A MI PEQ UE ÑA --- -- --- -- --- -- -- --- -- --- -- -
---------------------------------------------
Idílica amatoria
Eres, mi pequeña, mi última amante Eres, mi pequeña, mi dulce mujer Y yo, el primer hombre de recio talante Que del dulce arroyo, desde el mismo instante Se postró a beber. Quiero que me nazcas seres con mi nombre Que me llamen ¡padre! Al anochecer.
Quiero que tus labios de joven lascivia, Húmedos se ofrezcan al amanecer. Quiero amarte entera, sin retroceder Para que mi musa me obligue a tejer Para ti los versos que mi amor acusa. Siendo tú mi musa, de tanto querer Sin ti, no podría, pequeña, escribir Con tal maestría, con tanto sentir y decir…. Eres, mi pequeña, sonrisa elegante, mirada hogareña Perfume fragante, como cierta brisa al amanecer; Guirnalda triunfante sobre mi querer, que por ser, Desea al instante de ti enloquecer, no siendo bastante. Eres, mi pequeña, ilusión, Demencia, orgullo, pasión Gusto, placer, reverencia. Eres, mi pequeña, mi última amante. Yo, tu primer hombre—más creo—gentil que viril y más que viril, Galante. No encuentro palabras ni mitología, si no, te diría Preciosa mujer…. ¡Que importa si han dicho! ¿Qué fuiste mujer de capricho? ¿Galana de amantes? ¿De placer mujer? Olvida lo dicho, déjales que sigan Presos en su lodo. ¡Soy yo! Tu primer amante y tú, mi última mujer, antes y después de todo.