1 Baha G2 Celulas Madre

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Células madre

Índice:

-¿Cómo se descubrieron las células madre? -¿Qué son las células madre? ¿Por qué son tan valiosas? -Existen cuatro tipos de células madre: Célula madre totipotente Célula madre pluripotente Células madre multipotentes Células madre unipotentes -Células madre de liquido amniótico. Su obtención Aplicaciones Formación del hueso -Uso de células madres (embrionarias y adultas.) -Tratamientos con células madre. -Células madre: la controversia de la terapia. -Noticias. -Bibliografía

¿Cómo se descubrieron las células madre? Los científicos descubrieron hace más de 20 años el modo de obtener células madre de embriones de ratones. Sin embargo, la Una célula madre es una célula que tiene capacidad de autorrenovarse mediante divisiones mitóticas o bien de continuar la vía de diferenciación para la que está programada y, por lo tanto, producir uno o más tejidos maduros, funcionales y plenamente diferenciados en función de su grado de multipotencialidad. La mayoría de tejidos de un individuo adulto poseen una población específica propia de células madre que permiten su renovación periódica o su regeneración cuando se produce algún daño tisular. Algunas células madre adultas son capaces de diferenciarse en más de un tipo celular como las células madre mesenquimales y las células madre hematopoyéticas, mientras que otras se cree que son precursoras directas de las células del tejido en el que se encuentran, como las células madre de la piel o las células madre gonadales (células madre germinales). Es común que en documentos especializados se las denomine stem cells, en inglés, donde stem significa tronco, traduciéndolo lo más a menudo como «células troncales».

Las células madre embrionarias son aquellas que forman parte de la masa celular interna de un embrión de 4-5 días de edad y que tienen la capacidad de formar todos los tipos celulares de un organismo adulto. Una característica fundamental de las células madre embrionarias es que pueden mantenerse (en el cuerpo o en una placa de cultivo) de forma indefinida. Puesto que al dividirse siempre forman una célula idéntica a ellas mismas, siempre se mantiene una población estable de células madre. Novedosos estudios han derivado en la obtención de células madre sin que esto implique la destrucción del embrión.primera vez que se obtuvieron células madre embrionarias humanas fue en 1994. Se aislaron a partir de un blastocisto procedente de fecundación in vitro (FIV). Blastocisto es el nombre que recibe el embrión de entre una o dos semanas antes de implantarse en el útero materno. Pero no fue hasta finales del año 1998 cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Wisconsin (EEUU) consiguió el primer cultivo en el laboratorio de células madre embrionarias humanas a partir de blastocistos. Un cultivo o línea celular es un conjunto de células que se dividen continuamente en el laboratorio. El poder crecer y mantener estas células in vitro supuso el comienzo del boom de las células madre. A partir de ese momento, grupos de investigación de todo el mundo han estudiado las características moleculares de estas células y han desarrollado sistemas más eficaces para cultivarlas in vitro. Además, se han hecho avances muy importantes a la hora de dirigir estas células hacia un tipo celular concreto. Esto ha originado que las células madre hayan adquirido un gran potencial terapéutico por sus aplicaciones en la regeneración de tejidos dañados y

restablecimiento de funciones afectadas del cuerpo.

¿Qué son las células madre? ¿Por qué son tan valiosas? Podría decirse que las células madre son células que no tienen un papel asignado en el organismo. De la misma forma que un actor espera la llamada de un casting que le asigne un papel, las células madre esperan una señal que les diga en qué se tienen que convertir, ya que son capaces de originar muchos tipos de células diferentes. Este proceso es lo que se conoce como diferenciación celular o transformación. Mientras esa señal llega, las células madre aguardan pacientemente y se dividen de forma lenta, constante e indefinida para originar nuevas células madre. Para la transformación de una célula madre, sin ningún tipo de marca, en una célula de un órgano concreto, con una serie de marcas, son necesarias una serie de señales químicas concretas que pongan en marcha la diferenciación. Este proceso consiste en la activación de determinados genes y en la producción de proteínas concretas que determinarán su forma y su comportamiento. Cuando termine el proceso, estas células dejarán de dividirse pero serán células especializadas capaces de realizar una función concreta en un lugar concreto del organismo. Una célula madre es una célula que tiene capacidad de autorrenovarse mediante divisiones mitóticas o bien de continuar la vía de diferenciación para la que está programada y, por lo tanto, producir uno o más tejidos maduros, funcionales y plenamente diferenciados en función de su grado de multipotencialidad. La mayoría de tejidos de un individuo adulto poseen una población específica propia de células madre que permiten su renovación periódica o su regeneración cuando se produce algún daño tisular. Algunas células madre adultas son capaces de diferenciarse en más de un tipo celular como las células madre mesenquimales y las células madre hematopoyéticas, mientras que otras se cree que son precursoras directas de las células del tejido en el que se encuentran, como las células madre de la piel o las células madre gonadales (células madre germinales). Es común que en documentos especializados se las denomine stem cells, en inglés, donde stem significa tronco, traduciéndolo lo más a menudo como «células troncales». Las células madre embrionarias son aquellas que forman parte de la masa celular interna de un embrión de 4-5 días de edad y que tienen la capacidad de formar todos los tipos celulares de un organismo adulto. Una característica fundamental de las células madre embrionarias es que pueden mantenerse (en el cuerpo o en una placa de cultivo) de forma indefinida. Puesto que al dividirse siempre forman una

célula idéntica a ellas mismas, siempre se mantiene una población estable de células madre. Novedosos estudios han derivado en la obtención de células madre sin que esto implique la destrucción del embrión. Tipos de células madre Existen cuatro tipos de células madre: -Una llamada célula madre totipotente puede crecer y formar un organismo completo, tanto los componentes embrionarios (como por ejemplo, las tres capas embrionarias, el linaje germinal y los tejidos que darán lugar al saco vitelino), como los extraembrionarios (como la placenta). -La célula madre pluripotente no puede formar un organismo completo, pero puede formar cualquier otro tipo de célula proveniente de los tres linajes embrionarios (endodermo, ectodermo y mesodermo), así como el germinal y el saco vitelino. -Las células madre multipotentes son aquellas que sólo pueden generar células de su propia capa o linaje embrionario de origen (por ejemplo: una célula madre mesenquimal de médula ósea, al tener naturaleza mesodérmica, dará origen a células de esa capa como miocitos, adipocitos u osteocitos, entre otras). -Las células madre unipotentes pueden formar únicamente un tipo de célula particular. En realidad, forman 2 tipos de células madres: laqilosis: es un tipo de célula madre muy rugosa que contiene ribosomas enbofilosis: es una célula lisa, que contiene un líquido especial llamado: vasiofelina, que ayuda a que el cuerpo no endurezca en la reproducción de las células madre. -

Células madre de liquido amniótico "Se sabía desde hacía décadas que tanto la placenta como el líquido amniótico contienen múltiples tipos de células progenitoras para el desarrollo del embrión, incluida la grasa, el hueso y el músculo", Los científicos creen que las "células derivadas del líquido amniótico" (AFS, en inglés) pueden representar una etapa intermedia entre las células madre embrionarias y células madre adultas, ya que tienen marcadores que se ajustan a ambos tipos celulares. El 1% de las células del líquido amniótico recogidas en una amniocentesis (prueba diagnóstica) tienen en su superficie un tipo de antígeno (c-Kit), el mismo que presentan las células madre embrionarias. No obstante, estas células son claramente diferentes a las embrionarias y a las células madre adultas. Estas células derivadas del líquido amniótico son capaces de renovarse, una característica de las células madre. Su obtención Una importante ventaja de las células del líquido amniótico es su rápida disponibilidad. Se han podido obtener estas células de líquido amniótico de amniocentesis, un procedimiento utilizado para diagnosticar de forma prenatal el riesgo de trastornos genéticos en el bebé, también de la placenta y otras membranas, que son expulsadas del cuerpo de la madre tras el parto como el cordón umbilical y además de resultar fáciles de obtener, según los investigadores estas células tienen una gran capacidad de autogeneración dicen que se duplican cada 36 horas.

Se utilizó un método para localizar esas células en las muestras amnióticas y se observó que, mediante un medio de cultivo, se pueden obtener líneas celulares estables, denominadas células madre de líquido amniótico. De esta forma, en el laboratorio se puede conseguir un número mayor de este tipo de células. A pesar de que las células madre amnióticas no muestran en su superficie muchos de los marcadores que presentan las células madre embrionarias, el estudio ha mostrado que son capaces de convertirse en otro tipo de tejidos, al igual que ocurre con las embrionarias. Nuestra esperanza es que estas células ofrezcan una fuente valiosa para reparar tejidos y también para la ingeniería de órganos. Aplicaciones Un estudio muestra que estas células pueden generar diferentes tejidos como el óseo, muscular o hepático. Esta capacidad las convierte en una fuerte promesa para futuros tratamientos y, además, los investigadores han detectado ciertas ventajas en ellas sobre las embrionarias una es la ventaja de que estas células no requieren de otras células para su cultivo y presentan un bajo riesgo de formar tumores, riesgo que tienen las embrionarias, lo que es positivo para aplicaciones terapéuticas. Formación de hueso Pero la prueba más contundente de la utilidad de estas células para la ingeniería genética fue cuando estos expertos probaron 'in vivo' que estas células podía formar hueso. Para ello se utilizaron células madre amnióticas humanas y se impregnaron moldes con ellas. Estos moldes se implantaron en ratones y después de ocho semanas se recuperaron y analizaron. Lo que se observó es que se había formado tejido óseo

Uso de células madre Básicamente, en biología se trabaja sobre dos tipos de células madre: Célula madre embrionaria Las células madre embrionarias sólo existen en las primeras fases del desarrollo embrionario y son capaces de producir cualquier tipo de célula en el cuerpo. Bajo las condiciones adecuadas, estas células conservan la capacidad de dividir y hacer copias de sí mismas indefinidamente. Los científicos están empezando a comprender cómo hacer que estas células se conviertan en cualquiera de los más de 200 distintos tipos de células del cuerpo humano. Se obtienen a partir del blastocisto. En este estadio, el embrión es una masa de unas 150 células con forma de esfera. Algunas de estas células forman la cubierta de la esfera, que en su interior está llena de líquido. Dentro de la esfera se localiza la masa celular interna, un conjunto de células donde se localizan las células madre. Estas células son pluripotenciales, es decir, pueden generar cualquier tejido del organismo, lo que les confiere un enorme potencial terapéutico. En la actualidad se utilizan como modelo para estudiar el desarrollo embrionario y para entender cuáles son los mecanismos y las señales que permiten a una célula pluripotente llegar a formar cualquier célula plenamente diferenciada del organismo. Célula madre adulta Las células madre adultas, también conocidas como células madre específicas de tejido, están presentes en los adultos, los niños, los recién nacidos y fetos en desarrollo. Las células madre adultas son más limitadas y especializadas que las células madre embrionarias porque tienen la capacidad para hacer sólo uno o dos tipos de tejido, como por ejemplo células de sangre y del sistema inmunológico, células cerebrales, o células musculares. Las células madre adultas también tienen una capacidad más limitada para reemplazarse que las células madre embrionarias. También se llaman órgano-específicas. Se originan por la división de las células madre embrionarias. Se encuentran repartidas por gran cantidad de tejidos del organismo como cerebro, médula ósea, músculo, piel, intestino, hígado, páncreas y retina. Su principal función es reemplazar las células que mueren dentro de un órgano o tejido. Su actividad varía mucho de unos órganos a otros: las que están en la médula ósea y forma las células de la sangre son muy activas y se dividen continuamente mientras que las que están, por ejemplo, en el intestino delgado son más inactivas. En un individuo adulto se conocen hasta ahora alrededor de 20 tipos distintos de células madre, que son las encargadas de regenerar tejidos en continuo desgaste (como la piel o la sangre) o dañados (como el hígado). Su capacidad es más limitada para generar células especializadas. Las células madre hematopoyéticas de médula ósea (encargadas de la formación de la sangre) son las más conocidas y empleadas en la clínica desde hace tiempo. En la misma médula, aunque también en sangre del cordón umbilical, en sangre periférica y en la grasa corporal se ha encontrado otro tipo de célula madre, denominada mesenquimal que puede diferenciarse en numerosos tipos de células de los tres derivados embrionarios (musculares, vasculares, nerviosas, hematopoyéticas, óseas, etc.). Aunque aún no se ha podido determinar su relevancia fisiológica se están realizando abundantes

ensayos clínicos para sustituir tejidos dañados (corazón) por derivados de estas células. La célula madre por excelencia es el cigoto, formado cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide. El cigoto es totipotente, es decir, puede dar lugar a todas las células del feto y a la parte embrionaria de la placenta. Conforme el embrión se va desarrollando, sus células van perdiendo esta propiedad (totipotencia) de forma progresiva, llegando a la fase de blástula o blastocisto en la que contiene células pluripotentes (células madre embrionarias) capaces de diferenciarse en cualquier célula del organismo salvo las de la parte embrionaria de la placenta. Conforme avanza el desarrollo embrionario se forman diferentes poblaciones de células madre con una potencialidad de regenerar tejidos cada vez más restringida y que en la edad adulta se encuentran en "nichos" en algunos tejidos del organismo. Recientes investigaciones lograron, mediante partenogénesis, activar óvulos humanos no fecundados, lo cual podría ser en futuro próximo una fuente sin controversias éticas para la consecución de células madre.

Tratamiento con células madre. La necrosis, fracturas articulares que no pegan o lesiones del cartílago articular se pueden curar en tres meses, aunque depende de cada persona, gracias al tratamiento con células madre en fisuras que no sobrepasen los tres centímetros, según el doctor de la Fundación AMICAL (Asociación Médica para la Investigación), Pedro Luis Ripoll en declaraciones a Europa Press.

Además, Ripoll explicó que este tratamiento es "limpio, rápido y efectivo", ya que se trata de extraer estas células madre, centrifugarlas y aplicarlas en estados tempranos de fisura o rotura mediante un catéter muy fino en la zona afectada "que hace que el tiempo de rehabilitación sea mínimo al utilizarse técnicas muy poco invasivas".

El trabajo realizado por los especialistas de la Fundación AMICAL a lo largo de dos años, está compuesto por dos partes, una de experimentación animal, y otra clínica, en la que fueron tratados 100 casos que abarcan las articulaciones de cadera, rodilla y hombro, así como defectos del cartílago y pseudo artrosis, y que mostraron "resultados excelentes en prácticamente todos los casos, como siempre hay que ver las características físicas de cada individuo porque no todos reaccionan igual al tratamiento", afirmó Ripoll.

Ripoll destacó en este sentido que "es crucial no levantar falsas expectativas en el posible paciente. Las células madre no son una especie de polvos mágicos que curan todo. Hay que trabajar con audacia, entusiasmo y prudencia, pero recordando que este tratamiento funciona especialmente bien en situaciones de necrosis de cadera, hombro o rodilla, todavía no se ha investigado en más aplicaciones". APLICACIONES DE ESTE TRATAMIENTO. En este mismo sentido, el experto subrayó la importancia de considerar este tratamiento como apto para lesiones pequeñas de cartílago, articulaciones o pseudo artrosis, no para lesiones generalizadas. "Hay que ver que en rodillas, por ejemplo, puede haber multitud de lesiones focalizadas. Con esta técnica se pueden curar en unos tres meses dependiendo de cada persona, pero no está indicado para lesiones más grandes", advirtió. Por otra parte, Ripoll también puntualizó el buen uso que esta técnica puede tener en ámbitos como el deportivo. "El tratamiento ha sido presentado en 10 congresos médicos; algunos lo debaten, otros lo intentan modificar, pero ha superado todos los filtros, demostrando que es eficaz". En cuanto a su aplicación actual en el ámbito sanitario, el ganador del último premio Mapfre comentó que esta técnica está presente, de diversas formas, en hospitales de Bilbao, Barcelona o Madrid, desde agosto de 2006, con actitud generalizada para curar este tipo de lesiones.

Además, subrayó que este tratamiento esta previsto en la Seguridad Social, tiene un coste "infinita mente inferior" a la implantación de prótesis en las zonas afectadas y, socialmente es "más ventajoso" ya que el tiempo de rehabilitación "es menor" y la curación "es mayor", por lo que las secuelas son las "mínimamente exigibles" en este tipo de intervenciones.

El galardón obtenido por los doctores Ripoll, De Prado y Vaquero, el premio "Desarrollo de la Traumatología Aplicada" de la Fundación Mapfre, se concede al mejor trabajo sobre el empleo de una nueva técnica, quirúrgica o clínica, en la especialidad de Traumatología y Cirugía Ortopédica. En este caso, el jurado eligió de entre un importante número de trabajos, uno cuyo objetivo es promover el desarrollo de técnicas mínimamente invasivas en la cirugía del aparato locomotor. En nuestros días las células madre se están utilizando para tratar tumores de cerebro, cáncer de ovario, de testículo, retinoblastoma, neuroblastoma, linfoma no de Hodgkings, carcinoma de células renales, y enfermedades auto inmunes tales como la esclerosis múltiple, lupus eritromatoso sistémico, artritis reumatoide y artritis reumatoide juvenil, entre otras. En cuanto a sus usos futuros se prevé recuperar a pacientes con derrames cerebrales, diabetes, enfermedad de Parkinson y aún más, se anhela recuperar con esta técnica a personas con parálisis.

Para obtener células madre embrionarias es necesario obtener varios blastocistos y luego destruirlos para trabajar con las células de forma independiente. Los embriones provienen en muchos casos de la fase de rutina de la fecundación in vitro (FIV), pues para este tratamiento contra la esterilidad se extraen varios óvulos de la madre donante y luego son fertilizados en condiciones de laboratorio, después se procede a implantar los óvulos fecundados (no todos logran sobrevivir). En algunos casos quedan embriones congelados sobrantes, que pueden utilizarse para la investigación con células madre. También existe la posibilidad de trabajar con células madre de adulto (u órgano-específicas) las cuales se pueden obtener del cordón umbilical de los recién nacidos, la médula ósea, la piel entre otros órganos. Este tipo de investigación no genera controversias éticas y según algunos científicos ofrece mejores beneficios. Otros sin embargo, creen que las células madre adultas solo pueden formar los tipos contenidos en su tejido de origen, además de ser más escasas y más difíciles de cultivar, por lo que abogan por que se permitan investigaciones tanto con células madre embrionarias y adultas.

El trabajo con células madre es una clonación, pero esta no tiene como fin la reproducción, por lo que recibe el nombre de clonación terapéutica (de hecho no hay un equipo de científicos que busque clonar humanos con fines reproductivos).

las células madre en nuestros días gracias a los tratamientos hacen que cada vez se salve mas gente con ciertas enfermedades que necesitan de estas células madre, claro que toda terapia tiene sus ventajas y desventajas, pero sin duda es un gran avance hacia el progreso.

Células madre: La controversia de la terapia En los últimos años, el debate en torno a las células madre se está deslizando cada vez más desde el terreno ético al puramente científico. Por un lado, bastantes países se han decidido ya a promulgar leyes que permiten y regulan la investigación con células madre embrionarias. Por otro lado, se están ensayando técnicas para extraer células madre de los embriones sin destruirlos. Y también se están encontrando otras variadas fuentes de células madre, que evitarían los dilemas éticos que plantean las células embrionarias, y que, además, parecen presentar en algunos casos ventajas técnicas sobre éstas. En cada una de nuestras células (tenemos unos 100 billones de ellas) está la curación de todas las enfermedades. Cada una de ellas encierra el material genético necesario para producir cualquiera de los tipos celulares de nuestro cuerpo y reparar todo tipo de lesiones (es un poco misterioso por qué los organismos, que suelen economizar recursos, toleran un grado tan descomunal de redundancia genética). Sin embargo, en cada tipo celular sólo se expresa un número reducido de genes, y desde el desarrollo embrionario se sigue un complejo y superordenador programa de diferenciación celular por el que cada célula acaba limitada para realizar sólo la gama de funciones que se le exige dentro del tejido al que pertenece. Las células madre son las que poseen alguna capacidad para diferenciarse en otro tipo celular. Esta capacidad de diferenciación es muy dispar y va decreciendo desde las células del embrión en sus primeras etapas, que pueden generar cualquier tipo de célula del cuerpo, hasta las células madre que residen en los organismos adultos, que normalmente sólo pueden transformarse en los distintos tipos celulares del tejido al que pertenecen (en algunos casos, la gama es un poco más amplia). La opción ideal para la terapéutica, sería, en principio, usar células embrionarias, que pueden proporcionar siempre el tipo celular que se necesite. Pero, aparte de las cuestiones éticas, las dificultades técnicas son abrumadoras. No se conoce aún bien el complejo sistema de señales reguladoras que conduce desde la célula embrionaria a la célula deseada. Cualquier pequeña desviación en este largo camino puede acarrear consecuencias desastrosas. Las células madre de cualquier tipo pueden generar tumores o producir tejidos distintos a los esperados. Células madre insertadas en cerebros de animales de experimentación para que se diferenciaran en neuronas han acabado formando un diente completo. Si se implantan en un paciente células procedentes de otra persona hay riesgo de rechazo. Para disponer de células que sean compatibles con cada paciente, habría que crear bancos compuestos por un número muy grande de variedades. Una solución sería poder disponer de células madre que tuvieran la misma dotación genética que las del paciente. Esto se consigue con la clonación: se extraen los núcleos, que contienen la información genética, de células del paciente y se implantan en óvulos de donantes a los que previamente se han extraído los núcleos. El óvulo es así “engañado” y actúa como si hubiera sido fecundado, desarrollándose como un embrión. Se puede así retrotraer al núcleo diferenciado a

una etapa en la que cualquiera de sus genes puede ser activado. El inconveniente es que esto aún no se ha conseguido en humanos.

Las fuentes alternativas a las células madre embrionarias se han multiplicado en los últimos años. Se han encontrado, en tejidos especiales, células con una capacidad para diferenciarse en muchos tipos celulares (en algunos casos, casi tantos como las embrionarias) y a veces con ventajas añadidas como su amplia disponibilidad o su fácil extracción. Entre esas fuentes están la placenta, el cordón umbilical (antes se pensaba que estos tejidos sólo daban células madre de la sangre), el líquido amniótico y ciertas células precursoras de los espermatozoides. También se ha informado recientemente de la obtención de células madre embrionarias a partir de un óvulo sin fecundar, que se divide a sexualmente, por partenogénesis. El líquido amniótico y la placenta contienen células con capacidad de diferenciación intermedia entre la de las células madre embrionarias y adultas. Generan células funcionales de tejido óseo, graso, muscular, endotelio (la capa interna de los vasos sanguíneos), nervioso y hepático. Pueden extraerse de amniocentesis rutinarias y de las placentas desechadas en los partos y se pueden cultivar fácilmente. Presentan menor riesgo de desarrollar tumores que las células embrionarias. Se podrían crear con ellas grandes bancos de células que cubriesen hasta un 99% de la población. Cierto tipo de células madre precursoras de los espermatozoides extraídas de ratones adultos, sorprendentemente, tienen una capacidad de diferenciación similar a la de las células embrionarias. Pueden generar células de las tres capas que se forman en los embriones: endodermo (tejido epitelial), mesodermo (músculo, hueso, tejido graso, cartílago) y ectodermo (tejido neuronal y piel). Pueden extraerse de biopsias de testículos de adultos, y por tanto su disponibilidad es muy grande. Las células madre obtenidas por partenogénesis, inducida por métodos químicos o eléctricos, de un óvulo, son también potenciales, y pueden generar células de las tres capas embrionarias, pero no pueden producir un organismo completo, debido a la carencia de las marcas del padre (así se evitan los problemas éticos). Este método puede proporcionar a mujeres enfermas la posibilidad de generar los tipos celulares que necesitan por medio de la donación de sus propios óvulos para que les sea inducida la partenogénesis. Así no hay riesgo de rechazo inmunológico. Pero aún se necesita evaluar la durabilidad y la seguridad de estas células madre: si un gen presenta alguna mutación perniciosa, no habrá copia del gen procedente del padre para realizar su función, y en cambio hay dos copias “maternales” que pueden amplificar el efecto dañino del gen. Los problemas técnicos son de tal envergadura que parece que, en el mejor de los casos, el uso generalizado de células madre con fines terapéuticos tardará lustros o más bien décadas. De todas formas, podemos ir preparándonos por si tenemos que modificar nuestros esquemas mentales: avanzar en el tiempo quizá no tenga que significar siempre encontrar más y más deterioro

-Noticias En la fábrica de las células madre Dos centros españoles producen ya estos cultivos como medicamentos Cultivar células madre para que puedan ser utilizadas después en tratamientos para determinadas enfermedades, a modo de medicamentos, es ya una realidad. En España existen dos centros que han conseguido la acreditación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para producirlas y hay otros que aspiran a ello (la Fundación Genoma España y el hospital Niño Jesús de Madrid han desarrollado una unidad para impulsar un ensayo clínico en tumores metastáticos infantiles). De momento, sólo un centro público, el hospital Gregorio Marañón de Madrid (HGM), y otro privado, la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), disponen de un laboratorio de buenas prácticas en fabricación (GMP, en sus siglas en inglés) en funcionamiento dedicado a elaborar productos de terapia celular, para su administración o implantación en pacientes, bajo un estricto sistema de garantía de calidad, compatible con las normas GMP. Cardiología, urología, hematología, oncología o dermatología son algunas de las áreas que se van a beneficiar de estas líneas de investigación. A diferencia de los laboratorios de la industria farmacéutica, la producción de células-medicamento es muy reducida, reconoce Javier Pérez Calvo, responsable del laboratorio GMP de la CUN. No hay, señala, desarrollo comercial, y las células se emplean en pequeños "ensayos clínicos independientes" con muy pocos pacientes. De momento, en el Gregorio Marañón existen varias líneas de investigación: en cardiología, con el implante de células madre para la regeneración de corazones infartados; en cirugía plástica, con la introducción de células madre derivadas de la grasa en la mama de las pacientes para su reconstrucción y regeneración tras una intervención quirúrgica, y en traumatología, con el implante de células madre en la cabeza del fémur.

En la Clínica Universitaria, las líneas de investigación se dirigen hacia la regeneración cardiaca en corazones infartados, el tratamiento de la enfermedad vascular periférica, la diabetes o las vacunas idiotípicas en el tratamiento de un tipo de linfoma. Existen dos procesos de producción celular en función de la manipulación que sufren las células: uno de mínima manipulación en el que las células madre se extraen, seleccionan y purifican para su posterior implante en el paciente, que se puede llevar a cabo en el mismo quirófano o en un laboratorio anexo. El otro, por el contrario, requiere una mayor manipulación, y son precisos una infraestructura y un sistema de calidad bajo normas GMP para la expansión celular y su posterior aplicación en los pacientes. Cualquier manipulación de las células que altere sus características básicas, explica Pérez Calvo, hace que éstas se consideren un medicamento. Y, por tanto, "se aplica la misma normativa que se exige a la industria farmacéutica para fabricar fármacos". Por eso, las unidades de producción celular, aclara María Eugenia Fernández Santos, directora de la unidad del Gregorio Marañón, reúnen una serie de requisitos similares a los requeridos a un laboratorio farmacéutico. Estas unidades poseen las características de una "sala blanca", es decir, son áreas especialmente diseñadas para obtener bajos niveles de contaminación, explica. Pero las normas de correcta fabricación no sólo se refieren al aislamiento, sino que, como recuerda Pérez Calvo, son una serie de obligaciones que garantizan la seguridad del sistema de producción de estos medicamentos. "Todo el proceso de producción celular se encuentra sometido a precisos controles biológicos y citogenéticos de seguridad de las muestras bajo normas de correcta fabricación, con la garantía para el paciente de que recibe las células cultivadas y multiplicadas en las condiciones óptimas", destaca Fernández Santos. Las células se obtienen del propio paciente. El tejido del enfermo se procesa, y de él se extraen las células que posteriormente se cultivan para conseguir un mayor número de células madre. El cultivo se realiza "digiriendo" con enzimas o desmenuzando el tejido hasta que, una vez obtenidas las células, se ponen en cultivo en las necesarias condiciones de humedad, de concentración de dióxido de carbono y de temperatura. Posteriormente se expanden o multiplican para conseguir el número de células madre suficiente para que la terapia sea efectiva según requiera el ensayo clínico y la estrategia del implante, y se ponen a disposición del investigador en el soporte que éste necesite -jeringas, viales o bolsas- para su implante en el paciente dentro del quirófano.

El futuro de la traumatología pasa por la investigación en células madre y la bioingeniería molecular, según un experto El presidente del comité organizador del XXXIX Congreso Hispano-Italiano de Traumatología y Ortopedia, Francisco de Santiago Fernández, admitió hoy que el futuro de esta especialidad "pasa por tres grandes pilares", que resumió en la investigación con células madre adultas, el uso del plasma y la bioingeniería molecular. En un desayuno informativo para presentar los contenidos del próximo XXXIX Congreso Hispano-Italiano de Traumatología y Ortopedia, que se celebrará en Sevilla del 18 al 20 de junio, este especialista explicó que, desde el punto de vista de los procedimientos mecánicos que actualmente se llevan a cabo para tratar las lesiones por fracturas, "poco más vamos a avanzar en los próximos 30 años, a excepción de las soldaduras biológicas". De hecho, reconoció que el "futuro" de la especialidad "pasa por darle la oportunidad a los tejidos y huesos a que se puedan regenerar", de ahí, reseñó, "el que se esté hablando de la investigación con células madre adultas y la bioingeniería molecular". En cualquier caso, aclaró que aún en el momento presente "entre el 40 y el 60 por ciento" de las urgencias que entran en un hospital "responde a problemas de tipo traumatológico, fundamentalmente por lesiones de tráfico de distinta gravedad". De Santiago se refirió igualmente al avance de la osteoporosis femenina, una dolencia que calificó de "auténtica epidemia silente del siglo XXI", de la que alertó "masifica enormemente las consultas traumatológicas" y de la que reveló "está detrás del 75 por ciento de las fracturas que atendemos". Según avanzó, éste y otros temas serán lo que se debatirán a lo largo del próximo XXXIX Congreso de la sociedad, un evento que prevé reunir a más de 800 profesionales de España y sur de Italia.

Un gran paso El descubrimiento sobre células madre sin embriones marca un hito en la investigación 22/11/2007 La noticia científica de 2007 culmina una carrera de un año y medio desde junio de 2006, cuando el grupo de Shinya Yamanaka, de la Universidad de Tokio, anunció que había revertido unas vulgares células del rabo de un ratón adulto al estado primigenio de células madre embrionarias. Éste es el objetivo de la clonación terapéutica, pero la técnica del laboratorio japonés no requería el paso intermedio de crear un embrión: se limitaba a añadir cuatro genes clave a la célula adulta. El experimento generó una lógica conmoción en el campo de la medicina regenerativa. Los investigadores han aprendido a tomarse los avances con cautela, pero ahora no sólo han confirmado la técnica, sino que tras los nuevos experimentos de Yamanaka y del pionero estadounidense de las células madre, James Thomson, de la Universidad de Wisconsin, han demostrado que funciona con células humanas de la piel, entre otras. La noticia ha tenido tal impacto que ha eclipsado por completo un logro simultáneo: las primeras células madre obtenidas de embriones clónicos de primates, el paso crítico antes de lograr la clonación terapéutica en humanos. La sensación mayoritaria entre los científicos es que las nuevas células madre (llamadas iPC por las siglas inglesas de "células pluripotentes inducidas") acabarán haciendo innecesaria la clonación terapéutica, una técnica por la que estos mismos investigadores llevaban seis años peleando contra vientos financieros y mareas políticas. La ilustración perfecta es que Ian Wilmut, el padre de la oveja Dolly, aparcó sus proyectos de clonación terapéutica al conocer los primeros trabajos del

grupo japonés. Los científicos no son incoherentes con ello: porque han defendido en todo momento la opción más prometedora para hacer avanzar la medicina; porque sin los experimentos previos con células madre embrionarias no existirían ahora las células iPC; y porque es una excelente práctica científica cambiar de opinión cuando la mejor evidencia experimental parece requerirlo. La clonación terapéutica, que ha sido legalizada contra notables resistencias del conservadurismo religioso en cuatro países europeos, España entre ellos, puede no llegar a materializarse. Pero, si los científicos no han sido incoherentes, tampoco lo han sido los legisladores de estos países. La nueva técnica no es aplicable a la medicina en su estado actual. Durante su desarrollo natural, las células embrionarias inactivan una docena de genes clave a medida que se van diferenciando. Y el método actual consiste en añadir a las células de la piel un subconjunto de cuatro de esos genes, que al activarse dan la vuelta al desarrollo normal. Pero añadir esos genes requiere "montarlos" en un retrovirus e infectar las células con él. No es una técnica segura, y necesitará modificaciones antes de abrirse camino hacia un ensayo clínico. Pero es un gran paso que ha inyectado un soplo de optimismo en un campo que lo necesitaba.

-Bibliografía:

Marcela:

http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lulas_madre http://www.comunidadsmart.es/tematicos_detalle.php?id=23 información que pusiste en el ordenador

más de la

Berta: http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lulas_madre/controversia

Cristian: http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lulas_madre/tratamientos células madre Isabel: http://www.20minutos.es/noticia/189278/0/celulas/madre/amniotico http://www.elmundo.es/elmundosalud/2007/01/07/biociencia/1168189388.html http://www.umich.edu/Es/news/08/stemcellsqa.php http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lulas_madre y de la carpeta que pusiste información para (las células embrionarias y adultas)

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