Argentina Triste

QUE TRISTE ESTÁS ARGENTINA

Que triste que te has sentido pobre y bendita Argentina con esta yegua Cristina y el tuerto de su marido, soretes de mala espina que a tuitos nos han partido.

No por nada ella eligió a Salta p’al Veinticinco, tierra que Guemes pisó hace mucho, en otra era, y a los gauchos que mandó le llamaban “MONTONERA”.

Que lindo debe haber sido cuando la plata valía, el que billetes tenía no le preocupaba el saldo, pues la plata que uno hacía seguro tenía respaldo.

Hoy nos pagan de prestado, ya no vale ni el papel, ahijuna pobre de aquél que cree que juntó un poquito, ¡con tuito lo que uno a ahorrado no se limpia ni el culito!.

Vos te crees que a un ternerito no hay que darle de comer, ¡nace y se cría solito... sólo hay que verlo crecer!!; ¡le decís yuyo a la soja! ¡también crece de milagro!. Si no tenés quien te coja no te vengues con el agro.

Mientras hablás boludeces y no decís un carajo, hablando de crecimiento, y viviendo de banquete, ¡hay chicos que pasan hambre y sus padres sin trabajo! y vos gastá en joyería, despilfarrá en un sorete... esos matones a sueldo como D’Elía y Moyano... que te van a dejar sola en cuanto cambie la mano.

¿Por qué no te darás cuenta?, política no da nada, el bienestar del país lo da el campo producido, ¡nó ese corrupto Congreso, ni esa mierda, la Rosada! que vacían los bolsillos de este pueblo que ha sufrido, ¡Son una lacra en el mundo, desde Inglaterra a la China pero el título de “REINA” te lo llevás vos Cristina!.

Perro que muerde la mano del que le da de comer, no se merece crecer sino un tiro en la cabeza, pues te digo con certeza que ese animal no está sano.

Respetá al gaucho curtido y su trabajo a destajo, que vos no hacés un carajo pasándola divertido, y viajando al extranjero vendiendo el país entero.

Soberbia sin disimulo, nadie te cree la humildad, mucho menos la amistad con algunos dirigentes... cuando se avive la gente te van a romper el culo.

Más respeto a esos patriotas, a San Martín, a Belgrano, hicieron grande Argentina con un caballo en la mano, y vos yegua y tu patota lo destruíste Cristina.

La palabra impertinente de tu boca de serpiente... tu lengua bífida miente alevosa y sin mosquearte, hacés del engaño un arte y ya no te cree la gente.

Mejor que cambiés de rumbo, con reflexión, más tranquila, no sea que des un tumbo... porque la vaca vigila.