo, vino el rey a llorar a daniel; se acerc� al foso, mir�, y he aqu� que daniel estaba all� sentado. [41] entonces exclam�: �grande eres, se�or, dios de daniel, y no hay otro dios fuera de ti.� [42] luego mand� sacarle y echar all� a aquellos que hab�an querido perderle, los cuales fueron al instante devorados en su presencia. oseas cap.1 [1] palabra de yahveh que fue dirigida a oseas, hijo de beer�, en tiempo de oz�as, jotam, ajaz y ezequ�as, reyes de jud�, y en tiempo de jeroboam, hijo de jo�s, rey de israel. [2] comienzo de lo que habla yahveh por oseas. dijo yahveh a oseas: �ve, t�mate una mujer dada a la prostituci�n e hijos de prostituci�n, porque la tierra se est� prostituyendo enteramente, apart�ndose de yahveh.� [3] fue �l y tom� a g�mer, hija de dibl�yim, la cual concibi� y le dio a luz un hijo. [4] yahveh le dijo: �ponle el nombre de yizreel, porque dentro de poco visitar� yo la casa de jeh� por la sangre derramada en yizreel, y pondr� fin al reinado de la casa de israel. [5] aquel d�a romper� el arco de israel en el valle de yizreel.� [6] concibi� ella de nuevo y dio a luz una hija. y yahveh dijo a oseas: �ponle el nombre de "nocompadecida", porque yo no me compadecer� m�s de la casa de israel, soport�ndoles todav�a. [7] (pero de la casa de jud� me compadecer� y los salvar� por yahveh su dios. no los salvar� con arco ni espada ni guerra, ni con caballos ni jinetes.)� [8] despu�s de destetar a �nocompadecida�, concibi� otra vez y dio a luz un hijo.

[9] y dijo yahveh: �ponle el nombre de "nomipueblo", porque vosotros no sois mi pueblo ni yo soy para vosotros el-que-soy.� oseas cap.2 [1] el n�mero de los hijos de israel ser� como la arena del mar, que no se mide ni se cuenta. y en el lugar mismo donde se les dec�a �nomipueblo�, se les dir�: �hijosde-diosvivo.� [2] se juntar�n los hijos de jud� y los hijos de israel en uno, se pondr�n un solo jefe, y desbordar�n de la tierra, porque ser� grande el d�a de yizreel. [3] decid a vuestros hermanos: �mi pueblo�, y a vuestras hermanas: �compadecida�. [4] �pleitead con vuestra madre, pleitead, porque ella ya no es mi mujer, y yo no soy su marido! �que quite de su rostro sus prostituciones y de entre sus pechos sus adulterios; [5] no sea que yo la desnude toda entera, y la deje como el d�a en que naci�, la ponga hecha un desierto, la reduzca a tierra �rida, y la haga morir de sed! [6] ni de sus hijos me compadecer�, porque son hijos de prostituci�n. [7] pues su madre se ha prostituido, se ha deshonrado la que los concibi�, cuando dec�a: �me ir� detr�s de mis amantes, los que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.� [8] por eso, yo cercar� su camino con espinos, la cercar� con seto y no encontrar� m�s sus senderos; [9] perseguir� a sus amantes y no los alcanzar�, los buscar� y no los hallar�. entonces dir�: �voy a volver a mi primer marido, que entonces me iba mejor que ahora.� [10] no hab�a conocido ella que era yo quien le daba el trigo, el mosto y el aceite virgen, �la plata yo se la multiplicaba, y el oro lo empleaban en baal! [11] por eso volver� a tomar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su estaci�n, retirar� mi lana y mi lino que hab�an de cubrir su desnudez. [12] y ahora descubrir� su verg�enza a los ojos de sus amantes, y nadie la librar� de mi mano. [13] har� cesar todo su regocijo, sus fiestas, sus novilunios, sus s�bados, y todas sus solemnidades. [14] arrasar� su vi�edo y su higuera, de los que dec�a: �ellos son mi salario, que me han dado mis amantes�; en matorral los convertir�, y la bestia del campo los devorar�. [15] la visitar� por los d�as de los baales, cuando les quemaba incienso, cuando se adornaba con su anillo y su collar y se iba detr�s de sus amantes, olvid�ndose de m�, - or�culo de yahveh. [16] por eso yo voy a seducirla; la llevar� al desierto y hablar� a su coraz�n. [17] all� le dar� sus vi�as, el valle de akor lo har� puerta de esperanza; y ella responder� all� como en los d�as de su juventud, como el d�a en que sub�a del pa�s de egipto. [18] y suceder� aquel d�a - or�culo de yahveh - que ella me llamar�: �marido m�o�, y no me llamar� m�s: �baal m�o.� [19] yo quitar� de su boca los nombres de los baales, y no se mentar�n m�s por su nombre. [20] har� en su favor un pacto el d�a aquel con la bestia del campo, con el ave del cielo, con el reptil del suelo; arco, espada y guerra los quebrar� lejos de esta tierra, y har� que ellos reposen en seguro. [21] yo te desposar� conmigo para siempre; te desposar� conmigo en justicia y en derecho en amor y en compasi�n, [22] te desposar� conmigo en fidelidad, y t� conocer�s a yahveh. [23] y suceder� aquel d�a que yo responder� - or�culo de yahveh - responder� a los cielos, y ellos responder�n a la tierra; [24] la tierra responder� al trigo, al mosto y al aceite virgen, y ellos responder�n a yizreel. [25] yo la sembrar� para m� en esta tierra, me compadecer� de �nocompadecida�, y

dir� a �nomipueblo�: t� �Mi pueblo�, y �l dir�: ��mi dios!� oseas cap.3 [1] yahveh me dijo: �ve otra vez, ama a una mujer que ama a otro y comete adulterio, como ama yahveh a los hijos de israel, mientras ellos se vuelven a otros dioses y gustan de las tortas de uva.� [2] yo me la compr� por quince siclos de plata y carga y media de cebada. [3] y le dije: �durante muchos d�as te me quedar�s quieta sin prostituirte ni ser de ning�n hombre, y yo har� lo mismo contigo.� [4] porque durante muchos d�as se quedar�n los hijos de israel sin rey ni pr�ncipe, sin sacrificios ni estela, sin efod ni terafim. [5] despu�s volver�n los hijos de israel; buscar�n a yahveh su dios y a david, su rey, y acudir�n con temor a yahveh y a sus bienes en los d�as venidores. oseas cap.4 [1] escuchad la palabra de yahveh, hijos de israel, que tiene pleito yahveh con los habitantes de esta tierra, pues no hay ya fidelidad ni amor, ni conocimiento de dios en esta tierra; [2] sino perjurio y mentira, asesinato y robo, adulterio y violencia, sangre que sucede a sangre. [3] por eso, la tierra est� en duelo, y se marchita cuanto en ella habita, con las bestias del campo y las aves del cielo; y hasta los peces del mar desaparecen. [4] �pero nadie pleitee ni reprenda nadie, pues s�lo contigo, sacerdote, es mi pleito! [5] en pleno d�a tropezar�s t�, tambi�n el profeta tropezar� contigo en la noche, y yo har� perecer a tu madre. [6] perece mi pueblo por falta de conocimiento. ya que t� has rechazado el conocimiento, yo te rechazar� de mi sacerdocio; ya que t� has olvidado la ley de tu dios, tambi�n yo me olvidar� de tus hijos. [7] todos, cuantos son, han pecado contra m�, han cambiado su gloria por la ignominia. [8] del pecado de mi pueblo comen y hacia su culpa llevan su avidez. [9] mas ser� del sacerdote lo que sea del pueblo: yo le visitar� por su conducta y sus obras le devolver�. [10] comer�n, pero no se saciar�n, se prostituir�n, pero no proliferar�n, porque han abandonado a yahveh para dedicarse [11] a la prostituci�n. el vino y el mosto arrebatan el seso. [12] mi pueblo consulta a su madero, y su palo le adoctrina, porque un esp�ritu de prostituci�n le extrav�a, y se prostituyen sacudi�ndose de su dios. [13] en las cimas de los montes sacrifican, en las colinas queman incienso, bajo la encina, el chopo o el terebinto, �porque es buena su sombra! por eso, si se prostituyen vuestras hijas y vuestras nueras cometen adulterio, [14] no visitar� yo a vuestras hijas porque se prostituyan ni a vuestras nueras porque cometan adulterio, pues que ellos tambi�n se retiran con esas prostitutas y sacrifican con las consagradas a la prostituci�n; �y el pueblo, insensato, se pierde! [15] si t�, Israel, te prostituyes, que no se haga culpable jud�. �no vay�is a guilgal, no sub�is a bet aven, no jur�is �por vida de yahveh�! [16] ya que israel se ha embravecido cual vaca brava, �los va a apacentar ahora yahveh como a un cordero en ancho prado? [17] efra�m se ha apegado a sus �dolos, �d�jale! [18] en saliendo de beber se prostituyen m�s y m�s, prefieren a su prez la ignominia. [19] el viento los cerrar� entre sus alas, y se avergonzar�n de sus sacrificios. oseas cap.5

[1] escuchad esto, sacerdotes, estad atentos, casa de israel, casa real, prestad o�do, porque el juicio es cosa vuestra; pero vosotros hab�is sido un lazo en misp�, y una red tendida en el tabor. [2] han ahondado la fosa de sittim, mas yo ser� castigo para todos ellos. [3] yo conozco a efra�m, e israel no se me oculta. s�, t� te has prostituido, efra�m, e israel se ha contaminado, [4] no les permiten sus obras volver a su dios, pues un esp�ritu de prostituci�n hay dentro de ellos, y no conocen a yahveh. [5] el orgullo de israel testifica contra �l; israel y efra�m tropiezan por sus culpas, y tambi�n jud� tropieza con ellos. [6] con su ganado menor y mayor ir�n en busca de yahveh, pero no lo encontrar�n: �se ha retirado de ellos! [7] han sido infieles a yahveh, han engendrado hijos bastardos; pues ahora los va a devorar el novilunio juntamente con sus campos. [8] tocad el cuerno en guibe�, la trompeta en ram�, dad la alarma en bet aven, �detr�s de ti, benjam�n! [9] efra�m ser� una desolaci�n el d�a del castigo; en las tribus de israel hago saber cosa segura. [10] los pr�ncipes de jud� son como los que desplazan los linderos, sobre ellos voy a derramar como agua mi furor. [11] est� oprimido efra�m, quebrantado el juicio, porque se complace en ir tras la vanidad. [12] pues yo he de ser como polilla para efra�m, como carcoma para la casa de jud�. [13] efra�m ha visto su dolencia y jud� su llaga. efra�m entonces ha sido a asiria, y jud� ha mandado mensaje al gran rey; pero �ste no podr� sanaros ni curar vuestra llaga. [14] porque yo soy como un le�n para efra�m, como un leoncillo para la casa de jud�. yo, yo mismo desgarrar� y me ir�, arrebatar� y no habr� quien salve. [15] voy a volverme a mi lugar, hasta que hayan expiado y busquen mi rostro. en su angustia me buscar�n. oseas cap.6 [1] �venid, volvamos a yahveh, pues �l ha desgarrado y �l nos curar�, �l ha herido y �l nos vendar�. [2] dentro de dos d�as nos dar� la vida, al tercer d�a nos har� resurgir y en su presencia viviremos. [3] conozcamos, corramos al conocimiento de yahveh: cierta como la aurora es su salida; vendr� a nosotros como la lluvia temprana, como la lluvia tard�a que riega la tierra.� [4] �qu� he de hacer contigo, efra�m? �qu� he de hacer contigo, jud�? �vuestro amor es como nube ma�anera, como roc�o matinal, que pasa! [5] por eso les he hecho trizas por los profetas, los he matado por las palabras de mi boca, y mi juicio surgir� como la luz. [6] porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de dios, m�s que holocaustos. [7] pero ellos en adam han violado la alianza, all� me han sido infieles. [8] galaad es ciudad de malhechores, llena de huellas de sangre. [9] como emboscada de bandidos es la pandilla de sacerdotes: asesinan por el camino de siquem, y cometen infamia. [10] cosa horrible he visto en betel: all� se prostituye efra�m y se contamina israel. [11] tambi�n para ti, jud�, hay preparada una cosecha, cuando yo cambie la suerte de mi pueblo. oseas cap.7

[1] cuando yo quiero sanar a israel, se descubre la culpa de efra�m y las maldades de samar�a; porque practican la mentira, y mientras el ladr�n entra dentro se despliega la pandilla afuera. [2] y no se dicen en su coraz�n que yo me acuerdo de toda su maldad. ahora les envuelven sus obras, ante mi rostro est�n. [3] con su maldad recrean al rey, con sus mentiras a los pr�ncipes. [4] todos ellos, ad�lteros, son como un horno ardiente, que el panadero deja de atizar desde que amasa la pasta hasta que fermenta. [5] en el d�a de nuestro rey los pr�ncipes enferman por el ardor del vino, �y aqu�l tiende la mano a chocarreros! [6] cuando acechan, su coraz�n es como un horno en sus intrigas: toda la noche duerme el panadero, y a la ma�ana �l quema con fuego llameante. [7] todos est�n calientes como un horno, y devoran a sus propios jueces. todos sus reyes han ca�do, y ninguno entre ellos clama a m�. [8] efra�m se mezcla con los pueblos, efra�m es una torta a la que no se ha dado vuelta. [9] extranjeros devoran su fuerza, �y �l no lo sabe! ya las canas blanquean en �l, �y �l no lo sabe! [10] el orgullo de israel testifica contra �l, pero no se vuelven a yahveh su dios, con todo esto, no le buscan. [11] efra�m es cual ingenua paloma, sin cordura; llaman a egipto, acuden a asiria. [12] dondequiera que vayan, yo echar� mi red sobre ellos, como ave del cielo los har� caer y los visitar� por su maldad. [13] �ay de ellos, que de m� se han alejado! �ruina sobre ellos por haberse rebelado contra m�! yo los rescatar�a, pero ellos dicen contra m� mentiras. [14] y no claman a m� de coraz�n cuando gimen en sus lechos; por el trigo y el mosto se hacen incisiones se rebelan contra m�. [15] yo fortalec� su brazo, �y ellos contra m� maquinan el mal! [16] se vuelven a lo que no es nada, son como un arco enga�oso. caer�n a espada sus pr�ncipes, por la iracundia de su lengua: �tal ser� su escarnio en el pa�s de egipto! oseas cap.8 [1] �emboca la trompeta! como un �guila cae el mal sobre la casa de yahveh; porque han quebrantado mi alianza y han sido rebeldes a mi ley. [2] ellos me gritan: ��dios m�o, los de israel te conocemos!� [3] pero israel ha rechazado el bien: �el enemigo le perseguir�! [4] han puesto reyes sin contar conmigo, han puesto pr�ncipes sin saberlo yo. con su plata y su oro se han hecho �dolos, �para ser encarcelados! [5] �tu becerro repele, samar�a! mi c�lera se ha inflamado contra ellos: �hasta cu�ndo no podr�n purificarse? [6] porque viene de israel, un artesano ha hecho eso, y eso no es dios. s�, quedar� hecho trizas el becerro de samar�a. [7] pues que viento siembran, segar�n tempestad: tallo que no tendr� espiga, que no dar� harina; y si la da, extranjeros la tragar�n. [8] �tragado ha sido israel! est�n ahora entre las naciones como un objeto que nadie quiere. [9] porque han subido a asiria, ese onagro solitario; efra�m se ha comprado amores; [10] aunque los compre entre las naciones, yo los voy a reunir ahora y pronto sufrir�n bajo la carga del rey de pr�ncipes. [11] efra�m ha multiplicado los altares para pecar, s�lo para pecar le han servido los altares. [12] aunque yo escriba para �l las excelencias de mi ley, por cosa extra�a se las considera.

[13] �ya pueden ofrecer sacrificios en mi honor, y comerse la carne! yahveh no los acepta; ahora recordar� sus culpas y visitar� sus pecados: ellos volver�n a egipto. [14] olvida israel a su hacedor, edifica palacios; jud� multiplica las ciudades fuertes. pero yo prender� fuego a sus ciudades, que devorar� sus alc�zares. oseas cap.9 [1] no te regocijes, israel, no jubiles como los pueblos, pues te has prostituido, lejos de tu dios, y amas ese salario sobre todas las eras de grano. [2] ni la era ni el lagar los alimentar�n, y el mosto los dejar� corridos. [3] no habitar�n ya en la tierra de yahveh: efra�m volver� a egipto, y en asiria comer�n viandas impuras. [4] no har�n a yahveh libaciones de vino, ni sus sacrificios le ser�n gratos: cual pan de duelo ser� para ellos, cuantos lo coman se har�n impuros; pues su pan ser� para ellos solos, no entrar� en la casa de yahveh. [5] �qu� har�is el d�a de solemnidad, el d�a de la fiesta de yahveh? [6] vedlos que han escapado de la devastaci�n: egipto los recoger�, menfis los sepultar�; sus tesoros de plata, la ortiga los heredar�, la zarza llenar� sus tiendas. [7] han llegado los d�as de la visita, han llegado los d�as de la retribuci�n. �lo sabr� Israel! - ��el profeta es un necio, un loco el hombre del esp�ritu!� por la grandeza de tu culpa, grande ser� la hostilidad. [8] vigila a efra�m, con mi dios, el profeta: lazos se le tienden en todos sus caminos, hostilidad en la casa de su dios. [9] han llegado al fondo de la corrupci�n, como en los d�as de guibe�; �l recordar� sus culpas y visitar� sus pecados. [10] como uvas en desierto encontr� yo a israel, como breva de higuera en sus primicias vi a vuestros padres. pero al llegar ellos a baal peor se consagraron a la infamia, y se hicieron abominables como el objeto de su amor. [11] a efra�m, como un p�jaro, se le vuela su gloria, desde el nacimiento, desde el seno, desde la concepci�n. [12] y aunque cr�en a sus hijos, yo les privar� de ellos antes que se hagan hombres: y �ay de ellos tambi�n cuando yo los abandone! [13] efra�m, tal lo he visto, era como tiro plantada en la pradera, pero efra�m tendr� que sacar sus hijos al verdugo. [14] dales, yahveh..., �qu� les dar�s? �dales seno que aborte y pechos secos! [15] toda su maldad apareci� en guilgal, s�, all� les cobr� odio. por la maldad de sus acciones, de mi casa los expulsar�; ya no he de amarlos m�s: rebeldes son todos sus pr�ncipes. [16] efra�m ha sido herido, su ra�z est� seca, ya no dar�n fruto. aunque den a luz, yo har� morir el tesoro de su seno. [17] mi dios los rechazar� porque no le han escuchado, y andar�n errantes entre las naciones. oseas cap.10 [1] vid frondosa era israel produciendo fruto a su aire: cuanto m�s aumentaba su fruto, m�s aumentaba los altares; cuanto mejor era su tierra, mejores hac�a las estelas. [2] su coraz�n es doble, mas ahora van a expiar; �l romper� sus altares, demoler� sus estelas. [3] entonces dir�n: �no tenemos rey, porque no hemos temido a yahveh, y el rey, �qu� har�a por nosotros? [4] pronuncian palabras, juramentos vanos, conclusi�n de alianzas, y el juicio florece como hierba venenosa en los surcos del campo. [5] por el becerro de bet aven tiemblan los habitantes de samar�a; s�, por �l hace duelo su pueblo, por �l sus sacerdotes: �que exulten por su gloria, porque ha

emigrado lejos de �l! [6] el tambi�n ser� llevado a asiria, como ofrenda para el gran rey. efra�m recoger� verg�enza, e israel quedar� corrida de su plan. [7] �se ha acabado samar�a! su rey es como espuma sobre la haz del agua. [8] ser�n destruidos los altos de aven, el pecado de israel. espinas y zarzas trepar�n por sus altares. dir�n entonces a los montes: ��cubridnos!� y a las colinas: ��caed sobre nosotros!� [9] desde los d�as de guibe�, has pecado, israel, �all� se han plantado! �no los alcanzar� en guibe� la guerra, a los hijos de la injusticia? [10] voy a venir a visitarlos, y se aliar�n pueblos contra ellos, cuando sean visitados por su doble culpa. [11] efra�m era una novilla domesticada, que gustaba de la trilla; yo pas� el yugo sobre su hermoso cuello; unc� el carro a efra�m, jud� araba, jacob rastrillaba. [12] sembraos simiente de justicia, recoged cosecha de amor, desbarbechad lo que es barbecho; ya es tiempo de buscar a yahveh, hasta que venga a lloveros justicia. [13] hab�is arado maldad, injusticia hab�is segado, hab�is comido fruto de mentira. por haber confiado en tus carros, en la multitud de tus valientes, [14] tumulto de guerra se alzar� en tu pueblo, y todas tus fortalezas ser�n devastadas, como salm�n devast� a bet arbel el d�a de la batalla, cuando la madre fue estrellada sobre sus hijos. [15] eso ha hecho con vosotros betel por vuestra redoblada maldad. �a la aurora desaparecer� el rey de israel! oseas cap.11 [1] cuando israel era ni�o, yo le am�, y de egipto llam� a mi hijo. [2] cuanto m�s los llamaba, m�s se alejaban de m�: a los baales sacrificaban, y a los �dolos ofrec�an incienso. [3] yo ense�� a efra�m a caminar, tom�ndole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. [4] con cuerdas humanas los atra�a, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un ni�o contra su mejilla, me inclinaba hacia �l y le daba de comer. [5] volver� al pa�s de egipto, y asur ser� su rey, porque se han negado a convertirse. [6] har� estragos la espada en sus ciudades, aniquilar� sus cerrojos y devorar�, por sus perversos planes. [7] mi pueblo tiene querencia a su infidelidad; cuando a lo alto se les llama, ni uno hay que se levante. [8] �c�mo voy a dejarte, efra�m, c�mo entregarte, israel? �voy a dejarte como a adm�, y hacerte semejante a seboyim? mi coraz�n est� en m� trastornado, y a la vez se estremecen mis entra�as. [9] no dar� curso al ardor de mi c�lera, no volver� a destruir a efra�m, porque soy dios, no hombre; en medio de ti yo soy el santo, y no vendr� con ira. [10] en pos de yahveh marchar�n, �l rugir� como un le�n; y cuando ruja �l, los hijos vendr�n azorados de occidente, [11] azorados vendr�n de egipto, como un p�jaro, como paloma desde el pa�s de asiria; y yo les asentar� en sus casas - or�culo de yahveh -. oseas cap.12 [1] efra�m me ha rodeado de mentira, de enga�o la casa de israel. (pero jud� todav�a est� con dios, y sigue fiel al santo.) [2] efra�m se apacienta de viento, anda tras el solano todo el d�a; mentira y pillaje multiplica, hacen alianza con asiria y llevan aceite a egipto. [3] yahveh tiene pleito con jud�, va a visitar a jacob, seg�n su conducta, seg�n sus obras le devolver�. [4] en el seno materno suplant� a su hermano, y de mayor luch� con dios.

[5] luch� con el �ngel y le pudo, llor� y le implor� gracia. en betel le encontr� y all� habl� con nosotros. [6] s�, yahveh dios sebaot, yahveh es su renombre. [7] y t� volver�s, gracias a tu dios: observa amor y derecho, y espera en tu dios siempre. [8] cana�n tiene en su mano balanzas tramposas, es amigo de explotar. [9] y efra�m dice: �s�, me he enriquecido, me ha fraguado una fortuna.� �ninguna de sus ganancias se hallar�, por el pecado de que se ha hecho culpable! [10] yo soy yahveh, tu dios, desde el pa�s de egipto: a�n te har� morar en tiendas como en los d�as del encuentro; [11] hablar� a los profetas, multiplicar� las visiones, y por medio de los profetas hablar� en par�bolas. [12] si galaad es iniquidad, ellos no son m�s que mentira. en guilgal sacrifican toros; por eso sus altares ser�n como escombros sobre los surcos de los campos. [13] huy� Jacob a la campi�a de aram, sirvi� Israel por una mujer, por una mujer guard� reba�os. [14] por un profeta subi� Yahveh a israel de egipto, y por un profeta fue guardado. [15] efra�m le ha irritado amargamente: �l dejar� su sangre sobre �l, su se�or le pagar� su agravio. oseas cap.13 [1] cuando hablaba efra�m, cund�a el terror, se hab�a impuesto en israel, pero se hizo culpable con baal y muri�. [2] y todav�a contin�an pecando: se han hecho im�genes fundidas, con su plata, �dolos de su invenci�n: �obra de artesanos todo ello! �con ellos hablan los que sacrifican hombres que env�an besos a becerros! [3] por eso ser�n como nube ma�anera, como roc�o matinal que pasa, como paja aventada de la era, como humo por la ventana. [4] pero yo soy yahveh, tu dios, desde el pa�s de egipto. no conoces otro dios fuera de m�, ni hay m�s salvador que yo. [5] yo te conoc� en el desierto, en la tierra ardorosa. [6] cuando estaban en su pasto se saciaron, se saciaron y se engri� su coraz�n, por eso se olvidaron de m�. [7] pues yo ser� para ellos cual le�n, como leopardo en el camino acechar�. [8] caer� sobre ellos como osa privada de sus cachorros, desgarrar� las telas de su coraz�n, los devorar� all� mismo cual leona, la bestia del campo los despedazar�. [9] tu destrucci�n ha sido, israel, porque s�lo en m� estaba tu socorro. [10] �d�nde est�, pues, tu rey, para que te salve, y en todas tus ciudades tus jueces? aquellos de quienes t� dec�as: �dame rey y pr�ncipes.� [11] rey en mi c�lera te doy, y te lo quito en mi furor. [12] encerrada est� la culpa de efra�m, bien guardado su pecado. [13] dolores de parturienta le asaltan, pero �l es un hijo necio que no se presenta a tiempo por donde rompen los hijos. [14] �de la garra del seol los librar�, de la muerte los rescatar�? �d�nde est�n, muerte, tus pestes, d�nde tu contagio, seol? la compasi�n est� oculta a mis ojos. [15] aunque efra�m d� fruto entre sus hermanos, el solano llegar�, el viento de yahveh subir� del desierto, para que se seque su manantial, y se agote su fuente; �l arrebatar� el tesoro de todos los objetos preciosos. oseas cap.14 [1] rea de castigo es samar�a, porque se rebel� contra su dios. a espada caer�n, ser�n sus ni�os estrellados, y reventadas sus mujeres encinta. [2] vuelve, israel, a yahveh tu dios, pues has tropezado por tus culpas. [3] tomad con vosotros palabras, y volved a yahveh. decidle: �quita toda culpa;

toma lo que es bueno; y en vez de novillos te ofreceremos nuestros labios. [4] asiria no nos salvar�, no montaremos ya a caballo, y no diremos m�s "dios nuestro" a la obra de nuestros manos, oh t�, en quien halla compasi�n el hu�rfano.� [5] - yo sanar� su infidelidad, los amar� graciosamente; pues mi c�lera se ha apartado de �l, [6] ser� como roc�o para israel: �l florecer� como el lirio, y hundir� sus ra�ces como el l�bano. [7] sus ramas se desplegar�n, como el del olivo ser� su esplendor, y su fragancia como la del l�bano. [8] volver�n a sentarse a mi sombra; har�n crecer el trigo, florecer�n como la vid, su renombre ser� como el del vino del l�bano. [9] efra�m... �qu� tiene a�n con los �dolos? yo le atiendo y le miro. yo soy como un cipr�s siempre verde, y gracias a m� se te halla fruto. [10] �qui�n es sabio para entender estas cosas, inteligente para conocerlas?: que rectos son los caminos de yahveh, por ellos caminan los justos, mas los rebeldes en ellos tropiezan. joel cap.1 [1] palabra de yahveh que fue dirigida a joel, hijo de petuel. [2] �o�d esto, ancianos, prestad o�do, habitantes todos de la tierra! �sucedi� algo semejante en vuestros d�as, o en los d�as de vuestros padres? [3] cont�dselo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generaci�n. [4] lo que dej� la oruga lo devor� la langosta, lo que dej� la langosta lo devor� el pulg�n, lo que dej� el pulg�n lo devor� el salt�n. [5] �despertad, borrachos, y llorad, gemid todos los bebedores de vino, por el licor que se os ha quitado de la boca! [6] porque una naci�n ha subido contra mi tierra, fuerte e innumerable: sus dientes son dientes de le�n, y tienen muelas de leona. [7] en desolaci�n ha dejado mi vi�a, destrozada mi higuera: la ha pelado del todo y derribado, y sus ramas han quedado blancas. [8] �suspira t� como virgen ce�ida de sayal por el esposo de su juventud! [9] oblaci�n y libaci�n han sido arrancadas de la casa de yahveh. en duelo est�n los sacerdotes, los ministros de yahveh. [10] el campo ha sido arrasado, en duelo est� el suelo, porque el grano ha sido arrasado, ha faltado el mosto, y el aceite virgen se ha agotado. [11] �consternaos, labradores, gemid, vi�adores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha del campo! [12] se ha secado la vi�a, se ha amustiado la higuera, granado, palmera, manzano, todos los �rboles del campo est�n secos. �s�, se ha secado la alegr�a de entre los hijos de hombre! [13] �ce��os y pla�id, sacerdotes, gemid, ministros del altar; venid, pasad la noche en sayal, ministros de mi dios, porque a la casa de vuestro dios se le ha negado oblaci�n y libaci�n! [14] promulgad un ayuno, llamad a concejo, reun�os, ancianos, y vosotros todos, habitantes de la tierra, en la casa de yahveh, vuestro dios, y clamad a yahveh: [15] ��ay, el d�a, que est� cerca el d�a de yahveh, ya llega como devastaci�n de sadday!� [16] �no ha sido arrancada la comida de delante de nuestros ojos, y de la casa de nuestro dios la alegr�a y el j�bilo? [17] se han podrido los granos bajo los terrones; los graneros han sido devastados, derruidos los silos, porque falta el grano. [18] �c�mo muge el ganado, c�mo vagan sin rumbo los reba�os de vacas, porque no hay pastor para ellos! �hasta los reba�os de ovejas tienen que expiar! [19] a ti clamo, yahveh, porque el fuego ha devorado los pastizales del desierto,

la llama ha abrasado todos los �rboles del campo. [20] hasta las bestias del campo jadean tras de ti, porque est�n secas las corrientes de agua, y el fuego ha devorado los pastizales del desierto. joel cap.2 [1] �tocad el cuerno en si�n, clamad en mi monte santo! �tiemblen todos los habitantes del pa�s, porque llega el d�a de yahveh, porque est� cerca! [2] �d�a de tinieblas y de oscuridad, d�a de nublado y densa niebla! como la aurora sobre los montes se despliega un pueblo numeroso y fuerte, como jam�s hubo otro, ni lo habr� despu�s de �l en a�os de generaci�n en generaci�n. [3] delante de �l devora el fuego, detr�s de �l la llama abrasa. como un jard�n de ed�n era delante de �l la tierra, detr�s de �l, un desierto desolado. �no hay escape ante �l! [4] aspecto de corceles es su aspecto, como jinetes, as� corren. [5] como estr�pito de carros, por las cimas de los montes saltan, como el crepitar de la llama de fuego que devora hojarasca; �como un pueblo poderoso en orden de batalla! [6] ante �l se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color. [7] corren como bravos, como guerreros escalan las murallas; cada uno va por su camino, y no intercambian su ruta. [8] nadie tropieza con su vecino, van cada cual por su calzada; a trav�s de los dardos arremeten sin romper la formaci�n. [9] sobre la ciudad se precipitan, corren por la muralla, hasta las casas suben, a trav�s de las ventanas entran como ladrones. [10] �ante �l tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retraen su fulgor! [11] ya da yahveh la voz delante de su ej�rcito, porque sus batallones son inmensos, porque es fuerte el ejecutor de su palabra, porque es grande el d�a de yahveh, y muy terrible: �qui�n lo soportar�? [12] �mas ahora todav�a - or�culo de yahveh - volved a m� de todo coraz�n, con ayuno, con llantos, con lamentos.� [13] desgarrad vuestro coraz�n y no vuestros vestidos, volved a yahveh vuestro dios, porque �l es clemente y compasivo, tardo a la c�lera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. [14] �qui�n sabe si volver� y se ablandar�, y dejar� tras s� una bendici�n, oblaci�n y libaci�n a yahveh vuestro dios! [15] �tocad el cuerno en si�n, promulgad un ayuno, llamad a concejo, [16] congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los peque�os y a los ni�os de pecho! deje el reci�n casado su alcoba y la reci�n casada su t�lamo. [17] entre el vest�bulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros de yahveh, y digan: ��perdona, yahveh, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio a la irrisi�n de las naciones! �por qu� se ha de decir entre los pueblos: �d�nde est� su dios?� [18] y yahveh se llen� de celo por su tierra, y tuvo piedad de su pueblo. [19] respondi� Yahveh y dijo a su pueblo: �he aqu� que yo os env�o grano, mosto y aceite virgen: os hartar�is de ello, y no os entregar� m�s al oprobio de las naciones. [20] al que viene del norte le alejar� de vosotros, y le echar� hacia una tierra de aridez y desolaci�n: su vanguardia hacia el mar oriental, hacia el mar occidental su retaguardia. y subir� su hedor, y subir� su fetidez�. (�porque �l hace grandezas!) [21] no temas, suelo, jubila y regoc�jate, porque yahveh hace grandezas. [22] no tem�is, bestias del campo, porque ya reverdecen los pastizales del desierto, los �rboles producen su fruto, la higuera y la vid dan su riqueza. [23] �hijos de si�n, jubilad, alegraos en yahveh vuestro dios! porque �l os da la lluvia de oto�o, con justa medida, y hace caer para vosotros aguacero de oto�o y

primavera como anta�o. [24] las eras se llenar�n de trigo puro, de mosto y aceite virgen los lagares rebosar�n. [25] �yo os compensar� de los a�os en que os devoraron la langosta y el pulg�n, el salt�n y la oruga, mi gran ej�rcito, que contra vosotros envi�.� [26] comer�is en abundancia hasta hartaros, y alabar�is el nombre de yahveh vuestro dios, que hizo con vosotros maravillas. (�mi pueblo no ser� confundido jam�s!) [27] �y sabr�is que en medio de israel estoy yo, �yo, yahveh, vuestro dios, y no hay otro! �y mi pueblo no ser� confundido jam�s!� joel cap.3 [1] �suceder� despu�s de esto que yo derramar� mi esp�ritu en toda carne. vuestros hijos y vuestras hijas profetizar�n, vuestros ancianos so�ar�n sue�os, y vuestros j�venes ver�n visiones. [2] hasta en los siervos y las siervas derramar� mi esp�ritu en aquellos d�as. [3] y realizar� prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo�. [4] el sol se cambiar� en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del d�a de yahveh, grande y terrible. [5] y suceder� que todo el que invoque el nombre de yahveh ser� salvo, porque en el monte si�n y en jerusal�n habr� supervivencia , como ha dicho yahveh, y entre los supervivientes estar�n los que llame yahveh. joel cap.4 [1] �porque he aqu� que en aquellos d�as, en el tiempo aquel, cuando yo cambie la suerte de jud� y jerusal�n, [2] congregar� a todas las naciones y las har� bajar al valle de josafat: all� entrar� en juicio con ellas, acerca de mi pueblo y mi heredad, israel. porque lo dispersaron entre las naciones, y mi tierra se repartieron. [3] y echaron suertes sobre mi pueblo, cambiaron el ni�o por la prostituta, y a la ni�a la vendieron por vino para beber.� [4] �y vosotros tambi�n, �qu� sois para m�, tiro y sid�n, y distritos todos de filistea? �quer�is exigir paga de m�? mas, si quer�is cobrar de m�, �bien pronto he de volver sobre vuestra cabeza vuestra paga! [5] vosotros que arrebatasteis mi plata y mi oro, que llevasteis a vuestros templos mis mejores alhajas, [6] y a los hijos de jud� y jerusal�n los vendisteis a los hijos de yav�n, para alejarlos de su t�rmino. [7] he aqu� que yo los voy a reclamar del lugar donde los vendisteis, y volver� sobre vuestra cabeza vuestra paga: [8] vender� vuestros hijos y vuestras hijas en manos de los hijos de jud�, y ellos los vender�n a los sabeos, a una naci�n lejana, �porque ha hablado yahveh!� [9] publicad esto entre las naciones: �proclamad la guerra, incitad a los bravos! �que avancen y suban todos los hombres de guerra! [10] forjad espadas de vuestros azadones y lanzad de vuestras podaderas; y diga el d�bil: ��soy un bravo!� [11] �daos prisa, venid, naciones todas circundantes, y congregaos all�! (�haz bajar, yahveh, a tus bravos!) [12] ��despi�rtense y suban las naciones al valle de josafat! que all� me sentar� yo para juzgar a todas las naciones circundantes. [13] meted la hoz, porque la mies est� madura; venid, pisad, que el lagar est� lleno, y las cavas rebosan, tan grande es su maldad.� [14] �multitudes y multitudes en el valle de la decisi�n! porque est� cerca el d�a de yahveh, en el valle de la decisi�n. [15] el sol y la luna se oscurecen, las estrellas retraen su fulgor.

[16] ruge yahveh desde si�n, desde jerusal�n da su voz: �el cielo y la tierra se estremecen! mas yahveh ser� un refugio para su pueblo, una fortaleza para los hijos de israel. [17] �sabr�is entonces que yo soy yahveh vuestro dios, que habito en si�n, mi monte santo. santa ser� Jerusal�n, y los extranjeros no pasar�n m�s por ella.� [18] suceder� aquel d�a que los montes destilar�n vino y las colinas fluir�n leche; por todas las torrenteras de jud� fluir�n las aguas; y una fuente manar� de la casa de yahveh que regar� el valle de las acacias. [19] egipto quedar� hecho una desolaci�n, edom un desierto desolado, por su violencia contra los hijos de jud�, por haber derramado sangre inocente en su tierra. [20] pero jud� ser� habitada para siempre, y jerusal�n de edad en edad. [21] �yo vengar� su sangre, no la dejar� impune�, y yahveh morar� en si�n. amos cap.1 [1] palabras de am�s, uno de los pastores de t�coa. visiones que tuvo acerca de israel, en tiempo de oz�as, rey de jud�, y en tiempo de jeroboam, hijo de jo�s, rey de israel, dos a�os antes del terremoto. [2] dijo: ruge yahveh desde si�n, desde jerusal�n da su voz; los pastizales de los pastores est�n en duelo, y la cumbre del carmelo se seca. [3] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de damasco y por cuatro, ser� inflexible! por haber triturado con trillos de hierro a galaad, [4] yo enviar� fuego a la casa de jazael, que devorar� los palacios de ben hadad; [5] romper� el cerrojo de damasco, extirpar� al habitante de bicat aven y de bet eden al que empu�a el cetro; y el pueblo de aram ir� cautivo a quir, dice yahveh. [6] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de gaza y por cuatro, ser� inflexible! por haber deportado poblaciones enteras, para entregarlas a edom, [7] yo enviar� fuego a la muralla de gaza, que devorar� sus palacios; [8] extirpar� al habitante de asdod y de ascal�n al que empu�a el cetro; volver� mi mano contra ecr�n, y perecer� lo que queda de los filisteos, dice el se�or yahveh. [9] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de tiro y por cuatro, ser� inflexible! por haber entregado poblaciones enteras de cautivos a edom, sin acordarse de la alianza entre hermanos, [10] yo enviar� fuego a la muralla de tiro, que devorar� sus palacios. [11] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de edom y por cuatro, ser� inflexible! por haber perseguido con espada a su hermano, ahogando toda piedad, por mantener para siempre su c�lera, y guardar incesante su rencor, [12] yo enviar� fuego a tem�n, que devorar� los palacios de bosr�. [13] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de los hijos de amm�n y por cuatro, ser� inflexible! por haber reventado a las mujeres encintas de galaad, para ensanchar su territorio, [14] yo prender� fuego a la muralla de rabb�, que devorar� sus palacios, en el clamor en d�a de combate, en la tormenta en d�a de hurac�n; [15] y su rey ir� al cautiverio, juntamente con sus pr�ncipes, dice yahveh. amos cap.2 [1] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de moab y por cuatro, ser� inflexible! por haber quemado hasta calcinar los huesos del rey de edom, [2] yo enviar� fuego a moab que devorar� los palacios de queriyyot, y morir� con estruendo moab, entre clamor, al son del cuerno; [3] de en medio de �l extirpar� yo al juez, y a todos sus pr�ncipes los matar� con �l, dice yahveh. [4] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de jud� y por cuatro, ser� inflexible! por haber despreciado la ley de yahveh, y no haber guardado sus preceptos, porque

los han extraviado sus mentiras, las que ya hab�an seguido sus padres, [5] yo enviar� fuego a jud� que devorar� los palacios de jerusal�n. [6] as� dice yahveh: �por tres cr�menes de israel y por cuatro, ser� inflexible! porque venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; [7] pisan contra el polvo de la tierra la cabeza de los d�biles, y el camino de los humildes tuercen; hijo y padre acuden a la misma moza, para profanar mi santo nombre; [8] sobre ropas empe�adas se acuestan junto a cualquier altar, y el vino de los que han multado beben en la casa de su dios... [9] yo hab�a destruido al amorreo delante de ellos, que era alto como la altura de los cedros y fuerte como las encinas; yo hab�a destruido su fruto por arriba y sus ra�ces por abajo. [10] y yo os hice subir a vosotros del pa�s de egipto y os llev� por el desierto cuarenta a�os, para que poseyeseis la tierra del amorreo. [11] yo suscit� profetas entre vuestros hijos, y nazireos entre vuestros j�venes. �no es as�, hijos de israel?, or�culo de yahveh. [12] y vosotros hab�is hecho beber vino a los nazireos, y hab�is conminado a los profetas, diciendo: ��no profetic�is!� [13] �pues bien, yo os estrujar� debajo, como estruja el carro que est� lleno de haces! [14] entonces le fallar� la huida al raudo, el fuerte no podr� desplegar su vigor, y ni el bravo salvar� su vida. [15] el que maneja el arco no resistir�, no se salvar� el de pies ligeros, el que monta a caballo no salvar� su vida, [16] y el m�s esforzado entre los bravos huir� desnudo el d�a aquel, or�culo de yahveh. amos cap.3 [1] escuchad esta palabra que dice yahveh contra vosotros, hijos de israel, contra toda la familia que yo hice subir del pa�s de egipto: [2] solamente a vosotros conoc� de todas las familias de la tierra; por eso yo os visitar� por todas vuestras culpas. [3] caminan acaso dos juntos, sin haberse encontrado? [4] �ruge el le�n en la selva sin que haya presa para �l? �lanza el leoncillo su voz desde su cubil, si no ha atrapado algo? [5] �cae un p�jaro a tierra en el lazo, sin que haya una trampa para �l? �se alza del suelo el lazo sin haber hecho presa? [6] �suena el cuerno en una ciudad sin que el pueblo se estremezca? �cae en una ciudad el infortunio sin que yahveh lo haya causado? [7] no, no hace nada el se�or yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. [8] ruge el le�n, �qui�n no temer�? habla el se�or yahveh, �qui�n no profetizar�? [9] pregonad en los palacios de asur, y en los palacios del pa�s de egipto; decid: �congregaos contra los montes de samar�a, y ved cu�ntos des�rdenes en ella, cu�nta violencia en su seno! [10] no saben obrar con rectitud - or�culo de yahveh - los que amontonan violencia y rapi�a en sus palacios. [11] por eso, as� dice el se�or yahveh: el adversario invadir� la tierra, abatir� tu fortaleza y ser�n saqueados tus palacios. [12] as� dice yahveh: como salva el pastor de la boca del le�n dos patas o la punta de una oreja, as� se salvar�n los hijos de israel, los que se sientan en samar�a, en el borde de un lecho y en un div�n de damasco. [13] o�d y atestiguad contra la casa de jacob - or�culo del se�or yahveh, dios sebaot [14] que el d�a que yo visite a israel por sus rebeld�as, visitar� los altares de betel; ser�n derribados los cuernos del altar y caer�n por tierra. [15] sacudir� la casa de invierno con la casa de verano, se acabar�n las casas de

marfil, y muchas casas desaparecer�n, or�culo de yahveh. amos cap.4 [1] escuchad esta palabra, vacas de bas�n, que est�is en la monta�a de samar�a, que oprim�s a los d�biles, que maltrat�is a los pobres, que dec�s a vuestros maridos: ��traed, y bebamos!� [2] el se�or yahveh ha jurado pro su santidad: he aqu� que vienen d�as sobre vosotras en que se os izar� con ganchos, y, hasta las �ltimas, con anzuelos de pescar. [3] por brechas saldr�is cada una a derecho, y ser�is arrojadas al herm�n, or�culo de yahveh. [4] �id a betel a rebelaros, multiplicad en guilgal vuestras rebeld�as, llevad de ma�ana vuestros sacrificios cada tres d�as vuestros diezmos; [5] quemad levadura en acci�n de gracias, y pregonad las ofrendas voluntarias, voceadlas, ya que es eso lo que os gusta, hijos de israel!, or�culo del se�or yahveh. [6] yo tambi�n os he dado dientes limpios en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros lugares; �y no hab�is vuelto a m�! or�culo de yahveh. [7] tambi�n os he cerrado la lluvia, a tres meses todav�a de la siega; he hecho llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no he hecho llover; una parcella recib�a lluvia, y otra parcella, falta de lluvia, se secaba; [8] dos, tres ciudades acud�an a otra ciudad a beber agua, pero no calmaban su sed; �y no hab�is vuelto a m�!, or�culo de yahveh. [9] os he herido con tiz�n y a�ublo, he secado vuestras huertas y vi�edos; vuestras higueras y olivares los ha devorado la langosta; �y no hab�is vuelto a m�!, or�culo de yahveh. [10] he enviado contra vosotros peste, como la peste de egipto, he matado a espada a vuestros j�venes, mientras vuestros caballos eran capturados; he hecho subir a vuestras narices el hedor de vuestros campamentos, �y no hab�is vuelto a m�!, or�culo de yahveh. [11] os he trastornado como dios trastorn� a sodoma y gomorra, hab�is quedado como un tiz�n salvado de un incendio; �y no hab�is vuelto a m�!, or�culo de yahveh. [12] por eso, as� voy a hacer contigo, israel, y porque esto voy a hacerte, prep�rate, israel, a afrontar a tu dios. [13] porque est� aqu� quien forma los montes y crea el viento, quien descubre al hombre cu�l es su pensamiento, quien hace aurora las tinieblas, y avanza por las alturas de la tierra: yahveh, dios sebaot es su nombre. amos cap.5 [1] escuchad esta palabra que yo entono contra vosotros como eleg�a, casa de israel: [2] �ha ca�do, no volver� ya a levantarse, la virgen de israel; postrada est� en su suelo, no hay quien la levante! [3] porque as� dice el se�or yahveh a la casa de israel: la ciudad que sacaba mil a campa�a quedar� s�lo con cien, y la que sacaba cien quedar� s�lo con diez. [4] porque as� dice yahveh a la casa de israel: �buscadme a m� y vivir�is! [5] pero no busqu�is a betel, no vay�is a guilgal ni pas�is a berseba, porque guilgal ser� deportada sin remedio, y betel ser� reducida a la nada. [6] �buscad a yahveh y vivir�is, no sea que caiga �l como fuego sobre la casa de jos�, y devore a betel sin que haya quien apague! [7] �ay de los que cambian en ajenjo el juicio y tiran por tierra la justicia, [8] el hace las pl�yades y ori�n, trueca en ma�ana las sombras, y hace oscurecer el d�a en noche. el llama a las aguas del mar, y sobre la haz de la tierra las derrama, yahveh es su nombre; [9] �l desencadena ruina sobre el fuerte y sobre la ciudadela viene la

devastaci�n. [10] detestan al censor en la puerta y aborrecen al que habla con sinceridad! [11] pues bien, ya que vosotros pisote�is al d�bil, y cobr�is de �l tributo de grano, casas de sillares hab�is construido, pero no las habitar�is; vi�as selectas hab�is plantado, pero no beber�is su vino. [12] �pues yo s� que son muchas vuestras rebeld�as y graves vuestros pecados, opresores del justo, que acept�is soborno y atropell�is a los pobres en la puerta! [13] por eso el hombre sensato calla en esta hora, que es hora de infortunio. [14] buscad el bien, no el mal, para que viv�is, y que as� sea con vosotros yahveh sebaot, tal como dec�s. [15] aborreced el mal, amad el bien, implantad el juicio en la puerta; quiz� Yahveh sebaot tenga piedad del resto de jos�. [16] por eso, as� dice yahveh, el dios sebaot, el se�or: en todas las plazas habr� lamentaci�n y en todas las calles se dir�: ��ay, ay!� convocar�n a duelo al labrador, y a lamentaci�n a los que saben pla�ir; [17] lamentaci�n habr� en todas las vi�as, porque voy a pasar yo por medio de ti, dice yahveh. [18] �ay de los que ans�an el d�a de yahveh! �qu� cre�is que es ese d�a de yahveh? �es tinieblas, que no luz! [19] como cuando uno huye del le�n y se topa con un oso, o, al entrar en casa, apoya una mano en la pared y le muerde una culebra... [20] �no es tinieblas el d�a de yahveh, y no luz, l�brego y sin claridad? [21] yo detesto, desprecio vuestras fiestas, no me gusta el olor de vuestras reuniones solemnes. [22] si me ofrec�is holocaustos... no me complazco en vuestras oblaciones, ni miro a vuestros sacrificios de comuni�n de novillos cebados. [23] �aparta de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero o�r la salmodia de tus arpas! [24] �que fluya, s�, el juicio como agua y la justicia como arroyo perenne! [25] �acaso sacrificios y oblaciones en el desierto me ofrecisteis, durante cuarenta a�os, casa de israel? [26] vosotros llevar�is a sakkut, vuestro rey, y la estrella de vuestro dios, kev�n, esas im�genes que os hab�is fabricado; [27] pues yo os deportar� m�s all� de damasco, dice yahveh, cuyo nombre es dios sebaot. amos cap.6 [1] �ay de aquellos que se sienten seguros en si�n, y de los confiados en la monta�a de samar�a, los notables de la capital de las naciones, a los que acude la casa de israel! [2] pasad a kaln� y ved, id de all� a jamat la grande, bajad luego a gat de los filisteos. �son acaso mejores que estos reinos? �su territorio es mayor que el vuestro? [3] �vosotros que cre�is alejar el d�a funesto, y hac�is que se acerque un estado de violencia! [4] acostados en camas de marfil, arrellenados en sus lechos, comen corderos del reba�o y becerros sacados del establo, [5] canturrean al son del arpa, se inventan, como david, instrumentos de m�sica, [6] beben vino en anchas copas, con los mejores aceites se ungen, mas no se afligen por el desastre de jos�. [7] por eso, ahora van a ir al cautiverio a la cabeza de los cautivos y cesar� la org�a de los sibaritas. [8] el se�or yahveh ha jurado por s� mismo, or�culo de yahveh dios sebaot: yo aborrezco la soberbia de jacob, sus palacios detesto, y voy a entregar la ciudad con cuanto encierra. [9] y suceder� que, si quedan diez hombres en una misma casa, morir�n. [10] s�lo quedar�n unos pocos evadidos para sacar de la casa los huesos; y si se

dice al que est� en el fondo de la casa: ��hay todav�a alguien contigo?�, dir�: �ninguno�, y a�adir�: ��silencio!, que no hay que mentar el nombre de yahveh�. [11] pues he aqu� que yahveh da la orden y reduce la casa grande a escombros, y la casa peque�a a ruinas. [12] �corren por la roca los caballos? �se ara con bueyes el mar? �pues vosotros troc�is en veneno el juicio y en ajenjo el fruto de la justicia! [13] �vosotros que os alegr�is por lo-debar, que dec�s: ��no tomamos carn�yim con nuestra propia fuerza?� [14] �pero he aqu� que yo suscito contra vosotros, casa de israel, - or�culo del se�or yahveh, dios sebaot - una naci�n que os oprimir� desde la entrada de jamat hasta el torrente de la arab�! amos cap.7 [1] esto me dio a ver el se�or yahveh: he aqu� que �l formaba langostas, cuando empieza a crecer el reto�o, el reto�o que sale despu�s de la siega del rey. [2] y cuando acababan de devorar la hierba de la tierra, yo dije: ��perdona, por favor, se�or yahveh! �c�mo va a resistir jacob, que es tan peque�o?� [3] y se arrepinti� Yahveh de ello: �no ser�, dijo yahveh. [4] esto me dio a ver el se�or yahveh: he aqu� que el se�or yahveh convocaba al juicio por el fuego: �ste devor� el gran abismo, y devor� la campi�a. [5] y yo dije: ��se�or yahveh, cesa, por favor! �c�mo va a resistir jacob, que es tan peque�o?� [6] y se arrepinti� Yahveh de ello: �tampoco esto ser�, dijo el se�or yahveh. [7] esto me dio a ver el se�or yahveh: he aqu� que el se�or estaba junto a una pared con una plomada en la mano. [8] y me dijo yahveh: ��qu� ves, am�s?� yo respond�: �una plomada.� el se�or dijo: ��he aqu� que yo voy a poner plomada en medio de mi pueblo israel, ni una m�s le volver� a pasar! [9] ser�n devastados los altos de isaac, asolados los santuarios de israel, y yo me alzar� con espada contra la casa de jeroboam.� [10] el sacerdote de betel, amas�as, mand� a decir a jeroboam, rey de israel: �am�s conspira contra ti en medio de la casa de israel; ya no puede la tierra soportar todas sus palabras. [11] porque am�s anda diciendo: "a espada morir� Jeroboam, e israel ser� deportado de su suelo."� [12] y amas�as dijo a am�s: �vete, vidente; huye a la tierra de jud�; come all� tu pan y profetiza all�. [13] pero en betel no has de seguir profetizando, porque es el santuario del rey y la casa del reino.� [14] respondi� Am�s y dijo a amas�as: �yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo soy vaquero y picador de sic�moros. [15] pero yahveh me tom� de detr�s del reba�o, y yahveh me dijo: "ve y profetiza a mi pueblo israel." [16] y ahora escucha t� la palabra de yahveh. t� dices: "no profetices contra israel, no vaticines contra la casa de isaac." [17] �por eso, as� dice yahveh: "tu mujer se prostituir� en la ciudad, tus hijos y tus hijas caer�n a espada, tu suelo ser� repartido a cordel, t� mismo en un suelo impuro morir�s, e israel ser� deportado de su suelo".� amos cap.8 [1] esto me dio a ver el se�or yahveh: hab�a una canasta de fruta madura. [2] y me dijo: ��qu� ves, am�s?� yo respond�: �una canasta de fruta madura.� y yahveh me dijo: ��ha llegado la madurez para mi pueblo israel, ni una m�s le volver� a pasar! [3] los cantos de palacio ser�n lamentos aquel d�a - or�culo del se�or yahveh ser�n muchos los cad�veres, en todo lugar se arrojar�n �silencio!

[4] escuchad esto los que pisote�is al pobre y quer�is suprimir a los humildes de la tierra, [5] diciendo: ��cu�ndo pasar� el novilunio para poder vender el grano, y el s�bado para dar salida al trigo, para achicar la medida y aumentar el peso, falsificando balanzas de fraude, [6] para comprar por dinero a los d�biles y al pobre por un par de sandalias, para vender hasta el salvado del grano?� [7] ha jurado yahveh por el orgullo de jacob: �jam�s he de olvidar todas sus obras! [8] �no se estremecer� por ello la tierra, y har� duelo todo el que en ella habita, subir� toda entera como el nilo, se encrespar� y bajar� como el nilo de egipto? [9] suceder� aquel d�a - or�culo del se�or yahveh - que yo har� ponerse el sol a mediod�a, y en plena luz del d�a cubrir� la tierra de tinieblas. [10] trocar� en duelo vuestra fiesta, y en eleg�a todas vuestras canciones; en todos los lomos pondr� sayal y tonsura en todas las cabezas; lo har� como duelo de hijo �nico y su final como d�a de amargura. [11] he aqu� que vienen d�as - or�culo del se�or yahveh - en que yo mandar� hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de o�r la palabra de yahveh. [12] entonces vagar�n de mar a mar, de norte a levante andar�n errantes en busca de la palabra de yahveh, pero no la encontrar�n. [13] aquel d�a desfallecer�n de sed las muchachas hermosas y los j�venes. [14] los que juran por el pecado de samar�a, los que dicen: ��vive tu dios, dan!� y ��viva el camino de berseba!�, �sos caer�n para no alzarse m�s. amos cap.9 [1] vi al se�or en pie junto al altar y dijo: �sacude el capitel y que se desplomen los umbrales! �hazlos trizas en la cabeza de todos ellos, y lo que de ellos quede lo matar� yo a espada: no huir� de entre ellos un solo fugitivo ni un evadido escapar�! [2] si fuerzan la entrada del seol, mi mano de all� los agarrar�; ni suben hasta el cielo, yo los har� bajar de all�; [3] si se esconden en la cumbre del carmelo, all� los buscar� y los agarrar�; si se ocultan a mis ojos en el fondo del mar, all� mismo ordenar� a la serpiente que los muerda; [4] si van al cautiverio delante de sus enemigos, all� ordenar� a la espada que los mate; pondr� en ellos mis ojos para mal y no para bien. [5] �el se�or yahveh sebaot...! el que toca la tierra y ella se derrite, y hacen duelo todos sus habitantes; sube toda entera como el nilo, y baja como el nilo de egipto. [6] el que edifica en los cielos sus altas moradas, y asienta su b�veda en la tierra; el que llama a las aguas de la mar, y sobre la haz de la tierra las derrama, �yahveh es su nombre! [7] �no sois vosotros para m� como hijos de kusitas, oh hijos de israel? or�culo de yahveh - �no hice yo subir a israel del pa�s de egipto, como a los filisteos de kaftor y a los arameos de quir? [8] he aqu� que los ojos del se�or yahveh est�n sobre el reino pecador; voy a exterminarlo de la haz de la tierra, aunque no exterminar� del todo a la casa de jacob - or�culo de yahveh. [9] pues he aqu� que yo doy orden, y zarandear� a la casa de israel entre todas las naciones, como se zarandea con la criba sin que ni un grano caiga en tierra. [10] a espada morir�n todos los pecadores de mi pueblo, esos que dicen: ��no se acercar�, no nos alcanzar� la desgracia!� [11] aquel d�a levantar� la caba�a de david ruinosa, reparar� sus brechas y restaurar� sus ruinas; la reconstruir� como en los d�as de anta�o, [12] para que posean lo que queda de edom y de todas las naciones sobre las que

se ha invocado mi nombre, or�culo de yahveh, el que hace esto. [13] he aqu� que vienen d�as - or�culo de yahveh - en que el arador empalmar� con el segador y el pisador de la uva con el sembrador; destilar�n vino los montes y todas las colinas se derretir�n. [14] entonces har� volver a los deportados de mi pueblo israel; reconstruir�n las ciudades devastadas, y habitar�n en ellas, plantar�n vi�as y beber�n su vino, har�n huertas y comer�n sus frutos. [15] yo los plantar� en su suelo y no ser�n arrancados nunca m�s del suelo que yo les di, dice yahveh, tu dios. abdias cap.1 [1] visi�n de abd�as. as� dice el se�or yahveh a edom: una nueva he o�do de parte de yahveh, un mensajero ha sido enviado entre las naciones: ��en pie, levant�monos contra �l en guerra!� [2] mira, yo te he hecho peque�o entre las naciones, bien despreciable eres. [3] la soberbia de tu coraz�n te ha enga�ado, t� que habitas en las hendiduras de la roca, que pones en la altura tu morada, y dices en tu coraz�n: ��qui�n me har� bajar a tierra?� [4] aunque te encumbres como �l �guila, y pongas tu nido en las estrellas, de all� te har� bajar yo - or�culo de yahveh. [5,] si vinieran ladrones donde ti o salteadores por la noche, �no te robar�an lo que les bastase? si vinieran a ti vendimiadores, �no dejar�an rebuscos? �c�mo has sido arrasado! [6,] �c�mo ha sido registrado esa�, escudri�ados sus escondrijos! [7,] te han rechazado hasta la frontera todos los que eran tus aliados, te han enga�ado, te han podido los que contigo en paz estaban. los que com�an tu pan te ponen debajo un lazo: ��ya no hay en �l inteligencia!� [8,] �es que el d�a aquel - or�culo de yahveh - no suprimir� yo de edom los sabios, y la inteligencia de la monta�a de esa�? [9,] y tendr�n miedo tus bravos, tem�n, para que sea extirpado todo hombre de la monta�a de esa�. Por la matanza, [10,] por la violencia contra jacob tu hermano, te cubrir� la verg�enza, y ser�s extirpado para siempre. [11] el d�a que te quedaste a un lado, cuando extranjeros llevaban su ej�rcito cautivo, cuando entraban extra�os por sus puertas, y sobre jerusal�n echaban suertes, t� eras como uno de ellos. [12] �no mires con placer el d�a de tu hermano, el d�a de su desgracia, no te alegres de los hijos de jud�, en el d�a de su ruina, no dilates tu boca en el d�a de su angustia! [13] �no entres por la puerta de mi pueblo en el d�a de su infortunio, no mires con placer tambi�n t� su desgracia en el d�a de su infortunio, no lleves tu mano a su riqueza, en el d�a de su infortunio! [14] �no te apostes en las encrucijadas, para exterminar a sus fugitivos, no entregues a sus supervivientes en el d�a de la angustia! [15] porque est� cerca el d�a de yahveh para todas las naciones. como t� has hecho, se te har�: sobre tu cabeza recaer� tu merecido. [16] �s�, como vosotros bebisteis sobre mi santo monte, beber�n sin cesar todas las naciones, beber�n y se relamer�n, y ser�n luego como si no hubiesen sido! [17] pero en el monte si�n habr� supervivencia - ser� lugar santo - y la casa de jacob recobrar� sus posesiones. [18] y ser� fuego la casa de jacob, la casa de jos� una llama, estopa la casa de esa�. Los quemar�n y los devorar�n, no habr� un evadido de la casa de esa�: �ha hablado yahveh! [19] los del n�gueb poseer�n la monta�a de esa�, los de la tierra baja el pa�s de los filisteos, poseer�n la campi�a de efra�m y la campi�a de samar�a, y los de benjam�n poseer�n galaad.

[20] los deportados, este ej�rcito de los hijos de israel, poseer�n cana�n hasta sarepta, y los deportados de jerusal�n, que est�n en sefarad, poseer�n las ciudades del n�gueb. [21] y subir�n victoriosos al monte si�n, para juzgar a la monta�a de esa�. �Y la realeza ser� de yahveh! jonas cap.1 [1] la palabra de yahveh fue dirigida a jon�s, hijo de amittay, en estos t�rminos: [2] �lev�ntate, vete a n�nive, la gran ciudad, y proclama contra ella que su maldad ha subido hasta m�.� [3] jon�s se levant� para huir a tarsis, lejos de yahveh, y baj� a joppe, donde encontr� un barco que sal�a para tarsis: pag� su pasaje y se embarc� para ir con ellos a tarsis, lejos de yahveh. [4] pero yahveh desencaden� un gran viento sobre el mar, y hubo en el mar una borrasca tan violenta que el barco amenazaba romperse. [5] los marineros tuvieron miedo y se pusieron a invocar cada uno a su dios; luego echaron al mar la carga del barco para aligerarlo. jon�s, mientras tanto, hab�a bajado al fondo del barco, se hab�a acostado y dorm�a profundamente. [6] el jefe de la tripulaci�n se acerc� a �l y le dijo: ��qu� haces aqu� dormido? �lev�ntate e invoca a tu dios! quiz�s dios se preocupe de nosotros y no perezcamos.� [7] luego se dijeron unos a otros: �ea, echemos a suertes para saber por culpa de qui�n nos ha venido este mal.� echaron a suertes, y la suerte cay� en jon�s. [8] entonces le dijeron: �anda, ind�canos t�, por quien nos ha venido este mal, cu�l es tu oficio y de d�nde vienes, cu�l es tu pa�s y de qu� pueblo eres.� [9] les respondi�: �soy hebreo y temo a yahveh, dios del cielo, que hizo el mar y la tierra.� [10] aquellos hombres temieron mucho y le dijeron: ��por qu� has hecho esto?� pues supieron los hombres que iba huyendo lejos de yahveh por lo que �l hab�a manifestado. [11] y le preguntaron: ��qu� hemos de hacer contigo para que el mar se nos calme?� pues el mar segu�a encresp�ndose. [12] les respondi�: �agarradme y tiradme al mar, y el mar se os calmar�, pues s� que es por mi culpa por lo que os ha sobrevenido esta gran borrasca.� [13] los hombres se pusieron a remar con �nimo de alcanzar la costa, pero no pudieron, porque el mar segu�a encresp�ndose en torno a ellos. [14] entonces clamaron a yahveh, diciendo: ��ah, yahveh, no nos hagas perecer a causa de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente, ya que t�, Yahveh, has obrado conforme a tu benepl�cito!� [15] y, agarrando a jon�s, le tiraron al mar; y el mar calm� su furia. [16] y aquellos hombres temieron mucho a yahveh; ofrecieron un sacrificio a yahveh y le hicieron votos. jonas cap.2 [1] dispuso yahveh un gran pez que se tragase a jon�s, y jon�s estuvo en el vientre del pez tres d�as y tres noches. [2] jon�s or� a yahveh su dios desde el vientre del pez. [3] dijo: desde mi angustia clam� a yahveh y �l me respondi�; desde el seno del seol grit�, y t� o�ste mi voz. [4] me hab�as arrojado en lo m�s hondo, en el coraz�n del mar, una corriente me cercaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre m�. [5] yo dije: �arrojado estoy de delante de tus ojos! �c�mo volver� a contemplar tu santo templo? [6] me envolv�an las aguas hasta el alma, me cercaba el abismo, un alga se

enredaba a mi cabeza. [7] a las ra�ces de los montes descend�, a un pa�s que ech� sus cerrojos tras de m� para siempre, mas de la fosa t� sacaste mi vida, yahveh, dios m�o. [8] cuando mi alma en m� desfallec�a me acord� de yahveh, y mi oraci�n lleg� hasta ti, hasta tu santo templo. [9] los que veneran vanos �dolos su propia gracia abandonan. [10] mas yo con voz de acci�n de gracias te ofrecer� sacrificios, los votos que hice cumplir�. �de yahveh la salvaci�n! [11] y yahveh dio orden al pez, que vomit� a jon�s en tierra. jonas cap.3 [1] por segunda vez fue dirigida la palabra de yahveh a jon�s en estos t�rminos: [2] �lev�ntate, vete a n�nive, la gran ciudad y proclama el mensaje que yo te diga.� [3] jon�s se levant� y fue a n�nive conforme a la palabra de yahveh. n�nive era una ciudad grand�sima, de un recorrido de tres d�as. [4] jon�s comenz� a adentrarse en la ciudad, e hizo un d�a de camino proclamando: �dentro de cuarenta d�as n�nive ser� destruida.� [5] los ninivitas creyeron en dios: ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal desde el mayor al menor. [6] la palabra lleg� hasta el rey de n�nive, que se levant� de su trono, se quit� su manto, se cubri� de sayal y se sent� en la ceniza. [7] luego mand� pregonar y decir en n�nive: �por mandato del rey y de sus grandes, que hombres y bestias, ganado mayor y menor, no prueben bocado ni pasten ni beban agua. [8] que se cubran de sayal y clamen a dios con fuerza; que cada uno se convierta de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. [9] �qui�n sabe! quiz�s vuelva dios y se arrepienta, se vuelva del ardor de su c�lera, y no perezcamos.� [10] vio dios lo que hac�an, c�mo se convirtieron de su mala conducta, y se arrepinti� Dios del mal que hab�a determinado hacerles, y no lo hizo. jonas cap.4 [1] jon�s, se disgust� mucho por esto y se irrit�; [2] y or� a yahveh diciendo: ��ah, yahveh!, �no es esto lo que yo dec�a cuando estaba todav�a en mi tierra? fue por eso por lo que me apresur� a huir a tarsis. porque bien sab�a yo que t� eres un dios clemente y misericordioso, tardo a la c�lera y rico en amor, que se arrepiente del mal. [3] y ahora, yahveh, te suplico que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.� [4] mas yahveh dijo: ��te parece bien irritarte?� [5] sali� Jon�s de la ciudad y se sent� al oriente de la ciudad; all� se hizo una caba�a bajo la cual se sent� a la sombra, hasta ver qu� suced�a en la ciudad. [6] entonces yahveh dios dispuso una planta de ricino que creciese por encima de jon�s para dar sombra a su cabeza y librarle as� de su mal. jon�s se puso muy contento por aquel ricino. [7] pero al d�a siguiente, al rayar el alba, yahveh mand� a un gusano, y el gusano pic� al ricino, que se sec�. [8] y al salir el sol, mand� Dios un sofocante viento solano. el sol hiri� la cabeza de jon�s, y �ste se desvaneci�; se dese� la muerte y dijo: ��mejor me es la muerte que la vida!� [9] entonces dios dijo a jon�s: ��te parece bien irritarte por ese ricino?� respondi�: ��s�, me parece bien irritarme hasta la muerte!� [10] y yahveh dijo: �tu tienes l�stima de un ricino por el que nada te fatigaste, que no hiciste t� crecer, que en el t�rmino de una noche fue y en el t�rmino de una noche feneci�.

[11] �y no voy a tener l�stima yo de n�nive, la gran ciudad, en la que hay m�s de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y una gran cantidad de animales?� miqueas cap.1 [1] palabra de yahveh que fue dirigida a miqueas de mor�set, en tiempo de jotam, ajaz y ezequ�as, reyes de jud�. sus visiones sobre samar�a y jerusal�n. [2] �escuchad, pueblos todos, atiende tierra y cuanto encierras! �sea testigo yahveh contra vosotros, el se�or desde su santo templo! [3] pues he aqu� que yahveh sale de su lugar, baja y huella las alturas de la tierra. [4] debajo de �l los montes se derriten, y los valles se hienden, como la cera al fuego, como aguas que se precipitan por una pendiente. [5] todo esto por el delito de jacob, por los pecados de la casa de israel. �cu�l es el delito de jacob? �no es samar�a? �cu�l es el pecado de la casa de jud�? �no es jerusal�n? [6] �voy a hacer de samar�a una ruina de campo, un plant�o de vi�as. har� rodar sus piedras por el valle, pondr� al desnudo sus cimientos. [7] todos sus �dolos ser�n machacados, todos sus dones quemados al fuego, todas sus im�genes las dejar� en desolaci�n, porque han sido amontonadas con don de prostituta y a don de prostituta tornar�n.� [8] por eso me lamentar� y gemir�, andar� descalzo y desnudo, lanzar� aullidos como los chacales, y lamentos como las avestruces; [9] porque su herida es incurable, hasta jud� ha llegado, ha tocado hasta la puerta de mi pueblo, hasta jerusal�n. [10] �no lo cont�is en gat en... no derram�is llanto! �en bet leafr� revolveos en el polvo! [11] �toca el cuerno, habitante de safir! �de su ciudad no sale la que habita en saan�n! �bet haesel desde sus cimientos ha sido arrancada, desde la base de su emplazamiento! [12] �c�mo podr� esperar el bien la que habita en marot? porque ha llegado el mal de parte de yahveh a la puerta de jerusal�n. [13] �unce al carro los corceles, habitante de lak�s! (tal fue el comienzo del pecado para la hija de si�n, porque en ti se encontraban los delitos de israel.) [14] por eso tendr�s que devolver la dote a mor�set gat. bet akzib ser� una mentira para los reyes de israel. [15] �a�n te traer� al conquistador, habitante de mares�! hasta adullam se ir� la gloria de israel! [16] �arranca tus cabellos, m�sate, por los hijos de tus delicias, ensancha tu calva como la del buitre, porque lejos de ti van deportados! miqueas cap.2 [1] �ay de aquellos que meditan iniquidad, que traman maldad en sus lechos y al despuntar la ma�ana lo ejecutan, porque est� en poder de sus manos! [2] codician campos y los roban, casas, y las usurpan; hacen violencia al hombre y a su casa, al individuo y a su heredad. [3] por eso, as� dice yahveh: he aqu� que yo medito, contra esta ralea, una hora de infortunio de la que no podr�is sustraer vuestro cuello. �no andar�is con altivez, porque ser� un tiempo de desgracia! [4] aquel d�a se proferir� sobre vosotros una s�tira, se pla�ir� una lamentaci�n y se dir�: ��estamos despojados del todo; la porci�n de mi pueblo se ha medido a cordel, y no hay quien restituya; a nuestros saqueadores les tocan nuestros campos!� [5] por eso no habr� para vosotros nadie que tire el cordel sobre un lote en la asamblea de yahveh.

[6] ��no babe�is - babean ellos - que no babeen de esa manera! �el oprobio no nos alcanzar�! [7] �es acaso maldita la casa de jacob? �se ha cortado el soplo de yahveh? �es �se su proceder? �es que no favorecen sus palabras a su pueblo israel?� [8] sois vosotros los que contra mi pueblo como enemigos os alz�is. al irreprochable le arranc�is el manto; al que pasa confiado le inflig�s los desastres de la guerra. [9] a las mujeres de mi pueblo expuls�is de las casas de sus delicias; de sobre sus ni�os arranc�is mi honor para siempre: [10] ��levantaos, marchad, que esta no es hora de reposo! por una bagatela exig�s una prenda agobiante. [11] si un hombre anda al viento, inventando mentiras: �yo babeo para ti vino y licor�, �se ser� el baboso de este pueblo. [12] voy a reunir a jacob todo entero, voy a recoger al resto de israel; los agrupar� como ovejas en el aprisco, como reba�o en medio del pastizal, har�n estr�pito lejos de los hombres. [13] el que abre brecha subir� delante de ellos; abrir�n brecha, pasar�n la puerta, y por ella saldr�n; su rey pasar� delante de ellos, y yahveh a su cabeza. miqueas cap.3 [1] yo dije: escuchad, pues, jefes de jacob, y dirigentes de la casa de israel: �no es cosa vuestra conocer el derecho, [2] vosotros que odi�is el bien y am�is el mal, (que les arranc�is la piel de encima, y la carne de sobre sus huesos?) [3] los que han comido la carne de mi pueblo y han desollado su piel y quebrado sus huesos, los que le han despedazado como carne en la caldera, como vianda dentro de una olla, [4] clamar�n entonces a yahveh, pero �l no les responder�: esconder� de ellos su rostro en aquel tiempo, por los cr�menes que cometieron. [5] as� dice yahveh contra los profetas que extrav�an a mi pueblo, los que, mientras mascan con sus dientes, gritan: ��paz!�, mas a quien no pone nada en su boca le declaran guerra santa. [6] por eso tendr�is noche sin visi�n, oscuridad sin adivinaci�n; �se pone el sol sobre los profetas, sobre ellos el d�a se oscurece! [7] tendr�n verg�enza los videntes, y confusi�n los adivinos; y se tapar�n todos el bigote, por no haber ya respuesta de dios. [8] yo, en cambio, estoy lleno de fuerza, por el esp�ritu de yahveh, y de juicio y bravura, para denunciar a jacob su delito, y a israel su pecado. [9] escuchad esto, jefes de la casa de jacob, y dirigentes de la casa de israel, que abomin�is el juicio y torc�is toda rectitud, [10] que edific�is a si�n con sangre, y a jerusal�n con maldad. [11] sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes ense�an por salario, sus profetas vaticinan por dinero, y se apoyan en yahveh diciendo: ��no est� Yahveh en medio de nosotros? �no vendr� sobre nosotros ning�n mal!� [12] por eso, por culpa vuestra, si�n ser� un campo que se ara, jerusal�n se har� un mont�n de ruinas, y el monte de la casa un otero salvaje. miqueas cap.4 [1] suceder� en d�as futuros que el monte de la casa de yahveh ser� asentado en la cima de los montes, y se alzar� por encima de las colinas. y afluir�n a �l los pueblos, [2] acudir�n naciones numerosas y dir�n: �venid, subamos al monte de yahveh, a la casa del dios de jacob, para que �l nos ense�e sus caminos, y nosotros sigamos sus senderos�. pues de si�n saldr� la ley, y de jerusal�n la palabra de yahveh. [3] el juzgar� entre pueblos numerosos, y corregir� a naciones poderosas; forjar�n ellas sus espadas en azadones, y sus lanzas en podaderas. no blandir� m�s

la espada naci�n contra naci�n, ni se adiestrar�n m�s para la guerra. [4] se sentar� cada cual bajo su parra, y bajo su higuera, sin que nadie le inquiete, �la boca de yahveh sebaot ha hablado! [5] pues todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de sus dioses, pero nosotros caminamos en el nombre de yahveh nuestro dios, para siempre jam�s. [6] aquel d�a - or�culo de yahveh - yo recoger� a la oveja coja, reunir� a la perseguida, y a la que yo hab�a maltratado. [7] de las cojas har� un resto, de las alejadas una naci�n fuerte. entonces reinar� Yahveh sobre ellos en el monte si�n, desde ahora y por siempre. [8] y t�, Torre del reba�o, ofel de la hija de si�n, va a venir, va a entrar en ti el dominio de anta�o, la realeza de la hija de jerusal�n. [9] y ahora, �por qu� clamas? �es que no hay rey en ti? �ha perecido tu consejero, que un espasmo te atenaza cual de mujer en parto? [10] �retu�rcete y grita, hija de si�n, como mujer en parto, porque ahora vas a salir de la ciudad, y en el campo morar�s. llegar�s hasta babel, y all� ser�s liberada, y all� te rescatar� Yahveh de la mano de tus enemigos. [11] ahora se juntan contra ti numerosas naciones; y dicen: ��sea profanada, que en si�n se regodeen nuestros ojos!� [12] pero ellos no conocen los proyectos de yahveh, ni comprenden su designio: que los ha reunido como gavillas en la era. [13] �lev�ntate y trilla, hija de si�n! que yo har� tu cuerno de hierro, y har� de bronce tus pezu�as: triturar�s a pueblos numerosos, y consagrar�s su bot�n en anatema a yahveh, y su riqueza al se�or de toda la tierra. [14] �y ahora, fortif�cate, fortaleza! �se ha puesto asedio contra nosotros, con vara hieren en al mejilla al juez de israel! miqueas cap.5 [1] mas t�, Bel�n efrat�, aunque eres la menor entre las familias de jud�, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en israel, y cuyos or�genes son de antig�edad, desde los d�as de anta�o. [2] por eso �l los abandonar� hasta el tiempo en que d� a luz la que ha de dar a luz. entonces el resto de sus hermanos volver� a los hijos de israel. [3] el se alzar� y pastorear� con el poder de yahveh, con la majestad del nombre de yahveh su dios. se asentar�n bien, porque entonces se har� �l grande hasta los confines de la tierra. [4] el ser� la paz. si asur invade nuestra tierra, y huella nuestro suelo, suscitaremos contra �l siete pastores, y ocho pr�ncipes de hombres. [5] ellos pastorear�n el pa�s de asur con espada, y el pa�s de nemrod con acero. el nos librar� de asur, si invade nuestra tierra, y huella nuestro t�rmino. [6] y ser� el resto de jacob, en medio de pueblos numerosos, como roc�o que viene de yahveh, como lluvia sobre la hierba, �l, que no espera en el hombre ni aguarda nada de los hijos de hombre. [7] ser� entonces el resto de jacob entre las naciones, en medio de pueblos numerosos, como le�n entre las bestias de la selva, como leoncillo entre los reba�os de ganado menor, que si pasa, pisotea, y si desgarra, no hay quien libre. [8] �que tu mano se alce contra los adversarios y todos tus enemigos sean extirpados! [9] y suceder� aquel d�a - or�culo de yahveh - que yo extirpar� de en medio de ti tus caballos, y har� desaparecer tus carros; [10] extirpar� las ciudades de tu tierra, y demoler� todas tus fortalezas; [11] extirpar� de tu mano las hechicer�as, y no habr� para ti m�s adivinos; [12] extirpar� tus estatuas y tus estelas de en medio de ti, y ya no podr�s postrarte m�s ante la obra de tus manos, [13] arrancar� de en medio de ti tus cipos y aniquilar� tus �dolos. [14] �venganza tomar� con c�lera y furor de las naciones que no escucharon! miqueas cap.6

[1] escuchad ahora lo que dice yahveh: ��lev�ntate, pleitea con los montes y oigan las colinas tu voz!� [2] �escuchad, montes, el pleito de yahveh, prestad o�do, cimientos de la tierra, pues yahveh tiene pleito con su pueblo, se querella contra israel: [3] �pueblo m�o, �qu� te he hecho? �en qu� te he molestado? resp�ndeme. [4] �en que te hice subir del pa�s de egipto, y de la casa de servidumbre te rescat�, y mand� delante de ti a mois�s, aar�n y mar�a? [5] pueblo m�o, recuerda, por favor, qu� maquin� Balaq, rey de moab, y qu� le contest� Balaam, hijo de beor, ... desde sittim hasta guilgal, para que conozcas las justicias de yahveh.� [6] - ��con qu� me presentar� yo a yahveh, me inclinar� ante el dios de lo alto? �me presentar� con holocaustos, con becerros a�ales? [7] �aceptar� Yahveh miles de carneros, mir�adas de torrentes de aceite? �dar� mi primog�nito por mi delito, el fruto de mis entra�as por el pecado de mi alma?� [8] - �se te ha declarado, hombre, lo que es bueno, lo que yahveh de ti reclama: tan s�lo practicar la equidad, amar la piedad y caminar humildemente con tu dios.� [9] la voz de yahveh grita a la ciudad: �escuchad, tribu y consejo de la ciudad! [10] he de soportar yo una medida falsa y una arroba menguada, abominable? [11] �tendr� por justa la balanza infractora y la bolsa de pesas de fraude? [12] �sus ricos est�n llenos de violencia, y sus habitantes hablan falsedad: (su lengua es la mentira en su boca)! [13] por eso yo tambi�n he comenzado a herirte, a devastarte por tus pecados. [14] t� comer�s, pero no te saciar�s, tu mugre estar� dentro de ti. pondr�s a buen recaudo, mas nada salvar�s, y lo que hayas salvado lo entregar� yo a la espada. [15] sembrar�s y no segar�s, pisar�s la aceituna y no te ungir�s de aceite, el mosto, y no beber�s vino. [16] t� observas los decretos de omr�, y todas las pr�cticas de la casa de ajab; te conduces seg�n sus consejos, para que yo te convierta en estupor y a tus habitantes en rechifla, y soport�is el oprobio de los pueblos. miqueas cap.7 [1] �ay de m�, que he venido a ser como en las recolecciones de verano, como en las rebuscas de la vendimia! �ni un racimo que comer, ni una breva que tanto desea mi alma! [2] �ha desaparecido de la tierra el fiel, no queda un justo entre los hombres! todos acechan en busca de sangre, cada cual atrapa en la red a su hermano. [3] para el mal sus dos manos adiestran: el pr�ncipe exige, y tambi�n el juez, recompensa; el grande habla de la codicia de su alma, y �l y ellos lo urden. [4] su bondad es como cardo, peor que un zarzal su rectitud. �el d�a de tus centinelas, tu visita ha llegado! �ahora ser� su consternaci�n! [5] �no cre�is en compa�ero, no confi�is en amigo; de la que se acuesta en tu seno guarda la puerta de tu boca! [6] porque el hijo ultraja al padre, la hija se alza contra su madre, la nuera contra su suegra, y enemigos de cada cual son los de su casa. [7] mas yo miro hacia yahveh, espero en el dios de mi salvaci�n: mi dios me escuchar�. [8] no te alegres de m�, enemiga m�a, porque si caigo, me levantar�, y si estoy postrada en tinieblas, yahveh es mi luz. [9] la c�lera de yahveh soportar�, ya que he pecado contra �l, hasta que �l juzgue mi causa y ejecute mi juicio; �l me sacar� a la luz, y yo contemplar� su justicia. [10] lo ver� mi enemiga, y se cubrir� de verg�enza, ella que me dec�a: ��d�nde est� Yahveh tu dios?� �mis ojos se regodear�n en ella cuando sea cosa pisoteada como el fango de las calles! [11] �el d�a de reedificar tus muros! �aquel d�a ser� dilatada la frontera,

[12] el d�a que se venga hacia ti desde asiria hasta egipto, desde tiro hasta el r�o, de mar a mar, de monte a monte! [13] y la tierra quedar� en desolaci�n, a causa de sus habitantes, como fruto de sus obras. [14] apacienta tu pueblo con tu cayado, el reba�o de tu heredad, que mora solitario en la selva, en medio de un campo feraz que pazcan en bas�n y galaad como en los d�as de anta�o. [15] como en los d�as de tu salida del pa�s de egipto, hazme ver prodigios. [16] ver�n las naciones y se avergonzar�n de toda su prepotencia; pondr�n en la boca la mano y sus o�dos quedar�n sordos. [17] lamer�n el polvo como la serpiente, como los reptiles de la tierra. �se estremecer�n desde sus encierros, hacia yahveh nuestro dios vendr�n temblando, y tendr�n miedo de ti! [18] �qu� Dios hay como t�, que quite la culpa y pase por alto el delito del resto de tu heredad? no mantendr� su c�lera por siempre pues se complace en el amor; [19] volver� a compadecerse de nosotros, pisotear� nuestras culpas. �t� arrojar�s al fondo del mar todos nuestros pecados! [20] otorga fidelidad a jacob amor a abraham, como juraste a nuestros padres, desde los d�as de anta�o. nahum cap.1 [1] or�culo sobre n�nive. libro de la visi�n de nah�m de elc�s. [2] �dios celoso y vengador yahveh, vengador yahveh y rico en ira! se venga yahveh de sus adversarios, guarda rencor a sus enemigos. [3] yahveh tardo a la c�lera, pero grande en poder, y a nadie deja impune yahveh. en la tempestad y el hurac�n camina, y las nubes son el polvo de sus pies. [4] amenaza al mar y lo deja seco, y todos los r�os agota. ... languidecen el bas�n y el carmelo, la flor del l�bano se amustia. [5] tiemblan los montes ante �l, y las colinas se estremecen; en su presencia se levanta la tierra, el orbe y todos los que en �l habitan. [6] ante su enojo �qui�n puede tenerse? �qui�n puede resistir el ardor de su c�lera? su furor se derrama como fuego, y las rocas se quiebran ante �l. [7] bueno es yahveh para el que en �l es pera, un refugio en el d�a de la angustia; �l conoce a los que a �l se acogen, [8] cuando pasa la inundaci�n. hace exterminio de los que se alzan contra �l, a sus enemigos persigue hasta en las tinieblas. [9] �qu� medit�is contra yahveh? el es el que hace exterminio, no se alzar� dos veces la opresi�n; [10] porque ellos, espinos a�n enmara�ados, empapados de bebida, como paja seca ser�n enteramente consumidos. [11] �de ti ha salido el que medita el mal contra yahveh, el consejero de belial! [12] as� dice yahveh: por m�s inc�lumes que est�n, por m�s que sean, ser�n talados y desaparecer�n. si te he humillado, no volver� a humillarte m�s. [13] y ahora voy a quebrar de sobre ti su yugo, y a romper tus cadenas. [14] y sobre ti ha dado orden yahveh: no habr� m�s descendencia de tu nombre; de la casa de tus dioses extirpar� im�genes esculpidas y fundidas, prepar� tu tumba, porque eres despreciable. nahum cap.2 [1] �he aqu� por los montes los pies del mensajero de buenas nuevas, el que anuncia la paz! celebra tus fiestas, jud�, cumple tus votos, porque no volver� a pasar por ti belial: ha sido extirpado totalmente. [2] �sube un destructor contra ti! �monta la guardia en la fortaleza, vigila el camino, c��ete los lomos, refuerza bien tu fuerza!

[3] pues yahveh restablece la vi�a de jacob, como la vi�a de israel. devastadores la hab�an devastado, hab�an destruido sus sarmientos. [4] el escudo de sus bravos es rojo, valientes vestidos de escarlata; con fuego de hierros brillan los carros, el d�a que los preparan, y son impacientes los jinetes. [5] por las calles corren furiosos los carros, se precipitan en las plazas, su aspecto es semejante a antorchas, como rel�mpago se lanzan. [6] se da la voz a los bravos; en su marcha se entrechocan; se apresuran hacia la muralla y se prepara el parapeto. [7] las puertas que dan al r�o se abren y en el palacio cunde el p�nico. [8] la belleza es deportada, arrancada, sus siervas gimen, como gemido de palomas, y se golpean el coraz�n. [9] n�nive es como una alberca cuyas aguas se van. ��deteneos, deteneos!� pero nadie se vuelve. [10] �saquead la plata, saquead el oro.� �es un tesoro que no tiene fin, gr�vido de todos los objetos preciosos! [11] �destrozo, saqueo, devastaci�n! �corazones que se disuelven y rodillas que vacilan y estremecimiento en todos los lomos y todos los rostros que mudan de color! [12] �d�nde est� el cubil de los leones, la cueva de los leoncillos, a donde iba el le�n a llevar la cr�a del le�n, sin que nadie le inquietase? [13] el le�n dilaceraba para sus cachorros, estrangulaba para sus leonas, llenaba de presas sus escondrijos y de rapi�as sus cubiles. [14] aqu� estoy contra ti, - or�culo de yahveh sebaot -: encender� en humareda tus carros, y la espada devorar� a tus leoncillos; suprimir� de la tierra tu presa, y no se oir� m�s la voz de tus mensajeros. nahum cap.3 [1] �ay de la ciudad sanguinaria, mentira toda ella, llena de rapi�a, de incesante pillaje! [2] �chasquido de l�tigos, estr�pito de ruedas! �caballos que galopan, carros que saltan, [3] caballer�a que avanza, llamear de espadas, centellear de lanzas... multitud de heridos, montones de muertos, cad�veres sin fin, cad�veres en los que se tropieza! [4] es por las muchas prostituciones de la prostituta, bella de gracia y maestra en sortilegios, que vend�a a las naciones con sus prostituciones y a los pueblos con sus sortilegios. [5] aqu� estoy contra ti - or�culo de yahveh sebaot -: voy a alzar tus faldas hasta tu cara, mostrar� a las naciones tu desnudez, a los reinos tu verg�enza. [6] arrojar� inmundicia sobre ti, te deshonrar� y te pondr� como espect�culo. [7] y suceder� que todo el que te vea huir� de ti y dir�: ��asolada est� N�nive! �qui�n tendr� piedad de ella? �d�nde buscarte consoladores?� [8] �eres acaso t� mejor que no am�n, la asentada entre los nilos, (rodeada de aguas), cuya barrera era el mar, cuya muralla las aguas? [9] etiop�a y egipto eran su fuerza que no ten�a l�mite; put y los libios ven�an en su ayuda. [10] tambi�n ella fue al destierro, al cautiverio parti�, tambi�n sus ni�os fueron estrellados en el cruce de todas las calles; se echaron suertes sobre sus notables, y todos sus grandes fueron aherrojados con cadenas. [11] tambi�n t� quedar�s ebria, ser�s �sa que se esconde, tambi�n t� buscar�s un refugio contra el enemigo. [12] todas tus fortalezas son higueras cargadas de brevas: si se las sacude, caen en la boca de quien va a comerlas. [13] he ah� a tu pueblo: mujeres en medio de ti; a tus enemigos se abren enteras las puertas de tu pa�s, el fuego ha devorado tus cerrojos. [14] s�cate agua para el asedio, refuerza tus fortalezas, m�tete en la arcilla,

pisa el mortero, toma el molde de ladrillos. [15] all� el fuego te consumir�, la espada te exterminar�, (te devorar� como el pulg�n.) multipl�cate como el pulg�n, multipl�cate como la langosta; [16] multiplica tus mercaderes m�s que las estrellas del cielo, se despliegan los pulgones y se vuelan, [17] tus guardias como langostas, y tus escribas como enjambres de insectos, que se posan en las tapias en un d�a de fr�o; sale el sol y se van, y nadie sabe d�nde. �ay, c�mo est�n [18] dormidos tus pastores, rey de asur! dormitan tus capitanes, tu pueblo est� disperso por los montes, y no hay quien los re�na. [19] �no hay remedio para tu herida, incurable es tu llaga! todos los que noticia de ti oyen baten palmas sobre ti; pues �sobre qui�n no pas� sin tregua tu maldad? habacuc cap.1 [1] or�culo que tuvo en visi�n el profeta habacuc. [2] �hasta cu�ndo, yahveh, pedir� auxilio, sin que t� escuches, clamar� a ti: ��violencia!� sin que t� salves? [3] �por qu� me haces ver la iniquidad, y t� miras la opresi�n? �ante m� rapi�a y violencia, querella hay y discordia se suscita! [4] por eso la ley se desvirt�a, y no aparece el juicio. �s�, el imp�o asedia al justo, por eso aparece el juicio pervertido! [5] mirad a las gentes, contemplad, quedad estupefactos, at�nitos: voy a hacer yo una obra en vuestros d�as que no creer�ais si se os contara. [6] pues he aqu� que yo suscito a los caldeos, pueblo acerbo y fogoso, que recorre las anchuras de la tierra, para apoderarse de moradas ajenas. [7] espantoso es y terrible; de �l solo salen su juicio y su grandeza; [8] m�s raudos son que leopardos sus caballos, m�s agudos que lobos de la tarde; sus jinetes galopan, vienen de lejos sus jinetes, vuelan como �guila que se precipita a devorar. [9] llegan todos para hacer violencia, el ardor de sus rostros, como un viento del este, amontona cautivos como arena. [10] y �l se burla de los reyes, los soberanos le sirven de irrisi�n; se r�e de toda fortaleza, levanta un terrapl�n y la toma. [11] luego se cambia el viento y pasa, y �l aparece culpable por hacer de su fuerza su dios. [12] �no eres t� desde antiguo, yahveh, mi dios, mi santo? �t� no mueres! �para juicio le pusiste t�, Yahveh, oh roca, para castigar le estableciste! [13] muy limpio eres de ojos para mirar el mal, ver la opresi�n no puedes. �por qu� ves a los traidores y callas cuando el imp�o traga al que es m�s justo que �l? [14] t� tratas a los hombres como a peces del mar, como a reptiles que no tienen amo. [15] a todos los saca �l con anzuelo, los atrae en su red, en su tra�na los recoge. por eso se alegra y regocija, [16] por eso sacrifica a su red, e inciensa a su tra�na, porque gracias a ellas es ping�e su porci�n, y suculenta su comida. [17] por eso vac�a sin cesar su red para matar naciones sin piedad. habacuc cap.2 [1] en mi puesto de guardia me pondr�, me plantar� en mi muro, y otear� para ver lo que �l me dice, lo que responde a mi querella. [2] y me respondi� Yahveh y dijo: �escribe la visi�n, ponla clara en tablillas para que se pueda leer de corrido. [3] porque es a�n visi�n para su fecha, aspira ella al fin y no defrauda; si se tarda, esp�rala, pues vendr� ciertamente, sin retraso. [4] �he aqu� que sucumbe quien no tiene el alma recta, m�s el justo por su

fidelidad vivir�.� [5] �oh, ciertamente es traidora la riqueza! �es hombre fatuo y no tendr� �xito el que ensancha como el seol sus fauces; como la muerte, �l nunca se sacia, re�ne para s� todas las naciones, acapara para s� los pueblos todos! [6] �no profetizar�n todos �stos sobre �l una s�tira, adivinanzas y enigmas sobre �l? dir�n: �ay de quien amontona lo que no es suyo (�hasta cu�ndo?) y se carga de prendas empe�adas! [7] �no se alzar�n de repente tus acreedores, no se despertar�n tus vejadores, y ser�s presa de ellos? [8] por haber saqueado a naciones numerosas, te saquear� a ti todo el resto de los pueblos, por la sangre del hombre y la violencia a la tierra, a la ciudad y a todos los que la habitan. [9] �ay de quien gana ganancia inmoral para su casa, para poner su nido en alto y escapar a la garra del mal! [10] �verg�enza para tu casa has sentenciado: al derribar a muchos pueblos, contra ti mismo pecas! [11] porque la piedra grita desde el muro, y la viga desde el maderamen le responde. [12] �ay de quien edifica una ciudad con sangre, y funda un pueblo en la injusticia! [13] �no viene de yahveh sebaot que los pueblos se fatiguen para el fuego y las gentes se agoten para nada? [14] �pues la tierra se llenar� del conocimiento de la gloria de yahveh, como las aguas cubren el mar! [15] �ay del que da de beber a sus vecinos, y les a�ade su veneno hasta embriagarlos, para mirar su desnudez! [16] �te has saciado de ignominia, no de gloria! �bebe t� tambi�n y ense�a tu prepucio! �a ti se vuelve el c�liz de la diestra de yahveh, y la ignominia sobre tu gloria! [17] pues la violencia hecha al l�bano te cubrir� y la matanza de los animales te aterrar�, (por la sangre del hombre y la violencia a la tierra, a la ciudad y a todos los que la habitan). [18] �de qu� sirve una escultura para que su autor la esculpa, una imagen fundida, un or�culo enga�oso, para que en ellos conf�e el autor de tal obra haciendo �dolos mudos? [19] �ay de quien dice al madero: �despierta�, �lev�ntate�, a la piedra muda! �da ello alg�n or�culo? �est�, s�, cubierto de oro y plata, pero ni un soplo en su interior! [20] mas yahveh est� en su santo templo: �silencio ante �l, tierra entera! habacuc cap.3 [1] oraci�n del profeta habacuc, en el tono de las lamentaciones. [2] �yahveh, he o�do tu fama, tu obra venero, yahveh! �en medio de los a�os hazla revivir en medio de los a�os dala a conocer, aun en la ira acu�rdate de tener compasi�n! [3] viene dios de tem�n, el santo, del monte par�n. su majestad cubre los cielos, de su gloria est� llena la tierra. [4] su fulgor es como la luz, rayos tiene que saltan de su mano, all� se oculta su poder. [5] delante de �l marcha la peste, sale la fiebre tras sus pasos. [6] se planta �l y hace temblar la tierra, mira y hace estremecerse a las naciones; se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, �sus caminos de siempre! [7] en desgracia he visto las tiendas de kus�n, se estremecen los pabellones de madi�n. [8] �contra los r�os arde tu c�lera, yahveh, contra el mar tu furor, para que montes en tus caballos, en tus carros de victoria?

[9] t� desnudas tu arco, sacias su cuerda de saetas. de r�os surcas t� la tierra; [10] te ven y se espantan los montes, un diluvio de agua pasa, el abismo deja o�r su voz. en alto levanta sus manos [11] el sol, la luna se detiene en su sitio, a la luz de tus saetas que parten, al fulgor del centellear de tu lanza. [12] con furia atraviesas la tierra, con c�lera pisoteas las naciones. [13] t� sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu ungido. estrellas la cabeza de la casa del imp�o, desnudas sus cimientos hasta el cuello. [14] traspasas con tus dardos la cabeza de sus nobles que se lanzaban para dispersarnos con su estr�pito, como si fuesen a devorar al desdichado en su escondrijo. [15] t� surcas el mar con tus caballos, el borbotar de las inmensas aguas. [16] �he o�do y mis entra�as se estremecen, a esa voz titubean mis labios, penetra la caries en mis huesos, bajo m� tiemblan mis pasos! tranquilo espero el d�a de la angustia, que va a subir sobre el pueblo que nos asalta. [17] (pues la higuera no volver� a echar brotes, ni habr� que recoger en las vi�as. fallar� la cosecha del olivo, los campos no dar�n alimento, faltar� el ganado menor en el aprisco, no habr� ganado mayor en los establos.) [18] �mas yo en yahveh exultar�, jubilar� en el dios de mi salvaci�n! [19] yahveh mi se�or es mi fuerza, �l me da pies como los de ciervas, y por las alturas me hace caminar. del maestro de coro. para instrumentos de cuerda. sofonias cap.1 [1] palabra de yahveh que fue dirigida a sofon�as, hijo de kus�, hijo de guedal�as, hijo de amar�as, hijo de ezequ�as, en tiempo de jos�as, hijo de am�n, rey de jud�. [2] �voy a aventarlo todo de la haz de la tierra!, or�culo de yahveh. [3] aventar� hombres y bestias, aventar� aves del cielo y peces del mar, har� tropezar a los imp�os; extirpar� a los hombres de sobre la haz de la tierra, or�culo de yahveh. [4] extender� mi mano contra jud�, y contra todos los habitantes de jerusal�n, y extirpar� de este lugar lo que queda de baal, el nombre de los ministros con los sacerdotes, [5] los que se postran en los terrados ante el ej�rcito del cielo, los que se postran ante yahveh y juran por milkom, [6] los que se apartan del seguimiento de yahveh, los que no buscan a yahveh ni le consultan. [7] �silencio ante el se�or yahveh, porque el d�a de yahveh est� cerca! s�, yahveh ha preparado un sacrificio, ha consagrado a sus invitados. [8] suceder� en el d�a del sacrificio de yahveh que yo visitar� a los pr�ncipes, a los hijos del rey, y a todos los que visten vestido extranjero. [9] visitar� aquel d�a a todos los que saltan por encima del umbral, los que llenan la casa de su se�or de violencia y de fraude. [10] habr� aquel d�a - or�culo de yahveh - gritos de auxilio desde la puerta de los peces, aullidos desde la ciudad nueva, estruendo enorme desde las colinas. [11] �ululad, habitantes del mortero, pues ha sido aniquilado todo el pueblo de cana�n, exterminados todos los que pesan plata! [12] suceder� en el tiempo aquel que yo escrutar� a jerusal�n con l�mparas, y visitar� a los hombres que se apelmazan en sus heces, los que dicen en su coraz�n: ��ni bien ni mal hace yahveh!� [13] ser� dada al saqueo su riqueza, sus casas a la devastaci�n; casas construyeron, mas no las habitar�n, plantaron vi�as, mas no beber�n su vino. [14] �cercano est� el gran d�a de yahveh, cercano, a toda prisa viene! �amargo el ruido del d�a de yahveh, dar� gritos entonces hasta el bravo! [15] d�a de ira el d�a aquel, d�a de angustia y de aprieto, d�a de devastaci�n y desolaci�n, d�a de tinieblas y de oscuridad, d�a de nublado y densa niebla,

[16] d�a de trompeta y de clamor, contra las ciudades fortificadas y las torres de los �ngulos. [17] yo pondr� a los hombres en aprieto, y ellos como ciegos andar�n, (porque pecaron contra yahveh); su sangre ser� derramada como polvo, y su carne como excremento. [18] ni su plata ni su oro podr�n salvarlos en el d�a de la ira de yahveh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada; pues �l har� exterminio, �y terror�fico!, de todos los habitantes de la tierra. sofonias cap.2 [1] reun�os, congregaos, gente sin verg�enza, [2] antes que se�is aventados como el tamo que en un d�a pasa, antes que caiga sobre vosotros el ardor de la c�lera de yahveh, (antes que caiga sobre vosotros el d�a de la c�lera de yahveh). [3] buscad a yahveh, vosotros todos, humildes de la tierra, que cumpl�s sus normas; buscad la justicia, buscad la humildad; quiz� encontr�is cobijo el d�a de la c�lera de yahveh. [4] pues gaza quedar� en desamparo, y ascal�n en desolaci�n, a asdod se la expulsar� en pleno mediod�a, y ecr�n ser� arrancada de ra�z. [5] �ay de los habitantes de la liga del mar, la naci�n de los kereteos! palabra de yahveh contra vosotros: �cana�n, tierra de los filisteos, te destruir�, te dejar� sin habitantes; [6] quedar� la liga del mar convertida en pastizales, en pradera de pastores, en apriscos de ovejas.� [7] y ser� la liga del mar para el resto de la casa de jud�: all� llevar�n a pacer, en las casas de ascal�n reposar�n a la tarde, cuando los visite yahveh su dios, y los vuelva de su cautiverio. [8] he o�do los insultos de moab y los denuestos de los hijos de amm�n, cuando insultaron a mi pueblo, y se engrandecieron a costa de su territorio. [9] por eso, �por mi vida - or�culo de yahveh sebaot, dios de israel - que moab quedar� como sodoma, y los habitantes de amm�n como gomorra: cardizal, mina de sal, desolaci�n para siempre! el resto de mi pueblo los saquear�, lo que quede de mi naci�n los heredar�. [10] este ser� el precio de su orgullo, por haber insultado, por haberse engrandecido a costa del pueblo de yahveh sebaot. [11] terrible ser� Yahveh contra ellos, cuando enerve a todos los dioses de la tierra, y se postren ante �l, cada una en su lugar, todas las islas de las naciones. [12] tambi�n vosotros, et�opes: �v�ctimas de mi espada ser�n ellos�. [13] el extender� su mano contra el norte, destruir� a asur, y dejar� a n�nive en desolaci�n, �rida como el desierto. [14] se tumbar�n en medio de ella los reba�os, toda suerte de animales: hasta el pel�cano, hasta el erizo, pasar�n la noche entre sus capiteles. el b�ho cantar� en la ventana, y el cuervo en el umbral, porque el cedro fue arrancado. [15] tal ser� la ciudad alegre que reposaba en seguridad, la que dec�a en su coraz�n: ��yo, y nadie m�s!� �c�mo ha quedado en desolaci�n, en guarida de animales! todo el que pasa junto a ella silba y menea su mano. sofonias cap.3 [1] �ay de la rebelde, la manchada, la ciudad opresora! [2] no ha escuchado la voz, no ha aceptado la correcci�n; en yahveh no ha puesto su confianza, a su dios no se ha acercado. [3] sus pr�ncipes, en medio de ella, son leones rugientes, sus jueces, lobos de la tarde, que no dejan un hueso para la ma�ana. [4] sus profetas, fanfarrones, hombres traicioneros, sus sacerdotes profanan lo que es santo y violan la ley.

[5] yahveh es justo en medio de ella, no comete injusticia; cada ma�ana pronuncia su juicio, no falta nunca al alba; (pero el inicuo no conoce la verg�enza). [6] yo he exterminado a las naciones, sus almenas han sido derruidas, he dejado desiertas sus calles, sin un transe�nte; han sido arrasadas sus ciudades, no queda hombre ni habitante. [7] y me dije: �al menos t� me temer�s, aceptar�s la correcci�n; no puede quitarse de sus ojos todo aquello con que yo la he visitado.� pero ellos han madrugado a corromper todas sus acciones. [8] por eso, esperadme - or�culo de yahveh - el d�a en que me levante como testigo, porque he decidido reunir a las naciones, congregar a los reinos, para derramar sobre vosotros mi enojo, todo el ardor de mi c�lera. (porque por el fuego de mi celo la tierra entera ser� devorada). [9] yo entonces volver� puro el labio de los pueblos, para que invoquen todos el nombre de yahveh, y le sirvan bajo un mismo yugo. [10] desde allende los r�os de etiop�a, mis suplicantes, mi dispersi�n, me traer�n mi ofrenda. [11] aquel d�a no tendr�s ya que avergonzarte de todos los delitos que cometiste contra m�, porque entonces quitar� yo de tu seno a tus alegres orgullosos, y no volver�s a engre�rte en mi santo monte. [12] yo dejar� en medio de ti un pueblo humilde y pobre, y en el nombre de yahveh se cobijar� [13] el resto de israel. no cometer�n m�s injusticia, no dir�n mentiras, y no m�s se encontrar� en su boca lengua embustera. se apacentar�n y reposar�n, sin que nadie los turbe. [14] �lanza gritos de gozo, hija de si�n, lanza clamores, israel, al�grate y exulta de todo coraz�n, hija de jerusal�n! [15] ha retirado yahveh las sentencias contra ti, ha alejado a tu enemigo. �yahveh, rey de israel, est� en medio de ti, no temer�s ya ning�n mal! [16] aquel d�a se dir� a jerusal�n: �no tengas miedo, si�n, no desmayen tus manos! [17] yahveh tu dios est� en medio de ti, �un poderoso salvador! el exulta de gozo por ti, te renueva por su amor; danza por ti con gritos de j�bilo, [18] como en los d�as de fiesta. yo quitar� de tu lado la desgracia, el oprobio que pesa sobre ti. [19] he aqu� que yo har� exterminio de todos tus opresores, en el tiempo aquel; y salvar� a la coja y recoger� a la descarriada, y har� que tengan alabanza y renombre en todos los pa�ses donde fueron confundidas. [20] en aquel tiempo os har� venir, en aquel tiempo os congregar�. entonces os dar� renombre y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando yo vuelva a vuestros cautivos a vuestros propios ojos, dice yahveh. ageo cap.1 [1] el a�o segundo del rey dar�o, el d�a uno del sexto mes, fue dirigida la palabra de yahveh, por medio del profeta ageo, a zorobabel, hijo de sealtiel, gobernador de jud�, ya a josu�, hijo de yehosadaq, sumo sacerdote, en estos t�rminos: [2] as� dice yahveh sebaot: este pueblo dice: ��todav�a no ha llegado el momento de reedificar la casa de yahveh!� [3] (fue, pues, dirigida la palabra de yahveh, por medio del profeta ageo, en estos t�rminos: ) [4] �es acaso para vosotros el momento de habitar en vuestras casas artesonadas, mientras esta casa est� en ruinas? [5] ahora pues, as� dice yahveh sebaot: aplicad vuestro coraz�n a vuestros caminos. [6] hab�is sembrado mucho, pero cosecha poca; hab�is comido, pero sin quitar el hambre; hab�is bebido, pero sin quitar la sed; os hab�is vestido, mas sin

calentaros, y el jornalero ha metido su jornal en bolsa rota. [7] as� dice yahveh sebaot: aplicad vuestro coraz�n a vuestros caminos. [8] subid a la monta�a, traed madera, reedificad la casa, y yo la aceptar� gustoso y me sentir� honrado, dice yahveh. [9] esperabais mucho, y bien poco es lo que hay. y lo que metisteis en casa lo avent� yo. �por qu�? - or�culo de yahveh sebaot - porque mi casa est� en ruinas, mientras que vosotros vais aprisa cada uno a vuestra casa. [10] por eso, por culpa vuestra, los cielos han negado la lluvia y la tierra ha negado su producto. [11] yo he llamado a la sequ�a sobre la tierra y sobre los montes, sobre el trigo, el mosto y el aceite, sobre todo lo que produce el suelo, sobre los hombres y el ganado, y sobre todo trabajo de manos. [12] zorobabel, hijo de sealtiel, josu�, hijo de yehosadaq, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo escucharon la voz de yahveh, su dios, y las palabras del profeta ageo, seg�n la misi�n que yahveh su dios le hab�a encomendado, y temi� el pueblo delante de yahveh. [13] entonces ageo, el mensajero de yahveh, habl� as� al pueblo, en virtud del mensaje de yahveh: �yo estoy con vosotros, or�culo de yahveh.� [14] y movi� Yahveh el esp�ritu de zorobabel, hijo de sealtiel, gobernador de jud�, el esp�ritu de josu�, hijo de yehosadaq, sumo sacerdote, y el esp�ritu de todo el resto del pueblo. y vinieron y emprendieron la obra en la casa de yahveh sebaot, su dios. [15] era el d�a veinticuatro del sexto mes. ageo cap.2 [1] el a�o segundo del rey dar�o, el d�a veintiuno del s�ptimo mes, fue dirigida la palabra de yahveh, por medio del profeta ageo, en estos t�rminos: [2] habla ahora a zorobabel, hijo de sealtiel, gobernador de jud�, a josu�, hijo de yehosadaq, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, y di: [3] �qui�n queda entre vosotros que haya visto esta casa en su primer esplendor? y �qu� es lo que veis ahora? �no es como nada a vuestros ojos? [4] �mas ahora, ten �nimo, zorobabel, or�culo de yahveh; �nimo, josu�, hijo de yehosadaq, sumo sacerdote, �nimo, pueblo todo de la tierra!, or�culo de yahveh. �a la obra, que estoy yo con vosotros - or�culo de yahveh sebaot [5] seg�n la palabra que pact� con vosotros a vuestra salida de egipto, y en medio de vosotros se mantiene mi esp�ritu: no tem�is! [6] pues as� dice yahveh sebaot: dentro de muy poco tiempo sacudir� yo los cielos y la tierra, el mar y el suelo firme, [7] sacudir� todas las naciones; vendr�n entonces los tesoros de todas las naciones, y yo llenar� de gloria esta casa, dice yahveh sebaot. [8] �m�a es la plata y m�o el oro! or�culo de yahveh sebaot. [9] grande ser� la gloria de esta casa, la de la segunda mayor que la de la primera, dice yahveh sebaot, y en este lugar dar� yo paz, or�culo de yahveh sebaot. [10] el d�a veinticuatro del noveno mes, el a�o segundo de dar�o, fue dirigida la palabra de yahveh al profeta en estos t�rminos: [11] as� dice yahveh sebaot: pregunta a los sacerdotes sobre la ley. di: [12] �si alguien lleva carne sagrada en el halda de su vestido, y toca con su halda pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida, �quedar� �sta santificada?� respondieron los sacerdotes y dijeron: �no.� [13] continu� Ageo: �si alguien, que se ha hecho impuro por el contacto de un cad�ver, toca alguna de esas cosas, � queda ella impura?� respondieron los sacerdotes y dijeron: �s�, queda impura.� [14] entonces tom� la palabra y dijo: �as� es este pueblo: as� esta naci�n delante de m�, or�culo de yahveh, as� toda la labor de sus manos y lo que ofrecen aqu�: �impuro es!� [15] y ahora aplicad bien vuestro coraz�n, desde este d�a en adelante: antes de

poner piedra sobre piedra en el templo de yahveh, [16] �qu� era de vosotros? se ven�a a un mont�n de veinte medidas y no hab�a m�s que diez; se ven�a a la cava para sacar cincuenta c�ntaros y no hab�a m�s que veinte. [17] yo os her� con tiz�n, con a�ublo y con granizo en toda labor de vuestras manos, y ninguno de vosotros se volvi� a m�, or�culo de yahveh. [18] aplicad, pues, vuestro coraz�n, desde este d�a en adelante (desde el d�a veinticuatro del noveno mes, d�a en que se echaron los cimientos al templo de yahveh, aplicad vuestro coraz�n): [19] �hay ahora grano en el granero? pues si ni la vid ni la higuera ni el granado ni el olivo produc�an fruto, desde este d�a yo dar� bendici�n. [20] la palabra de yahveh fue dirigida por segunda vez a ageo, el d�a veinticuatro del mes, en estos t�rminos: [21] habla a zorobabel, gobernador de jud� y di: yo voy a sacudir los cielos y la tierra. [22] dar� vuelta a los tronos de los reinos y destruir� el poder de los reinos de las naciones, dar� vuelta al carro y a los que montan en �l, y ser�n abatidos caballos y caballeros cada uno por la espada de su hermano. [23] aquel d�a - or�culo de yahveh sebaot - te tomar� a ti, zorobabel, hijo de sealtiel, siervo m�o - or�culo de yahveh - y te pondr� como anillo de sello, porque a ti te he elegido, or�culo de yahveh sebaot. zacarias cap.1 [1] en el octavo mes del a�o segundo de dar�o fue dirigida la palabra de yahveh al profeta zacar�as (hijo de berek�as), hijo de idd�, en estos t�rminos: [2] �yahveh se ha irritado mucho contra vuestros padres.� [3] les dir�s: �as� dice yahveh sebaot: volveos a m� - or�culo de yahveh sebaot y yo me volver� a vosotros, dice yahveh sebaot. [4] no se�is como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas gritaban as�: "�volveos de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras!" pero ellos no escucharon ni me hicieron caso - or�culo de yahveh -. [5] vuestros padres �d�nde est�n? y los profetas �van a vivir por siempre? [6] sin embargo, mis palabras y preceptos que yo hab�a prescrito a mis siervos los profetas �no alcanzaron a vuestros padres? por eso se volvieron ellos y dijeron: "como yahveh sebaot hab�a decidido tratarnos, seg�n nuestros caminos y nuestras obras, as� nos ha tratado".� [7] el d�a veinticuatro del und�cimo mes (que es el mes de sebat), el a�o segundo de dar�o, fue dirigida la palabra de yahveh al profeta zacar�as (hijo de (berek�as), hijo de idd�, en estos t�rminos: [8] he tenido una visi�n esta noche. era un hombre que montaba un caballo rojo; estaba de pie entre los mirtos que hay en la hondonada; detr�s de �l, caballos rojos, alazanes y blancos. [9] yo dije: ��qui�nes son �stos, se�or m�o?� el �ngel que hablaba conmigo me dijo: �yo te ense�ar� qui�nes son �stos.� [10] y el hombre que estaba entre los mirtos intervino y dijo: �estos son los que ha enviado yahveh a recorrer la tierra.� [11] entonces ellos se dirigieron al �ngel de yahveh que estaba entre los mirtos y dijeron: �hemos recorrido la tierra y hemos visto que toda la tierra vive en paz.� [12] tom� la palabra el �ngel de yahveh y dijo: �oh yahveh sebaot, �hasta cu�ndo seguir�s sin apiadarte de jerusal�n y de las ciudades de jud�, contra las cuales est�s irritado desde hace setenta a�os?� [13] yahveh respondi� al �ngel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras de consuelo. [14] y el �ngel que hablaba conmigo me dijo: �clama y di: as� dice yahveh sebaot: celoso estoy por jerusal�n y por si�n con gran celo,

[15] y con gran irritaci�n irritado contra las naciones que se sienten seguras, y que, cuando yo estaba poco irritado, contribuyeron al mal. [16] por eso, as� dice yahveh: a jerusal�n me vuelvo con piedad: en ella ser� reedificada mi casa - or�culo de yahveh sebaot - y el cordel ser� tendido sobre jerusal�n. [17] clama tambi�n y di: as� dice yahveh sebaot: a�n han de rebosar mis ciudades de bienes; a�n consolar� Yahveh a si�n y a�n elegir� a jerusal�n.� zacarias cap.2 [1] alc� luego mis ojos y tuve una visi�n: eran cuatro cuernos. [2] y dije al �ngel que hablaba conmigo: ��qu� son �stos?� me dijo: �son los cuernos que dispersaron a jud� (a israel) y a jerusal�n.� [3] yahveh me hizo ver despu�s cuatro herreros. [4] y dije: ��qu� vienen a hacer �stos?� el habl� y dijo: �(aquellos son los cuernos que dispersaron a jud�, hasta que nadie os� levantar cabeza.) y �stos han venido a espantarlos (a abatir los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno contra la tierra de jud� para dispersarla).� [5] alc� los ojos y tuve una visi�n: era un hombre con una cuerda de medir en la mano. [6] le dije: ��a d�nde vas?� me dijo: �a medir a jerusal�n, a ver cu�nta es su anchura y cu�nta su longitud.� [7] en esto, sali� el �ngel que hablaba conmigo, y otro �ngel sali� a su encuentro [8] y le dijo: �corre, habla a ese joven y dile: como las ciudades abiertas ser� habitada jerusal�n, debido a la multitud de hombres y ganados que habr� dentro de ella. [9] y yo ser� para ella - or�culo de yahveh - muralla de fuego en torno, y dentro de ella ser� gloria.� [10] �hala, hala, huid del pa�s del norte - or�culo de yahveh, - ya que a los cuatro vientos del cielo os esparc� yo! - or�culo de yahveh [11] �hala, s�lvate, si�n, t� que moras en babilonia! [12] pues as� dice yahveh sebaot que tras la gloria me ha enviado a las naciones que os despojaron: �el que os toca a vosotros a la ni�a de mi ojo toca.� [13] he aqu� que yo alzo mi mano contra ellas, y ser�n despojo de sus mismos esclavos. sabr�is as� que yahveh sebaot me ha enviado. [14] grita de gozo y regoc�jate, hija de si�n, pues he aqu� que yo vengo a morar dentro de ti, or�culo de yahveh. [15] muchas naciones se unir�n a yahveh aquel d�a: ser�n para m� un pueblo, y yo morar� en medio de ti. sabr�s as� que yahveh sebaot me ha enviado a ti. [16] poseer� Yahveh a jud�, porci�n suya en la tierra santa, y elegir� de nuevo a jerusal�n. [17] �silencio, toda carne, delante de yahveh, porque �l se despierta de su santa morada! zacarias cap.3 [1] me hizo ver despu�s al sumo sacerdote josu�, que estaba ante el �ngel de yahveh; a su derecha estaba el sat�n para acusarle. [2] dijo el �ngel de yahveh al sat�n: ��yahveh te reprima, sat�n, repr�mate yahveh, el que ha elegido a jerusal�n! �no es �ste un tiz�n sacado del fuego?� [3] estaba josu� vestido de ropas sucias, en pie delante del �ngel. [4] tom� �ste la palabra y habl� as� a los que estaban delante de �l: ��quitadle esas ropas sucias y ponedle vestiduras de fiesta; le dijo: �mira, yo he pasado por alto tu culpa.� [5] y colocad en su cabeza una tiara limpia!� se le visti� de vestiduras de fiesta y se le coloc� en la cabeza la tiara limpia. el �ngel de yahveh que segu�a en pie.

[6] luego el �ngel de yahveh advirti� a josu� diciendo: [7] �as� dice yahveh sebaot: si andas por mis caminos y guardas mis prescripciones, t� gobernar�s mi casa, y t� mismo guardar�s mis atrios: yo te dar� plaza entre estos que est�n aqu�.� [8] escucha, pues, josu�, sumo sacerdote, t� y tus compa�eros que se sientan en tu presencia - pues son hombres de presagio -: he aqu� que yo voy a traer a mi siervo �germen�. [9] y he aqu� la piedra que yo pongo delante de josu�; en esta �nica piedra hay siete ojos; yo mismo grabar� su inscripci�n - or�culo de yahveh sebaot - y quitar� la culpa de esta tierra en un solo d�a. [10] aquel d�a - or�culo de yahveh sebaot - os invitar�is unos a otros bajo la parra y bajo la higuera. zacarias cap.4 [1] volvi� el �ngel que hablaba conmigo y me despert� como a un hombre que es despertado de su sue�o. [2] y me dijo: ��qu� ves?� dije: �veo un candelabro todo de oro, con una ampolla en su v�rtice: tiene siete l�mparas y siete boquillas para las siete l�mparas que lleva encima. [3] hay tambi�n dos olivos junto a �l, uno a su derecha y el otro a su izquierda.� [4] prosegu� y dije al �ngel que hablaba conmigo: ��qu� es esto, se�or m�o?� [5] me respondi� el �ngel que hablaba conmigo y me dijo: ��no sabes qu� es esto?� dije: �no, mi se�or.� [6] prosigui� �l y me habl� as�: esta es la palabra de yahveh a zorobabel. no por el valor ni por la fuerza, sino s�lo por mi esp�ritu - dice yahveh sebaot -. [7] �qui�n eres t�, gran monte? ante zorobabel ser�s una explanada, y �l extraer� la piedra de remate, a los gritos de ��bravo, bravo por ella!�. [8] me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [9] las manos de zorobabel echaron el cimiento a esta casa y sus manos la acabar�n; (sabr�is as� que yahveh sebaot me ha enviado a vosotros). [10] �qui�n menospreci� el d�a de los modestos comienzos? �se alegrar� al ver la plomada en la mano de zorobabel! � esos siete son los ojos de yahveh: ellos recorren toda la tierra.� [11] entonces tom� la palabra y le dije: ��qu� son esos dos olivos a derecha e izquierda del candelabro?� [12] (a�ad� de nuevo y le dije: ��qu� son las dos ramas de olivo que por los dos tubos de oro vierten de s� aceite dorado?�) [13] el me habl� y dijo: ��no sabes qu� es esto?� dije: �no, mi se�or.� [14] y �l me dijo: �estos son los dos ungidos que est�n en pie junto al se�or de toda la tierra.� zacarias cap.5 [1] volv� a alzar los ojos y tuve una visi�n: era un rollo volando. [2] y me dijo el �ngel: ��qu� ves?� respond�: �veo un rollo volando, de veinte codos de largo y veinte de ancho.� [3] me dijo: �eso es la maldici�n que sale sobre la haz de toda esta tierra. pues todo ladr�n ser�, seg�n ella, echado de aqu�, y todo el que jura ser�, seg�n ella, echado de aqu�. [4] yo la he hecho salir - or�culo de yahveh sebaot - para que entre en casa del ladr�n y en casa del que jura por mi nombre en falso, para que se aloje en medio de su casa y la consuma, con su maderamen y sus piedras.� [5] sali� el �ngel que hablaba conmigo y me dijo: �alza ahora tus ojos y mira qu� es eso que sale.� [6] yo dije: ��qu� es?� dijo: �es la medida que sale.� y a�adi�: �esta es la culpa de ellos en todo el pa�s.�

[7] en esto, se levant� la tapa de plomo y hab�a una mujer sentada en medio de la medida. [8] dijo �l: �esta es la maldad.� la ech� dentro de la medida y volvi� a poner la tapa de plomo en su boca. [9] alc� luego los ojos y tuve una visi�n: dos mujeres aparecieron, con viento en sus alas, porque ten�an alas como de cig�e�a. y levantaron la medida entre la tierra y el cielo. [10] dije entonces al �ngel que hablaba conmigo: ��a d�nde llevan �sas la medida?� [11] me respondi�: �van a edificarle una casa en el pa�s de senaar, y cuando est� a punto ser� colocada all� sobre su base.� zacarias cap.6 [1] alc� otra vez los ojos y tuve una visi�n: eran cuatro carros que sal�an de entre dos montes; y los montes eran montes de bronce. [2] en el primer carro hab�a caballos rojos, en el segundo carro caballos negros, [3] en el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos tordos. [4] tom� la palabra y dije al �ngel que hablaba conmigo: ��qu� son �stos, se�or m�o?� [5] el �ngel respondi� y me dijo: �son los cuatro vientos del cielo que salen despu�s de presentarse ante el se�or de toda la tierra. [6] donde est�n los caballos negros, salen hac�a el pa�s del norte; los blancos salen detr�s de ellos y los tordos salen hac�a el pa�s del sur.� [7] briosos sal�an, impacientes por recorrer la tierra. les dijo: �id, recorred la tierra.� y recorrieron la tierra. [8] y a m� me grit� y me habl� as�: �mira, los que salen hacia el pa�s del norte van a aplacar mi esp�ritu en el pa�s del norte.� [9] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [10] �haz una colecta entre los deportados: jelday, tob�as y yeda�as; vienes aquel d�a y entras en la casa de jos�as, hijo de sefan�as, a donde han llegado de babilonia, [11] tomas la plata y el oro, haces una corona, la pones en la cabeza del sumo sacerdote josu�, hijo de yehosadaq, [12] y le hablas de esta manera: as� dice yahveh sebaot: he aqu� un hombre cuyo nombre es germen: debajo de �l habr� germinaci�n (y �l edificar� el templo de yahveh). [13] el edificar� el templo de yahveh; �l llevar� las insignias reales, se sentar� y dominar� en su trono; habr� un sacerdote a su derecha, y consejo de paz habr� entre ellos dos. [14] ser� la corona para jelday, tob�as y yeda�as, y para el hijo de sefan�as, un memorial de gracia en el templo de yahveh. [15] y los que est�n lejos vendr�n y reedificar�n el templo de yahveh. sabr�is entonces que yahveh sebaot me ha enviado a vosotros. as� ser� si de verdad escuch�is la voz de yahveh vuestro dios.� zacarias cap.7 [1] el a�o cuarto del rey dar�o, la palabra de yahveh fue dirigida a zacar�as, el d�a cuatro del noveno mes, el mes de kisl�u. [2] betel hab�a enviado a sar eser y a r�guem m�lek, con su gente, a ablandar el rostro de yahveh, [3] y a decir a los sacerdotes de la casa de yahveh sebaot y a los profetas: ��deber� llorar en el quinto mes haciendo abstinencia como lo he hecho durante tantos a�os?� [4] me fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [5] habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes y di: �cuando hab�is ayunado y pla�ido, en el quinto y s�ptimo mes, y esto durante setenta a�os,

�hab�is ayunado de verdad por m�? [6] y cuando com�is y beb�is, �no sois vosotros los que com�is y beb�is? [7] �no conoc�is las palabras que yahveh proclam� por ministerio de los antiguos profetas, cuando jerusal�n viv�a en paz, con sus ciudades de alrededor, y estaban habitados el n�gueb y la tierra baja? [8] (la palabra de yahveh fue dirigida a zacar�as en estos t�rminos: [9] as� dijo yahveh sebaot): juicio fiel juzgad, y amor y compasi�n practicad cada cual con su hermano. [10] no oprim�is a la viuda, al hu�rfano, al forastero, ni al pobre; y no maquin�is mal uno contra otro en vuestro coraz�n. [11] para ellos no quisieron hacer caso; hombro rebelde presentaron y endurecieron sus o�dos para no escuchar; [12] su coraz�n hicieron de diamante para no o�r la ley y las palabras que yahveh sebaot hab�a dirigido por su esp�ritu, por ministerio de los antiguos profetas. hubo entonces gran enojo de yahveh sebaot. [13] y sucedi� que, como �l hab�a clamado y ellos no hab�an escuchado, as� ellos clamaban y yo no les escuchaba, dice yahveh sebaot. [14] sino que los dispers� entre todas las naciones que no conoc�an, y la tierra qued� devastada detr�s de ellos: ya nadie iba ni ven�a. y as� convirtieron una tierra de delicias en desolaci�n.� zacarias cap.8 [1] fue dirigida la palabra de yahveh en estos t�rminos: [2] as� dice yahveh sebaot: con gran celo he celado a si�n, con gran ira la he celado. [3] as� dice yahveh: me he vuelto a si�n, y en medio de jerusal�n habito. jerusal�n se llamar� Ciudadde-fidelidad, y el monte de yahveh sebaot, montedesantidad. [4] as� dice yahveh sebaot: a�n se sentar�n viejos y viejas en las plazas de jerusal�n, cada cual con su bast�n en la mano, por ser muchos sus d�as; [5] las plazas de la ciudad se llenar�n de muchachos y muchachas en sus plazas jugando. [6] as� dice yahveh sebaot: si ello parece imposible a los ojos del resto de este pueblo, en aquellos d�as, �tambi�n a mis ojos va a ser imposible?, or�culo de yahveh sebaot. [7] as� dice yahveh sebaot: he aqu� que yo salvo a mi pueblo del pa�s del oriente y del pa�s donde se pone el sol; [8] voy a traerlos para que moren en medio de jerusal�n. y ser�n mi pueblo y yo ser� su dios con fidelidad y con justicia. [9] as� dice yahveh sebaot: reaf�rmense vuestras manos, vosotros que o�s en estos d�as esas palabras de la boca de los profetas, desde el d�a en que se echaron los cimientos de la casa de yahveh sebaot, para la reconstrucci�n del templo. [10] porque hasta estos d�as no hab�a paga para los hombres ni paga para el ganado; paz ninguna hab�a, a causa del enemigo, para el que sal�a y entraba, y yo hab�a dado rienda suelta a todos los hombres unos contra otros. [11] pero ahora ya no soy yo para el resto de este pueblo como en d�as pasados, or�culo de yahveh sebaot. [12] porque hay simiente de paz: la vid dar� su fruto, la tierra dar� su producto y los cielos dar�n su roc�o; yo dar� en posesi�n al resto de este pueblo todas estas cosas. [13] y suceder� que as� como hab�is sido maldici�n entre las naciones, casa de jud� y casa de israel, as� os salvar� yo, y ser�is bendici�n; �no teng�is miedo, y que se reafirmen vuestras manos! [14] pues as� dice yahveh sebaot: como yo hab�a decidido haceros mal, cuando me irritaron vuestros padres - dice yahveh sebaot - y no me arrepent� de ello, [15] as� en cambio he decidido en estos d�as hacer bien a jerusal�n y a la casa de jud�: �no tem�is!

[16] he aqu� las cosas que deb�is hacer: decid verdad unos a otros; juicio de paz juzgad en vuestras puertas; [17] mal unos contra otros no medit�is en vuestro coraz�n, y juramento falso no am�is, porque todas estas cosas las odio yo, or�culo de yahveh. [18] la palabra de yahveh me fue dirigida en estos t�rminos: [19] �as� dice yahveh sebaot: el ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del s�ptimo y el ayuno del d�cimo se convertir�n para la casa de jud� en regocijo, alegr�a y faustas solemnidades. amad, pues, la verdad y la paz.� [20] as� dice yahveh sebaot: todav�a habr� pueblos que vengan, y habitantes de grandes ciudades. [21] y los habitantes de una ciudad ir�n a la otra diciendo: �ea, vamos a ablandar el rostro de yahveh y a buscar a yahveh sebaot: �yo tambi�n voy!� [22] y vendr�n pueblos numerosos y naciones poderosas a buscar a yahveh sebaot en jerusal�n, y a ablandar el rostro de yahveh. [23] as� dice yahveh sebaot: en aquellos d�as, diez hombres de todas las lenguas de las naciones asir�n por la orla del manto a un jud�o diciendo: �queremos ir con vosotros, porque hemos o�do decir que dios est� con vosotros.� zacarias cap.9 [1] or�culo. la palabra de yahveh, en el pa�s de jadrak y en damasco, su reposo; porque de yahveh es la fuente de aram, como todas las tribus de israel; [2] y tambi�n jamat que est� en su frontera, (tiro) y sid�n, la que es tan sabia. [3] se ha construido tiro una fortaleza, ha amontonado plata como polvo y oro como barro de las calles. [4] he aqu� que el se�or va a apoderarse de ello: hundir� en el mar su poder�o, y ella misma ser� devorada por el fuego. [5] ascal�n lo ver� y temer�, gaza tambi�n, y se retorcer� de dolor y ecr�n, pues su esperanza ha fracasado; desaparecer� de gaza el rey, ascal�n no ser� ya habitada, [6] y un bastardo habitar� en asdod. yo truncar� el orgullo de los filisteos; [7] quitar� su sangre de su boca, y sus abominaciones de sus dientes. quedar� �l tambi�n como resto para nuestro dios, ser� como un familiar en jud�, y ecr�n ser� como el jebuseo. [8] yo acampar� junto a mi casa como guardia contra quien va y quien viene; y no pasar� m�s opresor sobre ellos, porque ahora miro yo con mis ojos. [9] �exulta sin freno, hija de si�n, grita de alegr�a, hija de jerusal�n! he aqu� que viene a ti tu rey: justo �l y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cr�a de asna. [10] el suprimir� los cuernos de efra�m y los caballos de jerusal�n; ser� suprimido el arco de combate, y �l proclamar� la paz a las naciones. su dominio ir� de mar a mar y desde el r�o hasta los confines de la tierra. [11] en cuanto a ti, por la sangre de tu alianza, yo soltar� a tus cautivos de la fosa en la que no hay agua. [12] volved a la fortaleza, cautivos de la esperanza; hoy mismo, yo lo anuncio, el doble te he de devolver. [13] porque he entesado para m� a jud�, el arco he cargado con efra�m. voy a incitar a tus hijos, si�n, contra tus hijos, yav�n, y te har� como espada de un bravo. [14] yahveh aparecer� sobre ellos, y saldr� como rel�mpago su flecha; (el se�or) yahveh tocar� el cuerno y avanzar� en los torbellinos del sur. [15] yahveh sebaot los escudar�; y devorar�n y pisotear�n las piedras de la honda, beber�n la sangre como vino, y se llenar�n como copa de aspersiones, como los cuernos del altar. [16] los salvar� Yahveh su dios el d�a aquel, como reba�o de su pueblo, porque ser�n piedras de diadema refulgentes sobre su suelo. [17] �qu� espl�ndido ser�, qu� hermoso! el trigo har� florecer a los mancebos y el mosto a las doncellas.

zacarias cap.10 [1] pedid a yahveh la lluvia en tiempo de primavera. yahveh, el que hace las nubes de tormenta, lluvia copiosa les dar�, hierba en su campo a cada uno. [2] porque los terafim predicen falsedad y los adivinos ven mentira, porque sue�os de ilusi�n predicen y con cosa vana quieren consolar, por eso emigran ellos como ovejas, abatidos porque no hay pastor. [3] contra los pastores arde mi c�lera y a los machos cabr�os visitar�. cuando yahveh sebaot visite a su reba�o, la casa de jud�, har� de ellos como su caballo de honor en el combate. [4] de �l saldr� el angulo, de �l la clavija, de �l el arco de combate, de �l todos los caudillos. juntos [5] ser�n como bravos que pisar�n el barro de las calles en el combate; combatir�n, porque yahveh est� con ellos, y ser�n confundidos los que montan caballos. [6] yo har� fuerte la casa de jud� y victoriosa la casa de jos�; los recobrar� porque me apiado de ellos, y ser�n como si yo no los hubiera desechado, pues yo soy yahveh su dios, y los atender�. [7] como bravos ser�n los de efra�m, estar� alegre su coraz�n como de vino; sus hijos lo ver�n y se alegrar�n, exultar� en yahveh su coraz�n. [8] yo les silbar� para reunirlos, pues los he rescatado, y ser�n tan numerosos como eran. [9] yo los sembr� entre los pueblos, mas en lejanas tierras se acordar�n de m�, criar�n a sus hijos y retornar�n. [10] los har� volver del pa�s de egipto, de asur los recoger�, y los conducir� al pa�s de galaad y al l�bano, donde no habr� bastante para ellos. [11] atravesar�n el mar de la angustia, (�l herir� en el mar las ondas), y quedar�n secas todas las honduras del nilo. ser� abatido el orgullo de asur, y el cetro de egipto llegar� a su fin. [12] yo los har� fuertes en yahveh, y en su nombre marchar�n, or�culo de yahveh. zacarias cap.11 [1] abre tus puertas, l�bano, y el fuego devore tus cedros. [2] gime, cipr�s, porque ha ca�do el cedro, porque los majestuosos han sido arrasados. gemid, encinas de bas�n, porque ha sido abatida la selva impenetrable. [3] se oye gemido de pastores, porque ha sido arrasado su esplendor, se oye rugido de leones, porque ha sido arrasada la gloria del jord�n. [4] as� dice yahveh mi dios: apacienta las ovejas de matadero, [5] esas que sus compradores matan impunemente, mientras sus vendedores dicen: ��bendito sea yahveh; ya soy rico!�, y a las que no perdonan los pastores. [6] pues yo no perdonar� m�s a los habitantes de esta tierra, or�culo de yahveh; mas he aqu� que voy a entregar a los hombres, a cada uno en manos de su vecino y en manos de su rey; ellos aplastar�n la tierra y yo no los librar� de sus manos. [7] apacent�, pues, las ovejas de matadero destinadas a los tratantes de ovejas, y me procur� dos cayados: a uno lo llam� �gracia� y al otro �v�nculo�. me puse a apacentar las ovejas, [8] y me deshice de los tres pastores en un mes. pero mi alma se impacient� con ellos y su alma tambi�n se hasti� de m�. [9] entonces dije: ��no os apacentar� m�s; la que tenga que morir, que muera, la que tenga que desaparecer, que desaparezca, y las que queden, que se coman unas a otras!� [10] tom� luego mi cayado �gracia� y lo part�, para romper la alianza que yahveh hab�a concluido con todos los pueblos. [11] qued� roto aquel d�a, y los tratantes de ovejas que me observaban supieron que era una palabra de yahveh. [12] yo les dije: �si os parece bien, dadme mi jornal; sino, dejadlo.� ellos

pesaron mi jornal: treinta siclos de plata. [13] yahveh me dijo: ��echalo al tesoro, esa lindeza de precio en que me han apreciado!� tom�, pues, los treinta siclos de plata y los ech� en la casa de yahveh, en el tesoro. [14] despu�s part� mi segundo cayado �v�nculo�, para romper la fraternidad entre jud� e israel. [15] yahveh me dijo entonces: �toma todav�a el hato de un pastor necio. [16] pues he aqu� que yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no har� caso de la oveja perdida, ni buscar� a la extraviada, ni curar� a la herida, ni se ocupar� de la sana, sino que comer� la carne de la cebada, y hasta las u�as les arrancar�. [17] �ay del pastor in�til que abandona las ovejas! �espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho; que su brazo se seque del todo, y del todo se oscurezca su ojo!� zacarias cap.12 [1] or�culo. palabra de yahveh sobre israel. or�culo de yahveh, el que despliega los cielos, funda la tierra y forma el esp�ritu del hombre en su interior. [2] he aqu� que yo hago de jerusal�n una copa de v�rtigo para todos los pueblos del contorno (durante el asedio contra jerusal�n). [2-b] (y tambi�n sobre jud�). [3] aquel d�a har� yo de jerusal�n una piedra de levantamiento para todos los pueblos: todos los que la levanten se desgarrar�n completamente. y contra ella se congregar�n todas las naciones de la tierra. [4] aquel d�a - or�culo de yahveh - herir� de aturdimiento a todo caballo, y a su caballero, de locura. y a todos los pueblos herir� de ceguera. (mas sobre la casa de jud� abrir� mis ojos.) [5] entonces dir�n en su coraz�n los jefes de jud�: �la fuerza de los habitantes de jerusal�n est� en yahveh sebaot su dios.� [6] aquel d�a har� de los jefes de jud� como un brasero con fuego de le�a, como una antorcha con fuego de gavillas; y devorar�n a derecha e izquierda a todos los pueblos del contorno, mientras que jerusal�n ser� de nuevo habitada en su lugar. [7] salvar� Yahveh en primer lugar a las tiendas de jud�, para que el prestigio de la casa de david y el prestigio de los habitantes de jerusal�n no se crezca sobre jud�. [8] aquel d�a proteger� Yahveh a los habitantes de jerusal�n: el m�s flaco entre ellos ser� aquel d�a como david, y la casa de david ser� como dios, como un �ngel de yahveh, al frente de ellos. [9] aquel d�a me dispondr� a destruir a todas las naciones que vengan contra jerusal�n; [10] derramar� sobre la casa de david y sobre los habitantes de jerusal�n un esp�ritu de gracia y de oraci�n; y mirar�n hacia m�. en cuanto a aqu�l a quien traspasaron, har�n lamentaci�n por �l como lamentaci�n por hijo �nico, y le llorar�n amargamente como se llora amargamente a un primog�nito. [11] aquel d�a ser� grande la lamentaci�n en jerusal�n, como la lamentaci�n de hadad rimm�n en la llanura de meguidd�. [12] y se lamentar� el pa�s, cada familia aparte: la familia de la casa de david aparte y sus mujeres aparte; la familia de la casa de nat�n aparte y sus mujeres aparte; [13] la familia de la casa de lev� aparte; y sus mujeres aparte; la familia de la casa de seme� aparte y sus mujeres aparte; [14] todas las dem�s familias, cada familia aparte y sus mujeres aparte. zacarias cap.13 [1] aquel d�a habr� una fuente abierta para la casa de david y para los habitantes de jerusal�n, para lavar el pecado y la impureza.

[2] aquel d�a - or�culo de yahveh sebaot - extirpar� yo de esta tierra los nombres de los �dolos y no se volver� a mentarlos; igualmente a los profetas y el esp�ritu de impureza los quitar� de esta tierra. [3] y, si todav�a alguien se pone a profetizar, le dir�n su padre y su madre que le engendraron: ��no has de vivir t�, que dices mentiras en nombre de yahveh!� y su padre y su madre que le engendraron le traspasar�n mientras est� profetizando. [4] aquel d�a se avergonzar�n los profetas, cada cual de su visi�n, cuando profeticen, y no se vestir�n el manto de pelo con �nimos de mentir, [5] sino que dir�n cada uno: ��yo no soy profeta; soy un campesino, pues la tierra es mi ocupaci�n desde mi juventud!� [6] y si alguien le dice: ��y esas heridas que hay entre tus manos?�, responder�: �las he recibido en casa de mis amigos.� [7] �despierta, espada, contra mi pastor, y contra el hombre de mi compa��a!, or�culo de yahveh sebaot. �hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornar� mi mano contra los peque�os! [8] y suceder� en toda esta tierra - or�culo de yahveh - que dos tercios ser�n en ella exterminados (perecer�n) y el otro tercio quedar� en ella. [9] yo meter� en el fuego este tercio: los purgar� como se purga la plata y los probar� como se prueba el oro. invocar� �l mi nombre y yo le responder�; dir�: ��el es mi pueblo!� y �l dir�: ��yahveh es mi dios!� zacarias cap.14 [1] he aqu� que viene el d�a de yahveh en que ser�n repartidos tus despojos en medio de ti. [2] yo reunir� a todas las naciones en batalla contra jerusal�n. ser� tomada la ciudad, las casas ser�n saqueadas y violadas las mujeres. la mitad de la ciudad partir� al cautiverio, pero el resto del pueblo no ser� extirpado de la ciudad. [3] saldr� entonces yahveh y combatir� contra esas naciones como el d�a en que �l combate, el d�a de la batalla. [4] se plantar�n sus pies aquel d�a en el monte de los olivos que est� enfrente de jerusal�n, al oriente, y el monte de los olivos se hendir� por el medio de oriente a occidente haci�ndose un enorme valle: la mitad del monte se retirar� al norte y la otra mitad al sur. [5] y huir�is al valle de mis montes, porque el valle de los montes llegar� hasta yasol; huir�is como huisteis a causa del terremoto en los d�as de oz�as, rey de jud�. y vendr� Yahveh mi dios y todos los santos con �l. [6] aquel d�a no habr� ya luz, sino fr�o y hielo. [7] un d�a �nico ser� - conocido s�lo de yahveh -: no habr� d�a y luego noche, sino que a la hora de la tarde habr� luz. [8] suceder� aquel d�a que saldr�n de jerusal�n aguas vivas, mitad hacia el mar oriental, mitad hacia el mar occidental: las habr� tanto en verano como en invierno. [9] y ser� Yahveh rey sobre toda la tierra: �el d�a aquel ser� �nico yahveh y �nico su nombre! [10] toda esta tierra se tornar� llanura, desde gueba hasta rimm�n, al sur de jerusal�n. y �sta, encumbrada, ser� habitada en su lugar, desde la puerta de benjam�n hasta el emplazamiento de la antigua puerta, es decir, hasta la puerta de los angulos, y desde la torre de jananel hasta los lagares del rey. [11] se habitar� en ella y no habr� m�s anatema: �jerusal�n ser� habitada en seguridad! [12] y �sta ser� la plaga con que herir� Yahveh a todos los pueblos que hayan hecho la guerra a jerusal�n: pudrir� su carne estando ellos todav�a en pie, sus ojos se pudrir�n en sus cuencas, y su lengua se pudrir� en su boca. [13] y cundir� aquel d�a entre ellos un inmenso p�nico de yahveh: agarrar� cada uno la mano de su pr�jimo y levantar�n la mano unos contra otros. [14] tambi�n jud� combatir� en jerusal�n. y ser�n reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro, plata y vestidos en cantidad inmensa.

[15] semejante ser� la plaga de los caballos, mulos, camellos y asnos, y de todo el ganado que haya en aquellos campamentos: �una plaga como �sa! [16] y todos los supervivientes de todas las naciones que hayan venido contra jerusal�n subir�n de a�o en a�o a postrarse ante el rey yahveh sebaot y a celebrar la fiesta de las tiendas. [17] y para aquella familia de la tierra que no suba a jerusal�n a postrarse ante el rey yahveh sebaot no habr� lluvia. [18] si la familia de egipto no sube ni viene, caer� sobre ella la plaga con que yahveh herir� a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las tiendas. [19] tal ser� el castigo de egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las tiendas. [20] aquel d�a se hallar� en los cascabeles de los caballos: �consagrado a yahveh�, y ser�n las ollas en la casa de yahveh como copas de aspersi�n delante del altar. [21] y toda olla, en jerusal�n y jud�, estar� consagrada a yahveh sebaot; todos los que quieran sacrificar vendr�n a tomar de ellas, y en ellas cocer�n; y no habr� m�s comerciante en la casa de yahveh sebaot el d�a aquel. malaquias cap.1 [1] or�culo. palabra de yahveh a israel por ministerio de malaqu�as. [2] os he amado, dice yahveh. y vosotros dec�s: �en qu� nos has amado? - �no era acaso esa� el hermano de jacob?, or�culo de yahveh. sin embargo yo am� a jacob, [3] y a esa� le odi�. entregu� sus montes a la desolaci�n y su heredad a los chacales del desierto. [4] si dice edom: �hemos sido aplastados, pero volveremos a edificar nuestras ruinas�, as� dice yahveh sebaot: ellos edificar�n, mas yo demoler�, y se les llamar�: �territorio de impiedad�, y �pueblo contra el que yahveh est� irritado para siempre�. [5] vuestros ojos lo ver�n y vosotros dir�is: ��grande es yahveh m�s all� del t�rmino de israel!� [6] el hijo honra a su padre, el siervo a su se�or. pues si yo soy padre, �d�nde est� mi honra? y si se�or, �d�nde mi temor?, dice yahveh sebaot a vosotros sacerdotes que menospreci�is mi nombre. - dec�s: �en qu� hemos menospreciado tu nombre? [7] presentando en mi altar pan impuro. -y dec�s ahora: �en qu� te hemos manchado? - pensando que la mesa de yahveh es despreciable. [8] y cuando present�is para el sacrificio una res ciega, �no est� mal? y cuando present�is una coja o enferma, �no est� mal? anda, ofr�cesela a tu gobernador: �se te pondr� contento o te acoger� con agrado?, dice yahveh sebaot. [9] ahora, pues, ablandad el rostro de dios para que tenga compasi�n de nosotros. de vuestras manos viene esto, �acaso os acoger� benignamente?, dice yahveh sebaot. [10] �oh, qui�n de vosotros cerrar� las puertas para que no encend�is mi altar en vano! no tengo ninguna complacencia en vosotros, dice yahveh sebaot, y no me es grata la oblaci�n de vuestras manos. [11] pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre un sacrificio de incienso y una oblaci�n pura. pues grande es mi nombre entre las naciones, dice yahveh sebaot. [12] pero vosotros lo profan�is, cuando dec�s: �la mesa del se�or es impura, y despreciables sus alimentos!, [13] y a�ad�s: �oh, qu� fatiga!, y me desde��is, dice yahveh sebaot. cuando tra�is una res robada, o coja, o enferma, cuando tra�is una oblaci�n as�, �la voy a aceptar de vuestras manos?, dice yahveh sebaot. [14] �maldito el tramposo que tiene macho en su reba�o, pero que promete en voto y sacrifica al se�or bestia defectuosa! �que yo soy un gran rey, dice yahveh sebaot, y mi nombre es terrible entre las naciones!

malaquias cap.2 [1] y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes: [2] si no escuch�is ni tom�is a pecho dar gloria a mi nombre, dice yahveh sebaot, yo lanzar� sobre vosotros la maldici�n y maldecir� vuestra bendici�n; y hasta la he maldecido ya, porque ninguno de vosotros toma nada a pecho. [3] he aqu� que yo voy a romper vuestro brazo, os echar� esti�rcol a la cara, el esti�rcol de vuestras fiestas, y ser�is aventados con �l. [4] sabr�is as� que yo os dirig� esta orden para que subsitiera mi alianza con lev�, dice yahveh sebaot. [5] mi alianza era con �l vida y paz, y se las conced�; era temor, y �l me tem�a y ante mi nombre guardaba reverencia. [6] la ley de verdad estaba en su boca, e iniquidad no se hallaba en sus labios; en paz y en rectitud caminaba conmigo, y a muchos recobr� de la culpa. [7] pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la ley se busca en su boca; porque �l es el mensajero de yahveh sebaot. [8] pero vosotros os hab�is extraviado del camino, hab�is hecho tropezar a muchos en la ley, hab�is corrompido la alianza de lev�, dice yahveh sebaot. [9] por eso yo tambi�n os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, de la misma manera que vosotros no guard�is mis caminos y hac�is acepci�n de personas en la ley. [10] �no tenemos todos nosotros un mismo padre? �no nos ha creado el mismo dios? �por qu� nos traicionamos los unos a los otros, profanando la alianza de nuestros padres? [11] jud� ha traicionado; una abominaci�n se ha cometido en israel y en jerusal�n. porque jud� ha profanado el santuario querido de yahveh, al casarse con la hija de un dios extranjero. [12] �que extirpe yahveh al hombre que hace tal, ya sea testigo o defensor, de las tiendas de jacob y de entre los que presentan la oblaci�n a yahveh sebaot! [13] y esta otra cosa hac�is tambi�n vosotros: cubrir de l�grimas el altar de yahveh, de llantos y suspiros, porque �l ya no se vuelve hacia la oblaci�n, ni la acepta con gusto de vuestras manos. [14] y vosotros dec�s: �por qu�? - porque yahveh es testigo entre t� y la esposa de tu juventud, a la que t� traicionaste, siendo as� que ella era tu compa�era y la mujer de tu alianza. [15] �no ha hecho �l un solo ser, que tiene carne y esp�ritu? y este uno �qu� busca? �una posteridad dada por dios! guardad, pues, vuestro esp�ritu; no traiciones a la esposa de tu juventud. [16] pues yo odio el repudio, dice yahveh dios de israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice yahveh sebaot. guardad, pues, vuestro esp�ritu y no comet�is tal traici�n. [17] vosotros cans�is a yahveh con vuestras palabras. - y dec�s: �en qu� le cansamos? - cuando dec�s: todo el que hace el mal es bueno a los ojos de yahveh, y �l le acepta complacido; o tambi�n: �d�nde est� el dios del juicio? malaquias cap.3 [1] he aqu� que yo env�o a mi mensajero a allanar el camino delante de m�, y enseguida vendr� a su templo el se�or a quien vosotros busc�is; y el angel de la alianza, que vosotros dese�is, he aqu� que viene, dice yahveh sebaot. [2] �qui�n podr� soportar el d�a de su venida? �qui�n se tendr� en pie cuando aparezca? porque es �l como fuego de fundidor y como lej�a de lavandero. [3] se sentar� para fundir y purgar. purificar� a los hijos de lev� y los acrisolar� como el oro y la plata; y ser�n para yahveh los que presentan la oblaci�n en justicia. [4] entonces ser� grata a yahveh la oblaci�n de jud� y de jerusal�n, como en los d�as de anta�o, como en los a�os antiguos. [5] yo me acercar� a vosotros para el juicio, y ser� un testigo expeditivo contra

los hechiceros y contra los ad�lteros, contra los que juran con mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al hu�rfano, contra los que hacen agravio al forastero sin ning�n temor de m�, dice yahveh sebaot. [6] que yo, yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de jacob, no termin�is nunca. [7] desde los d�as de vuestros padres ven�s apart�ndoos de mis preceptos y no los observ�is. volveos a m� y yo me volver� a vosotros, dice yahveh sebaot. - dec�s: �en qu� hemos de volver? [8] �puede un hombre defraudar a dios? �pues vosotros me defraud�is a m�! - y a�n dec�s: �en qu� te hemos defraudado? - en el diezmo y en la ofrenda reservada. [9] de maldici�n est�is malditos, porque me defraud�is a m� vosotros, la naci�n entera. [10] llevad el diezmo �ntegro a la casa del tesoro, para que haya alimento en mi casa; y ponedme as� a prueba, dice yahveh sebaot, a ver si no os abro las esclusas del cielo y no vac�o sobre vosotros la bendici�n hasta que ya no quede, [11] y no ahuyento de vosotros al devorador, para que no os destruya el fruto del suelo y no se os quede est�ril la vi�a en el campo, dice yahveh sebaot. [12] todas las naciones os felicitar�n entonces, porque ser�is una tierra de delicias, dice yahveh sebaot. [13] duras me resultan vuestras palabras, dice yahveh. - y todav�a dec�s: �qu� hemos dicho contra ti? [14] hab�is dicho: cosa vana es servir a dios; �qu� ganamos con guardar su mandamiento o con andar en duelo ante yahveh sebaot? [15] m�s bien, llamamos felices a los arrogantes: aun haciendo el mal prosperan, y aun tentando a dios escapan libres. [16] entonces los que temen a yahveh se hablaron unos a otros. y puso atenci�n Yahveh y oy�; y se escribi� ante �l un libro memorial en favor de los que temen a yahveh y piensan en su nombre. [17] ser�n ellos para m�, dice yahveh sebaot, en el d�a que yo preparo, propiedad personal; y yo ser� indulgente con ellos como es indulgente un padre con el hijo que le sirve. [18] entonces vosotros volver�is a distinguir entre el justo y el imp�o, entre quien sirve a dios y quien no le sirve. [19] pues he aqu� que viene el d�a, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad ser�n como paja; y los consumir� el d�a que viene, dice yahveh sebaot, hasta no dejarles ra�z ni rama. [20] pero para vosotros, los que tem�is mi nombre, brillar� el sol de justicia con la salud en sus rayos, y saldr�is brincando como becerros bien cebados fuera del establo. [21] y pisotear�is a los imp�os, porque ser�n ellos ceniza bajo la planta de vuestros pies, el d�a que yo preparo, dice yahveh sebaot. [22] acordaos de la ley de mois�s, mi siervo, a quien yo prescrib� en el horeb preceptos y normas para todo israel. [23] he aqu� que yo os env�o al profeta el�as antes que llegue el d�a de yahveh, grande y terrible. [24] el har� volver el coraz�n de los padres a los hijos, y el coraz�n de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema. 1 macabeos cap.1 [1] alejandro de macedonia, hijo de filipo, parti� del pa�s de kittim, derrot� a dar�o, rey de los persas y los medos, y rein� en su lugar, empezando por la h�lada. [2] suscit� muchas guerras, se apoder� de plazas fuertes y dio fuerte a reyes de la tierra. [3] avanz� hasta los confines del mundo y se hizo con el bot�n de multitud de pueblos. la tierra enmudeci� en su presencia y su coraz�n se ensoberbeci� y se llen� de orgullo.

[4] junt� un ej�rcito potent�simo y ejerci� el mando sobre tierras, pueblos y pr�ncipes, que le pagaban tributo. [5] despu�s, cay� enfermo y conoci� que se mor�a. [6] hizo llamar entonces a sus servidores, a los nobles que con �l se hab�an criado desde su juventud, y antes de morir, reparti� entre ellos su reino. [7] rein� Alejandro doce a�os y muri�. [8] sus servidores entraron en posesi�n del poder, cada uno en su regi�n. [9] todos a su muerte se ci�eron la diadema y sus hijos despu�s de ellos durante largos a�os; y multiplicaron los males sobre la tierra. [10] de ellos surgi� un renuevo pecador, ant�oco ep�fanes, hijo del rey ant�oco, que hab�a estado como reh�n en roma. subi� al trono el a�o 137 del imperio de los griegos. [11] en aquellos d�as surgieron de israel unos hijos rebeldes que sedujeron a muchos diciendo: �vamos, concertemos alianza con los pueblos que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellos, nos han sobrevenido muchos males.� [12] estas palabras parecieron bien a sus ojos, [13] y algunos del pueblo se apresuraron a acudir donde el rey y obtuvieron de �l autorizaci�n para seguir las costumbres de los gentiles. [14] en consecuencia, levantaron en jerusal�n un gimnasio al uso de los paganos, [15] rehicieron sus prepucios, renegaron de la alianza santa para atarse al yugo de los gentiles, y se vendieron para obrar el mal. [16] ant�oco, una vez asentado en el reino, concibi� el proyecto de reinar sobre el pa�s de egipto para ser rey de ambos reinos. [17] con un fuerte ej�rcito, con carros, elefantes, (jinetes) y numerosa flota, entr� en egipto [18] y trab� batalla con el rey de egipto, tolomeo. tolomeo rehuy� su presencia y huy�; muchos cayeron heridos. [19] ocuparon las ciudades fuertes de egipto y ant�oco se alz� con los despojos del pa�s. [20] el a�o 143, despu�s de vencer a egipto, emprendi� el camino de regreso. subi� contra israel y lleg� a jerusal�n con un fuerte ej�rcito. [21] entr� con insolencia en el santuario y se llev� el altar de oro, el candelabro de la luz con todos sus accesorios, [22] la mesa de la proposici�n, los vasos de las libaciones, las copas, los incensarios de oro, la cortina, las coronas, y arranc� todo el decorado de oro que recubr�a la fachada del templo. [23] se apropi� tambi�n de la plata, oro, objetos de valor y de cuantos tesoros ocultos pudo encontrar. [24] tom�ndolo todo, parti� para su tierra despu�s de derramar mucha sangre y de hablar con gran insolencia. [25] en todo el pa�s hubo gran duelo por israel. [26] jefes y ancianos gimieron, languidecieron doncellas y j�venes, la belleza de las mujeres se marchit�. [27] el reci�n casado enton� un canto de dolor, sentada en el lecho nupcial, la esposa lloraba. [28] se estremeci� la tierra por sus habitantes, y toda la casa de jacob se cubri� de verg�enza. [29] dos a�os despu�s, envi� el rey a las ciudades de jud� al misarca, que se present� en jerusal�n con un fuerte ej�rcito. [30] habl� dolosamente palabras de paz y cuando se hubo ganado la confianza, cay� de repente sobre la ciudad y le asest� un duro golpe matando a muchos del pueblo de israel. [31] saque� la ciudad, la incendi� y arras� sus casas y la muralla que la rodeaba. [32] sus hombres hicieron cautivos a mujeres y ni�os y se adue�aron del ganado. [33] despu�s reconstruyeron la ciudad de david con una muralla grande y fuerte, con torres poderosas, y la hicieron su ciudadela. [34] establecieron all� una raza pecadora de rebeldes, que en ella se hicieron

fuertes. [35] la proveyeron de armas y vituallas y depositaron en ella el bot�n que hab�an reunido del saqueo de jerusal�n. fue un peligroso lazo. [36] se convirti� en asechanza contra el santuario, en adversario mal�fico para israel en todo tiempo. [37] derramaron sangre inocente en torno al santuario y lo profanaron. [38] por ellos los habitantes de jerusal�n huyeron; vino a ser ella habitaci�n de extra�os, extra�a para los que en ella nacieron, pues sus hijos la abandonaron. [39] qued� su santuario desolado como un desierto, sus fiestas convertidas en duelo, sus s�bados en irrisi�n, su honor en desprecio. [40] a medida de su gloria creci� su deshonor, su grandeza se volvi� aflicci�n. [41] el rey public� un edicto en todo su reino ordenando que todos formaran un �nico pueblo [42] y abandonara cada uno sus peculiares costumbres. los gentiles acataron todos el edicto real [43] y muchos israelitas aceptaron su culto, sacrificaron a los �dolos y profanaron el s�bado. [44] tambi�n a jerusal�n y a la ciudades de jud� hizo el rey llegar, por medio de mensajeros, el edicto que ordenaba seguir costumbres extra�as al pa�s. [45] deb�an suprimir en el santuario holocaustos, sacrificios y libaciones; profanar s�bados y fiestas; [46] mancillar el santuario y lo santo; [47] levantar altares, recintos sagrados y templos idol�tricos; sacrificar puercos y animales impuros; [48] dejar a sus hijos incircuncisos; volver abominables sus almas con toda clase de impurezas y profanaciones, [49] de modo que olvidasen la ley y cambiasen todas sus costumbres. [50] el que no obrara conforme a la orden del rey, morir�a. [51] en el mismo tono escribi� a todo su reino, nombr� inspectores para todo el pueblo, y orden� a las ciudades de jud� que en cada una de ellas se ofrecieran sacrificios. [52] muchos del pueblo, todos los que abandonaban la ley, se unieron a ellos. causaron males al pa�s [53] y obligaron a israel a ocultarse en toda suerte de refugios. [54] el d�a quince del mes de kisl�u del a�o 145 levant� el rey sobre el altar de los holocaustos la abominaci�n de la desolaci�n. tambi�n construyeron altares en las ciudades de alrededor de jud�. [55] a las puertas de las casas y en las plazas quemaban incienso. [56] romp�an y echaban al fuego los libros de la ley que pod�an hallar. [57] al que encontraban con un ejemplar de la alianza en su poder, o bien descubr�an que observaba los preceptos de la ley, la decisi�n del rey le condenaba a muerte. [58] actuaban violentamente contra los israelitas que sorprend�an un mes y otro en las ciudades; [59] el d�a veinticinco de cada mes ofrec�an sacrificios en el ara que se alzaba sobre el altar de los holocaustos. [60] a las mujeres que hac�an circuncidar a sus hijos las llevaban a la muerte, conforme al edicto, [61] con sus criaturas colgadas al cuello. la misma suerte corr�an sus familiares y los que hab�an efectuado la circuncisi�n. [62] muchos en israel se mantuvieron firmes y se resistieron a comer cosa impura. [63] prefirieron morir antes que contaminarse con aquella comida y profanar la alianza santa; y murieron. [64] inmensa fue la c�lera que descarg� sobre israel. 1 macabeos cap.2 [1] por aquel tiempo, matat�as, hijo de juan, hijo de sime�n, sacerdote del

linaje de yehoyarib, dej� Jerusal�n y fue a establecerse en mod�n. [2] ten�a cinco hijos: juan, por sobrenombre gadd�; [3] sim�n, llamado tas�; [4] judas, llamado macabeo; [5] eleazar, llamado avar�n; y jonat�n, llamado aff�s. [6] al ver las impiedades que en jud� y en jerusal�n se comet�an, [7] exclam�: ��ay de m�! �he nacido para ver la ruina de mi pueblo y la ruina de la ciudad santa, y para estarme all� cuando es entregada en manos de enemigos y su santuario en poder de extra�os? [8] ha quedado su templo como hombre sin honor, [9] los objetos que eran su gloria, llevados como bot�n, muertos en las plazas sus ni�os, y sus j�venes por espada enemiga. [10] �qu� pueblo no ha venido a heredar su reino [11] y a entrar en posesi�n de sus despojos? todos sus adornos le han sido arrancados y de libre que era, ha pasado a ser esclava. [12] mirad nuestro santuario, nuestra hermosura y nuestra gloria, convertido en desierto, miradlo profanado de los gentiles. [13] �para qu� vivir m�s?� [14] matat�as y sus hijos rasgaron sus vestidos, se vistieron de sayal y se entregaron a un profundo dolor. [15] los enviados del rey, encargados de imponer la apostas�a, llegaron a la ciudad de mod�n para los sacrificios. [16] muchos israelitas acudieron donde ellos. tambi�n matat�as y sus hijos fueron convocados. [17] tomando entonces la palabra los enviados del rey, se dirigieron a matat�as y le dijeron: �t� eres jefe ilustre y poderoso en esta ciudad y est�s bien apoyado de hijos y hermanos. [18] ac�rcate, pues, el primero y cumple la orden del rey, como la han cumplido todas las naciones, los notables de jud� y los que han quedado en jerusal�n. entonces t� y tus hijos ser�is contados entre los amigos del rey, y os ver�is honrados, t� y tus hijos, con plata, oro y muchas d�divas.� [19] matat�as contest� con fuerte voz: �aunque todas las naciones que forman el imperio del rey le obedezcan hasta abandonar cada uno el culto de sus padres y acaten sus �rdenes, [20] yo, mis hijos y mis hermanos nos mantendremos en la alianza de nuestros padres. [21] el cielo nos guarde de abandonar la ley y los preceptos. [22] no obedeceremos las �rdenes del rey para desviarnos de nuestro culto ni a la derecha ni a la izquierda.� [23] apenas hab�a concluido de pronunciar estas palabras, cuando un jud�o se adelant�, a la vista de todos, para sacrificar en el altar de mod�n, conforme al decreto real. [24] al verle matat�as, se inflam� en celo y se estremecieron sus entra�as. encendido en justa c�lera, corri� y le degoll� sobre el altar. [25] al punto mat� tambi�n al enviado del rey que obligaba a sacrificar y destruy� el altar. [26] emul� en su celo por la ley la gesta de pinj�s contra zimr�, el hijo de sal�. [27] luego, con fuerte voz, grit� Matat�as por la ciudad: �todo aquel que sienta celo por la ley y mantenga la alianza, que me siga.� [28] y dejando en la ciudad cuanto pose�an, huyeron �l y sus hijos a las monta�as. [29] por entonces muchos, preocupados por la justicia y la equidad, bajaron al desierto para establecerse all� [30] con sus mujeres, sus hijos y sus ganados, porque los males duramente les oprim�an. [31] la gente del rey y la tropa que estaba en jerusal�n, en la ciudad de david, recibieron la denuncia de que unos hombres que hab�an rechazado el mandato del rey

hab�an bajado a los lugares ocultos del desierto. [32] muchos corrieron tras ellos y los alcanzaron. los cercaron y se prepararon para atacarles el d�a del s�bado. [33] les dijeron: �basta ya, salid, obedeced la orden del rey y salvar�is vuestras vidas.� [34] ellos les contestaron: �no saldremos ni obedeceremos la orden del rey de profanar el d�a de s�bado.� [35] asaltados al instante, [36] no replicaron ni arrojando piedras ni atrincherando sus cuevas. dijeron: [37] �muramos todos en nuestra rectitud. el cielo y la tierra nos son testigos de que nos mat�is injustamente.� [38] les atacaron, pues, en s�bado y murieron ellos, sus mujeres, hijos y ganados: unas mil personas. [39] lo supieron matat�as y sus amigos y sintieron por ellos gran pesar. [40] pero se dijeron: �si todos nos comportamos como nuestros hermanos y no peleamos contra los gentiles por nuestras vidas y nuestras costumbres, muy pronto nos exterminar�n de la tierra.� [41] aquel mismo d�a tomaron el siguiente acuerdo: �a todo aquel que venga a atacarnos en d�a de s�bado, le haremos frente para no morir todos como murieron nuestros hermanos en las cuevas.� [42] se les uni� por entonces el grupo de los asideos, israelitas valientes y entregados de coraz�n a la ley. [43] adem�s, todos aquellos que quer�an escapar de los males, se les juntaron y les ofrecieron su apoyo. [44] formaron as� un ej�rcito e hirieron en su ira a los pecadores, y a los imp�os en su furor. los restantes tuvieron que huir a tierra de gentiles buscando su salvaci�n. [45] matat�as y sus amigos hicieron correr�as destruyendo altares, [46] obligando a circuncidar cuantos ni�os incircuncisos hallaron en el territorio de israel [47] y persiguiendo a los insolentes. la empresa prosper� en sus manos: [48] arrancaron la ley de mano de gentiles y reyes, y no consintieron que el pecador se impusiera. [49] los d�as de matat�as se acercaban a su fin. dijo entonces a sus hijos: �ahora reina la insolencia y la reprobaci�n, es tiempo de ruina y de violenta c�lera. [50] ahora, hijos, mostrad vuestro celo por la ley; dad vuestra vida por la alianza de nuestros padres. [51] recordad las gestas que en su tiempo nuestros padres realizaron; alcanzar�is inmensa gloria, inmortal nombre. [52] �no fue hallado abraham fiel en la prueba y se le reput� por justicia? [53] jos�, en el tiempo de su angustia, observ� la ley y vino a ser se�or de egipto. [54] pinj�s, nuestro padre, por su ardiente celo, alcanz� la alianza de un sacerdocio eterno. [55] josu�, por cumplir su mandato, lleg� a ser juez en israel. [56] caleb, por su testimonio en la asamblea, obtuvo una herencia en esta tierra. [57] david, por su piedad, hered� un trono real para siempre. [58] el�as, por su ardiente celo por la ley, fue arrebatado al cielo. [59] anan�as, azar�as, misael, por haber tenido confianza, se salvaron de las llamas. [60] daniel por su rectitud, escap� de las fauces de los leones. [61] advertid, pues, que de generaci�n en generaci�n todos los que esperan en el jam�s sucumben. [62] no tem�is amenazas de hombre pecador: su gloria parar� en esti�rcol y gusanos; [63] estar� hoy encumbrado y ma�ana no se le encontrar�: habr� vuelto a su polvo y sus maquinaciones se desvanecer�n.

[64] hijos, sed fuertes y manteneos firmes en la ley, que en ella hallar�is gloria. [65] ah� ten�is a sime�n, vuestro hermano. s� que es hombre sensato; escuchadle siempre: �l ser� vuestro padre. [66] ten�is a judas macabeo, valiente desde su mocedad: �l ser� jefe de vuestro ej�rcito y dirigir� la guerra contra los pueblos. [67] vosotros, atraeos a cuantos obervan la ley, vengad a vuestro pueblo, [68] devolved a los gentiles el mal que os han hecho y observad los preceptos de la ley.� [69] a continuaci�n, les bendijo y fue a reunirse con sus padres. [70] muri� el a�o 146 y fue sepultado en mod�n, en el sepulcro de sus padres. todo israel hizo gran duelo por �l. 1 macabeos cap.3 [1] se levant� en su lugar su hijo judas, llamado macabeo. [2] todos sus hermanos y los que hab�an seguido a su padre le ofrecieron apoyo y sostuvieron con entusiasmo la guerra de israel. [3] el dilat� la gloria de su pueblo; como gigante revisti� la coraza y se ci�� sus armas de guerra. empe�� batallas, protegiendo al ej�rcito con su espada, [4] semejante al le�n en sus haza�as, como cachorro que ruge sobre su presa. [5] persigui� a los imp�os hasta sus rincones, dio a las llamas a los perturbadores de su pueblo. [6] por el miedo que les infund�a, se apocaron los imp�os, se sobresaltaron todos los que obraban la iniquidad; la liberaci�n en su mano alcanz� feliz �xito. [7] amarg� a muchos reyes, regocij� a jacob con sus haza�as; su recuerdo ser� eternamente bendecido. [8] recorri� las ciudades de jud�, extermin� de ellas a los imp�os y apart� de israel la c�lera. [9] su nombre lleg� a los confines de la tierra y reuni� a los que estaban perdidos. [10] apolonio reuni� gentiles y una numerosa fuerza de samar�a para llevar la guerra a israel. [11] judas, al tener noticia de ello, sali� a su encuentro, le venci� y le mat�. Muchos sucumbieron y los dem�s se dieron a la fuga. [12] recogido el bot�n, judas tom� para s� la espada de apolonio y en adelante entr� siempre en combate con ella. [13] ser�n, general del ej�rcito de siria, al saber que judas hab�a congregado en torno suyo una multitud de fieles y gente de guerra, [14] se dijo: �conseguir� un nombre y alcanzar� gloria en el reino atacando a judas y a los suyos, que desprecian las �rdenes del rey.� [15] parti�, pues, a su vez, y subi� con �l una poderosa tropa de imp�os para ayudarle a tomar venganza de los hijos de israel. [16] cuando se aproximaba a la subida de bet jor�n, le sali� al encuentro judas con unos pocos hombres. [17] al ver �stos el ej�rcito que se les ven�a encima, dijeron a judas: ��c�mo podremos combatir, siendo tan pocos, con una multitud tan poderosa? adem�s estamos extenuados por no haber comido hoy en todo el d�a.� [18] judas respondi�: �es f�cil que una multitud caiga en manos de unos pocos. al cielo le da lo mismo salvar con muchos que con pocos; [19] que en la guerra no depende la victoria de la muchedumbre del ej�rcito, sino de la fuerza que viene del cielo. [20] ellos vienen contra nosotros rebosando insolencia e impiedad con intenci�n de destruirnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros hijos, y hacerse con nuestros despojos; [21] nosotros, en cambio, combatimos por nuestras vidas y nuestras leyes; [22] el les quebrantar� ante nosotros; no les tem�is.� [23] cuando acab� de hablar, se lanz� de improviso sobre ellos y ser�n y su

ej�rcito fueron derrotados ante �l. [24] les persiguieron por la pendiente de bet jor�n hasta la llanura. unos ochocientos sucumbieron y los restantes huyeron al pa�s de los filisteos. [25] comenz� a cundir el miedo a judas y sus hermanos y el espanto se apoder� de los gentiles circunvecinos. [26] su nombre lleg� hasta el rey y en todos los pueblos se comentaban las batallas de judas. [27] el rey ant�oco, al o�r esto, se encendi� en violenta ira; mand� juntar las fuerzas todas de su reino, un ej�rcito poderos�simo; [28] abri� su tesoro y dio a las tropas la soldada de un a�o con la orden de que estuviesen preparadas a todo evento. [29] entonces advirti� que se le hab�a acabado el dinero del tesoro y que los tributos de la regi�n eran escasos, debido a las revueltas y calamidades que �l hab�a provocado en el pa�s al suprimir las leyes en vigor desde los primeros tiempos. [30] temi� no tener, como otras veces, para los gastos y para los donativos que sol�a antes prodigar con larga mano, superando en ello a los reyes que le precedieron. [31] hall�ndose, pues, en tan grave aprieto, resolvi� ir a persia a recoger los tributos de aquellas provincias y reunir mucho dinero. [32] dej� a lisias, personaje de la nobleza y de la familia real, al frente de los negocios del rey desde el r�o eufrates hasta la frontera de egipto; [33] le confi� la tutela de su hijo ant�oco hasta su vuelta; [34] puso a su disposici�n la mitad de sus tropas y los elefantes, y le dio orden de ejecutar cuanto hab�a resuelto. en lo que tocaba a los habitantes de judea y jerusal�n, [35] deb�a enviar contra ellos un ej�rcito que quebrantara y deshiciera las fuerzas de israel y lo que quedaba de jerusal�n hasta borrar su recuerdo del lugar. [36] luego establecer�a extranjeros en todo su territorio y repartir�a entre ellos sus tierras. [37] el rey, tomando consigo la otra mitad del ej�rcito, parti� de antioqu�a, capital de su reino, el a�o 147. atraves� el r�o eufrates y prosigui� su marcha a trav�s de la regi�n alta. [38] lisias eligi� a tolomeo, hijo de dorimeno, a nicanor y a gorgias, hombres poderosos entre los amigos del rey, [39] y les envi� con 40.000 infantes y 7.000 de a caballo a invadir el pa�s de jud� y arrasarlo, como lo hab�a mandado el rey. [40] partieron con todo su ej�rcito, llegaron y acamparon cerca de ema�s, en la tierra baja. [41] los mercaderes de la regi�n, que oyeron hablar de ellos, tomaron grandes sumas de plata y oro, adem�s de grilletes, y se fueron al campamento con intenci�n de adquirir como esclavos a los hijos de israel. se les uni� tambi�n una fuerza de idumea y del pa�s de los filisteos. [42] judas y sus hermanos comprendieron que la situaci�n era grave: el ej�rcito estaba acampado dentro de su territorio y conoc�an la consigna del rey de destruir el pueblo y acabar con �l. [43] y se dijeron unos a otros: �levantemos a nuestro pueblo de la ruina y luchemos por nuestro pueblo y por el lugar santo.� [44] se convoc� la asamblea para prepararse a la guerra, hacer oraci�n y pedir piedad y misericordia. [45] pero jerusal�n estaba despoblada como un desierto, ninguno de sus hijos entraba ni sal�a; conculcado el santuario, hijos de extra�os en la ciudadela, convertida en albergue de gentiles. hab�a desaparecido la alegr�a de jacob, la flauta y la lira hab�an enmudecido. [46] por eso, una vez reunidos, se fueron a masf�, frente a jerusal�n, porque tiempos atr�s hab�a habido en masf� un lugar de oraci�n para israel. [47] ayunaron aquel d�a, se vistieron de sayal, esparcieron ceniza sobre la

cabeza y rasgaron sus vestidos. [48] desenrollaron el libro de la ley para buscar en �l lo que los gentiles consultan a las im�genes de sus �dolos. [49] trajeron los ornamentos sacerdotales, las primicias y los diezmos, e hicieron comparecer a los nazireos que hab�an cumplido el tiempo de su voto. [50] levantaron sus clamores al cielo diciendo: ��qu� haremos con �stos? �a d�nde los llevaremos? [51] tu lugar santo est� conculcado y profanado, tus sacerdotes en duelo y humillaci�n, [52] y ah� est�n los gentiles coligados contra nosotros para exterminarnos. t� conoces lo que traman contra nosotros. [53] �c�mo podremos resistir frente a ellos si no acudes en nuestro auxilio?� [54] hicieron sonar las trompetas y prorrumpieron en grandes gritos. [55] a continuaci�n, judas nombr� jefes del pueblo: jefes de mil hombres, de cien, de cincuenta y de diez. [56] a los que estaban construyendo casas, a los que acababan de casarse o de plantar vi�as y a los cobardes, les mand�, conforme a la ley, que se volvieran a sus casas. [57] luego, se puso en marcha el ej�rcito y acamparon al sur de ema�s. [58] judas les dijo: �preparaos, revest�os de valor y estad dispuestos ma�ana temprano para entrar en batalla con estos gentiles que se han coligado contra nosotros para destruirnos y destruir nuestro lugar santo. [59] porque es mejor morir combatiendo que estarnos mirando las desdichas de nuestra naci�n y del lugar santo. [60] lo que el cielo tenga dispuesto, lo cumplir�.� 1 macabeos cap.4 [1] gorgias, tomando 5.000 hombres y mil jinetes escogidos, parti� con ellos de noche [2] para caer sobre el campamento de los jud�os y vencerles por sopresa. la gente de la ciudadela los guiaba. [3] pero lo supo judas y sali� �l a su vez con sus guerreros con intenci�n de batir al ej�rcito real que quebada en ema�s [4] mientras estaban todav�a dispersas las tropas fuera del campamento. [5] gorgias lleg� de noche al campamento de judas y al no encontrar a nadie, los estuvo buscando por las monta�as, pues dec�a: �estos van huyendo de nosotros.� [6] al rayar el d�a, apareci� Judas en la llanura con 3.000 hombres. s�lo que no ten�an las armas defensivas y las espadas que hubiesen querido, [7] mientras ve�an el campamento de los gentiles fuerte, bien atrincherado, rodeado de la caballer�a y todos diestros en la guerra. [8] judas entonces dijo a los que con �l iban: �no tem�is a esa muchedumbre ni su pujanza os acobarde. [9] recordad c�mo se salvaron nuestros padres en el mar rojo, cuando fara�n les persegu�a con su ej�rcito. [10] clamemos ahora al cielo, a ver si nos tiene piedad, recuerda la alianza de nuestros padres y quebranta hoy este ej�rcito ante nosotros. [11] entonces reconocer�n todas las naciones que hay quien rescata y salva a israel.� [12] los extranjeros alzaron los ojos y, viendo a los jud�os que ven�an contra ellos, [13] salieron del campamento a presentar batalla. los soldados de judas hicieron sonar la trompeta [14] y entraron en combate. salieron derrotados los gentiles y huyeron hacia la llanura. [15] los rezagados cayeron todos a filo de espada. los persiguieron hasta g�zara y hasta las llanuras de idumea, azoto y yamnia. cayeron de ellos al pie de 3.000 hombres.

[16] judas, al volver con su ej�rcito de la persecuci�n, [17] dijo a su gente: �contened vuestros deseos de bot�n, que otra batalla nos amenaza; [18] gorgias y su ej�rcito se encuentran cerca de nosotros en la monta�a. haced frente ahora a nuestros enemigos y combatid con ellos; despu�s podr�is con tranquilidad haceros con el bot�n.� [19] apenas hab�a acabado judas de hablar, cuando se dej� ver un destacamento que asomaba por la monta�a. [20] advirtieron �stos que los suyos hab�an huido y que el campamento hab�a sido incendiado, como se lo daba a entender el humo que divisaban. [21] vi�ndolo se llenaron de pavor y al ver por otro lado en la llanura el ej�rcito de judas dispuesto para el combate, [22] huyeron todos al pa�s de los filisteos. [23] judas se volvi� entonces al campamento para saquearlo. recogieron mucho oro y plata, telas te�idas en p�rpura marina, y muchas otras riquezas. [24] de regreso cantaban y bendec�an al cielo: "porque es bueno, porque es eterno su amor." [25] hubo aquel d�a gran liberaci�n en israel. [26] los extranjeros que hab�an podido escapar se fueron donde lisias y le comunicaron todo lo que hab�a pasado. [27] al o�rles qued� consternado y abatido porque a israel no le hab�a sucedido lo que �l quer�a ni las cosas hab�an salido como el rey se lo ten�a ordenado. [28] al a�o siguiente, reuni� Lisias 60.000 hombres escogidos y 5.000 jinetes para combatir contra ellos. [29] llegaron a idumea y acamparon en bet sur. judas fue a su encuentro con 10.000 hombres [30] y cuando vio aquel poderoso ej�rcito, or� diciendo: �bendito seas, salvador de israel, que quebraste el �mpetu del poderoso guerrero por mano de tu siervo david y entregaste el ej�rcito de los filisteos en manos de jonat�n, hijo de sa�l, y de su escudero. [31] pon de la misma manera este ej�rcito en manos de tu pueblo israel y queden corridos de sus fuerzas y de su caballer�a. [32] inf�ndeles miedo, rompe la confianza que en su fuerza ponen y queden abatidos con su derrota. [33] hazles sucumbir bajo la espada de los que te aman, y entonen himnos en tu alabanza todos los que conocen tu nombre.� [34] vinieron a las manos y cayeron en el combate unos 5.000 hombres del ej�rcito de lisias. [35] al ver lisias la derrota sufrida por su ej�rcito y la intrepidez de los soldados de judas, y c�mo estaban resueltos a vivir o morir valerosamente, parti� para antioqu�a, donde reclut� mercenarios con �nimo de presentarse de nuevo en judea con fuerzas m�s numerosas. [36] judas y sus hermanos dijeron: �nuestros enemigos est�n vencidos; subamos, pues, a purificar el lugar santo y a celebrar su dedicaci�n.� [37] se reuni� todo el ej�rcito y subieron al monte si�n. [38] cuando vieron el santuario desolado, el altar profanado, las puertas quemadas, arbustos nacidos en los atrios como en un bosque o en un monte cualquiera, y las salas destruidas, [39] rasgaron sus vestidos, dieron muestras de gran dolor y pusieron ceniza sobre sus cabezas. [40] cayeron luego rostro en tierra y a una se�al dada por las trompetas, alzaron sus clamores al cielo. [41] judas dio orden a sus hombres de combatir a los de la ciudadela hasta terminar la purificaci�n del lugar santo. [42] luego eligi� sacerdotes irreprochables, celosos de la ley, [43] que purificaron el lugar santo y llevaron las piedras de la contaminaci�n a un lugar inmundo. [44] deliberaron sobre lo que hab�a de hacerse con el altar de los holocaustos

que estaba profanado. [45] con buen parecer acordaron demolerlo para evitarse un oprobio, dado que los gentiles lo hab�an contaminado. lo demolieron, pues, [46] y depositaron sus piedras en el monte de la casa, en un lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta que diera respuesta sobre ellas. [47] tomaron luego piedras sin labrar, como prescrib�a la ley, y contruyeron un nuevo altar como el anterior. [48] repararon el lugar santo y el interior de la casa y santificaron los atrios. [49] hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del templo el candelabro, el altar del incienso y la mesa. [50] quemaron incienso sobre el altar y encendieron las l�mparas del candelabro, que lucieron en el templo. [51] pusieron panes sobre la mesa, colgaron las cortinas y dieron fin a la obra que hab�an emprendido. [52] el d�a veinticinco del noveno mes, llamado kisl�u, del a�o 148, se levantaron al romper el d�a [53] y ofrecieron sobre el nuevo altar de los holocaustos que hab�an construido un sacrificio conforme a la ley. [54] precisamente fue inaugurado el altar, con c�nticos, c�taras, liras y c�mbalos, en el mismo tiempo y el mismo d�a en que los gentiles la hab�an profanado. [55] el pueblo entero se postr� rostro en tierra, y ador� y bendijo al cielo que los hab�a conducido al triunfo. [56] durante ocho d�as celebraron la dedicaci�n del altar y ofrecieron con alegr�a holocaustos y el sacrificio de comuni�n y acci�n de gracias. [57] adornaron la fachada del templo con coronas de oro y peque�os escudos, restauraron las entradas y las salas y les pusieron puertas. [58] hubo grand�sima alegr�a en el pueblo, y el ultraje inferido por los gentiles qued� borrado. [59] judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de israel, decidi� que cada a�o, a su debido tiempo y durante ocho d�as a contar del veinticinco del mes de kisl�u, se celebrara con alborozo y regocijo el aniversario de la dedicaci�n del altar. [60] por aquel tiempo, levantaron en torno al monte si�n altas murallas y fuertes torres, no fuera que otra vez se presentaran como antes los gentiles y lo pisotearan. [61] puso judas all� una guarnici�n que lo defendiera y para que el pueblo tuviese una fortaleza frente a idumea, fortific� Bet sur. 1 macabeos cap.5 [1] cuando los pueblos circunvecinos supieron que hab�a sido reconstruido el altar y restaurado como antes el santuario, se irritaron sobremanera. [2] decidieron acabar con los descendientes de jacob que entre ellos viv�an y comenzaron a matar y exterminar gente del pueblo. [3] judas movi� la guerra a los hijos de esa� en idumea, al pa�s de acrabatena, porque ten�an asediados a los israelitas. les infligi� fuerte derrota, les rechaz� y se alz� con sus despojos. [4] record� luego la maldad de los hijos de bai�n, que eran un lazo y una trampa para el pueblo por las emboscadas que en los caminos le tend�an. [5] les oblig� a encerrarse en sus torres, les puso cerco y d�ndolos al anatema, abras� las torres con todos los que estaban dentro. [6] pas� a continuaci�n a los ammonitas, donde encontr� una fuerte tropa y una poblaci�n numerosa cuyo jefe era timoteo. [7] despu�s de muchos combates, los derrot� y deshizo. [8] ocup� Yazer y sus aldeas, y regres� a judea. [9] los gentiles de galaad se unieron para exterminar a los israelitas que viv�an en su territorio, pero ellos se refugiaron en la fortaleza de datem�.

[10] enviaron cartas a judas y sus hermanos dici�ndoles: �los gentiles que nos rodean se han unido para exterminarnos; [11] se preparan para venir a tomar la fortaleza donde nos hemos refugiado, y timoteo est� al frente de su ej�rcito. [12] ven, pues, ahora a librarnos de sus manos, que muchos de entre nosotros han ca�do ya; [13] todos nuestros hermanos que viv�an en el pa�s de tub�as han sido muertos, llevados cautivos sus mujeres, hijos y bienes, y han perecido all� unos mil hombres.� [14] estaban todav�a leyendo las cartas, cuando otros mensajeros, con los vestidos rasgados, llegaron de galilea con esta noticia: [15] �se han unido los de tolemaida, tiro, sid�n y toda la galilea de los gentiles para acabar con nosotros.� [16] cuando judas y el pueblo oyeron tales noticias, reunieron una gran asamblea para deliberar sobre lo que hab�an de hacer para socorrer a sus hermanos puestos en angustia y combatidos de enemigos. [17] judas dijo a su hermano sim�n: �toma gente contigo y parte a librar a tus hermanos de galilea; mi hermano jonat�n y yo iremos a la regi�n de galaad.� [18] dej� para defensa de judea a jos�, hijo de zacar�as, y a azar�as, jefe del pueblo, con el resto del ej�rcito, [19] d�ndoles esta orden: �estad al frente del pueblo y no entr�is en batalla con los gentiles hasta que nosotros regresemos.� [20] se le dieron 3.000 hombres a sim�n para la campa�a de galilea y 8.000 a judas para la de galaad. [21] sim�n parti� para galilea y luego de empe�ar muchos combates con los gentiles, los derrot� [22] y los persigui� hasta la entrada de tolemaida. sucumbieron unos 3.000 gentiles y se llev� sus despojos. [23] tom� luego consigo a los jud�os de galilea y arbatt�, con sus mujeres, hijos y cuanto pose�an, y en medio de una gran alegr�a los llev� a judea. [24] por su parte, judas macabeo y su hermano jonat�n atravesaron el jord�n y caminaron tres jornadas por el desierto. [25] se encontraron con los nabateos, que les acogieron amistosamente y les pusieron al tanto de lo que les ocurr�a a sus hermanos de la regi�n de galaad: [26] que muchos de ellos se encontraban encerrados en bosor� y bosor, en alem�, casf�, Maqued y carn�yim, todas ellas ciudades fuertes y grandes; [27] que tambi�n los hab�a encerrados en las dem�s ciudades de la regi�n de galaad, y que sus enemigos hab�an fijado el d�a siguiente para atacar las fortalezas, tomarlas y exterminarlos a todos en un solo d�a. [28] inmediatamente judas hizo que su ej�rcito tomara el camino de bosor�, a trav�s del desierto; tom� la ciudad y despu�s de pasar a filo de espada a todo var�n y de saquearla por completo, la incendi�. [29] parti� de all� por la noche y avanz� hasta las cercan�as de la fortaleza. [30] cuando, al llegar el d�a, alzaron los jud�os sus ojos, vieron una muchedumbre innumerable que levantaba escalas e ingenios para tomar la plaza, y hab�a comenzado ya el ataque. [31] al ver que el ataque se hab�a iniciado y que un inmenso griter�o y sonido de trompetas se levantaba de la ciudad hasta el cielo, [32] judas dijo a los hombres de su ej�rcito: �combatid hoy por vuestros hermanos.� [33] y, ordenados en tres columnas, les hizo avanzar detr�s del enemigo tocando las trompetas y gritando invocaciones. [34] el ej�rcito de timoteo, al reconocer que era macabeo, huyeron ante �l, sufrieron una fuerte derrota y dejaron tendidos unos 8.000 hombres aquel d�a. [35] volvi�se luego judas contra alem�. la atac�, la tom� y despu�s de matar a todos los varones y saquearla, la dio a las llamas. [36] partiendo de all�, se apoder� de casf�, Maqued, bosor y de las restantes ciudades de la regi�n de galaad.

[37] despu�s de estos acontecimientos, junt� Timoteo un nuevo ej�rcito y acamp� frente a raf�n, al otro lado del torrente. [38] judas envi� a reconocer el campamento y le trajeron el siguiente informe: �todos los gentiles de nuestro alrededor se le han unido y forman un ej�rcito considerable. [39] tienen adem�s, como auxiliares, �rabes tomados a sueldo. acampan al otro lado del torrente y est�n preparados para venir a atacarte.� judas sali� a su encuentro. [40] cuando se aproximaba con su ej�rcito al torrente de agua, dijo timoteo a los capitanes de sus tropas: �si �l lo pasa primero y viene sobre nosotros, no podremos resistirle, porque nos vencer� seguramente, [41] pero si muestra miedo y acampa al otro lado del r�o, lo atravesaremos nosotros, iremos sobre �l y le venceremos.� [42] cuando judas lleg� al borde del torrente de agua, situ� a los escribas del pueblo a la orilla y les dio esta orden: �no dej�is acampar a nadie; que todos vayan al combate.� [43] pas� �l el primero contra el enemigo y toda su gente le sigui�. Los gentiles todos, derrotados ante ellos, tiraron las armas y corrieron a buscar refugio en el templo de carn�yim. [44] pero los jud�os tomaron la ciudad y quemaron el templo con todos los que hab�a dentro. carn�yim fue arrasada. y ya nadie pudo resistir a judas. [45] judas reuni� a todos los israelitas de la regi�n de galaad, peque�os y grandes, a sus mujeres, hijos y bienes, una inmensa muchedumbre, para llevarlos al pa�s de jud�. [46] llegaron a efr�n, ciudad importante y muy fuerte, situada en el camino. necesariamente ten�an que pasar por ella, por no haber posibilidad de desviarse ni a la derecha ni a la izquierda. [47] pero los habitantes les negaron el paso y bloquearon las entradas con piedras. [48] judas les envi� un mensaje en son de paz dici�ndoles: �pasaremos por vuestro pa�s para llegar al nuestro; nadie os har� mal alguno; no limitaremos a pasar a pie.� pero no quisieron abrirle. [49] entonces judas hizo anunciar por el ej�rcito que cada uno tomara posici�n donde se encontrara. [50] la gente de guerra tom� posici�n y judas atac� la ciudad todo aquel d�a y toda la noche, hasta que cay� en sus manos. [51] hizo pasar a filo de espada a todos los varones, la arras�, la saque�, y atraves� la ciudad por encima de los cad�veres. [52] pasaron el jord�n para entrar en la gran llanura frente a bet san. [53] judas fue durante toda la marcha recogiendo a los rezagados y animando al pueblo hasta llegar a la tierra de jud�. [54] subieron al monte si�n con alborozo y alegr�a y ofrecieron holocaustos por haber regresado felizmente sin haber perdido a ninguno de los suyos. [55] cuando judas y jonat�n estaban en el pa�s de galaad, y su hermano sim�n en galilea, frente a tolemaida, [56] jos�, hijo de zacar�as, y azar�as, jefes del ej�rcito, al o�r las proezas y combates que aqu�llos hab�an realizado, [57] se dijeron: �hagamos nosotros tambi�n c�lebre nuestro nombre saliendo a combatir a los gentiles de los alrededores.� [58] y dieron orden a la tropa que estaba bajo su mando de ir sobre yamnia. [59] gorgias sali� de la ciudad con su gente para irles al encuentro y entrar en batalla. [60] y jos� y azar�as fueron derrotados y perseguidos hasta la frontera de judea. sucumbieron aquel d�a alrededor de 2.000 hombres del pueblo de israel. [61] sobrevino este grave rev�s al pueblo por no haber obedecido a judas y sus hermanos, crey�ndose capaces de grandes haza�as. [62] pero no eran ellos de aquella casta de hombres a quienes estaba confiada la salvaci�n de israel.

[63] el valiente judas y sus hermanos alcanzaron gran honor ante todo israel y todas las naciones a donde su nombre llegaba. [64] las muchedumbres se agolpaban a su alrededor para aclamarles. [65] sali� Judas con sus hermanos a campa�a contra los hijos de esa�, al pa�s del mediod�a. tom� Hebr�n y sus aldeas, arras� sus murallas y prendi� fuego a las torres de su contorno. [66] parti� luego en direcci�n al pa�s de los filisteos y atraves� Maris�. [67] al querer se�alarse tomando parte imprudentemente en el combate, cayeron aquel d�a algunos sacerdotes. [68] dobl� luego judas sobre azoto, territorio de los filisteos, y destruy� sus altares, dio fuego a las im�genes de sus dioses y saque� sus ciudades. despu�s, regres� al pa�s de jud�. 1 macabeos cap.6 [1] el rey ant�oco, en su recorrido por la regi�n alta, tuvo noticia de que hab�a una ciudad en persia, llamada elimaida, famosa por sus riquezas, su plata y su oro. [2] ten�a un templo rico en extremo, donde se guardaban armaduras de oro, corazas y armas dejadas all� por alejandro, hijo de filipo, rey de macedonia, que fue el primer rey de los griegos. [3] all� se fue con intenci�n de tomar la ciudad y entrar a saco en ella. pero no lo consigui�, porque los habitantes de la ciudad, al conocer sus prop�sitos, [4] le ofrecieron resistencia armada, y tuvo que salir huyendo y marcharse de all� con gran tristeza para volverse a babilonia. [5] todav�a se hallaba en persia, cuando lleg� un mensajero anunci�ndole la derrota de las tropas enviadas a la tierra de jud�. [6] lisias, en primer lugar, hab�a ido al frente de un poderoso ej�rcito, pero hab�a tenido que huir ante los jud�os. estos se hab�an crecido con las tropas y los muchos despojos tomados a los ej�rcitos vencidos. [7] hab�an destruido la abominaci�n levantada por �l sobre el altar de jerusal�n. hab�an rodeado de altas murallas como antes el santuario, as� como a bet sur, ciudad del rey. [8] ante tales noticias, qued� el rey consternado, presa de intensa agitaci�n, y cay� en cama enfermo de pesadumbre por no haberle salido las cosas como �l quisiera. [9] muchos d�as permaneci� all�, renov�ndosele sin cesar la profunda tristeza, hasta que sinti� que se iba a morir. [10] hizo venir entonces a todos sus amigos y les dijo: �huye el sue�o de mis ojos y mi coraz�n desfallece de ansiedad. [11] me dec�a a m� mismo: �por qu� he llegado a este extremo de aflicci�n y me encuentro en tan gran tribulaci�n, siendo as� que he sido bueno y amado en mi gobierno? [12] pero ahora caigo en cuenta de los males que hice en jerusal�n, cuando me llev� los objetos de plata y oro que en ella hab�a y envi� gente para exterminar sin motivo a los habitantes de jud�. [13] reconozco que por esta causa me han sobrevenido los males presentes y muero de inmensa pesadumbre en tierra extra�a.� [14] llam� luego a filipo, uno de sus amigos, y le puso al frente de todo su reino. [15] le dio su diadema, sus vestidos y su anillo, encarg�ndole que educara a su hijo ant�oco y le preparara para que fuese rey. [16] all� muri� el rey ant�oco el a�o 149. [17] lisias, al saber la muerte del rey, puso en el trono a su hijo ant�oco, al que hab�a educado desde ni�o, y le dio el sobrenombre de eup�tor. [18] la guarnici�n de la ciudadela ten�a sitiado a israel en el recinto del lugar santo; buscaba siempre ocasi�n de causarle mal y de ofrecer apoyo a los gentiles. [19] resuelto judas a exterminarlos, convoc� a todo el pueblo para sitiarles.

[20] el a�o 150, una vez reunidos, dieron comienzo al sitio de la ciudadela y construyeron plataformas de tiro e ingenios de guerra. [21] pero algunos de los sitiados lograron romper el cerco y junt�ndoseles otros de entre los imp�os de israel, [22] acudieron al rey para decirle: ��hasta cu�ndo vas a estar sin hacer justicia y sin vengar a nuestros hermanos? [23] nosotros aceptamos de buen grado servir a tu padre, seguir sus �rdenes y obedecer sus edictos. [24] esta es la causa por la que nuestros conciudadanos se nos muestran hostiles. han matado a cuantos de nosotros han ca�do en sus manos y nos han arrebatado nuestras haciendas. [25] pero no s�lo han alzado su mano sobre nosotros, sino tambi�n sobre todos tus territorios. [26] he aqu� que hoy tienen puesto cerco a la ciudadela de jerusal�n con intenci�n de tomarla y han fortificado el santuario y bet sur. [27] si no te apresuras a atajarles, se atrever�n a m�s, y ya te ser� imposible contenerles.� [28] al o�rlo el rey, mont� en c�lera y convoc� a todos sus amigos, capitanes del ej�rcito y comandantes de la caballer�a. [29] le llegaron tropas mercenarias de otros reinos y de la islas del mar. [30] el n�mero de sus fuerzas era de 10.000 infantes, 20.000 jinetes y 32 elefantes adiestrados para la guerra. [31] viniendo por idumea, pusieron cerco a bet sur y la atacaron durante mucho tiempo, vali�ndose de ingenios de guerra. pero los sitiados, en salidas que hac�an, se los quemaban y peleaban valerosamente. [32] entonces judas parti� de la ciudadela y acamp� en bet zacar�a, frente al campamento real. [33] el rey se levant� de madrugada y puso en marcha el ej�rcito con todo su �mpetu por el camino de bet zacar�a. los ej�rcitos se dispusieron para entrar en batalla y se tocaron las trompetas. [34] a los elefantes les hab�an mostrado zumo de uvas y moras para prepararlos al combate. [35] las bestias estaban repartidas entre las falanges. mil hombres, con cota de malla y casco de bronce en la cabeza, se alineaban al lado de cada elefante. adem�s, con cada bestia iban quinientos jinetes escogidos, [36] que estaban donde el animal estuviese y le acompa�aban adonde fuese, sin apartarse de �l. [37] cada elefante llevaba sobre s�, sujeta con cinchas, una torre fuerte de madera como defensa y tres guerreros que combat�an desde ella, adem�s del conductor. [38] al resto de la caballer�a el rey lo coloc� a un lado y otro, en los flancos del ej�rcito, con la misi�n de hostigar al enemigo y proteger las falanges. [39] cuando el sol dio sobre los escudos de oro y bronce, resplandecieron los montes a su fulgor y brillaron como antorchas encendidas. [40] una parte del ej�rcito real se despleg� por las alturas de los montes, mientras algunos lo hicieron por el llano; y avanzaban con seguridad y buen orden. [41] se estremec�an todos los que o�an el griter�o de aquella muchedumbre y el estruendo que levantaba al marchar y entrechocar las armas; era, en efecto, un ej�rcito muy grande y fuerte. [42] judas y su ej�rcito se adelantaron para entrar en batalla, y sucumbieron seiscientos hombres del ej�rcito real. [43] eleazar, llamado avar�n, viendo una de las bestias que iba protegida de una coraza real y que aventajaba en corpulencia a todas las dem�s, crey� que el rey iba en ella, [44] y se entreg� por salvar a su pueblo y conseguir un nombre inmortal. [45] corri� audazmente hasta la bestia, meti�ndose entre la falange, matando a derecha e izquierda y haciendo que los enemigos se apartaran de �l a un lado y a otro;

[46] se desliz� debajo del elefante e hiri�ndole por debajo, lo mat�. Cay� a tierra el animal sobre �l y all� muri� Eleazar. [47] los jud�os, al fin, viendo la potencia del reino y la impetuosidad de sus tropas, cedieron ante ellas. [48] el ej�rcito real subi� a jerusal�n, al encuentro de los jud�os, y el rey acamp� contra judea y contra el monte si�n. [49] hizo la paz con los de bet sur, que salieron de la ciudad al no tener all� v�veres para sostener el sitio por ser a�o sab�tico para la tierra. [50] el rey ocup� Bet sur y dej� all� una guarnici�n para su defensa. [51] muchos d�as estuvo sitiando el santuario. levant� all� plataformas de tiro e ingenios de guerra, lanzallamas, catapultas, escorpiones de lanzar flechas y hondas. [52] por su parte, los sitiados construyeron ingenios contra los ingenios de los otros y combatieron durante muchos d�as. [53] pero no hab�a v�veres en los almacenes, porque aquel era a�o s�ptimo, y adem�s los israelitas liberados de los gentiles y tra�dos a judea hab�an consumido las �ltimas reservas. [54] v�ctimas, pues, del hambre, dejaron unos pocos hombres en el lugar santo y los dem�s se dispersaron cada uno a su casa. [55] se enter� Lisias de que filipo, aquel a quien el rey ant�oco hab�a confiado antes de morir la educaci�n de su hijo ant�oco para el trono, [56] hab�a vuelto de persia y media y con �l las tropas que acompa�aron al rey, y que trataba de hacerse con la direcci�n del gobierno. [57] entonces se apresur� a se�alar la conveniencia de volverse, diciendo al rey, a los capitanes del ej�rcito y a la tropa: �de d�a en d�a venimos a menos; las provisiones faltan; la plaza que asediamos est� bien fortificada y los negocios del reino nos urgen. [58] demos, pues, la mano a estos hombres, hagamos la paz con ellos y con toda su naci�n [59] y permit�mosles vivir seg�n sus costumbres tradicionales, pues irritados por hab�rselas abolido nosotros, se han portado de esta manera.� [60] el rey y los capitanes aprobaron la idea y el rey envi� a proponer la paz a los sitiados. estos la aceptaron [61] y el rey y los capitanes se la juraron. con esta garant�a salieron de la fortaleza [62] y el rey entr� en el monte si�n. pero al ver la fortaleza de aquel lugar, viol� el juramento que hab�a hecho y orden� destruir la muralla que lo rodeaba. [63] luego, a toda prisa, parti� y volvi� a antioqu�a, donde encontr� a filipo due�o de la ciudad. le atac� y se apoder� de la ciudad por la fuerza. 1 macabeos cap.7 [1] el a�o 151, demetrio, hijo de seleuco, sali� de roma y, con unos pocos hombres, arrib� a una ciudad mar�tima donde se proclam� rey. [2] cuando se dispon�a a entrar en la residencia real de sus padres, el ej�rcito apres� a ant�oco y a lisias para llevarlos a su presencia. [3] al saberlo, dijo: �no quiero ver sus caras.� [4] el ej�rcito los mat� y demetrio se sent� en su trono real. [5] entonces todos los hombres sin ley e imp�os de israel acudieron a �l, con alcimo al frente, que pretend�a el sumo sacerdocio. [6] ya en su presencia, acusaron al pueblo diciendo: �judas y sus hermanos han hecho perecer a todos tus amigos y a nosotros nos han expulsado de nuestro pa�s. [7] env�a, pues, ahora una persona de tu confianza, que vaya y vea los estragos que en nosotros y en la provincia del rey han causado, y los castigue a ellos y a todos los que les apoyan.� [8] el rey eligi� a b�quides, uno de los amigos del rey, gobernador de transeufratina, grande en el reino y fiel al rey. [9] le envi� con el imp�o alcimo, a quien concedi� el sacerdocio, a tomar

venganza de los israelitas. [10] partieron con un ej�rcito numeroso y en llegando a la tierra de jud�, enviaron mensajeros a judas y sus hermanos con falsas proposiciones de paz. [11] pero �stos no hicieron caso de sus palabras, porque vieron que hab�an venido con un ej�rcito numeroso. [12] no obstante, un grupo de escribas se reuni� con alcimo y b�quides, tratando de encontrar una soluci�n justa. [13] los asideos eran los primeros entre los israelitas en pedirles la paz, [14] pues dec�an: �un sacerdote del linaje de aar�n ha venido con el ej�rcito: no nos har� ning�n mal.� [15] habl� con ellos amistosamente y les asegur� bajo juramento: �no intentaremos haceros mal ni a vosotros ni a vuestros amigos.� [16] le creyeron, pero �l prendi� a sesenta de ellos y les hizo morir en un mismo d�a, seg�n la palabra que estaba escrita: [17] = �esparcieron la carne y la sangre de tus santos en torno a jerusal�n y no hubo quien les diese sepultura.� = [18] con esto, el miedo hacia ellos y el espanto se apoder� del pueblo, que dec�a: �no hay en ellos verdad ni justicia, pues han violado el pacto y el juramento que hab�an jurado.� [19] b�quides parti� de jerusal�n y acamp� en bet zet. de all� mand� a prender a muchos que hab�an desertado donde �l y a algunos del pueblo, los mat� y los arroj� en el pozo grande. [20] luego puso la provincia en manos de alcimo, dej� con �l tropas que le sostuvieran y se march� adonde el rey. [21] alcimo luch� por el sumo sacerdocio. [22] se le unieron todos los perturbadores del pueblo, se hicieron due�os de la tierra de jud� y causaron graves males a israel. [23] viendo judas todo el da�o que alcimo y los suyos hac�an a los hijos de israel, mayor que el que hab�an causado los gentiles, [24] sali� a recorrer todo el territorio de judea para tomar venganza de los desertores y no dejarles andar por la regi�n. [25] al ver alcimo que judas y los suyos cobraban fuerza y que �l no pod�a resistirles, se volvi� donde el rey y les acus� de graves delitos. [26] el rey envi� a nicanor, uno de sus generales m�s distinguidos y enemigo declarado de israel, y le mand� exterminar al pueblo. [27] nicanor lleg� a jerusal�n con un ej�rcito numeroso y envi� a judas y sus hermanos un insidioso mensaje de paz dici�ndoles: [28] �no haya lucha entre vosotros y yo; ir� a veros amistosamente con una peque�a escolta.� [29] fue pues, donde judas y ambos se saludaron amistosamente, pero los enemigos estaban preparados para raptar a judas. [30] al conocer que hab�a venido a �l con enga�os, se atemoriz� Judas y no quiso verle m�s. [31] viendo descubiertos sus planes, nicanor sali� a enfrentarse con judas cerca de cafarsalam�. [32] cayeron unos quinientos hombres del ej�rcito de nicanor y los dem�s huyeron a la ciudad de david. [33] despu�s de estos sucesos, subi� Nicanor al monte si�n. salieron del lugar santo sacerdotes y ancianos del pueblo para saludarle amistosamente y mostrarle el holocausto que se ofrec�a por el rey. [34] pero �l se burl� de ellos, les escarneci�, les mancill� y habl� insolentemente. [35] col�rico, les dijo con juramento: �si esta vez no se me entrega judas y su ej�rcito en mis manos, cuando vuelva, hecha la paz, prender� fuego a esta casa.� y sali� lleno de furor. [36] entraron los sacerdotes y, de pie ante el altar y el santuario, exclamaron llorando: [37] �t� has elegido esta casa para que en ella fuese invocado tu nombre y fuese

casa de oraci�n y s�plica para tu pueblo; [38] toma vengaza de este hombre y de su ej�rcito y caigan bajo la espada. acu�rdate, de sus blasfemias y no les des tregua.� [39] nicanor parti� de jerusal�n y acamp� en bet jor�n, donde se le uni� un contingente de siria. [40] judas acamp� en adas� con 3.000 hombres y or� diciendo: [41] �cuando los enviados del rey blasfemaron, sali� tu �ngel y mat� a 185.000 de ellos; [42] destruye tambi�n hoy este ej�rcito ante nosotros y reconozcan los que queden que su jefe profiri� palabras imp�as contra tu lugar santo; j�zgale seg�n su maldad.� [43] el d�a trece del mes de adar trabaron batalla los ej�rcitos y sali� derrotado el de nicanor. nicanor cay� el primero en el combate, [44] y su ej�rcito, al verle ca�do, arroj� las armas y se dio a la fuga. [45] les estuvieron persiguiendo un d�a entero, desde adas� hasta llegar a g�zara, dando aviso tras ellos con el sonido de las trompetas. [46] sali� gente de todos los pueblos jud�os del contorno y, envolvi�ndoles, les obligaron a volverse los unos sobre los otros. todos cayeron a espada; no qued� ni uno de ellos. [47] tomaron los despojos y el bot�n; cortaron la cabeza de nicanor y su mano derecha, aquella que hab�a extendido insolentemente, y las llevaron para exponerlas a la vista de jerusal�n. [48] el pueblo se llen� de gran alegr�a; celebraron aquel d�a como un gran d�a de regocijo [49] y acordaron conmemorarlo cada a�o el trece de adar. [50] el pa�s de jud� goz� de sosiego por alg�n tiempo. 1 macabeos cap.8 [1] la fama de los romanos lleg� a o�dos de judas. dec�an que eran poderosos, se mostraban ben�volos con todos los que se les un�an, establec�an amistad con cuantos acud�an a ellos [2] (y eran poderosos). le contaron sus guerras y las proezas que hab�an realizado entre los galos, c�mo les hab�an dominado y sometido a tributo; [3] todo cuanto hab�an hecho en la regi�n de espan�a para hacerse con las minas de plata y oro de all�, [4] c�mo se hab�an hecho due�os de todo el pa�s gracias a su prudencia y perseverancia (a pesar de hallarse aquel pa�s a larga distancia del suyo); a los reyes venidos contra ellos desde los confines de la tierra, los hab�an derrotado e inferido fuerte descalabro, y los dem�s les pagaban tributo cada a�o; [5] hab�an vencido en la guerra a filipo, a perseo, rey de los kittim, y a cuantos se hab�an alzado contra ellos, y los hab�an sometido; [6] ant�oco el grande, rey de asia, hab�a ido a hacerles la guerra con 120 elefantes, caballer�a, carros y tropas muy numerosas, y fue derrotado, [7] le apresaron vivo y le obligaron, a �l y a sus sucesores en el trono, a pagarles un gran tributo, a entregar rehenes y a ceder [8] algunas de sus mejores provincias: la provincia �ndica, media y lidia, que le quitaron para d�rselas al rey eumeno; [9] los de grecia hab�an concebido el proyecto de ir a exterminarlos, [10] y en sabi�ndolo los romanos, enviaron contra ellos a un solo general, les hicieron la guerra, mataron a muchos de ellos, llevaron cautivos a sus mujeres y ni�os, saquearon sus bienes, subyugaron el pa�s, arrasaron sus fortalezas y les sometieron a servidumbre hasta el d�a de hoy; [11] a los dem�s reinos y a las islas, a cuantos en alguna ocasi�n les hicieron frente, los destruyeron y redujeron a servidumbre. [12] en cambio, a sus amigos y a los que en ellos buscaron apoyo, les mantuvieron su amistad. tienen bajo su dominio a los reyes vecinos y a los lejanos y todos cuantos oyen su nombre les temen.

[13] aquellos a quienes quieren ayudar a conseguir el trono, reinan; y deponen a los que ellos quieren. han alcanzado gran altura. [14] no obstante, ninguno de ellos se ci�e la diadema ni se viste de p�rpura para engre�rse con ella. [15] se han creado un consejo, donde cada d�a 320 consejeros deliberan constantemente en favor del pueblo para mantenerlo en buen orden. [16] conf�an cada a�o a uno solo el mando sobre ellos y el dominio de toda su tierra. todos obedecen a este solo hombre sin que haya entre ellos envidias ni celos. [17] judas eligi� a eup�lemo, hijo de juan, y de haqc�s, y a jas�n, hijo de eleazar, y los envi� a roma a concertar amistad y alianza, [18] para sacudirse el yugo de encima, porque ve�an que el reino de los griegos ten�a a israel sometido a servidumbre. [19] partieron, pues, para roma y luego de un largu�simo viaje, entraron en el consejo, donde tomando la palabra, dijeron: [20] judas, llamado macabeo, sus hermanos y el pueblo jud�o nos han enviado donde vosotros para concertar con vosotros alianza y paz y para que nos inscrib�is en el n�mero de vuestros aliados y amigos.� [21] la propuesta les pareci� bien. [22] esta es la copia de la carta que enviaron a jerusal�n, grabada en planchas de bronce, para que fuesen all� para ellos documento de paz y alianza: [23] �felicidad a los romanos y a la naci�n de los jud�os por mar y tierra para siempre. lejos de ellos la espada y el enemigo. [24] pero, si le sobreviene una guerra primero a roma o a cualquiera de sus aliados en cualquier parte de sus dominios, [25] la naci�n de los jud�os luchar� a su lado, seg�n las circunstancias se lo dicten, de todo coraz�n. [26] no dar�n a los enemigos ni les suministrar�n trigo, armas, dinero ni naves. as� lo ha decidido roma. guardar�n sus compromisos sin recibir compensaci�n alguna. [27] de la misma manera, si sobreviene una guerra primero a la naci�n de los jud�os, los romanos luchar�n a su lado, seg�n las circunstanc�as se lo dicten, con toda el alma. [28] no dar�n a los combatientes trigo, armas, dinero ni naves. as� lo ha decidido roma. guardar�n sus compromisos sin dolo. [29] en estos t�rminos se han concertado los romanos con el pueblo de los jud�os. [30] si posteriormente unos y otros deciden a�adir o quitar algo, lo podr�n hacer a su agrado, y lo que a�adan o quiten ser� valedero. [31] �en cuanto a los males que el rey demetrio les ha causado, le hemos escrito dici�ndole: "�por qu� has hecho sentir pesadamente tu yugo sobre nuestros amigos y aliados los jud�os? [32] si otra vez vuelven a quejarse de ti, nosotros les haremos justicia y te haremos la guerra por mar y tierra."� 1 macabeos cap.9 [1] cuando supo demetrio que nicanor y su ej�rcito hab�an ca�do en la guerra, envi� a la tierra de jud�, en una nueva expedici�n, a b�quides y alcimo con el ala derecha de su ej�rcito. [2] tomaron el camino de galilea y pusieron cerco a mesalot en el territorio de arbelas; se apoderaron de ella y mataron mucha gente. [3] el primer mes del a�o 152 acamparon frente a jerusal�n, [4] de donde partieron con 20.000 hombres y 2.000 jinetes en direcci�n a beerzet. [5] judas ten�a puesto su campamento en eleas� y estaban con �l 3.000 hombres escogidos. [6] pero al ver la gran muchedumbre de los enemigos, les entr� mucho miedo y muchos escaparon del campamento; no quedaron m�s que ochocientos hombres. [7] judas vio que su ej�rcito estaba desbandado y que la batalla le apremiaba, y

se le quebrant� el coraz�n, pues no hab�a tiempo de volverlos a juntar. [8] aunque desfallecido, dijo a los que le hab�an quedado: �levant�monos y subamos contra nuestros adversarios por si podemos hacerles frente.� [9] trataban de disuadirle dici�ndole: �no podemos; salvemos nuestras vidas de momento y volvamos luego con nuestros hermanos para combatir contra ellos, que ahora estamos pocos.� [10] judas replic�: ��eso nunca, obrar as� y huir ante ellos! si nuestra hora ha llegado, muramos con valor por nuestros hermanos y no dejemos tacha a nuestra gloria.� [11] sali� la tropa del campamento y se orden� para irles al encuentro: la caballer�a dividida en dos escuadrones, arqueros y honderos en avanzadilla, y los m�s aguerridos en primera l�nea; [12] b�quides ocupaba el ala derecha. la falange se acerc� por los dos lados y tocaron las trompetas. los que estaban con judas tocaron tambi�n las suyas, [13] y la tierra se estremeci� con el estruendo de los ej�rcitos. se trab� el combate y se mantuvo desde el amanecer hasta la ca�da de la tarde. [14] vio judas que b�quides y sus mejores tropas se encontraban en la parte derecha; se unieron a �l los m�s esforzados, [15] y derrotaron al ala derecha y la persiguieron hasta los montes de azara. [16] pero el ala izquierda, al ver derrotada el ala derecha, se volvi� sobre los pasos de judas y los suyos, por detr�s. [17] la lucha se encarniz� y cayeron muchos de uno y otro bando. [18] judas cay� y los dem�s huyeron. [19] jonat�n y sim�n tomaron a su hermano judas y le dieron sepultura en el sepulcro de sus padres en mod�n. [20] todo israel le llor�, hizo gran duelo por �l y muchos d�as estuvieron repitiendo esta lamentaci�n: [21] ��c�mo ha ca�do el h�roe que salvaba a israel!� [22] las dem�s empresas de judas, sus guerras, proezas que realiz�, ocasiones en que alcanz� gloria, fueron demasiado numerosas para ser escritas. [23] con la muerte de judas asomaron los sin ley por todo el territorio de israel y levantaron cabeza todos los que obraban la iniquidad. [24] hubo entonces un hambre extrema y el pa�s se pas� a ellos. [25] b�quides escogi� hombres imp�os y los puso al frente del pa�s. [26] se dieron �stos a buscar con toda su suerte de pesquisas a los amigos de judas y los llevaban a b�quides, que les castigaba y escarnec�a. [27] tribulaci�n tan grande no sufri� Israel desde los tiempos en que dejaron de aparecer profetas. [28] entonces todos los amigos de judas se reunieron y dijeron a jonat�n: [29] �desde la muerte de tu hermano judas no tenemos un hombre semejante a �l que salga y vaya contra los enemigos, contra b�quides y contra los que odian a nuestra naci�n. [30] por eso, te elegimos hoy a ti para que, ocupando el lugar de tu hermano, seas nuestro jefe y gu�a en la lucha que sostenemos.� [31] en aquel momento jonat�n tom� el mando como sucesor de su hermano judas. [32] al enterarse b�quides trataba de hacer morir a jonat�n. [33] pero jonat�n lo supo y su hermano sim�n y todos sus partidarios y huyeron al desierto de t�coa, donde establecieron su campamento junto a las aguas de la cisterna de asfar. [34] (b�quides se enter� un d�a de s�bado y pas� con todas las tropas al lado de all� del jord�n.) [35] jonat�n envi� a su hermano, jefe de la tropa, a pedir a sus amigos los nabateos autorizaci�n para dejar con ellos su impedimenta, que era mucha. [36] pero los hijos de amrai, los de medab�, hicieron una salida, se apoderaron de juan y de cuanto llevaba y se alejaron con su presa. [37] despu�s de esto, jonat�n y su hermano sim�n, recibieron la noticia de que los hijos de amrai celebraban una espl�ndida boda y tra�an de nabat�, en medio de gran pompa, a la novia, hija de uno de los principales de cana�n.

[38] recordaron entonces el sangriento fin de su hermano juan y subieron a ocultarse al abrigo de la monta�a. [39] al alzar los ojos, vieron que avanzaba en medio de confusa algazara una numerosa caravana, y que a su encuentro ven�a el novio, acompa�ado de sus amigos y hermanos, con tambores, m�sica y gran aparato. [40] salieron entonces de su emboscada y cayeron sobre ellos para matarlos. muchos cayeron muertos y los dem�s huyeron a la monta�a. se hicieron con todos sus despojos. [41] = la boda acab� en duelo y la m�sica en lamentaci�n. = [42] una vez tomada venganza de la sangre de su hermano, se volvieron a las orillas pantanosas del jord�n. [43] al enterarse b�quides, vino el d�a de s�bado con numerosa tropa a las riberas del jord�n. [44] jonat�n dijo a su gente: �levant�monos y luchemos por nuestras vidas, que hoy no es como ayer y anteayer. [45] delante de nosotros y detr�s, la guerra; por un lado y por otro, las aguas del jord�n, las marismas, las malezas: no hay lugar a donde retirarse. [46] levantad, pues, ahora la voz al cielo para salvaros de las manos de vuestros enemigos.� [47] entablado el combate, jonat�n tendi� su mano para herir a b�quides y �ste le esquiv� ech�ndose atr�s, [48] con lo que jonat�n y los suyos pudieron lanzarse al jord�n y ganar a nado la orilla opuesta. sus enemigos no atravesaron el r�o en su persecuci�n. [49] unos mil hombres del ej�rcito de b�quides sucumbieron aquel d�a. [50] vuelto a jerusal�n, hizo b�quides levantar ciudades fortificadas en judea: la fortaleza de jeric�, Ema�s, Bet jor�n, betel, tamnat�, farat�n y tef�n, con altas murallas, puertas y cerrojos [51] y puso en ellas guarniciones que hostilizaran a israel. [52] fortific� tambi�n la ciudad de bet sur, g�zara y la ciudadela, y puso en ellas tropas y dep�sitos de v�veres. [53] tom� como rehenes a los hijos de los principales de la regi�n y los dej� bajo guardia en la ciudadela de jerusal�n. [54] el segundo mes del a�o 153, orden� Alcimo demoler el muro del atrio interior del lugar santo. destru�a con ello la obra de los profetas. hab�a comenzado la demolici�n, [55] cuando en aquel tiempo sufri� Alcimo un ataque y su obra qued� parada. se le obstruy� la boca y se le qued� paralizada, de suerte que no le fue posible ya pronunciar palabra ni dar disposiciones en la tocante a su casa. [56] alcimo muri� entonces en medio de grandes sufrimientos. [57] cuando b�quides vio que hab�a muerto alcimo, se volvi� adonde el rey y hubo tranquilidad en el pa�s de jud� por espacio de dos a�os. [58] todos los sin ley se confabularon diciendo: �jonat�n y los suyos viven tranquilos y confiados. hagamos, pues, venir ahora a b�quides y los prender� a todos ellos en una sola noche.� [59] fueron a comunicar el plan con �l, [60] y b�quides se puso en marcha con un fuerte ej�rcito. envi� cartas secretas a sus alidados de judea orden�ndoles prender a jonat�n y a los suyos. pero no pudieron, porque fueron conocidas sus intenciones, [61] antes bien ellos prendieron a unos cincuenta hombres de la regi�n, cabecillas de esta maldad, y les dieron muerte. [62] a continuaci�n, jonat�n, sim�n y los suyos se retiraron a bet bas�, en el desierto, repararon lo que en aquella plaza estaba derruido y la fortificaron. [63] en sabi�ndolo b�quides, junt� a toda su gente y convoc� a sus partidarios de judea. [64] lleg� y puso cerco a bet bas�, la atac� durante muchos d�as y construy� ingenios de guerra. [65] jonat�n, dejando a su hermano sim�n en la ciudad, sali� por la regi�n y fue con una peque�a tropa,

[66] con la que derrot� en su campamento a odomer� y a sus hermanos, as� como a los hijos de fasir�n. estos empezaron a herir y a subir con las tropas. [67] sim�n y sus hombres, por su parte, salieron de la ciudad y dieron fuego a los ingenios. [68] trabaron combate con b�quides, le derrotaron y le dejaron sumido en profunda amargura, porque hab�an fracasado su plan y su ataque. [69] mont� en c�lera contra los hombres sin ley que le hab�an aconsejado venir a la regi�n, mat� a muchos de ellos y decidi� volverse a su tierra. [70] al saberlo, le envi� Jonat�n legados para concertar con �l la paz y conseguir que les devolviera los prisioneros. [71] b�quides acept� y accedi� a las peticiones de jonat�n. se comprometi� con juramento a no hacerle mal en todos los d�as de su vida, [72] y le devolvi� los prisioneros que anteriormente hab�a capturado en el pa�s de jud�. parti� luego para su tierra y no volvi� m�s a territorio jud�o. [73] as� descans� la espada en israel. jonat�n se estableci� en mikmas, comenz� a juzgar al pueblo e hizo desaparecer de israel a los imp�os. 1 macabeos cap.10 [1] el a�o 160, alejandro ep�fanes, hijo de ant�oco, vino por mar y ocup� Tolemaida donde, siendo bien acogido, se proclam� rey. [2] al tener noticia de ello, el rey demetrio junt� un ej�rcito muy numeroso y sali� a su encuentro para combatir con �l. [3] envi� tambi�n demetrio una carta amistosa a jonat�n en que promet�a engrandecerle, [4] porque se dec�a: �adelant�monos a hacer la paz con ellos antes que jonat�n la haga con filipo contra nosotros, [5] al recordar los males que le causamos a �l, a sus hermanos y a su naci�n.� [6] le conced�a autorizaci�n para reclutar tropas, fabricar armamento y contarse entre sus aliados. mandaba, adem�s, que le fuesen entregados los rehenes que se encontraban en la ciudadela. [7] jonat�n fue a jerusal�n y ley� la carta a o�dos de todo el pueblo y de los que ocupaban la ciudadela. [8] les entr� mucho miedo cuando oyeron que el rey le conced�a autorizaci�n para reclutar tropas. [9] la gente de la ciudadela entreg� los rehenes a jonat�n y �l los devolvi� a sus padres. [10] jonat�n fij� su residencia en jerusal�n y se dio a reconstruir y restaurar la ciudad. [11] orden� a los encargados de las obras levantar las murallas y rodear el monte si�n con piedras de siller�a para fortificarlo, y as� lo hicieron. [12] los extranjeros que ocupaban las fortalezas levantadas por b�quides, huyeron; [13] abandonando sus puestos partieron cada uno para su pa�s. [14] s�lo en bet sur quedaron algunos de los que hab�an abandonado la ley y los preceptos porque esta plaza era su refugio. [15] el rey alejandro se enter� de los ofrecimientos que demetrio hab�a hecho a jonat�n. le contaron adem�s las guerras y proezas que �l y sus hermanos hab�an realizado y los trabajos que hab�an sufrido. [16] y dijo: ��podremos hallar otro hombre como �ste? hagamos de �l un amigo y un aliado nuestro.� [17] le escribi�, pues, y le envi� una carta redactada en los siguientes t�rminos: [18] �el rey alejandro saluda a su hermano jonat�n. [19] hemos o�do que eres un valiente guerrero y digno de ser amigo nuestro. [20] por eso te nombramos hoy sumo sacerdote de tu naci�n y te concedemos el t�tulo de amigo del rey -le enviaba al mismo tiempo una cl�mide de p�rpura y una corona de oro-. por tu parte, haz tuya nuestra causa y gu�rdanos tu amistad.�

[21] el s�ptimo mes del a�o 160, con ocasi�n de la fiesta de las tiendas, visti� Jonat�n los ornamentos sagrados; reclut� tropas y fabric� gran cantidad de armanento. [22] demetrio, al saber lo sucedido, dijo disgustado: [23] ��qu� hemos hecho para que alejandro se nos haya adelantado en ganar la amistad y el apoyo de los jud�os? [24] les escribir� tambi�n yo con ofrecimientos de dignidades y riquezas para que sean auxiliares m�os.� [25] y les escribi� en estos t�rminos: [26] el rey demetrio saluda a la naci�n de los jud�os. nos hemos enterado con satisfacci�n de que hab�is guardado los t�rminos de nuestra alianza y perseverado en nuestra amistad sin pasaros al bando de nuestros enemigos. [27] continuad, pues guard�ndonos fidelidad y os recompensaremos por todo lo que por nosotros hag�is. [28] os descargaremos de muchas obligaciones y os concederemos favores. [29] y ya desde ahora os libero y descargo a todos los jud�os de las contribuciones, del impuesto de la sal y de las coronas. [30] renuncio tambi�n de hoy en adelante a percibir el tercio de los granos y la mitad de los frutos de los �rboles que me correspond�an, del pa�s de jud� y tambi�n de los tres distritos que le son anexionados de samar�a-galilea... a partir de hoy para siempre. [31] jerusal�n sea santa y exenta, as� como todo su territorio, sus diezmos y tributos. [32] renuncio asimismo a mi soberan�a sobre la ciudadela de jerusal�n y se la cedo al sumo sacerdote que podr� poner en ella de guarnici�n a los hombres que �l elija. [33] a todo jud�o llevado cautivo de jud� a cualquier parte de mi reino, le devuelvo la libertad sin rescate. todos queden libres de tributo, incluso sobre sus ganados. [34] todas las fiestas, los s�bados y los novilunios y, adem�s del d�a fijado, los tres d�as que las preceden y los tres que las siguen, sean todos ellos d�as de inmunidad y franquicia para todos los jud�os residentes en mi reino: [35] nadie tendr� autorizaci�n para demandarles ni inquietarles a ninguno de ellos por ning�n motivo. [36] en los ej�rcitos del rey sean alistados hasta 30.000 jud�os que percibir�n la soldada asignada a las dem�s tropas del rey. [37] de ellos, algunos ser�n apostados en las fortalezas importantes del rey y otros ocupar�n puestos de confianza en el reino. sus oficiales y jefes salgan de entre ellos, y vivan conforme a sus leyes, como lo ha dispuesto el rey para el pa�s de jud�. [38] los tres distritos incorporados a judea, de la provincia de samar�a, queden anexionados a judea y contados por suyos, de modo que, sometidos a un mismo jefe, no acaten otra autoridad que la del sumo sacerdote. [39] entrego tolemaida y sus dominios como obsequio al lugar santo de jerusal�n para cubrir los gastos normales del lugar santo. [40] por mi parte, dar� cada a�o 15.000 siclos de plata, que se tomar�n de los ingresos reales en las localidades convenientes. [41] todo el excedente que los funcionarios no hayan entregado como en a�os anteriores, lo dar�n desde ahora para las obras de la casa. [42] adem�s, los 5.000 siclos de plata que se deduc�an de los ingresos del lugar santo en la cuenta de cada a�o, los cedo por ser emolumento de los sacerdotes en servicio del culto. [43] todo aquel que por deudas con los impuestos reales, o por cualquier otra deuda, se refugie en el templo de jerusal�n o en su recinto, quede inmune, �l y cuantos bienes posea en mi reino. [44] los gastos que se originen de las construcciones y reparaciones en el lugar santo correr�n a cuenta del rey. [45] los gastos de la construcci�n de las murallas de jerusal�n y la

fortificaci�n de su recinto correr�n asimismo a cuenta del rey, como tambi�n la reconstrucci�n de murallas en judea.� [46] cuando jonat�n y el pueblo oyeron tales ofrecimientos, no les dieron cr�dito ni los aceptaron, porque recordaban los graves males que demetrio hab�a causado a israel y la opresi�n tan grande a que les hab�a sometido. [47] se decidieron, pues, por el partido de alejandro que, a su parecer, les ofrec�a mayores ventajas y fueron aliados suyos en todo tiempo. [48] el rey alejandro junt� un gran ej�rcito y acamp� frente a demetrio. [49] los dos reyes trabaron combate y sali� huyendo el ej�rcito de alejandro. demetrio se lanz� en su persecuci�n y prevaleci� sobre ellos. [50] mantuvo vigorosamente el combate hasta la puesta del sol. pero en aquella jornada demetrio sucumbi�. [51] alejandro envi� embajadores a tolomeo, rey de egipto, con el siguiente mensaje: [52] �vuelto a mi reino, me he sentado en el trono de mis padres y ocupado el poder despu�s de derrotar a demetrio y hacerme due�o de nuestro pa�s; [53] porque trab� combate con �l y luego de derrotarle a �l y a su ej�rcito, nos hemos sentado en su trono real. [54] establezcamos, pues, v�nculos de amistad entre nosotros y dame a tu hija por esposa; ser� tu yerno y te har�, como a ella, presentes dignos de ti.� [55] el rey tolomeo le contest� diciendo: ��dichoso el d�a en que, vuelto al pa�s de tus padres, te sentaste en el trono de su reino! [56] pues bien, har� por t� lo que has escrito. pero ven a encontrarme en tolemaida donde nos veamos el uno al otro, y te tomar� por yerno como has dicho.� [57] tolomeo parti� de egipto llevando consigo a su hija cleopatra y lleg� a tolemaida. era el a�o 162. [58] el rey alejandro fue a su encuentro, y tolomeo le entreg� a su hija cleopatra y celebr� la boda en tolemaida con la gran magnificencia que suelen los reyes. [59] el rey alejandro escribi� a jonat�n que fuera a verle. [60] parti� �ste con gran pompa hacia tolemaida, se entrevist� con los reyes, les dio a ellos y a sus amigos plata y oro, les hizo numerosos presentes y hall� gracia a sus ojos. [61] entonces se unieron contra �l algunos rebeldes, peste de israel, para querellarse de �l, pero el rey no les hizo ning�n caso; [62] antes bien, dio orden de que le quitaran a jonat�n sus vestidos y le vistieran de p�rpura. cumplida la orden, [63] le hizo el rey sentar a su lado y dijo a sus capitanes: �salid con �l por medio de la ciudad y anunciad a voz de heraldo que nadie le levante acusaci�n alguna ni le molesten por ning�n motivo.� [64] sus acusadores, que vieron el honor que a voz de heraldo se le hac�a y a �l vestido de p�rpura, huyeron todos. [65] el rey, queriendo honrarle, le inscribi� entre sus primeros amigos y le nombr� estratega y meridarca. [66] jonat�n regres� a jerusal�n con paz y alegr�a. [67] el a�o 165, demetrio, hijo de demetrio, vino de creta al pa�s de sus padres. [68] al enterarse el rey alejandro, qued� muy disgustado y se volvi� a antioqu�a. [69] demetrio confirm� a apolonio como gobernador de celesiria, el cual, juntando un numeroso ej�rcito, acamp� en yamnia y envi� a decir a jonat�n, sumo sacerdote: [70] �t� eres el �nico en levantarte contra nosotros, y por tu causa he venido a ser yo objeto de irrisi�n y desprecio. �por qu� ejerces tu poder contra nosotros desde las monta�as? [71] si es que tienes confianza en tus fuerzas, baja ahora a encontrarte con nosotros en la llanura y all� nos mediremos, que conmigo est� la fuerza de las ciudades. [72] pregunta y sabr�s qui�n soy yo y qui�nes los auxiliares nuestros. ellos dicen que no podr�is manteneros frente a nosotros, que ya dos veces tus padres fueron derrotados en su pa�s,

[73] y que ahora no podr�s resistir a la caballer�a y a un ej�rcito tan grande en la llanura donde no hay piedra, ni roca, ni lugar donde huir.� [74] cuando jonat�n oy� las palabras de apolonio, se le sublev� el esp�ritu. escogi� 10.000 hombres y parti� de jerusal�n. su hermano sim�n fu� a su encuentro para ayudarle. [75] acamp� frente a joppe. los de la ciudad le cerraron las puertas, porque hab�a en joppe una guarnici�n de apolonio. la atacaron [76] y la gente de la ciudad, atemorizada, les abri� las puertas, y jonat�n se hizo due�o de joppe. [77] cuando apolonio se enter�, puso en pie de guerra 3.000 jinetes y un numeroso ej�rcito y parti� en direcci�n a azoto, como que quer�a pasar por all�, pero al mismo tiempo se iba adentrando en la llanura porque ten�a mucha caballer�a y confiaba en ella. [78] jonat�n fue tras �l persigui�ndole hacia azoto y ambos ej�rcitos trabaron combate. [79] hab�a dejado apolonio mil jinetes ocultos a espaldas de ellos. [80] se dio cuenta jonat�n de que a sus espaldas hab�a una emboscada. estos rodearon su ej�rcito y dispararon tiros sobre la tropa desde la ma�ana hasta el atardecer; 81 pero la tropa se mantuvo firme, como lo hab�a ordenado jonat�n, y los caballos de los enemigos se cansaron. [82] sac� entonces sim�n su ej�rcito y atac� a la falange -pues ya la caballer�a estaba agotada- la derrot� y puso en fuga, 83 mientras la caballer�a se desbandaba por la llanura. en su huida llegaron a azoto y entraron en bet dag�n, el templo de su �dolo, para salvarse. [84] pero jonat�n prendi� fuego a azoto y a las ciudades que la rodeaban , se hizo con el bot�n y abras� el templo de dag�n y a los que en �l se hab�an refugiado. [85] los muertos por la espada y los abrasados por el fuego fueron unos 8.000 hombres. [86] parti� de all� Jonat�n y acamp� frente a ascal�n, donde los habitantes salieron a recibirle con grandes honores. [87] luego jonat�n regres� a jerusal�n con los suyos, cargados de rico bot�n. [88] cuando el rey alejandro se enter� de estos acontecimientos, concedi� nuevos honores a jonat�n, 89 le envi� una f�bula de oro, como es costumbre conceder a los parientes de los reyes, y le dio en propiedad acar�n y todo su territorio. 1 macabeos cap.11 [1] el rey de egipto reuni� fuerzas numerosas como las arenas que hay a orillas del mar y muchas naves. intentaba hacerse por astucia con el reino de alejandro y unirlo al suyo. [2] sali�, pues, para siria en son de paz y la gente de las ciudades le abr�a las puertas y sal�a a su encuentro, ya que ten�an orden del rey alejandro de salir a recibirle por ser suegro suyo. [3] pero una vez que entraba en las ciudades, tolomeo pon�a tropas de guarnici�n en cada una de ellas. [4] cuando lleg� cerca de azoto le mostraron el templo de dag�n incendiado, la ciudad y sus aldeas destruidas, los cad�veres por el suelo y los restos calcinados de los abrasados en la guerra, pues hab�an hecho montones de ellos por el recorrido del rey. [5] le contaron lo que jonat�n hab�a hecho para que el rey le censurara, pero el rey guard� silencio. [6] jonat�n fue al encuentro del rey a joppe con fasto; se saludaron y pasaron all� aquella noche. [7] acompa�� Jonat�n al rey hasta el r�o llamado el�uteros y regres� a jerusal�n. [8] por su parte el rey tolomeo se hizo due�o de las ciudades de la costa hasta seleucia mar�tima y meditaba planes malvados contra alejandro. [9] envi� embajadores al rey demetrio dici�ndole: �ven y concertemos entre

nosotros una alianza. te dar� mi hija, la que tiene alejandro, y reinar�s en el reino de tu padre. [10] estoy arrepentido de haberle dado mi hija pues ha intentado asesinarme.� [11] le hac�a estos cargos porque codiciaba su reino. [12] quit�ndole, pues, su hija se la dio a demetrio, rompi� con alejandro y qued� manifiesta la enemistad entre ambos. [13] tolomeo entr� en antioqu�a y se ci�� la diadema de asia, con lo que rode� su frente de dos diademas, la de egipto y la de asia. [14] en este tiempo se encontraba el rey alejandro en cilicia por haberse sublevado la gente de aquella regi�n. [15] al saber lo que ocurr�a, vino a luchar contra �l. tolomeo sali� con fuerzas poderosas, fue a su encuentro y le derrot�. [16] alejandro huy� a arabia buscando un refugio all� y el rey tolomeo qued� triunfador. [17] el �rabe zabdiel cort� la cabeza a alejandro y se la envi� a tolomeo. [18] pero tres d�as despu�s muri� el rey tolomeo y los que estaban en sus plazas fuertes perecieron a manos de los que las habitaban. [19] demetrio comenz� a reinar el a�o 167. [20] por aquellos d�as junt� Jonat�n a los de judea para atacar la ciudadela de jerusal�n y levant� contra ella muchos ingenios de guerra. [21] entonces algunos rebeldes que odiaban a su naci�n acudieron al rey a anunciarle que jonat�n ten�a puesto cerco a la ciudadela. [22] la noticia le irrit�, y nada m�s o�rla, se puso en marcha y vino a tolemaida. escribi� a jonat�n que cesara en el cerco y que viniera a verle lo antes posible a tolemaida para entrevistarse con �l. [23] al enterarse, orden� Jonat�n que se siguiese el cerco, eligi� ancianos de israel y sacerdotes y se expuso a s� mismo al peligro. [24] tomando plata, oro, vestidos y otros presentes en gran cantidad, parti� a verse con el rey en tolemaida y hall� gracia ante �l. [25] algunos sin ley de la naci�n le acusaron, [26] pero el rey le trat� como le hab�an tratado sus predecesores y le honr� en presencia de todos sus amigos. [27] le confirm� en el sumo sacerdocio y en todos los honores que antes ten�a, e hizo que se le contara entre sus primeros amigos. [28] jonat�n pidi� al rey que dejara libres de impuesto a judea y a los tres distritos de samar�a, a cambio de trescientos talentos que le promet�a. [29] accedi� el rey y escribi� a jonat�n una carta sobre todos estos puntos redactada de la forma siguiente: [30] �el rey demetrio saluda a su hermano jonat�n y a la naci�n de los jud�os. [31] os escribimos tambi�n a vosotros una copia de la carta que sobre vosotros hemos escrito a nuestro pariente l�stenes para que la conozc�is: [32] el rey demetrio saluda a su padre l�stenes. [33] por sus buenas disposiciones hacia nosotros hemos decidido conceder favores a la naci�n de los jud�os, que son amigos nuestros y observan lo que es justo con nosotros. [34] les confirmamos la posesi�n del territorio de judea y de los tres distritos de aferema, lidda y ramat�yim que han sido desprendidos de galilea y agregados a judea con todas sus dependencias en favor de los que sacrifican en jerusal�n, a cambio de los derechos reales que el rey percib�a de ellos antes cada a�o por los productos de la tierra y el fruto de los �rboles. [35] en cuanto a los otros derechos que tenemos sobre los diezmos y tributos nuestros, sobre las salinas y coronas que se nos deben, les concedemos desde ahora una exenci�n total. [36] no ser� derogada ni una de estas concesiones a partir de ahora en ning�n tiempo. [37] procurad hacer una copia de estas disposiciones que le sea entregada a jonat�n para ponerla en el monte santo en lugar visible.� [38] el rey demetrio, viendo que el pa�s estaba en calma bajo su mando y que nada

le ofrec�a resistencia, licenci� todas sus tropas mandando a cada uno a su lugar, excepto las tropas extranjeras que hab�a reclutado en las islas de las naciones. todas las tropas que hab�a recibido de sus padres se enemistaron con �l. [39] entonces trif�n, antiguo partidario de alejandro, al ver que todas las tropas murmuraban contra demetrio, se fue donde el �rabe yamlik� que criaba al ni�o Ant�oco, hijo de alejandro, [40] y le instaba a que se lo entregase para ponerlo en el trono de su padre. le puso al corriente de toda la actuaci�n de demetrio y del odio que le ten�an sus tropas. permaneci� all� muchos d�as. [41] entre tanto envi� Jonat�n a pedir al rey demetrio que retirara las guarniciones de la ciudadela de jerusal�n y de las plazas fuertes porque hostilizaban a israel. [42] demetrio envi� a decir a jonat�n: �no s�lo har� esto por ti y por tu naci�n, sino que os colmar� de honores a ti y a tu naci�n cuando tenga oportunidad. [43] pero ahora har�s bien en enviarme hombres en mi auxilio, pues todas mis tropas me han abandonado.� [44] jonat�n le envi� a antioqu�a 3.000 guerreros valientes, y cuando llegaron, el rey experiment� gran satisfacci�n con su venida. [45] se amotinaron en el centro de la ciudad los ciudadanos, al pie de 120.000, y quer�an matar al rey. [46] el se refugi� en el palacio, y los ciudadanos ocuparon las calles de la ciudad y comenzaron el ataque. [47] el rey llam� entonces en su auxilio a los jud�os, que se juntaron todos en torno a �l y luego se diseminaron por la ciudad. aquel d�a llegaron a matar hasta 100.000. [48] prendieron fuego a la ciudad, se hicieron ese mismo d�a con un bot�n considerable y salvaron al rey. [49] cuando los de la ciudad vieron que los jud�os dominaban la ciudad a su talante, perdieron el �nimo y levantaron sus clamores al rey suplic�ndole: [50] �danos la mano y cesen los jud�os en sus ataques contra nosotros y contra la ciudad.� [51] depusieron las armas e hicieron la paz. los jud�os alcanzaron gran gloria ante el rey y ante todos los de su reino y se volvieron a jerusal�n con un rico bot�n. [52] el rey demetrio se sent� en el trono de su reino y la tierra qued� sosegada en su presencia. [53] pero falt� a todas sus promesas y se indispuso con jonat�n. lejos de corresponder a los servicios que le hab�a prestado, le causaba graves molestias. [54] depu�s de estos acontecimientos, volvi� Trif�n y con �l ant�oco, ni�o todav�a, que se proclam� rey y se ci�� la diadema. [55] todas las tropas que demetrio hab�a licenciado se unieron a �l y salieron a luchar contra demetrio, le derrotaron y le pusieron en fuga. [56] trif�n tom� los elefantes y se apoder� de antioqu�a. [57] el joven ant�oco escribi� a jonat�n dici�ndole: �te confirmo en el sumo sacerdocio, te pongo al frente de los cuatro distritos y quiero que te cuentes entre los amigos del rey.� [58] le envi� copas de oro y un servicio de mesa, y le concedi� autorizaci�n de beber en copas de oro, vestir p�rpura y llevar f�bula de oro. [59] a su hermano sim�n le nombr� estratega desde la escalera de tiro hasta la frontera de egipto. [60] jonat�n sali� a recorrer la transeufratina y sus ciudades, y todas las tropas de siria se le unieron como aliadas. lleg� a ascal�n y los habitantes de la ciudad le salieron a recibir con muchos honores. [61] de all� pas� a gaza donde los habitantes le cerraron las puertas. entonces la siti� y entreg� sus arrabales a las llamas y al pillaje. [62] los de las ciudad vinieron a suplicarle y jonat�n les dio la mano, pero tom� como rehenes a los hijos de los jefes y los envi� a jerusal�n. a continuaci�n, sigui� recorriendo la regi�n hasta damasco.

[63] jonat�n se enter� de que los generales de demetrio se hab�an presentado en kedes de galilea con un ej�rcito numeroso para apartarle de su cargo. [64] entonces dej� en el pa�s a su hermano sim�n y sali� a su encuentro. [65] sim�n acamp� frente a bet sur, la atac� durante muchos d�as y la bloque�. [66] le pidieron que les diese la mano y �l se la dio. les hizo salir de all�, ocup� la ciudad y puso en ella una guarnici�n. [67] por su parte, jonat�n y su ej�rcito acamparon junto a las aguas de gennesar, y muy de madrugada partieron para la llanura de asor [68] donde el ej�rcito extranjero les vino al encuentro en la llanura despu�s de dejar hombres emboscados en los montes. mientras este ej�rcito se presentaba de frente, [69] surgieron de sus puestos los emboscados y entablaron combate. [70] todos los hombres de jonat�n se dieron a la fuga sin que quedara ni uno de ellos, a excepci�n de matat�as, hijo de absal�n, y de judas, hijo de kalfi, capitanes del ej�rcito. [71] jonat�n entonces rasg� sus vestidos, ech� polvo sobre su cabeza y or�. [72] vuelto al combate, derrot� al enemigo y le puso en fuga. [73] al verlo, sus hombres que hu�an volvieron a �l y con �l persiguieron al enemigo hasta su campamento en kedes y acamparon all�. [74] cayeron aquel d�a del ej�rcito extranjero hasta 3.000 hombres. jonat�n regres� a jerusal�n. 1 macabeos cap.12 [1] viendo jonat�n que las circunstancias le eran favorables, escogi� hombres y los envi� a roma con el fin de confirmar y renovar la amistad con ellos. [2] con el mismo objeto envi� cartas a los espartanos y a otros lugares. [3] se fueron, pues, a roma y entrando en el senado dijeron: �jonat�n, sumo sacerdote, y la naci�n de los jud�os nos han enviado para que se renueve con ellos la amistad y la alianza como antes.� [4] les dieron los romanos cartas para la gente de cada lugar recomendando que se les condujera en paz hasta el pa�s de jud�. [5] esta es la copia de la carta que escribi� Jonat�n a los espartanos: [6] �jonat�n, sumo sacerdote, el senado de la naci�n, los sacerdotes y el resto del pueblo jud�o saludan a sus hermanos los espartanos. [7] ya en tiempos pasados, areios, que reinaba entre vosotros, envi� una carta al sumo sacerdote on�as en que le dec�a que erais vosotros hermanos nuestros como lo atestigua la copia adjunta. [8] on�as recibi� con honores al embajador y tom� la carta que hablaba claramente de alianza y amistad. [9] nosotros, aunque no tenemos necesidad de esto por tener como consolaci�n los libros santos que est�n en nuestras manos, [10] hemos procurado enviaros embajadores para renovar la fraternidad y la amistad con vosotros y evitar que vengamos a seros extra�os, pues ha pasado mucho tiempo ya desde que nos enviasteis vuestra embajada. [11] por nuestra parte, en las fiestas y dem�s d�as se�alados, os recordamos sin cesar en toda ocasi�n en los sacrificios que ofrecemos y en nuestras oraciones, como es justo y conveniente acordarse de los hermanos. [12] nos alegramos de vuestra gloria. [13] a nosotros, en cambio, nos han rodeado muchas tribulaciones y guerras, pues nos hemos visto atacados por los reyes vecinos. [14] pero en estas luchas no hemos querido molestaros a vosotros ni a los dem�s aliados y amigos nuestros, [15] porque contamos con el auxilio del cielo que, viniendo en nuestra ayuda, nos ha librado de nuestros enemigos y a ellos los ha humillado. [16] hemos, pues, elegido a numenio, hijo de ant�oco, y a ant�patro, hijo de jas�n, y les hemos enviado a los romanos para renovar la amistad y la alianza que antes ten�amos,

[17] y les hemos dado orden de pasar tambi�n donde vosotros para saludaros y entregaros nuestra carta sobre la renovaci�n de nuestra fraternidad. [18] y ahora har�is bien en contestarnos a esto.� [19] esta es la copia de la carta enviada a on�as: [20] �areios, rey de los espartanos, saluda a on�as, sumo sacerdote. [21] se ha encontrado un documento relativo a espartanos y jud�os de que son hermanos y que son de la raza de abraham. [22] y ahora que estamos enterados de esto, har�is bien escribi�ndonos sobre vuestro bienestar. [23] nosotros por nuestra parte os escribimos: vuestro ganado y vuestros bienes son nuestros, y los nuestros vuestros son. damos orden de que se os env�e un mensaje en tal sentido.� [24] tuvo noticia jonat�n de que los generales de demetrio hab�an vuelto con fuerzas mayores que antes con �nimo de atacarle. [25] parti�, pues, de jerusal�n y fue a encontrarles a la regi�n de jamat, sin darles tiempo a irrumpir en su pa�s. [26] envi� exploradores al campamento enemigo y supo por ellos, a su vuelta, que los enemigos estaban dispuestos para caer sobre ellos a la noche. [27] cuando se puso el sol, orden� Jonat�n a los suyos que se mantuviesen despiertos y sobre las armas toda la noche, preparados para entrar en combate, y dispuso avanzadillas alrededor del campamento. [28] cuando supieron los enemigos que jonat�n y los suyos estaban preparados para el combate, sintieron miedo y, llenos de p�nico, encendieron fogatas por su campamento y se retiraron. [29] jonat�n y los suyos, como ve�an brillar las fogatas, no se percataron de su partida hasta el amanecer. [30] entonces se lanz� Jonat�n en su persecuci�n, pero no les pudo dar alcance porque hab�an atravesado ya el r�o el�uteros. [31] jonat�n se volvi� contra los �rabes llamados zabadeos, los derrot� y se hizo con sus despojos. [32] levant� luego el campamento, lleg� a damasco y recorri� toda la regi�n. [33] sim�n por su parte hizo una expedici�n hasta ascal�n y las plazas vecinas. se volvi� luego hacia joppe y la tom�, [34] pues hab�a o�do que sus habitantes quer�an entregar aquella plaza fuerte a los partidarios de demetrio, y dej� en ella una guarnici�n para defenderla. [35] jonat�n, de vuelta, reuni� la asamblea de los ancianos del pueblo, y decidi� con ellos edificar fortalezas en judea, [36] dar mayor altura a las murallas de jerusal�n y levantar un alto muro entre la ciudadela y la ciudad para separarlas y para que quedara la ciudadela aislada y no pudieran comprar ni vender. [37] se reunieron, pues, para reconstruir la ciudad, pues hab�a ca�do un trecho de la muralla que daba al torrente por la parte de levante; restaur� tambi�n el barrio llamado cafenat�. [38] por su lado, sim�n reconstruy� Jadid� en la tierra baja, la fortific� y la guarneci� de puertas y cerrojos. [39] trif�n aspiraba a reinar en asia, ce�irse la diadema y extender su mano contra el rey ant�oco. [40] temiendo que jonat�n se lo estorbara y le hiciera la guerra, trataba de apoderarse de �l y matarle. se puso, pues, en marcha y lleg� a bet san. [41] jonat�n sali� a su encuentro con 40.000 hombres escogidos para la guerra y lleg� a bet san. [42] vio trif�n que hab�a venido con un ej�rcito numeroso y temi� extender la mano contra �l. [43] le recibi� con honores, le present� a todos sus amigos, le hizo regalos y dio orden a sus amigos y a sus tropas que le obedeciesen como a �l mismo. [44] y dijo a jonat�n: ��por qu� has fatigado a toda esta gente no habiendo guerra entre nosotros? [45] env�alos a sus casas, elige algunos hombres que te acompa�en y ven conmigo a

tolemaida. te entregar� la ciudad, las dem�s fortalezas, el resto de las fuerzas y a todos los funcionarios, y luego emprender� el regreso pues para eso he venido.� [46] le crey� Jonat�n y obr� como le dec�a: despach� sus tropas, que partieron para el pa�s de jud�, [47] y conserv� consigo 3.000 hombres de los cuales dej� 2.000 en galilea y mil le acompa�aron. [48] pero apenas entr� Jonat�n en tolemaida cuando los tolemaiditas cerraron las puertas, le apresaron a �l y pasaron a filo de espada a cuantos con �l hab�an entrado. [49] envi� Trif�n tropas y caballer�a a galilea y a la gran llanura para acabar con todos los partidarios de jonat�n, [50] pero �stos, enterados de que �l hab�a sido apresado y muerto con los que le acompa�aban, se animaron unos a otros y avanzaron, cerradas las filas, prontos para combatir. [51] sus perseguidores, al ver que luchaban por su vida, se volvieron. [52] aqu�llos llegaron todos en paz al pa�s de jud�, lloraron a jonat�n y a sus compa�eros y un gran temor se apoder� de ellos. todo israel hizo un gran duelo. [53] todos los gentiles circunvecinos trataban de aniquilarles: �no tienen jefe -dec�an- ni quien les ayude. esta es la ocasi�n de atacarles y borrar su recuerdo de entre los hombres.� 1 macabeos cap.13 [1] supo sim�n que hab�a juntado trif�n un ej�rcito numeroso para ir a devastar el pa�s de jud�. [2] viendo al pueblo espantado y medroso, subi� a jerusal�n, reuni� al pueblo [3] y le exhort� diciendo: �vosotros sab�is todo lo que hemos hecho mis hermanos, la casa de mi padre y yo por la ley y el lugar santo, y las guerras y tribulaciones que hemos sufrido. [4] por esta causa, por israel, han muerto mis hermanos todos y he quedado yo solo. [5] lejos de m� ahora mirar por salvar mi vida en cualquier tiempo de angustia, que no soy yo mejor que mis hermanos; [6] sino que vengar� a mi naci�n, al lugar santo y a vuestras mujeres e hijos, puesto que, impulsados por el odio, se han unido todos los gentiles para aniquilarnos.� [7] al o�r estas palabras, se enardecieron los �nimos del pueblo [8] y respondieron en alta voz diciendo: �t� eres nuestro gu�a en lugar de judas y de tu hermano jonat�n; [9] toma la direcci�n de nuestra guerra y haremos cuanto nos mandes�. [10] reuni� entonces sim�n a todos los hombres aptos para la guerra y se dio prisa en acabar las murallas de jerusal�n hasta que la fortific� en todo su contorno. [11] envi� a jonat�n, hijo de absal�n, a joppe con un importante destacamento, el cual expuls� a los que en la ciudad estaban y se estableci� en ella. [12] parti� Trif�n de tolemaida con un ejercito numeroso para entrar en el pa�s de jud� llevando consigo prisionero a jonat�n. [13] sim�n puso su campamento en jadid�, frente a la llanura. [14] al enterarse trif�n de que sim�n hab�a sucedido en el mando a su hermano jonat�n y que estaba preparado para entrar con �l en batalla, le envi� mensajeros dici�ndole: [15] �tenemos detenido a tu hermano jonat�n por las deudas contra�das con el tesoro real en el desempe�o de su cargo. [16] env�anos, pues, cien talentos de plata y a dos de sus hijos como rehenes, no sea que una vez libre se rebele contra nosotros. entonces le soltaremos.� [17] sim�n, aunque se dio cuenta de que le hablaban con falsedad, envi� a buscar el dinero y los ni�os para no provocar contra s� una gran enemistad del pueblo que dir�a:

[18] �porque no envi� yo el dinero y los ni�os, ha muerto jonat�n.� [19] envi�, pues, los ni�os y los cien talentos, pero trif�n falt� a su palabra y no solt� a jonat�n. [20] despu�s de esto, se puso trif�n en marcha para invadir la regi�n y devastarla. dio un rodeo por el camino de ador�, mientras sim�n y su ej�rcito obstaculizaban su marcha dondequiera que iba. [21] los de la ciudadela enviaron a trif�n legados d�ndole prisa a que viniese donde ellos a trav�s del desierto y les enviase v�veres. [22] prepar� Trif�n toda su caballer�a para ir, pero aquella noche cay� tal cantidad de nieve que le impidi� acudir all�. parti� de all� y se fue a la regi�n de galaad. [23] cuando se encontraba cerca de bascam�, hizo matar a jonat�n, que fue enterrado all�. [24] luego dio trif�n la vuelta y se march� a su pa�s. [25] envi� Sim�n a recoger los huesos de su hermano jonat�n y le dio sepultura en mod�n, ciudad de sus padres. [26] todo israel hizo gran duelo por �l y le llor� muchos d�as. [27] sim�n construy� sobre el sepulcro de su padre y sus hermanos un mausoleo alto, que pudiera verse, de piedras pulidas por delante y por detr�s. [28] levant� siete pir�mides, una frente a otra, dedicadas a su padre, a su madre y a sus cuatro hermanos. [29] levant� alrededor de ellas grandes columnas y sobre las columnas hizo panoplias para recuerdo eterno. al lado de las panoplias esculpi� unas naves que pudieran ser contempladas por todos los que navegaran por el mar. [30] tal fue el mausoleo que construy� en mod�n y que subsiste en nuestros d�as. [31] trif�n, procediendo insidiosamente con el joven rey ant�oco, le dio muerte. [32] ocup� el reino en su lugar, se ci�� la diadema de asia y caus� grandes estragos en el pa�s. [33] sim�n, por su parte, reconstruy� las fortalezas de judea, las rode� de altas torres y grandes murallas con puertas y cerrojos, y almacen� v�veres en ellas. [34] adem�s escogi� Sim�n hombres que envi� al rey demetrio intentando conseguir una remisi�n para la regi�n, dado que toda la actividad de trif�n hab�a sido un continuo robo. [35] el rey demetrio contest� a su petici�n y le escribi� la siguiente carta: [36] �el rey demetrio saluda a sim�n, sumo sacerdote y amigo de reyes, a los ancianos y a la naci�n de los jud�os. [37] hemos recibido la corona de oro y la palma que nos hab�is enviado y estamos dispuestos a concertar con vosotros una paz completa y a escribir a los funcionarios que os concedan la remisi�n de las deudas. [38] cuanto hemos decidido sobre vosotros, quede firme y sean vuestras las fortalezas que hab�is construido. [39] os perdonamos los errores y delitos cometidos hasta el d�a de hoy y la corona que nos deb�is. si alg�n otro tributo se percib�a en jerusal�n, ya no se exija. [40] y si algunos de vosotros son aptos para alistarse en nuestra guardia, al�stense y haya paz entre nosotros.� [41] el a�o 170 qued� Israel libre del yugo de los gentiles [42] y el pueblo comenz� a escribir en las actas y contratos: �en el a�o primero de sim�n, gran sumo sacerdote, estratega y hegumeno de los jud�os. [43] por aquellos d�as puso cerco sim�n a g�zara y la rode� con sus tropas. construy� una torre m�vil que acerc� a la ciudad y abriendo brecha en un baluarte, lo tom�. [44] saltaron los de la torre a la ciudad y se produjo en ella gran agitaci�n. [45] los habitantes, rasgados los vestidos, subieron a la muralla con sus mujeres e hijos y pidieron a grandes gritos a sim�n que les diese la mano. [46] �no nos trates, le dec�an, seg�n nuestras maldades, sino seg�n tu misericordia.� [47] sim�n se reconcili� con ellos y no les atac�, pero les ech� de la ciudad y

mand� purificar las casas en que hab�a �dolos. entonces entr� en ella con himnos y bendiciones. [48] ech� de ella toda impureza, estableci� en ella hombres observantes de la ley, la fortific� y se construy� en ella para s� una residencia. [49] los de la ciudadela de jerusal�n se ve�an imposibilitados de entrar y salir por la regi�n, de comprar y de vender. sufr�an grave escasez y bastantes de ellos hab�an perecido de hambre. [50] clamaron a sim�n que hiciera con ellos la paz y sim�n se lo concedi�. Les ech� de all� y purific� de inmundicias la ciudadela. [51] entraron en ella el d�a veintitr�s del segundo mes del a�o 171 con aclamaciones y ramos de palma, con liras, c�mbalos y arpas, con himnos y cantos, porque un gran enemigo hab�a sido vencido y expulsado de israel. [52] sim�n dispuso que este d�a se celebrara con j�bilo cada a�o. fortific� el monte del templo que est� al lado de la ciudadela y habit� all� con los suyos. [53] y viendo sim�n que su hijo juan era todo un hombre, le nombr� jefe de todas las fuerzas con residencia en g�zara. 1 macabeos cap.14 [1] el a�o 172 junt� el rey demetrio su ej�rcito y parti� para media para procurarse ayuda con que combatir a trif�n. [2] pero al enterarse arsaces, rey de persia y media, de que demetrio hab�a entrado en su t�rmino, mand� a uno de sus generales para capturarle vivo. [3] parti� �ste y derrot� al ej�rcito de demetrio, le hizo prisionero y le llev� ante arsaces que le puso en prisi�n. [4] el pa�s de jud� goz� de paz durante todos los d�as de sim�n. el procur� el bien a su naci�n, les fue grato su gobierno y su gloria en todo tiempo. [5] adem�s de toda su gloria, tom� a joppe como puerto y se abri� paso a las islas del mar. [6] ensanch� las fronteras de su naci�n, se hizo due�o del pa�s, [7] y repatri� numerosos cautivos. tom� G�zara, bet sur y la ciudadela, la limpi� de sus impurezas y no hubo quien le resistiera. [8] cultivaban en paz sus tierras; la tierra daba sus cosechas y los �rboles del llano sus frutos. [9] los ancianos se sentaban en las plazas, todos conversaban sobre el bienestar y los j�venes vest�an galas y armadura. [10] procur� bastimentos a las ciudades, las protegi� con fortificaciones hasta llegar la fama de su gloria a los confines de la tierra. [11] estableci� la paz en el pa�s y goz� Israel de gran alegr�a. [12] se sentaba cada cual bajo su parra y su higuera y no hab�a nadie que les inquietara. [13] no qued� en el pa�s quien les combatiera y fueron derrotados los reyes en aquellos d�as. [14] dio apoyo a los humildes de su pueblo hizo desaparecer a todo imp�o y malvado. observ� fielmente la ley, [15] dio gloria al lugar santo y multiplic� su ajuar. [16] cuando lleg� a roma y hasta esparta la noticia de la muerte de jonat�n, lo sintieron mucho; [17] pero cuando supieron que su hermano sim�n le hab�a sucedido en el sumo sacerdocio y hab�a tomado el mando del pa�s y sus ciudades, [18] le escribieron en planchas de bronce para renovar con �l la amistad y la alianza que hab�an establecido con sus hermanos judas y jonat�n. [19] se leyeron en jerusal�n ante la asamblea. [20] esta es la copia de la carta enviada por los espartanos: �los magistrados y la ciudad de los espartanos saludan al sumo sacerdote sim�n, a los ancianos, a los sacerdotes y al resto del pueblo de los jud�os, nuestros hermanos. [21] los embajadores enviados a nuestro pueblo nos han informado de vuestra gloria y honor y nos hemos alegrado con su venida.

[22] hemos registrado sus declaraciones entre las decisiones del pueblo en estos t�rminos: numenio, hijo de ant�oco, y ant�patros, hijo de jas�n, embajadores de los jud�os, se nos han presentado para renovar la amistad con nosotros. [23] ha sido del agrado del pueblo recibir con honor a estos personajes y depositar la copia de sus discursos en los archivos p�blicos para que el pueblo espartano conserve su recuerdo. se ha sacado una copia de esto para el sumo sacerdote sim�n.� [24] despu�s, envi� Sim�n a roma a numenio con un gran escudo de oro de mil minas de peso para confirmar la alianza con ellos. [25] cuando estos hechos llegaron a conocimiento del pueblo, dijeron: ��c�mo mostraremos nuestro reconocimiento a sim�n y a sus hijos? [26] porque se ha mostrado valiente, tanto �l como sus hermanos y la casa de su padre, ha combatido y rechazado a los enemigos de israel y le ha conseguido su libertad.� grabaron una inscripci�n en planchas de bronce y las fijaron en estelas en el monte si�n. [27] esta es la copia de la inscripci�n: �el dieciocho de elul del a�o 172, a�o tercero del gran sumo sacerdote sim�n, en asaramel, [28] en la gran asamblea de los sacerdotes, del pueblo, de los pr�ncipes de la naci�n y de los ancianos del pa�s, se nos hizo saber lo siguiente: [29] �en los muchos combates que se dieron en nuestra regi�n, sim�n hijo de matat�as, sacerdote descendiente de los hijos de yehoyarib, y sus hermanos se expusieron al peligro, hicieron frente a los enemigos de su naci�n para mantener en pie su lugar santo y la ley y alcanzaron inmensa gloria para su naci�n. [30] jonat�n realiz� la unidad de la naci�n y lleg� a ser sumo sacerdote suyo hasta que fue a reunirse con su pueblo. [31] quisieron los enemigos de los jud�os invadir el pa�s para devastarlo y llevar su mano contra el lugar santo. [32] pero entonces se levant� Sim�n para combatir por su naci�n y gast� mucha hacienda propia en armar las tropas de su naci�n y pagarles la soldada. [33] fortific� las ciudades de judea y bet sur, ciudad fronteriza de judea, donde se encontraban antes las armas de los enemigos, y puso en ella una guarnici�n de guerreros jud�os. [34] fortific� Joppe, situada junto al mar, y g�zara, en los l�mites de azoto, donde habitaban anteriormente los enemigos, y estableci� en ella una poblaci�n jud�a a la que provey� de todo lo necesario para su sustento. [35] viendo el pueblo la fidelidad de sim�n y la gloria que procuraba alcanzar para su naci�n, le nombr� su hegumeno y sumo sacerdote por todos los servicios que hab�a prestado, por la justicia y fidelidad que hab�a guardado a su naci�n y por sus esfuerzos de toda clase por exaltar a su pueblo. [36] en sus d�as se consigui� felizmente por su medio exterminar a los gentiles de su pa�s y a los que se encontraban en la ciudad de david, en jerusal�n, donde se hab�an hecho una ciudadela desde la que hac�an salidas y mancillaban los alrededores del lugar santo causando graves ultrajes a su santidad. [37] estableci� en ella guerreros jud�os, la fortific� para defensa de la regi�n y de la ciudad y dio mayor altura a las murallas de jerusal�n. [38] en consecuencia, el rey demetrio le concedi� el sumo sacerdocio, [39] le cont� en el n�mero de sus amigos y le colm� de honores, [40] pues hab�a sabido que los romanos llamaban a los jud�os amigos, aliados y hermanos, que hab�an recibido con honor a los embajadores de sim�n [41] y que a los jud�os y a los sacerdotes les hab�a parecido bien que fuese sim�n su hegumeno y sumo sacerdote para siempre hasta que apareciera un profeta digno de fe, [42] y tambi�n que fuese su estratega, que estuviese a su cuidado designar los encargados de las obras del lugar santo, de la administraci�n del pa�s, de los armamentos y de las plazas fuertes [43] (que estuviese a su cuidado el lugar santo), que todos le obedeciesen, que se redactasen en su nombre todos los documentos en el pa�s, que vistiese de p�rpura y llevase adornos de oro.

[44] a nadie del pueblo ni de los sacerdotes le estar� permitido rechazar ninguna de estas disposiciones, ni contradecir sus �rdenes, ni convocar en el pa�s asambleas sin contar con �l, ni vestir de p�rpura, ni llevar f�bula de oro. [45] todo aquel que obre contrariamente a estas decisiones o anule alguna de ellas, ser� reo. [46] el pueblo entero estuvo de acuerdo en conceder a sim�n el derecho de obrar conforme a estas disposiciones, [47] y sim�n acept� y le pareci� bien ejercer el sumo sacerdocio, ser estratega y etnarca de los jud�os y sacerdotes y estar al frente de todos.� [48] decretaron que este documento se grabase en planchas de bronce, que se fijasen estas en el recinto del lugar santo, en lugar visible, [49] y que se archivasen copias en el tesoro a disposici�n de sim�n y de sus hijos. 1 macabeos cap.15 [1] envi� Ant�oco, hijo del rey demetrio, desde las islas del mar una carta a sim�n, sacerdote y etnarca de los jud�os, y a toda la naci�n, [2] redactada en los siguientes t�rminos: �el rey ant�oco saluda a sim�n, sumo sacerdote y etnarca, y a la naci�n de los jud�os. [3] puesto que una peste de hombres ha venido a apoderarse del reino de nuestros padres, y he resuelto reivindicar mis derechos sobre �l y restablecerlo como anteriormente estaba, y he reclutado fuerzas considerables y equipado nav�os de guerra, [4] y quiero desembarcar en el pa�s para encontrarme con los que lo han arruinado y han devastado muchas ciudades de mi reino, [5] ratifico ahora en tu favor todas las exenciones que te concedieron los reyes anteriores a m� y cuantas dispensas de otras donaciones te otorgaron. [6] te autorizo a acu�ar moneda propia de curso legal en tu pa�s. [7] jerusal�n y el lugar santo sean libres. todas las armas que has fabricado y las fortalezas que has contruido y ocupas, queden en tu poder. [8] cuanto debes al tesoro real y cuanto en el futuro dejes a deber, te sea perdonado desde ahora para siempre. [9] y cuando hayamos ocupado nuestro reino, te honraremos a ti, a tu naci�n y al santuario con tales honores que vuestra gloria ser� conocida en toda la tierra.� [10] el a�o 174 parti� Ant�oco para el pa�s de sus padres y todas las tropas se pasaron a �l de modo que pocos quedaron con trif�n. [11] ant�oco se lanz� en su persecuci�n y trif�n se refugi� en dora a orillas del mar, [12] porque ve�a que las desgracias se abat�an sobre �l y se encontraba abandonado de sus tropas. [13] ant�oco puso cerco a dora con los 120.000 combatientes y los 8.000 jinetes que consigo ten�a. [14] bloque� la ciudad, y de la parte del mar se acercaron las naves, de modo que estrech� a la ciudad por tierra y por mar sin dejar que nadie entrase o saliese. [15] entre tanto, regresaron de roma numenio y sus acompa�antes trayendo cartas para los reyes y pa�ses, escritas de este modo: [16] �lucio, c�nsul de los romanos, saluda al rey tolomeo. [17] han venido a nosotros, en calidad de amigos y aliados nuestros, los embajadores de los jud�os para renovar nuestra antigua amistad y alianza, enviados por el sumo sacerdote sim�n y por el pueblo de los jud�os, [18] y nos han tra�do un escudo de oro de mil minas. [19] nos ha parecido bien, en consecuencia, escribir a los reyes y pa�ses que no intenten causarles mal alguno, ni les ataquen a ellos ni a sus ciudades ni a su pa�s, y que no presten su apoyo a los que los ataquen. [20] hemos decidido aceptar de ellos el escudo. [21] si, pues, individuos perniciosos huyen de su pa�s y se refugian en el vuestro, entregadlos al sumo sacerdote sim�n para que los castigue seg�n su ley.�

[22] cartas iguales fueron remitidas al rey demetrio, a atalo, a ariarates, a arsaces [23] y a todos los pa�ses: a s�mpsamo, a los espartanos, a delos, a mindos, a sici�n, a caria, a samos, a panfilia, a licia, a halicarnaso, a rodas, a fas�lida, a cos, a side, a arados, a gortina, a cnido, a chipre y a cirene. [24] redactaron adem�s una copia de esta carta para el sumo sacerdote sim�n. [25] el rey ant�oco, pues, ten�a puesto cerco a dora en los arrabales, lanzaba sin tregua sus tropas contra la ciudad y constru�a ingenios de guerra. ten�a bloqueado a trif�n y nadie pod�a entrar ni salir. [26] sim�n le envi� 2.000 hombres escogidos para ayudarle en la lucha, adem�s de plata, oro y abundante material. [27] pero no quiso recibir el env�o; antes bien rescindi� cuanto hab�a convenido anteriormente con sim�n y se mostr� hostil con �l. [28] envi� donde �l a atenobio, uno de sus amigos, a entrevistarse con �l y decirle: �vosotros ocup�is joppe, g�zara y la ciudadela de jerusal�n, ciudades de mi reino. [29] hab�is devastado sus territorios, causado graves da�os en el pa�s y os hab�is adue�ado de muchas localidades de mi reino. [30] devolved, pues, ahora las ciudades que hab�is tomado y los impuestos de las localidades de que os hab�is adue�ado fuera de los l�mites de judea. [31] o bien, pagad en compensaci�n quinientos talentos de plata y otros quinientos talentos por los estragos que hab�is causado y por los impuestos de las ciudades. de lo contrario iremos y os haremos la guerra.� [32] lleg�, pues, atenobio, el amigo del rey, a jerusal�n y al ver la magnificencia de sim�n, su aparador con vajilla de oro y plata y todo el esplendor que le rodeaba, qued� asombrado. le comunic� el mensaje del rey [33] y sim�n le respondi� con estas palabras: �ni nos hemos apoderado de tierras ajenas ni nos hemos apropiado bienes de otros, sino de la heredad de nuestros padres. por alg�n tiempo la poseyeron injustamente nuestros enemigos [34] y nosotros, aprovechando una ocasi�n favorable, hemos recuperado la heredad de nuestros padres. [35] en cuanto a joppe y g�zara que nos reclamas, esas ciudades causaban graves da�os al pueblo y asolaban nuestro pa�s. por ellas daremos cien talentos.� no respondi� palabra atenobio, [36] sino que se volvi� furioso donde el rey y le refiri� la respuesta, la magnificencia de sim�n y todo lo que hab�a visto. el rey mont� en violenta c�lera. [37] trif�n, embarcado en una nave, huy� a ortosia. [38] entonces el rey nombr� a cendebeo epistratega de la zona mar�tima y le entreg� tropas de infanter�a y de caballer�a, [39] con la orden de acampar frente a judea, construir cedr�n, fortificar sus puertas y combatir contra el pueblo. el rey parti� en seguimiento de trif�n. [40] cendebeo lleg� a yamnia y comenz� a hostigar al pueblo, efectuar incursiones por judea, capturar prisioneros y matar. [41] reconstruy� Cedr�n donde aloj� caballer�a y tropas para recorrer en salidas los caminos de judea como se lo ten�a ordenado el rey. 1 macabeos cap.16 [1] subi� Juan de g�zara y comunic� a su padre sim�n las actividades de cendebeo. [2] sim�n llam� entonces a sus dos hijos mayores, judas y juan, y les dijo: �mis hermanos y yo y la casa de mi padre hemos combatido a los enemigos de israel desde nuestra juventud hasta el d�a de hoy y llevamos muchas veces a feliz t�rmino la liberaci�n de israel; [3] pero ahora ya estoy viejo mientras que vosotros, por la misericordia del cielo, est�is en buena edad. ocupad, pues, mi puesto y el de mi hermano, salid a combatir por nuestra naci�n y que el auxilio del cielo sea con vosotros.� [4] escogi� luego en el pa�s 20.000 combatientes y jinetes que partieron contra cendebeo y pasaron la noche en mod�n.

[5] al levantarse de ma�ana, avanzaron hacia la llanura y he aqu� que un ej�rcito numeroso, infanter�a y caballer�a, ven�a a su encuentro. un torrente se interpon�a entre ellos. [6] juan con sus tropas tom� posiciones frente al enemigo y advirtiendo que sus tropas ten�an miedo de pasar el torrente, lo pas� �l el primero, y sus hombres, al verle, pasaron detr�s de �l. [7] dividi� su ej�rcito (en dos cuerpos) y puso a los jinetes en medio de los de a pie, pues la caballer�a de los contrarios era muy numerosa. [8] tocaron las trompetas y cendebeo y su ej�rcito salieron derrotados. muchos de ellos cayeron heridos de muerte y los que quedaron huyeron en direcci�n a la fortaleza. [9] entonces cay� herido judas, el hermano de juan. pero juan los persigui� hasta que cendebeo entr� en cedr�n que �l hab�a construido. [10] fueron tambi�n a refugiarse en las torres que hay por los campos de azoto y juan le prendi� fuego. unos 2.000 de ellos sucumbieron y juan regres� en paz a judea. [11] tolomeo, hijo de abubos, hab�a sido nombrado estratega de la llanura de jeric� y pose�a mucha plata y oro, [12] pues era yerno del sumo sacerdote. [13] su coraz�n se ensoberbeci� tanto que aspir� a apoderarse del pa�s, para lo cual tramaba quitar a traici�n la vida a sim�n y a sus hijos. [14] yendo sim�n de inspecci�n por las ciudades del pa�s preocup�ndose de su administraci�n, baj� con sus hijos, matat�as y judas, a jeric�. Era el a�o 177 en el und�cimo mes que es el mes de sebat. [15] el hijo de abubos los recibi� traidoramente en una peque�a fortaleza llamada dok que �l hab�a construido, les dio un gran banquete y ocult� all� hombres. [16] cuando sim�n y sus hijos estuvieron bebidos, se levant� Tolomeo con los suyos, tomaron sus armas y lanz�ndose sobre sim�n en la sala del banquete, le mataron a �l, a sus dos hijos y a algunos de sus servidores. [17] cometi� de esta manera una gran alevos�a y devolvi� mal por bien. [18] luego escribi� Tolemeo al rey cont�ndole lo ocurrido y pidi�ndole que le enviara tropas en su auxilio para entregarle el pa�s y sus ciudades. [19] envi� otros a g�zara para quitar de en medio a juan. escribi� a los quiliarcos invit�ndoles a venir donde �l para darles plata, oro y otras d�divas. [20] envi� otros que se apoderasen de jerusal�n y del monte del santuario. [21] pero adelant�ndose uno, anunci� a juan en g�zara que su padre y sus hermanos hab�a perecido y a�adi�: �ha enviado gente a matarte a ti tambi�n.� [22] al o�r estas noticias qued� profundamente afectado, prendi� a los hombres que ven�an a matarle y les dio muerte, pues sab�a que pretend�an asesinarle. [23] las restantes actividades de juan, sus guerras, las proezas que llev� a cabo, las murallas que levant� y otras empresas suyas [24] est�n escritas en el libro de los anales de su pontificado a partir del d�a en que fue nombrado sumo sacerdote como sucesor de su padre. 2 macabeos cap.1 [1] a los hermanos jud�os que viven en egipto, les saludan sus hermanos jud�os que est�n en jerusal�n y en la regi�n de judea, dese�ndoles una paz dichosa. [2] que dios os llene de bienes y recuerde su alianza con abraham, isaac y jacob, sus fieles servidores. [3] que a todos os d� coraz�n para adorarle y cumplir su voluntad con coraz�n grande y �nimo generoso. [4] que abra vuestro coraz�n a su ley y a sus preceptos, y os otorgue la paz. [5] que escuche vuestras s�plicas, se reconcilie con vosotros y no os abandone en tiempo de desgracia. [6] esto es lo que estamos ahora pidiendo por vosotros. [7] ya el a�o 169, en el reinado de demetrio, nosotros, los jud�os, os escribimos

as�: �en lo m�s grave de la tribulaci�n que ha ca�do sobre nosotros en estos a�os, desde que jas�n y sus partidarios traicionaron la tierra santa y el reino, [8] incendiaron el port�n (del templo) y derramaron sangre inocente, suplicamos al se�or y hemos sido escuchados. hemos ofrecido un sacrificio con flor de harina, hemos encendido las l�mparas y presentado los panes.� [9] tambi�n ahora os escribimos para que celebr�is la fiesta de las tiendas en el mes de kisl�u. es el a�o 188. [10] los que est�n en jerusal�n y en judea, los ancianos y judas saludan y desean prosperidad a arist�bulo, preceptor del rey tolomeo, del linaje de los sacerdotes ungidos, y a los jud�os que est�n en egipto. [11] salvados por dios de grandes peligros, le damos rendidas gracias, como a quien nos ha guiado en la batalla contra el rey, [12] ya que el ha arrojado fuera a los que combat�an contra la ciudad santa. [13] pues, cuando lleg� a persia su jefe acompa�ado de un ej�rcito, al parecer invencible, fueron desbaratados en el templo de nanea, gracias al enga�o tramado por los sacerdotes de nanea. [14] ant�oco, y con �l sus amigos, llegaron a aquel lugar como tratando de desposarse con la diosa, con objeto de apoderarse, a t�tulo de dote, de abundantes riquezas. [15] una vez que los sacerdotes del templo de nanea las hubieron expuesto y que �l se hubo presentado con unas pocas personas en el recinto sagrado, cerraron el templo en cuanto entr� Ant�oco. [16] abrieron la puerta secreta del techo y a pedradas aplastaron al jefe; le descuartizaron, y cort�ndole la cabeza, la arrojaron a los que estaban fuera. [17] en todo sea bendito nuestro dios que ha entregado los imp�os (a la muerte). [18] a punto de celebrar en el veinticinco de kisl�u la purificaci�n del templo, nos ha parecido conveniente informaros, para que tambi�n vosotros la celebr�is como la fiesta de las tiendas y del fuego aparecido cuando ofreci� sacrificios nehem�as, el que construy� el templo y el altar. [19] pues, cuando nuestros padres fueron llevados a persia, los sacerdotes piadosos de entonces, habiendo tomado fuego del altar, lo escondieron secretamente en una concavidad semejante a un pozo seco, en el que tan a seguro lo dejaron, que el lugar qued� ignorado de todos. [20] pasados muchos a�os, cuando a dios le plugo, nehem�as, enviado por el rey de persia, mand� que buscaran el fuego los descendientes de los sacerdotes que lo hab�an escondido; [21] pero como ellos informaron que en realidad no hab�an encontrado fuego, sino un l�quido espeso, �l les mand� que lo sacasen y trajesen. cuando estuvo dispuesto el sacrificio, nehem�as mand� a los sacerdotes que rociaran con aquel l�quido la le�a y lo que hab�a colocado sobre ella. [22] cumplida la orden, y pasado alg�n tiempo, el sol que antes estaba nublado volvi� a brillar, y se encendi� una llama tan grande que todos quedaron maravillados. [23] mientras se consum�a el sacrificio, los sacerdotes hac�an oraci�n: todos los sacerdotes con jonat�n que comenzaba, y los dem�s, como nehem�as, respond�an. [24] la oraci�n era la siguiente: �se�or, se�or dios, creador de todo, temible y fuerte, justo y misericordioso, t�, rey �nico y bueno, [25] t�, solo generoso, solo justo, todopoderoso y eterno, que salvas a israel de todo mal, que elegiste a nuestros padres y los santificaste, [26] acepta el sacrificio por todo tu pueblo israel, guarda tu heredad y santif�cala. [27] re�ne a los nuestros dispersos, da libertad a los que est�n esclavizados entre las naciones, vuelve tus ojos a los despreciados y abominados, y conozcan los gentiles que t� eres nuestro dios. [28] aflige a los que tiranizan y ultrajan con arrogancia. [29] planta a tu pueblo en tu lugar santo, como dijo mois�s.� [30] los sacerdotes salmodiaban los himnos. [31] cuando fue consumido el sacrificio, nehem�as mand� derramar el l�quido

sobrante sobre unas grandes piedras. [32] hecho esto, se encendi� una llamarada que qued� absorbida por el mayor resplandor que brillaba en el altar. [33] cuando el hecho se divulg� y se refiri� al rey de los persas que en el lugar donde los sacerdotes deportados hab�an escondido el fuego, hab�a aparecido aquel l�quido con el que hab�an santificado las ofrendas del sacrificio nehem�as y sus compa�eros, [34] el rey despu�s de verificar tal hecho mand� alzar una cerca haciendo sagrado el lugar. [35] el rey recog�a grandes sumas y las repart�a a quienes quer�a hacer favores. [36] nehem�as y sus compa�eros llamaron a ese l�quido �neftar�, que significa �purificaci�n�; pero la mayor�a lo llama �nafta�. 2 macabeos cap.2 [1] se encuentra en los documentos que el profeta jerem�as mand� a los deportados que tomaran fuego como ya se ha indicado; [2] y c�mo el profeta, despu�s de darles la ley, orden� a los deportados que no se olvidaran de los preceptos del se�or ni se desviaran en sus pensamientos al ver �dolos de oro y plata y las galas que los envolv�an. [3] entre otras cosas, les exhortaba a no apartar la ley de sus corazones. [4] se dec�a tambi�n en el escrito c�mo el profeta, despu�s de una revelaci�n, mand� llevar consigo la tienda y el arca; y c�mo sali� hacia el monte donde mois�s hab�a subido para contemplar la heredad de dios. [5] y cuando lleg� Jerem�as, encontr� una estancia en forma de cueva; all� meti� la tienda, el arca y el altar del incienso, y tap� la entrada. [6] volvieron algunos de sus acompa�antes para marcar el camino, pero no pudieron encontrarlo. [7] en cuanto jerem�as lo supo, les reprendi� dici�ndoles: �este lugar quedar� desconocido hasta que dios vuelva a reunir a su pueblo y le sea propicio. [8] el se�or entonces mostrar� todo esto; y aparecer� la gloria del se�or y la nube, como se mostraba en tiempo de mois�s, cuando salom�n rog� que el lugar fuera solemnemente consagrado.� [9] se explicaba tambi�n c�mo �ste, dotado de sabidur�a, ofreci� el sacrificio de la dedicaci�n y la terminaci�n del templo. [10] como mois�s or� al se�or y baj� del cielo fuego, que devor� las ofrendas del sacrificio, as� tambi�n or� Salom�n y baj� fuego que consumi� los holocaustos. [11] mois�s hab�a dicho: �la v�ctima por el pecado ha sido consumida por no haber sido comida.� [12] salom�n celebr� igualmente los ocho d�as de fiesta. [13] lo mismo se narraba tambi�n en los archivos y en las memorias del tiempo de nehem�as; y c�mo �ste, para fundar una biblioteca, reuni� los libros referentes a los reyes y a los profetas, los de david y las cartas de los reyes acerca de las ofrendas. [14] de igual modo judas reuni� todos los libros dispersos a causa de la guerra que sufrimos, los cuales est�n en nuestras manos. [15] por tanto, si ten�is necesidad de ellos, enviad a quienes os los lleven. [16] a punto ya de celebrar la purificaci�n, os escribimos: bien har�is tambi�n en celebrar estos d�as. [17] el dios que salv� a todo su pueblo y que a todos otorg� la heredad, el reino, el sacerdocio y la santidad, [18] como hab�a prometido por la ley, el mismo dios, como esperamos, se apiadar� pronto de nosotros y nos reunir� de todas partes bajo el cielo en el lugar santo; pues nos ha sacado de grandes males y ha purificado el lugar. [19] la historia de judas macabeo y de sus hermanos, la purificaci�n del m�s grande templo, la dedicaci�n del altar, [20] las guerras contra ant�oco ep�fanes y su hijo eup�tor, [21] y las manifestaciones celestiales en favor de los que combatieron viril y

gloriosamente por el juda�smo, de suerte que, aun siendo pocos, saquearon toda la regi�n, ahuyentaron las hordas b�rbaras, [22] recuperaron el templo famoso en todo el mundo, liberaron la ciudad y restablecieron las leyes que estaban a punto de ser abolidas, pues el se�or se mostr� propicio hacia ellos con toda benignidad; [23] todo esto, expuesto en cinco libros por jas�n de cirene, intentaremos nosotros compendiarlo en uno solo. [24] porque al considerar la marea de n�meros y la dificultad existente, por la amplitud de la materia, para los que quieren sumergirse en los relatos de la historia, [25] nos hemos preocupado por ofrecer alg�n atractivo a los que desean leer, facilidad a los que gustan retenerlo de memoria, y utilidad a cualquiera que lo lea. [26] para nosotros, que nos hemos encargado de la fatigosa labor de este resumen, no es f�cil la tarea, sino de sudores y desvelos, [27] como tampoco al que prepara un banquete y busca el provecho de los dem�s le resulta esto c�modo. sin embargo, esperando la gratitud de muchos, soportamos con gusto esta fatiga, [28] dejando al historiador la tarea de precisar cada suceso y esforz�ndonos por seguir las normas de un resumen. [29] pues as� como al arquitecto de una casa nueva corresponde la preocupaci�n por la estructura entera; y, en cambio, al encargado de la enc�ustica y pinturas, el cuidado de lo necesario para la decoraci�n, lo mismo me parece de nosotros: [30] profundizar, revolver las cuestiones y examinar punto por punto corresponde al que compone la historia; [31] pero buscar concisi�n al exponer y renunciar a tratar el asunto de forma exhaustiva debe concederse al divulgador. [32] comencemos, por tanto, desde ahora la narraci�n, despu�s de haber abundado tanto en los preliminares; pues ser�a absurdo abundar en lo que antecede a la historia y ser breve en la historia misma. 2 macabeos cap.3 [1] mientras la ciudad santa era habitada en completa paz y las leyes guardadas a la perfecci�n, gracias a la piedad y al aborrecimiento de mal del sumo sacerdote on�as, [2] suced�a que hasta los reyes veneraban el lugar santo y honraban el templo con magn�ficos presentes, [3] hasta el punto de que seleuco, rey de asia, prove�a con sus propias rentas a todos los gastos necesarios para el servicio de los sacrificios. [4] pero un tal sim�n, de la tribu de bilg�, constituido administrador del templo, tuvo diferencias con el sumo sacerdote sobre la reglamentaci�n del mercado de la ciudad. [5] no pudiendo vencer a on�as, se fue donde apolonio, hijo de traseo, estratega por entonces de celesiria y fenicia, [6] y le comunic� que el tesoro de jerusal�n, estaba repleto de riquezas incontables, hasta el punto de ser incalculable la cantidad de dinero, sin equivalencia con los gastos de los sacrificios, y que era posible que cayeran en poder del rey. [7] apolonio en conversaci�n con el rey le habl� de las riquezas de que hab�a tenido noticia y entonces el rey design� a heliodoro, el encargado de sus negocios, y le envi� con la orden de realizar la trasferencia de las mencionadas riquezas. [8] enseguida heliodoro emprend�a el viaje con el pretexto de inspeccionar las ciudades de celesiria y fenicia, pero en realidad para ejecutar el proyecto del rey. [9] llegado a jerusal�n y amistosamente acogido por el sumo sacerdote y por la ciudad, expuso el hecho de la denuncia e hizo saber el motivo de su presencia;

pregunt� si las cosas eran realmente as�. [10] manifest� el sumo sacerdote que eran dep�sitos de viudas y hu�rfanos, [11] que una parte pertenec�a a hicarno, hijo de tob�as, personaje de muy alta posici�n y, contra lo que hab�a calumniado el imp�o sim�n, que el total era de cuatrocientos talentos de plata y doscientos de oro; [12] que de ning�n modo se pod�a perjudicar a los que ten�an puesta su confianza en la santidad del lugar, y en la majestad inviolable de aquel templo venerado en todo el mundo. [13] pero heliodoro, en virtud de las �rdenes del rey, manten�a de forma terminante que los bienes deb�an pasar al tesoro real. [14] en la fecha fijada hac�a su entrada para realizar el inventario de los bienes. no era peque�a la angustia en toda la ciudad: [15] los sacerdotes, postrados ante el altar con sus vestiduras sacerdotales, suplicaban al cielo, el que hab�a dado la ley sobre los bienes en dep�sito, que los guardara intactos para quienes los hab�an depositado. [16] el ver la figura del sumo sacerdote llegaba a partir el alma, pues su aspecto y su color demudado manifestaban la angustia de su alma. [17] aquel hombre estaba embargado de miedo y temblor en su cuerpo, con lo que mostraba a los que le contemplaban el dolor que hab�a en su coraz�n. [18] de las casas sal�a en tropel la gente a una rogativa p�blica porque el lugar estaba a punto de caer en oprobio. [19] las mujeres, ce�idas de saco bajo el pecho, llenaban las calles; de las j�venes, que estaban recluidas, unas corr�an a las puertas, otras sub�an a los muros, otras se asomaban por las ventanas. [20] todas, con las manos tendidas al cielo, tomaban parte en la s�plica. [21] daba compasi�n aquella multitud confusamente postrada y el sumo sacerdote angustiado en honda ansiedad. [22] mientras ellos invocaban al se�or todopoderoso para que guardara intactos, en completa seguridad, los bienes en dep�sito para quienes los hab�an confiado, [23] heliodoro llevaba a cabo lo que ten�a decidido. [24] estaba ya all� mismo con su guardia junto al tesoro, cuando el soberano de los esp�ritus y de toda potestad, se manifest� en su grandeza, de modo que todos los que con �l juntos se hab�an atrevido a acercarse, pasmados ante el poder de dios, se volvieron d�biles y cobardes. [25] pues se les apareci� un caballo montado por un jinete terrible y guarnecido con riqu�simo arn�s; lanz�ndose con �mpetu levant� contra heliodoro sus patas delanteras. el que lo montaba aparec�a con una armadura de oro. [26] se le aparecieron adem�s otros dos j�venes de notable vigor, espl�ndida belleza y magn�ficos vestidos que coloc�ndose a ambos lados, le azotaban sin cesar, moli�ndolo a golpes. [27] al caer de pronto a tierra, rodeado de densa oscuridad, lo recogieron y lo pusieron en una litera; [28] al mismo que poco antes, con numeroso s�quito y con toda su guardia, hab�a entrado en el mencionado tesoro, lo llevaban ahora incapaz de valerse por s� mismo, reconociendo todos claramente la soberan�a de dios. [29] mientras �l yac�a mudo y privado de toda esperanza de salvaci�n, a causa del poder divino, [30] otros bendec�an al se�or que hab�a glorificado maravillosamente su propio lugar; y el templo, lleno poco antes de miedo y turbaci�n, rebosaba de gozo y alegr�a despu�s de la manifestaci�n del se�or todopoderoso. [31] pronto algunos de los acompa�antes de heliodoro, instaban a on�as que invocara al alt�simo para que diese la gracia de vivir a aquel que yac�a ya en su �ltimo suspiro. [32] temiendo el sumo sacerdote que acaso el rey sospechara que los jud�os hubieran perpetrado alguna fechor�a contra heliodoro, ofreci� un sacrificio por la salud de aquel hombre. [33] mientras el sumo sacerdote ofrec�a el sacrificio de expiaci�n, se aparecieron otra vez a heliodoro los mismos j�venes, vestidos con la misma

indumentaria y en pie le dijeron: �da muchas gracias al sumo sacerdote on�as, pues por �l te concede el se�or la gracia de vivir; [34] y t�, que has sido azotado por el cielo, haz saber a todos la grandeza del poder de dios.� en diciendo esto, desparacieron. [35] heliodoro, habiendo ofrecido al se�or un sacrificio y tras haber orado largamente al que le hab�a concedido la vida, se despidi� de on�as y volvi� con sus tropas donde el rey. [36] ante todos daba testimonio de las obras del dios grande que �l hab�a contemplado con sus ojos. [37] al preguntar el rey a heliodoro a qui�n convendr�a enviar otra vez a jerusal�n, �l respondi�: [38] �si tienes alg�n enemigo conspirador contra el estado, m�ndalo all� y te volver� molido a azotes, si es que salva su vida, porque te aseguro que rodea a aquel lugar una fuerza divina. [39] pues el mismo que tiene en los cielos su morada, vela y protege aquel lugar; y a los que se acercan con malas intenciones los hiere de muerte.� [40] as� sucedieron las cosas relativas a heliodoro y a la preservaci�n del tesoro. 2 macabeos cap.4 [1] en mencionado sim�n, delator de los tesoros y de la patria, calumniaba a on�as como si �ste hubiera maltratado a heliodoro y fuera el causante de sus desgracias; [2] y se atrev�a a decir que el bienhechor de la ciudad, el defensor de sus compatriotas y celoso observante de las leyes, era un conspirador contra el estado. [3] a tal punto lleg� la hostilidad, que hasta se cometieron asesinatos por parte de uno de los esbirros de sim�n. [4] considerando on�as que aquella rivalidad era intolerable y que apolonio, hijo de menesteo, estratega de celesira y fenicia, instigaba a sim�n al mal, [5] se hizo llevar donde el rey, no porque pretendiera acusar a sus conciudadanos, sino que miraba por los intereses generales y particulares de toda su gente. [6] pues bien ve�a que sin la intervenci�n real era ya imposible pacificar la situaci�n y detener a sim�n en sus locuras. [7] cuando seleuco dej� esta vida y ant�oco, por sobrenombre ep�fanes, comenz� a reinar, jas�n, el hermano de on�as, usurp� el sumo pontificado, [8] despu�s de haber prometido al rey, en una conversaci�n, 360 talentos de plata y ochenta talentos de otras rentas. [9] se compromet�a adem�s a firmar el pago de otro 150, si se le conced�a la facultad de instalar por su propia cuenta un gimnasio y una efeb�a, as� como la de inscribir a los antioquenos en jerusal�n. [10] con el consentimiento del rey y con los poderes en su mano, pronto cambi� las costumbres de sus compatriotas conforme al estilo griego. [11] suprimiendo los privilegios que los reyes hab�an concedido a los jud�os por medio de juan, padre de eup�lemo, el que fue enviado en embajada a los romanos para un tratado de amistad y alianza, y abrogando las instituciones legales, introdujo costumbres nuevas, contrarias a la ley. [12] as� pues, fund� a su gusto un gimnasio bajo la misma acr�polis e indujo a lo mejor de la juventud a educarse bajo el petaso. [13] era tal el auge del helenismo y el progreso de la moda extranjera a causa de la extrema perversidad de aquel jas�n, que ten�a m�s de imp�o que de sumo sacerdote, [14] que ya los sacerdotes no sent�an celo por el servicio del altar, sino que despreciaban el templo; descuidando los sacrificios, en cuanto se daba la se�al con el gong se apresuraban a tomar parte en los ejercicios de la palestra contrarios a la ley;

[15] sin apreciar en nada la honra patria, ten�an por mejores las glorias hel�nicas. [16] por esto mismo, una dif�cil situaci�n les puso en aprieto, y tuvieron como enemigos y verdugos a los mismos cuya conducta emulaban y a quienes quer�an parecerse en todo. [17] pues no resulta f�cil violar las leyes divinas; as� lo mostrar� el tiempo venidero. [18] cuando se celebraron en tiro los juegos cuadrienales, en presencia del rey, [19] el impuro jas�n envi� embajadores, como antioquenos de jerusal�n, que llevaban consigo trescientas dracmas de plata para el sacrificio de h�rcules. pero los portadores prefirieron, dado que no conven�a, no emplearlas en el sacrificio, sino en otros gastos. [20] y as�, el dinero que estaba destinado por voluntad del que lo enviaba, al sacrificio de h�rcules, se emple� por deseo de los portadores, en la construcci�n de las trirremes. [21] apolonio, hijo de menesteo, fue enviado a egipto para la boda del rey filom�tor. cuando supo ant�oco que aqu�l se hab�a convertido en su adversario pol�tico se preocup� de su propia seguridad; por eso, pasando por joppe, se present� en jerusal�n. [22] fue magn�ficamente recibido por jas�n y por la ciudad, e hizo su entrada entre antorchas y aclamaciones. despu�s de esto llev� sus tropas hasta fenicia. [23] tres a�os despu�s, jas�n envi� a menelao, hermano del ya mencionado sim�n, para llevar el dinero al rey y gestionar la negociaci�n de asuntos urgentes. [24] menelao se hizo presentar al rey, a quien impresion� con su aire majestuoso, y logr� ser investido del sumo sacerdocio, ofreciendo trescientos talentos de plata m�s que jas�n. [25] provisto del mandato real, se volvi� sin poseer nada digno del sumo sacerdocio, sino m�s bien el furor de un cruel tirano y la furia de una bestia salvaje. [26] jas�n, por su parte, suplantador de su propio hermano y �l mismo suplantado por otro, se vio forzado a huir al pa�s de amm�n. [27] menelao detentaba ciertamente el poder, pero nada pagaba del dinero prometido al rey, [28] aunque s�strates, el alcaide de la acr�polis, se lo reclamaba, pues a �l correspond�a la percepci�n de los tributos. por este motivo, ambos fueron convocados por el rey. [29] menelao dej� como sustituto del sumo sacerdocio a su hermano lis�maco; s�strates a crates, jefe de los chipriotas. a crates, jefe de los chipriotas. [30] mientras tanto, sucedi� que los habitantes de tarso y de malos se sublevaron por haber sido cedidas sus ciudades como regalo a antioquida, la concubina del rey. [31] fue, pues, el rey a toda prisa, para poner orden en la situaci�n, dejando como sustituto a andr�nico, uno de los dignatarios. [32] menelao pens� aprovecharse de aquella buena oportunidad; arrebat� algunos objetos de oro del templo, y se los regal� a andr�nico; tambi�n logr� vender otros en tiro y en las ciudades de alrededor. [33] cuando on�as lleg� a saberlo con certeza, se lo reproch�, no sin haberse retirado antes a un lugar de refugio, a dafne, cerca de antioqu�a. [34] por eso, menelao, a solas con andr�nico, le incitaba a matar a on�as. andr�nico se lleg� donde on�as, y, confiando en la astucia, estrech�ndole la mano y d�ndole la diestra con juramento, perusadi� a on�as, aunque a �ste no le faltaban sospechas, a salir de su refugio, e inmediatamente le dio muerte, sin respeto alguno a la justicia. [35] por este motivo no s�lo los jud�os sino tambi�n muchos de las dem�s naciones se indignaron y se irritaron por el injusto asesinato de aquel hombre. [36] cuando el rey volvi� de las regiones de cilicia, los jud�os de la ciudad junto con los griegos, que tambi�n odiaban el mal, fueron a su encuentro a quejarse de la injustificada muerte de on�as.

[37] ant�oco, hondamente estristecido y movido a compasi�n, llor� recordando la prudencia y la gran moderaci�n del difunto. [38] encendido en ira, despoj� inmediatamente a andr�nico, de la p�rpura y desgarr� sus vestidos. le hizo conducir por toda la ciudad hasta el mismo lugar donde tan imp�amente hab�a tratado a on�as; all� hizo desaparecer de este mundo al criminal, a quien el se�or daba el merecido castigo. [39] lis�maco hab�a cometido muchos robos sacr�legos en la ciudad con el consentimiento de menelao, y la noticia se hab�a divulgado fuera; por eso la multitud se amotin� contra lis�maco. pero eran ya muchos los objetos de oro que estaban dispersos. [40] como las turbas estaban excitadas y en el colmo de su c�lera, lis�maco arm� a cerca de 3.000 hombres e inici� la represi�n violenta, poniendo por jefe a un tal aurano, avanzado en edad y no menos en locura. [41] cuando se dieron cuenta del ataque de lis�maco, unos se armaron de piedras, otros de estacas y otros, tomando a pu�adas ceniza que all� hab�a, lo arrojaban todo junto contra las tropas de lis�maco. [42] de este modo hirieron a muchos de ellos, y mataron a algunos; a todos los dem�s los pusieron en fuga, y al mismo ladr�n sacr�lego le mataron junto al tesoro. [43] sobre todos estos hechos se instruy� proceso contra menelao. [44] cuando el rey lleg� a tiro, tres hombres enviados por el senado expusieron ante �l el alegato. [45] menelao, perdido ya, prometi� una importante suma a tolomeo, hijo de dorimeno, para que persuadiera al rey. [46] entonces tolomeo, llevando al rey aparte a una galer�a como para tomar el aire, le hizo cambiar de parecer, [47] de modo que absolvi� de las acusaciones a menelao, el causante de todos los males, y, en cambio, conden� a muerte a aquellos infelices que hubieran sido absueltos, aun cuando hubieran declarado ante un tribunal de escitas. [48] as� que, sin dilaci�n, sufrieron aquella injusta pena los que hab�an defendido la causa de la ciudad, del pueblo y de los vasos sagrados. [49] por este motivo, algunos tirios, indignados contra aquella iniquidad, prepararon con magnificencia su sepultura. [50] menelao, por su parte, por la avaricia de aquellos gobernantes, permaneci� en el poder, creciendo en maldad, constituido en el principal adversario de sus conciudadanos. 2 macabeos cap.5 [1] por esta �poca preparaba ant�oco la segunda expedici�n a egipto. [2] sucedi� que durante cerca de cuarenta d�as aparecieron en toda la ciudad, corriendo por los aires, jinetes vestidos de oro, tropas armadas distribuidas en cohortes, [3] escuadrones de caballer�a en orden de batalla, ataques y cargas de una y otra parte, movimiento de escudos, espesura de lanzas, espadas desenvainadas, lanzamiento de dardos, resplandores de armaduras de oro y corazas de toda clase. [4] ante ello todos rogaban que aquella aparici�n presagiase alg�n bien. [5] al difundirse el falso rumor de que ant�oco hab�a dejado esta vida, jas�n, con no menos de mil hombres, lanz� un ataque imprevisto contra la ciudad; al ser rechazados los que estaban en la muralla y capturada ya por fin la ciudad, menelao se refugi� en la acr�polis. [6] jas�n hac�a cruel matanza de sus propios ciudadanos sin caer en cuenta que un �xito sobre sus compatriotas era el peor de los desastres; se imaginaba ganar trofeos de enemigos y no de sus compatriotas. [7] pero no logr� el poder; sino que al fin, con la ignominia ganada por sus intrigas, se fue huyendo de nuevo al pa�s de amm�n. [8] por �ltimo encontr� un final desastroso: acusado ante aretas, tirano de los �rabes, huyendo de su ciudad, perseguido por todos, detestado como ap�stata de las

leyes, y abominado como verdugo de la patria y de los conciudadanos, fue arrojado a egipto. [9] el que a muchos hab�a desterrado de la patria, en el destierro muri�, cuando se dirig�a a lacedemonia, con la esperanza de encontrar protecci�n por raz�n de parentesco; [10] y el que a tantos hab�a privado de sepultura, pas� sin ser llorado, sin recibir honras f�nebres ni tener un sitio en la sepultura de sus padres. [11] cuando llegaron al rey noticias de lo sucedido, sac� la conclusi�n de que judea se separaba; por eso regres� de egipto, rabioso como una fiera, tom� la ciudad por las armas, [12] y orden� a los soldados que hirieran sin compasi�n a los que encontraran y que mataran a los que subiesen a los terrados de las casas. [13] perecieron j�venes y ancianos; fueron asesinados muchachos, mujeres y ni�os, y degollaron a doncellas y ni�os de pecho. [14] en s�lo tres d�as perecieron 80.000 personas, 40.000 en la refriega y otros, en n�mero no menor que el de las v�ctimas, fueron vendidos como esclavos. [15] ant�oco, no contento con esto, se atrevi� a penetrar en el templo m�s santo de toda la tierra, llevando como gu�a a menelao, el traidor a las leyes y a la patria. [16] con sus manos impuras tom� los vasos sagrados y arrebat� con sus manos profanas las ofrendas presentadas por otros reyes para acrecentamiento de la gloria y honra del lugar. [17] ant�oco estaba engre�do en su pensamiento, sin considerar que el soberano estaba irritado por poco tiempo a causa de los pecados de los habitantes de la ciudad y por eso desviaba su mirada del lugar. [18] pero de no haberse dejado arrastrar ellos por los muchos pecados, el mismo ant�oco, como heliodoro, el enviado por el rey seleuco para inspeccionar el tesoro, al ser azotado nada m�s llegar, habr�a renunciado a su osad�a. [19] pero el se�or no ha elegido a la naci�n por el lugar, sino el lugar por la naci�n. [20] por esto, tambi�n el mismo lugar, despu�s de haber participado de las desgracias acaecidas a la naci�n, ha tenido luego parte en sus beneficios; y el que hab�a sido abandonado en tiempo de la c�lera del todopoderoso, de nuevo en tiempo de la reconciliaci�n del gran soberano, ha sido restaurado con toda su gloria. [21] as� pues, ant�oco, llev�ndose del templo 1.800 talentos, se fue pronto a antioqu�a, creyendo en su orgullo que har�a la tierra navegable y el mar viable, por la arrogancia de su coraz�n. [22] dej� tambi�n prefectos para hacer da�o a la raza: en jerusal�n a filipo, de raza frigia, que ten�a costumbres m�s b�rbaras que el le hab�a nombrado; [23] en el monte garizim, a andr�nico, y adem�s de �stos, a menelao, que superaba a los dem�s en maldad contra sus conciudadanos. el rey, que albergaba hacia los jud�os sentimientos de odio, [24] envi� al misarca apolonio con un ej�rcito de 22.000 hombres, y la orden de degollar a todos los que estaban en el vigor de la edad, y de vender a las mujeres y a los m�s j�venes. [25] llegado �ste a jerusal�n y fingiendo venir en son de paz esper� hasta el d�a santo del s�bado. aprovechando el descanso de los jud�os, mand� a sus tropas que se equiparan con las armas, [26] y a todos los que sal�an a ver aquel espect�culo, los hizo matar e, invadiendo la ciudad con los soldados armados, hizo caer una considerable multitud. [27] pero judas, llamado tambi�n macabeo, form� un grupo de unos diez y se retir� al desierto. llevaba con sus compa�eros, en las monta�as, vida de fieras salvajes, sin comer m�s alimento que hierbas, para no contaminarse de impureza. 2 macabeos cap.6

[1] poco tiempo despu�s, el rey envi� al ateniense geronta para obligar a los jud�os a que desertaran de las leyes de sus padres y a que dejaran de vivir seg�n las leyes de su dios; [2] y adem�s para contaminar el templo de jerusal�n, dedic�ndolo a zeus ol�mpico, y el de garizim, a zeus hospitalario, como lo hab�an pedido los habitantes del lugar. [3] este recrudecimiento del mal era para todos penoso e insoportable. [4] el templo estaba lleno de des�rdenes y org�as por parte de los paganos que holgaban con meretrices y que en los atrios sagrados andaban con mujeres, y hasta introduc�an all� cosas prohibidas. [5] el altar estaba repleto de v�ctimas il�citas, prohibidas por las leyes. [6] no se pod�a ni celebrar el s�bado, ni guardar las fiestas patrias, ni siquiera confesarse jud�o; [7] antes bien eran obligados con amarga violencia a la celebraci�n mensual del nacimiento del rey con un banquete sacrificial y, cuando llegaba la fiesta de di�niso, eran forzados a formar parte de su cortejo, coronados de hiedra. [8] por instigaci�n de los habitantes de tolemaida sali� un decreto para las vecinas ciudades griegas, oblig�ndolas a que procedieran de la misma forma contra los jud�os y a que les hicieran participar en los banquetes sacrificiales, [9] con orden de degollar a los que no adoptaran el cambio a las costumbres griegas. pod�ase ya entrever la calamidad inminente. [10] dos mujeres fueron delatadas por haber circuncidado a sus hijos; las hicieron recorrer p�blicamente la ciudad con los ni�os colgados del pecho, y las precipitaron desde la muralla. [11] otros que se hab�an reunido en cuevas pr�ximas para celebrar a escondidas el d�a s�ptimo, fueron denunciados a filipo y quemados juntos, sin que quisieran hacer nada en su defensa, por respeto a la santidad del d�a. [12] ruego a los lectores de este libro que no se desconcierten por estas desgracias; piensen antes bien que estos castigos buscan no la destrucci�n, sino la educaci�n de nuestra raza; [13] pues el no tolerar por mucho tiempo a los imp�os, de modo que pronto caigan en castigos, es se�al de gran benevolencia. [14] pues con las dem�s naciones el soberano, para castigarlas, aguarda pacientemente a que lleguen a colmar la medida de sus pecados; pero con nosotros ha decidido no proceder as�, [15] para que no tenga luego que castigarnos, al llegar nuestros pecados a la medida colmada. [16] por eso mismo nunca retira de nosotros su misericordia: cuando corrige con la desgracia, no est� abandonando a su propio pueblo. [17] quede esto dicho a modo de recuerdo. despu�s de estas pocas palabras, prosigamos la narraci�n. [18] a eleazar, uno de los principales escribas, var�n de ya avanzada edad y de muy noble aspecto, le forzaban a abrir la boca y a comer carne de puerco. [19] pero �l, prefiriendo una muerte honrosa a una vida infame, marchaba voluntariamente al suplicio del apaleamiento, [20] despu�s de escupir todo, que es como deben proceder los que tienen valent�a rechazar los alimentos que no es l�cito probar ni por amor a la vida. [21] los que estaban encargados del banquete sacrificial contrario a la ley, tom�ndole aparte en raz�n del conocimiento que de antiguo ten�an con este hombre, le invitaban a traer carne preparada por �l mismo, y que le fuera l�cita; a simular como si comiera la mandada por el rey, tomada del sacrificio, [22] para que, obrando as�, se librara de la muerte, y por su antigua amistad hacia ellos alcanzara benevolencia. [23] pero �l, tomando una noble resoluci�n digna de su edad, de la prestancia de su ancianidad, de sus experimentadas y ejemplares canas, de su inmejorable proceder desde ni�o y, sobre todo, de la legislaci�n santa dada por dios, se mostr� consecuente consigo diciendo que se le mandara pronto al hades. [24] �porque a nuestra edad no es digno fingir, no sea que muchos j�venes

creyendo que eleazar, a sus noventa a�os, se ha pasado a las costumbres paganas, [25] tambi�n ellos por mi simulaci�n y por mi apego a este breve resto de vida, se desv�en por mi culpa y yo atraiga mancha y deshonra a mi vejez. [26] pues aunque me libre al presente del castigo de los hombres, sin embargo ni vivo ni muerto podr� escapar de las manos del todopoderoso. [27] por eso, al abandonar ahora valientemente la vida, me mostrar� digno de mi ancianidad, [28] dejando a los j�venes un ejemplo noble al morir generosamente con �nimo y nobleza por las leyes venerables y santas.� habiendo dicho esto, se fue enseguida al suplicio del apaleamiento. [29] los que le llevaban cambiaron su suavidad de poco antes en dureza, despu�s de o�r las referidas palabras que ellos consideraban una locura; [30] �l, por su parte, a punto ya de morir por los golpes, dijo entre suspiros: �el se�or, que posee la ciencia santa, sabe bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto flagelado en mi cuerpo recios dolores, pero en mi alma los sufro con gusto por temor de �l.� [31] de este modo lleg� a su tr�nsito. (no s�lo a los j�venes, sino tambi�n a la gran mayor�a de la naci�n, eleazar dej� su muerte como ejemplo de nobleza y recuerdo de virtud.) 2 macabeos cap.7 [1] sucedi� tambi�n que siete hermanos apresados junto con su madre, eran forzados por el rey, flagelados con azotes y nervios de buey, a probar carne de puerco (prohibida por la ley). [2] uno de ellos, hablando en nombre de los dem�s, dec�a as�: ��qu� quieres preguntar y saber de nosotros? estamos dispuestos a morir antes que violar las leyes de nuestros padres.� [3] el rey, fuera de s�, orden� poner al fuego sartenes y calderas. [4] en cuanto estuvieron al rojo, mand� cortar la lengua al que hab�a hablado en nombre de los dem�s, arrancarle el cuero cabelludo y cortarle las extremidades de los miembros, en presencia de sus dem�s hermanos y de su madre. [5] cuando qued� totalmente inutilizado, pero respirando todav�a, mand� que le acercaran al fuego y le tostaran en la sart�n. mientras el humo de la sart�n se difund�a lejos, los dem�s hermanos junto con su madre se animaban mutuamente a morir con generosidad, y dec�an: [6] �el se�or dios vela y con toda seguridad se apiadar� de nosotros, como declar� Mois�s en el c�ntico que atestigua claramente: "se apiadar� de sus siervos".� [7] cuando el primero hizo as� su tr�nsito, llevaron al segundo al suplicio y despu�s de arrancarle la piel de la cabeza con los cabellos, le preguntaban: ��vas a comer antes de que tu cuerpo sea torturado miembro a miembro?� [8] el respondiendo en su lenguaje patrio, dijo: ��no!� por ello, tambi�n �ste sufri� a su vez la tortura, como el primero. [9] al llegar a su �ltimo suspiro dijo: �t�, criminal, nos privas de la vida presente, pero el rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitar� a una vida eterna.� [10] despu�s de �ste, fue castigado el tercero; en cuanto se lo pidieron, present� la lengua, tendi� decidido las manos [11] (y dijo con valent�a: �por don del cielo poseo estos miembros, por sus leyes los desde�o y de el espero recibirlos de nuevo).� [12] hasta el punto de que el rey y sus acompa�antes estaban sorprendidos del �nimo de aquel muchacho que en nada ten�a los dolores. [13] llegado �ste a su tr�nsito, maltrataron de igual modo con suplicios al cuarto. [14] cerca ya del fin dec�a as�: �es preferible morir a manos de hombres con la esperanza que dios otorga de ser resucitados de nuevo por �l; para ti, en cambio, no habr� resurrecci�n a la vida.�

[15] enseguida llevaron al quinto y se pusieron a atormentarle. [16] el, mirando al rey, dijo: �t�, porque tienes poder entre los hombres aunque eres mortal, haces lo que quieres. pero no creas que dios ha abandonado a nuestra raza. [17] aguarda t� y contemplar�s su magnifico poder, c�mo te atormentar� a ti y a tu linaje.� [18] despu�s de �ste, trajeron al sexto, que estando a punto de morir dec�a: �no te hagas ilusiones, pues nosotros por nuestra propia culpa padecemos; por haber pecado contra nuestro dios (nos suceden cosas sorprendentes). [19] pero no pienses quedar impune t� que te has atrevido a luchar contra dios.� [20] admirable de todo punto y digna de glorioso recuerdo fue aquella madre que, al ver morir a sus siete hijos en el espacio de un solo d�a, sufr�a con valor porque ten�a la esperanza puesta en el se�or. [21] animaba a cada uno de ellos en su lenguaje patrio y, llena de generosos sentimientos y estimulando con ardor varonil sus reflexiones de mujer, les dec�a: [22] �yo no s� c�mo aparecisteis en mis entra�as, ni fui yo quien os regal� el esp�ritu y la vida, ni tampoco organic� yo los elementos de cada uno. [23] pues as� el creador del mundo, el que model� al hombre en su nacimiento y proyect� el origen de todas las cosas, os devolver� el esp�ritu y la vida con misericordia, porque ahora no mir�is por vosotros mismos a causa de sus leyes.� [24] ant�oco cre�a que se le despreciaba a �l y sospechaba que eran palabras injuriosas. mientras el menor segu�a con vida, no s�lo trataba de ganarle con palabras, sino hasta con juramentos le promet�a hacerle rico y muy feliz, con tal de que abandonara las tradiciones de sus padres; le har�a su amigo y le confiar�a altos cargos. [25] pero como el muchacho no le hac�a ning�n caso, el rey llam� a la madre y la invit� a que aconsejara al adolescente para salvar su vida. [26] tras de instarle �l varias veces, ella acept� el persuadir a su hijo. [27] se inclin� sobre �l y burl�ndose del cruel tirano, le dijo en su lengua patria: �hijo, ten compasi�n de m� que te llev� en el seno por nueve meses, te amamant� por tres a�os, te cri� y te eduqu� hasta la edad que tienes (y te aliment�). [28] te ruego, hijo, que mires al cielo y a la tierra y, al ver todo lo que hay en ellos, sepas que a partir de la nada lo hizo dios y que tambi�n el g�nero humano ha llegado as� a la existencia. [29] no temas a este verdugo, antes bien, mostr�ndote digno de tus hermanos, acepta la muerte, para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en la misericordia.� [30] en cuanto ella termin� de hablar, el muchacho dijo: ��qu� esper�is? no obedezco el mandato del rey; obedezco el mandato de la ley dada a nuestros padres por medio de mois�s. [31] y t�, que eres el causante de todas las desgracias de los hebreos, no escapar�s de las manos de dios. [32] (cierto que nosotros padecemos por nuestros pecados.) [33] si es verdad que nuestro se�or que vive, est� moment�neamente irritado para castigarnos y corregirnos, tambi�n se reconciliar� de nuevo con sus siervos. [34] pero t�, �oh imp�o y el m�s criminal de todos los hombres!, no te engr�as neciamente, entreg�ndote a vanas esperanzas y alzando la mano contra sus siervos; [35] porque todav�a no has escapado del juicio del dios que todo lo puede y todo lo ve. [36] pues ahora nuestros hermanos, despu�s de haber soportado una corta pena por una vida perenne, cayeron por la alianza de dios; t�, en cambio, por el justo juicio de dios cargar�s con la pena merecida por tu soberbia. [37] yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi vida por las leyes de mis padres, invocando a dios para que pronto se muestre propicio con nuestra naci�n, y que t� con pruebas y azotes llegues a confesar que �l es el �nico dios. [38] que en m� y en mis hermanos se detenga la c�lera del todopoderoso justamente descargada sobre toda nuestra raza.�

[39] el rey, fuera de s�, se ensa�� con �ste con mayor crueldad que con los dem�s, por resultarle amargo el sarcasmo. [40] tambi�n �ste tuvo un limpio tr�nsito, con entera confianza en el se�or. [41] por �ltimo, despu�s de los hijos muri� la madre. [42] sea esto bastante para tener noticia de los banquetes sacrificiales y de las crueldades sin medida. 2 macabeos cap.8 [1] judas, llamado tambi�n macabeo, y sus compa�eros entraban sigilosamente en los pueblos, llamaban a sus hermanos de raza y acogiendo a los que permanec�an fieles al juda�smo, llegaron a reunir 6.000 hombres. [2] rogaban al se�or que mirase por aquel pueblo que todos conculcaban; que tuviese piedad del santuario profanado por los hombres imp�os; [3] que se compadeciese de la ciudad destruida y a punto de ser arrasada, y que escuchase las voces de la sangre que clamaba a �l; [4] que se acordase de la inicua matanza de ni�os inocentes y de las blasfemias proferidas contra su nombre, y que mostrase su odio al mal. [5] macabeo, con su tropa organizada, fue ya invencible para los gentiles, al haberse cambiado en misericordia la c�lera del se�or. [6] llegando de improviso, incendiaba ciudades y pueblos; despu�s de ocupar las posiciones estrat�gicas, causaba al enemigo grandes p�rdidas. [7] prefer�a la noche como aliada para tales incursiones. la fama de su valor se extend�a por todas partes. [8] al ver filipo que este hombre progesaba paulatinamente y que sus �xitos eran cada d�a m�s frecuentes, escribi� a tolomeo, estratega de celesiria y fenicia para que viniese en ayuda de los intereses del rey. [9] este design� enseguida a nicanor, hijo de patroclo, uno de sus primeros amigos, y le envi� al frente de no menos de 20.000 hombres de todas las naciones para exterminar la raza entera de judea. puso a su lado a gorgias, general con experiencia en lides guerreras. [10] nicanor intentaba, por su parte, saldar con la venta de prisioneros jud�os, el tributo de 2.000 talentos que el rey deb�a a los romanos. [11] pronto envi� a las ciudades mar�timas una invitaci�n para que vinieran a comprar esclavos jud�os, prometiendo entregar noventa esclavos por un talento sin esperarse el castigo del todopoderoso que estaba a punto de caer sobre �l. [12] lleg� a judas la noticia de la expedici�n de nicanor. cuando comunic� a los que le acompa�aban que el ej�rcito se acercaba, [13] los cobardes y desconfiados de la justicia divina, comenzaron a escaparse y alejarse del lugar; [14] los dem�s vend�an todo lo que les quedaba, y ped�an al mismo tiempo al se�or que librara a los que el imp�o nicanor ten�a vendidos aun ante de haberse enfrentado. [15] si no por ellos, s� por las alianzas con sus padres y porque invocaban en su favor el venerable y majestuoso nombre. [16] despu�s de reunir a los suyos, en n�mero de 6.000, el macabeo les exhortaba a no dejarse amedrentar por los enemigos y a no temer a la muchedumbre de gentiles que injustamente ven�an contra ellos, sino a combatir con valor, [17] teniendo a la vista el ultraje que inicuamente hab�an inferido al lugar santo, los suplicios infligidos a la ciudad y la abolici�n de las instituciones ancestrales. [18] �ellos, les dijo, conf�an en sus armas y en su audacia; pero nosotros tenemos nuestra confianza puesta en dios todopoderoso, que puede abatir con un gesto a los que vienen contra nosotros y al mundo entero.� [19] les enumer� los auxilios dispensados a sus antecesores, especialmente frente a senaquerib, cuando perecieron 185.000, [20] y el recibido en babilonia, en la batalla contra los g�latas, cuando entraron en acci�n todos los 8.000 jud�os junto a los 4.000 macedonios, y cuando

los macedonios se hallaban en apuros, los 8.000 derrotaron a 120.000, gracias al auxilio que les lleg� del cielo, y se hicieron con un gran bot�n. [21] despu�s de haberlos enardecido con estas palabras y de haberlos dispuesto a morir por las leyes y por la patria, dividi� el ej�rcito en cuatro cuerpos. [22] puso a sus hermanos, sim�n, jos� y jonat�n, al frente de cada cuerpo, dejando a las �rdenes de cada uno 1.500 hombres. [23] adem�s mand� a esdr�as que leyera el libro sagrado; luego, dando como consigna �auxilio de dios�, �l mismo al frente del primer cuerpo trab� combate con nicanor. [24] al ponerse el todopoderoso de su parte en la lucha, dieron muerte a m�s de 9.000 enemigos, hirieron y mutilaron a la mayor parte del ej�rcito de nicanor, y a todos los dem�s los pusieron en fuga. [25] se apoderaron del dinero de los que hab�an venido a comprarlos. despu�s de haberlos perseguido bastante tiempo, se volvieron, obligados por la hora, [26] pues era v�spera del s�bado, y por esta causa no continuaron en su persecuci�n. [27] una vez que hubieron amontonado las armas y recogido los despojos de los enemigos, comenzaron la celebraci�n del s�bado, desbord�ndose en bendiciones y alabanzas al se�or que en aquel d�a les hab�a salvado, estableciendo el comienzo de su misericordia. [28] al acabar el s�bado, dieron una parte del bot�n a los que hab�an sufrido la persecuci�n, as� como a las viudas y hu�rfanos; ellos y sus hijos se repartieron el resto. [29] hecho esto, en rogativa p�blica rogaron al se�or misericordioso que se reconciliara del todo con sus siervos. [30] en su combate con las tropas de timoteo y b�quides, mataron a �stos m�s de 20.000 hombres, se adue�aron por completo de altas fortalezas y dividieron el inmenso bot�n en partes iguales, una para ellos y otra para los que hab�an sufrido la persecuci�n, los hu�rfanos y las viudas, as� como para los ancianos. [31] con todo cuidado reunieron las armas capturadas en lugares convenientes y llevaron a jerusal�n el resto de los despojos. [32] mataron al filarca de la escolta de timoteo, hombre muy imp�o que hab�a causado mucho pesar a los jud�os. [33] mientras celebraban la victoria en su patria, quemaron a los que hab�an incendiado los portones sagrados, as� como a cal�stenes, que estaban refugiados en una misma casita, y que recibieron as� la merecida paga de su impiedad. [34] nicanor, tres veces criminal, que hab�a tra�do a los mil comerciantes para la venta de los jud�os, [35] con el auxilio del se�or, qued� humillado por los mismos que �l despreciaba como los m�s viles; despoj�ndose de sus galas, como un fugitivo a campo trav�s, buscando la soledad lleg� hasta antioqu�a con mucha suerte, despu�s del desastre de su ej�rcito. [36] el que hab�a pretendido saldar el tributo debido a los romanos con la venta de los prisioneros de jerusal�n, proclamaba que los jud�os ten�an a alguien que les defend�a, y que los jud�os eran invulnerables por el hecho de que segu�an las leyes prescritas por aqu�l. 2 macabeos cap.9 [1] sucedi� por este tiempo que ant�oco hubo de retirarse desordenadamente de las regiones de persia. [2] en efecto, habiendo entrado en la ciudad llamada pers�polis, pretendi� saquear el santuario y oprimir la ciudad; ante ello, la muchedumbre sublev�ndose acudi� a las armas y le puso en fuga; y sucedi� que ant�oco, ahuyentado por los naturales del pa�s, hubo de emprender una vergonzosa retirada. [3] cuando estaba en ecb�tana, le lleg� la noticia de lo ocurrido a nicanor y a las tropas de timoteo. [4] arrebatado de furor, pensaba vengar en los jud�os la afrenta de los que le

hab�an puesto en fuga, y por eso orden� al conductor que hiciera avanzar el carro sin parar hasta el t�rmino del viaje. pero ya el juicio del cielo se cern�a sobre �l, pues hab�a hablado as� con orgullo: �en cuanto llegue a jerusal�n, har� de la ciudad una fosa com�n de jud�os.� [5] pero el se�or dios de israel que todo lo ve, le hiri� con una llaga incurable e invisible: apenas pronunciada esta frase, se apoder� de sus entra�as un dolor irremediable, con agudos retortijones internos, [6] cosa totalmente justa para quien hab�a hecho sufrir las entra�as de otros con numerosas y desconocidas torturas. [7] pero �l de ning�n modo cesaba en su arrogancia; estaba lleno todav�a de orgullo, respiraba el fuego de su furor contra los jud�os y mandaba acelerar la marcha. pero sucedi� que vino a caer de su carro que corr�a velozmente y, con la violenta ca�da, todos los miembros de su cuerpo se le descoyuntaron. [8] el que poco antes pensaba dominar con su altivez de superhombre las olas del mar, y se imaginaba pesar en una balanza las cimas de las monta�as, ca�do por tierra, era luego transportado en una litera, mostrando a todos de forma manifiesta el poder de dios, [9] hasta el punto que de los ojos del imp�o pululaban gusanos, ca�an a pedazos sus carnes, aun estando con vida, entre dolores y sufrimientos, y su infecto hedor apestaba todo el ej�rcito. [10] al que poco antes cre�a tocar los astros del cielo, nadie pod�a ahora llevarlo por la insoportable repugnancia del hedor. [11] as� comenz� entonces, herido, a abatir su excesivo orgullo y a llegar al verdadero conocimiento bajo el azote divino, en tensi�n a cada instante por los dolores. [12] como ni �l mismo pod�a soportar su propio hedor, dec�a: �justo es estar sumiso a dios y que un mortal no pretenda igualarse a la divinidad.� [13] pero aquel malvado rogaba al soberano de quien ya no alcanzar�a misericordia, prometiendo [14] que declarar�a libre la ciudad santa, a la que se hab�a dirigido antes a toda prisa para arrasarla y transformarla en fosa com�n, [15] que equiparar�a con los atenienses a todos aquellos jud�os que hab�a considerado dignos, no de una sepultura, sino de ser arrojados con sus ni�os como pasto a las fieras; [16] que adornar�a con los m�s bellos presentes el templo santo que antes hab�a saqueado; que devolver�a multiplicados todos los objetos sagrados; que suministrar�a a sus propias expensas los fondos que se gastaban en los sacrificios; [17] y, adem�s, que se har�a jud�o y recorrer�a todos los lugares habitados para proclamar el poder de dios. [18] como sus dolores de ninguna forma se calmaban, pues hab�a ca�do sobre �l el justo juicio de dios, desesperado de su estado, escribi� a los jud�os la carta copiada a continuaci�n, en forma de s�plica, con el siguiente contenido: [19] �a los honrados jud�os, ciudadanos suyos, con los mejores deseos de dicha, salud y prosperidad, saluda el rey y estratega ant�oco. [20] si os encontr�is bien vosotros y vuestros hijos, y vuestros asuntos van conforme a vuestros deseos, damos por ello rendidas gracias. [21] en cuanto a m�, me encuentro postrado sin fuerza en mi lecho, con un amistoso recuerdo de vosotros. a mi vuelta de las regiones de persia, contraje una molesta enfermedad y he considerado necesario preocuparme de vuestra seguridad com�n. [22] no desespero de mi situaci�n, antes bien tengo grandes esperanzas de salir de esta enfermedad; [23] pero considerando que tambi�n mi padre, con ocasi�n de salir a campa�a hacia las regiones altas, design� su futuro sucesor, [24] para que, si ocurr�a algo sorprendente o si llegaba alguna noticia desagradable, los habitantes de las provincias no se perturbaran, por saber ya a qui�n quedaba confiado el gobierno;

[25] d�ndome cuenta adem�s de que los soberanos de alrededor, vecinos al reino, acechan las oportunidades y aguardan lo que pueda suceder, he nombrado rey a mi hijo ant�oco, a quien muchas veces, al recorrer las satrap�as altas, os he confiado y recomendado a gran parte de vosotros. a �l le he escrito lo que sigue. [26] por tanto os exhorto y ruego que acord�ndoos de los beneficios recibidos en com�n y en particular, guard�is cada uno tambi�n con mi hijo la benevolencia que ten�is hacia m�. [27] pues estoy seguro de que �l, realizando con moderaci�n y humanidad mis proyectos, se entender� bien con vosotros.� [28] as� pues, aquel asesino y blasfemo, sufriendo los peores padecimientos, como los hab�a hecho padecer a otros, termin� la vida en tierra extranjera, entre monta�as, en el m�s lamentable infortunio. [29] filipo, su compa�ero, trasladaba su cuerpo; mas, por temor al hijo de ant�oco, se retir� a egipto, junto a tolomeo filom�tor. 2 macabeos cap.10 [1] macabeo y los suyos, guiados por el se�or, recuperaron el templo y la ciudad, [2] destruyeron los altares levantados por los extranjeros en la plaza p�blica, as� como los recintos sagrados. [3] despu�s de haber purificado el templo, hicieron otro altar; tomando fuego de pedernal del que hab�an sacado chispas, tras dos a�os de intervalo ofrecieron sacrificios, el incienso y las l�mparas, y colocaron los panes de la presencia. [4] hecho esto, rogaron al se�or, postrados sobre el vientre, que no les permitiera volver a caer en tales desgracias, sino que, si alguna vez pecaban, les corrigiera con benignidad, y no los entregara a los gentiles blasfemos y b�rbaros. [5] aconteci� que el mismo d�a en que el templo hab�a sido profanado por los extranjeros, es decir, el veinticinco del mismo mes que es kisl�u, tuvo lugar la purificaci�n del templo. [6] lo celebraron con alegr�a durante ocho d�as, como en la fiesta de las tiendas, recordando c�mo, poco tiempo antes, por la fiesta de las tiendas, estaban cobijados como fieras en monta�as y cavernas. [7] por ello, llevando tirsos, ramas hermosas y palmas, entonaban himnos hacia aqu�l que hab�a llevado a buen t�rmino la purificaci�n de su lugar. [8] por p�blico decreto y voto prescribieron que toda la naci�n de los jud�os celebrara anualmente aquellos mismos d�as. [9] tales fueron las circunstancias de la muerte de ant�oco, apellidado ep�fanes. [10] vamos a exponer ahora lo referente a ant�oco eup�tor, hijo de aquel imp�o, resumiendo las desgracias debidas a las guerras. [11] en efecto, una vez heredado el reino, puso al frente de sus asuntos a un tal lisias, estratega supremo de celesiria y fenicia. [12] pues tolomeo, el llamado macr�n, el primero en observar la justicia con los jud�os, debido a la injusticia con que se les hab�a tratado, procuraba resolver pac�ficamente lo que a ellos concern�a; [13] acusado ante eup�tor a consecuencia de ello por los amigos del rey, o�a continuamente que le llamaban traidor, por haber abandonado chipre, que filom�tor le hab�a confiado, y por haberse pasado a ant�oco ep�fanes. al no poder honrar debidamente la dignidad de su cargo, envenen�ndose, dej� esta vida. [14] gorgias, hecho estratega de la regi�n, manten�a tropas mercenarias y en toda ocasi�n hostigaba a los jud�os. [15] al mismo tiempo los idumeos, due�os de fortalezas estrat�gicas, causaban molestias a los jud�os, y acogiendo a los fugitivos de jerusal�n procuraban fomentar la guerra. [16] macabeo y sus compa�eros, despu�s de haber celebrado una rogativa y haber pedido a dios que luchara junto a ellos, se lanzaron contra las fortalezas de los idumeos; [17] despu�s de atacarlos con �mpetu, se apoderaron de las posiciones e hicieron retroceder a todos los que combat�an sobre la muralla; daban muerte a cuantos

ca�an en sus manos. mataron por lo menos 20.000. [18] no menos de 9.000 hombres se hab�an refugiado en dos torres muy bien fortificadas y abastecidas de cuanto era necesario para resistir un sitio. [19] macabeo dej� entonces a sim�n y jos�, y adem�s a zaqueo y a los suyos, en n�mero suficiente para asediarles, y �l mismo parti� hacia otros lugares de mayor urgencia. [20] pero los hombres de sim�n, �vidos de dinero, se dejaron sobornar por algunos de los que estaban en las torres; por 70.000 dracmas dejaron que algunos se escapasen. [21] cuando se dio a macabeo la noticia de lo sucedido, reuni� a los jefes del pueblo y acus� a aquellos hombres de haber vendido a sus hermanos por dinero al soltar enemigos contra ellos. [22] hizo por tanto ejecutarles por traidores e inmediatamente se apoder� de las dos torres. [23] con atinada direcci�n y con las armas en las manos, mat� en las dos fortalezas a m�s de 20.000 hombres. [24] timoteo, que antes hab�a sido vencido por los jud�os, despu�s de reclutar numerosas fuerzas extranjeras y de reunir no pocos caballos tra�dos de asia, se present� con la intenci�n de conquistar judea por las armas. [25] ante su avance, los hombres de macabeo, en rogativas a dios, cubrieron de polvo su cabeza y ci�eron de sayal la cintura; [26] y, postr�ndose delante del altar, a su pie, ped�an a dios que, mostr�ndose propicio con ellos, se hiciera enemigo de sus enemigos y adversario de sus adversarios, como declara la ley. [27] al acabar la plegaria, tomaron las armas y avanzaron un buen trecho fuera de la ciudad; cuando estaban cerca de sus enemigos, se detuvieron. [28] a poco de difundirse la claridad del sol naciente, ambos bandos se lanzaron al combate; los unos ten�an como garant�a del �xito y de la victoria, adem�s de su valor, el recurso al se�or; los otros combat�an con la furia como gu�a de sus luchas. [29] en lo recio de la batalla, aparecieron desde el cielo ante los adversarios cinco hombres majestuosos montados en caballos con frenos de oro, que se pusieron al frente de los jud�os; [30] colocaron a macabeo en medio de ellos y, cubri�ndole con sus armaduras, le hac�an invulnerable; arrojaban sobre los adversarios saetas y rayos, por lo que heridos de ceguera se dispersaban en completo desorden. [31] 20.500 infantes fueron muertos y seiscientos jinetes. [32] el mismo timoteo se refugi� en una fortaleza, muy bien guardada, llamada g�zara, cuyo estratega era quereas. [33] las tropas de macabeo, alborozadas, asediaron la ciudadela durante cuatro d�as. [34] los de dentro, confiados en lo seguro de la posici�n, blasfemaban sin cesar y profer�an palabras imp�as. [35] amanecido el quinto d�a, veinte j�venes de las tropas de macabeo, encendidos en furor a causa de las blasfemias, se lanzaron valientemente contra la muralla y con fiera bravura her�an a cuantos se pon�an delante. [36] otros, subieron igualmente por el lado opuesto contra los de dentro, prendieron fuego a las torres y, encendiendo hogueras, quemaron vivos a los blasfemos. aqu�llos, entretanto, rompi�n las puertas, y tras abrir paso al resto del ej�rcito, se apoderaron de la ciudad. [37] mataron a timoteo, que estaba escondido en una cisterna, as� como a su hermano quereas y a apol�fanes. [38] al t�rmino de estas proezas, con himnos y alabanzas bendec�an al se�or que hac�a grandes beneficios a israel y a ellos les daba la victoria. 2 macabeos cap.11 [1] muy poco tiempo despu�s, lisias, tutor y pariente del rey, que estaba al

frente de los negocios, muy contrariado por lo sucedido, [2] reuni� unos 80.000 hombres con toda la caballer�a, y se puso en marcha contra los jud�os, con la intenci�n de hacer de la ciudad una poblaci�n de griegos, [3] convertir el templo en fuente de recursos, como los dem�s recintos sagrados de los gentiles, y poner cada a�o en venta la dignidad del sumo sacerdocio. [4] no ten�a en cuenta en absoluto el poder de dios, engre�do como estaba con sus mir�adas de infantes, sus millares de jinetes y sus ochenta elefantes. [5] entr� en judea, se acerc� a bet sur, plaza fuerte que dista de jerusal�n unas cinco esjenas, y la cerc� estrechamente. [6] en cuanto los hombres de macabeo supieron que lisias estaba sitiando las fortalezas, comenzaron a implorar al se�or con gemidos y l�grimas, junto con la multitud, que enviase un �ngel bueno para salvar a israel. [7] macabeo en persona tom� el primero las armas y exhort� a los dem�s a que juntamente con �l afrontaran el peligro y auxiliaran a sus hermanos. ellos se lanzaron juntos con entusiasmo. [8] cuando estaban cerca de jerusal�n, apareci� poni�ndose al frente de ellos, un jinete vestido de blanco, blandiendo armas de oro. [9] todos a una bendijeron entonces a dios misericordioso y y sintieron enardecerse sus �nimos, dispuestos a atravesar no s�lo a hombres, sino aun a las fieras m�s salvajes murallas de hierro. [10] avanzaban equipados, con el aliado enviado del cielo, porque el se�or se hab�a compadecido de ellos. [11] se lanzaron como leones sobre los enemigos, abatieron 11.000 infantes y 1.600 jinetes, y obligaron a huir a todos los dem�s. [12] la mayor�a de �stos escaparon heridos y desarmados; el mismo lisias se salv� huyendo vergonzosamente. [13] pero lisias no era hombre sin juicio. reflexionando sobre la derrota que acababa de sufrir, y comprendiendo que los hebreos eran invencibles porque el dios poderoso luchaba con ellos, [14] les propuso por una embajada la reconciliaci�n bajo toda clase de condiciones justas; y que adem�s obligar�a al rey a hacerse amigo de ellos. [15] macabeo asinti� a todo lo que lisias propon�a, preocupado por el inter�s p�blico; pues el rey concedi� cuanto macabeo hab�a pedido por escrito a lisias acerca de los jud�os. [16] la carta escrita por lisias a los jud�os dec�a lo siguiente: �lisias saluda a la poblaci�n de los jud�os. [17] juan y absal�n, vuestros enviados, al entregarme el documento copiado a continuaci�n, me han rogado una respuesta sobre lo que en el mismo se significaba. [18] he dado cuenta al rey de todo lo que deb�a expon�rsele; lo que era de mi competencia lo he concedido. [19] por consiguiente, si manten�is vuestra buena disposici�n hacia el estado, tambi�n yo procurar� en adelante colaborar en vuestro favor. [20] en cuanto a los detalles, tengo dada orden a vuestros enviados y a los m�os de que los discutan con vosotros. [21] seguid bien. a�o 148, el veinticuatro de di�scoro.� [22] la carta del rey dec�a lo siguiente: �el rey ant�oco saluda a su hermano lisias. [23] habiendo pasado nuestro padre donde los dioses, deseamos que los s�bditos del reino vivan sin inquietudes para entregarse a sus propias ocupaciones. [24] teniendo o�do que los jud�os no est�n de acuerdo en adoptar las costumbres griegas, como era voluntad de mi padre, sino que prefieren seguir sus propias costumbres, y ruegan que se les permita acomodarse a sus leyes, [25] deseosos, por tanto, de que esta naci�n est� tranquila, decidimios que se les restituya el templo y que puedan vivir seg�n las costumbres de sus antepasados. [26] bien har�s, por tanto, en enviarles emisarios que les den la mano, para que al saber nuestra determinaci�n, se sientan confiados y se dediquen con agrado a sus propias ocupaciones.�

[27] la carta del rey a la naci�n era como sigue: �el rey ant�oco saluda al senado de los jud�os y a los dem�s jud�os. [28] ser�a nuestro deseo que os encontrarais bien; tambi�n nosotros gozamos de salud. [29] menelao nos ha manifestado vuestro deseo de volver a vuestros hogares. [30] a los que vuelvan antes del treinta del mes de x�ntico se les ofrece la mano y libertad [31] para que los jud�os se sirvan de sus propios alimentos y leyes como antes, y ninguno de ellos sea molestado en modo alguno a causa de faltas cometidas por ignorancia. [32] he enviado a menelao para que os anime. [33] seguid bien. a�o 148, d�a quince de x�ntico.� [34] tambi�n los romanos les enviaron una carta con el siguiente contenido: �quinto memmio, tito manilio, manio sergio, legados de los romanos, saludan al pueblo de los jud�os. [35] nosotros damos nuestro consentimiento a lo que lisias, pariente del rey, os ha concedido. [36] pero en relaci�n con lo que �l decidi� presentar al rey, mandadnos alg�n emisario en cuanto lo hay�is examinado, para que lo expongamos en la forma que os conviene, ya que nos dirigimos a antioqu�a, [37] daos prisa, por tanto; enviadnos a algunos, para que tambi�n nosotros conozcamos cu�l es vuestra opini�n. [38] seguid en buena salud. a�o 148, d�a quince de di�scoro.� 2 macabeos cap.12 [1] una vez terminados estos tratados, lisias se volvi� junto al rey, mientras los jud�os se entregaban a las labores del campo. [2] pero algunos de los estrategas en plaza, timoteo y apolonio, hijo de genneo, y tambi�n jer�nimo y demof�n, adem�s de nicanor, el chipriarca, no les dejaban vivir en paz ni disfrutar de sosiego. [3] los habitantes de joppe, por su parte, perpetraron la enorme impiedad que sigue: invitaron a los jud�os que viv�an con ellos, a subir con mujeres y ni�os a las embarcaciones que hab�an preparado, como si no guardaran contra ellos ninguna enemistad. [4] conforme a la com�n decisi�n de la ciudad, aceptaron los jud�os, por mostrar sus deseos de vivir en paz y que no ten�an el menor recelo; pero, cuando se hallaban en alta mar, los echaron al fondo, en n�mero no inferior a doscientos. [5] cuando judas se enter� de la crueldad cometida con sus compatriotas, se lo anunci� a sus hombres; [6] y despu�s de invocar a dios, el justo juez, se puso en camino contra los asesinos de sus hermanos, incendi� por la noche el puerto, quem� las embarcaciones y pas� a cuchillo a los que se hab�an refugiado all�. [7] al encontrar cerrada la plaza, se retir� con la intenci�n de volver de nuevo y exterminar por completo a la poblaci�n de joppe. [8] enterado de que tambi�n los de yamnia quer�an actuar de la misma forma con los jud�os que all� habitaban, [9] atac� tambi�n de noche a los yamnitas e incendi� el puerto y la flota, de modo que el resplandor de las llamas se ve�a hasta en jerusal�n y eso que hab�a 240 estadios de distancia. [10] marchando contra timoteo, se alejaron de all� nueve estadios, cuando le atacaron no menos de 5.000 �rabes y quinientos jinetes. [11] en la recia batalla trabada, las tropas de judas lograron la victoria, gracias al auxilio recibido de dios; los n�madas, vencidos, pidieron a judas que les diera la mano, prometiendo entregarle ganado y serle �tiles en adelante. [12] judas, d�ndose cuenta de que verdaderamente en muchos casos pod�an ser de utilidad, consinti� en hacer las paces con ellos; estrechada la mano se retiraron a las tiendas.

[13] judas atac� tambi�n a cierta ciudad fortificada con terraplenes, rodeada de murallas, y habitada por una poblaci�n mixta de varias naciones, por nombre casp�n. [14] los sitiados, confiados en la solidez de las murallas y en la provisi�n de v�veres, trataban groseramente con insultos a los hombres de judas, profiriendo adem�s blasfemias y palabras sacr�legas. [15] los hombres de judas, despu�s de invocar al gran se�or del mundo, que sin arietes ni m�quinas de guerra hab�a derruido a jeric� en tiempo de josu�, atacaron ferozmente la muralla. [16] una vez due�os de la ciudad por la voluntad de dios, hicieron una indescriptible carnicer�a hasta el punto de que el lago vecino, con su anchura de dos estadios, parec�a lleno con la sangre que le hab�a llegado. [17] se alejaron de all� 750 estadios y llegaron a j�raca, donde los jud�os llamados tubios. [18] pero no encontraron en aquellos lugares a timoteo, que al no lograr nada se hab�a ido de all�, dejando con todo en determinado lugar una fort�sima guarnici�n. [19] dositeo y sos�patro, capitanes de macabeo, en una incursi�n mataron a los hombres que timoteo hab�a dejado en la fortaleza, m�s de 10.000. [20] macabeo distribuy� su ej�rcito en cohortes, puso a aquellos dos a su cabeza y se lanz� contra timoteo que ten�a consigo 20.000 infantes y 2.500 jinetes. [21] al enterarse timoteo de la llegada de judas, mand� por delante las mujeres, los ni�os y el resto de la impedimenta al sitio llamado carni�n; pues era un lugar inexpugnable y de acceso dif�cil, por la angostura de todos sus pasos. [22] en cuanto apareci�, la primera, la cohorte de judas, se apoder� de los enemigos el miedo y el temor al manifestarse ente ellos aqu�l que todo lo ve, y se dieron a la fuga cada cual por su lado, de modo que muchas veces eran heridos por sus propios compa�eros y atravesados por las puntas de sus espadas. [23] judas segu�a tenazmente en su persecuci�n, acuchillando a aquellos criminales; lleg� a matar hasta 30.000 hombres. [24] el mismo timoteo cay� en manos de los hombres de dositeo y sos�patro; les instaba con mucha palabrer�a que le dejaran ir salvo, pues alegaba tener en su poder a parientes entre los cuales hab�a hermanos de muchos de ellos, de cuya vida nadie se cuidar�a. [25] cuando �l garantiz�, despu�s de muchas palabras, la determinaci�n de restituirlos sanos y salvos, le dejaron libre con �nimo de liberar a sus hermanos. [26] habi�ndose dirigido al carni�n y al atargateion, judas dio muerte a 25.000 hombres. [27] despu�s de haber derrotado (y destruido) a estos enemigos, dirigi� una expedici�n contra la ciudad fuerte de efr�n, donde habitaba lisanias, con una multitud de toda estirpe. j�venes vigorosos, apostados ante las murallas, combat�an con valor; en el interior hab�a muchas reservas de m�quinas de guerra y proyectiles. [28] despu�s de haber invocado al se�or que aplasta con energ�a las fuerzas de los enemigos, los jud�os se apoderaron de la ciudad y abatieron por tierra a unos 25.000 de los que estaban dentro. [29] partiendo de all� se lanzaron contra escit�polis, ciudad que dista de jerusal�n sesenta estadios. [30] pero como los jud�os all� establecidos atestiguaron que los habitantes de la ciudad hab�an sido ben�volos con ellos y les hab�an dado buena acogida en los tiempos de desgracia, [31] judas y los suyos se lo agradecieron y les exhortaron a que tambi�n en lo sucesivo se mostraran bien dispuestos con su raza. llegaron a jerusal�n en la proximidad de la fiesta de las semanas. [32] despu�s de la fiesta llamada de pentecost�s, se lanzaron contra gorgias, el estratega de idumea. [33] sali� �ste con 3.000 infantes y cuatrocientos jinetes, [34] y sucedi� que cayeron algunos de los jud�os que les hab�an presentado batalla.

[35] un tal dositeo, jinete valiente, del cuerpo de los tubios, se apoder� de gorgias, y agarr�ndole por la cl�mide, le arrastraba por la fuerza con el deseo de capturar vivo a aquel maldito; pero un jinete tracio se ech� sobre dositeo, le cort� el hombro, y gorgias huy� hacia maris�. [36] ante la fatiga de los hombres de esdr�as que llevaban mucho tiempo luchando, judas suplic� al se�or que se mostrase su aliado y su gu�a en el combate. [37] enton� entonces en su lengua patria el grito de guerra y algunos himnos, irrumpi� de improviso sobre las tropas de gorgias y las derrot�. [38] judas, despu�s de reorganizar el ej�rcito, se dirigi� hacia la ciudad de odolam. al llegar el d�a s�ptimo, se purificaron seg�n la costumbre y celebraron all� el s�bado. [39] al d�a siguiente, fueron en busca de judas (cuando se hac�a ya necesario), para recoger los cad�veres de los que hab�an ca�do y depositarlos con sus parientes en los sepulcros de sus padres. [40] entonces encontraron bajo las t�nicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los �dolos de yamnia, que la ley proh�be a los jud�os. fue entonces evidente para todos por qu� motivo hab�an sucumbido aquellos hombres. [41] bendijeron, pues, todos las obras del se�or, juez justo, que manifiesta las cosas ocultas, [42] y pasaron a la s�plica, rogando que quedara completamente borrado el pecado cometido. el valeroso judas recomend� a la multitud que se mantuvieran limpios de pecado, a la vista de lo sucedido por el pecado de los que hab�an sucumbido. [43] despu�s de haber reunido entre sus hombres cerca de 2.000 dracmas, las mand� a jerusal�n para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y noblemente, pensando en la resurrecci�n. [44] pues de no esperar que los soldados ca�dos resucitar�an, habr�a sido superfluo y necio rogar por los muertos; [45] mas si consideraba que una magn�fica recompensa est� reservada a los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. [46] por eso mand� hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado. 2 macabeos cap.13 [1] el a�o 149, los hombres de judas se enteraron de que ant�oco eup�tor marchaba sobre judea con numerosas tropas, [2] y que con �l ven�a lisias, su tutor y encargado de los negocios, cada uno con un ej�rcito griego de 110.000 infantes, 5.300 jinetes, veintid�s elefantes y trescientos carros armados de hoces. [3] tambi�n menelao se uni� a ellos e incitaba muy taimadamente a ant�oco, no por salvar a su patria, sino con la idea de establecerse en el poder. [4] pero el rey de reyes excit� la c�lera de ant�oco contra aquel malvado; lisias demostr� al rey que aquel hombre era el causante de todos los males, y ant�oco orden� conducirle a berea y darle all� muerte, seg�n las costumbres del lugar. [5] hay en aquel lugar una torre de cincuenta codos, llena de ceniza, provista de un dispositivo giratorio, en pendiente por todos los lados hacia la ceniza. [6] al reo de robo sacr�leg o al que ha perpetrado alg�n otro crimen horrendo, lo suben all� y lo precipitan para su perdici�n. [7] y sucedi� que con tal suplicio muri� aquel inicuo menelao que ni siquiera tuvo la suerte de encontrar la tierra que le recibiera. [8] y muy justamente fue as�, pues, despu�s de haber cometido muchos pecados contra el altar, cuyo fuego y ceniza eran sagrados, en la ceniza encontr� la muerte. [9] marchaba, pues, el rey embargado de b�rbaros sentimientos, dispuesto a mostrar a los jud�os peores cosas que las sucedidas en tiempo de su padre. [10] al saberlo judas mand� a la tropa que invocara al se�or d�a y noche, para que tambi�n en esta ocasi�n, como en otras, viniera en ayuda de los que estaban a punto de ser privados de la ley, de la patria y del templo santo,

[11] y no permitiera que aquel pueblo, que todav�a hac�a poco hab�a recobrado el �nimo, cayera en manos de gentiles de mala fama. [12] una vez que todos juntos cumplieron la orden y suplicaron al se�or misericordioso con lamentaciones y ayunos y postraciones durante tres d�as seguidos, judas les anim� y les mand� que estuvieran preparados. [13] despu�s de reunirse en privado con los ancianos, decidi� que, antes que el ej�rcito del rey entrara en judea y se hiciera due�o de la ciudad, salieran los suyos para resolver la situaci�n con el auxilio de dios. [14] judas, dejando la decisi�n al creador del mundo, anim� a sus hombres a combatir heroicamente hasta la muerte por la causa de las leyes, el templo, la ciudad, la patria y las instituciones; y acamp� en las cercan�as de mod�n. [15] dio a los suyos como consigna �victoria de dios� y atac� de noche con lo m�s escogido de los j�venes la tienda del rey. mat� en el campamento a unos 2.000 hombres y los suyos hirieron al mayor de los elefantes junto con su conductor; [16] llenaron finalmente el campamento de terror y confusi�n, y se retiraron victoriosos [17] cuando el d�a despuntaba. todo ello sucedi�, gracias a la protecci�n que el se�or hab�a brindado a judas. [18] el rey, que hab�a probado ya la osad�a de los jud�os, intent� alcanzar las posiciones con estratagemas. [19] se aproxim� a bet sur, plaza fuerte de los jud�os; pero fue rechazado, derrotado y vencido. [20] judas hizo llegar a los de dentro lo que necesitaban. [21] pero rodoco, uno del ej�rcito jud�o, revelaba los secretos a los enemigos; fue buscado, capturado y ejecutado. [22] el rey parlament� por segunda vez con los de bet sur, dio y tom� la mano y luego se retir�. Atac� a las tropas de judas, y fue vencido. [23] supo entonces que filipo, a quien hab�a dejado en antioqu�a al frente de los negocios, se hab�a sublevado. consternado, llam� a los jud�os, se avino a sus deseos, y prest� juramento sobre todas las condiciones justas. se reconcili� y ofreci� un sacrificio, honr� al santuario y se mostr� generoso con el lugar santo. [24] prest� buena acogida a macabeo y dej� a hegem�nides como estratega desde tolemaida hasta la regi�n de los guerra�nos. [25] sali� hacia tolemaida; pero los habitantes de la ciudad estaban muy disgustados por este tratado: estaban en verdad indignados por los acuerdos, que ellos quer�an abolir. [26] lisias entonces subi� a la tribuna e hizo la mejor defensa que pudo; les convenci� y calm�, y les dispuso a la benevolencia. luego parti� hacia antioqu�a. as� sucedi� con la expedici�n y la retirada del rey. 2 macabeos cap.14 [1] despu�s de tres a�os de intervalo, los hombres de judas supieron que demetrio, hijo de seleuco, hab�a atracado en el puerto de tr�poli con un fuerte ej�rcito y una flota, [2] y que se hab�a apoderado de la regi�n, despu�s de haber dado muerte a ant�oco y a su tutor lisias. [3] un tal alcimo, que antes hab�a sido sumo sacerdote, pero que se hab�a contaminado voluntariamente en tiempo de la rebeli�n, pensando que de ninguna forma hab�a para �l salvaci�n ni acceso posible al altar sagrado, [4] fue al encuentro del rey demetrio, hacia el a�o 151, y le ofreci� una corona de oro, una palma, y adem�s, los rituales ramos de olivo del templo. y por aquel d�a no hizo m�s. [5] pero encontr� una ocasi�n propicia para su demencia, al ser llamado por demetrio a consejo y al ser preguntado sobre las disposiciones y designios de los jud�os. [6] respondi�: �los jud�os llamados asideos, encabezados por judas macabeo, fomentan guerras y rebeliones, para no dejar que el reino viva en paz.

[7] por eso aunque despojado de mi dignidad ancestral, me refiero al sumo sacerdocio, he venido aqu� [8] en primer lugar con verdadera preocupaci�n por los intereses del rey, y en segundo lugar, con la mirada puesta en mis propios compatriotas, pues por la locura de los hombres que he mencionado, toda nuestra raza padece no pocos males. [9] informado con detalle de todo esto, �oh rey!, mira por nuestro pa�s y por nuestra naci�n por todas partes asediada, con esa accesible benevolencia que tienes para todos; [10] pues mientras judas subsista, le es imposible al estado alcanzar la paz.� [11] en cuanto �l dijo esto, los dem�s amigos que sent�an aversi�n hacia lo de judas, se apresuraron a encender m�s el �nimo de demetrio. [12] design� inmediatamente a nicanor, que hab�a llegado a ser elefantarca, le nombr� estratega de judea y le envi� [13] con �rdenes de hacer morir a judas, dispersar a todos sus hombres y restablecer a alcimo como sumo sacerdote del m�s grande de los templos. [14] los gentiles de judea, fugitivos de judas, se unieron en masa a nicanor, imagin�ndose que las desgracias y reveses de los jud�os ser�an sus propios �xitos. [15] al tener noticia de la expedici�n de nicanor y del asalto de los gentiles, esparcieron sobre s� polvo e imploraron a aqu�l que por siempre hab�a establecido a su pueblo y que siempre proteg�a a su propia heredad con sus manifestaciones. [16] por orden de su jefe, salieron inmediatamente de all� y trabaron lucha con ellos junto al pueblo de dess�u. [17] sim�n, hermano de judas, hab�a entablado combate con nicanor, pero, a causa de la repentina llegada de los enemigos, sufri� un ligero rev�s. [18] pero con todo, nicanor, al tener noticia de la bravura de los hombres de judas y del valor con que combat�an por su patria, tem�a resolver la situaci�n por la sangre. [19] por este motivo envi� a posidonio, teodoto y matat�as para concertar la paz. [20] despu�s de maduro examen de las condiciones, el jefe se las comunic� a las tropas y, ante el parecer un�nime, aceptaron el tratado. [21] fijaron la fecha en que se reunir�an los jefes en privado. se adelant� un veh�culo de cada lado y prepararon asientos. [22] judas dispuso en lugares estrat�gicos hombres armados, preparados para el caso de que se produjera alguna repentina traici�n de parte enemiga. tuvieron la entrevista en buen acuerdo. [23] nicanor pas� alg�n tiempo en jerusal�n sin hacer nada inoportuno y despidi� a las turbas que, en masa, se le hab�an reunido. [24] siempre ten�a a judas consigo; sent�a una cordial inclinaci�n hacia este hombre. [25] le aconsej� que se casara y tuviera descendencia. judas se cas�, vivi� con tranquilidad, y disfrut� de la vida. [26] alcimo, al ver la rec�proca comprensi�n, se hizo con una copia del acuerdo concluido y se fue donde demetrio. le dec�a que nicanor ten�a sentimientos contrarios a los intereses del estado, pues hab�a designado como sucesor suyo a judas, el conspirador contra el reino. [27] fuera de s� el rey, excitado por las calumnias de aquel maligno, escribi� a nicanor comunic�ndole que estaba disgustado con el acuerdo y orden�ndole que inmediatamente mandara encadenado a macabeo a antioqu�a. [28] cuando nicanor recibi� la comunicaci�n, qued� consternado, pues le desagradaba mucho tener que anular lo convenido, sin que hubiera cometido aquel hombre injusticia alguna. [29] pero, como no era posible oponerse al rey, aguardaba la oportunidad de ejecutar la orden con alguna estratagema. [30] cuando macabeo, por su parte, not� que nicanor se portaba m�s secamente con �l y que le trataba con m�s frialdad en sus habituales relaciones, pens� que tal sequedad no proced�a de las mejores disposiciones. reuni� a muchos de los suyos y procur� ocultarse de nicanor. [31] este otro, al darse cuenta de que aquel hombre le hab�a vencido con nobleza,

se present� en el m�s grande y santo templo en el momento en que los sacerdotes ofrec�an los sacrificios rituales y les exigi� que le entregaran a aquel hombre. [32] aseguraron ellos con juramento que no sab�an d�nde estaba el hombre que buscaba. [33] entonces �l extendiendo la diestra hacia el santuario, hizo este juramento: �si no me entreg�is encadenado a judas, arrasar� este recinto sagrado de dios, destruir� el altar, y aqu� mismo levantar� un espl�ndido templo a di�niso.� [34] y, dicho esto, se fue. los sacerdotes con las manos tendidas al cielo, invocaban a aqu�l que sin cesar hab�a combatido en favor de nuestra naci�n, diciendo: [35] �t�, Se�or, que nada necesitas, te has complacido en que el santuario de tu morada se halle entre nosotros. [36] tambi�n ahora, se�or santo de toda santidad, preserva siempre limpia de profanaci�n esta casa reci�n purificada.� [37] raz�as, uno de los ancianos de jerusal�n, fue denunciado a nicanor. era hombre amante de sus conciudadanos, muy bien considerado, llamado por su buen coraz�n �padre de los jud�os�, [38] pues, en los tiempos que precedieron a la sublevaci�n, hab�a sido acusado de juda�smo, y por el juda�smo hab�a expuesto cuerpo y vida con gran constancia. [39] queriendo nicanor hacer patente la hostilidad que le embargaba hacia los jud�os, envi� m�s de quinientos soldados para arrestarlo, [40] pues le parec�a que arrest�ndole causaba un gran perjuicio a los jud�os. [41] cuando las tropas estaban a punto de apoderarse de la torre, forzando la puerta del patio y con orden de prender fuego e incendiar las puertas, raz�as, acosado por todas partes, se ech� sobre la espada. [42] prefiri� noblemente la muerte antes que caer en manos criminales y soportar afrentas indignas de su nobleza. [43] pero, como por la precipitaci�n del combate no hab�a acertado al herirse y las tropas irrump�an puertas adentro, subi� valerosamente a lo alto del muro y se precipit� con bravura sobre las tropas; [44] pero al retroceder �stas r�pidamente, dejando un hueco, vino �l a caer en medio del espacio libre. [45] con aliento todav�a y enardecido su �nimo, se levant� derramando sangre a torrentes; a pesar de las graves heridas, atraves� corriendo por entre las tropas, y se puso sobre una roca escarpada. [46] ya completamente exang�e, se arranc� las entra�as y tom�ndolas con ambas manos, las arroj� contra las tropas. y despu�s de invocar al due�o de la vida y del esp�ritu que otra vez se dignara devolv�rselas, lleg� de este modo al tr�nsito. 2 macabeos cap.15 [1] supo nicanor que los hombres de judas se hallaban en la regi�n de samar�a y decidi� atacarlos sin riesgo en el d�a del descanso. [2] los jud�os, que le acompa�aban a la fuerza, le dijeron: �no mates as� de modo tan salvaje y b�rbaro; respeta y honra m�s bien el d�a que con preferencia ha sido santificado por aqu�l que todo lo ve.� [3] aquel hombre tres veces malvado pregunt� si en el cielo hab�a un soberano que hubiera prescrito celebrar el d�a del s�bado. [4] ellos le replicaron: �es el mismo se�or que vive como soberano en el cielo el que mand� observar el d�a s�ptimo.� [5] entonces el otro dijo: �tambi�n yo soy soberano en la tierra: el que ordena tomar las armas y prestar servicio al rey.� sin embargo no pudo realizar su malvado designio. [6] nicanor, jact�ndose con altivez, deliberaba erigir un trofeo com�n con los despojos de los hombres de judas. [7] macabeo, por su parte, manten�a incesantemente su confianza, con la entera esperanza de recibir ayuda de parte del se�or,

[8] y exhortaba a los que le acompa�aban a no temer el ataque de los gentiles, teniendo presentes en la mente los auxilios que antes les hab�an venido del cielo, y a esperar tambi�n entonces la victoria que les habr�a de venir de parte del todopoderoso. [9] les animaba citando la ley y los profetas, y les recordaba los combates que hab�an llevado a cabo; as� les infund�a mayor ardor. [10] despu�s de haber levantado sus �nimos, les puso adem�s de manifiesto la perfidia de los gentiles y la violaci�n de sus juramentos. [11] arm� a cada uno de ellos, no tanto con la seguridad de los escudos y las lanzas, como con la confianza de sus buenas palabras. les refiri� adem�s un sue�o digno de cr�dito, una especie de visi�n, que alegr� a todos. [12] su visi�n fue tal como sigue: on�as, que hab�a sido sumo sacerdote, hombre bueno y bondadoso, afable, de suaves maneras, distinguido en su conversaci�n, preocupado desde la ni�ez por la pr�ctica de la virtud, suplicaba con las manos tendidas por toda la comunidad de los jud�os. [13] luego se apareci� tambi�n un hombre que se distingu�a por sus blancos cabellos y su dignidad, rodeado de admirable y majestuosa soberan�a. [14] on�as hab�a dicho: �este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo y por la ciudad santa, jerem�as, el profeta de dios.� [15] jerem�as, tendiendo su diestra, hab�a entregado a judas una espada de oro, y al d�rsela hab�a pronunciado estas palabras: [16] �recibe, como regalo de parte de dios, esta espada sagrada, con la que destrozar�s a los enemigos.� [17] animados por estas bell�simas palabras de judas, capaces de estimular al valor y de robustecer las almas j�venes, decidieron no resguardarse en la defensa, sino lanzarse valerosamente a la ofensiva y que, en un cuerpo a cuerpo, la fortuna decidiera, porque peligraban la ciudad, la religi�n y el templo. [18] en verdad que el cuidado por sus mujeres e hijos, por sus hermanos y parientes quedaba en segundo t�rmino; el primero y principal era por el templo consagrado. [19] igualmente para los que hab�an quedado en la ciudad no era menor la ansiedad, preocupados como estaban por el ataque en campo raso. [20] todos aguardaban la decisi�n inmimente. los enemigos se hab�an concentrado y el ej�rcito se hab�a alineado en orden de batalla. los elefantes se hab�an situado en lugar apropiado y la caballer�a estaba dispuesta en las alas. [21] entonces macabeo, al observar la presencia de las tropas, la variedad de las armas preparadas y el fiero aspecto de los elefantes, extendi� las manos al cielo e invoc� al se�or que hace prodigios, pues bien sab�a que, no por medio de las armas, sino seg�n su decisi�n, concede �l la victoria a los que la merecen. [22] dec�a su invocaci�n de la siguiente forma: �t�, Soberano, enviaste tu �ngel a ezequ�as, rey de jud�, que dio muerte a cerca de 185.000 hombres del ej�rcito de senaquerib; [23] ahora tambi�n, se�or de los cielos, env�a un �ngel bueno delante de nosotros para infundir el temor y el espanto. [24] �que el poder de tu brazo hiera a los que han venido blasfemando a atacar a tu pueblo santo!� as� termin� sus palabras. [25] mientras la gente de nicanor avanzaba al son de trompetas y cantos de guerra, [26] los hombres de judas entablaron combate con el enemigo entre invocaciones y plegarias. [27] luchando con las manos, pero orando a dios en su coraz�n, abatieron no menos de 35.000 hombres, regocij�ndose mucho por la manifestaci�n de dios. [28] al volver de su empresa, en gozoso retorno, reconocieron a nicanor ca�do, con su armadura. [29] entre clamores y tumulto, bendec�an al se�or en su lengua patria. [30] entonces, el que en primera fila se hab�a entregado, en cuerpo y alma, al bien de sus conciudadanos, el que hab�a guardado hacia sus compatriotas los buenos sentimientos de su juventud, mand� cortar la cabeza de nicanor y su brazo, hasta

el hombro, y llevarlos a jerusal�n. [31] llegado all� convoc� a sus compatriotas, puso a los sacerdotes ante el altar y mand� buscar a los de la ciudadela. [32] les mostr� la cabeza del abominable nicanor y la mano que aquel infame hab�a tendido insolentemente hacia la santa casa del todopoderoso; [33] y despu�s de haber cortado la lengua del imp�o nicanor, orden� que se diera en trozos a los p�jaros y que se colgara frente al santuario la paga de su insensatez. [34] todos entonces levantaron hacia el cielo sus bendiciones en honor del se�or que se les hab�a manifestado, diciendo: �bendito el que ha conservado puro su lugar santo.� [35] la cabeza de nicanor fue colgada de la ciudadela, como se�al manifiesta y visible para todos del auxilio del se�or. [36] decretaron todos por p�blico edicto no dejar pasar aquel d�a sin solemnizarlo, y celebrarlo el d�a trece del duod�cino mes, llamado adar en arameo, la v�spera del d�a de mardoqueo. [37] as� pasaron los acontecimientos relacionados con nicanor. como desde aquella �poca la ciudad qued� en poder de los hebreos, yo tambi�n terminar� aqu� mismo mi relato. [38] si ha quedado bello y logrado en su composici�n, eso es lo que yo pretend�a; si imperfecto y mediocre, he hecho cuanto me era posible. [39] como el beber vino solo o sola agua es da�oso, y en cambio, el vino mezclado con agua es agradable y de un gusto delicioso, igualmente la disposici�n grata del relato encanta los o�dos de los que dan en leer la obra. y aqu� pongamos fin.

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