A LOS DAMNIFICADOS DE LA GUERRA ¡Despierta! ¡Despierten! ¡Despierta! ¡Despierten! ¡Cese al fuego! ¡No más llamas! Dejemos que se levanten: La tierra y los árboles Exmonseñor Guzmán, ni Eutiquio, ni el excura Camilo Nada tuvieron que ver con el incendio… Ni los que colgaron sus sotanas Para no verse como cuervos ni sucios carroñeros Intentando con oraciones exorcizarle Al café la fetidez: ¡a carne chamuscada!… Los recuerdos los conservan frescos En formol los corazones Que en una noche de horror y azufre Vieron como el machete y las balas Les partió en dos y se les arrancó: ¡el alma a sus vidas! Todos creyeron que mañana Para ellos sería otro día Los niños crecieron Como crece todo lo que se siembra en la vida Y floreció una rosa negra en sus corazones… Muchos aún en sus pesadillas Ven a caballos descuartizando a sus padres O a sus madres con sus vientres abiertos Preñadas con trapos y gasolina encendida… En vez de sus conjurados fetos… Otros terminaron cabeceando goles Después de haber sido decapitados… Se supone que están locos Los que aún empuñan banderas rojas Fue que nadie rebuscó dentro de los templos A los verdaderos genocidas
Ahora silban balas cual relámpagos De una lejana tormenta De la que nadie habla… y en las escuelas A los niños: ¡solo se les enseña mecatrónica!… Ayer no más, ayer por la tarde El miedo, solo podía militar, entre: El guerrillero reaccionario o un para antiguerrillero… Se silenciaron los pulpitos No sé si fue la vergüenza La que les prohibió arengar, desde ellos Ni los curas pudieron volver a gozar Con impunidad de sus riquezas Ni los malos… ni los buenos… Las carreteras…los caminos…los pueblos… Hasta las ciudades se minaron… Y se llenaron con granadas los espantapájaros… Ahora dicen que hay un tercer camino Y hasta se siente vibrando a una estrella sin miedo Pero los malos… los incendiarios Los que recibieron esputos sobre sus recuerdos Como perros fieles y con el rabo entre las patas Se extienden como un tapete: ¡a los pies del amo!… Al pueblo, nadie nos volvió a contar la verdadera historia Pero esta sobrevivió en silencio: de boca en boca ¡Un trago! ¡Doble o triple! Para que haga un solo viaje Siento amarga la garganta ¡Seco el gaznate! La historia cambiará cuando mueran: ¡Los verdaderos damnificados de la guerra! Héctor “El Perro Vagabundo” Cediel
[email protected] 2008-02-01