A LAS PUERTAS DE
¡Estamos a las puertas del fin del mundo! Las señales predichas en la Biblia se están cumpliendo con precisión una tras otra (Mateo 24: 3 – 28).
La batalla de Armagedón será el broche de oro en el espectáculo sobrecogedor de la destrucción final del principado actual de Satanás (Apocalipsis 16: 12 – 16; y 19: 11 – 21).
A partir de ahí, Jesucristo, Creador, dueño y Señor del universo, descenderá en su gloria, y con tremendo poder tomará el control de esta su amada
Y reinará por mil años con quienes tienen sus nombres escritos en el libro de la vida, porque estos lo recibieron por Salvador personal en el transcurso de sus vidas (Apocalipsis 20: 4, 21: 27).
Entonces nunca más las cosas serán como ahora. Ya no habrá muerte, dolor, ni lágrimas (Apocalipsis 21: 4). El arrojara a Satanás al profundo abismo, y quitará todo el mal (Apocalipsis 20: 2, 3).
Este maravilloso planeta volverá a tener contacto perfecto con el Creador, y recuperará para la eternidad su preciosa gloria, perdida desde el Edén (Génesis 3: 17; Romanos 8: 21).
Muy amado lector: ¡hoy es el posible día más feliz de tu vida! Una experiencia personal con Jesucristo te haría nacer de nuevo, y su Espíritu vivificante te traería la felicidad de la vida eterna (Juan 3: 3, 8).
El, tu amoroso Creador, vino a salvar al mundo (a ti), y anhela que le pidas la salvación ahora, y te proclames salvado por fe. Ha dicho que así lo serías; es Dios, y no miente (Números 23: 19).
Mañana será tarde; ¡no esperes! Ora con sinceridad: Señor Jesús, soy pecador y me arrepiento
(Proverbios 28: 13).
Sé que derramaste tu sangre preciosa, moriste por mis pecados y resucitaste para mi justificación; ascendiste al cielo, y pronto regresarás a reinar, como prometiste (Romanos 4: 25; Hechos 1: 10, 11).
Yo te recibo por Salvador personal por fe, y por favor te pido que entres en mi corazón y me des vida eterna, porque quiero estar siempre contigo en tu reino (Apocalipsis 3: 20).