Act1 Unidad 4.docx

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AGROPECUARIA Hacia una agricultura sostenible La dependencia al petróleo que sufren los agricultores aumenta cada día por el uso de maquinaría pesada y la propia composición de ciertos fertilizantes. Pero existen prácticas agrícolas más rentables y sostenibles. Todavía desconocida para mucha gente, la agricultura de conservación podría ser una solución que diversifica las técnicas para un mejor uso del suelo.

Desde hace 22 años, a temprana hora de cada mañana Félix Ballarín se ocupa de planificar la plantación de su explotación familiar en la comarca aragonesa de Los Monegros. Este año ha plantado avena y alfalfa, y se preocupa por el seguimiento de la cosecha y los riegos. Falta información para los agricultores En España, sólo en el 10% de la superficie cultivable, es decir en 2.500.000 hectáreas, se trabaja con agricultura de conservación; una cifra muy baja si se tienen en cuenta los beneficios que ésta aporta al bolsillo de los agricultores y, sobre todo, a la conservación del entorno. Según los expertos, el principal problema de los agricultores para impulsar estas técnicas es el desconocimiento y la falta de información. “Casi el 96% de los agricultores que participaron en un programa de difusión de la agricultura de conservación está implantando la siembra directa para sus cultivos”, indica González. Además, en los últimos años se han impulsado medidas europeas de fomento y algunas están ya en la nueva Política Agrícola Común (PAC). En el futuro Europa tendrá una directiva para la protección del suelo, como la que existe ya para la protección del aire y del agua. Estas nuevas técnicas aplicadas en cultivos herbáceos, fundamentalmente con siembra directa y laboreo de conservación con cubierta, y en cultivos leñosos, con cubiertas vegetales, son promovidas por la Comisión Europea y el Estado español dentro de las medidas agroambientales. Andalucía es, por ejemplo, la comunidad autónoma donde más se están implantando las cubiertas vegetales y, acogidas a un plan de ayudas

agroambientales, representan más de 150.000 hectáreas. Se estima además que más de 300.000 hectáreas de olivares que existen en Andalucía son cubiertas. En siembra directa es Castilla y León la comunidad donde más se aplica por encima de 250.000 hectáreas. Aunque en los diez últimos años se haya pasado de no practicar la agricultura de conservación a tratarla en un 10% de la superficie, la agricultura tradicional sigue predominando en el panorama rural español especialmente impulsado por la concesión de subvenciones. Según explica Gregorio Blanco, profesor titular de ingeniería agrónoma de la Universidad de Córdoba, “el agricultor puede enquistarse sabiendo que dispondrá de ese dinero y seguirá empleando técnicas más corrosivas, mientras que donde no hay subvenciones es necesario reducir al máximo los costes con técnicas conservacionistas”. En los campos agrícolas de Sonora, Baja California, Sinaloa, Jalisco y Chihuahua —los de mayor producción en México— prevalece un modelo de explotación y desigualdad que se ha fortalecido durante años. Un puñado de empresarios se ha valido de sus conexiones políticas para incrementar su dominio y ha obtenido subsidios gubernamentales para mejorar la producción, mientras que mantienen a sus jornaleros en condiciones indignas, inseguras y de explotación laboral.

el país recorrió cinco estados donde encontró que los trabajadores que tienen contacto con plaguicidas no tienen ni la ropa adecuada para protegerse del daño de los químicos, los empresarios contratan a los jornaleros a través de “enganchadores” a fin de evadir cualquier responsabilidad en caso de accidentes o inconformidades laborales, los empleados de la tercera edad no cuentan con una pensión porque nunca estuvieron inscritos al seguro social y eso los condena a una vejez en la miseria, el sueldo es tan bajo –ente 6 y 10 dólares- que no les alcanza ni para adquirir una canasta básica y las mujeres sufren acoso sexual.

En estas entidades los grandes empresarios han acaparado los subsidios del principal programa de apoyo al campo, Proagro, antes conocido como Procampo. El subsidio gubernamental que surgió como un apoyo compensatorio para los pequeños productores ante la apertura mercantil del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1993, ha repartido a nivel nacional 58.702 millones de pesos (3.261 millones de dólares) en los últimos cinco años, pero no ha cumplido con el propósito de incrementar la productividad agrícola porque beneficia a quienes más tienen y deja fuera a los que realmente lo necesitan. Fermín Murrieta tiene un pequeño terreno en Ajalpan, una localidad con carencias ubicada en el estado de Puebla, donde siembra cebolla. Alguna vez buscó un subsidio del Gobierno federal para incrementar su producción, pero nunca consiguió el apoyo. Su única alternativa fue emplearse en los campos agrícolas del norte del país como jornalero, donde se ha tenido que someter a extenuantes jornadas laborales y a bajos sueldos, sin contar con seguridad social. España ha sido tradicionalmente un país dedicado a la Agricultura, cuya actividad ha sido el soporte de la Economía, hasta hace pocas décadas. Actualmente ya no constituye su principal sustento, sin embargo, no se ha relegado a un segundo plano ya que las nuevas técnicas agrícolas y el avance tecnológico han hecho que se revolucione este sector. La investigación en Ciencias Agrarias es una de las más desarrolladas en nuestro país, y se ha convertido en una ciencia competitiva y con niveles de crecimiento reconocidos en Europa. Cultivar hoy es más complicado que nunca. La imprevisibilidad del tiempo, el control de plagas y malas hierbas, el desarrollo de los precios del mercado, la escasez de recursos naturales, todo ello en un mundo que va camino de alcanzar los 9.000 millones de habitantes. Estos retos exigen a BASF seguir con su compromiso de crear soluciones innovadoras para los agricultores, ayudándoles en la tarea de garantizar la alimentación para todo el mundo. Como líder de la industria con una amplia cartera de fungicidas, insecticidas, herbicidas y tratamientos de semillas, BASF ayuda a los agricultores a aumentar de forma sostenible la producción y la calidad de sus cultivos. Alimentando una cultura de innovación en línea con las necesidades de los clientes, nuestras tecnologías pretenden garantizar que los cultivos crezcan más sanos, más fuertes y más resistentes a los factores de estrés, tales como el calor o la sequía. BASF también ofrece una variedad de soluciones inteligentes para problemas de plagas en áreas urbanas y rurales. Desde productos para proteger edificios de las termitas hasta trampas para mosquitos que combaten eficazmente la propagación de enfermedades transmitidas por vectores, ayudamos a nuestros clientes a mantener sus hogares, tiendas de alimentación y empresas limpias y sin plagas.

Biotecnología para una agricultura sostenible La biotecnología de plantas es una técnica moderna de cultivo de semillas. Las actividades de BASF en esta área están concentradas en BASF Plant Science, cuya misión es ayudar a los agricultores a seguir el ritmo con la creciente demanda de mayor productividad y mejor nutrición. Alrededor de 800 colaboradores se encuentran en centros de biotecnología de primera clase, integrados en una red científica global con numerosos socios académicos. La cartera de I+D de BASF Plant Science se centra en desarrollar rasgos de las plantas para mejorar y proteger la producción. Esta sombrilla está basada en tres pilares sólidos: Primero, rasgos para aumentar directamente la cosecha y mejorar la tolerancia al estrés de los cultivos; segundo, rasgos para tolerar los herbicidas; y tercero, mejorar la capacidad de los cultivos para resistir las enfermedades fúngicas. Cuidado Funcional de Cultivos A través de su nueva área de Cuidado Funcional de Cultivos, BASF está ampliando lo que significa proteger los cultivos. Estamos empleando innovaciones en química y biología en tres áreas de atención para ayudar a los productores a tener éxito en el futuro: Gestión del Suelo, Soluciones para Semillas y Cuidado de Cultivos. Nos centramos en soluciones para gestionar de manera eficiente recursos escasos tales como el agua, los nutrientes y los terrenos cultivables para ayudar a los agricultores a generar aumentos sostenibles de producción. Con las Soluciones para Semillas aunamos tratamientos químicos y biológicos avanzados de semillas, inoculantes, polímeros y colorantes para mejorar la salud de las semillas y el potencial de producción desde el principio. Además, ofrecemos un control biológico y productos foliares que van más allá del control de plagas tradicional.

Fuentes de consulta: https://www.basf.com/es/es/products-and-industries/agriculture.html https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Hacia-una-agricultura-sostenible https://elpais.com/especiales/2018/campo-mexicano/ http://noticias.universia.es/educacion/reportaje/2007/10/17/649946/investigacionagricultura-productiva-rentable-sostenible.html}

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