El problema que me propongo trabajar es el siguiente: ¿en qué fase de acumulación global del capital se encuentra la Argentina de la década 1963-1973 y cómo se manifiesta tal circunstancia a nivel económico político? Para lograr desarollar tales presupuestos, definiremos ciertos conceptos brevemente: en este sentido la “ley de acumulación del capital” es una teoría esencialmente marxista respecto al proceso histórico relativo a la expansión del capital en sus diversas fases que supone que la acumulación de capital de unos responde obligatoriamente a la explotación y consecuente pauperización de otros. Tiene una fase directa en la cual se programa una dominación regional y otra de largo alcance en la cual se desbordan las regiones y se conquistan mercados lejanos (fase imperialista). Según la tesis de Karl Marx en “El Capital”, este capital se acumula por ciclos de producción. Al inicio del ciclo de producción el capitalista invierte determinada cantidad procurando una composición orgánica del capital con ciertas características que irán modificándose a medida que el ciclo avanza y se desarrolla. La definición y el salto en la composición orgánica, necesarios en tal proceso inherente al capital que es su acumulación, determinará el hincapié en el desarrollo de los medios de producción (capital constante) y la relativa expulsión de las fuerzas productivas (mano de obra). Sin embargo, la producción del valor depende exclusivamente de este último actor social; por lo que, el ciclo tiende a inevitables crisis, producto de la permanente pérdida del valor de los productos y la caída de la tasa de ganancia, y la concentración y centralización del capital. A diferencia de los que califica de "economistas burgueses", quienes presentarían la ganancia como producto de una diferencia entre valor de uso y valor de cambio, Marx sostenía que la base de la ganancia, y por lo tanto de la acumulación capitalista, sería la plusvalía extraída al trabajador asalariado. La teoría de la plusvalía se sustenta en la teoría del valor-trabajo de la economía clásica, desplazada en algunas de las corrientes del pensamiento económico por el marginalismo sobre todo en aquellas que promueven el capitalismo, pero que aún sostiene como premisa fundamental la economía marxista, entre otras corrientes, aunque algunas con ciertas modificaciones contemporáneas. Para el marxismo la acumulación capitalista conduciría, a su vez, a los fenómenos de la concentración y la centralización del capital. Entendiendo al trabajo como única fuente de valor, el marxismo sostendría necesariamente que la acumulación de capital implicaría una reducción consecuente de la tasa de ganancia en cada ciclo, y con ella la necesidad de una mayor plusvalía que reduciría en cada ciclo la participación de los asalariados, con lo que una depauperación creciente e irreversible de las masas trabajadoras sería paralela al proceso de acumulación capitalista e implicaría una crisis estructural del capitalismo.