4.5 Lo Que Tú Vales Historia del Cielo y de la Tierra Génesis 1, 26-27 “Entonces Dios dijo: Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, según nuestra semejanza, para que dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo, y los ganados, las bestias salvajes y los reptiles de la tierra. Y creó Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creó; varón y mujer los creó.” Reflexión
D
ios hace todo bien y nos hizo a las personas a su imagen y semejanza con en fin de que podamos vivir y relacionarnos con Él. A todos nos creó con la misma dignidad, varones y mujeres, de raza negra, amarilla, blanca y también a los mestizos y mulatos. Todos reflejamos la grandeza y la belleza de Dios; nadie posee el modelo exclusivo de belleza ni a máxima inteligencia, ni el amor por excelencia. Esta semejanza con Dios y el hecho de que sólo compartió con nosotros sus atributos, nos hace el punto culminante de la creación. ___________________________________________________________________________________________
E
legir no siempre es fácil. Para poder hacerlo, debemos ejercitar nuestro juicio crítico individual, además debemos responsabilidades de nuestras decisiones, valores y acciones.
Si dudamos de nuestra eficacia para tomar decisiones, actuar y aprender, entonces tendemos a interrumpir nuestros proyectos. Esta inseguridad para actuar tiene como resultado, muchas veces, el fracaso que ya es esperado por nosotros mismos. Este es el círculo de pensamiento-acción negativa provocado por una falta de autoestima. Si somos personas con alta autoestima buscaremos proyectos estimulantes y nuevos que nos reten a demostrar nuestra capacidad e incrementen en valor que tenemos de nosotros mismos. Por el contrario, cuando tenemos baja autoestima buscaremos proyectos rutinarios en los que no tengamos que demostrar nuestra capacidad, el resultado es la disminución de nuestra autoestima. Entre mayor sea nuestra autoestima, mejor capacitados estaremos para enfrentarnos a los retos que la vida nos presenta en nuestra vida estudiantil, profesional y familiar. Una saludable autoestima nos permite sentirnos orgullosos de nuestros logros sin tener que hablar todo el tiempo de ellos, nos permite aceptar nuestras limitaciones al mismo tiempo que luchamos por nuestra superación.
Es necesario diferenciar egoísmo de una autoestima saludable. Ser egoísta se refiere a las personas que necesitan confirmar su valor y lo hacen pensando mucho en ellos mismos y poco o nada en los demás. La autoestima no es un regalo que alguien nos da, aunque la familia y los amigos pueden motivarla, somos nosotros mismos los responsables de crear un diálogo interno positivo que nos permita tener una imagen valiosa de nuestras personas. La autoestima depende en gran medida de nuestra voluntad. Dentro de cada uno de nosotros existe siempre la posibilidad de cambio. Pasar de un extremo a otro es difícil, la imagen que tenemos de nosotros mismos tenderá a repetirse en nuestra mente, pero el cambio será siempre una posibilidad. Algunas sugerencias para hacer este cambio son: Acepta cumplidos: siempre di gracias o emplea palabras que expresen gratitud. Dirige cumplidos: una de las mejores maneras de sentirnos bien con nosotros mismos es reconocer lo que hay de hermoso en los demás. Habla siempre bien de ti mismo: es mejor callar que hablar mal de nosotros mismos. Felicítate: reconoce tu valía. Reconoce la diferencia entre tu persona y tus actos: reconoce que tus actos no están necesariamente ligados a tu autoestima. El hecho de cometer una tontería no te hace una mala persona. Ofrece buen trato a tu cuerpo: ejercita tu cuerpo y aliméntalo bien. Demuéstrales a los demás cómo quieres ser tratado: pon el ejemplo tratando bien a los demás y a ti mismo. Relaciónate con gente positiva. Goza de la vida sin sentirte culpable. Lee libros que te inspiren. Visualiza mentalmente tu potencial. Si nuestra autoestima es tan importante, ¿cómo podríamos definirlo y conseguirla? El Dr. Branden (1992), la define como: “la facultad de sabernos personas competentes para enfrentar los retos que la vida nos presenta y dignas de ser felices”. Autoestima es una evaluación personal, es el valor que nos damos a nosotros mismos como personas que somos. Muchas personas en la actualidad creen que si no son inteligentes, atractivas, bien remuneradas, famosas o deportistas no merecen respeto ni amor. Muchas otras piensan que un bebé antes de nacer, una persona de la tercera edad o un discapacitado no tienen “calidad” de vida y por tanto no “valen” igual que otras. Pues estos pensamientos son completamente erróneos, todos merecemos respeto y amor simplemente por que somos personas. Recordemos que todos tenemos
capacidades exclusivas de la raza humana: capacidad de amar, de pensar, de interesarnos por los demás, de trascendencia, de creatividad, de aprender, de elección. Reconozcamos nuestro valor como seres humanos y recordemos que todos tenemos igual dignidad. El significado profundo de la autoestima radica en la confianza que tenemos en nuestra forma de pensar. Nuestro pensamiento nos diferencia del reto de los seres vivos y es por medio de nuestro pensamiento que podemos elegir nuestros actos. Las personas que no confían en su mente se encuentran en gran desventaja para tomar decisiones y elegir. Nuestra autoestima es, según Branden (1992). El sistema inmunológico para nuestra conciencia: fuerza, resistencia y recuperación ante los retos que nos presenta la vida. ___________________________________________________________________________________________ Cápsula Motivacional
La historia de Rapunzel
C
omo muchos cuentos de hadas, la historia de Rapunzel tiene un sentido profundo. Es una historia sobre la imagen de uno mismo. Rapunzel era una joven que vivía encerrada en un castillo, prisionera de una bruja que constantemente le decía que rea fea. Un día, un apuesto príncipe pasó por la torre y alabó la hermosura de Rapunzel. Entonces, ella hizo descender por la ventana de la torre su dorada cabellera, muy larga pues nunca se la había cortado, para que él escalara y pudiera rescatarla. No era ni el castillo ni la bruja lo que la mantenía cautiva, sino la imagen negativa que Rapunzel tenía de sí misma. En cuanto fue consciente de su belleza, reflejada en la admiración que el príncipe le mostró, se dio cuenta de que podía ser liberada. Todos debemos estar conscientes de la bruja dentro de nosotros mismos que nos impide ser libres y valorarnos como personas.