Zeta

  • October 2019
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Zeta | 1801 | del 3 al 9 de octubre Cacería de cárteles Investigadores suponen que la mayoría de los 47 muertos en los últimos siete días son, o vendedores de droga a menor escala o “infiltrados” de una célula en otra. Pero aseguran que las muertes son producto de la encarnizada guerra que sostienen Fernando Sánchez Arellano y Teodoro García Simental Investigaciones ZETA Con las autoridades del Gobierno del Estado, del Federal y del Municipal como testigos, el cártel de los hermanos Arellano Félix sostiene una guerra de muerte contra uno de sus más prominente miembros: Teodoro García Simental “El Teo”. Tijuana les gustó como plaza y se la disputan en una cacería de miembros de uno y otro bando. Son los muertos que han aparecido en diferentes zonas de la ciudad. La encarnizada guerra tiene dos oponentes: 1.- Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero”, con toda la estructura del cártel Arellano Félix que le heredaron sus tíos: Benjamín, Ramón y Francisco Javier Arellano Félix. 2.- Teodoro García Simental “El Teo”, con el apoyo de una parte del cártel de Sinaloa. Esta información, en manos tanto de la Procuraduría General de la República (PGR) como de la Procuraduría de Justicia del Estado (PJE), no ha transitado de ser un comentario de pasillo a integrar una investigación oficial. Ni siquiera la crudeza con la que se ha asesinado a más de 45 personas en cinco días ha sido suficiente para que el Presidente de la República, el Gobernador del Estado o el Alcalde de Tijuana coordinen sus fuerzas públicas para tomar las calles de la ciudad y detener a matones, cabecillas y mafiosos. Esta descoordinación y la impunidad que otorgan corporaciones corruptas a miembros del crimen organizado es la principal causa para que los cárteles de los Arellano y de Sinaloa hayan tomado las calles de Tijuana como campo de cacería y hechizo tiradero de cadáveres. Además, la crudeza con la que se ha ejecutado a miembros de una y otra organización criminal, indica que sicarios fueron traídos de otros estados de la República para matar. Los uniformes militares pertenecientes a la 19 Región Militar con sede en Veracruz, podrían ser la prueba de ello. Investigadores de éste y del otro lado de la frontera, presumen que detrás de las huestes de García Simental podría estar el brazo ejecutor del cártel de Sinaloa y uno de los más sanguinarios sicarios de los últimos tiempos: Edgar Valdez Villarreal “La Barbie”. Este hombre, nacido en Estados Unidos, según información de la PGR, sirvió primero a los hermanos Beltrán Leyva, quienes lo llevaron al cártel de Sinaloa donde se convirtió en el principal ejecutor y socio de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Liga que hoy lo tendría en Tijuana dada la información, también extraoficial en Baja California, que “El Teo” acudió a este cártel cuando fue descobijado por el CAF. Pero estos hechos y antecedentes conocidos por las autoridades, secretarios, procuradores y hasta burócratas de la seguridad en Baja California, platican holgadamente de ello, no se están investigando oficialmente. Los gobiernos panistas, el de Calderón, el de Osuna y el de Ramos, permiten con su falta de estrategia en el combate al crimen, que Tijuana sea el escenario principal de esta cacería de cárteles. La guerra de cárteles “Él vendía droga, crystal, pero a él ya le habían advertido que no siguiera, le dijeron que los jefes se estaban peleando en serio y que no se buscara problemas mientras se resolvía, pero no hizo caso”, declararon familiares de uno de los ejecutados. Esta declaración, sumada a los múltiples asesinatos recientes de traficantes de baja escala y los narco-mensajes que se han dejado en los cuerpos, las huestes de “El Ingeniero” y las de “El Teo”, fundamentan la principal hipótesis que sustenta que los más de 45 muertos son producto de una guerra de cárteles. Además, “el esquema de Sinaloa está presente en algunos modus operandi”, señaló el Procurador de Justicia del Estado, Rommel Moreno Manjarrez, al referirse exclusivamente a la forma en que están ejecutando a las personas. Y en efecto: al lugarteniente García Simental, áreas de inteligencia del gobierno federal lo ubicaron entre julio y agosto de 2008, haciendo tratos con sicarios de por lo menos tres municipios del sur de Sinaloa, supuestamente apoyado por Ismael “El Mayo” Zambada y/o Joaquín “El Chapo” Guzmán. Los hechos recientes en Tijuana y la cruenta violencia que se ha desatado, parecen respaldar estas versiones; sin embargo, las autoridades no han podido sumar pruebas periciales a esta línea de la indagatoria. El viernes 26 de septiembre por la noche, policías que tienen “amigos” dentro del crimen organizado recibieron llamadas por celular y nextel advirtiéndoles que no anduvieran en la calle, que se mantuvieran a resguardo porque el pleito apenas empezaba. El domingo 28 de septiembre, por cuatro fuentes de información del sector oficial llegó el mensaje de esta guerra que los criminales están haciendo pública: “El Inge y el Tres hablaron ayer y terminaron mentándosela”, dijo un investigador a ZETA. El resto de los informantes, tres funcionarios, coincidieron: “y el asunto entre ellos se va a poner feo”. Con este preámbulo, la zona costa de Baja California ha padecido una semana de asesinatos y muy pocos resultados en las indagaciones oficiales. Los crímenes siguen ocurriendo a pesar que todas las autoridades están al tanto de las amenazas, mientras a los ciudadanos sólo les resta esperar que la versión de que el enfrentamiento durará un mes, sea errónea.

Los homicidios En una semana con muertos todos los días, las investigaciones indican que han sido asesinados delincuentes de los dos grupos. Principalmente de la célula al servicio de García Simental. La hipótesis indica que “El Teo” no únicamente está enviando asesinar a los operadores de “El Ingeniero”, sino además a quienes le sirvieron a él pero considera que le traicionaron al obedecer al hijo de Alicia Arellano Félix. Los nombres de los sicarios y las bajas en las distintas células, surgieron con la triple ejecución en la zona conocida como Los Arenales, la medianoche del domingo 28 de septiembre. Los hermanos Fernando, Efrén y Eduardo Arroyo Duarte fueron acribillados; vecinos y familiares confirmaron que vivían en Estados Unidos y compraban y vendían droga. Los asesinos llegaron en un solo auto, fueron “dos o tres” personas, no precisaron. Los victimarios sabían a quién matarían. No vacilaron, llegaron sobre el grupo de personas y los atacaron. “Ninguno de los testigos habló de apuestas. Indicaron que los atacantes no habían estado conviviendo con las víctimas y ninguna de las personas interrogadas mencionó que hubiera habido más muertos entre los sicarios que llegaron al lugar, o que los muertos hubieran tenido la oportunidad de defenderse y matar a alguien, tampoco nos dijeron que los matones se hubieran llevado algún cadáver”, indicó un funcionario de la Procuraduría del Estado. Esto en torno a la versión extraoficial que indicaba que la balacera había sido resultado de una disputa entre los hermanos Duarte y Raydel López “El Muletas” quien acompañado del ex policía y sicario Ángel Jácome Gamboa “El Kaibyl” había cobrado la deuda con sangre, resultando este último muerto en el enfrentamiento y su cuerpo recuperado por sus compañeros. El investigador estatal agregó: “Las investigaciones no terminan y no estamos en posición más que de aclarar que en ese momento no había ninguna apuesta en juego”. Al día siguiente, el lunes 29 de septiembre, el escenario empeoró. 16 personas fueron encontradas ejecutadas. 12 en un mismo sitio en Las Delicias. A cinco les cortaron la lengua, señal que indica a los investigadores que pudieron ser considerados como “infiltrados” ya sea del bando de Sánchez Arellano y de García Simental. En el mismo grupo de muertos, fueron localizados los cuerpos de muchachos que fueron privados de la libertad por un comando de tres camionetas blancas en la colonia 18 de Marzo y en el fraccionamiento Sánchez Taboada, sin embargo, no todos los secuestrados aparecieron ejecutados. Según declaraciones de personas cercanas a los muertos, los jóvenes asesinados, vendían droga al menudeo, eran “tiradores”, y cuando había traslado de comandos o de droga, algunos eran usados como “antenas” enviándolos primero para revisar si había peligros. La tarde de ese mismo lunes asesinaron al primer traficante reconocido del grupo de “El Tres”: Víctor Librado Bustamante Leyva fue asesinado frente a su mujer, en la Navigator que conducía encontraron escondidos dos bultos de droga y un paquete de dinero. Este traficante fue el que había sido advertido de suspender la venta de droga mientras la lucha continuara. No atendió la orden y lo mataron. Según declaraciones que obran en expediente, Bustamante le rendía cuantas a un hombre al que apodan “El Güero”, de quien la autoridad presume que es el ex policía municipal Luis Sánchez Guerrero, quien ayudó al “Muletas” a escapar de Mariscos Godoy en octubre de 2007. Librado Bustamante tenía una orden de aprehensión por el asesinato de una mujer que distribuía crystal. En el caso de los dos hombres asesinados en el Aguaje de la Tuna con el narco mensaje “Ahí está tu gente duarte ven a recogerlos”, los investigadores están revisando una línea de investigación que lleva a un policía municipal ligado también a “el Tres Letras”. Al mismo grupo pertenecía el hombre acribillado afuera de una casa de seguridad en Rosarito, el cual tenía apenas un día refugiándose en el municipio de playa, pero que normalmente operaba criminalmente en Tijuana, según datos de las policías locales. La suma siguió cuando personas cercanas a los dos sujetos que colgaron del puente Simón Bolívar el 1 de octubre, revelaron que traficaban para Raydel López Uriarte “El Muletas” . Fue hasta que se inició la revisión de los ocho cuerpos que fueron ejecutados a las dos de la madrugada del jueves dos de octubre en el parque industrial Pacífico, que los investigadores encontraron indicios de que los cuerpos pertenecían a delincuentes ligados plenamente a Fernando Sánchez Arellano. Primero encontraron en el cuerpo de uno de los adolescentes una credencial indicando que el joven vivía en la zona norte de Tijuana. “Y la delegación Centro y Playas están identificadas como de control pleno del sobrino de los Arellano”, indicó un investigador y agregó: “Sin embargo tenemos informes de que López Uriarte acude algunos días a dormir en Playas de Tijuana y eso se presta a confusiones”. Pero si existían dudas, los matones se encargaron de aclarara con un narco mensaje: “Esta es la gente del Albañil”, y “El Albañil” es el apodo que tiene desde la época de los noventa, un primo de Arturo Villarreal “el Nalgón”, a quien también llaman “Chencho” y que es uno de los principales operadores de Sánchez Arellano. En este asunto la autoridad tiene la ventaja de que una de las víctimas logró escapar pero y fue capturada por las autoridades.

Indicios El cúmulo de trabajo ha generado un avance lento en las investigaciones al interior de la Procuraduría, además de la identificación y revisión de los 47 muertos, el ministerio público ha debido hacerse cargo de cuatro decomisos de numerosos paquetes de armas para revisar si están relacionadas con los ataques. En conferencia de prensa reportaron que continúan realizando los análisis de balística a los casquillos y de grafología a los narco mensajes, sin embargo hasta el cierre de edición eran los mismos anunciados el 1 de octubre. * La cartulina localizada en los cuatro cuerpos de El Sepanal el lunes 27 de septiembre, tiene similitudes con el contenido de la cartulina encontrada en los tres cuerpos decapitados, localizados en el Fraccionamiento García el pasado 26 de agosto. * Algunos de los casquillos localizados en la ejecución de Los Arenales coincidieron con: 1.- Un arma utilizada en el primer enfrentamiento que tuvieron los matones de Sánchez Arellano con los de García Simental, el 26 de abril a un costado de El Cañaveral en el bulevar Insurgentes. 2.- El asesinato del subjefe de Reglamentos Municipales en la Delegación Centenario, Ricardo Legorreta. El avance de los cotejos apenas va al 30 por ciento, por ello no pueden determinar si los mensajes encontrados durante la semana que termina, tienen los mismos autores. En cuanto a la identificación de los restos encontrados en tres botes conteniendo una sustancia corrosiva similar a la sosa cáustica, frente al restaurante “Mariscos del Pacífico”, cuya propiedad se atribuye a José Manuel Núñez López “El Balas”, los directivos periciales informaron que los recursos de la PGJE se agotaron sin que pudieran determinar si los restos eran humanos, por lo que solicitaron apoyo a las agencias de investigación en Estados Unidos y a la PGR para tener acceso a estudios genéticos más avanzados que les permitan obtener mayores muestras de ADN. Indicaron también los investigadores, que en las camionetas y autos decomisados, lo mismo que en el puente Simón Bolívar, encontraron impresiones dactilares, completas y parciales, las cuales ya se examinaron en el sistema AFIS pero continúan esperando los resultados. De las armas explicaron que las únicas similitudes localizadas hasta el momento son el tipo de calibre utilizado, en todos los casos las 7.62 por 39, y que son armas que no tienen historial criminal, nuevas. En los hechos también coinciden que los encargados de ejecutar a balazos, son una o dos personas exclusivamente. Y lo más evidente, que los homicidios han sido cometidos en lugares públicos, o dejados en zonas donde hay cámaras de vídeo vigilancia. En cuanto a la teoría de la selección de las víctimas, “están matando infiltrados”. Ya sea del bando de “El Ingeniero” o de “El Teo”, todo, con las autoridades como testigos. Antecedentes penales de los fallecidos. Felipe Ramón Espinoza Salinas: Robo con violencia y portación de arma prohibida. Gustavo Morales Lara: Robo con violencia y portación de arma prohibida. Israel Bernabé Millán Ocampo: Robo con violencia y portación de arma prohibida. Jorge Armando Silva Hernández: Robo Ricardo Palma López: Robo de Vehículos. David Emmanuel Pérez Zamudio: Robo con violencia. Víctor Octavio Salazar Santillanes: Robo con violencia. Arturo Uribe Villa: Tráfico de indocumentados. Concepción López: Robo simple. Pablo Farías Mosqueda: Robo con violencia. Manuel Ochoa: Robo simple y lesiones. Pedro César León González: Lesiones. Víctor Librado Bustamante Leyva: Homicidio en 2008.

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