El Budismo es Victoria o Derrota, ver (j) buppo wa shobu Practicar el Budismo significa ser victorioso. Cuando avanzamos de un paso a la vez en medio de la realidad de nuestra vida, cuando demostramos la prueba real y llegamos a ser victoriosos, estamos mostrando con nuestro ser la validez del Budismo de Nichiren Daishonin y, al mismo tiempo, somos una fuente de esperanza e inspiración por aquellos que nos avanzan con nosotros en el camino de la fe. "K.S.: Si tomamos las tres virtudes –del maestro, el soberano y los padres -, tradicionalmente se entiende que ‘pilar del Japón’ corresponde a la virtud del soberano; ‘ojos del Japón’, a la del maestro, y ‘gran navío’ a la virtud de los padres. D.I.: Lo que acabas de mencionar son las tres virtudes del buda. Ya que el gran deseo del Daishonin resuena en el juramento del Buda, que es guiar a todas las personas a la iluminación, es lógico que haya una correlación entre su juramento y las virtudes del Buda. Pero, cuando el Daishonin hace esta declaración, no se está jactando de ser el Buda. Por el contrario, al revelar su propio gran juramento, enseña a sus discípulos el camino hacia la victoria. Lo digo, porque el hecho de formular un firme juramento construye una sólida identidad. Y lo que es más aún: la promesa de trabajar hacia una noble meta nos permite superar nuestras propias debilidades y se convierte en un sólido sostén que nos ayuda a confrontar cualquier dificultad". Katsuji Saito y Daisaku Ikeda en IKEDA, Daisaku y otros: El mundo de los escritos de Nichiren Daishonin, Fascículo 1, "El Gosho es la escritura budista para el Último Día de la Ley", Buenos Aires, SGIAR, pp. 15-16 La práctica budista se realiza para obtener la victoria a través de las tres existencias (pasado, presente, futuro) y establecer un estado de vida elevado que permita enfrentar y superar cada situación de la vida, concretando los objetivos propuestos. "Budismo es triunfo o derrota", y por supuesto, quien se sienta derrotado no puede ser feliz. La tenacidad por construir una felicidad indestructible a través de la fe, permite finalmente obtener la victoria. El mayor desafío es entonces la propagación de la Ley, a través del propio forjamiento y desarrollo, siendo ésta la base fundamental para el logro de una victoria que perdure a través del tiempo a partir de los cimientos del esfuerzo para crear una identidad indestructible que no se desmorone con facilidad ante el primer viento fuerte que la ataque. De esta manera, desarrollamos una condición de vida caracterizada por el pleno goce de la libertad y la experimentación de fortaleza en cualquier circunstancia (Daisaku Ikeda).
LA VIDA VICTORIOSA Todos poseemos el potencial de una vida victoriosa y está dentro de nosotros el poder de enfrentar y superar cualquier obstáculo, por mas profunda que sea la dificultad. Lo más importante: pasar por una transformación interna que resalte las cualidades y cambie lo que nos dañe. Esto es realizar LA REVOLUCIÓN HUMANA INDIVIDUAL. Lo importante es el cambio de actitud ante la dificultad, reflexionar y siempre a partir de uno, desafiarse para vencer la negatividad a través de la invocación de NAM MYOHO RENGUE KIO con coraje. Así surgirá la sabiduría para saber que acción emprender. Como Budismo es la relación estrecha entre sujeto y medio ambiente, cuando uno cambia, cambia el ambiente, a través de un profundo cambio en el corazón. El catalizador para lograr esto es NAM MYOHO RENGE KIO, que provee el potencial ilimitado inherente en nuestras vidas y el germen del triunfo. Según Nichiren Daishonin, podemos lograr un estado de libertad y felicidad inquebrantable para nosotros y crear una atmósfera de armonía con los demás. Al utilizar el potencial inherente en nuestras vidas, en vez de evitar o temer por los problemas que nos acosan diariamente, los enfrentamos, seguros de la capacidad para resolverlos y triunfar sobre ellos. La práctica firme y diaria fortalece la voluntad y la habilidad para tener una vida llena de batallas ganadas. Ser victorioso no significa estar libre de problemas, sino afrontarlos, y vencerlos a través de NAM MYOHO RENGUE KIO con sabiduría y fortaleza. "Ofrezca Daimoku (NAM MYOHO RENGE KIO) hasta que su rostro brille. No hay manera que su vida no cambie; y jamás se dé por vencido". Daisaku Ikeda
La Práctica budista nos permite obtener la victoria en la vida Daisaku Ikeda ¿Cuál es el propósito de la práctica budista? Realizamos nuestra práctica para obtener la victoria a través de las tres existencias del pasado, presente y futuro y establecer un estado de vida tan amplio que nos permita sentirnos con
nuestros deseos plenamente realizados y gozar de todo lo que nos acontece. Debemos aspirar a triunfar en la vida. Budismo es entregarse a una lucha donde se gana o se pierde. Y esto se aplica a todos los fenómenos. De ahí que todo sea una lucha donde se disputan la victoria y la derrota. En efecto, la felicidad es algo que puede ser hallada en la propia victoria. Quien se siente derrotado no puede ser feliz. Por ejemplo, tomemos el caso de los deportistas. Para sobresalir como tal, uno debe hacer más esfuerzos que ningún otro y mantener constancia en el entrenamiento cuando está fuera del escenario de acción. Esta lucha existe, así se trate de un trabajo o cualquier otra actividad de la vida cotidiana. Aún cuando la práctica budista sea algo sumamente arduo, si continuamos en nuestra fe con tenacidad, finalmente obtendremos la victoria. No hay desafío mayor que la propagación del Budismo, realizar el gongyo de la mañana y la noche y participar de las actividades en bien del kosen-rufu. Sin embargo, este esmerado esfuerzo nos brinda una ocasión para el propio forjamiento y desarrollo, que es la base fundamental para que logremos una victoria perdurable a través de las tres existencias del pasado, presente y futuro. Aquellos que evitan hacer esfuerzos penosos no pueden obtener la victoria y quienes descuidan su práctica budista tampoco lograrán la iluminación ni una vida coronada de triunfos. Todo lo que se construye mediante una ardua labor es perdurable, mientras que lo que se adquiere sin esfuerzo alguno está expuesto a desmoronarse con facilidad. En el Gosho, Nichiren Daishonin nos enseña acerca de la condición de vida que alcanza una persona que ha sabido entrenarse a lo largo de su vida, describiéndonos cómo recibe el momento de su muerte. Dice: ''En ese momento (el momento culminante de su vida),apresúrese hacia la maravillosa montaña de la iluminación y vea alrededor en las cuatro direcciones. Verá que el universo entero es la Tierra de eterna tranquilidad. El piso estará tapizado por lapislazúli y los ocho caminos estarán separados por cuerdas de oro. Del cielo, cuatro clases de flores lloverán y resonará, en el aire, la música. Todos los budas y bodhisattvas estarán presentes, acariciados por la brisa de joraku gayo (eternidad, felicidad, el auténtico yo y pureza). Nosotros también, con seguridad, podremos estar en sus filas'' (Gosho Zenshu, pag. 1388). A través de mantener la fe, podremos desarrollar una condición de vida caracterizada por el pleno goce de libertad por toda la eternidad y experimentar la dicha en los ciclos del nacimiento y la muerte. Por lo tanto, el Daishonin nos urge a hacer el máximo esfuerzo en esta existencia. Nichiren Daishonin establece en otro pasaje del Gosho, ''No pase la vida en vano sólo para lamentarse en los próximos diez mil años'' (Gosho Zenshu, pág. 970). Espero que lleven grabada esta enseñanza del Daishonin en sus vidas.