Unidad Octava

  • November 2019
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UNIDAD 8 LA SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA: El redespertar hormonal en esta etapa (llamado con más precisión pubertad cuando nos referimos exclusivamente al subcomponente biológico) se convierte en un factor crucial que sumado a los demás cambios psicosociales invitan a los (as) adolescentes a desplegar su potencial erótico. Vale la pena aclarar que la educación sexual positiva no es determinante del inicio ni de la frecuencia de las actividades sexuales. Así como, de otro lado, cualquier intento de coartar este despertar erótico termina siendo ilusorio (a pesar de las pretensiones pseudocientíficas de grupos moralistas de nuevo cuño que abogan por “la castidad” como estrategía higiénica). Para continuar con el orden discursivo, deseo resaltar la importancia de algunos criterios en la vivencia sana de la sexualidad adolescente.

La posibilidad de búsqueda le permitirá a los (as) adolescentes explorar y apreciar la potencialidad erótica de su cuerpo, y así, tener un mayor abanico de actividades eróticas satisfactorias que le ayuden a derrumbar desde la vivencia personal las limitaciones del Existen varios estudios serios, entre los que destaca uno realizado en el país vasco, que muestran cómo las adolescentes que carecen de entrenamiento en actividades auto y externoeróticas no coitales llegan mucho más frecuentemente a un embarazo no deseado que aquellas adolescentes que conocen y disfrutan de su autoerotismo y del “petting”. Sinembargo, en nuestro medio, se condena como “morboso” o “depravado” a quien practica alguna actividad sexual no coital. Es decir, los encerramos en un callejón sin salida: no practiques el coito, pero es lo único que podrías hacer. Resultado final, coito “no programado” y como consecuencia de ello, con grandes factores de riesgo: “…es que yo no quería, ¡Que tal! No ve que fue que SE DIO”. ¿Qué opinas al respecto?

esquema coitocéntrico vigente: primero se hacen “solitos”, después se dan los “primeros pasitos” y más tarde se camina. Lo mismo ocurre en el aprendizaje erótico: las actividades autoeróticas son claves en el desarrollo psicosexual de los (as) adolescentes. Si no me conozco en excitación, si no me conozco en la sensación orgásmica, si no conozco mi menú erótico de “primera mano”, muy probablemente podré ser manipulado (a) sexualmente, no sabré hasta dónde puedo y quiero llegar en una situación dada, o, como comunmente termina ocurriendo, pondré mi sexualidad al beneficio de otras personas (mi pareja) u otros fines no eróticos poniéndome así en situaciones francas de riesgo: higiénicos (adquisición o transmisión de infecciones sexuales), reproductivos (gestaciones no programadas o inoportunas), personales (agresiones a la autoestima o a la propia calidad de vida), relacionales (construción de vínculos malsanos) y hasta eróticos (disfunciones y tratornos sexuales de todo tipo). De la misma manera, las actividades sexuales no coitales en pareja1 hacen parte del entrenamiento y madurez erótica a esta edad. Como ganancia secundaria de lo anterior, Que l o s nor teamer i canos l l aman “Pe t t i ng” , l l aman “b luy ineo” . 1

noso t ros

l l amábamos “Manoseo”

y ac tua lmente

disminuiría la inminencia de consecuencias reproductoras indeseadas que se da en el patrón de comportamiento coitocéntrico tradicional. Sólo quien es dueño de algo se señorea de ello. La autonomía le permitirá al (a la) adolescente sortear con mayor acierto la presión de los pares y del medio en general, para vivir su sexualidad como una potestad personal, decidir si quiere ejercerla en su modo reproductor o erótico, y actuar en consecuencia. Vale la pena invitar a los (las) adolescentes a la reflexión acerca de la identificación de su modelo personal de ética sexual y los motivos para adherir a él; en general (pero con un énfasis mayor en las mujeres) estás reflexiones deben centrarse en el cuestionamiento del modelo denominado “Permisividad amorosa” por las condiciones genéricas inicuas y el desprecio por la gratuidad de lo erótico que él conlleva (ver unidad 2). Como lo veíamos en la unidad número 4 (El condicionamiento sociocultural como factor de riesgo), referido a la sexualidad en la adultez, podemos ahora comprender cómo lo que en

mujeres y hombres adultos está generando problemas sexuales, relacionales y afectivos, se convierte para los y las adolescentes en factores de riesgo en el ejercicio de su sexualidad. Decíamos que es común en la adultez considerar, erróneamente, que el ejercicio sexual es factor determinante de la calidad y el futuro de la relación de pareja. Pues lo mismo ocurre en la adolescencia: Pepito y Pepita, un par de estudiantes de grado octavo, llevan 4 semanas, 3 días y 2 horas, como “pareja”. Cuando se es adulto una relación de esa duración no se considera siquiera tal, o a lo sumo, se considera una relación incipiente. Pero cuando se tienen 13 años de edad, y todo el medio, implícita o explícitamente, a través de todos los canales posibles, transmite la idea que el sumun de la vida social es “tener” pareja; que quien la “tiene” consiguió un “lugar en este tiempo” pero que quien carece de ella está, por decirlo menos, “incompleto”, una relación de un mes es: “la relación de mi vida”. Así como don José y doña Josefa consideran que el futuro de su relación de pareja está en juego o se cimienta en la relaciones sexuales. Pues Pepito y Pepita a su corta edad ya han aprendido lo mismo: “demuestrame que soy más importante para ti como pareja que fulanita

con la estabas hace 5 semanas”, “demuestrame que soy más importante para ti como pareja que fulanito con el que estabas hace 5 semanas”, ¿Cómo se “demuestra”? Pues muy fácil: teniendo “relaciones sexuales”. ¿Por qué? Pues porque relación de pareja y sexualidad en pareja “es lo mismo”. ¿Qué relación sexual? Pues así como don José sufre por “producir” erecciones duraderas y “demorarse” en eyacualar, y como doña Josefa se “esfuerza” por apurar su ciclo de respuesta sexual para poder “disfrutar” del coito vaginal; Pepito y Pepita, cuando van a “demostrarse” que se interesan el uno al otro como pareja, a su corta edad ya aprendieron a recurrir al todopoderoso coito2. Y lo anterior como uno entre varios ejemplos (diriamos en el polo conservador), porque en muchos casos ni siquiera se requiere tener una relación de pareja en ciernes, sólo la proyección de que esa pareja “pudiera” darse es ya razón suficiente para ejercer la

La pos ib i l i dad repor tada por ado lescen tes de Ca ldas para l l ega r a l orgasmo por penet ra vag ina l es de apenas 34% (es dec i r 1 de cada 3 veces ) ; mient ras que una qu in ta pare de e l l as 22%) d i j e ron NUNCA haber ten ido orgasmo a t ravés de l a pene t rac ión vag ina l . S i es tan pob es t ímu lo por qué l o prac t i can . Una repues ta tan senc i l l a y desconcer tan te como t r i s t preocupante : de un l ado porque no l o hacen por p lace r , por razones e ró t i cas , s ino por raz como l a que es tamos d i scu t i endo , o por amor , o por demost ra r su cond i c i ón de muje r “adu l ta” . ot ro l ado porque s i no es e l co i to qué . 2

sexualidad (¡Que mejor comienzo!). Porque como ya “sabemos” la sexualidad, supuestamente, no se debe ejercer como una decisión personal, ¡que tal!, es cuando hay una justificación de más categoría (como las joyas que estamos viendo) o simplemente porque “se dio”3. Decíamos, en segundo lugar, que es común en la adultez considerar, erróneamente, que el ejercicio sexual es principal canal de expresión de afecto y que vivirla sin tal justificación es éticamente deleznable. Pues lo mismo ocurre en la adolescencia: Pepito y Pepita, de 13 años de edad4, están completamente enamorados el uno del otro. “Demuestrame que me quieres más que a fulanito o fulanita (sus anteriores enamorados)”.

La d i f i cu l tad f r anca que p lan tea e l en foque é t i co predominante en l a Cu l tu ra Occ iden ta l para l a f unc ión sexua l como un e je rc i c i o consc ien te su je to a l a vo lun tad persona l , se ha conver t f ac to r de r i e sgo y en un obs tácu lo i nmenso para e l mejo ramien to de l o s háb i tos sexua les . 4 Según l a ú l t ima encues ta de l compor tamien to sexua l de l o s y l a s ado lescen tes de Ca ldas , te rminamos en nov iembre de 2003 con e l pat roc in i o de l a Di recc ión Te r r i t o r i a l de Sa lud de Ca es tá es l a edad promed io de comienzo de ac t i v i dad co i ta l vag ina l . 3

¿Cómo? Pues teniendo “relaciones sexuales”. ¿Cuál? Pues el coito vaginal que es “lo máximo”, es como “coger el cielo con las manos”. Al igual que don José y doña Josefa, confunden lo uno con lo otro, y como consecuencia se ponen en riesgo. ¿Por qué? Por muchas razones, veamos unas cuantas: Un ejemplo como licencia para comprender un par de cosas: yo puedo odiar profundamente a Juan y a Pedro. Imaginemos que yo odie profundamente a Juan y que Pedro actue malintencionadamente contra mi. Sería muy extraño decir lo siguiente: lástima que ya odie a Juan y por eso no puedo odiar a Pedro que me acaba de agredir malintecionadamente. Nunca diría eso. ¿Por qué? Pues porque el odio es un sentimiento, y como tal, no tiene el sentido de exclusividad: puedo odiar a dos personas simultáneamente. Para seguir con el ejemplo, después de dos meses me encuentro nuevamente con Juan y Pedro, y cosa rara, a Juan todavía lo odio pero a Pedro no. ¿Por qué? Porque el odio no es más que un sentimiento, y como tal, no es eterno. El amor romántico, como lo veíamos en la unidad número 2, no es más que un sentimiento, y como tal, no es exclusivo ni eterno.

¡Cuánto sufren los pepitos y los don Josés, pero más las pepitas y las doñas Josefas, por intentar forzar, que el amor romántico, siendo un sentimiento, sea exclusivo y eterno! ¡Cuánta energía vital destinada a tal fin, a tal ilusión! Volviendo a nuestros adolescentes, a Pepita le enseñaron que una parte sustancial de su valor como “buena mujer” es no ejercer su sexualidad sino por el precio correcto. Desde hace casi dos siglos ese precio correcto, es, como ya lo puede adivinar, el amor. Pepita, a sus 13 añitos, está “locamente enamorada” y por consiguiente, “puede” ejercer su sexualidad, ¡No ven que es por amor! De manera llamativa, los psquiatras dicen que el enamoramiento es un estado de locura transitoria. Cuando se está en estado de enamoramiento no se tiene una percepción clara de la realidad, se tiene un gran sentido de invulnerabilidad, no se ven los riesgos, y si se ven, se consideran irrelevantes, de manera adicional, se tiene una confianza ciega en el ser amado: “si no confío en mi gran amor,en quién voy a confiar”, si es mi razón de ser, lo mejor del mundo, mi licencia para ser irreverente.

Pues sí, le estamos pidiendo a nuestros adolescentes que ejerzan su sexualidad en el momento de mayor riesgo: en estado de enamoramiento: “yo no lo planeé, fue espontáneamente, se dio, fue por amor”. Pepita “entregó” su “primera vez” por amor. Pasó el estado de enamoramiento y Pepito se alejó. ¿Cómo se siente Pepita? Arrasada, le di lo “mejor de mi” (que eso le enseñaron) y se burló; si así fue Pepito que tanto quería, cómo serán los otros. Y surjen dos opciones: Pepita bloquea se actividad externoerótica para defenderse, o, ya “perdida” su principal “prenda” vive su sexualidad sin límites claros de normalidad (lo que tanto había apreciado carece ahora de valor). Finalmente, decíamos, que es común en la adultez considerar, erróneamente, que la actividad sexual, predominantemente en pareja, es una forma de reafirmar el rol masculino, y en las últimas décadas, también el femenino. Pues lo mismo ocurre en la adolescencia: Pepita tiene 13 años y ya se siente “toda una mujer”, por el lado de Pepito las cosas no cambian mucho. Desde hace 4 semanas “están saliendo”, ya todo el salón lo sabe. En el

descanso, todos los amigos le preguntan a Pepito “que si ya, que que hubo pues”, por el lado de Pepita, las cosas no son muy diferentes y le advierten que si no se anima, “se lo va a quitar la tonta de octavo B que seguramente sí se lo va a dar a Pepito”. Pues es muy probable que como factor coadyuvante para la actividad sexual de ambos esté la presión de sus pares y la ganancia que se obtiene por haber demostrado su hombría y su femineidad, en el sentido de “madurez”. Así mismo como don José píensa que si tiene una disfunción eréctil está fallando como hombre y como doña Josefa piensa que si tiene una anorgasmia coital está fallando como mujer, o “la van a cambiar por otra que sí sea más mujer”. A modo de resumen, Pepito invita a Pepita a su casa en la tarde a “hacer tareas”. Pepita acepta y va. ¡Que coincidencia! Esa tarde Pepito está solo en casa. Pepita sabe que no va a hacer tareas y lleva condones en el morral. Pepito no la invitó a hacer tareas y compra condones que pone en su mesita de noche. Mientras estaban haciendo las tareas, “las cosas se dan” (porque ni el ni ella lo programaron ¡qué tal!) y se involucran en una actividad sexual. Miren ustedes, Pepita tiene condones en el morral, y no los saca porque que tal quedar como que lo hubiera planeado, que tal quedar como que lo deseaba, eso es de una “mala mujer”. Y

prefiere ponerse en riesgo (que los conoce) antes que asumir la sexualidad como una potestad personal valiosa y ejercerla conscientemente. Pepito tiene condones en la mesa de noche, al alcance de su mano, y no los usa porque que tal hacer pensar a Pepita (que sí que lo tenía claro) que la invitó no a hacer las tareas sino a tener actividades sexuales. No ven que los hombres “son unas bestias sexuales que siempre quieren lo mismo”, y el quiere demostrar que no es así. Para no alargar las cosas son estos factores de tipo sociocultural los verdaderos factores de riesgo para la adquisición y transmisión de infecciones sexuales y para las gestaciones inoportunas, no sólo en la adolescencia; si ampliamos un poco el espectro, encontramos en esta misma raiz los factores de riesgo para la violencia de género, para la violencia por intolerancia a la diversidad sexual, para la gran cantidad de disfunsiones sexuales5, en fin,

La Cu l tu ra Occ iden ta l no ha pod ido aprender a d i s f ru ta r gra tu i tamente de su sexua l i dad , as l a f e l i c i dad sexua l con e l c r i te r i o de éx i to mercant i l i s ta con e l que asume todo : se r f e l i z e más e recc iones , demora rse más en eyacu la r , tene r o rega la r más orgasmos , tene r más co i to tene r más pare jas sexua les , en f i n ( y como consecuenc ia , l a s so luc iones a l o s prob lemas sexu son produc tos comerc ia les que a modo de p í l do ras mág icas dan e recc iones , demoran l a 5

para el efecto negativo que en la calidad general de vida tiene el ejercicio de su sexualidad en tantas y tantas personas. Cualquier proceso de educación sexual o de prestación de servicios de salud sexual y reproductiva que no tenga en cuenta las precisiones antedichas pecará de ingenuo y su efecto positivo en la comunidad será nulo. En el próximo bloque temático nos concentraremos en el papel del sector educativo y del FINES NO SEXUALES LOsexual ERÓTICO sector salud en elLOS mejoramiento de los niveles de DE salud de las comunidades. Los seres humanos adquirimos la posibilidad del placer sexual. Placer no significa desenfreno ni irresponsabilidad. Los (as) adolescentes merecen que se les diga. Recordemos que una educación sexual positiva en la infancia y adolescencia es el primer paso, insoslayable, de una vivencia sexual sana y gratificante en la adultez y la vejez. Que el impacto final de un buen proceso de educación sexual no es simplemente el disminuir las consecuencias indeseadas de lo coital (que ya sería mucho), sino, en un plano superior, el elevar el nivel de eyaculación, el deseo, más armónica atractivo (a)). Y así mismo, lefortalece pone precios vida de despiertan las personas. La hacen vivencia del erotismo la de venta: continuidad o permanencia, amor, la propia masculinidad o femineidad. autonomía y la autoestima de las personas e invita a la socialización de valores de respeto por los otros y tolerancia de la diferencia en un marco placentero. Quien se siente bien con su erotismo tiene una visión positiva de la vida y puede vislumbrar un “pensamiento

REPASEMOS • La sexualidad en la infancia es una realidad incuestionable.

• La sexualidad infantil es cualitativamente diferente de la del adulto. Su motivación es la curiosidad (no el deseo) y el placer experimentado es más inespecífico. • Son válidas las actividades exploratotias entre niños, entre niñas y entre niños y niñas (dentro de los límites que discutimos). • La actitud de los (as) tutores (as) ante las preguntas y comportamientos sexuales de los niños (as) es un factor clave en su proceso de desarrollo psicosexual. • Por ello, la educación sexual formal para la infancia se debe dirigir a los (as) tutores.

• Si no sé qué hacer ante una conducta sexual infantil, le quito el componente sexual y ya de manera desprevenida, decido. • La sexualidad adolescente es un hecho incuestionable e insoslayable. • La educación sexual positiva no lanza al (a la) adolescente a una vida de “lujuria desenfrenada”. Canaliza lo que es una realiadad incontestable. • Placer no significa desenfreno ni irresponsabilidad. • El autoerotismo y las actividades sexuales no coitales son cruciales en el aprendiazje y madurez erótica. • Los que describíamos como Servidumbres Sociales de lo Erótico en la unidad número 4 para hablar de causas de problemas sexuales en la

adultez, son los mismos que se configuran como los reales factores de riesgo para el ejercicio de la sexualidad en la adolescencia. • Toda acción de educación sexual o de prestación de servcios de salud sexual y reproductiva que deje de lado el origen sociocultural de los malos hábitos sexuales, no podrá mejorarlos. • Existen fines no sexuales de lo erótico que tienden, en última instancia, a favorecer la convivencia pacífica y a elevar la calidad de vida de las personas.

NOTA: Próximamente, estaremos publicando una cartilla de Sexualidad en la Adolescencia. En ella, de una manera clara y con un lenguaje sencillo, le

contamos a los y las adolescentes cuales son las claves para una vivencia sana y gratificante de la sexualidad.

HOJA DE TRABAJO 4 Así como algunos de ustedes lo han sugerido, para este ejercicio la invitación es a que te pongas en el papel de experto en educación sexual a quien acuden padres y madres de familia o docentes en busca de claridad sobre cómo intervenir cada caso. De acuerdo con tus intereses, escoge si quieres trabajar con los casos de sexualidad infantil, de sexualidad adolescente o con ambos; consigna tus respuestas por escrito (con la profundidad que quieras darle) y hazlas llegar a más tardar el viernes 4 de marzo. En el próximo envío daremos algunos lineamientos generales para orientar cada caso y así tendrás la oportunidad de confrontar tus respuestas. SEXUALIDAD EN LA INFANCIA caso No. 1

Le consulta muy preocupada la madre de una niña de cinco años de edad y le cuenta lo siguiente: en una ocasión encontré a mi niña solita en su cuarto tocandose sus genitales con la mano; en esa primera ocasión ella no me vio ni le dije cosa alguna. La niña lo siguió haciendo con alguna regularidad. Un día, se estaba demorando mucho en su cuarto, me asume desde la puerta sin que ella me viera, y efectivamente lo está haciendo de nuevo. En esa ocasión, no solo se tocaba con su manito sino que estaba haciendo gestos de satisfacción. Me descompensé, no supe qué hacer y sólo atiné a regañarla y a pegarle con la mano mientras le decía: "cochina, eso no se hace". Preguntate primero ¿por qué lo hace? ¿Qué se le debe explicar a la madre en relación con el comportamiento de su hija? ¿Qué debe hacer? ¿Cambiarían las respuestas si fuera un niño? Caso No. 2 Le consulta una pareja de padres de un niño de cinco años de edad con la siguiente inquietud acerca de comportamiento sexual de su hijo: dicen recordar que la primera vez que su hijo se comportó de esa manera fue un día en que recibieron la visita de la abuela materna; durante toda la mañana todos en casa estuvieron en función de organizar las cosas

para que todo quedara perfecto para la visita; apenas llegó la abuela y la acoodaron en la sala principal, él inimediatamente se bajo los pantalones y empezó jugar con su pene delante de todos. Al principio todos se hicieron los de la vista gorda, pero como el niño persistió en el comportamiento, la madre se levantó, le dio una palma en la mano y le dijo: "cochino, eso no se hace". ¡Bendito problema! Desde entonces, cada que llega visita el niño hace las maromas que tenga que hacer, se aparec en la sala, y empieza a jugar con el pene. Preguntate primero: ¿por qué lo hace? ¿Qué se le debe explicar a los padres en relación con el comportamiento de su hijo? ¿Qué debieron haber hecho? ¿Qué deben hacer? ¿Cambiarían las respuestas si fuera una niña? Caso No. 3 Le Consulta un (a) docente de grado tercero con la siguiente inquietud: en una ocasión encontramos un grupito de cinco de los estudiantes de mi grupo (dos niñas y tres niños), a la hora del descanso, detrás de los baños de la escuela, con los pantaloncitos abajo, mirándose y tocandose sus genitales. Toda la escuela se dio cuenta y se formó un gran escándalo: los padres y madres de familia están molestos y nos dicen que qué formación es la que les

estamos dando a sus hijos e hijas; la dirección de la escuela me reclama sobre la atención que le estoy dando a mis estudiantes, las madres de las niñas están molestos con las de los niños, porque: "sus hijos les están corrompiendo asus hijas". Pregunta el (la) docente: ¿qué debo hacer? Con los niños y las niñas de caso, con sus compañeros (as) del grupo, con el cuerpo docente y directivo, y finalmente, con las madres y padres de familia. Como los casos anteriores, preguntate primero: ¿por qué lo hicieron? ¿Cambiarían las respuestas si el grupo no fuera mixto: sólo niñas o sólo niños? Caso No. 4 Le consulta un (a) docente de grado tercero con el siguiente caso: tengo en mi grupo a una niña que me tiene muy preocupado (a). En medio de la clase, se corre hasta el borde de la silla y empieza o frotar sus genitales contra pupitre. Hasta ese momento me llega la clase: la niña se mete en su mundo, se pone rudicunda y sudorosa; sus compañeros ya se dieron cuenta, empiezan a secretearse y a reír. Los padres de familia están preocupados y piden que retiremos a la niña del grupo ya que "les va corromper a sus hijos (as)".

Pregunta el (la) docente: ¿qué debo hacer con la niña? ¿Con sus compañeros (as)? ¿Con los padres y madres de familia? Como siempre te va a servir de ayuda el que te preguntas primero: ¿por qué lo hace? ¿Cambiarían las respuestas si fuera un niño? SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA Caso No. 1 Le consulta una pareja de padres de familia con la siguiente inquietud: tenemos un joven de 13 años de edad, de unos meses para acá hemos notado que se está demorando en el baño más tiempo del que se solía demorar. La semana pasada, dejó la puerta del baño entreabierta, nos asomamos sin que el nos viera, y, efectivamente, se estaba masturbando. No sabemos qué hacer, si es que hay que hacer algo. No sabemos qué decirle, si es que hay que decirle algo. ¿Qué le respondes a esos angustiados padres de familia? ¿Cambiarían las respuestas si fuera una jovencita? Caso No. 2

Se acerca a usted una jovencita de 15 años de edad con la siguiente inquietud: "profe, yo le tengo en buena estima, cariño y confianza, y por eso me atrevo a preguntarle lo siguiente: estoy saliendo con fulanito desde hace cuatro meses, nos queremos mucho y estoy pensado en tener mi primera relación sexual con él. No sé qué decidir. Le pido que me ayude a tomar la decisión, y si finalmente decidió hacerlo, quiero que me cuente tooooooooodo lo que debo saber para vivirla a lo bien". ¿Qué le respondes? ¿Cambiarían las respuestas fuera un jovencito? Caso No. 3 Se acerca a usted una jovencita de 15 años de edad con la siguiente inquietud: "profe, yo le tengo en muy buena estima, cariño y confianza, y por eso me atrevo a preguntarle lo siguiente: yo he tenido relaciones sexuales pero he sido muy loca, ahora estoy con una pareja desde hace tres meses y voy a empezar a tener sexo con ella pero esta vez quiero hacer las cosas al derecho. ¿Qué me recomienda para de ahora en adelante hacer las cosas a lo bien? ¿Qué le respondes? ¿Cambiarían las respuestas si fuera un jovencito? Caso No. 4

Le consulta una (a) docente de grado octavo con el siguiente caso: encontramos a tres jovencitas de mi grupo, a la hora del descanso, detrás de los bloques de los salones, besandose en la boca entre ellas. Las llevamos a la rectoría y al preguntarles que por qué lo estaban haciendo, respondieron que querían aprender a besar y se estaban entrenando. En medio de todo, lo que más me preocupa es que una de las jovencitas dijo no sólo que le había gustado, sino, que lo quería volver intentar. Pregunta el (la) docente: ¿qué debo hacer con las jovencitas implicadas? ¿Con sus compañeros y compañeras que la señalan como las lesbianas del colegio? ¿Con los padres y las madres de familia que nos piden que las retiremos del colegio para que no corrompan a sus hijos (as)? ¿Cambiarían las respuestas si hubieran sido tres jovencitos?

ANEXO 1 RESPUESTA HOJA DE TRABAJO BT 3 De acuerdo con lo discutido en la unidad 5, lea el siguiente caso y responda las 3 preguntas finales: Simón es una persona de 18 años de edad, de aspecto masculino que acude al servicio de orientación y terapia sexual porque considera que “es homosexual” ya que siempre se ha sentido atraído sexual y afectivamente única y exclusivamente por hombres; decide consultar porque sus padres “quieren saber la causa” de su condición. Durante la entrevista, después de haber sido ilustrado sobre los tres “cajones sexuales”, al preguntarle cuál es su identidad sexual, Simón contesta: “Yo no sé, lo único que sé es que a mi sólo me gustan los hombres”. Antes de contestar hagamos algunas precisiones:



“de aspecto masculino”: Este dato se refiere a la diferenciación somatosexual, es decir, a la parte física, pero no aporta información alguna en relación con la Identidad Sexual (que es el primer nivel de la diferenciación psicosexual –de la mente sexual-).



“considera que “es homosexual” ya que siempre se ha sentido atraído sexual y afectivamente única y exclusivamente por hombres”: Recordemos que el concepto de Orientación Sexual tiene dos componentes definitorios: Primero, hacia quien me siento atraído sexual y afectivamente, y, segundo, en relación con mi identidad sexual. Es decir, para definir la orientación sexual de alguien es indispensable conocer los dos componentes; si sólo conocemos uno de los dos, no podemos definir la orientación sexual.



“al preguntarle cuál es su identidad sexual, Simón contesta: “Yo no sé,…”: La Identidad Sexual es una convicción interior de ser hombre, ser mujer, o las dudas en relación con ello. No depende de la apariencia física (diferenciación somatosexual), de hacia quién me siento atraído (orientación sexual), ni mucho menos, de cómo me comporto (rol socio sexual o rol de género). Por ser una certeza personal, sólo la

podemos indagar a través de una pregunta directa. Ante esa pregunta, Simón contesta: “Yo no sé”. Ahora sí, respondamos a las preguntas: ¿Cuál es la identidad sexual de Simón? Ambigua. ¿Cuál es la orientación sexual de Simón? No la podemos precisar porque hace falta conocer uno de los componentes definitorios. ¿Qué tenemos que conocer para saberlas? No sólo hacia quién se siente atraído sino cómo se siente (hombre, mujer o dudas). Supongamos que en 5 años, me encuentro con Simón y me dice: “¡Yo si estaba muy confundido cuando fui a su consulta! Yo era simplemente un hombre que le atraían los hombres”. En ese caso, nos está dando su Identidad Sexual (Masculina) y su Orientación

Sexual (Homosexual). Porque SE SIENTE ATRAÍDO POR LOS HOMBRES, primer componente definitorio, y, SE SIENTE HOMBRE, segundo componente definitorio. Si por el contrario, en 5 años me encuentro con Simone y me dice: “Yo si estaba muy confundida cuando fui a su consulta, yo era una mujer encerrada en un cuerpo de hombre”. En ese caso, tendría una Identidad Femenina (Se siente mujer) y una orientación HETEROSEXUAL (Le atraen los hombres y se siente una mujer). La conclusión: En el caso de Simon no podemos saber su Orientación Sexual simple y llanamente porque tiene una Identidad Sexual Ambigua: para efectos prácticos, no conocemos su Identidad Sexual. Así se sienta atraído única y exclusivamente por hombres. Este es un caso especial. Pero démonos cuenta que la única forma de saber la Identidad Sexual de alguien es preguntándosela (no valen su aspecto físico, la identidad sexual de sus parejas sexuales y mucho menos sus maneras y ademanes). Es decir, de las personas que me rodean yo NO PUEDO CONOCER SU IDENTIDAD SEXUAL (a menos que se la pregunte), y sin conocer su Identidad Sexual no puedo inferir su Orientación y mucho menos su rol. Esto significa ni más ni menos que debemos aprender a ver no a heterosexuales , homosexuales o bisexuales, sino a PERSONAS; y en un nivel superior, deberíamos aprender

a ver no a mujeres u hombres, sino, nueva, maravillosa y sorprendentemente, a PERSONAS. Es este pues el sustento evolutivo del respeto por la diversidad sexual. Somos humanos: somos diversos. Ya no somos Machos y Hembras que copulan para reproducirse, no, somos PERSONAS. A pesar de que como Cultura Occidental no lo hayamos acabado de captar. Los roles de género (que tanto daño han causado y causan a todo nivel) y las mismas categrias de orientaciones sexuales son remanentes de las implicaciones sociales de la función reproductora. La nueva Función, el Erotismo Humano, nos invita a estar por encima de esas diferencias. ¿qué opinas? Piensa cómo el tema que acabamos de discutir: ¿qué es ser mujer? ¿Qué es ser hombre? Han afectado tu vida personal y relacional. Cómo los roles sociosexuales que vives marcan tu calidad de vida. Cómo esa serie de confusiones de construcciones de rol social que tuvieron su razón de ser en otro momento histórico, forzadas a pervivir por encima de su “vida útil”, en muchas ocasiones, a pago ser unos referentes sociales que den “tranquilidad”, pueden cobrar un precio altísimo en tus posibilidades de ser feliz. Cómo a pago de

arrancalos de su momento histórico y forzarles un carácter sempiterno pueden cobrar dolores y miserias.

ANEXO 2 PROYECTO SEXUALIDAD RESPONSABLE PARA EL DEPARTAMENTO DE CALDAS: El ejercicio de la función sexual como una invitación al mejoramiento de la calidad de vida. CUSO BÁSICO DE SEXUALIDAD HUMANA CURSILLO VIVENCIAL DE AUTOCONOCIMIENTO ERÓTICO Como complemento de la revisión teórica y las reflexiones a las que el Cubasex te ha invitado en su recorrido temático, proponemos a continuación la realización individual y en

pareja de unos ejercicios introductorios básicos que pretenden complementar, con el calor de la piel, los puntos que hemos considerado como claves para la vivencia sana y gratificante de la función erótica. La sugerencia es que primero se hagan los individuales y sólo una vez concluidos se involucren en los de pareja (las razones se comprenden de lo tratado). Es importante seguir las recomendaciones de manera juiciosa. Lee cada ejercicio con anticipación, que te quede claro que es lo que vas (o van) a hacer y las condiciones que deben cumplir para hacerlo. Si lo haces de manera sistemática y comprometida verás como en un periodo de un mes le habrás dado un nuevo aire a tu erotismo. Anímate. PRIMERA PARTE EJERCICIOS INDIVIDUALES MI YO ERÓTICO Existen una serie de actividades, tomadas en su mayoría de la Nueva Terapia Sexual, que permiten un cocimiento (o re-conocimiento) secuencial del erotismo personal. Los ejercicios que a continuación sugerimos permiten en primera instancia el conocimiento del mapa

erótico personal, valoran también el grado en que estamos “sintonizados (as)” con nuestro yo erótico y el papel que le damos al erotismo en el universo general de nuestra vida. Su pretensión no es sólo “diagnóstica” sino también de autoaprendizaje. Por ello, no basta con realizarlos “al pie de la letra”, es muy importante meterse en ellos, padecerlos (en el buen sentido de la palabra). “…meter los pieses en el barro” (sic), como dice el poema. REQUISITOS PREVIOS:  Condiciones del lugar: Debe ser un lugar completamente privado al que nadie más tenga acceso mientras estás practicando el ejercicio. Debe ser cómodo. La temperatura ambiental agradable (el frío y el calor extremos son enemigos del erotismo). Si hay hijos, que alguien te releve de sus cuidados. Si es de tu gusto, el ambiente se puede “condimentar”: una música suave, una esencia o aroma especial, algún cambio en la intensidad o tipo de luz. 

Condiciones personales: buena disposición personal, es decir, no debes estar con tragos o con alguna otra sustancia en la cabeza, no debes estar cansado (a), con hambre, con sueño, ni de afanes.



Ojos cerrados: con excepción del segundo ejercicio, debes permanecer con los ojos cerrados. Ello te permitirá meterte en tu mundo.



Mente en Clave Erótica: este concepto ya lo hemos referido, en este caso significa dos cosas: primero, estar predispuesto (a) a que el ejercicio va a ser agradable, que no es una obligación ni una necesidad sino un gusto, y segundo, para no permitir que lleguen pensamientos distractores (o pensamientos “piraña” que se “comen” el placer) lo mejor es tener la mente ocupada con una fantasía sexual (ver el cuarto ejercicio).

EJERCICIOS 1. DUCHA ERÓTICA Este primer ejercicio pretende favorecer el reconocimiento de la corporalidad a través del tacto, explorar las posibilidades placenteras de toda tu piel, facilitar la consecución de técnicas personales para “ponerse en clave erótica”, valorar el erotismo como una posibilidad personal, autónoma y válida por ella misma, y finalmente, cuestionar la preeminencia de lo coital.

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Desarrollo Cumplir cada uno de los requisitos previos que acabamos de referir. En medio del baño diario (si las condiciones permiten cumplir con los requisitos previos) o en un espacio del día dedicado exclusivamente a ello, tomar una ducha (la temperatura acorde con la del medio ambiente). Con los ojos cerrados y la mente en clave erótica, recorre lenta y pausadamente con las manos cada parte de tu cuerpo, todo, que no se quede un centímetro de piel sin acariciar. La pretensión no es simplemente “cubrir” toda la superficie corporal, es convertirla en tu “mapa erótico”, sentirla, disfrutarla, vivirla. Durante el ejercicio pueden aparecer muchos de los “pensamientos piraña”, apóyate en tu fantasía sexual. Cualquier sensación o pensamiento es valioso y vale la pena para el análisis posterior: “me sentí tonto(a)”, “me dio risa”, “definitivamente, no pude”, “me encantó”, “no sabía que tal parte del cuerpo tenía una sensibilidad especial o, por el contrario, me producía gran pudor al tocármela”, “sin mi pareja no puedo”, entre otros. Si logras “engancharte” con alguna parte en especial, detente en ella y explórala a satisfacción por el tiempo que desees. El ejercicio no tiene límites de tiempo preestablecidos y termina cuando así lo decidas.

2. ESPEJO: Una vez hayas terminado la ducha y en un ambiente que reúna las condiciones favorables, puedes desarrollar esta segunda fase. Ella pretende en parte cumplir los mismos objetivos del anterior pero ya no a través del tacto sino de la visión, sin embargo, su objetivo principal es valorar el grado de aceptación estética de tu propia corporalidad. • Completamente desnudo (a) te paras frente a un espejo (ojalá de cuerpo completo). • Vas a suponer que la persona que ves en el espejo es un (a) amigo (a) tuyo (a) de toda la vida, y de tu mismo sexo, a quien le tienes toda la confianza y que hace años no veías. • Vas a recorrer visualmente a tu amigo (a) de la cabeza a los pies, por delante y por detrás diciéndole (mentalmente), con toda la franqueza que te permite su confianza, cómo lo (a) encuentras: qué te agrada, qué te desagrada, qué opinas de esto o de aquello del cuerpo de él (ella). • Aunque no es indispensable, si al finalizar el recorrido descriptivo te “enganchas” y deseas explorar visual y táctilmente tu cuerpo, adelante. • Al igual que en el ejercicio previo, todas las sensaciones, pensamientos que lleguen y en este caso opiniones son valiosas para el análisis posterior.



Termina cuando así lo decidas.

3. ESPEJO GENITAL: Dadas las diferencias de “visibilidad anatómica”, esta tercera parte va dirigida en especial a las mujeres (ello no quiere decir que si estás interesado puedas hacerlo). Con este paso se pretende integrar la genitalidad al mapa erótico. Es preferible realizarlo consecutivamente al ejercicio del espejo general. • No olvides las condiciones ambientales favorables • Completamente desnuda, siéntate y con las piernas flexionadas (recogidas) y abiertas visualiza tus genitales a través de un espejo pequeño que tomes con tu mano o apoyes en un cojín frente a ti. • Primero, percátate de la impresión inicial que te dan (una boca, una flor, un capullo, horrible, extraño, entre otros) • Posteriormente, recórrelos táctil y visualmente; ¿Sabes con exactitud la ubicación anatómica y el nombre de cada una de las partes que conforman tu vulva?

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Finalmente, con ojos cerrados y mente en clave erótica, acarícialos y siéntelos. Al comienzo suave y pausadamente, y después, con el ritmo e intensidad que prefieras. Los límites son tuyos. Como en los dos pasos previos, toda sensación o emoción acompañante, respuesta, bloqueo o pensamiento es valioso para el análisis final.

4. FANTASÍA: Este ejercicio final difiere sustancialmente de los demás. La fantasía es tal vez la actividad sexual más practicada. Tiene la gran ventaja de ser económica y segura. Desde el punto de vista práctico tiene múltiples aplicaciones: ella sola es agradable por sí misma, sirve de “motor de arranque” cuando nos vamos a involucrar en una actividad somatosexual (de las que involucran piel), sirve como favorecedora del placer cuando nos encontramos en medio de otra actividad sexual, y, finalmente, nos permite mantenernos en “clave erótica”. Como si fuera poco, en el proceso de autoconocimiento erótico, la fantasía sexual permite que la persona se reconozca como poseedora de una función erótica, que es sana, y a la

que le puede dedicar energía vital. Es decir, nos predispone desde lo personal a nuestro papel de seres eróticos. Por todo lo anterior, es muy importante que cada uno (a) aprenda a fantasear eróticamente. De manera concreta, la invitación de este cuarto ejercicio es que tomes insumos de tu fuente erótica preferida (recuerdos, vídeos, novelas, poemas, un galán o una actriz, alguien que conozcas, entre otros) y con ello construyas y afines tu fantasía sexual personal. Puedes volver sobre ella en cada momento de ocio hasta el punto que la tengas tan definida que la puedas poner por escrito. En esos párrafos debe haber “sangre tuya”, es decir, deben ser lo más sentidos posible. La recomendación es que los tres primeros ejercicios se practiquen uno tras otro en una sola sesión, y que se realicen por lo menos tres sesiones en un periodo mínimo de ocho, máximo de quince días. El cuarto ejercicio se puede practicar a voluntad con la periodicidad que se desee. Esta primera parte se dirige a lo personal, por ello, es importante que así vivas cada uno de los ejercicios; es algo tuyo. A futuro podrás proponer a tu compañero (a) sexual que viva un

proceso personal similar o compartir en pareja las experiencias que este primer paso vivencial te haya dejado; pero inicialmente debe ser una experiencia total y absolutamente persona

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