Capítulo 2. 4. Ventilación mecánica domiciliaria 13. ASPECTOS ECONÓMICOS DE LA VMD Otro de los objetivos reconocidos de la VMD es la disminución de los costes (31). El cálculo real de los costes que ocasionan los pacientes en VMD resulta dificil (2, 3, 110), principalmente por lo variable del consumo de material fungible, por las distintas fuentes de financiación que se emplean y porque las necesidades de los pacientes son distintas entre sí y variables en el tiempo. En 1984 A.I. Goldberg (3) publica los costes del programa RESPONAUT, estimando un coste anual de 1.125.000 $, con una media de 13,7 $ paciente /día. Los datos publicados de ANTADIR en 1993 (18) que hacen referencia a los costes calculados para el año 1991, se elevan a 393 millones de FF, con una media de 48,74 FF paciente / día; en estos datos hay que tener en cuenta que el sistema ANTADIR acoge a pacientes con oxigenoterapia domiciliaria, pacientes traqueostomizados, pacientes con CPAP para tratamiento de las apneas del sueño y también pacientes con VMD. El estudio multicéntrico francés de 1994 (43) analiza también el impacto económico de la VMD, compara el coste de la hospitalización en una UMI francesa (4.110,45 FF o 685,00 $ por paciente / día), con una unidad asistencial hospitalaria convencional (2.709,80 FF o 452 $ por paciente / día) y con el coste de atención de los pacientes traqueostomizados con VMD que es de 102,00 FF o 17 $ por paciente / día. Así mismo, distintos autores, en distintos paises han confirmado la disminución de costes con esta opción terapéutica (46, 110, 111). El estudio de FJ Indihar (112) analiza los costes teniendo en cuenta la necesidad o no de personal auxiliar o de enfermería, para el cuidado de los pacientes con VMD; en su estudio el coste relativo de una unidad asistencial convencional con respecto a una UMI es del 32,6%, cuando se realiza VMD y en el cuidado de los pacientes interviene durante 8 horas diarias personal auxiliar, el coste relativo con respecto a la UMI es del 31,3%, si se precisa una enfermera el coste relativo con respecto a la UMI es del 41,9% y si los
cuidadores son los familiares exclusivamente, el coste relativo desciende al 10%. Estos datos concuerdan con los previamente publicados por R.C. Frates y cols (33). Este análisis revela que el determinante mayor de los costes que se derivan de la VMD, es la necesidad o no de personal cualificado para el cuidado de los pacientes, además de la ayuda que prestan los familiares. Acercándonos a nuestro ámbito, R. Estopà y J. Escarrabil (113) comunican en 1995 que el coste medio de sus pacientes en VMD lo estiman alrededor de un máximo de 5.000 pts. paciente / día. Los costes calculados para nuestros pacientes en el año 1996 se han estimado en menos de 4.000 pts. paciente / día. Así pues, parece suficientemente contrastado el beneficio global que se obtiene en la reducción de costes cuando se realiza un programa de VMD.