He, mujeres … ella es cada vez, más difícil. La he vuelto a perder de vista. No la encuentro por ningún lado al que veo. Ahora, poco me interesa si no le hablé. El ciclo va a acabar y todavía no se su nombre. No me importa. ¿Por qué no me atreví?, me preguntaré cuando recuerde este episodio y, aún con esta motivación, no lo hice, no sabría como. La encontré. Está con su amiga conversando a, más o menos, 10 metros. Creo que se ha percatado de mi presencia. Creo que me ha visto. Creo que le he gustado. El chico, ese que no se que tipo de relación tiene con ella, está a su lado. La busco y no la encuentro. ¿Dónde se ha metido? Se ha dado cuenta que la estoy mirando mucho. Ahora lo tendré que hacer de reojo. Voltea y miro a mi tutora sexy. Vuelvo la vista y ya no está. Un grupo de chicos escuchan reggaeton por celular mientras que un grupo de seis chicas, más altas que yo, se me aproximan. Ella sigue jugando con nuestro celular. Humo de cigarro la hace toser. Alguien se le ha acercado, con cigarro en boca. ¿Será su enamorado? ¿Un amigo cariñoso? Ha sacado un celular que tiene los mismos colores que su ropa. Es el mismo que yo tengo. Empieza a correr mucho aire que tengo ganas de ir a mi casa, bañarme, cambiarme y dormir en mi cama de rombos azules y blancos. No recuerdo su nombre y si lo hiciera, de nada me serviría. ¿Acaso me acercaría a hablarle? ¿Acaso la intentaría conquistar? No lo creo. No soy de esos chicos o, al menos, no me gusta pensar que lo soy.
Con ella hice grupo en la convención de delegados. Nos cruzamos miradas más de una vez y nos dirigimos más de 30 oraciones. Bajaba dando saltos, como un caballo, cada dos escaleras de las rojas al frente mío. Y al ver hacia el frente, ella sin cigarros en la mano. Su polo color blanco y de brazos negros, su jean y zapatillas. Su cabello que, sin estar tan arreglado, atrae miradas. Es pequeña, sus senos el deseo y su trasero, la perfección. No podría entender si es que fue verdad lo que me dijo. Lo más probable, es que fuera mentira y me usara, solo como una máquina, de abrazos, sexo, besos y cariño a domicilio.