Aporia Wki

  • October 2019
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Aporia Wki as PDF for free.

More details

  • Words: 2,006
  • Pages: 4
Apor�a Ir a la navegaci�nIr a la b�squeda El t�rmino apor�a (del griego ?p???a, dificultad para el paso), a veces escrito como aporima, hace referencia a los razonamientos en los cuales surgen contradicciones o paradojas irresolubles; en tales casos las apor�as se presentan como dificultades l�gicas casi siempre de �ndole especulativa.1? Debe observarse que muchas especulaciones que en su momento fueron consideradas apor�as, es decir, paradojas irresolubles, luego han sido resueltas merced a los avances cognitivos o a los cambios de paradigma, de cosmovisi�n o de episteme.n. 1? �ndice 1 Etimolog�a 2 Las apor�as de Anax�goras y Dem�crito 3 La apor�a socr�tica 4 La apor�a de Jacobi 4.1 Karl Jaspers critica a Husserl por observarle doxas apor�ticas 5 El uso moderno de la apor�a 6 Ejemplos 7 V�ase tambi�n 8 Referencias 9 Notas 10 Bibliograf�a Etimolog�a La palabra apor�a surge del griego ?p???? con el significado de algo muy dif�cil de entender o de interpretar, impracticable; la palabra surge con la part�cula negativa o privativa "a" y la palabra p???? (pasaje). Cuando se efectuaba una pregunta que no pose�a respuesta los antiguos fil�sofos griegos (especialmente los academistas) sol�an expresar: �?p????�..."no se puede a trav�s de esto" con el significado de "no concibo esto" o "esto no puede ser aclarado". Tambi�n recibe el nombre de "apor�a" la fase de la may�utica de S�crates en la cual aparece el "falso saber" para ser develado. Los sofistas, y la Escuela de Megara recurrieron a las apor�as. Tambi�n se nota su uso, por ejemplo, en Plat�n, y los estoicos. Las apor�as de Anax�goras y Dem�crito Si por ejemplo se parte de la definici�n de la materia como extensa se tiende a llegar a la conclusi�n de que la materia es divisible ad infinitum: por m�s peque�a que sea la fracci�n que se obtiene de la divisi�n, siendo material es entonces extensa y por esto a�n siempre divisible ulteriormente, esta era por ejemplo la tesis de Anax�goras quien sosten�a la teor�a de "semillas" infinitas, part�culas originarias divisibles al infinito. Pero si se presupone que la caracter�stica fundamental de la materia es la extensi�n (presupuesto que puede ser una petici�n de principio) y por ende su divisibilidad ad infinitum, se preguntaba Dem�crito: �c�mo es posible que existan objetos finitos? (eso parece antiintuitivo). "Las cosas finitas no pueden derivar del infinito", de ah� la necesidad que tuvo Dem�crito en pensar que la materia est� compuesta por part�culas indivisibles: los �tomos ( "?-t?�??" significa precisamente in-divisible). Aqu�, pues, los griegos ten�an dos conclusiones: o la infinita divisibilidad de la materia o la no infinita divisibilidad de la materia; esta antinomia parec�a oponerse a todo pensamiento racionalmente v�lido, la cuesti�n era entonces una apor�a. A fines de s. XIX e inicios de s.XX se comenz� a encontrar la explicaci�n: los �tomos existen, pero est�n compuestos por part�culas subat�micas -por lo que el nombre "�tomo" no es tan correcto- y pueden fisionarse transform�ndose en cuantos de energ�a. A lo largo del s. XX con el desarrollo de la f�sica cu�ntica se han

venido explicando las antiguas apor�as aunque la propia mec�nica cu�ntica parece hacer surgir nuevas apor�as que probablemente se resuelvan con nuevas teor�as como las de las cuerdas y las branas en el presente siglo XXI. La apor�a socr�tica Apor�a tambi�n es llamada una fase de la may�utica de S�crates tendiente a liberar del "conocimiento" falso. "Conocimiento" basado en tener la convicci�n de ciertas "verdades". El interlocutor de S�crates, de hecho, frente a la presi�n del maestro que constantemente le interroga buscando definiciones cada vez m�s precisas sobre el tema de la discusi�n, llega al final a la apor�a, al callej�n sin salida, declarando su incompetencia para dar una respuesta definitiva y precisa. Al final reconoce que su certeza inicial era inexistente. La apor�a de Jacobi Friedrich Heinrich Jacobi a fines de s. XVIII e inicios de s. XIX critica en un texto denominado �ber den transcendentalen idealismus (�Sobre el idealismo trascendental�) a los postkantianos (entre ellos nada menos que a Fichte y Schelling) quienes plantearon romanticistamente a toda raz�n derivada como de un "Yo transcendental" ya que, Jacobi considera que el idealismo trascendental propuesto por Kant pese a ser principalmente consciente es en esto tan radical que lo fenom�nico queda encerrado en la subjetividad quedando por esto censuradas o desconocidas las heterorreferencias que constituyen a la misma raz�n que se intenta afirmar, de modo que el idealismo de la raz�n se trastoca en un fatalismo que anula a la raz�n misma y, por ser fatalista, anula del mismo modo a la libertad. Karl Jaspers critica a Husserl por observarle doxas apor�ticas Por otra parte en la primera mitad del s. XX Karl Jaspers cr�tic� a la fenomenolog�a del "primer" Edmund Husserl ya que Jaspers la observ� encerrada en una apor�a debido a que la fenomenolog�a husserliana (en la cual mucho se inspir� Jean-Paul Sartre) se mantiene en el subjetivismo del cogito planteado por Descartes; porque el fen�meno queda dentro de la consciencia y la misma consciencia dentro de un ego (aunque se le denomine "ego transcendental") y el problema notable de tal noci�n del fen�meno ser�a que el, o los fen�menos, quedar�an encerrados en el dialelo hyl�tico (o sensorial) cuyo trasunto extrasubjetivo ser�a el de un en s� o (en t�rminos kantianos) un no�meno inaccesible a la consciencia. El uso moderno de la apor�a Hoy en d�a la apor�a significa la imposibilidad de resolver un problema si se comienza a partir de ciertas premisas. Si se desea refutar una teor�a precisamente se tiende a demostrar que tal teor�a es contradictoria o que genera contradicciones insolubles. Ejemplos Zen�n de Elea, en defensa de las teor�as de Parm�nides, plante� las que en su tiempo eran apor�as, por ejemplo la que �demostraba la imposibilidad l�gica del movimiento� o la c�lebre paradoja de Aquiles y la tortuga: Aquiles el m�s veloz de los hombres nunca podr�a alcanzar a la lenta tortuga si �sta hab�a partido un momento antes que �l ya que a �cada espacio que avanzaba Aquiles, la tortuga siempre estaba un espacio adelantada�. Arist�teles intent� una primera refutaci�n al razonamiento zenoneano: para Arist�teles se debe distinguir entre lo infinito en potencia y lo finito en acto; potencialmente cada segmento es infinitamente divisible, en cambio en acto o "actualmente" cada segmento es divisible y puede ser "actuado". Aunque la refutaci�n aristot�lica es genial tiene cierto matiz de hip�tesis ad hoc. Ya en el s. XX Henri Bergson considera acertadamente que Zen�n ha espacializado al tiempo y ha aplicado al movimiento y al tiempo los conceptos de cosa y ser. Casi coet�neamente a Bergson, Bertrand Russell, demostr� que la serie de puntos de una l�nea son un continuo matem�tico siendo inexistentes los momentos consecutivos o terceros momentos que se interpongan ad infinitum entre un par de momentos dados, tanto Bergson como Russell demuestran, cada cual a su modo, que tal

apor�a zenoniana se soluciona si se incluye la variable tiempo que era la dimensi�n que omit�a (debido a su paradigma epocal o a su cosmovisi�n) Zen�n de Elea en el s. V a.C. La idea de la nada suele plantear una apor�a en cuanto se pueda suponer la �existencia� de algo que por definici�n no existe. George Berkeley (s. XVII) y en general todo el solipsismo plantean una apor�a: �c�mo se puede demostrar que la realidad objetiva es realmente objetiva y no una creaci�n ilusoria subjetiva? Berkeley se vali� de la imaginaci�n, los ensue�os e incluso los delirios como posibles elementos demostrativos del solipsismo. Uno de los primeros modos de refutaci�n de tal apor�a se encuentra en la conciencia intencional planteada por Franz Brentano (ya a fines de s.XIX e inicios de s.XX): �toda conciencia es conciencia de algo (externo o trascendente a la conciencia)� El cosmos en cuanto a sus l�mites espaciotemporales plantea apor�as que en parte se resuelven con la hip�tesis del universo autocontenido, hip�tesis resolutoria sostenida principalmente por Stephen Hawking (segunda mitad de siglo XX e inicios del presente siglo XXI). Algo similar ocurre con las teor�as creacionistas del Universo: si, como el sentido com�n ha planteado frecuentemente, el Universo no puede salir de la nada y, por esto, �necesita de un Creador�, �no necesita por su parte otro Creador el Creador del Universo (y as� ad infinitum), ya que nada sale de la nada? (V�ase la Paradoja de la omnipotencia).n. 2? En la �tica se encuentran apor�as como esta: �existe la libertad para no ser libre? La apor�a inversa puede observarse en la filosof�a de Sartre: la necesidad o anank� de los humanos es proyectarse a la libertad y ser libres (com�nmente, si se descarta la dial�ctica, la necesidad o anank� se considera como un opuesto a la libertad). Los �viajes en el tiempo� implican paradojas que muchos consideran irresolubles (apor�as). De �stas la m�s conocida es la llamada paradoja del abuelo. Sin embargo Frank Tipler (a inicios del presente s.XXI) dio una explicaci�n bastante l�gica que resolver�a a esta apor�a: �si alguien viaja al pasado se vuelve parte del pasado por esto no puede cambiar ni el pasado ni el futuro�. La paradoja de Russell incumbente en principio a las ciencias matem�ticas es, desde el punto de vista filos�fico, otro ejemplo de apor�a. Los teoremas de incompletitud de Kurt G�del demostrados en el s. XX resuelven algunas paradojas de la l�gica. El concepto realidad virtual supone, seg�n Rom�n Gubern (segunda mitad del s.XX e inicios del s. XXI) en su libro Del bisonte a la realidad virtual, una apor�a porque nada puede ser real y virtual al mismo tiempo. Aunque tal planteamiento es falaz ya que lo virtual, �acaso no es un subconjunto de la realidad? Como lo ha notado Jacques Lacan no debe confundirse la realidad con lo real. La "paradoja" (en lo real durante siglos era un dilema [que encerraba a un dialelo ] transformado en una apor�a) del huevo y la gallina. Su enunciado simplista es: "�qu� fue primero, el huevo o la gallina?", con esta apor�a muchos de quienes la utilizaban intentaban demostrar que "era irresoluble" si no aparec�a un tercer factor divino que era el creador; sin embargo la teor�a de la evoluci�n de las especies explica perfectamente el supuesto irresoluble "galimat�as": lo primero siempre ha sido el huevo, ya que las gallinas actuales descienden de la mutaci�n gen�tica que alg�n ancestro anterior a las gallinas dej� en el huevo...por lo que se sabe todas las aves actuales descienden de los desaparecidos dinosaurios ter�podos y los dinosaurios ter�podos descienden de reptiles como los anfibios y los anfibios de los peces y as�, pasando por los cenobios, hasta llegar a diminutos protozoarios y antes a los protobiontes como pueden serlo los coacervados que incluir�an al LUCA �ltimo Ancestro Com�n Universal de la Vida (LUCA, por sus siglas en ingl�s)2? antes a las mol�culas como el ARN3?4? y antes de las mol�culas (por ejemplo los amino�cidos) y en especial las de biopol�meros basadas en los �tomos de carbono y antes de los complejos �tomos de carbono los simples �tomos de hidr�geno y antes los quarks y quiz�s antes las hipot�ticas branas y cuerdas subat�micas y antes el bos�n de Higgs y antes acaso el pr�cticamente etereo campo de Higgs. Por otra parte en el budismo Zen existen algunos planteos semejantes a las apor�as tales como los koan que expresan frases como : �aplaudir con una sola mano�;n. 3?

en estos casos la apor�a no es tal ya que la paradoja es falsa aunque tienen la positiva funci�n de plantear un sorprendente problema cognitivo para estimular al intelecto y quitar a la gente del mal sentido com�n (no toda la realidad es equivalente a lo real): ejemplos del mal sentido com�n y �realidades inconcusas e irrefutables� han sido que el Sol giraba en torno a la Tierra y que la Tierra era plana y estaba en el centro del Universo. De un modo semejante al anterior, la tradici�n a veces expresa que: �muchos ciegos son clarividentes� y el ejemplo de tal caso es el de Edipo quien tras arrancarse los ojos reci�n �puede ver lo real� que le censuraba lo imaginario.

Related Documents

Aporia Wki
October 2019 6
Aporia Tristetii
December 2019 1
Aporia, Derrida.pdf
June 2020 2
Atmosfera Wki
October 2019 21
Ultramonatismo Wki
October 2019 19
Estereotipo Wki
October 2019 18